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HISTORIA DEL DERECHO

Profesor J. Marcelo Bruna Parada.

LA ALTA EDAD MEDIA. PROCESO DE RECONQUISTA Y POBLACIÓN.

El inicio de la reconquista.
La invasión de los Musulmanes y su posterior asentamiento en la Península
Ibérica sobre los territorios que conformaban el Reino Visigodo, originó que la
clase dirigente y la corte del Rey huyera hacia los territorios montañosos del norte
y la Galia, quedando todos los territorios del centro y sur de la Península Ibérica a
merced de los Musulmanes.
El año 722, en la región de Asturias, se produce el primer rechazo de los
Cristianos en contra de los invasores, en lo que se conoce como la batalla de la
Covadonga. Se inicia con este hecho, emblemático para los Cristianos, el proceso
de reconquista de la Península Ibérica del dominio Musulmán.
Durante esta época, Alta Edad Media, en los territorios de la Península
Ibérica no se desarrolló la estructura política, social y económica que ocurrió en el
resto de Europa, como las cruzadas, el feudalismo, el imperio o la existencia de
reinos en pugna con el Emperador, en atención a que la invasión y posterior
asentamiento de los Musulmanes, aniquiló todo la estructura del estado Visigodo e
impidió su resurgimiento. Solo sobrevivieron las ideas de fidelidad entre señores,
lo que permitió resurgir las características del vasallaje, dando origen a la
estructura feudal que existirá durante el periodo denominado baja edad media.
Respecto a la fuerza militar, durante este periodo, se careció de ejércitos
profesionales, por lo que la organización de la fuerza va a depender del sistema
feudal.
La reconquista durante la alta Edad Media, sobre los territorios de la zona
norte y centro de la Península Ibérica, se caracteriza por ser sobre territorios
escasamente poblados y con pocas ciudades, predominando los asentamientos
rurales. Tampoco se aprecia una alta densidad de población Musulmana. De ahí la
necesidad de ocupar estos territorios y motivar en ellos el asentamiento de

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población Cristiana, sobre todo en aquellos territorios recuperados al Islam. De ahí
que se denomine a este proceso, reconquista y población.

El Feudalismo en España.
La Alta Edad Media fue el periodo de formación de los reinos cristianos, que
se caracterizaron en sus inicios por ser débiles y con territorios de limitada
superficie, en los cuales el rey era uno más de los Señores Feudales, elegido por
estos por ser el menos fuerte para controlarlo. Por tanto, estos reyes dependen de
la nobleza que los circunda.
La organización de la fuerza, depende la estructura vasallática, que es una
estructura propia del feudalismo.
El feudalismo es una organización social, política, económica y
jurídica, basada en las relaciones de vasallaje entre los vasallos y los señores
feudales.
El feudalismo en lo jurídico está constituido por tres factores:
a.- Relación vasallática entre nobles. Implica la existencia de fidelidad
juramentada entre nobles, por el cual uno de ellos reconoce al otro como su señor
y se comprometen mutuamente:
El Señor se compromete respecto de su vasallo, a protegerlo, proveerlo,
darle recompensa y lealtad.
El vasallo se compromete respecto a su Señor, a la defensa personal de su
Señor, a acudir al llamado de defensa del Señor, a conquistar a nombre de su
Señor, a serle fiel por vida y a darle consejo militar.
b.- Dominio pleno del latifundio, es el llamado beneficio.
El feudalismo se constituye sobre el dominio de la propiedad, la que era
dada en recompensa al vasallo por su servicio al Señor. En España, a diferencia
del resto de Europa, el beneficio no se consolida como dominio pleno sobre los
grandes latifundios, sino más bien sobre la disposición del botín de guerra para
pagar a los vasallos. Los territorios se anexan al reino, pasando a constituir tierras
de realengo y se ponen a los vasallos a cargo del territorio en usufructo, no como
Señor. Feudal, sino como funcionarios o dependientes del Rey. Esta modalidad

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implica que no pueden disponer de las tierras, sino solo usarlas y gozarlas, lo que
origina la existencia de Señores Feudales inestables dependientes de su Señor o
el Rey.
c.- Inmunidad Feudal. La inmunidad feudal consistía que, dentro de la
propiedad plena, al Señor se le otorgaba el ejercicio de atribuciones propias del
Estado, tales como: administrar justicia, acuñar monedas, cobrar impuestos, dictar
leyes. Conforme a estas atribuciones, el Señor Feudal permanece inmune a las
atribuciones del Estado, toda vez que él es el estado en su feudo.
En España, producto de la reconquista de territorios que estaban en poder
de los Musulmanes, y que las tierras recuperadas eran entregadas en usufructo a
los Señores y no en propiedad plena, por lo que el Rey era más fuerte que en
otros territorios Europeos, al reservarse para sí, además, algunas atribuciones que
eran parte de los Señores Feudales, se originó un sistema feudal distinto al que se
desarrolló en el resto de Europa.
Es el caso que los reyes Españoles, le otorgaron a los Señores Feudales
atribuciones de cobrar impuestos, hacer justicia, pero solo en primera instancia,
pudiendo las partes recurrir ante el Rey y dictar normas jurídicas dentro del feudo.
En materia judicial, el Rey se reservó los casos de Corte, esto es,
homicidio, ruptura de la fidelidad vasallática, ruptura de la paz de los caminos,
violación de mujer y casos de viudas, huérfanos y desvalidos, los que siempre
correspondieron su conocimiento a la justicia real.
La forma en que se desarrollaron estos elementos en España, sobre la
existencia de un proceso de reconquista, marcó una diferencia con el feudalismo
del resto del continente, propiciando una mayor movilidad del estamento nobiliario.
Algunos nobles y reyes, con el fin de motivar el avance sobre los Musulmanes y
las tierras reconquistadas, dispusieron que todo hombre que acuda al llamado de
un Señor, con un caballo y un peón, al cabo de un tiempo adquirirían la hidalguía y
con los beneficios que ello implicaba.
La hidalguía constituyó la caballería de los rústicos.

Poblamiento de los territorios reconquistados.

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Los territorios conquistados durante la Alta Edad Media, son tierras poco
pobladas, a excepción de la costa, de ahí la necesidad de poblar estos territorios,
a fin de asegurar la presencia de los reinos cristianos. El poblamiento se hace de
modo espontáneo y en forma planificada por el Rey o los Señores Feudales. Será
en forma espontánea cuando la población de las tierras altas, avanzan hacia el
Sur, tras los ejércitos, en busca de mejores tierras; y en forma planificada, cuando
Condes, Duques, Abades o Reyes, toman medidas para incentivar el poblamiento
a través de las Cartas Pueblas o contratos de adhesión, para ir a poblar las tierras
reconquistadas.
Las Cartas Pueblas, constituyen contratos de adhesión por el cual el Señor
que intenta llevar adelante un proceso de poblamiento bajo su mandato, invita a
los hombres que estén dispuesto a ir las nuevas tierras, a cambio que se
establezca en ellas, construya su casa, trabaje la tierra; se le ofrece además título
de nobleza, sino es noble, el perdón de los delitos si estuviese condenado y la
libertad si fuese esclavo. A modo de ejemplo, rezaban las cartas pueblas de la
siguiente manera: “Todo aquel que venga a poblar tal ciudad, tendrá tal cantidad
de tierras, una vez que construya su casa y trabaje la tierra. El que no sea noble
será hidalgo, el que sea culpable de delito, será perdonado, el que sea esclavo,
será libre…”.
Esta situación va a significar el debilitamiento del latifundio al conformarse
zonas de pequeños propietarios y surge la encomendación, que era la relación
entre el titular de un señorío con la población no noble que habita en su territorio.
Por el poblamiento de las tierras reconquistadas en este periodo, se origina
la configuración del Reino de Castilla, ya que dichos territorios eran los menos
poblados, y en atención a ellos, Astures, Leoneses y Gallegos, van al Sur, tras los
ejércitos o motivados por las cartas pueblas, asentándose en estos nuevos
territorios, primeramente bajo el dominio de Asturias y León y luego del Reino de
Castilla.
Las tierras de Castilla, recibieron tal nombre, en atención a la gran cantidad
de castillos que se construyeron en dichos territorios, por la necesidad de
ocuparlos y enfrentar a los Musulmanes.

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La población asentada en las nuevas tierras, se va a organizar de una
forma distinta a sus tierras de origen, no apegado a la tradición Visigoda y
Romana, surgiendo la autonomía municipal, al constituirse municipios autónomos,
ya sea en tierras señoriales o reales.

El Municipio Español.
El Municipio es una organización de autogobierno de las villas y ciudades,
constituido por autoridades generadas por la propia comunidad, alcaldes,
regidores y ciertos funcionarios propios de la villa o ciudad.
La comunidad municipal la constituyen los vecinos de la ciudad. En la alta
edad media, era vecino aquel que tenía casa abierta (poblada) en la ciudad,
durante la baja edad media se cierra la categoría de vecino y van a controlar los
Municipios los burgueses.
La función del municipio fue el autogobierno de la ciudad y la administración
del alfoz, o tierras circundantes donde se encontraban las tierras comunes para el
pastoreo y la extracción de leña y madera.
El municipio surge vinculado al proceso de repoblamiento, generalmente,
de los territorios que se le ha quitado al Islam. La población que habita estos
territorios proviene de los territorios del norte, Galicia, Asturias, León, Navarra,
quienes tuvieron poco contacto con los Romanos, más bien vivieron en un
primitivismo Celta y además poco vinculados a la germanización, a excepción de
Galicia que estuvo bajo el dominio Suevo.
El Municipio, integrado por los alcaldes y el concejo municipal, tenía a su
cargo la defensa de la villa o ciudad, para lo cual la amurallaban y se construían
castillos, además debían velar por el abastecimiento, orden y justicia.
El alcalde administraba justicia y a los regidores se les asignaban funciones
específicas sobre distribución de tierras, uso de las aguas, derecho de caza,
regulación de precios y medidas, etc. La regulación de los distintos casos era
tomada de la costumbre y al aplicarla sobre casos específicos y al ponerla por
escrito, se va formando el derecho municipal o local.

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Para enfrentar problemas mayores, se citaba a deliberar a toda la
comunidad a través de cesiones abiertas, lo que en América fue conocido como
Cabildo abierto.
En materia de orden, la Municipio a través del Concejo Municipal dictaba
normas jurídicas, que recibían el nombre de ordenanzas o normas municipales.
En materia de justicia, eran los alcaldes quienes juzgaban las faltas y
aplicaban las sanciones conforme a las normas dictadas por el Concejo y a falta
de norma positiva, aplicaba la costumbre del lugar y cuando la costumbre no
proveía solución, el alcalde creaba una nueva norma a través de sus sentencias,
aplicando la equidad.
Así, las normas municipales van a estar constituidas por las normas
dictadas por el concejo municipal, las sentencias de los alcaldes y la costumbre
del lugar. Una vez que estas normas se escrituraban surgen los fueros
municipales, esto es, el derecho local escrito.
Por consiguiente, el fuero municipal va a ser el conjunto de norma jurídica
propia de cada municipio, que emana de la sentencia de los alcaldes, las normas
dictadas por el concejo municipal y la costumbre del lugar, la que una vez
escriturada y puesta en conocimiento del Rey o del Señor Feudal, este la
reconoce y le otorga autonomía.
Este derecho local es inmune al Señor Feudal y/o al Rey, es decir, el
derecho territorial, ya sea del Rey o del Feudo, no entra al municipio.
Las normas municipales generan un derecho igualador en materia
estamental y religioso, prevaleciendo la calidad de vecino.
Algunos fueros municipales van a alcanzar tal desarrollo que va a servir de
modelo para algunos municipios en la elaboración de sus propios fueros,
surgiendo fueros tipos, fueros breves y fueros extensos.
Los fueros breves, van a consignar normas sobre limitadas materias.
Principalmente van a contener derecho público, esto es, sobre la forma en que se
organiza el municipio, como se eligen los alcaldes, sus atribuciones, etc.
Los fueros extensos, además de derecho público, contienen normas de
derecho civil, derecho penal, de procedimiento judicial, etc.

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Los fueros tipos, fueron aquellos fueros extensos que alcanzan tal grado de
desarrollo y perfección, que fueron usados de modelos para otros fueros,
surgiendo así las familias de fueros, siendo las más importantes la familia de los
fueros de Soria, Sepúlveda y Cuenca.

La autonomía del municipio medieval.


La autonomía municipal fue una de las tantas inmunidades existentes en el
alto medioevo, como lo fue también la inmunidad feudal. La autonomía, es una
forma de desvinculación del poder central para ejercer las atribuciones judiciales,
legislativas y de gobierno.
Las ciudades podían estar establecidas en un Reino o en un Feudo, por lo
tanto, su autonomía dependía de la relación del Rey o del Señor Feudal.
La autonomía consistía en el reconocimiento del Rey o del Señor Feudal,
laico o eclesiástico, del poder de autogobernarse del Municipio que requería tal
reconocimiento. Esto surge por la necesidad de contar con población y villas leales
en territorios escasamente poblados, en los cuales el Rey o Señor Feudal era
incapaz de establecer su gobierno en forma eficaz, ante lo cual reconocía la
inmunidad del Municipio a cambio de reconocimiento del poder Real o Feudal,
dependiendo si se trataba de tierras reales o feudales. Esto dio origen a un
vasallaje entre el Rey o Señor Feudal y el Municipio, el que se ratificaba con la
firma del fuero, cuando el Rey o Señor Feudal pasaba por el poblado.
Sin perjuicio de la autonomía que se le reconocía al Municipio, el Rey
siempre se reservó determinadas atribuciones, con el fin de no despojarse de
todas sus facultades y ejercer control y presencia sobre la población y los
Municipios, así no cedió atribuciones de gobierno, como declarar la guerra y firmar
la paz, en materia de justicia se reservó la segunda instancia, principalmente
respecto a la ruptura de la paz de caminos, violación de doncella, homicidios y
casos de viudas, huérfanos y desvalidos.

La organización del estado en la Alta Edad Media.

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La invasión de los Musulmanes a la Península Ibérica trajo la desaparición
del Reino Visigodo, por lo que la nobleza y la clase dirigente huyen hacia las
tierras del norte, la zona de los Montes Cantábricos, otros se esconden en los
valles de los Pirineos y otros hacia la región de la Galia al norte de los Pirineos.
En estas regiones reaparecen grupos liderados por caudillos y algunos
nobles, surgiendo pequeños reinos, ducados y condados, los que luchan por
alcanzar cierta estabilidad y lograr hegemonía de unos sobre otros.
En la zona de los Montes Cantábricos, surgen los reinos de Galicia,
Asturias y León, en la zona de los Pirineos, y bajo la protección e influencia de los
Francos asentados en la Galia, se desarrollan el reino de Navarra, el reino de
Aragón y el condado de Cataluña.

A partir del 722, será el reino de Asturias quien en la zona de los Montes
Cantábricos logra imponerse como líder en la lucha en contra de los Musulmanes,
constituyendo luego el Reino Astur Leonés y más tarde, será el reino de Castilla.

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En la zona de los Pirineos, será Navarra y luego Aragón quienes lideren la
lucha en contra de los Musulmanes.
Por consiguiente, hacia finales de la Alta Edad Media surgen en la
Península Ibérica dos bloques de reinos cristianos que lideran el proceso de
reconquista en contra de los invasores, Asturias León y Castilla por la zona
Occidental y Aragón por el Oriente.
Asturias León, Navarra, Aragón y Cataluña, al consolidar su poder en sus
territorios e ir incorporando tierras reconquistadas a los Musulmanes, pretenden
restaurar las antiguas costumbres Germanas, tomando como como modelo el
antiguo Reino Visigodo y el Reino Franco vigente en la Galia (Francia).
En cuanto a la estructura de la monarquía, se configuran monarquías
electivas, con características feudales, ya que son los señores Feudales más
poderosos quienes eligen al Rey. Es a mediados de la Alta Edad Media donde
cambia la estructura de una monarquía electiva a una de carácter hereditaria, en
la medida que los reyes empezaron a tratar la hacienda pública y el patrimonio
real como propio, por lo que, a la muerte del rey, los hijos se repartieron los
dominios, lo que obstaculizó el proceso de unidad.
En cuanto a la organización del Estado, pretendieron restablecer en sus
reinos, la organización del Estado Visigodo, reinstalando ornamentos y símbolos
visigodos, como así también las asambleas que gobernaban junto al Rey. Surge la
Curia Regia, cuyo antecedente estaba en la Aula Regia Visigoda, constituida por
toda la nobleza.
En cuanto al funcionamiento, la Curia Regia, sesionaba de forma ordinaria y
de forma extraordinaria. La Curia Regia ordinaria la integraban aquellos nobles
que vivían junto al Rey, La Corte, y el resto constituye la Curia Regia
extraordinaria, que sesionaba para asesorar al rey en asuntos de gran
trascendencia y que requería el apoyo de toda la nobleza, tales como jurar al rey,
imponer contribuciones, que pagaba el tercer estado no noble, declarar la guerra,
aprobar leyes generales, etc.
Al final de la Alta Edad Media, cambia la estructura de la Curia Regia
extraordinaria, el 1188 en el Reino Astur Leonés y el 1260 en el Reino de Castilla,

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al admitirse que representantes de los Municipios, hombres libres que no ostentan
título de nobleza y por consiguiente perteneciente al estamento no noble o tercer
estado, se incorporen a sus sesiones participando de su discusión y votación. La
Curia Regia extraordinaria para a constituirse en Las Cortes.
Se van a discutir en Las Cortes, principalmente materias tributarias, debido
que requerían el voto del tercer estado para su aprobación, en atención a que eran
estos los que pagaban la mayoría de los tributos.
La representación del tercer estamento en Las Cortes no es individual, sino
en su calidad de representante de las ciudades. Tener representación en Las
Cortes era un privilegio otorgado por el Rey en premio a una ciudad, como así
también era otorgado previo pago por parte del Municipio.
En León, el año 1188, se integra por primera vez a la Curia Regia
extraordinaria a representantes de las ciudades, integrándose miembros del tercer
estamento no noble. La trascendencia de esta reunión, radica en que se vota la
Carta Magna Leonesa.
La Carta Magna Leonesa o los decretos de la Curia de León de 1188, es el
primer documento en el cual se establecen una serie de derechos y garantías en
favor del tercer estado o estamento no noble, mediante el cual el Rey y la nobleza
se comprometen a respetar. Este documento es anterior a la Carta Magna Inglesa
y su diferencia radica en que la Carta Magna Leonesa es pactada y la Carta
Inglesa es impuesta por la burguesía.
La Carta Magna Leonesa contiene garantía de derechos en materia de
aplicación de penas solo en virtud de juicios cuyos procedimientos están
prestablecidos, establece el derecho a presumir la inocencia en caso de dilación
de los juicios, aplicación de penas según estén previamente establecidas, respeto
a la propiedad privada, derecho a defenderse de ataques al interior del hogar,
regula la prenda judicial, entre otras garantías.
Durante la Alta edad Media, en España, los concilios de la Iglesia Católica
no se van a preocupar de asuntos de estado, sino de fe y de administración
interna de la iglesia, en atención que la Iglesia Católica estaba viviendo una serie
de hechos que implicaban la existencia de una crisis interna, a saber, la reforma

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cluniacense, la querella de las investiduras, el cisma de la Iglesia de Bizancio y la
organización de la Cruzadas. Además, por reforma impulsada por el Papa, las
bulas, constituciones imperiales y decretales papales, van a prevalecer sobre las
decisiones de los concilios.
En materia jurídica, los nuevos reinos van restablecer la vigencia del Liber
Judiciorum, principalmente para los casos de Corte, reapareciendo el elemento
romano en el derecho.

Características del Derecho durante la Alta Edad Media.


1.- Existencia de una gran variedad de derechos.
La variedad jurídica se sustenta en la existencia de varios ordenamientos
jurídicos que se aplican simultáneamente, dependiendo de distintos factores y en
consideración a las circunstancias que prevalecen.
1.1.- Factor político.
En los territorios reconquistados se van a ir asentando reinos, condados y
principados cristianos de origen Suevo (Galicia), Visigodo (Asturias, León, Castilla)
y Franco (Navarra, Aragón y Cataluña), como así también reinos islámicos, que
pasaron por la organización de valiato, emirato y califato.
En los territorios bajo el dominio Musulmán, se constata la existencia de
derechos distintos para Musulmanes, Cristianos y Judíos. A los Musulmanes se le
aplica su propio derecho, sustentado en el Corán y la Sunna. A los Cristianos
sometidos, Mozárabes, se les aplica el Liber Judiciorum, y a los Judíos su derecho
sustentado en la Tora.
A los Musulmanes y Judíos que permanecen viviendo en tierras dominadas
por los reinos cristianos, se les aplica su propio derecho.
1.2.- Factor personal. Los derechos personales dicen relación con el
estamento al que pertenecen las personas y la religión que profesan.
El factor estamental, dice relación con la condición de nacimiento de cada
persona respecto al segmento de la sociedad en que nació, noble o no noble, y
dentro de cada uno de ellos, al grupo social al que pertenece.

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En el estamento noble se puede distinguir la nobleza laica (Rey, conde,
duque, marqués) y la nobleza eclesiástica (altas autoridades de la iglesia católica,
obispos, abades, párrocos).
Dentro del estamento no noble, se destacan los burgueses, villanos,
campesinos y siervos.
Cada estamento posee su propio ordenamiento jurídico, y dentro de cada
estamento se pueden encontrar una variedad de grupos sociales, cuyas
condiciones y relaciones está reguladas en su propio ordenamiento estamental.
Los esclavos, no constituyen ningún estamento y no poseen un derecho
propio.
En materia de derechos religiosos, coexistieron el derecho de los Cristianos
(Derecho Canónico), Derecho de los Musulmanes y el Derecho de los Judíos, los
que regulaban los asuntos propios de la religión y la estructura de sus
organizaciones y la relación de los fieles.
1.3.- Factor territorial. En los territorios reconquistados por los reinos
cristianos se identifican los reinos que surgen desde la zona de los Montes
Cantábricos, en un primer momento Asturias y León, configurando el Reino Astur
Leonés, luego el condado de Castilla que se constituye en el Reino de Castilla.
Los reyes Astur Leonés tienden a la reconstrucción de la tradición Visigoda,
reapareciendo el aula regia que pasa a llamarse curia regia ordinaria cuando trata
los asuntos recurrentes del rey, con el tiempo pasa a llamarse La Corte del Rey. Y
la curia regia extraordinaria, cuando es convocada toda la nobleza para tratar
asuntos de trascendencia y que requieren la votación de todos.
En materia jurídica los reyes de Asturias y León reponen el Liber Judiciorum
para ser aplicado en todo el reino y el año 1188, convocan a la curia regia
extraordinaria e invitan a integrarla a representantes de los municipios, miembros
del estamento no noble, constituyéndose por primera vez “Las Cortes”. En este
encuentro se pacta un documento jurídico, los decretos de la curia de León de
1188, de gran trascendencia hasta el día de hoy, constituyendo lo que se conoce
como la Carta Magna Leonesa.

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El Reino de Castilla, por su parte, va a sostener su derecho territorial en las
decisiones de la corte del Rey, llamados juicios de albedrío o fazañas de los
jueces.
En el año 1260, en Castilla, es convocada por primera vez a integrarse a la
curia regia extraordinaria, el estamento no noble, constituyéndose Las Cortes de
Castilla.
1.4.- Factor local. En materias de derechos locales se destacan la
autonomía municipal, las cartas pueblas y el derecho feudal.
2.- Existencia de un derecho no científico.
Durante este periodo hay ausencia de legislación que surge de órganos
legisladores, como asambleas, parlamentos o concilios, como así tampoco se va a
aplicar en forma masiva derecho romano o canónico. La mayor creación de
derecho va a ser por medio de la sentencia de los jueces o alcaldes de las
ciudades, quienes van a tomar sus decisiones sobre la base de la costumbre Celta
y/o Germánica, o aplicando derecho romano vulgar, lo que no implica creación de
derecho con base científica o sobre razonamientos jurídicos profundos y
sistemáticos.
3.- Derecho pactado. La costumbre es un pacto social, ya que es la
sociedad la que crea la norma en forma tácita, a través de la utilización constante
y su respeto.
Las Cartas Pueblas o de repoblación, también dan origen a derechos
pactados, atendido que ofrecen condiciones, las que al ser aceptadas por los
adherentes generan un pacto.
La población genera normas a través de los jueces y/o alcaldes y el
Municipio, las que al escriturarse y pactadas con el Rey, quien les otorga su
reconocimiento, originan los fueros municipales, constituyéndose un derecho de
privilegio.
4.- Derecho consuetudinario y basado en la jurisprudencia judicial.
Durante este periodo no hay leyes escritas que surjan de órganos
legisladores, salvo la Carta Magna Leonesa y la reposición del Liber Judiciorum.

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La costumbre va generando norma en los territorios conquistados, las que
se transforman en jurisprudencia judicial cuando el juez la aplica a situaciones
específicas por analogía o las crea en virtud de la equidad. Esta última decisión,
esto es, la creación de soluciones por los jueces, sustentada en la equidad,
constituyen las fazañas judiciales o el albedrío judicial.
5.- Derecho dinámico.
La ley en sí es estática, no así la costumbre, de ahí que este periodo es
dinámico en la creación del derecho, al modificarse las normas consuetudinarias y
al crearse nuevas normas a falta de la costumbre.

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