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Incertidumbre, Evolución y Teoría Económica

Armen Alchian1

Traducción por Santiago Hermo.2

Una modificación del análisis económico para incorporar información incompleta y previsión
imperfecta como axiomas se sugiere aquí. Este acercamiento excusa a la “maximización de
beneficio”; y no confía en el comportamiento individual predecible que se asume usualmente, como
primera aproximación, en tratamientos estándar en los libros de textos introductorios. A pesar de estos
cambios, los conceptos analíticos asociados generalmente a tal comportamiento se conservan porque
no son dependientes en tal motivación o previsión. El acercamiento sugerido incorpora los principios
de la evolución biológica y la selección natural interpretando el sistema económico como mecanismo
adaptativo que elige entre acciones exploratorias generadas por la búsqueda del “éxito” o “beneficio”.
El análisis resultante es aplicable tanto a las acciones consideradas generalmente como aberraciones
del comportamiento económico estándar así como al comportamiento cubierto por el análisis usual.
Esta aplicabilidad más amplia y el retiro de los postulados poco realistas de predicciones exactas y
de los estados fijos del conocimiento han proporcionado la motivación para el estudio.

La exposición está ordenada como sigue: Primero, para despejar la tierra, una declaración breve se
da sobre un aspecto generalmente ignorado respecto a la “maximización de beneficio”, que es que,
cuando las previsiones son inciertas, la “maximización de beneficio” no tiene sentido como guía para
la acción. El desarrollo constructivo entonces comienza con una introducción del elemento de la
adopción del medio ambiente, por el sistema económico, de la acción más apropiada a posteriori,
según el criterio de “consiguió beneficios positivos”. Esto se ilustra en un modelo de comportamiento
extremo, sin ninguna racionalidad individual, ni previsión, ni motivación o algo parecido. Incluso en
este tipo extremo de modelo, se demuestra que el economista puede predecir y explicar
acontecimientos con un uso modificado de sus herramientas analíticas convencionales.

Este fenómeno - la adopción del medio ambiente- está fundido con un tipo de comportamiento
motivado individual basado en la penetrabilidad de la incertidumbre y de la información incompleta.
El comportamiento adaptativo, imitativo, y de ensayo y error, en la búsqueda de “beneficios
positivos” se utiliza en vez de su marcado contraste, la búsqueda de “beneficios máximos”. Una
sección final discute algunas implicaciones y conjeturas.

I. La “maximización del beneficio” no es una guía para la acción


El análisis económico actual del comportamiento económico descansa fuertemente en las decisiones
tomadas por unidades racionales supuestamente en búsqueda de situaciones perfectamente óptimas.3

1
Nota de Autor: Estoy endeudado al Dr. Stephen Enke por las críticas y el estímulo que lleva a mejoras tanto en
contenido como en la exposición.
2
CIECE-FCE-UBA. E-mail: santiagohermo@gmail.com
3
Ver, por ejemplo, J. Robinson, Economics of Imperfect Competition (Londres: Macmillan), P. 6, para una
declaración fuerte de la necesidad de tal comportamiento óptimo. Los libros de textos estándar exponen esencialmente
Dos criterios son bien conocidos - la maximización de beneficio y la maximización de la utilidad.4
Según estos criterios, los tipos de acción apropiados son indicados por desigualdades marginales que,
si están satisfechas, rinden un grado óptimo. Pero usualmente se agrega la calificación estándar de
que nadie puede optimizar realmente su elección según estos diagramas y conceptos debido a la
incertidumbre sobre la posición y, a veces, incluso las pendientes de las funciones de oferta y
demanda. Sin embargo, el economista interpreta y predice las decisiones de individuos en términos
de estos diagramas, puesto que se alega que los individuos utilizan estos conceptos implícitamente, y
no de forma explícita.

Los ataques contra esta metodología son extensos, pero solamente un ataque ha sido realmente
perjudicial, el de G. Tintner.5 Él niega que la maximización de beneficio tenga sentido alguno donde
hay incertidumbre. La incertidumbre se presenta por lo menos de dos fuentes: previsión imperfecta e
inhabilidad humana de solucionar los problemas complejos que contienen un conjunto de variables
incluso cuando un óptimo es definible. La prueba de Tintner es simple. Bajo incertidumbre, por
definición, cada acción que puede ser elegida se identifica con una distribución de resultados
potenciales, no con un resultado único. Implícito en la incertidumbre está la consecuencia de que
estas distribuciones de resultados potenciales se encuentran superpuestas.6 Vale enfatizar que cada
acción posible tiene una distribución de resultados potenciales, de los cuales solamente uno se
materializará si la acción es tomada, y ese resultado no puede ser anticipado. Esencialmente, la tarea
se convierte en tomar una decisión (que selecciona una acción) cuya distribución potencial de
resultados sea preferible, es decir, eligiendo la acción con la distribución óptima, puesto que no hay
tal cosa como una distribución máxima.

Por ejemplo, imagine dos posibles elecciones caracterizada por su distribución subjetiva de resultados
potenciales. Suponga que una tiene una “media” más alta pero mayor “varianza”, de modo que es
posible que dé lugar tanto a beneficios como pérdidas más grandes, mientras que la otra tiene una
“media” más pequeña y menor “varianza” 7. ¿Cuál es el máximo? Esta pregunta resulta absurda; pero
pedir la distribución óptima no es absurdo. En presencia de incertidumbre -una condición necesaria
para la existencia de beneficios- no hay ningún criterio significativo para seleccionar la decisión que
“maximizará beneficios”. El criterio de máximo beneficio no es significativo como base para
seleccionar la acción que, de hecho, da lugar a un resultado con beneficios más altos que cualquier
otra acción tendría, a menos que uno suponga distribuciones de resultados potenciales sin
superposición. Debe ser notado que la significancia de los “beneficios máximos”-un resultado
realizado que es el más grande que se habría podido realizar de las acciones disponibles- es
perfectamente consistente con la insignificancia de la “maximización de beneficio” -un criterio para

la misma idea. Ver también P. Samuelson, Foundations of Economic Analysis (Cambridge: Prensa de la Universidad
de Harvard, 1946).
4
En lo que sigue discutiremos solamente la maximización del beneficio, aunque todo lo dicho es aplicable igualmente
a la maximización de la utilidad por los consumidores.
5
“The theory of Choice under Subjective Risk and Uncertainty”, Econometrica, IX (1941), 298-304; “The Pure
Theory of Production under Technological Risk and Uncertainty”, ibid. 305-311, y “A Contribution to the Nonstatic
Theory of Production”, Studies in Mathematical Economics and Econometrics (Chicago: University of Chicago
Press, 1942), pp. 92-109.
6
Entonces la incertidumbre aquí es definida como el fenómeno que produce distribuciones de resultados potenciales
superpuestas.
7
Nota del traductor: el autor utiliza el término “spread” en vez de “varianza”.
seleccionar entre alternativas líneas de acción, cuyos resultados potenciales son describibles sólo
como distribuciones y no como cantidades únicas.

Esta dificultad crucial sería evitada usando una función de preferencia como criterio para seleccionar
las distribuciones preferidas de resultados potenciales, pero la búsqueda por un criterio de
racionalidad y la elección en términos de funciones de preferencia aún continúa. Por ejemplo, el uso
de la media, o la esperanza, se excusa completamente de la cuestión de la incertidumbre
desatendiendo la varianza de la distribución, mientras que un “equivalente cierto” supone la respuesta.
La única manera de hacer de la “maximización de beneficio” una acción significativa es postular un
modelo que contenga certidumbre. Entonces la cuestión de la confiabilidad predictiva y explicativa
del modelo debe ser afrontada.8

II. El éxito se basa en los resultados, no en la motivación


Hay un método alternativo que trata las decisiones y los criterios dictados por el sistema económico
como más importantes que aquellos llevados a cabo por los individuos en él. Moviéndonos hacia atrás
lejos de los árboles -el cálculo de la optimización por las unidades individuales- podemos discernir
mejor el bosque de las fuerzas impersonales del mercado.9 Este enfoque dirige la atención a las
interrelaciones del ambiente y a los tipos de comportamiento económico que prevalecen a través de
un proceso de selección natural económica. No obstante, esto no implica que la previsión y la acción
individual no afecten la naturaleza del estado de situación existente.

En el sistema económico la realización de beneficios es el criterio según el cual las firmas exitosas y
sobrevivientes son seleccionadas. Este criterio de decisión es aplicado principalmente por un sistema
de mercado impersonal en los Estados Unidos, y podría ser completamente independiente de los
procesos de decisión de las unidades individuales, de la variedad de motivos y capacidades
inconsistentes, e incluso del conocimiento de los individuos del criterio. La razón es simple. Los
beneficios realizados positivos, no los beneficios máximos, son la marca del éxito y la viabilidad. No
importa a través de qué proceso de razonamiento o motivación fue alcanzado tal éxito. El hecho de
su realización es suficiente. Éste es el criterio por el cual el sistema económico selecciona
sobrevivientes: los que consiguen beneficios positivos son los sobrevivientes; y los que sufren
pérdidas desaparecen.

El requisito pertinente -beneficios positivos a través de eficacia relativa- es más débil que el requisito
similar de “beneficios máximos”, con el cual, desafortunadamente, se ha confundido. Los beneficios
positivos acrecientan a aquellos que son mejores que sus competidores, incluso si los participantes
son ignorantes, inteligentes, hábiles, etc. El elemento crucial es la posición agregada de uno relativo
a sus competidores reales, no a algunos competidores supuestamente perfectos. Como en una raza, el
premio va al relativamente más rápido, incluso si todos los competidores holgazanean. Incluso en un

8
Modelos analíticos en todas las ciencias postulan modelos que se abstraen de algunas realidades en la creencia de
que las predicciones derivadas aún serán relevantes. Las simplificaciones son necesarias, pero las tentativas continuas
deben hacerse para introducir supuestos más realistas en un modelo operativo con un aumento en la generalidad y el
detalle (véase M. Friedman y L. Savage, “The Utility Analysis of Choices Involving Risk”, Journal of Political
Economy, LVI, No. 4 [1948], 279).
9
En efecto, revertiremos a un tipo de análisis marshalliano combinado con los esenciales de la selección natural
evolutiva darwinista.
mundo de hombres estúpidos habría beneficios. También, cuanto mayores son las incertidumbres del
mundo, mayor es la posibilidad de que los beneficios irán al audaz y afortunado antes que al lógico,
cuidadoso y observador de los hechos.

La interpretación precedente sugiere dos ideas. Primero, el éxito (supervivencia) acompaña a la


superioridad relativa; y, segundo, no requiere la motivación apropiada sino podría ser el resultado de
circunstancias fortuitas. Entre todos los competidores, aquellos cuyas condiciones particulares
resultan ser las más apropiadas entre las ofrecidas al sistema económico para la prueba y la adopción
serán “seleccionados” como sobrevivientes. Cómo este enfoque puede ser utilizado y cómo los
individuos ofrecen de hecho estas formas apropiadas para la prueba son problemas que consideramos
a continuación.10

III. El azar o la suerte es un método para alcanzar el éxito


El puro azar es un elemento sustancial en determinar la situación seleccionada y también en
determinar su conveniencia o viabilidad. Un segundo elemento es la capacidad de adaptación
individual por varios métodos a una situación apropiada. Para indicar claramente los roles respectivos
de la suerte y de la adaptación consciente, el cálculo adaptativo será, por un momento, completamente
eliminado. Toda la racionalidad, la motivación, y la previsión individuales serán abandonadas
temporalmente para concentrar la atención en la capacidad del ambiente de adoptar a los
sobrevivientes “apropiados”, incluso en la ausencia de cualquier comportamiento adaptativo. Esto es
al parecer poco realista, pero no obstante es un enfoque expositivo muy útil para establecer la
atenuación entre el criterio de supervivencia ex post y el rol del criterio de decisión adaptativa del
individuo. También ayuda a evaluar el papel de la suerte y el azar en la operación de nuestro sistema
económico.

Considere, primero, el tipo más simple de evolución biológica. Las plantas “crecen” al lado asoleado
de edificios no porque “quieren”, en el conocimiento del hecho de que las condiciones óptimas o
mejores allí prevalecen, sino porque las hojas que están allí reciben más luz del sol que hace que
crezcan más rápidamente y sus sistemas de alimentación se vuelva más fuerte. De forma similar, los
animales con configuraciones y hábitos más apropiados para la supervivencia bajo las condiciones
prevalecientes tienen una viabilidad mejorada y con una probabilidad más alta serán sobrevivientes
típicos. Los organismos de la misma clase general que actúen de forma menos apropiada tienen menos
probabilidades de supervivencia y encontrarán la supervivencia más difícil. Podría parecer que los
sobrevivientes se han adoptado a ellos mismos, mientras que la verdad es que el ambiente los ha
adoptado a ellos. Podría no haber ningún individuo motivado en buscar la adaptación al ambiente, y,
en su lugar, sólo el medio ambiente adoptando.

Un útil, pero irreal, ejemplo en el cual los individuos actúan sin ninguna previsión indica el tipo de
análisis disponible para el economista y también la capacidad del sistema para “dirigir” recursos a

10
También se sugiere otra manera de dividir el problema general discutido aquí. El proceso y el análisis razonado por
los cuales una unidad elige sus acciones para optimizar su situación es una porción del problema. La otra es la relación
entre los cambios en el ambiente y los resultados observables consiguientes, es decir, el proceso de decisión de la
sociedad económica. La clasificación usada en el texto es estrechamente vinculada a esto pero diferencia en acentuar
el grado de conocimiento y de previsión.
pesar de la ignorancia individual. Suponga que miles de viajeros salen de Chicago, seleccionando las
rutas que seguirán totalmente al azar y sin previsión alguna. Solamente nuestro “economista” sabe
que en una sola ruta hay una estación de gasolina. Él puede indicar categóricamente que los viajeros
sólo podrán continuar viajando en ese camino; aquellos en otras rutas pronto se quedarán sin gas.
Aunque cada uno seleccionó su ruta al azar, podríamos haber considerado a esos viajeros que fueron
afortunados como si hubieran escogido el camino correcto de una forma sabia, eficiente, previsora,
etc. Por supuesto, nosotros los consideraremos los afortunados. Si las provisiones de gasolina ahora
fueran movidas a un nuevo camino, algunos viajeros antes desafortunados tendrían ahora la capacidad
de moverse; y un nuevo patrón de viaje sería observado, aunque ningunos de los viajeros haya
cambiado su trayectoria particular. Las trayectorias realmente posibles han cambiado con el ambiente
cambiante. Todo lo que se necesita es un conjunto de viajeros (adoptables) variados y dispuestos a
asumir riesgos. La dirección correcta del recorrido será establecida. Mientras que las circunstancias
(el medio ambiente económico) cambian, el analista (el economista) puede seleccionar los tipos de
participantes (las firmas) que ahora se volverán exitosas; él puede también diagnosticar las
condiciones más conducentes a una mayor probabilidad de supervivencia.11

IV. El azar no implica una asignación de recursos no dirigida y aleatoria

Estos dos ejemplos no constituyen una tentativa de basar todo el análisis en los modelos adoptivos
dominados por la casualidad. Pero sí indican que un comportamiento colectivo e individual azaroso
por sí mismo no implica una teoría nihilista incapaz de rendir predicciones y explicaciones confiables;
ni implica un mundo que carece de orden y dirección aparente. Puede que, sin embargo, se argumente
que los hechos de la vida niegan incluso un rol sustancial al elemento del azar y al principio de
adopción asociado en el sistema económico. Por ejemplo, las largas vidas y los tamaños dispares de
las firmas de negocio y de las fortunas hereditarias podrían parecer evidencia confiable de que existe
una motivación previsora constante y un comportamiento no aleatorio. Para demostrar que el éxito
constante no se puede considerar a primera vista evidencia contra la pura suerte, el modelo de azar
de Borél, un famoso matemático francés, se presenta a continuación.

Suponga que dos millones de parisinos fueran emparejados y puestos a lanzar monedas en un juego
cara o ceca12. Cada par de personas juega hasta que el ganador del primer lanzamiento esté otra vez
en igualdad de victorias con el otro jugador. Si se supone que se realiza un lanzamiento por segundo
para cada día de ocho horas, al final de diez años todavía habría, en promedio, ciento y pico de pares
de jugadores; y si los jugadores asignan el juego a sus herederos, ¡una docena o algo así todavía
estarían jugando al final de mil años! Las implicaciones son obvias. Suponga que un cierto negocio
ha estado funcionando por cientos de años. ¿Debe uno eliminar la suerte y el azar como la esencia de
los factores que produjeron la supervivencia de largo plazo de la empresa? Ninguna inferencia puede
extraerse hasta que el número de participantes originales se sepa; e incluso entonces uno debe saber
el tamaño, el riesgo, y la frecuencia de cada compromiso. Uno puede ver en la ilustración de Borél el

11
La persona no juiciosa que ve que los sobrevivientes corresponden a los cambios en el ambiente reclama tener
evidencia de la doctrina de “Lysenko”. En verdad, todo lo que él puede tener es evidencia de la doctrina de que el
ambiente, vía condiciones competitivas, selecciona la más viable de las varias características fenotípicas para su
perpetuación. Los economistas deberían tener cuidado del “Lysenkoismo” económico.
12
Nota de traductor: La palabra utilizada por el autor es “matching”.
peligro de concluir que hay demasiadas firmas de muchos años de éxito en el mundo real para admitir
un papel importante del azar en el proceso. Al contrario, ¡uno podría insistir en que hay, de hecho,
demasiados pocas!

El postulado del azar fue dirigido a dos problemas. Por un lado, está el modo real en el cual una
fracción sustancial del comportamiento y actividad económica se efectúa. Por otro, está el método de
análisis que los economistas podrían utilizar en sus predicciones y diagnósticos. Antes de modificar
el modelo de azar extremo agregando comportamiento adaptativo, algunas connotaciones e
implicaciones de la incorporación de los elementos de azar serán elaboradas para revelar la riqueza
inherente al azar. Primero, incluso si cada uno individual actuara de una manera casual y no motivada,
es posible que la variedad de acciones sería tan grande que el total resultante contendría las acciones
que son las mejores, en el sentido de la previsión perfecta. Por ejemplo, en una carrera de caballos
con bastantes apostadores apostando de forma estrictamente aleatoria, alguien ganará en las ocho
carreras. Así, el comportamiento individual aleatorio no elimina la probabilidad de observar
“decisiones apropiadas”.13

Segundo, y de forma inversa, el comportamiento individual según una cierta previsión y motivación
no implica necesariamente un patrón del comportamiento colectivo que sea diferente de la variedad
colectiva de acciones asociadas a una selección aleatoria de acciones. Cuando hay incertidumbre, los
juicios y opiniones de las personas, incluso cuando está basado en la mejor evidencia disponible,
diferirán; nadie de ellos puede tomar su decisión tirando monedas; aun así el conjunto agregado de
acciones del grupo completo de participantes puede ser indistinguible de un sistema de acciones
individuales, cada una de ellas seleccionada al azar.14

Tercero, y afortunadamente, un modelo dominado por el azar no significa que un economista no


pueda predecir o explicar o diagnosticar. Con conocimiento de los requisitos observados de la
economía para la supervivencia, y por comparación de condiciones alternativas, él puede indicar qué
tipos de firmas o comportamiento relativo a otros posibles tipos será más viable, incluso cuando las
firmas podrían no saber las condiciones o aun intentar alcanzarlas reajustándose a la situación
cambiada si saben las condiciones. Es suficiente si todas las firmas son levemente diferentes, de modo
que en la nueva situación ambiental las que tienen sus condiciones internas fijas más cercano a la
nueva, pero desconocida, posición óptima, ahora tengan una mayor probabilidad de supervivencia y
crecimiento. Crecerán relativo a otras firmas y se convertirán en el tipo que prevalece, puesto que las
condiciones de supervivencia pueden empujar las características observadas del conjunto de
sobrevivientes hacia el punto óptimo no conocido, ya sea por cualquiera: (1) ensayos repetidos o (2)
la supervivencia de los que sucedieron estar cerca del punto óptimo -determinada ex post. Si estas
nuevas condiciones duran “mucho tiempo”, las firmas dominantes serán diferentes de aquellas que
prevalecieron o habrían prevalecido bajo otras condiciones. Incluso si las condiciones ambientales no
pueden ser pronosticadas, el economista puede comparar para las situaciones potenciales alternativas
los tipos de comportamiento que tendrían mayor probabilidad de viabilidad o adopción. Si la tarea es
la explicación de resultados pasados más que la predicción, el economista puede diagnosticar los

13
El análogo de los jugadores de Borél es pertinente a un conjunto de situaciones diarias.
14
Por supuesto, las unidades económicas podrían pasar con un período de meditación, de formación administrativa,
y de actividad de investigación. No podemos todavía identificar la actividad mental y física con un proceso que dé
lugar a la suficiente información y previsión que dé como resultado únicamente acciones determinstas. Pero ello sería
excusar la pregunta entera.
atributos particulares que fueron críticos en facilitar la supervivencia, aunque los participantes
individuales no fueran conscientes de ellos.15

Cuarto, las bases para la predicción se han indicado en el párrafo precedente, pero su naturaleza se
debe hacer explícita. La predicción no afirmará que cada -o, de hecho, cualquier- firma cambie
necesariamente sus características. En su lugar afirmará que las características del nuevo conjunto de
firmas, o posiblemente un conjunto de nuevas firmas, cambiarán. Esto puede ser caracterizado por la
“firma representativa”, un concepto puramente estadístico -un vector de “promedios”, una dimensión
para cada una de las varias calidades de la población de firmas. Una “firma representativa” no es
típica de ningún un productor sino que es un conjunto de estadísticas que resumen las varias
características “modales” de la población. Seguramente, éste era el uso pretendido de la “firma
representativa” de Marshall.

Quinto, una implicación final puesta en consideración por este enfoque extremo es que las
investigaciones empíricas vía métodos de cuestionario, usadas hasta ahora, son incapaces de evaluar
la validez del análisis de productividad marginal. Esto es verdad porque los análisis de productividad
y de demanda son esenciales en la evaluación de la viabilidad relativa, aunque la incertidumbre
elimina la “maximización de beneficio” e incluso si el precio y los cambios tecnológicos no tuvieran
ningún efecto conciso sobre la reorientación en las firmas. Para ilustrar, suponga que, al intentar
predecir los efectos de salarios reales más altos, se descubre que cada hombre de negocios dice que
él no ajustará su mano de obra. Sin embargo, las firmas con un ratio trabajo-capital más bajo tendrán
posiciones de costos relativamente más bajas y, por lo tanto, una probabilidad de supervivencia más
alta. La fuerza de la supervivencia competitiva, eliminando las firmas de alto costo, revela una
población de firmas resultantes con un nuevo ratio trabajo-capital promedio. El punto esencial es que
la motivación y previsión individual, mientras que suficiente, no es necesaria. Por supuesto, no se
argumenta aquí que esté ausente. Todo lo que es necesario por los economistas es su propio
conocimiento de las condiciones de supervivencia y los criterios del sistema económico, y de un
grupo de participantes que sometan varias combinaciones y organizaciones para la selección y
adopción de sistema. Ambas condiciones se satisfacen.16

Como consecuencia, solamente el método de uso, más que de utilidad, de los conceptos y
herramientas económicas es afectado por el enfoque aquí sugerido; de hecho, se las hace más potentes
si no se asume pretensiosamente que están necesariamente asociadas con, y dependientes de, la
previsión y adaptación individual. Son herramientas para, al menos, diagnosticar la operación de un
sistema económico, incluso si no también para el comportamiento interno del negocio de cada
empresa.

15
No es incluso necesario suponer que cada empresa actúa como si poseyera los diagramas convencionales y supiera
los principios analíticos empleados por los economistas en la derivación de las condiciones de óptimo y equilibrio.
Los átomos y electrones no saben las leyes de la naturaleza; los físicos no imparten a cada átomo un esquema
voluntarioso de la acción basada en las leyes de conservación de la energía, etc. El hecho de que un economista trata
con seres humanos que tienen sentidos y ambiciones no garantiza automáticamente la comunicación a estos seres
humanos del gran grado de previsión y motivación que el economista puede requerir para su análisis como un
observador externo u “oráculo”. La semejanza entre este argumento y la mecánica estadística “Gibbsiana”, así como
la evolución biológica, no es una mera coincidencia.
16
Este enfoque revela cómo los “hechos” de la disputa de Lester con Machlup se pueden manejar con las herramientas
económicas convencionales.
V. Adaptación individual vía imitación y ensayo y error
Note nuevamente que el modelo extremo precedente fue diseñado para presentar en la forma más
pura un único elemento del enfoque sugerido. No se argumentó que no hay comportamiento útil y
previsor presente en la realidad. Para agregar este elemento realista -adaptación de los individuos con
una cierta previsión y motivación útil- estamos ampliando el modelo extremo anterior. No estamos
abandonando ninguna parte de él ni estamos intentando combinarlo con el extremo opuesto de
“maximización de beneficio” y previsión perfecta.

Los objetivos diversos y en conflicto motivan la actividad económica, aun así dirigiremos la atención
a un único objetivo particular -la condición suficiente de beneficios positivos realizados. No hay
implicaciones de la “maximización del beneficio”, y esta diferencia es importante. Aunque este
último sea un objetivo mucho más extremo cuando es definible, sólo el primero es condición
indispensable de la supervivencia y el éxito. Pero argumentar que, con competición perfecta, los dos
resultarán en la misma cosa es encubrir una diferencia importante por medio de un supuesto muy
inverosímil. La búsqueda de beneficios, y no una cierta situación hipotética, perfecta y no definible,
es el objetivo relevante cuyo cumplimiento se recompensa con la supervivencia. Desafortunadamente,
incluso este objetivo cercano es demasiado alto. Ni el conocimiento perfecto del pasado ni la
comprensión completa del estado actual del arte dan la suficiente previsión para indicar la acción
beneficiosa. Incluso para este objetivo más restringido, los efectos persuasivos de la incertidumbre
previenen la averiguación de las acciones que se suponen óptimas en la obtención de beneficios.
Ahora bien, la consecuencia de esto es que los modos de comportamiento reemplazan a las
condiciones de equilibrio óptimo como guías rectoras de acción. Por lo tanto, en las secciones
siguientes dos formas de comportamiento adaptativo consciente son destacadas.

Primero, dondequiera que se observen empresas exitosas, los elementos comunes a estos éxitos
observables serán asociados con el éxito y copiados por otros en su búsqueda de beneficios o éxito.
“Nada tiene éxito como el éxito”. Así el instinto para las reglas de comportamiento imitativas
“rústicas y listas”17 es tenido en cuenta. Lo que de otra manera parecerían ser reglas meramente
habituales “ortodoxas” y no racionales de comportamiento resultan ser imitaciones codificadas del
éxito observado, por ejemplo, el margen de beneficio “convencional”, el precio “seguidor”, la
contabilidad “ortodoxa” y los ratios de funcionamiento, la política de publicidad “apropiada”, etc. Un
tipo de patrón de comportamiento empleado convencionalmente es consistente con los postulados del
análisis empleado, aunque las razones y las justificaciones para las convenciones particulares no lo
son.18

Muchos factores causan esta motivación para imitar patrones de acción observables del pasado en los
éxitos del pasado. Entre estos están: (1) la ausencia de un criterio identificable para la toma de
decisiones, (2) la variabilidad del medio ambiente, (3) la multiplicidad de factores que piden la
atención y la decisión, (4.) la incertidumbre que sujeta a todos estos factores y resultados, (5) el

17
Nota del traductor: Alchian llama a estas reglas “rough-and-ready”.
18
Estas reglas de comportamiento construidas deben ser distinguidas de las “reglas” que, en efecto, no hacen más
que definir el objetivo buscado. La confusión entre los objetivos que motivan una y las reglas de comportamiento es
corriente. Por ejemplo, la “full-cost pricing” es una “regla” que uno no puede seguir realmente. Se puede intentar,
pero si tiene éxito o falla en su objetivo de la supervivencia no es controlable siguiendo la “regla de full-cost pricing”.
Si falla en su objetivo, debe, por necesidad, haber fallado en seguir la “regla”. La situación es paralela a intentar
controlar la velocidad de un coche simplemente fijando a mano el indicador en el velocímetro.
conocimiento de la superioridad relativa de uno respecto a sus competidores es crucial, y (6) la no
disponibilidad de una convergencia del proceso de ensayo y error a una posición óptima.

Además, la imitación provee alivio a la necesidad de realmente tomar decisiones e innovaciones


conscientes, que, si son incorrectas, se vuelven “imperdonables.” Desafortunadamente, el fallo o el
éxito refleja a menudo la buena voluntad de salir de reglas cuando las condiciones han cambiado; lo
que cuenta, entonces, no sólo es el comportamiento imitativo sino que también la buena voluntad para
abandonarlo en el tiempo y las circunstancias “correctos”. Los que son diferentes y exitosos “se
vuelven” innovadores, mientras que los que fallan “se vuelven” violadores imprudentes de reglas
intentadas y verdaderas. Aunque uno pueda negar la conveniencia absoluta de tales reglas, uno no
puede dudar de la existencia de un incentivo fuerte para crear convenciones y reglas (basadas en el
éxito observado) y la voluntad de utilizarlas para la acción, así como para racionalizaciones de la
inacción. Si otro conjunto de acciones no probadas podría haber sido aún más exitosa, tanto peor para
los participantes que fallaron, e incluso para los que fallaron en el “éxito perfecto.”

Incluso la innovación es explicada por la imitación. Mientras que ciertamente están los que innovan
de forma consciente, están los que, en sus imperfectos intentos para imitar a otros, inconsciente
innovan adquiriendo de forma involuntaria algunas cualidades únicas inesperadas o no buscadas, que
bajo las circunstancias prevalecientes se muestran en parte responsables del éxito. Otros, en cambio,
intentarán copiar esta parte única que fue exitosa, y el proceso de imitación/innovación continuará.
La innovación es asegurada, y los aspectos notables de ella aquí son la posibilidad de la promoción
inconsciente y el liderazgo

El segundo tipo de comportamiento adaptativo consciente, además de la imitación, es el de “ensayo


y error”. Esto se ha utilizado con la “maximización de beneficio,” en donde, por ensayo y el
subsiguiente éxito o fracaso, las acciones más apropiadas son seleccionadas en un proceso que se
presumen converge a un límite de equilibrio de “maximización de beneficio”. Desafortunadamente,
al menos dos condiciones son necesarias para la convergencia vía un proceso de ensayo y error,
incluso si uno admite una situación de equilibrio como límite admisible. Primero, un ensayo debe ser
clasificable como un éxito o un error. La posición alcanzada debe ser comparable con resultados de
otras acciones potenciales. En un medio ambiente estático, si uno mejora su posición relativo a su
posición anterior, entonces la acción tomada es mejor que la anterior, y probablemente uno podría
continuar por pequeños incrementos avanzando a un óptimo local. Una analogía es pertinente. Un
saltamontes corto de vista en un montón de rocas puede arrastrarse al tope de una roca particular.
Pero no hay garantías de que él pueda llegar al tope del montón, porque es posible que tenga que
descender durante algún tiempo o saltar a nuevas rocas. La segunda condición, entonces, para la
convergencia vía de ensayo y error, es el levantamiento continuo hacia algún óptimo sin caídas
intervinientes. Si las decisiones y las acciones en vida económica satisfacen estas dos condiciones no
se pueden probar o refutar aquí, pero la evidencia disponible parece de forma aplastante desfavorable.

Las condiciones antedichas de la convergencia no se aplican a un ambiente cambiante, porque no


puede haber comparación observable del resultado de una acción con cualquier otra. La
comparabilidad de situaciones resultantes es destruida por el ambiente cambiante. Por consiguiente,
una medida de la calidad de las distintas acciones en cualquier sentido -excepto en el de acción
tolerable-intolerable- se pierde, cosa excepto un sentido tolerable-intolerable se pierde, y la
posibilidad de un individuo de converger al punto óptima vía un proceso de ensayo y error desaparece.
El ensayo y error se convierte en supervivencia o muerte. No puede servir como base de un método
individual de convergencia a una posición “máxima” u óptima. El éxito es descubierto por el sistema
económico a través de un proceso de descubrimiento a punta de pistola, no por el individuo con una
búsqueda convergente.

En general, la incertidumbre proporciona una razón excelente para la imitación del éxito observado.
Asimismo, toma en cuenta uniformidad entre los sobrevivientes, derivados de un sistema evolutivo,
adaptativo y competitivo empleando un criterio de supervivencia, que puede funcionar de forma
independiente de motivaciones individuales. El comportamiento adaptativo vía la innovación y la
imitación audaz agranda el modelo. Los imitadores imperfectos proporcionan la oportunidad para la
innovación, y el criterio de supervivencia de la economía determina los posibles imitadores
imperfectos exitosos. La innovación es proporcionada también por la acción voluntariosa consciente,
cualquiera sea la motivación, puesto que la acción drástica es motivada por la esperanza de un gran
éxito así como por el deseo de evitar la falla inminente.

Todas las discusiones precedentes dejan al participante económico individual con un comportamiento
adaptativo audaz, imitativo, innovador, y de ensayo y error. La mayoría de las herramientas y de los
conceptos económicos convencionales son todavía útiles, aunque en un marco analítico sumamente
diverso -uno que está relacionado de cerca con la teoría de la evolución biológica. Las contrapartes
económicas de la herencia genética, la mutación, y la selección natural son la imitación, la innovación,
y los beneficios positivos.

VI. Conclusiones y resumen


Concluiré con una breve referencia a algunas implicaciones y conjeturas.

Patrones observables de comportamiento y de organización son predecibles en términos de sus


probabilidades relativas de éxito o de viabilidad si son intentados. El predominio observado de un
tipo de comportamiento depende tanto en esta probabilidad de la viabilidad como en la probabilidad
de los diversos tipos que son sometidos al sistema económico para su prueba y selección. Una es la
probabilidad de aparición de cierto tipo de organización (mutación), y la otra es la probabilidad de su
supervivencia o viabilidad, una vez que aparece (selección natural). Hay mucha evidencia para creer
que estas dos probabilidades están interrelacionadas. Pero, ¿hay razón para suponer que una alta
probabilidad de viabilidad implica una mayor probabilidad que una acción sea tomada, como sería
implicado en un sistema de análisis que involucra un cierto “impulso interno dirigido hacia la
perfección”? Si estas dos probabilidades no están muy correlacionadas, ¿qué predicciones de tipos de
acción puede hacer el economista? Una respuesta se ha sugerido en este artículo.

Mientras que es verdad que el economista puede definir un comportamiento de maximización de


beneficio mediante la asunción de condiciones específicas de costos y de ingresos, ¿hay alguna
garantía de que las condiciones y las conclusiones así derivables no son demasiado perfectas y
absolutas? Si la maximización del beneficio (certeza) no es realizable, la confianza sobre los efectos
predichos de los cambios (por ejemplo, impuestos más altos o salarios mínimos) dependerá sobre
cuán cercano era el arreglo existente a la situación antes “óptima” (de la certeza). Lo que cuenta
realmente son las varias acciones intentadas realmente, porque es de éstas que el “éxito” es
seleccionado, y no de un cierto sistema de acciones perfectas. El economista podría estar empujando
su suerte demasiado lejos al sostener que las acciones en respuesta a cambios en el ambiente y a
cambios en la satisfacción con la situación existente convergerán como resultado de la adaptación o
de la selección hacia la acción óptima que debería haber sido seleccionada, si la previsión hubiera
sido perfecta.19

En resumen, he afirmado que el economista, usando las actuales herramientas analíticas desarrolladas
en el análisis de la firma bajo certeza, puede predecir los tipos más adoptables o más viables de
interrelaciones económicas que serán inducidos por el cambio en el medio ambiente incluso si los
individuos mismos no pueden comprobarlas. Es decir, aunque los participantes individuales puedan
no saber su coso y situaciones de ingreso, el economista puede predecir las consecuencias de las
tarifas de un salario más alto, de los impuestos, de la política del gobierno, del etc. Como el biólogo,
el economista predice los efectos de cambios medio ambientales en la clase sobreviviente de
organismos vivos; el economista no necesita asumir que cada participante es consciente de, o actúa
según, su situación de costos y de demanda. Éstos son conceptos para el uso del economista y no
necesariamente para el participante individual, que puede tener otros dispositivos analíticos que,
siendo de interés para el economista, sirven como datos y no como métodos analíticos.

Una alternativa al análisis racional de la maximización de beneficio individual se ha presentado sin


abandonar la incertidumbre. A fin de que los argumentos aislados no sean mal interpretados, se
declara claramente que en este artículo no se sostiene que el comportamiento en busca de objetivos
deliberados está ausente de realidad, ni, por una parte, endosa la tesis familiar de que la acción de
unidades económicas no se puede expresar con en el análisis marginal. En vez de eso, se asevera que
precisamente el rol y la naturaleza exactos del comportamiento útil en presencia de incertidumbre y
de información incompleta no se han entendido ni se han analizado claramente.

Es directo, si no heurístico, comenzar con absoluta incertidumbre y la falta de motivación completa


para después agregar elementos de previsión y motivación en el proceso de construcción de un
modelo analítico. El enfoque opuesto, que comienza con certidumbre y motivación única, debe
abandonar sus principios de base tan pronto como la incertidumbre y las motivaciones mezcladas son
reconocidas.20 El enfoque sugerido aquí es intelectualmente más modesto y realista, sin sacrificar
generalidad. No considera a la incertidumbre como una perturbación exógena aberrante, al igual que
el enfoque usual del extremo opuesto de la previsión exacta. La existencia de incertidumbre y de
información incompleta es el fundamento del tipo de análisis sugerido; la importancia del concepto
de una clase de decisiones del “azar” descansa sobre ella; permite varios objetivos en conflicto;

19
El aspecto anómalo del supuesto de previsión perfecta es que suele dar lugar a declaraciones tautológicas y
vacías. Uno no puede saber todo, y esto es reconocido por la adición de que uno actúa dentro de un “estado y
distribución dados del arte”. Pero esto es peligrosamente cercano, si no equivalente, a decir que cualquier acción
es tomada únicamente cuando el resultado puede preverse con precisión o que la información es siempre
limitada. La calificación es insertada porque uno puede afirmar que es la “constancia del estado y distribución
del arte” que es necesaria como ceteris paribus. Pero incluso esto último no es ninguna solución. Una fracción
importante del comportamiento en un mundo de información incompleta e incertidumbre es necesariamente
dirigida a aumentar el estado del arte y a aventurarse en una esfera desconocida. Mientras que es permisible
empezar con una “distribución del conocimiento de los artes”, sostenerla constante es demasiado restrictivo,
puesto que una clase grande de acciones importantes y frecuentes involucra cambios en el estado y la
distribución del conocimiento. La modificación sugerida aquí incorpora esta búsqueda por conocimiento como
un fundamento esencial.
20
Si uno prefiere, puede creer que las sugerencias aquí contengan razones por las que el modelo basado en la
certidumbre puede predecir resultados, aunque los individuos no puedan realmente intentar maximizar
beneficios. Pero los peligros de esto han sido señalados.
motiva y racionaliza un tipo de comportamiento imitativo adaptativo; aun así no destruye la base para
la predicción, la explicación y el diagnóstico. No basa su descripción agregada en la acción óptima
individual; aun así es capaz de incorporar tal actividad donde fuera justificado. La formalización de
este enfoque aguarda al matrimonio de la teoría de los procesos estocásticos y de la economía -dos
campo de pensamiento admirablemente adecuados para la unión. Se conjetura que la modificación
sugerida es aplicable a una amplia clase de acontecimientos y vale la pena realizar tentativas de
verificación empírica.21

21
El estudio preliminar en esta dirección ha sido muy convincentemente, y, además, el enfoque sugerido parece
contener implicancias importantes en relación a la política económica en general; pero las discusiones al
respecto son reservadas para una fecha posterior.

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