Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Un plan de comunicación es un documento que establece de forma clara cómo, cuándo y de qué forma
se van a transmitir los distintos aspectos de la empresa con sus públicos o stakeholders, con el fin de
alcanzar ciertos objetivos, predeterminados por la organización.
Dentro del plan de comunicación, existen dos tipos de públicos generales a los que se
apunta:
De acuerdo con los planes y objetivos planteados por la organización habrá públicos que sean
prioritarios o básicos para cumplirlos, otros tendrán una importancia intermedia y habrá
quienes no sean fundamentales. Es lo que Justo
1
Villafañe (1993)1 denomina “públicos estratégicos- proveedores, consumidores, distribuidores,
etc.-, tácticos – agencia de publicidad, consultora, etc., y coyunturales – bancos, sindicatos,
organizaciones públicas, etc.”. Es factible que en algún momento uno coyuntural, se convierta en
estratégico, en función de algún hecho puntual u objetivo de la organización.
En la medida en que la organización se propone un objetivo, tendrá que diagramar quienes son sus
públicos claves o prioritarios para cumplirlos, y la comunicación deberá utilizar los instrumentos
necesarios para colaborar en ello. Esto no significa que los otros públicos queden al margen, se
seguirá trabajando con ellos, solo que con acciones más esporádicas o con menos énfasis. En todos,
es necesario generar, mantener o trabajar la identidad que la organización pretende transmitir.
El plan de comunicación
Además, dentro de cada uno de estos apartados, se deben diferenciar entre los dos tipos de
canales en los que se va a llevar a cabo la estrategia:
Plan de comunicación online. Son las acciones que se llevarán a cabo a través de
medios digitales como el sitio web de la empresa, el blog corporativo, las redes
sociales, el correo electrónico, la publicidad digital, etc.
Plan de comunicación offline. Son las acciones que se llevarán a cabo a través de
medios tradicionales como el teléfono, las tarjetas de visita, la cartelería, etc.
Conseguir un mensaje que unifique el mensaje global, la misión, la visión y los valores
de la organización y se reconocido por quienes trabajan en ella.
1
Villafañe, Justo ( 1993). La imagen positiva (1ª ed.). Madrid, España: Ed. Pirámide.
2
Facilitar el flujo de la información y evitar la pérdida de datos, que pueden resultar
útiles.
Cualquier plan de comunicación externa debe tener como finalidad una serie de objetivos
dirigidos a mejorar las relaciones con los público que se encuentran fuera de la organización,
y lograr una comunicación dinámica para obtener un índice de visibilidad y una reputación
positivos.
3
El un plan de comunicación integral y su importancia
Todo lo que una organización transmite de su identidad, informa algo sobre ella, por
ello es necesario hacerlo de un modo estratégico y planificado, para evitar trabajar de
una forma espontánea, intuitiva y desorganizada.
4
Establece pautas a corto, medio y largo plazo para mejorar la imagen de la empresa
y tener un mensaje homogéneo y que represente a su filosofía.
Ayuda a conocer qué recursos son necesarios para cada acción, reduciendo así
los costos a la empresa.
El proceso de planificación permite definir la audiencia, a qué público estás
intentando alcanzar.
1- Investigación
3- Público/s
4- Tiempo
Después hay que elaborar un plan de comunicación para un período de tiempo concreto y
programar las acciones necesarias. En este plan se determinan los objetivos de
comunicación y la estrategia que se va a abordar con cada público.
5
5- Mensaje y canales o soportes
En este punto es necesario definir los mensajes a cada público y los canales más
adecuados: plataformas web internas y externas, notas de prensa, boletines, tablones de
anuncios o cartelería.
Claro y conciso.
Lenguaje adaptado a tu público objetivo.
Tono acorde a tu público objetivo y a tus objetivos.
Sin faltas gramaticales ni errores ortográficos.
Si quieres llegar a tus públicos, debes transmitirles tu mensaje a través de los canales
que suelan utilizar. Es importante que sean correctamente seleccionados, ya que podrías
estar invirtiendo tiempo y dinero en un canal en el que no vas a obtener resultados al no estar
tu público objetivo. Pero antes, es necesario conocer qué canales puedes utilizar en tu
estrategia. Algunos de ellos son:
8- Control y análisis
Si no se mide, no se puede saber qué se está haciendo bien y qué se está haciendo mal. Una
labor que concluye con el control de los procesos y el análisis de los resultados. Por
ello, con cierta periodicidad (semanal, mensual o trimestral) deberás evaluar los resultados
obtenidos y si se están consiguiendo los objetivos o hay que modificar la estrategia para
conseguirlos.
6
2. Públicos que abarcará el plan de comunicación –no necesariamente
todos, eso se desprende del diagnóstico y presupuesto con el que se cuente–.
5. Presupuesto del plan. Porcentajes de dinero que se otorgará para las acciones de cada
público o bien los montos exactos.
Por ejemplo:
House organ: Periodicidad trimestral, veinte hojas divididas en diez secciones fijas: diseño,
contenido: gente, editorial, galería de fotos, entre otros aspectos.
10. Resultados generales al finalizar: Se realiza un informe formal para dejar en claro los
resultados obtenidos, tanto los positivos como los negativos.
7
Conclusión de la materia
Considero que la frase con la que se presenta la Red DirCom Iberoamérica, liderada por
Joan Costa, indica la tendencia que se está viviendo actualmente a nivel internacional.
Lo sintetizan diciendo: “Hoy la comunicación es la inteligencia y la gestión estratégica
de los activos intangibles. Ellos son la clave de la producción de valor, de la
fidelización y de la sostenibilidad de la organización”. Sin dudarlo, es en este momento
que vivimos donde la gestión de los intangibles se ha convertido en la base de la credibilidad
y el respeto de una organización, lo que hace necesario comprender que una marca con su
estética podrá ser muy bonita, estar diseñada a la perfección y resultar atractiva a la vista,
proyectar atributos definidos, pero lo que le aporta una identidad real a una entidad es lo que
hay detrás de ella y el modo en que se proyecta.
Hoy el consumidor y los ciberconsumidores han adquirido un poder impensado; por ello, si
se encuentran en las redes, hay que “escucharlos”, hay que responderles y satisfacerlos. Si
su contacto es de un modo físico, las reglas de juego que se imponen poseen las mismas
características. Esto implica que los mecanismos internos que hacen funcionar una entidad
deberán estar adaptados a esas demandas que también provienen con gran fuerza desde
otros públicos internos y externos.
8
alineadas con los hechos reales y los distintos públicos pueden visualizarlo desde sus lugares
de contacto.
Una organización suele ser un laberinto de departamentos donde es necesario que haya
una persona adecuada que pueda hacer de nexo entre todos ellos y generar la fluidez que se
necesita tener para funcionar, en el día a día, con eficacia en lo operativo, lo funcional y lo
comunicacional. Por ello, se suele ubicar al DIRCOM, responsable de realizar esa tarea, en
un rol similar al que cumple un director de orquesta. Es el encargado de alinear políticas
provenientes de los distintos departamentos con una comunicación unificada que permita
proyectar esa identidad real de un modo ordenado y estratégico, que muestre a la entidad
fundamentalmente comprometida con las necesidades de los distintos públicos con los que se
contacta, informando, pero haciendo comunicación real, la que proviene del feed-back, sin el
cual no resulta posible lograr una eficacia comprobable.
La eficiencia integral deberá partir desde una base estratégicamente firme, de lo interno,
de las conductas de los líderes máximos o personal jerárquico, principales responsables de
transmitir en lo cotidiano las palabras con hechos y ejecutando las políticas prometidas. Son
ellos los pilares para lograr esa confianza necesaria que es el pilar, el elemento clave e
imprescindible para que exista una moral interna transparente, definida y clara; en pocas
palabras, una cultura de compromiso. Esto se logra simplemente cumpliendo lo que se dice
que se hará. El rédito se centrará en cuotas de imagen positiva, gestadas en la percepción de
los diferentes públicos, en particular el interno, principal implicado y protagonista de una
organización. Un rédito que, al mediano y largo plazo, repercutirá en la reputación.
Para generar cambios en una organización, habrá que comenzar con la voluntad y el
compromiso real de los directivos máximos para llevarlos a cabo. Siempre implicando al
personal interno en el proceso, con el respeto como estandarte de la comunicación y la
cultura interna, sumado a la transparencia, honestidad y otros valores que es básico trasmitir
con hechos.
Hay que comenzar los cambios desde adentro para poder mostrar con transparencia lo
que es una organización y así lograr una imagen positiva con el correlato de una mayor
rentabilidad, si la propuesta es sólida y hay un DIRCOM, con su visión generalista, que sabe
realizar su trabajo orientándola con un mensaje único, independientemente de los
departamentos que compongan esa entidad puntual.
Para finalizar este libro, les dejo claramente expresada la idea de que no solo hay que
enfocarse en aquellos aspectos organizacionales de la identidad que se pueden ver, sentir u
oler, sino que es necesario que tanto la conducta de los directivos máximos como la entidad
como tal, la cultura, el clima interno y la comunicación puedan alinearse en forma conjunta
para proyectar hacia los distintos públicos un mensaje unificado. El grado de competitividad y
eficiencia se centrará en ellos y en cuotas positivas o negativas de imagen y la construcción
de su reputación. En pocas palabras, activos tangibles e intangibles deben “marchar” unidos
con los objetivos propuestos por la organización.
9
Joan costa https://www.youtube.com/watch?v=IYxegdzJkMg
10