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Biología Celular

1º de Carrera. Biomedicina
Tipos de Célula
Existen dos grandes tipos de células, eucariotas y procariotas, entre los que podemos establecer ciertas diferencias:

Procariotas Eucariotas
Son más simples y por lo general de tamaño más
Son más complejas y por lo general de mayor tamaño
reducido

Su material genético está encerrado en una envoltura


No tienen un núcleo verdadero (nucleoide)
(núcleo)

No presentan orgánulos membranosos Presenta orgánulos membranosos

Ribosomas 80S (exceptuando los 70S de mitocondrias


Ribosomas 70S
y cloroplastos)

Están rodeados por una cápsula No tienen cápsula (las vegetales tienen pared)

𝑨𝑫𝑵 bicatenario y circular, sin histonas y con 𝑨𝑫𝑵 bicatenario y lineal, con histonas pero sin
presencia de plásmidos presencia de plásmidos

Reproducción por bipartición, sistemas parasexuales Reproducción por mitosis/meiosis

Estructura de cilios y flagelos distinta

No presentan polaridad Presentan polaridad

Forman parte de organismos unicelulares por lo Forman parte generalmente de organismos


general pluricelulares

No tienen citoesqueleto Tienen citoesqueleto

A la hora de estudiar las células, es muy usual el uso de colorantes para su tinción o el de alguno de sus componentes, ya
que naturalmente son incoloras. Además, es necesaria la utilización de microscopios (ópticos, electrónicos, de fluorescencia)
para su observación. Asimismo, suele usarse el procedimiento del fraccionamiento celular, en el que mediante varias
centrifugaciones distintas se consigue que decanten diferentes orgánulos y partes celulares.
Membranas Celulares. Membrana Plasmática
Las membranas celulares son láminas fluidas que separan el interior
de la célula de su entorno y definen los diferentes orgánulos del
interior celular eucariota, comportándose como barreras
selectivamente permeables. Todas ellas presentan una misma
estructura estándar y unos mismos componentes básicos,
diferenciándose solo en la proporción y cantidad de estos.
 Estructura: El actual modelo de membrana, denominado
modelo de mosaico fluido, fue propuesto por Singer y
Nicolson; según este modelo, la estructura de todas las
biomembranas consiste en una bicapa lipídica en la que se
intercalan proteínas a un lado u otro de la bicapa, o incluso se
insertan en ella. El experimento de la criofractura lo corroboró.
 Componentes Básicos: Diferenciamos tres tipos:
 Lípidos (40%-50%): Son los responsables de la estructura, y engloba especialmente a fosfolípidos, glucolípidos
y colesterol. Todos estos componentes son moléculas anfipáticas (una cabeza polar y unos extremos
hidrófobos), lo que confiere a las membranas celulares las propiedades del autoensamblaje y autosellado
espontáneos en medios acuosos (las colas se “esconden” del agua, y el conjunto en total forma una esfera para
ser energéticamente favorable).
Estos componentes tienen también mucha movilidad, gracias a lo cual las moléculas lipídicas individuales
hacen rotaciones y movimientos laterales de forma espontánea, o en flip-flop (más raramente y de una
monocapa a otra con la ayuda de la enzima flipasa). No obstante, hay componentes que solo se encuentran en
una de las caras, por ejemplo la fosfatidilinositol en la cara interna. Aunque esta es la base de la fluidez que
tanto caracteriza a las membranas celulares, hay ciertos factores que hacen que esta varíe en ciertas membranas
o ciertas partes dentro de una misma:
 Tamaño de las Colas Hidrocarbonadas: A mayor longitud, más enlaces se podrán establecer entre
colas y mayor será el grado de empaquetamiento.
 Número de Insaturaciones: Si una cola presenta insaturaciones, será más difícil empaquetarla.
 Colesterol: A temperaturas normales, el colesterol disminuye la fluidez de la bicapa, pero si la
temperatura es muy baja, funciona como anticongelante.
 Temperatura: A mayor temperatura, mayor fluidez.
 Proteínas (50%-70%): Son las responsables de la realización de las funciones específicas de cada membrana.
También presentan fluidez (giran sobre su eje y se mueven lateralmente), pero no realizan movimientos de flip-
flop. Pueden clasificarse en:
 Proteínas Integrales/Transmembrana: Están unidas fuertemente a los lípidos de la membrana,
pudiendo atravesar la bicapa lipídica una vez (de paso único) o varias veces (multipaso). Podemos
encontrarlas en ambas orientaciones.
 Proteínas Periféricas: Se sitúan a un lado y a otro de la bicapa lipídica, y están unidas débilmente por
enlaces no covalentes a las cabezas polares de los lípidos o a otras proteínas integrales.
 Carbohidratos (2%-10%): Los azúcares se unen tanto a lípidos de membrana (formando glucolípidos) como a
proteínas (formando glucoproteínas tanto periféricas como intrínsecas). En el caso de la membrana plasmática,
el conjunto de oligosacáridos adheridos a la misma se conoce como glucocálix, y siempre se encuentran en la
cara externa celular. Por el contrario, los azúcares en membranas como las de los orgánulos siempre se
encuentran mirando hacia el lumen.
Este hecho nos hace ver la asimetría de las membranas celulares, teniendo ciertas moléculas solo hacia un lado
u otro de la membrana (en el caso de la membrana plasmática, también ocurre con moléculas como la
esfingomielina).
Membrana Plasmática
La membrana plasmática es la biomembrana que limita y relaciona el interior de la célula con el exterior. Su estructura es
similar a la del resto de biomembranas, si bien su cara externa presenta el glucocálix, cuyas funciones principales son:
 Sirve de barrera mecánica para proteger la superficie celular de daños físicos y químicos.
 Actuar como filtro de las sustancias que llegan a la célula.
 Participa en los procesos de comunicación (recolección y transmisión de señales), reconocimiento y adhesión celular.
Otra estructura que podemos observar en la membrana plasmática son las balsas lipídicas (lipid rafts), microdominios donde
la fluidez es mucho menor que la de su entorno, por lo que todo lo que esté embebido en ella se moverá en conjunto. Su
función es facilitar que se mantengan juntas proteínas participantes en la misma ruta metabólica. Así, se caracterizan por
tener un alto nivel en colesterol, esfingolípidos y proteínas transmembranas, y por tener mayor grosor de lo normal (las
colas de los lípidos son más largas). No son unidades fijas (pueden hacerse y deshacerse continuamente).
Además de señalar los límites celulares, la membrana plasmática tiene otras funciones varias:
a) Entrada y Salida de Sustancias (permeabilidad selectiva).
b) Recepción y Transducción de Señales.
c) Reconocimiento Celular y de la Matriz Extracelular (uniones homofílicas y heterofílicas).
d) Proporción de Elementos de Anclaje para el Citoesqueleto.
Permeabilidad Selectiva
La permeabilidad selectiva de la membrana plasmática permite a la célula controlar y mantener su composición interna.
Dado que la impermeabilidad de la membrana no puede ser absoluta, se han desarrollado sistemas de transporte específicos
en los que participan las proteínas de membrana regulando el tráfico de todas las sustancias que la célula necesita.
Los sistemas de transporte utilizados son diferentes:
 Transporte de Moléculas Pequeñas: Puede ser de dos tipos:
 Pasivo: No se necesita un consumo de energía porque las moléculas se mueven espontáneamente a favor de su
gradiente de concentración. Existen dos clases principales de transporte pasivo:
 Difusión Simple: Se produce a través de la bicapa lipídica, sin necesidad de estructuras especiales,
pudiéndola atravesar las moléculas no polares (gases, hormonas) y las polares de pequeño tamaño y sin
carga (agua, etanol, glicerol). La velocidad dependerá de su tamaño y de su solubilidad en lípidos.
 Difusión Facilitada: Se realiza con ayuda de ciertas proteínas que se encargan de mover las moléculas
polares grandes y los iones. Podemos diferencias dos tipos de proteínas:
 Proteínas Transportadoras/Permeasas: Son proteínas transmembrana típicas del transporte de
azúcares o aminoácidos, y actúan como enzimas; cada proteína funciona como un
transportador al que se une exclusivamente un tipo de molécula. Esta unión provoca un cambio
en la conformación de la proteína que permite que la molécula quede libre al otro lado de la
membrana, tras lo cual la proteína transportadora recupera su conformación inicial.
 Proteínas Canal/Canales Iónicos: Son proteínas transmembrana que forman poros acuosos
por los que pasan iones como 𝑁𝑎 + o 𝐶𝑙 − . Estos canales se activan con una señal química
(canales iónicos dependientes de ligando) o eléctrica (canales iónicos dependientes de voltaje).
 Activo: Se necesita un consumo de energía porque las moléculas se mueven en contra de su gradiente de
concentración. Este proceso de bombeo se realiza mediante proteínas transportadoras denominadas bombas, y
la energía que se consume proviene del 𝐴𝑇𝑃.
 Transporte de Macromoléculas y Partículas: Incluye tanto la incorporación como la secreción de sustancias. Son
procesos constitutivos y/o regulados en respuesta a señales intra o extracelulares, y siempre conllevan un gasto de
energía (transporte activo), la participación del citoesqueleto, y la deformación de la membrana plasmática.
 Endocitosis: Las sustancias introducidas en la célula por endocitosis son englobadas en invaginaciones de la
membrana plasmática que se cierran y forman vesículas intracelulares que contienen el material ingerido.
 Fagocitosis: El material ingerido son partículas muy grandes (bacterias, células intactas, restos
celulares), y es usado como proceso de nutrición (amebas) o defensa (fagocitos del sistema
inmunitario). Estos últimos emplean la fagocitosis para destruir organismos invasores o eliminar
células viejas o dañadas. La fagocitosis es específica de algunas células. El proceso es el siguiente:
a) La célula extiende unas prolongaciones de membrana llamadas seudópodos.
b) La partícula que va a ser fagocitada va siendo rodeando por los seudópodos.
c) Se crea el fagosoma, es decir, la vesícula intracelular con la partícula dentro.
d) Un lisosoma primario se une al fagosoma para digerir los materiales fagocitados, creando el
fagolisosoma.
 Pinocitosis: El material ingerido es líquido o está en forma de pequeñas partículas. Todas las células
poseen algún mecanismo de pinocitosis (macropinocitosis, pinocitosis mediada por clatrina,
pinocitosis mediada por caveola, o pinocitosis independiente de clatrina y de caveola).
a) La pinocitosis mediada por clatrina es la más común, y es un tipo de endocitosis mediada por
receptor, pero no la única. Las moléculas que van a ser introducidas se unen a las proteínas
receptoras correspondientes, para después formarse una invaginación recubierta por clatrina
(estas se unen a los receptores por medio de adaptinas).
Las dinaminas serán las encargadas de “estrangular” la invaginación para separarla de la
membrana plasmática, formando una vesícula que posteriormente se deshará de la cubierta de
clatrina.
b) En la pinocitosis mediada por caveola, los receptores son lípidos, y es la caveolina la proteína
que recubre las invaginaciones creadas, más pequeñas que cuando se usa clatrina.

 Exocitosis: Es el proceso contrario a la endocitosis, mediante la cual todas las células secretan los materiales
necesarios para renovar la membrana plasmática y los componentes de la matriz extracelular. Además, las
células secretoras lo usan para verter al exterior hormonas, neurotransmisores, enzimas digestivas, … Todos
los materiales destinados a ser secretados se sintetizan en el retículo endoplasmático, y luego pasan al aparato
de Golgi para finalmente salir en vesículas secretoras que se fusionan con la membrana y liberan su contenido.
Recepción y Transducción de Señales
Es a la membrana plasmática a donde llegan la mayoría de señales que deben transmitirse al interior de la célula para que
esta sea capaz de producir una respuesta: regulación de la expresión génica, regulación una vía metabólica, o locomoción
celular (cambios en el citoesqueleto).
Las rutas de señalización y transducción que se crean son muy numerosas y usualmente complejas.
 La base de la supervivencia de la célula se basa en recibir señales tróficas que le indican la continuación del desarrollo
de sus funciones vitales.
 Si además de señales tróficas recibe factores mitógenos, la célula crecerá y entrará en el proceso de división celular.
 Si además de señales tróficas recibe factores de diferenciación, la célula sufrirá diferenciación.
 La muerte celular (apoptosis) es resultado, pues, de la no recepción de señales tróficas.
Los modos de comunicación célula-célula existentes en nuestro cuerpo son muy diversos:
 Comunicación Autocrina: Hablamos de autocomunicación cuando una célula establece comunicación consigo misma,
emitiendo y recibiendo la misma señal (autorregulación).
 Comunicación Yuxtacrina: Es una comunicación entre células contiguas, usualmente unidas entre ellas por la
membrana plasmática mediante uniones gap u otro tipo de unión celular (señalización directa), o por células en
contacto gracias a la matriz extracelular.
 Comunicación Paracrina: Es la que se produce entre células que se encuentran relativamente cercanas o dentro del
mismo tejido (células vecinas) sin que para ello exista una estructura especializada.
 Comunicación Endocrina: Las moléculas señalizadoras son secretadas por células endocrinas especializadas y actúan
sobre células diana lejanas.
 Comunicación Neuronal: Es un caso especial, ya que no se considera comunicación entre células contiguas ni
distantes (la señal apenas viaja extracelularmente, pero un axón puede separar dos neuronas mucho).
En todos los casos donde la señal es secretada al exterior celular para posteriormente encontrar a la célula diana, esta viaja a
través de los medios acuosos disponibles (sistema circulatorio en
casos más lejanos, o el espacio intracelular dentro del propio tejido).
Una vez recibida la señal, se da paso a la transducción de la misma;
por ello, el receptor debe ser siempre una molécula transmembrana y
así ser capaz tanto de recibir como de trasmitir (nótese que hay ciertas
moléculas señalizadoras que pueden atravesar la membrana
plasmática dado que su receptor se encuentra en el interior celular, por
lo que ya no se cumpliría esta característica).
Así, el receptor cambiará su conformación al entrar en contacto con el
ligando, empezando una cascada de señalización con muchas otras
proteínas que participan. El hecho de que participe tal número de
proteínas se debe a dos motivos: la amplificación de la señal (a mayor
número de componentes, mayor efecto se conseguirá) y una mayor
facilidad en la regulación de la ruta e intercalación con otras.
Las proteínas de esta cascada pueden activarse de dos formas:
 Fosforilación: La activación o inhibición de proteínas de este
tipo dependerá de la presencia de un grupo fosfato (obtenido de
la hidrólisis de 𝐴𝑇𝑃 en 𝐴𝐷𝑃 + 𝑃𝑖 ). Las enzimas que aportan este
grupo fosfato a las proteínas de cascada son las
quinasas, y las que se lo quitan para
inactivarlas son las fosfatasas.
 Unión a 𝑮𝑻𝑷: Las proteínas de esta clase,
llamadas 𝑮𝑻𝑷asas (la mayoría monoméricas),
cuando inactivas, están unidas a un grupo 𝑮𝑫𝑷;
cuando llega la señal, la proteína cambia de
conformación y acoge a un grupo 𝑮𝑻𝑷, lo que la
activa. Los factores 𝑮𝑬𝑭 serían los encargados
de favorecer el intercambio de 𝐺𝐷𝑃 por 𝐺𝑇𝑃
(activando las 𝐺𝑇𝑃asas), mientras que las
proteínas 𝑮𝑨𝑷 hidrolizarían el 𝐺𝑇𝑃,
convirtiéndolo en 𝐺𝐷𝑃 y desactivando las 𝐺𝑇𝑃asas.
Asimismo, muchas veces se suelen liberar segundos mensajeros (𝑐𝐴𝑀𝑃, 𝐷𝐴𝐺, Ca2+, 𝐼𝑃3, …), moléculas que aparecen dentro
de la célula para transducir la señal cascada abajo hasta inducir un cambio fisiológico en un efector. Los segundos
mensajeros se caracterizan por ser de bajo peso molecular y por estar a bajas concentraciones en la célula (así, la célula
detectará un cambio de concentración más fácilmente).
La respuesta que dará la célula a la señal dependerá del tipo de célula, del tipo de receptor, y del tipo de señal, pudiendo
una misma señal producir distintas respuestas según a qué célula afecte (por ejemplo, la acetilcolina, que puede hacer
disminuir la frecuencia de contracción del corazón, o hacer que las glándulas salivares segreguen saliva). Del mismo modo,
la velocidad de la respuesta varía y puede ser más rápida (cambios en el citoesqueleto) o más lenta (expresión de un gen, con
más procesos de por medio).
Receptores de Señales Celulares
Aunque todos los receptores varían su conformación al entrar en contacto con la molécula señal, podemos diferenciar varios
tipos de receptores:
 Receptores Acoplados a Canales Iónicos: Cuando reciben la molécula señal, estos receptores se “abren”, creando un
canal por el que pueden pasar iones que posteriormente activarán la cascada de señalización.
 Receptores con Actividad Enzimática: Cuando reciben la molécula señal, cambian su forma, lo que hace que se
activen sus dominios catalíticos y se inicie la cascada de señalización.
 Receptores Acoplados a Enzimas: Cuando reciben la molécula señal, activan una enzima asociada. Algunos activan
una proteína adaptadora de por medio, siendo un ejemplo muy importante los receptores acoplados a proteína 𝑮,
característicos estos receptores por ser proteínas transmembrana multipaso (concretamente, con 7 𝜶-hélices). Por su
parte, la proteína 𝑮 es una 𝑮𝑻𝑷asa periférica con 3 subunidades (𝛼, 𝛽, 𝛾) y unida a lípidos de membrana en la cara
citosólica de la membrana plasmática.
La subunidad 𝜶 es la que aloja la molécula de 𝑮𝑫𝑷 cuando la proteína 𝐺 está inactiva; al llegar la molécula señal y
cambiarse la conformación del receptor, este 𝐺𝐷𝑃 va a ser sustituido por 𝑮𝑻𝑷, activando la proteína 𝐺 y haciendo que
la subunidad 𝛼 se separe (total o
parcialmente) de las otras dos. Cuando esto
ocurre, es la subunidad 𝜶 la que suele activar
una determinada proteína diana que seguirá
la cascada de señalización, si bien el dímero
𝜷- 𝜸 lo puede hacer también a veces. En las
cascadas provocadas por la proteína 𝐺
encontramos, además, segundos mensajeros
como el 𝑐𝐴𝑀𝑃 o el Ca2+.
Cuando la proteína diana es activada, el 𝑮𝑻𝑷
es hidrolizado y la proteína 𝐺 se inactiva,
volviendo a estar las 3 subunidades juntas
hasta que vuelva a empezarse el proceso.
Puede llegar un momento en el que el
receptor se sensibilice y, aunque sigan
llegando moléculas señales, no provoque una
cascada.
No obstante, no solo existen receptores de
dominio de
superficie celular; también podemos encontrar algunas
activación de la
moléculas señal que tienen el receptor en el interior transcripción dominio de unión al ligando
celular. Por tanto, estas moléculas deben ser pequeñas e
hidrófobas para poder atravesar la membrana plasmática.
Estas características hacen que necesiten acoplarse a
proteínas transportadoras para poder usar los sistemas
de transporte acuosos del organismo.
Estos receptores nucleares pueden localizarse tanto en el
citosol como en el núcleo (aunque al final siempre tienen dominio de unión al ADN
que ir al 𝐴𝐷𝑁), y tienen una estructura común con tres
dominios: un dominio de unión al ligando, un dominio
de unión al 𝑨𝑫𝑵, y un dominio de activación de la
transcripción. Además, cuando están inactivos, están
unidos a proteínas inhibidoras, pero cuando se activan,
se unen a proteínas coactivadoras a la misma vez que al
𝐴𝐷𝑁. La respuesta mediada por este tipo de receptores
siempre es la activación de la expresión de ciertos genes diana, ya que se comportan como factores de transcripción.
Núcleo
El núcleo es una estructura celular que se descubrió por primera vez en células vegetales (Brown, 1831) y luego en células
animales (Schleiden, 1839), destacándose la importancia del mismo al observar sus modificaciones durante la división
celular. El aspecto del núcleo varía dependiendo del momento del ciclo celular en el que nos centremos; así, diferenciamos
entre núcleo interfásico (con cromatina y nucléolo) y núcleo en división (con cromosomas).
 Su forma depende del tipo celular (en riñón, lobulado, deforme, esférico, rectangular, …).
 Su tamaño varía entre 5 y 20 𝜇𝑚, pero siempre manteniéndose la relación núcleo-citoplasma (a mayor cantidad de
citoplasma, más grande va a ser el núcleo).
 El número de núcleos por célula también varía entre células mononucleadas, binucleadas (hígado), polinucleadas
(musculares estriadas, sincitios, plasmodios), o incluso sin núcleo (hematíes).
 La posición del núcleo varía, del mismo modo, entre los tipos de células (centrado, en la base, excéntrico, …).
 Sus funciones principales son el almacenamiento y la protección de la información genética (𝐴𝐷𝑁), la expresión de
dicha información en la célula, y el control de la correcta transmisión de la misma a las células hijas.
Envoltura Nuclear
La envoltura nuclear es una estructura que rodea al núcleo y acoge
la cromatina, el nucléolo y el nucleoplasma, siendo este último una
solución acuosa con proteínas similar al citosol. Los componentes
de la envoltura nuclear son:
 Membranas Nucleares: Son dos membranas concéntricas
(𝑀𝑁𝐸 y 𝑀𝑁𝐼, 5-7 nm cada una), teniendo la exterior
ribosomas adheridos, ya que el retículo endoplasmático
rugoso es continuación de ella. En las zonas donde hay un
poro, la membrana de un lado “da la vuelta” y pasa a formar
la otra parte.
 Espacio Perinuclear: Es una zona entre las dos
membranas nucleares rellena con una solución
acuosa con proteínas.
 Poros Nucleares: Son aberturas proteicas
(nucleoporinas) en la envoltura nuclear (70-80
nm) con estructura octogonal y que forman parte
de los complejos de los poros, de mayor tamaño y
encargados del paso de productos desde/hacia el
nucleoplasma. El número y distribución de los
poros depende del tipo de célula y de la fase en la
que esta se encuentre.
En el complejo del poro podemos ver tres anillos
(uno enganchando las dos membranas nucleares,
otro en el citosol y otro en el nucleoplasma), dos
de los cuales tienen filamentos saliendo de ellos.
En el caso de los filamentos del anillo del
nucleoplasma, estos se recogen al final formando la
llamada cesta nuclear. Además de todo esto, también
encontramos el transportador central, formado por ocho
subunidades y con filamentos proximales.
 Lámina Nuclear: Es una red de filamentos proteicos que
se encuentra por debajo de la membrana nuclear interna
y a la que se adhieren ciertas zonas de la cromatina. Es
continua por toda la envoltura nuclear excepto en los
poros, y está formada por filamentos intermedios que a
su vez resultan de la polimerización de tres proteínas:
lámina A, lámina C y lámina B, siendo las dos primeras casi iguales. Estas proteínas presentan dos extremos
globulares y una zona central de 𝛼-hélice, y al enrollarse dos a dos forman dímeros que se alinearan de forma cabeza-
cola para dar lugar a polímeros. El filamento final se formará por asociación en paralelo de polímeros.
La función de la lámina nuclear es mantener la estructura del núcleo, sirviendo de punto de unión entre la membrana
y la cromatina (la lámina B es la única que se ancla tanto con la cromatina como con las proteínas transmembrana de
la 𝑀𝑁𝐼, el resto solo con estas). Las laminopatías son enfermedades producidas por errores en la lámina nuclear.
Los papeles fisiológicos de la envoltura nuclear son:
 Sirve como barrera selectiva para el paso de productos desde/hacia el nucleoplasma. Mientras que las moléculas más
pequeñas son capaces de difundirse por los canales acuosos a favor de gradiente (transporte pasivo), las moléculas de
mayor tamaño (proteínas, 𝐴𝑅𝑁) necesitan mecanismos de transporte activo.
 Importación: Las moléculas que usualmente entran al núcleo son los precursores del 𝑨𝑫𝑵, los precursores del
𝑨𝑹𝑵 y ciertas proteínas (actinas, histonas y no histónicas, enzimas nucleares, proteínas reguladoras).
En el caso de las proteínas, la importación se basa en una señal de localización nuclear (𝑁𝐿𝑆) que se adhiere a
la proteína a transportar (denominada cargo) para indicar que su destino final es el núcleo. También
encontramos importinas (las cuales se juntarán con el cargo para formar el complejo de carga) y proteínas Ran
(𝐺𝑇𝑃asas monoméricas, por lo que estarán tanto en forma Ran-𝑮𝑫𝑷 como en forma Ran-𝑮𝑻𝑷).
Son estas últimas proteínas las encargadas de dar la
direccionalidad del transporte, ya que la mayor parte de la Ran-
𝐺𝑇𝑃 está dentro del núcleo (se moverá hacia fuera por gradiente
de concentración), y la mayor parte de la Ran-𝐺𝐷𝑃 está fuera del
núcleo (se moverá hacia dentro por gradiente).
 Cuando la Ran-𝑮𝑫𝑷 entra por gradiente al núcleo, se
facilita la entrada también del complejo de carga.
 Una vez dentro y por acción de enzimas
intercambiadoras, la Ran-𝑮𝑫𝑷 pasa a ser Ran-𝑮𝑻𝑷,
molécula con gran afinidad por las importinas, lo que
permite que ambas se unan, dejando dentro al cargo.
 Cuando la Ran-𝑮𝑻𝑷 sale del núcleo por gradiente,
arrastra con ella a la importina, que se suelta luego.
 Al salir al citosol, la Ran-𝑮𝑻𝑷 es hidrolizada y pasa a
Ran-𝑮𝑫𝑷, permitiendo que el ciclo vuelva a empezar.
 Exportación: Las moléculas que salen del núcleo son los 𝑨𝑹𝑵 (𝐴𝑅𝑁𝑡, 𝐴𝑅𝑁𝑚, 𝐴𝑅𝑁𝑟), el 𝑨𝑫𝑷 y 𝑨𝑴𝑷, el poder
reductor (𝑵𝑨𝑫+ ), y ciertas proteínas. En el caso de estas, la exportación es muy similar a la importación; siguen
participando las proteínas Ran del mismo modo y creando la misma direccionalidad del transporte, pero esta
vez se basa en la adhesión de una señal de exportación nuclear (𝑁𝐸𝑆) al cargo, y en la acción de exportinas.
Dentro del núcleo se forma un complejo de carga exportina-Ran−𝑮𝑻𝑷-cargo que sale gracias al gradiente de
Ran-𝑮𝑻𝑷. Al salir, la Ran-𝑮𝑻𝑷 se hidroliza a Ran-𝑮𝑫𝑷 y haciendo que se separen la carga y la exportina.
Las exportinas, finalmente, volverán a entrar al núcleo por gradiente (cuando haya más fuera que dentro).
En el caso de los 𝑨𝑹𝑵, todo el transporte es activo. El 𝑨𝑹𝑵𝒓 y el 𝑨𝑹𝑵𝒕 utilizan el sistema de las proteínas Ran,
mientras que el 𝑨𝑹𝑵𝒎 se transporta, una vez maduro, independientemente con otras proteínas. En todo caso, todos
forman complejos ribonucleoproteicos.
 Organiza los cromosomas mediante las uniones de la lámina a la cromatina; estas permiten que cada cromosoma
tenga su “territorio” (separado de otros por dominios intercromosómicos) en el núcleo, ya que las regiones
cromatínicas que se unen a la lámina son específicas.
 Se desensambla y reconstruye durante la mitosis; la señal que hace que la envoltura desaparezca es la fosforilación de
las proteínas de la lámina, del mismo modo que cuando estas se defosforilan, la envoltura reaparece y la lámina
vuelve a interaccionar con la cromatina.
 En grado menor, realiza las funciones del retículo endoplasmático rugoso. Además, se encarga de que el núcleo
aumente de tamaño usando membrana de este retículo, o viceversa, ya que están unidos.
Cromatina
La cromatina es un entramado fibrilar existente en el núcleo interfásico formado básicamente por 𝑨𝑫𝑵 y proteínas. Tiene
una fuerte afinidad por los colorantes básicos, y solo se diferencia de los cromosomas en el grado de empaquetamiento que
presenta dado que cromatina y cromosoma son dos estados morfológicos distintos de la misma molécula (la cromatina serían
los “cromosomas interfásicos”).
Diferenciamos dos tipos:
 Heterocromatina: Es la cromatina que está más condensada, por lo que los genes que están en ella no se transcriben.
Son zonas específicas de la heterocromatina las que se anclan a la lámina nuclear para mantener la estabilidad del
núcleo, por lo que este tipo de cromatina suele encontrarse muy cerca de la envoltura nuclear. A su vez, diferenciamos
entre:
 Heterocromatina Constitutiva: Siempre tiene la forma de heterocromatina, por lo que esos genes nunca se
transcriben (por ejemplo el 𝐴𝐷𝑁 que forma parte de los telómeros o de los centrómeros).
 Heterocromatina Facultativa: Puede pasar a ser eucromatina descondensándose y haciendo que los genes que
están en ella sean más accesibles.
 Eucromatina: Es la cromatina que está menos condensada con el objetivo de hacer accesible ese 𝑨𝑫𝑵 y esos genes a
procesos como la transcripción. Es por esto por lo que la eucromatina se encuentra más central en el núcleo.
Si nos focalizamos en los componentes de la cromatina, distinguimos los que son permanentes (𝑨𝑫𝑵, histonas, proteínas
estructurales no histónicas) de los que son transitorios y solo están cuando se llevan a cabo ciertos procesos (𝑨𝑹𝑵,
proteínas reguladoras, proteínas enzimáticas).
 𝑨𝑫𝑵: Es un polímero lineal muy largo y no ramificado. Su
monómero es el desoxirribonucleótido, caracterizado por
componerse de una desoxirribosa, un grupo fosfato en el carbono
5, y una base nitrogenada púrica (adenina o guanina) o
pirimidínicas (citosina o timina). La base nitrogenada se une al
azúcar mediante un enlace N-glucosídico, mientras que el fosfato
lo hace con un enlace éster. Entre nucleótidos, decimos que se
crean enlaces fosfodiéster (ya que cada fosfato se une a dos
azúcares consecutivas) creando hebras de 𝐴𝐷𝑁 con
direccionalidad (5’ − 3’ o 3’ − 5’).
La molécula de 𝐴𝐷𝑁 es bicatenaria, siendo sus dos hebras
antiparalelas y complementarias (leyes de Chargaff). La adenina
siempre se unirá con timina (2 puentes de hidrógeno), y la
citosina con guanina (3 puentes de hidrógeno), manteniéndose las
proporciones. El resultado final es una molécula que gira sobre sí
misma formando una doble hélice dextrógira, y que tiene un “armazón” de
azúcar-fosfato que protege a los pares de bases en su interior.
 Histonas: Es una familia de proteínas cuya estructura se basa en un núcleo
globular (lo que les confiere la tendencia de unirse unas con otras) y muchos
aminoácidos básicos para facilitar su unión con el 𝐴𝐷𝑁. Diferenciamos entre
histonas nucleosómicas (𝑯𝟒, 𝑯𝟑, 𝑯𝟐𝑨, 𝑯𝟐𝑩, que son las que formarán
parte del nucleosoma) y la histona no nucleosómica (𝑯𝟏).
 𝑨𝑹𝑵: Lo encontramos cuando se lleva a cabo la transcripción. Es un
polímero lineal y monocatenario de ribonucleótidos (igual que los
desoxirribonucleótidos, pero con ribosa en vez desoxirribosa, y uracilo
en vez de timina). Aun así, hay algunas zonas de la cadena con
complementariedad entre las bases. Encontramos tres tipos principales
de 𝐴𝑅𝑁 (𝑨𝑹𝑵𝒕, 𝑨𝑹𝑵𝒎, 𝑨𝑹𝑵𝒓), aunque también existen los llamados
𝑨𝑹𝑵 pequeños (𝐴𝑅𝑁 pequeño nuclear o 𝐴𝑅𝑁𝑠𝑛𝑜, 𝐴𝑅𝑁 pequeño
nucleolar o 𝐴𝑅𝑁𝑠𝑛, 𝐴𝑅𝑁 pequeño citosólico o 𝐴𝑅𝑁𝑠𝑐).
Centrándonos en la estructura de la cromatina, definimos el grado de
condensación o empaquetamiento como el cociente entre la longitud del
𝐴𝐷𝑁 y el tamaño del mismo una vez condensado.
 El nucleosoma es la unidad básica de la
cromatina, estando formado por un octámero (8
moléculas) de histonas (dos de cada tipo de
histonas nucleosómicas) que forman un núcleo
sobre el que un tramo de 𝑨𝑫𝑵 se enrollará una
vez y tres cuartos (nunca se encuentra 𝐴𝐷𝑁 libre,
sin este tipo de proteínas adheridas). Todo el
conjunto de nucleosomas se dispone formando
una fibra de 10-11 nm (collar de cuentas), el primer
nivel de condensación (grado 6). Tenemos en
cuenta, del mismo modo, que hay un trozo de
𝑨𝑫𝑵 espaciador entre cada par de nucleosomas.
 El siguiente nivel de condensación (grado 40) se
corresponde con la formación de solenoides o
fibra de 30 nm. En este paso, es la histona no
nucleosómica (𝑯𝟏) la que se adhiere al 𝐴𝐷𝑁
espaciador para condensar más el conjunto,
disponiendo los nucleosomas helicoidalmente
(cada seis nucleosomas se completa una vuelta).
Entre solenoides, que pueden ser de distintas
longitudes, existen regiones de hipersensibilidad
a la 𝑨𝑫𝑵asa donde el 𝐴𝐷𝑁 está más laxo.
 Una vez formados los solenoides, la fibra
aumenta de tamaño hasta los 300 nm (grado
50.000). Aquí intervienen las proteínas
estructurales no histónicas, que crean
un “andamiaje” sobre el que la fibra de
30 nm forma bucles de distintos
tamaños. Las secuencias de la
cromatina que interaccionan con las
proteínas no histónicas son específicas,
de manera que en cada bucle formado
encontraremos un solo origen de
replicación.
La eucromatina se corresponde con este nivel de empaquetamiento, pudiéndose llegar incluso a desenrollar un bucle
localmente en el caso de que el gen que contengan sea muy activo (con la ayuda de enzimas modificadoras de
histonas y complejos remodeladores de la cromatina).
 El cuarto nivel de empaquetamiento se corresponde con la formación de una hélice resultante de los giros sobre sí
misma de la fibra de 300 nm. Esta nueva fibra de 600-1000 nm se correspondería con la heterocromatina, más
condensada y con genes menos accesibles.
 Finalmente, se llega al máximo nivel de empaquetamiento, el cromosoma metafásico, con una longitud de 1400-1500
nm resultado de sus dos cromátidas hermanas.
Los papeles fisiológicos de la cromatina se basan en el almacenamiento de la información genética para después
asegurarse su transmisión a las células hijas (replicación) y su expresión (transcripción y traducción).
Replicación
La replicación se basa en la síntesis de dos moléculas idénticas de 𝑨𝑫𝑵. Es un proceso semiconservativo (Meselson y Stahl
demostraron que cada nueva molécula de 𝐴𝐷𝑁 contiene una de las hebras originales y una hebra de nueva síntesis) y
bidireccional. El ensamblaje de las moléculas de 𝑨𝑫𝑵 recién sintetizadas a proteínas es casi instantáneo, con el objetivo de
formar la cromatina lo más rápido posible.
Las enzimas principales en la replicación son las 𝑨𝑫𝑵-polimerasas (nombradas con números en los procariotas y con letras
griegas en los eucariotas). Su propio nombre nos indica que tienen actividad polimerasa, es decir, se encargan de añadir
nucleótidos (desoxirribonucleótidos) de uno en uno en el extremo 3’ de la cadena a partir de un molde de 𝑨𝑫𝑵. De este
modo, siempre necesitan un extremo 𝟑’ libre para añadir el siguiente nucleótido, por lo que podemos decir que existe una
direccionalidad de síntesis (siempre 5’ − 3’). Es por esto por lo que las 𝐴𝐷𝑁-polimerasas no pueden realizar la síntesis de
𝐴𝐷𝑁 “de novo”, es decir, sin nada que previamente le brinde ese extremo 3’ sobre el que empezar. Para solucionar esto, las
primasas proporcionan pequeños fragmentos de 𝐴𝑅𝑁 (cebadores) que ofrecen ese extremo a las 𝐴𝐷𝑁-polimerasas y
permiten el inicio de la replicación. Ciertas 𝐴𝐷𝑁-polimerasas, además, tienen actividad exonucleasa, esto es, son capaces de
eliminar nucleótidos de uno en uno en ambos extremos como método de corrección de errores.
Otras enzimas participantes en la replicación son las helicasas (rompen puentes de hidrógeno, separando las dos hebras),
las topoisomerasas (especialmente las de tipo 1, que hacen cortes en una cadena con el objetivo de liberar la tensión
provocada por el desenrollamiento, y después vuelve a unir ambas), o la ligasa (une y “sella” finalmente todos los
fragmentos de 𝐴𝐷𝑁).
La gran parte de las enzimas de la replicación se mantiene en su sitio gracias a que están unidas en un complejo con una
proteína de enganche de carga, habiendo uno por horquilla y permitiendo la simultánea síntesis de ambas hebras en ella.
a) Los orígenes de replicación no están equidistantes los unos de los otros, pero sí se cumple que solo hay uno por cada
bucle de la fibra de 300 nm (en total, unos 30.000 en la misma molécula de 𝐴𝐷𝑁). Cada origen es reconocido por un
complejo proteico de reconocimiento del origen (ORC), y poco a poco se van activando mediante un patrón
ordenado en grupos de 20 a 80 orígenes a la vez durante la fase S de la interfase.
b) A cada origen de replicación se unen dos helicasas, que separa las dos hebras formando la burbuja de replicación. Al
mismo tiempo, a cada hebra se le unen proteínas 𝑺𝑺𝑩𝑷 para evitar que vuelvan a unirse y así mantener la burbuja
abierta. El fragmento de 𝐴𝐷𝑁 que se encuentra de un origen a otro se denomina replicón.
c) Al ser la replicación bidireccional, se forman dos horquillas de replicación, una a cada lado de la burbuja. Por
delante de las helicasas, nos encontramos con las topoisomerasas, que eliminan la tensión de estar abriendo la doble
hélice.
d) La primasa forma los cebadores de 𝑨𝑹𝑵 (primers) para que la 𝑨𝑫𝑵-polimerasa III pueda empezar a trabajar. Dada
la unidireccionalidad de esta, hay una hebra que se sintetizará continuamente (hebra continua), y otra en la que
aparecen los denominados fragmentos de Okazaki (hebra tardía). En este último caso, cada fragmento tendrá su
propio primer.
En el caso de los eucariotas, la 𝑨𝑫𝑵-polimerasa delta es la encargada de sintetizar la hebra continua, y la 𝑨𝑫𝑵-
polimerasa épsilon la encargada de sintetizar la hebra tardía. Tanto en eucariotas como en procariotas, estas
polimerasas se asocian a proteínas de enganche deslizante (𝑷𝑪𝑵𝑨 en eucariotas) que sitúan a la polimerasa en el
cebador y mantienen su asociación estable con el molde.
e) Al terminar la 𝑨𝑫𝑵-polimerasa III su trabajo, la 𝑨𝑫𝑵-polimerasa I se encargará de sustituir los primers por
desoxirribonucleótidos (en los eucariotas, es la 𝑨𝑹𝑵asa H la que elimina los primers, y la 𝑨𝑫𝑵-polimerasa delta la
que añade los desoxirribonucleótidos). Finalmente, la 𝑨𝑫𝑵 ligasa sellará y unirá todos los nucleótidos, formando las
dos nuevas hebras de 𝐴𝐷𝑁, cada una uniéndose a una de las originales (las proteínas 𝑆𝑆𝐵𝑃 se van soltando conforme
la 𝐴𝐷𝑁-polimerasa III pasa).

Transcripción
La transcripción es la primera fase de la expresión génica, durante la cual se transfiere toda la información del 𝐴𝐷𝑁 al
lenguaje del 𝐴𝑅𝑁 con la síntesis de una molécula de 𝑨𝑹𝑵. En los eucariotas, todos los tipos de 𝐴𝑅𝑁 se sintetizan en el núcleo
y luego se exportan al citoplasma, a través de los poros nucleares, para que participen en la traducción.
 Decimos que es un proceso asimétrico, ya que solo una de las cadenas de 𝐴𝐷𝑁 servirá como molde para sintetizar la
de 𝑨𝑹𝑵. La cadena que corresponde se reconoce gracias a que incluye la secuencia promotora (en un gen, es siempre
la misma cadena, pero de gen a gen la cadena molde puede variar). A la otra se le llama cadena informativa, y tendrá
la misma secuencia que el 𝑨𝑹𝑵 (obviando los cambios de timina por uracilo).
 Los precursores de la transcripción son los ribonucleótidos (𝑨𝑻𝑷, 𝑮𝑻𝑷, 𝑼𝑻𝑷, 𝑪𝑻𝑷).
 El grupo principal de enzimas en la transcripción se corresponde con las 𝑨𝑹𝑵-polimerasas, que añaden nucleótidos de
uno en uno en el extremo 𝟑’, por lo que tienen la misma unidireccionalidad que las 𝐴𝐷𝑁-polimerasas (𝟓’ − 𝟑’).
Siempre necesitan de un 𝑨𝑫𝑵 molde para sintetizar 𝐴𝑅𝑁, pero pueden hacerlo de novo, sin necesidad de un primer.
En eucariotas, existen tres 𝑨𝑹𝑵-polimerasas: la 𝑨𝑹𝑵-polimerasa I (sintetiza los 𝑨𝑹𝑵𝒓 mayores), la 𝑨𝑹𝑵-polimerasa
II (sintetiza el 𝑨𝑹𝑵𝒎, el 𝑨𝑹𝑵𝒔𝒏𝒐, y algunos 𝑨𝑹𝑵𝒔𝒏 y 𝑨𝑹𝑵𝒔𝒄), y la 𝑨𝑹𝑵-polimerasa III (sintetiza el 𝑨𝑹𝑵𝒕, el
𝑨𝑹𝑵𝒓 𝟓𝑺, y algunos 𝑨𝑹𝑵𝒔𝒏 y 𝑨𝑹𝑵𝒔𝒄).
 La velocidad de la transcripción es 20 veces mayor que la de la replicación, principalmente debido a que no hay
métodos de corrección en aquella.
 Cada gen tiene tres sitios críticos en relación a la transcripción: la secuencia promotora (promotor, normalmente
delante del gen), la secuencia codificante y la secuencia finalizadora (terminador).
Si nos centramos en la transcripción del 𝑨𝑹𝑵𝒎, debemos hablar de la 𝑨𝑹𝑵-polimerasa II, la cual presenta varias cadenas
polipeptídicas y regiones (sitio de entrada, sitio de salida del 𝐴𝐷𝑁, sitio de salida del 𝐴𝑅𝑁, sitio de desenrollamiento, poro
para ribonucleótidos).
a) La 𝑨𝑹𝑵-polimerasa no es la primera que
reconoce al promotor; son los factores
generales de transcripción los que
preparan la estructura para que la 𝐴𝑅𝑁-
polimerasa pueda transcribir el gen
(aunque son específicos de cada
polimerasa, siempre están). Además de
estos, también podemos encontrar factores
específicos de transcripción que modifican
la expresión o incluso silencian ciertos
genes (no siempre están).
b) Una vez unidos los factores generales de transcripción al promotor (la TATA-box es el promotor más común), la
cromatina sufre ciertos cambios que permiten que la 𝑨𝑹𝑵-polimerasa se una. Después, se van añadiendo más
factores con distintas funciones (por ejemplo, helicasa), y se forma el complejo de preiniciación, que ya ha localizado
cuál es el primer nucleótido que debe transcribir.
c) Cuando empieza la transcripción, la mayor parte de los factores generales se van, y la 𝑨𝑹𝑵-polimerasa avanza
abriendo la burbuja y transcribiendo la cadena molde.
d) Al reconocerse la señal de terminación (secuencia TTATTT), se pone fin a la transcripción y todos los componentes se
separan. En el caso del 𝐴𝑅𝑁𝑚, la cadena de pre-𝑨𝑹𝑵𝒎 recién sintetizada queda libre.
No obstante, este transcrito primario de 𝐴𝑅𝑁𝑚 debe sufrir un proceso de maduración necesario para que pueda ser dejado
pasar por los poros nucleares.
 Adición de la CAP: Nada más empieza a sintetizarse el pre-𝐴𝑅𝑁𝑚, se añade en su extremo 𝟓’ una “caperuza” de 7-
metilguanina para darle protección contra el ataque de las 𝐴𝑅𝑁asas y evitar su inmediata degradación en el núcleo.
Además, esta caperuza es reconocida por los ribosomas como lugar de inicio de la traducción.
 Adición de la Cola de Poli-A: El reconocimiento de la señal de terminación al finalizar la transcripción también
desencadena la actuación de la enzima poli-𝑨-polimerasa para que realice la poliadelinación. Así, en el extremo 𝟑’ del
pre-𝐴𝑅𝑁𝑚 se añade una cola de poli-𝑨 de longitud variable (a mayor número de adenina, mayor estabilidad) con el
objetivo de darle protección y estabilidad a la molécula.
 Splicing: El pre-𝐴𝑅𝑁𝑚 tiene ciertas secciones que no codifican para proteínas, llamadas intrones, frente a las que
verdaderamente participarán en la traducción, denominadas exones. En el proceso de splicing, los espliceosomas
(complejos de ribonucleoproteínas pequeñas nucleares) se encargarán de eliminar los intrones y juntar los exones.
La existencia de intrones puede explicarse de dos maneras: por un lado, ofrecen resistencia frente a mutaciones (ya
que si se producen en zonas correspondientes a intrones, no tendrán efecto), y por otro lado, permiten el
procesamiento diferencial del pre-𝐴𝑅𝑁𝑚, es decir, la obtención de distintos 𝑨𝑹𝑵𝒎 maduros dependiendo de cómo
haya sido madurado el transcrito primario.
Incluso cuando los intrones han sido eliminados, todavía quedan dos secuencias no codificantes en el 𝐴𝑅𝑁𝑚 maduro
(𝟓’-UTR, delante de la región codificante, y 𝟑’-UTR, detrás de la misma), de gran importancia en la regulación de la
expresión génica.
En los procariotas, la traducción se realiza inmediatamente después de la transcripción, por lo que sus genes no contienen
intrones ni se realizan estos procesos de maduración.
Nucléolo
El nucléolo es el sitio dentro del núcleo donde tiene lugar la transcripción y el procesamiento de los 𝑨𝑹𝑵𝒓 mayores
(𝑨𝑹𝑵𝒓 𝟓’𝟖, 𝑨𝑹𝑵𝒓 𝟏𝟖 y 𝑨𝑹𝑵𝒓 𝟐𝟖) y el ensamblaje de los ribosomas (las dos subunidades ribosómicas son sintetizadas,
formadas e importadas por separado, y solo se unirán en el momento de la traducción). No es un orgánulo en sí, sino solo un
lugar de la cromatina diferenciado funcionalmente mientras transcribe y procesa el 𝐴𝑅𝑁𝑟; las regiones cromatínicas que
contienen la información específica para el 𝐴𝑅𝑁𝑟 se denominan organizadores nucleolares, y el nucléolo no es más que el
resultado de juntar todos estos organizadores en un mismo sitio.
Estos organizadores nucleolares se caracterizan por basarse en la repetición de
ciertas unidades (unidades de repetición) en tándem. Cada unidad de repetición
consta, a su vez, de una unidad de transcripción (cada una con información para
codificar una molécula de cada 𝐴𝑅𝑁𝑟 mayor) y un fragmento de 𝑨𝑫𝑵 espaciador
(no se transcribe). Concretamente en les humanes, los organizadores nucleolares
se encuentran en los satélites de los brazos cortos de los cinco cromosomas
acrocéntricos (13, 14, 15, 21 y 22), desde donde se despliegan y se juntan para
formar el nucléolo. Al ser diploides, entonces, cada ser humano tendrá diez
organizadores nucleolares.
La intensa repetición de este gen (400 copias), además de la localización del
mismo en tantos cromosomas, evidencia la gran necesidad de sintetizar
ribosomas por parte de la célula; el hecho de que esté tan repetido permite que, si
hay una mutación en una de las unidades de transcripción, la célula aún pueda
sintetizar ribosomas sin problemas.
 Estas unidades de transcripción son transcritas por la 𝑨𝑹𝑵-polimerasa I,
que forma un complejo de iniciación con sus factores generales de
transcripción, y realiza el proceso de manera similar a la 𝐴𝑅𝑁-polimerasa II.
 Muchas 𝐴𝑅𝑁-polimerasas I pueden transcribir la misma unidad de transcripción a la vez cuando la anterior ya ha
avanzado lo suficiente (“árbol de navidad”). Siempre se transcribe la misma hebra en todas las unidades de
transcripción.
 El transcrito primario que se obtiene en este caso se
denomina 𝑨𝑹𝑵 𝟒𝟓𝑺, el cual sufrirá también un
proceso de maduración. Por un lado, a cada
molécula de 𝑨𝑹𝑵 𝟒𝟓𝑺 se le añade en su extremo 𝟓’
una “bola terminal”, una formación proteica que la
protege (como la CAP). Además de esto, se realiza
una especie de splicing que da lugar a los tres 𝑨𝑹𝑵𝒓
mayores. El 𝑨𝑹𝑵𝒓 𝟓’𝟖 y el 𝑨𝑹𝑵𝒓 𝟐𝟖 se mantienen
unidos por puentes de hidrógeno.
 Cada uno de los tres 𝑨𝑹𝑵𝒓 mayores, junto con el
𝑨𝑹𝑵𝒓 𝟓𝑺 (extranucleolar) se une a ciertas proteínas
ribosómicas para dar lugar a la subunidad
ribosómica menor (𝑨𝑹𝑵𝒓 𝟏𝟖) y a la subunidad
ribosómica mayor (𝑨𝑹𝑵𝒓 𝟓’𝟖, 𝑨𝑹𝑵𝒓 𝟐𝟖 y 𝑨𝑹𝑵𝒓 𝟓𝑺).
Estas proteínas vienen del citosol y son capaces de
entrar al núcleo gracias a que incorporan una NLS.
El 𝑨𝑹𝑵 𝟓𝑺 se transcribe a partir de un fragmento de 𝐴𝐷𝑁 moderadamente repetido y ubicado fuera del nucléolo. Es la 𝑨𝑹𝑵-
polimerasa III la que lo transcribe junto con la ayuda de varios factores generales, y en este caso el promotor se encuentra
dentro del gen, no delante. La cantidad de 𝐴𝑅𝑁 5𝑆 no es limitante, es decir, que su velocidad de síntesis es cinco veces
mayor que la del 𝐴𝑅𝑁 45𝑆 (no se sintetiza de forma coordinada, y el exceso se degrada en el núcleo).
Ribosomas. Traducción
Los ribosomas son partículas ribonucleoproteicas de entre 15 y 25 nm, y ligeramente diferentes en procariotas y eucariotas.
Se localizan libres en el citosol, dentro de las mitocondrias o los cloroplastos, o asociados a las membranas del retículo
endoplasmático rugoso y de la envoltura nuclear. Una vez que están formados por la unión de las dos subunidades,
contiene tres regiones: la región E (salida), la región P (peptidil) y la región A (entrada).
Su función se basa en la síntesis de proteínas a partir de 𝐴𝑅𝑁𝑚 maduro; de este modo, decimos que la “clave” cambia, ya
que pasamos de nucleótidos a aminoácidos. Este cambio es posible gracias al código genético (estudiado por Severo Ochoa),
que crea las correspondencias entre ambos “idiomas”.
 Cada triplete de nucleótidos (bases) del 𝐴𝑅𝑁𝑚, lo que
conocemos como codón, se corresponde con un
aminoácido concreto, habiendo en total 64 codones
distintos.
 Es universal, es decir, igual para todos los seres vivos
(exceptuando contados casos).
 Está degenerado, esto es, hay aminoácidos que pueden
ser codificados por más de un codón (codones
sinónimos), pero un codón determinado siempre dará el
mismo aminoácido.
 El codón de inicio, con el que se comienza la traducción,
es siempre es el mismo: AUG (se corresponde con la
metionina).
 Hay tres codones de stop (UAA, UAG, UGA), que no
codifican para un aminoácido, sino que simplemente
hacen parar la traducción.
 El hecho de que muchos codones sinónimos varíen en su tercera base ha hecho que
se desarrolle la hipótesis del balanceo, según la cual el tercer nucleótido es el que
menos importancia tendría a la hora de decidir qué aminoácido sigue la cadena.
De este modo, la secuencia de aminoácidos que compondrá la cadena peptídica será
determinada por los nucleótidos en el 𝐴𝑅𝑁𝑚 (exceptuando los de las secuencias no
codificantes mencionadas anteriormente). Además de los ribosomas, los 𝑨𝑹𝑵𝒕 tienen un
papel fundamental en la traducción: transportar los aminoácidos hasta el ribosoma para
así dar lugar a la proteína (“moléculas adaptadoras”).
 Hay más de 20 diferentes, y son específicos para cada aminoácido (al menos un
𝐴𝑅𝑁𝑡 por cada tipo de aminoácido).
 Son sintetizados por la 𝑨𝑹𝑵-polimerasa III.
 Adoptan una estructura de L invertida gracias a que existe complementariedad
entre algunos de sus aminoácidos.
 Diferenciamos varias partes, entre las que destacan el asa T, el asa D, el extremo
CCA (lugar de unión al aminoácido) y el asa anticodón (contiene el anticodón, un
triplete de bases que es complementario al codón cuando se trata del aminoácido correcto).
 La unión de cada aminoácido con su 𝑨𝑹𝑵𝒕 correspondiente se realiza gracias a la enzima aminoacil-𝑨𝑹𝑵𝒕-sintetasa,
que cataliza el enlace entre ambos cuando los reconoce. Hay tantas aminoacil-𝐴𝑅𝑁𝑡-sintetasas como aminoácidos
diferentes.
Una vez tenemos todos estos componentes, la traducción o síntesis de proteínas puede empezar.
a) La subunidad pequeña del ribosoma se une con el 𝑨𝑹𝑵𝒕 iniciador cargado con metionina (𝑨𝑹𝑵𝒕𝒊 𝑴𝒆𝒕 ) gracias a la
acción de ciertos factores de iniciación. Este conjunto es el complejo de preiniciación.
b) Este complejo, junto con otros factores de iniciación, es capaz de reconocer la caperuza del 𝐴𝑅𝑁𝑚, lo que permite que
se una con este en su extremo 𝟓’. Ya hablamos de complejo de iniciación.
c) Tras este reconocimiento, los factores del complejo se liberan, y el resto se va desplazando por el 𝑨𝑹𝑵𝒎 en sentido
5’ − 3’ hasta encontrar el codón de iniciación.
d) Cuando el 𝑨𝑹𝑵𝒕𝒊 𝑴𝒆𝒕 encaja con el codón de iniciación
y con ayuda de otros factores de iniciación, se deja
paso a la subunidad mayor del ribosoma, que al
unirse termina de formar el ribosoma. El 𝑨𝑹𝑵𝒕𝒊 𝑴𝒆𝒕
queda posicionado en el sitio P.
e) Gracias al factor de elongación FE-1, un nuevo 𝐴𝑅𝑁𝑡
es capaz de alojarse en el sitio A (acorde con la
complementariedad que debe haber entre codón y
anticodón). El complejo enzimático peptidil-
transferasa se encargará de formar el enlace peptídico
entre la metionina y este segundo aminoácido.
f) Un segundo factor de elongación FE-2 obliga al
ribosoma a desplazarse tres nucleótidos a lo largo del
𝐴𝑅𝑁𝑚 (primero la subunidad grande y luego la
pequeña). El 𝑨𝑹𝑵𝒕 vacío saldrá por el sitio E, mientras
que uno cargado entrará en el sitio A de nuevo,
repitiéndose el proceso.
g) La síntesis de la cadena peptídica se detiene cuando se
llega a un codón de stop; en este momento, entran en
el sitio A factores de liberación que hacen que las
subunidades se separen y la proteína quede libre.
Tras todo el proceso de síntesis de proteínas, existe una fase de maduración postraduccional donde los polipéptidos
experimentan diferentes tipos de modificaciones para convertirse en proteínas maduras y funcionales.
Orgánulos Autorreplicantes. Mitocondria
Consideramos a la mitocondria como un orgánulo autorreplicante debido a que una es capaz de dividirse por sí sola para
dar lugar a dos (son estructuras muy dinámicas ya que están continuamente fragmentándose y fusionándose).
 Tiene forma de bastoncito con extremos redondeados.
 Todas las células presentan mitocondrias, pero el número es variable dependiendo del tipo celular y del estado
fisiológico.
 Su tamaño varía entre 0′ 5 − 1 𝜇𝑚 de diámetro, y 7 𝜇𝑚 de longitud.
 Su función principal es la síntesis de 𝑨𝑻𝑷 mediante la oxidación aerobia: a partir de ciertos combustibles
(principalmente piruvato y ácidos grasos) que se transforman en acetil-CoA, se lleva a cabo el ciclo de Krebs y se
obtiene poder reductor para luego poner en marcha la cadena de transporte de electrones y, finalmente, sintetizar
𝐴𝑇𝑃.
Además de la producción de energía metabólica, la mitocondria participa también en otros procesos como el control
de la muerte celular, la producción de precursores para diferentes rutas metabólicas, o la síntesis de hormonas
esteroideas junto con el 𝑅𝐸𝐿.
Si nos focalizamos en su estructura, la mitocondria está delimitada por una doble membrana, cada una de
aproximadamente 6 𝑛𝑚 de grosor, que crea espacios diferentes (el espacio
intermembranoso entre ambas, y la matriz mitocondrial).
 Membrana Mitocondrial Externa (𝑀𝑀𝐸): Es lisa y muy permeable. Su
composición se basa en un 40% de lípidos (poco colesterol), y el 60%
restante de proteínas, destacándose las porinas (proteínas canal
transmembrana), los complejos Tom (receptores de importación) y otros
elementos de translocación de proteínas, y la proteína 𝑩𝒄𝒍 − 𝟐 (implicada en
la apoptosis).
 Membrana Mitocondrial Interna (𝑀𝑀𝐼): Presenta crestas con el objetivo de
aumentar su superficie, ya que en ella tendrán lugar los últimos procesos de
la respiración celular. Las crestas pueden ser de muchas formas
(transversales rectas, longitudinales rectas, curvas paralelas, tubulares). Esta
membrana es muy poco permeable, y completamente impermeable a
protones (aspecto fundamental para finalmente poder sintetizar 𝐴𝑇𝑃). Su
composición se basa en un 20% de lípidos (muchos cardiolípidos, pero nada
de colesterol), y un 80% proteínas, como por ejemplo los complejos Tim (importación de proteínas), ciertas proteínas
transportadoras específicas (𝐴𝐷𝑃, 𝐴𝑇𝑃, piruvato, …), las proteínas de la propia cadena de transporte de electrones, y
el complejo 𝑉 de la 𝑨𝑻𝑷 sintasa.
 Espacio Intermembranoso: Es de composición semejante al citosol, y tiene unos 10 𝑛𝑚 de espesor. Se caracteriza por
ser rico en protones (gracias a la acción de los complejos 𝐼, 𝐼𝐼𝐼 y 𝐼𝑉 de la cadena de transporte de electrones), y por
jugar un papel también en la apoptosis, ya que acoge al citocromo 𝒄, una molécula que puede activar las caspasas y así
provocar la muerte celular.
 Matriz Mitocondrial: El contenido de la matriz mitocondrial se basa en enzimas intermediarias del ciclo de Krebs, el
𝑨𝑫𝑵 mitocondrial, el 𝑨𝑹𝑵 mitocondrial (todos los tipos), los mitorribosomas (similares a los ribosomas procariotas),
y ciertos acúmulos de 𝑪𝒂++ y 𝑴𝒈++ .
El 𝑨𝑫𝑵 mitocondrial se presenta usualmente en varias copias, es de doble cadena y circular, y contiene 37 genes de
los cuales solo 13 sintetizan para proteínas (el resto, mayoritariamente para 𝐴𝑅𝑁𝑟 y 𝐴𝑅𝑁𝑡 mitocondriales, por lo que la
mayoría de proteínas en la mitocondria vienen del citoplasma). Del mismo modo que en 𝐴𝐷𝑁 nuclear, una mutación
en el 𝐴𝐷𝑁 mitocondrial puede resultar en alguna alteración menor, o incluso ser la causa de enfermedades graves.
Asimismo, este 𝐴𝐷𝑁 es de herencia estrictamente materna, dado que es el óvulo quien aporta el citoplasma y, con él,
las mitocondrias (tema bajo estudio).
Dado que es en la matriz mitocondrial donde se produce el ciclo de Krebs (y también las previas oxidaciones del
piruvato y de los ácidos grasos en acetil-CoA), cabe resaltar también que el intercambio de materiales con el
citoplasma es continuo, entrando a la matriz los combustibles (oxígeno, enzimas, piruvato, ácidos grasos) y los
precursores (aminoácidos, iones, nucleótidos, 𝐴𝐷𝑃), y saliendo al citoplasma los residuos (como el CO2) y los
productos finales (como el 𝐴𝑇𝑃).
Dado que la mayoría de las proteínas que usa la mitocondria son sintetizadas en el citosol a partir de 𝑨𝑫𝑵 nuclear, el
sistema de importación de proteínas en este orgánulo está bastante desarrollado. Los complejos Tom (en la 𝑀𝑀𝐸) y Tim (en
la 𝑀𝑀𝐼) funcionan coordinados para funcionar como canales que permiten la entrada (y salida) de proteínas a la
mitocondria.
 Aunque dependiendo del destino final intervienen complejos Tom y Tim distintos, el complejo Tom40 es el canal
general de paso por la 𝑀𝑀𝐸.
 Cuando el destino final es la matriz, las dos membranas tienen sitios de unión para facilitar el contacto entre ambos
tipos de complejos y permitir el paso de la proteína hasta la matriz.
 Todas las proteínas a traslocar necesitan una secuencia de aminoácidos, la secuencia señal, que indique a la célula que
su destino es la mitocondria.
A partir de aquí, podemos diferenciar varios casos:
a) Proteínas Solubles con Destino Final en la Matriz: Hay una sola secuencia señal implicada, la llamada presecuencia.
 Un receptor de importación (Tom20) reconoce la
presecuencia y cambia de conformación, haciendo
que un complejo Tom se abra y la proteína pueda
pasar.
 Al dirigirse a la matriz, esta translocación se
producirá en aquellos sitios de unión entre ambas
membranas, por lo que la proteína también atraviesa
un complejo Tim (la translocación es posible gracias
a que hay ciertas proteínas que actúan como
“motor”).
 En la mayoría de proteínas destinadas a la matriz, se
elimina la presecuencia por una peptidasa
procesadora de la matriz (𝑀𝑃𝑃) una vez dentro la
proteína.
 Finalmente, para hacer activa la proteína, se necesitan
chaperonas para que faciliten que la proteína traslocada vuelva a su conformación inicial.
b) Proteínas No Solubles que quedan embebidas en una Membrana: Pueden darse varios casos:
1. Ciertas proteínas presentan, además de la presecuencia, una secuencia de detención de la transferencia. Estas
proteínas siguen el mismo camino que las solubles hasta llegar a Tim23, donde se reconoce la secuencia de
detención, lo que hace que salgan lateralmente del canal para insertarse en la 𝑀𝑀𝐼.
Otras veces, cuando la proteína ya está en la matriz, la eliminación de la presecuencia por la proteasa deja
expuesta una segunda señal que dirige a estas proteínas hacia la 𝑶𝒙𝒂𝟏, una translocasa, donde pueden ser
detenidas en su tránsito por señales de detención de la transferencia e insertadas en la 𝑀𝑀𝐼.
2. En el caso de las proteínas transmembrana multipase de la 𝑀𝑀𝐼, no contienen presecuencias pero sí múltiples
secuencias de señal interna (reconocidas por el receptor Tom70). Estas proteínas entran por Tom40, pero en el
espacio intermembranoso son reconocidas por ciertas proteínas pequeñas móviles, las Tiny Tims, que la guían
hasta Tim22 de la 𝑀𝑀𝐼. Una vez dentro del poro de internalización, las secuencias internas de detención
detienen la traslocación y la proteína se transfiere lateralmente al interior de la 𝑀𝑀𝐼.
3. En el caso de la 𝑀𝑀𝐸, muchas proteínas de la 𝑀𝑀𝐸 salen hacia el espacio intermembranoso a través del
complejo Tom, donde son reconocidas por las Tiny Tims y transportadas hacia un segundo complejo,
denominado 𝑺𝑨𝑴, desde el cual se ensamblarán para ser insertadas en la 𝑀𝑀𝐸. Otras proteínas de la 𝑀𝑀𝐸 con
dominios transmembrana de 𝜶-hélices son capaces de salir lateralmente del complejo Tom40 directamente.
c) Proteínas Solubles con Destino Final en el Espacio Intermembranoso: Algunas de las proteínas destinadas al
espacio intermembranoso pasan a través de la 𝑀𝑀𝐸 y consiguen quedarse en este compartimento gracias a que
contienen señales reconocibles por ciertas chaperonas que se encuentran en el mismo. En otros casos, entran hasta la
matriz y, al eliminar la presecuencia, dejan expuesta la señal que las llevará a la 𝑶𝒙𝒂𝟏, pero esta vez la usarán como
canal para acabar en el espacio intermembranoso. Por último, también se dan casos de proteínas que difunden
lateralmente en el complejo Tim, incorporándose a la 𝑀𝑀𝐼, pero gracias a la acción de una proteasa que la “corta”
consigue salir al espacio intermembranoso.

En la cadena de transporte de electrones, el orden de los complejos es fundamental para su funcionamiento. Esto evidencia
la mayor rigidez de estas regiones.
 El complejo 𝑰 es el que coge los electrones de
alta energía del 𝑵𝑨𝑫𝑯, mientras que el
complejo 𝑰𝑰 lo hace del 𝐹𝐴𝐷𝐻2 . Ambos
mandan los electrones a la coenzima 𝑸, una
proteína liposoluble y embebida en la 𝑀𝑀𝐼.
 De la coenzima 𝑸, pasan al complejo 𝑰𝑰𝑰, y de
él, por medio del citocromo 𝒄 (proteína
soluble del espacio intermembranoso), al
complejo 𝑰𝑽. Finalmente, el aceptor final de
electrones, el oxígeno, los toma y, junto con
protones, forma agua.
 El salto de electrones entre complejos libera energía que es utilizada por los complejos 𝑰, 𝑰𝑰𝑰 y 𝑰𝑽 para convertirse en
“bombas” de protones, haciendo que salgan al espacio intermembranoso.
 La acumulación de protones fuera de la matriz crea un gradiente de concentración y de carga, que además se acentúa
con los transportadores 𝑨𝑻𝑷-𝑨𝑫𝑷 y fosfato-𝑶𝑯− .
 La 𝑨𝑻𝑷 sintasa usa estos gradientes para sintetizar 𝐴𝑇𝑃: los protones se mueven hacia la matriz por gradiente (sin
gasto de energía), y la única vía para ello es pasar por la 𝑨𝑻𝑷 sintasa, que funciona como una dinamo. La entrada de
protones hace que un rotor gire y se acumule energía para que en la región globular se sintetice 𝑨𝑻𝑷 a partir de 𝐴𝐷𝑃 y
𝑃𝑖 .
Las divisiones mitocondriales pueden producirse por segmentación (estrangulación) o partición (formación de tabiques).
El origen evolutivo de las mismas presenta dos teorías: la teoría simbiótica (las mitocondrias provendrían de bacterias
aerobias que se asociaron a células eucariotas anaerobias) y la teoría no simbiótica (en una bacteria aerobia muy
evolucionada se produjo una escisión del genoma, quedando en dos compartimentos separados).
Orgánulos Autorreplicantes. Peroxisomas
Los peroxisomas también son orgánulos autorreplicantes. Están rodeados por una sola membrana en cuyo interior hay
enzimas oxidativas (oxidasas) que oxidan, con el oxígeno de la célula, algunos sustratos como ácidos grasos o aminoácidos
con el objetivo de degradarlos.
Sin embargo, estas reacciones producen peróxido de hidrógeno como residuo, un compuesto peligroso para la célula. Para
eliminarlo, en el mismo peroxisoma encontramos catalasas que lo degradan, evitando así daños celulares.
Además de esta, otras de las funciones de los peroxisomas incluyen la síntesis de colesterol y otros lípidos, y la
detoxificación (etanol en células hepáticas, por ejemplo).
Retículo Endoplasmático
El retículo endoplasmático (𝑅𝐸) es una estructura celular basada en un sistema de sáculos aplanados (𝑅𝐸𝑅) y túbulos
membranosos (𝑅𝐸𝐿) interconectados entre sí, es decir, encerrando un único espacio, y con la envoltura nuclear. Todas las
células lo tienen, aunque cada tipo de retículo puede estar más o menos desarrollado según la función de las mismas, y
conforman la primera parte de lo que conocemos como sistema de endomembranas.
Atendiendo a la estructura general, el 𝑅𝐸 se basa en una
membrana de 5 − 6 𝑛𝑚 muy fluida y con una composición
basada en un 30% lípidos (poco colesterol y poco glucolípidos),
y el restante 70% proteínas. Asimismo, su componente glucídico
se localiza en la cara luminal, y en el caso del 𝑅𝐸𝑅, tiene
ribosomas adheridos en su cara citosólica. El espacio encerrado
por la membrana se denomina lumen, y es una solución acuosa
con muchas proteínas que puede llegar a ocupar hasta el 10% del
volumen celular.
Si nos centramos en las funciones del 𝑹𝑬𝑹, se encarga
principalmente de la síntesis de proteínas, las modificaciones co
y postraduccionales (𝑁-glucosilación, puentes disufuro,
plegamiento, ensamblaje), el mantenimiento de la envoltura
nuclear, y la regeneración de membranas.
 En la célula, encontramos dos tipos principales de proteínas: las proteínas sintetizadas en ribosomas libres (proteínas
citoplasmáticas, proteínas periféricas de la superficie interna de la membrana plasmática con uniones muy débiles,
proteínas con señales de destino a otros orgánulos) y las proteínas sintetizadas por ribosomas adosados al 𝑹𝑬𝑹
(proteínas secretadas, proteínas integrales de membrana, proteínas de ciertos orgánulos como el Golgi o los
lisosomas). Los ribosomas que las sintetizan no son distintos en ambos casos; lo único que hace que el ribosoma se
adose a la membrana del 𝑹𝑬𝑹 es la propia señal que hay en la proteína. Esto significa que todos los ribosomas que
vemos adheridos al 𝑅𝐸𝑅 están traduciendo en ese instante, es decir, que no están pegados a él constantemente, solo a
la hora de sintetizar la proteína correspondiente.
Estas señales de las que hemos hablado se denominan secuencias de localización de las proteínas, y son necesarias y
suficientes para dirigirlas hasta un orgánulo determinado, o incluso para determinar la disposición final de la misma
(si es transmembrana). Se basan en secuencias cortas de aminoácidos intrínsecas que indican la localización específica
de la proteína dentro de la célula.
Como ya hemos visto, el caso del 𝑹𝑬𝑹 es el único en el que se produce una translocación cotraduccional, es decir, que
la proteína se dirige hacia su orgánulo destino mientras está siendo traducida (y no translocación postraduccional,
como en el resto de casos, aunque algunas proteínas pueden entrar de forma postraduccional al 𝑅𝐸𝑅 mediante la
acción de una enzima citosólica). A este movimiento al 𝑅𝐸𝑅 de la cadena peptídica mientras sigue sintetizándose
también lo llamamos descarga vectorial, dado que la proteína va a ser “descargada” en el 𝑅𝐸𝑅 a medida que se va
sintetizando. El siguiente desarrollo nos explica la translocación de proteínas solubles destinadas al lumen del 𝑅𝐸𝑅, a
otros orgánulos o a ser secretadas:
1. El inicio de la traducción ocurre en el citosol como en el resto de casos, sin variación.
2. Cuando empieza la síntesis, aparece una secuencia corta de aminoácidos (el péptido señal) en el extremo
amino-terminal que es reconocida por la partícula de reconocimiento de la señal (𝑷𝑹𝑺, un complejo
riboproteico). Esta partícula se une al péptido señal y al ribosoma, concretamente bloqueando el sitio 𝑨, lo que
inhibe la traducción y hace que todo el complejo se dirija a la membrana del 𝑹𝑬𝑹.
3. La 𝑷𝑹𝑺 es reconocida por el receptor de la 𝑷𝑹𝑺 en la membrana del 𝑅𝐸𝑅, al que se une. Esta unión hace que se
libere a la 𝑃𝑅𝑆 del ribosoma y de la secuencia señal de la cadena polipeptídica (con gasto de energía). A su vez,
el receptor provoca un cambio de conformación en un canal de membrana o translocón, haciendo que se abra.
4. El ribosoma, ya libre de la 𝑃𝑅𝑆, se coloca
encima del translocón abierto (haciendo
de “tapón”). El péptido señal es capaz de
interactuar con ciertas cadenas laterales
hidrofóbicas cortas localizadas en el cuello
del translocón, adhiriéndose a ellas.
5. Conforme la traducción se reanuda, el
péptido en crecimiento se dirige al interior
del 𝑹𝑬𝑹. A medida que continúa el
proceso, la peptidasa señal corta el
péptido señal y el polipéptido es liberado
en el lumen del 𝑅𝐸𝑅.
6. Al llegar al codón de parada, la proteína
termina de introducirse mientras el resto
del complejo se degrada y el translocón se
cierra. Ciertas chaperonas y
chaperoninas, además, ayudarán a darle
forma a las proteínas.
En cambio, el proceso varía un poco cuando hablamos de proteínas transmembrana, tanto para el 𝑅𝐸 como si después
van a ir a otras membranas celulares. Estas proteínas no son liberadas al lumen, sino que permanecen ancladas a la
bicapa lipídica mediante una o más señales hidrofóbicas (secuencias de anclaje y detención de la transferencia,
secuencias internas de fijación, …) que suelen conformar 𝜶-hélices. La correcta orientación y disposición de la proteína
se mantiene siempre (incluso si cambia de membrana, siendo equivalente el lumen del 𝑅𝐸𝑅 con el exterior celular), y
depende de estas secuencias hidrofóbicas (secuencias topogénicas). Así, el número de veces que la proteína se inserte
en la membrana dependerá del número de señales hidrofóbicas que contenga.
 El mecanismo más directo de inserción a la membrana del 𝑅𝐸𝑅 da como resultado la síntesis de proteínas con
el extremo amino-terminal en el lumen. Estas proteínas tienen un péptido señal normal en su extremo amino-
terminal que, tal y como con las
proteínas solubles, es cortado por la
peptidasa señal una vez se retoma la
síntesis de la proteína. Lo que hace
distintas a estas proteínas es que
presentan una segunda secuencia, la
secuencia de anclaje y detención de la
transferencia, que bloquea la
translocación a través del translocón
debido a que este se abre para que la
región hidrófoba de la proteína quede
insertada en la membrana. Al seguir
traduciendo el ribosoma, todo el resto de la proteína queda
en contacto con el citosol.
 Otras proteínas son capaces de anclarse a la membrana del
𝑅𝐸𝑅 mediante secuencias internas de fijación. En este
caso, el péptido señal no se encuentra en el extremo
amino-terminal, sino que se ubican más adelante en la
proteína. Esto hace que no puedan ser cortados por la
peptidasa señal, y que se comporten como secuencias
hidrófobas que forman 𝛼-hélices y, por tanto, pueden
abandonar el translocón para insertarse en la membrana.
Dependiendo de la orientación de esta secuencia, la
proteína podrá estar orientada con su extremo amino-
terminal o carboxilo-terminal hacia el lumen.
 Las proteínas transmembrana multipaso son resultado de
la alternancia de secuencias de anclaje y detención de la
transferencia, y secuencias internas de fijación.
 Las modificaciones co y postraduccionales más importantes que se llevan a cabo en el 𝑅𝐸𝑅 son la N-glucosilación, la
formación de puentes disulfuro, y el correcto plegamiento y ensamblaje de las proteínas. Estos cambios, al ser solo
exclusivos de proteínas sintetizadas en ribosomas adosados al 𝑅𝐸𝑅, diferenciarán a estas proteínas del resto.
 La oligosacaril-transferasa es una proteína integral de membrana del 𝑅𝐸𝑅 que se encarga de añadir
carbohidratos a la proteína naciente, es decir, de hacer la glucosilación (concretamente, la N-glucosilación).
Esta glucosilación se llama así porque el
oligosacárido (preensamblado y siempre el mismo)
va a ser transferido a los extremos amino-
terminales del residuo de asparragina.
El transportador lipídico que conserva al
oligosacárido antes de su transferencia a la
proteína se llama dolicol-fosfato, y siempre lo
encontraremos en la cara interna de la membrana.
Entonces, una vez localizado el residuo de
asparragina, la oligosacaril-transferasa lo pasa a la
cadena polipeptídica. Finalmente, los tres residuos
de glucosa del oligosacárido serán eliminados.
La glucosilación ayuda a evitar la agregación de
proteínas en el 𝑅𝐸, y añade señales para su
posterior distribución en la vía secretoria.
 La disulfuro-isomerasa forma puentes disulfuro
necesarios para que la proteína se pliegue correctamente y
puedan ensamblarse las proteínas multiméricas.
 El correcto plegamiento y ensamblaje de las proteínas
también se controla en el 𝑅𝐸𝑅, sirviendo incluso como un
“control de calidad”. Las chaperonas y chaperoninas se
encargarán tanto de controlar que la estructura proteica
sea correcta como de favorecer una mayor organización, es
decir, asegurar el armado de proteínas multiméricas. Así,
por ejemplo, son chaperonas las proteínas BiP, la calnexina
o la calreticulina, que se encargan de revisar el estado de
plegamiento.
El “control de calidad” del que hablamos se pone en funcionamiento precisamente por la acción de las
chaperonas; cuando estas intentan corregir un mal plegamiento pero no es posible, se detecta para que la
proteína sea desechada. Entonces, un canal de salida (proteína translocadora) se abre en la membrana del 𝑅𝐸𝑅
para que salga al citosol, donde inmediatamente son reconocidas las glucosilaciones de la misma por la
N-glucanasa (no puede haber proteínas glucosiladas en el citosol). Tras la eliminación de las glucosilaciones,
son marcadas con ubiquitina, lo que desencadena su final degradación en un proteosoma.
Si nos centramos ahora en las funciones del 𝑹𝑬𝑳, principalmente se encarga de la síntesis de lípidos (la mayoría) y
derivados lipídicos (hormonas esteroideas, ácidos biliares), y de la regeneración de membranas. Localmente, también
pueden adoptar otras funciones como la elongación y desaturación de ácidos grasos, la detoxificación (células hepáticas), la
regulación de iones 𝑪𝒂++ (células musculares estriadas), o la transformación del glucógeno (células hepáticas).
 A la hora de hablar de lípidos, el 𝑹𝑬𝑳 sintetiza todos los tipos exceptos los ácidos grasos y dos fosfolípidos
mitocondriales. Dado que los precursores de los lípidos (glicerol 3-
fosfato, una cabeza polar, 2 acilo graso CoA, …) se encuentran en el
citosol, la síntesis se realizará mediante enzimas de membrana con
sus sitios activos hacia el espacio citosólico. Sin embargo, de esta
manera solo se regenerarían los lípidos en esa cara, perdiéndose la
asimetría de la bicapa. Para solucionar esto, actúa la flipasa, que
provocan movimientos de flip-flop selectivamente (no es al azar,
solo cambiará de cara los que necesitan ser cambiados).
Incluso después de ser sintetizados, los distintos orgánulos tienen
capacidad de modificar los lípidos que les lleguen. El sistema de
transporte de lípidos a otras membranas tiene varias maneras de
realizarse (algunas hipotéticas):
 A través de vesículas producidas por gemación y que
finalmente se unirán a la membrana diana. Este sistema
está comprobado que ocurre, y no es exclusivo de
lípidos, sino que con la formación de vesículas se
transportan también proteínas transmembrana y el
contenido soluble que queda encerrado en ellas.
Gracias a esto, las membranas son renovadas
constantemente (biogénesis).
 A través de proteínas transportadoras (hipotética),
situándose una en el 𝑅𝐸𝐿 y otra en la membrana diana.
Estas proteínas pondrían en contacto ambas
membranas, permitiendo el paso de los lípidos.
 A través de proteínas fijadoras, que cogerían el lípido a
transportar de la membrana del 𝑅𝐸𝐿 y lo transportan a la membrana diana. Este
sistema necesita de proteínas por el hecho de que los lípidos son hidrófobos, y no
pueden moverse por sí solos en medios líquidos como el citosol.
 En el 𝑅𝐸𝐿 también se sintetizan hormonas esteroideas, por ejemplo el cortisol (corteza suprarrenal), el estradiol
(ovario y placenta), o la testosterona (testículos).
 En hepatocitos y adipocitos, el 𝑅𝐸𝐿 está especializado en la elongación y desaturación de ácidos grasos.
 La detoxificación celular es otra de las funciones que el 𝑅𝐸𝐿 realiza, especialmente en el hígado (aunque también en
órganos como los riñones, los pulmones, los intestinos o la piel). Al ingerir ciertas moléculas tóxicas (esto es, muy
poco solubles y, por tanto, difícilmente expulsables), el citocromo 𝑷𝟒𝟓𝟎, situado en la membrana, cataliza reacciones
las que solubilizan para que puedan ser excretadas. Una alta dosis de estos compuestos produce una proliferación
temporal del 𝑅𝐸𝐿 en las células (cuando estas se desintoxican, el 𝑅𝐸𝐿 se reduce).
 Al igual que las mitocondrias, el 𝑅𝐸𝐿 de ciertas células como las musculares estriadas (retículo sarcoplásmico) sirve
como reservorio de iones 𝑪𝒂++ ; al ser este un segundo mensajero, su nivel citosólico debe regularse con precisión, y el
𝑅𝐸𝐿 es el encargado de secuestrarlo o liberarlo.
 La liberación de glucosa a partir de la transformación de
glucógeno en células hepáticas también la media el 𝑅𝐸𝐿.
Aparato de Golgi
El aparato de Golgi (𝐴𝐺) es una estructura membranosa localizada
normalmente cerca del núcleo y del centrosoma.
Si atendemos a su estructura, la unidad fundamental de formación
del 𝐴𝐺 es el dictiosoma, un apilamiento de 4 a 6 cisternas
aplanadas, fenestradas (con agujeros como “donuts”) y separadas
por delgadas franjas de citoplasma. El número de dictiosomas por
𝐴𝐺 es variable, pero siempre estarán interconectados entre sí
formando un solo 𝐴𝐺 por célula. Cada dictiosoma presenta tres
compartimentos (compartimento cis, compartimento intermedio,
y compartimento trans) que están polarizados, es decir, con una
orientación que se mantiene (la región cis más cerca del 𝑅𝐸𝑅, y la
región trans más cerca de la membrana plasmática). En caso de presentar más de un dictiosoma, todos tendrán la misma
orientación. Además del dictiosoma, también podemos diferenciar una red de túbulos y vesículas a cada lado del 𝐴𝐺 (red cis
y red trans).
Para analizar la composición química, separemos dos partes:
 Las membranas del 𝐴𝐺 tienen un espesor variable (6 − 7′ 5 𝑛𝑚), son asimétricas y presentan un contenido en lípidos
de 35-40%, siendo el resto proteínas.
 El interior contiene una solución amorfa, muy variable según el tipo celular y el compartimento determinado, y con
muchas enzimas del tipo sulfatasas, fosfatasas y glucosiltransferasas.
Las funciones del 𝐴𝐺 se basan por un lado en la regeneración de membranas (junto al 𝑅𝐸), y por otro en la maduración,
clasificación y distribución de sustancias (proteínas y lípidos que vienen del 𝑅𝐸).
 El transporte de lípidos y proteínas del 𝑹𝑬 al 𝑨𝑮 empieza por la acumulación de proteínas solubles bien sintetizadas
y correctamente plegadas en la zona de salida, o sea, una zona del 𝑅𝐸 sin ribosomas adheridos reservada para la
formación de vesículas de transporte que posteriormente se fusionarán con la membrana diana. Estas vesículas se
caracterizan por tener una cubierta de proteínas 𝑪𝑶𝑷 − 𝑰𝑰 que se degrada una vez están totalmente separadas del 𝑅𝐸.
Además, el hecho de que se formen por gemación permite que no solo se transporten las proteínas del lumen del 𝑅𝐸,
sino que también lo hagan las proteínas transmembrana y los lípidos.
Antes de llegar al 𝐴𝐺, las vesículas de transporte se fusionan con la membrana del 𝑬𝑹𝑮𝑰𝑪, un complejo intermedio 𝑅𝐸-
𝐴𝐺 formado por túbulos y vesículas. De ahí vuelven a formarse vesículas de transporte que irán destinadas a la red
cis del 𝐴𝐺.
Cabe destacar que, en ciertos casos, el transporte
también puede darse en sentido contrario, es
decir, del 𝐴𝐺 al 𝑅𝐸; por ejemplo, sabemos que el
uso de vesículas hace que se transporten todas las
proteínas englobadas en ellas, pero hay algunas
cuyo destino final es el 𝑹𝑬. Estas proteínas son
detectadas en el 𝐴𝐺 por un receptor 𝑲𝑫𝑬𝑳 gracias
a que tienen una señal 𝐾𝐷𝐸𝐿 (secuencia de
retención en el retículo). Entonces, se generan
vesículas de transporte, esta vez cubiertas con
proteínas 𝑪𝑶𝑷 − 𝑰, que vuelven al 𝑅𝐸.
El transporte 𝐴𝐺-𝑅𝐸 lo denominamos transporte
retrógrado, mientras que el que va en dirección
𝑅𝐸-𝐴𝐺 lo llamamos transporte anterógrado.
Nos encontramos, asimismo, con una variación progresiva del pH; conforme nos alejamos del 𝑅𝐸, se va haciendo más
ácido hasta llegar al 𝐴𝐺, e incluso se acidifica más cuando hablamos de lisosomas. Esta disminución del pH tiene como
objetivo conseguir que se suelten los ligandos de los receptores.
 Las modificaciones de proteínas y lípidos en el 𝐴𝐺 siempre ocurren confinadas en un mismo compartimento
determinado y de forma secuencial debido a que las enzimas están distribuidas diferencialmente. Por ejemplo, vemos
que las N-glucosilaciones se finalizan aquí, ya que los N-oligosacáridos de las proteínas formados en el 𝑅𝐸𝑅 sufren
modificaciones graduales (en todos los compartimentos de 𝐴𝐺 ocurre algo) hasta ser transformados en N-
oligosacáridos ricos en manosa, o en N-oligosacáridos complejos.
También se realizan las glucosilaciones con O-glucosacáridos, el ensamblaje y sulfatación de los proteoglucanos, la
maduración y condensación de proteínas, y la adición de azúcares a lípidos.
Hay varios modelos de transporte entre los compartimentos del 𝐴𝐺 propuestos:
 El modelo de cisternas fijas explica que el transporte entre cisternas se
realiza siempre a través de vesículas.
 El modelo de maduración de cisternas expone que los compartimentos
no son fijos, sino que se van transformando en otros gracias a la
recepción de enzimas por vesículas.
 Una vez los componentes han sido totalmente madurados, es la hora de su
clasificación y distribución. Al llegar a la red trans del 𝐴𝐺, hay varias
vías que pueden tomar: o bien desviarse por una señal hacia los
lisosomas, o bien irse hacia la membrana plasmática (vía secretora). En
estos últimos casos, las vesículas que se forman pueden estar
recubiertas de proteínas como la clatrina.
Dentro de las secreciones, podemos dividir entre secreciones reguladas
(mediadas por una señal porque son secreciones específicas) y
secreciones constitutivas (ocurren de forma continua porque tienen
como objetivo la regeneración de la membrana plasmática o de la
matriz). Al depender las secreciones reguladas de una señal, nos
podemos encontrar con casos en los que las vesículas de secreción se
forman automáticamente pero no se transportan hasta que llega la
señal, y con casos en los que la proteína se mantiene en la red trans del
𝐴𝐺 y solo se forma la vesícula cuando llega la señal.
Lisosomas. Proteosomas
Los lisosomas son orgánulos membranosos en los que
se engloban enzimas de degradación (enzimas líticas).
Todas las células los tienen, y suelen estar situados
alrededor del núcleo. Son muy heterogéneos tanto en
tamaño, como en forma, como en contenido (denso,
homogéneo, heterogéneo), principalmente
dependiendo del momento en el que se encuentre el
lisosoma.
Su principal función es la degradación de material, es
decir, servir como el sistema digestivo celular
controlado. Si nos fijamos en su contenido, vemos
toda clase de hidrolasas ácidas en su lumen, cada una
indicada para degrada moléculas concretas: nucleasas
(𝐴𝑅𝑁 y 𝐴𝐷𝑁), proteasas (proteínas), glucosidasas y
lisozimas (glúcidos), lipasas y fosfolipasas (lípidos),
arilsulfatasas (ésteres de sulfatos), y fosfatasas
(fosfatos de moléculas orgánicas). Las hidrolasas no se reparten en lisosomas concretos, es decir, en cada lisosoma hay una
mezcla de varios tipos siempre. Al tener estas enzimas un pH óptimo muy ácido, la membrana de los lisosomas está repleta
de bomba de protones para conseguir acidificar la solución del lumen. Del mismo modo, para compensar las cargas de los
protones, también presenta canales de 𝑪𝒍− , por los que entran estos iones de forma pasiva (a favor de gradiente de carga). Si
un lisosoma se rompe en la célula, la acidez general no conseguirá subir lo suficiente como para que haya algún efecto, pero
si todos se rompen sí, dado que las hidrolasas podrán empezar a actuar. En la membrana del lisosoma también encontramos
proteínas de transporte específicas (sacarán lo degradado al citosol para su reutilización o excreción) y una gran cantidad de
proteínas glucosiladas (protegen la membrana de las hidrolasas).
La modificación que sufren las enzimas lisosomales es siempre la misma, sin importar el tipo concreto de enzima que es
(gracias a que todas son proteínas N-glucosiladas), y exclusiva de la red cis del 𝑨𝑮 (a partir de ahí, estas hidrolasas se van
transportando sin modificarse hasta la red trans del 𝐴𝐺).
1. Una vez llegan a la cara cis del 𝑨𝑮, son
marcadas con un fosfato en el carbono 6 de
cierta manosa, dando lugar a una manosa-6-
fosfato. Este proceso se repetirá tantas veces en
cada enzima como N-oligosacáridos tenga.
La enzima encargada de esto es la N-
acetilglucosamina-1-fosfotransferasa, la cual
tiene dos sitios de reconocimiento, uno para la
enzima lisosomal y otro para una uridina
difosfato (𝑈𝐷𝑃). La reacción que se cataliza
dará lugar a la adición de N-acetilglucosamina
fosfato (procedente de la 𝑈𝐷𝑃) al residuo de
manosa, posteriormente eliminándose el grupo
N-acetilglucosamina para dar lugar a la manosa-6-fosfato.
2. Estas manosas-6-fosfato servirán de reconocimiento una vez las hidrolasas lisosomales se hayan desplazado hasta la
red trans del 𝐴𝐺; la unión a un receptor 𝑴𝟔𝑷 (que es capaz de reconocer a cualquier enzima lisosomal dado que todas
están modificadas por igual) provoca la creación de una vesícula de transporte (con cubierta de clatrina que
desaparecerá posteriormente).
3. La vesícula de transporte se fusionará con el endosoma tardío, dejando las hidrolasas dentro del lisosoma. Aquí, el
bajo pH hará que se desunan del receptor 𝑀6𝑃, y una vez libres el grupo fosfato será eliminado, obteniendo así las
hidrolasas lisosomales maduras.
4. Los receptores 𝑴𝟔𝑷 serán reciclados gracias a la creación de vesículas (también con cubiertas de clatrina) que los
devolverán a la red trans del 𝐴𝐺. Se tiene constancia de que algunas de estas vesículas de reciclaje acaban
fusionándose con la membrana plasmática, dejando los receptores 𝑀6𝑃 expuestos en la superficie celular,
probablemente para participar de alguna manera en la comunicación intercelular.
La llegada de material a digerir al lisosoma puede seguir tres rutas distintas según su origen:
 Ruta Endocítica: No hay un solo modelo de ruta endocítica, pero todas siguen una estructura base. No hay ninguna
célula que no disponga de alguna ruta endocítica. El esquema general es el siguiente:
1. Se crea una vesícula endocítica que envuelve los materiales que la célula quiere digerir. Hay rutas en las que
esta vesícula tiene una cubierta de clatrina en sus primeros momentos (cuando está totalmente formada, la
cubierta se desensambla).
2. Usualmente varias vesículas endocíticas pueden fusionarse. Dada la presencia de canales de protones, el
interior de estas va a ir haciéndose cada vez más ácido, acentuándose este hecho si ha habido uniones entre
varias vesículas endocíticas (ya que hay cada vez más canales de protones). Así, la vesícula endocítica pasa a
llamarse endosoma temprano.
Es durante la fase de endosoma temprano cuando, en algunos de los casos en los que la ruta ha sido iniciada
por la unión de un ligando a un receptor de membrana, se crean vesículas de reciclaje que, al fusionarse con la
membrana plasmática, lo devuelven a la misma. El cambio progresivo en el pH es lo que ha sido usado para
separar el ligando (lo que vamos a digerir) del receptor. En otros casos, la unión receptor-ligando no se rompe
y el conjunto sigue viajando hasta que se degrada en el lisosoma. También podemos ver un tercer caso en el
que, si bien la carga suele endocitarse para su digestión, esta puede usar la célula para pasar de un espacio
extracelular a otro (transcitosis), por lo que no se degradará, sino que provocará una exocitosis.
3. Conforme el pH se va haciendo cada vez más ácido, pasamos a la fase de endosoma tardío. Aquí es cuando las
vesículas provenientes de la red trans del 𝐴𝐺 se fusionan con el endosoma tardío para incorporar las hidrolasas.
Solo cuando el pH sea lo suficientemente bajo y haya una concentración de hidrolasas adecuada, la degradación
podrá empezar.
4. Una vez empieza la degradación del material, el endosoma tardío pasa a llamarse lisosoma.
En este esquema, estamos plasmando la idea de que las categorías desde endosoma primario hasta lisosoma las va
adoptando una misma molécula que “evoluciona” gracias a la progresiva disminución del pH desde la membrana
plasmática hasta el lisosoma. Sin embargo, cabe destacar que otras hipótesis defienden la existencia de grupos ya
predeterminados de cada categoría, es decir, un grupo de endosomas primarios, un grupo de endosomas secundarios,
y un grupo de lisosomas, y simplemente se van fusionando unos con otros a medida que avanza el proceso.
 Ruta Fagocítica: Esta ruta es específica de algunos tipos celulares
que son capaces de extender unas prolongaciones de membrana
llamadas seudópodos. El material a fagocitar (normalmente
partículas muy grandes) es rodeado por los seudópodos hasta que
es incorporado al interior celular, creando una vesícula llamada
fagosoma. Cuando las vesículas procedentes del 𝐴𝐺 se fusionan
con el fagosoma para traer las hidrolasas, y el pH es lo
suficientemente bajo, la digestión empezará y pasará a llamarse
fagolisosoma.
 Ruta Autofágica: Esta ruta la tienen todas las
células ya que su objetivo es la degradación de
estructuras celulares viejas. Para ello, un trozo
del 𝑹𝑬𝑳 rodea a la estructura que va a ser
digerida, creando un autofagosoma. Una
característica de esta vesícula es que tiene una
doble membrana dado su origen. Del mismo
modo que con el fagosoma, se irán uniendo las
hidrolasas para hacer la degradación.
A la hora de degradar lípidos de membrana y
proteínas transmembrana, existe una subvía
con rasgos endocíticos, pero catalogada como
autofágica ya que se digieren componentes
obsoletos de la propia célula. A través de este
sistema, se crean vesículas endocíticas que incluyen los lípidos y proteínas a degradar (marcados con ubiquitina) en
su membrana. Al llegar a la fase de endosoma tardío, ocurre el secuestro, un proceso de “endocitosis hacia dentro del
endosoma” mediante el cual se crean pequeñas vesículas con los componentes a degradar en su membrana. El
resultado final será la obtención de un cuerpo multivesicular, al que se irán añadiendo hidrolasas que degradarán las
pequeñas vesículas.
Este sistema de digestión celular puede tener muchos objetivos, como por ejemplo la defensa celular, la renovación de los
orgánulos celulares, la crinofagia (se regula la secreción degradando vesículas de secreción no usadas), la reabsorción de
células muertas, la destrucción de zonas celulares lesionadas, o la diferenciación.
Además de la degradación de proteínas a través de los lisosomas, existe otra ruta no lisosomal mediante la que se degradan
proteínas mal formadas y de vida media corta: el proteosoma. En este caso, se involucra el sistema de ubiquitinización en
vez de los procesos de endocitosis, fagocitosis y autofagocitosis.
Citoesqueleto
El citoesqueleto consiste en una red de filamentos
proteicos que se extiende por el citoplasma de todas las
células eucariotas. Está considerado como una estructura
dinámica que se reorganiza continuamente según el tipo
celular, y el momento del ciclo en el que esta se encuentra.
Su función es proporcionar un armazón estructural para
esta, actuando como un “andamio” que determina y
mantiene la forma celular y la organización general del
citoplasma. Además de desempeñar este papel estructural,
el citoesqueleto es responsable de los movimientos
celulares, no solo de la célula en su conjunto, sino también
refiriéndonos al transporte interno de orgánulos y otras estructuras como los cromosomas mitóticos a través del citoplasma.
La composición del citoesqueleto se basa en tres tipos principales de fibras de naturaleza proteica (además de las proteínas
accesorias que se unen a ellas) diferenciadas en tamaño, distribución y componentes que las forman:
 Microtúbulos: Son los de mayor diámetro (24 − 25 𝑛𝑚), y se distribuyen en forma de áster a partir del 𝑪𝑶𝑴 (centro
organizador de microtúbulos), por lo que están más inmersos en el citoplasma. Su unidad básica es la tubulina.
 Microfilamentos: Son los de menor diámetro (7 − 9 𝑛𝑚), y se localizan en la periferia celular, menos inmersos en el
citoplasma y más cercanos a la membrana plasmática. Su unidad básica es la actina.
 Filamentos Intermedios: Son típicos de células más especializadas, y presentan una distribución más homogénea en el
citoplasma. Su diámetro es intermedio (sobre los 10 𝑛𝑚), y la existencia de ciertos puntos de unión entre filamentos y
con la membrana celular sugiere que confieren resistencia mecánica y crean un armazón en el que pueden tener lugar
diversos procesos celulares. Están compuestos por diversos tipos de proteínas.
Microtúbulos. Centrosoma. Centriolos. Cilios. Flagelos
Los microtúbulos son varillas proteicas rígidas y
huecas, de aproximadamente 25 𝑛𝑚 de diámetro y muy
dinámicas, es decir, continuamente ensamblándose y
desensamblándose en la célula. Intervienen en la
determinación de la forma celular y en diversos
movimientos celulares (locomoción celular, transporte
intracelular de orgánulos, huso mitótico).
La composición de los microtúbulos se basa en un
único tipo de proteína globular, denominada tubulina
y caracterizada por ser un dímero constituido por una
𝜶-tubulina y una 𝜷-tubulina (también encontramos la
𝜸-tubulina específicamente en el centrosoma, donde
desempeña un papel clave en el inicio del ensamblaje
de los microtúbulos).
 Estas dos subunidades tienen pocas diferencias
estructurales, y cabe destacar que ambas tienen
afinidad por el 𝑮𝑻𝑷, si bien solo la 𝜷-tubulina
tienen actividad 𝑮𝑻𝑷asa.
 La unión en el citosol entre la 𝜶-tubulina y la 𝜷-tubulina es espontánea, formándose los dímeros de tubulina. Esta
afinidad 𝜶-𝜷 es imprescindible a la estructura de los microtúbulos.
 Los dímeros son capaces de unirse formando hileras (denominadas protofilamentos) y siempre con un mismo orden,
o sea, siempre alternándose 𝛼-tubulina con 𝛽-tubulina en cada hilera. Cada microtúbulo tiene 13 protofilamentos de
longitud variable, aunque siempre múltiplo de 8 (ya que la longitud del dímero de tubulina es 8 𝑛𝑚), y ensamblados
alrededor de un centro hueco. Las uniones laterales entre hileras siempre se realizan entre subunidades iguales; el
resultado de esto es que, si hiciéramos un corte transversal al microtúbulo, toda la sección sería del mismo tipo de
subunidad.
 Las proteínas 𝑴𝑨𝑷 son proteínas accesorias que siempre encontramos unidas a los microtúbulos (estabilizadoras y
desestabilizadoras). También encontramos, a veces, otros tipos, como las proteínas 𝑯𝑴𝑽, o las proteínas 𝑻𝒂𝒖.
 Dado que siempre se añade la tubulina en la misma orientación (para así mantener la alternancia de las subunidades),
podemos decir que cada protofilamento presenta polaridad, es decir, diferencia entre la subunidad que tiene en cada
uno de sus dos extremos (en uno tendrá la 𝛼 y en otro la 𝛽). Entre estos dos extremos, siempre hay uno en el que la
velocidad de polimerización es mayor: el extremo + (más cercano a la membrana plasmática). El otro extremo es el
extremo − (más cercano al núcleo), en donde el crecimiento es más lento. Esta polaridad es un dato importante para
determinar la dirección del movimiento a lo largo de los microtúbulos.
La polimerización de microtúbulos es un proceso dependiente de la concentración de tubulina en el medio, lo que brinda a
estas estructuras su característica dinamicidad, pudiendo sufrir ciclos de ensamblaje y desensamblaje rápidos. La unión de
una nueva tubulina al conjunto se centra en el extremo +, donde las subunidades que encontramos al final de cada
protofilamento son las 𝜷-tubulinas. Al unirse una nueva tubulina, utiliza la
energía que obtiene de hidrolizar el 𝑮𝑻𝑷 de la subunidad 𝛽 a 𝑮𝑫𝑷 en
mantenerse momentáneamente pegado al conjunto. A partir de aquí, la
concentración de tubulina en el medio determina qué ocurre:
 Cuando la concentración de tubulina libre es alta, la afinidad 𝛼-𝛽
hace que muchas tubulinas vayan a la vez a cada subunidad 𝛽 que
queda libre en el extremo +. Este “agolpamiento” de tubulinas
resulta en que la velocidad de la adición de la tubulina sea mayor
que la velocidad de hidrólisis del 𝑮𝑻𝑷, lo que hace que el
microtúbulo mantenga una caperuza de 𝑮𝑻𝑷 en este extremo. El
efecto de esto es que se permite el crecimiento de la estructura ya
que, aunque en cierto momento la hidrólisis del 𝐺𝑇𝑃 llegará, el hecho
de que ya se hayan unido muchas tubulinas después impide que se
vayan.
 Cuando la concentración de tubulina libre es baja, la velocidad de adición de la tubulina decrece, y la caperuza de
𝐺𝑇𝑃 del extremo + desaparecerá (todo hidrolizará a 𝐺𝐷𝑃). Al ocurrir esto, la estructura se debilitará y las tubulinas
unidas a 𝐺𝐷𝑃 empezarán a disociarse (los microtúbulos tendrán aspecto deshilachado), dando lugar a una rápida
despolimerización y acortamiento de la estructura (“catástrofe”).
Si el proceso de acortamiento quiere revertirse, la célula impulsa el intercambio 𝑮𝑫𝑷-𝑮𝑻𝑷 en las tubulinas libres para
así aumentar la concentración de nuevo y dar lugar a una nueva caperuza de 𝐺𝑇𝑃 (“rescate”).
Este comportamiento alterno entre ciclos de crecimiento y de acortamiento se conoce como el fenómeno de la inestabilidad
dinámica. La dinamicidad de los microtúbulos se ve influenciada, además de por la concentración de tubulina libre, por
otros factores como la cantidad de 𝑮𝑻𝑷, de 𝑪𝒂𝟐+ o de proteínas accesorias, o la presencia de drogas que bloquean la
polimerización (vincristina, vinblastina), la despolimerización (taxol) o ambas (colchicina).
También sabemos de la existencia del llamado efecto noria; en cada extremo existe una concentración mínima de tubulina
libre necesaria para polimerizar, la concentración crítica. Cuando la concentración del medio tiene un valor entre las
concentraciones críticas de ambos extremos, existe una disociación neta de dímeros (unidos a 𝐺𝐷𝑃) del extremo −,
equilibrado por la adición de dímeros (unidos a 𝐺𝑇𝑃) en el extremo +. Esto hace que haya un equilibro aparente, pero
realmente lo que ocurre es que el microtúbulo mantiene su longitud.
El constante ciclo de polimerización y despolimerización que hemos explicado es típico de la mayoría de microtúbulos, a los
que categorizamos como lábiles. No obstante, también encontramos microtúbulos estables en células que no se dividen
(por ejemplo, las neuronas) y, por tanto, son capaces de mantener la estabilidad en estructuras así. La polimerización de
estos microtúbulos empieza como es usual, pero su alta estabilidad se consigue tras ser “cortado” del 𝑪𝑶𝑴 y modificado de
ciertas maneras para así ser más afines a proteínas estabilizadoras (𝑀𝐴𝑃, 𝑇𝑎𝑢). Del mismo modo, dependiendo de la
conformación de las proteínas a las que se unan estos
microtúbulos estables, los encontramos organizados
más juntos o más separados (con 𝑀𝐴𝑃, más separados
unos de otros ya que la proteína es larga).
Gracias a este proceso de estabilización podemos
darle una explicación a fenómenos observados, como
por ejemplo los cambios de orientación de los
microtúbulos (con el extremo + más cerca del núcleo),
o el hecho de que estén muy lejos del 𝑪𝑶𝑴 (como en
la neurona).
Una de las funciones más importantes de los microtúbulos es el
transporte celular de vesículas y orgánulos, si bien no es exclusivo de
estos. Este transporte es bidireccional, es decir, se hace hacia ambos
extremos de los microtúbulos gracias a la acción de dos familias de
proteínas motoras:
 Dineínas: Siempre se mueven hacia el extremo −, y suelen ser más
pequeñas que las quinesinas. Asimismo, necesitan de un complejo
proteico adaptador para poder reconocer y unirse a lo que
transportan, por lo que su morfología es más compleja.
 Quinesinas: Siempre se mueven hacia el extremo +, y suelen ser
más largas que las dineínas. La mayoría es capaz de reconocer y
unirse al cargo simplemente con la acción de un receptor.
Ambas comparten una estructura similar, con dos cadenas pesadas (“pies”) y algunas cadenas ligeras cerca de la zona
donde se adhiere el cargo. Al realizar su función, estas proteínas consumen 𝐴𝑇𝑃, por lo que existe un gasto energético. No
hay señales específicas que indiquen hasta dónde se hace cierto transporte, por lo que este suele ser hasta el final del
microtúbulo.
Los microtúbulos también participan en el mantenimiento de la forma celular, concretamente de su estructura interna y de
la correcta distribución de los orgánulos; un experimento con nocodazol nos muestra cómo, al destruirse la red de
microtúbulos con esa droga, también lo hacen orgánulos como el 𝑅𝐸 y el 𝐴𝐺.
Si nos centramos en el origen de los microtúbulos, ya sabemos que
está en el 𝑪𝑶𝑴, donde normalmente tienen su extremo −, y de ahí
van creciendo hacia la membrana plasmática por regla general.
Este 𝐶𝑂𝑀 (centrosoma en células humanas) se sitúa cerca del
núcleo y consta de dos centriolos dispuestos en perpendicular y
siempre rodeados de un material más denso denominado matriz
pericentriolar. Las zonas desde donde “nace” cada microtúbulo en
el 𝐶𝑂𝑀 se denominan centros de nucleación, y en ellas suele haber
una alta concentración de tubulina, especialmente de 𝜸-tubulina.
El hecho de que este tercer tipo de monómero se encuentre solo
aquí, pero luego haya microtúbulos en los que está pero en otros
no, pone sobre la mesa la siguiente hipótesis: para comenzar la
polimerización de un nuevo microtúbulo, se crea un anillo
concéntrico de 13 𝜸-tubulinas sujetas con proteínas que sirven de
base para el extremo − (ya que tienen afinidad por las 𝛼-tubulinas). A partir de esto, el anillo puede ser eliminado o no, por
ello lo vemos solo en algunos microtúbulos.
Cada centriolo está formado por 9 tripletes
de microtúbulos unidos por proteínas de
nexina formando un cilindro hueco en el
interior (alrededor de 0,2 𝜇𝑚 de diámetro y
0,4 𝜇𝑚 de longitud). De los tres microtúbulos
de cada triplete, solo el primero (𝑨) tiene los
13 protofilamentos; los otros dos (𝑩 y 𝑪) solo
tienen 10, por lo que hay 3 protofilamentos
compartidos por cada pareja de microtúbulos
contigua. En los microtúbulos de los
centriolos podemos encontrar varias
proteínas únicas, como la 𝜹-tubulina.
La disposición de los microtúbulos también es muy específica,
estando siempre 𝐴 en el interior del centriolo y 𝐶 en el exterior, y
formando ángulos de 45º. Las uniones con nexina son siempre
entre el microtúbulo 𝐴 de un triplete y el 𝐶 del siguiente.
De cada pareja de centriolos del centrosoma, decimos que uno es
maduro y el otro inmaduro. El centriolo maduro se diferencia
por presentar estructuras denominadas satélites y apéndices en
uno de sus extremos, llamado extremo distal. Se sugiere que
estos componentes están ahí para evitar que entren cosas en el
interior del centriolo, aunque no se ha demostrado. El otro
extremo del centriolo maduro se denomina extremo proximal, y
será en el que se hará la unión en perpendicular a través de
proteínas de centrina con el centrosoma inmaduro (en este, el
extremo en el que se realiza la unión centrosoma-centrosoma es
el extremo proximal, y el otro, el extremo distal).
La biogénesis de los centriolos es semiconservativa en la
división celular: cuando tienen que duplicarse, las uniones de
centrina entre los extremos proximales se cortan, y de cada uno de los
centriolos empieza a crecer un procentriolo. El resultado de esto son tres
centriolos inmaduros y uno maduro; finalmente (se sugiere que nada más
empezar la mitosis), el centriolo inmaduro de la célula madre acaba
madurando, y las nuevas parejas de centriolos incluyen uno de la madre (el
maduro) y uno de nueva síntesis (el inmaduro).
La única función clara de los centriolos que conocemos es la formación de
cilios y flagelos (algunos estudios argumentan que se trata de los “ojos” de
la célula), ya que en la base de cada uno encontramos una estructura
llamada corpúsculo basal, muy similar al centriolo. No se tiene claro el
origen de estos corpúsculos, pero en los flagelos parece ser que el
centrosoma se duplica para usar uno de los centriolos, mientras que el otro
se pierde (ya no suele haber más de un flagelo por célula). También se han
visto centriolos formando parte del 𝑨𝑮 para organizar los microtúbulos
necesarios para el traslado de las vesículas procedentes de ese orgánulo.
La función de los cilios y los flagelos es el movimiento de varios
tipos de células eucariotas. Su estructura interna de los eucarióticos
es muy similar y se puede dividir en tres secciones:
 Corpúsculo Basal: Como hemos dicho, el corpúsculo basal
tiene una estructura igual a la del centriolo, y se encuentra en
la base de cilios y flagelos, inmerso en el citosol y, por tanto,
no rodeado de membrana plasmática. En el extremo inferior
del corpúsculo basal se suelen encontrar asociaciones de
proteínas que podrían ayudar a la formación de los dos
microtúbulos centrales del axonema.
 Placa Basal: Es una zona de transición, a nivel de membrana
plasmática, entre el corpúsculo basal y el axonema. Si hacemos
un corte transversal, vemos que la estructura de la placa basal
se basa en 9 dobletes de microtúbulos organizados de manera
más redondeada que en el corpúsculo basal. Estos dobletes
surgen a partir de la polimerización de los microtúbulos 𝑨 y
𝑩 de cada triplete del corpúsculo basal, por lo que el extremo
+ queda mirando al exterior celular.
 Axonema: Es la zona más externa de la estructura, rodeada de
membrana plasmática y con una estructura similar a la de la placa
basal (9 dobletes), pero además incluyendo dos microtúbulos
centrales de nueva síntesis en el centro. Ambos microtúbulos
tienen 13 protofilamentos (están separados y no comparten
protofilamentos, a diferencia de los dobletes exteriores) y están
unidos entre sí y con el resto para darle movilidad a la estructura.
El proceso de síntesis de estos microtúbulos centrales es todavía
prácticamente desconocido; solo se sabe que el centriolo del
corpúsculo basal coordina su formación.
Los microtúbulos centrales están unidos por un puente proteico
conexor, y además rodeados por una vaina proteica discontinua
por dos partes. Las conexiones de nexina son similares a las del
centriolo, pero esta vez salen del microtúbulo 𝐴 y van al 𝐵. Todo el
resto de proteínas que incumben a los dobletes exteriores salen del
microtúbulo 𝐴: espinas radiales (acabadas en un ensanchamiento y cuya
función es unir cada doblete con el par interno) y brazos externos e internos
de dineína (es la actividad motora de estas proteínas la responsable del
movimiento).
El movimiento es conseguido por los cilios gracias a que estos baten en un
movimiento coordinado de atrás hacia delante de tal manera que la célula se
desplaza a través de un fluido, o bien el fluido se desplaza sobre la superficie
celular. Los flagelos se diferencias de los cilios en su longitud y en su tipo de
batido, más ondulatorio.
Microfilamentos
Los microfilamentos son las fibras del citoesqueleto de menor diámetro.
Usualmente las encontramos en la periferia celular, debajo de la membrana
plasmática, por lo que no se solapan con los microtúbulos.
La composición de los microfilamentos se basa en un único tipo de proteína
globular, denominada actina 𝑮, la cual tiene un sitio de unión a 𝑨𝑻𝑷. Esta proteína
tiene actividad 𝑨𝑻𝑷asa, por lo que cuando esté
“inactivada” (incorporada al microfilamento) tendrá
𝑨𝑫𝑷 en vez de 𝐴𝑇𝑃. También son estructuras muy
dinámicas cuya polimerización o despolimerización, al
igual que en los microtúbulos, depende de la
concentración de actina 𝑮 libre en el citosol (se necesita
una concentración alta para evitar que las actinas 𝐺
“inactivadas” se salgan del microfilamento).
La morfología de la actina 𝐺 no es uniforme; si la vemos
de lado, observamos un extremo más puntiagudo
(extremo afilado o extremo −) que el otro (extremo
barbado o extremo +). Mirándola de frente, además, en
la zona del extremo afilado vemos una oquedad que no
existe por el otro lado y que da al sitio de unión a 𝑨𝑻𝑷.
A la hora de formar el microfilamento, no se unen una encima de la otra, sino por el
contacto entre los extremos afilados, dejando las protuberancias de cara al citosol.
Este hecho resulta en la apariencia de hélice que tienen los microfilamentos, con
zonas de 9 𝑛𝑚 de diámetro y otras de 7 𝑛𝑚. Además, dado que la morfología de la
actina 𝐺 no es uniforme, estos también tienen un extremo + (con la hendidura al aire
y donde la velocidad de polimerización es mayor) y un extremo − (con el extremo
barbado al aire y donde esta velocidad es menor).
Al proceso de iniciación de la polimerización de un microtúbulo lo conocemos como
nucleación, y se basa en la creación de un trímero de actina 𝑮 a partir del cual se
puede seguir polimerizando el microfilamento; dado que hay la misma afinidad de
unión como de desunión entre las actinas 𝐺, la formación de este trímero es casual
pero necesaria para seguir. Conforme van uniéndose las actinas 𝐺, el 𝐴𝑇𝑃 se
hidroliza y pasan a tener 𝑨𝑫𝑷. A la unión de diversas actinas 𝐺 también la llamamos
actina 𝑭.
Como pasaba con los microtúbulos, en los microfilamentos también se da el efecto
noria cuando la concentración de actina 𝐺 libre en el medio tiene un valor entre las
concentraciones críticas de ambos extremos. Otros de los factores que regulan la polimerización de los microfilamentos son
la concentración de 𝑨𝑻𝑷 y de iones como 𝑪𝒂++ , 𝑴𝒈++ , 𝑵𝒂+ y 𝑲+ (confeccionan la estructura de la actina, teniendo todas por
ejemplo un sitio de unión a magnesio), ciertas proteínas de unión a la actina, y drogas como las citocalasinas (se unen a los
extremos + e impiden la prolongación del microfilamento) y las faloidinas (evitan la disociación del microfilamento).
Las proteínas que se asocian a los microfilamentos pueden tener diversas finalidades, desde la regulación de la formación y
estabilización de los mismos hasta la organización de los mismos en varios niveles.
 La organización de los microfilamentos no es en áster, sino
que puede adoptar dos formas principales, cada una
desempeñando un papel distinto en la célula, según a qué
proteínas se unan: haces, con uniones en paralelo más o
menos estrechas, y redes, con disposición ortogonal y
distintos grados de porosidad. La naturaleza de la asociación
de microfilamentos viene entonces determinada por el
tamaño y forma de las proteínas de entrecruzamiento.
 La estructura en red se consigue gracias a la unión con
dímeros de filamina, proteínas largas y flexibles que
se insertan en diagonal y permiten la unión de
filamentos perpendiculares, como en el córtex
celular. Las mallas tridimensionales que se forman
tienen las propiedades de los geles semisólidos.
 Los haces menos empaquetados (haces contráctiles)
se consiguen con la unión a 𝜶-actinina. Esta
organización es típica de las células musculares, ya
que son capaces de contraerse.
 Los haces más empaquetados (haces paralelos)
resultan gracias a la unión con fimbrina, y podemos
ver estas estructuras en las microvellosidades. En
estos haces todos los microfilamentos tienen la
misma polaridad.
 Algunas proteínas se unen a las propias subunidades de actina para impedir su ensamblaje (timosina) o para acelerar
el alargamiento del microfilamento (profilina).
 Otras proteínas provocan modificaciones una vez el microfilamento está hecho, como la cofilina (acelera el
desensamblaje), la gelsolina (rompe un filamento en dos y se une a los extremos + para impedir su crecimiento), la
proteína casquete (impide el ensamblaje y desensamblaje del extremo +) o la tropomiosina (estabilización).
 Del mismo modo, ciertas proteínas se unen a los microfilamentos ya polimerizados para facilitar su posterior
organización en haces o redes; por ejemplo, la formina, que se adhiere al extremo + de la actina 𝐹 y ayuda a la unión
en haz paralelo de las fibras (ya que las ordena todas con la misma orientación), o el complejo 𝑨𝑹𝑷, que estabiliza el
extremo − y ayuda a la formación de la red. Cuando la organización es en red, hay también proteínas como la
espectrina y la 𝑬𝑹𝑴 que unen los filamentos de actina con la membrana plasmática.
Entre las funciones de los microfilamentos, podemos encontrar tres principalmente: la estructural, la contráctil, y la de
transporte.
 En lo que incumbe a la estructura celular, los microfilamentos
forman tres asociaciones muy importantes. La primera es el
córtex celular, una red de microfilamentos asociados a
proteínas situada por debajo de la membrana plasmática,
configurándola y determinando, así, la forma de la célula.
Sin embargo, si esta estructura fuera permanente, la
comunicación entre el interior y el exterior celular no se podría
dar con tanta facilidad. Por ello, por ejemplo siempre que una
vesícula necesita fusionarse con la membrana plasmática, la
célula desarrolla métodos para inducir la desestructuración de esta red de actina
en una zona determinada. Uno de los más relevantes es la liberación de 𝑪𝒂++ , que
tras acabarse el proceso se volverá a captar, restaurandose así el córtex.
Las microvellosidades (o microvilli) son la segunda asociación estructural de la
que hablaremos. Estas estructuras ayudan a aumentar la superficie celular
(importante en células implicadas en la absorción de nutrientes), dándole un
aspecto de borde en cepillo. Las microvellosidades más estudiadas son las del
intestino, las cuales contienen haces paralelos de 20 a 30 microfilamentos de actina
con su extremo + hacia el exterior y estrechamente agrupados con fimbrina y
villina. A lo largo de su estructura, estos haces de actina se encuentran unidos a la
membrana plasmática a través de brazos laterales (miosina I-calmodulina) y, en su
base, al córtex celular.
Por último, hay otras protuberancias superficiales que son estructuras transitorias,
de las cuales la mayoría está implicada en la locomoción celular.
 Los pseudópodos son extensiones de ancho moderado y basadas en
microfilamentos organizados en red. Estas estructuras son responsables de
la fagocitosis y del movimiento, por ejemplo, de amebas sobre una
superficie.
 Los filopondios o microespinas son
extensiones de la membrana
plasmática, más o menos largas y en
las que solo está incumbido un
microfilamento. Al polimerizar este,
crecerá la extensión, por lo que es
necesaria la existencia de un complejo
conector con la membrana plasmática.
 Los lamelipodios son extensiones más
anchas y laminares (en forma de
“manta”) que se forman por la
asociación de la actina en red. El
movimiento empieza por la formación
del lamelipodio, lo que somete a la célula a una tensión que es
liberada cuando la parte trasera se retrae. La creación de puntos de
anclaje conforme va avanzando la célula permite que no se retroceda.
 En relación a la función contráctil, los microfilamentos forman cuatro estructuras
muy características (todas ellas en forma de haces contráctiles). La primera de
ellas es el anillo contráctil, muy importante en la citocinesis. Este anillo de
filamentos de actina y miosina permite la formación de un surco de
segmentación que, al irse estrechando, estrangula a la célula madre. Una vez la
estrangulación termina, las dos células hijas quedan divididas y el anillo
desaparece (se despolimeriza la actina).
La segunda estructura de la que hablaremos son los cinturones de adhesión,
encontrados en células epiteliales. Aquí, la actina se encuentra anclada a regiones
de contacto célula-célula y forman una estructura continua en forma de cinturón
alrededor de cada célula. La contracción de estos cinturones es de especial
importancia durante el desarrollo embrionario para formar los tubos del
organismo. El contacto entre las células esta mediado por una proteína
transmembrana denominada cadherina.
Otra estructura muy importante son las fibras de estrés, unos filamentos
de actina de gran tamaño y estabilizados que anclan a la célula y ejercen
tensión sobre un sustrato. Las fibras de estrés suelen formarse en
situaciones de estrés celular, permitiendo que esta se dé cuenta de
cambios externos más rápidamente (se “paraliza” a la célula para ponerla
en situación de alerta).
Por último, cabe destacar el papel de los sarcómeros en la contracción
muscular. En estas estructuras, los filamentos de actina se intercalan con
miosina, estando los extremos de todo el conjunto delimitados por un
disco 𝒁. Los microfilamentos quedan orientados de tal manera que su
extremo + está en el disco 𝑍, y su extremo − toca a la miosina. Proteínas
como la nebulina y la titina ayudan a estabilizar el conjunto. La
contracción muscular se basa, por tanto, en acercar y alejar los discos 𝑍.

 Finalmente, los microfilamentos también juegan un papel en el


transporte de vesículas, orgánulos e incluso microfilamentos junto
con los microtúbulos, ya que estos están más limitados en su
disposición (la actina se encuentra en lugares, por ejemplo, más
cercanos a la membrana). El transporte se realiza gracias a las
miosinas, unas proteínas motoras que, o bien forman “mini-
sarcómeros” en la célula intercalándose con las actinas (miosina II,
para así transportar mediante la contracción), o bien sirven como
conector entre el cargo y el microfilamento, o entre el cargo y la
membrana plasmática (miosina I).
Generalmente es un transporte hacia el exterior o la periferia de la célula, lo cual se verifica por la existencia de
algunas conexiones entre microtúbulos y la membrana plasmática.
Filamentos Intermedios
Los filamentos intermedios son fibras proteicas del citoesqueleto con diámetro
intermedio entre los microtúbulos y los microfilamentos. Su entramado es muy
fibroso, formando unas estructuras de redes a modo de cuerda en las células
animales. Además, se caracterizan por ser apolares y muy estables, a diferencia
de las otras fibras, que pueden polimerizarse y despolimerizarse con facilidad.
Solo desaparecen o se modifican en condiciones de cambio celular (variación de
la forma, apoptosis, …). Con respecto a su función, no están directamente
implicados en los movimientos celulares, sino más bien en dar soporte
estructural y resistencia a la célula (normalmente no son muy rígidos, pero se
endurecen y resisten la rotura cuando se someten a estrés). También dan
continuidad estructural a los tejidos.
Las subunidades proteicas que forman los filamentos intermedios son muy
variadas, llegando a incluir más de 𝟓𝟎 tipos de
proteínas distintos. La clase a utilizar depende
del tipo y función determinados que tenga la
célula en cuestión, y siempre se usará el mismo
tipo de proteína para una determinada clase de
filamento intermedio. A pesar de esta
diversidad, todas estas proteínas tienen una
estructura similar, con una región 𝜶-hélice
céntrica (alrededor de 310 aminoácidos).
También suelen presentar una estructura
globular en el extremo amino-terminal, y a
veces también en su extremo carboxilo-terminal.
Cuando dos de estas proteínas se enrollan por su región
central, forman un dímero. Este proceso de
sobreenrollamiento dimérico es siempre de forma paralela,
es decir, los extremos del mismo tipo juntos. Posteriormente,
los dímeros se unen entre sí (también por la región común)
formando tetrámeros, pero esta vez de forma antiparalela.
Los tetrámeros se van disponiendo a lo largo y a lo ancho,
también antiparalelamente, para dar lugar a un
protofilamento. Estos serán los que se unirán entre sí para
producir protofibras y, finalmente, el filamento intermedio.
Según su localización, podemos encontrar dos tipos de
filamentos intermedios principalmente:
 Citoplasmáticos: Se encuentran en el citoplasma. A su
vez, hay ciertos subgrupos:
 Queratinas: Se expresan en células epiteliales, sintetizando cada una al menos una queratina de tipo 𝑰 (ácida) y
otra queratina de tipo 𝑰𝑰 (neutra/básica), que copolimerizan para formar filamentos. Algunas de estas
queratinas se caracterizan por ser duras, constituyendo estructuras como las uñas o el pelo, mientras que otras
son blandas.
 Vimentina, Desmina y otras Proteínas Relacionadas (tipo 𝑰𝑰𝑰): Se expresan en el tejido conjuntivo, en las
células musculares y en las células neurogliales.
 Proteínas de Neurofilamentos (tipo 𝑰𝑽): Incluye las 𝑵𝑭 − 𝑳, las 𝑵𝑭 − 𝑴, o las 𝑵𝑭 − 𝑯. Se expresan en muchos
tipos de neuronas maduras.
 Nestina (tipo 𝑽𝑰): Se expresan durante el desarrollo embrionario en diversos tipos de células madre.
 Nucleares (tipo 𝑽): Incluye a las láminas nucleares, que configuran la lámina nuclear en todas las células nucleadas.
Mutaciones en proteínas de filamentos intermedios como las
queratinas o la de los neurofilamentos pueden dar lugar a
enfermedades congénitas de la piel (fragilidad anormal en las células
epidérmicas) o a enfermedades de las neuronas motoras, como la 𝐸𝐿𝐴.
Superficie Celular. Reconocimiento
Las comunicaciones célula-célula y célula-matriz extracelular son
esenciales para el reconocimiento y buen funcionamiento del
organismo. La matriz extracelular se define como el material que
encontramos entre células, compuesto de proteínas y polisacáridos
(algunos de ellos unidos formando proteoglucanos) secretados por las
células vecinas y embebidas en una sustancia fundamental gelatinosa.
Muchas de las conexiones entre células y que dan lugar a la
continuidad de los tejidos son posibles gracias a esta matriz.
La composición de esta difiere entre las distintas localizaciones, pero solemos encontrar ciertos componentes siempre: entre
los polisacáridos, encontramos el ácido hialurónico, y también otros glicosaminoglicanos que se unen a proteínas para
formar proteoglucanos; y entre las proteínas, vemos algunas con función estructural (colágeno, elastina) y otras de
adhesión a la matriz (fibronectina, laminina).
Un tipo de matriz extracelular especial es la lámina basal, una delgada capa sobre la que descansan las células epiteliales y
que rodea a las células musculares, células adiposas y nervios periféricos. También la encontramos rodeando el endotelio
vascular. Su composición es más densa que la de la matriz extracelular ordinaria, y además incluye un tipo de colágeno
especial. La matriz extracelular en sí es más abundante en los tejidos conectivos.
Las interacciones entre células (tanto del mismo tipo como de distinto), y entre célula y matriz extracelular, son posibles
gracias a las moléculas de adhesión celular
(𝑪𝑨𝑴), en las que se incluyen cuatro familias
de proteínas transmembrana: las cadherinas,
la superfamilia de las inmunoglobulinas (𝐼𝑔),
las integrinas, y las selectinas. Todas son
dependientes de calcio excepto las selectinas.
 Las cadherinas y las inmunoglobulinas
están presenten en uniones
homofílicas, es decir, en las que una de
ellas siempre se une a otra del mismo
tipo.
 Las integrinas y las selectinas, por el
contrario, se observan en uniones
heterofílicas, esto es, conexiones con
otros componentes distintos a ellas, de
otras familias. Por ello, las uniones con
matriz extracelular suelen ser
heterofílicas (con integrinas).
A la hora de generar adhesiones entre células, podemos
diferenciar dos tipos de uniones entre las 𝑪𝑨𝑴.
Primeramente, en la superficie de cada célula, el simple
hecho de acumular este tipo de proteínas de unión en la
zona de la membrana donde se realizará la unión hace que
estas se unan lateralmente las unas con las otras para darle
mayor fuerza y resistencia a la unión. Estas uniones
laterales son las que denominamos uniones 𝒄𝒊𝒔. Una vez
esto ocurre, cuando la unión intercelular está propiamente
formada (entre las 𝑪𝑨𝑴 de distintas células), decimos que
se ha producido una unión 𝒕𝒓𝒂𝒏𝒔. A esto se le suma que
las 𝐶𝐴𝑀 no unen por sí solas las células, sino que por su
parte citosólica suelen estar unidas a través de alguna
molécula adaptadora con las fibras del citoesqueleto,
aumentando así la estabilidad de la unión y el control
sobre el tejido que se cree.
La célula epitelial simple intestinal es el modelo de estudio
de las uniones celulares, ya que incluye prácticamente todos
los tipos: uniones ocluyentes, uniones adhesivas, y uniones
comunicantes.
Uniones Ocluyentes
Las uniones ocluyentes o estrechas (tight junction) forman
sellos que previenen el paso libre de moléculas entre las
células (impermeabilización al eliminar el espacio
extracelular), y además separan los dominios apical y
basolateral de la membrana plasmática, impidiendo la libre
difusión de lípidos y proteínas de membrana entre
ellos. Por ello, su localización en las células epiteliales
del intestino es en la zona más apical (prácticamente
junto a las microvellosidades).
Las proteínas encargadas de realizar este tipo de unión
son, por tanto, proteínas herméticas transmembrana
que hacen que, en ciertos puntos, parezca que las caras
externas de las dos membranas se han fusionado
(aunque realmente no sea así). A estas zonas donde se
producen las uniones estrechas también se las llama
zonula occludens.
Las proteínas que forman parte de este grupo son la ocludina,
la claudina y las moléculas de adhesión a las uniones (𝑱𝑨𝑴).
Estas proteínas no solo se unen a proteínas similares en células
adyacentes (sellando así el espacio entre las membranas), sino
que también formarán redes de hebras proteicas que
continuarán a lo largo de toda la circunferencia celular al unirse
con los filamentos de actina del citoesqueleto, lo que permite
mantener a la unión estrecha en su localización en la membrana
plasmática.
Sin embargo, aunque son sellos muy efectivos del espacio
extracelular, las uniones estrechas proporcionan una mínima
fuerza adhesiva entre células contiguas, por lo que suelen
asociarse con otro tipo de uniones para formar un complejo de
unión.
Uniones Adhesivas
Las uniones adhesivas proporcionan resistencia
mecánica y/o anclaje. Encontramos una clasificación Anclaje al Citoesqueleto
muy diversa de las uniones adhesivas, dependiendo Filamentos Filamentos
del tipo de unión (célula-célula, o célula-matriz) y del de Actina Intermedios
anclaje al citoesqueleto que presenten (a través de los
filamentos de actina, o a través de los filamentos Zonula
Célula-Célula Desmosoma
intermedios). Adherens
Tipo de
 Zonula Adherens: Es una unión célula-célula en Unión
la que intervienen los filamentos de actina. Las Contacto
Célula-Matriz Hemidesmosoma
𝐶𝐴𝑀 encargadas de la misma son las Focal
cadherinas, las cuales se unen las de una célula
con las de la otra en el espacio extracelular. Las cateninas son,
en este caso, las proteínas adaptadoras que permiten la unión
de las cadherinas (su dominio citosólico) con los filamentos de
actina del citoesqueleto. Estos microfilamentos formarán una
estructura continua en forma de cinturón alrededor de cada
célula, es decir, el cinturón de adhesión, del que ya se habló
anteriormente. Gracias a la asociación de los citoesqueletos de
células adyacentes, se da resistencia al conjunto y se crea una
unión muy estable.
 Desmosoma: Es una unión célula-célula en la que intervienen
filamentos intermedios. Del mismo modo que la zonula
adherens, los desmosomas asocian los citoesqueletos de las
células adyacentes mediante cadherinas. La placa
citoplasmática serviría como molécula adaptadora que une las
cadherinas con los filamentos intermedios, y contiene proteínas como
las placoglobinas y las
desmoplaquinas.
El desmosoma es una estructura
especialmente estable.
 Adhesión Focal: Son uniones célula-
matriz mediadas por filamentos de
actina. En este caso, se trata de los
puntos de anclaje de los que se
hablaba a la hora de explicar los
lamelipodios; conforme la célula se
desplaza, necesita crean puntos de
unión con la matriz (normalmente,
con la fibronectina de la misma). Las
𝐶𝐴𝑀 responsables de este tipo de uniones son las integrinas,
cuya estructura se basa en dos subunidades (𝛼 y 𝛽). Entre las
proteínas adaptadoras que participan en los contactos focales se
incluyen la vinculina o la talina, las cuales consiguen anclar todo
el conjunto uniendo la subunidad 𝛽 de la mayoría de las
integrinas con los filamentos de actina.
Previamente a la formación de la adhesión focal es necesaria la
aparición de un complejo focal, que no es más que el simple
reclutamiento de integrinas activadas en un mismo punto de la
membrana plasmática (aún sin unión con la actina).
 Hemidesmosoma: Es una unión célula-matriz extracelular en la que participan los filamentos intermedios. La
proteína encargada de hacer esta unión es una integrina específica (denominada 𝜶𝟔 𝜷𝟒 ), que se une con los filamentos
intermedios a través de un conjunto de moléculas adaptadoras que conforman
la placa citoplasmática, algo distinta a la de los desmosomas (incluye, por
ejemplo, plectina). Los hemidesmosomas son característicos porque anclan la
célula a la lámina basal, ya que la integrina
que hace todo esto posible tiene afinidad
por las lamininas.
Uniones Comunicantes
Las uniones comunicantes o de tipo 𝑮𝑨𝑷
proporcionan conexiones directas entre los
citoplasmas de células adyacentes con el objetivo
de intercambiar señales. Este tipo de uniones se
basa en la creación de canales regulados que
atraviesan las membranas y que, cuando están
abiertos, permiten la difusión de iones y
moléculas de pequeño tamaño (menos de 1000
daltons). Como consecuencia, las uniones 𝐺𝐴𝑃
acoplan tanto las actividades metabólicas como
las respuestas eléctricas de las células que
conectan.
Esta clase de uniones está construidas sobre
proteínas transmembrana de la familia conexina; seis conexinas se ensamblan para formar un cilindro con un poro acuoso
abierto en su centro. Este ensamblaje de conexinas (conocido como conexón) en la membrana plasmática de una célula se
alinea con un conexón de la célula adyacente para formar así el canal abierto entre ambos citoplasmas.
Movimiento de los Leucocitos
Un ejemplo curioso para investigar las diferentes uniones celulares son los leucocitos. Mientras que van circulando por la
sangre, estas células “ruedan” por las paredes gracias a que las selectinas leucocitarias van reconociendo los ligandos de
carbohidrato de la superficie de las células endoteliales. Solo cuando es necesario que salgan del vaso (se señaliza con la
liberación de moléculas cuando hay una infección, como por ejemplo el 𝑻𝑵𝑭-𝜶), el reconocimiento pasará a ser con
integrinas, y se formarán adhesiones más estables
Los leucocitos firmemente sujetos son capaces, entonces, de penetrar la pared de los capilares (extravasación o diapédesis) y
entrar al tejido circundante. El modo en el que hace esto no está completamente esclarecido, si bien hay dos teorías: la vía
paracelular (se romperían las uniones
celulares del endotelio y pasaría el
leucocito entre las células) y la vía
transcelular (el leucocito se introduciría
en las células endoteliales simplemente
para pasar de un lado a otro, usándolas
para hacer transcitosis).
Finalmente, los leucocitos son capaces de
llegar a su sitio de acción desplazándose
gracias a lamelipodios y filopodios que
se van creando.
Ciclo Celular
El ciclo celular es fundamental para mantener el equilibrio entre la muerte y la división celulares en un momento
determinado de la vida de un organismo. Concretamente, es el conjunto de modificaciones que sufre una célula desde su
formación (división de la célula madre) hasta que se divide en dos células hijas. Conforme las células se diferencian en el
cuerpo humano, suelen ir perdiendo esta capacidad o
potencia de división, por lo que realmente son las
células menos diferenciadas (células totipotentes o
pluripotentes) las que llevan a cabo este proceso
divisorio más frecuentemente. Incluso así, las divisiones
celulares que se producen no siempre dan los mismos
productos potencialmente hablando; pueden ser
divisiones simétricas (el resultado son dos células hijas
igualmente potentes entre sí, y pueden ser a su vez
iguales a la madre o más diferenciadas) o asimétricas
(células hijas distintas potencialemente, una igual a la
madre y otra más diferenciada).
El ciclo de división de la mayoría de las células consiste en cuatro procesos coordinados: crecimiento celular, replicación
del 𝑨𝑫𝑵, distribución de los cromosomas duplicados a las células hijas, y división celular. Todos estos procesos se pueden
organizar a su vez en dos grupos: la interfase (período preparatorio de la división celular, con varias subfases y en el que la
célula madre aún tiene un núcleo observable) y la fase 𝑴 (en la que incluiremos tanto la división del núcleo por mitosis
como la citocinesis o división del citoplasma). En conjunto, un ciclo celular
humano suele durante aproximadamente 24 horas, de las cuales la fase 𝑴 solo
ocupa el 5%. Cada célula es capaz de realizar 35 − 40 ciclos de mitosis.
Las subfases de la interfase siempre van en el mismo orden y dirección.
Durante esta, la célula crece a un ritmo continuo, el material genético se
duplica, y los cromosomas se condensan y distribuyen por el núcleo.
Estudiemos cada subfase de forma específica:
 Subfase 𝑮𝟏 : Se corresponde con el intervalo entre la anterior fase 𝑴 y el
comienzo de la replicación del 𝑨𝑫𝑵. Es una subfase de duración
variable (8 − 15 horas) en la que se produce el aumento de tamaño de la
célula y la duplicación de las estructuras necesarias para la mitosis
(𝐴𝑅𝑁, proteínas).
 Subfase 𝑺: Es la fase donde se replica el material genético, por lo que la
célula pasa de 𝟐𝒄 a 𝟒𝒄, es decir, dos cromátidas iguales por
cada cromosoma (y seguirá siendo 4𝑐 hasta después de la
citocinesis). Debe ser lo más exacta posible para evitar
futuros problemas celulares, razón por la que existen
numerosos controles de replicación. También se duplican los
centriolos. La duración de esta subfase es constante (8 horas).
 Subfase 𝑮𝟐 : Sigue habiendo síntesis de 𝑨𝑹𝑵 y proteínas (por
ejemplo las proteínas cinetocóricas y las del huso mitótico).
También se finaliza la duplicación de los centriolos y
comienza la maduración del segundo centriolo materno
(para que así en cada célula hija haya un centriolo maduro de origen materno y uno inmaduro de nueva síntesis). Esta
retención de la maduración de este centriolo hasta el final de 𝑮𝟐 es una manera que tiene la célula de asegurarse de
que la división de los cromosomas no sea antes de entrar en mitosis. Su duración suele ser constante (4 horas).
Sin embargo, la célula no siempre recibe señales para
reproducirse (factores de crecimiento); ante la
ausencia de estas, una célula hija (previamente crecida
a su tamaño normal) permanece funcional pero no se
prepara para reproducirse, por lo que decimos que se
encuentra en quiescencia o en fase 𝑮𝟎 , como si
hubiera salido del ciclo celular. La permanencia de
una célula en quiescencia no tiene límites, y de hecho
puede permanecer en 𝑮𝟎 hasta su muerte si es
necesario (solo cuando reciba estos factores externos
de crecimiento, saldrá de este estado y se
reincorporará al ciclo en 𝑮𝟏 ). Esta “vía de escape” del
ciclo celular solo es posible realizarla antes de que se pase el punto 𝑹 que, como se verá más adelante, es un punto de
control de la división celular al final de 𝑮𝟏 . El hecho de que las células sean capaces de entrar en este estado es de gran
importancia para la formación de reservorios celulares.
En la fase 𝑴 no hay síntesis de 𝐴𝐷𝑁 ni de 𝐴𝑅𝑁, y se discrepa si hay de proteínas (algunas fuentes dicen que ciertas proteínas
de la mitosis no se sintetizan hasta entrar en la mitosis, mientras que otras afirman que todas deben haberse sintetizado para
cuando finaliza 𝐺2 ). Su duración es constante (en torno a 1 hora), y conlleva la finalización de la condensación de la
cromatina en cromosomas, y la aparición de estructuras citoesqueléticas como el huso mitótico o el anillo contráctil. El
resultado final son dos células hijas genéticamente iguales.
Según qué se tome de referencia a la hora de hablar del ciclo celular, podemos referirnos al ciclo cromosoma (si nos
centramos en la evolución de los cromosomas) o al ciclo centriolo (si nos fijamos en estos).
Ciclo Celular. Puntos de Control. MPF
Mediante ciertos experimentos de fusión celular, se evidenció la existencia de dos puntos de control en el ciclo celular.
 Al fusionar una célula en fase 𝑺 y otra en 𝑮𝟏 , se observa que la que está en fase 𝐺1 avanza hacia la fase 𝑆, en vez de
retroceder la que está en fase 𝑆. De aquí, se deduce la existencia de un punto de control hacia el final de 𝑮𝟏 ,
denominado activador de la fase 𝑺 o punto 𝑹.
Las características que se comprueban al llegar a este checkpoint son que el tamaño de la célula sea suficientemente
grande, que el entorno sea favorable para la división, y que el 𝑨𝑫𝑵 esté en perfecto estado.
 Al fusionar una célula en fase 𝑺 y otra en 𝑮𝟐 , se observa que la que está en fase 𝑆 avanza hacia la fase 𝐺2 , en vez de
retroceder la que está en fase 𝐺2 . De aquí, se deduce la existencia de otro punto de control hacia el final de 𝑺,
denominado bloqueo de la re-replicación. Como su propio nombre indica, evita que se dé más de una fase 𝑆 en el
mismo ciclo.
Las características que se comprueban al llegar a este checkpoint son que el tamaño de la célula sea suficientemente
grande, y que el 𝑨𝑫𝑵 se haya replicado correctamente.
Además de la existencia de estos puntos de control, es relevante comentar otro descubrimiento basado en la fusión celular;
uniendo células en fase 𝑴 con células en fase 𝑮𝟏 o 𝑺, se observa que el resultado es la formación de “cromosomas
prematuros” o cromosomas más deformes de lo normal dado que algo presente en la célula en fase 𝑀 ha inducido la
condensación de la cromatina antes de lo previsto. De aquí, por tanto, se dedujo la existencia de algún factor que
interviniera y estuviera presente en la fase 𝑴, y cuya función fuera promover a la célula a entrar en fase 𝑀 una vez se
comprobara que todo está bien. A este factor se le denominó factor promotor de
la maduración (𝑴𝑷𝑭).
Todas estas regulaciones se basan en la presencia de dos moléculas con afinidad
entre ellas: las ciclinas y las quinasas dependientes de ciclina (𝑪𝑫𝑲). Las
primeras (ciclina 𝐴, ciclina 𝐵, …) son proteínas activadoras especializadas cuya
función es unirse a las 𝑪𝑫𝑲 (𝐶𝐷𝐾1, 𝐶𝐷𝐾2, …) para permitir su activación, las
cuales, una vez activas, funcionan como enzimas que fosforilan ciertas proteínas
diana (concretas de cada complejo) y desencadenan así una cascada de procesos
subordinarios. Sin esta unión a ciclina, la 𝐶𝐷𝐾 no es funcional.
La presencia de ciertos complejos ciclina-𝑪𝑫𝑲 con capacidad de fosforilar
(llamados factores a veces) en ciertos momentos del ciclo es lo que permite que
este prosiga y que se garantice su unidireccionalidad. Cabe destacar que la
concentración de las 𝑪𝑫𝑲 es igual a lo largo del ciclo, por lo que lo que debe de
aumentar cuando se requiera es la concentración de la ciclina correspondiente
para formar el complejo necesario.
El proceso de activación de las 𝑪𝑫𝑲 no se reduce tan solo a la unión con la ciclina correspondiente, sino que es un proceso
un poco más complejo.
 La activación comienza con la unión imprescindible a la ciclina determinada, aunque recordemos que el complejo
seguirí inactivo después de esta unión.
 La 𝑪𝑫𝑲 es, entonces, fosforilada en tres puntos por otras quinasas. Dos de estos puntos fosfatados son activadores,
mientras que uno es inhibidor, por lo que la 𝐶𝐷𝐾 aún no puede fosforilar.
 Por último, una fosfatasa activadora elimina este fosfato inhibidor, y la
𝐶𝐷𝐾 se vuelve funcional.
Tomemos como ejemplo el 𝑴𝑷𝑭, cuyas moléculas participantes son la ciclina 𝑩 y
la 𝑪𝑫𝑲𝟏. La activación de unos pocos 𝑴𝑭𝑷 al principio del paso a la fase 𝑀 es
suficiente para que la célula sepa que debe avanzar, ya que las 𝐶𝐷𝐾 son capaces de
realizar retroalimenación
positiva, cuyo resultado es la
activación de más 𝑴𝑷𝑭 de
forma explosiva (al ser una
quinasa, la 𝐶𝐷𝐾 fosforila a la
fosfatasa activadora que se
había inactivado al activar
una molécula de 𝑀𝑃𝐹, por lo
que esta fosfatasa vuelve a
ser funcional y a poder seguir
activando más 𝑀𝑃𝐹).
La actividad del 𝑴𝑷𝑭 se basa en fosforilar tres grupos de
proteínas: la histona 𝑯𝟏 (así se condensan al máximo los
cromosomas), las proteínas de la lámina nuclear (así se
descompone esta), y las proteínas asociadas a microtúbulos.
La presencia de este factor específicamente dentro de la fase
𝑀 se limita hasta la anafase, cuando la ciclina 𝑩 se destruye y
empiezan a revertirse los efectos del 𝑴𝑷𝑭. La disminución de
la concentración de la ciclina 𝐵 es posible gracias al marcaje
con ubiquitina, lo que permite el reconocimiento de la misma
por los proteosomas, y su consecuente degradación.

Un patrón de funcionamiento similar tiene la 𝑪𝑫𝑲 que se


encarga de regular el punto de control 𝑹. Cabe resaltar que
cuando la célula está en quiescencia, estos complejos ciclina-
𝐶𝐷𝐾 no se forman dado que no hacen falta regulaciones de este
tipo.
Los puntos de control vistos anteriormente son constantes, es
decir, la célula los realiza automáticamente para poder proseguir.
No obstante, hay otros complejos ciclina-𝑪𝑫𝑲 que también
existen en la célula y que funcionan como controles
extraordinarios y específicos ante cierto fenómeno (daño en el
𝑨𝑫𝑵, mala separación de cromosomas, mal ensamblaje del huso,
𝑨𝑫𝑵 no replicado, …). El más interesante de todos estos casos es
el control del daño en el 𝑨𝑫𝑵. En este ejemplo, vemos que hay un
intermediario implicado, el factor de transcripción 𝒑𝟓𝟑. Este
factor se encuentra normalmente sin fosforilar y a bajas
concentraciones en la célula, pero la detección de 𝑨𝑫𝑵 dañado
hace que se activen ciertas quinasas que lo fosforilan. Al estar
activo, este factor promueve la transcripción del gen 𝒑𝟐𝟏, lo cual
desemboca en la síntesis de una proteína inhibidora de 𝑪𝑫𝑲 que,
al unirse a los complejos ciclina-𝐶𝐷𝐾 correspondientes, los
inactiva, haciendo que el ciclo no pueda continuar hasta que se
revierta el daño. Cuando este no es reversible, este proceso puede
llevar a la célula a entrar en apoptosis.
Cualquier error en este tipo de control conlleva patologías
cancerosas si la célula dañada no muere y sigue reproduciéndose.
Por ello, decimos que el gen codificante para 𝑝53 es un
protooncogén, ya que cualquier mutación de pérdida de función
en el mismo hace que este factor 𝑝53 no funcione y que, por tanto,
el control anti-𝑨𝑫𝑵 dañado tampoco.
Proliferación Celular
Ya se ha visto cómo es necesario mantener un equilibrio de
control entre la proliferación celular y la muerte celular; una
célula no puede estar reproduciéndose infinitamente, sino que
debe morir, ya sea por vejez o por mal funcionamiento. A la vez
que las células proliferan, también se van diferenciando, y es
relevante recordar que conforme más diferenciadas están, menos
capacidad de reproducción tienen. Un ejemplo es el linaje
celular sanguíneo, en el que es la célula madre hematopoyética
la que es pluripotente y está poco diferenciada, por lo que es la
que más se reproduce y a partir de la que salen todas las clases
de células sanguíneas, tanto de la línea mieloide como de la línea
linfoide.
En el estado de quiescencia, el sistema de control del ciclo
celular queda, lógicamente, desmantelado, por lo que es más
probable que este equilibrio se descontrole. El modo que tiene el
organismo de volver a controlar a una célula es meterla de
nuevo en el ciclo, para así detectar si tiene un error y, si es así,
matarla.
Este paso de 𝑮𝟎 a 𝑮𝟏 es posible gracias a la presencia de factores
de crecimiento, como ya se ha explicado. Estos factores son
reconocidos por un receptor específico que, al cambiar de
conformación, provoca una cascada de señalización compuesta
de quinasas activadoras de la mitosis (𝑴𝑨𝑷𝑲). El resultado
nuclear más inmediato es la transcripción de genes de respuesta
rápida, que dan lugar a factores de transcripción nucleares
(𝑀𝑦𝑐, 𝐹𝑜𝑠, 𝐽𝑢𝑛) que motivarán la transcripción de genes de
respuesta retardada. El producto final de estos genes es la síntesis de ciclinas y 𝑪𝑫𝑲, que fosforilan las proteínas 𝑹𝒃, unos
factores de transcripción que a su vez activan los genes necesarios para que la célula vuelva al ciclo.
Cuando la célula es capaz de proliferar sin haber factores de crecimiento que lo indiquen, entonces hablamos de una célula
cancerosa en proliferación, normalmente debido a alguna proteína señalizadora intracelular que permanece anormalmente
activa aun cuando no hay estímulo. Esta célula, por tanto, es capaz de saltarse los puntos de revisión y crecer sin control.
Envejecimiento. Muerte Celular
Cuando la muerte de una célula no es accidental, sino programada, debe haber alguna señal que indique a la célula la
necesidad de morir por apoptosis. Entre estas señales encontramos la acumulación de inhibidores de las 𝑪𝑫𝑲 o de
mutaciones (en células somáticas), las alteraciones de los mecanismos inmunológicos, el acortamiento excesivo de los
telómeros, la abundancia de radicales libres oxidativos, …
La apoptosis es, por tanto, una forma de muerte celular programada en la que esta se “suicida” individualmente, cuyos
fallos pueden dar lugar a diversas patologías. La señalización que da lugar a este tipo de muerte celular puede seguir dos
vías, dependiendo de de dónde provenga la señal que la induce: la vía extrínseca (mediada por los llamados receptores de
la muerte y a través de señales externas) y la vía intrínseca
(mediada por la mitocondria y a través de problemas internos
celulares). Aun así, ambas vías convergen a un único sistema
basado en una cascada de proteasas efectoras denominadas
caspasas.
 Son enzimas cisteín-proteasas que escinden sustratos
después de un 𝐴𝑠𝑝, numeradas del 1 al 13.
 Debemos distinguir entre caspasas iniciadoras de la cascada
(caspasas 𝟖 y 𝟏𝟎 en la vía extrínseca, y caspasa 𝟗 en la
intrínseca), y las caspasas efectoras (de especial relevancia la
caspasa 𝟑 y 7).
 Existen muchas, y su especificidad está dada por los 4
residuos anteriores al sitio de corte.
 Son sintetizadas como procaspasas inactivas, aunque
pueden autoactivarse escindiéndose ellas mismas. De sus
tres dominios (prodominio, dominio grande y dominio
pequeño), es el prodomonio el que se escinde para activar la
caspasa, que debe unirse a otra para formar una unidad con
4 partes y 2 sitios catalíticos tal como muestra la imagen.
 Se localizan en el citoplasma y en el espacio intermembrana
de la mitocondria.
 Degradan e inactivan, entre otras cosas, las enzimas de los
sistemas reparadores del 𝑨𝑫𝑵.
Las características más generales del proceso de apoptosis son,
pues:
 No puede dar ninguna señal de estrés o inflamación a células contiguas, ni tampoco libera productos tóxicos al medio
extracelular ni altera el tejido. Es una muerte totalmente programada para que no afecte al resto del organismo.
 Los primeros signos de apoptosis son un suave repliegue de la célula, a la vez que la condensación del citoplasma y la
compactación de la cromatina en la periferia del núcleo, formándose incluso pequeñas ampollas.
 Una vez todo el interior se ha ido fragmentando (citoesqueleto, envoltura nuclear, material genético previamente
condensado), la célula encoge y empieza a verse un efecto burbuja en la membrana plasmática, formándose así
pequeños cuerpos apoptóticos (siempre rodeados de membrana) que serán fagocitados.
 El reconocimiento de los cuerpos apoptóticos en la fagocitosis es posible gracias a la translocación de la
fosfatidilserina, un compuesto de la membrana plasmática que, en condiciones normales, se encuentra en su cara
citosólica, mientras que en los cuerpos
apoptóticos está mirando hacia el
exterior celular.
 Se requiere 𝑨𝑻𝑷 para realizar todo el
proceso.
Diferenciemos ahora más concretamente entre
las vías extrínseca e intrínseca:
 La vía extrínseca es específicamente
desencadenada por ligandos pro-
apoptóticos externos y de células
vecinas (por ejemplo, 𝑭𝒂𝒔) que a su vez
activan los receptores de la muerte. Al
llegar estas señales a la célula, se
procede al ensamblaje de una
estructura conocida como 𝑫𝑰𝑺𝑪, que
incluye desde los receptores de la muerte
hasta las procaspasas 𝟖 o 𝟏𝟎 del
citoplasma, teniendo por medio de ciertas
proteínas adaptadoras (𝑭𝑨𝑫𝑫). Una vez
quedan activadas estas caspasas, se
desencadena la cascada de caspasas y se
produce la apoptosis.
 La vía intrínseca se activa debido a
factores como la ausencia de factores
tróficos, la hipoxia, el estrés celular o los
daños en el 𝑨𝑫𝑵 causados por cualquier
motivo (radiaciones, inducciones
químicas, mal funcionamiento de los
controles, …). No depende de un ligando
externo que active un receptor de la membrana plasmática. Como ya se ha explicado, la mitocondria está involucrada
en esta vía, siendo el lugar donde se observa que están las proteínas de la familia 𝑩𝒄𝒍 − 𝟐, imprescindibles en este
proceso. Ante alguna de las señales anteriores, ciertas proteínas pro-apoptóticas de esta familia inducen la creación de
canales en la membrana mitocondrial externa que liberan el citocromo 𝒄. Una vez en el citoplasma, este se une a una
molécula adaptadora denominada 𝑨𝒑𝒂𝒇 𝟏. Esta unión promueve un cambio en su conformación que permite que se
ensamblen varios 𝑨𝒑𝒂𝒇 𝟏 en una estructura en forma de estrella denominada apoptosoma, al cual se le unirá la
procaspasa 9. Finalmente, esta se escinde, activándose y desencadenando la cascada de caspasas, que acaba en
apoptosis.
Un fallo en el proceso de apoptosis puede tener consecuencias patológicas muy graves, tanto si se trata de un exceso de
apoptosis (atrofia, sida, infarto) como si se trata de una falta de apoptosis (cáncer, esclerosis múltiple, artritis reumatoide).
Sin embargo, es un fenómeno necesario para nuestro correcto desarrollo como humanos y humanas, por ejemplo siendo
necesaria para el sistema inmune o la formación de los dedos.
Además de la apoptosis, existe otro tipo de muerte celular, denominada necrosis, caracterizada por ser una muerte
usualmente accidental y debido a un carácter externo (rechazo de una prótesis, cortes, quemaduras). La necrosis suele
provocar la muerte de grupos celulares en conjunto, y en este caso sí hay procesos inflamatorios ya que las células pierden
la integridad de la membrana, se hinchan y explotan en vez de formar vesículas. No se requiere energía, y la digestión del
𝑨𝑫𝑵 es al azar. Es un proceso por lo general más caótico.
Mitosis
La mitosis es el proceso mediante el cual una célula, normalmente somática, se divide en dos células hijas genéticamente
iguales. Su duración en células humanas es constante (en torno a 60 minutos), y técnicamente solo engloba a la división del
núcleo (cariocinesis), si bien muchas veces con este término también se engloba a la posterior división del citoplasma
(citocinesis).
El salto de la 𝑮𝟐 a la fase 𝑴 es posible gracias al 𝑴𝑷𝑭, que promueve procesos como la condensación de la cromatina, la
rotura de la envoltura nuclear, la fragmentación del 𝑨𝑮 y del 𝑹𝑬, y la formación del huso mitótico. Cabe destacar que los
dos pares de centriolos ya están completamente formados una vez empieza la mitosis, siendo los dos maduros los de la
célula de la que se parte.
 Profase: En esta subfase de la mitosis, la envoltura nuclear
permanece intacta, si bien ya empiezan a condensarse los
cromosomas, mostrando tanto sus dos cromátidas hermanas
(unidas en toda su longitud) como los inicios del cinetocoro.
Así mismo, los centrosomas empiezan a desplazarse a polos
opuestos y a generar los microtúbulos del huso mitótico.
En la condensación de los cromosomas, es especialmente
interesante la mención de dos clases de proteínas: las
cohesinas, que unen las cromátidas hermanas, y las
condensinas, que ayudan a llegar al máximo grado de
empaquetamiento (cromosoma metafásico) uniendo bucles
dentro de cada cromátida. Durante 𝑮𝟐 , las cromátidas
hermanas están unidas en su totalidad mediante cohesinas, pero a medida que avanza la mitosis, estas cohesinas van
siendo sustituidas por condensinas, permaneciendo finalmente solo en la región cinetocórica para ayudar a la
división de las cromátidas.
La región del cinetocoro empieza a formarse alrededor de la zona de estrechamiento del cromosoma (esto es, el
centrómero) gracias a la unión de determinadas proteínas. El cinetocoro posee una corona fibrosa donde se asocian
proteínas motoras, las cuales se unirán a los microtúbulos, por lo que estas regiones servirán de punto de inserción
para el ensamblaje del huso.
De los centrosomas, los primeros microtúbulos que salen son los microtúbulos astrales, que irradian hacia la periferia
celular (haciendo que la distancia centriolos-membrana sea la misma en ambos polos) y sirven como fuente de
tubulina para el resto de microtúbulos; luego, los microtúbulos polares, que se unen con los microtúbulos que
provienen del otro centrosoma mediante ciertas proteínas motoras con el objetivo de estabilizar la estructura y
determinar la distancia entre los centrosomas; y, por último, los microtúbulos cinetocóricos, que pescarán a los
cromosomas por el cinetocoro una vez se formen en prometafase (uno de cada centrosoma se unirá a cada cinetocoro).
 Prometafase: Con la lámina nuclear ya fosforilada, y la
envoltura nuclear desaparecida, los microtúbulos
cinetocóricos (sus extremos +) empiezan a anclarse a
los cinetocoros de los cromosomas más condensados.
Estas uniones cinetocoro-microtúbulo no son de
contacto directo, es decir, es a través de un complejo
proteico que permite que el microtúbulo siga
pudiendo tener actividad en su extremo +.
A su vez, es usual que la captura por el microtúbulo no
sea frontal, o sea, que el microtúbulo vaya creciendo hasta encontrarse con el cinetocoro; hay veces en las que se trata
de una captura lateral, por lo que el cromosoma debe deslizarse por el microtúbulo hasta el extremo +. En ambos
casos, el resultado final es el mismo, una unión al cinetocoro sin contacto directo. Para que el proceso sea totalmente
estable, cuando ya se ha capturado un cinetocoro por un microtúbulo del centrosoma de uno de los polos (unión
unipolar), un microtúbulo del otro centrosoma debe capturar
el mismo cromosoma, pero por el cinetocoro que queda libre,
para así hacer una unión bipolar. A partir de aquí, los
cromosomas son movidos hacia delante y hacia detrás (por
polimerización y despolimerización de los microtúbulos)
hasta que todos quedan alineados en la placa metafásica
(mitad del huso, a la misma distancia de ambos polos).
 Metafase: Los cromosomas, ya en su máximo grado de
empaquetamiento, quedan dispuestos en la placa metafásica
o zona de interdigitación, equidistantes con respecto a ambos
polos gracias a que la longitud de los microtúbulos se
estabiliza (polimerización y despolimerización lentas).
Los solapamientos entre microtúbulos polares también se
alinean en esta zona central, y son de igual longitud por pares.
El punto de control de ensamblaje del huso monitoriza el
alineamiento de los cromosomas en la placa metafásica y
permite el paso a anafase si todo está correcto. Todo esto esta mediado por la activación del complejo de promoción
de la anafase (𝑨𝑷𝑪/𝑪), el cual degrada ciertas proteínas, paso necesario para comenzar la anafase.
 Cuando sigue habiendo algún cromosoma libre no alineado, se forma en su cinetocoro un complejo proteico
denominado 𝑴𝑪𝑪 que inhibe la activación del 𝑨𝑷𝑪/𝑪, por lo que la célula no puede pasar a anafase.
 Cuando todos los cromosomas están perfectamente alineados y capturados por microtúbulos en unión bipolar
(tienen la misma tensión a
ambos lados), el complejo
inhibidor ya no se forma y se
activa el 𝑨𝑷𝑪/𝑪. El resultado
de esto es la ubiquitinización
tanto de la ciclina 𝑩
(inactivando el 𝑴𝑷𝑭) como
de la securina. Este último
proceso activa la separasa,
una proteína que degrada
una subunidad de la
cohesina, lo que permite que se empiecen a romper el enlace entre cromátidas hermanas.
 Anafase: Si todo está correcto, la célula pasa a la separación de las cromátidas hermanas. Las fuerzas de separación de
las cromátidas provienen de dos procesos principalmente, y por ello podemos dividir la anafase en dos períodos:
 Anafase A/Temprana: Consiste en el movimiento de las cromátidas hacia los polos celulares sobre los
microtúbulos cinetocóricos, gracias a su despolimerización a medida que avanza el movimiento cromosómico.
Este proceso es posible gracias a quinesinas
unidas a los extremos + de los microtúbulos.
 Anafase B/Tardía: Se refiere a la separación
de los polos del huso acromático en sí. Esto es
posible gracias a la elongación de los
microtúbulos polares solapantes, que se
deslizan unos sobre otros gracias a las
quinesinas que los unen. Adicionalmente,
también se ejerce una fuerza de tracción sobre
los microtúbulos astrales gracias a dineínas,
lo que amplifica el resultado.
El resultado final es la total separación de las cromátidas
hermanas, que quedan alrededor de cada centrosoma, a la vez
que el cambio de forma celular (más alargada).
 Telofase: Con los cromosomas (ya sin información duplicada)
alrededor de su respectivo centrosoma, las láminas se
desfosforilan, y reaparece la envoltura nuclear en cada polo.
Recordemos que esto es posible gracias a la desaparición del
𝑴𝑷𝑭. Los microtúbulos actuarán aquí evitando que se queden
compuestos extranucleares dentro de los núcleos en formación.
Paralelamente, empieza a aparecer el anillo contráctil de
microfilamentos en la zona donde previamente se localizaba la
placa metafásica y donde aún siguen quedando algunos
microtúbulos polares solapados para marcar la correcta posición
del anillo. El objetivo de esta estructura será la estrangulación de
la célula madre y la consecuente obtención de dos células hijas genéticamente iguales.
Este último paso de estrangulamiento celular es lo que conocemos como citocinesis, mediante la cual se dividirá el
citoplasma entre las células hijas. El anillo de actina va estrechándose cada vez más gracias a que los haces paralelos de
actina van condensándose cada vez más, lo que produce un surco de división claramente diferenciado. A la par, la
envoltura nuclear va recomponiéndose por completo y los cromosomas van descondensándose.
Meiosis
La meiosis es un tipo de ciclo celular especializado que reduce el número de cromosomas a la mitad, dando lugar a células
hijas haploides a partir de una célula parental diploide (en el caso de la especie humana, es el modo de obtener los gametos
tanto masculinos como femeninos). Esta reducción en el número de cromosomas se realiza mediante dos rondas
consecutivas de división nuclear y celular, las cuales ocurren tras una única replicación del 𝑨𝑫𝑵: la división reduccional
(meiosis I o primera división meiótica) y la división ecuacional (meiosis II o segunda división meiótica).
 División Reduccional: Al igual que la mitosis, la meiosis I comienza después de la interfase. Durante esta fase, serán
los cromosomas homólogos los que se emparejaran para luego separarse a células hijas distintas. Este apareamiento
de los cromosomas homólogos es clave para permitir la recombinación entre los cromosomas de origen paterno y
materno, siendo esto una fuente muy importante de variabilidad genética (además de, por ejemplo, las mutaciones o
la segregación al azar de estos cromosomas homólogos). El hecho de que se produzcan entrecruzamientos hace que la
profase I sea característicamente larga, con varias subfases dignas de diferenciar.
 Leptoteno: Los cromosomas
empiezan a empaquetarse, si bien la
envoltura nuclear no desaparece
tan rápidamente como en la mitosis.
La localización de cada par de
cromosomas homólogos en el
núcleo se ha demostrado que es
específica, y siempre están uno al
lado del otro (para posteriormente
poder unirse físicamente), pero no
pegados todavía. Asimismo, los
telómeros de los cromosomas
empiezan a establecer uniones con
la membrana nuclear interna,
formando las placas de unión.
Durante este período, además,
empieza a romperse la doble hebra
del 𝑨𝑫𝑵 (hipótesis de Holliday).
 Zigoteno: Las placas de unión empiezan a acercarse
cada vez más, permitiendo que empiece la unión física
entre las cromátidas no hermanas de dos cromosomas
homólogos que más cercanas están la una de la otra.
Esta unión a modo de cremallera es posible gracias a la
formación del complejo sinaptonémico, un eje
proteico muy heterogéneo, con dos elementos laterales
y uno central, y en el que podemos encontrar
cohesinas. Al nuevo compuesto creado por la unión de
dos cromosomas homólogos (𝟒 cromátidas) lo
denominamos bivalente.
 Paquiteno: Al terminarse de formar el complejo
sinaptonémico a lo largo de toda la longitud
cromosómica, se empiezan a visualizar nódulos de
recombinación (mínimo 1 por bivalente), los cuales
incluyen toda la maquinaria proteica que hace posible
la recombinación. Así, se ponen en contacto cromatina
de dos cromátidas no hermanas, quedando dos que recombinan y dos que no. Una primera
cadena de 𝑨𝑫𝑵 debe cortarse sesgadamente para así poder entrecruzarse con la otra. Se cree
que este primer corte del entrecruzamiento suele darse y empezar en secuencias que no
codifican para proteínas, por lo que decimos que es un proceso intergénico.
 Diploteno: Hecha la recombinación, el complejo sinaptonémico empieza a desaparecer,
separándose los cromosomas homólogos. Estos solo quedarán unidos por aquellos puntos
donde hubiera entrecruzamiento, a los cuales llamamos quiasmas (son uniones covalentes
entre 𝐴𝐷𝑁). También se empiezan a liberar las uniones a la envoltura nuclear, cuyo objetivo
principal era “estirar” los cromosomas para así hacer más fácil la formación del complejo
sinaptonémico. A este nuevo conjunto de 4 cromátidas unidas solo por los quiasmas lo
denominamos tétrada.
 Diacinesis: La envoltura nuclear empieza a desaparecer, a la vez que los pares de centriolos
empiezan a migrar a polos opuestos de la célula.
Las siguientes etapas de la meiosis I ya se asemejan más a las de la mitosis.
 Prometafase I: Empiezan a formarse las placas cinetocóricas
en los centrómeros de los cromosomas (los cinetocoros de
cada par de cromátidas hermanas actúan como una sola
unidad), para que así los microtúbulos cinetocóricos puedan
pescarlos. Esta vez, cada microtúbulo (uno de cada polo)
pescará un cromosoma entero de cada par de homólogos, y no
solo una de sus cromátidas.
 Metafase I: Las tétradas se colocan en la placa metafásica, y
siguen estando unidas por los quiasmas.
 Anafase I: Al igual que en la mitosis, el acortamiento de
los microtúbulos cinetocóricos, junto con el
alargamiento de los polares, hacen que se rompan los
quiasmas y se separen los cromosomas homólogos, cuyas
cromátidas hermanas siguen estando unidas por sus
centrómeros. Del mismo modo, hasta este momento las
cromátidas hermanas estaban también unidas por
cohesinas en toda su longitud, pero al separarse también
se rompen estas uniones, quedando reducidas solo a la
zona centromérica.
 Telofase I: Exacta a la mitosis, empiezan a aparecer las
envolturas nucleares alrededor de cada centrosoma. El
anillo contráctil comienza a crear el surco de división.
Tras la citocinesis, el resultado final de esta división son dos
células haploides pero con el material genético duplicado (𝒏,
𝟐𝒄). En la segunda división meiótica, será esta duplicación del 𝐴𝐷𝑁 lo que se solucionará.
 División Ecuacional: Recordemos que a esta división no le antecede otra replicación de 𝐴𝐷𝑁, sino que ocurre
directamente después de la primera. Es muy similar a una mitosis normal, solo que con la mitad de cromosomas que
una célula somática, y no hay más entrecruzamientos. En la profase II se elimina la envoltura nuclear y se inicia el
desplazamiento de los pares de centriolos a polos opuestos para posteriormente iniciar la captura de los cromosomas
(prometafase II), ahora sin organizarse por pares. Una vez todos están unidos a microtúbulos, se disponen en la placa
metafásica (metafase II) y se realiza una parada de comprobación de alineación de cromosomas, igual que en
mitosis. La anafase II mezcla, igualmente, la polimerización de microtúbulos polares y la despolimerización de
microtúbulos cinetocóricos, así como la rotura de las cohesinas que mantenían unidas las cromátidas hermanas. Las
proteínas motoras que unen los microtúbulos son, no obstante, algo distintas que en la mitosis. Finalmente, se induce
la formación del surco de segmentación con el anillo contráctil de actina y se restauran las envolturas nucleares
(telofase II). Tras la citocinesis, el resultado son cuatro células hijas haploides, distintas genéticamente, y con una
sola copia de material genético cada una (𝒏, 𝒄).
Si comparamos los significados biológicos de la mitosis con los de la meiosis, se observa que el hecho de que la primera
produzca células genéticamente iguales a la parental apoya la idea de que sea la forma de reproducción predominante en
células somáticas, con el objetivo de conseguir el crecimiento y desarrollo del organismo, o la reparación de tejidos
dañados. Por el contrario, la meiosis da como resultado células haploides y genéticamente diferentes, haciendo posible que
en la fecundación se mantenga la diploidía de la especie a la vez que es un motor de variabilidad genética enorme.
Simplemente por la distribución independiente de los cromosomas homólogos a la hora de localizarse en la placa
metafásica, el número máximo de gametos diferentes genéticamente que se pueden conseguir son 𝟐𝒏 , siendo 𝑛 el número de
pares de cromosomas homólogos de la célula inicial. Si a esto se le suma la recombinación, las posibilidades gaméticas a
partir de una sola célula humana son prácticamente infinitas.

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