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La presencia y participación activa de la tutora nos permitió contar con orientación experta
y asegurar que los estudiantes recibieran la atención adecuada desde el comienzo.
Ademas de la implicación de los otros tutores de departamento permitiéndonos asistir y
participar activamente en sus aulas.
En relación a mi unidad didáctica, experimenté una excelente aceptación por parte de los
alumnos. Los cuatro grupos de primero de la ESO se mostraron receptivos y atentos en la
primera sesión, sin interrumpir la lección teórica a pesar de no estar acostumbrados a
esta forma de introducción del temario. Esta respuesta positiva me alentó a continuar con
el desarrollo de la intervención.
Sin embargo, surgieron dificultades en la etapa creativa y artística del proceso. Esta
situación fue inesperada, ya que supuse que los mayores desafíos se encontrarían en la
comprensión de los aspectos teóricos y demostrativos. Pero los alumnos demostraron un
gran interés en participar y colaborar.
Observé que algunos alumnos mostraban cierta dispersión durante actividades menos
estructuradas y abiertas. Necesitaban más pautas y una descripción detallada de las
actividades para poder comprenderlas mejor.
En general, noté que muchos alumnos tendían a optar por la "ley del mínimo esfuerzo".
En varias ocasiones, se saltaban el paso de realizar un boceto previo a la elaboración del
dibujo final, a pesar de que se les recordaba su importancia para la calificación y
evaluación.
En esta etapa del proceso, dedicamos dos sesiones para completar un dibujo final del
personaje principal del cómic, que debía estar limpio y coloreado. Sin embargo, esta fase
tomó más tiempo del previsto en mi planificación inicial.
Para hacer las clases más amenas, animé a los alumnos a pensar en un nombre y
apellido para el personaje, lo que les permitió desarrollar aún más su creatividad. Además,
comenzamos a plantear la siguiente actividad, que consistía en crear una historia en
forma de cómic para el personaje principal. Este enfoque permitió a los alumnos ampliar
su comprensión y aplicar de manera práctica los conocimientos adquiridos.
Aunque no mostré ejemplos del resultado que esperaba inicialmente, la tutora fue de gran
ayuda al sacar a relucir varios ejemplos de años anteriores. Estas muestras permitieron a
los alumnos comprender de manera más clara mis explicaciones y visualizar el objetivo
final.
Además, durante todo el proceso de intervención, tanto en mis sesiones como en las de
mis compañeras, me di cuenta de que había una falta de ejemplos y referencias. Esto
reforzó la idea de que los alumnos necesitan más apoyo visual y práctico para
contextualizar y comprender mejor los conceptos presentados.
En cuanto a la fase de bocetado del cómic y el trabajo final, la duración se extendió más
de lo planeado. Esta prolongación generó una inestabilidad en la programación, ya que
algunos alumnos terminaron la actividad antes que otros y no había un plan claro sobre
cómo proceder.