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Doctrina Social de la Iglesia; Bien común, Subsidiariedad y Solidaridad

La Doctrina Social de la Iglesia, que llamaremos en lo adelante “DSI”, es un conjunto de


enseñanzas y principios éticos desarrollados por la Iglesia Católica para guiar la reflexión
sobre cuestiones sociales y económicas. Interpreta la realidad social a partir de la fe, no da
estrategias, sino orientaciones. Y puesto que la fe es histórica, es decir, se vive en la historia
humana, era necesario guiar la “DSI”, en base a principios fundamentales que procuren,
ante todo, el bien de la humanidad, como lo quiere Dios para sus hijos.

Tres de los principios fundamentales de la Doctrina Social de la Iglesia son: El Bien


Común, la Subsidiariedad y la Solidaridad.

Bien Común: El principio del Bien Común se refiere al objetivo de promover el bienestar
de toda la sociedad en lugar de centrarse únicamente en el bienestar individual. La Iglesia
enseña que la autoridad política y económica debe trabajar para el beneficio de todos los
miembros de la sociedad, asegurando que las necesidades básicas, como la comida, la
vivienda, la educación y la atención médica, estén al alcance de todos. El bien común
promueve la justicia y la equidad en la distribución de los recursos y oportunidades.

Abarca, además, la responsabilidad de todos en el alcance, protección y mantenimiento de


los derechos humanos fundamentales.

Subsidiariedad: La subsidiariedad es un principio que aboga por la toma de decisiones a


nivel local siempre que sea posible. Según este principio, las autoridades más cercanas a las
personas afectadas por una decisión deben tomar la responsabilidad de resolver los asuntos
en cuestión, en lugar de depender de una autoridad central o estatal. La idea detrás de la
subsidiariedad es promover la participación activa de las comunidades locales y garantizar
que las decisiones se tomen de manera más eficiente y efectiva.

Solidaridad: La solidaridad es otro principio central de la “DSI” que enfatiza la unidad y la


responsabilidad mutua. Los seres humanos somos interdependientes y tenemos la
obligación moral de cuidar el uno del otro. La solidaridad nos llama a trabajar juntos para
abordar las desigualdades, la pobreza y otras injusticias sociales. La Iglesia enfatiza que la
solidaridad no se limita a nivel local o nacional, sino que también se extiende a nivel
global, instando a la cooperación internacional para abordar los problemas globales.
El compendio incluye también:

La dignidad humana: Es un principio fundamental en la Doctrina Social de la Iglesia.


Cada ser humano posee una dignidad inherente e inalienable debido a su naturaleza como
criatura de Dios. Esta dignidad se deriva del hecho de que los seres humanos son creados a
imagen y semejanza de Dios, y está presente en cada individuo desde el momento de la
concepción hasta la muerte natural.

Opción preferencial por los pobres: Exige un tratamiento especial a los más pobres,
excluidos y maltratados. Surge de procurar el bien común y debe ser, más que una
sugerencia escrita, un ejercicio honesto, reflejado en actos concretos y no en ilusiones. La
opción preferencial debe movernos al encuentro con el otro.

Esta opción, como los demás principios, está fundamentada en los evangelios y la vida de
Jesús.

“A los pobres los tienen siempre con ustedes” (Mc 14,7)


Las bienaventuranzas (Mt, 3-11)

Los valores que dan forma a los actos concretos son: Verdad, no imponer la verdad de uno
sobre otro. Libertad, que consista en una autonomía en relación con los demás y Justicia,
dando a cada quién según corresponda. Y que todos estos valores pasen por la Caridad
como valor supremo que guíe los demás, atendiendo también al mandato del amor dado por
Jesús.

Para aplicar esta enseñanza de la iglesia es necesario mirar más allá de las necesidades
personales. Estas nos hacen vivir una fe más coherente, enraizada en los valores del
evangelio y respondiendo adecuadamente ante las realidades que vivimos. Buscan
proporcionar orientación moral en asuntos sociales, económicos y políticos. La Iglesia los
considera esenciales para construir una sociedad justa y equitativa.

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