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La rama del Derecho no es ajena a la necesidad de tales cambios y hoy más que
nunca las opciones tecnológicas deben estar a la vanguardia para que, como está
pasando en la actualidad, los procesos judiciales no se estanquen y la ciudadanía
no siente que hoy la justicia cojea más que nunca.
No pueden ser cambios de momento, deben ser radicales para que perduren en el
tiempo, hoy enfrentamos una dura pandemia, pero todo es incierto y nadie sabe
que otra situación de tal magnitud tenga que enfrentar la humanidad.
Lo anterior a propósito de la Acción de Tutela que se estudia para aliviar la
situación de los abogados litigantes
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humanos/estudian-tutela-para-aliviar-la-
dramatica?utm_source=periodico&utm_medium=GENERAL&utm_campaign=edici
on_535 que como muchos gremios afrontan una situación económica difícil, con
un claro sustento de desigualdad.
Es cierto que el panorama resulta sombrío para los abogados litigantes; sin
embargo, aun cuando en sus peticiones esta la solicitud de “proferir todas la
decisiones administrativas necesarias”, se enfocan en la implementación de
mecanismos reales y efectivos para la entrega de ayudas económicas o
compensaciones salariales o bonificaciones, hasta que se reestablezca el servicio
de justicia.
En efecto, el texto resalta que “el legislador, hace ya más de dos décadas y
buscando sintonizarse con el avance tecnológico, introdujo, en el artículo 95 de la
Ley Estatutaria de la Administración de Justicia (L. 270/96) la obligación de
propender por la incorporación de “tecnología de avanzada” al servicio de la
administración de justicia.
Es cierto que la pandemia nos tomó a todos por sorpresa y al parecer nadie
estaba preparado para tanto; como consecuencia de ello, hoy la rama judicial,
órgano tan importante, trabaja a media marcha, cuando ya debió tomar cartas en
el asunto e implementar verdaderos medios que permitieran seguir, eficientemente
con el servicio de justicia. Los tiempos de aislamiento se han ido prologando y la
solución radical al virus, sigue siendo muy incierta.