Está en la página 1de 3

LA INVASIÓN Y SUS EFECTOS INMEDIATOS

Después de una serie de roces y provocaciones por parte de tropas


norteamericanas y otra serie de hechos, que incluyeron la muerte de un oficial
estadounidense, Robert Bolívar Paz, abatido por militares panameños en las
inmediaciones del Cuartel Central se produjo la contundente acción.

El 15 de diciembre la Asamblea Nacional de Representantes de Corregimientos,


reactivada de manera espuria por el régimen luego de la anulación de las
elecciones, nombra al general Noriega como Jefe de Gobierno con poderes
especiales “[…] para conducir al país mientras persista el estado de guerra que sufre
la República de Panamá, como consecuencia de la constante y despiadada
agresión desarrollada por Estados Unidos de Norteamérica. Otra resolución declara
a la República de Panamá den estado de guerra, mientras dure la agresión
desatada contra el pueblo panameño por el gobierno de Estados Unidos de
América”. (Citado por Beluche, 1990. p. 41)

Aun cuando en realidad estos decretos no tenían más carácter de ley que los que
le otorgaba la voluntad de Noriega, los Estados Unidos aprovecharían esta
coyuntura para argüir una supuesta declaración formal de guerra.

Pero a pesar de las constantes declaraciones agresivas por parte del gobierno
estadounidense, en Panamá muy pocas personas estimaban que se fuera a dar un
hecho tan drástico como una invasión.

Sin embargo, inopinadamente, poco después de la medianoche del 20 de diciembre


de 1989 se dio inicio a una cruenta invasión a Panamá por parte del ejército de
Estados Unidos. En la denominada "Operación Causa Justa", participaron 26,000
soldados empleando el más sofisticado armamento con el que contaba el ejército
de ese país, incluyendo armas y equipos bélicos de reciente desarrollo que
prácticamente eran probados por primera vez. En un escenario de guerra real. El
ataque se concentró en los principales cuarteles de la ciudad de Panamá. Colón y
La Chorrera, así como en los aeropuertos. El popular barrio de El Chorrillo, en cuyo
centro se encontraba el Cuartel Central de las Fuerzas de Defensa, fue literalmente
arrasado. Hubo choques armados en la ciudad de Panamá, San Miguelito y en
LA INVASIÓN Y SUS EFECTOS INMEDIATOS

Colón entre tropas panameñas y estadounidenses, aunque ningún miembro de la


alta oficialidad combatió.

No se conoce con certeza cuántos panameños, entre civiles y militares, perdieron


la vida, no obstante, la cifra de muertos, por la magnitud de la acción armada, puede
que, contrario a los informes de los norteamericanos y de sus aliados panameños,
ascienda a varios miles. Asimismo, en los días posteriores a la cruenta intervención
y por la supresión de las fuerzas panameñas de control del orden, se produjeron en
las ciudades de Panamá, Colón y La Chorrera, saqueos de comercios y empresas,
cuyas pérdidas se han estimado en más de 200 millones de dólares.

A la medianoche del mismo 20 de diciembre, en la base militar estadounidense de


Fort Clayton, Guillermo Endara Galimany, Ricardo Arlas Calderón y Guillermo Ford
tomaron posesión de los cargos de presidente y vicepresidentes de la República
respectivamente, y el día siguiente hacen lo propio en el Palacio Legislativo ante los
mismos magistrados del tribunal electoral que el 10 de mayo anularon las
elecciones.

Según George Bush, la ofensiva militar contra las Fuerzas de Defensa de Panamá
se hizo "para proteger las vidas de los norteamericanos, defender la Democracia en
Panamá, apresar a Noriega y llevado a ser Juzgado por cargos relacionados con el
tráfico de drogas por los cuales fue sindicado en 1988. Y por último para asegurar
la integridad de los Tratados del Canal de Panamá". (Citado por Arauz y Pizzurno,
1996. p.p. 642-643)

No obstante, a la luz del Derecho Internacional la invasión de Estados Unidos a


Panamá constituyó una violación al mismo, ya que, “[…] en el ordenamiento vigente
existe una amplia y precisa normativa jurídica que prohíbe taxativamente el uso de
la fuerza en las relaciones internacionales, la injerencia en asuntos internos de otros
Estados, y que obliga a la solución pacífica de las controversias internacionales […]
(Muñiz, s.f. p. 105).

El propio Noriega huyó y en búsqueda de asilo se refugió en la Nunciatura


Apostólica y tras negociaciones entre los Estados Unidos y el Vaticano, se entrega
LA INVASIÓN Y SUS EFECTOS INMEDIATOS

finalmente a las fuerzas de la Drug Eníorcernent Agency (DEA) para ser trasladado
a los Estados Unidos y ser juzgado por cargos de narcotráfico.

Además de las víctimas humanas en su mayoría inocentes, el perjuicio económico


que la intervención política y armada de los Estados Unidos en nuestro país fue
inmenso, “[…] incluida la invasión, según el economista Guillermo Chapman Jr.,
alcanzó la cifra de 1 500 millones de dólares. Para el economista Juan Jované, la
cifra entre 1 988 y 1 989 fue de 2 065.8 millones de dólares” (Beluche, 1990. p. 138).

Referencias Bibliográficas

Araúz, C y Pizzurno P. (1996). Estudios sobre el Panamá republicano: 1903-1989.


Recuperado de http://binal.ac.pa/binal/component/content/article/78-servicios/152-
obras-digitalizadas-art.html

Beluche, O. (1990). La Verdad sobre la Invasión. Panamá: CELA.

Muñiz de Urquiza, M. (S.f.). La intervención armada de Estados Unidos en Panamá:


un acto internacionalmente ilícito. Afers Internacionals, núm. 20, pp. 105-110.
Recuperado de http://www.raco.cat/index.php/RevistaCIDOB/article/view/27851

También podría gustarte