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Los efectos de las enfermedades sistémicas y los medicamentos en

Osteointegración de implantes: una revisión sistemática
Tara Aghaloo, DDS, MD, PhD1/Joan Pi-Anfruns, DMD2/Alireza Moshaverinia, DDS, PhD3/
Danielle Sim4/Tristan Grogan, MS5/Danny Hadaya, DDS6

Desde su desarrollo, los implantes dentales se han convertido en uno de los procedimientos más comunes para rehabilitar a pacientes con

un solo diente faltante o mandíbulas totalmente edéntulas. A medida que los implantes se vuelven más comunes, determinar los factores

que afectan la osteointegración es extremadamente importante. Los factores de riesgo médicos identificados que afectan negativamente la

osteointegración incluyen la diabetes y la osteoporosis. Sin embargo, otras afecciones sistémicas y medicamentos que interfieren con la

cicatrización de heridas no se han investigado tan ampliamente. El objetivo de esta revisión sistemática fue evaluar el efecto de los

trastornos sistémicos, incluidas la diabetes y la osteoporosis, sobre la osteointegración de los implantes. El objetivo también era evaluar el

efecto de otras enfermedades, como las enfermedades neurocognitivas, las enfermedades cardiovasculares, el virus de la inmunodeficiencia

humana (VIH), el hipotiroidismo, la artritis reumatoide y medicamentos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina

(ISRS), los inhibidores de la bomba de protones (IBP). ) y antihipertensivos. Aunque la literatura no demuestra que la diabetes afecte

negativamente a la osteointegración del implante, la mayoría de los estudios se centran en diabéticos bien controlados y el uso de

antibióticos profilácticos. Además, los estudios han demostrado un aumento de las complicaciones óseas y de tejidos blandos a largo plazo.

Para la osteoporosis, estudios y revisiones recientes tampoco logran demostrar una tasa de osteointegración más baja. Sin embargo, se

debe tener precaución en estos pacientes debido al riesgo de osteonecrosis de los maxilares (ONM), especialmente en pacientes con

neoplasias óseas. Tampoco hay evidencia directa de que los pacientes con VIH, enfermedades cardiovasculares, trastornos neurológicos,

hipotiroidismo o artritis reumatoide tengan una tasa disminuida de osteointegración del implante. Sin embargo, algunas pruebas

preliminares sugieren que medicamentos como los ISRS o los IBP pueden tener un efecto negativo sobre la osteointegración del implante.

Estos estudios son bastante recientes y deben ser validados con investigaciones continuas. Además, el control de la enfermedad, los

medicamentos concomitantes y otras comorbilidades complican la osteointegración del implante y deben guiar nuestros enfoques de

tratamiento y guías clínicas.INuevo TestamentojoraulMETROhachaIllOfac

IImplantes2019;34(suplemento):s35–s49. doi: 10.11607/jomi.19suppl.g3

Palabras clave:diabetes, factores de riesgo médicos, osteointegración, osteoporosis

1Profesor, División de Ciencias Diagnósticas y Quirúrgicas,

Sección de Cirugía Oral y Maxilofacial, Facultad de Odontología de
UCLA, Los Ángeles, California, EE.UU.
2Profesor Clínico Asistente, División de Ciencias Quirúrgicas y
Diagnósticas, Secciones de Cirugía Oral y Maxilofacial y
Odontología Restauradora, Facultad de Odontología de UCLA, Los
Ángeles, California, EE.UU.
3Profesor Asistente, División de Prostodoncia Avanzada,
Sección de Prostodoncia, Facultad de Odontología de UCLA, Los
Ángeles, California, EE.UU.
4Asistente de Investigación, Núcleo de Estadísticas del Departamento de Medicina,
Facultad de Medicina David Geffen de UCLA, Los Ángeles, California,
Estados Unidos.
5Estadístico Principal, Departamento de Estadísticas de Medicina
Core, Facultad de Medicina David Geffen de UCLA, Los Ángeles, California,
Estados Unidos.
6Candidato a Doctorado, División de Ciencias Diagnósticas y Quirúrgicas,
Facultad de Odontología de UCLA, Los Ángeles, California, Estados Unidos.
Correspondencia a:Dra. Tara L. Aghaloo, Facultad de Odontología
de UCLA, 10833 Le Conte Ave CHS Rm 53-009, Los Ángeles, CA
90095-1668. Fax: (310) 825-7232.
Correo electrónico: taghaloo@dentistry.ucla.edu
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A Según el Centro Nacional de Estadísticas de Salud (NCHS),
más de 36 millones de estadounidenses son edéntulos y el
90% de ellos tienen dentaduras postizas.1A otros 120 millones
les falta al menos un diente y se estima que en los próximos 15
años la pérdida de dientes afectará a más de 200 millones de
personas. La pérdida de dientes puede ser el resultado de
caries, enfermedad periodontal, desgaste, traumatismo o
cáncer, y puede provocar problemas dentales adicionales,
cambios nutricionales y problemas de autoestima social y
personal. Aunque las dentaduras postizas completas y parciales
y las prótesis dentales siguen siendo opciones para reemplazar
los dientes perdidos, los dentistas y los pacientes suelen exigir
una solución más avanzada e integrada.
La osteointegración es un contacto directo entre el hueso
vivo y un implante de titanio.2Aunque inicialmente se trataba de
una interacción compleja entre tejido vivo y metal para
reemplazar los dientes perdidos y facilitar una rehabilitación
dental y craneofacial integral, los implantes son ahora uno de
los procedimientos más comunes que se realizan en la
odontología actual. Múltiples estudios a corto y largo plazo
demuestran que los implantes dentales son seguros y

La Revista Internacional de Implantes Orales y Maxilofacialess35

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grupo 3
eficaz.3–5La osteointegración clásicamente ocurre después de 3
a 6 meses con superficies de implantes de titanio mecanizadas o
torneadas; puede ocurrir más rápido con superficies mejoradas
o rugosas.6–8Esta osteointegración mejorada ha provocado un
mayor uso de implantes dentales, con colocación y carga
temprana o inmediata, e implantes en pacientes con factores de
riesgo médicos.9,10Sin embargo, los estudios han sido poco
claros y contradictorios en términos de osteointegración o
supervivencia a corto plazo entre pacientes sanos y
médicamente comprometidos.11-14Muchos estudios han
identificado afecciones médicas específicas, como la diabetes
mellitus y la osteoporosis, como factores negativos tanto para la
osteointegración como para la supervivencia a largo plazo del
implante.14-17Como tal, estos estudios a largo plazo no
examinan si la osteointegración inicial se vio afectada por
enfermedades sistémicas.
La diabetes mellitus (DM) es un trastorno metabólico crónico
que puede presentarse de dos formas. Los pacientes que
padecen DM tipo 1 tienen un trastorno autoinmune en el que su
cuerpo no puede producir insulina; como tal, estas personas
deben tomar insulina exógena para controlar su nivel de azúcar
en sangre. La DM tipo 2 es una enfermedad multifactorial, en la
que una combinación de genética y medio ambiente hace que el
páncreas sea incapaz de producir insulina y hace que el cuerpo
se vuelva resistente a la insulina.18,19En ambas afecciones, los
niveles elevados crónicos de glucosa circulante provocan
complicaciones más graves, que afectan a numerosos sistemas
de órganos, incluida la cavidad bucal. Esta condición se ha
asociado clásicamente con un mayor riesgo de fracaso de los
implantes dentales, y numerosos estudios sugieren una mala
cicatrización ósea en momentos de hiperglucemia.20–22De
hecho, los diabéticos padecen una mayor incidencia de
periodontitis y gingivitis y están más expuestos a infecciones
dentales.23A pesar de la falta de evidencia clínica, estas
asociaciones se establecen y a menudo pueden limitar el
tratamiento del paciente, especialmente porque algunos
estudios previos han demostrado un mayor fracaso de los
implantes a corto plazo en pacientes diabéticos o un mayor
tiempo necesario para la osteointegración.14,24,25
La osteoporosis es una enfermedad musculoesquelética de
masa ósea reducida, densidad mineral ósea baja con una
puntuación T ≤ –2,5 desviaciones estándar de la columna lumbar
(L1-L4) y el cuello femoral, y susceptibilidad a fracturas óseas.26–
28Aunque el diagnóstico de osteoporosis incluye una
disminución del hueso cortical y un hueso trabecular delgado
con un mayor espacio trabecular en el esqueleto axial y
apendicular, la correlación con una disminución de la densidad
mineral ósea o un hueso trabecular y cortical delgado en el
maxilar y la mandíbula no ha sido consistente.29–32Además, no
se comprende bien la relación entre la densidad ósea sistémica y
el metabolismo.33
De hecho, los pacientes con osteoporosis sistémica a menudo
buscan terapia con implantes dentales y los estudios han
sugerido un mayor fracaso en esos pacientes, especialmente en
el maxilar.14,34–36De hecho, el hueso tipo IV con
s36Volumen 34, Suplemento, 2019
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La disminución del hueso cortical y el aumento del hueso trabecular
se han asociado con un mayor fracaso del implante.37,38Sin embargo,
más recientemente, como se utilizan casi exclusivamente superficies
de implante mejoradas, la osteointegración y el mantenimiento óseo
periimplantario a largo plazo son favorables en pacientes
osteoporóticos.39–42
A medida que más de nuestros pacientes con implantes
tienen problemas médicos importantes y toman medicamentos
que pueden afectar la cicatrización de heridas y el metabolismo
óseo, debemos poder evaluar la literatura de una manera
sistemática donde los resultados se puedan combinar para
maximizar la información actualmente disponible. Por lo tanto,
el objetivo de esta revisión sistemática fue evaluar el efecto de
los trastornos sistémicos, incluidas la diabetes y la osteoporosis,
sobre la osteointegración de los implantes. También se
evaluaron el efecto de las enfermedades neurocognitivas, las
enfermedades cardiovasculares, el virus de la inmunodeficiencia
humana (VIH), el hipotiroidismo y la artritis reumatoide (AR), así
como de medicamentos como los inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina (ISRS), los inhibidores de la bomba de
protones (IBP) y antihipertensivos.
MATERIALES Y MÉTODOS
Criterios de selección e inclusión de estudios.
La pregunta enfocada se desarrolló siguiendo el formato PICO
(Población: pacientes con osteoporosis o diabetes, o pacientes
que toman medicamentos sistémicos; Intervención: terapia con
implantes dentales; Comparación: pacientes sanos; Resultado:
osteointegración) para evaluar el efecto de las condiciones de
salud sistémicas y los medicamentos en osteointegración del
implante. Los criterios de inclusión fueron determinados por los
autores antes del inicio del estudio: estudios en humanos o
clínicos con al menos 10 pacientes, publicación en la literatura
inglesa, un tiempo de seguimiento de ≥ 3 meses para evaluar la
osteointegración del implante y problemas médicos específicos
definidos con datos sobre supervivencia del implante (marcador
sustituto de la osteointegración). Se excluyeron los estudios que
eran animales o estudios in vitro, informes de casos o series de
casos pequeñas; si carecían de información específica sobre la
supervivencia del implante u osteointegración, números
específicos de pacientes con enfermedades sistémicas o
medicación, o números específicos de pacientes y/o
supervivencia del implante; o fueron publicados en revistas en
idiomas distintos del inglés (Tabla 1).
Estrategia de búsqueda
Para esta revisión sistemática, se utilizaron las pautas PRISMA
(Elementos de informes preferidos para revisiones sistemáticas y
metanálisis).43Se realizó una búsqueda electrónica en PubMed
para identificar artículos potenciales desde 1975 hasta julio de
2018 utilizando las palabras clave de diferentes combinaciones:
“dental implants” y “osteoporosis”, “bisfosfonatos”, “diabetes”,
“parkinson's Disease o
 Aghaloo et al.

Tabla 1 Criterios de inclusión/exclusión del estudio

Criterios de inclusión Criterio de exclusión

Estudios clínicos en humanos con al menos 10 pacientes. Estudios en animales o in vitro.

Publicado en el idioma inglés. Publicado en un idioma distinto del inglés

Al menos un intervalo de seguimiento de 3 meses. Falta de seguimiento

Tasa de osteointegración/supervivencia informada No hay información sobre el estado de supervivencia/osteointegración

Pacientes con enfermedades sistémicas específicas o medicamentos. –

enfermedad neurocognitiva”, “artritis reumatoide”,

“enfermedad cardiovascular o hipertensión o enfermedad de Registros identificados mediante
Registros adicionales
la base de datos buscando
las arterias coronarias”, “hipotiroidismo”, “virus de identificados (n = 14)
(n = 394)
inmunodeficiencia humana o síndrome de deficiencia
adquirida”, “depresión”, “antihipertensivos o diuréticos o
betabloqueantes”, “inhibidores de la recaptación de Registros después de eliminar duplicados
(n = 323)
serotonina”, “inhibidores de la bomba de protones” o
“tiroides”. Además de la búsqueda en línea, se realizó una
búsqueda manual en revistas específicas, incluidasLa Revista Registros examinados

Internacional de Implantes Orales y Maxilofaciales; (n = 101)

Investigación clínica sobre implantes orales; Revista de

Cirugía Oral y Maxilofacial; Revista Internacional de Cirugía Artículos completos evaluados para determinar su elegibilidad.

Oral y Maxilofacial; Implantología clínica e investigaciones (n = 66)

afines; Implantología; Revista de Periodoncia; Revista de
Periodoncia Clínica;yCirugía Bucal, Medicina Bucal, Patología Estudios incluidos en síntesis cualitativa.
Bucal, Radiología Bucal y Endodoncia.Dos investigadores (n = 33)
independientes (TLA y JPA) examinaron los títulos y los
cuatro médicos de esta revisión resolvieron cualquier Estudios incluidos en síntesis cuantitativa.
desacuerdo entre los dos autores. (n = 21)

Análisis estadístico Estudios incluidos para Estudios incluidos para

Para el metanálisis, se construyeron diagramas de bosque utilizando
la proporción de implantes curados tanto para la cohorte diabética
como para la cohorte osteoporótica (que luego se estratificó según el
uso de medicación). La heterogeneidad se evaluó mediante el
estadístico Q de Cochran y el I2
índice (el porcentaje de variación entre estudios que se debe
a la heterogeneidad más que al azar).44Dado que se observó
una heterogeneidad significativa, los autores optaron por
utilizar el modelo metanalítico de efectos aleatorios en lugar
de la estimación agrupada de efectos fijos. Los análisis
estadísticos se realizaron utilizando R V3.5.1 (www.r-
project.org) utilizando el paquete 'meta'. PAGvalores < 0,05
se consideraron estadísticamente significativos.
RESULTADOS
El análisis de los estudios de pacientes con osteoporosis reveló
un total de 408 estudios, quedando 21 estudios para análisis
después de una evaluación adicional (Fig. 1). Se incluyeron
cuatro estudios para pacientes osteoporóticos que no tomaban
medicamentos antirresortivos (Tabla 2), y se incluyeron 17
estudios para pacientes que tomaban antirresortivos (Tabla 3).
Para pacientes osteoporóticos, la combinación
Evaluación cuantitativa para evaluación cuantitativa
pacientes que no toman AR. para pacientes que toman AR
(norte = 4) (n = 17)
Figura 1 Estrategia de búsqueda de artículos sobre osteoporosis. Diagrama de flujo
Representación de artículos identificados, seleccionados e incluidos en
análisis cualitativos y cuantitativos. AR = antirresortivos.
La estimación de la tasa de supervivencia de los implantes a partir
del metaanálisis fue del 98 % (con un intervalo de confianza [IC] del
95 % del 96 % al 99 %) (Fig. 2). No se observaron diferencias en la
osteointegración en pacientes con o sin osteoporosis,
independientemente de la terapia antirresortiva.
Para el análisis de la osteointegración en pacientes
diabéticos, se identificaron un total de 360 estudios, y también
se identificaron 11 estudios adicionales. Después de evaluar los
criterios de exclusión e inclusión, quedaron 20 estudios (Fig. 3).
De los 20 estudios, 5 fueron retrospectivos, 5 fueron estudios de
casos y controles y 10 fueron estudios prospectivos (Tabla 4).
Para los pacientes diabéticos, la estimación combinada de la
tasa de supervivencia del implante del metanálisis fue del 98 %
(con un IC del 95 % del 96 % al 99 %) (Fig. 4). No se observaron
diferencias en las tasas de osteointegración en pacientes
diabéticos versus no diabéticos.

La Revista Internacional de Implantes Orales y Maxilofacialess37

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grupo 3

Tabla 2 Estudios sobre implantes en pacientes con osteoporosis que no toman bifosfonatos incluidos en el
análisis
Pacientes con osteoporosis Grupo de control

Estudio (año) Diseño No. de implantes % Oseointegrado No. de implantes % Oseointegrado

Chow et al.101(2017) PD 158 97 – –
Alsaadi et al.35(2007) PD 29 100 677 97,97
Amorim et al.26(2007) CC 39 97,4 43 100
Von Wowern y Gotfredsen102(2001) CC 14 100 22 100
PS = estudio prospectivo; CC = estudio de casos y controles.

Tabla 3 Estudios sobre implantes en pacientes con osteoporosis que toman bifosfonatos incluidos en el
análisis
Pacientes con osteoporosis Grupo de control

Estudio (año) Diseño No. de implantes % Oseointegrado No. de implantes % Oseointegrado

Siebert y otros103(2015) PD 60 97 12 100
Familia y otros104(2011) RS 75 98,7 – –
Kasai y otros105(2009) RS 35 85,7 167 95,7
Memon et al.106(2012) RS 1.533 93,5 132 95,5
Zahid et al.72(2011) RS 51 94.1 661 97.1
Dvorák y otros40(2011) RS 46 87 – –
jeffcoat67(2006) CC 102 100 108 99,2
Familia y Zavoral107(2015) PD 20 100 – –
Campana y campana108(2008) RS 101 95 – –
Fugazzotto et al.68(2007) PD 169 100 – –
Shabestari y otros109(2010) RS 46 100 – –
Tallarico et al.110(2016) PD 98 98 – –
Yajima y otros111(2017) CC 25 88,9 28 100
Temmerman y otros112(2017) CC 63 98,4 63 100
Grant y otros70(2008) RS 468 99,6 1.450 99
Koka y otros113(2010) RS 121 99,17 166 98
Mozzati y otros114(2015) RS 1.267 98,7 – –
PS = estudio prospectivo; RS = estudio retrospectivo; CC = estudio de casos y controles.

Hubo un número insuficiente de estudios para realizar un metanálisis
en pacientes con trastornos neurológicos, VIH, enfermedades
cardiovasculares, AR, inhibidores selectivos de los receptores de
serotonina o IBP. Sin embargo, la evaluación de la supervivencia del
implante se realizó a partir de los estudios disponibles. Sólo estaba
disponible un estudio que no era un informe de caso sobre pacientes con
trastornos neurológicos. De los 27 pacientes con 70 implantes en este
estudio, la tasa de supervivencia de los implantes fue del 86%.45Aunque
hay pocos estudios disponibles en pacientes con VIH, dos estudios
demostraron que solo se perdió 1 implante de 135, lo que representa una
tasa de supervivencia del 99,2% en comparación con una supervivencia
del 100% en pacientes VIH negativos con 24 implantes.46,47Para los
pacientes con enfermedad cardiovascular, no se encontraron diferencias
en la tasa de supervivencia del implante en comparación con los controles,
donde un estudio demostró 97,8 % frente a 100 %.42y otro demostró el
87,3% frente al 87%.48En 56 pacientes con AR, alta supervivencia
Se lograron tasas entre el 96,1% y el 100% en 215 implantes
de dos estudios retrospectivos.49,50Para el hipotiroidismo, se
encontraron dos estudios que demostraron una
supervivencia de implantes similar entre pacientes sanos y
enfermos.51,52
Además de las enfermedades sistémicas, se evaluaron ciertos
medicamentos que se sabe que afectan la formación y remodelación ósea.
El uso de medicamentos antihipertensivos para enfermedades
cardiovasculares se asoció con una mayor supervivencia del implante del
99,4% frente al 95,9% en pacientes que no tomaban estos medicamentos.
53Por el contrario, los pacientes que tomaban ISRS demostraron una tasa
de supervivencia del implante más baja, del 89,4% al 94,4% frente al 95,4%
al 98,15% en los pacientes de control, respectivamente.53,54De manera
similar, los pacientes que tomaban IBP tuvieron una menor tasa de
supervivencia del implante del 88% al 93,2% frente al 95,5% al 96,8% en
pacientes que no habían recibido IBP, respectivamente.53,55

s38Volumen 34, Suplemento, 2019

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 Aghaloo et al.

Supervivencia

Referencias Sobrevivió Total tasa IC del 95%

Pacientes en tratamiento con

bifosfonatos Siebert et al (2015) 120 120 1.00 [0,97; 1.00]
Famili et al (2011) Zahid et al (2011) 342 347 0,99 [0,97; 1.00]
Jeffcoat (2006) 48 51 0,94 [0,84; 0,99]
26 26 1.00 [0,87; 1.00]
Famili y Zavoral (2015) 20 20 1.00 [0,83; 1.00]
Bell y Bell (2008) 96 101 0,95 [0,89; 0,98]
Shabestari et al (2010) 46 46 1.00 [0,92; 1.00]
Grant et al (2008) 466 468 1.00 [0,98; 1.00]
Kasai et al (2009) Memon 190 202 0,94 [0,90; 0,97]
et al (2012) Dvorak et al 269 285 0,94 [0,91; 0,97]
(2011) Fugazzotto et al 153 177 0,86 [0,80; 0,91]
(2007) Tallarico et al 169 169 1.00 [0,98; 1.00]
(2016) Yajima et al (2017) 212 214 0,99 [0,97; 1.00]
Temmerman et al (2017) 52 53 0,98 [0,90; 1.00]
Koka et al (2010) 144 145 0,99 [0,96; 1.00]
283 287 0,99 [0,96; 1.00]
Mozzati y otros (2015) Subtotal 1.251 1.267 0,99 [0,98; 0,99]
(yo2= 85%,PAG< .01) 3.978 0,98 [0,97; 0,99]

Pacientes que toman otras drogas.

Wu y otros (2016) 1.490 1.499 0,99 [0,99; 1.00]

Wu y otros (2014) 84 94 0,89 [0,81; 0,95]
Altay et al (2018) 103 109 0,94 [0,88; 0,98]
Wu et al (2017) 124 133 0,93 [0,88; 0,97]
Chrcanovic et al (2017) 220 250 0,88 [0,83; 0,92]
Subtotal (yo2= 94%,PAG< .01) 2.085 0,95 [0,88; 0,98]

Estimación agrupada 6.063 0,98 [0,96; 0,99]

0,80 0,85 0,90 0,95 1.0

Tasa de supervivencia

Figura 2(Arriba)Diagrama de bosque de la tasa de supervivencia de implantes para pacientes

osteoporóticos. Registros identificados mediante
Registros adicionales
la base de datos buscando
identificados (n = 11)
Fig. 3(Bien)Estrategia de búsqueda de artículos sobre diabetes. Diagrama de (n = 360)
flujo que muestra los artículos identificados, seleccionados e incluidos en
análisis cualitativos y cuantitativos.
Registros después de eliminar duplicados
(n = 353)

Registros examinados
(n = 76)

DISCUSIÓN Artículos completos evaluados para determinar su elegibilidad.

(n = 53)
Los implantes dentales son una terapia de primera línea para
reemplazar dientes únicos o múltiples perdidos, y muchos estudios
Estudios incluidos en síntesis cualitativa.
documentan tasas de supervivencia a corto y largo plazo superiores (n = 29)
al 95 %.56A medida que los implantes tienen más éxito, los pacientes
con problemas médicos sistémicos buscan tratamiento con mayor
Estudios incluidos en síntesis cuantitativa.
frecuencia. Aunque se sabe que las condiciones de salud y los (n = 20)
medicamentos afectan la salud general de las heridas.

La Revista Internacional de Implantes Orales y Maxilofacialess39

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grupo 3

Tabla 4 Estudios sobre implantes en pacientes diabéticos incluidos en el análisis

Pacientes diabéticos Grupo de control

Tipo de No. de % No. de %

Estudio (año) Diseño diabetes implantes Oseointegrado implantes Oseointegrado
Turkyilmaz115(2010) RS WC 23 100 – –
Erdogan y otros116(2015) PD WC 22 100 21 100
Dowell y otros63(2007) CC Diferentes niveles 39 100 11 100
de control
Eskow y Oates57(2017) PD ordenador personal 70 98,6 – –
Oates y otros117(2014) CC Diferentes niveles 134 99,2 100 99
de control
Aguilar-Salvatierra et al.118(2016) PD Diferentes niveles 52 98.1 – –
de control
Farzad et al.119(2002) RS WC 136 96,3 – –
Al Amri y otros120(2017) PD WC 108 100 – –
Cabrera Domínguez et al.121(2017) PD WC 15 100 15 100
Khandelwal et al.122(2013) PD WC 48 100 – –
Peled et al.123(2003) PD WC 141 100 – –
Abdulwassie y Dhanrajani124(2002) PD WC 113 95,6
Morris y otros125(2000) RS WC 255 92.2 2.632 93.2
Olson y otros126(2000) PD WC 178 93.3
Fiorellini et al.127(2000) RS WC 215 88,8
Kapur y otros128(1998) PD WC 104 100
Anner y otros129(2010) RS WC 177 97,2 1.449 95
Ghiraldini et al.130(2016) CC WC 31 100 19 100
Tawil et al.131(2008) CC WC 255 97,6 244 99,6
Gómez-Moreno et al.132(2015) CC WC 46 100 21 100
PS = estudio prospectivo; RS = estudio retrospectivo; CC = estudio de casos y controles; CP = mal controlado; WC = bien controlado.

la cicatrización, comprometen el sistema inmunológico,
disminuyen la vascularización e inhiben la remodelación ósea, el
efecto directo sobre la osteointegración del implante no se
comprende ni se estudia bien. El objetivo de esta revisión fue
evaluar la literatura disponible en busca de evidencia de
condiciones de salud sistémicas y medicamentos que afectan la
osteointegración del implante. Aunque la búsqueda identificó
estudios sobre osteoporosis, diabetes, enfermedades
neurocognitivas, enfermedades cardiovasculares, VIH, AR e
hipotiroidismo, y medicamentos como ISRS, IBP y
antihipertensivos, sólo la diabetes y la osteoporosis tenían datos
suficientes para respaldar una revisión sistemática.
Como estudios anteriores han identificado que tanto la diabetes como
la osteoporosis tienen un efecto negativo en la supervivencia de los
implantes, artículos más recientes no han podido confirmar estos
hallazgos iniciales.13,33,57Ya sea debido a superficies de implantes más
nuevas y mejoradas, un mejor control de enfermedades o algún otro
factor externo, los implantes en pacientes con diabetes u osteoporosis
parecen ser una opción de tratamiento segura y eficaz.22,33Una
advertencia en los estudios sobre diabetes es el control de la enfermedad,
donde los diabéticos mal controlados fueron excluidos o carecieron de un
número adecuado de sujetos para sacar conclusiones definitivas de la
mayoría de los estudios. Además, aunque se logra la osteointegración
inicial del implante
entre 3 y 6 meses, la supervivencia o el éxito a largo plazo aún
pueden verse comprometidos en pacientes diabéticos, con una
mayor incidencia de periimplantitis.21,22,58
Los fallos de los implantes dentales, definidos clásicamente como
tempranos o tardíos, pueden producirse por diversos motivos.59,60Los
fracasos tempranos generalmente ocurren cuando los implantes no
logran osteointegrarse, a menudo debido a una infección; Los fracasos
tardíos ocurren después de la carga y pueden deberse a una variedad de
factores diferentes, incluido el cemento retenido, la carga oclusal y la
periimplantitis. Si bien los estudios identificados en esta revisión fueron a
menudo estudios a largo plazo, los datos sobre el estado de
osteointegración en el momento de la carga estaban disponibles y se
utilizaron para el análisis. En consecuencia, muchos estudios informaron
fracasos tardíos 1 a 2 años después de la colocación, después de que el
implante fue restaurado con una prótesis dental.
Diabetes
La diabetes, un trastorno metabólico sistémico, se caracteriza
por niveles elevados de glucosa en sangre. En estados crónicos,
las citocinas y mediadores proinflamatorios, como el TNF-alfa y
la IL-6, aumentan localmente y pueden reducir el acoplamiento
osteoblastos-osteoclastos, dos tipos de células vitales necesarias
para la osteointegración del implante.61De manera similar, la
diabetes afecta la proporción de activador del receptor.

s40Volumen 34, Suplemento, 2019

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 Aghaloo et al.

Supervivencia

Referencias Sobrevivió Total tasa IC del 95%

Turkyilmaz (2010) 23 23 1.00 [0,85; 1.00]

Erdogan et al (2015) 22 22 1.00 [0,85; 1.00]
Dowell et al (2007) Eskow 39 39 1.00 [0,91; 1.00]
y Oates (2017) Oates et 69 70 0,99 [0,92; 1.00]
al (2014) 218 220 0,99 [0,97; 1.00]
Aguilar-Salvatierra et al (2016) 51 52 0,98 [0,90; 1.00]
Farzad et al (2002) 131 136 0,96 [0,92; 0,99]
Al Amri et al (2017) Cabrera 108 108 1.00 [0,97; 1.00]
Domínguez et al (2017) 15 15 1.00 [0,78; 1.00]
Khandelwal et al (2013) 47 48 0,98 [0,89; 1.00]
Peled et al (2003) Abdulwassie y 137 141 0,97 [0,93; 0,99]
Dhanrajani (2002) Morris et al (2000) 108 113 0,96 [0,90; 0,99]
235 255 0,92 [0,88; 0,95]
Olson et al (2000) 166 178 0,93 [0,89; 0,96]
Fiorellini et al (2000) 191 215 0,89 [0,84; 0,93]
Kapur et al (1998) 104 104 1.00 [0,97; 1.00]
Anner et al (2010) 172 177 0,97 [0,94; 0,99]
Ghiraldini et al (2016) 31 31 1.00 [0,89; 1.00]
Tawil et al (2008) 249 255 0,98 [0,95; 0,99]
Gómez-Moreno et al (2015) 46 46 1.00 [0,92; 1.00]

Estimación agrupada (I2= 60%,PAG< .01) 2,248 0,98 [0,96; 0,99]

0,80 0,85 0,90 0,95 1.0

Tasa de supervivencia

figura 4Diagrama de bosque de la tasa de supervivencia de implantes para pacientes diabéticos.

del ligando del factor nuclear kappa-B (RANKL) y la
osteoprotegrina (OPG), reguladores maestros de la función de
los osteoclastos. En momentos de hiperglucemia, esta relación
se altera y favorece una mayor resorción ósea.61Finalmente,
estos pacientes son más susceptibles a infecciones tanto
sistémicas como localizadas y, por lo tanto, corren el riesgo de
sufrir un fallo de osteointegración debido a la infección.62En
conjunto, estos cambios podrían ser una razón para un posible
aumento del fracaso de los implantes en pacientes diabéticos.
Es importante destacar que el control de la diabetes se evalúa
midiendo los niveles de hemoglobina glicosilada, hemoglobina A1c
(HbA1c). De hecho, existen precauciones dentales para pacientes con
diabetes no controlada, y la mayoría de los médicos limitan la
colocación de implantes dentales, así como los procedimientos
quirúrgicos electivos, en pacientes con diabetes no controlada. Como
tal, la mayoría de los estudios identificados incluyeron pacientes con
diabetes controlada (HbA1c <8). Sólo se identificaron dos estudios
que comparaban la supervivencia del implante en pacientes con
diferentes niveles de HbA1c. Un estudio investigó las tasas de
osteointegración en pacientes con diabetes no controlada y no
encontró diferencias en pacientes con HbA1c alta o baja.63Otro
estudio que incluyó a 23 pacientes con HbA1c de 6 a 13,9 a quienes
se les colocaron un total de 70 implantes no encontró diferencias en
Osteointegración entre grupos.57En ambos estudios, las tasas de
supervivencia de los implantes fueron comparables, sin diferencias
estadísticas entre los grupos. Sin embargo, con tamaños de muestra
bajos, es difícil formular conclusiones definitivas sobre los implantes
en pacientes con diabetes mal controlada.
De hecho, se han realizado revisiones sistemáticas sobre la
diabetes y el tratamiento con implantes dentales con
conclusiones variadas. Una revisión afirma que la
osteointegración del implante se retrasa en pacientes diabéticos
según dos informes separados que investigan los valores del
análisis de frecuencia de resonancia (RFA) durante el período de
osteointegración. En estos estudios, los valores de RFA son más
bajos en pacientes diabéticos y los pacientes con un control
glucémico deficiente provocaron retrasos en la estabilización del
implante. Sin embargo, las tasas de supervivencia en un estudio
no se informan; en el otro, se informa una osteointegración
exitosa del 99,2% en pacientes diabéticos y del 99% en pacientes
no diabéticos. Si bien puede haber un retraso en el proceso de
curación en los diabéticos, parece lograrse una osteointegración
exitosa. Estos resultados están respaldados por la supervivencia
de los implantes a largo plazo, donde no se observan diferencias
en la supervivencia de los implantes.22,58Sin embargo, al evaluar
los cambios óseos, ambos estudios informan una pérdida ósea
marginal significativamente mayor en pacientes con diabetes.

La Revista Internacional de Implantes Orales y Maxilofacialess41

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grupo 3
En la presente revisión, la osteointegración se midió en el
momento de la carga definitiva, que fue al menos 3 meses después
de la colocación del implante quirúrgico. En los estudios incluidos no
se observaron diferencias entre la oseointegración del implante a los
3 meses en pacientes diabéticos y no diabéticos. Si bien la gran
mayoría de los estudios incluyeron pacientes con diabetes
controlada, se encontraron dos estudios que comparaban
directamente a pacientes sanos y diabéticos con enfermedades mal
controladas y bien controladas. Las tasas de osteointegración en
todos los grupos fueron similares, sin diferencias estadísticamente
significativas. De hecho, las tasas de supervivencia de los implantes
fueron del 97 % (IC del 95 %: 94 %-98 %) en pacientes diabéticos.
Aunque estos resultados son alentadores para la osteointegración y
la supervivencia de los implantes a corto plazo, la pérdida de hueso
marginal y el éxito de los implantes a largo plazo pueden verse
afectados por el estado diabético; esto resalta la necesidad de seguir
de cerca a estos pacientes para mantenimiento y posibles
complicaciones.
Osteoporosis
Dado que la osteoporosis es una enfermedad con disminución
de la masa ósea, aumento de la fragilidad ósea y susceptibilidad
a las fracturas, se cree que el hueso cortical delgado y el mayor
espacio trabecular contribuyen a un mayor fracaso del implante.
Esto se ha demostrado en estudios previos de mujeres
posmenopáusicas que reciben terapia de reemplazo hormonal,
especialmente en el hueso maxilar menos denso (tipo IV).14,34Sin
embargo, una reciente revisión sistemática de 10 estudios
donde se compararon pacientes osteoporóticos y no
osteoporóticos (702 implantes en 188 pacientes osteoporóticos
y 4.114 implantes en 348 pacientes sanos), las tasas de fracaso
fueron similares, con 4,70% vs 3,57% a nivel de implante y
5,85%. % vs 4,89% a nivel de paciente, respectivamente (PAG> .
05).33De manera similar, nuestro metanálisis reveló una tasa de
supervivencia de los implantes del 97 % (IC del 95 %: 94 %–98 %)
en pacientes osteoporóticos.
La terapia de la osteoporosis incluye más comúnmente un
medicamento antirresortivo como un bisfosfonato (BP) o denosumab
(Dmab). Tanto los BP como el Dmab inhiben la diferenciación y
función de los osteoclastos, lo que lleva a una reducción de la
resorción y remodelación ósea.64,65Dado que se recetan millones de
antirresortivos para la osteoporosis, los pacientes y los médicos
están preocupados por cómo estos medicamentos afectan la
osteointegración del implante. Aunque la mayoría de los estudios no
han logrado mostrar un efecto negativo sobre la osteointegración
del implante o la supervivencia después de la terapia BP, se ha
informado osteonecrosis de la mandíbula (ONM) y pérdida de hueso
alveolar después de la colocación de implantes dentales.66–74Además,
los pacientes con implantes previamente osteointegrados pueden
desarrollar ONM después de iniciar la terapia antirresortiva.75Con las
consecuencias potencialmente devastadoras de la ONM, se deben
seguir las pautas de tratamiento aceptadas, que incluyen evitar la
colocación electiva de implantes dentales en pacientes que toman
medicamentos antirresortivos para neoplasias malignas.
s42Volumen 34, Suplemento, 2019
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y utilizar un descanso farmacológico y un consentimiento informado
exhaustivo en pacientes que toman antirresortivos para la
osteoporosis.76Esta controversia en la literatura ha dejado a los
pacientes y dentistas con preguntas sobre la osteointegración de los
implantes en pacientes osteoporóticos, los efectos de medicamentos
como los BP en la supervivencia de los implantes y el riesgo de ONM
en pacientes tratados por osteoporosis.
Virus de inmunodeficiencia humana
La esperanza de vida de las personas que viven con el VIH ha
mejorado significativamente en las últimas dos décadas. Muchas
personas que son VIH positivas ahora viven vidas mucho más largas
y saludables. De hecho, las causas más comunes de enfermedad y
muerte en las personas que viven con el VIH son ahora similares a
las de los pacientes que no tienen el VIH. Incluyen enfermedades
cardíacas, enfermedades renales, enfermedades hepáticas, diabetes,
depresión y cáncer. El desarrollo de la terapia antirretroviral de gran
actividad (TARGA) a mediados de la década de 1990 no sólo ha
reducido drásticamente las tasas de mortalidad de los pacientes VIH
positivos, sino que también ha disminuido la morbilidad de los
pacientes y la transmisión de la enfermedad. No obstante, existe una
correlación positiva entre las personas VIH positivas y las
alteraciones metabólicas óseas. Las razones de esto son la baja
ingesta de calcio/vitamina D, niveles bajos de testosterona, abuso de
alcohol y opiáceos, tabaquismo, depresión, inactividad física y
TARGA.77Hasta la fecha, hay poca evidencia del efecto del VIH, y más
específicamente de la terapia HAART, sobre la osteointegración y el
éxito y la supervivencia a largo plazo de los implantes dentales. En un
estudio piloto, Oliveira y compañeros de trabajo47El objetivo fue
determinar la tasa de éxito de los implantes dentales colocados en
pacientes positivos para VIH y que estaban recibiendo diferentes
regímenes de TARGA. Los autores evaluaron la salud periimplantaria
de 59 implantes 6 y 12 meses después de la carga. Analizaron el éxito
en relación con los recuentos de células CD4+, la carga viral y los
valores basales de piridinolina y desoxipiridinolina. Al encontrar que
los niveles iniciales más altos de piridinolina y desoxipiridinolina en
los participantes VIH positivos no interfirieron con la
osteointegración después de 12 meses de seguimiento, concluyeron
que la colocación de implantes dentales en pacientes VIH positivos es
una opción de tratamiento razonable, independientemente de las
células CD4+. recuento, niveles de carga viral y tipo de terapia
antirretroviral. En una revisión sistemática, Ata-Ali y colegas78
analizaron el impacto de la infección por VIH en la osteointegración
de implantes dentales. Finalmente nueve estudios cumplieron los
criterios de inclusión y fueron seleccionados para su inclusión en la
revisión sistemática. Se colocaron un total de 173 implantes dentales
en 80 pacientes (135 implantes en 56 pacientes VIH positivos y 38
implantes en 24 pacientes VIH negativos), y se registró una única
pérdida de osteointegración del implante dental en un paciente VIH
positivo. Los resultados de la revisión sistemática sugirieron que la
colocación de implantes dentales en pacientes VIH positivos no
aumentó el fracaso de los implantes dentales. No obstante, los
autores concluyeron que el antibiótico profiláctico

El tratamiento, la administración de terapia antirretroviral
de gran actividad y el control de los recuentos de linfocitos T
CD4+ fueron claves en el tratamiento exitoso de estos
grupos de pacientes.
Enfermedad cardiovascular y medicamentos
antihipertensivos
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades,
alrededor de 610.000 personas mueren cada año a causa de
enfermedades cardiovasculares en Estados Unidos, o una de cada
cuatro muertes. De hecho, la enfermedad cardíaca es la principal
causa de muerte tanto para hombres como para mujeres, y la
enfermedad coronaria es el tipo más común y mata a más de
370.000 personas al año.5De las diferentes formas de enfermedad
cardiovascular, la hipertensión, la aterosclerosis, la estenosis
vascular, la enfermedad de las arterias coronarias y la insuficiencia
cardíaca congestiva parecen tener el efecto más directo sobre el
suministro de sangre periférica. Estas manifestaciones se traducen
en falta de suministro de oxígeno a los tejidos locales, disminución
de la actividad de los fibroblastos, la síntesis de colágeno, el
crecimiento capilar y la actividad de los macrófagos.79Por lo tanto, se
esperaría que tuviera una influencia directa en el proceso de
curación y osteointegración ósea después de la cirugía de implantes
dentales. En un análisis retrospectivo de 246 pacientes tratados
consecutivamente, Khadivi et al.48analizó la relación entre la
enfermedad cardiovascular y el riesgo de fracaso del implante. Los
pacientes comprendían un grupo de interés de enfermedades
cardiovasculares de 39 pacientes y subgrupos de control de 98
pacientes sanos y 109 pacientes con antecedentes de otras
enfermedades sistémicas. No se encontró que las diferencias en las
tasas de fracaso de los implantes entre los grupos fueran
estadísticamente significativas. Aunque el tamaño de la muestra fue
pequeño, los autores concluyeron que la enfermedad cardiovascular
puede no ser un factor de riesgo para una osteointegración exitosa.
En un estudio retrospectivo que analizó casi 7.000 implantes, Alsaadi
y sus compañeros analizaron el impacto de los factores locales y
sistémicos en la incidencia de fracasos de los implantes orales, hasta
la conexión del pilar.42Concluyeron que ciertos factores, como
enfermedades cardíacas, problemas de coagulación, hipertensión o
hipercolesterolemia, no conducían a una mayor incidencia de
fracasos tempranos. En un artículo de revisión de Diz y compañeros
de trabajo,80Las tasas de éxito y supervivencia de los implantes
dentales se observaron en pacientes médicamente comprometidos.
Los autores no pudieron encontrar evidencia de trastornos cardíacos
como contraindicaciones para los implantes dentales. Los autores
resaltaron la importancia de considerar otras cuestiones, como la
aparición de hemorragias o eventos isquémicos cardíacos durante la
cirugía, y recomendaron concertar una consulta con un cardiólogo
antes de la cirugía. Al considerar el efecto favorable de los fármacos
antihipertensivos sobre la formación y remodelación ósea y la
disminución del riesgo de fracturas óseas, resulta intrigante el
posible efecto positivo sobre la osteointegración de los implantes
dentales. Un estudio de cohorte retrospectivo reciente con 1.499
implantes en 728
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Aghaloo et al.
Los pacientes (327 implantes en 142 pacientes que tomaban
medicamentos antihipertensivos y 1.172 implantes en 586
pacientes sanos) demostraron una tasa de fracaso de implantes
más baja (0,6%) en pacientes medicados frente al 4,1% de
fracaso en pacientes sanos.53
Trastornos neurológicos
Según la Asociación Estadounidense de Neurología, las
enfermedades neurológicas afectan a aproximadamente 100
millones de estadounidenses cada año. Las enfermedades
neurológicas más comunes costaron a los Estados Unidos 789
mil millones de dólares en 2014, y se prevé que esta cifra
aumentará, ya que se estima que la población de edad avanzada
se duplicará para 2050. Históricamente, los pacientes que
padecen enfermedades neurológicas han sido excluidos de
recibir implantes dentales. El principal motivo de la exclusión ha
sido la asociación con el acceso deficiente a la atención de la
salud bucal, la higiene bucal deficiente, las parafunciones
bucales como el bruxismo, los hábitos nocivos y los problemas
de conducta. El tratamiento del edentulismo con prótesis
removibles puede presentar un desafío para estos pacientes por
las razones antes mencionadas. El edentulismo puede conducir
a una ingesta nutricional deficiente, disfrute dietético,
autoestima, interacción social y aceptabilidad social. Es probable
que estos problemas agraven las dificultades existentes al
comer y tragar.
La tecnología moderna y los avances en medicina han
permitido grandes mejoras en la atención y la calidad de vida de
los pacientes, incluidos los pacientes que padecen trastornos
neurológicos. Los avances en el manejo del dolor y los síntomas,
el acceso a cuidados paliativos y cuidados asistidos, y la
asistencia emocional y espiritual han permitido a estos pacientes
recuperar una sensación de normalidad. Esta mejora del
bienestar psicológico y social de los pacientes ha sido un factor
decisivo para la reintroducción de los implantes dentales,
permitiéndoles funcionar de forma similar a sus dientes
naturales. Desafortunadamente, hay poca evidencia que
respalde el uso de implantes dentales en pacientes afectados
por trastornos neurológicos. Dos informes evaluaron el uso de
implantes dentales osteointegrados en pacientes con
enfermedad de Parkinson. En el primero, Chu et al describen el
uso de un sistema de fijación magnética en una sobredentadura
mandibular implantosoportada para un paciente edéntulo.81
Después de la osteointegración del implante, el paciente fue
seguido durante un período de mantenimiento de 12 meses. Los
autores registraron en una ocasión la holgura de un imán. Esto
no volvió a ocurrir después del reapriete. El paciente quedó
satisfecho con la mejora funcional lograda por las prótesis y los
familiares notaron una mejora en la selección de alimentos por
parte del paciente. Heckmann et al describieron un período de
seguimiento de hasta 42 meses en tres pacientes rehabilitados
con sobredentaduras mandibulares asistidas por implantes
retenidas mediante accesorios telescópicos no rígidos.82No se
perdieron implantes durante
La Revista Internacional de Implantes Orales y Maxilofacialess43
grupo 3
durante su período de observación, y los pacientes informaron una
mejora notable en su capacidad de masticación. Ambos estudios
coincidieron en que los implantes dentales parecen ser un tratamiento
complementario útil en pacientes edéntulos con enfermedad de Parkinson
y pueden considerarse para pacientes con enfermedades que afectan de
manera similar las habilidades motoras.
En un estudio prospectivo, Ekfeldt et al evaluaron el
resultado a mediano y largo plazo de la terapia con implantes
dentales en pacientes con discapacidades neurológicas.45
Veintisiete pacientes con diferentes discapacidades y que
necesitaban un tratamiento protésico fueron tratados con
diversas prótesis implantosoportadas. En total se colocaron 88
implantes roscados de titanio, de los cuales 70 estaban
disponibles para su examen en el seguimiento final. Se
perdieron un total de 12 implantes (14%), 3 antes de la carga y 9
después de la inserción de las prótesis fijas implantosoportadas.
La tasa de supervivencia acumulada de los implantes colocados
fue del 85,8% después de 10 años. Se diagnosticó mucositis
periimplantaria en 10 pacientes y en 14 de los 70 implantes. Tres
de los 15 pacientes con radiografías mensurables y 4 implantes
fueron diagnosticados con periimplantitis. Los estudios también
analizaron los aspectos protésicos del tratamiento. Se
produjeron complicaciones protésicas, desde menores y
fácilmente corregibles hasta más graves y que requirieron
retratamiento. No obstante, los autores concluyeron que la
terapia con implantes puede ser una opción válida para la
rehabilitación de pacientes con discapacidades neurológicas.
hipotiroidismo
El hipotiroidismo es un trastorno endocrino común, con mayor
prevalencia en mujeres y en edades avanzadas. Dado que la
mayoría de los órganos tienen receptores de hormona tiroidea,
su deficiencia interfiere con muchos de los procesos metabólicos
del cuerpo. Además de regular la temperatura, la energía
generalizada, el metabolismo, la humedad de la piel, la
motilidad gastrointestinal, el metabolismo muscular, la
capacidad mental y de memoria, la libido y el ciclo menstrual, la
hormona tiroidea afecta el metabolismo óseo.51,83
La hormona tiroidea ayuda a mantener la masa ósea en adultos
y estimula la producción del factor de crecimiento similar a la
insulina-1 (IGF-1), que aumenta la formación y diferenciación de
osteoblastos y la remodelación ósea.84–86Específicamente para el
metabolismo óseo, el hipotiroidismo se ha asociado con un
retraso en la regeneración ósea, un mayor riesgo de fracturas y
un retraso en la reparación de las fracturas.87,88El tratamiento
para el hipotiroidismo, incluida la levotiroxina a largo plazo,
también se ha asociado con un mayor riesgo de osteoporosis y
un retraso en la recuperación de las fracturas en estudios con
animales.89haciendo que la condición y su terapia sean motivo
de preocupación en los pacientes que buscan implantes
dentales. Los estudios que han investigado la supervivencia de
los implantes en pacientes con hipotiroidismo no demostraron
una tasa significativamente mayor de fracasos de los implantes
en comparación con los pacientes de control.52,90
s44Volumen 34, Suplemento, 2019
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Artritis reumatoide
La AR es una enfermedad autoinmune en la que el sistema
inmunológico del cuerpo crea una inflamación que hace que la
membrana sinovial se espese, lo que provoca edema y dolor dentro y
alrededor de las articulaciones, lo que eventualmente afecta el hueso
mismo. La AR se acompaña frecuentemente de osteoporosis como
resultado de un aumento del recambio óseo sistémico y de
regímenes de tratamiento antiinflamatorios y/o antiinmunitarios
combinados. Aproximadamente 1,5 millones de personas en los
Estados Unidos padecen AR y casi tres veces más mujeres que
hombres padecen la enfermedad. Aunque aún no se comprende
completamente la causa de la AR, existe evidencia de que la genética,
las hormonas y los factores ambientales están involucrados en el
proceso. Los investigadores han demostrado que las personas con
un epítopo compartido de HLA específico tienen cinco veces más
posibilidades de desarrollar AR que aquellos sin el marcador. Otros
genes relacionados con la AR incluyen: STAT4, un gen que
desempeña funciones importantes en la regulación y activación del
sistema inmunológico; TRAF1 y C5, dos genes relevantes para la
inflamación crónica; y PTPN22, un gen asociado tanto con el
desarrollo como con la progresión de la AR. Los investigadores
continúan investigando otros factores que pueden influir. Algunos
incluyen la exposición al humo del cigarrillo, la contaminación del
aire, los insecticidas y la exposición ocupacional al aceite mineral y al
sílice. Es bien sabido que los pacientes con AR con o sin tratamiento
concomitante con corticosteroides desarrollarán osteopenia
localizada y osteoporosis generalizada en el 30% al 50% de todos los
casos.91A pesar de esto, hay poca evidencia sobre el efecto de la AR
en la osteointegración y los resultados de los implantes dentales.
En una serie de casos, Weinlander et al evaluaron los
resultados del tratamiento con implantes y prótesis de pacientes
que padecían trastornos reumáticos como AR y enfermedades
del tejido conectivo (ETC).49En total, se insertaron 89 implantes
para rehabilitaciones como reemplazo de un solo diente (n = 8),
dentaduras postizas parciales fijas (n = 14), dentaduras postizas
completas (n = 5) y sobredentaduras (n = 2). El período medio de
evaluación fue de 42,6 meses. La evaluación se centró en las
tasas acumuladas de supervivencia y éxito de los implantes y las
condiciones periimplantarias, así como en la incidencia y el tipo
de complicaciones protésicas. Los autores informaron una alta
tasa de supervivencia de los implantes durante el seguimiento,
con una tasa acumulada de éxito del implante a 3 años del
96,1%. Los pacientes con AR demostraron una resorción ósea
marginal aceptable (media: 2,1 ± 0,5 mm) y buenas condiciones
de los tejidos blandos, mientras que los pacientes con ETC
mostraron una mayor resorción ósea (media: 3,1 ± 0,7 mm). Esto
se observó especialmente en pacientes con esclerodermia, al
igual que importantes alteraciones de los tejidos blandos
periimplantarios (índice de sangrado) en pacientes que padecían
el síndrome de Sjogren. Los autores concluyeron que se puede
anticipar una alta tasa de éxito de implantes y prótesis, incluso
en pacientes que padecen trastornos reumáticos autoinmunes
como AR y CTD.

No obstante, los autores también recomiendan un programa de
mantenimiento riguroso, que incluya una higiene bucal óptima, para
ayudar a garantizar resultados estables a largo plazo para los
pacientes con CTD con afecciones de tejidos blandos más
vulnerables. Estos resultados se confirmaron en otro estudio de 34
pacientes con AR, que demostró una supervivencia del implante del
100 % y un éxito del 93,8 % después de 3,5 años, que fue similar
incluso en presencia de enfermedad concomitante del tejido
conectivo. Sin embargo, se observaron alteraciones de los tejidos
blandos periimplantarios y cierta resorción ósea en pacientes con AR
y CTD combinadas.50
Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina
Introducidos en 1988, los ISRS son los antidepresivos más
comúnmente recetados y aumentan los niveles de serotonina en
el cerebro. Lo logran bloqueando la reabsorción (recaptación) de
serotonina en el cerebro, lo que hace que haya más serotonina
disponible. Actúan impidiendo la recaptación de 5-
hidroxitriptamina (5-HT) (serotonina) mediante la inhibición del
transportador de 5-HT (5-HTT) ubicado en la neurona
presináptica, aumentando así los niveles de 5-HT dentro de la
hendidura sináptica y modulando la señalización neuroquímica,
liberando 5-HT directamente.
Los ISRS tienen una amplia gama de indicaciones, que
incluyen depresión, trastorno de ansiedad generalizada,
trastorno de pánico, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno
de ansiedad social, trastorno de estrés postraumático, trastorno
disfórico premenstrual y bulimia nerviosa.92Investigaciones
recientes también han demostrado un papel más amplio de los
ISRS, ya que el 5-HT desempeña un papel activo en numerosas
vías, incluida la del metabolismo óseo.93Los osteoblastos y los
osteoclastos expresan receptores 5-HT y pueden exponerse a 5-
HT mediante vías autocrinas, paracrinas y endocrinas. Los
estudios clínicos han demostrado una relación entre el uso de
ISRS, una densidad mineral ósea reducida y un mayor riesgo de
fractura ósea.94–96A pesar de la creciente evidencia del efecto de
los ISRS sobre el hueso y el metabolismo óseo, existe poca
evidencia de su efecto sobre el proceso de osteointegración y,
en última instancia, los resultados de los implantes dentales.
En un estudio de cohorte retrospectivo realizado por Wu et
al, se evaluaron 94 implantes colocados en 51 pacientes que
utilizaban ISRS para estimar el riesgo de fracaso asociado con el
uso de ISRS.97Después de 3 a 67 meses de seguimiento, 10
implantes fallaron y 84 sobrevivieron en el grupo de usuarios de
ISRS. El uso de ISRS se asoció con un mayor riesgo de fracaso del
implante dental (índice de riesgo, 6,28; IC del 95 % = 1,25–31,61;
PAG= .03). Las tasas de fracaso fueron del 4,6% para los no
usuarios de ISRS y del 10,6% para los usuarios de ISRS. Sus
hallazgos indicaron que el tratamiento con ISRS se asoció con un
mayor riesgo de fracaso de los implantes osteointegrados, y
luego sugirieron una planificación cuidadosa del tratamiento
quirúrgico para los usuarios de ISRS.
Altay y sus compañeros de trabajo realizaron un estudio de
cohorte retrospectivo para investigar la asociación entre
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Aghaloo et al.
ingesta sistémica de ISRS y fracaso de la osteointegración en
pacientes rehabilitados con implantes dentales.98Se evaluaron un
total de 2.055 implantes dentales osteointegrados en 631 pacientes
(109 implantes en 36 usuarios de ISRS y 1.946 en 595 no usuarios). La
duración media del seguimiento fue de 21,5 (rango, 4 a 56) meses
para los usuarios de ISRS y de 23 (rango, 3 a 60) meses para los no
usuarios (PAG= .158). La tasa de fracaso fue del 5,6% para los
usuarios de ISRS y del 1,85% para los no usuarios. La diferencia entre
los dos grupos no logró alcanzar significación estadística a nivel de
paciente e implante (PAG= .166 yPAG= .149, respectivamente). Las
probabilidades de fallo del implante fueron 3,123 veces mayores
para los usuarios de ISRS en comparación con los no usuarios. Se
encontró que los pacientes que usaban ISRS tenían 3.005 veces más
probabilidades de experimentar una falla temprana del implante que
los que no los usaban. Los resultados de este estudio sugirieron que
los ISRS pueden provocar un aumento en la tasa de fracaso de la
osteointegración, aunque no alcanzan significación estadística.
Inhibidores de la bomba de protones
Los IBP se encuentran entre los medicamentos más utilizados
en el mundo. Alrededor de 15 millones de personas en Estados
Unidos utilizan IBP cada año. Se utilizan para la prevención y el
tratamiento de afecciones relacionadas con el ácido, como
úlceras esofágicas, duodenales y estomacales; Úlcera asociada a
AINE; enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE); y
síndrome de Zollinger-Ellison. También se utilizan en
combinación con antibióticos para erradicarHelicobacter pylori,
una bacteria que junto con el ácido provoca úlceras de
estómago y duodeno. El uso crónico de IBP podría tener
posibles efectos perjudiciales, principalmente debido al efecto
de la supresión ácida crónica sobre la absorción de vitaminas y
nutrientes. La secreción de ácido gástrico puede afectar la
absorción de varios nutrientes, fármacos y vitaminas, en
particular vitamina B12, hierro, calcio y magnesio. Estudios
recientes mostraron una posible asociación entre el uso crónico
de IBP y el aumento de las fracturas óseas, posiblemente por la
disminución de la absorción de calcio.99El mecanismo más
ampliamente asumido es que el uso prolongado de IBP conduce
a una disminución de la absorción intestinal de calcio, lo que
resulta en un equilibrio negativo del calcio, aumento de la
osteoporosis, desarrollo de hiperparatiroidismo secundario,
aumento de la pérdida ósea y aumento de las fracturas. Aunque
existe evidencia sobre los efectos negativos de los IBP sobre el
hueso, hay poca evidencia sobre su efecto sobre la
osteointegración y los implantes dentales.
En un estudio de cohorte retrospectivo, Wu et al investigaron la
asociación entre los IBP y el riesgo de fracaso de los implantes
osteointegrados.100El análisis incluyó un total de 1.773 implantes
dentales en 799 pacientes (133 implantes en 58 usuarios de PPI y
1.640 en 741 no usuarios). El análisis estadístico reveló que las tasas
de fracaso fueron del 6,8% para las personas que usaban IBP en
comparación con el 3,2% para los que no los usaban. Los sujetos que
usaban IBP tenían un mayor riesgo de sufrir daños dentales.
La Revista Internacional de Implantes Orales y Maxilofacialess45
grupo 3
fracaso del implante (índice de riesgo: 2,73; IC del 95% = 1,10–6,78)
en comparación con aquellos que no usaron los medicamentos. Los
hallazgos sugirieron que el tratamiento con IBP puede estar
asociado con un mayor riesgo de fracaso de los implantes dentales
osteointegrados. Chrcanovic y colaboradores realizaron un estudio
de cohorte retrospectivo basado en pacientes tratados
consecutivamente entre 1980 y 2014 con prótesis retenidas/
soportadas por implantes.55Se colocaron un total de 3.559 implantes
en 999 pacientes, y se informó que 178 implantes fracasaron. Las
tasas de fracaso de los implantes fueron del 12,0% (30/250) para los
usuarios de IBP y del 4,5% (148/3.309) para los no usuarios. Un total
de 45 de 178 (25,3%) implantes fallidos se perdieron hasta la
conexión del pilar (6 en usuarios de IBP, 39 en no usuarios), con una
proporción de fracaso temprano a tardío de 0,34:1. Se demostró que
la ingesta de IBP tiene un efecto negativo estadísticamente
significativo en la tasa de supervivencia del implante (índice de riesgo
= 2,811; IC del 95 % = 1,139–6,937; PAG= .025). En sus conclusiones,
los autores también sugirieron que la ingesta de IBP puede estar
asociada con un mayor riesgo de fracaso de los implantes dentales.
CONCLUSIONES
En total, no hay datos suficientes para concluir que la diabetes afecte
la capacidad de osteointegración de los implantes dentales. Sin
embargo, la mayoría de los estudios sobre diabetes se centran en
enfermedades bien controladas, especialmente medidas por HbA1C.
Los estudios a largo plazo que evalúan implantes dentales en
pacientes diabéticos informan un aumento en la pérdida de hueso
marginal y periimplantitis en estos pacientes, diferenciando
claramente el papel de la diabetes en el proceso de osteointegración
frente a la remodelación ósea o las respuestas de los tejidos blandos
a largo plazo. Esta revisión tampoco logró descubrir evidencia directa
de que la osteointegración de los implantes dentales esté alterada en
pacientes con osteoporosis. Aunque la enfermedad en sí no tiene un
efecto directo, la osteoporosis generalmente se trata con
medicamentos antirresortivos que pueden aumentar el riesgo de
osteonecrosis de los maxilares. Esta es una complicación
devastadora que está poco estudiada en la literatura, ya sea por la
falta de procedimientos quirúrgicos electivos de implantes realizados
en pacientes con cáncer que reciben antirresortivos, o por el número
insuficiente de pacientes incluidos en estudios de pacientes con
osteoporosis que reciben antirresortivos, para evaluar
adecuadamente el riesgo de ONM.
Además, no hay evidencia directa de que los pacientes con VIH,
enfermedades cardiovasculares, trastornos neurológicos,
hipotiroidismo o AR tengan una tasa disminuida de osteointegración
del implante. Sin embargo, algunas pruebas preliminares sugieren
que medicamentos como los ISRS o los IBP pueden tener un efecto
negativo sobre la osteointegración del implante. Estos estudios son
bastante recientes y carecen del cuerpo de literatura necesario para
realizar una revisión sistemática y, por lo tanto, deben validarse con
análisis continuos.
s46Volumen 34, Suplemento, 2019
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investigación. Además, el control de la enfermedad, los
medicamentos concomitantes y otras comorbilidades complican
la osteointegración del implante y deben guiar nuestros
enfoques de tratamiento y guías clínicas.
DIVULGACIÓN
Los autores no tienen conflictos de intereses relacionados con este estudio.
EXPRESIONES DE GRATITUD
Los autores desean expresar su gratitud por el arduo trabajo y los aportes
de los participantes en el Grupo 1 de la Cumbre de la Academia de
Osteointegración en Oakbrook, Illinois, del 9 al 10 de agosto de 2018. Los
miembros participantes incluyeron: Gustavo Avila-Ortiz, DDS, MS , Doctor;
Nadim Baba, DMD, MSD; Ting-Ling Chang, DDS; Steven Eckert, DDS, MS;
Robert Eskow, DMD; Brett Ferguson, doctor en medicina; Henry Ferguson,
DMD; Jeffrey Ganeles, DMD; Wendy Croll Halpern, DMD; Andrea
Henderson, doctora en medicina; Fouad Khoury, DMD, PhD; Joerg
Neugebauer, doctor en medicina, doctorado; Robert Taft, doctor en
medicina; Faleh Tamimi, BDS, PhD; James Taylor, DMD, MA; y la cirujana
ortopédica experta de nuestro grupo, Susan Bukata, MD. Estos miembros
contribuyeron significativamente al perfeccionamiento del manuscrito,
incluida la discusión, la crítica y las ideas para futuros estudios y
revisiones. Si bien no pudimos incluir todos los excelentes aportes del
grupo, sus ideas han generado varios proyectos nuevos y conferencias
futuras que continuarán durante muchos años.
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