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LA ENTROPÍA Y LA GENERACIÓN DE ENTROPÍA EN LA VIDA DIARIA

El concepto de entropía también puede aplicarse en otras áreas, y puede ver como una medida de desorden o desorganización
en un sistema. Igualmente la generación de entropía puede considerarse como una medida de desorden o desorganización
generada durante un proceso.

En la vida diaria, el concepto de entropía no tiene el uso tan extendido que tiene el de energía, aunque la entropía es aplicable a
varios aspectos cotidianos. La extensión de este concepto hacia campos no técnicos no es algo nuevo, ha sido tema de varios
artículos e incluso de libros.

Las personas eficientes llevan vidas de baja entropía (es decir, muy organizadas), tienen un lugar para todo (incertidumbre
mínima) y emplean la menor energía para localizar algo. Por otro lado, las personas ineficientes llevan vidas de alta entropía: les
toma varios minutos (si no es que horas) encontrar algo que necesitan y es probable que creen un desorden más grande mientras
buscan, puesto que probablemente dirigirán su búsqueda de una manera desorganizada. Las personas que llevan estilos de vida
de alta entropía siempre están apuradas y nunca parecen ponerse al día.

Quizá ha notado (con frustración) que algunas personas parecen aprender rápidamente y recordar bien lo aprendido; a este tipo
de aprendizaje lo podemos llamar organizado o aprendizaje de baja entropía. Estas personas hacen un esfuerzo consciente para
almacenar adecuadamente la nueva información relacionándola con sus conocimientos previos y creando una red de información
sólida dentro de sus mentes. Por otro lado, las personas que arrojan la información en sus mentes cuando estudian, sin hacer
esfuerzo para afianzarla, quizá piensan que están aprendiendo, pero se verán obligadas a localizar en otro lugar la información
cuando la necesiten, por ejemplo durante un examen. No es fácil recuperar la información de una base de datos que está, en
cierto sentido, en fase gaseosa. Los estudiantes que tienen lagunas durante las pruebas deben rexaminar sus hábitos de estudio.

Una biblioteca con un buen sistema de clasificación y categorización puede verse como una biblioteca de baja entropía debido al
nivel alto de organización. Del mismo modo, una biblioteca con un sistema pobre puede apreciarse como una biblioteca de alta
entropía debido al alto nivel de desorganización. Una biblioteca sin un adecuado sistema de clasificación y categorización no es
una biblioteca, porque un libro que no es posible hallar no tiene valor.

Considere dos edificios idénticos, cada uno con un millón de libros, en el primero los libros se amontonan unos encima de otros,
mientras que en el segundo todos están muy organizados, clasificados y catalogados para conseguir una referencia fácil: no hay
duda sobre cuál preferirá un estudiante. Algunos aún pueden argumentar desde el punto de vista de la primera ley, que ambos
edificios son equivalentes dado que la masa y el conocimiento alberga do son idénticos en los dos, a pesar del nivel alto de
desorganización (entropía) en el primero. Este ejemplo ilustra que cualquier comparación realista debe involucrar el punto de
vista de la segunda ley.

Dos libros de texto que parecen ser idénticos porque ambos cubren básicamente los mismos temas y presentan la misma
información pueden ser muy diferentes dependiendo de cómo abordan los temas. Después de todo, dos automóviles
aparentemente idénticos no lo son si uno recorre la mitad de la distancia que el otro realiza con la misma cantidad de
combustible. Del mismo modo, dos libros aparentemente idénticos no lo son tanto si toma el doble de tiempo aprender un tema
en uno respecto al otro. Así, las comparaciones hechas en base a la primera ley pueden estar sumamente equivocadas.

Sabemos que la fricción mecánica siempre está acompañada por la generación de entropía, por lo tanto el desempeño se reduce.
Esto se puede hacer extensivo para la vida cotidiana: la fricción en el lugar de trabajo, con los compañeros, genera entropía y por
lo tanto afecta en forma adversa el desempeño laboral, lo que resulta en una productividad reducida.

También sabemos que la expansión libre (o explosión) y el intercambio desordenado de electrones (reacciones químicas) generan
entropía y que son muy irreversibles. Igualmente, hablar sin ninguna restricción para esparcir palabras de enojo es altamente
irreversible porque genera entropía y puede causar daño considerable.

Además, alguien que se instala en el enojo está muy cerca de sufrir una pérdida. Quizás algún día sea posible proponer algunos
procedimientos para cuantificar la entropía generada durante las actividades no técnicas e incluso puntualizar sus fuentes
primarias y su magnitud.

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