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Pintura Del Cinquecento
Pintura Del Cinquecento
Se caracteriza por el uso generalizado del óleo, composiciones geométricas, idealización de las
representaciones, predominio del dibujo y desarrollo del paisaje.
LA ANUNCIACIÓN (1472-1475)
En la pintura está representada María, sorprendida por la llegada del arcángel Gabriel mientras que está leyendo,
en el jardín. La posición del atril en el que la Virgen apoya su mano derecha, la obliga a una posición poco
natural. El brazo de la mujer no parece natural si examinamos la obra desde una posición frontal. La escena se
desarrolla enteramente en el exterior, dentro de un jardín cerrado de una típica villa florentina. Este es un rasgo
innovador, ya que en la tradición medieval la ambientación era siempre en el interior, al menos en lo que se
refería a la Virgen, mientras que el ángel podía estar en el exterior, pero
en un hortus conclusus, es decir, en un jardín delimitado por altos
muros que aludían al vientre de María. Para mantener la reserva del
encuentro, Leonardo pinta a la Virgen en un palacio, pero dejando
entrever el lecho; además, un pequeño muro delimita el jardincillo. El
ángel es clásico, como iconografía, tiene las alas batiendo y sostiene un
lirio blanco, símbolo de pureza. El ángel revela su peso en la hierba, y
se representa incluso el movimiento del aire que provoca al aterrizar. A
diferencia de los ángeles que normalmente se representaban no tiene
alas de pavo real, sino las alas de un pájaro auténtico, cuya anatomía ha
estudiado el autor, las alas originales eran más cortas, pero fueron
alargadas por un artista posterior, sin comprender que aquí Leonardo
representó al ángel que está aterrizando, y que por lo tanto está
cerrando las alas, y por este motivo carece de sentido pintar un ala
batiendo. Esta "corrección" destruye toda la labor de estudio de
Leonardo sobre la anatomía de las aves, así como la representación realista del ala.
Ya alejado del taller de Verrocchio, acometió sin acabarlos dos grandes cuadros de mayor ambición espacial y
técnica.
LA ANUNCIACIÓN (1481-1482)
En “La Adoración” utiliza el esquema piramidal y centralizado,
dentro de un espíritu "clásico" que, sin embargo, contrasta con el
resto de la escena en la que muestra un grupo de caballos.
Etapa Milesa
Se ofrece a Ludovico Sforza como ingeniero, militar, arquitecto,hidráulico, pintor, escultor e inventor. El duque
le confía la estatua ecuestre de su padre, Francesco Sforza, que tras 16 años de estudio, dejó sin fundir al no
satisfacerle el movimiento dado al caballo. Estas obras suelen verse como el inicio del concepto que se ha dado
en llamar Alto Renacimiento y Clasicismo, el período en el que supuestamente las formas del arte adquieren el
grado máximo de madurez. Mientras tanto realiza dos obras maestras:
LA VIRGEN DE LAS ROCAS (1483-1486)
El cuadro muestra a la Virgen, junto a San Juan Bautista de niño, a Jesús y un ángel
ante una gruta. María se encuentra en el centro de la composición y dirige su mirada
hacia Juan que reza, mientras que con su mano derecha cubre su hombro y con la
izquierda indica a Jesús. En el lado izquierdo se encuentra el ángel que señala
directamente a San Juan. Por su parte, Jesús lo observa atento y lo bendice. Se cree
que el ángel es Uriel, ya que cuando San Juan quedó huérfano, Dios lo designó como
su protector. Hay una distribución piramidal, tal como en la mayoría de los cuadros
religiosos del periodo. Ambas pinturas fueron realizadas al óleo sobre un panel de
madera y cuentan con grandes proporciones.
LA ÚLTIMA CENA
(1495-1498)
Es un fresco modificado
para superar los inconvenientes del fresco tradicional,
rapidez de ejecución e imposibilidad de retoque, y
posibilitar su planteamiento de la obra de arte como
un proceso intelectual. El resultado del experimento
fue desastroso y la pintura “llena de majestad y belleza” que
vieron los contemporáneos está desvanecida actualmente.
Leonardo, siguiendo las leyes de la perspectiva, agranda
ópticamente el muro frontal del refectorio con un comedor
fingido. Las líneas de fuga convergen hacia las tres ventanas
abiertas a la espalda de Cristo, que confieren profundidad y luz a
la estancia.
El plano compositivo rompe con las reglas anteriores: rechaza el
esquema al uso en el que la línea de los apóstoles se rompe con
judas sentado al otro lado de la mesa.
Florencia (1500)
Se dedicó a la continuación de sus estudios de anatomía que le habían ocupado en
Milán y donde había empezado un libro sobre el tema; Es evidente que los dibujos
anatómicos de Leonardo estaban tomados de disecciones reales, desde una visión
médica y no como experimento y ayuda para su pintura.
Retratos
GINEVRA DE BENCI (1474)
Una de las obras más delicadas de Leonardo y que mejor recoge algunos de
los ejes fundamentales de su estilo.
Belleza melancólica que, con naturales cambios, va a estar presente en
Monna Lisa.
Luces y sombras que sirven para modelar un rostro que lo domina todo.
El paisaje leonardesco utilizado como fondo psicológico de la composición.
Modelado suave, tímido sfumato que esconde los rasgos fundamentales.
El misterio de la pintura de Leonardo se torna en claridad con Rafael, dueño de un lenguaje comprensible,
sereno y armónico. Además, su atractivo físico, su carácter cordial, la fervorosa devoción que provocan sus
obras y su prematura muerte a los 37 años, lo convirtieron a los ojos de sus contemporáneos en un semidiós.
Pasa por cuatro etapas:
➢ Perugia (1494-1500): adquiere las tonalidades claras, las posturas elegantes y los paisajes idílicos, en
contacto con el maestro local Pietro Perugino.
➢ Urbino (1500-1504): profundiza en los estudios de perspectiva que habían sido una preocupación
constante en los medios artísticos.
DESPOSORIOS DE LA VIRGEN
(1504)
La obra Los desposorios de la Virgen
representa la escena de la boda de la
Virgen María con San José. Una obra
de carácter religioso que recrea un episodio del Evangelio, pero
ambientado en un marco paisajístico y arquitectónico de la Umbría
de principios del siglo XVI. La escena es exterior y se puede
observar a los esposos en el centro y en medio de ellos se encuentra
el sacerdote. José pone el anillo en la mano derecha de María,
sosteniendo una vara florecida en la izquierda. Al lado de José se
ubican todos los pretendientes que María rechazó y que también
asisten a la boda. A lado de María se coloca un grupo de mujeres,
las doncellas de Judá, que también son testigos del enlace. Rafael
opta por disponer los personajes de manera simétrica, siendo el
sacerdote el eje central de la composición. Otro de los recursos
compositivos del pintor para guiar nuestra mirada hacia la escena es el enlosado del suelo. El templo
presenta una escalinata con pórtico rematado en arcos de medio punto sobre columnas clásicas y
rematado con una cúpula sobre tambor. Se suele identificar este templo con el de San Pietro in
Montorio, obra de Bramante. Hay un predominio de la línea y el dibujo, siendo notable la influencia de
Leonardo da Vinci en el sfumato al crear unas transiciones suaves de luces y sombras. Los colores son
cálidos, de marrones a tonos dotados, destacando el verde oscuro y tono dorado del manto y la túnica
de San José y el azul ultramar y rojo del de la Virgen.
➢ Florencia (1504-1508): se caracteriza por asimilar la composición piramidal y el sfumato de Leonardo,
ingrediente con los que realizará una nueva tipología religiosa, que pasará a la historia popular con el
genérico nombre de Madonna:
MADONNA CON NIÑO (1505)
LA STANZA DE
HELIODORO (1511-1512)
Idéntica estructura: dos
grandes frescos en paredes
enfrentadas y otros dos más
pequeños correspondientes las paredes
donde se encuentran los vanos.
Sin embargo, ahora se trataba de resaltar la intervención divina en favor de la Iglesia o, desde un punto de vista
más práctico, exaltar al Papa Julio II y justificar su política. Por ello, dado el carácter de acción de la temática,
Rafael debía desplegar recursos más adecuados que resaltan el sentido dramático y dinámico de las historias: su
lenguaje es mucho más monumental y espectacular, las figuras más enérgicas y el colorido más rico. (Es
evidente el influjo de Miguel Ángel y la bóveda de la Sixtina).
Fuera del Vaticano decoró con pinturas mitológicas y grutescos la residencia romana del banquero Agustín
Chigi, llamada Villa Farnesina, y cuyo tema central es "El Triunfo de Galatea". "Grutescos" es el nombre que
reciben las pinturas encontradas en las galerías de la Domus Aurea de Nerón. La temática es caprichosa y
monstruosa, pero Rafael y sus colaboradores las utilizarán muy asiduamente para decorar arquitecturas.
BALTASAR DE CASTIGLIONE
BINDO ALTOVITI
También durante este período, fuera del Vaticano, Rafael sigue realizando MADONNAS y cuadros de altar. Las
principales diferencias respecto de las Madonnas florentinas son: Cada vez es más evidente su acercamiento a
la pintura veneciana (color). Aparece en ellas el recurso a la mirada directa, que tratan de establecer un nexo de
unión con el espectador. Supera la composición sobre el plano prestando mayor atención a la tercera dimensión,
esto es, a situar los elementos en profundidad, generando agrupamientos en círculo o en espiral, que dan al
conjunto una mayor libertad de movimiento.
MADONNA SIXTINA (1514)
Junto a la Madonna podemos ver a San Sixto y Santa Cecilia, y en el
centro a la madre presentándonos al niño, ambos mirando directamente al
espectador ante un fondo nebuloso lleno de caras. Pero lo realmente
conocido del cuadro es su parte inferior: dos querubines que casi quieren
salirse del cuadro son ya más famosos que la propia obra e incluso que su
autor.
LA TRANSFIGURACIÓN (1518-1520)
La parte superior de la pintura muestra la transfiguración de Jesucristo en
el monte Tabor, con Cristo transfigurado flotando entre nubes suavemente
iluminadas, situado entre los profetas Moisés y Elías con quienes está
conversando, según el relato del evangelista Mateo. Debajo de él hay tres
discípulos, en tierra, asustados (Pedro, Santiago y Juan). Detalle:
Jesucristo. En la parte inferior, Rafael representa a los Apóstoles
intentando, sin éxito, liberar a un niño poseído de los demonios o
epiléptico. Son incapaces de curar al niño enfermo hasta la llegada de
Jesucristo, recientemente transfigurado, quien lleva a cabo el milagro.
El desnudo humano, el estudio anatómico, constituye la base del estilo de Miguel Ángel, y la excelente
valoración que en el Renacimiento y también en la actualidad,
se tiene de su obra está relacionada. El pensamiento filosófico
de la época, dominado por una mentalidad donde el hombre y
su cuerpo eran una clave simbólica central, capaz de dar
justificación a cuestiones tan diversas como las proporciones
de un edificio o la distribución astronómica del cielo. El
desnudo es la piedra de toque del dibujo natural, donde nuestro
ojo percibe con mayor sensibilidad cualquier error,
inadecuación o incoherencia. El cuerpo humano es
indiscutiblemente un mejor transmisor de sentimientos, de
capacidades expresivas, que las formas del mundo inanimado o
vegetal.
Miguel Ángel aprovechó los considerables progresos en la
representación del desnudo humano que se habían producido durante el Quattrocento, profundizó en el tema
pasando largas horas descuartizando cadáveres en el Hospital del Espíritu Santo.
Cualquier dibujo preparatorio del artista permite ver que con una sola línea es capaz de transmitirnos, tanto la
información más precisa acerca de la forma y disposición en el espacio de cada uno de los miembros y músculos
del modelo, como la sensación de una totalidad orgánica, un todo único y en movimiento.
FRESCOS
DE LA
CAPILLA
SIXTINA
(1508-1512)
Narra la creación y la caída del hombre en 9 escenas dispuestas en el centro de la bóveda y separadas por ignudi
(desnudos).
CREACIÓN DE ADÁN
En todas se manifiesta la energía del dibujo de Migueángel y su primacía sobre el color. Deja constancia del
virtuoso trabajo técnico alcanzado en sus obras.
En resumen, una obra de dinamismo pleno y colosal, no sólo por el mundo de gigantes de músculos tensos que
presenta, sino incluso por las dimensiones de una obra tan vasta y pintada en condiciones tan particulares de
posición e iluminación.
EL JUICIO FINAL
(1535-1541)
Segunda venida de
Cristo que marca el
final de los
tiempos, la
Resurrección de los
Muertos y el Juicio
Universal, según el
relato del
Apocalipsis de San
Juan.
Si la primera vez,
Cristo vino como
hombre para
compartir la suerte
de los hombres y
morir como
víctima, ahora
viene como Dios y
Juez, para separar a
los justos de los pecadores.
Sin dividir el espacio pictórico, en una sola gran escena inmensa presidida en
la parte alta del eje central por este Cristo joven y decidido. María, a su lado,
no intercede, es más su cuerpo expresa una mezcla de temor, pudor, dolor y
amor. Los rodean ángeles que portan los símbolos de la pasión: corona de
espinas, cruz, lanza y columna.
←
A la derecha de Cristo, los elegidos suben
al cielo sostenidos por los ángeles, a pesar
de que los demonios quieren retenerlos en
vano; y a la izquierda, los réprobos se
precipitan en el infierno, donde los
aguarda Caronte con su barca. →