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SÓCRATES
SÓCRATES
SÓCRATES
De aquí la identificación que Sócrates hacía entre virtud y ciencia. “Sócrates creía que la
virtud era la razón. Pensaba que nadie puede obrar conscientemente contra lo que es
mejor, sino por ignorancia”. El que sabe lo que es el bien, actúa bien, nadie actúa mal
conscientemente.
Sofistas:
Relativistas en materia de ética/moral: Las verdades relativas dependen de las opiniones de
los hombres. Es una verdad relativa a las circunstancias contingentes.
Los sofistas entendían por hombre el individuo empírico, terminando por afirmar que
conocimiento y moral no son universales, sino relativos a los individuos singulares.
Propósito: intereses materiales
Sócrates:
Universalista (objetivismo moral). Hay verdades objetivas. “Solo sé que no se nada”:
expresión escepticista que se contradice un poco con el hecho de que sea universalista.
Propósito último de Sócrates: encontrar la verdad
Sócrates se preocupa por la moral y las cuestiones humanas
Sócrates sitúa todas las leyes en un mismo plano tanto la “naturales” o divinas (las “no
escritas” que han sido dadas por los dioses) como las establecidas por el Estado. Y
Sócrates reclama el respeto a la ley no por el valor objetivo de la misma, sino en virtud de
una exigencia moral, propia de la conciencia del hombre.
Las razones por las que Sócrates obedece a la sentencia injusta son:
1.Argumento de orden: no actuar injustamente contra una injusticia para no crear desorden.
2.Argumento contractualista: consentimiento tácito de acatamiento de las leyes al vivir en
una ciudad/Estado.
3.Las leyes merecen respeto ya que han permitido organizar la vida. “Las leyes son
nuestros progenitores”.
Racionalidad de la vida ética. Las leyes y las instituciones del Estado deben ser respetadas
ya que así lo exige la razón.
Aunque ambas escuelas eran la antítesis de la otra, perseguían un fin común: la felicidad
del hombre, cuya esencia es la libertad. Según Sócrates el fin del hombre es la felicidad, a
la cual se llega haciendo el bien.
● Cirenaicos: La felicidad radica en el placer de los sentidos, esto sería el hedonismo.
No hay para Aristipo, un principio ético absoluto y regla de conducta, a excepción del
placer y lo útil. No existe justicia, bien o mal por naturaleza, sino solamente por ley y
costumbre. En el ámbito de la política su ideal es ni mandar ni ser mandado.
● Cínicos: Aunque por caminos distintos que los cirenaicos, persiguen el fin socrático
de la felicidad y de la libertad al que tendía el hedonismo: libertad interior, pero
también libertad externa en la vinculación con el Estado y con las leyes. Esta
escuela lleva al extremo uno de los fundamentos de la ética socrática: el ejercicio de
la virtud a cualquier precio, entendida como enkrateia, dominio de si mismo y control
racional de los sentidos y pasiones.