Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Down Shift - K. Bromberg
Down Shift - K. Bromberg
2
Créditos
Moderacióny traducción
Kath
Corrección:
Clau
3
Revisión
Clau
Diseño
Dabria Rose
Sinopsis
La exitosa serie Driven del New York Times continúa con una historia
independiente sobre encontrar el amor donde menos lo esperas…
Sangre.
Hay tanta sangre. Cubriendo mis manos. Empapando mis pantalones de pijama de
Scooby-Doo. Los que tienen el agujero en la rodilla que me dio esa linda dama con las gafas
graciosas del Ejército de Salvación.
Es más fácil pensar en ella. Concentrarse en ella. En vez de en la sangre.
Está en todas partes. Y sigue saliendo. Sigue esparciéndose.
No se detendrá.
No puedo hacer que pare. 5
El polvo baila en el aire. Pequeñas piezas flotan en la luz que atraviesa la grieta
de las persianas oscuras de la habitación del hotel. Mi vista está borrosa. Mi mente
agotada.
Y zumbando.
Porque esta neblina inducida por el alcohol es mucho mejor que los sueños que
no se detienen. Esos que ya no son sueños. Los que empezaron en el momento en
que abrí esa caja hace tres semanas y saqué el trozo de papel que sacudió mi mundo.
Levanto la botella de Jameson a mis labios. Tomo un trago. Excepto que la
quemadura no está ahí. El calor es fugaz. Pero es suficiente para adormecer mi
mente. Para dejar que los sueños se desvanezcan.
Para permitir que la verdad parezca falsa.
Las curitas. Están por todas partes. La caja está casi vacía. Las piezas blancas con las
que peleo se pegan a mis brazos, pero no importan. La sangre sigue saliendo. No se detiene.
No puedo hacer que pare.
Otro sorbo. Y luego otro.
Estoy tan cansado. Pero estoy harto de sentirme así. Tan harto de preguntarme
si mis padres adoptivos lo sabían. Por supuesto que lo sabían, entonces ¿por qué me
mintieron? ¿No tenía derecho a saber qué había en ese papel? ¿Aceptarlo? ¿Lidiar
con ello?
Joder, no. Joder, sí. Simplemente no lo sé.
Tomo otro sorbo. Luego tomo un trago.
La tijera. El brillo de la plata que yace junto a ella. El rojo oscuro que sale a través de
mis dedos cerrados mientras trato de arreglarla. Ayudarla. Salvarla. Parar. La. Sangre.
El sabor del miedo. Mis súplicas asustadas. El sentimiento de impotencia.
Puedo recordar todo eso, así que ¿por qué no puedo recordar si lo hice o si no
lo hice…? Debí haberlo hecho. Eso es lo que decía el informe. ¿Por qué mentirían?
Espera. Hay luz del sol. Puedo ver el polvo bailando. ¿Cuándo ocurrió?
Levanto la botella. No queda nada. Tomo una respiración profunda. Me dejo
caer de nuevo en la silla. Ahora ya no puedo olvidarlo. Joder.
El golpe en la puerta me sorprende. Sé que debería haberlo esperado. Sé que
estoy arruinándolo otra vez. Pero, ¿realmente importa en el gran esquema de las
cosas?
Sé quién es antes que hable. De alguna manera sabía que me encontraría. Así
como sé que estará enojado antes de escuchar su voz. 6
Pregúntame si me importa.
Zander. Boom. Boom. Boom. Su puño en la puerta de la habitación del
hotel suena como un trueno en mi cabeza . Abre. Boom. Boom. Boom—. ¡Abre la
maldita puerta!
Y cuando la abro, está la luz: la luz brillante del pasillo me ciega después de
tanta oscuridad. Bloqueo el resplandor con mi antebrazo. Es inútil, hasta que él
cambia su postura y bloquea el resplandor.
Colton.
Mi mentor. Mi jefe. La persona que mejor me conoce.
Mi papá. Bueno, padre adoptivo, pero ¿realmente importa?
Nos miramos fijamente. Sus ojos verdes se llenan de repulsión preocupada
mientras le da un vistazo a mi ropa arrugada, la misma de la noche anterior; y hace
un espectáculo de oler el aire para hacerme saber que puede percibir el hedor del
alcohol que probablemente está filtrándose de mis poros.
Sí. Sí importa.
Las mentiras siempre importan. Especialmente cuando son de gente que creías
que te amaba.
¿Olvidas algo? Hay un poco de enojo en su pregunta, y estoy tan ebrio que
no pienso dos veces en mi respuesta sabionda.
Nada que se me ocurra. Mi mano está en la puerta, cerrándola en su cara
antes de terminar la frase.
Si pensaba que el sonido de su puño tocando la madera era fuerte, el sonido
cuando la golpea contra la pared interior es ensordecedor. No merezco nada menos
que su ira, pero está probando ser muy difícil que debajo de esta bruma alcohólica
pueda encontrar que me importe una mierda.
Me empuja, presionando el interruptor de la luz y golpeándome en el pecho
con su hombro cuando pasa a mi lado. Toma todo lo que tengo no desquitarme con
él ahora mismo. Usar mis puños para aliviar la ira, la incredulidad, el dolor y cada
maldita cosa embotellada dentro de mí.
Como toda esa mierda que es definitivamente mi culpa, pero prefiero culparlo
a él. A mi madre adoptiva, Rylee. A todo el puto mundo
Los pensamientos que tengo me asombran. Sacudo la cabeza, tratando de
averiguar cómo podría querer levantar los puños al hombre que ha ayudado a
darme todo, y sin embargo las imágenes llenan mi cabeza de nuevo: la sangre, las
curitas, la tijera.
7
Mi mamá.
La verdad que mi mente me ha estado ocultando.
La que él, obviamente, también ha estado ocultándome.
Con mis puños apretados y todo el cuerpo vibrando, me obligo a permanecer
donde estoy de pie y retener la ira que ha estado corriendo como un río a través de
mis venas las últimas semanas
¿Sabes lo que no puedo entender? pregunta indiferentemente mientras
recoge la botella vacía de Jameson antes de tirarla en la cama perfectamente hecha
con una sonrisa. Y luego un suspiro . ¿Por qué?
Una pregunta tan cargada. Una que no me gustaría mucho contestar, me siento
como que apretar el gatillo es la respuesta. Y aun así me pica el dedo. No estoy
seguro de poder manejar el retroceso ahora mismo.
Así que no respondo. La pregunta cuelga en el aire rancio de la habitación de
hotel, su silencio pesa sobre mí mientras examina el espacio. Después de unos
segundos sus ojos encuentran los míos y hace la pregunta de nuevo. Pero elijo ser
un idiota. Es mucho más fácil que tener que admitir en voz alta lo que todavía no
quiero creer por mi cuenta.
¿Por qué, qué? contesto finalmente. El sarcasmo tiñe mi tono. Junto con
una dosis saludable de no es tu maldito problema.
Esto no es una broma, hijo. Levanta sus cejas. Sacude la cabeza. Su rostro
es una máscara de asco.
Solo más mierda con la que no quiero lidiar. Las preguntas burbujean dentro
de mí. Queman como heridas infectadas. Me consumen hasta que no puedo contener
la ira.
Nop. Parece que soy el chiste de estos días. El informe de la autopsia
parpadea en mi mente. Alimenta mi fuego.
Estrecha los ojos. Tratando de averiguar de dónde viene mi hostilidad.
Maldita sea, claro que lo eres dice, y por primera vez me doy cuenta que
lleva su camisa de la suerte y los pantalones de entrenamiento. Su traje supersticioso
para las carreras.
Entonces me doy cuenta que lo he jodido realmente. Los recuerdos parpadean
en mi mente. Es de día. Se supone que debo estar en algún lugar, hacer algo más que
perderme en esta botella.
“hhhh… ¿te olvidaste de tu carrera programada esta mañana? ¿Tus pruebas
de equipo para los ajustes finales? ¿O tal vez te olvidaste de la carrera de mañana 8
máxima expresión.
Vete a la mierda, Colton. Su nombre es una burla cargada de falta de
respeto. Salgo golpeando con palabras que no puedo retractar. Necesito evitar la
humillación cuando todo sobre mí está siendo cuestionado . Siempre se trata del
equipo contigo, ¿no es así? La próxima victoria. El próximo cheque. Al diablo con
los corredores, ¿verdad? Al diablo con ellos y toda la mierda que les está pasando;
mintiéndoles si es necesario, siempre y cuando funcionen para ti. ¿No es así, jefe?
—“ palabras necias… —dice levantando sus cejas. Un indicio de burla en su
sonrisa. El hielo en su voz . ¿Crees que con eso vas a recuperar tu trabajo? Piénsalo
de nuevo
Jo. De. Te. Estoy sobrecalentado, pero mi piel se eriza, porque la mirada
escalofriante en sus ojos me dice que esto no es una broma. No es una mierda
psicológica que está usando para tratar de hacerme hablar como había hecho en el
pasado.
Se ríe a carcajadas una y otra vez y el sonido me irrita los nervios mientras trato
de entender lo que está sucediendo: los sueños, la imagen, los comentarios mordaces
de Colton.
No es solo a mí a quien estás lastimando, sino a todos los demás que
dependen de ti. Dejaré tu auto sin conductor. Nadie llenará tu lugar. Si me
preocupara solo por el dinero, ese no sería el caso, ¿verdad? Lo que me preocupa
eres tú. Estás fuera de control y empujando los límites, y no puedo quedarme para
verte chocar y arder sin entrometerme. Siento que tenga que llegar a esto, pero no
me importa ser el imbécil si eso te va a salvar. Lo he hecho antes y lo haré de nuevo
en un segundo.
Nos quedamos en silencio, corazones desgarrados, y gran parte de nuestra
conexión hecha trizas en el piso entre nosotros. Por primera vez desde que entró
aquí, me doy cuenta de lo cansado que se ve. La preocupación grabada en las líneas
de su rostro. Y la necesidad de decir algo más, dañarnos más, muere en mis labios a
pesar que la discordia todavía resuena dentro de mí.
Con un movimiento de cabeza, se da vuelta y camina hacia la puerta. Mis ojos
lo siguen a pesar de la desesperación porque se vaya, así no tengo que ver la derrota
en su postura. Agarra el pomo y cuelga la cabeza.
Tómate un tiempo, Zee. Arregla lo que necesites arreglar. Lidia con cualquier
mierda con la que necesites tratar. Deja entrar a alguien en vez de cerrarte a todos.
No tengo que ser yo. O Rylee. O cualquiera que conozcamos, pero déjalos entrar;
serás un mejor hombre por eso. A veces se necesita un nuevo oído, una voz fresca,
que ponga las cosas en perspectiva para uno. Mierda, toma un paseo, un viaje; no 15
me importa, pero usa el tiempo para hacerte sentir mejor. No vuelvas hasta que lo
estés. No sé qué está pasando y desearía que me hablaras de ello, pero entiendo
mejor que la mayoría que, a veces no puedes. Mi único consejo es no dejar que la
oscuridad te coma entero. Te mereces algo mejor que eso. Aclara su garganta de
la emoción que la obstruye, y odio todo acerca de esta conversación y más debido a
ese sonido desconcertante . Independientemente de lo que pienses, eres mi hijo y
no importa lo mal que lo jodas, siempre te amaré.
La puerta se abre. Se cierra. El polvo baila de nuevo. El silencio me sofoca.
Lucho contra el impulso de ir tras él. Me resisto a desencadenar más de mi
enojo y a la necesidad de gritar y vociferar y destrozar la habitación para sacarlo
todo. Nada de eso va a arreglar una maldita cosa.
Agarrando la botella de Jameson, la levanto a mis labios hasta que recuerdo
que está vacía. El ruido del vidrio destrozado al chocar contra la pared es
ensordecedor.
Negando, me caigo de nuevo en la cama. Tratando de entender lo que acaba
de pasar. Lo que he dejado pasar. Lo que no detuve.
Con mi madre en aquel entonces y con mi familia ahora.
Lo más fuerte que oigo es el rechazo del hombre al que he admirado,
idolatrado, que me ayudó a sanar. El hombre que acaba de salir de esta habitación y
me lastimó más de lo que nunca sabrá.
¿Puedes culparlo, Zander?
Cierro los ojos y me froto las manos sobre mi rostro. El zumbido se ha ido. La
neblina eliminada. Todo lo importante me lo quitaron con el portazo de la puerta:
mi familia, mi carrera, mis anclas. Y el dolor es real.
Pero también lo es la ira. La incapacidad de racionalizar. De aceptar. De
preguntar las cosas que necesito preguntar.
De disculparme.
A la mierda con eso. No me estoy disculpando. No soy el que mintió.
Y yo nunca amenazaría con pegarle a una mujer, y mucho menos cumplir con
eso. La imagen en el teléfono de Colton parpadea en mi mente. Otra mentira para
tirar en la olla
La rabia está de vuelta al instante. Mal dirigida, pero de vuelta. Mi cuerpo se
siente inquieto, pero mi mente es azotada hasta el punto en que ya no puedo pensar
en esto. No quiero. Solo necesito otra botella para perderme. Entonces voy a
averiguar a dónde ir desde aquí, ya que parece que tengo un poco de tiempo libre.
16
Y, sin embargo, no me levanto de la cama para caminar hasta el bar. No puedo,
porque en el fondo esa voz de duda agarra mi corazón y aprieta fuerte. Lo tuerce.
Haciéndome saber que hay dos verdades que tengo que aceptar antes de poder
seguir adelante.
Soy el hijo de Colton.
Y fui quien mató a mi madre.
Capítul o1
GETTY
Pero estoy en un pasillo. Las opciones son escasas. Cuando retrocedo un paso,
las antiguas mini-persianas detrás de mí traquetean cuando mi trasero las golpea. El
sonido hace que mi mente se ponga en marcha y levanto la mano y tomo la varita
rota que abre las persianas que están en el alféizar de la ventana. Sin pensarlo, la
sostengo frente a mí como una espada de espadachín.
¿Cómo pudiste entrar aquí? exijo en mi voz más profunda y gruñona.
Con la llave debajo de la rana en la cubierta trasera. Ni siquiera lucha
contra la sonrisa en su rostro o intenta cubrirse. No. Simplemente se queda allí
indiferente como el día, como si estuviera acostumbrado a que las mujeres miren su
cuerpo desnudo.
Tal vez lo está. Dijo que creía que estaba aquí para seducirlo. ¿Es algún tipo de
acompañante masculino o algo así? No, espera. Lo tengo todo mezclado. Él me estaría
seduciendo, entonces.
Enfócate, Getty. Enfócate.
¿Qué llave? ¿Cómo es que no sabía que había una llave debajo de la rana
en la cubierta posterior? Empujo la varita hacia él para enfatizar cada palabra . Y
la madera en la cubierta está rota. ¿Cómo escalaste…?
¿Cómo entraste aquí?
Yo estaba aquí y soy la que hace preguntas.
Esa risa otra vez. Ancha. Más que divertida. Lo suficiente como para
preguntarme cómo suena cuando realmente la hace en serio.
Correcto. Lo olvidé. Eres la que está dando órdenes en una toalla de baño,
calcetines y sosteniendo esa feroz espada tuya.
Lucho contra la necesidad de soltar la varita por más estúpida que parezca,
porque no conozco a este tipo de nada.
Respóndeme.
Malhumorada.
Ahora. Empujo la varita para mostrarle que lo digo en serio. La sonrisa
volvió, pero esta vez se mordió el labio inferior para evitar que se extendiera hacia
el territorio del hoyuelo.
Smitty me dio instrucciones sobre dónde encontrar la llave. Hicimos un
trato. Me quedaré aquí siempre que haga algunas reparaciones para él.
¿Qué?
Hay algún tipo de malentendido. Smitty se equivocó. Ya yo estoy viviendo 23
aquí.
Eso entiendo por tu demostración de la última resistencia de Custer's 1 dice
con un gesto indiferente de su mano.
¿Cómo lo conoces? Ya tengo la sensación que algo está seriamente jodido
aquí y que no me va a gustar su respuesta.
Es como un tío para mí. Se encoge de hombros . ¿Y tú?
Darcy es como una tía. Lo imito en referencia a la esposa de Smitty.
Nos miramos fijamente cuando el conocimiento de que ambos hemos tenido
acceso a esta casa se establece entre nosotros.
Bueno, Smitty debe haber olvidado que Darcy me dijo que podía quedarme
aquí, así que vas a tener que buscar otro lugar donde dormir durante el fin de
semana. Listo. Lo dije. Toma eso.
Buena esa. Parece impasible ante mi comentario mientras pasa junto a mí
en toda su gloria masculina y se dirige al dormitorio a la derecha del baño . Pero
no estoy aquí por el fin de semana. Y no voy a ir a ningún lado.
1
Custer’s Last Stand La ”atalla de Little ”ighorn, también llamada Custer's Last Stand, marcó la
victoria más decisiva de los nativos americanos y la peor derrota del ejército estadounidense en la
larga Guerra Indígena de las Llanuras.
¡Sí, lo harás! Lo sigo unos pocos pasos hacia el dormitorio y vaya, soy
saludada con una completa visión de la parte posterior masculina mientras se inclina
para buscar en una bolsa de lona a los pies de la cama.
Mira todo lo que puedas, calcetines dice echando un vistazo por encima
del hombro mientras se pone un par de calzoncillos y los sube . Porque después
de llamar a Smitty, estoy seguro que tú serás la que descubrirá que se ha quedado
más de lo esperado.
Pasa a mi lado otra vez, pero esta vez estoy parada en la entrada. Su cuerpo
roza ligeramente contra el mío al salir. Me inunda el aroma del jabón y la
masculinidad recién salidos de la ducha. Estoy tan ocupada admirando su trasero,
cuando no debería estarlo, mientras se mueve por el pasillo, que toma un momento
para que su comentario rompa con el tentador aroma que nubla mi cerebro.
¡Sobre mi cadáver! grito, corriendo detrás de él, agarrando la toalla con
más fuerza a mi alrededor.
Eso sería un gran desperdicio con ese cuerpo murmura adelante de mí. Al
menos creo que eso es lo que dice, pero no puedo estar segura y estoy segura que no
24
puede estar hablando de mí.
¿Qué dijiste?
Dije que seguro eres desordenada.
No, no lo soy. Enciende la luz del pasillo justo cuando las palabras salen
de mi boca. El camino de mi ropa es visible en toda su gloria abarrotada. Me
estremezco, no por el desastre, sino porque cree que tiene razón. Cuando en realidad
no tiene ni una pista de lo que hay detrás de mí desordenado rastro . Mira, no
puedes entrar a mi casa…
Es la casa de Smitty corrige mientras levanta un dedo y la pantalla de su
teléfono celular con la otra mano.
No, es mi…
Zander. El teléfono suena y una voz llena de calidez llega a través del
altavoz.
Entonces tiene un nombre.
Hola, Smitty.
Abro la boca para hablar, pero la cierro al instante cuando Zander me lanza
una mirada.
¿Encontraste la llave bien? ¿Entraste bien?
Sí. Justo donde dijiste que estaría. Pero hombre, esa terraza es una trampa
mortal esperando que ocurra. Se ríe de nuevo. Esta vez es más suave, inundada
con la misma calidez en la voz de Smitty.
Te lo dije, tendrías que ganarte tu estadía.
Lo haré. Soy bueno para eso.
Un repentino y pesado silencio se asienta en la línea. Uno que no entiendo del
todo, pero es obvio al mismo tiempo.
Sé que lo eres dice Smitty finalmente en voz baja . Así como mi palabra
para ti es buena. Te prometí que no les diría que estabas allí…
Hay un problema interrumpe Zander, cambiando inesperadamente de
tema. Y no puedo entenderlo, pero sea lo que sea que Smitty estaba hablando,
Zander obviamente no quiere. Puedo verlo en el repentino oscurecimiento de sus
ojos y la tensa postura de sus hombros.
¿Qué pasa?
Hay una mujer aquí. En la casa.
25
¿Ya olvidaste qué hacer con una? Se ríe . Pensé que ya habías recibido el
discurso de los pájaros y las abejas, Zee.
Una sonrisa genuina apareció a través de los labios de Zander, y sus ojos se
posan en los míos.
Te aseguro que sé qué hacer con una. Pero, eh… eso no es de lo que estoy
hablando. Hay una mujer aquí. ¿Su nombre es…? Sus ojos me impulsan a
responder.
De repente, no puedo encontrar mi voz y cuando lo hago, soy tímida. Odio que
darle mi nombre sea casi una invitación para que me conozca, cuando no quiero
nada más de este extraño hombre, obviamente carismático, que verlo salir de la casa
y no volver.
Me aclaro la garganta.
Getty.
¿Getty? Me da una mirada curiosa como si estuviera cuestionando si sé mi
propio nombre. Asiento lentamente porque tiene razón, todavía me suena un poco
extraño.
Persona nueva. Nuevo nombre. Nueva vida.
Smitty, su nombre es Getty. Dice que Darcy…
Oh, mierda. Smitty se ríe en la línea.
Sí. Oh, mierda. A Zander no le parece divertido.
Mmm reflexiona . Darce fue a un viaje de chicas a las montañas. Sin
servicio. Estará en casa a mitad de semana… tendré que preguntarle acerca de eso
entonces.
¿Estás jodidamente bromeando?
De ninguna manera. Hay dos camas. Un baño. Eres un niño grande.
Resuélvelo dice con otra sonrisa antes que la línea se muera.
Maldita sea. ¿Smitty? maldice Zander de nuevo mientras deja caer el
teléfono sobre la encimera con un ruido sordo. Apoya ambas manos en el mostrador,
con la cabeza inclinada mirando su teléfono mientras lo miro a través de la
habitación con poca luz. Esperando. Preguntándome. Apartando el cosquilleo de
inquietud en la parte posterior de mi cuello mientras sostengo con más fuerza la
toalla.
Mi mirada parpadea frenéticamente alrededor de la habitación. Mi instinto es
tratar de encontrar el rincón más pequeño para desvanecerme. Averiguar dónde
afectará menos el impacto de su temperamento. 26
30
Capítul o2
GETTY
tendrán que bastar solos por hoy, porque el café es más importante que los
cosméticos en este momento.
Además, no quiero que Zander piense que estoy haciendo algún esfuerzo por
él. No dudaré en maquillarme para el trabajo o porque quiero, pero nunca más
porque tenga que hacerlo para un hombre.
Realizando mi rutina matutina, finjo que la casa sigue siendo mía, aún sin el
distintivo aroma de la masculinidad, y todavía empapada de la soledad que vine
aquí a buscar. Y cuando me dirijo a la sala de estar, las tres cosas que he estado
tratando de ignorar me dan una bofetada cuando me encuentro con Zander
sintiéndose como en su casa. Está sentado en el sofá, con los pies sobre la mesa de
centro y mirando con el ceño fruncido la televisión.
Noto que es una carrera de algún tipo. Tengo la intención de no darle más de
dos segundos de mi atención. Y, por supuesto, eso es imposible de hacer cuando
noto la gran herida en el costado de la pierna de Zander, que va desde su tobillo
hasta casi la mitad de su rodilla. Está magullado y sangriento, y de inmediato me
estremezco por lo mucho que tuvo que haber dolido.
¿Qué le pasó a tu pierna? Hay preocupación en mi voz junto con una
buena dosis de curiosidad.
“lguien ha vivido aquí durante tres meses y todavía no ha arreglado el
peldaño o simplemente quitado para que otros no pongan todo su peso sobre este y
caigan directamente al suelo. Mueve su lengua en su mejilla, pero sus ojos nunca
se mueven de la televisión frente a él.
Oh, mierda.
Lo siento. Las palabras están fuera de mi lengua de inmediato, por reflejo,
antes de negar y reprimir las disculpas efusivas que automáticamente aparecen en
mi mente por costumbre . No lo sabía… no te esperaba. ¿Estás bien? ¿Necesitas un
médico?
Camino dentro de la sala en dirección a él, realmente arrepentida, pero al
mismo tiempo sabiendo que no puedo arreglarlo ahora.
Cuando finalmente mira en mi dirección, la mirada que me da me detiene.
No. Es una advertencia, fuerte y clara, y una que no necesito escuchar dos
veces.
Nos miramos el uno al otro, su ánimo opresivo llenando el espacio entre
nosotros en contraste con el chico juguetón que conocí y que realmente me gustó
mucho anoche, sin importar lo exasperante que fuera.
35
Fue un error honesto. Si hubiera sabido que vendrías o que te levantarías tan
temprano, te habría dicho… Mis palabras se desvanecen cuando su atención
regresa a la televisión mientras nubes de humo llenan el giro superior derecho de
una pista. El metal y las llantas vuelan cuando varios autos se conectan con la pared
de concreto y entre sí.
Él se inclina hacia la televisión, con su mandíbula abierta y los ojos
desorbitados como si estuviera ahí, haciendo lo mismo, conduciendo el auto.
Increíble lo dice con una palabrota antes que levante el control remoto y
lo apague . El hombre no puede equivocarse.
Supongo que realmente le gustan las carreras.
¿Ese era tu conductor? pregunto, esperando romper la tensión.
Su risa llena la habitación. Es pleno y rico, pero con un atisbo de desprecio que
me hace dar un paso atrás, recelosa de todo en relación a su comportamiento.
Me siento estúpida. ¿Lo he dicho de la manera incorrecta?
Quise decir, ¿ese es el conductor que usualmente sigues?
Tose un sonido divertido, pero no dice nada más. Hay algo en su reacción que
me hace sentir como si se burlara de mí. Y luego encaja para mí.
¿Así es como conoces a Smitty? ¿Él no compite o algo así?
“lgo así murmura, con los ojos de regreso, fijos en la pantalla del televisor
como si todavía estuviera viendo la carrera desarrollarse en su mente.
¿“lgo así?
Sí. “lgo así.
Bueno, ¿no es el Señor Hablador?
¿Cuál es su…?
No, Getty. No haremos esto en este momento. Descuidadamente lanza el
control remoto sobre la mesa con un golpe mientras quita los pies de encima, su
rostro haciendo una mueca de dolor . No haremos la mierda de conocernos
porque, admitámoslo, te vas a ir en unos días. Entonces nunca nos volveremos a ver,
así que, ¿por qué perder el aliento mintiéndonos el uno al otro? Ninguno de nosotros
va a decir nada más de lo que queremos que el otro escuche, de todos modos. Por lo
que sé, los dos estamos aquí, así que ya no nos podemos mentir a nosotros mismos,
así que ahorrémonos las pretensiones. ¿De acuerdo?
Se pone de pie, acercando nuestros cuerpos el uno al otro, pero todo lo demás
a nuestro alrededor está a un millón de kilómetros de distancia. Me obligo a tragar 36
porque odio tantas cosas sobre la verdad en sus palabras. Despreciando que haya
dado en el clavo en mis razones para estar aquí cuando me conoce hace menos de
veinticuatro horas. Y odiando que tal vez me gustara y aborreciera secretamente su
compañía al mismo tiempo. Que tal vez una parte de mí le gustaba escuchar otra
voz, que disfrutaba de la risa en sus ojos anoche, y la forma en que me miraba como
si fuera algo más que un simple objeto.
¿Eso acaso tiene sentido? Dios, estoy tan confundida. Lo quieres o no, Getty. Es
difícil desear tanto la soledad como algo de compañía.
Mientras estoy en eso, podría mantener una conversación en mi cabeza
mientras me mira para asegurarse que entienda porqué dice eso. Y lo hago.
Definitivamente lo hago.
Asiento mientras espero que lleguen las palabras. Y con las palabras viene la
ira porque es un imbécil y no debería gustarme, porque, ¿quién es tan honesto
cuando acabas de conocer a alguien? He tenido suficientes imbéciles en mi vida,
olvidar a uno más no debería ser un problema para mí.
De acuerdo.
Aprieto mis labios, sacudo mi cabeza, y giro sobre mis talones sin decir una
palabra más. Porque tiene razón, no quiero perder mi aliento con él. Ya he
desperdiciado tanto que me da vueltas la cabeza.
Capítul o3
ZANDER
¿Te mataría levantar el teléfono y enviarme un mensaje de texto para hacerme saber
que estás bien? Entiendo que estás enojado con el mundo. Créeme, he estado allí. No seas un
imbécil y trates de lidiar con todo lo que sucede por tu cuenta. Para eso tienes hermanos como
yo.
Mirando el mensaje de Shane por vigésima vez en tantos minutos, odio que
quiera responder y al mismo tiempo no querer. Amo a mi hermano hasta la muerte,
pero no puedo lidiar con él todavía.
Es el buen chico. Queriendo saber cómo estoy. Diciéndome que está ahí para 37
2
Indian Pale Ale: Es un estilo de cerveza de tradición inglesa que se caracteriza por ser pálida y
espumosa con un alto nivel de alcohol y de lúpulo.
me está mirando, puedo sentir sus ojos mirándome desde el otro lado de la
habitación, aunque cada vez que levanto la vista a regañadientes, no mira hacia mí.
Pero entre las bebidas y ver algunos momentos claves del juego, me doy cuenta que
las personas se paran en su mesa, hombres y mujeres por igual, charlando y riendo,
casi como si estuvieran encantados con él.
Es tentador poner los ojos en blanco y resoplar con disgusto. Si solo supieran
que clase de idiota es. Pero luego me quedo tratando de averiguar cómo, si es nuevo
en la isla, esta gente lo conoce, porque estoy segura que no es su personalidad
carismática lo que los atrae.
¿Por qué te importa, Getty? Se irá en breve y no tendrás que preocuparte por eso.
Una chica puede soñar.
¿Mander?
El Malhumorado Zander. Mander. Levanta las cejas como si no tuviera
absolutamente ninguna inseguridad sobre su virilidad al llamarse a sí mismo con
ese ridículo apodo.
Y no sé si es el hecho que estoy agotada del trabajo, que Zander me esté
haciendo reír con su humor tonto, o que, por primera vez desde que llegué a
PineRidge Island, no quiero regresar al pesado silencio de una casa vacía, pero su
comentario, su burla de sí mismo, hace que la guardia que he estado sosteniendo tan
alto se deslice un poco.
Risas que no he sentido o escuchado hace mucho burbujean a la superficie. Las
lágrimas llenan mis ojos. El sonido suena a nuestro alrededor y se funde con el suave
choque de las olas en la orilla. Levanto mis manos como si le estuviera diciendo que
se detenga, pero en realidad no estoy segura de lo que estoy haciendo aparte de
burlarme de su ridiculez.
Cuando me recupero, Zander me mira por encima de su lata de cerveza.
¿Ya terminaste?
Apenas, Mander.
Una sonrisa torcida tira de la comisura de su boca.
No puedes burlarte de mí y luego no sentarte y tomarte una cerveza
conmigo. Mander es el jefe. Me tiende una lata y después que la miro fijamente y
luego de vuelta a él, cedo.
Realmente no bebo… Me detengo cuando me pone unos ojos de
cachorro . Bien. Solo una.
Eso es lo que todas dicen. Se ríe mientras me siento a su lado en un banco
del paseo marítimo.
¿Y entonces qué? ¿Son hipnotizadas para contarte todos sus secretos
profundos y oscuros y se enamoran locamente de ti?
Algo así. Asiente y enciende su encanto con una sonrisa arrogante.
Pero pensé que eras gruñón todo el tiempo. ¿Consigues muchas chicas con
tu mal humor?
Y volvemos a eso otra vez responde, empujando su rodilla para que golpee
contra la mía.
Abro mi cerveza y tomo un tímido sorbo del líquido amargo, tratando de
45
ocultar mi innato disgusto por ella. Y creo que he hecho un buen trabajo al
enmascarar la mirada de disgusto en mi rostro, pero cuando lo miro, la cabeza de
Zander está inclinada y sus ojos están sobre mí.
¿Trabajas en un bar, pero no te gusta la cerveza? ¿Cómo te va con eso?
Las damas no beben cerveza, Gertrude. Muestra poca clase y es de mal gusto. Las
advertencias de mi padre y de Ethan pasan por mi mente inesperadamente. Los
escalofríos que cubren mi cuerpo no tienen nada que ver con la tormenta de
primavera que se acerca.
El recuerdo, la constante abstinencia en mi mente, me dan ganas de beber toda
esta cerveza y limpiarme la boca con el dorso de la mano de forma desafiante. Para
reafirmar que ya no soy esa mujer.
Está bien. Bien. Tomo otro sorbo por si acaso para tratar de demostrar que
no me desconcierta el sabor al que nunca tuve la oportunidad de tomarle gusto.
¿Así que supongo que eras camarera en otro lugar? ¿Antes que vinieras a la
isla?
Sí. Sí. Los viejos hábitos de la gramática son difíciles de olvidar, pero trato
de hacerlo mientras me concentro en la bebida en mi mano.
Y aquí vienen las mentiras de mierda de las que te advertí dice con una
risita.
En serio, yo era…
No hay necesidad de explicar o mentir, Calcetines. Te vi trabajar por unas
horas. Hiciste un buen trabajo. Las órdenes las llenaste rápidamente. Sabes servir de
barril sin espuma. Es triste decir que puedo haber pasado un poco de tiempo en
bares y puedo diferenciar a un profesional de un novato, pero puedo hacerlo.
Oh, ¿ahora eres un experto en coctelería? Es una respuesta estúpida, pero
es mi única defensa.
Soy un experto en muchas cosas, te lo aseguro. La mayoría de las cuales no
me enorgullecen últimamente. Hay un tono de discordia en su voz que me hace
querer ser la que hace las preguntas, pero antes que pueda sacarlas, cambia el tema
de la conversación . ¿Qué fue tan malo en tu vida que corriste aquí para escapar
de eso?
Hola, bola curva. Pasamos de la coctelería a la invasión de mi privacidad. Su
pregunta pone cada parte de mí al límite. Y no es solo su pregunta, sino también la
mirada impenetrable a través de la oscuridad lo que me desconcierta. Lo que me
dice que sabe que de hecho estoy ocultando algo.
Mi mente corre a un millón de kilómetros por hora. ¿Le dijo Smitty los detalles?
46
¿Zander buscó a través de mis cosas en la casa mientras estaba en el trabajo y
encontró algo? ¿Mi papá o Ethan lo enviaron a buscarme y llevarme de vuelta, a
pesar que no queda nada por lo que volver?
No estoy huyendo de nada declaro con la mayor certeza que puedo. Su
expresión me dice que no lo está creyendo, así que trato de explicarlo sin entrar en
detalles . Estoy empezando un nuevo capítulo en mi vida. Aquí es muy diferente
de donde solía vivir, y necesitaba eso. Un cambio de ritmo, supongo. Pero no estoy
huyendo, no. Asiento para poner énfasis en mi declaración y, sin embargo, no
mira hacia otro lado.
Soy la primera en desviar mis ojos. Necesito hacerlo para evitar que vea cosas
que no quiero que vea. Pero incluso cuando lo hago, todavía puedo sentir el peso de
su mirada mientras observo la oscuridad más allá de donde nos sentamos. Al océano
que puedo escuchar, pero no ver.
La apertura de una nueva lata de cerveza me sobresalta, pero mantengo mi
mirada hacia el frente, espero que, al concentrarme allí, el ardor de las lágrimas en
la parte posterior de mis párpados se calme.
Aceptaré esa respuesta por ahora, pero debo decirte algo, Getty: no lo creo.
Claro, todo eso puede ser cierto en un sentido vago, pero hay más allí.
No sabes nada de mí.
Cierto. No lo sé. Pero he visto mucha mierda en mi vida… más de lo que
probablemente puedas imaginar. Así que dilo de la forma que quieras, niégalo todo
lo que puedas, pero hasta que te enfrentes a lo que sea, nada se arreglará.
Estás sobrepasando los límites para alguien a quien conozco hace solo
veinticuatro horas. Intento desestimar el comentario como si no estuviera irritada,
pero no puedo lograrlo.
Tienes razón. Lo estoy. Su admisión es tranquila, arrepentida y, por lo
tanto, muy inesperada después de sus suposiciones.
El silencio se apodera de nosotros cuando lo deja ir, dejándome regodear en la
verdad de sus palabras que me gustaría fingir que no escuché. Los rayos brillan lejos
de la costa, un sutil recordatorio de que en realidad estoy en una isla en el océano,
completamente vulnerable.
Algo así como lo estaba antes de venir aquí. No es de extrañar que cuando pisé
el muelle por primera vez, sentí que pertenecía al instante. Y tal vez, posiblemente,
esperaba que la atmósfera de un pueblo pequeño significara que sería la extraña a
quien todos dejarían en paz hasta que me diera cuenta si quería quedarme o seguir
47
adelante.
Por supuesto, ahora que sé que quiero quedarme, él está aquí. Y mientras
parece que puede tener sus momentos de amabilidad, no significa que quiera un
compañero de apartamento. En absoluto. Solo quiero que me dejen sola en este lugar
al que he llegado a llamar hogar. Donde puedo pintar en privado para que nadie
sepa o pueda examinar mi arte y degradarlo. Donde el apellido Caster es como Smith
o Jones y no significa nada para nadie.
¿Qué hay de ti? pregunto, asumiendo que la pregunta no es bienvenida,
pero satisfaciendo mi curiosidad.
Un fuerte suspiro suena en respuesta. El sonido del aluminio golpeando contra
el borde de la papelera cerca de nosotros resuena cuando arroja su lata vacía.
Acciones para comprarse algo de tiempo en un reloj imaginario que nadie está
mirando.
Todo el mundo está huyendo de algo, Getty. Sus palabras me sobresaltan,
una honestidad inesperada que comprendo. Una parte de mí se pregunta si me está
diciendo esto para que hable o si realmente lo dice por él mismo. Y por mucho que
quiera preguntar más, perderme en sus problemas en lugar de los míos, lo dejo
pasar, nos hundimos en el silencio que nos rodea.
La brisa fresca del océano. El calor de un cuerpo a mi lado. La noción de que
alguien entiende cuando realmente no tiene ni idea de lo que estoy pasando o lo que
he pasado, pero, sin embargo, entiende a su manera. Esto es nuevo para mí.
Bienvenido y no bienvenido al mismo tiempo.
Porque se supone que debo estar descubriéndome. Se supone que se trata de
hacer todo esto por mi cuenta. Decidida a probarme que no necesito a nadie. Que
puedo hacer esto.
Hay una tormenta acercándose. El silencioso murmullo de Zander a mi
lado rompe el silencio. ¿Cuánto tiempo hemos estado sentados aquí? He perdido la
noción del tiempo, absorta en mis propios pensamientos.
Me encanta sentarme en el patio trasero y verlas moverse a través del mar.
Escuchar el rugido del trueno y el sonido de la lluvia. Luego, después que termina
el espectáculo de luces, me siento en mi habitación con la ventana abierta para poder
oler el olor característico de la lluvia.
¿Por favor, dime que en realidad no te sientas en esa trampa mortal de
terraza? Mis ojos abiertos se encuentran con sus cejas levantadas.
Tal vez. ¿Es tan malo?
Destartalado es un elogio para ese peligro. 48
51
Capítul o5
GETTY
Uno de estos días, Getty, te darás cuenta que eres una local ahora y tendrás
que pisar al otro lado de la barra, tomar un trago propio y mirar el juego con el resto
de nosotros.
Levanto el trapo en mi mano para reconocer el comentario de Liam, que viene
al menos una vez por turno. Sé que solo está siendo dulce y que todavía no soy una
local. Además, en cualquier tiempo libre que tenga, me gusta explorar la isla o
encerrarme con mis pinturas para poder aprender más.
Pero la idea de tomarme una cerveza y relajarme con el juego y una multitud
de personas parece más que bienvenida ahora. Definitivamente lo necesito después 62
de mi conversación de hoy, las malas noticias que trajo y la punzada de soledad que
siento por ello.
Un grito estalla en las mesas, haciendo que alce la mirada. La barra zumba con
el bullicio de una multitud emocionada: hay un juego tenso y el sol brilla por
primera vez en toda la semana. Agrega a eso una afluencia de turistas recién salidos
del ferry y el Lazy Dog está atestado, ruidoso, y me mantiene alerta con órdenes esta
tarde.
Un Bastardo Arrogante, por favor.
Sé quién es en el momento en que escucho el pedido; de alguna manera mi
cuerpo está en sintonía con él, incluso cuando no quiero que lo esté. No miro hacia
arriba, no lo reconozco. La rabia y la irritación y todo lo que está dentro de ese rango
se dispara de nuevo cuando pienso en la llamada telefónica que tuve anteriormente
con Darcy, en la que descubrí las tonterías que él hizo.
No me extraña que haya estado desparecido desde la otra mañana cuando salió
de mi habitación.
Bueno, esa es una orden de autodiagnóstico si alguna vez he escuchado una
digo en voz baja, pero incluso con mis ojos enfocados en mantener la espuma al
mínimo en los vasos, puedo ver su cuerpo sacudiéndose. Bien. Me escuchó.
¿Hice algo mal? pregunta pensativo, con su cuerpo inclinado sobre la
barra, así que puedo percibir rápidamente ese olor a jabón y colonia que ahora
atormenta los pasillos de la casa después de que toma una ducha.
Mi risa es larga y baja, el sonido del sarcasmo derramado sobre el hielo.
Aquí está tu orden. Deslizo su vaso sobre la barra barnizada y finalmente
encuentro su mirada. Mis cejas están arqueadas y mis labios están torcidos mientras
estoy segura que mi desafiante burla se refleja en mis ojos.
El ruido del bar se desvanece en el fondo, un gemido por una mala jugada, un
grito de buen humor para una camarera, y sin embargo sus ojos sostienen los míos
en una guerra de voluntades: me pregunta por qué estoy enojada y le digo que ya
debería saber. Me encuentro inclinándome más cerca al mismo tiempo que él,
esperando a que confiese sus mentiras, pero soy saludada con una sonrisa lenta y
perezosa que se extiende por su boca hasta que se convierte en una sonrisa arrogante
en toda regla.
Estás hablando mujer, Calcetines. Puedes por favor…
Darcy. Ahí hay una palabra para ti. Inclino mis caderas contra el mostrador 63
detrás de mí.
Técnicamente, es un nombre, pero… Se ríe por encima del borde de su
vaso.
No actúes como si no supieras de lo que estoy hablando.
Supongo que habrás hablado con ella, entonces.
¿Qué diablos, Zander? Sus ojos se abren ante mi uso de la palabra. Puedo
escuchar la reprimenda de mi padre en mi cabeza . Nunca acepté quedarme en la
casa contigo. Ser compañeros de apartamento.
Especialmente después de la otra mañana en mi habitación cuando hiciste lo que hiciste.
Si te preocupa que te vea desnuda, ya hemos hecho esa parte, así que no es
un gran problema. Inclina su vaso en mi dirección con una sonrisa inquebrantable.
Cada palabra que dice me hace enojar más.
¡Ese no es el punto! Levanto mi voz con exasperación.
Entonces, ¿cuál es?
No me gustas. Listo. Lo dije. Pero es una gran mentira y me temo que puede
ver a través de ella.
Sí, te gusto, Getty. No bebes cerveza en la playa con alguien que no te gusta.
Lo fulmino con la mirada, odiando su razonamiento.
”ueno, tampoco me gusta la cerveza, así que…
Me perdiste. ¿No te gusta la cerveza por lo tanto no te gusto? La diversión
en su voz al poner en duda mi razonamiento me exaspera. Irritable. Amargo.
¿Por qué le dirías a Darcy que acepté…?
¿Disculpa? La voz a su izquierda me toma desprevenida y evita que el
sonido verbal de reproche salga de mi lengua . ¿Eres Zander Donavan? Lo eres,
¿verdad? A las preguntas les sigue una risa nerviosa y un rubor de mejillas, y
ambas me han llamado la atención.
Las órdenes que esperan ser cumplidas son olvidadas ya que este caballero
despierta mi curiosidad. ¿Quién diablos es Zander Donavan?
Los ojos de Zander permanecen fijos en los míos por un momento; un destello
de irritación por ser interrumpido flota a través de ellos, diciéndome que esta
conversación está lejos de terminar, antes que se vuelva hacia el hombre de mediana
edad que está a su lado.
La sonrisa que fue una burla arrogante para mí se transforma lentamente en
una segura, lenta y constante, mientras asiente y extiende su mano hacia el hombre. 64
sonrisa despreocupada que dice que no tiene ni una preocupación el mundo, aunque
obviamente las tiene o no estaría aquí huyendo de las tormentas turbulentas y las
ráfagas de viento.
¿Por qué no te sirves una cerveza y descansas un poco? Siéntate con los
lugareños y mira las últimas jugadas.
Miro a Liam, que se está limpiando las manos en un trapo con esa mirada que
dice que no hay discusión con él.
Dime algo. ¿Alguna vez has oído hablar de Zander Donavan?
Me da un lento y constante asentimiento mientras sus ojos se estrechan
mientras lo piensa.
Un piloto de carreras. De la Indy, creo. Bastante bueno por lo que recuerdo.
Popular también. Creo que recuerdo haber escuchado algo en SportsCenter dice,
señalando a los televisores que cubren el bar . Dejó la mitad de la temporada con
cierta controversia…
¡Liam! Su nombre se grita desde el otro extremo de la barra y levanta un
dedo para decirle a uno de los clientes habituales que solo será un minuto.
¿Es ese…? dice Liam, de repente, los puntos se conectan para él mientras
mira a través de la barra hacia donde está sentado Zander. Mira fijamente, con los
labios separados, mientras el reconocimiento le dificulta encontrar las palabras para
hablar . Santa mierda, es él. Bueno, ¿quién lo diría? Está en mi bar de todos los
lugares.
Qué suerte murmuro entre dientes con un toque de sarcasmo que
aparentemente solo yo puedo escuchar, porque por la expresión de Liam muestra
que está más que encantado de tener a Zander aquí.
Genial. Ahora el hombre está invadiendo este espacio mío también.
Eso definitivamente no puede ser malo para los negocios. Él viniendo aquí
cuando estás en turno.
—¿Qué? ¿Cómo es que sabe que nos conocemos?
La vida de un pueblo pequeño responde para mí . Todo el mundo sabe
que ustedes dos están viviendo juntos en el lugar en Canary. Sabía que parecía
familiar, pero no podía ubicarlo. Pensé que se parecía a alguien que conocía. Niega
y mira hacia donde Zander está hablando con cuatro tipos que se han detenido en
su mesa para conversar. Pensé que solo eran clientes siendo amistosos, pero ahora
la constante puerta giratoria en su asiento tiene mucho más sentido; son fans que
reconocen a Zander. 66
75
Capítul o7
ZANDER
Despierto con una sacudida. Mi corazón latiendo acelerado y sudoroso por la pesadilla.
De los monstruos y hombres malos que me perseguían. Y los gritos. Eran tan fuertes, tan
aterradores, parecían tan reales. El último pidiendo ayuda fue el peor.
Parpadeo. Una y otra vez. Y la pesadilla se va lentamente.
La cama cruje cuando me siento. Mi garganta está seca y esta habitación está caliente.
Agua. Es todo lo que quiero y es contra las reglas de mi padre mantener algo en mi habitación
debido a las cucarachas. Pienso en ir a escondidas a la cocina para sacar del grifo, pero no se
me permite salir de mi habitación después que me hayan acostado.
Nunca. La mano de mi papá buscando su cinturón. La punzada cuando golpea mi 76
levanto de la cama, coloco mis piernas sobre el borde y me froto las manos sobre el
rostro para darme un segundo para calmarme. Y para darme tiempo para escapar si
este es el sueño y esa era mi realidad.
Mi pulso late. Mi cabeza está tan jodida por la pesadilla que ni siquiera es
gracioso. La respiración que exhalo no ayuda. Los repetidos joder que digo en voz
alta a la habitación vacía tampoco.
He tenido esa pesadilla tantas veces que la conozco de memoria. Porque no es
un sueño. Es mi recuerdo. La realidad de mi infancia. Tan perfectamente clara. Como
si estuviera allí. El olor. El miedo. El sonido de la voz de mi mamá. Tan malditamente
agridulce. Las últimas palabras de mi madre, mi último recuerdo de ella… es mi
peor recuerdo de ella. El tiempo no lo ha desvanecido. El tiempo no ha curado viejas
heridas.
Joder no.
Pero ¿por qué ahora? ¿Por qué la pesadilla volvió después de tantos años sin
ella?
Y luego recuerdo la parte del sueño que es nueva. Las tijeras. La empuñadura
en el cuello. La sensación resbaladiza debajo de mis dedos. Su gemido de dolor al
tirar de ella. El chorro de sangre. Cómo traté de salvarla.
Y terminé matándola.
Ruedo mis hombros. Tomo una respiración profunda. Racionalizo en mi mente
adulta que el niño pequeño intentando salvarla no la mató realmente. La autopsia
puede haber dicho que la causa de la muerte fue su sangrado cuando le quitaron las
tijeras de su vena yugular, pero sé que, en el fondo, estaba muerta antes de eso.
Pero saberlo y aceptarlo son dos cosas completamente diferentes. Y aceptarlo
y no dejar que te joda es aún más difícil.
Asiento y respiro hondo, sabiendo que es por eso que estoy aquí: para lidiar
con el pasado, al fin, para poder arreglar las cosas con las personas que me dieron
un futuro.
Y todo es por la maldita caja.
La que se entregó a mi casa de la nada hace unas semanas que robó la paz que
había encontrado hace años. La que cometí el error de abrir. Las palabras en el
primer paquete de papel que recogí me hicieron caer sobre mi trasero. Haciéndome
cuestionar todo lo que he conocido. Sobre mí. Mis recuerdos. Y el hecho que otros
en mi vida sabían la verdad cuando yo no la sabía.
Ese puto paquete de papel: una copia del informe de autopsia de mi madre. 79
Las verdades que contenía me hicieron tambalear. Trajo recuerdos e imágenes que
había reprimido cuando era niño para volver con ganas y joderme. Esas verdades
habían sido demasiado duras para que un niño de siete años las aceptara. Me había
movido hacia adelante sin saber que había puntos en blanco en mi memoria que
debían llenarse: mis manos en las tijeras y el sonido final que hizo cuando las jalé.
¿Realmente importa todo este tiempo después? Sí, porque si no podía recordar algo
tan importante, ¿qué más no estoy recordando? ¿Qué más se me ha ocultado?
Los malditos fantasmas que pensé que estaban muertos y enterrados ahora
están de regreso con una venganza.
Es por eso que metí el informe de la autopsia en la caja, cerré las solapas de
cartón de nuevo, para intentar fingir que la vida que he estado viviendo no se basa
en una mentira.
Como si los recuerdos no fueran mentira.
Y ahora esa caja se sienta en un rincón de allí y se burla de mí. Me pregunto si
el resto de las cosas allí son tan discordantes como lo primero que vi.
Curiosidad: es más peligrosa que el miedo.
Es la razón por la que estoy aquí.
Y aunque me gustaría enojarme con Colton por despedirme y forzarme a
alejarme de la pista, esto no es su culpa. De ninguna manera. Soy lo suficientemente
hombre para admitir eso.
A mí mismo todos modos.
La distancia me ha permitido ver eso. El paso atrás que Colton me obligó a
tomar, el tiempo para reflexionar con la cabeza despejada sin las distracciones en las
que me estaba ahogando: alcohol, mujeres, adrenalina; me permitió darme cuenta
de la verdad.
Y ahora quedo no solo para lidiar con la bomba de tiempo de una caja en el
rincón, sino para descubrir cómo corregir las decisiones equivocadas que tomé.
Demonios, sí, podría tomar el camino más fácil: prender fuego a la caja en una
hoguera, ahogarme con mi orgullo y llamar a Colton para disculparme. Reprimir la
curiosidad y retractarme de las brutales palabras que dije cuando estaba enojado con
el maldito mundo y solo necesitaba una salida. La ira es la única emoción que hace
que tu boca trabaje más rápido que tu mente, y es mejor que apuestes tu culo a que
mi boca tenía el control.
Pero eso no resolvería una mierda. Todavía estaría jodido de la cabeza y las
disculpas son solo una curita colocada en una herida abierta cuando cortas a alguien
tan profundamente como corté a Colton.
80
Lo sé por experiencia, no siempre detienen el sangrado.
Y es por eso que estás aquí, Donavan murmuro para mí, mientras me dejo
caer sobre la cama, la visión del techo era mucho mejor para mi psique que la burla
de la caja de cartón. Por la que necesito tomar valor y abrirla. Probar que, sin las
distracciones, puedo lidiar con eso. Que sus contenidos no me joderán más de lo que
ya estoy.
Además, no puedo ahuyentar a los fantasmas para siempre si no los enfrento.
Y, sin embargo, mi primera semana en PineRidge ha terminado y todavía permanece
allí. Sin abrir. Sin tocar. La pregunta es, ¿qué más hay ahí? Mi curiosidad me pide
que la abra. Mi estabilidad mental me dice que desperdicie un rollo entero de cinta
y la selle para siempre.
Jodido cristo. Ya he tratado con esta mierda. Lidié con ella de niño
encerrándome en mi propia mente y sin hablar durante meses. Lo enfrenté a través
de interminables horas de terapia e innumerables noches acurrucado en una bola,
con miedo de ir al baño por temor a lo que podría encontrar de nuevo. Lo que llevaba
a una cama mojada y una cabeza jodida.
Y luego, cuando mi papá regresó por mí, tuve que lidiar con el caos que trajo
consigo nuevamente. El arma que sostenía. Rylee, mi consejera en ese entonces,
protegiéndome a toda costa. El sabor del miedo en mi boca. El pequeño deseo de
que él ganara, así tal vez moriría y podría ver a mi madre otra vez. Luego el disparo.
Más sangre de nuevo. Un policía de pie sobre su cuerpo.
Y luego la libertad de saber que nunca podría venir por mí otra vez. El miedo
que acabó.
Así que sí, lidié bien con todo. No tienes elección cuando tienes ocho años y
estás solo en este mundo grande y malo.
¿A quién estoy engañando? Todavía estoy lidiando con eso todos los días. Y si lo
primero que saqué de la caja me jodió tanto que estuve dispuesto a tirar todo lo
importante para mí, ¿qué sucederá cuando la abra de nuevo y descubra más cosas
con las que no puedo lidiar?
Pero ese es el punto, idiota. Venir aquí, lidiar con mi mierda y probarme a mí
mismo que soy el hombre que sé que soy, el hombre que Colton ayudó a hacerme.
Solo así podré volver a casa y redimirme. Con mis padres adoptivos, con mi equipo,
con los fans.
Maldición, esto está jodido gimo cuando subo un antebrazo para cubrir
mis ojos cuando escucho el portazo de la puerta principal. Seguido de pasos. Una
risita que me desconcierta. Luego el chirrido de esa maldita puerta del baño. Y toda
la razón por la que fui y dormí en el bote de Smitty, las noches de insomnio con una
81
cerveza en la mano, viendo cómo el fósforo iluminaba el agua y jugando con
tonterías mecánicas con las que no tengo que jugar, para obtener algo de espacio y
una perspectiva de por qué estoy aquí en primer lugar, simplemente salieron por la
maldita ventana.
Getty.
Las viejas tuberías de la casa crujen. El sonido revelador de que se está
duchando. Y una ducha significa que está desnuda. Maldita sea, si no la imagino
desnuda en el pasillo, excepto por los calcetines que no coincidían la primera noche
que nos conocimos. No es como si estuviera muy lejos de mis pensamientos, para
empezar.
Y, sin embargo, le dije a Darcy que estábamos bien con vivir juntos. ¿Cómo
pensé que era una buena idea? La teoría de que un clavo saca otro clavo, compartir
apartamento con una mujer y tal vez evitar la tentación de todas los demás, no está
funcionando demasiado bien para mí ahora.
Recordatorios diarios de sus curvas desnudas definitivamente no ayudan.
Sin mencionar que fui y la besé. La besé cuando no tenía por qué besarla,
porque pensé que tal vez si lo sacaba de mi sistema, ya habría terminado y dejado
de pensar en ello. Sí. Como si eso tuviera la oportunidad de suceder en el momento
en que hizo ese pequeño sonido en la parte posterior de su garganta que hizo que
cada parte de mí quisiera acostarla y conocer qué otros sonidos hace.
Pero más que eso, no debería haberla besado después de la forma en que saltó
cuando la agarré del brazo para evitar que pasara junto a mí. Eso en sí mismo me
dice que está aquí para lidiar con su propia mierda, y besar a un imbécil como yo no
va a ayudar en lo más mínimo.
He visto estremecimientos como ese antes. Viví los primeros siete años de vida
viendo a mi madre hacer exactamente lo mismo. Saltar por nada. Encogerse en un
rincón para estar fuera del camino.
Sin embargo, Getty no es mi madre. No necesita ser salvada. Obviamente se
salvó a sí misma.
Metete eso a la cabeza, Zander, y déjala en paz en todos los aspectos.
Son compañeros de apartamento. Ambos están lidiando con mierda. Dormir juntos,
porque seamos sinceros, eso definitivamente no sería una dificultad si la forma en que besa es
una indicación; no va a solucionar nada para ninguno de los dos. Solo complicaría las cosas
cuando ya son lo suficientemente complicadas como están.
Pero joder, es tentador.
Perdido en pensamientos de ella, salto cuando mi puerta se abre 82
repentinamente. Getty está de pie en la puerta, con las manos en las caderas, las
mejillas enrojecidas. Y completamente vestida. Así que, obviamente, mis
pensamientos de que estaba en la ducha eran puramente para mi propio beneficio
sexual frustrado.
Enciende el interruptor justo dentro de la puerta. La luz inunda la habitación.
¡Y el chico maravilla ha regresado de su etapa como Popeye! dice con un
estilo dramático mientras entra, atrapándome con la guardia baja.
¿Qué puedo hacer por ti, Getty?
¿Hacer por mí? Se ríe, sus ojos se mueven salvajemente por la habitación
antes de dirigirse directamente a mi cómoda . ¿Sabes lo que puedes hacer por mí,
Mander? dice sobre su hombro y con un poco de desprecio. Toma algunas revistas
de carreras que he apilado en el escritorio, las levanta unos centímetros y luego las
suelta con un ruido sordo. La de arriba se desliza hacia un lado; la de abajo está
torcida . Puedes dejar de hacer todo tan malditamente perfecto. Puedes dejar de
alinear tu mierda en el mostrador del baño para que todo quede perfectamente recto.
Cuando vacíes el maldito lavaplatos, puedes dejar de hacer que los tenedores del
cajón queden perfectamente uno encima del otro. “lineados. Puedes…
¿Getty? Está enloqueciendo. Aunque he estado con suficientes mujeres
emocionales para que su exhibición no me confunda completamente, algo sobre su
actuación se registra en mi radar.
¿Mmm? Lo dice como si no le importara nada en el mundo. Tal vez no es
frenética después de todo. Tal vez sepa exactamente lo que está haciendo, y eso es
aún más aterrador. También intrigante.
¿Qué estás haciendo? Mi curiosidad está definitivamente picada. No me
importa que toque mis cosas. Yo invadí su privacidad primero. Sus pinturas eran
diez veces más personales que mi colonia y mis revistas, y, sin embargo, lo pregunto
porque estoy fascinado por lo que la ha llevado a irrumpir en mi habitación y
empezar a despotricar.
La perfección está sobrevalorada dice mientras toma una camisa doblada
de la parte superior de la cómoda y la arroja descuidadamente sobre la silla al lado.
Aunque sé que se refiere a mis cosas y cómo prefiero que todo esté en su lugar, el
sonido en su voz me hace pensar que está hablando de mucho más que solo
organización.
Menos mal que estoy lejos de ser jodidamente perfecto, entonces.
Eso nos convierte en dos dice con un poco de risita, cambiando de humor
ahora que ha hecho todo lo que se propuso hacer. Dándose la vuelta, y por primera
83
vez desde que entró en mi habitación, me mira a los ojos. Hay algo raro en ella, algo
que no puedo ubicar, pero sé el momento en que nota lo que estoy usando.
O, mejor dicho, no usando.
Sus ojos se abren, luego se ponen en blanco cuando mueve su cabeza hacia
atrás y se ríe con incredulidad.
¿En serio? ¿Esto de nuevo? Es posible que no sepa mucho, pero sé que eso es
más que el tamaño promedio. Su risa llena la habitación mientras hace un gesto
con la mano delante de ella y apunta hacia mi polla, meneando la cabeza para
enfatizar. Cuando levanta la vista de la mirada abiertamente larga hacia mi paquete,
es cuando me doy cuenta que sus ojos están un poco vidriosos. Me doy cuenta que
sus últimas palabras se arrastraron un poco.
Bueno, mierda. Parece que Getty ha bebido unos cuantos.
Lucho contra la sonrisa en mis labios, su cumplido aumenta mi ego, pero la
visión de ella es aún mejor.
No creas que no puedo ver que te ríes de mí, chico maravilla. ¿De verdad
crees que voy a caer en tus tonterías de nuevo? Hermosas pinturas, Calcetines dice,
imitando mi voz. No puedo dejar de reír … luego huyes. No quiero besarte,
Calcetines. Me besas y huyes a un bote. ¿Un bote? ¿Quién eres, el capitán Jack
Sparrow? ¿Y ahora? Ahora probablemente planeaste esto para que la toalla se
resbalara convenientemente, así caigo a tus pies. ¿Y entonces qué? ¿Vamos a dormir
juntos y luego vas a huir de nuevo? Da un paso adelante y directamente a mi
espacio, tocando mi pecho desnudo . Sigue soñando, Mander.
Y mientras que su actuación es bastante cómica, no tiene nada que ver con la
imagen que puso en mi cabeza sobre ella en sus rodillas, la toalla a mis pies y sus
labios alrededor de mi… mierda. Deja de pensar en ello. Esta toalla no esconderá ni
mierda si estoy erguido a media asta por el pensamiento.
¿Primero Popeye y luego el capitán Jack? La fantasía de cada mujer. Me
río . ¿Has estado bebiendo esta noche, Getty? Se balancea un poco cuando niega,
y aferro sus hombros antes que caiga a toda prisa sobre mí. Se encoge de hombros
de inmediato, pero no de la manera sorprendida en que lo hizo el otro día. Más bien
molesta porque no quiere ninguna ayuda.
Tal vez. Su sonrisa me dice definitivamente, pero lo dejo pasar . Solo un
poco. Liam quería que me acomodara en el otro lado de la barra, que viera el juego,
fuera una local. Así que lo hice. Y fue divertido. Así que al diablo con Ethan. Al diablo
él y a sus tonterías de a una dama jamás la atraparían bebiendo. Bebí. Entonces, ¿qué
pensaría de eso?
84
¿Ethan? El nombre me desconcierta. Mi rápida respuesta se desvanece cuando
me concentro en el nombre y en cómo revela una pequeña parte de su pasado que
guarda tan en secreto. Una parte de mí quiere preguntar más, cuestionarla cuando
está más dispuesta a hablar… y aunque no tengo problemas para esquivar la línea
de la moralidad, esta es una línea que no cruzaré.
No hay nada de malo en tomar unas copas y mirar un juego. Me voy por
lo seguro. Prefiero dejar que sus asuntos sigan privados. No es justo aprovecharse
de alguien de ninguna manera cuando está borracha . Debiste decírmelo. Podría
haber tomado una cerveza o dos y me hubiera gustado ver el juego.
Pensé que estabas ocupado navegando los siete mares o algo así. Resopla
cuando se ríe y es jodidamente adorable.
Ni de cerca. Deberías haber preguntado. ¿Qué estás haciendo, Zander? Pensé
que ibas a tratar de alejarte de ella.
Me mira por un segundo, con los ojos entrecerrados, mientras los
pensamientos visiblemente cruzan su rostro antes de caminar hacia la ventana. Mira
hacia las luces en la bahía por unos momentos antes de darse la vuelta.
Lo siento, pero eso podría haber complicado las cosas.
Mueve sus ojos a los míos cuando dice las palabras, levantando una ceja y
frunce sus labios para reforzar su sarcasmo. Nos quedamos en silencio, dejando que
su burla rebote en el espacio entre nosotros, creando tensión con cada segundo que
pasa.
Define complicado. No puedo resistirme. Sé que no debo presionar los
botones que no quiero que se presionen, pero joder, si no me gusta demasiado la
Getty ebria.
Su sonrisa es rápida y tortuosa cuando camina hacia mí, y me encanta.
Complicado dice mientras camina hacia mí otra vez sin dudar y se levanta
de puntillas para que su boca esté justo en mi oído cuando me inclino , sería si te
besara en este momento.
Jodido cristo. Estoy de pie en una toalla, puedo sentir el calor de su aliento en
mi oreja y sus tetas rozan mi pecho cuando respira, ¿y va y dice eso? Debo estar
fuera de mi juego, porque hay una fracción de segundo en que ambos nos
congelamos, ambos sabemos que queremos que suceda, pero no creo que pueda
detenerme solo en un beso.
Infierno no. No ahora. No con la cama detrás de mí y ese juguetón desafío
saliendo de sus labios. No con ella bebiendo. No con mi promesa a mí mismo.
Pero demonios si no pone las cosas dolorosamente duras. En todas las áreas.
Se retira unos pocos pasos, los ojos aún fijos en los míos, como si una mujer 85
linda que quiero reírme de ella. Y luego se balancea . Creo que me voy a la cama.
Buena idea. La sigo por la puerta de mi habitación y la veo abrir la de
ella . Iré a buscarte algo de Advil.
Agarro dos pastillas y cuando cierro el botiquín, mis ojos se desvían hacia la
encimera del baño. A mi desodorante, loción y gel para el cabello, todo alineado en
una pequeña fila perfecta contra la pared.
Sus palabras vuelven a mí. Me molestan. Me pregunto si son otro indicio de la
vida que vivió antes de esta casa de campo. Camino por el pasillo antes de
detenerme, negando y volviendo al baño. No estoy seguro de por qué lo hago más
que porque sé lo que es tener un detonante, una cosa que te recuerde algo que
preferirías olvidar; tumbo el desodorante y saco el gel de la fila.
Los miro por un momento. Me pregunto por qué me molesto. Por la misma razón
por la que le llevas Advil. Porque te importa.
Mierda.
Cuando llamo a su puerta, se balancea hacia adentro y está en el centro de la
cama, dormida. Hay algo tan pacífico en ella. Algo que me hace querer sentarme
aquí y mirarla fijamente, porque es un poco calmante.
Jesús, Zander. Realmente lo estás haciendo bien con la distancia, ¿verdad?
Capítul o8
GETTY
Lista de reparaciones
Reemplazar escalón delantero el tercero
Reemplazar las tejas que faltan del techo
Terraza trasera = Trampa mortal
Arreglar la cerradura de la puerta del patio. Lo siento, señor Asesino del
Hacha
Arreglar el espejo del baño
Desagüe del agua 87
Reparar persianas
Añadir barandilla a los escalones delanteros & pintar
Agregar luz en tono amarillo
Conectar Internet por el amor de Dios
Derrumbar la casa y reconstruirla
¿Puedo morir ahora, por favor? Si dije eso, ¿qué más salió de mi boca?
Sobre lo de anoche… Busco a tientas qué decir, ya que la intensidad en su
mirada azul me mantiene como rehén . Lo siento si dije o hice algo que fuera…
normalmente no bebo. “sí que…
No necesitas disculparte. Fuiste linda. Graciosa. Despreocupada. Me gustó.
¿Despreocupada? ¿Yo? Estoy prácticamente tartamudeando mientras trato de
responder con una oleada de calor en mis mejillas mientras me sonrojo.
¿Realmente sabes cómo hacer todo eso? pregunto, señalando la lista de
arreglos para tratar de cambiar el tema.
No responde a la pregunta, pero sus ojos todavía están fijos en los míos,
aun haciendo preguntas tácitas sobre el último tema, cuando no quiero que lo haga.
Entonces, ¿cómo vas a arreglarlo todo? ¿Contratarás a alguien?
No.
Estás terriblemente hablador esta mañana. Resoplo, y de alguna manera
la exasperación me ayuda a encontrar un poco más de apoyo en este ida y vuelta
que se ha convertido en nuestra norma.
Voy a buscar en mi portátil. En Google si tengo que hacerlo. No estoy
preocupado por eso, soy bastante bueno con mis manos.
Oh… Frunzo mi nariz, tratando de mantener mi mente enfocada y no en
la habilidad de sus manos . No hay Internet en la casa. ¿Por qué me siento tan
estúpida al decir eso? Admitir que prefiero estar aislada del mundo por un tiempo
en lugar de tenerlo a mi alcance con un motor de búsqueda.
Me di cuenta. Voy a configurarlo mientras estoy aquí también. Mientras
tanto, si lo necesito, solo haré lo que tú haces.
¿Eh?
¿Lo que hago?
Sí. Se encoge de hombros como si debiera saber . Usar la señal
compartida con el celular.
No tengo Internet en mi celular.
Levanta la cabeza y me mira como si tuviera tres cabezas, con la boca abierta,
y una sorpresa no puede descifrar cómo verbalizar pasa fugazmente a través de sus
ojos.
¿Qué quieres decir con que no tienes Internet? Su voz suena como su cara
89
se ve: asombrada.
No es gran cosa le repito sus palabras de nuevo mientras trato de
apresurarme a explicar y sonar creíble. No puedo salir y decirle que mi celular es un
teléfono prepago, solo en caso que mi padre o Ethan hayan intentado rastrearme o
localizarme de alguna manera, no podrían hacerlo. Ya he estado allí y he hecho eso
con ellos, aprendí mi lección.
Además, no está en mi presupuesto en este momento.
Entonces, ¿qué pasa cuando estás conduciendo y te pierdes?
¿Quién dijo que quería que me encontraran? La broma está fuera de mi
lengua sin pensarlo. De repente una ola de recuerdos me golpea fuerte y rápido.
¿Cómo crees que supe dónde estabas hoy, Gertrude? Un pequeño clic y la aplicación instalada
en tu teléfono, solo así, sin que lo sepas. Sé todo lo que haces. A cualquier parte que vayas.
Cada movimiento que haces. Eres mía. Nunca olvides eso.
Alejo el recuerdo. Ignoro el pánico. Y me encuentro con los ojos implacables de
Zander, que revelan que está haciendo suposiciones que preferiría que no hiciera
sobre mi comentario. Intento salvar las apariencias, cambiar la dirección de las
preguntas que sé que vienen.
Esa pregunta es ridícula, de verdad. Si estuviera perdida, solo me detendría
y pediría direcciones. Me fuerzo a reír, pero no creo que se lo crea.
No. Volvamos al primer comentario. Apoya sus manos sobre el mostrador
y se inclina sobre este para que no pueda esconderme de su mirada.
No lo hagamos. Fin del tema, Zander. Déjalo ir.
¿Quién te estaría buscando, Getty? Su tono, el que dice no me ocultes esta
parte, me hace querer gritar, dar pisotones y decirle que está cruzando límites que
no quiero cruzar.
En cambio, me aseguro de que mi voz sea implacable cuando le respondo.
Nadie.
¿Es eso lo que Ethan diría?
Todo dentro de mí se congela, mi mente, mi corazón, mis pulmones; ante el
sonido del nombre. Mi pasado, mis miedos, el lugar al que nunca quiero volver a
ver, corre por mi mente como si nunca me hubiera ido.
¿Él te envió aquí? Mi voz es tranquila como el acero cuando hablo, aunque
mi interior es un torbellino de ansiedad.
¿Quién es él, Getty? Su voz se suaviza, pero la determinación en sus ojos 90
nunca vacila.
Nadie que quieras saber y no es asunto tuyo. Me obligo a dejar de
juguetear con el teclado sobre el mostrador, mi inquietud es clara como el día.
Excepto por el hecho que es la razón por la que estás huyendo.
Cállate, Zander. Empiezo a rodear el mostrador en forma de L para poder
salir de la pequeña cocina, pero solo se para delante de mí para bloquear mi camino.
Pero a diferencia de Ethan, no le tengo miedo. No tengo que luchar para ver
dónde puedo desaparecer. Más bien, existe la necesidad de proteger mis secretos,
mantener mi lugar y mi identidad aquí, limitados solo a lo que quiero que la gente
sepa sobre mí.
Si estás en problemas, Getty… por favor, puedo intentar ayudarte. Todo lo
que tienes que hacer es pedírmelo.
Sus palabras tocan cada parte de mí que está cansada de luchar sola, cansada
de estar sola. Y, sin embargo, sé más que nadie que todo lo que se necesita es que
una persona sepa, que esa persona comente de forma directa a otra persona, y de
alguna manera, de alguna forma, Ethan lo averiguaría.
Límites. Se necesita todo lo que tengo para pronunciar esa sola palabra.
Con el cuerpo tenso. El pulso acelerado.
No quieres que pise tus límites, entonces no vengas a mi habitación un poco
borracha y actúes como un demonio y me compares con tu ex. Porque es tu ex,
¿verdad, Getty?
Dije que no es asunto tuyo digo entre mis dientes. Odiándome y
preocupándome por cualquier otra cosa que dije anoche y al mismo tiempo
necesitando detener esta conversación antes que me presione demasiado.
Como el infierno lo es. ¿No crees que es importante para mí saber si algún
hombre va a entrar aquí para tratar de llevarte o lo que sea que esté pasando aquí,
para que sepa cuál es la mejor manera de protegerte?
Sube las defensas, Getty. No necesitas a nadie. Así es como vas a sobrevivir a esto, a
curarte de esto, dependiendo únicamente de ti misma. Empújalo lejos. Protégete a ti misma.
Primero que nada, Ethan no es nadie para mí. En segundo lugar, nadie va a
entrar aquí y, lo que es más importante, no soy tuya para proteger. Lo miro
fijamente, lo encuentro con una resolución que definitivamente no siento. Sus
palabras comienzan a hundirse y rompen una grieta en las paredes que tengo a mi
alrededor. No puedo pensar en eso ahora, en cómo un hombre con quien acabo de
91
conocerme está ofreciendo protegerme cuando los que deberían haberlo hecho
nunca lo hicieron.
Sigue pensando eso, Calcetines. Sigue pensando que solo porque no eres
mía… lo que sea que signifique para ti… no debería defenderte y yo seguiré
fingiendo que no estás huyendo de nada, y veremos qué tan lejos nos lleva eso.
Hay una mordacidad en su voz que me dice que lo he ofendido, y recibo el sonido
Si lo he enojado, entonces tal vez se mantenga a distancia.
¿Puedo irme ahora? Soy una perra en cómo lo digo, molesta, pero no
puedo ser de otra manera. Hay un destello de algo en sus ojos: dolor, desconfianza,
incredulidad. No puedo descifrarlo, pero realmente no me importa, porque necesito
escapar de esta situación.
Esta vez, cuando trato de moverme más allá de él, me deja. Y gracias a Dios
por eso, porque unos segundos más y vería las lágrimas brotando de mis ojos y mis
manos temblando y no quiero que lo haga.
No quiero que sepa cuánto me ha afectado el hecho de escuchar ese simple
nombre. Cómo en una fracción de segundo, es como si Ethan estuviera aquí, su voz
enojada en mi oído, y todo el progreso, toda la fuerza que he ganado, desaparece.
Con la puerta de mi habitación cerrada a mis espaldas, me deslizo hacia abajo
hasta que estoy sentada en el piso.
El castigo mental comienza de inmediato. La incredulidad de lo estúpida que
pude haber sido para beber lo suficiente como para decir algo sobre Ethan. ¿Qué
más dije que no recuerdo? ¿Qué otra información le di a Zander para que tuviera
curiosidad?
Luego viene la preocupación. El miedo. La duda. Zander menciona a Ethan
una vez y entro en modo de apagado: arremete, sé una perra, protégete, aléjate.
Pensé que había llegado más lejos que esto emocionalmente.
Solo prueba que las cicatrices invisibles son las que cortan más profundo y
permanecen contigo más tiempo.
Una parte de mí quiere volver, hablar con Zander, disculparse, agradecerle su
preocupación. Pero sé que no puedo. Sé que mi mayor activo en este momento es mi
aislamiento. Mi distanciamiento. El conocimiento de que no necesito absolutamente
a nadie.
Así que me aferro a mi ira y miedo. Conservo los recuerdos de la mansión en
las colinas donde todo desde el exterior se veía perfecto, pero en el interior la vida
era tan fría y controlada como una prisión.
Mantente fuerte, Getty. Mantente fuerte, inteligente y sola, y nunca más podrá
lastimarte. 92
El cielo retumba enojado cuando miro por la puerta principal. Los tonos de gris
y carbón arruinan el horizonte: hay otra tormenta a punto de golpear PineRidge.
Agradecida de haber escuchado a Zander irse antes para correr antes que llegue la
tormenta, sé que no tengo ninguna posibilidad de chocar con él antes de irme a
trabajar. No hay oportunidad para que haga más preguntas.
Me dirijo a la cocina y saco mis llaves de la canasta, resignada a tener que
conducir mi auto al trabajo para no quedarme atrapada caminando en un aguacero
esta noche cuando salga de turno. Además, probablemente es mejor usarlo, ya que
apenas lo he usado desde que vine aquí.
Cuando coloco la llave en el encendido, el motor revoluciona unas cuantas
veces, pero nunca arranca. El pánico me hace cosquillas en la nuca. Es solo que no
lo he usado en unas pocas semanas. Eso es todo.
Pero después de la tercera o cuarta vez, todavía nada.
No. No. No. La palabra se repite una y otra vez en mi cabeza mientras reprimo
las lágrimas que pican y la emoción que brota como una presa, la cual me temo que
no podré parar una vez que empiece.
¿Puede este día empeorar? Primero Zander empujando los límites con su
mención de Ethan. La confrontación con él me agotó la resolución, como una
bofetada, mostrándome lo rápido que puedo volver a ese lugar oscuro del que
emergí: el miedo y la falta de control, haciéndome darme cuenta que no soy ni de
cerca tan fuerte como pensaba que era. Y ahora hay algo mal con mi auto cuando no
tengo dinero para pagarle a alguien para que lo repare.
Y necesito mi auto. Es mi única forma de correr si me encuentran. El símbolo de
mi libertad y un recordatorio de ese primer paso que tomé para hacer mi vida mía.
Ethan y mi padre arrugarían sus narices ante este viejo auto y tal vez es parte
de la razón por la que lo amo tanto. El simbolismo. El desafío.
El jódanse.
Una vez más murmuro mientras vuelvo a girar la llave. Una vez más, no
hay nada más que el sonido de mi sollozo ahogado cuando cae la primera lágrima.
Y al estar en modo de sobrecarga emocional, estoy enojada conmigo misma por
llorar. Enojada con en el auto. Injustamente furiosa con Zander porque comenzó mi
día así y la bola solo siguió rodando cuesta abajo.
93
Salgo del auto, cierro la puerta de golpe y solo lo miro por un minuto mientras
me levanto para caminar hacia el Lazy Dog.
¿Suena como si algo estuviera mal con tu auto?
La voz de Zander me hace apretar los dientes y desear que se vaya. No
respondo, solo me limpio las lágrimas de debajo de los ojos con la mayor dignidad
que puedo, y me dirijo a la casa a buscar mi paraguas.
¿Getty? Ignoro su llamada y paso por delante de él, odiando que me siga
viendo en los momentos en que estoy agotada y destrozada. Pasos en el piso de
madera me dicen que me está siguiendo . Si hay algo mal con el motor, no es un
gran problema. Hay una tienda al otro lado…
Necesito mi auto. Sabiendo que sus ojos están sobre mí, estoy nerviosa y
por mi vida, no puedo recordar dónde dejé mi paraguas. Como una loca, empiezo a
revolver las cosas, el reloj corre y mi urgencia aumenta a medida que se acerca el
inicio de mi turno.
Vivimos en una isla. El bar está a solo un par de cuadras. Que tu auto no
arranque no es el fin del mundo.
Déjame en paz, Zander. No lo entendería.
Mi armario. El cuarto en el pasillo. La sala de estar. Y todavía no puedo
encontrar la maldita cosa. Todo con él justo detrás de mí. Respirando en mi nuca. Su
presencia añadiendo presión a su silencioso escrutinio.
¿Por qué aquí, Getty? Una isla no es exactamente el mejor lugar para ir si
estás huyendo de algo. Ese auto tuyo solo te llevará hasta donde llega el ferry.
Sus palabras burlonas me detienen en seco. Trato de forzar una respuesta fuera
de mí. Y vacilo por un momento, mis ojos buscando y mi mente cuestionándose por
millonésima vez por qué elegí este lugar. La respuesta fue simple en aquel entonces,
cuando mi único pensamiento era llegar lo más lejos posible. La combinación de la
reclusión de la isla mezclada con un lugar donde alojarse gratis fue más que
suficiente para mí.
Pero no le debo una explicación a nadie, y menos a él.
Necesito arreglar mi auto lo digo nuevamente, calculando mentalmente
cuánto dinero de propinas he guardado en mi escondite secreto mientras también
estimo qué tan rápido puedo conseguir que la tienda de consignación venda mi ropa
para ganar más.
Puedo arreglar…
No necesito tu ayuda mascullo las palabras. Enojada, molesta y abrumada.
Llamaré a una grúa por ti, entonces. 94
96
Capítul o9
GETTY
gastados, y la fuerza de sus manos cuando se acerca para tomar la toalla y la cerveza
sin una sola palabra.
Lleva la botella a los labios y toma un lento y largo trago, con el rostro inclinado
hacia el techo, mientras admiro sin reparos el trabajo obvio que pone en su físico.
Gracias. Puedo decir solo una palabra, pero está llena de significado. Se
detiene y baja lentamente la botella, tomándose su tiempo para encontrarse con mi
mirada.
Con un gesto de su cabeza, mueve su lengua en su mejilla.
Tu alternador está malo. Lo saqué, pero tengo que esperar a que llegue el
nuevo. Hice que el taller en la ciudad pidiera uno para mí.
Gracias. Te pagaré por las partes y tu tiempo y…
Yo invito. Se encoge de hombros con indiferencia.
No tomaré tu caridad o tu compasión. Te lo devolveré.
Eso no es necesario. Además, no hice mucho.
Estás arreglando mi auto. Fuiste a la tienda de comestibles…
Nos estábamos quedando sin comida. Era mi turno de comprar.
Fue más que eso. Fue…
Déjalo así, Getty.
Su advertencia es fuerte y clara, y mientras la escucho, siento que debe ser
dicho.
No tenías que…
Getty. La mirada en sus ojos y el tono en su voz detiene el resto del
comentario en mi lengua . Deja de ser tan malditamente terca y estaremos bien.
Sus cejas se alzan, un desafío arrojado.
Deja de ser un idiota.
Lucha contra la sonrisa en sus labios y puedo decir que está un poco
sorprendido por mi quid pro quo. Pero esta broma entre nosotros es donde nos
sentimos más cómodos, a lo que siempre regresamos, así que el hecho que sigamos
la corriente tan rápido significa que nuestra pelea puede haber terminado.
Y aunque preferiría obtener algunas respuestas sobre por qué dijo las cosas que
dijo y presionó tanto, también puedo dejar que los perros duerman para que también
haya un poco de paz.
Dejemos las cosas claras, Calcetines dice después de pasar la toalla por su
cabello, flexionando los bíceps con la acción, antes de colgarla sobre sus hombros 103
. Tengo ocho hermanos, así que, si quieres pelear, te aseguro que ganaré cada vez.
Sin lugar a dudas. Y para tu información, no me escapé. No como tú. Estaba fuera de
control. Herí a algunas personas y necesitaba lidiar con algo de mi propia mierda
antes de poder volver a casa para hacerlo bien. Se acerca más, con el rostro
inclinado hacia abajo para que pueda ver la verdad en sus ojos . Vine aquí para
tener algo de claridad, un tiempo lejos del caos en mi vida y arreglar la casa para
Smitty porque se lo debo. Bastante. No estoy aquí para quitarte tu casa. Nadie me
envió para buscarte y llevarte a donde sea que piensas. Y aunque la mayoría de los
días soy un imbécil de primer grado, eso no significa que no tenga modales, y los
modales significan que no dudaría en protegerte si fuera necesario. Así fue como me
criaron y eso no va a cambiar.
Pienso en los comestibles, las reparaciones de mi auto, el maldito cajón de los
cubiertos, y sé sin lugar a dudas que no dudaría en defenderme en absoluto.
Gracias.
Y otra cosa, así es como soy. Soy ruidoso, descarado y directo si es necesario,
pero eso no significa que necesites encogerte dentro de ti, porque no soy una
amenaza. No voy a lastimarte. Se acerca un paso más cuando mi mente da vueltas
preguntándose si es tan obvio lo asustadiza que soy cuando aparece su genio .
¿Quieres saber por qué te presioné antes? ¿Por qué entré en el papel de imbécil
agresivo? Porque esta es una ciudad pequeña, Getty. La gente habla. La gente
chismosea. Y querrán saber más sobre la chica nueva en la ciudad que se mantiene
callada y se estremece después que una botella de vidrio se rompe en el piso
mientras está en el trabajo. Así que es mejor que empieces a conocer las respuestas
a las preguntas antes de que te las hagan. Necesitas estar preparada para las
suposiciones, a la presión para obtener respuestas, a los susurros en la ciudad.
Necesitas poder dárselas con una cara seria y sin pensarlo demasiado, o tu historia
de fachada no va a durar.
Juro por Dios que siento que esto es un partido de ping-pong. Un minuto me
gusta y el siguiente no tanto. Pero el problema es que ahora no me gusta porque me
dice verdades que no quiero escuchar. Me está haciendo darme cuenta que, tan
preparado como estaba para hacer esto, crear una nueva vida para mí misma;
todavía es muy difícil de lograr y no he estado haciendo un trabajo tan bueno como
pensaba.
Mordiéndome el labio inferior, contemplo lo que está diciendo, trato de
escuchar el consejo por lo que vale, pero todavía me cuesta no enderezar mi espalda
por la reprimenda
No sabes nada de mí. Mi voz es leve, pero fuerte; mi necesidad de
reivindicarme a pesar que acaba de humillarme. 104
Sé que dije que eras valiente, Getty, pero ahora solo estás jugando con
cerillos.
Tomo una larga inhalación cuando se para delante de mí. No puedo mirarlo.
Mi valentía se ha ido de repente. Afuera, la lluvia golpea el techo. El goteo constante
en el balde en el pasillo sirve como un metrónomo para este silencio anticipatorio en
el que estamos bailando. La piel erizada en su pecho es lo único en lo que puedo
concentrarme.
Cuando su pulgar y su índice dirigen mi barbilla hacia arriba, por lo que me
veo forzada a encontrar sus ojos, cada parte de mí zumba por su toque. Por el deseo
de algo que no entiendo muy bien y nunca podría expresarlo con palabras. Nuestros
ojos se encuentran, los suyos intensos, los míos en busca de respuestas que no son
suyas para dar; antes que su mirada se mueva hacia mi boca y luego vuelva a subir.
Todavía no, Getty. Cierra los ojos por un momento, y veo lo que creo que
es la moderación reflejada en su mueca, antes que el fantasma de una sonrisa se
extienda en sus labios . No creo que estés lista para encender este fuego todavía.
Y una vez más, asiente, sacando la lengua para mojarse el labio inferior, antes
de volverse y caminar por el pasillo sin decir una palabra más. Lo veo moverse,
entrar en el baño, cerrar la puerta. Escucho cómo se abre la ducha, crujen las tuberías.
Pero no muevo un músculo. Sus palabras, todas ellas, se repiten en mi mente y
avivan el dulce dolor que crearon y que mi cuerpo no puede negar.
Con un fuerte suspiro, niego y camino hacia mi habitación.
Creo que vamos a necesitar una maldita manguera en la casa para apagar este
fuego que ya ha encendido en mí.
106
Capítul o10
ZANDER
Shane dijo que no estás respondiendo sus mensajes. Así que ahora me tienes, el mejor
hermano. Espero que estés resolviendo todo. Todos estamos preocupados. Solo queremos lo
mejor para ti. Amigo, sigues plantándome para nuestra ronda semanal de golf, así que estoy
tomando lecciones mientras espero que vuelvas a casa. Depende de ti cuantas tomo… así que,
por favor, tómate tu tiempo. Seré un profesional antes de que te des cuenta. Además, las clases
se están cargando a tu membresía de todos modos. Te extraño, hermano Oh, y prepárate, si
no respondes, seguiremos avanzando en las filas hasta que lo hagas.
108
Capítul o11
GETTY
Con las manos cubiertas de rayas rosas, melocotones y naranjas que coinciden
con el cielo al atardecer en el lienzo, me sorprendo en el momento en que doy un
vistazo al reloj. Pero mi arte siempre me permite perderme en él, por lo que no
debería sorprenderme que hayan transcurrido cuatro horas cuando solo sentí
cuarenta minutos.
Un domingo libre del trabajo y lejos del bar significaba que la necesidad de
pintar ha sido abrumadora. Pero no estoy segura si fue la salida creativa, o mi deseo
de evitar a Zander lo que realmente impulsó mi necesidad de estar encerrada en mi
habitación.
109
Porque estoy evitando a Zander, y sus cerrillos, y fuego y palabras
embelesadoras, su pecho definido y su amabilidad tímida. De hecho, lo he estado
durante la semana pasada; los pocos turnos extra en el bar que conseguí me lo han
facilitado mucho más.
No estoy acostumbrada a este tipo de cosas. ¿Qué se supone que debo decirle?
Ethan me cortejó con ramos de rosas, citas para cenar o el cine, besos en los labios
que erróneamente pensé que eran románticos en ese momento y abstinencia antes
del matrimonio.
Adecuado en todo momento. Cada cita era un baile bien sincronizado para
ganarse mi afecto, hacerme creer que era deseable, para que él y mi padre pudieran
unir en secreto a los imperios familiares. Y luego después del matrimonio… el
verdadero Ethan mostró sus verdaderos colores. Me lastimó lo suficiente hasta que
me escapé.
Así que esto, Zander, no sé cómo manejar su proximidad. Sus besos fuertes,
sus ojos intensos, sus inesperadas admisiones y su corazón amable debajo de su
descarado exterior. La sonrisa arrogante y las manos fuertes y la honestidad brutal.
¿Cómo trato con todas estas extrañas sensaciones de hormigueo que me hace sentir?
Simplemente no lo sé. Así que lo he estado evitando. Escabulléndome por el pasillo
después que sale a correr por la mañana o yendo directamente a mi habitación
cuando salgo del trabajo. No tengo tiempo para charlar o actuar como idiota cuando
no estoy cara a cara con él.
Pero ahora que me doy cuenta de cuánto tiempo he estado sentada aquí
perdida en mi pintura, de repente siento el dolor de mi espalda y la tensión en mis
ojos por la concentración constante. Y reconozco que me muero de hambre. Cuando
entro a la cocina, la televisión está baja y Zander está en el sofá, de espaldas a mí,
con los pies sobre la mesa. No se da vuelta ni me mira, aunque estoy bastante segura
que escuchó el chirrido del piso de madera cuando entré. Estoy bien con eso, ya que
al menos tengo unos minutos más para prepararme para enfrentarlo.
Pero cuando entro a la sala de estar con un tazón de cereal en la mano, me doy
cuenta que no hay cantidad de preparación que pueda sofocar la forma en que me
hace sentir: lujuria, irritación, deseo y frustración, todo en uno. Así que hago lo único
que puedo y me siento en el extremo opuesto del sofá y me instalo a comer mi cereal,
odiando sentirme incómoda en mi propia casa.
Hola digo finalmente, suavemente, sin querer interrumpir, pero dejando
que los modales sacaran lo mejor de mí.
Hola. Eso es todo. No mira en mi dirección.
Decidida a no dejarlo manejar nuestra casa mientras me escabullo para
110
evitarlo, me acomodo en mi asiento y vuelvo mi atención de él a la televisión.
Está viendo una carrera. El zumbido de los autos que giran alrededor de la
pista es constante, mientras que la pantalla cambia entre el vehículo principal y
luego la acción más atrás en la pista, donde los autos se cruzan y cambian de
posición. Nunca antes he visto una carrera, demasiado frívola para que a Ethan le
interese; pero hay un atractivo definitivo, algo emocionante, que creo que puedo
entender.
Sin embargo, en mi visión periférica, Zander es mucho más interesante de
observar. Su lenguaje corporal parece tenso, las manos puestas como si estuviera
detrás del volante. Hace una mueca cada pocos segundos, como si se hubiera
cometido un error, estoy segura que un fanático no se daría cuenta.
Pero no habla, no se mueve, solo analiza el mundo de las carreras del que ha
sido eliminado. Y eso en sí mismo tiene que hacerlo brutal de mirar.
Así que nos sentamos en el mismo sofá, ambos viendo la carrera, pero por
diferentes razones. Los únicos sonidos provienen del tintineo de la cuchara contra
el recipiente de vidrio. O un murmullo en voz baja. Los anunciantes siguen
hablando. El crujido del sofá al cambiar de posición.
A ver si Colton Donavan puede asegurar esto, Al, o si la ausencia de su
compañero de equipo afecta su capacidad para ayudar a bloquear a Grayson Dane
y evitar que salga disparado en su último giro. Ha estado corriendo sin problemas y
rápido todo el día. Ambos tienen neumáticos nuevos y están bien de combustible.
Pero Dane tiene dos compañeros más en la pista. Veamos cuánta ayuda le podrán
dar.
La carrera se desarrolla vuelta por vuelta, giro por giro, paso por paso y, a
medida que avanza cada segundo, Zander se inclina hacia adelante y hacia atrás: los
codos en las rodillas, las manos juntas y los rasgos grabados en una intensa
concentración. Los eventos en pantalla llaman tanto su atención que ni siquiera creo
que recuerde que estoy sentada a su lado.
¡Maldita sea! maldice enojado mientras se levanta del sofá y mira a un auto
azul pasar uno rojo. Los anunciantes se están volviendo locos, pero estoy demasiado
ocupada viendo la emoción que se reproduce en el rostro de Zander para escuchar
lo que están diciendo.
Cuando puedo apartar la vista de él, la cámara está siguiendo al auto ganador
en su vuelta de la victoria antes de volver al auto del segundo lugar que está
entrando en los pits. Zander entrecierra los ojos como si estuviera esperando ver
algo. La toma regresa al vencedor antes que lo vea, porque él murmura algo enojado
antes de lanzar el control remoto.
111
La puerta trasera se cierra de golpe. Comienza el golpeteo de un martillo. Y me
quedo mirando una puerta cerrada con mi tazón de cereal vacío en mis manos y
muchas preguntas sin respuesta.
Eso es, hasta que el reportero de campo comienza a entrevistar al piloto del
segundo lugar. Su nombre aparece en la parte inferior de la pantalla con letras
grandes y en negrita, COLTON DONAVAN, y al verlo en forma impresa hace que
las piezas del rompecabezas caigan en su lugar.
El apellido a juego. El corredor que falta del equipo. La falta de ayuda en la
pista.
Todo ello.
Aunque nunca he seguido las carreras, Colton Donavan es definitivamente un
nombre que he escuchado antes, sinónimo de sus éxitos prolíficos y su renombrada
familia, y obviamente de alguna manera está relacionado con Zander.
Por supuesto, ¿cómo podría haber sido tan estúpida para no hacer la conexión?
Ese era el equipo de Zander, su carrera y la razón por la que ahora odia los
domingos. Es todo lo que dejó atrás.
¿Perdió su equipo hoy porque no estaba en la pista? Ahora las quejas y las
salidas intempestivas tienen sentido. Cuando el martillo golpea más y más afuera,
es una clara indicación que mi suposición es correcta.
Intento ignorarlo, ocupándome en organizar la casa, limpiar la cocina, doblar
las toallas en la secadora, pero el sonido continuo del martillo sigue arrastrando mis
pensamientos a Zander. La curiosidad me molesta. ¿Qué hizo? ¿Qué tan malo fue?
Aburrida y, sin embargo, demasiado preocupada para volver a la pintura, me
paro en la cocina y lucho contra mi propia mala idea. Queriendo sentarme un poco
al sol antes que se acerque la tormenta. Cierro los ojos y absorbo los rayos mientras
me relajo.
Excepto que, ¿a quién estoy engañando? No salgo a sentarme al sol tanto como
para sentarme con Zander, el hombre que he estado evitando.
Así que agarro una bolsa de patatas fritas y me dirijo en dirección al incesante
ruido de golpes y las ocasionales murmuraciones. Cuando me paro en el umbral de
las puertas de vidrio corredizas que conducen a la terraza trasera, me sorprende ver
que Zander ha desbaratado casi toda la cosa en los últimos días; está empezando a
reforzar las piezas restantes.
Lleva una camiseta blanca y vaqueros azules, martillo en la mano, inclinado en
concentración con un nivelador y una caja de clavos a su lado mientras alinea la
112
siguiente pieza de madera. Y odio que me sorprenda admirando su cuerpo.
Tomando nota del parche entre sus omóplatos donde un rastro de sudor ha
oscurecido la tela de algodón de su camisa. La flexión de sus bíceps mientras trabaja.
Las ligeras motas de serrín en su cabello oscuro. El pequeño rastro de sangre en su
antebrazo donde debió haberse arañado en algo.
Es terapéutico. Agarra un martillo si quieres intentarlo.
Su voz me sacude de lo que pensé que era mi admiración privada de él. El calor
llena mis mejillas al darme cuenta que sabía que estaba allí mirando.
Yo… no sé cómo hacerlo… respondo, repentinamente nerviosa bajo el
escrutinio de su mirada detrás de las lentes teñidas de sus gafas de sol.
No se necesita ninguna habilidad, Calcetines. Se inclina sobre la caja de
herramientas y, después de agarrar un martillo, lo extiende con el mango hacia mí
. No es florido o femenino, pero hace el trabajo. Solo no te golpees el pulgar.
Mis ojos pasan de la herramienta a su rostro antes de cruzar los pocos pasos
entre nosotros y tomarlo. Y ahora que lo tengo, no tengo absolutamente ninguna
idea de qué hacer. Afortunadamente, siente que necesito dirección, porque me llama
a donde estaba trabajando.
Tomando el lápiz de detrás de la oreja, procede a medir y marcar pequeños
círculos en medio de las tablas que alineó en una sección de la barandilla, mientras
me quedo allí sintiéndome estúpida con el peso desconocido del martillo en mi
mano. Además, ahora que estamos tan cerca, mi instinto de evitarlo ha regresado
con fuerza.
Quiero que claves unos clavos en cada una de esas marcas, ¿de acuerdo?
Aunque una gran parte de mí está sorprendida e incluso emocionada de hacer
algo constructivo con mis manos, también temo que cometa un error y arruine algo.
Debo parecer un ciervo en la carretera, porque se echa a reír antes de acercarse un
paso más a mí.
Ven aquí. Prometo que es tan fácil como parece. Toma este clavo aquí y luego
golpea la parte superior hasta que se entierre en la madera. Se pone detrás de mí,
su cuerpo rozando el mío, antes de tomar mis manos y dirigirlas hacia la posición
correcta. Y demonios, acaba de hacer que martillar un simple clavo en la cabeza sea
mucho más complicado.
Porque estoy segura que podría haberlo resuelto, no es ciencia de cohetes
después de todo; y, sin embargo, una vez que nuestros cuerpos se tocan, el olor de
su colonia en mi nariz, la sensación de su cálido aliento golpeando un lado de mi
rostro mientras inclina su cabeza hacia adelante para demostrar con nuestras manos
113
unidas, la atracción me impide concentrarme. Sus comentarios de la otra noche
vuelven a mi mente, cuando no estaban enterrados muy hondo para empezar.
Sostiene mi mano sobre el mango, y sus dedos me ayudan a agarrar el clavo
mientras golpeamos la cabeza en la primera ubicación marcada en la madera.
¿Ves? Sencillo.
No, es más bien complicado.
Pero me muerdo la lengua, asiento y me concentro a través de la distracción de
su presencia cuando tomo el control del martillo y golpeo el clavo más hondo. Da
un paso atrás después de unos cuantos golpes más y siento que finalmente puedo
respirar otra vez, puedo pensar nuevamente sin que enturbie mis pensamientos.
El trabajo va lento. Por cada clavo que golpeo, juro que hace cuatro o cinco,
pero hay algo de verdad en su comentario acerca de que es terapéutico. Hay una
sensación de liberación de estrés en la actividad repetida de golpear a un pequeño
clavo de metal: el tintineo del martillo, cómo comienza a desaparecer en la madera,
y luego un golpe final para asegurarse que está completamente asentado.
Ocho hermanos, ¿eh? pregunto, tratando de mantener un tema seguro.
Síp. El golpe de su martillo interrumpe su oración . Antes de ser
adoptado, vivía en una casa para niños llamada la Casa. Había ocho de nosotros
durante el tiempo que estuve allí. Todos crecimos juntos. Nos consideramos los unos
a otros como hermanos. Thump. Thump. Thump . Fui adoptado después. La mujer
que dirigía la casa, ella y su esposo terminaron adoptándome después que sucedió
un montón de mierda que es complicada. Pero no nos importaba. Quiero decir, sí,
no tenemos los mismos apellidos y no es oficial según ninguna ley, pero eso no nos
importa. Somos hermanos.
Serían siete, ¿verdad?
Sí. Mis padres adoptivos tuvieron un hijo. Así que ocho. Se encoge de
hombros y, sin previo aviso, enciende la sierra de mesa y termina efectivamente la
conversación.
Trabajamos en silencio después de eso. La bocina del ferry suena
ocasionalmente. Zander murmura un juramento áspero de vez en cuando, pero
aparte de eso, es solo el ruido constante (de él) e inestable (el mío) de los martillos.
Cuando me quedo sin puntos en mi tabla marcada, marca la siguiente para mí con
un mínimo de palabras intercambiadas.
Tal vez algún día, confiarás en mí lo suficiente como para hablar de ello.
Su silencioso comentario pronunciado sobre su hombro como si estuviera hablando
del clima me desconcierta un momento. Hace que ese pequeño destello de pánico
114
cobre vida.
¿Cómo sabes que esto va a aguantar? ¿La terraza?
Bien, Getty. Esa redirección fue realmente sutil. Mentalmente puse la palma de mi
mano en mi frente cuando él soltó una larga carcajada que me decía que le sonaba
tan ridículo como a mí.
Muy casual dice con un asentimiento . Pero aprecio el intento.
La sonrisa es lenta pero, sin embargo, está en mis labios, y me encanta que me
pueda hacer eso, hacerme reír de mi idiosincrasia. No es algo a lo que estoy
acostumbrada.
Está bien. Muevo mi lengua en mi mejilla mientras trato de averiguar
cómo responderle . ¿Qué tal si te hablo tan pronto como me hables?
Su resoplido se oye fuerte y claro.
La diferencia, sin embargo, es que puedes buscarlo. Sabes quién soy. De
donde vengo. No estoy ocultando ninguna de las verdades, solo tratando de
averiguar cuánto quiero escucharlas. Golpea el clavo con la fuerza suficiente como
para que el sonido resuene en la casa antes de mirarme y levantar sus gafas de sol
para que pueda ver el azul de sus ojos.
Vuelvo la vista al instante, temiendo que sea capaz de decir por el rubor en mis
mejillas que cedí a la tentación. Me aventuré ayer a la biblioteca a usar Internet para
ver con quién vivo. Y, por supuesto, después de tomarme todo el tiempo para reunir
el coraje necesario para ir allí y superar la preocupación que de alguna manera lo
descubriera, lo del pueblo pequeño y todo eso; la maldita computadora estaba rota.
Enviada a tierra firme para reparaciones.
Por otro lado continúa, sacándome de mis pensamientos , eres un
maldito misterio en todos los aspectos, por lo que tu oferta no es exactamente justa.
Nuestros ojos se sostienen en la luz del sol menguante; el desafío de darle una
mejor respuesta se comunica sin palabras.
Digamos que tengo problemas con papá. ¿Es esa una respuesta
suficientemente buena?
Su risa aguda y autocrítica es lo último que espero.
Ambos los tenemos, calcetines. Así que no es bueno. Eso se anula entre sí.
Siguiente confesión…
Lo miro con el ceño fruncido. Mis emociones están en conflicto sobre qué
decirle, aunque sé que todavía no puedo. Hay demasiado riesgo para mí, emocional
y de otro tipo.
115
Realmente no quiero que me gustes, pero haces que sea muy difícil no
hacerlo. Listo. Eso es una confesión.
Eso es todo lo que le estoy dando con su sonrisa rápida, ojos azul bebé y
preguntas engañosas.
Es un comienzo. Lo tomo.
Capítul o12
GETTY
Porque ella es el desastre. La que no puede hacer nada bien. La que no puede
enseñarle nada, por lo que se sentirá decepcionado cuando descubra que no se
parece en nada a quien cree que es.
Inclina su cabeza y me mira fijamente, con los ojos buscando y tan intensos que
rompe nuestra conexión y miro hacia donde están sus manos sobre mis muslos.
No es ni de cerca un desastre. Un poco tímida tal vez. Muy tímida. Pero el
tiempo ayudará con eso.
Con una refutación en mi lengua, trazo visualmente las líneas de sus manos en
mis piernas para distraerme. Los dedos anchos con algunos cortes y rasguños por
trabajar en la terraza. Toda esta conversación ha empujado mis pensamientos fuera
de mi zona de comodidad. Y me pregunto cómo se sentirían pasando sobre mi
cuerpo.
El pensamiento me da ganas de hiperventilar. La idea de que me viera
desnuda. Las críticas de Ethan tratando de abrirse paso en mi cabeza.
Eres el peor polvo que he tenido, Gertrude. Tan malo que necesito ir con el ama de llaves
para estar satisfecho. Tu cuerpo es demasiado suave; tus tetas no son lo suficientemente
grandes. Y por el amor de Dios, no es mi trabajo hacerte venir. No es mi problema que no
puedas correrte. Y si alguna vez te veo tratar de hacerlo por tu cuenta, tendremos un gran
problema.
Oh-oh. Mírame. ¿Qué está pasando en esa mente tuya?
No puedo. No quiero levantar la cabeza para que pueda ver cada cosa sobre
mí; mis deficiencias, mi miedo a experimentar más, mi esperanza de más; todo en
mis ojos. Porque no puedo ocultarlo. Puedo combatirlo, pero definitivamente no
puedo ocultarlo.
Ya que estoy concentrada en sus manos, sigo el movimiento mientras se
levantan de mis muslos y se acercan para ahuecar los costados de mis mejillas,
forzando a mis ojos a encontrarse con los suyos.
Pensé que estábamos hablando de ella afirmo, necesitando llevar esto al
reino de la fantasía, porque sus ojos son demasiado honestos, su toque demasiado
tangible, y estoy empezando a imaginar la posibilidad de que haya algo más entre
nosotros cuando sé que no puede realmente quererlo.
Asiente en respuesta, inclinando su cabeza hacia un lado mientras me estudia.
Lo estamos murmura como si fuera real, sus ojos se estrechan mientras se
inclina más hacia mí . Él quiere hacerle tantas preguntas, pero ahora sabe que tiene
miedo y no quiere asustarla.
Tal vez debería simplemente preguntar. Tal vez le responda. Tal vez no lo 122
haga. Han tomado unas cuantas copas de vino después de todo.
Ah, sí. Coraje líquido. Hace maravillas con los nervios, o eso he oído.
Nunca he estado tan cerca de otro hombre durante este tiempo, además de Ethan.
Es desconcertante y estimulante al mismo tiempo saber que esta es mi elección .
Tal vez él también tenga miedo de ella.
Resoplo en burla.
Estás bromeando, ¿verdad? Míralo y mírala a ella. No hay necesidad de que
le tenga miedo. Ella es promedio y parece que él simplemente salió de las páginas
de un anuncio de una revista.
Creo que ella no se ve a sí misma claramente.
Bueno, creo que él está lleno de mierda. Dime por qué le tiene miedo,
entonces. Parezco a la defensiva, molesta, y tal vez lo estoy. Todo lo que falta es
un resoplido y cruzar mis brazos sobre mi pecho en negación. Pero tal vez estoy tan
condicionada a la configuración de Ethan, a lo que construyó solo para derribarme,
que temo creer cualquier cumplido.
Porque tiene miedo de acercarse demasiado a ella. Darse cuenta que,
independientemente de lo fuerte que sea, todavía es frágil emocionalmente y que
tienen algún tipo de conexión a pesar de sus constantes peleas. Se preocupa por lo
que le hará cuando termine la lista de arreglos y tenga que volver a su vida real.
Su explicación me cautiva. Tira de las cuerdas de mi corazón. Causa un
inesperado mini-revoloteo de pánico ante la idea de que se vaya. Así que decido
expresar algunos de mis pensamientos en voz alta.
¿Entonces él tiene miedo por ella? Necesito una aclaración para que mi
mente no se vuelva loca con esto y haga lo que quiera.
No.
—¿No?
No, tiene miedo por él. ¿Y si ella lo pinta con un increíble conjunto de
abdominales? ¿Un paquete de ocho perfecto que parece que no puede conseguir en
el gimnasio a pesar de lo duro que trabaja en ello? Quiero decir, esa es una razón
válida para que tenga miedo. Tener que dejarla cuando lo hace sentir mejor consigo
mismo que nadie más en mucho tiempo.
Mi inhalación es inestable. Y mientras intenta agregar ligereza a la
conversación inesperadamente profunda, sus comentarios todavía me tocan con una
sinceridad que nunca esperé de él. No puedo evitar la pequeña sonrisa en mis labios
cuando lo que realmente debería hacer es averiguar si es serio acerca de tener miedo 123
de acercarse a mí, o si solo lo está diciendo para aliviar la inseguridad repentina que
tengo después de admitir que le tengo miedo
O más bien que ella le tiene miedo.
Lucho por encontrar un equilibrio, porque de repente me siento superada y un
poco vulnerable, y mi mente se aferra a algo que dijo.
Pensaría que, si ella lo pinta desnudo, él estará más preocupado por el
tamaño que pinta en otra área que solo en sus abdominales.
Arroja su cabeza hacia atrás y se ríe mientras me siento con los ojos
entrecerrados preguntándome si de hecho acabo de coquetear con él. Y mientras que
para otras mujeres, eso puede parecer la observación más estúpida de la historia,
para mí es algo que no recuerdo haber hecho en el tiempo más largo. De hecho, estoy
acostumbrada a minimizar cada conversación con un hombre: contacto visual
escaso, distancia apropiada entre nosotros, un aire de desdén por temor a las
posibles repercusiones, se necesita un minuto para calcular que realmente soy yo
sentada en un mostrador con un hombre muy caliente de pie entre mis piernas.
De ahí los nervios.
Pero es difícil estar demasiado ansiosa cuando Zander se ríe de la forma en que
lo hace y soy quien lo causó.
Tienes un punto allí. Se ríe entre dientes, y se pasa una mano por el cabello,
dejándolo adorablemente despeinado antes de devolver su mano a la parte superior
de mi muslo en la acción más natural . Tiene un muy buen sentido del humor.
Mmm. Estoy ocupada observándolo. Estudiándolo. Las pequeñas arrugas
alrededor de sus ojos cuando sonríe. La más pequeña hendidura en su barbilla que
se nota solo de cerca. La incipiente barba sombreando su línea de la mandíbula .
¿Lo tiene?
Si lo tiene.
El silencio cae a nuestro alrededor mientras su pulgar se frota sutilmente en mi
muslo. La tensión llena la habitación a medida que aumenta la expectativa sobre lo
que sucederá a continuación.
Mis nervios reaparecen. El botón de pánico se presionó repentinamente, así
que trato de escapar de la incertidumbre de qué hacer o decir a continuación.
Pensé que habías dicho que él tenía preguntas para ella balbuceé por fin
cuando lo desconocido se convirtió en demasiado.
Las tiene. 124
¿Y…? pregunto cuando toma una larga pausa, mi mente lucha por
mantenerse alerta cuando mis hormonas están enfocadas en otra parte.
Desliza sus manos arriba y abajo de la parte superior de mis muslos,
frunciendo sus labios mientras piensa en las preguntas que más quiere hacer.
Quiere saber por qué ella cree que es un desastre. Quiere saber qué puede
hacer además de ser paciente para ayudarla. Su voz se vuelve más suave con cada
palabra, más seria, más decidida . No puede entender por qué, aunque se jure a sí
mismo que necesita mantenerse alejado de ella, parece que no puede hacerlo.
No creo que ella pueda responder esa última pregunta. Siento la necesidad
de moverme, inquietarme, bajo la intensidad de sus ojos azules y, sin embargo, no
lo hago.
Cierto. Arquea una ceja, con una sonrisa tímida en sus labios mientras
levanta sus manos hacia mis mejillas de nuevo . Tal vez pueda responderle esto.
¿Mmm?
¿Crees que quiere que él la bese?
Mi aliento se detiene. El corazón late. El cuerpo se queda inmóvil.
¿Él quiere besarla?
Ahí vas, respondiendo una pregunta con una pregunta otra vez, Calcetines.
No respondiste. Clásica forma de evadir.
Tú tampoco. Esa sonrisa tímida de nuevo. El roce de su pulgar sobre mi
labio inferior, me quita todo lo que tengo para no cerrar los ojos y hundirme.
Sí. Oh, mierda. ¿Realmente acabo de decir eso?
—¿Sí? confirma, con voz suave, pero segura.
Asiento. Trago sobre los nervios que acaban de apoderarse de mi garganta.
Pero todo pensamiento se pierde cuando se mueve muy lentamente hacia mí.
Bien, porque no creo que vaya a aceptar un no por respuesta.
Procesar su comentario es imposible porque sus labios están sobre los míos y
mis facultades están drogadas temporal y voluntariamente.
Sus labios se encuentran con los míos con suaves roces pidiendo aceptación.
Abro mis labios y le concedo acceso para que tomen más. Nuestras lenguas se tocan,
se entrelazan, en una suave danza de saludo. Sus dedos enmarcan mi rostro,
inclinándolo, y mi piel se calienta bajo su toque. El ansioso gemido de la parte
posterior de su garganta me estimula, me da una sensación de confianza de que
125
cualquier cosa que esté haciendo es suficiente para él.
Y Dios sí, lo es para mí. Su beso es suave, pero exigente. Tan suave que se siente
como un sueño, pero definitivamente sé que no lo es con el calor de él parado entre
mis piernas y el sabor del vino todavía en su lengua.
Sus manos se mueven. Se deslizan por mi caja torácica y toma mi trasero antes
de acercarme más hacia el borde y hacia él.
Mi cabeza está mareada. Mi corazón está lleno. Mis nervios están siendo
dominados lentamente por la bruma de todo lo que lo rodea: su colonia, el silencioso
murmullo que hace, la presión de sus manos sobre mi espalda baja, la suavidad de
sus labios, la delicadeza de su beso.
Mis manos comienzan a moverse mientras nuestros labios continúan probando
y tentando. Provocando y satisfaciendo. Deslizo las palmas de mis manos sobre su
espalda, donde sus músculos se tensan mientras sus manos reflejan las mías. Ambos
al unísono. Yo más vacilante, él más seguro en su toque.
Alejo todos los pensamientos de mi vida antes: acerca de Ethan y cómo después
de casarnos, nunca se permitía besar, aparte de besos suaves fuera de la casa, para
que la gente viera cuánto amaba a su esposa cariñosa. De sus comentarios groseros
acerca de cómo las bocas eran buenas para una sola cosa y esas disculpas no debían
ser pronunciadas sino dadas.
Me pierdo en el momento. En el aquí y ahora. En todo ello. Perdida sin pensar.
En la sensación. En ser querida. En la simple sensualidad de ser besada hasta quedar
sin sentido.
Mi núcleo arde con un deseo que nunca antes había sentido. Líquido fundido
extendiéndose desde mi centro hacia afuera. El dolor tan intenso que roza lo
doloroso. Mis labios hormiguean; mis pezones se tensan; mi piel se eriza.
Las manos de Zander se deslizan debajo del dobladillo de mi camisa. Las
yemas ásperas de sus dedos raspan con suavidad a lo largo de la carne sensible justo
en la cintura de mis pantalones. Los choques de sensaciones suben en espiral por mi
espalda y solo agregan presión a la necesidad tiñendo mis reacciones.
Suavemente las desliza por mi espalda desnuda al mismo tiempo que cambia
su postura para que nuestros cuerpos estén perfectamente presionados, con mi
cuerpo posado en el borde del mostrador. Y no estoy segura si es el destello de un
pensamiento en mi mente que tal vez quiera quitarme la camisa o la repentina
sensación de la protuberancia endurecida de su polla cubierta de mezclilla que
presiona entre el vértice de mis muslos, pero debo dudar de alguna manera.
126
Porque reacciona.
Zander rompe el beso instantáneamente, un jadeo sobresaltado cae de mi boca
cuando sus manos se acercan a mi rostro y no puedo mirar hacia otro lado. Y antes
que pueda decir algo, estoy nerviosa al instante: temblor de manos, disculpas listas,
rechazo aceptado, insuficiencia verificada.
Sus ojos buscan los míos y me siento como una idiota. ¿Qué mujer es besada
hasta quedar sin sentido por un hombre y luego vacila cuando puede sentir la
evidencia de que lo está excitando? No es como si estuviera apretándose contra mí
o apresurando el momento. No es culpable de nada más que ser un hombre viril.
¿Getty? Mi nombre en sus labios de nuevo. La preocupación grabada en
las líneas de su rostro. Mis ojos tratan desesperadamente de enfocarse en otra cosa
que no sea él.
El miedo se apodera: por decepcionarlo, porque mi cuerpo no lo excite, por no
ser suficiente, por asustarlo por mi falta de habilidad, elige tu opción.
Lo siento. Es un reflejo. En mi lengua y fuera de mi boca sin pensarlo.
Y obtengo la reacción de él. Me pregunto si estaba inconscientemente
esperando.
Dulce infierno, Getty dice con frustración mientras se aleja de mí, con una
mano pasando a través de su cabello, la otra rozando la parte posterior de su cuello
mientras se da vuelta y da un par de pasos lejos de mí . ¿Dejarás de disculparte?
No hiciste absolutamente nada malo.
Se da la vuelta, sus ojos ruegan, preguntan y buscan, y no sé cómo responder,
ya que disculparme, por ser la única culpable, es todo lo que he conocido durante
tanto tiempo.
Lo sie… Mi voz se desvanece, la palabra, una vez más, muriendo en mi
lengua mientras su mandíbula se tensa en frustración.
¿Cómo fue que hace unos segundos mi sangre estaba ardiendo por su toque y
ahora está calentando mis mejillas con vergüenza? Ni siquiera puedo ser besada sin
arruinarlo.
Te lo dije. Ella es un desastre. Apenas puedo decirlo. Tengo que apartar la
vista de él, concentrarme en mis manos entrelazadas con mis pulgares jugando. No
puedo ver su reacción a mi vergüenza. Pero la risa condescendiente que estoy tan
condicionada a esperar, no llega.
De ninguna manera.
Entra en mi campo de visión, sus caderas, su pecho, su barbilla, sus ojos, 127
mientras sus manos guían mi rostro con ternura para que pueda encontrar sus ojos.
Él no cree que sea un desastre. De hecho, es todo lo contrario. Es
hermosamente marcada, magníficamente defectuosa, irresistiblemente cautivadora.
Lágrimas llenan mis ojos, sus palabras son probablemente las más bonitas que
alguien me ha dicho en mucho tiempo. No me está diciendo que nunca sucedió. No
me está diciendo que lo inventé todo en mi cabeza. Más bien me está diciendo que a
pesar de todo, todavía hay algo redimible en mí.
La primera lágrima se desliza por mi mejilla y, sin embargo, mantiene sus ojos
fijos en los míos.
No sé lo que te hizo, Getty. No tengo ni una puta pista. Pero sé que no te
trató bien. Tomó cada parte de ti que le diste y la maltrató de alguna manera y tan
mal que temes las cosas que deberían hacerte sentir bien. Reír. Tú misma. Tu arte.
Tu confianza. Un beso. ¿Y quién sabe qué más?
Sus palabras golpean demasiado cerca. Me hacen luchar por el aire bajo el peso
de su presencia en este momento. Sus implicaciones me hacen sentir tan estúpida
por dejar que Ethan me robara todas esas cosas.
Por favor, Zander. No arruines esta noche. Lo sie… no era mi intención…
esta noche fue uno de los mejores momentos que he tenido desde que puedo
recordar. ¿Podemos dejarlo así? ¿Por favor? Mi voz tiembla. Las lágrimas que
estoy conteniendo queman en mi garganta. Sus pulgares rozan una y otra vez mis
mejillas, recordándome lo mucho que lo dejé entrar.
Oh, Getty. Suspira con claro afecto mientras apoya su frente contra la mía.
Estamos nariz con nariz, sus manos aún en mi rostro, el calor de su aliento fluyendo
sobre mis labios. Hay algo tan reconfortante en la acción, en el hecho que, en lugar
de huir, entró en mí. Cierro los ojos y siento su preocupación, acepto su compasión
. Uno de estos días vas a encontrar a un hombre que te trate bien murmura en voz
baja . Que te enamore. Que te trate como si caminaras sobre el agua. Que te inspire
a pintar cielos soleados y océanos tranquilos.
¿No desnudos? No puedo evitarlo. Simplemente se sintió bien decirlo. Y
mientras reconozco que notó la correlación entre mis emociones y mis pinturas, se
aleja de mí, con los ojos iluminados por el humor y una risa tranquila en sus labios.
No. No desnudos. Pasa sus manos por mis hombros y los aprieta
suavemente . No mereces nada menos que lo mejor, Getty.
Gracias le susurro, preguntándome cómo sabe todo esto, considerando
que fue quien me besó hace unos momentos.
128
Respira profundamente, lo que sea que es, lo puedo ver en la punta de su
lengua sopesando la atmósfera que nos rodea. ¿Está agradecido por mi vacilación
porque ahora que ha retrocedido, se arrepiente de haberse involucrado con la locura
que obviamente soy?
No lo culparía si lo hiciera. Y odio haber perdido ya un poco de mi corazón
sanado con este hombre que está frente a mí con ojos en conflicto. Es amable,
paciente y obstinado, y mi Dios, el hombre puede besarme hasta dejarme sin sentido
y olvidar mi antiguo y mi nuevo nombre. ¿Es estúpido decir eso? Sí. Pero cuando
nunca has conocido una amabilidad como esta, es fácil dar una parte de ti mismo a
la persona que lo demuestra, porque cuando todo lo que tienes son piezas rotas,
¿quién va a extrañar una pequeña pieza más?
¿Seriamente? ¿Por qué tengo pensamientos ridículos como este cuando hace
tres semanas estaba lista para sacarle un ojo con la varita de la persiana? Lo miro;
ojos azules, cabello oscuro, cuerpo duro; y me pregunto cómo pasó de ser molesto a
atractivo. ¿Estoy tan jodida, tan emocionalmente forjada, que ser amable conmigo
es todo lo que hace falta?
Odio no saber la respuesta a la pregunta.
Necesito que escuches esto cuando lo digo y realmente escúchalo, ¿de
acuerdo? dice, sacándome de mis pensamientos de auto-desprecio.
Aquí viene. Tenía razón. Se arrepiente de esto. Asiento.
Ahora mismo, cada maldita parte de mí quiere besarte otra vez. Besarte hasta
que no podamos respirar, luego tumbarte en mi cama y mostrarte cómo es sentir ese
tipo de adoración. Pero Dios, Getty, no puedo hacerlo sabiendo que podría
lastimarte al final cuando obviamente ya has sido tan herida. No puedo hacer las
promesas que mereces. Tengo mi vida en casa. Mis carreras. Mi familia. Necesito
ordenar mi mierda, enmendarme, y luego, en unos pocos meses, regresaré a eso. No
es justo para ti. Quiero más que nada ser el imbécil egoísta que he sido en los últimos
meses y pensar solo en mí. Dormir contigo, alimentar esa loca necesidad que creaste
en mí y luego irme cuando llegue el momento sin preocuparme… Deja escapar el
aliento y niega como si no pudiera creer que no lo hará, antes de volver a mirarme a
los ojos . Pero no puedo hacer eso contigo. No puedo llevarte a mi tormenta sin
mostrarte dónde está el faro, para que tengas una salida antes de que comience.
Mis ojos se abren y el pecho se contrae cuando intento procesar todo lo que
está diciendo. La guerra civil que está ocurriendo dentro de él por ser quien necesita
ser en vez de quién quiere ser. Lo que sé es lo mejor para mí y lo que podría
romperme otra vez.
Y, por supuesto, todos los pensamientos coherentes se desvanecen cuando se 129
acerca de nuevo a mí, con las manos en mis mejillas, los ojos fijos en los míos. Se
inclina hacia delante y roza sus labios con los míos en el más tierno de los besos. Del
tipo que te hace querer a la vez hundirte y poner tu mano en su camisa para exigir
más.
Su inestable dificultad para respirar es audible, la restricción sujeta por un hilo,
antes que sus ojos azules encuentren los míos.
Te estoy mostrando dónde está el faro, Getty. Dándote una salida. Depende
de ti decidir si quieres entrar en mi tormenta antes que pase, o buscar seguridad. No
puedo decidir por ti.
Empiezo a hablar, mi corazón en mi garganta y mi pulso se aceleran, pero niega
para detenerme.
Ahora no. Necesitas pensarlo. Reflexionar en tu sueño. Obtener una cabeza
clara y encontrar la respuesta. Esperaré. Cuando se acerca para poner una mano
en el costado de mi rostro, cierro los ojos y me vuelvo hacia su caricia. Mis labios
besan la palma de su mano; su compasión me ha deshecho de tantas maneras que
no puedo pensar con claridad . Buenas noches.
Zander lo llamo mientras se da vuelta para caminar por el pasillo.
Se detiene momentáneamente, con la cabeza colgando hacia abajo, los hombros
anchos y orgullosos.
Buenas noches, Calcetines.
Hay tanto que quiero decir. Detente. Espera. Sí. No. No lo sé. Lo siento. Pero
ninguno de ellos sale, porque no estoy segura de cuál quiero decir más.
Quiero decirle que no me importa. Que deberíamos vivir en el momento. No
preocuparnos por el mañana o dentro de unas semanas cuando la lista de tareas esté
completa. Pedirle que me ayude a superar el obstáculo de las mentiras de Ethan
mostrándome cómo debería ser el sexo. Ser la persona espontánea a la que aspiro
ser algún día.
La desesperación alimenta mis pensamientos, me hace ya extrañar cómo me
hizo sentir esta noche. Pero no puedo decirle, porque tiene razón. Ya me gusta
demasiado como es. ¿Qué va a pasar si me enamoro de él y se va y no mira hacia
atrás? ¿Es presuntuoso? Sí. Pero al mismo tiempo, me ha dado algo que nadie más
me ha dado en mucho tiempo: esperanza.
Oh Dios mío, Getty. Contrólate. Vuelve a pintar tormentas eléctricas en lugar de
pensar en hermosas puestas de sol, porque no vas a cabalgar hacia una de ellas con
él. Eres ingenua si crees que lo harás. Si bien puede ser un buen chico, no hay lugar
en su vida para una aspirante a pintora/bartender en cualquier caso, y mucho menos
como amigos. 130
estómago da un salto mortal en mi pecho, por qué los escalofríos recorren mi cuerpo,
se inclina hacia adelante sin otra palabra y me besa.
Suave al principio. Un roce de labios. Un tirón en mi labio inferior. Una mano
quitando mi cabello de mi rostro mientras se inclina hacia atrás para mirarme en la
habitación iluminada por la luna. Y sé que antes de que hable lo que va a decir.
Te deseo, Getty.
Sí. Es la única respuesta que puedo dar. El único consentimiento necesario,
porque su boca está en la mía antes que pueda inhalar mi próximo aliento. Y
mientras este próximo beso sigue siendo tierno, hay un poco de hambre que es
nueva y sorprendente para mí.
Me relajo en el colchón, muchas cosas suceden a la vez para procesarlas todas.
Su mano pasando por el costado de mi caja torácica. Su otra mano en el costado de
mi cuello, con el pulgar enganchado debajo de mi oreja. La creciente demanda en su
beso. El gemido de desesperación de su garganta. Su mano en mi cintura
deslizándose bajo el dobladillo de mi camiseta. Una mano fría sobre la piel cálida se
desliza lentamente hacia arriba. Mi suave jadeo cuando encuentra mi pecho. El arco
de mi cuello. Sus dedos acariciando. Su lengua que posee. Mis sensaciones
abrumadas.
El cerillo que se enciende.
Estoy inundada. Perdida a su toque y la habilidad de su boca y la increíble
manera en que me hace sentir.
La incipiente barba de un día raspa el arco de mi cuello, sus labios se deslizan
sobre la piel para calmar su escozor. Pero me gusta el escozor. Saber que estoy viva
y que esto realmente está sucediendo. Luego me cubre los senos con ambas manos,
su boca se apodera de su seducción en una especie de delicadeza que nunca había
experimentado. Sus cálidos labios y su lengua caliente chupan y provocan el brote
apretado de mi pezón mientras sus manos fuertes los sostienen en su lugar.
La combinación de sensaciones causa un dolor abrasador en el vértice de mis
muslos. Uno que duele tan bien.
Joder, Getty murmura contra mi pecho mientras una mano va hacia mi
cadera, los dedos amasando la carne allí mientras enredo los míos en su cabello y
gimo en respuesta a la dicha que está creando.
Dedos que se posan sobre mis muslos. Me tiran de la cintura. Se deslizan por
la parte superior de mi sexo. Yemas de los dedos haciendo cosquillas justo en la
parte superior de mi abertura, una solicitud sutil de acceso. Y estoy tan perdida por
132
experimentar esto con él, los silenciosos murmullos de deseo y los toques mezclados
con la intención que, todo lo que puedo pensar es cuánto más de la manera en que
me hace sentir, quiero.
Sus dedos bailan sobre mi carne más íntima mientras su boca encuentra la mía
otra vez. Esta vez, su beso se siente más exigente, más hambriento, y es mi único
enfoque hasta que sus dedos me separan lentamente y rozan suavemente sobre mi
clítoris. Mi jadeo de placer es tragado por su beso, la tensión repentina de los
músculos de mi pierna su indicador de mi capacidad de respuesta definida.
Y mi Dios… pasar de que nadie me toque, salvo mi propia mano, a ser tratada
con tanta reverencia, suavidad, deseo y atención, es como crear una chispa en una
habitación llena de propano. Explosivo. Ardiente. Implacable.
Su toque me estremece. No toma mucho. Entre la generosidad en la forma en
que me acaricia y la codicia en su beso, los segundos caen uno en el otro a medida
que cada parte de mi cuerpo arde brillante y rápido hacia el clímax.
Mis manos sobre sus hombros. Uñas en la carne tensa. Aliento robado. Cabeza
clavándose de nuevo en la almohada. Espalda arqueada. Caderas moviéndose.
Zander me catapulta a la caída libre de mi orgasmo.
Zander grito su nombre en una súplica para que continúe. Una súplica
para que se detenga por un segundo. Y no puedo decidir cuál quiero más, ya que
sus dedos tocan suavemente las últimas vibraciones.
Getty.
Aún no.
¡Getty! Más insistente. Hay manos de repente sobre mis hombros,
sacudiéndome. Mi mente vuelve al presente.
A la habitación oscura a mi alrededor. Zander de pie sobre mí, mis dedos se
deslizan entre mis muslos. Me paralizo, tratando de diferenciar el sueño de la
realidad.
Estabas teniendo una pesadilla. Me llamaste. Estabas dando vueltas dice
mientras se sienta a mi lado.
Y si hubiera alguna forma de que pudiera ver mis ojos y la máscara de
mortificación que debe estar cubriendo mi rostro, sabría la verdad. Que mi sueño
fue lo más alejado de una pesadilla. Pero gracias a Dios por el cielo sin luna y la
habitación oscura. O de lo contrario sabría que acababa de correrme soñando con él.
Que había una mancha húmeda en mis bragas por el sexo de fantasía con él.
Estoy bien tartamudeé sin aliento mientras lentamente retiraba mi mano
de debajo del cordón de mis pantalones para que no notara el movimiento. Me
levanto, mi cuerpo cubierto por una ligera capa de sudor, mis músculos aún se 133
contraen con los restos de mi orgasmo.
Mi auto-complacido orgasmo, parece.
¿Podría empeorar esto? Que el hombre con quien fantaseabas que te daba un
orgasmo te atrape en medio del acto, por decirlo de una forma.
¿Estás segura? Extiende una mano y pasa el dorso por mi mejilla .
Estabas gimiendo y moviéndote, y luego pediste mi ayuda. Me asustó muchísimo.
Debe haber sido una mala pesadilla.
Me tardo un segundo en encontrar mi voz. Las palabras correctas para decir se
pierden en la vergüenza y la niebla pos clímax de las endorfinas.
Sí. Lo siento. Me paso la mano por el cabello y me tapo un poco con las
cobijas . Yo… yo… eh, ni siquiera recuerdo de qué se trataba. Pero gracias. Te
agradezco que hayas venido.
¿Esto fue por mi culpa? pregunta con preocupación en su tono. La sangre
se drena de mi rostro momentáneamente mientras me pregunto si se ha dado cuenta
de lo que realmente estaba sucediendo . ¿Las cosas que te dije esta noche
despertaron malos recuerdos…?
No. Me apresuro a interrumpirlo, sintiéndome como una imbécil porque
está aquí preocupado de que su honestidad me hizo tener una pesadilla cuando en
realidad era todo lo contrario. Pero no es como si pudiera decirle eso . Vi una
película de terror la otra noche. Estoy segura que tenía que ver con eso.
Bien dicho, Getty. Muy bien dicho.
¿Estás segura que estás bien?
Sí. Lo estaré. Gracias. Lamento haberte despertado.
Por favor, vuelve a la cama y sácame de mi miseria.
Te dejaré volver a dormir, entonces dice mientras se levanta de la cama,
una hermosa sombra en la noche . Me alegra que estés bien.
Buenas noches, Zander.
Buenas noches, Getty.
No podemos ver los ojos del otro, pero estamos seguros que estamos
sosteniendo la mirada del otro en la oscuridad, porque puedo sentirlo. Después de
un momento de silencio suspendido, asiente y camina hacia la puerta mientras las
emociones luchan dentro de mí por querer que se vaya y pedirle que se quede.
Voy a dejar la puerta abierta, por si me necesitas dice antes que su sombra
salga de la puerta hacia su habitación.
Retengo las ganas inmediatas de cerrarla en caso que mi necesidad nocturna 134
Ahí está la punzada del frío. Un frío que arde en mis pulmones y pincha mis
mejillas. Puede ser el comienzo de la temporada de verano, pero mierda, las
mañanas son frías aquí. Con suerte me iré a casa en Los Ángeles antes que tenga la
oportunidad de aclimatarme.
Y odio que mis pies vacilen ante la idea. Odio que el siguiente pensamiento en
mi cabeza sea: ¿Qué va a hacer Getty cuando me vaya?
Esto no es algo.
No se supone que se convierta en algo. Pero maldición, lo es.
135
Luego, por supuesto, está el correo de voz de Rylee, mi madre adoptiva. La
que me salvó de mi silencio y ensordecedor miedo después que mi madre muriera
y mi padre regresara para acabar conmigo. La que tenía que haber sabido la verdad
desde el primer día. Ni siquiera tengo que volver a reproducir el mensaje porque
todavía puedo escucharlo tan claro como el día.
Zander. Soy yo. Su risa. Los nervios que no estoy acostumbrado a escuchar
vibran a través de la conexión. Por supuesto que soy yo, quién más sería, ¿verdad? Solo
quería escuchar tu voz, hacerte saber que estaba pensando en ti. Mucho. Te extraño. Por
supuesto, estoy preocupada por ti y quiero llamarte y enviarte un mensaje de texto para
asegurarme que estás bien, pero también sé que llamarás cuando estés listo. Oh… y gracias
por escribir a Scooter y luego a “ce. Esto le está costando… todo… así que gracias por
responder y dejar que él, que nosotros, sepamos que estás bien. Lo siento, estoy divagando,
pero hay muchas cosas que quiero decirte… tanto que quiero preguntar, pero sé que volverás
a casa una vez que resuelvas lo que sea que necesites resolver. Hay silencio por unos
segundos. Un suspiro tembloroso. No quería colgar todavía. Él no lo admitirá, pero
Colton también te extraña. Está malhumorado y no habla sobre lo que sucedió ese día entre
ustedes dos… Otro suspiro. Unas pocas palabras empezaron y luego se detuvieron.
Su preocupación es palpable en el silencio y sé que está luchando para no darme su
opinión sobre el asunto. Para evitar la decepción en su voz y no sermonearme y
decirme que soy quien necesito ponerme los pantalones y disculparme por todo esto.
No importa. Espero que encuentres lo que esperas encontrar mientras estás lejos. Y no puedo
evitar sentir que hay algo que no nos está diciendo. Todo lo que queremos… todo lo que
siempre hemos querido es lo mejor para ti, Zander. Te amo.
He escuchado el mensaje varias veces esta mañana. Se ha convertido en un tipo
de combustible para alimentar mi culpa por lo que hice, cómo actué y el refuerzo
que necesito para realmente organizar mi mierda. Abrir la caja, enfrentar los hechos.
Lidiar con todo. Superarlo. Gritar. Montar un ataque de furia.
Seguir adelante. Vivir la vida con una nueva norma que no puedo apartar, pero
que puedo empezar a dejar atrás.
Dejar de ser tan cobarde. Aceptar que cualquier cosa que esté en esa caja no afecta
quién soy ni lo que he hecho de mi vida. Es lo que es.
Es más fácil decirlo que hacerlo.
Dios, cómo quería levantar el teléfono y devolverle la llamada. Hacerle las
preguntas que necesito hacerle: ¿Lo sabía? ¿Por qué no me lo dijo? ¿Cuál fue su
razonamiento para ocultarme la verdad todo este tiempo? Entonces podría
enfadarme con sus respuestas. Gritar y enojarme y sacar toda esta emoción
contenida. Luego, disculparme diez veces por las formas en que los he lastimado… 136
pero el orgullo es algo difícil de tragar cuando sientes que es todo lo que te queda.
En este momento, mi propia necesidad de lidiar con esto es más importante
que la necesidad de llamarla. Pero joder, me siento culpable por la tristeza en su voz.
Empújalo lejos, Donavan. Primero debes enfrentar los hechos y luego enfrentarte a
Rylee y Colton. Arréglate, luego ellos. Sabrás qué decir entonces. Cómo decirlo. Aceptar
quién eres realmente.
Cuando llego a los escalones del porche, me pongo las manos en las rodillas e
inhalo en el aire amargo. Me duele el pecho por presionarme demasiado. Pero
después de Getty anoche y mi menos que satisfactorio momento de masturbación
en la ducha esta mañana mientras pensaba en ella, necesitaba deshacerme de algo
de mi frustración.
Mientras tomo un Gatorade del refrigerador, los pensamientos acerca de
nuestro inesperado interludio en la cocina se mezclan en mi cabeza. ¿Y no es por
esto que salí a correr? ¿Para despejar mi cabeza? Pero en el momento en que estoy
de vuelta aquí, con el aroma de su perfume y un par de sus calcetines desechados
en el piso de la sala, se arrastra de regreso a mi maldita cabeza.
Todo sobre ella me afecta.
La mirada en su rostro cuando estaba cerca suyo. Su beso abrasador. Esa
pequeña sacudida de miedo que sentí atravesar sus músculos y vi aparecer en su
rostro. Su miedo por algo. Cómo tuve que retroceder y calmarme. Recordar que no
es una fanática que quiere ganarse puntos con el campeón Zander Donavan. El chico
de oro. No, ella es claramente una mujer que se está recuperando de algo. Huyendo
de un pasado que obviamente era una mierda.
Eso en sí mismo es razón suficiente para que me detenga y retroceda, porque
cuando tiene esa mirada en sus ojos, como si tuviera que mirar por encima del
hombro y asegurarse de que no hubiera nadie, me recuerda a mi madre. La forma
en que recuerdo que era: asustadiza, siempre disculpándose, retraída. Y eso es un
gran problema. Es un faro brillante y grande que me advierte que me aleje y, sin
embargo, sigo caminando hacia su luz con ganas de ayudar, de estar ahí para ella,
de conocerla mejor, cuando no debería. Demonios, soy lo más alejado de calificado
para ayudarla.
En lo que debería estar pensando es en sexo, sexo y más sexo. Con ella
preferiblemente y no mi propia mano y una botella de lubricante.
No puedo involucrarme más que eso. Tengo suficiente con mis propios
problemas para resolver. Y, sin embargo, a pesar que le advertí, no puedo entender
por qué sigue ocupando mis pensamientos.
137
Vivir día tras día con ella es como tentar a un alcohólico con una botella de
ginebra. Quieres probarla, quieres saborearla, pero sabes que solo te hará volver
egoísta. Queriendo solo lo que quieres sin tener en cuenta a nadie más ni el daño
que vas a hacer. Si bien la ginebra no es lo mío, seguro como la mierda que no
significa que no tomaría un sorbo si tengo sed.
Y anoche, maldita sea, tenía sed. Lo que no habría dado para aprovechar la
situación, una hermosa mujer cuyo beso sabe tan bien como su risa suena, pero no
podía dejar que extendiera sus piernas sin ser directo con ella.
Bueno, podría haberlo hecho. Podría haber sido un idiota, haber disfrutado las
próximas semanas con su gemido debajo de mí sin un rasguño en mi conciencia
acerca de cómo mi tiempo aquí llegará a su fin. Divertirme, tener buen sexo, y luego
partir caminos sin nada más que un gracias por el buen momento y una promesa vacía
de llamar de vez en cuando.
Pero no puedo tratarla así. Hay algo sobre Getty que se ha metido bajo mi piel.
Al principio, pensé que era el tipo de cosa de querer-y-no-poder-tener. La
tentación después de prometerme a mí mismo cortar las complicaciones de agregar
una mujer a la mezcla. Se supone que debo estar aquí para mí. Pero no es eso.
Entonces pensé que era la cosa de la mujer inocente. Sus grandes ojos, sus mejillas
sonrojadas y su evidente malestar con los hombres que me dicen que no está
acostumbrada a la atención del sexo opuesto. Joder, sí, es atractivo, me da la visión
de ser el que le enseñe algunas cosas, pero no soy el tipo de persona que acumula
puntos por desflorar al tipo virginal. No hay nada sexy en eso. No es un juego, no
es algo que haces sabiendo que te vas a ir.
Tal vez es porque en realidad me gusta. Pienso que es inteligente y
naturalmente hermosa sin intentar serlo, y cuando puedo apartarla de la pared
protectora, sé que su personalidad es asesina. Y es el respeto loco que tengo por ella
por hacer lo que mi madre nunca hizo: salir de una relación abusiva. Porque, aunque
nunca lo haya dicho en voz alta, las señales están ahí. Las que alguien que ha vivido
en una casa abusiva puede ver como una señal de tráfico incluso todos estos años
después. Y una mujer que hace eso merece el felices para siempre que no obtuvo
la primera vez.
Así que estoy jodido. La quiero, pero no puedo darle eso, y que me maldigan
si voy a ser el que sume al dolor que ya está en sus ojos. No soy tan imbécil.
Pero tampoco voy a negar lo mucho que quería deslizarme entre sus muslos la
noche anterior, limpiar el mostrador detrás de ella con un golpe de mi brazo, y
tomar, probar y satisfacer hasta que saliera el sol. En cambio, mostré moderación
como si nunca antes hubiera tenido que hacerlo. Retrocedí. Le dije que no me
quedaría a largo plazo. Le di una salida si quería una. Y, con suerte, le di a mi 138
142
Capítul o15
GETTY
El bar está lleno. El clima cálido y el cielo sin nubes en este verano inusual lleno
de tormentas ha provocado que una afluencia masiva de turistas inunde la isla.
El bar está lleno cuando tomo los pedidos de los otros meseros, tanto que no
he tenido mucho tiempo para pensar sobre la noche anterior.
Bueno, eso es mentira. Es todo en lo que he pensado. Unos pocos pedidos
fallidos más de lo normal prueban el punto. Pero el bar está tan ocupado que han
pasado casi desapercibidos.
Mi mente se desvía hacia Zander mientras trabajo. A nuestras risas en el
restaurante. Al brindis. A las revelaciones sobre lo que los forasteros asumirían sobre 143
nosotros. A los besos que rizaron mis dedos y derritieron mis entrañas. A las
confesiones honestas sobre lo que él puede y no puede darme. Y luego a la pregunta
que me pidió que considerara, si podía manejar el saber que no iba a ser más de lo
que dijo era un desastre en primer lugar: amigos con beneficios.
Un ron con coca cola. Una margarita con sal extra. Una Guinness de barril.
Mi reacción instintiva es sí. Fue honesto, directo, y me besa como si el mundo
terminara mañana, con cada onza de su ser.
Un Macallan limpio. Una ginebra y tónica. Una ronda de cervezas.
¿Sin embargo, es eso realmente inteligente, Getty? ¿No estarías demasiado apegada?
No. Sí. No. Usaré el sexo para ayudarme a superar mis problemas. Demostrarme que
no todos los hombres son como Ethan. Espero. ¿Pero no es ser un poco puta?
Definitivamente no es algo que haría una Caster… lo que me empuja a querer
hacerlo aún más.
Un vodka con arándano. Un Jack y Coca Cola. Un Martini seco.
Pero, ¿soy realmente capaz de tal cosa? No sé cómo tener sexo casual. De
hecho, no sé cómo tener relaciones sexuales de acuerdo con Ethan.
¿Qué estoy haciendo incluso pensando en esto? Es una idea estúpida. Sin
embargo, muy tentadora. Mi duda es fea.
Y Zander es tan bonito.
Me burlo suavemente ante el pensamiento, sabiendo que rechazaría la
descripción de inmediato.
Ups. Jack y Coca Cola sin azúcar. No Coca Cola normal. Ya arruiné ese. Dos
aguas carbonatadas. Una copa de merlot.
Entonces el sueño vuelve a mí. Y maldita sea. Todas las dudas salen por la
ventana. Sí, fue un sueño. Mi cerebro racional reitera el hecho que sé muy bien, pero
al mismo tiempo, un hombre no besa como él y no sabe cómo hacer el amor.
No hacer el amor, Getty.
Sexo.
Solo sexo. No hay amor involucrado. La palabra con A nunca debe ser
mencionada. Solo sexo sin compromiso, del que te gritas cuando te vienes, del que
te deja con las piernas temblando, del tipo de novelas románticas, como el que nunca
he experimentado antes. Eso es todo lo que él aludió.
Ese dolor que causó entre mis muslos regresa con venganza. Me muevo un
poco, derramo el exceso de la bebida en mis manos mientras lo muevo a la bandeja
del mesero. 144
Una Coors Light, en botella. Otro ron y Coca Cola para la mesa seis, esta vez
con una lima. Un daiquiri de fresa.
Solo ve por ello, Getty. ¿Quieres ser espontánea? Sé espontánea. Arregló el cajón de los
cubiertos por ti, por el amor de Dios.
Justificación en su máxima expresión.
Pero es un buen punto. Si me voy a acostar con alguien, al menos sabría que es
un buen tipo. Y probablemente tiene algo de experiencia en su haber. Por cierto, el
bar se llena repentinamente de mujeres locales que se envían mensajes de texto
cuando él viene a ver un juego o a tomar una copa, puedo asumir que no le faltan
mujeres ni experiencia en el saco.
Un coctel a la antigua. Dos Sculpins de barril. Un Red Bull y Absolut.
Oh. Pero muchas mujeres significan que lo más probable es que esté
acostumbrado a parejas experimentadas… y estoy lejos de eso. Me detengo y miro
al espacio por un momento. Frunzo mis labios. Recuerdo cómo besa. Sus manos
enmarcando mi rostro. El roce de su barbilla sin afeitar contra la piel de mi cuello.
Su colonia en mi nariz y su sabor en mi lengua.
Listo. Voy a hacerlo.
Realmente lo voy a hacer.
Al diablo los nervios y las dudas y mis inseguridades. Es más fácil decirlo que
hacerlo, pero no estoy viviendo, no estoy probando que la vieja Gertrude Caster-
Adams se ha ido, si no me arriesgo.
Así que voy a tomar la oportunidad. Decisión tomada. Sin retroceder ahora.
Cuatro cervezas artesanales de barril.
Gertrude.
Esta voz. La implacable condescendencia. El que controló mi vida durante
tanto tiempo. El que cree que estoy equivocada.
Estoy sorprendida: mi mente se acelera, el pulso corre, los nervios comienzan
a zumbar, el cuerpo se calienta. Pero no me muevo, no vacilo. Mantengo una mano
en la manija, la otra sosteniendo el vaso en ángulo y mis ojos fijos en este.
No levanto la vista, solo sigo fingiendo que no escuché lo que pensé que acabo
de escuchar.
No hay forma. No puede ser
¿Puedes ir a buscarme más limas? Es la voz de Liam la que me saca de mi 145
niebla de pánico.
Claro. Mi voz es apenas audible, porque temo que, si hablo normalmente,
mi padre reconocerá mi voz.
Casi salgo corriendo de la barra, me queda un vaso de cerveza medio lleno
sobre la rejilla para servir, y mi cuerpo tiembla con la conmoción. Nunca miro hacia
arriba. No reconozco su presencia.
Mi único curso de acción es esperar que, si me quedo en el almacén el tiempo
suficiente, no estará allí cuando regrese. Oír su voz decir que mi nombre habría sido
un producto de mi imaginación.
Después de agarrar las limas, me recuesto contra el refrigerador, agotada por
todas las emociones que me recorren: desafío, enojo, miedo, preocupación, nostalgia;
cuando no debería sentirlo. Cierro los ojos, inclino la cabeza hacia atrás y lucho
contra la urgencia de salir corriendo por la puerta trasera y no volver. Para no tener
que enfrentarlo.
Porque sabía que mi padre me encontraría. Es Damon Caster, después de todo.
El hombre sin fronteras, sin moral. Bueno, a menos que seas uno de los pocos
afortunados que considera digno de ser estimado de acuerdo con sus estándares
ridículos. ¿En cuanto a mí? Gobierna a su familia como su imperio inmobiliario, con
un implacable puño de hierro. Solo me sorprende que Ethan no estuviera parado a
su lado.
O tal vez lo estaba. No es como si hubiera mirado.
El pensamiento tiene bilis subiendo en mi garganta. Ethan. El hombre que mi
padre había elegido para caminar sobre el agua a su lado. El que rompió cada parte
de mí con sus duras demandas y constantes críticas.
Es inaceptable que te alejes de mí. El desdén gotea de su voz aristocrática.
No debería sorprenderme que me haya seguido hasta aquí.
Cuadro mis hombros y enderezo mi postura antes de levantar la barbilla y abrir
los ojos para encontrarme con los que reflejan los míos en color.
Se ve mayor. El pensamiento inmediato me sorprende. Y lo rechazo al instante.
Porque eso significa que mi partida ha sido dura para él, y debería serlo. Debería
haber elegido el bienestar de su hija por encima satisfacer a su protegido y defender
su imagen pública.
Pero eso nunca pasara.
No ha sido el caso desde que mi madre murió, lo que se siente como una
eternidad.
146
Padre. Mis dientes están apretados y las manos aprietan la bolsa de limas
con tanta fuerza que no me sorprendería si las cáscaras se rompieran bajo la
presión . ¿Cómo me encontraste?
El ensanchamiento de sus fosas nasales me dice que estoy insultando su amplio
alcance.
Lo suficientemente fácil. El diamante en tu anillo de bodas estaba grabado
con láser con un número de serie. La casa de empeños lo registró. Bajamos a hablar
con ellos y seguimos el rastro que dejaste. El número de teléfono de contacto era esa
puta mujer a la que me negué a permitir que viera tu madre. Una búsqueda rápida
en la vida de Darcy reveló una nueva hipoteca que había sacado, y estoy seguro que
puedes resolver el resto.
Mi resolución flaquea. Pensé que había hecho todo bien.
Si me tomé tantas molestias para desaparecer, ¿pensaste por una vez que no
quería que me encontraras?
Bueno, bueno. Detengamos el melodrama y enfoquémonos en llevarte a casa
y alejarnos de la desgracia de este trabajo detrás de una barra como una vagabunda
pidiendo dinero. Su disgusto irradia de él como un veneno, envenenando la
pequeña habitación que nos rodea.
Nada de, es genial verte, Gertrude. Nada de, te ves bien con un poco de sol en el
rostro y tu cabello no tan liso hasta la perfección. Nada de, te extrañé, cariño. La pequeña
parte de mí que esperaba que tal vez mi partida lo hubiera cambiado muere
rápidamente con sus comentarios.
Un trabajo es un trabajo, padre. Mis cuentas bancarias parecían haber sido
suspendidas de alguna manera digo después de aclararme la garganta para
sacudir los nervios que vibran en mi voz . ¿Preferirías que me hubiera quitado la
ropa para ganar dinero?
La conmoción que pasa por su rostro no tiene precio. Gertrude nunca habría
hablado así a su padre hace seis meses.
Recuerda con quién estás hablando y que…
Te mereces respeto en todo momento le repito el mantra de mi juventud,
pero esta vez con un tinte de sarcasmo. Los años de condicionamiento me dan ganas
de encogerme ante el brillo en sus ojos, pero hago todo lo posible por mantenerme
firme.
Puedo desmoronarme cuando estoy sola. Puedo dejar ir mis emociones. Pero
no ahora. En este momento, tengo que ser la misma mujer fuerte que se fue y salió
de la vida que le dijeron que viviera. 147
Tu insolencia es…
¿Getty? Liam frunce las cejas cuando se da cuenta que mi padre, un
extraño vestido con pantalones y una camisa de vestir, está parado justo dentro de
la puerta . ¿Todo bien?
Lo siento. Asiento con temor en mi corazón que mi padre va a desatar su
pomposo ser con mi jefe . Ya iba con las limas. Las sostengo para mostrarle la
prueba.
Bien. ¿Estás segura?
Sé que puede sentir la tensión en el aire, ver el desprecio en nuestras caras. Pero
trato de tranquilizarlo al encontrarme con su mirada, y la mirada que le estoy dando
para decirle déjalo así, lo lleve a asentir y regresar a la barra sin una palabra más.
Tengo que ir a trabajar.
En realidad no. Tienes obligaciones que cumplir y un esposo que atender
y…
Ex esposo.
Los Caster no se divorcian, Gertrude.
Muevo mis pies Suspiro audiblemente. El sudor me baja por la espalda y mi
cuerpo vibra de ira al comenzar el mismo argumento que tuvimos días antes de
irme. Trato pasarlo.
¿Por qué estás aquí?
Mueve su cabeza como si la respuesta fuera tan obvia y fuera una idiota por
preguntar; claramente debería de agradecerle por venir a rescatarme de esta vida de
clase baja, y cuando no lo hago, su molestia se manifiesta al alzar una ceja.
Para que recojas tus cosas y llevarte de vuelta a casa. Donde perteneces. Al
lado de Ethan. Como parte de la comunidad.
¿Regresar a la guarida del león? No, gracias.
No. Mentalmente me estremezco y espero a que la ira de Damon Caster
llegue a mí directamente. Nadie se enfrenta a él, y mucho menos su única hija.
Estás siendo ridícula e inmadura. Su voz es baja y uniforme, pero su
mandíbula tiembla de irritación . Haré reservas para cenar mañana por la noche.
Mi auto te recogerá a las cinco y llegaremos a algún tipo de acuerdo sobre cómo
terminar esta ridícula farsa tuya. Encuentra una buena explicación para tu ausencia
prolongada y te llevaré a casa con una exposición mínima.
Siempre preocupado por lo que piensa la gente. Suspiro.
148
¿Y si no voy?
Estarás allí o la vida podría volverse difícil para ti en esta isla. Nuestros
ojos se encuentran y sostienen, su amenaza fuerte y clara, su pulgar presionando
sobre mí después de menos de diez minutos en su presencia. Apretar los dientes es
la única reacción que le doy antes de pasar junto a él y salir de la sala de
almacenamiento.
Pero no me dirijo a la barra. En cambio, doy vuelta a la derecha, me dirijo
directamente al baño de mujeres y cierro la puerta detrás de mí, me aseguro que esté
cerrado con llave y me apoyo de espaldas. Los nervios y la ira dan paso a la ansiedad
llena de adrenalina. Mis piernas se vuelven de goma y mi respiración frenética me
marea antes que todo se derrumbe a mi alrededor. No reconozco el desgarrador
sollozo que se me escapa de la boca mientras deslizo lentamente mis hombros hacia
abajo hasta que estoy sentada en el suelo embaldosado.
Y eso dice mucho, que estoy sentada en este piso lleno de gérmenes, pero el
ataque total de emociones me abruma.
¿Me sorprende que me haya encontrado? No. Pero esperaba tener más tiempo
antes que lo hiciera. Y es realmente tonto, porque más tiempo no haría nada para
solucionar esta situación. La carta que le dejé, no importa la forma en que lo hice,
debería haber sido suficiente en sí para demostrarle que he terminado de vivir esa
vida. Terminado de ser degradada y ridiculizada y pensada como una dote retorcida
para mantener el negocio intacto.
Me fui para crear una vida con pasión y creatividad o para probar algo nuevo
sin miedo a cometer errores. Vivir el día a día sin preocuparme por el estatus social
o si deshonré el apellido por sus estándares obsoletos.
Odio que en el momento en que lo vi, mis rodillas empezaron a doblarse y
quise correr hacia el otro lado. Pero me siento aliviada de no haberlo hecho. Mostré
que no soy la misma mujer de sí, padre que solía ser, tan temerosa de las
consecuencias de la desobediencia. Sin embargo, estoy furiosa conmigo misma
porque aún no era cien por ciento la mujer que quiero ser: decir no, afirmar mi
voluntad, alejarme sin preocuparme herir sus sentimientos porque todavía es mi
padre.
Y en el fondo, una parte de mí desea, esperanza contra esperanza, que se
despierte de su auto-designado viaje de poder y me acepte. Me ame por lo que soy.
Limpio mis lágrimas sabiendo que no hay ninguna posibilidad de que eso
suceda.
Es quien es y no va a cambiar. Aceptarlo es la parte difícil.
Al menos vino solo. Dejó a Ethan, su títere, en casa para dirigir su imperio. 149
Prefiero los recuerdos a medias que las pesadillas de colores vivos en cualquier
día.
Con la cabeza bajo el capó y grasa en las manos, me siento un poco más
conectado con mi vida anterior. Me siento un poco como mi antiguo yo mientras
trabajo en el motor.
Algo a mi derecha me llama la atención y me sobresalto cuando levanto la vista
para encontrar a una mujer parada a unos metros de distancia. Sus manos están
cruzadas frente a ella, un sobre en algún lugar de su mezcla, una sonrisa nerviosa
en sus labios mientras me mira.
Saliendo de debajo del capó, me saco los auriculares, me limpio con un trapo
rojo y espero a que diga algo. Cualquier cosa. Pero se queda allí, con los pies
inquietos y la sonrisa ensanchada mientras sus mejillas lentamente se vuelven rojas.
Una fan loca. Es el término que usan mis hermanos cuando vienen a una
carrera y son testigos del fenómeno de quedar mudo, retorcer los dedos y mover
inquieta las piernas que ocurre ocasionalmente cuando me encuentro cara a cara con
las fanáticas de las carreras. La punzada de arrepentimiento está ahí al instante.
Sobre cómo he excluido a mis hermanos. Pero necesitaba hacerlo. Y sé que me
perdonarán. Esto no es nada comparado con lo que hemos pasado antes.
¿Puedo ayudarte? pregunto mientras doy un paso adelante.
Sí. Soy… hola, hola dice, y luego pone los ojos en blanco con una risita
mientras se alisa la falda sobre sus caderas . Soy Mable del Armario de Mable en la
ciudad.
La tienda se me viene a la mente. Ropa de reventa en maniquíes. Cortinas de
encaje que parecen pertenecer a una funeraria. Un ciudadano local o dos siempre
entrando o saliendo. Pintoresco. De buen tono. Completamente femenino. Y
definitivamente un lugar que he evitado.
Oh, sí. Hola. Zander digo mientras extiendo mi mano y luego levanto mis
cejas en disculpa por su estado engrasado. Se extiende de todos modos, con una
risita nerviosa, con las mejillas enrojecidas, y la sacude . No puedo decir que he
estado allí, pero conozco la tienda. ¿Qué puedo hacer por ti?
Todos los que están aquí en la isla están tan emocionados de que estés aquí.
No he visto tanta charla desde… ni siquiera puedo recordar desde cuándo. Tal vez
cuando Dolly Parton vino algunos años atrás.
Mi ego muere una muerte lenta y silenciosa. Unos pocos meses lejos del
acelerador y me he vuelto lo suficientemente irrelevante como para que me
151
comparen con Dolly Parton. Pero mi reacción pasa desapercibida a medida que
Mable continúa sin ninguna preocupación en el mundo y sin ninguna necesidad de
que sea un participante activo en nuestra conversación.
Quiero decir, deberías ver las llamadas telefónicas y mensajes de texto que
circulan por Main Street cuando sales a correr por la mañana. O a la ferretería. Me
refiero a que solo pensar en ti en un cinturón de herramientas y sin camisa, es
suficiente para que las mujeres de alrededor tengan que clavar algo de repente. Me
refiero a martillar algo. O… sabes a lo que me refiero.
No puedo evitarlo. Echo la cabeza hacia atrás y me rio de esta mujer desaliñada
con mejillas redondas y una sonrisa amable que no quiere hacer daño con sus
divagaciones que me están haciendo sonrojar. En un instante, me doy cuenta de lo
pequeño que es este pueblo y de lo ajeno que estoy a todo lo que está pasando.
Me mira, con los labios en una O perfecta y los ojos estrechándose mientras
sacudo la cabeza de un lado a otro.
Eres exactamente lo que necesitaba en este momento. Mi sonrisa se
ensancha con cada segundo que pasa.
Bueno, soy una mujer casada, pero siempre quise probar lo de las
asaltacunas. Me ofrece un guiño . Nunca he sido el chisme de la ciudad antes…
solo la que lo está extendiendo, pero eres fácil para los ojos… y probablemente
podría enseñarte una o dos cosas…
Me agradas, Mable del Armario de Mable. Me río y pienso en lo mucho
que amo a esta nueva amiga que he hecho.
También me gustas, sexy, como te llaman las damas en la ciudad. Se ríe y
niega . ¿Cómo estuvo la comida de anoche en Mario’s? Ese nuevo cocinero que
contrataron sí que puede hacer un mangia bene.
Y una vez más, me acuerdo del tamaño de esta ciudad y de cómo todos conocen
los negocios de los demás. Es definitivamente molesto y, sin embargo, a una parte
de mí le gusta la previsibilidad.
Sí, señora. Asiento . Ahora, sé que no viniste a hablar de pizza, ¿qué
puedo hacer por ti?
Oh, lo siento. Estoy segura que tienes muchas cosas que hacer y estoy aquí,
despreocupada, quitándote tu tiempo. Vine a ver a Getty. ¿Está en casa?
Lo siento, Mable, pero está en el trabajo en este momento. Tomó un turno
extra. ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte? le pregunto por cortesía, sorprendido
porque los chismes de la ciudad no sabían el paradero de Getty.
No. Sí. Puedo sentir su vacilación . Normalmente, se detiene una vez por 152
semana para recoger su cheque, así que quería asegurarme que estaba bien, pero
ahora me siento estúpida porque, obviamente, te tiene aquí para ocupar su tiempo
y…
¿Cheque? Mi interés está picado . ¿Trabaja en la tienda?
Oh no, cariño. Eso es tonto. Vendo toda la ropa de diseñador que tiene en
eBay por ella. Lo haría gratis, pero se enoja si no tomo el diez por ciento por mi
tiempo. Así que aquí hay un cheque por esa pila que me trajo la semana pasada para
tratar de obtener el dinero para arreglar esa chatarra en la que estás trabajando.
Sus palabras tardan un momento en asimilarse. Y antes que pueda procesar
todo por completo, Mable continúa.
Lo que daría por tener su ojo. Por poder ir a las ventas de bienes y encontrar
estas bellezas… excepto que me costaría mucho más separarme de ellas.
Tiene un buen ojo, ¿no es así? murmuro de acuerdo, aunque ya sé que no
ha ido a ninguna venta de bienes.
Las pilas de ropa alrededor de su habitación. Mi suposición de que era una
niña mimada de fondos fiduciarios con tantas ropas de diseño que no necesitaba
cuidarlos. El obvio celular prepago. La falta de interés en tener acceso a internet.
No está comenzando de nuevo después de un divorcio desordenado. Está huyendo de
alguien.
Soy un idiota. Como un gran imbécil.
Es el pensamiento que se repite en mi mente mientras trato de concluir la
conversación con Mable, quien sigue charlando.
Getty no es una mocosa mimada en lo más mínimo. Su único uso para la ropa de su
pasado es venderla para ayudar a asegurar su nuevo futuro.
Como vender ropa para reparar su auto. Ahora me siento como un imbécil
después de mi comentario de llama a papá y pídele dinero de la otra noche.
Sí. Ese soy yo. Un imbécil con I mayúscula.
Puedo darle el cheque, Mable. Simplemente lo pondré en el mostrador para
ella. Es lo menos que puedo hacer. Sus ojos se estrechan, y me gusta que a ella le
importe lo suficiente para preocuparse por si confiar en mí. Si solo supiera la
cantidad que ganaba en una sola victoria en la pista . Te aseguro que no voy a
tomarlo.
¿Estás seguro?
Debería sentirme insultado, pero no lo hago.
153
Lo prometo.
Mira el sobre sellado en su mano y luego lo extiende hacia mí.
Está bien, bueno, asegúrate que lo reciba. Es una niña dulce y merece que le
pasen cosas buenas.
Estoy de acuerdo. Me alegra que te tenga cuidando de ella, Mable.
Dejo escapar un grito cuando el auto de Getty cobra vida. Es posible que haya
tardado más de lo que pensé entre la parada en los pits de Mable y una carrera
rápida a la tienda de autopartes por un poco de aceite para su automóvil mientras
estaba en ello, pero la misión se cumplió.
Y tomaré cualquier cosa para hacerme sentir útil, considerando que mis
habilidades de carpintería definitivamente todavía están siendo cuestionadas y me
siento como un pez fuera del agua lejos de mi vida diaria. Esa maldita terraza va a
ser mi muerte.
Cuando revoluciono el motor varias veces, el sonido reafirma que soy un poco
menos idiota, ya que Getty puede ahorrar ese dinero que Mable le trajo hoy para
algo más importante, como consentirse a sí misma.
Después de dejar el auto encendido por unos minutos para asegurarme que
está funcionando bien, lo apago para limpiarme a tiempo para recoger a Getty de su
turno. Le debo una disculpa, pero no sé cómo plantearla sin que las paredes a su
alrededor también suban.
Cuando salgo del auto y salgo por detrás del capó levantado, hago una doble
toma del lujoso auto de ciudad negro estacionado al otro lado de la calle con
ventanas oscuras. Lo miro momentáneamente, pensando en lo fuera de lugar que
parece en esta pintoresca ciudad, antes de cerrar el capó y dirigirme a la ducha.
Es hora de tragarse las palabras, Donavan.
Tal vez necesito una cerveza primero para hacerlas bajar un poco más suave.
O tal vez solo quiero ver a la mujer que me la está sirviendo.
Mi apuesta es por la que usa los calcetines sexys.
154
Capítul o17
GETTY
Tengo una sorpresa para ti. Me quedo inmóvil ante el sonido de la voz de
Zander a mi espalda y tengo que cerrar los ojos momentáneamente. Lágrimas de
frustración por el encuentro con mi padre me han estado quemando la garganta por
horas, y, sin embargo, el alivio inmediato al saber que Zander está aquí me dice
cuánto he llegado a depender de él en cierto sentido.
Y con el alivio viene un recordatorio del sueño de la noche anterior en 3D a full
color. Oh, Dios, ayúdame. No hay manera de que pueda mirarlo a los ojos y no
sonrojarme. O pensar en el calor imaginario de su boca sobre mis pechos. Las manos
en mis muslos. Su lengua en mi…
155
¿Getty?
Cuando me doy la vuelta para enderezar las botellas detrás de la barra, lo
primero que veo es esa sonrisa de niño. Me distrae momentáneamente mientras tira
de mi corazón de una manera que nunca esperé. Levanto la vista para encontrarme
con sus ojos y me sonrojo como una niña con su mano atrapada en el frasco de
galletas, la culpa presumiblemente escrita en mi rostro.
Nuestros ojos se mantienen por un momento, los suyos buscando, los míos
fingiendo normalidad, y en ese instante de segundo, me doy cuenta que la ansiedad
que he sentido durante todo el día por la llegada de mi padre se ha ido. Si bien puede
ser un respiro momentáneo, es bastante poderoso que Zander pueda hacer eso por
mí.
Luego, la realidad vuelve cuando levanta una ceja y espera una respuesta.
Una sorpresa, ¿eh? Podría venirme bien después del día que he tenido.
Trato de no sonar afectada y, sin embargo, sé que captará el tinte de resignación en
mi voz . Estoy súper ocupada aquí.
¿Si? Impenetrables ojos azules buscan los míos. Calibrando si estoy
diciendo la verdad. Y no estoy segura si me cree.
Con los clientes habituales sentados en el extremo opuesto de la barra, mientras
más nos miramos, más difícil será contener todos los secretos que estoy ocultando
de escaparse. Porque ahora mismo necesito a alguien más que nunca. Claro, al
principio fue difícil cuando dejé mi vida anterior, pero por alguna razón es más fácil
huir cuando no hay nadie delante de ti que te está devolviendo a esa persona que
solías ser.
Y ahora mismo solo necesito a alguien. Un amigo. A él.
Muchos turistas hoy. Rompo nuestra mirada y me concentro en limpiar el
resto de la barra. Haciendo mi mejor esfuerzo para mantenerme tranquila.
Parece vacío ahora.
Ajá.
¿Pasó algo hoy, Calcetines?
No le digo, con una sonrisa tensa de nuevo en su lugar. Pero cuando miro
hacia atrás, suaviza la preocupación en su voz . ¿Esta sorpresa tiene algo que ver
con el chocolate?
Su sonrisa se profundiza.
Aún mejor.
Me desato el delantal y lo tiro a la cesta de la ropa, lo que completa mis tareas 156
agita ese dolor lento y dulce en la parte inferior de tu vientre porque cada parte de
ti acaba de despertar a las cosas que dormían.
Sin preámbulos, me acerco a él, llevo mis manos a sus mejillas, me pongo de
puntillas y presiono un beso casto en sus labios en un silencioso gracias. Mi reacción
parece aturdirlo y a una parte de mí le gusta poder hacer eso. Sonriendo a través de
las lágrimas, retrocedo, los dientes superiores muerden mi labio inferior, mis ojos
están fijos en los suyos.
Gracias. Mi voz se escucha en un susurro y siento que le he dicho esto
tantas veces desde que le apunté con la varilla de la persiana, pero esta vez significa
mucho más de lo que puede comprender.
Algo pasa a través de sus ojos y sus labios se transforman en una sonrisa tímida
cuando se extiende para limpiar las lágrimas de mis mejillas. Con un simple
asentimiento acepta mi gratitud.
¿Quieres dar una vuelta?
Me duele la espalda y me duelen los pies y todo lo que había pensado era ir a
casa a tomar un baño caliente, pero nada ha sonado mejor.
Solo si tomas el volante.
De acuerdo.
Con el sol cayendo lentamente en el horizonte, la costa se extiende por
kilómetros delante de nosotros. El océano es todo lo que puedo ver por la ventana
del pasajero, además de fragmentos interrumpidos de pinos que se alzan en el
terreno rocoso. Las ventanas están bajas y el aire frío me azota el cabello, pero lo
recibo con el aroma del alcohol durante todo el día en el bar. Y la ráfaga de aire es
tan fuerte en nuestros oídos que es demasiado difícil hablar, así que conducimos en
un cómodo silencio, ambos contemplando nuestros propios pensamientos.
Y tengo muchos pensamientos en este momento, cuando desearía no tener
ninguno. Repito la escena con mi padre en mi cabeza, tal como lo hice otras cien
veces durante el trabajo de hoy. No, mi resolución no ha vacilado, pero al mismo
tiempo me pregunto qué va a decir, cómo intentará obligarme a volver a mis deberes
y al matrimonio que se niega a aceptar que ha terminado.
Las emociones corren por mi mente como el viento a través de la ventana,
constante y poderoso. Cállate, Getty. Déjalo ir. Así que trato de hacer precisamente
eso. Miro a Zander y sonrío antes de cerrar mis ojos, recostar mi cabeza en el asiento
y permitirme disfrutar del que alguien tome el control del volante por un tiempo
para que pueda ser una pasajera. 158
Es por eso que estoy aquí. Asiente . Herí a mucha gente. Arruiné tantas
cosas. Estaba fuera de lugar al culpar a Colton y Rylee por no hablarme de lo que
descubrí en esa maldita hoja de papel. Y por más que quiera hacer las cosas bien con
mi familia, todavía no puedo. No hasta que me ocupe de revisar el contenido de esa
caja y las consecuencias que temo, para probar que tengo control sobre eso.
Entonces, tal vez pueda demostrarles que soy el hombre que ellos creían que era.
Deja escapar un fuerte suspiro y apoya su cabeza en el asiento.
Dios, probablemente pienses que soy tan cobarde por dejar que esta cosa
estúpida… llena de quién diablos sabe qué… me jodiera tanto. Mantiene los ojos
cerrados y debato si quiere que responda. El ego de un hombre es algo misterioso y
frágil, y solo conozco el de mi padre y el de Ethan y el de ellos está tan inflados que
nunca admitirían algo como eso.
Para ellos, la vulnerabilidad es una emoción a manipular. Se juega con ella.
Toman ventaja de ella. Y, sin embargo, aquí está Zander, diciéndome cosas
libremente, haciéndose vulnerable, cuando tengo la impresión que no es algo que
haga a menudo.
Así que, sentada aquí, mirándolo, el cabello oscuro revuelto por el viento, los
labios fruncidos mientras contempla la situación, unas gafas de sol oscuras que
cuelgan de su camisa, permitiéndome ver sus ojos, y las manos fuertes unidas a las
mías delgadas, sigo mi instinto.
Eso es todo lo que puedo hacer.
No, Zander. No creo que seas un cobarde. En absoluto. Eso es mucho para
que cualquiera lo maneje. Solo estoy tratando de averiguar cómo eres un tipo tan
normal y funcional que no ha enloquecido antes.
Su risa retumba en el auto. Es larga y profunda y puedo decir que un
comentario ligero era lo que necesitaba de mí en este momento. Me alegro de poder
darle eso.
Estoy lejos de lo normal.
Ah, sí. No eres normal en absoluto. Simplemente bonito.
Getty advierte, pero la risa con la que sigue tiene más humor que cinismo
esta vez. Cuando nuestros ojos se encuentran, puedo sentir una parte de mí, las
paredes que he mantenido en alto para proteger mi pasado, mis razones, mis
motivaciones, comienzan a agrietarse.
Y con esa simple idea, me doy cuenta que el foco de atención se ha dirigido
hacia mí. De repente sintiéndome atrapada, salgo bruscamente del auto. La brisa es
fría, pero se siente bien en mi piel. Trago una respiración profunda y trato de calmar 164
cuando el recuerdo que mancha mi alma y se destaca como el que más me duele se
repite en mi mente. Y estoy muy contenta de que Zander sea lo suficientemente
educado como para no preguntar más, porque las heridas aún están crudas todo este
tiempo después.
La primera vez de cuento de hadas no fue para mí. Hubo demandas egoístas y
desprecio de mi dolor en lugar de palabras suaves de aliento y proclamaciones de
amor. Unos pocos gruñidos, algunas críticas de Ethan, y luego me dejaron sola en
una cama gigantesca con lágrimas secándose en mis mejillas y sangre en las sábanas
mientras salía de la habitación del hotel por un rato. Solo para volver más tarde con
aroma de perfume en su cuello y alcohol en la respiración.
¿Getty? El tono de duda de Zander me saca del oscuro recuerdo.
Lo siento. Solo estaba… no importa. Me obligo a sonreír para decirle que
estoy bien . Si me había sentido controlada bajo el pulgar de mi padre, vivir con
Ethan era más como una soga alrededor de mi cuello. Se esperaba perfección y
cualquier cosa menos punible: organización, limpieza de guantes blancos,
apariencia, modales, comidas, todo. Su paranoia creció por los temores de que iba a
perder su puesto en la empresa y perderlo todo. Ese miedo fue desquitado conmigo.
Acusaciones ridículas, críticas constantes, control total sobre mi vida. Mi voz se
rompe en la última oración, demasiados recuerdos me persiguen para no ser
afectada.
¿Así que te fuiste? me pregunta Zander de una manera que me dice que
ya no tengo que explicar las razones. Que entiende lo personales que son y que no
necesita conocer los detalles porque puede inferirlos.
Sí. Trago sobre el nudo en mi garganta . Solicité el divorcio en secreto y
luego me fui a mitad de la noche, pero de alguna manera estaba preparado para eso,
porque ya había congelado todas mis cuentas. Mi padre hizo lo mismo con mis
cuentas de fideicomiso, cuando no debería ser posible.
Casi puedo ver los engranajes de su mente encajando en su lugar. Cómo me
enojé por su acusación de ser una bebé de fondo fiduciario. Por qué tengo cosas
caras, pero necesito mi trabajo desesperadamente.
Y ahora están aquí dice en afirmación.
Solo mi padre, eso lo sé. Y odio ese pánico momentáneo de preguntarme
si Ethan está acechando cerca de la ciudad. Lo empujo lejos. Enfocándome en sacarlo
todo . Sabía que con el tiempo me encontraría. Los brazos de largo alcance de
Damon Caster son ineludibles. Pero necesitaba el tiempo suficiente para asegurarme
de que era lo suficientemente fuerte para enfrentarlo. Que su control sobre mí había
168
disminuido. Y esas palabras, su control sobre mí… estoy tan avergonzada de admitir
que dejé que alguien tuviera eso.
La vergüenza me tiene apartando mis ojos de los suyos. Miro hacia el agua,
veo cómo la brisa del océano crea patrones en el agua y reprimo las auto
reprimendas por la vida que solía vivir.
Getty, no. Por favor, no. Tira de mi mano para que lo mire, y todavía no
puedo . Nadie sabe nada de estar en tus zapatos a menos que hayan caminado en
ellos. Pero no estoy pensando eso. De ningún modo. Estoy pensando en la cantidad
de coraje que debes haber tenido para dejar esa vida. Cualquier otro pensaría que
estaba llena de privilegios y perfección, pero en cambio, era como una prisión.
No tan valiente ahora, sin embargo, cuando vi a mi padre parado en el bar
hoy y mi primer pensamiento fue correr de nuevo. Me atraganto con las palabras.
Cae otra lágrima. El calor de las confesiones se siente como si me hubieran
manchado las mejillas . Y luego trajiste el auto y estaba funcionando y… Mis
palabras se apagan y mi tren de pensamientos se pierde momentáneamente en la
emoción.
¿Qué quería, Getty? Hay preocupación en su voz. Y tal vez algo de ira.
Quería que detuviera mi farsa, como lo llama, y que volviera a casa. Que,
como la esposa de Ethan, necesito defender el estatus social de nuestra familia
imito el tono rígido de barítono de mi padre, y me río con ganas . Le dije una
palabra que nunca había escuchado de mí antes: no. Que me quedaba donde estaba.
Zander me aprieta la mano y cuando me vuelvo a mirarlo, su sonrisa es amplia
y orgullosa.
Luego me dijo que me recogería mañana por la noche para cenar, para
meterme algo de sentido. Hacer un plan para mitigar los chismes cuando regrese.
Zander debe sentir la resignación en mi voz.
Si vas, voy contigo.
Sus palabras me desconciertan y no se parecen en nada a lo que esperaba
escuchar. Sin embargo, nunca he escuchado nada que suene mejor.
No podría pedirte que hagas eso.
Por favor ven conmigo
No me lo pediste. Te estoy ofreciendo. Asiente resueltamente, como si la
discusión hubiera terminado.
Él no va a responder bien a tu presencia. ¿Y por qué me estoy disculpando
por un hombre que obviamente no me tiene en cuenta?
Incluso mejor. Zander aplaude y se frota las manos . No hay nada que 169
Por costumbre, mis ojos escudriñan las calles en el camino de regreso a casa
por la ciudad como si nos fuéramos a encontrar accidentalmente con mi padre. Odio
haber vuelto a esta sensación después de estar sola por más de cuatro meses. Me
recuerda cómo me sentí en esos primeros días, como una fugitiva que está a punto
de ser atrapada y arrastrada a la cárcel en cualquier momento.
Zander se detiene en el camino de entrada y en el momento en que entramos
en la casa, me siento inmediatamente inquieta. Tal vez sea el ¿ahora a dónde vamos
desde aquí? o simplemente un empujón repentino a mi realidad cuando estaba en un
punto más indulgente.
170
Manteniéndome ocupada, guardo los platos, doblo la ropa, cambio las sábanas
de mi cama. Zander está en el sofá cuando entro a la cocina, con las piernas estiradas,
los pies cruzados por los tobillos, su computadora portátil sobre los muslos. No
levanta la vista ni me molesta y estoy agradecida por el espacio que me ha dado,
porque, aunque me siento aliviada por haberle dicho a alguien, mi mente ahora está
trabajando a un millón de kilómetros por hora. Agarro una bebida y luego la vuelvo
a dejar, mi estómago repentinamente en nudos. Sin saber qué hacer a continuación,
entro a mi habitación, donde un lienzo en blanco me parece tentador, pero por
primera vez, no estoy segura de qué pintar.
Resignada a esta sensación de inquietud, opto por una ducha larga y caliente
que no hace nada para aliviar la discordia. Después de secarme, me pongo la bata y
la sonrisa es automática cuando veo los productos de Zander en el mostrador
volcados, torcidos, al revés. La ironía es que está tan mal que sé que lo hizo a
propósito.
Su intención hace que el acto sea mucho más dulce. Y mi próxima decisión es
mucho más fácil de hacer.
La casa está en silencio cuando salgo del baño y me encuentro moviéndome
hacia las puertas corredizas de vidrio que conducen a la terraza exterior. A la luz de
la luna puedo distinguir las herramientas que aún están esparcidas alrededor de la
plataforma, los tablones que esperan para reforzar la estructura existente, la hoja de
madera aún en espera de ser lijada y pintada.
Pero son las luces en el agua las que llaman mi atención. Los barcos regresan a
casa con sus familias o los que parten en un nuevo viaje. Los miro por lo que se siente
como una eternidad, mis piernas se enfrían debajo de la bata y mi aliento empaña la
ventana frente a mí. Me quedo inmóvil en el oscuro pasillo, porque, como en el
restaurante, me pierdo en la historia que creo para cada una de las luces brillantes.
Porque a veces pensar en los demás hace que sea mucho más fácil olvidarse de
ti mismo.
¿Getty? La voz de Zander es suave cuando se pone detrás de mí. Y no
salto, porque por alguna razón, sabía que me encontraría. Me traería de vuelta
cuando estoy tratando de olvidarme de mí misma.
¿Mmm? Mantengo mis ojos en las luces, sus historias aún en voz alta en
mi cabeza, pero mi cuerpo definitivamente está cambiando su atención hacia su
presencia innegable.
Estás muy callada. Lo has estado desde que llegamos a casa. ¿Estás bien?
Como si no fuera una pregunta cargada cuando se trata de nosotros dos.
Encuentro sus ojos brevemente en el reflejo del vidrio antes de mirar hacia las luces. 171
Me toma un momento contestarle.
Sí. No. No lo sé.
Se ríe suavemente y sé que está pensando en la última vez que nuestra
conversación involucró esta frase. Cuando apoya sus manos sobre mis hombros,
toma todo lo que tengo para no hundirme en él. Su toque enciende algo dentro de
mí y es como si no pudiera pensar con claridad cuando lo hace.
Pero no estoy segura si quiero que mueva sus manos, porque estoy tan cansada
de pensar y preocuparme que le doy la bienvenida a la falta de pensamientos. Y si
sus manos en mis hombros pueden desordenar mi cabeza, me pregunto qué podría
hacer el peso de su cuerpo sobre el mío.
Es un pensamiento fugaz cuando su risa se desvanece y el silencio desciende a
nuestro alrededor una vez más. La inhalación de su respiración y un auto que circula
fuera son los únicos sonidos.
Está bien sentirse un poco confundida después de revelarle tus secretos a
alguien. Quiero creerle que esto es normal, pero estoy muy lejos de reconocer lo
normal y ya no sé qué pensar. Cuando no respondo, continúa . Sé que me siento
igual.
Lo siento. No quiero que te sientas…
Te dije que no más disculpas, Getty. Su voz es severa, implacable . No
hiciste nada malo. Aprieta mis hombros suavemente y mis ojos se iluminan para
encontrarse con los suyos en el reflejo de nuevo. Nuestras miradas se mantienen en
la oscuridad, una mezcla de preocupación y comprensión en las suyas . Háblame.
Date la vuelta y dime qué está pasando en esa hermosa mente tuya.
La duda es mi amiga esta noche. Y también lo es el vidrio frente a mí que me
permite mirar a Zander sin realmente mirarlo. Llámalo sentirse expuesto o
vulnerable, pero por alguna razón en este momento no puedo mirarlo directamente
a los ojos.
No lo sé. Hago una pausa, respiro hondo y trato de encontrar las palabras
para expresar cómo me siento . Es como que estoy tan segura que hice lo correcto
al irme, tan segura que no inventé en mi cabeza cómo me trataron o que reaccioné
de forma exagerada, como solía decirme Ethan que hacía. En cualquier caso, no
puedo evitar que la duda me embargue. Y lo odio. Estoy tan avergonzada porque
soy más fuerte que eso ahora. Una persona diferente a esa mujer débil que solía ser.
Pero después de todos esos años siendo controlada y criticada, y decirme que estaba
equivocada… detesto que me sienta tan fuerte en un minuto y que al siguiente me
desmorone. Me hace cuestionar mi cordura. Mi pecho se contrae cuando dejo las
contradicciones que descartan mi vida sobre la mesa proverbial y espero que 172
entienda lo que estoy tratando de decir. Que no me juzgue como débil por la
admisión.
Está bien. Muy normal. El calor de su aliento golpea mi cuello mientras
apoya su frente contra la coronilla de mi cabeza. Una acción tan íntima cuando todo
lo que quiero hacer es alejarme, porque no merezco esto de él. Lo que merezco es
que me dé una sacudida fuerte a mis hombros para que tenga algo de sentido en mí
y me diga que tengo que darme la vuelta. Pero no lo hace. Me da paciencia,
comprensión y compasión cuando menos los espero . No puedes deshacer algo en
unos pocos meses cuando se te ha metido en la cabeza año, tras año, tras año.
Ya no quiero ser esa persona, Zander. No quiero ser Gertrude Caster-Adams.
Mi voz es suave, pero transmite mi agitación interior.
Sus manos en mis hombros me presionan para que me dé la vuelta y me
encuentre cara a cara con él, de espaldas a la puerta corrediza de cristal. Sus ojos
azules están llenos de determinación cuando se encuentran con los míos.
Ya no eres ella. Eres Getty Caster, de PineRidge, a quien le gustan los cajones
de cubiertos desordenados, quien piensa que una varita de persiana es un arma
formidable, y es la única mujer que conozco que puede lucir un par de calcetines
hasta las rodillas que no coinciden y hacer que se vean jodidamente sexys.
Lo que sea. Pongo los ojos en blanco e intento dar un paso hacia un lado.
Sus palabras golpearon mis oídos, pero no se asimilaron.
No. Déjame terminar. Se acerca más, y no puedo negar la poderosa
sensación del calor de su cuerpo contra el mío. A continuación, sus manos están
enmarcando mi mandíbula y dirigiendo mi rostro hacia el suyo . Eres Getty Caster.
Una luchadora en todos los sentidos de la palabra. Una persona que es diez veces
mejor que cualquier hombre que la derribe. Una mujer que sabe que está bien tener
miedo a veces, siempre y cuando se dé cuenta que se necesita mucha más valentía
para tener miedo y tener éxito, que para temer y rendirse.
Lágrimas llenan mis ojos. Incluso con sus manos en mis mejillas, sutilmente
estoy en desacuerdo con un movimiento de mi cabeza, porque las palabras no son
posibles en este momento. Lo que me dice es mucho más difícil de aceptar que las
mentiras y la duda.
Eres Getty Caster continúa , bebedora primeriza de cerveza y aprendiz
de carpintería de terrazas, que tiene una imaginación perversa cuando se trata de
inventar las historias de otras personas como en el restaurante. Ahora solo tienes
que terminar de averiguar cuál quieres que sea tu historia.
No. Sale sin ninguna convicción y con un sollozo alojado en mi garganta.
Porque sus palabras están causando que todas mis esperanzas, deseos y anhelos 173
salgan a la superficie cuando han sido empujados al fondo por mucho tiempo.
Sí. Su voz es suave, pero definitiva. Cuando bajo mis ojos, levanta mi
cabeza más en alto, así que no tengo más remedio que mirarlo . Eres Getty Caster.
Artista extraordinaria, pintora de puestas de sol en lugar de mares tormentosos.
O ráfagas de viento. Mis palabras son apenas audibles. El momento se
siente a la vez demasiado real, demasiado crudo y, sin embargo, conmovedoramente
perfecto.
O ráfagas de viento repite con la misma calma.
Su sonrisa es genuina. Su mirada es firme en la mía. Y hay algo en la forma en
que dice las palabras que me dice que realmente las quiere decir. No ve a esa otra
mujer que solía ser cuando me mira. Ve la nueva yo.
Getty Caster.
Estamos en ese estado suspendido de anticipación por lo que se siente como
una eternidad. Sus manos todavía están en mi rostro y su aliento me recorre los
labios mientras mi corazón late con un nuevo ritmo. Uno lleno de expectativa,
esperanza y un miedo muy diferente al que estoy acostumbrada. Es del tipo que
hace que tus palmas suden y tu estómago se desplome porque el hombre que está
delante de ti es tan increíble por dentro y por fuera que tienes miedo que no sea real.
Zander. No es una pregunta, más bien es una admisión de querer y decirle
que sí, y no sé al mismo tiempo.
Getty.
Cierra la distancia a un ritmo tan lento que cuando sus labios rozan
ligeramente los míos en un beso que insinúa lo que está por venir, siento que he
esperado años para que eso suceda.
Nuestros labios se encuentran, una vez, dos veces, una tercera vez antes que se
incline hacia atrás, los ojos buscando, exigiendo, queriendo, y sin embargo estamos
completamente inmóviles y completamente en silencio.
El deseo fluye como un río furioso a través de mí, mientras que los nervios, las
dudas y las inseguridades luchan contra la corriente.
Estoy nerviosa.
¿De qué? Y la curiosidad entrelazada con esperanza en su voz me dice que
me está pidiendo que verbalice mi decisión de querer estar con él. Mi comprensión
que solo hay tanto que puede darme.
Soy… Me aclaro la garganta mientras mis manos se mueven
inquietamente donde descansan sobre la piel desnuda de su cintura. Evito mis ojos
antes de hablar para que no pueda ver mi vergüenza . No soy buena en esto. 174
de mi cabeza, la otra me agarra el culo para que pueda apretarse contra mí.
El dolor brilla intensamente mientras bailamos juntos y empujamos nuestra
fuerza de voluntad hasta el punto de no retorno. Y luego se va.
Perdida a la seducción. Olvidada en nuestra necesidad mutua.
Es como si un interruptor se activara en ambos simultáneamente. Nuestro beso
se vuelve más posesivo. Nuestros cuerpos se fijan en el siguiente paso, el siguiente
máximo, la siguiente conexión.
Mis manos están en el botón de sus vaqueros. Sus palmas acunan mis pechos.
Su lengua lame una línea por la curva de mi hombro antes que sus dientes den un
mordisco juguetón allí. Mis manos están cubiertas por las suyas para que podamos
bajar sus vaqueros juntos. Y sé que he visto su polla antes, pero que me maldigan si
la sensación de su erección rebotando cuando se libera de los confines de la mezclilla
no me hace la respiración difícil.
No tengo mucho tiempo para pensar en su dureza que descansa contra la parte
inferior de mi vientre porque Zander me empuja hacia atrás para que la parte de
atrás de mis rodillas golpee el colchón. Con su boca en la mía, descarrilando todos
los demás pensamientos, me dirige de espaldas a la cama. Nos movemos al unísono.
Nuestros cuerpos responden a las demandas del otro sin pensar en ello.
Estoy de espaldas en la cama, las rodillas de Zander enmarcan mis caderas, sus
manos apoyadas a cada lado de mi cabeza, y se inclina hacia atrás para mirarme a
los ojos. Con mi boca aun vibrando por sus besos, una sonrisa lenta y torcida levanta
la comisura de la suya.
¿Sabes lo difícil que es hacer esto y no dar un paso atrás para admirarte
desnuda y acostada en mi cama? Sé que estás asustada. Sé que has sido herida. Y sé
que te preocupas por lo que voy a pensar de ti. Que pueda compararte con otras
mujeres. Escúchame cuando digo esto, Getty. No. Soy. Él. No hay historia en esta
habitación. No hay historia entre nosotros. Sólo el aquí. El ahora. Solo tú y yo. Y
joder, sí, te deseo más de lo que he deseado a alguien en tanto tiempo como puedo
recordar. Dios, eres sexy como el pecado. Estoy medio deseando que tuvieras esos
calcetines hasta la rodilla en este momento.
La sonrisa en mis labios es instantánea. Su intento de calmar mis miedos y
luego relajarme me recuerda por qué estoy aquí con él, a pesar de saber que esto no
puede ir a ninguna parte. Alejo el pensamiento. Concentrándome en el aquí y ahora
y en cómo me hace sentir. Digna, sexy, y querida por primera vez desde siempre.
Cómo me está adorando con su lenta y dulce seducción.
Suelto una carcajada mientras pienso en su fijación con los calcetines. Y luego
178
se convierte en un gemido desesperado cuando una de sus manos se desliza entre
mis muslos mientras se mueve sobre sus rodillas para separar mis piernas.
Con toques suaves, pasa los dedos por un muslo, por encima de la parte
inferior de mi vientre y luego por el otro. Después de hacer eso unas cuantas veces,
los arrastra por el interior de mis muslos separados, por lo que solo se siente un
susurro de un toque en el exterior de mi sexo. Cada vez que recorre el mismo
camino, su toque se vuelve un poco más firme, sus dedos más atentos.
Se sienta de rodillas, con el rostro inclinado hacia abajo, observando mi cuerpo
tenso en previsión de su toque. Cuando levanta los ojos, una sombra cubre un lado
de su rostro, pero la intensidad de su mirada brilla a través de la oscuridad
iluminada por la luna.
Hay tantas cosas que quiero hacerte, Getty. Vamos a llegar a todas ellas.
Quiero bajar mi boca y saborearte. Extender tu coño, usar mis manos y mi lengua
para hacer que te pongas frenética hasta que te vengas. Quiero encender las luces.
Así puedo mirarte a los ojos y ver tu rostro cuando te pierdas por las cosas que te
hago. Así no puedes esconderte de mí. O de ti. Quiero mirar hacia abajo mientras
envuelves tus labios alrededor de mi polla y me miras con la boca llena de mí. Te
quiero arriba. Así puedo tener tus tetas en mi boca y mis dedos en tu clítoris mientras
te mueves como lo necesitas para que puedas venirte. Quiero que te pongas de
rodillas para poder agarrarte por el trasero mientras te penetro desde atrás. Sus
ojos brillan cuando se inclina hacia delante para asegurarse que pueda verlo.
Y puedo verlo bien. Cabello oscuro, ojos claros y dientes mordiéndose el labio
inferior, es un maldito Adonis inclinado sobre mí, robándome los pensamientos y
despertando cada parte de mí que ha estado muerta durante mucho tiempo.
Te quiero en la encimera de la cocina, en el patio, en tu cama, en el bosque.
Te llevaré a cualquier lugar en que me aceptes, Getty, porque me haces querer tanto
y no soy un hombre que quiera mucho. Entonces, cuando dudes de lo que sea que
dudarás cuando hayamos terminado aquí, quiero que recuerdes esto. Todo ello.
Porque cumpliré esa promesa. Estoy aquí para demostrar que soy un hombre de
palabra y contigo no es diferente.
Sus palabras son tan sugerentes como su toque. Nunca supe que podías seducir
solo con palabras y, sin embargo, me seduce. Arrastrada por el hechizo de promesas
explícitas que no se sienten baratas o falsas. Estoy lista. Complaciente. Desesperada.
Porque ponga cualquiera de esos planes en acción.
Pero primero esto. Se inclina y me besa con reverencia antes de retirarse
. Primero, nos lo tomamos lento.
Sus manos recorren mi torso, los pulgares rozan la parte inferior de mis senos.
179
Su lengua traza un círculo sobre mi pezón. Luego cierra la boca sobre este y lo chupa.
Mis manos agarran las sábanas debajo de mí mientras jadeo.
Nos tomamos nuestro tiempo.
La punta de su lengua se desliza por la línea media de mi abdomen. Un beso
con la boca abierta. Otro paso tentador de su lengua mientras lame un círculo
alrededor de mi ombligo. Mi temblorosa inhalación llena la habitación.
Quiero mostrarte que el sexo no se trata de ser bueno o malo en eso, sino de
encontrar el ritmo correcto. El lugar correcto.
Pasa la punta de su nariz por mi estómago entre mis senos mientras sus dedos
encuentran su camino hacia mis muslos internos y se deslizan entre los labios de mi
sexo hacia la humedad en su centro. Nuestros sonidos se vuelven lo suficientemente
fuertes como para llenar la habitación; su gemido gutural y mis gemidos jadeantes;
cuando una oleada de calor abruma cada parte de mí por sus labios provocando la
parte inferior de mi mandíbula y sus dedos, suavemente agregando fricción sobre
mi clítoris.
Se trata de tener paciencia.
Murmura contra la sensible piel de mi cuello mientras mis caderas se mueven
y se levantan. Y ruegan por más. Mi aliento se debilita. Mi concentración está en las
sensaciones que sus dedos evocan en lugar de recordar cómo respirar. Porque hacer
las dos cosas es una lucha cuando mete los dedos en mí y comienza a moverlos a un
ritmo lento que coincide con los besos que cubren mi piel.
Se trata de ser considerado. Querer que tu pareja se corra tanto como tú
quieres. Saber que la satisfacción viene de más maneras que solo el final del juego.
Su boca cálida en el lóbulo de mi oreja. Sus dedos adeptos dentro de mí. La
cantidad perfecta de presión y fricción. Mi cabeza cae hacia atrás. Mis piernas se
tensan hacia arriba. Mis labios se abren. Mi mente abandona cualquier pensamiento
que no sea él. Zander. Y lo que me está haciendo. Es indescriptible.
Mente distraída de la duda. Cuerpo traído a ese borde de caída libre con su
mezcla erótica e íntima de palabras y acciones.
Se trata de dejarte ir porque confías en que la otra persona te llevará allí.
Su aliento comienza a trabajar contra mi mejilla mientras su mano se mueve
más rápido. La que frota contra mi clítoris. Un calor placentero comienza a arder
más en mi interior. Hierve en mi núcleo. Roba mis inhibiciones. Enciende mi libido.
Me empuja hacia el límite.
Mis manos se aferran a sus hombros. Las uñas marcan su carne. Mis piernas se
tensan contra sus rodillas entre mis muslos. Su nombre cae de mi boca. Sus dientes
muerden esa curva sensible entre mi cuello y mis hombros mientras mis músculos 180
pulsan alrededor de sus dedos.
Déjalo ir, Getty alienta, con voz llena de deseo.
Lucho por la coherencia mientras esa ráfaga de calor candente me atraviesa. La
liberación es en todo lo que puedo enfocar. Creo que dice mi nombre. Me alienta
mientras sus dedos toman mi orgasmo sin darme un respiro para ganar algo de
sentido. Y creo que eso es lo que quiere, porque su risa suave vibra contra mi pecho,
donde sus labios aún me besan suavemente.
Con mi cuerpo flotando en lo alto de la bruma orgásmica, me permite solo un
segundo recuperar el aliento antes de retirar sus dedos de dentro de mí. Mi suave
gemido de protesta es sofocado cuando su boca se encuentra con la mía de nuevo en
un beso lleno de desesperación. Es como si estuviera tratando de tomar aire y
estuviera tratando de pasarme el suyo.
Maldita sea murmura contra mis labios. Sus manos deambulan y reclama
mi boca. La urgencia entre nosotros aumenta y quiero la codicia que puedo sentir en
su toque. Así que recibo con satisfacción el sonido del envoltorio de aluminio
rasgándose después de escuchar que se abre la mesita de noche cuando se pone de
rodillas y se cubre.
Toma mis piernas en sus manos y me acerca a él para que la parte de atrás de
mis muslos descanse sobre sus caderas. No sé si debería odiar o amar el aleteo en mi
vientre al sentir la cresta de su polla colocada en mi entrada. Si debo ceder a las
críticas incrustadas en mi psique por mi falta de destreza sexual o dejarlo pasar y
simplemente disfrutar del hombre frente a mí.
Con su polla en su mano, frota arriba y abajo la línea de mi sexo, y por mucho
que la anticipación de que entre en mí me hace querer avanzar, no puedo resistir el
impulso de mirar hacia arriba y encontrar sus ojos. Y con un toque de luz de luna en
su rostro resaltando la lenta lamida de su lengua sobre su labio inferior y el deseo
sin restricciones ardiendo en sus ojos, sé que la sensación de aleteo es algo a lo que
me aferraré.
Esto es mío ahora, Getty murmura en la habitación silenciosa, con los ojos
fijos en los míos, y lentamente se abre camino hacia mí. Centímetro por centímetro
dolorosamente dulce. Mi cuerpo arde en la más placentera de las quemaduras
mientras me llena de todas las formas posibles.
Cuando está enfundado de raíz a punta, los músculos de su cuello y hombros
demuestran visiblemente la restricción que sujeta por un hilo delgado, se inclina
hacia adelante para que no haya ningún error en lo que está a punto de decir.
No de él. Mueve sus caderas en un círculo lento que nos hace gemir ante la
181
letanía de sensaciones que está creando para los dos . Mío. Manos sostienen el
interior de mis muslos separados en un agarre posesivo, se retira lentamente de
modo que solo la cabeza de su polla está dentro de mí. Envuelve una de sus manos
alrededor de su miembro para poder provocarme antes de reanudar la lenta y
devoradora penetración.
Y cuando sale casi del todo, la palabra que pronuncia en un gemido de dolor
es la más sexy que he escuchado de él todavía.
Tuyo. Un movimiento de caderas . Mío. Luego, un movimiento de mis
piernas hacia arriba mientras se empuja lo más profundo posible . Nuestro.
Con nuestros cuerpos conectados, se inclina hacia adelante en la última palabra
y me besa suavemente. Y me encanta que, aunque está dentro de mí, todavía trate el
beso como si fuera la acción más íntima entre nosotros. Cuando se retira, esos ojos
azules cargados de deseo se encuentran con los míos.
¿Entendido?
Sí.
Nuestros labios se encuentran una vez más antes que se ponga de rodillas y
comience a tomar lo que estoy ofreciendo. Mi confianza. Mi cuerpo. Y me estaría
mintiendo a mí misma si no dijera un poco más de mi corazón.
Sus caderas comienzan a moverse más rápido con cada empuje. La cresta de
su polla sigue golpeando perfectamente en ese centro de nervios dentro de mí que
nunca supe que existía. Es una sensación diferente a la de cuando sus dedos
trabajaron en mi clítoris. Una presión que se intensifica a medida que aumenta el
ritmo.
El tiempo pasa en sensaciones puras. El pellizco de sus dedos en mis muslos.
La niebla del sudor en mi piel. El gemido que emite mientras se deshace lentamente.
El cosquilleo del éxtasis en todo mi cuerpo. Luego, todo el placer surge y se estrella
después que su polla se desliza perfectamente sobre el codiciado lugar dentro de mí.
La incoherencia cede a medida que se hincha más grande, más duro, y continúa su
ritmo implacable.
Getty.
Es el gemido roto de mi nombre lo que me arrastra de la avalancha de
sensaciones que ha creado. Me concentro en él justo a tiempo para verlo en toda su
gloria: la cabeza echada hacia atrás, los músculos tensos, las caderas empujando
implacablemente mientras su orgasmo se estremece a través de él. Lo miro con una
mezcla de asombro y vergüenza: asombro por lo increíblemente sexy que se ve y la
vergüenza de no querer que me atrapen mirando fijamente.
182
Pero no puedo evitarlo. La expresión en su rostro cuando baja la cabeza y me
mira: satisfacción, deseo, agotamiento; es tan abrumadora para mí
Porque las puse allí. Yo. Getty Caster.
Y no tengo mucho más tiempo para pensar en eso antes que una sonrisa
satisfecha lentamente curve su magnífica boca mientras se inclina hacia adelante
para presionar un beso profundo y prolongado en mis labios, lo que hace que todo
se revuelva una vez más en la parte inferior de mi vientre.
Zander sale cuidadosamente de mí y se levanta de la cama para limpiar. El
sentimiento de pánico que esperaba de ¿Qué sigue? no viene. Tal vez es porque tengo
casi veintiséis años y por primera vez he tenido el sexo adecuado.
Y adecuado ni siquiera comienza a describir lo que Zander me hizo. Estoy
agotada y emocionada, y puedo ver por qué la intimidad sexual es tan importante
para una relación. Cimentar la conexión entre dos personas. Especialmente cuando
esa persona tiene las habilidades de Zander Donavan.
Perdida en mis pensamientos dispersos, emito un suspiro de satisfacción
cuando Zander se desliza de nuevo en la cama y tira de mi cuerpo contra él, mi
espalda hacia su frente. Presiona un beso en mi hombro y las lágrimas
inesperadamente me pican en los ojos, la emoción de la noche me abruma.
¿Estás bien? pregunta, su boca moviéndose contra mi piel.
Sí. Asiento y deslizo mis manos sobre sus brazos, envueltas alrededor de
mi cintura . Sí. Gracias. Esas palabras no son ni siquiera lo suficientemente
adecuadas para agradecerle la ternura y la sensación de seguridad que me acaba de
dar. O la pequeña porción de confianza de que Ethan podría estar equivocado acerca
de mí.
No tienes que agradecerme. Se ríe . No es como si fueras la única que se
benefició. El sonido de su voz cargada de sueño infla mi ego y dejo que la sonrisa
que no puede ver se extienda sin reparos en mis labios . Y la próxima vez, está bien
que hables y me digas lo que quieres. Qué necesitas. Puedo manejar que me digan
qué hacer. Se ríe suavemente otra vez, la reverberación retumba contra mi
espalda.
No hables, Gertrude. Tu voz me distrae. Me recuerda que eres tú a quien estoy follando.
La próxima vez que hables, ya sabes lo que pasa…
Empujo el horrible recuerdo de mis pensamientos. Los decretos de mi ex
esposo habían gobernado previamente mi experiencia sexual. Pero no quiero que
invadan este momento con Zander. Arruinar este sabor de normalidad que ahora sé
que tengo derecho a sentir. Me gustaría escuchar las palabras que dijo Zander en su 183
lugar, la próxima vez, y aferrarme al conocimiento de que quiere que haya una
próxima vez. Que en realidad quiere que haya más. Conmigo.
¿De acuerdo? me pregunta cuando no respondo.
De acuerdo.
Ah, ah dice mientras me jala más fuerte . No vuelves a desaparecer en
tus dudas. No te voy a dejar. Hoy fue… Sopla un suspiro . Hoy sucedieron
muchas cosas, pero necesito que me escuches cuando digo que esto no fue un error.
Cada vez que te toqué, todo lo que hicimos, fue porque quería. No porque sentí pena
por ti o por tu pasado. Sino porque quería.
No tienes que… Inhala confianza, Getty. Exhala la duda. Aprieto los ojos y
repito el mantra en silencio. Permitiéndome realmente aceptar sus palabras.
Dejando que se hundan. Decirme que la sensación de su cuerpo cálido y firme contra
el mío no es una casualidad. De alguna manera, es la forma del destino de
demostrarme que estoy equivocada. Que soy capaz de todo lo que me dijeron que
no podía hacer. Trabajo para tragar el nudo en mi garganta y me corrijo . ¿Qué
estabas diciendo?
Y, por supuesto, es mucho más fácil cuando siento que su boca aún está
presionada contra mi hombro extendiéndose en una sonrisa, porque ya me entiende
lo suficiente como para saber que estoy tratando de ser la Getty Caster que me está
animando a ser.
La confianza es sexy, Calcetines, así que mejor ten cuidado con eso o no
podremos salir de esta habitación.
184
Capítul o19
ZANDER
Estoy de pie en el techo con el aire fresco de la mañana, con la vista del puerto
extendida frente a mí, pero todo lo que veo es a ella: labios hinchados, muslos
extendidos, coño mojado, pezones rosados. Tranquilo, amigo. Y, sin embargo, es la
mirada en sus ojos lo que sigue volviendo a mí. Una combinación de confianza
herida y deseo esperanzador. Además de zorra tímida. La última que ella todavía
no ve, pero yo sí puedo verla.
Pero son sus ojos los que me desperté recordando. Mientras yacía allí con
nuestros cuerpos enredados, seguía pensando en todo lo que me había contado
sobre su pasado, la mitad de lo cual estoy seguro que fue confesado. Y lo que repetía
una y otra vez en mi cabeza era cuánta confianza me había dado la noche anterior.
Agarro el martillo y un clavo. Lo golpeo con vigor por la frustración que no
puedo sacarme.
La frustración que me hizo salir de la cama. Lejos de su cuerpo cálido y curvas
calientes y arrugas de almohadas en sus mejillas. Porque necesitaba distancia.
Espacio. Obtuve lo que quería, Getty desnuda y debajo de mí, pero creo que también
tengo algunas cosas que no quería. Que no puedo tener. Que no merezco.
Otro clavo. Otro golpe no catártico del martillo.
Ella no debería confiar en mí. No debería mirarme con esos ojos color chocolate,
una combinación en guerra de heridos e inocentes, mientras pone a su maltratado
yo en mis manos, porque no estoy en condiciones de mejorar su vida. De hecho,
estoy tan jodido como ella. Tal vez aún más.
Deslizo una teja. Sostengo un clavo. Agarro el martillo.
Era solo sexo. Amigos con beneficios sexuales. Amigos con alucinantes
beneficios sexuales. Sexo para despertar y querer hacerlo todo de nuevo. Y luego
posiblemente otra vez. Y no porque hicimos algo de la mierda perversa que lo hace
interesante, sino más bien porque no lo hicimos. Éramos simplemente ella y yo;
confiar y dar y recibir y todo lo que le dije durante, cuando debería haber mantenido
la boca cerrada.
Golpeo el martillo hasta que hay una abolladura en la teja porque no queda
nada para clavar.
Nadie cree lo que se dice durante el sexo de todos modos. Solo palabras vacías
para llenar el silencio. Para excitarla. Para hacerla sentir especial. Para establecer el
estado de ánimo. Palabras que no recuerdas más tarde porque te pierdes en el final
del juego.
Entonces, ¿por qué recuerdo cada cosa que dije anoche? ¿Cada promesa? Hasta 186
la última palabra
Porque las dije en serio.
Fallo el golpe en el clavo. El martillo golpea en el material compuesto.
Joder grito la palabra. Frunzo mi nariz y aprieto mis ojos mientras inhalo.
No puedo decirlas en serio. Tengo una vida por vivir. Una carrera por retomar.
Cosas malas por acomodar.
Le advertí. Le dije que no podía darle más de unos meses de diversión. Pensé
que eso sería suficiente, ponerlo sobre la mesa antes que sucediera algo. Habrías
pensado que también habría sido lo suficientemente inteligente como para
advertirme a mí mismo.
Parece que me olvidé de esa parte.
Pero no es como si hubiera podido predecir lo de ayer. El paseo hasta el
mirador. Las confesiones inesperadas. Cómo se paró en el pasillo acercándose a mí
con el océano a sus espaldas y el deseo palpable entre nosotros.
No soy el tipo de tengo relaciones sexuales, luego me levanto y me voy mientras las
sábanas siguen estando calientes. Pero tampoco soy el tipo de nos quedamos dormidos,
despertamos, volvemos a tener relaciones sexuales y averiguarnos cómo pasar el día juntos.
Entonces, ¿por qué quería hacer eso?
Colocando la garra del martillo debajo de la teja, la empujo hacia abajo y la
halo. La quito. La tiro del techo con un golpe sordo.
Malditas complicaciones. Tengo una agenda. Enfrentar la caja de cartón.
Agradecer a Smitty terminando las reparaciones de la casa. Averiguar cómo hacer
las cosas bien con mi familia: Rylee, Colton, mis hermanos, el equipo, mis fans. Y
luego hacerlo.
Estoy aquí para simplificar la mierda. No hacerla más difícil. Y, sin embargo,
en el momento en que obtuve exactamente lo que quería, Getty extendiendo sus
muslos para mí, me metí de cabeza en la complicación.
Y demonios, si no quiero hacer eso otra vez.
Martillo. Clavo. Golpearlo como loco. La liberación que estaba buscando
cuando vine aquí es inexistente. Frustrado, suspiro y ruedo los hombros.
Necesito aclarar mi cabeza. Ganar algo de perspectiva. Alejarme de la casa por
un momento, así dejo de pensar en los suaves labios y el atractivo cuerpo de Getty.
Tomarme un tiempo para mí.
No es como si no hubiera hecho la cosa de amigos con beneficios antes. Pero 187
nunca lo he hecho cuando estoy viviendo con la persona. Eso causa algunos
problemas. Por ejemplo, cuando quieres más beneficios, todo lo que tienes que hacer
es caminar diez pasos hasta la habitación de al lado en lugar de retroceder, buscar
calma, y usar tu mano o esperar hasta que puedan encontrarse nuevamente.
Esa tiene que ser la razón por la que me siento así. Debido a que el encuentro
está justo frente a mi cara, así que mantener la distancia será más difícil.
Mierda. Ya no tengo clavos. Echo un vistazo a la caja de estos en el banco del
caballete que he colocado en el suelo.
Adrenalina. Es lo que necesito. Para recordarme que tengo una carrera a la que
volver. Para reforzar que mi tiempo aquí es limitado. Que necesito terminar estas
reparaciones más temprano que tarde. Que Getty es solo una aventura: un poco de
sexo caliente. Una amiga con beneficios. Dejar de hacer promesas sabiendo que no
estaré el tiempo suficiente para cumplirlas.
La adrenalina es la panacea. Estoy decidido. Aclara mi cabeza. Me recuerda el
inicio de una carrera cuando me veo forzado a centrarme en mí y solo en mí, que es
exactamente lo que necesito.
No en Getty.
Renuncio a arreglar el techo. Agarraré mis llaves y una chaqueta y saldré a
explorar. Solo. Podría ver la isla, ya que no estaré aquí por mucho tiempo. Encontrar
un tramo de carretera vacío y romper el límite de velocidad solo un poco mientras
estoy en ello. Conseguir la adrenalina. La claridad que necesito para poner mi cabeza
de regreso a donde necesita estar.
Doy el primer paso por la escalera.
Sigue mintiéndote, cobarde.
Siguiente paso hacia abajo.
Si no estás en el techo, no lo estás reparando.
Bajo otro peldaño.
Si no lo estás reparando, no puedes irte todavía.
Casi abajo.
Si todavía no puedes irte, obtienes más de Getty.
Último peldaño.
Bastante conveniente, si me preguntas.
Mis zapatos tocan suelo firme.
Cierra la boca, digo a la voz en mi mente. La que lo arruina con mentiras. 188
189
Capítul o20
GETTY
Él está sentado en la silla de espaldas a mí, con los pies apoyados en la barandilla,
cuando me doy vuelta.
Me dirijo hacia donde está, miro hacia el bosque un poco más y luego me
hundo lentamente en la silla que ha movido para mí. Está en silencio, excepto por el
canto de los pájaros y el susurro de los árboles que nos rodean.
Nos sentamos por un tiempo, el abismo de incertidumbre aumenta con cada
segundo que pasa, independientemente de cuán pacífico sea todo. Y justo cuando
estoy a punto de decir algo, Lynn regresa con un mozo que lleva una bandeja.
¡Aquí está, ustedes dos! Café. Huevos y tocino. Pan tostado de masa
fermentada. Coloca los platos en la mesa pequeña entre nosotros, nos sirve un
poco de café, saca los cubiertos, las servilletas y los condimentos de la bandeja, y nos
instala.
Gracias decimos los dos al unísono, y cuando nuestros ojos se encuentran,
me doy cuenta que es la primera vez desde que salimos de la casa. Nos miramos a
los ojos, las palabras tácitas parpadean en su rostro y, sin embargo, no puedo leer
una sola de ellas.
Come antes que se enfríe dice finalmente, y cuando me alejo de su mirada,
me doy cuenta que Lynn se ha ido hace mucho tiempo y no tengo idea de cuánto
tiempo hemos mantenido este enfrentamiento visual.
La terraza se llena de sonidos, el roce de un tenedor en un plato, el ruido de un
cuchillo, el silbido de un café demasiado caliente que quema su lengua, pero el único
sonido que quiero escuchar no sucede. Su voz. Y aunque la comida es buena, no la
pruebo.
El silencio me carcome hasta que no puedo soportarlo más. Hay demasiadas
dudas. Siento que arruinamos las cosas durmiendo juntos la noche anterior. Y, sin
embargo, no creo que me gustaría evitarlo si pudiera. La forma en que me hizo sentir
era demasiado poderosa para querer que no sucediera por cómo me siento hoy.
Así que lo miro con furia mientras toma un bocado de pan tostado, un sorbo
de café, luego otro bocado de pan tostado, y mira a cualquier parte menos a mí.
¿Hay algún punto que estés tratando de demostrar con el tratamiento
silencioso y el estado de ánimo que tienes ahí? Porque si esta es tu forma de tratar
de hacerme olvidar mi cena con mi padre esta noche, te aseguro que no es la manera
de hacerlo. Y si no… si hay algo más que estás tratando de decirme, sería mucho
más fácil si lo pusieras todo sobre la mesa. Señalo la mesa entre nosotros. Estoy
irritada, herida, insegura, y los tres se escuchan alto y claro cuando todo lo que
quería hacer era sonar distante y confiada. 194
Los ojos de Zander brillan al encontrarse con los míos por encima del borde de
su taza de café, cierra los ojos, con el rostro inexpresivo, y luego sostiene mi mirada
mientras baja lentamente su taza y se inclina hacia atrás.
Y, por supuesto, ahora que mi coraje inicial se ha ido, las palabras lanzadas allí
sin ningún precursor, la duda atada por los nervios, se hacen cargo y empiezo a
cuestionar si debería haber mantenido la boca cerrada.
Su mirada inquebrantable y su silencio continuo me gritan que me explique.
Odio que quiera, que no quiera, pero esto de la mañana después es nuevo para mí y
no sé qué hacer o esperar.
Todo lo que sé es cómo me siento. Es un caos revuelto de deseo y necesidad,
temor de lo desconocido, inseguridad y confusión. Ya sé que he pasado por encima
de la línea imaginaria que está preparando para lo que sea que nosotros significó esa
noche en el restaurante italiano y, sin embargo, no sé cómo retirarme.
En un movimiento que no estoy segura si es inteligente o estúpido, pero es
estimulado por su mirada inquebrantable, lo intento de nuevo.
Mira, si crees que anoche fue un error… o estabas fingiendo como tú… oh,
simplemente no importa. Dirijo mi mirada hacia mis propios dedos jugueteando
con el mango de mi tenedor, odiando mi repentina incapacidad de unir palabras
para formar una oración coherente y mi falta de valor para respaldar mi pregunta
inicial.
Si vas a abrir la puerta, Getty, deberías caminar a través de ella. Hay un
tono de advertencia en su voz que me pone inquieta en mi asiento y me gustaría que
dejara que las cosas se desarrollaran como fueran a desarrollarse.
Pero ahora no puedo. Ahora tengo que terminar lo que empecé y no estoy tan
segura de querer hacerlo. Mi boca se seca repentinamente a medida que la
incertidumbre nubla cada onza de esperanza con la que me desperté esta mañana.
Yo solo… entiendo por qué… si yo no fuera… si te arrepientes de anoche…
eso es todo. Mis ojos pican con el rechazo resonando en mi tono.
¿Qué te da la impresión de que me arrepiento de algo? Sus ojos buscan los
míos y su voz me regaña de una manera que hace que cada parte de mi cuerpo preste
atención. Y no estoy muy segura de qué es lo que me atrae tanto de él, pero por más
que quiera apartar la vista, no puedo . ¿Y bien? El levantamiento de una ceja. El
tono sarcástico. Una mirada perezosa, pero más que deliberada por mi cuerpo y
luego de vuelta a mis ojos.
No es como si hubieras sido exactamente agradable esta mañana. Cuando
solo alza una ceja otra vez, diciéndome que continúe, lo hago . Unos pocos
195
gruñidos aquí y allá seguidos de órdenes de una sola palabra… el hombre de las
cavernas no es lo mío.
Estoy bastante seguro que sé qué es lo tuyo dice mientras una sonrisa se
dibuja en sus labios y viaja hasta sus ojos, pero luego desaparece tan rápido como
aparece. La fugaz aparición del hombre con el que me acosté la noche anterior me
parece tan confusa como el imbécil sin habla de esta mañana . Te lo advertí. Se
encoge de hombros . Soy malhumorado.
¿En serio? La excusa de Mander no va a funcionar conmigo en este momento.
Quiero decir… Respiro hondo y ruedo mis ojos, distraída momentáneamente por
un fuerte ruido en el piso sobre nosotros . ¿Era decir buenos días o concederme
más de dos palabras en el viaje hasta aquí tan difícil para ti?
Nos sentamos en silencio, con los ojos fijos. No estoy segura qué sucede para
causarlo, pero de repente su rostro se suaviza sutilmente y niega antes de mirar sus
dedos en su taza de café. Su voz es brusca cuando finalmente habla.
Estoy enojado contigo.
¿Qué? Me río con incredulidad, más confundida que nunca . ¿Qué
demonios hice?
Cuando mira hacia arriba, estoy asombrada por la repentina empatía en sus
ojos y la tímida sonrisa en sus labios. El borde duro de hace unos momentos se ha
ido. Despojado, desnudo. Este es el hombre que estuvo conmigo anoche. El que
todavía estoy tratando de averiguar, pero, lo que es más importante, sobre quien
quiero saber más.
Se lame el labio inferior y luego lo muerde mientras se recuesta en su silla y
sacude la cabeza. Hay una mirada de complicidad en sus ojos, como si quisiera que
entendiera algo que él mismo no comprende. La confusión batalla a través de sus
rasgos hermosos cuando me siento y espero a que resuelva lo que pesa tanto en sus
hombros.
Suelta un fuerte suspiro. Tira su servilleta sobre la mesa junto a su plato.
Nos estamos aventurando en un territorio desconocido para mí, Calcetines.
Inclino mi cabeza y parpadeo varias veces, tratando de entender lo que quiere
decir. Su brindis regresa a mi mente… porque la amistad entre sexos opuestos lleva a
amigos con beneficios y eso siempre termina en desastre, ¿y sabes qué, Getty? No quiero eso
contigo, así que solo digamos por nosotros , sea lo que sea que seamos…
¿Te refieres al territorio de siempre termina en desastre ?
Algo así dice con un movimiento de cabeza, pero sus ojos cuentan una
historia diferente que todavía no puedo leer. Tuerce los labios, baja los ojos por una 196
fracción de segundo antes de levantarlos de nuevo a los míos. Esta vez hay un poco
más de resolución en ellos . Cuando me fui de casa después de todo con Colton,
me prometí que de aquí en adelante viviría mi vida sin arrepentimientos. Que cada
paso que dé, cada decisión que tome, todo lo que haga, estará con eso como una
constante en mi mente. Entonces, Getty… Se desplaza hacia adelante en su
asiento, coloca los codos sobre la mesa para que estemos lo más cerca que podamos
con una mesa entre nosotros . Permíteme aclararme cuando digo que no me
arrepiento de nada de la noche anterior, y que siquiera lo pienses me molesta. Y la
forma en que habla, con voz profunda, pero tranquila y atenta, hace que cualquier
respuesta que tenga sea insignificante.
Oh. Es todo lo que puedo decir, considerando que deliberadamente
mantiene mi mirada como rehén con ese brillo divertido en sus ojos mientras se
acomoda en su silla.
Sí. Oh dice ambas palabras de una manera que hace que mi cuerpo se
ponga alerta y tome nota de todo acerca de él como si fuera la primera vez que
realmente lo miro.
Está sentado frente a mí, inclinado en la silla de modo que un codo queda
apoyado en el reposabrazos, con el brazo doblado y el dedo sobre su labio inferior.
Observo su línea de la mandíbula sin afeitar, el cabello oscuro oculto bajo el ala de
una gorra de béisbol de los Giants, la amplitud de sus hombros y la flexión de su
bíceps.
Maravillosamente guapo. Y tan malditamente bonito. El último pensamiento me
hace sonreír y me gana una ceja levantada preguntándome qué es tan gracioso. Pero
no respondo, porque estoy tan cautivada por sus dedos que pasan sobre su labio. Mi
mente recuerda inmediatamente cómo se sentían esos labios cuando se movían
contra los míos.
Y sobre mi piel.
¿Getty?
Levanto mis ojos para encontrarme con él otra vez y al instante el aire comienza
a cambiar. Se carga de electricidad. Se llena con una tensión subyacente que vibra a
nuestro alrededor. Mi pulso se acelera, mi cuerpo se vuelve inquieto.
Sus ojos aún conservan el indicio de irritación que han tenido desde que entró
en la casa, pero no hay duda que el deseo ahora los nubla también. Y a pesar de que
todavía estoy confundida en cuanto a por qué está enojado conmigo por aventurarse
en este territorio desconocido, no hay manera en el infierno que pueda negarle la
respuesta inmediata de mi cuerpo.
Nunca pensé que el deseo sexual pudiera ser tangible, pero Dios mío, en este 197
pequeño espacio de tiempo se siente como si me hubieran golpeado.
Continúa frotando su dedo de un lado a otro, un juego previo visual que estoy
bastante segura que es una burla deliberada para libido despertando. Estoy irritada
porque me pueda afectar tan rápido y al mismo tiempo me siento tan excitada que
tengo que apretar los muslos para aliviar el dolor que arde allí.
Determinada a hacerle saber que puedo jugar cualquier juego que quiera jugar,
muevo mi mirada de su boca a sus ojos. ¿Y esos ojos? Uf. La mirada que me dan,
como si quisiera limpiar la mesa, acostarme y devorarme, aquí y ahora mismo, hace
que mi aliento se vacíe en mi pecho.
Esto es todo por tu culpa, sabes. La censura en su tono está cargada de
sugerencias.
¿Mía? Me inclino hacia atrás y reflejo su postura, trato de parecer tan
despreocupada como él, cuando mi interior se siente como un cable vivo expuesto
. ¿Cómo es eso? Si vas a abrir la puerta, Zander, deberías caminar a través de ella.
Levanto mis cejas en desafío. Con un indicio de una sonrisa para reforzarlo.
Su risa es larga y baja, pero tiene una ventaja que no entiendo muy bien.
Se inclina hacia adelante, con los codos en las rodillas, los ojos enfocados en
sus dedos unidos entre sí hasta que se mueven para encontrarse con los míos.
Quise decir lo que dije anoche. Su voz está cargada de una sinceridad que
hace que mi corazón lata más rápido.
¿Qué cosa? Tengo que preguntar porque dijo tantas cosas. Hizo tantas
promesas.
Todos ellas.
Oh. Me muerdo el labio inferior entre mis dientes mientras trato de dar sentido
a esta conversación y los eventos de las últimas veinticuatro horas.
Entonces estás enojado conmigo porque…
Mira. Creo que tenemos que poner algunas reglas básicas, eso es todo. Se
levanta la gorra y se pasa una mano por el cabello antes de reclinarse en su asiento,
sin tener en cuenta la anterior conversación.
Oh. Bueno. Claro. Asiento, dispuesta a estar de acuerdo para así tal vez
evitar la incomodidad la próxima vez que tengamos sexo. E incluso ese pensamiento
se siente tan extraño para mí . ¿Reglas de juego? Como unos límites, ¿no?
pregunto, esperando el destello de sus ojos, ya que fue el que sobrepasó los límites
anteriores que habíamos establecido.
Sí, como ese tipo de límites. Toma un sorbo de café. Se toma su tiempo
para tragar. Mira la terraza abierta que nos rodea y luego mira hacia el techo cuando 198
hay otro ruido fuerte, antes de mirarme con una curiosidad reflejada en sus ojos .
¿Alguna vez has hecho algo de amigos con beneficios?
Mi risa está teñida de incredulidad.
Teniendo en cuenta que solo he estado contigo y con Ethan, no creo que
debas preguntar eso. La pausa en su movimiento es sutil, pero notable. Casi como
si la comprensión por mi falta de experiencia lo hubiera golpeado. Hablo rápido, sin
querer que piense demasiado al respecto . La pregunta es, ¿lo has hecho tú?
No importa si lo he hecho antes.
¿En serio? ¿Vas a decir eso y creer que no sé qué la respuesta es un rotundo
sí?
Mira, Getty. Deja escapar un suspiro de resignación . Vivimos juntos, por
lo que esto podría ser complicado. Pensé que tal vez si estableciéramos algún tipo
de reglas, ayudaría un poco.
¿Como límites de no pasar la noche? Me río por lo ridículo que suena, ya
que vivir en la misma casa lo hace imposible, y capto la irritación que se manifiesta
en sus rasgos.
Muy gracioso, Getty. Mi nombre es una reprimenda verbal de que habla
en serio y, si bien entiendo lo que dice, y con la advertencia, no puedo evitarlo. Es
casi como si me sintiera aliviada al saber que no hay arrepentimiento, sin duda, de
su parte, sino más bien una necesidad de evitar que ocurra el desastre.
Y he tenido suficientes desastres hasta ahora, así que estoy a favor.
¿Así que por eso has sido un imbécil? ¿No podrías haber dicho Oye,
necesitamos hablar cuando entraste en la cocina esta mañana, en lugar de darme el
tratamiento silencioso mientras me traías hasta aquí?
No.
¿No?
Estoy aquí porque no podía sentarme en la casa. Sus ojos están enfocados
en sus manos y me gustaría que me mirara para poder ver lo que no está diciendo.
¿Por qué?
Porque no puedo sacarte de mi maldita cabeza. Lo masculla como si fuera
una maldición y cada parte de mí se hunde de alivio ante el rotundo cumplido.
Sabiendo que el sentimiento es mutuo porque todo lo que estaba haciendo parada
en la cocina era pensar en él.
Pero, ¿qué tiene eso que ver con traerme aquí?
Levanta el rostro y la intensidad en sus ojos cuando se encuentran con los míos 199
es inquebrantable.
Porque no quiero desearte tanto como lo hago, pero lo hago… y si nos
hubiéramos quedado en la casa, entonces estoy bastante seguro que habría hecho
exactamente lo que quería hacer cuando te vi en la cocina.
La respuesta de su lengua no responde a nada y, sin embargo, hace que mi
pulso comience a acelerarse por su implicación.
¿Qué querías hacer?
El hambre en sus ojos prácticamente responde la pregunta por él.
Follarte, Getty. Cada palabra suena como si un hilo de su autocontrol se
estuviera rompiendo. Su cuerpo está tenso, las manos empuñadas . Doblarte sobre
el borde de la barra de la cocina y cumplir una de esas muchas promesas que te hice
anoche.
Oh. Ese dolor está de vuelta, el calor líquido se extiende a través de mi
núcleo con sus palabras explícitas, que me excitan de una forma que nunca imaginé
que pudieran.
Sí. Oh repite mientras me quedo sin palabras . Y estamos aquí porque
necesitábamos hablar y no podía hablar allí en la casa donde había tantos lugares
convenientes para acostarte.
Mi respiración se acelera y mi boca se seca repentinamente cuando hace justo
lo que pedí, dejarlo todo sobre la mesa. Me gustaría que me dejara en la mesa. Lucho
contra la sonrisa, la sensación vertiginosa revoloteando a través de mí al ser deseada
y necesitada corriendo justo al lado de la lujuria que lentamente consume mis
pensamientos.
¿Y los viajes por carretera lo solucionan? pregunto tímidamente, mi
confianza reaparece de repente ahora que siento que el poder ha cambiado y que es
un campo de juego más parejo.
Pensé que lo haría dice mientras mueve bruscamente la mesa entre
nosotros hacia la izquierda y luego se acerca a mi silla, deslizándola para que mis
rodillas encajen entre las suyas. Dejo escapar un grito de sorpresa ante la acción
inesperada, pero antes que pueda recuperar el aliento, su rostro está a centímetros
del mío, ambas manos en mis muslos, y sus ojos se oscurecen con lujuria.
¿Y? susurro.
Me equivoqué. Su beso es suave y tierno, pero puedo sentir el borde
violento del deseo justo debajo de su control silencioso. Cierro los ojos y me dejo
caer en el beso; el sabor del café en sus labios, el raspar de su barba en mi piel, los
sonidos del bosque que nos rodea, y me doy cuenta que se escapó esta mañana
200
porque está luchando contra el jalón que ya me ha enrollado y me ha agarrado.
Puede que no tenga mucha experiencia con los hombres, pero después de
observar a Ethan constantemente durante tantos años, soy lo suficientemente
observadora como para ver a un hombre que vadea las aguas que considera
traidoras.
La maldita ráfaga blanca.
Rompe nuestro beso con una carcajada, apoya su frente contra la mía y solo
respira.
Entonces, límites, ¿eh? Siento que su boca se curva en una sonrisa contra
la mía . ¿Cómo funciona eso para ti?
Lanza su cabeza hacia atrás, su risa más profunda y más rica esta vez, y me
siento un poco más tranquila después de esta incómoda danza de tratar de restar
importancia a las circunstancias y, sin embargo, poseer la atracción entre nosotros.
Eres un poco…
Estamos listos para ustedes resuena una voz desde la puerta,
sorprendiéndonos y atrayendo mi atención a un tipo corpulento. Observo su camisa
a cuadros, vaqueros desgastados y barba tupida antes de notar que está hablando
con Zander y conmigo.
Hola, Russ. Zander se levanta con mi mano en la suya, lo que me impulsa
a levantarme también . Justo a tiempo.
No por lo que puedo notar dice con una risa resonante antes de dar la
espalda y desaparecer en la escalera.
Vamos dice Zander con una sonrisa reservada y una chispa en sus ojos
que me deja más que curiosa sobre lo que él y este misterioso hombre de las
montañas están hablando.
¿Qué sucede…?
Zander se da vuelta y coloca un dedo en mis labios para tranquilizarme.
Nada de preguntas, Calcetines. Puedes darme las gracias más tarde. Sigue
subiendo el tramo de escaleras con un salto visible a su paso.
Cuando despejamos el rellano, De ninguna manera en el infierno se me sale
de la boca, mis piernas ya se están retirando por la dirección en que vinimos
mientras asimilo lo que tengo ante mí. Pero Zander está preparado y toma mi mano
para mantenerme en una especie de plataforma.
Y a pesar de que estoy luchando físicamente contra él, mi mente rechaza el para
qué se usan el artilugio y el equipo a mi alrededor, es su risa la que más fuerte hace
eco en mi mente. Despreocupada. Emocionada. Atrevida. 201
Has dado saltos más aterradores antes. Esto es pan comido. Las palabras
me sacan de la pelea. Su tono uniforme y alentador me dice que se refiere a cómo
llegué a estar en PineRidge.
Con sus manos firmes en mis brazos, sujetándolos a mis costados para que no
pueda retroceder, observo todo lo que me rodea. Los gruesos cables metálicos y el
sistema de poleas desapareciendo en la distancia. Los dos arneses colocados sobre
las tablas de madera del patio. Los cascos al lado de ellos. La brecha en la barandilla
con el tablón extendiéndose más allá de esta.
¿Cómo diablos no noté la tirolesa cuando estaba abajo? Obviamente, estaba tan
fascinada con la increíble vista y la sensación de inquietud entre Zander y yo que lo
pasé por alto.
Getty. La voz de Zander me hace retroceder . Has saltado antes. Esta vez,
sin embargo, tendrás una cuerda y un arnés. Asiente, con los ojos fijos en los míos.
Pero… yo… Pensamientos. Miedos Alturas. El último de los cuales causa
un terror profundo ante la idea de saltar de cabeza al aire conectada solo a un cable
para evitar que caiga en picada hacia mi muerte . No puedo… solo. Mis ojos
parpadean rápidamente mientras trato de procesar esto, cuando sus manos pasan
de mis brazos a mis mejillas.
Sí puedes. Dobla las rodillas para que estemos al nivel de los ojos, iguales y
continúa . Vine aquí necesitando una de las constantes en mi vida: la adrenalina.
Algo para asentarme y aclarar mi cabeza, porque se está poniendo todo confuso. ¿Y
tú? Has dejado tu antigua vida atrás, has saltado sin mirar, y creo que antes que te
enfrentes a tu padre esta noche, también necesitas algo para plantar tus pies en tierra.
Algo para recordarte que hiciste esto por tu cuenta, comenzaste una nueva vida a tu
manera y que no eres la mujer que tu padre o Ethan pensaban que eras. Eres fuerte.
Y hermosa. Y valiente. Tal vez hacer esto te ayude a verlo.
Las lágrimas borran mi visión. Mi labio inferior tiembla. Sus palabras se
arraigan en mi alma y se envuelven alrededor de mi corazón sanándose. Y por
mucho que quiera rechazar lo que dice, todo eso, también escucho cada palabra.
Sin arrepentimientos susurra.
La sonrisa nerviosa que se extiende lentamente en mis labios se refleja en la
suya. Asiento sutilmente, sin querer estar de acuerdo con él, pero dándome cuenta
que quiero vivir esta nueva vida sin arrepentimientos, como él lo hace. Quiero ser
espontánea, superar mi nivel de comodidad y ser dueña de mis miedos. Y tiene toda
la razón: ¿qué mejor momento para probármelo a mí misma que aquí mismo, ahora
mismo, el día en que debo enfrentar todo lo que nunca quiero volver a ser?
202
¿No crees que deberías haberme dicho esto antes de desayunar? pregunto
con una risa nerviosa, con los ojos abiertos, y sin vergüenza de intentar retrasarlo.
Te sostendré el cabello si vomitas. Guiña un ojo, su sonrisa ensanchándose
mientras sacude su cabeza de un lado a otro . ¿Qué dices, Calcetines?
¿Y cómo puedo resistir eso?
Está bien estoy de acuerdo, seguido de una respiración inestable . Sin
arrepentimientos.
Ahí está mi chica dice con un destello de sonrisa que ilumina su rostro, y
aunque debería caerme de culo por su pura belleza, son las palabras que dijo las que
me hicieron saltar el corazón. Mi chica.
¿Todo listo? Russell pregunta mientras da un paso adelante y rompe el
momento.
Después de contarnos los pormenores, y firmar la renuncia a nuestras vidas, lo
cual no estoy segura que realmente importe porque ¿cómo puedes demandar
cuando estás muerto? Estamos atados a nuestros arneses y cascos. Me dieron el
curso de tirolesa de cinco niveles: vas de una plataforma a otra, cinco veces, hasta
llegar al fondo del cañón.
Entonces dice Russell mientras da una palmada y se frota las manos ,
Doug está en el otro extremo esperándote.
Tal vez no lo haya asimilado todavía, pero cuando dice esas palabras, seguido
de su sonrisa de suficiencia, puedo sentir mi estómago dando un vuelco. Pensé que
estaba bien con esto después del resumen de seguridad. Realmente lo pensé.
Escuché a Zander reírse mientras contaba algunas historias divertidas sobre algunas
de sus experiencias previas en tirolesa. Me hicieron sentir lo suficientemente
cómoda; incluso opté por ir primero después de mucho debate interno. Me conozco
lo suficiente como para saber que, si fuera segunda, probablemente no saldría de la
plataforma sin Zander detrás de mí.
Los nervios regresan. Mis manos tiemblan, y mis piernas prueban mi peso
contra el grueso cable al que estoy atada, mientras cuestiono mi cordura. Me niego
a apartar la vista de Zander para mirar hacia el valle del bosque sobre el que estoy a
un paso del borde de la terraza.
Vamos, Calcetines. Sabes que el primer paso es siempre el más difícil.
El latido de mi corazón es fuerte en mis oídos. La piel de gallina cubre mi piel,
pinchazos de conciencia de que estoy viva. Mis rodillas se sienten como de goma.
Pero es la sonrisa tranquilizadora de Zander y la creencia en mí que brilla en sus ojos
lo que me hace girar para enfrentar mi miedo. 203
Solo salta.
Nunca olvidaré las sensaciones. El vuelco de mi estómago. El viento en mi cara.
El silencio helado cuando intenté gritar, seguido por el sonido de mi risa. La
sensación de volar. Luego, el obvio orgullo en la cara de Zander cuando vino detrás
unos minutos más tarde para verme parada allí, sonriendo de oreja a oreja, y
gritándole que no podía esperar para bajar la siguiente línea.
Mi reflejo en el espejo muestra lo viva que me sentí hoy. Cómo después del
increíble sexo de anoche y el comienzo rocoso de esta mañana, este día resultó ser
uno que nunca olvidaré. 204
Y odio que ahora pueda verse empañado por la cena con mi padre.
Todavía tengo casi dos horas, pero intento perderme en los preparativos,
tratando de pensar más en eso mientras me preparo para Zander, que en ver a mi
padre. Lo hace todo un poco más tolerable.
El golpe en la puerta de mi habitación me asusta. Parece tan extraño tener las
puertas cerradas y la privacidad, como si fuéramos compañeros de cuarto cuando
ya nos hemos visto desnudos. Pero al mismo tiempo, todavía tenemos que descubrir
todo el contexto de lo que sea que tenemos y así, el tiempo para mí sola es apreciado.
Adelante.
Zander abre la puerta y entra en la habitación, con los ojos paseando
perezosamente por mis piernas desnudas, donde mi túnica se ha abierto antes de
que encuentre mi mirada. Esa sonrisa a medias está en sus labios y maldita sea si
algunas partes de mí no reaccionan de inmediato.
Se acerca al tocador y baja su celular.
Necesitas llamar a tu padre y hacerle saber que su auto no tendrá que
recogernos. Nos encontraremos con él en Piedmont en su lugar. Nuestros ojos se
encuentran y le pregunto en silencio . No eres ella nunca más. Obediente.
Complaciente. Eres Getty Caster. Tú estableces tus propios términos. No tu padre.
Respirando profundamente, me pregunto si tiene alguna idea de que esta es la
primera vez que alguien me ha ordenado que haga algo con mi propio bien en
mente. Parece tan tonto, pero significa mucho.
¿Cómo…?
Es una ciudad pequeña, Getty. La gente habla. Todo lo que necesité fue hacer
una llamada a mi nueva amiga Mable para obtener los chismes de la ciudad sobre el
hombre evidentemente adinerado que se alojó en el PineRidge Inn la noche anterior.
Cómo su chofer le preguntó al empleado de la estación de servicio las direcciones al
restaurante. Y cómo se quejó por el bajo número de hilos de las sábanas, entre otras
cosas, y la falta de máquinas Nespresso en cada habitación. Pone los ojos en
blanco . Los autos con conductores son raros aquí y sobresalen como un pulgar
adolorido.
Claro. Todavía no estoy acostumbrada al todos conocen tus asuntos. Niego,
más por el elitismo de mi padre que por cualquier otra cosa.
Lo sé, pero lo utilizaremos en nuestra ventaja esta noche. Todos aquí
suponen que estamos saliendo, así que prepárate para que tu padre piense lo mismo.
205
Está bien. No estoy segura de por qué me molestan esas frases, pero me
encojo de hombros, me muevo en mi asiento y tomo mi teléfono.
No. Usa el mío. A menos que quieras que tenga tu número de teléfono.
Me congelo momentáneamente, entendiendo las implicaciones de lo que está
diciendo, el posible rastreo de mi teléfono, antes de sentarme lentamente y tomar su
teléfono.
213
Capítul o22
GETTY
Lista de reparaciones
Reemplazar escalón delantero el tercero
Reemplazar las tejas que faltan del techo
Terraza trasera = Trampa mortal
Arreglar la cerradura de la puerta del patio. Lo siento, señor Asesino del
Hacha
Arreglar el espejo del baño
Limpiar y arreglar el desagüe del agua 229
Reparar persianas
Añadir barandilla a los escalones delanteros & pintar
Conectar el Internet por el amor de Dios
Mierda de botes que no entiendo
Derrumbar la casa y reconstruirla
Electricista Llamar a un plomero
Tuberías viejas
Besar al chico de las reparaciones
Mientras mis ojos hojean la lista, es un recordatorio visual de que el tiempo que
le queda a Zander aquí en la isla, conmigo, es limitado. Y aunque la nueva adición
al final de la lista me hace sonreír, también me preocupa sumar todo lo que le queda
por hacer y calcular cuánto tiempo podría significar.
Déjalo, Getty. Carpe Diem. Mi nuevo lema.
Es uno que decidí que tenía que adoptar mientras estaba acostada con Zander
la otra mañana. Estaba roncando tranquilamente a mi lado, una de las raras veces
que no se levantó primero, y me di cuenta que cada día que pasaba era uno menos
que podía pasar con él.
¿Entonces mi decisión? Aprovecharía el día, disfrutar cada momento con él, y
luego a preocuparme por el mañana cuando llegara. La angustia está bien. Porque
al menos eso significa que mi corazón estaba lo suficientemente lleno como para
sentir amor, y no creo que realmente haya sabido cómo se sentía antes.
Contrólate. Se llama lujuria, Getty. Sexo caliente con un chico caliente. No saltemos a
conclusiones aquí.
Es más fácil decirlo que hacerlo me murmuro porque sé muy bien la
diferencia y todavía estoy tratando de negarlo. Al volver a colocar la lista de tareas
pendientes, levanto la cabeza para mirar por la ventana a la soleada playa. No puedo
evitar sonreír. Las cosas parecen seguir mejorando y mejorando.
Claro, la desastrosa cena con mi padre de la semana pasada aún persiste en mi
mente, pero estoy lidiando con eso. Voy a seguir adelante. No esperaba que él
cambiara con un milagro cara a cara, así que me estoy enfocando en deleitarme con
esta nueva vida que estoy construyendo. En el hombre guapo que ha estado
ignorando sus límites compartiendo mi cama conmigo casi todas las noches. En mi
creatividad, que resurgió y me hizo volver a retomar mis pinturas. En el hermoso
día afuera que planeo aprovechar mientras Zander está en el bote y se encuentra con 230
inesperada.
Bueno, mi lista de posibles compañeros de almuerzo es larga y distinguida,
pero te dejaré saltar al frente.
Vamos, sabelotodo.
Probablemente regresaré más tarde le digo a la empleada cuando salimos
de la tienda, lo que me gana una mirada de reojo a Zander la cual ignoro . Nunca
he estado allí. Es divertido mirar alrededor.
Nunca entenderé a las mujeres y su interminable necesidad de comprar
basura inútil.
No es inútil corrijo . A veces es divertido mirar. ¿Qué dijo el mecánico?
Un montón de mierda. Está haciendo algunas pruebas de diagnóstico. Voy
a regresar en una hora o dos y ver qué encuentra. ¿Te gustan las papas fritas y el
guacamole?
El cambio de tema emparejado con la forma en que de repente agarra mi mano
por su cuenta hace que me tome un segundo para responder.
Sí. Mmm, así es.
Bueno. Tengo una mesa reservada para nosotros. Tira de mi mano para
guiarme hacia el único restaurante mexicano de la isla. Y mientras que es más un
agujero en la pared con un patio con dosel de estilo palapa con vista al agua, el lugar
es un favorito de los turistas, donde no es raro ver a una fila de personas esperando
afuera para comer.
Mientras nos dirigimos en esa dirección, doy la bienvenida al ajetreo y el
bullicio del paseo marítimo lleno de gente a mi alrededor. Es una sensación nueva y
sorprendente, considerando que son las áreas pobladas las que estoy tan
acostumbrada a evitar.
Tal vez es porque ya no estoy mirando por encima del hombro esperando que
mi padre o Ethan se escondan entre la multitud. Conozco a mi padre lo
suficientemente bien como para reconocer que no va a abandonar su intento de
recuperarme tan fácilmente. Pero al mismo tiempo, sabe dónde estoy, por lo que el
sentimiento constante de estar al límite con el que he vivido durante cuatro meses
se está desvaneciendo lentamente.
O tal vez es porque estoy sosteniendo la mano de un hombre guapo que me
lleva a almorzar en un hermoso día soleado en la isla. La situación me hace sentir
como una mujer normal de veintiséis años, despreocupada, disfrutando de la vida,
divirtiéndome en mi sábado antes de ir al trabajo.
232
Mis pasos se ralentizan cuando llegamos a la fila que está a unos veinte metros
de la puerta, pero Zander solo mantiene mi mano en la suya y pasa junto a la
multitud. Cuando entramos, los ojos de la anfitriona se iluminan al verlo. Ella
levanta la barbilla y le indica que la siga. No puedo decir que me dé la misma sonrisa
cálida, pero supongo que, con mi mano en la suya, tampoco la culpo.
Zander nos maniobra a través del laberinto de mesas hasta que llegamos a la
esquina más alejada del patio abarrotado. Nuestra mesa tiene una vista perfecta del
océano espumoso.
En menos de quince minutos, estamos comiendo papas fritas y guacamole bajo
la sombra de un enorme paraguas que se inclina perfectamente para bloquear las
miradas de algunos de los clientes que se han dado cuenta de quién es Zander. Es
una sensación extraña estar bajo el microscopio de una manera completamente
diferente a la que estoy acostumbrada. Los murmullos emocionados y la sensación
constante de ser vigilados. Los teléfonos con cámara siendo utilizados a escondidas.
El flujo constante de personas que disminuyen la velocidad junto a nuestra mesa,
construyendo el coraje para pedir un autógrafo.
Dios, podría acostumbrarme a esto dice con la punta de su botella de Dos
Equis apuntando hacia la vista del océano . ¿Segura que no quieres una margarita
de fresa o algo así?
Ugh. No, gracias. Además, tengo que trabajar más tarde.
Ugh a la margarita, dice la camarera se burla con un movimiento de cabeza
y un golpe repentino de su pie contra el mío debajo de la mesa.
No. La parte de la margarita está bien. Es la parte de la fresa que es Ugh.
¿En serio? ¿Cómo es posible que no te gusten las fresas? pregunta como si
hubiera perdido la cabeza, seguido de un fuerte crujido de su papa. ¿Cómo podría
resistirme a él? Es como un niño animado envuelto dentro de este paquete de adulto
irresistiblemente perfecto.
De la misma forma en que no te gustan los tomates. Frunzo mis labios y
levanto mis cejas mientras me mira confundido y aturdido.
¿Cómo lo supiste?
Esa noche en Mario’s, pusiste todos los trozos grandes de tomate en la salsa
al lado de tu plato como un niño pequeño al que no le gusta algo.
Mmm. Se recuesta en su silla, sus ojos se estrechan hacia mí. Pasan unos
momentos, el choque de las olas sobre las rocas, una carcajada a unas cuantas mesas
detrás de nosotros, una brisa rápida que hace que se balancee el paraguas, antes que
vuelva a hablar . Supongo que hay muchas cosas que no sabemos el uno del otro, 233
además del hecho que ambos tenemos nombres únicos. ¿Cómo cuál es tu color
favorito?
Lo observo con cautela, veo la curiosidad brillando en sus ojos azules y me
pregunto a dónde va con esto. Estoy tan acostumbrada a mantener todo lo que está
a mi alrededor bajo llave y seguro para evitar los chismes, que me toma un momento
darme cuenta que no necesito ser tan precavida. O estar a la defensiva. Parece que
Zander puede hacer su propia parte de investigación en Google, por lo que no es
como si decirle mi color favorito fuera a revelar cualquier secreto oculto.
Además, no puedo estar de acuerdo con dormir con él y no estar de acuerdo
con hacerle saber mi idiosincrasia.
Naranja. ¿El tuyo?
Negro.
No. Eso no es bueno. El negro técnicamente no es un color, elige de nuevo.
Sé que estoy siendo una sabelotodo, pero al levantar su frente y curvar su labio
sobre el borde de su botella de cerveza mientras asiente, acepta mi reto.
Azul, entonces. Levanta ambas cejas como para preguntarme si su
respuesta es aceptable . ¿Chocolate negro o chocolate con leche?
La pregunta me hace reír por lo tonto que es esto. Pero la conversación se siente
bien de la misma manera que caminar por el paseo marítimo lleno de gente y no
sentirse ansiosa.
Negro. Definitivamente negro. ¿Tú?
Tendría que estar de acuerdo contigo en eso. Hay algo en este sobre una fresa
madura que lo hace tan atractivo.
Oh por favor. ¿Volvemos a la cosa de las fresas otra vez?
No estoy seguro de poder confiar en una chica a la que no le gustan las fresas.
Quiero decir, es una de las mejores frutas que existe.
No. Si quieres hablar de la mejor fruta que hay, entonces vamos a discutir de
la piña. Es, por mucho, la clara ganadora aquí.
Pone los ojos en blanco y se ríe.
Nunca antes había conocido a una mujer que fuera tan protectora de su fruta.
¡Cielos! Mi única respuesta es suspirar con frustración burlona, porque es
realmente adorable de muchas maneras . ¡Oh! Tengo una. ¿Calcetín, calcetín,
zapato, zapato o calcetín, zapato, calcetín, zapato?
Me encuentro a mí misma estallando de risa ante la ridícula pregunta.
¿En serio? pregunto mientras meto una papa en el delicioso guacamole. 234
Iba a ser feliz con preguntas simples como la comida favorita, el amanecer o
el atardecer, Indy o NASCAR, el cine o Netflix, la comedia o el drama, pero luego
decidiste todo lo técnico, así que tuve que mejorar mi juego.
El desafío de responder a esas preguntas es claro como el día en sus ojos, pero
la sonrisa de niño que se aventura en el territorio del hoyuelo gana cada maldita vez.
Y lo malo es que sé que lo sabe y tengo la sensación que lo usará en su beneficio
cuando lo necesite.
Tomo mi limonada y doy una larga y lenta succión a la pajita mientras
mantengo mis ojos en los suyos.
Bueno, señor técnico. Suelta un hmmmp en respuesta a mi sarcasmo .
Panqueques. Definitivamente el amanecer. Nunca he visto una carrera en mi vida,
así que debo decir Indy porque creo que eso podría funcionar a mi favor. No he ido
al cine en años, así que diré Netflix y cualquier cosa menos terror. Asiento,
triunfante por responder, pero luego me doy cuenta que había una más . Y
calcetines, calcetines, zapatos, zapatos, porque eso es lo más lógico, pero preferiría
simplemente decir sandalias, porque eso es lo que preferiría usar.
Vaya reflexiona mientras se inclina hacia delante y pone los codos sobre la
mesa . Eso fue impresionante… pero estás equivocada.
No lo estoy.
Los panqueques son definitivamente un favorito con el que puedo lidiar,
aunque la tarta de manzana es una opción mucho mejor. Y es una farsa seria sobre
tu falta de conocimiento de las carreras, pero estoy de acuerdo con tu elección de
Indy. Esa respuesta definitivamente funciona a tu favor. Nos aventuramos al
territorio del hoyuelo de nuevo y me muevo en mi asiento para evitar mirar
fijamente por mucho tiempo, porque esa sonrisa hace cosas graciosas en mi
interior . Netflix porque hay menos multitudes. Y terror porque una mujer
asustada querrá que la protejas de la oscuridad y eso significa que podrías tener
buena suerte después. Hace un guiño al último y no puedo evitar reírme a
carcajadas.
Debí haberlo adivinado. Y es triste que una película de terror sea tu única
técnica para tratar de tener sexo.
Su risa atrae la atención de las mesas cercanas.
Oye, ser hombre puede ser duro. Tenemos que aprovechar cualquier ventaja
que podamos obtener.
Ruedo mis ojos.
235
Oh, pobre hombre privado de sexo. Pero olvidaste una respuesta.
Oh sí… aunque no estoy de acuerdo con su discriminación contra las fresas,
tengo que estar de acuerdo con lo del calcetín, calcetín, zapato, zapato. Golpea el
cuello de su cerveza contra mi vaso y luego toma un largo trago.
Al menos podemos estar de acuerdo en eso. La brisa sopla del océano y el
brillo del agua me distrae por un minuto.
Pero te elegiría en calcetines hasta la rodilla todos los días de la semana si
tuviera opción. Esta vez su amplia sonrisa llega a sus ojos. Y sé que solo está
siendo amable, pero cada parte de mí se anima con el ridículo cumplido . Así que
tenemos algunos de los aspectos básicos cubiertos, ¿qué más no sabemos el uno del
otro?
Sabes que soy un desastre le digo sin aliento, una sombra se extiende sobre
su rostro mientras frunce los labios.
No. No creo que seas un desastre. Su comentario me toma desprevenida.
¿Estás bromeando? Me río, repentinamente nerviosa mientras mi mirada
se fija en la suya.
En el fondo esto se siente mucho más que un cuéntame de ti y te hablo de mí.
No. La primera noche que nos conocimos, pensé que eras un desastre, sí. Con
tu falda atrapada alrededor de mi tobillo, pero ahora sé que es tu manera de hacer
una declaración. Un recordatorio de que puedes hacer lo que quieras, incluso si es
dejar un rastro de ropa por el pasillo. Me ofrece una leve sonrisa, pero es la
intensidad en sus ojos y las palabras que ha dicho lo que realmente me llama la
atención.
Me entiende. El por qué. El cómo. A pesar de que nunca le he dicho
específicamente sobre mi tiempo con Ethan, él todavía me entiende. Hay algo
extremadamente conmovedor acerca de ser escuchado y que tus razones sean
validadas por alguien que sea importante para ti.
Porque no importa lo duro que intente convencerme de lo contrario, Zander
me importa. Mucho más de lo que quiero admitir.
Y justo cuando empiezo a sentirme incómoda porque él me ve con tanta
franqueza, con fallas y todo, como si estuviera sacando mis pensamientos de las
profundidades de mis ojos, se inclina aún más sobre la mesa y dice en voz muy baja:
Te estás olvidando de la pregunta realmente importante, Getty.
¿Cuál? ¿Qué me estoy olvidando?
Como… ¿cuál es el punto de no retorno en tu cuerpo?
236
¿Punto de no retorno?
Sí, ese lugar donde una vez que tu amante te toca allí, no hay vuelta atrás.
Lo único que queda por delante es el sexo y alcanzar un orgasmo. Su voz es apenas
audible y, sin embargo, escucho cada palabra junto con la sugerencia de cada una.
La pregunta me desconcierta. Pasamos de ser juguetones a ser serios, y ahora
pasamos a la clase de interrogación que me hace retorcerme en mi asiento porque
no estoy acostumbrada a la franqueza de él preguntando por mis zonas erógenas.
¿Por qué?
Es importante que tu amante sepa estas cosas, Getty.
Me río nerviosamente cuando el aire entre nosotros se tensa y se convierte en
una inesperada ola de deseo. Incapaz de pensar con su mirada salaz que pregunta
tanto, desvío mis ojos hacia el océano, agradecida de que esté dispuesto a darme un
momento para recuperarme antes de responder.
Oh Dios mío. ¿Cómo le respondo? En primer lugar, esto no es algo que Ethan
haya querido preguntarme, y, en segundo lugar, no soy muy buena para expresar
algo así en voz alta. Tal vez bajo las sábanas en una habitación oscura… pero no con
los penetrantes ojos azules que se sostienen firmes contra los míos observando mi
respuesta. Agreguemos a eso el hecho de que cada parte de mi cuerpo; mente,
nervios, pulso; está reaccionando de alguna manera a la mirada que me está dando
y al tema que acaba de presentar.
No seas tímida, Calcetines murmura, y coloca su mano sobre la mía sobre
la mesa. Mis ojos vuelven a los de él. Aquellas partes de mi cuerpo que estaban
reaccionando hace un segundo ahora se ponen a toda marcha . No puedes ser
tímida después de anoche.
Esa sonrisa de nuevo. Pero esta vez es una que refleja la soberbia arrogante de
los hombres sobre otro episodio de sexo increíble. Y hay algo en esa mirada que
restaura mi confianza. La parte que se da cuenta que yo soy quien la puso allí.
Así que tomo un fuerte aliento antes de mirarlo.
Todas partes. Se necesita todo lo que tengo para mantener nuestro contacto
visual. Cada gramo de confianza que he encontrado en mí misma para no mirar
hacia otro lado y avergonzarme de ser honesta . En todos los años que estuvimos
juntos, Ethan nunca se tomó el tiempo para preocuparse… así que no puedo decirte
con seguridad. ¿Mis labios tal vez? Porque me besas como si te importara. Como si
fuera inocente y una zorra, todo en uno. Los adoras. Exiges al mismo tiempo que
eres tan paciente conmigo. ¿O tal vez mi piel? Porque me encanta la sensación de tus
manos y cómo cuando las pasas por encima de mí… Su fuerza y notable restricción
reflejan tu deseo por mí. ¿O la curva de mi cuello? Porque cuando tus labios están 237
allí, puedo escuchar tu respiración entrecortada cuando pongo mis manos sobre ti.
Ese sonido me dice que quieres que te toque. Así que no tengo una respuesta para
ti. Me gusta cuando me tocas en todas partes, Zander… Destaco enfáticamente las
últimas palabras. Las extiendo, asegurándome que mi tono suene como su toque me
hace sentir. Codiciosa. Desesperada. Consumida.
Antes que pueda siquiera captar su expresión; ojos muy abiertos, la lengua
moviéndose para humedecer su labio inferior, el movimiento de su manzana de
Adán; y evaluar cómo se tomó mi confesión, pienso en mí. Sobre mi candor
inesperado y el nivel de comodidad que tengo con él.
Qué lejana es esta mujer que soy hoy, de la sombra de hace unos meses.
Ahora que las palabras están fuera, no puedo recuperarlas. Y si la mirada en
los ojos de Zander es una indicación, no creo que quisiera que lo hiciera si pudiera.
Si ese no es un desafío para tocar todas las zonas erógenas de tu cuerpo hasta
que puedas elegir solo una de tus favoritas, no sé qué es. Mierda. Suelta un silbido
y lucha sin éxito para ocultar la sonrisa de sorpresa en sus labios . Creo que
necesito un cigarrillo después de eso.
Es mi turno de reír. Largo y ruidoso. Y de preguntarme qué otras partes de mí
va a despertar en su búsqueda para hacerme elegir una favorita.
No hay quejas aquí.
Capítul o25
GETTY
Solo hay una palabra para describir cómo me siento cuando me dirijo a casa
después de vagar un poco por la ciudad sin rumbo fijo. Contenta. Compré el
humidor, me senté frente al mar un rato comiendo un helado, y luego nos dirigimos
al mercado de agricultores para recoger algunas peonías.
Pero la sonrisa inquebrantable en mi rostro se debe a Zander. No ha salido de
mis labios desde que inesperadamente me dio un beso en el paseo marítimo con
unas palabras de despedida Todavía no puedo creer que no te gusten las fresas .
Luego mostró una sonrisa mientras daba unos pocos pasos hacia atrás antes de dar
la vuelta para dirigirse a casa y tomar algo para el mecánico del bote.
238
Supongo que puedo tachar besar al chico de las reparaciones de la lista de tareas
pendientes.
Me río con la idea mientras abro la puerta principal, haciendo una nota mental
para agregar un artículo propio a la lista para él. Consciente del tiempo que falta
antes que comience mi turno, coloco las flores en un jarrón y me dirijo directamente
a mi habitación, distraída con pensamientos de dónde puedo ocultar el humidor. No
quiero que Zander lo vea hasta que pueda explicar mis intenciones.
A los pocos segundos de tirar mi bolso en la cama y bajar el humidor, tengo mi
camisa sobre la cabeza y me quito los zapatos.
Ahora, esa es la bienvenida apropiada que esperaría de mi esposa.
Cada parte de mi cuerpo se congela: los dedos de mi pie derecho se apoyan
contra el talón de mi zapato en mi pie izquierdo, mis dedos detrás de mi espalda
comienzan a desabrochar el broche de mi sostén, mi corazón, mi respiración. Las
únicas cosas que se mueven son los vellos que se ponen de punta lentamente en la
parte posterior de mi cuello y el polvo que baila con la luz de la habitación.
No soy tu esposa. El pensamiento hace eco en mi cabeza, pero nunca llega a mis
labios. Nada. En cambio, me concentro en las motas flotantes por un momento. Es
lo único en lo que puedo concentrarme, porque me cuesta todo lo que tengo decirme
que respire, que exhale de manera uniforme y controlar cada gramo de emoción que
siento. Para poner una máscara. Para disociarme. Para hacerle creer cuando me doy
vuelta, que no le tengo miedo.
Pero lo tengo.
Cada.
Parte.
De.
Mí.
Porque, aunque soy Getty Caster ahora, fuerte, independiente, confiada,
esperanzada; todo lo que hizo falta fue el sonido de su voz para transportarme de
vuelta. Ese tono calmado, uniforme, arrogante y calculador que nunca se eleva en
tono y, sin embargo, ordena, critica, castiga, desprecia. El miedo regresa
instantáneamente cuando me acuerdo de las ocasiones en que perdía los estribos o
tomaba una venganza despiadada y muchas veces infundada contra un adversario
porque le encantaba ser el juez, jurado y verdugo. Y sus metódicas formas de volver
a alinearme.
Muy bien, Gertrude. Es su tono de advertencia. El condescendiente tono
de Haz lo que te digo para que no me hagas hacer algo que lamentaré. El que solía hacerme
querer tratar de ser lo más pequeña posible para evitar la zona muerta de las 239
Solo estoy aquí para recuperar lo que es mío. Levanta una ceja. Sus labios
se curvan socarronamente. Su mirada es implacable, lo que hace que escalofríos
suban y bajen por mi columna vertebral.
Jódete.
Está sobre mí en un instante. Cierra la distancia en una fracción de segundo de
tiempo. Ni siquiera tengo tiempo para gritar. Quizás sí. No lo sé. Hay un sonido. Un
choque. Un golpe en el suelo. Su voz llena de ira. Estoy temblando: mi cuerpo, mi
mente, mi corazón.
Pero incluso a través de la bruma del miedo, hago algo que nunca había hecho
antes. Me defiendo. Usando mis manos, uñas, piernas y pies. Lo que sea necesario
para detenerlo. Soy una bola de rabia contenida y dolor, aunque sé que no soy rival
para su fuerza, perfeccionada por entrenamientos obsesivos y los suplementos más
caros del mercado. Sin embargo, aun así, lucho.
Mi objetivo es conectar mi rodilla con su entrepierna, dar el único tipo de golpe
que sé que podría incapacitarlo, pero lo bloquea. No estoy segura de cuánto tiempo
luchamos. Segundos. Minutos. Se sienten como horas.
Mis pulmones gritan. Mis músculos queman. La punzada de dolor de sus
golpes para someterme no se registra. Solo mi rabia. Solo mi odio. Solo mi miedo.
Y en un movimiento que ni siquiera puedo comprender, me hace girar de
modo que estoy boca abajo en mi cama, su rodilla presionada contra mi columna
vertebral, mis brazos retorcidos detrás de mi espalda con una de sus manos mientras
el otro puño va mi cabello.
Mi rostro está presionado contra el colchón. El edredón grueso me sofoca la
boca y la nariz. Mis pulmones gritan por aire. Agito mi cabeza de lado a lado, intento
respirar hondo, trato de pensar con claridad, cuando lo único que puedo hacer es
concentrarme en el edredón caliente debajo de mi boca mientras aspiro el aire que
pueda atravesarlo. Pánico. No soy rival para su fuerza.
Y justo cuando mi mente comienza a ponerse borrosa y puntos extraños bailan
en la negrura de mis ojos cerrados, grito cuando tira de mi cola de caballo
bruscamente, levantando mi cara del colchón.
No hay miedo. No hay otro pensamiento que el aire. Tragar. Jadear. Inhalar lo
más rápido que pueda.
Conozco este juego. Lo ha jugado antes. Privar y exigir.
Mostrar quién tiene el control.
Demostrar que soy más débil.
241
Pero no me importa. No tengo los medios para enfocarme en cómo evitar el
siguiente empuje hacia el colchón, porque cuando tu cuerpo está privado de aire, es
tu único enfoque. Cómo conseguir más. Cómo almacenarlo. Cómo inhalarlo. Cuánto
vas a conseguir antes que te lo quiten de nuevo.
Su respiración es entrecortada por su esfuerzo. Sus jadeos cálidos golpean mi
oreja mientras se inclina sobre mí.
¿Eres así de desobediente con tu nuevo novio, Getty? se burla de mi nuevo
nombre. Su puño se retuerce en mi pelo, pero reprimo el grito de dolor.
No le dejes tener el poder.
Cierro los ojos y me estremezco ante los pinchazos de dolor en todo mi cuero
cabelludo. En el fuego que todavía arde en mis pulmones. En el dolor donde su
rodilla se clava implacablemente contra mi espina dorsal, y la tensión en mis
hombros mientras levanta mis brazos de mi espalda.
¿Sabe la puta sin valor que eres? ¿Cómo tu esposo tuvo que follar con otras
mujeres porque no pudiste satisfacerlo? Respiro entrecortadamente. La
afirmación todavía duele todo este tiempo después, aunque siempre lo sospeché.
Las reuniones repentinas. El sutil aroma del perfume en su ropa. E incluso en mi
estado de ánimo privado de oxígeno, sé que mi matrimonio no era un matrimonio
de ninguna manera real, y, sin embargo, escuchar la verdad todavía me duele . Sí.
Se ríe. Se burla de mí . Te dejaba con las piernas lánguidas extendidas en nuestra
cama e iría directamente a la de otra. Una mujer real que pudiera complacer a un
hombre.
Simplemente no hay comparación entre él y Zander. Entre egoísta y
desinteresado.
Dudo que la hayas complacido. El comentario me sorprende, saliendo de
la nada, y mi propia voz suena irreconocible. Calmada. Burlona. Confiada. Algo que
estoy segura nunca he sonado al responder a uno de los golpes verbales de Ethan.
Mi risita sigue el comentario y está audiblemente mezclada con un tono burlón.
Y juro que debo estar volviéndome loca, porque cuando me ordena que me calle,
solo me río más fuerte. Sí, está en completo dominio sobre mi cuerpo, pero mi mente
permanece muy clara y estoy tan harta de todo sobre él y esta situación absurda.
¿Por qué vienes a llevarme de vuelta si necesitas otras para correrte?
Pero antes que pueda expresarlo, mi cara se encuentra con el colchón de nuevo
y lo que antes pensaba que era humorístico ahora se convierte en una lucha para
respirar. Para alimentar mi cuerpo. Y mi mente.
Me digo que me calme mientras el pánico vuelve. Me digo que, si lucho, 242
necesitaré más aire y no podré contener más aire, así que me desmayaré más pronto
y él hará quién sabe qué conmigo.
Luego a medida que los segundos se extienden…
…y siguen…
…y siguen…
Mis pensamientos se alinean una última vez cuando los límites de mi mente
comienzan a volverse borrosos. Con una claridad que nunca antes había conocido,
un nuevo pensamiento cruza mi mente: me va a matar.
Mi visión se vuelve blanca. Mi cabeza se siente ligera.
Antes, me necesitaba en su vida. Era la hija de Damon Caster. Un símbolo de su
unión. De su futuro.
¿Le temo? Absolutamente. ¿Me preocupaba antes si me mataría? Nunca. Era
demasiado codicioso como para arriesgarse a arruinar esa relación con mi padre.
Era el pegamento en sus negocios. La bandera levantada de la victoria. La
mascota de su dominación mundial.
Y ahora que me he alejado, les demostré sin ayuda que su relación es sólida sin
mí. Que no soy necesaria.
Mis extremidades están pesadas. Mi pecho tiene un fuego salvaje ardiendo en su
interior. Mis pensamientos se desvanecen…
El fuerte tirón de mi cabello cuando me levanta la cabeza significa oxígeno.
Significa otra oportunidad. Las lágrimas pican mis ojos mientras jadeo como un pez
fuera del agua. Y cuando arrastra mi cuerpo hasta una posición de pie, la remoción
de su rodilla de mi espalda abre más espacio para que mis pulmones se expandan.
Mis piernas son de goma. Mi cabeza sigue mareada. ¿Era este su plan?
Hacerme débil. Encontrar la sumisión que me negué a darle quitándome el aire y
obligándome a volver a nuestros viejos roles.
Cuando abro los ojos, está cara a cara conmigo. Sus ojos color avellana guardan
la disculpa fraudulenta que me ha dado tantas veces a lo largo de los años. La que
creí al principio de nuestro matrimonio. Cómo poseía la culpa que él puso sobre mí
cuando dijo que mi desobediencia lo obligó a hacerlo. Había un ciclo de mi
aceptación, su disculpa, y luego su promesa de no volver a hacerlo.
Durante todo el tiempo también hubo una vergüenza que me comía entera,
roía y erosionaba mi autoestima, porque sabía que nunca tenía la culpa. Que en
realidad no quería disculparse. Que él era el culpable. Siempre tuvo la culpa.
La mirada de disculpa iba de la mano con sus acciones que me rompían. Como
243
humano. Como mujer. De sentirme valiosa. Fue el catalizador que me robó tanto. El
yo que estoy tratando de recuperar ahora.
Entonces encuentro fuerza en los recuerdos. Me encuentro aferrándome allí,
aferrándome a ella, y enfrentándolo cara a cara.
¿Por qué, Ethan? Mi voz es ronca pero firme . Si soy una esposa tan
horrible… ¿entonces porque me quieres de vuelta?
Su mandíbula palpita mientras trata de marchitar mi resolución con su mirada.
Porque la imagen lo es todo, Gertrude dice, pasando el dorso de su mano
por mi mejilla . Y el apellido Caster es el boleto para conseguirlo.
Tan preparada como estoy para su beso cuando se inclina hacia delante, no
puedo reprimir el disgusto. Agito mi cabeza, pero el jalón implacable de mi cabello
me congela cuando sus labios golpean los míos. La revulsión me recorre. Vuelve la
bilis.
¿Crees en las mentiras que te dice? susurra contra mi oído. Sostiene mi
pelo con fuerza, así que no puedo mirar para ver qué está haciendo . ¿Te dice que
eres hermosa? ¿E inteligente? ¿Y divertida?
Cierro mis ojos momentáneamente. Bloqueando sus palabras. No quería tener
a Zander cerca de Ethan en mi mente.
»Puras mentiras, Gertrude canta las palabras en un tono inquietantemente
infantil que me eriza la piel.
Su mano libre golpea mi parte inferior del vientre. Luego escucho el sonido
revelador de una hebilla de cinturón tintineando mientras el final atraviesa el bucle,
el cierre de metal golpea contra sí mismo.
No.
¿Te promete cosas que solo yo puedo darte? El sonido de una cremallera
abriéndose.
Mi mente se apaga.
Me ahogo con la bilis creciente. Sabiendo lo que viene después. Vuelve el
pánico. El odio tan fuerte que la idea de tener que tocarlo me pone físicamente
enferma.
Merezco una disculpa adecuada, Gertrude.
Mi mente se desvincula de esta realidad.
No. Me trago el nudo en la garganta. Lucho contra mi miedo. Evito que
las lágrimas se derramen en mis ojos. Trato de aferrarme a Getty Caster mientras él
intenta quitarla, capa por capa, hasta que se convierta nuevamente en Gertrude
244
Caster-Adams.
Débil. Obediente. Temerosa.
No. No. Es. Una. Opción.
Nuestros ojos batallan. Los suyos dicen ahora. Los míos dicen vete a la mierda.
Tira de mi cola de caballo de nuevo. Tratando de obligarme a caer de rodillas
como lo hubiera hecho antes. Tomando su castigo, dándole una disculpa adecuada sin
pelear, porque una pelea solo empeoraba las repercusiones. En mi vida anterior,
rendirse era la única forma de sobrevivir.
Pero no ahora. Aquí no. No la nueva yo.
¡Ahora! Su demanda se come el aire en la habitación, pero permanezco de
pie, con la mandíbula apretada, las manos empuñadas, una resolución
inquebrantable.
No. Es lo único que puedo decir sin traicionar mi valiente fachada con el
miedo, el pánico y la desesperación que me abruman internamente.
El dolor irradia mientras tira de mi cabello con más fuerza que antes; grito
automáticamente. Pero esta vez se alza contra mí.
Sí. Recuerdas como hacer esto. Te pondrás de rodillas. Me chuparás la polla.
Lo llevarás hasta la parte posterior de tu garganta. No tendrás arcadas. No te
moverás.
Usa mi silencio a su favor. Para enfatizar lo que espera. Para sacar mi miedo.
Para desconcertarme. Para dejarme pensar largo y tendido sobre lo que sé por
experiencia, sucederá a continuación.
No es mi problema si no puedes respirar, Gertrude. Acabas de demostrarme
que puedes aguantar la respiración durante mucho tiempo… así que no hay excusas.
Pero ten cuidado. Se ríe como un maníaco, dejándome saber que realmente
disfruta esto . El siguiente castigo duele mucho más que mi polla bloqueando tu
garga…
245
Capítul o26
ZANDER
Tu cabeza está en el país de los sueños, Donavan. Mejor sal de aquí, rápido, o la
próxima vez olvidarás muchísimo más que tu teléfono celular.
Le preguntas a una mujer cuál es su punto de no retorno y se supone que la
respuesta es simple. Mi cuello. Mi oído. Mis pezones. Mi clítoris. Demonios, incluso su
punto G si es directa.
Pero luego está Getty. Respondiéndome con una expresión dulce y un lenguaje
corporal inocente y tan casual como puede ser… ¿pero sus palabras? Joder, eran una
seducción propia. Un striptease verbal. Dándome una respuesta, pero luego me dijo
mucho más que una simple ubicación en su cuerpo. En cambio, me dijo cómo la 246
hacía sentir.
Jodidos sentimientos, hombre. Te meten en problemas todo el tiempo.
Sin excepciones.
Menos mal que me gustan un poco los problemas.
Mi estado de ánimo es muy bueno con mi mente llena de ideas de cómo quiero
tocarla cuando salga del trabajo. Los lugares exactos donde tentaré y probaré. La
decisión que la obligaré a tomar después de provocarla sin piedad. Tal vez
enloquecerla, retener su clímax hasta que se decida sobre su punto de no retorno.
Maldita sea. Las opciones son infinitas. Que jodida suerte tengo.
Miro mi reloj mientras subo los escalones de la entrada. Ocho minutos. No es
mucho tiempo. El mecánico no puede estar demasiado enojado por el breve retraso.
Después de todo, es su culpa que no recuerde las piezas de repuesto del motor que
Smitty ya ha pedido, por lo que sabría cuáles necesita ordenar. Pero yo sí las tengo.
En un correo electrónico, en mi teléfono.
El teléfono que dejé en el mostrador de la cocina.
Así que puede quejarse todo lo que quiera sobre el viaje de ida y vuelta de
veinte minutos que me demoré regresando para obtenerlo. Es mucho más
conveniente esperar los veinte minutos en lugar de consumir el costo de envío de
las piezas duplicadas que se supone que debe recordar.
Justo donde lo dejé murmuro mientras agarro el teléfono y me dirijo a la
puerta, sorprendido porque Getty no esté en casa preparándose para el trabajo. Tal
vez ya vino y se fue. Hay flores en el mostrador, pero no hay perfume. No hay
siquiera olor como después que generalmente se echa perfume. El pensamiento
perdura, me molesta cuando comienzo a cerrar la puerta principal.
No es mi problema si no puedes respirar, Gertrude.
Las palabras suenan fuertes y claras justo antes que se cierre la puerta. El
instinto toma el control ante el sonido de la voz desconocida en el pasillo. Nunca lo
había escuchado antes, pero sé de inmediato a quién pertenece.
… contén la respiración…
Necesito llegar a ella. Getty.
… sido advertida… Su risa … el siguiente castigo…
Hay una fracción de segundo después de cruzar su puerta para evaluar la
situación. Mi cerebro toma instantáneas de la escena. Getty: ojos abiertos como
platos, labios temblorosos, miedo en su rostro. Temor. Miedo. Todo lo que veo es
miedo. Ethan: pantalones abajo, los músculos tensos, sus manos en Getty. 247
No, Zander. No lo ves. Esta era mi vida. Por años esto fue todo lo que supe
hacer. Cómo lidiar con las cosas. Las lágrimas no estaban permitidas. Si algo así
sucediera luego tendría que pintar una bonita máscara, ir a algún evento y fingir que
estaba bien. Su respiración sonaba temblorosa. Tuve que luchar contra cada
instinto que tuve, para no tirarla contra mí porque esa declaración me hizo ver la
brutal verdad de cómo había vivido durante tanto tiempo. No vivido. Sobrevivido—
. Me estoy poniendo mi máscara, Zander. Déjame hacer lo único que sé hacer para
no desmoronarme. Si me derrumbo, él gana.
Y maldita sea si sus palabras no rompieron partes de mí que ni siquiera sabía
que tenía. Calmaron mi temperamento. Hizo que la orden de quedarse en casa que
iba a decir a continuación muriera en mis labios. Tuve que bajar la velocidad.
Ya no eres ella, Getty.
Mientras la veo moverse detrás de la barra, enmascarada, con las emociones
bajo control, no estoy seguro de que alguna vez olvidaré lo dudosa que parecía
cuando le dije que no tenía nada más que demostrar. Porque con su fuerza, su
resolución y su tenacidad, ya había ganado contra Ethan y su padre. Y mientras
puede estar manejándolo bien, usando el bar lleno de turistas para mantenerse
ocupada, yo no lo estoy. Cuanto más tiempo me siento aquí, más tiempo tengo para
llenarme de ira. Y más enojado me pongo.
Conmigo mismo: por no ver que había dejado mi teléfono en casa antes. Por
no llegar más rápido.
Con Damon: por enviar a su yerno a buscar a su hija, porque no acepta un no
por respuesta.
Con el sheriff: por decirme lo que ya sé, que Ethan saldrá en libertad bajo fianza
en cuestión de horas. Y aprecio el hecho que vaya a presionar un poco, esperando
hasta el último minuto para darle la llamada a su abogado, de modo que, con suerte,
su trasero tendrá que permanecer en una celda durante la noche. Pero sé la verdad
sin que el sheriff la haya dicho. El dinero significa privilegio. Y privilegio significa
abogados de alto precio y un trato especial.
Tengo la sensación de que Ethan no recibirá nada más que una palmada en su
muñeca.
Con Ethan: porque es un maldito imbécil que necesita mucho más que esa
bofetada en la muñeca. Todo lo que puedo esperar es que mientras se instala en su
elegante mansión en lo alto de las colinas en algún lugar con un brillo cada vez más
tenue, cada vez que se mire en el espejo y vea el bulto en la cresta de su nariz donde
la rompí, me recuerde. Que recuerde mi amenaza y que nunca vuelva a tocar a Getty.
Con Getty: por ser tan malditamente fuerte. La mujer necesita romperse.
251
Llorar. Enfurecerse y gritar para que pueda dejarlo atrás.
Necesita necesitarme.
El último pensamiento sale de la nada. Me ciega. Y lidio con este de la única
manera que sé, levantando la mano para llamar la atención de Liam.
No tuve más remedio que contarle lo mínimo sobre lo que sucedió con Ethan
cuando llamé para decir que Getty no vendría a trabajar. Sé lo importante que es su
trabajo para ella. Además, el molino de chismes de la pequeña ciudad
probablemente ya estaba en pleno apogeo, así que pensé, ¿por qué no decirle a la
persona que lo escucha todo para que pueda aclarárselo a cualquier persona?
Estoy seguro que Getty podría sentirse diferente, pero mientras está ocupada
guardando todo, quería asegurarme de que la ciudad supiera la verdad para poder
respaldarla si alguna vez lo necesita.
¿Necesitas algo de hielo para eso? Liam hace un gesto hacia mis nudillos
donde están rojos e hinchados.
No. Abro la mano para estirarlos y niego . Estoy bien, gracias. En
realidad, me gustaría que estuvieran peores. Me gustaría haber conseguido uno o
dos golpes buenos más. Por mí. Por Getty. Porque se merecía mucho más que eso.
¿Para tu mejilla, entonces?
¿Me golpeó la mejilla? Mierda. Ni siquiera lo pensé. Cuando abro la boca y
estiro las mejillas, claro como una mierda, siento dolor, pero solo niego de nuevo y
suspiro mientras miro hacia Getty para ver cómo está.
¿Todavía te ignora? Se ríe y levanta la barbilla hacia Getty. Hay una
preocupación en sus ojos, muy diferente de la sorpresa que tenía cuando Getty entró
una hora después que lo llamé para decirle que no iba a venir, y se puso detrás de la
barra.
Cuando fue a decirle que se fuera, que había cubierto su turno, la mirada que
le dirigí lo detuvo en seco. Y afortunadamente, cuando le expliqué que tenía que
estar ocupada, que pagaría el extra de salarios si quería, todo lo que hizo fue asentir,
señaló un asiento abierto cerca al final de la barra y me preguntó cuál era mi veneno
para la noche.
Definitivamente un buen chico.
Síp. Suspiro cuando mis ojos la encuentran de nuevo . Maldita mujer y
su terquedad.
Liam se ríe de nuevo mientras alinea dos vasos de chupito y saca el 252
Jägermeister del estante superior.
Ya sabes qué dicen…
¿Qué? Estoy distraído, con los ojos mirando la puerta de la sala de
almacenamiento donde Getty acaba de desaparecer.
Los hombres usan los pantalones en la relación, pero es la mujer la que
controla la cremallera.
Tiro la cabeza hacia atrás y me río. El reproche en la punta de mi lengua de que
no estamos en una relación no se menciona porque el alivio del estrés es más
importante.
Muy cierto. Golpeo la parte superior de mi vaso contra el suyo y lo bebo.
La quemadura es rápida, pero le doy la bienvenida. Es real. Eso y la risa que
Liam ofreció tratando de aligerar el estado de ánimo.
Esta vez, cuando va a ayudar a otro cliente, me deja la botella. Hombre
inteligente. Me relajo en mi silla en cuanto veo que Getty regresa al bar. Sirve una
cerveza para dos hombres delante de ella. Habla con ellos. Se ríe. Parece normal.
Pero puedo ver la tensión bajo la sonrisa.
No fue tan malo, tonterías. Sus palabras hacen eco en mi mente. Porque la furia
me bombea en las venas. Me hace pensar en mi propia madre otra vez. Me pregunto
con qué frecuencia se puso esa máscara para protegerme, dejándome pensar que
todo estaba bien cuando estaba magullada por dentro y por fuera.
Basta, Zander. Otro día.
Pero no puedo alejar el tren de pensamientos. Me doy cuenta que no he
pensado en la caja o la mierda que causó en mi vida en días. Todo el ruido que había
estado gritando en mi cabeza se calló. ¿Por qué?
Por ella. Hermosa. Valiente. Maldita Getty. Por primera vez en las tres horas que
hemos estado aquí, sus ojos se encuentran con los míos y miran a través de la
distancia.
Todo lo que me da es una suave sonrisa y un sutil asentimiento en
reconocimiento. Pero son las palabras que dice las que me golpean más fuerte que
cualquier otra cosa:
Gracias.
Una palabra. Tan malditamente simple y, sin embargo, podría ser por tantas
cosas: por ayudarla. Por ser paciente. Por dejarla ponerse la máscara. Por estar aquí.
Por mostrarle que no todos los hombres lastiman a las mujeres.
Asiento en respuesta, completamente sin habla ante una mujer y ni siquiera
estoy lo suficientemente cerca como para hablar con ella. 253
254
Capítul o27
GETTY
Calcetines—
Por si acaso alguna vez quieres ser encontrada…
—Zander
Mis ojos se enfocan en los suyos y todo lo que veo es una completa honestidad
en su mirada, todo lo que siento es la sinceridad de su gesto, mientras mi mente
vuelve a la conversación que tuvimos hace semanas. Incluso antes de desatar la cinta
y abrir la caja, ya sé lo que hay dentro.
Y cuando la abro, el nuevo iPhone se encuentra en el paquete.
Me ha dado una forma de preguntar si alguna vez quisiera que me
encontraran. La importancia de este momento, sus palabras, el regalo que está
ofreciendo, todo es tan pesado que me toma un minuto parpadear las lágrimas de
mis ojos antes de poder mirar hacia arriba para encontrarme con él.
Zander. Con suerte, el sonido de mi voz puede transmitir lo que no puedo
expresar con palabras: aprecio, sorpresa, humildad . No deberías haberlo hecho.
No tenías que hacerlo, es… vaya.
Su rostro se rompe en una sonrisa del territorio hoyuelo.
Había una gran promoción. Compre un teléfono y obtenga dos años
prepagados para todos los servicios, por lo que no pude resistirme.
Zander… Y sé que está mintiendo. Sé que está intentando salvar mi
orgullo y mi presupuesto al pagar por adelantado el servicio y el teléfono . Gracias,
pero no puedo aceptar esto. Es muy caro.
Toma la caja que le entrego y la deja antes de tomar mis manos entre las suyas.
259
Esto no es por dinero u orgullo, Getty. Esto se trata de que yo sea un hombre
y mira hacia la tormenta afuera , y saber que si necesitas ayuda, si estás perdida,
o como dice la tarjeta, si quieres que te encuentren, puedes ser encontrada.
Solo si eres tú quien me encuentra.
Trago el nudo en mi garganta, preguntándome en este mundo de amigos sin
posibilidades a largo plazo, si entiende cuánto significan sus palabras para mí. Como
tal vez quiere que haya un futuro para nosotros. Y luego me doy cuenta que estoy
entendiendo todo esto mal.
La maldita lista de tareas pendientes… la que me he negado a ver más
temprano hoy. Bueno, ahora quiero saber desesperadamente cuántas tareas quedan
por completar. Debido a que este regalo de repente parece ser su forma de decirme
que el final está cerca, que pronto se irá a casa y quiere asegurarse que estoy bien
cuando se vaya.
Lucho contra el pánico inmediato, la necesidad de rechazar el regalo porque si
no lo tomo, entonces no puede irse y, en cambio, solo me encuentro con sus ojos,
mientras está completamente ajeno a la silenciosa guerra de emociones dentro de
mí. Así que hago lo único que puedo, asentir, tratar de tomar el regalo por lo que es
y no leer demasiado en él.
Solo quiero que estés a salvo. ¿Bueno? Así que por favor acéptalo.
Con una condición. Me encanta la curvatura de sus labios y la elevación
de sus cejas . Si aceptas un regalo que tengo para ti.
Comienza a tratar de negarse inmediatamente cuando me levanto del sofá.
No necesito ningún regalo.
Lo conseguí la semana pasada le digo por encima del hombro cuando
entro en la cocina, mis ojos miran de inmediato a la lista mientras camino por el
mostrador. Pero oculto el suspiro de alivio y reprendo a mi ridículo pánico
melodramático cuando veo que la lista tiene solo dos elementos más tachados que
la semana pasada.
Todavía queda tiempo.
El pensamiento corre una y otra vez en mi cabeza con cada paso por el pasillo.
Getty… La forma en que dice mi nombre es equivalente a un niño
exasperado lanzando una rabieta. Desafiante. Resuelto. Queriendo lo que se supone
que no quiere.
Shhh. Es lo último que digo antes de entrar a mi habitación y dirigirme a
mi armario, donde escondí el humidor. Afortunadamente, su paquete pasó
desapercibido en la cama en la pelea con Ethan.
260
¿Acabas de callarme? Su risa llega a mi habitación, diciéndome que me
siguió.
Shhh repito con una risa. Y, por supuesto, estoy inclinada, con el trasero
en el aire, así que estoy segura que se está tomándose su tiempo para disfrutar de la
vista.
Bonitos calcetines, Calcetines. Disfrutando de la vista, de hecho.
Pero me encanta que justo así nos devuelve a esa broma divertida y coqueta
cuando, hace unos momentos, me estaba volviendo loca por él. Es como si de alguna
manera supiera lo que necesito escuchar cuando necesito escucharlo, y no se puede
poner precio a algo así cuando se trata de una relación.
¿Una relación? Ahí vas otra vez, Getty, con arcoíris y ollas de oro que realmente no
existen.
Cuando me pongo de pie con el humidor en mi mano, me doy vuelta para
encontrar a Zander apoyado en su hombro contra la jamba de la puerta, con las
manos metidas en los bolsillos de sus pantalones vaqueros, y este pequeño y
adorable pliegue en su frente mientras trata de averiguar qué demonios tengo en
mis manos.
Vamos a abrirlo aquí sugiero, levantando mi barbilla hacia la cama, a
medida que el pliegue se profundiza.
Da un paso adelante, la confusión todavía grabada en su rostro se contradice
con la sonrisa de niño pequeño en sus labios. En unos segundos estamos sentados
en mi cama: yo con las piernas cruzadas de espaldas a la cabecera, y él imitando mi
postura al pie de la cama con la caja cubierta por una bolsa entre nosotros.
Comienza a abrir la bolsa y, de repente, lo que parecía una compra inocente
parece muy personal, lo que me hace dudar en explicar mis razones para
seleccionarlo. Extiendo mis manos hacia las suyas.
Espera… Todo lo que quiero decir muere en mis labios.
Solo me mira y une sus dedos con los míos.
¿Qué pasa? ¿Finalmente estás compartiendo esa enorme caja de juguetes
sexuales que murmuras mientras duermes?
¿Qué? espeté, completamente desconcertada por su declaración. Por el
calor que inundó mis mejillas, estoy segura que deben estar rojas como remolachas.
Y todo lo que hace es sentarse frente a mí, con una expresión fría como una piedra
mirándome fijamente. Una risa nerviosa cae de mis labios cuando sacudo mi cabeza
en un rápido rechazo, inmediatamente rechazando su comentario . Qu-qué, yo no, 261
estás…
Su rostro se transforma al instante. Sonríe ampliamente, con la cabeza echada
hacia atrás, con la mano en el estómago mientras se ríe tan fuerte que hace eco en la
habitación. Se cae sobre la cama, tratando de dejar de reír, excepto que no puede.
Tu cara. Oh, Getty. Esa mirada no tiene precio.
Agarro la almohada más cercana a mí y le golpeo con ella antes que pueda
apartarse del camino.
Eso no es gracioso en absoluto. Ahora sueno como el niño pequeño que
tiene una rabieta. Pero Dios mío, eso no fue genial.
Y hago lo único que puedo después de golpearlo con la almohada una vez más:
cruzo los brazos sobre mi pecho. Y hago un puchero. Y mirándolo fijamente. Pero
demonios, si no es la cosa más difícil del mundo estar enojada con un hombre cuya
cara está medio cubierta por almohadas, con una risa tan contagiosa que estoy
reprimiendo una sonrisa, y que se ve tan condenadamente adorable, solo quiero
arrastrarme sobre la cama y acurrucarme en él.
Lo siento mucho, pero todo sobre eso fue clásico. Todavía puedo escuchar
la risa en sus palabras mientras se empuja de nuevo a una posición sentada, los ojos
ahora fijos en los míos.
Estoy haciendo pucheros. Solo pensé que haría esa declaración ya que no sé qué
más decir.
Y eres adorable murmura.
Eso fue malo.
No, no lo fue. Fue un momento perfecto porque estabas dudando de lo que
sea que compraste para mí y por eso te distraje. Mi intento de fruncirle el ceño
solo sirve para ampliar su sonrisa aún más . Y funcionó, porque ahora estás más
enojada que preocupada. En segundo lugar, debes saber que los juguetes sexuales
pueden ser muy divertidos, así que nunca los menosprecies, Calcetines.
Tu regalo… Redirigí la conversación levantando las cejas, porque no voy
a ir allá en este momento.
Mmmm. Se inclina hacia adelante, riendo en voz baja mientras se acerca y
toca la punta de mi nariz con su dedo . Juguetes sexuales para tu próximo regalo,
entonces. Y antes que pueda terminar de rodar los ojos, continúa con
impaciencia . Pero ahora, cuéntame sobre el mío.
Solo puedo mirarlo fijamente con una amplia sonrisa y un movimiento de mi
cabeza con exasperación, pero mis nervios ya no existen.
Quería conseguirte algo para decirte gracias… para decir que entiendo… 262
para decirte que solo saltes. Mi voz se desvanece cuando sus ojos se oscurecen antes
de mirar hacia abajo para comenzar a desenvolver el regalo.
Se toma su tiempo. Saca el humidor de la bolsa. Pasa sus manos sobre la
superficie lisa. Sus ojos se alzan para encontrarse con los míos momentáneamente
antes de bajar de vuelta a donde está levantando la tapa para mirar dentro.
Getty… Es apenas un susurro, pero una vez más, sabe cómo decirme todo
lo que siente con la simple pronunciación de mi nombre. Sorpresa. Asombro
Confusión. Cortesía.
Los dos vinimos aquí escapando de algo. Y has pasado tanto tiempo
ayudándome a… Lucho con las palabras correctas para decir, pero luego me doy
cuenta que ya lo dijo por mí … querer que me vuelvan a encontrar, que quería
conseguirte algo para hacer lo mismo.
Cuando sus ojos vuelven a encontrar los míos, puedo decir que entiende que
esto tiene algo que ver con su madre, sus razones para estar aquí, pero no está seguro
de cómo.
Esto es para mantener los buenos recuerdos. Algo brilla en sus ojos en
reconocimiento, pero continúo . Esa caja en tu habitación puede contener tanto lo
bueno como lo malo. Y cuando elijas pasar por eso, quiero que tengas un lugar
donde poner lo bueno. Un lugar seguro. Un nuevo hogar. De esa manera, cuando
salgas de aquí, puedes dejar lo malo en la caja de cartón detrás de ti y llevarte lo
bueno a casa contigo en algo nuevo. Lucho para que salgan todas las palabras.
Demasiada emoción para él. Demasiada tristeza al pensar en él dejándome.
Pero cuando se extiende sobre la caja y lleva una mano al costado de mi rostro
sin hablar, sus ojos nadan con emociones que solo puedo asumir que son similares
a lo que siento por dentro, sé que hice lo correcto.
Gracias, Getty. Mira hacia abajo a donde están sus manos en la parte
superior de la caja, su voz áspera, sus dedos inquietos . Esto es perfecto y reflexivo
y oportuno.
¿Oportuno?
Su risa llena la habitación, pero hay un tinte que no reconozco.
Sí. Ven acá. Quiero mostrarte algo.
Se levanta de la cama, levanta el humidor y se acerca para tomar mi mano para
asegurarse que lo estoy siguiendo. Me sorprende cuando se vuelve bruscamente a
su habitación y luego se detiene. Pero la confusión dura solo un segundo porque la
caja de cartón se encuentra directamente en el centro de su cama.
263
Había planeado pedirte que la revisaras conmigo esta noche. Frunce los
labios, los ojos enfocados en una caja de cartón aparentemente inocente. Excepto que
sé que es algo que tiene mucho poder sobre él . Supongo que estábamos en la
misma página.
Mi sonrisa es suave mientras asiento, pero no la ve. Suelta mi mano y deja el
humidor junto a la caja. El silencio nos pesa. La incomodidad de Zander es tan
palpable que puedo sentirla.
Es hora.
Capítul o28
GETTY
Entonces, una vez más, sé mejor que nadie cómo tu pasado te puede poseer,
incluso en el presente. Robar tu esperanza. Manchar tu alma. Cambiar tu
perspectiva, tus expectativas. E incluso después de que te liberes de sus garras, sigue
ahí. En las grietas de tu mente. En tus reacciones a las cosas cotidianas. En la sonrisa
que le muestras al mundo mientras lloras por dentro.
Gira la cabeza para mirarme, sus ojos azules son tan solemnes, y me piden una
respuesta que olvidé dar.
¿Mi mamá? Mi sonrisa llega rápidamente; aunque algunos de los
recuerdos se han desvanecido, los sentimientos aún están frescos . Su nombre era
Grace. Era hermosa. Llena de vida. Lo era todo. En voz baja suspiro, odiando que
haya dudas ahora cuando pienso en ella por lo que he experimentado.
Apuesto a que eras su vida. Su voz no es más que un murmullo, pero
puedo decir que sabe que estoy luchando con las verdades que he venido a aprender
como adulta.
Me gustaría pensar eso. Asiento cuando las palabras de Ethan y de mi
padre regresan a mí. Las que me arrojaron a la cara. ¿No puedes ser más como tu madre?
Tu madre nunca desobedeció a tu padre. Tu madre estaría tan avergonzada de tu falta de
clase—. Pero ahora… ahora me pregunto si realmente era tan feliz y perfecta como
pensaba, o si solo estaba montando un espectáculo, ocultándolo todo para…
¿Para protegerte? agrega.
Asiento, un nudo obstruye mi garganta mientras recuerdos lejanos insinúan la
verdad. De ella sacándome para nuestras fechas especiales cuando mi padre se
enfurecía. De improvisadas salidas a dormir en el Four Seasons para fingir que
éramos Eloise. De maquillaje cuidadosamente aplicado o lentes de sol de lentes
grandes que incluso usaría en el interior porque tuvo migrañas por unos días.
Sí. Mi voz se rompe y se acerca y enlaza su meñique con el mío en el
espacio entre nosotros . Tengo la sensación, mirando hacia atrás con lo que sé
ahora, que interpretó un papel a la perfección, pero se escondió mucho,
principalmente de mí.
—Tú eras su verdad.
La forma en que dice la simple declaración, tranquila, práctica, como si fuera
la cosa más obvia del mundo, casi deshace la menguante compostura que me queda.
Pero al mismo tiempo, creo que es exactamente lo que necesitaba escuchar. Ilumina
algunos de los lugares más oscuros dentro de mí para saber que, tanto como la
amaba y quería ser como ella, creo que estaría orgullosa de que ahora no quiera ser
como ella.
265
Era su verdad. Vuelve mi sonrisa. Puedo escoger los recuerdos para mantener
los mejores momentos con ella. Para acabar con lo malo. Y un recordatorio para mí
de vivir una vida, por mi cuenta, sin gafas de sol grandes y pijamadas en el Four
Seasons, porque ella no pudo. Y porque quiero hacerla sentir orgullosa de lo que
hice.
Asintiendo, con mi mente sobrecargada de emoción, enlazo mi meñique un
poco más fuerte alrededor del suyo. Se desplaza un poco, el colchón se mueve
cuando se estira entre nosotros. Abre el cajón de la mesita de noche. Lo cierra y
entonces me da algo.
Tomo una pila de unas diez fotos de él. Es obvio que son viejas, la ropa y el
automóvil son antiguos, pero son las personas en el papel las que llaman mi
atención. Un niño de cabello castaño con las rodillas desolladas, una mota de pecas
en el puente de su nariz y la parte superior de sus mejillas, y ojos azules que parecen
expresar una mezcla de felicidad y cansancio.
Los ojos de un niño que ha visto demasiado en su corta vida. Tiene un guante
de béisbol en una foto, hace una cara graciosa en otra. Elementos que deberían
denotar una infancia normal, pero los fondos de las imágenes reflejan algo diferente.
Zander, de cinco o seis años, se para en el pasto frente a una casa destartalada,
con una ventana tapiada y otra con rejas de seguridad metálicas. Zander con un
perro de peluche apretado contra su pecho sentado en un sofá manchado en un
cuarto oscuro. Una pequeña sección de la mesa de café es visible en la toma; está
llena de trozos de papel de aluminio, dos cucharas dobladas, un cinturón para niños
enlazados y las cápsulas de jeringas desechadas.
Miro fijamente hasta que ya no puedo mirar más a los alrededores para tratar
de entender lo mejor que puedo las cosas que quiere ocultar. No es muy difícil de
comprender.
El único punto brillante en la pila de fotos es la mujer que lo acompaña en
algunas de ellas. Tiene el cabello largo y castaño, una tez oliva y ojos azules idénticos
en forma y tamaño a los de Zander. Y me doy cuenta que las únicas fotos en las que
parece feliz, es donde está prestando atención a su hijo.
Su sonrisa es magnética, una expresión de completa adoración.
Luego está el hombre en las fotos. Como un punto muerto. Los brazos siempre
cruzados, un cigarrillo colgando casualmente de la comisura de su boca. Tal vez es
porque sé el final de la historia, pero me disgusta al instante a la vista.
Escudriño las imágenes varias veces, cada vez que mis ojos se dirigen al niño
pequeño, hago comparaciones con el hombre que conozco ahora. Y cuando termino,
vuelvo la cabeza y encuentro la intensidad en la mirada de Zander. 266
vista hacia Getty, los recuerdos más débiles regresan a mí. De después de mi
mamá… estando en la casa, el hogar de los chicos donde estaba a cargo de Rylee. Y
no estoy seguro de si es porque los oí contarle a mi hermanito Ace la historia de
cómo se conocieron y eso creó el recuerdo, pero está ahí: Rylee ayudando a Colton
a superar el trauma de su pasado. Cómo atravesó todo y él realmente la escuchó.
Cómo al final lo ayudó a ser el hombre que es hoy. El hombre que dio un paso
al frente para adoptarme, salvarme, que puso un ejemplo para la clase de hombre
que quiero ser.
Porque él lo sabía murmuro para mis adentros mientras miro por la
ventana, mi mente jodida, mis emociones inconexas.
¿Quién sabía? pregunta Getty detrás de mí dónde está sentada en la cama
clasificando los papeles.
Nada. Me doy una patada mental en el culo por cómo lo traté. Las cosas
que dije. La mierda que hice. La falta de respeto que le mostré. Suspiro y paso otra
mano por mi cabello . Solo algo que debería haber sabido.
Echo un vistazo a donde Getty está apilando el impresionante contenido de la
caja en la cama. Después de pasar una hora revisándolo, me di cuenta que no era
más que el contenido de un cajón del escritorio volcado en una caja de cartón.
Tal vez era el escritorio de mi papá. Tal vez el cajón de chucherías de mi madre
en la cocina. No lo sé, pero las cosas malas que esperaba encontrar después del
informe de autopsia simplemente no están ahí.
Y no estoy seguro de si estoy más molesto o aliviado porque no contenga más
sobre mi pasado. Más piezas de mi madre para aferrarme. Una visión más amplia
de la vida que viví y el hombre que me la robó.
Joder. Dejo escapar un suspiro y me doy vuelta para mirar hacia la cama
donde está sentada Getty, clasificando los artículos en pilas. Billetes viejos, estados
de cuenta de tarjetas de crédito al tope, boletos de estacionamiento no pagados, listas
de compras escritas a mano, una orden judicial para mi padre por posesión de
drogas, un aviso de desalojo. Nada de lo que realmente pueda sacar conclusiones,
aparte de saber cómo era la caligrafía de mi madre, aún era tan joven que firmaba
nuestro apellido con un corazón por el punto sobre la i. Y que mis padres se
retrasaron en muchos pagos y estaban a punto de perder la casa.
Levanto la primera cosa en la pila más cercana a mí, una carpeta de Servicios
de Protección Infantil. La carta en el interior resulta ser una advertencia dirigida a
mis padres de que el condado había recibido una llamada telefónica de un 272
míos.
¿Qué te está molestando?
Estoy molesto conmigo mismo. Reviso las pilas perfectas que acaba de
dedicar tiempo a organizar y me encanta cómo no me apresura a terminar la idea.
Hay algo en su silencio que es reconfortante y alentador . Quiero decir, ¿por qué?
¿Hice todo esto, causé toda esta mierda por esta caja? ¿Y esto es todo lo que hay?
Herí a mi familia, jodí la confianza que la gente había puesto en mí, posiblemente
arruiné mi carrera, ¿y por qué? ¿Por un informe que sabía en el fondo no era cierto
y por algunas pequeñas cosas de una vida que me alegro de no tener que vivir?
Mi voz se eleva cuando levanto las manos y regreso para mirar por la ventana,
donde el cielo se está oscureciendo.
Zan…
¿No debería al menos conseguir algún tipo de cierre? ¿Algún tipo de
explicación válida, así no luzco como el imbécil que fui cuando tenga que volver y
disculparme con mi familia?
Dios. Incluso eso me hace sonar como un idiota. Como si no fuera lo
suficientemente hombre para admitir que reaccioné exageradamente y arremetí sin
razón alguna. Joder, esto está jodido.
Zander.
¿Qué? Me escucho espetarle y en el momento en que lo hago, me
estremezco con pesar . Lo siento, Getty, es solo que… Mis palabras se cortan
cuando miro hacia dónde está sacando algo de la caja mientras la levanta del piso
. ¿Qué es eso?
Sus ojos se levantan para encontrarse con los míos.
La solapa inferior estaba atascada. No la vimos. Cuando la caja se cayó de la
cama, se soltó.
Me entrega el sobre blanco y veo que mi nombre está garabateado en la parte
delantera, con dos corazones garabateados a cada lado que coinciden con los que mi
madre ponía encima de la i en su firma. Mis ojos se enfocan en los de Getty
conmocionado y luego vuelven a bajar.
Acercándome a la lámpara, me siento en el borde de la cama y deslizo mi dedo
debajo del borde de la carta sellada. Cede instantáneamente, el tiempo
disminuyendo la efectividad del adhesivo. Cuando levanto la vista, Getty está
cerrando suavemente la puerta detrás de ella para darme privacidad.
Como si supiera que, lo que está en este sobre, me va a derribar de culo. 274
Con un nudo en la garganta y dedos inestables, saco con cuidado el papel del
sobre y lo desdoblo.
Querido Zander:
Si recibes esta carta, algo me ha pasado. Finalmente ha cumplido con sus amenazas. Sé
que estás asustado y triste, pero no lo estés. Siempre estaré contigo. El mejor regalo que he
recibido fue llegar a ser tu mamá, así que, por favor, recuerda siempre cuánto te quiero. Tú
eres mi corazón, mi luna, mi sol y mis estrellas. Por favor nunca dudes ni olvides eso.
Estoy segura que tienes tantas preguntas y todo lo que puedo esperar es que quizás
cuando seas mayor, esto pueda ayudarte a comprender todo lo que ha sucedido.
El amor puede ser puro. El amor puede ser feroz. Puede ser volátil. Puede volverse
negro. Pero incluso cuando lo hace, no siempre puedes dejar de amar. La forma en que te amo
es pura. Nada puede quitarnos eso nunca. La forma en que amo a tu papá son las cuatro
cosas, incluso el negro. Es el tipo de amor que es casi tan malo como las drogas que ama.
He tratado de irme. Nos hemos quedado en un refugio. Nos hemos quedado con amigos.
Pero soy débil. No puedo apagar el amor. Incluso ahora cuando es negro. Incluso sabiendo
que, si me alejaba, podría protegerte mejor.
Pero no pude. He hecho llamadas anónimas a Servicios de Protección Infantil,
diciéndoles que verifiquen al niño pequeño en nuestra casa, con la esperanza que vean la
adicción de tu padre y lo ayuden a buscar ayuda. Entonces estaríamos a salvo. Entonces
podríamos empezar de nuevo.
Te he fallado, Zee.
Si estás leyendo esto, he fallado en lo único que he hecho en mi vida que es perfecto: TÚ.
Lo siento mucho.
Pero necesito que hagas algo por mí. Necesito que recuerdes este consejo que tengo para
ti. Porque, aunque no tengamos mucho, aunque pueda ser una mujer débil que se quedó
cuando debería haberse ido, aunque he hecho tantas cosas mal, tú eres la única cosa que hice
bien. “sí que, por favor, Zander… si puedes vivir tu vida con esto en mente, entonces me
mantendrás viva en tu corazón.
Ama. Ama ferozmente. Ama puramente. Ama ciegamente si quieres, pero nunca dejes
que el amor se vuelva negro. Si se vuelve negro, aléjate y nunca mires atrás. Por mí, porque
no pude. Tu corazón solo ve lo bueno en todos en este momento. Sé que eso no durará para
siempre. El amor es increíblemente poderoso cuando es correcto. 275
Mamá
Apenas puedo respirar. Miro de nuevo la carta, tinta salpicada con las lágrimas
de mi madre. Mis pensamientos están por todo el lugar. Sal en mis labios. Lágrimas,
cuando no lloro. Las limpio de mis mejillas. La carta tiembla en mi mano.
Luego la leo de nuevo.
El adormecimiento que ardía dentro de mí durante tanto tiempo duele como
una perra, pero juro por Dios que es porque finalmente he encontrado algo de paz.
Lo sabía. Eso es todo lo que puedo pensar una y otra vez. Ella sabía que él la 276
mataría y me quería tanto como recuerdo que lo hizo y necesitaba que yo estuviera
bien.
Realmente me amaba. Qué pensamiento tan estúpido, una emoción agridulce que
amenaza con abrumarme.
—Getty.
Ni siquiera sé si lo digo en voz alta o si solo lo estoy pensando, pero cuando
abre la puerta, recibo mi respuesta. Una mirada a mí, y está al otro lado de la
habitación con sus brazos alrededor de mi cintura en un instante.
No puedo hablar. No sé qué decir, cómo explicarlo, así que abro la carta para
que pueda entender.
Aún perdido en mi propia tormenta de emociones, la veo leerla. Su labio
inferior tiembla. Su otra mano vuela para cubrir su boca. Algo hace clic en mi mente.
Un momento de claridad en medio de la bruma. Y corro por mi maleta metida en el
fondo del armario.
Soy un loco tirando la mierda fuera del camino, abriéndola, desparramándola
para encontrar la única cosa que agarré en el último segundo en el camino por la
puerta antes de salir de casa. La idea errante de agarrar lo único que tenía de mi
infancia, la manta de seguridad siempre constante para ayudar con el dolor de la
maldita caja que había aparecido en mi vida.
Y, por supuesto, después del hecho, me sentí como un cobarde por agarrarlo y
dejé la maldita cosa en mi maleta. Fue más fácil para que no tuviera que explicarle a
Getty por qué un hombre adulto andaba con un perro de peluche harapiento y lleno
de bultos.
Con prisa agarro al perro, mi salvavidas infantil después que mi madre
muriera, y caigo de espaldas al suelo.
¿Tú crees…?
La voz de Getty me asusta. Casi olvido que estaba allí. Pero cuando levanto la
vista para encontrarme con su rostro lloroso, sé que piensa lo mismo que yo. Está
fuera de la cama mientras mis manos presionan y empujan el relleno lleno de bultos
dentro del maldito perro.
Son los mismos bultos que siempre han estado allí. Los que he sentido a través
de la cubierta exterior cuando me acostaba a la cama cuando era un niño pequeño,
asustado y mudo por el miedo. Perdido en mi propia mente por la tristeza.
Getty sale corriendo de la habitación y regresa en cuestión de segundos con
unas tijeras, con los ojos llenos de aliento mientras me las entrega. 277
278
Capítul o30
GETTY
Lista de reparaciones
Reemplazar escalón delantero el tercero
Reemplazar las tejas que faltan del techo Estar mojado solo es bueno en un
caso.
Terraza trasera = Trampa mortal
Arreglar la cerradura de la puerta del patio. Lo siento, señor Asesino del
Hacha
Arreglar el espejo del baño 279
El sol brilla y el claxon del ferry emite una advertencia de que una nueva ola
de turistas se dirige hacia la costa, pero mientras caminamos por la ciudad, mi mente
está concentrada en el hombre que está a mi lado, sosteniendo mi mano.
Y en la lista de reparación menguante en el mostrador que he aprendido de
memoria. Cada artículo que se tacha significa un día menos con él.
Tengo que intentar no estar triste; así fue como nuestra historia fue escrita para
desarrollarse.
Lo he aceptado más en los últimos días después de ver a un Zander más alegre.
Lo conocí solo con el peso de lo desconocido descansando sobre sus hombros. Y
ahora que se ha levantado, sigue siendo el mismo chico que era antes, pero hay un
cambio significativo. Es más despreocupado. Su sonrisa es más amplia. No está tan
de mal humor.
Solo así, ver al hombre que amo vivir una vida más feliz, hará que despedirse
de él sea un poco más fácil. Sabiendo que lo ayudé a conseguir lo que había venido
a buscar y él, a su vez, me ayudó a superar mi pasado cuando me alcanzó.
¿A quién demonios estoy engañando? Voy a llorar como un maldito bebé, comeré
toneladas de helado y pintaré mares y cielos oscuros y tormentosos otra vez cuando
se haya ido… pero al menos fue por mi propia elección. Elegí entrar en esta relación
con Zander cuando supe el final antes que comenzara. Una cosa tan rara y liberadora
que tengo para mí después de haber sido controlada durante tantos años.
Carpe diem, Getty.
El pensamiento realmente me llama la atención por alguna razón. Como si
realmente quiero decirlo, entonces será mejor que haga algo al respecto. Y así, sin
280
preámbulos, tiro de la mano de Zander. Se detiene para mirarme, pero solo capto un
milisegundo de la confusión en su rostro antes de inclinar mis labios sobre los suyos.
Me encanta el movimiento repentino de su cuerpo, el enganche en su
respiración. Aún mejor, me encanta cómo, dentro de un segundo, su mano se desliza
contra mi espalda baja y me empuja hacia él para que pueda profundizar el beso.
Sabe al deseo y el helado de chocolate que compartimos hace unos momentos.
Creo que siempre lo compararé con la sensación recién despertada que provocó en
mí.
Nuestras lenguas se encuentran, las manos presionan nuestros cuerpos más
cerca, y nuestros labios expresan nuestra necesidad. Los turistas que cubren la acera
tienen que caminar alrededor de nosotros, y por una vez, realmente no me importa
quién está mirando. Porque se siente como si fuera solo él. Y yo. Y él no se va a ir y
yo no voy a llorar y todo estará bien.
El calor de su beso me permite creer la fantasía por unos segundos antes que
la risa fuerte e identificable de Mable suene a nuestra derecha.
Bueno, gracias a Dios. Ya era hora que la besaras hasta dejarla sin sentido,
Zander.
Zander rompe el beso, pero no antes que pueda sentir sus labios curvarse en
una sonrisa.
Sigues rechazándome, Mable, así que no tuve más remedio que seguir
adelante. Un hombre tiene necesidades después de todo.
Arroja su cabeza hacia atrás y se ríe, su pecho se agita y sus mejillas se
enrojecen por la atención.
Jovencito dice con un movimiento de cabeza y lo apunta con su dedo ,
creo que esa muchacha está cuidando tus necesidades muy bien por el aspecto de
ese beso.
No tengo ninguna queja aquí, señora dice levantando las cejas y con una
sonrisa mostrando su hoyuelo.
Qué caballero. Mable se lleva una mano al pecho con un tono de burla .
¡Oh, Getty! Hoy tenemos una gran oferta para ese vestido de cóctel con lentejuelas.
Va a traer unos buenos…
Disculpen un segundo dice Zander inesperadamente cuando ve a alguien
por encima de mi hombro. Lo veo correr hacia donde Liam se destaca frente al bar.
Zander lo llama para atraer su atención cuando me vuelvo hacia Mable. Ella
continúa hablando de algunos de mis vestidos en venta, pero mi atención sigue 281
centrada en Zander y Liam, cuyos ojos siguen mirándome.
Nos encontramos unos minutos después.
¿Qué fue todo eso? pregunto, odiando que de repente parezca
entrometida.
Nada en realidad. Solo quería preguntarle a Liam algunas cosas. Se queda
en silencio, lo que significa que mi curiosidad se ha despertado.
¿Qué…?
Quería darme esto dice riendo mientras sostiene una camiseta blanca del
Lazy Dog Bar, como la que tiene que llevar el personal, con el logotipo en forma
prominente en el pecho.
Siempre el oportunista. Probablemente está esperando que te fotografíen
cuando vayas a una carrera o algo así y le des un poco de notoriedad al bar.
La usaré. Se encoge de hombros . Aunque me gusta cómo te queda
mucho mejor la tuya dice con un guiño, refiriéndose a cómo todas las meseras
atan la parte posterior de sus camisas para hacerlas un poco más ajustados para el
beneficio de los clientes masculinos.
Estoy segura que sí. Me río y le sonrío.
Sin embargo, es aún mejor cuando no la estás usando. Voy a golpearlo
juguetonamente en el brazo, pero me atrapa antes de conectar el golpe y presiona
un beso inesperado en la parte superior de la mano. Aunque estoy sorprendida, él
actúa de manera casual cuando une sus dedos con los míos y comienza a caminar.
¿Vas a estar bien cuando me vaya?
Sí. No.
La pregunta detiene mi corazón, pero trato de no mostrarlo. Sé que se refiere a
su vuelo el día después de mañana. Y, por supuesto, me parece ridículamente
estúpido que haya entrado en pánico porque será la primera vez que nos
separaremos en casi tres meses.
Pero sé que mis sentimientos se vuelven locos por más que eso. Una vez que
regrese a su vida real, el ancla que lo retiene aquí en la isla perderá su control
lentamente.
Ha abordado la razón por la que huyó en primer lugar. Irse a casa significa que
intentará corregir los errores con su familia. Si tiene éxito, no tendrá razón para
quedarse aquí más.
Siento que después de todo lo que sucedió la otra noche, debería ser yo quien
te hiciera esa pregunta. ¿Cómo estás? 282
283
Capítul o31
GETTY
nuevo. En lugar de los suaves colores mezclados de una puesta de sol sobre un agua
turbulenta, la pintura representa líneas elegantes y bordes definidos. Podría
llamarse abstracto en el mejor de los casos y horrible en el peor, pero mi primer
intento de un objeto en movimiento es mucho más difícil que la fluidez de la
naturaleza.
Vaya. La voz de Zander me asusta. La ausencia del ruido del martillo en
el exterior había pasado desapercibida, mis auriculares caídos fueron pasados por
alto mientras mi trabajo me consumía una vez más.
¿Eso piensas? Dejo el pincel y lo miro por encima de mi hombro, donde
está.
Sí. Es realmente increíble.
Se inclina más cerca mientras muevo mi silla para obtener una perspectiva
diferente. Inclino mi cabeza y la miro con ojos de juicio. El contorno es suficiente
para distinguir la imagen de un automóvil de Indy volando a través del lienzo. Es
borroso a propósito, pero todavía no estoy contenta con esto.
Todavía necesita trabajo reflexiono mientras sombreo y enmarco la
imagen más en mi mente . Está a medias y nunca he pintado nada tan técnico como
esto antes, así que quién sabe cómo…
Shhh. Coloca sus manos sobre mis hombros y comienza a frotar los nudos
dejados por mi sesión encorvada sobre un lienzo por todo el tiempo que he estado
aquí . Deja de ser tan crítica con tu talento. No puedo esperar a ver el producto
terminado.
Bueno, me alegro, porque lo estaba pintando para ti. Y nunca sentí la
necesidad de pintar nada para nadie. El pensamiento pasa a través de mi mente. Y todo
lo que puedo pensar es que necesito darle algo para que me recuerde.
Gracias. Ya me encanta. Presiona un beso ausente en la parte superior de
mi cabeza, lo que hace que las lágrimas que me niego a reconocer quemen en mi
garganta. Un gesto tan casual por parte de él, pero muy revelador de lo lejos que
hemos llegado desde la primera noche en que hicimos un brindis por nosotros.
¿Qué estás haciendo? Dejo caer mi cabeza un poco hacia atrás, sus dedos
mágicos en mis músculos adoloridos.
Terminé algunas cosas en la terraza y solo quería ver en qué andaba la
famosa artista.
Mi sonrisa es automática. Qué irónico que haya sacado un recuerdo de esa
noche cuando yo también estaba pensando en ello.
Oh, y yo aquí pensé que finalmente vendrías a hacerme pintar ese desnudo 285
de ti.
Su risa es aguda y llena la habitación con sugerencia.
Eso pensabas, ¿verdad?
Sí, pero no estoy segura de tener la pintura adecuada para darte el aspecto
que buscabas.
¿Qué aspecto es ese? murmura.
—Bonito.
Suelto carcajadas cuando gira mi silla sin previo aviso para enfrentarlo. Apoya
sus manos sobre mis antebrazos en el reposabrazos y me mira, con las cejas
levantadas, una sonrisa torcida en su rostro, y los ojos oscurecidos por el deseo.
Nuestra risa cesa al instante. El aire de la habitación se calienta rápidamente por la
química que se desata entre nosotros.
Mi aliento se atasca en mi pecho. Mis manos se tensan sobre los brazos de la
silla. Su sola mirada está haciendo que mis sinapsis se disparen. Pero esta vez, soy
mucho más sabia.
Quiero usar el fósforo para encender el fuego. Sé lo buena que es su
quemadura.
Dilo otra vez, Calcetines. Por favor murmura contra mi boca antes de meter
su lengua entre mis labios separados y darme una idea rápida del hambre dentro de
él antes de alejarme, dejándome con muchas más ganas . Dame una razón.
Mis labios se curvan mientras se inclina hacia atrás. Mis pezones se endurecen
contra el algodón de mi camisa debido a su proximidad. El calor de sus manos en
mis brazos arde de la mejor manera posible.
¿Una razón para qué? Estoy sin aliento. Necesitada. Desesperada por él.
Para hacerte rogar. Su sonrisa se burla. La mirada en sus ojos me tienta. La
lamida de su lengua entre sus labios hace todo tipo de cosas divertidas en mi
interior. La intención en sus palabras me hace apretar mis muslos.
Y oh, cómo quiero que me haga rogar.
Finjo indiferencia. Intento actuar normal, pero es imposible cuando está sobre
mí y cada parte de mi cuerpo está sufriendo por su toque.
Pero lo intento.
¿Cómo me harías rogar?
286
Su risa suena profunda y rica.
¿Crees que puedes batir esos hermosos ojos, actuar como si fueras dulce e
inocente, cuando sé exactamente lo que quieres y cómo dártelo?
¿Cómo sabes lo que quiero? Mi voz es tímida, con los labios fruncidos,
mientras levanto la vista y juego este juego con él.
Se ríe de nuevo, pero esta vez parece que sus manos sienten cuando pasan
sobre mi piel: suaves con un toque de aspereza y mucho deseo.
Nací para darte lo que quieres, Calcetines.
Es mi turno de reír. Mi cuerpo zumba con anticipación. Hay algo en el brillo
de sus ojos y el lado sexual de mí que ha despertado realmente quiere probarlo.
Tan. Jodidamente. ”onito…
Sus labios se curvan. Sus cejas se levantan. Su aliento se detiene. Se levanta
muy lentamente, su boca se desliza en una sonrisa que es parte victoriosa, parte
retorcida. Me pregunto qué desperté en él al mismo tiempo que no puedo esperar
para averiguarlo.
Levántate exige, con ojos atrevidos, dedos temblando mientras cuelgan a
su lado.
Me levanto lentamente. Mi corazón late a medida que la anticipación se
convierte en adrenalina. Da un paso adelante y no toca una sola parte de mi cuerpo,
aparte del dobladillo de mi camisa, mientras la levanta.
Levántala ordena, y cumplo sin cuestionarlo.
La única ruptura en el contacto visual que tenemos es cuando la camisa pasa
sobre mi rostro, pero nos encontramos instantáneamente en el minuto que pasa. Su
aliento cae sobre mis mejillas mientras levanta su camisa sobre su cabeza para
igualar mi estado de desnudez.
No se trata de intentar controlarte, Getty. Se inclina hacia delante y deja
un beso en mis labios, su voz ahora es un timbre relajante. Con las manos detrás de
su espalda, nuestros cuerpos están a solo centímetros de distancia . Esto no se trata
de complacerme en darte órdenes. Un beso con la boca abierta en el costado de mi
cuello, el rasguño de su barba incipiente mientras frota su barbilla sobre este . Este
es el momento en que entregas el control de tu placer sexual. Al otro lado de mi
cuello esta vez, sin urgencia en su voz, sino que parece que tiene todo el tiempo del
mundo . Esta eres tú confiando en mí, Getty. Se inclina hacia atrás y juro que el
vello de mi cuerpo se eriza para tratar de estirarme y poder tocarlo de alguna 287
manera . Esta eres tú, dándome tu cuerpo. Sus dedos se deslizan dentro de la
cintura de mis pantalones de yoga . Tu mente. Las manos fuertes continúan su
deslizamiento por el exterior de mis muslos hasta que mis pantalones y bragas caen
al suelo . Tu consentimiento.
Inhalo un aliento tembloroso. Sus palabras seducen. Intrigan. Encienden.
Quiere que lo deje tener el control cuando sabe que tengo problemas, pero ha creado
una situación en la que mi cuerpo está deseando darle el control. Y sé que no hay
manera en el infierno de que vaya a decir que no.
El deseo es espeso en mi garganta cuando se para en toda su altura y camina
hacia mí. Escucho las ruedas de mi silla cuando la patea hacia un lado para que
pueda estar detrás de mí. Un dedo se desliza por la línea de mi columna vertebral.
Mi espalda se arquea ante su toque. Mi boca jadea. Mis ojos se cierran.
El calor de su aliento golpea justo en mi oído. Su voz se siente como un juego
previo auditivo.
Estaba afuera trabajando en la terraza y todo lo que podía pensar era en lo
mucho que quería probarte. Sumergir mi cabeza entre esos muslos de color canela
tuyos y pasar mi lengua sobre tu clítoris, excitarte bien. Con tus manos tirando de
mi cabello, así de bien. Luego me deslizaría hacia tu coño para poder saborear lo
malditamente dulce que eres cuando te vienes.
Querido. Dios.
Pero un chico bonito no haría eso. No murmura, con los dientes
mordiéndome el lóbulo de la oreja. Mueve mi cabeza hacia un lado para que pueda
pasar su lengua por la curva de mi cuello, luego hacia atrás. Luego coloca besos con
la boca abierta desde la nuca hasta la otra oreja . Un chico bonito te acostaría,
repasaría los movimientos para hacerte venir, pero tendría mucho miedo de
ensuciarse. Extiende la última palabra, su voz baja, áspera. Y, sin embargo, todavía
niega a mi cuerpo el toque de sus manos . Y me gusta sucio, Getty. Completamente
sucio. Ronronea la promesa a pesar de quitar sus labios de mi piel.
Mi cuerpo se siente eléctrico. Necesitando la conexión con él. Desesperado por
él para hacer que esta corriente entre nosotros brille.
Me gustan mis dedos trabajando lentamente dentro y fuera de tu coño, mi
boca chupando tus pezones o besándote detrás de las rodillas, mi polla dura como
una roca queriéndote, y mi control aferrándose de un hilo, suplicando que se ensucie
un poco.
Mi boca se seca. Entre mis muslos se moja. Este gentil y considerado amante
mío se ha convertido repentinamente en un hombre con la misión de seducir.
288
La vieja yo, la de la ropa de diseñador y maquillaje perfecto, se habría
sonrojado ante sus palabras mientras en secreto se calentaba y excitaba, y
mentalmente las habría archivado para pensarlas más tarde cuando estuviera sola.
Pero la nueva yo, la que ha despertado sexualmente con su toque considerado y
evidente atracción hacia mí, se pone de pie y toma nota. Agita su mano
frenéticamente en el aire y dice: Escógeme. Elígeme. Hazme esas cosas .
¿Todavía me quieres bonito, Calcetines…? ¿O prefieres que sea sucio?
Puedo sentir el calor de su aliento en mi cuello.
¿Zander? Su nombre sale parte de una súplica, parte de una pregunta.
¿Ya estás rogando? Una suave burla de una risita . Y aún no he
empezado.
Retrocede detrás de mí. Dedos deshacen el broche de mi sujetador. El rasguño
de las correas cayendo por mis brazos.
Tan malditamente hermosa… ven, siéntate.
Me vuelvo para encontrarme con sus ojos, la mirada tórrida en ellos, la
seducción en sí misma, antes de moverme hacia donde señala: una otomana que está
a lo largo de los pies de la cama. Me siento justo en el centro contra una almohada
que ha colocado allí, nuestras miradas aún están fijas cuando se arrodilla ante mí.
Cuando sus manos finalmente se estiran, tocan mis tobillos. La chispa se enciende
en el vértice de mis muslos mientras lentamente tira de mis tobillos lo más separados
posibles, mis rodillas caen contra el asiento.
Mis brazos son los siguientes. Los dirige a la parte superior del estribo de la
cama, luego enrosca mis dedos alrededor de sus bordes.
Mantenlos así advierte mientras se pone de pie, mi cuerpo grita en protesta
cuando se aleja de mí . Aunque creo que atarlas puede ser divertido, no creo que
estés lista para darme tanto control todavía.
Mi cuerpo tiembla ante el pensamiento. Un miedo excitado que no puedo
describir, pero creo que podría manejar si él estuviera en el timón.
En otra ocasión. Eso te lo puedo prometer. Se pone delante de mí, con los
ojos recorriendo cada centímetro de mí. Un tipo de escrutinio tan diferente al que
estoy acostumbrada. Uno que dice quiero tocar cada parte de ti. Tomar y probar, saciarme
y reclamar hasta que no puedas aguantar más.
Y mientras me mira, definitivamente me lleno de él: su pecho bronceado, el
camino de vello que va por debajo de donde sus vaqueros cuelgan de sus caderas,
el bulto tirando contra la costura del pantalón, sus pies descalzos. Cuando vuelvo a
mirarlo para encontrarme con sus ojos, hay una elevación de su ceja, una especie de
¿te gusta lo que ves?, una sonrisa con suficiencia en sus labios, y antes que pueda
289
encontrar una respuesta no verbal adecuada, mis ojos se vuelven hacia sus manos.
Con una lentitud metódica, comienza a deshacerse de sus pantalones
vaqueros, empujándolos hacia abajo, y sale de ellos. Todo el metro ochenta y más de
él está de pie en toda su altura, dándome más que un vistazo de cada centímetro
firme, ondulante y deseable de él. Mis pezones se endurecen. Mi aliento se vuelve
superficial.
No tengo el talento para pintarte así. Justo como eres. Así podrías ver lo que
veo cuando te miro. Sexy. Da un paso hacia mí . Confiada. Un paso .
Hermosa. Otro paso . Inocente. Está entre mis muslos otra vez. Mi rostro se
inclina hacia el suyo . Pero no soy pintor, Getty. Se pone de rodillas . Así que
tendré que mostrarte de una manera diferente.
Con los ojos todavía en los míos y sus manos en sus propios muslos, Zander se
inclina hacia delante y desliza su lengua entre la costura de mi sexo. No puedo
contener un gemido o el retorcido desenfreno de mis caderas. El erotismo de él al
verme reaccionar ante la devastación de esa sola caricia de su lengua es más
poderoso que cualquier cosa que haya experimentado con un hombre.
Aún mejor, no se detiene. Sin embargo, se toma su tiempo. Con lengua y labios
y su incipiente barba, todos me afectan de diferentes maneras. Sus atenciones hacen
que mis músculos se tensen y cada nervio duela y se muera de ganas y necesidad,
antes que retroceda y me mire con mi excitación en sus labios y un brillo en sus ojos.
Igual de rápido, está volviendo a zambullirse para comenzar de nuevo la tortura.
La tercera vez estoy tan reprimida por la necesidad que cuando comienza a
apartar su boca, mis manos agarran lo que puedo de su corto cabello y sostienen su
cabeza contra mí.
Sin embargo, es su risa lo que reverbera contra mi sexo, no su lengua como
quería.
¿Acabas de suplicar, Getty?
Sí. No. ¡No lo sé! Estoy sin aliento. Excitada. Desesperada. Y su risa no es
lo que necesito ahora mismo.
¿Quieres saber qué pasa cuando me suplicas? Mis ojos se vuelven a los
suyos y el ronroneo cae de mi boca cuando sus dedos me encuentran, me separan y
comienzan a trabajar dentro y fuera de mí. Observa mi reacción durante unos
segundos hasta que mi cabeza cae hacia atrás, ya que las sensaciones que evoca son
demasiado.
Y luego, cuando agrega su lengua a la mezcla, soy yo quien golpea mis caderas
en su mano y mi voz pide más, porque si este es su tipo de castigo, entonces lo
tomaré. 290
Zander. Su nombre en mis labios mientras mi cuerpo sube más y más alto.
Sus dedos acarician. Mis nervios reaccionan. Su lengua es divina . Oh Dios. Mis
manos se tensan en su cabello . Sí.
Y luego nada.
Mi cabeza se levanta cuando se inclina hacia atrás, usa sus dedos para cubrir
su polla en mi humedad, y comienza a acariciarse. Despacio. Expertamente. A
fondo. El pulgar se desliza sobre la gota perlada en su punta antes que la palma de
su mano se deslice hacia abajo hasta tocar la base. Y luego repite todo el proceso.
Esta. Esta es la repercusión de rogar. Está reteniendo mi orgasmo mientras me
hace verlo perseguir el suyo.
Y santo infierno, no estoy segura que sea un gran castigo, porque estoy tan
excitada al verlo, por lo que le hago, al ver mi excitación en él, que tengo miedo de
mirar hacia otro lado por un solo segundo
Pero cuando me obligo a quitar mis ojos de su mano, ya que comienza a
acelerar el ritmo de su polla, sus ojos arden en los míos. Y esa sola mirada es casi tan
excitante como verlo masturbarse. Casi.
Especialmente mientras nuestras miradas se sostienen y el inconfundible
sonido de él trabajando más duro comienza a llenar la habitación. Sus dientes se
hunden en su labio inferior. Su respiración se acelera. Su cabeza cae hacia atrás y un
gemido gutural ensombrece todo otro sonido.
Y no puedo contenerme. Nunca he visto algo tan malditamente sexy o he
estado tan excitada en mi vida como lo estoy observándolo. Mi mano va entre mis
muslos sin pensar. Mis dedos se deslizan en mi humedad antes de volver a subir y
rodear mi clítoris, ya hinchado y sensibilizado por su toque.
Lucho contra mi propia necesidad de cerrar los ojos y caer bajo la bruma del
placer, porque sé que ver a Zander es suficiente para ayudarme a llegar allí. La
sensación de voyerismo me ha llevado a nuevas alturas de excitación.
La idea de correrse viendo a tu amante hacerlo me provoca algo increíble.
Lo visión ante mí y las emociones dentro de mí crean una potente combinación
que hace que mi respiración se vuelva más profunda, me duela el cuerpo, mientras
observo la tensión del antebrazo de Zander, la hinchazón de su pene, su cresta
desapareciendo entre su pulgar y su dedo índice antes de volver a sus gemidos
viscerales. Vacilo momentáneamente y cierro los ojos bajo el éxtasis del momento.
Y cuando abro los ojos, la mirada azul de Zander me mira sin ninguna barrera
entre nosotros. En un instante, todos los límites entre nosotros se borran.
Porque dejar que alguien te vea complacerte es casi más íntimo que complacer 291
al otro. Se cae el velo. Estás completamente expuesta en una intimidad primitiva.
En el momento en que se levanta, levanto mi trasero del borde del banco. El
tintineo de su cinturón cuando levanta sus pantalones del piso y busca en el bolsillo.
Mi mano sigue rodeando suavemente mi clítoris. El sonido del envoltorio
rasgándose.
Getty… El gemido de mi nombre es parte ¿Estás lista? Y en parte advierte
que no va a durar mucho. Y está bien, porque estoy tan preparada, que tampoco
duraré mucho.
Dios, sí…
Capto el destello rápido de su sonrisa, seguido de un gemido, Joder ,
mientras separa mis pliegues y se desliza dentro de mí sin detenerse, desde la raíz
hasta la punta. Sus dedos se hunden en los lados de mis caderas mientras trata de
aferrarse a un poco de moderación.
Pero no puedo. La mía se ha ido. Froto mi dedo sobre mi clítoris, mis caderas
se levantan por necesidad para arrastrar la cresta de su polla sobre el sensible haz
de nervios que se está quemando por él. Y una vez que golpea donde lo necesito,
comienzo a golpear mis caderas contra las suyas para instarlo, para decirle lo que
necesito.
La restricción se ha roto. El control perdido. En un instante somos una masa de
caderas que empujan, voces que gritan y manos que agarran y dedos que cavan. La
habitación se llena con una sinfonía de ruidos, pero termina cuando ambos nos
llamamos mutuamente con el nombre del otro al sucumbir al momento, al desafío y
al otro.
292
Capítul o32
GETTY
¿Getty?
La habitación aún está oscura, el reloj de la mesita de noche da las tres y cinco
de la mañana. Mi mente intenta despejar la bruma del sueño mientras la mano de
Zander sube y baja a lo largo de mi espalda.
¿Mmm?
Me tengo que ir, dormilona.
Ahora, esas palabras llaman mi atención. Mi mente se despierta sobresaltada y
me levanto para sentarme.
293
No. No te levantes. Vuelve a dormir.
No. Me levantaré.
Por favor, vuelve a la cama. Solo quería despedirme antes de irme. Se
inclina hacia adelante y presiona un beso en la parte superior de mi cabeza, sus
labios se demoran allí lo suficiente como para envolver mis brazos alrededor de sus
caderas y simplemente sostenerlo.
Programé el número de teléfono de Rylee en tu teléfono. Solo en caso que no
puedas contactarme y me necesites. Puedes llamarla. Ella sabrá cómo encontrarme.
Bien. Gracias. Mi cara se presiona con más fuerza contra él y atraigo su
aroma. El cuero de su cinturón se siente fresco en mi mejilla.
Otro beso en la cabeza.
Nos vemos en unos días.
Retrocede. Nuestros dedos se unen por costumbre. Como siempre, la
necesidad de conectar parece instintiva de ambas partes.
Vuela seguro. Que te diviertas. Buena suerte.
La necesitaré. Aprecio su risa y la devuelvo con una sonrisa que no puede
ver en la oscuridad. Luego el sueño me reclama mientras mis párpados comienzan
a sentirse pesados.
Adiós, Calcetines. Nuestras manos se liberan.
Adiós murmuro.
Sus pasos por el pasillo. El sonido de la puerta de entrada. El clic del cerrojo.
Te amo, Zander.
Me caigo de nuevo sobre la almohada. Cierro los ojos. Y ni siquiera me molesto
en limpiar la lágrima solitaria que se escapa y se desliza por mi mejilla.
Los amigos con beneficios no te dan un beso de despedida en la oscuridad de
la mañana.
Dejan una nota en el mostrador.
Envían mensajes desde el aeropuerto.
No te dan un beso de despedida.
294
Capítul o33
ZANDER
Porque, que me jodan si no voy a necesitar tiempo y valor para seguir adelante
cuando me enfrente a Colton.
Llego a la fila donde se sientan todos los entrenadores de los corredores, casas
rodantes enormes que sirven de refugio para los corredores mientras estamos en la
pista, e instantáneamente descubro el lugar en el que me he sentado durante
innumerables horas a lo largo de los años. La inquietud que había sentido aumentar
con cada paso en el camino de conducción se disipa instantáneamente al saber que
Rylee está allí.
Cruzando la distancia, subo los escalones, asomo mi cabeza por la puerta
abierta y toco, llamándola por su nombre.
¿Ry?
La mirada en su cara… su grito de sorpresa… luego, se apresura hacia mí y
casi me tumba con la fuerza de su abrazo. Y me aferro fuerte, la emoción me embarga
mientras tantas cosas me golpean.
Qué fuerte es su amor por mí. Cómo recogió las piezas rotas de un niño de siete
años y me ayudó a volver a armarme. Cómo no se dio por vencida cuando tantos
otros me hubieran descartado como un bien dañado.
Las cosas que olvidas cuando estás en tu vida diaria. Las cosas que aprecias
cuando vuelves a entrar con una perspectiva completamente nueva.
¿Qué clase de persona tiene la oportunidad de que dos madres lo amen tan
ferozmente como yo?
Un maldito afortunado.
Y es la expresión en sus ojos llenos de lágrimas y la sonrisa amplia en sus labios
cuando se retira, lo que refuerza este hecho y me aturde al mismo tiempo, sabiendo
por lo que la hice pasar.
¡Estás aquí! espeta finalmente, antes de jalarme contra ella una vez más,
como si fuera a desaparecer otra vez. Y hago lo único que puedo, reír a carcajadas y
abrazarla con más fuerza. El sutil aroma a vainilla que ha usado durante el tiempo
que recuerdo me llena la nariz y me hace sentir como en casa.
Una vez que su sorpresa está fuera del camino y se ha calmado, hace un millón
de preguntas triviales, cien observaciones: que me veo bronceado; que luzco bien;
¿dónde estaba? Nos sentamos juntos en el sofá. El silencio desciende mientras me
da el tiempo que necesito para decir lo que quiero decir.
Igual que Getty.
El pensamiento parpadea y me hace sonreír mientras respiro hondo y me 296
299
Capítul o34
ZANDER
aquí.
Me encuentro con los ojos sorprendidos de Smitty sobre la tapa de una caja de
herramientas Snap-on, pero no dice una palabra. En cambio, las preguntas están
escritas en toda su cara. Levanto mi barbilla hacia las escaleras, pidiéndole una sola
respuesta, y cuando vuelve a asentir, sé dónde encontraré a Colton.
Con el corazón en la garganta, respiro hondo mientras comienzo la corta
subida. La incertidumbre acerca de cómo reaccionará hace que mis entrañas se
agiten.
Escucho sus voces antes de llegar a la cima: Colton y su mejor amigo y jefe de
equipo, y mi pseudo-tío, Beckett Daniels. Están hablando de un competidor,
tratando de calcular los ajustes que hizo su equipo que resultaron en un recorte de
dos décimas de su tiempo en la pista.
Cuando llego al rellano, Becks está frente a mí, apoyado en el mostrador detrás
de él, y Colton está sentado de espaldas a mí, con los pies apoyados en el mostrador.
Becks me ve primero, se sorprende, su conversación se detiene momentáneamente
en medio de su frase mientras sus ojos se fijan en los míos, una advertencia para
pisar con cuidado, antes que termine su comentario.
Tienes compañía dice Becks casualmente mientras se endereza y le da una
palmada en el hombro . Terminaremos esto más tarde.
Prepárate, Becks. Los pies de Becks se tambalean ante las palabras de
Colton mientras camina hacia mí. Se detiene, mira a mi papá, que simplemente
asiente en respuesta, antes de continuar a las escaleras donde estoy, y me da un
rápido abrazo, luego baja las escaleras sin decir una palabra.
El zumbido de un motor lejano es el único sonido en la cabina cuando me paro
allí y miro a Colton, sentado como estaba, de espalda hacia mí, con la cara hacia la
pista.
¿Te quedarás allí todo el día, Zander? Su voz es tranquila, sin emociones,
y no debería sorprenderme que sepa que soy yo. Señala la silla a unos metros de él
sin mirar atrás . Toma asiento.
Pero vacilo, no me muevo. Una parte de mí se siente como un hombre
completamente diferente a la última vez que hablamos, hace casi cuatro meses, y si
hago lo que dice, entonces no estoy proyectando eso. Me limpio las manos en los
vaqueros y cuadro los hombros mientras me preparo para decir lo que necesito
decir.
Ahora no es el momento de joder conmigo. No te estoy diciendo que te
301
sientes como una especie de juego de poder. Te estoy diciendo que te sientes porque
vamos a hablar de hombre a hombre. Si eliges no sentarte, puedes dar la vuelta y
salir. Tu elección.
Me aclaro la garganta. Y muevo mis pies hasta que estoy sentado en la silla
junto a él. Cuando finalmente me arriesgo a echarle un vistazo, sus ojos aún están
enfocados en la pista de abajo, pero asiente muy lentamente para reconocer mi
presencia.
Tenemos una batalla de voluntades entre nosotros a través del silencio. Él tuvo
la última palabra la última vez que hablamos, su reprimenda aún aguda en mi
mente, y por eso me cuesta comenzar con esto cuando sé que un simple Lo siento
no es suficiente.
¿Viste a tu madre? pregunta después de un momento, los ojos todavía
apuntan hacia el frente.
Sí.
Bien. Te ha extrañado.
Una parte de mí inmediatamente comienza a preguntarse si también me
extrañó. Mi lengua es gruesa en mi boca. Mi corazón late con fuerza. Y, sin embargo,
se siente muy bien estar aquí a su lado. En esa presencia dominante de mis años de
adolescencia, en la que tienes miedo de la reprimenda que estás a punto de recibir
y, sin embargo, disfrutas al saber que se preocupa lo suficiente por ti como para
darte una. Su versión de amor con testosterona.
Arruiné las cosas. Definitivamente esas no eran las palabras con las que
había planeado comenzar esta conversación y, sin embargo, resumen perfectamente
la verdad.
Asiente lentamente. Frunce los labios.
Sí. Seguro como la mierda que lo hiciste.
Tenías razón comienzo.
Recuerdo eso. Levanta una ceja solitaria, pero no dice nada más.
“lgo había sucedido y no sabía cómo hacer frente… Sigo con mis
explicaciones por segunda vez en menos de una hora. La diferencia es que esta vez
es mucho más difícil de explicar.
Podía leer el lenguaje corporal de Rylee, sabía que lo entendía, pero él solo se
sienta con la cara hacia adelante, con una expresión de piedra fría, respirando
normal todo el tiempo.
El silencio se estira cuando termino. Mis músculos están apretados tan tensos
que duelen. Mi rodilla se mueve hacia arriba y hacia abajo.
302
Viniste a mí esa mañana… continúo, sabiendo que debo abordar las cosas
que le dije ahora que he explicado los antecedentes detrás de esto . Y no hay excusa
para…
Tienes la maldita razón, no hay excusa grita, su reacción repentina me
sorprende después de su silencio total. Se vuelve hacia mí por primera vez desde
que estoy aquí. Sus ojos verdes arden de emoción. Furia. Decepción. Dolor. Tristeza.
Las mismas malditas cosas que pasaban por su expresión la última vez que lo vi.
Me levanto de la silla, la ira de la que pensé que me había deshecho, de regreso
ahora y alimentada con el sabor amargo del rechazo. Mi intención de volver aquí,
explicar lo que sucedió y arreglar las cosas sin más problemas, de repente se siente
fuera de lugar.
Cuando me muevo a través del pequeño espacio, puedo sentir sus ojos
abriendo agujeros en mi espalda todo el tiempo. Burlándose de mí. Retándome.
Interrogándome. Las escaleras me llaman. Me dije que había terminado con la ira.
Había superado el dolor. ¿Por qué pensé que sería tan fácil regresar y disculparme
y volver a mi lugar en su vida?
Mis manos están en mi cuello. Mi cabeza cuelga hacia adelante. La tensión
asfixia el aire libre de la cabina.
Colton. Mi voz se rompe, tono solemne. Su nombre es la rama de olivo que
extiendo. Sea lo que sea lo que necesito para tratar de hacer esto bien, porque ya no
puedo hacer esto. No puedo estar en desacuerdo con él. Y me golpea. De todas las
palabras que necesito decir, sé cuáles son las más importantes.
Habla.
Gracias por venir al hotel ese día. Por obligarme a escuchar verdades que me
negué a escuchar. Por despedirme. Sacudo la cabeza, suelto las manos y me vuelvo
para mirarlo. Necesito que vea mi cara cuando digo esto. Para que vea que me he
convertido en el hombre que me enseñó a ser. El que quiero ser. Nuestros ojos se
miran de nuevo, pero ahora hay esperanza mientras espera que continúe . Puedo
darte todas las excusas en el mundo de porqué hice lo que hice, porqué estaba como
estaba, pero al final, no importa. Nada de eso lo hace. Solo serían palabras. Todos
tenemos una mierda con la que tenemos que lidiar. Me fui enojado, negándome a
reconocer que tenías razón, y queriendo probar el punto de que no necesitaba a
nadie. Que podría manejar todo por mi cuenta. Y lo hice. Pero también aprendí que
la ira no me lleva a ninguna parte. Que la verdad es más difícil de enfrentar por tu
cuenta. Y sí, puedo hacerlo por mi cuenta, pero no quiero. Para eso es la familia. Para
apoyarme cuando la vida se pone difícil.
¿Estás arreglado, entonces? ¿Todas tus cosas se resolvieron? Sus preguntas 303
suenan informales, pero tienen tanto peso para nosotros mientras nos sostenemos la
mirada.
Sí, señor. Asiento para reforzar mi respuesta.
Bien, porque es mi turno. Levanta las cejas en una advertencia no verbal
para ver si voy a desafiarlo . Número uno: la familia es lo primero. Siempre. No
tenemos que compartir la misma sangre, Zander, para que me preocupe por ti. Si
alguna vez me insultas de nuevo diciéndome que no eres mi hijo, entonces habrá un
problema mucho más grande que esto. Y luego voy a estar aún más enojado porque
las consecuencias romperán el corazón de Rylee, y eso es algo que ninguno de
nosotros quiere, así que te sugiero que cuides tu lengua la próxima vez que quieras
ser un imbécil. Puedes encontrar algo más creativo que decir. Su voz es un frío
silencioso que apenas se oye, y sin embargo escucho cada una de las palabras y las
implicaciones detrás de esto.
Se levanta, con los hombros cuadrados hacia mí, los ojos clavados en los míos.
Número dos: ¿tienes un problema? ¿Necesitas hablar? Entonces habla. ¿Estás
enojado conmigo? ¿Crees que te estoy mintiendo porque digo que el maldito cielo
es verde? Enfréntame. Grítame. Dime que es azul. No me importa una mierda
mientras no le des la espalda a tu familia y no me faltes el respeto. Pero si por un
segundo creo que el cielo verde evitará que te lastime, entonces lucharé contigo hasta
que el maldito cielo sea verde. Te mentiré si tengo que hacerlo. Y nunca me
disculparé por ello. Ni una sola vez. Porque que estés bien es parte de mi trabajo y
lo único que importa. Y hablando de eso, ¿necesitas desahogarte? Ve a la pista. Corre
contra el maldito viento y supera a tus demonios allí. Nada bueno viene de arrojarlos
sobre alguien más. ¿Entendido?
Para un extraño, sus palabras pueden parecer duras, pero para alguien que lo
conoce, suenan como amor. Asiento.
Tercero, si vuelves a insinuar que las carreras son más importantes para mí
que tú, nunca más tocarás la pista, no me importa lo bueno que seas. Me mira
fijamente, advirtiendo fuerte y claro, y espera hasta que asiento en comprensión
antes de continuar . Hace mucho tiempo las carreras eran todo lo que tenía. Me
importaba más que nada. Entonces vino Rylee. Y lo cambió todo. Un hombre puede
amar más de una cosa, Zander. Necesitas recordar eso.
Sí señor.
Por último, ¿tu pasado? No. Eres. Él. Un cobarde. Un hombre que huye de
sus errores. He pasado demasiadas noches en mi vida preocupado por lo mismo, así
que es algo que necesitas escuchar. Que regresaras aquí, que tuvieras el coraje de
corregir tus errores, prueba ese punto. Su voz se aclara un poco y se acerca un
304
paso más a mí mientras sus palabras se adentran en mi interior, un ungüento para
ayudar a curar las grietas que aún quedan en mi alma. Se acerca y pone su mano en
mi hombro . Salir de esa habitación de hotel fue lo más difícil que he tenido que
hacer. Me mató alejarme de ti cuando sabía que estabas sufriendo… pero valió la
pena todos los días que me preocupé por ti, porque no podría estar más orgulloso
del hombre que acaba de entrar. Lamento que hayas pasado por la pérdida de tu
madre otra vez por tu cuenta. Pero me alegro que tengas el cierre que necesitabas.
Hay un momento que pasa donde solo sacudo la cabeza sin creer lo último que
me dijo. Pero hay orgullo en sus ojos ahora. Amor. Aceptación.
Me acerca en un abrazo. Y siento que puedo respirar por primera vez desde
que puse un pie en la pista. He corregido un error y espero que mi madre se sienta
orgullosa.
Y él.
Y Rylee.
Y Getty.
Cuando me suelta, me pone un brazo alrededor del cuello y me mantiene cerca
de él.
Te extrañé, Zee. Su voz suena ronca, la emoción la nubla, mientras tira de
mi cuello un poco más fuerte.
Durante meses dejé que el miedo y la preocupación y la angustia por lo que iba
a suceder cuando regresara me hicieran reflexionar sobre la conexión que
compartíamos. Dejé que la preocupación de haber arruinado esta relación me
mantuviera despierto durante muchas noches.
¿Quién diría que ver el sentido torcido de la obligación familiar del padre de
Getty y obtener el coraje de volver y disculparme con esta nueva visión de lo que
significa la familia sería lo necesario para que esta sensación de rectitud volviera a
estar entre nosotros?
También te extrañé murmuro con un enorme y silencioso suspiro de alivio,
una purga de la discordia en mi alma.
Estamos juntos, padre e hijo reunidos, y mejor por el tiempo separados,
asimilando la única cosa que fluye a través de nuestra sangre con la misma fuerza
que nuestro amor mutuo, la pasión por la pista. La adrenalina. La velocidad.
Así que nos quedamos en silencio por unos momentos, la banda sonora de
nuestras vidas en un zumbido a nuestro alrededor. Es reconfortante. En el mismo
sentido que el susurro de los árboles en la isla.
305
Así que háblame de esta chica dice inesperadamente.
¿Getty?
Buen nombre. Sí. Ella.
No hay mucho que decir realmente. Había una confusión sobre el lugar y
ella se quedaba allí. Eso es todo.
Ajá. Es todo lo que dice, seguido de un gesto con la cabeza, antes de
alejarse y sentarse en su silla, con los ojos entrecerrados y los labios fruncidos.
¿Qué?
¿Es con ella con la que has hablado?
¿Cuál es tu punto? Y estamos de regreso al lugar donde estábamos antes,
él molestándome cuando no sé lo que están diciendo esos divertidos ojos verdes.
¿Está bien allí? ¿Ese idiota va a volver?
Lo miro hasta que me doy cuenta que en mi explicación y disculpa le di mucho
más de lo que me había dado cuenta. Le conté sobre Getty y su padre y Ethan.
Asombrado, miro hacia atrás hacia la pista por un momento. ¿Cuándo empecé a
pensar que mi tiempo en la isla nos pertenece a los dos? ¿Como nuestro?
¿Zander?
Lo siento. Sí tartamudeo una respuesta, intento aclararme la cabeza .
Creo que se ha ido para siempre. Además, tuve palabras con su jefe, el dueño del
bar; la está cuidando mientras no estoy.
¿Volverás, entonces? No puedo medir el tono de su voz. No sé si es una
sorpresa, aceptación o disgusto, pero el hecho que ni siquiera vacile cuando
respondo lo tiene levantando las cejas.
Sí. Todavía tengo algunas cosas que terminar en la casa.
¿Solo la casa?
Me encuentro con sus ojos, de color verde, que me preguntan mucho más que
eso, pero no hay una sonrisa fácil en respuesta, porque mierda, si ya no echo de
menos a Getty. Sus largas piernas en esos malditos calcetines. Su suave murmullo
mientras pinta. El olor de su perfume que perdura en el pasillo después que se va a
trabajar. La sensación de su cuerpo contra el mío por la noche. Y ese último pequeño
detalle es algo que definitivamente no necesita saber.
Sí. Asiento, miro hacia la pista . Solo la casa.
Ajá. Se ríe . Solo sigue diciéndote eso y pretenderé que el cielo de verdad 306
es verde.
Capítul o35
GETTY
3
Es una competencia, la pista en que se corre es en forma de triángulo que traduce Triangle en
inglés.
Se ondea una bandera de precaución y retrocedo detrás de la barra, mis ojos se
centran en Zander mientras él se detiene en los boxes, y en el lapso de tiempo desde
que miro hacia abajo y retrocedo, diez segundos como máximo, ya está conduciendo
nuevamente. Los anunciadores gritan de emoción cuando gana dos posiciones en
autos con paradas más largas.
Hijo del diablo uno de ellos se ríe . El Chico Dorado está aquí por una
carrera y la señorita Suerte ya está de su lado.
El apodo me hace sonreír más porque sé cuánto lo odia. Lo disfruta. Se burla
de sí mismo.
Intento cumplir con todos los pedidos que pueda mientras la bandera amarilla
está fuera, así puedo ponerme al corriente y ver el resto de la carrera sin meterme en
demasiados problemas. Pero cuando la bandera verde ondea de nuevo con solo
nueve vueltas para el final, no creo que a Liam le importe el ritmo al que estamos
cumpliendo los pedidos, porque él y todos los demás en el bar están pegados a la
acción.
Vuelan alrededor de la pista. La masa de autos en el reinicio está tan cerca que
312
me preocupa otro accidente. Por dos neumáticos tocándose y que Zander vaya de
cabeza a la pared o incluso peor.
Mi corazón late en mi garganta y estoy agarrando la toalla tan fuerte que mis
nudillos son blancos. La adrenalina corre por mi sistema como una droga. No puedo
quedarme quieta. Y, sin embargo, no quiero moverme en caso que bloquee mi visión
de la televisión.
Quedan seis vueltas.
Los anunciantes hablan rápidamente con emoción, pero no puedo prestarles
atención porque mis ojos están fijos en el auto verde lima que empuja los límites
como nunca antes había visto. Y sé que no soy una experta en las carreras, no sé nada
al respecto, y, sin embargo, el talento de Zander para leer a un oponente, cuándo
empujar el auto mucho más para obtener una ventaja sobre el auto que está a su
lado, es asombroso. Es agresivo y arrogante con sus intentos, pero al mismo tiempo,
incluso una novata como yo puede ver su conocimiento y precisión sobre cuándo
correr los riesgos.
Es fascinante de ver. Estoy segura que el hecho que mis nervios estén fuera de
control y que tenga una relación emocional hace que mi opinión no cuente, pero hay
algo extremadamente sexy en observarlo en su elemento. Haciendo lo suyo y
haciéndose cargo. Especialmente cuando sé que este hombre dominante y hábil
también tiene sentido del humor… y se llama a sí mismo Mander para aliviar los
nervios de una mujer ansiosa.
Pasa dos autos frente a él en un lapso de una vuelta, y con cada uno de ellos el
bar se vuelve más y más frenético. Vamos, Zander y Solo cuatro más suenan
repetidamente hasta que es prácticamente un canto.
Quedan cuatro vueltas.
Es como si Zander Donavan regresara en una misión para hacer que los otros
conductores recuerden el increíble talento de este joven. ¡Y mira eso! Está haciendo
otro movimiento con el auto doce. No hay límite que no esté dispuesto a presionar
hoy. Estoy seguro que su jefe de equipo está sufriendo un ataque al corazón, pero
hombre, hombre… esta es una carrera espectacular, amigos.
¡Y lo hizo! grita sorprendido el segundo locutor cuando Zander bordea el
lado alto de la pista y pasa al auto doce.
El nivel de ruido de los vítores en el bar me hace estremecer, ahogando todo el
sonido de la televisión. Pero no se compara cuando el auto del segundo lugar justo
enfrente de él se mueve hacia abajo en el lado bajo de la pista con un rastro de humo
saliendo de la parte trasera del auto.
Tres vueltas para el final. 313
Y los clientes aplauden en una ráfaga de ruido y chocan los vasos cuando
Colton cruza la línea de meta en primer lugar y Zander un momento más tarde en
segundo lugar. Liam me agarra en un rápido abrazo en su emoción antes de darse
cuenta de lo que acaba de hacer y luego inmediatamente me deja ir y se aclara la
garganta.
Ambos regresamos a nuestros extremos opuestos de la barra para completar
los pedidos que vuelan desde los meseros ahora que la carrera ha terminado.
Pero los televisores permanecen sintonizados a la carrera.
En Colton conduciendo su auto por el carril de la victoria. Saliendo y moviendo
los puños. En el equipo que lo rodea y le da una palmada en la espalda, y la
impresionante mujer con su cabello recogido en una gorra de béisbol a la que él le
dio un sincero abrazo antes de besarla profundamente en la boca.
Veo todo desarrollarse cuando debería estar sirviendo cervezas. No hay forma
de que pueda resistirme a asimilar estas importantes piezas de la vida de Zander
con una perspectiva tan diferente a la de todos los demás en el bar.
Y luego la cámara se aleja. A una figura que se abre camino entre la multitud.
Con una gorra azul oscura y con un sentido de urgencia en sus movimientos. El
lenguaje corporal lo sé de memoria. La multitud se separa en su epicentro, donde se
encuentra Colton; y Zander y su padre se abrazan en un largo abrazo. La imagen
que representan transmite un mensaje mucho más fuerte que las palabras que
cualquier locutor podría decir.
El resto del mundo debe ver a un hijo felicitando a un padre, pero conozco la
historia de fondo. Conozco la historia. Y así, cuando bajo mis ojos para ocultar las
lágrimas que brotan allí, todo lo que puedo pensar es en lo feliz que estoy porque lo
resolvieron. Qué suerte tiene Zander de tener padres solidarios que solo quieren lo
mejor para él.
Mis músculos están adoloridos por tensarlos tanto, mi voz suena ronca y la
estúpida sonrisa que puedo sentir en mi cara no va a ninguna parte. Es emocionante.
Este sentimiento. Verlo correr. Y estar lo suficientemente cómoda como para admitir
que estoy enamorada de él.
¿Cómo podría no estarlo?
La entrevista de Colton se transmite mientras cumplo los pedidos lo más
rápido que puedo, tratando de satisfacer la demanda, pero cuando escucho la voz
de Zander llenar el bar, me olvido del grifo abierto o de la cerveza deslizándose
lentamente sobre el borde del vaso esmerilado.
315
Se ve cansado y sudoroso, pero emocionado y muy guapo.
Entonces, no es un mal final cuando has estado fuera del circuito, ¿no lo
crees? pregunta el periodista, colocando un micrófono en la cara de Zander justo
cuando baja su botella de Gatorade.
De ningún modo. Me hubiera encantado la victoria de hoy como una
excelente manera de hacer una declaración para mi equipo y para todos los
patrocinadores, pero no puedo quejarme porque el equipo Donavan Racing Team
haya logrado el uno-dos en Pocono.
Algunas personas dicen que podrías haber tomado la delantera con la forma
en que estabas quemando la pista.
Zander asiente y se encoge de hombros.
Quizás. Desde donde estaba sentado, Colton tenía el primer lugar
dominado.
¿Así que no estabas renunciando a la oportunidad de reclamar una victoria
hoy para apoyar al auto trece? persiste.
Zander muestra su sonrisa. La sonrisa con el hoyuelo, y de inmediato entiendo
que el reportero tiene razón.
Solo tienes una familia dice antes que la cámara se aleje, dejándome con la
imagen de esos hoyuelos en el centro de mi mente.
316
Capítul o36
ZANDER
Deberías haber visto el lugar. Estaba lleno. ¡Incluso los turistas te estaban
alentando, Zander! Es como si fueras el héroe de la ciudad, aunque esta no es tu
ciudad natal.
La punzada que siento cuando la risa de Getty llena la línea es innegable. Sin
embargo, lo ignoro. Lo niego. Estoy agotado. Estoy ansioso. Estoy lleno de
adrenalina por la carrera. Y sonrío al pensar en el Lazy Dog, imaginando el bar
repleto como la ha descrito.
¿Cómo está tu cereal?
De nuevo se ríe. Y la punzada se profundiza. 317
Mi cuerpo, dolorido por luchar contra el volante todo el día y la fuerza de giro
de las vueltas después de haber estado fuera durante unos meses, finalmente se
321
relaja del todo. Los tragos en el club ayudan. Los brindis de celebración con la
cerveza. Lo gracioso es que, aunque esta era mi escena, esta noche no estoy de humor
para esto. Se siente diferente. Demasiada gente. Demasiado ruido.
La vibra joven, tonta y llena de tonterías simplemente no va conmigo esta
noche.
Ja. Tal vez me acostumbré demasiado a la vida isleña. Las noches tranquilas.
Cómo nos sentábamos en la cubierta escuchando las olas que se estrellaban. La
forma en que podía inclinar mi botella en saludo hacia una chica que me enviara
trago y no hacerle creer que quería meterme en sus bragas, porque sabía que estaba
con la camarera.
El sonido de Getty tarareando por el pasillo mientras pintaba con sus
auriculares puestos.
Getty. Todo vuelve a ella, ¿verdad?
Tal vez solo estoy envejeciendo. Cansado de la escena de la fiesta. Entonces
otra vez, no me importaría sentarme en el club con Getty en mi regazo, tomar unas
copas, reírme con los chicos.
También me gustaría tenerla sentada en mi regazo por otras razones cuando
mi vuelo llegue a casa mañana.
Oye, tú.
Echo un vistazo a la rubia acurrucada a mi lado en el sofá, con escote bajo, un
buen pecho levantado y grandes ojos azules a la expectativa. No digo una palabra
Solo descanso mi cabeza hacia atrás, me tomo un minuto para que la habitación deje
de dar vueltas antes de mirar alrededor de la suite a donde los chicos decidieron
traer la fiesta.
La sala es grande para todos los estándares, pero hay demasiada gente aquí,
con gente de los boxes y chicas por igual. Todos queriendo algo el uno del otro, y,
por el aspecto de algunas de las personas besándose, ya lo consiguieron.
Por el número de veces que me han propuesto cosas esta noche, pestañas
batiéndose, ofertas directas, pequeños cuerpos apretados que se frotan
accidentalmente contra mí; podría estar allí con ellos. Una mano bajo una falda. La
lengua en una garganta. Nadie ha despertado un ápice de interés. Tiene que ser que
estoy agotado. Borracho. Entre el tiempo de cambio, la carrera, el estrés por lo que
tuve que enfrentar al regresar aquí… pero eso no es todo. Y lo sé.
Las uñas largas rasguñan mi muslo sobre mis vaqueros. Miro a la rubia sexy
sobre la botella de cerveza que tengo en mis labios y solo levanto mis cejas, en
silencio preguntando ¿Qué diablos crees que estás haciendo? 322
Ya que las cosas son más lentas en el bar, uso el tiempo adicional para raspar
la pintura de las manos que no se cayó en la ducha. Sigo descubriéndola en nuevos
puntos y, sin embargo, no me importa, porque mi estado de ánimo está disparado.
Ni siquiera los chicos molestos de la mesa ocho, que se siguen quejando de que su
cerveza tiene demasiada espuma, pueden empañar mi estado de ánimo. Imposible
cuando el hombre del que me he enamorado sin saberlo, quiere tratar de convertir
esta cosa de amigos con beneficios que tenemos en algo más.
Decir que dormir fue difícil es una subestimación. Y definitivamente lo estoy
sintiendo ahora, cuatro horas después de mi turno, con los ojos cansados y la espalda
324
adolorida. Pero después de su llamada, mi mente siguió vagando por todas las
posibilidades que la vida nos ofrece. El destino podría estar de mi lado esta vez. Pasé
horas en su pintura del auto de Indy. Queriendo que sea perfecta. No, necesitando
que sea perfecta, porque está adornada con un moño en su cómoda para cuando
regrese a casa. Un Felicidades por la gran carrera . Un Nunca pinté nada para
nadie y, sin embargo, siento tanto por ti que tuve que crearlo para ti . Un
”ienvenido a casa, te extrañé y no puedo esperar dar este próximo paso contigo .
El entusiasmo me alimenta a través del día. Además del saber que él está alto
en el cielo en algún lugar en este momento volando a casa hacia mí. Trayendo sus
dulces besos. Su risa contagiosa. La sensación de calma y seguridad que lleva
consigo.
Mi buen humor probablemente se ha vuelto molesto para los clientes. Y, sin
embargo, después de tantos años de tener que fingir cada emoción, es genial sentir
todo y no ocultar nada.
Cuando vuelvo de la sala de almacenamiento, Liam y algunos clientes se
encuentran abarrotados sobre algo en el otro extremo de la barra. En el momento en
que me ven, el grupo se rompe. Así que me quedo allí observando su actividad
sospechosa por un momento. Y no sé cómo nunca me había dado cuenta antes, pero
cuando los hombres no quieren que sepas algo, no son exactamente sutiles al tratar
de actuar como si nada estuviera sucediendo.
Perdida, saco la toalla de la barra de mi delantal y me limpio las manos, los
ojos aun escaneando el grupo, tratando de averiguar qué está pasando. Solo cuando
camino hacia ellos, Liam levanta sus ojos nuevamente y se encuentra con los míos.
La mirada en su cara es todo lo que necesito para saber que no me va a gustar lo que
sea.
¿Liam? ¿Qué está pasando? ¿Qué estás escondiendo? Dime.
¿Necesitas algo, Getty?
Mis ojos se estrechan. El vello en la parte posterior de mi cuello se pone de
punta. No me gusta el giro repentino en mi estómago. Echo un vistazo alrededor de
la barra. Buscando a mi padre. A Ethan. No los veo, pero uno de ellos generalmente
acompaña la sensación de inquietud que me ha inundado.
¿Qué está pasando, Liam?
Nada dice Liam al mismo tiempo que otro cliente dice:
Tremenda publicidad gratuita.
Un tipo que rara vez veo aquí es golpeado con el codo por Jim, sentado a su
325
lado y Liam lo mira frunciendo el ceño. Me toma un minuto saber quién es. Todo un
imbécil. Los rumores de una esposa controladora que no lo deja salir mucho. Le
gusta su whisky barato y da propinas incluso más baratas.
Pero en este momento no me importa lo que sea, porque quiero saber qué
quiere decir.
¿Publicidad gratuita? ¿Qué quieres decir? Me acerco un paso más a
medida que se presionan los botones de los teléfonos celulares para que las
aplicaciones se cierren. Ojos muy abiertos me saludan. Las bocas permanecen en
silencio . Solo dime, Liam. Sé que es mi jefe, pero algo está mal. Y no sé de qué
me está protegiendo, pero su suspiro cuando alcanza su teléfono me pone la piel de
gallina en los brazos. Aleja a los muchachos de la barra, dándole una mirada extra a
Jim antes de escabullirse hacia otra mesa.
Había una foto publicada en Instagram esta mañana. Etiquetaron el bar, así
que algunos de los que seguían mi cuenta la vieron.
”ueno… No veo por qué esto es tan importante o qué tiene que ver
conmigo de ninguna manera o forma. Y luego lo entiendo. Probablemente es una
chica con poca ropa y está avergonzado y no quiere mostrarme.
Ahora me siento como una idiota por presionarlo. Y reaccionar de forma
exagerada.
Puedo manejarlo, Liam. Soy una niña grande.
Suelta un suspiro cuando alcanzo su teléfono para que pueda ver la foto. Pero
cuando la pantalla cobra vida, toma un minuto para que mi mente acepte lo que
estoy viendo. O para procesar cualquier cosa más allá del santa mierda que sigue
repitiéndose a través de mi mente sorprendida.
La selfie fue tomada torcida. La cabeza de Zander sobre una almohada, con el
rostro en ángulo hacia la cámara, los ojos cerrados. Profundamente dormido. Los
tatuajes en su espalda son visibles, la sábana baja para que se pueda ver la parte
superior de su trasero.
El problema no es él. Bueno, más aún, el problema es la persona que toma la
foto que incluía a Zander. Su cabello rubio se ve despeinado, los ojos pintados de
azul están manchados y, apretada alrededor de sus senos sin sujetador hay una
camiseta blanca con el distintivo logotipo de Lazy Dog Bar. La que Liam le dio a
Zander antes de irse.
Juro que debo parpadear cientos de veces mientras trato de procesar cómo la
imagen podría malinterpretarse. Pero cuando me desplazo hacia la captura, mi
corazón y mi estómago caen.
326
Me lamo los labios y busco algún tipo de compostura. El ruido del bar suena
como un motor de avión rugiendo en mis oídos y tengo problemas para combatir
las lágrimas que se queman en el fondo de mis ojos. Abro la boca para decir algo,
cualquier cosa, pero nada sale. Cada una de las emociones en las que me he deleitado
en las últimas veinticuatro horas se ha derrumbado a mi alrededor.
Me encantaría refutarlo. Decir que la foto es falsa. Que no puede ser real. Y sin
embargo sé que es él. Esos tatuajes. Más el hecho de que esa es su posición preferida
para dormir. Y reconozco el pulgar con la uña azul donde se golpeó con el martillo
hace unas semanas. Sé que la camisa es real porque es la misma que tengo puesta.
Es una lucha por respirar. Por comprender. Por funcionar. Y sin embargo
siento muchísimo. Más que nada que haya sentido en mi vida y de una manera que
nunca quiero volver a sentir.
4
Traducción para el nombre del bar Lazy Dog .
Liam intenta tomar el teléfono de mi mano, pero lo aferro con fuerza, sin querer
soltarlo todavía y con ganas de pisar la pantalla al mismo tiempo. Echo un último
vistazo a la imagen, a su nombre de cuenta de Instagram, @RaceBunnyBabe, y se lo
doy a Liam sin pelear.
¿Puedo… necesito tomar un descanso? le pregunto mientras camino a la
habitación de atrás sin esperar una respuesta, sintiendo el peso de todas las miradas
de los clientes a mi espalda.
Getty me llama Liam, pero realmente no quiero hablar con nadie . Getty.
De nuevo. Todo lo que quiero hacer es taparme los oídos e ignorarlo . El bar está
lento hoy. ¿Por qué no te vas a casa?
Mis ojos van a los de él. Su rostro expresa una preocupación completa y una
disculpa, y desvío la mirada lo más rápido que puedo mientras desato las cuerdas
de mi delantal.
Sí. Bueno. Gracias.
La ira me golpea en la caminata a casa. Y no solo la ira, sino una rabia que
nunca antes había conocido. Ni siquiera hacia Ethan. Como si el aire que inhalas se 327
sintiera fuego y te duele el pecho y te queman los ojos y todo tu cuerpo tiembla, pero
no puedes evitar que nada de eso ocurra.
¿Cómo pudo? Eso es todo lo que se repite en mi cabeza una y otra y otra vez.
¿Soy realmente tan crédula? ¿Soy realmente ingenua para pensar que este famoso
piloto de carreras y un hombre deseable podrían querer quedarse conmigo de todas
las personas? ¿Una mujer conmocionada que se recupera de su pasado abusivo en
esta pequeña ciudad insular? ¿Que quisiera renunciar a su estilo de vida de autos
rápidos y, obviamente, mujeres más rápidas por esto?
Me engañó como una tonta. Tomó la pequeña zona de confort que había hecho
en esta pequeña ciudad donde crecen los chismes y me convirtió en una burla para
todos. Me hizo desfilar por todo lado para burlarse de mí al final.
El dolor en mi pecho aumenta diez veces a medida que las preguntas corren
desenfrenadas en mi cabeza. ¿Cómo podría estar tan equivocada? ¿Por qué me llamó
y me dijo que quería más? ¿Era esa su manera de intentar hacerme sentir mejor?
Pero incluso eso no tiene sentido.
Abriendo la puerta de la casa, finalmente dejo que las lágrimas enojadas corran
por mis mejillas. Estoy inquieta a pesar del llanto. Ansiosa. Quiero recostarme y
llorar por el dolor que no se detiene y, al mismo tiempo, no puedo quedarme quieta.
Puede ser que esté equivocada. Tal vez haya una explicación.
¿Cómo?
Así que vuelvo corriendo a la cocina y saco mi teléfono de mi bolso. Con dedos
temblorosos y ojos borrosos, abro la aplicación de Instagram. Tengo que esperar a
que se descargue en mi teléfono. Busco el nombre @RaceBunnyBabe. No entiendo
las pantallas ni las páginas, pero veo que solo hay una imagen debajo de su cuenta.
La de ella y Zander esta mañana. Había tenido un poco de esperanza de que esto
estuviera mal, pero se ha roto por esto.
Entonces noto los comentarios debajo de las fotos esta vez. Las mujeres celosas
deseando ser ella. El burdo comentario sobre si es realmente dorado en la cama.
¿Dónde fue tomado esto?
Y es ese comentario lo que me llama la atención. Porque hubo una respuesta.
No quiero hacer clic en el botón para encontrar la respuesta, pero debo hacerlo. The
Four Seasons.
Toda mi esperanza se va con el siguiente sollozo que cae de mi boca. Mis dedos
cambian a la aplicación Messenger. No me importa si está en el aire en este
momento. Le escribo un mensaje: No te molestes en volver a casa. No quiero verte. Dejaste
en claro tu punto. Qué tengas una buena vida.
328
Dando vueltas a la casa, reviso mi teléfono constantemente. Sé que habrá
aterrizado y se dirigirá aquí pronto, a través del tráfico, en el ferry, a la casa. No
puedo concentrarme en nada más. No puedo concentrarme. Sé que me devolverá el
mensaje de texto. No lo que va a decir. No es que haya una explicación adecuada de
todos modos.
En lo que se siente como el paseo quinientos por la cocina, veo su maldita lista
de tareas pendientes. El punto de Extrañar al reparador mientras no está. Y una nueva
oleada de ira estalla dentro de mí. Qué broma jugó con la ingenua compañera de
cuarto. ¡La diversión que debió haber estado teniendo, llamándome para hablarme
mientras ella probablemente estaba sentada en la habitación del hotel a su lado!
No sé qué me provoca, pero veo pintar la barandilla delantera y, como
básicamente ha terminado con la terraza trasera, sé que esa es la única cosa
importante que le queda por hacer. Bueno, al diablo. Lo haré por él para que no
tenga la excusa o necesite estar aquí en absoluto.
Por nada.
De repente soy una mujer en una misión. Una misión alimentada con rencor y
rabia. Me dirijo al cobertizo para buscar las brochas y escaneo las latas en busca de
la laca para madera. Cuando mis ojos ven una lata con una gota de muestra rosa
como de Pepto-Bismol, la agarro sin pensar en lo correcto o lo incorrecto. La
moralidad está fuera de la ventana por la cantidad de dolor que me causó con su
traición.
Todo lo que puedo pensar es que le enseñaré una lección. Me concentraré en
cómo su estúpida lista estará completa, para que pueda cumplir su palabra a todos
los demás, excepto a mí, y luego habrá terminado aquí.
Nunca tendré que volver a verlo.
Paso el pincel sobre la madera lijada. La pintura sedimentada no pigmenta bien
y tengo que volver a cerrarla y agitarla lo mejor que puedo. Saco mi agresión en una
lata que tiene años, desde los dueños anteriores. Pero no me importa. Porque estoy
haciendo algo. Cualquier cosa. Para tratar de contener el dolor. Adormecer el dolor.
Detener mis sentimientos de estupidez.
Y así pinto entre lágrimas. Grandes sollozos que salpican de mi cara y caen
sobre la barandilla, donde tengo que volver a pintar lo que se lava. Es descuidado y
desordenado y por mucho que me odie a mí misma por la mañana por esto, en este
momento es lo que tengo que hacer.
Cuando lo cubro todo y un poco más, con enormes marcas de goteo incluidas,
colapso en los escalones, suelto la brocha y lloro: lágrimas con los codos en las
rodillas, la cabeza en mis manos, sintiéndome mal por mí misma, con ganas de
329
patearlo en las bolas.
Los faros me asustan. No estoy segura de cuánto tiempo he pasado mirando al
espacio. ¿Cuántas veces han empezado y se han detenido las lágrimas?
Probablemente tantas veces lo he maldecido por ser cruel y me he castigado por ser
lo que mi padre dijo que era, crédula. Pero cuando los faros se apagan en la calle y la
puerta del auto se cierra de golpe, no creo que tenga el esfuerzo de luchar contra él.
Hasta que lo oigo llamar mi nombre.
¡Getty! Lleno de preocupación. Temor. Confusión.
¡No! Estoy de pie en un instante, de vuelta a la pared, con el corazón en un
puño . No puedes venir más aquí. ¡VETE!
¿Qué diablos está pasando, Getty? ¿Por qué demonios pintaste con ese rosa?
¿Por qué Liam me está llamando a sermonearme? ¿Por qué no contestas tu maldito
teléfono? ¿De qué maldita foto estaba hablando? Su voz hace eco en la calle vacía
a medida que se intensifica en el tono con cada palabra. Su rostro es la imagen
perfecta de pánico a la luz del día y tengo que admirar a regañadientes el gran actor
que es. Cómo me hizo sentir y creer cuando no tenía la intención de seguir adelante
con lo que alguna vez me dijo.
Vete, Zander. Vete y nunca vuelvas. Esta vez, cuando hablo, mi voz es
tranquila pero lívida . Dijiste que los amigos con beneficios terminaban en
desastre; bueno, gracias a ti, así fue.
¿Podrías por favor decirme qué diablos está pasando aquí? Va a agarrar
mis brazos y retrocedo tan rápido como puedo. Tanto es así que, sus ojos se
ensanchan, mi respuesta le dice que hablo muy en serio.
¿Te resultó gracioso llamarme, decirme que quieres intentar algo más entre
tú y yo, entre nosotros, y luego darte la vuelta y follar con la chica en tu cama?
Getty. ¿Qué? ¿Qué estás? Háblame. Por favor. Se pasa la mano por el pelo.
Queda despeinado sobre su cabeza mientras sus ojos me piden respuestas que ya
sabe muy bien por su conocimiento de primera mano.
Entro en la casa y levanto mi teléfono en la encimera. Es más fácil mostrarle
que mirarlo a los ojos y escuchar sus súplicas. La pantalla está cubierta con las
notificaciones de él, pero ni siquiera las leo. No tengo tiempo para preocuparme.
Mientras el piso de madera cruje para decirme que me ha seguido adentro, abro la
aplicación de Instagram y le abro la pantalla.
Sus ojos se abren más. Sus labios se tensan. El pánico pasa por sus rasgos
mientras sus ojos parpadean de la imagen a mis ojos varias veces mientras resuelve
qué decir. Cómo salirse de esta.
330
¿Quieres saber qué demonios está pasando? grito . Esto es lo que está
pasando. Tú. Follando. Con ella.
Se tropieza y se sienta en el brazo del sofá.
No, Getty. No. Ese no soy yo.
¿NO ERES TÚ? Mi voz se agrieta por la emoción, por las lágrimas, por el
dolor que está carcomiendo mi alma viva en este momento . Sí, Zander, sí. Eres tú.
¿Cómo puedes decir lo contrario? El pulgar magullado. La maldita camisa del bar.
Ella. La. Tiene ¡Puesta! Estás desnudo. En el Four Seasons. Todo se ve bastante obvio
para mí.
No. Sus…
Gracias por probarme que estaba en lo correcto. Que todos los hombres son
exactamente como Ethan. Incluso cuando creí que no lo eras. La diferencia es que lo
que hiciste fue diez veces más cruel. Mi sollozo se engancha y extiendo mis manos
para mantenerlo alejado de mí . No me toques.
Jodido Cristo, Getty.
Retrocedo contra el mostrador mientras él camina por la habitación. Incluso
perdida en mi propia emoción, puedo sentir la agitación que irradia de él y llena la
cocina.
Ella estaba allí anoche. En el club. En la puta suite cuando los muchachos
llevaron la fiesta allá.
Salto mientras su puño atraviesa el panel de yeso. Su propio grito de dolor
haciendo eco justo después. Parece que, a pesar del dolor, lo va a hacer de nuevo.
Pero en lo único que puedo concentrarme es en que sabe quién era esta mujer. Está
admitiendo que ella estaba allí con él.
Trató de seducirme. Recuerdo eso. Lo intentó y le dije que no, gracias. Y
luego me fui a la cama. Dios, estaba tan borracho que no recuerdo mucho después
de eso. La puerta de mi habitación se abrió. El ruido y la luz de la fiesta en la suite.
Luego se cerró. No lo sé. Cuando me mira, si hubiera pensado que mi corazón se
había roto antes, podría haber estado equivocada, porque ahora está definitivamente
roto. La cara de Zander está llena de disculpas. Su cuerpo tenso, pero vencido. Todo
sobre él grita culpable ahora mismo cuando todo lo que quiero que haga es darme
una respuesta definitiva.
Y no lo hace. Parece que no puede.
Simplemente se queda allí con los ojos de un cachorrito en un azul en conflicto
y con la boca relajada mientras intenta recordar lo único que puede para enderezar
nuestro mundo.
331
Por favor, dime que sabrías si te acostaste con ella o no. Las lágrimas se
deslizan lentamente por mi cara porque, por alguna razón, esto parece mucho más
difícil de comprender. Hacerlo descaradamente es una cosa. Sabiéndolo de
antemano. Faltándome el respeto a propósito.
¿Pero acostarse con alguien, arruinar lo que pensé que teníamos, y que fuera
tan poco monumental que no lo recuerde en absoluto? ¿Que su falta de respeto hacia
mí fuera tan grande que nos arruinó por nada?
No puedo respirar. No puedo pensar. No puedo quedarme quieta. Y no puedo
moverme. Así que solo lo miro con los ojos muy abiertos y un corazón que duele
muchísimo porque estoy tan enamorada de él en este momento y lo odio, todo al
mismo tiempo.
¿Cómo dejé que esto pasara? ¿Otra vez?
Me han engañado. Mi esposo se había acostado con innumerables mujeres
mientras me decía que no era lo suficientemente buena. ¿Y ahora estoy mirando a
un hombre que me estaba diciendo que era lo suficientemente buena y ha ido y ha
hecho lo mismo? ¿Qué dice eso sobre mí? ¿Que solo me estaba diciendo estas cosas,
pero que no lo estaba satisfaciendo a pesar de todo?
No puedo pensar con claridad. No con él mirándome con esos ojos y lo
desconocido extendido entre nosotros. No con mi pasado como una niebla constante
en mi mente que me dice que merezco exactamente esto.
Me niego a aceptar que esta es mi suerte en la vida: que los hombres piensen
que soy desechable y solo lo suficientemente buena hasta que quieran a alguien
mejor.
Como una rubia caliente con un gran escote que atiende a los corredores en las
suites de los hoteles.
Mis sollozos son el único sonido en el vacío de la casa. Ambas manos cubren
mi boca mientras trato de combatirlos y no deshacerme completamente delante de
él, pero su fuerza sacude mi cuerpo.
Getty. Por favor. Hay una explicación.
Mi risa enlazada con mis sollozos es todo lo que puedo emitir. Todo lo que
puedo darle cuando ya le he dado tanto de mí misma. Más de lo que debería. Más
de lo que siempre pretendí: mi confianza, mi historia, mi corazón, mi deseo. Mi
verdad.
Necesitamos…
Necesito que te vayas, Zander. Mi voz es seria. Tranquila. Apenas audible.
Y, sin embargo, el estremecimiento de su cuerpo, el brillo de sus ojos hacia los míos, 332
me dice que no puede creer lo que acabo de decir . Por favor. No puedes estar aquí
esta noche.
Y sé que estoy mintiendo. Sé que soy débil y no puedo decirle que hemos
terminado. Que necesito que se vaya porque no puedo respirar cuando está tan
cerca. Y necesito respirar. Para poder pensar. Para tener más resolución en mi voz
cuando le diga que hemos terminado para siempre. Que es el momento perfecto
para que regrese a su antigua vida.
La vida en que no estoy. En la que conoce a mujeres como ella.
Porque no puedo quedarme con un hombre que no recuerda si se acostó con
alguien. Cada viaje, cada carrera, la preocupación siempre estará ahí. La duda
siempre perdurará. Y no puedo vivir así otra vez.
Así que miento. Le pido que se vaya a pasar la noche en otra parte, que se
quede en el hotel, para que podamos aclarar nuestras mentes y hablar cuando
estemos más tranquilos. Le digo que necesito tiempo. Que necesito pensar.
Me quedo donde estoy mientras camina por el pasillo y recoge algunas de sus
cosas. No me muevo cuando se para a pocos centímetros frente a mí con mi pintura
de bienvenido a casa debajo del brazo y sus ojos suplicándome que le dé el beneficio
de la duda. Me niego a llorar cuando presiona un suave beso en mi cabeza antes de
apoyar su frente contra la mía en silencio.
Y retengo la confesión que iba a hacer esta noche mientras lo veo cerrar la
puerta principal, subirse a su auto y alejarse.
Te amo, Zander.
Iba a poner mi corazón en riesgo y darte lo único de mí que me quedaba para darte.
Y mientras me deslizo hacia el piso de la cocina, con lágrimas en las mejillas y
un increíble dolor en mi corazón, me pregunto si de habérselo dicho la noche
anterior, habría cambiado algo.
O si solo significaría que me dolería mucho más ahora. Ese es el problema con
las posibilidades. De vivir con arrepentimientos.
Siempre te preguntas que habría pasado.
Incluso cuando las mentiras eran exactamente lo que querías escuchar.
333
Capítul o38
GETTY
Estoy tratando de ser paciente, Getty. Estoy tratando de hacerte saber que estoy aquí
cuando estés lista para hablar.
Llegaré al fondo de esto, Getty. Encontraré a esta mujer y te demostraré que no dormí
con ella.
¿No ves que quiero que esto funcione? No te vas a deshacer de mí todavía, Calcetines.
Tengo que irme esta noche, Getty. Esperaba que me hablaras antes que
tuviera que salir. Su voz detrás de mí es como un imán invisible que me atrae
hacia él.
Con mi mano en la puerta principal y un agotamiento profundo que me
atraviesa después de mi turno, bajo la cabeza y cierro los ojos. Me obligo a tener la
fuerza para hablar con él sin romperme y dejarle ver cuánto me está matando.
Mientras aún lo quiero, aún lo amo, no puedo estar con él en este momento.
No hasta que elimine a mis propios demonios, lo que me hace cuestionarme a
mí misma demasiado fácilmente. Y a él. Y cualquier posibilidad que podamos tener
en el futuro.
¿A qué carrera te diriges? Hago la pregunta, aunque ya sé la respuesta.
Boston. Una carrera por camino de tierra. Un círculo de tres kilómetros y medio.
Boston dice en voz baja . Primera parte de la clasificación de la semana.
Luego la carrera del domingo. Pero volveré.
No digo nada. Estoy demasiado ocupada luchando contra la emoción en mi
voz para hablar.
Date la vuelta. Por favor, Getty. Déjame ver tu cara.
Mi pecho se contrae. Es difícil sacar el aire. Pero me doy vuelta y lo enfrento;
su mano descansa sobre la horrible barandilla rosa y sus ojos se fijan
inmediatamente en los míos. Buscan, suplican, cuestionan, y solo espero que la mía
no regale ninguna respuesta. 336
5
Se refiere a un tipo de encuentro en que varios conductores en una pista se chocan entre sí hasta
destruir el auto de sus oponentes.
Y con ese comentario presiona otro beso casto en mi frente antes de girarse y
alejarse sin otra palabra. Me paro en el porche mirando su auto mucho después que
las luces han desaparecido en el camino, su última declaración se repite una y otra
vez en mi mente.
Estoy respirando normalmente por primera vez en lo que se siente como días.
Y lo gracioso es que pensé que era la presencia de Zander la que hacía difícil respirar.
Ahora me pregunto si fue el miedo a que él no estuviera allí lo que causó el
ardor en mis pulmones.
338
Capítul o39
ZANDER
Ten paciencia. Pero no demasiada. Cuando haya algo que quieras, ve tras ello. Pero si
hay algo que valga la pena que desees lo suficiente, sé paciente.
Las palabras de la carta de mi madre se repiten en mi mente. Pero no hay
indicios de cuánto tiempo es demasiado tiempo.
Mierda.
Esa es la única manera en que puedo describir mi estado de ánimo. O el corte
dejado por Getty en mi corazón. Fue como ese corte rápido que nunca viste venir,
pero que duele como una perra cuando sucede. Y duele aún más con cada día que
pasa. 339
342
Capítul o40
GETTY
Esto tiene que detenerse. Hay una sonrisa exasperada en mis labios
mientras el repartidor entra al Lazy Dog con un ramo de flores frescas. El cuarto en
tantos días. Y aunque sé quién los envió y lo que dice el mensaje, abro la tarjeta de
todos modos: Anticipación. XO Zander.
Dile que, si continúa con esto, voy a comenzar una funeraria en la parte de
atrás como negocio paralelo se burla Liam mientras pasa y las huele por reflejo.
La mirada que me da significa que está secretamente feliz porque Zander está
demostrando ser el buen tipo que pensó que era.
El problema es que también me está ganando. Y no son solo los regalos que 343
han estado llegando a la casa y al bar desde el martes. No. He vivido un estilo de
vida donde podría tener cualquier cosa materialista sin pensarlo dos veces. Es más
la consideración que ha puesto en los regalos. Las sonrisas que han traído a mis
labios. La felicidad que evocaron sobre ese momento en el tiempo que compartí con
Zander.
Las pequeñas cosas que está tratando de recordarme para que no olvide lo
buenos que somos juntos.
Como las cuatro docenas de pares de calcetines hasta la rodilla en todos los
diferentes patrones y colores que había enviado. La tarjeta adjunta mencionaba lo
mucho que disfrutaba esos calcetines envueltos alrededor de sus caderas.
O las dos cajas de piñas doradas frescas seguidas por las cajas verdes vacías y
sin fresas. La nota que mencionaba que le había pedido al consejo de fresas que se
pusiera en huelga porque las piñas son definitivamente la mejor de todas las frutas.
El siguiente fue una caja de nuevas pinturas, pinceles y lienzos en todas las
formas y tamaños que ahora desordenan la pequeña alcoba en mi habitación. La
tarjeta todavía me hace sonreír. La dedicación a la artista de renombre mundial de
su modelo que todavía necesita su paquete de seis y otros lugares delicados pintados
y comprometidos en un lienzo.
Luego estaba el martillo con el mango florido. Así tenía algo para usar cuando
necesitara sacar la agresión o la emoción. Con adhesivo que decía uso exclusivo en el
exterior.
La burbuja de correo enviada a la casa con la cuerda para saltar dentro. Con
una nota en la que decía ¿Lo harás? seguido de los pocos minutos que tardé en
descubrir qué estaba preguntando Zander. Pero una vez que lo hice, su regalo fue
un recordatorio de su solo salta, perdí la batalla contra contener una sonrisa.
Todos los artículos apretaron mi corazón. Me recordaron a su generosidad. Su
amabilidad. Su consideración. Todos me dieron ganas de levantar el teléfono y
llamarlo. Escuchar su voz. Cerrar los ojos y sumergirme en el calor de su presencia.
Pero ninguno de ellos era lo único que necesitaba desesperadamente. Que me
dijera que no se acostó con otra persona.
¿Estoy siendo terca? Sí. ¿Irrazonable? Tal vez. ¿Mi ira y mi dolor se
desvanecerán con el tiempo, y todos estos pequeños gestos que me dicen que se da
cuenta de lo que es tan importante ganarán al final?
Dios, cómo quiero poder decir que sí. Quiero dejar que el amor prevalezca.
Qué gane. Qué me haga volar y me lleve al atardecer de la isla.
Pero también sé que el amor no arregla todo. La confianza y la honestidad son
factores enormes también. Y he vivido sin los tres por tanto tiempo. ¿Es realmente 344
tan malo exigirlos en la próxima ronda?
Tiempo. Eso es lo que sigo diciéndome. Tengo tres días más para convencerme
de una cosa u otra. Para solo saltar o decir adiós y seguir nuestros propios caminos.
Incluso el pensamiento de eso me pone los ojos llorosos. Y me hace
preguntarme por qué estoy luchando tanto. ¿No debería el hecho de resistirme a
alejarme ser una respuesta suficiente?
Hice algunas llamadas a algunos amigos. Encontraremos algo para ti. Ahora
eres una local, obtienes información interna dice Liam con un guiño, sacándome
de mis pensamientos de Zander y colocándolos donde deberían estar. En encontrar
un lugar para vivir. Porque como si necesitara más mierda con la que lidiar en este
momento, Darcy llamó esta mañana para decirme que la casa había sido comprada.
El boca a boca alrededor de la isla sobre la casa que se estaba arreglando, en un
mercado donde los bienes raíces se van rápido, había traído una oferta irresistible.
Así que no solo tengo que lidiar con un corazón roto y si quiero repararlo o
simplemente reducir mis pérdidas y aceptar el daño, sino que ahora necesito
encontrar un nuevo lugar para vivir.
Tal vez esto es una señal. Una ruptura limpia podría ser justo lo que necesito.
Un nuevo lugar para vivir significa que no hay más recuerdos de Zander por todos
lados. No más recordatorios cuando las tuberías crujen o cuando paso junto a la mini
varita de la persiana que aún está puesta en la cómoda de mi dormitorio.
Lo único seguro es que me voy a quedar aquí en la isla. Lo más fácil sería
empacar y correr nuevamente. Establecer raíces en otro lugar. Pero no quiero tomar
la ruta fácil. Me gusta aquí. He hecho amigos. Me siento en casa. Aceptada. Y eso no
es algo que esperaba encontrar, por lo que abandonar la isla no es una opción.
Gracias. Es todo tan repentino. Yo solo… Lucho contra las lágrimas que
inundan mis ojos.
Liam acaricia mi hombro en apoyo. Mis lágrimas al instante lo hacen sentir
incómodo.
Todo va a funcionar para lo mejor. Todos nos aseguraremos de ello.
Gracias. Lo aprecio. Todo con Zander y ahora esto… no sé qué haría sin…
Mi voz se detiene en mitad de la frase, mi respiración se detiene, cuando veo
quién entró al bar.
Mi corazón se contrae cuando me encuentro con ojos que coinciden con los
míos. Simplemente no puedo soportarlo más ahora.
Simplemente no puedo.
345
Mucho menos a él.
¿Qué quiere? murmura Liam a mi lado. Sus palabras me sorprenden. Su
postura rígida aún más.
Mi cuerpo se tensa con cada paso que mi padre se acerca a la barra. Sé que soy
fuerte, puedo defenderme de él, y, sin embargo, exactamente lo que predijo que
sucedería con Zander sucedió, y realmente no quiero enfrentarme con él en este
momento.
Buenas tardes, Gertrude. Te ves bien. Ojos agudos. Comportamiento
rígido. Cero emoción.
Padre. Asiento. Mi cabeza está tan llena de todo lo que no puedo pensar
con claridad.
Nos miramos el uno al otro. Los clientes que nos rodean se dan cuenta. Liam
se queda a mi lado.
¿Puedo ayudarte?
Ladea su cabeza.
Escuché que habías tenido una pelea con ese tipo. Vine para asegurarme que
estabas bien. Escuché que tu casa se había vendido. Pensé que podrías necesitar
ayuda. Supuse que estabas lista para volver a casa.
Lo miro con los ojos abiertos mientras todo comienza a tener sentido.
Compraste la casa, ¿verdad? La compraste para que no tuviera un lugar
donde vivir. Mi sangre hierve. Su tirar de cuerdas en mi vida ya no es aceptable.
No. Nunca. ¿De verdad crees que compraría una propiedad en esta ciudad
de todos los lugares? El desafío asqueado que tiñe su negación tiene algunas
cabezas más girando en nuestra dirección en el bar. Espaldas y orgullo inflándose
en atención.
Los pies de Liam se arrastran a mi lado. Un gruñido de advertencia suena
profundo en su garganta que es solo para mis oídos.
¿Cómo podría no haber sumado dos y dos? El magnate inmobiliario habría
sabido de alguna manera que estaba en venta. Usó su conocimiento interno a su
favor. Trataba de llevarme de vuelta a casa deshaciéndose del lugar donde vivo, en
una ciudad donde las vacantes de habitaciones son pocas y distantes entre sí.
Miro a este hombre cuya sangre comparto y siento una conexión
absolutamente nula, además de tristeza. Y los momentos perdidos que, no importa
cuánto los anhele, nunca podrá darme.
Mi resolución es más fuerte que nunca cuando hablo de nuevo. 346
Desde la lucha por hacer arreglos de viaje hasta tirar la ropa en una maleta para
correr entre vuelos de conexión, siento como si no hubiera tenido un minuto para
recuperar el aliento.
Y, sin embargo, no lo tendría de ninguna otra manera porque ahora sé la
verdad. Sé que Zander tenía razón. Que debería haberle escuchado. Que lo que
tenemos es real y vale la oportunidad.
Ahora simplemente no puedo esperar para llegar allí y decirle cara a cara. Besar
sus labios. Envolver mis brazos alrededor de él. Solo espero poder hacerlo antes que
comience la carrera, porque no creo que pueda esperar cuatro o cinco horas. He 350
esperado lo suficiente como están las cosas.
El taxista toca la bocina. Mi rodilla se mueve hacia arriba y hacia abajo desde
mi asiento mientras grito desesperadamente a los otros autos para que salgan del
camino. Tengo un hombre por hacer mío.
Extraigo mi teléfono de mi mochila para enviarle un mensaje de texto a Rylee
diciéndole que he aterrizado. Y silenciosamente agradezco a Zander por programar
su número en mi teléfono. Parece que fue hace días, pero creo que nunca olvidaré
su respuesta cuando respondió a mi llamada. Después de una explicación intrincada
sobre cómo necesitaba contactar a Zander, verlo y hablar con él, y si podía indicarme
cómo llegar a la pista una vez que aterrizara, porque era necesario que lo viera, me
dijo Eres su agua .
Demasiado concentrada en los detalles de cuán pronto podría llegar a Boston,
no tenía idea de lo que quería decir; ahora estoy tratando de resolverlo.
Cuando el taxi me lleva a la ubicación que Rylee me había indicado, mi cuerpo
está cargado de adrenalina. Estoy tan cerca.
Bien. Veo el taxi dice Rylee a través del teléfono mientras recojo mi bolso
y mi mochila y me paro allí, en medio de una gran cantidad de personas
emocionadas por la carrera cuando el taxi se aleja.
¡Getty! Su voz está en mi oído y detrás de mí simultáneamente.
Tan pronto como me doy la vuelta, estoy envuelta en sus brazos. Se retira y los
impresionantes ojos violeta se encuentran con los míos con una sonrisa iluminando
su rostro. Solo nos miramos la una a la otra por un momento. Es como si no tuviera
que decir una palabra para que entendiera cuánto amo a su hijo. Puedo verlo en sus
ojos. Ya lo sabe.
Y los nervios que pensé que sentiría desaparecen cuando se ríe en voz alta y
me tira de nuevo contra ella.
Estoy tan contenta porque estés aquí, Getty. Su voz es tan cálida, tan
bienvenida, que no estoy segura de cómo responder, porque no estoy
acostumbrada . Soy Rylee. Mucho gusto.
Hola. Gracias por ayudarme a llegar aquí. Lágrimas llenan sus ojos y solo
sacude la cabeza como si realmente estuviera tratando de creer que estoy aquí.
Cualquier cosa para uno de mis hijos. Aparta la vista de mí y mira a la
multitud . Hablaremos correctamente durante la carrera, pero ahora quiero
llevarte a Zander. Toma. Ponte esto. Coloca un cordón alrededor de mi cuello con
todo tipo de información de aspecto oficial que coincide con la que está usando .
351
¡Vamos! Agarra mi mano y comienza a guiarme entre la multitud.
Nos movemos a través de la seguridad, alrededor de las barricadas, y entramos
y salimos de la multitud de personas que bordean la calle. Su emoción es contagiosa.
La emoción de estar tan cerca de Zander y la posibilidad de corregir mis errores no
se compara con nada que haya sentido antes. Y, por extraño que parezca, la mujer
cuya mano sostiene la mía también me está dando un sentido de aceptación que
nunca esperé.
Realmente no podemos hablar, dado el ruido de la multitud y la rapidez con
la que nos estamos moviendo al pasar por las aberturas de la masa de personas.
La multitud comienza a mermar un poco. La seguridad se hace más estricta, su
presencia más visible. Tenemos que mostrar nuestras insignias en una puerta antes
que se nos permita pasar. Los hombres en trajes para el fuego de diferentes colores
están a nuestro alrededor ahora. Algunos dicen hola a Rylee cuando pasamos.
Algunos solo asienten en saludo. El ruido de las herramientas a medida que caen
sobre el hormigón se puede escuchar aquí y allá.
Mis nervios tiemblan de anticipación. Con incertidumbre. Con esperanza. Pero
seguimos caminando a nuestro ritmo. Y mientras que la multitud puede haberse
reducido, Rylee mantiene mi mano entre las suyas. Tengo la sensación que puede
sentir lo asustada que estoy.
Y así, en medio de un callejón improvisado donde las barreras de hormigón
dividen la pista de los pozos, se detiene bruscamente. La miro, sobresaltada, mi
corazón late con fuerza.
Solo recuerda, más corazones se rompen de las palabras que no se dicen, que
por decir demasiado. Asiento mientras las lágrimas brotan por su absoluta
compasión. Del tipo que le ha enseñado a su hijo. Sus ojos sostienen los míos, me
alientan, me aconsejan. Respiro hondo y aprieto sus manos en las mías antes que me
ayude con las maletas . Bienvenida a la familia, Getty. Zander está justo allí.
Levanta su barbilla sobre mi hombro.
Me doy la vuelta lentamente, contengo el aliento, y el corazón está casi a punto
de estallar cuando miro a través de un mar de trajes de fuego azul real para encontrar
el que más quiero.
Y allí está él, apenas puedo verlo. Está rodeado por un grupo de fanáticos,
todos buscando algo para que garabatee su autógrafo. Su sonrisa es eléctrica. Su risa
genuina mientras flota sobre el caos y golpea mis oídos. Centra su atención
completamente en la persona con la que está hablando, dando un momento
completo a cada uno. Y la vista de él tan completamente en su elemento, 352
355
EPÍLOGO
GETTY
temporada baja de turismo, así que Liam aceptó el tiempo libre con la promesa de
que regresaría para la temporada alta otra vez.
Y no hay ninguna manera en el infierno de quejarme de los meses que
permanecí con Zander durante su temporada baja no valieron la pena en cada
segundo juntos. Nos hemos reído. Hemos amado. Hemos crecido mucho más
fuertes como pareja.
Todavía se siente raro usar ese término.
Aún más extraño es cómo su familia me recibió con los mismos brazos abiertos
que Rylee hizo ese primer día en Boston. Siento que pertenezco. Y no quieren nada
de mí más que hacer feliz a su hijo.
Y eso es lo más fácil que alguien me ha pedido. Amar a Zander.
Lo miro por detrás de mis gafas de sol. Observo su cabello oscuro que necesita
un corte, el rastrojo de un día que lleva en la mandíbula y la sonrisa en sus labios
porque sabe que me tomo mi tiempo para revisarlo.
Creo que deberíamos dejar de mirar los lugares que Liam te envió y solo
deberías aceptar vivir conmigo a tiempo completo. Gimo de inmediato. Esta
conversación ha tenido lugar una y otra vez durante las últimas semanas cuando
Liam y yo estuvimos hablando sobre lugares que finalmente estaban disponibles
para alquilar . Vamos, Calcetines. No hay mejor lugar para tener tu primera
exposición que en Los Ángeles.
No me lo recuerdes. Presiono una mano contra mi estómago, donde los
nervios revolotean al pensarlo. Mi mente reprimió deliberadamente el hecho de que
en realidad dejé que él, sus padres y locos hermanos me convencieran para que
finalmente diera el salto y organizara una muestra de mis pinturas.
¿Me estás diciendo que después de estar juntos durante casi nueve meses
seguidos, vamos a ser capaces de manejar esta cosa a distancia?
Odio sus palabras tanto como odio la inevitable separación que ocurrirá en los
próximos meses con la temporada de carreras que comienza de nuevo. Dios sí, lo
echaré de menos. Pero, ¿cómo explico que este lugar, esta isla, representa tanto para
mí? Que tan genial como es estar juntos, tan perfecta como la vida ha sido para
nosotros, ¿mi pasado todavía nubla mis pensamientos de vez en cuando?
¿Qué pasa si renuncio a todo esto y las cosas se ponen mal para nosotros?
Entonces una vez más no tendré nada. Estaré en su casa con sus posesiones y seré la
que luchará por sobrevivir de nuevo.
No hay manera de que pueda decirle eso. No puedo explicarlo correctamente.
Pensará que lo comparo con Ethan cuando no es nada de eso. Soy yo. Mi bloqueo
357
mental. Mi necesidad de tener un plan de reserva. Por si acaso.
Vamos, Calcetines. Piénsalo. Su suave sonrisa tira de mi resolución.
Te lo prometo, estarás harto de mí. Es solo que… necesito este lugar, Zander.
Me calma. Me recuerda quién era y quién quiero ser. Me hace feliz.
Se acerca y une sus dedos con los míos.
También me hace feliz. Pero me haces más feliz. Tú me haces a mí. La
simplicidad de su declaración y la honestidad en sus palabras me conmueven .
Solo no lo descartes, ¿de acuerdo?
No lo haré. No lo he hecho. Suspiro. Tal vez solo necesitaba volver aquí,
recordar que esto siempre estará aquí, y eso será suficiente . ¿Podemos pasar por
el bar antes de comenzar, para saludar a Liam? Le dije que lo haríamos.
Claro dice, distraído mientras da un giro en sentido contrario . Quiero
pasar por la vieja casa primero. Escuché que los nuevos dueños lo rediseñaron
completamente. Dentro y fuera. Los nueve metros enteros. Quiero ver cómo se ve.
Bueno. Claro. Una parte de mí se siente muy indecisa con respecto a esa
idea, porque todavía pienso que de alguna manera mi padre tuvo una mano en
comprar el lugar para empujarme a regresar con él. Y, por otro lado, una gran parte
de mí teme la nostalgia de verlo otra vez. El lugar donde nos conocimos. No estoy
segura si va a hacerme querer quedarme más aquí, o aferrarme más a Zander.
Vaya. Es hermosa. Todas las preocupaciones huyen de mi mente cuando
giramos la esquina y la casa aparece a la vista. Lo observo todo: el nuevo
revestimiento de tablillas, el patio delantero remodelado, las ventanas reemplazadas
con persianas agregadas. Incluso los escalones delanteros y la terraza han sido
reconstruidos.
Ahora definitivamente sé que mi padre no tuvo nada que ver con eso, porque
nunca se tomaría el tiempo para hacer este lugar bonito. Compraría y vendería sin
pensarlo dos veces y por odio.
Vamos, vamos a echar un vistazo. Nadie vive en ella todavía.
No me atrevo. Por supuesto que no pertenecemos aquí más y, sin embargo, no
puedo negar lo mucho que quiero ver cómo se ve la casa ahora que la han llevado a
su máximo potencial.
Así que salgo del auto y sigo a Zander por el camino, mis ojos se lanzan para
ver todo lo nuevo y brillante, pero recordando lo viejo. Cómo vi por primera vez a
Zander en el equipo de entrenamiento reparando el escalón. O el concreto manchado
de aceite de la entrada donde lo vi arreglar mi auto bajo la lluvia torrencial.
358
¿Qué demonios? ¿Por qué lo…? La risa se me cae de la boca al ver la fea
barandilla rosada que pinté esa noche con ira y prisa. ¿Por qué alguien reemplazaría
todas las cosas viejas y dejaría este horrible recordatorio de los antiguos inquilinos?
Eso es bastante feo. Sacude la cabeza . Tal vez piensan que es arte o algo
así y no querían deshacerse de eso.
Resoplo con incredulidad.
¿De verdad?
Tal vez lo dejaron como un recordatorio de que cuando tu esposa se enoje,
debes esconder los martillos y las brochas.
Ja. Ja. Muy divertido.
O tal vez lo dejaron para que cada vez que uno de ellos vuelva a casa molesto
o peleen, les recuerde que siempre tienen que parar, escuchar lo que la otra persona
está diciendo, tener paciencia… porque la vida nunca va a ser perfecta, pero al final
va a estar bien. Tiene la cabeza inclinada hacia un lado, y tengo que preguntarme
inventó todo eso en un instante.
Tal vez. Algo se siente raro aquí. Estrecho mis ojos hacia él mientras trato
de imaginar qué es exactamente.
¿Cuál crees que es su historia, Getty?
Mi sonrisa es automática con el recuerdo de la noche hace tanto tiempo que
comenzó todo para nosotros.
Mmm. Recién casados quizás. Él no puede esperar para traerla a casa,
llevarla por el umbral y hacerle el amor en la terraza con la luz de la luna arriba y el
sonido del océano a su alrededor.
La sonrisa de Zander parece sentimental cuando se encuentra con mis ojos.
Vaya, cuánto has mejorado en este juego desde la primera vez que
participaste en Mario's.
Me encojo de hombros. Es más fácil creer en la idea de ser feliz para siempre
ahora que tengo a Zander en mi vida.
Por otra parte, podría ser una señora y va a abrir el primer burdel aquí en
PineRidge.
La risa de Zander es aguda cuando da dos pasos hacia la puerta principal.
Cuando presiona la manija de la nueva puerta delantera, ésta se abre.
Santa mierda. Está abierto. Veamos susurra, y entra sin vacilar.
359
Zander medio susurro, medio grito, mi cabeza girando hacia la izquierda
y hacia la derecha para ver si alguien está mirando o llamando a la policía .
¡Zander!
Cuando no responde, paso vacilante justo dentro de la puerta. Es el nuevo
suelo embaldosado bajo mis pies lo que me llama la atención primero. La pintura
fresca en las paredes en tonos marrones y beige a continuación. Y estoy tan
impresionada por cómo esta casa podría ser la misma en que vivía antes, que mis
pies dan unos pasos más adentro.
La cocina ha sido renovada con losa de granito y gabinetes blancos brillantes.
Las puertas corredizas de cristal de la terraza sustituidas por puertas francesas. Las
mini persianas cambiadas por persianas.
Olvidando que no pertenezco aquí, sigo mirando la belleza que ha sido
restaurada en esta antigua casa. El baño destripado y reemplazado. Nuevos
accesorios. Corona de moldura añadida.
¿Zander? Me doy cuenta de que no lo he visto. Entró en pánico. Entonces
me siento ridícula.
Aquí dentro.
Me aventuro en su viejo dormitorio y mis ojos se abren. No solo por la
sorprendente imagen de él parado en la habitación vacía con el sol detrás de su
espalda. Un halo de luz alrededor de su cabeza. Sino también porque toda la
habitación se ha transformado. Ventanas más grandes frente al océano.
Incorporaciones instaladas. Estanterías y cubículos. Iluminación del techo quitada y
una iluminación regulable instalada.
¿Zander? Cuestionando. Preguntando. Intrigada.
Sí. Tímido. Presumido. Insinuante.
Esto no puede ser correcto. Estás loca, Getty.
Pero cuando me doy la vuelta para mirar hacia la pared donde solía estar la
vieja cama de Zander, en la que pasamos la primera vez que estuvimos juntos, las
sugerencias y los indicios que he sentido caminando por la casa finalmente se unen.
Hay un enorme letrero en la pared con tres caballetes colocados debajo.
Y el letrero dice ESTUDIO DE GETTY.
Doy media vuelta, con la mano en mi boca, el corazón latiendo fuera de mi
pecho.
¿Zander? Su nombre otra vez, pero esta vez está alimentado con aún más
emoción. Esperanza. Amor. Temor . ¿Es esto realmente…?
360
Da un paso hacia mí, apretando la mandíbula, con los ojos muy serios.
Es tuyo, Getty. Cien por ciento tuyo. Sé lo mucho que te hace feliz.
No. Sí. Oh Dios mío. ¿Qué hiciste? Lo alcanzo, necesitando tocarlo para
asegurarme que estoy despierta, que esto es real, así puedo procesarlo. Y es muy
real, porque toma mis dos manos entre las suyas y levanta sus ojos hacia los míos.
Todo se reduce a dos palabras. Grandes. Gestos. Mi mamá lo mencionó en su
carta a mí. Rylee los mencionó cuando estaba tratando de averiguar cómo hacer que
me creyeras. Fue mi señal. Mi momento de claridad. Sobre lo que necesitas para
sentirte segura. Lo que puedo proporcionarte. Sacude la cabeza y sonríe
suavemente . Lo que puedo hacer para demostrarte que sé lo que más te importa.
Inhala profundamente y todo lo que puedo hacer es darle el tiempo que
necesita, porque está robando las palabras de mi boca en este momento.
No es la casa lo que te importa. Es lo que representa para ti. Fue tu santuario
cuando huías. Entonces fue tu prueba de que lo estabas haciendo por tu cuenta. Y
para mí… para mí es mi primer recuerdo de ti en ese pasillo, desnuda, excepto por
esos calcetines, y empuñando esa varita dice con una sonrisa mientras señala la
varita que se encuentra como un recuerdo en una de las estanterías nuevas.
»Sé que el siguiente paso para nosotros es difícil para ti. Puede que no lo digas,
Getty, pero aún tienes miedo. Tienes miedo de que, si te mudas conmigo, estarás
regalando todo lo que has ganado. Tú misma lo dijiste en el auto, esto es lo que eres.
La isla. El mar. La ciudad. Y entonces quería darte esto. Este lugar es tu seguridad.
Una promesa de que siempre tendrás esta casa que creaste para ti sin importar lo
que suceda entre nosotros.
Sus manos se estiran para enmarcar mi rostro de esa manera que es fuerte, pero
tierna y le dice a cualquiera que lo vea que soy suya y que pronto me besará.
Esto es increíble, Zander, pero es demasiado. No es un teléfono celular esta
vez… es una casa. Estoy estupefacta. Mi mente está saltando sobre cualquier otro
pensamiento, porque estoy tan abrumada por su amor y porque hiciera algo tan
significativo . Una casa preciosa, pero una casa, sin embargo.
Tienes razón. Su risa suena alrededor de la habitación, pero calienta mi
alma, mi corazón y cualquier parte de mí que no ha sido tocada por la belleza de
este hombre frente a mí . Es hermosa. Estaba rota y magullada al principio, pero
con mucha paciencia y algo de atención, creo que pude sacar a relucir la belleza que
se escondía debajo de todo. La verdadera ella.
Mis ojos nadan con lágrimas. Está hablando de mucho más que la casa.
Y ya que es tu casa ahora, creo que te corresponde completar el ítem final en 361
su lista de tareas pendientes.
Lo miro con asombro, con el corazón hinchado, mientras saca un bloc de papel
del cajón detrás de él y me lo entrega.
Lista de reparaciones
363
Sobrel aautora
La autora Bestseller del New York Times K. Bromberg escribe novelas
románticas contemporáneas que contienen una mezcla de dulzura, emociones,
mucha sensualidad y un poco de realidad. Le gusta escribir heroínas fuertes y héroes
dañados a quienes amamos odiar, pero que no podemos evitar amar.
Una madre de tres hijos, trama sus novelas entre carreras a la escuela y
prácticas de fútbol, la mayoría de las veces con su computadora portátil a bordo y
su mente dispersa en demasiadas direcciones diferentes.
Desde que publicó su primer libro por capricho en 2013, Kristy ha vendido más
de medio millón de copias de sus libros en diecisiete países diferentes y ha aterrizado
en las listas de bestsellers del New York Times, USA Today y Wall Street Journal
más de treinta veces. Su trilogía Driven (Driven, Fueled y Crashed) está siendo
adaptada para el cine por la plataforma de transmisión, Passionflix, con la primera 364