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Créditos
Moderacióny traducción
Kath

Corrección:
Clau
3

Revisión
Clau

Diseño
Dabria Rose
Sinopsis
La exitosa serie Driven del New York Times continúa con una historia
independiente sobre encontrar el amor donde menos lo esperas…

Detrás del volante, el campeón de carreras Zander Donavan está en la cima de


su juego. Pero después de demasiados excesos en su vida personal, se ve obligado a
alejarse. Necesita lograr algo por su cuenta, fuera de la sombra de su famoso padre.
Getty Caster está huyendo del abuso que nubla su pasado. Cree que ha
encontrado el escape perfecto, hasta que descubre a un extraño en la cabaña junto a
la playa que le habían prometido. Él es innegablemente sexy, pero ella está allí para
sanar. Sola.
En poco tiempo, pelear entre ellos se convierte en luchar contra su atracción. Y 4
ceder al deseo desencadena una reacción en cadena que hace que sus pasados
colisionen. Con un amor inesperado en el horizonte, ¿pueden superar las
consecuencias para construir un futuro?
Pról ogo
ZANDER

Sangre.
Hay tanta sangre. Cubriendo mis manos. Empapando mis pantalones de pijama de
Scooby-Doo. Los que tienen el agujero en la rodilla que me dio esa linda dama con las gafas
graciosas del Ejército de Salvación.
Es más fácil pensar en ella. Concentrarse en ella. En vez de en la sangre.
Está en todas partes. Y sigue saliendo. Sigue esparciéndose.
No se detendrá.
No puedo hacer que pare. 5

El polvo baila en el aire. Pequeñas piezas flotan en la luz que atraviesa la grieta
de las persianas oscuras de la habitación del hotel. Mi vista está borrosa. Mi mente
agotada.
Y zumbando.
Porque esta neblina inducida por el alcohol es mucho mejor que los sueños que
no se detienen. Esos que ya no son sueños. Los que empezaron en el momento en
que abrí esa caja hace tres semanas y saqué el trozo de papel que sacudió mi mundo.
Levanto la botella de Jameson a mis labios. Tomo un trago. Excepto que la
quemadura no está ahí. El calor es fugaz. Pero es suficiente para adormecer mi
mente. Para dejar que los sueños se desvanezcan.
Para permitir que la verdad parezca falsa.
Las curitas. Están por todas partes. La caja está casi vacía. Las piezas blancas con las
que peleo se pegan a mis brazos, pero no importan. La sangre sigue saliendo. No se detiene.
No puedo hacer que pare.
Otro sorbo. Y luego otro.
Estoy tan cansado. Pero estoy harto de sentirme así. Tan harto de preguntarme
si mis padres adoptivos lo sabían. Por supuesto que lo sabían, entonces ¿por qué me
mintieron? ¿No tenía derecho a saber qué había en ese papel? ¿Aceptarlo? ¿Lidiar
con ello?
Joder, no. Joder, sí. Simplemente no lo sé.
Tomo otro sorbo. Luego tomo un trago.
La tijera. El brillo de la plata que yace junto a ella. El rojo oscuro que sale a través de
mis dedos cerrados mientras trato de arreglarla. Ayudarla. Salvarla. Parar. La. Sangre.
El sabor del miedo. Mis súplicas asustadas. El sentimiento de impotencia.
Puedo recordar todo eso, así que ¿por qué no puedo recordar si lo hice o si no
lo hice…? Debí haberlo hecho. Eso es lo que decía el informe. ¿Por qué mentirían?
Espera. Hay luz del sol. Puedo ver el polvo bailando. ¿Cuándo ocurrió?
Levanto la botella. No queda nada. Tomo una respiración profunda. Me dejo
caer de nuevo en la silla. Ahora ya no puedo olvidarlo. Joder.
El golpe en la puerta me sorprende. Sé que debería haberlo esperado. Sé que
estoy arruinándolo otra vez. Pero, ¿realmente importa en el gran esquema de las
cosas?
Sé quién es antes que hable. De alguna manera sabía que me encontraría. Así
como sé que estará enojado antes de escuchar su voz. 6

Pregúntame si me importa.
Zander. Boom. Boom. Boom. Su puño en la puerta de la habitación del
hotel suena como un trueno en mi cabeza . Abre. Boom. Boom. Boom—. ¡Abre la
maldita puerta!
Y cuando la abro, está la luz: la luz brillante del pasillo me ciega después de
tanta oscuridad. Bloqueo el resplandor con mi antebrazo. Es inútil, hasta que él
cambia su postura y bloquea el resplandor.
Colton.
Mi mentor. Mi jefe. La persona que mejor me conoce.
Mi papá. Bueno, padre adoptivo, pero ¿realmente importa?
Nos miramos fijamente. Sus ojos verdes se llenan de repulsión preocupada
mientras le da un vistazo a mi ropa arrugada, la misma de la noche anterior; y hace
un espectáculo de oler el aire para hacerme saber que puede percibir el hedor del
alcohol que probablemente está filtrándose de mis poros.
Sí. Sí importa.
Las mentiras siempre importan. Especialmente cuando son de gente que creías
que te amaba.
¿Olvidas algo? Hay un poco de enojo en su pregunta, y estoy tan ebrio que
no pienso dos veces en mi respuesta sabionda.
Nada que se me ocurra. Mi mano está en la puerta, cerrándola en su cara
antes de terminar la frase.
Si pensaba que el sonido de su puño tocando la madera era fuerte, el sonido
cuando la golpea contra la pared interior es ensordecedor. No merezco nada menos
que su ira, pero está probando ser muy difícil que debajo de esta bruma alcohólica
pueda encontrar que me importe una mierda.
Me empuja, presionando el interruptor de la luz y golpeándome en el pecho
con su hombro cuando pasa a mi lado. Toma todo lo que tengo no desquitarme con
él ahora mismo. Usar mis puños para aliviar la ira, la incredulidad, el dolor y cada
maldita cosa embotellada dentro de mí.
Como toda esa mierda que es definitivamente mi culpa, pero prefiero culparlo
a él. A mi madre adoptiva, Rylee. A todo el puto mundo
Los pensamientos que tengo me asombran. Sacudo la cabeza, tratando de
averiguar cómo podría querer levantar los puños al hombre que ha ayudado a
darme todo, y sin embargo las imágenes llenan mi cabeza de nuevo: la sangre, las
curitas, la tijera.
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Mi mamá.
La verdad que mi mente me ha estado ocultando.
La que él, obviamente, también ha estado ocultándome.
Con mis puños apretados y todo el cuerpo vibrando, me obligo a permanecer
donde estoy de pie y retener la ira que ha estado corriendo como un río a través de
mis venas las últimas semanas
¿Sabes lo que no puedo entender? pregunta indiferentemente mientras
recoge la botella vacía de Jameson antes de tirarla en la cama perfectamente hecha
con una sonrisa. Y luego un suspiro . ¿Por qué?
Una pregunta tan cargada. Una que no me gustaría mucho contestar, me siento
como que apretar el gatillo es la respuesta. Y aun así me pica el dedo. No estoy
seguro de poder manejar el retroceso ahora mismo.
Así que no respondo. La pregunta cuelga en el aire rancio de la habitación de
hotel, su silencio pesa sobre mí mientras examina el espacio. Después de unos
segundos sus ojos encuentran los míos y hace la pregunta de nuevo. Pero elijo ser
un idiota. Es mucho más fácil que tener que admitir en voz alta lo que todavía no
quiero creer por mi cuenta.
¿Por qué, qué? contesto finalmente. El sarcasmo tiñe mi tono. Junto con
una dosis saludable de no es tu maldito problema.
Esto no es una broma, hijo. Levanta sus cejas. Sacude la cabeza. Su rostro
es una máscara de asco.
Solo más mierda con la que no quiero lidiar. Las preguntas burbujean dentro
de mí. Queman como heridas infectadas. Me consumen hasta que no puedo contener
la ira.
Nop. Parece que soy el chiste de estos días. El informe de la autopsia
parpadea en mi mente. Alimenta mi fuego.
Estrecha los ojos. Tratando de averiguar de dónde viene mi hostilidad.
Maldita sea, claro que lo eres dice, y por primera vez me doy cuenta que
lleva su camisa de la suerte y los pantalones de entrenamiento. Su traje supersticioso
para las carreras.
Entonces me doy cuenta que lo he jodido realmente. Los recuerdos parpadean
en mi mente. Es de día. Se supone que debo estar en algún lugar, hacer algo más que
perderme en esta botella.
“hhhh… ¿te olvidaste de tu carrera programada esta mañana? ¿Tus pruebas
de equipo para los ajustes finales? ¿O tal vez te olvidaste de la carrera de mañana 8

por completo? Después de anoche, yo también querría olvidarme de estar aquí en


Alabama.
Su último comentario refresca un recuerdo. Imágenes destellan: música
ruidosa; una gran mesa de bar en el área VIP; conejitas de carreras deslizándose
cerca, queriendo un trozo de mí. Todos quieren un trozo de mí.
Empujar. Empujar. Empujar. Todos empujando.
Un chasquido.
Smitty sujetándome, sus bíceps encerrados bajo mis brazos en una llave,
tirando de mis hombros hacia atrás. ¿Pero por qué? ¿Cómo? ¿Qué diablos pasó? Lo
único que recuerdo es que me dejó aquí. En el hotel. Mi casa de esta semana.
Simplemente estaba pasándolo bien digo con desprecio. Cubriendo los
puntos en blanco en mi memoria . ¿Qué mierda te importa?
Está sobre mí en un santiamén. Su antebrazo presionado en mi pecho, mis
hombros apoyados contra la pared. Es rápido. Supongo que nunca he probado este
lado de él antes.
Nuestros ojos se sostienen, de padre a hijo, de mentor a protegido, de jefe a
empleado, de hombre a hombre; y por una fracción de segundo veo el dolor en sus
ojos que quiero ignorar.
—¿Por qué me importa? ¿POR QUÉ me importa? —masculla, la voz se
intensifica en cada palabra y su antebrazo presiona más fuerte contra mi pecho .
Déjame enumerar los hechos. Llegar tarde a entrenar en casa es una cosa, Zander.
¿Faltarle el respeto a tus patrocinadores al dejarlos plantados con la cena que
hicieron en tu honor, sentándote en el bar de al lado y riéndote tan fuerte que sabían
que eras tú? Inexcusable. La corriente interminable de mujeres de dudosa reputación.
Santo Dios, Zander… Estaba a favor de tener sexo cuando tenía tu edad, pero incluso
yo tenía algunos estándares.
Pongo los ojos en blanco. Resoplo con incredulidad. ¿Cree que estoy creyendo su
mierda de Soy-más-santo-que-tú en este momento cuando ya he oído las viejas historias?
Como si no hubiera sido un mujeriego en sus días.
¿Crees que esto es gracioso? grita con otro duro empujón a mi pecho .
Mi idea de gracioso no es perder la prueba el día antes de una carrera cuando estás
en el maldito asiento del conductor compitiendo por otro campeonato. Solo faltando
sin decir una palabra. Decepcionando a tu equipo. Tu equipo. Los cientos de fans que
tenías sentados en una tienda VIP hace dos horas esperando conocer a su ídolo, ¿y
adivina qué? No ha sucedido porque estabas muy ocupado tomando whisky barato 9
como un borracho. Así que dime, Chico Dorado… ¿cómo es eso gracioso?
Aléjate. De. Mí mascullo las palabras incluso cuando acojo con satisfacción
la presión de su antebrazo en mi pecho.
Él retrocede, pero sus manos tardan un poco más en dejarme ir donde están
sus puños en mi camisa. Pero todavía no me muevo. Su mirada me deja inmóvil.
Hay decepción allí. Preocupación. Y un montón de ira.
Me apego a la ira que me está dando, puedo relacionarme con ella, pero por
razones completamente diferentes de las que él tiene. La ironía. Está enojado porque
espera más de su hijo, y estoy furioso porque espero más de mi padre.
Llegaste tarde, apareciste en la pista con resaca, y has reprendido a tu equipo
y los has tratado como una mierda sin razón. Has alejado a Rylee, has sido un imbécil
conmigo y te has alejado de tus hermanos. ¿La has jodido a lo grande y me estás
preguntando por qué me importa? Creo que necesitas hacerte esa pregunta, hijo.
No es asunto tuyo.
Apuesta tu culo a que es asunto mío. Todo sobre ti es mi asunto y estás fuera
de control habla directamente sobre mí. El resentimiento que puedo oír en su tono
hace que mi pecho se contraiga . Te has pasado de la raya.
¿Como tú ahora metiéndote en mis asuntos? Vete a la mierda espeto las
palabras, sin importar que mi enojo esté fuera de lugar o que no pueda retractarlas.
Da un paso hacia mí, su cabeza ladeada, su mandíbula apretada, las manos en
puños. Los guantes proverbiales han caído.
¿Estás sufriendo, hijo? ¿Quieres atacar a alguien por algo de lo que no
quieres hablar? ¿Intentas desperdiciar tu duro trabajo con tus trucos de mierda? Es
mejor que recuerdes con quién estás hablando dice entre dientes fuertemente,
refiriéndose a la niñez abusiva a la que sobrevivió antes de ser salvado y adoptado.
La cuestión es que él entiende lo que está sucediendo en mi cabeza . He sentido la
rabia que tú sientes, Zander. Conozco el odio que arde en tus entrañas y vuelve tu
corazón negro. Pero no arregla nada. Nada. He intentado ser paciente. Traté de estar
aquí para ti. Te pedí que me hablaras, que me dejaras estar ahí para ti por lo que sea
que estés pasando, y te has negado. Y ahora te estoy viendo sabotear todo lo bueno
que tienes y ¿quieres que me quede y deje que suceda? ¿Estás loco? Se toma un
momento para recuperar el aliento mientras pienso en sus palabras. Sobre mi
incapacidad para superar esto y solo hacerle las preguntas que tengo que hacer.
Porque el dolor no solo nubla tu juicio, sino que también te puede cegar de la
verdadera razón por la que estás enojado.
Mantuve a la prensa lejos. He retenido a Rylee de interferir. Te he dado 10

suficiente cuerda para ahorcarte y ahora… ahora no puedo ayudarte. Felicitaciones,


ya no queda cuerda. Perdiste tu patrocinio.
¿Qué? El silencio en la sala grita a mi alrededor. Es tan ruidoso que dejó que
ahogue lo que acaba de decir. No quiero creerlo.
Es su culpa. Eso es todo en lo que puedo concentrarme. Todo en lo que puedo
racionalizar. No lo impidió. No lo ha arreglado. Probablemente lo hizo a propósito
porque quiere controlarme. Controla todo sobre mí.
Incluyendo mi pasado.
Dios, necesito un trago. Toda una maldita botella para que esto se vaya. Para
dar sentido a toda la mierda que estoy viviendo, cuando suena tan ridículo solo
pensarlo.
¡Estás mintiendo! Mi voz es completamente opuesta a la suya. Fuerte.
Gritada. Enfurecida. Y mi cabeza está tan jodida que duele y anhela el dolor al
mismo tiempo.
Nunca te mentiría, Zander dice. Calmado. Tranquilo. Muy serio.
Y esas palabras, las que sé que son una mentira, son como una cerilla para las
llamas que han estado ardiendo en las últimas semanas.
¡Eso es una mentira y lo sabes! grito. Me vuelvo desquiciado, mis puños
picando por golpear algo, y estoy seguro que arruinar los paneles de yeso de este
lujoso hotel no me ganaría ningún favor. Mi cuerpo tiembla por la ira. La rabia
dentro de mí toma el control . Mentiste…
¿Y no crees que estás fuera de control? dice Colton, dando un paso
agresivo hacia mí. Burlándose de mí en mi estado irracional . ¿Desde cuándo está
bien pensar siquiera en darle un golpe a tu viejo?
Tú no eres mi viejo. Las palabras resuenan y se desvanecen a través de mi ira.
Me sorprende. Plantan pensamientos en mi cabeza que nunca antes había
considerado. Y a pesar que son una mierda, todavía se quedan. Todavía manchan
mi enojo y cansan mis palabras.
Estoy perfectamente en control grito con los dientes apretados. Ira. Pesar.
Frustración. Los tres giran en el carrusel en mi cabeza. Ensucian las verdades y
alimentan la confusión.
¿Perfectamente en control? pregunta negando con incredulidad mientras
busca en su bolsillo y agarra su teléfono celular. La confusión y el temor corren a
través de mí simultáneamente. En el fondo sé que esto no puede ser bueno y, sin
embargo, no puedo imaginar lo que me mostrará en la pantalla una vez que haya
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terminado de pasar imágenes . Digamos que le debes en grande a Smitty, porque
ya terminé de pagar por tu mierda, Zee. Esta fue la única foto tomada anoche. Por
suerte para ti, la sala VIP estaba vacía cuando sucedió esto. Smitty estaba lo
suficientemente preocupado por ti como para quedarse y asegurarse que no te
metieras en problemas. El paparazzi solitario que fotografió esto tuvo que entregar
su cámara al de seguridad, porque estaba en contra de las reglas de la casa.
La mirada en el rostro de Colton y sus ojos enfocados en la imagen de su
teléfono me inquietan. La ansiedad rompe a través de la influencia que la ira tiene
sobre mí. Me preocupa. Me hace mover los pies en anticipación de algo que sé que
tiene que ser malo para ganarme este discurso.
Pensamientos fantasmas llegan a mi mente. Una rubia caliente. Un beso
excitante. Un novio cabreado. Temperamentos con testosterona. Mis palabras: Yo
soy Zander jodido Donavan .
Esto no puede ser bueno.
Corta con lo dramático y solo muéstrame.
¿Dramático? espeta Colton, adentrándose más en la habitación mientras
sostiene el teléfono para que pueda verlo. Rechazo la imagen inmediatamente. Un
momento de claridad en medio de la niebla confusa. Sé que no sucedió de la manera
en que la imagen lo muestra.
De la misma forma que el sueño sobre tu mamá era diferente a la realidad también.
Miro fijamente la imagen, mi cuerpo tenso, mi mandíbula apretada e intento
llenar los agujeros que faltan entre lo que tengo en mi mente y lo que muestra la
imagen. La peor parte, es que no puedo saber con certeza que no lo hice.
¿Es esto dramático, Zander? luce bastante claro, jodidamente cristalino para
mí.
Soy yo, está bien. Puño apretado, brazo impulsado hacia atrás, una rabia en mi
rostro como nunca he visto antes, pero no es nada comparado con la mirada en el
rostro de la mujer frente a mí. Asustada. Aturdida. Temerosa.
Eso no es lo que… Intento racionalizar que el hijo de puta de su novio debe
haber estado junto a ella, fuera del alcance de la cámara. Al que mi puño apuntaba.
Por una fracción de segundo veo a mi padre en mi rostro. Mi padre biológico. El
monstruo. El abusador. Todo lo que prometí que nunca sería.
Rechazo el pensamiento de inmediato.
Eres tú, Zander. Echa un vistazo más de cerca. ¿Crees que perder a un
patrocinador es malo? Deja que esta imagen se filtre, la forma en que crees que debe
tratarse a una dama, y perderás una tonelada de mierda más que eso. Le levantaste 12
el puño a una mujer. Niega y se ríe con incredulidad . ¿Y no crees que estés fuera
de control?
Empuje
Necesitas ayuda.
Empuje
Hablar con alguien.
Empuje
Este no es el hijo que crie
Chasquido
¡No soy tu maldito hijo, así que deja de actuar como si fueras mi padre!
grito a todo pulmón con cada onza de rabia, dolor y confusión con las que he estado
luchando en las últimas semanas. Algo, cualquier cosa, que haga que esto pare. Que
haga que el dolor se detenga. Que termine con la confusión. Que evite que el pasado
contamine mi futuro.
Que las mentiras se vuelvan verdad.
Retrocede unos pasos, con los ojos muy abiertos, la boca floja. Por un momento
se queda allí mirándome fijamente. Conteniendo su temperamento. Intentando
comprender lo que acabo de decir.
La expresión de su cara por si sola debería quitarme las ganas de pelear,
sorpresa, dolor, incredulidad; pero las verdades que acaba de arrojarme a la cara, las
que tengo que reconocer, pero no quiero escuchar, son como querosén para mi ira.
Crean una llamarada cargada de resentimiento que explota instantáneamente,
borrando todo el razonamiento.
¿Disculpa? Endereza su espalda. Su voz sale con una calma controlada. Y
debería prestar atención a la advertencia. La ira, fuerte y enojada de mi padre es una
cosa, pero el comportamiento frío e incluso silencioso es mucho más aterrador
cuando estás en el extremo receptor de este.
Pero no a mí.
Me escuchaste. Nuestras miradas se encuentran. Nuestra ira mutua se
siente pesada en la habitación mientras arremeto de la única manera que sé hacer
ahora.
Alto. Y. Claro. El tono permanece tranquilo, aunque sus ojos reflejan una
furia herida que me niego a reconocer. Se mete el teléfono en el bolsillo trasero,
asintiendo todo el tiempo mientras estoy allí meditando que todo lo que él significa
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para mí se ha ido: la salvación, la esperanza, la familia, la amistad, el amor
incondicional. Todo lo que puedo sentir es la desilusión aplastante de todo lo que
he hecho a propósito para tratar de joder todo esto.
No me dejas otra opción. Cuando alza la mirada, su expresión está en
blanco, sus hombros cuadrados, ojos duros . Estás despedido.
¿Cómo dices? No se atrevería. Estoy liderando los puntos. Soy el campeón
reinante. Hay una razón por la que me llaman El Chico de Oro de Indy.
Pero a medida que el silencio se extiende y nada cambia en su postura, el bulto
en mi garganta se hace más grande y se vuelve más difícil de tragar
Ya me oíste.
Mi risa es lo suficientemente fuerte como para sonar condescendiente. Una
parte de mí está incrédula, pero ¿él quiere ser un idiota e ir por esta ruta? Bien. Le
mostraré que no lo necesito ni a él ni a sus mentiras. No necesito nada de él.
No es como si nunca hubiera estado solo antes.
Sangre. Tijeras. Curitas.
Pero primero, la auto-preservación. El dolor irradia a través de mí. La mancha
en mi alma es más oscura que nunca.
Bien. Entendido. Niego, nuestros ojos fijos, los suyos diciendo Deja que
te ayude y los míos diciéndole: no necesito tus mentiras . La confusión se convierte
en enojo . No te necesito de todos modos.
”uena suerte con eso, hijo…Zander se corrige rápidamente. El aguijón
ante el sonido de mi nombre en sus labios es más que obvio . Y no te molestes en
tratar de acercarte a otros equipos. Uno, es mitad de temporada y dos, no te
contratarán de todos modos.
No puedes hacer eso. La ira se vuelve furia. Él no amenazaría a otros
equipos para que no me contraten.
Mírame. El destello engreído de la sonrisa que pone nervioso a sus
competidores se dirige hacia mí. Da un paso más cerca . He estado por aquí mucho
más tiempo que tú. Nadie cruzaría esa línea ni siquiera por una cosa segura como
tú. Oh, espera… ya no eres exactamente una cosa segura cuando estás perdiendo
patrocinadores, faltas a las pruebas y hay incertidumbre sobre si incluso te vas a
presentar el día de la carrera. No es como si hubieras sido exactamente discreto con
tu mierda. Da otro paso, una risa burlona cayendo de su boca . Tómalo del
dueño de un equipo. Te has convertido en un riesgo. Una carga. Y nadie quiere un
cañón suelto en su equipo, independientemente de cuán bueno el conductor sea.
La rabia se transforma en una bola de furia incrédula; Quiero arremeter contra
él con todo lo que tengo, sin importar el daño que cause. Auto-conservación en su 14

máxima expresión.
Vete a la mierda, Colton. Su nombre es una burla cargada de falta de
respeto. Salgo golpeando con palabras que no puedo retractar. Necesito evitar la
humillación cuando todo sobre mí está siendo cuestionado . Siempre se trata del
equipo contigo, ¿no es así? La próxima victoria. El próximo cheque. Al diablo con
los corredores, ¿verdad? Al diablo con ellos y toda la mierda que les está pasando;
mintiéndoles si es necesario, siempre y cuando funcionen para ti. ¿No es así, jefe?
—“ palabras necias… —dice levantando sus cejas. Un indicio de burla en su
sonrisa. El hielo en su voz . ¿Crees que con eso vas a recuperar tu trabajo? Piénsalo
de nuevo
Jo. De. Te. Estoy sobrecalentado, pero mi piel se eriza, porque la mirada
escalofriante en sus ojos me dice que esto no es una broma. No es una mierda
psicológica que está usando para tratar de hacerme hablar como había hecho en el
pasado.
Se ríe a carcajadas una y otra vez y el sonido me irrita los nervios mientras trato
de entender lo que está sucediendo: los sueños, la imagen, los comentarios mordaces
de Colton.
No es solo a mí a quien estás lastimando, sino a todos los demás que
dependen de ti. Dejaré tu auto sin conductor. Nadie llenará tu lugar. Si me
preocupara solo por el dinero, ese no sería el caso, ¿verdad? Lo que me preocupa
eres tú. Estás fuera de control y empujando los límites, y no puedo quedarme para
verte chocar y arder sin entrometerme. Siento que tenga que llegar a esto, pero no
me importa ser el imbécil si eso te va a salvar. Lo he hecho antes y lo haré de nuevo
en un segundo.
Nos quedamos en silencio, corazones desgarrados, y gran parte de nuestra
conexión hecha trizas en el piso entre nosotros. Por primera vez desde que entró
aquí, me doy cuenta de lo cansado que se ve. La preocupación grabada en las líneas
de su rostro. Y la necesidad de decir algo más, dañarnos más, muere en mis labios a
pesar que la discordia todavía resuena dentro de mí.
Con un movimiento de cabeza, se da vuelta y camina hacia la puerta. Mis ojos
lo siguen a pesar de la desesperación porque se vaya, así no tengo que ver la derrota
en su postura. Agarra el pomo y cuelga la cabeza.
Tómate un tiempo, Zee. Arregla lo que necesites arreglar. Lidia con cualquier
mierda con la que necesites tratar. Deja entrar a alguien en vez de cerrarte a todos.
No tengo que ser yo. O Rylee. O cualquiera que conozcamos, pero déjalos entrar;
serás un mejor hombre por eso. A veces se necesita un nuevo oído, una voz fresca,
que ponga las cosas en perspectiva para uno. Mierda, toma un paseo, un viaje; no 15

me importa, pero usa el tiempo para hacerte sentir mejor. No vuelvas hasta que lo
estés. No sé qué está pasando y desearía que me hablaras de ello, pero entiendo
mejor que la mayoría que, a veces no puedes. Mi único consejo es no dejar que la
oscuridad te coma entero. Te mereces algo mejor que eso. Aclara su garganta de
la emoción que la obstruye, y odio todo acerca de esta conversación y más debido a
ese sonido desconcertante . Independientemente de lo que pienses, eres mi hijo y
no importa lo mal que lo jodas, siempre te amaré.
La puerta se abre. Se cierra. El polvo baila de nuevo. El silencio me sofoca.
Lucho contra el impulso de ir tras él. Me resisto a desencadenar más de mi
enojo y a la necesidad de gritar y vociferar y destrozar la habitación para sacarlo
todo. Nada de eso va a arreglar una maldita cosa.
Agarrando la botella de Jameson, la levanto a mis labios hasta que recuerdo
que está vacía. El ruido del vidrio destrozado al chocar contra la pared es
ensordecedor.
Negando, me caigo de nuevo en la cama. Tratando de entender lo que acaba
de pasar. Lo que he dejado pasar. Lo que no detuve.
Con mi madre en aquel entonces y con mi familia ahora.
Lo más fuerte que oigo es el rechazo del hombre al que he admirado,
idolatrado, que me ayudó a sanar. El hombre que acaba de salir de esta habitación y
me lastimó más de lo que nunca sabrá.
¿Puedes culparlo, Zander?
Cierro los ojos y me froto las manos sobre mi rostro. El zumbido se ha ido. La
neblina eliminada. Todo lo importante me lo quitaron con el portazo de la puerta:
mi familia, mi carrera, mis anclas. Y el dolor es real.
Pero también lo es la ira. La incapacidad de racionalizar. De aceptar. De
preguntar las cosas que necesito preguntar.
De disculparme.
A la mierda con eso. No me estoy disculpando. No soy el que mintió.
Y yo nunca amenazaría con pegarle a una mujer, y mucho menos cumplir con
eso. La imagen en el teléfono de Colton parpadea en mi mente. Otra mentira para
tirar en la olla
La rabia está de vuelta al instante. Mal dirigida, pero de vuelta. Mi cuerpo se
siente inquieto, pero mi mente es azotada hasta el punto en que ya no puedo pensar
en esto. No quiero. Solo necesito otra botella para perderme. Entonces voy a
averiguar a dónde ir desde aquí, ya que parece que tengo un poco de tiempo libre.
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Y, sin embargo, no me levanto de la cama para caminar hasta el bar. No puedo,
porque en el fondo esa voz de duda agarra mi corazón y aprieta fuerte. Lo tuerce.
Haciéndome saber que hay dos verdades que tengo que aceptar antes de poder
seguir adelante.
Soy el hijo de Colton.
Y fui quien mató a mi madre.
Capítul o1
GETTY

¿Estás bien, Getty?


¿Bien?
Mi mente regresa a unas horas antes. Qué nerviosos se sintieron tanto mi
corazón como el resto de mí cuando el hombre de la mesa nueve simplemente tocó
mi antebrazo mientras trataba de llamar mi atención para pedir otra ronda. El
choque cuando la botella de triple sec golpeó el piso de madera. Las olas inmediatas
de pánico. La avalancha de recuerdos. El miedo. De otro lugar, otro momento, para
estremecer los nervios ya en el constante limite.
Y hasta ahora lo estaba haciendo tan bien escondiendo mi inquietud detrás de 17

mi fachada de chica dura.


Pero vi las miradas de los clientes. Escuché mis disculpas tartamudeadas. Sufrí
la vergüenza inmediata por darles un vistazo de los secretos que he mantenido
ocultos. De la vida que dejé atrás.
Así que, ¿todo bien? No por mucho, pero no estoy por dejar que Liam lo sepa.
Además, estoy progresando. Han pasado tres meses y ya tengo un trabajo, un lugar
para vivir y más libertad de la que he sentido en una eternidad.
Pasos de bebé.
Caminando penosamente cuesta arriba y a través de lo que se siente como
alambre de púas.
Pero es un progreso, no obstante.
Junto mis distraídos pensamientos, exhalo un suspiro para cubrir mi
preocupación, antes de volverme a mirar al dueño del Lazy Dog’s, caminando a mi
lado. Una sonrisa apretada golpea mis labios cuando asiento.
Es discutible si estoy bien digo finalmente, tratando de aligerar el
incidente anterior. Agrego humor para que no haga más preguntas. Es algo que he
aprendido a hacer demasiado bien . Pero sí sé que merecía ser despedida después
de dejar caer esa botella.
La risa que fuerzo, la que solía ser mi cotidianidad, suena hueca para mis oídos.
Es curioso cómo parece tan extraña en esta nueva vida que he creado para mí.
Nah. Todos cometemos errores. La voz de Liam me aleja de mis
pensamientos . No es la gran cosa. De Verdad.
Puedo agregar una hora extra en mi turno o ayudar a cubrir durante una
noche de juego si estás muy ocupado. Es lo menos que puedo hacer. Reduzco la
velocidad de mis pasos cuando nos acercamos a la bifurcación en nuestro camino a
casa desde el bar.
No es necesario. Además, deberías venir durante un juego. Ser una clienta.
La mayoría de nosotros aquí estamos un poco obsesionados con los Mariners. Es un
buen momento.
Nah. No es lo mío. Demasiadas personas abarrotadas en un solo lugar. Al
menos cuando estoy trabajando, tengo la barra del mostrador como mi barrera. Un
espacio entre mí y cualquier contacto no deseado.
¿A quién estoy engañando? Todos los contactos son no deseados en estos días.
¿Me estás diciendo que no te gusta mi bar? Se ríe en una falsa ofensa 18

mientras nos paramos en la esquina, debajo de la farola.


No. Para nada me corrijo . Quiero decir…
Relájate. Solo estoy bromeando. Alarga la mano para tocar mi brazo y me
congelo ante su movimiento. Entonces me suelto una maldición a mí misma. Mierda.
Obviamente nota mi reacción, porque retira su mano inmediatamente, pero su
mirada permanece fija en la mía. Buscando. Preguntando. Queriendo más.
Yo, mmm… gracias por caminar conmigo. Estoy agotada y…
¿Getty?
¿Sí? Mi voz es cautelosa porque sé lo que viene después y realmente no
quiero aventurarme allí.
Si hubo algún tipo de problema… No estoy segura si el destello de dolor
en mis ojos detiene sus palabras, pero se detienen de todos modos. Asiente en un
entendimiento silencioso . Bueno, si necesitas algún tipo de ayuda, estoy aquí, ¿de
acuerdo?
Gracias. Lo aprecio murmuro en voz baja . Buenas noches.
Me alejo, sabiendo que no se ha movido y me está mirando avanzar a través
de la noche hacia mi casa. Él es dulce y amable. Muy diferente de lo que estoy
acostumbrada, así que necesito distancia entre nosotros. Sería demasiado fácil
apoyarse en él, usar su amistad para superar esto, cuando sé mejor que nadie que la
única persona de la que puedo depender soy yo misma.
Y, sin embargo, el peso de su mirada y la preocupación en sus ojos son como
imanes que me empujan hacia atrás, rogándome que encuentre a alguien en quien
pueda confiar, cuando todo lo que necesito hacer es aprender a manejar esta nueva
vida por mi cuenta.
Sigue caminando, Getty. Puedes dejarlo entrar una vez que resuelvas esto.
Miro hacia la vista del océano iluminada por la luna y hago un balance de por
qué estoy aquí. Pareció que las estrellas se alinearon cuando la amiga más antigua
de mi madre me ofreció dejarme quedar en la casa de vacaciones que ella y su esposo
estaban renovando antes que pudieran venderla. Y debido a eso, tengo un techo
sobre mi cabeza. Un lugar para reflexionar sobre lo que quiero. Un espacio solitario
donde seré capaz de aceptar los errores de mi pasado para poder tener un mejor
futuro.
No sabes que son errores hasta que los cometes. O aprendes de ellos.
Esperemos haber hecho ambas cosas y seguir adelante.
19
Bajo por el callejón, paso por delante de mi auto, estacionado en el camino
angosto, bordeado de arbustos, hasta la puerta de entrada de la vieja cabaña.
Saltando el tercer escalón para evitar la tablilla de madera rota, me recuerdo que
debería ser lo primero en la larga lista de reparaciones que tengo que programar
para la casa.
Es lo menos que puedo hacer, teniendo en cuenta que me están dejando
quedarme aquí gratis durante la renovación.
El agotamiento me golpea como una tonelada de ladrillos una vez que estoy
dentro. Me muevo silenciosamente por el oscuro vestíbulo, con una precisión
practicada, como si todavía estuviera en la casa de Palo Alto. Apago la luz en la
cocina, sorprendida porque me olvidé apagarla antes de irme, e ignoro mi estómago
quejoso por el atractivo del agua caliente de la ducha. Con suerte los músculos de la
parte baja de mi espalda se acostumbrarán a mi posición de pie durante los turnos
de ocho horas, porque este dolor constante es molesto.
Pero también significa que estoy haciendo esto. Los cambios realmente están
sucediendo. Y el pasado ha terminado.
En una demostración de desafío que nadie verá jamás y solo yo lo entenderé,
dejo un rastro de mis ropas descartadas mientras camino por el pasillo hacia la luz
del baño que intencionalmente dejé encendida al final del pasillo: un faro de agua
caliente imaginaria gritando mi nombre
Zapatos. Camisa. Sostén. Falda. Bragas. Todos se desprenden uno por uno,
arrojándolos al suelo en un camino desordenado a medida que avanzo.
Estoy exhausta, mi mente todavía está preocupada por el error que cometí esta
noche al dejar caer la botella, de modo que cuando paso por la puerta, me lleva un
segundo recuperar el sentido. La reacción es instantánea: un grito ensordecedor, un
salto físico hacia atrás, una sacudida en el corazón y las manos buscando
inmediatamente cubrir mi pelvis y mis pechos, al ver al hombre de pie en el baño.
Y no solo a cualquier hombre.
No.
Sino a un hombre desnudo. Goteando agua. Veo un destello de tinta en su
espalda en el reflejo del espejo parcialmente empañado. Una mano sostiene una
toalla en su cabello mojado. La otra está haciendo no sé qué, porque estoy tan
obsesionada con su presencia que pensar claramente no es una prioridad.
¡AYUDA! grito en el momento que recupero la razón, con el cuerpo
congelado por el miedo y la mente dando vueltas.
Y a pesar que sus ojos azules se ven tan sorprendidos como los míos 20

probablemente lo hagan, su boca se extiende en una sonrisa lenta, incrédula pero


definitivamente engreída.
He tenido mujeres haciendo cosas extremas antes dice con una sonrisa,
silenciando mi próximo grito de ayuda , pero esto lo lleva a un nivel
completamente nuevo.
En mi confusión, mi guardia aparece instantáneamente, aunque por alguna
razón no me siento amenazada como se sentiría una persona racional. Estoy
desnuda, encorvada tratando de cubrir todas mis partes femeninas, atrapada entre
dar un paso atrás por el pasillo y agarrar el último artículo que tire para cubrirme.
Pero sé muy bien que mis bragas seguramente no serán un buen escudo. Además de
eso, no hay manera que le dé la impresión equivocada de que me estoy retirando
con miedo.
¿Quién eres tú? ¿Qué estás haciendo aquí? Estoy temblando de adrenalina
mientras salto en la danza de estoy desnuda , cada ondulación y rollo de
imperfección de mi cuerpo en exhibición con la luz del baño en el pasillo. Mis ojos
parpadean desesperadamente para evaluar la situación en la que tengo
absolutamente cero control. Quiero más luces encendidas para inundar la casa y no
quiero que estén encendidas al mismo tiempo.
Creo que debería hacerte la misma pregunta dice mientras baja lentamente
su mano, la toalla ahora colgando a su lado. Por supuesto que miro.
Y ahí está…
Retrocedo como si me hubieran quemado los ojos y, sin embargo, las primeras
impresiones son difíciles de borrar: abdominales marcados, esa V de músculos
definidos, un rastro de vello y un paquete más que impresionante. ¿Qué demonios
es lo que está mal conmigo? Hay un hombre en mi casa. Él obviamente se acaba
duchar en mi baño. Y estoy mirando su pene.
¡Pon eso lejos! Le ordeno, con mi mano extendiéndose para hacer un gesto
a su cintura antes de darme cuenta que me he quitado la mano de mis propios
pechos y ofrecido mi propio espectáculo. Por supuesto que me cubro de inmediato,
pero no antes que el hombre eche la cabeza hacia atrás y suelte una risa profunda.
Hace que su manzana de Adán se deslice hacia arriba y abajo, su pecho se mueve y
su pene también.
Me obligo a mirar hacia otro lado porque… bueno, porque es un extraño. Está
en mi casa. Desnudo. Y, Dios mío, algo está mal conmigo, porque no estoy corriendo
y llamando al 911 como debería.
Cuando su risa desaparece, baja la cabeza, para que pueda ver las lágrimas en
21
sus ojos por la risa.
Esa cosa es mi polla, y como este es mi baño y parece que estás tratando de
seducirme en mi casa, no creo que tengas derecho a decirme qué hacer. Y con eso,
se inclina con la cadera contra el tocador y cruza los brazos sobre su pecho, los ojos
fijos en los míos y una ceja levantada. Todo lo demás queda afuera al viento.
¿Tu casa? ¿Seducirte? En ese momento me doy cuenta que estoy
farfullando y negando . Esta es mi casa. Tú estás en mi casa.
La confusión se desplaza por su rostro y su mandíbula se relaja.
Espera. Levanta sus manos en la posición Espera un minuto , llevando mis
ojos hacia donde no quieren estar. Si toda esta situación no fuera tan increíble, sería
cómico, y, sin embargo, por verdadero que sea, no parece que me esté riendo en
absoluto . Creo que parece haber algún malentendido.
No me digas. El sarcasmo es mi último recurso y no me decepciona ahora.
Sin embargo, no me sirve de mucho, ya que todavía estoy bailando desnuda
mientras trato de reaccionar a esta situación surrealista.
La mirada de desdén que me da por mi comentario no le da ningún punto en
mi libro.
Aunque me gustan las medias que estás usando dice con una sonrisa, los
ojos mirando hacia abajo y luego hacia mis manos estratégicamente colocadas ,
deberías cubrirte. Agarro la toalla que me arroja y la envuelvo de inmediato a mi
alrededor Estoy segura que mis calcetines hasta la rodilla y que no combinan hacen
una declaración sobre mí, pero no me preocupa, porque todavía estoy sola en mi
casa con un hombre extraño y no tengo respuestas sobre cómo ha sucedido esto.
Con una mano agarrada a la toalla en mi clavícula, utilizo la otra para hacer un
gesto hacia él.
Tú también.
Como un relámpago una sonrisa cruza a través de sus labios.
Lo siento, pero acabas de tomar la única toalla que queda.
¿Por qué esto es gracioso para él? Esto no es gracioso. De ninguna manera. Y
tampoco lo es mi procastinación para doblar las toallas que actualmente se encuentra
en la secadora. Mierda.
Miro alrededor rápidamente. Necesitando vigilarlo por razones de seguridad
y no queriendo mirar demasiado de cerca por razones obvias. El instinto me dice
que no es una amenaza y, sin embargo, la sensibilidad me dice que sí. Así que hago
lo único que puedo, miro astutamente a mí alrededor en busca de un arma. Alguna
cosa. Cualquier cosa. 22

Pero estoy en un pasillo. Las opciones son escasas. Cuando retrocedo un paso,
las antiguas mini-persianas detrás de mí traquetean cuando mi trasero las golpea. El
sonido hace que mi mente se ponga en marcha y levanto la mano y tomo la varita
rota que abre las persianas que están en el alféizar de la ventana. Sin pensarlo, la
sostengo frente a mí como una espada de espadachín.
¿Cómo pudiste entrar aquí? exijo en mi voz más profunda y gruñona.
Con la llave debajo de la rana en la cubierta trasera. Ni siquiera lucha
contra la sonrisa en su rostro o intenta cubrirse. No. Simplemente se queda allí
indiferente como el día, como si estuviera acostumbrado a que las mujeres miren su
cuerpo desnudo.
Tal vez lo está. Dijo que creía que estaba aquí para seducirlo. ¿Es algún tipo de
acompañante masculino o algo así? No, espera. Lo tengo todo mezclado. Él me estaría
seduciendo, entonces.
Enfócate, Getty. Enfócate.
¿Qué llave? ¿Cómo es que no sabía que había una llave debajo de la rana
en la cubierta posterior? Empujo la varita hacia él para enfatizar cada palabra . Y
la madera en la cubierta está rota. ¿Cómo escalaste…?
¿Cómo entraste aquí?
Yo estaba aquí y soy la que hace preguntas.
Esa risa otra vez. Ancha. Más que divertida. Lo suficiente como para
preguntarme cómo suena cuando realmente la hace en serio.
Correcto. Lo olvidé. Eres la que está dando órdenes en una toalla de baño,
calcetines y sosteniendo esa feroz espada tuya.
Lucho contra la necesidad de soltar la varita por más estúpida que parezca,
porque no conozco a este tipo de nada.
Respóndeme.
Malhumorada.
Ahora. Empujo la varita para mostrarle que lo digo en serio. La sonrisa
volvió, pero esta vez se mordió el labio inferior para evitar que se extendiera hacia
el territorio del hoyuelo.
Smitty me dio instrucciones sobre dónde encontrar la llave. Hicimos un
trato. Me quedaré aquí siempre que haga algunas reparaciones para él.
¿Qué?
Hay algún tipo de malentendido. Smitty se equivocó. Ya yo estoy viviendo 23
aquí.
Eso entiendo por tu demostración de la última resistencia de Custer's 1 dice
con un gesto indiferente de su mano.
¿Cómo lo conoces? Ya tengo la sensación que algo está seriamente jodido
aquí y que no me va a gustar su respuesta.
Es como un tío para mí. Se encoge de hombros . ¿Y tú?
Darcy es como una tía. Lo imito en referencia a la esposa de Smitty.
Nos miramos fijamente cuando el conocimiento de que ambos hemos tenido
acceso a esta casa se establece entre nosotros.
Bueno, Smitty debe haber olvidado que Darcy me dijo que podía quedarme
aquí, así que vas a tener que buscar otro lugar donde dormir durante el fin de
semana. Listo. Lo dije. Toma eso.
Buena esa. Parece impasible ante mi comentario mientras pasa junto a mí
en toda su gloria masculina y se dirige al dormitorio a la derecha del baño . Pero
no estoy aquí por el fin de semana. Y no voy a ir a ningún lado.

1
Custer’s Last Stand La ”atalla de Little ”ighorn, también llamada Custer's Last Stand, marcó la
victoria más decisiva de los nativos americanos y la peor derrota del ejército estadounidense en la
larga Guerra Indígena de las Llanuras.
¡Sí, lo harás! Lo sigo unos pocos pasos hacia el dormitorio y vaya, soy
saludada con una completa visión de la parte posterior masculina mientras se inclina
para buscar en una bolsa de lona a los pies de la cama.
Mira todo lo que puedas, calcetines dice echando un vistazo por encima
del hombro mientras se pone un par de calzoncillos y los sube . Porque después
de llamar a Smitty, estoy seguro que tú serás la que descubrirá que se ha quedado
más de lo esperado.
Pasa a mi lado otra vez, pero esta vez estoy parada en la entrada. Su cuerpo
roza ligeramente contra el mío al salir. Me inunda el aroma del jabón y la
masculinidad recién salidos de la ducha. Estoy tan ocupada admirando su trasero,
cuando no debería estarlo, mientras se mueve por el pasillo, que toma un momento
para que su comentario rompa con el tentador aroma que nubla mi cerebro.
¡Sobre mi cadáver! grito, corriendo detrás de él, agarrando la toalla con
más fuerza a mi alrededor.
Eso sería un gran desperdicio con ese cuerpo murmura adelante de mí. Al
menos creo que eso es lo que dice, pero no puedo estar segura y estoy segura que no
24
puede estar hablando de mí.
¿Qué dijiste?
Dije que seguro eres desordenada.
No, no lo soy. Enciende la luz del pasillo justo cuando las palabras salen
de mi boca. El camino de mi ropa es visible en toda su gloria abarrotada. Me
estremezco, no por el desastre, sino porque cree que tiene razón. Cuando en realidad
no tiene ni una pista de lo que hay detrás de mí desordenado rastro . Mira, no
puedes entrar a mi casa…
Es la casa de Smitty corrige mientras levanta un dedo y la pantalla de su
teléfono celular con la otra mano.
No, es mi…
Zander. El teléfono suena y una voz llena de calidez llega a través del
altavoz.
Entonces tiene un nombre.
Hola, Smitty.
Abro la boca para hablar, pero la cierro al instante cuando Zander me lanza
una mirada.
¿Encontraste la llave bien? ¿Entraste bien?
Sí. Justo donde dijiste que estaría. Pero hombre, esa terraza es una trampa
mortal esperando que ocurra. Se ríe de nuevo. Esta vez es más suave, inundada
con la misma calidez en la voz de Smitty.
Te lo dije, tendrías que ganarte tu estadía.
Lo haré. Soy bueno para eso.
Un repentino y pesado silencio se asienta en la línea. Uno que no entiendo del
todo, pero es obvio al mismo tiempo.
Sé que lo eres dice Smitty finalmente en voz baja . Así como mi palabra
para ti es buena. Te prometí que no les diría que estabas allí…
Hay un problema interrumpe Zander, cambiando inesperadamente de
tema. Y no puedo entenderlo, pero sea lo que sea que Smitty estaba hablando,
Zander obviamente no quiere. Puedo verlo en el repentino oscurecimiento de sus
ojos y la tensa postura de sus hombros.
¿Qué pasa?
Hay una mujer aquí. En la casa.
25
¿Ya olvidaste qué hacer con una? Se ríe . Pensé que ya habías recibido el
discurso de los pájaros y las abejas, Zee.
Una sonrisa genuina apareció a través de los labios de Zander, y sus ojos se
posan en los míos.
Te aseguro que sé qué hacer con una. Pero, eh… eso no es de lo que estoy
hablando. Hay una mujer aquí. ¿Su nombre es…? Sus ojos me impulsan a
responder.
De repente, no puedo encontrar mi voz y cuando lo hago, soy tímida. Odio que
darle mi nombre sea casi una invitación para que me conozca, cuando no quiero
nada más de este extraño hombre, obviamente carismático, que verlo salir de la casa
y no volver.
Me aclaro la garganta.
Getty.
¿Getty? Me da una mirada curiosa como si estuviera cuestionando si sé mi
propio nombre. Asiento lentamente porque tiene razón, todavía me suena un poco
extraño.
Persona nueva. Nuevo nombre. Nueva vida.
Smitty, su nombre es Getty. Dice que Darcy…
Oh, mierda. Smitty se ríe en la línea.
Sí. Oh, mierda. A Zander no le parece divertido.
Mmm reflexiona . Darce fue a un viaje de chicas a las montañas. Sin
servicio. Estará en casa a mitad de semana… tendré que preguntarle acerca de eso
entonces.
¿Estás jodidamente bromeando?
De ninguna manera. Hay dos camas. Un baño. Eres un niño grande.
Resuélvelo dice con otra sonrisa antes que la línea se muera.
Maldita sea. ¿Smitty? maldice Zander de nuevo mientras deja caer el
teléfono sobre la encimera con un ruido sordo. Apoya ambas manos en el mostrador,
con la cabeza inclinada mirando su teléfono mientras lo miro a través de la
habitación con poca luz. Esperando. Preguntándome. Apartando el cosquilleo de
inquietud en la parte posterior de mi cuello mientras sostengo con más fuerza la
toalla.
Mi mirada parpadea frenéticamente alrededor de la habitación. Mi instinto es
tratar de encontrar el rincón más pequeño para desvanecerme. Averiguar dónde
afectará menos el impacto de su temperamento. 26

Después de un momento, levanta la cabeza y sonríe. La tensión en mi pecho,


el miedo que surgió del condicionamiento, lentamente se relaja mientras exhalo.
Bueno, mierda. Supongo que no hay nada que hacer dice mientras pasa
junto a mí por el pasillo.
Necesito un momento para recuperarme y darme cuenta que no estoy allí y
este extraño no es Ethan; antes de girar sobre mis talones y apurarme una vez más
por el pasillo detrás de él.
Oye. ¡Espera!
¿Para qué? Zander se da la vuelta como si no tuviera ni una preocupación
en el mundo. Como si no estuviera en ropa interior con un pie atrapado en mi falda,
y yo no estuviera en una toalla con calcetines hasta la rodilla.
No te vas a quedar aquí.
Se ríe.
Sí, en realidad, lo haré.
No, no lo harás. Hay un hotel al final del camino en el paseo marítimo. Con
desayuno incluido.
Escuchaste al hombre. Hay dos camas. Un baño. Es bastante claro.
Oh Dios mío. El hombre es exasperante. Y terco.
No me estás escuchando.
No, te escucho bien. Solo estoy eligiendo no escuchar. Mueve su lengua en
su mejilla y levanta sus cejas en un desafío no verbal . Además, le prometí a Smitty
que arreglaría el lugar y hasta hace poco, soy un hombre de palabra. Así que voy a
hacer exactamente eso.
Algo sobre la forma en que dice la última declaración me dice que hay más
detrás de lo que está diciendo, pero estoy cansada de mi turno y no puedo encontrar
el esfuerzo para preocuparme.
Puedes hacer tus reparaciones, pero quédate en el hotel le digo con mi voz
más dura mientras gira y se dirige hacia la parte posterior de la casa . Un ganar-
ganar para los dos. Intento infundir entusiasmo en mi voz.
¿Tomaste la habitación grande?
¿Qué? Mi cabeza está dando vueltas. ¿No escuchó una palabra de lo que
acabo de decir? No se quedará aquí. No puede. Este es mi espacio. Bueno,
técnicamente el espacio de Darcy y Smitty, pero ha sido mío durante casi tres meses.
El primer lugar que he tenido como propio, desde siempre, y está funcionando, no 27
tengo otra opción que hacer que funcione, así que no hay forma que esto vaya a
suceder.
Pregunté ¿si esta es tu mierda en la habitación grande de atrás? pregunta
por encima del hombro mientras gira la perilla de la puerta.
¿Lo tocaste? Mi desafío vuelve de inmediato. Mis pensamientos dispersos
ahora están enfocados. Después de haber sido subestimada durante tanto tiempo,
mi privacidad es muy importante para mí. ¿Entró y revisó mis cosas? Vio mi trabajo,
mis emociones desangradas en el lienzo, y ¿lo juzgo?
No. Su respuesta es resuelta. Estoy justo detrás de él, así que cuando se da
vuelta y ve lo que puedo asumir es el pánico en mi rostro, arquea la cabeza y mira
por un momento más . Abrí la puerta, pensé que eran las cosas de Darcy de la
última vez que estuvieron aquí. No quise tocar nada que se suponía que no debiera
tocar, así que dejé mi mierda allí. Señala la única otra habitación de la casa, justo al
lado de la mía.
Está demasiado cerca para que sea cómodo, así que cuando retrocede para
volverse a mirarme, también retrocedo. El espacio entre nosotros está obstruido con
su… su… todo sobre él, y me resulta difícil no reaccionar.
Espera. Detente. Alzo mis manos, negando . Solo dame un minuto aquí.
Dame espacio.
Tómate todo el tiempo que quieras en el mundo, Calcetines dice, con los
ojos llenos de una extraña mezcla de humor y sinceridad. Y, sin embargo, no da un
paso atrás, no se aparta del camino, por lo que es la pared detrás de mí y él
directamente en frente de mí.
¿Te importa?
No, en absoluto. No se mueve, simplemente continúa mirándome con un
rostro que es el retrato de la inocencia, y, sin embargo, una corazonada me dice que
es todo lo contrario.
Un poco de espacio personal le digo con severidad, haciendo señas con mi
mano libre para que retroceda un poco.
Oh. Cierto. Lo siento. Da un pequeño paso hacia atrás y lucha con la
sonrisa medio curvada en sus labios . Pero vas a tener que acostumbrarte a que lo
compartamos, ya que parece que vamos a estar viviendo juntos durante los
próximos días hasta que Darcy regrese y le diga a Smitty que se te acabó el tiempo.
Esa sonrisa me llega con toda su fuerza una vez que sabe que su comentario ha
dado en el blanco con mi farfulla de falta de respuesta. 28

Eres frustrante e irritante y… Y guapo y estás demasiado cerca y demasiadas


cosas que no quiero que nublen mi espacio cuando los hombres son lo último en mi agenda
actual.
Y sigues parada aquí desnuda en una toalla. Y calcetines. He tenido unas
largas semanas. Estoy cansado. Es tarde. Mira su reloj y luego de vuelta a mí .
¿Por qué no nos acostamos y podemos resolver el resto por la mañana?
No es tan fácil discuto.
Sí, en realidad lo es. Te acuestas en la cama, cierras los ojos y te duermes. La
única decisión que debes tomar es si duermes de espaldas, sobre tú estómago o de
costado. ¿Ves? Fácil.
Odio que haya encendido el encanto juvenil, porque es mucho más entrañable
por alguna razón que la cosa del hombre desnudo en el baño.
¿Cómo sé que no eres…?
Te aseguro que soy un montón de cosas, pero un ladrón, o un asesino, o un
violador no es una de ellas afirma, quitándome los pensamientos de la cabeza.
Como si me dirías si lo fueras.
Se ríe.
Si fuera uno, ya tuve muchas oportunidades. Se encoge de hombros .
Además, Smitty me avaló. Lo escuchaste. Relájate. Ve a dormir un poco. Hablaremos
por la mañana.
Y con un destello de sonrisa y asintiendo, entra en la habitación contigua a la
mía y cierra la puerta con un ruido sordo. Me quedo mirando la puerta de madera
descolorida con palabras no dichas en mi lengua y la confusión abarrotando mi
mente.
”ien entonces… eso es. Es todo lo que puedo decir mientras me deslizo en
mi propia habitación y me quedo parada en la oscuridad, el hambre olvidada, la
ducha ya no es una prioridad, e intento procesar los últimos veinte minutos.
Extiendo la mano, giro la manija de la puerta y pruebo que está cerrada, pero
cuando me siento en la cama, me pregunto si la cerradura es tan mala como tantas
otras cosas en esta casa. Además, con o sin llave, si quisiera abrir la puerta y llegar a
mí, una rápida patada de su pie contra el pomo le daría acceso.
La idea se asienta al mismo tiempo que escucho su puerta abrirse. Contengo la
respiración, mis propios pensamientos y la realidad hastiada se funden demasiado
29
para mi gusto, pero cuando escucho sus pasos dirigirse hacia la cocina, me relajo un
poco.
¿Debo empujar el tocador frente a la puerta, por si acaso? He dormido con
suficiente miedo en mi vida; este es un lugar donde no quiero tener que hacer eso.
Justo cuando estoy a punto de moverme al tocador y probar su peso, llaman a
mi puerta. Salto asustada y me siento estúpida de inmediato. No es como si no
supiera que estaba aquí o algo así.
Solo en caso que todavía me tengas miedo y necesites protección dice con
una risa a través de la puerta, lo que me deja más confundida hasta que veo un
destello en la luz de la luna cuando algo se desliza debajo de ella.
Buenas noches, Calcetines.
Espero oír su puerta cerrarse nuevamente antes de moverme hacia la mía y
encender la luz. Luchar contra la risa que sale de mi boca es inútil cuando miro hacia
abajo para ver la varita en el suelo.
Sabelotodo.
Insegura de qué hacer y sintiéndome completamente inquieta, dejo la varita
donde está, me pongo unos pijamas y me meto en la cama.
Pero el sueño no llega, independientemente de lo cansada que estoy. Mi mente
va un millón de kilómetros por hora mientras pienso en lo que acaba de suceder.
El impase del baño. El baile desnuda. La ridiculez de tener que defenderme
con una varita de persiana. Todo ello.
Y, sin embargo, nada de eso importa, porque él todavía está aquí y todavía
estoy tratando de descubrir cómo voy a hacer que se vaya.
Lo gracioso es que debería haber estado petrificada, especialmente después de
mi noche en el bar. Y lo estaba al principio. Mi corazón latía con fuerza y la
adrenalina corría, pero ni una sola vez escapé ni me encogí como solía hacerlo. Hay
algo que decir por eso.
Pasos de bebé.
Al menos, me probé a mí misma que estoy dando unos pocos.

30
Capítul o2
GETTY

El sonido de un martillo me despierta de golpe.


El cielo apenas se está iluminando y quiero acurrucarme de nuevo bajo las
sábanas y dormir un poco más. Pero cuando froto mis pies, hay calcetines en ellos,
y nunca duermo con calcetines en mis pies.
Buenas noches, Calcetines.
Las palabras navegan a través de mi dormida mente y lo de anoche me golpea
a toda prisa, a todo color.
Debo estar soñando. Solo volveré a dormir, y alejaré la pesadilla. Demostrando
31
que eso no sucedió.
Justo cuando me acurruco profundamente en mis sábanas, el maldito martillo
comienza de nuevo. Mi mente se despierta. Diciéndome que Zander realmente está
en el dormitorio a mi lado. Y que mi maldito vecino, Nick, debe estar trabajando en
su casa y no tiene absolutamente ninguna simpatía por el hecho de que trabajé en el
turno de la noche.
Cállate, Nick, le grito en mi mente. Gimiendo en voz alta. Pero, ¿y si Zander
tampoco es una persona madrugadora? ¿Qué pasa si Nick sigue martillando y el
ruido lo vuelve loco y lo aleja hacia el hotel de la ciudad?
Optimista ante la perspectiva, me levanto de la cama, agarro mi sedosa túnica
morada y la envuelvo con fuerza a mí alrededor. Extrañando ya el calor de la cama,
paso por encima de la varita y abro la puerta de mi habitación para poder verificar
si la puerta de Zander todavía está cerrada. Lo está.
Sigue martillando, Nick.
Camino suavemente por el pasillo, cepillo mis dientes lo más silenciosamente
posible, y luego me dirijo hacia la parte delantera de la casa justo cuando el martilleo
comienza de nuevo. Sé que mis intenciones son maliciosas y Zander probablemente
es un buen tipo, pero realmente necesito mantener este lugar solo para mí. Necesito
seguir averiguando las cosas por mi cuenta. Tengo que sanar tanto mi cuerpo, como
mi mente y mi corazón para poder descubrir qué es lo siguiente para mí.
Con la intención de sentarme en el patio delantero y dejar que el constante
golpeteo me despierte por completo, abro la puerta y me quedo pasmada al ver a
Zander con el martillo en su mano haciendo el ruido por sí mismo.
¿Me estás tomando el pelo?
Desanimándome al instante, sé que debería retirarme. Ir a tomar ventaja de la
ducha mientras él está aquí y pensar en un nuevo plan de juego.
Sin embargo, no me muevo. No puedo. Aunque lo último que quiero es que me
atrapen, estoy paralizada observándolo: los tendones en sus antebrazos mientras
balancea el martillo, su cabello cayendo sobre su frente mientras se inclina hacia
adelante, el sudor que cae por el borde de su nariz, y el conjunto de sus músculos
debajo de su camiseta. Los que mi mente aún puede imaginar desnudos como lo
estaban anoche.
Estoy enojada de nuevo. Con él especialmente. Por todas esas cosas dentro de
mí, su vista caliente y sudorosa me conmociona. Al menos anoche hubo humor y
frustración. Esta mañana es solo un golpe directo de lujuria inoportuna.
Definitivamente tiene que irse. Al hotel. A cualquiera de las otras islas de la 32
costa del estado de Washington. A mar abierto para todo lo que me importa.
Cualquier lugar excepto aquí.
Doy un paso atrás dentro de la casa para proporcionar cierta distancia de su
insuperable virilidad y pensar en un nuevo plan para que se vaya. Acaparar toda el
agua caliente. Ser descuidada. Bajar el inodoro cada vez que esté en la ducha.
Encender algún incienso con mal olor. No lo sé con certeza, pero lo único que sé es
que, cuanto más tiempo me quedo aquí parada mirándolo, más difícil será
convencerme de hacer algo.
¡Maldición! maldice Zander, y deja caer el martillo con un estruendo. El
repentino ruido me hace dar un paso hacia la entrada. Él chupa su pulgar, maldice
de nuevo y sacude su mano . ¿Vas a quedarte ahí parada a solo mirar?
El desprecio de su voz suena muy diferente al de anoche y por un momento
me congelo con indecisión. Luego trago el bulto alojado en mi garganta, que solía
ser mi norma, y me digo que esa es mi antigua yo. Es hora de levantarse y recordar
por qué estoy aquí y por qué necesito que él se vaya.
Sí. Claro que sí. Es todo lo que digo, todo lo que puedo decir, pero al menos
esta vez tengo ropa puesta cuando lo enfrento.
Afortunadamente él también. Lo que es desafortunado para mí es como
perfectamente abrazan sus bíceps. Y sus pectorales.
¿Has vivido aquí por cuánto tiempo?
Me sobresalto ante la pregunta.
Tres meses más o menos.
¿Y nunca te molestaste en arreglar este peldaño aquí? Lo miro fijamente.
Unos grandes y atónitos ojos de gacela son mi única respuesta, porque sabía que
estaba ahí y todavía no había hecho nada. Recomponerme a mí misma es una tarea
bastante grande . Eso creí responde cuando no digo nada . ¿Y todavía crees
que mereces quedarte aquí por encima de mí?
Todo dentro de mí se eriza ante su comentario. Mi necesidad de defenderme
frente a mi necesidad de no sentirme estúpida está en guerra entre sí, así que, en
lugar de decir algo, niego y regreso a la casa sin decir una palabra más.
Ignorando la explicación de anoche de Smitty, inmediatamente le envío un
mensaje de texto a Darcy, lo que me ayuda a sentirme proactiva. Sé que él dijo que
no tenía señal, pero desde que me alejé de Zander sin decirle una palabra cuando
debería haberlo enfrentado, pensé que tenía que hacer algo para sentirme en control
con esta situación fuera de control.
Necesitando tiempo para pensar, me dirijo al único lugar de la casa donde 33
puedo bloquear el sonido del martillo y la presencia molesta de Zander: La ducha.
Me tomo mi tiempo, dejando que el agua caliente se termine a propósito antes de
salir. El círculo de sudor en la camisa de Zander significa que salió a correr. Que
haya salido a correr significa que querrá una ducha. Y lastimosamente, esta casa
tiene un calentador de agua tan pequeño que tal vez debería ir a un hotel, donde si
tienen una gran cantidad de ello.
Pero él no está esperando para tomar una cuando salgo del baño. De hecho, el
martillo continúa por un rato más, por lo que es casi imposible ignorarlo. U
olvidarlo. Entonces, en otro intento de ignorarlo, me encierro en mi habitación y me
tomo mi tiempo para prepararme. Intento experimentar con mi maquillaje, mientras
me doy cuenta que lo hago últimamente. Es una libertad nueva poder elegir
diferentes sombras de ojos o tonos de labios o no usar nada en absoluto cuando por
tanto tiempo tuve que cumplir con lo que yo consideraba la aplicación de maquillaje
diario de Las Esposas Perfectas.
Mi caballete me llama por encima del tocador. Bocetos en carbón se asientan
allí esperando que los pinte con brillantes y hermosos colores… aunque por alguna
razón, creo que preferirían permanecer en su estado blanco y negro con huellas
dactilares y bordes manchados.
Algo así como yo. Algo así como mi rostro.
Me miro fijamente al espejo por un rato, evalúo el reflejo que me mira:
mandíbula amplia, labios carnosos, mejillas rosadas, tez blanca, un montón de pecas
que nunca me han importado en el puente de mi nariz, cabello largo castaño claro.
Pero lo único que mantiene cautiva mi atención son mis ojos; su profundo tono
marrón chocolate parece mucho menos atormentado que cuando conduje hacía el
ferry, insegura de lo que me esperaba en la isla.
Sacudo mi cabeza, alejando pensamientos sobre mi vida anterior. La ropa de
diseñador, los restaurantes cinco estrellas y las salidas obligatorias por el estatus
social, las cosas más buenas de la vida. Pero de la mano con eso desapareció por
completo y totalmente mi control sobre mis opciones, las pretensiones que tenía que
mantener y la falta de vivir mi vida de verdad.
Pero aquí… aquí hay agua, aire fresco y espacio para crear. Hay sonrisas
genuinas y solo soy la chica nueva, Getty Caster, no Gertrude Caster-Adams de la
renombrada familia Caster con expectativas que cumplir y un marido con una
reputación que mantener.
La voz de Zander maldiciendo a través de las ventanas abiertas (La señora
Brown de al lado no se lo tomará muy amablemente) hace que los fantasmas vuelvan
a esconderse. Con un suspiro, miro hacia abajo a mi toallita de maquillaje manchada
con varios tonos marrones, azules y rojos y decido que mi brillo de labios y máscara 34

tendrán que bastar solos por hoy, porque el café es más importante que los
cosméticos en este momento.
Además, no quiero que Zander piense que estoy haciendo algún esfuerzo por
él. No dudaré en maquillarme para el trabajo o porque quiero, pero nunca más
porque tenga que hacerlo para un hombre.
Realizando mi rutina matutina, finjo que la casa sigue siendo mía, aún sin el
distintivo aroma de la masculinidad, y todavía empapada de la soledad que vine
aquí a buscar. Y cuando me dirijo a la sala de estar, las tres cosas que he estado
tratando de ignorar me dan una bofetada cuando me encuentro con Zander
sintiéndose como en su casa. Está sentado en el sofá, con los pies sobre la mesa de
centro y mirando con el ceño fruncido la televisión.
Noto que es una carrera de algún tipo. Tengo la intención de no darle más de
dos segundos de mi atención. Y, por supuesto, eso es imposible de hacer cuando
noto la gran herida en el costado de la pierna de Zander, que va desde su tobillo
hasta casi la mitad de su rodilla. Está magullado y sangriento, y de inmediato me
estremezco por lo mucho que tuvo que haber dolido.
¿Qué le pasó a tu pierna? Hay preocupación en mi voz junto con una
buena dosis de curiosidad.
“lguien ha vivido aquí durante tres meses y todavía no ha arreglado el
peldaño o simplemente quitado para que otros no pongan todo su peso sobre este y
caigan directamente al suelo. Mueve su lengua en su mejilla, pero sus ojos nunca
se mueven de la televisión frente a él.
Oh, mierda.
Lo siento. Las palabras están fuera de mi lengua de inmediato, por reflejo,
antes de negar y reprimir las disculpas efusivas que automáticamente aparecen en
mi mente por costumbre . No lo sabía… no te esperaba. ¿Estás bien? ¿Necesitas un
médico?
Camino dentro de la sala en dirección a él, realmente arrepentida, pero al
mismo tiempo sabiendo que no puedo arreglarlo ahora.
Cuando finalmente mira en mi dirección, la mirada que me da me detiene.
No. Es una advertencia, fuerte y clara, y una que no necesito escuchar dos
veces.
Nos miramos el uno al otro, su ánimo opresivo llenando el espacio entre
nosotros en contraste con el chico juguetón que conocí y que realmente me gustó
mucho anoche, sin importar lo exasperante que fuera.
35
Fue un error honesto. Si hubiera sabido que vendrías o que te levantarías tan
temprano, te habría dicho… Mis palabras se desvanecen cuando su atención
regresa a la televisión mientras nubes de humo llenan el giro superior derecho de
una pista. El metal y las llantas vuelan cuando varios autos se conectan con la pared
de concreto y entre sí.
Él se inclina hacia la televisión, con su mandíbula abierta y los ojos
desorbitados como si estuviera ahí, haciendo lo mismo, conduciendo el auto.
Increíble lo dice con una palabrota antes que levante el control remoto y
lo apague . El hombre no puede equivocarse.
Supongo que realmente le gustan las carreras.
¿Ese era tu conductor? pregunto, esperando romper la tensión.
Su risa llena la habitación. Es pleno y rico, pero con un atisbo de desprecio que
me hace dar un paso atrás, recelosa de todo en relación a su comportamiento.
Me siento estúpida. ¿Lo he dicho de la manera incorrecta?
Quise decir, ¿ese es el conductor que usualmente sigues?
Tose un sonido divertido, pero no dice nada más. Hay algo en su reacción que
me hace sentir como si se burlara de mí. Y luego encaja para mí.
¿Así es como conoces a Smitty? ¿Él no compite o algo así?
“lgo así murmura, con los ojos de regreso, fijos en la pantalla del televisor
como si todavía estuviera viendo la carrera desarrollarse en su mente.
¿“lgo así?
Sí. “lgo así.
Bueno, ¿no es el Señor Hablador?
¿Cuál es su…?
No, Getty. No haremos esto en este momento. Descuidadamente lanza el
control remoto sobre la mesa con un golpe mientras quita los pies de encima, su
rostro haciendo una mueca de dolor . No haremos la mierda de conocernos
porque, admitámoslo, te vas a ir en unos días. Entonces nunca nos volveremos a ver,
así que, ¿por qué perder el aliento mintiéndonos el uno al otro? Ninguno de nosotros
va a decir nada más de lo que queremos que el otro escuche, de todos modos. Por lo
que sé, los dos estamos aquí, así que ya no nos podemos mentir a nosotros mismos,
así que ahorrémonos las pretensiones. ¿De acuerdo?
Se pone de pie, acercando nuestros cuerpos el uno al otro, pero todo lo demás
a nuestro alrededor está a un millón de kilómetros de distancia. Me obligo a tragar 36

porque odio tantas cosas sobre la verdad en sus palabras. Despreciando que haya
dado en el clavo en mis razones para estar aquí cuando me conoce hace menos de
veinticuatro horas. Y odiando que tal vez me gustara y aborreciera secretamente su
compañía al mismo tiempo. Que tal vez una parte de mí le gustaba escuchar otra
voz, que disfrutaba de la risa en sus ojos anoche, y la forma en que me miraba como
si fuera algo más que un simple objeto.
¿Eso acaso tiene sentido? Dios, estoy tan confundida. Lo quieres o no, Getty. Es
difícil desear tanto la soledad como algo de compañía.
Mientras estoy en eso, podría mantener una conversación en mi cabeza
mientras me mira para asegurarse que entienda porqué dice eso. Y lo hago.
Definitivamente lo hago.
Asiento mientras espero que lleguen las palabras. Y con las palabras viene la
ira porque es un imbécil y no debería gustarme, porque, ¿quién es tan honesto
cuando acabas de conocer a alguien? He tenido suficientes imbéciles en mi vida,
olvidar a uno más no debería ser un problema para mí.
De acuerdo.
Aprieto mis labios, sacudo mi cabeza, y giro sobre mis talones sin decir una
palabra más. Porque tiene razón, no quiero perder mi aliento con él. Ya he
desperdiciado tanto que me da vueltas la cabeza.
Capítul o3
ZANDER

¿Te mataría levantar el teléfono y enviarme un mensaje de texto para hacerme saber
que estás bien? Entiendo que estás enojado con el mundo. Créeme, he estado allí. No seas un
imbécil y trates de lidiar con todo lo que sucede por tu cuenta. Para eso tienes hermanos como
yo.

Mirando el mensaje de Shane por vigésima vez en tantos minutos, odio que
quiera responder y al mismo tiempo no querer. Amo a mi hermano hasta la muerte,
pero no puedo lidiar con él todavía.
Es el buen chico. Queriendo saber cómo estoy. Diciéndome que está ahí para 37

mí. Siendo el buen hermano que siempre ha sido para mí.


Y yo soy solo el imbécil. Necesitando estar por mi cuenta en este momento.
Borro el mensaje.
No necesito otro recordatorio de todo lo que no merezco.
Capítul o4
GETTY

Todos los días, el bar ha visto un flujo constante de turistas, probablemente en


una última carrera loca por absorber la vida en la isla y relajarse con unas copas
antes que el ferry salga a tierra firme en su último viaje del día.
He llegado a conocer su horario, el flujo y descenso del tráfico peatonal, y
luego, después que los turistas están saciados y suben a bordo, los lugareños salen
de sus escondites. Llenan el Lazy Dog al máximo y se quejan de la basura que
dejaron los visitantes, mientras que agradecen a Dios por el dinero que se ha traído
a la economía de la isla. Es la rutina del fin de semana aquí, algo que he llegado a
apreciar y a depender como parte de mi nueva normalidad.
38
¿Estás bien, Getty? pregunta Liam por encima del ruido de los clientes
cuando alguien batea una pelota larga en un juego reñido emitiéndose en cada
pantalla de televisión en el bar.
Sí. Limpio la barra y me tomo unos minutos para organizar el desorden
que se acumula durante un turno, gracias a la pausa en las órdenes con la situación
del juego en la televisión.
¿Me puedes ayudar con el servicio a la mesa trece?
Claro. Es raro que Liam me pida que salga de detrás de la barra. Sabe que
me gusta más detrás del mostrador, pero cuando está tan ocupado como esta noche,
me aventuraré en lo que llamo el Salvaje Oeste.
Lo odio, pero sé que está empujando los límites de mi zona de confort,
forzándome a participar y no ser tan asustadiza.
Con un suspiro fortificante, me subo los calcetines, uno con rayas de cebra y el
otro con lunares, el uniforme del Lazy Dog con la camiseta con el logo y los calcetines
a la rodilla que no coinciden es un punto de referencia aquí en PineRidge como la
bocina del ferry que sale cada hora Me dirijo a través del abarrotado bar hasta el
pequeño rincón cerca del frente. Es uno de los lugares más codiciados del bar, que
ofrece al ocupante de la mesa una vista del océano a través de las ventanas abiertas
y una línea de visión clara al juego de béisbol. Me distraigo con algunos comentarios
en el camino, me río un poco, paro para ver el siguiente lanzamiento, antes que
finalmente llegue a la mesa.
¿Qué puedo traerle esta noche? le pregunto a la parte superior de la gorra
de béisbol antes de mirar hacia atrás por encima de mi hombro mientras la
habitación gime colectivamente cuando el bateador queda fuera.
Retengo un gemido cuando el cliente levanta la cabeza y encuentro los
vibrantes ojos azules de Zander mirándome.
Oops, parece que nos hemos quedado sin alcohol le digo, el sarcasmo es
imposible de ignorar cuando comienzo a alejarme y no tomo su orden.
Calcetines. Su mano se levanta para agarrar mi antebrazo al mismo tiempo
que dice ese estúpido apodo que me ha dado. Y en el instante en que siento que sus
dedos se aprietan en mi brazo, la alarma me invade y aparto de un tirón el brazo
como si me hubiera quemado con fuego.
¡Suéltame! En el minuto en que la palabra sale, me arrepiento. Y no solo la
palabra, sino los sonidos audibles de miedo y desesperación entretejidos en ella.
Zander retira su mano al instante, pero la mirada en sus ojos es casi diez veces
más intrusiva que el incómodo pánico que provocó su toque. Espero a que lleguen
las preguntas, la mirada que indica que no tengo derecho a reaccionar de esta 39
manera y, sin embargo, no dice nada. Solo mantiene sus ojos fijos en los míos,
haciendo suposiciones que preferiría que no hiciera.
Lo siento… yo, eh, lo siento. Demasiado café hoy. ¿Qué puedo traerte? El
calor calienta mis mejillas mientras sostengo su mirada y trato de fingir que todo
está bien. Que mi corazón no está acelerado y la vergüenza no es la razón por la que
estoy removiéndome inquieta en mis pies.
No te preocupes dice finalmente, rompiendo la tensión entre nosotros y
permitiendo que los clientes que nos rodean y que se han dado cuenta de mi reacción
se relajen en sus asientos. Pero debajo de su gorra, sus cejas se estrechan cuando sus
ojos me dicen que no está creyéndose la línea de demasiado café . Fue mi culpa.
Cualquier IPA que tengas de barril está bien. No soy exigente.
2

Me alejo de la mesa lo más rápido posible, evitando a propósito las miradas de


los clientes habituales, ya que van dos veces en dos días que me han visto actuar
como un ratón asustadizo. Lo último que necesito es llamar más la atención, por lo
que estoy encantada cuando otro mesero se ofrece a llevarle la cerveza a Zander
mientras tomo más pedidos detrás de la barra.
Una vez que me pierdo en el trabajo, en el ajetreo y el bullicio de cumplir las
órdenes, me recuerdo a mí misma ignorar la presencia inminente de Zander. Sé que

2
Indian Pale Ale: Es un estilo de cerveza de tradición inglesa que se caracteriza por ser pálida y
espumosa con un alto nivel de alcohol y de lúpulo.
me está mirando, puedo sentir sus ojos mirándome desde el otro lado de la
habitación, aunque cada vez que levanto la vista a regañadientes, no mira hacia mí.
Pero entre las bebidas y ver algunos momentos claves del juego, me doy cuenta que
las personas se paran en su mesa, hombres y mujeres por igual, charlando y riendo,
casi como si estuvieran encantados con él.
Es tentador poner los ojos en blanco y resoplar con disgusto. Si solo supieran
que clase de idiota es. Pero luego me quedo tratando de averiguar cómo, si es nuevo
en la isla, esta gente lo conoce, porque estoy segura que no es su personalidad
carismática lo que los atrae.
¿Por qué te importa, Getty? Se irá en breve y no tendrás que preocuparte por eso.
Una chica puede soñar.

Buenas noches. Me pongo mi sudadera mientras cierro la puerta del bar


40
detrás de mí y empiezo a caminar por el paseo marítimo bordeado de farolas. Me
duelen los pies y la espalda, pero esta noche conseguí propinas estupendas, por lo
que estoy agotada.
¿Getty?
Casi me da un infarto ante el profundo timbre de la voz de Zander, y estoy
segura que grité como una niña pequeña, pero la sensación de miedo anula cualquier
sensación de vergüenza.
¡Jesús!
Lo siento. No quise asustarte. Inclinándose con un hombro contra la farola,
sale de las sombras y a la luz una vez que lo veo. Tiene una bolsa de supermercado
en una mano y la otra en el bolsillo de los pantalones . ¿Vas de regreso a la casa?
Sí. No hay una onza de calidez en mi voz. No hay rastro de bienvenida. Ni
un indicio de que tal vez me gustaría que me acompañara a casa porque a veces mi
imaginación hiperactiva convierte las sombras en una mierda aterradora que no
existe. Mantengo la cabeza baja, sigo moviéndome, sin querer preguntarme por qué
está parado fuera del bar donde trabajo a medianoche cuando dejó su mesa hace
más de dos horas.
Pero, no es como si estuviera prestando atención o algo así.
Getty. Donde el mío carecía de calidez, su tono está lleno de algo más.
¿Disculpas? ¿Remordimiento? No puedo reconocerlo, pero es suficiente para
detenerme en mi camino y que pueda girarme para enfrentarlo. No digo una
palabra, solo espero a que termine su pensamiento . Sé que es tarde y que
probablemente estés cansada, pero ¿quieres ir a sentarte a la playa y tomarte una
cerveza? Levanta la mano con la bolsa de la compra, donde puedo distinguir la
forma de un paquete de seis.
El desconcierto regresa cuando un destello del hombre que conocí anoche
reaparece, no el de esta mañana. Analizo mis emociones frágiles y sé que no quiero
ser la bola en su partido de ping-pong de cambios de humor.
No, gracias. Has sido más que claro esta mañana. Estoy feliz de mantener mi
distancia. Empiezo a caminar de nuevo, para ganar espacio, porque, aunque sé
que necesito seguir moviéndome, una pequeña parte de mí quiere quedarse y tratar
de descifrarlo.
Mmmm. Ahora los calcetines tienen sentido.
¿Eh? Ese comentario me detiene. Tiene mi atención ahora . ¿De qué estás
hablando?
Un destello de una sonrisa. Un encogimiento de hombros infantil. 41

Cuando estaba acostado en la cama anoche, estaba tratando de descifrar qué


pasaba con tus calcetines. No todos los días te encuentras con una mujer que solo
usa calcetines altos, ¿sabes? Pensé que ese estilo se usaba solo en la escuela primaria,
pero soy un chico, ¿qué puedo saber?
Esbozo una sonrisa, medio gustándome el hecho que cuando estaba acostado
en la cama la noche anterior, estaba pensando en mí. Y luego me detengo.
No. Las manos en mis caderas mientras sus ojos se estrechan ante la
severidad de mi voz . No puedes hacer esto. No puedes ser tan amable como lo
fuiste conmigo anoche después de lo imbécil que fuiste esta mañana.
Mis propias palabras me desconciertan, ya que suena tan extraño defenderme
cuando normalmente me escabulliría sin una palabra.
¿Un imbécil? Lo hace sonar como si no estuviera siendo razonable.
Frunzo mis labios mientras contemplo mi terminología.
Si quieres algo más amable, podríamos usar el término malhumorado.
No estaba malhumorado.
Sí, lo estabas. ¿Qué? ¿Tienes algo contra los domingos o algo así?
Ahora lo tengo.
Sus respuestas crípticas carecen de sentido y están comenzando a colmarme la
paciencia. Estoy cansada, tengo hambre y, francamente, prefiero malgastar mi
energía en alguien que lo merezca.
Estabas de malhumor. Y empiezas a ponerte así de nuevo.
No, no es verdad.
Sí, lo es. Si quiere tener un enfrentamiento de patio de escuela de ida y
vuelta, puedo hacerlo.
No, no es verdad. Solo soy un chico temperamental.
Temperamental, malhumorado, la misma cosa. Y no estabas de mal humor
anoche, así que no te creo.
Se agacha y el crujido de una lata de cerveza abriéndose llena el aire.
La noche pasada fue… hubo circunstancias especiales.
¿Eh?
¿Cómo es eso?
42
Fuiste inesperada. Y la forma en que lo dice, tan natural, mezclado con la
intensidad en sus ojos hace que algo se agite en mi estómago . No todas las noches
me encuentro cara a cara con una mujer desnuda que usa calcetines y una varita de
arma. Quiero decir, estoy tan traumatizado que necesito beber para superarlo.
Te aseguro que no volverá a suceder. Contengo la risa, pero no puedo
ocultar el fantasma de una sonrisa de mis labios.
¿Qué parte, la parte desnuda, la parte de los calcetines o la parte de
amenazarme con la varita?
Las imágenes pasan por mi mente. Las imágenes de su perfección física
acompañadas por los dolores del deseo que me niego a reconocer que palpitaron a
la vida. Unos, que creo nunca sentí con Ethan.
¿Qué tal nada de eso?
Bueno. Es bueno saberlo. Como ya no aparecerán, tampoco lo hará mi mal
humor. Levanta una cerveza y me la ofrece, con una sonrisa burlona. Solo niego
para declinar, pero la sonrisa que se ensancha en su rostro y el humor en sus ojos
lentamente me conquista.
Mentiroso digo juguetonamente, pero algo parpadea en su rostro y se
pierde momentáneamente en la sombra proyectada por la visera de su gorra. Mira
hacia el océano y siento que mi comentario, sin querer, tocó un nervio.
Si quieres hablar sobre mentir, vamos a hacerlo. ¿Por qué viniste a la isla?
¿Por qué viniste tú aquí? Es una reacción inmediata de mi parte: mi
costumbre es evitar hablar de mí. Ocultar los esqueletos que deben permanecer
enterrados en el armario.
Lo del método socrático no funciona para mí, Calcetines.
¿Y el punto es?
¿Y otra pregunta más para responder mi pregunta? Levanta las cejas.
Pensé que no querías hacer esa mierda de desperdiciar aire. ¿No fueron esas tus
palabras?
¿Otra pregunta más? dice, pero cuando lo miro fijamente, mueve su
cabeza hacia arriba y hacia abajo un poco antes de ceder . ”ueno sí… pero fui
grosero, y esperé aquí para decírtelo, porque te debía una disculpa.
Oh. El sonido sale de mi boca, mi mente desconcertada por este cambio de
eventos. Conozco los cambios de humor, estoy acostumbrada a que los ánimos se
activen con solo presionar un botón, pero las disculpas no son algo con lo que esté
familiarizada. Y puedo decir que a pesar que dice en serio las palabras, todavía lo
hacen sentir incómodo . Ah, y vuelve el buen humor. 43

Se ríe de mi persistencia. La mirada de vergüenza en su rostro es un marcado


contraste con su cabello oscuro que se oculta a la luz de la calle, y odio que una
pequeña parte de mi corazón helado se derrita ante la vista. Tomándome por
sorpresa, me agarra de la mano y tira de ella para que vaya hacia donde me esté
dirigiendo. Y me tropiezo. No porque tiró con mucha fuerza, sino más bien porque
en el momento en que su mano toca la mía, juro que se siente como si todo mi cuerpo
hubiera sido golpeado con una corriente eléctrica.
Normalmente pongo los ojos en blanco a alguien que haga un comentario como
ese, digo que está reaccionando exageradamente con todo el estoy-tan-obsesionada-
con-los-romances-de-regencia-que-tengo-una-pared-con-estanterias-llenas-de-
ellos, pero esta vez no puedo. Porque soy yo. Y eso simplemente sucedió. Esa
inconfundible corriente de química. Mis neuronas se están incendiando. Mi
respiración se entrecorta como reacción.
Y por una fracción de segundo creo que él también lo siente. Porque con los
brazos extendidos entre nosotros, los dedos entrelazados, permanecemos inmóviles
bajo el resplandor de la farola. El tiempo se detiene y por esa fracción de segundo,
nos vemos de una manera completamente diferente. Aparto mis ojos. Quiero
sacudirlo. Pero cuando lo miro, hay algo en la forma en que me mira: interés, intriga,
deseo, que me dice que necesito sentarme y tomar una cerveza con él en la playa.
Tal vez solo un poco de buen humor se burla; sus palabras rompen la
tensión sexual crepitante en el aire y me hacen volver a la realidad, donde la química
no se enciende y los toques no te ponen deseosa. Y sin embargo lo estoy . Vamos,
Getty, vamos a sentarnos en la playa, a compartir una cerveza y a hablar sobre
mierda que no importa, ya que ambos tenemos la intención de mantener nuestras
razones para estar aquí en secreto.
¿Quieres decir que quieres hablar de tonterías? Fingí conmocionarme, ya
que eso fue lo único que insistió que evitáramos.
Ajá. Exactamente eso. Mierda. Lástima que haga mucho frío o te haría ir a
saltar al agua conmigo, la bienvenida a la isla, o eso me dijeron los locales esta noche.
Podría ser nuestra forma de…
¿Romper el hielo? Termino por él, y me meto la lengua en la mejilla ante
mi escaso intento de humor.
Ahhhh, mira eso, la dama tiene algunos chistes.
Será mejor que tengas cuidado le digo cuando me doy cuenta que mis pies
han comenzado a moverse sin mi consentimiento y lo siguen a poca distancia hacia
la arena . Veo un atisbo de Zander otra vez.
Mierda. Supongo que necesito llamar a Mander de vuelta. 44

¿Mander?
El Malhumorado Zander. Mander. Levanta las cejas como si no tuviera
absolutamente ninguna inseguridad sobre su virilidad al llamarse a sí mismo con
ese ridículo apodo.
Y no sé si es el hecho que estoy agotada del trabajo, que Zander me esté
haciendo reír con su humor tonto, o que, por primera vez desde que llegué a
PineRidge Island, no quiero regresar al pesado silencio de una casa vacía, pero su
comentario, su burla de sí mismo, hace que la guardia que he estado sosteniendo tan
alto se deslice un poco.
Risas que no he sentido o escuchado hace mucho burbujean a la superficie. Las
lágrimas llenan mis ojos. El sonido suena a nuestro alrededor y se funde con el suave
choque de las olas en la orilla. Levanto mis manos como si le estuviera diciendo que
se detenga, pero en realidad no estoy segura de lo que estoy haciendo aparte de
burlarme de su ridiculez.
Cuando me recupero, Zander me mira por encima de su lata de cerveza.
¿Ya terminaste?
Apenas, Mander.
Una sonrisa torcida tira de la comisura de su boca.
No puedes burlarte de mí y luego no sentarte y tomarte una cerveza
conmigo. Mander es el jefe. Me tiende una lata y después que la miro fijamente y
luego de vuelta a él, cedo.
Realmente no bebo… Me detengo cuando me pone unos ojos de
cachorro . Bien. Solo una.
Eso es lo que todas dicen. Se ríe mientras me siento a su lado en un banco
del paseo marítimo.
¿Y entonces qué? ¿Son hipnotizadas para contarte todos sus secretos
profundos y oscuros y se enamoran locamente de ti?
Algo así. Asiente y enciende su encanto con una sonrisa arrogante.
Pero pensé que eras gruñón todo el tiempo. ¿Consigues muchas chicas con
tu mal humor?
Y volvemos a eso otra vez responde, empujando su rodilla para que golpee
contra la mía.
Abro mi cerveza y tomo un tímido sorbo del líquido amargo, tratando de
45
ocultar mi innato disgusto por ella. Y creo que he hecho un buen trabajo al
enmascarar la mirada de disgusto en mi rostro, pero cuando lo miro, la cabeza de
Zander está inclinada y sus ojos están sobre mí.
¿Trabajas en un bar, pero no te gusta la cerveza? ¿Cómo te va con eso?
Las damas no beben cerveza, Gertrude. Muestra poca clase y es de mal gusto. Las
advertencias de mi padre y de Ethan pasan por mi mente inesperadamente. Los
escalofríos que cubren mi cuerpo no tienen nada que ver con la tormenta de
primavera que se acerca.
El recuerdo, la constante abstinencia en mi mente, me dan ganas de beber toda
esta cerveza y limpiarme la boca con el dorso de la mano de forma desafiante. Para
reafirmar que ya no soy esa mujer.
Está bien. Bien. Tomo otro sorbo por si acaso para tratar de demostrar que
no me desconcierta el sabor al que nunca tuve la oportunidad de tomarle gusto.
¿Así que supongo que eras camarera en otro lugar? ¿Antes que vinieras a la
isla?
Sí. Sí. Los viejos hábitos de la gramática son difíciles de olvidar, pero trato
de hacerlo mientras me concentro en la bebida en mi mano.
Y aquí vienen las mentiras de mierda de las que te advertí dice con una
risita.
En serio, yo era…
No hay necesidad de explicar o mentir, Calcetines. Te vi trabajar por unas
horas. Hiciste un buen trabajo. Las órdenes las llenaste rápidamente. Sabes servir de
barril sin espuma. Es triste decir que puedo haber pasado un poco de tiempo en
bares y puedo diferenciar a un profesional de un novato, pero puedo hacerlo.
Oh, ¿ahora eres un experto en coctelería? Es una respuesta estúpida, pero
es mi única defensa.
Soy un experto en muchas cosas, te lo aseguro. La mayoría de las cuales no
me enorgullecen últimamente. Hay un tono de discordia en su voz que me hace
querer ser la que hace las preguntas, pero antes que pueda sacarlas, cambia el tema
de la conversación . ¿Qué fue tan malo en tu vida que corriste aquí para escapar
de eso?
Hola, bola curva. Pasamos de la coctelería a la invasión de mi privacidad. Su
pregunta pone cada parte de mí al límite. Y no es solo su pregunta, sino también la
mirada impenetrable a través de la oscuridad lo que me desconcierta. Lo que me
dice que sabe que de hecho estoy ocultando algo.
Mi mente corre a un millón de kilómetros por hora. ¿Le dijo Smitty los detalles?
46
¿Zander buscó a través de mis cosas en la casa mientras estaba en el trabajo y
encontró algo? ¿Mi papá o Ethan lo enviaron a buscarme y llevarme de vuelta, a
pesar que no queda nada por lo que volver?
No estoy huyendo de nada declaro con la mayor certeza que puedo. Su
expresión me dice que no lo está creyendo, así que trato de explicarlo sin entrar en
detalles . Estoy empezando un nuevo capítulo en mi vida. Aquí es muy diferente
de donde solía vivir, y necesitaba eso. Un cambio de ritmo, supongo. Pero no estoy
huyendo, no. Asiento para poner énfasis en mi declaración y, sin embargo, no
mira hacia otro lado.
Soy la primera en desviar mis ojos. Necesito hacerlo para evitar que vea cosas
que no quiero que vea. Pero incluso cuando lo hago, todavía puedo sentir el peso de
su mirada mientras observo la oscuridad más allá de donde nos sentamos. Al océano
que puedo escuchar, pero no ver.
La apertura de una nueva lata de cerveza me sobresalta, pero mantengo mi
mirada hacia el frente, espero que, al concentrarme allí, el ardor de las lágrimas en
la parte posterior de mis párpados se calme.
Aceptaré esa respuesta por ahora, pero debo decirte algo, Getty: no lo creo.
Claro, todo eso puede ser cierto en un sentido vago, pero hay más allí.
No sabes nada de mí.
Cierto. No lo sé. Pero he visto mucha mierda en mi vida… más de lo que
probablemente puedas imaginar. Así que dilo de la forma que quieras, niégalo todo
lo que puedas, pero hasta que te enfrentes a lo que sea, nada se arreglará.
Estás sobrepasando los límites para alguien a quien conozco hace solo
veinticuatro horas. Intento desestimar el comentario como si no estuviera irritada,
pero no puedo lograrlo.
Tienes razón. Lo estoy. Su admisión es tranquila, arrepentida y, por lo
tanto, muy inesperada después de sus suposiciones.
El silencio se apodera de nosotros cuando lo deja ir, dejándome regodear en la
verdad de sus palabras que me gustaría fingir que no escuché. Los rayos brillan lejos
de la costa, un sutil recordatorio de que en realidad estoy en una isla en el océano,
completamente vulnerable.
Algo así como lo estaba antes de venir aquí. No es de extrañar que cuando pisé
el muelle por primera vez, sentí que pertenecía al instante. Y tal vez, posiblemente,
esperaba que la atmósfera de un pueblo pequeño significara que sería la extraña a
quien todos dejarían en paz hasta que me diera cuenta si quería quedarme o seguir
47
adelante.
Por supuesto, ahora que sé que quiero quedarme, él está aquí. Y mientras
parece que puede tener sus momentos de amabilidad, no significa que quiera un
compañero de apartamento. En absoluto. Solo quiero que me dejen sola en este lugar
al que he llegado a llamar hogar. Donde puedo pintar en privado para que nadie
sepa o pueda examinar mi arte y degradarlo. Donde el apellido Caster es como Smith
o Jones y no significa nada para nadie.
¿Qué hay de ti? pregunto, asumiendo que la pregunta no es bienvenida,
pero satisfaciendo mi curiosidad.
Un fuerte suspiro suena en respuesta. El sonido del aluminio golpeando contra
el borde de la papelera cerca de nosotros resuena cuando arroja su lata vacía.
Acciones para comprarse algo de tiempo en un reloj imaginario que nadie está
mirando.
Todo el mundo está huyendo de algo, Getty. Sus palabras me sobresaltan,
una honestidad inesperada que comprendo. Una parte de mí se pregunta si me está
diciendo esto para que hable o si realmente lo dice por él mismo. Y por mucho que
quiera preguntar más, perderme en sus problemas en lugar de los míos, lo dejo
pasar, nos hundimos en el silencio que nos rodea.
La brisa fresca del océano. El calor de un cuerpo a mi lado. La noción de que
alguien entiende cuando realmente no tiene ni idea de lo que estoy pasando o lo que
he pasado, pero, sin embargo, entiende a su manera. Esto es nuevo para mí.
Bienvenido y no bienvenido al mismo tiempo.
Porque se supone que debo estar descubriéndome. Se supone que se trata de
hacer todo esto por mi cuenta. Decidida a probarme que no necesito a nadie. Que
puedo hacer esto.
Hay una tormenta acercándose. El silencioso murmullo de Zander a mi
lado rompe el silencio. ¿Cuánto tiempo hemos estado sentados aquí? He perdido la
noción del tiempo, absorta en mis propios pensamientos.
Me encanta sentarme en el patio trasero y verlas moverse a través del mar.
Escuchar el rugido del trueno y el sonido de la lluvia. Luego, después que termina
el espectáculo de luces, me siento en mi habitación con la ventana abierta para poder
oler el olor característico de la lluvia.
¿Por favor, dime que en realidad no te sientas en esa trampa mortal de
terraza? Mis ojos abiertos se encuentran con sus cejas levantadas.
Tal vez. ¿Es tan malo?
Destartalado es un elogio para ese peligro. 48

¿Y qué, eres carpintero? ¿Estás intercambiando tus habilidades por


alojamiento y comida? Es hora de darle la vuelta a las cosas. Ponerlo en el asiento
caliente por un momento, ya que sé que todavía tiene curiosidad por saber por qué
estoy aquí.
La risa que recibo en respuesta a mi pregunta es, en el mejor de los casos, cínica.
No. No soy un carpintero en absoluto. Soy lo más alejado de eso.
Mi mente vuelve a más temprano y al golpeteo constante del martillo. En
cuanto tiempo se tardó en reemplazar el escalón roto.
¿Cómo planeas arreglar la casa si no sabes lo que estás haciendo?
Supongo que de la misma manera en que eres una camarera dice con los
labios fruncidos y un asentimiento resuelto . Descubrirlo a medida que avanzo.
¿Smitty sabe que no eres carpintero? me pregunto si estoy pidiendo
combustible para alimentar mi argumento sobre por qué debería quedarme y él
debería irse, o porque solo quiero que siga hablando. Para ayudar a no hacer que el
silencio parezca tan solitario esta noche.
Su risa en respuesta es genuina, rica y sincera y trae una sonrisa suave a mis
labios al oírlo.
Sí. Estoy bastante seguro que sabe quién y qué soy.
¿Entonces por qué…? Hay muchas maneras en que puedo terminar la
oración y, sin embargo, no estoy segura de cuál es la respuesta que más quiero…
¿estás aquí?... ¿estás sentado conmigo en un banco después de disculparte cuando nunca te
lo pedí?... ¿me estás haciendo querer decirte cosas cuando no me gusta hablar con nadie?
Porque le debo mucho a él. Él, eh… me ayudó con algunas cosas. Evitó que
me metiera en problemas en un sentido cuando no merecía su ayuda. Se encoge
de hombros, con los ojos dirigidos hacia la oscuridad que se extiende más allá,
mientras que, distraídamente, mete la mano en la bolsa y saca otra lata de cerveza
. Necesitaba un lugar lejos para lidiar con algunas cosas y él necesitaba que alguien
reparara este lugar, así que ambos acordamos ayudarnos.
Hace unas semanas, Darcy me dijo que finalmente habían decidido a qué
carpintero contratar. Yo iba a ayudar a facilitar…
Sí, así fue. Luego, Smitty descubrió que él y todos los demás carpinteros que
trabajan aquí en la isla están reservados hasta fin de año. Quería comenzar las
reparaciones antes de eso para poder vender la casa y volver a ponerla en el mercado
antes que comience la próxima temporada turística. “sí que… Se encoge de
hombros con una sonrisa tímida . Yo. 49

¿Y qué pasa si es más de lo que puedes hacer?


Se encoge de hombros ante mi comentario, con una sonrisa forzada en su rostro
como si acabara de tocar un nervio de alguna manera.
Siempre nos pasa eso en algún momento, ¿no? dice crípticamente antes de
levantar su gorra, pasar su mano por su cabello y volver a colocarla. Y por alguna
razón, no creo que espere una respuesta a su pregunta, así que solo me quedo callada
y lo miro por el rabillo del ojo . Lo resolveré. No puede ser tan difícil. Le prometí
que haría el trabajo y lo haré. Le demostraré que mi palabra vale algo otra vez.
¿Otra vez? ¿Sucedió algo que…?
Limites, Getty. Su voz es una advertencia uniforme de que lo estoy
presionando demasiado cuando se frenó de hacerme preguntas. Y sé que hay más
oculto en sus palabras, un significado subyacente que no entiendo, y, sin embargo,
le doy el mismo respeto que me dio.
Me cambio de nuevo a terreno neutral: los problemas de reparación.
¿Así que solo planeas tomar un martillo y ponerte a martillar?
Es mejor empuñar un martillo que una varita de persiana dice en seco y
luego se ríe.
Touché. Me río poniendo los ojos en blanco, ya sabiendo que no era uno
de mis momentos de mayor orgullo . Pero ser camarera y hacer que una terraza no
se caiga al suelo cuando caminas sobre esta son conjuntos de habilidades
ligeramente diferentes. Al menos no puedo matar a alguien si mezclo mal una
bebida.
Oh, me han matado muchas veces a manos de un camarero dice con una
risita.
Tengo la sensación que fue culpa tuya.
Dios, sí, lo fue, pero maldita sea, las partes que recuerdo valieron la pena.
La sugerencia en su tono es fuerte y clara. Odio las imágenes creativas que
llenan mi mente de él en un bar: música a todo volumen, una gran cantidad de
mujeres que escuchan cada una de sus palabras con la esperanza que puedan hacer
que les compre una bebida. Hacer una reclamación. Aunque solo sea por la noche.
Porque es ese tipo de hombre, sin mayor culpa que la buena apariencia con la
que nació y ese encanto sutil que atraviesa tu resolución de no gustarte. El tipo con
el que una mujer aceptaría con gusto una aventura de una noche, sabiendo de
antemano el dolor que vendría cuando saliera por la mañana sin nada más.
Sin saber nada más sobre él, ya sé que valdría la pena. 50

Alejo el pensamiento al instante, ya que no estoy buscando eso de él ni de


nadie. He tenido suficiente dolor para toda la vida.
Y, sin embargo, las imágenes de la noche anterior en el bar vuelven a mi mente.
Cómo, aunque había estado aquí menos de un día, ya tenía gente del pueblo
acercándosele, hablándole y no lo trataban como a un extraño como lo hicieron
conmigo durante unas cuantas semanas.
¿Te perdí? Las palabras de Zander me sacaron de mis pensamientos
errantes. Un tren que necesita descarrilarse y no llenar mi cabeza con nociones sobre
cómo sería él exactamente en cualquier situación.
No. Sí. Lo siento. ¿Por qué me siento tan confundida?
¿Getty? La forma en que dice mi nombre, parte una pregunta, parte una
preocupación, hace que ese pánico vuelva a surgir, porque no quiero volver esta
discusión sobre mí.
No es nada. ¿De qué estábamos hablando? Entrecierra los ojos y me
estudia por un momento. Preguntando sin preguntar. ¿Puedo ayudar? ¿Quieres hablar
acerca de ello? Y no quiero hablar más ahora. Está sobrevalorado . No.
¿No qué?
Solo no, ¿de acuerdo? Solo quiero sentarme aquí y beber esta cerveza que
sabe a mierda y sentir que la brisa comienza a aumentar a medida que avanza la
tormenta y disfrutar del silencio sin estar sola. ¿Puedes entender esto?
Cuando finalmente lo miro, sus ojos se encuentran con los míos con más
comprensión de lo que esperaba. Sostiene mi mirada por un momento antes de
aceptar mi petición con un asentimiento lento y constante.
Puedo entender eso más de lo que nunca sabrás.

51
Capítul o5
GETTY

El trueno sacude las ventanas temprano en la mañana. Las nubes girando y


cubriendo el horizonte bloquean la luz solar.
El clima se adapta a mi estado de ánimo y el estado de ánimo se refleja en el
lienzo frente a mí. Salpicaduras oscuras de color un rico en matices de mármol para
reflejar un cielo violento listo para estallar.
La música suena en mis auriculares, un ritmo fuerte, un bajo profundo; y, sin
embargo, no podría decirte la letra si lo intentara, porque estoy muy concentrada en
lo que tengo delante. Estoy tan absorta porque con cada movimiento del pincel, una
parte de mi pasado me deja con el movimiento. 52

Crítica. Control. Castigos. Esperanzas. Requerimientos. Y la lista continúa


desde mi antigua vida. Mi vida monocromática.
Sumerjo mi pincel en un azul profundo y lo deslizo sobre el lienzo.
Tu arte no está permitido en esta casa. No equivaldrá a nada. Las buenas esposas
organizan fiestas. Toman el té y se unen a la Liga de Mujeres y su trabajo es hacer que sus
esposos se vean mejor. No esta tontería ridícula.
Mi pulgar mancha el azul con el gris. Una mezcla de dos colores juntos.
Mezclándose en el fondo.
Ethan no lo dice en serio, Gertrude. Es un hombre centrado en los negocios y en ser
exitoso. No tiene tiempo para su idiosincrasia femenina. No puedes culparlo por no haber
hecho tu trabajo correctamente. Dios, cuánto desearía que tu madre todavía estuviera cerca
para poder mostrarte cómo ser una dama adecuada, porque independientemente de la
cantidad de educación que he pagado, para ti, siempre pareces fallar en eso.
Gris oscuro justo en el centro. Pinceladas fuertes. Presionando la pintura en el
lienzo hasta que sangra en sus fibras.
¿Qué crees que estabas tratando de conseguir esta noche, Gertrude? ¿Crees que no sé
que deseas a Fred? Te vi hablando con él. Te vi reír diferente. Te vi coquetear ¿De verdad
crees que algún hombre te encontraría atractiva? Por el amor de Dios, mírate. Tienes cuatro
kilos de sobrepeso. Tu maquillaje está manchado como una maldita adolescente. ¿Crees que
alguien más querría follarte? Es una tarea ponerme lo suficientemente duro para hacerlo.
Deberías agradecer a tus estrellas de la suerte que me tienes, porque nadie más te aceptaría.
Ahora ponte de rodillas y dame una disculpa adecuada.
Lágrimas en mis mejillas. Sal en mis labios. La tormenta en el lienzo y en el otro
lado de la ventana no se parece en nada a aquella que se desata diariamente dentro
de mí. Puntos de blanco. La espuma de un océano enojado. La señal de un caos
agitado. Del océano luchando contra la orilla.
No salgas por esa puerta, Gertrude. Es una orden. Voy a cortar su fideicomiso. Tus
tarjetas de crédito. Todo. Esto es solo una fase. Realmente no quieres divorciarte de Ethan.
Ningún Caster se ha divorciado NUNCA. Solo necesitas ser más obediente y hacer lo que él
dice. Si está feliz, entonces la compañía seguirá en buena posición y todo será mejor.
Gertrude. ¡Regresa aquí Gertrude!
Un abanico negro alrededor de los bordes. Oscuridad. Tristeza. Pérdida. Todo
mezclado en un ciclo sin fin.
La oscuridad de la noche: mi auto lleno de ropa y recuerdos de la mujer que realmente
no recuerdo, pero que tiene las cicatrices invisibles para demostrar que solía ser.
El gerente del banco: Lo siento, pero todos los retiros deben estar firmados por ambas 53
partes en la cuenta. Y me parece que su tarjeta de débito también ha sido cancelada. Mmm
Qué extraño.
La casa de empeños. Mis joyas recubren la encimera. Diamantes, esmeraldas, platino y
rubíes. Ornamentos de una vida de la que formé parte, pero en la que realmente no participé,
ahora se convirtió en un medio para ayudarme a obtener algo propio.
La llamada telefónica a Darcy de la nada. Tragarme mi orgullo. Pidiendo ayuda a la
amiga más antiguo de mi madre, con quien no había hablado hace mucho. Su oferta de
quedarme en una casa que acababan de comprar para arreglar y revender. En una isla de
Washington. ¿Era eso lo suficientemente lejos? Las disputas sobre ella negándose a cobrar el
alquiler. Su promesa de mantener mi paradero en secreto de todos. Su admisión de que
siempre había odiado a mi padre.
Bajar con mi auto del ferry. Poner un pie en la isla. Un soplo de aire fresco. Sintiendo
esperanza por primera vez en el tiempo que podía recordar.
Una respiración profunda. Amarillo en el pincel. Un toque de color. Un rayo
de luz en esta sombría tormenta. El sol tratando de atravesar la oscuridad.
Puse el pincel en el suelo, sin saber si la imagen está lista, pero sabiendo que
yo lo estoy por ahora, agotada por la gama de emociones que se despertaron
inesperadamente al sentarme con Zander en ese banco la noche anterior. Llevo
meses aquí. Sí, tuve algunos momentos de tristeza y algunas noches en que las
lágrimas no se detuvieron, pero al mismo tiempo sé que ahora estoy en un lugar
mejor. Puedo reconocer que estoy saliendo lentamente de ese velo de críticas que
pesaban tanto que realmente las creía.
¿Qué tan débil podría haber sido una persona para soportarlo? Año tras año.
Crítica tras crítica. Disculpa tras disculpa. ¿Para no haberme alejado? ¿Todavía creer
que sus palabras tienen algún mérito?
Las lágrimas se deslizan silenciosamente por mis mejillas. Odas gruesas a un
pasado al que nunca volveré. A un lugar que nunca permitiré que mi autoestima
vuelva a aceptar. A una vida de pretensiones donde las personas juzgan un libro por
su portada y creen las disculpas y las excusas continuas de una esposa por cosas
que, para empezar, nunca fueron culpa suya.
La música continúa en mis auriculares, una canción melancólica sobre el amor
perdido, y una parte de mí desea poder experimentar ese dolor. Una profunda
tristeza por dejar a la persona que sabes es tu alma gemela, la otra mitad que te
complementa. Porque no tenía nada de eso, no sentía nada de eso. No era nada para
Ethan solo un muñeco vudú que manipular como consideraba adecuado. No era
nada para mi padre, sino un peón en sus maniobras comerciales, un medio para
mantener sus adquisiciones en buen estado. 54

El tiempo me ha dado esa claridad. La distancia me ha permitido darme cuenta


que el único amor que perdí fue el que me tenía.
Y, sin embargo, sigue siendo una batalla avanzar, olvidar y encontrar el valor
en mí misma.
Un movimiento por el rabillo de mi ojo me asusta. Cuando me sobresalto, mi
rodilla golpea la bandeja frente a mí y causa que los suministros caigan al suelo con
un ruido seco.
¡Jesús! grito mientras me arranco los auriculares de mis oídos. Mi pulso se
dispara de forma errática y mi corazón late como si hubiera sido arrancado de mi
pecho.
Zander levanta sus manos en un movimiento de lo siento mientras se mueve
hacia la habitación.
Toqué dice, señalando a mis auriculares y luego de vuelta a la puerta ,
pero no respondiste.
¿Y entraste igual? Salgo de la alcoba y entro en el dormitorio. Mi voz no es
nada amigable, por lo que no me disculparé, ya que él es quien invade mi espacio
personal. Mi mirada instantáneamente parpadea a la miríada de cosas que hay en la
habitación que son mías y privadas: la receta de pastillas para dormir en la mesita
de noche, mi sostén colgado al azar sobre la parte posterior de la silla, un lío de ropa
todavía al revés cerca de la zona de la cesta, la pila de ropa de diseñador que la
tienda local de consignación ha puesto en venta en eBay para que me ayude a llegar
a fin de mes, los lienzos apilados uno contra otro apoyados contra la pared.
Oh Dios. Mis pinturas.
Antes que el pensamiento realmente se procese, Zander se está moviendo hacia
ellas con la mirada más extraña en su rostro.
No jadeo. La idea de que vea mi trabajo me ha paralizado. Hizo que el
pánico me hiciera cosquillas en la nuca y provocara un tsunami de inseguridades y
temores a las críticas.
El silencio se asienta mientras se mueve de pintura a pintura. Luego el
estruendo de un trueno afuera. Mi mente quiere que mis pies se muevan, para
proteger mis sentimientos más íntimos que salpican un lienzo, pero estoy congelada.
Ethan y mi padre pueden haber criticado mis garabatos en el carbón, reprenderme
por una mención ocasional de mi gusto por pintar, pero nadie ha visto lo que he
comenzado en este nuevo medio.
Getty. Su voz es suave, llena de algo que no puedo distinguir, y todo lo
que sé es que el nudo en mi garganta se siente como si fuera el tamaño de una pelota 55
de béisbol, porque tengo problemas para tragarla . Estos son…
No. Por favor… solo… Zander…
Increíbles.
Es asombro. El sonido en su voz es asombro.
Lo miro en mi incredulidad. La oportunidad de sentarme y dejar que alguien
finalmente vea mi arte es más fuerte que mi necesidad innata de privacidad.
Mira los cuadros apilados en cinco y seis contra las paredes. Sus dedos rozan
mis sentimientos. Rayas de azul, gris, negro y mezclas de sombras y diferentes
texturas. Enfado. Inseguridad. Tristeza. Soledad. Nostalgia. Es como si las puntas de
sus dedos tocando cada una de ellas reconocieran la validez de las emociones que
he expresado en el lienzo. Diciéndome que están bien cuando se me dijo que estaba
siendo dramática, que necesitaba morderme la lengua y hacer lo que hace una buena
esposa.
Revisa una a una las obras de arte. Cabeza gacha, concentración grabada en las
líneas de su rostro, ojos enfocados. Y luego pasa a la pintura de hoy todavía en el
caballete; la que todavía no estoy segura que haya completado.
Las emociones todavía están frescas en mi mente, todavía pegajosas al tacto en
el lienzo. Me siento expuesta, aunque soy la única que sabe lo que se ve en la imagen,
el significado detrás de ello, los años de angustia que la acompañan. La esperanza
creada cuando me escapé de eso. Zander lo mira por un momento, la capa de lluvia
en la ventana es el único ruido de fondo.
Cuando levanta la cabeza y se encuentra con mis ojos, la respiración que no me
di cuenta que estaba reteniendo quema mis pulmones.
No sé una mierda sobre arte, Getty, pero estas pinturas, esos bocetos…
Niega como si me viera bajo una luz completamente nueva y por una fracción de
segundo me preocupa que vea mi debilidad. Mis insuficiencias. Todo lo que escondo
y todo lo que desearía ser . Son increíbles. Suena patético, pero es casi como que
puedes sentirlas.
No sé lo que esperaba escuchar, pero su descripción tira de cada parte de mí
que todavía necesitaba una onza de validez.
Gracias. Mi voz es suave, desigual, y ahora que las ha visto, no sé qué
hacer. Me siento diez veces más desnuda que la otra noche. Vulnerable. Como si
quisiera sacarlo de mi santuario interior y mantenerlo aquí para escucharlo al mismo
tiempo.
¿Dónde es tu próxima exposición? 56

Mi frente se frunce y mis ojos se estrechan cuando intento calcular lo que me


está preguntando.
¿Qué quieres decir?
Como dije, no sé mucho sobre este tipo de cosas, pero parece que te estás
preparando para una exposición de arte. Hace un gesto hacia los lienzos que
recubren las paredes de la alcoba . Así que estaba preguntando cuándo es. Quiero
decir, todo tiene sentido ahora.
Me perdiste. Todavía me estoy recuperando de que alguien vea mis
pinturas y los elogios inesperados, y mucho menos puedo intentar comprenderlo
. ¿Qué tiene sentido?
Que alquiles la casa. Preparándote para la exposición aquí y luego
moviéndote al siguiente lugar, a la siguiente exposición.
Mi risa es larga y rica, con un tinte de nervios llenando sus bordes.
No hay exposición. No voy a seguir adelante. Inclina la cabeza y me mira
fijamente . No están a la venta, Zander.
Es su turno de mirarme divertido, como si no lo entendiera.
¿Por qué no?
No voy a mentir y decir la confusión en su voz sobre mi respuesta, como si
estuviera loca, no da un impulso a mi ego.
Porque pinto para mí. El silencio llena la habitación mientras mis palabras
son asimiladas por él.
Incluso la tormenta afuera parece que se detiene para enfatizar mi declaración.
¿Y tu punto es?
La intensidad en sus ojos, chispas de color azul oscuro buscando los míos a
través de la habitación; y la exigencia en su tono me desconciertan un poco. Me
devuelven a esa persona que dejé atrás y nunca quiero volver a ser. Estoy en el foco.
El cuerpo enrojecido con calor. Una disculpa aparece rápida en mi lengua, aunque
no tengo nada por qué disculparme. Malditos detonadores.
Los viejos hábitos tardan en morir.
Vamos, Getty. Controla tu mierda. Él no es Ethan. Solo está haciendo una pregunta
válida.
Tragando con fuerza, muevo mis pies y miro hacia el mar tormentoso, mi lugar
feliz, para calmar mis nervios que están fuera de control. Trato de explicar
¿Hay algo en tu vida que te apasione? Una cosa que haces o un lugar donde
57
vas donde puedes perderte en ti mismo o… no importa. Niego. De repente
avergonzada de que suene tan estúpido como me siento.
No, quiero escuchar lo que tienes que decir dice, lo que me hace voltearme
y mirarlo. Da unos pasos hacia mí, con un interés genuino en su rostro, no con la
sonrisa burlona a la que estoy acostumbrada cuando termino de explicar.
Es realmente estúpido. Probablemente tenga sentido solo para mí.
No. Se acerca un paso más.
Puedo oler su colonia, o tal vez es el olor a jabón, es limpio, y abro la boca para
discutir, pero nada sale más que un manso:
¿No?
Otro paso lento, intencional. Si extiendo mi brazo, mi mano estaría en medio
de su pecho. Cerca. Demasiado cerca, de muchas maneras.
No responde resueltamente . Lo entiendo. Más de lo que crees. Es tu
escape. Tu manera de lidiar con la mierda.
No hay nada como un hombre para expresarlo con claridad y que tenga
sentido.
Sí. Algo como eso.
Si los vendes, no los hace menos tuyos… no detiene la sensación que tienes
cuando pintas. Simplemente significa que puedes hacer algo que amas y ganar
dinero con ello.
Sus puntos son válidos y, sin embargo, sigo viendo mi corazón y mi alma
abiertos y expuestos para que cualquiera pueda analizarlos, así que, aunque el
pensamiento es bueno, no va a suceder.
Mmm. Eso y un encogimiento de hombros son todo lo que le doy en
respuesta, porque es algo para pensar, pero probablemente no sea algo que alguna
vez vaya a hacer.
Solo necesitas…
Límites le advierto, y necesito que sepa que está pisando un terreno
inestable que no quiero que siga pisando. Las emociones de la mañana han
desgastado mi psique y no quiero que me presionen más. Ya le he mostrado
demasiado de mí misma ahora.
Asiente, un silencioso reconocimiento de que me ha escuchado. Todo lo que
puedo hacer es esperar que se mantenga en su lado de la línea. 58

Tienes talento, Getty. No hay duda de eso.


Alejo la vista de él, la habitación de repente en las sombras cuando las nubes
se desplazan en el exterior, y su próximo paso hacia mí bloquea el brillo de la luz de
la lámpara. La habitación se siente demasiado pequeña, demasiado íntima sin la
dureza de la luz del escritorio.
Es demasiado personal le susurro, dándole la única explicación que le
daré. No esperando que entienda… pero casi necesitando que lo haga.
Eso es obvio dice, juntando las cejas, inclinando la cabeza hacia un lado
para estudiarme . Pero nadie va a ver lo mismo que tú ves. El océano agitado de
todos está alimentado por un tipo diferente de tormenta.
Mueve sus pies, su cuerpo ahora más cerca; nuestros ojos no vacilan entre sí.
¿Cuál es tu tormenta? La pregunta está fuera antes que pueda detenerla,
mi propia curiosidad se despertó.
Nuestra proximidad me permite ver la punzada de dolor destellar a través de
sus ojos, la repentina detención de sus movimientos. La recuperación se produce
rápidamente, pero no lo suficiente como para ocultar que todo de lo que está
huyendo le afecta profundamente.
¿Mi tormenta? Se ríe entre dientes, hay sarcasmo en su tono y una mirada
en sus ojos que no me da la oportunidad de leer . No creo que alguna vez realmente
haya parado, pero definitivamente ha habido algunas ráfagas sorpresa.
¿Es por eso que has venido aquí? ¿Para escapar? Presiono por respuestas,
ya no quiero sentir que soy la única expuesta, y tengo curiosidad por saber más sobre
este hombre ante mí.
Una ráfaga murmura. Y todo está allí sentado en la profundidad de sus
ojos: el dolor, la indecisión, el arrepentimiento por lo que haya sucedido para que
esté aquí ahora; y, sin embargo, también está tan bien protegido que no estoy segura
de qué más decir . Has estado llorando.
Me pongo pálida, odiando que se haya dado cuenta, y al mismo tiempo, noto
el repentino cambio de tema. Inmediatamente me estoy pasando los dedos debajo
de los ojos y tratando de ocultar la evidencia, aunque no estoy segura de cuánto me
servirá.
Estoy bien digo, mi voz infundida con mucha más certeza de la que
siento . Era solo la canción que estaba escuchando. Era triste.
Jesús, Getty, ¿no podrías pensar en una mentira mejor?
Ajá. Da otro paso adelante. El simple sonido casi una advertencia tácita
para no mentirle de nuevo . Solo la canción murmura con un gesto de 59
asentimiento mientras se acerca, con la mano a un lado de mi mandíbula, con el
pulgar rozando la línea de mi mejilla.
¿La sacudida que sentí anoche? Eso fue nada comparado con el latir de mi
corazón al sentir su mano en mi rostro. Piel con piel.
Mis labios caen relajados. La aguda ingesta de mi respiración es audible en el
silencio. Y odio que de repente sienta que no tengo un solo pensamiento claro en mi
mente, y mucho menos un pensamiento inteligente.
Tienes pintura dice, hay menta en su aliento, mientras se inclina para ver
mejor a través de la habitación con poca luz , aquí. Y, sin embargo, después que
su pulgar frota la mancha, no retira su mano. Simplemente la deja allí, nuestros
rostros cerca, nuestros ojos cuestionando tantas cosas. El tiempo se ralentiza.
Gracias susurro finalmente, sacando la lengua para humedecer mis labios
mientras trato de inhalar.
Y soy lo suficientemente inteligente como para saber que era más que solo la
canción. Sus palabras golpearon mis oídos, el timbre profundo de su tono fue un
reproche calmante en cierto sentido, porque en realidad me está escuchando,
realmente me está escuchando cuando estoy tan poco acostumbrada a cualquier
hombre en mi vida que se preocupe más allá de la superficie.
Palabras. Pensamientos Confesiones. La mirada en sus ojos y la comodidad de
su toque hacen que mi cabeza gire, me dan ganas de dejarlo entrar y usar su hombro
como consuelo cuando esta no es realmente una opción que me pueda permitir. La
compasión de un hombre no es algo a lo que esté acostumbrada, especialmente
cuando se dirige a mí.
Los truenos retumban. Ambos saltamos ante el sonido, el momento se rompe
instantáneamente. El jadeo de mis labios se ahoga. Zander retrocede con un
sobresaltado movimiento de cabeza antes de darme la espalda mientras camina
hacia la ventana, metiéndose la mano en el cabello y un suspiro llena el espacio.
Malditas ráfagas murmura mientras agacha la cabeza por un momento,
las palabras pesan en la habitación mientras me quedo allí tratando de averiguar
qué acaba de suceder. Se vuelve y me mira por un momento, con ojos sinceros, pero
las palabras no tienen ningún sentido . Lo siento… simplemente no puedo. Y
con eso, se aleja de la habitación, dejándome sin nada más que una puerta vacía.
¿Qué demonios acaba de pasar?
Me muevo hacia el borde de mi cama, me siento y trato de filtrar la gran
cantidad de emociones que no esperaba sentir a su alrededor: dolor, rechazo,
confusión, abatimiento. Y odio sentir cualquiera de estas en un momento que nunca
60
debería haber ocurrido, con un hombre que ni siquiera debería estar aquí en primer
lugar.
¿Simplemente no puede qué? ¿Hablarme? ¿Estar en la misma habitación que yo?
¿Estar en la misma casa?
¿Besarme?
Oh, Dios mío, Getty, ¿puedes ser más ridícula? El pensamiento destella y se
desvanece instantáneamente, mi estupidez está en su punto más alto. Realmente he
perdido la cabeza, las emociones de la mañana corren desenfrenadas y matan mis
células cerebrales. ¿A quién estoy engañando pensando cosas como esta? Un
hombre que luce como él, definitivamente no estaría detrás de una mujer que se ve
como yo. Nunca.
Las palabras de Ethan vuelven a mí ahora. Asquerosa. Obesa. Patética. Inútil. Fea.
Pasan por mi mente y hacen agujeros en la confianza que poco a poco he construido
de la nada.
Y pensar que tuve un momento en el que quise dejar entrar a Zander. Una
ruptura en mi resolución cuando pensé que quizás sería un poco más fácil compartir
una parte de mí con alguien, porque si los dos estamos huyendo de algo, entonces
eso significa que tal vez él podría ser un poco más comprensivo.
Jesús. ¿Realmente pensé que iba a suceder? Hacerme vulnerable a alguien más
antes de descubrirme a mí misma era un movimiento estúpido. Demuestra que no
he llegado muy lejos en este kilómetro, estoy viajando un centímetro a la vez.
No confíes en nadie. La confianza es una falsa pretensión. Algo que nunca es realmente
verdadero.
Bueno, por suerte recobró el sentido antes que cometiera ese error colosal.
Reaccionó antes que desplegara mi complejo pasado como un ave de origami y le
pidiera que me ayudara a tratar de doblar la misma hoja de papel en una forma
diferente.
Me cubro el rostro con el antebrazo y solo escucho la furia de la tormenta en el
exterior y hago un balance, trato de ignorar el dolor por el hecho que obviamente
hice algo mal, vio mis emociones más íntimas salpicadas en el lienzo, e incluso
aunque me elogió, todavía me rechazó.
Basta, Getty. Deja de culparte a ti misma. Tal vez fue él. No hiciste nada malo, más
que ser tú, bueno, la nueva tú, así que tal vez fueron sus propios problemas los que lo hicieron
irse abruptamente.
Respiro hondo y lucho contra mi duda. Me deshago de la parte patética de mí
que quiere culparme por la razón que haya detrás de por qué se fue. Reconozco que
es por eso que debo alejarme de todo y de todos hasta que haya tenido tiempo
61
suficiente para lidiar con mi pasado, olvidarme del viejo yo, curarme de sus
cicatrices y abrazar por completo el ahora.
Darme cuenta que no necesito a nadie ni de nadie. Que puedo existir, vivir,
prosperar, solo por mi cuenta.
Dicen que la soledad le agrega belleza a la vida.
Supongo que estoy recibiendo un nuevo cambio de imagen.
Capítul o6
GETTY

Uno de estos días, Getty, te darás cuenta que eres una local ahora y tendrás
que pisar al otro lado de la barra, tomar un trago propio y mirar el juego con el resto
de nosotros.
Levanto el trapo en mi mano para reconocer el comentario de Liam, que viene
al menos una vez por turno. Sé que solo está siendo dulce y que todavía no soy una
local. Además, en cualquier tiempo libre que tenga, me gusta explorar la isla o
encerrarme con mis pinturas para poder aprender más.
Pero la idea de tomarme una cerveza y relajarme con el juego y una multitud
de personas parece más que bienvenida ahora. Definitivamente lo necesito después 62
de mi conversación de hoy, las malas noticias que trajo y la punzada de soledad que
siento por ello.
Un grito estalla en las mesas, haciendo que alce la mirada. La barra zumba con
el bullicio de una multitud emocionada: hay un juego tenso y el sol brilla por
primera vez en toda la semana. Agrega a eso una afluencia de turistas recién salidos
del ferry y el Lazy Dog está atestado, ruidoso, y me mantiene alerta con órdenes esta
tarde.
Un Bastardo Arrogante, por favor.
Sé quién es en el momento en que escucho el pedido; de alguna manera mi
cuerpo está en sintonía con él, incluso cuando no quiero que lo esté. No miro hacia
arriba, no lo reconozco. La rabia y la irritación y todo lo que está dentro de ese rango
se dispara de nuevo cuando pienso en la llamada telefónica que tuve anteriormente
con Darcy, en la que descubrí las tonterías que él hizo.
No me extraña que haya estado desparecido desde la otra mañana cuando salió
de mi habitación.
Bueno, esa es una orden de autodiagnóstico si alguna vez he escuchado una
digo en voz baja, pero incluso con mis ojos enfocados en mantener la espuma al
mínimo en los vasos, puedo ver su cuerpo sacudiéndose. Bien. Me escuchó.
¿Hice algo mal? pregunta pensativo, con su cuerpo inclinado sobre la
barra, así que puedo percibir rápidamente ese olor a jabón y colonia que ahora
atormenta los pasillos de la casa después de que toma una ducha.
Mi risa es larga y baja, el sonido del sarcasmo derramado sobre el hielo.
Aquí está tu orden. Deslizo su vaso sobre la barra barnizada y finalmente
encuentro su mirada. Mis cejas están arqueadas y mis labios están torcidos mientras
estoy segura que mi desafiante burla se refleja en mis ojos.
El ruido del bar se desvanece en el fondo, un gemido por una mala jugada, un
grito de buen humor para una camarera, y sin embargo sus ojos sostienen los míos
en una guerra de voluntades: me pregunta por qué estoy enojada y le digo que ya
debería saber. Me encuentro inclinándome más cerca al mismo tiempo que él,
esperando a que confiese sus mentiras, pero soy saludada con una sonrisa lenta y
perezosa que se extiende por su boca hasta que se convierte en una sonrisa arrogante
en toda regla.
Estás hablando mujer, Calcetines. Puedes por favor…
Darcy. Ahí hay una palabra para ti. Inclino mis caderas contra el mostrador 63
detrás de mí.
Técnicamente, es un nombre, pero… Se ríe por encima del borde de su
vaso.
No actúes como si no supieras de lo que estoy hablando.
Supongo que habrás hablado con ella, entonces.
¿Qué diablos, Zander? Sus ojos se abren ante mi uso de la palabra. Puedo
escuchar la reprimenda de mi padre en mi cabeza . Nunca acepté quedarme en la
casa contigo. Ser compañeros de apartamento.
Especialmente después de la otra mañana en mi habitación cuando hiciste lo que hiciste.
Si te preocupa que te vea desnuda, ya hemos hecho esa parte, así que no es
un gran problema. Inclina su vaso en mi dirección con una sonrisa inquebrantable.
Cada palabra que dice me hace enojar más.
¡Ese no es el punto! Levanto mi voz con exasperación.
Entonces, ¿cuál es?
No me gustas. Listo. Lo dije. Pero es una gran mentira y me temo que puede
ver a través de ella.
Sí, te gusto, Getty. No bebes cerveza en la playa con alguien que no te gusta.
Lo fulmino con la mirada, odiando su razonamiento.
”ueno, tampoco me gusta la cerveza, así que…
Me perdiste. ¿No te gusta la cerveza por lo tanto no te gusto? La diversión
en su voz al poner en duda mi razonamiento me exaspera. Irritable. Amargo.
¿Por qué le dirías a Darcy que acepté…?
¿Disculpa? La voz a su izquierda me toma desprevenida y evita que el
sonido verbal de reproche salga de mi lengua . ¿Eres Zander Donavan? Lo eres,
¿verdad? A las preguntas les sigue una risa nerviosa y un rubor de mejillas, y
ambas me han llamado la atención.
Las órdenes que esperan ser cumplidas son olvidadas ya que este caballero
despierta mi curiosidad. ¿Quién diablos es Zander Donavan?
Los ojos de Zander permanecen fijos en los míos por un momento; un destello
de irritación por ser interrumpido flota a través de ellos, diciéndome que esta
conversación está lejos de terminar, antes que se vuelva hacia el hombre de mediana
edad que está a su lado.
La sonrisa que fue una burla arrogante para mí se transforma lentamente en
una segura, lenta y constante, mientras asiente y extiende su mano hacia el hombre. 64

Sí, lo soy dice en voz baja . Encantado de conocerlo. ¿Y usted es?


Oh hombre, esto es genial dice el chico, con los ojos bien abiertos y
movimientos bruscos mientras cambia de postura y extiende la mano . Glen. Glen
es mi nombre.
Encantado de conocerte, Glen dice Zander con un gesto de asentimiento,
los ojos permanecen en el hombre y la sonrisa aún en su rostro, pero hay una
sensación diferente aquí. Casi como si tuviera una fachada en exhibición, y no puedo
apartar mis ojos de él o dejar de tratar de averiguar qué sucede.
No quise interrumpir, pero le dije a mi esposa que eras tú, y ella apostó que
no vendría aquí y lo averiguaría… ¡Hombre, esto es tan emocionante! Se frota las
manos. Cuando miro a Zander, puedo decir que está completamente cómodo con
que se le acerquen los extraños.
Getty. El profundo tono barítono de Liam atraviesa el fuerte caos del bar
y por más que no quiera preocuparme por este hombre misterioso que entró en mi
vida y parece estar aquí para quedarse por un tiempo, sí quiero saber qué pasa.
Luchando entre la curiosidad y el deber, tomo un fuerte aliento y le hago un
gesto con la cabeza a mi jefe, le digo que tengo las órdenes casi listas. A
regañadientes, me alejo de mi posición que era perfecta para escuchar a escondidas,
pero no antes de escuchar a Glen decir:
Lamento que perdieras el auto.
Esas palabras se repiten en mi cabeza durante el resto de mi turno. La barra
solo se vuelve más ocupada, por lo que cualquier momento libre que tengo es para
estirarme la espalda o ir al baño, aunque me gustaría pedirle una explicación a
Zander.
Aunque lo observo. Sentado en el otro lado de la barra, rodeado de otros
clientes y, para mi consternación, algunas mujeres. Y no es porque me importe ni
nada, porque no me importa. Definitivamente no. Es solo porque quiero respuestas
que no puedo conseguir mientras está ocupado coqueteando con mujeres que,
probablemente nunca más volverá a ver.
Su risa flota a través de la barra y es como brisa que sopla el fuego de mi
irritación hacia él. No tengo derecho a estar molesta excepto por lo que le dijo a
Darcy, y, sin embargo, con cada minuto que pasa riendo y divirtiéndose, aumenta
mi ira.
Termino el siguiente conjunto de órdenes, me doy cuenta que el final de esa
hora que Liam me mencionó se acerca. Mis ojos parpadean de nuevo a Zander. A su
cabello oscuro que se enroscaba en el cuello de su camisa y en cómo sus dedos se
arrastran hacia arriba y hacia abajo por las líneas de condensación de su vaso. O esa 65

sonrisa despreocupada que dice que no tiene ni una preocupación el mundo, aunque
obviamente las tiene o no estaría aquí huyendo de las tormentas turbulentas y las
ráfagas de viento.
¿Por qué no te sirves una cerveza y descansas un poco? Siéntate con los
lugareños y mira las últimas jugadas.
Miro a Liam, que se está limpiando las manos en un trapo con esa mirada que
dice que no hay discusión con él.
Dime algo. ¿Alguna vez has oído hablar de Zander Donavan?
Me da un lento y constante asentimiento mientras sus ojos se estrechan
mientras lo piensa.
Un piloto de carreras. De la Indy, creo. Bastante bueno por lo que recuerdo.
Popular también. Creo que recuerdo haber escuchado algo en SportsCenter dice,
señalando a los televisores que cubren el bar . Dejó la mitad de la temporada con
cierta controversia…
¡Liam! Su nombre se grita desde el otro extremo de la barra y levanta un
dedo para decirle a uno de los clientes habituales que solo será un minuto.
¿Es ese…? dice Liam, de repente, los puntos se conectan para él mientras
mira a través de la barra hacia donde está sentado Zander. Mira fijamente, con los
labios separados, mientras el reconocimiento le dificulta encontrar las palabras para
hablar . Santa mierda, es él. Bueno, ¿quién lo diría? Está en mi bar de todos los
lugares.
Qué suerte murmuro entre dientes con un toque de sarcasmo que
aparentemente solo yo puedo escuchar, porque por la expresión de Liam muestra
que está más que encantado de tener a Zander aquí.
Genial. Ahora el hombre está invadiendo este espacio mío también.
Eso definitivamente no puede ser malo para los negocios. Él viniendo aquí
cuando estás en turno.
—¿Qué? ¿Cómo es que sabe que nos conocemos?
La vida de un pueblo pequeño responde para mí . Todo el mundo sabe
que ustedes dos están viviendo juntos en el lugar en Canary. Sabía que parecía
familiar, pero no podía ubicarlo. Pensé que se parecía a alguien que conocía. Niega
y mira hacia donde Zander está hablando con cuatro tipos que se han detenido en
su mesa para conversar. Pensé que solo eran clientes siendo amistosos, pero ahora
la constante puerta giratoria en su asiento tiene mucho más sentido; son fans que
reconocen a Zander. 66

A mi lado, Liam chasquea la lengua y atrae mi atención hacia él. La


concentración en su rostro me dice que está tratando de encontrar una manera de
comercializar la presencia de Zander, y odio la idea al instante. No hay necesidad
de que esté más en mi espacio de lo que ya está.
Por suerte para mí, eres tú la que trabaja aquí, ya que parece que solo tiene
ojos para ti. ¡Maldición!
Pongo mis ojos en blanco, casi tengo una arcada cuando sus palabras realmente
golpean mis oídos. ¿Solo tiene ojos para mí? ¿Está bromeando? Cuando miro a mi jefe,
está muy serio. Y ahora soy la que tiene problemas para formar palabras.
Oh, no. No estamos juntos. Quiero decir que fue un error…
Se acabó tu turno, Getty dice con una sonrisa de complicidad, salvándome
de mi respuesta nerviosa . Ve a tomar un vaso del veneno de tu elección. Disfruta
de la casa llena mientras ordeno tus propinas.
Gracias. Se retira al otro extremo del bar mientras me quedo tratando de
averiguar qué acaba de suceder.
Es el zumbido del bar lo que amo, pero no las personas que hacen el sonido.
Pero no me importa en absoluto, porque el Tom Collins en mi mano está vacío y mi
cabeza está un poco nublada. Definitivamente, una cosa buena de que nunca se te
permita beber: te emborrachas con el primer trago.
Y, afortunadamente, escondida en el rincón del lado de la barra como una
ermitaña, me mantengo sola y disfruto del ambiente, pero no formo parte de este.
Nunca pudimos terminar nuestra conversación. No sé por qué la voz de
Zander es similar a uñas sobre una pizarra para mí, posiblemente porque he estado
sentada aquí pensando en él y lo mucho que no quiero hacerlo, pero en el momento
en que se desliza en el asiento a mi lado, salto. Sin una sola palabra, me levanto de
mi asiento, camino detrás de la barra a la puerta a la habitación de atrás, que sirve
como sala de descanso y área de almacenamiento . ¿Cuál es tu problema? Su voz
está muy cerca de mí, obviamente me está siguiendo cuando no se le permite entrar
aquí.
Por alguna razón, no me parece que sea alguien que sigue las reglas.
Solo quiero alejarme de ti. Me doy la vuelta para mirarlo, dándome cuenta
67
de repente de lo pequeña que se siente esta habitación con él ocupándola . Te lo
dije, no me gustas.
¿Y por qué, Getty? ¿Porque produce esa sensación de aleteo en tu estómago? Solo tiene
ojos para ti. ¿Porque no quieres pensar en él o preocuparte por sus ráfagas y aun así lo haces?
Sacudo los pensamientos de mi cabeza, mi propio pequeño demonio y mi ángel
luchando dentro de mí. Es lo último que necesito cuando tengo una pelea frente a
mí que necesita mi atención.
Obviamente estás enojada conmigo por algo. Una discusión se vuelve más
fácil cuando ambas personas saben de qué se trata la pelea… Levanta las cejas y
todo lo que veo es una burla en lugar de una pregunta.
¿Comenzamos con la palabra de nuevo? Darcy.
Quieres decir el nombre.
Esto es exactamente por qué no me gustas. Eres frustrante y arrogante y crees
que puedes venir aquí, decirme qué va a pasar, cómo luchar, qué hacer, después de
que ni siquiera tienes la cortesía de decirme quién eres. Mis palabras caen en una
diatriba que no tiene sentido ni siquiera para mí. ¿Por qué estoy herida, sin
embargo? ¿Es porque no confió lo suficiente en mí para decírmelo?
Y tampoco lo hizo Darcy, su falta de respuesta pasó por mi mente Eso es para
que él te lo diga. “sí como tu historia es para que tú se la cuentes, si quieres .
Tampoco es que le hayas dicho nada.
¿Importa quién soy? Sus hombros se cuadran cuando se acerca un paso
más, con las manos a los lados, buscando en los míos las verdades detrás de mis
palabras.
No. Sí. Maldita sea. Brillante.
Esa es una gran respuesta. Muy decisiva. La sonrisa está de vuelta. Así
como el aroma seductor de su colonia.
Deja de burlarte de mí. Lucho contra la necesidad de salir y dejar esta
discusión atrás, cosas sencillas que ya son tan complicadas.
¿Importa quién soy? ¿Cuál es mi trabajo? Puedo sentir que a él le importa
mi respuesta por alguna razón.
No. Por supuesto no. Pero al menos podrías habérmelo dicho.
No cambia nada, Getty, aparte de que ahora puedes buscar en Internet sobre
mí, sobre mi pasado y leer cosas que pueden o no ser ciertas. ¿Es eso lo que quieres?
Porque tengo la sensación que hay muchas más cosas que quieres decir, así que,
adelante.
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Oh. Es mi única respuesta, y nuestros ojos se miran. La perspectiva de
buscarlo nunca se me pasó por la cabeza. Pero ahora, por supuesto, que ha
mencionado eso… la idea me molestará. Y en ese instante pienso en mí misma, lo
molesta que estuviera si alguien le dijera quién soy realmente y qué tan vulnerable
y traicionada me sentiría. Y luego me pregunto si ese es su plan de juego aquí:
hacerme sentir mal para alejarme de esta discusión y sentir pena por él. No creo que
tenga idea que he pasado muchos años siendo el florero en el rincón, asumiendo la
culpa, sin luchar, y ahora no puedo hacer eso.
El silencio llena el espacio entre nosotros. Una parte de mí quiere preguntar
más y la otra mitad que no quiere dar más, esto se convierte en un dilema en sí
mismo. El quid pro quo que no dejaré pasar. Así que en cambio me concentro en que
está en mi espacio, en mi casa, en mi vida, cuando no debería estar. Cuando no
quiero que esté.
Y, sin embargo, todavía está aquí, aun esperando mi respuesta, aun
atormentándome con su mera presencia. Un recordatorio constante de todo lo que
no quiero, no puedo tener en mi vida y ni siquiera tengo el lujo de considerar.
Entonces, ¿puedes decirme qué tienen en común que yo conduzca un auto
de carrera y Darcy? Su voz me saca de mis pensamientos, me lleva de vuelta a él
parado unos centímetros delante de mí . ¿Fue eso lo que puso ese enorme peso en
tu hombro y ahora estás siendo irracional y peleando conmigo sin ninguna razón
aparente?
¿Sin razón? ¿Estás loco? La sonrisa que me da a cambio aviva mi
temperamento y al mismo tiempo me dice que le estoy dando lo que quiere: una
pelea. Y sin embargo no puedo detenerme. Le doy la bienvenida . Llamaste a Darcy
y le dijiste que aceptaba ser compañera de apartamento contigo.
¿Y? lo dice como si no tuviera preocupación en el mundo.
¿Y? grito . No dije eso. Ni siquiera pensé en eso. ¿Cómo te atreves a
decirle que estaba dispuesta a vivir contigo cuando eso es lo más alejado de mi
mente?
Entrarás en razón.
¿Haré qué? Cada vez que respondo, el tono de mi voz aumenta. Cada vez
que responde, quiero estrangularlo.
Me escuchaste dice encogiéndose de hombros mientras da un paso
adelante, incitándome a que dé uno atrás porque ahora mismo lo desprecio con cada
parte de mi ser.
Eres un imbécil.
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Una sonrisa rápida como un rayo brilla sobre sus labios.
Si quieres insultarme, Calcetines, es mejor que pienses en algo mejor que eso,
porque no es un insulto cuando es un hecho bien conocido.
Todo lo que puedo hacer es negar y decirme a mí misma que esto no vale la
pena. No tiene sentido tratar de razonar con alguien que no está siendo razonable,
y él se está llevando el premio en esa categoría. Respirando con fuerza, cierro los
ojos por un momento; probablemente sea mejor para los dos si me voy ahora mismo
antes que se digan cosas que no deberían decirse.
Olvida que dije algo.
Su mano está en mi brazo en el momento en que trato de rodearlo. Debería
haberlo esperado, debería haberme preparado para ello, pero no lo hice. Estaba
demasiado envuelta en mis emociones y mi temperamento para reforzar mi
reacción. Reprimiendo el grito de sobresalto que quiero emitir, retiro mi brazo
mientras los recuerdos parpadean y se desvanecen en mi mente.
Respira, Getty. No estás en casa. Él no es Ethan. Está bien.
Me mira, con la cabeza hacia un lado, los ojos entrecerrados, mientras suelta
mi brazo, pero la pregunta sobre mi reacción está en sus ojos. Hago lo único que
puedo, levanto mi barbilla en señal de desafío y le demuestro a él y a mí misma que
no me siento intimidada.
Escúpelo, Getty. Terminemos esto aquí y ahora. Termina con esto. ¿Por qué
estás enojada? ¿Quieres vomitar todo lo que tienes dentro? Adelante. Puedo intentar
sacártelo con cuchara si lo deseas. El sarcasmo tiene un tono grueso en su voz y,
sin embargo, existe una tensión subyacente que no puedo entender.
Enfrentémoslo, no puedo entender nada de él más que, en un minuto, es
agradable y al siguiente minuto es molesto. Y esa maldita colonia suya. Es
simplemente frustrante que esté en todas partes.
Habla. Sácalo se burla mientras se acerca a mí.
No quiero ir allí, no quiero sonar como una mujer quejumbrosa, como si fuera
la ruina emocional que realmente soy, así que me inclino profundamente y me
aseguro que mi voz sea fuerte y firme cuando hablo.
La otra mañana, en mi habitación… ¿a qué se debió todo eso?
Heriste mis sentimientos. Mis ojos lo dicen, pero mi boca permanece en silencio.
Ahhhh. Eso dice frunciendo sus labios y con una expresión estoica.
Sí, eso. ¿Ves? Imbécil.
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Eso fue por mí, Getty. No por ti. Suelta un suspiro mientras rompe el
contacto visual y se mueve alrededor del pequeño espacio. Y a pesar que ha
pronunciado las palabras, no estoy segura de creerlas realmente, porque en los pocos
segundos desde que me respondió, su postura ha cambiado, como lo hizo el otro
día. Defensivo. Pensativo.
Mira, he vivido con un hombre que tenía mal genio y estados de ánimo que
se encendían y apagaban. Su movimiento vacila ante mis palabras y se vuelve a
mirarme. Juro que la atmósfera de la habitación cambia instantáneamente: la tensión
y la curiosidad se espesan en el aire que nos rodea. Sé que le estoy diciendo más de
lo que quiero, pero tiene que entender . No puedo vivir en esa imprevisibilidad de
nuevo y me obligaste a hacerlo con esa llamada telefónica a Darcy.
Y la otra mañana fui impredecible, y eso, ¿qué…?
Me fastidió. Me hizo sentir que hice algo mal cuando sé que no lo hice.
Entonces, ¿te importa explicarme qué diablos pasó? ¿Por qué fuiste de bueno a
imbécil en una fracción de segundo?
Te advertí que era temperamental. Es la única explicación que da, pero no
la creo.
Y te dije que he visto amabilidad. Ese fue un gran vistazo de ello. ¿Qué te
hizo convertirte en un idiota? ¿Por qué saliste de la habitación, Zander?
Jesucristo dice mientras se mueve por la habitación otra vez, con las manos
pasando por su cabello y los dientes mordiéndose el labio inferior . Me fui porque
me prometí a mí mismo que vendría aquí, aclararía la mierda de la que he hecho un
desastre últimamente hasta que pudiera corregir todos los errores. Es complicado y
todo lo que quiero es que la vida vuelva a ser simple. En blanco y negro.
Pero, ¿qué tiene eso que ver conmigo?
Se ríe suavemente, unas líneas repentinamente grabadas en su boca mientras
contempla su respuesta.
Porque complicas mi plan.
¿Lo hago?
Sí. Se mete la mano por el pelo de nuevo y se acerca a donde estoy . Joder
sí, lo haces.
No tienes ningún sentido. Ni siquiera me conoces. ¿Qué soy para ti?
Levanto las manos, exasperada por la brecha de lenguaje entre hombre y mujer.
Absolutamente nada.
71
Vete a la mierda. Un dolor me atraviesa. Es perfectamente exacto y acaba
de señalar lo que yo misma estaba haciendo, y, sin embargo, al escucharlo decirlo
con indiferencia en su tono y lenguaje corporal. Mis propias inseguridades vuelven
a asomar su fea cabeza cuando todo se vuelve muy claro para mí.
Exactamente. Se ríe entre dientes y se ríe de sí mismo y estoy tan perdida
en mi propia confusión que realmente no la escucho, entiendo lo que está diciendo,
porque ya estoy tratando de juntar mis próximas palabras.
Me has perdido, Zander. No puedes tenerlo de ambas maneras. No puedes
decirle a Darcy que soy material de compañera de apartamento porque, obviamente,
no tienes ningún interés en mí, mierda, solo con verte esta noche con todas las
mujeres colgando de tus palabras, sé que definitivamente no soy tu tipo, y luego, al
mismo tiempo, no puedes estar enojado por estoy aquí y complico las cosas. Lo
siento si mi presencia hace que sea más difícil para ti traer tus polvos de la noche a
la casa cuando estoy allí y las paredes son finas como el papel y sabes que no puedes
tener relaciones sexuales en el mostrador de la cocina porque podría verte. Pobre,
bebé privado.
Estoy sin aliento, y la ira y el rechazo están rugiendo a través de mi sangre
mientras me mira, con los ojos abiertos, los labios relajados, la cabeza temblando
lentamente de un lado a otro mientras digiere lo que acabo de decir. Como si se diera
cuenta que soy una mujer inteligente que ha resuelto todo.
Estás loca, ¿lo sabes? Da un paso hacia mí, con una sonrisa que se extiende
lentamente por sus labios. Y odio que se esté burlando de mí, desprecio que se esté
riendo secretamente de mí . Es un gran escenario el que evocaste en esa mente
femenina tuya, pero odio decirte que estás equivocada.
¿De verdad? ¿Estoy equivocada? ¿Por qué le dijiste a Darcy que querías vivir
conmigo? Mis manos están en mis caderas; mi tono exige una respuesta sin
tonterías.
Porque quiero.
Es mi turno para reír y poner los ojos en blanco. No sé qué tipo de juego está
jugando, pero lo he superado. A él y sus idas y vueltas sin sentido.
Quieres y sin embargo yo complico las cosas.
Sí. Asiente lentamente.
¿Eso es todo lo que me vas a decir?
Esa risa otra vez. La que me dice que hay mucho más detrás que humor y, sin
embargo, me gustaría entender por qué.
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No. Sí. Mierda. Se frota el rostro con una mano y, por una vez, me doy
cuenta que parece incómodo e inseguro de sí mismo.
Eso es muy decisivo me burlo.
Complicas las cosas, Getty murmura mientras camina hacia mi espacio
personal para que pueda ver claramente la mirada en sus ojos incluso en la
habitación con poca luz. Y esta vez, cuando nuestros ojos se encuentran, la diversión
ha sido reemplazada por una intensidad que no esperaba . Porque hay algo en ti
que me recuerda continuamente por qué vine aquí. No sé por qué estás aquí y no
sabes por qué estoy aquí… y, sin embargo, por alguna razón, cada vez que te miro,
sé que debo quedarme cuando todo lo que quiero hacer es huir de nuevo.
Su explicación me desconcierta. La intensidad en sus ojos ahora tiene perfecto
sentido. Esperaba alguna respuesta tonta, alguna respuesta frívola para evitar el
problema y hacer que la situación desapareciera, y sin embargo hizo exactamente lo
contrario. Y ahora no sé cómo responder.
La otra mañana continúa antes de que pueda hablar, con la tensión en sus
hombros , no fuiste tú o tus cuadros o, joder… no importa. Levanta una mano
hacia la parte posterior de su cuello y tira hacia abajo mientras inclina su cabeza
hacia el techo. Su exhalación audible llena la habitación.
No. No me digas que no importa. Hazme entender.
Lentamente baja su barbilla mientras se acerca un paso más a mí.
¿Realmente quieres saber por qué me fui la otra mañana?
Su proximidad y la mirada en sus ojos me dificultan pensar con claridad.
Sí. Apenas puedo escuchar mi propia voz.
Esto dice mientras se acerca y pone una mano en la parte posterior de mi
cuello. Las campanas de alarma suenan en mi cabeza y todo lo que puedo pensar es
en cómo quiero estar corriendo hacía el fuego en este momento, en lugar de correr a
la seguridad. Puedo sentir su aliento en mis labios, sentir la intención en su toque
. Quería. Hacer. Esto.
En un suspiro, los labios de Zander están en los míos. Mi cabeza se tambalea
cuando la adrenalina me golpea. El calor, la calidez, el hambre y el deseo me ahogan
en su neblina libidinosa mientras mi jadeo sobresaltado abre mis labios,
permitiéndole deslizar su lengua entre ellos para bailar con la mía. Sabe a cerveza,
menta y lujuria, todo en uno y mi cabeza está nadando y mi corazón está latiendo y
santa mierda, me está besando. Tentándome. Despertándome.
Me toma un segundo despejar la conmoción de mi mente, porque estoy
aturdida sin moverme, comprensiblemente, pero cuando una de sus manos se 73
mueve para mantener mi mandíbula quieta y la otra para ahuecar la parte de atrás
de mi cabeza, la realidad me golpea. Su gemido llena mis oídos, bajo y gutural, y el
sonido me estimula. Me dice que esto es real. Mis dedos son tímidos contra su pecho.
Mis labios se mueven con los suyos, lengua tentando y piel ardiendo por más de su
toque. Mi cuerpo cambia de marcha de la frustración enojada al deseo inesperado.
Y pensarías que después de estar con Ethan durante tantos años, tendría que
recordarme que Zander no es él, pero no hay necesidad de eso. De ninguna manera.
Porque en los pocos segundos desde que los labios de Zander se han inclinado sobre
los míos, ha habido más calor, más ganas, de lo que Ethan me hizo sentir.
Posiblemente se deba a que es prohibido. Que sé que tener un hombre en mi
vida está fuera de la imagen en este momento. Una complicación que no necesito.
Pero que me maldigan si prohibido no sabe tan malditamente bien.
Y justo cuando comienzo a hundirme en el beso, con un gemido en mis labios,
se aleja bruscamente de mí con una mezcla moderada de agresión y arrepentimiento.
¡Maldita sea! jura apretando los ojos con fuerza mientras me quedo con los
labios hinchados y todas las partes de mi cuerpo aun tintineando por su beso .
Estaba jodidamente en lo cierto murmura más para sí mismo que para mí cuando
comienza a moverse de nuevo, a pasear por los pequeños confines de la habitación,
con una energía nerviosa inusitada sobre él.
Y no sé qué hacer. Si debo irme, escaparme mientras hace lo que está haciendo,
o me quedo aquí e intento en silencio recuperarme de lo que acaba de suceder. Elijo
quedarme quieta, porque mis rodillas están demasiado inestables para caminar
todavía.
Todo esto es tu culpa, sabes gruñe, señalando con un dedo hacia mí.
¿Mía? Me río, los nervios tiñen los bordes.
Sí. Definitivamente no hay indecisión en esa respuesta . Quería besarte
esa mañana. Me quedé allí mirando tus labios y quería saber cómo sabías. Sospeché
que una vez que lo hiciera, solo querría más. Pero soy un imbécil, Getty.
Temperamental. Egoísta. He arruinado muchas cosas últimamente y lo último que
quiero hacer es joderte, porque tú… hay algo en ti que en el corto tiempo que te he
conocido se ha metido bajo mi piel cuando no quiero que lo haga. Me pregunto por
qué estás aquí y de qué estás huyendo, cuando por lo general la única persona por
la que me intereso es por mí. “sí que sí… quería besarte, pero también quería ser
fiel a mi palabra y el por qué vine aquí. No puedo hacer las dos cosas. Y entonces…
mierda.
Salto cuando su pie conecta con el bote de basura y se estrella contra el gabinete
de metal detrás de él. Pero el sonido no hace nada con mi pulso, porque ya está fuera
74
de control por su sorprendente admisión. Afortunadamente, hay un estante detrás
de mí, porque me apoyo contra este, mis sentidos están completamente abrumados.
Sus palabras corren en un bucle en mi mente mientras lo veo caminar con
frustración, la ira emana de él y se estrella contra mí. Debería estar molesta, sentirme
rechazada como el otro día cuando se fue, pero es un poco difícil sentirse así cuando
alguien te acaba de decir lo que me dijo con su sabor aún en mi lengua.
Complicado murmura junto con otra cosa que no puedo escuchar por
encima de una aclamación en el bar que se filtra por la puerta a su espalda.
Zander. Hay tantas cosas que quiero decirle. Mucho significado en mi sola
declaración de su nombre. Está bien, tampoco quiero desearte. Entiendo todo lo que dices
sobre por qué viniste aquí. No puedo tener ninguna complicación ahora. Sin embargo, nada
sale de mi boca. Porque mientras que todo es cierto, ahora mismo, en este momento,
estaría mintiendo.
Finalmente, deja de pasearse y me mira con las manos puestas a su lado y
niega.
Lo siento. No debería haber hecho eso. Besarte. No debería haber dejado mi
mierda en la puerta de tu casa y hacerte sentir que es tu culpa… esto no era parte
del plan cuando vine aquí. Me estaba alejando de las mujeres y luego, joder, ahí
estabas y ahora solo estás en todas partes. Cuando da un paso hacia mí, contengo
la respiración, una parte de mí no está segura de lo que quiero más: que me bese de
nuevo, o que se aleje . Creo que es mejor si me quedo en el barco por unos días,
trabajar allí en esas reparaciones, aclarar mi cabeza, volver a la normalidad…
¿Barco? ¿Qué barco?
Zander, yo…
Sálvate, Getty. Déjame ir. Al final me lo agradecerás.

75
Capítul o7
ZANDER

Despierto con una sacudida. Mi corazón latiendo acelerado y sudoroso por la pesadilla.
De los monstruos y hombres malos que me perseguían. Y los gritos. Eran tan fuertes, tan
aterradores, parecían tan reales. El último pidiendo ayuda fue el peor.
Parpadeo. Una y otra vez. Y la pesadilla se va lentamente.
La cama cruje cuando me siento. Mi garganta está seca y esta habitación está caliente.
Agua. Es todo lo que quiero y es contra las reglas de mi padre mantener algo en mi habitación
debido a las cucarachas. Pienso en ir a escondidas a la cocina para sacar del grifo, pero no se
me permite salir de mi habitación después que me hayan acostado.
Nunca. La mano de mi papá buscando su cinturón. La punzada cuando golpea mi 76

trasero desnudo. La amenaza de ello me impide romper las reglas.


Pero tal vez estén dormidos. Tal vez papá puso suficiente de ese cielo en su brazo para
estar en el sofá en ese tipo de sueño donde sus ojos están parcialmente abiertos, pero realmente
no está despierto. Si ese es el caso, entonces mamá estará dormida en su habitación, porque
entonces eso significará que los otros hombres que vienen también se fueron. Los que se
sientan con papá y sus encendedores y cucharas torcidas y agujas espeluznantes, porque ella
solo se va a dormir después que se van.
Porque entonces ella sabrá que estaré a salvo.
Toso, intento tragar para mojar mi garganta, pero no funciona. Y ahora, todo este
pensamiento sobre el agua me está dando ganas de ir a orinar.
Como muchísimas ganas de hacer pis.
Con mi perrito de peluche apretado contra mi pecho, los dedos presionando los bultos
en su relleno, salgo de la cama y de puntillas hacia la puerta. Justo cuando mi mano tuerce el
pomo, un grito llena el pasillo. Es ruidoso, horrible y suena como en mi sueño y me asusta.
Me congelo, pero sigue y sigue y sigue.
Mamá.
Al instante, ella es todo en lo que puedo pensar, la única por quien me preocupo. Las
lágrimas empañan mis ojos mientras corro por el pasillo. Es el olor lo que me golpea primero.
Ese olor extraño como cuando me sangra la nariz, pero esta vez no está solo en mi nariz, está
en todas partes.
Cuando entro a la sala familiar, mi papá está parado cerca de la puerta principal. Se ve
raro, como si algo estuviera mal. Su cabello está en su rostro y su camisa está sucia con
manchas grandes y oscuras por todas partes. Mira hacia arriba y su rostro da miedo, y se
queda sin aliento como cuando recibe algo del "cielo malo" que lo vuelve un poco loco.
Me encojo. No quiero meterme en problemas por romper sus reglas. Especialmente
cuando tiene esa mirada en su cara.
—Zander. —Mi nombre es un susurro. Hay un gorgoteo de sonido. Un gemido de
dolor.
El miedo a mi padre se olvida en el momento en que noto a mi madre en el suelo al
extremo del sofá. Todo lo que puedo ver es su brazo extendido sobre su cabeza y su rostro de
la nariz hacia arriba.
—Mamá —lo digo una vez, pero su nombre se repite en mi cabeza una y otra vez
mientras corro hacia ella y caigo de rodillas. Hay sangre por todas partes. Es todo lo que
puedo ver, todo lo que puedo pensar cuando agarro su mano y le digo que estoy aquí. Mis
lágrimas caen sobre su mejilla. Estas lavan una mancha de sangre allí.
Y agujeros. Hay agujeros por todas partes en ella. Pequeños agujeros marcados en rojo. 77
Grandes agujeros con rojo aún más grande. Sobre su pecho y su barriga y sus brazos y su
garganta.
Mueve la cabeza para mirarme. Su cabello cae de su rostro y lo veo. El mango de las
tijeras parece gracioso sobresaliendo fuera de su cuello.
Sus advertencias anteriores de no correr con tijeras destellan en mi mente. ¿Corrió con
ellas? No pudo haberlo hecho. Está acostada.
Algo no está bien. No puede ser. Mi cerebro no funciona, mi cuerpo se congela de miedo.
—¡Papá! —Recuerdo que está en la habitación. Lo busco para obtener ayuda. Pero él
está allí. Cerniéndose sobre mí. Como el monstruo en mi sueño. Y veo que las manchas en su
camisa son de color rojo oscuro. Igual que los puntos de la misma sobre la piel de sus brazos.
Sus manos.
Igual que la sangre en toda mi madre.
Ella jadea Creo que dice, No , pero no lo sé porque suena como si estuviera bajo el
agua.
Todo mi cuerpo tiembla. Mis ojos parpadean una y otra vez, pero no puedo hacer que
esta pesadilla desaparezca.
Levántate. Llama a la policía. Consigue ayuda. Sálvala. Sálvame. Mamá. Dios mío,
mamá. Necesito curitas. Arreglar sus cortes. Detener el sangrado. Ayudará.
Curitas. Ve y consíguelas para ayudarla. Pero no me muevo. No puedo.
—Si le dices a alguien que me viste, te haré lo mismo. —Sus palabras me sorprenden.
Pero conozco ese tono. Sé que cuándo lo usa, habla en serio. La punzada de su cinturón en
mi parte inferior desnuda es un recordatorio constante de escucharlo.
La puerta se cierra con un portazo.
Necesito ayudarla. Tengo que hacerlo. Mi mano sobre las tijeras. La sangre como un
río. La plata teñida de rojo.
Un jadeo. Ojos en blanco mirándome. Su mano laxa en la mía.
Si le dices a alguien que me viste, te haré lo mismo.
No importa.
No le diré a nadie.
No creo que pudiera hablar si quisiera.

¿Dónde diablos estoy? Algo me despierta cuando el sueño termina, me


desorienta, me confunde. Hago un inventario rápido de las cosas: está oscuro afuera
y la toalla de mi ducha anterior todavía está enrollada alrededor de mi cintura. Me 78

levanto de la cama, coloco mis piernas sobre el borde y me froto las manos sobre el
rostro para darme un segundo para calmarme. Y para darme tiempo para escapar si
este es el sueño y esa era mi realidad.
Mi pulso late. Mi cabeza está tan jodida por la pesadilla que ni siquiera es
gracioso. La respiración que exhalo no ayuda. Los repetidos joder que digo en voz
alta a la habitación vacía tampoco.
He tenido esa pesadilla tantas veces que la conozco de memoria. Porque no es
un sueño. Es mi recuerdo. La realidad de mi infancia. Tan perfectamente clara. Como
si estuviera allí. El olor. El miedo. El sonido de la voz de mi mamá. Tan malditamente
agridulce. Las últimas palabras de mi madre, mi último recuerdo de ella… es mi
peor recuerdo de ella. El tiempo no lo ha desvanecido. El tiempo no ha curado viejas
heridas.
Joder no.
Pero ¿por qué ahora? ¿Por qué la pesadilla volvió después de tantos años sin
ella?
Y luego recuerdo la parte del sueño que es nueva. Las tijeras. La empuñadura
en el cuello. La sensación resbaladiza debajo de mis dedos. Su gemido de dolor al
tirar de ella. El chorro de sangre. Cómo traté de salvarla.
Y terminé matándola.
Ruedo mis hombros. Tomo una respiración profunda. Racionalizo en mi mente
adulta que el niño pequeño intentando salvarla no la mató realmente. La autopsia
puede haber dicho que la causa de la muerte fue su sangrado cuando le quitaron las
tijeras de su vena yugular, pero sé que, en el fondo, estaba muerta antes de eso.
Pero saberlo y aceptarlo son dos cosas completamente diferentes. Y aceptarlo
y no dejar que te joda es aún más difícil.
Asiento y respiro hondo, sabiendo que es por eso que estoy aquí: para lidiar
con el pasado, al fin, para poder arreglar las cosas con las personas que me dieron
un futuro.
Y todo es por la maldita caja.
La que se entregó a mi casa de la nada hace unas semanas que robó la paz que
había encontrado hace años. La que cometí el error de abrir. Las palabras en el
primer paquete de papel que recogí me hicieron caer sobre mi trasero. Haciéndome
cuestionar todo lo que he conocido. Sobre mí. Mis recuerdos. Y el hecho que otros
en mi vida sabían la verdad cuando yo no la sabía.
Ese puto paquete de papel: una copia del informe de autopsia de mi madre. 79
Las verdades que contenía me hicieron tambalear. Trajo recuerdos e imágenes que
había reprimido cuando era niño para volver con ganas y joderme. Esas verdades
habían sido demasiado duras para que un niño de siete años las aceptara. Me había
movido hacia adelante sin saber que había puntos en blanco en mi memoria que
debían llenarse: mis manos en las tijeras y el sonido final que hizo cuando las jalé.
¿Realmente importa todo este tiempo después? Sí, porque si no podía recordar algo
tan importante, ¿qué más no estoy recordando? ¿Qué más se me ha ocultado?
Los malditos fantasmas que pensé que estaban muertos y enterrados ahora
están de regreso con una venganza.
Es por eso que metí el informe de la autopsia en la caja, cerré las solapas de
cartón de nuevo, para intentar fingir que la vida que he estado viviendo no se basa
en una mentira.
Como si los recuerdos no fueran mentira.
Y ahora esa caja se sienta en un rincón de allí y se burla de mí. Me pregunto si
el resto de las cosas allí son tan discordantes como lo primero que vi.
Curiosidad: es más peligrosa que el miedo.
Es la razón por la que estoy aquí.
Y aunque me gustaría enojarme con Colton por despedirme y forzarme a
alejarme de la pista, esto no es su culpa. De ninguna manera. Soy lo suficientemente
hombre para admitir eso.
A mí mismo todos modos.
La distancia me ha permitido ver eso. El paso atrás que Colton me obligó a
tomar, el tiempo para reflexionar con la cabeza despejada sin las distracciones en las
que me estaba ahogando: alcohol, mujeres, adrenalina; me permitió darme cuenta
de la verdad.
Y ahora quedo no solo para lidiar con la bomba de tiempo de una caja en el
rincón, sino para descubrir cómo corregir las decisiones equivocadas que tomé.
Demonios, sí, podría tomar el camino más fácil: prender fuego a la caja en una
hoguera, ahogarme con mi orgullo y llamar a Colton para disculparme. Reprimir la
curiosidad y retractarme de las brutales palabras que dije cuando estaba enojado con
el maldito mundo y solo necesitaba una salida. La ira es la única emoción que hace
que tu boca trabaje más rápido que tu mente, y es mejor que apuestes tu culo a que
mi boca tenía el control.
Pero eso no resolvería una mierda. Todavía estaría jodido de la cabeza y las
disculpas son solo una curita colocada en una herida abierta cuando cortas a alguien
tan profundamente como corté a Colton.
80
Lo sé por experiencia, no siempre detienen el sangrado.
Y es por eso que estás aquí, Donavan murmuro para mí, mientras me dejo
caer sobre la cama, la visión del techo era mucho mejor para mi psique que la burla
de la caja de cartón. Por la que necesito tomar valor y abrirla. Probar que, sin las
distracciones, puedo lidiar con eso. Que sus contenidos no me joderán más de lo que
ya estoy.
Además, no puedo ahuyentar a los fantasmas para siempre si no los enfrento.
Y, sin embargo, mi primera semana en PineRidge ha terminado y todavía permanece
allí. Sin abrir. Sin tocar. La pregunta es, ¿qué más hay ahí? Mi curiosidad me pide
que la abra. Mi estabilidad mental me dice que desperdicie un rollo entero de cinta
y la selle para siempre.
Jodido cristo. Ya he tratado con esta mierda. Lidié con ella de niño
encerrándome en mi propia mente y sin hablar durante meses. Lo enfrenté a través
de interminables horas de terapia e innumerables noches acurrucado en una bola,
con miedo de ir al baño por temor a lo que podría encontrar de nuevo. Lo que llevaba
a una cama mojada y una cabeza jodida.
Y luego, cuando mi papá regresó por mí, tuve que lidiar con el caos que trajo
consigo nuevamente. El arma que sostenía. Rylee, mi consejera en ese entonces,
protegiéndome a toda costa. El sabor del miedo en mi boca. El pequeño deseo de
que él ganara, así tal vez moriría y podría ver a mi madre otra vez. Luego el disparo.
Más sangre de nuevo. Un policía de pie sobre su cuerpo.
Y luego la libertad de saber que nunca podría venir por mí otra vez. El miedo
que acabó.
Así que sí, lidié bien con todo. No tienes elección cuando tienes ocho años y
estás solo en este mundo grande y malo.
¿A quién estoy engañando? Todavía estoy lidiando con eso todos los días. Y si lo
primero que saqué de la caja me jodió tanto que estuve dispuesto a tirar todo lo
importante para mí, ¿qué sucederá cuando la abra de nuevo y descubra más cosas
con las que no puedo lidiar?
Pero ese es el punto, idiota. Venir aquí, lidiar con mi mierda y probarme a mí
mismo que soy el hombre que sé que soy, el hombre que Colton ayudó a hacerme.
Solo así podré volver a casa y redimirme. Con mis padres adoptivos, con mi equipo,
con los fans.
Maldición, esto está jodido gimo cuando subo un antebrazo para cubrir
mis ojos cuando escucho el portazo de la puerta principal. Seguido de pasos. Una
risita que me desconcierta. Luego el chirrido de esa maldita puerta del baño. Y toda
la razón por la que fui y dormí en el bote de Smitty, las noches de insomnio con una
81
cerveza en la mano, viendo cómo el fósforo iluminaba el agua y jugando con
tonterías mecánicas con las que no tengo que jugar, para obtener algo de espacio y
una perspectiva de por qué estoy aquí en primer lugar, simplemente salieron por la
maldita ventana.
Getty.
Las viejas tuberías de la casa crujen. El sonido revelador de que se está
duchando. Y una ducha significa que está desnuda. Maldita sea, si no la imagino
desnuda en el pasillo, excepto por los calcetines que no coincidían la primera noche
que nos conocimos. No es como si estuviera muy lejos de mis pensamientos, para
empezar.
Y, sin embargo, le dije a Darcy que estábamos bien con vivir juntos. ¿Cómo
pensé que era una buena idea? La teoría de que un clavo saca otro clavo, compartir
apartamento con una mujer y tal vez evitar la tentación de todas los demás, no está
funcionando demasiado bien para mí ahora.
Recordatorios diarios de sus curvas desnudas definitivamente no ayudan.
Sin mencionar que fui y la besé. La besé cuando no tenía por qué besarla,
porque pensé que tal vez si lo sacaba de mi sistema, ya habría terminado y dejado
de pensar en ello. Sí. Como si eso tuviera la oportunidad de suceder en el momento
en que hizo ese pequeño sonido en la parte posterior de su garganta que hizo que
cada parte de mí quisiera acostarla y conocer qué otros sonidos hace.
Pero más que eso, no debería haberla besado después de la forma en que saltó
cuando la agarré del brazo para evitar que pasara junto a mí. Eso en sí mismo me
dice que está aquí para lidiar con su propia mierda, y besar a un imbécil como yo no
va a ayudar en lo más mínimo.
He visto estremecimientos como ese antes. Viví los primeros siete años de vida
viendo a mi madre hacer exactamente lo mismo. Saltar por nada. Encogerse en un
rincón para estar fuera del camino.
Sin embargo, Getty no es mi madre. No necesita ser salvada. Obviamente se
salvó a sí misma.
Metete eso a la cabeza, Zander, y déjala en paz en todos los aspectos.
Son compañeros de apartamento. Ambos están lidiando con mierda. Dormir juntos,
porque seamos sinceros, eso definitivamente no sería una dificultad si la forma en que besa es
una indicación; no va a solucionar nada para ninguno de los dos. Solo complicaría las cosas
cuando ya son lo suficientemente complicadas como están.
Pero joder, es tentador.
Perdido en pensamientos de ella, salto cuando mi puerta se abre 82

repentinamente. Getty está de pie en la puerta, con las manos en las caderas, las
mejillas enrojecidas. Y completamente vestida. Así que, obviamente, mis
pensamientos de que estaba en la ducha eran puramente para mi propio beneficio
sexual frustrado.
Enciende el interruptor justo dentro de la puerta. La luz inunda la habitación.
¡Y el chico maravilla ha regresado de su etapa como Popeye! dice con un
estilo dramático mientras entra, atrapándome con la guardia baja.
¿Qué puedo hacer por ti, Getty?
¿Hacer por mí? Se ríe, sus ojos se mueven salvajemente por la habitación
antes de dirigirse directamente a mi cómoda . ¿Sabes lo que puedes hacer por mí,
Mander? dice sobre su hombro y con un poco de desprecio. Toma algunas revistas
de carreras que he apilado en el escritorio, las levanta unos centímetros y luego las
suelta con un ruido sordo. La de arriba se desliza hacia un lado; la de abajo está
torcida . Puedes dejar de hacer todo tan malditamente perfecto. Puedes dejar de
alinear tu mierda en el mostrador del baño para que todo quede perfectamente recto.
Cuando vacíes el maldito lavaplatos, puedes dejar de hacer que los tenedores del
cajón queden perfectamente uno encima del otro. “lineados. Puedes…
¿Getty? Está enloqueciendo. Aunque he estado con suficientes mujeres
emocionales para que su exhibición no me confunda completamente, algo sobre su
actuación se registra en mi radar.
¿Mmm? Lo dice como si no le importara nada en el mundo. Tal vez no es
frenética después de todo. Tal vez sepa exactamente lo que está haciendo, y eso es
aún más aterrador. También intrigante.
¿Qué estás haciendo? Mi curiosidad está definitivamente picada. No me
importa que toque mis cosas. Yo invadí su privacidad primero. Sus pinturas eran
diez veces más personales que mi colonia y mis revistas, y, sin embargo, lo pregunto
porque estoy fascinado por lo que la ha llevado a irrumpir en mi habitación y
empezar a despotricar.
La perfección está sobrevalorada dice mientras toma una camisa doblada
de la parte superior de la cómoda y la arroja descuidadamente sobre la silla al lado.
Aunque sé que se refiere a mis cosas y cómo prefiero que todo esté en su lugar, el
sonido en su voz me hace pensar que está hablando de mucho más que solo
organización.
Menos mal que estoy lejos de ser jodidamente perfecto, entonces.
Eso nos convierte en dos dice con un poco de risita, cambiando de humor
ahora que ha hecho todo lo que se propuso hacer. Dándose la vuelta, y por primera
83
vez desde que entró en mi habitación, me mira a los ojos. Hay algo raro en ella, algo
que no puedo ubicar, pero sé el momento en que nota lo que estoy usando.
O, mejor dicho, no usando.
Sus ojos se abren, luego se ponen en blanco cuando mueve su cabeza hacia
atrás y se ríe con incredulidad.
¿En serio? ¿Esto de nuevo? Es posible que no sepa mucho, pero sé que eso es
más que el tamaño promedio. Su risa llena la habitación mientras hace un gesto
con la mano delante de ella y apunta hacia mi polla, meneando la cabeza para
enfatizar. Cuando levanta la vista de la mirada abiertamente larga hacia mi paquete,
es cuando me doy cuenta que sus ojos están un poco vidriosos. Me doy cuenta que
sus últimas palabras se arrastraron un poco.
Bueno, mierda. Parece que Getty ha bebido unos cuantos.
Lucho contra la sonrisa en mis labios, su cumplido aumenta mi ego, pero la
visión de ella es aún mejor.
No creas que no puedo ver que te ríes de mí, chico maravilla. ¿De verdad
crees que voy a caer en tus tonterías de nuevo? Hermosas pinturas, Calcetines dice,
imitando mi voz. No puedo dejar de reír … luego huyes. No quiero besarte,
Calcetines. Me besas y huyes a un bote. ¿Un bote? ¿Quién eres, el capitán Jack
Sparrow? ¿Y ahora? Ahora probablemente planeaste esto para que la toalla se
resbalara convenientemente, así caigo a tus pies. ¿Y entonces qué? ¿Vamos a dormir
juntos y luego vas a huir de nuevo? Da un paso adelante y directamente a mi
espacio, tocando mi pecho desnudo . Sigue soñando, Mander.
Y mientras que su actuación es bastante cómica, no tiene nada que ver con la
imagen que puso en mi cabeza sobre ella en sus rodillas, la toalla a mis pies y sus
labios alrededor de mi… mierda. Deja de pensar en ello. Esta toalla no esconderá ni
mierda si estoy erguido a media asta por el pensamiento.
¿Primero Popeye y luego el capitán Jack? La fantasía de cada mujer. Me
río . ¿Has estado bebiendo esta noche, Getty? Se balancea un poco cuando niega,
y aferro sus hombros antes que caiga a toda prisa sobre mí. Se encoge de hombros
de inmediato, pero no de la manera sorprendida en que lo hizo el otro día. Más bien
molesta porque no quiere ninguna ayuda.
Tal vez. Su sonrisa me dice definitivamente, pero lo dejo pasar . Solo un
poco. Liam quería que me acomodara en el otro lado de la barra, que viera el juego,
fuera una local. Así que lo hice. Y fue divertido. Así que al diablo con Ethan. Al diablo
él y a sus tonterías de a una dama jamás la atraparían bebiendo. Bebí. Entonces, ¿qué
pensaría de eso?
84
¿Ethan? El nombre me desconcierta. Mi rápida respuesta se desvanece cuando
me concentro en el nombre y en cómo revela una pequeña parte de su pasado que
guarda tan en secreto. Una parte de mí quiere preguntar más, cuestionarla cuando
está más dispuesta a hablar… y aunque no tengo problemas para esquivar la línea
de la moralidad, esta es una línea que no cruzaré.
No hay nada de malo en tomar unas copas y mirar un juego. Me voy por
lo seguro. Prefiero dejar que sus asuntos sigan privados. No es justo aprovecharse
de alguien de ninguna manera cuando está borracha . Debiste decírmelo. Podría
haber tomado una cerveza o dos y me hubiera gustado ver el juego.
Pensé que estabas ocupado navegando los siete mares o algo así. Resopla
cuando se ríe y es jodidamente adorable.
Ni de cerca. Deberías haber preguntado. ¿Qué estás haciendo, Zander? Pensé
que ibas a tratar de alejarte de ella.
Me mira por un segundo, con los ojos entrecerrados, mientras los
pensamientos visiblemente cruzan su rostro antes de caminar hacia la ventana. Mira
hacia las luces en la bahía por unos momentos antes de darse la vuelta.
Lo siento, pero eso podría haber complicado las cosas.
Mueve sus ojos a los míos cuando dice las palabras, levantando una ceja y
frunce sus labios para reforzar su sarcasmo. Nos quedamos en silencio, dejando que
su burla rebote en el espacio entre nosotros, creando tensión con cada segundo que
pasa.
Define complicado. No puedo resistirme. Sé que no debo presionar los
botones que no quiero que se presionen, pero joder, si no me gusta demasiado la
Getty ebria.
Su sonrisa es rápida y tortuosa cuando camina hacia mí, y me encanta.
Complicado dice mientras camina hacia mí otra vez sin dudar y se levanta
de puntillas para que su boca esté justo en mi oído cuando me inclino , sería si te
besara en este momento.
Jodido cristo. Estoy de pie en una toalla, puedo sentir el calor de su aliento en
mi oreja y sus tetas rozan mi pecho cuando respira, ¿y va y dice eso? Debo estar
fuera de mi juego, porque hay una fracción de segundo en que ambos nos
congelamos, ambos sabemos que queremos que suceda, pero no creo que pueda
detenerme solo en un beso.
Infierno no. No ahora. No con la cama detrás de mí y ese juguetón desafío
saliendo de sus labios. No con ella bebiendo. No con mi promesa a mí mismo.
Pero demonios si no pone las cosas dolorosamente duras. En todas las áreas.
Se retira unos pocos pasos, los ojos aún fijos en los míos, como si una mujer 85

ligeramente diferente de la que estoy acostumbrado estuviera delante de mí. Los


calcetines que no combinan hasta la rodilla pueden ser los mismos, pero la sonrisa
desafiante en sus labios, las mejillas enrojecidas y los ojos llenos de vida son
diferentes. Hay una nueva confianza en ella en este momento. La falta de inhibición.
Su guardia constante se ha relajado. Un indicio de la verdadera ella que se esconde
debajo de cualquier tontería con la que esté lidiando se está asomando.
No respondiste dice, y tiene razón. No hay forma de que pueda hacerlo,
porque que me maldigan, si no hace que lo complicado sea bienvenido.
¿Es eso lo que quieres? Jugaré su juego, responderé su pregunta con una
pregunta. Con sus ojos fijos en mí, me inclino hacia atrás y tomo un par de
pantalones cortos de gimnasio de la cama. Su mirada se desliza hacia abajo para
mirar mientras los deslizo debajo de mi toalla antes de dejarla caer. Ahora puedo
sacar esa imagen anterior de mi cabeza. Al menos estamos en un campo de juego un
poco más parejo. Pero en el que quiero estar es horizontal y está detrás de mí.
Quiero muchas cosas… Maldita sea. La forma en que lo dice, gutural, llena
de invitación, provoca un escalofrío en la base de mi columna vertebral.
Tú y yo, Calcetines.
No quiero que me gustes, ¿sabes? Intenta reprimir el bostezo, pero fracasa
miserablemente.
Tampoco me gusto últimamente, así que no te preocupes. La admisión
está fuera de mi boca sin pensarlo. Su cabeza se mueve hacia adelante y hacia atrás,
los ojos se estrechan de una manera que causa un pequeño pliegue en su frente.
¿Qué…? ¡Cielos! Esa risa despreocupada suya llena la habitación de
nuevo, rompiendo el momento, mientras se lleva una mano a la cabeza . ¿Sentiste
eso? La habitación se acaba de mover. Su susurro silencioso también me hace reír,
agradecido por la interrupción.
No se movió en absoluto, pero probablemente querrás acostarte.
Oh, ¿es eso lo que se supone que debo hacer? Me mira con los ojos
ensanchados en pregunta, los labios fruncidos en forma de O, y la sorpresa escrita
en toda su cara.
Inocente. Confiada. Hermosa. Es hora de dar un paso atrás. Recuperar esa
distancia.
Vamos a llevarte a la cama.
No me digas qué hacer, Zander. Nadie puede decirme qué hacer nunca más.
Se cruza de brazos y me da una mirada de muerte que es tan condenadamente 86

linda que quiero reírme de ella. Y luego se balancea . Creo que me voy a la cama.
Buena idea. La sigo por la puerta de mi habitación y la veo abrir la de
ella . Iré a buscarte algo de Advil.
Agarro dos pastillas y cuando cierro el botiquín, mis ojos se desvían hacia la
encimera del baño. A mi desodorante, loción y gel para el cabello, todo alineado en
una pequeña fila perfecta contra la pared.
Sus palabras vuelven a mí. Me molestan. Me pregunto si son otro indicio de la
vida que vivió antes de esta casa de campo. Camino por el pasillo antes de
detenerme, negando y volviendo al baño. No estoy seguro de por qué lo hago más
que porque sé lo que es tener un detonante, una cosa que te recuerde algo que
preferirías olvidar; tumbo el desodorante y saco el gel de la fila.
Los miro por un momento. Me pregunto por qué me molesto. Por la misma razón
por la que le llevas Advil. Porque te importa.
Mierda.
Cuando llamo a su puerta, se balancea hacia adentro y está en el centro de la
cama, dormida. Hay algo tan pacífico en ella. Algo que me hace querer sentarme
aquí y mirarla fijamente, porque es un poco calmante.
Jesús, Zander. Realmente lo estás haciendo bien con la distancia, ¿verdad?
Capítul o8
GETTY

Lista de reparaciones
Reemplazar escalón delantero el tercero
Reemplazar las tejas que faltan del techo
Terraza trasera = Trampa mortal
Arreglar la cerradura de la puerta del patio. Lo siento, señor Asesino del
Hacha
Arreglar el espejo del baño
Desagüe del agua 87

Reparar persianas
Añadir barandilla a los escalones delanteros & pintar
Agregar luz en tono amarillo
Conectar Internet por el amor de Dios
Derrumbar la casa y reconstruirla 

La última frase me hace reír a carcajadas en la cocina vacía, toda la cosa es


divertida. Dejo caer la libreta con la escritura garabateada de Zander y recojo mi
café.
¿Que es tan gracioso?
Me estremezco interiormente ante el sonido de su voz flotando por el pasillo,
recuerdos de la noche anterior vuelven a mí en pedazos y piezas. Si bien es posible
que no lo recuerde todo, estoy segura que recuerdo haber deslizado mis manos por
su pecho desnudo y susurrar en su oído. Intentando ser sexy. Tratando de jugar con
él como lo hizo conmigo. Y, por supuesto, con unas cuantas copas en la cabeza, tal
vez sentí que lo había logrado, pero tengo la sensación que parecía más una idiota.
Mantengo mis ojos en ángulo hacia la ventana cuando Zander entra a la cocina.
Lo último en tu lista de reparaciones murmuro.
Hace un sonido estando de acuerdo.
¿Cómo está tu cabeza esta mañana?
Bien. No está mal. Solo un pequeño dolor de cabeza. Gracias por dejar el
Advil en la mesita de noche. Fue muy amable de tu parte.
No hay problema.
Dios. Estamos haciendo eso de hablar tan pocas palabras como sea posible.
Debo haber sido realmente una imbécil anoche. O lo molesté. Con un suspiro, me
vuelvo para mirarlo y maldición si quisiera no haber estado frente a la ventana.
Tiene el cabello despeinado y sus ojos están un poco hinchados por el sueño con un
pliegue de la almohada en su mejilla. Sus pantalones cortos están colgando
demasiado bajos en sus caderas, por lo que ese maldito y feliz camino de vello se
destaca en toda su gloria, atrayendo mi atención a lo que hay debajo cuando no
debería estar mirando allí.
Puede que no sepa mucho, pero sé que eso es más que el tamaño promedio.
Mi comentario de la noche pasada destella en mi mente. La visión de él todo
desordenado por el sueño luciendo como algo junto a lo que desearías recostarte y
acomodarte es lo primero que me viene a la mente. 88

¿Puedo morir ahora, por favor? Si dije eso, ¿qué más salió de mi boca?
Sobre lo de anoche… Busco a tientas qué decir, ya que la intensidad en su
mirada azul me mantiene como rehén . Lo siento si dije o hice algo que fuera…
normalmente no bebo. “sí que…
No necesitas disculparte. Fuiste linda. Graciosa. Despreocupada. Me gustó.
¿Despreocupada? ¿Yo? Estoy prácticamente tartamudeando mientras trato de
responder con una oleada de calor en mis mejillas mientras me sonrojo.
¿Realmente sabes cómo hacer todo eso? pregunto, señalando la lista de
arreglos para tratar de cambiar el tema.
No responde a la pregunta, pero sus ojos todavía están fijos en los míos,
aun haciendo preguntas tácitas sobre el último tema, cuando no quiero que lo haga.
Entonces, ¿cómo vas a arreglarlo todo? ¿Contratarás a alguien?
No.
Estás terriblemente hablador esta mañana. Resoplo, y de alguna manera
la exasperación me ayuda a encontrar un poco más de apoyo en este ida y vuelta
que se ha convertido en nuestra norma.
Voy a buscar en mi portátil. En Google si tengo que hacerlo. No estoy
preocupado por eso, soy bastante bueno con mis manos.
Oh… Frunzo mi nariz, tratando de mantener mi mente enfocada y no en
la habilidad de sus manos . No hay Internet en la casa. ¿Por qué me siento tan
estúpida al decir eso? Admitir que prefiero estar aislada del mundo por un tiempo
en lugar de tenerlo a mi alcance con un motor de búsqueda.
Me di cuenta. Voy a configurarlo mientras estoy aquí también. Mientras
tanto, si lo necesito, solo haré lo que tú haces.
¿Eh?
¿Lo que hago?
Sí. Se encoge de hombros como si debiera saber . Usar la señal
compartida con el celular.
No tengo Internet en mi celular.
Levanta la cabeza y me mira como si tuviera tres cabezas, con la boca abierta,
y una sorpresa no puede descifrar cómo verbalizar pasa fugazmente a través de sus
ojos.
¿Qué quieres decir con que no tienes Internet? Su voz suena como su cara
89
se ve: asombrada.
No es gran cosa le repito sus palabras de nuevo mientras trato de
apresurarme a explicar y sonar creíble. No puedo salir y decirle que mi celular es un
teléfono prepago, solo en caso que mi padre o Ethan hayan intentado rastrearme o
localizarme de alguna manera, no podrían hacerlo. Ya he estado allí y he hecho eso
con ellos, aprendí mi lección.
Además, no está en mi presupuesto en este momento.
Entonces, ¿qué pasa cuando estás conduciendo y te pierdes?
¿Quién dijo que quería que me encontraran? La broma está fuera de mi
lengua sin pensarlo. De repente una ola de recuerdos me golpea fuerte y rápido.
¿Cómo crees que supe dónde estabas hoy, Gertrude? Un pequeño clic y la aplicación instalada
en tu teléfono, solo así, sin que lo sepas. Sé todo lo que haces. A cualquier parte que vayas.
Cada movimiento que haces. Eres mía. Nunca olvides eso.
Alejo el recuerdo. Ignoro el pánico. Y me encuentro con los ojos implacables de
Zander, que revelan que está haciendo suposiciones que preferiría que no hiciera
sobre mi comentario. Intento salvar las apariencias, cambiar la dirección de las
preguntas que sé que vienen.
Esa pregunta es ridícula, de verdad. Si estuviera perdida, solo me detendría
y pediría direcciones. Me fuerzo a reír, pero no creo que se lo crea.
No. Volvamos al primer comentario. Apoya sus manos sobre el mostrador
y se inclina sobre este para que no pueda esconderme de su mirada.
No lo hagamos. Fin del tema, Zander. Déjalo ir.
¿Quién te estaría buscando, Getty? Su tono, el que dice no me ocultes esta
parte, me hace querer gritar, dar pisotones y decirle que está cruzando límites que
no quiero cruzar.
En cambio, me aseguro de que mi voz sea implacable cuando le respondo.
Nadie.
¿Es eso lo que Ethan diría?
Todo dentro de mí se congela, mi mente, mi corazón, mis pulmones; ante el
sonido del nombre. Mi pasado, mis miedos, el lugar al que nunca quiero volver a
ver, corre por mi mente como si nunca me hubiera ido.
¿Él te envió aquí? Mi voz es tranquila como el acero cuando hablo, aunque
mi interior es un torbellino de ansiedad.
¿Quién es él, Getty? Su voz se suaviza, pero la determinación en sus ojos 90
nunca vacila.
Nadie que quieras saber y no es asunto tuyo. Me obligo a dejar de
juguetear con el teclado sobre el mostrador, mi inquietud es clara como el día.
Excepto por el hecho que es la razón por la que estás huyendo.
Cállate, Zander. Empiezo a rodear el mostrador en forma de L para poder
salir de la pequeña cocina, pero solo se para delante de mí para bloquear mi camino.
Pero a diferencia de Ethan, no le tengo miedo. No tengo que luchar para ver
dónde puedo desaparecer. Más bien, existe la necesidad de proteger mis secretos,
mantener mi lugar y mi identidad aquí, limitados solo a lo que quiero que la gente
sepa sobre mí.
Si estás en problemas, Getty… por favor, puedo intentar ayudarte. Todo lo
que tienes que hacer es pedírmelo.
Sus palabras tocan cada parte de mí que está cansada de luchar sola, cansada
de estar sola. Y, sin embargo, sé más que nadie que todo lo que se necesita es que
una persona sepa, que esa persona comente de forma directa a otra persona, y de
alguna manera, de alguna forma, Ethan lo averiguaría.
Límites. Se necesita todo lo que tengo para pronunciar esa sola palabra.
Con el cuerpo tenso. El pulso acelerado.
No quieres que pise tus límites, entonces no vengas a mi habitación un poco
borracha y actúes como un demonio y me compares con tu ex. Porque es tu ex,
¿verdad, Getty?
Dije que no es asunto tuyo digo entre mis dientes. Odiándome y
preocupándome por cualquier otra cosa que dije anoche y al mismo tiempo
necesitando detener esta conversación antes que me presione demasiado.
Como el infierno lo es. ¿No crees que es importante para mí saber si algún
hombre va a entrar aquí para tratar de llevarte o lo que sea que esté pasando aquí,
para que sepa cuál es la mejor manera de protegerte?
Sube las defensas, Getty. No necesitas a nadie. Así es como vas a sobrevivir a esto, a
curarte de esto, dependiendo únicamente de ti misma. Empújalo lejos. Protégete a ti misma.
Primero que nada, Ethan no es nadie para mí. En segundo lugar, nadie va a
entrar aquí y, lo que es más importante, no soy tuya para proteger. Lo miro
fijamente, lo encuentro con una resolución que definitivamente no siento. Sus
palabras comienzan a hundirse y rompen una grieta en las paredes que tengo a mi
alrededor. No puedo pensar en eso ahora, en cómo un hombre con quien acabo de
91
conocerme está ofreciendo protegerme cuando los que deberían haberlo hecho
nunca lo hicieron.
Sigue pensando eso, Calcetines. Sigue pensando que solo porque no eres
mía… lo que sea que signifique para ti… no debería defenderte y yo seguiré
fingiendo que no estás huyendo de nada, y veremos qué tan lejos nos lleva eso.
Hay una mordacidad en su voz que me dice que lo he ofendido, y recibo el sonido
Si lo he enojado, entonces tal vez se mantenga a distancia.
¿Puedo irme ahora? Soy una perra en cómo lo digo, molesta, pero no
puedo ser de otra manera. Hay un destello de algo en sus ojos: dolor, desconfianza,
incredulidad. No puedo descifrarlo, pero realmente no me importa, porque necesito
escapar de esta situación.
Esta vez, cuando trato de moverme más allá de él, me deja. Y gracias a Dios
por eso, porque unos segundos más y vería las lágrimas brotando de mis ojos y mis
manos temblando y no quiero que lo haga.
No quiero que sepa cuánto me ha afectado el hecho de escuchar ese simple
nombre. Cómo en una fracción de segundo, es como si Ethan estuviera aquí, su voz
enojada en mi oído, y todo el progreso, toda la fuerza que he ganado, desaparece.
Con la puerta de mi habitación cerrada a mis espaldas, me deslizo hacia abajo
hasta que estoy sentada en el piso.
El castigo mental comienza de inmediato. La incredulidad de lo estúpida que
pude haber sido para beber lo suficiente como para decir algo sobre Ethan. ¿Qué
más dije que no recuerdo? ¿Qué otra información le di a Zander para que tuviera
curiosidad?
Luego viene la preocupación. El miedo. La duda. Zander menciona a Ethan
una vez y entro en modo de apagado: arremete, sé una perra, protégete, aléjate.
Pensé que había llegado más lejos que esto emocionalmente.
Solo prueba que las cicatrices invisibles son las que cortan más profundo y
permanecen contigo más tiempo.
Una parte de mí quiere volver, hablar con Zander, disculparse, agradecerle su
preocupación. Pero sé que no puedo. Sé que mi mayor activo en este momento es mi
aislamiento. Mi distanciamiento. El conocimiento de que no necesito absolutamente
a nadie.
Así que me aferro a mi ira y miedo. Conservo los recuerdos de la mansión en
las colinas donde todo desde el exterior se veía perfecto, pero en el interior la vida
era tan fría y controlada como una prisión.
Mantente fuerte, Getty. Mantente fuerte, inteligente y sola, y nunca más podrá
lastimarte. 92

El cielo retumba enojado cuando miro por la puerta principal. Los tonos de gris
y carbón arruinan el horizonte: hay otra tormenta a punto de golpear PineRidge.
Agradecida de haber escuchado a Zander irse antes para correr antes que llegue la
tormenta, sé que no tengo ninguna posibilidad de chocar con él antes de irme a
trabajar. No hay oportunidad para que haga más preguntas.
Me dirijo a la cocina y saco mis llaves de la canasta, resignada a tener que
conducir mi auto al trabajo para no quedarme atrapada caminando en un aguacero
esta noche cuando salga de turno. Además, probablemente es mejor usarlo, ya que
apenas lo he usado desde que vine aquí.
Cuando coloco la llave en el encendido, el motor revoluciona unas cuantas
veces, pero nunca arranca. El pánico me hace cosquillas en la nuca. Es solo que no
lo he usado en unas pocas semanas. Eso es todo.
Pero después de la tercera o cuarta vez, todavía nada.
No. No. No. La palabra se repite una y otra vez en mi cabeza mientras reprimo
las lágrimas que pican y la emoción que brota como una presa, la cual me temo que
no podré parar una vez que empiece.
¿Puede este día empeorar? Primero Zander empujando los límites con su
mención de Ethan. La confrontación con él me agotó la resolución, como una
bofetada, mostrándome lo rápido que puedo volver a ese lugar oscuro del que
emergí: el miedo y la falta de control, haciéndome darme cuenta que no soy ni de
cerca tan fuerte como pensaba que era. Y ahora hay algo mal con mi auto cuando no
tengo dinero para pagarle a alguien para que lo repare.
Y necesito mi auto. Es mi única forma de correr si me encuentran. El símbolo de
mi libertad y un recordatorio de ese primer paso que tomé para hacer mi vida mía.
Ethan y mi padre arrugarían sus narices ante este viejo auto y tal vez es parte
de la razón por la que lo amo tanto. El simbolismo. El desafío.
El jódanse.
Una vez más murmuro mientras vuelvo a girar la llave. Una vez más, no
hay nada más que el sonido de mi sollozo ahogado cuando cae la primera lágrima.
Y al estar en modo de sobrecarga emocional, estoy enojada conmigo misma por
llorar. Enojada con en el auto. Injustamente furiosa con Zander porque comenzó mi
día así y la bola solo siguió rodando cuesta abajo.
93
Salgo del auto, cierro la puerta de golpe y solo lo miro por un minuto mientras
me levanto para caminar hacia el Lazy Dog.
¿Suena como si algo estuviera mal con tu auto?
La voz de Zander me hace apretar los dientes y desear que se vaya. No
respondo, solo me limpio las lágrimas de debajo de los ojos con la mayor dignidad
que puedo, y me dirijo a la casa a buscar mi paraguas.
¿Getty? Ignoro su llamada y paso por delante de él, odiando que me siga
viendo en los momentos en que estoy agotada y destrozada. Pasos en el piso de
madera me dicen que me está siguiendo . Si hay algo mal con el motor, no es un
gran problema. Hay una tienda al otro lado…
Necesito mi auto. Sabiendo que sus ojos están sobre mí, estoy nerviosa y
por mi vida, no puedo recordar dónde dejé mi paraguas. Como una loca, empiezo a
revolver las cosas, el reloj corre y mi urgencia aumenta a medida que se acerca el
inicio de mi turno.
Vivimos en una isla. El bar está a solo un par de cuadras. Que tu auto no
arranque no es el fin del mundo.
Déjame en paz, Zander. No lo entendería.
Mi armario. El cuarto en el pasillo. La sala de estar. Y todavía no puedo
encontrar la maldita cosa. Todo con él justo detrás de mí. Respirando en mi nuca. Su
presencia añadiendo presión a su silencioso escrutinio.
¿Por qué aquí, Getty? Una isla no es exactamente el mejor lugar para ir si
estás huyendo de algo. Ese auto tuyo solo te llevará hasta donde llega el ferry.
Sus palabras burlonas me detienen en seco. Trato de forzar una respuesta fuera
de mí. Y vacilo por un momento, mis ojos buscando y mi mente cuestionándose por
millonésima vez por qué elegí este lugar. La respuesta fue simple en aquel entonces,
cuando mi único pensamiento era llegar lo más lejos posible. La combinación de la
reclusión de la isla mezclada con un lugar donde alojarse gratis fue más que
suficiente para mí.
Pero no le debo una explicación a nadie, y menos a él.
Necesito arreglar mi auto lo digo nuevamente, calculando mentalmente
cuánto dinero de propinas he guardado en mi escondite secreto mientras también
estimo qué tan rápido puedo conseguir que la tienda de consignación venda mi ropa
para ganar más.
Puedo arreglar…
No necesito tu ayuda mascullo las palabras. Enojada, molesta y abrumada.
Llamaré a una grúa por ti, entonces. 94

Mis ojos se llenan de lágrimas. Mi cólera obstinada se convierte en vergüenza.


No.
¿No?
No puedo pagarlo. Mi voz es apenas un susurro.
¿Qué dijiste? Odio el tono condescendiente en su voz. La incredulidad.
Déjame sola, por favor. Todavía está detrás de mí cuando hablo, pero una
oleada el calor inunda mis mejillas en una mortificación como nunca antes había
conocido.
No puedes estar en bancarrota viviendo de tu fondo fiduciario.
Juro que mi cuello casi se rompe por el movimiento que causan sus palabras.
Están completamente fuera de lugar y están tan lejos de la verdad que no sé cómo
responder o por qué hizo esa suposición. Trato de recuperar el equilibrio, pero mi
enojo por su comentario de mierda anula toda razón.
Mi mirada se encuentra con la suya y la sonrisa en sus labios está tan llena de
arrogancia que digo lo único que puedo.
Vete. A. La. Mierda.
¿Por qué no llamas a mamá o papá? Estoy seguro que hacen dinero de la
noche a la mañana.
Presión. Presión. Más presión.
Lágrimas enojadas arden en mis ojos. La incredulidad de que esté diciendo esto
me sorprende momentáneamente mientras trato de descubrir qué tan equivocada
estaba con él. Cómo, después de su oferta esta mañana, pensé que era un buen tipo.
Amable. Considerado.
Y ahora todo lo que puedo ver es la verdad. Decir que duele es una
subestimación. Admitir que estaba equivocada, más aún.
Lo miro mientras niego con asombro porque en realidad pensé que tenía un
amigo en esta soledad. Y sin embargo estaba tan equivocada.
Solo a una llamada de distancia.
Presión. Presión. Más presión.
No sabes una mierda de mí, imbécil.
Conozco ropa de diseñador cuando la veo. He visto lo suficiente como para
saber que la bata que usas cuesta un poco de dinero. Puedes decir que no, llamarme
lo que quieras, pero no se puede esconder lo caras que son tus ropas.
95
Presión. Presión. Más presión.
La furia todavía me quema, pero mi necesidad de recuperar algo de terreno
resulta aún más fuerte. La conversación del bar con su fan la otra noche parpadea
en mi cabeza, me da la munición que necesito.
Presión. Presión. Presión. Presiona de vuelta.
Quieres meterte en mis asuntos, ¿qué tal si empezamos a profundizar en los
tuyos? ¿Eh? ¿Por qué perdiste tu carrera, Zander? ¿De qué estás huyendo? Tienes
que arruinar las cosas bastante mal para perder tu carrera y todos los patrocinios
que asumo van con ella, ¿no?
Vete. A. La. Mierda me imita, pero puedo ver que mi mofa ha dado en el
blanco.
Que mi Te voy a hacer daño porque estás tratando de hacerme daño tuvo la
reacción que quería.
Al diablo con esto. Averigua cómo arreglar tu auto por tu cuenta, entonces.
Arroja su botella de agua vacía al fregadero, golpeando algunos cubiertos con
ella. El ruido llena el espacio vacío que nos rodea antes de irse por el pasillo.
No te preocupes grito detrás de él . Bastante irónico, tengo al venerado
piloto de carreras Zander Donavan viviendo conmigo, pero es un maldito niño
bonito, y apuesto a que no podría encontrar como meterse debajo del capó para
arreglar un motor si lo intentara.
La puerta de su habitación se cierra de golpe, las ventanas tiemblan con la
fuerza mientras me quedo parada en una habitación vacía, agotada, dolida y muy
tarde para el trabajo.

96
Capítul o9
GETTY

Si alguien cancela o llama, me aseguraré de conseguirte el turno extra.


Gracias, Liam le digo en mi salida del Lazy Dog, con los dedos cruzados
en la espera de propinas extra.
¿Puedes llegar a casa sin problema? Está el viento muy fuerte allá afuera.
Liam rodea desde la parte de atrás la barra que está limpiando, la preocupación
grabada en sus bondadosos ojos.
Estoy bien miento, sin querer compañía . Zander me va a recoger.
Sabía que era un buen tipo. Fuerzo una sonrisa tensa . La próxima vez
97
invítalo a entrar antes de cerrar. Es la comidilla del pueblo, aunque supongo que no
se necesita mucho para serlo por aquí. Es bueno para el negocio dice guiñando un
ojo . Todavía no puedo creer que el Zander Donavan esté aquí en nuestra pequeña
isla.
Buenas noches digo justo cuando la puerta se cierra para que no me vea
poner los ojos en blanco.
El viento me golpea en el momento en que pongo un pie afuera, sacudiendo
los mechones de mi coleta contra mis mejillas y pinchando mi piel con pequeñas
gotas. De inmediato lamento no tener mi paraguas, pero honestamente, no quería
quedarme en la casa ni un segundo más con Zander, así que cualquier idea de
encontrarlo salió volando por la ventana.
Y ahora, por supuesto, mientras las cortinas de agua caen más allá del techo
donde estoy de pie, lo lamento.
Un final perfecto para un día de mierda.
Con un suspiro, me deslizo a lo largo de los techos de las fachadas de las
tiendas, mi cuerpo cansado y mi mente emocionalmente exhausta. La preocupación
sobre cómo arreglar mi auto todavía impera en mi mente, pero ahora está el miedo
extra de tener que volver a la casa con Zander y resolver como coexistir con él
manteniendo la interacción al mínimo.
Porque definitivamente, no quiero hablar con él.
La protección de los techos de las tiendas se termina y, en lugar de aventurarme
a la lluvia, me apoyo en el borde de un banco. La espuma se revuelve en el agua, su
color es un marcado contraste con la agitación y la furia del mar oscuro. Me pierdo
en la noche, mirando las olas, mis pensamientos se desvían a antes. A la lucha con
Zander. Al súbito cambio en sus acciones. A la noche lenta en el bar que me dio
demasiado tiempo para pensar. A los fantasmas y dudas que Zander agitó con sus
acusaciones.
No pierdas más tiempo con él murmuro para mí misma con un
movimiento de cabeza. Cuando estoy segura que no hay rayos, empiezo a caminar
a casa. En cuestión de minutos, mi cabello está pegado a mi rostro y mi ropa
empapada. Mi furia con Zander se intensifica con cada chirrido de mis zapatos
empapados. Además, estos son mi único par bueno para el trabajo, para minimizar
mi dolor de espalda y ahora están completamente mojados.
Y si no se secan bien, si se encogen, si se llenan de mojo por este maldito
trayecto a casa bajo la lluvia torrencial, no tengo el presupuesto para comprar
nuevos. Especialmente no con la salida inesperada de efectivo para arreglar mi auto.
Con cada latigazo de viento, cada chillido de un paso, cuanto más me acerco a 98

la casa, mi temperamento está más preparado para terminar de abordar la mierda


que Zander comenzó. Para obtener respuestas sobre por qué está bien que él
pregunte y exija y, sin embargo, cuando le pregunto para variar, sale corriendo y
cierra la puerta.
Mis dientes rechinan y tengo tanto frío que prefiero arriesgarme con la
destartalada terraza que sacar el tiempo extra para rodear a la parte delantera de la
casa. Subo las escaleras torcidas con precaución, haciendo crujir el marco con cada
paso, pero es más rápido y trae una ducha caliente mucho más cerca.
Afortunadamente, cuando entro en la casa, a pesar que la luz de la cocina está
encendida, Zander no se encuentra en ninguna parte y la puerta de su habitación
está cerrada. Bueno. Puede quedarse allí por todo lo que me importa.
La ducha se siente como el cielo, el agua caliente me escoce el rostro y vuelve
mi piel de un color rosa brillante por las temperaturas extremas. Mi irritación, mi
enojo, todo se acumula cuando sé que Zander está en su habitación, cálido y
agradable, mientras caminaba a casa con esta lluvia helada. Sé que no es su culpa
que mi auto no arrancara, pero fue el imbécil el que me puso muy nerviosa para
conseguir mi paraguas.
Definitivamente su culpa.
Vestida con un cálido pijama y con el cabello envuelto en una toalla, salgo del
baño para encontrar la casa absolutamente helada. El viento corre por el pasillo y
odio ese cosquilleo de terror en la boca del estómago. ¿Por qué está la puerta de
entrada abierta? El miedo inherente sube por mi columna vertebral ante la
posibilidad que mi influyente padre y su títere Ethan me hayan encontrado y vengan
a llevarme a casa.
No, no a casa. Esta es mi casa ahora.
Miro hacia la puerta de Zander, todavía cerrada, y debato si debo llamar y
pedirle que revise, mi propia imaginación hiperactiva toma el control.
No, Getty. No necesitas a ningún hombre, y mucho menos a un idiota como Zander,
para que te ayude. Y la noción de que inmediatamente quise obtener su ayuda hace
que me disguste aún más. Si no hubiera irrumpido en esta casa, mentido a Darcy
sobre nosotros queriendo ser compañeros de apartamento, entonces no tendría otra
opción en el asunto. No podría dudar. Tendría que actuar. Y ese es el punto,
¿verdad? Vine aquí para demostrar que no necesito a nada ni a nadie y, sin embargo,
la primera vez que me asusto un poco, me convierto en una gallina.
Deja de ser tan débil y ve a cerrar la puerta. La madera está húmeda por la lluvia.
Probablemente no se cerró bien la última vez que Zander la usó.
99
Con una risa nerviosa y una mirada rápida a la varita de la persiana, avanzo
por el pasillo para encontrar la puerta delantera ligeramente abierta. Ves. Solo el
viento y la lluvia.
¡Maldita sea! El sonido del grito frustrado de Zander me asusta cuando ya
estoy al límite. Salto ante el sonido que viene de afuera, mis nervios se sacuden, pero
mi temperamento se enciende por la combinación de sus comentarios anteriores y
su descuido al dejar la puerta abierta.
No estoy segura de lo que espero ver, pero lo que veo me detiene en seco.
El capó de mi auto está arriba, una luz de trabajo mecánico colgando de un
gancho en la parte inferior, y Zander está inclinado sobre el motor. Me toma un buen
segundo o dos creer lo que estoy viendo, pero cuando lo hago, parece que no puedo
mirar hacia otro lado.
Estoy un poco sorprendida. Algo insegura. Y tengo un poco de ego herido
después de mis fuertes opiniones acerca de que es un imbécil. Pero más que nada,
sé que hay algo en él que me cautiva.
Y no es porque está haciendo lo que está haciendo bajo el capó de mi auto para
ayudarme obviamente. No. Es mucho más que eso… y al mismo tiempo, nada de
nada.
Es la forma en que se ve. Las manos apoyadas en la parte delantera del auto, la
cabeza colgando hacia abajo en concentración, el agua goteando de la visera de su
gorra de béisbol. Y, por supuesto, su camisa está pegada a su cuerpo, de modo que
incluso a través de la lluvia, puedo ver los tendones de los músculos flexionándose
mientras se estira con la llave y ajusta algo. Parece ser un chico malo, un alma herida
y el alma de la fiesta, todo mezclado en un paquete, efectivamente el anti-Ethan, y
tal vez la comprensión en este momento, cuando todavía estoy medio molesta con
él, me hace retroceder un poco. Me hace ver un poco más de cerca cuando debería
mirar hacia otro lado.
A pesar de lo que dijo hoy, las mofas y el implacable esfuerzo por obtener más
información, obviamente tiene un buen corazón y está tratando de ayudarme,
aunque fui una perra con él. Presioné sus botones a propósito para mantenerlo lo
suficientemente lejos y que dejara de presionar los míos. Y, sin embargo, a pesar de
todo, está afuera en esta lluvia torrencial trabajando en mi auto.
Y más que nada, es la forma en que me hace sentir al observarlo. Esa cálida
sensación en lo profundo de mi vientre. Los escalofríos que recorren mi piel no
tienen nada que ver con la temperatura exterior. Cómo quiero salir y hablar con él a
pesar que todavía quiero estar enojada con él. Parece tan extraño que no puedo
recordar lo que se siente cuando alguien me cuida, no desde que murió mi madre, y 100
ahora que lo siento, no puedo creer lo mucho que lo extrañé.
Los pensamientos corren por mi mente. Del tipo que te hacen querer y
necesitar, y no estoy en posición de querer o necesitar nada; los empujo lejos. Intento
convencerme a mí misma que está jugando con mi auto porque se siente culpable
por las cosas que me dijo antes.
¿Pero qué tipo hace eso, Getty?
No me puede gustar Simplemente no puede. No está en las cartas. Demonios,
ni siquiera está en la maldita baraja. Y sin embargo ahí está él. Empapado. Haciendo
algo para ayudarme porque le dije que no podía pagarlo.
No solo eso, lo insulté, arremetí. Me gustaría pensar que tal vez lo hice para
ver qué haría él, si me ayudaría, para poder ver la verdadera naturaleza de su
persona, pero estaba tan enojada que no pensé antes de hablar.
Ahora estoy aquí a la una de la madrugada después de haber intercambiado
lugares con él, yo caliente y seca, y él mojado y frío; y la necesidad de hablar con él
me abruma. Y no solo porque me está ayudando, sino porque, tan jodido como
pueda ser, en cierto sentido, es el único amigo que tengo.
Me aventuro a la cocina para encontrar una ofrenda de paz. Tal vez pueda
reunir algunas galletas o una cerveza o algo así, pero las ofertas son modestas
considerando que últimamente mi apetito ha sido nulo y el dinero ha sido escaso.
Así que cuando abro el refrigerador y lo encuentro abastecido hasta las agallas con
productos frescos, cerveza y todo lo que pueda imaginar, me sorprende un poco.
Abro los armarios y los encuentro llenos de cajas de cereales, galletas y pasta.
Mi visión se difumina ante la humildad que me invade. Contengo las ganas de
salir allá y enfrentarlo. Estoy avergonzada porque realmente me escuchó cuando
dije que no podía permitirme reparar mi auto; se dio cuenta que esa era la razón por
la que la casa estaba tan ligera de comestibles y se encargó de ir a la tienda y comprar
comida.
Bajo la lluvia.
Mi orgullo pelea con la atracción que siento hacia él. No quiero limosnas de
ningún tipo. No quiero la lástima de un hombre, por no hablar de ningún otro de
los isleños aquí, de cualquier modo, forma o manera. Porque fue mi elección huir y
dejar atrás mi vieja vida. Todo el privilegio. El control que gobernaba cada momento
de mi vida.
Los castigos.
Sabía que iba a ser difícil. Sabía que iba a estar sola. Así que reprimo las
lágrimas de frustración, mi propia autocompasión, y me pregunto cómo agradecerle 101
a Zander todo esto y al mismo tiempo decirle que nunca lo vuelva a hacer sin sonar
desagradecida.
Cierro los armarios, el labio inferior entre mis dientes y meto la mano en el
refrigerador para tomar una botella de cerveza fría. Pero cuando abro el cajón de los
cubiertos para sacar un abrebotellas, me sorprendo aún más que con la comida. Sé
que es una tontería y una estupidez, pero cuando miro hacia abajo a la bandeja, los
cubiertos están en todas direcciones. Se acabó la alineación perfecta de ayer con todo
en su lugar apropiado. La ranura para tendedores tiene los grandes combinados con
los pequeños: unas púas hacia arriba y otras hacia abajo. Las cucharas también. Los
cuchillos son una mezcla de mantequilla y carne tirados en varias ranuras.
Con incredulidad y llena de gratitud, miro el desorden. Ese desastre no estaba
permitido en la casa de Ethan. Y hay una pequeña parte de mí que se siente aliviada
al saber que no estaba equivocada con respecto a Zander o su amable corazón. Que
ha pasado por todo este problema, incluso desordenando el cajón de los cubiertos,
para darme todo lo que creía que necesitaba basándose en mi perorata la otra noche,
a pesar de que no entendía por qué.
Me han mostrado mucha amabilidad en los últimos meses. Darcy con este
lugar para vivir y Liam con un trabajo aunque no tengo experiencia, pero esto ha
sido lo más dulce por la historia que lo respalda.
Agarrando la cerveza y una toalla de playa, me dirijo a la puerta principal, pero
justo cuando salgo, Zander entra. El agua gotea de cada centímetro de él y hace un
charco en la alfombra dentro de la puerta principal.
Nuestros ojos se encuentran, de azul a marrón, y en ese instante hay tanto que
quiero decirle, pero no hay palabras para expresarlo. Le extiendo la cerveza y la
toalla a pesar de que me siento aún más ridícula considerando que le estoy
ofreciendo una cerveza fría cuando probablemente se está muriendo de frío.
Él mira la cerveza y la toalla y luego vuelve a mirarme con una expresión de
desprecio, pero bajo la dureza, veo una suavidad en sus ojos. Parte de él se siente
como un imbécil y es completamente incómodo ser un buen tipo cuando es el
imbécil autoproclamado.
La tensión se acumula en el silencio. Justo cuando estoy a punto de hablar,
toma el dobladillo de su camiseta y tira la tela empapada sobre su cabeza. Su gorra
se cae con esta. Sí, lo he visto desnudo antes, pero con el velo de la conmoción
quitado y su amable corazón revelado, lo estoy viendo bajo una luz completamente
nueva. Observo los músculos definidos de su torso, no demasiado grandes, pero no
demasiado delgado, la V que desaparece debajo de la cintura de sus vaqueros 102

gastados, y la fuerza de sus manos cuando se acerca para tomar la toalla y la cerveza
sin una sola palabra.
Lleva la botella a los labios y toma un lento y largo trago, con el rostro inclinado
hacia el techo, mientras admiro sin reparos el trabajo obvio que pone en su físico.
Gracias. Puedo decir solo una palabra, pero está llena de significado. Se
detiene y baja lentamente la botella, tomándose su tiempo para encontrarse con mi
mirada.
Con un gesto de su cabeza, mueve su lengua en su mejilla.
Tu alternador está malo. Lo saqué, pero tengo que esperar a que llegue el
nuevo. Hice que el taller en la ciudad pidiera uno para mí.
Gracias. Te pagaré por las partes y tu tiempo y…
Yo invito. Se encoge de hombros con indiferencia.
No tomaré tu caridad o tu compasión. Te lo devolveré.
Eso no es necesario. Además, no hice mucho.
Estás arreglando mi auto. Fuiste a la tienda de comestibles…
Nos estábamos quedando sin comida. Era mi turno de comprar.
Fue más que eso. Fue…
Déjalo así, Getty.
Su advertencia es fuerte y clara, y mientras la escucho, siento que debe ser
dicho.
No tenías que…
Getty. La mirada en sus ojos y el tono en su voz detiene el resto del
comentario en mi lengua . Deja de ser tan malditamente terca y estaremos bien.
Sus cejas se alzan, un desafío arrojado.
Deja de ser un idiota.
Lucha contra la sonrisa en sus labios y puedo decir que está un poco
sorprendido por mi quid pro quo. Pero esta broma entre nosotros es donde nos
sentimos más cómodos, a lo que siempre regresamos, así que el hecho que sigamos
la corriente tan rápido significa que nuestra pelea puede haber terminado.
Y aunque preferiría obtener algunas respuestas sobre por qué dijo las cosas que
dijo y presionó tanto, también puedo dejar que los perros duerman para que también
haya un poco de paz.
Dejemos las cosas claras, Calcetines dice después de pasar la toalla por su
cabello, flexionando los bíceps con la acción, antes de colgarla sobre sus hombros 103

. Tengo ocho hermanos, así que, si quieres pelear, te aseguro que ganaré cada vez.
Sin lugar a dudas. Y para tu información, no me escapé. No como tú. Estaba fuera de
control. Herí a algunas personas y necesitaba lidiar con algo de mi propia mierda
antes de poder volver a casa para hacerlo bien. Se acerca más, con el rostro
inclinado hacia abajo para que pueda ver la verdad en sus ojos . Vine aquí para
tener algo de claridad, un tiempo lejos del caos en mi vida y arreglar la casa para
Smitty porque se lo debo. Bastante. No estoy aquí para quitarte tu casa. Nadie me
envió para buscarte y llevarte a donde sea que piensas. Y aunque la mayoría de los
días soy un imbécil de primer grado, eso no significa que no tenga modales, y los
modales significan que no dudaría en protegerte si fuera necesario. Así fue como me
criaron y eso no va a cambiar.
Pienso en los comestibles, las reparaciones de mi auto, el maldito cajón de los
cubiertos, y sé sin lugar a dudas que no dudaría en defenderme en absoluto.
Gracias.
Y otra cosa, así es como soy. Soy ruidoso, descarado y directo si es necesario,
pero eso no significa que necesites encogerte dentro de ti, porque no soy una
amenaza. No voy a lastimarte. Se acerca un paso más cuando mi mente da vueltas
preguntándose si es tan obvio lo asustadiza que soy cuando aparece su genio .
¿Quieres saber por qué te presioné antes? ¿Por qué entré en el papel de imbécil
agresivo? Porque esta es una ciudad pequeña, Getty. La gente habla. La gente
chismosea. Y querrán saber más sobre la chica nueva en la ciudad que se mantiene
callada y se estremece después que una botella de vidrio se rompe en el piso
mientras está en el trabajo. Así que es mejor que empieces a conocer las respuestas
a las preguntas antes de que te las hagan. Necesitas estar preparada para las
suposiciones, a la presión para obtener respuestas, a los susurros en la ciudad.
Necesitas poder dárselas con una cara seria y sin pensarlo demasiado, o tu historia
de fachada no va a durar.
Juro por Dios que siento que esto es un partido de ping-pong. Un minuto me
gusta y el siguiente no tanto. Pero el problema es que ahora no me gusta porque me
dice verdades que no quiero escuchar. Me está haciendo darme cuenta que, tan
preparado como estaba para hacer esto, crear una nueva vida para mí misma;
todavía es muy difícil de lograr y no he estado haciendo un trabajo tan bueno como
pensaba.
Mordiéndome el labio inferior, contemplo lo que está diciendo, trato de
escuchar el consejo por lo que vale, pero todavía me cuesta no enderezar mi espalda
por la reprimenda
No sabes nada de mí. Mi voz es leve, pero fuerte; mi necesidad de
reivindicarme a pesar que acaba de humillarme. 104

Ahí es donde te equivocas, Calcetines. Puede que no sepa de dónde eres o


por qué te hice enfadar hoy, pero sé que eres más fuerte de lo que crees. De lo que
sea que huyes en casa, lo hiciste. Saliste y lo estás haciendo por tu cuenta. Eso toma
agallas y mereces un montón de felicitaciones por eso. Sé que te gustan las cosas
desordenadas y eres malditamente linda cuando estás alegre. Sé que eres terca como
el infierno y jodidamente hermosa. Y que tu beso tiene el sabor de un whisky añejo:
algo que quiero tomar lentamente, sentir en mis labios, saborear en mi lengua y
tomarme mi tiempo antes de emborracharme con este. Levantando las cejas y
asintiendo, pasa junto a mí, dejándome con la boca abierta y los ojos muy abiertos.
No me puedo mover. Solo miro la puerta frente a mí mientras trato de procesar
lo que acaba de decir, lo que quiso decir con eso, y sin embargo no sirve de nada
porque solo tuvimos una conversación unilateral y esa necesidad de pelear con él se
ha ido. Perdida con el cosquilleo en la parte inferior de mi vientre y el salvaje giro
de mis pensamientos.
¿Ah, y, Getty? me llama Zander desde la cocina, negándose a continuar
hasta que me doy la vuelta para mirarlo ahí de pie sin camisa . Si alguna vez me
llamas bonito otra vez, tendremos un problema de verdad. Te garantizo que no hay
nada bonito en mí.
Casi sonrío ante el hecho que de todas las cosas de mierda que le dije, esa es la
que más lo molestó.
Sin embargo, eres un poco bonito murmuro, incapaz de resistirme a
incitarlo más, necesitando intentar que volvamos a estar en un campo de juego
parejo. Porque diablos, ahora mismo me siento como si estuviera en la parte más
baja del balancín.
¿Su respuesta inmediata? Un resoplido para indicar que sus abdominales
cincelados y todo el asunto de alto, oscuro y apuesto que tiene no son más que el
promedio.
Último aviso, Calcetines. Sus ojos brillan con alegría. Y lo que parece
deseo.
Una parte inesperada de mí, la que usualmente se esconde y nunca se arriesga,
quiere decirlo de nuevo. Solo para ver qué haría si lo hiciera.
Tan malditamente bonito. No sé quién está más sorprendido por mi
comentario, él o yo, pero nos quedamos ahí por un momento, con las miradas fijas,
las palabras tácitas cruzan la distancia entre nosotros.
Camina hacia mí con un brillo depredador en sus ojos y una sonrisa burlona
en sus labios que me toma por sorpresa. 105

Sé que dije que eras valiente, Getty, pero ahora solo estás jugando con
cerillos.
Tomo una larga inhalación cuando se para delante de mí. No puedo mirarlo.
Mi valentía se ha ido de repente. Afuera, la lluvia golpea el techo. El goteo constante
en el balde en el pasillo sirve como un metrónomo para este silencio anticipatorio en
el que estamos bailando. La piel erizada en su pecho es lo único en lo que puedo
concentrarme.
Cuando su pulgar y su índice dirigen mi barbilla hacia arriba, por lo que me
veo forzada a encontrar sus ojos, cada parte de mí zumba por su toque. Por el deseo
de algo que no entiendo muy bien y nunca podría expresarlo con palabras. Nuestros
ojos se encuentran, los suyos intensos, los míos en busca de respuestas que no son
suyas para dar; antes que su mirada se mueva hacia mi boca y luego vuelva a subir.
Todavía no, Getty. Cierra los ojos por un momento, y veo lo que creo que
es la moderación reflejada en su mueca, antes que el fantasma de una sonrisa se
extienda en sus labios . No creo que estés lista para encender este fuego todavía.
Y una vez más, asiente, sacando la lengua para mojarse el labio inferior, antes
de volverse y caminar por el pasillo sin decir una palabra más. Lo veo moverse,
entrar en el baño, cerrar la puerta. Escucho cómo se abre la ducha, crujen las tuberías.
Pero no muevo un músculo. Sus palabras, todas ellas, se repiten en mi mente y
avivan el dulce dolor que crearon y que mi cuerpo no puede negar.
Con un fuerte suspiro, niego y camino hacia mi habitación.
Creo que vamos a necesitar una maldita manguera en la casa para apagar este
fuego que ya ha encendido en mí.

106
Capítul o10
ZANDER

Shane dijo que no estás respondiendo sus mensajes. Así que ahora me tienes, el mejor
hermano. Espero que estés resolviendo todo. Todos estamos preocupados. Solo queremos lo
mejor para ti. Amigo, sigues plantándome para nuestra ronda semanal de golf, así que estoy
tomando lecciones mientras espero que vuelvas a casa. Depende de ti cuantas tomo… así que,
por favor, tómate tu tiempo. Seré un profesional antes de que te des cuenta. Además, las clases
se están cargando a tu membresía de todos modos. Te extraño, hermano Oh, y prepárate, si
no respondes, seguiremos avanzando en las filas hasta que lo hagas.

La sonrisa llega fácilmente. Pensando en el segundo de mis hermanos más 107


pequeños, Scooter, que se está volviendo demasiado decente en el golf por su propio
bien y demasiado grande para estar en sus zapatos, por las palabras en su mensaje.
Golfista profesional, mi culo. No hay manera de que esté ni siquiera cerca de llegar
a media categoría.
No puede ser. No he estado fuera tanto tiempo.
Y con la sonrisa viene la ira. La culpa. El ¿cómo puedo importarle cuando fui tan
imbécil con él?
Alzo la mirada del caballete a la playa por un momento. Freno mi
temperamento. Y me permito extrañar mi casa por una fracción de segundo. Las
constantes bromas entre todos los hermanos y la implacable reprensión para
ocuparnos de nuestros propios asuntos de al menos uno de ellos.
Mierda, tengo lo que quería. Ser dejado solo. No ser fastidiado, mimado y
preguntado por enésima vez cuál era mi problema. No tener que ver el dolor y la
decepción en sus ojos cuando lo arruinaba de nuevo.
Pero todos estos malditos mensajes, los que recibo de algunos de mis hermanos
más o menos como si estuvieran en un horario, lo empeoran mucho más. No
merezco su preocupación después de la forma en que los traté.
Patearme el trasero es lo que deberían hacer. Por la fiesta de cumpleaños que
me perdí. Las llamadas telefónicas que no devolví. Por aparecer en la casa de Ricky
ebrio y listo para pelear. He hecho tantas cosas que apenas reconozco al hombre que
era para ellos.
Y sin embargo hoy, otro mensaje. Otro recordatorio de la familia que no
merezco. Y del peso que llevo hasta que pueda hacer esto bien de nuevo.
Vuelvo a mirar el mensaje en mi teléfono, mi pulgar sobre el teclado. Mierda.
¿Qué escribes cuando no sabes las palabras correctas para decir lo que necesitas
decir? Dejo mi celular. Lo recojo de nuevo. Exhalo un suspiro. Niego. Escribo Gracias.
Lo elimino porque es patético y, sin embargo, aunque no sé qué decir, todavía tengo
que decir algo. Cualquier cosa. Para hacerle saber que estoy tratando de arreglarme.
Y no ignorándolo. Agradecerle por seguir conmigo cuando no lo merezco.
Gracias por darme tiempo.

108
Capítul o11
GETTY

Con las manos cubiertas de rayas rosas, melocotones y naranjas que coinciden
con el cielo al atardecer en el lienzo, me sorprendo en el momento en que doy un
vistazo al reloj. Pero mi arte siempre me permite perderme en él, por lo que no
debería sorprenderme que hayan transcurrido cuatro horas cuando solo sentí
cuarenta minutos.
Un domingo libre del trabajo y lejos del bar significaba que la necesidad de
pintar ha sido abrumadora. Pero no estoy segura si fue la salida creativa, o mi deseo
de evitar a Zander lo que realmente impulsó mi necesidad de estar encerrada en mi
habitación.
109
Porque estoy evitando a Zander, y sus cerrillos, y fuego y palabras
embelesadoras, su pecho definido y su amabilidad tímida. De hecho, lo he estado
durante la semana pasada; los pocos turnos extra en el bar que conseguí me lo han
facilitado mucho más.
No estoy acostumbrada a este tipo de cosas. ¿Qué se supone que debo decirle?
Ethan me cortejó con ramos de rosas, citas para cenar o el cine, besos en los labios
que erróneamente pensé que eran románticos en ese momento y abstinencia antes
del matrimonio.
Adecuado en todo momento. Cada cita era un baile bien sincronizado para
ganarse mi afecto, hacerme creer que era deseable, para que él y mi padre pudieran
unir en secreto a los imperios familiares. Y luego después del matrimonio… el
verdadero Ethan mostró sus verdaderos colores. Me lastimó lo suficiente hasta que
me escapé.
Así que esto, Zander, no sé cómo manejar su proximidad. Sus besos fuertes,
sus ojos intensos, sus inesperadas admisiones y su corazón amable debajo de su
descarado exterior. La sonrisa arrogante y las manos fuertes y la honestidad brutal.
¿Cómo trato con todas estas extrañas sensaciones de hormigueo que me hace sentir?
Simplemente no lo sé. Así que lo he estado evitando. Escabulléndome por el pasillo
después que sale a correr por la mañana o yendo directamente a mi habitación
cuando salgo del trabajo. No tengo tiempo para charlar o actuar como idiota cuando
no estoy cara a cara con él.
Pero ahora que me doy cuenta de cuánto tiempo he estado sentada aquí
perdida en mi pintura, de repente siento el dolor de mi espalda y la tensión en mis
ojos por la concentración constante. Y reconozco que me muero de hambre. Cuando
entro a la cocina, la televisión está baja y Zander está en el sofá, de espaldas a mí,
con los pies sobre la mesa. No se da vuelta ni me mira, aunque estoy bastante segura
que escuchó el chirrido del piso de madera cuando entré. Estoy bien con eso, ya que
al menos tengo unos minutos más para prepararme para enfrentarlo.
Pero cuando entro a la sala de estar con un tazón de cereal en la mano, me doy
cuenta que no hay cantidad de preparación que pueda sofocar la forma en que me
hace sentir: lujuria, irritación, deseo y frustración, todo en uno. Así que hago lo único
que puedo y me siento en el extremo opuesto del sofá y me instalo a comer mi cereal,
odiando sentirme incómoda en mi propia casa.
Hola digo finalmente, suavemente, sin querer interrumpir, pero dejando
que los modales sacaran lo mejor de mí.
Hola. Eso es todo. No mira en mi dirección.
Decidida a no dejarlo manejar nuestra casa mientras me escabullo para
110
evitarlo, me acomodo en mi asiento y vuelvo mi atención de él a la televisión.
Está viendo una carrera. El zumbido de los autos que giran alrededor de la
pista es constante, mientras que la pantalla cambia entre el vehículo principal y
luego la acción más atrás en la pista, donde los autos se cruzan y cambian de
posición. Nunca antes he visto una carrera, demasiado frívola para que a Ethan le
interese; pero hay un atractivo definitivo, algo emocionante, que creo que puedo
entender.
Sin embargo, en mi visión periférica, Zander es mucho más interesante de
observar. Su lenguaje corporal parece tenso, las manos puestas como si estuviera
detrás del volante. Hace una mueca cada pocos segundos, como si se hubiera
cometido un error, estoy segura que un fanático no se daría cuenta.
Pero no habla, no se mueve, solo analiza el mundo de las carreras del que ha
sido eliminado. Y eso en sí mismo tiene que hacerlo brutal de mirar.
Así que nos sentamos en el mismo sofá, ambos viendo la carrera, pero por
diferentes razones. Los únicos sonidos provienen del tintineo de la cuchara contra
el recipiente de vidrio. O un murmullo en voz baja. Los anunciantes siguen
hablando. El crujido del sofá al cambiar de posición.
A ver si Colton Donavan puede asegurar esto, Al, o si la ausencia de su
compañero de equipo afecta su capacidad para ayudar a bloquear a Grayson Dane
y evitar que salga disparado en su último giro. Ha estado corriendo sin problemas y
rápido todo el día. Ambos tienen neumáticos nuevos y están bien de combustible.
Pero Dane tiene dos compañeros más en la pista. Veamos cuánta ayuda le podrán
dar.
La carrera se desarrolla vuelta por vuelta, giro por giro, paso por paso y, a
medida que avanza cada segundo, Zander se inclina hacia adelante y hacia atrás: los
codos en las rodillas, las manos juntas y los rasgos grabados en una intensa
concentración. Los eventos en pantalla llaman tanto su atención que ni siquiera creo
que recuerde que estoy sentada a su lado.
¡Maldita sea! maldice enojado mientras se levanta del sofá y mira a un auto
azul pasar uno rojo. Los anunciantes se están volviendo locos, pero estoy demasiado
ocupada viendo la emoción que se reproduce en el rostro de Zander para escuchar
lo que están diciendo.
Cuando puedo apartar la vista de él, la cámara está siguiendo al auto ganador
en su vuelta de la victoria antes de volver al auto del segundo lugar que está
entrando en los pits. Zander entrecierra los ojos como si estuviera esperando ver
algo. La toma regresa al vencedor antes que lo vea, porque él murmura algo enojado
antes de lanzar el control remoto.
111
La puerta trasera se cierra de golpe. Comienza el golpeteo de un martillo. Y me
quedo mirando una puerta cerrada con mi tazón de cereal vacío en mis manos y
muchas preguntas sin respuesta.
Eso es, hasta que el reportero de campo comienza a entrevistar al piloto del
segundo lugar. Su nombre aparece en la parte inferior de la pantalla con letras
grandes y en negrita, COLTON DONAVAN, y al verlo en forma impresa hace que
las piezas del rompecabezas caigan en su lugar.
El apellido a juego. El corredor que falta del equipo. La falta de ayuda en la
pista.
Todo ello.
Aunque nunca he seguido las carreras, Colton Donavan es definitivamente un
nombre que he escuchado antes, sinónimo de sus éxitos prolíficos y su renombrada
familia, y obviamente de alguna manera está relacionado con Zander.
Por supuesto, ¿cómo podría haber sido tan estúpida para no hacer la conexión?
Ese era el equipo de Zander, su carrera y la razón por la que ahora odia los
domingos. Es todo lo que dejó atrás.
¿Perdió su equipo hoy porque no estaba en la pista? Ahora las quejas y las
salidas intempestivas tienen sentido. Cuando el martillo golpea más y más afuera,
es una clara indicación que mi suposición es correcta.
Intento ignorarlo, ocupándome en organizar la casa, limpiar la cocina, doblar
las toallas en la secadora, pero el sonido continuo del martillo sigue arrastrando mis
pensamientos a Zander. La curiosidad me molesta. ¿Qué hizo? ¿Qué tan malo fue?
Aburrida y, sin embargo, demasiado preocupada para volver a la pintura, me
paro en la cocina y lucho contra mi propia mala idea. Queriendo sentarme un poco
al sol antes que se acerque la tormenta. Cierro los ojos y absorbo los rayos mientras
me relajo.
Excepto que, ¿a quién estoy engañando? No salgo a sentarme al sol tanto como
para sentarme con Zander, el hombre que he estado evitando.
Así que agarro una bolsa de patatas fritas y me dirijo en dirección al incesante
ruido de golpes y las ocasionales murmuraciones. Cuando me paro en el umbral de
las puertas de vidrio corredizas que conducen a la terraza trasera, me sorprende ver
que Zander ha desbaratado casi toda la cosa en los últimos días; está empezando a
reforzar las piezas restantes.
Lleva una camiseta blanca y vaqueros azules, martillo en la mano, inclinado en
concentración con un nivelador y una caja de clavos a su lado mientras alinea la
112
siguiente pieza de madera. Y odio que me sorprenda admirando su cuerpo.
Tomando nota del parche entre sus omóplatos donde un rastro de sudor ha
oscurecido la tela de algodón de su camisa. La flexión de sus bíceps mientras trabaja.
Las ligeras motas de serrín en su cabello oscuro. El pequeño rastro de sangre en su
antebrazo donde debió haberse arañado en algo.
Es terapéutico. Agarra un martillo si quieres intentarlo.
Su voz me sacude de lo que pensé que era mi admiración privada de él. El calor
llena mis mejillas al darme cuenta que sabía que estaba allí mirando.
Yo… no sé cómo hacerlo… respondo, repentinamente nerviosa bajo el
escrutinio de su mirada detrás de las lentes teñidas de sus gafas de sol.
No se necesita ninguna habilidad, Calcetines. Se inclina sobre la caja de
herramientas y, después de agarrar un martillo, lo extiende con el mango hacia mí
. No es florido o femenino, pero hace el trabajo. Solo no te golpees el pulgar.
Mis ojos pasan de la herramienta a su rostro antes de cruzar los pocos pasos
entre nosotros y tomarlo. Y ahora que lo tengo, no tengo absolutamente ninguna
idea de qué hacer. Afortunadamente, siente que necesito dirección, porque me llama
a donde estaba trabajando.
Tomando el lápiz de detrás de la oreja, procede a medir y marcar pequeños
círculos en medio de las tablas que alineó en una sección de la barandilla, mientras
me quedo allí sintiéndome estúpida con el peso desconocido del martillo en mi
mano. Además, ahora que estamos tan cerca, mi instinto de evitarlo ha regresado
con fuerza.
Quiero que claves unos clavos en cada una de esas marcas, ¿de acuerdo?
Aunque una gran parte de mí está sorprendida e incluso emocionada de hacer
algo constructivo con mis manos, también temo que cometa un error y arruine algo.
Debo parecer un ciervo en la carretera, porque se echa a reír antes de acercarse un
paso más a mí.
Ven aquí. Prometo que es tan fácil como parece. Toma este clavo aquí y luego
golpea la parte superior hasta que se entierre en la madera. Se pone detrás de mí,
su cuerpo rozando el mío, antes de tomar mis manos y dirigirlas hacia la posición
correcta. Y demonios, acaba de hacer que martillar un simple clavo en la cabeza sea
mucho más complicado.
Porque estoy segura que podría haberlo resuelto, no es ciencia de cohetes
después de todo; y, sin embargo, una vez que nuestros cuerpos se tocan, el olor de
su colonia en mi nariz, la sensación de su cálido aliento golpeando un lado de mi
rostro mientras inclina su cabeza hacia adelante para demostrar con nuestras manos
113
unidas, la atracción me impide concentrarme. Sus comentarios de la otra noche
vuelven a mi mente, cuando no estaban enterrados muy hondo para empezar.
Sostiene mi mano sobre el mango, y sus dedos me ayudan a agarrar el clavo
mientras golpeamos la cabeza en la primera ubicación marcada en la madera.
¿Ves? Sencillo.
No, es más bien complicado.
Pero me muerdo la lengua, asiento y me concentro a través de la distracción de
su presencia cuando tomo el control del martillo y golpeo el clavo más hondo. Da
un paso atrás después de unos cuantos golpes más y siento que finalmente puedo
respirar otra vez, puedo pensar nuevamente sin que enturbie mis pensamientos.
El trabajo va lento. Por cada clavo que golpeo, juro que hace cuatro o cinco,
pero hay algo de verdad en su comentario acerca de que es terapéutico. Hay una
sensación de liberación de estrés en la actividad repetida de golpear a un pequeño
clavo de metal: el tintineo del martillo, cómo comienza a desaparecer en la madera,
y luego un golpe final para asegurarse que está completamente asentado.
Ocho hermanos, ¿eh? pregunto, tratando de mantener un tema seguro.
Síp. El golpe de su martillo interrumpe su oración . Antes de ser
adoptado, vivía en una casa para niños llamada la Casa. Había ocho de nosotros
durante el tiempo que estuve allí. Todos crecimos juntos. Nos consideramos los unos
a otros como hermanos. Thump. Thump. Thump . Fui adoptado después. La mujer
que dirigía la casa, ella y su esposo terminaron adoptándome después que sucedió
un montón de mierda que es complicada. Pero no nos importaba. Quiero decir, sí,
no tenemos los mismos apellidos y no es oficial según ninguna ley, pero eso no nos
importa. Somos hermanos.
Serían siete, ¿verdad?
Sí. Mis padres adoptivos tuvieron un hijo. Así que ocho. Se encoge de
hombros y, sin previo aviso, enciende la sierra de mesa y termina efectivamente la
conversación.
Trabajamos en silencio después de eso. La bocina del ferry suena
ocasionalmente. Zander murmura un juramento áspero de vez en cuando, pero
aparte de eso, es solo el ruido constante (de él) e inestable (el mío) de los martillos.
Cuando me quedo sin puntos en mi tabla marcada, marca la siguiente para mí con
un mínimo de palabras intercambiadas.
Tal vez algún día, confiarás en mí lo suficiente como para hablar de ello.
Su silencioso comentario pronunciado sobre su hombro como si estuviera hablando
del clima me desconcierta un momento. Hace que ese pequeño destello de pánico
114
cobre vida.
¿Cómo sabes que esto va a aguantar? ¿La terraza?
Bien, Getty. Esa redirección fue realmente sutil. Mentalmente puse la palma de mi
mano en mi frente cuando él soltó una larga carcajada que me decía que le sonaba
tan ridículo como a mí.
Muy casual dice con un asentimiento . Pero aprecio el intento.
La sonrisa es lenta pero, sin embargo, está en mis labios, y me encanta que me
pueda hacer eso, hacerme reír de mi idiosincrasia. No es algo a lo que estoy
acostumbrada.
Está bien. Muevo mi lengua en mi mejilla mientras trato de averiguar
cómo responderle . ¿Qué tal si te hablo tan pronto como me hables?
Su resoplido se oye fuerte y claro.
La diferencia, sin embargo, es que puedes buscarlo. Sabes quién soy. De
donde vengo. No estoy ocultando ninguna de las verdades, solo tratando de
averiguar cuánto quiero escucharlas. Golpea el clavo con la fuerza suficiente como
para que el sonido resuene en la casa antes de mirarme y levantar sus gafas de sol
para que pueda ver el azul de sus ojos.
Vuelvo la vista al instante, temiendo que sea capaz de decir por el rubor en mis
mejillas que cedí a la tentación. Me aventuré ayer a la biblioteca a usar Internet para
ver con quién vivo. Y, por supuesto, después de tomarme todo el tiempo para reunir
el coraje necesario para ir allí y superar la preocupación que de alguna manera lo
descubriera, lo del pueblo pequeño y todo eso; la maldita computadora estaba rota.
Enviada a tierra firme para reparaciones.
Por otro lado continúa, sacándome de mis pensamientos , eres un
maldito misterio en todos los aspectos, por lo que tu oferta no es exactamente justa.
Nuestros ojos se sostienen en la luz del sol menguante; el desafío de darle una
mejor respuesta se comunica sin palabras.
Digamos que tengo problemas con papá. ¿Es esa una respuesta
suficientemente buena?
Su risa aguda y autocrítica es lo último que espero.
Ambos los tenemos, calcetines. Así que no es bueno. Eso se anula entre sí.
Siguiente confesión…
Lo miro con el ceño fruncido. Mis emociones están en conflicto sobre qué
decirle, aunque sé que todavía no puedo. Hay demasiado riesgo para mí, emocional
y de otro tipo.
115
Realmente no quiero que me gustes, pero haces que sea muy difícil no
hacerlo. Listo. Eso es una confesión.
Eso es todo lo que le estoy dando con su sonrisa rápida, ojos azul bebé y
preguntas engañosas.
Es un comienzo. Lo tomo.
Capítul o12
GETTY

No puedo creer que te dejara convencerme de esto me quejo, pero


interiormente me deleito en ello.
El mantel a cuadros rojos y blancos, la pizza a medio comer sobre un soporte
de metal, y lo que él llamó el vino debilucho para principiantes compartido en copas
entre nosotros. Después de trabajar en la terraza, me dijo que me vistiera porque me
llevaría a cenar para agradecerme por ayudar.
Por supuesto que me negué.
Pero me alegra que persistiera, porque al salir, viendo la ciudad a través de sus
ojos, me mostró que necesitaba divertirme un poco. Todo el mundo a quien saluda 116

sabe quién es debido a su trabajo, y el hecho de ser una local en lugar de


desvanecerme en un segundo plano ha sido liberador. De hecho, no puedo recordar
la última vez que me divertí así.
Nos olvidamos de hacer un brindis dice mientras levanta su copa. Pongo
los ojos en blanco, pero no puedo evitar sonreír.
Por los amigos ofrezco, sin estar segura por qué deberíamos estar
brindando, pero creo que esta es una opción tan buena como cualquier otra dada
nuestra situación.
No. No por los amigos. Mis ojos se enfocan en los de Zander ante el sonido
de su contundente respuesta; estoy un poco sorprendida y muy curiosa . Porque
la amistad entre sexos opuestos lleva a ser amigos con beneficios y eso siempre
termina en un desastre. ¿Y sabes qué, Getty? No quiero eso contigo… así que solo
digamos por nosotros hace una pausa, tocando su copa contra la mía , sea lo
que seamos.
Por nosotros murmuro mientras sus ojos buscan los míos. Mientras tanto,
estoy tratando de averiguar qué parte no quiere conmigo: los amigos con beneficios
o el final desastroso.
El resto de la comida pasa de la manera en que lo ha hecho toda la noche, con
nosotros inventando historias sórdidas sobre las personas que se sientan frente a
nosotros en el restaurante: gente del pueblo que no conocemos, pero recordaremos
de aquí en adelante por nuestro juego tonto. Cómo la mamá tranquila con tres
muchachos ruidosos en la esquina que es realmente una dominatriz en la noche, o
el gregario acaparador atesorando recuerdos de Barbra Streisand en su sótano.
Las especulaciones y las risas son infinitas, pero no evitan que el brindis de
Zander se repita en mi mente mientras caminamos de regreso a casa juntos.
¿Tu brindis? Tampoco quiero eso contigo. Tal vez sean las pocas copas de
Moscato que se me hayan subido a la cabeza o solo que haya pensado en su
comentario lo suficiente, pero no puedo negar el tinte del dolor en mi tono.
Tal vez no escuchó la parte herida.
Pero tengo que darle crédito a Zander, mientras que vacila a mitad de camino,
no me pregunta a qué me refiero. Más bien, asiente y sigue caminando a casa sin
decir mucho más. Abre la puerta, enciende la luz y se dirige a la cocina para poner
la pizza sobrante en el refrigerador sin decir una palabra mientras observo su silueta
y me pregunto qué estará pensando. Qué hice para enojarlo aparte de estar de
acuerdo con él.
Porque estoy acostumbrada a que las cosas, sean lo que sean, siempre son mi 117
culpa. Cada cambio de humor. Cada mal día en el trabajo. El cambio en el clima, por
el amor de Dios, si tuviera que creerle a Ethan.
Así que me quedo mirando las amplias líneas de los hombros de Zander, su
cabello despeinado por el viento en el camino a casa, sus ojos enfocados en donde
está moviendo la llave de la casa en el mostrador, y me pregunto qué hice mal esta
vez.
Dime algo, Getty. Levanta su cabeza finalmente y se encuentra con mis
ojos . Si estuvieras en el restaurante esta noche y nos vieras a los dos, ¿qué historia
habrías inventado para explicar que estábamos allí?
Su pregunta me desconcierta momentáneamente. Sus ojos se aferran a los míos
mientras rodea el frente del mostrador y apoya sus caderas contra este. Hay algo tan
claramente masculino en la postura, que me detengo y miro por un momento antes
de responderle.
¿Por qué?
Solo compláceme. Me lanza una sonrisa que me detiene el corazón, y entre
eso y la intensidad en sus ojos, es imposible negarse cuando acaricia el mostrador a
su lado para que me siente.
De repente, desconfiando de estar cerca de él cuando estuve así todo el día, me
muevo lentamente y me tomo mi tiempo para subir mi trasero a la encimera,
moviéndome hacia atrás para que mis piernas cuelguen sobre el borde.
Si fuera a inventar una historia sobre nosotros, diría que éramos amigos que
se reunieron para cenar después de trabajar todo el día.
Amigos. Hace un sonido y luego se desplaza para poder encontrar mi
mirada. Me retuerzo bajo su tranquilo escrutinio: ojos entrecerrados, la lengua
metida en su mejilla, la mano colocada demasiado cerca del lado de mi muslo .
¿Eso es todo lo que tienes, Calcetines? Se desplaza para que su pelvis esté contra
el mostrador, su cadera golpeando mi rodilla . Eso no es muy creativo proviniendo
de un artista.
Empiezo a fruncir el ceño, inmediatamente rechazo su etiqueta, pero la mirada
de advertencia en sus ojos lo detiene en mi lengua.
Lo siento.
La molestia parpadea en su rostro, pero se ha ido tan rápido como viene.
No te disculpes.
Empiezo a decir lo siento otra vez y me detengo, prestando atención al tono de
advertencia en su voz.
118
¿Cuál es tu historia, entonces? Sino le gusta la mía, entonces necesita
darme la suya. Pero en el momento en que hago el comentario, siento que
simplemente he caído en sus manos, incluso si no puedo averiguar cuál es el final
del juego.
Me alegra que lo hayas preguntado. Un movimiento de sus pies. Sus
caderas se deslizan más en las mías. Ese aleteo de algo profundo en mi vientre .
Habría visto a una famosa pintora de éxito, mundialmente famosa dice
levantando las cejas , yendo a cenar con la inspiración para su próximo cuadro. Es
un piloto de carreras ganador de campeonato. Toscamente atractivo. No es bonito en
absoluto.
Arrugo la nariz.
Un poco bonito.
Pone su mano en mi rodilla y la aprieta suavemente, una advertencia
juguetona. Pero su mano permanece allí e incluso mientras continúa hablando, todo
en lo que puedo pensar es en el repentino calor y el peso de su toque.
Están allí discutiendo su próximo proyecto.
¿Y si ella no pinta personas?
Oh, lo hace.
¿Lo hace?
Sí. Se está expandiendo. Desafiándose a sí misma. Un desnudo de él es lo
siguiente en su lista.
Echo la cabeza hacia atrás, la risa burbujeando en la superficie, y el sonido de
su risa mezclada con la mía es reconfortante.
No. No es un desnudo. No es lo suficientemente bonito para un desnudo.
Touché dice negando, y su sonrisa se ensancha.
Cuéntame más sobre ellos.
Ella está tratando de llenarlo con vino barato, emborracharlo, tal vez
aprovecharse de él un poco más tarde. Levanto las cejas . Cree que puede
enseñarle algunas cosas en todos los aspectos.
Oh. El sonido cae de mis labios. ¿Está implicando lo que creo que está
implicando?
—¿Oh?
Entonces, ¿son más que simples amigos? Mi mente se vuelve loca. Tan
salvaje como el latido de mi corazón cuando Zander se mueve entre mis rodillas 119
separadas para estar cara a cara conmigo. Y la tenue luz en la habitación que acaba
de bloquear con su cambio de posición solo se suma a lo que de repente se siente
como la intimidad del momento. La sombra que cae sobre su rostro y el rápido
movimiento de su lengua para mojar sus labios dibuja todo tipo de sentimientos
dentro de mí, ese dolor lento y dulce en el vértice de mis muslos incluido.
¿Quieres que sean más que amigos, Getty? Por la forma en que dice mi
nombre, la intención de esa palabra, llama a cada parte de mí.
Y sé que definitivamente no estamos hablando de un escenario inventado en
este momento. Estamos hablando del beso frustrado que me dio en el trabajo el otro
día y del fuego que dice que no estoy lista para encender, lo que me ha mantenido
pensando hasta tarde en la noche.
No lo sé. Trato de estabilizar mi respiración mientras coloca sus manos en
la encimera junto a mis muslos y apoya su cuerpo en mí.
—¿No?
No. Necesito saber más sobre ellos. Intento ganar algo de tiempo. Intento
ganar algo de claridad ante su poderosa presencia física para poder decidir qué
bando quiero que gane: mi necesidad de que las cosas sean simples con él, o mi deseo
de sentir algo más que su beso.
Por la expresión de su rostro, puedo decir que mi solicitud lo sorprende, pero
se recupera rápidamente.
¿Más sobre ellos? Mmm. Veamos. Ella ha tenido un pasado problemático. Él
desea que ella hable más al respecto, que confíe en él, porque es mucho mejor
escuchando que sus lienzos y pinturas, pero entiende que estas cosas llevan su
tiempo. Incluso con el giro repentino y serio de la conversación, su último
comentario tira de las comisuras de mi boca en una sonrisa.
¿Y él? ¿Qué hay de él?
Tú dime. No es una solicitud, no es una demanda, pero está claro que
quiere saber lo que pienso de él.
Yo creo que…
Ella me corrige.
Ella cree que él tiene esa gran personalidad con la que siente que debe vivir:
el más grande de los imbéciles. Levanta sus cejas con el término . Es terco y
exasperante… pero debajo de todo eso, tiene un corazón amable. Es confiado y
seguro de sí mismo de una manera que ella solo desea poder ser. Y a pesar de eso,
ella sabe que ha sido lastimado de alguna manera o ha visto el dolor, porque la
mayoría de los hombres no son lo suficientemente pacientes como para retroceder y 120
dejarla pasar por lo que está pasando sin presionarla. Y él no está presionando, así
que ella sabe que la entiende, a pesar de que no sabe lo que realmente entiende.
Asiente y pasa sus manos arriba y abajo por mis muslos. Y juro por Dios que
lo hace por un reflejo reconfortante, porque puedo darme cuenta en el momento en
que se da cuenta de que lo está haciendo; sus manos vacilan, los ojos se abren
momentáneamente y, sin embargo, las mantiene donde están y no las aparta.
¿Qué hay de él? ¿Por qué cree ella que está aquí en la isla?
Frunzo mis labios, me vienen a la mente tantas teorías y, sin embargo, no estoy
segura de cómo decirlas.
Porque odia los domingos. Es mejor comenzar con algo de humor y ver
cómo avanza.
Eso saca una risa suave de él.
¿De verdad?
Sí. Y probablemente cualquier día de la semana, ya que está lejos de su
pasión, pero ella siente que allí hay más. Lo escucharía si quisiera hablar sobre eso,
pero no preguntará.
Las preguntas siempre te meten en problemas murmura.
No siempre reflexiono.
¿Ella quiere que sean más que amigos, Getty?
Hola, problemas. Supongo que está tratando de probar su punto.
Una inhalación uniforme. Los latidos de mi corazón. El olor de su colonia. La
esperanza de la posibilidad.
Ella tiene miedo. Mi voz es apenas audible.
¿De él?
Todo lo que puedo hacer es asentir. Sus labios están justo ahí. El recuerdo de
cómo se sentían imperando en mi mente.
De todo sobre él.
Me duele el pecho al aspirar aire. Me duele el cuerpo de una manera que nunca
antes había sentido. Anticipación. Temor. Incertidumbre. Los tres surgen a través de
mí. Me agotan. Me reviven.
¿Por qué tendría miedo de él, Getty?
Mi nombre otra vez. Es su manera de traerme de vuelta al momento y fuera de
mi cabeza, donde los fantasmas nadan. Su forma de recordarme mi nuevo nombre,
mi nuevo comienzo, un nuevo comienzo. 121

Porque ella es el desastre. La que no puede hacer nada bien. La que no puede
enseñarle nada, por lo que se sentirá decepcionado cuando descubra que no se
parece en nada a quien cree que es.
Inclina su cabeza y me mira fijamente, con los ojos buscando y tan intensos que
rompe nuestra conexión y miro hacia donde están sus manos sobre mis muslos.
No es ni de cerca un desastre. Un poco tímida tal vez. Muy tímida. Pero el
tiempo ayudará con eso.
Con una refutación en mi lengua, trazo visualmente las líneas de sus manos en
mis piernas para distraerme. Los dedos anchos con algunos cortes y rasguños por
trabajar en la terraza. Toda esta conversación ha empujado mis pensamientos fuera
de mi zona de comodidad. Y me pregunto cómo se sentirían pasando sobre mi
cuerpo.
El pensamiento me da ganas de hiperventilar. La idea de que me viera
desnuda. Las críticas de Ethan tratando de abrirse paso en mi cabeza.
Eres el peor polvo que he tenido, Gertrude. Tan malo que necesito ir con el ama de llaves
para estar satisfecho. Tu cuerpo es demasiado suave; tus tetas no son lo suficientemente
grandes. Y por el amor de Dios, no es mi trabajo hacerte venir. No es mi problema que no
puedas correrte. Y si alguna vez te veo tratar de hacerlo por tu cuenta, tendremos un gran
problema.
Oh-oh. Mírame. ¿Qué está pasando en esa mente tuya?
No puedo. No quiero levantar la cabeza para que pueda ver cada cosa sobre
mí; mis deficiencias, mi miedo a experimentar más, mi esperanza de más; todo en
mis ojos. Porque no puedo ocultarlo. Puedo combatirlo, pero definitivamente no
puedo ocultarlo.
Ya que estoy concentrada en sus manos, sigo el movimiento mientras se
levantan de mis muslos y se acercan para ahuecar los costados de mis mejillas,
forzando a mis ojos a encontrarse con los suyos.
Pensé que estábamos hablando de ella afirmo, necesitando llevar esto al
reino de la fantasía, porque sus ojos son demasiado honestos, su toque demasiado
tangible, y estoy empezando a imaginar la posibilidad de que haya algo más entre
nosotros cuando sé que no puede realmente quererlo.
Asiente en respuesta, inclinando su cabeza hacia un lado mientras me estudia.
Lo estamos murmura como si fuera real, sus ojos se estrechan mientras se
inclina más hacia mí . Él quiere hacerle tantas preguntas, pero ahora sabe que tiene
miedo y no quiere asustarla.
Tal vez debería simplemente preguntar. Tal vez le responda. Tal vez no lo 122
haga. Han tomado unas cuantas copas de vino después de todo.
Ah, sí. Coraje líquido. Hace maravillas con los nervios, o eso he oído.
Nunca he estado tan cerca de otro hombre durante este tiempo, además de Ethan.
Es desconcertante y estimulante al mismo tiempo saber que esta es mi elección .
Tal vez él también tenga miedo de ella.
Resoplo en burla.
Estás bromeando, ¿verdad? Míralo y mírala a ella. No hay necesidad de que
le tenga miedo. Ella es promedio y parece que él simplemente salió de las páginas
de un anuncio de una revista.
Creo que ella no se ve a sí misma claramente.
Bueno, creo que él está lleno de mierda. Dime por qué le tiene miedo,
entonces. Parezco a la defensiva, molesta, y tal vez lo estoy. Todo lo que falta es
un resoplido y cruzar mis brazos sobre mi pecho en negación. Pero tal vez estoy tan
condicionada a la configuración de Ethan, a lo que construyó solo para derribarme,
que temo creer cualquier cumplido.
Porque tiene miedo de acercarse demasiado a ella. Darse cuenta que,
independientemente de lo fuerte que sea, todavía es frágil emocionalmente y que
tienen algún tipo de conexión a pesar de sus constantes peleas. Se preocupa por lo
que le hará cuando termine la lista de arreglos y tenga que volver a su vida real.
Su explicación me cautiva. Tira de las cuerdas de mi corazón. Causa un
inesperado mini-revoloteo de pánico ante la idea de que se vaya. Así que decido
expresar algunos de mis pensamientos en voz alta.
¿Entonces él tiene miedo por ella? Necesito una aclaración para que mi
mente no se vuelva loca con esto y haga lo que quiera.
No.
—¿No?
No, tiene miedo por él. ¿Y si ella lo pinta con un increíble conjunto de
abdominales? ¿Un paquete de ocho perfecto que parece que no puede conseguir en
el gimnasio a pesar de lo duro que trabaja en ello? Quiero decir, esa es una razón
válida para que tenga miedo. Tener que dejarla cuando lo hace sentir mejor consigo
mismo que nadie más en mucho tiempo.
Mi inhalación es inestable. Y mientras intenta agregar ligereza a la
conversación inesperadamente profunda, sus comentarios todavía me tocan con una
sinceridad que nunca esperé de él. No puedo evitar la pequeña sonrisa en mis labios
cuando lo que realmente debería hacer es averiguar si es serio acerca de tener miedo 123
de acercarse a mí, o si solo lo está diciendo para aliviar la inseguridad repentina que
tengo después de admitir que le tengo miedo
O más bien que ella le tiene miedo.
Lucho por encontrar un equilibrio, porque de repente me siento superada y un
poco vulnerable, y mi mente se aferra a algo que dijo.
Pensaría que, si ella lo pinta desnudo, él estará más preocupado por el
tamaño que pinta en otra área que solo en sus abdominales.
Arroja su cabeza hacia atrás y se ríe mientras me siento con los ojos
entrecerrados preguntándome si de hecho acabo de coquetear con él. Y mientras que
para otras mujeres, eso puede parecer la observación más estúpida de la historia,
para mí es algo que no recuerdo haber hecho en el tiempo más largo. De hecho, estoy
acostumbrada a minimizar cada conversación con un hombre: contacto visual
escaso, distancia apropiada entre nosotros, un aire de desdén por temor a las
posibles repercusiones, se necesita un minuto para calcular que realmente soy yo
sentada en un mostrador con un hombre muy caliente de pie entre mis piernas.
De ahí los nervios.
Pero es difícil estar demasiado ansiosa cuando Zander se ríe de la forma en que
lo hace y soy quien lo causó.
Tienes un punto allí. Se ríe entre dientes, y se pasa una mano por el cabello,
dejándolo adorablemente despeinado antes de devolver su mano a la parte superior
de mi muslo en la acción más natural . Tiene un muy buen sentido del humor.
Mmm. Estoy ocupada observándolo. Estudiándolo. Las pequeñas arrugas
alrededor de sus ojos cuando sonríe. La más pequeña hendidura en su barbilla que
se nota solo de cerca. La incipiente barba sombreando su línea de la mandíbula .
¿Lo tiene?
Si lo tiene.
El silencio cae a nuestro alrededor mientras su pulgar se frota sutilmente en mi
muslo. La tensión llena la habitación a medida que aumenta la expectativa sobre lo
que sucederá a continuación.
Mis nervios reaparecen. El botón de pánico se presionó repentinamente, así
que trato de escapar de la incertidumbre de qué hacer o decir a continuación.
Pensé que habías dicho que él tenía preguntas para ella balbuceé por fin
cuando lo desconocido se convirtió en demasiado.
Las tiene. 124

¿Y…? pregunto cuando toma una larga pausa, mi mente lucha por
mantenerse alerta cuando mis hormonas están enfocadas en otra parte.
Desliza sus manos arriba y abajo de la parte superior de mis muslos,
frunciendo sus labios mientras piensa en las preguntas que más quiere hacer.
Quiere saber por qué ella cree que es un desastre. Quiere saber qué puede
hacer además de ser paciente para ayudarla. Su voz se vuelve más suave con cada
palabra, más seria, más decidida . No puede entender por qué, aunque se jure a sí
mismo que necesita mantenerse alejado de ella, parece que no puede hacerlo.
No creo que ella pueda responder esa última pregunta. Siento la necesidad
de moverme, inquietarme, bajo la intensidad de sus ojos azules y, sin embargo, no
lo hago.
Cierto. Arquea una ceja, con una sonrisa tímida en sus labios mientras
levanta sus manos hacia mis mejillas de nuevo . Tal vez pueda responderle esto.
¿Mmm?
¿Crees que quiere que él la bese?
Mi aliento se detiene. El corazón late. El cuerpo se queda inmóvil.
¿Él quiere besarla?
Ahí vas, respondiendo una pregunta con una pregunta otra vez, Calcetines.
No respondiste. Clásica forma de evadir.
Tú tampoco. Esa sonrisa tímida de nuevo. El roce de su pulgar sobre mi
labio inferior, me quita todo lo que tengo para no cerrar los ojos y hundirme.
Sí. Oh, mierda. ¿Realmente acabo de decir eso?
—¿Sí? confirma, con voz suave, pero segura.
Asiento. Trago sobre los nervios que acaban de apoderarse de mi garganta.
Pero todo pensamiento se pierde cuando se mueve muy lentamente hacia mí.
Bien, porque no creo que vaya a aceptar un no por respuesta.
Procesar su comentario es imposible porque sus labios están sobre los míos y
mis facultades están drogadas temporal y voluntariamente.
Sus labios se encuentran con los míos con suaves roces pidiendo aceptación.
Abro mis labios y le concedo acceso para que tomen más. Nuestras lenguas se tocan,
se entrelazan, en una suave danza de saludo. Sus dedos enmarcan mi rostro,
inclinándolo, y mi piel se calienta bajo su toque. El ansioso gemido de la parte
posterior de su garganta me estimula, me da una sensación de confianza de que
125
cualquier cosa que esté haciendo es suficiente para él.
Y Dios sí, lo es para mí. Su beso es suave, pero exigente. Tan suave que se siente
como un sueño, pero definitivamente sé que no lo es con el calor de él parado entre
mis piernas y el sabor del vino todavía en su lengua.
Sus manos se mueven. Se deslizan por mi caja torácica y toma mi trasero antes
de acercarme más hacia el borde y hacia él.
Mi cabeza está mareada. Mi corazón está lleno. Mis nervios están siendo
dominados lentamente por la bruma de todo lo que lo rodea: su colonia, el silencioso
murmullo que hace, la presión de sus manos sobre mi espalda baja, la suavidad de
sus labios, la delicadeza de su beso.
Mis manos comienzan a moverse mientras nuestros labios continúan probando
y tentando. Provocando y satisfaciendo. Deslizo las palmas de mis manos sobre su
espalda, donde sus músculos se tensan mientras sus manos reflejan las mías. Ambos
al unísono. Yo más vacilante, él más seguro en su toque.
Alejo todos los pensamientos de mi vida antes: acerca de Ethan y cómo después
de casarnos, nunca se permitía besar, aparte de besos suaves fuera de la casa, para
que la gente viera cuánto amaba a su esposa cariñosa. De sus comentarios groseros
acerca de cómo las bocas eran buenas para una sola cosa y esas disculpas no debían
ser pronunciadas sino dadas.
Me pierdo en el momento. En el aquí y ahora. En todo ello. Perdida sin pensar.
En la sensación. En ser querida. En la simple sensualidad de ser besada hasta quedar
sin sentido.
Mi núcleo arde con un deseo que nunca antes había sentido. Líquido fundido
extendiéndose desde mi centro hacia afuera. El dolor tan intenso que roza lo
doloroso. Mis labios hormiguean; mis pezones se tensan; mi piel se eriza.
Las manos de Zander se deslizan debajo del dobladillo de mi camisa. Las
yemas ásperas de sus dedos raspan con suavidad a lo largo de la carne sensible justo
en la cintura de mis pantalones. Los choques de sensaciones suben en espiral por mi
espalda y solo agregan presión a la necesidad tiñendo mis reacciones.
Suavemente las desliza por mi espalda desnuda al mismo tiempo que cambia
su postura para que nuestros cuerpos estén perfectamente presionados, con mi
cuerpo posado en el borde del mostrador. Y no estoy segura si es el destello de un
pensamiento en mi mente que tal vez quiera quitarme la camisa o la repentina
sensación de la protuberancia endurecida de su polla cubierta de mezclilla que
presiona entre el vértice de mis muslos, pero debo dudar de alguna manera.
126
Porque reacciona.
Zander rompe el beso instantáneamente, un jadeo sobresaltado cae de mi boca
cuando sus manos se acercan a mi rostro y no puedo mirar hacia otro lado. Y antes
que pueda decir algo, estoy nerviosa al instante: temblor de manos, disculpas listas,
rechazo aceptado, insuficiencia verificada.
Sus ojos buscan los míos y me siento como una idiota. ¿Qué mujer es besada
hasta quedar sin sentido por un hombre y luego vacila cuando puede sentir la
evidencia de que lo está excitando? No es como si estuviera apretándose contra mí
o apresurando el momento. No es culpable de nada más que ser un hombre viril.
¿Getty? Mi nombre en sus labios de nuevo. La preocupación grabada en
las líneas de su rostro. Mis ojos tratan desesperadamente de enfocarse en otra cosa
que no sea él.
El miedo se apodera: por decepcionarlo, porque mi cuerpo no lo excite, por no
ser suficiente, por asustarlo por mi falta de habilidad, elige tu opción.
Lo siento. Es un reflejo. En mi lengua y fuera de mi boca sin pensarlo.
Y obtengo la reacción de él. Me pregunto si estaba inconscientemente
esperando.
Dulce infierno, Getty dice con frustración mientras se aleja de mí, con una
mano pasando a través de su cabello, la otra rozando la parte posterior de su cuello
mientras se da vuelta y da un par de pasos lejos de mí . ¿Dejarás de disculparte?
No hiciste absolutamente nada malo.
Se da la vuelta, sus ojos ruegan, preguntan y buscan, y no sé cómo responder,
ya que disculparme, por ser la única culpable, es todo lo que he conocido durante
tanto tiempo.
Lo sie… Mi voz se desvanece, la palabra, una vez más, muriendo en mi
lengua mientras su mandíbula se tensa en frustración.
¿Cómo fue que hace unos segundos mi sangre estaba ardiendo por su toque y
ahora está calentando mis mejillas con vergüenza? Ni siquiera puedo ser besada sin
arruinarlo.
Te lo dije. Ella es un desastre. Apenas puedo decirlo. Tengo que apartar la
vista de él, concentrarme en mis manos entrelazadas con mis pulgares jugando. No
puedo ver su reacción a mi vergüenza. Pero la risa condescendiente que estoy tan
condicionada a esperar, no llega.
De ninguna manera.
Entra en mi campo de visión, sus caderas, su pecho, su barbilla, sus ojos, 127

mientras sus manos guían mi rostro con ternura para que pueda encontrar sus ojos.
Él no cree que sea un desastre. De hecho, es todo lo contrario. Es
hermosamente marcada, magníficamente defectuosa, irresistiblemente cautivadora.
Lágrimas llenan mis ojos, sus palabras son probablemente las más bonitas que
alguien me ha dicho en mucho tiempo. No me está diciendo que nunca sucedió. No
me está diciendo que lo inventé todo en mi cabeza. Más bien me está diciendo que a
pesar de todo, todavía hay algo redimible en mí.
La primera lágrima se desliza por mi mejilla y, sin embargo, mantiene sus ojos
fijos en los míos.
No sé lo que te hizo, Getty. No tengo ni una puta pista. Pero sé que no te
trató bien. Tomó cada parte de ti que le diste y la maltrató de alguna manera y tan
mal que temes las cosas que deberían hacerte sentir bien. Reír. Tú misma. Tu arte.
Tu confianza. Un beso. ¿Y quién sabe qué más?
Sus palabras golpean demasiado cerca. Me hacen luchar por el aire bajo el peso
de su presencia en este momento. Sus implicaciones me hacen sentir tan estúpida
por dejar que Ethan me robara todas esas cosas.
Por favor, Zander. No arruines esta noche. Lo sie… no era mi intención…
esta noche fue uno de los mejores momentos que he tenido desde que puedo
recordar. ¿Podemos dejarlo así? ¿Por favor? Mi voz tiembla. Las lágrimas que
estoy conteniendo queman en mi garganta. Sus pulgares rozan una y otra vez mis
mejillas, recordándome lo mucho que lo dejé entrar.
Oh, Getty. Suspira con claro afecto mientras apoya su frente contra la mía.
Estamos nariz con nariz, sus manos aún en mi rostro, el calor de su aliento fluyendo
sobre mis labios. Hay algo tan reconfortante en la acción, en el hecho que, en lugar
de huir, entró en mí. Cierro los ojos y siento su preocupación, acepto su compasión
. Uno de estos días vas a encontrar a un hombre que te trate bien murmura en voz
baja . Que te enamore. Que te trate como si caminaras sobre el agua. Que te inspire
a pintar cielos soleados y océanos tranquilos.
¿No desnudos? No puedo evitarlo. Simplemente se sintió bien decirlo. Y
mientras reconozco que notó la correlación entre mis emociones y mis pinturas, se
aleja de mí, con los ojos iluminados por el humor y una risa tranquila en sus labios.
No. No desnudos. Pasa sus manos por mis hombros y los aprieta
suavemente . No mereces nada menos que lo mejor, Getty.
Gracias le susurro, preguntándome cómo sabe todo esto, considerando
que fue quien me besó hace unos momentos.
128
Respira profundamente, lo que sea que es, lo puedo ver en la punta de su
lengua sopesando la atmósfera que nos rodea. ¿Está agradecido por mi vacilación
porque ahora que ha retrocedido, se arrepiente de haberse involucrado con la locura
que obviamente soy?
No lo culparía si lo hiciera. Y odio haber perdido ya un poco de mi corazón
sanado con este hombre que está frente a mí con ojos en conflicto. Es amable,
paciente y obstinado, y mi Dios, el hombre puede besarme hasta dejarme sin sentido
y olvidar mi antiguo y mi nuevo nombre. ¿Es estúpido decir eso? Sí. Pero cuando
nunca has conocido una amabilidad como esta, es fácil dar una parte de ti mismo a
la persona que lo demuestra, porque cuando todo lo que tienes son piezas rotas,
¿quién va a extrañar una pequeña pieza más?
¿Seriamente? ¿Por qué tengo pensamientos ridículos como este cuando hace
tres semanas estaba lista para sacarle un ojo con la varita de la persiana? Lo miro;
ojos azules, cabello oscuro, cuerpo duro; y me pregunto cómo pasó de ser molesto a
atractivo. ¿Estoy tan jodida, tan emocionalmente forjada, que ser amable conmigo
es todo lo que hace falta?
Odio no saber la respuesta a la pregunta.
Necesito que escuches esto cuando lo digo y realmente escúchalo, ¿de
acuerdo? dice, sacándome de mis pensamientos de auto-desprecio.
Aquí viene. Tenía razón. Se arrepiente de esto. Asiento.
Ahora mismo, cada maldita parte de mí quiere besarte otra vez. Besarte hasta
que no podamos respirar, luego tumbarte en mi cama y mostrarte cómo es sentir ese
tipo de adoración. Pero Dios, Getty, no puedo hacerlo sabiendo que podría
lastimarte al final cuando obviamente ya has sido tan herida. No puedo hacer las
promesas que mereces. Tengo mi vida en casa. Mis carreras. Mi familia. Necesito
ordenar mi mierda, enmendarme, y luego, en unos pocos meses, regresaré a eso. No
es justo para ti. Quiero más que nada ser el imbécil egoísta que he sido en los últimos
meses y pensar solo en mí. Dormir contigo, alimentar esa loca necesidad que creaste
en mí y luego irme cuando llegue el momento sin preocuparme… Deja escapar el
aliento y niega como si no pudiera creer que no lo hará, antes de volver a mirarme a
los ojos . Pero no puedo hacer eso contigo. No puedo llevarte a mi tormenta sin
mostrarte dónde está el faro, para que tengas una salida antes de que comience.
Mis ojos se abren y el pecho se contrae cuando intento procesar todo lo que
está diciendo. La guerra civil que está ocurriendo dentro de él por ser quien necesita
ser en vez de quién quiere ser. Lo que sé es lo mejor para mí y lo que podría
romperme otra vez.
Y, por supuesto, todos los pensamientos coherentes se desvanecen cuando se 129
acerca de nuevo a mí, con las manos en mis mejillas, los ojos fijos en los míos. Se
inclina hacia delante y roza sus labios con los míos en el más tierno de los besos. Del
tipo que te hace querer a la vez hundirte y poner tu mano en su camisa para exigir
más.
Su inestable dificultad para respirar es audible, la restricción sujeta por un hilo,
antes que sus ojos azules encuentren los míos.
Te estoy mostrando dónde está el faro, Getty. Dándote una salida. Depende
de ti decidir si quieres entrar en mi tormenta antes que pase, o buscar seguridad. No
puedo decidir por ti.
Empiezo a hablar, mi corazón en mi garganta y mi pulso se aceleran, pero niega
para detenerme.
Ahora no. Necesitas pensarlo. Reflexionar en tu sueño. Obtener una cabeza
clara y encontrar la respuesta. Esperaré. Cuando se acerca para poner una mano
en el costado de mi rostro, cierro los ojos y me vuelvo hacia su caricia. Mis labios
besan la palma de su mano; su compasión me ha deshecho de tantas maneras que
no puedo pensar con claridad . Buenas noches.
Zander lo llamo mientras se da vuelta para caminar por el pasillo.
Se detiene momentáneamente, con la cabeza colgando hacia abajo, los hombros
anchos y orgullosos.
Buenas noches, Calcetines.
Hay tanto que quiero decir. Detente. Espera. Sí. No. No lo sé. Lo siento. Pero
ninguno de ellos sale, porque no estoy segura de cuál quiero decir más.
Quiero decirle que no me importa. Que deberíamos vivir en el momento. No
preocuparnos por el mañana o dentro de unas semanas cuando la lista de tareas esté
completa. Pedirle que me ayude a superar el obstáculo de las mentiras de Ethan
mostrándome cómo debería ser el sexo. Ser la persona espontánea a la que aspiro
ser algún día.
La desesperación alimenta mis pensamientos, me hace ya extrañar cómo me
hizo sentir esta noche. Pero no puedo decirle, porque tiene razón. Ya me gusta
demasiado como es. ¿Qué va a pasar si me enamoro de él y se va y no mira hacia
atrás? ¿Es presuntuoso? Sí. Pero al mismo tiempo, me ha dado algo que nadie más
me ha dado en mucho tiempo: esperanza.
Oh Dios mío, Getty. Contrólate. Vuelve a pintar tormentas eléctricas en lugar de
pensar en hermosas puestas de sol, porque no vas a cabalgar hacia una de ellas con
él. Eres ingenua si crees que lo harás. Si bien puede ser un buen chico, no hay lugar
en su vida para una aspirante a pintora/bartender en cualquier caso, y mucho menos
como amigos. 130

Y ya dijo que definitivamente no quiere amigos con beneficios.


Por nosotros. Su brindis hace eco en mi cabeza cuando escucho que la puerta de
su habitación se cierra suavemente, y agarro el borde del mostrador para evitar
actuar con esa falta de espontaneidad.
Ahora me quedo en la cocina oscura con su beso en mis labios y sus palabras
en mi cabeza, preguntándome qué es exactamente lo que quiero que seamos.
El problema es la diferencia entre querer y necesitar, es una delgada línea
llamada autocontrol.
Y ya he sido controlada lo suficiente en mi vida.
Capítul o13
GETTY

Algo me despierta con un sobresalto. La figura en las sombras de pie sobre mi


cama sobresalta cada parte de mí: aliento, corazón, imaginación. Y por esa fracción
de segundo antes que diga mi nombre, el miedo se apodera porque Ethan haya
venido por mí.
Getty.
¿Zander? Mi voz está cargada de sueño, mi mente corre con lo que está
haciendo aquí mientras se agacha para sentarse en el borde de la cama. Comencé a
relajarme ante el sonido de su voz, pero ahora cada parte intangible se pone alerta.
Y antes que pueda comprender mucho más: por qué está aquí, por qué mi 131

estómago da un salto mortal en mi pecho, por qué los escalofríos recorren mi cuerpo,
se inclina hacia adelante sin otra palabra y me besa.
Suave al principio. Un roce de labios. Un tirón en mi labio inferior. Una mano
quitando mi cabello de mi rostro mientras se inclina hacia atrás para mirarme en la
habitación iluminada por la luna. Y sé que antes de que hable lo que va a decir.
Te deseo, Getty.
Sí. Es la única respuesta que puedo dar. El único consentimiento necesario,
porque su boca está en la mía antes que pueda inhalar mi próximo aliento. Y
mientras este próximo beso sigue siendo tierno, hay un poco de hambre que es
nueva y sorprendente para mí.
Me relajo en el colchón, muchas cosas suceden a la vez para procesarlas todas.
Su mano pasando por el costado de mi caja torácica. Su otra mano en el costado de
mi cuello, con el pulgar enganchado debajo de mi oreja. La creciente demanda en su
beso. El gemido de desesperación de su garganta. Su mano en mi cintura
deslizándose bajo el dobladillo de mi camiseta. Una mano fría sobre la piel cálida se
desliza lentamente hacia arriba. Mi suave jadeo cuando encuentra mi pecho. El arco
de mi cuello. Sus dedos acariciando. Su lengua que posee. Mis sensaciones
abrumadas.
El cerillo que se enciende.
Estoy inundada. Perdida a su toque y la habilidad de su boca y la increíble
manera en que me hace sentir.
La incipiente barba de un día raspa el arco de mi cuello, sus labios se deslizan
sobre la piel para calmar su escozor. Pero me gusta el escozor. Saber que estoy viva
y que esto realmente está sucediendo. Luego me cubre los senos con ambas manos,
su boca se apodera de su seducción en una especie de delicadeza que nunca había
experimentado. Sus cálidos labios y su lengua caliente chupan y provocan el brote
apretado de mi pezón mientras sus manos fuertes los sostienen en su lugar.
La combinación de sensaciones causa un dolor abrasador en el vértice de mis
muslos. Uno que duele tan bien.
Joder, Getty murmura contra mi pecho mientras una mano va hacia mi
cadera, los dedos amasando la carne allí mientras enredo los míos en su cabello y
gimo en respuesta a la dicha que está creando.
Dedos que se posan sobre mis muslos. Me tiran de la cintura. Se deslizan por
la parte superior de mi sexo. Yemas de los dedos haciendo cosquillas justo en la
parte superior de mi abertura, una solicitud sutil de acceso. Y estoy tan perdida por
132
experimentar esto con él, los silenciosos murmullos de deseo y los toques mezclados
con la intención que, todo lo que puedo pensar es cuánto más de la manera en que
me hace sentir, quiero.
Sus dedos bailan sobre mi carne más íntima mientras su boca encuentra la mía
otra vez. Esta vez, su beso se siente más exigente, más hambriento, y es mi único
enfoque hasta que sus dedos me separan lentamente y rozan suavemente sobre mi
clítoris. Mi jadeo de placer es tragado por su beso, la tensión repentina de los
músculos de mi pierna su indicador de mi capacidad de respuesta definida.
Y mi Dios… pasar de que nadie me toque, salvo mi propia mano, a ser tratada
con tanta reverencia, suavidad, deseo y atención, es como crear una chispa en una
habitación llena de propano. Explosivo. Ardiente. Implacable.
Su toque me estremece. No toma mucho. Entre la generosidad en la forma en
que me acaricia y la codicia en su beso, los segundos caen uno en el otro a medida
que cada parte de mi cuerpo arde brillante y rápido hacia el clímax.
Mis manos sobre sus hombros. Uñas en la carne tensa. Aliento robado. Cabeza
clavándose de nuevo en la almohada. Espalda arqueada. Caderas moviéndose.
Zander me catapulta a la caída libre de mi orgasmo.
Zander grito su nombre en una súplica para que continúe. Una súplica
para que se detenga por un segundo. Y no puedo decidir cuál quiero más, ya que
sus dedos tocan suavemente las últimas vibraciones.
Getty.
Aún no.
¡Getty! Más insistente. Hay manos de repente sobre mis hombros,
sacudiéndome. Mi mente vuelve al presente.
A la habitación oscura a mi alrededor. Zander de pie sobre mí, mis dedos se
deslizan entre mis muslos. Me paralizo, tratando de diferenciar el sueño de la
realidad.
Estabas teniendo una pesadilla. Me llamaste. Estabas dando vueltas dice
mientras se sienta a mi lado.
Y si hubiera alguna forma de que pudiera ver mis ojos y la máscara de
mortificación que debe estar cubriendo mi rostro, sabría la verdad. Que mi sueño
fue lo más alejado de una pesadilla. Pero gracias a Dios por el cielo sin luna y la
habitación oscura. O de lo contrario sabría que acababa de correrme soñando con él.
Que había una mancha húmeda en mis bragas por el sexo de fantasía con él.
Estoy bien tartamudeé sin aliento mientras lentamente retiraba mi mano
de debajo del cordón de mis pantalones para que no notara el movimiento. Me
levanto, mi cuerpo cubierto por una ligera capa de sudor, mis músculos aún se 133
contraen con los restos de mi orgasmo.
Mi auto-complacido orgasmo, parece.
¿Podría empeorar esto? Que el hombre con quien fantaseabas que te daba un
orgasmo te atrape en medio del acto, por decirlo de una forma.
¿Estás segura? Extiende una mano y pasa el dorso por mi mejilla .
Estabas gimiendo y moviéndote, y luego pediste mi ayuda. Me asustó muchísimo.
Debe haber sido una mala pesadilla.
Me tardo un segundo en encontrar mi voz. Las palabras correctas para decir se
pierden en la vergüenza y la niebla pos clímax de las endorfinas.
Sí. Lo siento. Me paso la mano por el cabello y me tapo un poco con las
cobijas . Yo… yo… eh, ni siquiera recuerdo de qué se trataba. Pero gracias. Te
agradezco que hayas venido.
¿Esto fue por mi culpa? pregunta con preocupación en su tono. La sangre
se drena de mi rostro momentáneamente mientras me pregunto si se ha dado cuenta
de lo que realmente estaba sucediendo . ¿Las cosas que te dije esta noche
despertaron malos recuerdos…?
No. Me apresuro a interrumpirlo, sintiéndome como una imbécil porque
está aquí preocupado de que su honestidad me hizo tener una pesadilla cuando en
realidad era todo lo contrario. Pero no es como si pudiera decirle eso . Vi una
película de terror la otra noche. Estoy segura que tenía que ver con eso.
Bien dicho, Getty. Muy bien dicho.
¿Estás segura que estás bien?
Sí. Lo estaré. Gracias. Lamento haberte despertado.
Por favor, vuelve a la cama y sácame de mi miseria.
Te dejaré volver a dormir, entonces dice mientras se levanta de la cama,
una hermosa sombra en la noche . Me alegra que estés bien.
Buenas noches, Zander.
Buenas noches, Getty.
No podemos ver los ojos del otro, pero estamos seguros que estamos
sosteniendo la mirada del otro en la oscuridad, porque puedo sentirlo. Después de
un momento de silencio suspendido, asiente y camina hacia la puerta mientras las
emociones luchan dentro de mí por querer que se vaya y pedirle que se quede.
Voy a dejar la puerta abierta, por si me necesitas dice antes que su sombra
salga de la puerta hacia su habitación.
Retengo las ganas inmediatas de cerrarla en caso que mi necesidad nocturna 134

de tener sexo falso con él surja nuevamente.


Hundiéndome más en el colchón, me froto el rostro con las manos y siento la
sonrisa en mis labios. Repaso el sueño en mi mente, porque a diferencia de lo que le
dije, recuerdo cada parte de él. Cada beso. Cada caricia. El sonido de su voz espesa
de deseo.
Con una respiración profunda, niego y me siento como una tonta. ¿Cómo no
supe que era un sueño? Mi falta de modestia e inseguridad constante y mi capacidad
para llegar al orgasmo debería haber sido un claro indicio. Incluso dormida, debería
haber notado eso.
¿Cómo voy a enfrentarlo en la mañana? ¿Cómo voy a mirarlo a los ojos y
preguntarle si quiere tomar una taza de café con su compañera de apartamento que
se estaba masturbando mientras fantaseaba con él?
Cierro los ojos, pero no puedo dormir. No hay manera en el infierno con el
zumbido de mi orgasmo que todavía hace eco en mi cabeza y mi cuerpo.
Porque si pensaba que Zander había robado un pedacito de mi corazón con su
amabilidad, entonces una gran parte de mi libido despertando acabe de prometerle
lealtad a él.
Capítul o14
ZANDER

Ahí está la punzada del frío. Un frío que arde en mis pulmones y pincha mis
mejillas. Puede ser el comienzo de la temporada de verano, pero mierda, las
mañanas son frías aquí. Con suerte me iré a casa en Los Ángeles antes que tenga la
oportunidad de aclimatarme.
Y odio que mis pies vacilen ante la idea. Odio que el siguiente pensamiento en
mi cabeza sea: ¿Qué va a hacer Getty cuando me vaya?
Esto no es algo.
No se supone que se convierta en algo. Pero maldición, lo es.
135
Luego, por supuesto, está el correo de voz de Rylee, mi madre adoptiva. La
que me salvó de mi silencio y ensordecedor miedo después que mi madre muriera
y mi padre regresara para acabar conmigo. La que tenía que haber sabido la verdad
desde el primer día. Ni siquiera tengo que volver a reproducir el mensaje porque
todavía puedo escucharlo tan claro como el día.
Zander. Soy yo. Su risa. Los nervios que no estoy acostumbrado a escuchar
vibran a través de la conexión. Por supuesto que soy yo, quién más sería, ¿verdad? Solo
quería escuchar tu voz, hacerte saber que estaba pensando en ti. Mucho. Te extraño. Por
supuesto, estoy preocupada por ti y quiero llamarte y enviarte un mensaje de texto para
asegurarme que estás bien, pero también sé que llamarás cuando estés listo. Oh… y gracias
por escribir a Scooter y luego a “ce. Esto le está costando… todo… así que gracias por
responder y dejar que él, que nosotros, sepamos que estás bien. Lo siento, estoy divagando,
pero hay muchas cosas que quiero decirte… tanto que quiero preguntar, pero sé que volverás
a casa una vez que resuelvas lo que sea que necesites resolver. Hay silencio por unos
segundos. Un suspiro tembloroso. No quería colgar todavía. Él no lo admitirá, pero
Colton también te extraña. Está malhumorado y no habla sobre lo que sucedió ese día entre
ustedes dos… Otro suspiro. Unas pocas palabras empezaron y luego se detuvieron.
Su preocupación es palpable en el silencio y sé que está luchando para no darme su
opinión sobre el asunto. Para evitar la decepción en su voz y no sermonearme y
decirme que soy quien necesito ponerme los pantalones y disculparme por todo esto.
No importa. Espero que encuentres lo que esperas encontrar mientras estás lejos. Y no puedo
evitar sentir que hay algo que no nos está diciendo. Todo lo que queremos… todo lo que
siempre hemos querido es lo mejor para ti, Zander. Te amo.
He escuchado el mensaje varias veces esta mañana. Se ha convertido en un tipo
de combustible para alimentar mi culpa por lo que hice, cómo actué y el refuerzo
que necesito para realmente organizar mi mierda. Abrir la caja, enfrentar los hechos.
Lidiar con todo. Superarlo. Gritar. Montar un ataque de furia.
Seguir adelante. Vivir la vida con una nueva norma que no puedo apartar, pero
que puedo empezar a dejar atrás.
Dejar de ser tan cobarde. Aceptar que cualquier cosa que esté en esa caja no afecta
quién soy ni lo que he hecho de mi vida. Es lo que es.
Es más fácil decirlo que hacerlo.
Dios, cómo quería levantar el teléfono y devolverle la llamada. Hacerle las
preguntas que necesito hacerle: ¿Lo sabía? ¿Por qué no me lo dijo? ¿Cuál fue su
razonamiento para ocultarme la verdad todo este tiempo? Entonces podría
enfadarme con sus respuestas. Gritar y enojarme y sacar toda esta emoción
contenida. Luego, disculparme diez veces por las formas en que los he lastimado… 136
pero el orgullo es algo difícil de tragar cuando sientes que es todo lo que te queda.
En este momento, mi propia necesidad de lidiar con esto es más importante
que la necesidad de llamarla. Pero joder, me siento culpable por la tristeza en su voz.
Empújalo lejos, Donavan. Primero debes enfrentar los hechos y luego enfrentarte a
Rylee y Colton. Arréglate, luego ellos. Sabrás qué decir entonces. Cómo decirlo. Aceptar
quién eres realmente.
Cuando llego a los escalones del porche, me pongo las manos en las rodillas e
inhalo en el aire amargo. Me duele el pecho por presionarme demasiado. Pero
después de Getty anoche y mi menos que satisfactorio momento de masturbación
en la ducha esta mañana mientras pensaba en ella, necesitaba deshacerme de algo
de mi frustración.
Mientras tomo un Gatorade del refrigerador, los pensamientos acerca de
nuestro inesperado interludio en la cocina se mezclan en mi cabeza. ¿Y no es por
esto que salí a correr? ¿Para despejar mi cabeza? Pero en el momento en que estoy
de vuelta aquí, con el aroma de su perfume y un par de sus calcetines desechados
en el piso de la sala, se arrastra de regreso a mi maldita cabeza.
Todo sobre ella me afecta.
La mirada en su rostro cuando estaba cerca suyo. Su beso abrasador. Esa
pequeña sacudida de miedo que sentí atravesar sus músculos y vi aparecer en su
rostro. Su miedo por algo. Cómo tuve que retroceder y calmarme. Recordar que no
es una fanática que quiere ganarse puntos con el campeón Zander Donavan. El chico
de oro. No, ella es claramente una mujer que se está recuperando de algo. Huyendo
de un pasado que obviamente era una mierda.
Eso en sí mismo es razón suficiente para que me detenga y retroceda, porque
cuando tiene esa mirada en sus ojos, como si tuviera que mirar por encima del
hombro y asegurarse de que no hubiera nadie, me recuerda a mi madre. La forma
en que recuerdo que era: asustadiza, siempre disculpándose, retraída. Y eso es un
gran problema. Es un faro brillante y grande que me advierte que me aleje y, sin
embargo, sigo caminando hacia su luz con ganas de ayudar, de estar ahí para ella,
de conocerla mejor, cuando no debería. Demonios, soy lo más alejado de calificado
para ayudarla.
En lo que debería estar pensando es en sexo, sexo y más sexo. Con ella
preferiblemente y no mi propia mano y una botella de lubricante.
No puedo involucrarme más que eso. Tengo suficiente con mis propios
problemas para resolver. Y, sin embargo, a pesar que le advertí, no puedo entender
por qué sigue ocupando mis pensamientos.
137
Vivir día tras día con ella es como tentar a un alcohólico con una botella de
ginebra. Quieres probarla, quieres saborearla, pero sabes que solo te hará volver
egoísta. Queriendo solo lo que quieres sin tener en cuenta a nadie más ni el daño
que vas a hacer. Si bien la ginebra no es lo mío, seguro como la mierda que no
significa que no tomaría un sorbo si tengo sed.
Y anoche, maldita sea, tenía sed. Lo que no habría dado para aprovechar la
situación, una hermosa mujer cuyo beso sabe tan bien como su risa suena, pero no
podía dejar que extendiera sus piernas sin ser directo con ella.
Bueno, podría haberlo hecho. Podría haber sido un idiota, haber disfrutado las
próximas semanas con su gemido debajo de mí sin un rasguño en mi conciencia
acerca de cómo mi tiempo aquí llegará a su fin. Divertirme, tener buen sexo, y luego
partir caminos sin nada más que un gracias por el buen momento y una promesa vacía
de llamar de vez en cuando.
Pero no puedo tratarla así. Hay algo sobre Getty que se ha metido bajo mi piel.
Al principio, pensé que era el tipo de cosa de querer-y-no-poder-tener. La
tentación después de prometerme a mí mismo cortar las complicaciones de agregar
una mujer a la mezcla. Se supone que debo estar aquí para mí. Pero no es eso.
Entonces pensé que era la cosa de la mujer inocente. Sus grandes ojos, sus mejillas
sonrojadas y su evidente malestar con los hombres que me dicen que no está
acostumbrada a la atención del sexo opuesto. Joder, sí, es atractivo, me da la visión
de ser el que le enseñe algunas cosas, pero no soy el tipo de persona que acumula
puntos por desflorar al tipo virginal. No hay nada sexy en eso. No es un juego, no
es algo que haces sabiendo que te vas a ir.
Tal vez es porque en realidad me gusta. Pienso que es inteligente y
naturalmente hermosa sin intentar serlo, y cuando puedo apartarla de la pared
protectora, sé que su personalidad es asesina. Y es el respeto loco que tengo por ella
por hacer lo que mi madre nunca hizo: salir de una relación abusiva. Porque, aunque
nunca lo haya dicho en voz alta, las señales están ahí. Las que alguien que ha vivido
en una casa abusiva puede ver como una señal de tráfico incluso todos estos años
después. Y una mujer que hace eso merece el felices para siempre que no obtuvo
la primera vez.
Así que estoy jodido. La quiero, pero no puedo darle eso, y que me maldigan
si voy a ser el que sume al dolor que ya está en sus ojos. No soy tan imbécil.
Pero tampoco voy a negar lo mucho que quería deslizarme entre sus muslos la
noche anterior, limpiar el mostrador detrás de ella con un golpe de mi brazo, y
tomar, probar y satisfacer hasta que saliera el sol. En cambio, mostré moderación
como si nunca antes hubiera tenido que hacerlo. Retrocedí. Le dije que no me
quedaría a largo plazo. Le di una salida si quería una. Y, con suerte, le di a mi 138

conciencia la libertad de culpa cuando durmamos juntos, porque ahora es su


elección.
Una conciencia limpia, un corazón en conflicto y una polla frustrada. Todo el
trío. Tengo que esperar que cuando diga que sí, al final no la lastime.
Porque dirá que sí. Vi la respuesta en sus ojos y la escuché en la forma en que
me llamaba por mi nombre. Pero aun así me alejé, aunque con un dolor en las
pelotas, antes de cerrar la puerta para no tener la tentación de volver.
Ahora miro en su habitación antes de entrar en la mía. Recuerdo lo
malditamente mucho que quise meterme en su cama anoche, tirarla contra mí y
consolarla después de su pesadilla. Pero eso es ser egoísta, porque me estoy
mintiendo a mí mismo. No hubiera podido detenerme al sentir su cuerpo contra el
mío. Ni un poco. Seamos reales aquí.
Ve a arreglar su auto, Donavan. Haz otra cosa útil que no sea esperar con la polla
en la mano por su respuesta. No hay tiempo como el presente. Además, ya estoy
sudado y sucio.
Tal vez incluso me gane algunos puntos brownie también.
Cuando entro a mi habitación para tomar una camisa limpia, la caja en la
esquina me llama la atención. Especialmente la escritura en arañazos en el sobre
pegado al exterior y el origen postal de Los Ángeles. La carta en dicho sobre, de la
persona que técnicamente es mi tía, explica que mi tío, mi único pariente vivo, murió
de una sobredosis.
¿Es malo que no me pueda importar menos? ¿Es cruel que después de un
intento fallido de ayudarme cuando tenía doce años por el estipendio mensual para
financiar su hábito, los dos dejaron de existir para mí? ¿Que esté agradecido por sus
metidas de pata porque llevó a Rylee y Colton a adoptarme?
¿Por qué todo este tiempo después pensaría que querría ver las cosas que
encontró mientras limpiaba las cosas de mi tío? Tal vez solo está siendo decente,
devolviendo el contenido porque es todo lo que queda de mi infancia. ¿De nuevo,
un informe de autopsia? Colocándolo como la primera cosa en la caja para que no lo
pase por alto. Tal vez fue su último vete a la mierda.
Así que no es de extrañar que tenga dudas de ver el resto de los contenidos.
Además, no será la primera vez que le diga adiós a mamá. O mi papá. Pero eso
es todo. ¿Profundizar más en la caja traerá más? ¿Me hará recordar cosas de las que
mi mente trató de protegerme?
Joder murmuro mientras mi mente sigue corriendo. Al diablo contigo y tus 139
dudas que me hacen temer lo peor, y al diablo contigo y tu esperanza que me hace querer algo
más.
Los pensamientos de quemar la caja aparecen mientras la miro fijamente;
anhelo verla arder en llamas para poder aferrarme a los recuerdos que tengo. De
pensar que mi madre caminaba sobre el agua.
Los cuerpos están enterrados por una razón: ¿no deberían estarlo sus secretos
también?
Incendiar la caja sería más fácil para todos. Deshacerme de la fuente de
ansiedad que me provocó y arriesgó cada cosa que me dieron y por la que trabajé.
Pero, ¿desde cuándo ha sido tan fácil deshacerse de algo relacionado con mi
infancia?
¿Es demasiado querer conectarse a algo bueno en la caja? ¿El tipo de cosas que
todo niño merece tener de su pasado? ¿Sería demasiado pedir que haya fotos? ¿Algo
con caras sonrientes y los brazos de mi madre envueltos alrededor de mí con amor?
¿Algo que pueda utilizar para respaldar un recuerdo positivo para ayudar a sofocar
a los malos?
Pero ¿y si no hay buenos recuerdos allí?
Mis dedos juegan con las solapas de la caja. La guerra interna continúa en
cólera. A la mierda. Solo abre la maldita caja. Déjala o toma la decisión. Mira una cosa por
día hasta que puedas manejar más. Es por eso que viniste aquí en primer lugar, ¿verdad?
El sonido del cartón raspándose sobre sí mismo llena la habitación. La
curiosidad y el miedo se apoderan de mí simultáneamente. El paquete de papel
grapado está en la parte superior derecha donde lo dejé.
Las yemas de mis dedos se mueven con los bordes mientras me muerdo el
interior del labio, y no necesito ver el diagrama de un cuerpo con marcas que indican
heridas por arma blanca o leer las palabras que describen lo que todavía puedo ver
en mi mente.
Me siento estúpido por los nervios que me hacen dudar, molesto conmigo
mismo por tenerlos, pero sé que los hombres son criaturas que evitan las cosas por
naturaleza. Queremos dominar, tener el control, y, sin embargo, la mínima grieta en
nuestros cimientos puede sacudir nuestro mundo.
Y he sobrevivido demasiados terremotos en mi vida.
Dejo el informe y revuelvo el contenido, deliberadamente sin mirarlos de cerca.
Necesito un buen recuerdo hoy, algo para ayudar a aliviar el poder que esta caja
tiene sobre mí. Así que busco en el desorden desorganizado con la intención de
encontrar la textura suave y distinta de una fotografía.
140
Cuando toco una, lo sé al instante. Mis dedos distinguen lo que se siente como
una banda de goma en la pila delgada y suspiro de alivio. Podría recuperar otro
recuerdo. Una pieza de normalidad de esos primeros siete años de mi vida. Mis
manos tiemblan cuando retrocedo y me siento en la cama, nervioso por el destello
de mi pasado que voy a tener.
Es hermosa. Es mi único pensamiento consciente cuando veo a mi madre por
primera vez en casi veinte años. Cabello oscuro, ojos claros y una sonrisa genuina.
Claro, su ropa está gastada y el auto en el que está sentada es un mosaico de Bondo
y colores desiguales, pero es aún más bonita de lo que recordaba. El tiempo debe
haber embotado los recuerdos.
Y sentado en su regazo hay un pequeño muchacho de cabello castaño con las
rodillas raspadas, una gorra de béisbol torcida en su cabeza y un guante en la hierba
a la derecha de ellos. Soy yo. La imagen de un niño despreocupado que no recuerdo
haber sido, pero que parece perfectamente contento en el regazo de su madre. Lo
miro fijamente hasta que mis ojos se ponen borrosos, intento memorizarlo como si
la imagen se desvaneciera.
Estoy tan perdido en la foto que olvido que hay más detrás. Una vez que lo
recuerdo, continúo el proceso con cada una de ellas, estudiándolas, intentando
extraer un recuerdo de la imagen, agradecido por la oportunidad de reconectarme
con un lado más ligero de mi infancia.
Me parezco a ella. Eso es lo que veo cuando las hojeo. Los mismos ojos, la misma
boca, una nariz similar. Es raro ver las imágenes y poder hacer una comparación de
mí mismo con alguien.
Luego llego a una foto de mi papá. Parece menos terrorífico de lo que recuerdo.
Vaqueros desgastados desgarrados por las rodillas. Pulgares colgando en los
bolsillos. Un cigarrillo colgando de su boca. Su pelo largo y descuidado. Su cuerpo
desaliñado. Moretones visibles en el interior de uno de sus brazos.
Lo miro fijamente durante un tiempo, no para recordarlo, sino para
asegurarme que no soy como él. Observo todo sobre la imagen, la desarmo, la
estudio. Y no importa cuánto lo intente, todo lo que veo es el monstruo parado en la
puerta oscura, cubierta por la sangre de mi madre. Y la mirada vacía en sus ojos
mientras sostenía un arma hacia Rylee cuando intentó secuestrarme para que no
pudiera testificar después que recuperara mi voz.
Cuando estoy convencido que no somos nada iguales, paso a la última imagen
del lote. Mi madre está acostada junto a mí, durmiendo, estoy de espaldas a su
frente, su brazo envuelto alrededor de mi abdomen abrazándome, y una suave
sonrisa en sus labios. 141

Sin pensarlo, paso la punta de mi dedo por su rostro y, de repente, escucho su


voz canturreando ¿Estás durmiendo? en mi cabeza. Es raro y no sé qué hacer con
eso, aparte de recordar vagamente cómo solía acurrucarse a mi lado en mi cama, sus
labios en la parte superior de mi cabeza, y el calor de su aliento calentando mi cabello
mientras cantaba la canción para ponerme a dormir.
Mi corazón late por el recuerdo que nunca supe que tenía. Una sonrisa
incrédula se extiende en mis labios cuando cierro los ojos y trato de recordar más,
hojeando las imágenes una y otra vez, con la esperanza de conseguir algo más.
Emocionado por la posibilidad de tener más recuerdos de mis primeros siete
años para bloquear todo el dolor, vuelvo a la caja para ver qué más tiene. Agarro
una pila de papeles, luego noto que la portada del primer paquete que saco es la hoja
de antecedentes de una Lola Sullivan. Echo un vistazo a los delitos menores y luego
lo vuelvo a meter en la caja de inmediato. No tengo ningún deseo de manchar la
imagen que acabo de recuperar de mi cabeza. Hay recortes de periódico que
mencionan el asesinato y la búsqueda de mi papá. Pequeños cuadrados uno por uno,
sin compasión por la mujer que en ese momento era mi todo. El siguiente paquete
de papel es más grueso. Es un archivo de caso de Servicios de Protección a la Infancia
de Los Ángeles.
Con mi nombre en él.
Por el grosor del archivo, tengo la sensación que su contenido no sorprenderá
al hombre que soy, pero podría descarrilar al niño pequeño en mí que todavía está
buscando un cierre. Podría romper el único recuerdo que tengo de mi madre cuando
no está cubierta de sangre, el que acabo de recuperar, en pedazos y no creo que esté
listo para eso todavía.
Así que tomo las fotos, los informes, todo lo que no quiero enfrentar y los
vuelvo a colocar en la caja, metiendo las solapas para que queden bien cerradas y
salgo de la habitación sin mirar atrás.
Pero tengo un nuevo recuerdo al cual aferrarme cuando no tenía ninguno.
Enfrentaré el resto otro día.

142
Capítul o15
GETTY

El bar está lleno. El clima cálido y el cielo sin nubes en este verano inusual lleno
de tormentas ha provocado que una afluencia masiva de turistas inunde la isla.
El bar está lleno cuando tomo los pedidos de los otros meseros, tanto que no
he tenido mucho tiempo para pensar sobre la noche anterior.
Bueno, eso es mentira. Es todo en lo que he pensado. Unos pocos pedidos
fallidos más de lo normal prueban el punto. Pero el bar está tan ocupado que han
pasado casi desapercibidos.
Mi mente se desvía hacia Zander mientras trabajo. A nuestras risas en el
restaurante. Al brindis. A las revelaciones sobre lo que los forasteros asumirían sobre 143

nosotros. A los besos que rizaron mis dedos y derritieron mis entrañas. A las
confesiones honestas sobre lo que él puede y no puede darme. Y luego a la pregunta
que me pidió que considerara, si podía manejar el saber que no iba a ser más de lo
que dijo era un desastre en primer lugar: amigos con beneficios.
Un ron con coca cola. Una margarita con sal extra. Una Guinness de barril.
Mi reacción instintiva es sí. Fue honesto, directo, y me besa como si el mundo
terminara mañana, con cada onza de su ser.
Un Macallan limpio. Una ginebra y tónica. Una ronda de cervezas.
¿Sin embargo, es eso realmente inteligente, Getty? ¿No estarías demasiado apegada?
No. Sí. No. Usaré el sexo para ayudarme a superar mis problemas. Demostrarme que
no todos los hombres son como Ethan. Espero. ¿Pero no es ser un poco puta?
Definitivamente no es algo que haría una Caster… lo que me empuja a querer
hacerlo aún más.
Un vodka con arándano. Un Jack y Coca Cola. Un Martini seco.
Pero, ¿soy realmente capaz de tal cosa? No sé cómo tener sexo casual. De
hecho, no sé cómo tener relaciones sexuales de acuerdo con Ethan.
¿Qué estoy haciendo incluso pensando en esto? Es una idea estúpida. Sin
embargo, muy tentadora. Mi duda es fea.
Y Zander es tan bonito.
Me burlo suavemente ante el pensamiento, sabiendo que rechazaría la
descripción de inmediato.
Ups. Jack y Coca Cola sin azúcar. No Coca Cola normal. Ya arruiné ese. Dos
aguas carbonatadas. Una copa de merlot.
Entonces el sueño vuelve a mí. Y maldita sea. Todas las dudas salen por la
ventana. Sí, fue un sueño. Mi cerebro racional reitera el hecho que sé muy bien, pero
al mismo tiempo, un hombre no besa como él y no sabe cómo hacer el amor.
No hacer el amor, Getty.
Sexo.
Solo sexo. No hay amor involucrado. La palabra con A nunca debe ser
mencionada. Solo sexo sin compromiso, del que te gritas cuando te vienes, del que
te deja con las piernas temblando, del tipo de novelas románticas, como el que nunca
he experimentado antes. Eso es todo lo que él aludió.
Ese dolor que causó entre mis muslos regresa con venganza. Me muevo un
poco, derramo el exceso de la bebida en mis manos mientras lo muevo a la bandeja
del mesero. 144

Una Coors Light, en botella. Otro ron y Coca Cola para la mesa seis, esta vez
con una lima. Un daiquiri de fresa.
Solo ve por ello, Getty. ¿Quieres ser espontánea? Sé espontánea. Arregló el cajón de los
cubiertos por ti, por el amor de Dios.
Justificación en su máxima expresión.
Pero es un buen punto. Si me voy a acostar con alguien, al menos sabría que es
un buen tipo. Y probablemente tiene algo de experiencia en su haber. Por cierto, el
bar se llena repentinamente de mujeres locales que se envían mensajes de texto
cuando él viene a ver un juego o a tomar una copa, puedo asumir que no le faltan
mujeres ni experiencia en el saco.
Un coctel a la antigua. Dos Sculpins de barril. Un Red Bull y Absolut.
Oh. Pero muchas mujeres significan que lo más probable es que esté
acostumbrado a parejas experimentadas… y estoy lejos de eso. Me detengo y miro
al espacio por un momento. Frunzo mis labios. Recuerdo cómo besa. Sus manos
enmarcando mi rostro. El roce de su barbilla sin afeitar contra la piel de mi cuello.
Su colonia en mi nariz y su sabor en mi lengua.
Listo. Voy a hacerlo.
Realmente lo voy a hacer.
Al diablo los nervios y las dudas y mis inseguridades. Es más fácil decirlo que
hacerlo, pero no estoy viviendo, no estoy probando que la vieja Gertrude Caster-
Adams se ha ido, si no me arriesgo.
Así que voy a tomar la oportunidad. Decisión tomada. Sin retroceder ahora.
Cuatro cervezas artesanales de barril.
Gertrude.
Esta voz. La implacable condescendencia. El que controló mi vida durante
tanto tiempo. El que cree que estoy equivocada.
Estoy sorprendida: mi mente se acelera, el pulso corre, los nervios comienzan
a zumbar, el cuerpo se calienta. Pero no me muevo, no vacilo. Mantengo una mano
en la manija, la otra sosteniendo el vaso en ángulo y mis ojos fijos en este.
No levanto la vista, solo sigo fingiendo que no escuché lo que pensé que acabo
de escuchar.
No hay forma. No puede ser
¿Puedes ir a buscarme más limas? Es la voz de Liam la que me saca de mi 145
niebla de pánico.
Claro. Mi voz es apenas audible, porque temo que, si hablo normalmente,
mi padre reconocerá mi voz.
Casi salgo corriendo de la barra, me queda un vaso de cerveza medio lleno
sobre la rejilla para servir, y mi cuerpo tiembla con la conmoción. Nunca miro hacia
arriba. No reconozco su presencia.
Mi único curso de acción es esperar que, si me quedo en el almacén el tiempo
suficiente, no estará allí cuando regrese. Oír su voz decir que mi nombre habría sido
un producto de mi imaginación.
Después de agarrar las limas, me recuesto contra el refrigerador, agotada por
todas las emociones que me recorren: desafío, enojo, miedo, preocupación, nostalgia;
cuando no debería sentirlo. Cierro los ojos, inclino la cabeza hacia atrás y lucho
contra la urgencia de salir corriendo por la puerta trasera y no volver. Para no tener
que enfrentarlo.
Porque sabía que mi padre me encontraría. Es Damon Caster, después de todo.
El hombre sin fronteras, sin moral. Bueno, a menos que seas uno de los pocos
afortunados que considera digno de ser estimado de acuerdo con sus estándares
ridículos. ¿En cuanto a mí? Gobierna a su familia como su imperio inmobiliario, con
un implacable puño de hierro. Solo me sorprende que Ethan no estuviera parado a
su lado.
O tal vez lo estaba. No es como si hubiera mirado.
El pensamiento tiene bilis subiendo en mi garganta. Ethan. El hombre que mi
padre había elegido para caminar sobre el agua a su lado. El que rompió cada parte
de mí con sus duras demandas y constantes críticas.
Es inaceptable que te alejes de mí. El desdén gotea de su voz aristocrática.
No debería sorprenderme que me haya seguido hasta aquí.
Cuadro mis hombros y enderezo mi postura antes de levantar la barbilla y abrir
los ojos para encontrarme con los que reflejan los míos en color.
Se ve mayor. El pensamiento inmediato me sorprende. Y lo rechazo al instante.
Porque eso significa que mi partida ha sido dura para él, y debería serlo. Debería
haber elegido el bienestar de su hija por encima satisfacer a su protegido y defender
su imagen pública.
Pero eso nunca pasara.
No ha sido el caso desde que mi madre murió, lo que se siente como una
eternidad.
146
Padre. Mis dientes están apretados y las manos aprietan la bolsa de limas
con tanta fuerza que no me sorprendería si las cáscaras se rompieran bajo la
presión . ¿Cómo me encontraste?
El ensanchamiento de sus fosas nasales me dice que estoy insultando su amplio
alcance.
Lo suficientemente fácil. El diamante en tu anillo de bodas estaba grabado
con láser con un número de serie. La casa de empeños lo registró. Bajamos a hablar
con ellos y seguimos el rastro que dejaste. El número de teléfono de contacto era esa
puta mujer a la que me negué a permitir que viera tu madre. Una búsqueda rápida
en la vida de Darcy reveló una nueva hipoteca que había sacado, y estoy seguro que
puedes resolver el resto.
Mi resolución flaquea. Pensé que había hecho todo bien.
Si me tomé tantas molestias para desaparecer, ¿pensaste por una vez que no
quería que me encontraras?
Bueno, bueno. Detengamos el melodrama y enfoquémonos en llevarte a casa
y alejarnos de la desgracia de este trabajo detrás de una barra como una vagabunda
pidiendo dinero. Su disgusto irradia de él como un veneno, envenenando la
pequeña habitación que nos rodea.
Nada de, es genial verte, Gertrude. Nada de, te ves bien con un poco de sol en el
rostro y tu cabello no tan liso hasta la perfección. Nada de, te extrañé, cariño. La pequeña
parte de mí que esperaba que tal vez mi partida lo hubiera cambiado muere
rápidamente con sus comentarios.
Un trabajo es un trabajo, padre. Mis cuentas bancarias parecían haber sido
suspendidas de alguna manera digo después de aclararme la garganta para
sacudir los nervios que vibran en mi voz . ¿Preferirías que me hubiera quitado la
ropa para ganar dinero?
La conmoción que pasa por su rostro no tiene precio. Gertrude nunca habría
hablado así a su padre hace seis meses.
Recuerda con quién estás hablando y que…
Te mereces respeto en todo momento le repito el mantra de mi juventud,
pero esta vez con un tinte de sarcasmo. Los años de condicionamiento me dan ganas
de encogerme ante el brillo en sus ojos, pero hago todo lo posible por mantenerme
firme.
Puedo desmoronarme cuando estoy sola. Puedo dejar ir mis emociones. Pero
no ahora. En este momento, tengo que ser la misma mujer fuerte que se fue y salió
de la vida que le dijeron que viviera. 147

Tu insolencia es…
¿Getty? Liam frunce las cejas cuando se da cuenta que mi padre, un
extraño vestido con pantalones y una camisa de vestir, está parado justo dentro de
la puerta . ¿Todo bien?
Lo siento. Asiento con temor en mi corazón que mi padre va a desatar su
pomposo ser con mi jefe . Ya iba con las limas. Las sostengo para mostrarle la
prueba.
Bien. ¿Estás segura?
Sé que puede sentir la tensión en el aire, ver el desprecio en nuestras caras. Pero
trato de tranquilizarlo al encontrarme con su mirada, y la mirada que le estoy dando
para decirle déjalo así, lo lleve a asentir y regresar a la barra sin una palabra más.
Tengo que ir a trabajar.
En realidad no. Tienes obligaciones que cumplir y un esposo que atender
y…
Ex esposo.
Los Caster no se divorcian, Gertrude.
Muevo mis pies Suspiro audiblemente. El sudor me baja por la espalda y mi
cuerpo vibra de ira al comenzar el mismo argumento que tuvimos días antes de
irme. Trato pasarlo.
¿Por qué estás aquí?
Mueve su cabeza como si la respuesta fuera tan obvia y fuera una idiota por
preguntar; claramente debería de agradecerle por venir a rescatarme de esta vida de
clase baja, y cuando no lo hago, su molestia se manifiesta al alzar una ceja.
Para que recojas tus cosas y llevarte de vuelta a casa. Donde perteneces. Al
lado de Ethan. Como parte de la comunidad.
¿Regresar a la guarida del león? No, gracias.
No. Mentalmente me estremezco y espero a que la ira de Damon Caster
llegue a mí directamente. Nadie se enfrenta a él, y mucho menos su única hija.
Estás siendo ridícula e inmadura. Su voz es baja y uniforme, pero su
mandíbula tiembla de irritación . Haré reservas para cenar mañana por la noche.
Mi auto te recogerá a las cinco y llegaremos a algún tipo de acuerdo sobre cómo
terminar esta ridícula farsa tuya. Encuentra una buena explicación para tu ausencia
prolongada y te llevaré a casa con una exposición mínima.
Siempre preocupado por lo que piensa la gente. Suspiro.
148
¿Y si no voy?
Estarás allí o la vida podría volverse difícil para ti en esta isla. Nuestros
ojos se encuentran y sostienen, su amenaza fuerte y clara, su pulgar presionando
sobre mí después de menos de diez minutos en su presencia. Apretar los dientes es
la única reacción que le doy antes de pasar junto a él y salir de la sala de
almacenamiento.
Pero no me dirijo a la barra. En cambio, doy vuelta a la derecha, me dirijo
directamente al baño de mujeres y cierro la puerta detrás de mí, me aseguro que esté
cerrado con llave y me apoyo de espaldas. Los nervios y la ira dan paso a la ansiedad
llena de adrenalina. Mis piernas se vuelven de goma y mi respiración frenética me
marea antes que todo se derrumbe a mi alrededor. No reconozco el desgarrador
sollozo que se me escapa de la boca mientras deslizo lentamente mis hombros hacia
abajo hasta que estoy sentada en el suelo embaldosado.
Y eso dice mucho, que estoy sentada en este piso lleno de gérmenes, pero el
ataque total de emociones me abruma.
¿Me sorprende que me haya encontrado? No. Pero esperaba tener más tiempo
antes que lo hiciera. Y es realmente tonto, porque más tiempo no haría nada para
solucionar esta situación. La carta que le dejé, no importa la forma en que lo hice,
debería haber sido suficiente en sí para demostrarle que he terminado de vivir esa
vida. Terminado de ser degradada y ridiculizada y pensada como una dote retorcida
para mantener el negocio intacto.
Me fui para crear una vida con pasión y creatividad o para probar algo nuevo
sin miedo a cometer errores. Vivir el día a día sin preocuparme por el estatus social
o si deshonré el apellido por sus estándares obsoletos.
Odio que en el momento en que lo vi, mis rodillas empezaron a doblarse y
quise correr hacia el otro lado. Pero me siento aliviada de no haberlo hecho. Mostré
que no soy la misma mujer de sí, padre que solía ser, tan temerosa de las
consecuencias de la desobediencia. Sin embargo, estoy furiosa conmigo misma
porque aún no era cien por ciento la mujer que quiero ser: decir no, afirmar mi
voluntad, alejarme sin preocuparme herir sus sentimientos porque todavía es mi
padre.
Y en el fondo, una parte de mí desea, esperanza contra esperanza, que se
despierte de su auto-designado viaje de poder y me acepte. Me ame por lo que soy.
Limpio mis lágrimas sabiendo que no hay ninguna posibilidad de que eso
suceda.
Es quien es y no va a cambiar. Aceptarlo es la parte difícil.
Al menos vino solo. Dejó a Ethan, su títere, en casa para dirigir su imperio. 149

Consciente de que necesito este trabajo desesperadamente, me levanto del


suelo y me encojo los hombros. Es un comienzo, Getty. Mañana por la noche no serás
sorprendida y lo manejarás mejor.
La vocecita en la parte posterior de mi cabeza dice que no tengo que ir a cenar
con él si no quiero.
Tal vez solo la escuche.
Capítul o16
ZANDER

La música golpea un ritmo fuerte en mis auriculares. Un par de golpes duros


con una guitarra que grita y letras enojadas. Energizado, doy la bienvenida al peso
de la llave en mi mano y la distracción de arreglar el auto de Getty para silenciar el
ruido en mi cabeza.
Pero al menos este ruido difiere del ruido que ha estado llenando mi cabeza
últimamente. Dándome una especie de indulto.
Mi mente está en constante saturación. Las fotos se reproducen repetidamente
a través de esta como negativos en un carrete, un fantasma de un recuerdo que casi
puedo ver, pero no claramente. 150

Prefiero los recuerdos a medias que las pesadillas de colores vivos en cualquier
día.
Con la cabeza bajo el capó y grasa en las manos, me siento un poco más
conectado con mi vida anterior. Me siento un poco como mi antiguo yo mientras
trabajo en el motor.
Algo a mi derecha me llama la atención y me sobresalto cuando levanto la vista
para encontrar a una mujer parada a unos metros de distancia. Sus manos están
cruzadas frente a ella, un sobre en algún lugar de su mezcla, una sonrisa nerviosa
en sus labios mientras me mira.
Saliendo de debajo del capó, me saco los auriculares, me limpio con un trapo
rojo y espero a que diga algo. Cualquier cosa. Pero se queda allí, con los pies
inquietos y la sonrisa ensanchada mientras sus mejillas lentamente se vuelven rojas.
Una fan loca. Es el término que usan mis hermanos cuando vienen a una
carrera y son testigos del fenómeno de quedar mudo, retorcer los dedos y mover
inquieta las piernas que ocurre ocasionalmente cuando me encuentro cara a cara con
las fanáticas de las carreras. La punzada de arrepentimiento está ahí al instante.
Sobre cómo he excluido a mis hermanos. Pero necesitaba hacerlo. Y sé que me
perdonarán. Esto no es nada comparado con lo que hemos pasado antes.
¿Puedo ayudarte? pregunto mientras doy un paso adelante.
Sí. Soy… hola, hola dice, y luego pone los ojos en blanco con una risita
mientras se alisa la falda sobre sus caderas . Soy Mable del Armario de Mable en la
ciudad.
La tienda se me viene a la mente. Ropa de reventa en maniquíes. Cortinas de
encaje que parecen pertenecer a una funeraria. Un ciudadano local o dos siempre
entrando o saliendo. Pintoresco. De buen tono. Completamente femenino. Y
definitivamente un lugar que he evitado.
Oh, sí. Hola. Zander digo mientras extiendo mi mano y luego levanto mis
cejas en disculpa por su estado engrasado. Se extiende de todos modos, con una
risita nerviosa, con las mejillas enrojecidas, y la sacude . No puedo decir que he
estado allí, pero conozco la tienda. ¿Qué puedo hacer por ti?
Todos los que están aquí en la isla están tan emocionados de que estés aquí.
No he visto tanta charla desde… ni siquiera puedo recordar desde cuándo. Tal vez
cuando Dolly Parton vino algunos años atrás.
Mi ego muere una muerte lenta y silenciosa. Unos pocos meses lejos del
acelerador y me he vuelto lo suficientemente irrelevante como para que me
151
comparen con Dolly Parton. Pero mi reacción pasa desapercibida a medida que
Mable continúa sin ninguna preocupación en el mundo y sin ninguna necesidad de
que sea un participante activo en nuestra conversación.
Quiero decir, deberías ver las llamadas telefónicas y mensajes de texto que
circulan por Main Street cuando sales a correr por la mañana. O a la ferretería. Me
refiero a que solo pensar en ti en un cinturón de herramientas y sin camisa, es
suficiente para que las mujeres de alrededor tengan que clavar algo de repente. Me
refiero a martillar algo. O… sabes a lo que me refiero.
No puedo evitarlo. Echo la cabeza hacia atrás y me rio de esta mujer desaliñada
con mejillas redondas y una sonrisa amable que no quiere hacer daño con sus
divagaciones que me están haciendo sonrojar. En un instante, me doy cuenta de lo
pequeño que es este pueblo y de lo ajeno que estoy a todo lo que está pasando.
Me mira, con los labios en una O perfecta y los ojos estrechándose mientras
sacudo la cabeza de un lado a otro.
Eres exactamente lo que necesitaba en este momento. Mi sonrisa se
ensancha con cada segundo que pasa.
Bueno, soy una mujer casada, pero siempre quise probar lo de las
asaltacunas. Me ofrece un guiño . Nunca he sido el chisme de la ciudad antes…
solo la que lo está extendiendo, pero eres fácil para los ojos… y probablemente
podría enseñarte una o dos cosas…
Me agradas, Mable del Armario de Mable. Me río y pienso en lo mucho
que amo a esta nueva amiga que he hecho.
También me gustas, sexy, como te llaman las damas en la ciudad. Se ríe y
niega . ¿Cómo estuvo la comida de anoche en Mario’s? Ese nuevo cocinero que
contrataron sí que puede hacer un mangia bene.
Y una vez más, me acuerdo del tamaño de esta ciudad y de cómo todos conocen
los negocios de los demás. Es definitivamente molesto y, sin embargo, a una parte
de mí le gusta la previsibilidad.
Sí, señora. Asiento . Ahora, sé que no viniste a hablar de pizza, ¿qué
puedo hacer por ti?
Oh, lo siento. Estoy segura que tienes muchas cosas que hacer y estoy aquí,
despreocupada, quitándote tu tiempo. Vine a ver a Getty. ¿Está en casa?
Lo siento, Mable, pero está en el trabajo en este momento. Tomó un turno
extra. ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte? le pregunto por cortesía, sorprendido
porque los chismes de la ciudad no sabían el paradero de Getty.
No. Sí. Puedo sentir su vacilación . Normalmente, se detiene una vez por 152

semana para recoger su cheque, así que quería asegurarme que estaba bien, pero
ahora me siento estúpida porque, obviamente, te tiene aquí para ocupar su tiempo
y…
¿Cheque? Mi interés está picado . ¿Trabaja en la tienda?
Oh no, cariño. Eso es tonto. Vendo toda la ropa de diseñador que tiene en
eBay por ella. Lo haría gratis, pero se enoja si no tomo el diez por ciento por mi
tiempo. Así que aquí hay un cheque por esa pila que me trajo la semana pasada para
tratar de obtener el dinero para arreglar esa chatarra en la que estás trabajando.
Sus palabras tardan un momento en asimilarse. Y antes que pueda procesar
todo por completo, Mable continúa.
Lo que daría por tener su ojo. Por poder ir a las ventas de bienes y encontrar
estas bellezas… excepto que me costaría mucho más separarme de ellas.
Tiene un buen ojo, ¿no es así? murmuro de acuerdo, aunque ya sé que no
ha ido a ninguna venta de bienes.
Las pilas de ropa alrededor de su habitación. Mi suposición de que era una
niña mimada de fondos fiduciarios con tantas ropas de diseño que no necesitaba
cuidarlos. El obvio celular prepago. La falta de interés en tener acceso a internet.
No está comenzando de nuevo después de un divorcio desordenado. Está huyendo de
alguien.
Soy un idiota. Como un gran imbécil.
Es el pensamiento que se repite en mi mente mientras trato de concluir la
conversación con Mable, quien sigue charlando.
Getty no es una mocosa mimada en lo más mínimo. Su único uso para la ropa de su
pasado es venderla para ayudar a asegurar su nuevo futuro.
Como vender ropa para reparar su auto. Ahora me siento como un imbécil
después de mi comentario de llama a papá y pídele dinero de la otra noche.
Sí. Ese soy yo. Un imbécil con I mayúscula.
Puedo darle el cheque, Mable. Simplemente lo pondré en el mostrador para
ella. Es lo menos que puedo hacer. Sus ojos se estrechan, y me gusta que a ella le
importe lo suficiente para preocuparse por si confiar en mí. Si solo supiera la
cantidad que ganaba en una sola victoria en la pista . Te aseguro que no voy a
tomarlo.
¿Estás seguro?
Debería sentirme insultado, pero no lo hago.
153
Lo prometo.
Mira el sobre sellado en su mano y luego lo extiende hacia mí.
Está bien, bueno, asegúrate que lo reciba. Es una niña dulce y merece que le
pasen cosas buenas.
Estoy de acuerdo. Me alegra que te tenga cuidando de ella, Mable.

Dejo escapar un grito cuando el auto de Getty cobra vida. Es posible que haya
tardado más de lo que pensé entre la parada en los pits de Mable y una carrera
rápida a la tienda de autopartes por un poco de aceite para su automóvil mientras
estaba en ello, pero la misión se cumplió.
Y tomaré cualquier cosa para hacerme sentir útil, considerando que mis
habilidades de carpintería definitivamente todavía están siendo cuestionadas y me
siento como un pez fuera del agua lejos de mi vida diaria. Esa maldita terraza va a
ser mi muerte.
Cuando revoluciono el motor varias veces, el sonido reafirma que soy un poco
menos idiota, ya que Getty puede ahorrar ese dinero que Mable le trajo hoy para
algo más importante, como consentirse a sí misma.
Después de dejar el auto encendido por unos minutos para asegurarme que
está funcionando bien, lo apago para limpiarme a tiempo para recoger a Getty de su
turno. Le debo una disculpa, pero no sé cómo plantearla sin que las paredes a su
alrededor también suban.
Cuando salgo del auto y salgo por detrás del capó levantado, hago una doble
toma del lujoso auto de ciudad negro estacionado al otro lado de la calle con
ventanas oscuras. Lo miro momentáneamente, pensando en lo fuera de lugar que
parece en esta pintoresca ciudad, antes de cerrar el capó y dirigirme a la ducha.
Es hora de tragarse las palabras, Donavan.
Tal vez necesito una cerveza primero para hacerlas bajar un poco más suave.
O tal vez solo quiero ver a la mujer que me la está sirviendo.
Mi apuesta es por la que usa los calcetines sexys.

154
Capítul o17
GETTY

Tengo una sorpresa para ti. Me quedo inmóvil ante el sonido de la voz de
Zander a mi espalda y tengo que cerrar los ojos momentáneamente. Lágrimas de
frustración por el encuentro con mi padre me han estado quemando la garganta por
horas, y, sin embargo, el alivio inmediato al saber que Zander está aquí me dice
cuánto he llegado a depender de él en cierto sentido.
Y con el alivio viene un recordatorio del sueño de la noche anterior en 3D a full
color. Oh, Dios, ayúdame. No hay manera de que pueda mirarlo a los ojos y no
sonrojarme. O pensar en el calor imaginario de su boca sobre mis pechos. Las manos
en mis muslos. Su lengua en mi…
155
¿Getty?
Cuando me doy la vuelta para enderezar las botellas detrás de la barra, lo
primero que veo es esa sonrisa de niño. Me distrae momentáneamente mientras tira
de mi corazón de una manera que nunca esperé. Levanto la vista para encontrarme
con sus ojos y me sonrojo como una niña con su mano atrapada en el frasco de
galletas, la culpa presumiblemente escrita en mi rostro.
Nuestros ojos se mantienen por un momento, los suyos buscando, los míos
fingiendo normalidad, y en ese instante de segundo, me doy cuenta que la ansiedad
que he sentido durante todo el día por la llegada de mi padre se ha ido. Si bien puede
ser un respiro momentáneo, es bastante poderoso que Zander pueda hacer eso por
mí.
Luego, la realidad vuelve cuando levanta una ceja y espera una respuesta.
Una sorpresa, ¿eh? Podría venirme bien después del día que he tenido.
Trato de no sonar afectada y, sin embargo, sé que captará el tinte de resignación en
mi voz . Estoy súper ocupada aquí.
¿Si? Impenetrables ojos azules buscan los míos. Calibrando si estoy
diciendo la verdad. Y no estoy segura si me cree.
Con los clientes habituales sentados en el extremo opuesto de la barra, mientras
más nos miramos, más difícil será contener todos los secretos que estoy ocultando
de escaparse. Porque ahora mismo necesito a alguien más que nunca. Claro, al
principio fue difícil cuando dejé mi vida anterior, pero por alguna razón es más fácil
huir cuando no hay nadie delante de ti que te está devolviendo a esa persona que
solías ser.
Y ahora mismo solo necesito a alguien. Un amigo. A él.
Muchos turistas hoy. Rompo nuestra mirada y me concentro en limpiar el
resto de la barra. Haciendo mi mejor esfuerzo para mantenerme tranquila.
Parece vacío ahora.
Ajá.
¿Pasó algo hoy, Calcetines?
No le digo, con una sonrisa tensa de nuevo en su lugar. Pero cuando miro
hacia atrás, suaviza la preocupación en su voz . ¿Esta sorpresa tiene algo que ver
con el chocolate?
Su sonrisa se profundiza.
Aún mejor.
Me desato el delantal y lo tiro a la cesta de la ropa, lo que completa mis tareas 156

de limpieza, ya que no estoy cerrando esta noche.


¿Mejor que el chocolate? ¿Qué tal un masaje de pies? Mis pies doloridos
guían mis pensamientos.
Su risa se mezcla con el ruido que nos rodea cuando le digo adiós a Liam y
rodeo la barra.
Definitivamente mejor, pero puedo hacer que ambas cosas pasen si
realmente quieres.
¿En serio? Aunque me refiero a que la sorpresa es mejor que lo que me
suena a nirvana, el hecho que incluso se ofrezca pone una sonrisa genuina en mis
labios.
De verdad afirma mientras coloca sus manos sobre mis hombros y me
dirige a la salida lateral del bar. El calor de sus manos, la repentina exhibición
pública de lo que sea que es esto entre nosotros, y el pequeño apretón que les da, me
dejan sabiendo que necesitaba su consuelo al final de mi día.
Pero cuando abro la puerta y veo mi auto puesto en el lugar de estacionamiento
frente a mí, la emoción que he estado conteniendo se viene abajo. Jadeo su nombre;
luego mis manos se dirigen automáticamente a mis mejillas donde las lágrimas que
he contenido durante todo el día finalmente ganan la batalla.
Los medios para escapar están justo delante de mí. Zander me ha dado un auto
funcional para empacar mi mierda y alejarme de la vista de mi padre y de la
inminente cita para cenar mañana por la noche. Renunciar al miedo y solo mudarme
a otra ciudad, a otro lugar, crear otra vida hasta que sea lo suficientemente fuerte
como para no rendirme al condicionamiento bajo el que he vivido toda la vida.
¿Getty? Inquietud. Preocupación . Espero que eso signifique que estás
feliz.
Limpio las lágrimas que corren por mis mejillas para poder mirarlo con una
sonrisa. Zander. El hombre que representa nuevos comienzos y la capacidad de
tomar una decisión que nunca me di cuenta de que quería siquiera tomar.
Correr o quedarme.
Y esto, aquí mismo, su acto desinteresado, de alguna manera activa mi
confianza. Me dice que deje a un lado mi duda y elija quedarme. Mantener esta
nueva vida que he creado por mi cuenta. Enderezar mi espalda en oposición a mi
padre, acudir a cenar en lugar de ser una cobarde y correr de nuevo, y demostrarle
que soy mucho más de lo que nunca pensó en mí.
Elijo quedarme.
La emoción me inunda. Es del tipo que enfría tu piel y calienta tu alma mientras 157

agita ese dolor lento y dulce en la parte inferior de tu vientre porque cada parte de
ti acaba de despertar a las cosas que dormían.
Sin preámbulos, me acerco a él, llevo mis manos a sus mejillas, me pongo de
puntillas y presiono un beso casto en sus labios en un silencioso gracias. Mi reacción
parece aturdirlo y a una parte de mí le gusta poder hacer eso. Sonriendo a través de
las lágrimas, retrocedo, los dientes superiores muerden mi labio inferior, mis ojos
están fijos en los suyos.
Gracias. Mi voz se escucha en un susurro y siento que le he dicho esto
tantas veces desde que le apunté con la varilla de la persiana, pero esta vez significa
mucho más de lo que puede comprender.
Algo pasa a través de sus ojos y sus labios se transforman en una sonrisa tímida
cuando se extiende para limpiar las lágrimas de mis mejillas. Con un simple
asentimiento acepta mi gratitud.
¿Quieres dar una vuelta?
Me duele la espalda y me duelen los pies y todo lo que había pensado era ir a
casa a tomar un baño caliente, pero nada ha sonado mejor.
Solo si tomas el volante.
De acuerdo.
Con el sol cayendo lentamente en el horizonte, la costa se extiende por
kilómetros delante de nosotros. El océano es todo lo que puedo ver por la ventana
del pasajero, además de fragmentos interrumpidos de pinos que se alzan en el
terreno rocoso. Las ventanas están bajas y el aire frío me azota el cabello, pero lo
recibo con el aroma del alcohol durante todo el día en el bar. Y la ráfaga de aire es
tan fuerte en nuestros oídos que es demasiado difícil hablar, así que conducimos en
un cómodo silencio, ambos contemplando nuestros propios pensamientos.
Y tengo muchos pensamientos en este momento, cuando desearía no tener
ninguno. Repito la escena con mi padre en mi cabeza, tal como lo hice otras cien
veces durante el trabajo de hoy. No, mi resolución no ha vacilado, pero al mismo
tiempo me pregunto qué va a decir, cómo intentará obligarme a volver a mis deberes
y al matrimonio que se niega a aceptar que ha terminado.
Las emociones corren por mi mente como el viento a través de la ventana,
constante y poderoso. Cállate, Getty. Déjalo ir. Así que trato de hacer precisamente
eso. Miro a Zander y sonrío antes de cerrar mis ojos, recostar mi cabeza en el asiento
y permitirme disfrutar del que alguien tome el control del volante por un tiempo
para que pueda ser una pasajera. 158

No estoy segura de cuánto tiempo conducimos, pero la desaceleración del


automóvil y un golpe repentino de los frenos me han hecho abrir los ojos. Zander ha
salido de la carretera principal que serpentea a lo largo de toda la costa de la isla en
una carretera asfaltada. Miro a mi alrededor con curiosidad, pero todo lo que veo
son árboles densos y un camino de tierra que se inclina hacia abajo frente a nosotros.
Y justo cuando estoy a punto de preguntar qué está pasando, los árboles se abren a
un claro aislado.
Las olas que se agitan en el océano más allá de nosotros proporcionan una vista
impresionante. Es un día claro y la espuma baila sobre el agua y el viento agita los
árboles. Es una escena asombrosamente hermosa.
Vaya. Una palabra. Esa es la única manera posible de describirlo.
Sí. Vaya. Pero cuando lo miro, él me mira y, por un breve momento, la
idea de que no está hablando de la vista pasa por mi mente. Mantengo nuestra
conexión por un momento antes de volver a mirar el agua, una repentina atracción
hace que mis nervios vibren cuando no deberían hacerlo.
Mable dejó un cheque en la casa hoy mientras estabas en el trabajo. Está en
el mostrador de la cocina.
El cambio de tema viene lo suficientemente rápido para conmocionarme. Y
mientras trato de mantener la calma exterior, mi interior vibra con ansiedad. Así que
me siento allí y espero las preguntas, el bombardeo sobre qué me está pagando. Por
qué estoy tan quebrada.
Gracias. Es hora de cambiar de tema . ¿Cómo sabías sobre este lugar? Es
increíble.
Liam me lo contó.
Oh.
¿Cuándo estuviste hablando con él? Fingí desinterés mientras sonaban las
campanas de advertencia. Preocupándome de que tal vez Liam le dijo algo a Zander
acerca de encontrarse conmigo en el almacén hoy cuando estaba con mi padre. O tal
vez le preguntó a Zander quién era, ya que me aseguré de estar repentinamente
ocupada cada vez que preguntaba por el hombre desconocido.
Estabas en la parte de atrás, creo. Se acercó y me preguntó algunas cosas, dijo
que era un lugar bueno para ver cómo se acercaban las tormentas.
Muerdo el interior de mi labio mientras observo la tranquilidad del mar.
Pero no hay ninguna tormenta en movimiento.
159
¿No está allí, sin embargo?
Oh. Mierda. La pregunta y el tono de duda en su voz me atrapan con la guardia
baja y al instante desconfío de entrar en esta conversación. Al mismo tiempo, deseo
hablar con él al respecto. Mantengo mis ojos enfocados en cualquier parte, excepto
en él, obtengo fuerza de la belleza que me rodea con los árboles que crujen sobre
nosotros haciendo el único sonido.
¿Quién vino al bar hoy, Getty?
El pánico se agita. Mi boca se seca Mis dedos se retuercen en mi regazo. Mis
pensamientos chocan con el miedo. Quiero contarle a Zander, pero temo lo que
pensará de mí una vez que sepa cuán débil y estúpida fui en el pasado. Cómo me
dejé tratar.
Ninguna mujer que se respete a sí misma soporta lo que soporté. Entonces,
¿qué dice eso de mí como persona?
Te dije que fui adoptado. El comentario inesperado de Zander me
sobresalta tanto que me muevo y me giro para mirarlo, preguntándome a dónde va
con esto . Si fueras la mitad de entrometida que la mayoría de la gente en estos
días, ya habrías descubierto todo esto, pero te respeto más porque no lo has hecho.
Aprecio que me dejes decirte en mis propios términos. Especialmente porque la
razón por la que vine a PineRidge no está en ninguno de esos artículos. Soy la única
persona que sabe la razón.
Asiento lentamente, la curiosidad picada.
Prefiero que me lo digas… cuando quieras.
Se recuesta en el asiento, un codo apoyado en el marco de la ventana con la
mano en la frente, mientras que el pulgar de la otra mano toca la parte inferior del
volante. Cuando gira la cabeza ligeramente y me mira, hay una mirada lejana en sus
ojos y su manzana de Adán se balancea cuando traga.
Crecí en el lado equivocado de la ciudad. Drogas, alcohol, violencia, lo que
sea, siempre estuvieron en mi casa durante el tiempo que puedo recordar, pero eso
no quiere decir que recuerde mucho. Cuando tenía casi ocho años, me desperté en
medio de la noche. Mi mamá estaba gritando por ayuda. Había sido apuñalada.
Muchas veces. Mi papá estaba cubierto en su sangre. Amenazó con venir tras de mí
si alguna vez se lo contaba a alguien.
Oh, Zander. Mi comentario es por reflejo. Así como el movimiento de mi
mano extendiéndose para apretar su muslo en apoyo empático y silencioso. Ni
siquiera puedo intentar comprender lo que han visto sus ojos o el dolor con el que
ha vivido. Tanto como un niño pequeño como siendo un hombre adulto.
160
No soy… era… mierda dice mientras deja escapar un suspiro y sacude la
cabeza . No pretendo decir las cosas tan tranquilo, pero esa es la única manera en
que puedo dejar que eso no me afecte… porque lo hace bastante ya.
Sigo esperando que mire en mi dirección para poder decirle de alguna manera
con mis ojos lo mucho que lo siento… sé que mis palabras no serán mucho. Pero no
mira en mi dirección. De hecho, parece enfocarse en cualquier otro lado, excepto en
mí mientras trabaja a través de los recuerdos en su mente.
No hablé durante meses. No podía. Estaba muy mal cuando me pusieron en
ese hogar para niños que mencioné. Todas sus historias eran tan horribles como la
mía y, con ningún otro miembro de la familia adecuado para adoptarnos, nos
adoptamos mutuamente. Y teníamos a Rylee. Una leve sonrisa se esboza en sus
labios y suaviza sus rasgos momentáneamente. El amor que tiene por ella es
descaradamente obvio . Ella dirigía la casa y, en cierto sentido, era una madre para
todos nosotros. Su paciencia y compasión fueron, son, la razón por la que todos lo
logramos. La razón por la que sobrevivimos. La sonrisa se ensancha . Un día este
hombre vino a la casa a verla. Cuando entró, supe quién era inmediatamente. Era
Colton Donavan. Verás, lo único que mi padre hizo conmigo fue ver las carreras, y
así, en cuanto vi a Colton, por un segundo, me olvidé de todo lo que mi padre había
hecho. Estaba triste y asustado, solo y con el corazón roto, y había una persona más
grande que la vida en este nuevo lugar. Y sé que no tiene ningún sentido, pero verlo
me hizo sentir de alguna manera cercana al poco bien en mi vida anterior. Se
arrodilló… y hubo algo en él una conexión, un momento, algo que de alguna
manera hacía que un niño pequeño quisiera hablar por primera vez en meses… no
fue mucho, pero fue un comienzo.
Ahora es mi turno de sonreír mientras el cómodo silencio se asienta a nuestro
alrededor. Imaginar cómo se veía Zander como un niño asustado mirando a esta
persona gigante y teniendo una conexión con él. Y hay tantas preguntas que quiero
hacerle, tantas cosas que quiero decir y, sin embargo, no hago ninguna porque estoy
absolutamente fascinada por cómo ese chico roto podría ser el hombre de buen
corazón sentado a mi lado. El que desordenaría un cajón de cubiertos solo porque
afectaba mis propios detonantes de alguna manera.
Gracias.
¿Por qué?
Por decirme.
Me mira por una fracción de segundo y luego se desplaza en su asiento para
que su espalda esté contra la puerta, con la mirada concentrada en su muslo, donde
sus dedos se entrelazan con los míos. Puedo sentir que se siente incómodo por su
falta de respuesta, que odia hablar sobre su pasado y, sin embargo, por alguna razón 161
lo está haciendo, así que me siento pacientemente y espero.
En algún momento, Rylee y Colton comenzaron a salir y nos incluyeron sin
problemas en su relación. Todos los chicos nos sentimos como parte de esto con
ellos. Fue muy genial como niño venir de esta vida rota y luego ser parte de algo que
todos sabíamos que era especial. Los cuentos de hadas no eran un tema popular en
una casa llena de niños, pero sabíamos que el suyo era uno de ellos. Su sonrisa
brilla de nuevo, los buenos recuerdos son los que llevan el camino . Una vez que
encontré mi voz otra vez, pude hacer una declaración a la policía sobre lo que
sucedió. Identificar formalmente a mi papá como el asesino. Y fiel a sus palabras,
volvió por mí.
Jesús. ¿Cuánto puede soportar un niño pequeño?
Zander…
No. Solo déjame terminar dice, sacudiendo la cabeza y apretando los
dedos . Te estoy dando la versión corta, pero incluso esa es bastante jodida.
Diría que…
Sé que suena como una telenovela, así que ten paciencia conmigo. Intentó
sacarme de la casa. Secuestrarme, en cierto sentido. Le apuntó a Rylee con un arma
cuando ella se negó a dejar que me llevara. Hubo un enfrentamiento policial y
terminaron matándolo antes de que la matara a ella. Se detiene, su voz es estoica,
desasociada de los eventos traumáticos. Y mientras lo escucho, también intento
comprender la consideración de esta mujer, Rylee, que arriesgó su vida para salvar
la suya . Rylee y Colton se casaron. Y justo cuando estaban a punto de tener un
bebé propio, mi tío perdido de hace tiempo me buscó.
Suelta un suspiro mientras mi mente se tambalea, tratando de comprender
cómo es tan normal como es, con su violento historial familiar.
Quería criarme, cuando todo lo que había deseado antes era perseguir su
próxima dosis. Me quedé petrificado de volver a mi antigua vida. Y
afortunadamente, Colton y Rylee temían lo que sucedería si conseguía la custodia y,
con el apoyo de mis hermanos, me adoptaron para salvarme. Y luego todos vivimos
felices para siempre… hasta hace unos meses.
Finalmente, me mira de nuevo, con expresión seria, ojos intensos, y después de
haber sido golpeado con todo eso, ni siquiera puedo imaginar lo que podría decir
ahora para sorprenderme. Pero lo que sea, es la razón por la que ha venido aquí a la
isla y a mi vida.
Un paquete llegó a mi casa de parte la esposa de ese tío. La carta adjunta dice
que murió y que me enviaba algunas de las cosas que había guardado y que tal vez
162
querría tener. Niega e inmediatamente quiero saber qué había en la caja . No
tengo nada de esa vida… mi infancia… o nada de mi madre en absoluto. No hay
fotos, ni baratijas, ni prueba de que existiera hasta que llegué a la casa además de su
obituario escrito por el estado. Obviamente estaba ansioso por ver lo que había en
ella.
No tienes que continuar. Necesito que sepa que esto es suficiente. Que
entiendo por qué está haciendo esto ahora. Está cruzando el límite que establecimos
en la noche dos. El que no cruzamos y no preguntamos. El que está destruyendo
ahora mismo con la esperanza de que tal vez me sienta lo suficientemente cómoda
como para decirle quién era el hombre en el bar hoy.
Era algo como: Te mostré el mío, ahora me enseñas el tuyo. Pero continúa de todos
modos.
Lo primero que saqué de la caja me sacudió el mundo. Jodió con mi cabeza
hasta el punto que cerré la caja, la pegué y me prometí que nunca la volvería a ver.
No necesitaba saber más. No necesitaba sacar los esqueletos de mi armario,
independientemente de lo mucho que quisiera que una pequeña pieza probara que
existió. Se queda en silencio y se pasa una mano por el cabello. Su lucha interna
se siente palpable en el pequeño espacio entre nosotros.
Me dije a mí mismo que lo que vi no importaba. No era la verdad. Y luego
comencé a darme cuenta de que Rylee y Colton debían haberlo sabido y me lo habían
ocultado todo este tiempo. Me habían mentido. Y la combinación de los dos me hizo
estar fuera de control. Su risa autocrítica llena el auto, mientras que sus
comentarios crípticos me dejan con ganas de preguntar qué vio en la caja. Qué fue
tan devastador que lo descarrilaría hasta el punto en que lastimaría a la familia que
le había dado una segunda oportunidad. Por mucho que quiera, me digo a mí misma
que está siendo un libro abierto y no puedo simplemente pasar al epílogo para ver
cómo su historia termina antes de que él quiera que lo haga.
»La cagué de todas las maneras posibles, Getty. No tuve en cuenta mi trabajo
porque Colton era técnicamente mi jefe. Mantuve a mis hermanos a distancia, alejé
a Rylee, llegué tarde a las reuniones, traté mal a los patrocinadores… fue malo
admite con un suspiro resignado . Y luego, un día, Colton intervino y me dijo que
había perdido a mi patrocinador por eso. Dios, fui un imbécil egoísta con él. Tan
jodidamente enojado con el mundo, me desquité con él. Así que me despidió. Me
dijo que necesitaba algo de tiempo para ordenar lo que fuera que me estaba
arruinando. Y una vez que lo resolviera, podría regresar y hablaríamos sobre lo que
quedara de mi carrera. Si quedara una de la cual hablar.
Y por eso estás aquí termino por él. Sorprendida y herida por él al mismo
tiempo. 163

Es por eso que estoy aquí. Asiente . Herí a mucha gente. Arruiné tantas
cosas. Estaba fuera de lugar al culpar a Colton y Rylee por no hablarme de lo que
descubrí en esa maldita hoja de papel. Y por más que quiera hacer las cosas bien con
mi familia, todavía no puedo. No hasta que me ocupe de revisar el contenido de esa
caja y las consecuencias que temo, para probar que tengo control sobre eso.
Entonces, tal vez pueda demostrarles que soy el hombre que ellos creían que era.
Deja escapar un fuerte suspiro y apoya su cabeza en el asiento.
Dios, probablemente pienses que soy tan cobarde por dejar que esta cosa
estúpida… llena de quién diablos sabe qué… me jodiera tanto. Mantiene los ojos
cerrados y debato si quiere que responda. El ego de un hombre es algo misterioso y
frágil, y solo conozco el de mi padre y el de Ethan y el de ellos está tan inflados que
nunca admitirían algo como eso.
Para ellos, la vulnerabilidad es una emoción a manipular. Se juega con ella.
Toman ventaja de ella. Y, sin embargo, aquí está Zander, diciéndome cosas
libremente, haciéndose vulnerable, cuando tengo la impresión que no es algo que
haga a menudo.
Así que, sentada aquí, mirándolo, el cabello oscuro revuelto por el viento, los
labios fruncidos mientras contempla la situación, unas gafas de sol oscuras que
cuelgan de su camisa, permitiéndome ver sus ojos, y las manos fuertes unidas a las
mías delgadas, sigo mi instinto.
Eso es todo lo que puedo hacer.
No, Zander. No creo que seas un cobarde. En absoluto. Eso es mucho para
que cualquiera lo maneje. Solo estoy tratando de averiguar cómo eres un tipo tan
normal y funcional que no ha enloquecido antes.
Su risa retumba en el auto. Es larga y profunda y puedo decir que un
comentario ligero era lo que necesitaba de mí en este momento. Me alegro de poder
darle eso.
Estoy lejos de lo normal.
Ah, sí. No eres normal en absoluto. Simplemente bonito.
Getty advierte, pero la risa con la que sigue tiene más humor que cinismo
esta vez. Cuando nuestros ojos se encuentran, puedo sentir una parte de mí, las
paredes que he mantenido en alto para proteger mi pasado, mis razones, mis
motivaciones, comienzan a agrietarse.
Y con esa simple idea, me doy cuenta que el foco de atención se ha dirigido
hacia mí. De repente sintiéndome atrapada, salgo bruscamente del auto. La brisa es
fría, pero se siente bien en mi piel. Trago una respiración profunda y trato de calmar 164

mis nervios mientras camino hacia la parte delantera del auto.


El golpe de una puerta me dice que Zander no va a dejar pasar esto. Cruzando
mis brazos con una falsa pretensión de dureza, apoyo la cadera en el capó del auto.
Él sigue mi ejemplo.
¿Realmente vamos a hacer esto? Mi pregunta abarca todos los aspectos de
nuestra relación: cruzar fronteras, sábanas enredadas y, con suerte, no romper mi
corazón cuando se resuelva y regrese a su antigua vida.
¿De qué estamos hablando? reflexiona, levantando una ceja mientras un
lado de su boca se curva en una sonrisa de complicidad. Sus ojos me dicen que sí, a
todo esto, y, sin embargo, el tono de su pregunta sigue siendo benigno.
¿Estás respondiendo una pregunta con una pregunta, Mander?
Solo si vas a seguir evitando responderla. Nuestros ojos se enfrentan en
una batalla de voluntades cuando la sonrisa en sus labios me desafía a hablar.
Suspiro en resignación.
¿Cuál fue la pregunta otra vez? pregunto, sabiendo muy bien cuál era.
Se ríe cuando le hago otra pregunta y golpea su hombro contra el mío.
Extendiéndose, une nuestros dedos y entrecierra los ojos.
Sí, Getty. Realmente estamos haciendo esto. Cruzando fronteras. Tuerce
los labios y solo me mira por un segundo . Sabes… no tenía intención de decirte
nada de eso. Cero… pero quiero que confíes en mi ¿Cómo puedes confiar en mí
cuando no estoy siendo sincero contigo?
Y ahí va. Colocando el guante para ver si lo levanto y le correspondo. Inclino
mi rostro hacia el cielo y me concentro en los pinos que se balancean sobre mí para
ganar tiempo mientras reúno mi coraje.
Mi padre vino a visitarme hoy. Mi voz es firme, incluso, y, sin embargo,
todo lo que oigo en mis propios oídos es el sonido de mis nervios. Mi ansiedad por
dejarle saber a alguien sobre mi antigua vida. Odio la sensación que me invade,
anticipando el rubor de la vergüenza cuando confieso quién solía ser, lo que solía
dejar que me pasara.
Luego trato de sacar mis manos de las suyas, crear algo de espacio entre
nosotros, cualquier cosa para que no pueda sentir que mis manos se humedecen o
que los nervios tiemblan a través de ellas, pero las aprieta con más fuerza.
No dice resueltamente, y lleva la palma de mi mano a sus labios y la besa.
Las lágrimas arden en mis ojos. Por una bondad que no merezco de este
hombre que ha soportado mucho más que yo y que, sin embargo, está aquí, 165
pidiéndome que confíe en él. Y en el momento seguro que ha creado para que expíe
mis miedos.
Mi mirada explora el horizonte, el océano y sus continuas ondulaciones, antes
que vuelva a encontrar mi voz.
Mi nombre es Gertrude Caster-Adams. O, mejor dicho, Gertrude Caster, ya
que ya no estoy casada. Me río nerviosamente porque el nombre que he tenido
durante casi veintiséis años me suena extraño. Y no estoy segura si espero que
reconozca el apellido, pero una parte de mí suspira aliviada cuando no hace nada
más que pasar el pulgar por encima de mi mano tranquilizándome . Crecí en
Silicon Valley. Los gigantes informáticos pueden haber manejado la ciudad, pero mi
padre construyó un imperio que vende bienes raíces a estos millonarios de la noche
a la mañana.
El reconocimiento parpadea en sus rasgos y, sin embargo, permanece callado.
Me permite moverme a mi propio ritmo. Y mi mente es un desastre esparcido. No
estoy segura de cómo empezar. A dónde ir. Así que empiezo cuando todo cambió.
Cuando tenía once años, mi madre murió de una embolia pulmonar. Una
cosa rara después de una cirugía de rodilla de rutina.
Oh, Getty. El sonido en su voz casi rompe la presa conteniendo las
lágrimas que no quiero derramar. Sabe el dolor de perder a una madre. Me consuelo
con el pensamiento y me aclaro la garganta para continuar.
A una edad temprana, reconocí a mi padre como un elitista controlador. O
tanto como un niño puede entender ese concepto… pero nunca supe la obsesión
total de su necesidad de mantener su estatus social hasta después que ella muriera.
Era una locura lo mucho que me había protegido de eso, pero una vez que se había
ido, era la única que quedaba para soportar la peor parte de su ira. Una adolescente
que necesitaba a su madre más que nada, y su solución fueron las clases de etiqueta
y los bailes de debutantes. La educación era imperativa, las mejores escuelas
privadas donde quiénes eran tus amigos era mucho más importante que tus
calificaciones. Guardé los recuerdos de que me dijeron que no podía jugar con
niños que eran tan miserables como yo en la prisión de una escuela. Cómo me vi
obligada a asistir a eventos sociales y tés aburridos solo por quién era el anfitrión o
por sus asistentes. Las Barbies eran un juego de niñas inaceptable. Los videojuegos
eran similares al diablo. Pero las horas que pasabas con la Liga Junior de mujeres
eran tiempo bien empleado.
»Era miserable. Todo lo que quería era ser una adolescente normal que
escuchara música demasiado fuerte y respondiera lo suficiente como para que me
castigaran y tener tiempo para mí misma. Mi risa suena miserable en el mejor de 166
los casos . En mi primer año, me presentaron a Ethan Adams. Sabía de él porque
su padre dirigía una empresa de desarrollo comercial que estaba creciendo a pasos
agigantados tanto como mi padre lo hacía en el lado residencial del negocio. Poco
sabía que esa reunión casual, o supongo que debería decir una reunión orquestada,
sería el principio del fin para mí.
Tantos recuerdos pasan por mi mente desde ese momento.
Mi padre era este hombre frío y duro. Exigía la perfección. Una dama nunca
comete errores ni causa una escena, Gertrude me burlo de la idea . Así que cuando
conocí a Ethan, fue como una fuente del calor que había estado extrañando en mi
vida. Me hizo reír. Se centró en mí, cuando durante años me había centrado en cómo
hacer feliz a mi padre. Me cortejó correctamente. Besos robados aquí y allá porque
el sexo era para el matrimonio y él planeaba casarse conmigo. Me hizo sentir amada
cuando, durante mucho tiempo, después de la muerte de mi madre, nuestra casa
había sido como una morgue. Me hizo sentir esperanza… como si, si me aferrara a
las demandas de mi padre el tiempo suficiente, entonces se casaría conmigo y me
alejaría y todo sería mejor.
Ahora sé lo difícil que fue para ti sentarte aquí y escucharme sin decir nada.
La tensa resignación en la voz de Zander atrae mis ojos hacia él. Puedo sentir su
ira por cómo piensa que esta historia va. Hay preocupación, calidez, compasión allí
también. Tres cosas que no he sentido en tanto tiempo, pero ahora sé por qué había
dudado en creer que eran genuinas.
Porque Ethan me había hecho sentir de esa manera y mira cómo resultó eso.
Lo sé. Sonrío, porque es muy fácil hacerlo con él. Asiento, lista para
descargar más peso de mi pecho . Lo que no supe hasta después de la boda de
cuento de hadas, fue que era básicamente una dote en una fusión de negocios. El
vínculo de unión entre dos familias que le permitiría a mi padre tomar el control del
imperio Adams cuando el padre de Ethan falleciera y conseguir a alguien que se
hiciera cargo de todo lo suyo cuando finalmente se retirara.
Un peón. Hay asco el tono de su voz.
Sí. Una lágrima solitaria se desliza por mi mejilla. La limpio al instante.
Me permitiré solo una. Cuenta esto como la historia que es, Getty. Como si fueras la
narradora, y luego podrás romperte en privado más tarde con los recuerdos que aún
mantienen a tu corazón como rehén. Mi respiración es audiblemente temblorosa cuando
inhalo . Fue gradual al principio, pero no tardó mucho para que los verdaderos
colores de Ethan brillaran: era tan frío e insensible como mi padre. Tal vez aún más,
ahora que he tenido tiempo de reflexionar sobre ello. Nuestra noche de bodas
debería haber sido mi primer indicio, pero estaba demasiado nerviosa como para
comprender realmente la mala situación en la que me había metido. El silencio cae 167

cuando el recuerdo que mancha mi alma y se destaca como el que más me duele se
repite en mi mente. Y estoy muy contenta de que Zander sea lo suficientemente
educado como para no preguntar más, porque las heridas aún están crudas todo este
tiempo después.
La primera vez de cuento de hadas no fue para mí. Hubo demandas egoístas y
desprecio de mi dolor en lugar de palabras suaves de aliento y proclamaciones de
amor. Unos pocos gruñidos, algunas críticas de Ethan, y luego me dejaron sola en
una cama gigantesca con lágrimas secándose en mis mejillas y sangre en las sábanas
mientras salía de la habitación del hotel por un rato. Solo para volver más tarde con
aroma de perfume en su cuello y alcohol en la respiración.
¿Getty? El tono de duda de Zander me saca del oscuro recuerdo.
Lo siento. Solo estaba… no importa. Me obligo a sonreír para decirle que
estoy bien . Si me había sentido controlada bajo el pulgar de mi padre, vivir con
Ethan era más como una soga alrededor de mi cuello. Se esperaba perfección y
cualquier cosa menos punible: organización, limpieza de guantes blancos,
apariencia, modales, comidas, todo. Su paranoia creció por los temores de que iba a
perder su puesto en la empresa y perderlo todo. Ese miedo fue desquitado conmigo.
Acusaciones ridículas, críticas constantes, control total sobre mi vida. Mi voz se
rompe en la última oración, demasiados recuerdos me persiguen para no ser
afectada.
¿Así que te fuiste? me pregunta Zander de una manera que me dice que
ya no tengo que explicar las razones. Que entiende lo personales que son y que no
necesita conocer los detalles porque puede inferirlos.
Sí. Trago sobre el nudo en mi garganta . Solicité el divorcio en secreto y
luego me fui a mitad de la noche, pero de alguna manera estaba preparado para eso,
porque ya había congelado todas mis cuentas. Mi padre hizo lo mismo con mis
cuentas de fideicomiso, cuando no debería ser posible.
Casi puedo ver los engranajes de su mente encajando en su lugar. Cómo me
enojé por su acusación de ser una bebé de fondo fiduciario. Por qué tengo cosas
caras, pero necesito mi trabajo desesperadamente.
Y ahora están aquí dice en afirmación.
Solo mi padre, eso lo sé. Y odio ese pánico momentáneo de preguntarme
si Ethan está acechando cerca de la ciudad. Lo empujo lejos. Enfocándome en sacarlo
todo . Sabía que con el tiempo me encontraría. Los brazos de largo alcance de
Damon Caster son ineludibles. Pero necesitaba el tiempo suficiente para asegurarme
de que era lo suficientemente fuerte para enfrentarlo. Que su control sobre mí había
168
disminuido. Y esas palabras, su control sobre mí… estoy tan avergonzada de admitir
que dejé que alguien tuviera eso.
La vergüenza me tiene apartando mis ojos de los suyos. Miro hacia el agua,
veo cómo la brisa del océano crea patrones en el agua y reprimo las auto
reprimendas por la vida que solía vivir.
Getty, no. Por favor, no. Tira de mi mano para que lo mire, y todavía no
puedo . Nadie sabe nada de estar en tus zapatos a menos que hayan caminado en
ellos. Pero no estoy pensando eso. De ningún modo. Estoy pensando en la cantidad
de coraje que debes haber tenido para dejar esa vida. Cualquier otro pensaría que
estaba llena de privilegios y perfección, pero en cambio, era como una prisión.
No tan valiente ahora, sin embargo, cuando vi a mi padre parado en el bar
hoy y mi primer pensamiento fue correr de nuevo. Me atraganto con las palabras.
Cae otra lágrima. El calor de las confesiones se siente como si me hubieran
manchado las mejillas . Y luego trajiste el auto y estaba funcionando y… Mis
palabras se apagan y mi tren de pensamientos se pierde momentáneamente en la
emoción.
¿Qué quería, Getty? Hay preocupación en su voz. Y tal vez algo de ira.
Quería que detuviera mi farsa, como lo llama, y que volviera a casa. Que,
como la esposa de Ethan, necesito defender el estatus social de nuestra familia
imito el tono rígido de barítono de mi padre, y me río con ganas . Le dije una
palabra que nunca había escuchado de mí antes: no. Que me quedaba donde estaba.
Zander me aprieta la mano y cuando me vuelvo a mirarlo, su sonrisa es amplia
y orgullosa.
Luego me dijo que me recogería mañana por la noche para cenar, para
meterme algo de sentido. Hacer un plan para mitigar los chismes cuando regrese.
Zander debe sentir la resignación en mi voz.
Si vas, voy contigo.
Sus palabras me desconciertan y no se parecen en nada a lo que esperaba
escuchar. Sin embargo, nunca he escuchado nada que suene mejor.
No podría pedirte que hagas eso.
Por favor ven conmigo
No me lo pediste. Te estoy ofreciendo. Asiente resueltamente, como si la
discusión hubiera terminado.
Él no va a responder bien a tu presencia. ¿Y por qué me estoy disculpando
por un hombre que obviamente no me tiene en cuenta?
Incluso mejor. Zander aplaude y se frota las manos . No hay nada que 169

me guste más que irrespetar a la autoridad.


Nos miramos el uno al otro con sonrisas a juego, las caderas descansando en
este destartalado automóvil en medio de la belleza de la naturaleza, y existe la
sensación que algo ha cambiado entre nosotros. Se ha intercambiado confianza. Los
límites se han cruzado.
Tantas puertas se han abierto.
A pesar de que todas nuestras preguntas no han sido contestadas o nuestros
temores han sido confesados por completo, ambos parecemos estar bien con los
secretos que aún permanecen. Este es un gran paso hacia adelante para los dos. Un
salto de fe.
Nos quedamos de pie con mi cabeza apoyada en su hombro y nuestros dedos
entrelazados, en medio de un inesperado punto brillante en mi nueva vida, y me
siento completamente desnuda, aunque estoy completamente vestida. Es
desconcertante. Es emocionante.
Es fortalecedor.
Y ya era hora.
Capítul o18
GETTY

Por costumbre, mis ojos escudriñan las calles en el camino de regreso a casa
por la ciudad como si nos fuéramos a encontrar accidentalmente con mi padre. Odio
haber vuelto a esta sensación después de estar sola por más de cuatro meses. Me
recuerda cómo me sentí en esos primeros días, como una fugitiva que está a punto
de ser atrapada y arrastrada a la cárcel en cualquier momento.
Zander se detiene en el camino de entrada y en el momento en que entramos
en la casa, me siento inmediatamente inquieta. Tal vez sea el ¿ahora a dónde vamos
desde aquí? o simplemente un empujón repentino a mi realidad cuando estaba en un
punto más indulgente.
170
Manteniéndome ocupada, guardo los platos, doblo la ropa, cambio las sábanas
de mi cama. Zander está en el sofá cuando entro a la cocina, con las piernas estiradas,
los pies cruzados por los tobillos, su computadora portátil sobre los muslos. No
levanta la vista ni me molesta y estoy agradecida por el espacio que me ha dado,
porque, aunque me siento aliviada por haberle dicho a alguien, mi mente ahora está
trabajando a un millón de kilómetros por hora. Agarro una bebida y luego la vuelvo
a dejar, mi estómago repentinamente en nudos. Sin saber qué hacer a continuación,
entro a mi habitación, donde un lienzo en blanco me parece tentador, pero por
primera vez, no estoy segura de qué pintar.
Resignada a esta sensación de inquietud, opto por una ducha larga y caliente
que no hace nada para aliviar la discordia. Después de secarme, me pongo la bata y
la sonrisa es automática cuando veo los productos de Zander en el mostrador
volcados, torcidos, al revés. La ironía es que está tan mal que sé que lo hizo a
propósito.
Su intención hace que el acto sea mucho más dulce. Y mi próxima decisión es
mucho más fácil de hacer.
La casa está en silencio cuando salgo del baño y me encuentro moviéndome
hacia las puertas corredizas de vidrio que conducen a la terraza exterior. A la luz de
la luna puedo distinguir las herramientas que aún están esparcidas alrededor de la
plataforma, los tablones que esperan para reforzar la estructura existente, la hoja de
madera aún en espera de ser lijada y pintada.
Pero son las luces en el agua las que llaman mi atención. Los barcos regresan a
casa con sus familias o los que parten en un nuevo viaje. Los miro por lo que se siente
como una eternidad, mis piernas se enfrían debajo de la bata y mi aliento empaña la
ventana frente a mí. Me quedo inmóvil en el oscuro pasillo, porque, como en el
restaurante, me pierdo en la historia que creo para cada una de las luces brillantes.
Porque a veces pensar en los demás hace que sea mucho más fácil olvidarse de
ti mismo.
¿Getty? La voz de Zander es suave cuando se pone detrás de mí. Y no
salto, porque por alguna razón, sabía que me encontraría. Me traería de vuelta
cuando estoy tratando de olvidarme de mí misma.
¿Mmm? Mantengo mis ojos en las luces, sus historias aún en voz alta en
mi cabeza, pero mi cuerpo definitivamente está cambiando su atención hacia su
presencia innegable.
Estás muy callada. Lo has estado desde que llegamos a casa. ¿Estás bien?
Como si no fuera una pregunta cargada cuando se trata de nosotros dos.
Encuentro sus ojos brevemente en el reflejo del vidrio antes de mirar hacia las luces. 171
Me toma un momento contestarle.
Sí. No. No lo sé.
Se ríe suavemente y sé que está pensando en la última vez que nuestra
conversación involucró esta frase. Cuando apoya sus manos sobre mis hombros,
toma todo lo que tengo para no hundirme en él. Su toque enciende algo dentro de
mí y es como si no pudiera pensar con claridad cuando lo hace.
Pero no estoy segura si quiero que mueva sus manos, porque estoy tan cansada
de pensar y preocuparme que le doy la bienvenida a la falta de pensamientos. Y si
sus manos en mis hombros pueden desordenar mi cabeza, me pregunto qué podría
hacer el peso de su cuerpo sobre el mío.
Es un pensamiento fugaz cuando su risa se desvanece y el silencio desciende a
nuestro alrededor una vez más. La inhalación de su respiración y un auto que circula
fuera son los únicos sonidos.
Está bien sentirse un poco confundida después de revelarle tus secretos a
alguien. Quiero creerle que esto es normal, pero estoy muy lejos de reconocer lo
normal y ya no sé qué pensar. Cuando no respondo, continúa . Sé que me siento
igual.
Lo siento. No quiero que te sientas…
Te dije que no más disculpas, Getty. Su voz es severa, implacable . No
hiciste nada malo. Aprieta mis hombros suavemente y mis ojos se iluminan para
encontrarse con los suyos en el reflejo de nuevo. Nuestras miradas se mantienen en
la oscuridad, una mezcla de preocupación y comprensión en las suyas . Háblame.
Date la vuelta y dime qué está pasando en esa hermosa mente tuya.
La duda es mi amiga esta noche. Y también lo es el vidrio frente a mí que me
permite mirar a Zander sin realmente mirarlo. Llámalo sentirse expuesto o
vulnerable, pero por alguna razón en este momento no puedo mirarlo directamente
a los ojos.
No lo sé. Hago una pausa, respiro hondo y trato de encontrar las palabras
para expresar cómo me siento . Es como que estoy tan segura que hice lo correcto
al irme, tan segura que no inventé en mi cabeza cómo me trataron o que reaccioné
de forma exagerada, como solía decirme Ethan que hacía. En cualquier caso, no
puedo evitar que la duda me embargue. Y lo odio. Estoy tan avergonzada porque
soy más fuerte que eso ahora. Una persona diferente a esa mujer débil que solía ser.
Pero después de todos esos años siendo controlada y criticada, y decirme que estaba
equivocada… detesto que me sienta tan fuerte en un minuto y que al siguiente me
desmorone. Me hace cuestionar mi cordura. Mi pecho se contrae cuando dejo las
contradicciones que descartan mi vida sobre la mesa proverbial y espero que 172
entienda lo que estoy tratando de decir. Que no me juzgue como débil por la
admisión.
Está bien. Muy normal. El calor de su aliento golpea mi cuello mientras
apoya su frente contra la coronilla de mi cabeza. Una acción tan íntima cuando todo
lo que quiero hacer es alejarme, porque no merezco esto de él. Lo que merezco es
que me dé una sacudida fuerte a mis hombros para que tenga algo de sentido en mí
y me diga que tengo que darme la vuelta. Pero no lo hace. Me da paciencia,
comprensión y compasión cuando menos los espero . No puedes deshacer algo en
unos pocos meses cuando se te ha metido en la cabeza año, tras año, tras año.
Ya no quiero ser esa persona, Zander. No quiero ser Gertrude Caster-Adams.
Mi voz es suave, pero transmite mi agitación interior.
Sus manos en mis hombros me presionan para que me dé la vuelta y me
encuentre cara a cara con él, de espaldas a la puerta corrediza de cristal. Sus ojos
azules están llenos de determinación cuando se encuentran con los míos.
Ya no eres ella. Eres Getty Caster, de PineRidge, a quien le gustan los cajones
de cubiertos desordenados, quien piensa que una varita de persiana es un arma
formidable, y es la única mujer que conozco que puede lucir un par de calcetines
hasta las rodillas que no coinciden y hacer que se vean jodidamente sexys.
Lo que sea. Pongo los ojos en blanco e intento dar un paso hacia un lado.
Sus palabras golpearon mis oídos, pero no se asimilaron.
No. Déjame terminar. Se acerca más, y no puedo negar la poderosa
sensación del calor de su cuerpo contra el mío. A continuación, sus manos están
enmarcando mi mandíbula y dirigiendo mi rostro hacia el suyo . Eres Getty Caster.
Una luchadora en todos los sentidos de la palabra. Una persona que es diez veces
mejor que cualquier hombre que la derribe. Una mujer que sabe que está bien tener
miedo a veces, siempre y cuando se dé cuenta que se necesita mucha más valentía
para tener miedo y tener éxito, que para temer y rendirse.
Lágrimas llenan mis ojos. Incluso con sus manos en mis mejillas, sutilmente
estoy en desacuerdo con un movimiento de mi cabeza, porque las palabras no son
posibles en este momento. Lo que me dice es mucho más difícil de aceptar que las
mentiras y la duda.
Eres Getty Caster continúa , bebedora primeriza de cerveza y aprendiz
de carpintería de terrazas, que tiene una imaginación perversa cuando se trata de
inventar las historias de otras personas como en el restaurante. Ahora solo tienes
que terminar de averiguar cuál quieres que sea tu historia.
No. Sale sin ninguna convicción y con un sollozo alojado en mi garganta.
Porque sus palabras están causando que todas mis esperanzas, deseos y anhelos 173

salgan a la superficie cuando han sido empujados al fondo por mucho tiempo.
Sí. Su voz es suave, pero definitiva. Cuando bajo mis ojos, levanta mi
cabeza más en alto, así que no tengo más remedio que mirarlo . Eres Getty Caster.
Artista extraordinaria, pintora de puestas de sol en lugar de mares tormentosos.
O ráfagas de viento. Mis palabras son apenas audibles. El momento se
siente a la vez demasiado real, demasiado crudo y, sin embargo, conmovedoramente
perfecto.
O ráfagas de viento repite con la misma calma.
Su sonrisa es genuina. Su mirada es firme en la mía. Y hay algo en la forma en
que dice las palabras que me dice que realmente las quiere decir. No ve a esa otra
mujer que solía ser cuando me mira. Ve la nueva yo.
Getty Caster.
Estamos en ese estado suspendido de anticipación por lo que se siente como
una eternidad. Sus manos todavía están en mi rostro y su aliento me recorre los
labios mientras mi corazón late con un nuevo ritmo. Uno lleno de expectativa,
esperanza y un miedo muy diferente al que estoy acostumbrada. Es del tipo que
hace que tus palmas suden y tu estómago se desplome porque el hombre que está
delante de ti es tan increíble por dentro y por fuera que tienes miedo que no sea real.
Zander. No es una pregunta, más bien es una admisión de querer y decirle
que sí, y no sé al mismo tiempo.
Getty.
Cierra la distancia a un ritmo tan lento que cuando sus labios rozan
ligeramente los míos en un beso que insinúa lo que está por venir, siento que he
esperado años para que eso suceda.
Nuestros labios se encuentran, una vez, dos veces, una tercera vez antes que se
incline hacia atrás, los ojos buscando, exigiendo, queriendo, y sin embargo estamos
completamente inmóviles y completamente en silencio.
El deseo fluye como un río furioso a través de mí, mientras que los nervios, las
dudas y las inseguridades luchan contra la corriente.
Estoy nerviosa.
¿De qué? Y la curiosidad entrelazada con esperanza en su voz me dice que
me está pidiendo que verbalice mi decisión de querer estar con él. Mi comprensión
que solo hay tanto que puede darme.
Soy… Me aclaro la garganta mientras mis manos se mueven
inquietamente donde descansan sobre la piel desnuda de su cintura. Evito mis ojos
antes de hablar para que no pueda ver mi vergüenza . No soy buena en esto. 174

¿De qué estás hablando?


Esto. Mis mejillas arden con mortificación y desearía haber mantenido la
boca cerrada. Me encojo de hombros, la vergüenza roba las palabras de mis labios
cuando los abro y luego los vuelvo a cerrar . Sexo. Cuando por fin digo la
palabra, es apenas audible, mis inseguridades anulan el calor de su tacto en mi piel
y el dolor que me hace sentir.
Su risa de respuesta es baja y rica y todo lo que escucho es el tono burlón de
Ethan en el sonido. Necesitando espacio, trato de alejarme del agarre de Zander en
mis mejillas, para estar sola, para lamer mis vergonzosas heridas en privado, pero
su agarre se mantiene firme.
Getty, mírame.
Espera hasta que obedezco. Puedo decir que mi mandíbula está apretada con
el dolor que no quiero transmitir, pero cuando mis ojos encuentran los suyos, la
mirada burlona que espero no está ahí. De hecho, lo que veo es exactamente lo
contrario: incredulidad, comprensión, compasión. Un millón de preguntas y
respuestas pasan entre nosotros en un solo momento de conexión.
Y entonces algo cambia. Tal vez sea el roce de su pulgar sobre mis labios
separados. O la forma en que esa suave sonrisa levanta una esquina de su boca y la
lleva a sus ojos. No puedo decir qué es, pero es como si alguien hubiera aspirado
todo el aire de la habitación y lo hubiera reemplazado con electricidad. Mi piel arde
con deseo donde me toca, y una extraña mezcla de excitación ansiosa surge a través
de mí.
No te creo por un segundo. Si el sexo no fue bueno, te lo aseguro que no eras
tú. No hay forma que puedas besar de la forma en que besas y no ser buena en eso.
Eso no es posible murmura mientras se inclina hacia adelante y roza sus labios
contra los míos de nuevo . Tengo la sensación que fue tu compañero quien no era
bueno.
Mmm murmuro contra su boca, deseando creer en él.
Cuando se inclina hacia atrás, la elevación de sus cejas es una advertencia sutil
para no dudar de él. Sus ojos me están pidiendo que confíe en él. Lo hago, pero tengo
miedo. Lo deseo, pero ni siquiera sé por dónde empezar.
Déjame probarte lo contrario dice antes de tomar mi mano entre las suyas
y llevarme por el pasillo hacia su habitación.
No hay vuelta atrás ahora. Mi corazón late más rápido con cada paso y mi
cuerpo está más en sintonía con cada cosa sobre él. El bulto de los músculos en su
espalda mientras camina. La intrincada salpicadura de tinta en su hombro. Su 175
cabello revuelto. Su inconfundible, pero sutil aroma a colonia. La confianza en su
paso.
Cuando entramos a su habitación, me alegra que me esté agarrando las manos
para que no puedan temblar fuera de control. Se detiene frente a la cama y me acerca
a él para que nos encontremos cara a cara, con los ojos fijos el uno en el otro, nuestras
respiraciones temblorosas a juego, el único sonido en la habitación que nos rodea, y
el brillo de la luna la única luz en la habitación.
Con sus ojos enfocados en los míos y el torrente de sangre palpitando en mis
oídos, siento sus dedos dudar en el lazo en mi bata. La suave seda roza mi piel
desnuda. Luego, el aire fresco de la habitación me golpea cuando el lazo cae al suelo
y la tela se abre. Nos miramos el uno al otro por un momento antes que el calor de
sus manos se deslice sobre mi cintura.
Aguanto la respiración en respuesta a lo desconocido que es emocionante y
aterrador a la vez. No rompe nuestra conexión visual mientras pasa lentamente las
palmas de sus manos por mi caja torácica y luego vuelve a la curva de mis caderas.
Su toque cruza hasta la mitad de mi espalda y luego se mueve a lo largo de mi
columna vertebral antes que sus dedos amasen mis hombros. Luego vuelven a trazar
su camino de nuevo.
Continúa con esta seducción lenta y tentadora, pero es la mirada en sus ojos lo
que me mantiene arraigada. Él observa mis reacciones a cada simple roce de sus
manos sobre mi piel. Cada inhalación. Cada aleteo de mis pestañas. Cada vez mis
ojos se abren por la tentación que ofrece.
Me duele el cuerpo de maneras deliciosas que son completamente nuevas para
mí. Cada nervio en el vértice de mis muslos y a lo largo de mis pezones se queda
frenético y despierto con la atención en la estela de su toque.
El juego previo era un desperdicio de energía antes. Seducción inexistente en
mi matrimonio. Mi placer, mis necesidades, mis deseos, todo eso olvidado frente a
la codicia de Ethan y su desprecio por mí.
Pero él no es Zander.
Zander me está hipnotizando lentamente. Poniéndome bajo su hechizo
dándome tiempo para calmar mis nervios. Mostrándome ternura con su paciencia.
Y no hemos hecho nada más que besarnos.
Getty… Su voz suena tensa, áspera por el deseo, mientras sus manos pasan
por mi caja torácica, esta vez frotando sus pulgares sobre las puntas de mis pezones.
Y no puedo responder. No con su toque apoderándose de mi mente y cuerpo. Mi
espalda se arquea, los labios se separan en un grito ahogado, y mi cabeza cae hacia 176
atrás cuando se toma un momento para apreciar mis pechos. Pero esta vez, quita mi
bata de mis hombros para que se deslice por mis brazos y se acumule a nuestros
pies.
Pasa sus dedos por mi cabello mojado en la base de mi cuello y lo empuña
mientras su otra mano se extiende contra mi espalda baja. Y hay algo que decir sobre
el hecho de que sus ojos no han dejado los míos todavía. No han vagado por mi
cuerpo desnudo como esperaba de un hombre. Es como si supiera que estoy
asustada, parcialmente tímida y muy nerviosa, y se está asegurando de que sepa que
me quiere por mucho más que solo lo que mi cuerpo puede darle.
La noción es embriagadora mientras se pega a mí.
El aire fresco de la habitación, el innegable calor de su cuerpo y la anticipación
de lo que vendrá, todo eclipsa los nervios que zumban a través de mí mientras estoy
allí desnuda y vulnerable.
Tira suavemente de mi cabello para inclinar mi cabeza hacia un lado y expone
la curva de mi cuello. Sus labios se encuentran con la parte superior de mi hombro
y atan una fila de besos con la boca abierta hasta ese punto sensible justo debajo de
mi oreja.
Déjame adorarte, Getty. El timbre profundo de su voz llena mis oídos,
calienta mi alma y borra cualquier duda restante que tenga.
Pero no hay mucha.
Déjame mostrarte cómo se supone que es el sexo. Qué se supone que te hace
sentir. Déjame. Adorarte.
No estoy segura de quién se mueve primero, pero al cabo de un instante
nuestras bocas se unen en un beso que rivaliza a todos los besos. Comienza lento y
dulce, labios separados, lenguas tentativas, gemidos de satisfacción, a medida que
su cuerpo se mueve hacia el mío. Mis pechos presionan contra la firmeza de su pecho
y me pierdo ante él. En él. La flexión de sus músculos debajo de mi mano. Cómo
mueve mi cabeza para controlar el ángulo de nuestro beso. El rasguño de su barba
incipiente sobre mi barbilla. La vibración de su pecho mientras zumba en forzada
apreciación. El sabor de él en mi lengua. La fuerza de su cuerpo cuando me empuja
más fuerte hacia él. El grosor inconfundible de su erección, dura y tensa contra la
costura de sus vaqueros.
Y luego nuestra paciencia se evapora lentamente. La ternura del beso pasa de
deseo a necesidad. De la tentación a la codicia. Desde esperar y ver a ahora o nunca.
Hay un hambre desesperada en sus acciones ahora. Una demanda no verbal
por más. Mientras nuestros dientes se pellizcan, los suspiros suaves se entremezclan
con los gemidos definitivos del deseo. Con una mano acunando la parte posterior 177

de mi cabeza, la otra me agarra el culo para que pueda apretarse contra mí.
El dolor brilla intensamente mientras bailamos juntos y empujamos nuestra
fuerza de voluntad hasta el punto de no retorno. Y luego se va.
Perdida a la seducción. Olvidada en nuestra necesidad mutua.
Es como si un interruptor se activara en ambos simultáneamente. Nuestro beso
se vuelve más posesivo. Nuestros cuerpos se fijan en el siguiente paso, el siguiente
máximo, la siguiente conexión.
Mis manos están en el botón de sus vaqueros. Sus palmas acunan mis pechos.
Su lengua lame una línea por la curva de mi hombro antes que sus dientes den un
mordisco juguetón allí. Mis manos están cubiertas por las suyas para que podamos
bajar sus vaqueros juntos. Y sé que he visto su polla antes, pero que me maldigan si
la sensación de su erección rebotando cuando se libera de los confines de la mezclilla
no me hace la respiración difícil.
No tengo mucho tiempo para pensar en su dureza que descansa contra la parte
inferior de mi vientre porque Zander me empuja hacia atrás para que la parte de
atrás de mis rodillas golpee el colchón. Con su boca en la mía, descarrilando todos
los demás pensamientos, me dirige de espaldas a la cama. Nos movemos al unísono.
Nuestros cuerpos responden a las demandas del otro sin pensar en ello.
Estoy de espaldas en la cama, las rodillas de Zander enmarcan mis caderas, sus
manos apoyadas a cada lado de mi cabeza, y se inclina hacia atrás para mirarme a
los ojos. Con mi boca aun vibrando por sus besos, una sonrisa lenta y torcida levanta
la comisura de la suya.
¿Sabes lo difícil que es hacer esto y no dar un paso atrás para admirarte
desnuda y acostada en mi cama? Sé que estás asustada. Sé que has sido herida. Y sé
que te preocupas por lo que voy a pensar de ti. Que pueda compararte con otras
mujeres. Escúchame cuando digo esto, Getty. No. Soy. Él. No hay historia en esta
habitación. No hay historia entre nosotros. Sólo el aquí. El ahora. Solo tú y yo. Y
joder, sí, te deseo más de lo que he deseado a alguien en tanto tiempo como puedo
recordar. Dios, eres sexy como el pecado. Estoy medio deseando que tuvieras esos
calcetines hasta la rodilla en este momento.
La sonrisa en mis labios es instantánea. Su intento de calmar mis miedos y
luego relajarme me recuerda por qué estoy aquí con él, a pesar de saber que esto no
puede ir a ninguna parte. Alejo el pensamiento. Concentrándome en el aquí y ahora
y en cómo me hace sentir. Digna, sexy, y querida por primera vez desde siempre.
Cómo me está adorando con su lenta y dulce seducción.
Suelto una carcajada mientras pienso en su fijación con los calcetines. Y luego
178
se convierte en un gemido desesperado cuando una de sus manos se desliza entre
mis muslos mientras se mueve sobre sus rodillas para separar mis piernas.
Con toques suaves, pasa los dedos por un muslo, por encima de la parte
inferior de mi vientre y luego por el otro. Después de hacer eso unas cuantas veces,
los arrastra por el interior de mis muslos separados, por lo que solo se siente un
susurro de un toque en el exterior de mi sexo. Cada vez que recorre el mismo
camino, su toque se vuelve un poco más firme, sus dedos más atentos.
Se sienta de rodillas, con el rostro inclinado hacia abajo, observando mi cuerpo
tenso en previsión de su toque. Cuando levanta los ojos, una sombra cubre un lado
de su rostro, pero la intensidad de su mirada brilla a través de la oscuridad
iluminada por la luna.
Hay tantas cosas que quiero hacerte, Getty. Vamos a llegar a todas ellas.
Quiero bajar mi boca y saborearte. Extender tu coño, usar mis manos y mi lengua
para hacer que te pongas frenética hasta que te vengas. Quiero encender las luces.
Así puedo mirarte a los ojos y ver tu rostro cuando te pierdas por las cosas que te
hago. Así no puedes esconderte de mí. O de ti. Quiero mirar hacia abajo mientras
envuelves tus labios alrededor de mi polla y me miras con la boca llena de mí. Te
quiero arriba. Así puedo tener tus tetas en mi boca y mis dedos en tu clítoris mientras
te mueves como lo necesitas para que puedas venirte. Quiero que te pongas de
rodillas para poder agarrarte por el trasero mientras te penetro desde atrás. Sus
ojos brillan cuando se inclina hacia delante para asegurarse que pueda verlo.
Y puedo verlo bien. Cabello oscuro, ojos claros y dientes mordiéndose el labio
inferior, es un maldito Adonis inclinado sobre mí, robándome los pensamientos y
despertando cada parte de mí que ha estado muerta durante mucho tiempo.
Te quiero en la encimera de la cocina, en el patio, en tu cama, en el bosque.
Te llevaré a cualquier lugar en que me aceptes, Getty, porque me haces querer tanto
y no soy un hombre que quiera mucho. Entonces, cuando dudes de lo que sea que
dudarás cuando hayamos terminado aquí, quiero que recuerdes esto. Todo ello.
Porque cumpliré esa promesa. Estoy aquí para demostrar que soy un hombre de
palabra y contigo no es diferente.
Sus palabras son tan sugerentes como su toque. Nunca supe que podías seducir
solo con palabras y, sin embargo, me seduce. Arrastrada por el hechizo de promesas
explícitas que no se sienten baratas o falsas. Estoy lista. Complaciente. Desesperada.
Porque ponga cualquiera de esos planes en acción.
Pero primero esto. Se inclina y me besa con reverencia antes de retirarse
. Primero, nos lo tomamos lento.
Sus manos recorren mi torso, los pulgares rozan la parte inferior de mis senos.
179
Su lengua traza un círculo sobre mi pezón. Luego cierra la boca sobre este y lo chupa.
Mis manos agarran las sábanas debajo de mí mientras jadeo.
Nos tomamos nuestro tiempo.
La punta de su lengua se desliza por la línea media de mi abdomen. Un beso
con la boca abierta. Otro paso tentador de su lengua mientras lame un círculo
alrededor de mi ombligo. Mi temblorosa inhalación llena la habitación.
Quiero mostrarte que el sexo no se trata de ser bueno o malo en eso, sino de
encontrar el ritmo correcto. El lugar correcto.
Pasa la punta de su nariz por mi estómago entre mis senos mientras sus dedos
encuentran su camino hacia mis muslos internos y se deslizan entre los labios de mi
sexo hacia la humedad en su centro. Nuestros sonidos se vuelven lo suficientemente
fuertes como para llenar la habitación; su gemido gutural y mis gemidos jadeantes;
cuando una oleada de calor abruma cada parte de mí por sus labios provocando la
parte inferior de mi mandíbula y sus dedos, suavemente agregando fricción sobre
mi clítoris.
Se trata de tener paciencia.
Murmura contra la sensible piel de mi cuello mientras mis caderas se mueven
y se levantan. Y ruegan por más. Mi aliento se debilita. Mi concentración está en las
sensaciones que sus dedos evocan en lugar de recordar cómo respirar. Porque hacer
las dos cosas es una lucha cuando mete los dedos en mí y comienza a moverlos a un
ritmo lento que coincide con los besos que cubren mi piel.
Se trata de ser considerado. Querer que tu pareja se corra tanto como tú
quieres. Saber que la satisfacción viene de más maneras que solo el final del juego.
Su boca cálida en el lóbulo de mi oreja. Sus dedos adeptos dentro de mí. La
cantidad perfecta de presión y fricción. Mi cabeza cae hacia atrás. Mis piernas se
tensan hacia arriba. Mis labios se abren. Mi mente abandona cualquier pensamiento
que no sea él. Zander. Y lo que me está haciendo. Es indescriptible.
Mente distraída de la duda. Cuerpo traído a ese borde de caída libre con su
mezcla erótica e íntima de palabras y acciones.
Se trata de dejarte ir porque confías en que la otra persona te llevará allí.
Su aliento comienza a trabajar contra mi mejilla mientras su mano se mueve
más rápido. La que frota contra mi clítoris. Un calor placentero comienza a arder
más en mi interior. Hierve en mi núcleo. Roba mis inhibiciones. Enciende mi libido.
Me empuja hacia el límite.
Mis manos se aferran a sus hombros. Las uñas marcan su carne. Mis piernas se
tensan contra sus rodillas entre mis muslos. Su nombre cae de mi boca. Sus dientes
muerden esa curva sensible entre mi cuello y mis hombros mientras mis músculos 180
pulsan alrededor de sus dedos.
Déjalo ir, Getty alienta, con voz llena de deseo.
Lucho por la coherencia mientras esa ráfaga de calor candente me atraviesa. La
liberación es en todo lo que puedo enfocar. Creo que dice mi nombre. Me alienta
mientras sus dedos toman mi orgasmo sin darme un respiro para ganar algo de
sentido. Y creo que eso es lo que quiere, porque su risa suave vibra contra mi pecho,
donde sus labios aún me besan suavemente.
Con mi cuerpo flotando en lo alto de la bruma orgásmica, me permite solo un
segundo recuperar el aliento antes de retirar sus dedos de dentro de mí. Mi suave
gemido de protesta es sofocado cuando su boca se encuentra con la mía de nuevo en
un beso lleno de desesperación. Es como si estuviera tratando de tomar aire y
estuviera tratando de pasarme el suyo.
Maldita sea murmura contra mis labios. Sus manos deambulan y reclama
mi boca. La urgencia entre nosotros aumenta y quiero la codicia que puedo sentir en
su toque. Así que recibo con satisfacción el sonido del envoltorio de aluminio
rasgándose después de escuchar que se abre la mesita de noche cuando se pone de
rodillas y se cubre.
Toma mis piernas en sus manos y me acerca a él para que la parte de atrás de
mis muslos descanse sobre sus caderas. No sé si debería odiar o amar el aleteo en mi
vientre al sentir la cresta de su polla colocada en mi entrada. Si debo ceder a las
críticas incrustadas en mi psique por mi falta de destreza sexual o dejarlo pasar y
simplemente disfrutar del hombre frente a mí.
Con su polla en su mano, frota arriba y abajo la línea de mi sexo, y por mucho
que la anticipación de que entre en mí me hace querer avanzar, no puedo resistir el
impulso de mirar hacia arriba y encontrar sus ojos. Y con un toque de luz de luna en
su rostro resaltando la lenta lamida de su lengua sobre su labio inferior y el deseo
sin restricciones ardiendo en sus ojos, sé que la sensación de aleteo es algo a lo que
me aferraré.
Esto es mío ahora, Getty murmura en la habitación silenciosa, con los ojos
fijos en los míos, y lentamente se abre camino hacia mí. Centímetro por centímetro
dolorosamente dulce. Mi cuerpo arde en la más placentera de las quemaduras
mientras me llena de todas las formas posibles.
Cuando está enfundado de raíz a punta, los músculos de su cuello y hombros
demuestran visiblemente la restricción que sujeta por un hilo delgado, se inclina
hacia adelante para que no haya ningún error en lo que está a punto de decir.
No de él. Mueve sus caderas en un círculo lento que nos hace gemir ante la
181
letanía de sensaciones que está creando para los dos . Mío. Manos sostienen el
interior de mis muslos separados en un agarre posesivo, se retira lentamente de
modo que solo la cabeza de su polla está dentro de mí. Envuelve una de sus manos
alrededor de su miembro para poder provocarme antes de reanudar la lenta y
devoradora penetración.
Y cuando sale casi del todo, la palabra que pronuncia en un gemido de dolor
es la más sexy que he escuchado de él todavía.
Tuyo. Un movimiento de caderas . Mío. Luego, un movimiento de mis
piernas hacia arriba mientras se empuja lo más profundo posible . Nuestro.
Con nuestros cuerpos conectados, se inclina hacia adelante en la última palabra
y me besa suavemente. Y me encanta que, aunque está dentro de mí, todavía trate el
beso como si fuera la acción más íntima entre nosotros. Cuando se retira, esos ojos
azules cargados de deseo se encuentran con los míos.
¿Entendido?
Sí.
Nuestros labios se encuentran una vez más antes que se ponga de rodillas y
comience a tomar lo que estoy ofreciendo. Mi confianza. Mi cuerpo. Y me estaría
mintiendo a mí misma si no dijera un poco más de mi corazón.
Sus caderas comienzan a moverse más rápido con cada empuje. La cresta de
su polla sigue golpeando perfectamente en ese centro de nervios dentro de mí que
nunca supe que existía. Es una sensación diferente a la de cuando sus dedos
trabajaron en mi clítoris. Una presión que se intensifica a medida que aumenta el
ritmo.
El tiempo pasa en sensaciones puras. El pellizco de sus dedos en mis muslos.
La niebla del sudor en mi piel. El gemido que emite mientras se deshace lentamente.
El cosquilleo del éxtasis en todo mi cuerpo. Luego, todo el placer surge y se estrella
después que su polla se desliza perfectamente sobre el codiciado lugar dentro de mí.
La incoherencia cede a medida que se hincha más grande, más duro, y continúa su
ritmo implacable.
Getty.
Es el gemido roto de mi nombre lo que me arrastra de la avalancha de
sensaciones que ha creado. Me concentro en él justo a tiempo para verlo en toda su
gloria: la cabeza echada hacia atrás, los músculos tensos, las caderas empujando
implacablemente mientras su orgasmo se estremece a través de él. Lo miro con una
mezcla de asombro y vergüenza: asombro por lo increíblemente sexy que se ve y la
vergüenza de no querer que me atrapen mirando fijamente.
182
Pero no puedo evitarlo. La expresión en su rostro cuando baja la cabeza y me
mira: satisfacción, deseo, agotamiento; es tan abrumadora para mí
Porque las puse allí. Yo. Getty Caster.
Y no tengo mucho más tiempo para pensar en eso antes que una sonrisa
satisfecha lentamente curve su magnífica boca mientras se inclina hacia adelante
para presionar un beso profundo y prolongado en mis labios, lo que hace que todo
se revuelva una vez más en la parte inferior de mi vientre.
Zander sale cuidadosamente de mí y se levanta de la cama para limpiar. El
sentimiento de pánico que esperaba de ¿Qué sigue? no viene. Tal vez es porque tengo
casi veintiséis años y por primera vez he tenido el sexo adecuado.
Y adecuado ni siquiera comienza a describir lo que Zander me hizo. Estoy
agotada y emocionada, y puedo ver por qué la intimidad sexual es tan importante
para una relación. Cimentar la conexión entre dos personas. Especialmente cuando
esa persona tiene las habilidades de Zander Donavan.
Perdida en mis pensamientos dispersos, emito un suspiro de satisfacción
cuando Zander se desliza de nuevo en la cama y tira de mi cuerpo contra él, mi
espalda hacia su frente. Presiona un beso en mi hombro y las lágrimas
inesperadamente me pican en los ojos, la emoción de la noche me abruma.
¿Estás bien? pregunta, su boca moviéndose contra mi piel.
Sí. Asiento y deslizo mis manos sobre sus brazos, envueltas alrededor de
mi cintura . Sí. Gracias. Esas palabras no son ni siquiera lo suficientemente
adecuadas para agradecerle la ternura y la sensación de seguridad que me acaba de
dar. O la pequeña porción de confianza de que Ethan podría estar equivocado acerca
de mí.
No tienes que agradecerme. Se ríe . No es como si fueras la única que se
benefició. El sonido de su voz cargada de sueño infla mi ego y dejo que la sonrisa
que no puede ver se extienda sin reparos en mis labios . Y la próxima vez, está bien
que hables y me digas lo que quieres. Qué necesitas. Puedo manejar que me digan
qué hacer. Se ríe suavemente otra vez, la reverberación retumba contra mi
espalda.
No hables, Gertrude. Tu voz me distrae. Me recuerda que eres tú a quien estoy follando.
La próxima vez que hables, ya sabes lo que pasa…
Empujo el horrible recuerdo de mis pensamientos. Los decretos de mi ex
esposo habían gobernado previamente mi experiencia sexual. Pero no quiero que
invadan este momento con Zander. Arruinar este sabor de normalidad que ahora sé
que tengo derecho a sentir. Me gustaría escuchar las palabras que dijo Zander en su 183

lugar, la próxima vez, y aferrarme al conocimiento de que quiere que haya una
próxima vez. Que en realidad quiere que haya más. Conmigo.
¿De acuerdo? me pregunta cuando no respondo.
De acuerdo.
Ah, ah dice mientras me jala más fuerte . No vuelves a desaparecer en
tus dudas. No te voy a dejar. Hoy fue… Sopla un suspiro . Hoy sucedieron
muchas cosas, pero necesito que me escuches cuando digo que esto no fue un error.
Cada vez que te toqué, todo lo que hicimos, fue porque quería. No porque sentí pena
por ti o por tu pasado. Sino porque quería.
No tienes que… Inhala confianza, Getty. Exhala la duda. Aprieto los ojos y
repito el mantra en silencio. Permitiéndome realmente aceptar sus palabras.
Dejando que se hundan. Decirme que la sensación de su cuerpo cálido y firme contra
el mío no es una casualidad. De alguna manera, es la forma del destino de
demostrarme que estoy equivocada. Que soy capaz de todo lo que me dijeron que
no podía hacer. Trabajo para tragar el nudo en mi garganta y me corrijo . ¿Qué
estabas diciendo?
Y, por supuesto, es mucho más fácil cuando siento que su boca aún está
presionada contra mi hombro extendiéndose en una sonrisa, porque ya me entiende
lo suficiente como para saber que estoy tratando de ser la Getty Caster que me está
animando a ser.
La confianza es sexy, Calcetines, así que mejor ten cuidado con eso o no
podremos salir de esta habitación.

184
Capítul o19
ZANDER

¡Hijodelagranputa! Dejo caer el martillo y me chupo el pulgar. Duele como


una perra, pero eso es lo que obtengo por tratar de reemplazar las tejas del techo
cuando mi mente está en otro lado.
Como en la maldita cama, acurrucado contra Getty y su cuerpo cálido, tentador
y jodidamente sexy.
Gimo. Y no por el dolor en mi pulgar. Sino más bien porque las imágenes de la
noche pasada parpadean en mi mente. Las mismas malditas que me distrajeron y es
muy probable que me den la insignia púrpura de honor bajo mi pulgar.
Pero demonios, si esa placa no valía la pena. 185

Estoy de pie en el techo con el aire fresco de la mañana, con la vista del puerto
extendida frente a mí, pero todo lo que veo es a ella: labios hinchados, muslos
extendidos, coño mojado, pezones rosados. Tranquilo, amigo. Y, sin embargo, es la
mirada en sus ojos lo que sigue volviendo a mí. Una combinación de confianza
herida y deseo esperanzador. Además de zorra tímida. La última que ella todavía
no ve, pero yo sí puedo verla.
Pero son sus ojos los que me desperté recordando. Mientras yacía allí con
nuestros cuerpos enredados, seguía pensando en todo lo que me había contado
sobre su pasado, la mitad de lo cual estoy seguro que fue confesado. Y lo que repetía
una y otra vez en mi cabeza era cuánta confianza me había dado la noche anterior.
Agarro el martillo y un clavo. Lo golpeo con vigor por la frustración que no
puedo sacarme.
La frustración que me hizo salir de la cama. Lejos de su cuerpo cálido y curvas
calientes y arrugas de almohadas en sus mejillas. Porque necesitaba distancia.
Espacio. Obtuve lo que quería, Getty desnuda y debajo de mí, pero creo que también
tengo algunas cosas que no quería. Que no puedo tener. Que no merezco.
Otro clavo. Otro golpe no catártico del martillo.
Ella no debería confiar en mí. No debería mirarme con esos ojos color chocolate,
una combinación en guerra de heridos e inocentes, mientras pone a su maltratado
yo en mis manos, porque no estoy en condiciones de mejorar su vida. De hecho,
estoy tan jodido como ella. Tal vez aún más.
Deslizo una teja. Sostengo un clavo. Agarro el martillo.
Era solo sexo. Amigos con beneficios sexuales. Amigos con alucinantes
beneficios sexuales. Sexo para despertar y querer hacerlo todo de nuevo. Y luego
posiblemente otra vez. Y no porque hicimos algo de la mierda perversa que lo hace
interesante, sino más bien porque no lo hicimos. Éramos simplemente ella y yo;
confiar y dar y recibir y todo lo que le dije durante, cuando debería haber mantenido
la boca cerrada.
Golpeo el martillo hasta que hay una abolladura en la teja porque no queda
nada para clavar.
Nadie cree lo que se dice durante el sexo de todos modos. Solo palabras vacías
para llenar el silencio. Para excitarla. Para hacerla sentir especial. Para establecer el
estado de ánimo. Palabras que no recuerdas más tarde porque te pierdes en el final
del juego.
Entonces, ¿por qué recuerdo cada cosa que dije anoche? ¿Cada promesa? Hasta 186
la última palabra
Porque las dije en serio.
Fallo el golpe en el clavo. El martillo golpea en el material compuesto.
Joder grito la palabra. Frunzo mi nariz y aprieto mis ojos mientras inhalo.
No puedo decirlas en serio. Tengo una vida por vivir. Una carrera por retomar.
Cosas malas por acomodar.
Le advertí. Le dije que no podía darle más de unos meses de diversión. Pensé
que eso sería suficiente, ponerlo sobre la mesa antes que sucediera algo. Habrías
pensado que también habría sido lo suficientemente inteligente como para
advertirme a mí mismo.
Parece que me olvidé de esa parte.
Pero no es como si hubiera podido predecir lo de ayer. El paseo hasta el
mirador. Las confesiones inesperadas. Cómo se paró en el pasillo acercándose a mí
con el océano a sus espaldas y el deseo palpable entre nosotros.
No soy el tipo de tengo relaciones sexuales, luego me levanto y me voy mientras las
sábanas siguen estando calientes. Pero tampoco soy el tipo de nos quedamos dormidos,
despertamos, volvemos a tener relaciones sexuales y averiguarnos cómo pasar el día juntos.
Entonces, ¿por qué quería hacer eso?
Colocando la garra del martillo debajo de la teja, la empujo hacia abajo y la
halo. La quito. La tiro del techo con un golpe sordo.
Malditas complicaciones. Tengo una agenda. Enfrentar la caja de cartón.
Agradecer a Smitty terminando las reparaciones de la casa. Averiguar cómo hacer
las cosas bien con mi familia: Rylee, Colton, mis hermanos, el equipo, mis fans. Y
luego hacerlo.
Estoy aquí para simplificar la mierda. No hacerla más difícil. Y, sin embargo,
en el momento en que obtuve exactamente lo que quería, Getty extendiendo sus
muslos para mí, me metí de cabeza en la complicación.
Y demonios, si no quiero hacer eso otra vez.
Martillo. Clavo. Golpearlo como loco. La liberación que estaba buscando
cuando vine aquí es inexistente. Frustrado, suspiro y ruedo los hombros.
Necesito aclarar mi cabeza. Ganar algo de perspectiva. Alejarme de la casa por
un momento, así dejo de pensar en los suaves labios y el atractivo cuerpo de Getty.
Tomarme un tiempo para mí.
No es como si no hubiera hecho la cosa de amigos con beneficios antes. Pero 187

nunca lo he hecho cuando estoy viviendo con la persona. Eso causa algunos
problemas. Por ejemplo, cuando quieres más beneficios, todo lo que tienes que hacer
es caminar diez pasos hasta la habitación de al lado en lugar de retroceder, buscar
calma, y usar tu mano o esperar hasta que puedan encontrarse nuevamente.
Esa tiene que ser la razón por la que me siento así. Debido a que el encuentro
está justo frente a mi cara, así que mantener la distancia será más difícil.
Mierda. Ya no tengo clavos. Echo un vistazo a la caja de estos en el banco del
caballete que he colocado en el suelo.
Adrenalina. Es lo que necesito. Para recordarme que tengo una carrera a la que
volver. Para reforzar que mi tiempo aquí es limitado. Que necesito terminar estas
reparaciones más temprano que tarde. Que Getty es solo una aventura: un poco de
sexo caliente. Una amiga con beneficios. Dejar de hacer promesas sabiendo que no
estaré el tiempo suficiente para cumplirlas.
La adrenalina es la panacea. Estoy decidido. Aclara mi cabeza. Me recuerda el
inicio de una carrera cuando me veo forzado a centrarme en mí y solo en mí, que es
exactamente lo que necesito.
No en Getty.
Renuncio a arreglar el techo. Agarraré mis llaves y una chaqueta y saldré a
explorar. Solo. Podría ver la isla, ya que no estaré aquí por mucho tiempo. Encontrar
un tramo de carretera vacío y romper el límite de velocidad solo un poco mientras
estoy en ello. Conseguir la adrenalina. La claridad que necesito para poner mi cabeza
de regreso a donde necesita estar.
Doy el primer paso por la escalera.
Sigue mintiéndote, cobarde.
Siguiente paso hacia abajo.
Si no estás en el techo, no lo estás reparando.
Bajo otro peldaño.
Si no lo estás reparando, no puedes irte todavía.
Casi abajo.
Si todavía no puedes irte, obtienes más de Getty.
Último peldaño.
Bastante conveniente, si me preguntas.
Mis zapatos tocan suelo firme.
Cierra la boca, digo a la voz en mi mente. La que lo arruina con mentiras. 188

Todavía estoy negando, convenciéndome a mí misma que solo necesito un poco de


tiempo para mí, cuando abro la puerta y camino a la cocina. Estoy irritado, frustrado
y molesto.
Y cuando levanto la cabeza, la única persona que me está haciendo sentir de
esa manera está justo delante de mí. Su cabello se apila sobre la cabeza, sus mejillas
están rojas, sus ojos se abren y su boca forma una O.
Jodidamente preciosa.
Gruño y aprieto mi mandíbula, porque lo último que necesito es su presencia
aquí para nublar mis pensamientos. Dándome razones para querer quedarme.
Haciendo que quiera acercarme a ella, apoyarla contra el mostrador y besarla hasta
dejarla sin sentido.
Que es exactamente la razón por la que me voy. Ahora mismo. Distancia.
Espacio. Claridad.
Y sin embargo no me muevo. Solo la miro. Mis dos cabezas en guerra por lo
que quieren ahora.
Llaves. Chaqueta. Billetera. Eso es lo que quieres. Toma tu mierda y vete.
Vámonos.
¿Qué mierda estás haciendo?
¿Irnos? pregunta, frunciendo el ceño confundida.
Entro en la cocina, tomo su chaqueta de la parte de atrás del taburete junto a la
mía, la tomo de la mano y la empujo hacia adelante.
Sí. Vas a venir conmigo.
Esa fue toda la distancia.

189
Capítul o20
GETTY

Hemos estado conduciendo durante aproximadamente treinta minutos, sobre


todo en silencio, excepto por el bajo zumbido de la radio. El terreno que nos rodea
se eleva cada vez más, volviéndose más montañoso, las parcelas de pinos cada vez
más gruesas.
Todo sobre esta mañana hasta ahora ha sido inesperado. Despertarme sola en
la cama de Zander. El destello de dolor porque no estaba allí. La confusión de por
qué estaba en el techo.
Y luego el golpe de la realidad. La comprensión de que, aunque la noche
anterior fue increíble de muchas maneras para mí, un amante desinteresado, un 190
orgasmo real de la mano de alguien más, un elogio y no una crítica; probablemente
fue algo común para él. Solo soy otra amiga de la lista de amigas con las que
probablemente ha disfrutado de los beneficios.
Fue algo difícil de aceptar ya que estaba acostada en su cama, el aroma sutil de
su colonia en sus sábanas y el recuerdo de sus manos en mi piel y las palabras en
mis oídos. Estaba por todas partes a mi alrededor y, sin embargo, todavía no estaba
realmente allí.
De ahí su advertencia, su oferta de encontrar el maldito faro, tenía perfecto
sentido ahora. De alguna manera sabía de antemano que no sería tan simple. Que
probablemente desarrollaría sentimientos a pesar de saber que no había posibilidad
de más.
¿Pero podrías culparme? Mi mente no puede evitar repasar los
acontecimientos de ayer. Primero las confesiones y luego sentir que finalmente dejé
entrar a alguien. Luego, anoche, toques reverentes y promesas murmuradas y sus
manos consumiéndolo todo en mi cuerpo. Me había gustado estar con un hombre
que me acercó en lugar de escupir insultos mientras me empujaba lejos. Quien me
hizo sentir bella, competente y sexy. Lo último que jamás había pensado que era.
Me desperté mareada y satisfecha con esas mariposas en el estómago que lees
en las novelas románticas y esperaba que estuviera sobre la almohada a mi lado
cuando me di la vuelta. Entonces, ¿qué pasa si he confundido mi gratitud y
posiblemente la he convertido en sentimientos por él? ¿No es eso natural?
Haciéndome la pregunta una vez más, me quedo mirando a Zander, con los
ojos centrados en la carretera por delante, que no ha hablado desde que me dijo que
me pusiera el cinturón de seguridad cuando arrancó el auto. Y la diferencia es que
esta vez, cuando me hago la pregunta, mi preocupación acerca de cómo se
desarrollará todo esto no está solo en mi cabeza como lo estaba cuando estaba en su
cama. Más bien, lo estoy mirando a él y viéndolo por mí misma.
El hombre a mi lado es muy diferente de con quién que estuve anoche. Está
pensativo, callado, irritado. Siento que algo está mal y todo lo que puedo imaginar
es que ha tenido tiempo de pensar en ello y ahora se da cuenta que cometimos un
error.
Entonces, ¿por qué estoy aquí?
Salgo de mis pensamientos cuando Zander hace un giro brusco de la carretera
principal y se detiene frente a una especie de cabaña de troncos. Es bastante grande,
con toldos verdes en las ventanas y humo que sale de dos chimeneas. Los toldos
tienen algún tipo de logotipo, pero desde donde estamos estacionados, no los puedo
descifrar.
191
Vamos. Es todo lo que dice cuando sale del auto y camina hacia la puerta
principal. Lo miro fijamente, odiando que por segunda vez me diga qué hacer.
Inmediatamente quiero seguirlo, mientras que al mismo tiempo quiero saber dónde
diablos estamos y cuál es su problema.
Finalmente, salgo del auto y rodeo a algunos de los otros en el estacionamiento
para alcanzarlo. Me espera en los escalones con la puerta abierta. Al menos hay eso.
Cuando entro, me sorprende encontrar un puesto de anfitriona y un
restaurante completo en su interior. La madera tallada de forma ornamentada
parece ser el tema y las intrincadas piezas que adornan el interior son increíbles.
Unos pocos clientes se esparcen por el lugar y, sin embargo, parecen estar hablando
a través de las mesas como si se conocieran. Me vuelvo hacia Zander justo cuando
su sonrisa se extiende en su rostro hacia la dama que se acerca a nosotros.
Es tan ancha como alta, con el pelo plateado corto, y una sonrisa cálida ilumina
su rostro cuando reconoce a Zander.
Buenos días, Zander. Es bueno ver que la trajiste contigo esta vez dice con
un ligero acento que no puedo ubicar, pero estoy más preocupada por el
conocimiento de que ha estado aquí antes y que obviamente ha hablado de mí.
Hola, Lynn. Me convenciste… y el patio, por favor. La calidez en su voz
después de la frialdad que recibí en el auto me sorprende. Y odio que me resienta
un poco
Ella frunce el ceño por un momento y luego asiente.
Claro. Por supuesto. Por aquí.
Estoy un poco estupefacta mientras la seguimos a través del laberinto de
mesas, los clientes nos saludan con un gesto de la cabeza antes de entrar y subir una
pequeña escalera. Mientras tanto, capto fragmentos parciales de conversaciones
entre Lynn y Zander que no tienen sentido para mí, pero nuevamente esta cabaña al
azar en el bosque como restaurante no es realmente normal tampoco…
¿Hay aperturas hoy? pregunta Zander.
Ah, entonces esa es la razón por la que estás aquí arriba. Lynn se ríe
sacudiendo la cabeza . Simplemente no puedes dejar de lado esa necesidad, ¿eh?
Está en mi sangre. Su risa es sincera y la expresión de su rostro cuando lo
mira es de adoración. Ha estado aquí, qué, un mes entero y ya tiene mujeres
enamoradas de él.
Sin embargo, no es tan difícil.
Russell estará aquí a las once, si quieren los primeros lugares. Mira su reloj
mientras nos dirigimos a la parte superior de las escaleras.
192
Lo tomaremos. Y lo habitual para los dos, por favor.
Mi mandíbula cae, la boca se abre fácilmente cuando salgo a la habitación que
nos rodea. Sin embargo, no es realmente una habitación. Más como un patio cubierto
abierto por todos lados, los pinos al alcance de la mano si intentas tocarlos.
Me encuentro vagando por el espacio, completamente perdida en su belleza.
Aquí también hay mesas y sillas, pero son más el tipo de juegos cómodos para
actividades al aire libre con cojines grandes que se encuentran más abajo en el suelo.
Paso la mano por el respaldo de una silla y luego me subo a la barandilla, un tronco
barnizado y retorcido. El bosque se extiende delante de mí: pinos que crecen en un
paisaje irregular, un dosel de verde.
Y luego miro hacia abajo. Jadeo sorprendida y mi cabeza se marea. Desde la
entrada, la cabaña se ve como si estuviera en tierra firme. Desde donde estoy, parece
estar en el borde de un cañón, la colina se está cayendo, dando la sensación que estás
más de dos pisos arriba.
Es como una casa de árbol demasiado grande. Me doy la vuelta para ver
a Lynn mirándome con anticipación en su expresión.
Asiente, su suave sonrisa se ensancha.
Sabía que eras una chica inteligente dice con un guiño mientras mira hacia
donde Zander está moviendo un conjunto de sillas y mesas más cerca de una de las
rejas . Así se llama este lugar. La Casa del Árbol.
Algo en la distancia lejana hace sonar una campana en mi mente sobre el
nombre, algo de cuando llegué por primera vez a la isla y miré todos los folletos
para turistas en el ferry.
Ve, ponte cómoda dice mientras aprieta mi brazo . Iré por tu café y
desayuno.
No tenemos…
Zander ordenó por ti.
Oh. No hay mucho más que decir cuando la veo caminar de regreso hacia
las escaleras, no estoy segura si estoy molesta, o de acuerdo con el hecho de que
Zander se haya tomado la libertad.
Intento decirme que no es una cosa de control por su parte. Él no es Ethan,
quien ordenaba mi comida cuando salíamos con la excusa de ser un buen marido,
pero realmente quería asegurarse que no ganara más peso. Zander estaba siendo
amable.
Se podría decir, bueno, considerando que no me ha dicho una sola cosa más que
decirme que lo siga. Los nervios regresan ahora que Lynn se ha ido, y estamos solos. 193

Él está sentado en la silla de espaldas a mí, con los pies apoyados en la barandilla,
cuando me doy vuelta.
Me dirijo hacia donde está, miro hacia el bosque un poco más y luego me
hundo lentamente en la silla que ha movido para mí. Está en silencio, excepto por el
canto de los pájaros y el susurro de los árboles que nos rodean.
Nos sentamos por un tiempo, el abismo de incertidumbre aumenta con cada
segundo que pasa, independientemente de cuán pacífico sea todo. Y justo cuando
estoy a punto de decir algo, Lynn regresa con un mozo que lleva una bandeja.
¡Aquí está, ustedes dos! Café. Huevos y tocino. Pan tostado de masa
fermentada. Coloca los platos en la mesa pequeña entre nosotros, nos sirve un
poco de café, saca los cubiertos, las servilletas y los condimentos de la bandeja, y nos
instala.
Gracias decimos los dos al unísono, y cuando nuestros ojos se encuentran,
me doy cuenta que es la primera vez desde que salimos de la casa. Nos miramos a
los ojos, las palabras tácitas parpadean en su rostro y, sin embargo, no puedo leer
una sola de ellas.
Come antes que se enfríe dice finalmente, y cuando me alejo de su mirada,
me doy cuenta que Lynn se ha ido hace mucho tiempo y no tengo idea de cuánto
tiempo hemos mantenido este enfrentamiento visual.
La terraza se llena de sonidos, el roce de un tenedor en un plato, el ruido de un
cuchillo, el silbido de un café demasiado caliente que quema su lengua, pero el único
sonido que quiero escuchar no sucede. Su voz. Y aunque la comida es buena, no la
pruebo.
El silencio me carcome hasta que no puedo soportarlo más. Hay demasiadas
dudas. Siento que arruinamos las cosas durmiendo juntos la noche anterior. Y, sin
embargo, no creo que me gustaría evitarlo si pudiera. La forma en que me hizo sentir
era demasiado poderosa para querer que no sucediera por cómo me siento hoy.
Así que lo miro con furia mientras toma un bocado de pan tostado, un sorbo
de café, luego otro bocado de pan tostado, y mira a cualquier parte menos a mí.
¿Hay algún punto que estés tratando de demostrar con el tratamiento
silencioso y el estado de ánimo que tienes ahí? Porque si esta es tu forma de tratar
de hacerme olvidar mi cena con mi padre esta noche, te aseguro que no es la manera
de hacerlo. Y si no… si hay algo más que estás tratando de decirme, sería mucho
más fácil si lo pusieras todo sobre la mesa. Señalo la mesa entre nosotros. Estoy
irritada, herida, insegura, y los tres se escuchan alto y claro cuando todo lo que
quería hacer era sonar distante y confiada. 194

Los ojos de Zander brillan al encontrarse con los míos por encima del borde de
su taza de café, cierra los ojos, con el rostro inexpresivo, y luego sostiene mi mirada
mientras baja lentamente su taza y se inclina hacia atrás.
Y, por supuesto, ahora que mi coraje inicial se ha ido, las palabras lanzadas allí
sin ningún precursor, la duda atada por los nervios, se hacen cargo y empiezo a
cuestionar si debería haber mantenido la boca cerrada.
Su mirada inquebrantable y su silencio continuo me gritan que me explique.
Odio que quiera, que no quiera, pero esto de la mañana después es nuevo para mí y
no sé qué hacer o esperar.
Todo lo que sé es cómo me siento. Es un caos revuelto de deseo y necesidad,
temor de lo desconocido, inseguridad y confusión. Ya sé que he pasado por encima
de la línea imaginaria que está preparando para lo que sea que nosotros significó esa
noche en el restaurante italiano y, sin embargo, no sé cómo retirarme.
En un movimiento que no estoy segura si es inteligente o estúpido, pero es
estimulado por su mirada inquebrantable, lo intento de nuevo.
Mira, si crees que anoche fue un error… o estabas fingiendo como tú… oh,
simplemente no importa. Dirijo mi mirada hacia mis propios dedos jugueteando
con el mango de mi tenedor, odiando mi repentina incapacidad de unir palabras
para formar una oración coherente y mi falta de valor para respaldar mi pregunta
inicial.
Si vas a abrir la puerta, Getty, deberías caminar a través de ella. Hay un
tono de advertencia en su voz que me pone inquieta en mi asiento y me gustaría que
dejara que las cosas se desarrollaran como fueran a desarrollarse.
Pero ahora no puedo. Ahora tengo que terminar lo que empecé y no estoy tan
segura de querer hacerlo. Mi boca se seca repentinamente a medida que la
incertidumbre nubla cada onza de esperanza con la que me desperté esta mañana.
Yo solo… entiendo por qué… si yo no fuera… si te arrepientes de anoche…
eso es todo. Mis ojos pican con el rechazo resonando en mi tono.
¿Qué te da la impresión de que me arrepiento de algo? Sus ojos buscan los
míos y su voz me regaña de una manera que hace que cada parte de mi cuerpo preste
atención. Y no estoy muy segura de qué es lo que me atrae tanto de él, pero por más
que quiera apartar la vista, no puedo . ¿Y bien? El levantamiento de una ceja. El
tono sarcástico. Una mirada perezosa, pero más que deliberada por mi cuerpo y
luego de vuelta a mis ojos.
No es como si hubieras sido exactamente agradable esta mañana. Cuando
solo alza una ceja otra vez, diciéndome que continúe, lo hago . Unos pocos
195
gruñidos aquí y allá seguidos de órdenes de una sola palabra… el hombre de las
cavernas no es lo mío.
Estoy bastante seguro que sé qué es lo tuyo dice mientras una sonrisa se
dibuja en sus labios y viaja hasta sus ojos, pero luego desaparece tan rápido como
aparece. La fugaz aparición del hombre con el que me acosté la noche anterior me
parece tan confusa como el imbécil sin habla de esta mañana . Te lo advertí. Se
encoge de hombros . Soy malhumorado.
¿En serio? La excusa de Mander no va a funcionar conmigo en este momento.
Quiero decir… Respiro hondo y ruedo mis ojos, distraída momentáneamente por
un fuerte ruido en el piso sobre nosotros . ¿Era decir buenos días o concederme
más de dos palabras en el viaje hasta aquí tan difícil para ti?
Nos sentamos en silencio, con los ojos fijos. No estoy segura qué sucede para
causarlo, pero de repente su rostro se suaviza sutilmente y niega antes de mirar sus
dedos en su taza de café. Su voz es brusca cuando finalmente habla.
Estoy enojado contigo.
¿Qué? Me río con incredulidad, más confundida que nunca . ¿Qué
demonios hice?
Cuando mira hacia arriba, estoy asombrada por la repentina empatía en sus
ojos y la tímida sonrisa en sus labios. El borde duro de hace unos momentos se ha
ido. Despojado, desnudo. Este es el hombre que estuvo conmigo anoche. El que
todavía estoy tratando de averiguar, pero, lo que es más importante, sobre quien
quiero saber más.
Se lame el labio inferior y luego lo muerde mientras se recuesta en su silla y
sacude la cabeza. Hay una mirada de complicidad en sus ojos, como si quisiera que
entendiera algo que él mismo no comprende. La confusión batalla a través de sus
rasgos hermosos cuando me siento y espero a que resuelva lo que pesa tanto en sus
hombros.
Suelta un fuerte suspiro. Tira su servilleta sobre la mesa junto a su plato.
Nos estamos aventurando en un territorio desconocido para mí, Calcetines.
Inclino mi cabeza y parpadeo varias veces, tratando de entender lo que quiere
decir. Su brindis regresa a mi mente… porque la amistad entre sexos opuestos lleva a
amigos con beneficios y eso siempre termina en desastre, ¿y sabes qué, Getty? No quiero eso
contigo, así que solo digamos por nosotros , sea lo que sea que seamos…
¿Te refieres al territorio de siempre termina en desastre ?
Algo así dice con un movimiento de cabeza, pero sus ojos cuentan una
historia diferente que todavía no puedo leer. Tuerce los labios, baja los ojos por una 196

fracción de segundo antes de levantarlos de nuevo a los míos. Esta vez hay un poco
más de resolución en ellos . Cuando me fui de casa después de todo con Colton,
me prometí que de aquí en adelante viviría mi vida sin arrepentimientos. Que cada
paso que dé, cada decisión que tome, todo lo que haga, estará con eso como una
constante en mi mente. Entonces, Getty… Se desplaza hacia adelante en su
asiento, coloca los codos sobre la mesa para que estemos lo más cerca que podamos
con una mesa entre nosotros . Permíteme aclararme cuando digo que no me
arrepiento de nada de la noche anterior, y que siquiera lo pienses me molesta. Y la
forma en que habla, con voz profunda, pero tranquila y atenta, hace que cualquier
respuesta que tenga sea insignificante.
Oh. Es todo lo que puedo decir, considerando que deliberadamente
mantiene mi mirada como rehén con ese brillo divertido en sus ojos mientras se
acomoda en su silla.
Sí. Oh dice ambas palabras de una manera que hace que mi cuerpo se
ponga alerta y tome nota de todo acerca de él como si fuera la primera vez que
realmente lo miro.
Está sentado frente a mí, inclinado en la silla de modo que un codo queda
apoyado en el reposabrazos, con el brazo doblado y el dedo sobre su labio inferior.
Observo su línea de la mandíbula sin afeitar, el cabello oscuro oculto bajo el ala de
una gorra de béisbol de los Giants, la amplitud de sus hombros y la flexión de su
bíceps.
Maravillosamente guapo. Y tan malditamente bonito. El último pensamiento me
hace sonreír y me gana una ceja levantada preguntándome qué es tan gracioso. Pero
no respondo, porque estoy tan cautivada por sus dedos que pasan sobre su labio. Mi
mente recuerda inmediatamente cómo se sentían esos labios cuando se movían
contra los míos.
Y sobre mi piel.
¿Getty?
Levanto mis ojos para encontrarme con él otra vez y al instante el aire comienza
a cambiar. Se carga de electricidad. Se llena con una tensión subyacente que vibra a
nuestro alrededor. Mi pulso se acelera, mi cuerpo se vuelve inquieto.
Sus ojos aún conservan el indicio de irritación que han tenido desde que entró
en la casa, pero no hay duda que el deseo ahora los nubla también. Y a pesar de que
todavía estoy confundida en cuanto a por qué está enojado conmigo por aventurarse
en este territorio desconocido, no hay manera en el infierno que pueda negarle la
respuesta inmediata de mi cuerpo.
Nunca pensé que el deseo sexual pudiera ser tangible, pero Dios mío, en este 197
pequeño espacio de tiempo se siente como si me hubieran golpeado.
Continúa frotando su dedo de un lado a otro, un juego previo visual que estoy
bastante segura que es una burla deliberada para libido despertando. Estoy irritada
porque me pueda afectar tan rápido y al mismo tiempo me siento tan excitada que
tengo que apretar los muslos para aliviar el dolor que arde allí.
Determinada a hacerle saber que puedo jugar cualquier juego que quiera jugar,
muevo mi mirada de su boca a sus ojos. ¿Y esos ojos? Uf. La mirada que me dan,
como si quisiera limpiar la mesa, acostarme y devorarme, aquí y ahora mismo, hace
que mi aliento se vacíe en mi pecho.
Esto es todo por tu culpa, sabes. La censura en su tono está cargada de
sugerencias.
¿Mía? Me inclino hacia atrás y reflejo su postura, trato de parecer tan
despreocupada como él, cuando mi interior se siente como un cable vivo expuesto
. ¿Cómo es eso? Si vas a abrir la puerta, Zander, deberías caminar a través de ella.
Levanto mis cejas en desafío. Con un indicio de una sonrisa para reforzarlo.
Su risa es larga y baja, pero tiene una ventaja que no entiendo muy bien.
Se inclina hacia adelante, con los codos en las rodillas, los ojos enfocados en
sus dedos unidos entre sí hasta que se mueven para encontrarse con los míos.
Quise decir lo que dije anoche. Su voz está cargada de una sinceridad que
hace que mi corazón lata más rápido.
¿Qué cosa? Tengo que preguntar porque dijo tantas cosas. Hizo tantas
promesas.
Todos ellas.
Oh. Me muerdo el labio inferior entre mis dientes mientras trato de dar sentido
a esta conversación y los eventos de las últimas veinticuatro horas.
Entonces estás enojado conmigo porque…
Mira. Creo que tenemos que poner algunas reglas básicas, eso es todo. Se
levanta la gorra y se pasa una mano por el cabello antes de reclinarse en su asiento,
sin tener en cuenta la anterior conversación.
Oh. Bueno. Claro. Asiento, dispuesta a estar de acuerdo para así tal vez
evitar la incomodidad la próxima vez que tengamos sexo. E incluso ese pensamiento
se siente tan extraño para mí . ¿Reglas de juego? Como unos límites, ¿no?
pregunto, esperando el destello de sus ojos, ya que fue el que sobrepasó los límites
anteriores que habíamos establecido.
Sí, como ese tipo de límites. Toma un sorbo de café. Se toma su tiempo
para tragar. Mira la terraza abierta que nos rodea y luego mira hacia el techo cuando 198

hay otro ruido fuerte, antes de mirarme con una curiosidad reflejada en sus ojos .
¿Alguna vez has hecho algo de amigos con beneficios?
Mi risa está teñida de incredulidad.
Teniendo en cuenta que solo he estado contigo y con Ethan, no creo que
debas preguntar eso. La pausa en su movimiento es sutil, pero notable. Casi como
si la comprensión por mi falta de experiencia lo hubiera golpeado. Hablo rápido, sin
querer que piense demasiado al respecto . La pregunta es, ¿lo has hecho tú?
No importa si lo he hecho antes.
¿En serio? ¿Vas a decir eso y creer que no sé qué la respuesta es un rotundo
sí?
Mira, Getty. Deja escapar un suspiro de resignación . Vivimos juntos, por
lo que esto podría ser complicado. Pensé que tal vez si estableciéramos algún tipo
de reglas, ayudaría un poco.
¿Como límites de no pasar la noche? Me río por lo ridículo que suena, ya
que vivir en la misma casa lo hace imposible, y capto la irritación que se manifiesta
en sus rasgos.
Muy gracioso, Getty. Mi nombre es una reprimenda verbal de que habla
en serio y, si bien entiendo lo que dice, y con la advertencia, no puedo evitarlo. Es
casi como si me sintiera aliviada al saber que no hay arrepentimiento, sin duda, de
su parte, sino más bien una necesidad de evitar que ocurra el desastre.
Y he tenido suficientes desastres hasta ahora, así que estoy a favor.
¿Así que por eso has sido un imbécil? ¿No podrías haber dicho Oye,
necesitamos hablar cuando entraste en la cocina esta mañana, en lugar de darme el
tratamiento silencioso mientras me traías hasta aquí?
No.
¿No?
Estoy aquí porque no podía sentarme en la casa. Sus ojos están enfocados
en sus manos y me gustaría que me mirara para poder ver lo que no está diciendo.
¿Por qué?
Porque no puedo sacarte de mi maldita cabeza. Lo masculla como si fuera
una maldición y cada parte de mí se hunde de alivio ante el rotundo cumplido.
Sabiendo que el sentimiento es mutuo porque todo lo que estaba haciendo parada
en la cocina era pensar en él.
Pero, ¿qué tiene eso que ver con traerme aquí?
Levanta el rostro y la intensidad en sus ojos cuando se encuentran con los míos 199
es inquebrantable.
Porque no quiero desearte tanto como lo hago, pero lo hago… y si nos
hubiéramos quedado en la casa, entonces estoy bastante seguro que habría hecho
exactamente lo que quería hacer cuando te vi en la cocina.
La respuesta de su lengua no responde a nada y, sin embargo, hace que mi
pulso comience a acelerarse por su implicación.
¿Qué querías hacer?
El hambre en sus ojos prácticamente responde la pregunta por él.
Follarte, Getty. Cada palabra suena como si un hilo de su autocontrol se
estuviera rompiendo. Su cuerpo está tenso, las manos empuñadas . Doblarte sobre
el borde de la barra de la cocina y cumplir una de esas muchas promesas que te hice
anoche.
Oh. Ese dolor está de vuelta, el calor líquido se extiende a través de mi
núcleo con sus palabras explícitas, que me excitan de una forma que nunca imaginé
que pudieran.
Sí. Oh repite mientras me quedo sin palabras . Y estamos aquí porque
necesitábamos hablar y no podía hablar allí en la casa donde había tantos lugares
convenientes para acostarte.
Mi respiración se acelera y mi boca se seca repentinamente cuando hace justo
lo que pedí, dejarlo todo sobre la mesa. Me gustaría que me dejara en la mesa. Lucho
contra la sonrisa, la sensación vertiginosa revoloteando a través de mí al ser deseada
y necesitada corriendo justo al lado de la lujuria que lentamente consume mis
pensamientos.
¿Y los viajes por carretera lo solucionan? pregunto tímidamente, mi
confianza reaparece de repente ahora que siento que el poder ha cambiado y que es
un campo de juego más parejo.
Pensé que lo haría dice mientras mueve bruscamente la mesa entre
nosotros hacia la izquierda y luego se acerca a mi silla, deslizándola para que mis
rodillas encajen entre las suyas. Dejo escapar un grito de sorpresa ante la acción
inesperada, pero antes que pueda recuperar el aliento, su rostro está a centímetros
del mío, ambas manos en mis muslos, y sus ojos se oscurecen con lujuria.
¿Y? susurro.
Me equivoqué. Su beso es suave y tierno, pero puedo sentir el borde
violento del deseo justo debajo de su control silencioso. Cierro los ojos y me dejo
caer en el beso; el sabor del café en sus labios, el raspar de su barba en mi piel, los
sonidos del bosque que nos rodea, y me doy cuenta que se escapó esta mañana
200
porque está luchando contra el jalón que ya me ha enrollado y me ha agarrado.
Puede que no tenga mucha experiencia con los hombres, pero después de
observar a Ethan constantemente durante tantos años, soy lo suficientemente
observadora como para ver a un hombre que vadea las aguas que considera
traidoras.
La maldita ráfaga blanca.
Rompe nuestro beso con una carcajada, apoya su frente contra la mía y solo
respira.
Entonces, límites, ¿eh? Siento que su boca se curva en una sonrisa contra
la mía . ¿Cómo funciona eso para ti?
Lanza su cabeza hacia atrás, su risa más profunda y más rica esta vez, y me
siento un poco más tranquila después de esta incómoda danza de tratar de restar
importancia a las circunstancias y, sin embargo, poseer la atracción entre nosotros.
Eres un poco…
Estamos listos para ustedes resuena una voz desde la puerta,
sorprendiéndonos y atrayendo mi atención a un tipo corpulento. Observo su camisa
a cuadros, vaqueros desgastados y barba tupida antes de notar que está hablando
con Zander y conmigo.
Hola, Russ. Zander se levanta con mi mano en la suya, lo que me impulsa
a levantarme también . Justo a tiempo.
No por lo que puedo notar dice con una risa resonante antes de dar la
espalda y desaparecer en la escalera.
Vamos dice Zander con una sonrisa reservada y una chispa en sus ojos
que me deja más que curiosa sobre lo que él y este misterioso hombre de las
montañas están hablando.
¿Qué sucede…?
Zander se da vuelta y coloca un dedo en mis labios para tranquilizarme.
Nada de preguntas, Calcetines. Puedes darme las gracias más tarde. Sigue
subiendo el tramo de escaleras con un salto visible a su paso.
Cuando despejamos el rellano, De ninguna manera en el infierno se me sale
de la boca, mis piernas ya se están retirando por la dirección en que vinimos
mientras asimilo lo que tengo ante mí. Pero Zander está preparado y toma mi mano
para mantenerme en una especie de plataforma.
Y a pesar de que estoy luchando físicamente contra él, mi mente rechaza el para
qué se usan el artilugio y el equipo a mi alrededor, es su risa la que más fuerte hace
eco en mi mente. Despreocupada. Emocionada. Atrevida. 201

Has dado saltos más aterradores antes. Esto es pan comido. Las palabras
me sacan de la pelea. Su tono uniforme y alentador me dice que se refiere a cómo
llegué a estar en PineRidge.
Con sus manos firmes en mis brazos, sujetándolos a mis costados para que no
pueda retroceder, observo todo lo que me rodea. Los gruesos cables metálicos y el
sistema de poleas desapareciendo en la distancia. Los dos arneses colocados sobre
las tablas de madera del patio. Los cascos al lado de ellos. La brecha en la barandilla
con el tablón extendiéndose más allá de esta.
¿Cómo diablos no noté la tirolesa cuando estaba abajo? Obviamente, estaba tan
fascinada con la increíble vista y la sensación de inquietud entre Zander y yo que lo
pasé por alto.
Getty. La voz de Zander me hace retroceder . Has saltado antes. Esta vez,
sin embargo, tendrás una cuerda y un arnés. Asiente, con los ojos fijos en los míos.
Pero… yo… Pensamientos. Miedos Alturas. El último de los cuales causa
un terror profundo ante la idea de saltar de cabeza al aire conectada solo a un cable
para evitar que caiga en picada hacia mi muerte . No puedo… solo. Mis ojos
parpadean rápidamente mientras trato de procesar esto, cuando sus manos pasan
de mis brazos a mis mejillas.
Sí puedes. Dobla las rodillas para que estemos al nivel de los ojos, iguales y
continúa . Vine aquí necesitando una de las constantes en mi vida: la adrenalina.
Algo para asentarme y aclarar mi cabeza, porque se está poniendo todo confuso. ¿Y
tú? Has dejado tu antigua vida atrás, has saltado sin mirar, y creo que antes que te
enfrentes a tu padre esta noche, también necesitas algo para plantar tus pies en tierra.
Algo para recordarte que hiciste esto por tu cuenta, comenzaste una nueva vida a tu
manera y que no eres la mujer que tu padre o Ethan pensaban que eras. Eres fuerte.
Y hermosa. Y valiente. Tal vez hacer esto te ayude a verlo.
Las lágrimas borran mi visión. Mi labio inferior tiembla. Sus palabras se
arraigan en mi alma y se envuelven alrededor de mi corazón sanándose. Y por
mucho que quiera rechazar lo que dice, todo eso, también escucho cada palabra.
Sin arrepentimientos susurra.
La sonrisa nerviosa que se extiende lentamente en mis labios se refleja en la
suya. Asiento sutilmente, sin querer estar de acuerdo con él, pero dándome cuenta
que quiero vivir esta nueva vida sin arrepentimientos, como él lo hace. Quiero ser
espontánea, superar mi nivel de comodidad y ser dueña de mis miedos. Y tiene toda
la razón: ¿qué mejor momento para probármelo a mí misma que aquí mismo, ahora
mismo, el día en que debo enfrentar todo lo que nunca quiero volver a ser?
202
¿No crees que deberías haberme dicho esto antes de desayunar? pregunto
con una risa nerviosa, con los ojos abiertos, y sin vergüenza de intentar retrasarlo.
Te sostendré el cabello si vomitas. Guiña un ojo, su sonrisa ensanchándose
mientras sacude su cabeza de un lado a otro . ¿Qué dices, Calcetines?
¿Y cómo puedo resistir eso?
Está bien estoy de acuerdo, seguido de una respiración inestable . Sin
arrepentimientos.
Ahí está mi chica dice con un destello de sonrisa que ilumina su rostro, y
aunque debería caerme de culo por su pura belleza, son las palabras que dijo las que
me hicieron saltar el corazón. Mi chica.
¿Todo listo? Russell pregunta mientras da un paso adelante y rompe el
momento.
Después de contarnos los pormenores, y firmar la renuncia a nuestras vidas, lo
cual no estoy segura que realmente importe porque ¿cómo puedes demandar
cuando estás muerto? Estamos atados a nuestros arneses y cascos. Me dieron el
curso de tirolesa de cinco niveles: vas de una plataforma a otra, cinco veces, hasta
llegar al fondo del cañón.
Entonces dice Russell mientras da una palmada y se frota las manos ,
Doug está en el otro extremo esperándote.
Tal vez no lo haya asimilado todavía, pero cuando dice esas palabras, seguido
de su sonrisa de suficiencia, puedo sentir mi estómago dando un vuelco. Pensé que
estaba bien con esto después del resumen de seguridad. Realmente lo pensé.
Escuché a Zander reírse mientras contaba algunas historias divertidas sobre algunas
de sus experiencias previas en tirolesa. Me hicieron sentir lo suficientemente
cómoda; incluso opté por ir primero después de mucho debate interno. Me conozco
lo suficiente como para saber que, si fuera segunda, probablemente no saldría de la
plataforma sin Zander detrás de mí.
Los nervios regresan. Mis manos tiemblan, y mis piernas prueban mi peso
contra el grueso cable al que estoy atada, mientras cuestiono mi cordura. Me niego
a apartar la vista de Zander para mirar hacia el valle del bosque sobre el que estoy a
un paso del borde de la terraza.
Vamos, Calcetines. Sabes que el primer paso es siempre el más difícil.
El latido de mi corazón es fuerte en mis oídos. La piel de gallina cubre mi piel,
pinchazos de conciencia de que estoy viva. Mis rodillas se sienten como de goma.
Pero es la sonrisa tranquilizadora de Zander y la creencia en mí que brilla en sus ojos
lo que me hace girar para enfrentar mi miedo. 203

El valle se extiende ante mí en un lienzo pintado de verdes y marrones. El cable


va desde arriba de mi cabeza hasta una plataforma que apenas puedo ver en la
distancia. Es impresionante. Es aterrador.
No mires directamente hacia abajo.
Mi exhalación lenta y deliberada, como un audible coraje, llena el espacio que
nos rodea mientras me convenzo de esto y doy el último paso hacia adelante, con
los dedos de los pies posados en el borde. Escucho el ruido del arnés de Zander un
segundo antes que sus manos me aprieten los hombros.
Déjate ir, Getty. Solo salta.
Solo salta. Las palabras se repiten en mi mente, su significado abarca todo sobre
mi nueva vida como Getty Caster.
Y sobre cómo quiero seguir viviendo.
Cierro los ojos, inhalo de manera calmante, si existe algo así, respiro, doy el
primer paso al aire vacío… y solo salto.
Capítul o21
GETTY

Solo salta.
Nunca olvidaré las sensaciones. El vuelco de mi estómago. El viento en mi cara.
El silencio helado cuando intenté gritar, seguido por el sonido de mi risa. La
sensación de volar. Luego, el obvio orgullo en la cara de Zander cuando vino detrás
unos minutos más tarde para verme parada allí, sonriendo de oreja a oreja, y
gritándole que no podía esperar para bajar la siguiente línea.
Mi reflejo en el espejo muestra lo viva que me sentí hoy. Cómo después del
increíble sexo de anoche y el comienzo rocoso de esta mañana, este día resultó ser
uno que nunca olvidaré. 204

Y odio que ahora pueda verse empañado por la cena con mi padre.
Todavía tengo casi dos horas, pero intento perderme en los preparativos,
tratando de pensar más en eso mientras me preparo para Zander, que en ver a mi
padre. Lo hace todo un poco más tolerable.
El golpe en la puerta de mi habitación me asusta. Parece tan extraño tener las
puertas cerradas y la privacidad, como si fuéramos compañeros de cuarto cuando
ya nos hemos visto desnudos. Pero al mismo tiempo, todavía tenemos que descubrir
todo el contexto de lo que sea que tenemos y así, el tiempo para mí sola es apreciado.
Adelante.
Zander abre la puerta y entra en la habitación, con los ojos paseando
perezosamente por mis piernas desnudas, donde mi túnica se ha abierto antes de
que encuentre mi mirada. Esa sonrisa a medias está en sus labios y maldita sea si
algunas partes de mí no reaccionan de inmediato.
Se acerca al tocador y baja su celular.
Necesitas llamar a tu padre y hacerle saber que su auto no tendrá que
recogernos. Nos encontraremos con él en Piedmont en su lugar. Nuestros ojos se
encuentran y le pregunto en silencio . No eres ella nunca más. Obediente.
Complaciente. Eres Getty Caster. Tú estableces tus propios términos. No tu padre.
Respirando profundamente, me pregunto si tiene alguna idea de que esta es la
primera vez que alguien me ha ordenado que haga algo con mi propio bien en
mente. Parece tan tonto, pero significa mucho.
¿Cómo…?
Es una ciudad pequeña, Getty. La gente habla. Todo lo que necesité fue hacer
una llamada a mi nueva amiga Mable para obtener los chismes de la ciudad sobre el
hombre evidentemente adinerado que se alojó en el PineRidge Inn la noche anterior.
Cómo su chofer le preguntó al empleado de la estación de servicio las direcciones al
restaurante. Y cómo se quejó por el bajo número de hilos de las sábanas, entre otras
cosas, y la falta de máquinas Nespresso en cada habitación. Pone los ojos en
blanco . Los autos con conductores son raros aquí y sobresalen como un pulgar
adolorido.
Claro. Todavía no estoy acostumbrada al todos conocen tus asuntos. Niego,
más por el elitismo de mi padre que por cualquier otra cosa.
Lo sé, pero lo utilizaremos en nuestra ventaja esta noche. Todos aquí
suponen que estamos saliendo, así que prepárate para que tu padre piense lo mismo.
205
Está bien. No estoy segura de por qué me molestan esas frases, pero me
encojo de hombros, me muevo en mi asiento y tomo mi teléfono.
No. Usa el mío. A menos que quieras que tenga tu número de teléfono.
Me congelo momentáneamente, entendiendo las implicaciones de lo que está
diciendo, el posible rastreo de mi teléfono, antes de sentarme lentamente y tomar su
teléfono.

Con un suspiro fortificante y la mano de Zander firmemente envuelta


alrededor de la mía, entramos al restaurante. Me concentro en recordar la reacción
de Zander cuando entré en la sala antes, en lugar de reconocer los nervios que
zumban en mi sistema.
Su rápida inhalación. El ensanchamiento de sus ojos. El silbido que emitió. Las
tres crearon una reacción de confianza que necesitaba para hacer esto.
Es inquietante para mí entrar en el restaurante más caro de la isla con el aspecto
de la mujer que solía ser: el cabello en un moño, el maquillaje de esposa perfecta,
usando un vestido de corte clásico más caro que el alquiler de la mayoría de las
personas, cuando no soy así ahora.
Echo un vistazo a Zander para tranquilizarme; es extraño ver su cabello
peinado cuando estoy acostumbrada a que esté despeinado, con su rostro liso
cuando a veces pasa días sin afeitarse, su camisa con botones y sus pantalones caqui
cuando suele llevar pantalones cortos de gimnasia o vaqueros y una camiseta. Y
aunque me gusta esta versión de él, me gusta como se ve normalmente.
Aquí vamos murmuro mientras la anfitriona nos lleva a una mesa al otro
lado del abarrotado restaurante. Son, por mucho, los mejores asientos del lugar con
la mesa apoyada contra la pared de vidrio que da al océano. Mi padre se sienta con
la cabeza inclinada hacia abajo, la atención puesta en su teléfono celular, una botella
de vino ya abierta y las mesas que le rodean están desprovistas de clientes. No tengo
dudas que engrasó fuertemente algunas manos para asegurarse que permanezca así
durante nuestra cena.
Estamos a diez pasos de la mesa cuando levanta su cabello plateado y se
encuentra con mis ojos. Y hay un momento, bastante breve, pero está ahí, cuando se
sobresalta de sorpresa y entrecierra los ojos ante el inesperado invitado a mi lado.
Entre el despido de su conductor antes y ahora la presencia de Zander, sé que ya
está irritado conmigo. El disgusto es dueño de su expresión cuando vuelve su 206
mirada hacia mí, esa sutil burla que conozco demasiado bien, adornando su boca.
Gertrude dice después de aclararse la garganta mientras se pone de pie,
siempre el caballero educado.
Padre. Asiento y reprimo el comentario en mi lengua, para que me llame
Getty. Porque por mucho que quiera que reconozca mi nuevo yo, tampoco quiero
tener el recuerdo de su voz diciendo mi apodo en ese tono de absoluto desdén como
lo hace con mi nombre de nacimiento.
Odio que, por una fracción de segundo, todavía quiera que sea el padre que
recuerdo que era cuando era una niña. Sonriente. Mimoso. Cuidadoso. Pero eso fue
antes que mi madre muriera y creo que estoy recordando incluso esos momentos a
través de los ojos de una niña que desea el amor incondicional de su padre.
Desesperada por su cariño.
Cuando realmente lo miro de cerca, su mano haciéndome un gesto para que
tome asiento sin acercarse para abrazarme después que no me ha visto durante
meses, una pequeña parte de mí muere, una que odié de todos modos por querer
ese gesto de él.
Puedes irte ahora le dice a Zander con un movimiento indiferente de su
muñeca y sin siquiera mirarlo . Por favor, Gertrude, toma asiento.
Mis labios se tensan y antes que pueda obtener una respuesta aceptable para
el formidable Damon Caster, Zander responde por mí.
Zander Donavan. Extiende su mano sobre la mesa en una oferta abierta
para estrechar su mano . Y gracias, pero me quedaré a cenar.
Mi padre mira la mano de Zander y luego vuelve a sus ojos mientras tienen
una batalla silenciosa por el control de la situación. A medida que los segundos se
extienden, mi corazón late como un tren de carga. Mi cuerpo está tan lleno de
adrenalina que tengo que juntar las manos para evitar que se produzcan temblores.
Sentándose sin estrechar la mano de Zander o decir una palabra más, mi padre
hace un espectáculo de agitar bruscamente su servilleta y colocarla en su regazo.
Zander se da vuelta y coloca su mano en mi espalda, un simple gesto de calidez
cuando me lleva a la silla que está más alejada de mi padre. Cuando paso junto a él
para sentarme, hacemos un contacto visual breve, pero tranquilizador. Su sonrisa es
alentadora cuando dice:
Solo salta. Y acojo con satisfacción ese sutil recordatorio de que, de hecho,
puedo enfrentar mis miedos.
Cuando miro a mi padre, está dirigiendo su mirada únicamente hacia mí.
Gracias a Dios que todavía sabes cómo vestirte como una dama. Temía que 207
hubieras perdido todo el sentido de la clase y tu responsabilidad de mantener el
nombre de los Caster cuando te vi en ese traje vergonzoso ayer, Gertrude.
Bueno, si alguien no hubiera manipulado mis cuentas, no habría necesidad
de tener un trabajo que requiera un uniforme… Me encojo de hombros,
encontrando fuerzas para defenderme con cada palabra. Debajo del mantel, la mano
de Zander se apoya en mi rodilla y se aprieta ligeramente en un silencioso apoyo.
Oye, me gustan los calcetines dice Zander con una sonrisa, mirando a mi
padre con un levantamiento de sus hombros sin vergüenza, antes que vuelva su
mirada a la mía. Y luego, sin preámbulos, se inclina y planta sin reparos un beso en
mis labios. Es un simple roce de labios, pero la declaración hace que sea un fuerte
golpe.
Gertrude. La aguda advertencia de mi padre resuena en la habitación.
Hemos estado aquí no más de cinco minutos y su temperamento ya ha salido a la
superficie: el zumbido de la conversación en el restaurante se detiene, los tenedores
que raspan los platos cesan y el aire incómodo que nos rodea aumenta de tensión.
Y mientras todos los demás a su alrededor pueden sentir la rabia subyacente e
implacable en mi padre, incluyéndome a mí, Zander combate la sonrisa sarcástica que
juega en las comisuras de su boca.
¿Hay algún problema, señor? La voz de Zander suena completamente
inocente, pero la elevación de su ceja y la tensión en su mandíbula dicen: pruébeme,
no tengo ningún problema en hacer una escena.
Mi padre se niega a reconocer a Zander, o las palabras que ha dicho.
¿Cómo te atreves a dejar que este mono grasoso te toque cuando eres una
mujer casada?
En ese momento, soy transportada rápidamente a mi adolescencia. A las
interminables críticas sobre quién era y con quién no tenía permitido salir. A los
amigos genuinos que perdí, que fueron reemplazados por cascarones de niños
complacientes de sus padres que temían ser ellos mismos. Temerosos de salir de sus
líneas cuidadosamente construidas. Y estoy tan inquieta y nerviosa que no tengo la
cabeza lo suficientemente clara como para preguntarme por qué se refirió a Zander
como un mono grasoso, porque las lágrimas queman en mi garganta, sus palabras
resuenan en mis oídos y los dedos de Zander se tensan en mi pierna
Pero no es hasta que muestra esa insinuación de una sonrisa en sus labios… la
que he visto en innumerables ocasiones mientras se preparaba para arruinar a un
competidor y sellar el trato a través de algún tipo de medio inescrupuloso… que
recupero mi coraje. La distancia es la única razón por la que puedo reconocerla ahora. La
única forma en que puedo ver de una vez por todas que el hombre que debía besar
mis rasguños y sostener mi mano a través de la muerte de mi madre estaba más 208

interesado en la manipulación y su éxito.


Duele como una perra. La verdad a menudo lo hace. Y he sabido esto, pero
creo que cuando veo la sonrisa que he visto en innumerables ocasiones de él,
realmente caigo en cuenta.
Así que me aferro fuerte al conocimiento. Empujo hacia abajo el dolor que
reaparece. Y uso ambos a mi favor.
No estoy casada, padre. Puedo hacer lo que me plazca con quien me plazca.
Mi voz es suave, pero segura a pesar de lo que se siente como una bola de boliche
presionando mi pecho.
Los Caster no se divorcian, Gertrude.
Me estremezco ante el mantra que he escuchado innumerables veces. La
obligación que lanzó a mi cara la única vez que lo confronté por la crueldad de
Ethan.
Te equivocas. Esta Caster lo hizo.
“hí es donde te equivocas. Ethan todavía te ama…
¿Amor? En este punto estoy prácticamente gritando. Mi mente se revuelve,
tratando de recordar cualquier onza de emoción durante mi matrimonio.
Sí. Te ama y por lo tanto no firmará el papeleo. Tu matrimonio no ha
terminado. Él y yo hablamos y llegamos a un acuerdo. Te dejamos tener este respiro
antes de venir a recogerte. Pero ahora tus vacaciones se acabaron. Es hora de volver
a casa.
El calor se precipita sobre mí. Sus palabras se sienten como un cuchillo
raspando mi piel. Los recuerdos de todas las formas en que mi padre ejercería su
control asfixiante empezaron a desvanecerse en el tiempo que estuve fuera. Ahora
me acuerdo de cómo debe tener el control sobre todo en su vida. Personas incluidas.
Su hija especialmente.
Mis manos se meten en mi servilleta.
¿Un acuerdo? Siento que la ira me dificulta concentrarme en el tema que
nos ocupa sin soltar todas las cosas malas que han ocurrido . Mi vida no es un
acuerdo. No es algo que Ethan y tú pueden discutir y negociar mientras yo me quedo
en silencio. Mi matrimonio, por otro lado, fue un acuerdo. Uno entre Ethan y yo, y
francamente, no es de tu incumbencia. Está terminado, muerto, acabado; te guste o
no a ti y a Ethan. Presenté una solicitud de fallo hace más de un mes cuando se negó
a aceptar el papeleo, como es mi derecho. El divorcio finalizará así lo firme, o no.
Mi padre se burla ante mi tono y pone sus ojos en blanco despectivamente.
209
Debería estar acostumbrada a su descarado desprecio, y tal vez antes lo hubiera
dejado pasar, pero no ahora. No la nueva Getty Caster.
Y no habrá que recogerme. No soy un perro callejero o una niña indefensa. Soy
una mujer adulta que has controlado durante demasiado tiempo, y eso se detiene
ahora. Tengo derecho a irme o quedarme o hacer lo que me plazca. Ni tú ni Ethan
me poseen.
Se toma su tiempo bebiendo su vino, haciendo rodar el líquido en su lengua
para ocultar su furia por mi inesperada desobediencia.
¿No has deshonrado a esta familia lo suficiente?
¿Deshonrado? susurro enojada . La mitad de todos los matrimonios
terminan en divorcio. Caster o no. Me duelen los hombros, la tensión tan fuerte
en ellos me hace doler la cabeza.
Has mostrado tu punto de vista, Gertrude. Resopla un suspiro, el sonido
tan lleno de desdén que se siente como si estuviera cubriendo mi piel.
¿Mi punto? me burlo . Sé que elegiste venir a un lugar público para
mantener lo dramático al mínimo. Para tratar de controlar la situación. Pensando que
no me atrevería a llamar la atención levantando la voz, porque las damas de sociedad
no causan escenas, ¿verdad, Gertrude? —me burlo de su tono, imito sus expresiones,
las que he memorizado durante mi vida.
Estás actuando como una niña mimada. Es hora de que dejes esta farsa de
ser la señorita independiente y regreses con tu familia.
No.
No. Me. Pongas. A. Prueba. Gertrude.
Los dedos de Zander se tensan en mi pierna ante el sonido de la insinuada
amenaza de mi padre.
¿O qué? Mi voz es tan uniforme y rencorosa como la suya. Ya me he
sorprendido por la convicción con la que hablo con mi padre.
Con la sincronización perfecta, el camarero aparece y pone las ensaladas frente
a nosotros.
Gracias dice mi padre rígidamente, aunque por la expresión en su rostro
y por sus tensos gestos, está claro que pensó que aceptaría sus demandas sin mucha
pelea.
“h… ¿déjame adivinar? ¿El caballero ya ordenó por todos? dice Zander
sarcásticamente, notando algo que mi mente dispersa ha pasado por alto.
210
Sí dice el camarero con cautela, sus ojos mirándonos a cada uno de
nosotros, notando la obvia tensión en nuestra mesa.
Control en su máxima expresión dice Zander con una risa y sacudiendo la
cabeza, dirigiendo un desafío a mi padre con su mirada. Puede que sea una bola de
nervios, pero hay algo reconfortante, casi un alivio, en saber que no soy la única
discutiendo cara a cara con mi padre esta noche. No estoy sola. Y no puedo recordar
la última vez que no me sentí como si estuviera sola.
Tal vez desde que murió mi madre.
Mi temblorosa inhalación pasa desapercibida porque Zander, sintiendo que ha
expresado su punto de vista, se vuelve hacia el camarero.
Gracias. Tomaremos las ensaladas, pero puede cancelar los platos
principales. Resultó algo inesperadamente y no nos quedaremos el tiempo suficiente
para comer.
El camarero asiente y se aleja rápidamente mientras Zander le devuelve la
mirada a mi padre.
Debe ser devastador no conocer a su hija. Pero, de nuevo, creo que nunca se
tomó el tiempo para verla realmente. Más bien, la usó como un peón para asegurar
el futuro de su imperio. Mi padre dirige toda su atención hacia Zander por
primera vez. La vena en su cuello está abultada, su mandíbula está apretada y sus
ojos arden con un vitriolo que no recuerdo haber visto nunca. Zander ríe largo y
bajo . Oh, sí. He investigado sobre usted, Damon. Se inclina sobre la mesa y baja
la voz como si estuviera contando un secreto.
Mis ojos deben estar tan amplios como los de mi padre, en reacción a ver este
nuevo lado calculador de Zander, y, además, sabiendo que en algún momento entre
ahora y el regreso a casa desde la tirolesa, investigó a mi padre.
Google es una cosa maravillosa, ¿no? Leí todo sobre los contratos
gubernamentales multimillonarios que se le adjudicaron una vez que se fusionó con
la compañía de Ethan. Debes ser un padre tremendo para intercambiar su éxito por
la felicidad de su hija.
Hijo de puta…
Vi las páginas de sociedad, Damon. Las fotos de su boda perfecta, de libro
de cuentos, a la que asistieron todos los capitanes de la industria. Cómo volaron los
rumores de que las manos estaban engrasadas y…
Joven, no sabes con quién te estás metiendo. Mi padre escupe la amenaza,
pero Zander lo mira sin inmutarse con una arrogante sonrisa en sus labios. Mi
corazón late y mi cabeza da vueltas. ¿Cuándo Zander descubrió todo esto y cómo 211
no lo supe?
Estabas controlada, Getty. Así es cómo. Cuando vives en una burbuja, el que
controla la cantidad de jabón también puede restringir el tamaño de la burbuja a tu
alrededor y lo que contiene.
Estoy muy agradecida porque Zander esté aquí y más que asombrada por lo
duro que está luchando en una batalla que no es ni suya para pelear. Enlazo mi mano
con la suya, entrelazando los dedos, mientras continúa.
Sé exactamente con quién estoy tratando. ¿Crees que estoy asustado? ¿Crees
que este mono grasoso te tiene miedo? Sí, me di cuenta que estabas al otro lado de la
calle mientras trabajaba en el auto el otro día.
Sus palabras conectan los puntos para mí. Sin embargo, estoy demasiado
fascinada al ver a Zander defenderme de una manera que nadie antes ha
reaccionado ante las revelaciones. En cierto modo, nunca he visto a nadie enfrentarse
a mi padre.
¿Cómo se siente tener que sentarse detrás de las ventanas tintadas de tu auto
urbano estacionado en la calle de tu hija para averiguar sobre su vida? Pero si me
preguntas mi opinión, no estoy realmente seguro que te importe. Te has lavado las
manos de su bienestar durante años, entonces, ¿por qué cambiar ahora? Ahhhh, pero
la estabas controlando en esos años, ¿verdad? Y ahora no lo haces. Así que te sentaste
allí y observaste la casa desgastada y el hombre sucio debajo del capó de un auto e
hiciste suposiciones para poder juzgarla mejor. No tienes ni idea de lo que ha
pasado. Pero supongo que no debería esperar menos de ti, ¿verdad? Ella es solo el
daño colateral en tu imperio, y que ni se atreva a luchar por sí misma por una vez,
porque podría dejar una mancha en tu prístina reputación. El silencio desciende
alrededor de la mesa. Una tensión tan gruesa que podría cortarse con un cuchillo.
Ambos hombres están congelados en un silencio.
Mi padre lo rompe primero, esforzándose por obtener la ventaja en una
situación que claramente no controla.
No me voy a sentar aquí a escuchar tu inmadura e infundada porquería por
más tiempo. Mi padre tira su servilleta, es la imagen de la furia nerviosa. Y no creo
que haya visto a nadie afectarlo tanto como Zander . Levántate, Gertrude.
Empuja su silla hacia atrás, donde se estrella contra la pared detrás de él mientras
levanta la mano para llamar al camarero.
¿Qué? El reflejo me tiene diciendo la palabra. La conmoción me hizo
levantarme sin que me diera cuenta que estaba siguiendo sus órdenes. Más bien,
estoy tan estupefacta por su audacia al pensar que querría ir con él incluso ahora.
Es hora de ir a empacar tus cosas y llevarte de regreso a casa, donde
212
perteneces masculla las palabras, su temperamento tan cerca de romperse que
todo lo que puedo hacer es mirarlo con los ojos abiertos.
Entonces la risa de Zander resuena en el restaurante. Burlona. Sarcástica. Un
audible vete a la mierda.
Ella no va a ninguna parte. Las palabras se expresan con una lentitud
medida. Su tono es helado.
Tú. No. La. Controlas. Los cubiertos de la mesa vibran cuando mi padre
usa su dedo para golpear la parte superior con cada palabra que escupe. Sus
hombros están cuadrados y el cuerpo estirado a toda su altura mientras mira a
Zander, quien está inclinado hacia atrás en su silla.
Zander muestra una sonrisa burlona, pero sus ojos son muy serios cuando se
levanta, ahora claramente en una ventaja de altura. Se inclina hacia delante, su voz
tranquila, pero poderosa.
Tampoco. Tú.
Mi padre me mira, presionando la mandíbula, antes de volver su mirada a la
mía.
Tienes un corazón suave, Gertrude, y en este mundo cruel, es una gran
debilidad. Caer con este hombre es una prueba de ello. Se aprovechará de ti y
llegarás corriendo a casa, con la cola entre las piernas. No tengo duda.
Mis ojos arden. Mi corazón duele. Mi cabeza da vueltas.
Tener un corazón suave en este mundo cruel es valiente. No es una debilidad.
Pero no sabrías nada acerca de la valentía, ¿verdad? Y sin decir una palabra más,
Zander une su mano con la mía y salimos juntos del restaurante.
Esto no ha terminado dice mi padre a nuestras espaldas.
Pero lo único que puedo pensar es que terminó hace tiempo.

213
Capítul o22
GETTY

El martilleo comienza antes de que me quite el maquillaje. Resuenan, fuertes


golpes hacen eco en la casa y se sienten sorprendentemente similares a la forma en
que las palabras mi padre se sintieron cuando las pronunció. Impactantes.
Implacables. Dañinas.
Y por mucho que quiera ir y preguntarle a Zander por qué, en este momento
de todos los momentos, está trabajando en la terraza, no lo hago. Necesito un
momento para mí. Es hora de descomprimir.
Sentándome frente a mi tocador, me miro al espejo y repaso los
acontecimientos del día. Despertarme saciada y sentirme increíble. La mañana de la 214
discordia. Las confesiones de Zander en La Casa del Árbol. La tirolesa. Solo salta. Su
voz llena mi memoria y un rastro de una sonrisa sube por mis labios. La cena con
mi padre. La sorpresa ofensiva de Zander en mi nombre. El silencio absoluto de
camino a casa, ambos perdidos en nuestros pensamientos.
Cierro mis ojos momentáneamente y permito que mi compostura se agriete.
Llorando por la pérdida de un padre que nunca fue realmente un padre, pero
siempre tuve la esperanza que viera sus errores y los corrigiera algún día. Una niña
siempre quiere que su papá la ame. Esta noche me demostró que nunca sucederá y
que no todos ven el amor de la misma manera.
Pero, de nuevo, ya debería haberlo sabido, dado que una vez Ethan profesó su
amor por mí y mira cómo resultó.
Fuera, los sonidos del martillo continúan. Cinco golpes agudos antes de un
indulto, durante los cuales puedo asumir que levanta otro clavo para comenzar el
proceso nuevamente.
Con un suspiro levanto la toallita desmaquillante y limpio un ojo.
Y luego el otro. Me froto, restriego y me quito la máscara y el delineador de
ojos lo mejor que puedo. Intento deshacerme del rostro de la mujer débil que ya no
quiero ser.
Golpe. Golpe. Golpe.
Cuando abro mis ojos a mi reflejo, mis párpados están limpios, pero quedan
rastros de sombra negra debajo de mis ojos. Una mancha negra que me dice que ella
nunca me dejará. Que siempre seré esa mujer hasta que pueda borrar la oscuridad
que aún perdura. La vergüenza. La inseguridad.
Así que me limpio más fuerte. El ruido de golpeteo se convierte en una pista
de sonido para mi pánico creciente a medida que limpio y friego para eliminar mi
rostro de cada último recordatorio. Del pasado que desearía desesperadamente
poder olvidar.
Antes que termine, mis movimientos se han vuelto frenéticos y mis emociones
se vuelven locas cuando las lágrimas que he contenido toda la noche se deslizan
lentamente por mi rostro. Algo del maquillaje negro se mancha y deja rastros por
mis mejillas. Recordatorios visuales cuando todo lo que quiero hacer es subir al auto
y conducir. A algún lugar nuevo. Lejos del dolor. Lejos de la pena.
Pero no puedo.
Zander demostró eso esta noche con las verdades que arrojó a la cara de mi
padre. También lo demostré. Me enfrenté a él por primera vez en mi vida. Y Dios,
215
sí, fue difícil y dolió, pero al mismo tiempo se sintió muy bien. Finalmente tener una
voz, una manera de afirmarme, y demostrarle no solo a él, sino a mí misma que estoy
ganando mi nuevo lugar en la vida. Que la mansa y asustada Gertrude ya no existe.
Claro, sus recuerdos permanecen, pero trataré de usarlos como combustible para
animarme a tener éxito en lugar de como un miedo que me impide hacer algo.
Levantándome del tocador, tomo mi vestido desechado en la cama. Froto mis
dedos sobre la tela costosa y la coloco en la pila de ropa sabiendo que nunca la
volveré a usar. A la tienda de Mable se irá.
Un símbolo de mi pasado vendido por centavos de dólar. Desearía que mis
recuerdos fueran tan fáciles de eliminar.
Con el estómago gruñendo, me dirijo a la cocina. Tengo hambre, pero no tengo
ningún deseo de comer. La sensación de malestar en el estómago que tuve al
escuchar el desdén de mi padre aún persiste.
Cuando miro por la ventana de la cocina, veo que Zander ni siquiera se molestó
en cambiarse. Los primeros botones de su camisa desabrochados, los puños de las
mangas enrollados. Se ha quitado los zapatos, los pies descalzos sobresalen debajo
de sus pantalones. Pero es la mirada grabada de la concentración y la ira lo que capta
mi mirada.
Se mueve a un ritmo que solo él conoce y no puedo evitar mirarlo y
preguntarme por qué está tan molesto. Porque está molesto. En el camino a casa,
pensé que su silencio era solo una cortesía para que pudiera asimilar cómo me sentía.
Pero ahora, mientras lo observo, con los hombros cuadrados, el cuerpo tenso, la cara
que refleja una guerra civil de emociones que ocurren dentro de él, sé que su silencio
no tiene nada que ver con ser respetuoso y todo que ver con él.
Solo desearía saber qué era.
Hay una precisión en sus acciones que es fascinante y probablemente mejor
explicada como furia controlada. Y no estoy segura de cuánto tiempo estoy allí de
pie y lo observo, pero cuanto más tiempo pasa, la necesidad de hacer algo por él
después de todo lo que ha hecho por mí esta noche se desarrolla hasta el punto en
que no puedo ignorarlo.
Comida. La comida ayuda y consuela. Se saltó la cena como yo, así que estoy
segura de que tiene hambre, pero más que nada, me da algo que hacer y aliviará mi
inquietud. Normalmente me encerraba en mi habitación y pintaba, pero por primera
vez en lo que se siente una eternidad, no me siento inspirada. Estoy agotada y no
estoy segura de poder manejar más emociones lanzadas a la mezcla.
Así que intentaré cocinar.
Los recuerdos salen de la nada mientras revuelvo los armarios y el refrigerador 216
para ver qué ingredientes tenemos a mano.
El bourguignon de ternera que tenía que preparar todos los lunes y el pollo con
costra de hierbas que era obligatorio los miércoles y todos los demás preparativos
particulares que Ethan requería cuando el personal de nuestra casa tenía la noche
libre. Los platos terminaban en mi regazo porque la carne era demasiado dura o la
salsa no era lo suficientemente espesa. Mi respuesta era apresurarme a arreglar lo
que pudiera para no tener que darle las disculpas adecuadas que él consideraría para
la infracción.
El sonido del martillo me hace volver al presente. Nunca más, Getty. Nunca.
Jamás.
Miro hacia atrás a todo lo disponible en la cocina y lucho con lo que debo hacer,
ligeramente divertida porque, aunque puedo cocinar cuatro comidas bastante
complicadas a la perfección, realmente no tengo idea de cómo cocinar nada más, ya
que Ethan nunca aceptó ninguna variación.
Centrándome en una comida que no puedo arruinar demasiado horriblemente,
opto por huevos, tocino y tostadas. Sencillo. Casi a prueba de errores. Y con la
esperanza de que la misma comida que tomamos esta mañana nos devuelva a ese
sentimiento de satisfacción que encontramos en La Casa del Árbol.
Pronto me pierdo en la fácil preparación, pero cuando vuelvo al presente, el
martilleo desencadena pensamientos que no quiero reconocer. Como que quiero que
disminuya la velocidad, se tome una noche libre… porque cuanto más rápido
termine las reparaciones en la casa, antes volverá a su vida cotidiana.
Lejos de aquí.
Una vez que la comida está cocida, coloco los platos y me dirijo hacia la puerta
de vidrio corrediza justo cuando entra Zander.
Pensé que estabas hambriento… nos saltamos la cena… así que te hice algo.
De repente me tropiezo con las palabras, sintiéndome ridícula porque estoy
nerviosa por eso . No es nada especial.
Sus ojos se abren al ver la comida.
Sí. Gracias. Tengo hambre. De alguna manera, parece que las palabras son
igual de difíciles para él . Déjame ir a lavarme. Gracias.
Cuando Zander regresa a la cocina, una extraña mirada parpadea sobre sus
rasgos mientras se sienta.
Desayuno para cenar ¿eh?
Lucho contra la necesidad inherente de disculparme. 217

Sí. ¿Está bien?


Una suave sonrisa adorna sus labios mientras niega.
Solo me recuerda a mis padres, Rylee y Colton. Solían hacer esto cuando era
más joven. Elegían un día del mes en el que pudiéramos comer panqueques para la
cena y helado para el desayuno.
Mi risa flota a través de la habitación mientras la calidez de su sonrisa se
traduce en sus ojos. Hay algo en el silencio de su cabeza que me dice que este es un
buen recuerdo. Uno que le gusta. Después de una noche llena de tensión, es una
visión bienvenida y quiero saber más.
¿Por qué?
Tenía algo que ver con cuando estaban saliendo. Tiene algún tipo de
significado especial, pero cada vez que pedía saber más, Rylee hacia un gesto con la
mano y me decía que a veces es necesario vivir el momento y disfrutar de las
pequeñas cosas, porque nunca sabes qué nos depara el mañana.
Suena como una mujer genial. Mi comentario hace que una sombra caiga
sobre su rostro antes que se concentre demasiado en la comida de su plato . Debes
extrañarla. Mi voz es suave; estoy pisando cautelosamente en territorio
desconocido.
No hay respuesta aparte del silencio. Luego el raspado del tenedor sobre el
plato. La servilleta de papel siendo arrugada. El tintineo del hielo en su vaso. Así
que nos sentamos y comemos en la tranquilidad de la casa que hace unos momentos
estaba llena del ruido del martillo. Ahora ambos parecemos cargados por el peso de
nuestros propios pensamientos solemnes.
Está bueno. Gracias dice finalmente con un movimiento de cabeza, pero
aún no encuentra mi mirada. Y me pregunto qué es exactamente lo que no quiere
que vea si miro demasiado cerca.
Mmm. Mi vaga respuesta me gana un levantamiento de su cabeza por lo
que finalmente puedo ver sus ojos.
¿Cómo estás… después de… esta noche, quiero decir? Y sé que es serio,
quiere saberlo, pero hay una tristeza en su mirada que me hace querer profundizar
más en lo que está pasando con él. Ojalá supiera cómo hacerlo sin que se sienta como
si estuviera cruzando esos límites.
Me encojo de hombros con indiferencia. Muevo los huevos en mi plato
mientras trato de averiguar la respuesta.
Estaría mintiendo si dijera que no estaba herida… todos quieren que sus
padres los amen, aprueben y deseen lo mejor para ellos. Algo destella en sus ojos 218
y desaparece con la misma rapidez . Pero al mismo tiempo, lo que fue impactante
para ti escuchar, fue mi realidad cotidiana. Asumí que algunas de esas cosas eran
ciertas durante tanto tiempo… y luego, al escucharte decirlas en voz alta, lanzarlas
sobre la mesa, fue un doble golpe. Reconocimiento y dolor, todo de una sola vez. Y
su reacción… su falta de respuesta me dijo que todo era cierto.
Mierda, Getty. Suelta un suspiro y se pasa la mano por el cabello, suena
como disculpa . Lo siento.
¿Por qué?
Porque era tu batalla para pelear y no pude contenerme. Me metí cuando no
debería haberlo hecho. Porque a veces hay verdades que conoces en el fondo, y es
solo cuando alguien más las dice en voz alta que realmente las escuchas. Esas son
las que más lastiman. Su voz es apenas audible. Sé que no solo está hablando de
esta noche, sino también de su propia vida . Así que lo siento.
No. No te disculpes ¿No lo entiendes, Zander? Sostengo su mirada por un
momento antes de continuar . Eres la única persona que me ha defendido en todo
lo que puedo recordar. Y tienes razón. La verdad duele cuando la escuchas validada
por otra persona… cuando alguien que te ha conocido durante cinco minutos lo ve
claro como un día. ¿Pero sabes lo que eso significó para mí, saber que mis
sentimientos le importaban a alguien lo suficiente como para que se enfrentara a una
de las dos personas que me han despreciado durante tanto tiempo? Lágrimas
llenan mis ojos. Las que prometí que nunca volvería a derramar cuando se tratara
de mi padre.
Asiente ligeramente, torciendo los labios y cerrando los ojos
momentáneamente.
Mereces que alguien luche por ti, Getty.
Mi corazón se hincha con sus suaves palabras.
Todos lo merecemos.
Abre la boca varias veces para decir algo antes de detenerse. E incluso sin
palabras puedo ver su vulnerabilidad. Su necesidad de obtener más de mí y, sin
embargo, no sé qué es más.
Sin previo aviso, empuja su silla hacia atrás y desvía los ojos mientras agarra
su plato y lo lleva al fregadero.
Estuvo bueno. Gracias repite . Preparas un buen desayuno. Su voz es
ronca, la risa que emite es tensa.
Comienza a lavar su plato y cuando miro hacia el mío, me doy cuenta que 219
apenas lo toqué. ”ueno, a excepción del tocino… porque, hola, es tocino, pero el resto
de mi comida se ve esparcida. La comida que preparé por comodidad ahora parece
haber producido todo menos eso.
Perdida, limpio la mesa en silencio y limpio los mostradores que ya había
limpiado antes de comer. Me mantengo ocupada mientras trato de descubrir lo que
ha molestado a Zander. Cuando coloco mi plato al lado del fregadero, su mano
mojada se extiende y agarra la mía. Sobresaltada, lo miro. Sus ojos son intensos.
Enojados. Abrasadores.
El hombre guapo, valiente, considerado, divertido, sexy y frente a mí después
de un día tan emotivo, me detiene en mis pasos. Hay una necesidad innegable
dentro de mí de sentirme cerca de alguien. Todo choca a un ritmo feroz. Y de un
segundo a otro, lanzando la razón y los límites y todo lo que se supone que debo
considerar, pero no quiero ahora mismo, sale por la maldita ventana y nos
encontramos en el medio.
Nuestros labios chocan en un torbellino de necesidad y deseo. La pasión cede
el camino a la pura codicia. La delicadeza olvidada por nuestra hambre. Nos
convertimos en un frenesí de movimientos. Manos a tientas. Bocas exigentes.
Cuerpos apretándose más cerca.
Su boca se cierra sobre mi pezón a través del fino algodón de mi blusa. Mi
cabeza da vueltas. Mis manos desabrochan sus pantalones sin ningún pensamiento
consciente. La piel de gallina corre sobre mi piel. Manos encontrando su piel cálida,
polla dura y lista para mí. Mi cuerpo empieza a doler. Sus manos se deslizan dentro
de mi cintura, y el aire fresco de la habitación acaricia mi piel mientras empuja mi
pijama hacia abajo. El dolor se funde; el deseo líquido quema a través de cada
músculo. El ruido de los platos que son barridos al fregadero me asusta. Nuestras
risas sofocadas mientras sus labios encuentran los míos otra vez. Sus manos en mi
cintura, levantándome, colocando mi trasero en el mostrador. Mis piernas se separan
automáticamente. El sonido rasgado del envoltorio del condón de su billetera.
Mi deseo es voraz. Real. Desenfrenado. Muy nuevo para mí.
Nuestros movimientos se vuelven lentos. Nuestras miradas se enfocan hacia
abajo, donde su polla se abre paso sin prisa en mí. La tortuosa anticipación de verme
llevarlo dentro, mientras que el dulce ardor de mis músculos acomodándolo
centímetro a centímetro se hunde en todo mi cuerpo. Nervio por nervio, sensación
por sensación.
Y luego, cuando está completamente enfundado, con sus manos agarrando mis
muslos y mis dedos clavándose en sus hombros, un gemido cae de nuestras bocas…
la urgencia vuelve. La necesidad carnal se apodera a medida que nuestros cuerpos
se mueven en sincronía, tratando de dar y recibir, poseer y saciar. 220

Las palabras murmuradas llenan la habitación, el agua corriente del fregadero


es el único otro sonido. Ahora. Te deseo. Sí. Necesito esto. Oh Dios. Justo ahí. Mierda.
Más fuerte.
Me atrae hacia él. Sus manos se deslizan debajo de mi blusa y se marcan en mi
espalda mientras me levanta un poco para ajustar el ángulo. Y solo ese pequeño
cambio, mi peso, el factor determinante de las profundidades que puede alcanzar,
catapulta las sensaciones que está extrayendo de mí desde el límite del cielo hasta el
éxtasis en toda regla.
Su nombre en mis labios. Su polla hinchándose dentro de mí. La necesidad de
perderme en algo más que lo que sucedió esta noche. El sonido que hacen sus
pantalones en mis oídos mientras mueve nuestros cuerpos a ese punto de no retorno.
Cuando llega, primero a mí y luego a él poco después, no hay gritos en la
habitación, ningún gruñido para que la otra persona sepa que uno de nosotros se ha
venido. En cambio, hay una tensión en los cuerpos, una conexión honesta de
nuestros ojos y el sonido de Zander diciendo mi nombre en el más suave de los
gemidos. Es un tranquilo reconocimiento de que el momento fue tan importante
para él como lo fue para mí.
Puedo ver el destello de pánico en sus ojos justo después. Lo siento en la
repentina tensión de sus manos.
Y no estoy segura de lo que me incita, pero justo cuando comienza a retirarse
y romper nuestra conexión, lo envuelvo con mis brazos, entierro mi rostro debajo de
la curva de su cuello y me aferro. Comprensiblemente, su cuerpo se sacude en
respuesta.
Solo… solo necesito un minuto murmuro contra el calor de su piel.
Siendo el gran chico que es, me acerca más fuerte contra él y besa la corona de
mi cabeza sin una sola palabra.
Y cuando me doy cuenta que acabo de cruzar otro límite probable de algún
tipo, una parte de mí se siente brutalmente avergonzada por mi repentina necesidad.
Tanto que no quiero dejarlo ir, así que tengo que encontrarme con sus ojos. Pero la
otra parte de mí lo respira y se da cuenta que es su calor lo que deseo ahora. Mi vida
ha estado tan llena de frialdad y crueldad, la demostración básica de calidez y
compasión de Zander es algo a lo que me aferro.
Lo siento. Olfateo un poco mientras me alejo de él, miro hacia abajo y me
muerdo el labio inferior cuando comienza la incomodidad . Solo hay mucho que
procesar hoy. Necesitaba un minuto. Intento parecer tranquila, sin sentirme muy
221
segura de haberlo conseguido.
Entiendo dice mientras se desliza fuera de mí, ninguno de los dos está
seguro de qué hacer.
Sí, nuestra lujuria es innegable, teniendo en cuenta que simplemente follamos
como conejos rabiosos contra el mostrador de la cocina, pero está esa otra cosa, ese
cambio casi palpable entre nosotros, que está causando esta inquietud repentina.
Voy… voy a ir a limpiar.
Asiento, sin confiar en mí misma para hablar, ya que las ganas de llorar
vuelven, las lágrimas pican como una perra mientras trato de contenerlas. El
problema es que no estoy segura de por qué tengo ganas de llorar. ¿Es todo con mi
padre? ¿Es el hecho de que Zander me defendió? ¿O es Zander en general? Sé que
no puedo tenerlo y, sin embargo, cada vez lo quiero más en mi vida.
Me quedo sentada en el mostrador, con los pantalones de pijama colgando de
un pie, reflexionando sobre la respuesta mientras los tubos crujen cuando Zander
abre la ducha.
Y aún no he descubierto la respuesta más de una hora después, mientras estoy
en la oscuridad de mi habitación, rodeada únicamente por el calor de mi edredón.
Demasiado cobarde para enfrentar a Zander después de su ducha porque me siento
abrumada por la sensación de que necesito explicarme, disculparme, no sé qué, por
mi momento repentino en el que necesitaba más de él que solo una amistad con
beneficios.
Tal vez solo necesitaba la parte del amigo.
Ja. Pero la parte de beneficios también fue bastante buena.
Y ahí radica el quid del problema. Ya quiero más cuando sé que no es una
opción con él.
Sus movimientos alrededor de la casa suenan a través de los pocos centímetros
de espacio donde la puerta de mi habitación está abierta. A propósito, la dejé
entreabierta, no queriendo sentirme aislada de él después de todo lo que pasó hoy
entre nosotros. Mis oídos siguen sus pasos por el pasillo hasta su habitación. Más
pasos, luego vacilan esta vez, y juro que se detiene justo afuera de la puerta de mi
habitación. Pero justo cuando me convenzo de que estoy en lo cierto, los pasos se
retiran por el pasillo hacia la cocina. Está el traqueteo del resto de los platos
cargándose en el lavavajillas. El sonido revelador de su MacBook encendiéndose. Su
exhalación es lo suficientemente fuerte como para viajar a mi habitación.
Hay un consuelo en los sonidos, el no estar sola, y odio que tanto como no
quiero enfrentarlo, también quiero salir a la sala de estar, hundirme en el sofá y
simplemente verlo hacer lo que haga en su laptop.
222
Son las diez en punto. Estoy cansada, pero no puedo dormir. Hay algo de ropa
por doblar. Todavía tengo hambre. Recorro una lista de razones buscando la excusa
por la que debería levantarme, pero cuando escucho su voz, me quedo inmóvil.
Hola, hombre, lo sé… lo sé… también te he echado de menos. Hay tanto
afecto en su tono que puedo escucharlo por todo el pasillo. Hay una pausa mientras
la otra persona habla . Me alegra escucharlo. Estoy orgulloso de ti. ¿Está mamá
ahí?
Me siento en la cama por reflejo. Sorprendida. Intrigada. Curiosa. Está
llamando a casa. A su madre. A su vida real.
Una en la que no estoy.
La idea me duele, pero estoy tan desconcertada por el hecho que está llamando
a casa por primera vez, que anula el dolor.
Rylee. Su voz es cautelosa y solemne . Es bueno escuchar tu voz
también… solo quería llamar para hacerte saber que estoy bien. Estoy bien en
realidad. Se ríe de una manera que suena como si le fuera difícil creer sus propias
palabras . Sé que mereces respuestas, disculpas, un montón de cosas… todavía
estoy trabajando en algunas cosas, tratando de encontrar mi camino, pero lo estoy
encontrando… murmura estando de acuerdo con algo que ella dice . Llamé
porque… lo sé, lo sé. Su voz es compasiva y la mezcla simple de sonidos me
demuestra que lo que sea que sucedió, cualquier cosa de mierda que diga que hizo,
al menos siente pena por sus acciones. Y eso me dice mucho sobre el hombre que es.
»Lo siento, no puedo darte un marco de tiempo… sé que la temporada está
casi… sí, lo sé, pero la cagué tanto que yo… Su respuesta es un suspiro audible
cuando lo interrumpe. Odio que tanto como quiero que arregle las cosas con su
familia, también soy egoístamente feliz de no haber puesto un límite finito a su
tiempo restante en PineRidge . Sé que no estás presionando, Ry, yo… sí, lo
entiendo… no iba a llamar. No hasta que tuviera la cabeza clara, pero algo sucedió
esta noche que puso las cosas en perspectiva. Me di cuenta de lo mucho que ustedes
dos siempre estuvieron apoyándome, y por eso quería que escucharas mi voz,
porque sé cuánto se preocupan. Su risa de nuevo. Un poco más relajada esta vez.
Y con el sonido de eso, una imagen comienza a emerger para mí. El martilleo
enojado. Su necesidad de la liberación física, el trabajo en la terraza y el sexo sin
disculpas, sin restricciones, en la cocina.
Sonrío suavemente para mí misma, pensando en las diferencias entre la noche
anterior y esta noche. Cómo anoche fui seducida, complacida, colocada en un
pedestal que me dejó sintiéndome mareada en comparación con el ritmo rudo de
esta noche que me dejó sintiéndome imprudentemente deseada y completamente
entusiasmada. 223

Los pensamientos giran en mi mente mientras me concentro en el silencio en


la cocina, esperando que hable nuevamente.
No. No puedo. La angustia está de vuelta en su voz . Tengo… mierda,
no tengo una razón, aparte de hacer promesas que debo cumplir antes de hablar con
él… Sí. “já. Me tengo que ir, pero… solo necesitaba llamar dice algo más que no
puedo escuchar, pero es obvio para mí por su repentino retroceso y tono defensivo
que ella le preguntó si quería hablar con Colton . Yo también te quiero. Adiós.
El silencio desciende sobre la casa una vez más hasta que escucho el crujido del
piso en un patrón que suena como si estuviera caminando de un lado a otro.
Cuando me vuelvo a recostar en la cama, la culpa por escuchar su conversación
privada me ata las manos para consolarlo. Mi mente repite sus comentarios,
concentrándose en la idea que su encuentro con mi padre esta noche provocó algo
en él. ¿Vio lo cruel y malo que era mi padre y se dio cuenta que su familia no es tan
mala como pensaba cuando se fue?
No, ya admitió que arruinó las cosas y lastimó a la gente. Pero tal vez esta
noche solo reforzó eso para él.
El golpe en mi puerta me asusta.
¿Estás despierta?
¿Mmm? murmuro, tratando de no sonar obvia que estoy aquí preocupada
por él.
La puerta se abre más, pero la luz del pasillo está apagada, así que veo su figura
en la oscuridad en la puerta. Se queda allí por un momento, y de alguna manera
puedo sentir su necesidad de hablar a través de la distancia.
¿Puedo entrar? Su voz es tranquila, pero brusca.
Sí.
Cruza los pocos pasos en silencio y el colchón se hunde cuando se sienta en el
borde. Pero no se detiene allí. Me sorprende muchísimo cuando, sin otra palabra,
retira las sábanas y se desliza en la cama a mi lado. Las manos fuertes se extienden
y me jalan firmemente contra él, mi espalda hacia su frente, antes que envuelva sus
brazos con fuerza alrededor de mí.
Estoy sorprendida, atónita, y todos los demás adjetivos que hay para describir
el hecho de haber sido desconcertada por sus acciones, y sin embargo trato de no
dejar que mi cuerpo se lo transmita.
¿Está bien? murmura, su barbilla moviéndose contra mi hombro donde
descansa y el calor de su aliento en mis oídos.
Los pensamientos coherentes son difíciles de encontrar, así que hago lo mejor 224

que puedo con un murmullo de acuerdo.


»Solo necesito un minuto me susurra mis propias palabras de antes.
Está bien. Me hundo contra la firmeza de su cuerpo, ese calor que ansiaba
antes buscándome esta vez. Casi puedo oír su mente girando a mi lado. Su silencio
más poderoso que un grito.
Sé que los dos queremos decir más, pero en lugar de eso dejamos que la
magnitud del momento, la admisión tácita de que me necesita, nos coma enteros.
Que devore nuestras inseguridades. Que corroa nuestra duda. Que nos consuma
con emoción. Disfrutamos de la conexión. Creamos potencial. ¿Para qué? Solo puedo
esperar que nos estemos moviendo hacia algo.
Después de un tiempo, mis nervios se sienten más vivos que nunca a causa de
la conexión cuerpo a cuerpo y mi mente piensa demasiado en la situación, me doy
cuenta de lo mucho que se está perdiendo de su vida al estar aquí: su familia, su
pasión, su trabajo. Odio el pensamiento tan pronto como pasa por mi mente, pero
aún no puedo negar que cuanto más rápido se enfrente a su pasado, más pronto
podrá decidir cuándo quiere volver a esa normalidad. Y aunque eso significa que
estaré aquí sola de nuevo, no puedo abrazarlo fuerte por mis propias razones
egoístas.
Pero oh, cómo me gustaría.
Rompo el silencio.
Si quieres que te ayude a revisar la caja, lo haré.
Puedo escuchar el rechazo inmediato de la idea con el enganche sutil de su
respiración. Pero no habla, solo me jala un poco más fuerte, dando tiempo a que la
idea se asimile.
Creo que me gustaría eso… gracias murmura para mi sorpresa cuando
pensé que no iba a responder . No puedo prometerte que no voy a ser un idiota
malhumorado por eso, Getty, y me gustaría pensar que debería hacerlo yo mismo…
porque, ya sabes, límites. Siento que se encoge de hombros y la reverberación de
su risa suave contra mi espalda me hace sonreír.
Límites, ¿eh? ¿Cómo te están funcionando ahora?
Su risa se hace más fuerte y se une a la mía. Es un sonido reconfortante en la
tranquilidad de la habitación, pero no responde la pregunta. No sé lo que esperaba,
pero no era esto: Zander se acurruca detrás de mí, su aliento sale tranquilo y sus
músculos se relajan.
Los segundos pasan a ser minutos y de minutos a una hora, mientras yacemos
en una masa enredada de brazos y piernas, él dormido y yo despierta, mientras me 225
pregunto qué acaba de suceder. Hemos creado una rutina diaria, y después de esta
noche, hemos agregado, a sabiendas, nuestros pasados a la ecuación.
Pensamientos, insinuaciones de más, parpadean y se desvanecen. Mi pulso se
acelera. Mi mente me dice que me apague. Que me quede dormida. Para dejar de
pensar en lo bien que se siente.
Pero resulta imposible. Así que el reloj digital en mi mesita de noche muestra
el paso del tiempo, cuando solo quiero quedarme aquí en este momento.
Capítul o23
ZANDER

Con un simple movimiento del interruptor de encendido, la sierra de mesa se


queda en silencio. Después de recoger la madera recién cortada y sacudir el aserrín
de mi cabello, levanto la vista y mis ojos caen sobre la figura solitaria en la playa más
allá.
Getty. Su cabello castaño está recogido en un moño suelto y sus pies están
descalzos. Está disfrutando del calor del sol con su rostro inclinado hacia el cielo, y
está sosteniendo una bolsa de conchas que he estado observándola recoger en una
mano sin rumbo fijo.
Y ese es el problema, cuánto la he estado observando. Cuánto he estado 226
reviviendo ese sexo inesperado, purga emociones y rudo que tuvimos en la cocina.
Inmediatamente después, pensaba en la forma en que se recuperó después de la
cruel mierda que su padre le dijo sin derramar una lágrima. ¿Quién dice ese tipo de
mierda increíble a su hija? Me doy cuenta que estoy empezando a preocuparme por
ella en otros aspectos más allá del sexo.
Pero joder, ¿cómo no puedo? No soy un imbécil tan grande. Pensar que vivió
en esa vida durante veinticinco años antes de encontrar el coraje para escapar. Para
hacer una vida en sus propios términos.
Para ser desordenada y desorganizada.
Habla de ser valiente. Fuerte. Ruda. Y, sin embargo, no creo que nadie sepa ni
la mitad, incluyéndome a mí.
¿Y qué tipo de mierda es este idiota de Ethan? ¿Siguiendo el plan de su padre?
Tratándola como menos que digna… aunque tengo la sensación que su trato con ella
era mucho peor de lo que me permito pensar. Mi sangre hierve. Recuerdos lejanos
de mi propia mamá y papá regresan y me pregunto qué tan malo fue para Getty.
Mis ojos se vuelven hacia ella. A donde está inclinada acariciando al perro de
un corredor. No sabía que le gustaban los perros. De hecho, hay mucho que no sé
sobre ella y de repente, la idea de descubrir más es muy atractiva.
Jesús, Donavan Deja de pensar en ella. O lo bien que huele. O cuán malditamente
caliente estuvo su cuerpo contra el mío toda la noche. O cuán jodidamente genial
fue el sexo anoche cuando fue un poco más rudo. Y oh, cómo me gustaría mostrarle
lo divertido que puede ser el sexo duro. O ese pequeño sonido que hizo cuando me
agarró fuerte y no me soltó.
Un O más y necesitarás un maldito bote para meterlos.
Mi risa resuena. Estoy jodidamente loco. En más de un sentido. Levanto mi
gorra y paso mi mano por mi cabello mientras ella se inclina para recoger algo de la
arena. Y odio que se ofreciera a ayudarme a revisar la caja.
Deja entrar a alguien en lugar de excluir a todos.
Las palabras de Colton resuenan en mi cabeza. Causan punzadas de culpa por
no haber podido dejar que fuera él. O Rylee. O alguien más cercano a mí para el
caso.
Pero anoche… mierda, anoche, viendo cómo el padre de Getty la trataba como
si fuera su peón, no solo me molestó, sino que también me hizo retroceder y darme
cuenta de la suerte que tenía. Estaba tan enojado conmigo mismo por no haberlo
visto antes, con Damon por no haberle dado eso a Getty, con todo el maldito mundo,
que solo necesitaba un minuto. Tiempo en la terraza con un martillo en la mano para 227
resolver mis pensamientos, mi agresividad, porque tengo la sensación que se
desquitaron con Getty lo suficiente en su vida y no necesitaba más de mí.
¿Y qué obtuve a cambio? Ella tomando la iniciativa. Se acercó a mí cuando
probablemente se sintió tan expuesta después de lo que vi en el restaurante. Como
me necesitaba: para el sexo. Para resolver la sobrecarga emocional. Solo para ser
abrazada.
Y por supuesto, soy el imbécil. El que huye de su familia porque se preocupan
por mí, cuando ella probablemente daría cualquier cosa por tener lo que yo tengo.
Una familia ruidosa, interferente, paciente, entrometida, intrusa, caótica que
establece la ley solo porque me quieren, no porque quieran algo de mí.
Hablar con Rylee y mi hermanito Ace anoche solo lo consolidó para mí.
Reforzó que a pesar de la mierda que dije y el dolor que causé, todavía me
extrañaban y querían que volviera a casa. Solo querían lo mejor para mí. Incluso
después de las cosas que hice, actuando como un maldito imbécil tan perdido en mí
mismo que no podía ver lo que tenía al frente. No podía pedir ayuda, un oído para
escuchar, una explicación para disipar mis suposiciones, cualquier cosa, porque era
mucho más fácil sentir rabia que aceptar la vulnerabilidad que venía con ella.
Para un hombre, mostrar debilidad, dejar que la gente vea la única cosa que
instantáneamente lo pondrá de rodillas cuando se supone que debe estar de pie, no
es algo fácil para hacerlo voluntariamente. Yo incluido.
Y, sin embargo, ¿por qué diablos estoy dispuesto a dejar que Getty vea lo que
me depara el pasado cuando no les dejé saber a mis padres?
El pensamiento perdura, alimenta mi línea de pensamiento, crea ideas que ni
siquiera debería entretener. Como del tipo que me hizo deslizarme en su cama
anoche y jalarla contra mí simplemente porque entiende que no tengo que decir una
sola palabra.
Los tablones en mi mano comienzan a ponerse pesados. Un recordatorio de lo
que debería estar haciendo: terminar la maldita terraza en lugar de pensar en ella.
Reducir la lista de tareas pendientes. No en Getty. Cumplir mi promesa a Smitty, a
Colton, a mis fans, en lugar de estar aquí con pensamientos dispersos. No calcetines
hasta las rodillas. Pensar demasiado en la mierda que debería ser simple. No en cierta
mujer blandiendo una varita de persiana. Extraño mi casa, pero al mismo tiempo tengo
una razón perfectamente clara para explicar por qué no me dirijo allí todavía.
Y todos los puntos llevan a Getty Caster.
La mujer que no puedo sacar de mi maldita cabeza.
Coleccionista de conchas marinas. 228

Una rompe límites.


Pintora de mares tormentosos y puestas de sol.
Y una que seguro me gusta tener en mi cama.
O la suya.
Capítul o24
GETTY

Lista de reparaciones
Reemplazar escalón delantero el tercero
Reemplazar las tejas que faltan del techo
Terraza trasera = Trampa mortal
Arreglar la cerradura de la puerta del patio. Lo siento, señor Asesino del
Hacha
Arreglar el espejo del baño
Limpiar y arreglar el desagüe del agua 229

Reparar persianas
Añadir barandilla a los escalones delanteros & pintar
Conectar el Internet por el amor de Dios
Mierda de botes que no entiendo
Derrumbar la casa y reconstruirla 
Electricista Llamar a un plomero
Tuberías viejas
Besar al chico de las reparaciones

Mientras mis ojos hojean la lista, es un recordatorio visual de que el tiempo que
le queda a Zander aquí en la isla, conmigo, es limitado. Y aunque la nueva adición
al final de la lista me hace sonreír, también me preocupa sumar todo lo que le queda
por hacer y calcular cuánto tiempo podría significar.
Déjalo, Getty. Carpe Diem. Mi nuevo lema.
Es uno que decidí que tenía que adoptar mientras estaba acostada con Zander
la otra mañana. Estaba roncando tranquilamente a mi lado, una de las raras veces
que no se levantó primero, y me di cuenta que cada día que pasaba era uno menos
que podía pasar con él.
¿Entonces mi decisión? Aprovecharía el día, disfrutar cada momento con él, y
luego a preocuparme por el mañana cuando llegara. La angustia está bien. Porque
al menos eso significa que mi corazón estaba lo suficientemente lleno como para
sentir amor, y no creo que realmente haya sabido cómo se sentía antes.
Contrólate. Se llama lujuria, Getty. Sexo caliente con un chico caliente. No saltemos a
conclusiones aquí.
Es más fácil decirlo que hacerlo me murmuro porque sé muy bien la
diferencia y todavía estoy tratando de negarlo. Al volver a colocar la lista de tareas
pendientes, levanto la cabeza para mirar por la ventana a la soleada playa. No puedo
evitar sonreír. Las cosas parecen seguir mejorando y mejorando.
Claro, la desastrosa cena con mi padre de la semana pasada aún persiste en mi
mente, pero estoy lidiando con eso. Voy a seguir adelante. No esperaba que él
cambiara con un milagro cara a cara, así que me estoy enfocando en deleitarme con
esta nueva vida que estoy construyendo. En el hombre guapo que ha estado
ignorando sus límites compartiendo mi cama conmigo casi todas las noches. En mi
creatividad, que resurgió y me hizo volver a retomar mis pinturas. En el hermoso
día afuera que planeo aprovechar mientras Zander está en el bote y se encuentra con 230

un mecánico, ya que mi turno no comienza hasta esta noche.


Mi buen humor aún me hace sonreír horas más tarde cuando paso los dedos
por los artículos de las Antigüedades de Angelique en Main Street. He estado allí
para ver a Mable solo para charlar, tuve una pedicura, me senté en el paseo
marítimo, observé a los turistas preocuparse por el protector solar y la posición
óptima de la toalla en la arena, e incluso me aventuré a la tienda de manualidades
para ver cómo reponía mis implementos de pintura.
Entonces, justo cuando estaba a punto de volver a casa, se me ocurrió una idea.
Quería comprar algo para Zander, un agradecimiento por arreglar mi auto. Es lo
menos que puedo hacer, ya que se niega a permitirme pagarle por su tiempo o el
costo de las reparaciones.
Cuando abro el antiguo humidor de nogal, me sorprende y me complace
descubrir que no huele a humo de cigarro. La caja rectangular me parece oscura y
masculina. Está en perfectas condiciones, se ajusta a mi rango de precios y es el
tamaño perfecto para lo que quiero usarla.
Justo cuando me encuentro con los ojos de la dependienta de la tienda para
decirle que la voy a llevar, suena la campana de la puerta.
Te he estado buscando por todas partes. La voz de Zander llena la pequeña
tienda.
La sonrisa es automática cuando miro hacia él, inmediatamente alejándome del
estante con el humidor, esperando que mis ojos no se vean tan asustados por casi
sentirme atrapada.
Hola. Y no puedo evitar que mi corazón tropiece en mi pecho cuando lo
veo de pie en la puerta, vestido con una camiseta y un pantalón corto, una gorra de
béisbol del Donavan Racing Team en la cabeza y una amplia sonrisa n sus labios. Lo
suficiente para iluminar una habitación.
Me encontré con Mable. Dijo que estabas en Main Street. Se encoge de
hombros descaradamente por el hecho de que estaba preguntando por mí. Y ese
pequeño aleteo en mi vientre solo se fortalece con cada paso que doy hacia él, lo cual
es una tontería considerando que compartimos la misma casa y la mayoría de las
noches hemos estado ocupando la misma cama.
He estado haciendo algunos recados.
Me da una sonrisa aún más grande.
Es bueno verte fuera de casa. ¿Puedo llevarte a almorzar?
Y ahora estoy doblemente sorprendida por su presencia con esa oferta 231

inesperada.
Bueno, mi lista de posibles compañeros de almuerzo es larga y distinguida,
pero te dejaré saltar al frente.
Vamos, sabelotodo.
Probablemente regresaré más tarde le digo a la empleada cuando salimos
de la tienda, lo que me gana una mirada de reojo a Zander la cual ignoro . Nunca
he estado allí. Es divertido mirar alrededor.
Nunca entenderé a las mujeres y su interminable necesidad de comprar
basura inútil.
No es inútil corrijo . A veces es divertido mirar. ¿Qué dijo el mecánico?
Un montón de mierda. Está haciendo algunas pruebas de diagnóstico. Voy
a regresar en una hora o dos y ver qué encuentra. ¿Te gustan las papas fritas y el
guacamole?
El cambio de tema emparejado con la forma en que de repente agarra mi mano
por su cuenta hace que me tome un segundo para responder.
Sí. Mmm, así es.
Bueno. Tengo una mesa reservada para nosotros. Tira de mi mano para
guiarme hacia el único restaurante mexicano de la isla. Y mientras que es más un
agujero en la pared con un patio con dosel de estilo palapa con vista al agua, el lugar
es un favorito de los turistas, donde no es raro ver a una fila de personas esperando
afuera para comer.
Mientras nos dirigimos en esa dirección, doy la bienvenida al ajetreo y el
bullicio del paseo marítimo lleno de gente a mi alrededor. Es una sensación nueva y
sorprendente, considerando que son las áreas pobladas las que estoy tan
acostumbrada a evitar.
Tal vez es porque ya no estoy mirando por encima del hombro esperando que
mi padre o Ethan se escondan entre la multitud. Conozco a mi padre lo
suficientemente bien como para reconocer que no va a abandonar su intento de
recuperarme tan fácilmente. Pero al mismo tiempo, sabe dónde estoy, por lo que el
sentimiento constante de estar al límite con el que he vivido durante cuatro meses
se está desvaneciendo lentamente.
O tal vez es porque estoy sosteniendo la mano de un hombre guapo que me
lleva a almorzar en un hermoso día soleado en la isla. La situación me hace sentir
como una mujer normal de veintiséis años, despreocupada, disfrutando de la vida,
divirtiéndome en mi sábado antes de ir al trabajo.
232
Mis pasos se ralentizan cuando llegamos a la fila que está a unos veinte metros
de la puerta, pero Zander solo mantiene mi mano en la suya y pasa junto a la
multitud. Cuando entramos, los ojos de la anfitriona se iluminan al verlo. Ella
levanta la barbilla y le indica que la siga. No puedo decir que me dé la misma sonrisa
cálida, pero supongo que, con mi mano en la suya, tampoco la culpo.
Zander nos maniobra a través del laberinto de mesas hasta que llegamos a la
esquina más alejada del patio abarrotado. Nuestra mesa tiene una vista perfecta del
océano espumoso.
En menos de quince minutos, estamos comiendo papas fritas y guacamole bajo
la sombra de un enorme paraguas que se inclina perfectamente para bloquear las
miradas de algunos de los clientes que se han dado cuenta de quién es Zander. Es
una sensación extraña estar bajo el microscopio de una manera completamente
diferente a la que estoy acostumbrada. Los murmullos emocionados y la sensación
constante de ser vigilados. Los teléfonos con cámara siendo utilizados a escondidas.
El flujo constante de personas que disminuyen la velocidad junto a nuestra mesa,
construyendo el coraje para pedir un autógrafo.
Dios, podría acostumbrarme a esto dice con la punta de su botella de Dos
Equis apuntando hacia la vista del océano . ¿Segura que no quieres una margarita
de fresa o algo así?
Ugh. No, gracias. Además, tengo que trabajar más tarde.
Ugh a la margarita, dice la camarera se burla con un movimiento de cabeza
y un golpe repentino de su pie contra el mío debajo de la mesa.
No. La parte de la margarita está bien. Es la parte de la fresa que es Ugh.
¿En serio? ¿Cómo es posible que no te gusten las fresas? pregunta como si
hubiera perdido la cabeza, seguido de un fuerte crujido de su papa. ¿Cómo podría
resistirme a él? Es como un niño animado envuelto dentro de este paquete de adulto
irresistiblemente perfecto.
De la misma forma en que no te gustan los tomates. Frunzo mis labios y
levanto mis cejas mientras me mira confundido y aturdido.
¿Cómo lo supiste?
Esa noche en Mario’s, pusiste todos los trozos grandes de tomate en la salsa
al lado de tu plato como un niño pequeño al que no le gusta algo.
Mmm. Se recuesta en su silla, sus ojos se estrechan hacia mí. Pasan unos
momentos, el choque de las olas sobre las rocas, una carcajada a unas cuantas mesas
detrás de nosotros, una brisa rápida que hace que se balancee el paraguas, antes que
vuelva a hablar . Supongo que hay muchas cosas que no sabemos el uno del otro, 233

además del hecho que ambos tenemos nombres únicos. ¿Cómo cuál es tu color
favorito?
Lo observo con cautela, veo la curiosidad brillando en sus ojos azules y me
pregunto a dónde va con esto. Estoy tan acostumbrada a mantener todo lo que está
a mi alrededor bajo llave y seguro para evitar los chismes, que me toma un momento
darme cuenta que no necesito ser tan precavida. O estar a la defensiva. Parece que
Zander puede hacer su propia parte de investigación en Google, por lo que no es
como si decirle mi color favorito fuera a revelar cualquier secreto oculto.
Además, no puedo estar de acuerdo con dormir con él y no estar de acuerdo
con hacerle saber mi idiosincrasia.
Naranja. ¿El tuyo?
Negro.
No. Eso no es bueno. El negro técnicamente no es un color, elige de nuevo.
Sé que estoy siendo una sabelotodo, pero al levantar su frente y curvar su labio
sobre el borde de su botella de cerveza mientras asiente, acepta mi reto.
Azul, entonces. Levanta ambas cejas como para preguntarme si su
respuesta es aceptable . ¿Chocolate negro o chocolate con leche?
La pregunta me hace reír por lo tonto que es esto. Pero la conversación se siente
bien de la misma manera que caminar por el paseo marítimo lleno de gente y no
sentirse ansiosa.
Negro. Definitivamente negro. ¿Tú?
Tendría que estar de acuerdo contigo en eso. Hay algo en este sobre una fresa
madura que lo hace tan atractivo.
Oh por favor. ¿Volvemos a la cosa de las fresas otra vez?
No estoy seguro de poder confiar en una chica a la que no le gustan las fresas.
Quiero decir, es una de las mejores frutas que existe.
No. Si quieres hablar de la mejor fruta que hay, entonces vamos a discutir de
la piña. Es, por mucho, la clara ganadora aquí.
Pone los ojos en blanco y se ríe.
Nunca antes había conocido a una mujer que fuera tan protectora de su fruta.
¡Cielos! Mi única respuesta es suspirar con frustración burlona, porque es
realmente adorable de muchas maneras . ¡Oh! Tengo una. ¿Calcetín, calcetín,
zapato, zapato o calcetín, zapato, calcetín, zapato?
Me encuentro a mí misma estallando de risa ante la ridícula pregunta.
¿En serio? pregunto mientras meto una papa en el delicioso guacamole. 234

Iba a ser feliz con preguntas simples como la comida favorita, el amanecer o
el atardecer, Indy o NASCAR, el cine o Netflix, la comedia o el drama, pero luego
decidiste todo lo técnico, así que tuve que mejorar mi juego.
El desafío de responder a esas preguntas es claro como el día en sus ojos, pero
la sonrisa de niño que se aventura en el territorio del hoyuelo gana cada maldita vez.
Y lo malo es que sé que lo sabe y tengo la sensación que lo usará en su beneficio
cuando lo necesite.
Tomo mi limonada y doy una larga y lenta succión a la pajita mientras
mantengo mis ojos en los suyos.
Bueno, señor técnico. Suelta un hmmmp en respuesta a mi sarcasmo .
Panqueques. Definitivamente el amanecer. Nunca he visto una carrera en mi vida,
así que debo decir Indy porque creo que eso podría funcionar a mi favor. No he ido
al cine en años, así que diré Netflix y cualquier cosa menos terror. Asiento,
triunfante por responder, pero luego me doy cuenta que había una más . Y
calcetines, calcetines, zapatos, zapatos, porque eso es lo más lógico, pero preferiría
simplemente decir sandalias, porque eso es lo que preferiría usar.
Vaya reflexiona mientras se inclina hacia delante y pone los codos sobre la
mesa . Eso fue impresionante… pero estás equivocada.
No lo estoy.
Los panqueques son definitivamente un favorito con el que puedo lidiar,
aunque la tarta de manzana es una opción mucho mejor. Y es una farsa seria sobre
tu falta de conocimiento de las carreras, pero estoy de acuerdo con tu elección de
Indy. Esa respuesta definitivamente funciona a tu favor. Nos aventuramos al
territorio del hoyuelo de nuevo y me muevo en mi asiento para evitar mirar
fijamente por mucho tiempo, porque esa sonrisa hace cosas graciosas en mi
interior . Netflix porque hay menos multitudes. Y terror porque una mujer
asustada querrá que la protejas de la oscuridad y eso significa que podrías tener
buena suerte después. Hace un guiño al último y no puedo evitar reírme a
carcajadas.
Debí haberlo adivinado. Y es triste que una película de terror sea tu única
técnica para tratar de tener sexo.
Su risa atrae la atención de las mesas cercanas.
Oye, ser hombre puede ser duro. Tenemos que aprovechar cualquier ventaja
que podamos obtener.
Ruedo mis ojos.
235
Oh, pobre hombre privado de sexo. Pero olvidaste una respuesta.
Oh sí… aunque no estoy de acuerdo con su discriminación contra las fresas,
tengo que estar de acuerdo con lo del calcetín, calcetín, zapato, zapato. Golpea el
cuello de su cerveza contra mi vaso y luego toma un largo trago.
Al menos podemos estar de acuerdo en eso. La brisa sopla del océano y el
brillo del agua me distrae por un minuto.
Pero te elegiría en calcetines hasta la rodilla todos los días de la semana si
tuviera opción. Esta vez su amplia sonrisa llega a sus ojos. Y sé que solo está
siendo amable, pero cada parte de mí se anima con el ridículo cumplido . Así que
tenemos algunos de los aspectos básicos cubiertos, ¿qué más no sabemos el uno del
otro?
Sabes que soy un desastre le digo sin aliento, una sombra se extiende sobre
su rostro mientras frunce los labios.
No. No creo que seas un desastre. Su comentario me toma desprevenida.
¿Estás bromeando? Me río, repentinamente nerviosa mientras mi mirada
se fija en la suya.
En el fondo esto se siente mucho más que un cuéntame de ti y te hablo de mí.
No. La primera noche que nos conocimos, pensé que eras un desastre, sí. Con
tu falda atrapada alrededor de mi tobillo, pero ahora sé que es tu manera de hacer
una declaración. Un recordatorio de que puedes hacer lo que quieras, incluso si es
dejar un rastro de ropa por el pasillo. Me ofrece una leve sonrisa, pero es la
intensidad en sus ojos y las palabras que ha dicho lo que realmente me llama la
atención.
Me entiende. El por qué. El cómo. A pesar de que nunca le he dicho
específicamente sobre mi tiempo con Ethan, él todavía me entiende. Hay algo
extremadamente conmovedor acerca de ser escuchado y que tus razones sean
validadas por alguien que sea importante para ti.
Porque no importa lo duro que intente convencerme de lo contrario, Zander
me importa. Mucho más de lo que quiero admitir.
Y justo cuando empiezo a sentirme incómoda porque él me ve con tanta
franqueza, con fallas y todo, como si estuviera sacando mis pensamientos de las
profundidades de mis ojos, se inclina aún más sobre la mesa y dice en voz muy baja:
Te estás olvidando de la pregunta realmente importante, Getty.
¿Cuál? ¿Qué me estoy olvidando?
Como… ¿cuál es el punto de no retorno en tu cuerpo?
236
¿Punto de no retorno?
Sí, ese lugar donde una vez que tu amante te toca allí, no hay vuelta atrás.
Lo único que queda por delante es el sexo y alcanzar un orgasmo. Su voz es apenas
audible y, sin embargo, escucho cada palabra junto con la sugerencia de cada una.
La pregunta me desconcierta. Pasamos de ser juguetones a ser serios, y ahora
pasamos a la clase de interrogación que me hace retorcerme en mi asiento porque
no estoy acostumbrada a la franqueza de él preguntando por mis zonas erógenas.
¿Por qué?
Es importante que tu amante sepa estas cosas, Getty.
Me río nerviosamente cuando el aire entre nosotros se tensa y se convierte en
una inesperada ola de deseo. Incapaz de pensar con su mirada salaz que pregunta
tanto, desvío mis ojos hacia el océano, agradecida de que esté dispuesto a darme un
momento para recuperarme antes de responder.
Oh Dios mío. ¿Cómo le respondo? En primer lugar, esto no es algo que Ethan
haya querido preguntarme, y, en segundo lugar, no soy muy buena para expresar
algo así en voz alta. Tal vez bajo las sábanas en una habitación oscura… pero no con
los penetrantes ojos azules que se sostienen firmes contra los míos observando mi
respuesta. Agreguemos a eso el hecho de que cada parte de mi cuerpo; mente,
nervios, pulso; está reaccionando de alguna manera a la mirada que me está dando
y al tema que acaba de presentar.
No seas tímida, Calcetines murmura, y coloca su mano sobre la mía sobre
la mesa. Mis ojos vuelven a los de él. Aquellas partes de mi cuerpo que estaban
reaccionando hace un segundo ahora se ponen a toda marcha . No puedes ser
tímida después de anoche.
Esa sonrisa de nuevo. Pero esta vez es una que refleja la soberbia arrogante de
los hombres sobre otro episodio de sexo increíble. Y hay algo en esa mirada que
restaura mi confianza. La parte que se da cuenta que yo soy quien la puso allí.
Así que tomo un fuerte aliento antes de mirarlo.
Todas partes. Se necesita todo lo que tengo para mantener nuestro contacto
visual. Cada gramo de confianza que he encontrado en mí misma para no mirar
hacia otro lado y avergonzarme de ser honesta . En todos los años que estuvimos
juntos, Ethan nunca se tomó el tiempo para preocuparse… así que no puedo decirte
con seguridad. ¿Mis labios tal vez? Porque me besas como si te importara. Como si
fuera inocente y una zorra, todo en uno. Los adoras. Exiges al mismo tiempo que
eres tan paciente conmigo. ¿O tal vez mi piel? Porque me encanta la sensación de tus
manos y cómo cuando las pasas por encima de mí… Su fuerza y notable restricción
reflejan tu deseo por mí. ¿O la curva de mi cuello? Porque cuando tus labios están 237

allí, puedo escuchar tu respiración entrecortada cuando pongo mis manos sobre ti.
Ese sonido me dice que quieres que te toque. Así que no tengo una respuesta para
ti. Me gusta cuando me tocas en todas partes, Zander… Destaco enfáticamente las
últimas palabras. Las extiendo, asegurándome que mi tono suene como su toque me
hace sentir. Codiciosa. Desesperada. Consumida.
Antes que pueda siquiera captar su expresión; ojos muy abiertos, la lengua
moviéndose para humedecer su labio inferior, el movimiento de su manzana de
Adán; y evaluar cómo se tomó mi confesión, pienso en mí. Sobre mi candor
inesperado y el nivel de comodidad que tengo con él.
Qué lejana es esta mujer que soy hoy, de la sombra de hace unos meses.
Ahora que las palabras están fuera, no puedo recuperarlas. Y si la mirada en
los ojos de Zander es una indicación, no creo que quisiera que lo hiciera si pudiera.
Si ese no es un desafío para tocar todas las zonas erógenas de tu cuerpo hasta
que puedas elegir solo una de tus favoritas, no sé qué es. Mierda. Suelta un silbido
y lucha sin éxito para ocultar la sonrisa de sorpresa en sus labios . Creo que
necesito un cigarrillo después de eso.
Es mi turno de reír. Largo y ruidoso. Y de preguntarme qué otras partes de mí
va a despertar en su búsqueda para hacerme elegir una favorita.
No hay quejas aquí.
Capítul o25
GETTY

Solo hay una palabra para describir cómo me siento cuando me dirijo a casa
después de vagar un poco por la ciudad sin rumbo fijo. Contenta. Compré el
humidor, me senté frente al mar un rato comiendo un helado, y luego nos dirigimos
al mercado de agricultores para recoger algunas peonías.
Pero la sonrisa inquebrantable en mi rostro se debe a Zander. No ha salido de
mis labios desde que inesperadamente me dio un beso en el paseo marítimo con
unas palabras de despedida Todavía no puedo creer que no te gusten las fresas .
Luego mostró una sonrisa mientras daba unos pocos pasos hacia atrás antes de dar
la vuelta para dirigirse a casa y tomar algo para el mecánico del bote.
238
Supongo que puedo tachar besar al chico de las reparaciones de la lista de tareas
pendientes.
Me río con la idea mientras abro la puerta principal, haciendo una nota mental
para agregar un artículo propio a la lista para él. Consciente del tiempo que falta
antes que comience mi turno, coloco las flores en un jarrón y me dirijo directamente
a mi habitación, distraída con pensamientos de dónde puedo ocultar el humidor. No
quiero que Zander lo vea hasta que pueda explicar mis intenciones.
A los pocos segundos de tirar mi bolso en la cama y bajar el humidor, tengo mi
camisa sobre la cabeza y me quito los zapatos.
Ahora, esa es la bienvenida apropiada que esperaría de mi esposa.
Cada parte de mi cuerpo se congela: los dedos de mi pie derecho se apoyan
contra el talón de mi zapato en mi pie izquierdo, mis dedos detrás de mi espalda
comienzan a desabrochar el broche de mi sostén, mi corazón, mi respiración. Las
únicas cosas que se mueven son los vellos que se ponen de punta lentamente en la
parte posterior de mi cuello y el polvo que baila con la luz de la habitación.
No soy tu esposa. El pensamiento hace eco en mi cabeza, pero nunca llega a mis
labios. Nada. En cambio, me concentro en las motas flotantes por un momento. Es
lo único en lo que puedo concentrarme, porque me cuesta todo lo que tengo decirme
que respire, que exhale de manera uniforme y controlar cada gramo de emoción que
siento. Para poner una máscara. Para disociarme. Para hacerle creer cuando me doy
vuelta, que no le tengo miedo.
Pero lo tengo.
Cada.
Parte.
De.
Mí.
Porque, aunque soy Getty Caster ahora, fuerte, independiente, confiada,
esperanzada; todo lo que hizo falta fue el sonido de su voz para transportarme de
vuelta. Ese tono calmado, uniforme, arrogante y calculador que nunca se eleva en
tono y, sin embargo, ordena, critica, castiga, desprecia. El miedo regresa
instantáneamente cuando me acuerdo de las ocasiones en que perdía los estribos o
tomaba una venganza despiadada y muchas veces infundada contra un adversario
porque le encantaba ser el juez, jurado y verdugo. Y sus metódicas formas de volver
a alinearme.
Muy bien, Gertrude. Es su tono de advertencia. El condescendiente tono
de Haz lo que te digo para que no me hagas hacer algo que lamentaré. El que solía hacerme
querer tratar de ser lo más pequeña posible para evitar la zona muerta de las 239

consecuencias de su temperamento . ¿Me extrañaste tanto como te extrañé?


Trago la bilis que amenaza con elevarse y respiro hondo otra vez.
No, Ethan, no te extrañé en absoluto. Mi voz es tranquila, pero al menos
su tono uniforme no refleja el miedo que rebota dentro de mí.
Qué divertida, Gertrude. Desdén. Su voz gotea con este . Como digas.
Quítate el sostén y date la vuelta. Ahora.
Mis ojos se mueven por la habitación. A mi bolso en la cama con mi celular
dentro. Me pregunto si Nick podría oírme gritar al lado a través de las ventanas
cerradas del dormitorio.
La ráfaga de sangre es tan fuerte en mis oídos que no puedo escuchar nada,
pero es un silbido al responder.
No.
Su mano golpea algo, un fuerte chasquido de un ruido, al mismo tiempo que
su voz suena.
Date. La. Vuelta. Salto físicamente ante el sonido, y la calma en su voz es
aún más aterradora.
Y tan asustada como estoy con él a mis espaldas, mi mente tratando de calcular
qué tan lejos está de mí o dónde está en la habitación, tampoco quiero que crea que
le estoy obedeciendo. O que le tengo miedo. Porque esas dos reacciones le darán la
única cosa que me niego a volver a darle: el poder sobre mí.
No tengas miedo, Gertrude. Solo soy yo. Tu esposo. Su risa resuena sobre
mis nervios.
Solo salta.
El pensamiento surge de la nada, pero es exactamente lo que necesitaba para
fortalecer todo lo que aprendí sobre mí misma en los meses desde que dejé a este
imbécil.
Contengo la bilis que amenaza con volver a subir. Endurezco mi columna
vertebral. Levanto mi barbilla. Y me doy la vuelta para enfrentar a Ethan. Está
sentado en mi tocador, apoyado en el respaldo de la silla, perfectamente preparado
como siempre, pero es el odio en sus ojos lo que revela su estado mental.
Sal. De. Aquí mascullo las palabras entre los dientes apretados, sin querer
que vea mi barbilla temblar.
El sonido de su risa llena mi dormitorio, pero es todo menos humorístico. Es
vacío, escalofriante. 240

Solo estoy aquí para recuperar lo que es mío. Levanta una ceja. Sus labios
se curvan socarronamente. Su mirada es implacable, lo que hace que escalofríos
suban y bajen por mi columna vertebral.
Jódete.
Está sobre mí en un instante. Cierra la distancia en una fracción de segundo de
tiempo. Ni siquiera tengo tiempo para gritar. Quizás sí. No lo sé. Hay un sonido. Un
choque. Un golpe en el suelo. Su voz llena de ira. Estoy temblando: mi cuerpo, mi
mente, mi corazón.
Pero incluso a través de la bruma del miedo, hago algo que nunca había hecho
antes. Me defiendo. Usando mis manos, uñas, piernas y pies. Lo que sea necesario
para detenerlo. Soy una bola de rabia contenida y dolor, aunque sé que no soy rival
para su fuerza, perfeccionada por entrenamientos obsesivos y los suplementos más
caros del mercado. Sin embargo, aun así, lucho.
Mi objetivo es conectar mi rodilla con su entrepierna, dar el único tipo de golpe
que sé que podría incapacitarlo, pero lo bloquea. No estoy segura de cuánto tiempo
luchamos. Segundos. Minutos. Se sienten como horas.
Mis pulmones gritan. Mis músculos queman. La punzada de dolor de sus
golpes para someterme no se registra. Solo mi rabia. Solo mi odio. Solo mi miedo.
Y en un movimiento que ni siquiera puedo comprender, me hace girar de
modo que estoy boca abajo en mi cama, su rodilla presionada contra mi columna
vertebral, mis brazos retorcidos detrás de mi espalda con una de sus manos mientras
el otro puño va mi cabello.
Mi rostro está presionado contra el colchón. El edredón grueso me sofoca la
boca y la nariz. Mis pulmones gritan por aire. Agito mi cabeza de lado a lado, intento
respirar hondo, trato de pensar con claridad, cuando lo único que puedo hacer es
concentrarme en el edredón caliente debajo de mi boca mientras aspiro el aire que
pueda atravesarlo. Pánico. No soy rival para su fuerza.
Y justo cuando mi mente comienza a ponerse borrosa y puntos extraños bailan
en la negrura de mis ojos cerrados, grito cuando tira de mi cola de caballo
bruscamente, levantando mi cara del colchón.
No hay miedo. No hay otro pensamiento que el aire. Tragar. Jadear. Inhalar lo
más rápido que pueda.
Conozco este juego. Lo ha jugado antes. Privar y exigir.
Mostrar quién tiene el control.
Demostrar que soy más débil.
241
Pero no me importa. No tengo los medios para enfocarme en cómo evitar el
siguiente empuje hacia el colchón, porque cuando tu cuerpo está privado de aire, es
tu único enfoque. Cómo conseguir más. Cómo almacenarlo. Cómo inhalarlo. Cuánto
vas a conseguir antes que te lo quiten de nuevo.
Su respiración es entrecortada por su esfuerzo. Sus jadeos cálidos golpean mi
oreja mientras se inclina sobre mí.
¿Eres así de desobediente con tu nuevo novio, Getty? se burla de mi nuevo
nombre. Su puño se retuerce en mi pelo, pero reprimo el grito de dolor.
No le dejes tener el poder.
Cierro los ojos y me estremezco ante los pinchazos de dolor en todo mi cuero
cabelludo. En el fuego que todavía arde en mis pulmones. En el dolor donde su
rodilla se clava implacablemente contra mi espina dorsal, y la tensión en mis
hombros mientras levanta mis brazos de mi espalda.
¿Sabe la puta sin valor que eres? ¿Cómo tu esposo tuvo que follar con otras
mujeres porque no pudiste satisfacerlo? Respiro entrecortadamente. La
afirmación todavía duele todo este tiempo después, aunque siempre lo sospeché.
Las reuniones repentinas. El sutil aroma del perfume en su ropa. E incluso en mi
estado de ánimo privado de oxígeno, sé que mi matrimonio no era un matrimonio
de ninguna manera real, y, sin embargo, escuchar la verdad todavía me duele . Sí.
Se ríe. Se burla de mí . Te dejaba con las piernas lánguidas extendidas en nuestra
cama e iría directamente a la de otra. Una mujer real que pudiera complacer a un
hombre.
Simplemente no hay comparación entre él y Zander. Entre egoísta y
desinteresado.
Dudo que la hayas complacido. El comentario me sorprende, saliendo de
la nada, y mi propia voz suena irreconocible. Calmada. Burlona. Confiada. Algo que
estoy segura nunca he sonado al responder a uno de los golpes verbales de Ethan.
Mi risita sigue el comentario y está audiblemente mezclada con un tono burlón.
Y juro que debo estar volviéndome loca, porque cuando me ordena que me calle,
solo me río más fuerte. Sí, está en completo dominio sobre mi cuerpo, pero mi mente
permanece muy clara y estoy tan harta de todo sobre él y esta situación absurda.
¿Por qué vienes a llevarme de vuelta si necesitas otras para correrte?
Pero antes que pueda expresarlo, mi cara se encuentra con el colchón de nuevo
y lo que antes pensaba que era humorístico ahora se convierte en una lucha para
respirar. Para alimentar mi cuerpo. Y mi mente.
Me digo que me calme mientras el pánico vuelve. Me digo que, si lucho, 242

necesitaré más aire y no podré contener más aire, así que me desmayaré más pronto
y él hará quién sabe qué conmigo.
Luego a medida que los segundos se extienden…
…y siguen…
…y siguen…
Mis pensamientos se alinean una última vez cuando los límites de mi mente
comienzan a volverse borrosos. Con una claridad que nunca antes había conocido,
un nuevo pensamiento cruza mi mente: me va a matar.
Mi visión se vuelve blanca. Mi cabeza se siente ligera.
Antes, me necesitaba en su vida. Era la hija de Damon Caster. Un símbolo de su
unión. De su futuro.
¿Le temo? Absolutamente. ¿Me preocupaba antes si me mataría? Nunca. Era
demasiado codicioso como para arriesgarse a arruinar esa relación con mi padre.
Era el pegamento en sus negocios. La bandera levantada de la victoria. La
mascota de su dominación mundial.
Y ahora que me he alejado, les demostré sin ayuda que su relación es sólida sin
mí. Que no soy necesaria.
Mis extremidades están pesadas. Mi pecho tiene un fuego salvaje ardiendo en su
interior. Mis pensamientos se desvanecen…
El fuerte tirón de mi cabello cuando me levanta la cabeza significa oxígeno.
Significa otra oportunidad. Las lágrimas pican mis ojos mientras jadeo como un pez
fuera del agua. Y cuando arrastra mi cuerpo hasta una posición de pie, la remoción
de su rodilla de mi espalda abre más espacio para que mis pulmones se expandan.
Mis piernas son de goma. Mi cabeza sigue mareada. ¿Era este su plan?
Hacerme débil. Encontrar la sumisión que me negué a darle quitándome el aire y
obligándome a volver a nuestros viejos roles.
Cuando abro los ojos, está cara a cara conmigo. Sus ojos color avellana guardan
la disculpa fraudulenta que me ha dado tantas veces a lo largo de los años. La que
creí al principio de nuestro matrimonio. Cómo poseía la culpa que él puso sobre mí
cuando dijo que mi desobediencia lo obligó a hacerlo. Había un ciclo de mi
aceptación, su disculpa, y luego su promesa de no volver a hacerlo.
Durante todo el tiempo también hubo una vergüenza que me comía entera,
roía y erosionaba mi autoestima, porque sabía que nunca tenía la culpa. Que en
realidad no quería disculparse. Que él era el culpable. Siempre tuvo la culpa.
La mirada de disculpa iba de la mano con sus acciones que me rompían. Como
243
humano. Como mujer. De sentirme valiosa. Fue el catalizador que me robó tanto. El
yo que estoy tratando de recuperar ahora.
Entonces encuentro fuerza en los recuerdos. Me encuentro aferrándome allí,
aferrándome a ella, y enfrentándolo cara a cara.
¿Por qué, Ethan? Mi voz es ronca pero firme . Si soy una esposa tan
horrible… ¿entonces porque me quieres de vuelta?
Su mandíbula palpita mientras trata de marchitar mi resolución con su mirada.
Porque la imagen lo es todo, Gertrude dice, pasando el dorso de su mano
por mi mejilla . Y el apellido Caster es el boleto para conseguirlo.
Tan preparada como estoy para su beso cuando se inclina hacia delante, no
puedo reprimir el disgusto. Agito mi cabeza, pero el jalón implacable de mi cabello
me congela cuando sus labios golpean los míos. La revulsión me recorre. Vuelve la
bilis.
¿Crees en las mentiras que te dice? susurra contra mi oído. Sostiene mi
pelo con fuerza, así que no puedo mirar para ver qué está haciendo . ¿Te dice que
eres hermosa? ¿E inteligente? ¿Y divertida?
Cierro mis ojos momentáneamente. Bloqueando sus palabras. No quería tener
a Zander cerca de Ethan en mi mente.
»Puras mentiras, Gertrude canta las palabras en un tono inquietantemente
infantil que me eriza la piel.
Su mano libre golpea mi parte inferior del vientre. Luego escucho el sonido
revelador de una hebilla de cinturón tintineando mientras el final atraviesa el bucle,
el cierre de metal golpea contra sí mismo.
No.
¿Te promete cosas que solo yo puedo darte? El sonido de una cremallera
abriéndose.
Mi mente se apaga.
Me ahogo con la bilis creciente. Sabiendo lo que viene después. Vuelve el
pánico. El odio tan fuerte que la idea de tener que tocarlo me pone físicamente
enferma.
Merezco una disculpa adecuada, Gertrude.
Mi mente se desvincula de esta realidad.
No. Me trago el nudo en la garganta. Lucho contra mi miedo. Evito que
las lágrimas se derramen en mis ojos. Trato de aferrarme a Getty Caster mientras él
intenta quitarla, capa por capa, hasta que se convierta nuevamente en Gertrude
244
Caster-Adams.
Débil. Obediente. Temerosa.
No. No. Es. Una. Opción.
Nuestros ojos batallan. Los suyos dicen ahora. Los míos dicen vete a la mierda.
Tira de mi cola de caballo de nuevo. Tratando de obligarme a caer de rodillas
como lo hubiera hecho antes. Tomando su castigo, dándole una disculpa adecuada sin
pelear, porque una pelea solo empeoraba las repercusiones. En mi vida anterior,
rendirse era la única forma de sobrevivir.
Pero no ahora. Aquí no. No la nueva yo.
¡Ahora! Su demanda se come el aire en la habitación, pero permanezco de
pie, con la mandíbula apretada, las manos empuñadas, una resolución
inquebrantable.
No. Es lo único que puedo decir sin traicionar mi valiente fachada con el
miedo, el pánico y la desesperación que me abruman internamente.
El dolor irradia mientras tira de mi cabello con más fuerza que antes; grito
automáticamente. Pero esta vez se alza contra mí.
Sí. Recuerdas como hacer esto. Te pondrás de rodillas. Me chuparás la polla.
Lo llevarás hasta la parte posterior de tu garganta. No tendrás arcadas. No te
moverás.
Usa mi silencio a su favor. Para enfatizar lo que espera. Para sacar mi miedo.
Para desconcertarme. Para dejarme pensar largo y tendido sobre lo que sé por
experiencia, sucederá a continuación.
No es mi problema si no puedes respirar, Gertrude. Acabas de demostrarme
que puedes aguantar la respiración durante mucho tiempo… así que no hay excusas.
Pero ten cuidado. Se ríe como un maníaco, dejándome saber que realmente
disfruta esto . El siguiente castigo duele mucho más que mi polla bloqueando tu
garga…

245
Capítul o26
ZANDER

Tu cabeza está en el país de los sueños, Donavan. Mejor sal de aquí, rápido, o la
próxima vez olvidarás muchísimo más que tu teléfono celular.
Le preguntas a una mujer cuál es su punto de no retorno y se supone que la
respuesta es simple. Mi cuello. Mi oído. Mis pezones. Mi clítoris. Demonios, incluso su
punto G si es directa.
Pero luego está Getty. Respondiéndome con una expresión dulce y un lenguaje
corporal inocente y tan casual como puede ser… ¿pero sus palabras? Joder, eran una
seducción propia. Un striptease verbal. Dándome una respuesta, pero luego me dijo
mucho más que una simple ubicación en su cuerpo. En cambio, me dijo cómo la 246
hacía sentir.
Jodidos sentimientos, hombre. Te meten en problemas todo el tiempo.
Sin excepciones.
Menos mal que me gustan un poco los problemas.
Mi estado de ánimo es muy bueno con mi mente llena de ideas de cómo quiero
tocarla cuando salga del trabajo. Los lugares exactos donde tentaré y probaré. La
decisión que la obligaré a tomar después de provocarla sin piedad. Tal vez
enloquecerla, retener su clímax hasta que se decida sobre su punto de no retorno.
Maldita sea. Las opciones son infinitas. Que jodida suerte tengo.
Miro mi reloj mientras subo los escalones de la entrada. Ocho minutos. No es
mucho tiempo. El mecánico no puede estar demasiado enojado por el breve retraso.
Después de todo, es su culpa que no recuerde las piezas de repuesto del motor que
Smitty ya ha pedido, por lo que sabría cuáles necesita ordenar. Pero yo sí las tengo.
En un correo electrónico, en mi teléfono.
El teléfono que dejé en el mostrador de la cocina.
Así que puede quejarse todo lo que quiera sobre el viaje de ida y vuelta de
veinte minutos que me demoré regresando para obtenerlo. Es mucho más
conveniente esperar los veinte minutos en lugar de consumir el costo de envío de
las piezas duplicadas que se supone que debe recordar.
Justo donde lo dejé murmuro mientras agarro el teléfono y me dirijo a la
puerta, sorprendido porque Getty no esté en casa preparándose para el trabajo. Tal
vez ya vino y se fue. Hay flores en el mostrador, pero no hay perfume. No hay
siquiera olor como después que generalmente se echa perfume. El pensamiento
perdura, me molesta cuando comienzo a cerrar la puerta principal.
No es mi problema si no puedes respirar, Gertrude.
Las palabras suenan fuertes y claras justo antes que se cierre la puerta. El
instinto toma el control ante el sonido de la voz desconocida en el pasillo. Nunca lo
había escuchado antes, pero sé de inmediato a quién pertenece.
… contén la respiración…
Necesito llegar a ella. Getty.
… sido advertida… Su risa … el siguiente castigo…
Hay una fracción de segundo después de cruzar su puerta para evaluar la
situación. Mi cerebro toma instantáneas de la escena. Getty: ojos abiertos como
platos, labios temblorosos, miedo en su rostro. Temor. Miedo. Todo lo que veo es
miedo. Ethan: pantalones abajo, los músculos tensos, sus manos en Getty. 247

Sus. Manos. En. Getty.


Es mi único pensamiento coherente. Luego hay rabia. Sangre roja.
Suéltala. Es mi voz, pero no la reconozco. No me importa, porque mi único
objetivo es alejarlo de Getty. Poner sus manos fuera de ella.
Todo lo que siento es la punzada en mis nudillos cuando mi puño se conecta
con su mejilla. Su cabeza retrocediendo por el golpe. Getty grita. La lámpara se
estrella contra el suelo.
Y todo lo que puedo pensar es: más. Otra vez.
Vengar. Tomar represalias. Proteger.
Su quejido. Mi gruñido. Un estallido de dolor en mi mejilla. El zumbido de aire
exhalado cuando golpeo su abdomen. Él tropieza. Yo lo sigo. Otro golpe: suyo a mi
vientre, yo solo rozando su mejilla.
Nunca la toques de nuevo. Una amenaza. Una advertencia. Nunca más.
Agarro su camisa. Gira mi mano en la tela. Los botones caen en el suelo. Lo
golpeo con fuerza contra la pared.
Su risa. Arrogante. Despreocupado. Inafectado. Como si ella no fuera nada. Un
peón.
Puedes tener a la perra frígida.
Sus palabras me golpean, amenazaron con confundirme, pero la rabia es más
fuerte. Ahoga la razón. Me ciega. Me alimenta
Solo un hijo de puta cobarde envía a su suegro a luchar por la chica. Pero por
la forma en que tratas a las mujeres, creo que ser un puto cobarde es bastante común
en tu mundo.
Su sonrisa. Maniática. Provocadora.
Termina esto, Zander.
Mi puño vuela hacia adelante. El chasquido de sus dientes. El crujido de su
nariz. El cálido rocío de sangre en mi brazo cuando su cabeza gira. El sonido sordo
cuando su cuerpo golpea el suelo.
»Tócala de nuevo, y te mataré yo mismo. Las palabras están fuera incluso
antes que las piense. La amenaza es más real que cualquier otra cosa que haya dicho
antes en mi vida.
Pero está fuera de combate. Nunca lo escuchará. Nunca sabrá lo real que es.
Los segundos pasan. Mis nudillos palpitan. Mi cuerpo vibra por la adrenalina.
248
Mis pensamientos se aclaran. Getty.
Desesperado por verla. Por sentirla. Por asegurarme que está bien. Me doy
vuelta. Y allí está.
El tiempo se ralentiza. Los segundos se extienden.
Su cabello es un lío. En su sostén y pantalones cortos. Un zapato puesto. Sus
ojos castaños están muy abiertos. Sus labios entreabiertos. Tiemblan. Pero es la
mirada que me da la que me roba hasta la última parte.
Oh, Getty. Es todo lo que puedo decir, todo lo que puedo pensar, mientras
cruzo la habitación.
Estoy bien dice. Y justo cuando la alcanzo, se derrumba en mis brazos,
contra mí. En mí. Así que hago lo único que puedo. Abrazarla. Olerla. Sentir su
corazón latiendo contra el mío. El calor de su aliento bajo mi cuello.
Y repito su nombre otra vez. Una y otra vez. Para decirle que estoy aquí. Que
se acabó. Que está bien.
Estoy bien repite, pero sé lo contrario. Puedo sentir su cuerpo temblando.
Puedo oír su aliento entrecortado. Cómo sus dedos cavan en mis bíceps.
Déjame mirarte murmuro contra la corona de su cabeza mientras respiro
el aroma de su champú una vez más antes que la tome de los hombros y la aleje de
mí . Getty. Yo… ¿te hizo daño? Mi mirada vaga por cada parte de ella.
Comprobando. Mirando. Asegurándome . Olvidé mi teléfono. No sabía…
habría…
No. No repite de nuevo, negando, tratando de evitar que me culpe, pero
buena suerte con eso . Estoy bien. No fue tan malo
—¿No fue tan malo? —¿Habla jodidamente en serio? La furia vuelve de nuevo.
La necesidad de hacerle pagar con venganza. Pero algo parpadea en sus ojos.
Y de repente me sorprende un recuerdo de mi madre con esa misma mirada.
La misma respuesta.
Es difícil de tragar después de eso. Difícil pensar. Difícil respirar ya que mis
mundos chocan.
Mis manos están en sus mejillas, mis ojos fijos en ella. No hay lágrimas. No hay
más emoción que sus dedos agarrando mis brazos con fuerza, diciéndome que no la
suelte todavía. Aunque no puedo contenerme. Necesito tocarla, sentir que está a
salvo, saber que está realmente bien. Rozo mis pulgares sobre sus mejillas.
Podrías haberme dicho, Getty. Tengo que decirlo. Tengo que hacerle saber
que entiendo. Ya lo sabía. Y está bien. 249

¿Sobre qué? La aversión de sus ojos. Esquivando la pregunta. El


movimiento de sus pies.
Habría entendido. Sobre él, sobre el abuso. Me doy cuenta que estoy
caminando en una línea delgada en este momento. Una que ya no puede negar
después de lo que acaba de suceder. Una que he sospechado todo el tiempo.
Nunca me ha golpeado, Zander. Sus palabras son apresuradas. Presa del
pánico. Negando lo obvio.
Pero también veo la vergüenza. El miedo de que la veré diferente después de
saber la verdad. Y me mata. Me arruina que piense que le echaría la culpa a ella.
Suavemente, procediendo con cautela, uso mis manos para dirigir su mirada
hacia la mía. Para asegurarme que vea mis ojos cuando le diga lo que necesita
escuchar. Lo que necesita saber. Lo que necesita creer.
No tienes que golpear para dejar moretones, Getty.

Maldita sea, que mujer más terca.


Me ignora como lo ha hecho desde que llegó aquí, a pesar de mis constantes
miradas desde el otro extremo del bar. Justo como lo hizo cuando los policías se
fueron con Ethan esposado y le dije que ya había llamado a Liam y que no iba a ir a
trabajar. Nuestra conversación se repite en mi cabeza.
Voy a ir dijo, con voz desafiante, mientras se subía un calcetín hasta la
rodilla.
No, Getty. Le expliqué a Liam que surgió algo. Él entendió. Mi frustración
creció mientras se puso el segundo calcetín . Lo que pasó fue serio. Necesitas
tiempo.
Y entonces me lanzó una mirada. La misma que me había estado lanzando
desde que llamamos a la policía. El estoy bien. El no es un gran problema. Sé que esa
mirada esconde toda la emoción que está tratando de no mostrar. Pero no fue hasta
que finalmente habló, que su reacción me derribó.
No. No necesito tiempo. Necesito ir a trabajar. No quiero sentarme aquí y
pensar en eso ahora. Quiero estar ocupada.
Pero… 250

No, Zander. No lo ves. Esta era mi vida. Por años esto fue todo lo que supe
hacer. Cómo lidiar con las cosas. Las lágrimas no estaban permitidas. Si algo así
sucediera luego tendría que pintar una bonita máscara, ir a algún evento y fingir que
estaba bien. Su respiración sonaba temblorosa. Tuve que luchar contra cada
instinto que tuve, para no tirarla contra mí porque esa declaración me hizo ver la
brutal verdad de cómo había vivido durante tanto tiempo. No vivido. Sobrevivido—
. Me estoy poniendo mi máscara, Zander. Déjame hacer lo único que sé hacer para
no desmoronarme. Si me derrumbo, él gana.
Y maldita sea si sus palabras no rompieron partes de mí que ni siquiera sabía
que tenía. Calmaron mi temperamento. Hizo que la orden de quedarse en casa que
iba a decir a continuación muriera en mis labios. Tuve que bajar la velocidad.
Ya no eres ella, Getty.
Mientras la veo moverse detrás de la barra, enmascarada, con las emociones
bajo control, no estoy seguro de que alguna vez olvidaré lo dudosa que parecía
cuando le dije que no tenía nada más que demostrar. Porque con su fuerza, su
resolución y su tenacidad, ya había ganado contra Ethan y su padre. Y mientras
puede estar manejándolo bien, usando el bar lleno de turistas para mantenerse
ocupada, yo no lo estoy. Cuanto más tiempo me siento aquí, más tiempo tengo para
llenarme de ira. Y más enojado me pongo.
Conmigo mismo: por no ver que había dejado mi teléfono en casa antes. Por
no llegar más rápido.
Con Damon: por enviar a su yerno a buscar a su hija, porque no acepta un no
por respuesta.
Con el sheriff: por decirme lo que ya sé, que Ethan saldrá en libertad bajo fianza
en cuestión de horas. Y aprecio el hecho que vaya a presionar un poco, esperando
hasta el último minuto para darle la llamada a su abogado, de modo que, con suerte,
su trasero tendrá que permanecer en una celda durante la noche. Pero sé la verdad
sin que el sheriff la haya dicho. El dinero significa privilegio. Y privilegio significa
abogados de alto precio y un trato especial.
Tengo la sensación de que Ethan no recibirá nada más que una palmada en su
muñeca.
Con Ethan: porque es un maldito imbécil que necesita mucho más que esa
bofetada en la muñeca. Todo lo que puedo esperar es que mientras se instala en su
elegante mansión en lo alto de las colinas en algún lugar con un brillo cada vez más
tenue, cada vez que se mire en el espejo y vea el bulto en la cresta de su nariz donde
la rompí, me recuerde. Que recuerde mi amenaza y que nunca vuelva a tocar a Getty.
Con Getty: por ser tan malditamente fuerte. La mujer necesita romperse.
251
Llorar. Enfurecerse y gritar para que pueda dejarlo atrás.
Necesita necesitarme.
El último pensamiento sale de la nada. Me ciega. Y lidio con este de la única
manera que sé, levantando la mano para llamar la atención de Liam.
No tuve más remedio que contarle lo mínimo sobre lo que sucedió con Ethan
cuando llamé para decir que Getty no vendría a trabajar. Sé lo importante que es su
trabajo para ella. Además, el molino de chismes de la pequeña ciudad
probablemente ya estaba en pleno apogeo, así que pensé, ¿por qué no decirle a la
persona que lo escucha todo para que pueda aclarárselo a cualquier persona?
Estoy seguro que Getty podría sentirse diferente, pero mientras está ocupada
guardando todo, quería asegurarme de que la ciudad supiera la verdad para poder
respaldarla si alguna vez lo necesita.
¿Necesitas algo de hielo para eso? Liam hace un gesto hacia mis nudillos
donde están rojos e hinchados.
No. Abro la mano para estirarlos y niego . Estoy bien, gracias. En
realidad, me gustaría que estuvieran peores. Me gustaría haber conseguido uno o
dos golpes buenos más. Por mí. Por Getty. Porque se merecía mucho más que eso.
¿Para tu mejilla, entonces?
¿Me golpeó la mejilla? Mierda. Ni siquiera lo pensé. Cuando abro la boca y
estiro las mejillas, claro como una mierda, siento dolor, pero solo niego de nuevo y
suspiro mientras miro hacia Getty para ver cómo está.
¿Todavía te ignora? Se ríe y levanta la barbilla hacia Getty. Hay una
preocupación en sus ojos, muy diferente de la sorpresa que tenía cuando Getty entró
una hora después que lo llamé para decirle que no iba a venir, y se puso detrás de la
barra.
Cuando fue a decirle que se fuera, que había cubierto su turno, la mirada que
le dirigí lo detuvo en seco. Y afortunadamente, cuando le expliqué que tenía que
estar ocupada, que pagaría el extra de salarios si quería, todo lo que hizo fue asentir,
señaló un asiento abierto cerca al final de la barra y me preguntó cuál era mi veneno
para la noche.
Definitivamente un buen chico.
Síp. Suspiro cuando mis ojos la encuentran de nuevo . Maldita mujer y
su terquedad.
Liam se ríe de nuevo mientras alinea dos vasos de chupito y saca el 252
Jägermeister del estante superior.
Ya sabes qué dicen…
¿Qué? Estoy distraído, con los ojos mirando la puerta de la sala de
almacenamiento donde Getty acaba de desaparecer.
Los hombres usan los pantalones en la relación, pero es la mujer la que
controla la cremallera.
Tiro la cabeza hacia atrás y me río. El reproche en la punta de mi lengua de que
no estamos en una relación no se menciona porque el alivio del estrés es más
importante.
Muy cierto. Golpeo la parte superior de mi vaso contra el suyo y lo bebo.
La quemadura es rápida, pero le doy la bienvenida. Es real. Eso y la risa que
Liam ofreció tratando de aligerar el estado de ánimo.
Esta vez, cuando va a ayudar a otro cliente, me deja la botella. Hombre
inteligente. Me relajo en mi silla en cuanto veo que Getty regresa al bar. Sirve una
cerveza para dos hombres delante de ella. Habla con ellos. Se ríe. Parece normal.
Pero puedo ver la tensión bajo la sonrisa.
No fue tan malo, tonterías. Sus palabras hacen eco en mi mente. Porque la furia
me bombea en las venas. Me hace pensar en mi propia madre otra vez. Me pregunto
con qué frecuencia se puso esa máscara para protegerme, dejándome pensar que
todo estaba bien cuando estaba magullada por dentro y por fuera.
Basta, Zander. Otro día.
Pero no puedo alejar el tren de pensamientos. Me doy cuenta que no he
pensado en la caja o la mierda que causó en mi vida en días. Todo el ruido que había
estado gritando en mi cabeza se calló. ¿Por qué?
Por ella. Hermosa. Valiente. Maldita Getty. Por primera vez en las tres horas que
hemos estado aquí, sus ojos se encuentran con los míos y miran a través de la
distancia.
Todo lo que me da es una suave sonrisa y un sutil asentimiento en
reconocimiento. Pero son las palabras que dice las que me golpean más fuerte que
cualquier otra cosa:
Gracias.
Una palabra. Tan malditamente simple y, sin embargo, podría ser por tantas
cosas: por ayudarla. Por ser paciente. Por dejarla ponerse la máscara. Por estar aquí.
Por mostrarle que no todos los hombres lastiman a las mujeres.
Asiento en respuesta, completamente sin habla ante una mujer y ni siquiera
estoy lo suficientemente cerca como para hablar con ella. 253

Su atención es atraída hacia otro lado, pero no puedo sacar el pensamiento de


mi cabeza que sigue dando vueltas. Amenacé con matar a un hombre esta noche.
Por ella. La mujer con los calcetines a la altura de las rodillas, los suaves ojos
marrones y la risa con la que no puedes evitar sonreír. Lo curioso es que siento un
absoluto remordimiento por lo mucho que quise decir mi amenaza.
¿Eso me hace más mi padre de lo que nunca pensé que era?
Otro trago. Para matar el pensamiento. Para ahogar la comparación.
Pero luego miro a Getty y no puedo dejar de pensar. En mi mamá. Mi papá. En
lo que pasó. Y todo lo que puedo pensar es que tal vez de alguna manera arreglé un
error esta noche. Hice algún tipo de reparación en mi jodido universo. Claro que no
sé cuáles eran las intenciones de Ethan, pero si Getty se vio obligada a volver con él,
¿no es lo mismo?
Su sonrisa. Su risa. Su confianza. Su espíritu. Su sexualidad. Él los tomaría a
todos sin pensar y ¿no sería lo mismo que matarla lentamente?
Paralelos. De repente están en todas partes. No hay forma de escapar de ellos.
Yo con mi papá. Getty con mi mamá.
Y, sin embargo, no quiero nada de eso. Solo quiero lo que sea que esté aquí en
una pizarra limpia. Getty necesita su nueva vida. Necesito superar mi vieja vida.
Eso hace que lo que vine a hacer sea más importante.
Para que Getty vea por qué esto no es su culpa.
Y para mí.
Para darme cuenta que no era mi culpa.
Malditos paralelos.

254
Capítul o27
GETTY

El verano de tormentas, así es como Liam lo ha llamado. La continua avalancha


de clima de tipo invernal que golpea la isla ha hecho mella en la economía
dependiente del turismo. Y por el aspecto del cielo, otra está a punto de sacudir la
isla. Menos mal que mi turno ha terminado y soy libre de ver la tormenta acurrucada
en el sofá mirando por las ventanas de la sala de estar.
Después de caminar a casa desde el trabajo, paso mi auto estacionado en la
entrada en el camino a la puerta principal y tengo que sonreír porque el verlo
produce una respuesta tan diferente. Antes, el montón azul de metal representaba
la libertad de tomar mis propias decisiones, un escape, una oportunidad de libertad.
255
Ahora, una semana después de la aparición de Ethan, todo lo que significa para mí
es un medio de transporte. Una forma de recorrer la isla si quiero explorar.
Y también veo a Zander. Porque este auto es un recordatorio del momento en
que comencé a enamorarme de él. Pasando mi mano por el guardabarros, estoy
tentada de intentar negarlo, pero sé que no sirve de nada. Sabía en qué me estaba
metiendo cuando empezamos esta cosa de amigos con beneficios hace más de un
mes. Pensé que sería capaz de controlar las emociones.
Pero en retrospectiva, fue este auto el que lo empezó todo. Cuando salí al
callejón detrás de la barra para encontrar este viejo auto frente a mí, y a Zander, el
guapo e inesperado desconocido, a mi lado. ¿Quién hubiera pensado que recordaría ese
momento más que nada? Sin embargo, cada noche cuando me acuesto en la cama con
el sonido del oleaje más allá de las ventanas y sus suaves ronquidos a mi lado, es el
único recuerdo al que sigo volviendo. El que puedo señalar como el momento en
que comencé a enamorarme de él.
Cuando reparó mi auto, me dio la oportunidad de huir, y decidí quedarme.
Porque me dio una opción sin saberlo.
Un trueno resuena en lo alto. Salto al escuchar el sonido, una parte de mí lo
toma como una advertencia de que al final solo me lastimaré. Pero al mismo tiempo,
lo que siento es una primera vez en mi vida. Y nunca olvidas la primera vez, así que
me alegro que mi primer amor verdadero fuera Zander.
Carpe diem, Getty. Carpe Diem.
Me sacudo el pensamiento y entro en la casa, sintiéndome cansada y
hambrienta. Una vez que cierro la puerta, escucho el silencio por un minuto, solo
para asegurarme… ha pasado más de una semana y sé que Ethan no está aquí, pero
todavía estoy un poco asustada.
Dejando escapar un suspiro, lanzo mi bolso sobre el mostrador y
deliberadamente no miro la lista de tareas pendientes, dejando lentamente los
artículos en el mostrador que está al lado. Mi reloj de arena mental me dice que el
tiempo se está acabando.
Todo lo que quiero es un poco de comida y un vaso de vino mientras veo las
nubes grises y negras que abarrotan el cielo abriéndose sobre los mares tormentosos.
Una tarde sin incidentes después de un largo día.
Preocupada por los truenos que retumban afuera y preguntándome si Zander
está de regreso en los muelles después de su prueba con el mecánico en el bote,
necesito un segundo para darme cuenta de lo que estoy viendo en el refrigerador.
Los tres estantes están apilados con cajas verdes de fresas de color rojo oscuro.
No puedo evitar reírme por la muestra de amor por las fresas de Zander. Y soy
256
instantáneamente traída de vuelta a la tarde anterior… a nuestro coqueto almuerzo
y despreocupada tarde. Deja que Zander piense en algo como esto. Para recuperar ese
sentimiento que había sido ahogado y reemplazado con llamadas telefónicas a
abogados y la presentación formal de cargos y órdenes de restricción.
Extiendo la mano y toco una caja con una gran sonrisa. Cuando cierro la puerta
del refrigerador, tengo una fresa en la mano, decidida a intentarlo una vez más. Por
Zander.
Lo gracioso es que parece que estoy probando todo tipo de cosas por él.

Una mano quitando el cabello de mi rostro me despierta sobresaltada. Miro


hacia arriba, con los ojos bien abiertos, el corazón acelerado, y me encuentro con la
divertida mirada azul de Zander.
Estás a salvo. Inmediatamente me siento estúpida por decir eso. Pero era
un pensamiento solitario que me molestaba mientras lentamente me dormía con el
aullido del viento y la capa de lluvia en mis oídos . Por supuesto que estás bien.
Estás aquí.
Se ríe suavemente y sacude su cabeza, pero nunca quita su mano de la curva
de mi cuello. Y normalmente me sentaría para poder enfrentarlo donde está sentado
en el borde de la mesa de café frente a mí, pero me gusta la sensación de su mano
sobre mí, su calidez, y no quiero que se mueva todavía.
Te tengo algo. Sus ojos son traviesos, su sonrisa dulce.
Lo vi. Me río . Fresas y fresas y más fresas.
Oh. Viste eso, ¿verdad? Su sonrisa se ensancha, mientras su pulgar frota
adelante y atrás, casualmente sobre mi piel.
Sí. Y hasta probé una solo por ti. La cara de disgusto que hago debe ser
graciosa porque se echa a reír.
Bueno, supongo que todo lo que importa es que lo intentaste… pero sigo
decidido a hacer que te gusten. Tal vez las bañaré con chocolate o algo así.
Sacudo la cabeza.
Solo lamería el chocolate.
Mmm. Y hay algo en la forma en que responde, profundo y gutural, que
me hace pensar que su mente se ha aventurado mucho más allá de lamer el chocolate
de las fresas y de lamerlo en otro lugar. Cuando nuestros ojos se sostienen, los míos 257
deben estar diciéndole que sé dónde ha ido su línea de pensamiento, porque sus
labios se contraen en una sonrisa.
El silencio persiste. La tensión se acumula. Y le doy la bienvenida. El chasquido
del deseo entre nosotros. El dolor de bienvenida en mi bajo vientre. Ha pasado una
semana desde que me miró de esta manera. O me tocó aparte de tirarme contra él
por la noche para dormir, un dulce beso presionado contra la corona de mi cabeza.
Los moretones en mis brazos, mi espalda, mis piernas, eran demasiado para él.
Así que le permití que me mantuviera a distancia, cuidándome como un bebé,
cuando todo lo que quería era perderme en él otra vez. Y dejar que me hiciera sentir.
Tal vez el espacio haya sido para mejor. Para no manchar la cama que hemos
hecho junto con las marcas que Ethan hizo en mi piel. Para no tener que recordárselo
a Zander cuando me toca. Sin embargo, esos moretones casi han desaparecido, los
que se pueden ver de todos modos, y gracias a Dios por eso, porque es una tortura
dormir junto a un hombre al que anhelas volver a tener.
Y como si nuestros pensamientos estuvieran en perfecta sincronización,
Zander me aparta de los míos inclinándose muy lentamente y rozando sus labios
con los míos de la manera más dulce.
Con una mano en mi mejilla y el pulgar y el índice de su otra mano sosteniendo
aún mi barbilla, profundiza el beso. Se produce una suave seducción, de lenguas y
suspiros y ternura que me roba el aliento y envía escalofríos que corren sobre mi piel
lo suficientemente fuertes como para rivalizar con el dolor profundo de mi vientre
inferior de deseo irrefutable.
A medida que el beso continúa, la intimidad de la acción solo se compara con
la primera vez que Zander y yo tuvimos relaciones sexuales. Pero tal vez esto se
siente aún más poderoso, porque mucho más ha sucedido desde entonces. O tal vez
solo para mí, ya que me he confesado los sentimientos que tengo por él.
Porque un hombre no besa a una mujer así si no hay algo allí.
Y justo cuando empiezo a creer mi propia propaganda, rompe el beso y se
inclina hacia atrás.
Te compré algo.
Me toma un minuto responder con mi cabeza nublada por su intenso beso.
No tenías que comprarme nada. Me muevo en el sofá y me incorporo, mi
mente parpadea a la caja que aún estaba en mi habitación para dársela.
Realmente no es nada importante dice encogiéndose de hombros como si
de repente se estuviera volviendo tímido , pero lo vi y… no lo sé.
258
¿Qué es? pregunto con total curiosidad en cuanto a lo que lo hace
sonrojarse.
Se agacha en el suelo, delante del sofá, hacia una pequeña caja blanca con una
cinta azul alrededor.
Toma. Me lo entrega sin mirarme a los ojos, así que me aseguro de que las
yemas de mis dedos rocen sus manos durante el intercambio. Un toque. Un poco de
algo que puedo ofrecer a cambio.
Gracias. Al darme cuenta de la pequeña tarjeta pegada sin sobre, coloco la
caja en mis rodillas y levanto la solapa de la tarjeta.

Calcetines—
Por si acaso alguna vez quieres ser encontrada…

—Zander

Mis ojos se enfocan en los suyos y todo lo que veo es una completa honestidad
en su mirada, todo lo que siento es la sinceridad de su gesto, mientras mi mente
vuelve a la conversación que tuvimos hace semanas. Incluso antes de desatar la cinta
y abrir la caja, ya sé lo que hay dentro.
Y cuando la abro, el nuevo iPhone se encuentra en el paquete.
Me ha dado una forma de preguntar si alguna vez quisiera que me
encontraran. La importancia de este momento, sus palabras, el regalo que está
ofreciendo, todo es tan pesado que me toma un minuto parpadear las lágrimas de
mis ojos antes de poder mirar hacia arriba para encontrarme con él.
Zander. Con suerte, el sonido de mi voz puede transmitir lo que no puedo
expresar con palabras: aprecio, sorpresa, humildad . No deberías haberlo hecho.
No tenías que hacerlo, es… vaya.
Su rostro se rompe en una sonrisa del territorio hoyuelo.
Había una gran promoción. Compre un teléfono y obtenga dos años
prepagados para todos los servicios, por lo que no pude resistirme.
Zander… Y sé que está mintiendo. Sé que está intentando salvar mi
orgullo y mi presupuesto al pagar por adelantado el servicio y el teléfono . Gracias,
pero no puedo aceptar esto. Es muy caro.
Toma la caja que le entrego y la deja antes de tomar mis manos entre las suyas.
259
Esto no es por dinero u orgullo, Getty. Esto se trata de que yo sea un hombre
y mira hacia la tormenta afuera , y saber que si necesitas ayuda, si estás perdida,
o como dice la tarjeta, si quieres que te encuentren, puedes ser encontrada.
Solo si eres tú quien me encuentra.
Trago el nudo en mi garganta, preguntándome en este mundo de amigos sin
posibilidades a largo plazo, si entiende cuánto significan sus palabras para mí. Como
tal vez quiere que haya un futuro para nosotros. Y luego me doy cuenta que estoy
entendiendo todo esto mal.
La maldita lista de tareas pendientes… la que me he negado a ver más
temprano hoy. Bueno, ahora quiero saber desesperadamente cuántas tareas quedan
por completar. Debido a que este regalo de repente parece ser su forma de decirme
que el final está cerca, que pronto se irá a casa y quiere asegurarse que estoy bien
cuando se vaya.
Lucho contra el pánico inmediato, la necesidad de rechazar el regalo porque si
no lo tomo, entonces no puede irse y, en cambio, solo me encuentro con sus ojos,
mientras está completamente ajeno a la silenciosa guerra de emociones dentro de
mí. Así que hago lo único que puedo, asentir, tratar de tomar el regalo por lo que es
y no leer demasiado en él.
Solo quiero que estés a salvo. ¿Bueno? Así que por favor acéptalo.
Con una condición. Me encanta la curvatura de sus labios y la elevación
de sus cejas . Si aceptas un regalo que tengo para ti.
Comienza a tratar de negarse inmediatamente cuando me levanto del sofá.
No necesito ningún regalo.
Lo conseguí la semana pasada le digo por encima del hombro cuando
entro en la cocina, mis ojos miran de inmediato a la lista mientras camino por el
mostrador. Pero oculto el suspiro de alivio y reprendo a mi ridículo pánico
melodramático cuando veo que la lista tiene solo dos elementos más tachados que
la semana pasada.
Todavía queda tiempo.
El pensamiento corre una y otra vez en mi cabeza con cada paso por el pasillo.
Getty… La forma en que dice mi nombre es equivalente a un niño
exasperado lanzando una rabieta. Desafiante. Resuelto. Queriendo lo que se supone
que no quiere.
Shhh. Es lo último que digo antes de entrar a mi habitación y dirigirme a
mi armario, donde escondí el humidor. Afortunadamente, su paquete pasó
desapercibido en la cama en la pelea con Ethan.
260
¿Acabas de callarme? Su risa llega a mi habitación, diciéndome que me
siguió.
Shhh repito con una risa. Y, por supuesto, estoy inclinada, con el trasero
en el aire, así que estoy segura que se está tomándose su tiempo para disfrutar de la
vista.
Bonitos calcetines, Calcetines. Disfrutando de la vista, de hecho.
Pero me encanta que justo así nos devuelve a esa broma divertida y coqueta
cuando, hace unos momentos, me estaba volviendo loca por él. Es como si de alguna
manera supiera lo que necesito escuchar cuando necesito escucharlo, y no se puede
poner precio a algo así cuando se trata de una relación.
¿Una relación? Ahí vas otra vez, Getty, con arcoíris y ollas de oro que realmente no
existen.
Cuando me pongo de pie con el humidor en mi mano, me doy vuelta para
encontrar a Zander apoyado en su hombro contra la jamba de la puerta, con las
manos metidas en los bolsillos de sus pantalones vaqueros, y este pequeño y
adorable pliegue en su frente mientras trata de averiguar qué demonios tengo en
mis manos.
Vamos a abrirlo aquí sugiero, levantando mi barbilla hacia la cama, a
medida que el pliegue se profundiza.
Da un paso adelante, la confusión todavía grabada en su rostro se contradice
con la sonrisa de niño pequeño en sus labios. En unos segundos estamos sentados
en mi cama: yo con las piernas cruzadas de espaldas a la cabecera, y él imitando mi
postura al pie de la cama con la caja cubierta por una bolsa entre nosotros.
Comienza a abrir la bolsa y, de repente, lo que parecía una compra inocente
parece muy personal, lo que me hace dudar en explicar mis razones para
seleccionarlo. Extiendo mis manos hacia las suyas.
Espera… Todo lo que quiero decir muere en mis labios.
Solo me mira y une sus dedos con los míos.
¿Qué pasa? ¿Finalmente estás compartiendo esa enorme caja de juguetes
sexuales que murmuras mientras duermes?
¿Qué? espeté, completamente desconcertada por su declaración. Por el
calor que inundó mis mejillas, estoy segura que deben estar rojas como remolachas.
Y todo lo que hace es sentarse frente a mí, con una expresión fría como una piedra
mirándome fijamente. Una risa nerviosa cae de mis labios cuando sacudo mi cabeza
en un rápido rechazo, inmediatamente rechazando su comentario . Qu-qué, yo no, 261
estás…
Su rostro se transforma al instante. Sonríe ampliamente, con la cabeza echada
hacia atrás, con la mano en el estómago mientras se ríe tan fuerte que hace eco en la
habitación. Se cae sobre la cama, tratando de dejar de reír, excepto que no puede.
Tu cara. Oh, Getty. Esa mirada no tiene precio.
Agarro la almohada más cercana a mí y le golpeo con ella antes que pueda
apartarse del camino.
Eso no es gracioso en absoluto. Ahora sueno como el niño pequeño que
tiene una rabieta. Pero Dios mío, eso no fue genial.
Y hago lo único que puedo después de golpearlo con la almohada una vez más:
cruzo los brazos sobre mi pecho. Y hago un puchero. Y mirándolo fijamente. Pero
demonios, si no es la cosa más difícil del mundo estar enojada con un hombre cuya
cara está medio cubierta por almohadas, con una risa tan contagiosa que estoy
reprimiendo una sonrisa, y que se ve tan condenadamente adorable, solo quiero
arrastrarme sobre la cama y acurrucarme en él.
Lo siento mucho, pero todo sobre eso fue clásico. Todavía puedo escuchar
la risa en sus palabras mientras se empuja de nuevo a una posición sentada, los ojos
ahora fijos en los míos.
Estoy haciendo pucheros. Solo pensé que haría esa declaración ya que no sé qué
más decir.
Y eres adorable murmura.
Eso fue malo.
No, no lo fue. Fue un momento perfecto porque estabas dudando de lo que
sea que compraste para mí y por eso te distraje. Mi intento de fruncirle el ceño
solo sirve para ampliar su sonrisa aún más . Y funcionó, porque ahora estás más
enojada que preocupada. En segundo lugar, debes saber que los juguetes sexuales
pueden ser muy divertidos, así que nunca los menosprecies, Calcetines.
Tu regalo… Redirigí la conversación levantando las cejas, porque no voy
a ir allá en este momento.
Mmmm. Se inclina hacia adelante, riendo en voz baja mientras se acerca y
toca la punta de mi nariz con su dedo . Juguetes sexuales para tu próximo regalo,
entonces. Y antes que pueda terminar de rodar los ojos, continúa con
impaciencia . Pero ahora, cuéntame sobre el mío.
Solo puedo mirarlo fijamente con una amplia sonrisa y un movimiento de mi
cabeza con exasperación, pero mis nervios ya no existen.
Quería conseguirte algo para decirte gracias… para decir que entiendo… 262

para decirte que solo saltes. Mi voz se desvanece cuando sus ojos se oscurecen antes
de mirar hacia abajo para comenzar a desenvolver el regalo.
Se toma su tiempo. Saca el humidor de la bolsa. Pasa sus manos sobre la
superficie lisa. Sus ojos se alzan para encontrarse con los míos momentáneamente
antes de bajar de vuelta a donde está levantando la tapa para mirar dentro.
Getty… Es apenas un susurro, pero una vez más, sabe cómo decirme todo
lo que siente con la simple pronunciación de mi nombre. Sorpresa. Asombro
Confusión. Cortesía.
Los dos vinimos aquí escapando de algo. Y has pasado tanto tiempo
ayudándome a… Lucho con las palabras correctas para decir, pero luego me doy
cuenta que ya lo dijo por mí … querer que me vuelvan a encontrar, que quería
conseguirte algo para hacer lo mismo.
Cuando sus ojos vuelven a encontrar los míos, puedo decir que entiende que
esto tiene algo que ver con su madre, sus razones para estar aquí, pero no está seguro
de cómo.
Esto es para mantener los buenos recuerdos. Algo brilla en sus ojos en
reconocimiento, pero continúo . Esa caja en tu habitación puede contener tanto lo
bueno como lo malo. Y cuando elijas pasar por eso, quiero que tengas un lugar
donde poner lo bueno. Un lugar seguro. Un nuevo hogar. De esa manera, cuando
salgas de aquí, puedes dejar lo malo en la caja de cartón detrás de ti y llevarte lo
bueno a casa contigo en algo nuevo. Lucho para que salgan todas las palabras.
Demasiada emoción para él. Demasiada tristeza al pensar en él dejándome.
Pero cuando se extiende sobre la caja y lleva una mano al costado de mi rostro
sin hablar, sus ojos nadan con emociones que solo puedo asumir que son similares
a lo que siento por dentro, sé que hice lo correcto.
Gracias, Getty. Mira hacia abajo a donde están sus manos en la parte
superior de la caja, su voz áspera, sus dedos inquietos . Esto es perfecto y reflexivo
y oportuno.
¿Oportuno?
Su risa llena la habitación, pero hay un tinte que no reconozco.
Sí. Ven acá. Quiero mostrarte algo.
Se levanta de la cama, levanta el humidor y se acerca para tomar mi mano para
asegurarse que lo estoy siguiendo. Me sorprende cuando se vuelve bruscamente a
su habitación y luego se detiene. Pero la confusión dura solo un segundo porque la
caja de cartón se encuentra directamente en el centro de su cama.
263
Había planeado pedirte que la revisaras conmigo esta noche. Frunce los
labios, los ojos enfocados en una caja de cartón aparentemente inocente. Excepto que
sé que es algo que tiene mucho poder sobre él . Supongo que estábamos en la
misma página.
Mi sonrisa es suave mientras asiento, pero no la ve. Suelta mi mano y deja el
humidor junto a la caja. El silencio nos pesa. La incomodidad de Zander es tan
palpable que puedo sentirla.
Es hora.
Capítul o28
GETTY

¿Qué recuerdas de tu madre? me pregunta Zander.


Ante su pregunta, miro desde donde ambos tenemos nuestras cabezas sobre
las almohadas de su cama. Las cajas de cartón y nogal están entre nosotros, y
contemplo su perfil mientras considero la respuesta. Su nariz recta, su mandíbula
fuerte, el abanico de pestañas oscuras contra su piel bronceada, está esperando un
momento antes de adentrarse en lo desconocido.
Y no estoy segura de por qué lo teme más que el hecho que sea algo
desconocido para él. Pero no puedo imaginar que pueda contener otra cosa que
parte de su pasado que pueda reconstruir y luego dejar todo detrás de él. 264

Entonces, una vez más, sé mejor que nadie cómo tu pasado te puede poseer,
incluso en el presente. Robar tu esperanza. Manchar tu alma. Cambiar tu
perspectiva, tus expectativas. E incluso después de que te liberes de sus garras, sigue
ahí. En las grietas de tu mente. En tus reacciones a las cosas cotidianas. En la sonrisa
que le muestras al mundo mientras lloras por dentro.
Gira la cabeza para mirarme, sus ojos azules son tan solemnes, y me piden una
respuesta que olvidé dar.
¿Mi mamá? Mi sonrisa llega rápidamente; aunque algunos de los
recuerdos se han desvanecido, los sentimientos aún están frescos . Su nombre era
Grace. Era hermosa. Llena de vida. Lo era todo. En voz baja suspiro, odiando que
haya dudas ahora cuando pienso en ella por lo que he experimentado.
Apuesto a que eras su vida. Su voz no es más que un murmullo, pero
puedo decir que sabe que estoy luchando con las verdades que he venido a aprender
como adulta.
Me gustaría pensar eso. Asiento cuando las palabras de Ethan y de mi
padre regresan a mí. Las que me arrojaron a la cara. ¿No puedes ser más como tu madre?
Tu madre nunca desobedeció a tu padre. Tu madre estaría tan avergonzada de tu falta de
clase—. Pero ahora… ahora me pregunto si realmente era tan feliz y perfecta como
pensaba, o si solo estaba montando un espectáculo, ocultándolo todo para…
¿Para protegerte? agrega.
Asiento, un nudo obstruye mi garganta mientras recuerdos lejanos insinúan la
verdad. De ella sacándome para nuestras fechas especiales cuando mi padre se
enfurecía. De improvisadas salidas a dormir en el Four Seasons para fingir que
éramos Eloise. De maquillaje cuidadosamente aplicado o lentes de sol de lentes
grandes que incluso usaría en el interior porque tuvo migrañas por unos días.
Sí. Mi voz se rompe y se acerca y enlaza su meñique con el mío en el
espacio entre nosotros . Tengo la sensación, mirando hacia atrás con lo que sé
ahora, que interpretó un papel a la perfección, pero se escondió mucho,
principalmente de mí.
—Tú eras su verdad.
La forma en que dice la simple declaración, tranquila, práctica, como si fuera
la cosa más obvia del mundo, casi deshace la menguante compostura que me queda.
Pero al mismo tiempo, creo que es exactamente lo que necesitaba escuchar. Ilumina
algunos de los lugares más oscuros dentro de mí para saber que, tanto como la
amaba y quería ser como ella, creo que estaría orgullosa de que ahora no quiera ser
como ella.
265
Era su verdad. Vuelve mi sonrisa. Puedo escoger los recuerdos para mantener
los mejores momentos con ella. Para acabar con lo malo. Y un recordatorio para mí
de vivir una vida, por mi cuenta, sin gafas de sol grandes y pijamadas en el Four
Seasons, porque ella no pudo. Y porque quiero hacerla sentir orgullosa de lo que
hice.
Asintiendo, con mi mente sobrecargada de emoción, enlazo mi meñique un
poco más fuerte alrededor del suyo. Se desplaza un poco, el colchón se mueve
cuando se estira entre nosotros. Abre el cajón de la mesita de noche. Lo cierra y
entonces me da algo.
Tomo una pila de unas diez fotos de él. Es obvio que son viejas, la ropa y el
automóvil son antiguos, pero son las personas en el papel las que llaman mi
atención. Un niño de cabello castaño con las rodillas desolladas, una mota de pecas
en el puente de su nariz y la parte superior de sus mejillas, y ojos azules que parecen
expresar una mezcla de felicidad y cansancio.
Los ojos de un niño que ha visto demasiado en su corta vida. Tiene un guante
de béisbol en una foto, hace una cara graciosa en otra. Elementos que deberían
denotar una infancia normal, pero los fondos de las imágenes reflejan algo diferente.
Zander, de cinco o seis años, se para en el pasto frente a una casa destartalada,
con una ventana tapiada y otra con rejas de seguridad metálicas. Zander con un
perro de peluche apretado contra su pecho sentado en un sofá manchado en un
cuarto oscuro. Una pequeña sección de la mesa de café es visible en la toma; está
llena de trozos de papel de aluminio, dos cucharas dobladas, un cinturón para niños
enlazados y las cápsulas de jeringas desechadas.
Miro fijamente hasta que ya no puedo mirar más a los alrededores para tratar
de entender lo mejor que puedo las cosas que quiere ocultar. No es muy difícil de
comprender.
El único punto brillante en la pila de fotos es la mujer que lo acompaña en
algunas de ellas. Tiene el cabello largo y castaño, una tez oliva y ojos azules idénticos
en forma y tamaño a los de Zander. Y me doy cuenta que las únicas fotos en las que
parece feliz, es donde está prestando atención a su hijo.
Su sonrisa es magnética, una expresión de completa adoración.
Luego está el hombre en las fotos. Como un punto muerto. Los brazos siempre
cruzados, un cigarrillo colgando casualmente de la comisura de su boca. Tal vez es
porque sé el final de la historia, pero me disgusta al instante a la vista.
Escudriño las imágenes varias veces, cada vez que mis ojos se dirigen al niño
pequeño, hago comparaciones con el hombre que conozco ahora. Y cuando termino,
vuelvo la cabeza y encuentro la intensidad en la mirada de Zander. 266

Era hermosa, Zander. Te pareces mucho a ella.


Asiente ligeramente, con una oreja sobre la almohada, la funda de almohada
blanca en un contraste tan marcado con las sombras oscuras en sus rasgos.
Estoy seguro que crees que estoy siendo un cobarde sobre esto.
Su franqueza me sorprende y me hace clamar la respuesta correcta.
¡No! Este es tu pasado, Zander. Tu historia. No te juzgo por cómo lo estás
manejando o el ritmo al que eliges hacerlo. A veces, mirar hacia atrás es mucho más
difícil que mirar hacia adelante. Solo recuerda que mientras lo que sea que esté en
esa caja puede ser parte de tu historia, no define al hombre en que te has convertido
hoy… a menos que quieras que lo haga.
Escucho su temblorosa inhalación mientras sus ojos parpadean a las imágenes
en mi mano. Una de él y su madre descansa encima. Su manzana de Adán se
balancea y exhala un suspiro de exasperada confusión.
Hasta que llegó esta caja, no tenía ninguna otra foto de mi madre que no
fuera en mis recuerdos. Me muevo para sentarme y hacerle frente, hacerle saber
que estoy escuchando y lista para lo que necesite de mí . Me sigo diciendo que no
importa qué más haya en la caja, esto es suficiente para mí. Que esto es más de lo
que tenía antes.
Inclino mi cabeza para sostener su mirada, mi mente da vueltas,
transformando los pensamientos que tenía anteriormente. Cuando me habló de la
caja por primera vez, pensé que solo era la idea lo que lo asustó y reabrió las viejas
heridas que un niño pequeño había logrado olvidar. Pero ahora, con la forma en que
está tan preocupado, me estoy dando cuenta que es mucho más que eso. ¿Qué piensa
que hay en la caja que lo tiene tan preocupado?
Espero que haya más buenos recuerdos para ti, Zander.
Su risa es suave, exasperada, autocrítica.
Bueno, considerando que la única otra cosa que saqué de la caja y miré, dice
que fui quien mató a mi madre… esperemos que tengas razón.
Sus palabras me sobresaltan.
Espera. ¿Qué? Mis manos están en el aire entre nosotros. Me ha lanzado
tan a fondo por un bucle que es como si mis gestos y mis pensamientos estuvieran
en dos mundos diferentes.
Zander no dice nada; solo me mira fijamente Y no estoy segura si está
esperando a ver mi reacción, o si me está probando para ver cómo proceso el ridículo
comentario que acaba de hacer. Pero mientras más busca en mis ojos, más veo que
realmente cree lo que acaba de decir. Está en la intensidad tranquila de sus ojos, la 267

tensión de su mandíbula, la tensión inquebrantable en los músculos de su cuello, y


la tristeza general que estoy observando cómo afecta despacio la vibración de su
expresión y postura.
Al necesitar hacer una conexión física con él, muevo cuidadosamente las fotos
con la idea de cruzar el pequeño espacio que nos separa. Pero antes de que pueda
terminar, se mueve repentinamente de modo que se acuesta de lado a través de la
cama, con la cabeza en mi regazo como un niño pequeño, con la cara hacia mi
estómago y un brazo enganchado alrededor de mi espalda.
Mi corazón se rompe y se hincha al mismo tiempo.
Háblame, Zander murmuro suavemente. Mis dedos recorren su cabello
por reflejo. Su aliento es caliente a través del fino algodón de mi camisa. Sus dedos
se enfrían bajo el dobladillo de mi espalda. Contradicciones. Todo sobre él en este
momento cuenta la misma historia: un hombre adulto que lucha con los recuerdos
del niño que no recuerda haber sido.
Y así hago lo único que puedo: le doy tiempo para que encuentre las palabras
para hablar. Ha estado volando con las alas rotas durante tanto tiempo, que estoy
segura que le tomará un minuto averiguar cómo aterrizar para que podamos
repararlo y volverlo a curar.
Paso mis dedos por su cabello. Una y otra vez. Calmando. Reconfortando.
Haciéndole saber que estoy aquí.
Lo primero que saqué de la caja comienza, con una voz cargada de
emoción. Y sigo haciendo exactamente lo que estoy haciendo: dedos en su cabello,
cuerpo relajado, agradecida por la confianza que me ha otorgado . Fue el informe
de su autopsia. No sé por qué lo miré. No es como si no supiera cómo murió. Estaba
allí, por el amor de Dios. ¿Cómo podría olvidar eso? La ruptura en su voz también
me rompe.
¿Cómo se llamaba? hablo en voz baja, con el deseo de devolverlo a lo
importante. A ella. No a la sangre que puedo imaginar que mancha su recuerdo de
ella. Porque sí, aunque ambos sabemos que el dolor de perder a una madre no es
algo que se pueda cuantificar o comparar, Zander, por mucho, ha tenido la situación
más difícil.
Lola. Su nombre era Lola.
Lola repito. Sus dedos flexionados contra mi espalda son la única señal de
que me ha escuchado . Creo que Lola estaría orgullosa del hombre en que se
convertiría su hijo.
Su desgarrado sollozo me toma por sorpresa. Toda la emoción que ha retenido
268
por lo que puedo asumir ha sido demasiado tiempo, se manifiesta durante ese
sonido único y desgarrador. Una tormenta ruge afuera de las ventanas y tengo la
sensación que es similar a lo que está sucediendo dentro del hombre que está ante
mí también.
Todo lo que puedo hacer es sentarme aquí, esperar con él y esperar ser esta vez
su faro.
La recuerdo allí tendida, sangre por todas partes continúa finalmente más
tarde, con una calidad de ensueño en su voz. La emoción que no existía el día que
me contó en medio de los pinos vuelve diez veces más fuerte en su tono en este
momento . Y allí estaba el mango de las tijeras contra su cuello. No podía…
respirar… le costaba respirar y pensé que era por las tijeras… así que las saqué.
Y esa última afirmación me dice lo que dice el informe. Lo que el adulto que
hay en mí puede inferir, pero lo que el niño pequeño asustado nunca podría haber
sabido: que quitar las tijeras probablemente abrió una arteria. La hizo sangrar. Pero
estaba desangrándose de todas sus otras heridas. Zander no mató a su madre. Es un
hecho que tiene que reconocer en algún nivel.
Pero creo que la brutalidad del informe, la reapertura de viejas heridas que no
podía recordar por sí mismo, era una realidad que no estaba listo para enfrentar.
Su repentina caída en espiral fuera de control. Su continuo rechazo a una caja
de cartón inocente. Su ataque a su familia, su carrera, todo tiene mucho sentido para
mí ahora. Un hombre no puede controlar lo incontrolable.
Oh, Zander. Me inclino hacia adelante y presiono un beso en su sien, dejo
mis labios allí, justo encima de sus orejas, para que pueda escuchar lo que necesito
que escuche por encima del ruido que estoy segura que está rugiendo en su cabeza
. No me importa lo que diga ese informe. No mataste a tu madre. Tu papá lo hizo.
Sé que el informe podría indicar lo contrario, pero debes saber que no es así. Tú
estabas ahí. Estabas con ella. Fuiste lo último que vio, su hijo, su bebé. Su verdad.
Los dos estamos acurrucados, su boca contra mi estómago, la mía contra su
cabeza, mis manos aún en su cabello, y nos sentamos así por un momento. Pensando.
Aceptando. Lidiando.
Lo sé. Su aliento es caliente contra mi camisa . Lo sé repite, el dolor se
transforma en ira en cuestión de segundos mientras se sienta y me mira, con la
cabeza temblando, los dedos de una mano jugueteando con los dedos de la otra .
Pero ese es el problema, Getty. Me ocupé de esta mierda hace años. Jodidos
terapeutas sobre terapeutas sobre terapeutas y luego algunos más. Hablé sobre los
sentimientos y dibujé imágenes de mis sentimientos, de lo que sucedió. ¡Cristo!
grita mientras se levanta de la cama, camina de un lado a otro, inquieto por la ira, y
se frota las manos sobre la cara . Se supone que debo haber superado esta mierda. 269
El recuerdo de mi madre no debería joderme y, sin embargo, lo hizo y estoy tan
enojado porque lo hizo. Todo este tiempo después, y algo con lo que pude vivir,
respirar y lidiar, lo hace de nuevo. Se apoderó de mí. Al principio pensé que mi ira
estaba en no saber esto. En cómo me lo ocultaron Colton y Rylee. Así que por eso los
ataqué. Pero luego, cuando vine aquí, tuve distancia. Tiempo. Espacio. Me di cuenta
que solo estaba enojado porque no debería afectarme en absoluto y lo hace. Y no
puedo detenerlo.
Entiendo cómo un hombre adulto puede estar tan enojado por ser cegado. Con
el destino, por demostrarle que es débil cuando es todo contra lo que ha peleado
toda su vida. Con el sentimiento de que ha superado algo solo para que vuelva a
aparecer más tarde y derrotarte, haciéndote cuestionar lo que siempre supiste que
era la verdad.
Zander digo su nombre, miro sus pies vacilar. Sus ojos llenos de coacción
y emoción se alzan para encontrarse con los míos . ¿Quieres estar enojado? Yo
también lo estaría. Estaría jodidamente furiosa. Gritando y vociferando y odiando al
mundo. No hay vergüenza en ello. No hay que meterlo debajo de la alfombra. Era
tu madre. Tu todo. Si esto no te afectara, estaría preocupada.
Silencio. El trueno sacude las ventanas.
¿La bata que uso? ¿La ridículamente cara que notaste? Esa bata era de mi
madre. Es un pequeño pedazo de ella que puedo tocar todos los días. Me la pongo
y me siento cerca de ella. Es tonto, Zander. Es un recordatorio del dolor y un
recuerdo de ella al mismo tiempo. Pero a veces tenemos que tomar las pequeñas
cosas que se nos dan para ayudarnos en aquellos días en que todo lo que sientes es
dolor. Miro la caja en la cama conmigo y luego me acerco a él . Mi bata es tu caja.
Te ha traído a ambos, lo bueno y lo malo…
Su frente se arruga, sus labios se fruncen como si le costara creer lo que estoy
diciendo.
No sé qué decir.
La mirada perdida en sus ojos es tan difícil de manejar y, sin embargo, no
puedo mirar hacia otro lado. Mi amor por él es tan fuerte que no puedo negarlo más.
La necesidad de llevarlo a mis brazos y quitarle todo el dolor es muy poderosa, pero
es él quien da el paso adelante. Es quien respira hondo, traga con fuerza, y abre
lentamente la parte superior de la caja de cartón.
Lo observo, metódico en sus movimientos, pero su rostro es un mar de
emociones, y espero que mis comentarios no lo empujen a hacer algo para lo que
aún no está listo. Y al mismo tiempo creo que necesita enfrentar esto, porque hasta
que no lo haga, lo desconocido se lo comerá entero.
270
Despliega las solapas de la caja, luego mueve el humidor al lado y abre la parte
superior. Toma la pila de fotos que me dejó ver antes y las coloca suavemente en el
humidor. La vista es agridulce. Un primer paso hacia el cierre.
Cuando levanta sus ojos, son del azul más brillante y albergan tanto caos, pero
son sus palabras lo que me dice que está listo para esto.
—Solo salta.
Capítul o29
ZANDER

Duele hasta que no duela más.


Veinte años es mucho tiempo para sufrir. Getty tiene razón. Siempre va a estar
ahí, incluso si solo es un susurro del dolor. ¿Cómo es que puede simplemente
decirme que está bien estar enojado y que ya me sienta mejor? ¿Cómo es que puede
atravesar la mierda que me nubla la cabeza y hacer que realmente la escuche?
¿Validar mis sentimientos con una simple declaración?
Deja entrar a alguien en lugar de excluir a todos… a veces se necesita un oído nuevo,
una voz nueva, para poner las cosas en perspectiva…
Las palabras de Colton vuelven a mí. Hijo de puta. ¿Cómo lo supo? Levanto la 271

vista hacia Getty, los recuerdos más débiles regresan a mí. De después de mi
mamá… estando en la casa, el hogar de los chicos donde estaba a cargo de Rylee. Y
no estoy seguro de si es porque los oí contarle a mi hermanito Ace la historia de
cómo se conocieron y eso creó el recuerdo, pero está ahí: Rylee ayudando a Colton
a superar el trauma de su pasado. Cómo atravesó todo y él realmente la escuchó.
Cómo al final lo ayudó a ser el hombre que es hoy. El hombre que dio un paso
al frente para adoptarme, salvarme, que puso un ejemplo para la clase de hombre
que quiero ser.
Porque él lo sabía murmuro para mis adentros mientras miro por la
ventana, mi mente jodida, mis emociones inconexas.
¿Quién sabía? pregunta Getty detrás de mí dónde está sentada en la cama
clasificando los papeles.
Nada. Me doy una patada mental en el culo por cómo lo traté. Las cosas
que dije. La mierda que hice. La falta de respeto que le mostré. Suspiro y paso otra
mano por mi cabello . Solo algo que debería haber sabido.
Echo un vistazo a donde Getty está apilando el impresionante contenido de la
caja en la cama. Después de pasar una hora revisándolo, me di cuenta que no era
más que el contenido de un cajón del escritorio volcado en una caja de cartón.
Tal vez era el escritorio de mi papá. Tal vez el cajón de chucherías de mi madre
en la cocina. No lo sé, pero las cosas malas que esperaba encontrar después del
informe de autopsia simplemente no están ahí.
Y no estoy seguro de si estoy más molesto o aliviado porque no contenga más
sobre mi pasado. Más piezas de mi madre para aferrarme. Una visión más amplia
de la vida que viví y el hombre que me la robó.
Joder. Dejo escapar un suspiro y me doy vuelta para mirar hacia la cama
donde está sentada Getty, clasificando los artículos en pilas. Billetes viejos, estados
de cuenta de tarjetas de crédito al tope, boletos de estacionamiento no pagados, listas
de compras escritas a mano, una orden judicial para mi padre por posesión de
drogas, un aviso de desalojo. Nada de lo que realmente pueda sacar conclusiones,
aparte de saber cómo era la caligrafía de mi madre, aún era tan joven que firmaba
nuestro apellido con un corazón por el punto sobre la i. Y que mis padres se
retrasaron en muchos pagos y estaban a punto de perder la casa.
Levanto la primera cosa en la pila más cercana a mí, una carpeta de Servicios
de Protección Infantil. La carta en el interior resulta ser una advertencia dirigida a
mis padres de que el condado había recibido una llamada telefónica de un 272

ciudadano preocupado por mi bienestar. Servicios de Protección estaría visitando


sin previo aviso para ver que estuviera bien.
Lo tiro de nuevo en la pila, luego considero el humidor lleno de las pocas cosas
que quería mantener. Una imagen que dibujé en un trozo de papel de dos figuras de
palo, ambas con ombligo, una marcada con Zee y la otra Mamá. La pila de fotos, un
recibo de tarjeta de crédito con la firma de mi madre, mi certificado de nacimiento
original, un marcador barato con una borla de arco iris que recuerdo que solía colgar
de la parte superior de sus libros de bolsillo, un clip de papel rojo que había doblado
en forma de corazón y me había dado una noche cuando nos sentamos en mi
habitación y esperamos a que se fueran los amigos de mi papá.
Hay un último artículo: un auto de Matchbox Indy. Los neumáticos apenas
ruedan y la pintura está casi completamente desgastada porque lo llevé a todas
partes, pero todavía veo la pintura roja brillante. Todavía recuerdo las pistas
elaboradas que hacía en mi mente. Y cómo lo agarraba con la mano mientras me
sentaba en la televisión junto a mi padre para la única cosa que tendría tiempo para
hacer conmigo, ver las carreras de la Indy.
Las lágrimas me queman los ojos inesperadamente mientras miro este pequeño
pedazo de mi pasado que de alguna manera se convirtió en una parte tan enorme
de mi futuro. Por primera vez en una eternidad, me pregunto qué diría mi padre si
supiera lo que hacía para ganarme la vida. No debería siquiera pensar en esa mierda,
pero al mismo tiempo, me lo pregunto.
Y eso hace que mi mente vaya a Colton. Al hombre que dio un paso al frente y
me tomó como propio cuando nadie más lo hizo. Al padre que decepcioné porque
era demasiado cobarde para hablar con él.
Vuelvo a dejar el auto viejo junto a mis otros recuerdos, desesperado por la
cantidad deprimente de cosas que tengo que representan los primeros siete años de
mi vida.
¿Estás bien? Su voz es suave y sus ojos marrones son compasivos cuando
levanto la vista para encontrarme con ellos.
Sí. Solo estoy… no lo sé. Estoy decepcionado de que no haya más y al mismo
tiempo aliviado de que no haya la bomba de tiempo que esperaba dentro… Si eso
tiene algún sentido en absoluto.
Lo tiene. Tiene perfecto sentido.
Exhalo ruidosamente y me siento en la cama junto a ella. El colchón se hunde,
la vieja caja de cartón cae al suelo y le agarro la mano para evitar que se levante y la
recupere.
Sí. No. No lo sé. Se ríe suavemente de las palabras y une sus dedos con los 273

míos.
¿Qué te está molestando?
Estoy molesto conmigo mismo. Reviso las pilas perfectas que acaba de
dedicar tiempo a organizar y me encanta cómo no me apresura a terminar la idea.
Hay algo en su silencio que es reconfortante y alentador . Quiero decir, ¿por qué?
¿Hice todo esto, causé toda esta mierda por esta caja? ¿Y esto es todo lo que hay?
Herí a mi familia, jodí la confianza que la gente había puesto en mí, posiblemente
arruiné mi carrera, ¿y por qué? ¿Por un informe que sabía en el fondo no era cierto
y por algunas pequeñas cosas de una vida que me alegro de no tener que vivir?
Mi voz se eleva cuando levanto las manos y regreso para mirar por la ventana,
donde el cielo se está oscureciendo.
Zan…
¿No debería al menos conseguir algún tipo de cierre? ¿Algún tipo de
explicación válida, así no luzco como el imbécil que fui cuando tenga que volver y
disculparme con mi familia?
Dios. Incluso eso me hace sonar como un idiota. Como si no fuera lo
suficientemente hombre para admitir que reaccioné exageradamente y arremetí sin
razón alguna. Joder, esto está jodido.
Zander.
¿Qué? Me escucho espetarle y en el momento en que lo hago, me
estremezco con pesar . Lo siento, Getty, es solo que… Mis palabras se cortan
cuando miro hacia dónde está sacando algo de la caja mientras la levanta del piso
. ¿Qué es eso?
Sus ojos se levantan para encontrarse con los míos.
La solapa inferior estaba atascada. No la vimos. Cuando la caja se cayó de la
cama, se soltó.
Me entrega el sobre blanco y veo que mi nombre está garabateado en la parte
delantera, con dos corazones garabateados a cada lado que coinciden con los que mi
madre ponía encima de la i en su firma. Mis ojos se enfocan en los de Getty
conmocionado y luego vuelven a bajar.
Acercándome a la lámpara, me siento en el borde de la cama y deslizo mi dedo
debajo del borde de la carta sellada. Cede instantáneamente, el tiempo
disminuyendo la efectividad del adhesivo. Cuando levanto la vista, Getty está
cerrando suavemente la puerta detrás de ella para darme privacidad.
Como si supiera que, lo que está en este sobre, me va a derribar de culo. 274

Con un nudo en la garganta y dedos inestables, saco con cuidado el papel del
sobre y lo desdoblo.

Querido Zander:

Si recibes esta carta, algo me ha pasado. Finalmente ha cumplido con sus amenazas. Sé
que estás asustado y triste, pero no lo estés. Siempre estaré contigo. El mejor regalo que he
recibido fue llegar a ser tu mamá, así que, por favor, recuerda siempre cuánto te quiero. Tú
eres mi corazón, mi luna, mi sol y mis estrellas. Por favor nunca dudes ni olvides eso.
Estoy segura que tienes tantas preguntas y todo lo que puedo esperar es que quizás
cuando seas mayor, esto pueda ayudarte a comprender todo lo que ha sucedido.
El amor puede ser puro. El amor puede ser feroz. Puede ser volátil. Puede volverse
negro. Pero incluso cuando lo hace, no siempre puedes dejar de amar. La forma en que te amo
es pura. Nada puede quitarnos eso nunca. La forma en que amo a tu papá son las cuatro
cosas, incluso el negro. Es el tipo de amor que es casi tan malo como las drogas que ama.
He tratado de irme. Nos hemos quedado en un refugio. Nos hemos quedado con amigos.
Pero soy débil. No puedo apagar el amor. Incluso ahora cuando es negro. Incluso sabiendo
que, si me alejaba, podría protegerte mejor.
Pero no pude. He hecho llamadas anónimas a Servicios de Protección Infantil,
diciéndoles que verifiquen al niño pequeño en nuestra casa, con la esperanza que vean la
adicción de tu padre y lo ayuden a buscar ayuda. Entonces estaríamos a salvo. Entonces
podríamos empezar de nuevo.
Te he fallado, Zee.
Si estás leyendo esto, he fallado en lo único que he hecho en mi vida que es perfecto: TÚ.
Lo siento mucho.
Pero necesito que hagas algo por mí. Necesito que recuerdes este consejo que tengo para
ti. Porque, aunque no tengamos mucho, aunque pueda ser una mujer débil que se quedó
cuando debería haberse ido, aunque he hecho tantas cosas mal, tú eres la única cosa que hice
bien. “sí que, por favor, Zander… si puedes vivir tu vida con esto en mente, entonces me
mantendrás viva en tu corazón.
Ama. Ama ferozmente. Ama puramente. Ama ciegamente si quieres, pero nunca dejes
que el amor se vuelva negro. Si se vuelve negro, aléjate y nunca mires atrás. Por mí, porque
no pude. Tu corazón solo ve lo bueno en todos en este momento. Sé que eso no durará para
siempre. El amor es increíblemente poderoso cuando es correcto. 275

Vive salvajemente. No imprudentemente. Sigue los caminos que deambulan. Toma


caminos que sean rápidos. Persigue tus sueños. Corre hacia tu futuro y olvídate de tu pasado.
Cuando seas mayor, encuentra a una mujer que te haga reír. Una que sea fuerte y que
pueda pelear sus propias batallas porque cuando tengan que pelear juntos una, serás más
fuerte sabiendo que ella puede defenderse. Trátala bien. Son las pequeñas cosas las que se
pierden en el panorama general. No olvides esto, Zee. A las mujeres les gustan los grandes
gestos solo para saber que no olvidaste las pequeñas cosas. Y ámala con todo tu corazón. Solo
aceptamos el amor que creemos merecer, y tú… te mereces el universo
Comete errores. Está permitido. No te enojes por los pequeños. Aprende de los grandes.
Y cualquiera que sea el error, corrígelo tan pronto como puedas. Si no lo haces y te conviertes
en algo como yo, querrás enterrar tu cabeza en la arena y posponerlo para arreglarlo, negarte
a admitir que estabas equivocado, pero no lo hagas. Quizás nunca tengas la oportunidad de
arreglarlo. No lo hice. Si lo hubiera hecho, no estarías leyendo esto.
Ten paciencia. Pero no demasiada. Cuando hay algo que quieres, ve tras él. Pero si hay
algo que valga la pena y que quieras lo suficiente, sé paciente.
Espero que nunca tengas que leer esto. Solo lo escribo como un recordatorio para mí
misma de por qué necesito irme y obtener ayuda. Una llamada de atención.
Hay una cosa más. Tienes algo que amas casi tanto como a mí. Va a todas partes
contigo, incluso a la cama. Dejé algo para ti en su interior. ¿Recuerdas cuando le dije a tu
papá que lo perdí? Mentí porque quería guardarlo para ti, por si acaso. Espero que esto tenga
sentido. Eres un chico tan inteligente, probablemente ya lo hayas descubierto. Espero que
cuando lo encuentres, te traiga consuelo.
Te amo, mi Zander, mi Zee-man, mi Zee-bug. Siempre. Cada vez que sientes que el sol
brilla en tu cara, soy yo envolviéndote en mis brazos y abrazándote desde el Cielo.
Recuérdame siempre.

Mamá

Apenas puedo respirar. Miro de nuevo la carta, tinta salpicada con las lágrimas
de mi madre. Mis pensamientos están por todo el lugar. Sal en mis labios. Lágrimas,
cuando no lloro. Las limpio de mis mejillas. La carta tiembla en mi mano.
Luego la leo de nuevo.
El adormecimiento que ardía dentro de mí durante tanto tiempo duele como
una perra, pero juro por Dios que es porque finalmente he encontrado algo de paz.
Lo sabía. Eso es todo lo que puedo pensar una y otra vez. Ella sabía que él la 276

mataría y me quería tanto como recuerdo que lo hizo y necesitaba que yo estuviera
bien.
Realmente me amaba. Qué pensamiento tan estúpido, una emoción agridulce que
amenaza con abrumarme.
—Getty.
Ni siquiera sé si lo digo en voz alta o si solo lo estoy pensando, pero cuando
abre la puerta, recibo mi respuesta. Una mirada a mí, y está al otro lado de la
habitación con sus brazos alrededor de mi cintura en un instante.
No puedo hablar. No sé qué decir, cómo explicarlo, así que abro la carta para
que pueda entender.
Aún perdido en mi propia tormenta de emociones, la veo leerla. Su labio
inferior tiembla. Su otra mano vuela para cubrir su boca. Algo hace clic en mi mente.
Un momento de claridad en medio de la bruma. Y corro por mi maleta metida en el
fondo del armario.
Soy un loco tirando la mierda fuera del camino, abriéndola, desparramándola
para encontrar la única cosa que agarré en el último segundo en el camino por la
puerta antes de salir de casa. La idea errante de agarrar lo único que tenía de mi
infancia, la manta de seguridad siempre constante para ayudar con el dolor de la
maldita caja que había aparecido en mi vida.
Y, por supuesto, después del hecho, me sentí como un cobarde por agarrarlo y
dejé la maldita cosa en mi maleta. Fue más fácil para que no tuviera que explicarle a
Getty por qué un hombre adulto andaba con un perro de peluche harapiento y lleno
de bultos.
Con prisa agarro al perro, mi salvavidas infantil después que mi madre
muriera, y caigo de espaldas al suelo.
¿Tú crees…?
La voz de Getty me asusta. Casi olvido que estaba allí. Pero cuando levanto la
vista para encontrarme con su rostro lloroso, sé que piensa lo mismo que yo. Está
fuera de la cama mientras mis manos presionan y empujan el relleno lleno de bultos
dentro del maldito perro.
Son los mismos bultos que siempre han estado allí. Los que he sentido a través
de la cubierta exterior cuando me acostaba a la cama cuando era un niño pequeño,
asustado y mudo por el miedo. Perdido en mi propia mente por la tristeza.
Getty sale corriendo de la habitación y regresa en cuestión de segundos con
unas tijeras, con los ojos llenos de aliento mientras me las entrega. 277

En la costura en el vientre dice mientras me muestra . Puedo coserlo y


dejarlo como nuevo.
Emoción, entusiasmo y cualquier otra cosa que no pueda ni siquiera nombrar
cursa a través de mí cuando intento estabilizar la hoja y cortar una pequeña abertura
en la costura. Con cuidado, hago un orificio de cinco centímetros, suelto las tijeras y
uso mis dedos para cavar dentro. No puedo sentir otra cosa que no sea el relleno
rígido por el tiempo. Las grandes esperanzas que tenía de encontrar esta última cosa
de mi madre se estrellaban lentamente.
Y luego golpeo algo duro con la punta de mi dedo. Mi aliento se atora. Mi
corazón se acelera. El pequeño círculo dentro del perrito que solía frotar mis dedos
y siempre pensé que era solo una parte cosida adentro.
¿Qué es? La voz de Getty está cargada con la misma emoción que siento.
Lo sé antes de sacarlo del agujero. Sé que es la forma en que mi madre me
permite tener un pedazo de ella conmigo para siempre.
Pongo la pequeña banda dorada entre el pulgar y el índice y la sostengo para
que Getty pueda ver.
Es su anillo de bodas.
Jadea
Estoy paralizado. Inundado de recuerdos. Sus brazos me rodean.
Me rompo.
Cada jodida cosa que he estado reteniendo desde que tenía siete años, sale.
La ira. El odio. La soledad. Las preguntas implacables. La necesidad de volver
a sentir el amor de mi madre. La culpa.
Cada pieza. Excepto su amor por mí.
Porque sé que eso era cierto.

278
Capítul o30
GETTY

Lista de reparaciones
Reemplazar escalón delantero el tercero
Reemplazar las tejas que faltan del techo Estar mojado solo es bueno en un
caso.
Terraza trasera = Trampa mortal
Arreglar la cerradura de la puerta del patio. Lo siento, señor Asesino del
Hacha
Arreglar el espejo del baño 279

Limpiar y arreglar el desagüe del agua


Reparar persianas
Añadir barandilla a los escalones delanteros & pintar
Conectar el Internet por el amor de Dios
Mierda de botes que no entiendo
Derrumbar la casa y reconstruirla 
Electricista Llamar a un plomero
Tuberías viejas
Tener sexo con el Besar al chico de las reparaciones

El sol brilla y el claxon del ferry emite una advertencia de que una nueva ola
de turistas se dirige hacia la costa, pero mientras caminamos por la ciudad, mi mente
está concentrada en el hombre que está a mi lado, sosteniendo mi mano.
Y en la lista de reparación menguante en el mostrador que he aprendido de
memoria. Cada artículo que se tacha significa un día menos con él.
Tengo que intentar no estar triste; así fue como nuestra historia fue escrita para
desarrollarse.
Lo he aceptado más en los últimos días después de ver a un Zander más alegre.
Lo conocí solo con el peso de lo desconocido descansando sobre sus hombros. Y
ahora que se ha levantado, sigue siendo el mismo chico que era antes, pero hay un
cambio significativo. Es más despreocupado. Su sonrisa es más amplia. No está tan
de mal humor.
Solo así, ver al hombre que amo vivir una vida más feliz, hará que despedirse
de él sea un poco más fácil. Sabiendo que lo ayudé a conseguir lo que había venido
a buscar y él, a su vez, me ayudó a superar mi pasado cuando me alcanzó.
¿A quién demonios estoy engañando? Voy a llorar como un maldito bebé, comeré
toneladas de helado y pintaré mares y cielos oscuros y tormentosos otra vez cuando
se haya ido… pero al menos fue por mi propia elección. Elegí entrar en esta relación
con Zander cuando supe el final antes que comenzara. Una cosa tan rara y liberadora
que tengo para mí después de haber sido controlada durante tantos años.
Carpe diem, Getty.
El pensamiento realmente me llama la atención por alguna razón. Como si
realmente quiero decirlo, entonces será mejor que haga algo al respecto. Y así, sin
280
preámbulos, tiro de la mano de Zander. Se detiene para mirarme, pero solo capto un
milisegundo de la confusión en su rostro antes de inclinar mis labios sobre los suyos.
Me encanta el movimiento repentino de su cuerpo, el enganche en su
respiración. Aún mejor, me encanta cómo, dentro de un segundo, su mano se desliza
contra mi espalda baja y me empuja hacia él para que pueda profundizar el beso.
Sabe al deseo y el helado de chocolate que compartimos hace unos momentos.
Creo que siempre lo compararé con la sensación recién despertada que provocó en
mí.
Nuestras lenguas se encuentran, las manos presionan nuestros cuerpos más
cerca, y nuestros labios expresan nuestra necesidad. Los turistas que cubren la acera
tienen que caminar alrededor de nosotros, y por una vez, realmente no me importa
quién está mirando. Porque se siente como si fuera solo él. Y yo. Y él no se va a ir y
yo no voy a llorar y todo estará bien.
El calor de su beso me permite creer la fantasía por unos segundos antes que
la risa fuerte e identificable de Mable suene a nuestra derecha.
Bueno, gracias a Dios. Ya era hora que la besaras hasta dejarla sin sentido,
Zander.
Zander rompe el beso, pero no antes que pueda sentir sus labios curvarse en
una sonrisa.
Sigues rechazándome, Mable, así que no tuve más remedio que seguir
adelante. Un hombre tiene necesidades después de todo.
Arroja su cabeza hacia atrás y se ríe, su pecho se agita y sus mejillas se
enrojecen por la atención.
Jovencito dice con un movimiento de cabeza y lo apunta con su dedo ,
creo que esa muchacha está cuidando tus necesidades muy bien por el aspecto de
ese beso.
No tengo ninguna queja aquí, señora dice levantando las cejas y con una
sonrisa mostrando su hoyuelo.
Qué caballero. Mable se lleva una mano al pecho con un tono de burla .
¡Oh, Getty! Hoy tenemos una gran oferta para ese vestido de cóctel con lentejuelas.
Va a traer unos buenos…
Disculpen un segundo dice Zander inesperadamente cuando ve a alguien
por encima de mi hombro. Lo veo correr hacia donde Liam se destaca frente al bar.
Zander lo llama para atraer su atención cuando me vuelvo hacia Mable. Ella
continúa hablando de algunos de mis vestidos en venta, pero mi atención sigue 281
centrada en Zander y Liam, cuyos ojos siguen mirándome.
Nos encontramos unos minutos después.
¿Qué fue todo eso? pregunto, odiando que de repente parezca
entrometida.
Nada en realidad. Solo quería preguntarle a Liam algunas cosas. Se queda
en silencio, lo que significa que mi curiosidad se ha despertado.
¿Qué…?
Quería darme esto dice riendo mientras sostiene una camiseta blanca del
Lazy Dog Bar, como la que tiene que llevar el personal, con el logotipo en forma
prominente en el pecho.
Siempre el oportunista. Probablemente está esperando que te fotografíen
cuando vayas a una carrera o algo así y le des un poco de notoriedad al bar.
La usaré. Se encoge de hombros . Aunque me gusta cómo te queda
mucho mejor la tuya dice con un guiño, refiriéndose a cómo todas las meseras
atan la parte posterior de sus camisas para hacerlas un poco más ajustados para el
beneficio de los clientes masculinos.
Estoy segura que sí. Me río y le sonrío.
Sin embargo, es aún mejor cuando no la estás usando. Voy a golpearlo
juguetonamente en el brazo, pero me atrapa antes de conectar el golpe y presiona
un beso inesperado en la parte superior de la mano. Aunque estoy sorprendida, él
actúa de manera casual cuando une sus dedos con los míos y comienza a caminar.
¿Vas a estar bien cuando me vaya?
Sí. No.
La pregunta detiene mi corazón, pero trato de no mostrarlo. Sé que se refiere a
su vuelo el día después de mañana. Y, por supuesto, me parece ridículamente
estúpido que haya entrado en pánico porque será la primera vez que nos
separaremos en casi tres meses.
Pero sé que mis sentimientos se vuelven locos por más que eso. Una vez que
regrese a su vida real, el ancla que lo retiene aquí en la isla perderá su control
lentamente.
Ha abordado la razón por la que huyó en primer lugar. Irse a casa significa que
intentará corregir los errores con su familia. Si tiene éxito, no tendrá razón para
quedarse aquí más.
Siento que después de todo lo que sucedió la otra noche, debería ser yo quien
te hiciera esa pregunta. ¿Cómo estás? 282

Deja escapar un suspiro cuando tomamos el desvío de la calle principal para


volver a casa. El peso de sus pensamientos llena el silencio.
Estoy bien dice finalmente . Una parte de mí quiere estar enojada con
ella por no irse cuando claramente sabía lo que iba a pasar, pero estoy tan cansado
de estar enojado, Getty. Es todo lo que he conocido por lo que se siente como mucho
tiempo. Y estar enojado no va a cambiar nada.
Suena muy diferente al hombre que conocí hace unos meses. Su estado de
ánimo, su apertura a la introspección y lo que va aceptar de la desgarradora carta
que su madre le dejó.
Estoy de acuerdo murmuro, sabiendo que estas son las conclusiones a las
que debe llegar por su cuenta, y que cuanto menos diga, mejor.
Creo que lo que siento es un cierre más que nada. Una pequeña sensación de
paz que nunca he podido tener. Quiero decir, puede que no me gusten sus
respuestas sobre por qué se quedó con él, pero al menos las tengo y al menos fueron
dichas por ella misma, no es algo que conjuré para convertirla en mártir y a él en el
monstruo. Y, estúpidamente, escucharla decirme que me amaba con sus propias
palabras… eso hizo toda la diferencia.
No es estúpido en absoluto. Inclino mi cabeza contra su hombro, con una
sonrisa en mis labios, mi corazón hinchándose de orgullo por él . Es la validación
de tus sentimientos. Escuchar a la persona que amas diciendo que también te ama
es algo que toda persona quiere escuchar.

283
Capítul o31
GETTY

Me olvidé de lo mucho que extrañaba esto. Cuánto necesitaba esto. Y es una


locura para mí que no haya deseado pintar en las últimas semanas, incluso después
de la cena con mi padre y el caos con Ethan, hasta ahora, en la víspera de la partida
de Zander.
Tal vez eso dice mucho acerca de dónde estoy ahora en mi vida. Mi padre y
Ethan ya no pueden afectarme. Pero Zander… por la ráfaga y el fervor en que me he
perdido con los colores atrevidos en el lienzo, definitivamente me hace sentir.
Simplemente no estoy segura de si eso es algo bueno o malo.
Por el aspecto de lo que está tomando forma ante mí, es algo completamente 284

nuevo. En lugar de los suaves colores mezclados de una puesta de sol sobre un agua
turbulenta, la pintura representa líneas elegantes y bordes definidos. Podría
llamarse abstracto en el mejor de los casos y horrible en el peor, pero mi primer
intento de un objeto en movimiento es mucho más difícil que la fluidez de la
naturaleza.
Vaya. La voz de Zander me asusta. La ausencia del ruido del martillo en
el exterior había pasado desapercibida, mis auriculares caídos fueron pasados por
alto mientras mi trabajo me consumía una vez más.
¿Eso piensas? Dejo el pincel y lo miro por encima de mi hombro, donde
está.
Sí. Es realmente increíble.
Se inclina más cerca mientras muevo mi silla para obtener una perspectiva
diferente. Inclino mi cabeza y la miro con ojos de juicio. El contorno es suficiente
para distinguir la imagen de un automóvil de Indy volando a través del lienzo. Es
borroso a propósito, pero todavía no estoy contenta con esto.
Todavía necesita trabajo reflexiono mientras sombreo y enmarco la
imagen más en mi mente . Está a medias y nunca he pintado nada tan técnico como
esto antes, así que quién sabe cómo…
Shhh. Coloca sus manos sobre mis hombros y comienza a frotar los nudos
dejados por mi sesión encorvada sobre un lienzo por todo el tiempo que he estado
aquí . Deja de ser tan crítica con tu talento. No puedo esperar a ver el producto
terminado.
Bueno, me alegro, porque lo estaba pintando para ti. Y nunca sentí la
necesidad de pintar nada para nadie. El pensamiento pasa a través de mi mente. Y todo
lo que puedo pensar es que necesito darle algo para que me recuerde.
Gracias. Ya me encanta. Presiona un beso ausente en la parte superior de
mi cabeza, lo que hace que las lágrimas que me niego a reconocer quemen en mi
garganta. Un gesto tan casual por parte de él, pero muy revelador de lo lejos que
hemos llegado desde la primera noche en que hicimos un brindis por nosotros.
¿Qué estás haciendo? Dejo caer mi cabeza un poco hacia atrás, sus dedos
mágicos en mis músculos adoloridos.
Terminé algunas cosas en la terraza y solo quería ver en qué andaba la
famosa artista.
Mi sonrisa es automática. Qué irónico que haya sacado un recuerdo de esa
noche cuando yo también estaba pensando en ello.
Oh, y yo aquí pensé que finalmente vendrías a hacerme pintar ese desnudo 285

de ti.
Su risa es aguda y llena la habitación con sugerencia.
Eso pensabas, ¿verdad?
Sí, pero no estoy segura de tener la pintura adecuada para darte el aspecto
que buscabas.
¿Qué aspecto es ese? murmura.
—Bonito.
Suelto carcajadas cuando gira mi silla sin previo aviso para enfrentarlo. Apoya
sus manos sobre mis antebrazos en el reposabrazos y me mira, con las cejas
levantadas, una sonrisa torcida en su rostro, y los ojos oscurecidos por el deseo.
Nuestra risa cesa al instante. El aire de la habitación se calienta rápidamente por la
química que se desata entre nosotros.
Mi aliento se atasca en mi pecho. Mis manos se tensan sobre los brazos de la
silla. Su sola mirada está haciendo que mis sinapsis se disparen. Pero esta vez, soy
mucho más sabia.
Quiero usar el fósforo para encender el fuego. Sé lo buena que es su
quemadura.
Dilo otra vez, Calcetines. Por favor murmura contra mi boca antes de meter
su lengua entre mis labios separados y darme una idea rápida del hambre dentro de
él antes de alejarme, dejándome con muchas más ganas . Dame una razón.
Mis labios se curvan mientras se inclina hacia atrás. Mis pezones se endurecen
contra el algodón de mi camisa debido a su proximidad. El calor de sus manos en
mis brazos arde de la mejor manera posible.
¿Una razón para qué? Estoy sin aliento. Necesitada. Desesperada por él.
Para hacerte rogar. Su sonrisa se burla. La mirada en sus ojos me tienta. La
lamida de su lengua entre sus labios hace todo tipo de cosas divertidas en mi
interior. La intención en sus palabras me hace apretar mis muslos.
Y oh, cómo quiero que me haga rogar.
Finjo indiferencia. Intento actuar normal, pero es imposible cuando está sobre
mí y cada parte de mi cuerpo está sufriendo por su toque.
Pero lo intento.
¿Cómo me harías rogar?
286
Su risa suena profunda y rica.
¿Crees que puedes batir esos hermosos ojos, actuar como si fueras dulce e
inocente, cuando sé exactamente lo que quieres y cómo dártelo?
¿Cómo sabes lo que quiero? Mi voz es tímida, con los labios fruncidos,
mientras levanto la vista y juego este juego con él.
Se ríe de nuevo, pero esta vez parece que sus manos sienten cuando pasan
sobre mi piel: suaves con un toque de aspereza y mucho deseo.
Nací para darte lo que quieres, Calcetines.
Es mi turno de reír. Mi cuerpo zumba con anticipación. Hay algo en el brillo
de sus ojos y el lado sexual de mí que ha despertado realmente quiere probarlo.
Tan. Jodidamente. ”onito…
Sus labios se curvan. Sus cejas se levantan. Su aliento se detiene. Se levanta
muy lentamente, su boca se desliza en una sonrisa que es parte victoriosa, parte
retorcida. Me pregunto qué desperté en él al mismo tiempo que no puedo esperar
para averiguarlo.
Levántate exige, con ojos atrevidos, dedos temblando mientras cuelgan a
su lado.
Me levanto lentamente. Mi corazón late a medida que la anticipación se
convierte en adrenalina. Da un paso adelante y no toca una sola parte de mi cuerpo,
aparte del dobladillo de mi camisa, mientras la levanta.
Levántala ordena, y cumplo sin cuestionarlo.
La única ruptura en el contacto visual que tenemos es cuando la camisa pasa
sobre mi rostro, pero nos encontramos instantáneamente en el minuto que pasa. Su
aliento cae sobre mis mejillas mientras levanta su camisa sobre su cabeza para
igualar mi estado de desnudez.
No se trata de intentar controlarte, Getty. Se inclina hacia delante y deja
un beso en mis labios, su voz ahora es un timbre relajante. Con las manos detrás de
su espalda, nuestros cuerpos están a solo centímetros de distancia . Esto no se trata
de complacerme en darte órdenes. Un beso con la boca abierta en el costado de mi
cuello, el rasguño de su barba incipiente mientras frota su barbilla sobre este . Este
es el momento en que entregas el control de tu placer sexual. Al otro lado de mi
cuello esta vez, sin urgencia en su voz, sino que parece que tiene todo el tiempo del
mundo . Esta eres tú confiando en mí, Getty. Se inclina hacia atrás y juro que el
vello de mi cuerpo se eriza para tratar de estirarme y poder tocarlo de alguna 287

manera . Esta eres tú, dándome tu cuerpo. Sus dedos se deslizan dentro de la
cintura de mis pantalones de yoga . Tu mente. Las manos fuertes continúan su
deslizamiento por el exterior de mis muslos hasta que mis pantalones y bragas caen
al suelo . Tu consentimiento.
Inhalo un aliento tembloroso. Sus palabras seducen. Intrigan. Encienden.
Quiere que lo deje tener el control cuando sabe que tengo problemas, pero ha creado
una situación en la que mi cuerpo está deseando darle el control. Y sé que no hay
manera en el infierno de que vaya a decir que no.
El deseo es espeso en mi garganta cuando se para en toda su altura y camina
hacia mí. Escucho las ruedas de mi silla cuando la patea hacia un lado para que
pueda estar detrás de mí. Un dedo se desliza por la línea de mi columna vertebral.
Mi espalda se arquea ante su toque. Mi boca jadea. Mis ojos se cierran.
El calor de su aliento golpea justo en mi oído. Su voz se siente como un juego
previo auditivo.
Estaba afuera trabajando en la terraza y todo lo que podía pensar era en lo
mucho que quería probarte. Sumergir mi cabeza entre esos muslos de color canela
tuyos y pasar mi lengua sobre tu clítoris, excitarte bien. Con tus manos tirando de
mi cabello, así de bien. Luego me deslizaría hacia tu coño para poder saborear lo
malditamente dulce que eres cuando te vienes.
Querido. Dios.
Pero un chico bonito no haría eso. No murmura, con los dientes
mordiéndome el lóbulo de la oreja. Mueve mi cabeza hacia un lado para que pueda
pasar su lengua por la curva de mi cuello, luego hacia atrás. Luego coloca besos con
la boca abierta desde la nuca hasta la otra oreja . Un chico bonito te acostaría,
repasaría los movimientos para hacerte venir, pero tendría mucho miedo de
ensuciarse. Extiende la última palabra, su voz baja, áspera. Y, sin embargo, todavía
niega a mi cuerpo el toque de sus manos . Y me gusta sucio, Getty. Completamente
sucio. Ronronea la promesa a pesar de quitar sus labios de mi piel.
Mi cuerpo se siente eléctrico. Necesitando la conexión con él. Desesperado por
él para hacer que esta corriente entre nosotros brille.
Me gustan mis dedos trabajando lentamente dentro y fuera de tu coño, mi
boca chupando tus pezones o besándote detrás de las rodillas, mi polla dura como
una roca queriéndote, y mi control aferrándose de un hilo, suplicando que se ensucie
un poco.
Mi boca se seca. Entre mis muslos se moja. Este gentil y considerado amante
mío se ha convertido repentinamente en un hombre con la misión de seducir.
288
La vieja yo, la de la ropa de diseñador y maquillaje perfecto, se habría
sonrojado ante sus palabras mientras en secreto se calentaba y excitaba, y
mentalmente las habría archivado para pensarlas más tarde cuando estuviera sola.
Pero la nueva yo, la que ha despertado sexualmente con su toque considerado y
evidente atracción hacia mí, se pone de pie y toma nota. Agita su mano
frenéticamente en el aire y dice: Escógeme. Elígeme. Hazme esas cosas .
¿Todavía me quieres bonito, Calcetines…? ¿O prefieres que sea sucio?
Puedo sentir el calor de su aliento en mi cuello.
¿Zander? Su nombre sale parte de una súplica, parte de una pregunta.
¿Ya estás rogando? Una suave burla de una risita . Y aún no he
empezado.
Retrocede detrás de mí. Dedos deshacen el broche de mi sujetador. El rasguño
de las correas cayendo por mis brazos.
Tan malditamente hermosa… ven, siéntate.
Me vuelvo para encontrarme con sus ojos, la mirada tórrida en ellos, la
seducción en sí misma, antes de moverme hacia donde señala: una otomana que está
a lo largo de los pies de la cama. Me siento justo en el centro contra una almohada
que ha colocado allí, nuestras miradas aún están fijas cuando se arrodilla ante mí.
Cuando sus manos finalmente se estiran, tocan mis tobillos. La chispa se enciende
en el vértice de mis muslos mientras lentamente tira de mis tobillos lo más separados
posibles, mis rodillas caen contra el asiento.
Mis brazos son los siguientes. Los dirige a la parte superior del estribo de la
cama, luego enrosca mis dedos alrededor de sus bordes.
Mantenlos así advierte mientras se pone de pie, mi cuerpo grita en protesta
cuando se aleja de mí . Aunque creo que atarlas puede ser divertido, no creo que
estés lista para darme tanto control todavía.
Mi cuerpo tiembla ante el pensamiento. Un miedo excitado que no puedo
describir, pero creo que podría manejar si él estuviera en el timón.
En otra ocasión. Eso te lo puedo prometer. Se pone delante de mí, con los
ojos recorriendo cada centímetro de mí. Un tipo de escrutinio tan diferente al que
estoy acostumbrada. Uno que dice quiero tocar cada parte de ti. Tomar y probar, saciarme
y reclamar hasta que no puedas aguantar más.
Y mientras me mira, definitivamente me lleno de él: su pecho bronceado, el
camino de vello que va por debajo de donde sus vaqueros cuelgan de sus caderas,
el bulto tirando contra la costura del pantalón, sus pies descalzos. Cuando vuelvo a
mirarlo para encontrarme con sus ojos, hay una elevación de su ceja, una especie de
¿te gusta lo que ves?, una sonrisa con suficiencia en sus labios, y antes que pueda
289
encontrar una respuesta no verbal adecuada, mis ojos se vuelven hacia sus manos.
Con una lentitud metódica, comienza a deshacerse de sus pantalones
vaqueros, empujándolos hacia abajo, y sale de ellos. Todo el metro ochenta y más de
él está de pie en toda su altura, dándome más que un vistazo de cada centímetro
firme, ondulante y deseable de él. Mis pezones se endurecen. Mi aliento se vuelve
superficial.
No tengo el talento para pintarte así. Justo como eres. Así podrías ver lo que
veo cuando te miro. Sexy. Da un paso hacia mí . Confiada. Un paso .
Hermosa. Otro paso . Inocente. Está entre mis muslos otra vez. Mi rostro se
inclina hacia el suyo . Pero no soy pintor, Getty. Se pone de rodillas . Así que
tendré que mostrarte de una manera diferente.
Con los ojos todavía en los míos y sus manos en sus propios muslos, Zander se
inclina hacia delante y desliza su lengua entre la costura de mi sexo. No puedo
contener un gemido o el retorcido desenfreno de mis caderas. El erotismo de él al
verme reaccionar ante la devastación de esa sola caricia de su lengua es más
poderoso que cualquier cosa que haya experimentado con un hombre.
Aún mejor, no se detiene. Sin embargo, se toma su tiempo. Con lengua y labios
y su incipiente barba, todos me afectan de diferentes maneras. Sus atenciones hacen
que mis músculos se tensen y cada nervio duela y se muera de ganas y necesidad,
antes que retroceda y me mire con mi excitación en sus labios y un brillo en sus ojos.
Igual de rápido, está volviendo a zambullirse para comenzar de nuevo la tortura.
La tercera vez estoy tan reprimida por la necesidad que cuando comienza a
apartar su boca, mis manos agarran lo que puedo de su corto cabello y sostienen su
cabeza contra mí.
Sin embargo, es su risa lo que reverbera contra mi sexo, no su lengua como
quería.
¿Acabas de suplicar, Getty?
Sí. No. ¡No lo sé! Estoy sin aliento. Excitada. Desesperada. Y su risa no es
lo que necesito ahora mismo.
¿Quieres saber qué pasa cuando me suplicas? Mis ojos se vuelven a los
suyos y el ronroneo cae de mi boca cuando sus dedos me encuentran, me separan y
comienzan a trabajar dentro y fuera de mí. Observa mi reacción durante unos
segundos hasta que mi cabeza cae hacia atrás, ya que las sensaciones que evoca son
demasiado.
Y luego, cuando agrega su lengua a la mezcla, soy yo quien golpea mis caderas
en su mano y mi voz pide más, porque si este es su tipo de castigo, entonces lo
tomaré. 290

Zander. Su nombre en mis labios mientras mi cuerpo sube más y más alto.
Sus dedos acarician. Mis nervios reaccionan. Su lengua es divina . Oh Dios. Mis
manos se tensan en su cabello . Sí.
Y luego nada.
Mi cabeza se levanta cuando se inclina hacia atrás, usa sus dedos para cubrir
su polla en mi humedad, y comienza a acariciarse. Despacio. Expertamente. A
fondo. El pulgar se desliza sobre la gota perlada en su punta antes que la palma de
su mano se deslice hacia abajo hasta tocar la base. Y luego repite todo el proceso.
Esta. Esta es la repercusión de rogar. Está reteniendo mi orgasmo mientras me
hace verlo perseguir el suyo.
Y santo infierno, no estoy segura que sea un gran castigo, porque estoy tan
excitada al verlo, por lo que le hago, al ver mi excitación en él, que tengo miedo de
mirar hacia otro lado por un solo segundo
Pero cuando me obligo a quitar mis ojos de su mano, ya que comienza a
acelerar el ritmo de su polla, sus ojos arden en los míos. Y esa sola mirada es casi tan
excitante como verlo masturbarse. Casi.
Especialmente mientras nuestras miradas se sostienen y el inconfundible
sonido de él trabajando más duro comienza a llenar la habitación. Sus dientes se
hunden en su labio inferior. Su respiración se acelera. Su cabeza cae hacia atrás y un
gemido gutural ensombrece todo otro sonido.
Y no puedo contenerme. Nunca he visto algo tan malditamente sexy o he
estado tan excitada en mi vida como lo estoy observándolo. Mi mano va entre mis
muslos sin pensar. Mis dedos se deslizan en mi humedad antes de volver a subir y
rodear mi clítoris, ya hinchado y sensibilizado por su toque.
Lucho contra mi propia necesidad de cerrar los ojos y caer bajo la bruma del
placer, porque sé que ver a Zander es suficiente para ayudarme a llegar allí. La
sensación de voyerismo me ha llevado a nuevas alturas de excitación.
La idea de correrse viendo a tu amante hacerlo me provoca algo increíble.
Lo visión ante mí y las emociones dentro de mí crean una potente combinación
que hace que mi respiración se vuelva más profunda, me duela el cuerpo, mientras
observo la tensión del antebrazo de Zander, la hinchazón de su pene, su cresta
desapareciendo entre su pulgar y su dedo índice antes de volver a sus gemidos
viscerales. Vacilo momentáneamente y cierro los ojos bajo el éxtasis del momento.
Y cuando abro los ojos, la mirada azul de Zander me mira sin ninguna barrera
entre nosotros. En un instante, todos los límites entre nosotros se borran.
Porque dejar que alguien te vea complacerte es casi más íntimo que complacer 291
al otro. Se cae el velo. Estás completamente expuesta en una intimidad primitiva.
En el momento en que se levanta, levanto mi trasero del borde del banco. El
tintineo de su cinturón cuando levanta sus pantalones del piso y busca en el bolsillo.
Mi mano sigue rodeando suavemente mi clítoris. El sonido del envoltorio
rasgándose.
Getty… El gemido de mi nombre es parte ¿Estás lista? Y en parte advierte
que no va a durar mucho. Y está bien, porque estoy tan preparada, que tampoco
duraré mucho.
Dios, sí…
Capto el destello rápido de su sonrisa, seguido de un gemido, Joder ,
mientras separa mis pliegues y se desliza dentro de mí sin detenerse, desde la raíz
hasta la punta. Sus dedos se hunden en los lados de mis caderas mientras trata de
aferrarse a un poco de moderación.
Pero no puedo. La mía se ha ido. Froto mi dedo sobre mi clítoris, mis caderas
se levantan por necesidad para arrastrar la cresta de su polla sobre el sensible haz
de nervios que se está quemando por él. Y una vez que golpea donde lo necesito,
comienzo a golpear mis caderas contra las suyas para instarlo, para decirle lo que
necesito.
La restricción se ha roto. El control perdido. En un instante somos una masa de
caderas que empujan, voces que gritan y manos que agarran y dedos que cavan. La
habitación se llena con una sinfonía de ruidos, pero termina cuando ambos nos
llamamos mutuamente con el nombre del otro al sucumbir al momento, al desafío y
al otro.

292
Capítul o32
GETTY

¿Getty?
La habitación aún está oscura, el reloj de la mesita de noche da las tres y cinco
de la mañana. Mi mente intenta despejar la bruma del sueño mientras la mano de
Zander sube y baja a lo largo de mi espalda.
¿Mmm?
Me tengo que ir, dormilona.
Ahora, esas palabras llaman mi atención. Mi mente se despierta sobresaltada y
me levanto para sentarme.
293
No. No te levantes. Vuelve a dormir.
No. Me levantaré.
Por favor, vuelve a la cama. Solo quería despedirme antes de irme. Se
inclina hacia adelante y presiona un beso en la parte superior de mi cabeza, sus
labios se demoran allí lo suficiente como para envolver mis brazos alrededor de sus
caderas y simplemente sostenerlo.
Programé el número de teléfono de Rylee en tu teléfono. Solo en caso que no
puedas contactarme y me necesites. Puedes llamarla. Ella sabrá cómo encontrarme.
Bien. Gracias. Mi cara se presiona con más fuerza contra él y atraigo su
aroma. El cuero de su cinturón se siente fresco en mi mejilla.
Otro beso en la cabeza.
Nos vemos en unos días.
Retrocede. Nuestros dedos se unen por costumbre. Como siempre, la
necesidad de conectar parece instintiva de ambas partes.
Vuela seguro. Que te diviertas. Buena suerte.
La necesitaré. Aprecio su risa y la devuelvo con una sonrisa que no puede
ver en la oscuridad. Luego el sueño me reclama mientras mis párpados comienzan
a sentirse pesados.
Adiós, Calcetines. Nuestras manos se liberan.
Adiós murmuro.
Sus pasos por el pasillo. El sonido de la puerta de entrada. El clic del cerrojo.
Te amo, Zander.
Me caigo de nuevo sobre la almohada. Cierro los ojos. Y ni siquiera me molesto
en limpiar la lágrima solitaria que se escapa y se desliza por mi mejilla.
Los amigos con beneficios no te dan un beso de despedida en la oscuridad de
la mañana.
Dejan una nota en el mostrador.
Envían mensajes desde el aeropuerto.
No te dan un beso de despedida.

294
Capítul o33
ZANDER

La pista es un zumbido. La vibración de un auto haciendo pruebas en la pista


retumba en mi pecho. Las revoluciones de un motor en otro lugar se suman al
sonido. Las sensaciones son como una segunda piel.
Me siento en casa. Y extrañamente me siento fuera de lugar.
Mi gorra está sobre mis ojos, mi bolsa colgada del hombro, mientras busco al
entrenador y espero que el hombre al que le mostré mis credenciales hace unos
minutos no sume dos y dos. No parecía que supiera quién era yo, así que espero que
mi apariencia permanezca bajo el radar, esto es algo que debo hacer en mi propio
marco de tiempo. 295

Porque, que me jodan si no voy a necesitar tiempo y valor para seguir adelante
cuando me enfrente a Colton.
Llego a la fila donde se sientan todos los entrenadores de los corredores, casas
rodantes enormes que sirven de refugio para los corredores mientras estamos en la
pista, e instantáneamente descubro el lugar en el que me he sentado durante
innumerables horas a lo largo de los años. La inquietud que había sentido aumentar
con cada paso en el camino de conducción se disipa instantáneamente al saber que
Rylee está allí.
Cruzando la distancia, subo los escalones, asomo mi cabeza por la puerta
abierta y toco, llamándola por su nombre.
¿Ry?
La mirada en su cara… su grito de sorpresa… luego, se apresura hacia mí y
casi me tumba con la fuerza de su abrazo. Y me aferro fuerte, la emoción me embarga
mientras tantas cosas me golpean.
Qué fuerte es su amor por mí. Cómo recogió las piezas rotas de un niño de siete
años y me ayudó a volver a armarme. Cómo no se dio por vencida cuando tantos
otros me hubieran descartado como un bien dañado.
Las cosas que olvidas cuando estás en tu vida diaria. Las cosas que aprecias
cuando vuelves a entrar con una perspectiva completamente nueva.
¿Qué clase de persona tiene la oportunidad de que dos madres lo amen tan
ferozmente como yo?
Un maldito afortunado.
Y es la expresión en sus ojos llenos de lágrimas y la sonrisa amplia en sus labios
cuando se retira, lo que refuerza este hecho y me aturde al mismo tiempo, sabiendo
por lo que la hice pasar.
¡Estás aquí! espeta finalmente, antes de jalarme contra ella una vez más,
como si fuera a desaparecer otra vez. Y hago lo único que puedo, reír a carcajadas y
abrazarla con más fuerza. El sutil aroma a vainilla que ha usado durante el tiempo
que recuerdo me llena la nariz y me hace sentir como en casa.
Una vez que su sorpresa está fuera del camino y se ha calmado, hace un millón
de preguntas triviales, cien observaciones: que me veo bronceado; que luzco bien;
¿dónde estaba? Nos sentamos juntos en el sofá. El silencio desciende mientras me
da el tiempo que necesito para decir lo que quiero decir.
Igual que Getty.
El pensamiento parpadea y me hace sonreír mientras respiro hondo y me 296

inclino hacia adelante con los codos en las rodillas.


Lo siento le digo finalmente con un gesto de mi cabeza. Sus ojos color
violeta buscan los míos cuando levanto la vista y me encuentro con ellos. Expresar
mis sentimientos nunca ha sido fácil para mí, incluso con ella. Agrega a esto la
situación en la que me he puesto, y no sé por dónde empezar. Así que empiezo con
la verdad . Hace unos meses algo fue entregado en mi casa…
Procedo a contarle todo. La incertidumbre que sentí por la caja. La conmoción
sobre el informe de la autopsia. El dolor que no había conocido. La traición que sentí
porque debían de haberlo sabido. La erupción de emociones por las que pasé. Mi
pelea con Colton. Las cosas hirientes que le dije. Mi viaje a la isla. Ayudar a reparar
la casa de Smitty. Cómo se sintió bien usar mis manos. Y mi inesperada compañera
de apartamento. Pelear con ella. Cómo al verla pasar por sus batallas, me di cuenta
que me aferraba a mi ira como un escudo. Lo llevaba como un rencor. Lo usé para
castigarme a mí mismo.
Y luego le cuento que finalmente abrí la caja. La carta inesperada. Los deseos
de mi mamá para mí. Su anillo de boda cosido en el perro.
Las lágrimas llenan sus ojos. Su mano cubre su boca. Asiente mientras las
lágrimas se deslizan por sus mejillas. Su expresión me dice que sufre por mí. Que
está orgullosa de mí. Que me ama.
Pero no pronuncia ni una palabra antes que respire hondo y diga las palabras
que iniciaron la conversación.
Lo siento mucho. Todo lo que puedo decir es que Colton tenía razón.
Necesitaba alejarme de todo, analizarme y lidiar con mi propia mierda. Lamento que
no te dejé entrar, Ry. Pero estaba herido. Pensé que me habías mentido. Que me
ocultaste algo tan importante, cuando ahora sé que no importa. Si sabías o no sabías,
estabas siendo mi madre. Me protegías de las cosas malas, igual que mi madre trató
de protegerme de las cosas de mi casa. Ese es tu trabajo. Mientras estoy hablando,
Rylee se acerca y cubre mis manos con las suyas. El toque de una madre. Una forma
de decirme que lo entiende . Me dije a mí mismo que no podía regresar hasta que
me enfrentara a lo que fuera la caja y terminara las reparaciones para Smitty. Quería
probar que soy un hombre de palabra otra vez. Que soy diferente del hombre que
lastimó a su familia, a su equipo, a él mismo… y lo enfrenté. Me dio el cierre que
nunca supe que necesitaba, pero ahora entiendo que era lo que siempre estuve
buscando. Todavía tengo que terminar algunas cosas menores en la casa de Smitty,
pero tenía que volver y enfrentar a Colton. No hay nada que pueda decirte aparte
de agradecerte por darme tiempo, por dejarme resolverlo por mi cuenta, y… lo 297
siento.
Sus labios se extienden en esa suave sonrisa que ha estado allí alentándome,
confortándome, riendo conmigo durante la mayor parte de mi vida, y de inmediato
sé que todo va a estar bien.
No necesitas disculparte conmigo, Zander. Una madre ama a su hijo sin
importar lo que haga. Así es como es. Aunque me hubiera gustado que me hubieras
hablado para poder explicarte y haber olvidado todo esto, me alegro ahora que no
lo hayas hecho. Alzo mi cabeza, sorprendido por sus palabras . Creo que
encontrar las respuestas por ti mismo fue diez veces más poderoso. Significará más
para ti. Confiarás en ti mismo ahora.
Asiento. Aclaro la emoción que se atasca en mi garganta al respirar
profundamente.
Lo sabía, Zander confiesa suavemente . Pero tienes razón. Era mi trabajo
como tu tutora y luego tu madre, protegerte. ¿Realmente importaba contarte sobre
los hallazgos de la autopsia? Tu madre no iba a sobrevivir, tocaras las tijeras o no.
Entonces, ¿por qué añadir esa carga a tu alma ya dolorida? Hice la elección. Lamento
que te haya causado dolor, porque eso es exactamente lo que no quería que pasara,
pero hice lo que creí y aún sigo pensando que era lo mejor para ti. Se enjuga una
lágrima y odio ver que la he hecho llorar, pero no puedo hacer nada al respecto .
Te he extrañado. Me he preocupado por ti. Estabas fuera de control cuando te fuiste
y temí lo peor, porque sé que un dolor así puede hacer que no te preocupes de ti
mismo. No puedo decirte lo feliz que estoy de verte entero y sano… y cambiado.
No la traje conmigo, pero te mostraré la carta…
No. Su sonrisa es amable, con ojos compasivos.
¿No?
Esa carta es algo que has esperado más de veinte años para encontrar,
Zander. Es su regalo para ti. No necesito verlo. El hombre ante mí que ha crecido es
todo lo que necesito ver para saber cuán poderosas fueron sus palabras. ¿De
acuerdo?
Bueno.
Me mira, con los ojos entrecerrados, y una sonrisa de complicidad juega en la
comisura de su boca.
Me alegra que hayas conocido a quienquiera que sea esta mujer Getty,
porque significa que no lo hiciste todo por ti mismo, y como tu madre, me alegra
que no estuvieras solo.
298
Yo también me alegro de haberla conocido. Mi mente vuelve a la primera
noche que nos conocimos y no puedo evitar sonreír.
Hablamos un poco más sobre la isla, sobre mis hermanos, poniéndonos al día,
y le prometo que estaré aquí unos días antes de irme, pero evitamos hablar de la
única persona con la que todavía necesito hablar.
¿Está en los pits?
Su sonrisa es automática. El amor en sus ojos es genuino.
Sí. Ya probó la pista. Está con Becks haciendo ajustes o tonterías. Uno o el
otro.
Mi estado de ánimo no se aligera ante su comentario burlón, porque esta es la
parte difícil.
Tengo que ir a hablar con él. Hacer las cosas bien. Me levanto del sofá y le
beso la cabeza.
Zander.
Me vuelvo al sonido de su voz justo cuando estoy a punto de salir por la puerta.
Para que lo sepas, Smitty nunca nos dijo dónde estabas. Y Colton nunca me
contó lo que pasó en esa habitación de hotel. Ha mantenido eso entre ustedes dos, a
pesar de que, lo que sea que haya sucedido, le ha estado afectando. Ha pasado
mucho tiempo sentado en su remolque con tu automóvil. No estoy segura de en qué
está pensando cuando está allí… pero pensé que deberías saber eso.
Mierda.
Asiento en reconocimiento. Me duele el pecho. Es hora de hacer las paces.
Solo saltar.

299
Capítul o34
ZANDER

¡Mira lo qué ha arrastrado el gato! grita Garret desde los boxes.


Hijo de puta. ¡Está vivo! ¡Vivo! se burla Brad de mí mientras saca su cabeza
del motor del auto.
¡El amor, lo siento! les grito a ellos, sonriendo mientras camino al garaje,
mi segunda casa. Algunos miembros del equipo me dan una palmadita en la espalda
cuando entro. Me envuelve un fuerte recibimiento.
Algunos de los muchachos me miran por debajo de las alas de las gorras de
béisbol. Desconfían de mi regreso. Los que enojé o decepcioné. O saben del
temperamento de Colton y no están seguros de cómo reaccionará a mi presencia 300

aquí.
Me encuentro con los ojos sorprendidos de Smitty sobre la tapa de una caja de
herramientas Snap-on, pero no dice una palabra. En cambio, las preguntas están
escritas en toda su cara. Levanto mi barbilla hacia las escaleras, pidiéndole una sola
respuesta, y cuando vuelve a asentir, sé dónde encontraré a Colton.
Con el corazón en la garganta, respiro hondo mientras comienzo la corta
subida. La incertidumbre acerca de cómo reaccionará hace que mis entrañas se
agiten.
Escucho sus voces antes de llegar a la cima: Colton y su mejor amigo y jefe de
equipo, y mi pseudo-tío, Beckett Daniels. Están hablando de un competidor,
tratando de calcular los ajustes que hizo su equipo que resultaron en un recorte de
dos décimas de su tiempo en la pista.
Cuando llego al rellano, Becks está frente a mí, apoyado en el mostrador detrás
de él, y Colton está sentado de espaldas a mí, con los pies apoyados en el mostrador.
Becks me ve primero, se sorprende, su conversación se detiene momentáneamente
en medio de su frase mientras sus ojos se fijan en los míos, una advertencia para
pisar con cuidado, antes que termine su comentario.
Tienes compañía dice Becks casualmente mientras se endereza y le da una
palmada en el hombro . Terminaremos esto más tarde.
Prepárate, Becks. Los pies de Becks se tambalean ante las palabras de
Colton mientras camina hacia mí. Se detiene, mira a mi papá, que simplemente
asiente en respuesta, antes de continuar a las escaleras donde estoy, y me da un
rápido abrazo, luego baja las escaleras sin decir una palabra.
El zumbido de un motor lejano es el único sonido en la cabina cuando me paro
allí y miro a Colton, sentado como estaba, de espalda hacia mí, con la cara hacia la
pista.
¿Te quedarás allí todo el día, Zander? Su voz es tranquila, sin emociones,
y no debería sorprenderme que sepa que soy yo. Señala la silla a unos metros de él
sin mirar atrás . Toma asiento.
Pero vacilo, no me muevo. Una parte de mí se siente como un hombre
completamente diferente a la última vez que hablamos, hace casi cuatro meses, y si
hago lo que dice, entonces no estoy proyectando eso. Me limpio las manos en los
vaqueros y cuadro los hombros mientras me preparo para decir lo que necesito
decir.
Ahora no es el momento de joder conmigo. No te estoy diciendo que te
301
sientes como una especie de juego de poder. Te estoy diciendo que te sientes porque
vamos a hablar de hombre a hombre. Si eliges no sentarte, puedes dar la vuelta y
salir. Tu elección.
Me aclaro la garganta. Y muevo mis pies hasta que estoy sentado en la silla
junto a él. Cuando finalmente me arriesgo a echarle un vistazo, sus ojos aún están
enfocados en la pista de abajo, pero asiente muy lentamente para reconocer mi
presencia.
Tenemos una batalla de voluntades entre nosotros a través del silencio. Él tuvo
la última palabra la última vez que hablamos, su reprimenda aún aguda en mi
mente, y por eso me cuesta comenzar con esto cuando sé que un simple Lo siento
no es suficiente.
¿Viste a tu madre? pregunta después de un momento, los ojos todavía
apuntan hacia el frente.
Sí.
Bien. Te ha extrañado.
Una parte de mí inmediatamente comienza a preguntarse si también me
extrañó. Mi lengua es gruesa en mi boca. Mi corazón late con fuerza. Y, sin embargo,
se siente muy bien estar aquí a su lado. En esa presencia dominante de mis años de
adolescencia, en la que tienes miedo de la reprimenda que estás a punto de recibir
y, sin embargo, disfrutas al saber que se preocupa lo suficiente por ti como para
darte una. Su versión de amor con testosterona.
Arruiné las cosas. Definitivamente esas no eran las palabras con las que
había planeado comenzar esta conversación y, sin embargo, resumen perfectamente
la verdad.
Asiente lentamente. Frunce los labios.
Sí. Seguro como la mierda que lo hiciste.
Tenías razón comienzo.
Recuerdo eso. Levanta una ceja solitaria, pero no dice nada más.
“lgo había sucedido y no sabía cómo hacer frente… Sigo con mis
explicaciones por segunda vez en menos de una hora. La diferencia es que esta vez
es mucho más difícil de explicar.
Podía leer el lenguaje corporal de Rylee, sabía que lo entendía, pero él solo se
sienta con la cara hacia adelante, con una expresión de piedra fría, respirando
normal todo el tiempo.
El silencio se estira cuando termino. Mis músculos están apretados tan tensos
que duelen. Mi rodilla se mueve hacia arriba y hacia abajo.
302
Viniste a mí esa mañana… continúo, sabiendo que debo abordar las cosas
que le dije ahora que he explicado los antecedentes detrás de esto . Y no hay excusa
para…
Tienes la maldita razón, no hay excusa grita, su reacción repentina me
sorprende después de su silencio total. Se vuelve hacia mí por primera vez desde
que estoy aquí. Sus ojos verdes arden de emoción. Furia. Decepción. Dolor. Tristeza.
Las mismas malditas cosas que pasaban por su expresión la última vez que lo vi.
Me levanto de la silla, la ira de la que pensé que me había deshecho, de regreso
ahora y alimentada con el sabor amargo del rechazo. Mi intención de volver aquí,
explicar lo que sucedió y arreglar las cosas sin más problemas, de repente se siente
fuera de lugar.
Cuando me muevo a través del pequeño espacio, puedo sentir sus ojos
abriendo agujeros en mi espalda todo el tiempo. Burlándose de mí. Retándome.
Interrogándome. Las escaleras me llaman. Me dije que había terminado con la ira.
Había superado el dolor. ¿Por qué pensé que sería tan fácil regresar y disculparme
y volver a mi lugar en su vida?
Mis manos están en mi cuello. Mi cabeza cuelga hacia adelante. La tensión
asfixia el aire libre de la cabina.
Colton. Mi voz se rompe, tono solemne. Su nombre es la rama de olivo que
extiendo. Sea lo que sea lo que necesito para tratar de hacer esto bien, porque ya no
puedo hacer esto. No puedo estar en desacuerdo con él. Y me golpea. De todas las
palabras que necesito decir, sé cuáles son las más importantes.
Habla.
Gracias por venir al hotel ese día. Por obligarme a escuchar verdades que me
negué a escuchar. Por despedirme. Sacudo la cabeza, suelto las manos y me vuelvo
para mirarlo. Necesito que vea mi cara cuando digo esto. Para que vea que me he
convertido en el hombre que me enseñó a ser. El que quiero ser. Nuestros ojos se
miran de nuevo, pero ahora hay esperanza mientras espera que continúe . Puedo
darte todas las excusas en el mundo de porqué hice lo que hice, porqué estaba como
estaba, pero al final, no importa. Nada de eso lo hace. Solo serían palabras. Todos
tenemos una mierda con la que tenemos que lidiar. Me fui enojado, negándome a
reconocer que tenías razón, y queriendo probar el punto de que no necesitaba a
nadie. Que podría manejar todo por mi cuenta. Y lo hice. Pero también aprendí que
la ira no me lleva a ninguna parte. Que la verdad es más difícil de enfrentar por tu
cuenta. Y sí, puedo hacerlo por mi cuenta, pero no quiero. Para eso es la familia. Para
apoyarme cuando la vida se pone difícil.
¿Estás arreglado, entonces? ¿Todas tus cosas se resolvieron? Sus preguntas 303

suenan informales, pero tienen tanto peso para nosotros mientras nos sostenemos la
mirada.
Sí, señor. Asiento para reforzar mi respuesta.
Bien, porque es mi turno. Levanta las cejas en una advertencia no verbal
para ver si voy a desafiarlo . Número uno: la familia es lo primero. Siempre. No
tenemos que compartir la misma sangre, Zander, para que me preocupe por ti. Si
alguna vez me insultas de nuevo diciéndome que no eres mi hijo, entonces habrá un
problema mucho más grande que esto. Y luego voy a estar aún más enojado porque
las consecuencias romperán el corazón de Rylee, y eso es algo que ninguno de
nosotros quiere, así que te sugiero que cuides tu lengua la próxima vez que quieras
ser un imbécil. Puedes encontrar algo más creativo que decir. Su voz es un frío
silencioso que apenas se oye, y sin embargo escucho cada una de las palabras y las
implicaciones detrás de esto.
Se levanta, con los hombros cuadrados hacia mí, los ojos clavados en los míos.
Número dos: ¿tienes un problema? ¿Necesitas hablar? Entonces habla. ¿Estás
enojado conmigo? ¿Crees que te estoy mintiendo porque digo que el maldito cielo
es verde? Enfréntame. Grítame. Dime que es azul. No me importa una mierda
mientras no le des la espalda a tu familia y no me faltes el respeto. Pero si por un
segundo creo que el cielo verde evitará que te lastime, entonces lucharé contigo hasta
que el maldito cielo sea verde. Te mentiré si tengo que hacerlo. Y nunca me
disculparé por ello. Ni una sola vez. Porque que estés bien es parte de mi trabajo y
lo único que importa. Y hablando de eso, ¿necesitas desahogarte? Ve a la pista. Corre
contra el maldito viento y supera a tus demonios allí. Nada bueno viene de arrojarlos
sobre alguien más. ¿Entendido?
Para un extraño, sus palabras pueden parecer duras, pero para alguien que lo
conoce, suenan como amor. Asiento.
Tercero, si vuelves a insinuar que las carreras son más importantes para mí
que tú, nunca más tocarás la pista, no me importa lo bueno que seas. Me mira
fijamente, advirtiendo fuerte y claro, y espera hasta que asiento en comprensión
antes de continuar . Hace mucho tiempo las carreras eran todo lo que tenía. Me
importaba más que nada. Entonces vino Rylee. Y lo cambió todo. Un hombre puede
amar más de una cosa, Zander. Necesitas recordar eso.
Sí señor.
Por último, ¿tu pasado? No. Eres. Él. Un cobarde. Un hombre que huye de
sus errores. He pasado demasiadas noches en mi vida preocupado por lo mismo, así
que es algo que necesitas escuchar. Que regresaras aquí, que tuvieras el coraje de
corregir tus errores, prueba ese punto. Su voz se aclara un poco y se acerca un
304
paso más a mí mientras sus palabras se adentran en mi interior, un ungüento para
ayudar a curar las grietas que aún quedan en mi alma. Se acerca y pone su mano en
mi hombro . Salir de esa habitación de hotel fue lo más difícil que he tenido que
hacer. Me mató alejarme de ti cuando sabía que estabas sufriendo… pero valió la
pena todos los días que me preocupé por ti, porque no podría estar más orgulloso
del hombre que acaba de entrar. Lamento que hayas pasado por la pérdida de tu
madre otra vez por tu cuenta. Pero me alegro que tengas el cierre que necesitabas.
Hay un momento que pasa donde solo sacudo la cabeza sin creer lo último que
me dijo. Pero hay orgullo en sus ojos ahora. Amor. Aceptación.
Me acerca en un abrazo. Y siento que puedo respirar por primera vez desde
que puse un pie en la pista. He corregido un error y espero que mi madre se sienta
orgullosa.
Y él.
Y Rylee.
Y Getty.
Cuando me suelta, me pone un brazo alrededor del cuello y me mantiene cerca
de él.
Te extrañé, Zee. Su voz suena ronca, la emoción la nubla, mientras tira de
mi cuello un poco más fuerte.
Durante meses dejé que el miedo y la preocupación y la angustia por lo que iba
a suceder cuando regresara me hicieran reflexionar sobre la conexión que
compartíamos. Dejé que la preocupación de haber arruinado esta relación me
mantuviera despierto durante muchas noches.
¿Quién diría que ver el sentido torcido de la obligación familiar del padre de
Getty y obtener el coraje de volver y disculparme con esta nueva visión de lo que
significa la familia sería lo necesario para que esta sensación de rectitud volviera a
estar entre nosotros?
También te extrañé murmuro con un enorme y silencioso suspiro de alivio,
una purga de la discordia en mi alma.
Estamos juntos, padre e hijo reunidos, y mejor por el tiempo separados,
asimilando la única cosa que fluye a través de nuestra sangre con la misma fuerza
que nuestro amor mutuo, la pasión por la pista. La adrenalina. La velocidad.
Así que nos quedamos en silencio por unos momentos, la banda sonora de
nuestras vidas en un zumbido a nuestro alrededor. Es reconfortante. En el mismo
sentido que el susurro de los árboles en la isla.
305
Así que háblame de esta chica dice inesperadamente.
¿Getty?
Buen nombre. Sí. Ella.
No hay mucho que decir realmente. Había una confusión sobre el lugar y
ella se quedaba allí. Eso es todo.
Ajá. Es todo lo que dice, seguido de un gesto con la cabeza, antes de
alejarse y sentarse en su silla, con los ojos entrecerrados y los labios fruncidos.
¿Qué?
¿Es con ella con la que has hablado?
¿Cuál es tu punto? Y estamos de regreso al lugar donde estábamos antes,
él molestándome cuando no sé lo que están diciendo esos divertidos ojos verdes.
¿Está bien allí? ¿Ese idiota va a volver?
Lo miro hasta que me doy cuenta que en mi explicación y disculpa le di mucho
más de lo que me había dado cuenta. Le conté sobre Getty y su padre y Ethan.
Asombrado, miro hacia atrás hacia la pista por un momento. ¿Cuándo empecé a
pensar que mi tiempo en la isla nos pertenece a los dos? ¿Como nuestro?
¿Zander?
Lo siento. Sí tartamudeo una respuesta, intento aclararme la cabeza .
Creo que se ha ido para siempre. Además, tuve palabras con su jefe, el dueño del
bar; la está cuidando mientras no estoy.
¿Volverás, entonces? No puedo medir el tono de su voz. No sé si es una
sorpresa, aceptación o disgusto, pero el hecho que ni siquiera vacile cuando
respondo lo tiene levantando las cejas.
Sí. Todavía tengo algunas cosas que terminar en la casa.
¿Solo la casa?
Me encuentro con sus ojos, de color verde, que me preguntan mucho más que
eso, pero no hay una sonrisa fácil en respuesta, porque mierda, si ya no echo de
menos a Getty. Sus largas piernas en esos malditos calcetines. Su suave murmullo
mientras pinta. El olor de su perfume que perdura en el pasillo después que se va a
trabajar. La sensación de su cuerpo contra el mío por la noche. Y ese último pequeño
detalle es algo que definitivamente no necesita saber.
Sí. Asiento, miro hacia la pista . Solo la casa.
Ajá. Se ríe . Solo sigue diciéndote eso y pretenderé que el cielo de verdad 306

es verde.
Capítul o35
GETTY

Para evitar la punzada emocional de la partida de Zander, para reprimir el


dolor, me he lanzado al trabajo y me he encontrado saliendo por detrás del bar más
de lo habitual. Ayudo a algunos de los meseros a llevar bebidas a las mesas. Limpio
las mesas en el patio de enfrente. Cualquier cosa que me diga que voy a estar bien
cuando todo esté dicho y hecho. Afortunadamente el negocio ha estado bullicioso.
Las vacaciones de último minuto se realizan a finales de agosto, antes del final no
oficial del verano, cuando se acerca el Día del Trabajo.
Me pierdo en el ruido de la próxima ola de clientes que salen del ferry. Vierto
sus bebidas. Hablo un poco. Pregunto de dónde son. Cualquier cosa para no pensar
307
en lo sola que se sintió la cama anoche. Qué vacía parecía la casa esta mañana.
Sí, pudimos hablar durante cinco minutos anoche cuando fui corriendo a la
sala de almacenamiento para atender su llamada, sin tener en cuenta la larga lista
de pedidos que debía cumplir, pero aun así no fue suficiente. Con el cambio en las
zonas horarias, cuando salí del trabajo, eran casi las cuatro de la mañana en su
tiempo. Y por mucho que aún quisiera llamarlo, para conocer los detalles de cómo
le fue hablando con su padre aparte de Las cosas están bien. Te lo contaré todo más
tarde , también sabía que no podía dejar que él pensara que era una loca acosadora.
Y no lo soy.
Solo lo extraño. Ridículamente
Solo por esa razón, a pesar de que levanté mi celular y abrí su número de
teléfono diez, o veinte veces esta mañana antes que comenzara mi turno, en realidad
nunca presioné enviar. Perdí el tiempo tratando de justificarme todo esto: por qué
no me había llamado esta mañana. ¿Era por la diferencia horaria? ¿Tal vez estaba siendo
cortés al dejarme dormir después de tener un turno de cierre por lo que no quería llamarme
y despertarme? ¿O tal vez porque es el día de la carrera? ¿Y el día de la carrera significa que
está pasando tiempo con su familia, ayudando a su equipo de alguna manera y cumpliendo
numerosas solicitudes de los medios? Independientemente de cuál sea la forma en que
trato de justificar las cosas, una gran parte de mí reconoce que está de vuelta donde
pertenece. La novedad de estar conmigo se habrá desvanecido. Los beneficios de
nuestra amistad con beneficios se habrán ido.
Él seguirá adelante.
Al mismo tiempo, sé que estoy siendo ridícula. Han pasado menos de cuarenta
y ocho horas, lo que significa que definitivamente estoy al borde del
comportamiento acosador. Regresará. Dijo que lo haría. Y entonces le diré cómo me
siento. Puedo hacer lo del carpe diem cuando regrese.
Porque hice la promesa de no vivir la vida con remordimientos, y ya lamento
no haberle dicho.
Oye, Getty, Liam te está buscando.
Gracias, Tracey le digo con una sonrisa y un suspiro en mis juegos
mentales constantes.
En unos segundos, estoy de vuelta en la barra, con las manos llenas de vasos y
botellas vacías que he limpiado en el camino. La cara de Liam está llena de emoción
cuando levanta la vista del teléfono hacia su oído para encontrarse con los míos.
La llamada es para ti grita por encima del clamor del bar, sosteniendo el
teléfono para que pueda ver lo que quiere decir en caso que no pueda escucharlo.
308
Y, por supuesto, mi corazón cae. ¿Por qué alguien me llamaría al bar? Me
muevo detrás del mostrador y me doy cuenta que no estaría sonriendo si no fuera
bueno.
¿Quién es?
Tómate cinco y dirígete a la parte de atrás para que puedas escuchar dice,
empujando el teléfono hacia mí . Tengo que ir a cambiar todos los canales de
televisión.
En el momento en que limpio la habitación de atrás y cierro la puerta, coloco
el teléfono en mi oído.
Lazy Dog, habla Getty.
Eres muy sexy cuando eres toda profesional. ¿Estás usando los calcetines,
Calcetines? Su voz es como sexo líquido que viene del teléfono: bajo, sugerente y
cien por ciento un hombre atractivo.
¡Zander! ¿Por qué estás-?
Si contestaras tu celular, no tendría que llamar al bar dice con una risa que
me hace buscar en el bolsillo trasero de mis pantalones cortos para ver varias
llamadas perdidas de él en la pantalla.
¿Qué demonios? comento más para mí misma que a él mientras reviso mi
teléfono . Lo siento. Creo que presioné el botón No molestar cuando lo puse en mi
bolsillo. Soy una idiota.
Su risa al pasar por la línea lo hace sentir cerca, como si estuviera justo detrás
de mí. La maldita duda que he estado tratando de ignorar durante los últimos dos
días desaparece con el sonido de su voz.
Hoy ha sido ridículamente loco, así que no tengo mucho tiempo y sé que
probablemente estés saturada de órdenes, pero quería llamar para saludarte y
decirte que te asegures de ver la carrera hoy.
Bueno. Por supuesto. Le pediré a Liam que sintonice una de las pantallas
cerca de la barra. ¿Por qué, qué pasa?
Porque estoy en ella.
—¿Estás qué? —No sé por qué de repente mi estómago se cae al mismo tiempo
que mis ojos se abren y el corazón se acelera con emoción . ¿Cómo es que
incluso…?
Es una larga historia, pero tenías razón, Getty. Sobre todo, esto. Todo lo que
mi padre quería era lo mejor para mí. Estaba cegado por el dolor en el que estaba.
Las lágrimas arden en mis ojos. Su voz suena tan sorprendida. Tan
despreocupada. Y su sonido realmente me hace feliz . Él nunca lo admitirá, pero 309
descubrí que ha estado llevando mi auto a todas las carreras. Pagando a mi equipo
para que se presente, por si acaso lo hiciera.
La sorpresa en su tono me hace sonreír. Incluso si una parte de mí está triste
por no tener ese tipo de amor, me siento tan feliz de que él lo tenga. Después de todo
lo que ha pasado, merece darse cuenta de su presencia en su vida.
Y mientras que para otros eso puede sonar como una extraña muestra de afecto
entre un padre y un hijo, entiendo lo importante que es esto para Zander. Él acusó a
su padre de amar las carreras más que él. Y, sin embargo, su padre tomó ese amor,
lo arrastró de ciudad en ciudad por todo el país. Y lo esperó. Tenía fe en el hijo que
había criado para saber que resolvería sus problemas y regresaría.
Creía que él era el hombre que sabía que podía ser.
Oh, Zander. Mis ojos se llenan de lágrimas sobre lo que nunca tendré y
por lo que él siempre tendrá.
Lo sé dice con ese tono suyo que me permite verlo asentir. Puedo imaginar
la sonrisa suave en sus labios y la mirada apreciativa en sus ojos.
Hay una explosión de ruido en el fondo. Una voz en un sistema de megafonía.
El rugido de una multitud en respuesta. Y me regresa al aquí y al ahora y la emoción
que debe sentir y la sensación de rectitud con el mundo que ha recuperado.
Así que, oh Dios mío, ¡estás compitiendo! ¿Se siente bien estar de vuelta en
tu auto?
No. No es mi auto. Se ríe . Cuando regrese, nos sentaremos y voy a
enseñarte todo sobre lo que hago.
No escucho nada más, excepto cuando regrese, las palabras que ni siquiera me
di cuenta que estaba esperando escuchar, y me toma un minuto envolver mi cabeza
alrededor de ellas mientras está hablando.
… por lo que es demasiado tarde para conducir mi auto. No califiqué, así
que está fuera. Pero por mala suerte para él y suerte para mí, Alan contrajo la gripe
temprano esta mañana. Lo han estado inyectando por vía intravenosa para tratar de
hidratarlo, pero todavía está enfermo como un perro… así que voy a conducir su
auto. Tendré que comenzar en la parte de atrás, ya que soy un piloto diferente al que
calificó para la carrera, pero confío en que podré ascender en el grupo con bastante
rapidez.
Me da vueltas la cabeza y me duelen las mejillas por sonreír.
Estoy nerviosa.
Su risa llena la línea de nuevo y calma mi ansiedad.
Yo también, Calcetines. Pero los nervios son algo bueno. Te mantienen en tu 310

juego. Hacen que te concentres.


Entonces mantente súper nervioso para que te mantengas a salvo para mí.
La línea se queda en silencio por un momento. Hay tanta conmoción en el
fondo que me pregunto si incluso me escuchó. Y una parte de mí espera que no lo
hiciera, porque posiblemente entré en territorio inexplorado, implicaba demasiado
entre nosotros. Cierro los ojos y me castigo mentalmente.
Lo siento, pero tengo que ir a la reunión de conductores en un segundo.
Está bien. No te vayas todavía . Bueno, cuídate y buena suerte. Estaré
mirando.
Adiós.

Soy inútil detrás de la barra.


Cada aumento en el tono de la voz del anunciador me hace inclinarme sobre
esta para mirar más de cerca la pantalla, a fin de encontrar el color verde lima del
auto de Zander.
Y a pesar que el bar ya estaba repleto turistas, se corrió la voz alrededor de la
isla y todos los lugareños se nos han unido aquí también. Queriendo animar al
hombre que han adoptado como propio. Zander definitivamente se ha ganado a esta
dura multitud.
De cualquier manera, todas las caras en el bar están clavadas en una de las
múltiples pantallas de televisión. Incluso los turistas se han quedado atrapados en
los vamos muchacho, gritados en apoyo mientras Zander pasa metódicamente un
automóvil tras otro, abriéndose camino por la pista, durante las primeras cien
vueltas de la carrera.
El vamos muchacho se transformó lentamente en suspiros de frustración y
gemidos de decepción y jadeos cuando se alejó de un auto que tocaba la pared y se
salía fuera de control.
Y ahora, con quince vueltas, treinta y siete kilómetros y medio restantes de
carrera, la multitud está al límite. La continua referencia de los anunciantes al Tricky
Triangle3 de la pista tampoco ha ayudado a que mi ritmo cardíaco disminuya.
Con la mente dispersa y la inquietud, me concentro en mi trabajo. En la
311
siguiente orden. No en la siguiente vuelta. Al menos lo intento. Sé que Liam está tan
entusiasmado como yo con la inesperada entrada de Zander en la carrera, y no solo
porque esto le ha dado al bar un poco de estatus de celebridad en esta ciudad
típicamente sin incidentes. Sino porque realmente le cae bien.
Agarro una botella de vodka. Sirvo una bebida. Una turista se ve aburrida
hasta las lágrimas mientras su marido mira con el resto de la multitud, y
silenciosamente le agradezco que haya sido paciente mientras yo también observo.
De repente, el bar jadea colectivamente y estoy rodeando la barra en un
instante con mis ojos clavados en la televisión. Con el corazón en la garganta y con
miedo de mirar el humo y los residuos que rebotan en la barrera de concreto de la
pista. Mis manos agarran el borde de la barra mientras busco el inconfundible auto
verde lima.
Donavan ha terminado dice el anunciador, y mientras dejo salir un suspiro
de alivio, el auto que vuela fuera del túnel de humo es rojo. Es Colton. Escalofríos
recorren mi cuerpo mientras me acerco a la televisión, girando la toalla de la barra
en mis manos mientras pasan los segundos . Mason, Jameson, Dallas, Dane, han
terminado. Zander, Green… No escucho el resto porque la multitud estalla en un
suspiro de alivio comunitario.
Yo incluida.

3
Es una competencia, la pista en que se corre es en forma de triángulo que traduce Triangle en
inglés.
Se ondea una bandera de precaución y retrocedo detrás de la barra, mis ojos se
centran en Zander mientras él se detiene en los boxes, y en el lapso de tiempo desde
que miro hacia abajo y retrocedo, diez segundos como máximo, ya está conduciendo
nuevamente. Los anunciadores gritan de emoción cuando gana dos posiciones en
autos con paradas más largas.
Hijo del diablo uno de ellos se ríe . El Chico Dorado está aquí por una
carrera y la señorita Suerte ya está de su lado.
El apodo me hace sonreír más porque sé cuánto lo odia. Lo disfruta. Se burla
de sí mismo.
Intento cumplir con todos los pedidos que pueda mientras la bandera amarilla
está fuera, así puedo ponerme al corriente y ver el resto de la carrera sin meterme en
demasiados problemas. Pero cuando la bandera verde ondea de nuevo con solo
nueve vueltas para el final, no creo que a Liam le importe el ritmo al que estamos
cumpliendo los pedidos, porque él y todos los demás en el bar están pegados a la
acción.
Vuelan alrededor de la pista. La masa de autos en el reinicio está tan cerca que
312
me preocupa otro accidente. Por dos neumáticos tocándose y que Zander vaya de
cabeza a la pared o incluso peor.
Mi corazón late en mi garganta y estoy agarrando la toalla tan fuerte que mis
nudillos son blancos. La adrenalina corre por mi sistema como una droga. No puedo
quedarme quieta. Y, sin embargo, no quiero moverme en caso que bloquee mi visión
de la televisión.
Quedan seis vueltas.
Los anunciantes hablan rápidamente con emoción, pero no puedo prestarles
atención porque mis ojos están fijos en el auto verde lima que empuja los límites
como nunca antes había visto. Y sé que no soy una experta en las carreras, no sé nada
al respecto, y, sin embargo, el talento de Zander para leer a un oponente, cuándo
empujar el auto mucho más para obtener una ventaja sobre el auto que está a su
lado, es asombroso. Es agresivo y arrogante con sus intentos, pero al mismo tiempo,
incluso una novata como yo puede ver su conocimiento y precisión sobre cuándo
correr los riesgos.
Es fascinante de ver. Estoy segura que el hecho que mis nervios estén fuera de
control y que tenga una relación emocional hace que mi opinión no cuente, pero hay
algo extremadamente sexy en observarlo en su elemento. Haciendo lo suyo y
haciéndose cargo. Especialmente cuando sé que este hombre dominante y hábil
también tiene sentido del humor… y se llama a sí mismo Mander para aliviar los
nervios de una mujer ansiosa.
Pasa dos autos frente a él en un lapso de una vuelta, y con cada uno de ellos el
bar se vuelve más y más frenético. Vamos, Zander y Solo cuatro más suenan
repetidamente hasta que es prácticamente un canto.
Quedan cuatro vueltas.
Es como si Zander Donavan regresara en una misión para hacer que los otros
conductores recuerden el increíble talento de este joven. ¡Y mira eso! Está haciendo
otro movimiento con el auto doce. No hay límite que no esté dispuesto a presionar
hoy. Estoy seguro que su jefe de equipo está sufriendo un ataque al corazón, pero
hombre, hombre… esta es una carrera espectacular, amigos.
¡Y lo hizo! grita sorprendido el segundo locutor cuando Zander bordea el
lado alto de la pista y pasa al auto doce.
El nivel de ruido de los vítores en el bar me hace estremecer, ahogando todo el
sonido de la televisión. Pero no se compara cuando el auto del segundo lugar justo
enfrente de él se mueve hacia abajo en el lado bajo de la pista con un rastro de humo
saliendo de la parte trasera del auto.
Tres vueltas para el final. 313

Extraños intercambian palmadas con sus manos. La testosterona está en su


apogeo. El aire se llena de emoción y energía y solo puedo imaginar lo que sería
estar en las tribunas de la carrera en este momento, y aún más en los zapatos de
Zander.
Pero una vez que la cámara se acerca al tramo de la pista en la que están
compitiendo, me doy cuenta que la única persona que le queda a Zander para pasar
al primer lugar es su padre, Colton. Mis ojos se mueven de un lado a otro entre el
carro de plomo rojo y el carro verde de Zander que ocupa el segundo lugar, y me
pregunto si incluso piensa que el carro trece es su padre o si está tan concentrado en
ganar que ni se ha dado cuenta.
Y el auto doce está tratando de reclamar el segundo lugar dice el
anunciador mientras la cámara vuelve al lugar donde el auto de Dane se está
acercando a Zander.
Mi mano vuela a mi boca. Me estiro sobre la punta de los dedos de los pies y
me inclino hacia la televisión como si mis súplicas silenciosas para que fuera más
rápido lo hicieran realidad. Le ayudarán a mantenerse en segundo lugar.
Y Donavan acelera el auto. ¿Cuánto más puede aguantar su motor?
El canal publica gráficos en la parte inferior de la pantalla. Las RPM de los
autos están uno al lado del otro. Zander se dispara a medida que avanza y corta
frente al auto doce. Por poco. Mientras los clientes gritan y gritan, cierro mis ojos
momentáneamente para liberar mi mente de la visión que había pasado por mi
imaginación de que su auto se había roto en pedazos.
Quedan dos vueltas.
Los autos alcanzan el tráfico que está una vuelta atrás. Y cuando los
conductores salen por el otro lado, se asientan en el uno, dos, tres, Colton, Zander y
Dane, como un tren de autos de carrera. Están tan cerca. Todo lo que sigo pensando
es que solo se necesita un error. Un neumático quemado. Un roce. Y luego la
devastación.
Una vuelta más.
No sé qué ver. Los autos en el centro de la pista. Las RPM en la parte inferior
de la pantalla. O el piso, para no tener un ataque al corazón por el estrés de todo.
El auto doce zigzaguea detrás de Zander. Y Zander reacciona igual de rápido,
zigzagueando en frente de él con un bloque perfecto. El juego del gato y el ratón
pasa un par de veces más. El auto rojo de Colton se aleja un poco. Obtiene la
distancia de un auto adelante mientras Zander se mantiene firme y se mantiene
alejado del auto doce. 314

Y los clientes aplauden en una ráfaga de ruido y chocan los vasos cuando
Colton cruza la línea de meta en primer lugar y Zander un momento más tarde en
segundo lugar. Liam me agarra en un rápido abrazo en su emoción antes de darse
cuenta de lo que acaba de hacer y luego inmediatamente me deja ir y se aclara la
garganta.
Ambos regresamos a nuestros extremos opuestos de la barra para completar
los pedidos que vuelan desde los meseros ahora que la carrera ha terminado.
Pero los televisores permanecen sintonizados a la carrera.
En Colton conduciendo su auto por el carril de la victoria. Saliendo y moviendo
los puños. En el equipo que lo rodea y le da una palmada en la espalda, y la
impresionante mujer con su cabello recogido en una gorra de béisbol a la que él le
dio un sincero abrazo antes de besarla profundamente en la boca.
Veo todo desarrollarse cuando debería estar sirviendo cervezas. No hay forma
de que pueda resistirme a asimilar estas importantes piezas de la vida de Zander
con una perspectiva tan diferente a la de todos los demás en el bar.
Y luego la cámara se aleja. A una figura que se abre camino entre la multitud.
Con una gorra azul oscura y con un sentido de urgencia en sus movimientos. El
lenguaje corporal lo sé de memoria. La multitud se separa en su epicentro, donde se
encuentra Colton; y Zander y su padre se abrazan en un largo abrazo. La imagen
que representan transmite un mensaje mucho más fuerte que las palabras que
cualquier locutor podría decir.
El resto del mundo debe ver a un hijo felicitando a un padre, pero conozco la
historia de fondo. Conozco la historia. Y así, cuando bajo mis ojos para ocultar las
lágrimas que brotan allí, todo lo que puedo pensar es en lo feliz que estoy porque lo
resolvieron. Qué suerte tiene Zander de tener padres solidarios que solo quieren lo
mejor para él.
Mis músculos están adoloridos por tensarlos tanto, mi voz suena ronca y la
estúpida sonrisa que puedo sentir en mi cara no va a ninguna parte. Es emocionante.
Este sentimiento. Verlo correr. Y estar lo suficientemente cómoda como para admitir
que estoy enamorada de él.
¿Cómo podría no estarlo?
La entrevista de Colton se transmite mientras cumplo los pedidos lo más
rápido que puedo, tratando de satisfacer la demanda, pero cuando escucho la voz
de Zander llenar el bar, me olvido del grifo abierto o de la cerveza deslizándose
lentamente sobre el borde del vaso esmerilado.
315
Se ve cansado y sudoroso, pero emocionado y muy guapo.
Entonces, no es un mal final cuando has estado fuera del circuito, ¿no lo
crees? pregunta el periodista, colocando un micrófono en la cara de Zander justo
cuando baja su botella de Gatorade.
De ningún modo. Me hubiera encantado la victoria de hoy como una
excelente manera de hacer una declaración para mi equipo y para todos los
patrocinadores, pero no puedo quejarme porque el equipo Donavan Racing Team
haya logrado el uno-dos en Pocono.
Algunas personas dicen que podrías haber tomado la delantera con la forma
en que estabas quemando la pista.
Zander asiente y se encoge de hombros.
Quizás. Desde donde estaba sentado, Colton tenía el primer lugar
dominado.
¿Así que no estabas renunciando a la oportunidad de reclamar una victoria
hoy para apoyar al auto trece? persiste.
Zander muestra su sonrisa. La sonrisa con el hoyuelo, y de inmediato entiendo
que el reportero tiene razón.
Solo tienes una familia dice antes que la cámara se aleje, dejándome con la
imagen de esos hoyuelos en el centro de mi mente.
316
Capítul o36
ZANDER

Deberías haber visto el lugar. Estaba lleno. ¡Incluso los turistas te estaban
alentando, Zander! Es como si fueras el héroe de la ciudad, aunque esta no es tu
ciudad natal.
La punzada que siento cuando la risa de Getty llena la línea es innegable. Sin
embargo, lo ignoro. Lo niego. Estoy agotado. Estoy ansioso. Estoy lleno de
adrenalina por la carrera. Y sonrío al pensar en el Lazy Dog, imaginando el bar
repleto como la ha descrito.
¿Cómo está tu cereal?
De nuevo se ríe. Y la punzada se profundiza. 317

¿Cómo sabes que estoy comiendo cereal?


Porque siempre comes cereal cuando vuelves a casa del trabajo.
Eh dice más para sí misma, aparentemente sorprendida porque la conozca
tan bien, e incluso con el simple sonido puedo imaginarla sonreír tan claro como el
día a través de la línea.
Puedo imaginar el tazón rojo sobre la mesa, donde se quedará con la última
parte de leche hasta que finalmente se levante para ducharse. Y luego eso me lleva
a otra línea de pensamiento. De ella desnuda. De cómo se siente cuando mis manos
enjabonadas se deslizan sobre su piel húmeda bajo el chorro de agua caliente. Y el
calor de su cuerpo, la presión de sus curvas contra mi polla, mientras nos dormimos.
Solo la casa, mi culo.
Las palabras de Colton vuelven a mí. Mi negativa a admitir la razón por la que
necesito regresar a la isla. Es mucho más que simplemente cumplir mi palabra con
Smitty y terminar lo último de la lista de tareas pendientes. Y ese más está
actualmente sentado en el sofá, con las piernas muy probablemente todavía en esos
malditos calcetines hasta la rodilla acurrucados debajo de ella en el sofá, después de
un largo día de estar de pie detrás de la barra.
El golpe en la puerta abierta de mi habitación me saca de la imagen atractiva.
¿Vienes, Zee?
Estaré allí en un minuto le digo a Jon. Sé que el resto del equipo está listo
para salir y festejar. Nuestro MO típico después de una buena carrera. Servicio de
botellas en la sección VIP. Alegre y ruidoso.
¿Te tienes que ir?
¿Es decepción lo que escucho en su voz? ¿Quiere hablar más? Los chicos pueden
esperar para todo lo que me importa.
En un minuto. Todos los hoteles están llenos con la carrera en la ciudad.
Algunos de los integrantes del equipo tenían una suite aquí en el Four Seasons, así
que estoy quedándome con una de las habitaciones que hay.
Aprovechando el rango, ¿verdad, Chico Dorado? Ruedo mis ojos y resoplo
ante el maldito apodo, pero puedo escuchar el agotamiento en su voz. Esos ojos
marrones de ella probablemente se están cerrando lentamente también.
Algo así.
¿Van a celebrar?
¿Por qué vacilo en responder? Estoy tentado de quedarme aquí con unas
318
cuantas cervezas en la nevera y sentarme y hablar con ella.
Sí. Solo voy a salir a tomar unas copas. Necesito pasar un tiempo con mis
muchachos, mi equipo, pedir disculpas y reparar algunas cercas después de lo que
hice. Todo ha sido un torbellino, no he tenido la oportunidad de abordarlos, y nada
dice lo siento como cuando otro hombre te compra cerveza.
Trabajo en un bar. Puedo entender eso.
Ah, y dile a Liam que estoy representándolo.
Su risa fuerte niega lo cansada que debe estar.
¿De verdad estás usando la camisa del Lazy Dog?
Sí. Te dije que lo haría.
Mmm. Su respuesta sale tan suave que apenas puedo oírla. Casi como si
me estuviera escuchando, pero pensando en otra cosa. Se aclara la garganta . Estoy
muy feliz por ti. Quiero decir… parece que tu mamá y tu papá entendieron por lo
que pasabas y estás en el camino para solucionarlo. Tuviste una gran carrera hoy.
Solo… Su voz se desvanece y me incorporo de inmediato.
Algo está mal.
¿Oye, Calcetines? ¿Todo bien? Mis entrañas se retuercen ante la repentina
sospecha de que tal vez ese imbécil de Ethan regresó por ella, se coló por la mirada
atenta del sheriff, y no me lo está diciendo. Y no estoy allí para ayudarla.
Me enderezo en el sofá, con los codos en las rodillas, y espero su respuesta,
pero se ha quedado callada. Odio que quiera estar aquí en la carrera, en mi vida
normal, pero también quiera estar allí en la isla. No, no solo en la isla. Allí con ella.
La comprensión me golpea más fuerte de lo que debería, considerando que
siempre ha estado en mi mente desde el momento en que la besé en la cabeza y me
fui al aeropuerto.
Hasta ahí llegaron los límites.
Estoy bien dice finalmente . Solo cansada. Resolviendo algunas cosas.
Un pensamiento pasa por mi mente. Lo empujo lejos.
Simplemente no es posible. No es factible.
Nunca podría funcionar.
¡Saca tu trasero aquí, Donavan! ¡Necesitamos beber! Me levanto de mi
asiento y levanto mi mano en un gesto de un minuto hacia donde los chicos están en
la puerta de la suite. Algunos me enseñan el dedo medio, otros levantan una botella
de cerveza para seducirme y otros hacen el movimiento universal de que me estoy
319
masturbando.
Levanto mi dedo medio y les doy la espalda.
Supongo que los nativos están inquietos. Se ríe. Suena forzado. ¿O
simplemente estoy malinterpretándolo? Puedo oír el ruido del cuenco en el
fregadero. Sé que está a punto de dirigirse hacia la ducha . Te dejaré ir. Hace un
poco de silencio sin el golpeteo constante del martillo, así que gracias por llamar. Te
extra… felicito nuevamente por una carrera tan emocionante.
Getty, espera.
¿Por qué no puede ser posible?
¿Sí? ¿Es eso esperanza en su voz? ¿Anhelo? Ojalá pudiera ver sus ojos, su
rostro, la inquietud de sus manos, para saber con certeza lo que está pensando.
No puedo precisar el torbellino de pensamientos que pasan por mi cabeza,
pero uso su esencia para dar un paso al frente y hacer algo que nunca en un millón
de años esperaría estar haciendo.
¿Y si me equivoqué?
¿Equivocarte sobre qué? Su voz se vuelve más lenta, mientras que mi
corazón se acelera.
¿Qué pasa si cometí un error cuando hice ese brindis?
Silencio de nuevo. Su mente tratando de seguirme.
¿Te refieres a la parte de nosotros? Cuando corro las cortinas y miro hacia
abajo a una ciudad oscurecida por la noche, sé que me encantaría que saliera con
nosotros esta noche. O simplemente conmigo. No importa. Quiero que esté aquí para
experimentar esto. Conocer a mis padres. Mi equipo. Que vea lo que hago. Que
venga a darme un beso en el carril de la victoria para que todos puedan ver que esta
increíble mujer está conmigo.
Y solo conmigo.
Santa mierda. El mundo debe estar acabándose.
Porque nunca he querido eso antes.
No. Lucho con qué decir a continuación. Como se decirlo . Sí. Se ríe de
una manera que me hace sonreír y relajarme un poco . Me refiero al final de
desastre. ¿Qué pasa si me equivoqué al respecto? No tienes sentido, Donavan.
Detente. Piensa claro. Inténtalo de nuevo . ¿Qué pasaría si te dijera que realmente
me gusta la parte de beneficios, pero no la parte de amistad?
¿Zander? Es cautelosa. Temerosa. Tanteándome, ya que estoy jodiendo
esto realmente . ¿Puedes simplemente decir lo que estás tratando de decir? Esa 320
risa de nuevo. Son los nervios mezclados con la esperanza. Exactamente como me
siento.
¿Realmente estoy haciendo esto? ¿Cómo puedo no hacerlo?
Estoy diciendo que te extraño, Calcetines. Más de lo que pensé que lo haría.
Tanto que prefiero sentarme en el teléfono y no hablar de nada ahora contigo, en
lugar de ir a tomar algo con los chicos. La admisión sale apresuradamente, pero
el simple Oh que sale de su boca me hace seguir . ¿Y qué si no hubiera un
desastre? ¿Qué pasa si intentamos lo de los amigos y el desastre que esperábamos
nunca sucede? ¿Querrías intentar más que eso? Recorro el largo de la habitación.
Paso una mano por mi cabello. Suspiro ya que una vez más me da la paciencia que
necesito para encontrar las palabras correctas. Y al mismo tiempo su silencio me está
matando . Quiero decir, estoy aquí y tú estás ahí, y ¿qué pasa si te digo que te
quiero aquí conmigo también? ¿Qué pasaría si descubriéramos una manera de hacer
que esto funcione de alguna manera?
Inhala una respiración entrecortada y me estremezco. El silencio, su falta de
respuesta, la tortura absoluta.
Maldita sea ¿Para qué diablos dije eso? ¿Por qué diablos acabo de arruinar lo
que sea que hay entre nosotros al crear un desastre?
¿Getty? Es lo más cerca que puedo llegar a rogar. Estoy más nervioso en
esta conversación de lo que estaba al comienzo de la carrera de hoy.
Una mujer no se supone que me joda tan mal. Y entonces se ríe.
Risitas
Música para mis oídos. Puedo respirar de nuevo.
Yo también te extraño. Hay suavidad en su voz. El mismo tono que usa
cuando nos acostamos en la cama y hablamos, su pelo haciéndome cosquillas en el
pecho, sus dedos trazando líneas imaginarias sobre mi piel.
Escuché la respuesta en su tono, pero también necesito escucharla de sus labios.
¿Y?
Por ti, podría acostumbrarme a que haya fresas en la nevera.

Mi cuerpo, dolorido por luchar contra el volante todo el día y la fuerza de giro
de las vueltas después de haber estado fuera durante unos meses, finalmente se
321
relaja del todo. Los tragos en el club ayudan. Los brindis de celebración con la
cerveza. Lo gracioso es que, aunque esta era mi escena, esta noche no estoy de humor
para esto. Se siente diferente. Demasiada gente. Demasiado ruido.
La vibra joven, tonta y llena de tonterías simplemente no va conmigo esta
noche.
Ja. Tal vez me acostumbré demasiado a la vida isleña. Las noches tranquilas.
Cómo nos sentábamos en la cubierta escuchando las olas que se estrellaban. La
forma en que podía inclinar mi botella en saludo hacia una chica que me enviara
trago y no hacerle creer que quería meterme en sus bragas, porque sabía que estaba
con la camarera.
El sonido de Getty tarareando por el pasillo mientras pintaba con sus
auriculares puestos.
Getty. Todo vuelve a ella, ¿verdad?
Tal vez solo estoy envejeciendo. Cansado de la escena de la fiesta. Entonces
otra vez, no me importaría sentarme en el club con Getty en mi regazo, tomar unas
copas, reírme con los chicos.
También me gustaría tenerla sentada en mi regazo por otras razones cuando
mi vuelo llegue a casa mañana.
Oye, tú.
Echo un vistazo a la rubia acurrucada a mi lado en el sofá, con escote bajo, un
buen pecho levantado y grandes ojos azules a la expectativa. No digo una palabra
Solo descanso mi cabeza hacia atrás, me tomo un minuto para que la habitación deje
de dar vueltas antes de mirar alrededor de la suite a donde los chicos decidieron
traer la fiesta.
La sala es grande para todos los estándares, pero hay demasiada gente aquí,
con gente de los boxes y chicas por igual. Todos queriendo algo el uno del otro, y,
por el aspecto de algunas de las personas besándose, ya lo consiguieron.
Por el número de veces que me han propuesto cosas esta noche, pestañas
batiéndose, ofertas directas, pequeños cuerpos apretados que se frotan
accidentalmente contra mí; podría estar allí con ellos. Una mano bajo una falda. La
lengua en una garganta. Nadie ha despertado un ápice de interés. Tiene que ser que
estoy agotado. Borracho. Entre el tiempo de cambio, la carrera, el estrés por lo que
tuve que enfrentar al regresar aquí… pero eso no es todo. Y lo sé.
Las uñas largas rasguñan mi muslo sobre mis vaqueros. Miro a la rubia sexy
sobre la botella de cerveza que tengo en mis labios y solo levanto mis cejas, en
silencio preguntando ¿Qué diablos crees que estás haciendo? 322

Podría ayudarte a relajarte después de un largo y duro día en la pista


ronronea en mi oído mientras su mano se desliza lentamente hacia mi ingle.
Mi mano está sobre la de ella en un instante, sujeta firmemente a su muñeca
mientras levanto su mano de mi polla.
Cuidado, cariño. No todos los paquetes quieren ser abiertos.
Su lengua corre sobre su labio superior. Se mueve, por lo que está aún más
cerca.
Creo que tu polla no está de acuerdo.
Todo lo que le doy es un movimiento de mi cabeza. Una puta brisa cálida
endurece a un hombre, y mucho más unas uñas que rasguñan la mezclilla que lo
cubre.
Sí, bueno, mi polla no es la que toma las decisiones por mí.
Tal vez debería. Un solo dedo pasa por mi bíceps . Podríamos pasarla en
grande.
Suspiro.
Si bien aprecio tu sutileza, tengo un vuelo temprano. Gracias, pero no
gracias. Después de eso, me levanto del sofá con las piernas temblorosas, y tengo
que quedarme allí por un segundo mientras la habitación gira como un choque que
nunca se detiene.
Haz que un hombre se emborrache lo suficiente y nunca dice que no
murmura ella detrás de mí.
Cuando creo que puedo caminar sin caerme, voy lentamente hacia la
habitación en la que estoy durmiendo. De repente, estoy agradecido de poder cerrar
la puerta a toda esta mierda.
Apoyo mi brazo en la jamba por un minuto antes de entrar y cerrar la puerta
detrás de mí. Puede que esté borracho como una mierda, pero estoy más cansado
que cualquier otra cosa. No recuerdo llegar desde la puerta hasta la cama, mucho
menos cómo me quité la ropa y las dejé desparramadas al estilo de Getty por el suelo.
Pero de alguna manera lo hice, porque cuando alguien golpea en la puerta lo
que se siente segundos después, tropiezo con mi ropa mientras mi yo, con los ojos
nublados y borracho como la mierda va a abrirla.
¿Qué? grito mientras lucho por desbloquear la puerta en la oscuridad y
abrirla.
Amigo, alguien está follando en el otro baño. Voy a vomitar. Stevie suelta
un hipo cuando pasa a mi lado y corre hacia el baño. Cierro la puerta, bloqueando 323
el ruido de la fiesta aún en pleno apogeo al otro lado.
En unos segundos, los sonidos de náuseas de Stevie se filtran a través de la
puerta cerrada del baño y en mi habitación, lo que me da ganas de vomitar.
Pero estoy demasiado cansado para tener la energía para vomitar.
Cierra la puerta cuando hayas terminado le grito mientras vuelvo a la
cama.
Caigo en ella. Cabeza a la almohada. Párpados pesados.
Y ponle seguro.
El agotamiento me captura del todo.
Capítul o37
GETTY

Ya que las cosas son más lentas en el bar, uso el tiempo adicional para raspar
la pintura de las manos que no se cayó en la ducha. Sigo descubriéndola en nuevos
puntos y, sin embargo, no me importa, porque mi estado de ánimo está disparado.
Ni siquiera los chicos molestos de la mesa ocho, que se siguen quejando de que su
cerveza tiene demasiada espuma, pueden empañar mi estado de ánimo. Imposible
cuando el hombre del que me he enamorado sin saberlo, quiere tratar de convertir
esta cosa de amigos con beneficios que tenemos en algo más.
Decir que dormir fue difícil es una subestimación. Y definitivamente lo estoy
sintiendo ahora, cuatro horas después de mi turno, con los ojos cansados y la espalda
324
adolorida. Pero después de su llamada, mi mente siguió vagando por todas las
posibilidades que la vida nos ofrece. El destino podría estar de mi lado esta vez. Pasé
horas en su pintura del auto de Indy. Queriendo que sea perfecta. No, necesitando
que sea perfecta, porque está adornada con un moño en su cómoda para cuando
regrese a casa. Un Felicidades por la gran carrera . Un Nunca pinté nada para
nadie y, sin embargo, siento tanto por ti que tuve que crearlo para ti . Un
”ienvenido a casa, te extrañé y no puedo esperar dar este próximo paso contigo .
El entusiasmo me alimenta a través del día. Además del saber que él está alto
en el cielo en algún lugar en este momento volando a casa hacia mí. Trayendo sus
dulces besos. Su risa contagiosa. La sensación de calma y seguridad que lleva
consigo.
Mi buen humor probablemente se ha vuelto molesto para los clientes. Y, sin
embargo, después de tantos años de tener que fingir cada emoción, es genial sentir
todo y no ocultar nada.
Cuando vuelvo de la sala de almacenamiento, Liam y algunos clientes se
encuentran abarrotados sobre algo en el otro extremo de la barra. En el momento en
que me ven, el grupo se rompe. Así que me quedo allí observando su actividad
sospechosa por un momento. Y no sé cómo nunca me había dado cuenta antes, pero
cuando los hombres no quieren que sepas algo, no son exactamente sutiles al tratar
de actuar como si nada estuviera sucediendo.
Perdida, saco la toalla de la barra de mi delantal y me limpio las manos, los
ojos aun escaneando el grupo, tratando de averiguar qué está pasando. Solo cuando
camino hacia ellos, Liam levanta sus ojos nuevamente y se encuentra con los míos.
La mirada en su cara es todo lo que necesito para saber que no me va a gustar lo que
sea.
¿Liam? ¿Qué está pasando? ¿Qué estás escondiendo? Dime.
¿Necesitas algo, Getty?
Mis ojos se estrechan. El vello en la parte posterior de mi cuello se pone de
punta. No me gusta el giro repentino en mi estómago. Echo un vistazo alrededor de
la barra. Buscando a mi padre. A Ethan. No los veo, pero uno de ellos generalmente
acompaña la sensación de inquietud que me ha inundado.
¿Qué está pasando, Liam?
Nada dice Liam al mismo tiempo que otro cliente dice:
Tremenda publicidad gratuita.
Un tipo que rara vez veo aquí es golpeado con el codo por Jim, sentado a su
325
lado y Liam lo mira frunciendo el ceño. Me toma un minuto saber quién es. Todo un
imbécil. Los rumores de una esposa controladora que no lo deja salir mucho. Le
gusta su whisky barato y da propinas incluso más baratas.
Pero en este momento no me importa lo que sea, porque quiero saber qué
quiere decir.
¿Publicidad gratuita? ¿Qué quieres decir? Me acerco un paso más a
medida que se presionan los botones de los teléfonos celulares para que las
aplicaciones se cierren. Ojos muy abiertos me saludan. Las bocas permanecen en
silencio . Solo dime, Liam. Sé que es mi jefe, pero algo está mal. Y no sé de qué
me está protegiendo, pero su suspiro cuando alcanza su teléfono me pone la piel de
gallina en los brazos. Aleja a los muchachos de la barra, dándole una mirada extra a
Jim antes de escabullirse hacia otra mesa.
Había una foto publicada en Instagram esta mañana. Etiquetaron el bar, así
que algunos de los que seguían mi cuenta la vieron.
”ueno… No veo por qué esto es tan importante o qué tiene que ver
conmigo de ninguna manera o forma. Y luego lo entiendo. Probablemente es una
chica con poca ropa y está avergonzado y no quiere mostrarme.
Ahora me siento como una idiota por presionarlo. Y reaccionar de forma
exagerada.
Puedo manejarlo, Liam. Soy una niña grande.
Suelta un suspiro cuando alcanzo su teléfono para que pueda ver la foto. Pero
cuando la pantalla cobra vida, toma un minuto para que mi mente acepte lo que
estoy viendo. O para procesar cualquier cosa más allá del santa mierda que sigue
repitiéndose a través de mi mente sorprendida.
La selfie fue tomada torcida. La cabeza de Zander sobre una almohada, con el
rostro en ángulo hacia la cámara, los ojos cerrados. Profundamente dormido. Los
tatuajes en su espalda son visibles, la sábana baja para que se pueda ver la parte
superior de su trasero.
El problema no es él. Bueno, más aún, el problema es la persona que toma la
foto que incluía a Zander. Su cabello rubio se ve despeinado, los ojos pintados de
azul están manchados y, apretada alrededor de sus senos sin sujetador hay una
camiseta blanca con el distintivo logotipo de Lazy Dog Bar. La que Liam le dio a
Zander antes de irse.
Juro que debo parpadear cientos de veces mientras trato de procesar cómo la
imagen podría malinterpretarse. Pero cuando me desplazo hacia la captura, mi
corazón y mi estómago caen.
326

@ZanderDonavan definitivamente no es un perro perezoso 4 en la cama. Está chica lo


dejó agotado. Gracias por la camiseta @LazyDogBar. Se ve mucho mejor en mí que en él. Él
también se ve mucho mejor en mí. #CorredorCaído #VueltadelaVictoria #SexyZexy
#SeñorOrgasmo #LosHombresTienenBuenasManos #DiosdelSexo #MeloCogí
#LoSientoDamas #EquipoDonavan.

Me lamo los labios y busco algún tipo de compostura. El ruido del bar suena
como un motor de avión rugiendo en mis oídos y tengo problemas para combatir
las lágrimas que se queman en el fondo de mis ojos. Abro la boca para decir algo,
cualquier cosa, pero nada sale. Cada una de las emociones en las que me he deleitado
en las últimas veinticuatro horas se ha derrumbado a mi alrededor.
Me encantaría refutarlo. Decir que la foto es falsa. Que no puede ser real. Y sin
embargo sé que es él. Esos tatuajes. Más el hecho de que esa es su posición preferida
para dormir. Y reconozco el pulgar con la uña azul donde se golpeó con el martillo
hace unas semanas. Sé que la camisa es real porque es la misma que tengo puesta.
Es una lucha por respirar. Por comprender. Por funcionar. Y sin embargo
siento muchísimo. Más que nada que haya sentido en mi vida y de una manera que
nunca quiero volver a sentir.

4
Traducción para el nombre del bar Lazy Dog .
Liam intenta tomar el teléfono de mi mano, pero lo aferro con fuerza, sin querer
soltarlo todavía y con ganas de pisar la pantalla al mismo tiempo. Echo un último
vistazo a la imagen, a su nombre de cuenta de Instagram, @RaceBunnyBabe, y se lo
doy a Liam sin pelear.
¿Puedo… necesito tomar un descanso? le pregunto mientras camino a la
habitación de atrás sin esperar una respuesta, sintiendo el peso de todas las miradas
de los clientes a mi espalda.
Getty me llama Liam, pero realmente no quiero hablar con nadie . Getty.
De nuevo. Todo lo que quiero hacer es taparme los oídos e ignorarlo . El bar está
lento hoy. ¿Por qué no te vas a casa?
Mis ojos van a los de él. Su rostro expresa una preocupación completa y una
disculpa, y desvío la mirada lo más rápido que puedo mientras desato las cuerdas
de mi delantal.
Sí. Bueno. Gracias.
La ira me golpea en la caminata a casa. Y no solo la ira, sino una rabia que
nunca antes había conocido. Ni siquiera hacia Ethan. Como si el aire que inhalas se 327
sintiera fuego y te duele el pecho y te queman los ojos y todo tu cuerpo tiembla, pero
no puedes evitar que nada de eso ocurra.
¿Cómo pudo? Eso es todo lo que se repite en mi cabeza una y otra y otra vez.
¿Soy realmente tan crédula? ¿Soy realmente ingenua para pensar que este famoso
piloto de carreras y un hombre deseable podrían querer quedarse conmigo de todas
las personas? ¿Una mujer conmocionada que se recupera de su pasado abusivo en
esta pequeña ciudad insular? ¿Que quisiera renunciar a su estilo de vida de autos
rápidos y, obviamente, mujeres más rápidas por esto?
Me engañó como una tonta. Tomó la pequeña zona de confort que había hecho
en esta pequeña ciudad donde crecen los chismes y me convirtió en una burla para
todos. Me hizo desfilar por todo lado para burlarse de mí al final.
El dolor en mi pecho aumenta diez veces a medida que las preguntas corren
desenfrenadas en mi cabeza. ¿Cómo podría estar tan equivocada? ¿Por qué me llamó
y me dijo que quería más? ¿Era esa su manera de intentar hacerme sentir mejor?
Pero incluso eso no tiene sentido.
Abriendo la puerta de la casa, finalmente dejo que las lágrimas enojadas corran
por mis mejillas. Estoy inquieta a pesar del llanto. Ansiosa. Quiero recostarme y
llorar por el dolor que no se detiene y, al mismo tiempo, no puedo quedarme quieta.
Puede ser que esté equivocada. Tal vez haya una explicación.
¿Cómo?
Así que vuelvo corriendo a la cocina y saco mi teléfono de mi bolso. Con dedos
temblorosos y ojos borrosos, abro la aplicación de Instagram. Tengo que esperar a
que se descargue en mi teléfono. Busco el nombre @RaceBunnyBabe. No entiendo
las pantallas ni las páginas, pero veo que solo hay una imagen debajo de su cuenta.
La de ella y Zander esta mañana. Había tenido un poco de esperanza de que esto
estuviera mal, pero se ha roto por esto.
Entonces noto los comentarios debajo de las fotos esta vez. Las mujeres celosas
deseando ser ella. El burdo comentario sobre si es realmente dorado en la cama.
¿Dónde fue tomado esto?
Y es ese comentario lo que me llama la atención. Porque hubo una respuesta.
No quiero hacer clic en el botón para encontrar la respuesta, pero debo hacerlo. The
Four Seasons.
Toda mi esperanza se va con el siguiente sollozo que cae de mi boca. Mis dedos
cambian a la aplicación Messenger. No me importa si está en el aire en este
momento. Le escribo un mensaje: No te molestes en volver a casa. No quiero verte. Dejaste
en claro tu punto. Qué tengas una buena vida.
328
Dando vueltas a la casa, reviso mi teléfono constantemente. Sé que habrá
aterrizado y se dirigirá aquí pronto, a través del tráfico, en el ferry, a la casa. No
puedo concentrarme en nada más. No puedo concentrarme. Sé que me devolverá el
mensaje de texto. No lo que va a decir. No es que haya una explicación adecuada de
todos modos.
En lo que se siente como el paseo quinientos por la cocina, veo su maldita lista
de tareas pendientes. El punto de Extrañar al reparador mientras no está. Y una nueva
oleada de ira estalla dentro de mí. Qué broma jugó con la ingenua compañera de
cuarto. ¡La diversión que debió haber estado teniendo, llamándome para hablarme
mientras ella probablemente estaba sentada en la habitación del hotel a su lado!
No sé qué me provoca, pero veo pintar la barandilla delantera y, como
básicamente ha terminado con la terraza trasera, sé que esa es la única cosa
importante que le queda por hacer. Bueno, al diablo. Lo haré por él para que no
tenga la excusa o necesite estar aquí en absoluto.
Por nada.
De repente soy una mujer en una misión. Una misión alimentada con rencor y
rabia. Me dirijo al cobertizo para buscar las brochas y escaneo las latas en busca de
la laca para madera. Cuando mis ojos ven una lata con una gota de muestra rosa
como de Pepto-Bismol, la agarro sin pensar en lo correcto o lo incorrecto. La
moralidad está fuera de la ventana por la cantidad de dolor que me causó con su
traición.
Todo lo que puedo pensar es que le enseñaré una lección. Me concentraré en
cómo su estúpida lista estará completa, para que pueda cumplir su palabra a todos
los demás, excepto a mí, y luego habrá terminado aquí.
Nunca tendré que volver a verlo.
Paso el pincel sobre la madera lijada. La pintura sedimentada no pigmenta bien
y tengo que volver a cerrarla y agitarla lo mejor que puedo. Saco mi agresión en una
lata que tiene años, desde los dueños anteriores. Pero no me importa. Porque estoy
haciendo algo. Cualquier cosa. Para tratar de contener el dolor. Adormecer el dolor.
Detener mis sentimientos de estupidez.
Y así pinto entre lágrimas. Grandes sollozos que salpican de mi cara y caen
sobre la barandilla, donde tengo que volver a pintar lo que se lava. Es descuidado y
desordenado y por mucho que me odie a mí misma por la mañana por esto, en este
momento es lo que tengo que hacer.
Cuando lo cubro todo y un poco más, con enormes marcas de goteo incluidas,
colapso en los escalones, suelto la brocha y lloro: lágrimas con los codos en las
rodillas, la cabeza en mis manos, sintiéndome mal por mí misma, con ganas de
329
patearlo en las bolas.
Los faros me asustan. No estoy segura de cuánto tiempo he pasado mirando al
espacio. ¿Cuántas veces han empezado y se han detenido las lágrimas?
Probablemente tantas veces lo he maldecido por ser cruel y me he castigado por ser
lo que mi padre dijo que era, crédula. Pero cuando los faros se apagan en la calle y la
puerta del auto se cierra de golpe, no creo que tenga el esfuerzo de luchar contra él.
Hasta que lo oigo llamar mi nombre.
¡Getty! Lleno de preocupación. Temor. Confusión.
¡No! Estoy de pie en un instante, de vuelta a la pared, con el corazón en un
puño . No puedes venir más aquí. ¡VETE!
¿Qué diablos está pasando, Getty? ¿Por qué demonios pintaste con ese rosa?
¿Por qué Liam me está llamando a sermonearme? ¿Por qué no contestas tu maldito
teléfono? ¿De qué maldita foto estaba hablando? Su voz hace eco en la calle vacía
a medida que se intensifica en el tono con cada palabra. Su rostro es la imagen
perfecta de pánico a la luz del día y tengo que admirar a regañadientes el gran actor
que es. Cómo me hizo sentir y creer cuando no tenía la intención de seguir adelante
con lo que alguna vez me dijo.
Vete, Zander. Vete y nunca vuelvas. Esta vez, cuando hablo, mi voz es
tranquila pero lívida . Dijiste que los amigos con beneficios terminaban en
desastre; bueno, gracias a ti, así fue.
¿Podrías por favor decirme qué diablos está pasando aquí? Va a agarrar
mis brazos y retrocedo tan rápido como puedo. Tanto es así que, sus ojos se
ensanchan, mi respuesta le dice que hablo muy en serio.
¿Te resultó gracioso llamarme, decirme que quieres intentar algo más entre
tú y yo, entre nosotros, y luego darte la vuelta y follar con la chica en tu cama?
Getty. ¿Qué? ¿Qué estás? Háblame. Por favor. Se pasa la mano por el pelo.
Queda despeinado sobre su cabeza mientras sus ojos me piden respuestas que ya
sabe muy bien por su conocimiento de primera mano.
Entro en la casa y levanto mi teléfono en la encimera. Es más fácil mostrarle
que mirarlo a los ojos y escuchar sus súplicas. La pantalla está cubierta con las
notificaciones de él, pero ni siquiera las leo. No tengo tiempo para preocuparme.
Mientras el piso de madera cruje para decirme que me ha seguido adentro, abro la
aplicación de Instagram y le abro la pantalla.
Sus ojos se abren más. Sus labios se tensan. El pánico pasa por sus rasgos
mientras sus ojos parpadean de la imagen a mis ojos varias veces mientras resuelve
qué decir. Cómo salirse de esta.
330
¿Quieres saber qué demonios está pasando? grito . Esto es lo que está
pasando. Tú. Follando. Con ella.
Se tropieza y se sienta en el brazo del sofá.
No, Getty. No. Ese no soy yo.
¿NO ERES TÚ? Mi voz se agrieta por la emoción, por las lágrimas, por el
dolor que está carcomiendo mi alma viva en este momento . Sí, Zander, sí. Eres tú.
¿Cómo puedes decir lo contrario? El pulgar magullado. La maldita camisa del bar.
Ella. La. Tiene ¡Puesta! Estás desnudo. En el Four Seasons. Todo se ve bastante obvio
para mí.
No. Sus…
Gracias por probarme que estaba en lo correcto. Que todos los hombres son
exactamente como Ethan. Incluso cuando creí que no lo eras. La diferencia es que lo
que hiciste fue diez veces más cruel. Mi sollozo se engancha y extiendo mis manos
para mantenerlo alejado de mí . No me toques.
Jodido Cristo, Getty.
Retrocedo contra el mostrador mientras él camina por la habitación. Incluso
perdida en mi propia emoción, puedo sentir la agitación que irradia de él y llena la
cocina.
Ella estaba allí anoche. En el club. En la puta suite cuando los muchachos
llevaron la fiesta allá.
Salto mientras su puño atraviesa el panel de yeso. Su propio grito de dolor
haciendo eco justo después. Parece que, a pesar del dolor, lo va a hacer de nuevo.
Pero en lo único que puedo concentrarme es en que sabe quién era esta mujer. Está
admitiendo que ella estaba allí con él.
Trató de seducirme. Recuerdo eso. Lo intentó y le dije que no, gracias. Y
luego me fui a la cama. Dios, estaba tan borracho que no recuerdo mucho después
de eso. La puerta de mi habitación se abrió. El ruido y la luz de la fiesta en la suite.
Luego se cerró. No lo sé. Cuando me mira, si hubiera pensado que mi corazón se
había roto antes, podría haber estado equivocada, porque ahora está definitivamente
roto. La cara de Zander está llena de disculpas. Su cuerpo tenso, pero vencido. Todo
sobre él grita culpable ahora mismo cuando todo lo que quiero que haga es darme
una respuesta definitiva.
Y no lo hace. Parece que no puede.
Simplemente se queda allí con los ojos de un cachorrito en un azul en conflicto
y con la boca relajada mientras intenta recordar lo único que puede para enderezar
nuestro mundo.
331
Por favor, dime que sabrías si te acostaste con ella o no. Las lágrimas se
deslizan lentamente por mi cara porque, por alguna razón, esto parece mucho más
difícil de comprender. Hacerlo descaradamente es una cosa. Sabiéndolo de
antemano. Faltándome el respeto a propósito.
¿Pero acostarse con alguien, arruinar lo que pensé que teníamos, y que fuera
tan poco monumental que no lo recuerde en absoluto? ¿Que su falta de respeto hacia
mí fuera tan grande que nos arruinó por nada?
No puedo respirar. No puedo pensar. No puedo quedarme quieta. Y no puedo
moverme. Así que solo lo miro con los ojos muy abiertos y un corazón que duele
muchísimo porque estoy tan enamorada de él en este momento y lo odio, todo al
mismo tiempo.
¿Cómo dejé que esto pasara? ¿Otra vez?
Me han engañado. Mi esposo se había acostado con innumerables mujeres
mientras me decía que no era lo suficientemente buena. ¿Y ahora estoy mirando a
un hombre que me estaba diciendo que era lo suficientemente buena y ha ido y ha
hecho lo mismo? ¿Qué dice eso sobre mí? ¿Que solo me estaba diciendo estas cosas,
pero que no lo estaba satisfaciendo a pesar de todo?
No puedo pensar con claridad. No con él mirándome con esos ojos y lo
desconocido extendido entre nosotros. No con mi pasado como una niebla constante
en mi mente que me dice que merezco exactamente esto.
Me niego a aceptar que esta es mi suerte en la vida: que los hombres piensen
que soy desechable y solo lo suficientemente buena hasta que quieran a alguien
mejor.
Como una rubia caliente con un gran escote que atiende a los corredores en las
suites de los hoteles.
Mis sollozos son el único sonido en el vacío de la casa. Ambas manos cubren
mi boca mientras trato de combatirlos y no deshacerme completamente delante de
él, pero su fuerza sacude mi cuerpo.
Getty. Por favor. Hay una explicación.
Mi risa enlazada con mis sollozos es todo lo que puedo emitir. Todo lo que
puedo darle cuando ya le he dado tanto de mí misma. Más de lo que debería. Más
de lo que siempre pretendí: mi confianza, mi historia, mi corazón, mi deseo. Mi
verdad.
Necesitamos…
Necesito que te vayas, Zander. Mi voz es seria. Tranquila. Apenas audible.
Y, sin embargo, el estremecimiento de su cuerpo, el brillo de sus ojos hacia los míos, 332

me dice que no puede creer lo que acabo de decir . Por favor. No puedes estar aquí
esta noche.
Y sé que estoy mintiendo. Sé que soy débil y no puedo decirle que hemos
terminado. Que necesito que se vaya porque no puedo respirar cuando está tan
cerca. Y necesito respirar. Para poder pensar. Para tener más resolución en mi voz
cuando le diga que hemos terminado para siempre. Que es el momento perfecto
para que regrese a su antigua vida.
La vida en que no estoy. En la que conoce a mujeres como ella.
Porque no puedo quedarme con un hombre que no recuerda si se acostó con
alguien. Cada viaje, cada carrera, la preocupación siempre estará ahí. La duda
siempre perdurará. Y no puedo vivir así otra vez.
Así que miento. Le pido que se vaya a pasar la noche en otra parte, que se
quede en el hotel, para que podamos aclarar nuestras mentes y hablar cuando
estemos más tranquilos. Le digo que necesito tiempo. Que necesito pensar.
Me quedo donde estoy mientras camina por el pasillo y recoge algunas de sus
cosas. No me muevo cuando se para a pocos centímetros frente a mí con mi pintura
de bienvenido a casa debajo del brazo y sus ojos suplicándome que le dé el beneficio
de la duda. Me niego a llorar cuando presiona un suave beso en mi cabeza antes de
apoyar su frente contra la mía en silencio.
Y retengo la confesión que iba a hacer esta noche mientras lo veo cerrar la
puerta principal, subirse a su auto y alejarse.
Te amo, Zander.
Iba a poner mi corazón en riesgo y darte lo único de mí que me quedaba para darte.
Y mientras me deslizo hacia el piso de la cocina, con lágrimas en las mejillas y
un increíble dolor en mi corazón, me pregunto si de habérselo dicho la noche
anterior, habría cambiado algo.
O si solo significaría que me dolería mucho más ahora. Ese es el problema con
las posibilidades. De vivir con arrepentimientos.
Siempre te preguntas que habría pasado.
Incluso cuando las mentiras eran exactamente lo que querías escuchar.

333
Capítul o38
GETTY

Los días se mezclan con las noches.


Me quedo sola estos días. Perdida en mis pinturas. Consumida con la tristeza.
Enterrando el dolor de la única manera que sé.
Mares tormentosos y nubes retorcidas se alinean en mis lienzos apilados contra
las paredes. Grises oscuros, negros y azules. Una agitación sin fin en un mar que
solo puede crear más de lo mismo.
Sus golpes en la puerta principal quedan sin respuesta. Sus palabras a través
de los paneles de madera me destrozan cuando me siento al otro lado, con el corazón
adormecido y la mente en modo de supervivencia. 334

Y él espera. Y persiste. Permaneciendo diez pasos detrás de mí mientras


camino al trabajo. Sentado en la mesa trece en mis turnos. Su forma de reforzarme
lo que me dicen sus constantes mensajes:

Estoy tratando de ser paciente, Getty. Estoy tratando de hacerte saber que estoy aquí
cuando estés lista para hablar.

Llegaré al fondo de esto, Getty. Encontraré a esta mujer y te demostraré que no dormí
con ella.

¿No ves que quiero que esto funcione? No te vas a deshacer de mí todavía, Calcetines.

Todos estos quedan en mi teléfono justo cuando su presencia está


constantemente en mi periferia. Y no sé si incluso importaría que encontrara a esta
mujer para demostrar lo contrario. La confianza entre nosotros se ha roto. La semilla
de la duda ha quedado plantada.
La noción de que necesito confiar en mí misma y en nadie más lo reafirmó.
Pero maldita sea, el dolor persiste. En su presencia. En su ausencia. En la
desesperación en el tono de sus mensajes. En la temeridad con la que está allí día
tras día, para que no pueda huir y esconderme de él. Ocultarme parece la mejor
opción, porque los sentimientos siguen ahí. El deseo sigue siendo real. El deseo sigue
siendo voraz.
Y, sin embargo, he sentido tanto en los últimos días que empecé a no sentir
nada. Eso me temo. Estoy dudando de todo sobre mí: mis decisiones, mis elecciones,
mis propias necesidades.
Liam me mira al otro lado de la barra cuando entro. Pregunta sin palabras si
necesita sugerirle a Zander que se vaya. Y no puedo responder. Simplemente hago
mi trabajo. Recojo mis propinas. Todo bajo las miradas curiosas de los lugareños,
cuyos ojos son como una pelota de ping-pong visual entre Zander y yo, mientras
que los turistas están ajenos a los chismes de la ciudad que se desarrollan bajo sus
335
narices.
Luego camino a casa. Él detrás de mí. Entra a la casa. Se para en la acera, con
las manos en los bolsillos, los ojos suplicantes y espera a que le diga que entre. Pero
cierro la puerta. Lloro en la ducha. No como. He perdido el apetito. Mi estómago se
revuelve.
Así que pinto. Toda la noche.
Porque dormir es imposible. Sin su calor para acurrucarme. Sin el calor de su
aliento contra mi cabello.
Sin la comodidad a la que me he acostumbrado con él solo estando allí.
No estando sola.

Tengo que irme esta noche, Getty. Esperaba que me hablaras antes que
tuviera que salir. Su voz detrás de mí es como un imán invisible que me atrae
hacia él.
Con mi mano en la puerta principal y un agotamiento profundo que me
atraviesa después de mi turno, bajo la cabeza y cierro los ojos. Me obligo a tener la
fuerza para hablar con él sin romperme y dejarle ver cuánto me está matando.
Mientras aún lo quiero, aún lo amo, no puedo estar con él en este momento.
No hasta que elimine a mis propios demonios, lo que me hace cuestionarme a
mí misma demasiado fácilmente. Y a él. Y cualquier posibilidad que podamos tener
en el futuro.
¿A qué carrera te diriges? Hago la pregunta, aunque ya sé la respuesta.
Boston. Una carrera por camino de tierra. Un círculo de tres kilómetros y medio.
Boston dice en voz baja . Primera parte de la clasificación de la semana.
Luego la carrera del domingo. Pero volveré.
No digo nada. Estoy demasiado ocupada luchando contra la emoción en mi
voz para hablar.
Date la vuelta. Por favor, Getty. Déjame ver tu cara.
Mi pecho se contrae. Es difícil sacar el aire. Pero me doy vuelta y lo enfrento;
su mano descansa sobre la horrible barandilla rosa y sus ojos se fijan
inmediatamente en los míos. Buscan, suplican, cuestionan, y solo espero que la mía
no regale ninguna respuesta. 336

No llores. Da un paso adelante y limpia una lágrima errante que no pude


evitar que se deslizara por mi mejilla . Me está matando que no me escuches, Getty.
No me dejas disculparme, y mucho menos hablar contigo.
No hay nada de qué hablar le susurro.
Tonterías. Sabes que es una mentira. Estamos bien juntos, Getty. Jodidamente
increíble. No he tenido más que tiempo en los últimos días para pensar en esto.
Pensar en nosotros. Puedo ver que lo que quiero ha estado justo delante de mí, pero
estaba tan obsesionado con no dejar que se convirtiera en un desastre, que yo mismo
lo convertí en eso.
Sus palabras son demasiado. Me hacen sentir de nuevo. Y no quiero sentir.
Sacudo la cabeza, trato de refutarlo, y se acerca y agarra mis manos de donde las he
llevado a un lado de mi cabeza para excluirlo.
No. Necesitas escucharme. No me iré hasta que me escuches.
Zander, no puedo. Lo miro con mejillas llorosas y un labio tembloroso y
me encuentro con sus ojos.
Sí. Puedes hacerlo. Toma un lado de mi cuello, dirigiendo mi mirada para
que permanezca en la suya. Su voz sale llena de tranquilidad, determinación,
resolución . Piensa en nosotros. Piensa en los últimos meses. Nos hemos reído
hasta que duele. Hacemos el amor hasta que se siente tan bien que arde. Peleamos.
Nos reconciliamos. Conocemos el pasado de cada uno. Nos aceptamos.
Pero eso no soluciona…
Tienes razón. Pero estás hablando desde el miedo. Estás tan jodidamente
asustada ahora, Getty. Estás tan preocupada de que sea él, que no me miras ni me
ves. El hombre que conoces. ¿Bien, adivina qué? También tengo miedo. Tengo miedo
de dar un paso cuando normalmente soy el rey de solo saltar. Tengo miedo de
lastimarte. Estoy petrificado de amarte. Pero a la mierda, Getty, más que nada, estoy
aterrado de no arriesgarme y saber si vale la pena un poco de ese miedo.
Sus palabras son innegablemente poderosas. Tocan acordes que no quiero que
vibren con el impacto que tienen sobre mí. La mirada en sus ojos, con completa
convicción en lo que está diciendo, hace que sea tan difícil pensar lo contrario. Mi
corazón y mi cabeza están en conflicto. Mi sentido del bien y el mal en un Derby de
demolición5 para ver quién sobrevive con la menor cantidad de daño.
¿Me escuchas? ¿Entiendes lo que te estoy diciendo? Da un paso atrás y se
da vuelta, caminando a lo largo del porche, con las manos detrás de la cabeza, el
cuerpo energizado con determinación, pero tenso debido a mi falta de respuesta.
Sí hablo finalmente. Petrificada por decir sí y aterrorizada por decir no .
337
Yo… no puedo soportar más daño, Zander.
Se da vuelta con mis palabras. Camina de regreso hacia mí. Sonríe, pero hay
esperanza en sus ojos. Alivio porque realmente respondí a su postura.
Entonces es una buena cosa que esté aquí a largo plazo. Hace una pausa.
Toma un respiro . No quiero una respuesta antes de irme, Getty. Todo lo que
quiero es que lo pienses mientras me voy. Una semana. Te dejaré sola para que
puedas pensar en todo lo que acabo de decir. Porque puedo verlo en tus ojos. Puedo
sentirlo en tu tristeza. Lo extraño de tu toque. Nos merecemos esta oportunidad. Sin
arrepentimientos, Calcetines. Deja que tengamos una oportunidad. ¿Al menos me dirás
que lo pensarás?
Sí. Asiento.
Gracias. Sus manos están de vuelta en mis mejillas, sus labios presionando
un beso lleno de desesperación contra mi frente. Estamos parados así por un
momento. Y sus labios se mueven contra mi piel cuando habla en un susurro
silencioso . Incluso si me dieras cien razones por las que no deberíamos estar
juntos, Getty, todavía buscaría la única razón para luchar como el infierno por ti.
Recuérdalo.

5
Se refiere a un tipo de encuentro en que varios conductores en una pista se chocan entre sí hasta
destruir el auto de sus oponentes.
Y con ese comentario presiona otro beso casto en mi frente antes de girarse y
alejarse sin otra palabra. Me paro en el porche mirando su auto mucho después que
las luces han desaparecido en el camino, su última declaración se repite una y otra
vez en mi mente.
Estoy respirando normalmente por primera vez en lo que se siente como días.
Y lo gracioso es que pensé que era la presencia de Zander la que hacía difícil respirar.
Ahora me pregunto si fue el miedo a que él no estuviera allí lo que causó el
ardor en mis pulmones.

338
Capítul o39
ZANDER

Ten paciencia. Pero no demasiada. Cuando haya algo que quieras, ve tras ello. Pero si
hay algo que valga la pena que desees lo suficiente, sé paciente.
Las palabras de la carta de mi madre se repiten en mi mente. Pero no hay
indicios de cuánto tiempo es demasiado tiempo.
Mierda.
Esa es la única manera en que puedo describir mi estado de ánimo. O el corte
dejado por Getty en mi corazón. Fue como ese corte rápido que nunca viste venir,
pero que duele como una perra cuando sucede. Y duele aún más con cada día que
pasa. 339

Pequeño, pero poderoso. Me derribó al suelo, eso fue lo que hizo.


Sobre todo, porque quiero llamarla. Escuchar su voz. Ver si ya ha tomado
alguna decisión.
Pero no lo hago. Le prometí que no lo haría. Que le daría tiempo. Y que me
jodan si eso no es brutalmente difícil de hacer. El tiempo perdido es algo que nunca
puedes recuperar.
Así que he tratado de centrarme en la carrera en cuestión. Usando mi
frustración para ser dueño de la maldita pista en lugar de destruirme. Bueno, eso y
tratar de obtener respuestas a la única cosa que arreglará toda esta situación.
Identificar a la mujer en la foto.
Levanto mi cara al cielo y cierro mis ojos por un segundo, dejo que el calor del
sol golpee mi piel mientras respiro profundamente. Me quedo así por un momento,
el puerto de Boston se extiende debajo de mí desde el balcón de la suite de mis
padres. Absorbo la vista, me recuerda al muelle de la isla y odio y amo que lo extrañe
todo al mismo tiempo. La isla me había ofrecido una tranquila soledad. El
sentimiento de ser tan pequeño contra la ira de la naturaleza. El aroma del esmalte
de uñas de Getty mientras pintaba sus uñas cuando estaba sentada a mi lado. Ese
pequeño ”uenas noches que murmura antes de quedarse dormida.
Es por eso que el mensaje en mi teléfono me molesta aún más, porque me dice
que aún podría perder todo. El investigador que contraté para investigar la cuenta
de Instagram chocó contra un muro muerto hoy. Su mensaje dice que la única
información que pudo encontrar es la cuenta y el Gmail con el que se asoció se creó
en el último mes, y todos están vinculados a información de fondo falsa.
Una chica de las carreras salió por un buen rato escondiéndolo de su esposo o
novio. Genial. Justo lo que necesito es otro imbécil con el que lidiar si finalmente
encuentra la imagen.
Así de mal, ¿eh? Rylee me da una palmadita en el hombro mientras ella y
Colton se unen a mí en el balcón. Me deja un plato de papas fritas y salsa y mi primer
pensamiento es cuando Getty estaba sentada frente a mí en el restaurante,
seduciéndome con sus palabras.
Está donde quiera que mire y en ninguna parte que la quiera.
Ruedo mis hombros, trato de concentrarme en lo positivo porque dijo que
pensaría en nosotros. Esperemos que el tiempo separados la haga extrañar tanto
como a mí.
Entonces, ¿cómo vas a arreglar esto, Zander? Es Colton quien habla, pero
mi mirada se acerca a Rylee. La única persona en la que he confiado, y sé que ella ha 340
contado los detalles de nuestra conversación a Colton. No esperaba menos, pero al
mismo tiempo, joder.
Quiero poner los ojos en blanco. Quiero taparme los oídos y fingir que no lo
escuché. Pero más que nada, quiero un consejo. Ayuda. Cualquier cosa para
recuperar a Getty.
Joder, si lo sé. Mi risa suena hueca. Vuelvo la cerveza a mis labios y pienso
en qué decir a continuación . Sé que hay algo allí. Ella también lo siente.
Simplemente no puedo encontrar una manera de hacer que ella realmente me
escuche.
Dile que la amas.
El comentario de Colton me hace escupir una respuesta. Ahogándome con las
palabras.
Vamos, ahora. Esas son palabras muy fuertes.
¿No la amas, entonces? Levantó las cejas. Labios fruncidos. Ojos verdes
desafiantes.
No dije eso.
Bueno, ¿lo haces o no, Zee? Tómalo o déjalo. Si no puedes admitirlo, seguro
como el infierno que no la convencerás.
Se me ocurre que tiene toda la razón con su franca verdad. ¿Cómo puedo
pedirle que supere sus miedos si no puedo admitir la única cosa que me da miedo
expresar en voz alta?
Dudo que decir te amo en este punto la vaya a hacer escuchar. Va a pensar
que solo lo digo porque estoy desesperado. Tiene miedo… encontrará alguna razón
para no creerme. Joder. El pánico se asienta. Lo miro y le pido ayuda con mi mirada
directa . ¿Cómo hago para que me crea?
Convéncela de que ella es tu agua.
¿Qué? Me pellizco el puente de mi nariz. Lo miro como si estuviera
perdiendo la cabeza.
¿Cuál es la única cosa sin la que no puedes vivir?
¿Agua? Mi voz es vacilante. Respondo esperanzado.
Asiente.
¿Cómo sabe el agua?
A nada. Me encojo de hombros, luego miro a Rylee, quien está sentada allí 341
con una sonrisa de complicidad en su rostro, como si supiera a dónde va con esto.
Ella solo asiente en señal de aliento. Miro hacia Colton mientras los pensamientos se
alinean . A nada, pero en realidad es todo. No puedes vivir sin ella.
Exactamente. Una sonrisa perezosa se extiende en sus labios . Es tu agua.
Convéncela de que no puedes vivir sin ella, hijo. Esa es la mitad de la batalla.
Puede que sea así de fácil, pero aun así mi mente gira en torno a cómo hacer
eso exactamente cuándo pensé que eso era lo que estaba tratando de decirle antes
de dejarla para venir a Boston.
Pero nunca le dije que la amaba.
¿Eso habría importado?
Lo que dice tu papá, Zander, es que ella ha pasado por muchas cosas.
Necesitas hacer algo para demostrarle que lo dices en serio. A las mujeres les encanta
saber que no te olvidaste de las pequeñas cosas. Aman los grandes gestos que dicen
que prestas atención a todas las razones por las que las amas.
Mi corazón se detiene. Esas dos palabras de nuevo. Grandes gestos. Las mismas
que mi mamá usó en su carta para mí. La carta que Rylee no ha leído todavía.
Nunca he creído cuando la gente dice que recibió una señal para hacer o no
hacer algo. Todo es una tontería, si me preguntas.
Y, sin embargo, ¿cómo puede ser una coincidencia que ambas madres en mi
vida hayan dicho lo mismo? Ambas lo usaron para explicar lo que tengo que hacer
para conseguir a la chica.
Ahora la pregunta es, ¿cuán grande es un gran gesto?

342
Capítul o40
GETTY

Esto tiene que detenerse. Hay una sonrisa exasperada en mis labios
mientras el repartidor entra al Lazy Dog con un ramo de flores frescas. El cuarto en
tantos días. Y aunque sé quién los envió y lo que dice el mensaje, abro la tarjeta de
todos modos: Anticipación. XO Zander.
Dile que, si continúa con esto, voy a comenzar una funeraria en la parte de
atrás como negocio paralelo se burla Liam mientras pasa y las huele por reflejo.
La mirada que me da significa que está secretamente feliz porque Zander está
demostrando ser el buen tipo que pensó que era.
El problema es que también me está ganando. Y no son solo los regalos que 343
han estado llegando a la casa y al bar desde el martes. No. He vivido un estilo de
vida donde podría tener cualquier cosa materialista sin pensarlo dos veces. Es más
la consideración que ha puesto en los regalos. Las sonrisas que han traído a mis
labios. La felicidad que evocaron sobre ese momento en el tiempo que compartí con
Zander.
Las pequeñas cosas que está tratando de recordarme para que no olvide lo
buenos que somos juntos.
Como las cuatro docenas de pares de calcetines hasta la rodilla en todos los
diferentes patrones y colores que había enviado. La tarjeta adjunta mencionaba lo
mucho que disfrutaba esos calcetines envueltos alrededor de sus caderas.
O las dos cajas de piñas doradas frescas seguidas por las cajas verdes vacías y
sin fresas. La nota que mencionaba que le había pedido al consejo de fresas que se
pusiera en huelga porque las piñas son definitivamente la mejor de todas las frutas.
El siguiente fue una caja de nuevas pinturas, pinceles y lienzos en todas las
formas y tamaños que ahora desordenan la pequeña alcoba en mi habitación. La
tarjeta todavía me hace sonreír. La dedicación a la artista de renombre mundial de
su modelo que todavía necesita su paquete de seis y otros lugares delicados pintados
y comprometidos en un lienzo.
Luego estaba el martillo con el mango florido. Así tenía algo para usar cuando
necesitara sacar la agresión o la emoción. Con adhesivo que decía uso exclusivo en el
exterior.
La burbuja de correo enviada a la casa con la cuerda para saltar dentro. Con
una nota en la que decía ¿Lo harás? seguido de los pocos minutos que tardé en
descubrir qué estaba preguntando Zander. Pero una vez que lo hice, su regalo fue
un recordatorio de su solo salta, perdí la batalla contra contener una sonrisa.
Todos los artículos apretaron mi corazón. Me recordaron a su generosidad. Su
amabilidad. Su consideración. Todos me dieron ganas de levantar el teléfono y
llamarlo. Escuchar su voz. Cerrar los ojos y sumergirme en el calor de su presencia.
Pero ninguno de ellos era lo único que necesitaba desesperadamente. Que me
dijera que no se acostó con otra persona.
¿Estoy siendo terca? Sí. ¿Irrazonable? Tal vez. ¿Mi ira y mi dolor se
desvanecerán con el tiempo, y todos estos pequeños gestos que me dicen que se da
cuenta de lo que es tan importante ganarán al final?
Dios, cómo quiero poder decir que sí. Quiero dejar que el amor prevalezca.
Qué gane. Qué me haga volar y me lleve al atardecer de la isla.
Pero también sé que el amor no arregla todo. La confianza y la honestidad son
factores enormes también. Y he vivido sin los tres por tanto tiempo. ¿Es realmente 344
tan malo exigirlos en la próxima ronda?
Tiempo. Eso es lo que sigo diciéndome. Tengo tres días más para convencerme
de una cosa u otra. Para solo saltar o decir adiós y seguir nuestros propios caminos.
Incluso el pensamiento de eso me pone los ojos llorosos. Y me hace
preguntarme por qué estoy luchando tanto. ¿No debería el hecho de resistirme a
alejarme ser una respuesta suficiente?
Hice algunas llamadas a algunos amigos. Encontraremos algo para ti. Ahora
eres una local, obtienes información interna dice Liam con un guiño, sacándome
de mis pensamientos de Zander y colocándolos donde deberían estar. En encontrar
un lugar para vivir. Porque como si necesitara más mierda con la que lidiar en este
momento, Darcy llamó esta mañana para decirme que la casa había sido comprada.
El boca a boca alrededor de la isla sobre la casa que se estaba arreglando, en un
mercado donde los bienes raíces se van rápido, había traído una oferta irresistible.
Así que no solo tengo que lidiar con un corazón roto y si quiero repararlo o
simplemente reducir mis pérdidas y aceptar el daño, sino que ahora necesito
encontrar un nuevo lugar para vivir.
Tal vez esto es una señal. Una ruptura limpia podría ser justo lo que necesito.
Un nuevo lugar para vivir significa que no hay más recuerdos de Zander por todos
lados. No más recordatorios cuando las tuberías crujen o cuando paso junto a la mini
varita de la persiana que aún está puesta en la cómoda de mi dormitorio.
Lo único seguro es que me voy a quedar aquí en la isla. Lo más fácil sería
empacar y correr nuevamente. Establecer raíces en otro lugar. Pero no quiero tomar
la ruta fácil. Me gusta aquí. He hecho amigos. Me siento en casa. Aceptada. Y eso no
es algo que esperaba encontrar, por lo que abandonar la isla no es una opción.
Gracias. Es todo tan repentino. Yo solo… Lucho contra las lágrimas que
inundan mis ojos.
Liam acaricia mi hombro en apoyo. Mis lágrimas al instante lo hacen sentir
incómodo.
Todo va a funcionar para lo mejor. Todos nos aseguraremos de ello.
Gracias. Lo aprecio. Todo con Zander y ahora esto… no sé qué haría sin…
Mi voz se detiene en mitad de la frase, mi respiración se detiene, cuando veo
quién entró al bar.
Mi corazón se contrae cuando me encuentro con ojos que coinciden con los
míos. Simplemente no puedo soportarlo más ahora.
Simplemente no puedo.
345
Mucho menos a él.
¿Qué quiere? murmura Liam a mi lado. Sus palabras me sorprenden. Su
postura rígida aún más.
Mi cuerpo se tensa con cada paso que mi padre se acerca a la barra. Sé que soy
fuerte, puedo defenderme de él, y, sin embargo, exactamente lo que predijo que
sucedería con Zander sucedió, y realmente no quiero enfrentarme con él en este
momento.
Buenas tardes, Gertrude. Te ves bien. Ojos agudos. Comportamiento
rígido. Cero emoción.
Padre. Asiento. Mi cabeza está tan llena de todo lo que no puedo pensar
con claridad.
Nos miramos el uno al otro. Los clientes que nos rodean se dan cuenta. Liam
se queda a mi lado.
¿Puedo ayudarte?
Ladea su cabeza.
Escuché que habías tenido una pelea con ese tipo. Vine para asegurarme que
estabas bien. Escuché que tu casa se había vendido. Pensé que podrías necesitar
ayuda. Supuse que estabas lista para volver a casa.
Lo miro con los ojos abiertos mientras todo comienza a tener sentido.
Compraste la casa, ¿verdad? La compraste para que no tuviera un lugar
donde vivir. Mi sangre hierve. Su tirar de cuerdas en mi vida ya no es aceptable.
No. Nunca. ¿De verdad crees que compraría una propiedad en esta ciudad
de todos los lugares? El desafío asqueado que tiñe su negación tiene algunas
cabezas más girando en nuestra dirección en el bar. Espaldas y orgullo inflándose
en atención.
Los pies de Liam se arrastran a mi lado. Un gruñido de advertencia suena
profundo en su garganta que es solo para mis oídos.
¿Cómo podría no haber sumado dos y dos? El magnate inmobiliario habría
sabido de alguna manera que estaba en venta. Usó su conocimiento interno a su
favor. Trataba de llevarme de vuelta a casa deshaciéndose del lugar donde vivo, en
una ciudad donde las vacantes de habitaciones son pocas y distantes entre sí.
Miro a este hombre cuya sangre comparto y siento una conexión
absolutamente nula, además de tristeza. Y los momentos perdidos que, no importa
cuánto los anhele, nunca podrá darme.
Mi resolución es más fuerte que nunca cuando hablo de nuevo. 346

Insultar a la ciudad en la que estás parado no te va a ganar ningún favor en


este bar. Gracias por tu preocupación, pero ya no es necesario. Creo que es mejor
que te vayas. Mi voz se tambalea en la última palabra a pesar que estoy de pie. Mi
ira alimentando mi tono en lugar de mi miedo.
Su mandíbula se tensa. El disgusto de ser despedido por mí de todas las
personas es la única emoción transparente que muestra. Aunque puedo captar su
ira. Decepción. Frustración. Y estoy perfectamente de acuerdo con eso.
Estás cometiendo otro error, Gertrude. Es una lástima que no puedas hacer
que un hombre sea lo suficientemente feliz como para mantenerlo fiel.
La furia calienta mi sangre. Mi cara se enrojece de vergüenza cuando me
insulta en un bar lleno de mis vecinos. Trato de evitar la humillación a pesar de la
oleada de emociones que vibran a través de mi cuerpo.
Zander estuvo aquí solo por el verano, padre. Era hora de que volviera a su
vida. Mi voz es lo suficientemente alta como para que los clientes puedan
escucharme. Por lo tanto, espero hacerles creer lo que he dicho y restaurar parte de
mi dignidad que ha pasado por el escurridor público en las últimas semanas.
Se mete la lengua en la mejilla, los ojos inflexibles.
Oh. Mis disculpas. Asumí que la imagen que rodeaba el Internet de él
follándose a Katy RaceBunnyBabe era la razón por la que no estaban juntos.
Supongo que pensé que sería más perjudicial para su relación que cualquier otra
cosa. Pero, una vez más, parece que te gusta hacer un hábito de jugar a la mártir en
las relaciones…
Sus palabras me paralizan. La insinuación de que es mi culpa, con Ethan y con
Zander, provoca una ola tan fuerte de emociones diversas que no sé en cuál
enfocarme. Humillación. Enfado. La sorpresa porque haya dicho eso.
Me quedo mirándolo con una mandíbula floja y una letanía de palabras que
quiero decir, pero no puedo procesar lo suficientemente rápido para combatir el
daño que acaba de causar.
Creo que es hora que dejes mi bar. Es Liam quien habla. Los ojos de mi
padre se mueven con lentitud metódica hacia los suyos. Son desafiantes. Y burlones.
Es solo cuando las sillas se arrastran por el piso mientras otros locales se levantan,
cruzan los brazos y miran a mi padre que da un paso atrás.
Adiós, Gertrude. Asiente y gira sobre sus talones.
Entonces, finalmente me caigo contra el mostrador. Respiro por primera vez
en lo que se siente como horas. Intento comprender todo lo que acaba de suceder.
Trato de superar la incredulidad de que va a comprar la casa solo para obligarme a 347
que vuelva.
Liam pasa su mano por mi espalda. Una pequeña muestra de apoyo además
de su fuerte postura al pedirle a mi padre que se fuera.
Y en una fracción de segundo de tiempo, hace clic. Lo que dijo.
Salgo de detrás del mostrador y salgo por la puerta principal como una loca.
Mi mente tropieza con la idea. El por qué. El cómo. Él estaba detrás de todo. La santa
mierda.
Cuando abro la puerta, miro a la izquierda, luego a la derecha. Ojos buscando
la chaqueta gris y la cabellera plateada.
¡Padre! grito por la calle, sin importarme quién se detiene y presta atención
a la loca con ojos salvajes y voz desesperada.
Se detiene en sus pasos. Hay una sonrisa de suficiencia en su rostro cuando se
da la vuelta y camina hacia mí. Todo lo que mi mente puede procesar es que piensa
que quiero ir con él. Que su ridículo hizo lo que quería y me hizo ceder hasta darme
cuenta que necesito de él y Ethan para sobrevivir.
Su arrogancia no tiene límites.
Sabía que verías las cosas a mi manera, Gertrude. Ven. Me hace un gesto
para que lo siga con una impaciencia visible.
Pero me mantengo firme. Las manos en mis caderas cuando la puerta de la
barra se abre y se cierra detrás de mí. Es probable que los lugareños estén parados
allí para asegurarse que estoy bien.
¿Cómo sabías que su nombre era Katy? Mis palabras resuenan en la
distancia, pero por su reacción es como si lo abofetearan en la cara. Su deslizamiento
accidental en el calor del momento. Es una fracción de segundo de conmoción lo que
parpadea antes de desaparecer, y conozco cada matiz, sus diferentes caras
combativas, pero nunca lo he visto sorprendido de esta manera.
Mi corazón late en mi pecho. Mi sangre se precipita en mis oídos. Y la
esperanza… surge y se hincha como un maremoto que amenaza con arrastrarme a
su centro, porque de alguna manera me di cuenta que mi padre sabía el nombre de
la misteriosa mujer cuando nadie más lo sabe. Ni siquiera el propio Zander.
Con su reacción dándome una base más fuerte bajo mis pies, doy un paso hacia
él y le pregunto de nuevo.
Nadie más sabía su nombre. ¿Cómo supiste que su nombre era Katy, padre?
grito las palabras, con lágrimas de rabia en mi voz, un dolor tan diferente en mi
348
corazón del que me ha estado acosando en los últimos días.
Y con su falta de respuesta coherente, mi mente comienza a reunir sugerencias
y conectarlas.
Fue su teléfono, ¿verdad? Niego. Mi cabeza da vueltas y aún puedo ver
las cosas muy claramente ahora . Cuando Ethan entró en la casa. El teléfono de
Zander estaba en el mostrador. Lo rastreó de alguna manera, ¿verdad? Mientras
Ethan esperaba que volviera a casa, encontró el teléfono en el mostrador y cargó la
aplicación tal como lo hizo con el mío antes. Debe haber sido una gran sorpresa para
él venir a casa después de hacerlo, ir a espiar mi paradero y descubrir que el teléfono
ni siquiera era mío. Apuesto a que ambos se molestaron hasta que imaginaron que
el teléfono de Zander funcionaba igual de bien. Te permitía saber dónde iba a estar
Zander. Donde iba a quedarse. Lo que estaba pasando entre nosotros. Lo rastreaste,
sus planes de viaje, sus mensajes de texto salientes y te aseguraste de que Katy
estuviera allí. Le pagaste para que tomara la foto digna de hacerme creer que me
engañó. La camisa. La etiqueta a la cuenta del Lazy Dog.
Oh Dios mío. ¿Cómo he podido ser tan estúpida? ¿Cómo podría no haber visto
esto desde un kilómetro de distancia? Control. Siempre fue el nombre de su juego, e
hicieron exactamente eso, incluso cuando no estaba cerca de ellos.
Gertrude. Todo lo que puede decir mientras trata de evitar que ponga
todas las piezas juntas. De darme cuenta de los extremos a los que él y Ethan fueron
para desinflar mi confianza, arruinar mi autoestima, con la esperanza de que
volviera corriendo a casa.
Querías que creyera que se había acostado con ella, ¿verdad? grité. La
emoción se desborda en este punto, el corazón desgarrado en tantos pedazos y aun
así se vuelve a unir en un nivel completamente diferente . Querías que viera la foto
y volviera corriendo a casa con la cola entre las piernas. Se me acerca y yo
retrocedo . ¿Cómo pudiste? Las lágrimas corren por mi cara. No se detienen .
¿Cómo pudiste tomar la única felicidad que he tenido desde que murió mi madre y
tratar de arruinarla para tu beneficio?
La emoción finalmente parpadea a través del hielo de su expresión severa.
Arrepentimiento. Disculpa. Vergüenza. Pero no lo creo por un solo segundo.
No quiero volver a verte nunca más. Estás muerto para mí.
Me doy la vuelta y camino entre los más o menos veinte clientes que están
parados frente al Lazy Dog. Se separan a medida que avanzo, murmullos de apoyo
rodeándome y empujándome hacia adelante.
349
Capítul o41
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Desde la lucha por hacer arreglos de viaje hasta tirar la ropa en una maleta para
correr entre vuelos de conexión, siento como si no hubiera tenido un minuto para
recuperar el aliento.
Y, sin embargo, no lo tendría de ninguna otra manera porque ahora sé la
verdad. Sé que Zander tenía razón. Que debería haberle escuchado. Que lo que
tenemos es real y vale la oportunidad.
Ahora simplemente no puedo esperar para llegar allí y decirle cara a cara. Besar
sus labios. Envolver mis brazos alrededor de él. Solo espero poder hacerlo antes que
comience la carrera, porque no creo que pueda esperar cuatro o cinco horas. He 350
esperado lo suficiente como están las cosas.
El taxista toca la bocina. Mi rodilla se mueve hacia arriba y hacia abajo desde
mi asiento mientras grito desesperadamente a los otros autos para que salgan del
camino. Tengo un hombre por hacer mío.
Extraigo mi teléfono de mi mochila para enviarle un mensaje de texto a Rylee
diciéndole que he aterrizado. Y silenciosamente agradezco a Zander por programar
su número en mi teléfono. Parece que fue hace días, pero creo que nunca olvidaré
su respuesta cuando respondió a mi llamada. Después de una explicación intrincada
sobre cómo necesitaba contactar a Zander, verlo y hablar con él, y si podía indicarme
cómo llegar a la pista una vez que aterrizara, porque era necesario que lo viera, me
dijo Eres su agua .
Demasiado concentrada en los detalles de cuán pronto podría llegar a Boston,
no tenía idea de lo que quería decir; ahora estoy tratando de resolverlo.
Cuando el taxi me lleva a la ubicación que Rylee me había indicado, mi cuerpo
está cargado de adrenalina. Estoy tan cerca.
Bien. Veo el taxi dice Rylee a través del teléfono mientras recojo mi bolso
y mi mochila y me paro allí, en medio de una gran cantidad de personas
emocionadas por la carrera cuando el taxi se aleja.
¡Getty! Su voz está en mi oído y detrás de mí simultáneamente.
Tan pronto como me doy la vuelta, estoy envuelta en sus brazos. Se retira y los
impresionantes ojos violeta se encuentran con los míos con una sonrisa iluminando
su rostro. Solo nos miramos la una a la otra por un momento. Es como si no tuviera
que decir una palabra para que entendiera cuánto amo a su hijo. Puedo verlo en sus
ojos. Ya lo sabe.
Y los nervios que pensé que sentiría desaparecen cuando se ríe en voz alta y
me tira de nuevo contra ella.
Estoy tan contenta porque estés aquí, Getty. Su voz es tan cálida, tan
bienvenida, que no estoy segura de cómo responder, porque no estoy
acostumbrada . Soy Rylee. Mucho gusto.
Hola. Gracias por ayudarme a llegar aquí. Lágrimas llenan sus ojos y solo
sacude la cabeza como si realmente estuviera tratando de creer que estoy aquí.
Cualquier cosa para uno de mis hijos. Aparta la vista de mí y mira a la
multitud . Hablaremos correctamente durante la carrera, pero ahora quiero
llevarte a Zander. Toma. Ponte esto. Coloca un cordón alrededor de mi cuello con
todo tipo de información de aspecto oficial que coincide con la que está usando .
351
¡Vamos! Agarra mi mano y comienza a guiarme entre la multitud.
Nos movemos a través de la seguridad, alrededor de las barricadas, y entramos
y salimos de la multitud de personas que bordean la calle. Su emoción es contagiosa.
La emoción de estar tan cerca de Zander y la posibilidad de corregir mis errores no
se compara con nada que haya sentido antes. Y, por extraño que parezca, la mujer
cuya mano sostiene la mía también me está dando un sentido de aceptación que
nunca esperé.
Realmente no podemos hablar, dado el ruido de la multitud y la rapidez con
la que nos estamos moviendo al pasar por las aberturas de la masa de personas.
La multitud comienza a mermar un poco. La seguridad se hace más estricta, su
presencia más visible. Tenemos que mostrar nuestras insignias en una puerta antes
que se nos permita pasar. Los hombres en trajes para el fuego de diferentes colores
están a nuestro alrededor ahora. Algunos dicen hola a Rylee cuando pasamos.
Algunos solo asienten en saludo. El ruido de las herramientas a medida que caen
sobre el hormigón se puede escuchar aquí y allá.
Mis nervios tiemblan de anticipación. Con incertidumbre. Con esperanza. Pero
seguimos caminando a nuestro ritmo. Y mientras que la multitud puede haberse
reducido, Rylee mantiene mi mano entre las suyas. Tengo la sensación que puede
sentir lo asustada que estoy.
Y así, en medio de un callejón improvisado donde las barreras de hormigón
dividen la pista de los pozos, se detiene bruscamente. La miro, sobresaltada, mi
corazón late con fuerza.
Solo recuerda, más corazones se rompen de las palabras que no se dicen, que
por decir demasiado. Asiento mientras las lágrimas brotan por su absoluta
compasión. Del tipo que le ha enseñado a su hijo. Sus ojos sostienen los míos, me
alientan, me aconsejan. Respiro hondo y aprieto sus manos en las mías antes que me
ayude con las maletas . Bienvenida a la familia, Getty. Zander está justo allí.
Levanta su barbilla sobre mi hombro.
Me doy la vuelta lentamente, contengo el aliento, y el corazón está casi a punto
de estallar cuando miro a través de un mar de trajes de fuego azul real para encontrar
el que más quiero.
Y allí está él, apenas puedo verlo. Está rodeado por un grupo de fanáticos,
todos buscando algo para que garabatee su autógrafo. Su sonrisa es eléctrica. Su risa
genuina mientras flota sobre el caos y golpea mis oídos. Centra su atención
completamente en la persona con la que está hablando, dando un momento
completo a cada uno. Y la vista de él tan completamente en su elemento, 352

innegablemente enamorado de lo que hace, rodeado de aquellos que lo apoyan, me


hace enamorarme de él una y otra vez.
Ahora que está en mi punto de mira, me doy cuenta que debería haberlo
pensado mejor. Que debería haber planeado una manera de hacer esta reunión
especial y memorable. Pero no lo hice. Estaba tan concentrada en estar en sus brazos,
diciéndole que sí, que merecemos otra oportunidad, que nunca se me pasó por la
cabeza. ¿Cómo iba a saber que estaría tan inundado por la gente, tendría que
competir para llamar su atención?
Miro en dirección al sonido de la aceleración de un motor a la izquierda de
nosotros y cuando veo hacia la multitud, los ojos de Zander se encuentran con los
míos. El tiempo se detiene cuando nos observamos. Y no hay una palabra que pueda
usar para describir cómo me siento al ver la emoción en sus rasgos cuando se da
cuenta que vine aquí por él. Si tuviera alguna duda sobre mi decisión, solo su
expresión las habría borrado por completo.
Todo lo que veo es amor. Todo lo que quiero es a él. Todo lo que siento está
completo después de estar roto en pedazos durante mucho tiempo.
Con los eventos de la semana pasada, a menudo me preguntaba si valía la pena
luchar por nuestro amor. Pero en este momento, cuando lo miro, sé que libraré una
guerra y más para quedarme con él.
La mirada en su rostro contiene todo lo que imaginé que sería y luego algo
más: conmoción, alivio, emoción, amor. Urgencia. No puedo hacer nada más que
pararme allí en el exterior del círculo con lágrimas en los ojos y un corazón lleno de
amor.
Trata de moverse, intenta dirigirse hacia mí, y parece que está vadeando río
arriba. A medida que avanza un paso, la multitud se mueve con él. Su risa resuena
de nuevo. Sus ojos se mantienen firmes en los míos ante la ironía de la situación:
cómo ha intentado alcanzarme durante una semana y ahora que quiero llegar a él,
no puedo.
Y lo único que siempre ha sido parte de lo que somos es poder reírnos sin
importar la situación. En este momento no es una excepción.
Camina hacia mí haciendo un progreso constante. Un mar de fanáticos en el
color azul real de su equipo me traga en medio de la multitud. Me sacuden y
empujan y pierdo de vista a Zander a través de la actividad de la multitud.
Una mano encuentra mi brazo. Y antes que pueda girarme, me están tirando
contra la corriente hasta que me encuentro cara a cara con la persona que estoy
353
buscando.
Los flashes en las cámaras se encienden. Voces gritan su nombre. La multitud
sigue queriendo algo de él. Pero cuando mis ojos se encuentran con los de Zander,
todo eso: el ruido, el caos, las manos que lo siguen tocando; se desvanece a gris,
porque lo único a vivo color es él.
El hombre que quiero. El hombre por el que estoy luchando. El hombre que me
dice solo salta.
Y lo hago porque confío en él.
Al menos ahora lo hago. Lección aprendida. Sigue tu instinto. Escucha sus
palabras.
Cree sus acciones.
Getty. Mi nombre está en sus labios. Lo único que quiero escuchar. Esa
sonrisa que me encanta entrando al territorio de los mega hoyuelos.
Hola, Chico Dorado.
Su risa vibra desde su pecho hasta el mío.
Y luego me olvido de todo, una vez que sus labios están sobre los míos.
De todos los besos que hemos compartido, este es el más dulce. Es un beso que
dice no me importa quién esté mirando, me voy a tomar mi dulce tiempo contigo. Sus manos
son posesivas en mis mejillas y nuestras lenguas bailan juntas como si tuviéramos
todo el tiempo del mundo.
Y cuando nos separamos momentos después, se retira unos centímetros, la
sonrisa que no puedo distinguir por completo iluminando sus ojos.
Estás aquí. Asombro. Su voz me calienta de adentro hacia afuera.
Asiento.
Me enviaste calcetines. Gracias. Me inclino para besarlo . Y piñas. Otro
beso . Y pinturas. Y otra vez . Y un martillo. Dejé que esto durara un poco
más, la multitud retrocediendo lentamente ahora que saben que su atención está
centrada al cien por cien en la chica en sus brazos. Esta vez rompo el beso e inclino
la cabeza hacia atrás para poder mirarlo a los ojos . Gracias por mis regalos. Pero
no tengo nada que darte.
Es su turno de besarme. Una risita murmurada contra mis labios.
Hay una cosa que quiero de ti, Calcetines.
Sus ojos son muy claros. Sus palmas están presionadas contra mi espalda. Mi
354
corazón en sus manos. Mis nervios se salen de control.
Lo que quieras, es tuyo.
Me encanta la sonrisa rápida como un rayo. El destello del deseo en sus ojos.
La sugerencia en su risa cuando echa la cabeza hacia atrás y se ríe mientras las
cámaras siguen haciendo clic y la gente nos sigue mirando. Todo lo que puedo hacer
es levantar las cejas y sonreír.
Sus manos se levantan para enmarcar mi rostro mientras sus ojos se oscurecían
con intensidad.
Tú, Getty. Te quiero a ti. Toda tú. Con tus caprichos y defectos y sonrisas y
risas y pesadez y sensualidad y genio y todas las otras cosas que no puedo pensar
en este momento, pero sé que quiero.
Mi corazón se hincha… sus palabras hacen eco al tiempo con mis latidos y
respiran vida, posibilidad, en mí. En nosotros.
Acabo de recordar que tengo una cosa que puedo darte. Me acerco más,
con los labios hacia su oreja para que pueda escucharme en voz alta y clara . Te
amo, Zander Donavan. Gracias por hacerme querer ser encontrada de nuevo.
Su respiración se atora mientras sus dedos se tensan sobre mi piel. Su sonrisa
se ensancha cuando se inclina hacia atrás para que pueda ver sus ojos cuando me lo
dice.
Yo también te amo, Calcetines.
Sus labios se encuentran con los míos mientras la multitud a nuestro alrededor
estalla en un rugido de vítores y silbidos. Pero nos hundimos en el beso. En el
momento. El uno en el otro.
Y por más real que sea el momento, me encanta que la primera vez que
confesamos nuestro amor mutuo fue en medio de un grupo de personas. En el caos
de una pista. En un momento sin guiones. Cuando debería estar preparándose para
la carrera.
Porque me acaba de demostrar que no importa cuáles sean las circunstancias,
solo tiene ojos para mí.

355
EPÍLOGO
GETTY

Se siente como una eternidad murmuro mientras contemplo la vista de


PineRidge desde la ventana del lado del pasajero.
Cuatro meses es mucho tiempo reflexiona mientras baja lentamente su
camioneta desde el ferry hasta la isla. Mis ojos se mueven hacia la izquierda y hacia
la derecha tratando de asimilar cada pequeña cosa que ha cambiado desde que me
he ido. Los árboles han crecido más grandes. El aire parece más limpio. La ciudad
en sí se siente más como una casa.
No fue hasta que llegamos aquí que me di cuenta de lo mucho que extrañaba
esta pequeña porción del cielo. Sí, la completa falta de disponibilidad de
propiedades de alquiler en la isla, además de alquilar una habitación en la casa de
alguien, funcionó en mi beneficio, ya que la única solución fue pasar los últimos
cuatro meses con Zander en Los Ángeles. Por suerte para mí, eso fue durante la
356

temporada baja de turismo, así que Liam aceptó el tiempo libre con la promesa de
que regresaría para la temporada alta otra vez.
Y no hay ninguna manera en el infierno de quejarme de los meses que
permanecí con Zander durante su temporada baja no valieron la pena en cada
segundo juntos. Nos hemos reído. Hemos amado. Hemos crecido mucho más
fuertes como pareja.
Todavía se siente raro usar ese término.
Aún más extraño es cómo su familia me recibió con los mismos brazos abiertos
que Rylee hizo ese primer día en Boston. Siento que pertenezco. Y no quieren nada
de mí más que hacer feliz a su hijo.
Y eso es lo más fácil que alguien me ha pedido. Amar a Zander.
Lo miro por detrás de mis gafas de sol. Observo su cabello oscuro que necesita
un corte, el rastrojo de un día que lleva en la mandíbula y la sonrisa en sus labios
porque sabe que me tomo mi tiempo para revisarlo.
Creo que deberíamos dejar de mirar los lugares que Liam te envió y solo
deberías aceptar vivir conmigo a tiempo completo. Gimo de inmediato. Esta
conversación ha tenido lugar una y otra vez durante las últimas semanas cuando
Liam y yo estuvimos hablando sobre lugares que finalmente estaban disponibles
para alquilar . Vamos, Calcetines. No hay mejor lugar para tener tu primera
exposición que en Los Ángeles.
No me lo recuerdes. Presiono una mano contra mi estómago, donde los
nervios revolotean al pensarlo. Mi mente reprimió deliberadamente el hecho de que
en realidad dejé que él, sus padres y locos hermanos me convencieran para que
finalmente diera el salto y organizara una muestra de mis pinturas.
¿Me estás diciendo que después de estar juntos durante casi nueve meses
seguidos, vamos a ser capaces de manejar esta cosa a distancia?
Odio sus palabras tanto como odio la inevitable separación que ocurrirá en los
próximos meses con la temporada de carreras que comienza de nuevo. Dios sí, lo
echaré de menos. Pero, ¿cómo explico que este lugar, esta isla, representa tanto para
mí? Que tan genial como es estar juntos, tan perfecta como la vida ha sido para
nosotros, ¿mi pasado todavía nubla mis pensamientos de vez en cuando?
¿Qué pasa si renuncio a todo esto y las cosas se ponen mal para nosotros?
Entonces una vez más no tendré nada. Estaré en su casa con sus posesiones y seré la
que luchará por sobrevivir de nuevo.
No hay manera de que pueda decirle eso. No puedo explicarlo correctamente.
Pensará que lo comparo con Ethan cuando no es nada de eso. Soy yo. Mi bloqueo
357
mental. Mi necesidad de tener un plan de reserva. Por si acaso.
Vamos, Calcetines. Piénsalo. Su suave sonrisa tira de mi resolución.
Te lo prometo, estarás harto de mí. Es solo que… necesito este lugar, Zander.
Me calma. Me recuerda quién era y quién quiero ser. Me hace feliz.
Se acerca y une sus dedos con los míos.
También me hace feliz. Pero me haces más feliz. Tú me haces a mí. La
simplicidad de su declaración y la honestidad en sus palabras me conmueven .
Solo no lo descartes, ¿de acuerdo?
No lo haré. No lo he hecho. Suspiro. Tal vez solo necesitaba volver aquí,
recordar que esto siempre estará aquí, y eso será suficiente . ¿Podemos pasar por
el bar antes de comenzar, para saludar a Liam? Le dije que lo haríamos.
Claro dice, distraído mientras da un giro en sentido contrario . Quiero
pasar por la vieja casa primero. Escuché que los nuevos dueños lo rediseñaron
completamente. Dentro y fuera. Los nueve metros enteros. Quiero ver cómo se ve.
Bueno. Claro. Una parte de mí se siente muy indecisa con respecto a esa
idea, porque todavía pienso que de alguna manera mi padre tuvo una mano en
comprar el lugar para empujarme a regresar con él. Y, por otro lado, una gran parte
de mí teme la nostalgia de verlo otra vez. El lugar donde nos conocimos. No estoy
segura si va a hacerme querer quedarme más aquí, o aferrarme más a Zander.
Vaya. Es hermosa. Todas las preocupaciones huyen de mi mente cuando
giramos la esquina y la casa aparece a la vista. Lo observo todo: el nuevo
revestimiento de tablillas, el patio delantero remodelado, las ventanas reemplazadas
con persianas agregadas. Incluso los escalones delanteros y la terraza han sido
reconstruidos.
Ahora definitivamente sé que mi padre no tuvo nada que ver con eso, porque
nunca se tomaría el tiempo para hacer este lugar bonito. Compraría y vendería sin
pensarlo dos veces y por odio.
Vamos, vamos a echar un vistazo. Nadie vive en ella todavía.
No me atrevo. Por supuesto que no pertenecemos aquí más y, sin embargo, no
puedo negar lo mucho que quiero ver cómo se ve la casa ahora que la han llevado a
su máximo potencial.
Así que salgo del auto y sigo a Zander por el camino, mis ojos se lanzan para
ver todo lo nuevo y brillante, pero recordando lo viejo. Cómo vi por primera vez a
Zander en el equipo de entrenamiento reparando el escalón. O el concreto manchado
de aceite de la entrada donde lo vi arreglar mi auto bajo la lluvia torrencial.
358
¿Qué demonios? ¿Por qué lo…? La risa se me cae de la boca al ver la fea
barandilla rosada que pinté esa noche con ira y prisa. ¿Por qué alguien reemplazaría
todas las cosas viejas y dejaría este horrible recordatorio de los antiguos inquilinos?
Eso es bastante feo. Sacude la cabeza . Tal vez piensan que es arte o algo
así y no querían deshacerse de eso.
Resoplo con incredulidad.
¿De verdad?
Tal vez lo dejaron como un recordatorio de que cuando tu esposa se enoje,
debes esconder los martillos y las brochas.
Ja. Ja. Muy divertido.
O tal vez lo dejaron para que cada vez que uno de ellos vuelva a casa molesto
o peleen, les recuerde que siempre tienen que parar, escuchar lo que la otra persona
está diciendo, tener paciencia… porque la vida nunca va a ser perfecta, pero al final
va a estar bien. Tiene la cabeza inclinada hacia un lado, y tengo que preguntarme
inventó todo eso en un instante.
Tal vez. Algo se siente raro aquí. Estrecho mis ojos hacia él mientras trato
de imaginar qué es exactamente.
¿Cuál crees que es su historia, Getty?
Mi sonrisa es automática con el recuerdo de la noche hace tanto tiempo que
comenzó todo para nosotros.
Mmm. Recién casados quizás. Él no puede esperar para traerla a casa,
llevarla por el umbral y hacerle el amor en la terraza con la luz de la luna arriba y el
sonido del océano a su alrededor.
La sonrisa de Zander parece sentimental cuando se encuentra con mis ojos.
Vaya, cuánto has mejorado en este juego desde la primera vez que
participaste en Mario's.
Me encojo de hombros. Es más fácil creer en la idea de ser feliz para siempre
ahora que tengo a Zander en mi vida.
Por otra parte, podría ser una señora y va a abrir el primer burdel aquí en
PineRidge.
La risa de Zander es aguda cuando da dos pasos hacia la puerta principal.
Cuando presiona la manija de la nueva puerta delantera, ésta se abre.
Santa mierda. Está abierto. Veamos susurra, y entra sin vacilar.
359
Zander medio susurro, medio grito, mi cabeza girando hacia la izquierda
y hacia la derecha para ver si alguien está mirando o llamando a la policía .
¡Zander!
Cuando no responde, paso vacilante justo dentro de la puerta. Es el nuevo
suelo embaldosado bajo mis pies lo que me llama la atención primero. La pintura
fresca en las paredes en tonos marrones y beige a continuación. Y estoy tan
impresionada por cómo esta casa podría ser la misma en que vivía antes, que mis
pies dan unos pasos más adentro.
La cocina ha sido renovada con losa de granito y gabinetes blancos brillantes.
Las puertas corredizas de cristal de la terraza sustituidas por puertas francesas. Las
mini persianas cambiadas por persianas.
Olvidando que no pertenezco aquí, sigo mirando la belleza que ha sido
restaurada en esta antigua casa. El baño destripado y reemplazado. Nuevos
accesorios. Corona de moldura añadida.
¿Zander? Me doy cuenta de que no lo he visto. Entró en pánico. Entonces
me siento ridícula.
Aquí dentro.
Me aventuro en su viejo dormitorio y mis ojos se abren. No solo por la
sorprendente imagen de él parado en la habitación vacía con el sol detrás de su
espalda. Un halo de luz alrededor de su cabeza. Sino también porque toda la
habitación se ha transformado. Ventanas más grandes frente al océano.
Incorporaciones instaladas. Estanterías y cubículos. Iluminación del techo quitada y
una iluminación regulable instalada.
¿Zander? Cuestionando. Preguntando. Intrigada.
Sí. Tímido. Presumido. Insinuante.
Esto no puede ser correcto. Estás loca, Getty.
Pero cuando me doy la vuelta para mirar hacia la pared donde solía estar la
vieja cama de Zander, en la que pasamos la primera vez que estuvimos juntos, las
sugerencias y los indicios que he sentido caminando por la casa finalmente se unen.
Hay un enorme letrero en la pared con tres caballetes colocados debajo.
Y el letrero dice ESTUDIO DE GETTY.
Doy media vuelta, con la mano en mi boca, el corazón latiendo fuera de mi
pecho.
¿Zander? Su nombre otra vez, pero esta vez está alimentado con aún más
emoción. Esperanza. Amor. Temor . ¿Es esto realmente…?
360
Da un paso hacia mí, apretando la mandíbula, con los ojos muy serios.
Es tuyo, Getty. Cien por ciento tuyo. Sé lo mucho que te hace feliz.
No. Sí. Oh Dios mío. ¿Qué hiciste? Lo alcanzo, necesitando tocarlo para
asegurarme que estoy despierta, que esto es real, así puedo procesarlo. Y es muy
real, porque toma mis dos manos entre las suyas y levanta sus ojos hacia los míos.
Todo se reduce a dos palabras. Grandes. Gestos. Mi mamá lo mencionó en su
carta a mí. Rylee los mencionó cuando estaba tratando de averiguar cómo hacer que
me creyeras. Fue mi señal. Mi momento de claridad. Sobre lo que necesitas para
sentirte segura. Lo que puedo proporcionarte. Sacude la cabeza y sonríe
suavemente . Lo que puedo hacer para demostrarte que sé lo que más te importa.
Inhala profundamente y todo lo que puedo hacer es darle el tiempo que
necesita, porque está robando las palabras de mi boca en este momento.
No es la casa lo que te importa. Es lo que representa para ti. Fue tu santuario
cuando huías. Entonces fue tu prueba de que lo estabas haciendo por tu cuenta. Y
para mí… para mí es mi primer recuerdo de ti en ese pasillo, desnuda, excepto por
esos calcetines, y empuñando esa varita dice con una sonrisa mientras señala la
varita que se encuentra como un recuerdo en una de las estanterías nuevas.
»Sé que el siguiente paso para nosotros es difícil para ti. Puede que no lo digas,
Getty, pero aún tienes miedo. Tienes miedo de que, si te mudas conmigo, estarás
regalando todo lo que has ganado. Tú misma lo dijiste en el auto, esto es lo que eres.
La isla. El mar. La ciudad. Y entonces quería darte esto. Este lugar es tu seguridad.
Una promesa de que siempre tendrás esta casa que creaste para ti sin importar lo
que suceda entre nosotros.
Sus manos se estiran para enmarcar mi rostro de esa manera que es fuerte, pero
tierna y le dice a cualquiera que lo vea que soy suya y que pronto me besará.
Esto es increíble, Zander, pero es demasiado. No es un teléfono celular esta
vez… es una casa. Estoy estupefacta. Mi mente está saltando sobre cualquier otro
pensamiento, porque estoy tan abrumada por su amor y porque hiciera algo tan
significativo . Una casa preciosa, pero una casa, sin embargo.
Tienes razón. Su risa suena alrededor de la habitación, pero calienta mi
alma, mi corazón y cualquier parte de mí que no ha sido tocada por la belleza de
este hombre frente a mí . Es hermosa. Estaba rota y magullada al principio, pero
con mucha paciencia y algo de atención, creo que pude sacar a relucir la belleza que
se escondía debajo de todo. La verdadera ella.
Mis ojos nadan con lágrimas. Está hablando de mucho más que la casa.
Y ya que es tu casa ahora, creo que te corresponde completar el ítem final en 361
su lista de tareas pendientes.
Lo miro con asombro, con el corazón hinchado, mientras saca un bloc de papel
del cajón detrás de él y me lo entrega.

Lista de reparaciones

Derrumbar la casa y reconstruirla 


Construirle a Getty un estudio
Dejar la horrible barandilla rosa
Tener sexo con el Besar al chico de las reparaciones
CASARSE con el CHICO de las REPARACIONES

Mi respiración se engancha cuando leo el último artículo en la lista. Mis ojos se


iluminan para encontrarse con los de Zander. Y todo lo que quiero decir se
desvanece ante la mirada de amor absoluto en el rostro del hombre que está frente
a mí.
No tienes que correr más, Getty. No de mí. No de tu pasado. Pero entiendo
que necesitas tener un lugar propio. Un refugio seguro al que puedas correr si lo
necesitas. Y como tú, sé lo que necesito. Y te necesito conmigo. No solo para mudarte
conmigo. No a tiempo parcial. Sino en mi vida permanentemente. Quiero hacer una
vida contigo. No porque quiera controlarte o llevarte de mi brazo como adorno, sino
porque me has devuelto a la vida, Getty. Me haces vivir. Me haces sentir. Me haces
reír. Me haces querer mañanas, puestas de sol y eternidades, cuando nunca antes
pensé dos veces en nada de eso. Y solo los quiero contigo. Quiero volver aquí a
menudo. Fuera de temporada. De vacaciones. Traer a nuestros hijos aquí algún día;
mostrarles esa barandilla rosada horrible y decirles cómo a veces necesitas darle a
alguien una segunda oportunidad porque vale la pena. Quiero sentarme en esa
terraza y escuchar el océano mientras les cuento la historia de cómo nos conocimos.
Y algún día quiero envejecer aquí contigo.
El sollozo queda atrapado en mi garganta. ¿Cómo puedo decir que no cuando
está creando recuerdos tan reales que puedo sentirlos? Tan claro que puedo verlos.
Verás, durante mucho tiempo he temido a los malditos vientos de tormenta.
Ser tirado bajo el agua… y luego me di cuenta de lo estúpido que era, porque tú eres
mi agua. La única cosa sin la que no puedo vivir. Quiero casarme contigo, Getty.
Quiero años llenos de besos y recuerdos y risas y amor y paciencia como solo tú 362
puedes darme. Y quiero darte lo mismo. Eres mi verdad ahora. Así que solo salta
conmigo, Calcetines. Salta sin mirar, porque te prometo que estaré allí para atraparte
sin importar cuán alta sea la caída.
Lo miro, este hombre increíble, por dentro y por fuera, y recuerdo mi lema
desde lo que se siente como una eternidad: Carpe diem. Demonios, sí, estoy
aprovechando el momento, siempre y cuando pueda capturar al hombre.
Me río en voz alta. Agarro su cuello y tiro de él hacia mí para que pueda verter
todo lo que siento y no puedo expresarme en el beso. Mostrarle con acciones.
¿Eso es un sí? pregunta, con ojos esperanzados mientras saca una caja de
su bolsillo trasero y la abre. En su interior descansa una banda infinita de diamantes.
Es simple y sutil y es exactamente lo que elegiría para mí.
Y la vista del anillo hace esto real. Hace que sus palabras y su intención y todo
lo que acaba de decir sea asimilado de una manera aún más grande.
Sí. No. No lo sé.
Sus ojos se abren en conmoción. Solo por un momento. Pero mi sonrisa le dice
la respuesta real.
Lindo. Muy lindo, pero esta vez solo tienes que elegir una respuesta.
¿Solo una?
Y aquí comienzan las preguntas a las preguntas dice, riendo y sacudiendo
la cabeza.
Mi corazón estalla con amor por este hombre que está delante de mí. Con
pertenencia, con todo lo que nunca he tenido, y me pregunto cómo sucedió todo
esto. Cómo esta mujer asustada y tímida se enamoró de este hombre increíble y
generoso.
Y la respuesta es simple.
Su amor rugió más fuerte que mis demonios.
Y me hizo querer ser encontrada de nuevo.
Me inclino y presiono un beso en sus labios.
Y susurro:
Sí.

363
Sobrel aautora
La autora Bestseller del New York Times K. Bromberg escribe novelas
románticas contemporáneas que contienen una mezcla de dulzura, emociones,
mucha sensualidad y un poco de realidad. Le gusta escribir heroínas fuertes y héroes
dañados a quienes amamos odiar, pero que no podemos evitar amar.
Una madre de tres hijos, trama sus novelas entre carreras a la escuela y
prácticas de fútbol, la mayoría de las veces con su computadora portátil a bordo y
su mente dispersa en demasiadas direcciones diferentes.
Desde que publicó su primer libro por capricho en 2013, Kristy ha vendido más
de medio millón de copias de sus libros en diecisiete países diferentes y ha aterrizado
en las listas de bestsellers del New York Times, USA Today y Wall Street Journal
más de treinta veces. Su trilogía Driven (Driven, Fueled y Crashed) está siendo
adaptada para el cine por la plataforma de transmisión, Passionflix, con la primera 364

película (Driven) lanzada en agosto de 2018.


Con su imaginación siempre a toda marcha, actualmente está tramando,
inventando y desmayándose por su último héroe.
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