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1 Universidad Nacional del Nordeste

Facultad de Humanidades
Departamento de Filosofía
Seminario I: Análisis de una obra filosófica

Profesor: Cesar Ignacio Gonzalo

Trabajo práctico N° 2

Alumno: Agustín Correa Rey Lic.


Carrera: Lic. En Filosofía
DNI: 44.467.424
E-mail: agu.cdis@gmail.com
Consigna
1. Teniendo en cuenta las lecturas y análisis realizados sobre el texto - base del
Seminario, Sobre la violencia de Hanna Arendt:
a) seleccione un tema de interés y luego proceda a distinguirlo entre genérico y
específico. Fundamente su elección mediante un ejercicio de contextualización
histórico-conceptual;
b) establezca y desarrolle el problema central de su propuesta de investigación.
Pueden ser uno o varios y ser formulados mediante preguntas. En el caso de que sean
más de uno, distinga según grado de importancia;
c) desarrolle una o más hipótesis de trabajo en las cuales se plasmen sus
intereses y objetivos principales.
La industria cultural como instrumento de violencia

El tema de interés que lleva a la confección de este escrito es la industria cultural pero
además de incurrir en lecturas alrededor de este concepto tengo las intenciones discurrir
acerca del carácter violento que poseen estos medios de comunicación en la sociedad,
partiendo del concepto de la Escuela de Frankfurt antes mencionado apoyado además en
la concepción instrumental de la violencia que plantea Hannah Arendt en “Sobre la
violencia”.

Para un poco más de precisión, el concepto de industria cultural fue presentado en “La
dialéctica de la ilustración” de Adorno y Horkheimer, y se entiende a esta como todas
las empresas e instituciones cuya principal actividad económica es la producción
sistemática de cultura con fines lucrativos, a saber, editoriales, revistas, productoras de
cine, redes sociales, etc. Para los autores la expresión industria cultural resultaba una
contradicción ya que vincula dos términos que son considerados opuestos, industria, es
decir, la producción serializada y estandarizada de productos diseñados para la venta, y
cultura, es decir, los medios creativos por los cuales los individuos expresan sus ideas,
experiencias o sentimientos.

Así que partiendo de esa problematización lo que me propongo investigar son los
mecanismos bajo los cuales la industria cultural manipula el actuar político y además
dar cuenta de la transición que sufrió la funcionalidad de los instrumentos de violencia
del poder, los cuales ya no actúan por coacción sino por persuasión o adormecimiento.

El motivo que impulsa este proyecto es el hecho de que día a día estamos atravesados
por piezas de entretenimientos que, aunque sea de manera sutil, moldean nuestra manera
de pensar y así también nuestro accionar, teniendo en cuenta esto me parece que el
primer paso o el primer método de resistencia a esto es justamente ser consciente de la
injerencia
y el modo en que los medios de comunicación calan en nuestro inconsciente, es decir,
sabernos sujetos de consumo para hacerlo de una manera saludable.

Como ya lo había comentado, el concepto de industria cultural fue presentado por


Theodor Adorno y Max Horkheimer en su libro “Dialéctica de la ilustración”, no
obstante la cultura siempre ha influido a las personas, desde la antigua Grecia podemos
trazar un paralelismo de como el entretenimiento y la educación estaban íntimamente
ligadas en el canto de los aedos y escenificación de los mitos Griegos, los cuales
servían, de Paideia y Mousike, servían como formación ya que en los mitos se
describían conductas ejemplares encarnadas en figuras Divinas con la intención de que
esto plantara la ambición de imitar a dichas figuras, y del mismo modo eran
entretenimiento ya que servían al esparcimiento de la polis. El problema no es la
vinculación de educación y entretenimiento sino la propaganda ideológica camuflada en
piezas de entretenimiento “neutrales”. El cual es uno de los puntos que los autores de
los que parto critican de la llamada industria cultural.

La hipótesis con la cual voy adelante en mi investigación se basa en que si existen


agentes externos que nos condicionan, el conocimiento a fondo de estos agentes y la
puesta a escrutinio de los mismos puede ser provechoso ya que al cambiar como
consumimos las piezas de entretenimiento también cambia la influencia que estas tienen
sobre nosotros.

Ahora bien de lo antes mencionado se extiende una serie de preguntas, pero en las que
me parecen más inquietantes son las siguientes:

¿Quiénes tienen el poder sobre las industrias culturales?

¿Por qué se pasó de la coacción a la manipulación?

¿Por qué se utiliza la industria de entretenimientos?


Los objetivos que pretendo alcanzar se reducen en última instancia a llegar a un
conocimiento preciso de las industrias culturales y de sus modos de operación, además
de, obviamente responder las interrogantes que sugerí anteriormente.

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