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CONSEJO DE ESTADO
SECCIÓN QUINTA
I. ANTECEDENTES
1. La demanda
1.1. Peticiones
“2.2. (sic) Que de cumplimiento al numeral 76.4.1. del artículo 76 de la ley 715 de
2001 en cuanto dispone que es el Municipio el encargado de construir y
conservar la infraestructura municipal de transporte, las vías urbanas,
suburbanas, veredales y aquellas que sean propiedad del municipio y como
consecuencia de lo anterior, sírvase ordenarle al Municipio de Medellín que cese
en sus pretensiones de transferir la obligación de construir parte de las obras
carrera 21 y calle 16 A Sur al señor Alberto Arango. Esto en concordancia con el
artículo 19 de la ley 105 de 1993 que consagra la misma obligación a cargo de la
Nación y de los entes territoriales.
1.2. Hechos
a) El señor Alberto Arango Jaramillo, es propietario de dos inmuebles ubicados en
el sector de El Poblado en Medellín, identificados con los números de matrícula
inmobiliaria 001-48576 y 001-106256.
2.2. El apoderado del actor apeló la decisión del Juzgado, y el Tribunal Superior
de Medellín, en auto de 1° de octubre de 2003 (fls. 89 a 91), declaró inadmisible el
recurso de apelación por improcedente.
3. La sentencia impugnada
4. La impugnación
d) No puede ejercer las acciones ordinarias aludidas por el a quo, toda vez que
los documentos mediante los cuales el municipio certificó la existencia de la vía
obligada, no constituyen actos administrativos.
II. CONSIDERACIONES
1. Competencia
Según se colige del contenido de la Ley 393 de 1997, los requisitos mínimos
exigidos para que la acción de cumplimiento prospere, son los siguientes:
1º) Que el deber jurídico que se pide hacer cumplir se encuentre consignado en
normas aplicables con fuerza material de ley o actos administrativos vigentes (art.
1º).
1
Corte Constitucional, sentencia C-157 del 29 de abril de 1998, M.P. Antonio Barrera Carbonel.
2º ) Que el mandato sea imperativo e inobjetable y que esté radicado en cabeza
de aquella autoridad pública o de un particular en ejercicio de funciones públicas,
frente a los cuales se reclama su cumplimiento (arts. 5º y 6º).
3º) Que se pruebe la renuencia al cumplimiento del deber, ocurrida ya sea por
acción u omisión del exigido a cumplir, o por la ejecución de actos o hechos que
permitan deducir su inminente incumplimiento (art. 8º).
“LEY 9 DE 1989
“(enero 11)
“ARTICULO 37. Toda afectación por causa de una obra pública tendrá una
duración de tres (3) años renovables, hasta un máximo de seis (6) y deberá
notificarse personalmente al propietario e inscribirse en el respectivo folio de
matrícula inmobiliaria, so pena de inexistencia. La afectación quedará sin efecto,
de pleno derecho, si el inmueble no fuere adquirido por la entidad pública que
haya impuesto la afectación o en cuyo favor fue impuesta, durante su vigencia. El
Registrador deberá cancelar las inscripciones correspondientes, a solicitud de
cualquier persona, previa constatación del hecho.
“En el caso de las vías públicas, las afectaciones podrán tener una duración
máxima de nueve (9) años.
“La entidad que imponga la afectación o en cuyo favor fue impuesta celebrará un
contrato con el propietario afectado en el cual se pactará el valor y la forma de
pago de la compensación debida al mismo por los perjuicios sufridos durante el
tiempo de la afectación. La estimación de los perjuicios será efectuada por el
Instituto Geográfico "Agustín Codazzi" o la entidad que cumpla sus funciones, en
los términos previstos en la presente ley.
“Para los efectos de la presente ley, entiéndese por afectación toda restricción
impuesta por una entidad pública que limite o impida la obtención de licencias de
urbanización, de parcelación, de construcción, o de funcionamiento, por causa de
una obra pública, o por protección ambiental.”
“Las vías urbanas que forman parte de las carreteras nacionales seguirán a cargo
de la Nación.”
4. El caso concreto
En el asunto bajo análisis, el actor no comparte la decisión del a quo, quien negó
las súplicas de la demanda. La Sala analizará de manera independiente cada una
de las pretensiones formuladas por el actor, habida cuenta que presentó
argumentos de oposición en forma puntual frente a cada una de las
consideraciones del tribunal de instancia.
Advierte la Sala, que en la demanda el apoderado del señor Arango Jaramillo hizo
alusión a una supuesta irregularidad en cuanto a la tarifa aplicable a los inmuebles
del actor para efectos de liquidación del impuesto predial, y aportó documentos
relacionados con tal situación. No obstante, este aspecto no será abordado en el
estudio del asunto, porque no hacen parte de las pretensiones, no fue analizado
por el a quo, y tampoco constituye el objeto de la impugnación.
Los escritos que la administración municipal y otras entidades del municipio han
dirigido en varias oportunidades al actor (por ejemplo: fls. 10 a 11, 27, 33, 38, 40 a
43, 124 a 125, 126 a 128, 129, y 130 a 133), no disponen ni comunican sobre la
decisión de afectar sus predios, sino, que informan que los inmuebles de su
propiedad se encuentran “comprometidos” con el proyecto vial de la circunvalar
oriental, próximo a ejecutar por la entidad territorial, y determinan el porcentaje de
compromiso de cada uno de ellos con la obra. Si bien el término utilizado por el
municipio sugiere que los predios interesan a la obra, no significa que hayan sido
afectados, por cuanto, como se dijo, no se han cumplido los requisitos legales
necesarios para que eso suceda.
Por lo tanto, nada impide al señor Arango Jaramillo solicitar alguna de las
mencionadas licencias. Con todo, en el hipotético caso en que el actor solicite
una licencia y le sea negada por razón de la afectación de los inmuebles, éste
podría impugnar el acto porque tal afectación no existe.
Carece de sentido, entonces, acceder a la pretensión del actor, más aún teniendo
en cuenta dos aspectos fundamentales: a) Que artículo 37 de la Ley 9 de 1989
no obliga a las entidades públicas a afectar los inmuebles; sólo desarrolla el
concepto y regula sus principales elementos; y, b) Que el artículo 122 de la Ley
388 de 1997 establece como otro requisito para la afectación -además de los
atrás referidos- que la entidad pública disponga de la apropiación presupuestal
necesaria para pagar al propietario los perjuicios sufridos durante el tiempo que
dure afectado el inmueble.
“2. De conformidad con la leyes 9 de 1989 y 388 de 1997, los proyectos que
impliquen la afectación de bienes inmuebles para obras de interés colectivo
deben integrarse al Plan de Desarrollo de los municipios, por medio de acuerdo
expedido por los concejos municipales. Posteriormente, la entidad administrativa
facultada determinará los bienes que se requiera para la ejecución de la obra y
aquellos en relación con los cuales se limitará su uso de manera permanente o
temporal, para proceder a su afectación y negociación directa, expropiación o
constitución de servidumbre.
“De tal manera que será la entidad interesada la que deberá decidir el
momento en el cual realice el proceso de afectación de los bienes
inmuebles que requiera para la realización de las obras en relación con las
cuales cuenta con los recursos y por tanto, no podrá el juez de
cumplimiento, so pena de usurpar competencias de las entidades
administrativas, ordenar la afectación de bienes particulares para la
ejecución de obras públicas que están apenas en proyecto.
“(...)
2
Consejo de Estado. Sección Tercera. Sentencia de 24 de agosto de 1998, expediente ACU-405.
3
Consejo de Estado, Sección Primera. Expediente ACU-4749.
ciudadanos. De su manejo desordenado y descuidado no puede surgir la receta
para curar el mal que con razón se censura”.4
A juicio del actor, el artículo 37 de la Ley 9 de 1989, establece una “sanción” a las
entidades públicas consistente en la inexistencia de la afectación cuando ésta no
ha sido notificada personalmente al propietario del inmueble, ni registrada en el
respectivo folio de matrícula inmobiliaria. Sin embargo, el a quo consideró que la
citada norma no consagraba una sanción, sino, que lo que indica la norma es “que
si una vez afectado el inmueble este no fuese adquirido dentro de su vigencia, la
afectación pierde sus efectos. Y en (sic) caso que se analiza los inmuebles no
han sido afectados” (fl. 205).
Esta súplica fue igualmente negada por el a quo, quien consideró que “ordenar al
Municipio ejecutar obras, escapa a la acción de cumplimiento por implicar gastos”
(fl. 206). Así mismo, argumentó que “sí (sic) el Municipio en un momento
determinado realiza este tipo de exigencia y el afectado considera que la misma
es contraria al ordenamiento jurídico, debe acudir a las acciones ordinarias, para
impugnar el acto administrativo que consagró dicha obligación...” (fl. 206).
El actor se opuso a las consideraciones del a quo, señalando, de una parte, que
con la demanda no pretendió que se ordenara al municipio ejecutar las obras,
sino, impedirle que le trasladara ésa carga; y, de otra parte, manifestó que no
puede ejercer las acciones ordinarias a que alude el fallo de instancia, porque los
documentos que certifican la existencia de la vía obligada no constituyen actos
administrativos, y que, en el evento de poder demandarlos, la acción de
cumplimiento no tiene el carácter subsidiario que sí fue previsto para la acción de
tutela.
La Sala advierte que, según los términos en que fue formulada la pretensión bajo
análisis, es cierto que el actor no perseguía que se ordenara al Municipio de
Medellín la ejecución de las obras viales, sino, “disponer expresamente que el
Municipio de Medellín se abstendrá de exigir ni la construcción ni la cesión
gratuita ni la reserva del área del lote para la construcción de parte de la obra
LONGITUDINAL ORIENTAL a título de “vía obligada”” (fls. 62 y 63).
Aunado a lo anterior, considera la Sala que el actor también cuenta con la acción
de reparación directa consagrada en el artículo 86 del C.C.A., para reclamar de
parte del Municipio de Medellín, los perjuicios que asegura ha tenido que soportar
y asumir durante varios años por las supuestas limitaciones que el demandado ha
puesto para impedir el desarrollo de los inmuebles de su propiedad.
4.3. Conclusiones
5
Véase, entre muchas otras: Consejo de Estado. Sentencia de 1° de abril de 2004. Exp. ACU-1756.
En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso
Administrativo, Sección Quinta, administrando justicia en nombre de la República
y por autoridad de la ley,
FALLA:
Notifíquese y cúmplase.