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El embarazo a termino es aquella gestacion comprendida entre las 37 semnas (259 dias) y las 42

semanas(294 dias) y embarazo prolomgado >294 dias o 14 dias despues de la fecha probable de parto (FPP).
Esta definicion fue aun acuerdo avalado por el Colegio Americano de Ginecologos y Obstetras, la Federacion
Internacional de Ginecologia y Obstetricia, y la Organizacion Mundial de la Salud.

Como sinonimos de embarazo prolongado se emplean otras denominaciones como postermino, posmaduro o
posdatismo. El termino internacionalmente mas aceptado es embarazo prolongado o postermino.

En los últimos anos, numerosos hospitales de todo el mundo están finalizando la gestación durante la semana
41, sin llegar a alcanzar la semana 42+6-7. Recientemente la Sociedad Espanola de Ginecología y Obstetricia
ha elaborado un documento de consenso en el que recomienda la finalización de la gestación con inducción
sistemática durante la semana 41+1

Incidencia
La frecuencia de recién nacidos postérmino oscila alrededor del 4-14% (con una media del 10%) de todos los
embarazos. Desde los años setenta se ha observado un descenso en la frecuencia de estas gestaciones
postérmino lo que no se puede achacar a un cambio en el fenómeno biológico sino más bien a una mayor
precisión en la estimación de la duración del embarazo.

Mortalidad perinatal
La mortalidad perinatal (fetos muertes al nacimiento o en muertes neonatales precoces) en gestaciones
mayores de 42 semanas es dos veces mayor que en gestaciones a término (4-7 muertes vs. 2-3 muertes por
1000 recién nacidos) y aumenta 6 veces en gestaciones que llegan a la semana 43. Las necropsias de estos
fetos presenta hallazgos secundarios a desnutrición: glándulas suprarrenales, hígado, bazo y timo
desproporcionadamente pequeños con medidas corporales, cerebro, corazón y riñones similares a los
normales para fetos a término.

Morbilidad materna
Las complicaciones maternas están asociadas en la mayoría de casos al trauma producido por la macrosomía
fetal. Así las distocias se darán en un 9-12% en comparación con el 2-7% de fetos a término y las lesiones
perineales serán más frecuentes (3,3% vs. 2,6% en partos a término).
Además la tasa de cesárea es dos veces mayor en este tipo de partos, con la morbilidad y mortalidad
inherente a esta intervención (endometritis, hemorragias y enfermedad tromboembólica).
Tampoco hay que olvidar que la gestación prolongada supone una fuente importante de ansiedad materna.

Factores etiologicos y predisponentes


La causa más frecuente del embarazo aparentemente prolongado es un error en la datación de la gestación.
Cuando la gestación realmente es prolongada la causa permanece en la mayoría de las ocasiones sin
identificar. La causa del embarazo realmente prolongado suele responder a un fallo en el mecanismo de la
puesta en marcha del parto, involucrándose factores genéticos y/o hormonales.
De esta forma podemos encontrar en raras ocasiones déficit de sulfatasa placentaria o anencefalia fetal. Otros
factores asociados son: gestación previa prolongada, primiparidad, antecedentes familiares de gestaciones
prolongadas, y feto varón (en las 43 semanas de gestación se producen tres partos de niños por cada dos de
niñas).

Diagnostico

El diagnóstico del embarazo prolongado requiere exclusivamente del conocimiento exacto de la edad
gestacional. La ecografía se considera el “gold-standard” para el diagnóstico preciso de las semanas de
gestación, así las cifras de embarazos realmente prolongados suelen disminuir al excluir las gestaciones
“seudoprolongadas”. Los márgenes de error con ecografía hasta la semana 20 son de ±7 días; de la semana
20-30 de ±14 días y ya sobrepasada la semana 30 puede existir un margen de error de ±21 días.
Es decir con ecografía de primer y segundo trimestre, se considera la más precoz. La medición de la diáfisis
femoral puede realizarse a partir de semana 14, pero es menos precisa. La utilidad del la ecografia es
necesaria y valiosa un eco que precise una biometria fetal Se consideró como biometría fetal estándar a la
medición del diámetro biparietal (DBP), circunferencia cefálica (CC), longitud del fémur (LF) y circunferencia
abdominal (CA); y biometría fetal secundaria a la medición del diámetro cerebeloso transverso (DCT),
longitud renal (LR) y longitud del pie (LP). Otra referencia en el eco es el peso fetal que nos da un buen
pronostico y referencia. valorar el grado de madurez placentaria, medir el índice de líquido amniótico.

Tabla de metodos de diagnostico

Aspectos fisiopatologicos
En el ECP ocurre una serie de cambios en el líquido amniótico y la placenta. El conocer estos cambios, es
fundamental para comprender mejor los resultados de la vigilancia fetal anteparto y las modificaciones
intraparto que se relacionan con esta situación de alto riesgo.

Insuficiencia placentaria
La placenta postérmino se caracteriza por tasas más elevadas de infartos, depósitos de fibrina y
calcificaciones por disminución de la capilaridad de las vellosidades y del espacio intervelloso. La placenta
envejecida puede desencadenar una insuficiencia placentaria produciendo el llamado “síndrome de
postmadurez de Clifford”, que determinará un crecimiento fetal retardado asimétrico y tardío con oligoamnios
que se asocia frecuentemente con patrones no reactivos o alteraciones en la frecuencia cardiaca fetal en los
tests no estresantes.

Volumen de líquido amniótico


EL volumen de líquido amniótico alcanza su máximo en la semana 24 de gestación permaneciendo estable
hasta la semana 37 (600ml-800ml aprox) , a partir de la cual se produce un descenso discreto del mismo.
Durante el período postérmino se calcula que hay una disminución del 33% por semana, que parece deberse
a una redistribución del flujo fetal hacia los órganos más nobles con reducción del flujo renal.

El oligoamnios es proporcional a la aparición de desaceleraciones variables en la frecuencia cardiaca fetal.

Fuente : Fundamentos de Obstetricia SEGO “Sociedad Española de Ginecologia y Obstetricia”. Madrid, abril
2007
Complicaciones perinatales

Muerte fetal: Un tercio de las muertes se debe a asfixia intrauterina. En este caso la placenta se hace
insuficiente, el paso de nutrientes y oxígeno al feto se ve comprometido, el feto desarrolla restricción de
crecimiento, oligoamnios, hipoxia y finalmente muere.

Macrosomia

Entre el 25% y el 30% de los neonatos postérmino pesan más de 4 000 g, cuando sobrepasan los 4 500 g se
consideran macrosómicos. El riesgo principal de la macrosomía es el traumatismo materno y/o fetal debido a
un trabajo de parto prolongado y a la dificultad que existe en la extracción del feto. La distocia de hombros
puede resultar en muerte neonatal, asfixia fetal con un grado variable de déficit neurológico, así como en
lesiones tales como: parálisis del plexo braquial, del nervio frénico, fracturas de húmero, clavícula y cráneo y
céfalohematomas. El trauma obstétrico es 12 veces más frecuente en los fetos que pesan más de 4 500 g,
que en aquellos cuyo peso al nacer es menor de 4 000 g. El peso fetal estimado por ultrasonografía es
importante enestos casos para tomar la decisión de cesárea, en vez de un trabajo de parto prolongado y una
expulsión difícil.

Síndrome de postmadurez
Este síndrome se caracteriza por cambios cutáneos, pérdida del tejido celular subcutáneo y de la masa
muscular por tinción meconial. Es una complicación que ocurre entre el 20% y 43% de los ECP (Homburg et
al, 1979). Clifford (1954) clasificó estos eventos en tres etapas clínicas.
Etapa I. Se caracteriza por piel arrugada, que se desprende fácilmente, pero que no está teñida por meconio.
El cuerpo es largo y delgado.
Etapa II. Donde además de los cambios antes mencionados, hay un mayor grado de disfunción placentaria
que ocasiona sufrimiento fetal y aparición de meconio, con tinción de la piel, membranas placentarias y cordón
umbilical.
Etapa III. Indica disfunción placentaria avanzada y el feto y la placenta presentan una tinción amarillenta,
producto de la exposición prolongada al meconio durante varios
días antes del nacimiento.

El síndrome de postmadurez aumenta conforme lo hace la edad gestacional; de manera similar la morbi-
mortalidad perinatal se acentúa a medida que se avanza en las etapas clínicas de Clifford.

Sufrimiento fetal intraparto


La incidencia de cesárea en el ECP se ha señalado entre 5,4% y 13,1%, debido a las alteraciones en el
registro de la frecuencia cardíaca fetal. Los trastornos más frecuentes son las desaceleraciones variables de
moderadas a graves con recuperación lenta y los episodios de bradicardia fetal con pérdida de la variabilidad.
Además, se pueden producir desaceleraciones tardías, pero son menos frecuentes. Las desaceleraciones
variables son debidas a la compresión del cordón umbilical, producto del oligoamnios y, en menor proporción,
a insuficiencia placentaria.

Aspiración de meconio
La aspiración meconial intrauterina o en el período neonatal inmediato, puede resultar en neumonía severa
con un aumento significativo de la morbi-mortalidad fetal. La frecuencia de neumotórax está aumentada y los
casos severos requieren de ventilación mecánica. Estos recién nacidos frecuentemente presentan
hipertensión pulmonar y el aumento de la presión pulmonar ocasiona cortocircuitos vasculares de derecha a
izquierda a través del foramen oval y/o el ducto arterioso, lo que resulta en hipoxemia severa que requiere de
ventilación asistida y, en ocasiones, oxigenación extracorpórea.

Oligoamnios
Un volumen de líquido amniótico inferior a 400 ml se asocia con complicaciones fetales, sobre todo, cuando
se asocia a líquido meconial porque se incrementa el riesgo de tinción meconial, las alteraciones en los
patrones de la frecuencia cardíaca fetal, la acidosis fetal, la compresión del cordón umbilical y la baja
puntuación de Apgar. El oligoamnios puede ocurrir en forma rápida, por lo que es de suma importancia la
medición frecuente del VLA.

Otros
Existe una mayor incidencia de policitemia (hematocrito 65%), en los recién nacidos postérmino que en los a
término (6% versus 3%). Los síntomas incluyen: dificultad respiratoria, hipoglicemia, falla cardíaca y hemo-
rragia pulmonar. La etiología de la policitemia aún se desconoce pero, probablemente, es secundaria al
esfuerzo por compensar una disminución de la perfusión placentaria. Así mismo, los reciénnacidos
postérmino, tienen mayor riesgo de presentar hipoglicemia en las primeras 12 horas de vida debido a una
menor reserva de glucógeno y a un incremento de la tasa metabólica. La pérdida de la grasa subcutánea y la
inhabilidad de generar calor en forma adecuada hacen que el recién nacido postmaduro presente hipotermia.

Riesgos maternos
El embarazo prolongado posee riesgos para la mujer embarazada, los que derivan principalmente del
crecimiento fetal exagerado. Mencionamos como complicaciones:
• Riesgo de injuria perineal severa, en relación con macrosomía fetal.
• Aumento en la frecuencia de cesárea, con todas sus complicaciones asociadas.
• Impacto emocional, ansiedad y frustración de la madre porque su embarazo se ha prolongado más de lo
presupuestado.
Fuente: Universidad Catolica de Chile. Manual de Ginecologia y Obstetricia XII 2021.
ASPECTOS TERAPÉUTICOS
La información proporcionada por las técnicas antes descritas (diagnostico), permiten identificar a las
pacientes en las que se debe interrumpir el embarazo. Se debe realizar una exploración pélvica para evaluar
la capacidad de la pelvis materna y determinar el grado de maduración cervical, el encajamiento, la dilatación,
etc., utilizando el sistema de calificación de Bishop.
La inducción del trabajo de parto es la mejor decisión, si las pruebas de vigilancia fetal son anormales, el peso
fetal estimado es mayor de 4 000 g o si hay deterioro de la condición maternal Cuando el peso fetal estimado
es superior a los 4 500 g, hay alteraciones de la FCF y las condiciones cervicales no son adecuadas para la
inducción, es preferible la cesárea.
Al llegar a la semana 42, si la escala de Bishop es > a 7, el peso fetal es menor de 4 000 g, y la pelvis
materna adecuada, se debe proceder a la inducción. Si la escala de Bishop es < a 6, existen tres opciones.

1. Utilizar las pruebas de bienestar fetal mientras se espera el inicio espontáneo del trabajo o la maduración
del cuello uterino.

2. Emplear métodos para inducir el parto (maniobra de hamilton: Mediante un tacto vaginal se produce la
separación de las membranas ovulares del cérvix y del segmento tanto como es posible, generando un giro de
360º. Esto produce liberación de prostaglandinas endógenas que genera reblandecimiento del cérvix y mayor
respuesta a la oxitocina durante el trabajo de parto, generando una disminución del período de latencia al
parto y disminución del uso de oxitocina Esta maniobra requiere cierta dilatación, y en caso de que el cérvix se
encuentre cerrado puede realizarse masaje del cuello uterino) o provocar la maduración cervical (oxitocina,
misoprostol, dinoprostol).
3. Realizar una cesárea.
Existen algunas condiciones críticas que deben ser consideradas durante el manejo intraparto del ECP, que
son las siguientes.

Prueba de bienestar fetal


El registro de la frecuencia cardíaca fetal se debe hacer de rutina para el diagnóstico precoz de patrones
alterados que indiquen hipoxia, debido a la importancia que tiene en el futuro desarrollo psicomotor, por lo que
cualquier indicación de hipoxia es condición para que se practique una cesárea de inmediato ,Si se observan
desaceleraciones variables y disminución de la variabilidad latido a latido o se demuestra oligoamnios.
Aspiración de meconio
Una de las complicaciones neonatales más frecuentes asociadas con el ECP, es el síndrome de aspiración
meconial. Para prevenir la aspiración meconial se debe realizar una aspiración nasofaríngea
completa.
Distocia de hombros
Se debe estar preparado para una distocia de hombros, en el parto de una paciente con ECP, por la
posibilidad de macrosomía fetal. Debido a que el tiempo es esencial en tales casos, resulta imperativo que el
obstetra tenga en mente una secuencia adecuada de maniobras para la extracción del feto.

Fuente: Obstetricia moderna 3 Ed ; Autores, Juan Aller, Gustavo Pagés ; Edición, 3 ; Editor, McGraw-Hill.
ACOG Practice bulletin 55. Management of postterm pregnancy.Obstet. Gynecol. 2004; 3:639–46.
Sánchez-Ramos L. Labor induction versus expectant management for postterm pregnancies: A systematic
review with meta-analysis. Review. ACOG. Obstet Gynecol. 2003.

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