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ESCUELA SUPERIOR

POLITECNICA DE
CHIMBORAZO

FACULTAD DE SALUD PUBLICA

ESCUELA DE MEDICINA

GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA

DRA. MIRIAN DAMIAN

NICOLAS LLERENA ORTEGA

OCTAVO “CUARTA ROTACIÓN”

5 DE DICIEMBRE DEL 2022


Tema: Ruptura prematura de membranas
Introducción:
La ruptura prematura de membranas (RPM) se define como la ruptura de las membranas
ovulares antes de que inicie el trabajo de parto, cuando ocurre antes de las 37 semanas de edad
gestacional se le conoce como ruptura prematura de membranas pretérmino (RPMP). La causa
es desconocida, pero se asocia con múltiples patologías. Complica un 3% de los embarazos y
provoca un 25- 30% de los partos prematuros, por lo cual se considera la principal causa de
prematuridad y mortalidad materna.

Etiología y factores de riesgo


La causa de la ruptura prematura de membranas es multifactorial y varía con la edad
gestacional. En algunas pacientes más de una posible causa es encontrada. A medida que la
ruptura se ocurre a menor edad gestacional se observa una mayor asociación con la infección
del corion/decidua, aunque en algunos casos es difícil saber si la infección es la causa o es
secundaria a la ruptura de las membranas. En cambio, las rupturas de membranas a mayor edad
gestacional se asocian más con disminución del contenido de colágeno en las membranas. El
cual también puede ser secundario a algunos microorganismos que producen colagenasas,
mucinasas y proteasas. Además de los dos factores ya señalados, otros factores asociados a
ruptura prematura de membranas son: Bajo nivel socioeconómico, fumar, enfermedades
adquiridas por transmisión sexual, parto pretérminos anteriores, labor de parto pretérmino en
semanas anteriores en el actual embarazo, conización cervical por tratamientos al cuello del
útero, polihidramnios, embarazos múltiples, amniocentesis, cerclaje del cuello del útero y
sangrados vaginales durante el actual embarazo, enfermedades pulmonares durante el embarazo,
bajo índice de masa corporal y recientemente se ha demostrado que la suplementación con
Vitamina C y E es un factor de riesgo. A pesar de las múltiples posibilidades o factores de
riesgo y de que en algunas pacientes se encuentran varios de estos riesgos, también es cierto que
en otras pacientes no encontramos estos factores y en ellas es realmente desconocida la causa de
la ruptura prematura de las membranas.

Factores de riesgo

 Existen factores que predisponen al desarrollo de RPM, pero en la mayoría de los casos
no se logran identificar. Estos son muy similares a los del parto prematuro:
 Antecedente de RPM: triplica el riesgo de RPM en el embarazo siguiente en
comparación con las embarazas que no lo presentan.
 Infecciones del tracto genital/ intrauterina: principalmente se ha visto que está
relacionado con clamidia y gonorrea, convirtiéndola en el factor más común.
 Hemorragia antes del parto: el sangrado en el primer trimestre aumenta el riesgo de
RPM en tres a siete veces.
 Anomalías cervicales antes de embarazo: como insuficiencia cervical.
 Procedimientos invasivos: amniocentesis: se complica el 1% de todos los
procedimientos con RPM. La cirugía fetal, fetoscopía, toma de sangre de las venas
umbilicales percutáneas: los dos primeros tienen mayor riesgo de RPM y está
relacionado con la cantidad de puertos y la duración de la cirugía. El riesgo es menor
para los procedimientos diagnósticos.
 Fumar: aumento el riesgo en dos a cuatro veces en relación con las no fumadoras.
 Otros: trauma agudo, embarazos múltiples y polihidramnios.

Síntomas
Típicamente, a menos que aparezcan complicaciones de la RPM, el único síntoma es la
pérdida de un chorro repentino de líquido por la vagina.

La presencia de fiebre, flujo vaginal abundante o fétido, dolor abdominal y taquicardia fetal,
especialmente si no tiene proporción con la temperatura materna, sugiere una infección
intraamniótica.

Diagnóstico
La RPPM ocurre en cerca del 3% de todos los nacimientos, sin embargo, en embarazo de
término los porcentajes son muchos más altos y las complicaciones mínimas. La ruptura de
membranas puede documentarse utilizando varias técnicas diagnósticas.

1. La clínica o visualización de la salida de líquido amniótico transcervical o la


acumulación de líquido en fondo de saco vaginal aunado a la historia de la paciente de
pérdida transvaginal de líquido confirma el diagnóstico de ruptura de membrana en
cerca del 90% de los casos.
2. Ecografía cuando no se visualiza salida de líquido amniótico transcervical y hay
historia de salida de líquido. En estos casos la sospecha de ruptura de membranas
aumenta ante la presencia de oligoamnios, sin embargo, no se puede con solo observar
el líquido amniótico disminuido confirmar la ruptura de membranas. En algunos casos
puede observarse por ecografía una cantidad normal de líquido amniótico y existir la
ruptura de membranas ovulares. Probablemente sea más útil hacer ecografía en aquellas
pacientes que sospechamos de la presencia de líquido amniótico en el fondo de saco
vaginal y no vemos salida transcervical, en estos casos la disminución del líquido
amniótico por ecografía aumenta las posibilidades diagnósticas.
3. Prueba con Nitrazina, consiste en usar un papel amarillo preparado para tal fin, donde
lo que se cuantifica es el cambio del ph normal de la vagina (4.5-6.0) y al colocarle el
líquido que sospechamos se torna de color azul/ púrpura (ph 7.1-7.3), confirmando la
presencia de líquido amniótico. Esta prueba puede presentar falsos positivos ante la
presencia de sangre, semen, o por la presencia de vaginosis bacteriana.
4. Prueba de arborización en Helecho, se coloca el líquido existente en el fondo de saco
vaginal o de las paredes lateral de la vagina y se observa en forma de helechos al
microscopio. Puede ser un falso positivo si se incluye moco cervical.
5. Amniocentesis con Índigo Carmín, al inyectarlo por vía transuterina a la cavidad
diluido en solución salina, se observaría un líquido de color azul pasando por la vagina,
es una prueba indiscutible de confirmación de ruptura de membranas.
6. Fibronectina Fetal, la determinación de de fibronectina fetal a nivel cervico-vaginal ha
sido recomendada por algunos investigadores, sin embargo, por sus altos falsos
positivos no es recomendado como prueba para diagnosticar ruptura de membranas
ovulares.

Manejo
No se recomienda, las pacientes con RPM son más propensas a desarrollar corioamnionitis y a
presentar compresión del cordón umbilical. Sin embargo, si cesa la secreción de líquido, se
normaliza el líquido amniótico, no vuelve a presentar fiebre la paciente ni evidencia irritabilidad
uterina, es posible darle alta, pero debe cumplir con citas de seguimiento, tomarse la
temperatura 4 veces al día y el médico debe explicarle los signos de alarma de corioamnionitis.
Extracción del feto si hay compromiso fetal, infección o la edad gestacional es ≥ 34 semanas.
De otra manera, reposo pelviano, monitorización estricta, antibióticos y, a veces, corticoides.
El manejo de la RPM requiere evaluar los riesgos de infección si se posterga el parto frente a
los riesgos por inmadurez fetal cuando el parto es inmediato. Ninguna estrategia es correcta,
pero en general los signos de compromiso fetal o de infección (p. ej., resultados de los
estudios fetales persistentemente preocupantes, dolor uterino más fiebre) son indicación de
realizar el parto. De otra manera, el parto puede postergarse por un período variable si los
pulmones fetales aún están inmaduros o si el trabajo de parto puede iniciarse espontáneamente
(es decir, en la última etapa del embarazo).

La inducción del trabajo de parto se recomienda cuando la edad gestacional es ≥ 34 semanas.

Cuando el manejo adecuado no es claro, pueden realizarse estudios de líquido amniótico para
evaluar la madurez de los pulmones fetales y así guiar el tratamiento; la muestra puede
obtenerse por vía vaginal o por amniocentesis.

Conducta expectante
Cuando se usa un manejo expectante, la actividad de la mujer debe limitarse a un reposo en
cama modificado y completo reposo pelviano. Deben medirse la tensión arterial, la frecuencia
cardíaca y la temperatura ≥ 3 veces/día.
Se administran antibióticos (en general 48 h de ampicilina y eritromicina IV, seguidas de 5
días de amoxicilina y eritromicina oral); reducen el período de latencia y la morbilidad
neonatal. En lugar de eritromicina, se puede administrar una dosis única de azitromicina de 1
g por vía oral.

Si el embarazo es ≥ 24 semanas y < 34 semanas, el médico debe administrarle a la


paciente corticosteroides para acelerar la maduración pulmonar fetal. Se puede considerar la
indicación de otro curso de corticosteroides en presencia de todos los siguientes hallazgos:
 El embarazo es < 34 semanas.

 Las mujeres corren el riesgo de dar a luz dentro de los siguientes 7 días.

 El último curso se administró ≥ 14 días antes.

Los corticoesteroides también deben considerarse en las circunstancias siguientes:

 A una edad gestacional entre 34 semanas 0 días y 36 semanas 6 días si las mujeres
corren el riesgo de dar a luz dentro de los 7 días próximos y no se han administrado
corticoesteroides previamente.
 A partir de la edad gestacional de 23 semanas 0 días si existe un riesgo elevado de
parto prematuro dentro de los 7 días siguientes.
Los corticosteroides están contraindicados si hay signos de corioamnionitis.

Se debe considerar la indicación de sulfato de magnesio IV en los embarazos < 32 sem; la


exposición intrauterina a este fármaco parece reducir el riesgo de disfunción neurológica
grave (p. ej., debido a hemorragia intraventricular), incluyendo parálisis cerebral, en los
recién nacidos.

El uso de tocolíticos (agentes que detienen las contracciones uterinas) para manejar la rotura
prematura de membranas es controvertida; su uso debe determinarse en cada caso.

Conclusiones
La ruptura prematura de membranas es un factor de riesgo importante para corioamnionitis
histológica. Para disminuir los factores de riesgo y las posibles complicaciones debe tenerse un
protocolo al respecto. Los estudios paraclínicos con mayor relación son la velocidad de
sedimentación globular y la proteína C reactiva, aunque no tienen relación con la
corioamnionitis clínica. Todos los fetos prematuros del estudio, con ruptura prematura de
membranas tuvieron corioamnionitis histológica relacionada con el tratamiento conservador, por
esto es indispensable la administración de antibióticos y terminar el embarazo en el corto plazo.
Para poder individualizar y mejorar los resultados perinatales se necesitan más estudios
prospectivos y comparativos.

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