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POLITECNICA DE
CHIMBORAZO
ESCUELA DE MEDICINA
GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA
Factores de riesgo
Existen factores que predisponen al desarrollo de RPM, pero en la mayoría de los casos
no se logran identificar. Estos son muy similares a los del parto prematuro:
Antecedente de RPM: triplica el riesgo de RPM en el embarazo siguiente en
comparación con las embarazas que no lo presentan.
Infecciones del tracto genital/ intrauterina: principalmente se ha visto que está
relacionado con clamidia y gonorrea, convirtiéndola en el factor más común.
Hemorragia antes del parto: el sangrado en el primer trimestre aumenta el riesgo de
RPM en tres a siete veces.
Anomalías cervicales antes de embarazo: como insuficiencia cervical.
Procedimientos invasivos: amniocentesis: se complica el 1% de todos los
procedimientos con RPM. La cirugía fetal, fetoscopía, toma de sangre de las venas
umbilicales percutáneas: los dos primeros tienen mayor riesgo de RPM y está
relacionado con la cantidad de puertos y la duración de la cirugía. El riesgo es menor
para los procedimientos diagnósticos.
Fumar: aumento el riesgo en dos a cuatro veces en relación con las no fumadoras.
Otros: trauma agudo, embarazos múltiples y polihidramnios.
Síntomas
Típicamente, a menos que aparezcan complicaciones de la RPM, el único síntoma es la
pérdida de un chorro repentino de líquido por la vagina.
La presencia de fiebre, flujo vaginal abundante o fétido, dolor abdominal y taquicardia fetal,
especialmente si no tiene proporción con la temperatura materna, sugiere una infección
intraamniótica.
Diagnóstico
La RPPM ocurre en cerca del 3% de todos los nacimientos, sin embargo, en embarazo de
término los porcentajes son muchos más altos y las complicaciones mínimas. La ruptura de
membranas puede documentarse utilizando varias técnicas diagnósticas.
Manejo
No se recomienda, las pacientes con RPM son más propensas a desarrollar corioamnionitis y a
presentar compresión del cordón umbilical. Sin embargo, si cesa la secreción de líquido, se
normaliza el líquido amniótico, no vuelve a presentar fiebre la paciente ni evidencia irritabilidad
uterina, es posible darle alta, pero debe cumplir con citas de seguimiento, tomarse la
temperatura 4 veces al día y el médico debe explicarle los signos de alarma de corioamnionitis.
Extracción del feto si hay compromiso fetal, infección o la edad gestacional es ≥ 34 semanas.
De otra manera, reposo pelviano, monitorización estricta, antibióticos y, a veces, corticoides.
El manejo de la RPM requiere evaluar los riesgos de infección si se posterga el parto frente a
los riesgos por inmadurez fetal cuando el parto es inmediato. Ninguna estrategia es correcta,
pero en general los signos de compromiso fetal o de infección (p. ej., resultados de los
estudios fetales persistentemente preocupantes, dolor uterino más fiebre) son indicación de
realizar el parto. De otra manera, el parto puede postergarse por un período variable si los
pulmones fetales aún están inmaduros o si el trabajo de parto puede iniciarse espontáneamente
(es decir, en la última etapa del embarazo).
Cuando el manejo adecuado no es claro, pueden realizarse estudios de líquido amniótico para
evaluar la madurez de los pulmones fetales y así guiar el tratamiento; la muestra puede
obtenerse por vía vaginal o por amniocentesis.
Conducta expectante
Cuando se usa un manejo expectante, la actividad de la mujer debe limitarse a un reposo en
cama modificado y completo reposo pelviano. Deben medirse la tensión arterial, la frecuencia
cardíaca y la temperatura ≥ 3 veces/día.
Se administran antibióticos (en general 48 h de ampicilina y eritromicina IV, seguidas de 5
días de amoxicilina y eritromicina oral); reducen el período de latencia y la morbilidad
neonatal. En lugar de eritromicina, se puede administrar una dosis única de azitromicina de 1
g por vía oral.
Las mujeres corren el riesgo de dar a luz dentro de los siguientes 7 días.
A una edad gestacional entre 34 semanas 0 días y 36 semanas 6 días si las mujeres
corren el riesgo de dar a luz dentro de los 7 días próximos y no se han administrado
corticoesteroides previamente.
A partir de la edad gestacional de 23 semanas 0 días si existe un riesgo elevado de
parto prematuro dentro de los 7 días siguientes.
Los corticosteroides están contraindicados si hay signos de corioamnionitis.
El uso de tocolíticos (agentes que detienen las contracciones uterinas) para manejar la rotura
prematura de membranas es controvertida; su uso debe determinarse en cada caso.
Conclusiones
La ruptura prematura de membranas es un factor de riesgo importante para corioamnionitis
histológica. Para disminuir los factores de riesgo y las posibles complicaciones debe tenerse un
protocolo al respecto. Los estudios paraclínicos con mayor relación son la velocidad de
sedimentación globular y la proteína C reactiva, aunque no tienen relación con la
corioamnionitis clínica. Todos los fetos prematuros del estudio, con ruptura prematura de
membranas tuvieron corioamnionitis histológica relacionada con el tratamiento conservador, por
esto es indispensable la administración de antibióticos y terminar el embarazo en el corto plazo.
Para poder individualizar y mejorar los resultados perinatales se necesitan más estudios
prospectivos y comparativos.
Bibliografía
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