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El músculo esquelético, de la misma manera que el resto de las estructuras del cuerpo

humano se mantiene en constante cambio, este cambio siempre estará supeditado a los
estímulos que dicha estructura reciba. En el caso del músculo, el estímulo que más influye
en sus cambios (adaptaciones) es el ejercicio el cual puede afectar el funcionamiento de este
de maneras muy variadas dependiendo de las características o tipos de trabajo. Para lograr
una mejor comprensión de estas variaciones en la función del músculo es necesario abordarlo
estructuralmente en un primer momento.

Estructura del músculo esquelético:

El músculo está formado principalmente por dos grandes componentes, el contráctil y el


no contráctil. El componente no contráctil se divide a su vez en un componente elástico
paralelo donde se encuentra el tejido conjuntivo y las miofibrillas y un componente elástico
seriado conformado por el tendón y la unión de los sarcómeros (Hill, 1938).

A nivel organizacional, el componente contráctil juega un factor importante en la función


ya que dependiendo de cuantas unidades contráctiles (Sarcómeras) se ubiquen en serie mayor
será la longitud del musculo, además, cuantas más sarcómeras se ubiquen en paralelo mayor
será el área transversal de la miofibrilla, factor importante para la producción de fuerza que
será explicada más adelante en este mismo escrito (Nordin 1999). Según como se ubiquen
las fibras musculares también se puede dar una clasificación:

• Fusiforme: en este tipo de músculo, las fibras musculares están dispuestas de


forma paralela, siguiendo el eje longitudinal del músculo. Ejemplo de este tipo de
músculo es el bíceps braquial (Figura 1).

Figura 1. Músculo bíceps braquial de tipo fusiforme. Imagen capturada de la aplicación


Human Anatomy Atlas, 7ma versión.
• Peniforme: a diferencia el fusiforme, el músculo de tipo peniforme posee
fibras atadas al eje longitudinal lo que le da un aspecto de pluma formando un ángulo
respecto a la línea de acción. Ejemplo de este tipo de músculo es el deltoides o los
músculos interóseos (Figura 2).

Figura 2. Músculo interóseo dorsal palmar del primer dedo. Imagen capturada de la
aplicación Human Anatomy Atlas, 7ma versión.

Factores que intervienen en la función del músculo

Adicional al componente estructural, existen otros factores que modifican la función del
músculo y que son influenciables por la práctica sistemática de ejercicio. Estos son:

• La longitud de reposo del músculo: todo músculo presenta una longitud


determinada donde es capaz de generar el mayor componente de fuerza. Se le
denomina longitud de reposa a la longitud muscular ideal que, en una contracción
isométrica, produce la mayor cantidad de fuerza. En esta longitud se estima que todas
las unidades contráctiles (Actina – Miosina) de la sarcómera logran realizar el ciclo
de los puentes cruzados. (Van Cochran, 1988).
• La contribución del componente elástico del músculo: como fue mencionado
previamente, el músculo está conformado por un componente contráctil y uno no
contráctil. El componente no contráctil, formado por diferentes tejidos conectivos
otorga una tensión pasiva al músculo cuando este es elongado más allá de su longitud
de reposo, que sumada a la tensión activa de la contracción dan lugar a la tensión total
del músculo. Se considera que la tensión pasiva alcanza su mayor magnitud cuando
el músculo es elongado un 20% más que la longitud de reposo, siendo el rango entre
este punto y la longitud de reposo el área de mayor generación de tensión (Figura 3)
(Wirhed, 1998).

Figura 3. Relación longitud de reposo, tensión pasiva y fuerza producida. Imagen tomada
de “Biomecánica clínica Fuerza, trabajo y potencia muscular”, Angulo. (2010)

• La sección transversa fisiológica: el área transversa del músculo se define


como el área producto de un corte perpendicular a la disposición de las fibras, lo que
permite calcular el número de actinas y miosinas que se ubican de forma paralela. De
esta forma, un músculo que posea un área transversa mayor va a ser capaz de producir
una mayor tensión. Relacionando este concepto con el tipo de músculo según su
forma, el área transversa fisiológica del músculo Fusiforme es menor en comparación
con la del peniforme, esto hace a los primeros músculos rápidos, pero con poco
componente de fuerza, cuando los segundos son lentos pero con una capacidad de
producir tensión importante (figura 4) (Van Cochran, 1988).
Figura 4. Sección transversa fisiológica del músculo fusiforme (izquierda) y el peniforme
(derecha). Imagen tomada de “Biomecánica clínica Fuerza, trabajo y potencia muscular”,
Angulo. (2010)

• El ángulo de inserción del tendón: el ángulo con el que el músculo se inserta


a los segmentos óseos resulta de particular importancia, ya que dependiendo de él los
vectores pueden cambiar, haciendo que alguna de las tres fuerzas: transaxial,
paraaxial o tangencial tome protagonismo lo que produciría un cambio en el
movimiento (Figura 5).

Figura 5. Fuerza trasnaxial, paraaxial, tangencia y fuerza muscular en la flexión de codo.


Imagen tomada del material de estudio del Bloque 2-A: Fisiología Neuro-Muscular,
Máster en Actividad Física y Salud.
• Ángulo óptimo articular: El ángulo óptimo es definido como la posición
articular donde se alcanza el pico máximo de momento de fuerza (Brockett, Morgan,
& Proske, 2001). El ángulo óptimo es comúnmente confundido con la longitud de
reposo del músculo abordada previamente. El ángulo óptimo surge de la relación de
la longitud de reposo y el complejo músculo-tendón, siendo el ángulo donde se
encuentra una mejor superposición de la actina y la miosina (Rubio-Sobrino, P. et al
2012).

Tipo de trabajo al que se puede someter un músculo y su influencia sobre el


funcionamiento del músculo.

El músculo puede ser sometido a diferentes tipos de trabajo, estos van a depender de la
manera en que la fibra muscular se vea activada. Los tipos son:

• Concéntrico: activación muscular con acortamiento de las fibras producto de


acercamiento de los puntos insercionales del músculo (Figura 6). La acción motora
que lleva al músculo desde su máximo estiramiento a su máximo acortamiento es
denominada contracción concéntrica completa. Cuando la acción motora no inicia en
el punto máximo de estiramiento o no llega al punto máximo de acortamiento, es
denominada una contracción concéntrica incompleta. El efecto del trabajo
concéntrico variará dependiendo de si es completo o incompleto, cuando el trabajo se
realiza de manera incompleta se favorece al tendón que se estira mientras se acorta el
componente contráctil. Por otro lado, cuando el trabajo es completo el componente
contráctil aumenta su longitud (hipertrofia miofibrilar) además de ganar amplitud en
sus movimientos.

Figura 6. Contracción concéntrica. Fuente: imagen tomada de internet con licencia


creative commons. Disponible en
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:1015_Types_of_Contraction_new_esp.jpg
• Excéntrico: activación muscular con alargamiento de las fibras producto del
distanciamiento de los puntos insercionales del músculo (Figura 7). Retomando el
concepto del ángulo óptimo articular, el trabajo excéntrico es el que más evidencia
presenta (Brockett, Morgan, & Proske, 2004; Brughelli et al., 2009) en la
modificación de esta variable propia del funcionamiento del músculo. El
entrenamiento excéntrico produce una alteración del ángulo óptimo al disminuir la
rigidez del tendón durante el movimiento pasivo y aumentar el arco de movilidad
articular activo (Rubio-Sobrino, P. et al 2012). Al disminuir el ángulo óptimo
articular se ayuda a prevenir lesiones como fue demostrado por Woods et al (2004)
en su estudio The Football Association Medical Research Programme: An audit of
injuries in professional football--analysis of hamstring injuries, donde a través de una
intervención basada en trabajo excéntrico de los músculos flexores de la rodilla se
modificó el ángulo óptimo de trabajo en futbolistas con lesiones previas como
estrategia para disminuir lesiones futuras.

Figura 7. Contracción Excéntrica. Fuente: imagen tomada de internet con licencia


creative commons. Disponible en
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:1015_Types_of_Contraction_new_esp.jpg

• Reactivo: consiste en la combinación de los dos métodos mencionados


previamente, comúnmente visto en las disciplinas deportivas. Cuando se trabajan
ambos tipos de trabajo de manera completa se aumenta la elasticidad, ya que el
componente contráctil se estira mientras el no contráctil se ve acortado. Cuando la
contracción concéntrica es incompleta y la excéntrica es completa se logra un efecto
de hipertrofia y acortamiento en el componente contráctil mientras que el componente
no contráctil se ve elongado. La contracción concéntrica completa seguida de una
excéntrica incompleta conlleva a que tanto el componente contráctil como el no
contráctil se vean acortados, siendo de gran utilidad cuando se requiere estabilidad.
Por último, la contracción concéntrica y excéntrica incompletas producen un
acortamiento en el vientre muscular mientras que el tendón se ve elongando (Pozo,
P. 2014).
• Isométrico: activación muscular sin cambio en la longitud de las fibras
musculares debido a que no se produce ningún movimiento articular (Figura 8). Este
tipo de trabajo favorece la producción de fuerza y la estabilidad articular al darse
durante la longitud de reposo, además, se puede trabajar según el ángulo de inserción
del músculo y el ángulo óptimo articular lo que variará los efectos.

Figura 8. Contracción Isométrica. Fuente: imagen tomada de internet con licencia


creative commons. Disponible en
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:1015_Types_of_Contraction_new_esp.jpg

CONCLUSIONES

Los cambios en la función del músculo están estrechamente relacionados con el tipo de
trabajo al que este sea sometido. Encontrando múltiples cambios en diferentes condiciones
según como sea activado el músculo.

El número de variables modificables del músculo le permiten una adaptación a situaciones


variadas de trabajo, provocando cambios en su función y por ende también en la función del
sujeto.

Es de suma importancia conocer estos efectos a la hora de prescribir el ejercicio, ya que


dependiendo del tipo de trabajo se pueden producir cambios en la función muy variados que
cuando se enfocan a la salud pueden ser tanto beneficiosos como contraproducentes
dependiendo de las condiciones y necesidades del paciente/usuario.

REFERENCIAS
Angulo, M. (2010). Biomecánica clínica Fuerza, trabajo y potencia muscular. Reduca, Serie
Biomecánica clínica. 2 (3): 74-89.

Brockett, C. L., Morgan, D. L., & Proske, U. (2004). Predicting hamstring strain injury in
elite athletes. Medicine and Science in Sports and Exercise, 36(3), 379-387.
doi:10.1249/01.MSS.0000117165.75832.05

Brughelli, M., Nosaka, K., & Cronin, J. (2009). Application of eccentric exercise on an
Australian rules football player with recurrent hamstring injuries. Physical
Theraphy in Sport, 10(2), 75-80. doi:10.1016/j.ptsp.2008.12.001

Hill, A.V. (1938). The heat of shortening and the dynamic constants of muscle.

Nordin, M. (1999) Biomecánica básica del sistema musculoesquelético. McGrawHill.


Interamericana

Pozo, P. (2014). El tipo de trabajo muscular y su influencia en la función. Revista Digital -


Buenos Aires - Año 14 - Nº 142. Consulado el 26 del 11 del 2021 en:
https://www.efdeportes.com/efd142/el-tipo-de-trabajo-muscular-y-su-
influencia.htm

Rubio-Sobrino, P.A., Rodríguez-Caseres, R., Aguado, X. & Alegre, L.M. (2012). Optimum
joint Angle and Exercise: Foundations and Applications. Apunts. Educación Física
y Deportes, 109, 65-72.

Van Cochran, G (1988). A primer of Orthopaedic Biomechanics. Churchill Livingstone.

Wirhed R. (1998). Habilidad atlética y anatomía del movimiento. 2ª Ed. Edika Med. Barcelona.
Woods, C., Hawkins, R. D., Maltby, S., Hulse, M., Thomas, A., & Hodson, A. (2004). The
Football Association Medical Research Programme: An audit of injuries in
professional football--analysis of hamstring injuries. British Journal of Sports
Medicine, 38(1), 36-41. doi:10.1136/bjsm.2002.002352

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