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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL


DE LOS LLANOS CENTRALES
“RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA DE POSTGRADO.
ESPECIALIDAD EN DERECHO PROCESAL CIVIL

TEORÍA GENERAL DEL PROCESO Y SU VISIÓN CONSTITUCIONAL


TEMA NRO 4

Profesor
Ignamar Torrealba

Integrantes:
María Delgado
Joana Dale
María Yaguas
Carlos Carpio

San Juan de los Morros, abril 2023


ÍNDICE GENERAL

INTRODUCCIÓN................................................................................................................3

MODOS DE REPRESENTACION JUDICIAL................................................................5

REPRESENTACIÓN PROCESAL.....................................................................................7

REQUISITOS........................................................................................................................8

TIPOS DE INTERVENCIONES JUDICIALES...............................................................8

REQUISITOS DEL PODER PROCESAL.........................................................................9

REPRESENTACION Y ASISTENCIA EN JUICIO......................................................12

REPRESENTACION POR SUSTITUCION DE PODER..............................................13

DEFENSOR AD LITEM....................................................................................................15

PODER OTORGADO ANTE EL CONSULADO VENEZOLANO EN EL


EXTRANJERO...................................................................................................................17

REPRESENTACION SIN PODER...................................................................................20

ANALISIS JURISPRUDENCIAL VINCULADO AL CONTENIDO...........................22

CONCLUSIONES...............................................................................................................27

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS..............................................................................29
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INTRODUCCIÓN

El desarrollo de la investigación está encaminado a establecer los puntos, ideas y


elementos contenidos en la descripción del contenido programático de la Especialidad de
Derecho Civil en cuanto se refiere a la pretensión dentro del proceso civil venezolano, para
que de esta manera tratar de acuerdo a los requerimientos y acciones concretas enriquecer
el nivel de conocimiento jurídico.
Desde hace algún tiempo, la doctrina y, hace poco, la jurisprudencia venezolana, viene
inquiriendo si toda pretensión, por el sólo hecho de será admisible, tiene que ser tramitada a
lo largo del proceso si, desde el inicio, se sabe que la pretensión no puede tener la tutela
jurídica del ordenamiento e, irremediablemente, será declarada improcedente. Estamos en
presencia de la llamada improponibilidad manifiesta de la pretensión, la cual abarca los
supuestos en que la pretensión objetiva o subjetivamente sea improponible.

La procedencia de la pretensión (ya no se trata de admisibilidad) tiene que ver con la


aptitud de la pretensión jurídica y su respectiva tutela jurídica por el procedimiento; es
decir, revisar la procedencia de la pretensión es decidir sobre el fondo de lo pedido, el
mérito de la petición y el juicio de adecuación del ordenamiento jurídico conforme lo
solicitado.

De tal manera, se hace necesario precisar las nociones conceptuales, previo al


abordaje de la materia y se abarcan los aspectos siguientes: La pretensión Procesal. La
Petición. Acción. Demanda. Elementos. Clasificación Análisis Jurisprudencial vinculado al
contenido.
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LA PRETENSIÓN PROCESAL.
La pretensión es una figura eminentemente procesal, que consiste en realizar una
manifestación de voluntad ante el ente jurisdiccional, para hacer valer un derecho o pedir el
cumplimiento de una obligación.
Los elementos de la pretensión, que permiten identificar la Litis objeto del proceso,
son los siguientes:
(i) Sujetos, en virtud de que la controversia, habrá de ser ventilada entre
determinadas partes;
(ii) Objeto, teniendo en cuenta que la controversia girará con referencia a cierta
‘cosa’ –bien de la vida o conducta ajena-;
(iii) Causa, la controversia tendrá un fundamento específico, esto es, un conjunto de
hechos de relevancia jurídica en que el actor ha fundado la ameritada pretensión.
En este mismo orden de ideas, La pretensión procesal se hace valer mediante el
escrito o libelo de demanda el cual y de conformidad con el ordenamiento jurídico debe
contener la o las pretensiones. El artículo 340 del Código de procedimiento Civil, establece
como requisitos de la demanda en su ordinal 5to “La relación de los hechos y los
fundamentos de derecho en que se base la pretensión, con las pertinentes conclusiones “

Es necesario indicar que, el Artículo 78 del Código de Procedimiento Civil: “No podrán
acumularse en el mismo libelo pretensiones que se excluyan mutuamente o que sean
contrarias entre sí; ni las que por razón de la materia no correspondan al conocimiento del
mismo Tribunal; ni aquellas cuyos procedimientos sean incompatibles entre sí.

Sin embargo, podrán acumularse en un mismo libelo dos o más pretensiones incompatibles
para que sean resueltas una como subsidiaria de otra siempre que sus respectivos
procedimientos no sean incompatibles entre sí»

LA PETICIÓN.
Es un término del latín “petitĭo”, es aquel derecho que tiene toda persona individual o
jurídica, grupo, organización o asociación para solicitar o reclamar ante las autoridades
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competentes, normalmente los gobiernos o entidades públicas- por razones de interés


público ya sea individual, general o colectivo.
En nuestro ordenamiento jurídico el derecho de petición lo vemos desarrollado en el
artículo 51 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, esta norma
establece como derecho fundamental de toda persona puede peticiones y recibir respuestas
de fondo dentro de los términos legales, lo cual significa que si no se recibe una respuesta
oportuna y de fondo, se puede acudir ante la justicia con una Acción
. También está tipificado en el ordenamiento jurídico, El Derecho de Petición como
mecanismo entre particulares, ya sean personas Naturales o Jurídicas que buscan crear,
exigir o extinguir una obligación, siempre y cuando se haga en justo derecho y en el marco
legal establecido en la Carta Magna.
ACCIÓN. DEMANDA. ELEMENTOS.
Rengel Romberg (Rengel, 1994: Tomo I, 162), define el vocablo “acción” de la
siguiente manera: “Poder jurídico concedido a todo ciudadano, para solicitar del juez, la
composición de la litis, mediante la actuación de la pretensión que hace valer el
demandante contra el demandado”.
“La demanda” es el paso primigenio del proceso, común a todas las formas de éste,
contenido en un libelo, que no es otra cosa que el “escrito mediante el cual se propone la
demanda”. Artículo 332 del CPC.
En cuanto a la admisión de la demanda, estipula el artículo 341 del Código de
Procedimiento Civil (1987), la cual contempla que la misma puede ser rechazada cuando
sea contraria a la ley, a las buenas costumbres y el orden público.
Por lo tanto, se entiende que la pretensión es aquella petición formulada por la parte
actora en el libelo de la demanda, por la cual le exige al demandado, se someta a sus
intereses y que dicha solicitud sea ratificada por el órgano jurisdiccional, como organismo
competente para dirimir controversias entre los particulares.
En opinión de ciertos autores, la improponibilidad de la pretensión, es un término
ajeno a la legislación Venezolana, pero esta figura constituye en sì un rechazo de la
pretensión y, de otros elementos tales como la falta de jurisdicción o competencia, en
consecuencia es más amplio a la admisibilidad, por lo tanto es una pretensión de ejecución
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imposible.
Es decir, que la pretensión que no prosperará, es la que carece de algún fundamento
legal o es contrario a las buenas costumbres, y de sustanciarse el proceso, estas actuaciones
serían inútiles. Evidentemente, nadie puede reclamar ante el órgano jurisdiccional, una
pretensión en la cual perdió el interés o simplemente donde no existe este necesario
elemento, tal como lo estipula el artículo 16 de la ley adjetiva civil venezolana vigente.
En este caso, sostienen los investigadores que el juez puede rechazar cuando el
interés contraviene el artículo 16 del Código de Procedimiento Civil, Artículo 16 del
Código de Procedimiento Civil “Para proponer la demanda el actor debe tener interés
jurídico actual. Además de los casos previstos en la Ley, el interés puede estar limitado a la
mera declaración de la existencia o inexistencia de un derecho o de una relación jurídica.
No es admisible la demanda de mera declaración cuando el demandante puede obtener la
satisfacción completa de su interés mediante una acción diferente
ANALISIS JURISPRUDENCIAL VINCULADO AL CONTENIDO
Con el propósito de abundar en conocimiento, citamos el criterio esgrimido por la Sala de
Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en Sentencia Nº 218, de fecha 02 de
agosto de 2001, en el juicio que por Cobro de Bolívares incoado por Maritza Josefina
Ortega de Lozada contra el ciudadano José Ramón Lozada, pronunció lo siguiente:

“El auto de admisión de la demanda como auto decisorio no precisa de una


fundamentación; basta que la petición no sea contraria al orden público, las
buenas costumbres o alguna disposición expresa de la ley para que se tramite
como lo prescribe el artículo 341 del Código de Procedimiento Civil”
Por consiguiente, la decisión o acto de mero trámite por el cual, el tribunal se
pronuncia acerca de la admisión o no de la demanda, en su contenido no debe
fundamentar las razones por las cuales impide que una pretensión, sea conocida
y sustanciada, solamente debe indicar las causas sobre las que basa su negación.
Por lo tanto, se define al supuesto de inadmisibilidad de la pretensión, como
aquel pronunciamiento judicial, que sanciona, a quien realiza actos en el
proceso sin cumplir los requisitos de forma o fondo, impidiéndole al inicio de
éste continuar su sustanciación. La inadmisibilidad es un pronunciamiento
judicial en virtud del cual, el organismo se niega o rechaza la solicitud de
protección jurídica, establecida por algún ciudadano, sin cumplir algún
requisito legal o porque sencillamente su pedimento no se encuentra tutelado
por el derecho. En resumidas cuentas, se estatuye que la no admisión de la
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demanda, es una sanción inferida a la parte actora, por parte de los órganos de
la administración de justicia, a aquel ciudadano que solicita el conocimiento de
los mismos, sin cumplir en su demanda con los requisitos mínimos que estipula,
la ley.
Analisis
En la legislación procesal venezolana, se considera que en el supuesto de que el Tribunal
admite la pretensión de la parte, no es exigible que el juez explique las razones que
conllevaron su afirmación, pero en el caso contrario, si deberá manifestar las causas de su
negación, todo ello con la finalidad de que la parte ejerza los recursos que la ley le otorga,
para hacer efectivo su derecho a la defensa. A tales efectos, el Artículo 341 de Código de
Procedimiento Civil establece: “Presentada la demanda, el Tribunal la admitirá si no es
contraria al orden público, a las buenas costumbres o a alguna disposición expresa de la
Ley. En caso contrario, negará su admisión expresando los motivos de la negativa. Del auto
del Tribunal que niegue la admisión de la demanda, se oirá apelación inmediatamente, en
ambos efectos.” Cabe señalar que, el Juez venezolano no está en la obligación de admitir o
darle entrada a toda demanda presentada ante su jurisdicción, según lo estipulado en el
artículo 341 de la ley adjetiva civil, este puede declarar una pretensión, como inadmisible
en la etapa previa a la citación o notificación del demandado. El auto o sentencia
interlocutoria por la cual el juez se pronuncia acerca de su admisión o no de la pretensión,
es denominada en la práctica forense o por la ley adjetiva venezolana, auto de admisión de
la demanda, por el cual se le notifica a la parte demandante, que luego del examen de su
escrito de demanda, el órgano jurisdiccional, constituye que lo pedido se ajusta o es
conforme a derecho.
En esta perspectiva, es conveniente señalar lo que el Juzgado Primero de Primera
Instancia en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del Estado Aragua. En
Maracay, 29 de junio de 2004, Pérez, expediente Nº: 36.557 con respecto a lo expuesto,
aduce:
Dentro de la normativa transcrita, priva, sin duda alguna la regla general, de
que los Tribunales cuya jurisdicción, en grado de su competencia material y
cuantía, sea utilizada por los ciudadanos a objeto de hacer valer judicialmente
sus derechos, deben admitir la demanda, siempre que no sea contraria al orden
público, a las buenas costumbres o a la ley, ello puede interpretarse de la
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disposición legislativa cuando expresa “...el Tribunal la admitirá...”; bajo estas


premisas legales no le está dado al juez determinar causal o motivación distinta
al orden establecido para negar la admisión in lamine de la demanda, quedando
legalmente autorizado para ello, siempre y cuando, dicha declaratoria se funde
en que la pretensión” sea contraria al orden público, a las buenas costumbres o
alguna disposición expresa de la Ley. Fuera de estos supuestos, en principio, el
juez no puede negarse a admitir la demanda.

Es importante, también observar el criterio de Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo
de Justicia, en Sentencia Nº RC.000028, de fecha 13 de Febrero de 2017, en demanda por
cumplimiento de contrato de venta interpuesto por Yvelitze Maza Nuñez y César Armando
Campos Rodríguez contra Gilmar Elizabeth Galeno Carreño y Teodaldo José Jiménez
Rodríguez

En este orden de ideas, estima la Sala pertinente realizar las siguientes


reflexiones: la justicia y el acceso a ella mediante el proceso, se encuentra
garantizado en el artículo 257 de la Carta Política, según el cual: “…el
proceso constituye una herramienta para realizar la justicia…” con este
postulado constitucional se materializa la tutela judicial efectiva que a su vez
la ejercita el justiciable cuando tiene la posibilidad de acceder a un proceso,
vale decir, tiene acceso a la jurisdicción.

Ahora bien, ese derecho de acceso a la justicia se encuentra íntimamente


vinculado con el tema de la admisibilidad de la pretensión, lo que, en
consecuencia, determina que deben evitarse obstáculos que impidan ese
acceso.

“…OMISSIS…”

Lo anteriormente señalado, devela con meridiana claridad que se está en


presencia de un problema de orden público procesal, dado que el juzgador de
alzada para declarar la inadmisibilidad de la demanda, se fundamentó en el
análisis de que se trata de una demanda que para el momento de su
presentación no había nacido obligación alguna para los demandados, la cual
consideró, “…contrario a derecho toda vez que la obligación de trasmitir la
propiedad del inmueble el plazo no estaba vencido…”, advirtiendo que en el
caso bajo estudio operó una causal de inadmisibilidad de la demanda dada que
la pretensión de la misma está prohibida expresamente por ser materia de
orden público y contraria a ley.
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En virtud de los razonamientos anteriormente expuestos y contrario a lo


declarado por la alzada, la Sala observa que en el sub judice no se evidencia la
violación del orden público con la demanda, ni que la misma sea contraria a
las buenas costumbres, ni existe ninguna disposición legal que prohíba su
trámite, denotándose así la confusión, en el presente caso, entre las causales de
inadmisibilidad de la demanda con las causales de improcedencia, las cuales
tienen consecuencias jurídicas distintas.

“…OMISSIS…”

De lo analizado concluye la Sala que el ad quem, violentó el debido proceso y


lesionó el derecho de defensa y la tutela judicial efectiva del accionante, pues,
sin fundamento legal, declaró la inadmisibilidad de la acción sin sustanciar el
juicio, evitando que la pretensión pudiera ser discutida y demostrada,
privándosele en consecuencia al accionante del ejercicio legítimo a la acción y
a la tutela judicial efectiva, consagrados en los artículos 26 y 257 de la
Constitución, así como los artículos 15 y 341 del Código de Procedimiento
Civil, generando todo ello la nulidad de la decisión y, por vía de consecuencia,
de las actuaciones procesales ejecutadas en dichas condiciones.”

Al analizar estas decisiones, tal como lo estatuye el Máximo Tribunal de la República


Bolivariana de Venezuela, en principio no es dado a los juzgadores, inadmitir una
pretensión procesal, fuera de las causales que se expresan en el artículo 341 del Código de
Procedimiento Civil, pues de lo contrario estarían atentando contra el derecho
constitucional de accionar o pedir justicia. Se comprende, por parte de los autores que en el
proceso civil venezolano mal podría el sentenciador, no admitir una pretensión, en razón de
que el escrito de demanda no cumpla con determinadas formalidades de forma o fondo
previstas por ley, puesto que ello no se encuentra determinado en la ley adjetiva que sirve
de modelo a las demás, otra causales distintas a las expresadas en el ordenamiento.
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CONCLUSIONES

Para finalizar, se puede decir que en el concepto de la “pretensión” concurren razones


de “hecho y otras de derecho, entendiendo que las primeras vienen dadas por el relato
histórico de todas las circunstancias fácticas de las que se pretende deducir aquello que se
pide de la jurisdicción, mientras que las segundas son afirmaciones concretas de carácter
jurídico que referidas a estos antecedentes de hecho, le permiten al demandante auto
atribuirse el derecho subjetivo en que apoya su solicitud de tutela a las autoridades
judiciales, afirmaciones estas que, desde luego, no hay lugar a confundir en modo alguno
con los motivos abstractos de orden legal que se aduzcan para sustentar la demanda
incoada”
Por lo tanto se entiende que la pretensión es aquella manifestación de voluntad que
conlleva a petición formulada por la parte actora en el libelo de la demanda, por la cual le
exige al demandado, se someta a sus intereses y que dicha solicitud sea ratificada por el
órgano jurisdiccional, como organismo competente para dirimir controversias entre los
particulares.
Es lo que concretamente se persigue en una acción judicial. Ejemplo: «El objeto de
mi pretensión es que me devuelvan el local comercial que alquilé»
Cabe destacar, que una pretensión es improponible, siempre que exista un vicio grave
de ilegalidad en su objeto, o bien que la misma sea contraria al orden público y las buenas
costumbres. Del mismo modo, debe ser rechazada in limine litis o sin trámite completo, una
pretensión al presentarse la falta de interés procesal, en quién reclama y ello conduce a que
la causa sea carente de propósito, en virtud de que nace viciada.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

HENRÍQUEZ LA ROCHE, Ricardo Código de Procedimiento Civil Comentado.

Jurisprudencia Ramírez y Garay Memorias del Tribunal Supremo de Justicia

RENGEL ROMBERG, Arístides Tratado de Derecho Procesal Venezolano. Editorial Ex Libris,


Caracas, 1991.

Calvo. E. (2011). Código de Procedimiento Civil de Venezuela. Comentado y concordado.


Editado por ediciones Libra. Caracas, Venezuela.

Echandia, D. (1985). Compendio del Derecho Procesal. Teoría general del proceso. Tomo
I. Decima Cuarta Edición. Editorial ABC.

Lorenzetti, Ricardo: “Código Civil y Comercial Comentado”, tomo II, comentario art.358,
pág. 421- Edit. Rubinzal Culzoni.-.

Puppio, V. (2006). Teoría General del Proceso. Manuales del Derecho. Séptima Edición.
Universidad Católica Andrés Bello. Caracas. Venezuela. Editorial Publicaciones
UCAB.

Tapia, O. (2001). Jurisprudencia del Tribunal Supremo de Justicia. Editorial Tapia SRL.
Caracas Venezuela

Referencia Jurisprudencial

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