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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL


DE LOS LLANOS CENTRALES
“RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA DE POSTGRADO
ESPECIALIDAD EN DERECHO PROCESAL CIVIL

TEORÍA GENERAL DEL PROCESO Y SU VISIÓN CONSTITUCIONAL


TEMA NRO 3

Profesor
Ignamar Torrealba

Integrantes:
María Delgado
Joana Dale
María Yaguas
Carlos Carpio

San Juan de los Morros, Abril 2023


ÍNDICE GENERAL

INTRODUCCIÓN................................................................................................................3

LAS PARTES........................................................................................................................5

PRINCIPIO DE DUALIDAD Y PRINCIPIO DE CONTRADICCION DE LAS


PARTES.................................................................................................................................8

LA CAPACIDAD PARA SER PARTE EN EL PROCESO CIVIL.................................9

CONDICIONES PARA SER PARTE EN EL PROCESO. FUNDAMENTACION


LEGAL.................................................................................................................................12

LOS SUJETOS PROCESALES........................................................................................13

LAS PARTES PROCESALES..........................................................................................13

LA ACCIÓN........................................................................................................................14

LA DEMANDA...................................................................................................................16

LA PRETENSIÓN..............................................................................................................20

ANALISIS JURISPRUDENCIAL DEL CONTENIDO..................................................21

CONCLUSIONES...............................................................................................................26

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS..............................................................................28
3

INTRODUCCIÓN

El desarrollo de la investigación se propone discernir con claridad y sencillez, la


connotación, función y significación de cada uno de los sujetos que intervienen en un
proceso judicial y delimitar teóricamente sus alcances. Aunque tienen diferentes
denominaciones, todos ellos son aspectos de una misma institución: sujetos procesales. Su
tratamiento diferenciado sólo se justifica por la necesidad de claridad expositiva y
didáctica.
Las partes son el sujeto activo del proceso ya que sobre ellos recae el derecho de
iniciarlo y determinar su objeto, mientras que el juez es simplemente pasivo pues sólo
dirige el debate y decide la controversia. Ahora bien, por la existencia de diversos campos
del derecho, donde se utiliza la concepción de parte, se ha originado una gran dificultad
para conceptualizarla en el ámbito del derecho procesal, creando gran controversia para su
especificación; sin embargo de acuerdo a sus componentes se puede decir que las partes son
el sujeto activo y el sujeto pasivo de la pretensión que se hace valer en la demanda
judicial, siendo dichos sujetos libres para el ejercicio de sus derechos y debiendo contar con
capacidad de obrar para la gestión de los mismos, tal como lo establece el artículo 136 del
Código de Procedimiento Civil.
Por otra parte, de igual manera se toma como parte, los terceros intervinientes en el
proceso a través de quienes igualmente se busca la actuación de la ley.
La determinación del concepto de parte no sólo tiene importancia teórica, sino que es
indispensable para la solución de primordiales problemas prácticos que se plantean en el
proceso.
Para que una persona sea parte o tercero en un pleito, debe poseer ciertas cualidades o
requerimientos exigidos por la Ley y además, debe estar identificado con una relación
jurídico material que le vincule con la pretensión propuesta, ya sea porque se afirme titular
del derecho reclamado o porque sea llamado a restituir la situación jurídica infringida
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Conforme a lo antes expresado, es imposible imaginar un proceso civil sin partes;


algunos autores como Köhler, distingue entre un proceso civil de partes y un proceso
inquisitivo, un ejemplo de este proceso inquisitivo seria el procedimiento de interdicción
civil; pero no obstante, también un procedimiento inquisitivo requiere de, al menos, dos
personas distintas al juez, sólo que mientras que en el proceso de partes se funda en la
contradicción de las partes, en el proceso inquisitivo prevalece la mera iniciativa procesal
Así, debido a la relevancia de esta investigación se abarcan los aspectos siguientes:
Las Partes. Principio de dualidad y principio de contradicción de las partes. La capacidad
para ser parte en el proceso civil. Condiciones para ser parte en el proceso. Fundamentación
legal. Los sujetos procesales. Las partes procesales. La acción. La demanda. La pretensión.
Elementos. Análisis Jurisprudencial vinculado al contenido.
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LAS PARTES

Concepto
Para Rengel-Romberg «las partes pueden definirse más exactamente como el sujeto
activo y el sujeto pasivo de la pretensión que se hace valer en la demanda judicial».
Mientras que para Ortiz-Ortiz, «parte procesal es aquel status o posición jurídica que
ocupa una o varias personas, al inicio del proceso o durante el desarrollo de este y que, en
virtud del ejercicio de sus derechos procesales, para postular o frente a quienes se postulan
pretensiones, en atención a un interés jurídico cuya tutela se exige de los órganos
jurisdiccionales
Señala Calamadrei que «la cualidad de parte se adquiere, con abstracción de toda
referencia al derecho sustancial, por el solo hecho, de naturaleza exclusivamente procesal,
de la proposición de la demanda ante el juez: la persona que propone la demanda, y la
persona contra quien se propone, adquieren sin más, por este solo hecho, la calidad de
partes del proceso que con tal proposición se inicia; aunque la demanda sea infundada,
improponible o inadmisible (circunstancias todas ellas que podrán tener efecto sobre el
contenido de la providencia), basta ella para hacer que surja la relación procesal cuyos
sujetos son precisamente las partes» .
Señala Carnelutti que «la estructura del proceso contencioso permite entender por
qué los que deben ser juzgados se llaman partes, que es un nombre extraño y un poco
misterioso. ¿Qué tiene que ver con el proceso, y en general con el derecho, la noción de
parte? La parte es el resultado de una división: el Prius de la parte es un todo que se divide.
La noción de parte está, por tanto, vinculada a la discordia, que a su vez es el presupuesto
psicológico del proceso; no habría ni litigios ni delitos si los hombres no se dividiesen.
Ahora bien, el acto que da vida al proceso es la demanda, y es de la demanda de
donde se deducen los destinatarios de la providencia que se pide al juez, es decir, aquel que
propone la demanda y, respectivamente, aquel contra quien es propuesta la demanda, se
puede decir que parte “es aquel que propone la demanda en nombre propio o en cuyo
nombre es propuesta; o respectivamente aquel contra quien se propone la demanda” . Con
relación a la identidad entre quien propone la demanda y contra quién se propone y los
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verdaderos titulares de los derechos sustanciales a hacer valer (que pueden variar), señala el
autor Rengel Romberg, que importa resaltar aquí es que la cualidad de parte, a pesar de que
la mayoría de las veces a aquella se sobreponen todas o al menos algunas de las
calificaciones subjetivas vistas anteriormente (titularidad de la relación sustancial,
titularidad de la acción, poder para proponer la demanda), «prescinde de cada una de
aquellas calificaciones y existe con la sola condición de que exista un proceso, y por lo
tanto es realmente una calificación subjetiva mínima pero siempre presente en el proceso
(...) Podrá, en conclusión, no existir el derecho hecho valer, no haber acción, faltar incluso
el poder de proponer la demanda en quien, no obstante, la ha propuesto: pero si hay una
demanda, hay un proceso y por lo tanto la parte.
Una vez determinado el concepto de parte, es preciso resaltar la posición que ocupan
las partes en el proceso es la de parte actora y parte demandada, toda vez que la primera
inicia la acción, en tanto que la segunda responde, acepta, modifica o se enfrenta a las
pretensiones del actor.

En otro sentido, hay doctrinarios que se sostienen que tales vínculos no pueden
expresarse con líneas paralelas sino en forma de ángulo, de modo que se comprenda
también en la relación al Juez que es un sujeto necesario de ella y hacia el cual se dirigen
las partes sin entrar en directa comunicación o vinculación las partes entre sí.

Y finalmente una tercera posición considera que la relación procesal es triangular. No


se trata solamente de vinculación de las partes al Juez y del Juez a las partes, sin nexo o
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ligamen de las partes entre sí. Y se sostiene que existen vínculos entre las partes, que
vienen a cerrar el triángulo

En otro orden de ideas, el proceso debe estar compuesto por dos partes, la parte actora
o demandante y la parte pasiva o demandada, también hemos dicho que se trata de una sola
persona, pero puede presentarse el caso de que existan varias personas como parte actora
así también como parte pasiva, es lo que llamamos litisconsorcio.
En sentido técnico el litisconsorcio puede definirse como la situación jurídica en que
se hallan diversas personas vinculadas por una relación sustancial común o por varias
relaciones sustanciales conexas, que actúan conjuntamente en un proceso, voluntaria o
forzosamente, como actores o como demandados o como actores de un lado y demandados
del otro

Clasificación del Litisconsorcio


Puede clasificarse el litisconsorcio de la siguiente forma:
1) Según en qué parte se encuentre la pluralidad de Sujetos:
a. El litisconsorcio activo es cuando varis personas o una pluralidad de sujetos fungen
como actores contra o frente a un demandado. b. El litisconsorcio pasivo es cuando
existe un actor frente a varios demandados. c. El litisconsorcio mixto es cuando
existe pluralidad de actores y de demandados.

2) Según dependa de la voluntad de la parte o de la Ley. Artículo 146 del C.P.C.


a. El litisconsorcio voluntario se presenta cuando, de forma voluntaria, los sujetos
de una de las partes se reúnen y acumulan sus acciones en un mismo libelo de
demanda. Es voluntario porque de igual forma estas personas pudieran intentar por
separado sus acciones. Ejemplo: Todas las personas que fueron objeto de un
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determinado hecho ilícito pueden reunirse y acumular sus pretensiones en una


misma demanda ya que coinciden el hecho y la persona del demandado, estamos en
presencia de un litis consorcio voluntario activo. Si la pluralidad de sujetos está en
la parte pasiva estamos en presencia de un litisconsorcio voluntario pasivo.
También puede haber pluralidad de autores y varias víctimas, y procederse como
en los dos casos anteriores, habrá entonces un litisconsorcio voluntario mixto.
b. El litisconsorcio necesario es cuando la naturaleza de las relaciones jurídicas
afectan a más de dos personas y se forma por la naturaleza jurídica de lo debatido.
Ejemplo de éstos son los litisconsorcios necesarios que se forman en los juicios de
expropiación, comunidad, masa de acreedores, coherederos, etc.

3) Según el momento en que se produce:


a. El litisconsorcio inicial: es aquel que se da desde el inicio del proceso.
b. El litisconsorcio sobrevenido: es el que se da posterior al inicio del proceso.
Ejemplo: cuando se ha iniciado una acción en contra de una persona y ésta muere
durante el proceso, una vez que se incorporan al proceso sus coherederos se
formará un litisconsorcio sobrevenido, ya que el acontecimiento de la muerte de la
parte es la que lo ocasiona.
c. Cuando se quebranta el litisconsorcio necesario la doctrina patria lo ha denominado
como: falta de cualidad, tal figura la encontramos explicada en la sentencia de la
Sala Político Administrativa N° 146 del 13 de febrero de 2008

PRINCIPIO DE DUALIDAD Y PRINCIPIO DE CONTRADICCION DE LAS

PARTES

 El principio de dualidad de partes: implica que, como regla general, en todos los
procesos, las partes ocupan siempre una de estas posiciones o roles: demandante o
demandado. Como se verá, puede haber más de dos partes en el proceso, pero en
principio cada una de ellas debe situarse en una de estas posiciones (es decir,
puede haber varios demandantes y/o varios demandados). En ocasiones, la
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posición de las partes puede cambiar a lo largo del proceso. Por ejemplo, alguien
puede ser llamado a un proceso como demandado para darle la oportunidad de
defender sus intereses y esta parte puede decidir asumir las pretensiones del
demandante y defenderlas frente a otros demandados. También es posible que los
papeles se inviertan, como se verá, a través de la reconvención, que implica que el
demandado reclama a su vez una determinada pretensión al demandante.
 El principio de contradicción o audiencia: supone que las partes tienen que tener
la posibilidad de defenderse de las pretensiones, argumentos y pruebas
presentados por la parte contraria. Desde luego, no puede condenarse a una
persona a la satisfacción de una determinada pretensión si no se la ha citado
adecuadamente a juicio como parte demandada. Cuestión distinta es que esta
parte no se persone o comparezca, es decir, no se presente formalmente en el
proceso, en cuyo caso podría ser condenada en rebeldía (la rebeldía no se utiliza
aquí en su significado habitual, sino que significa simplemente que alguien
correctamente citado no ha comparecido en el proceso). Por otra parte, una vez
que ambas partes han comparecido, el principio de audiencia implica que deben
ser “oídos”, es decir, deben tener la oportunidad de defenderse en todo momento
de los argumentos o pruebas presentados por la contraparte. De lo contrario, nos
encontraríamos ante un supuesto de indefensión, contrario al derecho a la tutela
judicial efectiva.

LA CAPACIDAD PARA SER PARTE EN EL PROCESO CIVIL

Para responder a la pregunta de ¿quién puede ser parte en un proceso? Es preciso


aproximarse a los conceptos de capacidad y legitimación. La capacidad sería la aptitud
abstracta para ser parte en cualesquiera procesos judiciales (por ejemplo, en términos
estrictos, una persona fallecida no puede ser parte, aunque sí sus herederos vivos); en
cambio, la legitimación es la aptitud para ser parte en un proceso concreto y determinado
(por ejemplo, una persona no puede comparecer en un proceso para pedir unas cantidades
que se adeudan a su hermano, aunque tenga capacidad para ser parte).
En lo que refiere a la capacidad, el Derecho Civil distingue entre la capacidad jurídica
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y la capacidad de obrar. La capacidad jurídica es la aptitud para ser sujeto de derechos y


obligaciones (que corresponde a las “personas” físicas o jurídicas); en cambio, la capacidad
de obrar es la facultad de ejercer estos derechos y obligaciones sin el auxilio de un tercero.
Así, por ejemplo, un niño de 6 años tiene capacidad para ser el único propietario de una
finca, pero no tiene capacidad para alquilarla o venderla sin la intervención de sus padres o
tutores.
Esta distinción se proyecta también sobre el Derecho Procesal. La capacidad jurídica
procesal es la capacidad para ser parte en un proceso. En principio, la capacidad jurídica
coincide con la capacidad para ser parte: toda entidad capaz de ser sujeto de derechos y
obligaciones puede a su vez reclamarlos en un pleito judicial, o defenderse de la
reclamación de otra persona.
En cambio, la capacidad de obrar procesal es la facultad de tomar decisiones en el
proceso y asumir la responsabilidad derivada de estas decisiones; así, por ejemplo, el niño
de 6 años dueño de una finca al que nos referíamos en el párrafo anterior podría ser el
titular a título individual de una explotación agraria y podría ser demandado en un proceso,
pero su voluntad debería manifestarse a través de sus padres o tutores.
Así pues, la capacidad procesal se refiere a la facultad de comparecer en juicio por sí
mismo o por medio de apoderado o representante legal (Art. 136 CPC). La capacidad
procesal es un conjunto complejo que se deriva de los requisitos o condiciones establecidas
por la ley para que una persona física o jurídica pueda participar en un proceso como
demandante, demandado o tercero.
Capacidad de postulación: facultad que tiene el abogado en ejercicio para poder
asistir en juicio a otra persona. (Arts. 136 y 137 CPC).
Capacidad Sobrevenida: La capacidad sobrevenida la regula la Ley Procesal en el
artículo 142 del Código de Procedimiento Civil, al expresar que los actos realizados por el
incapaz antes de adquirir la capacidad durante el proceso, son válidos y el mismo
continuará su curso con la misma persona, a menos que el incapaz tenga que hacer algunas
reclamaciones a su representante anterior.

Artículo 142. Si durante el transcurso del juicio se hiciere capaz una parte que
no lo era, el procedimiento se seguirá con ella misma, pero los actos realizados
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antes de la comparecencia de la parte serán válidos, sin perjuicios de las


reclamaciones que ésta pudiere tener contra su representante anterior.

En tal sentido, todos los actos realizados antes de la adquisición de la capacidad son
válidos sin perjuicio de que el su legítimo titular pueda reclamarle a su representante
Curador Judicial: Esta figura es una previsión que trae el código de procedimiento
civil para el caso de falta de la persona a la cual corresponde la representación, o cuando
ésta tenga interés opuesto al que deba hacer valer en el proceso, y existan motivos de
urgencia, en este caso el juez puede nombrar al incapaz un curador especial. Tal figura la
encontramos en el artículo 143 del C.P.C
Cualidad procesal: La legitimación en general, es la titularidad de un derecho
subjetivo, pero considerada concretamente en el ámbito procesal toma el nombre de
cualidad, que “se distingue de la capacidad, toda vez que en la primera se discute la
titularidad”, en tanto que en “la segunda se discute la aptitud para demandar o para
defenderse”.
La cualidad puede ser:
1. Cualidad Activa: viene a ser la prueba de la designación subjetiva por parte del
actor para ejercer la pretensión.
2. Cualidad Pasiva: es la prueba de la designación subjetiva por parte del
demandado para sostener el proceso o la obligación o carga que le señala el
demandante.
Ejemplo: Cuando una persona demanda la reivindicación de un inmueble y alega que
es propietario del mismo, en virtud de haberlo adquirido por documento público
debidamente registrado, él deberá probar que es propietario de ese inmueble mediante título
pertinente que acredite su propiedad, es decir, la designación subjetiva de la titularidad del
derecho. Asimismo, y tomando el ejemplo citado, para que el demandado pueda discutir el
derecho de propiedad que invoca el actor, deberá probar su condición de poseerlo, y por
ende si demanda a un poseedor él dirá que no tiene la cualidad para discutir ese derecho,
por cuanto él no es poseedor.
La legitimidad ad causam activa se refiere a la cualidad del demandante y la
legitimidad ad causam pasiva se refiere a la cualidad del demandado. Tanto el actor como
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el demandado deben tener interés en el proceso (Art. 16 CPC). La cualidad y el interés son
cosas diferentes, ya que el interés es apreciable desde el punto de vista económico o
jurídico.

CONDICIONES PARA SER PARTE EN EL PROCESO. FUNDAMENTACION

LEGAL

 Debe tener capacidad de obrar


 El titular del derecho que se pretende alegar.
Ahora bien, la regla general es que toda persona puede intervenir como parte en el
proceso, salvo los incapaces por razones de edad o de enfermedad.
Según el Artículo 136 del Código de Procedimiento Civil, se establece que: “Son
capaces para obrar en juicio, las personas que tengan el libre ejercicio de sus derechos, las
cuales pueden gestionar por sí mismas o por medio de apoderados, salvo las limitaciones
establecidas en la ley”.
Asimismo, se ha establecido en el Código de Procedimiento Civil, que si una de las
partes no tiene el libre ejercicio de los derechos, según lo preceptúa el artículo 137: “Las
personas que no tengan el libre ejercicio de sus derechos, deberán ser representadas o
asistidas en juicio, según las leyes que regulen su estado o capacidad”.
Es decir, que la condición para ser parte en el proceso viene dada en primer lugar por
la capacidad. Son capaces para obrar enjuicio las personas que tengan el libre ejercicio de
sus derechos, los cuales pueden gestionar, directamente asistidas de abogado. Según lo
previsto en el Art. 4 de la Ley de Abogados, o a través de apoderados.
Según el autor Puppio (2006, p. 266) deben contar con un interés sustancial que debe
existir entre las partes del proceso. El juicio debe plantearse entre sujetos que tengan un
interés jurídico; entre personas que se consideren titulares (aunque no lo sean o ello quede
desvirtuado) activos y pasivos de la relación sustantiva.
Por su parte, Rengel (2003, p. 27) indica que la legitimación es la cualidad necesaria
de las partes. El proceso no debe instaurarse indiferentemente entre cualesquiera sujetos,
sino precisamente entre aquellos que se encuentran frente a la relación material o interés
jurídico controvertido en la posición subjetiva de legítimos contradictor, por afirmarse
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titulares activos y pasivos de dicha relación.


Asimismo, la regla general en esta materia puede formularse así: La persona que se
afirma titular de un interés jurídico propio, tiene legitimación para hacerlo valer en juicio
(legitimación activa), y la persona contra quien se afirma la existencia de ese interés, en
nombre propio, tiene a su vez legitimación para sostener el juicio (legitimación pasiva).
Finalmente, la fundamentación legal de las partes en el proceso civil viene dado por
el régimen jurídico aplicable en el Código de Procedimiento Civil, en su Título III
denominado de las Partes y de los Apoderados en el Capítulo I De las Partes, desde los
artículos 136 al 174, desarrolla las bases legales que sirven de fundamentación a los
derechos e incluso deberes de las partes.

LOS SUJETOS PROCESALES

Según Rengel Romberg, son: El órgano jurisdiccional (Juez) y las partes (actor y
demandado). Pero podemos encontrar más personas del lado del actor o del lado del
demandado (litisconsorcio activo o pasivo), o de ambos lados (litisconsorcio mixto). Otras
veces un interesado puede intervenir en una relación procesal ya existente originalmente
entre dos sujetos y pedir por su cuenta, en favor propio, la actuación de la ley (intervención
voluntaria, tercería); o puede ser llamado el tercero por una de las partes para que
intervenga en la relación (intervención forzada, cita de saneamiento o garantía), etc.

LAS PARTES PROCESALES

Son partes procesales según el autor Rengel Romberg, “las personas naturales o
jurídicas que aparecen identificadas como tales en la pretensión procesal contenida en la
demanda –rectius: pretensión– (art. 136 del Código de Procedimiento Civil venezolano),
independientemente de que sean representadas legalmente o voluntariamente –parte
originaria– (arts. 137, 138, 139 y 143 eiusdem), o intervengan en el proceso para
convertirse en parte –sucesiva– (arts. 370 y ss. iusdem); e independientemente que sean
repre sentadas por abogado –en los ordenamientos, como el venezolano, donde es
imperativo que los abogados ejerzan poderes de representación en juicio o, en su defecto,
asistencia apud acta–, quedando excluidos del concepto de parte sujetos necesarios como
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jueces o árbitros, y personas que intervienen eventualmente en el proceso sin ningún


interés, como testigos, expertos, depositarios, intérpretes y traductor, etc., y asimismo los
representantes judiciales que hacen valer en juicio derechos e intereses ajenos

LA ACCIÓN

El conocido procesalista venezolano Rengel Romberg ( Rengel, 1994: Tomo I, 162),


define el vocablo acción de la siguiente manera: “Poder jurídico concedido a todo
ciudadano, para solicitar del juez, la composición de la litis, mediante la actuación de la
pretensión que hace valer el demandante contra el demandado”
Eduardo Couture, ha precisado tres distinciones del término a saber, que tienen
acepciones distintas:

1. La acción como sinónimo de derecho. Es el mismo significado que la actio


romana y el sentido que se le da cuando se dice, «el actor no tiene acción»
es decir, no tiene derecho. La acción en esta acepción se confunde con el
derecho material reclamado ante el órgano jurisdiccional.

2. Como sinónimo de pretensión. Este es el sentido más utilizado del término,


y así mismo lo han expresado diversos autores y leyes, siendo un error
teórico procesal su utilización indistintamente como sinónimo de
pretensión. Se utiliza para decir «La acción es fundada o infundada» para
expresar la afirmación de tener un derecho valido, y en nombre de ese
derecho promover la demanda correspondiente.

3. La acción como sinónimo de «Facultad de provocar la actividad


jurisdiccional». Este se utiliza para expresar el poder jurídico que tienen las
personas como tales, en virtud del cual pueden acudir ante los tribunales
para demandar la protección de su pretensión. De manera que, según este
sentido, se entiende por acción, no el derecho material del actor, es
decir, el derecho reclamado en su demanda ante un juez, ni su
pretensión como voluntad manifestada de obtener una sentencia
favorable en el proceso e imponerla al demandado, sino su poder
jurídico que acudir ante los órganos jurisdiccionales, tenga o no un
derecho material valido o una pretensión fundada o infundada. Esta
acepción del término acción es la más acertada dentro de la teoría del
derecho procesal. (pag 78).

Caracteres Generales de la Acción


Según la teoría de la acción como derecho autónomo, es decir, como pretensión de la
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tutela jurídica se destaca lo siguiente:


1. La acción es un derecho subjetivo distinto al derecho material que ha de ventilarse en el
proceso.
2. La acción existe con anterioridad al proceso, ya que nace cuando aparece la necesidad
de protección.
3. La acción no protege el interés en litigio, sino que el litigio tenga una justa
composición. por eso la acción es un derecho público, en cambio el derecho material
que causa el litigio es un derecho privado.
4. La acción es un derecho subjetivo procesal porque impone al juez la obligación de
proveer independientemente del derecho material invocado. El sujeto pasivo de la
acción es el juez.
5. La acción es un derecho cívico, encuadrado dentro de los derechos subjetivos públicos.
6. Su naturaleza es de carácter público, pues la tutela judicial efectiva es parte de las
garantías procesales establecidas en la modernidad en muchas constituciones y leyes
fundamentales.
7. Su fin último es encontrar fin de la controversia mediante sentencia del órgano
jurisdiccional.
8. Se tiene frente al estado para que la otorgue, y frente al particular obligado, para que la
soporte y se someta a su tutela.
9. Es necesaria la presencia del órgano del estado investido de jurisdicción para ejercer la
acción, es decir, un órgano del Estado con las atribuciones legales para administrar
justicia en nombre de la república y por autoridad de la ley.
10. Ese órgano debe ser el objetivamente competente en la causa en particular, y
subjetivamente capaz de juzgarla.
11. Es necesario que las partes involucradas tengan capacidad procesal para ser sometidos
a la tutela judicial.

LA DEMANDA

La demanda es el acto iniciador del proceso ordinario, según lo determina el Art. 332
CPC. De acuerdo con la norma legal citada, debe entenderse que ningún acto que no sea la
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demanda debe ser considerado como principio del procedimiento por más que puedan
efectuarse actos anteriores en preparación de la demanda.
La demanda es el paso primigenio del proceso, común a todas las formas de éste,
contenido en un libelo, que no es otra cosa que el “escrito mediante el cual se propone la
demanda”.
Según el Código de Procedimiento Civil venezolano, para la introducción de la
demanda solo basta hacer el escrito y que este cumpla con los requisitos y formalidades de
ley, en el caso de que se suscite una nueva reclamación luego de un juicio o después de
dictada la sentencia, esta se hace por apelación y se va ante el Tribunal Superior al que
dirimió el caso, la demanda a introducir debe constar en sus partes con los requisitos que se
establecen para el procedimiento ordinario.

Oportunidad y Modo
El libelo contentivo de la demanda deberá ser presentado en forma escrita, de
conformidad a lo preceptuado en el Art. 339 CPC: «El procedimiento ordinario comenzará
por demanda, que se propondrá por escrito en cualquier día y hora, ante el Secretario del
Tribunal o ante el Juez».
Las disposiciones de los Arts. 342, 344 y 345 establecen que el Secretario debe
compulsar tantas copias cuantos demandados aparezcan en él, certificando su exactitud y en
seguida se extenderá orden de comparecencia para la litis contestación, orden que
autorizará el Juez. La copia o copias del libelo de demanda se entregarán al alguacil,
encargado de realizar la citación, debiendo el secretario poner constancia en expediente de
que se libraron las compulsas, acorde a lo señalado para la comparecencia. El
emplazamiento se hará para el vigésimo día, después que se haya citado al demandado o al
último si fueren varios.

Requisitos
En este contexto, la demanda lleva unos requisitos establecidos en el artículo 340
CPC, según el cual el libelo deberá expresar:
 1º La indicación del Tribunal ante el cual se propone la demanda.
Este numeral establece que debemos referirnos; en la parte de arriba de la hoja, con
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exactitud al tribunal competente para nuestro caso. No todos los tribunales son aptos para
conocer todos los ámbitos de las exigencias de litigios en Derecho. Debes saber cuál es el
que le compete a tu caso, según algunas características del mismo; explicado anteriormente.
 2º El nombre, apellido y domicilio del demandante y del demandado y el carácter
que tiene.
Aquí nos pide que se identifiquen las partes del litigio en el proceso civil en la
demanda. Con Nombres, apellidos, cédulas, dirección y su naturaleza. Esto garantiza el
derecho a la defensa art. 49 CRBV.
 3º Si el demandante o el demandado fuere una persona jurídica, la demanda
deberá contener la denominación o razón social y los datos relativos a su creación
o registro.
Si el demandado/s son personas jurídicas se debe colocar la razón social de la
constitución de su registro mercantil, a fin de precisar su condición. Razón social que se
encuentra en el Registro.
 4º El objeto de la pretensión, el cual deberá determinarse con precisión, indicando
su situación y linderos, si fuere inmueble; las marcas, colores o distintivos, si fuere
semoviente; los signos, señales y particularidades que puedan determinar su
identidad, si fuere mueble; y los datos, títulos y explicaciones necesarios si se
tratare de derechos u objetos incorporales.
Nos establece este numeral, que debemos exponer los hechos con los datos
específicos que hayan originado la demanda, el objeto mediato e inmediato. El demandante
debe relatar con su libre voluntad los daños que recibió, con la intención de condenar al
demandado a una prestación; satisfacer los derechos del demandante.
 5º La relación de los hechos y los fundamentos de derecho en que se base la
pretensión, con las pertinentes conclusiones.
Nos indica este numeral que la demanda debe contener unos requisitos de hecho y de
derecho, de lo contrario, carecería de eficacia. El hecho consiste por lo general, en un
incumpliendo de las obligaciones, que genera el detrimento, el perjuicio o el menoscabo
que una persona sufre a consecuencia de la acción u omisión de otra, y que afecta a sus
bienes, sus derechos o sus intereses. Estos hechos deben encajar en un precepto legal, bien
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explicado. Aquí es donde vamos a relacionar los hechos con el derecho.


 6º Los instrumentos en que se fundamente la pretensión, esto es, aquellos de los
cuales se derive inmediatamente el derecho deducido, los cuales deberán
producirse con el libelo.
Estos instrumentos se refieren a los documentos legales de todo lo relacionado a los
elementos que involucran la demanda, o sea, los documentos legales al que se refiere las
indicaciones del numeral 4° de este artículo, y demás que se puedan incorporar.
 7º Si se demandare la indemnización de daños y perjuicios, la especificación de
éstos y sus causas.
Si unos de los fines de la demanda son la reparación de daños y perjuicios, se
procederá a explicar legalmente cuales son y su valor se establecerá como lo dicta el
Artículo 249 CPC.
 8º El nombre y apellido del mandatario y la consignación del poder.
El mandatario en este caso, es el abogado y el representante del demandado, sí éste no
pudiese asistir por alguna razón.
 9° La sede o dirección del demandante a que se refiere el artículo 174.

Admisión de la demanda
La presentación de la demanda es un acto de voluntad de parte, que por ese mero
hecho va a tomar en la relación procesal la posición de actora. El auto de admisión está
previsto en el Art. 341 CPC, el auto de admisión cumple una función muy importante,
porque a través del mismo, el Juez ordena el procedimiento.
La admisión implica que el Juez dicte un auto que así lo ordene, señalando que la
admite «cuanto ha lugar en derecho». Esta expresión es una reserva que formula el
Tribunal, con lo cual el Tribunal lo que está diciendo es que le da un pase a la demanda,
pero no prejuzga acerca de su fundabilidad ni acerca de su admisibilidad. Todo queda a
reserva de los alegatos y pruebas que las partes lleven al proceso, y en base a lo cual el Juez
dictará sentencia definitiva. El auto de admisión es una providencia ordenada por el Juez,
mediante la cual acepta o rechaza la demanda (art. 341 CPC).
19

Supuestos de inadmisibilidad
La demanda será considerada inadmisible en los siguientes supuestos (art. 341 CPC):
1. que sea contraria al orden público;
2. que sea contraria a las buenas costumbres;
3. por ser contraria a disposición expresa de la ley.

Reforma de la demanda (art. 343 CPC)


Para establecer la noción de reforma de la demanda y entender en que consiste
realmente este derecho es necesario distinguir entre: reforma de demanda, cambio de
demanda y transformación de demanda.
Cambio de la demanda: sustituir una demanda por otra, lo cual, acorde a nuestro
Código de Procedimiento Civil supone 2 actos: 1º retiro de la demanda que está ya
cursando en el juicio y 2º presentación de una nueva demanda que sustituya la retirada. este
cambio es una consecuencia que se le reconoce al actor de pedir su libelo de demanda, sin
el consentimiento del demandado, antes del acto de la contestación.
Transformación de la demanda: alude desde el punto de vista procesal a una
prohibición en el sentido de que una vez contestada la demanda por el demandado, no
pueden, ni el actor, ni el demandado alterar los términos y límites del litigio, establecidos
ya por la demanda, por un lado, y la contestación por el otro.
Reforma de la demanda: es un hecho, que consiste en una modificación de los
elementos concretos del libelo de la demanda. de hecho, el demandante puede incurrir en
errores y omisiones en el libelo de demanda, aun en errores de apreciación y la ley le da el
derecho de que rectifique. La oportunidad que tiene el demandante para reformar es antes
del acto de contestación de la demanda; pero en ese caso se le concederán al demandado;
pero en ese caso se le concederán al demandado otros veinte días para que la prepare y la
dé. Respecto de la reforma de la demanda se presentan dos supuestos:
 Que se reforme el libelo sin estar presente el demandado, en ese caso se habrá de
citar de nuevo al demandado.
 Que se reforme el libelo en presencia del demandado, en cuyo caso se considera que
está enterado y comienzan a correr de inmediato los veinte días para la contestación
de la demanda.
20

LA PRETENSIÓN

La pretensión es la afirmación de un sujeto de derecho de merecer la tutela jurídica y


de la aspiración de que se haga efectiva.
Eduardo Couture claramente afirma que la pretensión no es la acción, y considera
que: «la acción es el poder jurídico de hacer valer la pretensión». Por tanto, podemos decir
que la pretensión es una manifestación de voluntad, subjetiva e individualizada que se hace
valer con la acción, pues por sí sola no puede manifestarse y ningún juez u órgano atribuido
de jurisdicción puede satisfacer una pretensión que no ha sido manifestada a través de la
acción. La pretensión necesita de la acción para hacerse valer y a su vez toda acción lleva
inmanente una pretensión de obtener favorable dictamen; son figuras jurídicas emparejadas.
En este mismo orden lógico de ideas Carnelutti la define como «La exigencia de la
subordinación de un interés de otro a un interés propio». Este interés propio se muestra o se
revela a si mismo alegando la supuesta existencia de un derecho subjetivo material propio,
porque se considera que ha sido enervado. Ahora bien, la existencia o no de ese derecho
subjetivo material la determinara el juez en la sentencia.
De allí que la pretensión puede ser planteada por quien tenga derecho o por quien no
lo tenga, en el primer caso será fundada y en el segundo caso, será una pretensión
infundada.
En el derecho procesal y en los códigos podremos encontrar siempre la acumulación
de pretensiones que no se excluyan entre sí, pero nunca la acumulación de acciones, pues la
acción es una sola y una vez hecha la petición al juez correspondiente ha sido puesta en
ejercicio y emitida la sentencia favorable o desfavorable ha quedado agotada, en cambio la
pretensión queda satisfecha con la obtención de una decisión favorable para el accionante,
pues esta es subjetiva, forma parte del interés propio del accionante, un interés que va más
allá de obtener respuesta del órgano jurisdiccional, se extiende hasta la obtención de sus
deseos, de la voluntad que dio inicio a proponer la acción en primer lugar.
Aun puede encontrarse en la doctrina la utilización del término acción y pretensión
indistintamente, al igual que acción y demanda, siendo como hemos visto que cada termino
alude a una figura legal distinta, y es deber de los profesionales del derecho insistir en el
correcto uso de las acepciones y la terminología legal correspondiente.
21

ANALISIS JURISPRUDENCIAL DEL CONTENIDO

I.- Sentencia de la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia en


sentencia No. 132 dictada en fecha 16 de marzo del 2022, en el expediente Exp. AA20-
C-2019-000524, bajo la ponencia del Magistrado Yván Darío Bastardo Flores, señaló
lo siguiente:

…“Del criterio antes transcrito se observa, que la falta de capacidad de


postulación, conlleva en estos casos, a una falta de representación, que ocasiona
ineludiblemente la inadmisión de la demanda interpuesta, de conformidad con
lo que ordena el artículo 341 del Código de Procedimiento Civil, porque es
contraria a los artículos 166 del Código de Procedimiento Civil y 4 de la Ley de
Abogados, por cuanto para el ejercicio de un acción dentro de un proceso, se
requiere la cualidad de abogado en ejercicio…

…SENTENCIA DE MÉRITO

…En este orden de ideas, acreditada como está en autos la inexistencia del
escrito libelar presentado por el ciudadano Marcos Tulio Sánchez, por no ser
abogado y no poder ejercer la representación para ejercitar la acción de nulidad
de contrato, siendo materia de inminente orden público, de conformidad con lo
que ordena el artículo 341 del Código de Procedimiento Civil, porque es
contraria a los artículos 106, 107, 166 y 187 del Código de Procedimiento Civil
y artículo 4 de la Ley de Abogados, resulta imperativo para esta Sala declarar
inadmisible la demanda, y en consecuencia, nulas todas las actuaciones del
presente juicio, incluyendo la sentencia dictada por el Juzgado Segundo de
Primera Instancia en lo Civil, Mercantil Agrario, Bancario y del Tránsito del
Segundo Circuito de la Circunscripción Judicial del estado Bolívar, en fecha 29
de febrero de 2016. Así se decide.”…(Destacado de la Sala).

De las citadas jurisprudencias se infiere que es ineficaz la actuación en procesos


judiciales de apoderados no abogados, y esa incapacidad no puede ser
subsanada aún con la asistencia de un profesional del derecho. En este sentido
cabe resaltar, que cuando una persona que no es abogado ejerce actuaciones
judiciales en nombre de otro u otros, incurre en una manifiesta falta de
representación porque carece de esa especial capacidad de postulación que sí
detenta todo abogado en el ejercicio libre de la profesión.-

En el caso bajo examen, se tiene que la ciudadana Gisela Coromoto


Domínguez Peraza, representando en este acto al ciudadano Luis Da Silva
Gouveia, en su cualidad de accionista y representante legal de la empresa la
Sociedad Mercantil Panadería Pastelería y Charcutería San Benito C.A, por
poder que le fuere otorgado por este último. Ahora bien, no se evidencia de las
actas procesales que la referida ciudadana sea abogada, y en este sentido, es
22

forzoso indicar que mal se podría tenerse como válida la representación que
pretende ostentar, aun estando asistida de abogado, lo que no es suficiente para
actuar en juicio, generando con ello que se declare inadmisible la acción, y así
se decide.-

Análisis
Se desprende de la sentencia revisada, la falta de capacidad de postulación y por ende
la cualidad para representar en juicio. En virtud a la estrecha vinculación que existe entre la
cualidad o legitimación a la causa y los derechos constitucionales a la acción, defensa y
jurisdicción, la Sala Constitucional ha sostenido que la falta de este presupuesto procesal se
constituye un vicio que conculca al orden público y, por tanto, debe ser atendido por los
juzgadores.
Así, por tratarse la capacidad de postulación de una formalidad esencial para la
consecución de la justicia, por estar estrechamente vinculada a los derechos
constitucionales de acción, a la tutela judicial efectiva y defensa, el TSJ ha sido constante y
uniforme al sostener que la aplicación retroactiva de criterios jurisprudenciales que ello
contraría a los principios jurídicos fundamentales de confianza legítima, expectativa
plausible y seguridad jurídica, al tiempo que implica una clara infracción de los derechos
constitucionales a la igualdad, tutela judicial eficaz, defensa y debido proceso, establecidos
en los artículos 21, 26, 49 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela.
En razón de que la capacidad procesal se refiere al libre ejercicio de esos derechos en
un litigio; se refiere a la posibilidad de actuar en un juicio y realizar actos procesales
válidos
II.- Sentencia de la Sala de Casación Civil en ponencia Yris Peña. Exp. 2005-
000370 de fecha 10 de Noviembre de 2005. Caso de Autolavado Supersónico la
Castellana, estableció:

En la decisión recurrida, el sentenciador de Alzada señala a lo largo del texto de


la misma, lo siguiente:

“...De la inadmisibilidad de la presente demanda”.

La admisión de la demanda es una carga procesal del juez, quien a tenor de lo


previsto por (sic) el artículo 341 del Código de Procedimiento Civil, la debe
23

admitir si no es contrario (sic) al orden público, a las buenas costumbres o


alguna disposición expresa de la ley.

En los casos de demandas por prescripción adquisitiva, nuestro legislador


adjetivo civil, ha establecido en el artículo 691 los presupuestos procesales
específicos para la admisibilidad de la demanda de este tipo.

Prescribe el mencionado artículo 691 que:

“la demanda deberá proponerse contra todas aquellas personas que aparezcan
en la respectiva Oficina de Registro como propietarias o titulares de cualquier
derecho real sobre el inmueble. Con la demanda deberá presentarse una
certificación del Registrador en la cual conste el nombre, apellido y domicilio
de todas las personas y copia certificada del título respectivo.” (Subrayado de
esta alzada)

Resulta importante destacar que con respecto a la exigencia de la norma


adjetiva civil contenida en el artículo 691, estrechamente relacionada con los
requisitos exigidos legalmente para la interposición de una demanda por
prescripción adquisitiva; el ad quem señaló:

“…El cumplimiento de estos presupuestos de admisibilidad de la acción pueden


ser revisados por el juez, en cualquiera de las tres oportunidades que el
legislador adjetivo civil le confiere, sin que su incumplimiento pueda ser
soslayado por la conducta omisiva o desaprensiva al momento de proveer sobre
la demanda que le fuere interpuesta. Esa omisión no puede entenderse nunca
como una subsanación de la obligación de la parte actora de consignar los
recaudos legalmente exigidos, como tampoco lo subsana el hecho de la
publicación edictal, ya que la exposición de motivos del código sostiene que
esta exigencia de publicación edictal es para asegurar “aún más” el fin de la
exigencia de los recaudos que deben acompañarse al libelo.

(…Omissis…)

Quiere decir que a exigencia de este requisito no es una cuestión que importe
solo a las partes (actora y demandada en el libelo), por cuanto, es un requisito
que funge como garantista de los derechos a la Tutela (Sic) Judicial (Sic)
Efectiva (Sic) y al Derecho (sic) a la Defensa (Sic) del propietario del bien
inmueble sobre el cual se pretende la declaratoria de propiedad. Se pretende que
el juicio declarativo o no de la propiedad sobre un bien inmueble, sea declarado
en una sola oportunidad para todas las partes que pudieran tener un interés
legítimo sobre el controvertido bien inmueble, de manera que la cosa juzgada
del mismo no se haga nugatoria a los derechos de su propietario y los terceros
que pudieren convertirse en litisconsortes pasivos.

En el mismo contexto, se revisó otra Sentencia de la Sala de Casación mediante


24

sentencia N° 81, de fecha 25 de febrero de 2004, caso: Isabel Álamo Ibarra y otras
contra Inversiones Mariquita Pérez C.A., estableció sobre el instrumento fundamental lo
que sigue:

“…Para Jesús Eduardo Cabrera [El instrumento fundamental. Caracas, Revista


de Derecho Probatorio N° 2, Editorial Jurídica ALVA, S.R.L., 1993, p. 19-29],
los documentos fundamentales son aquellos en que se funda la pretensión y ésta
debe contener la invocación del derecho deducido, junto con la relación de los
hechos que conforman el supuesto de la norma aludida por el demandante.

Considera el mencionado autor que la frase del ordinal 6° ´aquellos de los


cuales se derive el derecho deducido` debe interpretarse, en el sentido de que se
trata de los instrumentos que prueban inmediatamente la existencia de los
hechos que se han afirmado como supuesto de la norma cuya aplicación se pide.

La Sala, al acoger el criterio doctrinario que antecede, considera que para


determinar si un documento encaja dentro del supuesto del ordinal 6°
artículo 340 citado, debe examinarse si está vinculado o conectado con la
relación de los hechos narrados en el escrito de la demanda, y en
consecuencia, debe producirse junto con el libelo.

En otras palabras, son documentos fundamentales de la pretensión


aquellos de los cuales emana el derecho que se invoca y cuya presentación
no ofrezca dificultad para que el demandado conozca los hechos en que el
actor funda su pretensión y la prueba de la que intenta valerse. Así, el que
pretenda reivindicar un inmueble deberá acompañar el título de propiedad
donde conste el dominio; quien exija el cumplimiento de un contrato
deberá presentar el instrumento del que resulte su celebración…”.
(Negrillas del texto, subrayado de la Sala).

Por las razones expuestas, el Tribunal Supremo de Justicia de la República


Bolivariana de Venezuela, en Sala de Casación Civil, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la ley, CASA DE OFICIO Y SIN
REENVÍO la sentencia dictada en fecha 6 de junio de 2017, por el Juzgado
Superior Accidental en lo Civil, Mercantil, del Tránsito,
Protección del Niño, Niñas y Adolescentes y Bancario
del Primer Circuito de la Circunscripción Judicial del estado Sucre. En
consecuencia, se declara INADMISIBLE la demanda por no haber sido
acompañado el instrumento fundamental de la demanda a su escrito libelar; en
consecuencia, se ANULAN todas las actuaciones procesales incluyendo el auto
de admisión de la demanda, dictado en fecha 23 de abril de 2014, por el
Juzgado Tercero de Primera Instancia Civil, Mercantil, Tránsito, Marítimo y
Bancario del Primer Circuito Judicial del estado Sucre, en Cumaná, así como
todas las actuaciones posteriores a dicho auto. Queda de esta manera CASADA
25

la sentencia impugnada.

Análisis
Se desprende de las sentencias revisadas, que la demanda así como lo exige el
artículo 340 CPC, donde el legislador engloba taxativamente los requisitos de forma que
debe contener ese escrito libelar, y al carecer de alguno, lo que viene a ser indispensable
para el soporte legal; en efecto, cuando el Juez entra en conocimiento de la misma, está
inexcusablemente obligado a examinarla, y si encuentra en ella la carencia u omisión de
alguno de los elementos exigidos, puede considerarla inadmisible.
26

CONCLUSIONES

Se debe indicar como primer punto de conclusiones, parte es aquél que en nombre
propio o en cuyo nombre se pretende la actuación de una norma legal y aquél respecto del
cual se formula esa pretensión. Tiene calidad de parte aquél que como actor o demandado
pide la intervención de los órganos jurisdiccionales para que se le proteja una situación
jurídica, siendo que las partes polarizan los intereses objeto de discusión y planteamiento en
un proceso.
La capacidad procesal se refiere al libre ejercicio de esos derechos en un litigio; se
refiere a la posibilidad de actuar en un juicio. Es la medida de la aptitud para comparecer en
juicio. para realizar actos procesales válidos. Y son capaces para obrar enjuicio las personas
que tengan el libre ejercicio de sus derechos, los cuales pueden gestionar, directamente
asistidas de abogado. Según lo previsto en el Art. 4 de la Ley de Abogados, o a través de
apoderados.
Por tanto, la capacidad procesal constituye un presupuesto necesario para que el
proceso tenga existencia jurídica y validez formal, y su falta concreta se hace valer
mediante la alegación de la cuestión previa de ilegitimidad de la persona del actor, por
carecer de las cualidades necesarias para comparecer en juicio
El litisconsorcio es la unidad de varios sujetos procesales por una misma pretensión
dentro de la figura bien sea de parte actora, o de parte demandado siempre y cuando exista
entre ellas ese punto de conexión, es decir, una misma pretensión en común, el objeto
litigioso el cual es la razón jurídica que los sitúa en el mismo proceso
La responsabilidad que le atañe a cada una de las partes en el proceso, constituye las
cualidades y la capacidad que tienen cada una de ellas, de confrontar el litigio en todas sus
fases, y con carácter de responsables en los daños y/o perjuicios que puedan ocasionar a la
parte contraria.
Las partes por su indudable valor, se acogen en el derecho positivo, cuando parte de
una premisa elemental donde la parte por su cualidad, con abstracción de toda referencia al
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derecho substancial, por el sólo hecho, de que su naturaleza es exclusivamente procesal.


Las circunstancias podrán tener efecto sobre el contenido de la providencia, basta ella para
hacer que surja la relación procesal cuyos sujetos son precisamente las partes; que son el
sujeto activo y el sujeto pasivo de la demanda judicial, como relación procesal que no
deben confundirse con los sujetos de la relación sustancial controvertida.
La demanda es el inicio de un acto procesal destinado a una resolución de un
conflicto y a un veredicto por parte del Estado. Se introduce por escrito ante un tribunal u
órgano competente como una petición formulada, de acuerdo al artículo 339 y 340 del
Código del procedimiento civil venezolano
La jurisprudencia ha establecido que «la demanda es el acto introductivo de la causa,
y sin demanda no hay procedimiento. Pero el dar comienzo al procedimiento no da inicio al
mismo tiempo a la relación procesal que vincula entre sí a los sujetos del proceso, pues esta
se constituye con la citación, y se va desarrollando con los sucesivos actos procesales de las
partes y del juez
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Calamandrei (1986). Instituciones del derecho procesal civil. Según el nuevo Código.
Volumen II. Buenos Aires, Argentina.

Calvo. E. (2011). Código de Procedimiento Civil de Venezuela. Comentado y concordado.


Editado por ediciones Libra. Caracas, Venezuela.

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Couture (1981). Fundamento del derecho procesal civil. 3° Edición. Editorial Depalma.
Buenos Aires, Argentina.

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I. Decima Cuarta Edición. Editorial ABC.

Fernández M., J. C. (2012). Temas de Derecho Constitucional. Especial referencia a la


Jurisprudencia de la Sala Constitucional concordado con la Ley Orgánica del
Tribunal Supremo de Justicia. 3ra. Ed. Mérida: ULA. Talleres Gráficos
Universitarios.

Gaceta Oficial de la República de Venezuela Nº 36.860 de fecha 30 de diciembre de 1999.


Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

García B., D. (2001). Derecho Procesal Constitucional. Bogotá, Colombia: Editorial Temis

Henríquez, R. (2010). Instituciones del derecho procesal. Centro de estudios jurídicos de


Venezuela. 2° Edición. CEJUV.

Marcano, L. (2007). El Estado y el derecho constitucional general y comparado. 4°


Edición. Aumentada y ajustada a la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela. Editorial Móvilibros. Caracas, Venezuela.

Rengel Romberg, A Tratado de Derecho Procesal Venezolano. Editorial Ex Libris, Caracas,


1991.
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Referencia Jurisprudencial

Sala de Casación mediante sentencia N° 81, de fecha 25 de febrero de 2004, caso: Isabel
Álamo Ibarra y otras contra Inversiones Mariquita Pérez C.A.

Sala de Casación Civil en ponencia Yris Peña. Exp. 2005-000370 de fecha 10 de


Noviembre de 2005. Caso de Autolavado Supersónico la Castellana.

Sentencia de la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia en sentencia No.
132 dictada en fecha 16 de marzo del 2022, en el expediente Exp. AA20-C-2019-
000524, bajo la ponencia del Magistrado Yván Darío Bastardo Flores.

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