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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN

1539/2016.
QUEJOSA: **********.

PONENTE:
MINISTRO ALBERTO PÉREZ DAYÁN.

SECRETARIA:
GUADALUPE DE LA PAZ VARELA DOMÍNGUEZ.

Vo. Bo.
Sr. Ministro.

Ciudad de México. Acuerdo de la Segunda Sala de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al

VISTOS, para resolver el amparo directo en revisión identificado


al rubro; y

RESULTANDO:

PRIMERO. Demanda de amparo. Mediante escrito presentado


el diecisiete de agosto de dos mil quince ante la Oficialía de Partes de
la Sala Regional de Chiapas del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y
Administrativa, **********, por conducto de su representante legal,
solicitó el amparo y protección de la Justicia Federal en contra de esa
Sala, por el acto consistente en la sentencia de nueve de junio de dos
mil quince, dictada en el expediente **********.

La quejosa señaló como derechos violados los contenidos en los


artículos 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 22 y 23 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos; expresó los conceptos de violación
que estimó pertinentes e identificó como tercero interesado al
Administrador Local de Auditoría Fiscal de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas,
del Servicio de Administración Tributaria.
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La demanda se turnó al Segundo Tribunal Colegiado del


Vigésimo Circuito, cuyo Presidente ordenó su registro con el número
**********; y, previo desahogo del requerimiento formulado a la
autoridad responsable, la admitió a trámite por acuerdo de ocho de
septiembre de dos mil quince.

SEGUNDO. Cambio de denominación del Tribunal Colegiado


y de número de expediente, así como dictado de la sentencia.
Conforme a lo dispuesto en el “Acuerdo General 43/2015 del Pleno del
Consejo de la Judicatura Federal, relativo a la especialización y
cambio de denominación de los Tribunales Colegiados del Vigésimo
Circuito con sede en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; a las reglas de turno,
sistema de recepción y distribución de asuntos entre los mencionados
Órganos Colegiados, así como al cambio de denominación de la
actual oficina de correspondencia común de los Tribunales Colegiados
referidos”, se dictaron proveídos de diecisiete y veinticuatro de
noviembre de dos mil quince, por los cuales se tuvo al expediente
********** como egresado de los libros de gobierno y SISE1 del
Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito, por lo que se le
asignó como nuevo número de orden secuencial el ********** del índice
del Primer Tribunal Colegiado en Materias Penal y Civil del Vigésimo
Circuito (nueva denominación).

Seguido el procedimiento, este último dictó sentencia en sesión


de fecha cinco de febrero de dos mil dieciséis, en la que determinó
negar el amparo.

TERCERO. Interposición y trámite del recurso de revisión.


Inconforme con esa sentencia, la parte quejosa interpuso recurso de
revisión mediante escritos presentados el dos y tres de marzo de dos

1
Sistema Integral de Seguimiento de Expedientes.
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mil dieciséis, en la Oficina de Correspondencia


Común de los Tribunales Colegiados en Materia
Penal y Civil del Vigésimo Circuito; y por acuerdo
de cuatro de marzo siguiente, el Presidente del Tribunal Colegiado
ordenó remitir los medios de impugnación a esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación.

Por acuerdo de veintinueve de marzo de dos mil dieciséis, el


Presidente de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación admitió el
recurso de revisión con el número de expediente 1539/2016.
Asimismo, determinó que se turnaran los autos al Ministro Alberto
Pérez Dayán para la formulación del proyecto de resolución
respectivo, y se enviaran a la Sala de su adscripción, a fin de que su
Presidente dictara el acuerdo de radicación correspondiente.

CUARTO. Radicación. Mediante proveído de veintisiete de abril


de dos mil dieciséis, el Presidente de la Segunda Sala ordenó que
ésta se avocara al conocimiento y resolución del asunto.

CONSIDERANDO:

PRIMERO. Competencia. Esta Segunda Sala de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación, es legalmente competente para
conocer y resolver el presente recurso de revisión, de conformidad con
lo dispuesto en los artículos 107, fracción IX, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos; 81, fracción II y 96, de la
Ley de Amparo; así como 10, fracción III, y 21, fracción III, inciso a), de
la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en relación con
los puntos primero y segundo, fracción III aplicado a contrario sensu,
del Acuerdo General 5/2013; así como primero, segundo y tercero del
Acuerdo General 9/2015, ya que se interpuso en contra de una
sentencia pronunciada por un Tribunal Colegiado de Circuito al
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resolver un juicio de amparo directo y no será necesario emitir un


criterio que amerite la intervención del Tribunal Pleno.

SEGUNDO. Antecedentes. Para estar en aptitud de examinar el


presente medio de impugnación, es importante conocer los
antecedentes del caso, los que se describen a continuación:

1. Mediante oficio 500-63-00-05-00-2009-6420 de cuatro de


noviembre de dos mil nueve, suscrito por el titular de la Administración
Local de Auditoría Fiscal de Tuxtla Gutiérrez, se notificó a **********, la
orden de visita domiciliaria número IAD7600003/09, la cual culminó
con el acta final de veintidós de octubre de dos mil diez.

2. Como consecuencia del acto arriba mencionado, la autoridad


dictó resolución contenida en el oficio número 500-63-00-02-03-2010-
009035, de diecisiete de diciembre de dos mil diez, en la que
determinó crédito fiscal a esa persona moral por concepto de impuesto
sobre la renta, impuesto al valor agregado, recargos y multas, por el
ejercicio fiscal del uno de enero al treinta y uno de diciembre de dos
mil seis, por la cantidad de $********** (**********); así como ordenó el
pago de reparto de utilidades por la suma de $********** (**********)2.

3. Esa resolución fue combatida mediante juicio contencioso


administrativo, del cual tocó conocer a la Sala Regional Chiapas-
Tabasco del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, quien
lo admitió por auto de dieciocho de abril de dos mil once, con el
número de expediente **********. Tramitado el proceso, dictó
sentencia el uno de agosto de dos mil doce, en la que declaró la
nulidad para efectos de la resolución impugnada, esto para que la
autoridad demandada emitiera otra en la que el reparto de utilidades

2
Fojas uno a ciento ochenta y siete; y doscientos once a trescientos veintitrés del expediente **********.
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se ajustara a lo dispuesto en el artículo 10 de la


Ley del Impuesto sobre la Renta3.

4. En cumplimiento a esa decisión la autoridad demandada


emitió los oficios números 500-63-00-02-03-2012-9362 y 500-63-00-
02-03-2013-178, de treinta de noviembre de dos mil doce y dieciséis
de enero de dos mil trece, respectivamente, en los cuales se
determinó crédito fiscal por la cantidad de $********** (**********), por
concepto de impuesto sobre la renta, actualización de pagos
provisionales, impuesto sobre la renta por dividendos o utilidades
distribuidos, monto actualizado de impuesto al valor agregado,
retenciones de ese impuesto, recargos y multas; y por reparto de
utilidades por un monto de $********** (**********), por el ejercicio fiscal
del uno de enero a treinta y uno de diciembre de dos mil seis4.

5. En contra de esos oficios la persona moral referida promovió


juicio contencioso administrativo por escrito presentado el veintisiete
de noviembre de dos mil trece, el cual fue turnado a la entonces Sala
Regional Chiapas-Tabasco del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y
Administrativa, quien por acuerdo de diecisiete de enero de dos mil
catorce, la admitió a trámite y la registró con el número **********;
posteriormente, la ahora Sala Regional de Chiapas dictó sentencia el
nueve de junio de dos mil quince, en la que reconoció la validez de las
resoluciones impugnadas5.

6. Inconforme con esa sentencia la actora promovió juicio de


amparo, el cual quedó descrito en los resultandos de esta ejecutoria.
La determinación adoptada por el a quo en ese proceso, se reproduce
a continuación, en las consideraciones que son materia de la revisión:

3
Fojas dos mil seiscientos ochenta a dos mil setecientos diez, ibídem.
4
Fojas doscientos cuarenta y cuatro a doscientos cuarenta y seis; y doscientos noventa y ocho a
cuatrocientos dieciséis del juicio contencioso administrativo **********.
5
Fojas novecientos sesenta y ocho a mil cuarenta y dos ibídem
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [6]

“(…).
SÉPTIMO. Constitucionalidad. Por razón de técnica jurídica, se
atenderá en principio el segundo concepto de violación, donde el
quejoso plantea la inconstitucionalidad del precepto 49 de la Ley
Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo, aplicado en
la sentencia definitiva reclamada.
En la especie, del juicio contencioso administrativo se aprecia que
el mencionado precepto fue aplicado, pues con base en él, entre
otros, la sala responsable procedió a dictar la sentencia definitiva,
tal y como se desprende de la siguiente transcripción:
(Se transcribe).
De lo que se sigue, que sí es dable analizar la constitucionalidad de
que se trata, toda vez que se controvierte la sentencia definitiva
emitida por la Sala Regional de Chiapas del Tribunal Federal de
Justicia Fiscal y Administrativa, en la que se aplicó el numeral
tildado de inconstitucional.
Por otra parte, es oportuno puntualizar que la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación sostuvo que para impugnar
una norma jurídica, en función del aspecto de su
constitucionalidad, se requiere de premisas esenciales mínimas a
satisfacer en la demanda de amparo directo, consistentes en:
a) El señalamiento de un artículo de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.
b) La invocación de la disposición legal secundaria que se designe
como reclamada; y,
c) Los conceptos de violación en los que se trate de demostrar,
jurídicamente, que la ley impugnada resulta contraria a la hipótesis
normativa del precepto constitucional, en cuanto al marco de su
contenido y alcance.
Lo anterior, en términos de la jurisprudencia 58/99, sustentada por
la indicada Sala, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo X, noviembre de
1999, página 150, registro digital 193008, de rubro y texto siguiente:
‘CONCEPTOS DE VIOLACIÓN EN DEMANDA DE AMPARO
DIRECTO. LA IMPUGNACIÓN DE CONSTITUCIONALIDAD DE
DISPOSICIONES LEGALES PRECISA DE REQUISITOS MÍNIMOS A
SATISFACER’. (Se transcribe).
Ahora, en sus motivos de inconformidad, el quejoso aduce:
1. Que la sentencia reclamada, es violatoria de los artículos 8, 12,
13 y 17 constitucionales, puesto que el precepto 49 de la Ley
Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo, converge en
una norma que aplica un trato desigual a los involucrados y que en
consecuencia atenta a la igualdad de los involucrados en el juicio
de nulidad **********, por las diferenciaciones que dicho contiene y
conllevan a la autoridad responsable a violentar la norma de
referencia, sin que haya castigo alguno dispuesto para ello.
2. Que la autoridad responsable señala en su sentencia a foja uno,
que procede a dictarla dentro de los lineamientos del artículo 49 de
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la Ley Federal de Procedimiento Contencioso


Administrativo, en el que se establecen los plazos y
formas a considerar en el dictado de una sentencia,
pero la autoridad responsable dejó de analizar y
atender el numeral, dictando una sentencia fuera de
los términos conferidos por ley, toda vez que el dispositivo legal
señala que debe realizarse dentro de los sesenta días siguientes a
aquél en que se dicte el acuerdo de cierre de instrucción en el
juicio y siendo que el cierre de instrucción fue el veintiuno de
agosto de dos mil catorce y la sentencia se dictó el nueve de junio
de dos mil quince, quedaba de manifiesto que la sala regional
incumplió con el ordenamiento legal, atentando así al derecho de
audiencia que implica la impartición de justicia efectiva en breve
término.
3. Que (sic) numeral 49 de la Ley Federal de Procedimiento
Contencioso Administrativo concentra los plazos y formas en que,
una sentencia debe ser dictada por la autoridad que deba decidir
sobre las pretensiones y litis planteadas; sin embargo, no menos
cierto era que contrario a ello, la autoridad responsable, dentro del
juicio de nulidad **********, no observó dichos elementos y que la
misma encuentra un oasis dentro del ordenamiento legal aludido,
pues éste, no señala castigo, sanción o consecuencia a su
incumplimiento y ésta, aplicando ello a su favor, deja de ver que el
resolver fuera de dicho término conmina violación de garantías
constitucionales de justicia pronta y efectiva y el debido acceso a
la misma, al emitir su sentencia diez meses después del cierre de
instrucción, generando así que los importes sujetos a revisión se
incrementen de forma descomunal, atentando así al patrimonio de
su representada, pero particularmente la violación que en el
presente se efectúa radica precisamente en la denuncia de
inconstitucionalidad de que está provisto este numeral, es (sic)
dicho ordenamiento legal, impone plazos a la autoridad que debe
resolver, para que dicte su sentencia respectiva, lo que permite
proteger los derechos y principios que irrogan las garantías de
acceso a la justicia pronta y expedita, así como su acceso efectivo,
como garante de la igualdad de los sujetos de derecho en nuestro
país. Sin embargo, no contiene en su interior, el ordenamiento que
particularmente genere y conmine a ésta para cumplir con dicha
medida, lo que permite que se esté en presencia de una norma
inoficiosa, que más allá de resultar una obligación reglada,
pareciera traducirse en una ‘posibilidad discrecional’ para la
autoridad, que a criterio puede o no cumplir con la misma; pues
aun cuando aquella dice ‘la sentencia se pronunciará, ...dentro de
los sesenta días siguientes...’ deja sin atención su cumplimiento y
le faculta, a decidir si desea o no cumplir con dicho plazo o hacerlo
cuando le resulte más benéfico a la misma. Situaciones que afirma
el quejoso vulnera su derecho a la justicia como ha sido indicado,
respecto de los artículos 8, 12, 13 y 17 constitucionales, toda vez
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que genera al tiempo un trato desigual de la norma para los sujetos


del derecho.
4. Que la Ley Federal de Procedimiento Contencioso
Administrativo, establece: a) Que los actores deberán presentar su
demanda dentro de los términos establecidos en la ley y que en
caso de incumplir, pierden su derecho, imposibilitando así el
conocimiento de la litis y las pretensiones formuladas ante las
salas respectivas. Ello trae consigo la obligación de hacer algo en
un tiempo particular, establecido en ley, con la consecuencia de
perder el derecho en caso de no cumplir ello en los términos
previstos (causa, efecto= consecuencia); b) Que una vez emplazada
a juicio la demandada, ésta deberá contestar la demanda en los
términos que para tales efectos el artículo 19, señalándose así, que
de no responder a ésta dentro del término se tendrá por perdido su
derecho y por contestado en sentido afirmativo lo pretendido por el
actor (causa, efecto= consecuencia); c). Que de existir una
ampliación de demanda, ésta deberá realizarse dentro de los
términos de ley y su contestación a ella de igual forma, conforme a
los ordenamientos 17 y 18 de la Ley Federal de Procedimiento
Contencioso Administrativo. (causa, efecto= consecuencia); d) Que
los alegatos deberán pronunciarse y presentarse dentro de los
plazos y condiciones que al respecto cita el artículo 47 de la ley en
comento y que si no son presentados, se tendrá por perdido el
derecho a ello y en su caso si se presentan fuera del término
conferido para tales efectos, no serán considerados al momento de
resolver. (causa, efecto= consecuencia); es decir, que las partes en
confronta deben ser atendidas en igualdad de circunstancias y que
en los casos en los que se señala que una acción debe ser
implementada dentro de un término o plazo determinado por la ley;
de no efectuarse ello, tendrá una consecuencia determinada, que lo
colocará en su situación particular (causa, efecto=consecuencia),
pero que no todos los involucrados en la litis y su solución cuentan
con los mismos derechos, ni las mismas garantías, puesto que la
diferencia de todo lo señalado con antelación, está el hecho de que
la sala regional, debiendo actuar dentro de los lineamientos que al
respecto al (sic) artículo 49, hace caso omiso, porque no se
establece consecuencia a su incumplimiento, pero deja de
observar que con su actuar se vulneran garantías fundamentales
de las partes, pues la inobservancia del precepto invocado por la
misma en su sentencia atenta el derecho a la justicia pronta (sic),
pronta y expedita, así como su acceso efectivo a la misma, lo que
no ocurre, cuando amén de no observar las pretensiones hechas
valer en la demanda desde un punto de vista integral y completo,
se produce ésta fuera de los plazos de ley, otorgados para su
emisión.
5. Que se está en presencia de un ordenamiento jurídico, que
genera afectación a los gobernados y partes en los juicios de esta
naturaleza, respecto de la garantía de igualdad generada por
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nuestra Constitución Política Federal, pues aun


cuando todas las normas atinentes a las partes
deben cumplirse en el procedimiento contencioso
administrativo, so pena de sufrir las afectaciones
descritas con antelación, no se encuentra previsto
en dicha ley, las consecuencias que la sala regional recibirá o
tendrá que aplicar, por el incumplimiento a dicha norma, de ahí que
estima que deviene fundado establecer que dicho ordenamiento es
inconstitucional, puesto que con el actuar de la autoridad y la
emisión tardía por diez meses que hace la responsable, respecto
de la sentencia, que dice emite en términos y cumplimiento del
artículo 49 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso
Administrativo, deja de manifiesto la violación a la garantía de
igualdad, respecto del derecho a la impartición de justicia pronta,
expedita, gratuita y efectiva, así como el acceso a la misma,
conminando así a que dicho pronunciamiento pueda a criterio de la
juzgadora postergarse por tiempo indefinido en el tiempo, cuando
la norma plasma plazos para su cumplimiento y de ninguna forma
pueden atenderse situaciones de índole constitucional (preferencia
de derechos, al ser garantías fundamentales) por acciones
administrativas de control, respecto de una dependencia.
6. Que antes de la aplicación que a criterio desarrolla la autoridad
responsable, en la emisión y dictado de su sentencia, está presente
el hecho de que el legislador y el espíritu que impulsó la norma
contenida en el artículo 49 de la Ley Federal de Procedimiento
Contencioso Administrativo, fue precisamente el conferir a los
gobernados, (actor y demandado) el derecho a la justicia pronta y
el acceso efectivo a la misma, lo que de ninguna forma ocurre
cuando la autoridad responsable, que debe actuar de conformidad
con las leyes en la materia deja de observar una norma (regla)
prevista en ley y actúa a discreción de la misma, conforme su
criterio le indica, irrogando así un perjuicio a las garantías del
gobernado, que no encuentra la impartición de justicia dentro de
los términos establecidos en ley y menos aún una norma que límite
el indebido proceder de la autoridad, porque a decir de la misma,
no existe sanción para no hacer ello o incluso, para dejar de actuar
en los plazos establecidos en el artículo, lo que constituye una
laguna en el derecho y al tiempo vulnerar las garantías de igualdad
señaladas con antelación, dejando así en desigualdad de
condiciones a las partes y sujetos del derecho, ante las
arbitrariedades de la autoridad responsable.
7. Que la autoridad responsable está obligada a cumplir en todo
momento, con las normas aplicables al procedimiento y que su
actuar contrario al mismo; por ende, ha realizado un daño superior
al impugnado (por el solo paso del tiempo y conforme al sentido de
su determinación, respecto de la actualización de cantidades a
cubrir), del incumplimiento en la norma y el plazo marcado en ella,
para el dictado de la sentencia y que a diferencia de lo señalado
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por ésta, no cumple lo previsto en el artículo 49 de la Ley Federal


de Procedimiento Contencioso Administrativo, se contrapone al
espíritu mismo de la norma y del legislador que impuso en ella para
salvaguarda de las garantías de igualdad, justicia y seguridad
jurídicas consagradas en nuestra constitución. Ello porque el
legislador consagró a rango de texto legal, el plazo para dictar la
sentencia derivada de los procedimientos contenciosos
administrativos en materia federal, dentro del dispositivo que
engloba el artículo 49 de la Ley Federal en cita, es de reconocerse
que es imprescindible que la autoridad emisora de la misma, la
realice dentro de los plazos y condiciones establecidos por el
legislador, sin que se admita que la competencia para dictar ésta,
pueda permitirle a aquella hacerlo cuando así lo considere, puesto
que ello deriva en franca violación a las normas constitucionales
que buscan proteger y salvaguardar las garantías fundamentales
de igualdad de los sujetos de derecho, obligatoriedad de la ley;
justicia pronta, expedita y completa, acceso efectivo a la misma y
seguridad jurídica, respecto de la fundamentación y motivación de
los actos de autoridad.
8. Que si la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
establece en el contenido del párrafo segundo del artículo 17, que:
‘Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por
tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y
términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera
pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando,
en consecuencia, prohibidas las costas judiciales’, esta situación
fue prevista por el legislador, a fin de cumplir con las garantías de
justicia, igualdad, legalidad y seguridad jurídica, puesto que las
sentencias, son un acto que importa el poder determinar la
procedencia o no, de una o diversas pretensiones formuladas por
el gobernado u otro diverso que estime contrario a derecho un
señalamiento hecho por su contrario y media así, en la prohibición
de justicia personal y directa, ante la injerencia de un ente dotado
de competencia para actuar en dictaminar un caso que genera
descontento entre las partes en disputa; por lo que las actuaciones
que lleva a cabo la autoridad que resuelve un asunto planteado
ante su competencia, deben realizarse con máximo cuidado
considerando que las autoridades del Estado deben en todo
momento, actuar conforme a la ley y los plazos en ella previstos y
determinados y no buscar una estrategia, para omitir su
cumplimiento literal, poniendo de manifiesto la violación al
derecho, a la norma, al espíritu de ésta, o a la voluntad misma del
legislador, ya que al tiempo de ocurrir ello, se vulneran las
garantías del gobernado.
En el caso, los motivos de inconformidad cumplen parcialmente
con las exigencias señaladas en los anotados incisos a), b) y c), lo
anterior porque el quejoso no contrapone en sus conceptos de
violación los numerales 8, 12 y 13 constitucionales contra el
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precepto tildado de inconstitucional, por ende,


solamente es procedente analizar la
constitucionalidad a partir del numeral 17 de la
carta magna, pues afirma que el dispositivo legal 49
de la Ley Federal de Procedimiento Contenciosos
Administrativo es contrario a éste, toda vez que conculca los
principios de igualdad al no preveer una sanción para la sala fiscal
por dictar la sentencia fuera del plazo establecido en dicho
numeral, además que afirma se violenta su derecho de impartición
de justicia pronta y expedita, así como los conceptos de violación
en los que se trata de demostrar, jurídicamente, que la norma
impugnada resulta contraria a la hipótesis normativa del precepto
constitucional.
Ahora bien, en principio es necesario establecer el alcance del
precepto 17 constitucional, el cual establece:
‘Artículo 17’. (Se transcribe).
En la interpretación literal del párrafo segundo antes transcrito, se
llega a las siguientes conclusiones:
a) En ese precepto se garantiza a los gobernados el disfrute de
diversos derechos relacionados con la administración de justicia.
b) Entre los diversos derechos fundamentales que se tutelan en
ese numeral se encuentra el relativo a tener un acceso efectivo a la
administración de justicia que desarrollan los tribunales; debiendo
precisarse que para su debido acatamiento no basta el que se
permita a los gobernados instar ante un órgano jurisdiccional, sino
que el acceso sea efectivo en la medida en que el justiciable, de
cumplir con los requisitos justificados constitucionalmente, pueda
obtener una resolución en la que, mediante la aplicación de la ley al
caso concreto, se resuelva si le asiste o no la razón sobre los
derechos cuya tutela jurisdiccional ha solicitado.
c) La impartición de la administración de justicia solicitada por los
gobernados y; por ende, el efectivo acceso a la justicia se debe
sujetar a los plazos y términos que fijen las leyes.
d) Los plazos y términos que se establezcan en las leyes es decir,
la regulación de los respectivos procedimientos jurisdiccionales,
deben garantizar a los gobernados un efectivo acceso a la justicia,
por lo que los requisitos o presupuestos que condicionan la
obtención de una resolución sobre el fondo de lo pedido deben
encontrarse justificados constitucionalmente, lo que sucede, entre
otros casos, cuando tienden a generar seguridad jurídica a los
gobernados que acudan como partes a la contienda, o cuando
permiten la emisión de resoluciones prontas y expeditas, siempre y
cuando no lleguen al extremo de hacer nugatorio el derecho cuya
tutela se pretende.
Ahora bien, para precisar el alcance del precepto constitucional en
comento resulta conveniente tomar en cuenta su texto original,
aprobado por el Constituyente de mil novecientos diecisiete, así
como los motivos que sustentaron la reforma realizada al mismo,
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mediante reforma de mil novecientos ochenta y siete, toda vez que


la reforma de dieciocho de junio de dos mil ocho, sólo fue para
adicionar medios alternativos de justicia penal, de manera que se
permita resolver el conflicto generado por la comisión de delitos
sin correr el riesgo de colapsar a las instituciones ante las
exigencias legales y administrativas que implica el modelo de juicio
propuesto; es decir, el segundo párrafo fue dejado intocado.
Tal y como se aprecia en el cuadro comparativo:
Reforma de diecisiete de marzo de mil Reforma de dieciséis de junio de dos mil
novecientos ochenta y siete ocho.
Art. 17.- Ninguna persona podrá hacerse Art. 17.- Ninguna persona podrá hacerse
justicia por sí misma, ni ejercer violencia justicia por sí misma, ni ejercer violencia
para reclamar su derecho. para reclamar su derecho.

Toda persona tiene derecho a que se le Toda persona tiene derecho a que se le
administre justicia por tribunales que administre justicia por tribunales que
estarán expeditos para impartirla en los estarán expeditos para impartirla en los
plazos y términos que fijen las leyes, plazos y términos que fijen las leyes,
emitiendo sus resoluciones de manera emitiendo sus resoluciones de manera
pronta, completa e imparcial. Su servicio pronta, completa e imparcial. Su servicio
será gratuito, quedando, en consecuencia, será gratuito, quedando, en consecuencia,
prohibidas las costas judiciales. prohibidas las costas judiciales.

Las leyes federales y locales establecerán


los medios necesarios para que se
garantice la independencia de los
tribunales y la plena ejecución de sus
resoluciones.

Nadie puede ser aprisionado por deudas


de carácter puramente civil.
El referido precepto aprobado por el Constituyente de mil
novecientos diecisiete, disponía originalmente:
‘Artículo 17’. (Se transcribe).
De la comparación literal del texto original con el vigente se
advierte que el Poder Revisor de la Constitución, mediante la
reforma de mil novecientos ochenta y siete, precisó el derecho
fundamental de los gobernados a tener un acceso efectivo a la
justicia, a la vez que acotó la potestad del legislador en tanto que
limitó la regulación respectiva a que la misma permitiera la emisión
pronta, completa e imparcial de las resoluciones jurisdiccionales.
Inclusive, para arribar a una conclusión sobre la finalidad que tuvo
el Poder Revisor de la Constitución al reformar el precepto en
comento a continuación se reproduce, en la parte conducente, la
exposición de motivos de la que derivó la respectiva reforma
constitucional.
(Se transcribe).
Es decir, el artículo 17 constitucional garantiza a favor de los
gobernados, el del acceso efectivo a la justicia, el que se concreta
en la posibilidad de ser parte dentro de un proceso y a promover la
actividad jurisdiccional que, una vez cumplidos los respectivos
requisitos procesales, permita obtener una decisión jurisdiccional
sobre las pretensiones deducidas.
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [13]

Ahora bien, el artículo 49 de la Ley Federal de


Procedimiento Contenciosos Administrativo,
establece:
‘Artículo 49’. (Se transcribe).
En lo que interesa, el precepto, regula el término
para el dictado de la sentencia, estableciendo el término de sesenta
días siguientes a aquel en que se dicte el acuerdo de cierre de
instrucción.
Asimismo, del análisis de la disposición referida se aprecia que el
legislador no estableció ninguna sanción para el caso de que el
acto se dicte fuera del plazo señalado; esto es, no contempla
expresamente sanción alguna para el caso de que la sala regional
no emita la resolución dentro del referido plazo de sesenta días.
Sin embargo, el hecho de que en el artículo 49 de la Ley Federal de
Procedimiento Contencioso Administrativo no se establezca
sanción alguna para el caso de que la autoridad aquí responsable
no emita la resolución dentro del referido plazo, no implica que sea
inconstitucional dicha porción normativa.
En efecto, los Tribunales Federales de Justicia Fiscal y
Administrativa, fueron creados y dotados de plena autonomía para
dictar sus fallos, y que tengan a su cargo dirimir las controversias
que se susciten entre la administración pública federal y los
particulares, así como para imponer sanciones a los servidores
públicos por responsabilidad administrativa que determine la ley,
estableciendo las normas para su organización, su funcionamiento,
los procedimientos y los recursos contra sus resoluciones, lo
anterior acorde al artículo 73 fracción XXIX-H de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Además, la finalidad de la Ley Federal de Procedimiento
Contencioso Administrativo, es la de resolver todos y cada uno de
los problemas presentados ante el tribunal, los cuales causen
agravio a los particulares o hasta a la autoridad misma,
presentando ante un tercero el asunto para que resuelva el
problema.
En este sentido, los juiciosos (sic) contenciosos administrativos
son de relevancia para los intereses de la colectividad que no
puede dejarse de resolver; esto es, dirimir las controversias que se
susciten entre la administración pública federal y los particulares,
así como para imponer sanciones a los servidores públicos por
responsabilidad administrativa que determine la ley, estableciendo
las normas para su organización, su funcionamiento, los
procedimientos y los recursos contra sus resoluciones.
De ahí que se encuentre justificado que el legislador no haya fijado
consecuencia o sanción alguna para los casos en que no se
respete el plazo para el dictado de dicha sentencia, ya que es clara
la necesidad de que ese tipo de procedimientos se resuelvan
obligatoriamente con la emisión de una sentencia, donde se
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [14]

diriman la controversia entre el particular y la administración


pública administrativa.
Además que en todo caso, ante la eventual dilación de la autoridad,
el legislador estableció en favor de los justiciables el derecho de
acudir ante el presidente de la sala fiscal a formular la excitativa de
justicia, prevista en el artículo 55 de la Ley Federal de
Procedimiento Contencioso Administrativo.
(…)”.

TERCERO. Agravios. En el recurso de revisión presentado el


dos de marzo de dos mil dieciséis, la quejosa recurrente expuso como
agravios, lo que a continuación se sintetiza:

1. El Primer Tribunal Colegiado en Materias Penal y Civil del


Vigésimo Circuito, carece de competencia para resolver un asunto de
naturaleza administrativa, ya que desde noviembre de dos mil quince
existen en ese circuito tribunales colegiados en materia administrativa,
por tanto, son éstos los que tienen esa competencia conforme a los
artículos 103, fracción I y 107, fracción V, inciso b) y VI
constitucionales, 170 de la Ley de Amparo y 37, fracción I, inciso b) de
la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, sin distingo de
que mediante un acuerdo general se sustituyan los preceptos legales
que por supremacía constitucional tienen mayor jerarquía que éstos y
no pueden ser contrarios a aquéllos; por tanto, la sentencia recurrida
debe ser revocada dado que la instancia que la dictó es incompetente
para conocer del asunto al tratase de un órgano especializado en
materias penal y civil, cuando el expediente es administrativo y existe
un tribunal colegiado en esa materia desde noviembre de dos mil
quince en el Vigésimo Circuito.

Que si bien los tribunales federales están facultados para


resolver controversias derivadas de normas generales y demás actos
citados en esos ordenamientos, ello no quiere decir que cuando las
instancias referidas sean especializadas, sean otras las que conozcan
de dichos eventos, pues la normativa citada es clara en delimitar la
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [15]

competencia de los tribunales federales; y


solamente cuando no existan tribunales
especializados, los mixtos atenderán todos los
asuntos que por turno les sean enviados, pero existiendo los
especializados, deben ser éstos los que resuelvan dichas
controversias con base en el artículo 170 de la Ley de Amparo.

Argumenta que en el Acuerdo General 43/2015 se determinó


cambiar de denominación y competencia a los Tribunales Colegiados
del Vigésimo Circuito, en cuyo artículo 2 se ordena que en ese Circuito
el Tribunal Colegiado en Materia Administrativa conocerá de los
asuntos a que se refiere el artículo 37, fracciones I, inciso b); y II a IX
de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en la materia
de su especialidad, conforme a lo dispuesto por el artículo 38 del
mismo ordenamiento; empero, el propio Acuerdo General contiene
reglas de competencia que exceden y contravienen la Constitución
Federal, ya que en su artículo 3 permite la competencia en materia
administrativa a los tribunales colegiados en materias penal y civil,
cuando en el circuito ya existe un tribunal colegiado en materia
administrativa, por lo que introduce variaciones a la Constitución en
sus artículos 103, fracción I y 107, fracciones V, inciso b) y VI), 170 de
la Ley de Amparo y 37, fracción I, inciso b) de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación, pero sobre todo pretende que un
asunto de naturaleza administrativa sea atendido por instancias
especializadas en materias penal y civil, a pesar de que esos órganos,
conforme a la legislación referida, están facultados para intervenir
solamente en lo previsto en los incisos a) y c) de la fracción I del
artículo 37 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación y no
así el inciso b), de dicho ordenamiento, que es el que confiere
competencia a dichos órganos de justicia para la materia
administrativa, derivando de ahí la incompetencia argumentada.
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [16]

Agrega que la facultad reglamentaria está limitada por los


principios de reserva de ley y de subordinación jerárquica, lo que
llevado al Acuerdo General demuestra una contravención a la
Constitución Federal, en virtud de que ese Acuerdo otorga un sentido
distinto a lo ordenado en la Constitución y las leyes ordinarias
referidas, lo que afecta la garantía de seguridad jurídica, pues con
base en él se emitió una sentencia en amparo directo por un órgano
jurisdiccional no especializado en la materia administrativa y, que
conforme a la ley no tiene facultades para ello; por lo que el Acuerdo
General 43/2015 dota indebidamente de competencia al Tribunal
Colegiado que resolvió el juicio de amparo de que se trata, por tanto,
debe revocarse la sentencia recurrida a fin de que el juicio sea
resuelto por un tribunal competente en materia administrativa.

2. Que contrariamente a lo concluido por el Tribunal Colegiado,


el artículo 49 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso
Administrativo, viola el diverso 17 de la Constitución Federal, en virtud
de que prevé un término para el dictado de la sentencia, sin
consecuencia alguna con motivo de su inobservancia; sin embargo, el
a quo concluyó que el plazo referido puede ser o no observado por la
Sala responsable, sin que ello cause perjuicio al gobernado,
conclusión que no es correcta y que demuestra la inconstitucionalidad
de la disposición.

Lo anterior es así, porque el Tribunal Colegiado dejó de atender


los términos en que fue planteado el segundo concepto de violación de
la demanda de amparo, ya que la Constitución Federal establece que
como parte de la justicia pronta y expedita, las autoridades deberán
resolver los asuntos sometidos a su conocimiento en breve término
conforme a las leyes de la materia; por ello, si el artículo 49 de la Ley
Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo señala el
término de sesenta días para el pronunciamiento de la sentencia que
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [17]

pongan fin al juicio, es claro que dicha regla debe


observarse, sin embargo, conforme a la visión del
Tribunal Colegiado pareciera quedar al libre
albedrío de la autoridad si cumple o no con dicho ordenamiento; lo que
además viola el derecho de igualdad entre los sujetos, porque provoca
un trato desigual entre las partes, al tolerar que el órgano jurisdiccional
no observe el plazo de sesenta días referido, lo que atenta contra
derechos contenidos en los artículos 8, 12, 13 y 17 constitucionales.

Aclara que esos fueron los términos en que planteó el concepto


de violación, empero, no fue atendido así por el Tribunal Colegiado,
quien dejó de observar que la disposición cuestionada viola el derecho
de igualdad de los involucrados en un juicio de nulidad, es decir,
provoca diferencias entre ellos, pues permite que la autoridad
jurisdiccional, violente la disposición cuando no respeta el plazo
previsto en ella, sin castigo alguno en caso de inobservancia, de ahí el
trato desigual entre las partes.

El artículo 49 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso


Administrativo, establece los plazos y formas a considerar en el
dictado de una sentencia, pero el a quo dejó de atender las
consecuencias de ello, es decir, de la inobservancia a esos plazos,
máxime que en el caso quedó demostrado que la Sala responsable
dejó de observar el plazo de sesenta días, pues tardó casi un año
después del cierre de instrucción para el dictado de la sentencia, lo
que implica violación al derecho de impartición de justicia en breve
término.

Reitera que el concepto de violación dejó de ser atendido desde


la arista de dar un trato desigual a los sujetos de derecho, porque a
pesar de que prevé un término para el dictado de la sentencia, no
estableció sanción alguna ante la inobservancia de ese plazo, por lo
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [18]

que permite que la Sala responsable viole los principios de justicia


pronta y tutela judicial efectiva, aspectos respecto de los cuales no se
pronunció el Tribunal Colegiado, quien formuló opiniones sobre lo que
debió o no realizarse, pese a que la sentencia fue dictada fuera de los
plazos previstos en ley, lo que implica que el a quo dejó de decidir en
forma directa las pretensiones planteadas.

Insiste en que el precepto cuestionado permite un trato desigual


a las partes, además de que deja al albedrío del órgano jurisdiccional
el cumplimiento del plazo para el dictado de la sentencia, ya que no
prevé sanción alguna en caso de inobservancia, lo que violenta los
derechos que protege el artículo 17 constitucional, al no prever
hipótesis que obligue al cumplimiento del plazo referido, con la
consecuente afectación a lo dispuesto en los artículos 8, 12, 13 y 17
constitucionales, lo que no fue entendido por el Tribunal Colegiado
provocando un pronunciamiento limitado de lo aducido en el concepto
de violación.

Agrega que el derecho fundamental a una defensa adecuada no


se limita al goce de la oportunidad de comparecer ante una instancia
judicial en busca de justicia o reclamo de ésta, como lo sostuvo el
Tribunal Colegiado, quien incluso, argumentó que para lograr la
actuación oportuna de la autoridad responsable, la quejosa contaba
con lo dispuesto en el artículo 55 de la Ley Federal de Procedimiento
Contencioso Administrativo, a través de la excitativa de justicia, lo que
no es correcto porque el artículo 17 constitucional obliga a contar con
tribunales competentes, conocedores de la materia y del derecho,
quienes deben emitir sentencia dentro de los términos y condiciones
que al respecto establecen las leyes, lo que no respeta la disposición
impugnada, ni la Sala responsable, ni el Tribunal Colegiado, máxime
que la falta de observancia en el plazo para el dictado de la sentencia,
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [19]

genera no sólo consecuencias de carácter jurídico,


sino también repercusiones económicas en
detrimento de su patrimonio.

Por tanto, el hecho de que la Sala responsable actúe fuera de los


plazos previstos en ley para el pronunciamiento de los casos
sometidos a su jurisdicción, trae consigo la violación del derecho de
acceso efectivo a la justicia, pues negó la posibilidad de que la litis se
resolviera dentro de los términos dispuestos en ley, lo que
indebidamente declaró fundado pero inoperante el Tribunal Colegiado,
violando ese derecho de acceso a la justicia, en virtud de que no
existe sanción a la inobservancia del plazo previsto en el artículo
reclamado; lo que además se traduce en una violación grave a las
formalidades esenciales del procedimiento, por cuanto hace a los
tiempos establecidos para la emisión de una sentencia.

3. El Tribunal Colegiado en la foja doscientos setenta y uno de la


sentencia declaró fundado pero inoperante el concepto de violación en
el cual se argumentó que la sentencia reclamada contraviene el
artículo 49 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso
Administrativo, que establece el plazo que tenía la Sala responsable
para emitir ésta, que era de sesenta días posteriores al cierre de la
instrucción, el cual fue rebasado en demasía por la responsable,
decisión la del Colegiado que es indebida porque esa disposición,
observando el artículo 17 constitucional, prevé un plazo para la
actuación de la autoridad, pero la conclusión de no conceder el
amparo evidencia un trato desigual a las partes al permitir a la
autoridad observar o inobservar la norma sin sanción alguna por ello;
por tanto, contrariamente a lo sostenido por el a quo, resulta
conveniente y oportuno otorgar la protección constitucional, porque
existió una violación a lo dispuesto en el artículo 49 de esa Ley
Federal, cuyo efecto, en caso de subsistir la resolución impugnada en
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [20]

el juicio contencioso, podría traer como consecuencia que los créditos


fiscales se actualicen a la fecha en que debió dictarse la sentencia
reclamada, en virtud de que la responsable postergó su emisión por un
evento desconocido y que le es solamente atribuible a ella, pues en
respeto a la tutela judicial efectiva y a la justicia pronta y expedita, la
Sala responsable debió dictar la sentencia reclamada en el plazo ya
referido.

4. La Declaración Universal de Derechos Humanos en su artículo


10, prevé la tutela judicial efectiva, al igual que la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, artículo XVIII y el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en su artículo 14,
pues ordenan que todas las personas son iguales ante los tribunales y
cortes de justicia. Por su parte el artículo 8 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, apartado 1, prevé que toda
persona tiene derecho a ser oída con las debidas garantías y dentro
de un plazo razonable por un juez o tribunal competente.

Aunado a ello, el artículo 17 de la Constitución Federal protege la


tutela judicial efectiva y procura el respeto al acceso a la justicia; la
seguridad jurídica en el proceso; la razonabilidad en los plazos; la
independencia e imparcialidad de los jueces; el derecho a la defensa o
asistencia jurídica; la congruencia y motivación de las resoluciones
jurisdiccionales, entre otros derechos fundamentales; los que en su
conjunto son necesarios para tener cubierta esa garantía, es decir, si
no se encuentran presentes todos estos aspectos existirá violación al
artículo 17 constitucional, lo que en el caso ocurrió, pues dejó de
atenderse el principio de tutela judicial efectiva, que implica que se
brinde seguridad jurídica a las partes en conflicto, lo que no ocurre
cuando dejan de aplicarse los ordenamientos legales y los términos
fijados para tales efectos.
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [21]

En otras palabras, existe violación a los


derechos que comprende la tutela judicial efectiva
porque el Tribunal Colegiado no atendió en forma
debida la litis planteada, ya que sin la expresión de un argumento
jurídico válido, reconoció la existencia de las violaciones procesales de
carácter constitucional en que incurrió la Sala responsable y, a pesar
de ello, negó la protección solicitada, cuando la responsable no
atendió en forma correcta todos los vicios atribuidos a la resolución
impugnada y al procedimiento que le antecedió.

Agrega que el Tribunal Colegiado plasmó un enfoque


desfavorecedor y restrictivo de las normas aplicables al caso, dejando
de ver la existencia de las violaciones hechas valer, pero peor aún
emitió una sentencia incongruente, porque validó la actuación de la
Sala responsable, quien a su vez emitió la sentencia reclamada
violentando la garantía de tutela judicial efectiva, de ahí que debe
concederse el amparo, toda vez que en el caso se denunció la falta de
congruencia en la que incurrió la responsable; máxime que debía
observar un ordenamiento que fija los términos y condiciones con los
que debió actuar en el juicio contencioso, concretamente no atendió el
plazo que establece la Ley Federal de Procedimiento Contencioso
Administrativo para el dictado de la sentencia reclamada; de ahí que
sea incorrecto que el a quo le otorgué validez a un acto que no
observó las reglas contenidas en ese ordenamiento.

5. A partir del agravio cuarto6 la recurrente identifica lo aducido


como argumentos de legalidad y en ellos expresa razonamientos en
contra de la sentencia reclamada y de la sentencia recurrida, ya que
se queja de que en ambas no se atendió la litis en su integridad, por lo
que no se observó el principio de congruencia que rige en la emisión
de las sentencias, ni la Ley Federal de Procedimiento Contencioso
6
Las fojas treinta a sesenta y tres del toca se refieren a los agravios cuarto, quinto, sexto, séptimo, octavo,
noveno, décimo y décimo primero.
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [22]

Administrativo y la Ley de Amparo, violando con ello el principio de


legalidad; además de otros vicios que atribuye a esos actos; sin
embargo, los agravios respectivos no contienen argumentación alguna
de constitucionalidad y/o convencionalidad de normas generales; por
ende, dado el carácter del recurso de revisión, resulta innecesario
referirnos a lo planteado en los agravios cuarto, quinto, sexto, séptimo,
octavo, noveno, décimo y décimo primero.

En el escrito presentado el tres de marzo de dos mil dieciséis la


recurrente expresó que atendiendo a que aún no le recaía acuerdo al
recurso de revisión interpuesto, procedía a hacer manifestaciones en
torno a éste, en términos de los que establece el Acuerdo General
9/2015.

Así, en ese documento manifestó que el medio de impugnación


es procedente porque se promovió oportunamente; porque la
sentencia recurrida transgrede los derechos fundamentales contenidos
en los artículos 1, 8, 12, 14, 16 y 17 constitucionales; 74 de la Ley de
Amparo; 3 y 5 de la Carta Internacional de Derechos Humanos (sic);
10 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; XVIII de la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; y 14
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, esto, aduce,
porque el a quo indebidamente declaró inoperantes los conceptos de
violación de la demanda de amparo y otro lo declaró fundado pero
inoperante, centrando la litis de manera indebida porque no atendió a
su totalidad.

Asimismo, argumenta que el recurso es procedente porque debe


determinarse la constitucionalidad del artículo 49 de la Ley Federal de
Procedimiento Contencioso Administrativo, el cual fue inobservado por
la Sala responsable al emitir la sentencia reclamada.
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [23]

Por último, el recurso de revisión presentado


el tres de marzo de dos mil dieciséis, es un escrito
que contiene las mismas manifestaciones que la
recurrente expuso en el diverso recurso de revisión presentado el dos
de marzo de ese año; de ahí que resulte innecesario formular alguna
síntesis de su contenido.

CUARTO. Procedencia del recurso de revisión. La naturaleza


jurídica del amparo directo en revisión exige que, antes de examinar la
cuestión de fondo planteada en el recurso, se verifique si se cumplen o
no, los requisitos de procedencia de dicho medio de impugnación.

Los artículos 107, fracción IX, de la Constitución General de la


República; 81, fracción II, y 96, de la Ley de Amparo; 10, fracción III, y
21, fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, establecen lo siguiente:

“Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de


esta Constitución, con excepción de aquellas en materia electoral,
se sujetarán a los procedimientos que determine la ley
reglamentaria, de acuerdo con las bases siguientes:
(…).
IX. En materia de amparo directo procede el recurso de revisión en
contra de las sentencias que resuelvan sobre la constitucionalidad
de normas generales, establezcan la interpretación directa de un
precepto de esta Constitución u omitan decidir sobre tales
cuestiones cuando hubieren sido planteadas, siempre que fijen un
criterio de importancia y trascendencia, según lo disponga la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, en cumplimiento de los
acuerdos generales del Pleno. La materia del recurso se limitará a
la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales, sin
poder comprender otras; (…)”.

“Artículo 81. Procede el recurso de revisión:


(…).
II. En amparo directo, en contra de las sentencias que resuelvan
sobre la constitucionalidad de normas generales que establezcan
la interpretación directa de un precepto de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos o de los derechos humanos
establecidos en los tratados internacionales de los que el Estado
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [24]

Mexicano sea parte, u omitan decidir sobre tales cuestiones


cuando hubieren sido planteadas, siempre que fijen un criterio de
importancia y trascendencia, según lo disponga la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, en cumplimiento de acuerdos generales
del pleno.
La materia del recurso se limitará a la decisión de las cuestiones
propiamente constitucionales, sin poder comprender otras”.

“Artículo 96. Cuando se trate de revisión de sentencias


pronunciadas en materia de amparo directo por tribunales
colegiados de circuito, la Suprema Corte de Justicia de la Nación
resolverá únicamente sobre la constitucionalidad de la norma
general impugnada, o sobre la interpretación directa de un
precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos o de los derechos humanos establecidos en los
tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte”.

“Artículo 10. La Suprema Corte de Justicia conocerá funcionando


en Pleno:
(…).
III. Del recurso de revisión contra sentencias que en amparo directo
pronuncien los tribunales colegiados de circuito, cuando
habiéndose impugnado la inconstitucionalidad de una ley federal,
local, del Distrito Federal o de un tratado internacional, o cuando
en los conceptos de violación se haya planteado la interpretación
directa de un precepto de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, dichas sentencias decidan u omitan decidir
sobre tales materias, debiendo limitarse en estos casos la materia
del recurso a la decisión de las cuestiones propiamente
constitucionales;
(…)”.

“Artículo 21. Corresponde conocer a las Salas:


(…).
III. Del recurso de revisión contra sentencias que en amparo directo
pronuncien los tribunales colegiados de circuito:
a) Cuando habiéndose impugnado la constitucionalidad de un
reglamento federal expedido por el Presidente de la República, o de
reglamentos expedidos por el gobernador de un Estado o por el
Jefe del Distrito Federal, o en los conceptos de violación se haya
planteado la interpretación directa de un precepto de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en estas
materias, se haya decidido o se omita decidir sobre la misma
inconstitucionalidad o interpretación constitucional; y
(…)”.
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [25]

Por otra parte, el Acuerdo General número


9/2015, de ocho de junio de dos mil quince, del
Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, publicado en el Diario Oficial de la Federación de doce de
junio de dos mil quince, establece las bases generales para la
procedencia y tramitación de los recursos de revisión en amparo
directo, el cual en sus artículos primero y segundo prevé lo siguiente:

“(…).
PRIMERO. El recurso de revisión contra las sentencias que en
materia de amparo directo pronuncien los Tribunales Colegiados
de Circuito es procedente, en términos de lo previsto en los
artículos 107, fracción IX, constitucional, y 81, fracción II, de la Ley
de Amparo, si se reúnen los supuestos siguientes:
a) Si en ellas se decide sobre la constitucionalidad o
inconstitucionalidad de una norma general, o se establece la
interpretación directa de un precepto constitucional o de los
derechos humanos establecidos en los tratados internacionales de
los que el Estado Mexicano sea parte, o bien si en dichas
sentencias se omite el estudio de las cuestiones antes
mencionadas, cuando se hubieren planteado en la demanda de
amparo, y
b) Si el problema de constitucionalidad referido en el inciso
anterior entraña la fijación de un criterio de importancia y
trascendencia”.

“SEGUNDO. Se entenderá que la resolución de un amparo directo


en revisión permite fijar un criterio de importancia y trascendencia,
cuando habiéndose surtido los requisitos del inciso a) del Punto
inmediato anterior, se advierta que aquélla dará lugar a un
pronunciamiento novedoso o de relevancia para el orden jurídico
nacional.
También se considerará que la resolución de un amparo directo en
revisión permite fijar un criterio de importancia y trascendencia,
cuando lo decidido en la sentencia recurrida pueda implicar el
desconocimiento de un criterio sostenido por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación relacionado con alguna cuestión propiamente
constitucional, por haberse resuelto en contra de dicho criterio o
se hubiere omitido su aplicación”.

Ahora bien, de una interpretación sistemática de las normas


transcritas, se desprende que para la procedencia de un recurso de
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [26]

revisión en amparo directo, es indispensable que se verifiquen los


siguientes requisitos:

1. Que el escrito u oficio de expresión de agravios esté firmado.

2. Que el recurso se haya interpuesto oportunamente.

3. Que el recurrente tenga legitimación procesal.

4. Que en la sentencia exista un pronunciamiento sobre la


constitucionalidad de normas generales, o la interpretación directa de
un precepto de la Constitución Federal o derechos humanos
establecidos en tratados internacionales, o bien, que en dicha
sentencia se haya omitido el estudio de tales cuestiones, cuando se
hubiesen planteado en la demanda de amparo; y

5. Que conforme al Acuerdo General 9/2015 se reúna el requisito


de importancia y trascendencia, es decir, en el punto segundo de ese
Acuerdo se establece que un asunto es importante y trascendente
cuando se advierta que la resolución dará lugar a un pronunciamiento
novedoso o de relevancia para el orden jurídico nacional.

En relación con el Acuerdo General citado, es necesario abundar


sobre el requisito de importancia y trascendencia, respecto del cual
esta Segunda Sala ha subrayado que se reúne siempre que se
actualice indistintamente alguno de los supuestos siguientes:

a) Se advierta que la resolución del asunto dará lugar a un


pronunciamiento novedoso o de relevancia para el orden jurídico
nacional (primer párrafo del punto Segundo transcrito); o
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [27]

b) Cuando lo decidido en la sentencia


recurrida pueda implicar el desconocimiento de un
criterio sostenido por la Suprema Corte de Justicia
de la Nación relacionado con una cuestión propiamente constitucional,
por haberse resuelto en contra de dicho criterio o se hubiere omitido
su aplicación (segundo párrafo del citado punto Segundo).

En cuanto al primero de estos supuestos, resulta necesario


desentrañar qué se entiende por “novedoso” y “relevante”, por lo cual,
ante la omisión en su definición dentro del Acuerdo General Plenario
9/2015, corresponde a esta Segunda como su intérprete en esta
instancia, definir los alcances de dichas locuciones.

Al respecto, la versión electrónica del Diccionario de la lengua


española, vigésimo tercera edición, define novedoso como: “aquello
que implica novedad”, es decir: “calidad de nuevo, cosa nueva, cambio
producido en algo, un suceso reciente del que se da noticia”, o bien,
“extrañeza o admiración que causa lo antes no visto ni oído”.

En tanto que la misma fuente, define relevancia como: “cualidad


o condición de relevante, importancia, significación”, esto es, un
aspecto sobresaliente o destacado que genera una atención por
encima de lo habitual o común, que trascienda más allá de la mera
solución al conflicto concreto que se tenga a consideración, sino que lo
ahí establecido pueda tener alcances de aplicación para resolver
diversos asuntos.

A la luz de dichas definiciones, es posible afirmar que el asunto


será novedoso cuando su resolución traiga consigo la fijación de un
criterio único, nuevo y obligatorio por parte de esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, para los diversos órganos jurisdiccionales; y,
será satisfecha la característica de relevante cuando por las
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [28]

circunstancias particulares del problema jurídico a resolver sea de


trascendencia en la medida que impactará a diversos asuntos y
normará el criterio para su aplicación en casos futuros, sin que sea
necesaria la intervención de este Tribunal Constitucional para su
resolución.

Asimismo, se acoge dentro de otro supuesto (b) para actualizar


el requisito de importancia y trascendencia, el atinente a que en el fallo
recurrido se hubiera desconocido un criterio sostenido por este
Tribunal Constitucional, que tenga relación con una cuestión
propiamente de constitucionalidad, a partir de que se resolviera en
contra del criterio respectivo, o se omitiera su aplicación.

Ello se traduce en la intención de hacer prevalecer los criterios


establecidos en materia de constitucionalidad por esta Suprema Corte
de Justicia de la Nación, como intérprete original de la Constitución, al
poner al alcance de los afectados la posibilidad de poner a revisión la
determinación de un Tribunal Colegiado que implique la probable
oposición u omisión en la aplicación de los criterios respectivos.

De ahí que la importancia y trascendencia de este supuesto,


radica en que, como intérprete original de la Constitución, sea este
Tribunal Constitucional el encargado de definir si en amparo directo se
ha fallado en contra del sentido de sus criterios en temas de
constitucionalidad, o se ha omitido la aplicación de aquéllos, en
perjuicio de la parte quien recurra.

Destacando que para la actualización del requisito de


importancia y trascendencia para la procedencia del recurso de
revisión en amparo directo, resulta innecesario que se satisfagan
ambos supuestos a la vez, en tanto que el propio Acuerdo General
9/2015, en su punto Segundo utiliza el adverbio de afirmación también
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [29]

(se considerará), como una forma de reconocer la


posibilidad que uno u otro sean el detonante para
que el recurso sea procedente.

Resulta aplicable al respecto, la jurisprudencia 2a./J. 92/2015


(10a.) de esta Segunda Sala, de rubro, texto y datos de publicación
siguientes:

“REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. PROCEDE CONTRA NORMAS


GENERALES PERO SÓLO CUANDO DEBA FIJARSE UN CRITERIO
DE IMPORTANCIA Y TRASCENDENCIA. De la comparación de los
textos anterior y posterior a la reforma de la fracción IX del artículo
107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 6 de junio de 2011,
se advierte que con la incorporación de la expresión ‘siempre’,
existe un mandato expreso para que esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación examine si el problema a analizarse en la
revisión contra sentencias dictadas en amparo directo fijará un
criterio de importancia y trascendencia, con lo cual se reafirma la
restricción prevista desde la redacción anterior del propio
precepto, con la finalidad de que este Alto Tribunal se ocupe
exclusivamente de asuntos en los que el tema abordado tenga un
significado jurídico relevante y más allá del caso concreto.
Asimismo, con el objeto de reiterar la interpretación restrictiva del
campo de aplicación de la citada fracción IX, el Constituyente
Permanente, para garantizar que la materia del recurso de revisión
en amparo directo se limite a decidir las cuestiones propiamente
constitucionales -lo cual ya estaba ordenado desde el texto
anterior- añadió la frase ‘sin poder comprender otras’, de forma que
no hubiera duda acerca de que la sentencia que se dicte
invariablemente se vincule con el estudio directo de las
disposiciones de la Norma Fundamental, excluyendo cualquier otro
problema para cuya solución baste el estudio de la legislación
derivada”. (Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima
Época, Segunda Sala, jurisprudencia, libro 20, julio de 2015, tomo I,
tesis: 2a./J. 92/2015 (10a.), página: 701, registro digital: 2009541).

Asimismo debe observarse la diversa jurisprudencia de esta


Segunda Sala, cuyo rubro, texto y datos de localización son los
siguientes:
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [30]

“REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. REQUISITOS PARA SU


PROCEDENCIA. Por regla general, las sentencias dictadas por los
Tribunales Colegiados de Circuito en amparo directo son
definitivas y sólo de manera extraordinaria, pueden impugnarse
mediante el recurso de revisión previsto en los artículos 107,
fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y 81, fracción II, de la Ley de Amparo, conforme a los
cuales, una vez actualizados los presupuestos procesales
(competencia, legitimación, oportunidad del recurso –en su caso–,
entre otros), procede el mencionado medio de defensa siempre
que: 1) en la sentencia de amparo directo combatida se decida
sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad de una norma
general, o se establezca la interpretación directa de un precepto
constitucional o de los derechos humanos reconocidos en los
tratados internacionales de los que el Estado mexicano sea parte, o
bien, si en dichas sentencias se omite el estudio de las cuestiones
referidas, cuando se hubieren planteado en la demanda de amparo;
y 2) el problema de constitucionalidad entrañe la fijación de un
criterio de importancia y trascendencia. Ahora bien, con el fin de
armonizar la normativa de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación con los preceptos citados, el Pleno emitió el Acuerdo
General 9/2015 (*), que regula la procedencia del recurso de
revisión interpuesto contra sentencias de amparo directo, el cual,
en vez de privilegiar el análisis de los agravios en la revisión,
permite al Alto Tribunal hacer una valoración discrecional de los
méritos de cada recurso, para determinar si a su juicio el asunto
reúne los requisitos de importancia y trascendencia, para lo cual,
su punto segundo señala que la resolución de un amparo directo
en revisión permite fijar un criterio de importancia y trascendencia
cuando: (i) pueda dar lugar a un pronunciamiento novedoso o de
relevancia para el orden jurídico nacional; o (ii) lo decidido en la
sentencia recurrida pueda implicar el desconocimiento de un
criterio sostenido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación
relacionado con alguna cuestión propiamente constitucional, por
haberse resuelto contra ese criterio o se hubiere omitido aplicarlo”.
(Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Segunda Sala,
jurisprudencia, septiembre de 2015, tesis 2a./J. 128/2015 (10a.), registro
digital: 2010016).

En ese contexto, el presente recurso de revisión cumple con los


requisitos de procedencia señalados con los números uno, dos y tres,
ya que de las fojas cuatro a sesenta y tres del toca en que se actúa,
está agregado el escrito de expresión de agravios suscrito por parte
legitimada para ello, en el caso, por **********, apoderada legal de la
parte quejosa en el amparo directo, carácter que le fue reconocido por
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [31]

el Tribunal Colegiado mediante acuerdo de ocho de


septiembre de dos mil quince7. Cabe agregar que
el escrito y recurso presentados el tres de marzo
de dos mil dieciséis también fueron suscritos por la apoderada legal
mencionada.

Asimismo, el presente recurso de revisión se presentó de


manera oportuna, ya que fue interpuesto dentro del término de diez
días previsto en el artículo 86 de la Ley de Amparo.

En efecto, de las constancias del juicio de amparo directo se


advierte que la sentencia recurrida se notificó personalmente el
diecisiete de febrero de dos mil dieciséis8, por lo que tal notificación
surtió sus efectos el día hábil siguiente, es decir, el dieciocho de
febrero; en consecuencia, el plazo de diez días mencionado
transcurrió del diecinueve de febrero al tres de marzo de dos mil
dieciséis, debiendo descontar de tal cómputo los días veinte, veintiuno,
veintisiete y veintiocho de febrero, por ser días inhábiles, de
conformidad con los artículos 19 de la Ley de Amparo y 163 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación; por tanto, si la
interposición del recurso de revisión se hizo el dos de marzo de dos
mil dieciséis, es inconcuso que tal presentación resultó oportuna. Por
lo que hace al escrito y al recurso de dos y tres de marzo de ese año,
debe decirse que su presentación también se llevó a cabo dentro del
plazo mencionado.

De igual forma se cumple con el diverso requisito de procedencia


consistente en que la sentencia recurrida contenga un
pronunciamiento sobre la constitucionalidad de normas generales, ya
que en la demanda de amparo directo origen del presente recurso de
revisión, la quejosa hoy recurrente, combatió la constitucionalidad del
7
Foja noventa y dos del juicio de amparo.
8
Foja trescientos cuarenta y cuatro, ibídem.
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [32]

artículo 49 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso


Administrativo. Al respecto, el Tribunal Colegiado declaró infundados
los argumentos aducidos, según se desprende de la ejecutoria
transcrita en el considerando segundo de esta sentencia; y, en los
agravios se combate la determinación adoptada por el a quo.

Además, en el recurso de revisión la quejosa hoy recurrente


cuestiona la constitucionalidad del “Acuerdo General 43/2015 del
Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, relativo a la
especialización y cambio de denominación de los Tribunales
Colegiados del Vigésimo Circuito con sede en Tuxtla Gutiérrez,
Chiapas; a las reglas de turno, sistema de recepción y distribución de
asuntos entre los mencionados Órganos Colegiados, así como al
cambio de denominación de la actual oficina de correspondencia
común de los Tribunales Colegiados referidos”, publicado en el Diario
Oficial de la Federación de trece de noviembre de dos mil quince, lo
que puede hacer valer porque esta Segunda Sala sustenta el criterio
consistente en que en el recurso de revisión se puede combatir la
constitucionalidad de una norma general aplicada por primera vez en
la sentencia dictada por el Tribunal Colegiado de Circuito, por lo que
procede el análisis de los agravios aducidos en ese sentido.

Lo antedicho encuentra su apoyo en la jurisprudencia y tesis


aislada que a continuación se reproducen:

“REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. ASPECTOS QUE DEBEN


CONCURRIR PARA SU PROCEDENCIA CUANDO EN VÍA DE
AGRAVIOS SE PLANTEA EL ANÁLISIS DE CONSTITUCIONALIDAD
DE UNA NORMA GENERAL APLICADA POR PRIMERA VEZ, EN LA
SENTENCIA DICTADA POR EL TRIBUNAL COLEGIADO DE
CIRCUITO. La Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en la tesis 2a. XCI/2014 (10a.) (*), sostuvo la posibilidad de
plantear en el recurso de revisión la inconstitucionalidad de una
norma general aplicada por primera vez en la sentencia dictada por
el Tribunal Colegiado de Circuito. Así, cuando esto suceda, es
necesario hacer un análisis integral del asunto, en el que se
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [33]

verifique lo siguiente: 1. De las consideraciones de


la resolución emitida por el órgano colegiado se
constate que se actualiza el acto concreto de
aplicación de la norma general cuya regularidad
constitucional se impugna en la revisión; 2. Que
ello trascienda al sentido de la decisión adoptada; 3. Verificar en la
secuela procesal del asunto, que se trate del primer acto de
aplicación de la norma en perjuicio del recurrente, ya que de lo
contrario tuvo la obligación de reclamarla desde la demanda de
amparo, con lo cual se cierra la posibilidad de que se utilice ese
recurso como una segunda oportunidad para combatir la ley, lo
que no es jurídicamente posible en términos de la jurisprudencia
2a./J. 66/2015 (10a.) (**); y, 4. Se estudien en sus méritos los
agravios, para lo cual, debe tenerse presente que, acorde con la
manera en que deben impugnarse las leyes en el juicio de control
constitucional, el accionante debe presentar argumentos mínimos,
esto es, evidenciar, cuando menos, la causa de pedir; por ende,
resultan inoperantes o ineficaces los construidos a partir de
premisas generales y abstractas, o cuando se hacen depender de
situaciones particulares o hipotéticas”. (Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Décima Época, Segunda Sala, jurisprudencia,
libro 27, febrero de 2016, tomo I, tesis: 2a./J. 13/2016 (10a.), página:
821, registro digital: 2010986).

“REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. PROCEDE ESTUDIAR LOS


AGRAVIOS SOBRE LA INCONSTITUCIONALIDAD DE UNA NORMA
GENERAL APLICADA POR PRIMERA VEZ POR EL TRIBUNAL
COLEGIADO DE CIRCUITO (LEGISLACIÓN VIGENTE HASTA EL 2
DE ABRIL DE 2013). Si bien es cierto que la Ley de Amparo
abrogada no prevé, en forma expresa, la posibilidad de plantear en
el recurso de revisión la inconstitucionalidad de normas generales
aplicadas por primera vez en las sentencias dictadas por los
Tribunales Colegiados de Circuito, también lo es que, al negar su
procedencia, se dejaría en estado de indefensión a las partes a
quienes se les aplicara algún precepto de forma contraria a sus
intereses en dichas sentencias, pues con posterioridad, los
afectados ya no podrían proponer en un nuevo juicio la
impugnación de la misma disposición, porque se actualizaría la
causal de improcedencia que impide la promoción de una demanda
de amparo contra ejecutorias dictadas dentro de otro juicio de
amparo o en ejecución de éstas; de ahí que deben estudiarse los
agravios sobre la inconstitucionalidad de aquellas normas.
Además, no es obstáculo a lo anterior el contenido de la
jurisprudencia P./J. 48/2009 (*) del Tribunal Pleno de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, porque al existir diferencias
notables entre la vía indirecta y la directa, en este último caso es
válido analizar los planteamientos de inconstitucionalidad de
normas generales aplicadas en las sentencias de los Tribunales
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [34]

Colegiados de Circuito, toda vez que la jurisprudencia citada partió


de supuestos distintos al caso que se examina, como son: a) la
jurisprudencia establece la inoperancia de los agravios en los que
se planteó la inconstitucionalidad de leyes en la revisión de un
juicio de amparo biinstancial; b) en el amparo indirecto se pretende
inaplicar al quejoso el precepto legal reclamado con efectos
permanentes; c) en este último caso debe llamarse a la autoridad
legislativa responsable y a la que promulgó la norma controvertida
para que exponga su punto de vista con relación a los argumentos
del quejoso; y, d) también debe reclamarse la norma que se estima
inconstitucional al actualizarse el primer acto de aplicación. En
cambio, en un amparo directo lo que se reclama es una sentencia
definitiva; se busca inaplicar el artículo tildado de inconstitucional
con efectos limitados; y, por último, es innecesario llamar a juicio a
la autoridad legislativa responsable, pues no se pretende inaplicar
al quejoso el precepto legal reclamado con efectos permanentes,
sino únicamente para el caso concreto”. (Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Décima Época, Segunda Sala, tipo de tesis:
aislada, libro 10, septiembre de 2014, tomo I, tesis: 2a. XCI/2014 (10a.),
página: 922, registro digital: 2007348).

Asimismo resulta aplicable por analogía la tesis 2a. XXII/2016


(10a.), que se transcribe enseguida:

“PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN. LA REGULARIDAD


CONSTITUCIONAL DE SU LEY ORGÁNICA ES SUSCEPTIBLE DE
CUESTIONARSE A TRAVÉS DEL RECURSO DE RECLAMACIÓN
PREVISTO EN EL ARTÍCULO 104 DE LA LEY DE AMPARO. Si bien
al resolver el recurso de reclamación 130/2011 el Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación sólo permitió
expresamente impugnar las normas generales de la Ley de Amparo
aplicadas en el juicio de amparo, la Segunda Sala del Alto Tribunal
estima que ese precedente es aplicable también tratándose de la
Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, pues el propósito
del Tribunal Pleno fue que se analizara la regularidad
constitucional de las normas aplicadas durante el juicio
constitucional, a efecto de garantizar la debida tutela de los
derechos humanos y evitar que los juzgadores de amparo
sustenten sus resoluciones en leyes contrarias al parámetro de
regularidad constitucional en compatibilidad con el derecho a un
recurso judicial efectivo y al principio pro persona; de ahí que ese
precedente sea aplicable también tratándose de la ley orgánica
referida, cuya constitucionalidad puede cuestionarse siempre que:
a) se involucre la emisión de autos o resoluciones concretas de los
órganos que conozcan del juicio de amparo; b) hubiere sido
aplicada en los asuntos de la competencia de los órganos
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [35]

jurisdiccionales y que trasciendan al sentido de la


decisión adoptada; y c) exista algún recurso
procedente contra el acto de aplicación de la norma
tildada de inconstitucional, en el cual pueda
analizarse tanto la legalidad de su acto de
aplicación, como la regularidad constitucional de esa norma, en su
caso”. (Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época,
Segunda Sala, tipo de tesis: aislada, libro 30, mayo de 2016, tomo II,
tesis: 2a. XXII/2016 (10a.), página: 1375, registro digital: 2011613).

En el caso, se actualizan las condiciones a que se refiere la


jurisprudencia 2a./J. 13/2016, en virtud de que la sentencia recurrida
se fundamentó entre otros, en el Acuerdo 43/2015 del Pleno del
Consejo de la Judicatura Federal, por lo que constituye el acto
concreto de aplicación de esa norma general administrativa. Asimismo
su contenido normativo trasciende al sentido de la decisión adoptada
porque corresponde a uno de los fundamentos que da competencia al
Tribunal Colegiado que resolvió el amparo. Por último, en los agravios
claramente se exponen los vicios que la quejosa atribuye a ese
Acuerdo General.

En consecuencia, la cuestión de constitucionalidad del presente


recurso de revisión se integra por el artículo 49 de la Ley Federal de
Procedimiento Contencioso Administrativo y el “Acuerdo General
43/2015 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, relativo a la
especialización y cambio de denominación de los Tribunales
Colegiados del Vigésimo Circuito con sede en Tuxtla Gutiérrez,
Chiapas; a las reglas de turno, sistema de recepción y distribución de
asuntos entre los mencionados Órganos Colegiados, así como al
cambio de denominación de la actual oficina de correspondencia
común de los Tribunales Colegiados referidos”.

QUINTO. Estudio. Los agravios hechos valer son infundados e


inoperantes, según se razona a continuación.
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [36]

En efecto, es infundado el primero de los agravios por medio del


cual la recurrente plantea que el Acuerdo General 43/2015 del Pleno
del Consejo de la Judicatura Federal contiene reglas de competencia
que exceden y contravienen la Constitución Federal, concretamente
porque su artículo 3 permite la competencia en materia administrativa
a los tribunales colegiados en materias penal y civil, cuando en el
Vigésimo Circuito ya existe un tribunal colegiado en materia
administrativa, lo que demuestra que ese Acuerdo General introduce
variaciones a lo que ordena la Constitución Federal en sus artículos
103, fracción I y 107, fracciones V, inciso b) y VI; así como desconoce
lo dispuesto en el diverso 170 de la Ley de Amparo y 37, fracción I,
inciso b) de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

También argumenta que el ejercicio de la facultad reglamentaria


está limitado por los principios de reserva de ley y de subordinación
jerárquica, lo que llevado al Acuerdo General 43/2015 evidencia una
contravención a la Constitución Federal, porque el ordenamiento
otorga un sentido distinto a lo ordenado en dicha Constitución y sus
leyes ordinarias, afectando la garantía de seguridad jurídica porque el
juicio de amparo se resolvió por un órgano jurisdiccional no
especializado en la materia administrativa y que por tanto, no tiene
facultades para ello.

En primer término es necesario indicar que en el considerando


primero de la sentencia recurrida, el Primer Tribunal Colegiado en
Materias Penal y Civil del Vigésimo Circuito, fundamentó su
competencia en los artículos 103, fracción I, 107, fracciones V, inciso
b) y VI de la Constitución Federal; 170 de la Ley de Amparo; 37,
fracción I, inciso b) de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación9 y en el Acuerdo General 43/2015 del Pleno del Consejo

9
“Artículo 103. Los Tribunales de la Federación resolverán toda controversia que se suscite
I. Por normas generales, actos u omisiones de la autoridad que violen los derechos humanos reconocidos y
las garantías otorgadas para su protección por esta Constitución, así como por los tratados internacionales de
los que el Estado Mexicano sea parte;
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [37]

de la Judicatura Federal, relativo a la


especialización y cambio de denominación de los
Tribunales Colegiados del Vigésimo Circuito con
sede en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; a las reglas de turno, sistema de
recepción y distribución de asuntos entre los mencionados Órganos
Colegiados, así como al cambio de denominación de la actual oficina
de correspondencia común de los Tribunales Colegiados referidos,
entre otras disposiciones.

Esos preceptos establecen en el orden citado, que los tribunales


de la Federación resolverán toda controversia que se suscite por
normas generales, actos u omisiones de la autoridad que violen los
(…)”.
“Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución, con excepción de aquellas
en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos que determine la ley reglamentaria, de acuerdo con las
bases siguientes:
(…).
V. El amparo contra sentencias definitivas, laudos o resoluciones que pongan fin al juicio se promoverá ante el
Tribunal Colegiado de Circuito competente de conformidad con la ley, en los casos siguientes:
(…).
b). En materia administrativa, cuando se reclamen por particulares sentencias definitivas y resoluciones que
ponen fin al juicio dictadas por tribunales administrativos o judiciales, no reparables por algún recurso, juicio o
medio ordinario de defensa legal.
(…).
VI. En los casos a que se refiere la fracción anterior, la ley reglamentaria señalará el procedimiento y los
términos a que deberán someterse los Tribunales Colegiados de Circuito y, en su caso, la Suprema Corte de
Justicia de la Nación para dictar sus resoluciones;
(…)”.
“Artículo 170. El juicio de amparo directo procede:
I. Contra sentencias definitivas, laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, dictadas por tribunales
judiciales, administrativos, agrarios o del trabajo, ya sea que la violación se cometa en ellos, o que cometida
durante el procedimiento, afecte las defensas del quejoso trascendiendo al resultado del fallo.
Se entenderá por sentencias definitivas o laudos, los que decidan el juicio en lo principal; por resoluciones que
pongan fin al juicio, las que sin decidirlo en lo principal lo den por concluido. En materia penal, las sentencias
condenatorias, absolutorias y de sobreseimiento, podrán ser impugnadas por la víctima u ofendido del delito.
Para la procedencia del juicio deberán agotarse previamente los recursos ordinarios que se establezcan en la
ley de la materia, por virtud de los cuales aquellas sentencias definitivas o laudos y resoluciones puedan ser
modificados o revocados, salvo el caso en que la ley permita la renuncia de los recursos.
Cuando dentro del juicio surjan cuestiones sobre constitucionalidad de normas generales que sean de
reparación posible por no afectar derechos sustantivos ni constituir violaciones procesales relevantes, sólo
podrán hacerse valer en el amparo directo que proceda contra la resolución definitiva.
Para efectos de esta Ley, el juicio se inicia con la presentación de la demanda. En materia penal el proceso
comienza con la audiencia inicial ante el Juez de control;
II. Contra sentencias definitivas y resoluciones que pongan fin al juicio dictadas por tribunales de lo
contencioso administrativo cuando éstas sean favorables al quejoso, para el único efecto de hacer valer
conceptos de violación en contra de las normas generales aplicadas.
En estos casos, el juicio se tramitará únicamente si la autoridad interpone y se admite el recurso de revisión
en materia contencioso administrativa previsto por el artículo 104 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos. El tribunal colegiado de circuito resolverá primero lo relativo al recurso de revisión
contencioso administrativa, y únicamente en el caso de que éste sea considerado procedente y fundado, se
avocará al estudio de las cuestiones de constitucionalidad planteadas en el juicio de amparo”.
“Artículo 37. Con las salvedades a que se refieren los artículos 10 y 21 de esta ley, son competentes los
tribunales colegiados de circuito para conocer:
I. De los juicios de amparo directo contra sentencias definitivas, laudos o contra resoluciones que pongan fin
al juicio por violaciones cometidas en ellas o durante la secuela del procedimiento, cuando se trate:
(…).
b) En materia administrativa, de sentencias o resoluciones dictadas por tribunales administrativos o judiciales,
sean locales o federales;
(…)”.
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [38]

derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados


internacionales de los que el Estado mexicano sea parte; que las
controversias a que se refiere al artículo 103 constitucional, con
excepción de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los
procedimientos que determina la ley reglamentaria y de acuerdo con
las bases que prevé el artículo 107, concretamente que el amparo
contra sentencias definitivas, laudos o resoluciones que pongan fin al
juicio se promoverá ante el tribunal colegiado de circuito competente
en materia administrativa cuando se reclamen por particulares
sentencias definitivas y resoluciones que ponen fin al juicio dictadas
por tribunales administrativos o judiciales y que la ley reglamentaria
señalará el procedimiento y los términos a que deberán someterse
dichos tribunales.

Por su parte, el artículo 170 de la Ley de Amparo regula la


procedencia del amparo directo y el diverso 37, fracción I, inciso b) de
la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación prevé la
competencia de los tribunales colegiados tratándose de los juicios de
amparo directo, para lo cual su fracción I en cuatro incisos alude a las
materias penal, administrativa, civil o mercantil y laboral, y el inciso b)
se refiere a la materia administrativa de sentencias o resoluciones
dictadas por tribunales administrativos o judiciales, sean locales o
federales.

El otro fundamento que citó el Tribunal Colegiado corresponde al


ordenamiento combatido en el recurso de revisión, es decir, el
“Acuerdo General 43/2015 del Pleno del Consejo de la Judicatura
Federal, relativo a la especialización y cambio de denominación de los
Tribunales Colegiados del Vigésimo Circuito con sede en Tuxtla
Gutiérrez, Chiapas; a las reglas de turno, sistema de recepción y
distribución de asuntos entre los mencionados Órganos Colegiados,
así como al cambio de denominación de la actual oficina de
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [39]

correspondencia común de los Tribunales


Colegiados referidos”; éste en sus considerandos y
artículos 1, 2 y 3 establece lo siguiente:

“ACUERDO GENERAL 43/2015, DEL PLENO DEL CONSEJO DE LA


JUDICATURA FEDERAL, RELATIVO A LA ESPECIALIZACIÓN Y
CAMBIO DE DENOMINACIÓN DE LOS TRIBUNALES COLEGIADOS
DEL VIGÉSIMO CIRCUITO CON SEDE EN TUXTLA GUTIÉRREZ,
CHIAPAS; A LAS REGLAS DE TURNO, SISTEMA DE RECEPCIÓN Y
DISTRIBUCIÓN DE ASUNTOS ENTRE LOS MENCIONADOS
ÓRGANOS COLEGIADOS, ASÍ COMO AL CAMBIO DE
DENOMINACIÓN DE LA ACTUAL OFICINA DE CORRESPONDENCIA
COMÚN DE LOS TRIBUNALES COLEGIADOS REFERIDOS.
CONSIDERANDO
PRIMERO. En términos de lo dispuesto por los artículos 94, párrafo
segundo, 100, párrafos primero y octavo, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos; 68 y 81, fracciones II y
V, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación10, el
Consejo de la Judicatura Federal es el órgano encargado de la
administración, vigilancia, disciplina y carrera judicial de los
tribunales de Circuito y juzgados de Distrito, con independencia
técnica, de gestión y para emitir sus resoluciones; además, está
facultado para expedir acuerdos generales que permitan el
adecuado ejercicio de sus funciones;

10
“Artículo 94. Se deposita el ejercicio del Poder Judicial de la Federación en una Suprema Corte de Justicia,
en un Tribunal Electoral, en Tribunales Colegiados y Unitarios de Circuito y en Juzgados de Distrito.
La administración, vigilancia y disciplina del Poder Judicial de la Federación, con excepción de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, estarán a cargo del Consejo de la Judicatura Federal en los términos que,
conforme a las bases que señala esta Constitución, establezcan las leyes.
(…)”.
“Artículo 100. El Consejo de la Judicatura Federal será un órgano del Poder Judicial de la Federación con
independencia técnica, de gestión y para emitir sus resoluciones.
(…).
De conformidad con lo que establezca la ley, el Consejo estará facultado para expedir acuerdos generales
para el adecuado ejercicio de sus funciones. La Suprema Corte de Justicia podrá solicitar al Consejo la
expedición de aquellos acuerdos generales que considere necesarios para asegurar un adecuado ejercicio de
la función jurisdiccional federal. El Pleno de la Corte también podrá revisar y, en su caso, revocar los que el
Consejo apruebe, por mayoría de cuando menos ocho votos. La ley establecerá los términos y procedimientos
para el ejercicio de estas atribuciones.
(…)”.
“Artículo 68. La administración, vigilancia, disciplina y carrera judicial del Poder Judicial de la Federación, con
excepción de la Suprema Corte de Justicia y el Tribunal Electoral, estarán a cargo del Consejo de la
Judicatura Federal, en los términos que establecen la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
y esta ley.
El Consejo de la Judicatura Federal velará, en todo momento, por la autonomía de los órganos del Poder
Judicial de la Federación y por la independencia e imparcialidad de los miembros de este último”.
“Artículo 81. Son atribuciones del Consejo de la Judicatura Federal:
(…).
II. Expedir los reglamentos interiores en materia administrativa, de carrera judicial, de escalafón y régimen
disciplinario del Poder Judicial de la Federación, y todos aquellos acuerdos generales que fueren necesarios
para el adecuado ejercicio de sus atribuciones en términos del artículo 100 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos;
(…).
V. Determinar el número y, en su caso, especialización por materia de los tribunales colegiados y unitarios en
cada uno de los circuitos a que se refiere la fracción IV de este artículo;
(…)”.
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [40]

SEGUNDO. Los artículos 94, párrafo sexto, de la Constitución


Política de los Estados Unidos Mexicanos; 81, fracciones IV, V y
XXIV y 144 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación11,
establecen que son atribuciones del Consejo de la Judicatura
Federal determinar el número, límites territoriales y, en su caso,
especialización por materia de los tribunales de Circuito, así como
dictar las disposiciones necesarias para regular el turno de los
asuntos de su competencia, cuando en un mismo lugar haya varios
de ellos, atribución esta última, que ejerce a través de la Comisión
de Creación de Nuevos Órganos, en términos del artículo 42
fracción III, del Acuerdo General del Pleno del Consejo de la
Judicatura Federal, que reglamenta la organización y
funcionamiento del propio Consejo; y reforma y deroga diversas
disposiciones de otros acuerdos generales;
TERCERO. El artículo 17 Constitucional, segundo párrafo,
establece que los tribunales estarán expeditos para impartir justicia
en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus
resoluciones de manera pronta, completa, imparcial y gratuita;
contribuyendo la especialización de los órganos jurisdiccionales a
la eficiencia en el trámite de los asuntos y en la calidad de las
resoluciones que se emiten, al agrupar el estudio de los diversos
temas jurídicos en las ramas específicas del derecho; y
CUARTO. El Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, en sesión
celebrada el seis de mayo de dos mil quince, aprobó la
especialización de los tribunales colegiados del Vigésimo Circuito,
con residencia en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, lo cual hace necesario
determinar los aspectos inherentes a la misma.
Por lo anterior, se expide el siguiente
ACUERDO
Artículo 1. A partir del dieciséis de noviembre de dos mil quince,
los Tribunales Colegiados del Vigésimo Circuito, con residencia en
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, serán especializados: uno en materia
administrativa, dos en materias penal y civil, y uno en materia de
trabajo.
En consecuencia, los cuatro Tribunales Colegiados del Vigésimo
Circuito cambiarán su denominación y competencia, conservando
su residencia y la jurisdicción territorial que tienen asignadas.
11
“Artículo 94. (…).
El Consejo de la Judicatura Federal determinará el número, división en circuitos, competencia territorial y
especialización por materias, entre las que se incluirá la de radiodifusión, telecomunicaciones y competencia
económica, de los Tribunales Colegiados y Unitarios de Circuito y de los Juzgados de Distrito.
(…)”.
Artículo 81. (…).
IV. Determinar el número y los límites territoriales de los circuitos en que se divida el territorio de la República;
(…).
XXIV. Dictar las disposiciones necesarias para regular el turno de los asuntos de la competencia de los
tribunales de circuito o de los juzgados de distrito, cuando en un mismo lugar haya varios de ellos;
(…)”.
“Artículo 144. Para los efectos de esta ley, el territorio de la República se dividirá en el número de circuitos
que mediante acuerdos generales determine el Consejo de la Judicatura Federal.
En cada uno de los circuitos el Consejo de la Judicatura Federal establecerá mediante acuerdos generales, el
número de Plenos de Circuito, tribunales colegiados y unitarios de circuito y de juzgados de distrito, así como
su especialización y límites territoriales”.
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [41]

El cambio de denominación será el siguiente:

ACTUAL DENOMINACION NUEVA DENOMINACIÓN


PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO TRIBUNAL COLEGIADO EN
DEL VIGÉSIMO CIRCUITO, CON MATERIA ADMINISTRATIVA DEL
RESIDENCIA EN TUXTLA VIGÉSIMO CIRCUITO, CON
GUTIÉRREZ, CHIAPAS RESIDENCIA EN TUXTLA
GUTIÉRREZ, CHIAPAS
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO
DEL VIGÉSIMO CIRCUITO, CON EN MATERIAS PENAL Y CIVIL
RESIDENCIA EN TUXTLA DEL VIGÉSIMO CIRCUITO, CON
GUTIÉRREZ, CHIAPAS RESIDENCIA EN TUXTLA
GUTIÉRREZ, CHIAPAS
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO SEGUNDO TRIBUNAL
DEL VIGÉSIMO CIRCUITO, CON COLEGIADO EN MATERIAS
RESIDENCIA EN TUXTLA PENAL Y CIVIL DEL VIGÉSIMO
GUTIÉRREZ, CHIAPAS CIRCUITO, CON RESIDENCIA EN
TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIAPAS
CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO TRIBUNAL COLEGIADO EN
DEL VIGÉSIMO CIRCUITO, CON MATERIA DE TRABAJO DEL
RESIDENCIA EN TUXTLA VIGÉSIMO CIRCUITO, CON
GUTIÉRREZ, CHIAPAS RESIDENCIA EN TUXTLA
GUTIÉRREZ, CHIAPAS

Artículo 2. El Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del


Vigésimo Circuito, conocerá de los asuntos a que se refiere el
artículo 37, fracciones I, inciso d); y II a IX de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación, en la materia de su especialidad,
conforme a lo dispuesto por el artículo 38 del ordenamiento legal
citado.
Los Tribunales Colegiados en Materias Penal y Civil del Vigésimo
Circuito, conocerán de los asuntos a que se refiere el artículo 37,
fracciones I, incisos a) y c); y II a IX de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación, en las materias de su especialidad,
conforme a lo dispuesto por el artículo 38 del ordenamiento legal
citado.
El Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Vigésimo
Circuito, conocerá de los asuntos a que se refiere el artículo 37,
fracciones I, inciso b); y II a IX de la Ley Orgánica del Poder Judicial
de la Federación, en la materia de su especialidad, conforme a lo
dispuesto por el artículo 38 del ordenamiento legal citado.
Artículo 3. Desde la fecha señalada en el artículo 1 de este
Acuerdo, los tribunales colegiados procederán de la siguiente
manera:
I. El Primer Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito, que cambia
de denominación a Tribunal Colegiado en Materia Administrativa
del mismo Circuito, deberá:
a) Conservar hasta su conclusión y archivo definitivo todos los
asuntos de su conocimiento de la materia administrativa, así como
los de la materias penal, civil y de trabajo que ya hubiesen sido
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [42]

listados, (aplazados o retirados), los relacionados, los turnados a


ponencia, los pendientes de cumplimentación, aquellos que la ley,
la jurisprudencia o la Suprema Corte de Justicia de la Nación
establezcan;
b) Remitir, dentro de los diez días hábiles siguientes, los asuntos
que correspondan a las materias penal y civil que se encuentren
turnados por la Oficina de Correspondencia Común, distintos a los
previstos en el inciso anterior, radicados y en trámite a la Oficina
de Correspondencia Común de los Tribunales Colegiados en
Materias Penal y Civil en la misma sede, para que ésta los reparta
en forma equitativa entre los órganos de dicha especialidad y se
equilibren las cargas de trabajo.
Asimismo, remitirá dentro de los diez días hábiles siguientes, los
asuntos que correspondan de la materia de trabajo que se
encuentren turnados por la Oficina de Correspondencia Común,
radicados y en trámite, distintos a los previstos en el inciso
anterior, directamente al Tribunal Colegiado en Materia Trabajo del
Vigésimo Circuito; y
c) Conservar los expedientes en archivo definitivo, manteniendo su
competencia mixta originaria para tramitar las actuaciones que con
posterioridad sean necesarias, independientemente del cambio de
denominación y competencia.
Si al momento de efectuarse el reparto de los asuntos a que se
refiere esta fracción, está pendiente el dictado de una resolución de
carácter urgente, el tribunal colegiado del conocimiento de origen
deberá proveer lo que en derecho proceda, hecho lo cual enviará el
asunto a la Oficina de Correspondencia Común de los Tribunales
Colegiados en Materias Penal y Civil del Vigésimo Circuito o al
Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo, según la materia de
especialidad que corresponda.
II. El Segundo y Tercer Tribunales Colegiados del Vigésimo
Circuito, que cambian de denominación a Primer y Segundo
Tribunales Colegiados en Materias Penal y Civil del mismo Circuito,
respectivamente, deberán:
a) Conservar hasta su conclusión y archivo definitivo todos los
asuntos de su conocimiento de las materias penal y civil, así como
los de las materias administrativa y de trabajo que ya hubiesen
sido listados, (aplazados o retirados), los relacionados, los
turnados a ponencia, los pendientes de cumplimentación, aquellos
que la ley, la jurisprudencia o la Suprema Corte de Justicia de la
Nación establezcan;
b) Remitir dentro de los diez días hábiles siguientes, los asuntos
que correspondan a la materia de trabajo que se encuentren
turnados por la Oficina de Correspondencia Común, radicados y en
trámite, distintos a los previstos en el inciso anterior, directamente
al Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Vigésimo Circuito.
Asimismo, remitirán dentro de los diez días hábiles siguientes, los
asuntos que correspondan de la materia administrativa que se
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [43]

encuentren turnados por la Oficina de


Correspondencia Común, radicados y en trámite,
distintos a los previstos en el inciso anterior,
directamente al Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Vigésimo Circuito; y
c) Conservar los expedientes en archivo definitivo, manteniendo su
competencia mixta originaria para tramitar las actuaciones que con
posterioridad sean necesarias, independientemente del cambio de
denominación y competencia.
Si al momento de efectuarse el reparto de los asuntos a que se
refiere esta fracción, está pendiente el dictado de una resolución de
carácter urgente, el tribunal colegiado del conocimiento de origen
deberá proveer lo que en derecho proceda, hecho lo cual enviará el
asunto al Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo o
Administrativa, según la materia de especialidad que corresponda;
y
III. El Cuarto Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito, que cambia
su denominación a Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del
propio Circuito, deberá:
a) Conservar hasta su conclusión y archivo definitivo todos los
asuntos de su conocimiento de la materia de trabajo, así como los
de las materias civil, penal y administrativa que ya hubiesen sido
listados (aplazados o retirados), los relacionados, los turnados a
ponencia, los pendientes de cumplimentación y aquellos que la ley,
la jurisprudencia o la Suprema Corte de Justicia de la Nación
establezcan;
b) Remitir, dentro de los diez días hábiles siguientes, los asuntos
que correspondan a las materias penal y civil que se encuentren
turnados por la oficina de correspondencia común, radicados y en
trámite, distintos a los previstos en el inciso anterior, a la Oficina
de Correspondencia Común de los Tribunales Colegiados en
Materias Penal y Civil del Vigésimo Circuito en la misma sede para
que ésta los reparta a los órganos de dicha especialidad en forma
equitativa y se equilibren las cargas de trabajo.
Asimismo, remitirán dentro de los diez días hábiles siguientes, los
asuntos que correspondan de la materia administrativa que se
encuentren turnados por la Oficina de Correspondencia Común,
radicados y en trámite, distintos a los previstos en el inciso
anterior, directamente al Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Vigésimo Circuito; y
c) Conservar todos los expedientes en archivo definitivo,
manteniendo su competencia mixta originaria para tramitar las
actuaciones que con posterioridad sean necesarias,
independientemente del cambio de denominación y competencia.
Si al momento de efectuarse el reparto de los asuntos a que refiere
esta fracción, está pendiente el dictado de una resolución de
carácter urgente, el tribunal colegiado del conocimiento de origen
deberá proveer lo que en derecho proceda, hecho lo cual enviará el
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [44]

asunto a la Oficina de Correspondencia Común de los Tribunales


Colegiados en Materias Penal y Civil del Vigésimo Circuito o al
Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, según la materia de
especialidad que corresponda.
Al momento del reparto de asuntos, todos los órganos
jurisdiccionales deberán remitir a la Dirección General de
Estadística Judicial, una relación de los expedientes que se
conservan y otra de los asuntos que remiten.
(…)”.

El Acuerdo General 43/2015 señala en su primer considerando


que el Consejo de la Judicatura Federal es el órgano encargado de la
administración, vigilancia, disciplina y carrera judicial de los tribunales
de Circuito y juzgados de Distrito, con independencia técnica, de
gestión y para emitir sus resoluciones; además, está facultado para
expedir acuerdos generales que permitan el adecuado ejercicio de sus
funciones; que dentro de sus atribuciones está la de determinar el
número, límites territoriales y, en su caso, especialización por materia
de los tribunales de circuito, así como dictar las disposiciones
necesarias para regular el turno de los asuntos de su competencia,
cuando en un mismo lugar haya varios de ellos; y que el segundo
párrafo del artículo 17 constitucional establece que los tribunales
estarán expeditos para impartir justicia en los plazos y términos que
fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta,
completa, imparcial y gratuita; contribuyendo la especialización de los
órganos jurisdiccionales a la eficiencia en el trámite de los asuntos y
en la calidad de las resoluciones que se emiten, al agrupar el estudio
de los diversos temas jurídicos en las ramas específicas del derecho.

También se tiene que en su artículo 1 señala la nueva


denominación de los tribunales colegiados del vigésimo circuito, con
motivo de su especialización, indicando con apoyo en la Ley Orgánica
del Poder Judicial de la Federación, qué tipo de asuntos por materia
corresponderá conocer a esos órganos jurisdiccionales.
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [45]

Pero de manera destacada su artículo 3


ordena que desde la fecha señalada en el diverso 1
del propio Acuerdo, los tribunales colegiados
procederán de la manera que ahí enumera, para el caso, la fracción II
prevé que el Segundo y Tercer Tribunales Colegiados del Vigésimo
Circuito, que cambian de denominación a Primer y Segundo
Tribunales Colegiados en Materias Penal y Civil del mismo Circuito,
respectivamente, deberán conservar hasta su conclusión y archivo
definitivo todos los asuntos de su conocimiento de las materias penal y
civil, así como los de las materias administrativa y de trabajo que ya
hubiesen sido listados (aplazados o retirados), los relacionados, los
turnados a ponencia, los pendientes de cumplimentación y aquellos
que la ley, la jurisprudencia o la Suprema Corte de Justicia de la
Nación establezcan.

Ahora bien, en el recurso la quejosa afirmó que el Acuerdo


General 43/2015 contraviene los artículos 103, fracción I y 107,
fracciones V, inciso b) y VI de la Constitución Federal; 170 de la Ley
de Amparo y 37, fracción I, inciso b) de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación, disposiciones cuyo contenido ya se explicó
en los párrafos que anteceden, por cuanto corresponden al
fundamento utilizado por el Tribunal Colegiado para sustentar su
competencia.

Las transgresiones a que se refiere la recurrente las relaciona a


su vez con los principios de legalidad y seguridad jurídica que
protegen los artículos 14 y 16 constitucional; de acuerdo con estas
disposiciones esos principios exigen que las facultades atribuidas a las
autoridades encargadas de la aplicación de la ley deban estar
determinadas en el propio texto legal, a fin de no dejar ningún
elemento al arbitrio de la autoridad, pues sólo de esa manera los
gobernados pueden saber de antemano lo que les obliga por voluntad
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [46]

del legislador, por qué motivos y en qué medida, y a la autoridad, en


cambio, sólo queda aplicar lo que la norma le ordena.

Esto es así, porque en un sistema de derecho como el nuestro,


no se permite la afectación a la esfera jurídica de una persona por
actos de autoridades que no estén facultadas expresamente por la ley
para realizarlos, pues es principio general de derecho que, en
salvaguarda de la legalidad, la autoridad sólo puede hacer lo que la ley
le autoriza; por tanto, las facultades de las autoridades deben estar
consignadas en el texto de la ley puesto que, de otro modo, se les
dotaría de un poder arbitrario, incompatible con el régimen de
legalidad. En otras palabras, la garantía que establece el artículo 16
constitucional, demuestra que la competencia de las autoridades es un
elemento esencial del acto que lleven a cabo para su validez jurídica12.

Por último, en los agravios también se alude a los límites de la


llamada facultad reglamentaria, es decir, el de reserva de ley y de
subordinación jerárquica, que si bien corresponden a la facultad del
Poder Ejecutivo para emitir reglamentos, sus características orientan
en la emisión de disposiciones administrativas de carácter general,
pues por virtud de éstos se prohíbe que el reglamento u ordenamiento
aborde materias reservadas en exclusiva a las leyes del Congreso
(reserva de ley); y que esté precedido por una ley cuyas disposiciones

12
“AUTORIDADES INCOMPETENTES. SUS ACTOS NO PRODUCEN EFECTO ALGUNO. La garantía que
establece el artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, denota que la
competencia de las autoridades es uno de los elementos esenciales del acto administrativo. Entre sus
características destacan las siguientes: a) requiere siempre de un texto expreso para poder existir; b) su
ejercicio es obligatorio para el órgano al cual se atribuye y c) participa de la misma naturaleza de los actos
jurídicos y abstractos, en el sentido de que al ser creada la esfera de competencia, se refiere a un número
indeterminado o indeterminable de casos y su ejercicio es permanente porque no se extingue en cada
hipótesis. Ahora bien, estas características encuentran su fundamento en el principio de legalidad, según el
cual, las autoridades del Estado sólo pueden actuar cuando la ley se los permite, en la forma y términos que la
misma determina, de tal manera que esta garantía concierne a la competencia del órgano del Estado como la
suma de facultades que la ley le da para ejercer ciertas atribuciones. Este principio se encuentra íntimamente
adminiculado a la garantía de fundamentación y motivación, que reviste dos aspectos: el formal que exige a la
autoridad la invocación de los preceptos en que funde su competencia al emitir el acto y el material que exige
que los hechos encuadren en las hipótesis previstas en las normas. En este sentido, como la competencia de
la autoridad es un requisito esencial para la validez jurídica del acto, si éste es emitido por una autoridad
cuyas facultades no encuadran en las hipótesis previstas en las normas que fundaron su decisión, es claro
que no puede producir ningún efecto jurídico respecto de aquellos individuos contra quienes se dicte,
quedando en situación como si el acto nunca hubiera existido”. (Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Segunda Sala, tipo de tesis: aislada, tomo XIV, octubre de 2001, tesis: 2a.
CXCVI/2001, página: 429, registro digital: 188678).
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [47]

desarrolle, complemente o pormenorice y en las


que encuentre su justificación y medida
(subordinación jerárquica)13.

Precisado lo anterior, esta Segunda Sala determina que el


Acuerdo General 43/2015 del Pleno del Consejo de la Judicatura
Federal no contraviene la Constitución Federal; primero porque el
artículo 94, párrafos segundo y sexto de ésta, establece que
corresponde a dicho Consejo la administración, vigilancia y disciplina
del Poder Judicial de la Federación, con excepción de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, así como tiene la atribución de
determinar el número, división de circuitos, competencia territorial y
especialización por materias de los tribunales colegiados y unitarios de
circuito y de los juzgados de distrito; y el diverso 100 en su párrafo
octavo dispone que estará facultado para expedir acuerdos generales
para el adecuado ejercicio de sus funciones.

Atribuciones que a su vez se regulan en el artículo 81, fracciones


II, IV y V de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, que
prevé como atribuciones del Consejo de la Judicatura Federal, para el
caso, la de expedir acuerdos generales necesarios para el adecuado
ejercicio de sus atribuciones, determinar el número y los límites
territoriales de los circuitos en que se divida el territorio de la
República, así como el número y, en su caso, especialización por
materia de los tribunales colegiados y unitarios.

Esto significa que el Consejo de la Judicatura Federal tiene la


atribución constitucional de expedir acuerdos generales que le
13
Ilustran lo anterior las jurisprudencias cuyo rubro y datos de localización son del tenor siguiente:
“FACULTAD REGLAMENTARIA DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA. PRINCIPIOS QUE LA RIGEN”.
(Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Segunda Sala, jurisprudencia, tomo IX,
abril de 1999, tesis: 2a./J. 29/99, página: 70, registro digital: 194159); “FACULTAD REGLAMENTARIA DEL
PODER EJECUTIVO FEDERAL. SUS PRINCIPIOS Y LIMITACIONES”. (Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Pleno, jurisprudencia, tomo XXX, agosto de 2009, tesis: P./J.
79/2009, página: 1067, registro digital: 166655); y “FACULTAD REGLAMENTARIA. SUS LÍMITES”.
(Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Pleno, jurisprudencia, tomo XXV, mayo de
2007, tesis: P./J. 30/2007, página: 1515, registro digital: 172521).
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [48]

permiten regular de manera específica aquellas distintas atribuciones


que la Constitución le otorga, como lo es la consistente en determinar
el número, división de circuitos, competencia territorial y
especialización por materias de los órganos jurisdiccionales que
comprende el Poder Judicial de la Federación.

En otras palabras el Acuerdo General 43/2015 que se cuestiona,


se emitió en ejercicio de las facultades constitucionales y legales ya
referidas, y de su contenido no se advierte inobservancia a los
principios de reserva de ley y de subordinación jerárquica; es decir, el
Consejo de la Judicatura Federal tiene la atribución específica para
emitir acuerdos generales que, como en el caso, se refieran a la
especialización por materia de los tribunales colegiados de circuito y
no se advierte elemento alguno que evidencie que haya rebasado la
Constitución Federal y las leyes ordinarias aplicables.

Ahora bien, el alegato concreto de la quejosa consiste en que el


Acuerdo General 43/2015 es inconstitucional porque con base en éste
se permitió que un tribunal colegiado competente en materias penal y
civil resolviera un asunto de la materia administrativa, cuando el propio
Acuerdo General ya prevé la existencia de un tribunal colegiado en
materia administrativa en el Vigésimo Circuito. Sin embargo, la
regulación de la que se duele no resulta violatoria de aquellos
preceptos constitucionales y legales que precisan la competencia de
esos órganos jurisdiccionales por materias, en virtud de que éstos
tienen competencia general para conocer del juicio de amparo directo
y esto explica que con anterioridad, en el Vigésimo Circuito existieran
tribunales colegiados que podían conocer de todas las materias;
entonces, en principio, esos órganos tienen una competencia genérica
para conocer de juicios de amparo y el hecho de que ahora exista una
especialización en ese Circuito no se traduce en la incompetencia del
órgano que resolvió el amparo, pues debe entenderse que la regla
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [49]

contenida en el artículo 3, fracción II, inciso a) del


Acuerdo General combatido se plasmó para
establecer un orden en la resolución de los asuntos
que se resuelven en ese Circuito.

En efecto, esa disposición establece que el Segundo y Tercer


Tribunales Colegiados del Vigésimo Circuito, cambiarán de
denominación a Primer y Segundo Tribunales Colegiados en Materias
Penal y Civil del mismo Circuito, respectivamente y que deberán
conservar hasta su conclusión y archivo definitivo todos los asuntos de
su conocimiento de las materias penal y civil, así como los de las
materias administrativa y de trabajo que ya hubiesen sido listados,
(aplazados o retirados), los relacionados, los turnados a ponencia, los
pendientes de cumplimentación, y los que la ley, la jurisprudencia o la
Suprema Corte de Justicia de la Nación establezcan; reglas que, como
se apuntó, obedecen a una necesidad de orden en el envío y
resolución de los asuntos por materias, y que se plasmó en el Acuerdo
combatido en ejercicio de aquella atribución que le permite al Consejo
de la Judicatura fijar la competencia de los tribunales colegiados por
razones de materia.

Es verdad que por virtud de la especialización por materia,


asuntos como el que ahora nos ocupa correspondía a la competencia
de un tribunal colegiado en materia administrativa; empero, el
presupuesto fundamental de competencia descansa en que el amparo
directo lo debe resolver un tribunal colegiado de circuito, y esto
aunado a las medidas que puede adoptar el Consejo de la Judicatura
para la mejor distribución y resolución de los asuntos, permite concluir
que el Acuerdo General no es inconstitucional ya que ese órgano tiene
atribuciones para emitir acuerdos generales en los que regule entre
otros, la competencia y especialización por materias de los tribunales
colegiados; pero sobre todo, la competencia que se dejó al Tribunal en
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [50]

Materias Penal y Civil tuvo como objetivo establecer un orden en la


resolución de aquellos expedientes que ya habían sido turnados a los
tribunales colegiados de competencia mixta del Vigésimo Circuito.

Por tanto, es constitucional el “Acuerdo General 43/2015 del


Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, relativo a la
especialización y cambio de denominación de los Tribunales
Colegiados del Vigésimo Circuito con sede en Tuxtla Gutiérrez,
Chiapas; a las reglas de turno, sistema de recepción y distribución de
asuntos entre los mencionados Órganos Colegiados, así como al
cambio de denominación de la actual oficina de correspondencia
común de los Tribunales Colegiados referidos”; y, desde luego, el
Primer Tribunal Colegiado en Materias Penal y Civil del Vigésimo
Circuito, tuvo la competencia para resolver el juicio de amparo que nos
ocupa.

En otro orden de ideas tampoco asiste la razón a la quejosa


recurrente en cuanto argumenta que el artículo 49 de la Ley Federal
de Procedimiento Contencioso Administrativo viola el diverso 17
constitucional, porque prevé el término de sesenta días para el dictado
de la sentencia, sin embargo no establece consecuencia alguna con
motivo de su inobservancia, por lo que se viola la Constitución Federal
que, en ese precepto, ordena que la justicia deberá ser pronta y
expedita y que las autoridades correspondientes deberán resolver los
asuntos sometidos a su conocimiento en breve término, por lo que si el
artículo 49 cuestionado fija un plazo para la emisión de una sentencia
esa regla debe observarse. Y, a pesar de ello, el Tribunal Colegiado
considera que queda al libre albedrio de la autoridad si cumple o no
con dicho ordenamiento, pero no tomó en cuenta que la inobservancia
al plazo convierte en ilegal a la sentencia reclamada.
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [51]

Agrega que la disposición combatida no sólo


viola el artículo 17 constitucional, sino también el
principio de igualdad, en virtud de que provoca un
trato desigual entre las partes, es decir, si el particular deja de
observar los plazos que prevé la ley, sufre consecuencias con ello,
empero, si el órgano jurisdiccional no observa el término de sesenta
días para el dictado de la sentencia, no opera consecuencia alguna, lo
que provoca además que el juzgador queda en libertad de decidir
cuándo resuelve el juicio sometido a su consideración; aspecto este
último que no fue motivo de pronunciamiento por el Tribunal
Colegiado. Por ello, el artículo 49 de la Ley Federal de Procedimiento
Contencioso Administrativo viola los artículos 1 y 17 de la Constitución
Federal.

El artículo 49 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso


Administrativo en su texto vigente en la fecha en que se dictó la
sentencia reclamada14, es del tenor siguiente:

“Artículo 49. La sentencia se pronunciará por unanimidad o


mayoría de votos de los magistrados integrantes de la Sala, dentro
de los sesenta días siguientes a aquél en que se dicte el acuerdo
de cierre de instrucción en el juicio. Para este efecto el Magistrado
Instructor formulará el proyecto respectivo dentro de los cuarenta y
cinco días siguientes a aquél en que se dictó dicho acuerdo. Para
dictar resolución en los casos de sobreseimiento por alguna de las
causas previstas en el artículo 9o. de esta Ley, no será necesario
que se hubiese cerrado la instrucción.
El plazo para que el magistrado ponente del Pleno o de la Sección
formule su proyecto, empezará a correr a partir de que tenga en su
poder el expediente integrado.
Cuando la mayoría de los magistrados estén de acuerdo con el
proyecto, el magistrado disidente podrá limitarse a expresar que
vota total o parcialmente en contra del proyecto o formular voto

14
Por Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el trece de junio de dos mil dieciséis, se reformó
el primer párrafo del precepto reclamado, para quedar en los siguientes términos:
“Artículo 49. La sentencia se pronunciará por unanimidad o mayoría de votos de los Magistrados integrantes
de la sala, dentro de los cuarenta y cinco días siguientes a aquél en que haya quedado cerrada la instrucción
en el juicio. Para este efecto, el Magistrado Instructor formulará el proyecto respectivo dentro de los treinta
días siguientes al cierre de instrucción. Para dictar resolución en los casos de sobreseimiento, por alguna de
las causas previstas en el artículo 9o. de esta Ley, no será necesario que se hubiese cerrado la instrucción.
(…)”.
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [52]

particular razonado, el que deberá presentar en un plazo que no


exceda de diez días.
Si el proyecto no fue aceptado por los otros magistrados del Pleno,
Sección o Sala, el magistrado ponente o instructor engrosará el
fallo con los argumentos de la mayoría y el proyecto podrá quedar
como voto particular”.

La disposición forma parte del Capítulo VIII del Título II del


ordenamiento reclamado; ese Capítulo prevé todas las reglas sobre la
sentencia; y del precepto cuestionado importa lo previsto en su párrafo
primero que establece que la sentencia en el juicio contencioso se
pronunciará por unanimidad o mayoría de votos de los magistrados
integrantes de la sala, dentro de los sesenta días siguientes a aquél en
que se dicte el acuerdo de cierre de instrucción.

Por otro lado, el segundo párrafo del artículo 17 de la


Constitución Federal establece que toda persona tiene derecho a que
se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para
impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus
resoluciones de manera pronta, completa e imparcial15. Es decir,
establece el derecho de acceso a la justicia según el cual cuando
alguna persona vea conculcado alguno de sus derechos puede acudir
ante los tribunales a fin de que se le administre justicia conforme a los
términos y plazos que establezcan las leyes, la cual deberá ser pronta,
completa, imparcial y gratuita.

El derecho de acceso a la justicia se satisface no por el mero


hecho de que algún recurso jurisdiccional esté previsto en la
legislación del Estado, sino que ese recurso debe ser efectivo en la
medida en que el justiciable, de cumplir con los requisitos justificados
constitucionalmente, pueda obtener una resolución en la que,

15
“Artículo 17. Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su
derecho.
Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirla
en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e
imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales.
(…)”.
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [53]

mediante la aplicación de la ley al caso concreto,


se resuelva si le asiste o no la razón sobre los
derechos cuya tutela jurisdiccional ha solicitado.

Del mismo modo, la impartición de justicia debe sujetarse a los


plazos y términos que fijen las leyes, es decir, la regulación de los
respectivos procedimientos jurisdiccionales debe garantizar a los
gobernados un efectivo acceso a la justicia, por lo que los requisitos o
presupuestos que condicionan la obtención de una resolución sobre el
fondo de lo pedido deben encontrarse justificados constitucionalmente,
lo que sucede, entre otros casos, cuando tienden a generar seguridad
jurídica a los gobernados que acudan como partes a la contienda, o
cuando permiten la emisión de resoluciones prontas y expeditas,
siempre y cuando no lleguen al extremo de hacer nugatorio el derecho
cuya tutela se pretende16.

En relación con la obligación que con motivo de ese derecho se


impone al Estado, esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación ha derivado cuatro principios que contribuyen a dar
efectividad a la posibilidad de que el gobernado acuda a los tribunales
solicitando que éstos impartan justicia. Esos principios son los
siguientes:
16
En este sentido se ha pronunciado el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la
jurisprudencia P./J. 113/2001, que indica: “JUSTICIA, ACCESO A LA. LA POTESTAD QUE SE OTORGA AL
LEGISLADOR EN EL ARTÍCULO 17 DE LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA REPÚBLICA, PARA FIJAR
LOS PLAZOS Y TÉRMINOS CONFORME A LOS CUALES AQUÉLLA SE ADMINISTRARÁ NO ES
ILIMITADA, POR LO QUE LOS PRESUPUESTOS O REQUISITOS LEGALES QUE SE ESTABLEZCAN
PARA OBTENER ANTE UN TRIBUNAL UNA RESOLUCIÓN SOBRE EL FONDO DE LO PEDIDO DEBEN
ENCONTRAR JUSTIFICACIÓN CONSTITUCIONAL. De la interpretación de lo dispuesto en el artículo 17,
párrafo segundo, de la Constitución General de la República se advierte que en ese numeral se garantiza a
favor de los gobernados el acceso efectivo a la justicia, derecho fundamental que consiste en la posibilidad de
ser parte dentro de un proceso y a promover la actividad jurisdiccional que, una vez cumplidos los respectivos
requisitos procesales, permita obtener una decisión en la que se resuelva sobre las pretensiones deducidas, y
si bien en ese precepto se deja a la voluntad del legislador establecer los plazos y términos conforme a los
cuales se administrará la justicia, debe estimarse que en la regulación respectiva puede limitarse esa
prerrogativa fundamental, con el fin de lograr que las instancias de justicia constituyan el mecanismo expedito,
eficaz y confiable al que los gobernados acudan para dirimir cualquiera de los conflictos que deriven de las
relaciones jurídicas que entablan, siempre y cuando las condiciones o presupuestos procesales que se
establezcan encuentren sustento en los diversos principios o derechos consagrados en la propia Constitución
General de la República; por ende, para determinar si en un caso concreto la condición o presupuesto
procesal establecidos por el legislador ordinario se apegan a lo dispuesto en la Norma Fundamental deberá
tomarse en cuenta, entre otras circunstancias, la naturaleza de la relación jurídica de la que derivan las
prerrogativas cuya tutela se solicita y el contexto constitucional en el que ésta se da”. (Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Novena Época, Pleno, tomo XIV, septiembre de 2001, página 5, registro digital:
188804).
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [54]

 Justicia pronta, que se traduce en la obligación de las


autoridades encargadas de su impartición, de resolver las
controversias ante ellas planteadas, dentro de los términos y
plazos que para tal efecto establezcan las leyes.

 Justicia completa, el cual obliga a que la autoridad que conoce


del asunto, emita pronunciamiento respecto de todos y cada uno
de los aspectos debatidos cuyo estudio sea necesario, y
garantice al gobernado la obtención de una resolución en la que,
mediante la aplicación de la ley al caso concreto, se resuelva si
le asiste o no la razón sobre los derechos que le garanticen la
tutela jurisdiccional que ha solicitado;

 Justicia imparcial, obliga a que el juzgador emita una resolución


apegada a derecho, sin favoritismo respecto de alguna de las
partes o arbitrariedad en su sentido; y

 Justicia gratuita, estriba en que los órganos del Estado


encargados de su impartición, así como los servidores públicos a
quienes se les encomienda dicha función, no cobrarán a las
partes en conflicto emolumento alguno por la prestación de ese
servicio público.

Lo anterior deriva de la jurisprudencia 2a./J. 192/2007 que se


reproduce a continuación:

“ACCESO A LA IMPARTICIÓN DE JUSTICIA. EL ARTÍCULO 17 DE


LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS ESTABLECE DIVERSOS PRINCIPIOS QUE INTEGRAN
LA GARANTÍA INDIVIDUAL RELATIVA, A CUYA OBSERVANCIA
ESTÁN OBLIGADAS LAS AUTORIDADES QUE REALIZAN ACTOS
MATERIALMENTE JURISDICCIONALES. La garantía individual de
acceso a la impartición de justicia consagra a favor de los
gobernados los siguientes principios: 1. De justicia pronta, que se
traduce en la obligación de las autoridades encargadas de su
impartición de resolver las controversias ante ellas planteadas,
dentro de los términos y plazos que para tal efecto establezcan las
leyes; 2. De justicia completa, consistente en que la autoridad que
conoce del asunto emita pronunciamiento respecto de todos y
cada uno de los aspectos debatidos cuyo estudio sea necesario, y
garantice al gobernado la obtención de una resolución en la que,
mediante la aplicación de la ley al caso concreto, se resuelva si le
asiste o no la razón sobre los derechos que le garanticen la tutela
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [55]

jurisdiccional que ha solicitado; 3. De justicia


imparcial, que significa que el juzgador emita una
resolución apegada a derecho, y sin favoritismo
respecto de alguna de las partes o arbitrariedad en
su sentido; y, 4. De justicia gratuita, que estriba en
que los órganos del Estado encargados de su impartición, así
como los servidores públicos a quienes se les encomienda dicha
función, no cobrarán a las partes en conflicto emolumento alguno
por la prestación de ese servicio público. Ahora bien, si la citada
garantía constitucional está encaminada a asegurar que las
autoridades encargadas de aplicarla lo hagan de manera pronta,
completa, gratuita e imparcial, es claro que las autoridades que se
encuentran obligadas a la observancia de la totalidad de los
derechos que la integran son todas aquellas que realizan actos
materialmente jurisdiccionales, es decir, las que en su ámbito de
competencia tienen la atribución necesaria para dirimir un conflicto
suscitado entre diversos sujetos de derecho, independientemente
de que se trate de órganos judiciales, o bien, sólo materialmente
jurisdiccionales”. (Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, de esta Segunda Sala, tomo XXVI, de octubre de 2007,
página 209, registro digital: 171257).

Importa para el caso el principio de justicia pronta que, como se


apuntó, exige al juzgador resolver los litigios sometidos a su
consideración dentro los términos y plazos que establezcan las leyes;
en el caso, la norma cuestionada establece un plazo para la resolución
del juicio contencioso administrativo, sin embargo, no prevé
consecuencia alguna para el caso de que no se observe el plazo de
sesenta días a que se refiere la norma.

También se debe precisar que una sentencia es el acto jurídico


dentro de un proceso, a cargo del juzgador, por el cual decide la
controversia sometida a su consideración, es pues el acto final que da
solución a un litigio; por ello, el artículo 220 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, que distingue entre distintas resoluciones
judiciales, prevé que las sentencias son aquellas que decisión el fondo
del negocio17.

17
“Artículo 220. Las resoluciones judiciales son decretos, autos o sentencias; decretos, si se refieren a
simples determinaciones de trámite; autos cuando decidan cualquier punto dentro del negocio, y sentencias,
cuando decidan el fondo del negocio”.
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [56]

Ahora es necesario tomar en cuenta lo contemplado en los


artículos 55 y 56 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso
Administrativo, en los cuales el legislador previó la excitativa de justicia
para el caso de que el magistrado responsable no formule el proyecto
de sentencia en el plazo respectivo, referencia que evidencia la
preocupación del legislador por establecer algún tipo de medida que
conduzca al juzgador a someterse al plazo indicado; y, como se
observará, esa regulación no llega al extremo de impedir el dictado de
la sentencia o de fijar alguna consecuencia que terminara afectando
los intereses del gobernado.

Las disposiciones indicadas son del tenor siguiente:

“Artículo 55. Las partes podrán formular excitativa de justicia ante


el Presidente del Tribunal, si el magistrado responsable no formula
el proyecto respectivo dentro del plazo señalado en esta Ley”.

“Artículo 56. Recibida la excitativa de justicia, el Presidente del


Tribunal, solicitará informe al magistrado responsable que
corresponda, quien deberá rendirlo en el plazo de cinco días. El
Presidente dará cuenta al Pleno y si éste encuentra fundada la
excitativa, otorgará un plazo que no excederá de quince días para
que el magistrado formule el proyecto respectivo. Si el mismo no
cumpliere con dicha obligación, será sustituido en los términos de
la Ley Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y
Administrativa.
En el supuesto de que la excitativa se promueva por no haberse
dictado sentencia, a pesar de existir el proyecto del magistrado
responsable, el informe a que se refiere el párrafo anterior, se
pedirá al Presidente de la Sala o Sección respectiva, para que lo
rinda en el plazo de tres días, y en el caso de que el Pleno
considere fundada la excitativa, concederá un plazo de diez días a
la Sala o Sección para que dicte la sentencia y si ésta no lo hace,
se podrá sustituir a los magistrados renuentes o cambiar de
Sección.
Cuando un magistrado, en dos ocasiones hubiere sido sustituido
conforme a este precepto, el Presidente del Tribunal podrá poner el
hecho en conocimiento del Presidente de la República”.
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La lectura sistemática de los artículos 49, 55


y 56 de la Ley Federal de Procedimiento
Contencioso Administrativo, demuestra que el
primero de ellos no es inconstitucional, ya que su análisis conjunto
sirve para acreditar que el legislador sí estableció medidas para el
caso de que no dicte sentencia en el plazo de sesenta días previsto en
la norma reclamada, pues otorga el derecho a las partes para formular
excitativa de justicia ante el Presidente del Tribunal, es decir, que ello
puede ocurrir cuando el magistrado responsable no formule el
proyecto respectivo, para lo cual prevé un procedimiento en los
siguientes términos:

 Recibida la excitativa de justicia, el Presidente del Tribunal


solicitará informe al magistrado responsable, quien deberá
rendirlo en el plazo de cinco días;
 Concluido el plazo el Presidente dará cuenta al Pleno y si
fuere fundada la excitativa, otorgará un plazo que no excederá
de quince días para que el magistrado formule el proyecto
respectivo;
 Si lo anterior no se cumple el magistrado responsable será
sustituido en los términos de la Ley Orgánica del Tribunal
Federal de Justicia Fiscal y Administrativa; y,
 Cuando un magistrado, en dos ocasiones hubiere sido
sustituido conforme a este precepto, el Presidente del Tribunal
podrá poner el hecho en conocimiento del Presidente de la
República.

Cabe destacar que similar situación ocurre cuando la excitativa


se promueva por no haberse dictado sentencia, a pesar de existir
proyecto, supuesto en el cual el informe se pedirá al Presidente de la
Sala o Sección respectiva, para que lo rinda en el plazo de tres días y,
de ser fundada la excitativa se concederá un plazo de diez días para
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [58]

que se dicte sentencia y si ello no se hace se podrá sustituir a los


magistrados renuentes o cambiar de sección.

Esto demuestra que no existe la laguna o deficiencia a que alude


la recurrente, pues si falta proyecto a cargo del magistrado
responsable, o si la sentencia no se dicta en el plazo que exige la ley,
el interesado puede formular excitativa de justicia que, de ser fundada,
genera las consecuencias ya descritas. En otras palabras, el legislador
adoptó medidas para la debida observancia del plazo que prevé la
norma reclamada, pero sobre todo que éstas tienen como objetivo
lograr el dictado de la sentencia, ya que es esto lo que se traduce en
una plena observancia al principio de acceso a la justicia.

Aún más, no existe transgresión al derecho a la tutela judicial


efectiva que protege el artículo 17 de la Constitución Federal, porque
éste implica la resolución del proceso dentro de los términos y plazos
que establezcan las leyes, y la disposición combatida cumplen con ese
mandato en la medida que prevé un plazo para el dictado de la
sentencia; y si bien el legislador no plasmó alguna otra consecuencia
que se aplicara por la inobservancia a dicho plazo, no significa
violación al derecho fundamental referido porque una sentencia, como
se apuntó, es el acto jurídico por el cual se resuelve un proceso, una
controversia en la que se encuentran involucrados los intereses de las
partes y esta circunstancia es la que explica que no exista alguna otra
hipótesis en caso de incumplimiento al plazo, porque todo proceso en
cumplimiento al derecho de acceso a la justicia, debe culminar con
una sentencia; de ahí que si se estableciera algún tipo de supuesto
normativo que afectara ese pronunciamiento, como podría ser que,
vencido el plazo no se dictara sentencia, se estarían afectando los
intereses y los distintos derechos en litigio en el juicio contencioso, lo
que sería completamente violatorio del artículo 17 constitucional.
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Incluso, lo antedicho está vinculado con el


principio de seguridad jurídica, porque en atención
a éste las partes en un proceso contencioso
administrativo tienen el derecho a que su situación jurídica se vea
definida en ese juicio, lo que necesariamente se logra con el dictado
de la sentencia que lo resuelva, pero sobre todo el legislador buscó
salvaguardar los intereses en conflicto que caracterizan a todo
proceso, lo que explica que no haya plasmado hipótesis alguna para el
caso de que no se observe el plazo de sesenta días.

Por ende, el artículo 49 de la Ley Federal de Procedimiento


Contencioso Administrativo, no viola el derecho a la tutela judicial
efectiva que protege el diverso 17 constitucional.

Por otra parte, asiste la razón a la quejosa en cuanto indica que


el Tribunal Colegiado no se pronunció sobre la violación al derecho a
la igualdad, pues de la lectura a la sentencia recurrida no se aprecia
referencia alguna.

Sin embargo, el análisis directo de esa argumentación conduce a


esta Sala a declarar infundado el concepto de violación en donde la
recurrente argumenta que el artículo 49 de la Ley reclamada,
contraviene el principio de igualdad porque no trata igual a las partes
en el juicio contencioso, es decir, si el juzgador inobserva el plazo de
sesenta días para el dictado de la sentencia, la disposición no prevé
sanción alguna, lo que no ocurre con los particulares, quienes deben
observar todos los términos procesales que establezca la ley.

Al respecto, es importante expresar que en reiterados criterios de


este Alto Tribunal, se ha establecido que la garantía de igualdad no se
reduce a un juicio abstracto, sino que es necesario precisar un término
de comparación que permita establecer si los quejosos se encuentran
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [60]

o no en una situación de igualdad respecto de otros individuos sujetos


a diverso régimen, de manera que si el quejoso no se encuentra en
una situación diferente, no comparable, respecto de quienes afirma
que existe un trato desigual, no se podrá considerar que el acto
impugnado incide en el derecho a la igualdad.

Así lo sostuvo esta Segunda Sala en la jurisprudencia 2a./J.


42/2010, cuyo rubro es el siguiente:

“IGUALDAD. CRITERIOS QUE DEBEN OBSERVARSE EN EL


CONTROL DE LA CONSTITUCIONALIDAD DE NORMAS QUE SE
ESTIMAN VIOLATORIAS DE DICHA GARANTÍA. La igualdad
normativa presupone necesariamente una comparación entre dos o
más regímenes jurídicos, ya que un régimen jurídico no es
discriminatorio en sí mismo, sino únicamente en relación con otro.
Por ello, el control de la constitucionalidad de normas que se
estiman violatorias de la garantía de igualdad no se reduce a un
juicio abstracto de adecuación entre la norma impugnada y el
precepto constitucional que sirve de parámetro, sino que incluye
otro régimen jurídico que funciona como punto de referencia a la
luz de un término de comparación relevante para el caso concreto.
Por tanto, el primer criterio para analizar una norma a la luz de la
garantía de igualdad consiste en elegir el término de comparación
apropiado, que permita comparar a los sujetos desde un
determinado punto de vista y, con base en éste, establecer si se
encuentran o no en una situación de igualdad respecto de otros
individuos sujetos a diverso régimen y si el trato que se les da, con
base en el propio término de comparación, es diferente. En caso de
que los sujetos comparados no sean iguales o no sean tratados de
manera desigual, no habrá violación a la garantía individual. Así,
una vez establecida la situación de igualdad y la diferencia de trato,
debe determinarse si la diferenciación persigue una finalidad
constitucionalmente válida. Al respecto, debe considerarse que la
posición constitucional del legislador no exige que toda
diferenciación normativa esté amparada en permisos de
diferenciación derivados del propio texto constitucional, sino que
es suficiente que la finalidad perseguida sea constitucionalmente
aceptable, salvo que se trate de una de las prohibiciones
específicas de discriminación contenidas en el artículo 1o., primer
y tercer párrafos, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, pues respecto de éstas no basta que el fin buscado sea
constitucionalmente aceptable, sino que es imperativo. La
siguiente exigencia de la garantía de igualdad es que la
diferenciación cuestionada sea adecuada para el logro del fin
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [61]

legítimo buscado; es decir, que la medida sea capaz


de causar su objetivo, bastando para ello una
aptitud o posibilidad de cumplimiento, sin que sea
exigible que los medios se adecuen estrechamente
o estén diseñados exactamente para lograr el fin en
comento. En este sentido, no se cumplirá el requisito de
adecuación cuando la medida legislativa no contribuya a la
obtención de su fin inmediato. Tratándose de las prohibiciones
concretas de discriminación, en cambio, será necesario analizar
con mayor intensidad la adecuación, siendo obligado que la
medida esté directamente conectada con el fin perseguido.
Finalmente, debe determinarse si la medida legislativa de que se
trate resulta proporcional, es decir, si guarda una relación
razonable con el fin que se procura alcanzar, lo que supone una
ponderación entre sus ventajas y desventajas, a efecto de
comprobar que los perjuicios ocasionados por el trato diferenciado
no sean desproporcionados con respecto a los objetivos
perseguidos. De ahí que el juicio de proporcionalidad exija
comprobar si el trato desigual resulta tolerable, teniendo en cuenta
la importancia del fin perseguido, en el entendido de que mientras
más alta sea la jerarquía del interés tutelado, mayor puede ser la
diferencia”. (Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, Segunda Sala, jurisprudencia, tomo XXXI, abril de 2010, tesis
2a./J. 42/2010, página 427, registro digital: 164779).

El criterio invocado, da solución al problema planteado, en virtud


de que la recurrente parte de una premisa errónea al estimar que el
juzgador se encuentra en una situación de igualdad con las partes,
cuando ello no es así.

De acuerdo con la doctrina18 el juez y las partes son sujetos


procesales, pues intervienen en un proceso; sin embargo, el juzgador
es aquel al que le corresponde resolver el litigio, de donde se entiende
imparcial, pero sobre todo, se entiende que no tiene interés jurídico en
las pretensiones que se discuten en el juicio. Esa es la diferencia
precisamente con las partes, actor y demandado, que son aquellos
sujetos del proceso que tienen interés jurídico en el litigio,
circunstancia que demuestra que no se encuentran en un plano de
igualdad el juez y las partes.

18
Ovalle Favela, José, Teoría General del proceso, México, Oxford, 2001, p. 204.
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [62]

De ahí que resulte infundado el argumento en el sentido de que


se viola el derecho de igualdad, pues las reglas que contiene la Ley
Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo destinadas a
cada uno de los sujetos procesales guardan diferencias porque el juez
y las partes en un proceso no son iguales; de ahí que esos distintos
tratamientos, pero sobre todo lo dispuesto en el artículo 49 de ese
ordenamiento, no implique violación alguna al derecho de igualdad.

Finalmente, resultan inoperantes los restantes agravios que hace


valer el recurrente, concretamente aquellos resumidos a partir del
punto tres de la síntesis contenida en el considerando tercero, ya que
en ellos combate por razones de legalidad la sentencia reclamada y la
sentencia recurrida, argumentando básicamente que para su emisión
no se observó el principio de congruencia que rige para su emisión,
además de cuestionar enfáticamente que la Sala responsable resolvió
el juicio contencioso fuera del plazo que le establece el artículo 49 de
la Ley Federal del Procedimiento Contencioso Administrativo; lo que
evidencia que dichas argumentaciones atañen a cuestiones de
legalidad, como la propia quejosa lo destacó al formular los agravios
respectivos; por ello, lo planteado en ese sentido no es susceptible de
ser analizados en esta instancia.

Al respecto, tiene aplicación la jurisprudencia 2a./J. 56/2016


(10a.) de esta Segunda Sala, cuyo rubro y texto son del tenor
siguiente:

“REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. LOS AGRAVIOS DE MERA


LEGALIDAD DEBEN DESESTIMARSE POR INEFICACES. Conforme
a los artículos 107, fracción IX, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y 81, fracción II, de la Ley de Amparo,
que regulan el recurso de revisión en amparo directo, la Suprema
Corte de Justicia de la Nación en esta instancia deberá examinar
las cuestiones propiamente constitucionales y no argumentos de
mera legalidad, ya que el recurso aludido sólo procede si se
Amparo Directo en Revisión 1539/2016 [63]

plantean agravios sobre constitucionalidad de


normas generales o de interpretación directa de un
precepto constitucional o de los derechos humanos
establecidos en los tratados internacionales de los
que el Estado mexicano sea parte, u omitan decidir
sobre tales cuestiones cuando hubieren sido planteadas, siempre
que fijen un criterio de importancia y trascendencia, según lo
disponga la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en
cumplimiento de acuerdos generales del Pleno; en consecuencia,
los agravios de mera legalidad deben desestimarse por ineficaces”.
(Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Segunda Sala,
jurisprudencia, publicación: viernes 20 de mayo de 2016 10:20 h, tesis
2a./J. 56/2016 (10a.), número de registro IUS: 2011655).

En las condiciones descritas, al haber resultado infundados e


inoperantes los agravios hechos valer, ha lugar a confirmar la
sentencia recurrida y negar el amparo solicitado.

Por lo expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO. Se confirma la sentencia recurrida.

SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara y ni protege a


**********, contra la autoridad y acto precisados en el resultando
primero de esta ejecutoria.

Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los


autos al Tribunal de su origen y, en su oportunidad, archívese el toca
como asunto concluido.

En términos de lo dispuesto por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación en su sesión del veinticuatro de abril de dos mil siete, y conforme a lo
previsto en los artículos 3, fracción II, 13, 14 y 18 de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, así como en el
segundo párrafo del artículo 9º del Reglamento de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal para la aplicación de la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en
esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como
reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos.

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