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TRABAJO COLABORATIVO:
GRUPO N.° 2
DOCENTE:
Dra. Betty Nieto Castellanos
Lima – 2023
LA ORALIDAD EN EL NUEVO MODELO PROCESAL PENAL
PERUANO
I. Desarrollo
Al entrar en vigencia el nuevo código procesal penal del año 2004, habrá que
entender la superación del sistema inquisitivo, lo cual significa, v.gr., enfrentar
el sobre dimensionamiento del proceso escrito, garantizando la vigencia en la
práctica y no formalista de los principios de oralidad, concentración,
inmediación, entre otros; y, “haciendo que el peso del proceso se ponga en las
partes, principalmente el Ministerio Público y la defensa, donde la función del
juez es arbitral y equilibradora del rol asumido por los sujetos procesales”
(MÁVILA LEÓN, 2005, p. 23).
Asimismo, nuestro vigente Código Procesal Penal de 2004, puesto en vigencia
a través del Decreto Legislativo N.° 957, tiene como pauta estructural,
conjuntamente con la formación del proceso penal, los principios de
averiguación de verdad procesal, en el marco de las garantías, reglas y
principios de nuestro modelo procesal acusatorio garantista, siendo uno de los
propósitos principales la protección de los derechos fundamentales del
justiciable, sin perderse de vista el eficientismo procesal.
Por ello, nos adherismos a lo sostenido por Oré Guardia, para quien nuestro
modelo procesal penal peruano, es de clara tendencia acusatoria con rasgos
inquisitivos y adversariales, esto es, híbrido (ORÉ GUARDIA, 2006, p. 169).
Como afirma Maier, se entiende por oralidad al principio técnico del debate
procesal que implica basar la resolución judicial sólo en el material procesal
obtenido de forma oral, es decir, con lo actuado y visto en audiencia. Se
constituye en una herramienta fundamental.
La oralidad, que se encuentra expresamente regulada en el artículo I del Título
Preliminar del vigente Código Procesal Penal, se encuentra vinculada, además,
al principio de inmediación, pues, precisamente a través de lo que expone
directamente el declarante, la autoridad judicial va conociendo mejor a la
persona que examina y puede apreciar mediante su firmeza o temblor de la
voz, u otros factores externos, la fuerza o debilidad de lo que manifiesta.
De ahí que afirmemos que se afirme que la oralidad no significa la mera lectura
de escritos, declaraciones, actas, dictámenes, requerimientos, entre otros, pues
una práctica así de engañosa afectaría la inmediación y el contradictorio.
Bajo esta nueva realidad mundial, los actos procesales orales también pueden
suplirse, por una comunicación por videoconferencia entre todos los sujetos
que deban intervenir en el acto correspondiente.
En este sentido, como afirma San Martín Castro, es posible, entonces, llegar a
una forma de procedimiento en el que el órgano jurisdiccional y los abogados
intercambien losa actos escritos, documentos, actas, constancias y
resoluciones, en la audiencia desde la sala de videoconferencia, sin significar
ello, de ninguna manera, el quebrantamiento del principio de inmediación; la
misma que se satisface plenamente con la utilización de procedimientos
técnicos como la videoconferencia (San Martín, 2015, p. 80).
Bibliografía
FERRAJOLI, Luigi. (2004). Derecho y razón. Teoría del garantismo penal. 6.a
edición. Trotta.
MAIER, Julio B.J. (2004). Los recursos en el procedimiento penal. 2.a edición.
Editores Del Puerto.
JURISPRUDENCIA: