Está en la página 1de 9

C/San Jacinto 70-72 CP:41010-Sevilla

954 33 39 87 / 640 26 55 63

www.protectoradotriana.com ORIENTACIONES

dirección.proinfancia@hijascaridad.com
REG.PC.03.3.1

CELOS INFANTILES

Si bien los celos pueden considerarse normales en el desarrollo de su personalidad, de los padres
dependerá que se incrementen, se vuelvan patológicos o por el contrario, sirvan de ayuda para que los
niños aprendan a resolver sus sentimientos negativos, a expresarlos de forma correcta, y para que
aprendan también, a afrontar las frustraciones de la vida (quizás esta sea su primera frustración de una
larga cadena de ellas) lo que ayudará en su evolución afectiva. La llegada del bebé es un momento de
especial alegría para toda la familia, sin embargo si este bebé no es el primero de la casa, sino el nuevo
“hermanito”, es probable que tarde o temprano surjan los celos.
Por esto debemos ayudarlos a superar estos sentimientos de modo que aprendan que compartir el amor
de sus padres no quiere decir que lo pierden, y debemos estar informados para no cometer demasiados
errores, teniendo en cuenta que este es un proceso, que dependiendo de la personalidad de cada niño,
llevará más o menos tiempo, más o menos problemas.

Manejar las demostraciones de los celos puede ser difícil, pero si sabes de antemano que esperar,
podrás ayudar a cada niño de la familia a enfrentar esta etapa.

Es bueno que trates de entender los sentimientos del niño celoso, puesto que los celos son un
sentimiento nuevo para él y le resulta difícil expresarlos.

Cuanto más pequeño sea, más difícil le será entender porque tiene que querer a ese “intruso” que le
“quitó” el amor de su mamá.

En realidad no se aconseja decir “Tienes que quererlo porque es tu hermanito”, nadie quiere a otra
persona solo porque se lo exigen, el cariño vendrá con el tiempo, en especial cuando deja de ver al nuevo
hermanito como una amenaza o rival en el cariño de los padres. En la clínica, en la que vemos muchos
casos, se lo explicamos a los padres, a los adultos, haciendo que piensen como se sentirían si su pareja
de repente les dice que va a traer a casa a otra mujer o a otro hombre, asegurándonos que nos querrá a
las dos o a los dos, exactamente igual…¿ complicado verdad?.. para un niño pequeño, la llegada de otro
hermano, le supone siempre, al menos, como mínimo la duda de si mamá y papá van a seguir
queriéndole igual, puesto que muchas, pero que muchas cosas, van a cambiar en su vida. Un niño algo
mayor quizás piense que su mamá quiso tener otro niño porque él se portó mal o ya no lo quiere,
y necesitará que le reafirmes tu cariño hasta que supere estos sentimientos. Pero todo ello, debe
hacerse despacio, sin pretender que de la noche a la mañana, acepte y sobretodo “quiera” a su hermano,
que acapara la atención de todo el mundo.

La forma de manifestar los celos puede variar desde la regresión a conductas infantiles, hasta agresividad
y violencia física y verbal, esto exigirá de ambos padres mucha atención y comprensión.

Los celos no quieren decir que el niño no quiera a su nuevo hermano y es precisamente esta
ambivalencia la que lo confunde más, por momentos desea que el bebé desaparezca de su vida y más
tarde se siente culpable por haberlo deseado.

Si el niño puede expresar sus sentimientos, en forma verbal, nunca agrediendo a su nuevo hermano, y se
siente comprendido por los padres en lugar de verse obligado a esconderlos, le será más fácil salir de
esta etapa. Su personalidad se verá enriquecida, pues aprenderá a aceptar la realidad, que si bien no
siempre será tal como él lo desee, puede ser agradable en la medida que sepa manejarla.

Se debe vigilar a los niños, nunca dejarlos solos con el bebé, para evitar que puedan hacerle daño, pero
es necesario entender que están sufriendo y en lugar de castigarlos o reñirlos por sus expresiones hay
que darles comprensión y cariño, es fundamental que les hables, los niños entienden mucho más de lo
que crees.
Algunos consejos

A continuación presentamos una serie de consejos que eviten la aparición y/o mantenimiento de
conductas celosas dentro de la familia.

Evitar: (en la medida de lo posible)


 Recriminarle que no le quiera o insistirle en que “debe” quererlo mucho nada más nacer porque es
su hermano.
 Los gritos y las descalificaciones.
 Las atenciones y dedicación excesivas, al nuevo hermano.
 Tratar de disimular totalmente el amor hacia el bebé…eso hará que el mayor crea que realmente es
un estorbo, que no es digno de amor.
 Privilegios a unos hijos frente a otros.
 Comparaciones entre los diferentes hijos.
 Intromisiones en los conflictos de los hijos y tomar partido en ellos (siempre que no haya agresión).
 Atenciones y recompensas al “chivato” ( el hermano pequeño que siempre acusa al mayor)
 Comentarios de vecinos, amigos y familiares haciendo comparaciones de vuestros hijos.
 Un trato irónico, o risa y burla ante conductas inadecuadas.
 Que el hijo mayor deba asumir en todo momento la responsabilidad del cuidado del hermano menor.
 La competitividad entre hermanos.
 Evitar frases que recriminen sus acciones: “No lo toques”, “Aléjate que no me fío de ti”, “Que se te
va a caer

Que se debe hacer: 15 consejos

1. -Preparar al niño para la llegada de un hermano


La preparación ayuda al niño aunque no por ello se evitan los celos. Aunque el niño/a lo comprenda todo
racionalmente se puede sentir abrumado emocionalmente.

Lo fundamental para la preparación es que el niño comprende que se le va a seguir queriendo. No


adelantaremos acontecimientos diciéndole que jugará con su hermanito ya que aún tendrán que pasar
muchos meses para que esto ocurra. Tampoco es conveniente que se insista demasiado en que se le
seguirá queriendo igual, de una forma agobiante, y dramatizando, porque el niño verá que algo grave
puede ocurrir, y le producirá ansiedad.

Durante el embarazo, sobre todo si los niños tienen entre 4 y 6 años, harán muchas preguntas sobre
temas sexuales y de reproducción es un buen momento para comenzar una buena educación sexual
adecuada evidentemente a su nivel cronológico.

2. -Intentar cambiar lo menos posible la rutina del niño tras el nacimiento del hermano.
En distintos estudios se ha comprobado que cuando un nuevo niño llega a una casa, disminuye siempre
la atención que se le presta al mayor, porque principalmente cambian sus rutinas. Por eso es
fundamental procurar controlar su tiempo especial, seguir leyéndole el cuento o mantener los mismos
ritos para acostarse, seguir diciéndole lo mismo sobre lo que está permitido y lo que no, tratarle y desde
luego mantener las mismas costumbres a ser posible, de antes del nacimiento del hermano, y explicarle
de forma afectuosa, cuando por cualquier circunstancia, tengan que alterarse, siempre antes, y sin mentir.

3. -Mantened al niño/a aislado de la madre el menor tiempo posible.


Mientras que la madre da a luz muchas veces se envía al niño con otros familiares. Lo mejor es que se
ocupa el padre y si no puede, que esté alejado de la madre el menor tiempo posible. Incluso es
conveniente que visite a su madre en la clínica, buscando un momento tranquilo en el que esté sólo la
familia, viviéndolo como un acontecimiento especial pero también natural, siempre sin dramatizar sus
posibles celos.
4. -Hablar de “igual a igual” con el primogénito
La rivalidad suele disminuir cuando la madre habla con el primogénito de igual a igual respecto al bebé.
Comentar lo que el bebé puede sentir, algunos Ejemplos: “A ella le gusta verte “,”¿Se habrá enfadado
por despertarle? “No sonreirá si le gritas porque le asusta un poco” ” Está llorando, será que quiere
comer? O quizás está cansada. Podemos preguntar al niño lo que cree que quiere o siente el bebé.

6. -Prestar atención al mayor y hacer que lo hagan los demás


Dedicad al día un tiempo exclusivo para el niño, de10 a15 minutos. El niño puede esperar este tiempo y
confiar en él, pero se debe cumplir lo que se le promete.

7. -Nunca alejad al mayor por el nacimiento de un hermano


Muchas veces para tener más tiempo para atender al pequeño enviamos al hermano a una guardería o lo
confiamos durante un tiempo a otras personas, hemos de evitar esto, porque el niño lo vivirá como un
abandono y justificará así sus temores de soledad y rechazo de la madre o el padre, que se quedan con
el hermano mientras él comienza una nueva etapa. Es mejor que empiece a alejarse poco a poco de la
madre, en el embarazo y que los cambios que deban hacerse no coincidan con el nacimiento (por
ejemplo, como hemos dicho, empezar el cole, cambiar de casa, de habitación, de niñera, etc.)

8. -No “pasarle” todo al pequeño


Muchas veces el pequeño se aprovecha. Puede molestar al mayor y este reaccionar con violencia. No
reprender muy fuertemente al mayor y no consolar mimosamente al pequeño, es importante. Se puede
reñir al pequeño suavemente para que sea más cuidadoso y ayudar al mayor, pero tratando de ser justos
con ambos. A veces damos por sentado que el culpable es el mayor, porque quizás el pequeño se queja
cuando este reacciona, si castigamos injustamente alimentaremos aún más sus celos.

9. – Educar a los hijos en el control de sus emociones:


Aprender a soportar pequeñas frustraciones, alegrarse del éxito de los demás, responder con tranquilidad
ante situaciones adversas, enseñarle a aceptar sus incapacidades y dificultades con optimismo, y esto se
hace siempre por imitación, tratar de ponernos como ejemplo en situaciones adversas, y ver como se
superan, le ayudarán a entender mejor.

10. – Buscar espacios para atender de forma preferente a los hermanos en el momento del
nacimiento del nuevo bebé y en el período posterior. Las personas adultas solemos dirigirnos rápida y
casi exclusivamente al recién nacido, relegando la atención a los demás hermanos; sin embargo, son
éstos los que pueden manifestar conductas celosas y no el recién nacido que no es consciente del
momento.
11- Hacer respetar la autoridad de los padres y admitir los límites establecidos en la familia, incluso
aunque sepamos que el mayor atraviesa un período de celos. No debemos tampoco consentir que
traspase esos límites por ello. Conseguir que se acepten las normas de casa de forma democrática.
Resulta necesario conseguir que se respeten aquellas normas que la unidad familiar estime
imprescindibles.
12. – Estimular a los hijos para que expresen lo que sienten con libertad y puedan compartir tristezas y
alegrías. Estimular a los hijos y darles seguridad, y como siempre todo esto se conseguirá cuando ellos
imiten nuestro comportamiento. Si somos capaces de reconocer ante ellos, nuestras emociones, ellos
también lo harán. Si reprimimos nuestros sentimientos, ellos también los reprimirán.
13. – Procurar dar afecto a los hijos sin distinción de edad. En nuestra sociedad solemos prestar
excesiva preferencia afectiva al niño pequeño omitiendo de forma bastante brusca e inconsciente la
atención a los hermanos mayores. Tratar con afecto y atención frecuentes a todos tus hijos para que
perciban que son queridos, incluso los adolescentes, que pueden rechazar en apariencia el contacto
físico, lo necesitan. El cariño, el afecto físico, las caricias, hacen crecer a nuestros hijos por dentro y por
fuera.
14. – No recriminarle por manifestar sentimientos de celos, solo modificar las conductas para evitar
que se “aproveche”. Es mejor hacer que exprese sus sentimientos, entenderle y tranquilizarle diciendo
que es normal, y que poco a poco aprenderá a quererle y a compartir con él, que el tiempo lo suaviza
todo y cuando vaya siendo mayor lo aceptará y querrá como es natural.
15. – Actuar con naturalidad cuando estemos con los dos, procurar hacer que el se divierta cuando
esté su hermano presente, con nosotros, esto le reforzará en la idea de que él tenerle no es tan malo.
Jugar con él en presencia de su hermano, alabar sus actitudes responsables, hacerle ver que es mayor,
le hará sentirse mejor.
Ideas generales para acabar: Ante los celos…

Procurar realizar las conductas que exponemos a continuación:

 Fomentar la cooperación entre los hermanos. ( en las tareas de la casa, recados, en situaciones de
juego …)
 Observar y reflexionar sobre las conductas celosas de nuestros hijos y reaccionar sin darles excesiva
importancia.
 Favorecer el juego con todos los hijos (para lograr una mayor armonía entre los hermanos.
 Promover un clima de sosiego y tranquilidad en todos los momentos posibles.
 Respetar el espacio de juego e intimidad de cada hijo
 Estimular con expresiones positivas todo acercamiento: “Qué bien lo cuidas” “Eres muy
responsable”, “Ven que lo vas a bañar muy bien”.
 Involucrar a los hermanos en las tareas de cuidado, higiene, alimentación etc. Pero sin
responsabilizarle en exceso, le hará sentirse partícipe del cuidado del hermano, siempre como
hermano mayor que es.
 Es importante que se le den privilegios de mayor, ver la tele, hablar con los mayores, comer con
ellos, que se le diga, para que se dé cuenta de que el crecer también tiene ventajas. “mamá está
contenta porque puede hablar contigo y contarnos cosas, mientras que el bebé aún no puede, por
eso me gusta estar contigo”…
 Valorar a nuestros hijos delante de familiares y visitas, tratando de omitir todo comentario negativo
sobre ellos y por supuesto mucho más, comentar “los celos” que tiene de su hermano, aunque
creamos que no lo entienden, les aseguro que los niños captan mucho mejor, incluso el lenguaje
corporal, por lo tanto ante los celos… relájese…es algo natural.
 Y por supuesto, si usted que su niño tiene conductas regresivas, (chupos, biberones, habla de
bebé), que está triste, que tiene pesadillas o se ha vuelto muy irritable, dolores somáticos,(cabeza,
barriga,) o que se niega a ir al cole, o cualquier otro cambio sustancial en su conducta y que aún
aplicando las medidas que hemos descrito, persisten sus problemas, acuda a un profesional que
realizará el diagnóstico y el tratamiento adecuado.
Lo fundamental es expresarle al niño celoso que se le quiere igual o más que antes, que el otro
hermano también disfrutará de nuestro cariño pero que su llegada no le quita nada de nuestro
amor, que poco a poco aprenderá a quererle y sobretodo que comprendemos perfectamente sus
sentimientos actuales.

A continuación os ofrecemos una selección de cuentos que tratan el tema de los celos infantiles:

"Cuando estoy celoso", Tracey Moloney, Ed. SM (+2 años): el conejo del libro siente celos (lo explica
con ejemplos claros y sencillos) y por eso hace tonterías. Este libro ayuda a los niños a entender sus
sentimientos, a conocerse mejor y a controlar, por tanto, sus reacciones. Explica que todos somos
especiales y no hay que compararse con nadie. Al final ofrece una serie de pautas orientativas para los
padres para actuar ante esta situación.

"Tengo Celos", Brian Moses, Ed. Edelvives (+4 años): esta colección está muy bien, porque primero
explica cómo nos sentimos y comportamos cuando estamos celosos, luego pone muchos ejemplos de
situaciones cotidianas que nos provocan celos y, para acabar, da alternativas para sentirnos mejor. Al final,
una pequeña guía para los padres, nos sugiere maneras de ayudar a los pequeños a afrontar estos
sentimientos.

"Cuando tengo celos. Cómo superar la rivalidad entre hermanos", R.W. Alley, Ed. San Pablo (+3
años): los celos entre hermanos no comprenden un período temporal en concreto. Su rivalidad siempre
estará presente. A veces puede ser muy grande y los hermanos y hermanas pueden llegar a ser muy
crueles los unos con los otros. Este libro puede ayudar a los niños a comprender que ocupan un lugar muy
especial en el corazón de sus padres y a encontrar el suyo propio dentro de su familia. Además, anima a
los hermanos a crecer juntos, no separados.
"César Celosaurio", Brian Moses, Ed. Anaya (+4 años): César Celosaurio siente celos por todo y de
todos: de su hermano, que siempre gana los juegos; de sus amigos, porque tienen bronto-bicis,...…
¿Cuándo dejará César de sentir celos de los demás? Una colección que trata de forma divertida y
desenfadada de analizar distintos sentimientos y actitudes que los niños y las niñas deben aprender a
superar.

"Celos", Violeta Monreal, Ed. Everest (+6 años): Cristina hará un viaje en el tiempo de la mano de "el
genio que salió de una estrella" para dejar de ser celosa y conseguir más confianza. Dar nombre a lo que
se siente es una forma de empezar a conocerse a uno mismo y, por tanto, una forma de madurar. Con la
lectura de los títulos de esta colección, se pretende ahondar en los sentimientos de los niños, explicarlos,
conocerlos, potenciarlos si son positivos y aplacarlos si son negativos.

"Ana no quiere crecer", Roser Rius, Ed. SM (+3 años): los primeros días, cuando su madre volvió del
hospital con Berta, Ana estaba contenta y corría todo el día detrás de ella. Pero ahora que va a comenzar
el curso no quiere ir al colegio. Un cuento sobre los celos. Una colección de cuentos que reflejan las
reacciones de los más pequeños ante situaciones de la vida cotidiana, como la timidez, el miedo, los
celos….

"El cambalache", Jan Ormerod, Ed. Ekaré (+3 años): este libro nos ha encantado por sus altas dosis de
humor y la originalidad de la historia. El hermanito bebé de Carolina Cocodrilo pasa todo el día babeando,
pero aún así, mamá Cocodrilo a cada instante dice que es precioso. Carolina está muy celosa, así que
decide ir a la tienda de bebés y hacer un cambalache (cambio) por un nuevo hermanito: uno justo a su
medida. ¿Habrá alguno que le guste de verdad?

"¡Julieta, estate quieta!", Rosemary Wells, Ed. Alfaguara (+3 años): Julieta es la segunda de tres
hermanos y la más invisible, por no ser ni la mayor ni la pequeña. Ella intenta atraer la atención de sus
padres con trastadas, a lo que ellos siempre responden: "¡Julieta, estate quieta". Hasta que Julieta se cansa
y decide irse de casa!

"¡Porque siempre va a ser así!", Jutta Trebier, Ed. Lóguez (+3 años): la historia entrañable y optimista
de un hermano pequeño a quién prohiben todo, mientras a su hermano mayor le dejan hacer todo. Eso es
injusto y decide irse de casa. Mientras hace la maleta explica a sus padres por qué se va: a su hermano le
permiten todo y a él nada, pero lo peor es que ¡eso va a ser así siempre!
"El mediano", Núria Figueras, Ed. La Galera (+6 años): "me llamo Pedro y no soy ni mayor ni pequeño:
soy mediano. A veces quiero ser mayor y a veces pequeño, pero ¡estoy harto de ser el mediano!". El padre
le dice que es demasiado pequeño para ir solo, la madre que es demasiado grande para llorar. Es difícil
para los hermanos del medio encontrar su lugar. Con este libro se sentirán muy identificados y
comprendidos.

"Zaza tiene un hermanito", Lucy Cousins, Ed. Kókino (+2-3 años): la vida de Zaza ya no es como antes.
Tiene que esperar para que la cojan en brazos, para que jueguen con ella, para que le lean un cuento… Y
todo porque ha tenido un hermanito que ocupa demasiada atención de su mamá y su papá. De pronto, su
mamá encuentra el truco perfecto para que Zaza se distraiga y empiece a querer a su hermano. De este
modo, Zaza descubre que en el corazón de sus padres puede haber sitio para los dos. Un libro con textos
sencillos que habla de situaciones cotidianas y problemas típicos de los niños en edad preescolar. Colores
brillantes y audaces, líneas gruesas, trazos casi infantiles enamoran a los más pequeños

"El niño nuevo", Lauren Child, Ed. Juventud (+4 años): esta novedad editorial nos ha encantado. El
protagonista de esta historia, es un niño feliz: recibe todo el cariño de sus padres, nadie le molesta en sus
juegos, tiene una habitación para él solo. Pero un día aparece un niño más pequeño, que parece gustar a
todos más que Elmore. Y todo esto se va agravando, porque el niño nuevo va creciendo y cada vez se
acerca más a él, quiere ser como Elmore y le sigue a todas partes, tanto que ¡hasta se traslada a su
habitación a dormir! Pero un día todo cambia: Elmore se despierta llorando, después de una terrible
pesadilla. El niño nuevo le abraza y le consuela, y Elmore descubre que no está tan mal compartir el espacio
con alguien. Y así empiezan a compartir juegos, dulces y diversión. Y es que el protagonista de esta historia
finalmente comprende que es más divertido contar con un compañero y crear un mundo en común, que no
hacerlo todo él solo

"Violeta no es violeta", Xosé A Neira Cruz, Ed. MacMillan (+8 años): Violeta solo fue de color violeta el
día en que nació. Ahora es una niña de ocho años que busca un nombre para su futuro hermano, al que su
madre lleva en una barriga inmensa en forma de globo aerostático. Ante este acontecimiento, Violeta teme
que su madre la quiera un poco menos. Violeta tendrá un hermanito, pero no sabe si le gustará eso de ser
hermana; le da miedo y tiene muchas dudas, por eso habla con su madre, su padre, el novio de su madre,
los compañeros de clase y hasta con su brujita Mo. Todos tienen diferentes opiniones sobre este hecho.

Fdo: Elena Rodríguez Rodríguez


Psicóloga del Centro

Fuente:
- El niño celoso. Juan Manuel Ortigosa. Ed. Pirámide.
- Hijos Celosos. Causas. Tratamiento. Test de identificación. Polaino Lorente. Ed. CEAC. Cúpula respuestas.
Barcelona 1991.
- www.clubpequelectores.com

También podría gustarte