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Integrantes Brayan Rene Aguila

Ghisela Borda Escobar

Gonzalo Apaza

Introducción

“El Atolondradicho”, cumple la función bisagra en la enseñanza de Lacan: al mismo tiempo en


que retoma y reseña las principales coordenadas de la dirección de la cura analítica estudiadas
hasta ese momento, da comienzo a una perspectiva renovada de la clínica que culmina en el
estudio de la de una palabra inconclusa un enigma en sus diferentes planos y en su puesta en
relación con la noción de “interpretación”.

Lacan el giro que lo hace virar del lenguaje a la lengua (más precisamente a la “lalengua”,
neologismo con el que pretende evocar el “laleo” del infante y el tiempo previo a la
adquisición de la palabra como instrumento de comunicación) le sirvió para ir pasando de la
doctrina y la disciplina del lenguaje a una suerte de práctica analítica de la “lingüistería”.

Lacan busca el discurso equivoco para interpretar los sueños “ver del paciente en el análisis”

-En este primer caso de equívoco, la interpretación apunta al goce de la lengua. Cada lengua
en su particularidad, agrega Lacan en su escrito, no es otra cosa que “la integral de los
equívocos” que en ella se producen con el paso del tiempo. Y en ese sentido, el real que se
pone en juego en esta línea interpretativa es el de la inexistencia de la relación/proporción
sexual.

En el equívoco homofónico se trata del goce que se experimenta en el hecho de que dos
palabras cuya escritura es diferente por estar sujetas a una determinada ortografía (es decir, al
código que se utiliza a los fines de la comunicación) suenan igual o muy parecido. Un goce
juguetón en el que el sujeto se ve arrastrado o queda directamente fuera de juego. Es por eso
que Lacan afirma que allí “todas las jugadas están permitidas”. Porque no pueden quedar
prohibidas, agregamos por nuestra parte, ya que son esas mismas palabras en su materialidad
las que juegan con nosotros por el solo hecho de hablar la lengua que habitamos.

El Aturdicho

a.- Al mismo tiempo, esta manera de intervenir está al servicio de aflojar las cadenas del goce
cifrado en el síntoma para acceder así al campo del deseo y al objeto que lo causa. Y si para el
analista esta forma de intervenir sobre el equívoco homofónico tiene algo de “apofántico”,
como sugiere Lacan, es porque no promueve la multiplicación del sentido. Muy por el
contrario, se trata de poner en cuestión la articulación de la cadena significante, la relación
entre el Uno y lo Otro, lo masculino y lo femenino. Dicho de otra manera, la interpretación por
la vía del equívoco homofónico moviliza el saber sin sujeto del que depende la fijeza neurótica
del síntoma. Por lo tanto, al mismo tiempo en que intenta liberar al deseo (lo que Lacan
formaliza con el corte producido en la topología del toro neurótico y de su doble agujero)
apunta a limitar el goce al escribirlo y fijarlo en la letra.

b.- Luego Lacan continúa con la referencia a la gramática, que cumple la función de “secundar”
a la interpretación. Ahora se trata de intervenir sobre el sujeto de la frase en cuestión. Aquí la
libertad interpretativa encuentra un límite, de manera en algún punto semejante a lo que en
La dirección de la cura y los principios de su poder sucedía con el plano estratégico de la
transferencia. Limitación que no solo tiene que ver con que la gramática de cualquier lenguaje
responde a leyes más precisas que la anteriormente mencionada “integral de los equívocos”,
sino que a eso se suma la particularidad del goce fantasmático tal como se articula en el
discurso de los neuróticos.

c.-Por último, Lacan se refiere al equívoco en el nivel de la lógica, sin la cual “la interpretación
sería imbécil”. Efectivamente, es lo que se percibe en la debilidad mental y en el dicho
esquizofrénico donde la equivocidad no tiene pies ni cabeza. Riesgo, por qué no, que también
corren terapeutas y analistas si se dejan llevar por el goce de la proliferación de sentidos. “La
interpretación no está abierta a todos los sentidos”, había dicho Lacan unos diez años antes
para indicar que hay articulación y determinación en el significante “asemántico” del que se
soporta la formación del síntoma. Por eso, al menos en cierto sentido, la lógica está presente
en los diferentes planos de la interpretación que obra por el equívoco. Lo está en la gramática
como en la ortografía. Pero en este tercer nivel (que también puede ser primero o segundo)
Lacan incluye el punto mas fuerte o mas elaborado de la lógica como disciplina integralmente
transmisible: las paradojas. Es así que invoca a Russell y a Cantor (y con ellos la teoría de los
conjuntos), pero para luego dar cuenta del punto nodal en el que la paradoja entra en juego en
el discurso psicoanalítico. Se trata de la lógica del falo, el “significante mayor”, calificado en
1958 como “significante imposible” (también “impar” y “electivo”) al momento de designarlo
como el significante del deseo. Significante articulado en el discurso, pero inarticulable en la
palabra y del cual dependen la dirección, la lógica y la resolución de la cura del neurótico. La
“paradoja del deseo”, decía Lacan en aquel tiempo para resumir lo que está en juego en este
punto nodal donde el equívoco se especifica por tomar fuerza y animarse en el elemento
faltante. Es el punto de inconsistencia e incompletud con el que está marcado cualquier
código, incluido el del inconsciente del analizante neurótico.

La interpretación no está abierta a todos los sentidos”, había dicho Lacan unos diez años antes
para indicar que hay articulación y determinación en el significante “asemántico” del que se
soporta la formación del síntoma

Los sentidos del sentido

En la interpretación se trata siempre del sentido, a tal punto que el último de sus escritos casi
los homologa: “cuando el espacio de un lapsus ya no tiene alcance de sentido (interpretación)

El sentido se distingue entonces tanto de la significación como del significado y del


significante. Proviene de otro lado y está hecho de otra estofa. Para plantearlo en otros
términos, digamos que hay por lo menos tres sentidos de la noción de “sentido”:

 El sentido en el sentido del significado (como por ejemplo el significado del término
“sentido” en el diccionario)
 El sentido en el sentido de la orientación (como por ejemplo el sentido de una calle)
 El sentido en el sentido de lo que se siente (como por ejemplo el sentido del olfato).

Conclusión

Tomemos una última cita del L´étourdit para concluir y al mismo tiempo abrir la siguiente
puerta de nuestra investigación. Lacan se está refiriendo al decir específico del discurso
analítico, y a su punto de partida en el decir de Freud.

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