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El documento trata sobre la integración de la función pública y el derecho disciplinario. Explica que la función pública debe estar al servicio de los intereses generales de acuerdo a principios como igualdad, moralidad y eficacia. También establece que el derecho disciplinario tiene como objetivo prevenir y sancionar conductas de los servidores públicos que afecten dichos intereses generales o el funcionamiento de la administración pública. Finalmente, señala que la función pública y el derecho disciplinario están estrechamente ligados y que ambos
El documento trata sobre la integración de la función pública y el derecho disciplinario. Explica que la función pública debe estar al servicio de los intereses generales de acuerdo a principios como igualdad, moralidad y eficacia. También establece que el derecho disciplinario tiene como objetivo prevenir y sancionar conductas de los servidores públicos que afecten dichos intereses generales o el funcionamiento de la administración pública. Finalmente, señala que la función pública y el derecho disciplinario están estrechamente ligados y que ambos
El documento trata sobre la integración de la función pública y el derecho disciplinario. Explica que la función pública debe estar al servicio de los intereses generales de acuerdo a principios como igualdad, moralidad y eficacia. También establece que el derecho disciplinario tiene como objetivo prevenir y sancionar conductas de los servidores públicos que afecten dichos intereses generales o el funcionamiento de la administración pública. Finalmente, señala que la función pública y el derecho disciplinario están estrechamente ligados y que ambos
El funcionario público es un servidor para el público, es decir, una persona nombrada
por la administración o elegido por el pueblo mediante el voto popular o mediante la contratación, para facilitar la función pública, para atender los objetivos que tiene a cargo la entidad para la que labora, dicha premisa surge a partir de la concepción de la Constitución de 1991, de donde se deriva que la función pública debe estar acorde con las necesidades de toda la colectividad, pues, el Estado opera en beneficio general y no particular, es por eso que el traumatismo o perjuicio que pueda generar un servidor público en una entidad, atañe a toda la colectividad, en vista que las entidades públicas son las que desarrollan los servicios a la comunidad, es por eso que incluso los particulares cuando facilitan una función pública, están sujetos al ordenamiento disciplinario, pues lo que se busca es, que la labor sea desplegada sin dilación alguna, en aras del interés general. Ahora bien, conforme con el artículo 209 de la Constitución Política preceptúa: “La función administrativa está al servicio de los intereses generales y se desarrolla con fundamento en los principios de igualdad, moralidad, eficacia, economía, celeridad, imparcialidad y publicidad, (…)”. Nada más claro y garantista, pues no es otra cosa que la ética que deben tener quienes desempeñan cargos públicos pagados por el conglomerado en general; tal vez, de eso, es de lo que se debe concienciar a los funcionarios públicos, del buen obrar, de acuerdo con los postulados anteriores; y también el total de la sociedad debe tenerlos presente y hacerlos valer, pues son quienes pagan por los servicios y los impuestos, que es con lo que se le cancela el sueldo a los servidores. Entonces, quienes están a cargo de la administración deben saber que esa comunidad que acude a solicitarles la atención connota el interés general, y haciéndose necesario, se tenga un Estado eficiente, libre de corrupción y malversación de los fondos. Es claro que la función publica es la base fundamental para la aplicación del derecho disciplinario pues dependen concomitantemente, desde el enorme compromiso que enfrenta el servidor público de cualquier orden, al deber de orientar y dirigir su accionar conforme a los siete principios detallados en el artículo 209 y, de no ser así, cuando los intereses generales se vean afectados en razón a su accionar negligente, descuidado, parcializado o contrario a la moral, deberá responder no sólo administrativa, fiscal, penal y civilmente, sino que podrá ser objeto, de manera independiente, de la respectiva acción disciplinaria. “La ley disciplinaria tiene como finalidad específica la prevención y buena marcha de la gestión pública, así como la garantía del cumplimiento de los fines y funciones del Estado en relación con las conductas de los servidores públicos que los afecten o pongan en peligro. Cabe recordar en ese sentido que constituye elemento básico de la organización estatal y de la realización efectiva de los fines esenciales del Estado social de derecho, la potestad del mismo de desplegar un control disciplinario sobre sus servidores, dada la especial sujeción de éstos al Estado, en razón de la relación jurídica surgida por la atribución de una función pública; de manera que el cumplimiento de sus deberes y responsabilidades se efectúe dentro de una ética del servicio público y con sujeción a los principios de moralidad, eficacia y eficiencia que caracterizan la actuación administrativa y el cabal desarrollo de la función pública. De esta manera, se tiene que el derecho disciplinario hace parte del ius puniendi del Estado, cuyo fin es mantener el correcto ejercicio de la función pública, esto a través de las sanciones impuestas por la administración a los servidores públicos o particulares que prestan servicios públicos la cual tiene como objetivo fundamental prevenir y sancionar aquellas conductas que atenten contra el estricto cumplimiento de los deberes que se imponen a los servidores públicos u obstaculicen el adecuado funcionamiento de la administración pública, es decir, la potestad disciplinaria corrige a quienes en el desempeño de la función pública contraríen los principios de eficiencia, moralidad, economía y transparencia, entre otros, que necesariamente deben orientar su actividad en donde la rigurosidad de las sanciones estipuladas procura poner de presente a la comunidad en general, a los servidores públicos y a los demás sujetos disciplinables, que la función pública como razón de ser de la existencia del Estado, en cuanto tiene como finalidad primordial la garantía y protección de los derechos fundamentales; materia que debe observar una serie de principios y garantías cuya finalidad primordial es garantizarle unos mínimos derechos al investigado por parte del mismo Estado; Es necesario enfatizar que toda la plataforma sobre la cual se desarrolla la función pública, todo el andamiaje sobre el cual se sostiene la actividad estatal, no tiene finalidad distinta a la defensa y eficacia de los derechos, los cuales hacen parte integral de los fines estatales.