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Historia del Mundo Contemporáneo 1º Bachillerato Victoria Jerez Moreno

Orígenes y evolución del movimiento obrero.

El desarrollo del capitalismo dio lugar a la aparición de importantes masas de obreros industriales,
que vivían en condiciones muy duras debido al desigual reparto de los beneficios que la industria
proporcionaba.

En la primera mitad del siglo XIX apareció ya un movimiento de crítica del sistema capitalista, que
propugnaba un mejor reparto de esos beneficios y una organización más justa de la sociedad de este
tiempo. Este movimiento se manifestó con los socialistas utópicos, que aportaron una teoría para la
reforma social, y por otro lado, con el propio proletariado, que totalmente desamparado por el estado
tomó conciencia de su situación y se organizó para resolver sus problemas, optando entonces por dos
caminos:

1º) El sindical, como ocurrió en Inglaterra con los Trade Unions.

2º) El político, que también se dio en Inglaterra, con el movimiento cartista (cartismo).

En la segunda mitad del siglo XIX al socialismo utópico le sucederá el socialismo científico de Carlos
Marx y el movimiento obrero proseguirá con mucha más fuerza tras el afianzamiento de partidos
socialistas, sindicatos, y sobre todo, con la aparición de la Primera y segunda Internacional.

1. Problemas del proletariado industrial.

El proletariado que surge como consecuencia del desarrollo industrial, vivía y trabajaba en
condiciones muy precarias; en las fábricas las jornadas laborales eran normalmente de 12 horas pero
podían llegar hasta las 16, las fábricas y las minas eran totalmente insalubles, el trabajo de mujeres y
niños cobrando salarios muy bajos era lo frecuente, no existía ningún tipo de seguridad social que
asistiera al trabajador en caso de enfermedad, a todo esto se suma que la estabilidad en el trabajo no
existía. Fuera de las fábricas, las condiciones de vida delos obreros no eran mejores, vivían en chabolas,
casas miserables, en suburbios urbanos, sin las mínimas condiciones de habitabilidad.

Otro problema muy importante que apareció en este momento, fue que mientras en los talleres de la
época preindustrial la obra realizada reflejaba el trabajo, la pericia y las cualidades del artesano; en la
industria moderna no ocurría, ya que el trabajo lo realizaban las máquinas por lo que el obrero quedaba
frustrado y perdía posibilidad de ascender como en los antiguos gremios.

Para intentar salir de esta difícil situación en la que se encontraba el proletariado, se inició una lucha
social, que hasta llegar a la asociación, pasó por dos fases:

1º) Aquella en la que el obrero que vive en la miseria se revela y pasa a ser un delincuente.

2º)Los obreros centrarán sus protestas hacia las máquinas, destruyéndolas y quemándolas ya que
las consideraban culpables de sus males. Esta actuación, muy extendida en Inglaterra, se conoce con el
nombre de Luddista.

2. Movimiento obrero de la primera mitad del siglo XIX: Trade Unions y Cartismo.
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Trade Unions.

Tras las actuaciones descritas, los obreros comprendieron que ese no era el camino idóneo para
actuar de ahí, que centrarán sus esfuerzos en la asociación con objeto de presionar solidariamente a los
empresarios para mejorar las condiciones obreras.

En Francia, el movimiento sindical se puso en marcha en la primera mitad de siglo pero de


inmediato fueron prohibidos y tolerados más tardíamente en la década de los 60, con la liberalización del
régimen napoleónico.

En Alemania, el sindicalismo fue también tardío, hasta 1869 no se permitieron las asociaciones
obreras. Fue en Inglaterra, donde el sindicalismo tuvo un desarrollo más temprano, exactamente en 1824,
tras unos años de clandestinidad los Trade Unions fueron legalizados. A partir de esta fecha, los sindicatos
se multiplicaron por todo Reino Unido sin embargo, tenían un gran inconveniente, eran sindicatos por
oficios y locales, con lo que su fuerza era muy reducida.

En 1829, un dirigente obrero, J. Doherty, creó la Unión General del Reino Unido, un sindicato
nacional que no dio los resultados apetecidos por la falta de solidaridad de los obreros, pero Doherty
insistirá en esta idea y pensará en una gran central sindical que aglutinara a todos los oficios del país; este
objetivo cristalizó con la creación del Great trade Unions, que llegó a tener en poco tiempo más de un
millón de afiliados. La reacción no se hizo esperar, las dimensiones tomadas por el movimiento sindical
hizo que el gobierno británico dictará leyes poniendo trabas a estos “peligrosos” sindicatos gigantes con
lo cual, el sindicalismo inglés pasó por unos años de crisis hasta la Ley sindical de 1871 a través de la cual,
se permitió el desarrollo del sindicalismo británico.

El cartismo.

Constituye el único movimiento obrero de carácter político de la primera mitad de siglo. Surgió
como los sindicatos en la década de los 30, cuando algunos líderes del obrerismo empezaron a plantear
reivindicaciones políticas como el sufragio universal con el que aspiraban a llegar al parlamento. Este
grupo de líderes ( Lovetl, O`Brien, O`Connor, etc) llegaron a redactar un documento en 1838 denominada
Carta del Pueblo, en el que además del sufragio se pedían otras reformas como por ejemplo la igualdad
de todos los distritos electorales y la supresión del certificado de propiedad para poder votar.

Esta corriente política no llegaría muy lejos. En el primer congreso celebrado por los cartistas
prevalecieron las posturas de fuerzas ante lo cual, el gobierno reaccionó deteniendo a los líderes del
cartismo, y colocando a los distritos obreros bajo la autoridad militar, esto supuso un duro golpe para el
cartismo. También fue un duro revés, el enfrentamiento que mantenían los dos sectores del cartismo por
lo que no es de extrañar, su decadencia y desaparición a mediados del siglo XIX.

3. Teorías sociales de la primera mitad del siglo XIX. Socialismo utópico.

A diferencia de Inglaterra con grandes masas obreras, Francia con un proletariado menos numeroso
pero con unos intelectuales muy sensibles ante la problemática obrera, ofrecerá una serie de pensadores
que formularon unas soluciones utópicas, de ahí, que casi todas acabarán fracasando. Estos pensadores
no se pusieron de acuerdo en las soluciones, pero en todos ellos había algo en común: todos buscarán la
transformación de la sociedad por medios pacíficos ya que, la violencia no interesa a nadie y perturba la
sociedad.
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En Francia, la cuna del socialismo utópico, destacaron Henry Saint Simon, Charles Fourier y Proudhon.

Saint Simon, criticó el capitalismo pero era el único de los socialistas utópicos que no se oponía a la
propiedad privada. Confiaba en el progreso científico y en el desarrollo industrial, que aportaría más
riqueza como solución de los males sociales. Pensaba además que el poder político debía pasar de las
viejas clases ociosas a la clase productora, es decir, empresarios y obreros que felizmente asociados
organizarían la producción de la riqueza. Las teorías de Saint Simon tuvieron en su época un gran impacto
y llegó a tener muchos seguidores.

Fourier es cooperativista, aportó como solución utópica la creación de falansterios o comunidades de


personas (1.200 aproximadamente) mitad hombres y mitad mujeres, agrupados libremente con todo los
elementos básicos comunes. Con estos falansterios repartidos por todo el mundo, Fourier esperaba llegar
a una sociedad perfecta en la que el trabajo y las necesidades llegarán a una perfecta armonía. La realidad
fue que la mayoría de los falansterios creados fueron un fracaso.

El tercero de los utópicos fue Proudhon. Su teoría es un claro exponente del anarquismo, ya que
además de ser enemigo de la propiedad privada, desconfiaba de la autoridad del estado siendo entonces,
la única esperanza para remediar los problemas de la sociedad, el establecimiento de comunas libres
federadas.

Junto a estos tres teóricos más conocidos en Francia, cabe citar a Luis Blanc que también insistió en
las cooperativas obreras como solución a las difíciles condiciones existentes en el momento. Por último,
hay que mencionar también a Blanqui, mucho más radical que los anteriores, alejado por tanto ya de los
utópicos, porque defendió la idea de un golpe de fuerza de los obreros y la dictadura de éstos.

En Inglaterra el principal representante del socialismo utópico fue R. Owen que también defendió el
cooperativismo pese a que él era empresario. Llegó a crear cooperativas agrícolas e industriales en
Norteamérica e Inglaterra, pero la mayor parte de ellas fracasaron. También en Alemania e incluso en
España, apareció el socialismo utópico, que paulatinamente va a desembocar en el socialismo marxista y
el anarquismo.

Todas estas teorías utópicas se difundieron y penetraron en la clase obrera de la primera mitad del
siglo XIX, pero a partir de 1848, fecha en que aparece el Manifiesto Comunista, estas ideas perdieron
fuerza y fueron sustituidas por las de Carlos Marx.

4. Marxismo y anarquismo.

Marxismo.

Tras el socialismo utópico, en la segunda mitad del siglo XIX apareció el socialismo científico o
marxismo.

El socialismo científico es obra de Engels y sobre todo de Carlos Marx, sin duda, uno de los
pensadores que más ha influido en la Historia.

Carlos Marx nació en Tréveris (Alemania) en 1818 en el seno de una familia pequeño burguesa.
Estudió en Bonn y en Berlín donde su pensamiento va a ser influido por Hegel del que tomó su método
dialéctico para explicar la Historia. Desde Alemania marchó exiliado a París y posteriormente a Bruselas y
finalmente a Londres donde acabó instalándose. En esta ciudad vivió dedicado al estudio y a escribir
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artículos y colaboraciones para prensas y revistas, lo que le permitió seguir adelante. En todos estos
trabajos Marx fue exponiendo sus ideas, pero su doctrina definitiva no apareció definitivamente
configurada has la publicación del Manifiesto Comunista y sobre todo de su obra El Capital, cuyo primer
volumen fue publicado en 1867 y el resto después de su muerte, siendo redactados por su compañero
Engels.

Frente a las teorías utópicas, el pensamiento de Carlos Marx es científico en síntesis por dos razones:
la primera razón es porque hace un profundo análisis de la Historia para llegar a unas conclusiones. En ese
estudio Marx observa unas etapas sucesivas que son: el comunismo primitivo, el esclavismo, el
feudalismo y el capitalismo; y llega a la conclusión de que la Humanidad terminará en el socialismo. Este
análisis o forma de interpretar la Historia se denomina materialismo histórico. Según Marx, en toda etapa
histórica ha existido siempre dos grandes realidades: la infraestructura económica y la superestructura.
En la infraestructura, siempre se ha generado la destrucción de una etapa cuando surge una clase
dominante enfrentada a otra dominada, porque esta última, al desarrollarse acaba destruyendo a su
oponente. Así por ejemplo, según Marx, la burguesía al desarrollarse acabó con la sociedad feudal del
Antiguo Régimen; el proletariado al desarrollarse también acabará con la sociedad capitalista y dará paso
al socialismo.

La segunda razón, es porque en El Capital, Marx hace un estudio a modo de producción capitalista y
aporta dos conceptos básicos: la teoría de la Plusvalía y la Ley de Concentración Económica.

La plusvalía dice que siendo el trabajo la única fuente de riqueza de un trabajador, el salario recibido
por los obreros es inferior a la mercancía producida, eso ocurre porque la diferencia o plusvalía se la
apropia el empresario.

El segundo concepto, la Ley de Concentración económica, expone que la progresiva concentración


del capital en manos de una minoría frente a una gran masa asalariada que sólo cuenta con la fuerza de
su trabajo.

La solución a todos estos problemas llegará, según Marx, con la lucha de clases y para ello se debe
llegar a la unión de todo el proletariado, de ahí, el encabezado del Manifiesto Comunista que comienza
con la célebre frase que dice : “Proletarios de todo el mundo, uníos”.

La lucha de clases se acabará, según Marx, cuando el proletario alcance el poder, establezca una
dictadura y termine con el capitalismo. Sin duda la dictadura del proletariado constituye una de las ideas
más discutidas por los socialistas, aunque Marx siempre se refirió a una dictadura transitoria que
permitiese desmontar la sociedad capitalista tras la cual, el estado iría reduciendo su papel hasta
desaparecer completamente.

Tras la desaparición de la sociedad capitalista surgirá la sociedad sin clases cuando todos los bienes
hayan sido colectivizados, en ese momento, la lucha entre opresores y oprimidos desaparecerá.

Anarquismo

Es una doctrina mucho menos coherente que el Marxismo. Dentro de este movimiento encontramos
un personaje principal que es Bakunin (1814- 1876).

Bakunin pertenecía a una familia aristocrática, su vida fue una aventura continua: abandonó la
carrera militar y marchó a Alemania donde se dejó influir por la ideas de Proudhon. A partir de 1848,
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aparece metido de lleno en todas las revoluciones de la época, por sus acciones fue condenado a muerte
en Austria, pero esta pena no llegó a ejecutarse; más tarde los austriacos lo entregaron al gobierno ruso
que lo encarceló en Siberia, de donde consiguió escapar. A partir de ese momento se dedicó a difundir su
doctrina por Europa occidental donde conoció a Marx, pero desde un principio, estos dos pensadores no
se llevaron bien.

La doctrina de Bakunin (anarquismo) se puede resumir en una sola frase: “Todo lo que se opone a la
libertad del hombre debe desaparecer”. Desde el punto de vista político, rechaza al estado que pretende
sustituir por pequeñas comunidades libres de cualquier autoridad, autónomas y que además pudieran
federarse o separarse libremente cuando lo desearan. Igualmente rechaza al ejército, según él
innecesario al desaparecer el Estado. Desde el punto de vista religioso, rechaza a la iglesia porque
también coarta al hombre Bakunin dijo “Que si Dios existiera realmente habría que hacerlo desaparecer”.
En el plano económico, defendía la propiedad colectiva y rechaza todo el desarrollo industrial porque
según el la máquina “ata” al obrero y la industria además provoca grandes concentraciones de población
donde es imposible llevar a la práctica las tesis anarquistas.

El anarquismo encontró partidarios más que entre la clase obrera urbana, a la que Bakunin considera
privilegiada, en el campesinado, mucho más pobre, de países como España e Italia. En realidad, en los
países industriales de Europa occidental el anarquismo encontró muy pocos seguidores.

Diferencias entre Marx y Bakunin: Mientras para Marx el Estado se extinguirá poco a poco a medida
que se vayan colectivizando los pedios de producción, Bakunin propugnaba la supresión inmediata de
éste.

Marx tenía más confianza en los obreros industriales, al contrario que Bakunin, que esperaba mucho
más de los campesinos de los países Mediterráneos.

Marx propugnaba la organización de partidos políticos para competir en la lucha parlamentaria con
los partidos burgueses. Los anarquistas en cambio, son enemigos de los partidos y de la lucha
parlamentaria llegando incluso a abstenerse en las elecciones, en cambio, los anarquistas sí son
partidarios de crear sindicatos.

5. Primera y Segunda Internacional obrera.

Se podría decir que en la segunda mitad del siglo XIX se produjo una total identificación entre el
socialismo y el proletariado, ya que, mientras el socialismo marxista ve en el proletariado la clase que
debe hacer la revolución, los obreros encuentran en el socialismo la ideología y la fuerza que necesitan
para luchar contra el capitalismo. Esta identificación se va a traducir en la creación de la Primera
Internacional en 1864, en un gran desarrollo de los partidos socialistas obreros y por último, en las
últimas décadas del siglo XIX, en la fundación de la Segunda Internacional.

Primera Internacional.

Desde principios del siglo XIX, los obreros europeos tendieron a crear organizaciones locales y
nacionales y sobre todo, a crear una gran asociación obrera internacional que concentrara a todas las
fuerzas proletarias de todo el mundo.
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En 1848 Marx, con el Manifiesto Comunista, hacía un llamamiento para conseguir esa unidad pero
fue en 1864, cuando se creó definitivamente la 1ª Internacional Obrera, tras el mitin político celebrado en
el Saint Martin`s Hall de Londres.

En realidad esta 1ª Internacional nació del entendimiento entre los dos movimientos obreros más
importantes de Europa en aquel momento, el inglés y el francés. A su nacimiento acudieron
representantes de los dos países sobre todo, pero el papel decisivo lo desempeñó Marx, que fue el
encargado de elaborar el mensaje inaugural y de los estatutos a los que añadió dos ideas muy marxistas:
disciplina y centralismo.

Según estos estatutos, cada año habría un congreso general que designaría al consejo de la
Internacional. Si los comienzos de esta organización fueron difíciles, pronto empezó a dar señales de
vitalidad. En 1866, se reunió en Ginebra el primer congreso al que Marx no pudo asistir pero envió el
orden del día y las resoluciones. Lo más destacado de este congreso fue el enfrentamiento que surgió
entre marxistas y prudonianos (seguidores de Proudhon). Este enfrentamiento se repitió en los siguientes
congresos: Laussana (1867), Bruselas (1868) y Basilea (1869) con la única variación de que los pudonianos
habían sido sustituidos por los seguidores de Bakunin.

Hacia 1869, estaba muy claro que en la Internacional existían dos corrientes antagónicas, por un
lado la marxista, que se inclina a la disciplina y el centralismo, y por otro lado los anarquistas de Bakunin
partidarios de la acción directa de los obreros. Este antagonismo ocasionó la ruptura definitiva de la
Internacional en 1872, año en el que se expulsó a propuesta de Marx, a Bakunin y seguidores del
Congreso de La Haya.

Tras la ruptura de la Internacional, en septiembre de 1872, Bakunin y sus partidarios celebraron un


congreso en Suiza para fundar otra Internacional (anarquista) constituidas por las federaciones de Italia,
España, Suiza, etc, que funcionaron de forma autónoma.

Unos años después, en 1876, en Nueva York, a donde se había trasladado el consejo de la
Internacional marxista se produjo la disolución definitiva de la A.I.T. (Asociación Internacional de
Trabajadores) más debilitada por los enfrentamientos internos que por los ataques externos.

Segunda Internacional.

La disolución de la 1ª Internacional no supuso la desaparición del movimiento obrero, al contrario,


siguió teniendo un gran auge con la continua expansión de sindicatos, partidos socialistas y sobre todo
con la aparición de la 2ª Internacional.

Para la reconstrucción de la 2ª Internacional, se produjeron una serie de intentos en congresos, en


uno de los cuáles, el de París de 1889 Engels que había quedado al frente del socialismo tras la muerte de
Marx fundó la segunda Internacional. En la evolución de la 2ª AIT pueden observarse tres etapas:

1º) Primera etapa (1889- 1900). Esta fase fue un período de organización en la que
paradójicamente frente a la tesis centralista de Marx la Internacional se estructuró como una federación
de partidos socialistas que disponía para coordinar sus actividades de una oficina permanente en
Bruselas.

Como en la época anterior, la 2ª AIT se fue consolidando con la incorporación de nuevos partidos
socialistas y la celebración de importantes congresos en los que participaron destacados líderes del
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socialismo mundial como Lenin o el español Pablo Iglesias (Pundador del Partido Socialista Obrero
Español, PSOE). En todos los congresos apareció un viejo problema, el enfrentamiento con la minoría
anarquista que a ellos acudía. La solución fue la misma que en la etapa anterior, se acordó en el Congreso
de Londres no invitar a los anarquistas a las reuniones de la 2ª AIT. Tras la expulsión de los anarquistas,
los problemas no terminaron, el principal problema que ahora aparecía era la presencia de dos corrientes
socialistas enfrentadas: la marxista, más revolucionaria, y la socio-demócrata o revisionista encabezada
por el alemán Berstein.

2º) Segunda etapa (1905-1914). Esta fase es de apogeo de la 2ª AIT, en ella persistirán los
enfrentamientos entre las dos tendencias. Este enfrentamiento aún se agudizará más por los siguientes
motivos:

a) El de colaborar o no con los partidarios burgueses en los distintos gobiernos nacionales.

b) La cuestión colonial, es decir, la postura que debían tomarse ante el imperialismo puesto en
marcha por las grandes potencias europeas.

c) El problema de la Primera Guerra Mundial. Sobre esta cuestión la 2ª AIT decidió elaborar
un manifiesto a favor de la paz, pero al final el conflicto estalló por la pasividad de la
Internacional y sobre todo de los partidos socialistas democráticos que en vez de renunciar
a la guerra, se inclinaron patrióticamente por la defensa de sus intereses.

3º) Tercera etapa (1914-1917). Fue el ocaso de la 2ª AIT y es que las últimas reuniones
extraordinarias no lograron evitar la guerra. El previsto congreso de Viena para evitarla ni se celebró y por
último los partidos socialistas democráticos al apoyar el conflicto acabarán totalmente distanciado de los
partidos marxistas, lo que significó el fin de la Internacional.

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