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TEMA 5. LOS CAMBIOS SOCIALES.

ORÍGENES Y DESARROLLO DEL MOVIMIENTO OBRERO.

4. Las bases ideológicas del movimiento obrero.

4.1. El socialismo utópico.

Fueron los primeros socialistas en denunciar la miseria del


proletariado y buscar fórmulas alternativas.
Fueron llamados utópicos ya que no tenían en cuenta la lucha social
entre obreros y patronos, que hacía imposible una solución pacífica a la
lucha de clases.

Las ideas que compartían eran:

a. Se pretende llegar a una sociedad ideal de forma completamente


pacífica.
b. Gran importancia de la solidaridad, filantropía y el amor
fraternal.
c. Defienden las novedades de la industria, pero hablan de sus efectos
nocivos sobre los obreros.

Los principales ideólogos del socialismo utópico fueron: Saint-Simon


(1760-1825): Sostenía que la sociedad entera se basaba en la industria,
entendida como producción agrícola, industrial o comercial.

Los más capacitados de la sociedad tenían que dirigir los


talleres donde se producía.
a. Charles Fourier (1772-1837):
Estaba en contra de la empresa capitalista, de la que decía que
causaba la pobreza del proletariado. Por ello promovió la igualdad
entre hombres y mujeres y la creación de cooperativas
autosuficientes, los falansterios.
b. Robert Owen (1771-1858):
Aplicó medidas para mejorar la vida de los obreros.

4.2. El socialismo marxista.


El marxismo o socialismo científico fue elaborado por Karl Marx (1818-
1883) y Friedrich Engels (1820-1895). Juntos publicaron en 1848 el
Manifiesto del Partido Comunista.

La idea principal que se plasma en esta obra es que la historia de la


sociedad no ha sido más que la historia de la lucha de clases.

Según los marxistas, las relaciones sociales derivadas de la producción


determinan la estructura socioeconómica de cada una de las etapas de
la evolución de la humanidad.

Marx denominó a esas etapas modos de producción.


Dentro de cada modo de producción se desarrollan siempre nuevas
fuerzas productivas que engendran una nueva clase social en antagonismo
con la antigua clase dominante. Este antagonismo, es decir, la lucha de
clases, es para los marxistas el motor del cambio social en la historia.

En la época de Marx y Engels se estaba desarrollando el modo de


producción capitalista: la sociedad se dividía en dos clases antagónicas, la
burguesía y el proletariado.

Los burgueses poseían los medios de producción, y el proletariado, que


solo poseía su fuerza de trabajo que vendía al patrono a cambio de un
salario.

¿Qué es la plusvalía?
Según Marx, hay una gran diferencia entre el valor de lo que produce el
obrero y la retribución que le da el patrono por su trabajo. Esto es la
plusvalía. Ésta sirve para medir la explotación del
trabajador, ya que cuanto más alta sea la plusvalía, mayor será la
explotación del trabajador por parte del patrono.

El socialismo marxista postulaba la conquista violenta del poder por el


proletariado, la sustación del sistema capitalista por otro sin clases y sin
propiedad privada, y la transformación del "Estado burgués" en una dictura
del proletariado, forma transitoria de Estado hasta alcanzar la sociedad
comunista, en la que el Estado no sería necesario.

4.3. El anarquismo

Es la otra gran teoría revolucionaria del movimiento obrero.


Su primer ideólogo fue Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865), su teoría se
basaba en una fe en la bondad del hombre y su libertad, y un rechazo total
a la participación obrera en cualquier forma de lucha política, aunque
esto se debía lograr de forma pacífica.

Finalmente se mostró partidario de la anarquía, una sociedad sin ninguna


forma de autoridad, semejante a las sociedades primitivas.

El principal teórico del anarquismo fue Mihail Bakunin (1814-1876),


quien defendía la rebelión espontánea contra la sociedad capitalista y
contra el Estado.

Esta doctrina pretendía, no solo promover la acción del proletariado


industrial, sino la de todos los sectores oprimidos de la sociedad: obreros,
estudiantes, campesinos...

Los anarquistas pregonaban una oposición radical a toda organización y


rechazando toda acción política, los bakuninistas se distinguieron del
marxismo y se enfrentaron al mismo porque su objetivo no era la
conquista del Estado sino su destrucción total.

Existen dos diferencias de actuación entre los marxistas y los


anarquistas:

Los anarquistas pensaban que el Estado se debía de suprimir enseguida,


mientras que los marxistas pensaban que antes de acabar con el Estado
había que controlarlo con una fase transitoria (dictadura del proletariado).

La otra es que los anarquistas no formarán partidos políticos, como si harán


los socialistas, sino que se organizarán en sindicatos.

5. Orígenes y desarrollo del movimiento obrero.

5.1. Los precedentes: de las friendly societies al ludismo.


Desde el siglo XVIII existían asociaciones llamadas sociedades fraternales
(friendly societies), cuya finalidad era hacer cumplir las leyes para la
protección del obrero, éstas fueron evolucionando hacia los sindicatos.

Ante el temor de motines populares (con el recuerdo de la Revolución


Francesa) se promovieron las Combinations Laws de 1799-1800, que
prohibieron cualquier asociación con fines laborales. Estas leyes estuvieron
en vigor hasta 1824, cuando se
permitió la libre asociación, aunque los sindicatos de obreros no se
legalizaron hasta 1871-1875.

Durante los años de prohibición, los sindicalistas organizaban mítines


clandestinos, algunos de ellos dirigidos contra las máquinas (ludismo), el
ludismo se extendió desde finales del siglo XVIII hasta 1830 por G,
Bretaña y Europa.

5.2. El sindicalismo en el Reino Unido: la larga lucha por la libertad de


asociación

En 1819 se produjo en Manchester la masacre de Peterloo, donde una


multitud de obreros fue disparada por el ejército.
Este clima social empujó al Gobierno a legalizar las asociaciones obreras
(1824- 1825). Desde 1830 hubo varios intentos de formar una gran unión
sindical. Esta se logró gracias a Robert Owen, que fundó en 1834 el
Grand National Consolidated Trades Union, pero terminó fracasando.

Este fracaso hizo que muchos sindicalistas se pasaran al cartismo,


movimiento de masas de carácter político que reclamaba derechos como el
sufragio universal, la retribución económica a los diputados y la jornada de
ocho horas. Su nombre derivaba de la Carta del Pueblo (People´s Chart).

El movimiento cartista experimentó una primera fase de apogeo en 1838-


1839. Sus peticiones fueron rechazadas por el Parlamento, pero
protagonizó huelgas, sabotajes, protestas y disturbios violentos. La última
gran manifestación de Londres
en 1848 dio paso a su disolución.
El fracaso del cartismo llevó al movimiento sindical británico hacia los
métodos pacíficos y la negociación, surgiendo los primeros sindicatos
profesionales.

Entre 1871-1875 se aprobaron las leyes que legalizaban estas asociaciones


de trabajadores (Trade Unions Acts).
6. La I Internacional

6.1. Orígenes, formación y objetivos

La Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) o la


I Internacional se fundó en 1864 en Londres.

Marx se encargó de la redacción del manifiesto inaugural y del


proyecto de estatutos de la nueva organización, el lema de la AIT
será "Proletarios de todos los países, uníos".

El manifiesto inaugural de la AIT hacía un balance de la evolución


de la condición obrera desde las revoluciones de 1848 y alentaba
la conquista del poder político por parte del proletariado.

6.2. Problemas internos y división ideológica

En la AIT convivían sindicalistas y socialistas de diversas tendencias .


Pronto se evidenciaron las primeras discrepancias. Frente al sector más
autoritario, dirigido por Marx y Engels, surgió pronto un movimiento que
defendía la autonomía de las organizaciones locales y nacionales y que veía
con más simpatía el antiautoritarismo de Bakunin.

El enfrentamiento empeoró a partir de 1868, cuando Bakunin ingresó


en la Internacional. El mayor problema fue el rechazo bakuninista a toda
posible intervención de los trabajadores en la
"política burguesa", a la que consideraban un cáncer. Mientras que por otro
lado, Marx pensaba en apoyar la organización de un partido obrero distinto
y opuesto a los partidos burgueses.

Finalmente en 1872 en el Congreso de La Haya, donde se decidió


expulsar a Bakunin y trasladar el Consejo General de
la AIT a Nueva York.

6.3. El final de la I Internacional


Tras la escisión (los bakuninistas=anarquistas se fueron con su líder
Bakunin), suizos, italianos y españoles abandonaron el Consejo General y
formaron una nueva Internacional antiautoritaria
basada en el anarquismo de Bakunin: rechazo a toda acción política, solo
acción sindical y autonomía de las federaciones.
En Nueva York, la AIT fue extinguiéndose lentamente, y en 1876 se
decidió su disolución.
7. La II Internacional

7.1. La expansión del movimiento obrero: partidos y sindicatos


socialistas.

El aumento del número de trabajadores industriales, unido a la expansión


del socialismo, provocó la formación y expansión de los partidos
socialistas y las organizaciones sindicales nacionales.

Uno de los primeros fue el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD),


fundado en 1875.

Las décadas finales del siglo XIX fueron claves en la fundación de otros
partidos socialistas, como el Partido Socialista Obrero Español (1879), el
Partido Socialista Italiano (1892)...

Asimismo, el aumento de las fuerzas obreras se tradujo en el impulso de los


sindicatos. En Alemania, en 1892, se formó la Unión General de
Sindicatos Alemanes. En España se creó en 1888 la Unión General de
Trabajadores (UGT).

7.2. Tendencias y divisiones en el seno del socialismo

Los partidos socialistas no presentaban uniformidad ideológica a pesar


de la influencia teórica de la ideología marxista.

A finales del siglo XIX se perfilaron tres tendencias:

La revisionista: impulsada por Bernstein, quien criticó abiertamente la


doctrina de Marx. Éste creía que la transición al socialismo era posible
gracias a la acción parlamentaria en el seno de las democracias liberales.
Pensaba que el socialismo no se
impondría por la violencia, sino por medio de reformas sucesivas.
La izquierdista: encabezada por Rosa Luxemburgo y Lenin. Defendía la
lucha de clases y la revolución como únicas vías al socialismo.

La centrista: Era la mayoritaria en Europa, Kautsky y otros teóricos


criticaron a Bernstein, pero llevaron a cabo políticas reformistas.

7.3. De la fundación a la crisis de la II Internacional.


La II Internacional se fundó en el Congreso de 1889 en París. Adoptó
una clara orientación marxista, excluyó a los anarquistas y se organizó
como una federación de partidos socialistas nacionales.

Entre sus objetivos estaba lograr una legislación laboral favorable para
los trabajadores (jornada de ocho horas, prohibición del trabajo infantil...)

A comienzos del siglo XX la Internacional se enfrentó a intensos debates


sobre cuestiones tan espinosas como el revisionismo, la cuestión colonial o
la guerra.

El estallido de la Primera Guerra Mundial mostró la impotencia del


socialismo para oponerse a la guerra.

La ruptura definitiva se produjo con el triunfo en Rusia de la


Revolución bolchevique y la decisión de los soviéticos de fundar una
nueva Internacional, la III Internacional Comunista (Komintern) en
1919.

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