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• En 1830 las revoluciones liberales se extendieron por toda Europa. Se inició en Francia y se
extendió hacia Bélgica, que logró su independencia de Holanda. Grecia se independizó del
Imperio Otomano. Las revoluciones de 1830 permitieron que en Europa Occidental se
asentaran Estados liberales, pero en Prusia, Italia y Polonia triunfó la Restauración.
• En 1838 en Inglaterra, fue un movimiento formado por artesanos y obreros agrupados en
torno a varias demandas políticas: sufragio secreto y universal, abolición de los requisitos de
propiedad para ser elegido representante en el Parlamento e igualdad entre los distritos
electorales. Estas demandas figuraron en la llamada Carta del Pueblo. Movilizó a la población
en numerosos mítines y legó a reunir más de un millón de firmas, pero el Parlamento rechazó
la Carta. Finalmente, la ampliación del Cuerpo de electores en Inglaterra se logró en forma
gradual, a partir de sucesivas reformas parciales durante la segunda mitad del siglo XIX y
Comienzos del XX.
• La revolución de 1848 alcanzó a Francia, Austria, Prusia e Italia. Se produjo en el contexto
de una gran crisis económica, que dio mayores motivos al descontento de los sectores
sociales que buscaban instaurar un orden republicano y liberal. La burguesía moderada,
temerosa de una revolución social protagonizada por los sectores populares, prefirió aliarse
a los sectores conservadores y frenar la revolución.
Movimiento obrero
La revolución demográfica y agraria y las transformaciones en el campo produjo un éxodo
masivo hacia las ciudades. Los campesinos que eran expulsados de sus tierras buscaban
nuevas oportunidades de trabajo en las nuevas fábricas. Al legar a la ciudad, se convertían en
obreros industriales. La Revolución Industrial generó una nueva estratificación social, formada
por dos sectores: la burguesía, dueña de los medios de producción, y las clases subalternas,
constituidas por la gran mayoría que sólo puede ofrecer su fuerza de trabajo. Las clases
subalternas se dividen a su vez en dos sectores: las clases medias, formadas por
profesionales y trabajadores cualificados, y los obreros o trabajadores manuales.
Los obreros trabajaban en las fábricas en condiciones penosas: los horarios de trabajo eran
excesivamente largos, con más de doce horas por lo general. A esto se sumaba la inseguridad
en el trabajo, en donde si el obrero se enfermaba no cobraba los días perdidos y podía ser
despedido sin recibir ninguna compensación. Por lo general, las fábricas no reunían las
condiciones mínimas de higiene ni de salubridad. El trabajo infantil era algo habitual; las niñas
y niños eran más sumisos y cobraban un salario menor. Frente a esta difícil situación social,
aparecieron asociaciones de obreros que buscaban mejorar sus condiciones de vida y de
trabajo. En la década de 1830 surgen en Inglaterra las Trade-Unions; fueron las primeras
organizaciones obreras que agrupaban a los trabajadores según su oficio. En Francia los
trabajadores de los aserraderos de Burdeos y de las fábricas textiles de Lyon se organizaron
en contra de las condiciones de explotación de las fábricas. En este país, adoptaron el nombre
de syndicat (sindicato), que significa unión.
El nacionalismo es una ideología política que busca establecer un Estado sobre la idea de
cultura y nación. Sus ideas Se basan en la soberanía nacional en una concepción romántica
del pueblo; exalta la historia, la tradición, la lengua y todo aquello que da sentimiento de
unidad. La ideología nacionalista fue utilizada por la burguesía para atraer al pueblo con el fin
de construir un destino colectivo común. Las ideas nacionalistas surgieron ya en la Revolución
Francesa, en la que la lealtad al monarca cambió por la lealtad hacia la nación o la patria. Pero
fue a partir de la Revolución Industrial que se impulsó la idea del desarrollo económico
"nacional", por la necesidad de acceso a mercados exteriores. También, con la revolución de
1848, donde se marcó el despertar de la conciencia nacional de distintos pueblos. A pesar de
los fracasos de 1848, el sentimiento nacionalista no desapareció, sino que fortaleció su
impulso con los años. Los casos más notables fueron el nacionalismo alemán y el italiano,
naciones que estaban divididas en múltiples estados.
El nacionalismo alemán surgió en los tiempos de la lucha contra Napoleón, y en una primera
etapa se manifestó en la búsqueda de la unión aduanera del país. En Italia también surgieron
movimientos nacionalistas que buscaron la unificación de la península. Algunas características
comunes a los movimientos nacionalistas son: -Defensa de una cultura común. Ensalza las
tradiciones, la lengua y convierte en una práctica social que pasa de generación en
generación. -Reinterpretación de la historia. El nacionalismo busca en el pasado elementos
que demuestren unidad; así, crea símbolos, personajes "nacionales", mitos. Su idea es
promover, a partir de la realidad de la ficción, un futuro como nación. -Aspiración de soberanía
política. Los nacionalismos desean construir un Estado que abarque a todos los individuos
que son considerados parte de una misma nación.
LA PASARELA DE LA MISERIA
"Me situé en la calle Oxford de Manchester y observé la multitud de obreros en el momento
en que abandonaban las fábricas, a las 12 en punto. Los niños tenían, casi todos, mal aspecto,
eran pequeños, enfermizos; iban descalzos y mal vestidos. Muchos no aparentaban tener más
de 7 años. Los hombres de 16 a 24 años en general, ninguno de ellos de edad avanzada,
estaban casi tan pálidos y delgados como los niños. Las mujeres eran las que tenían
apariencia más respetable, pero entre ellas no vi a ninguna que tuviese un aspecto lozano, o
bello. Vi, o creí ver, una estirpe degenerada, seres humanos mal desarrollados y debilitados,
hombres y mujeres que no llegarían a viejos, niños que jamás serian adultos saludables. Era
un triste espectáculo”.
Turner Thakrah, Informe del médico, 1831.
EL TRABAJO DESHUMANISADO
"Los dueños de las fábricas, ansiosos por mantener en funcionamiento sus máquinas día y
noche, mientras la industria fuera próspera, Ocupaban a hombres, mujeres y niños en
jornadas de trabajo de 12 a 16 horas, de día y de noche. Cuando había una crisis económica,
no dudaban en deshacerse de la fuerza de trabajo, ya que tenían siempre una cola de
desocupados en la puerta de la fábrica esperando el momento para ser empleados. Cuando
los patronos querían aumentar la producción hacían trabajar más duramente a sus
trabajadores”.
P. Deane, La Revolución industrial en Gran Bretaña.