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Emprendimiento III |

Bloque I

Emprendimiento III
BUSCANDO LA PROFESIONALIZACIÓN

Benemérita Universidad Autónoma de Puebla


Emprendimiento III | 1
Nanocaso Rocketto
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Fidelidad a la marca m
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A mediados de 2017, de la empresa que había nacido como marca de congeladas diez años
atrás sólo quedaba el nombre. Fermín Osorio, cofundador de la compañía, había creado
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Rocketto, una marca versátil y fácil de recordar. Pese a los cambios y las dudas que vendrían
con el tiempo, no la dejaría ir –aunque sí lo hizo con varios modelos de negocio que llevaron C
ese nombre durante toda la década. Y ahora se enfrentaba a uno más. r
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Rocketto había nacido en 2007, cuando Fermín y su hermana Yuridia, ambos a
originarios de Tehuacán, Puebla, buscaban iniciar una empresa propia. Las congeladas, o n
bolis, les parecían una buena apuesta. Vender congeladas en la calle había resultado un d
éxito para empresas como Bon Ice, que tan popular era en aquel momento. Además, los o
hermanos Osorio tenían en casa al proveedor ideal: Santa, la madre de ambos, con
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frecuencia hacía bolis caseros para la familia y amigos, y estaba dispuesta a hacerlos en
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mayor volumen con la intención de venderlos.

Hasta el 2009, Rocketto se desarrolló en Tehuacán como una marca de congeladas. S


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Fermín y su hermana pensaban que la empresa podría obtener trascendencia nacional, por
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lo que incubaron el modelo de negocio para lograr su objetivo. Sin embargo, y tras abrir un
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par de sucursales fuera de la ciudad poblana, se percataron que el modelo no era a
sustentable. El boom de las congeladas había pasado y muchas de las decisiones se n
tomaban sin estrategia, aunque con mucha pasión.
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De ese modo surgió la primera iteración de Rocketto. Yuridia y Fermín decidieron
seguir vendiendo congeladas, pero en vez de distribuirlas en la calle, como los mochileros m
de Bon Ice, se movieron hacia los carritos. Pronto, en ellos ya no solo vendían bolis sino i
helados, y para la temporada de frío decidieron también comenzar a vender bebidas
calientes, como café. Entonces, los hermanos Osorio tomaron una decisión importante: L
moverse de los carritos hacia los espacios cerrados, primero establecimientos de 2m2 que o
dieron pie a otros de 15 o 20 m2, donde cabían heladerías-cafeterías completas. g
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Para 2013, los hermanos comenzaron a franquiciar en forma. Las heladerías– t
cafeterías siguieron llamándose Rocketto, aunque con logotipo e identidad de marca i
distintas a las que tenía en 2007. La empresa comenzó a crecer moderadamente hasta que p
dos años después, en 2015, Fermín decidió buscar a un consultor, Richard Harbinger. Él les o
ayudó a rediseñar la marca por completo y orientó a Rocketto hacia un concepto de los N
años 50s: un estilo de fuente de sodas donde las hamburguesas, las malteadas y las papas o
fritas eran protagonistas.

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Pero, ¿cómo justificar la evolución de las congeladas hasta las malteadas? Y, ¿qué
pasaría con el menú de bebidas calientes que hasta entonces ofrecía Rocketto dentro de su
carta? Fermín y Yuridia tuvieron sus dudas, pero decidieron moverse rápido hacia donde el
mercado iba indicando y hacia donde Harbinger iba llevándolos. La nueva propuesta era
clara y limpia: una fuente de sodas cincuentera. Y con esa estética, hicieron home run. En
dos años, Rocketo abrió 8 restaurantes en Tehuacán, Puebla capital y fuera del estado. Cada
trimestre había por lo menos una apertura. Las malteadas habían sido el hit, y no había
necesidad de recordar el pasado de bolis.

Sin embargo, los hermanos Osorio pronto encontrarían otro obstáculo en el camino
de Rocketto. El crecimiento fue tan rápido que a finales de 2017, de los 10 restaurantes que
tenían solo 2 no perdían dinero. Los problemas operativos, de ubicación y selección de
personal se habían repetido en todas las sucursales, y aunque la marca sobrevivía gracias a
un par de ubicaciones exitosas, lo más sano para Rocketto sería cerrar las sucursales sin
éxito… y empezar una vez más.

1. Si tú fueras Fermín y Yuridia, ¿seguirías con el nombre de Rocketto en la próxima iteración


de la marca? ¿Por qué sí o por qué no?
2. Considerando la historia de la marca, ¿valdría la pena seguir con alguna parte del
concepto inicial, o sería mejor abandonar totalmente el poder de la marca e iniciar su
próxima etapa desde cero?

Fuentes

Quintero, R. y Yarce, E (2019). Nanocaso Rocketto. Fidelidad a la marca (material creado exclusivamente
para la materia Emprendimiento y usado con el consentimiento de los autores). BUAP.

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