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REFLEXIÓN DEL VÍDEO 6 CARAS

Cada vez que enciendo la televisión y veo el telediario con mis padres a la hora de
comer, para poderme enterar o ser conocedora de lo que pasa en el mundo me doy
cuenta de que, aunque parezca mentira, estamos muy alejados de lo que es la inclusión a
nivel mundial, pero aun así todos, incluida yo, nos echamos las manos a la cabeza y
hacemos como si no tuviésemos nada que ver con lo que está pasando y esto no debe ser
así y creo que nos damos cuenta cuando vemos algo que trate sobre el tema, y es lo que
me pasó a mi cuando el otro día en clase vi el vídeo de las “6 caras”.

Al ver el vídeo, ví que la inclusión hacia las personas que son diferentes a nosotros
empieza desde uno mismo, ya que no hablaba sobre un problema del síndrome de
Down, al contrario, hace hincapié de las muchas maneras que tenemos nosotros de
tratarlos, es verdad que la gran mayoría de personas nos alegra ver por ejemplo a una
persona con síndrome de Down en algún puesto de trabajo y podemos tratar con él,
como por ejemplo el que está en secretaría de nuestra propia facultad, él nos facilita
muchas cosas, como cuando necesitamos la llave del ascensor o para darnos el mando
del aire acondicionado e incluso muchas veces nos lo lleva al aula para poder estar más
calentitos en invierno o estar más fresquitos en verano, son cosas que vemos que son
capaces de hacer cosas que también nosotros somos capaces y no nos hace ser tan
diferentes. Pero la pregunta es: Si nosotros fuésemos los jefes de alguna empresa,
¿confiaríamos en una persona con síndrome de Down? Creo que ahí es donde
verdaderamente, podemos ver la verdadera inclusión, el plantearnos esta pregunta y
poder responder con el Sí sin tener duda, ahí es donde empieza la inclusión.

A lo que quiero llegar, es que para poder llegar a este punto se debe empezar desde el
inicio, el hacerles ver desde muy pequeños que son personas capaces de hacer lo que se
propongan, aunque les cueste un poco más que a nosotros. Un profesor de mi colegio
siempre nos decía que todos llegamos a coger la mayonesa de la nevera, lo que pasa que
las personas altas no necesitarían ayuda y a lo mejor, las personas que son bajitas
necesitarían una escalera para poder cogerla, lo que nos quería enseñar es que, aunque
algunos necesiten ese empujón para poder llegar, que lo verdaderamente importante es
conseguirlo y esto es lo que debemos enseñar desde muy pequeños a nuestros alumnos
para que puedan ver, que todo el que se proponga un propósito llegará a conseguirlo y
por ello, como maestros debemos de ayudarles a que lo consigan.

Sin embargo, el problema también lo tenemos los adultos, que nos cuesta ver que una
persona que se le dificulta una cosa no es capaz de hacerla, y más si tienen alguna
deficiencia, por ello, debemos de saber confiar más en las personas que tienen un
propósito y, en ved de ponerles barrera, hacer puentes para que puedan llegar. Debemos
de ser conscientes y más empáticos con las personas que tienen dificultades para poder
llegar a algún sitio ya que desde ahí podemos conseguir un mundo más justo y que las
personas sean más felices.

En conclusión, la inclusión empieza desde uno mismo, el de confiar más en las personas
que nos rodean y en ayudar a todas las personas que lo necesiten. Me quedo con la frase
que dice el Papa Francisco: “Para reconstruir mejor nuestra sociedad es necesario la
inclusión de quienes son más frágiles comprenda también la participación de esta”

Sofia Baixauli Pascual

3ºB Magisterio Infantil + Primaria

Universidad Católica de Valencia

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