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ENTREVISTAS
DE HENDAYA
Y BORDIGHERA
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FALANGE
Vínculos secrL[VZ
LU[Ye Alemania,
Italia y España
EL CULTO A LA
PERSONALIDAD
Altavoz de
KPJ[HK\YHZ
EUGENESIA
«Higiene racial»
SECCIÓN
FEMENINA
El ideal de mujer
del Régimen

LOS TRES ROSTROS DEL FASCISMO DEL SIGLO XX

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*                
 ,+0;690(3

ASC, GETTY, ALBUM

Dictadores de almas
L
íderes autoritarios, Franco, Hitler y Mussolini ejemplifican, cuando menos, la
turbulencia políticosocial de la Europa de mediados del siglo xx. Adolf Hitler
emergió en Alemania después de la humillación y el descontento de la Primera
Guerra Mundial. Liderando el partido nazi, articuló una visión de supremacía racial,
anticomunismo y antisemitismo que implementó con políticas de exterminio que ma-
taron a millones de judíos, comunistas, gitanos y homosexuales, entre otros. Su ambi-
ción territorial llevó a la anexión de Austria y Checoslovaquia, y posteriormente a la
invasión de Polonia, desencadenando la Segunda Guerra Mundial. Benito Mussolini,
por su parte, promovió un renacimiento nacionalista y autoritario basado en la glorifi-
cación del Estado y la reivindicación del Imperio romano. Su régimen enfatizó la obe-
diencia, el militarismo y una expansión territorial que lanzó a Italia a conflictos en
África y a una alianza con la Alemania nazi (el Eje Roma-Berlín). Francisco Franco,
quizás el menos vinculado directamente a la ideología fascista per se, emergió victorio-
so de la Guerra Civil con el apoyo de las tropas de los ante-
riores. Su dictadura, no expansionista, fue brutalmente
represiva, antidemocrática y estuvo sustentada en una
mezcla de nacionalismo y catolicismo, precisamente para
deslindarse de un Hitler al que se le tachaba ya de criminal
contra los derechos humanos. En este número, cuyos artí-
culos huyen de la historia dada por supuesta, estudiamos
sus vinculaciones personales,
similitudes ideológicas y la
Carmen Sabalete
sombra de sus legados. Directora
Disfruta de la lectura. MH (csabalete@zinetmedia.es)

MUY HISTORIA 
:<4(906

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@ 4<::63050

26

SHUTTERSTOCK
REPORTAJES
18 La Italia fascista 18
GETTY

Hitler, el mesías del Reich de los mil años 26

34
Franquismo, el régimen eterno 34

Hendaya, el encuentro cerrado en falso 42

La entrevista de Bordighera 50

Falange: los vínculos secretos 58

SHUTTERSTOCK

La sección femenina 66

Culto a la personalidad 74

Los grandes eventos 82

Los creadores de la cultura oficial 90

La economía de guerra y la corrupción 98

Eugenesia, la higiene racial

42 durante el franquismo 106

ALBUM

En busca de arios por Segovia 114

 MUY HISTORIA
 50 58

ALBUM
ASC

SECCIONES
82 Historias de la filosofía

Entrevista: Rashid Khalili

6

Historia del cómic 12

Historia en imágenes 14

Dossier 122

66
SHUTTERSTOCK

Mujeres en la historia 130

GETTY

Historias minúsculas 132

Episodios 136

Historia en el arte 142

Momentos estelares 143

98 114
GETTY

106
ALBUM

ALBUM

MUY HISTORIA 
/0:;690(: +, 3( -036:6-Ð(
Kant en
pocas palabras
JORGE DE LOS SANTOS
FILÓSOFO
hakespeare en Troilo y Cressida pone en boca
de Tersites una curiosa, por extrema, síntesis de
los veinticuatro cantos de la Ilíada: se trata de
la historia de una puta y un cabrón. Un somero
resumen. Ni siquiera alcanza los 140 caracteres
con los que Twitter obligaba a expresar com-
plejos razonamientos, enunciación de grandes verdades
o diagnósticos de este inabarcable mundo. Un mundo
que abre el de las imperativas síntesis que dejan Las Me-
ninas en un «tela pintarrajeada», en el que no importa el
razonamiento sino el reclamo, el pito de un pajarito (o de
una sintética «X») que te anuncie la novedad sin argu-
mento. Un tiempo de inmediateces que anulen la historia
y el porvenir, un tiempo de actualidades que descuartiza
el sentido del presente. Un tiempo que no era el tiempo
de Kant, pero es el tiempo de este breve artículo sobre el
acontecimiento que supuso Kant.
UN NUEVO SENTIDO
Es conocida la anécdota medieval atribuida a san Agustín
del niño que en la playa va y viene una y otra vez a la orilla
a recoger agua del mar y vaciarla en una oquedad de la
arena que había abierto con sus pequeñas manos. Cuando
el santo le pregunta el sentido de su tarea, el niño le res-
ponde que quiere vaciar el agua de todos los océanos en
ese hueco. San Agustín, perplejo, le indica que semejante
propósito es imposible y el niño le suelta un «zasca» de aquí
a Sebastopol: «Lo que es imposible es intentar compren-
der a Dios en el huequecito de tu cabeza». Parece que Kant
no conocía la piadosa historieta pues de haberla sabido no
hubiera intentado comprender, entre mil cosas más, lo que
somos capaces de comprender y cómo somos capaces de
hacerlo, y se hubiera dedicado, en los ratos que le dejaban
las tareas de funcionario, a escribir tuits sobre la mar (y los
peces). Pero juguemos nosotros, criaturas de lo efímero, al
juego que marca nuestro tiempo, pues si difícil era meter
el océano en un agujerito o comprender a Dios en nuestra
sesera, necio sería intentar explicar en el espacio de una
cuartilla lo que Kant intentó explicar.
La biografía de Immanuel Kant es la de un tipo que no
sale de su pueblo (Königsberg), meticuloso y obsesivo,
amante de los pequeños placeres burgueses, reconocido
en su académico trabajo y que de anciano dio bastante la
lata a sus allegados (creo que he sobrepasado los carac-
 MUY HISTORIA
teres). Su tiempo es el de la Ilustración (nació en 1724
y murió ochenta años después) y su posición filosófica
sería la que se encuadra bajo eso tan genérico y promis-
cuo del «Idealismo» (en una síntesis tan discutible como
cualquier otra: la realidad es una construcción de ideas
independientes de ella y solo existe algo así como la rea-
lidad en cuanto aquellas se aplican sobre esta). Su tarea
intelectual es ingente y si bien su obra fue la de una vida
entera dedicada a escribirla, se tardarían posiblemente
dos vidas para leerla completa y entenderla (o al menos
entender lo que pretendía Kant) en toda su extensión. Pe-
ro aquí, en nuestro propósito elíptico, vamos a destacar un
solo trabajo, Crítica de la razón pura y una sola idea que,
obviamente se apoya en un millar de ideas más. Esa idea
él mismo la anunció como un giro copernicano a lo que
hasta ahora creíamos, y lo que creían fundamentalmente
el racionalismo (de Leibniz, por ejemplo) y el empirismo
(de Hobbes en concreto), de cómo podíamos entender el
mundo, o dicho de otra manera: responder a las preguntas
sobre qué y cómo podemos conocer. Lo de giro copernica-
no (a veces Kant usaba metáforas comprensibles) se refiere
a un cambio de perspectiva en la orientación del problema
que conlleva, casi sin quererlo, un cambio de época, una
nueva cosmovisión y un nuevo sentido al mundo y a la
condición humana. Así como Copérnico entiende que si
esas entidades errantes (los «planetas») tienen movimien-
tos incomprensibles con relación a lo que permanece
firme (el «firmamento») no es porque sean caprichosos
sino porque no sabemos mirarlos, porque los miramos
creyendo que nosotros estamos quietos, en el centro, y to-
do orbita a nuestro alrededor (teoría geocéntrica), Kant
sostiene algo sorprendente: la cosa de la realidad que se
presenta ante nosotros no nos ofrece en sí misma su expli-
cación que debemos desentrañar sino que es al percibirla
cuando le otorgamos explicación a esa cosa de la realidad.
Si eso no es girar el sentido del mundo que venga Dios y
lo vea. No es que la realidad en sí misma no exista, sino
que existe en la medida en que nuestras capacidades la
dotan de realidad. El noúmeno (lo que es «la cosa en sí»)
tiene existencia, se da a ser independientemente de noso-
tros, pero deviene incomprensible para nosotros que, en
nuestras limitaciones, solo somos capaces de interpretar lo
que el entendimiento nos alcanza (el fenómeno). Podemos
entender y dar condición de «realidad» a lo que encaja
en nuestro entendimiento precisamente porque encaja
 No es que la
realidad en sí
misma no exista,
sino que existe en
la medida en que
nuestras
capacidades la
dotan de realidad.
SHUTTERSTOCK
en nuestro entendimiento. El empeño de Kant no es solo
certificar lo que es real sino cómo opera ese mecanismo
nuestro de dotar de realidad, las hechuras y los límites de
nuestra comprensión. Dicho en otras palabras, las de Kant:
«Se ha supuesto hasta ahora que todo conocimiento debe
regirse por los objetos […] Intentemos […] que los objetos
deben conformarse a nuestro conocimiento.» Ahora solo
queda demostrarlo.
CÓMO FREÍR UN HUEVO
Se contaba que una vez un periodista le preguntó a Eins-
tein si le podía explicar sencillamente su teoría de la
relatividad. Este le contestó con otra pregunta: «¿Puede
usted explicarme cómo freír un huevo?». El periodista
lo miró sorprendido y tras afirmar que sí podía hacerlo
Einstein continuó: «Muy bien, pues hágalo pero supo-
niendo que yo no sé lo que es un huevo, el aceite, una
sartén ni el concepto de freír…». Trascendental, a prio-
ri, crítica, razón pura, doctrina trascendental de los
elementos, doctrina trascendental del método, estética
trascendental, espacio, tiempo, lógica trascendental, ana-
lítica trascendental, conceptos a priori del entendimiento,
esquematismo, dialéctica trascendental, ideas de la razón
pura, conocimiento, juicio, juicio analítico, juicio sinté-
tico, juicio a priori/analítico, juicio a posteriori/sintético,
juicio a posteriori/analítico, juicio a priori/sintético, cate-
goría… son el huevo, la sartén, el aceite (pero también la
sal, el sentido de freír un huevo y hasta la propia gallina)
necesarios para entender, en Kant, cómo freír un huevo.
Pero que nadie se espante si pretende abordar la tarea de
cocinillas. Hoy en día existen al alcance de todos, ade-
más de profesores apasionados y con talento, multitud
de manuales introductorios, conferencias didácticas y
hasta videos en YouTube de personas dotadas y bienin-
tencionadas que pueden hacer asequible la comprensión
de estos elementos y con ellos descubrir la grandeza de
lo que Kant propuso y sin lo cual Einstein, por ejemplo,
no podría haber formulado su teoría ni tan siquiera freír
un huevo. Eso sí, hay que hacer un esfuerzo para des-
cubrir que más allá de putas y cabrones, la Ilíada es un
fundamento de humanidad y dejar la inmediatez y las
actualidades para berrear de forma telegráfica allí donde
todo pasa y nada merece quedar. MH
MUY HISTORIA 
,5;9,=0:;(

En su nueva obra, Palestina, el historiador y escritor estadounidense de origen

palestino-libanés hace frente al discurso que niega la presencia de palestinos en
esta tierra para justificar el establecimiento del ‘hogar nacional’ del pueblo judío.
GEMA BOIZA
PERIODISTA

 MUY HISTORIA
C
on una mirada amable y di-
recta y una dialéctica abru-
madoramente clara, Rashid
Khalidi nos recibe en la Ca-
sa Árabe de Madrid para conceder-
nos esta entrevista en la que, a cora-
zón abierto y sin filtros diplomáticos,
nos explica qué es Palestina. Un libro
en el que este historiador y escritor,
estadounidense de origen palestino-
libanés, ha querido, con documenta-
ción y en base a hechos, acabar con
esa «gigantesca mentira» que defiende
la tesis de que en Palestina no había
nada ni nadie cuando allí se decidió
crear un hogar nacional judío. Tatara-
nieto de Yusuf Diya al-Khalidi, quien
fuera alcalde de Jerusalén en 1899,
Rashid Khalidi asegura que pese a esta
guerra ‘colonial y violenta’ que asedia
a los palestinos desde hace décadas, él
sí cree en una Palestina futura, aunque
ello implique cambios en el pueblo
palestino que hagan de su estrategia
algo sólido y unido, y también en la
opinión pública europea y estadou-
nidense. Una especie de acto de fe
que, según dice, las redes sociales,
independientes de los medios de co-
municación clásicos, están acelerando
al dar acceso a imágenes que antes no
podían ser vistas. El tiempo dirá.
¿Qué es este libro, y por qué lo ha
escrito? ¿Cuál es el objetivo de Pa-
lestina?
El objetivo es hacer frente al discurso
de Estados Unidos que prácticamen-
te niega la presencia de palestinos
en Palestina. Siempre se ha dicho
aquello de una tierra sin pueblo para
un pueblo sin tierra, y si creemos en
esa afirmación creemos en la idea de
que allí no había pueblo, y sí que lo
había. Ursula von der Leyen ha fe-
licitado hace poco a Israel diciendo
que los judíos han hecho un jardín
del desierto, y eso implica negar que
allí había un pueblo antes, que no
han cogido nada de nadie porque allí
no había nada ni nadie, y eso es una
mentira gigantesca.
En el libro traza 100 años de gue-
rra ‘colonial’ contra los palestinos.
¿Cuáles son las fechas clave de este
conflicto?
Hay varias que coinciden con lo que
yo considero declaraciones de guerra
contra Palestina. La primera fue en
1917 cuando tuvo lugar la Declara-
ción Balfour en la que el Gobierno
británico anunció, durante la Primera
Guerra Mundial, su apoyo al estable-
cimiento de un ‘hogar nacional’ para
el pueblo judío en la región de Pales-
tina, que en ese momento formaba
parte del Imperio Otomano. Para mí,
ahí empezó la guerra contra Palesti-
na, y no fue una guerra de sionistas
contra palestinos, sino del Imperio
británico, que utilizó el sionismo,
contra Palestina. ¡La represión de
1936 contra los palestinos no la hicie-
ron los sionistas sino cientos de miles
de soldados ingleses!
En la década de los 40, coincidien-
do con su nacimiento, tuvo lugar
otro hito para el conflicto.
Sí, 1947, yo nací unos meses después
en 1948. Fue entonces cuando se hi-
zo la repartición de Palestina, y cuan-
do empezó el conflicto entre palesti-
nos y milicias sionistas que terminó
con la gran catástrofe del Nakba, con
la expulsión de más de 700 000 pa-
lestinos de sus hogares. Esta fue la
segunda vez que a nivel internacio-
nal se entregó el país a los sionistas,
dando la mayoría de su territorio a la
minoría judía.
Y la situación se recrudeció una vez
más en los años 60.
En 1967 y con la guerra de los Seis
Días que enfrentó a Israel contra tres
países árabes. Ahí entró en juego Es-
tados Unidos quien dio luz verde a
este conflicto bajo la Administración
del presidente Johnson. La declara-
ción 242 de ese mismo año estableció
un plan para el país en el que se igno-
raba absolutamente a los palestinos.
¡No se puede negociar
con quienes niegan la
existencia de un pueblo!
En Palestina,
Rashid
Khalidi
desmonta la
tesis sobre la
«tierra sin
pueblo».
Y así llegamos a los ochenta...
Sí, y a 1982 cuando Israel invadió Lí-
bano, Beirut quedó sitiado y tuvo lu-
gar la masacre de Sabrá y Shatila que
acabó con la expulsión de la OLP de
Beirut. Fue una guerra israelí hecha
con armas americanas y con el per-
miso de Estados Unidos. ¡Esto es un
conflicto de las grandes potencias, no
es solo una guerra entre dos pueblos!
¿Confía usted en un alto el fuego?
Son solo treguas, Israel no tiene in-
tención de negociar con la Autoridad
Palestina que… no tiene ninguna au-
toridad, ni con Hamás. Israel quiere
seguir ocupando toda Palestina para
crear lo que ellos llaman la gran tie-
rra de Israel. No hay capacidad de
negociación, solo de capitulación por
parte de los palestinos. La ley israelí
de 2018 sostiene que los palestinos no
son un pueblo. ¡No se puede negociar
con quienes niegan la existencia de
un pueblo! Israel y Estados Unidos
no quieren negociar.
¿Cómo definiría la ‘relación’ actual
entre Israel y Palestina?
Como una relación colonial y de vio-
lencia donde una parte tiene dere-
chos y la otra no.
MUY HISTORIA
 Más allá de su capacidad de resis-
tir, ¿qué podemos decir hoy de los
palestinos?
El pueblo palestino persiste en no
abandonar sus casas, su tierra, su
vida… pese a vivir en condiciones
abominables, con violencia y vigi-
lancia. El pueblo palestino ha infligi-
do derrotas a Israel al demostrar que
allí donde unos decían que no había
nadie sí que había un pueblo al que
han expulsado. Hay más de 750 000
personas que han perdido su permi-
so de residencia, el de poder residir
en Jerusalén como les ha ocurrido a
primos míos pese a que nuestra fa-
milia ha estado presente en Jerusalén
desde hace siglos.
PERFIL PROFESIONAL
R
ashid Khalidi es historiador y escritor estadounidense de origen palestino-
libanés, especialista en Oriente Medio. Es titular de la cátedra Edward Said
de Estudios Árabes de la Universidad de Columbia y fue asesor de la dele-
gación palestina en las negociaciones de paz de Madrid y de Washington entre
1991 y 1993. Fue presidente de la Middle East Studies Association, y es redactor
jefe de la revista Journal of Palestine Studies. Nació en 1948 en el barrio neoyor-
quino de Manhattan. Su padre, un palestino nacido en Jerusalén, trabajaba en
el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y su madre era decoradora de
interiores. Tras haber cursado estudios secundarios en la Escuela Internacional
de Naciones Unidas, se licenció en 1970 en la Universidad de Yale, y en 1974 se
doctoró en Historia por la Universidad de Oxford con una tesis sobre la política
británica en Oriente Medio antes de la Primera Guerra Mundial. Desde la déca-
da de 1960 hasta 1983 vivió principalmente en Beirut, donde nacieron sus hijos y
donde impartió clases en diversas universidades. Regresó con su familia a Esta-
dos Unidos debido a la Primera Guerra del Líbano. Después de enseñar un par de
años en la Universidad de Columbia, en 1987 fue nombrado profesor de Historia
de Oriente Medio en la Universidad de Chicago, donde permaneció dieciséis años
y donde trabó amistad con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

¿Se podría decir que estamos ante

un conflicto interminable?
No lo creo. Israel ha perdido su mo-
mento. Hace siglos y hace años quizá
se podía intentar remplazar a un pue-
blo por otro. Eran hechos coloniales
en épocas postcoloniales, y aunque
eso puede continuar, antes o después
habrá una resolución en la que se
aceptará que allí sí hay un pueblo.
¿Quién es la esperanza del pueblo
palestino?
Debe haber un cambio entre los pa-
lestinos. En un momento dado en Pa-
lestina hubo un movimiento nacional
unificado, bajo la OLP, por ejemplo,
en los años 60 y 70. Ahora no hay un
movimiento nacional unido, no hay
estrategia definida. Mientras no ten-
gamos eso no podremos avanzar. ¿De
dónde vendrá? No lo sé. Israel y Esta-
dos Unidos quieren que los palestinos
estén divididos porque eso les bene-
ficia. También debe haber cambios
en Europa y Estados Unidos, donde
falta comprensión y objetividad, aun-
que esto empieza a cambiar en Esta-
dos Unidos. Empiezan a pasar cosas
impensables hace 10 años, como que
un senador cuestione lo que está pa-
sando en Palestina. ¡Hay cambios en
la opinión pública!
¿Cuál ha sido la mayor oportu-
nidad perdida para acabar con el
conflicto?
Hubo una posibilidad durante la pri-
mera Intifada, en 1987.
La solución no llegó con los Acuer-
dos de Oslo ni con las negociacio-
nes de paz de Madrid y Washington
de 1991 y 1993 en las que usted fue
asesor de la delegación palestina.
Oslo fue diseñado por los americanos
para impedir un Estado palestino, pe-
ro entonces, a finales de los ochenta,
podríamos haber llegado a una solu-
ción. Después lo que se propuso por
parte de Israel y de Estados Unidos
fue… ¡comerse la pizza cuando de lo
que se trataba era de dividirla!
Desde entonces, la violencia no ha
hecho más que aumentar…
Así es. La violencia es el resultado de
la ocupación, es el resultado de no
tener una solución política al reco-
nocimiento de un Estado palestino.
El recrudecimiento de la violencia es
lo que estamos viviendo por culpa de
no tener una solución política.
¿Cómo es la cobertura mediática
del conflicto en la sociedad occi-
dental?
Me quedo con que ahora, los jóvenes,
tienen acceso a información que no
está filtrada por los medios clásicos.
En las redes sociales vemos cosas que
no vemos en la tele, y escuchamos
discursos que no escuchamos en los
medios clásicos, que no están gober-
nados por los grandes poderes. Los
jóvenes ya no leen ni dependen de los
medios clásicos, pero sí siguen lo que
sale en Tik Tok, por ejemplo. ¡Lo que
se ha visto no puede decirse que no
se ha visto!

¿Cree en una Palestina futura?

¡Por supuesto! El hecho de que casi la
¡Para los palestinos no hay mitad del pueblo palestino se quede
en Palestina, y de que veamos que
después de que los viejos hayan
capacidad de negociación, muerto los jóvenes no han olvidado y
de que esta generación sea aún más
solo de capitulación! militante que las anteriores me hace
creer en una Palestina futura… por
supuesto. MH

 MUY HISTORIA
 ¡DISFRUTA DE
GRANDES LECTURAS!
¿Qué significa el estatus hoy en día? ¿Por qué lo que antes se consideraba
de mal gusto se ha convertido en deseable? Una nueva revolución
está reorganizando radicalmente nuestra forma de vernos a nosotros
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ingenioso e incisivo Chuck Thompson nos descubre la increíble
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Joe Shuster
UNA HISTORIA A LA SOMBRA DE SUPERMÁN
ÓSCAR CURIESES
ESCRITOR
a novela gráfica Joe Shuster, una historia a la som-
bra de Supermán (Dibbuks, 2018) es quizá una de
las mejores introducciones a la historia del cómic
estadounidense desde el propio arte del cómic. Su
argumento narra el periplo vital de los dos crea-
dores de Supermán, Jerry Siegel (guionista) y Joe Shuster
(dibujante), despojados injustamente de los derechos del
personaje creado para Action Comics en 1938. La narra-
ción de Julian Voloj (guion) y Thomas Campi (dibujante),
además de indagar en ese asunto espinoso y en sus porme-
nores, se despliega hacia atrás y hacia delante en el tiempo
mostrándonos una amplia panorámica del mundo del no-
veno arte en los EE. UU. a lo largo del siglo xx. El trabajo
de Voloj y Campi rememora todo aquel contexto gráfico y
alude a muchas publicaciones capitales para la historia de
las viñetas como los Katzenjammer Kids, Little Nemo, Bat-
man, Capitán América, Tales from the Crypt, Mad y mu-
chas otras, además de señalar algunas influencias notables
El cocreador de
Supermán, Joe
Shuster, en una
fotografía de
prensa de DC
Comics (1975).
ASC / US SIGNAL CORPS ARCHIVE
 MUY HISTORIA
a la hora de concebir al superhéroe: Metropolis (1927) de
Fritz Lang, que sirve de inspiración para la ciudad en la
que vive Supermán; algunos acontecimientos relacionados
con el Moisés bíblico, que se utilizan para la creación de
trasuntos biográficos de Supermán; y los actores Douglas
Fairbanks y Harold Lloyd, como los dos espejos en los que
se desdobla el personaje en su vertiente heroica y su ver-
tiente cómica.
LA PENURIA DEL CREADOR
También, y este es otro aspecto fundamental, se narra la
lenta gestación de Supermán a través de los bocetos previos
del personaje (que no tuvieron éxito alguno en sus versio-
nes preliminares) y el modo en que este se fue enrique-
ciendo al recoger e integrar influencias dispares como el
Tarzán de Edgar Rice Burroughs, las revistas de culturismo
de la época, las publicaciones de detectives, y los relatos de
ciencia ficción y de aventuras.
Por otro lado, Voloj y Campi nos muestran la extraordi-
naria acogida que tuvo el primero de los superhéroes, su
conversión en un icono de masas, así como la explotación
desmedida del personaje por parte de una industria des-
piadada que progresivamente relegó al ostracismo a sus
creadores hasta hacerlos desaparecer. Fue solo con el re-
vuelo que causó la carta escrita por Jerry Siegel dirigida
a sus compañeros de gremio y también a los medios de
comunicación con motivo de la producción de Supermán
(1978) de la Warner Brothers que las cosas cambiaron de
modo esencial. A los entonces titulares de los derechos del
personaje y a la productora no les quedó más remedio que
rectificar y se comprometieron a dar de por vida una pen-
sión mensual de dos mil dólares a Siegel y Shuster. Si se
piensa bien, esa cantidad era irrisoria ya que ellos habían
generado un beneficio de millones de dólares a lo largo de
los años. Las palabras de Jerry Siegel en su carta eran claras
(las extraigo de la novela gráfica de Voloj y Campi, donde
aparecen publicadas): «Supermán lleva 37 años generando
ingentes sumas de dinero. Durante la mayor parte de este
tiempo Joe Shuster y yo, los creadores de Supermán, no he-
mos ganado nada con nuestra creación y durante muchos
de esos años hemos conocido penurias mientras los edito-
res de Supermán se hacían multimillonarios. La editorial
que publica los cómics de Supermán, National Periodical
Publications Inc. ha matado mis días, asesinado mis no-

ches, ahogado mis alegrías, estrangulado mi carrera». Es
esta, por tanto, una novela gráfica que no solo nos habla del
cómic sino de la penuria que atraviesan muchos creadores
al enfrentarse a una poderosa industria que en muchas oca-
siones abusa de sus trabajadores, pensemos en Bill Finger,
cocreador de Batman, eclipsado por completo por la des-
concertante figura de Bob Kane, o en las lamentables con-
diciones en las que trabajan muchos mangakas en Japón,
aunque cada año el porcentaje de beneficios se incremente
(en 2021 la industria japonesa del manga facturó 676 000
millones de yenes).
Resulta inquietante que algunas de las historias que se re-
lacionan con Supermán, el superhéroe por antonomasia,
resulten tan accidentadas y oscuras. No se trata solo de la
situación sufrida por sus creadores, también fue trágico el
final del actor, George Reeves, una auténtica estrella gracias
a su interpretación de Supermán en Las aventuras de Super-
mán (1951-1958). Reeves terminó sus días con un disparo
en la cabeza en extrañas circunstancias sin que se hayan po-
dido esclarecer los motivos de su muerte (¿suicidio?, ¿ase-
sinato?). Por otro lado, y mucho más cercano en el tiempo,
es lo ocurrido a Christopher Reeve, el protagonista de la
saga de Supermán I, II, III y IV, aparecida entre 1978 y 1987,
quien tras un accidente de equitación, quedó postrado de
por vida en silla de ruedas por una fractura en la médula
espinal. Todos esos hechos, y la suerte que corrió Kirk Alyn,
el primer actor que interpretó a Supermán a finales de los
Paneles de Joe Shuster: una historia a la
sombra de Supermán, de Julian Voloj y
Thomas Campi.
ASC
años cuarenta del siglo pasado, me llevan a pensar (no sé
por qué) en el filósofo Friedrich Nietzsche, inventor del
superhombre en Así habló Zaratustra (1883-1885), y en su
apoplejía, y en la parálisis en que derivó esta un año antes
de su muerte en 1900.
Se ha dicho de este superhéroe que es un defensor de los
valores establecidos y se ha opuesto a la figura de Batman.
Esta idea quizá se relaciona con lo escrito por el filósofo
Umberto Eco en sus Apocalípticos e integrados (1964). Eco
dedica un capítulo entero «El mito de Supermán» a re-
flexionar sobre este superhéroe para llegar a la conclusión
de que el personaje es solo un paladín de los valores mora-
les dominantes y un defensor de la propiedad privada. Sin
embargo, la complejidad del personaje, como demuestra la
novela gráfica de Voloj y Campi, resulta menos plana. No
olvidemos que Supermán (en la edición del 27 de febrero
de 1940) lleva a la Corte Internacional a Hitler y Stalin pa-
ra que sean juzgados, se enfrenta a corruptelas políticas en
muchos otros episodios y se posiciona del lado del ciuda-
dano de a pie casi siempre. Otro asunto es cómo ese perso-
naje haya evolucionado de la mano de otros guionistas y
dibujantes posteriormente o cómo lo haya retratado Ho-
llywood o la televisión estadounidense. Joe Shuster, una
historia a la sombra de Supermán es una gran oportunidad
para examinar en profundidad el nacimiento del primer
superhéroe, repensar la industria del cómic y rendir home-
naje a sus creadores. MH
MUY HISTORIA 
3A /0:;690A ,N 04Í.,5,:

 MUY HISTORIA
D
espués de la Guerra Civil, España estaba de-
vastada, no solo en su economía e infraes-
tructura, sino profundamente desgarrada en
su tejido social. Franco necesitaba consolidar
su autoridad y eliminar cualquier atisbo de oposi-
ción interna. Para ello, orquestó un mecanismo
cruel de represión y control que duró todo lo que
su dictadura y cuyos pilares más extremos fueron
las cárceles y los campos de concentración. Si bien
las prisiones (por ejemplo la Modelo de Barcelona
o la de Carabanchel de Madrid) siguieron los ejem-
plos clásicos del panóptico de Bentham en el que los
prisioneros siempre eran observados (nada escapa-
ba al control de la torre central carcelaria), en los
campos se contó con la colaboración y supervisión
de Paul Winzer, hombre de confianza de Heinrich
Himmler (jefe de la terrorífica Gestapo de Hitler),
cuyas lecciones fueron seguidas al pie de la letra,
AS, CGETTY, ALBUM
MUY HISTORIA 
 MUY HISTORIA
por ejemplo, en el Campo de Miranda de Ebro (Burgos).
Las cárceles y los campos no solo se llenaron de solda-
dos republicanos derrotados, sino también de civiles
acusados de «deslealtad» o «rebeldía».
Hacinamiento, falta de higiene y atención médica, esca-
sez de alimentos, tortura, maltrato... eran las condicio-
nes diarias que muchos presos soportaban en un sistema
que no se limitaba solo a castigar o aislar, sino que tam-
bién buscaba «reeducar»: se esperaba que, mediante el
adoctrinamiento y la reclusión, abandonaran sus ideas y
adoptaran los valores del franquismo. Y no solo eso:
también eran una excelente mano de obra gratuita para
un país que «había que rehacer». La práctica de «reden-
ción de penas» mediante el trabajo iba en ese sentido.
Las imágenes de estas páginas son testigos de ello. MH

MUY HISTORIA 
 EL EJEMPLO A SEGUIR
POR EL HORROR
El nacimiento de una nueva idea y un novedoso planteamiento político
supusieron un cambio político sin precedentes desde la llegada del
marxismo. El pensamiento político de Benito Mussolini logró conquistar la
mente y el corazón de millones de personas en todo el mundo e inspiró a
Adolf Hitler en la formación del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán.
¿Cuáles fueron los orígenes del fascismo? ¿Por qué arraigó tanto en la
generación de postguerra y en los «Locos años veinte»?

MARIO ,:*6)(9
HISTORIADOR Y ESCRITOR

 MUY HISTORIA
 CREDITO
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MUY HISTORIA 

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PRIMEROS
ESTUDIOS.
Benito Mussolini enito Mussolini se convirtió en un per-
recibió la sonaje de moda en los años treinta.
enseñanza
Los ocho años que llevaba en el poder,
básica en Dovia
y luego en más que desgastar su imagen la habían
Predappio engrandecido hasta poner a Italia, un
(desde 1889 país en el fondo muy joven y débil, en
hasta 1891). En el centro de la escena internacional posterior a
la imagen la Primera Guerra Mundial. Admirado por re-
aparece
rodeado de sus yes y primeros ministros democráticos, muchos
compañeros de vieron en su ideología el único remedio para
clase y sus frenar el imparable avance de la revolución bol-
maestros, en un chevique. Jorge V llegó a decir de Mussolini, tras
retrato de grupo tener una reunión con él en su visita a Italia de
tomado en
1891.
1923, que era un hombre dotado de una maravi-
llosa energía que rige Italia. El mismo Winston
Churchill diría, tal vez exagerando un poco, que
si fuese italiano, vestiría la camisa negra de los
fascistas de Mussolini. Aristide Brian, ministro
de Asuntos Exteriores de Francia, fue más allá al
afirmar que además de ser un hombre grande,
Benito Mussolini era un hombre bueno. ¿Có-
mo podían decir esto de un dictador que había
encarcelado o enviado al exilio a todo el que se
le había opuesto? ¿Cuál era el magnetismo del
creador del fascismo?
BENITO MUSSOLINI:
EL HOMBRE DEL PUEBLO
Benito Amilcare Andrea Mussolini se había
criado como un pequeño burgués, aunque en su
familia siempre predominó una fuerte ideología
de izquierdas. Su padre era un herrero y su ma-
dre una maestra de escuela. El mismo nombre del
fundador del fascismo estaba repleto de simbolis-
mo. Su padre le había llamado Benito por Benito
 MUY HISTORIA
Juárez, el revolucionario mexicano, Amilcare por
Amilcare Cirpiani, socialista italiano y Andrea
por el primer diputado socialista Andrea Costa.
Benito tuvo una formación básica, realizó los
estudios de bachillerato y fue nombrado profe-
sor suplente de una escuela, siguiendo los pasos
de su madre, pero al trasladarse a Lausana se
inscribió en el sindicato de albañiles y obreros,
comenzando a escribir en su revista L’Avvenire
del Lavoratore. Al parecer se había traslada-
do a Suiza para escapar del servicio militar
obligatorio, tras su regreso a Italia y una cor-
ta trayectoria como periodista revolucionario,
tuvo que cumplir con el ejército e incorporar-
se a filas. Tras licenciarse se ganó la vida como
profesor de francés.
En 1909, se trasladó a Trento, allí destacó en el
partido socialista y al poco tiempo se convirtió
en el director del L’Avvenire del Lavoratore, pero
Mussolini no era simplemente un intelectual o un
teórico; había sido detenido en varias ocasiones
por su activa militancia política. Tras el ascenso
del ala más radical del Partido Socialista Italiano
se convirtió en el director de uno de sus periódi-
cos más prestigiosos, llamado Avanti. A medida
que ascendía en el partido, algunas ideas ultra-
nacionalistas comenzaban a anidar en su cabeza.
Pasó de ser un acérrimo pacifista en contra de
que Italia entrase en la Primera Guerra Mundial,
a defender la participación activa en esta. En uno
de sus artículos más polémicos se posicionó en
contra de la dirección de su partido y fue expul-
sado de la dirección de Avanti. Aquel error fatal
de los socialistas italianos los convertiría con el
tiempo en sus peores enemigos. Después de su
expulsión fundó el periódico Il Popolo d’Italia,
que con el tiempo sería el órgano de propaganda
del fascismo. Cuando Italia entró en guerra, uno
de los voluntarios fue el mismo Mussolini. Fue
herido en combate y tras una corta convalecencia
regresó a la vida civil y se empeñó en fundar un
nuevo partido que aunara aquella mezcolanza de
ideologías que tenía en su prominente cabeza.
El 23 de marzo de 1919 fundó el Fasci Italiani di
Combattimento, grupo armado que terminaría
convirtiéndose en el Partido Nacional Fascista. A
partir de ese momento, Benito Mussolini comen-
Pasó de ser un acérrimo
pacifista a defender la
entrada de Italia en la
Primera Guerra Mundial
zó a poner las bases de la ideología fascista. ¿Eran gracias a la formación de sus famosas legiones.
aquellas ideas originales? ¿En quién se había inspi- El Gobierno italiano intentó negociar la anexión
rado el creador de fascismo para fundar su partido? de la región, pero tras la negativa de Gabriele se
constituyó una pequeña república, cuyo ideario INFLUENCIAS
sería el origen posterior del fascismo italiano. EN EL
GABRIELE D’ANNUNZIO PARTIDO
El afamado poeta Gabriele D’Annunzio fue uno NAZI. Discurso
del político
de los hombres más polémicos de Italia, por unos LA CARTA DE CARNARO fascista italiano
considerado un héroe y por otros, un lunático. La conocida Carta de Carnaro era una especie Dino Alfieri en
Se había hecho famoso tras lanzar sobre Viena de constitución que aunaba ideas anarquistas, marzo de 1941,
panfletos en los que se quejaba del trato que los democráticas y proto-fascistas. Gabriele fue sin en el aniversario
aliados habían dado a Italia en la Conferencia de duda el precursor tanto de la forma como del de la fundación
de las primeras
Paz de París. Asimismo, defendió la integración de fondo de las ideas fascistas de Mussolini. unidades de
Fiume (hoy Rijeka, en la costa de la actual Croa- La constitución promovía la creación de un Esta- combate de
cia) en Italia, ya que esta antigua región era en su do corporativista que terminase con la lucha de Mussolini el
mayoría de habla italiana, por lo que llegó a fun- clases y con la separación clásica de poderes de las 23 de marzo
dar la estrambótica Regencia Italiana de Carnaro. democracias occidentales. Este Estado corporati- de 1919. En
primera fila,
El 12 de septiembre de 1919, Gabriele se dirigió vista no era una idea original del poeta italiano; el
Ernst Wilhelm
con una milicia de 2600 voluntarios a Fiume con concepto corporativista se había convertido en el Bohle, jefe de la
la intención de hacerse con la región. Logró ha- siglo xix en una especie de alternativa al libera- organización
cerse con el control tras la retirada de las fuerzas lismo y al socialismo que comenzaba a despuntar extranjera del
aliadas de franceses, ingleses y estadounidenses. a finales del siglo anterior. La Iglesia católica NSDAP en el
El poeta había liberado la ciudad sin un solo tiro había creado lo que se daría en llamar el Ca- Ministerio de
Asuntos
Exteriores.

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MUY HISTORIA 
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ENSAYO
AUTORITARIO.
Carteles con tolicismo Social, que buscaba pactos sociales Las ideas de D’Annunzio influyeron de una for-
lemas del poeta y amplios, mejoras de las condiciones de vida de ma determinante en el pensamiento político de
político Gabriele la masa obrera, pero sin violencia ni lucha de Benito Mussolini, hasta el punto de que muchos
d’Annunzio en las
calles de Fiume. clases. Dentro del corporativismo social había le llamaron el Juan Bautista del fascismo. El ritual
La ocupación una tendencia voluntaria y otra autoritaria. En fascista, que tantos adeptos consiguió, se había
comenzó el la Carta de Carnero comenzaba intuirse el sesgo inspirado en las ideas del poeta. El gesto de le-
12 de septiembre autoritario que más tarde tendría la Italia fascista. vantar el brazo con el saludo romano, el uso de
de 1919 y duró Las ideas gremialistas nacían de Émile Durkhein, escenarios religiosos para transmitir la parafer-
16 meses.
un sociólogo francés que intentó aunar los valo- nalia fascista, emotiva y ultranacionalista, hasta
res cristianos y los valores socialistas, pero en las las camisas negras de los Arditi, nombre de los
ideas de Durkhein no se preveía el poder de un soldados de élite del ejército italiano que vestían
Estado fuerte y autoritario como sucedería más camisa negra, fueron ideas del poeta que más tar-
tarde en la Italia fascista. de adoptaría el fascismo.

FASCISMO EN MÉXICO
n uno de los lugares más remotos en Anticomunista Iberoamericana. Su fracaso

E el que fascismo estuvo presente fue en

México. Fundado en 1922 por Gustavo
Sáenz de Sicilia, la intención del partido era
frenar el avance de las ideas socialistas y la
revolución. Su fundador creó la Conferencia
fue rotundo, no llegó aglutinar a la exigua
clase obrera, tampoco al campesinado ni a
la clase media. Sus ideas rozaban el absur-
do al reivindicar la raza en un país profunda-
mente mestizo.

 MUY HISTORIA
La gran diferencia entre Gabriele y Benito era Estado en su carácter jurídico-político y un ins-
que el segundo siempre tuvo una mayor capa- trumento para frenar la expansión del marxismo.
cidad de comunicación y seducción del pueblo El fundador de la Falange, José Antonio Primo
italiano. Mussolini podía ser tan vulgar como el de Rivera, lo calificó de una «fe» colectiva que
más vulgar de los taberneros italianos y, en oca- busca aunar las clases, mejorando las condicio-
SOLDADOS
siones, podía comportarse como un verdadero nes de la clase obrera. DE ÉLITE.
caballero. Benito hablaba el lenguaje del pueblo La definición más sencilla, pero al mismo tiem- Un grupo de
y de una forma que este le entendiese perfecta- po más clara sobre el fascismo la dio Franklin Arditi posa para
mente. Fue el iniciador de la propaganda, de la D. Roosevelt cuando dijo que el fascismo era, fotógrafos
que tantos réditos sacarían más tarde los nazis y en esencia, la apropiación por parte de un in- después de la
victoria en la
otros grupos fascistas. dividuo o un grupo del Estado. En el fondo, es Batalla de
cuando un puñado de «delincuentes» e inadap- Vittorio Veneto,
tados se unen para de forma mafiosa controlar a el último
PENSAMIENTO E IDEOLOGÍA una sociedad, si me permiten la expresión. enfrentamiento
PRINCIPALES DEL FASCISMO armado entre
Italia y el
La palabra fascista se ha utilizado tanto para
Imperio
denigrar a los adversarios políticos que prácti- LA FUERZA ¿POR QUÉ EL FASCISMO austrohúngaro
camente ha perdido su verdadero significado. SURGIÓ EN ITALIA? durante la
El fascismo es considerado como el sistema No parece casualidad que las ideas ultranaciona- Primera Guerra
autoritario —aunque hay muchos sistemas au- listas y autoritarias surgieran en dos de los países Mundial
toritarios que no son fascista —, por ello debe más jóvenes de Europa. Aquella amalgama (noviembre
de 1918).
tener un componente popular, un partido único
y un líder indiscutible de carácter mesiánico. Sus
similitudes con el comunismo soviético son evi-
dentes. En definitiva, en un sistema autoritario
un credo político se convierte en dogma, su líder
en un semidios, sus militantes en hombres supe-
riores y los que no aceptan ese orden de cosas en
excluidos de la comunidad social.
Benito Mussolini definió al fascismo como una
concepción religiosa en la que un hombre es
visto bajo la perspectiva de una relación inma-
nente con una ley superior y con una Voluntad
objetiva que trasciende al individuo particular
y le eleva a la pertenencia consciente de una so-
ciedad espiritual. Añadiendo que el concepto
del Estado por parte del fascismo es incluyente
y que no puede existir ningún valor humano o
espiritual fuera de él. En otras palabras, fuera del
fascismo los individuos se ven como seres des-
humanizados, como si el fascista perteneciera a
una raza superior.
Mussolini confesó muchas veces que estaba
influenciado por las ideas del filósofo alemán
Nietzsche y su visión del superhombre. Uno de
los teóricos del fascismo español, Ramiro Ledes-
ma Ramos, lo definió como una nueva visión del

Mussolini confesó
muchas veces que
estaba influenciado por
las ideas de Nietzsche
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MUY HISTORIA 
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APOGEO DEL
FASCISMO.
Tras la victoria en de territorios unidos por la fuerza hacia futurismo, el irracionalismo y el vitalismo que
Etiopía en 1936 se 1870 apenas tenían nada en común si excluimos reivindicaban al hombre de acción y al más fuerte
produce el el idioma y el pasado glorioso del Imperio roma- frente al intelectual y el pensamiento racionalista.
momento de
máximo consenso
no. Mussolini y el fascismo intentaron demostrar Además, el fascismo bebería del darwinismo so-
del pueblo italiano que el centralismo era mucho más beneficioso cial y de otras ideas modernas, que le dieron ese
hacia el fascismo. que los Gobiernos locales, ya que permitiría al carácter vanguardista.
Arriba, Mussolini a pueblo italiano recuperar su gloria pasada, pero La Marcha sobre Roma vino a demostrar que la
caballo en 1936. a estas ideas se unieron otras modernas como el llegada al poder de las ideas fascistas tenía que ser

 MUY HISTORIA
 FASCISMO Y FRANQUISMO
dicalistas, al igual que su largo nombre, cación forzada por el franquismo para

E
l oportuno asesinato de José Anto-
nio Primo de Rivera logró frenar to-
da posibilidad de imponer un sis-
tema fascista en España. Las divisiones
internas de sus cuadros, la ambición
política de unos pocos y el oportunismo
de Francisco Franco lograron utilizar la
parafernalia fascista, pero sin llevar a la
práctica sus verdaderas características.
La Falange Española Tradicionalista y
de las Juntas Ofensivas Nacional Sin-
fue una especie de Frankenstein al ser-
vicio de la oligarquía, la Iglesia y el dic-
tador. Es el equivalente del fascismo
en España. Nacida en 1933, antes de
la Guerra Civil, era un grupo minoritario
que formaba un partido único con ca-
tólicos, liberales, falangistas y tradicio-
nalistas. Sirvió de vanguardia asesina
en muchos casos y carne de cañón en
otros. FET de las JONS sería una unifi-
embridar a la FET.
A pesar de la rebeldía de los llamados
«camisas viejas», el régimen nacido tras
la guerra apenas adoptó medidas fas-
cistas. Además de crear un «sindicato
vertical», fomentar símbolos fascistas y
ciertas mejoras de la clase trabajadora,
termino siendo un residuo de la Segun-
da Guerra Mundial hasta su desapari-
ción tras la llegada de la democracia.

La Marcha sobre Roma

demostró que la llegada
del fascismo al poder
debía ser por la fuerza
por la fuerza, ya que su legitimidad estaba dada
precisamente por la violencia y la fuerza bruta,
terminando con las ideas judeocristianas de la
virtud, la compasión o los derechos humanos. Los
más fuertes debían gobernar y arrasar con cual-
quiera que se interpusiera en su camino.
El líder único y carismático era otra de sus princi-
pales características, de hecho fue lo que propició
que fracasase o triunfase el movimiento en mu-

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chos lugares. Benito Mussolini reunía audacia,
brutalidad y cercanía al pueblo. Algo similar su-
LÍDER
cedió con Adolf Hitler, pero en el caso español, CARISMÁTICO.
José Antonio Primo de Rivera nunca dejo de pa- régimen de terror de Stalin o el no menos violen- Mussolini practica
recer y comportarse como el aristócrata que era, to de Mao Zedong. Su influencia sigue marcando equitación en Villa
imposibilitándole que llegase a las masas urbanas la política actual, con la formación de partidos Borghese en
y obreras. Lo mismo sucedió con Oswald Mosley cada vez más poderosos con ideología fascista febrero de 1927.
Ese mismo año se
en Inglaterra o el francés Pierre Taittinger, líderes tanto en Europa como en otras partes del mundo. fundó el Comité
pocos carismáticos y de marcado carácter bur- El fascismo, como antaño, lo único que necesita Olímpico Nacional
gués o aristocrático. para cuajar es un líder carismático capaz de aglu- Italiano (CONI)
tinar y mover a las masas, para que vuelvan a para mejorar la
repetirse los horrores que marcaron una década competitividad
deportiva italiana
UN FANTASMA RECORRE EUROPA y desembocaron en la más terrible guerra de to-
en el ámbito
Las mismas palabras que utilizo Karl Marx para dos los tiempos. Lo peor que se puede hacer con internacional.
definir la imparable expansión del comunismo y el fascismo es trivializarlo, ya que es capaz de
el movimiento obrero se podría haber utilizado mutar rápidamente y convertirse de nuevo en la
para definir la expansión del fascismo en el mun- peor pesadilla de la humanidad. MH
do. Benito Mussolini inspiró a regímenes como
el nazi, pero también al Frente Patriótico en Aus-
tria, al Partido de la Cruz Flechada en Hungría o
el Movimiento Patriótico Popular de Finlandia. Escanéa este código QR y
Las ideas fascistas calaron en lugares tan distan- conocerás todos los detalles del
tes como la Argentina de Perón y, sin duda, terrible final del dictador fascista
Benito Mussolini.
llegaron a influir al propio comunismo bajo el

MUY HISTORIA 
 EL ­4,:Ð(:»
+EL 9,0*H +E
36: 403 (j6:
La propaganda nazi presentó a Hitler como un
«Salvador», un líder mesiánico destinado a restaurar
la grandeza de Alemania, un concepto que influyó en
otros movimientos políticos de la época.

ÓSCAR /,99(+Ô5
PERIODISTA
SHUTTERSTOCK

MUY HISTORIA 
 n los años de su ascenso al poder, la pro-
paganda del partido nazi vendió una
imagen mesiánica de su líder, Adolf Hit-
ler; la de una suerte de «elegido» que de-
bía devolver la antigua grandeza a la vi-
tuperada nación alemana tras la derrota
en la Gran Guerra. Inspirado en gran parte en
la Italia fascista, este providencialismo influiría
también en otros movimientos de la época de
Entreguerras, como el nacionalcatolicismo es-
pañol. Hitler se erigía así en un «Salvador» que
llevaría al nuevo régimen a gobernar, según sus
propagandistas, al menos durante mil años.
PAUL VON A falta de menos de dos años para que se cum-
HINDENBURG. pla el 80 aniversario de su muerte, y a pesar de
Militar, estadista
los exhaustivos estudios que le han dedicado ex-
y político
alemán, dirigió pertos de muy diversos campos, son muchos los
en gran parte la interrogantes en torno a la figura de Adolf Hitler
política de y a su final. También son numerosos los claros-
Alemania durante curos sobre sus delirantes creencias. Si bien, en
la segunda mitad Prusia y Alemania el nacismo tiene sus raíces
de la Primera
Guerra Mundial y en corrientes de pensamiento nacionalistas y
ejerció como etnocéntricas del s.xix, llevadas al extremo, se
presidente de ha estudiado el nivel real de influencia que tuvo
Alemania desde el ocultismo en el ideario nacionalsocialista. De
1925 hasta su
muerte en 1934.
SHUTTERSTOCK
 MUY HISTORIA
hecho, se ha planteado buscar en esos inciertos
orígenes una de las causas —quizá no la menos
importante— por la que a principios de los años
20 un grupo de apenas unos miles de exaltados
de extrema derecha consiguió convertirse en
una fuerza política imparable, reconfigurando
Alemania en una gran potencia con millones de
fervientes seguidores que acabaría por llevar a
Occidente a la mayor contienda conocida por el
hombre en 1939.
Quizá la razón última descanse en el fuerte
vínculo del Partido Nacionalsocialista Alemán
(NSDAP) con el esoterismo y la religión pagana,
algo que la historiografía oficial ha relegado por
lo general (al menos hasta tiempos recientes) a
un segundo o tercer plano, cuando no a una nota
al pie de los hechos. A estas alturas, negar que el
movimiento nazi tenía una fuerte influencia mís-
tica y que algunos de sus dirigentes, empezando
por su líder supremo (y siguiendo por Heinrich
Himmler, Rudolf Hess o Alfred Rosenberg) se
creían una suerte de elegidos destinados a rea-
lizar una epopeya de ecos wagnerianos, sería
negar la evidencia.
Aquella convicción en una suerte de mesianismo
político (y que iba mucho más allá de las aspi-
raciones de un régimen personalista) les hacía
creerse moralmente superiores a sus enemigos, y
los convertía en implacables, eximiendo en su de-
pravada forma de entender el mundo sus culpas y
crímenes, por execrables que fueran (y lo fueron,
pues causaron el mayor genocidio de tiempos
contemporáneos y prácticamente de la historia
universal). Por tanto, a los citados delirios mís-
ticos sobre los que descansa el ideario racial del
NSDAP, debemos prestarles más atención, por-
que en ellos subyace parte de la explicación final
a una masacre de ecos apocalípticos que tantas
décadas después sigue encogiéndonos el corazón.
ADOLF HITLER, EL «ELEGIDO»
Un mesianismo político que estaba bastante
extendido a lo largo del siglo xx, entre los fascis-
mos primero (nazismo, franquismo y el germen
Su convicción en una
suerte de mesianismo
político les hacía creerse
moralmente superiores
GETTY

GOEBBELS,
MAESTRO
DE LA
de estos, el fascismo italiano del Duce) pero de los años 30) le rendían un culto cuasi divino, ORATORIA.
también entre los líderes comunistas, los sobe- más exaltado aún que aquel que le reservaban en Sobre estas
ranos japoneses o líderes nacionalistas locales la URSS a su gran antagonista Iósif Stalin. Casi líneas, varios
de la vieja Europa, donde el culto a la perso- similar a la devoción que los nipones mostraban estudios
fotográficos de un
nalidad se mezclaba y a veces confundía con la por el emperador Hirohito, más tarde aliado del
discurso de
providencialidad. Führer en las potencias del Eje, este sí, conside- Joseph Goebbels
En la concepción nazi del poder, la visión me- rado, tal cual, un ser divino, descendiente directo en Hamburgo
siánica de Hitler sobre su papel al frente del de Dios, elegido para sentarse en el trono al que (marzo de 1934).
pueblo alemán, como líder supremo de aquel no se podía ni tocar y al que solo los efectos de-
movimiento racista y patriótico, fue fundamen- vastadores de las bombas atómicas lanzadas sobre
tal. Sus fervientes seguidores (millones a partir Hiroshima y Nagasaki en uno de los actos

MUY HISTORIA 

ASC
DEFENSOR DE
LA PUREZA
RACIAL. Arriba a más ignominiosos de la historia sacó de su
la dcha., archivos ensimismamiento místico para asumir la derrota
del intelectual
racista nazi Alfred
frente a los aliados bien entrado el año 1945. Pre-
Rosenberg, cisamente en 1946, el emperador renunciaba a su
considerado uno «estatus divino», que otorgaba a los descendien-
de los autores tes de la diosa del Sol, Amaterasu, la constitución
principales de nipona de 1889.
conceptos
ideológicos nazis
En su imparable ascenso al poder a comienzos
clave, hallados en de los años 30, el NSDAP, con un líder ya con-
el castillo de vertido prácticamente en «Salvador» de la patria,
Neuschwanstein. se aprovecharía de los obreros descontentos y de
Sobre estas aquellos que vivían en la miseria para incremen-
líneas, retrato
tar sus votos (también, por supuesto, de las clases
fotográfico de
Rosenberg en altas y empresarios que vivían atemorizados por
1939. un posible Gobierno de corte comunista). No
olvidemos que Hitler era austriaco, lo que le im-
posibilitaba acceder al máximo puesto de poder
en esa antigua Germania que tanto admiraba.
Tras obtener la ciudadanía alemana con una
artimaña legal (en 1932, Dietrich Klagges le con-
virtió en funcionario público del Gobierno de
Brunswick), Hitler movió todos los recursos fi-
nancieros y organizativos del Partido Alemán de
los Trabajadores para enfrentarse a un ya anciano
Paul von Hindenburg en la primera vuelta de las
elecciones presidenciales que tuvieron lugar el 13
de marzo de 1932.
A esas alturas, la eficiente propaganda nazi se
El futuro ministro Joseph Goebbels organizó una
campaña propagandística sin precedentes
 MUY HISTORIA
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materializó en los viajes realizados por todo el
país por el propio Hitler a bordo de un peque-
ño avión, lo que le concedió gran popularidad.
A través de su futuro ministro Joseph Goebbels,
se realizaría una campaña propagandística sin
precedentes: mítines diarios, millones de carte-
les pegados y opúsculos distribuidos, películas,
discos… Y aunque Hitler consiguió arrebatar
cinco millones de votos más a Hindenburg, no
fue suficiente para apartarlo de su silla. En la se-
gunda vuelta el antiguo cabo austriaco consiguió
dos millones de votos más, pero su oponente
volvió a derrotarle.
Será en las elecciones nacionales de julio cuan-
do los nazis, vencedores, obtengan 230 escaños
en un Parlamento con 608 diputados y uno de
los miembros del NSDAP de mayor calado, el
antiguo héroe de la aviación que combatiera jun-
to al Barón Rojo en la Gran Guerra, Hermann
Göring, fuera elegido nada menos que presidente
del Reichstag. Tras una serie de no pocas intri-
gas tanto dentro del Partido como fuera, el líder
nazi pactará con Franz von Papen que aceptará
ser su vicecanciller mientras Hitler se convierte
en canciller de Alemania, evidenciando el peli-
gro que es jugar con fuego. Así, el mediodía del
lunes 30 de enero de 1933 sucedió aquello que
casi nadie esperaba: el otrora vagabundo vienés,
 DIETRICH ECKART, EL MENTOR POLÍTICO DEL FÜHRER
ste era un oficial bávaro del ejérci- res, consagró su vida en la poesía, en mostaza y sufrió heridas en los ojos y

E to conocido como poeta, escritor e

historiador que, al parecer, consu-
mía excesivas dosis de alcohol y anfe-
taminas y que había estado ingresado
en varios pabellones psiquiátricos. Fi-
lósofo con particulares y controverti-
das teorías sobre la raza, la sangre y
el pasado, el escritor Trevor Ravens-
croft, en su particular visión conspira-
noica y revisionista (poco acorde, por
tanto, con la realidad histórica) de los
años del Tercer Reich, apunta que tras
su fachada jovial se escondía un sata-
nista entregado, adepto a los rituales
de magia negra que había conocido a
través de los espíritus del inframundo,
hasta el punto de llegar a afirmar que
conocía al hombre inspirado por Luci-
fer «para conquistar el mundo y llevar a
la raza aria a la gloria». Ese hombre no
podía ser otro que Hitler, claro.
Pero al margen de conspiracionismo y
pseudohistoria, términos a los que es-
tán tan apegados algunos autores (lo
que no resta importancia a la enorme
influencia que el misticismo ejerció so-
bre los orígenes del NSDAP), lo cierto
es que no cabe duda del enorme as-
cendiente que Eckart tenía sobre Hitler
y en concreto sobre su mesianismo.
Influyó poderosamente en su pen-
samiento político, hasta el punto de
que el Führer le dedicaría la frase final
de Mi lucha: «Quiero citar también al
la idea y por último en la acción, al re-
surgimiento del pueblo suyo y nuestro:
Dietrich Eckart».
ceguera transitoria. El 10 de noviem-
bre, llegó al hospital la noticia de que
tras la huida del káiser a Holanda, se
Eckart, que murió en diciembre de proclamaba en Berlín la república de
1923, esperaba con ansiedad la apari- Weimar y al día siguiente sus dirigentes
ción de una especie de nuevo mesías firmaron en Compiègne el armisticio
germánico, y así precisamente se mos- que reconocía la derrota de Alemania.
traría su pupilo ante el pueblo alemán.
Junto a algunos inmigrantes rusos del
Ejército Blanco, Eckart proporcionó a
Hitler los medios necesarios (fondos
de particulares y de la Reichswehr, el
nombre de las fuerzas armadas ale-
manas desde 1919 hasta 1935) para la
compra del periódico semanal bávaro
Münchener Beobachter (editado por
Rudolf von Sebottendorf, fundador de
la Sociedad Thule), que acabaría por
convertirse en el periódico oficial del
Partido Nazi bajo el nombre de Völki-
scher Beobachter, del que el mismo
Eckart sería redactor jefe hasta 1923.
Sin embargo, hay que remontarnos
unos años atrás para encontrar el pun-
to de partida de ese providencialis-
mo. Sería en el hospital de Pasewalk,
donde Hitler estaba ingresado cuando
le comunicaron la rendición de Ale-
mania en la Gran Guerra, el momen-
to que supuso un antes y un después
en su vida, cuando afirmó conocer su
destino de salvar a su país. Hitler ha-
bía sido trasladado hasta allí tras un
bombardeo, el 16 de octubre de 1918,

ASC
hombre que, como uno de los mejo- en el que la artillería inglesa utilizó gas

pintor frustrado, se convertía en canciller ale-
mán, y poco después en el líder indiscutible de la
nación desde el 2 de agosto de 1934 (muerto ya
el octogenario Hindenburg) en el marco de un
nuevo orden acorazado por las fuerzas policiales
e impregnado a su vez de providencialismo.
EDIFICANDO UN LIDERAZGO
Para dar forma al nuevo orden extremista y an-
tisemita que se avecinaba bajo la esvástica, hacía
falta un líder fuerte; el nacionalsocialismo recla-
maba un mito y así surgió el de Hitler, guía del
movimiento. En la creación de dicho mito ten-
drían mucho que decir diversos personajes, entre
ellos Dietrich Eckart, uno de los siete miembros
fundadores del NSDAP y para muchos el verda-
dero mentor oculto del Führer [ver recuadro].
En el estrecho círculo del reaccionario Eckart
se hallaba otro personaje que acabaría por con-
vertirse en ideólogo del nacionalsocialismo y
en fuente de inspiración tanto para Hitler como
para Himmler: Alfred Rosenberg. Este arqui-
tecto báltico-alemán había llegado a Alemania
en 1918 huyendo de la Revolución Rusa junto
a otros miembros del llamado Ejército Blanco
(enemigos viscerales del Ejército Rojo). Una vez
en Múnich, ingresó en el Partido Obrero Alemán
(DAP), germen del futuro partido nazi, donde
conoció a Hitler.
Obsesionado por los mitos germánicos, la raza
aria y la arqueología, Rosenberg plasmaría sus
delirios místicos en la obra El mito del siglo xx
que, junto a Mein Kampf (Mi lucha, el testamen-
to político de Adolf Hitler), sería considerada la
«Biblia nazi», un compendio de doctrinas hete-
rodoxas y pseudohistoria en el que hablaba de
teorías como la Atlántida aria. Como tantos

MUY HISTORIA 
 Gran parte de la cosmovisión nazi en realidad se
fundamentaba en la cosmovisión cristiana
otros, Rosenberg clamaba por la superiori-
dad racial del pueblo ario, una de las máximas
del programa político nazi, aunque dicho tér-
mino está envuelto en numerosas sombras y no
parece que pueda aplicarse con exactitud al pa-
sado histórico. También él consideraba a Hitler
una suerte de líder enviado por la Providencia
para acabar con el judaísmo (al que, como el
Führer, acusaba de todos los males de Alemania,
junto al bolchevismo), y para devolver su antigua
grandeza al Imperio germánico bajo los brazos
quebrados de la cruz gamada.
RECONFIGURANDO EL PASADO,
LA RELIGIÓN Y LA CIENCIA
A pesar de los ataques a la simbología y a la je-
rarquía eclesiástica de muchos miembros del
NSDAP, la gran mayoría de nazis, entre ellos el
MÁRTIRES DE propio Hitler, quisieron apoderarse de la figu-
LA GRAN ra de Jesucristo, y convertir a su líder en poco
GUERRA. menos que su reencarnación. Toda una falacia
Adolf Hitler
encabeza una histórica. Adolf Hitler sería el Salvador de la na-
procesión de ción alemana contra los judíos como Cristo fue
veteranos el Salvador de los cristianos que se enfrentó a
alemanes de la los mercaderes del Templo. Para ello, los hábiles
Primera Guerra
Mundial el Día
de los Mártires,
el 9 de
SHUTTERSTOCK
noviembre de
1935.
 MUY HISTORIA
propagandistas del Reich no dudaron en ariani-
zar la figura de Cristo (al fin y al cabo, un judío),
y es que los nazis serían maestros a la hora de
manipular la religión, la ciencia y la historia en
pro de su delirante sueño racial.
Tan provocadora teoría fue aprovechada por
los nazis, pero no era exclusiva de ellos. Ya en el
siglo xix, el británico Houston Stewart Cham-
berlain, furibundo antisemita conocido por sus
teorías pangermanistas, señaló en Los funda-
mentos del siglo xx su convencimiento de que
Galilea había estado habitada por arios y de que
Jesús no podía ser de raza judía.
Aunque en algunos de sus discursos Hitler haría
mención a que no quería convertir el nazismo
en una religión política, lo cierto es que gran
parte de la cosmovisión nazi se fundamentaba
en la cosmovisión cristiana, al menos en sus as-
pectos más simbólicos, algo que también haría
Francisco Franco en el marco del llamado nacio-
nal-catolicismo y su apropiación del concepto de
cruzada (santa) aplicada a tiempos modernos,
esa «cruzada nacional» o guerra de liberación,
una suerte de «guerra santa» contra los que con-
sideraba enemigos de España.
 LA CREACIÓN DE UN AUTÉNTICO LÍDER A MEDIDA
anto Alfred Rosenberg como Dietrich duda estaba muy alejada de otros gran- plan por cumplir y que no podía ser heri-

T Eckart parece que pertenecían a la

Sociedad Thule, un grupo semisecre-
to y esotérico que estaba detrás de algu-
nos de los crímenes políticos y raciales
de Entreguerras, como el asesinato del
ministro de Exteriores de la República de
Weimar, Walter Rathenau, el 24 de junio
de 1922. Estos feroces antisemitas fueron
los instigadores de la muerte de destaca-
dos judíos que se erigirían en los primeros
mártires de la gran tragedia que estaba
por llegar. En dicho terreno, Hitler, que ya
no era el personaje solitario e incompren-
dido de antes de la Gran Guerra, comen-
zó a pisar con pies de plomo.
Además de un buen discurso, una furia
envenenada en su verborrea, carisma y
determinación, hacía falta algo más, y por
ello Hitler aparecería ante el pueblo ale-
mán como un verdadero mesías, un líder
germánico redivivo que llevaría de nuevo
la gloria perdida a la nación. Con una bio-
grafía salpicada de mediocridad que sin
des personajes de la historia y altos man-
dos militares o políticos, el régimen nazi y
el propio Hitler harían una reelaboración
meditada, una crónica selectiva de su
propia vida que, en palabras del prestigio-
so historiador británico Michael Burleigh,
se componía «de una serie de desperta-
res dramáticos», como el que experimen-
tó Pablo de Tarso camino de Damasco.
Unas «visiones» que lo convertían —o así
quería creerlo él— en un iluminado; se-
gún llegó a escribir: «Vi de pronto Viena
a una luz diferente a la de antes. A don-
de quiera que iba, empecé a ver judíos, y
cuantos más veía, con mayor nitidez se
hacían diferentes mis ojos al resto de la
humanidad». En tiempos de la Gran Gue-
rra, mientras el otrora cabo austriaco se
encargaba de transmitir mensajes en pri-
mera línea del frente, corriendo un gran
riesgo y demostrando no poca temeridad,
sus compañeros señalan que creía sen-
tirse predestinado, que afirmaba tener un
do si no lo quería la providencia. El citado
Burleigh señala en este sentido que «ha-
bía pasajes en que su obsesión por la en-
fermedad y la muerte —con gusanos, sa-
bandijas y vampiros— asumía proporcio-
nes apocalípticas, con una potencialidad
correspondiente de sus propios delirios
mesiánicos».
Cuando Hitler supo aquello, quedó cie-
go de nuevo a causa del shock y duran-
te ese periodo de convalecencia sufrió
una especie de transformación mística;
él mismo diría que, al quitarse la venda
que cubría sus ojos, descubrió que de-
bía frenar a los «enemigos de Alemania».
Su objetivo era salvar el Imperio (lo que
entonces conformaba el Imperio austro-
húngaro). En Mein Kampf escribiría más
tarde: «Creció en mí el odio hacia los res-
ponsables del acontecimiento (…). ¡Mise-
rables, degenerados criminales! Supe en-
tonces cuál era mi destino: decidí entrar
en política».

Había notables diferencias ente aquellos que
querían crear una nueva religión del partido na-
zi —los paganistas, con Himmler a la cabeza— y
quienes, como en el caso del propio Führer pre-
tendían reunir a todas las Iglesias, protestantes
y católicas (las más extendidas en Alemania)
en un sincretismo que diera lugar a una nue-
va religión nacional que no se opusiera a la
tradición popular.
Así, el mismo Hitler, a pesar de afirmar no querer
construir una religión nazi (y arremeter en más de
una ocasión contra los delirios paganistas de las
SS), aparecía ante el pueblo con un discurso pro-
videncialista, con las palabras de una suerte de
elegido por la divinidad. En Mein Kampf escribía:
«Por lo que debemos luchar es por salvaguardar la
existencia y reproducción de nuestra raza (…) pa-
ra que nuestro pueblo madure y pueda cumplir la
misión que le ha asignado el creador del Universo
(…). Los pueblos que se prostituyen o que dejan
que los prostituyan pecan contra la voluntad eter-
na de la Providencia». Y en otro pasaje, leemos:
«(…) la voluntad de Dios dio a los hombres su
forma, su esencia y sus capacidades. Quien destru-
ye su obra declara la guerra a la creación del Señor,
a la voluntad divina». MH

UNA NUEVA
RELIGIÓN. El
Führer pretendía
reunir a todas las
Iglesias, protestantes
y católicas en una
nueva religión
nacional que no se
opusiera a la
tradición popular. En
la imagen, cuadro de
Jesús con la Virgen
pintado por el propio
Hitler en 1913.

MUY HISTORIA 
SHUTTERSTOCK «GLORIOSA
CRUZADA».
El Valle de los
Caídos,
oficialmente
denominado
Valle de
Cuelgamuros
desde octubre
de 2022, fue
construido por
orden de Franco
entre 1940
y 1958
principalmente
con mano de
obra de presos
políticos
republicanos.
 EL RÉGIMEN E T ERNO

Franco empleó una serie de tácticas políticas para consolidar su

liderazgo y mantenerse en el poder, incluyendo el uso de la represión,
la cooptación de diversos grupos y la obtención del apoyo de la Iglesia
y de actores internacionales.

RUBÉN )<9,5
PROFESOR E INVESTIGADOR (UDIT)
 GETTY
UNA BUENA DOTE. La aristócrata Carmen Polo y
Franco se conocieron en Tarna, poco después de
que le trasladaran a la guarnición de Oviedo, en la
primavera de 1917. En la imagen, la boda de ambos
en Oviedo, el 22 de octubre de 1923.

Realizó una reforma educativa a medida. A partir

de los 50, los españoles emigrantes comenzaron
a enviar millones de pesetas en divisas desde el
extranjero y la apertura del turismo hizo del Me-
diterráneo un paraíso financiero lucrativo para
el país. Luego, la bonanza económica auspiciada
por la Guerra Fría y el apoyo de EE. UU. trajo
una clase media sin aspiraciones políticas y, para
colmo, la lluvia enviada por Dios había acabado
con la pertinaz sequía. El dictador supo hacer que
la situación geopolítica siempre jugase a su favor.

EL APOYO DE LA DERECHA
Cualquier otro se hubiera arredrado en la Aca-
GETTY

demia militar con su baja estatura, sus malas

PRIMEROS calificaciones y la mofa de sus compañeros, pero
PASOS. En Franquito (como le llamaban con ironía muchos
febrero de 1912 ara mantenerse en el poder, Franco se compañeros de promoción y luego colegas de
Franco llega a ganó la confianza de los reaccionarios; profesión) demostró una buena planificación en
Melilla neutralizó a los «rojos», instaurando las campañas marroquíes. Con su falta de em-
destinado al
Regimiento de una política de terror; durmió las pre- patía por la vida del enemigo (y, muchas veces,
África n.º 68. tensiones de los monárquicos; controló de sus propios soldados) entendió perfectamen-
Sus primeros la Falange; consiguió la confianza de te la dinámica del agostado ejército español para
cometidos los fascistas, luego de los aliados y la Iglesia le convertirse en el general más joven de Europa
fueron llevó bajo palio. (marzo de 1934, con 41 años). Por si acaso, tam-
operaciones
rutinarias.
Los cadetes y el ejército aprendieron a venerar- bién se unió en matrimonio con una niña rica
Arriba, Franco lo como a un Napoleón moderno. Los grandes y bien posicionada que le catapultó hacia la alta
en Marruecos latifundistas y propietarios crearon un sistema sociedad de la época.
en 1916. clientelar del que la familia, y allegados, del ge- Su bautizo de oro, para la conciencia de la dere-
neral también se beneficiaron económicamente. cha española (no olvidemos que la II República

 MUY HISTORIA
fue de derechas la mitad de su existencia prebé-
lica) fue la cruel matanza de la revuelta minera
de Asturias del 34, donde no solo aniquiló a los
mineros en huelga, sino que torturó, interrogó y
encarceló a decenas de familias (mujeres, ancia-
nos y niños) mientras las tropas indígenas que
trajo tuvieron carta blanca para el pillaje, según
las tácticas que había aprendido en la cruel gue-
rra de Marruecos. El Gobierno le veía como el
salvador de la patria, pero se ganó el odio eterno
de la izquierda. La UHP (Unión de Hermanos
Proletarios) le apodó «el carnicero de Asturias».
La derecha que había apoyado la «Sanjurjada», la
que temía la llegada de las revoluciones agrarias,
antirreligiosas, anarquistas o las revueltas obreras
marxistas pensó que ya tenía a su guía y defensor.
La República se vanaglorió de restablecer el or-
den frente al proletariado y unos meses después
le nombraron Jefe del Estado Mayor en 1935.
LOS ROJOS NO SON PERSONAS
Franco sabía que para perdurar en el tiempo
debía limpiar España de cualquier pensamiento
reformador. Comentó aquello de «aunque ten-
ga que matar a media España», y así lo hizo. Su
política en guerra no fue la de vencer rápidamen-
te, si no la de hacer una razia completa de todo
aquello que hubiese tenido un pasado republi-
cano, sindical o librepensador. Limpiar España,
su campo y sus industrias. Así auspició, alentó
y firmó el fusilamiento de decenas de miles de
«antiespañoles» desde el principio del golpe de
Estado contra el Gobierno legal republicano.
Una práctica que, por su brutalidad, horrorizó
incluso a los mandos fascistas italianos o los na-
zis que vinieron a luchar con él. La retaguardia
del Gobierno de Burgos estatalizó el paredón y
la represión construyendo un muro de silencio
y terror social. Decenas de campos de concen-
tración, juicios sumarísimos y miles de cuerpos
en fosas comunes diseminadas por las cunetas
de toda España.
Tras la revuelta minera
de Asturias del 34, el
Gobierno le vió como
el salvador de la patria,
pero la izquierda lo
odió para siempre
Los grandes capitales y propietarios, la noble-
za, una buena parte de los mandos militares, o
la Iglesia católica, fueron socios accionadores
y/o conniventes de aquella matanza de «ro-
jos». Se persiguió hasta el llamado «gen rojo»,
con las teorías del psiquiatra filonazi Antonio
Vallejo-Nájera que, sirvieron para experimen-
tar y torturar farmacológicamente con «sujetos
marxistas» y «sujetos femeninos marxistas» en
lugares de triste recuerdo como el monasterio de
San Pedro de Cardeña. Teorías eugenésicas que
facilitaron el marco teórico para el robo de miles
de niños de las presas republicanas que fueron
primero entregados y pronto vendidos a familias
de «sangre limpia» (este mercado se profesionali-
zó y evolucionó hasta convertirse en un lucrativo
mercado negro de niños y niñas por toda Espa-
ña, modus operandi que luego sería replicado en
la dictadura argentina, por ejemplo).
Entre los que habían perdido la vida durante la
guerra, los que habían marchado al exilio, los fu-
silados y los miles de presos que quintuplicaban
en muchos casos la capacidad de las prisiones, se
aseguró de que los rojos no fueran una amenaza
real para el Régimen. LA «ANTI-
ESPAÑA». La
Guerra Civil fue
calificada como
EL MAQUIS cruzada por el
La mayor espina que tuvo en el zapato el régi- bando
men fue el movimiento guerrillero del campo sublevado. Los
y de la ciudad, el maquis. Sobre todo después «rojos» eran una
impureza que
del 44, cuando se sumaron a los que llevaban había que
en el monte español desde la guerra los que eliminar de raíz.
habían formado la Resistance francesa. Franco Abajo,
tuvo que movilizar al ejército para controlar la miembros
invasión del Valle de Arán o las acciones de las de la milicia
republicana en
agrupaciones guerrilleras de varias zonas de
el frente de
Madrid en 1936.
ALBUM
MUY HISTORIA 
GETTY

REVUELTA EN
ASTURIAS.
Cuando el 4 de la península. Ante la falta de éxito, a partir un cuartel. El golpe de Estado que acabó lideran-
octubre estalló de 1947 creó las escuelas antiterroristas con me- do no tenía ningún concepto político, para ello
la insurrección, todología de la Gestapo. Franco borró la acción se apropió de la Falange del finado José Antonio
Franco fue
requerido para política y no se habló nunca de la lucha armada, (al que nunca le gustó Franco), encarcelando a su
coordinar las a pesar de los cientos de bajas de los números de sucesor, Manuel Hedilla, y convirtiendo un par-
operaciones de la Guardia Civil o los militares (muchos rempla- tido residual y minoritario en el Partido Único.
represión desde zos, jóvenes inexpertos que no tenían posición ni El generalísimo se agenciaba así una literatura
Madrid como cultura política). Tan solo en prensa aparecieron política, puso a trabajar a sus plumas reacciona-
asesor. Sobre
estas líneas, un
algunas acciones del maquis bajo el marchamo rias y en unos meses ya tenía soflamas con las
líder de la de bandolerismo. Lo cierto es que del 44 al 49, el que justificar un golpe de Estado pergeñado para
revolución es problema de la guerrilla hizo tambalear el orden devolver el poder a los de siempre.
detenido por la franquista en muchos pueblos hasta que se tomó El cuñado del dictador, Serrano Suñer, filona-
Guardia Civil. la acertada (y otra vez cruel) decisión de atacar a zi y falangista, le acercó a Hitler y estuvo bien
las familias que servían de apoyo a los del monte. posicionado controlando los ministerios de Ex-
Las contrapartidas comenzaron a violar y matar teriores, Gobernación o Interior para situar a los
mujeres indefensas, torturar e interrogar niños «camisas viejas» en puestos preferentes. Años
y cerrar las vías de comunicación con la guerri- después, entre sus infidelidades (la presión de
lla. Otro problema resuelto. Muchos huyeron y
otros ingresaron en las cárceles. Son interesantes
los testimonios de Tomasa Cuevas sobre mujeres
católicas y de derechas que estaban en la cárcel
con las rojas por apoyar a sus hijos en el monte.
Entre el 44 y el 49,
el problema de la
LOS FALANGISTAS Y EL GOBIERNO
Franco nunca fue falangista, de hecho su entendi-
guerrilla hizo tambalear
miento intelectual de la política pareció siempre
laxo. Gobernó el país como había comandado la
el orden franquista en
Academia Militar de Zaragoza del 28 al 31, como muchos pueblos
 MUY HISTORIA
 LAVADO DE CEREBROS
i Franco quería perdurar debía con- sistematizó la Sección Femenina. Son cultura amputar con energía los miem-

S trolar el pensamiento. Para ello se

fusiló, torturó o encarcelo a la ma-
yoría de los profesores que hubieran
participado en la reforma pedagógica
laica republicana, así como en las misio-
nes. Se devolvieron las aulas a la Iglesia
(y a la Falange) y se diseñó un sistema
de lavado de cerebros a niños y niñas
de varias generaciones con conceptos
como «Reconquista», «la grandeza de
España», las vidas de santos o la escla-
vitud intelectual y sexual de la mujer que
clave las figuras de José Ibáñez Mar-
tín, el lorquino ministro de Educación
que llama a colaborar con él al obispo
de Salamanca, Pilar Primo de Rivera o
el falangista, y luego demócrata, Pedro
Laín Entralgo. El ministro proponía de-
purar y educar en Dios a la Nueva Es-
paña ya que «el choque con las hordas
bárbaras ha terminado solo en el campo
de las lides militares». En el discurso de
apertura del curso universitario del 40-
41 comenta: «Era así vital para nuestra
bros corrompidos, segar con golpes
certeros e implacables de guadaña la
maleza, limpiar y purificar los elementos
nocivos. Si alguna depuración exigía mi-
nuciosidad y entereza para no doblegar-
se con generosos miramientos a consi-
deraciones falsamente humanas, era la
del Profesorado. En este punto hemos
cumplido con nuestro deber y aún se-
guiremos la tarea con el mismo propósi-
to en el sector ya reducido que nos res-
ta del Magisterio Primario».

Carmen, la mujer del dictador) y la pérdida de Borbones, cosa que hizo, al final de su vida,
fuelle de la Wehrmacht en Rusia, Franco quiso cuando después de las conversaciones con Juan
girar un poco hacia sectores menos radicalizados de Borbón, hijo de Alfonso XIII, consiguió que
y controlables. Más tarde fue el Opus Dei el que le prestase a su hijo Juan Carlos para moldearle
tomó los puestos preeminentes del franquismo. en el nacionalcatolicismo. Los generales mo-
En un intento de aglutinar también en aquel so- nárquicos que intentaron conspirar o protestar RESISTENCIAS.
frito imposible a los tradicionalistas, carlistas, fueron apartados, ninguneados o sufrieron al- Abajo a la izda.,
monárquicos y a los falangistas menos radica- gún accidente mortal. manifestación
comunista en
les (es decir, menos falangistas) nació Falange En las escuelas se lavó el cerebro a varias genera- Madrid a finales
Española Tradicionalista de las Juntas de Ofen- ciones con las ideas del ministro José Ibáñez o las de julio de 1936
siva Nacional Sindicalista (FET de las JONS). de la Sección Femenina de Pilar Primo de Rivera. con un retrato de
El tradicionalismo y los monárquicos siempre El gen marxista no podía activarse con una bue- la Pasionaria y
pensaron que Franco devolvería el poder a los na educación dentro del Movimiento. banderas con la
consigna UHP,
(Uníos, Hermanos
Proletarios).
SOBREVIVIR A LA II GUERRA MUNDIAL Abajo,
Franco tuvo el apoyo de los nazis para ganar la campamento del
Guerra Civil, y también el de Mussolini. maquis francés
durante la
II Guerra Mundial.
ALBUM

ALBUM

MUY HISTORIA 
 Los norteamericanos siempre prefirieron a
los fascistas que a los comunistas y apoyaron
el levantamiento fascista español desde el pri-
mer momento, si no de facto, sí solapadamente,
con envíos de petróleo por ejemplo. Lo que no
hicieron los gobiernos europeos fue, desde lue-
go, ayudar a la República. Churchill aprovechó
la posición española en Tánger para comprar a
Franco con toneladas de trigo que sirvieron pa-
ra paliar ligeramente la hambruna constante que
padecía el pueblo español. Mientras ganaban los
alemanes, el uso de bases navales para submari-
ÚLTIMAS nos o el envío de tungsteno fueron constantes.
APARICIONES.
Franco da la
La mayoría de la producción ganadera también
bienvenida al fue a parar a la Wehrmacht. Cuando Alemania
príncipe Felipe comenzó a perder, Franco comenzó a retirar la
y a su padre el División Azul (octubre del 43) que había man-
príncipe Juan dado para luchar el comunismo ruso y aceptó
Carlos a su
residencia en el
más y más ayuda de los aliados.
Pazo de Meiras, El que fue embajador norteamericano entre el
el 8 de agosto de 42 y el 45, Carlton J. H. Hayes, hace un recorri-
1975. El declive do claro sobre la posición de Franco, bailando
físico del siempre entre dos aguas. No fue barata la no
dictador era
beligerancia, aun así el embajador aseguró a
ya más que
evidente.
GETTY
 MUY HISTORIA
Roosevelt que si Hitler entraba militarmente en
la península Franco pediría formalmente ayuda
a los aliados. A estas teorías hay que sumar la
compra de voluntades (se habla de 10 millones
de dólares en una cuenta en Nueva York) de ge-
nerales y figuras relevantes cercanas al general
por parte del Gobierno inglés para desaconsejar
que los alemanes entraran en Gibraltar, el uso de
las Canarias o directamente evitar que España
entrara en el conflicto.
Después de la victoria aliada, Franco refugió
y facilitó el puente hacia Sudamérica a miles
de nazis, pero también intentó con todas sus
fuerzas ser reconocido como «bastión anticomu-
nista», sabedor de la Guerra Fría que venía. Es
cierto que fue uno de los pocos que, mal o bien,
ayudó a unos 25 000 judíos (sefarditas) a librarse
de una muerte segura en los campos.
España fue apartada y aislada de todo ámbi-
to internacional, salvo la visita en el 47 de Eva
Perón cargada de toneladas de ayuda argentina,
representando a su filonazi marido. Franco pre-
firió que los españoles se murieran de hambre
antes que dimitir.
De nuevo la apuesta le salió bien unos años des-
pués, tras los acuerdos de 1953 y cuando en 1959
Eisenhower visitó la península para montar las
bases militares y permitir la apertura de España
a la economía internacional. Se acabó la ridícula
autocracia y por fin llegaron comida, diplomacia
y comercio. Otra vez, el dictador había perdurado.
LOS ALEGRES AÑOS 60
La universidad y la Iglesia provocaron los últimos
dolores de cabeza del dictador. En las universida-
des, la llama de la libertad se había convertido
en una constante. Los estudiantes manifestantes
eran rociados de agua entintada para luego ser
torturados en Gobernación (todos, menos los
hijos de). Allí creció la generación que luego per-
geñaría la transición.
Muchos sacerdotes, después del Concilio Vatica-
no II, regresaron a España entonando el mea culpa
por el apoyo incondicional a los crímenes fran-
quistas que tuvo la Iglesia española y tuvieron una
posición de beligerancia muy difícil de manejar
Entre disputa y disputa,
el exilio exterior no
consiguió organizarse
unitariamente
 EL SOCORRIDO RECURSO
DEL ACCIDENTE
ranco perduró en el tiempo por muchas cosas, pero cierto es que

F algunas figuras que pudieron hacerle sombra sufrieron trágicos

accidentes que les provocaron casualmente la muerte. El 16 de
julio de 1936, el gobernador civil de Las Palmas, el general Amado
Balmes, se descerrajó un tiro él mismo en el estómago mientras in-
tentaba desencasquillar una pistola. Sin duda es difícil de creer. El 20
de julio del 36, el avión que traía a José Sanjurjo para hacerse cargo
del golpe de Estado choca con una valla de piedra, cerca de Cascais
y mueren los dos tripulantes. Se hace difícil imaginar cómo el piloto,
Juan Antonio Ansaldo, experimentado piloto de combate en las cam-
pañas de Marruecos, no pudiera sortear semejante obstáculo. Recor-
demos que había conseguido la Cruz Laureada de San Fernando del
propio Alfonso XIII, por haber aterrizado con un avión tocado y herido
él mismo de bala en una pierna. El 3 de junio de 1937, el general Mola
(el «Director» del golpe de Estado) moría en un accidente de avión en
MINISTERIO DE DEFENSA

la provincia de Burgos. Pudo ser el temporal, pudo ser un accidente,

DIVISIÓN AZUL. Entre 1941 y 1943, cerca de
45 000 soldados españoles participaron en diversas
batallas contra la Unión Soviética. A finales de 1943
se iniciaron las negociaciones para su retirada.
pero lo cierto es que el camino de Franco ya estaba allanado para ser
Generalísimo. Otro ejemplo sería la muerte por ataque al corazón del
general Juan Bautista Sánchez, el 29 de enero de 1957. Casualmen-
te su muerte se produjo cuando los generales Muñoz Grandes y Ríos
Capapé le visitaron para informarle de su destitución como jefe de
la IV Región Militar. Eran conocidos sus movimientos (muchas veces
clandestinos) para reinstaurar la monarquía y sus conversaciones con
Don Juan. Cada uno que saque sus conclusiones.

por parte del régimen. Muchos curas se hicieron

adalides de la lucha de los desfavorecidos, que ya
no aceptaban el destino del nacimiento de los ri-
cos. Ahora los pobres querían medrar, salir de la
inmundicia y convertirse en clase media.
El exilio exterior, entre disputa y disputa, nun-
ca consiguió organizarse unitariamente y el
Gobierno de la República nunca logró apoyo
internacional hasta extinguirse. En el exilio in-
terior, los anarquistas consiguieron, entre cárcel
y cárcel, establecer un entramado sindicalista
dentro y fuera del Sindicato Vertical que, si bien
minoritario, mantuvo un sistema de apoyo mu-
tuo que salvó del hambre a muchas familias.

UN RÉGIMEN ETERNO
Con el apoyo internacional, llegaron la bonanza
económica, el 600 y la clase media que venía a
reconstruir España. Eran finales de los 60 y Fran-
co ya estaba demasiado mayor. Carrero Blanco
era el encargado de mantener su legado hasta que
Juan Carlos estuviera preparado, pero las cosas se
aceleraron con su asesinato a manos de ETA (y a
saber quién más) en el 73.
Franco supo resistir todas las oleadas antifran-
ASC

quistas estoicamente, con infinita paciencia,

oscurantismo y crueldad, hasta morir plácida- EVITA. En 1947, la que era ya un mito viviente en Argentina,
mente en la cama justo unos meses después de Eva Duarte, esposa del presidente Juan Domingo Perón,
firmar sus últimas sentencias de muerte. MH visitó España cargada de toneladas de ayuda argentina.

MUY HISTORIA 
 MUY HISTORIA
EL ENCUENTRO
CERRADO
EN FALSO
Sobre la entrevista de
Franco y Hitler en Hendaya
han corrido ríos de tinta.
En ella, supuestamente,
se habría valorado una
posible entrada de España
en la Segunda Guerra
Mundial. Sin embargo,
las cosas no salieron
como esperaban los dos
dictadores y la hostilidad
fue la tónica más habitual
en el encuentro.

1(VIER 4(9TÍN .(9*Ð(

PERIODISTA Y ESCRITOR
 ntes que volver a pasar por esto, pre-
fiero que me arranquen tres o cuatro
muelas». Adolf Hitler expresaba a
Benito Mussolini con estas palabras
el mal sabor de boca que le había
dejado su encuentro con Francisco
Franco en Hendaya. Fue la única vez que se vie-
ron cara a cara el dictador español y el Führer.
El resultado de la entrevista no cumplió las ex-
pectativas de ninguna de las dos partes.
Para lo que sí sirvió, sin embargo, fue para
convertirse en un poderoso activo de la pro-
paganda franquista durante décadas. Fueron
millares las páginas hagiográficas que glosaron
durante el régimen la capacidad estratégica
del Caudillo, su clarividencia y la inteligencia
de sus maniobras para esquivar la presión los
nazis y evitar la entrada en la guerra de Espa-
ña. Ahora bien, aquellas páginas se escribieron
años después, cuando la derrota del Reich era
un hecho y fue posible tomar una posición ven-
HACER
ESPERAR tajista que favoreciera la imagen del dictador.
AL FÜHRER. La realidad de lo que sucedió en Hendaya fue
Franco llegó bien distinta.
ocho minutos Cuando aquel miércoles 23 de octubre de 1940,
tarde a su cita Adolf Hitler y Francisco Franco se apretaban
con Hitler
debido al mal la mano en el andén de la estación de Henda-
estado de las ya, en la frontera entre España y Francia, tanto
vías férreas. uno como otro presumían de ser dos líderes
La jornada no victoriosos, guías casi mesiánicos de sus res-
comenzaba con
el mejor pie.
 MUY HISTORIA
pectivos pueblos hacia un futuro de grandeza.
Franco como reciente vencedor de la Guerra
Civil en España. El Führer, líder de un Tercer
Reich que avanzaba a pasos apresurados hacia
la total conquista de Europa, una vez que el
ejército alemán, en los meses de mayo y junio
de ese año, había derrotado a sus enemigos en
Holanda, Bélgica y Francia.
Sin embargo, la realidad de ambos era bien
distinta. En aquel momento, Alemania podía
presumir de ser una maquinaria militar irrefre-
nable, cuyo ejército avanzaba con la confianza
absoluta de que pronto alcanzaría la victoria
final en la contienda. España, por su parte, era
una nación arrasada por los estragos de la gue-
rra, en la que la pobreza asolaba a la población,
lejos aún de la reconstrucción y, pese a ello, con
unas ambiciones territoriales considerables, so-
bre todo en el norte de África. Hendaya debía
servir para negociar sobre ello.
LA ENTREVISTA EN EL VAGÓN DEL ERIKA
A las 15:20 h del 23 de octubre llegó a la es-
tación de Hendaya el Erika, el tren de Hitler.
Ocho minutos más tarde hizo lo propio Franco,
en un vagón del modelo SS-3. Lo acompañaban
el recién nombrado ministro de Asuntos Exte-
riores, Ramón Serrano Suñer; Luis Álvarez de
Estrada y Luque, que ejercería como traductor;
 En aquel momento, Alemania podía presumir de
ser una maquinaria militar irrefrenable
el jefe de la casa militar del Generalísimo, el ge-
neral José Moscardó; Enrique Giménez Arnau,
Director General de Prensa; y el general Espi-
nosa de los Monteros, embajador español en
Berlín. Solo los dos primeros accederían junto
a Franco a la entrevista.
El Führer y su ministro de exteriores, Joachim
von Ribbentrop, aprovecharon la breve espe-
ra para caminar por el andén de la estación y
departir sobre los mensajes que transmitirían
a los representantes españoles. Cuando llegó
la comitiva española, el embajador del Ter-
cer Reich en España, Eberhard von Stohrer,
hizo las presentaciones de rigor entre los dos
dirigentes. Acabados los saludos, los dos man-
datarios pasaron revista a las tropas presentes
en la estación tras lo cual ascendieron al vagón
que funcionaba como salón en el Erika, junto
a sus respectivos ministros de exteriores, Von
Ribbentrop y Serrano Suñer. Los acompañaron
los respectivos traductores. Nadie más fue invi-
tado a la reunión.
Según señala Ian Kershaw en su monumental
biografía Hitler (1936-1945), el encuentro pri-

GETTY
vado se inició con unas palabras lisonjeras
PROTOCOLO
PREVIO. Los
dos jefes de
Estado pasaron
revista a las
tropas alemanas
de la guardia
ceremonial.
ALBUM

MUY HISTORIA 
 DOS PERSONALIDADES NARCISISTAS,
FRENTE A FRENTE
in duda, los rasgos de personalidad Ashford Hodges en su libro Franco. una vez acabó la reunión. Hitler echó

S de Franco y Hitler mostraban

significativas diferencias que
dificultaban la conexión personal entre
uno y otro. Franco carecía del carisma de
Hitler, en quien desempeñaba un papel
fundamental su teatralidad. Por su parte,
el dictador español poseía unos rasgos
más cautelosos e incluso evasivos.
Uno y otro, sin embargo, coincidían en
considerarse elegidos por la providencia
para cambiar el destino de sus países;
incluso, del mundo entero.
Sin duda, el rasgo más fuerte que
compartían uno y otro era su narcisismo.
Así lo señala la escritora Gabrielle
Retrato psicológico de un dictador, en el
que profundiza en cómo la personalidad
de las dos figuras tuvo mucho que ver
en el fracaso del encuentro de Hendaya.
«El hecho de que ambos creyeran que
prácticamente habían sido elegidos por
Dios para realizar su misión en la tierra
(…), hacía extremadamente improbable
que ninguno fuera a adoptar una actitud
abierta o complaciente», observa.
El mejor ejemplo de este narcisismo
común que conducía a cierta hostilidad,
pese a ciertos intereses políticos
comunes, está en acusaciones, rayanas
en el insulto, que lanzaron uno y otro
pestes contra «el cerdo jesuita y el
orgullo español fuera de lugar», además
de quejarse apasionadamente de un
Franco al que calificaba de «cobarde
e irresoluto». Por supuesto, Franco,
quien había entrado en la reunión de
Hendaya lanzando zalamerías para tratar
de seducir a Hitler, una vez concluido el
encuentro manifestaba a Serrano Suñer
que «esa gente es intolerable». Lo cierto
es que la relación personal entre los
dos dictadores se mantuvo en el más
estricto orden de la diplomacia a partir
de entonces, sin ninguna muestra de
afecto ni más encuentros personales.

de Franco «manifestando la satisfacción destinado a España del territorio colonial del

que sentía por tener la oportunidad de ver
al Führer». Le agradeció su apoyo durante la
Guerra Civil y pasó a exponer su confianza
en que «los fuertes lazos entre los dos países»
permanecieran en el tiempo. En su discurso in-
troductorio indicó también su predisposición a
que España participase en el lado del Eje en la
guerra, si bien hizo notar las dificultades exis-
tentes a causa de la frágil situación del país.
No tardó Hitler en responder y lo hizo de-
fraudando las principales expectativas de
Franco. El Führer quiso comenzar resaltando
la importancia de la Francia de Vichy en su
estrategia y su papel decisivo para poder «po-
ner fin a la guerra rápidamente». En ningún
caso tomaría decisiones que pudieran poner
en contra a los dirigentes galos. Eso choca-
ba frontalmente con los intereses españoles
que demandaban acceder al control de varios
territorios del norte de África, en especial
del Marruecos y la Argelia francesa. Pero la
prioridad de Alemania era Francia y no iba a
poner en riesgo la relación de ninguna forma.
En concreto, señala Kershaw, Hitler «propuso
una alianza con la entrada en guerra de Espa-
ña en enero de 1941, que sería recompensada
con Gibraltar. Era evidente, sin embargo, que
en el pensamiento de Hitler no había nada
norte de África que Franco deseaba».
DE DESENCUENTRO EN DESENCUENTRO
La realidad es que el tono de la reunión resul-
tó bastante tirante y la falta de coincidencia
en los intereses se hacía más evidente en ca-
da minuto que pasaba. La prioridad de Hitler
era que España le dejara paso libre para que
la Wehrmacht pudiera atravesar libremente la
península ibérica y asaltar Gibraltar, un pun-
to estratégico clave que cerraría el estrecho y
privaría a las fuerzas británicas del acceso al
Mediterráneo. La participación directa de
un ejército desgastado y empobrecido en la
guerra no mejoraba de forma notable sus po-
sibilidades de victoria. Sí lo hacía la situación
geográfica de España. La falta de respuestas
concretas de Franco enfurecía por momentos
a Hitler. El malestar del líder nazi con Franco
quedaba claro en una frase que incluyó Goeb-
bels en sus diarios: «El Führer no tiene buena
opinión de España y de Franco. No están en ab-
soluto preparados para la guerra. Son hidalgos
de un imperio que ya no existe».
Los desencuentros iban in crescendo con el
paso de las horas. El punto más crítico, según
recoge Paul Preston en su libro Un pueblo trai-

La posición de Hitler frente a la Francia de Vichy

defraudó las principales expectativas de Franco
 MUY HISTORIA
 GETTY

PRIMER
CONTACTO.
cionado, llegó a partir de las continuas bravatas río, pero quedaba claro que no había puntos El barón von
del dictador español que llegó a inferir que en común. Franco sentía que no se ofrecía na- Stohrer,
«España podía conquistar Gibraltar sin ayuda da a España. Hitler y Von Ribbentrop, que la embajador en
España del
de nadie». Cuando señaló que consideraba que España franquista estaba siendo desagradecida régimen nazi,
las esperanzas de un rápido final de la guerra con el país cuyo apoyo había sido decisivo para se encargó de
con la victoria por Alemania eran exageradas, su triunfo en la Guerra Civil. presentar a
la reacción de Hitler no se hizo esperar. «Se La reunión se interrumpió para que los res- ambos
enfadó tanto que se levantó de la mesa asegu- pectivos interlocutores pudieran descansar mandatarios.
rando que no tenía intención de continuar», y valorar las conversaciones con sus equipos.
según cuenta Kershaw. No llegó la sangre al Ninguno de los dos bandos parecía mar-

MUY HISTORIA 
 charse satisfecho con lo acontecido. El
mismo Serrano Suñer, en un artículo que pu-
blicó una vez fallecido Franco, el 25 de enero de
1976, en el diario ABC y titulado «El encuen-
tro de Franco y Hitler en Hendaya» señaló que,
en el momento en que los españoles salían del
salón del tren alemán para el descanso, el tra-
ductor español había escuchado a Hitler decir
a Von Ribbentrop una sentencia muy clarifica-
dora: «Con estos tipos no hay nada que hacer».
UN PROTOCOLO SECRETO EN EL
QUE NO SE CONCRETABA NADA
Sea como fuere, la reunión se reanudó después
de la cena, en torno a las 10 de la noche. Más
de dos horas más tarde, pasada la medianoche,
concluía sin mayores avances. Las posiciones
de unos y otros permanecieron enquistadas.
Los alemanes habían redactado un boceto de
protocolo secreto, con el compromiso de que
no se haría público. Los españoles no acepta-
ron lo que se disponía en el mismo e incluyeron
diversos matices esa misma madrugada, ya de
vuelta a España. El resultado fue un texto vago,
que no llegaba a concretar acuerdo alguno.
En el protocolo se indicaban una serie de pre-
misas necesarias para que España pudiera
entrar en la guerra y formar parte de las fuerzas
del Eje. Se supeditaba la intervención española
a que las condiciones económicas y militares
fueran las adecuadas sin apuntar fecha. Por su
parte, Alemania no realizaba promesa alguna
sobre las reivindicaciones españolas sobre el
norte de África. En definitiva, todo quedó en
agua de borrajas, en un encuentro que solo sir-
vió para constatar la poca conexión personal
que existía entre los dos dictadores y que, pos-
teriormente, fue utilizado por la propaganda
franquista para enardecer las capacidades ne-
gociadoras de Franco y su papel, una vez más,
de salvador de España.

MANIPULACIONES INTERESADAS: DE LA «LARGA»

ESPERA DE HITLER A LAS FOTOS TRUCADAS
os medios y toda la propaganda nazi. Había que borrar cualquier atis- más lejos de la realidad. El retraso se de-

L franquista difundieron sin remilgo

una personalidad de su Generalísi-
mo repleta de epítetos lisonjeros. Heroi-
cidad, integridad, lealtad, patriotismo,
habilidad y prudencia fueron algunos de
los más utilizados. Y precisamente, pa-
ra realzar estos dos últimos, se alabó sin
cese la estratégica postura mantenida
por el dictador durante el encuentro de
Hendaya, que sorteó una posible entra-
da en guerra o la invasión de España por
las tropas nazis.
Sin embargo, toda esta retahíla de frases
sobre un Franco «salvador» solo se em-
pezó a difundir después de que el Tercer
Reich hubiera perdido la guerra. Cuan-
do los avances militares hacían pensar
lo contrario, el encuentro de Hendaya se
presentó como la reunión entre los diri-
gentes de dos países con muchos pun-
tos en común. Basta leer la nota que se
envió a las agencias para informar del
desarrollo de la entrevista: «La conferen-
cia se ha celebrado en el ambiente de
camaradería y cordialidad existentes en-
tre ambas naciones».
No obstante, como decíamos, todo
cambió conforme comenzaba a vislum-
brarse la derrota del Eje y, sobre todo,
cuando empezaron a conocerse todos
los detalles del Holocausto y la crueldad
bo de duda sobre una posible cercanía
entre los intereses de Franco y Hitler.
Lo primero fue destruir los documentos
que recogían el protocolo secreto firma-
do por los dos países tras la reunión. Si
bien, como hemos visto, no precisaba
ningún tipo de acuerdo concreto, sí que
demostraba un debate lleno de peticio-
nes por las dos partes y la inclinación del
régimen franquista en aquel momento
hacia participar junto a las fuerzas nazis.
Nunca se encontraron las copias firma-
das por los españoles, que muy proba-
blemente fueron destruidas, sino que las
noticias que tenemos sobre ello surgen
de la difusión por parte de Estados Uni-
dos de los documentos que interceptó
tras la derrota nazi.
Uno de los argumentos más utilizados
por los medios próximos al franquismo
para destacar la habilidad de Franco y
el empleo de una inteligente psicología
capaz de perturbar a Hitler fue el retraso
del tren en el que viajan los españoles.
Se propagó que el ferrocarril en que via-
jaba Franco había llegado hasta una ho-
ra después que el del alemán y había he-
cho perder los nervios al Führer. Habría
sido parte de una estrategia urdida por
Franco que le permitiría el dominio de la
situación antes incluso de llegar. Nada
bió al mal estado de las vías ferroviarias
españolas después de la guerra y, ni mu-
cho menos, alcanzó la hora. Fueron ape-
nas ocho minutos.
Cabe también destacar otra de las mani-
pulaciones propagandísticas. Los fieles
de Franco falsearon varias de las fotos
que se tomaron ese día. Fue la agencia
EFE la encargada de inmortalizar el en-
cuentro y difundir las imágenes en los
medios. El 25 de octubre de 1940 apa-
recía en la portada de ABC una imagen
con Franco, vigoroso, caminando al lado
de Hitler y saludando a las tropas con el
brazo en alto. Sin embargo, el resultado
real de la foto que se tomó no era ese.
El dictador caminaba con los ojos cerra-
dos, los brazos caídos e incluso se no-
taba bastante su diferencia de altura con
Hitler. Todo ello fue adulterado a poste-
riori y se distribuyó la imagen falsa que
fue portada del ABC.
En otra de las fotos en las que aparecían
los dictadores se recortaron las imáge-
nes de uno y otro y pegaron sobre otra
fotografía tomada en el andén de modo
que se disimulaba la diferencia de altura
entre los dos. El encuentro de Hendaya
acabó siendo, pues, un éxito para la pro-
paganda franquista que le siguió dando
réditos décadas después.

 MUY HISTORIA

GETTY
La relación entre España y Alemania no cambió
demasiado tras el tenso encuentro
UNA DESPEDIDA ACCIDENTADA
Según relató Serrano Suñer, el encuentro de
Hendaya tuvo un final que simboliza muy bien
el desatino de todo lo ocurrido aquel 23 de oc-
tubre. Franco decidió despedir al convoy nazi
saludando en posición militar, firme, y con la
puerta abierta desde la plataforma del tren
que llevaría a la comitiva española de regreso
a San Sebastián. «Nuestro tren, al arrancar»
relata Serrano Suñer, «dio un brusquísimo ti-
rón que le zarandeó de forma peligrosa y que
sin su agilidad física y la reacción de Moscar-
dó sujetándolo, le hubiera arrojado de bruces
sobre el andén».
Lo cierto es que la relación entre los dos Estados
no cambió demasiado tras el tenso encuentro.
La prioridad de Hitler era contentar a la Francia
de Vichy y así lo demostró visitando a su líder,
Petain, en la localidad francesa de Montoire
solo un día después del encuentro de Henda-
ya. Los resultados, en este caso, también fueron
«intrascendentes» en palabras de Ian Kershaw,
pero la relación entre los dos mandatarios fue
mucho más fluida que con Franco. En cualquier
caso, en la mente de Hitler empezaba en aquel
entonces a rondar la que pronto se convertiría
en su verdadera prioridad: la ruptura del pacto
con Stalin y la invasión de la Unión Soviética.
Apenas tardaría nueve meses, en junio de 1941,
en producirse.
Por su parte, el régimen franquista, tras no ha-
ber conseguido ningún compromiso de obtener
los territorios del norte de África, mantuvo el
papel de «no beligerancia» adoptado en junio
GETTY
PRÓXIMA
ESTACIÓN:
MONTOIRE.
Al día siguiente
de su entrevista
con Franco
(arriba a la
izda.), Hitler
de ese año 1940. En este difícil equilibrio hizo mantuvo un
también esfuerzos para que los aliados enten- encuentro con
dieran que no se había llegado a algún acuerdo el mariscal
francés Philippe
secreto con los nazis. Paul Preston recuerda Pétain en la
que, el 31 de octubre de 1940, Serrano Suñer estación de
se reunió con el embajador estadounidense y Montoire-sur-
le repitió hasta en tres ocasiones que «no había le-Loir. Arriba,
habido ninguna presión, ni siquiera ninguna ambos se
estrechan las
insinuación por parte de Hitler o Mussolini, manos.
de que España debía entrar en guerra». No hay
duda, sin embargo, de que, en esos primeros
años del conflicto, la tendencia franquista se
hallaba mucho más cerca de Alemania. El me-
jor ejemplo de ello, el envío la División Azul
para luchar junto a los nazis contra el ejército
de la Unión Soviética.
Aquel 23 de octubre de 1940 quedó en los ana-
les de la Segunda Guerra Mundial como una
simple anécdota, un encuentro cerrado en falso
que, eso sí, acabó siendo aprovechado en las dé-
cadas siguientes por la propaganda franquista
para destacar una supuesta sagacidad e inteli-
gencia casi mesiánica de Franco que había sido
capaz de evitar la entrada de España en la Se-
gunda Guerra Mundial. Una visión muy lejana
a la realidad, sin duda, pero que formó parte del
discurso que se trasladó a los españoles durante
todo el franquismo. MH
¿Cuánto sabes sobre Adolf Hitler? Tras
este código QR ponemos a prueba tus
conocimientos sobre el dictador alemán.
MUY HISTORIA 
 LOS
CUÑADOS
Y EL DUCE.
El encuentro
entre Franco,
Serrano Suñer
y Mussolini
tuvo lugar en
el pueblo
fronterizo de
Bordighera el
12 de febrero
ASC

del año 1941.

LA ENTREVISTA DE

EL FAVOR DE MUSSOLINI A HITLER

 MUY HISTORIA
Tras la fallida invasión de Grecia por parte de Mussolini, la toma de
Gibraltar para bloquear el acceso al Mediterráneo a los británicos
se convirtió en un asunto clave para Alemania. Por primera vez,
Hitler estaba lo suficientemente decidido a que España se uniera
al conflicto como para presionar a Franco en esa dirección.

MELQUÍADES 790,;6
EDITOR Y ESCRITOR

MUY HISTORIA 
 esde el encuentro con Franco en Hen-
daya el 23 de octubre de 1940, Hitler
había esperado en vano un paso ade-
lante del Caudillo. El 12 de febrero de
1941, Franco y Mussolini, en medio de
las mayores demostraciones de afecto
y admiración propios, acordaron, sin tener que
pactarla, la definitiva no entrada de España en
la guerra. Los tiempos no eran los mismos. Italia
había sido parada por Grecia en los Balcanes y
derrotada por Inglaterra en África. Hitler hacía
los últimos ajustes a su ofensiva contra Rusia.
SERRANO LA DEUDA CON ITALIA Y ALEMANIA
SUÑER, Al acabar la guerra civil española, Italia se mos-
CUÑADÍSIMO. tró ciertamente generosa a la hora de calcular los
Cuñado de
gastos. De algún modo estaba mostrando con
Carmen Polo,
esposa de claridad que Mussolini había aprovechado para
Franco, el poner al día su ejército y hacer prácticas mor-
germanófilo tíferas contra españoles civiles. Desde el primer
Ramón Serrano momento, los italianos habían tomado la gue-
Suñer fue el rra civil española como una oportunidad para
principal
autor de la experimentar tácticas de guerra y, específica-
construcción mente, para tutelar el crecimiento de un nuevo
del «Nuevo estado totalitario con marcado carácter fascista.
Estado» en A las pocas semanas de la sublevación se inicia-
torno a la figura
del dictador.
 MUY HISTORIA
ron los envíos de cientos de aviones, piezas de
artillería, suministros y soldados italianos que
consolidaron las plazas andaluzas en poder de
los rebeldes. Málaga, una plaza fácil de conquis-
tar, fue el primer éxito que celebró el Duce. El
Corpo di Truppe Volontarie (CTV) acabó po-
niendo en el frente unos 78 000 voluntarios. Su
actuación sigue en entredicho o en discusión,
pero la memoria que se guarda de los bombar-
deos de ciudades indefensas no puede ser más
acerba. Los Savoia-Marchetti machacaron, entre
otras, Málaga, Durango, Barcelona, Tarragona,
Valencia, Mahón, etc.
Varias compañías aéreas alemanas facilitaron el
paso del ejército africano a la península desde
el primer momento del Alzamiento Nacional.
Este apoyo inicial se mantuvo constante durante
todo el conflicto, no solo en el asesoramiento
militar de las distintas campañas o en el entre-
namiento en el uso de las nuevas armas, sino
muy especialmente con la destructiva Legión
Cóndor. Esta unidad aérea se encargó de prepa-
rar todas las ofensivas y de probar la eficacia de
los bombardeos sobre ciudades de la retaguar-
dia. Guernica es el paradigma que pocos años
después multiplicará sus terribles consecuencias
en la Segunda Guerra Mundial.
ASC
 SERRANO SUÑER
amón Serrano Suñer (1901-2003) director de la Academia General Militar. particularmente, la de Asuntos Exteriores

R hijo de José Serrano y de Carmen

Sunyer, nació en Cartagena donde
estaba destinado su padre, ingeniero
de caminos. Fue siempre un brillante
estudiante; alumno de Rey Pastor, Or-
tega y Gasset, García Morente, Grego-
rio Marañón, Sánchez Albornoz, Bes-
teiro y Casares, se licenció en Derecho
en Madrid con premio extraordinario y
de inmediato ganó las oposiciones de
Abogado del Estado.
En la época universitaria conoció a Jo-
sé Antonio Primo de Rivera, del que se
hizo muy amigo, aunque sus carreras
políticas no discurrieron por el mismo iti-
nerario. Mientras su amigo fundaba y se
presentaba a elecciones por Falange Es-
pañola, Ramón lo hacía por la CEDA de
Gil Robles con el que también guardaba
buen trato. En 1936 Franco y Primo de
Rivera pugnaron por encabezar la candi-
datura por Cuenca de la CEDA que prefi-
rió apoyar a José Antonio.
Serrano estuvo destinado en Zaragoza
en los mismos años en que Franco era
Allí conoció a Ramona, Zita, hermana de
la esposa de Franco. En 1932 se casa-
ron y a partir de ese momento se convir-
tió en cuñado del general y, a partir de
su incorporación al entorno franquista
de Salamanca y a la autoridad que ejer-
cía, el «cuñadísimo». Tanto era su poder,
que según se cuenta, y merece ser ver-
dad, Carmencita —la hija de Franco—
llegó a preguntarle a su madre: «Mamá,
¿quién manda en España, papá o el tío
Ramón?».
Franco, Generalísimo de los ejércitos,
Jefe del Gobierno y del Estado, encargó
a Serrano el decreto de unificación de to-
das las facciones políticas que apoyaban
el levantamiento. Así nació FET de las
JONS, que él manejó a su antojo desde
la presidencia de la Junta Política y des-
de la que se liquidaron las revueltas de
Hedilla y otros «camisas viejas». El Fuero
del Trabajo y la Ley de Prensa e Impren-
ta también salieron de su pluma. En los
primeros gobiernos de Franco ocupó las
carteras de Interior, Gobernación y, muy
desde siete días antes de la entrevista
en Hendaya entre Hitler y Franco. Fue el
responsable de todas las negociacio-
nes con los alemanes y los italianos para
decidir o no la entrada de España en la
guerra. Asistió junto a Franco al encuen-
tro que este mantuvo con Mussolini en
Bordighera. En 1941 apoyó con ardor el
envío de la División Azul como parte del
ejército nazi. De su boca salió la famosa
frase de «Rusia es culpable».
En 1942, tras el enésimo enfrentamiento
entre falangistas y carlistas en el santua-
rio de Begoña, fue apartado del Gobier-
no y pasó a ejercer la abogacía hasta su
jubilación. Publicó varios libros en los
que intentó justificar su germanofilia,
además de soltar insidiosas opiniones
sobre su cuñado, omnímodo Caudillo
hasta su muerte.
Su relación con el yerno de Mussolini, el
conde Ciano, fue muy intensa, aunque
en franca competencia por el lucimiento
personal, sus opiniones sobre su colega
correspondiente fueron muy ácidas.

A su modo, Italia y Alemania se convirtieron, Alemania invadió Polonia, la primera decisión

aunque firmaran los acuerdos de no intervención,
en dos aliados de las tropas de Franco. Durante el
conflicto, cada uno de ellos hizo todo lo necesario
para convertirse en imprescindibles para la super-
vivencia en el mando del Caudillo. Los italianos
fueron referente ideológico y en modelo para la
parafernalia con la que, durante años, se celebra-
rían los actos públicos y festejos, todo sin dejar de
lado la firma de un convenio cuasi feudal con el
general Franco. Alemania es el referente de efica-
cia que se cobrará en especie todo el favor militar.
Además de aceite y frutas, minerales como el wol-
framio, necesario para reforzar el blindaje de los
carros de combate y para endurecer las puntas
de proyectiles contra corazas y protecciones, fue
transferido a Alemania en su práctica totalidad.
LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Cuando cinco meses después de haber finaliza-
do la Guerra Civil, el 1 de septiembre de 1939,
de Franco fue la de declararse neutral tal co-
mo había hecho España en la Primera Guerra
Mundial. Esta situación se mantuvo hasta el
10 de mayo de 1940 en que Alemania atacó
a Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Francia y,
dos días más tarde, Italia declaraba la guerra
a Inglaterra y Francia. El estatuto de no beli-
gerancia era un escalón que conducía a una
muy próxima incorporación al conflicto con el
Pacto de Acero. En España muchos gerifaltes
creían que era el momento de apuntarse a ven-
cedor seguro y así poder estar en el momento
del reparto del botín.
El primer movimiento español fue la ocu-
pación de Tetuán por fuerzas jalifianas. El
ministro de Exteriores, Beigbeder, aprovechó
este momento para recordarle a Francia que
había un compromiso incumplido desde los
tiempos del desembarco de Alhucemas cuando
Francia había ocupado la zona más oriental del
Rif, que no había sido devuelta todavía.

Italia y Alemania, aunque firmaran los acuerdos de

no intervención, se convirtieron en aliados de Franco
MUY HISTORIA 
 Además, España, en su afán de ampliar el
territorio de influencia en África, reivindica-
ba el Oranesado que, durante casi trescientos
años, había pertenecido a la Corona española
y en 1940 su población era más hispanoparlan-
te que francesa. Francia estaba de acuerdo en
volver a las fronteras de 1912, pero con lo que
no se contaba era con que Serrano, ministro
de Gobernación, trasladaría esta información
CONDICIONES
DESMEDIDAS. reservada a Italia.
El convenio de La reacción de Mussolini fue contundente.
colaboración Bloqueó cualquier cambio en el statu quo del
mutua firmado el norte de África aduciendo que ambos regí-
8 de octubre de menes habían acordado un convenio secreto
1938 entre Italia y
Franco por una por el que nada se podía hacer si concernía a
duración de los firmantes y no había acuerdo explícito. El
diez años a partir texto, firmado el 8 de octubre de 1938, era un
de la fecha de la convenio «entre Italia y el general Franco» […]
terminación de la «por una duración de diez años a partir de la
guerra española
contenía una
fecha de la terminación de la guerra españo-
serie de estrictas la, pero [que] entrará en vigor desde la fecha
estipulaciones de su firma». Sus cláusulas, so capa de «pacto
para las de amistad, colaboración y asistencia», eran
actuaciones del
Estado español.
leoninas y contenían estipulaciones del tipo:
VI) El Excmo. Sr. General D. Francisco
Franco ofrece orientar la política exterior
de su Gobierno, de acuerdo con las su-
gestiones [sic] que le sean hechas por el
Gobierno Fascista. […]
X) El Excmo. Sr. General Franco, por medio
de sus órganos de propaganda y expansión
cultural en España y Posesiones Africanas,
continuará haciendo conocer la alta mi-
sión internacional de la Italia Fascista y la
justicia y la necesidad de que, por medio
de futuras concesiones de orden político
y territorial, se le reconozcan los derechos
que le corresponden como Gran Potencia
Continental y Mediterránea, con lo cual
quedarán aseguradas la paz y la civilización
de Europa.
XXXIII) Por toda la duración de este Tratado:
El Excmo. Sr. General Franco adquiere el
compromiso de continuar en la Jefatura del
Estado Español y de las diversas fuerzas ar-
madas y políticas de la Nación.
XXVII) Será necesario un previo acuerdo
de ambos Gobiernos, para que las modali-
dades de asistencia tengan aplicación, si la
declaración de guerra por parte de España
fuese debida a la inobtención [sic] de las
justas reivindicaciones territoriales, políti-
cas y económicas, a que tiene derecho por
su Tradición Imperial y por su situación ac-
tual de Gran Potencia Continental y que en
el futuro pueda formular.
XXVIII) […] Las bases mediterráneas, cuya
ocupación ambos Países consideran nece-
saria, les serán aplicadas de acuerdo con sus
posibilidades de protección, las necesidades
de su defensa territorial y las de sus relacio-
nes imperiales.

INTERESES CRUZADOS EN EL EJE

Desde 1936 Alemania e Italia tenían un pacto
de amistad del que nacería el Eje Roma-Berlín.
Pocos días después Alemania firma el Pacto
Anti-Comintern con Japón que facilitará los
pactos de Acero y Tripartito de 1940 en los que
Alemania, Italia y Japón consolidaron la alianza
del Eje al que más tarde se sumarían Hungría,
Rumanía, Bulgaria, Eslovaquia y Croacia. En el
citado convenio firmado en 1938 también se es-
tipulaba:

XIV) Como consecuencia de este Tratado

de Amistad, el Excmo. Sr. General Franco
ASC

retirará oportunamente al Estado Español

 MUY HISTORIA

de la Sociedad de las Naciones, [así se hi-
zo] salvo si la permanencia y presencia de
España en dicha Sociedad se considere con-
veniente para los fines perseguidos en este
documento y a los intereses de los Gobier-
nos Italiano y Español.
XV) El Excmo. Sr. General Don Francisco
Franco B. a nombre del Estado Español se
adhiere a las estipulaciones Principales y
Derivativas del Pacto denominado «Anti-
Comitern» [sic].
XVI) El Excmo. Sr. General Don Francisco
Franco B. como Jefe del Estado Español se
adhiere a las Estipulaciones Principales y
Derivativas del Pacto de Amistad y Asisten-
cia celebrado entre los Gobiernos del Reich
e Italiano y que dio origen al Eje Político
«Roma-Berlín».
En ese cruce de intereses, muchas veces di-
simulados, acabó de pesar demasiado que la
situación de hambruna de España impedía
Alemania necesitaba controlar el paso de mercancías
y buques de guerra por el estrecho de Gibraltar
ASC
GALEAZZO
CIANO. El
cualquier movimiento que pusiera en peligro yerno de
el mínimo sustento que llegaba del exterior. Mussolini
Alemania, desde siempre, estaba muy interesa- favoreció
da en las explotaciones de minería peninsular decididamente
que Italia
y la que se pudiera arrebatar de los ingleses y enviase el Corpo
de sus «amigos» franceses en el protectorado de di Truppe
Marruecos, Sidi Ifni y golfo de Guinea. A es- Volontarie para
te interés por las materias primas españolas se luchar junto al
sumaba la manifiesta necesidad de controlar el bando
sublevado
paso de mercancías y buques de guerra por el en la Guerra
estrecho de Gibraltar y el muy estratégico asen- Civil española.
tamiento de alguna base en Canarias. Arriba, una
El general Vigón y el ministro de Gobernación imagen de su
Serrano Suñer en viajes sucesivos trasladaron visita a
Santander, el 13
hasta Berlín la buena disposición de Franco a de julio de 1939.
colaborar en la guerra, a la vez que solicitaban
que Hitler aportara los abastecimientos para
la población civil, las armas y su instrucción
y, llegada la inminente victoria, un reparto de
territorios según las megalómanas pretensiones
imperiales del Caudillo. Ni la vecina Portu-
gal se escapaba de algunas irresponsables
MUY HISTORIA 
 fantasías. Los proyectos de ataque contra
Gibraltar, la posibilidad de mandar alguna divi-
sión alemana para controlar el estrecho y otras
variantes de colaboración militar se habían ace-
lerado después de la visita del almirante Canaris
a la zona de litigio. No obstante, los ministros
militares no veían nada claro que su ejército pu-
diera asumir un compromiso importante. Ahora
también sabemos que el embajador británico
Hoare había sabido encontrar la fórmula para
que el Reino Unido engrasara bien los bolsillos
de algunos generales.
En el reajuste ministerial que hizo Franco el
16 de octubre de 1941, sin dejar la cartera de
Gobernación (Prensa y Propaganda), Serrano
Suñer se hizo cargo de la de Asuntos Exteriores
en sustitución de Beigbeder, ya sospechoso de
anglofilia. Siete días más tarde, los dos cuña-
dos tienen cita con el Führer. En la entrevista
de Hendaya, Franco firmó su compromiso de
entrar en guerra en una fecha por determinar.
Por el momento Hitler prefirió seguir aliado
con el régimen de Vichy, sin molestar a Pétain
con las pretensiones españolas, y no discutir
con Mussolini las también desorbitadas aspi-
raciones italianas.
LA ENTREVISTA DE BORDIGHERA
El 28 de octubre, cinco días después del encuen-
tro de Hitler con Franco, Italia declaró la guerra
a Grecia, manifestando su interés político de
aproximarse a Alemania en el peso dentro del
Eje y ejercer sobre el terreno sus aspiraciones
en el Mediterráneo. Por entonces Franco no sa-
bía que Mussolini había manifestado a Hitler su
interés en tener bases militares entre Málaga y
Cádiz y en las Baleares —con un asentamiento
de miles de italianos—, como le habían pro-
puesto los republicanos a cambio de no apoyar
a Franco. En situación similar se encontraba el
Führer ante la propuesta republicana de cederle
tierra en las Canarias para que instalara bases
militares. La maraña de intereses se había aden-
sado. Tomar Gibraltar era para el Eje una acción
que desmoralizaría a los ingleses, pero también

GALEAZZO CIANO
ijo del conde de Cortellazzo, fue un secretaría de Estado para prensa y propa- tesis alemanas, acabó firmando el Pacto

H buen estudiante, con un gran domi-

nio de varios idiomas, licenciado en
Derecho que muy pronto empezó a tra-
bajar de diplomático en China, Brasil, Ar-
gentina y en el Vaticano. En 1930 se ca-
só con Edda Mussolini, hija del Duce. Al
año siguiente fue nombrado cónsul en
Shanghái, un año después era el jefe de
misión de Italia en la Sociedad de Nacio-
nes en Ginebra y, con gran éxito, miembro
de la representación italiana en la Confe-
rencia de Londres de 1933. Dos años más
tarde fue nombrado jefe del gabinete de
prensa del Duce, vicedirector de la Sub-
ASC
ganda y, de modo fulgurante, miembro del
Gran Consejo Fascista.
Cuando Italia invadió Etiopía, Ciano se
apuntó voluntariamente como piloto de
aviación, alcanzó fama de héroe y aviador
intrépido, cuando no temerario, fue con-
decorado en repetidas actuaciones y, el 9
de junio de 1936, nombrado por su suegro
ministro de Asuntos Exteriores.
Desde esa responsabilidad apoyó al ge-
neral Franco y facilitó la ayuda militar y
económica a los sublevados. En 1938 in-
tervino con acierto en el Pacto de Múnich
y, aunque nunca fue muy amigo de las
de Acero que unía a Italia y Alemania en
los múltiples intereses de expansión que
ambos regímenes tenían. Fracasó en su
intento de disuadir a Mussolini de su en-
trada en guerra en los Balcanes, frente al
que volvió como piloto y repitió sus teme-
ridades como en años precedentes. Allí
estaba cuando el Duce y Franco se entre-
vistaron en Bordighera.
Años más tarde, ante los resultados ad-
versos que Italia iba acumulando, conspi-
ró para firmar un acuerdo con los aliados.
En la reunión del Gran Consejo Fascista
de 1943 votó a favor de la dimisión de
Mussolini que fue de inmediato deteni-
do junto a otros fascistas. Ciano preten-
dió huir, pero cayó en una trampa que lo
llevó a territorio alemán donde, una vez
repuesto el Duce por fuerzas nazis, fue
condenado a muerte el 11 de enero de
1944, sin que su suegro hiciera nada por
salvarlo. Su esposa preservó una bue-
na parte de sus Diarios que publicó entre
1946 y 1949.
Ciano y Serrano Suñer (en la imagen) fue-
ron ante media Europa la cara ilustrada
de Italia y España. Ambos eran cultos y
de cierto aire altanero, que cuadraba muy
bien con la megalomanía fascista, y se di-
ce que no se toleraban entre sí.

 MUY HISTORIA
 Mussolini no quería mezclar la toma del Peñón con
el resto de sus intereses en el norte de África
ASC
que la dependencia española de los suministros
argentinos, canadienses y norteamericanos,
controlados totalmente por la marina del Reino
Unido, convertía a Franco en un colaborador
más costoso que eficaz. En noviembre Hitler
hizo un nuevo intento: convocó a Serrano y
este no pudo comprometer más que buenas
palabras. Canaris volvió a Madrid y, al pare-
cer, su conversación con Franco trasladaba una
opinión negativa sobre la entrada en guerra de
España. En enero de 1941 en España ya estaba
racionado el pan. El 7 de febrero de 1941 Hit-
ler asegura por carta la provisión de alimentos
en el instante en que España entre en guerra, a
la espera de que, en una inmediata entrevista
acordada, Mussolini convenciera a Franco.
El encuentro entre los dos caudillos se produjo
el 12 de febrero en Bordighera, ciudad italiana a
escasa distancia de la frontera con Francia. Los
periódicos españoles cuentan que la caravana
la formaban diecisiete coches, muy aplaudidos
al paso por las ciudades francesas. Rendidos
honores de Jefe de Estado a la entrada en terri-
torio italiano, fueron afablemente recibidos por
el Duce, aunque su ánimo no era el mejor. Los
griegos habían rechazado la invasión por tierras
albanesas y, en el mejor de los casos, el frente
REPERCUSIÓN
MEDIÁTICA. La
prensa italiana se
hizo eco de la
entrevista del
Duce con Franco
y Serrano Súñer
que el conde
Ciano había
organizado a
instancia de Hitler.
Ciano no asistió a
la conferencia al
encontrarse en
aquel momento
como piloto
activo en el frente
griego.
ASC
se había estabilizado. A ello se sumaba que los
ingleses, cinco días antes, habían conseguido
copar al ejército italiano en el norte de África.
Ambos jefes repasaron la situación. Alemania
veía muy difícil desplazar una división ale-
mana por territorio español, sin repostaje, sin
poder vivir sobre el terreno y no contar con
ninguna posibilidad de comprar alimentos.
Además, solo se comprometía a devolver Gi-
braltar al acabar la guerra. Mussolini no quería
mezclar la toma del Peñón con el resto de sus
intereses en el Mediterráneo y África. Y Fran-
co, en realidad, solo podía y quería entrar en
guerra cuando Inglaterra tuviera cerrado el es-
trecho de Suez y estuviera derrotada. El Duce
dictó sentencia: no se puede pedir a un país
que entre en guerra si solo tiene alimentos pa-
ra un día y medio.
Lo cierto fue que los ingleses siguieron pre-
sionando económicamente para ablandar la
postura española, que las tropas alemanas con-
quistaron Grecia, Rommel dio un vuelco a la
guerra en el norte de África, los generales espa-
ñoles seguían presionando a Franco y Serrano
conocía a diario nuevos enemigos de su políti-
ca proalemana. Así hasta el 22 de junio, en que
Alemania inició su ofensiva contra Rusia. MH
MUY HISTORIA 
 LOS VÍNCULOS
SECRETOS DEL
ALBUM
FASCISMO
ESPAÑOL CON
MUSSOLINI
Y HITLER
Durante los años treinta, Italia
y Alemania vieron en el partido
fundado por José Antonio Primo de
Rivera similitudes ideológicas que
no tenían con el franquismo.

MANUEL 7. =033(;696
PERIODISTA Y ESCRITOR

DESFILE DE LA VICTORIA. Un
grupo de falangistas desfila por las
calles de Barcelona tras la ocupación
de la ciudad por las fuerzas sublevadas
en febrero de 1939 (fotografía
coloreada). MUY HISTORIA 
 ASC

ASC

MESÍAS Y
MAESTRO.
José Antonio enía cierto toque para la táctica y lu-
Primo de Rivera cía el uniforme militar cual veterano
se sentía mucho
más cercano a
oficial bregado en mil batallas, pero
las ideas del la amarga realidad es que Adolf Hit-
fascismo italiano ler no había sido bendecido con las
que de aquellas dotes del perfecto mariscal de campo.
promovidas por Su fuerte era la política, y de ella podía departir
el Partido Nazi.
Para él, el
durante minutos y minutos para desesperación
fascismo de de sus acompañantes. Las sobremesas eran el
Mussolini era un momento predilecto para ello; esa hora bruja
verdadero faro en la que su lengua bífida daba buena cuenta de
con el que sus enemigos. Y entre los mismos se contaba un
guiarse en su
dictador de voz atiplada al que consideraba un
propio proyecto
político. Arriba, pusilánime alejado de los preceptos del Tercer
de izda. a dcha., Reich. «Hay que tener cuidado y no poner el ré-
retratos de gimen de Franco al mismo nivel que el nazismo
Hitler, Mussolini o el fascismo», insistía en 1942. Meses después,
y Primo de llegó a referirse al español como un desagrade-
Rivera.
cido y un «parásito» que «no habría sobrevivi-
do» sin la ayuda germana.
Las simpatías del Führer en el país se dirigían,
por el contrario, hacia la vieja Falange Españo-
la (FE). «Si estallase una nueva guerra civil, no
me sorprendería ver a los falangistas obligados
a hacer causa común con los rojos para liberarse
de la escoria clerical-monárquica. ¡Lástima que
la sangre que vertieron juntos durante la gue-
ASC
rra falangistas, fascistas y nacionalsocialistas no
haya producido mejores resultados!», senten-
ciaba Hitler en el verano de 1942. Algo similar
sucedía con Benito Mussolini al otro lado del
Mediterráneo. Los ‘camisas viejas’ —aquellos
que se declaraban seguidores del partido del
yugo y las flechas antes del conflicto fratrici-
da— habían bebido ideológicamente del Partito
Nazionale Fascista del Duce y se sentían mucho
más cerca de sus preceptos que de los de cual-
quier otro movimiento europeo. El mismo José
Antonio Primo de Rivera se refirió al dictador
italiano como un «genio de mente clásica que
quiere reconfigurar un pueblo desde arriba».
AL CALOR DE ROMA
Mussolini fue el mascarón de proa del fascis-
mo. Su llegada al poder tras la marcha sobre
Roma en octubre de 1922 demostró a Europa
que aquel movimiento que se definía a sí mis-
mo como revolucionario y contrario a las clases
adineradas podía agitar los cimientos de una
nación milenaria. En España no tardaron en
resonar sus ecos. El ensayista Ramiro Ledesma
expandió estas ideas en la revista La Conquista
del Estado y, tras fundar las Juntas de Ofensi-

 MUY HISTORIA
va Nacional Sindicalista (JONS), llamó a la FASCISMO A LA ESPAÑOLA
violencia para generar el caos en la Segunda El encuentro duró una media hora, y José An-
República. Aunque tanto él como el resto de tonio no se marchó con las manos vacías. Para
grupos afines a estas ideas adolecían de un líder empezar, el Duce le obsequió con una extensa
equivalente al Duce. Este arribó poco después, lista de consejos para alumbrar un movimiento
y con apellidos famosos: José Antonio Primo de fascista en España. Y, por si fuera poco, recabó
Rivera, el hijo del dictador que había regido el una cantidad ingente de información en la sede
país entre 1923 y 1930. del partido en Roma. Un suspiro después, el 29
Para este joven, el fascismo italiano era mucho de octubre de ese mismo año, creó sobre estos
más que un movimiento político; era un faro pilares la Falange Española. Ya en el acto funda- ÓRGANO
con el que guiarse y un espejo en el que mirarse. cional que se celebró en el Teatro de la Comedia OFICIAL DE
Se sentía mucho más cerca de sus ideas que de de Madrid dejó cristalino que una de sus máxi- FALANGE.
las promovidas por el NSDAP, el Partido Na- mas era conseguir el poder por la fuerza para El semanario
F.E., editado en
zi. «José Antonio dice que el hitlerismo no es llegar a un régimen despótico: «La Patria es de
Madrid, fue el
fascismo. El hitlerismo es la consecuencia de la todos y no puede estar bajo un solo partido o órgano oficial de
democracia, una expresión turbulenta del ro- una sola clase. El Estado debe ser el instrumen- expresión del
manticismo alemán. En cambio, Mussolini es el to autoritario puesto al servicio de esa unidad partido Falange
clasicismo, con sus jerarquías, sus secuelas, y su irrevocable que se llama Patria». Española desde
razón», escribió un periodista que le entrevistó Como resultado, la Falange Española y el fascis- diciembre de
1933 hasta su
poco después de que el nazismo conquistara el mo italiano contaban con mil y una similitudes. desaparición en
poder en Alemania a través de las urnas. Primo Un ejemplo es que ambos partidos se decían re- abril de 1934.
de Rivera era un pequeño Benito en todos los novadores, aunque también enarbolaron ideas A partir de
sentidos, incluido el extremismo. Abogado, bien clásicas. «Mussolini habla del Imperio entonces fue
parecido y elocuente, publicó en 1933 El Fas- sucedido por
Arriba.
cio, un semanario que actuó como aglutinador
de las diferentes corrientes de su cuerda. Algo
equivalente a lo que había hecho el Duce al otro
lado del Mediterráneo.
Pero, para Primo de Rivera, Mussolini no era
tan solo un mesías, sino un tipo que podía dar
un buen empujón a su formación. Tuvo suerte,
pues el embajador del país en Madrid, Raffaele
Guariglia, era un firme defensor de que el Duce
debía financiar la creación de un partido a su
imagen y semejanza en España y, tras algunas
reuniones, le consiguió una entrevista con el
mismo dictador. Un sueño hecho realidad pa-
ra el extremista. Así, a mediados de octubre de
1933, José Antonio puso rumbo a Italia con el
objetivo, según él mismo explicó, de «obtener
material informativo sobre el fascismo y sobre
las realizaciones del régimen». Para eso, y para
conseguir «en la medida de lo posible, consejos
para la organización de un movimiento análogo
en España»

José Antonio Primo

de Rivera era un
pequeño Benito en
todos los sentidos,
incluido el extremismo
GETTY

MUY HISTORIA 
 FASCISTAS HASTA EL FINAL
í, por muy sorprendente que suene, durante los últimos estertores

S de Hitler en la capital del Reich había una revista que corría de ma-
no en mano entre los voluntarios españoles decididos a combatir
hasta el final de sus días contra el comunismo. La publicación en cues-
tión llevaba por nombre Enlace y era la portavoz oficial de un nuevo fa-
langismo con tintes nacionalsocialistas impulsado por el incombustible
Wilhelm Faupel y su Instituto Iberoamericano. Una curiosa ideología
que, según establece el historiador español Xosé Manuel Núñez Seixas,
fue alumbrada en septiembre de 1944 —poco después del Desembar-
co de Normandía y la llegada de los Aliados a Europa— y se extendió
hasta mayo de 1945.
A nivel oficial, los textos eran una suerte de cóctel sazonado con los
fundamentos del partido de la esvástica y los postulados más extremos
de José Antonio Primo de Rivera. Aunque con sutiles pero sustancia-
les diferencias. La principal es que este nuevo falangismo nazi cargaba
de forma frontal contra dos de los pilares básicos del régimen franquis-
ta: el poder de la Iglesia dentro del Estado y la Monarquía. A cambio, y
como se puede leer en el primer editorial de Enlace, la máxima de esta
ideología era la reinstauración de la nación europea, una mezcla de «la
sangre y la raza». Todo ello, a golpe de exacerbar el antisemitismo que,
según decía la publicación, era tradición en España.
Pero Enlace no iba dirigida tan solo a los voluntarios españoles que mi-
litaban bajo el uniforme de las Waffen SS y de la Wehrmacht. Los conti-
nuos ataques de la publicación a la Iglesia y su componente social bus-
caban atraer a los republicanos que residían todavía en Berlín y los alre-
dedores. Sus páginas eran, en la práctica, una desesperada llamada de
atención a cualquier veterano que hubiera combatido en la Guerra Civil
y que pudiese entregar su vida para salvar al Reich
de la destrucción.
La guinda de esta ideología la puso Faupel cuando eligió al que fue el
alma de la revista Enlace: un sacerdote llamado Martín de Arrizubie-
ta. Su historia ha sido reconstruida en los últimos años por el mismo
Núñez Seixas. El historiador sostiene que el cura nació en Vizcaya y
que, ya en su juventud, se sintió atraído por las ideas más extremas del
nacionalismo vasco. Con la llegada de la Guerra Civil dirigió una com-
pañía de milicianos hasta que fue detenido por un grupo de requetés.
La diosa Fortuna, sin embargo, le permitió escapar y dirigirse a Francia,
donde acabó como prisionero de los alemanes. Según los escritos del
religioso, fue entonces cuando decidió hacerse pasar por nazi. Poco
después entró al servicio del antiguo embajador germano «por la fuer-
za». ¿Realidad o excusa?

rio romano porque quiere encontrar en él

Wilhem Faupel y Francisco
Franco fotografiados en
enero de 1937.
GETTY
la vena tradicional del espíritu de Italia. Luego,
su fascismo es esencialmente tradicionalista. En
Italia busca la tradición del Imperio. En España
buscará la tradición de nuestro Imperio. Porque
lo que hay de universal en el fascismo es esta
revitalización de los pueblos todos», escribió
Primo de Rivera. Sin embargo, en la práctica la
relación quedó en nada. Aunque el Duce sufra-
gó con 50 000 liras mensuales el movimiento
a partir de 1935, a la larga se arrimó al poder
y prefirió mantener una relación más estrecha

con Franco que con los seguidores de las ideas

de José Antonio. El interés ganó a la ideología.

 MUY HISTORIA
 ALBUM
VIAJES DE
INTERCAMBIO.
OBSESIÓN NAZI Estado. No compartían, por ejemplo, que deno- Líderes de las
Con Alemania sucedió algo similar. Desde los minase «cruzada» al conflicto contra la Segunda Juventudes
primeros instantes de la Guerra Civil, Hitler y República o el gran peso que tenía la Iglesia Falangistas
visitan la Liga
sus colaboradores más cercanos entendieron que dentro del movimiento político que empezaba de Niñas
las ideas de Franco tenían poco que ver con las a pergeñarse. El Führer, de hecho, se burló de Alemanas en
del nazismo. Lo que más escamaba a los jerarcas la religiosidad del ferrolano en múltiples oca- Reichssportfeld,
del Tercer Reich era el marcado carácter católico siones: «Habla de una intervención de los cielos en 1941.
que el general español imprimió a su golpe de que decidió la guerra a su favor; quizá sea

Los jerarcas del Tercer Reich no entendían el gran

peso que tenía la Iglesia en las ideas de Franco
MUY HISTORIA 
ALBUM
ASC
APRENDER
SOBRE EL
TERRENO. así, pero el resultado no lo decidió una in-
Tanto Carmen
tervención de la llamada Madre de Dios, sino
de Icaza, alto
cargo de la la llegada del general alemán Von Richthofen y
Sección de las bombas lanzadas desde los cielos por sus
femenina (izda.), escuadrones».
como Mercedes El único interlocutor a nivel ideológico que que-
Sanz-Bachiller, daba a los nazis más recalcitrantes era la nueva
fundadora del
Auxilio Social FE de las JONS, el resultado de la fusión en 1934
(dcha.), tuvieron de la Falange y las Juntas de Ofensiva Nacional
ocasión de Sindicalista. Wilhelm Von Faupel, el embajador
visitar el Tercer germano enviado en 1936 a la zona sublevada
Reich gracias para representar los intereses de Alemania, lo
a la labor del
diplomático
tuvo siempre claro e intentó por todos los me-
Wilhem Faupel. dios aupar al partido de Primo de Rivera hacia
la cúspide. Su máxima, como la de otros jerar-
cas en Berlín, era lograr la implantación de un
régimen fascista en España que se alineara con
el Tercer Reich una vez obtenida la victoria.
Aquello supuso una patada en la nariz para el
círculo interno de Franco. El mismo cuñado del
dictador, Ramón Serrano Suñer, cargó contra el
diplomático en sus memorias: «Faupel mostraba
un interés manifiesto por nuestros asuntos inter-
nos, a veces excesivo y hasta impertinente».
Faupel, al que Serrano Suñer definió como un
«hombre corpulento y un poco vencido por la
vida», sabía lo que hacía. Había sido jefe de un
 MUY HISTORIA
cuerpo de ejército en la Primera Guerra Mun-
dial y, en los años veinte, había reorganizado los
ejércitos de Argentina y Perú antes de conseguir
el puesto de director del Instituto Iberoameri-
cano de Berlín. Sobre el papel, Hitler le había
ordenado no entrometerse en la política interior
española, pero él obvió el mandato. Se sentía
identificado con la idea falangista de que solo
un hombre de baja extracción social podía hacer
una revolución fascista y, como tal, intercedió
por FE de las JONS ante el Ministerio de Asun-
tos Exteriores germano. Desde su posición de
autoridad consiguió que los jefes de centuria de
las milicias de Primo de Rivera fueran entrena-
dos por oficiales alemanes y pidió —en este caso,
sin éxito— que se incrementara el contingente
enviado a la península.
Mientras gozó de la confianza del Reich, Faupel
mantuvo a raya a sus opositores en la Wehr-
macht —las fuerzas armadas alemanas— y a
toda la pléyade de oficiales sublevados. Sin em-
bargo, la escena cambió después de que Primo
de Rivera fuese fusilado el 20 de noviembre de
1936. Muerto el fundador, el diplomático dio
su apoyo a Manuel Hedilla, uno de los preten-
dientes al puesto de Jefe Nacional del partido.
Al fin y al cabo, era el más cercano a las ideas
Wilhem Faupel
intercedió por FE de
las JONS ante el
Ministerio de Asuntos
Exteriores germano
originales del movimiento y había demostrado
estar alineado con José Antonio. Con lo que no
contaba el germano era con la picardía de Fran-
co. En abril de 1937, el general fusionó FE de las
JONS con la Comunión Tradicionalista carlista
y desplazó a toda la cúpula original de ‘camisas
viejas’. Aquello supuso una debacle para los nazis
más ideologizados: Hedilla quedó apartado y el
fascismo hispano original, destruido.
El grupo que resultó de aquella extraña fusión,
FET y de las JONS —Falange Española Tradi-
cionalista de las Juntas de Ofensiva Nacional
Sindicalista—, continuó las relaciones con el
Tercer Reich durante toda la Guerra Civil y hasta
el mismo instante en el que Hitler, derrotado, se
pegó un tiro en la cabeza. Aunque no lo hizo a
través de un Faupel al que se le obligó a abando-
nar el país y dedicarse a su puesto como director
del Instituto Iberoamericano de Berlín. El nuevo
‘partido único’ se convirtió, así, en un mero in-
termediario de Franco.
INTERCAMBIO CULTURAL
Lo de Faupel no era fachada; anhelaba que el
fascismo ibérico y el nazismo fuesen hermanos
y, para ello, invitó a todo tipo de falangistas a
Alemania a través de instituciones como la So-
ciedad Germano-Española. «El embajador y los
suyos reforzaban su acción proselitista mediante
la organización frecuente de viajes a Alemania, a
los que invitaban a grupos de futuros políticos.
La perfecta organización y presentación de los
servicios alemanes tenía que impresionar a los
visitantes, que, por lo general, volvían impregna-
dos de germanismo», explicó Serrano Suñer. Por
la capital del Reich anduvieron Carmen Werner
—encargada de estudiar las organizaciones fe-
meninas del movimiento germano—, Carmen
de Icaza —alto cargo de la Sección Femeni-
na— o Mercedes Sanz-Bachiller —responsable
del Auxilio Social—. Esta suerte de ‘beca Eras-
mus’ continuó tras la marcha del embajador con
personajes de la talla de Pilar Primo de Rivera,
hermana de José Antonio.
DOS LOBOS FRENTE A FRENTE
osé Antonio Primo de Rivera acudió cual joven enamorado a la
J entrevista con Benito Mussolini a mediados de octubre de 1933.
«Soy como el discípulo que va a ver al maestro. Cuánto bien si
quisiera, y seguro que querrá, podrá hacerme a mí, a mi movimien-
to, y a mi país. Era amigo de mi padre y me ayudará, ciertamente»,
le desveló a un periodista durante el trayecto. Para él, aquello era un
gran honor; en aquel entonces, el Duce se hallaba en un momento
dulce —el cenit de su poder— y era considerado un ejemplo para lí-
deres como el propio Adolf Hitler.
Lo que aconteció aquel día lo reflejó Primo de Rivera en el prólogo
que escribió a la versión española La Dottrina del fascismo de Mus-
solini. «Eran las seis y media de la tarde. No había en el Palacio de
Venecia el menor asomo de ajetreo. A la puerta, dos milicianos y un
portero pacífico. Se diría que el penetrar en el Palacio donde traba-
ja Mussolini es más fácil que tener acceso a cualquier Gobierno Ci-
vil», comenzaba el relato. El recepcionista acompañó al joven hasta
el despacho del Duce, donde ambos se encontraron. «Trabaja en un
salón inmenso, de mármol, sin muebles apenas. Se le veía de lejos,
solo en la inmensidad del salón».
Tras un saludo romano de rigor, ambos departieron durante media
hora. Primo de Rivera no escribió de qué hablaron, pero sí la impre-
sión que le dejó el Duce: «No era el jefe de las arengas, sino el de la
maravillosa serenidad. Hablaba lentamente, articulando todas las sí-
labas. Tuvo que dar una orden por teléfono, y la dio en el tono más
tranquilo, sin poner en la voz el menor asomo autoritario». Le vio
más cansado, más reflexivo, más atento… «Cuando alguna de mis
palabras le sorprendía, echaba la cabeza atrás, abría los ojos des-
mesuradamente y, por un instante, mostraba, rodeadas de blanco,
sus pupilas oscuras», añadía.
A las siete de la tarde, Mussolini acompañó a Primo de Rivera a la
puerta a través del gran salón y se despidió: «Le deseo las mejores
cosas, para usted y para España». Aunque tuvo un último detalle
con su invitado: le obsequió con una fotografía dedicada que José
Antonio mantuvo siempre en su despacho, justo a la vera de la de su
padre. Uno y otro, dictador fascista y líder falangista, no se volvieron
a ver en persona.
Pero el partido no se dedicó tan solo a organizar
visitas relámpago al Tercer Reich, sino que puso
también su pequeña pica en el país con la funda-
ción de una delegación de Falange en territorio
alemán. El alumbramiento del grupo se sucedió
en septiembre de 1936 y su primer jefe fue el co-
merciante Rogelio García Castell. A partir de
entonces, sin prisa pero sin pausa, fueron cons-
tituidas varias embajadas de FE de las JONS
primero, y FET de las JONS después, en el sur
del país. Sus objetivos, tal y como explica la pro-
fesora Marició Janué i Miret, consistían en
estudiar las organizaciones creadas por Hitler e
informar sobre su funcionamiento a las autori-
dades peninsulares. El grueso de sus actividades
se desarrolló hasta febrero de 1937; ese año, tras
la fusión de falangistas y carlistas, la cúpula de
las legaciones fue reorganizada y la mayor parte
de los diplomáticos regresaron a España. MH
MUY HISTORIA 
 LAS MUJERES
DE FALANGE.
Miembros de la
Sección Femenina
desfilan en Madrid
en 1940. Fotografía
publicada por la
revista ilustrada
alemana Berliner
GETTY

Illustrirte Zeitung.
EL IDE A L DE M U JER DEL FA SCISMO

La organización de mujeres que surgió por la negativa

de los mandos de Falange a integrarlas en el partido terminó
por encargarse del adoctrinamiento a las españolas
durante más de 40 años.

CAROLINA 4Ð5.<,A
PERIODISTA

MUY HISTORIA 
 GETTY
EMBAJADORA
DE LA
ALEMANIA engua de vaca estofada, Manual de coci- siasta de la Sección Femenina. La organización
NAZI. En el na. Recetario: «Ya limpia por completo, falangista identificó la oportunidad y se ofreció
«Congreso
Femenino» de
se pone en una cacerola (...) se coloca a publicar el libro ante la falta de medios de la
Berlín de 1941 sobre el fuego y, tapando hermética- gastrónoma que, como contrapartida, solo reci-
Pilar Primo de mente, se deja cocer a fuego lento du- bió el reconocimiento a su autoría.
Rivera se rante tres horas. De vez en vez se des- Enseguida fue en un éxito de ventas: recogía las
encontró con las tapa y se da una vuelta a la lengua, dejando es- recetas tradicionales de las casas, con ingredien-
líderes de las
currir en el guiso el vapor de la tapadera». Ana tes asequibles. Se convirtió en el regalo obligado
secciones
femeninas de María Herrera publicó la primera edición de de las madres a sus hijas cuando se casaban para
otros su famoso recetario gracias al patrocinio entu- que llegaran a ser las perfectas amas de casa. Era
movimientos un vehículo de propaganda ideal, libre de toda
totalitarios. sospecha y, lo más importante, presente en la co-
tidianeidad de los españoles.
Un simple recetario podía ser un arma política.
Y así, a fuego lento, es como la organización de
mujeres falangistas que fundó Pilar Primo de
Rivera trató de moldear el carácter de las es-
PROPAGANDA pañolas: sus ideas políticas, su vida personal,
ENTRE afectiva, profesional y familiar. Ningún rincón
FOGONES. La de la personalidad de la mujer podía gozar de
gastrónoma Ana libre albedrío.
María Herrera
propuso a la
Sección Femenina
la publicación de UNA LEGIÓN DE AMAS DE CASA
Manual de Cocina. La Sección Femenina comenzó su actividad de
Recetario, que se manera clandestina en 1934 a la sombra de Fa-
llevó a cabo en
1950. La Sección
lange y, ya desde sus inicios, orientó su actividad
Femenina editaría a la difusión de las ideas políticas del partido fas-
también otros dos cista para pasar al adoctrinamiento incontestable
recetarios suyos, de la población femenina durante todo el fran-
tras el éxito del quismo. Fue un activo más en esa «reconquista
primero: Cocina
regional (1953) y
del hogar» que reclamó Franco en su discurso
Recetario de olla a durante el homenaje de las falangistas en Medina
presión y batidora del Campo, en 1939. Para ello, contaron con la
ASC

(1958). ayuda y la experiencia de dos regímenes expertos

 MUY HISTORIA
Para garantizar el éxito de su empresa, Pilar Primo
de Rivera no dudó en pedir consejo a los mejores
en propaganda y manipulación: el fascista italia- tes. Las falangistas comenzaron a tejer sus redes
no de Mussolini y la Alemania nazi de Hitler. de influencia y amistad con otras organizaciones PROPAGANDA.
La consigna, durante más de 40 años, fue clara, fascistas de mujeres. En esta imagen
las féminas debían limitar su actividad y sus as- En apenas seis años, alemanas y españolas pro- publicada en
Signal, revista
piraciones al ámbito doméstico: «No triunfa la tagonizaron más de una treintena de contactos ilustrada, de
mujer que consigue un título o premio académi- entre ambos países, mientras que, con las italia- carácter
co, sino la que sabe dirigir con perfecto orden nas, el intercambio se redujo a la mitad. Gracias propagandístico
y armonía el propio hogar», así rezaba una de a estos encuentros, la institución creció copian- editada por la
las ideas que habitualmente se lanzaban a la do una eficiente organización administrativa y Alemania nazi
durante la
audiencia desde el programa radiofónico Hora burocrática que garantizaría su supervivencia en
Segunda Guerra
Femenina. Emisión especial dedicada a la mujer el tiempo. Mundial, entre
y al hogar. En el caso de las visitas germanas a España, se 1940 y 1945,
Los consejos de cocina, costura y decoración recibió a la Liga de las Muchachas Alemanas, jóvenes mujeres
fueron un bombardeo constante. También los de la rama femenina de las Juventudes Hitlerianas falangistas
tipo sexual y afectivo. No quedó un rincón libre (en alemán, Bund Deutscher Mädel y, por desfilan en
uniforme, en
de instrucciones en la vida de las mujeres de la 1943.
posguerra. La Regiduría de Prensa y Propaganda

GETTY
de la organización falangista se encargó de llegar
a todas partes; a las clases ricas y a las más hu-
mildes. Contaban con todos los medios, revistas
de gran calidad a nivel editorial (la publicación
Y: revista de la mujer nacionalsindicalista, para
quienes se la podían permitir), programas de
radio, los libros de texto, el Servicio Social Fe-
menino obligatorio, las Cátedras Ambulantes, los
hogares rurales o la propia Iglesia católica.
Pilar Primo de Rivera, consagró su vida a di-
fundir el ideario falangista y acaparar el mayor
número de funciones posibles para su organiza-
ción. Tenía un carácter tenaz y un elevado afán
de control. Para garantizar el éxito de su empresa,
no dudó en pedir consejo a los mejores: tiró de
la agenda disponible y, tal y como sucedió con
los medios materiales para la guerra, la Sección
Femenina recibió la ayuda inmediata de sus ho-
mólogas en Alemania e Italia.

VIAJES DE ESTUDIO
El más célebre de sus viajes, en abril de 1938,
llevó a Pilar Primo de Rivera a regalar una tizo-
na y una daga de forja toledana al mismísimo
Adolf Hitler. En el encuentro con el Führer y su
homóloga de las secciones femeninas del nacio-
nalsocialismo alemán el dictador le entregó a
cambio un retrato dedicado, detalle poco común
que, según la revista de la Sección Femenina, ha-
cía de aquel viaje una «importante expresión de
amistad hispano-alemana».
Más allá de la anécdota, desde finales de 1936
los contactos con Roma y Berlín eran constan-

MUY HISTORIA 
 sus siglas, BDM). Para aquellas jóvenes
era un país pintoresco, de paisajes sorprenden-
tes y fuerte folclore. De este grupo se copiaron
algunos elementos de su estructura para el adoc-
trinamiento de las más jóvenes, dividiendo a las
niñas entre ‘escolares’, ‘aprendices’ y ‘afiliadas’ y
personalizando su instrucción en función de la
edad.
Por su parte, las españolas trataron de aprender to-
do lo que pudieron. En su primera visita al Tercer
Reich, la comitiva quedó impactada por la «gran-
diosidad moderna» de Berlín, y asimiló con gusto
el culto al líder y la imagen de un país militariza-
do. También adoptaron la alegría como emoción
vertebradora fascista, necesaria para el renacer
nacionalista y definida como el Kraft durch Freude
(Fuerza a través de la alegría) que rigió el estado de
ánimo de la población alemana.
En contacto con la Liga Nacionalista de Mujeres
(en alemán, Nationalsozialistische Frauenschaft,
y, por sus siglas, NSF) aprovecharon para cono-
cer sus métodos para formar a las docentes que
más tarde conducirían las Cátedras Ambulantes.
De las italianas, la Sección Femenina reprodu-
jo su constructo de la mujer rural. La idea era,
de nuevo, frenar el feminismo que llevaba a las
féminas hacia unas condiciones de vida más
amables en las ciudades y fomentar el sentimien-
to de pertenencia a la tierra.
El trabajo de las mujeres del campo tenía un peso
específico importante en la economía de ambos
países y, siendo honestos, ninguna casa se podía
permitir que las esposas abandonaran, de la noche
a la mañana, sus labores en las explotaciones fami-
liares y se dedicaran de forma exclusiva al hogar.
La Sección Femenina pidió consejo a la orga-
nización Massaie Rurali, dedicada a atender la
condición de las mujeres del campo en Italia.

COROS Y DANZAS, EL CABALLO DE TROYA DEL

FRANQUISMO
los músicos judíos e impuso la interpre- censurado por el origen hebreo de su

P
ara ensalzar la idea de una gran
nación, los grupos de Coros y tación del himno fascista Giovinezza an- segunda esposa, Emma Bardac.
Danzas fueron un instrumento de tes de cada actuación en un teatro. Las españolas hicieron de algo aparen-
propaganda ideal. La Sección Femenina El Tercer Reich trasladó sus valores temente inocente y, a priori, una fuente
vio una oportunidad única de apropiar- extremos también a la música. Solo de conflictos, una baza propagandísti-
se de la riqueza cultural y el folclore de se consideraban las obras compues- ca: la tradición y la cultura se utilizaron
los distintos territorios y en la práctica, tas por arios y se aprovechó para rein- para ofrecer una cara amable y toleran-
cualquier acto de estado o celebración terpretar el significado de las grandes te de la dictadura en el exterior y vestir,
estuvo precedido por una actuación. obras de Bach, Beethoven, Wagner o de puertas para adentro, la ideología fa-
Las falangistas recorrieron los pueblos Mozart y adaptarlo al ideario nazi. Se langista con traje regional, como actos
de la geografía española buscando le- prohibieron algunos géneros y autores de afirmación patriótica que recorrieron
tras, melodías y coreografías de otro judíos. El propio Claude Debussy fue todo el mundo.
tiempo. Recopilaban el repertorio típico
de cada ubicación en fichas diseñadas
para la tarea. Cuantos más, mejor, aun-
Concurso de Coros y Danzas en
que el rigor en la toma de datos podía
Colmenar Viejo, en octubre de 1953.
ser muy desigual ya que, en ocasiones,
iban instructoras de música graduadas
pero, en algunas regiones, las encarga-
das de recoger la información apenas
tenían conocimientos musicales o de
danza.
En realidad, esta carencia en el traba-
jo de campo no era demasiado impor-
tante, ya que la motivación nunca fue
preservar el folclore y celebrar la diver-
sidad, sino apropiarse de la cultura re-
gional y evitar la llegada de nuevas ten-
dencias musicales que no encajaban
con los ideales del régimen.
En este sentido, nada tuvo que ver con
el proteccionismo cultural italiano, que
utilizó formas mucho menos sutiles para
preservar la música tradicional. El fas-
ALBUM

cismo promulgó leyes raciales contra

 MUY HISTORIA
 Ninguna casa se podía permitir que las esposas
abandonaran el campo y se dedicaran solo al hogar
Aunque no fue la más influyente de las institu-
ciones femeninas del fascismo, sí llegó a ser la
más numerosa, con alrededor de 2,5 millones de
afiliadas. De aquí beben las Cátedras Ambulan-
tes, la Regiduría de la Hermandad de la Ciudad y
el Campo y otros tantos instrumentos centrados
en frenar el éxodo a las ciudades. Las italianas
dieron formación agrícola y técnica a sus asocia-
das y se afanaron en elogiar la vida campesina.
Los cursos y talleres de las españolas incluyeron
también economía doméstica y de las industrias
rurales, artesanía y nuevas habilidades (apicul-
tura, horticultura) para elevar las rentas de las
familias y desincentivar la emigración.
MADRES PARA EL FASCISMO
La política contra la libertad de las mujeres que
se desarrolló en los gobiernos fascistas del perio-
do de entreguerras fue, en esencia, la misma; el
franquismo tuvo su nota característica al darle
un espacio de influencia importante a la Iglesia
Católica y la Sección Femenina acató sin remil-
gos la tutela religiosa.
ALBUM
PRIMER
VIAJE AL
Para el fascismo, la mujer tenía un papel protago- REICH. La
nista, pero solo como esposa y madre y dentro del visita de Pilar
Primo de Rivera
hogar. La guerra había provocado escasez de ma- a la cancillería
no de obra en media Europa y la política se centró imperial y su
en aumentar la población, por lo que la labor prin- entrevista con
cipal de las féminas se reducía a procrear. Adolf Hitler en
En Italia se concibió como una cuestión pura- abril de 1938
fueron muy
mente económica y las autoridades fascistas la comentadas por
abordaron a través de la conocida como ‘Bata- la prensa
lla de los nacimientos’. Mussolini prohibió las franquista. En la
medidas anticonceptivas y fomentó la natalidad imagen, Primo
concediendo créditos a las parejas en condicio- de Rivera y
Hitler,
nes muy favorables: el Estado amortizaba sus
acompañados
deudas solo por tener hijos. por el ministro
Tener descendencia había pasado a ser una cues- de Estado Otto
tión productiva, cuantos más niños mejor; para Meissner.
ello, se despidió de las empresas a las mujeres
casadas para que se dedicaran a procrear y se
promovió la contratación de los varones, en de-
trimento de sus compañeros solteros.
La Sección Femenina también se empeñó en que
aumentaran las familias y en excluir a la mu-
jer del mercado laboral. Pero, además, en tener
madres fuertes que dieran hijos sanos a la
MUY HISTORIA 
 La batalla de las ideas era el eje central y la razón
de ser de las organizaciones femeninas fascistas
patria; idea recogida del nazismo. El primer paña se buscaron deportes que se adaptaran al
número de la revista Y del movimiento ya lo de- estereotipo femenino y, sobre todo, cristiano.
REVISTAS jaba bastante claro: Solo se permitieron la gimnasia, el baile y algu-
FEMENINAS.
La revista
«En el Estado, la mujer madre ha de ser la ciu- nos deportes competitivos en los que el recato
mensual Y, dadana más importante. Estas fueron las palabras debía guardarse a toda costa, aunque fuera desde
nacida durante que publicó Hitler en su programa fundamental, y el absurdo y el disparate, como el uso obligatorio
la Guerra Civil, como conocemos toda la razón que le asistía y sa- de la falda-pantalón, ante la negativa de la Igle-
fue el órgano de bemos la importancia que para nuestro país tiene sia a que las mujeres utilizaran pantalones. Una
expresión de la
Sección
en los momentos actuales el conseguir una gran prenda incómoda y pesada, pero acorde con la
Femenina. El cantidad de hijos sanos, procedentes de madres moralidad.
nombre de Y fuertes, queremos no solo con palabras sino con
hace alusión al hechos, cooperar a la consecución de este fin».
yugo y las Las españolas vieron cómo cobraba repentina LAS HERRAMIENTAS
flechas,
importancia la práctica deportiva. Eso sí, en Es- Queda claro que la batalla de las ideas era el eje
emblema de
Falange. central y la razón de ser de las organizaciones
femeninas fascistas. Vetadas en los estamentos
ALBUM

ejecutivos y del poder, solo podían librar su

lucha en el ámbito asistencial y en el del adoc-
trinamiento de las sociedades.
Las españolas se emplearon a fondo. Pronto
entendieron que el vehículo a través del cual
introducían sus valores en los hogares era tan
importante como el mensaje para conseguir
una asimilación natural de sus postulados. Con
esta visión de conjunto se trabajó en los sopor-
tes tradicionales para la propaganda, como las
revistas especializadas para mujeres (la más im-
portante fue Y, dirigida por Marichu de la Mora,
pero había otras, Consigna, Medina, etc.), que
publicaban artículos de las ediciones ‘hermanas’
alemanas e italianas. Se intercambiaron guiones
de radio, se produjeron colaboraciones en el ci-
ne con títulos como Nuestros hijos son nuestro
porvenir o Lucharemos contra la difteria, cedi-
das por la Sección Cultural Alemana y dobladas
al castellano.
Sin embargo, aunque los soportes tradicionales
cumplían su función, las falangistas sabían que
el verdadero adoctrinamiento solo llegaría gra-
cias a la interiorización sutil de su ideario: un
recetario, competiciones deportivas o uno de
los hitos de la Sección Femenina, el Auxilio de
Invierno.
El Auxilio de Invierno (que después pasaría a
llamarse Auxilio Social) surgió a imagen y seme-
janza del Winterhilfswer, el Auxilio de Invierno
del pueblo alemán. Durante los meses más fríos,
los alemanes recaudaban fondos y repartían ali-
mentos, ropa y combustible a las poblaciones
vulnerables. El nazismo pronto se apropió de la
iniciativa y utilizó a las asociaciones juveniles

 MUY HISTORIA
para hacer la colecta y presionar a los buenos
alemanes para que no se olvidaran de hacer sus
donaciones. En España, el nombre no fue, por
supuesto, casual. Su funcionamiento y estructu-
ra fueron asesorados por Hans Kroeger, adjunto
al embajador alemán Wilhelm von Faupel y la
falangista hispanoalemana Clara Stauffer. Has-
ta las insignias y el material propagandístico se
encargaron a Hisma, la empresa alemana que
fabricaba los enseres del Winterhilfswer.
Así las cosas, el ideal y las funciones reservadas
a las mujeres en Italia, Alemania y España, con
Mussolini, Hitler y Franco en el poder, fue bas-
tante similar, pero su papel fue mucho más
importante de lo que los mandos varones hubie-
ran deseado; la educación de mujeres y niños, la
propaganda y la asistencia social de las grandes
naciones quedaron en manos de una legión de
mujeres abnegadas, sí, pero ni tan calladas, ni
tan invisibles, ni restringidas al mundo pequeño
en el que se las quiso encerrar. MH
CLARITA STAUFFER, «DE RAZA ARIA, PERO MADRILEÑA»
L
a figura de Clara Stauffer Loewe
ha sido conocida en todo el mun-
do por su participación en una red
que, desde España, ayudó a huir de la
justicia a cientos de criminales nazis. Su
piso de Argüelles, en la capital, sirvió co-
mo centro logístico primero, y como re-
fugio, después, a fugitivos y desertores
que huían de Alemania en 1944 para evi-
tar los juicios que les llevarían a la horca
por sus crímenes.
Su papel en la Sección Femenina fue
menos célebre, pero mucho más influ-
yente. En una carta dirigida a Pilar Primo
de Rivera, Stauffer señalaba su origen
español: «soy de raza aria, pero madrile-
ña». Su compromiso con las ideas de la
Falange y su simpatía hacia el nazismo y
el fascismo estaban fuera de toda duda.
De sus palabras también se desprende
cierta fascinación por la figura de la fun-
dadora: «Trabajaré en todo momento
con el entusiasmo, la ilusión y el cariño
que siempre he tenido y tengo por Espa-
ña, por la Falange y por ti».
Tal era su adhesión a la causa que, in-
cluso, se lamentaba de no haber podido
llegar a España desde el inicio del con-
flicto; lo consiguió hacia finales de 1936,
no sin dificultades. Mientras estaba en
Alemania, su padre se negó a financiarle
el viaje por lo que trabajó de intérprete
en una casa de venta de pianos hasta
que consiguió el dinero necesario.
Una vez aquí, no se limitó a ejercer de
AUXILIO SOCIAL. La política falangista Mercedes Sanz-Bachiller
fundó en Valladolid el Auxilio de Invierno, llamado un año más
tarde Auxilio Social, a imitación de una institución creada en la
Alemania nazi. Su objetivo era atender a quienes padecían la
penuria de la Guerra Civil Española. En la imagen, inauguración
del hogar del Auxilio Social Batalla de Brunete en el año 1942.
Si quieres saber más sobre las mujeres
en el bando nacional, escanéa este código
QR y descubrirás la vida que llevaron entre
la abnegación y la audacia.
ASC
enlace o traductora con la Alemania na-
zi, sino que se puso a trabajar en el Au-
xilio Social dejando admiradas a sus
compañeras por su entrega. En los in-
formes de su expediente se relata cómo
llegaba de madrugada, «llena de barro y
agua», después de jornadas maratonia-
nas en el Auxilio de Invierno.
Pronto se ocuparía de la Regiduría de
Prensa y Propaganda de la organización
con especial énfasis en las intervencio-
nes a través de las ondas. Pudo leer sus
consignas en el programa de la Sección
Femenina emitido por Radio Nacional:
‘Hora Femenina. Emisión especial dedi-
cada a la mujer y al hogar’, rompió con
un mundo masculino, el de la radiodifu-
sión en la posguerra.
Stauffer se encargó personalmente de
que el mensaje no se desviara ni un cen-
tímetro. En las revistas de tirada nacio-
nal era más fácil pero, en los programas
de radio, debía preocuparse de enviar
un guion tipo a las provincias y super-
visar los espacios locales. Consiguió
que las emisiones de RNE dedicadas a
la mujer fueran conducidas por locuto-
ras de la Sección Femenina, con lo que
cualquier contenido dirigido a las amas
de casa incluía los valores falangistas.
Pero además, marcó una diferencia fun-
damental con otros medios de la propa-
ganda donde abundaban (abrumaban) Fotografía de Clara Stauffer publicada
las firmas masculinas, aunque los temas en 1931 en la revista Crónica, tras ganar
fueran en exclusiva para las mujeres. un trofeo de natación.
MUY HISTORIA 
 A 3(
CREDITO

L A PROPAG A NDA COMO A LTAVOZ DE L

 ALBUM
DIOS LOS CRÍA...
El 25 de septiembre de 1937,
Berlín y su Führer recibieron a
Mussolini con un ceremonial
impresionante. Soldados,
banderas y estandartes desfilaron
ante ambos líderes fascistas,
reafirmando su liderazgo.

Hitler, Mussolini y Franco fueron los tres exponentes

más importantes del autoritarismo de cuño fascista
o conservador que proliferó en la Europa de los
años 30. Sus dictaduras aplicaron fórmulas parecidas
de represión y de control de sus pueblos, aunque
hay dos pautas idénticas en los tres regímenes: el
culto a la personalidad y el uso de la propaganda
como herramienta eficaz de manipulación masiva.

A S DICTA DU R A S 1(VIER 1<Í9,A

PERIODISTA Y ESCRITOR
 l primer elemento para sustentar un sis- místicos y sobrehumanos. El objetivo era conver-
tema jerárquico de corte autoritario era la tir su liderazgo en una encarnación mesiánica
existencia de un líder absoluto, casi me- del pueblo, un nuevo guía social, político e inclu-
siánico, y agrandar su imagen ante de los so espiritual capaz de entender sus necesidades,
ojos del pueblo con una continuada polí- conducirlo hacia un supuesto renacer nacional y
DUCE, DUCE,
tica de culto a la personalidad. Sin esta no construir una sociedad nueva.
DUCE. El culto es posible comprender el fenómeno del liderazgo Para este fin era necesario crear definiciones que
a la personalidad indiscutido que prosperó en Europa en los años 30 reforzaran su figura por encima de la mera desig-
de Mussolini fue en Italia, Alemania o España, pero que prosiguió nación de dictadores o jefes de Estado. Surge así la
en muchos durante décadas en la Unión Soviética con Stalin, denominación de Duce en Italia, Führer en Alema-
aspectos la
en la Rumanía de Ceaucescu o en la China de Mao. nia o Caudillo en España. Los tres términos tienen
fuerza
unificadora del El principal objetivo del adoctrinamiento de masas un valor semántico equivalente: líder o guía. En
régimen fascista era crear una identificación plena entre la sociedad la Rumanía del mariscal Antonescu, y después en
al actuar como y el dictador, entre su movimiento político y el an- la de Ceaucescu, se acuñó el término Conducator
denominador helo popular, entre sus ideas y los intereses del país. (conductor), Vozhd o guía en la Unión Soviética y
común de varios Todos los Estados autoritarios siguieron un patrón Timonel en la República Popular China.
grupos políticos
y clases sociales de culto a la personalidad que inició Mussolini La segunda fase era construir el mito, adornar al
en el Partido tras la gran marcha a Roma en 1922 y su ascenso elegido con los valores propios de un líder que
Nacional al poder. Alemania lo perfeccionó bajo la batuta encarna la esencia y el destino de un pueblo. La
Fascista y la maestra de Goebbels y su dominio de la propa- certeza y el futuro. Se crea un ritual propagandís-
sociedad ganda, y España lo implantó adoptándolo a las tico que envuelve al líder de leyenda y lo sitúa en
italiana. Abajo,
uno de los
singularidades locales. una posición inaccesible para el ciudadano común,
discursos de La primera piedra en la construcción de este fenó- pero con una presencia constante que le convierte
Mussolini desde meno era la designación de un personaje capaz no en un eterno referente de la vida ciudadana.
el Palazzo solo de guiar al país, sino de encarnar valores cuasi La información se sustituye por la propaganda.
Venezia, en los El control de los medios de comunicación y la
años 30.
censura se vuelcan en el endiosamiento del líder,
apareciendo constantemente en actos públicos,
expresando la línea oficial de pensamiento, re-
corriendo el país, mostrando cercanía y sintonía
con el pueblo. Por supuesto, la crítica no existe y
el elogio, aunque pueda parecer incluso grotesco,
enriquece la aparente infalibilidad y seguridad que
emana del jefe del Estado.
Se crea, en paralelo, una liturgia escénica que
acompaña al líder en sus actos para revestir sus
apariciones de un apoyo masivo y de un aura casi
religiosa. Se producen los grandes movimientos
de camisas negras en Italia en torno a Mussolini,
las concentraciones multitudinarias de los camisas
pardas en Alemania, las manifestaciones noctur-
nas con antorchas, las ceremonias inspiradas en
la mitología nórdica y las marchas de exaltación
nacionalista.
El partido político único se convierte en la colum-
na vertebral de la Sociedad y del Estado, aunque se
da un paso más: se trasciende del marco tradicio-
nal de un partido político y se eleva a la condición
de Movimiento. Se hace ver a ese movimiento co-
mo la correa de transmisión natural del pueblo y
el medio para articular sus demandas e integrar la
sociedad. La identificación entre el Estado y el in-
dividuo debe ser plena.
La ideología fascista parte de un conglomerado
ideológico que toma principios de raíz socialista
como la preeminencia del Estado, el control direc-
GETTY

to o indirecto de los medios de producción o la

 MUY HISTORIA
supresión del individuo como ciudadano por su
conversión en una parte minúscula de un todo.
Esta conciencia se refuerza con una carga nacio-
nalista que se nutre de un pasado glorioso o de una
derrota humillante. Los tres países ensalzan las ges-
tas de los antepasados para justificar un tiempo de
expansión territorial y resurgir nacional
El último elemento necesario, aunque posiblemen-
te sea el más importante, es el uso de la fuerza y de
la represión contra el disidente, con tal grado de
brutalidad que inocula el miedo social a expresar
cualquier crítica.
La suma de este complejo ejercicio de autorita-
rismo recaía en el culto a la personalidad como

SHUTTERSTOCK
pegamento que soldaba todas las fisuras de esa
pirámide jerárquica sobre la que descansaba la
autoridad del líder. LÍDER DE LA
ALEMANIA
VENIDERA.
ALEMANIA: UN LÍDER, UN PUEBLO A partir de la
década de
Aunque Hitler tomó como referencia a Mussoli- 1920, durante
ni para fijar los principios del nacionalsocialismo, los primeros
pronto se mostró como un alumno aventajado que años del Partido
superó a su maestro. Nazi, la
El ejemplo más evidente de este «plagio» fue adap- propaganda nazi
comenzó a
tar el saludo romano con el brazo derecho en alto representar a
junto a la expresión «Heil Hitler», que era la tra- Adolf Hitler
ducción alemana del formalismo clásico romano como el
ante los césares: «Salve, César». todopoderoso
Al igual que el líder italiano, el Führer cultivó el defensor y
salvador de
culto a la personalidad desde su temprana voca-
Alemania.
ción política. No solo tenía carisma y condiciones Arriba, Hitler
de liderazgo, sino que las potenciaba y sabía apro- hacia 1930.
vechar. Comenzó escribiendo un libro, Mi lucha,
durante el breve periodo de prisión que sucedió a
su intento de golpe de Estado en Baviera en 1923.
Fue el punto de partida de la creación de su lide-
razgo. Pronto, ese libro se convirtió en el catecismo POR GRACIA DIVINA. Franco se
adjudicó el título de «Caudillo de España
de un partido y una ideología que se aglutinaba en por la Gracia de Dios».
torno a su persona.
GETTY

Desde la llegada al poder en 1933, el nazismo

centralizó su maquinaria propagandística en el
Ministerio de Propaganda, oficialmente llamado
Ministerio Imperial para la Ilustración Popular y
Propaganda, bajo la omnipresente dirección de
Joseph Goebbels. De él dependían todas las pu-
blicaciones periodísticas, científicas o literarias, la
censura, la industria cinematográfica y radiofónica,
la política cultural e incluso la producción musical.
Hitler tenía a su favor un verbo ardiente, una ora-
toria incontestable y unas dotes de convicción
que le convertían, para sus leales, en un personaje
magnético. Sus intervenciones públicas, sus alo-
cuciones radiadas o las grabaciones documentales
constituían una poderosa arma de propaganda.
Junto a su ministro Goebbels construyó un edifi-
cio ideológico que aunaba el nacionalsocialismo,
la mitología pangermánica y el anstisemitismo, tan
extendido en el centro y el este de Europa. Su obje-
tivo fue convertir esta miscelánea reaccionaria

Las intervenciones públicas de Hitler, un potente

orador, eran una poderosa arma de propaganda
MUY HISTORIA 
 en un discurso que gran parte de la sociedad
alemana considerara propio para después agitarlo
en favor de un Reich (Imperio) de los 1000 años.
Para lograrlo, la maquinaria germana de propagan-
da demostró un grado de sofisticación y eficacia
hasta entonces inédito. Desde 1933 se anuló la re-
sistencia política y gradualmente se cerraron los
medios hostiles. El periódico del partido, el Völ-
kischer Beobachter (Observador del pueblo), se
convirtió en la práctica en el único diario publicado.
La radio anunciaba y emitía los discursos políticos
de Hitler, su actividad política siempre era proyec-
tada como un estudiado despliegue de astucia y
firmeza y sus éxitos en las campañas de expan-
sionismo territorial en Austria o en los Sudetes
fueron presentadas ante la sociedad como la cul-
minación práctica de un genio alemán.
Incluso los actos de reafirmación nacionalsocia-
lista como el congreso de Nuremberg en 1935 o
de propaganda mundial como las Olimpiadas de
Berlín en 1936 quedaron inmortalizados como
un soberbio ejercicio estético gracias al trabajo de
Leni Riefenstahl en los documentales El triunfo
de la voluntad, Olimpia o La victoria de la fe. To-
da la industria cinematográfica se puso al servicio
del nazismo, especialmente la mayor producto-
ra germana, UFA, con títulos antisemitas como
El judío Sub.
La presencia de Hitler fue tan constante que la re-
producción de su imagen era una obsesión para el
ministro de propaganda. Tras la derrota de Stalin-
grado, con dificultades serias de abastecimiento de
materias primas, Goebbels ordenó que se reserva-
ran varias toneladas de suministros para imprimir
las tradicionales fotografías de Hitler que se repar-
tían entre la tropa y la ciudadanía.
El exponente máximo de este culto a la persona-
lidad se resumía en un concepto legal que marcó
su mandato desde el inicio y evidenció su poder
absoluto: el Führerprinzip, traducido como el prin-
cipio de autoridad del Führer. Un tecnicismo que
equivalía a reconocer legalmente que Hitler siem-
pre tenía razón y que su palabra era de obligado
cumplimiento.
De hecho, el estallido de la Segunda Guerra Mun-
dial intensificó aún más el servilismo hacia Hitler.
Los propios soldados que acudían al frente no
juraban lealtad a Alemania, sino al «Führer des

LA PROPAGANDA SEGÚN GOEBBELS

se enano cojo y diabóli- 7. Principio de YLUV]HJP}U Se

E co, como Goëring definió a

Goebbels, elevó la propa-
ganda política al nivel casi de
trata de emitir constantemen-
te informaciones y argumentos
nuevos a un ritmo tal que cuan-
ciencia empírica. Se demostró do el adversario responda el pú-
como un brillante mago en la blico esté ya interesado en otra
sombra del poder y enalteció a cosa. Las respuestas del adver-
Hitler desde que se conocieron sario nunca han de poder con-
en 1925 como el líder idolatrado trarrestar el nivel creciente de
y temido que deseaba ser. Sus acusaciones.
reglas se han sintetizado en on- 8. Principio de la ]LYVZPTPSP[\K
ASC

ce principios que, ocho déca- Construir argumentos a partir de

das después, siguen vigentes.
1. Principio de ZPTWSPMPJHJP}U y KLS
enemigo ‚UPJV. Adoptar una única
idea, un único símbolo; individualizar al
adversario en un único enemigo.
2. Principio del método de JVU[HNPV
Reunir diversos competidores o adver-
sarios en una sola categoría o individuo.
Han de constituirse en suma individualiza-
da. Se trata de sumarles como un todo.
3. Principio de la transposición. Con-
siste en cargar sobre el adversario los
propios errores o defectos, respondiendo
el ataque con el ataque. «Si no puedes
negar las malas noticias, inventa otras
que las distraigan».
4. Principio de la exageración y KLZ 
N\YHJP}U Convertir cualquier anécdota,
por pequeña que sea, en amenaza grave.
5. Principio de la vulgarización. «Toda
fuentes diversas, a través de los
propaganda debe ser popular, adaptan- llamados globos sondas o de informa-
do su nivel al menos inteligente de los ciones fragmentarias.
individuos a los que va dirigida. Cuanto 9. Principio de ZPSLUJPHTPLU[V Acallar
más grande sea la masa a convencer, las cuestiones sobre las que no se tienen
más pequeño ha de ser el esfuerzo men- argumentos y disimular las noticias que
tal a realizar. La capacidad receptiva de favorecen al adversario, también contra-
las masas es limitada y su comprensión programando con la ayuda de medios de
escasa; además, tienen gran facilidad comunicación afines.
para olvidar». 10. Principio de la [YHUZM\ZP}U Por re-
6. Principio de VYquestación. «La pro- gla general la propaganda opera siempre
paganda debe limitarse a un número pe- a partir de un sustrato preexistente, ya
queño de ideas y repetirlas incansable- sea una mitología nacional o un comple-
mente, presentadas una y otra vez desde jo de odios y prejuicios tradicionales; se
diferentes perspectivas, pero siempre trata de difundir argumentos que puedan
convergiendo sobre el mismo concepto. arraigar en actitudes primitivas.
Sin fisuras ni dudas». De aquí viene tam- 11. Principio de la \UHUPTPKHK Llegar a
bién la famosa frase: «Si una mentira se convencer a mucha gente de que piensa
repite suficientemente, acaba por con- «como todo el mundo», creando impre-
vertirse en verdad». sión de unanimidad.

 MUY HISTORIA

deutschen Reiches und Volkes» (líder del Reich y
del pueblo alemán).
La expresión más acertada de cómo todas las es-
tructuras del Estado alemán se pusieron al servicio
del culto a la personalidad de Hitler fue el más
emblemático de los lemas que el maquiavélico
Goebbels creó para su líder: «Ein Volk, Ein Reich,
Ein Führer» (Un pueblo, un imperio, un líder)
Un personalismo absoluto que condujo a la de-
rrota total.
MUSSOLINI O EL HISTRIONISMO
La condición mediterránea de Mussolini y la idio-
sincrasia italiana hicieron de él un líder menos
sofisticado, aunque en justicia fuera el primero
en iniciar un régimen personalista y en aplicar un
culto a su figura que pronto sería emulado como
el modelo a seguir.
En sentido estricto, el Duce no solo fundó el
autoritarismo de base popular, sino que diseñó
el fascismo a su imagen y semejanza como una
ideología original, un nuevo corpus político pre-
sentado como la superación de la división entre
izquierda y derecha al tiempo que desterraba las
imperfecciones de la democracia liberal.
De origen humilde y de raíces socialistas y obre-
ras, el primer logro propagandístico de Mussolini
Mussolini fue el primero en aplicar un culto a su
figura que sería emulado como modelo a seguir
ALBUM
MOVILIZAR A
LAS MASAS.
fue justificar el giro desde su militancia marxista Ante una orden
inicial hasta el antisocialismo violento que prac- de Mussolini en
ticaban los Fasci di Combattimento que él creó. octubre de
1922, masas de
Aplicó por igual la propaganda y la represión, y fascistas se
para unir ambos brazos ejecutores de su políti- lanzaron hacia
ca se entronó a sí mismo como encarnación del Roma con el
Estado. Desde sus comienzos, entendió el valor objetivo de
fundamental de la imagen y la palabra. Hábil po- tomar el poder
para su líder.
lemista y periodista combativo, había escrito en Sobre estas
numerosos medios antes de dirigir Avanti, el ór- líneas,
gano oficial del Partido Socialista Italiano. Tras su celebración de
expulsión fundó ll Popolo d’Italia, que tras su as- la marcha sobre
censo al poder en 1922 se convertiría en el diario Roma en el Foro
Mussolini en
oficial del Estado fascista. 1937.
Amante del cine y la radio, comprendió de for-
ma visionaria su valor propagandístico. Creó la
primera empresa estatal de radiodifusión, Ente
Italiano per le Audizioni Radiofoniche, y soñó con
emular al cine norteamericano construyendo los
estudios de Cinecittá en las cercanías de Roma.
Entre 1933 y 1938, el régimen fascista distribuyó
gratuitamente 40 000 radios en escuelas prima-
rias públicas. También creó el Instituto LUCE,
equivalente al posterior NO-DO español, como
organismo encargado de documentar su gestión.
El instituto LUCE fue el primer estudio de cine
divulgativo o propagandístico del mundo y estuvo
operativo hasta 2009.
MUY HISTORIA 
 Franco es un ejemplo claro de la construcción
artificial de un liderazgo autoritario
Todo el aparato estatal de información se cen-
tralizó primero en un Ministerio de Propaganda
y a partir de 1937 en otro departamento de com-
petencias más amplias llamado el Ministerio de
Cultura Popular, siguiendo el ejemplo alemán.
Su imagen era el centro del sistema. Cualquier ac-
to era profusamente reproducido en los medios,
posaba sin pudor en cada actividad, ejercía de
histriónico orador y creía tener dotes de actor. Su
rostro cesariano presidía cualquier institución y sus
fotografías ocupaban un lugar prominente en todo
hogar italiano que se tuviera por patriota.
Sus propagandistas proyectaban la imagen de un
hombre moderno, fuerte, deportista, enérgico,
varonil y marcial. Incansable en el trabajo, casi
sobrehumano, y de poderoso magnetismo erótico
para las mujeres que no parecía entrar en contra-
dicción con la imagen ficticia de hombre de familia.
Mussolini cerró el círculo de sus ensoñaciones
apelando al pasado glorioso del Imperio romano y
HEIL HITLER!! prometiendo un resurgir nacional en el que él sería
Nazis vieneses
celebran la un nuevo César. Emprendió una campaña expan-
llegada de sionista en el norte de África, se anexionó Albania
Hitler a Austria y participó activamente en la guerra civil española,
el 14 de marzo buscando gestas militares que reforzaran su discur-
de 1938. so nacionalista.
Acompañado
por una
El personalismo de su régimen se resumió en la
avalancha de triple evocación de su apodo político: Duce, Duce,
tropas y policías Duce, con el que se empapelaban las calles italianas
alemanes, o era aclamado en sus actos públicos.
Hitler proclamó Al igual que en Alemania, también se acuñó el le-
la anexión de
Austria a
ma «El Duce siempre tiene razón», y se mantuvo
Alemania.
GETTY
 MUY HISTORIA
vigente entre sus incondicionales hasta su fusila-
miento por los partisanos el 28 de abril de 1945,
dos días antes del suicidio de Hitler.
FRANCO, FRANCO, FRANCO
Franco es un ejemplo claro de la construcción ar-
tificial de un liderazgo autoritario.
En él no se daban ni el carisma, ni la capacidad
oratoria ni tampoco la vocación política que te-
nían en común los modelos italiano y alemán.
Por el contrario, Franco carecía de perfil político
antes de 1936, adolecía de una personalidad lán-
guida, en absoluto capaz de movilizar a las masas,
su voz aflautada no era apta para la radio ni para
la oratoria, y era difícil intuir en su físico anodino
las dotes de mando de un dictador. Sin embargo,
ejerció un liderazgo indiscutido hasta su falleci-
miento en 1975.
El perfil de Franco se ajusta más al de un militar
encumbrado en su juventud al generalato, con-
servador políticamente, y adscrito a la cultura
castrense tradicional en su sentido más amplio.
En ella había formado su visión de la realidad, su
mentalidad y también la personalidad taimada que
le permitió sobrevivir a sus rivales.
El gran éxito de Franco y sus propagandistas fue
convertir su victoria militar durante la Guerra Civil
en un liderazgo civil, a pesar de sus escasas virtu-
des, y reconvertir su ideario decimonónico en un
entramado político capaz de sostener su dictadura.
El método fue la copia del sistema propagandista
italiano con algunos préstamos del modelo alemán.
En esencia: desarrollar el culto a la personalidad,
consolidar un movimiento político y aplicar la re-
presión brutal contra toda disidencia.
El instrumento fundamental del franquismo en
este objetivo fue la Delegación Nacional de Pren-
sa y Propaganda. Nació en el seno de la Falange y
fue dirigida inicialmente por el sacerdote Fermín
Yzurdiaga. Posteriormente quedó integrada en el
seno de la administración del Estado, bajo el ám-
bito del Ministerio del Interior. Contaba con una
Dirección Nacional de Propaganda, dirigida ini-
cialmente por Dionisio Ridruejo, y una Dirección
Nacional de Prensa, cuyo primer responsable fue
José Antonio Giménez-Arnau.
Desde 1940 todos los medios de comunicación
impresos quedaron adscritos a la Delegación, in-
tegrando más de 40 cabeceras en lo que se definió
como la Prensa del Movimiento. Lo mismo ocu-

rrió con las emisoras de radio, cuya información
estaba monopolizada por Radio Nacional de Es-
paña, la emisora creada por el régimen en 1937.
Igualmente se creó la agencia de noticias EFE en
1939, de titularidad pública, y el noticiero NO-DO
en 1942, siguiendo la estela italiana y germana.
A través de la temprana ley de prensa de 1938 se
institucionalizó la censura como herramienta de
control político y también como altavoz para el
adoctrinamiento del pueblo en torno a la figura
de Franco. Este poderoso entramado mediático se
completó con la creación de la Junta Superior de
Censura Cinematográfica durante la Guerra Civil.
La labor propagandística se repartió durante los
primeros años del franquismo entre la Delegación
de Prensa y Propaganda, dependiente de la Falan-
ge, y el ministerio de Interior. Solo a partir de 1951
todas las competencias fueron absorbidas por el
Ministerio de Información y Turismo.
La primera fase del culto a la personalidad de
Franco se centró en elevar un supuesto genio pa-
ra la estrategia miliar a la condición de mito. Se
acuñó el término de Generalísimo para englobar
su poder fáctico durante la Guerra Civil, de la
misma manera que posteriormente se eligió el
término Caudillo para enfatizar su labor de guía
del Estado y del pueblo, en sintonía con los títulos
que definían a Hitler y Mussolini.
En el ámbito político, la propaganda oficial le
convirtió en el líder de un Movimiento que se
había vaciado de contenido ideológico y que
aunaba facciones tan dispares e incluso opues-
tas como el carlismo tradicionalista, el fascismo
originario de Falange y el conservadurismo de
la CEDA. Esta amalgama desvirtuada se fue
moldeando hasta convertirse en una simple he-
ASC
EL PODER DE
UN NOMBRE.
rramienta política al servicio del franquismo. Sobre estas
Tras la derrota del Eje en 1945, el régimen giró líneas, imagen
hacia una posición más afín a la propia menta- de un acto
conjunto de
lidad conservadora del dictador. Alejadas las España e Italia
veleidades fascistas de los primeros años, la pro- que emplea el
paganda presentó a Franco como el único líder mismo formato
que había derrotado al comunismo y un sólido propagandístico,
bastión para la defensa de los valores cristianos la triple
evocación de
occidentales. En el contexto de la Guerra Fría, la su apelativo
estrategia propagandística se mostró plenamente político, para
acertada: Franco pasó de enemigo a valioso alia- el Duce y para
do. Surgió entonces otro panegírico más acorde a Franco.
los nuevos tiempos: Centinela de Occidente.
Desde el punto de vista formal, el régimen se con-
formó como un Estado corporativo cuyo soporte
doctrinal descansaba en el nacional-catolicismo,
una singular versión española del nacionalsocia-
lismo germano, bendecida por el aliado más fiel
del franquismo: la Iglesia católica.
No es posible comprender el culto a la persona-
lidad franquista sin asumir el apoyo rotundo de
la curia desde el inicio de la Guerra Civil. La je-
rarquía eclesiástica fue la que difundió la palabra
Cruzada para referirse a la rebelión militar y pos-
terior contienda armada.
Los elogios de la Iglesia española y del Vaticano
infundieron un aura casi sagrada a la labor de
Franco como supuesto salvador de España en su
momento más crítico. Su imagen bajo palio fue
una de las más difundidas y de las que más orgu-
lloso se sentía el dictador.
En un pueblo profundamente condicionado por
el catolicismo, quizá ningún esfuerzo tuvo un
efecto propagandístico tan efectivo como presen-
tar al dictador como una bendición para su país
y su tiempo. MH
MUY HISTORIA 
 L A E X ALTACIÓN
DE L A TIR ANÍA
Tres maneras de conquistar el poder –la marcha sobre Roma de los
camisas negras, el nombramiento como canciller de Hitler tras la
victoria de su partido en unas elecciones y una guerra civil tras un
fallido golpe de Estado– y tres estrategias para polarizar a las masas y
uniformar su voz. La Italia del Duce, la Alemania del Führer y la España
del Generalísimo recrearon distintos escenarios para movilizar al pueblo
y solemnizar el vínculo de este con sus líderes.

(3),9TO DE -9<;6:
PERIODISTA Y ESCRITOR

CAÍDO EN
DESGRACIA.
El saludo
olímpico oficial
dejó de ser
utilizado
popularmente
después de la
Segunda Guerra
Mundial debido
a su similitud
con el saludo
nazi. En la
imagen,
escultura de
Gra Rueb (1928)
SHUTTERSTOCK

frente al estadio
olímpico de
Ámsterdam.
 nidad y fuerza, esos son los princi-
pios que transmiten las fotografías
de las concentraciones fascistas. La
desindividuación como bandera de
una sociedad dócil y militarizada,
cuya voluntad coincidía exactamen-
te con la de sus caudillos. El desdén hacia un
presente afrentoso, en contraposición a un pa-
sado de gloria y un futuro de esperanza. En una
palabra, la demagogia.
Cuando analizamos las imágenes del fascismo,
esa «enfermedad intelectual y moral» en pa-
labras de Benedetto Croce, comprendemos la
EL HOMBRE excepcionalidad del «hombre rebelde» de Ca-
CRUZADO DE mus, que, en el caso que nos ocupa, bien pudo
BRAZOS. El ser ese operario de la empresa de astilleros de
trabajador de
los astilleros
Hamburgo Blohm und Voss que, en 1936, no
Blohm und Voss alzó el brazo para saludar al Führer, a diferen-
de Hamburgo cia del resto de sus correligionarios. Afiliado al
August partido nazi, el amor de August Landmesser
Landmesser es por la judía Irma Eckler prevaleció sobre cual-
recordado por
quier otra consideración. Ella fue asesinada en
su muestra del
coraje frente al un campo de concentración y a él se le dio por
nazismo al muerto tras desaparecer en combate.
negarse a hacer En su ensayo Psicología de masas del fascismo,
el saludo nazi en publicado en 1933, Wilhelm Reich exponía
un acto oficial la habilidad de los dirigentes nazis para «ma-
con Hitler en su
centro de nipular los sentimientos de los individuos
trabajo, el 13 de masificados, y evitar en la medida de lo posible
junio de 1936.
 MUY HISTORIA
el desarrollo de una argumentación concreta».
La palabra, vaciada de honduras y compleji-
dades, solo tenía que cargar las tintas contra
un enemigo —comunistas, masones, judíos,
socialdemócratas, liberales de todo signo…—
y prometer a las gentes un mañana luminoso
y sin apuros.
En ese aspecto, no hay tantas diferencias en-
tre las muestras de adhesión que el fascismo
italiano, el nazismo alemán o el franquismo
reclamaron de sus súbditos, aunque ni su
ideología ni sus pretensiones coincidieran
punto por punto. Evidentemente, la vocación
imperial de la España franquista poco tenía
que ver con el Lebensraum del Tercer Reich ni
el Manifesto della Razza de Mussolini con las
leyes raciales de Núremberg. Pero, anhelosos
de glorificación, los tiranos urgían un similar
apoyo social, que obtenían tanto por coerción
como por persuasión. Se dice que el fascismo
funcionó como una religión laica y, de algún
modo, sus sacerdotes solo tuvieron que invo-
car el espíritu de la nación, el pueblo o la raza
para apuntalar el Estado.
LA ITALIA DE MUSSOLINI
Indiscutiblemente, el primer gran evento que
sacudió al Viejo Continente fue la Marcha so-
ASC
 EL ÚLTIMO DISCURSO DE FRANCO
L
a plaza de Oriente de Madrid se
transformó el 1 de octubre de 1975
en un tenebroso parque Jurásico.
Franco seguía aferrado al pasado, insen-
sible al clamor de los tiempos, y rodeado
por una cohorte de aduladores que, cuan-
do el barco se hundiera—y ya no quedaba
mucho— serían los primeros en ponerse
a salvo.
En una última exhibición de fuerza —y so-
bre todo de inconsciencia—, el «centinela
de Occidente» acababa de ratificar las úl-
timas penas de muerte del régimen: cinco
personas —tres militantes del FRAP (Fren-
te Revolucionario Antifascista y Patriota) y
dos de ETA político-militar— habían sido
fusiladas unos días antes, el 27 de sep-
tiembre, en Madrid, Barcelona y Burgos.
A los pies de los caballos, el régimen fue
pisoteado sin misericordia en los foros
internacionales. ¿Qué hacer entonces?
Pues darse un baño de multitudes, que,
a la postre, resultó tan vano como inepto.
Porque, a pesar del éxito de la convoca-
toria —la televisión cifró en un millón el
número de asistentes—, esta coincidió
con los asesinatos de cuatro policías a
manos del GRAPO, que nació a la muer-
te, precisamente, aquel día en que se ce-
lebraba la Fiesta Nacional del Caudillo,
que conmemoraba el aniversario de su
exaltación a la Jefatura de Estado.
Fue aquel el último discurso de Franco,
que moriría menos de dos meses des-
pués en el hospital de La Paz. La puesta
en escena —él con uniforme militar y ga-
fas de sol; abajo, en la explanada, bande-
ras falangistas y pañuelos temblequean-
tes— sobrecoge tanto como las palabras
bre Roma, convocada por Benito Mussolini en
octubre de 1922, tres años después de la fun-
dación del primer Fascio di combattimento en
Milán. Alrededor de treinta mil militantes del
Partido Nacional Fascista se echaron a la carre-
tera y colapsaron las estaciones con la brújula
señalando a Roma. Una demostración de fuerza
que el rey Víctor Manuel III no supo o no quiso
atajar —se negó a firmar el decreto del Estado
de asedio— ante el riesgo de que estallara una
guerra civil. Cuando el Duce vio el terreno ex-
pedito, tomó un tren en Milán hacia la capital
y el 30 de octubre se hizo con las riendas del
poder. Así de fácil.
Instalado en 1929 en el Palacio Venecia de Ro-
ma, Mussolini fue muy dado a arengar a las
masas desde su balcón. Así lo haría, por ejem-
que pronunció: «países corrompidos», diciembre de 1946, cuando más de cien
«conspiración masónica izquierdista», mil personas lo sostuvieron en su hora
«subversión comunista-terrorista»... To- más triste, tras la condena de la ONU que
do, con el saludo de rigor («Españoles») precedió a la retirada de los embajadores?
y la despedida acostumbrada («¡Arriba Fue allí también donde, en abril de 1948,
España!»). los españoles se enamoraron de Evita tras
Su sucesor en la Jefatura del Estado, el la firma del protocolo Franco-Perón y don-
rey Juan Carlos, permanecía hierático a de, en 1971, el Caudillo celebró su XXXV
su lado, mientras, en la plaza, cientos de aniversario como Jefe de la Nación.
miles de personas, quizá no un millón pe- De ahí que aquel 1 de octubre de 1975 no
ro sí un número muy considerable, mos- constituyera en realidad una demostración
traban su adhesión al dictador en una de nada, salvo de falta de imaginación y
«serena y viril manifestación pública». El agotamiento. Los lemas de las pancartas
encuentro lo había impulsado el alcalde reclamaban una imposible vuelta atrás,
de Madrid, y no tardaron en sumarse nu- una regresión a la soledad y la misantropía
merosas organizaciones, desde los sin- de la más inmediata posguerra. El régi-
dicatos verticales a la Confederación Na- men se atrincheraba en las formas del pa-
cional de Combatientes. sado y recurría a las viejas palabras, gas-
A lo largo de los años, ese punto había al- tadas ya de tanto usarlas, como el himno
bergado aparatosas exhibiciones de afec- de la «escuadra de poetas»: «Me hallará la
to. ¿Cómo no recordar su soflama del 9 de muerte si me lleva y no te vuelvo a ver...».
ALBUM
plo, en el histórico discurso del 10 de junio de
1940, cuando comunicó a los «combatientes de
tierra, del mar y del aire» que había declarado la
guerra a Francia y el Reino Unido, o unos años
antes, el 2 de octubre de 1935, para anunciar
que haría lo propio con Abisinia, su siguiente
aventura colonial tras la llamada Pacificación
de Libia (1923-1932). Ya con motivo del inci-
dente de Corfú (1923), el asesinato del general
Enrico Tellini y varios de sus ayudantes cerca de
la frontera griega con Albania, saldado con la
ocupación de esa isla jónica, las manifestaciones
antigriegas habían puesto a prueba la alianza del
pueblo con el Duce.
Al igual que sucedería en la Alemania de Hitler
y la España de Franco, las giras mussolinianas
para inaugurar grandes obras públicas fija-
MUY HISTORIA 
 Alemania y Estados
Unidos acapararon
la mayoría de las
medallas en los Juegos
Olímpicos de 1936
tocar los deportivos, como la Copa Mundial
de Fútbol de 1934. «Vencer o morir», ese fue el
envite del Duce para una cita que, efectivamen-
te, acabó ganando la Azzurra —más adelante,
la selección llegaría a vestir camiseta negra en
varios partidos—, con las ayudas arbitrales de
rigor. El entrenador de la selección, que revali-

GETTY
daría el título en el campeonato de 1938, recibió
LAS la visita en los vestuarios de Mussolini, quien
ARENGAS le lanzó la siguiente advertencia: «Señor Pozzo,
DEL DUCE. ron al de Predappio en la primera plana de usted es el único responsable del éxito, pero que
Mussolini exalta los periódicos. El Ministerio de Cultura Popu- Dios lo ayude si llega a fracasar». Para fortalecer
los objetivos
militaristas de
lar (MinCulPop), antigua Secretaría de Prensa sus líneas, Italia optó por las nacionalizaciones
Italia en un y Propaganda, no desaprovechó la ocasión para exprés, con cuatro jugadores argentinos y uno
encendido proyectar la imagen de un país a la vanguardia, brasileño, práctica poco común en aquella épo-
discurso ante cuyos ecos alcanzaron la Exposición Universal ca. Y la victoria, cómo no, fue saludada por la
una multitud en de Chicago de 1933 («Un siglo de progreso» fue prensa con la épica que cabía esperar: los ju-
Pistoia, en mayo
de 1930.
su lema) o la exposición de primera categoría de gadores, subrayaba el periodista Bruno Roghi
Bruselas de 1935, centrada en los transportes y en una crónica, se habían metamorfoseado en
VENCER O la colonización. Pero no era necesario irse muy gallardos soldados que combatían por una idea.
MORIR. La lejos para apreciar los «hitos» de la dictadura;
selección italiana entre 1932 y 1934, el Palazzo delle Esposizioni
fue vencedora en de Roma abrió sus puertas a una magna mues- LA ALEMANIA DE HITLER
la Copa Mundial
tra sobre la revolución fascista, organizada Más de ciento cincuenta veces aparece la pala-
de Fútbol de
1934. La por el futuro ministro del MinCulPop Dino bra «propaganda» en Mein Kampf, el manifiesto
competición Alfieri, que recibiría la visita de unos cuatro que Hitler escribió en la prisión de Landsberg
fue utilizada por millones de personas. tras el Putsch de Múnich. Desde su llegada a
Mussolini desde Pero si pretendemos hablar de los grandes la cancillería, la obsesión del Führer por con-
un punto de vista eventos que lavaron la cara a la tiranía, hay que trolar la opinión pública fue más que patente,
propagandístico y
nacionalista.
GETTY

 MUY HISTORIA
hasta el punto de que el Ministerio del Reich
para la Ilustración Pública y Propaganda echó a
andar en una fecha tan temprana como el 11 de
marzo de 1933.
Todo en el Tercer Reich, los grandes y los peque-
PROPAGANDA.
ños eventos, pasaba por ese tamiz. Sin salirnos El Ministerio del
del deporte, el acontecimiento más perdurable Reich para la
fueron los Juegos Olímpicos de 1936, archiva- Ilustración Pública
dos en la memoria colectiva por la cineasta Leni y Propaganda se
Riefenstahl en su monumental Olympia. Más creó en marzo de
1933. Desde
que una liza deportiva, la XI Olimpíada se plan- entonces, controló
teó como un discurso político que probaría la la opinión pública
superioridad de la raza aria en las distintas dis- de forma patente.
ciplinas, aunque, de cara a la galería, la violencia El arte fascista
desapareciera de las calles y hasta la esgrimista alemán prohibía
las formas de arte
judía Helene Mayer pudiera competir bajo la «degeneradas» y
bandera de la esvástica. «Hay que ser más encan- promovía el arte
tadores que los parisinos», ordenó Goebbels. heroico y
Cerca de cuatro mil deportistas, en represen- germánico, como
tación de casi cincuenta naciones, compitieron el cartel de las SS
por unas medallas que Alemania y Estados de la izquierda. Es
propaganda de la
Unidos acapararon en su mayor parte. Lo pri- Segunda Guerra
mero, para el Führer, fue una bendición, pero Mundial fechada
GETTY

no tanto lo segundo, sobre todo porque la gran en 1943.

estrella de aquellos Juegos fue un atleta negro de
Alabama, Jesse Owens, que conquistó el oro en
las pruebas de 100 m, 200 m, salto de longitud
—esta, frente a su amigo, el alemán Luz Long,
rubio y de ojos azules— y relevos 4 × 100 m.
Lo cierto es que, durante la primera quincena
de agosto, el mundo asistió a un despliegue de
poderío y eficacia, mérito, en gran medida, del
capitán de la Wehrmacht Wolfgang Fürstner.
Este, responsable de organizar la Villa Olím-
pica, se pegó un tiro el 19 de agosto de 1936,
tras ser degradado por sus raíces judías. Como
recuerdan Robert K. Wittman y David Kinney
en El diario del diablo. Alfred Rosenberg y

NÚREMBERG, CORAZÓN SALVAJE DEL PARTIDO NAZI

una efervescente masa obrera, fue en dactado por el jurista Wilhelm Frick, mi-

Y
a en 1927, el NSDAP había monta-
do en Núremberg su primera gran
convención en lo que hoy es un
parque público al sureste de la ciudad,
Luitpoldhain. La convocatoria se repitió
en 1929, y, cuatro años después, Hitler
designó a la ciudad como sede de los
congresos del Reich (Reichsparteitag).
Desde entonces, Núremberg, junto con
Berlín y Múnich —cuna del partido y epi-
centro del Putsch de 1923—, se consoli-
dó como la gran capital del nazismo.
Todos los años, por el mes de septiem-
bre, cientos de miles de nazis se congre-
gaban en el Campo Zeppelín para seguir
los discursos de los halcones del partido
y aplaudir los desfiles de las distintas or-
ganizaciones que dotaban de músculo al
régimen, desde los Camisas Pardas a las
Juventudes Hitlerianas, bajo lemas como
victoria, unidad, libertad, honor o trabajo.
Bien comunicada por ferrocarril y con
ese escenario donde la cineasta Leni Rie-
fensthal rodó El triunfo de la voluntad, un
documental que aborda el congreso del
partido nazi de 1934. Encargada por el
propio Hitler, la cinta plasmaba el ideario
del «Ein Volk, Ein Reich, Ein Führer» ("un
pueblo, un imperio, un Führer")», tal co-
mo remarca el discurso de Rudolf Hess
que cierra la pieza: «Hitler es Alemania,
como Alemania es Hitler». A lo largo del
metraje, soldados, civiles y políticos com-
parten ese exacerbado nacionalismo que
en 1934 sonaba a promesa de futuro y en
1945 a lágrimas y muerte.
Un año después de que Riefenstahl ro-
dara esa cinta, el régimen se despojó de
otra careta más —si alguien podía consi-
derar que no lo había hecho ya— con la
aprobación de las leyes de Núremberg,
en el curso del séptimo congreso anual
del NDSAP. Aquel corpus legislativo, re-
nistro de Interior del Reich, despojó de
derechos a los judíos, que perdieron su
condición de ciudadanos alemanes y ya
no pudieron casarse ni mantener relacio-
nes con personas de sangre o con pa-
rentesco alemán.
No es de extrañar que los juicios que,
entre 1945 y 1946, sentaron en el ban-
quillo a los criminales nazis se celebra-
ran en esa ciudad, que, además de su
significación histórica, contaba con un
palacio de justicia y un centro de reclu-
sión para los acusados. A dos de ellos
los hemos mencionado: Wilhelm Frick,
el padre de las leyes de Núremberg, fue
sentenciado a muerte y ejecutado en la
horca el 16 de octubre de 1946, mientras
que Rudolf Hess fue condenado a cade-
na perpetua y se suicidó en la prisión de
Spandau en 1987, a los noventa y tres
años de edad.

MUY HISTORIA 
 los secretos robados del Tercer Reich, acerca
de los diarios de ese jerarca nazi, «Rosenberg
no mostró compasión alguna. Por el contrario,
aplaudió el gesto de Fürstner, que había sabido
reaccionar como era debido ante la tragedia de
su sangre espuria. ‘Máximo respeto hacia su ac-
titud’, escribió».
La mancha del totalitarismo no solo profanó el
deporte, sino cualquier expresión artística. Si la
industria del cine se sometió a los dictados del
Reichsfilmkammer, organismo estatal depen-
diente del ministerio de Goebbels, la música
sucumbió igualmente a esos cantos de sirena,
a través, por ejemplo, del renombrado festival
EXHIBICIÓN de música clásica de Bayreuth, consagrado a la
MILITAR. memoria de Richard Wagner. La nuera del com-
Franco saluda positor, la británica Winifred Wagner, y el hijo
desde la tribuna de esta, el joven Wieland, pusieron el festival a
situada bajo el los pies del partido nazi, cuyos miembros copa-
arco triunfal a
las tropas ban las entradas y se servían de sus instalaciones
italianas para sus tejemanejes políticos. Fue ahí donde
participantes en Canaris, por ejemplo, se enteró de la reunión de
el desfile de la Hitler con una delegación española que solici-
Victoria de
Madrid de 1939.
 MUY HISTORIA
tó su cooperación para el traslado de las tropas
franquistas a la península desde África. Ahora
bien, ¿cómo beneficiaba al pueblo la existencia
de ese espectáculo tan elitista? Porque no siem-
pre lo fue: entre 1940 y 1944, reconvertido en
festival de guerra bajo la dirección del SS Bodo
Lafferentz, Bayreuth dio la bienvenida a cientos
de militares y trabajadores de la industria béli-
ca, invitados a las jornadas musicales con todos
los gastos pagados.
LA ESPAÑA DE FRANCO
La Italia de Mussolini y la Alemania de Hitler
desarrollaron su doctrina totalitaria en un tiem-
po de tensiones e incertidumbre, que la Segunda
Guerra Mundial hizo saltar en mil pedazos. Du-
rante los años veinte y treinta, los ciudadanos
pudieron conocer a sus líderes, los amaron o los
aborrecieron, y participaron de sus aquelarres
propagandísticos.
Muy distinto fue el caso español. La victoria
del bando franquista, certificada el 1 de abril de
GETTY
1939 con la lectura del último parte de la gue-
rra, abrió el lapso de construcción y arraigo del
régimen, que Stanley G. Payne y Jesús Palacios
han dividido en tres etapas: la fase pseudofas-
cista y potencialmente imperialista (1936-1945),
el período del nacionalcatolicismo corporativo
(1945-1959) y el desarrollismo tecnocrático, que
viraría hacia un autoritarismo burocrático (1959-
1975).
El Desfile de la Victoria, el 19 de mayo de 1939,
fue la altisonante tarjeta de presentación del ré-
gimen, con la asistencia de unas doscientas mil
personas, más de un centenar de batallones, mi-
les de coches y camiones y una escuadrilla de 62
biplanos, que dibujaron el nombre de Franco en
el cielo con letras de humo. Entre el paseo de la
Castellana y la plaza de Cánovas del Castillo, no
había escaparate que no luciera el rostro del ge-
neral ni recoveco que no enalteciera su victoria.
Con la compañía de la Legión Cóndor y las fuer-
zas del Corpo Truppe Volontarie, las tropas se
dieron un homenaje y también a su jefe, quien
se dirigió a los españoles por radio para darles su
particular visión del «martirio» de Madrid y los
«métodos perversos del comunismo rojo».
Durante su mandato, el Generalísimo concibió
un calendario cuajado de ditirambos personales.
La Fiesta del 18 de julio, que conmemoraba el
«glorioso alzamiento», servía como exaltación
del trabajo, con exposiciones, saraos y corridas
de toros, pero, sobre todo, para regocijar los
depauperados bolsillos de los españoles, que
identificaban la fecha con la «paga de verano».
Su investidura como Jefe del Estado en la Capi-
tanía General de Burgos, el 1 de octubre de 1936,
tuvo su correspondencia en el calendario con el
llamado Día del Caudillo, que en la Enciclopedia
Álvarez se explicaba de esta manera: «A partir
de dicha fecha consagró por entero su vida y su
saber a la Patria, y si durante la Guerra de Li-
beración consiguió brillantes victorias militares,
llegada la paz ha conseguido no menos resonan-
tes triunfos». Además, el régimen «resignificó»
fiestas tan populares como los Sanfermines,
las Fallas o el Rocío con el fin de incrustar su
ideología, tal como abordan los autores del en-
sayo El franquismo se fue de fiesta (PUV, 2022).
El régimen «resignificó»
fiestas tan populares
como los Sanfermines,
las Fallas o el Rocío
EL DÍA DEL
CAUDILLO.
El 1 de octubre
de 1936, en una
ceremonia
solemne
celebrada en
la sede de la
Capitanía
General de
Burgos, el
general Franco
fue investido
con sus nuevos
poderes como
Jefe del Estado.
Durante toda la
dictadura esta
fecha sería
conmemorada
como Día del
Caudillo.
ALBUM
Al igual que sus valedores en la Guerra Civil,
Franco promovió una febril labor constructiva,
que, más allá de los famosos pantanos, se mate-
rializó en obras de carácter monumental, como
el llamado Valle de los Caídos, inaugurado el 1
de abril de 1959, coincidiendo con el vigésimo
aniversario de su victoria. Las imágenes del NO-
DO y las crónicas de los diarios no dejan lugar
a dudas: la afluencia del público, procedente de
todos los rincones del país, fue masiva, con ocho
mil alféreces provisionales, miembros de los tres
ejércitos, afiliados del Movimiento y un sinfín de
muchachos del Frente de Juventudes. Solo unos
meses después, aquella «España una, grande y
libre» vitoreó al presidente de Estados Unidos,
Dwight D. Eisenhower, quien, en una visita re-
lámpago a la capital de España, se abrazó con su
gran aliado contra el comunismo.
Lejos quedaba el día en que el pueblo había
salido a la calle para clamar contra la injeren-
cia extranjera en el contexto de la resolución
de la ONU en 1946 instando a que los Esta-
dos miembro retiraran a sus embajadores.
«Franco, España unida a tus órdenes», se leía
en una de las pancartas. Como perfilamos al
principio, no hay manera de distinguir los ros-
tros totalitaria que no admitían la disidencia
ni la libertad. MH
MUY HISTORIA 
36: *9,(+69,: +E 3A
*<3;<9( 6-0*0(3
 La creación y el mantenimiento de una cultura oficial fue un asunto prioritario para
los regímenes de Hitler, Mussolini y Franco en su búsqueda de uniformidad, control
absoluto y la supresión de la individualidad en nombre de una voluntad colectiva.
TOMÁS 469,56
ARQUITECTO Y ESCRITOR

EL TRIUNFO DE LA VOLUNTAD. Una de las

películas de propaganda más conocidas de la historia
del cine, El triunfo de la voluntad (1935)muestra el
desarrollo del congreso del Partido Nacionalsocialista
en 1934 en Nuremberg, al que acudieron más de
700 000 militantes y simpatizantes.
GETTY

MARCHA
SOBRE
ROMA. Benito
Mussolini y los
l totalitarismo político se construye en
líderes del torno a una visión uniforme y exclu-
Partido Fascista yente de la realidad que alcanza hasta
durante la el último rincón de la vida humana. Un
Marcha sobre enfoque que conduce a la aniquilación
Roma (27-29 de
octubre de
de cualquier cultura disidente y a fago-
1922) que inició citar aquellas otras que el nuevo orden puede
su dictadura en digerir con cierta naturalidad; también a la anu-
Italia. De lación completa del individuo en beneficio de
izquierda a una comunidad monolítica, al frente de la cual
derecha, Attilio
un líder redentor se arroga la voluntad de todos
Teruzzi, Italo
Balbo, Emilio de sus compatriotas.
Bono, Benito De estos principios generales, con los matices
Mussolini, propios de la coyuntura y la prolongación en el
Cesare Maria de tiempo de cada uno de ellos, participan los re-
Vecchi y Michele gímenes totalitarios fundados por Mussolini,
Bianchi.
Fotografía Hitler y Franco, para quienes la creación y el
coloreada. mantenimiento de una cultura oficial siempre fue
un asunto prioritario, sabedores de su importan-
cia como alma mater de sus proyectos políticos.
Solo el esfuerzo bélico, y no siempre, se antepuso
a ese empeño ideológico.
Aquella nueva manera de entenderlo todo se
extendió a cada una de las señas de identidad
cultural de sus respectivos países: símbolos,
idioma, familia, costumbres, religión, gastrono-
mía o arte. Fue precisamente el arte, junto a la
educación y los medios de comunicación, el que
formó el tridente propagandístico que facilitó a
estos regímenes difundir sus programas ideoló-
gicos y forjar una voluntad colectiva. Y dentro
del arte, sobre todo la arquitectura, cuya expre-
sividad imperecedera y alcance social la hicieron
merecedora de una atención prioritaria.
MUSSOLINI Y LAS CONTRADICCIONES
DEL FASCISMO
Tras su marcha sobre Roma, Benito Mussolini se
hace con el poder en 1922. Inaugura así un nuevo
régimen que brota de una sociedad frustrada a la
que el Duce ofrece un Estado corporativo y total
que supera la dualidad entre izquierda y derecha.
Un Estado revolucionario que pretende dar con-
tinuidad a la gloria pasada de Italia y recuperar lo
mejor de su tradición, pero que también apunta
hacia un horizonte radicalmente transformador.
Esa dicotomía se manifestó de manera muy clara
en la adhesión al fascismo de dos corrientes artís-
ticas bien distintas: por un lado, los futuristas de
vanguardia que abogaban por un mundo nuevo
liberado de las ataduras del pasado; por otro, los
artistas del Novecento, quienes pretendían re-
cuperar el clasicismo. Fue la nueva arquitectura
fascista, masiva y rotunda, la que sirvió para fun-
dir ambos ideales en uno común y superior, el de
una sociedad totalitaria, encauzado institucional-
mente desde 1925 a través del ecléctico Instituto

 MUY HISTORIA
 La industria cinematográfica fue uno de los
ejes de difusión más importantes del fascismo
Nacional Fascista de la Cultura.
Esa diversidad de interpretaciones dentro de una
misma ideología constituye una manifestación
propia de la cultura oficial del nuevo régimen
fascista. En otros, como el de la Alemania nazi,
nunca cupo ninguna discrepancia.
En el resto de elementos característicos de la
cultura italiana de aquellos años no destaca sin-
gularidad alguna con respecto a los cánones del
totalitarismo, salvo, quizá, la interesada y difícil
convivencia con la Iglesia católica, que en un país
tan profundamente confesional era casi inevita-
ble. Por lo que se refiere a otras manifestaciones
del modelo social, como la familia, el régimen
siempre defendió el papel de la mujer en el ho-
gar como madre y esposa, a pesar de que algunas
mujeres tuvieron un papel realmente notable
en el régimen. Es el caso de Margherita Sarfat-
ti, promotora cultural y estrecha colaboradora
de Mussolini, que contribuyó decisivamente al
desarrollo del régimen y acabó exiliada en Ibe-
roamérica por ser de «raza» judía cuando el
fascismo abrazó el antisemitismo nazi.
Por lo demás, debe señalarse que la industria
cinematográfica fue uno de los ejes de difusión
más importantes del régimen del que tomarían
buena nota otras potencias totalitarias. Su de-
sarrollo se llevó a cabo a través de numerosas
instituciones: desde L’Unione Cinematografica
Educativa, el conocido como Instituto LUCE,
fundado en 1924, a los famosos estudios de Ci-
necittá inaugurados en 1936. También cobró
especial importancia la producción editorial a
través de numerosas publicaciones entre las que
destacó la exhaustiva Enciclopedia Italiana que
en 35 volúmenes patrocinó el Partido Fascista.
Para ello fue esencial el papel del Ministerio de
Propaganda, creado el mismo año 1933 cuando
los nazis llegaron al poder. Dirigido por Joseph
Goebbels, sirvió para ejercer un férreo control
sobre la información, introducir la ideología del
régimen y exaltar las virtudes que cabía atribuir
al buen alemán como ser ario y superior: va-
lentía, fortaleza, sacrificio, lealtad, disciplina o LA MIA
heroísmo. Un ser que prefiere la acción al pen- MAMMA. A la
izquierda, cartel
samiento, que solo se entiende como parte de un propagandístico
pueblo (Volk), que encuentra su hábitat preferen- publicado por el
te en el mundo rural, donde puede estrechar su Departamento
relación con la tierra, y que para realizarse debe de Historia
expulsar de ese ecosistema a las razas degeneradas, Militar durante la
Segunda Guerra
en particular a la judía. Mundial que
Toda manifestación artística de influencias bolche- muestra a un
viques o hebreas, o, simplemente no alineada con hijo
la ideología nazi, fue considerada desde 1937 como despidiéndose
arte degenerado, lo que incluyó los trabajos de ar- de su madre
para unirse al
tistas universales como Chagall, Klee o Kandinsky.
ejército. El
Mucho antes, ya en 1933, al poco de ascender al modelo social
poder, se organizaron ceremonias públicas para fascista italiano
quemar libros de autores como Bertolt Brecht o potenciaba el
Thomas Mann y se creó una Cámara de Cultura del papel de la
Reich de la que formaban parte las Cámaras de mujer en el
hogar como
madre y esposa.

HITLER Y EL RACISMO COMO PRINCIPIO

Si algo distingue al nazismo de otros regímenes
similares es, sin duda, el supremacismo que im-
pregna todas sus actividades. Desde su expresión
más cruda en los campos de exterminio hasta
otras como la cultural, la superioridad de la raza
aria estaba presente en todo. Ese carácter fue sin
duda el acento más importante del totalitarismo
nazi y el que le distingue con claridad: todo lo
que no sea la raza aria y sus obras debe ser elimi-
nado. Eso y superar el mundo que nace en 1789
bajo la triple consigna de Libertad, Igualdad y
GETTY

Fraternidad.

MUY HISTORIA 
ASC

de raíz afroamericana, eran impensables.

En todo caso, la arquitectura fue probablemente el
medio de expresión más característico de la cultu-
ra nazi por su capacidad para expresar y provocar
emociones. Dentro de ella destacan figuras como la
de Albert Speer, que llegó a ser nombrado ministro
de Armamento en 1942. También jugó un papel
determinante para consolidar la primacía de la ar-
quitectura la afición del propio Hitler y de algunos
de los principales jerarcas nazis por esta disciplina.
Se trataba de una arquitectura propagandista que
hundía sus raíces en el arte clásico, al que se consi-
deraba ajeno a la influencia hebrea, y que producía
obras monumentales en piedra u hormigón, ma-
teriales que además de enlazar estéticamente con
la Antigüedad griega y romana eran el trasunto de
una sociedad monolítica.
Entre aquellas obras monumentales destacan los
trabajos inconclusos para un nuevo Berlín, las
construcciones para la celebración de los congresos
del Partido Nazi en Nuremberg, el estadio levanta-
do para las olimpiadas de 1936 y la cancillería del
HERRAMIENTA Reich, el corazón del régimen, construida en ape-
DE nas 9 meses. Allí tenía Hitler su despacho principal,
PROPAGANDA. Cine, Música, Teatro, Prensa, Literatura, Bellas de casi 400 metros cuadrados y 10 metros de altura,
Mussolini coloca Artes y Radio para controlar toda la producción y allí estaba también el búnker en el que se suicida-
la primera piedra
de la nueva sede
cultural y segregar lo ario de lo que no lo era. Así, ría en 1945.
del Instituto LUCE entre los compositores clásicos fueron ensalzados No faltó tampoco dedicación al cine en el nuevo
en el distrito Bach, Beethoven y, sobre todo, Wagner, mientras régimen a través de míticas compañías como la
Quadraro de que fueron prohibidas las obras de Mendelssohn o Universum Film AG (UFA) o de autores entrega-
Roma en 1937. Mahler. Ni que decir tiene que estilos como el jazz, dos a la causa como la directora Leni Riefenstahl

EL CAMPO DE CONGRESOS DE NUREMBERG

de las megalómanas reuniones nacio- gamo, una imponente construcción

L
a arquitectura es uno de los instru-
mentos preferidos por los regíme-
nes totalitarios para manifestarse.
Nada como la monumentalidad de una
gigantesca construcción en piedra para
hacer entender la fortaleza del Estado
frente al individuo y representar una vo-
luntad colectiva. Ese fue el propósito de
Albert Speer cuando asumió la cons-
trucción del complejo de edificaciones
destinadas a celebrar los congresos del
Partido Nazi en Nuremberg que tuvie-
ron lugar entre 1927 y 1938, y donde
también tuvieron lugar los juicios al na-
zismo por crímenes de guerra.
El complejo de edificios destinados
a estas celebraciones se encuentra a
cuatro kilómetros al sudeste del centro
urbano de la ciudad y entre ellos des-
taca por encima de todos la explanada
y la enorme tribuna del llamado Cam-
po Zeppelín, grabado en la memoria de
media humanidad por ser el escenario
nalsocialistas llevadas a la pantalla por
la cineasta Leni Riefenstahl, en las que
llegaron a reunirse hasta 500 000 fieles.
Se trata de una gigantesca superficie
cuadrada de 300 metros de lado que
preside una monumental tribuna en es-
calinata donde se dispone una terraza
central desde la que Hitler se dirigía a
los suyos. El espacio recibe su nombre
por haber sido el terreno de pruebas
para las aeronaves diseñadas por Fer-
dinand von Zeppelin, fallecido en 1917.
La tribuna fue construida en 1934 se-
gún el diseño y la dirección de Albert
Speer y es la edificación que proba-
blemente mejor ejemplifica la cultura
oficial de la Alemania nazi, además de
ser la imagen del totalitarismo por ex-
celencia. Su propia construcción es un
testimonio incomparable de la obra co-
lectiva de un pueblo.
Sobre la base formal del altar de Pér-
helenística, Speer diseñó una colosal
construcción en piedra, y, por lo tanto,
con vocación de eternidad, donde el
individuo se diluye en la masa y asume
su insignificancia ante la comunidad.
Se trata también de un ejemplo del lla-
mado «valor de las ruinas», que se ade-
lantaba a prever la belleza de los restos
derruidos del edificio como testimonio
de un pasado glorioso.
Durante algunas celebraciones, aquel
monumental espacio se rodeaba de
reflectores antiaéreos que proyecta-
ban una potente iluminación vertical
hacia el cielo hasta conseguir un efec-
to escenográfico hipnótico al servicio
de la adhesión al régimen. La tribuna
del Campo Zeppelín se puede visitar
hoy en día a pesar de que la ciudad de
Nuremberg quedó destruida en más
de un 90 por 100 durante la Segunda
Guerra Mundial.

 MUY HISTORIA
 de cuya mano nos han llegado imágenes sobreco- CONTROL
CENTRALIZADO.
gedoras de las masas nacionalsocialistas en trabajos En 1933, Hitler ideó
como El Triunfo de la Voluntad. la creación de un
organismo
encargado de la
FRANCO Y EL NACIONALCATOLICISMO «educación y
propaganda a gran
Frente a los regímenes sepultados en un conflic- escala» y nombró a
to bélico como fueron los de Mussolini y Hitler, el Goebbels ministro
de Franco nació de su victoria en una guerra fra- para la Ilustración
tricida y perduró durante casi 40 años, lo que a la Pública y
postre se tradujo en una cierta apertura favorecida Propaganda.
El objetivo del
por un contexto internacional hostil. Poco a poco, ministerio era
la cultura oficial tuvo que coexistir con otras alter- centralizar el control
nativas. de todos los
Esa progresiva renovación y el componente reli- aspectos de la vida
gioso profundo del régimen confieren al Estado cultural e intelectual
de los alemanes.
franquista un carácter netamente distintivo frente A la izda., postal
a los liderados por Mussolini y Hitler; aunque la autografiada por
España franquista compartiera con Italia y Alema- Goebbels emitida
nia un importante control sobre la cultura a través por la propaganda
nazi.
ASC

de un sólido aparato censor y de propaganda con

instrumentos como el servicio de Noticiarios y
Documentales Cinematográficos (NO-DO) crea-
do en 1942. También compartió con Alemania
una notable producción cinematográfica, median-
te la realización de versiones dobles rodadas en
los estudios de la UFA como El Barbero de Sevi-
lla o Carmen la de Triana, protagonizadas por las
más señeras figuras del cante folclórico español.
Mientras, en España se producía un cine de exal-
tación nacional en el que destaca la película Raza,
filmada en 1941 por Sáenz de Heredia sobre un
SHUTTERSTOCK
texto del mismísimo Franco.
Los primeros años del régimen estuvieron en
sintonía con los ideales totalitarios fascista y na-
cionalsocialista, aunque fueron aderezados con la
glorificación del pasado imperial español. Finali-
zado el conflicto mundial, debe reconocerse que
el régimen asumió una cierta producción artísti-
ca alejada de los paradigmas del régimen y de su
propaganda entusiasta. Solo así pueden enten-

QUEMA DE LIBROS. La quema de libros en Alemania por parte del régimen nacionalsocialista, parte clave de la
«Acción contra el espíritu antialemán», se inició el 10 de mayo de 1933 y consistió en una acción realizada
específicamente por estudiantes, profesores y miembros del Partido Nazi.

MUY HISTORIA 
 El cine, los toros y el fútbol fueron los principales
entretenimientos hasta la llegada de la televisión
derse obras tan reconocidas como la novela
Nada de Carmen Laforet, publicada en 1945 y ga-
nadora del prestigioso Premio Nadal, en la que se
pone de manifiesto la soledad y el abatimiento de
la posguerra. O películas como Bienvenido Míster
Marshall o El verdugo de Luis García Berlanga,
quien, todo sea dicho, tuvo que esperar hasta 1985
para rodar La vaquilla. Publicaciones críticas como
Cuadernos para el Diálogo o Triunfo ponen igual-
mente de manifiesto una producción no alineada
con el régimen que hubiera sido impensable en la
Alemania nazi o en la Italia fascista. Siempre bajo
la atenta mirada de la censura, que en el mundo del
cine hizo del doblaje obligatorio un arma de pri-
mer orden para el control de los diálogos, al tiempo
que nos alejaba de los países de nuestro entorno
en el aprendizaje de otros idiomas, particularmente
del inglés.
El cine, los toros y el fútbol fueron los entreteni-
mientos por antonomasia hasta la llegada de la
televisión, en un país donde, a la española, eso
sí, el Estado estaba por encima del individuo y la
mujer tenía un papel secundario y subordinado al
hombre. En arquitectura, además del gusto por lo
clásico, proliferó el estilo herreriano del monaste-
rio de El Escorial, sagrario granítico de las esencias
patrias coronado de pizarra frente al vulgar ladri-
llo, una pugna entre materiales a la que el ideólogo
del régimen Ernesto Giménez Caballero dedicaba
unas palabras ineludibles para entender hasta qué
punto todo era ideológico en la formación de la
cultura oficial. Para Giménez Caballero, la pizarra
representa la esencia del Imperio español de los
Austrias, mientras la masa roja ladrillar era la ex-
presión del vulgo, quizá de ascendencia morisca o
judía, que debía ser convenientemente enmarcado
por la piedra para que no se desmandara. Tal cual.
Así pues, el Duce, el Führer y el Caudillo compar-
tieron, con sus inevitables características nacionales
y en sus circunstancias, ese gusto por una cultura
uniforme infiltrada en la sociedad a través de om-
nipresentes aparatos de propaganda orientados a
dominar a los pueblos por su propia voluntad an-
tes que por las armas, que también. Una cultura
oficial que era y es difícilmente sostenible, porque
los pueblos son vivos e imposibles de encerrar en
un cliché ideológico único. En realidad, guerras
aparte, el totalitarismo empieza a declinar cuando

EL NO-DO
de vivir y la cultura oficial del país du-

E
l 4 de enero de 1943 comenzó a
proyectarse en las salas de cine
españolas el llamado NO-DO (No-
ticiarios y Documentales), una produc-
ción obligatoria en la cinematografía es-
pañola hasta 1976 que se prolongó vo-
luntariarmente cinco años más. Bajo el
lema de «el mundo al alcance de todos
los españoles» fue el paradigma infor-
mativo del régimen franquista.
Como tantas otras iniciativas, sus orí-
rante casi cuatro décadas. Su regulari-
dad, duración, conservación y accesibi-
lidad le convierten en un patrimonio pri-
vilegiado para conocer aquella España.
Se proyectaba con anterioridad a la pe-
lícula y fue evolucionando desde con-
tenidos abiertamente belicistas a otros
que exaltaban los logros del régimen y
finalmente a noticias de carácter turís-
tico o puramente culturales. Algunos
ASC

genes se remontan a experiencias pre- de sus contenidos recurrentes anua-

vias puestas en marcha en la Italia fas-
cista y en la Alemania nazi. En todas
ellas, la imagen, la voz y la música se
trenzaban cuidadosamente para trans-
mitir la idea de un país próspero y feliz,
sabiamente dirigido por un líder entre-
gado a la causa de todos.
Se trataba de una iniciativa nacida para
mantener informado al pueblo español,
aunque no dejó de ser un instrumento
de propaganda del régimen franquista a
través del que se manifiesta la manera
les, como los reportajes sobre la Na-
vidad, ofrecen una serie documental
única para investigadores, aficionados
y público en general: desde los conte-
nidos navideños de 1943 en los que se
da cuenta de los envíos a los soldados
que prestan servicio en la División Azul
hasta el reportaje costumbrista sobre la
Navidad de 1980 en Liétor, un precioso
pueblo de la provincia de Albacete.
Precedidas por aquella música imborra-
ble, las imágenes de la inauguración de
un nuevo embalse, una vibrante faena
de muleta o los campamentos del Fren-
te de Juventudes forman parte del ima-
ginario colectivo de quien vivió aquellos
años narrados por extraordinarios lo-
cutores como Matías Prats. Hoy, el re-
cuerdo del NO-DO nos llega entrañable
y desprovisto de ideología, aunque no
debe olvidarse de que fue, ante todo,
un instrumento capital para socializar el
franquismo.

 MUY HISTORIA
 COPLAS EN
BERLÍN. Dirigida
por Florián Rey y
protagonizada por
Imperio Argentina, la
coproducción
musical hispano-
alemana Carmen, la
de Triana fue rodada
en Alemania en
1938. Tras el
estallido de la
Guerra Civil, Florián
Rey e Imperio
Argentina se habían
trasladado a Berlín,
donde fueron
acogidos por el
propio Adolf Hitler.

GETTY

saltan las costuras de los correajes culturales has-

ta entonces inmutables. Porque la diversidad es la
esencia de cualquier ecosistema y la cooperación
es la base del desarrollo humano. Una lección que
convendría tener bien presente para entender que
en una sociedad democrática cada cual debe ser ra-
dicalmente libre a la hora de elegir su catecismo. MH
Escanea este código QR, tra él se
encuentra el interesante podcast
‘La propaganda en
el cine del Tercer Reich’, de Muy
Historia-Grandes reportajes.

MUY HISTORIA 
 DE LOS NA ZIS HASTA FR ANCO

 MUY HISTORIA
 GETTY

COLAS DEL
Durante los regímenes dictatoriales de HAMBRE.
El colapso financiero
Alemania, Italia y España se acumularon corruptelas de Alemania en 1931
allanó el camino para
en las que el deseo de proteger los intereses el crecimiento del
Partido Nazi y la
del país quedó a un lado. eventual llegada de
Hitler al poder en
1933. En la imagen,
ciudadanos alemanes
JOSÉ MANUEL SÁNCHEZ +(A, sin recursos aguardan
su turno para recibir
PERIODISTA
alimentos.

MUY HISTORIA
SHUTTERSTOCK
REPARACIONES
DE GUERRA.
Tanto en el Tratado esde el momento en el que Benito
de Versalles (sobre Mussolini decidió romper filas con
estas líneas, una el sindicalismo y recuperar la autori-
imagen de su firma
el 28 de junio de dad del patrón, empresas como Fiat o
1919) como en los Pirelli alzaron los brazos a modo de
acuerdos de bendición. Una nueva era empezaba.
Londres de 1921, Y esa visión de la sociedad, compartida por sus
quedó estipulado homólogos en Alemania y España, prendió co-
que Alemania debía
pagar 132 000
mo la pólvora en una Europa que había sufrido
millones de marcos los azotes de la Primera Guerra Mundial y que
de oro en no había dejado a todos satisfechos. El conflicto
reparaciones por que movió las fronteras hacia nuevos territorios
daños causados a provocó una crisis económica sin precedentes,
la población civil
lo que amasó el caldo de cultivo necesario pa-
durante la Primera
Guerra Mundial. ra que algunos líderes populistas se erigieran
como salvadores.
El Tratado de Versalles impuso unas condiciones
muy duras sobre Alemania, la gran perdedora de
la Gran Guerra, pero pronto iba a ser manosea-
do y pervertido por los dirigentes que se alzaron
con el poder. Durante los «felices años veinte»
se agitaron las aguas en algunos territorios y se
abrió una ventana de emociones en la ciudadanía
que líderes como Adolf Hitler supieron canali-
zar para dirigir a sus países hacia el totalitarismo
más violento.
Los tres regímenes de mayor trascendencia en
esos años (Hitler, Mussolini y Franco) presenta-
ron varias semejanzas en lo relativo a la gestión
 MUY HISTORIA
gubernamental. En materia económica, una de
las más evidentes fue el ensalzamiento de la ma-
dre patria como transmisora del progreso y la
necesidad de vertebrar a sus fieles contra aquellos
a los que consideraban culpables de sus miserias.
Fueron líderes de gran carisma que descubrieron
el alivio populista de descargar la responsabilidad
de sus problemas financieros sobre un tercero.
Y lo consiguieron, pero su ascenso fue un tanto
desigual. Las raíces de Mussolini, por ejemplo,
se encuentran en el socialismo, ideología que de-
fendió en sus primeros años de juventud. Tras
el conflicto internacional inició movilizaciones
en contra y acusó a sus dirigentes de la precaria
situación que sufría Italia.
Como presidente del Consejo de Ministros,
Mussolini recibió en 1922 el poder total en el
ámbito económico y administrativo con el que
impulsó algunos decretos de relevancia. Uno de
ellos fue la creación en 1923 de Enti Comunali
di Assistenza (ECA, Organismos Municipales de
Asistencia) para ayudar a los necesitados pro-
moviendo la educación, un eje fundamental en
su política y que tenía un impacto directo en la
economía del país.
Con el tiempo, sus «camisas negras» camparon a
sus anchas y extendieron su doctrina por todos
los rincones. En los albores de 1927, y en plena
devaluación de la lira, se aprobó una medida por
 la cual el sistema económico giraba hacia el cor-
porativismo, una doctrina alternativa a la lucha
de clases del marxismo. Mussolini fue contrario
al capitalismo y a los ideales de las principales
teorías liberales. Y como una señal divina, su ob-
jetivo lo halló en el Imperio romano: quiso crear
una Italia hegemónica en el Mediterráneo. Para
ello, se nutrió del sentimiento de odio genera-
lizado al insistir en que el Tratado de Versalles
perjudicó al país.
En los albores de la Segunda Guerra Mundial,
la Italia fascista se centró en tres objetivos para
potenciar la economía: la expansión industrial,
el aumento del gasto público en obra civil y el
fortalecimiento de las Fuerzas Armadas. A su
vez, se registraron casos de corrupción en la dis-
tribución de contratos y recursos estatales. Por
ejemplo, el entorno cercano del dictador (in-
cluido su mujer) se benefició de una amplia red
clientelar por la que se recibían dádivas a través
de algunas entidades bancarias. Se calcula que
más de cuatrocientas personas obtuvieron sub-
sidios del Estado durante el fascismo.
EL CONTROL EXCESIVO ALEMÁN
La devastadora crisis de 1929 originada en Es-
tados Unidos se extendió por todo el mundo,
causando estragos, sobre todo, en un país como
Alemania. El cierre de empresas fue como un
castillo de naipes: cayeron una tras otra. Las ci-
fras de desempleados fueron astronómicas: más
de seis millones de parados. Cualquiera puede
GETTY
imaginar la crispación que hubo en la sociedad
de la época.
A las elecciones federales de 1930 se llegó tras
agravarse una enorme brecha abierta entre co-
munistas y nazis. Ambos partidos chocaron en
las calles. En ese contexto, Hitler se reveló como
la persona capaz de detener el desorden social. Y
triunfó entre empresarios, campesinos y amas de
casa, quienes le vieron como el salvador del «te-
rror rojo». Así lo atestiguaron los cien diputados
nazis que entraron en el Parlamento como se-
gunda fuerza política tras los socialdemócratas.
La campaña de las elecciones presidenciales de
1932 fue harina de otro costal. Los poderes fácti-
cos entraron con fuerza. Hubo muchos ejemplos
de cómo la economía intercedió para lograr
el ascenso de Hitler. El protagonista de uno de
ellos fue el jefe de la aerolínea Lufthansa, Erhard
Milch, quien detectó a las primeras de cambio
la oportunidad que se le presentaba. Para ello,
aprovechó su cargo para hacer publicidad de su
empresa. Mantuvo una estrecha colaboración du-
rante la Segunda Guerra Mundial con el régimen
nazi como queda patente en el hecho de que fue
proveedor de mantenimiento de los aviones de la
Luftwaffe, la fuerza aérea alemana, y hasta llegó
a emplear mano de obra forzosa en su plantilla,
según una investigación que se publicó en 1999.
Paul von Hindenburg no obtuvo las cifras para
su reelección y promulgó unas nuevas eleccio-
nes. Ante una reanudación de la campaña, Hitler
pisó el acelerador y llegó a convocar hasta cin-
co mítines diarios. Las Sturmabteilung o
NUEVAS
FRONTERAS.
El Tratado de
Lausana, firmado
el 24 de julio de
1923 entre los
gobiernos de
Grecia, Imperio
Otomano y las
naciones aliadas
de la Primera
Guerra Mundial
definió las
fronteras
europeas de
Grecia, Bulgaria y
Turquía.
A la izda., los
representantes
aliados Lord
Curzon, Mussolini
y Raymond
Poincaré en
noviembre del 22.
MUY HISTORIA 

INDUSTRIA
AGRADECIDA.
La política «SA», la milicia nazi autofinanciada, tuvo
económica del un papel importante. Contaba por entonces más
fascismo, de 400 000 miembros y cada afiliado pagaba su
conocida durante
las décadas de uniforme. Contribuyó a su victoria en unos co-
1920-30 como micios en los que el Partido Nacionalsocialista
“corporativismo”, cosechó 230 diputados.
era un ingrediente A pesar de ser elegida primera fuerza política, la
esencial del imposibilidad de formar una mayoría y la opo-
totalitarismo
económico tal
sición del propio Hindenburg precipitaron la
como lo convocatoria de unos nuevos comicios, en no-
practicaban viembre, con un resultado inesperado: los nazis
Mussolini y Hitler. perdieron más de dos millones de votos. Sin em-
En la fotografía de bargo, el presidente alemán, incapaz de reunir de
la derecha, Benito
nuevo los apoyos necesarios, tuvo que nombrar
Mussolini
visitando la canciller a Hitler en enero de 1933.
fundición de La decisión del propio Hitler de obtener solo dos
acero milanesa. carteras en el Gobierno (Wilhelm Frick como mi-
Se publicó el 17 nistro del Interior y Hermann Göring como jefe
de diciembre de
de la Policía) se dirigió a tranquilizar los temores
1922 en
L’Illustrazione de Hindenburg. Pese a todo, no logró reducir a ce-
Italiana. nizas al Partido Comunista, que mantuvo un gran
peso en el parlamento. Ese era su gran objetivo
secundario y, para lograrlo, cometió la ilegalidad
de arrestar a sus miembros y mandarlos a campos
de concentración. Más de cien mil presos políticos
se registraban a finales de ese año.
Tras conocer la fuerza naval italiana en una visita
a Venecia de la mano de su anfitrión y modelo
Mussolini, el canciller alemán decidió inyectar
dinero en armamento para continuar persiguien-
do su objetivo de ampliar las fronteras germanas.
 MUY HISTORIA
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A su vez, para afianzar su influencia en la indus-
tria tuvo que romper con su pasado: las «SA»,
cuyo poder ya rivalizaba con el ejército regular.
Y todo ello pasaba por quitar de en medio a su
líder, Ernst Röhm. Fue durante la «Noche de
los cuchillos largos» cuando dio comienzo una
nueva era hitleriana con las «SS» con una gran
relevancia en el ecosistema dictatorial.
En aquel momento, Estados Unidos contaba con
grandes inversiones en el mercado alemán. Pero,
cuando la política del Tercer Reich cambió, ya
no pudieron dar marcha atrás ante el temor de
una pérdida de capital. Además, en cada país que
invadían, los nazis se apoderaban de los recursos
necesarios para financiar los gastos derivados de
la maquinaria militar. Los historiadores creen
que gran parte del botín se dirigía a los bolsillos
del propio Hitler y sus allegados. En los prime-
ros años del régimen se controló el déficit de la
economía alemana mediante algunas medidas
como la emisión de Bonos Mefo, un método de
financiación en forma de letras de crédito para
empresas que mejoraron las exportaciones.
Parte de la economía nazi se nutrió de la extor-
sión y el robo. En 1938, después de la llamada
«Noche de los cristales rotos», a la ciudadanía
alemana se le cayó la venda. Por fin conoció la
naturaleza del régimen nazi. Aquellos lincha-
mientos contra los judíos permitieron acelerar
una economía de guerra, aumentando los recur-
sos armamentísticos. Pero no fueron las únicas
 LAS PUERTAS GIRATORIAS DEL CLAN FRANCO
n una época en la que el tráfico de in- finerías de Aceite del Norte de España), esferas con la economía. En concreto,

E fluencias era aceptado como quien

compra una barra de pan en la esqui-
na de casa, las relaciones de los políticos
del régimen con el sistema económico
eran muy estrechas. Tal vez demasiado.
Un gran número de dirigentes, de hecho,
recibieron un trato favorable para impedir
ser juzgados o lograron salir airosos ante
los atisbos de asuntos de corrupción.
Miembros de la familia del dictador se
vieron envueltos en distintos escánda-
los, como su hermano Nicolás. Había
pertenecido a distintos consejos de ad-
ministración, pero uno de ellos se le iba
a atragantar. Fue el caso de Reace (Re-
una empresa pontevedresa que fue acu-
sada en 1972 de la desaparición de más
de cuatro millones de litros de aceite de
oliva que pertenecían a la Comisaría Ge-
neral de Abastecimientos y Transportes
(CAT). El botín se valoró en más de 167
millones de pesetas. Pero por los pasi-
llos del juzgado no se le vio, ya que ale-
gó síntomas de amnesia. Para más inri,
algunos de los socios de la compañía
murieron en extrañas circunstancias an-
tes del juicio.
Una investigación recogida por Amando
de Miguel en Sociología del Franquis-
mo confirma las relaciones de las altas
el 77 % de los ministros del Movimiento
ocuparon cargos en los consejos de ad-
ministración de las grandes empresas
públicas y privadas entre 1961 y 1974.
Un periodo en el que las puertas girato-
rias eran algo más que habituales hasta
el punto de que los próximos al Caudillo
obtuvieron importantes sumas de dine-
ro como empresarios. Fue el caso de
Cristóbal Martínez-Bordiú, que en cali-
dad de marqués de Villaverde se casó
con la única hija del dictador, María del
Carmen. El aristócrata, médico de pro-
fesión, formó parte de la cúpula de has-
ta 17 empresas.

maniobras del régimen. Las SS financiaron el economía se basó en la producción de arma-

Holocausto vendiendo las posesiones de los ju-
díos asesinados para pagar los trenes que los
llevarían a su destino final. Uno de los que fueron
descubiertos fue Karl-Otto Koch, comandante de
Buchenwald y Madjanek, ejecutado por robar di-
nero y joyas de prisioneros judíos.
El pillaje fue algo habitual. Personalidades
fuertes del régimen como Hermann Göring se
apoderaron de obras de arte, pinturas y escultu-
ras de distintos autores, como botín de guerra
en los países ocupados. Durante la guerra, la
mento y se calcula que más de 13 millones de
personas fueron obligadas a trabajos forzosos
entre 1940 y 1945.
RECUPERACIÓN EN ESPAÑA
A comienzos de 1939 Europa se encontraba en
crisis. En ese momento, España sufría una gue-
rra civil en la que un dictador estaba a punto de
alzarse con el poder gracias, en parte, al apoyo
de la Alemania nazi. A la hora de financiar

GRAN
DEPRESIÓN.
La profunda y
prolongada
recesión
económica que
comenzó en
Estados Unidos
en 1929 con el
derrumbe de los
mercados
bursátiles
pronto se
extendió a gran
parte del mundo
occidental. En
Alemania, la
crisis impactó la
economía de
forma
devastadora.
A la izda.,
hombres
desempleados
en las calles de
Berlín en 1930.
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MUY HISTORIA 

 GETTY
HISMA,
EMPRESA
FANTASMA. la sublevación, Francisco Franco contó con para analizar las posibilidades de una victoria
Al inicio de la el apoyo logístico y económico germano. En ese nacional. Un triunfo que desde Alemania ya
Guerra Civil, escenario floreció, en 1936, la Sociedad Hispano- se vislumbraba. En particular, hubo informes
Franco escribió a
Hitler solicitando
Marroquí de Transportes (Hisma). Se trataba de que así lo acreditaban. Dos militares alemanes,
su ayuda. Göring un conglomerado de negocios constituido en el Helmuth Wilberg y Wilhelm Franz Canaris, los
vio la oportunidad Marruecos español que, en la práctica, funcio- cuales fueron enviados a España, fueron los en-
para controlar el naba como una sociedad pantalla a manos del cargados de elaborar una serie de documentos
comercio entre la Movimiento Nacional. En realidad, operaba bajo en los que se aseveraba que el envío de medios a
Alemania nazi y el
el control nazi a través del empresario germano y Franco era recomendable porque tenía muchas
bando sublevado.
Controlada por el líder del Partido Nazi en Tetuán, Johannes Bern- posibilidades de vencer.
Partido Nazi a hardt, un hábil negociador que facilitó la compra El estallido del conflicto español provocó un
través del de armamento por parte del ejército sublevado. enorme agujero en las arcas del Estado. El Pro-
empresario Además de estas operaciones en la sombra, los ducto Interior Bruto se hundió cinco puntos en
alemán en el sublevados recibieron de los nazis una partida los tres años de conflicto y la situación económi-
Protectorado
Español de de diez aviones de transporte, seis cazas, vein- ca no se empezó a recuperar hasta bien entrado
Marruecos, te cañones antiaéreos y armamento ligero, que 1943. A partir de entonces, los registros fueron
Johannes emplearon para derrotar a los republicanos. Por positivos; pese al deterioro de las condiciones de
Bernhardt, La entonces, Hitler consideró la necesidad de ayu- los ciudadanos, durante las primeras etapas del
Sociedad dar al general español ante el temor de que Stalin franquismo se creció a un ritmo del 4 %.
Hispano-Marroquí
de Transporte
pudiera entrometerse en el conflicto por su deseo En 1956, las grandes fortunas temían que la nue-
serviría como de implantar el comunismo en España. va política de liberalización del Caudillo redujera
tapadera al tráfico Ante ello, Hermann Göring, comandante en jefe su patrimonio. Para ello, depositaron en la banca
de armas para el de la Luftwaffe, la fuerza aérea alemana, se encar- suiza de manera clandestina dinero por valor de
bando sublevado gó de la misión de hablar con el general español 70 000 millones de pesetas. El impulsor de esta
al comienzo de la
Guerra Civil.

Hitler consideró la necesidad de ayudar a Franco

ante del temor de que Stalin se entrometiera en el
conflicto para implantar el comunismo en España
 MUY HISTORIA
 GERHARD ALOIS WESTRICK, EL ADALID DE
LOS INTERESES AMERICANOS EN LA VICTORIA NAZI
a guerra siempre ha sido un nego- gidas por James Pool en Quién financió nia, saltándose así los aranceles, y

L cio donde los países han inyectado

dinero de múltiples formas para fi-
nanciar su causa. La Alemania de Hit-
ler estuvo apoyada en sus inicios por
agentes supranacionales de Estados
Unidos, quien contaba con importan-
tes inversiones en la zona. Había de-
masiados intereses como para aban-
donarla a pesar de las dudas que des-
pertaba la nueva política del país.
En 26 de junio de 1940 se celebró, de
hecho, una reunión de importantes
hombres de negocios estadounidenses
quienes celebraron la victoria nazi en el
frente occidental. Su anfitrión fue Ger-
hard Alois Westrick, un abogado ale-
mán que se había convertido en un em-
bajador de los intereses nazis en terri-
torio americano. Investigaciones reco-
a Hitler dejan patente que, pese a que
las relaciones comerciales con Alema-
nia se consideraban legales, los bancos
continuaron financiando sin problemas.
Este mecenas contaba con su propia
agenda de contactos, entre los que
se incluían a General Motors, Kodak,
Ford o Texas Company (Texaco). Co-
mo presidente de la filial ITT Corpora-
tion participó en la adquisición de em-
presas alemanas. Su relevancia entre
los núcleos de poder internacionales
contribuyó a que Joachim von Ribben-
trop, ministro de Asuntos Exteriores de
la Alemania nazi, le encomendase una
tarea en 1940: convencer a los empre-
sarios estadounidenses para mantener
sus relaciones comerciales si querían
repatriar los beneficios desde Alema-
crear un lobby con el objetivo de pre-
sionar al Gobierno de Roosevelt para
cesar el envío de armamento a los paí-
ses aliados.
Los servicios de inteligencia británicos
detectaron las reuniones y movieron
ficha para detener la operación, fil-
trando la información a los periódicos
más importantes. Tal fue la presión
que Westrick tuvo que salir del país.
La campaña mediática fue tan grande
que provocó la dimisión de algunos
líderes empresariales por su simpa-
tía con el régimen nazi, como Torkild
Rieber (presidente del consejo de ad-
ministración de Texas Company, que
había suministrado petróleo a Alema-
nia) o James D. Mooney (presidente de
General Motors).

maniobra de evasión fiscal fue George Laurenz
Rivara, a quien se detuvo tras varios meses de
investigaciones por parte de las autoridades. Se
encontraba en posesión de una agenda que al-
bergaba los contactos de los benefactores, la
mayoría, grandes empresarios españoles, según
se recoge en Los ricos de Franco, escrito por Ma-
riano Sánchez Soler.
Los brotes verdes se incrementaron de manera
exponencial a partir de 1959 coincidiendo con la
aprobación del Plan Nacional de Estabilización.
Se trató de un paquete de medidas encaminado a
la apertura del comercio al exterior tras los duros
años de autarquía. Su impacto fue instantáneo y
superó al resto de países europeos. Sin embar-
go, durante el franquismo se registró un elevado
nivel de mercado negro, principalmente en las
grandes ciudades, que eran las zonas donde más
hambre padecían sus ciudadanos. Había, eso sí,
dos situaciones paradójicas: por un lado, muchos
españolitos de a pie tuvieron que utilizar las car-
tillas de racionamiento para poder sobrevivir,
mientras que otros recurrieron al estraperlo co-
mo modo de vida.
La corrupción formó parte de la «nueva» rea-
lidad. El caso MATESA (Maquinaria Textil del
Norte de España, S. A.) fue uno de los mayores
escándalos de la dictadura. Se destapó a princi-
pios de 1969 cuando se confirmó la detención
del empresario textil Juan Vilá Reyes, a quien se
condenó con pena de cárcel por beneficiarse con
10 000 millones de pesetas en créditos para una
serie de exportaciones que se habían falseado.
Durante los diez años anteriores se presentó co-
mo una empresa ejemplar, que había roto con el
bloqueo internacional (abrió varias delegaciones
en distintos países, incluso en Estados Unidos).
Pero finalmente se descubrió el pastel.
El extinto periódico falangista Diario SP llegó a
pedir la dimisión de varios ministros. Este ca-
so expuso los intereses del régimen para saltarse
todos los controles con tal de favorecer las ex-
portaciones. Una investigación de Fernando
Jiménez, de la Universidad de La Rioja, apun-
ta a que la cercanía de Vilá Reyes con Giscard
d’Estaing, quien fuera presidente de Francia, y
su simpatía por el Opus Dei fueron dos factores
importantes para que el Gobierno confiara en un
negocio de venta de maquinaria para telares que
presentaba un alto riesgo.
Otro sonrojante caso de corrupción tuvo a una
inmobiliaria en el centro del fraude, Sofico. La
empresa, creada en 1962, se especializó en la pro-
moción de apartamentos en la Costa del Sol. Para
obtener la financiación de las construcciones
solicitaba unos adelantos a pesar de no contar
con los terrenos. El artífice fue Eugenio Peydró
Salmerón, un empresario almeriense, que formó
parte activa del servicio nacional de información
del coronel José Ungría. Prometía unas renta-
bilidades del 12 % pero no pudo hacer frente a
las retribuciones. La estafa explotó en 1974 con
la suspensión de pagos. La justicia condenó al
empresario por falsedad documental. MH

MUY HISTORIA 

3A ­/0.0,5E 9(*0(3»
+<9(5;, ,3 -9(58<0:46
A partir del establecimiento de la dictadura del general
Francisco Franco Bahamonde los vencedores de la
Guerra Civil buscaron varias formas de justificar la
represión y dominación sobre los vencidos.
7ABLO VILLARRUBIA 4(<:6
PERIODISTA, DOCTOR EN CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN
 EN BUSCA DE

ALBUM
LA REDENCIÓN.
Para Franco,
las actividades
benéficas del Auxilio
Social con huérfanos
republicanos eran
vitales para la
«rehabilitación»
de los errores
izquierdistas.
En la imagen,
inauguración del
hogar Batalla de
Brunete en 1942.
 ras la instauración de la dictadura y en Durante la contienda fue el jefe de los servicios
aras de legitimar la represión y el con- psiquiátricos del ejército del general Francisco
trol sobre los derrotados era menester Franco. Inspirado por médicos y psiquiatras de
ANTONIO crear una nueva psiquiatría nacional Alemania —donde vivió varios años— desarrolló
VALLEJO- bajo el control de un grupo de médicos métodos y principios ideológicos próximos a la
NÁJERA. y psiquiatras —la mayoría adscritos al eugenesia pero con matices muy particulares.
Como jefe de movimiento falangista— que se encargaron de Algunos lo apodaron «el Mengele español» pues
los Servicios
Psiquiátricos
realizar una serie de estudios sobre los deno- había llevado a cabo experimentos entre prisione-
Militares de la minados «rojos» o republicanos para, supuesta- ros y prisioneras que él denominaba «marxistas»
dictadura mente, demostrar su presunta inferioridad física que culminarían con la bizarra teoría del «gen
franquista, fue y mental, además de condenar su pensamiento rojo». Con ella trató de demostrar «científica-
encargado de la de izquierdas como resultado de un proceso de mente» que el comunismo y la doctrina marxista
realización de
degeneración moral, psicótica y política. Pa- resultaban de una predisposición genética. «Ne-
un estudio que
demostrase la ra eso deberían o ser eliminados físicamente o cesitamos emprender denodada lucha higiénica
inferioridad pasar por un proceso de reeducación social pa- contra los gérmenes morbosos que carcomen la
mental de las ra convertirlos en ciudadanos dóciles y serviles raza hispana para conducirla a la más abyecta de
personas de al nuevo régimen. Para poder emprender esa las degeneraciones... de manera que se refuerce
ideología psicológicamente el fenotipo, para que no dege-
«conversión», los nuevos gobernantes deberían
marxista. Para
llevarlo a cabo, considerar que sus enemigos u opositores eran nere el genotipo» decía taxativamente en su obra
sometía a enfermos mentales y degenerados sociales para Eugenesia de la Hispanidad: regeneración de la
prisioneros a inocularles lo que algunos llamarían el espíritu raza (1937). El supuesto «gen rojo» provocaría
tests la «Nueva España». psicopatías, conductas criminales en los republi-
psicológicos. En Entre los elegidos para esta tarea de «limpiar» canos e incluso sirvió para justificar represalias
la imagen, en
1951, año en el o «higienizar la sociedad» se encontraba un contra ellos y sus familias, incluido el secues-
que fue elegido psiquiatra militar y falangista, el palentino An- tro de niños a sus madres encarceladas. En esa
miembro de la tonio Vallejo-Nájera Lobón (1889-1960), el que misma obra describía supuestas patologías que
Real Academia más poder político tuvo durante la dictadura. aquejaban a la «raza hispánica» causadas por el
Nacional de sistema democrático.
Medicina.

EXPERIMENTOS CON BRIGADISTAS

En agosto de 1938 Vallejo-Nájera fue nombra-
do responsable del Gabinete de Investigaciones
Psicológicas de la Inspección de Campos de Con-
centración de Prisioneros y es entonces cuando
empieza a gestar varios aspectos de lo que sería su
teoría del «gen rojo» y cómo extirparlo. Para estas
investigaciones tuvo a su disposición prisioneros
republicanos de ambos sexos.
El psiquiatra eligió el campo de concentración de
San Pedro de Cardeña, un antiguo monasterio
situado a 15 kilómetros de Burgos donde se agol-
paban tres mil españoles del bando republicano
y 653 brigadistas internacionales. Ya en octubre
de 1938 Vallejo publica el artículo «Biopsiquismo
del Fanatismo Marxista» en dos revistas especia-
lizadas. A partir de mediciones antropométricas
y siguiendo la teoría del psiquiatra germano E.
Kretschmer, correlacionó la constitución cor-
poral con el carácter o temperamento de los
prisioneros de San Pedro de Cardeña. El psi-
quiatra militar emulaba, de alguna manera, los
estudios realizados por los científicos nazis de la
Ahnenerbe, la Sociedad para la Investigación y
Enseñanza sobre la Herencia Ancestral Alemana,
con los nativos del Tibet o de la Amazonía.
Para esta tarea el doctor palentino contó con

 MUY HISTORIA

 GETTY
INFERIORES.
Vallejo-Nájera
estaba convencido
de que las mujeres
republicanas, y las
mujeres en general,
poseían trazos
físicos y psíquicos
de extraordinaria
inferioridad respecto
al hombre.

El supuesto «gen rojo» también sirvió para justificar

represalias contra los republicanos y sus familias

ISTOCK
SAN PEDRO
DE CARDEÑA.
Imagen actual
del monasterio
que en 1937 se
utilizó como
campo de
clasificación y
alojamiento de
prisioneros de
guerra y, en
particular, como
estacionamiento
para extranjeros
y prisioneros
potencialmente
peligrosos.
Fue cerrado en
noviembre de
1939.

MUY HISTORIA 
GETTY

MEDIR LA
PUREZA. Los
nazis la colaboración del alférez-médico Enrique me tomó medidas mientras el otro iba anotando
desarrollaron un
Conde Gargollo (1907-1999) especialmente en el en un cuaderno. Lo único que entendí de lo que
sistema de
medición facial grupo constituido por brigadistas portugueses, la estaba escribiendo era algo parecido a “atleten”; lo
que mayoría residentes en España quienes trabajaban interpreté como que yo era “atlético”. Luego me
supuestamente en las minas de Vizcaya y Asturias. La supuesta fotografiaron desnudo. El objetivo era demostrar
era una forma investigación averiguó que habían perdido sus que todos nosotros éramos infrahumanos».
de determinar la creencias religiosas (católicas) y que se habían alis- Según el doctor Enrique González Duro, au-
ascendencia
racial. Los tado por «fanatismo político», siendo proclives, tor de Los psiquiatras de Franco: los rojos no
resultados como casi todos los demás, al alcohol y al juego. estaban locos (Península, 2008), el discurso de
compilados, Sobre el subgrupo de los brigadistas hispano- Vallejo-Nájera era puramente ideológico, aunque
basados en americanos, Nájera concluía que mostraban disfrazado de cientificismo, lo que hoy llama-
muestras comportamientos degenerativos, de tipo esqui- ríamos de pseudociencia. La «solución» para la
sesgadas, se
utilizaron para
zoide o paranoide, por ejemplo, con inteligencia supuesta degeneración de los izquierdistas sería,
respaldar la media o inferior. El psiquiatra escribía que las para el psiquiatra palentino, la reeducación me-
afirmación nazi raíces del supuesto marxismo de estos hombres diante la religión e inculcándoles los valores del
de que los radicaba en «la irreligiosidad dependiente de una patriotismo hispánico.
alemanes eran deficiente educación religiosa», y que muchos
una raza «aria»
pura y superior.
eran antimilitaristas, indiferentes al patriotismo,
Arriba, considerándoles «fracasados» social y profesio- CÁRCEL DE MUJERES DE MÁLAGA
funcionarios nalmente. A esto añadía conductas criminales a En 1939 Vallejo-Nájera, junto con el director de
nazis utilizan los «marxistas», e inclinaciones al alcoholismo. la clínica psiquiátrica de la prisión de mujeres de
calibradores Sobre el subgrupo de los brigadistas estadouni- Málaga, Eduardo Martínez, realizó un estudio de
para medir la
denses, compuesto por 72 hombres, la mayoría 50 encarceladas entre 15 y 60 años, condenadas
nariz de un
alemán étnico de ascendencia anglosajona, los consideraba por participar en actividades republicanas. El
en 1941. «fanáticos» por sus tendencias democráticas y 58 % de las presas era menor de 30 años y solo el
liberales, con grado de inteligencia inferior, co- 22 % superaba los 40 años. Más de la mitad ha-
mo casi todos los que el médico consideraba bían sido condenadas a pena de muerte pero las
«marxistas», aunque algunos tuvieran educación penas, más tarde, fueron conmutadas.
superior o universitaria. El psiquiatra partía del prejuicio de que las mu-
El brigadista irlandés Bob Doyle escribió un libro jeres republicanas, y las mujeres en general,
titulado Memorias de un rebelde sin pausa donde poseían trazos físicos y psíquicos de extraordi-
describe los métodos de Vallejo-Nájera y sus ayu- naria inferioridad en relación al hombre. Decía
dantes: «Después de interrogarme, uno de ellos que «el marxismo y la revolución unidos a la mu-

 MUY HISTORIA

Vallejo-Nájera afirmaba que las mujeres podían ser
reeducadas para asumir el rol que les correspondía
jer debían ser tratados médicamente». Empleó el
mismo método que con los brigadistas, aunque
renunció al estudio antropológico de las féminas
porque «en el sexo femenino carece de finalidad,
por la impureza de sus contornos». Además, en
las encuestas, indagaba sobre la vida sexual de las
presas, especialmente sobre la edad en que tuvie-
ron sus primeras relaciones sexuales. Nájera llegó
a las mismas conclusiones o muy parecidas a las
de los brigadistas: tales mujeres eran degenera-
das, alcohólicas, con rasgos criminales, enfermas
mentales de diverso nivel, al igual que psicóticas,
«fracasadas» socialmente con parientes y amigos
con ideas revolucionarias, además de pervertidas
sexualmente y vengativas. Aun con estas carac-
terísticas, el psiquiatra consideró que podían ser
reeducadas para asumir el papel que les corres-
pondía en la nueva sociedad liderada por Franco:
madres de familia sin acceso a la política y otras
acciones sociales que atendiesen servilmente a su
marido. Es decir, dedicarse a las funciones dicta-
minadas por la Sección Femenina de la Falange.
Según la psicóloga Esperanza Bosch Fiol —Uni-
versidad de las Islas Baleares—, estudiosa de la
psicología de las presas republicanas, de los es-
tudios de Vallejo-Nájera se desprende un «tufo
misógino» y sus teorías no se sustentan bajo nin-
gún principio científico: era una pseudociencia
solo útil para torturar y hacer daño a partir de
la humillación social y la explotación de los ven-
cidos. Esta represión se justificaba, en términos
religiosos, como la expiación de sus «pecados».
Según el doctor Juan Sánchez Vallejo, autor de La
locura y su memoria histórica (2013), a partir del
gabinete de estudios psicológicos, Nájera incitó al
Gobierno, entre 1941 o 42, y a las organizaciones
franquistas y falangistas a implantar en España lo
que él denominó una «Inquisición modernizada»
con un «Cuerpo de Inquisidores» para perseguir
toda clase de opositores al régimen, los consi-
derados demócratas, incluido el control de la
prensa de manera general. «Aquel que fuera rojo
o simplemente demócrata, debería ir a la hoguera
emocional o social, a la marginación social», afir-
ma Sánchez Vallejo.
Las tesis defendidas por Vallejo-Nájera y apli-
cadas por él y sus discípulos sirvieron para
desligitimizar a las mujeres republicanas encarce-
ladas del derecho de criar a sus hijos. Los niños de
las mujeres de la prisión de Málaga, por ejemplo,
podían quedarse con sus madres hasta los tres o
seis años de edad si no tenían otro familiar para
cuidarles. La mencionada psicóloga Esperanza
Bosch Fiol puntualiza que las condiciones

BAÑUELOS Y MERENCIANO:
LOS OTROS «MAD DOCTORS» DE FRANCO
España, volviendo a crear un Imperio en 1942, en la Jefatura del FET y de las

M
ientras que Vallejo-Nájera em-
pleaba un concepto de raza no
biológico aplicado a la «hispa-
nidad», el catedrático burgalés de pa-
tología Misael Bañuelos García (1887-
1956) se declaraba, abiertamente, racis-
ta a la usanza de los médicos alemanes
apoyados por el régimen nazi. Según
Ricardo Campos, en Ciencia, Depura-
ción ideológica y regulación social en el
nuevo estado franquista (La Catarata,
2023), Bañuelos formuló un proyecto
biopolítico radical ante lo que él suponía
una «degeneración de la raza». En una
de sus obras afirmaba que «el pueblo
español se mancha y bastardea desde
hace muchos años, y sigue haciendo
mestizaje con las razas inferiores».
El proyecto de Bañuelos consistía en
recuperar la gloria de las conquistas de
con políticas raciales favorables a la se-
lección de los más fuertes. Además, se
debería impedir el mestizaje de algunos
de los españoles más «bien dotados»
entre «razas inferiores». En 1936 el mé-
dico proponía una ley protectora de los
más capacitados entre los 25 y 28 años
y que se debía limitar la procreación de
los «mal dotados» a dos o tres hijos. Es-
te pensamiento se enfrentaba el recha-
zo de la Iglesia católica de poner coto a
la natalidad, también en contra de la eu-
tanasia que fue ampliamente practicada
por los nazis. A partir de 1943 el proyec-
to de Misael Bañuelos cayó en desgra-
cia y no tuvo seguidores.
El médico valenciano Francisco Marco
Merenciano, director del Manicomio de
Valencia, pronunció una conferencia,
JONS sobre «Nuevas orientaciones so-
bre higiene mental» donde expresaba
sus preocupaciones por los «locos que
andaban sueltos», que también deno-
minaba «intoxicados psíquicos», para
él histéricos y neuróticos que culpaban
a la sociedad de su fracaso y por eso
eran considerados resentidos. Para Me-
renciano, el resentimiento reflejaba el
odio a Dios, a la patria y al mismo indivi-
duo. Según el médico, Rusia albergaba
un gran número de «resentidos» a causa
del marxismo. A esto añadía que «...Hay
que extirpar el veneno del resentimiento
que atrofia los corazones y envilece el
alma. El marxismo es una enfermedad y
en nuestras manos está en gran parte el
tratamiento». Su tratamiento era la ree-
ducación moral y católica.

MUY HISTORIA 

 higiénicas y de alimentación de estas cárce-
les eran infrahumanas: muchos de estos niños y
niñas simplemente morían por inanición antes de
ser dadas en adopción. Con el fin de prevenir el
«marxismo», los niños eran arrebatados de sus
madres y algunos eran internados en institucio-
nes del Estado o católicas y, muchos, dados en
adopción a padres afectos al régimen, perdiendo
sus nombres y apellidos originales. Estos niños
nunca más volvieron a ver a sus padres bioló-
gicos. Algunos de los que pasaron a vivir en las
instituciones católicas se convertían en semi-
naristas. Aunque no se pudiera seguir su rastro
—pues los datos de los menores no aparecen en
los expedientes carcelarios— se estima que so-
lo en 1943 unos 12 000 niños fueron separados
de sus madres y, entre 1936 y 1950 un total de
30 000 fueron secuestrados por el franquismo.
«REHABILITACIÓN» DE HOMOSEXUALES
Juan José López Ibor (Sollana, Valencia, 1906-Ma-
drid, 22 de abril de 1991), fue capitán médico y
director de la clínica psiquiátrica de Valladolid y,
como otros psiquiatras del régimen, miembro de
la Falange. Aunque fuera crítico de Vallejo-Náje-
ra, Ibor adoptaba las mismas tesis y negaba que la
Guerra Civil hubiera incrementado el número de
enfermedades mentales, especialmente las psico-
sis, y era defensor del alistamiento de los «débiles
mentales» en el servicio militar.
A causa de las diferencias con sus compañeros
de profesión —además del manifiesto que firmó
a favor de la restauración monárquica de Juan
de Borbón que le valió el cese de su cátedra de
psiquiatría en Madrid— su papel en el inicio del
franquismo fue eclipsado, pero su influencia en
la psiquiatría española se intensificó en los años
60 cuando tuvo control de oposiciones a cátedras
en las universidades e instruyó a muchos discí-
pulos que le ayudaban a atender a los pacientes
en hospitales psiquiátricos. Creó su propia clíni-
ca madrileña donde pasaba consulta a enfermos
de familias adineradas convirtiéndose en un re-
ferente de la psiquiatría española incluso en el
extranjero. Su presencia mediática era constante
y escribió varios ensayos científicos y firmó obras
populares sobre educación sexual que se convir-
tieron en auténticos bestsellers. Según la feminista
Lídia Falcón, ella y Eliseo Bayo fueron los verda-
deros autores de El libro de la Vida Sexual (1968)
donde sus nombres no podían constar.

EUGENESIA A LA ESPAÑOLA Y EL VIRUS BOLCHEVIQUE

y en Austria. nacional Gonzalo de Aguilera Munro,

L
a eugenesia es una ideología que
se desarrolló a finales del siglo XIX
que defiende la intervención bio-
lógica para proporcionar el perfeccio-
namiento genético de la especie hu-
mana con la pretensión de ayudar, por
medios científicos, el nacimiento de
personas sin taras físicas y mentales,
con mayor capacidad intelectual. Las
formas más radicales de la eugenesia
se orientaban a la esterilización de los
individuos con taras físicas y mentales.
Personajes políticos cómo Winston
Churchill y Theodore Roosevelt defen-
dieron prácticas eugenésicas en sus
países apoyados por el famoso escri-
tor de ciencia ficción H.G. Wells. No
obstante fue Adolf Hitler quien imple-
mentó su práctica durante el régimen
nazi, no dudando en exterminar a los
que consideraba más débiles o enfer-
mos para seleccionar los más aptos a
generar una «raza superior».
Tal como recuerda el doctor Enrique
González Duro, en su mencionada
obra, la influencia de la psiquiatría ale-
mana de la época nazi era muy desta-
cada puesto que muchos médicos es-
pañoles habían estudiado en Alemania
Pero había varias diferencias, puesto
que el concepto racial de Vallejo-Ná-
jera y otros psiquiatras no era bioló-
gico, sino «espiritual». Consideraban
que la «raza hispánica» era resultado
de la influencia de su entorno, en este
caso, del cristianismo y de una moral
conservadora. De ahí la necesidad de
crear un programa nacional de «higie-
nización de la raza» inculcando una
moral católica para reeducar a los que
ellos consideraban «marxistas» sin ha-
cer muchas aclaraciones sobre este
concepto.
Otro aspecto en que la «eugenesia es-
pañola» difería de la de los psiquiatras
de Hitler lo marcaba la Iglesia católica
que estaba en contra del programa T-4
de exterminio nazi de enfermos men-
tales y discapacitados, al que también
se opusieron Vallejo-Nájera y López
Ibor por su orientación ultracatólica de
rechazar la eutanasia.
También hubo intentos de convertir
ideologías políticas en el resultado de
enfermedades mentales o, incluso, fí-
sicas, como «el virus bolchevique»
del que, según el capitán del ejército
conde de Alba de Yeltes, también ofi-
cial de prensa franquista durante la
contienda, estaban contagiados los
republicanos o todos aquellos que no
eran afines al bando nacional. Según
de Aguilera Munro, no había remedio o
vacuna contra el virus que alojaban en
su organismo estos opositores, pues,
tal como comentó a la periodista es-
tadounidense Virgina Cowles, en su
libro Looking for trouble de 1941, «No
hay capacidad de comprensión en es-
te tipo de gente, hay que tenerlos bien
sujetos...Tenemos que matar, matar
y matar; ¿sabe usted? Son como ani-
males, ¿sabe?, y no cabe esperar que
se libren del virus del bolchevismo...
Nuestro programa consiste… en exter-
minar un tercio de la población mascu-
lina de España».
Después de la guerra, el entonces
conde de Alba de Yeltes defendió la
restauración de la monarquía y cayó
en desgracia entre los falangistas. En
1964 asesinó a sus dos hijos con una
pistola y fue ingresado en un hospital
psiquiátrico donde falleció un año más
tarde.

 MUY HISTORIA

 ASC / FUNDACIÓN LÓPEZ IBOR
López Ibor aparece en la obra de Almudena OTRO
PSIQUIATRA
Grandes La madre de Frankenstein (2020), don- DEL RÉGIMEN.
de la autora lo muestra como el «campeón» de Juan José López
las terapias para supuestamente curar la ho- Ibor fue capitán
mosexualidad en contra de la voluntad de los médico, director de
la clínica
pacientes (o sin conocimiento de la familia) ade- psiquiátrica de
más de practicar leucotomías para ese mismo Valladolid y
objetivo. Ramón Martínez, investigador y autor miembro de la
de La cultura de la homofobia (Egales, 2016), Falange. Si bien
cuenta, en su obra, que muchos pacientes ho- fue crítico con
Vallejo-Nájera, lo
mosexuales del psiquiatra llegaron a su clínica a cierto es que
causa del cumplimento de la ley sobre peligrosi- adoptó sus
dad y rehabilitación social de 1970, que obligaba mismas tesis.
a someter a tratamientos médicos-psiquiátricos
a los transexuales y homosexuales de la época.
El émulo de López Ibor en Cataluña de aquellos
años 60 fue el doctor Francisco Arasa, igual-
mente católico que publicó una conferencia de
cómo «curar» la homosexualidad con electros-
hocks en los genitales y con potentísimos
medicamentos. MH

López Ibor era defensor del alistamiento de los

«débiles mentales» en el servicio militar

GETTY
AÚN MÁS
ARIOS. Para
lograr una
«superraza»
alemana, los
científicos nazis
intentaron «crear»
niños de una
apariencia más
aria aclarándoles
el pelo y los ojos.

MUY HISTORIA 

 SHUTTERSTOCK

 MUY HISTORIA

 Resulta difícil imaginar la presencia en los años cuarenta de oficiales nazis
recorriendo apartados lugares de la península ibérica en busca de tesoros
legendarios, en una escena más propia del cine de Hollywood que de la realidad.
Pero lo cierto es que estuvo muy cerca de producirse gracias a los contactos que
la arqueología española mantuvo con la Ahnenerbe.

JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ .(9=0

DIVULGADOR DE HISTORIA

MUY HISTORIA 

 ASC

ASC
SANTA-
OLALLA Y
OBERMAIER. urante la primera etapa del franquis- se creó para él la cátedra de Historia primitiva del
El prehistoriador mo la gestión del patrimonio arqueo- hombre en la universidad madrileña, además de
y paleontólogo
alemán
lógico español fue encomendada a la concederle plaza en la Academia de la Historia.
(posteriormente Comisaría General de Excavaciones Nacionalizado español en 1924, el estallido de la
nacionalizado Arqueológicas. Creada el 9 de marzo Guerra Civil en julio de 1936 sorprendió a Ober-
español) Hugo de 1939 por el Ministerio de Educa- maier en Oslo como representante de España en
Obermaier ción Nacional, sus principales funciones eran el Congreso Internacional de Arqueología Histó-
(arriba a la
dcha.) formó a
la administración, vigilancia técnica y elabora- rica y Protohistoria. El prestigioso profesor tomó
una generación ción de informes científicos de los yacimientos entonces la decisión de no regresar a Madrid y
de arqueológicos situados en territorio español. Al al término de la contienda declinó volver a su
prehistoriadores frente de la institución se nombró a Julio Mar- cátedra. Esta circunstancia fue aprovechada por
españoles entre tínez Santa-Olalla, que entonces ocupaba la cá- Santa-Olalla para ocupar interinamente el puesto
los que se
tedra de Historia del Arte de la Universidad de vacante dejado por Obermaier hasta que en 1954
contaba Julio
Martínez Santa- Santiago de Compostela. perdió la cátedra por concurso-oposición frente
Olalla (sobre Santa-Olalla había sido discípulo aventajado de a Martín Almagro Basch, otro pupilo destacado
estas líneas), Hugo Obermaier, prehistoriador y paleontólogo de Obermaier.
uno de sus alemán que a principios del siglo xx había llega-
discípulos más do a España para trabajar en las excavaciones que
aventajados.
se estaban desarrollando es la cueva de El Castillo EN BUSCA DEL ORIGEN ANCESTRAL
en Cantabria. Bajo la tutela del profesor Ober- Entre 1927 y 1931 Santa-Olalla completó su for-
maier y sus sabios conocimientos, Santa-Olalla mación en la Universidad de Bonn, donde se
realizó su tesis doctoral para convertirse en pro- especializó en el estudio de los pueblos visigodos
fesor ayudante en la Universidad Central de de origen germánico, estudiando su expansión
Madrid. Al estallar la Primera Guerra Mundial, por Europa hasta llegar a la península ibérica. Su
Obermaier fijó su residencia en España y en 1922 estancia en Alemania coincidió con el periodo

 MUY HISTORIA

de efervescencia nazi, ideología que causó una
profunda impresión en el investigador. Falangista
convencido y declarado germanófilo, Santa-Ola-
lla dirigió la Comisaría General de Excavaciones
como si se tratase de una organización militar
altamente jerarquizada que contó con la cola-
boración de comisarios provinciales y locales
repartidos por toda España.
Desde su nombramiento al frente de la insti-
tución, se intensificaron los contactos con las
principales instituciones arqueológicas de la
Alemania nazi, incluyendo a la Ahnenerbe, la
Sociedad para la Investigación y Enseñanza so-
bre la Herencia Ancestral Alemana, entidad que
integrada en la estructura de las SS se dedicó a
realizar investigaciones de dudosa validez cien-
tífica que intentaban demostrar los orígenes
mitológicos de la raza aria. Influenciado por las
ideas de algunos de sus colegas alemanes, Santa-
Olalla se convirtió en el principal y más ferviente
defensor de la teoría de la «arianización de Espa-
ña», que propugnaba la supremacía de los celtas
sobre el pueblo íbero.
Su amistad con Wolfram von Sievers, siniestro
personaje sin formación académica específica
que llegó a ser director gerente de la Ahnenerbe,
permitió a Santa-Olalla contactar con Himmler,
con el que mantuvo una fluida correspondencia
en la que expuso algunas de sus teorías arqueoló-
gicas sobre la supuesta presencia del pueblo ario
en el pasado remoto de la península. Las cartas
del arqueólogo español despertaron el interés del
jefe de las SS, que empezó a valorar seriamente
la posibilidad de una colaboración mutua. Como
gesto de la cordialidad mantenida entre ambos,
Santa-Olalla tenía en su despacho una foto dedi-
cada de Himmler.
EL MEJOR CICERONE
Los responsables de la Ahnenerbe habían ma-
nifestado su especial interés por el pasado
remoto de España y encontraron en Santa-Olalla
al interlocutor que necesitaban para extender sus
investigaciones por la península ibérica. Como
máximo responsable de la Comisaría General de
Excavaciones el arqueólogo español facilitó a sus
amigos alemanes numerosa documentación sobre
yacimientos repartidos por todo el país y los ob-
jetos arqueológicos que se habían encontrado en
ellos, hallazgos que despertaron aún más la curio-
sidad de los miembros de la Ahnenerbe.
Cuando en octubre de 1940 Himmler realizó su
célebre visita a España para supuestamente coor-
dinar la seguridad de la entrevista que Hitler y
Franco iban a mantener en Hendaya, las auto-
ridades franquistas pensaron que Santa-Olalla
era la persona más indicada y cualificada para
ejercer de cicerone del ilustre invitado en su re-
corrido turístico por algunos de los enclaves
históricos y culturales que el régimen quería mos-
trar al mundo. Integrado en el séquito personal
del Reichsführer, Santa-Olalla aparece a su lado
en muchas de las fotografías que se tomaron en
aquellos días mientras le acompañaba en su re-
corrido por El Escorial, el Alcázar de Toledo y
el Museo Arqueológico Nacional. El arqueólogo
español causó una grata impresión en Himmler,
que a su regreso a Berlín cursó una invitación
oficial a Santa-Olalla para que viajase a Ale-
EN EL SÉQUITO
DE HIMMLER. El
Reichführer de las
SS Heinrich
Himmler recibe
explicaciones de
Julio Martínez
Santa-Olalla ante la
reproducción de la
Dama de Elche
durante una visita
al Museo
Arqueológico
Nacional en
octubre de 1940.
ALBUM
MUY HISTORIA 
 mania a conocer en persona el trabajo de la
Ahnenerbe. El Comisario de Excavaciones aceptó
encantado y al pie de la escalerilla del avión que
le llevó hasta el aeropuerto berlinés de Tempelhof
acudió a recibirle el propio Sievers acompañado
por otros funcionarios de la Ahnenerbe y oficiales
de las SS.
En sus encuentros a alto nivel con los jerarcas
nazis, Santa-Olalla contó en todo momento con
el respaldo institucional ofrecido por José Luis
Arrese, Ministro-Secretario General del Mo-
vimiento, que en su momento había llegado a
manifestar a Himmler su deseo de crear en Es-
paña una institución bajo control falangista que
velase por la ortodoxia ideológica en el estudio
de la prehistoria y la arqueología teniendo como
ejemplo la propia Ahnenerbe.
Durante su estancia en Berlín, Santa-Olalla man-
tuvo reuniones con algunos de los responsables
de la Ahnenerbe tendentes a perfilar el objetivo
UNA BUENA perseguido por Arrese y su arqueólogo de cabe-
IMPRESIÓN. cera. En esos encuentros se alcanzaron una serie
Santa-Olalla
causó una grata
de acuerdos en materia de colaboración científica
impresión a entre Alemania y España con el propósito de que
Himmler durante tuvieran continuidad en el tiempo. Como resul-
la visita de este tado inmediato, Santa-Olalla ofreció un ciclo de
a España en conferencias por varias ciudades alemanas y la
octubre de
Ahnenerbe publicó uno de sus trabajos dedicado
1940, y fue
invitado a viajar a la presencia de los godos en España.
a Alemania para
conocer el
trabajo de la AYUDA Y COOPERACIÓN
Ahnenerbe. En Los nazis se mostraron encantados de encontrar
la imagen,
Santa-Olalla en Santa-Olalla a un receptivo admirador de sus
(izda.) y Himmler ideas que podía servir de enlace entre la Ahne-
(con sombrero nerbe y las autoridades culturales del régimen
blanco) tras su franquista. Las opiniones del arqueólogo español
visita Museo del
Prado.
ALBUM
 MUY HISTORIA
también podían resultar muy útiles para propa-
gar sus ideas pseudocientíficas sobre los orígenes
de la raza aria.
La buena relación de Santa-Olalla con los diri-
gentes de la Ahnenerbe facilitó los contactos y
el intercambio de información. En este sentido,
los alemanes se mostraron dispuestos a prestar
ayuda material y técnica en todo aquello que
sus colegas españoles pudieran necesitar. En
cumplimiento de órdenes expresas dictadas por
Himmler, se remitieron a la Comisaría General
de Excavaciones artículos fotográficos de alta
calidad para que los arqueólogos españoles pu-
dieran documentar sus investigaciones y desde
el Ministerio del Aire del Reich, dirigido por
Hermann Göring, también se facilitaron aviones
para realizar reconocimientos fotográficos aéreos
de los yacimientos. A los pilotos alemanes, vete-
ranos de la Legión Cóndor, los cielos españoles
les eran familiares: apenas dos años antes, en el
transcurso de la Guerra Civil, los habían sobre-
volado en circunstancias muy diferentes.
Sobre el terreno, el primer gran proyecto de cola-
boración entre la Comisaría General dirigida por
Santa-Olalla y la Ahnenerbe iba a ser el inicio de
una nueva campaña de excavaciones en la necró-
polis visigoda de Castiltierra, pequeña localidad
de la provincia de Segovia. El yacimiento, situado
a un kilómetro de la población sobre la suave on-
dulación del conocido como Cerro Moro, había
sido descubierto en los años veinte del siglo xx
durante las obras de construcción de la carretera
trazada junto a la ermita románica del Santísimo
Cristo del Corporario. Hasta el año 1932, en que
se iniciaron las primeras campañas anuales de
excavaciones arqueológicas dirigidas por autori-
dades académicas, la necrópolis sufrió la rapiña
 NUEVOS
OBJETIVOS. El
Ministerio del Aire
del Reich facilitó
aviones para
realizar
reconocimientos
fotográficos
aéreos de los
yacimientos. Los
pilotos, veteranos
de la Legión
Cóndor conocían
bien el terreno tras
su participación en
la Guerra Civil (a la
izda., un
bombardero
Heinkel He 111E-1
de la Legión
Cóndor en febrero
de 1939).

sistemática de los expoliadores.
Durante la estancia de Himmler en España
Santa-Olalla había previsto que el Reichsführer
acudiera al yacimiento de Castiltierra. La comiti-
va debía partir desde Segovia, tal y como recogió
el programa oficial de la visita que se conserva
en el Archivo General del Ministerio de Asuntos
Exteriores. Para que el ilustre visitante se lleva-
ra una buena impresión se procedió a limpiar
las tumbas que se habían excavado. Para este
trabajo se contrató a vecinos de los alrededores
con cabellos rubios y ojos claros, individuos de
GETTY
aspecto germánico que debían estar presentes
durante la visita y actuar como figurantes para
recrear en el yacimiento una atmósfera conve-
nientemente aria.
Cuando todo estaba dispuesto para impresio-
nar a Himmler, la visita tuvo que suspenderse a
última hora debido al mal tiempo. Las lluvias to-
rrenciales habían convertido la excavación en un
barrizal y el frío otoñal de la campiña segoviana
helaba los huesos. Este contratiempo no desalen-
tó a las autoridades arqueológicas españolas, que
insistieron ante los alemanes sobre la im-

EN BUSCA DE TESOROS PERDIDOS

l interés que los nazis mostraron por que carecían del menor fundamento Con todos estos datos recabados por

E el tesoro arqueológico de Castiltie-

rra no fue alentado únicamente por
los deseos de Arrese y Santa-Olalla de
formar una comunidad científica entre
alemanes y españoles. En absoluta sin-
tonía, Hitler y Himmler estaban obsesio-
nados con los posibles orígenes racia-
les y culturales de los visigodos, a los
que consideraban descendientes de los
arios. Dominado por esa idea, Himmler
dedicó hombres y recursos a buscar los
tesoros perdidos de este pueblo y con-
cedió credibilidad a algunas leyendas
histórico.
El mito más difundido era el que espe-
culaba sobre el paradero del enorme
botín obtenido por el rey visigodo Ala-
rico I después de saquear Roma en el
verano del año 410. Entre los tesoros
estaría la legendaria Mesa de Salomón,
que junto con otras fabulosas riquezas
habría sido trasladada a Toledo para ser
escondida en la Cueva de Hércules, tal
y como afirman las crónicas árabes es-
critas tras la conquista musulmana de la
Península.
el esoterismo nazi, no hubiera resulta-
do disparatado detectar la presencia de
agentes de la Ahnenerbe recorriendo
las calles de Toledo. La existencia de
estas leyendas justificó la importancia
que la institución pseudocientífica atri-
buyó al pasado de España, aunque las
autoridades nazis perdieran finalmente
interés por Castiltierra debido al descu-
brimiento de otros tesoros visigodos en
países ocupados por las tropas de Hit-
ler, yacimientos que resultaron más fá-
ciles de saquear.

MUY HISTORIA 
 aduciendo las obligaciones impuestas por la
Operación Barbarroja, la invasión del territorio
de la Unión Soviética por los ejércitos de Hitler.
A pesar de las dificultades provocadas por la gue-
rra, el interés alemán por Castiltierra se mantuvo.
En agosto de 1941 el profesor Joachim Werner,
subdirector del Instituto Romano-Germánico
de la Universidad de Fráncfort, participó en las
excavaciones dirigidas por Santa-Olalla. Wer-
ner informó puntualmente a Himmler sobre el
avance de los trabajos. Según la documentación
conservada por el Museo Arqueológico Nacio-
nal, durante las excavaciones se exhumaron más
de cuatrocientas tumbas antropomorfas bajo
la atenta mirada de varios representantes de la
embajada alemana. A Castiltierra también ha-
bría acudido Ernst Schäfer, el jefe de la famosa
expedición al Tíbet organizada por la Ahnener-
be. Schäfer, defensor de la teoría esotérica de la
existencia del reino mítico de Agartha, se habría
mostrado muy interesado por la trascendencia
que podía tener el yacimiento segoviano.
Las excavaciones sacaron a la luz gran número
de restos humanos y piezas arqueológicas. Junto
a los huesos de los enterrados en la necrópolis
aparecieron fíbulas, broches y armas fabricadas
en bronce que formaban parte de los ajuares
funerarios. Ante la carencia de medios que los
arqueólogos españoles padecían, los alemanes
ASC

se ofrecieron para restaurar el abundante mate-

NATURALEZA rial que habían hallado. La Comisaría General
NÓRDICA . El portancia de unas excavaciones en las que de Excavaciones aceptó la ayuda y cajas repletas
linaje más puro
de arios según habían depositado grandes esperanzas de encon- de objetos sin inventariar llegaron a Berlín por
la ideología nazi trar algunas claves sobre los orígenes de la raza valija diplomática. Desde allí se repartieron por
era el pueblo germánica. Santa-Olalla estaba convencido de diferentes instituciones arqueológicas y museos
nórdico de que los trabajos podían señalar el inicio de una de toda Alemania, donde supuestamente se iban
Alemania, fructífera relación académica con los investiga- a realizar los trabajos de limpieza, restauración,
Inglaterra, los
Países Bajos y
dores nazis y no estaba dispuesto a arrojar tan datación y documentación.
Escandinavia, y pronto la toalla. Las expectativas iniciales se vieron frustradas ante
su propaganda el avance de los aliados en todos los frentes que
enfatizaba el varió el curso de la Segunda Guerra Mundial.
orígen nórdico LA AHNENERBE EN CASTILTIERRA Los cortes en las vías de comunicación y la falta
de los
En julio de 1941 José Luis Arrese remitió de medios de transporte sirvieron de excusa pa-
alemanes.
En la imagen, la una carta a Himmler y a Sievers en la que les ra retrasar indefinidamente la devolución de la
ganadora de un transmitió una invitación formal para que los mayoría de este valioso material, entregado por
concurso, en especialistas bajo sus órdenes colaborasen en
1935, para los trabajos de campo y en la investigación que
encontrar «el
se estaban desarrollando en Castiltierra. En su
bebé más
hermoso de raza misiva, el Ministro del Movimiento manifestaba Se exhumaron más
la sintonía de sus convicciones ideológicas con
aria». Su familia
resultó ser judía. las de los nazis al manifestar que con su ofreci- de cuatrocientas
miento pretendía «…demostrar la camaradería
de falangistas y nacionalsocialistas en el terreno tumbas antropomorfas
científico, y de manera especial en el estudio de
nuestros comunes problemas culturales y racia- bajo la mirada de los
les». Himmler no tardó en contestar a Arrese y
en su carta declinó amablemente la invitación representantes nazis
 MUY HISTORIA
 TESORO DE GUARRAZAR
ntre los años 1858 y 1861 se produjo un maravilloso hallazgo arqueológi-

E co en el paraje conocido como Fuente de Guarrazar, situado en el término

municipal de la localidad toledana de Guadamur. Las lluvias pusieron al
descubierto un tesoro compuesto por varias piezas en oro de orfebrería visi-
goda que debieron formar parte de ofrendas religiosas exhibidas en el altar
de una cercana basílica cuyos restos han puesto al descubierto recientes ex-
cavaciones. Entre las joyas del que acabó siendo conocido como Tesoro de
Guarrazar, sobresalen las coronas votivas de Recesvinto y Suintila, reyes del
reino visigodo con capital en Toledo, valiosos objetos que simbolizaban la co-
nexión del poder terrenal con el celestial.
El Tesoro de Guarrazar se dispersó por culpa de la actuación de los saquea-
dores que expoliaron el yacimiento impunemente ante la indiferencia de las
autoridades de la época. El Gobierno francés se benefició del robo, adquirien-
do ocho coronas y seis cruces por medio de avispados marchantes de arte
que obtuvieron cuantiosas comisiones con la venta.
La mayoría de estas piezas permanecieron en Francia hasta la ocupación ale-
mana durante la Segunda Guerra Mundial. Fue entonces cuando el Gobierno
colaboracionista de Vichy, presionado por Himmler, llegó a un acuerdo con el
régimen franquista que permitió la devolución de la Dama de Elche, que había
sido comprada por el Museo del Louvre a finales del siglo XIX. En las negocia-
ciones también se incluyeron los objetos más hermosos del tesoro de Guarra-
zar, junto a otras piezas sustraídas durante la Guerra de la Independencia.
Sorprende la intervención de los nazis en este canje tan beneficioso para los
intereses culturales de España. Algunos han querido ver en este gesto por
parte de Himmler el deseo de estrechar lazos de unión con España que per-
mitieran demostrar la existencia de ancestrales vínculos raciales entre el pue-
blo germánico y la península ibérica. Santa-Olalla y Arrese puede que tam-

SHUTTERSTOCK
bién creyeran en esa conexión, animando a los arqueólogos alemanes y a los
agentes de la Ahnenerbe a visitar algunos de los yacimientos visigodos más
importantes de España.

España con carácter temporal. Los alemanes, ocu-
pados en otros asuntos mucho más graves, nunca
mostraron disposición a resolver el problema.
Según la documentación publicada por el Mu-
seo Arqueológico Nacional, a España tan solo
regresaron algunos huesos, mientras los obje-
tos de mayor interés arqueológico nunca fueron
devueltos. La ausencia de un inventario que hu-
biera permitido catalogar con precisión la que ha
terminado siendo conocida en círculos arqueo-
lógicos como «Colección Santa-Olalla» dificultó
la identificación de las piezas y la determinación
de su número total. Las reiteradas reclamaciones
presentadas por la embajada española en Berlín
fueron desatendidas y con el final de la Segunda
Guerra Mundial y el paso del tiempo estos ob-
jetos pasaron a engrosar las colecciones de los
museos de Núremberg, Berlín y Colonia, donde
todavía se encuentran. Aunque informes cientí-
ficos recientes han demostrado sin lugar a dudas
su procedencia, la cuestión permanece pendien-
te, a la espera de que las autoridades culturales de
ambos países decidan ponerse de acuerdo para
resolver este contencioso.
Durante los años siguientes, el proyecto auspi-
ciado por el ministro Arrese y Julio Martínez
Santa-Olalla de transformar la Comisaría Gene-
ral de Excavaciones en una especie de Ahnenerbe
española languideció hasta que la derrota ale-
mana en la Segunda Guerra Mundial le dio el
carpetazo definitivo.
Santa-Olalla dejó a un lado sus teorías incómo-
das sobre la «arianización de España» y dedicó
sus conocimientos al estudio de los yacimientos
de la Edad del Bronce en el sureste de la pe-
nínsula ibérica y al Paleolítico de la cordillera
Cantábrica. Protagonista de lo que algunos se
han atrevido en calificar como los años más os-
curos de la arqueología española, Santa-Olalla
llegó a enfrentarse al catedrático Juan de Con-
treras y López de Ayala, marqués de Lozoya, que
ocupó el cargo de Director General de Bellas Ar-
tes. De la disputa solo podía salir un vencedor y
Santa-Olalla fue finalmente apartado de su pues-
to y condenado al ostracismo.
El falangista «camisa vieja» José Luis Arrese tenía
la suficiente experiencia y los contactos necesa-
rios para convertirse en un superviviente dentro
del régimen, del que fue un leal servidor hasta el
final de su vida. MH

MUY HISTORIA 

+6::0,9

LOS AIRES DE

Famoso por el notable control de sus músculos abdominales

que le permitía liberar gases a voluntad y en una amplia
variedad de sonidos, Joseph Pujol, Le Pétomane, fue el artista
mejor pagado de su época, actuando en el Moulin-Rouge
entre 1890 y 1894.

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 MUY HISTORIA

 GETTY

MUY HISTORIA 

 finales del siglo xix, en el escenario
del Moulin Rouge, el maestro de ce-
remonias se quita la chistera. Extiende
los brazos. Mira al público. Y presenta
a la máxima estrella de esta tempora-
da. «Señoras y señores, tengo el honor
de presentarles a todo un fenómeno musical úni-
co en el mundo, Le Pétomane». Tras bambalinas,
Joseph Pujol, más conocido como Le Pétomane,
se ajusta la levita roja. Se acopla los guantes blan-
cos. Se acicala el bigote. Se sube las medias hasta
las rodillas. Respira profundamente. Y comprue-
SOLISTA. ba que su estratégico agujero en sus pantalones
A la junta de quede a la altura del orificio de su trasero.
revisión. Sale al escenario. Lleva una buena temporada
Caricatura de actuando en el cabaret más famoso de Montmar-
A. Karl para
L’Image pour
tre. El gran elefante adorna el escenario exterior
Rire del 11 de del Moulin Rouge. No queda un asiento libre.
febrero de 1893. La gente se pone de pie para recibir al artista.
ALBUM
 MUY HISTORIA
La actuación va a comenzar. El público se sien-
ta y mandan guardar silencio unos a otros. Le
Pétomane toma la palabra: «Señoras, señoritas,
caballeros: Voy a tener el honor de presentar ante
ustedes una sesión de Pedomanía. La palabra «Le
Pétomane» quiere decir: hombre que pee a vo-
luntad, pero no teman nada por sus olfatos, mis
padres se gastaron una fortuna para perfumarme
el recto». Palabras escritas por el propio Joseph
para la publicidad de su espectáculo.
UN DON ÚNICO
Joseph mira al público. Se siente orgulloso de
haber llegado hasta ahí. Tiene un gran don, y ha
sabido aprovecharlo. Recuerda cómo descubrió
que era diferente al resto. Fue de niño. Se encon-
traba con sus padres, de procedencia catalana,
en la playa de Mataró. Allí, en la playa, con el
agua por el pecho, Joseph jugaba con amigos. De
pronto sintió algo en su cuerpo. Louis Pujol, el
hijo mayor de Le Pétomane explica en la biogra-
fía de su padre: «Al meter la cabeza debajo del
agua y contener la respiración, sintió en el vien-
tre como un gran frío glacial que penetraba en él,
una especie de cólico». Joseph salió del mar llo-
rando en busca de sus padres. Su madre observó
que el niño tenía el vientre hinchado. Sin saber
qué hacer, la madre presiono el vientre de Joseph.
El niño soltó una cantidad considerable de agua
por las posaderas. Joseph, sin saber cómo, había
succionado 4 litros de agua salada por el ano. Los
padres, preocupados, le llevaron urgentemente al
médico. «No deben preocuparse, Joseph no sufre
de ningún mal. Tiene el talento de poder absor-
ber y expulsar agua o aire por el recto a voluntad
propia», dijo el médico riéndose. Dio unos cari-
ñosos golpecitos en la cabeza del niño y mandó a
la familia Pujol a casa. Desde entonces a Joseph
le gustaba practicar este don. Con el agua o con
el aire. Soltar gases a voluntad le hacía diferente
a la par que feliz.
El público del Moulin Rouge espera que Le
Pétomane de comienzo a su actuación. E. Gre-
net-Dancourt, asistente habitual al Moulin Rouge
escribió: «El Maestro, que se ha concentrado, se
inclina ligeramente, posa sus manos sobre las ro-
dillas y, en una actitud cuyo abandono no excluye
ni la nobleza ni la gracia, sonriendo, abre el... la...
¡hum!... y comienza... Un estremecimiento reco-
rre el auditorio...». Joseph echa las caderas hacia
atrás. Levanta el dedo de manera exclamativa.
Empiezan sus primeras flatulencias. «Primero el
calentamiento» explica al público. La aclaración
hace sonreír al respetable. La primera flatulencia
es aguda y tímida. «Esta ha sido el tenor, vaya-
mos a por el barítono y bajo». Y al igual que un

cantante calienta sus cuerdas vocales, Joseph ca-
lienta su instrumento sonoro. En las siguientes
ventosidades imita las tonalidades anunciadas.
Una señora del público se tapa la boca al reír.
Otro señor mira a su compañero carcajeando.
Una pareja se da con el codo sonriendo. «Ahora
vayamos por personas y situaciones», comenta
Joseph. Primero imita el gesto de un señor de
alta clase. Ventosidad grave y alargada. Después
el de un niño de barrio corriendo. Ventosidad
entrecortada y rápida. Señoras hablando en el
mercado. Ventosidades entremezcladas con dis-
tintas notas e intensidades. «La imitación de la
novia antes de la luna de miel». Ventosidad baja.
Aguda. Tímida. «Ahora la misma joven, después
de la noche de bodas». Ventosidad alta. Alargada.
Sonora. Algunos del público ya están soltando
carcajadas. Algunas señoras lloran de la risa.
Otros caen de sus butacas entre risotadas. El ca-
baret parece caerse por el estruendo de las risas.
Es innegable que Joseph tiene un don. Alguien
empieza a aplaudir. Le sigue al unísono el teatro
entero. Joseph pide silencio, aún queda mucha
Al pequeño Joseph le gustaba practicar su don,
soltar gases a voluntad le hacía diferente y feliz
ALBUM
TALENTO
DIABÓLICO.
actuación. Nohaim y Caradec, biógrafos de Le Demonio
Pétomane escriben: «Parecía que estaba solo en el pedómano
escenario, pero con él también estaba su trasero, perturba el
sueño de una
que tenía algo que decir y que decía mucho más mujer. Litografía
que su cara». en Alphabet de
Imperfection et
Malice des
UN ESPECTÁCULO EN CONSTRUCCIÓN femmes de J.
Olivier. Francia,
Años atrás, en 1866, cuando Joseph hizo el ser- 1876.
vicio militar en Francia supo que su cualidad
podía producir sonrisas. Allí, entre sus amigos
del cuartel, podía imitar los toques de trompeta.
El toque de diana. El de retreta. El de la bande-
ra. Sus compañeros de litera se ríen a carcajadas.
Le piden que lo repita una y otra vez. Joseph va
anunciando los toques y reproduciéndolos con
sus aires rectales. Entretiene a sus amigos de este
modo. También hacía demostración de absorción
de agua. Louis Pujol explica cómo era la vida de
su padre en el cuartel: «Durante algún tiempo, en
el dormitorio, para divertirse con sus compañe-
ros, hacía salir en tromba, como por una manga
de riego, todo el líquido que absorbía por el
MUY HISTORIA 
 recto. Y, riéndose a carcajadas, los coraceros
tenían que huir precipitadamente para no ser ro-
ciados. Esto ya no es un regimiento de coraceros,
gritaban los soldados. Es un regimiento de bom-
beros». Joseph fue aprendiendo a dar forma a un
espectáculo con sus músculos abdominales.
Ahora en el Moulin Rouge comienza la segunda
parte del espectáculo. Joseph, serio, coloca una
banqueta en mitad del escenario. Y sobre ella
una vela. El público expectante. Algunos mue-
ven las cabezas para ganar visibilidad entre los
asistentes de las filas de delante. Joseph enciende
la vela. La deja a sus espaldas y da seis pasos.
Unos ocho metros entre Le Pétomane y la ve-
la. Mira al público fingiendo confusión. Este ríe
nerviosamente. Joseph levanta el dedo. Echa las
caderas hacia atrás. Del orificio de su pantalón
sale un vendaval a 100 kilómetros por hora. El
aire recorre todo el escenario hasta llegar a la
ESCENARIO llama de la vela que se apaga rápidamente. La
EXTERIOR. gente aplaude. E. Grenet-Dancourt escribió:
El jardín del «Los hombres querían disimular su emoción
Moulin Rouge,
con su mordisqueándose los bigotes, tumultuosamente
extravagante e bajo los terciopelos, los encajes y las sedas, los
icónico elefante, senos de las mujeres se levantaban... Yo lloraba,
era el escenario sin fuerzas ya para aplaudir al que hacía correr
de la actuación
de Joseph Pujol.
GETTY
 MUY HISTORIA
mis lágrimas…». Joseph saluda el público. Pide
silencio. El espectáculo no ha acabado.
EL MEJOR VENTILADOR
Cuando fue joven Joseph estuvo trabajando de
aprendiz en una panadería en la ciudad que le
vio crecer, Marsella. Y ya era famoso en el barrio
por su don. Los clientes en muchas ocasiones le
pedían que hiciera alguna pequeña demostra-
ción, la gente rompía a reír. Lo que no sabemos,
es si aumentaba las ventas practicando este don
en un establecimiento de alimentación, que no
parece el mejor lugar para las ventosidades. Jo-
seph se percató pronto de que cada vez venía
más gente para ver cómo utilizaba sus músculos
abdominales. «¿Por qué no ganarme la vida con
esta cualidad?», pensó Joseph. Con lo que, en
1887, empezó a dar espectáculos por pequeños
cafés y cabarets de Marsella, Burdeos y Cler-
mont-Ferrand. En poco tiempo los espacios se
llenaban de público para oír las ventosidades de
Le Pétomane. Joseph empezó a ganar populari-
dad y su espectáculo alcanzaba mayor éxito con
cada representación.
Así que decidió mudarse a París. Y dónde, si no
a Montmartre, que a finales del siglo xix era el
barrio más bohemio de toda Europa. Joseph de-
jó escrito: «Cogí el bordón de peregrino y con
confianza me eché a andar para adelante. ¡Sin
preocuparme por lo de atrás!».
Una vez instalado en París fue directamente al
cabaret con más renombre. El Moulin Rouge.
Cuando vio el gran molino que adornaba la fa-
chada dijo la famosa frase: «¡El Moulin Rouge!,
¡Qué maravilloso ventilador para airear mi nú-
mero!». Allí hizo una prueba delante del dueño,
Charles Zidler. Cogió una palangana, la llenó
con litro y medio de agua y se bajó los pantalo-
nes. Zidler, confundiendo la intención de tales
preparativos, intentó detenerle. Pero en seguida
Joseph absorbió todo el líquido por el ano. Zidler
no daba crédito a lo que veían sus ojos. De re-
pente, Joseph puso sus glúteos mirando al cielo y
expulsó todo el líquido cual ballena resoplando.
Zidler empezó a reír a carcajadas acariciándose

las manos pensando en todo el dinero que po-
drían ganar. Joseph, con los glúteos desnudos,
también empezó a reír. Ambos se estrecharon las
manos, Joseph aun sin ponerse recto. Zidler pen-
só que era la primera vez que firmaba un acuerdo
con alguien en semejante postura. Desde enton-
ces el espectáculo había sido un éxito rotundo.
Incluso, Joseph tuvo que firmar un acuerdo de
exclusividad con el Moulin Rouge. Con el tiempo
Joseph llegó a ganar más dinero por actuación
que la vedette más famosa de Montmartre, Sa-
rah Bernhardt. «Zidler puso a le Pétomane en el
Jardín del Elefante de Moulin Rouge (escenario
exterior del cabaret). La gente se apelotonaba
para oírlo. Es donde he oído las carcajadas más
grandes, las crisis de hilaridad más histéricas»,
dejó escrito Yvette Guilbert, una de las más cé-
lebres vedettes que bailaban y cantaban en el
cabaret. En el exterior del cabaret, se exponía un
cartel con el siguiente texto: «Todas las noches,
de 8 a 9, Le Pétomane. El único que no paga de-
rechos de autor».
Su éxito fue tal que hasta Thomas Edison filmó
una actuación suya, desgraciadamente sin so-
nido. Y sus sonoras flatulencias fueron incluso
grabadas en vinilo de cera. Estos archivos es-
tán disponibles en YouTube. También fue caso
de investigación para médicos, que se sintieron
atraídos a estudiar la cualidad de Joseph. El
doctor Baudouin escribió: «Puede producir un
sonido bastante intenso de diez a doce veces se-
GETTY
PRIMEROS
PASOS. Los
guidas y la cantidad de aire aspirado de una vez clientes de la
es suficiente para que la expulsión, cuando tiene panadería de
lugar, dure de 10 a 15 segundos». La Facultad de Marsella (sobre
estas líneas, una
Medicina de París ofreció una suma considerable imagen de la
a Joseph para poder hacerle una autopsia tras su ciudad en 1898)
muerte y analizar en profundidad su organismo. en la que
Joseph se negó. La Facultad volvió a insistir, ya trabajaba el
fallecido Joseph, ofreciendo veinticinco mil fran- joven Joseph a
veces le pedían
cos a sus hijos. Pero estos rechazaron la oferta demostraciones
por respeto su padre. de su peculiar
talento.
TRACA FINAL
Ahora toca la siguiente parte del espectáculo. El
público que nunca ha visto a Le Pétomane pien-
sa que no puede superarse. Se equivoca. Con un
gran soliloquio Joseph empieza a anunciar lo que
irá imitando con sus músculos anales. Primero
el disparo de una pistola. Después el sonido de
una ametralladora. Y por último el de un ca-
ñón. La gente ríe y aplaude efusivamente. Ahora
toca el momento de los oficios. Joseph con sus
ventosidades imita a una modista que rasga una
tela. Esta imitación sorprende a los concurrentes.
Joseph es capaz de soltar aire durante un minuto.
El público se levanta de nuevo para aplaudir.
Por último, en esta parte del espectáculo, Joseph
anuncia que va a reproducir el terremoto de

Su éxito fue tal que hasta Thomas Edison filmó

una actuación suya, desgraciadamente sin sonido
MUY HISTORIA 
 Pronto se descubrió que la mujer con la que el
Moulin Rouge le reemplazó era una farsante
San Francisco con sus flatulencias. El públi-
co no da crédito. Le Pétomane empieza lento.
Intervalos de ventosidades de bajas notas. Acto
seguido una sucesión de estruendos suenan por
la sala. Parece que el Moulin Rouge se vendrá
abajo. Los espectadores se sujetan a sus butacas.
Con la traca final de Joseph el público se que-
PÚBLICO DE da en silencio. Transcurridos unos segundos,
LUJO. Artistas de la audiencia se pone en pie aplaudiendo sin dar
moda, como crédito a lo que acaban de ver… y oír. Un testigo
Toulouse-Loutrec, de la época apuntaba en la biografía de Nohaim
y lo más granado y Caradec: «Desde el comienzo de la audición,
de las mejores
familias, incluída la
la risa sin control llenaba la sala. El público se
real (el rey de los desternillaba, las mujeres en particular. Algu-
belgas, Leopoldo nas incluso lloraban, chillando. Muchas perdían
II, se disfrazaba el equilibrio y se caían». Joseph pide de nuevo
para ver el silencio. El público se pregunta qué será lo si-
espectáculo de
incógnito),
guiente que puede hacer el virtuoso con su recto.
acudían a ver a En los años siguientes Joseph montó su propia
Le Pétomaine.
ASC
 MUY HISTORIA
compañía teatral, llamada «El teatro de Pom-
padou». No fue del todo por elección propia.
Rompió contrato con el Moulin Rouge. Joseph
había ayudado a un amigo que tenía un puesto
de buñuelos en la Foire aux Pains d’Épice. Para
atraer al público, Joseph hizo pequeñas actua-
ciones delante del puesto. Esto no sentó bien al
dueño del Moulin Rouge, que le demando por
3000 francos. Nohaim y Caradec nos describen
cómo fue la reunión entre el director del caba-
ret y Joseph: «¿Y si yo lo llevara a pleito? —dijo
secamente el director del cabaret. El Pedómano
enrojeció de furor: —¡Quiere usted que la Justicia
meta las narices en nuestros convenios! ¡Como
usted guste! Pero Oller parecía fuera de sí: ¡Le
aseguro que lo domaré! —amenazaba. El Pedó-
mano se irguió desde lo alto de su metro ochenta
y dos: —Pues yo —dijo —, cuando alguien quiere
domarme, ¡corto el gas! Los portazos se oyeron
ASC
lejos. La guerra empezaba». Joseph tenía exclu-
sividad con dicho cabaret. El juicio se celebró el
1 de mayo de 1894 en la Sala 6ª de lo Civil del
Tribunal del Sena, y los periódicos hablaron del
asunto. Le Petit Journal escribió: «Cuando el di-
rector del Moulin Rouge tuvo conocimiento de
esta huida, pensó primero en ir a buscar al infiel
para llevárselo con él a puntapiés en... la parte
musical, pero después de pensarlo bien, temió
estropear el instrumento y prefirió que la justi-
cia metiera la nariz en este asunto y reclamar los
3000 francos de indemnización, estipulados en
el contrato». Joseph tuvo que pagar al Moulin
Rouge. El Moulin Rouge intentó reemplazar-
le con una mujer con el mismo talento, Angèle
Thibeau, con el título de «Femme-Pétomane». Jo-
seph pensó en demandarles. Pero al poco tiempo
se descubrió que Thibeau era una farsante, pro-
vocaba los sonidos de las supuestas ventosidades
con un fuelle escondido. Con lo que Joseph se
dio por vengado.

UN CANTO DE LIBERTAD
Sin trabajo, Le Pétomane fundó su propia com-
pañía. Añadió nuevos números a su espectáculo.

Entre ellos, la lectura de un cuento sobre los
animales de una granja, de los cuales imitaba
cacareos y balidos con sus ventosidades. Hizo
una gira por Europa y África. Ciudades como
Madrid o El Cairo aplaudían sus flatulencias.
Pero con el tiempo, su éxito menguó, no alcan-
zando las cotas de tiempos pasados. Años más
tarde, Joseph abandonaría el espectáculo que
tantos buenos aires le había dado. Y montó una
fábrica de galletas. «Galletas Pujol». Suponemos
que ocultaría su antiguo trabajo a los clientes.
No es recomendable mezclar ventosidades con
productos alimenticios. Joseph tuvo una vida
próspera. Se casó y tuvo diez hijos. Triunfó con
su fábrica hasta el día de su muerte en 1945.
Contaba 88 años. «El Pedómano murió sin pre-
ocupaciones, con serenidad. Durante su larga
vida, había dado lo mejor de sí mismo» escriben
Nohaim y Caradec.
Joseph, antes de abandonar este mundo, recuer-
da el final de su último espectáculo en el Moulin
Rouge. Está a punto de acabar el show. Se ha
guardado lo mejor para el final. Respira profun-
damente. El público aguarda expectante. Saca
una ocarina de su bolsillo. Se la coloca en el sitio
propicio. Es ahora cuando su espectáculo llega a
su clímax. Joseph comienza interpretando O sole
mio, muy popular en esa época. La gente em-
pieza a reír y aplaudir. Después, sin descanso,
Joseph se atreve con el Claro de Luna. E. Grenet-
Dancourt, escribió: «En mi vida olvidaré aquel
ASC
CACHÉ
ELEVADO.
día... ¡Asombroso...! ¡Maravilloso...! ¡Extraor- Joseph Pujol
dinario...! ¡Nadie ha llegado jamás tan alto en llegó a ganar
las regiones etéreas del arte...! ¡Jamás, jamás, más dinero por
actuación que
jamás!». Y ahora Joseph hace algo sublime. La la aclamada
gente empieza a reconocer la melodía que está Sarah Bernhard,
iniciando y canta al unísono. Unos se emocio- el cachet de
nan. Otros lloran mientras ríen. Es la mismísima Le Pétomane
Marsellesa. El público se abraza y corea el himno triplicaba el de
la actriz. (arriba,
francés. Un canto revolucionario. Un canto de fotografiada
libertad. Todos unen sus manos y cantan más en 1880).
alto. Se miran, con lágrimas en los ojos mien-
tras Joseph no para de soplar la melodía con su
ocarina. De repente Joseph aparta su ocarina y
levanta los brazos. El show ha acabado. Parece
que el Moulin Rouge se va a derrumbar. Nunca
se han oído tantos aplausos en el cabaret. La gen-
te no para de gritar elogios a Le Pétomane. Las
ovaciones se oyen por todo el barrio de Mont-
martre. Joseph sonríe satisfecho. Hoy ha hecho
un gran espectáculo con su culo. MH
BIBLIOGRAFÍA:
■ JEAN & CARADEC, F NOHAIN: «El pe-
dómano. 1857-1945. su vida - su obra.»,
Ediciones Alfaguara, 1970.

MUY HISTORIA 
4<1,9,S ,N 3A /0:;690(
Luisa Sigea
Una humanista en la
corte de Portugal
SANDRA FERRER VALERO
PERIODISTA Y DIVULGADORA DEL PAPEL DE LAS MUJERES EN LA HISTORIA
l siglo xvi supuso el desarrollo del arte y el co-
nocimiento en prácticamente toda la Europa del
Renacimiento. Las principales cortes europeas se
llenaron de pintores, poetas, filósofos, hombres
sabios que embellecieron e iluminaron los pala-
cios de sus señores. Pero el Renacimiento no fue
solo cosa de hombres.
María de Avis y Beja fue una princesa portuguesa que nun-
ca llegó a reinar y tampoco se casó. Hija de Manuel I el
Afortunado y Leonor de Austria, hermana del emperador
Carlos V, fue su hermano, el futuro rey Juan III de Portu-
gal, quien intentó durante años hacer de ella un importante
peón en el tablero dinástico europeo. Mientras su hermano
intentaba rentabilizar su posible unión con algún rey de la
Europa Moderna, María crecía en palacio junto a Catalina
de Austria, su cuñada, quien se preocupó por su educa-
ción. Fue entonces cuando Catalina mandó llamar a dos
hermanas a la corte, dos mujeres cultas que cambiarían la
vida de María.
Se llamaban Luisa y Ángela Sigea y llevaban un tiempo vi-
viendo en Portugal. Mientras Ángela fue la encargada de
dar clases de música a la princesa, Luisa se convertiría en
una maestra pluridisciplinar. Luisa nació alrededor de 1522
en Tarancón, entonces perteneciente al Reino de Toledo,
hija de un reputado humanista llamado Diego Sigeo y su
esposa Francisca de Velasco. Los cuatro hijos que tuvieron,
dos niños y dos niñas, fueron educados iguales, sin distin-
ción de sexo.
AÑOS FELICES EN LA CORTE
Luisa aprovechó la oportunidad excepcional para una
mujer de su tiempo y pronto empezó a dominar lenguas
como el latín, griego, hebreo, caldeo, francés o italiano.
Historia, filosofía y otras disciplinas también fueron objeto
de estudio para Luisa.
Mujer sabia, admirada por reyes y papas, la etapa de esplendor
de Luisa Sigea terminó cuando contrajo matrimonio
 MUY HISTORIA
Años después, su padre se encontraba en Portugal ejer-
ciendo de preceptor de los hijos de la Casa de Braganza
cuando su esposa y sus hijos se unieron a él. Cuando
Diego Sigeo fue llamado a la corte de Juan III en 1539,
Catalina de Austria supo de la existencia de sus dos hijas,
a las que llamó a palacio.
Cuando la princesa María cumplió dieciséis años y su her-
mano abandonó toda esperanza de casarla con un rey o un
príncipe, se instaló en su propia casa haciendo de su pala-
cio un centro neurálgico del Renacimiento en femenino.
Junto a Luisa y su hermana, vivieron otras mujeres cultas
como Joana Vaz, Paula Vicente o Publia Hortensia. Todas
ellas damas eruditas que disfrutaron de la conversación, el
estudio y el saber que María puso a su alcance en la mag-
nífica biblioteca que tenía en su palacio.
Allí, Luisa compartió con la princesa María todos los co-
nocimientos adquiridos hasta el momento y su fama de
humanista traspasó los muros de palacio. Mientras ejercía
como preceptora de María, Luisa empezó a escribir poe-
mas, entre los que destaca su famoso poema laudatorio
Sintra. En 1546, confiada en su talento, Luisa Sigea decidió
enviar sus versos al mismísimo papa Paulo III. El pontí-
fice no dudó en contestarle, haciendo que su nombre se
elevara a lo más alto del humanismo renacentista euro-
peo: «En gran manera nos ha deleitado la carta que nos
enviaste, escrita en latín, griego, hebreo, sirio y árabe, al
mismo tiempo que nos hemos quedado maravillados ante
los variados frutos del ingenio en una mujer que, según nos
han referido, además posee honestas y piadosas costum-
bres». Los años que Luisa Sigea vivió en Portugal fueron los
más felices de su vida. Además de ejercer como maestra,
continuó estudiando y escribiendo obras como Diálogo de
dos doncellas. Una etapa brillante que finalizaría cuando se
convirtió en esposa y madre.
En 1552, Luisa abandonaba la corte lusa para casarse con
un comerciante llamado Francisco de las Cuevas. La pareja

Retrato a lapiz de Luisa Sigea de Velasco. Fue realizado en 1843 por el pintor y dibujante Cecilio Pizarro y Librado (1818-1886).
se trasladó a vivir a Burgos donde la estrella de la dama
erudita empezó a apagarse. Ansiosa por continuar con el
desarrollo de su intelecto y poder seguir relacionándose
con hombres y mujeres sabios, Luisa intentó encontrar el
patrocinio de algún miembro de la realeza. En 1556 se le
presentó una brillante ocasión cuando María de Austria,
reina viuda de Hungría, se detuvo en Burgos en su lar-
go camino hasta la corte de su hermano Carlos V. María
quedó maravillada con la «dama latina» y le propuso en-
trar a su servicio. Cuando Luisa y su marido se disponían
a unirse a la corte de María, descubrió, como ella misma
explicó, que «pronto empezaron a torturarme las náuseas y
las penosas desganas de un estómago alterado, en fin, todos
los tormentos de las embarazadas hasta el punto que ape-
nas me permiten mover un pie fuera de esta casa». Luisa
tuvo que poner en pausa sus planes. Unos planes que, fi-
nalmente, nunca podría materializar. En el verano de 1557
nacía Juana. Durante unos meses se hizo cargo de la niña,
esperando poder encontrar el momento propicio para re-
encontrarse con la reina María. Esta fallecía a finales de
1558 truncando definitivamente los sueños de Luisa.
CARTAS SIN REPUESTA
Dispuesta a encontrar un lugar en el que fuera reconocida
como en la corte portuguesa, Luisa Sigea escribió en un to-
no cada vez más desesperado a reyes, reinas, nobles. En sus
misivas, describía orgullosa sus conocimientos y su ilustre
pasado: «Gracias a mi padre y a mis otros preceptores ten-
go un conocimiento nada mediocre de las lenguas latina,
griega, hebrea, caldea y arábica. De muy buen grado fui
ASC / MUSEO DEL PRADO
ASC / MUSEO DEL PRADO.
admitida en la Corte Lusitana, y para la Serenísima Infanta
María realicé con honor la función de maestra». Pero de
nada sirvieron.
Una de sus últimas peticiones, realizada al rey Felipe II,
nunca recibió respuesta. Este atronador silencio fue el que
probablemente provocó en Luisa Sigea una desazón que
derivó en ansiedad y depresión. Una tristeza y un dolor que
terminaron con su vida prematuramente en 1560. Tenía
apenas treinta y ocho años de edad.
A su muerte, fueron muchos los que lamentaron su pér-
dida. Poetas que le dedicaron versos laudatorios que, sin
embargo, ya nada podían remediar el fracaso de sus últi-
mos años. Su propio marido la recordó como una «mujer
incomparable, cuya honestidad, con la erudición de las len-
guas, en las que llegó a ser portentosa pudo imaginarse». El
poeta Pedro Laínez le dedicó estos versos:
«Hoy la clara Sigea, oh, Parca avara,
nos llevas, cuya lumbre nos mostraba
de virtud larga senda abierta y clara».
El nombre de Luisa Sigea, una de las humanistas más im-
portantes del Renacimiento, se fue diluyendo con el paso
de los siglos para resurgir de un modo nada beneficioso
para su memoria. El escritor francés Nicolás Chorier resca-
tó su nombre del olvido y lo hizo afirmando que era ella la
autora de una sátira erótica con tintes pornográficos. Aún
tuvieron que pasar siglos para que otro autor galo, Paul
Allut, remediara el entuerto. Pero el nombre de Luisa ya
había sido mancillado. En la actualidad, buena parte de su
obra se ha recuperado y se está empezando a traducir del
latín para admirar la vida y la obra de una de las mujeres
más cultas de la Europa Moderna. MH
MUY HISTORIA 
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De la cruentación a los
juicios de Dios
En la Edad Media y hasta bien entrado el siglo XVIII, los tribunales de Justicia europeos basaban sus
sentencias en absurdas supersticiones pseudorreligiosas. Sin metodología científica, sin pruebas ni
evidencias, muchos inocentes fueron condenados… y demasiados criminales quedaron exculpados.
JOSÉ PARDINA

ALBUM
EL CAZADOR
DE DRAGONES.
En este fotograma de
Los nibelungos: Sigfrido
(1924), dirigida por
Fritz Lang, Krimilda
llora el cadáver de
Sigfrido tras la
muerte de este
a manos del
traidor Hagen.
US SIGNAL CORPS ARCHIVE

 MUY HISTORIA


E
n el Cantar de los nibelungos, poema épico germá-
nico del siglo xiii, el valiente Sigfrido, cazador de
dragones y semidiós, es alanceado a traición por
el burgundio Hagen Tronje. Al día siguiente, cuando
el cuerpo del héroe queda expuesto ante la corte y su
matador se acerca al ataúd para presentar hipócritas
condolencias, de la herida mortal de Sigfrido brota la
sangre. Esa fue la prueba, «el gran milagro que ocurrió
entonces, dice el Cantar, porque cuando el asesino se
acercó al muerto, la sangre afloró palpitante de su llaga
abierta». Una versión expresionista y naif de la escena se
puede admirar en la película de Fritz Lang Los Nibelun-
gos: Sigfrido (1924), accesible en la plataforma Filmin.
EL JUICIO DE DIOS
La creencia en la cruentación —la idea supersticiosa de
que un cadáver sangraría espontáneamente en presen-
cia de su asesino— estaba arraigada en la época en que
se escribió el poema, hacia 1220 y, de hecho, durante
la Alta Edad Media, hay constancia de que muchos jui-
cios penales por asesinato se resolvían basándose en
dicha prueba: si del cuerpo presente del asesinado, al
ser tocado o mirado por el sospechoso, brotaba sangre
procedente de sus heridas o emanada de su nariz y sus
ojos, el fenómeno se consideraba prueba irrefutable de
culpabilidad. O, en caso contrario, de inocencia. Es
fácil suponer que muchos más asesinos, casi siempre
caballeros y nobles, fueran absueltos.
Hoy cuesta imaginar que alguien creyera seriamente
Representación
de la ordalía de
agua hirviendo
en el Manuscrito
Sachsenspiegel
(siglo XIV).
que un cadáver pueda sangrar en un momento dado. El
fenómeno de la lividez, o livor mortis, empieza a ser vi-
sible entre los veinte minutos y las tres horas posterio-
res a la muerte, cuando la sangre acumulada comienza
a coagularse en los capilares, apareciendo la máxima
lividez entre las seis y las doce horas tras el fallecimien-
to. Según la científica forense A. J. Scudiere, autora de
Under Dark Skies (2015) «durante esa franja de tiempo,
nadie sangraría realmente, a lo más supuraría. La san-
gre se coagula y espesa después de la muerte».
Entonces, ¿qué veían aquellos jueces para estar tan con-
vencidos? Es posible que si un cuerpo llevaba muerto
el tiempo suficiente, durante las primeras fases de la
descomposición se produjera un líquido de purga, acu-
mulado en los pulmones. Así, cuando alguien tocaba o
empujaba un cadáver en el juicio, parte de ese fluido
podía filtrarse por la nariz y otros orificios corporales.
Sin embargo, la gente no recurría a la cruentación de
forma científica, simplemente creía en los milagros an-
te un tribunal de Justicia.
Más frecuentes eran otras intervenciones sobrenatura-
les usadas como pruebas de cargo tangibles. La orda-
lía, también conocida como «El juicio de Dios», fue
una institución jurídica que perduró hasta finales de
la Edad Media en toda la Europa cristiana. De acuerdo
con el jurista Francisco Tomás y Valiente (1932-1996),
la ordalía consistía en la invocación y búsqueda de la
interpretación del juicio divino a través de rituales y
métodos cuyos resultados determinaban la inocencia
o culpabilidad del acusado. Estos métodos pro-
ASC
MUY HISTORIA 

Presunta bruja sometida
a la ordalia del agua.
Grabado coloreado
del siglo XVI.
ALBUM
ORDALÍAS A LA
ESPAÑOLA
n los reinos cristianos de la España medieval se
E practicaban diferentes tipos de juicios de Dios. El
más antiguo del que se tiene constancia era la prue-
ba del agua hirviendo o pena caldaria que, según el
Fuero de León (1017), se aplicaba a los acusados de
robo y homicidio. En ocasiones especiales, con fuego
fundido. En 1072, para evitar los numerosos abusos
que se cometían, Alfonso VI ordenó que la prueba solo
se realizase en la catedral de León, pero no hubo acata-
miento total a su disposición y la pena, tan absurda co-
mo cruel, se siguió aplicando y sancionando en los fue-
ros locales. Nadie resultaba inocente ni salía indemne
de tan brutal legislación. Por si el tribunal y los hombres
buenos o derecheros tenían dudas acerca de si el acu-
sado se había quemado o no, debían llamar como pe-
ritos a dos herreros de la localidad que prestaban jura-
mento. El alcalde dictaba sentencia teniendo en cuenta
su testimonio.
La ordalía del riepto consistía en un combate armado y
a muerte entre los dos contendientes de un pleito. Los
acusados podían retractarse y reconciliarse eligiendo
entre el juramento o la buena lid.
En la llamada prueba del pan y el queso, el acusado,
ante el altar, debía engullir sin parar una gran cantidad
de pan y queso. Los jueces estimaban que Dios en-
viaría a uno de sus ángeles para apretar el gaznate del
pobre reo de modo que no pudiese tragar aquello que
comía. En Las Partidas de Alfonso X el Sabio (1260) no
se confirma la aparición de ningún ángel, pero sí abun-
dantes atragantamientos mortales.
 MUY HISTORIA
batorios se caracterizaban por su brutalidad y su
naturaleza mágica e irracional, lo que eventualmente
condujo a su reemplazo por la tortura.
Por medio de la ordalía, se determinaba, siguiendo
supuestos mandatos divinos, si una persona o incluso
objetos como libros u obras de arte, acusados de pe-
cado o violación de la Ley, eran inocentes o culpables.
Estas prácticas primitivas se basaban en pruebas, en
su mayoría relacionadas con el fuego o el agua, que
a menudo implicaban torturas como sujetar hierros
candentes, introducir las manos en el fuego o perma-
necer sumergido bajo el agua. Si alguien sobrevivía,
se consideraba que Dios lo declaraba inocente y no
merecedor de castigo. De ahí proviene la expresión
«poner la mano en el fuego» para expresar un respaldo
inquebrantable a algo o alguien, así como la noción de
«prueba de fuego». Entre hidalgos y nobles, en dispu-
tas relacionadas con el delito de traición, si el ofen-
dido no aceptaba la decisión del tribunal, el caso se
resolvía a través de un duelo conocido como «riepto».
El vencedor obtenía ventajas jurídicas, mientras que el
perdedor podía perder hasta la vida.
UN ASUNTO DE REPUTACIÓN
La justificación legal para la ordalía se basaba en la
idea de una «justicia inmanente». Según las leyes de
los pueblos germánicos, la tortura y las penas corpo-
rales se aplicaban principalmente a personas no li-
bres o a aquellos libres que habían sido públicamente
declarados traidores, desertores o cobardes. Durante
la Alta Edad Media en Europa, especialmente entre
los siglos ix y xii, el sistema legal era en gran medida
«privado». Las autoridades públicas no investigaban
los crímenes, sino que intervenían solo a petición de
la parte agraviada, quien se convertía en acusador. El
acusado simplemente tenía que jurar que la acusa-
ción era falsa, y en ocasiones se requería el juramento
de otros testigos libres para respaldar su afirmación.
En los casos en los que la reputación del acusado era
cuestionable y la acusación conllevaba la pena de
muerte, se recurría a la ordalía o juicio de Dios para
determinar la veracidad de la afirmación. Además, el
combate judicial entre el acusador y el acusado, o sus
representantes designados, también se consideraba
una forma de ordalía, ya que se basaba en la creen-
cia de que Dios solo permitiría la victoria del justo.
A partir del siglo xv, a medida que las sociedades
europeas experimentaban cambios significativos en
sus estructuras legales y sociales, las ordalías fueron
consideradas «primitivas y bárbaras» y comenzaron
a ser reemplazadas por métodos racionales, basados
en pruebas más sólidas, como los testimonios y las
evidencias físicas. Además, la persistencia del dere-
cho romano a lo largo de toda la época medieval y la
evolución natural del sistema legal contribuyeron al
abandono gradual de tales prácticas irracionales. MH
,70:6+06

80 A ÑOS DE L A DECISI VA IN VA SIÓN DE I TA L I A

En julio de este año se conmemoraba una de las más importantes efemérides de
la Segunda Guerra Mundial: el 80 aniversario de la invasión aliada de Sicilia, nada
menos que la mayor operación anfibia de la contienda que supondría el primer
gran asalto a la «Fortaleza Europa», el comienzo del retroceso del Tercer Reich en
el Viejo Continente.
ÓSCAR /,99(+Ô5
PERIODISTA Y ESCRITOR

 MUY HISTORIA

 n el mes de mayo de 1943 estaba bastante incursiones que darían paso a la invasión se pro-
claro que los aliados intentarían una inva- ducirían simultáneamente por Grecia y Cerdeña,
sión del viejo continente. La pregunta que pero en ningún caso por Sicilia, que, tratándose
se hacían desde la Cancillería alemana y del lugar exacto, serviría para fingir una maniobra
desde el Palazzo Venezia en Roma era: de distracción. Un engaño dentro de otro engaño.
¿por dónde se haría? La decisión ya se Ello a pesar de que a comienzos de febrero de 1943
había tomado meses antes, durante la Conferen- un informe de los servicios de inteligencia alema-
cia de Casablanca, que se celebró entre los días 14 nes redactado por el OKW indicaba en relación
y 24 de enero de ese mismo año, donde Franklin a las intenciones aliadas que «Sicilia se presenta
Delano Roosevelt, Winston Churchill y los líde- automáticamente como el primer objetivo».
res de la Francia Libre, los generales De Gaulle y Era necesario, pues, que la operación de engaño
Giraud, reunidos en el marroquí Hotel Anfa, se hiciera cambiar a Hitler de opinión en dos direc-
inclinaron por Sicilia. Un movimiento minucio- ciones diferentes: reducir sus temores acerca de
samente orquestado para asestar una herida de Sicilia y aumentar su preocupación por Cerdeña,
muerte a los ejércitos de Hitler. Grecia y los Balcanes. Para ello se orquestó una de
La invasión no era un secreto, pues Roosevelt pre- las operaciones secretas más sorprendentes y efec-
sentó los resultados de la conferencia al pueblo tivas de toda la guerra, que respondió al nombre
estadounidense en una comparecencia radiofó- en clave de Operación Carne Picada (Operation
nica el 12 de febrero: debía buscarse la rendición Mincemeat) [ver recuadro].
sin condiciones de las potencias del Eje, apoyar a COMIENZA
la Unión Soviética en el frente del este, reconocer LA CAMPAÑA
el liderazgo de la Francia Libre y llevar a cabo la OPERACIÓN HUSKY, RAJANDO EL «SUAVE ITALIANA. El
invasión de una Europa sometida por los fascis- VIENTRE DEL COCODRILO» teniente general
George Patton
mos, que, recalcó, ese año no se produciría por el El plan de invasión recibiría el nombre en clave y el general
Canal de la Mancha, el destino más lógico. Hitler de Operación Husky; considerado un ensayo del de brigada
y su Alto Estado Mayor —el Oberkommando der Día D y durante décadas casi ignorado y relegado Theodore
Wehrmacht, OKW—, eran conscientes de la in- a un papel secundario en el teatro bélico, lo cierto Roosevelt Jr.
minencia de un desembarco enemigo en el Viejo es que sería el primer gran golpe contra las fuerzas cerca de Cerami
después del
Continente, sin embargo, la topografía del terre- del Eje, eso sí, rodeado de no pocos problemas que desembarco
no favorecía a los defensores, por lo que ingleses, casi lo convierten en un desastre. aliado en Sicilia
franceses y norteamericanos debían mantener en en julio de 1943.
secreto el lugar exacto del mismo, dando forma a
un elaborado plan de engaño que desde el prin-
cipio se topó con no pocas dificultades y mucho
escepticismo.
Tras la derrota de los ejércitos de Erwin Rom-
mel, el «Zorro del Desierto», y finalizada con
éxito la campaña del norte de África, la llama-
da Operación Torch (Antorcha), Sicilia se había
convertido en un lugar estratégico fundamental,
pues era el punto más indicado para iniciar una
invasión del sur de Italia y desde allí del conti-
nente, hacia el centro de la Europa ocupada por
los nazis. Esto también lo sabían los ejércitos del
Eje, por lo que dotaciones alemanas e italianas
permanecían en constante alerta. En la isla, la
Luftwaffe de Goering tenía una de sus principa-
les bases, desde la que los alemanes hostigaban
las posiciones enemigas en Malta.
Existía también la posibilidad, aunque menor, de
que el desembarco aliado se realizara en otro lugar,
y precisamente ese sería el objetivo de los servicios
de inteligencia británicos: desviar la atención de
los alemanes de Sicilia a otros posibles puntos de
acceso. La idea era hacer creer a Hitler y al Abwe-
hr, el servicio de espionaje alemán comandado por
ALBUM

el almirante Wilhelm Canaris, que las primeras

MUY HISTORIA 

 Aparte del plan de inteligencia denominado
LA COSA NOSTRA Operación Carne Picada, la Operación Husky fue
posible, en parte, gracias a un acuerdo (que per-
Y LA INVASIÓN DE SICILIA maneció secreto durante décadas) entre la Marina
no de los secretos mejor guardados de la crónica estadouniden- estadounidense y nada menos que la Mafia ita-

U se tuvo lugar también durante la Segunda Guerra Mundial. La

Inteligencia de la Marina, para poder controlar los puertos ante
el peligro de una incursión enemiga y los sabotajes a los barcos que
loamericana comandada por los gánsteres Lucky
Luciano y Meyer Lanski, quienes protegieron los
puertos contra saboteadores nazis y facilitaron la
debían partir hacia la lucha en el teatro europeo, contó con la ayuda
negociación con el crimen organizado siciliano
del que hasta ese momento había sido el enemigo público número
uno de Nueva York: Charles Lucky Luciano, el gran capo de la Cosa que favorecería el desembarco al otro lado del At-
Nostra italoamericana (concretamente de la familia Genovese), y con lántico de los ejércitos aliados [ver recuadro].
algunos de sus secuaces, como Meyer Lanski (quien, siendo judío,
odiaba a Hitler por sus políticas antisemitas) o Frank Costello.
Tras ponerse en contacto con Luciano, entonces en prisión, y pro- LA MAYOR OPERACIÓN ANFIBIA
meterle ciertas «licencias» penitenciarias, el Gobierno de EE. UU. y la Los aliados estudiaron la delicada situación po-
Mafia sellarían una alianza secreta (la conocida como Operación Ba-
lítica que atravesaba entonces el principal aliado
jos Fondos —Underworld Operation—) en pro de la lucha contra un
enemigo común, el fascismo italiano (que había perseguido con inqui-
occidental de Hitler, Benito Mussolini, y determi-
na a los pistoleros del crimen organizado) y su aliado nazi. Se prote- naron que dicho desembarco podría acelerar su
gieron los puertos gracias a la enorme influencia que la Mafia tenía en caída. Aunque los generales estadounidenses pare-
los mismos y a sus hombres infiltrados entre los estibadores, y, ade- cían negarse a quebrar la hasta entonces blindada
más, parece que se facilitó el desembarco en Sicilia en 1943 después «Fortaleza Europa» por Italia, pues consideraban
de que la Cosa Nostra diese órdenes para ayudar a las tropas esta- que se desviarían ingentes recursos para un frente
dounidenses. secundario (estaban centrados en un desembarco
Aunque con los años el propio Luciano negaría haber facilitado el te-
rreno a las tropas aliadas para su desembarco en Sicilia —afirmando
por el Canal de la Mancha, que finalmente se pro-
que se marchó de allí a los nueve años y apenas conocía a nadie—, duciría en junio del año siguiente), Churchill lo
Meyer Lansky afirmó en sus memorias no solo que el capo estaba defendió y definió Sicilia como «el suave vientre
dispuesto a colaborar, sino que se ofreció al comandante Charles del cocodrilo». No sería fácil, pero cuando se raja
Radcliffe Haffenden (responsable de la sección de investigaciones el vientre de un animal se acaban saliendo las vís-
del Tercer Distrito Naval en Manhattan) para formar parte activa de la ceras momentos previos a la agonía final.
Operación Husky: al parecer Luciano quería unirse al ejército invasor, Antes de desencadenar Husky, los aliados de-
entrando a la isla como soldado raso con las primeras fuerzas de des-
bían capturar las islas italianas de Lampedusa,
embarco y actuar como una suerte de enlace o avanzadilla. Creía que
su mera presencia allí aseguraría la cooperación de los sicilianos. Di- Pantelaria, Lampione y Linosa, frente a las costas
jo, incluso, que se sentía preparado para ser lanzado en paracaídas. africanas. El encargado de comandar la operación
El propio Lansky y otros gánsteres como Joseph Lanza o Vincent sería el general Dwight Eisenhower y el plan im-
Mangano presionaron a sus compatriotas para brindar información plicaba el desembarco de dos ejércitos en el sur y
vital: condujeron a muchos italianos hasta los cuarteles de la Inteli- sureste de Sicilia con la idea de arrinconar y ce-
gencia Naval para reuniones a puerta cerrada con Haffenden y sus rrar la salida a las fuerzas enemigas. Se le encargó
hombres. La intención era que estos contactos les entregasen a los
al VII Ejército estadounidense, comandado por
agentes de inteligencia todas las fotografías que tuviesen de los puer-
tos sicilianos, de los estrechos, y hablasen a su vez con personajes
el controvertido general George Patton, y al VIII
que hubiesen viajado recientemente a la isla y aportasen conocimien- Ejército británico, al mando del general Bernard
tos sobre el mar y el perfil de la costa en esos momentos, nombres de Montgomery (ambos se integrarían en el 15.º
enlaces en terreno siciliano, mapas… Grupo de Ejércitos, dirigido por el mariscal Ha-
A pesar del cuestionamiento moral de esta operación secreta, lo cier- rold Alexander).
to es que la decisión de prohibir todo contacto con cualquier persona Con más de 25 000 kilómetros de extensión, Si-
vinculada a los sindicatos del crimen se tomó bastante pronto. Wil- cilia era la isla más grande del Mediterráneo y
liam Donovan, director de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS
por sus siglas en inglés), antecesora de la CIA, cuyos agentes saca-
ban cada vez menos información de esa oscura relación, no estaba
interesado en seguir manteniendo vínculos con gánsteres, pues con-
sideraba a la Mafia como «una conspiración supranacional que no
puede guardar lealtad a los Estados Unidos».
La victoria de los aliados
Sea como fuere, el 3 de enero de 1946, supuestamente como contra-
partida por su cooperación en el esfuerzo de guerra, el gobernador de
suponía la apertura con
Nueva York, Thomas E. Dewey, conmutó la sentencia por proxenetis-
mo de Luciano bajo la condición de que no se resistiera a su deporta-
mucho menos riesgo de
ción a Italia. Aquello dolió al capo, porque consideraba a EE. UU. su
verdadero hogar, pero al menos salió de la prisión de Sing Sing rumbo las rutas marítimas en el
a su patria de origen.
Mediterráneo
 MUY HISTORIA
 había sido un lugar estratégico para el Eje, desde
donde abastecer a los ejércitos libios en el nor-
te de África. La victoria de los aliados en aquel
frente suponía la apertura, sin riesgos (o con mu-
chos menos que antes) de las rutas marítimas por
el Mediterráneo para las embarcaciones aliadas,
por lo que se podrían desplegar ingentes cantida-
des de suministros y tropas por las nuevas rutas
que se abrieran hacia Europa, algo hasta ese mo-
mento impensable.
Los efectivos aliados eran gigantescos: siete divi-
siones de infantería, dos divisiones acorazadas y
dos aerotransportadas. Los aliados movilizaron
300 barcos de guerra y más de 2000 mercantes que
serían protegidos desde el aire por más de 5000
aviones. A todo aquel gigantesco despliegue había
que añadir 1800 cañones, 600 carros de combate
y unos 160 000 soldados aliados (británicos, es-
tadounidenses y canadienses) en la que sería la
mayor operación anfibia de la historia.
Italia, por su parte, disponía de una defensa cons-
ASC
tituida por cuatro divisiones comandadas por el
oficial general Alfredo Guzzoni, mal equipadas,
y varias unidades costeras. Los alemanes, por su
parte, tenían allí la división blindada paracaidista
de la Luftwaffe Hermann Göring y la 15º División
Panzergrenadier de la Wehrmacht. El Eje disponía
de muy pocas embarcaciones allí y 250 tanques,
entre ellos varios modelos Panzer y Tiger. No era
UN GRAN
una fuerza ni mucho menos equiparable a la alia- DESPLIEGUE.
da, pero aun así no sería fácil la toma de Sicilia. Los aliados
El desembarco comenzó la noche del 9 al 10 de movilizaron
julio de 1943. Cuatro divisiones al mando de Pat- 600 carros de
ton desembarcaron al oeste de Sicilia, en la zona combate en la
operación
ocupada por las localidades de Licata, Scoglitti y
Husky. Abajo,
Gela —en esta última se librarían fuertes combates la tripulación del
por la resistencia que opuso la guarnición italiana, tanque M4
que finalmente hubo de retirarse— y los británicos Sherman
desembarcaron en la costa oriental. Los aliados to- Eternity revisa
maron Siracusa y el 11 de julio la base naval de su vehículo tras
el desembarco
Augusta, mientras los alemanes, bien conscientes en Red Beach 2,
ya del engaño en el punto de invasión, trans- Sicilia (10 de
julio de 1943).
MUY HISTORIA 

ALBUM
RESPIRO
TRAS LA
BATALLA. firieron tropas de ocupación desde otros
Sobre estas lugares como Francia, desprotegiendo el frente
líneas, un grupo
de soldados
del oeste (precisamente uno de los objetivos de la
aliados Operación Husky).
descansan entre
las ruinas en la
localidad LA CAÍDA EN DESGRACIA DE MUSSOLINI
siciliana de
Troina, en
Patton encabezó la toma de Palermo y Mesina,
agosto de 1943. cortando la línea de retirada de las tropas del Eje.
En agosto, el dominio aliado de Sicilia era casi
una realidad. Mientras tanto, era evidente que
el régimen fascista atravesaba una fuerte crisis
gubernamental —otro de los objetivos del plan
aliado—: fue convocado el Consejo Fascista y el
Duce, ante el voto en su contra de algunos adlá-
teres (como su propio yerno, el conde Galeazzo
Ciano), fue destituido de todos sus cargos por el
rey Víctor Manuel III, siendo sustituido por el
mariscal Pietro Badoglio que, en vano, intentó
conversaciones de paz con los aliados.
Aunque el éxito de Husky era incuestionable, lo
cierto es que no se lograron todos los objetivos:
a través de la llamada Operación Lehrgang, que
sería dirigida por el general alemán Hans-Valentin
Hube, al frente del 14º Cuerpo Blindado, el mando
germano-italiano logró evacuar una gran cantidad
de tropas y material bélico de Sicilia a la Italia con-
 MUY HISTORIA
Todavía hoy son visibles
en Italia los rastros de
los duros combates
librados aquel verano
tinental que el Tercer Reich podría aprovechar en
su lucha desesperada por ganar una guerra que
cada vez se volvía más en su contra. Por parte ale-
mana se salvaron casi 40 000 soldados alemanes,
más de 9000 vehículos, 47 carros de combate, más
de 90 cañones y unas 17 000 toneladas de equi-
po de guerra; mientras que los italianos lograron
poner a salvo a cerca de 60 000 soldados y 350
vehículos a través del estrecho de Mesina.
Por otro lado, los aliados exigían la rendición in-
condicional a Italia, como a Alemania y Japón,
y aquella negativa a aceptar las propuestas del
nuevo Gobierno italiano, por el contrario, pro-
porcionó a los alemanes un valioso tiempo para
reforzar su posición en la península itálica, «la
bota», a través de la Operación Alarico, lo cual
provocaría una cruenta guerra de dos años más
en una Italia asfixiada por las derrotas y que se
desangraba lentamente.
VESTIGIOS DE LA BATALLA
Todavía hoy son visibles en la isla italiana los ras-
tros de los duros combates librados aquel lejano
verano de 1943 del que han pasado 80 años: res-
tos de búnkeres y construcciones militares en los
alrededores de Gela y en muchos otros rincones.
En la población de Marina di Ragusa existe un
búnker sobre el que hoy ondea la bandera italia-
na y que está iluminado para los turistas en una
época de fuerte revisitación de la Segunda Guerra
Mundial, como sucede en Normandía; se llama
Bunker Camemi y se ha reconvertido en museo
bélico. Una placa inaugurada en 2010 recuerda a
un soldado que sacrificó su vida «en defensa del
suelo de la patria».
No muy lejos de Agrigento, en la playa de Pia-
na Grande, se encuentra un grupo de varios
búnkeres divididos en bloques y perfectamente
conservados. Y en Monte Santa Anastasia, en
Catania, se puede visitar un cementerio militar
alemán donde fueron enterrados los caídos del
Reich durante los combates de 1943. Allí, otra
placa da la bienvenida al visitante con estas pa-
labras: «En este mausoleo descansan 4561 caídos
alemanes. 451 son desconocidos». En la propia
isla se halla el llamado Museo Storico dello Sbar-
 UN ANZUELO CON CARNE PICADA PARA EL MANDO NAZI
a Operación Mincemeat tendría co- los mandos del Eje. La Operación Carne era supuestamente neutral (y en aquel

L mo escenario la localidad onubense

de Punta Umbría, y su objetivo era
hacer creer al Alto Mando alemán que
el desembarco aliado de 1943 tendría
lugar en algún punto de Grecia, y no en
Sicilia. El que sería uno de los planes
de inteligencia más audaces de la con-
tienda se orquestó muy lejos de Huelva:
en Londres. Los escogidos para el plan
fueron los oficiales sir Charles Chol-
mondeley (de la sección B1A del MI5)
y el capitán de corbeta Ewen Montagu,
que pertenecía a la División de Inteli-
gencia Naval del Almirantazgo y trabaja-
ba para el ultrasecreto Comité XX.
La idea consistía en enviar información
falsa a los alemanes a través de un ofi-
cial muerto en combate mientras tras-
portaba información vital a los altos
mandos aliados en el Norte de África.
El cadáver en cuestión sería el de un
vagabundo galés de nombre Gwyndr
Michael que había fallecido envenado y
cuyo cadáver se encontraba en la mor-
gue del hospital Saint Pancras.
Entonces los hombres al servicio de
Montagu y Cholmondeley se dedicaron
a crear una identidad falsa al cuerpo:
la del mayor William Martin, nacido en
Cardiff, de entonces 36 años y destina-
do al Cuartel General de Operaciones
Combinadas; capitán eventual habilita-
do como comandante y por tanto con
acceso a documentos de alto secreto.
Se le construyó una personalidad a me-
ASC
Picada consistía en hacer llegar hasta
las costas de Huelva el cuerpo sin vi-
da del alto oficial de Marina, ahogado
al estrellarse su avión, quien portaba en
un maletín atado a su muñeca informa-
ción reservada sobre el asalto a Europa
que, falsa, indicaba que el futuro des-
embarco se produciría por Grecia o los
Balcanes, pero nunca por Sicilia.
Los servicios de inteligencia británicos
escogieron la costa onubense por varias
razones: las corrientes de aquella zona
permitían trasladar el cuerpo sin dema-
siadas dificultades a la costa; además,
Huelva quedaba de paso entre la ruta aé-
rea de Londres y el cuartel general aliado
en Argel, y también que, aunque España
momento «no beligerante»), los ingleses
sabían que el régimen franquista daba co-
bertura a los servicios secretos de Hitler.
Y la más importante: precisamente en
Huelva operaba uno de los más eficien-
tes espías del Abwehr en el sur de Euro-
pa, Adolf Clauss, hijo del cónsul alemán
en la zona, Ludwig Clauss, y con im-
portantes conexiones con el Gobierno
español. Tras numerosas vicisitudes, el
plan finalmente fructificó, y la falsa in-
formación portada por el también falso
mayor Martin (que sería enviada hasta
Berlín por cauces no oficiales gracias
a Clauss) surtió efecto: Hitler descartó
Sicilia como el verdadero punto de des-
embarco aliado.
Cholmondeley y
Montagu frente al
vehículo que
transportaba el
cuerpo de
Glyndwr Michael.

dida para no despertar sospechas entre

co in Sicilia 1943, donde se puede encontrar todo
tipo de armamento (pesado y ligero), galerías
fotográficas, propaganda, cartelería de ambos
bandos, etcétera. También se pueden realizar vi-
sitas guiadas en transporte público por una ruta
conocida como «Catania 1943: Operación Hus-
ky» o visitar la Catania subterránea, donde se
protegieron muchos de los defensores.
Mientras algunos historiadores han sido críticos
con el planteamiento y la dirección de Husky,
como las grietas entre los mandos británico y
estadounidense o una pobre preparación de la
ambiciosa operación, el historiador James Ho-
lland, una de las voces más autorizadas hoy sobre
el desembarco, se muestra en su monumental
ensayo Sicilia 1943 (publicado en castellano por
Ático de los Libros) contrario a esta visión. En
declaraciones a El Confidencial, señalaba en 2021
que Husky «marca el principio del profesionalis-
mo aliado, de grandes avances operacionales, no
solo tácticos. Y pienso que es en el nivel operacio-
nal —cómo se organizan los países, los recursos,
el armamento, las fábricas— donde se luchan y
se ganan las guerras. Ese es el hilo que falta en la
narrativa de la Segunda Guerra Mundial, y una
vez se revisa, emerge una imagen bastante dife-
rente, en la que las fuerzas aliadas salen mucho
mejor paradas».
El primer asalto a la «Fortaleza Europa», que
abriría el camino a la invasión de Normandía el
6 de junio del año siguiente, duró 38 sangrientas
y agotadoras jornadas, los aliados contaron en la
isla con el apoyo de la mafia siciliana (que odiaba
a Mussolini y a su Gobierno, curiosamente no por
ser fascistas, sino por la enconada persecución que
llevó a cabo contra sus pistoleros) y marcó un hito
en la contienda; además, movilizó a más hombres
que el Día D, algo que suele olvidarse. MH

MUY HISTORIA 

/0:;690A ,N ,L (9;,

El perro del matrimonio Arnolfini

A veces la interpretación de una obra no es sencilla por más signos que en sí misma haya para su
descodificación. ¿Cuál es el significado de este lienzo de Jan van Eyck?
MARTA ADANA

E
sta preciosa obra de Van entre las mujeres ricas de la época; ¿cuál es la función de este animalillo
Eyck esconde tanto una vida las naranjas del alféizar y del mueble, siguiendo este razonamiento? ¿Acaso
(robos y saqueos) como una que destacan, iluminadas por el sol, que la mujer está embarazada puesto
simbología tumultuosas. indican de nuevo la riqueza (había que acomoda su mano sobre su vien-
Todo un icono del detallismo y la que importarlas) y el perrito. tre mientras que con la otra recibe la
perfección de la pincelada (es impre- Fijémonos, en ese animal. ¿No apa- de su esposo? ¿Sería este grifón de
sionante, por ejemplo, cómo el pin- rece en el centro de la escena, en el Bruselas, signo en sí mismo también
tor flamenco es capaz de reproducir mismo eje vertical de la lámpara y de riqueza, una alegoría del hijo en
las diferentes texturas de los tejidos), el espejo? Si la lámpara da luz y el camino o perdido por la muerte de
existe una gran controversia sobre su espejo ayuda a ver lo que no se ve, su madre? MH
significado. Si bien Panofsky soste-
nía que es un acta-icono que testifica
la consecución de un matrimonio,
otros investigadores afirman que se
trata de un retrato póstumo o una
especie de homenaje de Arnolfini a
su mujer Constanza, quien podría
haber muerto dando a luz justo el
año anterior al de la realización del
cuadro (1434). Otras hipótesis, sin
embargo, apuntan a que la mujer po-
dría ser la segunda esposa del comer-
ciante, ya que su apariencia es más
flamenca que italiana. Pero ¿acaso
él parece italiano? No obstante, si nos
atenemos a la historiografía más asen-
tada, nos hallamos ante Giovanni di
Nicolao Arnolfini y Constanza Trenta.
El primero fue un comerciante de seda
que, proveniente de la Toscana italia-
na, logró amasar una fortuna conside-
rable en la Brujas del siglo xv.

SÍMBOLOS DE AMOR Y ESTATUS

A pesar de todas las dudas que hay
respecto a la simbología profunda
de la obra, hay elementos en ella que
aclaran su utilidad: manifestar la ri-
queza de los retratados y su amor.
Por ejemplo, las vestimentas de ma-
jestuosos tejidos (terciopelo, pieles,
sedas); el decoro de la estancia, cuyo
eje central es una lámpara dorada de
varios brazos y el espejo que tanto re-
cuerda a las Meninas velazqueñas; las
sandalias, símbolo de opulencia, de
cuero teñido y con hebillas de metal
ASC

importadas, que eran la última moda

 MUY HISTORIA

 464,5;6: ,:;,3(9,: +, 3( =0+( *6;0+0(5(

Historia del parasol y del

paraguas
a sombrilla y paraguas nacieron hace unos 4000
años en China. En sus orígenes simbolizaban el
estatus de las clases altas: lo llevaba un esclavo o
un sirviente. De China pasó a los países del en-
torno y se propagó por la ruta de la seda. Arraigó
pronto en Japón, Corea y Persia, pero como pa-
rasol, no para protegerse del agua.
Las rutas tradicionales lo llevaron a Asiria y Egipto (som-
brillas formadas por hojas de palma unidas a un palo).
Eran para la realeza, aristocracia y autoridades religiosas,
protegiéndose del sol: la tez pálida distinguía de la plebe.
En algunos lugares (Asiria) fue un distintivo de la rea-
leza. La élite de China o Indochina desarrolló modelos
complejos, con varias capas, como un símbolo de po-
der. Cuando el paraguas/sombrilla llegó a Grecia y Roma
fue un artículo de uso exclusivamente femenino.
Fue de escaso uso en Roma y prácticamente desapare-
ció tras el fin del Imperio. No lo hubo en Europa durante
el Medievo, salvo el umbraculum, un pabellón con for-
ma de sombrilla que se usó en Italia, como emblema del
poder papal.
Reapareció en Europa durante el Renacimiento. Eran
paraguas de seda, que no aseguraban una protección
duradera contra la lluvia, aunque sí podían abrirse y ce-
rrarse. La élite podía sustituir así la espada y el bastón por
el paraguas, representando su estatus.
Recuperó la utilidad de protegerse del agua en Gran
Bretaña hacia el xvi —cuando el hule sustituye a la seda—

pero su uso no se generalizó aún. Su función protectora
se realzó en Francia hacia 1637 cuando Luis XIII se hizo
con uno de seda embadurnado de aceite para protegerse
de la lluvia. La imitación por la élite inició la populari-
zación francesa del paraguas, adoptado por las mujeres
de la nobleza.
En el xviii empezaron a usarlo algunos caballeros in-
gleses, como eficaz y elegante protección contra el agua.
Incluso pasó a la oficialidad militar, por estimarse que
propiciaba una postura marcial. Sin embargo, hacia 1760
el paraguas o parasol seguía siendo monopolio de las
clases altas, de uso fundamentalmente femenino. La per-
cepción cambió a fines de siglo. En Francia llegó a ser un
complemento de moda durante la revolución. Tuvo un
desarrollo artístico, con empuñaduras de materiales caros
y diseños sofisticado
Hacia 1790 se elaboraban paraguas reforzados, fabricados
con técnicas nacidas de la industrialización. Hacia 1800
un paraguas inglés, con armazón de palos y huesos de
ballena, pesaba unos 5 kg. La solidez, que se identificaba
con resistencia y eficacia, permitió que se generalizase,
perdiendo la estigmatización femenina.
ISTOCK
En la sociedad de la industrialización se fue extendiendo
el uso del paraguas y en Inglaterra bajaron los precios,
por la importación de materias primas coloniales, pero
no se convirtió en un artículo de masas hasta después de
la Primera Guerra Mundial.
En las últimas décadas del xx la producción mundial del
paraguas se desplazó al este de Asia, donde, con bajos
costos, surgieron diversos modelos de lujo que pasaron
a ser de difusión general. El nylon sustituyó al hule, apa-
recieron fibras de vidrio, mangos telescópicos y varillas
plegables. Con modelos de diseño los paraguas se han
convertido en un instrumento práctico que es también
representación de la moda. MH
MANUEL MONTERO
■ Catedrático de Historia Contemporánea y rector de
la Universidad del País VHZJV LU[Ye 2000 y 2004

MUY HISTORIA 

7(569(4(
POR CRISTINA ENRÍQUEZ

LIBROS CON HISTORIA

Teresa Giménez Barbat

MUJERES QUE GOBERNARON
EL MUNDO
Si repasamos la historia de la humanidad, lo cierto es que las
mujeres que han llegado a puestos de poder son un fenómeno
raro, pero sí hubo una época, hace miles de años, en la que
ellas reinaron como hombres, con poder, autoridad y, en
ocasiones, impunidad. Hablamos del antiguo Egipto y de reinas
como Hatshepsut, Nefertiti o Cleopatra. De la mano de Pinolia,
la egiptóloga estadounidense Kara Cooney nos descubre
la fascinante historia de las seis reinas más poderosas del
antiguo Egipto y, a través de sus vidas, arroja luz sobre nuestra
percepción actual de las mujeres en el poder. Resulta increíble
que a lo largo de la historia de la humanidad, las mujeres en
posiciones de poder, a pesar de su éxito, de haber logrado
abrirse camino en un mundo dirigido por hombres, acabaran
siendo utilizadas frecuentemente como meros peones políticos
en sociedades dominadas por los hombres, pero ¿por qué el
antiguo Egipto proporcionó a las mujeres este tipo de acceso a
los cargos políticos más altos? ¿Qué tenían
estas mujeres que les permitió trascender los
obstáculos patriarcales? ¿Qué ganó Egipto
con su dependencia liberal del liderazgo
femenino? ¿Podría el mundo de hoy aprender
de su ejemplo.
Pinolia. 26,95 €.
Kara Cooney se doctoró en
Egiptología por la Universidad
Johns Hopkins y es profesora de
Egiptología en la Universidad de
California. En 2005 fue comisaria
de la exposición «Tutankamón y la
Edad de Oro de los Faraones» en el
Museo de Arte del Condado de Los
Ángeles y ha producido la serie de
televisión de arqueología
comparativa «Out of Egypt».
(Barcelona, 1955) es
antropóloga, escritora y
política. Miembro del grupo
fundador de Ciudadanos, fue
eurodiputada entre 2015 y
2019. Es autora de Polvo de
Estrellas (Kairós, 2003)
Diario de una escéptica
(Tentadero Ediciones, 2007),
Citileaks (Sepha, 2012) y Mil
días en Bruselas
(Funambulista, 2011).
CONTRA EL FEMINISMO
IRRACIONAL
La escritora y política española aboga por un humanismo secular,
universalismo racionalista y escepticismo, es decir, por un
feminismo lógico y positivo, con los hombres como compañeros de
viaje. Desde las páginas de este libro ofrece los datos necesarios
para ir desmontando las teorías feministas y su ideología de
género con conclusiones demoledoras, como por ejemplo que
las mujeres son igual de agresivas en el ámbito doméstico que
los hombres, rozando el mismo porcentaje de agresiones que los
varones. Giménez Barbat ahonda en el condicionamiento de la
herencia genética en ambos sexos, factor que también influye en
nuestros comportamientos. Y llega a conclusiones como la de que
las mujeres también son violentas y cometen agresiones, cuestión
que han obviado por completo los movimientos feministas que
santifican el género femenino dotándolo de un carácter pacífico y
situando a la mujer en una posición sumisa y de
eterna víctima.
La autora ofrece una visión documentada,
exhaustiva y controvertida, abogando por
un feminismo útil, alejado de extremismos e
ideologías.
Pinolia. 22,95 €.

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 MUY HISTORIA


Maldita Roma
SANTIAGO 76:;,.<0336
La Antigua Roma vuelve a ser
escenario de la última novela
del valenciano, segundo título
de la serie ‘Julio César’ que
comenzó con ‘Roma soy yo’
y en la que narra la vida de
Cayo Julio César con el rigor
histórico y la precisa narración
que le caracteriza. Ningún
escritor podría imaginar una
vida como la de Julio César
y para plasmarla en toda su
realidad y magnitud, nadie
como Posteguillo (Premio
Planeta 2018 por ‘Yo,
Julia’). Ritmo, rigurosidad y
entretenimiento, mientras se
escarba en un periodo de la
historia fascinante y en un
personaje único.
Ediciones B. 24,90 €.
Berenguela
JOSÉ ÁNGEL 4(j(:
Berenguela la Grande fue
reina de Castilla un único día
antes de abdicar en su hijo
Fernando III el Santo. Hija de
Alfonso VIII, el vencedor de las
Navas de Tolosa, y madre del
conquistador de Andalucía
(a quien subvencionó
mientras expulsaba a los
musulmanes de la península),
logró la unión definitiva de
Castilla y León, reinos que
cogobernó durante treinta
años. Su rol en un momento
crucial hace de ella la reina
más importante de España
después de Isabel la Católica.
Con este libro Mañas cierra
su trilogía novelada sobre la
Reconquista.
La Esfera de los 3PIYVZ
20,90 €
Cronografía de la
segunda guerra
mundial
NICOLAS .<033,9(T @
;/0)(<3T 465;)(A,;
La historia se basa en fechas,
en una cronología, y la
Segunda Guerra Mundial no
es una excepción. Este libro
nos ofrece una perspectiva
panorámica del conflicto,
una manera totalmente
nueva y original de relatar la
Segunda Guerra Mundial a
través de infografías. En esta
cronografía de más de 600
fechas que se despliegan
a lo largo de más de tres
metros se ofrecen significados
adicionales a la multitud de
eventos que componen este
conflicto mundial.
Crítica. 14,90 €.
El Káiser Guillermo II
CHRISTOPHER *3(92
Al final de la Gran Guerra,
el emperador de Alemania
fue denostado como un
perturbado y un tirano
sediento de sangre que
había conducido a Europa
al desastre. Sin embargo,
durante 30 años de reinado
encarnó la idea de una
nación moderna, dinámica y
poderosa. Clark desentraña
la realidad de un líder y un
hombre de su tiempo, ni
héroe ni villano, dubitativo y
ambivalente, en ocasiones
opacado por caudillos como
Otto von Bismarck o Paul von
Hindenburg.
La esfera de los SPIYos. 24,90 €.
La Revolución
francesa contada para
escépticos
JUAN ,:3(=A .(3Í5
El gran divulgador histórico
narra uno de los episodios
más emblemáticos de la
historia: la abolición de
la monarquía en Francia
y la primera declaración
de los derechos del
hombre y el ciudadano.
Los acontecimientos que
acabarían aupando al poder
a Napoleón Bonaparte,
fueron un revulsivo que hizo
caer monarquías por todo
el continente, fue el mayor
proceso transformador de los
últimos siglos.
Planeta. 21,90 €.

TELEVISIÓN
‘El sangriento Imperio romano’
Esta infravalorada serie estadounidense
(2016-2019) presenta una historia
independiente cada temporada. Los seis
capítulos de la primera, Reino de sangre,
giran en torno al emperador Cómodo; la
segunda, Amo de Roma, cuenta con cinco
episodios sobre el ascenso de Julio César
y la caída de la República Romana; y la
tercera temporada, El emperador loco, se
centra en la historia de Calígula.
La serie (que emite Netflix) mezcla el estilo
documental —cuenta con una buena
recreación de época— con la ficción propia
de las epopeyas históricas.

MUY HISTORIA 

 EXPOSICIONES ‘Jorge Juan. El legado de un
marino científico’
Museo 5H]HS
Madrid. +L
UV]PLTIYe H
marzo de 
Esta muestra
organizada con
motivo de la
conmemoración
del 250
aniversario
de la muerte
de uno de los
‘La moda en la Casa de Alba’ más insignes marinos españoles, es
Palacio de Liria, Madrid. Del 18 de VJ[\IYe al 31 de marzo de 
una magnífica ocasión para conocer y
Esta muestra temporal, comisariada por Lorenzo Caprile y Eloy Martínez de la
valorar su extraordinaria aportación al
Pera, nos abre el armario de la Casa de Alba. Recoge una cuidada selección
pensamiento Ilustrado de la época. Un
de las mejores prendas que han vestido los miembros de la aristocrática familia
total de 120 obras procedentes de las
desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad. Pero no solo podrá verse
colecciones del Museo Naval y de una
indumentaria tanto femenina como masculina lucida por los Alba; también
veintena de instituciones nacionales e
objetos personales, fotografías y retratos. Varios museos internacionales,
internacionales nos ayudan a recorrer
Patrimonio Nacional y la propia Casa de Alba, además de otras casas
los principales hitos de la vida de Jorge
nobiliarias españolas, han cedido el material que hace posible esta exposición.
Juan —plagada de acontecimientos
Una de las piezas estrella será el vestido de novia de Doña Cayetana en su
de gran calado científico y político, de
primera boda con Luís Martínez de Iruj, diseño firmado por la burgalesa Flora
riesgo y aventura— y sus contribuciones
Villareal, una de las grandes creadoras de la alta costura española (también
a la historia de la ciencia del siglo XVIII.
vistió a estrellas de Hollywood como Grace Kelly o Elizabeth Taylor) eclipsada
por otros coetáneos como Pertegaz o Balenciaga.

ENCUENTRO
‘Van Gogh, Grandes Éxitos’.
Hasta el 14 de LULYo de  ‘II Jornadas de Novela
Pabellón de la Navegación de :L]PSSH Histórica ‘Ciudad de Linares’
Esta esposición inmersiva combina la Del 8 al 10 de noviembre, el Auditorio
tecnología con el arte y presenta una de El Pósito de Linares acogerá este
selección de imágenes multimedia ciclo cultural en colaboración con la
de gran formato de los cuadros más Asociación Nacional ‘Escritores con
conocidas del pintor postimpresionista la Historia’. Entre otras actividades,
Vincent Van Gogh (1853-1890), que podremos asistir a conferencias de la
están sincronizadas con música clásica mano de referentes como Antonio Pérez
y una iluminación especial. Se podrán Henares, Luz Gabás (Premio Planeta
ver reproducciones de obras maestras 2022), Alicia Vallina, Augusto Ferrer-
como La noche estrellada, algunos Dalmau, Isabel San Sebastián, Luis
de sus famosos autorretratos o Los Zueco, Natalio Camarero y Emilio Lara.
girasoles.

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Impreso en España: Edición 01/2024
Esta publicación es miembro de la Asociación de Revistas de Información (ARI).

Chaumel, José Pardina, Sandra Ferrer Valero, Marta Adana, Manuel Montero,
Carolina Díaz (edición y corrección).

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