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Psicología Conductual, Vol.

6,conductual
La consultoría Nº 3, 1998, pp. forma
como 583-596
de asistencia psicológica 583

LA CONSULTORÍA CONDUCTUAL (BEHAVIORAL COUNSELING)


COMO FORMA DE ASISTENCIA PSICOLÓGICA:
SEIS AÑOS DE ACTIVIDAD CLÍNICA EN LA UNIVERSIDAD
AUTÓNOMA DE MADRID

Mª Xesús Froján Parga1, Santos Orejudo Hernández,


Isabel Carrasco Cabeza y Teresa Hernández López
Universidad Autónoma de Madrid

Introducción

El programa de Consultoría (traducción que hemos elegido para el término in-


glés Behavioral Counseling) del Servicio de Psicología Aplicada (S.P.A.) de la Univer-
sidad Autónoma de Madrid es un programa conductual de atención clínica
individualizada dirigido a todas aquellas personas que demandan asistencia para
cualquier tipo de problema abordado tradicionalmente por la psicología clínica. El
trabajo que aquí presentamos describe el funcionamiento de dicho programa desde
su creación, en 1990, hasta el momento actual. A lo largo de las siguientes páginas
vamos a exponer brevemente las características de la consultoría conductual, de
acuerdo con la literatura existente, las características concretas de nuestro progra-
ma en el marco del S.P.A., y una descripción de la población atendida durante estos
años, en función del tipo de demanda, el resultado de las sesiones de tratamiento
y las diferencias entre los sujetos pertenecientes a la población universitaria y no
universitaria.
El S.P.A. de la Universidad Autónoma de Madrid nació en 1990 como un servicio
sin ánimo de lucro y con un triple objetivo: docente, investigador y asistencial
(Hernández y Froján, 1994). Por lo que respecta a la vertiente asistencial, que es la
que nos ocupa, estaba cubierta por diferentes programas específicos (tratamiento
de la miopía, hábitos de estudio, habilidades sociales, miedo a hablar en público,
etc.) y el programa de consultoría clínica. El tratamiento siempre se realizaba en
grupo, salvo el programa de miopía (que utilizaba un aparato de biofeedback, y por

1 Correspondencia: Mª Xesús Froján Parga, Depto. de Psicología Biológica y de la Salud, Facultad


de Psicología, Universidad Autónoma de Madrid, Cantoblanco 28049, Madrid. (España). Correo electró-
nico: mxesus.frojan@uam.es
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ello requería sesiones individuales) y el servicio de consultoría, el cual, necesaria-


mente, era individual. Estos programas utilizaban técnicas de modificación de con-
ducta de probada eficacia al tiempo que se estaban investigando otros programas
(entrenamiento en control de glucosa para diabéticos o un programa de interven-
ción en trastornos asmáticos y/o alérgicos, etc.) que no se ofrecían al público por
encontrarse en fase experimental. Además de la vertiente asistencial e investigado-
ra, únicamente señalar que el Servicio de Psicología Aplicada desempeñaba un pa-
pel fundamental en la formación de los alumnos de la Facultad, que de esta forma
entraban en contacto con la práctica clínica, a través de la observación de casos,
desarrollo de sesiones clínicas con psicólogos especializados y demás técnicas habi-
tuales en la formación práctica del alumnado.

¿Qué es la consultoría conductual?

El término inglés counseling presenta dificultades para su traducción al castella-


no. De hecho se están utilizando diversos términos para denominar a esta discipli-
na, tales como consejo psicológico (Krumboltz y Thorensen, 1981), consejería o,
como hemos hecho nosotros, consultoría. El término conductual aclararía que la
tecnología empleada en el desarrollo clínico sería la proveniente de la psicología
conductual. En el contexto hispano no sólo presenta dificultades el término que se
utiliza para designarla sino también la delimitación y definición de la consultoría
como una forma de actuación diferenciada dentro de la psicología clínica. Una de
las definiciones más aceptadas es la de Southern y Caprara (1984) quienes habla de
una disciplina que optimiza el comportamiento de los individuos en su medio social
mediante la facilitación del desarrollo personal, la integración del individuo en el
ambiente, la aceptación de las diferencias individuales, la comprensión del desarro-
llo vital y la reformulación de las propias demandas y problemas. Desde esta pers-
pectiva, los objetivos de la consultoría conductual serían fomentar:
— el establecimiento de metas razonables;
— la habilidad de resolución de problemas interpersonales;
— la habilidad de autocontrol:
— el desarrollo de estrategias de afrontamiento.
En definitiva, se trataría de que el piscólogo promoviese el proceso de cambio
optimizando los recursos que ya existen en el repertorio conductual del cliente. Existen
ciertas características diferenciadoras de la consultoría conductual con respecto a la
consultoría tradicional (Southern y Caprara, 1984). Así, la consultoría tradicional utiliza
estrategias fundamentalmente instruccionales, enfatiza el mantenimiento de una
actitud empática y comprensiva, considera que se tiene que producir un cambio
valorable a través de tests y establece que la relación entre el psicólogo y el indivi-
duo que presenta el o los problemas ha de ser una relación de ayuda (del experto
al paciente). Por el contrario, la consultoría conductual utilizaría todas las técnicas
derivadas de la psicología del aprendizaje, fundamentalmente estrategias
instruccionales, de condicionamiento y de modelado, destacando el análisis de las
posibilidades del cliente en su medio concreto y el establecimiento conjunto de las
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metas de cambio así como el entrenamiento de habilidades para la generalización


su ambiente natural.
Las características de la consultoría conductual, de acuerdo con diversos autores
(Hallam 1992; Janis, 1987) son las siguientes:
1. Los problemas son identificados por el cliente y especificados en colabora-
ción con el psicólogo. Las metas se determinan y modifican para cada cliente
específicamente.
2. El psicólogo es responsable de la adecuada especificación y clarificación de
los problemas y de los resultados esperados y de la elección del tipo de inter-
vención. El cliente tiene responsabilidad y capacidad para el cambio.
3. Se promueve la adquisición y desarrollo de conductas adaptativas, especial-
mente aquellas que están en el repertorio conductual del cliente, más que la
eliminación de conductas desadaptadas.
4. La consultoría es esencialmente un proceso de enseñanza.
5. La consultoría es un proceso sistemático de resolución de problemas.
6. La intervención es algo más que hablar: los cambios se acompañan de ac-
ción.
7. La principal meta de la consultoría es la promoción de habilidades de toma
de decisiones y la autonomía.
Uno de los objetivos más importantes de la consultoría conductual es lograr el
incremento de la autoeficacia del individuo: desde el primer momento el cliente
aprende a sentirse responsable de los cambios; él es quien posee los recursos y
habilidades para solucionar sus problemas actuales o futuros (la vertiente preventiva
de la disciplina es fundamental), aunque quizás hasta ese momento lo desconozca,
no sepa como usarlos o los haya estado utilizando de forma inadecuada o insatis-
factoria. De ahí la brevedad de este tipo de terapias, que no hacen si no potenciar
y optimizar las habilidades que ya se encuentran en el repertorio conductual del
individuo.
Es difícil explicar que es lo que hace que el individuo que participa en terapias de
este tipo modifique su comportamiento y mantenga el cambio. Se han dado expli-
caciones alternativas (Janis, 1987; Southern y Caprara, 1984) que, desde nuestra
perpectiva, no tienen que ser excluyentes si no todo lo contrario, complementarias:
sin duda se produce un proceso de racionalización del problema que facilita la com-
prensión del mismo y, de ahí, la puesta en práctica de soluciones eficaces. También
parece claro que la credibilidad del psicólogo, su habilidad para operativizar el pro-
blema, comunicárselo al cliente y mostrarle cual puede ser la forma de iniciar y afron-
tar el proceso de cambio, son factores fundamentales para explicar la eficacia de la
consultoría. Por otra parte, el establecimiento de una relación empática entre am-
bos parece ser también una pieza clave en el desarrollo efectivo de cualquier tera-
pia, pero todavía más en el tipo que aquí nos ocupa, ya que desde el primer mo-
mento el psicólogo se va a convertir en un elemente motivador y reforzante del
cambio iniciado por el cliente.
Los procesos de evaluación y tratamiento en la práctica de la terapia de conduc-
ta van íntimamente unidos, si bien las primeras sesiones suelen dirigirse a la evalua-
ción del problema sin un objetivo terapéutico definido; inevitablemente se produci-
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rán algunos cambios en la conducta del individuo (aunque sólo sea por la reactividad
del autorregistro o el efecto de «saberse en tratamiento»), pero tales cambios es-
pontáneos ni suelen ser duraderos ni el objetivo del psicólogo es que lo sean (de
hecho no tiene que haber un objetivo terapéutico claro hasta que tengamos el análisis
funcional del problema). Sin embargo, en consultoría desde la primera sesión de
tratamiento, la tarea del psicólogo ha de estar dirigida a facilitar la comprensión del
problema por parte del cliente y a utilizar cualquier cambio que ocurra, de forma
espontánea o provocada, para conseguir cambios mayores o a largo plazo (Hallam,
1992). Evaluación y tratamiento discurren simultáneamente y los objetivos terapéu-
ticos se confunden con los objetivos de la evaluación; las hipótesis acerca del pro-
blema que el psicólogo se va formando se contrastan a través de las tareas que el
individuo ha de realizar desde el primer momento.
Para conseguir que el individuo actúe es necesario que, en primer lugar, entien-
da por qué tiene que actuar (es decir, que la solución de su problema radica en su
propio comportamiento y que la actuación que el psicólogo le sugiere o indica es
un paso hacia ésta); para ello el psicólogo ha de saber explicar (y, por supuesto,
entender) por qué el problema se mantiene. Pero una correcta explicación y com-
prensión del problema no garantiza el cambio; para actuar en la dirección adecuada
el cliente ha de sentirse capaz de hacerlo, o al menos estar motivado para intentar-
lo. En este punto son fundamentales las dos variables a que antes nos referíamos:
credibilidad y empatía. Una adecuada selección de las tareas que el cliente haya de
realizar, la selección de objetivos de acuerdo con las habilidades que el cliente muestre
en cada momento de la terapia (y especialmente en estos primeros momentos)
garantizará el éxito en la consecución de los mismos y reforzará la ejecución futura:
el individuo comprobará que ese es el camino correcto hacia la solución de sus pro-
blemas y que él es capaz de seguirlo. De esta forma avanzaremos con seguridad
hacia el desarrollo de la autoeficacia y el autocontrol, habilidades claves para el
mantenimiento del éxito a largo plazo.

El programa de consultoría en el S.P.A. de la U.A.M.

En este programa se realizaban las tareas propias del counseling que se acaban
de describir (evaluación del caso y análisis funcional, asesoramiento, entrenamiento
en la utilización de estrategias de afrontamiento que se encuentran en el repertorio
conductual del individuo, etc.). El funcionamiento de la consultoría del S.P.A. se
desarrollaba como sigue: las personas que acudían demandando atención psicoló-
gica era atendidas por alguno de los miembros de nuestro equipo de psicólogos
(todos ellos licenciados o doctores en psicología, con una formación clínica de al
menos dos años ). Por término medio se utilizaban cuatro sesiones con cada cliente
(una a la semana), al cabo de las cuales el individuo se supone que habría aprendi-
do a utilizar las estrategias que le permitirían superar su problema, y de hecho es-
taba empezando a hacerlo (cuando las características del problema permitían un
abordaje desde los plateamientos de la consultoría). En otros casos, el psicólogo, a
lo largo de un máximo de cuatro sesiones (generalmente se necesitaba menos tiem-
La consultoría conductual como forma de asistencia psicológica 587

po) podía considerar, tras la evaluación, que el problema del individuo requería un
tratamiento especializado, y entonces se tomaban alguna de las siguientes alterna-
tivas:
1. Remitirlo, si el problema lo requería, a uno de los programas del Servicio de
Psicología Aplicada.
2. Remitirlo a uno de los centros privados asociados con el Servicio.
3. Remitirlo a alguno de los centros públicos de Salud Mental de la Comunidad
de Madrid.
4. El cliente sólo demandaba información o consejo sobre alguna cuestión y se
intentaba satisfacer la demanda de acuerdo con nuestras posibilidades.
La elección del centro asociado al que se derivaba se realizaba atendiendo tanto
a las características del cliente como a las del centro, optando por uno de los que
formaban parte de nuestra red de centros colaboradores. Éstos ofrecían una serie
de ventajas a los usuarios (no lista de espera, descuento sobre la tarifa habitual,
etc.). Dicha red fue creada con el S.P.A., estableciendo contactos con una serie de
centros de Madrid que cumplían ciertos requisitos:
1. Desempeñar la práctica clínica desde una orientación cognitivo-conductual.
2. Contar con profesionales de prestigio que tuviesen años de experiencia en el
campo de la clínica, de modo que se garantizase una atención seria y eficaz
a nuestros usuarios.
3. Tener unas instalaciones de mínima calidad (no despachos en el domicilio
particular, secretaria, horario de atención al público conocido de antemano,
etc.) que pudiesen ser visitadas por nosotros si así lo requeríamos.
4. Ofrecer una serie de ventajas a los usuarios de la consultoría del S.P.A., tales
como reducciones sobre la tarifa oficial y/o eliminación de la lista de espera.
5. Remisión de informes sobre diagnóstico, tratamiento, seguimiento y fecha
de inicio y final del proceso terapéutico.
La totalidad de los centros privados con los que contactamos respondieron favo-
rablemente a nuestra demanda, al contrario de lo ocurrido con los centros públicos;
ninguno de éstos respondió a nuestras cartas por lo que, en el caso de que el usua-
rio no quisiese o no pudiese (generalmente por limitaciones económicas) acudir a
un centro privado, nos limitábamos a informarles del centro de salud que le corres-
pondiese por su zona.
El trabajo que presentamos a continuación está dirigido a evaluar la demanda y
eficacia de la consultoría, caracterizada por la corta duración de la intervención (4
sesiones), en el marco de un servicio clínico universitario de psicología. Los objetivos
planteados fuereon los siguientes:
1. Realizar un estudio descriptivo de la población atendida en el servicio de
Consultoría S.P.A. de la Universidad Autónoma de Madrid durante los años
de estudio (1990 a 1996), en cuanto a sexo, edad, vinculación con la comu-
nidad universitaria y tipo de problemas presentado.
2. Comparar los resultados obtenidos en cuanto al tipo de problema presenta-
do con otras poblaciones y estudios.
3. Analizar la eficacia del servicio de Consultoría.
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Método

Sujetos

La muestra del estudio que presentamos (Tabla 1) está contituida por 383 perso-
nas que acudieron demandando atención psicológica al Servicio de Psicología Apli-
cada de la Universidad Autónoma de Madrid. El 38,6% eran varones y el 61,4%
mujeres. La media de edad es de 24,8 años (23,29 años los varones y 25,89 años
las mujeres). El 58% era miembro de la comunidad universitaria (estudiante, profe-
sor o personal administrativo y de servicios (P.A.S.)) y el 42% restante era ajeno a la
misma.

Tabla 1
Características de la muestra de sujetos del estudio

Varones Mujeres
148 38,6% 235 61,4%
Edad: 23,29 Sx=10,90) Edad: 25,89 Sx=10,53)

Relacionados con la Universidad No relacionados con la Universidad


223 58,2% 160 41,8%
Edad: 24,60 Sx=7,64) Edad: 25,27 (Sx=13,98)

Psicología Ciencias Derecho Económicas y Otros PAS Profesores


Empresariales estudios
117 32 14 20 8 28 4
52,5% 14,3% 6,3% 9,0% 3,2% 12,6% 1,8%

1º 2º 3º 4º 5º 6º Doctorado
38 32 40 31 39 1 6
19,8% 18,2% 20,8% 16,1% 20,3% 0,5% 3,1%

TOTAL 383 Edad: 24,89 Sx=10,74)

Variables e instrumentos

Las variables evaluadas han sido las siguientes:


— Edad
— Sexo
— Pertenencia a la comunidad universitaria
— Curso académico
— Tipo de problema por el que se acude al S.P.A.
— Resultado terapéutico
Los instrumentos utilizados para evaluar dichas variables han sido registros de
archivo, concretamente la historia clínica realizada en su momento en cada caso
individual.
La consultoría conductual como forma de asistencia psicológica 589

Procedimiento

Se ha realizado un trabajo de revisión y categorización de los resultados recogi-


dos en el historial de cada individuo, desde el año de apertura del S.P.A. (1990)
hasta la finalización del curso académico 1995/96. De los historiales se extrajeron
los datos biográficos (edad, sexo, vinculación con la comunidad universitaria, año
en que se realiza la demanda) y los datos clínicos (problema por el que acude a
consulta y resultado terapéutico una vez finalizado el programa de intervención). La
demanda del individuo no siempre coincide con el diagnóstico del psicólogo una
vez realizada la evaluación conductual. Los datos que presentamos aquí se refieren
al diagnóstico profesional y no a la demanda inicial del cliente.

Resultados

Hemos analizado los datos con el programa estadístico SPSS versión 6.0 para
Windows 3.11, realizando un análisis de frecuencias de las variables estudiadas y
aplicando el estadístico χ2 para el contraste de las diferencias entre las mismas.
Tal como se señaló, en total fueron atendidas 383 personas a lo largo de seis
cursos académicos. Como puede observarse en la Figura 1, es el primero, curso 1990-
91, el que presenta el porcentaje más bajo (10,4%) de personas atendidas. Este
porcentaje es lógico y esperable teniendo en cuenta que es el año de su inicio. El
crecimiento en los cursos posteriores es significativo: en el segundo año se alcanza
un 17% y durante los cursos 1992-93 y 1994-95 se llega a los índices más altos,

Figura 1. Porcentaje de personas atendidas en función del curso académico.


590 FROJÁN, OREJUDO, CARRASCO Y HERNÁNDEZ

con un 19,6% y 20,6% respectivamente. Ambos cursos de mayor demanda coinci-


den con una mayor publicidad dada al servicio.
Otro dato a destacar es el mayor porcentaje de mujeres que acudió demandan-
do ayuda clínica. Existen estudios epidemiológicos que muestran que, en general,
no existe una mayor prevalencia de problemas de conducta en mujeres que en
hombres, aunque si existen diferencias en cuanto a algunos trastornos específicos
(por ejemplo, mayor prevalancia de depresión en mujeres que en varones (Vázquez
y Sanz, 1995) y mayor prevalencia de problemas de estrés en varones que en mu-
jeres (Seva, 1983, Valdés y De Flores, 1989). Podemos explicar esta mayor demanda
de mujeres en nuestro estudio teniendo en cuenta que la población universitaria
femenina es mayor que la masculina y más aún en la facultad de psicología, de
donde provenía un gran porcentaje (el 52%) de usuarios de nuestro servicio (debi-
do, fundamentalmente a la facilidad de acceso y la mayor difusión de la existencia
del mismo en dicha facultad). Por otra parte, tal como hemos visto en la tabla 1, el
58%, de los usuarios mantiene algún tipo de relación con la Universidad, mientras
que el 42% restante no tienen ningún tipo de vinculación. Inicialmente el S.P.A. se
abrió como un servicio exclusivo para la comunidad universitaria de la UAM y esto
explica que el porcentaje de personas no relacionadas con la misma es bajo los pri-
meros años. Sin embargo, a medida que el servicio se iba consolidando y aumen-
tando el número de profesionales que trabajaba en él, se empezó a atender a per-
sonas que sin estar vinculadas directamente con la comunidad univarsitaria sí tenían
cierta relación con ella y por eso conocían la existencia de este dispositivo de aten-
ción (parientes, amigos o conocidos de antiguos usuarios). Además se inició una
serie de convenios con distintas entidades e instituciones (empresas, ayuntamien-
tos, etc.) que permitían a sus integrantes acceder al S.P.A. en las mismas condicio-
nes que las personas del campus.
Respecto al problema demandado, los resultados encontrados no difieren con
los que presentan otros estudios epidemiológicos sobre la prevalencia de tratornos
conductuales en la población en general (Atares, Maicas, Balsells y Valiente, 1986).
Las demandas más frecuentes hechas al programa han sido los problemas por de-
presión (19,8%), seguidos de los problemas de ansiedad (14,6%), habilidades so-
ciales (12,0%), problemas infantiles (8,4%), problemas sexuales y fobias (5,7% en
ambas categorías). Estos resultados coinciden con los de otros estudios (Atares
et al., 1986; Goodwin y Guze, 1989, Weissman, Leaf, Bruce y Florio, 1988), que
encuentran que el diagnóstico de depresión es el más frecuente en la práctica clíni-
ca. Otros problemas con un porcentaje inferior al 5% son los problemas de pareja,
problemas de salud (cefaleas, estreñimiento, insonmio, dolor crónico), los hábitos
alimenticios, problemas de rendimiento escolar, demandas por problemas de otros,
problemas de relación con otros, trastornos obsesivo-compulsivos, estrés, adicciones
y tics y hábitos nerviosos. Otras demandas que también se han atendido han sido
evaluaciones y peritajes, problemas de autoestima, esquizofrenias y problemas de
lenguaje.
Dentro de las 22 categorías que hemos establecido los problemas infantiles es-
tán en cuarto lugar, con un 8,4%. Y aunque este dato pueda resultar sorprendente,
ya que estamos trabajando fundamentalmente dentro del campus universitario,
La consultoría conductual como forma de asistencia psicológica 591

recordemos que no solamente tienen acceso los alumnos, sino P.A.S. y profesores,
y por tanto los hijos de los mismos, además de la demanda de las personas no re-
lacionadas con la Universidad. En cuanto a problemas infantiles cabe destacar tam-
bién que aunque tenemos una categoría de rendimiento escolar, en ella sólo están
incluidos los sujetos mayores de 16 años, por lo que en la categoría de problemas
infantiles también están los clientes con problemas de rendimiento escolar inferio-
res a esa edad.
Un dato importante a señalar es la existencia de demandas por problemas tradi-
cionalmente considerados médicos, como dolor crónico, enfermedades terminales,
cefaleas, estreñimiento, etc. Quizás este resultado pueda ser explicado por que una
gran parte de los usuarios pertenecen a la facultad de psicología y saben, por que
así lo han estudiado, que es posible un abordaje conductual de este tipo de proble-
mas. Sin embargo, no todas las demandas por problemas de salud están relaciona-
das con dicha facultad, concretamente el 40% de tales demandas fueron hechas
por personas ajenas a la misma. Este dato lo podríamos tomar como un indicador
de un paulatino cambio en la imagen que la psicología está teniendo en la sociedad
actual. El hecho de que las personas empiecen a acudir a profesionales no médicos
para solucionar problemas cuyas manifestaciones principales son órgánicas, puede
ser indicativo de la mayor difusión que empieza a tener el concepto bio-psico-social
de salud, que a nivel académico o investigador se puede considerar totalmente asu-
mido. Además, el hecho de que se acuda a un psicólogo puede ser también un
buen indicador del alejamiento definitivo de la imagen del «diván» y de la asocia-
ción de psicología y locura.
Con respecto a las frecuencias de usuarios por tipo de problema y sexo, pode-
mos señalar que los resultados son similares a los que muestran otros estudios rea-
lizados sobre población general: los trastornos por depresión, ansiedad y alimenta-
ción son más frecuentes en las mujeres mientras que los problemas infantiles, las
adicciones, la esquizofrenia y los problemas de relación social son más frecuentes
en los varones (Atares et al., 1986; Montero, Gómez y Adam, 1983; Salvador y
Ortega-Monasterio, 1986).
El resultado final del programa de consultoría se caracteriza por el elevado por-
centaje de altas. En el 53% de los casos, los sujetos resolvieron su problema al final
del programa. Este porcentaje parece confirmar la eficacia de la consultoría conductual
como procedimiento de atención psicológica en atención primaria. El 19% de los
casos atendidos se derivó a centros psicológicos privados que tenían convenio con
el Servicio de Psicología Aplicada, tal como hemos explicado en el apartado
introductorio. La derivación a la red pública es notablemente menor, un 5% y, tal
como se ha explicado en la introducción, sin la existencia de una colaboración con
los centros. En cuanquier caso, la derivación a centros públicos, de ser posible, ha-
bría que hacerla con reservas ya que el modelo de trabajo de estos centros no está
bien definido, por lo que podemos entrar en contradicción al explicar lo que le ocurre
al sujeto bajo un prisma conductual y enviarlo a un técnico con un tipo de terapia
totalmente diferente.
El porcentaje de abandono, definido como la no asistencia a la totalidad del
programa (4 sesiones), fue del 13%. En general, este dato no es elevado para un
592 FROJÁN, OREJUDO, CARRASCO Y HERNÁNDEZ

Figura 2. Porcentaje de casos derivados a otros programas del SPA.

servicio de atención primaria que es gratuito. En nuestro caso concreto, el mayor


número de abandonos se daba en estudiantes en época de exámenes.
El 8% de los casos (n=29) se derivó a los propios programas del Servicio de Psi-
cología Aplicada (Figura 2): habilidades sociales (17 casos), técnicas de estudio (9
casos), trastornos de alimentación (2 casos) o miedo a hablar en público (1 caso). Es
interesante indicar en este punto que los sujetos que ya directamente demandaban
cualquier de estos programas no pasaban por consultoría. Solamente aquellos que
no sabían exactamente lo que les ocurría eran atendidos por nosotros y derivados
posteriormente.
La Figura 2 destaca que más de la mitad del 8% del total que fue derivado a
otros programas del SPA, se remitió al programa de habilidades sociales (58,6%),
seguido de técnicas de estudio (31%). Con menor relevancia aparecen los proble-
mas de alimentación y miedo a hablar en público. Aunque existen otros programas
como miedo a volar, ansiedad a los exámenes, dismenorrea, etc., la derivación no es
significativa. El gran porcentaje de personas derivadas al programa de habilidades
sociales se debe a que como hemos visto con anterioridad este problema es el ter-
cero más frecuente encontrado en nuestro estudio. Además trastornos como ansie-
dad y depresión tienen en muchos casos un importante componente deficitario en
habilidades sociales que requieren un entrenamiento complementario de este tipo.
Lógicamente no es de extrañar el porcentaje de derivación al programa de técnicas
de estudio, un 31%, ya que nos movemos mayoritariamente en un ambiente estu-
diantil y aunque el problema de estudio no fuese el fundamental era recomendable
en muchos de los casos atendidos.
El análisis de los resultados del programa año a año revela que existe una cre-
ciente evolución en las altas a lo largo de los seis años, desde el primero en que se
inauguró el servicio y se formó al personal en las técnicas y procedimientos propios
de la consultoría hasta el último año, en que parece que el número de altas decrece
ligeramente. Este pequeño decremento podría ser explicado atendiendo al resulta-
do relativo a las derivaciones de casos: parece que la problemática tratada durante
este curso presentaba unas características menos adecuadas a ser tratadas desde la
consultoría y más aptas para un tratamiento psicológico especializado. Quizás tam-
La consultoría conductual como forma de asistencia psicológica 593

Tabla 2
Resultados del programa según el tipo de trastorno

DEMANDA Alta Derivación Derivación Derivación Abandono TOTAL


red privada S.P.A red pública
Depresión 42 (57%) 15 (20%) 5 (62%) 3 (4%) 9 (12%) 74
Ansiedad 25 (45%) 14 (25%) 7 (13%) 2 (4%) 7 (13%) 55
Habilidades sociales 21 (46%) 6 (13%) 8 (17%) 1 (2%) 10 (22%) 46
Problemas infantiles 22 (71%) 4 (13%) 1 (3%) 2 (6%) 2 (6%) 31
Problemas sexuales 11 (50%) 7 (32%) 0 (0%) 1 (5%) 3 (14%) 22
Fobias 9 (41%) 7 (32%) 0 (0%) 2 (9%) 4 (18%) 22
Pareja 13 (81%) 2 (12%) 0 (0%) 0 (0%) 1 (6%) 16
Salud 12 (80%) 2 (13%) 0 (0%) 1 (7%) 0 (0%) 15
Hábitos alimenticios 3 (20%) 6 (40%) 2 (13%) 1 (7%) 3 (20%) 15
Rendimiento escolar 6 (46%) 2 (15%) 3 (23%) 0 (0%) 2 (15%) 13
Consultas por problemas de otros 6 (60%) 1 (10%) 0 (0%) 1 (10%) 2 (20%) 10
Problemas de relación 6 (67%) 0 (0%) 2 (22%) 0 (0%) 1 (11%) 9
Trastornos obsesivo-compulsivos 2 (22%) 5 (56%) 0 (0%) 1 (11%) 1 (11%) 9
Orientación profesional 7 (78%) 0 (0%) 1 (11%) 0 (0%) 1 (11%) 9
Estrés 4 (67%) 0 (0%) 0 (0%) 2 (33%) 0 (0%) 6
Adicciones 2 (40%) 1 (20%) 0 (0%) 1 (20%) 1 (20%) 5
Tics y hábitos nerviosos 5 (100%) 0 (0%) 0 (0%) 0 (0%) 0 (0%) 5
Evaluaciones y peritajes 4 (100%) 0 (0%) 0 (0%) 0 (0%) 0 (0%) 4
Autoestima 2 (67%) 1 (33%) 0 (0%) 0 (0%) 0 (0%) 3
Esquizofrenia 2 (67%) 0 (0%) 0 (0%) 0 (0%) 1 (33%) 3
Lenguaje 0 (0%) 0 (0%) 0 (0%) 2 (100%) 0 (0%) 2

bién podría explicarse este resultado por la mayor demanda durante este año de
personas no relacionadas con la Universidad y que probablemente presentaban una
problemática suficientemente grave como para desplazarse al campus para recibir
atención psicológica (esfuerzo que no se requiere para los integrantes del mismo).
Durante el primer año tambien encontramos que la derivación a la red pública es la
más alta con relación a las personas atendidas; esto es debido a que todavía no
estaba bien consolidada la red de centros privados concertados con el S.P.A. y no se
conocía con exactitud el funcionamiento de los centros públicos. Todos estos resul-
tados parecen apoyar la utilidad de un servicio de atención clínica en la Universidad,
que recoja y canalice las demandas propias de la misma y a su vez, informe y orien-
te en aquellos casos que no puedan ser atendidos con unos medios limitados pro-
pios de un servicio clínico gratuito. La mayor eficacia que se ha ido obteniendo año
594 FROJÁN, OREJUDO, CARRASCO Y HERNÁNDEZ

tras año y el mayor volumen de casos atendidos confirma la utilidad de las clínicas
psicológicas universitarias, donde atención, formación e investigación se aúnan,
rentabilizando al máximo la tradicional labor investigadora y docente de la Univer-
sidad, en la misma medida que hasta el momento actual se ha estado haciendo en
las facultades de Medicina.
Para finalizar, en la tabla 2 se presentan los distintos resultados del programa
según el tipo de trastorno: alta, abandono, derivación a otros programas del SPA,
derivación a la red pública o derivación a la red privada.
Como podemos observar, en todos los trastornos atendidos el máximo porcen-
taje corresponde a las altas; con ello no queremos decir que el resultado «alta» sea
el único que consideramos como éxito en un programa de consultoría: no todos los
casos son susceptibles de ser tratados con un tipo de intervención breve como la
que planteamos aquí. En estos casos, el objetivo de la intervención en consultoría es
asesorar al cliente acerca de cual puede ser la decisión más adecuada para la solu-
ción de su problema: a qué profesional o centro acudir, cómo enfrentarse a los pro-
blemas más inmediatos o simplemente una clarificación sobre lo que le está ocu-
rriendo o le preocupa. Por lo tanto, la realización de las sesiones de tratamiento con
la derivación consiguiente, en el caso de ser necesaria, se ha de considerar también
un éxito de nuestra intervención. En la tabla 2 los problemas están ordenados por
número de casos atendidos. Según se muestra en ella, los problemas más frecuen-
tes (depresión, ansiedad, habilidades sociales, problemas infantiles, problemas sexua-
les, fobias, problemas de salud, hábitos alimenticios y redimiento escolar) son sus-
ceptibles de resolverse en un gran porcentaje en un programa de consultoría. La
derivación a centros privados no es mayor en función de una supuesta gravedad del
problema; así, podemos comprobar que los problemas de depresión, pareja, salud,
infantiles y sexuales se resuelven en consultoría en más de la mitad de los casos. Las
derivaciones a otros programas del SPA que en principio no eran específicos para el
problema presentado (por ejemplo, no exisía un programa para depresión o ansie-
dad, y sin embargo las derivaciones al SPA fueron 5 y 7 casos, respectivamente), son
resultado de una reevaluación del mismo y de una reformulación de la demanda (y
estos son objetivos del programa de consultoría). Los abandonos son más frecuen-
tes (aunque las diferencias no son estadísticamente significativas) en habilidades
sociales (22%, n=46), hábitos alimenticios (20%, n=15) y consultas por problemas
de otros (20%, n=10) sin que este resultado pueda ser explicado en función de
alguna característica específica de este tipo de problemas.
Por otro lado, se hizo un análisis más pormenorizado (χ2) para estudiar las varia-
bles con las que se podría relacionar el resultado final del programa, encontrándose
que no había relación con las variables sexo y vinculación con la universidad, mien-
tras sí aparecía alguna relación con el tipo de problema por el que se demandaba.
Concretamente había una mayor probabilidad de derivación a la red privada de los
trastornos obsesivo-compulsivos y de los problemas de alimentación, una mayor
probabilidad de alta en problemas de pareja, tics y hábitos nerviosos y problemas de
salud y una relación significativa entre problemas de lenguaje y tratamiento en re-
des públicas; finalmente encontramos una relación significativa entre problemas de
rendimiento escolar y derivación a programas del Servicio de Psicología Aplicada.
La consultoría conductual como forma de asistencia psicológica 595

En estos datos se refleja que aquellos problemas que son más frecuentes (depre-
sión, ansiedad, habilidades sociales y problemas infantiles) no se relacionan con un
resultado específico, es decir, las técnicas de consultoría pueden ser igual de efecti-
vas para cualquier problema. El resultado de la intervención podría relacionarse con
otro tipo de variables como la motivación del usuario, la historia de desarrollo del
problema, desde cuando el problema está presente y otras variables que en este
estudio no se han considerado pero que podría ser interesante plantearse en estu-
dios posteriores.
Para el resto de categorías, puede resultar llamativo que no aparezca un mayor
porcentaje de casos derivados a otros programas del Servicio de Psicología Aplica-
da, dato que únicamente se encuentra en la categoría de rendimiento escolar. Este
hecho se puede relacionar con la estructura del propio servicio, en la que se permite
el acceso directo a los programas, con lo cual se estarían filtrando hacia estos pro-
gramas todos aquellos casos en los que el cliente directamente solicite su participa-
ción en cualquiera de ellos.
A la vista de los resultados de este trabajo podemos concluir que la existencia de
este tipo de servicios clínicos puede ser de gran utilidad para la población universi-
taria, ofertando diversos programas que se adapten a las demandas y las posibilida-
des económicas de la misma y con la posibilidad de derivaciones a centros especia-
lizados cuando la problemática del usuario así lo requiere. Por otra parte, es funda-
mental la difusión de una correcta imagen del psicólogo desde la propia Universi-
dad, garantizando un acercamiento científico a las demandas de la población que
permita afianzar definitivamente la credibilidad del mismo como profesional y de la
psicología como disciplina científica. Por otra parte, la consultoría ha demostrado
ser un eficaz y económico (en términos de tiempo y de dinero) procedimiento de
intervención en todo tipo de problemática, que aprovecha los recursos que posee
cada cliente y los optimiza de cara a obtener un rápido beneficio terapéutico. Me-
diante este tipo de planteamientos se pueden potenciar las habilidades del cliente
para su utilización efectiva en el área problemática que presente, permitiendo así
acortar la duración del período de intervención y rentabilizar al máximo la efectivi-
dad del profesional de atención primaria (Bimbela, 1997). La labor de la consultoría
es especialmente eficaz en aquellas personas en las cuales los comportamientos
problemáticos aún no se han instaurado por completo ni tienen una larga historia
en el tiempo, y esto es más frecuente en los jóvenes, debido precisamente a su
edad, lo cual hace más factible una intervención que sea al mismo tiempo terapéu-
tica y preventiva y que se puede generalizar a otras áreas problema.

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