Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Falacia naturalista
o Como mencionado antes, Moore sostiene que quienes pretenden
fundar la ética en la ciencia cometen un error. Este error consistiría en
el vicio del razonamiento de querer explicar el significado moral del
good (bien) desde las propiedades naturales. Para Moore, este error
fue denominado falacia naturalista. Esta falacia lleva a la gente a
creer, de forma equivocada, que de las ciencias de la naturaleza sería
posible derivar normas, reglas y preceptos, y por lo tanto
orientaciones de carácter ético o práctico.
o La falacia naturalista, la llamada “ley de Hume” y la is-ought question
han jugado un papel importante en el establecimiento de la
inviabilidad del discurso racional sobre la vida buena del hombre
(good life). Desde los marcos epistemológicos en que las
proposiciones fueron formula- das, la respuesta sería
tendencialmente negativa. Sin embargo, eso no quiere decir que el
camino hacia una ética de tipo racional (i.e., cognitiva) esté, en efecto,
cerrado y no haya otra opción posible que el emotivismo ético.
o Como indica Rodríguez Luño, una de las principales tesis
desarrolladas en el ámbito empirista de la fundamentación de la
moral es “la imposibilidad de pasar del plano del ser al del bien (o
deber ser), y con ello la separación entre conocimiento y norma, entre
razón teórica y razón práctica, como si el ser y el bien no
perteneciesen a un universo común”.
o Según los analíticos, la “ley de Hume” sería aquella que prohíbe el
salto lógico entre aquellas proposiciones que indican hechos (verbo
ser) y aquellas proposiciones que indican valores (el deber ser). Y,
por lo tanto, utilizando este principio, sería necesario en todo
momento distinguir y separar lo que es y lo que debe ser. De este
modo, se podría evitar el error cometido por aquellos pensadores que
quieren derivar prescripciones de descripciones. Y ello porque, según
el presupuesto filosófico de la “ley de Hume”, los valores (el bien) no
pueden residir en el mundo, pues si residiesen en él dejarían de ser
valores, para pasar a ser una parte más del mundo, es decir, “del
conjunto de los hechos”.
o De la descripción o constatación de hechos no resulta posible derivar
una proposición evaluativa. Las proposiciones evaluativas serían, por
tanto, subjetivas, y no encontrarían correspondencia en los hechos”.