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Hostos y La Apuesta Cívico-Jesús Castro Marte
Hostos y La Apuesta Cívico-Jesús Castro Marte
Muchas veces se sugiere que ese ideal de nación encontró argumentaciones teóricas en la
ya decadente filosofía escolástica o en las ideas revolucionarias de la fulgurante República
de Francia. En realidad, la gran influencia que estaba gravitando la educación le venía de
las brisas del romanticismo y del realismo de la literatura española del siglo XIX y la nostalgia
de su Siglo de Oro.
Si bien las ideas ilustradas alumbraron los emprendimientos de independencia, ello no caló
la base conceptual de la propuesta educativa, quedándose en una especie de ideal remoto
o simple apreciación por las ideas estéticas de lo francés que a regañadientes convivía con
el desdén a la herencia hispánica, con la que erróneamente se asocia la independencia.
Si bien la educación católica se vio como una cuestión cuasi confesional en términos
ideológicos, con el avance de las ciencias naturales y las nuevas epistemes de la filosofía
moderna, se vio a sí misma gravitando con otros actores sociales que de lo educativo
buscaron hacer el motor del progreso y el orden social. El positivismo temprano sirvió para
desmarcarse de todo aquello que no encontrara aval en el fait social de su proceder
metodológico.
Hostos cual apóstol de las ideas de Augusto Comte consigue darnos un proyecto educativo
que acompañe nuestra visión de nación, el para qué de un estado, y al mismo tiempo
dotarnos de una carta de ciudadanía que sustentara la apuesta política del régimen
republicano. La educación tiene que ser entonces un sistema que asegure mínimamente
las condiciones ético-morales que hagan de los individuos ciudadanos.
Esa es la base de su propuesta de una educación laica, en el sentido de que apueste a los
sustentos científico-filosóficos que avalen la escuela como instrumento de formación
ciudadana y el motor que impulse el ideal nacional concebido inicialmente como proyecto
liberacionista.
Con el tiempo, la educación católica fue la gran capitalizadora de las ideas de Hostos, sobre
todo en las provincias y municipios del país.
Hoy por hoy se sigue extrañando el legado de las llamadas “escuelas normales” y el aporte
curricular de la “moral y cívica”, de la que, sin duda, entre luces y sombras, la Iglesia Católica
ha sido su gran realizadora.