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Por tanto, nadie mejor que la propia familia para, con una serie de principios
y pautas fáciles de llevar a la práctica a la hora de comunicarse con sus hijos e
hijas, convertirse en un elemento vital para el buen desarrollo del lenguaje. Con
ese objetivo se propone una serie de orientaciones precisas que se antojan claves
para facilitar una evolución lingüística adecuada, en una doble vertiente: expresiva
y comprensiva. Por ello, debemos poner la máxima constancia y cuidado en todos
los momentos de esta etapa del desarrollo humano.
Debemos potenciar el lenguaje oral del niño, cualquier emisión por su parte,
debe ser escuchada con atención sin interrupciones, una vez que el niño ha
terminado la expresión espontánea realizar dos o tres preguntas relacionadas con
el tema que ha contado.
Es esencial tener mucha paciencia y evitar las prisas cuando se habla con
él esperar a que conteste aunque esto suponga mucho tiempo, es bueno darle
retos para que reflexione, pero éstos deben estar a su alcance. El habla es
nuestro sistema más complejo y completo para hacernos entender y que nos
entiendan debe resultar necesario y atractivo para el chico con cierto grado de
dificultad para que evolucione. Usar trabalenguas, adivinanzas, refranes, sus
emisiones y repeticiones favorecen la memoria, mejora la articulación y crea
inquietudes comunicativas.
Puede ayudarle a que construya bien las frases haciéndole preguntas del
tipo: “¿Cómo se llama?”, “¿Para qué sirve?”, “¿Quién?”, “¿Cómo?”, “¿Dónde
está...?”, etc.
Hablar al niño con naturalidad, evitar el habla infantilizada, esto es un dato
muy importante, que el niño no pronuncie con corrección no significa que no
comprenda perfectamente, los niños en edad escolar necesitan modelos
comunicativos y expresivos completos, estructuras gramaticales correctas y
evolucionar en la adquisición de vocabulario.
Eliminar los diminutivos y las modulaciones excesivas de la voz; no es lo
mismo hablar con un carácter más infantil (uso de estructuras cortas, vocabulario
más sencillo y menos elaborado) que el habla infantilizada (repeticiones de los
errores gramaticales de los niños porque son graciosos o nos llaman la atención),
sobre todo eliminar de nuestro vocabulario las erratas que el mismo niño emite.
Usar frases cortas pero completas sin ambigüedades ni adornos gramaticales o
corporales, indicaciones claras y comprensibles.
Tener en cuenta que comunicar es cuestión siempre de dos, hay que dejar
hablar al niño, con sus errores y sus equivocaciones y corregirlas naturalmente.
Tan importante es enseñarle a hablar como que comprenda que le escuchamos, le
entendemos y le ayudamos en caso de equivocarse, pero para que aprenda debe
tener la oportunidad de equivocación, si le corregimos con anterioridad o nos
anticipamos a sus deseos posiblemente no avance en el objetivo planteado por
logopedia que es la INTENCIÓN COMUNICATIVA.