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padres
para la realización de la
estimulación del
Lenguaje
en Educación Infantil
Departamento Psicopedagógico
1.-Hablarle a los niños de una forma clara y correcta.
Trate que el niño le diga una serie de palabras de una forma rápida, a modo de
juego; por ejemplo: “mesa”, “árbol”, “coche”, su nombre, el de la tutora, el bon dia,
gracias, por favor, etc…ya que los niños más pequeños pueden llegar a percepciones
auditivas consideradas adecuadas, cuando en realidad sólo son simplificaciones, por lo
que los «patrones lingüísticos» formales que se ofrecen a los niños; no pueden estar
distorsionados.
Marque bien las “S” en los plurales para que el niño las oiga y aprenda a
utilizarlas.
No hay que utilizar ni diminutivos ni aumentativos con los niños; por ejemplo:
casita, pupa, pequeñito, vasito, etc…. Porque la reproducción de un lenguaje infantil por
divertido que nos pueda llegar a resultar puede retrasar el desarrollo lingüístico infantil,
al igual que reirse de los errores que cometa el niño en el lenguaje.
Al levarse los dientes, el niño puede cepillarse no sólo los dientes, sino también
la lengua, los labios, el paladar y la parte interna de las mejillas y a la hora de enjugarse
se pueden hacer gárgaras con la ayuda de los padres.
Durante el baño, los niños podrían realizar juegos de soplo: ( hacer pompas de
jabón, soplar hacia las burbujas, soplar molinillos de viento, etc…), ejercicios de
respiración ( cogemos aire por la nariz con la boca cerrada y lo expulsamos por la boca )
e higiene respiratoria ( enseñarles a sonarse las fosas nasales correctamente: cogemos
aire por la nariz con la boca cerrada y lo expulsamos por la nariz con la boca cerrada).
Esto nos servirá para aumentar su capacidad y controlar la dirección del aire,
también para que no se traguen las mucosidades y para que no se malacostumbren a
respirar por la boca o a que se nasalice su voz.
Mientras nos peinamos, los niños pueden hacer muecas frente al espejo (
bostezar, abrir y cerrar la boca, poner cara de: alegría, tristeza, llanto, etc…); así
ayudaremos a la movilidad de los músculos implicados en el habla.
Durante las comidas, los niños tienen que masticar bien: trozos pequeños con la
boca cerrada y con los dos lados de la mandíbula.
Déle tiempo para que el niño responda a sus preguntas, no le interrumpa cuando
cuente algo.
Juegue con su hijo a pasarse objetos para que aprenda a utilizar los pronombres;
por ejemplo; decirle al niño (al mismo tiempo que se señala): “yo te doy mi peine”, “tú
me das tu pelota”, etc…
7.- Reforzar cualquier sonido inicial.
Hay que utilizar un vocabulario apropiado al nivel de desarrollo del niño, hay
que hablarle de las cosas que le interesan, para retener su atención y porque tiene que
familiarizarse con las palabras. No anticipe su respuesta aunque tarde en dársela, no
responda por él o por ella, deje que se exprese libremente; respetando también el turno
de palabra.
No le de prisas al niño porque a usted le parezca que el niño habla de una forma
lenta; ya que cada niño tiene su propio ritmo de pronunciación, de vocalización y de
expresión oral.
Porque lo que haríamos sería fijar esa palabra de forma incorrecta y al niño le
costaría comprender y llegar a pronunciarla posteriormente de una forma adecuada. Se
puede utilizar el método de corrección indirecta de las palabras del niño; es decir;
respondiéndole frecuentemente, repitiendo sus frases, corrigiendo las palabras mal
dichas pero nunca diciéndole:”que eso no se dice así “ y añadiendo las que no dice, pero
siempre después de que él haya acabado de hablar, por ejemplo: él dice: “banca”
señalando una casa y nosotros le diremos: “sí, la casa es blanca y grande” repítelo
conmigo le diremos a continuación.
11.-Hablarle al niño sin rapidez y frecuentemente.
Realice juegos para estimular los sentidos del niño, por ejemplo: enséñele a
identificar con el tacto, diferentes texturas: suave y áspero, mostrándole varios objetos y
expresándole cuál es cuál e intentando que después él o ella exprese cuál es suave y cuál
es áspero; motívelo a oler diferentes sustancias con inspiraciones profundas; también le
puede enseñar la diferencia entre dulce y salado con diferentes tipos de juego; por
ejemplo: durante las comidas que realice en casa, diciéndole cuáles son dulces o
salados.
La utilización del chupete: más allá de los tres años, no es recomendable ya que
deforma el paladar y modifica la posición de los dientes.
18.-Anímele al niño a que le conteste con algo más que con un sí o un no.
Realice el juego de la carretilla, su hijo coloca sus manos sobre el suelo y luego
usted le levanta los pies para que avance; trace figuras en el suelo: triángulo, cuadrado,
líneas curvas, en zigzag, etc…; motive a su hijo a caminar por encima de ellas;
estimúlelo a desplazarse en distintas posiciones en cuclillas, sobre las puntas de los pies,
sobre talones, hacia delante y hacia atrás; motívelo a que salte de una silla pequeña con
los pies juntos, tomándolo de las manos, etc…
Pídale a su hijo que haga movimientos con sus manos hacia arriba, abajo,
adelante, atrás, a un lado, a otro, dentro de su ropa, fuera; toque con el dedo pulgar cada
uno de los dedos restantes y realice movimientos de tijera con los dedos, motívelo a
sacar objetos que no floten, de un recipiente con agua, utilizando la presión de pinza; es
decir; los dedos pulgar e índice, realice actividades con pinturas de dedos, con gelatina
de colores, con barro o arcilla, trace una figura grande en papel y pídale que la rasgue,
que la recorte con tijeras por el contorno, etc… Enséñele cómo hacerlo,; es decir;
primero hágalo usted y después intente que su hijo le imite.
No sólo con gestos, sino también con palabras, por ejemplo: le enseñamos una
manzana verde y le preguntamos: “¿esta manzana es verde?” y tenemos que intentar que
de forma gestual nos diga que sí y también de forma hablada.