La “cuna” de la civilización Occidental
Si la
Cuando se habla del origen de la civilización Occidental, habitualmente se hace referencia
a la cultura greco-romana como fuente de sus bases fundamentales. El texto a
continuación busca describir brevemente algunas cuestiones relevantes de la historia de
estos pueblos, además de rastrear los aportes y creaciones culturales que realizaron para
entender en la manera en que pensamos hoy. En este sentido, también es necesario
plantear algunas críticas a la visión romántica impulsada por los europeos que impone
que griegos y romanos son el origen de la historia universal.
El mundo griego y la polis.
El mundo griego es conocido por su permanente afán de belleza y equilibrio. El
arte y la filosofía griega se caracterizaron por su intención de llegar a elaborar sistemas
con aspiración de universalidad (es decir para toda la humanidad) y con estándares de
belleza muy elevados.
Las ciudades-estado en Grecia se denominaron polis. Entendemos por ciudad-
estado a una ciudad con sus propias leyes e instituciones políticas, además de una
identidad cultural. Por esto, se puede plantear a Atenas y Esparta como dos polos
opuestos que conviven dentro de la identidad griega clásica. En este sentido, los griegos
son unos de los primeros grupos que sin la existencia de una unidad política mayor (como
por ej se daba en Egipto donde un Estado nucleaba a las distintas ciudades) se
consideraban como parte de un todo que era conocido como el mundo heleno.
La Grecia clásica (500 a.C.- 300 a.C.) es el período donde se crean ciertas
instituciones y formas de ver el mundo que van a ser tomadas luego por el pensamiento
moderno. Este período se caracterizó por la alternancia de la primacía de Atenas o
Esparta, primacía cultural que se consiguió a partir del dominio militar. Atenas dominaba
los mares (por ser grandes comerciantes y su contacto cultural con Asia Menor) y los
espartanos la tierra con sus guerreros hoplitas.
Los períodos de primacía de Atenas están en consonancia con la mayor estabilidad política
de Grecia. En estos momentos predominó la democracia, creación ateniense por
excelencia. Este sistema funcionaba a partir de un gobierno de la mayoría de los
ciudadanos en la toma de decisiones. A diferencia de la democracia actual
(representativa), para los griegos la democracia tenía que ver con una participación
directa y activa en la definición de los asuntos públicos. Pero no todo es color de rosa. En
Atenas convivían miles de no ciudadanos (metecos) que no tenían poder de decisión a
pesar de vivir por generaciones en la ciudad. En este sentido, la democracia se constituía a
partir de la ciudadanía y la exclusión del no ciudadano. Por otro lado, los períodos de
primacía de Esparta implicaron el predominio de una lógica aún más excluyente.
enseñanza y el modelo de Atenas era el ciudadano instruido para participar en una
democracia, la educación espartana tenía como principio formar guerreros de elite. La
forma de gobierno de los espartanos era Oligárquica (gobiernos de unos pocos) el mejor
guerrero conducía y un consejo de ancianos asesoraba al rey. El fin de la Grecia clásica se
da debido a la eterna puja entre estas polis y la conquista por los macedonios y luego por
los romanos.
Dos formas de pensar el mundo: el racionalismo y el racismo
Unos de los principales aportes que realizaron los griegos al pensamiento
occidental fue la filosofía (amor al conocimiento), aunque es engañoso platearlo como
una creación meramente griega ya que el conocimiento que elaboraron los helenos
estuvo en profundo contacto con las culturas de medio oriente. Hacia el s VIII a.C. (700-
600 a.C) las polis griegas tuvieron problemas por el exceso de población y la escasez de
alimento e iniciaron un proceso de colonización en diferentes puntos del mediterráneo,
en especial Asia Menor (zona de la actual Turquía). La estrategia fue la fundación de
colonias comerciales que se relacionaban con su metrópoli ubicada en la península. Este
tráfico comercial, además implicó además la circulación de personas y conocimientos de
ambas culturas que enriqueció y amplió la perspectiva de los helenos. Por esto, la Grecia
clásica no podría ser tal sino fuese por este intercambio cultural.
El racionalismo (elaborado por Aristóteles) se constituye como una perspectiva
que ubica al ser humano como un animal racional. Por ellos, las decisiones que tomamos
son a partir del intelecto y el conocimiento. Esto implica, que el aspecto emocional no
jugaría un papel relevante en las decisiones de las personas.
Es interesante ver el racismo griego como oposición al racionalismo que
impulsaban. El período clásico estuvo marcado por una disputa férrea con el Imperio
Persa, definido por los griegos como un pueblo hostil que iba a llevar al cataclismo de la
civilización griega con su barbarie. En este sentido, el racionalismo (que fue parte de la
filosofía, hasta la trigonometría, matemática y física primitivas) surge a partir del contacto
con otros pueblos, pueblos que luego son tildados de bárbaros una vez que constituyen
algún tipo de identidad común y defienden un espacio que le fue históricamente propio.
Así, la xenofobia griega no es más que un reflejo del miedo y el interés de conservar
ciertos negocios comerciales y defender la cultura propia. Aquí vemos que la pretensión
de universalidad del conocimiento griego (todo hombre es un ser racional) se cae a
pedazos apenas sus intereses se ponen en juego.
La gran épica romana.
 La historia de los romanos es una de las historias más épicas de la humanidad si
consideramos que el Imperio Romano surgió de una pequeña ciudad Estado y llegó a
controlar la totalidad de Europa occidental, los Balcanes, Asia Menor, la Mesopotamia,
Egipto y el norte de África.
Como toda épica comenzó con una leyenda, la de Rómulo y Remo, los hermanos
dejados a la deriva del río Tíber (Italia) en una cesta y que se salvaron al ser amamantados
por una loba. Según la leyenda la fundación fue en 753 a.C. Los orígenes de Roma la
presentan como una Monarquía con un rey como máximo jefe del ejército, juez y sumo
sacerdote que es apoyado por un Senado conformado por Patricios (nobles romanos,
terratenientes). En esta primera etapa ya se delinean aspectos importantes que es la
división de la sociedad entre Patricios y Plebeyos (pueblo). En este sentido, la sociedad
romana va estar marcada por desigualdad creciente entre ricos y pobres.
En el 507 a.C. el Senado destituyó al rey y conformó La República (la cosa pública,
el Estado, el bien común) (507 a.C.- 27a.C.). Con el origen dela República el Senado pasa al
primer plano de la política y de las decisiones sobre la guerra y la economía, mientras que
la administración queda en manos de los Magistrados encargados de la ciudad, obras
públicas y la justicia. Este período se caracteriza por la expansión gradual por la península
itálica a partir de un ejército formado por los ciudadanos romanos. Por otro lado, se
desarrollan en la ciudad numerosas obras de infraestructura como acueductos y foros.
A partir del S IV a.C. la República se verá inmersa en diversos conflictos sociales.
En un primer momento, por la exclusión de los plebeyos de las magistraturas y el senado,
que, con el tiempo a pesar de no tener sangre noble, comenzó a tener algunos hombres
poderosos enriquecidos por la conquista. Por esto, se creó la Ley de las Doce Tablas que
crearon el Tribunado de la Plebe (una suerte de cámara de diputados que podía vetar las
leyes del Senado). Además, reconocía la igualdad de derechos de todos los ciudadanos
romanos.
Los siglos III y II a.C. estuvieron marcados por una expansión territorial sin
precedentes para la antigüedad que no se detendrá hasta el siglo IV d.C. Esta expansión
territorial tuvo consecuencias muy profundas en la sociedad romana. La antigua división
entre Patricios y Plebeyos fue dando lugar a una división cada vez más notoria entre ricos
y pobres. Esto sucedió debido a que los frutos de la conquista habían implicado la
permanente incorporación de tierras y esclavos. Las tierras quedaron en pocas manos y
fueron trabajadas por esclavos, que gradualmente fueron suplantando a los trabajadores
libres. Esto generó una desocupación que se convirtió en un rasgo de la ciudad de Roma
que llegóa tener más de 1 millón de habitantes. Esta situación se volvió una carga para el
Estado romano que debía mantener con “Pan y circo” a la plebe hambrienta y ociosa. Con
el tiempo, se sumaron revueltas de esclavos y disputas por la repartición de tierras y
frutos de la conquista. Es interesante señalar que los romanos conquistaron Grecia en el
siglo II a.C. y adoptaron muchas de sus costumbres, sobre todo el estilo de vida de la
aristocracia, que ya no era la de la Grecia clásica, su moral estaba diluida y esto impactó
en los sectores encumbrados de Roma. La aristocracia romana comenzó un camino cada
vez más corrupto. Así, la República se vio marcada por la conflictividad social y la injusta
distribución de la riqueza que generaba la expansión territorial. El clímax de la
conflictividad llegó con el enfrentamiento entre Optimates, miembros patricios del
senado y los Populares, sectores plebeyos encumbrados que apoyaban reclamos de
sectores bajos para la distribución de tierras y condonación de deudas.
De la República al Imperio y su fin.
El período de gran inestabilidad política y social, en realidad se transformó en
una transición a otra lógica de concebir el poder e implicó la transformación de Roma en
un Imperio. La ineficacia del Senado para tratar las revueltas de esclavos y la conflictividad
social catapultó al Ejército como actor clave en la política romana. Por esto, el primer
emperador surgió de la disputa entre los generales más poderosos. Julio César fue en la
práctica el primer emperador y su sobrino Octavio, fue nombrado Augusto por el Senado
en el 27 a.C. Esta fecha es considera el comienzo del Imperio ya que Octavio concentró la
suma del poder público en su persona.
El Imperio fue un período marcado por una expansión territorial sin precedentes
en la antigüedad, como así también la expansión comercial y de las vías romanas (camino
imperital). Las implicancias prácticas fueron muchísimas ya que la extensión territorial fue
imposible de ser manejada por una sola persona. Los emperadores debieron confiar su
poder a segundones de su confianza en las distintas Provincias y utilizaron distintas
estrategias para “romanizarlas” como otorgar ciudadanía a las más antiguas. A pesar de
esto, seguían pagando tributo a Roma y el sistema comenzó a colapsar por su propio peso
y la corrupción que se propagaba al mismo ritmo que se incorporaban tierras.
A partir del s III el imperio Romano vivió una profunda crisis económica. Las
conquistas disminuyeron y los esclavos de guerra escaseaba, encareciendo el valor de la
mano de obra. Por la extensión, las Provincias ganaron poder y Roma lo perdió. Los jefes
militares en diferentes lugares aspiraban a ser emperadores. Por esto, en el s IV Roma se
dividió en una esfera occidental, con capital en Roma y otra oriental, Constantinopla
(actual Turquía). Finalmente, hacía el 476 d.C. el imperio de Occidente cayó frente a las
sucesivas invasiones de los pueblos “bárbaros” del norte y del este que avanzaron
implacablemente saqueando las ciudades romanas.

Consideraciones sobre el final de un imperio inmortal.
Roma fue una ciudad que fue cuna de una legislación avanzada en torno a el
derecho como hoy lo conocemos. El derecho romano sentó las bases del derecho
continental europeo. Creó la propiedad y también afianzó la lógica patriarcal y hereditaria
del poder y la riqueza. Además, impulsó la dinámica Republicana, que enmarcada en una
lógica imperialista se hundió en la corrupción y se sacrificó a si misma con tal de mantener
el Statu Quo. Para los romanos, Roma no podía morir, sacrificar la República era un
sacrificio a la altura de su historia.
La experiencia romana es la historia de una de las vocaciones imperialista-militar
más grandes de la historia (comparable con los Nazis y con EEUU) que se apoyó además
en distintas estrategias culturales para permanecer. En un principio respeto la existencia
de otras culturas y religiones, impuso tributos, pero no impuso sus dioses. Por necesidad
intentó romanizar las provincias otorgando la ciudadanía romana. Pero este último
intento de un coloso en descenso, marcó 2 milenios de existencia. Roma se convirtió al
cristianismo y comenzó la persecución a los paganos. Así, su último recurso de
subsistentica dota al cristianismo de sed imperialista y de pensamiento único. Lo que
quedó en occidente como única estructura de poder tras la caída del Imperio, fue una
nueva vocación imperialista, la Iglesia verticalista, con su Papa como emperador.
Mundo mediterráneo dominado por Roma – Máxima expansión S IV d.C.