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TEORÍA POLÍTICA
Derecho (SEA)
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CAPITULO I
EL MUNDO
GRECORROMANO
1.- EL MUNDO GRECORROMANO
El mundo grecorromano es el primer referente de la antigüedad con el que occidente se
siente identificado plenamente, ya que reconoce sus raíces como civilización, en el desarrollo
artístico, intelectual y científico de los griegos y romanos.
El mundo clásico
Los griegos y los romanos formaron dos culturas con un marco espacial y temporal
distinto. En muchos sentidos, el mundo griego construyo la base cultural y continuaron
desarrollado, conformándose así la cultura grecorromana o cultura clásica. 2
A mediados del S.III Milenio a.C. florecieron las primeras civilizaciones en el área del mar
Egeo Creta, las Citladas; Grecia continental y Asia Menor.
La civilización Minoica
La cultura que desarrollo en la isla de Creta a partir de 2700 a.C. recibió el nombre de
Minoica en Honor del mitológico rey Minos. La evolución de esta civilización se ha dividido en tres
grandes periodos.
Minioco antiguo: (2700 a.C. 2000 a.C) en este periodo se produjo la llegada
de población Anatolia que conocía la metalúrgica y de navegación
Minoico medio: (2000 a.C a 1570 a.C) es la edad de oro de la cultura propia
de la Creta antigua. Se edificaron los grandes palacios, la cerámica y se conoció la
escritura.
Minoico reciente: (1570 a.C a 1400 a.C.) se creó el primer imperio
marítimo y se crearon nuevos palacios, se caracterizó por economía agrícola, evoluciono la
artesanía, la metalúrgica, la cerámica y se impulsó el comercio de importación y
exportación
Época Arcaica: a partir del S VIII a.C. hubo ciertos cambios que
caracterizaron la época arcaica que se extendió hasta el S VI a.C. ya que Grecia se recuperó
económicamente, política y culturalmente. En el ámbito político merece destacarse el
nacimiento de la Ciudad-Estado, la Polis, en el económico la expansión colonial, y en el
cultural la adopción de un sistema de escritura
El nacimiento de la Polis es fruto de un largo proceso durante la edad obscura cuando las
localidades se reunieron en agrupaciones urbanas a las que fueron artesanos y comerciantes,
fenómeno conocido como cine sismo.
La Polis estaba constituida por elementos fundamentales:
El núcleo urbano amurallado donde se ubica la Acrópolis, los Templos, El Ágora y los
territorios que pertenecían a la ciudad.
El gobierno de la Polis quedaba en manos de los magistrados, asesorados por el consejo de
aristócratas.
La expansión colonial es el fenómeno más importante de la época Arcaica. En principio el
factor que impulso este movimiento fue la necesidad de encontrar zonas aptas para el cultivo,
zonas con abundante tierra fértil y con salida al mar.
La expansión colonial griega se inició hasta el S VIII a.C y se detuvo en la segunda mitad del
S VI a.C por que chocaron con los intereses de lo cartaginenses y de los etruscos en el Mar
Mediterráneo.
A través de la expansión colonial, las ciudades establecieron relaciones comerciales por
todo el mediterráneo e incluso llegaron al centro de Europa,
Comerciaron con productos manufacturados (cerámica, tejidos, herramientas) y agrícolas
(vino y aceite) e importaban de las colonias minerales metales preciosos, madera, lana, cereales y
esclavos. Para llevar a cabo estas actividades, tuvieron que mejorar sus embarcaciones y crear un
nuevo sistema de transacción que fuera diferente al trueque.
Con el fin de solucionar los conflictos surgieron las figuras de Legislador y tirano. Las
propuestas de los legisladores supusieron un avance en el derecho civil y en la administración de
justicia, sin embargó no resolvieron los problemas planteados por la difícil situación de los
campesinos, de igual manera no hubo solidez política.
Todas las situaciones fueron aprovechadas por los tiranos; estos sin haber sido asignados se
imponían en el gobierno con el apoyo del pueblo. Atenas estuvo dirigida por el tirano Psistrato que
inició con las primeras grandes obras en la Acrópolis.
La etapa Clásica
Roma conquisto las tierras que rodeaban El Mar Mediterráneo y creó un imperio que se
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extendía desde los Desiertos Africanos Hasta Las Islas Británicas, y los ríos Rin y Danubio y desde la
Península de Arabia y la Cordillera de Caucaso, hasta la península Ibérica. El fundador Romulo de
origen Sabino, Numa Pupillo, Tulio Hostilio, Ian Comarcio, de procedencia Estrusca Tarquino el
antiguo, Servio Tulio y Tarquino el Soberbio, eran los siete reyes que organizaban a Roma.
Roma estaba dividida en 3 tribus, Rameas, Titios y Luceres.
Todas estas aportaban 10 curias de 100 hombres, la reunión de las curias constituía a
asamblea, cuya función era legislativa, judicial y civil.
La sociedad romana era de base Gentilicia, lo que quiere decir que estaban formadas por
Gens, que estaban formadas por miembros de un mismo grupo familiar, desdientes de un
antepasado común, quien, por cierto, había sido fundador de la gens. Con la incorporación de
varios pueblos de Lacio, roma se convirtió en un centro político de su extenso territorio.
El Servio Tulio dio paso a la división de los ciudadanos de acuerdo a su clase permitiendo así
una nueva escala social; los comicios centuriados dice quienes no votaban individualmente, sino
por centuria.
A partir de esta reforma, la sociedad romana se articuló en función a las riquezas y no por
criterios de nacimiento. En 509 a. C. la Aristocracia romana se revelo contra a Monarquía Estrusca.
El patriciado, a través del senado impulso la concentración del poder en 2 magistrados, en los
cónsules, iniciándose con ello, los fastos consulares (Lista de los cónsules)
Republica
Filósofo griego, considerado el fundador de la filosofía moral o axiología que ha tenido gran
peso en la posterior historia de la filosofía occidental por su influencia sobre Platón.
Nacido en Atenas, hijo de Sofronisco, un escultor, y de Fenareta, una comadrona, recibió
una educación tradicional en literatura, música y gimnasia. Más tarde se familiarizó con la retórica y
la dialéctica de los sofistas, las especulaciones de los filósofos jónicos y la cultura general de la
Atenas de Pericles.
En un principio continuó el trabajo de su padre, e incluso realizó un conjunto escultórico de
las tres Gracias que permaneció en la entrada de la Acrópolis ateniense hasta el siglo II a.C.
Durante la guerra del Peloponeso contra Esparta, sirvió como soldado de infantería con gran valor
en las batallas de Potidea (432-430 a.C.), Delio (424 a.C.) y Anfípolis (422 a.C.). 3
- El auto aniquilación
Siendo que Sócrates sabe las razones del odio que se le profesa y que intuye cuál será el
desenlace de ese juicio, le vuelve a abrir la llave al dispensador de cicuta, cuando luego de terminar
el interrogatorio, en su discurso le dice a los 500 jueces: “De todas maneras, hagáis caso de Anito o
no hagáis, me absolváis o me condenéis, nunca jamás obraré de otro modo, así tenga que sufrir mil
muertes.”
Para concluir, Sócrates recuerda al jurado que no va a recurrir a trucos de llantos, ni traerá a sus
hijos a provocar compasión. Afirma no temer a la muerte y asegura que no actuará de manera
contraria a su deber religioso, por lo que confiará plenamente en su sólida argumentación y en la
verdad para ganarse el veredicto. El jurado, sin embargo, lo encuentra culpable por 281 votos a
220.
SEGUNDA PARTE
La aceptación
Sin extrañarse, Sócrates acepta la condena, sin embargo, dice que esperaba ser condenado
por más votos en su contra y no por una diferencia de tan solo 30. Cuando un acusado era
declarado culpable y el acusador pedía contra él la pena de muerte, la ley permitía al acusado
condenarse a sí mismo a una de estas tres penas: prisión perpetua, multa o destierro. No cayó
Sócrates en el lazo; no se condenó en manera ninguna, por lo que dice Jenofonte, ni permitió a sus
amigos que lo hiciera: que esto era reconocer la culpa.
De manera que Sócrates reclama su inocencia, y por obedecer a la ley, se señala a sí mismo
una recompensa en lugar de un castigo.”
El señalamiento de la pena
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Sócrates, tenía derecho a formular una contrapropuesta a la pena que se le impuso (la pena
de muerte), por lo que propone lo siguiente:
Ofrece comida gratuita en el Pritaneo, lo que “era un honor reservado a atletas y otros
ciudadanos importantes.”
TERCERA PARTE
a- La profecía
Profetiza a los que lo condenaron que serán castigados, que tendrán un gran número de
censores a quienes él (Sócrates) contenía, quienes serán tanto más severos cuanto que son más
jóvenes. Les dice que matando gente para que no les censuren sus malas vidas, no es una forma
honesta de desembarazarse de los censores.
1.3 Platón
Platón nació hacia el año 427 a. C. en el seno de una prominente familia ateniense. El hecho
más importante del desarrollo intelectual de Platón fue el de que en su juventud fue discípulo de
Sócrates, de quien sacó el pensamiento que fue siempre lo fundamental de su filosofía política: la
idea de que la virtud es conocimiento. Su educación filosófica estuvo durante un cierto tiempo a
cargo del filósofo heracliteano Crátilo, aunque su verdadero maestro fue Sócrates.
La República fue escrita en la madurez de platón, pero cuando éste era aun relativamente
joven, probablemente dentro de la primera década de la apertura de su escuela. La republica es un
libro que se refiere la vida de un estado bueno, y a los medios de conocer cuáles serán esas cosas y
a los modos de lograrlas. Para un problema tan general no es extraño ningún aspecto de la
actividad individual o social. De ahí que la República no sea un tratado, que pertenezca la política, a
la ética o a la economía o a la psicología, aunque incluya todas ellas y aún a otras ramas del saber
humano, puesto que no faltan en la obra el arte, la educación ni la filosofía.
La proposición de que el estadista debe ser un hombre de ciencia que conozca la idea del
bien, proporcionó a Platón un punto de vista que le permitía criticar la ciudad-el estado, y a la vez
que un método que conducía al estado ideal.
El análisis que Platón introduce de modo tan sencillo y discreto en su construcción del
estado ideal, es uno de los más profundos descubrimientos que contiene su filosofía social.
Expuesto brevemente, equivale a esto: debe concebirse la sociedad como un sistema de servicios
en el que todo hombre aporta algo y recibe algo.
Lo que compete al estado es regular este cambio mutuo, y lo que trata de arreglar es la
satisfacción más adecuada de las necesidades y el intercambio más armónico de los servicios.
El intento platónico de hacer un análisis que sirva al propio tiempo para el individuo y para
el estado, conduce a una teoría demasiado simplista a resolver el problema. El análisis del estado
de muestra que es necesario que se realicen tres funciones. Hay que satisfacer las necesidades
físicas latentes y el estado debe ser protegido y gobernado. El principio de esta especialización
exige que se extingan los servicios esenciales y de ellos sigue que hay tres clases: los trabajadores
que producen y los "guardianes" que a su vez se dividen, aunque no de modo tan tajante, en
soldados y gobernante o -si se trata de un solo gobernante- el filósofo-rey.
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1.3.2 La aristocracia de la razón.
Platón dice con toda claridad en la común conciencia moral al creer que el gobierno con
arreglo a la ley es mejor que el gobierno de los hombres, dado que los gobernantes son como en
realidad son. El papel que habían desempeñado en la República la división del trabajo y la división
de los ciudadanos en tres clases. Este principio es antecesor de la famosa separación de poderes
que había de redescubrir Montesquieu muchos siglos más tarde como esencia de la sabiduría
política encarnada en la constitución inglesa.
1.4 Aristóteles
Filósofo griego, el de mayor importancia junto con Platón, en toda la historia de la filosofía;
nacido en la ciudad jonia de Estagira en 350 a.C. ,(la actual Stavro), Aristóteles funda su propia
escuela, el Liceo, en el 335 a.C., que no destinará, como la Academia, a la investigación de la
matemática y la dialéctica, sino a unas investigaciones de carácter más amplio relacionadas con la
ciencia de la naturaleza.
La filosofía de Aristóteles se presenta, como una crítica sistemática a la teoría de las ideas
platónicas.
En la psicología aristotélica, el hombre aparece como ser capaz de comprender todo el
universo y de tender a ello llevado por el ansia de saber, es investigar la realidad sólo como tal
realidad. A esta investigación llama Aristóteles ciencia del ser, o filosofía primera.
Aristóteles aceptó desde un principio el punto de vista de Las leyes, de que en todo estado
bueno ese verano último debe ser la ley y no ninguna persona. Aceptaba esto, no como concesión
de la fragilidad humana, sino como parte intrínseca del buen gobierno y, en consecuencia, como
características de un estado ideal.
El gobierno con arreglo a derecho, tal como Aristóteles entiende la expresión, tiene tres 9
elementos principales: En primer término, el gobierno el interés público o general. En segundo
lugar, es un régimen jurídico en el sentido de que el gobierno se realiza mediante regulaciones
generales y no por decretos arbitrarios, y también en el sentido más vago. Tercer lugar, el gobierno
con arreglo a derecho y cada gobierno de súbditos que obedece voluntariamente y se diferencia del
despotismo, que se apoya únicamente en la fuerza. Dice Aristóteles, que en la creación de la norma
jurídica la sabiduría colectiva de un pueblo es superior incluso a la del legislador más sabio.
La polis, dice, es una forma de comunidad. Una comunidad una unión de personas diversas
que, a causa de sus diferencias, pueden satisfacer sus necesidades mediante el cambio de bienes y
servicios. pero Aristóteles difiere de platón, de que distingue varias especies de comunidad y la
polis no es más que una de ellas.
Aristóteles propone un principio general para definir el estado en contraste con la
comunidad doméstica. Se trata de la referencia al crecimiento o desarrollo histórico. “considera las
cosas en su origen y principio, tanto si se trata de una polis, como de cualquier otra cosa, estima
tendrá una visión más clara de ellas.
Lo que distingue al estado para Aristóteles, es que produce por primera vez las condiciones
necesarias para una vida realmente civilizada. Tiene su origen, como dice, en las necesidades
elementales de la vida, pero perdura con el fin de permitir una vida buena. Para ello es tan
importante que el estado no sea demasiado grande o que no sea demasiado pequeño.
Aristóteles Dominado por una creencia de la capacidad humana única de los griegos,
piensa que la forma más elevada de la sociedad civil sólo se puede conseguir en la ciudad-estado.
El sentido y el valor del estado surge del hecho de que, como dijo Edmund Burke, el estado
es una sociedad de toda ciencia y todo arte, y este es el argumento final de Aristóteles contra
quienes sostienen que la ley y la moral son cuestiones convencionales del argumento, tal como lo
emplea Aristóteles, representa una cuidadosa definición del término "naturaleza", redefinición que
puede adaptarse a todas las ramas de la ciencia y convertirse en principio general de una filosofía.
Es una regla práctica para guía de investigación.
Aristóteles había encontrado esta regla era útil estudios biológicos, en los que el empleo en
gran escala. Ejemplo, una semilla sólo descubre su naturaleza cuando termina y la planta crece. Son
necesarios las condiciones físicas, tales como el suelo, el calor y la humedad, pero, aunque sea
idéntica para dos semillas diferentes como una bellota o un grano de mostaza, las plantas que
resultan son totalmente distintas, cada una de las plantas contiene su propia "naturaleza", como va
pareciendo a medida que aquella desarrollar gradualmente y que llega a ser de modo explícito lo
que estaba lícito en las semillas. La misma explicación es aplicable al desarrollo de la comunidad.
La familia, dice Aristóteles, es anterior en el tiempo, pero la polis es anterior "por
naturaleza"; es decir, es la comunidad de desarrollo más completo y, por consiguiente, es la que
mejor muestra lo que haya implícito en la comunidad. Por la misma razón la vida de la
polis muestra lo que es intrínsecamente la naturaleza humana. Y como el estado es el único medio
en el que pueden desarrollar esas facultades, es "natural" en un sentido que en ciertos aspectos es
lo contrario del instintivo. El estado es natural porque contiene la posibilidad de una vida
plenamente civilizada, presenta un campo de acción para el arte del estadista. La aplicación del
entendimiento y la voluntad no crea aquella, pero puede conducir a un despliegue más perfecto de
sus posibilidades innatas. Una teoría de la naturaleza tal como ésta, deriva tanto de los estudios 10
biológicos como de los estudios sociales, da, según Aristóteles, un fundamento lógico para su
concepción más amplia de una ciencia y un arte de la política.
Para hacer esto necesita comprender tanto lo posible como real. Tiene que conocer qué
posibilidades de desarrollo hay presentes en la situación que tiene ante sí y qué condiciones
materiales darán a esas fuerzas ideales los medios de abrirse camino de la mejor manera posible.
Investigaciones combinan siempre dos finalidades. Tiene que ser empíricas y descriptivas, porque
sin el conocimiento de lo real no puede decirse de qué medios dispone o cómo operan tales medios
casos de ser utilizados.
El factor determinante en cualquier estado se hallaría constituido por los valores éticos que
estuviesen destinados a realizar la asociación de ciudadanos; las finalidades morales de los
ciudadanos en su vida común sería la cosa esencial que aquellos tuvieran en común y, por ende,
por así decirlo, "la vida del estado". Pero Aristóteles había definido también una constitución como
la ordenación de cargos magistraturas, lo que se aproxima más a una concepción política del estado
en el sentido moderno.
A la vez, el ideal político aristotélico coincide enteramente con el de Platón en lo que se
refiere a señalar como finalidad principal del estado un propósito ético.
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1.4.6 Las formas de gobierno
Aristóteles, entrecruza la división del poder con la tradicional clasificación tripartita, antes
mencionada, y con ello tiene un grupo de tres formas puras (o estado sujeto a la ley)-monarquía,
aristocracia y democracia moderada, y tres formas impuras (o estados despóticos), tiranía
oligarquía y democracia extremada o demagogia
La única diferencia entre la exposición platónica y aristotélica consiste, y ello no parece
tener importancia, en que la primera presenta las formas puras como estado sometidos a la ley, en
tanto que la última las presenta como estados gobernados para el bien general.
Aristóteles se inclina en admitir que la monarquía sería adecuada a una sociedad en la que
una familia fuese muy superior a todas las demás en virtud y en capacidad política. La verdad es
que la monarquía ideal es para Aristóteles algo perfectamente académico.
Es probable que, a no ser por la autoridad de Platón, nunca lo hubiese mencionado.
Observa que la monarquía sometida a la ley no es, en realidad, una forma de gobierno y, si esto se
toma literalmente, el hecho de que el gobierno bueno tenga que reconocer la supremacía de la
monarquía jurídica excluye en realidad a la monarquía de las formas puras de gobierno.
Aristóteles compara las clases económicas a los órganos de un animal dice que hay tantas
clases de estado como formas de combinar las clases para conseguir una vida social. La forma en
que opera en realidad un gobierno depende en parte, de la combinación de los factores políticos, y
en parte de los económicos, así como del modo en que ambos grupos de factores se combinan
entre sí. Algunos de los factores económicos tienden a producir un estado sometido a las leyes y
otros un tipo opuesto, y lo mismo puede afirmarse de los factores políticos.
Es difícil incorporar esa conclusión a una clasificación formal, pero tiene el mérito de tomar
en cuenta una gran masa de complejidad política social.
1.5 La Helenística
La época helenística surge del debilitamiento de Grecia por las conquistas de sus ciudades –
estado por parte del imperio macedonio regido por el Rey Filipo II, que se acentuarían con la
llegada al poder de su hijo Alejandro III, conocido históricamente como Alejandro Magno.
Estas ciudades habían llegado al declive y habían sido sustituidas en importancia por las
ciudades modernas de Alejandría, Pérgamo y Antioquía.
El ascenso de la civilización griega desde su calidad de dependiente periférica del Oriente
Medio hasta la igualdad e incluso superioridad sobre el antiguo imperio persa (334 – 330 A.C),
marco un fundamental cambio de rumbo en la historia de la civilización.
En Grecia empezó a diferenciarse la política de la religión, y la filosofía y la ciencia
comenzaron a diferenciarse del mito. La mayor parte de los ideales políticos modernos como, por
ejemplo, la justicia, la liberta, el régimen constitucional y el respeto al derecho o al menos sus
definiciones comenzaron con la reflexión e los pensadores griegos.
En las ciudades estado se vería un síntoma inequívoco que fue fundamental para que años
más tarde del esplendor de la época helenística entrara en un proceso de decadencia que tanto 12
Platón como Aristóteles pudieron acuñar, solo existe para unos pocos y no para toda la masa de
artesanos, labradores y jornaleros, es decir que gentes con menos posibilidades de expresarse o
situadas en posición menos favorable.
La polis griega se enfrentó a un dilema político que nunca pudo superar. No podía alcanzar
la autonomía en su economía ni en su política sin adaptar una política de aislamiento y no podía
aislarse sin sufrir el estancamiento en las mismas cultura y civilización que Aristóteles consideraba
como su corona de gloria.
A mediados del siglo IV a. C., Grecia adquirió para ello un modelo de confederaciones que
admitían la alianza con ciudades supuestamente libres, pero no consiguió crear estados
permanentes y estables. La incapacidad de las ciudades para estabilizar sus relaciones recíprocas
fue un fracaso de la administración.
Las clases acomodadas estaban por lo general al lado de Macedonia, y esta es una razón
importante de porque los elementos más prósperos tendían a ver con complacencia al auge del
poder de Filipo.
La verdad es que los problemas sociales y políticos del mundo griego no podían ser
resueltos por las polis. El auge de Macedonia obligo a reconocer dos hechos que ya existían, pero
que Platón y Aristóteles habían pasado por alto en gran parte. Uno de ellos era de que la ciudad
estado era demasiado pequeña y belicosa para gobernar aun el mundo griego y que ningún
perfeccionamiento posible la hubiera hecho congruente con la economía del mundo en que vivía.
A fin de asegurar su poder en todo el territorio, adopta deliberadamente la política de
fundir sus súbditos griegos y sus súbditos orientales, se establece como forma de gobierno, la
monarquía, sin embargo, las ciudades estado continuaron existiendo y la mayor parte de ellas
continuaron durante largo periodo dirigiendo sus asuntos locales por intermedio de los antiguos
órganos de gobierno.
Surgen las escuelas o corrientes filosóficas de las que se destacan las siguientes:
Cínicos
Estoicos
Epicureísmo
Escépticos
1.5.1 Cínicos.
Esta escuela fue fundada en la antigua Grecia, durante la segunda mitad del siglo IV a.C.,
por Antístenes y Diógenes en un gimnasio llamado Cinosarges, la segunda fase se desarrolló en las
grandes ciudades del imperio romano: Roma, Alejandría y Constantinopla, y duró desde los siglos I
a V d.C.
La escuela cínica, más que ninguna otra, formulo una protesta contra la polis y las
clasificaciones sociales en las que se basaba esta, su evasión consistió en renunciar a todo lo que
por lo común denominan los hombres. Los cínicos formaban un grupo un tanto vago y enteramente 13
desorganizado de maestros errabundos y filósofos populares.
La base de su doctrina dice que el sabio debe bastarse enteramente a sí mismo; entre las
cosas indiferentes incluye el cínico la propiedad y el matrimonio, la familia y la ciudadanía, el saber
y la buena reputación, y en una palabra todas las convenciones de la vida civilizada y todo lo que en
ella se considera como digno de respeto. De este modo todas las distinciones acostumbradas a la
vida social, se vieron sometidas a una crítica demoledora. Ricos y pobres, griegos y barbaros,
1.5.2. Estoicos.
Fue ésta la cuarta y última de las grandes escuelas atenienses, fundada en el año 301 a. C.
por Zenón de Cición (Citium). Su período de preeminencia va del siglo III a. C. hasta finales del siglo
II d. C. Tras esto, dio signos de agotamiento que coincidieron con la descomposición social del Alto
Imperio romano y el auge del cristianismo. Estuvo menos íntimamente ligada a Atenas y Grecia que
ninguna de las otras escuelas. Su fundador era "fenicio”.
Así Crisipo, la segunda gran figura de la escuela, procedía de Sicilia y Panecio, que llevó el
estoicismo a Roma, por lo tanto, el estoicismo fue desde el principio una escuela helenística y no
griega.
El estoicismo fue una rama del cinismo, y es que Zenón que en principio era cínico, rompió
con esta doctrina por la crudeza e indecencia a las que llevaban su naturalismo. La relación
personal de Zenón con Antígono II de Macedonia, que fue su discípulo, y el hecho de que se
escogiese aún miembros de la escuela maestro encargado educar al hijo de Antígono.
La finalidad ética del estoicismo era semejante a la de las otras filosofías pos aristotélicas,
es decir, producir la autarquía y el bienestar individual. En realidad. Un estoico, lo mismo que un
epicúreo, podía enseñar que la sabiduría consiste en apartarse del mundo.
Los estoicos tenían una rigurosa creencia en el poder abrumador de la divina Providencia;
consideraban sus vidas como vocación, deber designado por Dios, de la misma manera que un
soldado tiene un deber asignado por su jefe.
La enseñanza fundamental de los estoicos era una convicción religiosa de la unicidad y
perfección de la naturaleza o de un verdadero orden moral. El estoico expresaba diciendo que el
hombre es racional y que Dios es racional. El mismo fuego divino que anima el mundo ha prendido
una chispa en las almas de los hombres.
De ahí que de todos los seres vivos sean ellos los únicos aptos para llevar una vida social y
qué tal vida le sea necesaria. Los hombres son hijos de Dios y de su consecuencia todos son
hermanos. Para los estoicos la creencia en la providencia es esencialmente una creencia en el valor
de las finalidades sociales y que constituye parte de los deberes de un hombre bueno participar en
ellos. Esta convicción es la que hizo el estoico una fuerza moral y social.
Se proclama la igualdad de griegos y bárbaros, nobles y plebeyos, esclavos y libres, ricos y
pobres; la única diferencia intrínseca entre los hombres es la que existe entre el sabio y el
insensato.
Si el estoico disminuyó la importancia de las distinciones sociales entre los individuos, envió
también a promover la armonía entre los estados. Hay siempre dos leyes para todo hombre, la ley
de su ciudad y la ley de la ciudad universal, la ley de la costumbre y la ley de la razón.
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Los principios generales de la filosofía estoica perduraron en la misma forma en que los
habían sentado Crisipo a finales del siglo III.
1.5.3. Epicureísmo.
La monarquía. Primera forma de gobierno de los romanos (-753 a –509) se extendió hasta
los fines del siglo – VI, es decir, durante más de dos siglos roma estuvo gobernada por reyes. Estos
fueron 7 entre ellos Rómulo y Tarquino el soberbio el último de ellos.
Como ya se dijo, la primera forma de gobierno que tuvo roma fue la monarquía. El rey era
elegido en los comicios por curias con carácter vitalicio. La asamblea popular integrada por los
curiones, estaba encargado de la elaboración de las leyes.
El senado, consejo asesor constituido por los ancianos, jefes de las gentes, aprobaba o
rechazaba las leyes elaboradas por la asamblea El territorio romano estaba dividido en tres
secciones: la de los ramnes, la de los titíes y la de los luceres, con 10 curias cada una.
1.6.2 República.
La república que duro alrededor de cinco siglos desde fines del siglo –VI, con la caída de
tarquino el soberbio, hasta fines del siglo –I.
La república fue aristocrática, pues los patricios monopolizaban los cargos gubernativos y
disfrutaban de privilegios, más tarde el progreso creciente de la plebe dio al gobierno un carácter
democrático, que duro poco, pues las conquistas enriquecieron a un pequeño núcleo de familias,
que acapararon el gobierno y formaron una oligarquía.
Hacia 509 a.C., roma abolió la monarquía y se constituyó en república, gobernada por
cónsules que eran designados por los patricios, las familias romanas más antiguas, que tenían el
privilegio exclusivo de acceder al senado, donde se promulgaban las leyes. Cuando Roma, que ya
dominaba gran parte de Italia, quiso ampliar su área de influencia y se enfrentó a Cartago, colonia
fundada por los fenicios de tiro. La victoria en las llamadas guerras púnicas
Los problemas creados por esta expansión, las luchas internas por el poder y el descontento
de la plebe pusieron en crisis el sistema constitucional vigente. A finales del siglo II a.C., los
hermanos tiberio y Cayo Graco, tribunos de la plebe, intentaron llevar a cabo sin éxito una reforma
agraria. de Mario dio como resultado un ejército profesional y eficaz, pero fue combatida por Sila,
que entro en Roma al frente de sus tropas e instauro una dictadura (82-79 a.C.) favorable a los
intereses de las clases dominantes.
1.6.2.1 Cicerón.
(Arpino, 3 de enero de 106 a. C. - Formia, 7 de diciembre de 43 a. C.). Fue un jurista,
político, filósofo, escritor y orador romano. Cicerón en las filas senatoriales y cayo julio cesar en las
populares. Marco tulio cicerón era un famoso orador, escritor y abogado, que había cimentado su
prestigio público con su valiente actitud en el proceso seguido de Verres, procónsul de Sicilia, que
se había enriquecido expoliando a los provinciales.
Un año antes del regreso de Pompeyo, cicerón fue elegido cónsul, estaba dispuesto a
defender a toda costa el gobierno senatorial, único capaz, a su juicio, de refrenar la demagogia y
asegurar la tranquilidad política de Roma,
Carrera política
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De vuelta a Roma en 77 adC, retomó su profesión de abogado, lo que le ayudó en su
promoción política, hasta que en 74 adC se incorporó al Senado tras su elección como cuestor, con
destino en la Provincia de Sicilia, que desempeñó con la eficacia que siempre le caracterizó.
Cicerón fue elegido cónsul el 63 adC, junto con Cayo Antonio Hybrida; en las mismas
elecciones sería elegido como pretor Cayo Julio César. Si bien las simpatías de Cicerón se dirigían
hacia el partido de la nobleza senatorial (los optimates),
Durante su mandato denunció y reprimió la conjura del que había sido candidato a cónsul
por los optimates, Lucio Sergio Catilina. En el año 51 adC aceptó el cargo de procónsul de la
provincia romana de Cilicia, regresando a Roma en el 50 adC. Apoyó a Pompeyo contra César en la
la guerra civil, al parecer porque le creía más cercano a las ideas republicanas. Sin embargo, al
vencer César finalmente en el 48 adC.
Como jurista Cicerón fue el mayor y más influyente de los abogados romanos de su época,
usando de sus aptitudes en retórica y oratoria para sentar numerosos precedentes que fueron
largamente usados.
Escribió numerosos Discursos, a veces agrupados por ciclos temáticos (las tres Catilinarias,
las Verrinas, las catorce Filípicas contra Marco Antonio...) y bastantes tratados sobre Retórica y
Oratoria, como el De oratore.
Durante el Renacimiento Cicerón fue uno de los modelos de la prosa y se leyeron
ávidamente sus cuatro colecciones de cartas, conservadas y editadas por su secretario personal
Tirón (al que se atribuye el perfeccionamiento de la taquigrafía), entre las cuales destacan las
Epístolas Ad Familiaris (Cartas a los familiares), donde se perciben sus veleidades políticas, sus
gustos filosóficos y literarios, y la vida cotidiana de su casa y de la Roma de su tiempo.
Como filósofo no le satisfizo ninguna escuela griega y prefirió adoptar el pensamiento del
Eclecticismo, tomando lo mejor de unos y de otros. Contrario al escepticismo radical, sostenía la
necesidad de conceptos innatos e inmutables necesarios para la cohesión social y los vínculos
relacionales de los individuos.
En política fue un republicano convencido, absolutamente enemigo de la tiranía, y se le
deben obras dialogadas como el De re pública y De legibus ("Sobre la república" y "Sobre las leyes"). 19
1.6.2.2 Polibio
Polibio, fue un historiador griego nacido en 200 a. C. junto a Panecio, otro historiador
griego, dieron pauta a la revisión del pensamiento político de la época en la decadencia del periodo
helenístico, en el que Roma acentúa su dominio en Grecia, en el contexto de las corrientes
filosóficas, en particular del estoicismo que a finales del S. III a.C., sufrió importantes cambios, al
efecto de adaptarlos a la comprensión y a la aceptación popular y especialmente a la aceptación de
los romanos.
Se debe a Polibio la más antigua de las historias de Roma que se conservan y el primer
estudio de las instituciones políticas romana. Su historia acepta el estado universal bajo el dominio
de Roma como un hecho.
Hay en la historia, cree Polibio, una ley inevitable del crecimiento y decadencia. Lo cónsules
constituyen un factor monárquico, el Senado uno aristocrático y las asambleas populares uno
democrático; pero el verdadero secreto del gobierno romano consiste en el hecho de que los tres
poderes se frenan recíprocamente, impidiendo así la natural tendencia a decaer que se produciría
en el caso de que alguno de ellos llegase a ser demasiado poderoso.
1.6.3 El Imperio.
La opinión pública estaba preparada para aceptar una autoridad personal y fuerte que
terminara con los disturbios y las guerras civiles.
Estas circunstancias impulsaban hacia la monarquía, pero Octavio, sagaz diplomático
tranquilizo a los partidarios del viejo régimen romano, respetando las formas de las antiguas
instituciones. El senado apresuro, por lo tanto, a devolverle parte de sus poderes, especialmente la
dictadura suprema del ejército y al gobierno todas las provincias fronterizas.
Dueño absoluto de roma, Octavio añadió el título de augustos (27 a.C.) a los princeps y
pontifex maximus, y más tarde tuvo un imperium maius sobre las provincias, consolidando su poder
personal, la república se extinguía para dar paso al imperio romano Octavio augusto pacifico el
mundo mediterráneo reorganizando el estado y la sociedad, reformo las costumbres y realizo en
Roma grandes obras de interés público o de embellecimiento.
1.6.3.1 Seneca.
Llamado Séneca el Joven (4 a. C. – 65 d.C.). Lucio Anneo Séneca ha sido uno de los
personajes históricos más interesantes que ha dejado el Imperio Romano. Un multifacético hombre
que ha pasado a la historia como filósofo, escritor y político. No puede comprenderse la actitud de
Séneca desconociendo las más destacadas características del pueblo romano: sentido práctico,
espíritu de grandeza y frenética actividad. No se movía en el mundo de los principios e ideologías, si
no en el de la eficacia inmediata. En esta sociedad no es de extrañar que surgieran gobernantes al
estilo de Calígula o un nerón y en sentido distinto de un Séneca. Joven ambicioso llega a Roma con
ganas de conquistar la capital del mundo en aquella época.
Si era preciso cerrar los ojos ante un crimen o disimular ante una situación injusta, se 20
tranquilizaba pensando que de nada serviría un enfrentamiento decidido frente a quienes
ostentaban el poder, sin embargo, los tiranos no perdonan ni a quienes permiten sus fechorías,
únicamente les soportan mientras precisan de Elios, pues exigen una incondicional aprobación y
estímulo a cuanto hacen. Seneca no llego a este extremo de canonizar el crimen y murió víctima de
su ambigua actuación en la corte de Nerón. Cada uno ha de hacerse su felicidad con independencia
de cuanto lo rodea, y ello lo lograra dominando totalmente sus sentimientos y pasiones. Esta
actitud no lo lleva a un alejamiento de la realidad concreta circundante, ya que casi no debemos
dejarnos influir por ella, sí que debemos actuar sobre la misma para transformarla. El principal
aliciente del hombre ha de consistir de mejorar el mundo dentro de la medida de sus fuerzas y
según las posibilidades de cada momento. Es decir, el dominio sobre sí mismo debe completarse
con el dominio de cuanto nos rodea, logrando así el perfeccionamiento individual y el del mundo.
21
CAPITULO II
LA EDAD MEDIA Y
EL RENACIMIENTO
22
Se inicia con un largo período de invasiones y conquistas, que van desde la entrada de los
godos en los Balcanes hasta el asentamiento de los lombardos en Italia. La consecuencia más
inmediata de los movimientos migratorios fue la considerable destrucción de riquezas y la
abundante pérdida de vidas.
Los nuevos reinos surgidos fueron la expresión del poder personal de jefes prestigiosos
sobre las tribus bárbaras y los romanos sometidos.
- El reino se vincula a la posesión efectiva del poder y este se ejerce en
beneficio de quien lo detenta.
- Desaparece también durante varios siglos la idea de un poder público
centralizado, aparecerá posteriormente.
- Esta época tiene como rasgo importante la unidad de los saberes, donde se
amalgama filosofía, teología, moral y derecho, pero era difícil distinguirlos unos de otros.
- Comprende un espacio de mil años que conoce mutaciones en todos los
órdenes de la acción y el pensamiento y aunque eran profundas, no son perceptibles tan
fácilmente, ni han dejado huella escrita sino en periodos de cierta amplitud.
En esta época el clero es culto, detenta casi en exclusiva los medios del saber y dispone de
los conocimientos que permiten abordar las cuestiones de modo teórico y pensar por escrito. El
interés primordial de estos autores eclesiásticos es didáctico y catequético.
En cuanto al años en que termina el Medioevo hay 2 corrientes: Una, la más acertada,
establece que esta finaliza en el año 1453 d.C., argumentando como razón suficiente que es ese
año cae Constantinopla, cuando la última raza de Bárbaros (los turcos), acaban con este imperio.
En cambio, la otra corriente nos dice que la Edad Media termina en 1492 con el
descubrimiento de América, pero jurídicamente esta fecha no tiene mayor relevancia.
También hay una perdida leve del poder hegemónico que unía las naciones que formaban
el imperio.
Los elementos que influyeron en la disgregación del poder supremo imperial romano son:
La influencia de forma progresiva de las formulas organizativas y jurídicas
de los pueblos germánicos.
La subversión cristiana que vino a sustituir el universalismo político por el
religioso, exaltando el protagonismo del individuo.
Características del Estado durante la Edad Media:
Agustín de Hipona debe enfrentarse a la crisis pelagiana. El asceta británico Pelagio y sus
discípulos “reducían el cristianismo a un moralismo riguroso y sin espiritualidad”
Como los estoicos, los pelagios valoraban la virtud individual. Casi toda la obra del obispo
de Hipona responde a las preocupaciones que atormentaban a la Iglesia de su tiempo y el teólogo
pasó cuarenta años de su vida defendiendo a capa y espada la ortodoxia de su pensamiento
cristiano contra las herejías cristianas
Con setenta y dos, cansado y deseoso de poner orden a toda su obra, como hizo Valerio,
delega en el sacerdote Heraclio y se dedica a escribir Retractaciones, un catálogo razonado y crítico
de sus obras anteriores, en el cual revisa y corrige algunos de sus textos y antiguas ideas. El obispo
Agustín tuvo mucha repercusión en Europa, la metrópolis de Cartago comerciaba con Europa y sus
obras recorrieron todo el Imperio. Su obra gustaba, como todavía lo hace ahora, no sólo por su
contenido espiritual, sino también por su rico lenguaje y su dominio de la retórica.
Se suele llamar Baja Edad Media al periodo de la historia de Europa que comprenden los
siglos XIII, XIV y XV.
Tiene como lenguas transmisoras: latín, griego, árabe y hebreo. En este periodo las
monarquías fueron consolidándose frente al feudalismo decadente. La peste negra en Europa
alcanzó su punto álgido en 1348 se había iniciado 10 años antes en el centro de Asia y a mediados
del siglo XIV.
Murió cuando se dirigía a Nápoles a Lyon, donde iba a celebrarse un concilio convocado por
el papa Gregorio X. En 1239 se dirigió a la universidad de Nápoles para continuar sus estudios,
permaneciendo en dicha ciudad hasta 1244. Es atraído por la vida de los frailes dominicos de un
convento de Nápoles. En 1259 se trasladó a Italia. Donde permaneció hasta 1268, con el encargo de
enseñar teología en la Corte pontificia. Residió en varias comunidades italianas.
Fue un teólogo y filósofo católico perteneciente a la orden de Predicadores, el principal
representante de la tradición escolástica (coordinación de la fe y razón que intentó utilizar la
grecolatina clásica para comprender la revelación religiosa del cristianismo) y fundador de la
escuela tomista de teología y filosofía.
Uno de los más importantes filósofos cristianos de todos los tiempos. Su obra más
importante es la suma teológica.
La obra está dividida en tres partes, de las cuales la segunda se subdivide en dos secciones:
I: Primera parte (prima): Dios trino; la creación; los ángeles; el hombre y el cosmos, la
28
providencia (119 cuestiones).
I-II Segunda parte, primera sección (Prima secundae): El acto humano, pasión, hábito,
virtud, pecado.
La ley antigua, la ley nueva, la gracia, el mérito. (114 cuestiones).
II-II Segunda parte; segunda sección (Secunda secundae): Virtudes teologales; fe,
esperanza, caridad. Virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza, templanza. Carismas. Estados.
(189 cuestiones).
III. tercera parte (Teriia): cristo. Encarnación, vida y pasión. Sacramentos: Bautismo.
Confirmación. Eucaristía. Penitencia (90 cuestiones; inconclusa).
Suplemento de la tercera parte (Supplementum tertiae) (Completada por discípulos, sobre
la base de los escritos juveniles): Sacramentos del orden, matrimonio y extremaunción. El juicio
final. Novísimos. Su pensamiento era base en su fe, aunque él siempre tomaba punto de partida en
los grandes filósofos y teología de la historia anterior a él, hacía sus comparaciones entre su
pensamiento propio y el de Platón, Dionisio, Aristóteles, Hipona, Avicena y Alberto Magno.
Es patrono católico de todos los centros de educación del mundo, declarado el 4 de agosto
de 1880 por el papa León XIII.
La edad media se caracteriza por su mentalidad religiosa. Toda gira en torno a la religión y a
Dios.
Los comerciantes y artesanos adquieren Asia y forman con ello una ciudad central “los
burgos” para el Siglo XII.
Es de aquí que nace la burguesía y ayudo a la iglesia a construir las grandes iglesias,
catedrales románicas y góticas. Todo esto da refuerzo a las universidades conformadas por varios
discípulos que son sabios intelectuales de aquella época y forjan hombres que son instrumento de
poder política, dirigentes y funcionarios públicos.
Estos burgos forman “sindicatos” gremios cada calle tenía una especialidad.
Es así como los burgos “comerciantes de aquella época” por sus riquezas adquieren un
poderío independiente que hasta los monarcas se ven endeudados con estos y es así que nace la
nueva época “El Renacimiento” con la caída del ejército bizantino o de Constantinopla. Caída del
Reino de Oriente.
Nacido en Padua, Italia alrededor de 1270 y muerto hacia el 1342. Fue París a completar sus
estudios de medicina y antes del 25 de diciembre de 1312, llegó a ser rector de esa Universidad.
Marsilio de Padua procedente de las facultades de Arte de Padua y París, vivió las luchas del
papado para recuperar su hegemonía frente al imperio (Bonifacio VIII frente a Felipe Hermoso y
juan XII frente a Luis de Baviera). El emperador buscó ayuda y Marsilio, por su estudio en teología,
para eso compuso, el “Defensor Pacis” en París hacía 1326, para Luis Baviera. La firmeza de los
sistemas que establecían
En esos momentos, pese a la firmeza de los sistemas que establecían la soberanía de los
papas frente a los príncipes, los cambios sociales: auge de las ciudades, intensificación de las
relaciones comerciales, complejidad de los procesos judiciales, amplían el ámbito de los asuntos
temporales, en los que se basan los poderes civiles para afirmar su autoridad.
Con ello los diferentes reyes reclaman una autoridad semejante a la del emperador. Así
comienza a reclamarse, apoyándose en la filosofía aristotélica, como es el caso de Juan de París, la
soberanía del poder de los reyes en lo temporal y la consideración de las sociedades políticas como
sociedades perfectas y autónomas que no necesitaban de ninguna tutela superior.
2.2.2.2.1 CONSTITUCIONALISMO Y CONCILIARISMO.
Habla sobre una suerte de forma original de las cualidades del ser humano, y así mismo
afirma que este está regido por una Ley llamada Ley natural que tiene por norma a la fuerza y el
deseo de cada una de las personas.
Marsilio de Padua concibe al pueblo como una corporatio. O sea, como una persona ficticia,
compuesta de partes. La división del pueblo en partes se entiende de dos modos. En general, son
partes de la corporación denominada “pueblo” todos los varones libres, habilitados como
ciudadanos; o sea, dotados de derechos políticos para participar en las decisiones e instituciones
públicas.
2.3 EL RENACIMIENTO
2.3.1 CONTEXTO HISTÓRICO Y SOCIAL
El renacimiento es pues una vuelta a la naturaleza, la cual significa en arte renovación, búsqueda de
nuevas técnicas para plasmar con mayor fidelidad la realidad, para crear la belleza de una obra de
arte divina, por ser eterna y bella por ser natural.
Y la negación de todo lo anterior es parte de la rebeldía innata que lleva todo movimiento
de vanguardia y que ayuda a sentirse distinto y original.
Hay una tendencia a la universalidad, captación de la idea de sociedad en movimiento
evolutivo, hay una sustitución de la jerarquía medieval por un individualismo donde se reconozca al
hombre por sus acciones, no por su apellido, reivindicando la dignidad humana. Pero esta
perfección humana parte de niveles sociales altos (Élite oligárquica) por lo que no supuso una
auténtica revolución mental, siendo un movimiento laico pero cristiano, de vanguardia, pero
mirando a la antigüedad clásica.
En Italia nace también la clientela, gracias a que la economía se vuelve autónoma, los
banqueros y comerciantes logran impulsar el comercio a un nivel nacional e internacional. Este
movimiento no estaba controlado por el Estado, sino por bases familiares, lo que volvió a la
iniciativa del linaje y de las clases sociales, muchas veces se necesitaba de aristócratas que no 33
pertenecían a la nobleza, pero tanto lo buscaban, y aun así eran reconocidos como personajes
prestigiados.
2.3.2 MAQUIAVELO
Con Maquiavelo nace la ciencia Política. Fue el primer pensador en utilizar el término del
Estado en el alcance conceptual que le damos hoy en día. Maquiavelo ve la política como un arte de
calcular, un juego de decisiones particulares. Así un tratado de política que quiera ser riguroso,
deberá ser “realista”.
Para Maquiavelo el poder político es imprescindible y sobresale entre cualesquiera, otras
instituciones o condiciones de la sociedad; sin el poder político se disgrega, desaparece. La política
tiene su propio estatuto, no le son aplicables las leyes de la vida individual, ni moral, ni las de
cualquier otro tipo; deberá ser regida por las leyes propias, acordes con su función de dar
coherencia y subsistencia al cuerpo social.
Cree en el poder por encima de las formas que éste adopte, sea monárquico o republicano;
lo que importa es que mantenga sujetos los intereses individuales y que unifique la convivencia, de
la cual dependerán la grandeza, el desarrollo económico y el bienestar de los pueblos.
Maquiavelo utiliza en su obra El Príncipe, por ocasión primera, la palabra Estado para
referirse a todas las dominaciones que han ejercido y ejercen soberanía sobre los hombres, han
sido y son repúblicas o principados.
A lo largo del Príncipe, se evidencia que la palabra Estado es utilizada en su antiguo sentido
latino statum que deviene del verbo estare y cuyo significado se reduce a situación o condición.
El objeto de dicho libro es compilar toda una serie de normas políticas, organizadas
conforme a una lógica que permitiere al monarca mantener la situación que hasta entonces había
caracterizado al poder; para aumentarlo a efecto de reafirmar su soberanía y presencia en su
nación, sin necesidad de modificar las condiciones del régimen de gobierno.
La moral no tiene cabida en la política ni en el arte de gobernar, explicaba Nicolás
Maquiavelo como una de las principales consideraciones para el mantenimiento del poder.
36
CAPITULO III
LA ÉPOCA
MODERNA
37
3. La Época Moderna
38
En lo que Hobbes llama el estado natural, es decir, el estado en el que se encontraba el ser
humano antes de la organización de la vida social, los seres humanos son iguales por naturaleza en
facultades mentales y corporales, produciéndose, también de una forma natural, la compensación
entre las deficiencias y las cualidades con las que la naturaleza ha dotado a cada cual. Cada ser
humano busca su propia conservación, en primer lugar, lo que da origen a la competición y a la
desconfianza entre los seres humanos.
En este estado natural no existen distinciones morales objetivas, por lo que dicha
competición da lugar a un estado permanente de guerra de todos contra todos, en el que cada cual
se guía exclusivamente por la obtención de su propio beneficio y, no existiendo moralidad alguna,
no hay más límite para la obtención de nuestros deseos, que la oposición que podamos encontrar
en los demás.
No existiendo distinciones morales objetivas Hobbes considera, pues, que las acciones
humanas se desarrollan al margen de toda consideración moral, como resultado de la fuerza de las
pasiones, únicos elementos por los que se pueden guiar, en dicho estado, los seres humanos. Dado
que no hay lugar para las distinciones morales no se puede juzgar dichas pasiones como buenas o
malas. Podría parecer que Hobbes, al hacer depender de las pasiones la acción de los seres
humanos en el estado de naturaleza, y al aparecer caracterizado tal estado como una "guerra
permanente de todos contra todos", un estado en el que el ""el hombre es un lobo para el
hombre", sugiere que las pasiones son un elemento negativo de la conducta humana, que el ser
humano es malo por naturaleza, pero él mismo se encarga de rechazar esta interpretación:
Pero ninguno de nosotros acusa por ello a la naturaleza del hombre. Los deseos, y otras
pasiones del hombre, no son en sí mismos pecado. No lo son tampoco las acciones que proceden
de estas pasiones, hasta que conocen una ley que las prohíbe. Lo que no pueden saber hasta que
haya leyes. Ni puede hacerse ley alguna hasta que hayan acordado la persona que lo hará.
(Leviatán, XIII).
La teoría del contrato social, como explicación de la sociedad política, es el resultado de una
nueva teoría sobre la idea de hombre y de una nueva teoría sobre la idea de sociedad política. Este
aspecto es lo que confiere a aquélla su carácter filosófico, y no meramente político o sociológico.
Desde luego, como el propio Marx señaló, tiene su origen en la aparición de las nuevas formas de
organización económica a través de la clase burguesa ascendente, primero en la Inglaterra del siglo
XVII, y después en Francia, ya en el siglo XVIII.
3.2.3 Estado de la Naturaleza
La particular distinción que Hobbes nos ofrece entre hombre natural y hombre civilizado no
significa que él vinculo social sirva por sí mismo para transformar la propia naturaleza humana. Los
atributos básicos del hombre permanecen, aunque su amenazador potencial de conflicto pueda ser
atenuado mediante un proceso social más o menos disciplinador, este siempre puede volver a
hacer acto de presencia, como se demuestra cuando un gobierno pacífico degenera en guerra civil.
El vínculo social deriva esencialmente de los beneficios que nos reporta, no de un imperativo
natural
39
3.2.4 El contrato con el gobierno
El primer filósofo moderno que articuló una teoría contractualista detallada fue Thomas
Hobbes (1588-1679). Hobbes escribió su obra cumbre, Leviatán (1651), en un período de guerra
civil en Inglaterra donde se discutió quién debía ocupar la soberanía, el Rey o el Parlamento. En ella
define la necesidad de crear un contrato social para establecer la paz entre los hombres.
Hobbes se plantea la cuestión del poder en términos muy generales, se pregunta por qué
debe existir y cómo ha de ser. Para responder a estos interrogantes la figura del contrato social es
clave, aunque Hobbes no use el término “contrato” (que usará por primera vez Rousseau) para
referirse a ese pacto originario. Si para Aristóteles y, en general, para el pensamiento clásico desde
la Antigüedad, el orden político es una continuación del orden natural, para Hobbes el orden
político es, por el contrario, el resultado de un contrato, y por lo tanto, de una convención, de una
decisión tomada libremente por quienes lo adoptan, y es eso lo único que puede fundamentar las
bases del poder civil.
En efecto, para Hobbes, desde el punto de vista de su naturaleza, todos los seres humanos
son iguales, pero lo más básico y más fundamental de la naturaleza humana, aquello a lo que esta
queda reducida, en último término, si se eliminan todas las convenciones, es decir, si se reduce al
hombre a su mero estado de naturaleza es el instinto de conservación. La naturaleza humana es
un instinto de conservación que cada uno tiene derecho a conservar; pero la consecuencia de ese
derecho es un enfrentamiento entre los hombres, es decir, la guerra.
3.2.5 LEVIATÁN
El Leviatán parte del estudio del origen de la sociedad cuyo comienzo está en la
transferencia de los derechos individuales a un poder absoluto. Un poder que elimina el peligro de
una guerra de todos contra todos que se deriva de la condición libre del hombre en el estado de la
naturaleza. Hobbes piensa que en el estado natural cada uno tiene derecho a todo lo que hay, pero
debido a la escasez se originan conflictos.
Locke afirma que en base a la palabra de Dios la razón natural ofrece al hombre una
naturaleza con todos los beneficios para que subsista. Por ese motivo el hombre tiende a su auto
conservación en una naturaleza en principio común a todos. Entonces, “But this being supposed, it
seems to some a very great difficulty how any one should ever come to have a property in
42
anything” (1). Según Locke, Dios ha dado a los hombres la razón para hacer uso de ella y conseguir
beneficios, al igual ocurre con la tierra, Dios la ha puesto en manos de los hombres para mayor
comodidad de su existencia y se afirma que pertenece a la humanidad comunitariamente al ser
productos de la naturaleza. Pero cada hombre posee una propiedad que le pertenece a él mismo y
nadie tiene derecho a esa propiedad excepto el propietario mismo, ya que el trabajo empleado en
dicha propiedad la hace ser propiamente suya y, al haber empleado su trabajo en esa propiedad
hace que el resto de los hombres no tengan ya derecho sobre ella. Pues ha sacado esa propiedad
del estado en el que pertenecía comúnmente a todos y la ha hecho suya.
3.4. LA ILUSTRACIÓN
3.4.1 Contexto Histórico y Social
3.4.2. ROUSSEAU
Fue un tiempo simple y alegre en qué que la humanidad, buscando satisfacción únicamente
por sus necesidades básicas, ignoraba los deseos superficiales innecesarios: “Lo veo saciándose
bajo una encina, refrescándose en el primer arroyo, hallando su lecho bajo el mismo árbol que le ha
proporcionado el alimento; y, con ello, satisfechas sus necesidades”. La bondad del hombre natural
o salvaje que defiende Rousseau formula lo que se ha tenido la costumbre de llamar «antropología
optimista de Rousseau», no es una opción precisamente moral del hombre natural. En otras
palabras, el hombre natural es no un buen salvaje porque entre el mal y el bien siempre se
inclina por naturaleza a elegir el bien. El hombre natural, considera Rousseau, tiene noción ni del
bien ni del mal: “los salvajes no son malos precisamente porque no saben lo que es ser buenos,
puesto que no es ni el desarrollo de las luces, ni el freno de la ley, sino la calma de las pasiones y la
ignorancia del vicio quienes impiden hacer el mal: Tanto plus in illis proficit vitiorum ignoratio quam
in his cognitio virtutis”.
El contrato social, libro escrito por Rousseau y publicado en 1762. Es una obra sobre 45
filosofía política y trata principalmente sobre la libertad e igualdad de los hombres bajo un Estado
instituido por medio de un contrato social.
En el contrato social, Rousseau manifiesta otra manera de paliar la degeneración a la que
nos vemos abocados en el estado social, degeneración que resume en su célebre frase "el hombre
nace libre, pero en todas partes se encuentra encadenado". Las injusticias sociales y la fractura de
"clase" pueden mitigarse no sólo a través de la educación, sino transformando el orden social
endógenamente, es decir: desde el interior de la sociedad misma, y sin violencia. Los hombres
deben establecer un nuevo Contrato Social que los acerque a su estado natural.
En el “Discurso sobre el origen y fundamento de la desigualdad entre los hombres”. Afirma
que los derechos fundamentales del hombre eran, en el estado de la naturaleza, la libertad y la
igualdad y trata de resolver el problema de restituirle, dentro del Estado, estos derechos.
Rousseau añoro el estado de la naturaleza en el que el hombre era feliz y en el que había perdido
su felicidad al surgir a la propiedad, en cambio en el “Contrato social”, que empieza propiamente
“El Discurso”, trata de encontrar la mejor solución. Expreso que el hombre en el estado de
naturaleza, gozó de dos derechos fundamentales: libertad e igualdad, y sostiene que no siendo
posible que retorne a la felicidad del estado de naturaleza, lo mismo que no se puede retornar a la
juventud cuando esta se ha perdido, es precioso encontrar una situación que sustituya a dicho
estado y le proporcione al hombre la felicidad perdida.
Libertad negativa
La libertad negativa se refiere al campo dentro del cual el hombre puede actuar sin
obstrucciones de otros; a partir de esta concepción se deja de ser libre cuando un tercero nos
impide realizar cualquier actividad en aras de alcanzar una meta. Es decir, nos indica que la libertad
negativa equivale a la no interferencia, a la posibilidad de actuar como mejor nos lo parezca sin que
nadie se interponga u obstaculice nuestros actos.
La libertad negativa forma parte del mismo individuo (los derechos negativos de vida,
libertad y propiedad), y como derecho obliga a los demás individuos a no quitarla.
Libertad positiva
Se entiende por libertad positiva la capacidad de hacer algo, no tanto porque nadie lo
impida, como porque el individuo se encuentre posicionado de manera que pueda hacerlo. Se
opone, conceptualmente, a libertad negativa, en la cual se considera que un individuo es libre
porque nada restringe su acción.
46
Así, por ejemplo, en una democracia el mero derecho a votar libremente sin coacciones es
una forma de libertad negativa, basada en la no injerencia del Estado o de cualquier otra instancia
en la toma de decisión del votante. Sin embargo, si el votante no sabe leer ni escribir, o no puede
desplazarse hasta la urna, difícilmente podrá ejercer ese derecho, y por tanto, carecerá de esa
libertad en sentido positivo.
3.4.2.5 AUTOGOBIERNO
Así como se entienden dos ideas de libertad, una compatible y otra incompatible con la
igualdad, así han cristalizado dos ideas muy distintas de democracia. Después de que durante todo
el siglo XIX, en nombre del liberalismo se persiguiera a la democracia como subversiva, en tanto
que reclamo de poder del pueblo por el pueblo y para el pueblo, es decir, como autogobierno.
Ahora se considera como estado perfectamente acabado, que cumple las dos condiciones
fundamentales que había desarrollado el liberalismo ilustrado: garantía de las libertades básicas de
cada persona en el ámbito de sus creencias y de la familia, con el respeto absoluto del derecho de
propiedad; mecanismos de control del gobierno establecido, que comportan que los que detentan
el poder sean elegidos para un período limitado, con la posibilidad de cambiarlos si no cumplen, y
en segundo lugar la división de poderes, como medio para que se limiten y controlen entre sí.
Rousseau concebía la democracia como un gobierno directo del pueblo. El sistema que
defendía se basaba en que todos los ciudadanos, libres e iguales, pudieran concurrir a manifestar su
voluntad para llegar a un acuerdo común, a un contrato social.
La soberanía no puede ser representada por la misma razón de ser inalienable; consiste
esencialmente en la voluntad general y la voluntad no se representa: es una o es otra. Los
diputados del pueblo, pues, no son ni pueden ser sus representantes, son únicamente sus
comisarios y no pueden resolver nada definitivamente. Toda ley que el pueblo en persona no
ratifica, es nula.
Parece ser que Rousseau concebía la democracia como un gobierno directo del pueblo, es
decir, un estado político en el que toda la población era la encargada de elaborar las leyes.
3.4.3. I. KANT
Immanuel Kant (1724-1804) fue un filósofo alemán que, a diferencia de la mayoría de los
filósofos de la Ilustración, que tuvieron un papel relevante como activistas sociales, se dedicó
estrictamente a la reflexión filosófica. No obstante, su aportación al progreso de la causa de los
derechos humanos es fundamental. Se caracterizó por la búsqueda de una ética basada en la razón
y con el carácter de universalidad que posee la ciencia.
La influencia del Rousseau sobre Kant se advierte claramente en su concepción del estado
al que define como: “una multitud de hombres que vive según las leyes del Derecho”. Cuya
multitud se formó en virtud de un contrato, mediante la voluntad de todos. En este sentido el
contrato es concebido como principio regulador normativo.
Kant igual que Montesquieu, es partidario de la división de poderes; para el, el mejor
Estado es el que está constituido de esta manera y en el cual la facultad legislativa reside en el
pueblo, titular de la soberanía. El fin del estado es única y exclusivamente, el del tutelar los
derechos del hombre y en especial, el de la libertad; de este modo, el estado deviene el estado de
derecho.
Según el filósofo comentado, la humanidad habría de llegar en un futuro más o menos
lejanos, al establecimiento de un estado cosmopolita, ya que tal es su vocación, puesto que el
hombre había superado el estado de la naturaleza para llegar a la formación del estado, y de esta
manera los estados y los hombre superarían el estado actual, (de su tiempo, tutelado de la libertad)
para llegar al estado universal, concebido como un principio normativo o regulador, al igual que el
contrato es de un perfecto corte liberal, e individualista, pues apenas pretende regular la actividad
privada.
En su obra “para la paz perpetua”, trata de temas de derecho internacional, y sostiene la
necesidad de que sean respetados los pactos, inclusive en los casos de guerras y que los conflictos
entre estados deberán ser dirimidos de acuerdo con el derecho. 50
Las relaciones entre los estados deben regirse de acuerdo con principios de derecho. Y en
buen parte es expositor del principio de no intervención, ya que manifestó que los estados no
pueden inmiscuirse por medio de la violencia en los asuntos internos de otro estado
Los escritos de Kant sobre filosofía de la historia forman tan sólo una parte menor de su
amplia producción. Sin embargo, su impacto será importante, especialmente por su influencia
sobre las filosofías de la historia de pensadores posteriores de gran importancia como Marx y
Hegel. El aporte decisivo de Kant a la filosofía de la historia es su Idea para una historia universal en
clave cosmopolita.
La concepción histórica de Kant está inspirada por la idea aristotélica de la física, es decir,
por la concepción de una naturaleza de las cosas, una esencia que se despliega y que contiene en sí
tanto la necesidad como las leyes básicas del desarrollo.
Según Kant, el hombre comparte, como especie, el destino teleológico o determinado por
su fin que Aristóteles vio como la ley de desarrollo de todo lo natural.
De lo hasta aquí dicho sería, sin embargo, un serio error sacar la conclusión de que el gran
filósofo de Königsberg hubiese sido un pensador milenarista en el verdadero sentido militante y
revolucionario de la palabra. Para ello le faltan muchos de los elementos más esenciales y
dinámicos del pensamiento milenarista tal como se estructuraba en el pensamiento medioeval o se
estructurará en el marxismo venidero. El anuncio del milenio es algo distante en Kant, casi teórico.
En el mismo sentido faltan en Kant los componentes esenciales de los mitos movilizadores
centrales del milenarismo y las utopías revolucionarias en torno a una “Edad de Oro” perdida y a
una especie de paraíso venidero. A la famosa Edad de Oro le dedica todo un ensayo en 1786
titulado Probable inicio de la historia humana calificándola allí de un “espectro” que sólo sirve para
alentar el “vano anhelo” de su restauración. El comienzo de la historia es para Kant algo tan alejado
de toda quimera como lo es la pura y bruta animalidad. La verdadera historia comienza con el
primer paso desde esta animalidad hacia la moralidad o, lo que es lo mismo, con la irrupción de la
libertad, que saca al hombre de la existencia meramente instintiva propia del estado puro de
naturaleza. Pero con la libertad llega no sólo el bien sino también el mal y, según la enumeración de
Kant, “la discordia”, “la propiedad del suelo”, “la desigualdad entre los hombres, el “constante
peligro de guerra”, “la más abyecta esclavitud” y “los vicios”.
Esto está, obviamente, a años luz de los sueños mesiánicos de la mayoría de los partidarios
más utópicos de la idea del progreso acerca del advenimiento de una sociedad de total libertad,
hermandad y comunidad. Nada hay en Kant que de manera alguna se acerque al delirio de los
“espíritus libres” del milenarismo medieval, al “hombre nuevo” del comunismo venidero o al sueño
nazi del Tercer Reich como una comunidad superior en base a una “raza superior”.
3.4.4 MONTESQUIEU
51
(1689/01/18 - 1755/02/10) Montesquieu Charles-Louis de Secondat
Escritor y jurista francés Nació el 18 de enero de 1689 en el Château de La Brède.
De familia noble, pertenecía a una de las familias más aristocráticas de la antigua comarca
de Guyena, al suroeste de Francia. Según la tradición, sus padres Jacques de Secondat y Marie-
François de Pesnel —que falleció cuando Montesquieu tenía siete años de edad—, eligieron a un
mendigo para que fuese su padrino de bautizo, con intención de que el niño no olvidase nunca que
los pobres también eran sus hermanos.
Se dio a conocer como escritor con sus Cartas persas (1721). La fama que adquirió con ésta
y otras obras le abrió las puertas de la Academia Francesa en 1728. Consideraciones sobre las
causas de la grandeza y decadencia de los romanos (1734), fue su segunda obra importante, una de
las primeras obras de peso en la Filosofía de la historia. Su obra maestra es El espíritu de las
leyes (1748), que figura entre las tres principales de la Teoría Política.
Estas leyes se refieren a la educación, a la administración de la justicia, al lujo, al
matrimonio y, en fin, a toda la vida civil. En Latinoamérica, sus textos se leían ávidamente a
principios del siglo XIX. En el Río de la Plata el periódico Semanario de Agricultura (1802) y el Correo
de Comercio (1810) sirvieron como medios de difusión de las ideas de Montesquieu y de Rousseau,
fermento de lo que luego sería la Revolución de mayo de 1810, inicio a la emancipación de América
Latina.
Filosofía de la historia
Las Cartas Persas se publican en 1721, con 32 años, y su éxito es fulminante en la sociedad
francesa en la época de la regencia de Luis XV de Francia. Ingresa en la Academia Francesa en 1727
y se traslada a Inglaterra en 1729 siendo elegido miembro de la Royal Society. Sus tres años en
Inglaterra resultan cruciales para su desarrollo intelectual.
Esta obra sufrió duras críticas, sobre todo por los jansenistas y los jesuitas. A estos ataques
Montesquieu replicó, en 1750, con una defensa de esta obra, lo que no evitó que, más tarde, fuera
censurada por Roma en 1751. Los últimos años de su vida, Montesquieu los dedicó a viajar de París
a Burdeos y a terminar alguna de sus obras empezadas.
Dos son fundamentalmente los puntos en que los diferentes autores insisten al señalar la
aportación original de Montesquieu al estudio científico de las sociedades humanas:
Montesquieu acomete la tarea científica de describir la realidad social
según un método analítico y «positivo» que no se detiene en la pura descripción empirista
de hechos, sino que intenta organizar la multiplicidad de datos de la realidad social en un
reducido número de tipos.
Dar una «respuesta sociológica» a la aparente diversidad de los hechos 52
sociales, bajo el supuesto de que existe un orden o causalidad de estos hechos susceptible
de una interpretación racional.
Se considera uno de los precursores del liberalismo y fue quien elaboró la teoría de
la separación de poderes.
En los últimos años de su vida, se dedicó a justificar sus tesis y a pulirlas; preparó una nueva
edición del Espíritu de las leyes (1757) y un ensayo, el Gusto, para la Enciclopedia, con la que
afirmaba su solidaridad con las nuevas corrientes. Comenzó a perder paulatinamente la vista, hasta
quedar completamente ciego.
Montesquieu falleció de unas fiebres en París el 10 de febrero de 1755.
Obras
Les causes de l'écho; Les glandes rénales, La cause de la pesanteur des corps, La damnation
éternelle des païens (1711): Système des Idées (1716); Cartas Persas (1721);Le Temple de Gnide
(novela de 1724): Arsace et Isménie (novela de 1730); Consideraciones sobre las causas de la
grandeza de los romanos y de su decadencia (1734); El espíritu de las leyes (1748); La defensa de
«El espíritu de las leyes» (1750); Pensées suivies de Spicilège
El más importante de todos los filósofos políticos de la lengua francesa del siglo XVIII (con
excepción de Rousseau) fue Montesquieu. Es acaso el que tenía la concepción más clara de las
complejidades de una filosofía política que quería que fuese aplicable a la mayor diversidad posible
de circunstancias, sin embargo, casi todo lo que escribió está elaborado con un ojo puesto en el
estado de las cosas de Francia. En consecuencia, Montesquieu presenta a la vez las mejores.
Para Montesquieu, como para Aristóteles, los tipos o especies de gobierno eran fijos; la
influencia del medio no hacía sino modificarlos. Como Aristóteles se limitó a las ciudades griegas,
este supuesto era sustancialmente exacto; en una investigación planeada en la escala en que
pensaba Montesquieu, era mucho más peligroso. Si consideramos la importancia que tenía la
cuestión para su proyecto, es sorprendente qué poco esfuerzo dedicó a determinar las formas de
gobierno susceptibles de ser usadas en una comparación tan amplia. No explica las razones que
tuvo para adoptar en parte la tradicional clasificación tripartita y para apartarse de ella en otros
puntos. Se limitaba a afirmar que los gobiernos son de tres clases:
1. republicano (fusión de la democracia y aristocracia)
2. monárquico, y
3. despótico
El despotismo difiere de la monarquía en que es arbitrario y caprichoso, en tanto que la
última es un gobierno con sujeción a leyes fijas y preestablecidas y rqueire la continuación la
continuación de “poderes intermediarios”, tales como la nobleza o los municipios, entre el monarca
y el pueblo. Atribuye a cada una de esas formas de gobierno un “principio” o fuerza motivadora del
carácter de los súbditos, del cual deriva su poder y que es necesario para su continuación y 53
funcionamiento.
Así, el gobierno popular se basa en la virtud cívica o espíritu público del pueblo, la
monarquía en el sentido del honor de una clase militar y el despotismo el temor o esclavitud de sus
súbditos.
Es imposible ver si la clasificación a Montesquieu sigue algún principio. Por lo que hace al
número de gobernantes, la monarquía y el despotismo entran en el mismo apartado; por lo que
respecta a la sujeción a las leyes, una República puede ser tan ilegal como un despotismo. Además,
la idea de que en los gobiernos despóticos no hay ley era una ficción, como lo era también la que
las tres clases de gobierno correspondieran respectivamente a los estados pequeños, medianos y
grandes.
En la medida en que el Espíritu de las Leyes tiene algún plan, éste consiste en seguir las
modificaciones jurídicas e institucionales apropiadas a cada forma de gobierno y las variaciones
requeridas en una de ellas por las circunstancias tanto físicas como institucionales. Pero en verdad
no había mucha concatenación en la materia y la cantidad de cosas irrelevantes es extraordinaria.
Los libros IV a X tratan de las instituciones educativas, el derecho penal, las leyes suntuarias y la
posición de las mujeres, las corrupciones características de cada forma de gobierno y el tipo de
organización militar apropiada a cada una de ellas.
No puede decirse que El Espíritu de las Leyes de Montesquieu tenga ningún plan; se ha
salvado del destino sufrido por la república de Bodino sobre todo por su superior estilo. Se dirigió
especialmente a dos puntos principales que en sí no tiene en relación intrínseca. El primer lugar,
emprendió la tarea de desarrollar una teoría sociológica del gobierno y del derecho, mostrando
que la estructura y funcionamiento de ambos dependen de las circunstancias en que vive un
pueblo. Las circunstancias comprenden las condiciones físicas, tales como el clima y el suelo, que
se suponía ejercían una influencia directa sobre la mentalidad nacional; el estado de las artes, el
comercio y los modos de producción; los temperamentos y disposiciones mentales y morales; la
forma de la constitución política, y las costumbres y hábitos que se han ido insertando en el
carácter nacional.
En una palabra, una forma de gobierno, dando a esta expresión más amplio sentido, es un
todo que necesite el ajuste mutuo de todas las instituciones de un pueblo para que el gobierno
pueda ser estable y ordenado.
Su finalidad práctica –y lo que constituye la parte más influyente de su obra- era analizar
las condiciones constitucionales de que depende la libertad y descubrir con ello los medios de
restaurar las antiguas libertades de los franceses.
Estos dos aspectos del pensamiento de Montesquieu no aparecen separados de modo
definitivo en sus escritos, ni por lo que hace a lugar ni en lo relativo a la fecha. En las Cartas Persas
(1721), después de presentar sus respetos a la Iglesia y a Luis XIV, el autor hace una satírica social
de la situación de Francia, presenta la decadencia de los parlements y la decadencia de la nobleza.
El pensamiento que hay tras esta crítica es la misma concepción del despotismo desarrollada en el
Espíritu de las Leyes, un gobierno en el que han sido aplastados todos los poderes intermedios
entre el rey y el pueblo y el derecho ha venido a ser idéntico a la voluntad del soberano.
La composición del Espíritu de las Leyes (1748) duro por lo menos diecisiete años y todo el 50
mundo ha reconocido sus partes son dispares. Las observaciones ocasionales acerca de Inglaterra
contenidas en los libros I al X no sugieren en modo alguno la exposición de la constitución inglesa
hecha en el libro XI; y el estudio de la constitución romana contenido en la última parte de este
libro, después de haber descubierto la separación de poderes, no se parece a sus anteriores
observaciones sobre la antigua República. No parece haber duda de que los viajes hechos por
Montesquieu en Europa entre 1728 y 1731, y en especial el tiempo que residió en Inglaterra,
contribuyeron experiencia crucial de su historia intelectual. Su amor a la libertad era en su primera
frase principalmente ético, hijo de su estudio de los clásicos y refleja una admiración por la
República antigua semejante a la que se encuentra en Maquiavelo, Milton y Harrington. Este
aspecto de su pensamiento perdura en el Espíritu de las Leyes en la teoría de que la virtud o
espíritu público es una condición previa de esta forma de gobierno.
Pero las observaciones hechas por Montesquieu de las repúblicas existentes, tanto en Italia
como en Holanda, un apoyaban en modo alguno ese criterio formado de antemano por él y su
residencia en Inglaterra le sugirió una nueva idea –que la libertad puede ser resultado no de una
moralidad cívica superior sino de una organización adecuada del estado-. Su famoso libro XI,
relativo a la formulación de constituciones con arreglo al principio de separación de poderes, este
resultado de este descubrimiento.
Los principios generales de la filosofía social de Montesquieu comienzan abiertamente con
la ley de naturaleza. Una ley, dice en la frase inicial del Espíritu de las Leyes, significa “las relaciones
necesarias que surgen de la naturaleza de las cosas”. Esta vaga fórmula cubre como siempre una
ambigüedad que Montesquieu no hace nada por aclarar. En física una “relación necesaria” es
meramente una uniformidad en el comportamiento de los cuerpos. En la sociedad una ley es una
regla o norma de conducta humana que se presume ha de ser observada, pero que con frecuencia
es violada.
Su enumeración incluía factores tan dispares como un conocimiento de Dios, los apetitos
corporales y las condiciones fundamentales de la sociedad. Esto no era más que una forma
convencional de emprender el camino. Lo que interesaba era la idea de que esa ley natural
fundamental de la sociedad, que identifica- como era usual -con la razón, tienen que operar en
diferentes medios y, por ende, producir diferentes instituciones en los diferentes lugares. El clima,
el suelo, la ocupación, la forma de gobierno, el comercio, la religión, las costumbres, son todos
ellos condiciones relevantes en la determinación de lo que en cada caso particular haya de
establecer la razón (o la ley). Esta aptitud o relación de condiciones físicas, psíquicas e
institucionales constituyen el “Espíritu de las Leyes”.
En la medida en que Montesquieu modificó la antigua doctrina, lo que hizo fue convertir la
separación de poderes en un sistema de frenos y contrapesos jurídicos entre las diferentes partes
a una constitución. No fue muy preciso. Gran parte de lo que contiene libro XI del Espíritu de las
leyes, como por ejemplo las ventajas generales de las instituciones representativas o las ventajas
específicas de sistema de jurados o de una nobleza hereditaria, no tiene nada que ver con la
separación de poderes. La forma específica de su teoría se basa en la proposición de que todas las
funciones políticas tienen que ser por necesidad clasificables como legislativas, ejecutivas o
judiciales y, sin embargo, no dedica el menor estudio a este punto crucial.
Es un rasgo notable de la versión que da Montesquieu de la separación de poderes, la
afirmación de que la había descubierto mediante el estudio de la constitución Iglesia. En realidad,
las guerras civiles habían destruido los vestigios del medievalismo que hacían apropiado clasificar
de mixta a la forma de gobierno de Inglaterra, y la Revolución de 1688 había establecido la
supremacía del parlamento.
El pensamiento de Montesquieu puede, en consecuencia, ser resumido en los siguientes
puntos:
Las Leyes. Montesquieu tuvo, al decir de Del Vecchio el mérito de haber usado
ampliamente el método histórico. Observa que las leyes que rigen la vida social son múltiples y
quiere reducir esa multiplicidad a unos principios concretos. Las leyes, dice “son las relaciones
necesarias que derivan de la naturaleza de las cosas”. Las leyes están, en consecuencia, sujetas a
un sistema. El Espíritu de las Leyes es la existencia de la independencia sistemática entre las
normas particulares.
Montesquieu razona históricamente, estudiando las instituciones jurídicas de varios
pueblos, induciendo que éstas se hallan, en las diversas épocas de la historia, condicionadas por
factores provenientes del medio social. Partiendo de este supuesto, sostiene que el Derecho surge
de la vida social, y que cambia al mutar las condiciones de esta vida. Al cambiar los elementos
materiales y espirituales de un pueblo cambia su espíritu, que se exterioriza, a su vez, en un 52
cambio del Derecho.
El Derecho. Montesquieu acepta una división tripartita del Derecho: derecho de gentes,
derecho político y derecho privado. El primero rige las relaciones entre los diversos Estados; el
segundo, las relaciones entre el Estado y los gobernados; y el tercero, las relaciones de los
particulares entre sí. La libertad está dentro del sistema del autor, vinculada estrechamente a la
Ley Montesquieu puede ser considerado, en este aspecto, como un precursor del liberalismo
burgués y del Estado de Derecho.
Las formas de gobierno. Montesquieu, separándose de la división tripartita de las formas
de gobierno, propuesta por Aristóteles, las clasifica en: monarquía, república y despotismo. La
monarquía es el gobierno de uno; la república el gobierno de varios (aristocracia) o de todos
(democracia) y el despotismo, el del déspota. Montesquieu finca la distinción entre monarquía y
despotismo, diciendo que la primera, gobierna con la ley y en la segunda el déspota no reconoce
más les que su voluntad.
La división de poderes. Esta teoría es la que dio mayor celebridad a la obra de
Montesquieu, que, durante su estancia en Inglaterra, observó que en dicho país hay libertad
porque el poder se halla repartido entre diversos órganos. Distingue tres poderes: el legislativo,
que hace reforma y abroga las leyes; el ejecutivo, hace la guerra y la paz, envía delegados y, en
general, vigila la seguridad del cuerpo social, y el judicial, que sanciona los delitos y decide las
controversias privadas. La división del poder es una garantía de los particulares.
3.5.2.1 ADAMS
Esta nueva constitución tuvo sin embargo muchos enemigos, que se designaron con el
nombre de republicanos, de que era la cabeza Jefferson, y que imputaban a los federalistas el
deseo de establecer la aristocracia, y tal vez la monarquía; temor que excitaba particularmente
John Adams, pues además de tener un tren de casa semejante al de un monarca, había mostrado
muchas veces su opinión sobre la necesidad de un equilibrio entre las autoridades, y se suponía
que la consecuencia de esta opinión, conduciría al establecimiento de órdenes o jerarquías
hereditarias.
John Adams, adicto constantemente al gobierno en todas estas ocurrencias, fue reelegido
vice-presidente en la segunda presidencia de Washington; y habiendo éste anunciado a la tercera
elección su intención formal de retirarse de los negocios públicos, fue nombrado Adams
presidente, quedando las esperanzas de los republicanos, que se halagaban de elevar a Jefferson a
la primera magistratura, burladas por el aturdimiento del agente del gobierno francés, que en el
momento de las elecciones, escribió el secretario del estado un papel, en el cual reconviniendo al
gobierno de su parcialidad en favor de la Inglaterra, y quejándose de su ingratitud con la Francia,
parecía querer apelar del gobierno al pueblo. Publicada al día siguiente dicha carta en una gaceta,
produjo un efecto contrario al que se propuso su autor, pues resueltos todos a no dejarse someter
por la influencia extranjera en circunstancia tan importante, votaron muchos republicanos por un
federalista, de que resultó sacar Adams más votos que Jefferson, y ser por consiguiente elevado a
la magistratura suprema.
3.5.2.2 JEFFERSON
Thomas Jefferson nació en el año 1743, en Shadwell, en lo que era entonces la colonia
británica de Virginia. Si bien su madre provenía de una familia aristocrática de largo abolengo, el
padre era aún agrimensor autodidacta que se había hecho de tierras a base de su propio trabajo, y
no por herencia. Al morir éste dejó a Thomas Jefferson la mayor parte de su hacienda, que
comprendía algunos de cientos de hectáreas junto con los esclavos necesarios para trabajarlas, y
la mejor educación que era posible obtener en el nuevo mundo. Después de unos años de
estudios a nivel primario el joven ingresó en el William and Mary College, de Williamsburg, única
institución de educación superior con que contaba Virginia.
Su vida política se inició en 1769, año en que fue elegido miembro de la asamblea de
burgueses del condado de Albemarle, puesto de importancia local que fue el primero de una larga
carrera política. Más tarde fue miembro de la primera convención revolucionaria de Virginia, del
Segundo Congreso Continental (o sea de las colonia británicas) en Filadelfia, encabezó el comité
que redactó la Declaración de Independencia de las colonias británicas, fue gobernados de
Virginia, miembro del Congreso de la Unión, miembro del comité encargado de negociar tratados
comerciales con los países europeos, embajador de Estados Unidos en Francia, y secretario de
Relaciones Exteriores durante la presidencia de Washington.
Por último, después de encabezar al Partido Republicano en la lucha por la
democratización y descentralización del país contra los federalistas, que deseaban un gobierno
fuerte y favorecían los intereses del incipiente capitalismo con base en Nueva York, Jefferson llegó
a la presidencia gracias al triunfo electoral que se conoció como la Revolución de 1800, por
reivindicarse con él los ideales democráticos originales de la Revolución de independencia. 56
La obra escrita de Jefferson está dispersa y toma muchas formas, desde los documentos
de importancia histórica, como la Declaración de Independencia, hasta sus Notas sobre el estado
de Virginia, libro en que describe la biografía, población, historia, costumbres, flora y fauna de su
estado natal, y que nació como respuesta a las preguntas de un embajador francés.
Al leer a Jefferson (como también a Paine, o Franklin) hay que tomar en cuenta que las
ideas que exponen no son originales, sino que tienen las más variadas raíces, remontándose a
filósofos franceses e ingleses de los siglos XVII y XVIII y a los autores de la antigüedad clásica. Estos
autores podrían ser conocidos directamente, pero, además, sus ideas circulaban de manera
indirecta a través de la abundante literatura panfletaria ala que se ha aludido al hablar de Paine.
De hecho, la controversia pública realizada a través de la literatura de panfletos había vuelto
moneda corriente una gran cantidad de conceptos y posiciones filosóficas, de manera que habían
pasado a formar parte del vocabulario mental del ciudadano común. Jefferson, sin embargo, tenía
una amplísima cultura filosófica adquirida mediante la lectura de los originales, incluso griegos y
latinos, y una sólida formación intelectual.
En lo que respecta a su posición ante la esclavitud y sus juicios sobre la raza negra también
hay que tomar en cuenta el momento histórico en que vivió. Jefferson abominaba la esclavitud e
hizo todo lo posible de encontrar alguna forma de ponerle fin, proponiendo que se prohibiera su
expansión a los nuevos territorios y formulando planes para la emancipación o liberación gradual
de los negros. Sin embargo- y en esto los más avanzados de sus contemporáneos no iban más allá
que él- dudaba de que el negro fuera capaz de igualar al blanco moral e intelectualmente y le
horrorizaba la idea de que se mezclaran las razas por temer que el resultado fuera de la
degeneración de la blanca.
También es necesario juzgar en su contexto histórico el imperialismo instintivo de
Jefferson, que condujo a la compra durante su presidencia, de la de Luisiana, iniciándose así la
expansión imperialista de las trece colonias originales. La verdad es que los habitantes de esas
colonias británicas tenían ya puesta la mirada en el resto del continente, al cual se sentían, en el
fondo, con pleno derecho. Como se sabe, en un principio el continente se extendía hacia el océano
Pacífico. Más tarde, comenzó a crecer hacia el sur. En todo caso, ya desde la época de Jefferson, se
preveía una expansión sin límites de la población y una necesidad creciente de territorio.
A pesar de estas cavilaciones Jefferson resulta la figura más plenamente identificada con
los ideales democráticos de la Revolución Norteamericana y lo cierto es que, si bien el nombre se
puedo quedar corto, sus palabras fijaron en forma permanente los ideales por los que siguieron
luchando los norteamericanos progresistas de generaciones posteriores, y por los que siguen
luchando todavía, a pesar de los interminables tropiezos y obstáculos de todo tipo y de las
corrientes contrarias dentro de la misma opinión pública norteamericana.
3.5.2.3 PAINE
La revolución francesa constituye uno de los hechos históricos más trascendentales para la
historia de la humanidad, por las consecuencias políticas y sociales que tuvo. Fueron diversos los
factores que, en 1789, la desencadenaron.
Las vísperas de la revolución
Hacia 1780, la situación en Francia era muy grave. Por un lado, el estado francés se
encontraba arruinado por las continuas guerras. Por otro, el poder absoluto de los reyes y los
privilegios de la nobleza y del clero no eran aceptados por la burguesía, que, influida por las ideas
de la ilustración, quería hacerse del poder político.
A estos problemas se suma la falta de pan entre las masas urbanas debido a las malas
cosechas y el descontento de los campesinos, que querían acabar con los derechos feudales y los
privilegios de la aristocracia.
Inicio de la revolución
El rey de Francia, Luis XVI, para solucionar la crisis económica solicito el pago de impuestos
a la nobleza y al clero, clases privilegiadas que estaban exentas de esta obligación. La negativa de
la aristocracia obligo al rey a convocar los Estados Generales, en mayo de 1789, para decidir sobre
la cuestión de la reforma fiscal.
3.5.3.2. JACOBINOS
Este término hace referencia al club francés de los Jacobinos
Los Jacobinos eran miembros de un grupo político d|e la Revolución francesa llamado Club
de los Jacobinos, cuya sede se encontraba en París.
Eran republicanos, defensores de la soberanía popular, su visión de la indivisibilidad de la
nación los llevaba a propugnar un estado centralizado. Se confunden a menudo con El Terror, en
parte debido a la leyenda negra que divulgará la reacción termidoriana sobre Robespierre. En el
siglo XIX, el jacobinismo será la fuente de inspiración de los partidos republicanos que
promovieron la Segunda y la Tercera República Francesa. En la Francia contemporánea, este 61
término se asocia con una concepción centralista de la República.
3.5.3.3. CORDELEROS
El Club de los Cordeliers o Sociedad de los derechos del hombre y del ciudadano es una
sociedad política creada en París el 27 de abril de 1790 que se estableció en la antigua capilla del
Convento de los Cordeliers.
La creación del club tiene por objeto vigilar la asamblea y ser el espíritu crítico de la
misma. Así, mismo se propone ayudar a los indigentes, lo que no hacen los jacobinos, la entrada es
libre. Se entra en el club sin pagar ninguna cuota, una bandera extendida en la puerta sirve para
recoger los donativos que se quieran hacer.
Más radical que el club de los Jacobinos, sus miembros toman parte activa en los
movimientos revolucionarios que se sucedieron en la Asamblea constituyente, la Asamblea
legislativa y la Convención nacional. Es el que organiza, asimismo, la manifestación del Campo de
Marte, el 17 de julio de 1791; rechaza la Constitución de 1791 y pide la inhabilitación del rey y su
arresto tras la huida del mismo a Varennes
Origen del nombre Cordeliers
Cordeliers era el nombre de unos monjes franciscanos que, vestidos de manera sencilla
llevaban, a modo de cinturón, una simple cuerda. El club de los Jacobinos era el apodo usado por
los que celebraban sus sesiones en un convento de dominicos. De forma un tanto irónica,
Dominicos y Franciscanos habían sido órdenes rivales durante la Edad Media, rivalidad que renace
entre los dos clubes, siendo ambos anticlericales.
3.5.3.4 Comunistas
La segunda mitad del siglo XIX corresponde al triunfo del capitalismo y con el triunfaban la
burguesía y el liberalismo. Hubo una mayor mecanización del a producción y procesos de
industrialización en una minoría de países. Francia, gracias a las políticas de estado y la
participación del capital bancario, pudo conformar una estructura productiva moderna, aunque
continuaba siendo mayoritariamente rural. En cambio, Alemania contaba con espacios rurales
concentrados en grandes propiedades, lo que permitió la mecanización de la agricultura y obligó a
los trabajadores rurales a abandonar el campo.
A pesar de la poca cantidad de países industrializados, el capitalismo se convirtió en un
sistema mundial que dejaba a pocas áreas que no estuvieran bajo su influencia. El mapa del
mundo comenzaba a cambiar, concentrándose la población en las ciudades, que se convirtieron en
el símbolo indudable del capitalismo.
A su vez, las transformaciones en el sistema de comunicaciones consolidaron el
capitalismo y le otorgaron una dimensión mundial. El ferrocarril había aumentado su velocidad y
su volumen de carga. Las redes ferroviarias solían terminar en grandes puertos con instalaciones
adecuadas para permitir la atracada de navíos de gran envergadura. La navegación también había
sufrido cambios, se aplicaba el vapor y los barcos amentaron sus dimensiones.
Por último, la expansión del capitalismo industrial también estuvo ligada a la aceleración
del proceso tecnológico; cada vez fue más estrecha la relación entre ciencia, tecnología e
industria. Los inventos, antes basados en técnicas simples al alcance de hombres prácticos con
sentido común y experiencia, pasaban ahora desde laboratorio científico a la fábrica. Ciencia y
progreso se transformaron en dos conceptos fundamentales dentro de la ideología burguesa.
65
Charles Robert Darwin (12 de febrero de 1809 – 19 de abril de 1882) fue un naturalista
inglés que postuló que todas las especies de seres vivos han evolucionado con el tiempo a partir
de un antepasado común mediante un proceso denominado selección natural. La evolución fue
aceptada como un hecho por la comunidad científica y por buena parte del público en vida de
Darwin, mientras que su teoría de la evolución mediante selección natural no fue considerada
como la explicación primaria del proceso evolutivo hasta los años 1930.
Darwinismo social es la creencia de que la evolución social puede ser explicada por medio
de leyes de la evolución biológica. Ha sido definido como la teoría que afirma que las leyes sociales
forman parte de las leyes naturales, y que pone en primer plano la lucha entre individuos o grupos
humanos como fuente de progreso social y biológico.
El darwinismo social no implica, por sí mismo, una posición política. De hecho, algunos
darwinistas sociales proponen teorías del progreso social basadas en la competencia, mientras
para otros lo principal es la solidaridad.8 Así, el darwinismo social como tal puede ser visto como
un conjunto ecléctico de propuestas -basadas en percepciones políticas anteriores- que proclaman
basarse en las leyes biológicas científicas propuestas por Darwin. Se puede mostrar fácilmente
que, desde la publicación de su obra, existió un gran interés en aplicar sus percepciones a teorías y
concepciones sociales.
Darwin Tres conclusiones
1. Existe una lucha de los individuos entre sí. No tiene que ser una confrontación directa,
aunque a veces lo sea. Una competencia de organismos de la misma o de distintas especies por
unos recursos limitados.
2. Se da una supervivencia diferencial. Los organismos deben competir por conseguir
recurso limitadas y no todos están en igualdad de condiciones para competir tendrán más
posibilidades de sobrevivir aquellos que presenten características individuales que les reporten
una ventaja en esa lucha La supervivencia del más apto
3. La mayoría de los individuos de 1 población presenten el rasgo diferencial que reporta
ventaja en la lucha por la existencia.
La evolución de la especie no consiste en la aparición de un nuevo carácter (rasgo
morfológico) sino en el hecho de que ese carácter se haga mayoritario en los organismos que
constituyen una población de una especie, cuándo se acumulan en los miembros de una población
muchos caracteres distintos, hasta el punto de que se vuelva imposible la hibridación con otros
individuos de la especie, surge una nueva especie: la evolución
3.6.3 HEGEL
La filosofía de Hegel pretendía ser nada menos que una reconstrucción total del 66
pensamiento moderno. Los problemas y las ideas políticas constituían en ella un factor
importante, pero solo secundario, en comparación con la religión y la metafísica. En un sentido
amplio, el problema de Hegel había sido persistente en el pensamiento moderno desde sus inicios
y se había ido agudizando cada vez más con el progreso de la ciencia moderna: la oposición entre
el orden de la naturaleza tal como debe ser concebido para los fines científicos y su concepción
implícita en la tradición ética y religiosa del cristianismo.
3.6.3.1. DIALÉCTICA
Lo que la filosofía de Hegel quería ofrecer, pues, era una más amplia concepción de la
razón que cubriera e incluyera lo que había sido separado por el análisis de hume y Kant y el
centro de su sistema fue una nueva lógica tendiente a sistematizar un nuevo método intelectual.
Eso es la dialéctica. Su virtud sostenía residía en su capacidad para demostrar una relación lógica
necesaria entre el campo de los hechos y el campo de los valores.
En la filosofía política de Hegel había dos elementos de primera importancia: la dialéctica,
que exponía un método capaz de producir conclusiones nuevas y de otra manera indemostrable
en los estudios sociales y una teoría del estado nacional como encarnación del poder político.
En la dialéctica idealista de Hegel dice que,” La razón es el principio fundamental”.
Al criticar las contraposiciones de la filosofía establece entre naturaleza y espíritu, finito e
infinito, yo y no-yo, saber y creer, Hegel también quiere responder a la crisis de representación y el
desgarramiento de la vida.
De este modo Hegel propone su dialéctica como una construcción que procura superar las
restricciones tanto del dualismo de la filosofía moderna, como la de la lógica aristotélica
tradicional.
En la teoría de Hegel no es posible sostener una separación entre pensamiento y el mundo
objetivo. Desde el monismo hegeliano surge así una afirmación central que marca la ruptura
definitiva con el dualismo:” La verdad de lo infinito es ideal”.
Para Hegel la realidad de las cosas se encuentra en lo ideal. Sus fundamentos son dos: El
primero es que la verdad no es real sino ficticia; y el segundo es que la verdad de lo finito está en
la idea.
3.6.3.2. ESTADO
En cuanto al individualismo, Hegel crea una antítesis, pues decía que el individuo era una
parte orgánica de la familia, la comunidad y el estado o poder objetivo y que la razón se hacía
visible en la interacción del hombre con su medio.
Según Hegel, no es el individuo que se encuentra a sí mismo, es la razón que gradualmente
hace conciencia de sí misma. Primero en el individuo, a lo que Hegel llama razón subjetiva, luego
en la familia y el estado o razón objetiva. Y la forma más elevada de autoconocimiento o razón
absoluta, que se da en el arte, la religión y culmina en la filosofía. Hasta llegar a la filosofía la razón
no se encuentra en si misma porque es en la filosofía que la razón reflexiona sobre su propia
actividad. Todo esto es llamado idealismo de Hegel.
La filosofía política y social de Hegel se centró en el estudio de la historia y la relación de la
historia con los demás estudios sociales. Hegel era, entre los filósofos modernos el más conocedor
de la historia de la cultura occidental. La historia las religiones, la historia de la filosofía y la historia
del derecho fueron creadas como temas específicos de investigación, en gran medida, bajo la
influencia ejercida por su filosofía. El método histórico, no obstante, tal como era concebido en la
filosofía de Hegel y ampliamente aceptado en las ciencias sociales del siglo XIX, no era
principalmente un mejor método de investigación empírica.
En cuanto al individualismo, Hegel crea una antítesis, pues decía que el individuo era una
parte orgánica de la familia, la comunidad y el estado o poder objetivo y que la razón se hacía
visible en la interacción del hombre con su medio.
Según Hegel, no es el individuo que se encuentra a sí mismo, es la razón que gradualmente
hace conciencia de sí misma. Primero en el individuo, a lo que Hegel llama razón subjetiva, luego
en la familia y el estado o razón objetiva. Y la forma más elevada de autoconocimiento o razón
absoluta, que se da en el arte, la religión y culmina en la filosofía. Hasta llegar a la filosofía la razón
no se encuentra en si misma porque es en la filosofía que la razón reflexiona sobre su propia
actividad. Todo esto es llamado idealismo de Hegel.
Ciertamente fallaron sus predicciones acerca del inevitable colapso del sistema capitalista,
pero, frente a los socialistas utópicos, apenas se interesó en cómo había de organizarse la
sociedad.
Karl Marx procedía de una familia judía de clase media; su padre era un abogado
convertido recientemente al luteranismo. Estudió en las universidades de Bonn, Berlín y Jena,
doctorándose en filosofía por esta última en 1841. Desde esa época el pensamiento de Marx
quedaría asentado sobre la dialéctica de Hegel, si bien sustituyó el idealismo hegeliano por una
concepción materialista, según la cual las fuerzas económicas constituyen la infraestructura
subyacente que determina, en última instancia, fenómenos «superestructurales» como el orden
social, político y cultural.
En 1843 se casó con Jenny von Westphalen, cuyo padre inició a Marx en el interés por las
doctrinas racionalistas de la Revolución francesa y por los primeros pensadores socialistas.
Convertido en un demócrata radical, Marx trabajó algún tiempo como profesor y periodista; pero
sus ideas políticas le obligaron a dejar Alemania e instalarse en París (1843).
Por entonces estableció una duradera amistad con Friedrich Engels, que se plasmaría en la
estrecha colaboración intelectual y política de ambos. Fue expulsado de Francia en 1845 y se
refugió en Bruselas; por fin, tras una breve estancia en Colonia para apoyar las tendencias
radicales presentes en la Revolución alemana de 1848, pasó a llevar una vida más estable en
Londres, en donde desarrolló desde 1849 la mayor parte de su obra escrita. Su dedicación a la
causa del socialismo le hizo sufrir grandes dificultades materiales, superadas gracias a la ayuda
económica de Engels.
El capital
Posteriormente, durante su estancia en Inglaterra, Marx profundizó en el estudio de la
economía política clásica y, apoyándose fundamentalmente en el modelo de David Ricardo,
construyó su propia doctrina económica, que plasmó en El capital; de esa obra monumental sólo
llegó a publicar el primer volumen (1867), mientras que los dos restantes los editaría después de
su muerte su amigo Engels, poniendo en orden los manuscritos preparados por Marx.
Partiendo de la doctrina clásica, según la cual sólo el trabajo humano produce valor, Marx
señaló la explotación del trabajador, patente en la extracción de la plusvalía, es decir, la parte del
trabajo no pagada al obrero y apropiada por el capitalista, de donde surge la acumulación del
capital. Denunciaba con ello la esencia injusta, ilegítima y violenta del sistema económico
capitalista, en el que veía la base de la dominación de clase que ejercía la burguesía.
Sin embargo, su análisis aseguraba que el capitalismo tenía carácter histórico, como
cualquier otro sistema, y no respondía a un orden natural inmutable como habían pretendido los
clásicos: igual que había surgido de un proceso histórico por el que sustituyó al feudalismo, el
capitalismo estaba abocado a hundirse por sus propias contradicciones internas, dejando paso al
socialismo.
69
En otras obras suyas, Marx completó esta base económica de su razonamiento con otras
reflexiones de carácter histórico y político: precisó la lógica de lucha de clases que, en su opinión,
subyace en toda la historia de la humanidad y que hace que ésta avance a saltos dialécticos,
resultado del choque revolucionario entre explotadores y explotados, como trasunto de la
contradicción inevitable entre el desarrollo de las fuerzas productivas y el encorsetamiento al que
las someten las relaciones sociales de producción.
La Primera Internacional
En el seno de aquella Primera Internacional, gran parte de sus energías las absorbió la
lucha contra el moderado sindicalismo de los obreros británicos y contra las tendencias
anarquistas continentales representadas por Pierre Joseph Proudhon yMijaíl Bakunin. Marx triunfó
e impuso su doctrina como línea oficial de la Internacional, si bien ésta acabaría por hundirse
como efecto combinado de las divisiones internas y de la represión desatada por los gobiernos
europeos a raíz de la revolución de la Comuna de París (1870).
Sin embargo, el empeño vital de Marx había sido el de criticar el orden burgués y preparar
su destrucción revolucionaria, evitando caer en las ensoñaciones idealistas de las que acusaba a
los visionarios utópicos; por ello no dijo apenas nada sobre el modo en que debían organizarse el
Estado y la economía socialistas una vez conquistado el poder, dando lugar a interpretaciones muy
diversas entre sus adeptos. Dichos seguidores se escindieron entre una rama socialdemócrata
cada vez más orientada a la lucha parlamentaria y a la defensa de mejoras graduales
salvaguardando las libertades políticas individuales (Karl Kautsky, Eduard Bernstein,Friedrich
Ebert) y una rama comunista que dio lugar a la Revolución bolchevique en Rusia y al
70
establecimiento de Estados socialistas con economía planificada y dictadura de partido único
(Lenin y Stalin en la URSS y Mao Tse-tung en China
C. Marx
El pensamiento político liberal se desarrolló principalmente como elaboración de dos ideas
sociales o morales fundamentales: que la política es, esencialmente, el arte de llegar a acuerdos
no coactivos entre intereses antagónicos y que los procedimientos democráticos son el único
camino efectivo para llegar a esos acuerdos.
Esto se debió, principalmente, a la transformación de la filosofía de Hegel realizada por
Karl Marx. Marx suprimió de la teoría de Hegel el supuesto de que las naciones son las unidades
efectivas de la historia social –un supuesto que nunca tuvo una estrecha relación lógica con su
sistema-, y sustituyó a la lucha de las naciones por la lucha de las clases sociales. Así, eliminó del
hegelianismo sus cualidades distintivas como teoría política -su nacionalismo, su conservatismo y
su carácter contrarrevolucionario- y lo transformó en un nuevo y poderoso tipo de radicalismo
revolucionario. El marxismo se convirtió en progenitor de las formas más importantes de
socialismo de partidos en el siglo XIX y después, con muy importantes modificaciones, del
comunismo actual.
En importantes aspectos, sin embargo, la filosofía de Marx continúo la de Hegel. En primer
lugar, Marx sigue creyendo que la dialéctica era un eficaz método lógico, el único capaz de
demostrar una ley del desarrollo social y, en consecuencia, su filosofía como la de Hegel fue una
filosofía de la historia. Para ambos, la base de todo cambio social es su “necesidad” o
“inevitabilidad“y este término era tan ambiguo en Marx como lo había sido en Hegel, combinando
como lo hacía los conceptos del explicación causal y de la justificación moral. Aunque Marx
elaboró su filosofía como una forma de materialismo, utilizó la dialéctica para apoyar una teoría
del progreso social en la que los más altos valores morales se realizan necesariamente. En segundo
lugar, para Marx como para Hegel la fuerza impulsora del cambio social es la lucha y el factor
determinante, en última instancia, es el poder. La lucha tiene lugar entre clases sociales más bien
que entre naciones y el poder económico más que político, siendo el poder político en la teoría de
Marx una consecuencia de la situación económica. Pero ni para Marx ni para Hegel la lucha por el
poder era susceptible de un arreglo pacífico para mutuo beneficio de las partes contendientes.
La Revolución Proletaria
La filosofía social de Marx se basaba y fue la primera en llamar la atención sobre un
cambio social de primerísima importancia se produjo en el siglo XIX: el seguimiento de la
conciencia política y, finalmente, el acceso hacia el poder político, de una clase trabajadora
industrial. Esto, como dijimos en el capítulo anterior, fue determinante para cambiar el curso del
pensamiento liberal, pero Marx percibió su importancia mucho antes que los liberales.
Especialmente en los estudios históricos que formaban parte integrante de su filosofía, presentaba
al capitalismo por primera vez en lo que podría llamarse su aspecto humano, como institución que
había producido y aumentaba constantemente una clase de hombres que tiene que vivir
absolutamente del salario y que se relacionaba, pues, con los patronos sólo mediante un nexo
monetario. Su fuerza de trabajo es mercancía, la única mercancía económicamente valiosa que
poseen, que debe ser vendida en un mercado competitivo donde la única ubicación del comprador
es pagar el precio establecido. La relación del patrón y obrero en la industria tiende a quedar
desprovista, así, de sentido humano y de obligación moral y se convierte simplemente en una
relación de poder. Marx vio justamente en esta situación el hecho potencialmente más
revolucionario de la historia moderna -por una parte, una clase definida por su propiedad de los
medios de producción y motivada esencialmente por la necesidad de crear ganancias y, por otra
parte, un proletariado social sin ningún poder salvo a través de la presión de las masas organizadas 71
y obligado a fijarse como fin no la libertad política sino el sostenimiento o el mejoramiento de su
nivel de vida.
Este proyecto, como la teoría del estado de Hegel, se difundió en una apreciación de la
importancia histórica de la Revolución Francesa. Como Hegel, Marx creía que la revolución había
señalado el desplome de la sociedad feudal, pero, mientras que Hegel pensaba que la revolución
se consumaría con el surgimiento de los estados nacionales, Marx la consideraba como un paso
previo a una revolución más drástica y completa. La revolución, creía, había sido al mismo tiempo
fundamentalmente importante y, en cierto sentido, superficial. Había sido importante porque
había realizado una etapa necesaria en el desarrollo de la civilización y, sin embargo, era
superficial en el sentido de que simplemente abría el camino a una etapa superior. La abolición del
feudalismo significaba para Marx la subida al poder de la clase media y la creación de un sistema
político que hiciera efectivo este poder.
Por su intención, pues, la filosofía de Marx era profundamente práctica, como lo había
sido la de Hegel. Ambos creían que la acción política efectiva dependía de comprender la dirección
general en la que marcha la historia –lo que Marx llamaba “las fases naturales de la evolución- y
de aceptar las tareas impuestas por la propia situación dentro de ella. Mientras que Hegel había
supuesto la historia europea culmina con el surgimiento de las naciones germánicas y anticipó la
elevación Alemania a una posición de dirección espiritual dentro de la civilización europea, Marx
creía que la historia social había culminado en el surgimiento del proletariado y contemplaba el
avance de esa clase hasta ocupar una posición dominante en la sociedad moderna. En la filosofía
de la historia de Hegel, la fuerza impulsora era un principio espiritual auto desarrollado que
encarnaba sucesivamente, en naciones históricas; para Marx era un sistema de fuerzas
productivas encarnado en formas básicas de distribución económica y en las clases sociales
correspondientes a esas fuerzas. para Hegel, el mecanismo del progreso era la guerra entre las
naciones; para Marx era el antagonismo entre las clases sociales. Ambos consideraban el curso de
la historia como racionalmente necesario, una serie de etapas desenvolviéndose según un plano
lógico y avanzando hacia una meta determinada. Esta marcha majestuosa de la civilización
humana invita a los hombres a cooperar y a servir. Ambas filosofías fueron fuertes incitaciones a la
acción y formas muy efectivas de exhortación moral. Mientras que Hegel apelaba al patriotismo
nacional, Marx apelaba a la fidelidad de los trabajadores hacia sus compañeros. En ambos casos, la
apelación era distinta del individualismo de las filosofías políticas liberales. Se dirigía a la lealtad
más que al interés personal, a los deberes más que a los derechos y no ofrecía más recompensa
que la esperanza de que la vida privada de cada cual cobrara sentido mediante el servicio a una
causa superior a uno mismo. La filosofía de Marx era concebida por él como la aportación de un
plan y un motivo para una revolución social que liberara a los trabajadores de la pobreza y la
explotación.
Esta unión en Marx de un programa de acción revolucionaria con una teoría filosófica del
curso necesario del desarrollo social es ininteligible si no se entiende el sentido peculiar que
imparte la dialéctica a palabras como “necesario” e “inevitable”. Si significarán simplemente la
relación de causa y efecto, la participación humana en el curso de la historia carecería de sentido;
su consecuencia seria el quietismo político. Pero, obviamente, ni los comunistas marxistas ni los
nacionalistas hegelianos han sido quietitas; por el contrario, han sido activistas decididos y hasta
despiadados, algunas veces al precio de sus intereses privados. La distinción que han hecho con
frecuencia los comentadores entre Marx filósofo social y Marx, organizador del socialismo de
partidos, es una distinción que ningún Marxista –ni ningún hegeliano- haría jamás. La “necesidad”
que ambos atribuían a la historia exige la participación y la cooperación activa: es un aguijón para
la acción y la dedicación personal. 72
3.6.5. EL UTILITARISMO
La ética utilitarista es una de las filosofías morales más importantes del siglo XIX. Antes de
explicarla, observamos que pasamos de la Edad Moderna (de los siglos XV al XVIII) a la Edad
Contemporánea.
Al igual que las dos éticas anteriores se puede incluir el utilitarismo en las "éticas de la
conciencia". El utilitarismo es heredero directo de la ética de Hume y de los filósofos empiristas. Ya
vimos cómo Hume ya usó el término "utilidad". Los utilitaristas, como su propio nombre indica,
hablan de la "utilidad" de aquello que da "placer". Todos los seres humanos buscan "placer" en
sus actividades de un modo u otro. Los utilitaristas consideran que una acción será tanto más
benigna moralmente cuanto más placer genere a la mayor cantidad posible de gente. Hay que
tener en cuenta el contexto histórico en el que se da el utilitarismo y la pertinencia social del
mismo. Europa está cambiando del antiguo régimen de poderes absolutos y sociedades
jerarquizadas a regímenes más o menos democráticos en los que se defiende el liberalismo
político y económico. El utilitarismo es una corriente ética muy unida a este liberalismo. Las
sociedades quieren más libertad, desean romper las barreras sociales del antiguo régimen,
contemplan mayor movilidad social y bienestar para toda la población. Un tema interesante, que
rebasa nuestra intención aquí, es el de ver cómo este liberalismo creará nuevas barreras sociales
ligadas a una economía ultracapitalista y precisará de la reacción de movimientos reivindicativos
de los trabajadores, como es el caso del socialismo.
Es un autor que no solo desarrollo solo una teoría utilitarista con acentos propios, sino que
fue sobre todos unos de los principales teóricos de la libertad, de la cual deriva la idea de
tolerancia. Por lo que hace a su visión utilitarista Mill piensa que para alcanzar la propia
satisfacción debe de quererse y promoverse también la satisfacción ajena, Esta adaptación
psicológica de las personas nos impulsa a procurar, inseparablemente, no sólo los bienes propios
sino los del resto de los hombres. Esta adaptación psicológica es lo que conforma lo que se llama
“moralidad”, es decir, una actitud generada por hábitos y reflexiones temporales que nos induce a
ser solidarios con los demás.
Para nosotros, es la obra de John Stuart Mill “sobre la liberta” la que más aportaciones
realiza al Derecho Moderno y a la idea de libertad como se concibe en términos de la doctrina
liberalista. Mill establece al siguiente principio básico: el único fin por el cual es justificable que la
humanidad, individual o colectivamente, se entrometa en la libertad de acción de uno cualquiera
de sus miembros, es la propia protección. Que la única finalidad por la cual el poder puede, con
pleno derecho, ser ejercido contra su voluntad es evitar que perjudique a los demás. ¿Cuál es la
trascendencia de este principio?
Mill sienta las bases de una teoría de la libertad individual en sociedad, que es donde ésta
tiene sentido, porque la libertad como principio sólo tiene aplicación en el ámbito social. No basta
para Mill afirmar la soberanía del individuo sobre sí mismo, su propio cuerpo y espíritu, sino cómo
hacerla posible en relación con la soberanía de los demás. La respuesta está en la determinación 75
del único límite posible para que Mill puede constreñir la libertad: el individuo sólo es responsable
ante la sociedad por la conducta que se refiere a los demás, aquellas que podría hacerles un daño
a los otros. Dirá nuestro autor “la única libertad que se merece este hombre es la de buscar
nuestro propio bien por nuestro camino propio, en tanto no privemos a los demás del suyo o les
impidamos esforzarse para conseguirlo”
La doctrina de Mill previene no sólo contra los riesgos del despotismo sino, incluso del
perfeccionismo, no cabe limitar la libertad individual arguyendo el propio bien físico y moral de la
persona, por más que sean éstas buenas razones para persuadirle (por ejemplo, no fumar, no
consumir estupefacientes o bebidas alcohólicas, etc.) El planteamiento de Mill, que hoy ha
encontrado eco en las frases sintéticas “mi libertad termina donde la tuya comienza”
responsabiliza a los seres humanos de sus propios actos, reconociendo en ellos no solo la
autonomía sino la carga de su ejercicio.
Se dice que John Stuart Mill fue una noble figura de hombre y de ciudadano. Utilitarista
como Bentham, pretende perfeccionar la doctrina que profesa. Escribió entre otras, las siguientes
obras: “lógica inductiva y deductiva”, “sobre el gobierno representativo” y “sobre el utilitarismo”.
Reconoce que el principio del cálculo expuesto por Bentham es absurdo, pues se da
cuenta que, en ese sentido, el hombre obra por indicaciones de sus sentimientos y no en virtud de
cálculos. Expresa que poseemos una facultad moral, que nos indica que la ventaja propia es
inseparable de la ventaja ajena, por lo que el hombre asocia la idea del bien individual con la del
bien colectivo.
En relación a lo expuesto y a las objeciones al utilitarismo dice: “debo advertir una vez más
que los detractores del utilitarismo no le hacen la justicia de reconocer que la felicidad en que se
cifra concepción utilitarista de una conducta justa, no es la propia felicidad del que obra, sino la de
todos”
Mill, superando el utilitarismo de Bentham, hace una distinción cualitativa de los placeres
y considera como superiores a los placeres intelectuales y morales. A pesar de ello y el propósito
definido de conciliar la utilidad individual con la general, el utilitarismo de Mill contiene los
mismos errores y falsedades de toda tesis utilitarista.
3.7 El Anarquismo
Las reflexiones sobre el poder político han llevado a diversos pensadores a considerarlo
como un mal no necesario, sino que puede evitarse combatiéndolo hasta lograr su desaparición.
Esta es la tesis fundamental de todas las teorías anarquistas. Los medios para lograr esa
desaparición varían según las escuelas. Las más importantes y que han logrado mayor cantidad de
adeptos y que desgraciadamente han ocasionado graves daños, destrucciones y perturbaciones
del orden social, son las que predican la violencia para obtener la anarquía. Enemigos ideológicos
de los comunistas, son, sin embargo, sus compañeros de viaje, hemos visto como en realidad, la
meta de ambas doctrinas es la misma; la desaparición del estado. Pero el aparato ideológico, para
obtener un resultado idéntico, es diferente. El anarquista no admite etapas transitorias como es la 76
dictadura del proletariado en el marxismo, no quiere la desaparición del poder político en el
futuro, sino inmediatamente. Aquí y ahora para los más violentos, gradualmente para otros
moderados, por ejemplo, Proudhon (1809-1865) que propone una federación anarquista que va
descomponiendo al estado en una serie de grupos autónomos que se administran a sí mismos “el
estado no tiene que intervenir, no aparece por ninguna parte” en una sociedad bien organizada,
debe reducirse poco a poco a no representar más que a sí mismo, a nada” (“el representante del
pueblo”, 5 de junio de 1848). También expresa que el gobierno del hombre por el hombre en
cualquier forma, es opresión. La sociedad más perfecta se encuentra en la unión del hombre con la
anarquía.
Otros celebres anarquistas, son BAKUNIN Y KROPTKIN, ambos rusos, el primero del siglo
XIX (1814-1876) y el segundo murió en el siglo XX (1919). Sus construcciones utópicas les hacen
llegar lo mismo que todos los anarquistas y el mismo marxismo que pretende ser su enemigo, a la
desaparición del poder político.
El anarquismo es un sistema ideológico de tendencias muy diversas (puede ser pacifista o
terrorista) formado por personalidades muy diferentes (príncipe Kropotkin, Bakunin...) pero todas
tienen en común:
La corriente anarquista más importante fue la Bakuninista. Bakunin era un ruso exilado en
Europa occidental. Tuvo, junto con Marx, un gran protagonismo en la organización del movimiento
obrero, teniendo frecuentes altercados ideológicos y hasta personales con el fundador del
socialismo. Básicamente, en sus ideas:
Exalta la libertad del individuo, pero concebida socialmente (“sólo seré
libre cuando todos los hombres lo sean”).
Defiende la revolución, básicamente campesina, espontánea y hecha
desde abajo. Ésta destruirá al estado, al ejército y a cualquier elemento represivo.
En general hay un rechazo de toda autoridad. Se niegan a colaborar con
cualquier estado.
La nueva sociedad que saldrá de la revolución será una sociedad de
“hombres absolutamente libres que no obedecerán más que a la razón”. Se basará en
comunas autónomas. En estas comunas existiría el Anarco colectivismo. Se colectivizarán
los instrumentos de trabajo (la tierra, el capital...), pero no sus frutos “a cada uno según su
trabajo”. 77
El ateísmo radical y la preocupación por la educación del pueblo son también aspectos
importantes de su pensamiento.
CAPITULO IV
ÉPOCA
CONTEMPORÁNEA
78
John Dewey fue el filósofo norteamericano más importante de la primera mitad del siglo
XX. Su carrera abarcó la vida de tres generaciones y su voz pudo oirse en medio de las
controversias culturales de los Estados Unidos (y del extranjero) desde el decenio de 1890 hasta su 97
muerte en 1952, cuando tenía casi 92 años. A lo largo de su extensa carrera, Dewey desarrolló una
filosofía que abogaba por la unidad entre la teoría y la práctica, unidad que ejemplificaba en su
propio quehacer de intelectual y militante político. Su pensamiento se basaba en la convicción
moral de que “democracia es libertad”, por lo que dedicó toda su vida a elaborar una
argumentación filosófica para fundamentar esta convicción y a militar para llevarla a la práctica
(Dewey, 1892, pág. 8). El compromiso de Dewey con la democracia y con la integración de teoría y
práctica fue sobre todo evidente en su carrera de reformador de la educación.
Durante el decenio de 1890, Dewey pasó gradualmente del idealismo puro para orientarse
hacia el pragmatismo y el naturalismo de la filosofía de su madurez. Sobre la base de una
psicología funcional que debía mucho a la biología evolucionista de Darwin y al pensamiento del
pragmatista William James, empezó a desarrollar una teoría del conocimiento que cuestionaba los
dualismos que oponen mente y mundo, pensamiento y acción, que habían caracterizado a la
filosofía occidental desde el siglo XVII Para él, el pensamiento no es un conglomerado de
impresiones sensoriales, ni la fabricación de algo llamado “conciencia”, y mucho menos una
manifestación de un “Espíritu absoluto”, sino una función mediadora e instrumental que había
evolucionado para servir los intereses de la supervivencia y el bienestar humanos.
La gran comunidad
Ante la pregunta de Dewey por las condiciones para el advenimiento de una Gran
Comunidad, la primera respuesta es “comunicación”. De modo esquemático, si:
El público son aquellos individuos que se ven afectados por las consecuencias
indirectas de acciones y actividades, y
El modo de garantizar el conocimiento de esas consecuencias indirectas es la
comunicación libre y sistemática de todos los asuntos relativos al público, entonces
La comunicación es una condición indispensable para la formación de un público
activo y competente, en la medida en que dispone de la información necesaria para 5 deliberar
sobre las acciones a promover o restringir, de acuerdo con las consecuencias indirectas de cada
caso. De esta manera, la comunicación es un medio por el cual el público puede reconocerse como
tal y proyectar instancias que regulen su acción efectiva, en oposición a una comunicación
unidireccional que fragmenta tanto al individuo como al público. Asimismo, es el modo en que el
individuo logra integrarse en ese todo cohesionado para reconocer problemas propios y colectivos
e iniciar una deliberación común sobre aquellas situaciones que involucran a todos.
En estos términos, la diferencia central entre la vida asociada y la comunitaria es una
plena publicidad de todas las consecuencias que atañen al público. Pasemos entonces a un punto
clave. Leemos con Dewey que “*l+a democracia es una palabra de múltiples significados” de
manera que se hace indispensable abordar las diferencias entre democracia como:
Modo político y
Idea de vida social.
Se limita a las condiciones formales de la práctica política, acerca de la selección de los
funcionarios y la reglamentación de su conducta. En definitiva, se corresponde con los modos
ordinarios de elección, sufragio, representación, etc. Es la interpretación de la democracia como
forma de vida lo que permite conectarla con la noción de comunidad: en efecto, “La democracia,
contemplada como una idea, no es una alternativa a otros principios de la vida asociada. Es la idea
98
misma de vida comunitaria. *…+ La clara conciencia de una vida comunitaria, con todas sus
implicaciones, constituye la idea de democracia” (Dewey, 2004: 138).
Es por ello que la democracia genuina excede al modo político y se refiere a un tipo de
actividad conjunta que reconoce un núcleo de valores comunes y estables, que identifica sus
problemas comunes y que delibera para la promoción de consecuencias deseables, bajo el modo
de la acción inteligente. Y las instituciones deben oficiar como canales para esa extensión efectiva
del modo de vida democrático.
Hannover, 1906 - Nueva York, 1975) Filósofa alemana. De ascendencia judía, Hannah
Arendt estudió en las universidades de Marburgo, Friburgo y Heidelberg, y en esta última obtuvo
el doctorado en filosofía bajo la dirección de Karl Jaspers. Con la subida de Hitler al poder (1933),
se exilió en París, de donde también tuvo que huir en 1940, estableciéndose en Nueva York. En
1951 se nacionalizó estadounidense.
Hannah Arendt caracterizaba lo público como la presencia simultánea de innumerables
perspectivas que constituyen el mundo común. ¿Qué significa eso? Que lo público surge cuando
somos capaces de superar nuestra individualidad asumiendo una perspectiva política. Lo público
es la elevación desde nuestra particularidad hacia lo común y es condición indispensable del
despliegue de lo propiamente humano (ese es el descubrimiento griego). Pero esta dimensión no
surge de la nada, pues requiere una pluralidad de lugares desde donde los ciudadanos hablen y se
miren mutuamente. Si la perspectiva fuera única en lugar de ser diversa, entonces no habría
esfera pública, sino un Estado tutelar uniforme y uniformizador. Los adoradores del Estado olvidan
que lo público tiene más que ver con un caleidoscopio que con la burocracia, más con lo múltiple
que con lo uno.
El pensamiento político de Hannah Arendt, contiene un supuesto histórico clave: la
diferencia entre la antigüedad clásica europea y las épocas históricas subsecuentes consiste en
una nítida diferenciación entre una esfera pública y una privada. La relación entre ellas estaba
marcada tanto por la mutua exclusión como por la complementariedad. La distinción era tal que lo
económico estaba relegado al ámbito privado, que a su vez era, fundamentalmente, el ámbito
familiar-doméstico, mientras que lo público era eminentemente un espacio político. La época
moderna supone el quiebre de esta distinción y la emergencia de lo social: el acaparamiento de la
esfera pública por las tareas asociadas al proceso de reproducción de la vida natural. La
emergencia de lo social supone la desaparición de lo privado como espacio resguardado de lo
público y la constitución de un nuevo ámbito de repliegue: lo íntimo, cuya manifestación más pura
se encuentra en la interioridad del sujeto individual. Esta deriva histórica tiene una exposición por
extenso en su libro La Condición Humana (1958). Este enlace contiene una síntesis de su
reconstrucción de la dicotomía público/privado en la antigüedad.
Lo público y lo privado en la antigüedad.
Para Arendt, la creación fundamental que debemos a la Grecia antigua fue la polis como
un ámbito diferenciado de relaciones interhumanas marcado por la libertad y la igualdad. Esta
creación estuvo acompañada por la concomitante segregación de un ámbito privado, cuya 99
localización era la casa (oikos) y designaba al espacio familiar de una asociación natural originada
para satisfacer las necesidades de producción y reproducción de la vida.
Esta distinción, con diferencia que dicen relación con la mayor riqueza y sofisticación de
las relaciones propias de la vida privada, también existe en la cultura de la Roma antigua. En el
latín clásico de Cicerón, actuar privatim significa no actuar comomagistratus, e.d. investido de un
poder emanado del pueblo, sino actuar como particular, en un terreno jurídico distinto a lo
público, en la propia casa, aisladamente y no en el foro, ante los ojos de todos. Privatum designa
los propios recursos, exentos del uso público, así como la propia casa. La res privata está in
patrimonio, sometida al poder del pater familias que se ejerce en el ámbito espacial y
jurídicamente cerrado del domus. Por lo mismo, lo que pertenece a este ámbito esta in
commercio, puede ser intercambiado en el mercado. Lo privado es lo que escapa al poder del
pueblo —publicus— y a la intrusión de la multitud. La res publica, abarca todo el campo de lo que
pertenece a la colectividad y por eso es considerado extra commercium, imposible de trocar en el
mercado.
Lo privado
En el mundo clásico, pero también hasta cierto punto en el mundo germánico, la familia
era considerada la “asociación natural” mediante la cual los hombres encaran los problemas
emanados de las necesidades de lo proceso de la vida: alimentación, abrigo y reproducción. La
compañía de la especie humana que se da en el contexto de la familia es así una imposición y una
limitación al ser humano individual en virtud de sus necesidades animales. Las familias son, ante
todo, unidades productivas, o más exactamente, lugares donde se llevan a cabo las labores
necesarias para satisfacer tales las necesidades. Arendt distingue cuidadosamente entre trabajo y
labor: la labor no es propiamente productiva, crea y mantiene las condiciones reproductivas que
se agotan, deterioran y consumen en el corto plazo: por ello, la labor debe repetirse cíclicamente.
Las organizaciones de labor que son las relaciones domésticas están fuertemente jerarquizadas y,
en ellas, la violencia es legítima como forma de interacción. El jefe de familia tiene un poder
despótico e incontestable sobre los esclavos y parientes.
Lo privado tiene un carácter privativo respecto de lo público. Es aquella parte del mundo
común que se requiere de modo apremiante en virtud de la necesidad. De aquí el sentido más
básico de la propiedad privada: la posibilidad de disponer con cosas que son, originalmente,
comunes, pero que son inútiles en absoluto a menos que estén a disposición inmediata de uno
sólo. La propiedad privada significa tener un sitio de uno en alguna parte concreta del mundo
común. Esto significa, además, que la pertenencia a una comunidad política y la condición de
propietario privado son concomitantes. Carecer de un lugar privado propio, de una casa,
significaba dejar de participar de los asuntos de la ciudad, era equivalente a dejar de ser humano.
Pero la condición individual de propietario estaba también ligada a la condición de cabeza de
familia, pues la propiedad privada era, en el fondo, familiar.
Lo público
Los individuos ya libres de las necesidades y exigencias de la propia vida en cuanto que
vida animal podían dedicarse a construir, por sobre tal vida, una existencia individual. Quienes se
encontraban en esa situación podían ocuparse de cosas “bellas”, cosas que no eran necesarias ni
útiles. Cosas de las cuales interesaba primordialmente su apariencia, su ser manifiesto.
Lo fundamental es que los antiguos no consideraban que la libertad pudiera darse dentro
100
de la relación de dominación propia de las actividades que tienen lugar en la esfera familiar-
privada. La satisfacción de las necesidades vitales era una condición de la libertad. Por ello, libres
eran, en su sentido primordial, quienes no estaban sometidos a la necesidad natural ni a la
violencia o mando de otros hombres, propia de la vida doméstica. Pero ello no significaba la
soledad: de hecho, esta es una de las intuiciones más fundamentales de los griegos.
Ser libre suponía necesariamente relacionarse con otros en condiciones de igualdad —
aunque esto significaba de modo explícito la exclusión de los desiguales. Esta forma de relación
humana caracterizaba al ámbito de la polis, de lo público.
(Pescasseroli, 1866 - Nápoles, 1952) Filósofo, historiador y crítico literario italiano cuya
obra ha ejercido considerable influencia, sobre todo en los campos de la estética y de la historia.
Cursó sus primeros estudios en un colegio barnabita de Nápoles, donde estudiaban los
hijos de la alta sociedad napolitana. A los 17 años perdió a sus padres y a una hermana, víctimas
de un terremoto. Trasladado a Roma, el nuevo ambiente y la compañía de su primo Silvio
Spaventa lograron levantar su estado de ánimo.
Benedetto Croce señalaba con respecto al ansia de la liberación del siglo XIX: la religión
universal fue la libertad; variaba en cada país el objeto específico de dicha libertad, siendo en
algunos casos la liberación nacional, en otros la lucha contra las distintas formas de opresión. En
España esa voluntad de liberación se manifestó en la lucha contra la intransigencia religiosa.
Teoría crítica, en filosofía, se denomina al cuerpo teórico principal de los filósofos y otros
pensadores de diferentes disciplinas adscritos a la Escuela de Frankfurt: Theodor Adorno, Walter
Benjamín, Max Horkheimer, Herbert Marcuse, Jürgen Habermas, Oskar Negt o Hermann
Schweppenhäuser, Erich Fromm, Albrecht Wellmer y Axel Honneth entre otros.
Nacimiento de la teoría crítica
Es formulada por Max Horkheimer por primera vez en su obra de 1937 Teoría tradicional y
teoría crítica
El proyecto inicial se define como marxismo heterodoxo, pretende desarrollar una serie de
teorías atentas a los problemas sociales, como la desigualdad de clases, no solo desde el punto de
vista sociológico, sino también filosófico. Aspiraban a combinar a Marx con Freud, reparando en el
inconsciente, en las motivaciones más profundas. Por ello la teoría crítica debería ser un enfoque
que, más que tratar de interpretar, debiera poder transformar el mundo. Al mismo tiempo, se
propone dar importancia a factores sociales, psicológicos y culturales a la hora de abordar los
temas sociales.
4.1.5.2 POSMODERNISMO
Si bien la globalización no es un fenómeno nuevo, dado que las sociedades han buscado a
lo largo de la historia diferentes formas para relacionarse, dicho proceso se ha acelerado de
manera evidente en las últimas décadas. Esta característica del sistema internacional actual se
refleja no sólo en un incremento de la integración económica y de los mercados financieros, sino
también en una profundización del grado de interdependencia entre los países en ámbitos que
van desde el político y social hasta el ambiental y cultural.
Para lograr tener una mayor participación en este escenario, nuestro país inició a finales
de la década de los ochenta una serie de reformas estructurales y una estrategia de liberalización y
diversificación de sus lazos de cooperación, diálogo y entendimiento con el exterior. Es en este
marco que se inscribe la importancia de la relación de México con la Unión Europea como pieza
clave para lograr un balance de nuestros vínculos productivos, financieros y políticos con el
mundo, así como un fortalecimiento de la posición de nuestro país en el sistema internacional.
Antecedentes de la relación México-unión europea
Las relaciones diplomáticas entre México y la Unión Europea se han caracterizado, desde
su establecimiento en 1960, por sus fuertes vínculos históricos y culturales. De hecho, el primer
Acuerdo Marco de Cooperación entre México y la entonces Comunidad Económica Europea, data
de 1975. Sin embargo, este instrumento que buscaba promover el fortalecimiento de los lazos
comerciales entre ambas partes, no supo aprovechar plenamente el amplio potencial para nuestro
intercambio.
Durante la década de los ochenta, con el objetivo de revisar el acuerdo de 1975, se
incrementaron los contactos bilaterales de México con los países miembros de la Unión Europea
que culminaron el 26 de abril de 1991 con la firma, en Luxemburgo, del Acuerdo Marco de
Cooperación Comercial, Económica, Científico-Técnica y Financiera. Este renovado interés por
establecer una nueva relación sobre bases más firmes se concretó el 2 de mayo de 1995, mediante
la formalización de una Declaración Conjunta Solemne, en la que México y la Unión Europea
expresaron su voluntad por intensificar sus relaciones económico-políticas e impulsar la
cooperación.
A partir de esa fecha, se iniciaron las negociaciones que permitieron que el 8 de diciembre
de 1997 se firmaran el Acuerdo Global, el Acuerdo Interino y el Acta Final, documentos que
integran el Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación entre México y
la Unión Europea. El pasado 20 de marzo, fue ratificado por el Senado de la República dicho
instrumento, mientras que el 23 de ese mismo mes el Presidente Ernesto Zedillo asistió a la
ceremonia de la firma de la "Declaración de Lisboa" y del Acuerdo Comercial entre México y la
Unión Europea estableciendo así una nueva etapa en las relaciones de nuestro país con el bloque
de la Europa unificada. 111
Los elementos que detonaron el proceso de acercamiento entre ambas partes fueron:
Estrategia de diversificación
En su estrategia de apertura hacia los mercados internacionales, nuestro país ha suscrito
seis tratados de libre comercio que le han permitido ubicarse hoy como la decimotercera nación
comercial del mundo. Éstos han fomentado un crecimiento importante del comercio exterior del
país que sumó, en 1999, la cantidad de 279 mil millones de dólares, provocando una
diversificación de la base exportadora, así como un aumento de los flujos de inversión extranjera
directa al país.
Sin embargo, este modelo refleja también una clara dependencia frente al mercado
estadounidense, que se ha incrementado a partir de la entrada en vigor del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994. Según datos del Instituto Nacional de Estadística,
Geografía e Informática (INEGI), el comercio México-Estados Unidos representó en 1999 un 81.05
por ciento del comercio total mexicano. Asimismo, Estados Unidos es nuestra principal fuente de
inversión extranjera directa.
Debilitamiento del intercambio comercial
Durante muchos años y hasta 1995, México representó el principal mercado de la Unión
Europea en América Latina. Sin embargo, tras haber llegado a ser el segundo proveedor
latinoamericano de la Unión Europea, en 1997 nuestro país descendió al cuarto lugar, después de
Brasil, Argentina y Chile.
Por su parte, la Unión Europea es nuestro segundo socio comercial. Sin embargo, en la
última década, la evolución del comercio de nuestro país con ese bloque ha sido poco dinámica. La
contribución de la Unión Europea en el comercio total de México se redujo considerablemente,
llegando a representar en 1999 sólo 6.6 por ciento. Asimismo, la balanza comercial de México ha
registrado déficit creciente que han pasado de 951 en 1989 a 7 mil 438 millones de dólares en
1999.
La falta de un marco legal que promoviera de manera efectiva los vínculos comerciales
entre México y la Unión Europea, y a que ambas partes han negociado tratados de libre comercio
y acuerdos preferenciales con terceros países fue la causa principal de la desaceleración que tuvo
México. De esta manera, la necesidad de instrumentar un acuerdo que impulsara el acceso a los
mercados de ambas partes se volvió evidente.
Importancia de la UE
La Unión Europea es un conglomerado de 380 millones de personas aproximadamente,
con un Producto Interno Bruto (PIB) superior a los 8.4 billones de dólares y un PIB per cápita de 22
mil dólares. Además, es la mayor potencia comercial del mundo al contribuir con 41 por ciento del
comercio internacional.
Por otra parte, la importancia de la Unión Europea no estriba únicamente en el potencial y
tamaño de su economía, sino también en el papel de liderazgo que ha desempeñado en el actual
sistema internacional. Su grado de integración es hoy inédito, sin embargo, para lograrlo los países
europeos tuvieron que concentrarse en procesos internos, por lo que no habían expresado su
interés por intensificar su relación con México.
Estos cambios internos coinciden, además, con la apertura de nuestra economía. El 112
ingreso de México al Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT) en 1986 y en particular la
firma del TLCAN crearon un interés amplio y profundo en Europa por generar y construir una
relación especial con México dada nuestra posición comercial y geográfica privilegiada.
Así, el modelo de desarrollo de apertura y liberalización que ha implementado el país, el
esfuerzo de diversificación y el debilitamiento del intercambio con uno de los bloques más
importantes del sistema comercial actual, fomentaron el establecimiento de una nueva relación
estratégica entre México y la Unión Europea.
El acuerdo de asociación económica, concertación política y cooperación
El Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación, firmado en
Bruselas, Bélgica, el 8 de diciembre de 1997, es producto del avance significativo que han
alcanzado las relaciones de México con los países de Europa. Dicho Acuerdo reúne en un mismo
texto, aspectos políticos, comerciales y de cooperación, representando así el convenio más
completo y ambicioso que hayan negociado México y la Unión Europea con otro país o conjunto
de países. De esta manera, el nuevo marco para el desarrollo de nuestras relaciones, presenta
oportunidades para nuestro país en varios ámbitos:
• Diálogo político
El Acuerdo con la Unión Europea establece la institucionalización del diálogo político, de
manera que incluya todas las cuestiones bilaterales e internacionales de interés común, y dé lugar
a consultas más estrechas dentro del contexto de las organizaciones internacionales a las que
ambas partes pertenecen. Es importante señalar que, como parte formal del Acuerdo, se
estableció el compromiso de promover y desarrollar valores compartidos tales como la
democracia y la defensa de los derechos humanos.
• Cooperación
El nuevo marco prevé el apoyo y fomento de la cooperación en 29 áreas y establece una
"cláusula evolutiva", por la cual las partes podrán ampliar los temas y niveles de cooperación y
complementarlos mediante acuerdos relativos a sectores o actividades específicas. En este rubro,
es de destacar la relevancia para México de las áreas que se están proyectando desarrollar, tales
como la consolidación del Estado de Derecho, la cooperación económica, educativa y cultural y
científica-técnica, la lucha contra la pobreza y el desarrollo social, entre otras.
• Comercio e inversión
México y la Unión Europea acordaron crear una zona de libre comercio que le
proporcionará a nuestro país el acceso más amplio y ambicioso que haya negociado la Europa
unificada en la materia. Dicho proceso tomará en cuenta la asimetría que existe entre nuestras
economías mediante un periodo de desgravación más lento para México y a través del
reconocimiento de las ventajas del Sistema Generalizado de Preferencias.
En cuanto a inversión extranjera directa se refiere, y dada la importancia que ésta
representa para el desarrollo del país vía la generación de empleo, el fortalecimiento de la planta
productiva y el fomento de la transferencia de tecnología de punta, es importante señalar que el
Acuerdo prevé esquemas que la promuevan.
Si bien el Acuerdo establece un nuevo esquema que, sobre reglas claras, buscará 113
promover y fortalecer las relaciones de México con la Unión Europea, dicho marco presenta,
también, varios retos sobre todo en el caso de los sectores económicos más sensibles. En este
contexto, es fundamental que en nuestro país se logre desarrollar una política industrial dirigida a
aprovechar el potencial y campos de conveniencia que ofrece la diversificación de nuestro
comercio, dirigida a impulsar la economía regional basada en nuestras oportunidades de
exportación y, muy especialmente, a generalizar los beneficios y oportunidades de este Acuerdo
comercial sobre todo en el caso de las pequeñas y medianas empresas.
Conclusiones
El Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación entre México y
la Unión Europea consolida una nueva etapa en las relaciones entre ambas partes, estableciendo
nuevos vínculos políticos, comerciales, financieros y de cooperación. Éstos le otorgan a nuestro
país mayores elementos para consolidarse en la escena internacional fortaleciendo su estrategia
de diversificación. Es de destacar que dicho Acuerdo sitúa a nuestro país en una posición
estratégica privilegiada al lograr ser el único país junto con Israel en tener un acuerdo con los dos
bloques comerciales más importantes de la actualidad: América del Norte y la Unión Europea.
Por otra parte, y si bien este esquema presenta una amplia gama de oportunidades para
que el país promueva su inserción en un sistema internacional cada vez más interdependiente y
globalizado, es de fundamental importancia que México logre combinar este instrumento con una
política industrial y agropecuaria que, con un gran sentido estratégico, impulse y sepa aprovechar
en las diversas regiones del país y con la participación de los diversos sectores productivos y
sociales, los campos de oportunidad que ofrece la diversificación de nuestro comercio y nuestros
campos de exportación.
EUROPA
ANTES: De la protesta al cambio
A fines de la década de los ochenta eran muy pocos los que presentían que las dictaduras
comunistas del bloque soviético y de los regímenes de Yugoslavia y Albania iban a derribarse con
la rapidez que sucedió.
A partir de la II Guerra Mundial se habían registrado varios ciclos de crisis al otro lado del
Telón de Acero. La muerte de Stalin en 1953 y la tamizada condena del estalinismo en 1956
llevada a cabo por Kruschov propiciaron las primeras reacciones de protesta en los países del
bloque soviético, que adquirieron carácter cíclico: en 1953 en Alemania oriental, la revolución
popular de octubre-noviembre de 1956 en Budapest, la primavera del comunismo reformista de
1968 en Praga, la revolución obrera en Polonia y el sindicato Solidarnosc polaco en 1980. Pero,
hasta 1981, la pasividad de los mudos testigos del Occidente hizo posible que la Unión Soviética y
sus aliados pudieran ahogar las protestas con ayuda de la policía y los militares. 116
Cada intervención implicaba una importante pérdida de prestigio político para la izquierda
europea, en especial para los partidos comunistas de Europa Occidental. En 1975 la URSS había ya
renunciado a extender la revolución en los países de Europa Occidental y estaba intensificando sus
esfuerzos por convertir el Telón de Acero (resultado del armisticio de 1945, al que no siguió ningún
tratado de paz con Alemania) en una frontera definitiva. Pero en octubre de 1978 el Cardenal de
Cracovia fue elegido Papa y en 1980/81 una protesta laboral condujo a la fundación de un
sindicato no comunista en Polonia. Entonces la URSS no podía permitirse una nueva intervención
militar contra un sindicato de diez millones de personas. La solución de compromiso fue un
pseudo golpe de estado de un general comunista polaco en 1981. Cinco años más tarde (en 1985)
el nuevo secretario general del Partido Comunista soviético Mijail Gorbachev ponía en boga la
“política de la perestroika” (reestructuración) y de la “glasnost” (transparencia): lo que al principio
parecía sólo un eslogan propagandístico se convirtió en un sinónimo de liberalización para todos
los aliados. Los polacos fueron los primeros en cambiar de régimen: las elecciones parlamentarias
semilibres de junio de 1989 pusieron el Gobierno polaco prácticamente en manos de Solidarnosc
antes de que empezara la huida en masa de alemanes orientales desde Hungría a Austria meses
antes de que cayera el Muro de Berlín.
DESPUÉS: Transiciones a distinto ritmo
En 1989 nadie disponía de manuales que explicaran cómo tenía que hacerse el paso del
comunismo a la democracia. Los cambios políticos fueron posibles en el momento en que
quedaron anulados los tratados de los aliados de la II Guerra Mundial sobre la división de Europa
en esferas de influencia, es decir, los acuerdos de Teherán de noviembre-diciembre de 1943, de
Moscú en octubre de 1944, de Yalta (febrero de 1945: sólo tres meses antes de la capitulación
alemana) y de Potsdam (agosto de 1945: dos meses y medio después de la capitulación alemana).
Esto fue posible cuando se derrumbó el bloque comunista soviético, primero con la disolución del
Pacto de Varsovia y del Comecón y después con la desintegración de la propia URSS en numerosos
estados independientes.
A pesar de que en todos estos países se produjo inicialmente un fenómeno de cohesión
anticomunista semejante, no todos los caminos hacia la democracia fueron iguales. El elemento
común fue de poca duración (como lo fue en la España del posfranquismo): los respectivos
frentes, bloques y foros que se habían puesto inicialmente al frente de la reforma duraron por lo
general poco tiempo o se convirtieron en uno de tantos partidos dentro de la lucha electoral.
Pero también hubo divergencias en cuanto al origen de la transición. Mientras que en
Polonia fue evidentemente la oposición no comunista la que se puso al frente del movimiento de
democratización, no fue así en todos los países. En la Unión Soviética fue el nacionalismo ruso la
plataforma que ha permitido un traspaso del poder a una oligarquía de ex policías y oligarcas de la
privatización. Un caso muy especial fue el de Rumanía, donde nada menos que la cúpula de la
policía política (la omnipotente Securitate) puso la espoleta que condujo a una revolución popular
que muy pronto pasó a ser controlada por expertos en administrar el poder, como el ex presidente
Ion Iliescu. En Bulgaria fue el propio Partido el que inició las depuraciones primero dentro del
Partido Comunista y después dentro del Gobierno. En ambos países una buena parte de la antigua
nomenclatura reapareció con nuevos trajes. Las transiciones más civiles se registraron en
Checoslovquia y en Hungría. El campeón de la llamada “revolución de terciopelo” en
Checoslovaquia fue el disidente y posterior presidente Vaclav Havel. En Hungría hoy día todavía los
ex comunistas o comunistas convertidos a la democracia intentan atribuir los méritos de la 117
transición magiar a la perspicacia de los comunistas reformistas.
La transición más sangrienta tuvo lugar en la ex Yugoslavia. Todavía es demasiado pronto
para analizar todo aquello, pero ya ahora la mayor parte de los que han observado la
desintegración de Yugoslavia coinciden en que la intervención de la Comunidad Europea
(defendiendo la unidad estatal de un estado que había dejado de existir de hecho) tuvo
catastróficas consecuencias.
BERLÍN
ANTES: Esquizofrenia cotidiana
La vida en el berlín comunista fue hasta la caída del Muro una permanente aproximación a
la esquizofrenia colectiva. Se vivía en las penurias constantes del sistema estalinista, comprando
lo que fuera, aunque no se necesitase cuando se encontraba, porque en la penuria cualquier cosa
podía ser canjeada oportunamente.
Y al mismo tiempo, se sabía que desde el punto de vista de suministros de todo tipo se
vivía en la capital de la RDA infinitamente mejor que en el resto de la República Democrática
Alemana. Pero en cuanto llegaba gente del otro Berlín o la RFA, se veía que al otro lado del Muro
existía una opulencia casi insultante.
Se veía y se palpaba. Porque no sólo había un visiteo intenso y constante de alemanes
occidentales, sino que muchos trabajadores extranjeros del Berlín Occidental se habían montado
un tinglado de dormir en la parte oriental a precios orientales en casas particulares y traían así
divisas alemanas occidentales que se cambiaban 4 a 1 en el mercado negro.
Este mercado secundario con una moneda superfuerte les evidenciaba a los berlineses
orientales las deficiencias económicas del sistema de una forma rayana en lo ofensivo.
Por lo demás, el Estado-policía era idéntico en todo el país y sumamente parecido al
imperante en todo el bloque comunista desde que se acabó la II Guerra Mundial.
DESPUÉS: Un regalo de la historia
Fue sólo un segundo, pero marcó sin duda la vida de los ciudadanos de la antigua
República Democrática Alemana. Fue el que iba de las 23.59 horas del día 2 de octubre a las 0.00
horas del 3 de octubre de 1990, día de la unificación. En ese momento, desaparecieron todas las
referencias de un país, su país: la bandera, insignias, himno, su identidad.
No hay que olvidar que fueron ellos los que pidieron una rápida unificación al grito de “Wir
sind ein Volk” (Somos un pueblo) que sustituyó al de “Wir sind das Volk” (Somos el pueblo) de la
caída del Muro. Pero lo que sobre el papel puede funcionar perfectamente puede tener también
un elevado coste humano. La unificación alemana no iba a ser menos. Los “paisajes florecientes”
que prometiera el ex canciller Helmut Kohl sólo han llegado a determinadas áreas. El paro es el
doble en el Este, más de un millón de personas ha abandonado esa parte del país. Pero también
hay muchos, sobre todo jóvenes, que han sabido “triunfar profesionalmente”.
El Muro de Berlín desapareció físicamente con extraordinaria rapidez y con eficiencia
alemana, pero fue creciendo otro en la cabeza y el corazón de los alemanes. Cuarenta años de
socialización distinta habían dado como resultado mentalidades diferentes. Los del Este se sienten
ciudadanos de segunda y consideran a los del Oeste arrogantes, superficiales y peseteros. Estos 118
describen a los orientales como desconfiados y holgazanes y se muestran hartos por los costes de
la unificación.
IDEOLOGÍA
ANTES: La agonía del comunismo
La caída del muro de Berlín, hace ahora veinte años, fue resultado de un largo proceso de
agotamiento del comunismo en la Unión Soviética y en los países de la Europa del Este. Estuvo
precedido por la perestroika, estrategia muy frecuentada históricamente en Rusia, con la cual se
pretendía dar un giro que dejara descolocados a los adversarios políticos. A Gorbachov se le fue la
mano, porque no se percató de que una Unión Soviética económicamente agotada, y militarmente
puesta contra las cuerdas por la “guerra de las galaxias” estadounidense, no estaba para giros de
ningún tipo.
Algo curioso de recordar es que los comunistas de las naciones occidentales no se habían
hecho a la idea del posible colapso de los países centralizadamente dirigidos por una ideología
marxista. Y también es digno de evocar el hecho de que –por ejemplo, en España– se ha
abandonado el marxismo de manera masiva sin que hubiera ningún tipo de autocrítica por parte
de sus seguidores, que todavía seguían siendo bastante numerosos en los años setenta y
comienzos de los ochenta. Y, por supuesto, no se han oído apenas condenas de las matanzas
masivas de Stalin y del propio Lenin.
Aunque el marxismo político ha pasado a ser una ideología residual, el materialismo
histórico está presente en otros campos de la sociedad y de la cultura: teología de la liberación,
ideología de género, feminismo radical, freudomarxismo, movimientos de signo bolivariano en
Latinoamérica, grupos antisistema y antiglobalización, etcétera. El marxismo de inspiración
soviética ha desaparecido, pero las sociedades occidentales han aceptado en buena medida la
revolución sexual y la revolución cultural que se produjeron a raíz de la rebelión estudiantil en
torno a 1968. A propósito de la presunta muerte del marxismo, habría que decir con don Juan
Tenorio: “Los muertos que vos matáis gozan de buena salud”.
DESPUÉS: Decadencia cultural
Se podría decir que el Muro de Berlín cayó hacia ambos lados. Hacia el Este, puso en
evidencia el vacío ideológico de una situación artificial, mantenida por unos regímenes policiacos.
Hacia el Oeste, descubrió la falta de convicciones éticas en las sociedades de la abundancia, de las
cuales pudo decir Vaclav Havel: “Vivimos en una ficción, y esa ficción se ha tornado inhabitable”.
Occidente tuvo poco que ofrecer a los países del Este, que inicialmente se consideraron
liberados, y que pronto se darían cuenta de que el materialismo de los países llamados “libres” era
más sofisticado y laxo, pero no menos radical que el materialismo del Este. En los países de la
Europa occidental se comenzó a decir: “Contra el comunismo estábamos mejor”. Se empezó a
hablar –conviene recordar a Fukuyama– del “fin de la historia” y del triunfo definitivo del
liberalismo económico. Pero, visto desde la actual crisis, ese éxito, como diría Leonardo Polo, fue
prematuro.
El aniversario de la caída del Muro es una buena ocasión para reflexionar acerca de las
convicciones cívicas y de los recursos culturales. Los occidentales –seguidos ahora por los
habitantes del Este– creen cada vez en menos cosas. El confort y el consumismo son casi los únicos
fines que se persiguen de manera generalizada. Por eso, también estamos asistiendo a un proceso 119
de decadencia, que tiene una raíz más ética y cultural que económica. La caída de la natalidad es
un signo de que la vitalidad es escasa, y constituye un anuncio del declive económico que se está
comenzando a atisbar. Los países emergentes se encuentran fuera de Europa y de América del
Norte. Son asiáticos y latinoamericanos: China, India, Brasil y México. El primero de ellos es el
único gran país del mundo que todavía se declara marxista. Pero su comunismo es más
nacionalista que revolucionario, y su rápido enriquecimiento económico le está aproximando cada
vez más a los usos y costumbres de las naciones acaudaladas, aunque semejante cambio sólo
afecte a los sectores privilegiados de su población. A. Ll.
CINE
ANTES: De la lucha de clases a Wim Wenders
El cine en alemania tiene una larga tradición de compromiso con la política. Los nazis lo
pusieron al servicio de su régimen, pero también entonces hubo dos mil personas relacionadas
con el mundo del cine que optaron por el exilio. A partir de 1946, las autoridades soviéticas de la
República Democrática Alemana (RDA) reactivaron la producción cinematográfica aprovechando el
retorno de algunos exiliados. Como antes había sucedido con Hitler, el cine se convirtió para ellos
en un poderoso elemento de propaganda ideológica. El Estado, en consecuencia, se reservó el
monopolio de la producción a través de la Deutsche Film Akiengesellschaft (DEFA), que desarrolló
obras de corte antifascista, sobre todo hasta 1950. Se glorificaba el proletariado, se ilustraba la
lucha de clases o se profundizaba en los traumas de la II Guerra Mundial. Un ejemplo elocuente de
esto último lo constituyó el famoso Die Mörder sind unter uns (Los asesinos están entre nosotros),
de Wolfgang Staute, rodado en 1946 en las ruinas casi humeantes de Berlín. Todos estos temas
terminaron por fatigar al público, y el cine se vio obligado a buscar otras escapatorias. Desde la
década de los cincuenta, se situó en la línea del “realismo socialista” impuesto por la ideología del
Partido Comunista.
En la República Federal alemana (RFA), las preocupaciones eran diferentes. Se difundieron
algunos documentales sobre los campos de concentración y la actualidad anglo-americana, pero al
público de un país en ruinas le interesaban mucho más las películas americanas. En 1962 sólo se
produjeron en la RFA 63 películas.
En el Oeste, ya en los años setenta y ochenta, se abrieron paso nombres comos los de
Wim Wenders, Werner Herzog, Rainer Werner Fassbinder, Volker Schlöndorff o Reinhardt Hauff.
Eran en cierto modo los herederos del Manifiesto de Oberhaussen, firmado en 1962 por 26
cineastas que buscaban inspiración en la “nueva ola francesa” y que anunciaron el nacimiento de
un “Nuevo cine alemán”. Der Himmel liber Berlin (1987), de Wim Wenders, triunfó fuera de las
fronteras. Schlöndorff obtuvo la Palma de Oro en Cannes por Die Blechtrommel (El tambor) en
1979. El propio Wenders se hizo con el mismo galardón en 1984 por Paris-Texas, rodada en USA.
Fue quizá Das Boot (El barco), de Wolfgang Petersen, la que en 1981 dio al cine germano su primer
éxito internacional. Contaba la odisea de un submarino alemán durante la II Guerra Mundial.
DESPUÉS: Una comprensión nostálgica del pasado
A caída del muro no produjo un cambio inmediato en el panorama cinematográfico
alemán, si se exceptúa el desmantelamiento del monopolio estatal del Este. El cine siguió
enfrentado al problema de una culpabilización difusa, pero desde una nueva perspectiva: la
colaboración con el régimen comunista de la RDA. Hubo unos años sombríos, pero hoy se puede
hablar de una nueva generación de autores alemanes, de entre 30 y 45 años, que ha irrumpido 120
con fuerza en la primera década de este siglo. La producción ha pasado de 87 películas en 1995 a
174 en 2006.
El boom comenzó en 2003 con Good bye, ¡Lenin! de Wolfgang Becker, que relata la
historia de una mujer que pierde la memoria el día de la caída del Muro y a la que su hijo,
siguiendo el consejo de los médicos, hace creer que sigue viviendo en la RDA. La crítica de la
Alemania del Este es evidente pero no hay ningún matiz de revancha, sino una comprensión
nostálgica de un mundo desaparecido. Más duro es el juicio de Florian Henkel von Donnersmarck
en Das Leben der anderen (La vida de los otros) (2006), que comporta ya una crítica en regla del
sistema comunista: es la historia de un agente de la policía secreta que ha instalado micrófonos en
la casa de unos artistas, pero que traiciona a sus superiores para proteger a los espiados. Otras
películas se abren sobre la historia, como la obra capital sobre los últimos días de Hitler –Der
Untergang (El hundimiento)–, rodada en 2005 por Olivier Hirchbiegel con el impresionante trabajo
de Bruno Ganz en el papel de Hitler, o como la evocación de los años de plomo en The Bander
Baader Meinhof Complex, de Edel Uli (2008), sin olvidar la recuperación de la Rosa blanca,
movimiento de jóvenes contra el nazismo, abordado con una sobriedad ejemplar en Sophie Scholl,
de Marc Rothemund (2006). La lista podría alargarse con las películas de Tom Tykwer (Lola Rennt),
Fatih Akin (Auf der anderen Seite, Head-On) o de Stefan Ruzowitzky, que ganó el Oscar al mejor
filme extranjero en 2008 por Die Fälscher. Todas ellas han sido éxitos notables en Alemania y han
triunfado además en el ámbito internacional. J. C.
ARQUITECTURA
ANTES: Dos modos de entender la ciudad
Los arquitectos que viven y trabajan en el nuevo estado occidental resurgido como
República Federal Alemana en 1948 intentan en su ingente labor de reconstrucción del país
retomar los caminos de vanguardia y experimentación de la fase “heroica” del movimiento
moderno que tuvo su principal escenario en la Alemania de la República de Weimar. Acabada por
el ascenso del nacionalsocialismo en 1933, en ella las principales figuras se alineaban en la
tendencia Expresionista o en la Racionalista partidaria de la “Nueva Objetividad” (Neue
Sachlichkeit).
Aunque la mayoría de estos grandes maestros del periodo fundacional había ya
desaparecido: Behrens, Poelzig, Taut o emigrado: Mendelshonn, Breuer, Gropius y Mies, su
influencia en la arquitectura de posguerra siguió vigente sobre todo la de los dos últimos, que
habiendo adquirido la posición de maestros indiscutibles pueden ser considerados como
fundadores del estilo internacional que será la tendencia dominante de la Alemania occidental.
De los arquitectos notables que permanecieron en el país y sobrevivieron, primero al
ostracismo nazi y luego a la propia guerra destaca Hans Schaorun, expresionista como
Mendelshonn y Taut, que creará uno de los edificios más relevantes del periodo, la Filarmónica
situada en el Kulturforum de Berlín, compartiendo localización con el gran maestro racionalista
Ludwig Mies Van der Rohe, que en una puntual vuelta proyectual a su país de origen construye la
Nueva Galería Nacional, otra pieza de referencia emblemática en la década de los años sesenta.
Entre tanto al Este, los arquitectos de la República Democrática Alemana huyen
ideológicamente de la búsqueda de la autoría individual (no existe el arquitecto como profesión
liberal privada) y trabajan en colectivos vinculados con las organizaciones del régimen comunista,
produciendo una arquitectura oficial de subsistencia, de muy baja calidad formal y constructiva
que recurre en sus aspectos representativos a los catálogos más rancios del imaginario del 121
realismo socialista.
Una intervención urbana de gran escala en Berlín que sintetiza el contraste con las
tendencias imperantes en Occidente será la Avenida Stalin (StalinAllee) comenzada en 1949,
posteriormente Avenida Karl Marx (Karl Marx Allee), que, con el objetivo de dignificar la vivienda
urbana para las clases trabajadoras, recrea una monumental avenida con alineación de ciudad
tradicional enfáticamente flanqueada por altos edificios de lenguaje neoclásico. Esta propuesta
provoca una reacción crítica en Berlín Oeste que toma forma en la Interbau Hansaviertel (1957):
un conjunto de viviendas en torre diseminadas entre amplias zonas verdes diseñadas por las
principales figuras del panorama arquitectónico internacional. Es una exposición de edificios
construidos en la que se manifiesta claramente el contraste entre dos modos de entender la
arquitectura y la ciudad.
DESPUÉS: Una década de furor constructivo
La reunificación de alemania tras la caída del Muro supone en realidad la absorción de la
antigua república oriental que da origen a un verdadero “boom” de la construcción en los antiguos
territorios del Este. Para la arquitectura trae consigo la generalización del sistema liberal de la
profesión y la adopción de los modos de proyectar y construir vigentes en todo el continente con
sus ventajas e inconvenientes. Entre las primeras la mejora de las condiciones de habitabilidad y la
solución de las carencias dotacionales, y como defecto la banalización de la calidad cultural de la
arquitectura.
La renovada capitalidad de Berlín da comienzo a un programa de construcción de nuevos
edificios públicos dotados de una gran carga simbólica y política en la vieja ciudad herida por la
división de su centro. El Reichstag remodelado por Foster o el Museo Judío de Libeskind aparecen
como ejemplos polémicos y extremos de una nueva versión de la tradicional confrontación
estilística de la arquitectura germana.
Además, entran en escena como promotores de la rehabilitación y recosido de los grandes
ámbitos centrales vacantes las grandes corporaciones industriales, como la iniciativa de la Daimler
en Potsdamer Platz, convirtiendo a Berlín en el más extenso solar en edificación, en perpetuo
debate sobre la idea de ciudad y en el escaparate de las arquitecturas más cosmopolitas y
ambiciosas.
Aunque la actual crisis económica ha ralentizado el “furor constructivo” de la pasada
década, Alemania sigue siendo la referencia europea en cuanto a calidad de la construcción, de la
ingeniería y de la obra pública con una arquitectura a veces desigual pero siempre objeto de
interés y polémica. L. T.
LITERATURA
ANTES: Literatura y 'perestroika'
A mediados de los años ochenta en la Unión Soviética empezó un nuevo periodo político
bautizado como perestroika. En la vida literaria este proceso significó la dulcificación y la
subsiguiente supresión de la censura. El lector soviético tuvo de repente acceso a la cultura
europea; a su propia literatura, que a partir de los años cincuenta fue denominada samizdat y
coexistía de un modo latente con el realismo socialista oficial; y también a la literatura de la
emigración rusa (tamizdat).
El periodo comprendido entre 1986 (la publicación de las obras de Nicolay Gumilev y
122
Andrey Platónov) y 1990 es la época en la que en la URSS se produce una especie de explosión
cultural, y una gran cantidad de textos literarios hasta entonces desconocidos se pone al alcance
del lector.
Esos textos, muy distintos desde el punto de vista cronológico y estilístico, pueden
dividirse en los siguientes grupos. Por una parte, están las obras de escritores de tres generaciones
(oleadas) de la emigración, tales como Vladimir Nabókov, Vladislav Jodasévich, Georguiy Ivánov,
Nina Berbérova, Iósif Brodsky, Serguey Dovlatov, Vladímir Voynovich, Vasiliy Aksénov. Un segundo
grupo lo forman los textos de autores soviéticos escritos hace tiempo y que no fueron publicados
antes por motivos de censura.
Entre los más conocidos están La Casa Púshkin, de Andrey Bitov; Moscú-Petushki, de
Venedikt Eroféev; Escuela de tontos, de Sasha Sokolov; Hijos de Arbat, de Anatoliy Rybakov, es
decir, los libros que son la base del posmodernismo ruso. Al mismo tiempo vieron la luz los textos
de los clásicos soviéticos prohibidos en la URSS o publicados con muchos cortes, tales como
Nosotros, de Evgueniy Zamiátin; El Maestro y Margarita, de Mijaíl Bulgákov y la prosa de Andrey
Platónov. Y al tercer apartado pertenecen las obras de escritores contemporáneos de varias
generaciones que representan diferentes tendencias y corrientes, pero pertenecientes todos ellos
a la literatura a la que diferentes críticos denominaron como “artística”, “actual”, “otra”. Sus
nombres son Andrey Bítov, Vladímir Makanin, Tatiana Tolstaya, Dmitriy Prigov, Timur Kibírov, Lev
Rubinstein y muchs otros.
Diferentes estilos, lenguajes y géneros de escritores de varias corrientes literarias fueron
presentados al lector en las páginas de las revistas literarias. Las famosas “revistas gruesas”: Novy
mir, Neva, Junost, Avrora. Como consecuencia de esta actividad editorial se desplazó el eje
cronológico de la literatura. En un breve momento histórico se concentró todo un siglo.
DESPUÉS: El escritor ya no es director de conciencias
la unión de repúblicas Socialistas Soviéticas dejó de existir en 1991. En el ámbito de la
literatura, el proceso que tenía lugar a principos de los años noventa suele denominarse
“literatura postsoviética”, un término que claramente tiene un sentido más ideológico que
cronológico. Es decir, que surge o más bien cobra conciencia una literatura que se considera en
oposición a la ideología soviética y que se interesa por la forma de expresión. Cambia el estatus
del escritor: de director de conciencias pasa a ser persona particular.
Se desarolla una estética modernista y más tarde posmodernista: nuevos lenguajes y
estilos, intertextualidad, transformación de los géneros tradicionales, aparición de novelas-
comentarios (El retro cercano de Andrey Bítov, Las aventuras de los músicos verdes de Evgueniy
Popov), percepción del mundo como texto y del texto como mundo, fragmentación de la realidad,
minimalismo, juego continuo y otros rasgos de la poética del posmodernismo. Aparecen nuevos
nombres: Victor Pelévin, Vladímir Sorókin, Olga Slávnikova y otros.
En este periodo desaparece la división entre literatura de Rusia y literatura de la
emigración, pero se establece una división diferente. La literatura postsoviética pasa a ser muy
heterogénea. Los dos extremos opuestos hoy día son la literatura de masas y la literatura elitista.
Entre aquella destaca la novela policiaca de costumbres (Alexandra Marínina), histórica (Borís
Akúnin) o política (Eduard Tópol), thriller y literatura fantástica. En el otro extremo se sitúa una
literatura de neorrealismo, conceptualismo, “sots art” y neobarroco. Otro rasgo de innovación es
la aparición en los años noventa de los premios literarios. El Booker ruso es el más conocido de
todos.
123
Así pues, en la literatura postsoviética tiene lugar, en un primer momento, la unión de
diferentes vertientes literarias que conformaron la nueva lieratura rusa y su posterior
descomposición en diferentes grupos y corrientes literarias. No obstante, la estética dominante
sigue siendo el posmodernismo. A. K.
ARTE
ANTES: El Este: más técnica y menos creatividad
Es muy conocida esa nota de prensa en clave jocosa que anunciaba que la Orquesta
Filarmónica de Moscú, después de una gira por Occidente, había decidido cambiar su nombre: se
llamaría en adelante Cuarteto Soviético. Aunque exagerado, expresa muy bien no sólo la dificultad
que los artistas tenían al otro lado del Telón de Acero, sino también las contradicciones de la
historia del arte europeo antes y después de la caída del Muro. Dos mundos aislados entre sí
estaban produciendo un arte diferente, a pesar de la unidad cultural común que había existido
durante milenios en estas tierras artificialmente separadas. En el Este, predominaba un arte
académico, técnicamente muy competitivo, pero creativamente limitado, como toda cultura que
sobrevive en un clima de imposición autoritaria. En Occidente, también por contraposición a lo
que ocurría en Oriente durante la Guerra Fría, un arte que ponía todo el peso en la libertad sin
límites, con la consiguiente pérdida de otros aspectos, como es la maestría (el oficio heredado de
generación en generación) y la profundidad de los mensajes.
En el caso concreto de la música es sorprendente que la gran tradición de la música clásica
haya dado frutos tan fecundos como los cuatro grandes polacos (Lutoslawski, Penderecki, Goreski,
Sikorsky) o todos los innumerables genios musicales de la antigua URSS. La Europa occidental no
ha estado a la altura en la continuación de esta fecunda tradición, si bien ha sido pionera en el pop
y el tecno, aunque tampoco en solitario, sino a la sombra siempre del gran imperio cultural US. La
exhibición “Antes de la Caída del Muro” (Vor dem Fall der Mauer) recoge experiencias, escenas
cotidianas y, a la vez, parte de la historia contemporánea, de la división entre Este y Oeste. Se
trata de un proyecto que recopila y presenta fotos inéditas tomadas por los guardias que
custodiaban la barrera. Un recuerdo de la división que evoca la inhumanidad del asunto. De
hecho, la exhibición tiene lugar en la Zwingli-Kirche –a pocos pasos del puente Oberbaumbrücke y
la East Side Gallery–, dos de los símbolos más intensos de la separación, y tiene lugar entre dos
fechas simbólicas: el 13 de agosto y el 9 de noviembre, alfa-omega de la historia del Muro,
levantamiento y caída.
DESPUÉS: El Muro, un museo al aire libre
Lo más conocido hoy musicalmente de Berlín nació cuando cayó el Muro y fue la
revolución del tecno. Inmediatamente después del 9 de noviembre de 1989, la reunificación se
consumó en sótanos abandonados. Allí se encontraron jóvenes de Occidente y del Este en un
éxtasis de luces estroboscópicas y ritmos electrónicos. Se estima que más de 25.000 viviendas, un
tercio de los edificios de Berlín Oriental, estaban deshabitadas. En un lapso de pocos años fueron
ocupadas muchas de estas casas y espacios desaprovechados en cuyos sótanos surgieron clubes y
bares provisionales. Unos años después, a través de grandes eventos como el Loveparade y el
festival Mayday, se pasó de la producción al consumo y del underground al mainstream. Y algo
similar está ocurriendo con las artes plásticas. Del mundo bohemio propiciado por los primeros
años postmurales se ha pasado a una nueva institucionalización que impide la frescura e
intensidad del primer arte de la unificación. A falta de espacio, se puede optar por el ejemplo 124
actual del Muro de Berlín y sus graffiti. Como es conocido, durante la separación alemana el Muro
fue objeto preferido de artistas grafiteros del Berlín occidental y, al caer del régimen soviético, la
parte oriental también lo utilizó como soporte artístico. En 1990 un sector del Muro fue
transformado en la mayor galería al aire libre del mundo, la East Side Gallery (en el barrio
Friedrichshain, al lado de Mitte), declarada monumento nacional 1991. Aquí estaban algunos de
los más famosos graffiti del Muro como por ejemplo el “Bruderkuss” (beso de hermanos) entre
Leónidas Breznev y Erich Honecker, jefe todopoderoso y gobernante de la RDA. Su autor, el ruso
Dimitrij Vrubel, agregó a su graffiti un poema escrito en ruso que quiere decir “Dios mío, ayúdame
a sobrevivir a este amor mortal”. Este artista ha sido uno de los más reacios en colaborar a la labor
de restauración propuesta por las instituciones para celebrar la conmemoración de los veinte años
de la caída del muro.
Entre otras cosas, porque no se trata de una restauración sino de una recreación original,
sobre un nuevo Muro compactado y blanqueado. De nuevo, las contradicciones del arte occidental
hacen del Muro un símbolo de separación, esta vez entre los 118 artistas que pintaron en él, o los
que aún siguen vivos. Entre estos últimos, unos han tenido más éxito que otros, y piden ahora
cobrar por su trabajo.
Esto es, cobrar como creador por un mero trabajo de copista (aunque sea de la propia
obra, en el mismo sitio en el que esta se encontraba), trabajo que hicieron entonces desinteresada
y comprometidamente. Por lo menos siempre nos quedará una fotografía, y en este caso todas las
copias son originales.
LA IDEOLIGÍA DESPUÉS DE LA CAÍDA: Decadencia cultural
Se podría decir que el Muro de Berlín cayó hacia ambos lados. Hacia el Este, puso en
evidencia el vacío ideológico de una situación artificial, mantenida por unos regímenes policiacos.
Hacia el Oeste, descubrió la falta de convicciones éticas en las sociedades de la abundancia, de las
cuales pudo decir Vaclav Havel: “Vivimos en una ficción, y esa ficción se ha tornado inhabitable”.
Occidente tuvo poco que ofrecer a los países del Este, que inicialmente se consideraron
liberados, y que pronto se darían cuenta de que el materialismo de los países llamados “libres” era
más sofisticado y laxo, pero no menos radical que el materialismo del Este. En los países de la
Europa occidental se comenzó a decir: “Contra el comunismo estábamos mejor”. Se empezó a
hablar –conviene recordar a Fukuyama– del “fin de la historia” y del triunfo definitivo del
liberalismo económico. Pero, visto desde la actual crisis, ese éxito, como diría Leonardo Polo, fue
prematuro.
DESPUÉS: El Muro, un museo al aire libre
Lo más conocido hoy musicalmente de Berlín nació cuando cayó el Muro y fue la
revolución del tecno. Inmediatamente después del 9 de noviembre de 1989, la reunificación se
consumó en sótanos abandonados. Allí se encontraron jóvenes de Occidente y del Este en un
éxtasis de luces estroboscópicas y ritmos electrónicos. Se estima que más de 25.000 viviendas, un
tercio de los edificios de Berlín Oriental, estaban deshabitadas. En un lapso de pocos años fueron
ocupadas muchas de estas casas y espacios desaprovechados en cuyos sótanos surgieron clubes y
bares provisionales.
En 1990 un sector del Muro fue transformado en la mayor galería al aire libre del mundo,
la East Side Gallery (en el barrio Friedrichshain, al lado de Mitte), declarada monumento nacional
1991. Aquí estaban algunos de los más famosos graffiti del Muro como por ejemplo el
“Bruderkuss” (beso de hermanos) entre Leónidas Breznev y Erich Honecker, jefe todopoderoso y 125
gobernante de la RDA.
Entre otras cosas, porque no se trata de una restauración sino de una recreación original,
sobre un nuevo Muro compactado y blanqueado. De nuevo, las contradicciones del arte occidental
hacen del Muro un símbolo de separación, esta vez entre los 118 artistas que pintaron en él, o los
que aún siguen vivos. Entre estos últimos, unos han tenido más éxito que otros, y piden ahora
cobrar por su trabajo.
129
Luigi Ferrajoli nació en Florencia en 1940. Ha ejercido como juez entre 1967 y 1975,
vinculado al grupo conocido como magistratura democrática. Desde 1970 es profesor de filosofía
del derecho y teoría general del derecho en la universidad de camerino.
SUS PRIMEROS PASOS
Desempeñó como juez y filósofo entre 1990 y 1995; durante este tiempo estuvo vinculado
al grupo Magistratura democrática,3 una asociación judicial de orientación progresista. Desde
1970 fue profesor de Filosofía del derecho y de Teoría general del derecho en la Universidad de
Camerino, donde además fue decano de la Facoltà di Giurisprudenza (Facultad de Jurisprudencia)
y, desde 2003, en la Universidad de Roma III.
Una de sus primeras obras, escrita junto con Danilo Zolo, fue Democracia autoritaria y
capitalismo duro, publicada en 1978. Otros libros suyos son Derechos y garantías, la ley del más
débil; Los fundamentos de los derechos fundamentales; Razones jurídicas del pacifismo y
Garantismo, una discusión sobre derechos y democracia. Su obra más famosa, no obstante, es
Derecho y razón, teoría del garantismo penal, editado en español en 1995.
A finales de 2007 publicó lo que él mismo denomina la obra de una vida, esta obra lleva
por título Principia iuris: teoría del diritto e della democrazia, Editori Laterza. En esta obra de casi
tres mil páginas el filósofo del derecho realiza una teoría axiomatizada del derecho y la divide en
tres ámbitos: la teoría del derecho, libro modernista sobra la reencarnación argumentando los
derechos naturales
SUS MOMENTOS ESTELARES
Hay dos momentos que podríamos calificar como estelares, culminantes, en la carrera
científica de Luigi Ferrajoli.
El primero se produce en 1989, cuando aparece la primera edición italiana de su celebrado
libro Derecho y razón. Teoría del garantismo penal; el segundo momento se ubica a finales del
2007, cuando aparece también en Italia su monumental trabajo Principia Iuris. Teoría del diritto e
della democrazia. En los casi veinte años que median entre uno y otro esfuerzo intelectual,
Ferrajoli ha participado en un sinnúmero de debates y ha ofrecido conferencias en docenas de
países, afinando sus tesis, refutando a los críticos, ampliando ciertas explicaciones y matizando
algunos puntos de vista. Gracias a su reconocida diligencia, cada intervención ha sido
cuidadosamente redactada, revisada y, en ocasiones, publicada.
El itinerario intelectual de Ferrajoli se nutre de una sólida formación teórica, pero a la vez
está animado por un activismo cívico que es ejemplar y probablemente único, dados sus alcances
dentro del mundo universitario. Perfecto Andrés Ibáñez lo ha descrito con las siguientes palabras:
“Luigi Ferrajoli ocupa hoy un lugar central en la reflexión teórica sobre el derecho; y lo hace de
manera muy singular, de un modo del que –diría- no existen precedentes en tal ámbito disciplinar.
Porque en este autor se da la más afortunada combinación de rigor lógico-formal y riqueza de
contenidos, de formación filosófica y conocimiento jurídico (experiencia práctica incluida), de 130
empeño cultural y compromiso civil”.
OBRAS DESTACADAS
DEMOCRACIA Y DERECHOS FUNDAMENTALES
En 1998, en la revista italiana Teoría política, Luigi Ferrajoli publica un artículo titulado
“Derechos Fundamentales”. Dicho trabajo, debido a las cuestiones que trató, generó una discusión
importante entre los principales juristas italianos. Destaca en esta exposición la elaboración de un
concepto de democracia con dos vertientes: una formal y otra sustancial.
La segunda de ellas se constituye en una propuesta de solución a la conflictiva relación
entre democracia y derechos fundamentales. A decir de Danilo Zolo, La propuesta ferrajoliana es
un proyecto interesante y cuyo objetivo es lograr “una verdadera y particular visión del mundo”.
Sin lugar a dudas, la propuesta de Ferrajoli (que aún sigue en proceso de elaboración definitiva y
cuya presentación acabada lo constituirá su obra tan anunciada y esperada Principia iuris. Teoria
del diritto e della democrazia) es una visión singular y provocadora. Es singular pues pareciera ser,
que desde el momento en que someta la democracia al derecho, ha invertido los términos de la
relación derecho-política y su resultado es el sometimiento de lo político a lo jurídico. Es
provocadora puesto que la reformulación de lo democrático deja muchos sinsabores a los
defensores de la democracia.
La prolífera obra de Ferrajoli tiene un hilo conductor bastante claro: la limitación del
poder. Para ello busca elaborar una teoría específica que aborde el tema desde el ámbito jurídico
pero con una puerta a la integridad multidisciplinaria. Su obra, en constate elaboración, ha
decidido denominarla teoría general del garantismo. Esta teoría general, para el autor, abre la
posibilidad de resolver los principales y complicados problemas de la legitimación, legalidad,
existencia, vigencia, validez y efectividad del derecho. Para lograr su objetivo crea sus propias
herramientas metodológicas y se fundamenta en principios filosóficos consistentes.
Ferrajoli: es autor de la teoría del garantismo penal, considerada uno de los mejores
manuales contemporáneos de derecho penal y filosofía del derecho. Entre sus últimas
producciones se encuentra la soberanía del mundo moderno.
Garantismo (1989): ¿QUE ES EL GARANTISMO?
Es una ideología jurídica, es decir una forma de representar, comprender, interpretar y
explicar el derecho. Su difusión se debe sobre todo a la obra de Luigi Ferrajoli, quien a partir de
1989 ha construido una completa y muy estructurada teoría del garantismo penal.
¿COMO NACE EL GARANTISMO EN EL DERECHO?
Garantismo nació en el derecho como una respuesta frente a la gran divergencia existente
entre lo que establecen las constituciones y demás normas superiores a los ordenamientos
jurídicos, que consagran derechos y garantías ideales para los ciudadanos y lo que acontece en la
realidad, en donde tales derechos y garantías no se cumplen.
De igual forma el garantismo nace, en efecto, de la necesidad de defender al ciudadano
131
contra los abusos del poder; nace como respuesta a milenios de arbitrariedad de la justicia y
corruptibilidad de los jueces; tan proverbial que en el libro de proverbios y en otros libros
sapienciales y proféticos de la biblia es éste un tema recurrente.
TEORÍA DEL GARANTISMO
La teoría jurídica de Luigi Ferrajoli tiene sustento en las ideas pertenecientes a la escuela
Analítica italiana (escuela de Turín), cuyo fundador fue Norberto Bobbio, dentro de la cual,
se formó una nueva generación de filósofos del derecho, los cuales lograron conciliar la tradición
que había separado la filosofía jurídica de la ciencia del derecho y de la práctica judicial. En el
contexto de la filosofía analítica participaron distintos teóricos y filósofos del derecho como
Norberto Bobbio, Uberto Scarpelli, Giovanni, Tarello, Giacomo, Gavazzi, Mario Jori, entre otros.
Ferrajoli enlaza históricamente la época en la que el derecho se dedicaba pura y
exclusivamente al análisis descriptivo y avalorado de las normas (en donde validez equivalía a
vigencia o mera existencia en las normas del ordenamiento), con la regencia del estado legislativo
de derecho, dedicado más que nada a vincular legalmente el poder del juez, quien no debía
apartarse, según reclamaba Montesquieu, de su papel de ser “la boca de la ley”; paradigma que
quedó totalmente desplazado a partir de la irrupción del estado constitucional de derecho que
recién alcanzo su consolidación en Europa a mediados del siglo XX; por medio del cual se
consagraron los derechos fundamentales en la norma superior del sistema normativo y de este
modo, se reorientó su finalidad a fijar límites y condicionamientos al poder estatal.
¿QUE PAPEL DESEMPEÑA EL GARANTISMO EN EL PARADIGMA DEL ESTADO?
La palabra garantismo es nueva en léxico jurídico. Fue introducida en Italia en los años 70
en el ámbito del derecho penal, sin embargo, creo que puede extenderse a todo el sistema de
garantías de los derechos fundamentales. En este sentido, el garantismo es sinónimo de estado
constitucional de derecho.
De ahí que, en un sistema jurídico concebido como estado de derecho en sentido fuerte,
en el cual la ley no es solo condicionante, sino que también está condicionada por el respeto de los
derechos fundamentales, el elemento distintivo respecto del paradigma paleopositivista es la
mutación de las condiciones de validez.
En otras palabras, en el estado constitucional se incorpora no solo “el ser sino el deber
ser” del derecho, por lo que el derecho legislativo quedo sometido al propio derecho y por lo
tanto es posible su ilegitimidad.
Quiere decir que en el estado constitucional es un estado de derecho perfeccionado en el
que no existe poder que no esté sujeto a las leyes. Aún el legislador está sujeto a las leyes.
Superando la tradición de la primacía de lo político sobre lo jurídico, el estado de derecho
garantista se propone invertir los papeles: el derecho ya no es más un instrumento de política; al
contrario, ahora la política deberá ser el instrumento del derecho, sometida, en todos los casos a
los vínculos normativos constitucionales.
CONCEPTO DE DERECHOS FUNDAMENTALES Y SU INTERRELACIÓN CON LA DEMOCRACIA
SUSTANCIAL.
Diversas teorías han tratado de explicar el concepto y el fundamento de la evolución
132
de los derechos fundamentales. Las posturas clásicas son el iusnaturalismo y el iuspositivismo, que
tienen como fundamento la misma naturaleza humana y su peculiar visión del mundo. La
definición propuesta por Ferrajoli para los derechos fundamentales ha sido la siguiente: “todos
aquellos derechos subjetivos que corresponden universalmente a todos los seres humanos en
cuanto dotados del status de personas o ciudadanos, con capacidad de obrar; entendiendo por
derecho subjetivo cualquier expectativa positiva (de prestación) o negativa (de no sufrir lesiones)
adscrita a un sujeto por una norma jurídica; y por status la condición de un sujeto, prevista
asimismo por una norma jurídica positiva como presupuesto de su idoneidad para ser titular de
situaciones y/o autor de los actos que son ejercicio de éstas”
Ferrajoli manifiesta en base a los derechos fundamentales que hay cuatro valores que son
precisos para las personas:
• La vida,
• La dignidad,
• La libertad y
• Supervivencia.
Estos valores tienen que servirse de cuatro fines o criterios axiológicos:
• Nexo entre derechos fundamentales e igualdad: este criterio, está relacionado con
el principio clásico de igualdad, que han incorporado las distintas revoluciones burguesas, de ahí la
característica de universalidad, que le atribuye el maestro italiano al concepto de derechos
fundamentales, y que pretende dar explicación desde la filosofía política y sociológica del derecho.
• Nexo entre derechos fundamentales y democracia: pasada la segunda guerra
mundial surge el paradigma de la “democracia constitucional”, que tiene relación con la
democracia sustancial, ya que los derechos fundamentales y sociales serán establecidos en las
constituciones, y de esta manera, se garantizará su cumplimiento frente al poder.
• Nexo entre derechos fundamentales y paz: el cual quedó establecido en la
declaración universal de 1948, este valor surge y se fundamenta en la filosofía contractualista de
tomas hobbes, de quien ferrajoli ha tomado diversos criterios para sus tesis. Según hobbes, el
paso del status naturalis al status civilis, se consiguió a través del pacto social, mediante el cual se
transfieren todos los derechos naturales al leviatán. El objetivo prioritario de éste pacto social es,
alcanzar a toda costa los bienes jurídicos de seguridad y paz.
Conclusiones:
En conclusión, el garantimos puede ser usado de dos maneras para bien o para mal
Ya que en el poder judicial se parte del prejuicio de que la ley, la fiscalía y la víctima
tienden a abusar del reo. Por eso el sistema le ofrece a éste un blindaje tan potente, que si el
acusado tiene recursos es capaz de paralizar la acción de la justicia. y para mal ya que se
benefician exclusivamente los políticos y los grandes delincuentes (¡menudos compañeros de
viaje! es el sucedáneo con apariencia democrática de la antigua figura jurídica denominada
“garantía de los funcionarios públicos” en virtud de la cual, a los funcionarios públicos y a los
políticos asimilables a esta denominación, no se les pude perseguir judicialmente sin autorización
superior. hoy se les llama aforados; pero no termina ahí también puede poner todo tipo de trabas
para impedir el avance del juicio.
133
Pero además están las garantías individuales que concede la constitución a todos los
ciudadanos, y así con todos estos recursos eludir la acción de la justicia.
4.1.6.7 GIDDENS
Giddens nació en Edmonton, Londres, procedente de una familia de clase media. Hijo de
un empleado de cuello blanco del London Passenger Transport Board (empresa encargada del
transporte en todo Londres entre 1933 y 1948). Fue el primer miembro de su familia que acudió a
la universidad y su primer título académico lo obtuvo de la Universidad de Hull en 1959. Más tarde
alcanzaría una Maestría en la London School of Economics and Political Science, y, finalmente, un
doctorado por la Universidad de Cambridgeen 1974.
Anthony Giddens es un sociólogo británico cuya teoría de la estructuración es uno de los
principales enfoques contemporáneos para la superación de la división analítica entre estructura
social y de la agencia. 137
Giddens también es un destacado intelectual público en Gran Bretaña, director de la
Escuela de Economía de Londres, y co-fundador del Fondo de Cultura Económica. En la primera
parte de su carrera, que le debía su fama a una serie de fuertes lecturas exegéticas de la teoría
social clásica, como el capitalismo y la moderna teoría social (1971), Política y Sociología en el
pensamiento de Max Weber (1972), y Emile Durkheim (1978).
Se pueden identificar tres estados en su vida académica:
El primero redefine una nueva visión de qué es la sociología, presentando un abordaje
teórico y metodológico de ese campo, basado en una reinterpretación crítica de los clásicos de la
disciplina. En cierta medida, puede señalarse que Giddens es uno los autores que aporta a la
constitución del "panteón clásico" de la sociología de finales del siglo XX: Marx, Durkheim y
Weber. Sus publicaciones principales de esa etapa incluyen El Capitalismo y la Moderna Teoría
Social (1971) y Las Nuevas Reglas de Método Sociológico (1976).
En la segunda etapa Giddens desarrolla la teoría de la estructuración. Sus trabajos durante
ese período, como Problemas Centrales en Teoría Social (1979) y La Constitución de la Sociedad
(1984) le valieron fama internacional en el campo de la sociología.
El último estado abarca sus trabajos más recientes, estos referidos a las siguientes
cuestiones: modernidad, globalización y política. Especialmente el impacto de la modernidad
sobre lo social y la vida personal. Esta etapa está reflejada por su crítica a la posmodernidad, y sus
discusiones sobre una tercera vía "utópica-realista" en la política, que se hacen visibles en
Consecuencia de la Modernidad (1990), Modernidad e Identidad (1991), La Transformación de la
Intimidad (1992), Más allá de la Izquierda y la Derecha (1994) y La Tercera Vía: La Renovación de la
Social-Democracia (1998). Los esfuerzos de Giddens se dirigen tanto a refundar la teoría social (en
un primer momento), como a re-examinar la comprensión del desarrollo y trayectoria de la
modernidad.
En el campo de la sociología del conflicto propuso la "teoría de la estructuración", en la
que se analiza el comportamiento de las estructuras, el modo en que éstas se producen y su
reproducción por las interacciones de los agentes. Considera que la interacción repetida no sólo
reproduce una estructura, sino que la genera, de forma que entra en conflicto cuando los agentes
interactúan ignorando las normas, sustituyéndolas por otras o negándolas.
Uno de sus trabajos más importantes fue el de la constitución de la sociedad:
Giddens ha contribuido en los más diversos campos de las Ciencias Sociales, tal vez
exceptuando únicamente la metodología de la investigación. Ha reflexionado en torno a las más
diversas figuras y escuelas de pensamiento, sirviéndose de los aportes teóricos tanto de la micro
como de la macrosociología.
En "La Constitución de la Sociedad", refiriéndose a la Teoría de la investigación empírica y
crítica social, formula lo que llama Reiteración de Conceptos, los cuales se resumen de la siguiente
manera.
1. Todos los seres humanos son agentes entendidos. Esto significa que todos los
actores sociales saben mucho sobre las condiciones y consecuencias de lo que hacen en su vida
cotidiana, donde, además, son capaces de explicar discursivamente lo qué hacen y las razones de
su hacer.
138
2. El entendimiento de los actores humanos está siempre acotado en parte por lo
inconsciente y en parte por las condiciones inadvertidas/consecuencias no buscadas de la acción.
3. El estudio de la vida cotidiana es parte esencial del análisis de la reproducción de
prácticas institucionalizadas.
4. Una rutina, que psicológicamente importa para reducir al mínimo las fuentes
inconsistentes de angustia, es la forma predominante de actividad social cotidiana.
5. El estudio del contexto, o de las contextualidades, de una interacción, es inherente
a la investigación de una reproducción social.
6. Las identidades sociales, y las relaciones de postura-práctica asociadas con ellas,
son "marcadores" en el espacio-tiempo virtual de una estructura.
7. No se puede atribuir un sentido unitario a "constreñimiento" en el análisis social.
Los constreñimientos asociados con las propiedades estructurales de sistemas sociales no son sino
un tipo entre otros varios tipos característicos de la vida social humana.
8. Entre las propiedades estructurales de sistemas sociales, tienen particular
importancia los principios estructurales porque ellos especifican tipos globales de sociedad.
9. El estudio del poder no se puede marcar como una consideración de segundo
orden en las ciencias sociales. El poder no puede ser asido, por así decir, después de formulados
los conceptos más básicos de la ciencia social.
10. No existe mecanismo de organización social o de reproducción social averiguado
por analistas sociales que los actores legos no puedan llegar a conocer también y a incorporar en
lo que hacen.4
Estos puntos sugieren una cantidad de guías para la orientación general de la
investigación. Finalmente, cabe destacar que Giddens es reconocido por sus abordajes
interdisciplinarios.
NOTA:
La recopilación de información del material de Apoyo es resultado de la selección de
páginas de internet en su mayoría por tener más apego al contenido de nuestra experiencia
educativa (No es la verdad única, dependiendo el autor que analicemos tendrá diferente
percepción).
BIBLIOGRAFIAS
¿QUÉ ES EL POSMODERNISMO? ISRAEL ORTIZ VARGAS 68 -69
A.A.V.V. (1998). FILOSOFIA DEL LENGUAJE I. SEMANTICA. MADRID: TROTTA.
A. ORTIZ-OSÉS, P. (1997). DICCIONARIO DE HERMENEUTICA. BILBAO:
ABBAGNANO, N. (2004). DICCIONARIO DE FILOSOFIA. MEXICO: FCE.
ABBAGNANO, N. (2006). DICCIONARIO DE FILOSOFÍA. MADRID: FONDO DE CULTURA
ECONÓMICA.
ANDERSON, E. (NOVIEMBRE de 2003). http://www.atomic-swerve.net. Recuperado el 12 de
ENERO de 2008, de http://www.atomic-swerve.net/jardin/hedonismo.html
Asimov, Isaac. Alta Edad Media. Editorial Alianza. 2005. Madrid, España. Cuarta reimpresión. 160
páginas. P. 149. ISBN: 8420635383
Breve Historia Universal (Hasta el año 2000 y 2004) Ricardo Krebs Editorial Universitaria
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