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Unidad III

LA COMUNIDAD UNIVERSAL

Roma.

Con Grecia la inteligencia humana alcanzo niveles nunca logrados en la


historia del pensamiento. Sócrates, Platón y Aristóteles significaron un avance
impresionante hacia la búsqueda de la Verdad y el Bien.

Dado que el relato de los orígenes de Roma es, en gran parte, una
reconstrucción de fecha posterior, resultaría inútil tratar de encontrar en él las
ideas políticas de los primeros siglos de la vida nacional. Nos expondríamos a
recoger tan solo el reflejo retrospectivo de concepciones políticas
perceptiblemente más tardías, referidas al pasado según un procedimiento de
ennoblecimiento interesado que, sin constituir siempre una falsificación
deliberada, enturbia de forma constante la cronología.

Contentémonos con esbozar, en el punto de arranque de esa historia, las


grandes líneas del estatuto político inicial, tal como los etruscos lo impusieron,
probablemente hacia mediados del siglo VII a C., a las aldeas romanas.
Reconocemos en él los rasgos del Estado-Ciudad -al modo etrusco o griego- y
especialmente el predominio político del conglomerado urbano, combinado
con la subordinación de una campiña a la que no se deja ningún papel
específico.

Roma fue la gran heredera de los helenos, si bien sus escritos no superaron a
los griegos en filosofía especulativa el genio romano ha dejado una huella
profunda por su incomparable contribución para el desarrollo de las ciencias
jurídicas. Desde los comienzos de su historia el derecho cumple en Roma un
rol insustituible, consuetudinario y muy influido por preceptos religiosos en su
primera etapa, adquirirá consolidación a partir de la Ley de las XII Tablas
(450 a.C.).

El estoicismo, a través de las enseñanzas de Panecio y de su discípulo Posidio,


contribuyo a moderar el rigor del Derecho Romano, insuflándole un marcado
espíritu universalista y humanitario, mediante la llamada Escuela Estoica.

Los principios de la Escuela Estoica sostenían fundamentalmente la igualdad


de los hombre, y en consecuencia, la justicia del Estado, al igual valor de
hombres y mujeres, el respeto por los derechos de las esposas y los hijos, la
benevolencia, el amor, la pureza en la vida familiar, la tolerancia y la caridad
hacia nuestros semejantes, y la humanidad en todos los casos, aun en la
terrible necesidad de castigar con la muerte a los criminales.

1
La difusión alcanzada por estas ideas entre hombres de pensamiento como
Polibio (201-120 a.C.) y Cicerón (106-43 a. C.) no significa que el
humanismo había penetrado efectivamente en todas las capas de la población,
los romanos no alcanzaron a sistematizar la noción de persona como ente que
trasciende al Estado, y que tiene vocación de eternidad, tampoco reconocieron
derechos subjetivos frente al Estado. Empero, la distinción entre derecho
público y derecho privado así como la distinción entre ius civile, ius gentium,
y ius naturale marcan una línea de tendencia que adquirirá plena significación
durante la era cristiana.

Por lo reseñado, encontramos en Roma al menos el embrión de la noción de


Estado de Derecho, entendido como comunidad en la que los gobernantes y
gobernados se encuentran sometidos a normas positivas que, para ser tales
deben traducir en instituciones concretas los valores permanentes de la ley
natural. El pueblo romano es más rústico que el griego. Sus historiadores y
filósofos son adoptivos (griegos), a través de su historia Roma pasó por
distintas formas de gobierno.

La monarquía:
En la península itálica entre los siglos I y V a.C conviven tribus que
conforman las Ciudades Estados llamadas “pópulus romanus” o pueblo
romano. Su institución central era la familia romana, eran grupos cerrados
rígidos, tradicionales, autosuficientes y políticos. La conformaban el padre de
familia: páter familias que tenía todo el poder (patria potestad) sobre toda la
familia (decidía su vida o muerte); su mujer; hijos (descendencia); siervos;
propiedades; animales; y costumbres de los antepasados (Mos Maiorum)
El ciudadano romano miembro y representante de su familia desde su familia
se vincula con el resto de la sociedad.

Con mucho de leyenda, y sin que medien mayores precisiones históricas se


afirma que Roma fue fundada por Rómulo en 753 a C. Le suceden como reyes
Numa Pompilio, Anco Marcio, Tulio Hostilio, Tarquino el Antiguo, Servio
Tulio y Tarquino el Soberbio.
La monarquía era electiva y vitalicia. Los reyes tenían atribuciones civiles,
militares, judiciales y religiosas. Su autoridad era compartida con el Senado,
que cumplía un rol asesor, y los Comicios que eran Asambleas con facultades
legislativas y judiciales.
La dignidad real ejerce el Ejecutivo, siendo asistida por un Senado compuesto
por los jefes de gens y por una Asamblea del pueblo, divida en Curias y fuente
del poder legislativo
Tanto el Senado como los Comicios Curiados estaban integrados por patricios,
que eran los descendientes de las familias fundadoras de Roma.

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Junto a las gens y a sus clientes, que forman el cuerpo cívico, nace y se
desarrolla una plebe formada por poblaciones conquistadas, extranjeros
emigrados o clientes emancipados del patriciado.
Esta Plebe está fuera de la Ciudad y de la Ley. No posee derechos civiles ni
políticos, ni los deberes correspondientes.
El hecho capital de la historia antigua de Roma es la incorporación de esa
Plebe a la ciudad, lo que constituye la primera de las grandes medidas de
integración y absorción que jalonan la evolución de Roma hacia su destino de
ciudad universal. A partir del siglo V la abolición de la monarquía y los
progresos de esas poblaciones, promovidas recientemente a la existencia
política, dejan frente a frente a los dos protagonistas de la lucha que va
comenzar: la plebe y el patriciado.
Casi ningún texto literario nos ayuda a comprender la evolución de las ideas
políticas durante el periodo que va del siglo V al siglo II. Las letras latinas se
reducen, antes del 240 a C., a la Ley de las XII Tablas, Y después de esa fecha
no se encuentra hasta Cicerón (106-43 a. C.) una expresión organizada de las
ideas políticas.
La historia interior de Roma forma una unidad desde su nacimiento a su
muerte con la exterior, esta ciudad lanzada a la conquista del Lacio luego de
Italia, y después del mundo, se absorberá completamente en esta empresa. Los
problemas esenciales que se le plantean conciernen a las relaciones que ha de
mantener con los pueblos conquistados o por conquistar, así como al estatuto
tanto civil como político a concederles, por ello no hubo tiempo para
construcciones doctrinarias o construcciones de sistemas políticos, los
hombres de Estado eran en Roma Jefes de un ejército en campaña sobre todos
los frentes. A esa continua necesidad de actuar se añade le desprecio de los
romanos por otras poblaciones tenidas por inferiores, limitándose a
administrarlas con la mejor conciencia posible.
Es preciso añadir, por otra parte, que el genio romano se manifiesta en
terrenos que no son los de la reflexión, en Roma era urgente hacer la guerra,
administrar y ganar dinero.
El romano no se elevara por encima de las necesidades de la acción más que
para estudiar el estatuto jurídico de los hombres o de las cosas. No admite otra
forma de abstracción y teoría que no sea el derecho, que da los marcos para la
acción.
El genio romano, tradicionalista y minucioso consistirá en adaptar este pesado
aparato jurídico a las vicisitudes de la historia.

La República Aristocrática: durante este periodo las magistraturas del


estado romano son electivas, temporales, colegiadas y honorarias. La más
importante, que sustituye a la monarquía es el Consulado. Está formado por
dos cónsules nombrados anualmente por los comicios. Tiene las atribuciones
de los reyes, pero las funciones religiosas quedan a cargo de los Pontifice
Maximun, hasta el año 367 a.C. el Consulado pudo ser ejercido solo por
patricios.

3
La dictadura es una magistratura concebida para momentos de excepción, un
solo magistrado reunía en su persona todas las facultades que en su momento
tenían los reyes, frente a situaciones de peligro externo a fin de proveer lo
necesario para la defensa de la Republica.
El Senado aumenta sensiblemente sus atribuciones, supervisando la actividad
de los demás magistrados.
Los Cuestores fueron nombrados para administrar las arcas públicas.
La República Democrática: No hay fecha precisa que marque el comienzo
de esta etapa,. Fue un tránsito paulatino entre el 500 al 300 a C. mediante una
evolución que salvaguardo la unidad romana. En esta etapa entraron los
plebeyos al Senado, y se creó el Tribunado.

POLIBIO

Arcade de Magalópolis, Polibio (201-120 a J.C.).

Es hijo de Licorta, un notable amigo de Filopémenes (el último jefe de los


griegos independientes) y sucesor de éste en la Jefatura de la Liga Aquea. De
joven lleva una vida muy activa, fue soldado en la Liga Aquea, tuvo un
importante papel como diplomático en Egipto, y en el conflicto entre
Macedonia y Roma (171 a168 a C.)

En 183 a C., cuando contaba poco más de veinte años, tuvo el honor de llevar
de Mesenia a Megalópolis las cenizas de Filopémenes para sus solemnes
exequias; en 169-168 fue nombrado hiparca (oficial de caballería, era el cargo
más importante después del de estratega de la Liga Aquea).

A la muerte de Licorta habiendo estallado la guerra entre romanos y


macedonios, la Liga Aquea creyó observar una sabia política manteniendo una
neutralidad benévola hacia Roma. Era la peor opción que se podía elegir si se
quería salvar la independencia. De este modo, los políticos de la Liga hicieron
posible que los romanos batieran uno tras otro a sus adversarios: primero a los
macedonios y después a los aqueos.

La victoria de los romanos en Pidna (168 a C.) determinó la crisis de la Liga:


el partido filorromano1, queriendo gobernar con el apoyo de Roma, aprovechó
la ocasión para deshacerse de sus adversarios políticos internos. El jefe de este
partido fue tan vil que reunió una lista de mil de éstos y los denunció, sin
ninguna prueba seria, como enemigos de Roma, bajo la acusación de mantener
tratos secretos con Perseo2. Los mil aqueos fueron llamados a Roma para
justificarse. Los romanos tenían demasiado sentido jurídico para llevar a cabo
un proceso que no tenía ninguna base legal, pero también demasiado sentido
1
El partido de Licorta-Filopémenes era un partido patriótico moderado que había tratado siempre de transigir
con los romanos, aunque sentía antipatía por ellos, y de conservar una cierta independencia frente a Roma y
frente a Macedonia.
2
Perseo era hijo de Zeus y de la mortal Danae. Fue uno de los heroicos semidioses de la mitología griega
junto a Heracles y Teseo, llevando a cabo numerosas tareas sobrenaturales.

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político para dejarlos en libertad: confinaron a los acusados en varias ciudades
de Italia.

Uno de estos mil aqueos era Polibio, y tal acontecimiento doloroso acabó
siendo el más importante y afortunado de su vida. Sin él Polibio hubiera sido
un mediocre político aqueo, agriado por odios locales; gracias a este suceso
pudo comprender la grandeza de Roma y convertirse en el historiador de
aquella en su esplendor.

Había conocido en Megalópolis3 a Paulo Emilio, el vencedor de Pidna; fue


acogido en su casa como maestro de sus hijos Fabio Máximo y Escipión
Emiliano, y por intercesión de éstos pudo obtener la merced de permanecer en
Roma bajo vigilancia del pretor urbano. En los diecisiete años que Polibio
pasó en Roma conoció a los personajes más importantes del momento. La casa
de Escipión, en la que conoció, entre otros, a Panecio4, era el mejor
observatorio político que pudiera desearse.

Polibio en Roma

La antigua antipatía de Polibio hacia Roma se convirtió poco a poco en


simpatía y admiración por aquel gran pueblo que en cincuenta y cuatro años se
había convertido en el más poderoso del mundo. Polibio indagó las razones
del magnífico crecimiento, que al principio debieron de parecerle misteriosas;
estudió la sociedad y la constitución romanas y se dedicó a escribir la historia
de aquel período tan rico en acontecimientos. Viajó por el Lacio y por Italia
meridional, aprovechando para consultar documentos.

En 151 a C. acompañó a Escipión Emiliano a España; a su regreso atravesó


los Alpes para comprender mejor el histórico paso de Aníbal. Hasta el año 150
a C. no permitió el Senado (que muchas veces se había mostrado desfavorable
a este acto) la vuelta a su patria de los aqueos confinados. Polibio regresó a su
tierra ese año, pero quedó ligado a Escipión y a Roma. En 149 a C.
acompañó, con Panecio, a Escipión Emiliano en la expedición contra Cartago,
y asistió a la toma de la ciudad.

Profundamente convencido de la inexorable fatalidad de la dominación


romana, Polibio trató de impedir con sus consejos la guerra de los griegos
contra Roma.

Acudió a Grecia luego del saqueo de Corinto. Se esforzó por todos los modos
posibles en aliviar la suerte de los vencidos; enviado a regular la
administración de las ciudades del Peloponeso, pacificó los ánimos y los
indujo a la resignación.

3
Es un municipio y una población de Grecia situado en Arcadia, en el Peloponeso, en el valle del Alfeo. Su
nombre quiere decir «la gran ciudad».
4
Panecio de Rodas (185-109 a.C.). Filósofo estoico oriundo de Rodas, hijo de Nicágoras, embajador de Roma
en el 169 a C..

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Los últimos años fueron tristes, Polibio estuvo presente en el tribunado y en el
asesinato de Tiberio Graco, después en la misteriosa muerte de Escipión, y vio
en los movimientos populares una terrible amenaza a aquella constitución que
era, para él, garantía indispensable del dominio de Roma.

Círculo de los Escipiones.


El Círculo de los Escipiones (segunda mitad del siglo II a C.) fue un salón,
cenáculo o tertulia literaria de la Roma republicana, uno de los primeros de su
historia.
Se constituyó alrededor de Cornelia, la madre de los Gracos Tiberio y Cayo, y
de su yerno Escipión Emiliano. Fue el primer núcleo en el que se produjo este
fenómeno de asimilación del clasicismo griego fue el círculo creado por
Escipión Emiliano en la segunda mitad del siglo II a. C., que reunió a
eminentes personalidades de las letras de su tiempo, incluyendo a
historiadores y filósofos como Polibio, Panecio de Rodas, Publio Rutilio Rufo,
Cayo Lelio Sapiens y Quinto Elio Tuberón. Estos intelectuales, fascinados por
la cultura griega, buscaban el ennoblecimiento de la cultura romana sin
renunciar a los valores que habían hecho a Roma grande.
Proyectaban una fusión entre los ideales de perfección y armonía, y el
desarrollo de las cualidades humanas, propios de la civilización griega, con los
valores tradicionales de la aristocracia latifundista romana: el mos maiorum
(las costumbres de los antepasados), el sentido de la legalidad, severidad,
austeridad, frugalidad y compostura, el comportamiento enérgico e inspirado
en la virtus ("virtud", pero también "condición propia del varón"), cuya pureza
había sido vigorosamente defendida por Catón el Censor en la primera mitad
del mismo siglo.
El mantenimiento de estos valores de la tradición antigua era la obsesión de
los intelectuales más conservadores. Catón el Censor se rebelaba contra la
moda filo-helénica, a la que juzgaba individualista y de un refinamiento
estetizante, peligrosa culturalmente, políticamente disolvente y desintegradora
de los valores morales y políticos del civis romanus.
La nueva clase dirigente romana debía no obstante adaptarse a una realidad
política compleja como el vasto imperio mediterráneo que había conquistado
Roma, renovando los principios culturales y políticos en términos más
flexibles y adaptables que la rigidez del mos maiorum.

Teoría de los Ciclos y Teoría del Gobierno Mixto.

Dos son las teorías de Polibio que mayor interés han suscitado a lo largo de
los siglos:

1.- La teoría de los ciclos


2.- La teoría del gobierno mixto.

Ambas se encuentran íntimamente entrelazadas.

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La teoría de los ciclos

Polibio adopta la clasificación de formas de gobierno tripartita de origen


aristotélico, con sus respectivas perversiones.

Reconoce como formas puras a la monarquía, la aristocracia y la


democracia, y como impuras a la tiranía, la oligarquía, y la demagogia.

La originalidad de Polibio deriva de sostener que las formas puras llevan en sí


el germen de su propia corrupción, tornándose así imposible la estabilidad y
continuidad de cualquiera de ellas.

Realiza una interpretación -algo forzada de la historia de Roma-, para sostener


que las formas puras e impuras se producen en forma cíclica.

Para Polibio el primer régimen es la monarquía, o gobierno de uno, en el


que se persigue el bien común. No obstante este punto de partida, los
descendientes de los reyes “embriagados por el largo ejercicio y por las
seducciones deslumbradoras de una autoridad sin límites, ya no ven en el
poder más que una libertad para hace cualquier cosa en lugar de la carga
difícil de hacer el bien”. Queda así claramente descripto el advenimiento de la
tiranía.

Ante ella reaccionan los hombres más virtuosos e implantan la aristocracia,


que es el gobierno de los mejores para el bien de todos. Lamentablemente esta
forma pura evoluciona hacia la oligarquía o gobierno de un grupo en su
propio beneficio y en detrimento del bien común.

El pueblo no tolera este régimen abusivo y concluye por rebelarse e implantar


la democracia o gobierno de todos para el bien común.

El pueblo, según Polibio, una vez dueño se contenta al principio con la


libertad y la igualdad, pero pronto extraviado por los ambiciosos y por su
propia corrupción, quiere más todavía, aspira a la dominación, no sueña sino
con expoliación y bandidaje. Estamos ya en la caótica demagogia que, ante la
necesidad de restaurar el orden justo, impulsa a restaurar la monarquía para
reiniciase el ciclo inexorable que Polibio denomino anaciclosis.

La teoría del gobierno mixto

Lo notable es que Polibio no se limitó a enunciar su diagnóstico, La


anaciclosis tiene remedio. El ciclo inexorable puede ser quebrado, si se adopta

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una forma mixta de gobierno. Tal es lo que hizo Roma, y en ello residiría,
según Polibio, el secreto de su grandeza, estabilidad y continuidad.

La forma mixta de gobierno, plasmada en la República Romana, combinaba


instituciones de cada modalidad: los cónsules (de la monarquía), el senado (de
la aristocracia) y los comicios del pueblo (de la democracia), cada uno con sus
funciones definidas. Estas instituciones no eran autónomas. En el capítulo VII
del Libro VI de sus Historias, Polibio enumera las vías de contrapeso y
conexión que poseen entre sí las tres potestades que forman la República
Romana. Cualquier acción podía ser impedida o desviada por los otros
órganos y había temor de la vigilancia mutua (control horizontal). Cada
órgano podía tanto colaborar como obstaculizar (frenar) al otro, razón por la
cual, “ninguna de las partes excede su competencia y sobrepasa la medida”,
conforme enseña Bobbio.

El contrapeso y control mutuo (los posteriormente denominados checks and


balances) entre los tres cuerpos principales de gobierno, representantes de los
tres sectores más importantes de la sociedad (de intereses opuestos),
garantizaba la estabilidad del régimen y la libertad de los ciudadanos.

La forma mixta propende a un armonioso equilibrio que asegura la fuerza del


Estado y la dignidad de vida de los ciudadanos, conforme Bobbio, “Polibio
encuentra la razón de la excelencia del gobierno mixto en el mecanismo de
control recíproco de los poderes, o sea, en el principio del ´equilibrio´” La
presencia simultánea de los tres poderes y su mutuo control (equilibrio)
preserva a las constituciones mixtas de la degeneración, porque impide los
excesos que por reacción provocan la oposición y llevan al cambio. De este
modo, promueven el orden y la estabilidad, características del buen gobierno.

Pensamiento Político de Polibio.

Para Polibio el fin de la actividad política consiste en introducir en la vida


privada la virtud y la sabiduría y en la vida pública la bondad y la justicia. La
distinción entre lo privado y lo público ausente en la filosofía griega, traduce
la influencia del Derecho romano en su pensamiento.

Polibio estudia y elogia la constitución espartana a la que considera obra más


divina que humana y que fue posible en tanto prevalecieron las virtudes
esenciales de la fortaleza y la templanza. Analiza también la constitución de
Cartago, señalando como un signo positivo que distribuyera el poder entre los
reyes, el senado y el pueblo.

Los romanos han forjado a través de los siglos una combinación de elementos,
exactamente ajustados y en perfecto equilibrio, según la valoración de Polibio.
El principio monárquico estaría preservado a través de la magistratura del
Consulado, el aristocrático mediante la actuación relevante del Senado, y el

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democrático en los Comicios. Esta mixtura neutralizaría las tendencias
regresivas, pues las tres fuerzas se frenarían recíprocamente impidiendo que
cualquiera adquiera una prevalencia excesiva.

Polibio -dice George Sabine- modifico en dos aspectos la vieja teoría de la


forma mixta de gobierno, que había sido durante mucho tiempo un lugar
común.
En primer lugar, convirtió en ley histórica la tendencia de los gobiernos no
mixtos a degenerar.
En segundo lugar, su gobierno mixto es un equilibrio de poderes,
diferenciándose de Aristóteles que en su teoría del gobierno mixto plantea un
equilibrio de clases sociales.

Otro aporte significativo de Polibio es el referido a las relaciones entre ética y


política. Polibio conoce que, en definitiva, ningún sistema político puede por
sí mismo garantizar el desarrollo y la vitalidad de un Estado, y que, en último
término la calidad del pueblo, especialmente la calidad de sus dirigentes y
funcionarios, determinaran el problema de la fuerza y la supervivencia.
Polibio condenaba la ganancias inescrupulosas que provinieran de fuentes
prohibidas (cohecho).El principio ético que sostiene es tan válido hoy como en
su tiempo.

La influencia de Polibio ha sido impresionante en la Historia de las Ideas


Política. En lo inmediato, tuvo en Cicerón su más distinguido discípulo. A lo
largo de los siglos los autores cristianos -San Agustín y Santo Tomas- se
sintieron vivamente impactados por su magisterio. Además la teoría del
gobierno mixto, tal como la concibió Polibio se encuentra en la base frenos y
contrapesos descriptos por Locke y Montesquieu. Todo el constitucionalismo,
especialmente el que se inspira en la Carta de Filadelfia de 1787, es legatario
moral de Polibio.

MARCO TULIO CICERON.

Su vida y actividad política.

Nació en Civita Vecchia (actual territorio italiano) en el año 106 a C. En su


juventud estudió derecho, oratoria, literatura y filosofía en Roma. Tras una
breve carrera militar y tres años de experiencia como abogado que defendía a
ciudadanos privados, viajó a Grecia y Asia, donde continuó sus estudios.
Regresó a Roma en el 77 a.C. y comenzó su carrera política. En el 74 a.C. fue
elegido miembro del Senado. Aunque la familia de Cicerón no pertenecía a la
aristocracia romana, los patricios más ricos y poderosos de Roma le apoyaron
en su candidatura al consulado en el 64 a.C. por el gran desagrado que les
producía el otro candidato, aristocrático pero menos respetable, Lucio Sergio
Catilina.

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Fue elegido Cicerón, y Catilina volvió a intentarlo al año siguiente con los
mismos resultados. Entonces, airado, organizó una conspiración para derribar
el gobierno. Cicerón controló la situación, detuvo y ejecutó a varios de los
partidarios de Catilina y a éste lo expulsó del Senado con un ardiente discurso
conocido como Catilinarias. Julio César y otros senadores romanos
sostuvieron que Cicerón había obrado con excesiva dureza, sin proporcionar
las debidas garantías legales a los conspiradores. Como resultado de esto, en el
58 a.C., Cicerón se vio obligado a exiliarse.

Tras un año en Macedonia (Grecia), fue perdonado por el general romano


Pompeyo el Grande. Cicerón se dedicó a la literatura hasta el 51 a.C., cuando
aceptó el encargo de gobernar la provincia romana de Cilicia como procónsul.
Regresó a Roma en el 50 a.C. y se unió a Pompeyo, que se había convertido
en el mayor enemigo de Julio César. Cuando César derrotó a Pompeyo, en el
48 a.C., Cicerón comprendió que continuar con la resistencia a César era
inútil, y aceptó su amistad, aunque mientras César fue dictador de Roma,
Cicerón vivió apartado de la vida política dedicándose a escribir. Después del
asesinato de César, en el 44 a.C., Cicerón retornó a la política. Esperando ver
la restauración de la República, apoyó al hijo adoptivo de César, Octavio, más
tarde el emperador Augusto, en sus luchas contra el cónsul romano Marco
Antonio. Sin embargo, Octavio y Marco Antonio se reconciliaron, y Cicerón
fue ejecutado como enemigo del Estado, el 7 de diciembre del 43 a.C.

Actividad literaria y filosófica.

Cicerón creó un elaborado estilo prosístico que combina claridad y elocuencia,


y que se ha convertido en uno de los modelos por medio de los que se juzga
toda la demás prosa latina. Su obra contribuyó mucho al enriquecimiento del
vocabulario de su propio lenguaje. Los escritos de Cicerón tratan sobre
muchos temas.

Sus obras filosóficas revelan su creencia en Dios y en el libre albedrío. Casi


todos sus trabajos filosóficos se basan en fuentes griegas y, por lo tanto, aparte
de su valor intrínseco, tienen uno añadido cual es el de haber divulgado y
preservado la filosofía griega que de no haber sido por él, tal vez, se hubiera
perdido.
A partir del 45 a.C., y de la muerte de su hija Tulia, Cicerón se retiró de la
política para dedicarse por completo a sus escritos literarios y filosóficos.
Destacan sus tratados De Legibus (Sobre las leyes), De Officiis (Sobre el
deber), y De Natura Deorum (Sobre la naturaleza de los dioses). Su obra
influyó mucho en el poeta italiano Petrarca 5 y en otros escritores del
renacimiento. Sus obras retóricas, escritas en forma de diálogo, en especial De
5
Francesco Petrarca (Arezzo; 20 de julio de 1304 - Arquà Petrarca, Padua; 19 de julio de 1374) fue un
poeta, filósofo y filólogo aretino, considerado el precursor del humanismo, pilar fundamental de la literatura
italiana.

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Oratore (Sobre la retórica), tienen gran valor como modelos de una
consumada retórica y como una rica fuente de material histórico.

La más famosas de sus piezas de oratoria son las cuatro contra Catilina,
conocidas como Catiliniarias, y las catorce contra Marco Antonio conocidas
por Filípicas. Entre las obras menores de Cicerón, los tratados De Senectute
(Sobre la vejez) y De Amicitia (Sobre la amistad) siempre han sido admirados
por su estilo cultivado.

Muy importantes son cuatro colecciones de cartas escritas por Cicerón a sus
conocidos y amigos. Estas cartas constituyen una revelación espontánea de su
autor y una excelente fuente de información sobre la política y las costumbres
de la antigua Roma, y se ocupan de temas que van desde la filosofía y la
literatura a las cuestiones familiares.  

Las obras de mayor interés des el punto de vista político son:

La República.
Su título es reconocimiento de la admiración que profesa por Platón, aunque el
contenido de su obra es muy diferente a la del griego.
Cicerón alude en su libro a un Estado concreto, al que considera ejemplo de
justicia y sabiduría: la República Romana. Con un método histórico no muy
objetivo idealiza su época de oro con el propósito de proponerla sus
contemporáneos como un modelo atrayente para el porvenir.
Cicerón define a la República como sociedad formada bajo la garantía de las
leyes y con objeto de utilidad común. En este concepto aparecen, según Bidart
Campos, dos elementos de primer orden: el acatamiento de un orden jurídico
común, y una finalidad también común de utilidad general. En síntesis,
solidaridad en el ordenamiento jurídico común para lograr también un bien
compartido por todos.

La influencia de Polibio es evidente a lo largo de toda la obra. Se advierte en


la clasificación que Cicerón hace de las tres formas de gobierno, inclinándose
por la forma mixta.

Cicerón retoma de los griegos el concepto de la “constitución mixta”. En base


a esta teoría las tres formas fundamentales de gobierno (monarquía,
aristocracia y democracia) son vistas inevitablemente sujetas a degenerar en
sus respectivas formas “extremas” de la tiranía, la oligarquía (gobierno de
pocos) y la oclocracia (gobierno de la turba). Por eso es que se hace necesario
la contemporaneidad de las tres formas en el estado para evitar las tendencias
generativas. La constitución mixta se respeta en el estado romano donde el
elemento monárquico se refleja en el Consulado, el elemento aristocrático en
el Senado y el democrático en las asambleas populares. Se nota aquí una
divergencia fundamental en Cicerón con respecto a Polibio, ya que él no

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piensa en un estado “Ideal” construido en un modelo teórico. Para él y de
acuerdo a una visión historicista el estado que más se acerca al ideal es la res
publica romana, que logro llegar a su plenitud a través de los siglos de
formación.

En realidad en el análisis de Cicerón la tripartición de poderes se resuelve en


un sistema más básico y bipartidista entre el elemento Aristocrático (senado y
cónsules juntos) y el elemento Democrático; al lado de una interpretación
largamente extensiva de la autoridad del Senado, Cicerón la acerca a una
sumamente limitativa de los poderes del pueblo.

Con eso se demuestra como la doctrina de la constitución mixta obedezca en


sustancia a una tendencia conservadora: el mantenimiento de las vigentes
relaciones de poder y propiedad y la contemporánea garantía para los estratos
inferiores de una voz más o menos nominal en los asuntos políticos.
Los protagonistas de la De republica se empeñan en una profunda discusión
sobre la justicia del dominio romano sobre los otros pueblos. El imperialismo
romano queda así plenamente justificado en cuanto aportar de la civilización a
poblaciones incapaces por si mismas de un autogobierno.

Las Leyes.
El tratado Las leyes, escrito entre el 52 y 45 a. C., es una de las fuentes más
importantes de la antigüedad sobre derecho romano, tanto por los datos que
aporta como porque en él se encuentra el origen del pensamiento jurídico, a
pesar de estar concebido como ley básica para un estado ideal. Son, también,
de suma importancia las teorías filosóficas que ofrece Cicerón sobre el origen
de las leyes y la mención de filósofos y escuelas a los que somete a una
discusión favorecida por la forma de diálogo. Lo mismo cabe decir de los
valiosísimos datos históricos mencionados al enumerar las leyes religiosas y
civiles, así como la defensa y justificación de muchas de ellas frente a la
opinión de sus interlocutores. En contraposición con la variedad de temas y
estilo de la obra hay que señalar dos constantes a lo largo de los tres libros del
tratado: su especial admiración por Platón, al que tiene como modelo, y la
exaltación de las virtudes del pueblo romano. Este conjunto de factores
justifica que, a pesar de tratarse de una obra bastante mutilada, haya sido y sea
de sumo interés para los estudiosos del mundo romano en general y en
particular para los que se interesan tanto por el derecho romano como por el
derecho natural y la filosofía del derecho.

Las Leyes está compuesto de tres libros que tratan: I) de la leyes en general;
II) de las leyes religiosas, III) de las leyes políticas de Roma.

En el libro primero Cicerón distingue tres tipos de leyes: 1) el ius civile, es el


derecho común de los romanos. Estaba compilado en la ley de las XII Tablas,
en los edictos de los pretores y en los dictámenes de los jurisconsultos; 2) el

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ius Gentium es un derecho intermedio. Está integrado por el derecho
consuetudinario de diversos pueblos; 3) el ius naturale, que Cicerón considera
inmutable y necesario, y que se encuentra grabado en la conciencia de los
hombres.

Pensamiento político de Cicerón.


Sintetizando la enseñanza de Cicerón, podríamos decir que tres son las
grandes Tesis que se afirman en La República y Las Leyes:
1) Que los hombres tiene grabados en su corazón normas supra positivas
que reconocen un origen divino.
2) Que tales normas fundamentales no deben ser vulneradas por el derecho
positivo.
3) Que la ley natural a cuyo conocimiento accedemos con nuestra
inteligencia tiene carácter universal.
El aporte de Cicerón al jusnaturalismo reviste enorme importancia en la
historia de las ideas políticas. Por supuesto, su doctrina no significa que el
gran orador romana superara las limitaciones de su época.
Lo que los romanos llamaban res publica era una autoridad dominante, cuyos
poderes no tenían limites, pero el jusnaturalismo y la distinción entre el
derecho público y el derecho privado, contribuyeron a esbozar limites que
adquirieron claros contornos a partir de la predica evangélica. Por supuesto,
sería un exceso hermenéutico considerar que Cicerón vislumbró el campo de
los derechos individuales tal como muchos siglos después los caracterizo el
constitucionalismo. Pero, como señala Prelot, le era imposible al espíritu
antiguo elevarse a un más alto grado de moralidad sin recibir el aporte
capital del Cristianismo”.

El humanismo de Cicerón y el Derecho Natural.

En el Libro III de De re publica Cicerón defiende la aristocracia de los sabios


como la forma más adecuada de gobierno para la república, es porque cree que
es el único sistema capaz de coordinar los derechos de los ciudadanos,
considerados en su doble condición de personas morales y de miembros de la
misma comunidad política (res publica) que es gobernada por la ley y la recta
ratio.
Para Cicerón, podría decirse que la comunidad existe solo cuando los
individuos que forman parte de ella unidos por una sociedad de justicia. En
sentido análogo, Cicerón mantiene en su Libro I de De legibus que existe un
solo Derecho que es el que sirve de vínculo a la sociedad humana, y que está
constituido por una ley única: la ley de la recta razón.

Sin embargo, ni la racionalidad del Derecho, ni el vínculo legal que permite a


los hombres vivir en sociedad, están basados en la voluntad humana, sino en
la naturaleza en sí misma. Ahora bien, además de la existencia de una ley que
garantice la convivencia entre los hombres, y cuyo último fundamento es la

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razón divina, es necesario que surja un sentimiento natural de amistad entre
los miembros de la comunidad humana.

Cicerón llegó a tener un sentido de la humanidad que iba más allá de la clásica
perspectiva que se tenía del hombre en la ciudad-Estado, por consiguiente, se
podría afirmar que Cicerón tiene un sistema coherente y que merece el nombre
de humanismo que está comprometido antes que nada con el hombre, y si
tiene en cuenta otros aspectos es solo en la medida en que afectan a la
posición del hombre en el mundo. El humanismo ciceroniano necesita contar,
dentro de la naturaleza del hombre, con una percepción válida, con un
virtuosismo moral que es una precondición de su felicidad, y con un grado de
libertad suficiente para relacionarse con las fuerzas que dominan el universo.
El sistema moral de Cicerón, basado en la teoría de la naturaleza humana, se
completa con la afirmación de una teoría de la libertad y una regla de conducta
que exige el mayor respeto por el hombre.

Como pensador y gran figura del último período de la era republicana,


Cicerón podría ser considerado como un predecesor de la ética cristiana por su
capacidad para armonizar el mundo de la naturaleza con los valores morales
individuales.

Conclusión.
Todo el discurso de Cicerón no tiene otra finalidad que el intento de
legitimación del Estado romano, al que considera en su forma republicana
como ideal, tanto desde el punto de vista histórico (compendio de los aciertos
de otros pueblos y de sus particularidades propias) como social (expresión de
la justicia), recurriendo a un conjunto de categorías ideológicas y morales (ley,
justicia, virtud) que fundamentan la teoría del bien común.

Su aportación teórica, la defensa del derecho como forma jurídica del Estado,
estaba en consonancia con las condiciones su tiempo, en la medida en que el
Estado romano necesitaba de una legitimación, justificación jurídica basada en
el derecho, en que basar el dominio a que sometían a las clases y pueblos
explotados. En su contexto histórico aparece como un logro social, el
sometimiento de las relaciones individuales al interés general, aunque en
realidad es el tratamiento jurídico de las contradicciones sociales para tratar de
legitimar y amortiguar los conflictos entre clases; presupone, por tanto, el
reconocimiento de la desigualdad social que se pretende legitimar y mantener
en nombre de las leyes de la naturaleza. También hay que decir que el recurso
argumental del reconocimiento formal (jurídico) en que se apoya el político
romano, como soporte para la legitimidad del Estado, es algo débil ya que de
acuerdo a él todo Estado es legítimo si tiene una base jurídica y, al contrario,
es ilegítimo si no está apoyado en la norma legal.

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Por ultimo hay que decir que a pesar de las discrepancias sobre el contenido
del derecho natural, las formulaciones estándar de la idea básica de derecho
natural en la Europa medieval coincidían con la ciceroniana. La teoría de
Tomás de Aquino (incluida en su imponente Summa Theologiae, y a menudo
identificada como la teoría del derecho natural) no es una excepción: aunque
los intereses de Santo Tomás son principalmente metafísicos y religiosos, su
exposición de la ley natural no apela a doctrinas metafísicas ni religiosas. Más
bien explica tanto el carácter natural como legal de la ley natural en términos
de la razón. Para Santo Tomás, la ley natural es natural porque está de acuerdo
con la naturaleza humana, y esta naturaleza es una naturaleza racional.

BIBLIOGRAFIA

HISTORIA DE LAS IDEAS POLÍTICAS, Jean Touchard –Editorial Tecnos –


Madrid, 1972.

HISTORIA DE LAS IDEAS POLÍTICAS, Marcel Prelot – La Ley, Buenos


Aires 1971.

HISTORIA DE LAS IDEAS POLÍTICAS, Alberto Rodríguez Varela, A-Z


Editora, 1989.

LA TEORÍA DE LAS FORMAS DE GOBIERNO EN LA HISTORIA DEL


PENSAMIENTO POLÍTICO. Bobbio, Norberto (2006). México: Fondo de
Cultura Económica.

Biografía de Polibio. En Biografías y Vidas. Ruiza, M., Fernández, T. y


Tamaro, E. (2004). La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España).
Recuperado de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/polibio.htm el
14 de abril de 2021.

CICERÓN Y EL DERECHO NATURAL, Llano Alonso, Fernando H.


(Universidad de Sevilla)
https://www.researchgate.net/publication/
263346974_Cicero_and_Natural_Law.

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