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EL ENFOQUE
TERAPÉUTICO
DEL EMDR
Edita
Universidad Internacional de Valencia
Máster en
Terapias Psicológicas
de Tercera Generación
Indice
1. INTRODUCCIÓN AL EMDR. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
1.1. El desarrollo del EMDR. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
3. ESTRATEGIAS ESPECIALES. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
3.1. Manejo de abre-acciones emocionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
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4.2. Adaptación del protocolo EMDR a pacientes con trauma complejo y disociación. . . . . . . . . . . . . . . . 77
5.2.3. Protocolo grupal Integrativo I-GTP (Jarero, I., Artigas, L., 2009). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
6. CONCLUSIONES. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
ANEXO I. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
DES-II. Escala de Experiencias Disociativas para Adultos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
GLOSARIO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
BIBLIOGRAFÍA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
Leyenda
Glosario
Términos cuya definición correspondiente está en el apartado “Glosario”.
Enlace de interés
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1. Introducción al EMDR
Si resumiéramos la historia del desarrollo de este procedimiento, podríamos destacar 4 etapas (Leeds,
2011):
•• Una primera etapa correspondería a este descubrimiento inicial de la Dra. Shapiro sobre el
efecto específico de los movimientos oculares sacádicos en determinados pensamientos
perturbadores, reduciendo estos el componente emocional de dichos pensamientos de
manera espontánea. Esto inició una línea de investigación en la que la investigadora
estudió el efecto de estos movimientos oculares en las personas provocándolos con la
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indicación de seguir sus dedos con la mirada mientras los movía de forma horizontal
ante sus ojos a unos 30 cm de distancia. En esta primera fase se descubrieron los elementos
fundamentales que influyen en la disminución de la perturbación y que hoy están presenten
en el protocolo de 8 fases (la duración de las series de movimientos, la velocidad, el atender a
la imagen, a los pensamientos, a la emoción o la sensación).
•• En una tercera etapa se produce el desarrollo del protocolo EMD en el tratamiento del trauma,
pasando a validarse el hoy conocido como protocolo EMDR para el tratamiento del trastorno
de estrés postraumático (TEPT) que había sido incluido por primera vez en 1980 en la tercera
edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM III). En 1989,
Shapiro publicó el primer estudio piloto controlado sobre la eficacia tratamiento en el
estrés postraumático donde se expusieron los primeros efectos positivos que se dieron
con tratamientos de veteranos de guerra con TEPT severo.
Con la revisión de los resultados, las contribuciones y las limitaciones de este estudio piloto,
se produjeron una serie de cambios tanto en el marco conceptual como como en las fases de
tratamiento y el nombre del procedimiento pasó de EMD a EMDR (Leeds, 2011). En 1990 se
incorporan otras formas de estimulación bilateral (auditiva, táctil) para aplicar la técnica con
pacientes con problemas médicos oculares, que resultaron tan efectivas como los movimientos
oculares en las observaciones clínicas, aunque faltan estudios controlados que apoyen estas
afirmaciones. En el año 1995, Wilson, Becker y Tinker publican un estudio de seguimiento
controlado que había mejorado las deficiencias del estudio piloto inicial. La necesidad de explicar
los resultados que se daban con el procedimiento terapéutico dio lugar a la evolución del modelo.
Dado que la exposición y la desensibilización no podían explicar los resultados obtenidos,
Shapiro indagó en los modelos de procesamiento de la información, desarrollando su
modelo de procesamiento adaptativo de la información que produce el cambio del
nombre a EMDR y que presenta en un artículo en 1991 (Shapiro, 1991).
•• La cuarta etapa corresponde al avance y desarrollo del EMDR hasta su estado actual como un
modelo general de psicoterapia. Desde las aplicaciones iniciales, el EMDR ha experimentado
una expansión espectacular, para actualmente ser considerado un Modelo Psicoterapéutico
por sí mismo con adecuaciones específicas para el tratamiento de otros problemas
emocionales más allá del TEPT (Shapiro, 2002). Sin olvidar que en este trastorno es donde
tenemos más evidencias empíricas. De hecho, recientemente, sobre todo después de los
sucesos del 11 de septiembre de 2001 y otros ataques terroristas, el EMDR ha sido recomendado
como tratamiento de elección por la APA (American Psychological Association) para el estrés
postraumático. Y acaba de ser recomendado por la OMS (Organización Mundial de la Salud)
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como terapia recomendada para el tratamiento del TEPT junto a la CBT orientada al trauma
(WHO, 2013). Se puede consultar en el siguiente link:
Otras guías internacionales que incluyen al EMDR en sus recomendaciones son: International
Society for Traumatic Stress Studies (ISTSS), Veterans Health Affairs and Ministry of defence U.S.A. y la
guía de la National Institute for Clinical Excellence (NICE), UK. Para profundizar en estos aspectos del
reconocimiento internacional del EMDR como terapia basada en la evidencia, señalamos el documento
realizado por profesionales de prestigio en este sentido y que está disponible para su descarga:
Así mismo, se puede acceder a la conferencia que ofreció el Dr. Miguel Ángel Santed sobre la
evidencia científica del EMDR en el Tercer Congreso de la Asociación EMDR España, celebrado el mes
de diciembre de 2018, y disponible en el siguiente enlace:
En la rápida evolución del EMDR, de menos de 20 años, nos encontramos actualmente en un periodo
de continuación de su desarrollo a través de la difusión y formación de terapeutas en todo el mundo
y de la investigación para seguir aportando evidencias y aclaraciones sobre el funcionamiento del
modelo. Es relevante la investigación para seguir explorando los mecanismos subyacentes a la
efectividad del EMDR, así como el desarrollo de las aplicaciones a otros síndromes clínicos como
modelo en psicoterapia. En ambos temas nos vamos encontrando cada vez con un mayor número de
estudios que van aportando solidez al modelo.
Podríamos decir que estamos ante un modelo de terapia integrador y que va consolidándose
como un enfoque terapéutico transdiagnóstico, en el sentido de que da una respuesta para el
tratamiento transversal tanto de la sintomatología nuclear relacionada con el trauma, como de
la sintomatología comórbida que se pueda presentar. El amplio crecimiento de las adaptaciones
del protocolo básico de EMDR a otros cuadros clínicos más allá del TEPT (trastornos de ansiedad y
depresión, trastorno bipolar, trastornos de la personalidad, trastornos de la conducta alimentaria,
trastornos de apego, etc.), apela a la variedad de cuadros clínicos que pueden tener experiencias
vitales traumáticas como factores de vulnerabilidad o elementos precipitadores implicados en el
desarrollo y mantenimiento de los síntomas clínicos.
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En este sentido, EMDR es actualmente un modelo psicoterapéutico que permite acceder a los
sucesos vitales perturbadores que resultaron traumáticos, pero también a los disparadores actuales
y las experiencias futuras proyectadas y reprocesarlas con una resolución adaptativa (Shapiro, 2001).
Este enfoque se basa en el recuerdo de las experiencias traumáticas que han contribuido al
desarrollo de los síntomas que presenta el paciente, siendo el recuerdo el elemento central de
la terapia. En este sentido, se trabaja con todos los aspectos de la experiencia traumática, incluyendo
imaginación, creencias, afecto y sensaciones corporales, empleando también la estimulación dual de
la atención a través de los movimientos oculares o de la estimulación bilateral táctil o auditiva. Este
abordaje terapéutico está guiado por el modelo de procesamiento adaptativo de la información
(PAI), desarrollado para contextualizar el procedimiento en un marco teórico comprensivo y que se
explicará con más detalle más adelante. Este sistema de reprocesamiento adaptativo consigue
que los recuerdos traumáticos se reprocesen, traduciéndose en cambios positivos en el afecto,
creencias, sensaciones corporales y otros indicadores de los elementos del suceso almacenados
en la memoria. Se aprende la utilidad de la experiencia, se almacena la emoción apropiada y
se encamina de forma adecuada al paciente en el futuro. El protocolo del tratamiento completo
involucra dianas de eventos pasados, presentes y futuros y se estructura en 8 fases de tratamiento que
se abordan desde la conceptualización del caso y la planificación del tratamiento hasta la resolución
adaptativa y la capacitación del suceso a afrontar de forma adaptativa las situaciones presentes y
futuros retos.
Una situación es traumática cuando un suceso o conjunto de sucesos, llegan a definir la manera
en que las personas organizan las subsiguientes percepciones (Van der Kolk, 2002). Este “estrés
traumático” impide que las personas que experimentan “emociones intensas” en el momento del
suceso integren la experiencia completa en una narración satisfactoria (Janet, 1899). Lo vivido como
traumático dificulta la integración del pasado en el presente, comportándose como si estuviera en
el pasado. De alguna manera, el pasado está presente, haciendo que la persona reaccione de
manera desproporcionada a una situación actual. Esta situación produce el malestar propio de
su impacto en la persona, pero, a la vez, dispara el recuerdo traumático, añadiéndose el malestar
asociado al mismo con el malestar específico de la situación presente.
El TEPT se produce cuando una persona vive o es testigo de un suceso potencialmente mortal, o que
suponga un peligro para su integridad física o emocional o la de otra persona, reaccionando con
miedo, vulnerabilidad y horror intensos. Si este suceso no se integra bien, la persona desarrolla con el
tiempo síntomas muy disfuncionales.
Esta categoría diagnóstica fue incluida por primera vez en la tercera edición del Manual Diagnóstico
y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) en 1980 (APA, 1984), y en su actual 5ª edición se han
modificado algunos aspectos en comparación con los anteriores.
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El DSM-5 (American Psychiatric Association, 2014, p. 271-272) requiere para realizar el diagnóstico de
TEPT (criterio A) que la persona haya estado expuesta a la muerte, lesión grave o violencia sexual, tanto
real como a la amenaza de la misma, experimentándola, presenciándola, teniendo conocimiento
de su ocurrencia a familiares próximos o amigos íntimos, o siendo expuesta de forma reiterada o
extrema a detalles repulsivos del suceso (médicos, enfermeros, odontólogos, socorristas compañeros
de profesión, policías, etc.), sin necesidad de existir una reacción subjetiva.
Incluye cuatro grupos de síntomas para el diagnóstico de TEPT en adultos adolescentes y niños:
•• Intrusión (reexperimentación)
•• Hiperactivación
•• Evitación
Se han modificado los umbrales de edad y los criterios para su diagnóstico en niños menores de 6 años
(APA, 2014). Y se incluye ahora en una categoría nueva (en lugar de encuadrarse como en el DSM-IV
con los trastornos de ansiedad) denominada “Trastornos relacionados con traumas y factores de estrés”
dentro de la que se encuentran además otros trastornos: el Trastorno por Estrés Agudo, los Trastornos
de Adaptación, el Trastorno de Apego Reactivo y el Trastorno de Relación Social Desinhibida.
Para el diagnóstico de TEA han de estar presentes 9 de los 14 síntomas descritos en 5 áreas: intrusión,
estado de ánimo negativo, síntomas disociativos, síntomas de evitación y síntomas de alerta. Se
diferencia del TEPT principalmente en la duración del trastorno, de 3 días a un mes tras el suceso,
debiendo persistir los síntomas un mínimo de 3 días. Pasado este tiempo debemos contemplar un
posible diagnóstico de TEPT.
La característica esencial del trastorno por estrés agudo es la aparición de ansiedad, síntomas
disociativos y de otro tipo que tiene lugar durante el mes que sigue a la exposición a un
acontecimiento traumático.
A. Exposición a la muerte, lesión grave o violencia sexual, ya sea real o amenaza, en una (o más)
de las formas siguientes:
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Exposición repetida o extrema a detalles repulsivos del suceso(s) traumático(s) (p. ej.,
socorristas que recogen restos humanos; policías repetidamente expuestos a detalles
del maltrato infantil). Nota: esto no se aplica a la exposición a través de medios
electrónicos, televisión, películas o fotografías, a menos que esta exposición esté
relacionada con el trabajo.
B. Presencia de nueve (o más) de los síntomas siguientes de alguna de las cinco categorías de
intrusión, estado de ánimo negativo, disociación, evitación y alerta, que comienza o empeora
después del suceso(s) traumático.
Síntomas de intrusión:
2. Sueños angustiosos recurrentes en los que el contenido y/o el afecto del sueño está
relacionado con el suceso(s). Nota: en los niños, pueden existir sueños aterradores sin
contenido reconocible.
3. Reacciones disociativas (p. ej., escenas retrospectivas) en las que el individuo siente o actúa
como si se repitiera el suceso(s) traumático(s) (estas reacciones se pueden producir de
forma continua, y la expresión más extrema es una pérdida completa de conciencia del
entorno presente). Nota: en los niños, la representación específica del trauma puede tener
lugar en el juego.
Síntomas disociativos:
6. Sentido de la realidad alterado del entorno o de uno mismo (p. ej., verse uno mismo desde
la perspectiva de otro, estar pasmado, lentitud del tiempo).
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Síntomas de evitación
Síntomas de alerta
10. Alteración del sueño (p. ej., dificultad para conciliar o continuar el sueño, o sueño
inquieto).
11. Comportamiento irritable y arrebatos de furia (con poca o ninguna provocación) que se
expresa típicamente como agresión verbal o física contra personas u objetos.
12. Hipervigilancia.
E. La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., medicamento
o alcohol) u otra afección médica (p. ej., traumatismo cerebral leve) y no se explica mejor por
un trastorno psicótico breve.” (APA, 2014, p. 280-281)
A. Exposición a la muerte, lesión grave o violencia sexual, ya sea real o amenaza, en una (o más)
de las formas siguientes:
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4. Exposición repetida o extrema a detalles repulsivos del suceso(s) traumático(s) (p. ej.,
socorristas que recogen restos humanos; policías repetidamente expuestos a detalles del
maltrato infantil).
2. Sueños angustiosos recurrentes en los que el contenido y/o el afecto del sueño está
relacionado con el suceso(s) traumático(s). Nota: en los niños, pueden existir sueños
aterradores sin contenido reconocible.
3. Reacciones disociativas (p. ej., escenas retrospectivas) en las que el sujeto siente o actúa
como si se repitiera el suceso(s) traumático(s) (estas reacciones se pueden producir de
forma continua, y la expresión más extrema es una pérdida completa de conciencia del
entorno presente). Nota: en los niños, la representación específica del trauma puede tener
lugar en el juego.
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2. Creencias o expectativas negativas persistentes y exageradas sobre uno mismo, los demás
o el mundo (p. ej., “Estoy mal,” “No puedo confiar en nadie,” “El mundo es muy peligroso”,
“Tengo los nervios destrozados”).
4. Estado emocional negativo persistente (p. ej., miedo, terror, enfado, culpa o vergüenza).
3. Hipervigilancia.
5. Problemas de concentración.
6. lteración del sueño (p. ej., dificultad para conciliar o continuar el sueño, o sueño inquieto).
H. La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., medicamento,
alcohol) o a otra afección médica.
Especificar si:
Con síntomas disociativos: los síntomas cumplen los criterios para el trastorno de estrés
postraumático y, además, en respuesta al factor de estrés, el individuo experimenta síntomas
persistentes o recurrentes de una de las características siguientes:
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(p. ej., como si se soñara; sentido de irrealidad de uno mismo o del propio cuerpo, o de que
el tiempo pasa despacio).
Nota: para utilizar este subtipo, los síntomas disociativos no se han de poder atribuir a los
efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., desvanecimiento, comportamiento durante la
intoxicación alcohólica) u otra afección médica (p.ej., epilepsia parcial compleja).
Especificar si:
La Dra. Shapiro distingue entre la “T” mayúscula y la “t” minúscula (2001) al hablar de trauma.
Cuando escuchamos la palabra trauma tendemos a pensar en sucesos provocados por el hombre o
desastres naturales graves (agresiones, muerte, incendios, accidentes, inundaciones, terremotos, etc.),
lo que supondría traumas con "T". Pero también están el otro tipo de traumas con “t” que pueden ser
más sutiles o pasar desapercibidos desde el exterior, pero que también suponen un impacto sobre las
creencias que la persona tiene sobre sí misma, sobre los demás y sobre el mundo.
Estos acontecimientos vitales (trauma “t”) pueden generar también síntomas de estrés
postraumático, por lo tanto, tenemos que tener una visión amplia del concepto de acontecimiento
traumático y explorar toda la vida del sujeto, desde las experiencias tempranas hasta las actuales.
La mayor parte de las patologías nacen de experiencias tempranas que ponen en movimiento un
continuo patrón de sentimientos, emociones, conductas y cogniciones (Shapiro, 2013).
Desde esta perspectiva vamos a trabajar con el trauma “T”, referido a maltrato físico, abuso,
accidentes, etc., pero también con el trauma “t” que fundamentalmente hace referencia
a situaciones de estrés relacional o interpersonal (deprivación, negligencia, desprotección,
humillación, relaciones conflictivas, abandono, falta de respuesta adecuada de los padres a las
necesidades de los hijos, etc.).
El conjunto de muchas “t” pequeñas no “metabolizadas” por el cerebro puede ser un factor de
riesgo para contribuir a la aparición de sintomatología cuando aparece un evento crítico.
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Tras el desequilibrio que produce una situación estresante en una persona, estos recursos internos
favorecen la vuelta al estado de equilibrio (tanto fisiológico como emocional y cognitivo). Cuando no
se han procesado adecuadamente las vivencias traumáticas, esta falta de integración es el objetivo del
tratamiento EMDR. Las emociones intensas asociadas a sucesos traumáticos pueden interferir
en la capacidad del sistema para hacer las conexiones apropiadas. La patología se crea a partir
de este bloqueo y el recuerdo de la vivencia traumática queda aislado en una red de memoria
no procesada a un estado adaptativo. Es este proceso el que se pone en movimiento a través
de la estimulación bilateral de la atención que estimula de forma alterna los hemisferios derecho
(emocional) e izquierdo (cognitivo). El sistema de procesamiento adaptativo de la información
que no ha funcionado adecuadamente cuando la persona ha vivido algunas de estas situaciones
traumáticas puede ser estimulado y activado en el presente, a través de la estimulación bilateral
integrada en el protocolo de tratamiento, de forma que el recuerdo se integra funcionalmente y deja
de producir interferencias en el presente. El cerebro tiene capacidad de curarse de recuerdos,
emociones y creencias intangibles, al igual que el cuerpo puede curarse de lesiones físicas. Y
esto se conseguirá espontáneamente cuando los obstáculos para la curación sean eliminados (Grant,
2006). Y no sólo las emociones, la fisiología y los pensamientos regresan a su equilibrio inicial, sino
que también la persona se forma un esquema o plantilla adaptativa para reconocer la situación si se
vuelve a producir un episodio similar, que ya afrontará de otra manera gracias a la experiencia previa.
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Rendimiento
Nivel adecuado
de rendimiento
Estrés (activación)
Figura 1. Zona de activación óptima. Adaptado de Yerkes-Dodson.
Cada persona tiene una amplitud diferente de su margen de tolerancia al estrés que influye
en su capacidad de procesar la información. Las personas que tienen un mayor margen son
eficaces en situaciones de activación mayores, mientras que las personas con un margen
estrecho viven las variaciones en la activación como desregulación percibiéndolas poco
manejables y fuera de control. Las personas que están traumatizadas por vivencias no procesadas
son vulnerables a la hiperactivación y a la hipoactivación fisiológica y con frecuencia oscilan entre
estos dos extremos, ya que su margen de tolerancia es más estrecho y tienden a desregularse a causa
de las variaciones normales en la activación fisiológica. La persona en equilibrio se mantiene en esa
ventana de tolerancia óptima entre la activación y la hipoactivación. En la zona de hiperactivación la
persona experimenta un aumento de las sensaciones y la reactividad emocional, con hipervigilancia,
imágenes intrusivas y desorganización del procesamiento cognitivo. En la zona de hipoactivación
se da una ausencia de sensaciones, entumecimiento de las emociones, disminución de la capacidad
de procesar cognitivamente y reducción de los movimientos físicos (Ogden el al., 2006). Para poder
procesar las situaciones pasadas sin resolver y devolverlas al pasado, la persona tiene que
mantenerse dentro de los márgenes de tolerancia, en esa zona óptima de activación fisiológica.
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El tercer principio que propone la autora es que la combinación de las 8 fases del protocolo
estándar de EMDR y los movimientos oculares con la atención dual, reparan el equilibrio
del sistema de reprocesamiento adaptativo de la información, reiniciando el procesamiento
bloqueado y resolviendo la resolución adaptativa del mismo. El EMDR le devuelve a esa ventana
de tolerancia donde la persona puede volver a ser eficaz en el procesamiento de la información a
través del trabajo con el acceso a los elementos del recuerdo traumático y la estimulación bilateral.
La capacidad de autocuración emocional natural en el ser humano vuelve a estar disponible para
el cerebro y consigue reparar lo que en su momento no pudo hacer por ser demasiado abrumador.
Si tomamos como analogía la curación de las heridas físicas en el cuerpo, lo que hace un cirujano
es extraer la bala de la herida, el cuerpo extraño, pero luego es el cuerpo el que termina su proceso
de curación. Con EMDR sucede algo similar, mediante el protocolo de tratamiento accedemos al
bloqueo o cuerpo extraño que impide la curación, este se elimina y la curación sigue su curso de
forma natural.
Como se puede deducir de lo expuesto hasta ahora, el EMDR se basa en la intervención sobre
los recuerdos, sobre la narrativa interna disfuncional que el acontecimiento traumático deja en la
persona, poniéndola en una situación de bloqueo ante disparadores actuales de los elementos del
suceso traumático. En este sentido, con el reprocesamiento del recuerdo, se consigue modificar la
narrativa interna de la persona respecto a la experiencia quedando el yo libre de creencias negativas
y permitiéndole un proceso de aprendizaje y fortalecimiento personal de cara a situaciones futuras.
En la red de memoria, están los recuerdos almacenados con todos sus componentes: imágenes,
sonidos, creencias, sensaciones físicas, los colores, los olores de la situación vivida, etc. En este sentido
el recuerdo es información almacenada que contiene:
•• Emociones.
•• Sensaciones físicas.
Los recuerdos no son hechos precisos, sino que se transforman en relatos que nos contamos a nosotros
mismos y a los demás, con el fin de transmitir una narración coherente. En este sentido, la memoria
es un proceso activo y constructivo: la mente está encajando de manera continua las antiguas
impresiones, agregándolas a la nueva información. Difícilmente genera nuestra mente imágenes,
olores, sensaciones o acciones musculares precisas que reproduzcan exactamente experiencias
previas (Van der Kolk 2002).
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•• Memoria traumática: es una memoria incompleta, parcial, incoherente. Está estancada en los
detalles significativos que son importantes emocionalmente, amenazantes, nuevos o que son
centrales para el individuo. Permanece en estado implícito. Lo que se recuerda produce
perturbación, no siendo conscientes de que lo que estamos sintiendo se debe al propio hecho
de recordar.
Para una profundización y mayor comprensión de los procesos cerebrales que se dan en el EMDR,
se puede acudir a un interesante artículo traducido al castellano del director del Trauma Center de
Boston, Vessel van der Kolk, que se encuentra en la web de la asociación EMDR España en el siguiente
link:
Con lo expuesto hasta ahora, podemos resumir que los tres procesos básicos implicados en EMDR
son:
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Como se ha ido viendo hasta ahora, el procesamiento adaptativo de la información se facilita mediante
tipos específicos de estimulación bilateral. La Dra. Shapiro, sobre la base de datos derivados de la
experiencia y la observación, denominó a este procedimiento estimulación bilateral y estimulación
de la atención dual (Shapiro, 2001).
Desde hace tiempo se conoce que los movimientos oculares de izquierda a derecha y viceversa, tienen
efectos fisiológicos y psicológicos, ayudando a liberar emociones y sentimientos no expresados.
No solo el movimiento ocular afecta al cerebro, todo movimiento o estimulación bilateral
lo hace, en algunos casos estimulándolo, en otros relajándolo o liberándolo de ansiedad.
La estimulación bilateral tiende a hacer aflorar lo predominante en la mente y luego ayuda
a liberarse de ello, llevándonos a una respuesta de relajación. El EMDR utiliza este fenómeno
neuropsicológico para ser aplicado terapéuticamente.
El Dr. Stickgold (2002), neurólogo de la U. de Harvard, propone que el flujo de información desde el
hipocampo (que almacena información) a la neocorteza (que analiza la información) es direccionalmente
inverso en EMDR de la misma manera que ocurre durante la fase del sueño REM permitiendo al cerebro
reevaluar información congelada en un sistema que se encontraba abrumado en el momento del
evento traumático. Chemtob (2002) basándose en las investigaciones de Le Doux, plantea que el
EMDR facilita el movimiento de la información desde donde puede estar “atascada" -sistema límbico
(amígdala)- hasta la corteza frontal, donde puede llegar a ser accesible para el reprocesamiento.
Otros estudios consideran que EMDR funciona porque su efecto de distracción alternada activa una
respuesta de alarma continua, alterando al cerebro y causando una perturbación y reprocesamiento
de la información disfuncionalmente almacenada.
Todas estas propuestas tienen sentido y son potencialmente integrables en un rompecabezas complejo
que se está estudiando cada vez más ampliamente desde la neurofisiología y la neuropsicología para
explicar mejor este fenómeno.
Todas las investigaciones actuales sobre este tema extraen que los movimientos oculares bilaterales
que se utilizan en EMDR tienen efectos como (Leeds, 2011):
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Para profundizar en los estudios que se han publicado sobre trauma y EMDR y sobre los movimientos
oculares y la estimulación bilateral y la atención dual, se puede acudir a la última publicación de
Shapiro (2012), donde las recoge en un apéndice específico. También se ver la conferencia de Anabel
González sobre la evidencia científica de los movimientos oculares, impartida en el Tercer Congreso
de la asociación EMDR España en Madrid (2018):
Un elemento básico del enfoque del EMDR es el principio del enfoque dual de la atención hacia el
recuerdo diana que se va a reprocesar y hacia la estimulación sensorial que se produce mediante
los movimientos oculares bilaterales, los golpecitos (tapping) o los tonos. Este concepto de
atención dual puede verse como un estado en equilibrio de la conciencia, donde la atención puede
desplazarse sin problema entre la percepción del momento, el aquí y ahora, y las redes de recuerdos
relevantes que se van activando. Leeds (2011) compara este estado saludable de conciencia en
equilibrio con el “modelo de balancín de la conciencia”, que hace referencia a la facilidad que nos
proporciona ese estado que nuestra atención pueda desplazarse fácilmente entre percepciones
sensoriales cambiantes y la información, capacidades y sentido de sí mismo almacenado en la
memoria necesario para responder eficazmente. Durante una situación estresante o traumática
donde las capacidades de la persona se ven desbordadas, este sistema se desequilibra por las
percepciones sensoriales que se dan en la misma. Cuando finaliza la situación, las percepciones
pueden volver a abrumar a la persona como recuerdos intrusos del suceso traumático. Esta
desregulación puede seguir produciéndose cada vez que alguna situación externa o interna estimule
el recuerdo traumático, llevando a la persona a evitar situaciones de muy diversas formas que le lleven
a un funcionamiento ineficaz progresivamente.
Parece que esta atención dual potencia un estado de conciencia equilibrado o mindfulness que
mejora el procesamiento emocional de la información (Rachman, 1980; Teasdale, 1999). Esta
parece ser la diferencia fundamental entre EMDR y los tratamientos de exposición prolongada a los
sucesos traumáticos. En ellos, el paciente relata el suceso, de manera que experimenta emociones
abrumadoras que pueden desequilibrar la atención dual. Sin embargo, en EMDR los periodos de
exposición al recuerdo son breves, alternándose con tandas de estimulación bilateral de la atención,
lo que mantiene a la persona en equilibrio de atención dual que le permite superar la abreaccion
emocional y asociar los recuerdos iniciales a otros recuerdos de la red de memoria, tanto negativos
como positivos, restaurando el equilibrio del procesamiento adaptativo de la información. Otra
diferencia con las técnicas de exposición es que el paciente puede parar el proceso en el momento
que desee, como se explicará más adelante, y que no necesita dar detalles del suceso al terapeuta si
no lo desea. Esto le da a la persona una mayor sensación de control de la experiencia de exposición y
un mejor manejo de la ansiedad producida por los recuerdos traumáticos.
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situación del futuro, en cómo construir las experiencias positivas que se necesitan, para dar los pasos
necesarios hacia el cambio vital que se desea.
Al trabajar con los recuerdos y la historia de vida, estamos poniendo el foco en la importancia
del impacto de las experiencias tempranas en las respuestas a exposiciones estresantes y
traumáticas posteriores. Es por ello, que la teoría de apego es un eje fundamental para comprender
el trabajo con EMDR y la etiología de muchos síntomas en los diversos cuadros clínicos.
La teoría del apego formulada por John Bowlby y Mary Ainsworth (1988) sobre el apego o vínculo
afectivo, constituye una de las construcciones teóricas más sólidas dentro del campo del desarrollo
socioemocional y se está volviendo a actualizar con los últimos descubrimientos desde las neurociencias
sobre el impacto que tienen los vínculos de apego primario en la construcción de las estructuras
cerebrales a nivel neuroemocional.
Para profundizar en cómo el desarrollo temprano influye en la vida adulta y en la salud mental,
podemos disfrutar de la entrevista que le hace Eduard Punset a la Dra. Sue Gerhardt, en un programa
de Redes dedicado al cerebro del bebé.
También se puede leer la entrevista al científico Martin Teicher: “El maltrato infantil es muy poderoso
y el factor más importante de riesgo de enfermedad mental”, tras su paso por el Congreso Europeo
de EMDR en Barcelona en 2017.
Martin Teichner
http://www.buenostratos.com/2019/04/
•• El siguiente sistema es el de miedo a los extraños también relacionado con los anteriores, ya
que cuando este se activa, disminuye la conducta exploratoria y aumenta la conducta de
apego y búsqueda de proximidad.
•• Finalmente está el sistema afiliativo que se activa cuando se muestra interés por interactuar
con otras personas, incluso con las que no se tienen vínculos afectivos. En este sentido, el apego
hace referencia a una serie de conductas, cuya activación y desactivación, así como la morfología
e intensidad de sus manifestaciones, depende de diversos factores tanto individuales como
contextuales (Oliva, 2004).
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
6ECTS .es
Los estilos de apego descritos por los principales estudiosos del tema nos llevan a una clasificación
de cuatro categorías:
1. Seguro (B): este estilo de apego se caracteriza por confianza en el cuidador, ansiedad ante la
separación y reaseguramiento al volver a reunirse con el cuidador. Este tipo de apego se debe
a la sensibilidad materna, a una percepción adecuada e interpretación correcta y una respuesta
contingente apropiada a las señales del niño, que fortalecen las interacciones sincrónicas. Las
características del cuidado materno son de sensibilidad, disponibilidad, receptividad, calidez
y conexión (Botella, 2005).
2. Inseguro Evitativo (A): este estilo de apego se caracteriza en que el niño no llora tras separase
de la madre, no obstante, hay evidencia de que se dan cambios notables en su sistema
nervioso, como la aceleración del ritmo cardiaco y otras alteraciones. Las características del
cuidado materno en este caso son de insensibilidad, rechazo, rigidez, hostilidad y aversión del
contacto (Botella, 2005).
3. Inseguro Ambivalente (C): este estilo de apego se caracteriza por mostrar el niño ansiedad
por separación y no tranquilizarse al reunirse con el cuidador o madre, además de mostrar
irritación, resistencia al contacto y a la vez, acercamiento y conductas de mantenimiento de
contacto. Las características del cuidado son de intrusividad, insensibilidad e inconsistencia,
ya que las madres permiten el acceso de forma imprevisible, no estando siempre disponibles
o, si lo están, cuando están emocionalmente estables (Botella, 2005).
4. Desorganizado o Desorientado (D): este estilo de apego se caracteriza por niños que
muestran mucha inseguridad, tras reunirse con el cuidador principal o madre tras la separación,
y una variedad de conductas confusas y contradictorias (Oliva, 2004). Main (1991) indica que
el apego desorganizado, implica la construcción temprana en la mente del niño de
representaciones múltiples, disgregadas e incoherentes de los aspectos de la realidad,
relativos al sí mismo y a un único cuidador. Los niños no muestran estrategias coherentes y
claras de autoprotección en sus respuestas, y sus narraciones son desorganizadas, apareciendo
o bien cuando el cuidador es la fuente de la amenaza, o bien cuando el cuidador es el objeto
del trauma, y por lo tanto es incapaz de afrontar los cuidados y la angustia del bebé (Morales,
2018). Este tipo de apego se ha observado en un 80% de niños víctimas de situaciones de
maltrato y abuso (Botella, 2005).
Según Bowlby (1988) el modelo operativo interno (MOI) corresponde a una representación mental
de sí mismo y de las relaciones con los demás, que se construye a partir de las relaciones con las
figuras de apego, y es el que va a determinar la manera de percibir e interpretar las intenciones de
los demás, respecto a uno mismo y el modo de dirigir la conducta. Además, este modelo incluye
tanto componentes afectivos y cognitivos como información sobre quién es la figura de apego y su
disponibilidad, así como información sobre la valía de uno mismo, constituyendo con ello, la base
de la identidad y la autoestima y la manera de relacionarse con su entorno, mostrando confianza o
desconfianza hacia los demás. En este sentido, cuando existe un apego seguro durante la infancia, es
decir que la madre o los cuidadores habituales conectan con los estados afectivos y las expresiones
no verbales de la activación interna del niño modulando sus niveles de activación, esto se almacena
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en la memoria no verbal como expectativa, que luego pasa a transformarse en modelo mental, patrón
o estado de apego, ayudando a construir un sentimiento interno de seguridad (Bowlby, 1988).
En este sentido, la teoría del apego adopta como punto de partida una necesidad de seguridad
psicológica, y considera que gran parte de la enfermedad psicológica se debe al peligro a que
se exponen los sistemas de seguridad. Para Bowlby (1988), la clave de la seguridad psicológica se
encuentra en el vínculo de apego. El trauma, sobre todo el relacionado con la ruptura de relaciones
interpersonales tempranas, tiene un poderoso impacto sobre el estilo de apego del niño (Morales,
2018). Todo esto tiene una serie de correlatos muy coherentes con el modelo PAI en el que se basa
EMDR, de modo que muchas de las experiencias tempranas podrán ser variables de vulnerabilidad o,
incluso estar asociadas a la etiología de muchos cuadros clínicos, por ser consideradas experiencias
de trauma relacional acumuladas en periodos evolutivos de menor capacidad de recursos de
afrontamiento.
Existen dos sistemas psicobiológicos evolutivos en las respuestas ante sucesos traumáticos. Uno
de ellos es el más antiguo, el sistema de defensa, que regula las respuestas emocionales de miedo,
impotencia, indefensión e ira, y las conductas de parálisis, lucha, y huida, y se encuentra localizado en
el tronco del encéfalo. El otro se refiere al sistema de apego, y es el que regula la búsqueda de ayuda
durante un suceso traumático y la estabilización posterior.
En este sentido, la causa del TEPT es la persistente activación del sistema de defensa en el tiempo, que
se activa tras una experiencia traumática, y sus síntomas son la expresión de las defensas normales
que se vuelven perturbadoras como consecuencia de esa persistencia. Al mismo tiempo, uno de los
factores principales de la génesis del TEPT, es el fracaso en la activación del sistema de apego tras una
experiencia traumática (González, 2017).
Se puede decir que en los pacientes que presentan síntomas severos de disociación, TEPT,
ansiedad y depresión, la acumulación de traumas que han experimentado es también causa de la
activación prolongada del sistema de defensa. El apego desorganizado tiene precisamente como
característica esta persistente y contradictoria activación de los sistemas de apego y de defensa.
Por otro lado, diferentes estudios de neurociencia han mostrado que la activación del sistema
defensivo, incluso cuando se recuerdan o reviven memorias traumáticas, dificulta gravemente
el funcionamiento de la corteza cerebral frontal y las funciones cognitivas superiores. Una forma
eficaz de restablecer el grado normal de conectividad cortical de las funciones cognitivas superiores
es mediante el EMDR, con la desensibilización y el reprocesamiento de recuerdos traumáticos, y los
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
6ECTS .es
estímulos de atención dual, ya que estos denotan un estado fisiológico que facilita el procesamiento
de la información (González, 2017).
Gómez (2016) destaca diversos estudios anatómico-fisiológicos realizados en los últimos años
que muestran los mecanismos cerebrales que se ven implicados en TEPT y en EMDR y en cómo el
TEPT reporta efectos significativos y directos en el funcionamiento cerebral, implicando tanto las
áreas fisiológicas como el funcionamiento cognitivo y emocional, asociado a la sintomatología
clínica observada en este tipo de pacientes. Algunos de los estudios que menciona sugieren que
los mecanismos neurales que intervienen en la terapia EMDR se observan en la disminución de la
respuesta afectiva de los circuitos del sistema límbico, la activación del sistema REM del sueño, el
restablecimiento de las funciones asociadas a los lóbulos prefrontales en la capacidad de abstracción,
planeación, flexibilidad conceptual y autocontrol, y con el funcionamiento social y laboral en pacientes
que presentan TEPT.
Teniendo en cuenta todos estos aspectos relacionados con el tipo de trauma, las experiencias tempranas
de apego acumuladas, la vulnerabilidad interpersonal y la edad de inicio de la sintomatología,
podemos realizar una previsión del tiempo que requerirá el tratamiento del trauma con EMDR.
Será más corto cuando sean experiencias únicas de T, de carácter impersonal y en personas con
buenos recursos internos, mientras que se irá haciendo más largo y complejo si se dan situaciones
traumáticas repetidas, llegado a los casos más graves cuando hay trauma complejo, múltiple y crónico
junto a trastornos de apego en los que están implicadas las figuras de apego primarias y se dan en
edades tempranas. En el siguiente cuadro tomado de Morris y Silvestre (2014) podemos ver esta
interrelación de estos factores contribuyentes al pronóstico y duración del tratamiento con EMDR.
Impersonal Un par de
Trauma sesiones
único
Trauma
único
Vulnerabilidad repetido Edad del
temperamental inicio
Trauma Múltiple
Problemas de Apego
Mútiples y Complejos
Trauma Complejo
Múltiple y Crínico
Trastornos de Apego
Personal Años de
sesiones 0 años
Figura 2. Vulnerabilidad al trauma y duración del tratamiento. Recuperado de Morris-Smith, J., Silvestre, M. (2014).
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En esta fase se procede a recoger la información sobre la historia del paciente, con el fin de
identificar los recuerdos pasados que provocan la sintomatología actual que presenta. También
será importante identificar los estímulos que en el presente disparan el malestar, así como los recursos
internos y externos del paciente y su capacidad de aprendizaje para desarrollar conductas adaptativas
en el futuro.
La historia
Una parte fundamental de la historia del paciente va a ser la información que este ha almacenado
sobre su infancia. A partir de nuestras experiencias infantiles, que se han podido repetir o reforzar,
tendemos a desarrollar sistemas de creencias o esquemas cognitivos. Si estas experiencias se han vivido
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
6ECTS .es
de manera traumática (tanto “t” como “T”) estas creencias serán negativas e influirán negativamente
en la visión del mundo y de uno mismo, potenciando conductas disfuncionales.
En esta fase, debemos identificar las dianas que serán tratadas más adelante mediante el
reprocesamiento, a través del análisis de los siguientes elementos:
•• Los acontecimientos del pasado que están conectados con la sintomatología presente de
alguna manera o que han podido contribuir a una vulnerabilidad de la persona para
desarrollarla posteriormente.
Es importante rastrear todos estos elementos a través de preguntas en la entrevista clínica (por
ejemplo: ¿cuándo fue la primera vez que recuerda haber sentido esta sensación?, ¿cuándo aprendió
la idea “soy inferior”?, etc.), de ejercicios para estimular la narración de la historia (utilidad del uso
de técnicas narrativas) y del uso de instrumentos de recogida de información de experiencias de
la infancia (ej.: entrevista de apego, autoinformes de experiencias familiares, etc.).
A medida que vamos recogiendo y estructurando toda esta información, van a ir emergiendo los hechos
principales a trabajar, es decir, los recuerdos que todavía hoy en el presente resultan perturbadores
para el paciente cuando piensa en ellos. Podemos identificar isomorfismos cronológicos (semejanzas
y conexiones con la historia pasada y presente). Pueden emerger muchas experiencias que no
cumplen los criterios diagnósticos del TPET según el DSM-IV-TR (como vimos en el apartado anterior
cuando hablamos de los tipos de trauma) ya que el acontecimiento es una “t” pero ha producido
síntomas semejantes. Muchas de estas experiencias están almacenadas disfuncionalmente en la red
de memoria de la persona y van a estar en la base de su patología.
Otro elemento a evaluar en esta fase son las circunstancias actuales en las que los síntomas
se precipitan. Las circunstancias actuales que estimulan el síntoma a través de lo que se llama
condicionamiento de segundo orden, que se refiere a las respuestas condicionadas que asocian
perturbaciones emotivas y conductuales a estímulos que en realidad no son peligros de por sí.
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Los comportamientos disfuncionales y de evitación deben ser identificados, así como los beneficios
secundarios de la sintomatología. Como decíamos antes, hay detonadores de la sintomatología
que son condicionados directamente mediante condicionamiento clásico (los directamente
relacionados con el suceso como un coche en un accidente de tráfico) y otros que son condicionados
mediante condicionamiento operante, cuando un estímulo neutro se asocia a la respuesta ante el
estímulo amenazante (el temor a los días nublados si es que el accidente se produjo un día nublado).
Estos condicionamientos de segundo orden pueden suponer una red compleja de estímulos
disparadores que se han podido ir generalizando con el tiempo.
Estas respuestas condicionadas que implican las condiciones actuales, situaciones o personas que
evocan la perturbación emotiva o los comportamientos evitativos o no adaptativos, se analizan con
la siguiente estructura de elementos (DICES):
La selección de las metas futuras que el paciente desea alcanzar es un elemento relevante del
proceso de evaluación. Es necesario identificar las capacidades, actitudes y repertorio conductual
que la persona tiene en su maleta de recursos y aquellos que deberá desarrollar para poder alcanzar
estos objetivos.
La creación y visualización de escenarios positivos va a ser un recurso muy útil para potenciar el
manejo de las situaciones futuras en el paciente. También se pueden incluir ensayos de conducta,
exposición gradual, modelado, etc. Pueden aparecer a lo largo de la resolución de los síntomas
nuevos objetivos para los que quizás la persona necesite desarrollar nuevas capacidades e incluso
una nueva imagen de sí mismo como alguien competente al haber reprocesado sus esquemas
cognitivos negativos asociados a los sucesos traumáticos y haber desarrollado una nueva narrativa
interna positiva de su historia que ha reforzado su autoestima y auto concepto.
Es importante también en esta fase valorar la idoneidad del paciente para el tratamiento con
EMDR. Para ello hay que considerar las condiciones médicas (enfermedades, deterioro neurológico,
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
6ECTS .es
etc.) de la persona y consultar a su médico informando del tipo de trabajo que se pretende realizar.
Valorar la medicación que la persona está tomando o si sería conveniente que la tomara para
estabilizar y tolerar mejor el trabajo terapéutico. Considerar los recursos del paciente, tanto externos
como internos, los riesgos de crisis y los puntos fuertes y limitaciones que pueda presentar.
También es importante valorar la tolerancia que tiene la persona a las emociones intensas y si hay
síntomas disociativos importantes, consumo de alcohol u otro tipo de drogas, o enfermedades
mentales graves (psicosis, trastorno bipolar). En estos casos es necesaria una preparación previa
del paciente y el terapeuta debe estar familiarizado con este tipo de pacientes y tener experiencia
y formación suficiente en los protocolos adaptados para pacientes complejos (trastornos bipolares,
trastornos disociativos, trastorno bipolar, etc.).
•• Seleccionar las dianas para el reprocesamiento (sucesos pasados etiológicos para los síntomas
actuales, detonadores actuales y objetivos futuros) y hacer un acuerdo sobre los objetivos y el
plan terapéutico.
En esta fase se centra la atención en la descripción del proceso y en las técnicas de afrontamiento para
preparar al paciente de la manera más adecuada para el tratamiento. Aquí se establece el marco
terapéutico y nos aseguramos de que el paciente tenga una amplia comprensión del proceso y unas
expectativas adecuadas al mismo. El objetivo central es que la persona esté preparada para procesar
las dianas que se eligieron en la fase anterior y/o aquellas que puedan surgir durante el proceso. Es
un elemento fundamental para que la terapia sea eficaz, sobre todo en los casos más complejos.
Tenemos que estar seguros de que hemos establecido una adecuada alianza terapéutica con el
paciente y reforzarla durante esta fase. El paciente necesita sentirse seguro para recorrer el camino
del procesamiento, con lo que el contexto terapéutico debe ofrecerle la máxima seguridad para ello.
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El paciente tiene que haber entendido el modelo del PAI, tras una explicación adecuada a la edad
y nivel intelectual de cada persona. Debe saber que los recuerdos traumáticos no procesados generan
estrés y malestar a lo largo del tiempo y que lo que se va a hacer con EMDR es estimular un sistema
natural de nuestro cerebro para procesar esas experiencias que quedaron bloqueadas. Es su propio
cerebro el que marca el ritmo, se trata de un modelo de trabajo centrado en el paciente.
También es fundamental que la persona pueda diferenciar los pensamientos y creencias de las
emociones y las sensaciones corporales. No hay que escatimar en tiempo para asegurarnos de que
la persona adquiera la capacidad de comunicarnos lo que piensa de ella misma, que puede identificar
sus emociones y sentimientos y localizar la señal de los mismos en el cuerpo. Cuando hay dificultad
en este sentido por parte de la persona, podemos utilizar cualquier recurso terapéutico adecuado a
tal fin como la focalización sensorial y el mindfulness entre otros.
Para asegurar la estabilidad del paciente y el enfoque de estar a caballo entre pasado y presente, se
utilizan algunas metáforas, la señal de stop y el lugar seguro.
Metáforas
Las metáforas pueden ayudar al paciente a comprender mejor el proceso y sentirse más cómodo
con una experiencia nueva y a mantenerle conectado con el presente. Se le puede decir al paciente
algo así como: “para ayudar a crear una sensación de distancia entre usted y el recuerdo doloroso es
útil utilizar alguna metáfora. Por ejemplo, podría imaginar que va viajando en un tren y ver pasar el
paisaje que será la experiencia recordada, o también podría imaginar que está ante una pantalla de
cine y va viendo cómo se proyectan los elementos del recuerdo. ¿Qué metáfora le gustaría utilizar?”.
Señal de Stop
Se acuerda con el paciente una señal de parada (puede ser un gesto con la mano) para facilitar su
sensación de control sobre el procesamiento de los recuerdos traumáticos. La persona puede decidir
parar si el nivel de perturbación le resulta excesivo. Aunque es cierto que le habremos explicado
previamente que durante la fase de reprocesamiento pueden darse estados emocionales intensos
y que le animaremos a que avance en ellos para su completa resolución, es importante que pueda
sentir que tiene control y puede parar si lo necesita. Esta señal también resulta útil para diferenciarla
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
6ECTS .es
de expresiones que pueda tener la persona durante el procesamiento que son fruto de este y no una
necesidad de parar (ej.: “no puedo”, “es terrible”, etc.).
En esta fase se presta atención especial a la instrucción del paciente en técnicas de autocontrol para
manejar las abreacciones y asegurarnos la estabilidad emocional tras una sesión de reprocesamiento
y también entre sesiones.
Aquí se puede incluir cualquier ejercicio de auto regulación como entrenamiento en respiración,
técnicas de relajación, imaginería, mindfulness, hipnosis, etc. Como parte de estas estrategias y también
como primera introducción del uso de la EB, se introduce el ejercicio del lugar seguro (Shapiro, 2001).
Se le pide al paciente que identifique un lugar o una situación en que le transmita tranquilidad
o seguridad. Si no identifica un lugar real puede utilizarse un lugar imaginario o identificar una
característica positiva o fortaleza que posea y localizar una situación donde se haya dado. Cuando
se ha elegido el lugar, se identifica la imagen de este con todos los detalles sensoriales posibles y se
le pide a la persona que describa las emociones y sensaciones asociadas a esta imagen y centre su
atención en ellas y en dónde las localiza en el cuerpo. Para fomentar estas sensaciones el terapeuta
le anima a que siga centrando su atención en la imagen y en la parte del cuerpo donde siente las
sensaciones agradables y que disfrute de ello. A medida que se va concentrando en estos detalles se
van haciendo sets de EB y se le va pidiendo información tras cada uno de cómo se siente o qué emerge.
Cuando van emergiendo sentimientos y sensaciones positivas expresadas por el paciente se
van reforzando con la EB hasta afianzarlo. Es entonces cuando se le pide que identifique una
palabra o expresión que represente ese lugar y lo que siente. A continuación, se le pide que se centre
en esa palabra y note los sentimientos y sensaciones positivas y se realiza de nuevo EB. Se fortalece
con unos cuantos sets la información positiva que vaya expresando el paciente y la asociación entre
la palabra y las sensaciones positivas.
En este ejercicio, la EB se aplica a una velocidad más lenta que cuando hacemos reprocesamiento
de un recuerdo y con menos pases (entre 6 y 8 aproximadamente). Esto se hace para evitar que la
persona active demasiadas redes asociativas en su memoria y pueda colarse información negativa
que interfiera.
Una vez instalado el lugar seguro se pone a prueba, pidiendo al paciente que vaya a su lugar y se repita
para sí la palabra clave y observe qué nota. Se reproducen las sensaciones positivas de bienestar que
se instalaron. A continuación, se le pide que piense en algo que suponga una molestia leve, una
perturbación baja (sud 1 ó 2) y note las sensaciones. Después se le pide que vuelva a su lugar seguro
y observe cómo se siente, qué recuerde la palabra clave y observe si se producen cambios en sus
sensaciones corporales. Si la respuesta es positiva, se vuelve a reforzar la conexión con sets de EB. Si se
da una respuesta negativa, el terapeuta tratará de guiar al paciente hasta que vuelva a conectar con
emociones y sensaciones positivas.
Se le vuelve a pedir que piense en otro suceso medianamente molesto y que después traiga su lugar
seguro y la palabra clave a su mente en silencio y observe los cambios que se produce en su cuerpo
mientras lo hace.
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Se anima al paciente a que utilice la palabra clave y su lugar cada vez que sienta un poco de molestia
entre las sesiones. El proceso irá funcionando mejor a medida que lo practique y lo podrá utilizar más
adelante para estabilizar un mayor nivel de perturbación.
•• Obtener información útil sobre el paciente (cómo responde a la EB, su capacidad de conectar
información, signos de disociación, bloqueos y resistencias…).
A la hora de aplicar este procedimiento, el terapeuta tiene que tener en cuenta algunas precauciones:
•• Preparar al paciente para el reprocesamiento de los sucesos traumáticos con EMDR y permitir
al paciente mantener un enfoque doble de atención al pasado desde el presente.
•• Lugar seguro y otras técnicas de control para reducir el estrés en una sesión de EMDR
incompleta o entre sesiones.
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
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La imagen
El primer canal de acceso al recuerdo es la imagen que represente para el paciente la peor
parte del suceso, la más dolorosa, siempre desde la perspectiva presente. Es decir, ha de ser la más
representativa y perturbadora que la persona asocie al acontecimiento. Esta imagen va a ser la clave
de acceso para evaluar la perturbación actual que provoca el suceso en el paciente.
Cuando no hay imagen, se selecciona un recuerdo sensorial alternativo que represente el objetivo o
diana, como un sonido o un olor.
Una vez establecida la imagen, se pasa a identificar las atribuciones negativas personales con
las que el paciente se identifica como resultado de esa experiencia y que conforman su red de
creencias nucleares disfuncionales. Esto es lo que en el protocolo se denomina Creencia Negativa,
que describirá las palabras que la persona se atribuye en el presente al observar la imagen (“¿qué
palabras concuerdan mejor con la imagen que expresan su creencia negativa sobre sí mismo ahora?).
•• Es una creencia actual que identifica el paciente cuando focaliza la imagen del recuerdo.
Es una autoafirmación negativa fruto de la percepción de sí mismo que tiene el paciente por la
manera disfuncional en que ha almacenado el recuerdo en su memoria (ej.: un recuerdo que produce
vergüenza puede activar la CN “soy un inútil”).
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Es importante que la CN esté bien definida y no sea una descripción de las emociones o de las
circunstancias dolorosas del suceso, o características de otras personas o del mundo externo. Si el
paciente describe algo así se le pregunta qué dice eso de sí mismo para ayudarle a identificar la idea
autorreferente que hay de base.
En la tabla 1 se puede ver una clasificación de estas creencias en las dimensiones comentadas.
Tabla 1
Cuadro de creencias del EMDR Institute.
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
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Peligro Seguridad
Una vez identificada la CN, se guía al paciente hacia la dirección de cambio, identificando lo que
desearía pensar sobre sí mismo en el presente cuando focaliza su atención en la imagen dolorosa
(“cuando trae a la memoria esa imagen, ¿qué quisiera creer sobre sí mismo ahora?”). Por ejemplo, ante
“soy un inútil” la idea de “soy capaz” reflejaría la dirección de resolución positiva hacia donde irá el
paciente. También será conceptualizada dentro de los 4 tipos de creencias que comentamos para la
negativa y será imprescindible que ambas (la CN y la CP) estén alineadas, es decir, pertenezcan a la
misma dimensión.
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Esta CP ayudará al paciente a desarrollar una atribución del yo más adaptativa en relación con la
experiencia perturbadora, introduciendo información correctora incompatible con la evaluación
inicial (Leeds, 2011).
Evidentemente, las CP también son el reflejo de los objetivos terapéuticos. Y a nivel neurológico
se ha visto que para obtener su formulación el paciente tiene que activar zonas del hemisferio
izquierdo del cerebro que activan las capacidades de análisis menos vinculadas a la experiencia y
más a procesamientos simbólicos y categóricos de la información (Van der Kolk, et al 1997).
La identificación de esta CP puede resultar difícil para pacientes con trauma grave, que tienen serias
dificultades para imaginar un resultado positivo y habrá que trabajar con ellos previamente esta parte.
Medición de la CN
Una vez establecidas las CN y CP se procede a medir la intensidad con la que el paciente cree la CP,
que será medido en una escala Likert llamada Validez de la Cognición Positiva (VOC): “cuando trae a
su mente la imagen, ¿cuál creíble siente (se repiten las palabras de la CP) ahora en una escala de 1 a 7,
donde 1 seria completamente falso y 7 completamente verdadero?”). Se destaca la palabra “siente”
porque no es una valoración desde lo cognitivo sino desde cómo se siente a nivel emocional de cierta
la creencia focalizando la atención en la imagen perturbadora.
1 2 3 4 5 6 7
Para orientarnos en las posibles creencias que se pueden dar según las dimensiones comentadas
podemos utilizar el cuadro de creencias del EMDR Institute (ver Tabla 1).
Identificar Emociones
El siguiente paso consiste en identificar las emociones que en el presente surgen al focalizar la
atención en el suceso a través de la imagen (“Cuando piensa en la imagen y en las palabras –se
repite la CN- … ¿qué emociones siente ahora?”).
Medición de la perturbación
A continuación, se mide el nivel de perturbación, esta vez en una escala Likert de 10 unidades,
llamada Escala de Unidades de Perturbación Subjetiva (SUD), a través de la pregunta: “en una escala
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de 0 a 10, donde 0 es ninguna perturbación o neutral y 10 es la perturbación más alta que pueda
imaginar, cuanta perturbación siente ahora?”.
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Sensaciones Físicas
El último paso de esta fase es identificar las sensaciones físicas asociadas a la perturbación que
se identifica en el presente cuando se focaliza la atención en el suceso, mediante la pregunta
“¿dónde siente la perturbación en el cuerpo?”.
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En esta fase se accede al target y se estimula la red de la memoria produciéndose las conexiones
con redes más adaptativas partiendo de la exposición a la imagen, la cognición negativa, las
emociones y sensaciones y avanzando hasta la resolución adaptativa a través de ciclos de
estimulación bilateral (24 a 30 movimientos en cada serie) de la atención. Esta fase durará hasta
que el SUD baje a un valor de cero, es decir, que el recuerdo ya no produzca ninguna perturbación en
el paciente.
Neurotek
http://www.neurotekcorp.com/
Aquí se vuelven a retomar las metáforas que comentamos en la fase 2, que nos ayudan a que el
paciente simplemente deje que pase lo que tenga que pasar. La metáforas de estar en un tren
observando el paisaje o sentado ante una pantalla en la que se proyecta una película son útiles para
ello. La idea es que la persona perciba que no tiene que controlar el proceso, simplemente observar y
que puede pararlo cuando lo desee. Para ello se acuerda una señal de stop que permita al terapeuta
saber que el paciente siente la necesidad de parar.
Para iniciar esta fase se le dice al paciente que traiga a su mente la imagen, la CN y las emociones
y note dónde lo está sintiendo en el cuerpo y, a continuación, se inicia la EB. Después de cada set
de EB el paciente da una retroalimentación sobre los cambios en la imagen, los pensamientos, la
emoción y la sensación corporal, cuando el terapeuta le pregunta “¿Qué nota? ¿Qué surge?”. Es
importante destacar que no se inicia un diálogo sobre lo que surge, simplemente el paciente lo
describe y el terapeuta lo escucha. De la misma manera, el terapeuta no habla durante los sets de
estimulación bilateral. Esto suele ser una dificultad para la mayoría de los terapeutas al principio de
su práctica cuando vienen de enfoques basados en el discurso terapéutico. Pero aquí es esencial que
no se interrumpa el procesamiento y éste sea dinámico. La pausa entre sets es necesaria para que el
paciente descargue la información disfuncional y se consolide la adaptativa, a la vez que se reorienta
al presente y verbaliza lo ocurrido en su interior (Hensley, 2009), pero no ha de ser muy larga para
que el sistema de reprocesamiento siga con asociaciones de información sin influencia del terapeuta.
También esta retroalimentación permite al terapeuta revaluar el progreso del cliente y juzgar si se ha
producido el reprocesamiento, aunque esto se ha de ir observando durante el proceso a través de las
respuestas fisiológicas y emocionales a nivel no verbal que muestre la persona.
Un elemento fundamental que se debe transmitir al paciente es que no hay nada preestablecido,
cada sesión de reprocesamiento es única y no ha de juzgar el material que surja. Hay sesiones en las
que las conexiones son fluidas y no aparece mucha perturbación, otras son muy intensas respecto a
respuestas emocionales, en otras se activan mucho las sensaciones corporales, es decir, no hay una
única manera de reprocesar la información. En otras aparecen canales de información nueva cuando
parece que se había cerrado ya el anterior. Cómo suceda en cada sesión será la forma en que tenía que
suceder. El terapeuta simplemente anima y mantiene su presencia de seguridad para el paciente: con
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
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frases como: “lo está haciendo muy bien”, “siga con ello”, “recuerde que es el pasado, ahora está aquí
conmigo”, “déjelo ir, respire”, etc.
Esta fase puede tener una duración variable, desde 10 minutos en algunos casos, hasta varias
sesiones, dependiendo de la complejidad de la red de información desadaptativa que el PAI necesite
desmantelar.
No tuve
la culpa
No valgo
nada Estoy
bien
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Los cambios en la percepción de la experiencia se pueden dar tanto en la imagen, en el contenido del
suceso, en los pensamientos, en las emociones o en las sensaciones corporales.
Una vez que un canal de asociaciones se ha resuelto, es posible que, al regresar al recuerdo,
la persona sienta perturbación ahora por otros aspectos del recuerdo. Por ejemplo, si la
perturbación inicial tenía que ver con el miedo a la muerte producido por un accidente de tráfico
y esta se resuelve con la integración por parte del paciente de que el peligro ya ha pasado y ahora
está seguro, puede surgir después la sensación de culpa por no haberlo hecho bien y haber evitado
la colisión. También pueden ser canales de malestar sensorial o emocional o, incluso que emerjan
otros recuerdos que en principio no se habían conectado con el recuerdo inicial. Estos serían nuevos
canales y habría que continuar el proceso hasta asegurarnos que el recuerdo no activa más canales
de información conectados con el malestar. En la figura siguiente podemos ver una imagen gráfica
de esta fase de desensibilización.
Objetivo/nudo
Canales de Reprocesamiento Desensibilización
Asociación Completa
Material Cambios
Disfuncionalmente Observados
Almacenado
Procesamiento Asociativo
Imaginería, recuerdo nuevo, cambio de imágenes, exposición del incidente,
cambios de aspecto, y cambios en sonidos, sensaciones
y/o emociones
Al final de un canal, cuando el paciente ha dado varia respuestas neutras o positivas se vuelve a la
diana original para comprobar qué surge ahora y el nivel de perturbación que produce. Es importante
no indicar al sujeto que vuelva a la imagen, si no al recuerdo o suceso inicial (si hiciéramos esto
estaríamos presionando al cerebro a desandar lo andado, ya que tras las tandas de reprocesamiento
el recuerdo va evolucionando en el lenguaje interno del paciente y la imagen puede haber cambiado).
Si el nivel de perturbación ha bajado a 0 se hace unas tandas más de EB para comprobar que no
hay más canales. Si se mantiene se pasa a la siguiente fase. Si, por el contrario, el paciente sigue
notando perturbación se continúa con las tandas de EB hasta que todos los canales se limpien y el
recuerdo quede integrado en la red de memoria no produciendo malestar en la persona. El número
de veces que se requiere regresar a la diana e identificar otro canal que contenga material adicional
perturbador es variable, según la persona y el recuerdo que se esté procesando.
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
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Es importante señalar, como hemos indicado antes, que en esta fase el terapeuta ha de estar
presente activamente pero no hace intervenciones, dejando que el cerebro de la persona sea
el que lleve el control a través de las asociaciones que va haciendo. El terapeuta realiza un apoyo
verbal no específico y contingente durante la EB, con frases como “siga”, “eso es”, “solo observe”, etc. Y
al pedir el feedback al paciente tras cada serie de EB (cada serie en esta fase es de 24 a 30 movimientos
completos) dice algo sencillo como “descanse, respire, déjelo ir…” y pregunta “¿qué le llega o que nota
ahora?”. Esta pausa entre series de estimulación permite a la persona volver a conectar con el aquí y
ahora, dejando que se asiente todo lo que ha conectado durante la estimulación.
Una excepción con respecto a la intervención del terapeuta en esta fase es cuando se producen
bloqueos en las conexiones de información. Si el paciente continúa dando información de contenido
perturbador varias tandas o se queda con un contenido determinado bloqueado, se ha de intervenir
de una manera concreta. Esto lo veremos más adelante en el apartado de manejo de bloqueos.
Como se ha comentado anteriormente, cuando el SUD del recuerdo llega a 0 para el paciente, éste
está preparado para iniciar la siguiente fase de instalación. El objetivo fundamental de esta fase es
conectar la creencia positiva con lo que queda del problema pasado, de manera que el recurso
positivo que le provee esta creencia positiva a la persona se enlace con el antiguo problema. Se
trata de una ampliación del procesamiento que facilita la generalización de los efectos del tratamiento
con una integración completa de una nueva perspectiva sobre la red de recuerdos diana (Leeds, 2011).
En primer lugar, se verifica si la CP sigue siendo válida en este momento, ya que, con el procesamiento
realizado en la fase anterior, lo que la persona deseaba creer antes puede haber cambiado. Puede
necesitar una creencia más firme para completar el proceso y esto es positivo. Por ejemplo, podría
haber elegido la creencia “ya pasó” y cambiarla por “soy fuerte”. Para valorar la idoneidad de la CP el
terapeuta pregunta: “Cuando recuerda el incidente original, ¿siguen siendo apropiadas las palabras...
(CP) o hay ahora otras palabras más idóneas para la creencia positiva?”. Es muy importante que la
creencia se conecte con el recuerdo, que resuene en la persona cuando lo trae a su mente. No puede
ser una creencia general que abarque otros aspectos o momentos de la vida del paciente, se tiene
que focalizar al recuerdo con el que se está trabajando en este momento. La persona puede no estar
preparada todavía para creer esas palabras en sentido genérico.
Una vez comprada la CP, se procede a evaluar su validez en el momento presente, es decir, la medición
del VOC en la escala de 1 a 7. Si la reprocesamiento anterior ha sido efectivo la respuesta a esta
medición suele ser positiva, indicando el cliente una puntuación alta, normalmente de 5 o mayor.
En esta fase se vuelve a realizar un reprocesamiento, partiendo del recuerdo y de la CP, para que el
paciente realice en este caso conexiones positivas que generalicen y refuercen la integración de esta
creencia adaptativa. Aunque esta fase se denomine fase de instalación, las tandas de EB seguirán
siendo largas (a diferencia de las series cortas del Lugar Seguro o la instalación de recursos que
veremos más adelante). Tras pedirle al paciente que se centre en el recuerdo y en las palabras de la CP
se hacen series de EB y se va comprobando el VOC cuando la devolución del paciente se mantenga
positiva durante varias tandas. Si el VOC va en aumento, se continúa con las series para reforzar la
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confianza del paciente en la CP. Esta fase sigue siendo una fase de reprocesamiento y puede surgir de
nuevo material perturbador. En este caso, se ha abierto un canal nuevo al introducir la CP y tendremos
que seguir estimulando el sistema hasta que desaparezca el malestar y el VOC se mantenga en 7.
Si el feedback del paciente tras cada serie no es cada vez más positivo o no llega el VOC a 7, se puede
cambiar la dirección o el tipo de EB. Si con estos procedimientos el paciente informa de un VOC de
6 o menos, esto será un indicador de que existe una creencia bloqueadora que le está impidiendo
completar el proceso. En estos casos tenemos que identificar dicha creencia y trabajar con ella para
neutralizarla. Para ello, se le pregunta al paciente qué impide que pueda llegar a 7 o qué ocurriría si
llegara a 7. En la fase 1 habremos identificado algunas de las creencias bloqueadoras del paciente y
podemos utilizar esta información para comprobar si es alguna de las que ya teníamos identificadas
o quizá alguna que no había aparecido hasta ahora. En algunas ocasiones, la creencia bloqueadora
se puede procesar haciendo foco en ella y con varias series de EB, pero en otras ocasiones habrá que
buscar su origen y procesar los recuerdos relacionados con su etiología. En este caso, la diana con la
que estábamos trabajando se quedará incompleta hasta que el suceso relacionado con el origen de
esta creencia bloqueadora sea procesado. Y cuando la creencia bloqueadora esté resuelta, se ha de
reevaluar la diana que quedó incompleta y realizar la fase de instalación y las siguientes.
Una vez que el paciente informa de VOC 7 y ya no aparece más material positivo ni perturbador,
pasamos a la siguiente fase.
•• Integrar los efectos positivos de la cognición positiva mientras se la une al evento target
original y se instala mediante ciclos cortos de estimulación bilateral.
•• Aumentar las conexiones a la red cognitiva positiva y los efectos de la generalización en la red
asociada.
Una de las formas en las que el recuerdo no procesado se ha quedado almacenado es a nivel
somático. El cuerpo conserva las huellas de las vivencias que la persona va acumulando en su
vida. Es por ello que tenemos que comprobar si con el reprocesamiento que se ha realizado hasta
ahora estas huellas se han disuelto o todavía queda alguna sensación residual. Para ello se pide al
paciente que haga un chequeo corporal, observando desde la cabeza a los pies mientras mantiene
el recuerdo y la CP en su mente. Se le pide que esté atento a sensaciones de tensión o perturbación,
pero también si nota sensaciones positivas en el cuerpo. Los residuos corporales de ansiedad que se
detectan asociados al recuerdo se reprocesan mediante varias series de EB, hasta que desaparecen.
Este es de nuevo un momento de reprocesamiento, con series similares a las de la fase 4 (entre 24 a
30 movimientos completos en cada serie) partiendo del recuerdo, la CP y la sensación de malestar,
hasta que ésta se desvanece. Si surgen sensaciones positivas, también se refuerzan con series de EB
para potenciar el resultado.
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
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Si la tensión no se resuelve con las series de EB, puede que queden asociaciones sin procesar,
que deberán ser completamente procesadas. Puede que tengamos que resolver los canales de
información con los que esta perturbación se conecta y una vez limpios, volver al chequeo corporal
del recuerdo original que dejamos incompleto. Esto a veces puede completarse en la misma sesión
o puede ser necesario dejar la sesión incompleta y resolver los nuevos canales en la siguiente o
siguientes sesiones. Esta fase solo se completa cuando el examen corporal está libre de sensaciones
negativas. Es entonces cuando pasamos al cierre y podemos plantearnos el trabajo con una nueva
diana.
Esta es la fase de cierre del proceso, cuyo objetivo es el cambio de estado del paciente, deteniendo el
procesamiento focalizado. El cierre es necesario tanto si la sesión se ha completado con SUD=0 y VOC=7,
como si se ha quedado incompleta. Se realiza un debriefing del cliente tras la sesión, asegurándonos
de que vuelve a un estado de equilibrio emocional antes de finalizar la sesión terapéutica. Si el SUD
no ha llegado a 0 y hemos consumido el tiempo de la sesión, se considera sesión incompleta y se
introducen ejercicios de relación y estabilización para que el paciente se pueda marchar de la sesión
en un adecuado estado. En este sentido se puede recurrir al Lugar Seguro para bajar la activación o a
cualquier otra estrategia con la que el terapeuta esté familiarizado.
También se le explica al paciente lo que puede surgir entre las sesiones, ya que el cerebro una vez activa
el procesamiento de un recuerdo puede seguir realizando conexiones. Se le pide por ello al paciente
que lleve un diario en el que anote las cosas que vaya observando que le llamen la atención (otras
conexiones, pensamientos, sueños, cambios conductuales, emociones, etc.). Se le animará a utilizar
las estrategias de estabilización que hayamos entrenado en la fase 2 para manejar la perturbación
que pudiera surgir. También es importante ofrecerle un horario de disponibilidad en caso de que
tenga necesidad de contactar con el terapeuta porque surja algo que le perturbe.
•• Explicación de la sesión.
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•• Sacar la atención del paciente de la red tratada como blanco y acceder a una red neutra y
adaptativa.
En esta fase, el terapeuta realiza un seguimiento del procesamiento que se realizó en la sesión
anterior, revisando las cosas que ha observado entre las sesiones, haciendo uso del diario. Puede
haber observado algunos cambios, aparecido nuevos insights, recuerdos, sensaciones, pensamientos,
imágenes o emociones, o haber tenido algún sueño significativo.
A continuación, se vuelve a valorar cómo está el recuerdo que se trabajó en la sesión anterior. Tanto si
la sesión anterior fue completa o incompleta, se le pide al paciente que traiga el recuerdo a su mente y
observe qué emerge ahora y cuál es el nivel de perturbación que le produce. Si la sesión fue completa
y los cambios en la percepción del recuerdo se han mantenido, se puede pasar a la siguiente diana u
objetivo. No obstante, aunque el SUD sea 0, se le pide al paciente que traiga el recuerdo y note que ya
no perturba y se hacen un par de series de EB para comprobar que realmente no queda ningún canal
asociado que necesite procesarse. Si después de este chequeo se mantiene el resultado podemos
dar por procesado ese recuerdo y continuar con el objetivo siguiente en la planificación terapéutica.
Si la sesión fue incompleta, se tendrá que reanudar el procesamiento de la diana. Para ello se le pide
al paciente que vuelva a traer a su mente el suceso con el que se trabajó y que identifique el nivel
de perturbación que le produce en este momento. Se focaliza en el recuerdo y en dónde localiza
esa perturbación en el cuerpo y se comienzan las series de EB. Se continuará hasta que se puedan
completar las fases 4 a la 7 y se pueda dar por procesado el suceso.
Puede ocurrir que en la fase 8 evaluemos un recuerdo que quedó con sesión incompleta y, durante
el tiempo entre sesiones, el sistema de reprocesamiento haya resuelto la perturbación y la persona
informe de SUD=0 e incluso también de VOC=7. En estos casos se refuerza el cambio y se comprueba
que no quedan residuos corporales y, si se mantiene la ausencia de perturbación, daríamos por
completo el reprocesamiento del recuerdo.
Las fases 3 a la 8 se llevan a cabo con cada una de las dianas seleccionados en el plan de tratamiento
y con aquellas que hayan podido surgir durante las sesiones de reprocesamiento.
Es importante también la reevaluación de los efectos del tratamiento, así como de los objetivos y del
avance en el plan de tratamiento tras cada sesión. Una vez que se han procesado las dianas relacionadas
con un problema se tendrá que trabajar con los disparadores del presente y las expectativas futuras,
de manera que se pueda completar el tratamiento.
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
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Se puede ver una sesión completa en el vídeo clínico de la asignatura, así como en los enlaces
siguientes de sesiones realizadas en entrenamientos oficiales de EMDR.
La Dr. Jamie Marich trabaja en esta sesión con un caso de incidente traumático único, mostrando la
aplicación del protocolo EMDR de 8 fases. En el ejemplo se puede ver el manejo de una abreacción
emocional y el establecimiento de una plantilla a futuro. Aunque es inglés, es un valioso recurso para
ver con detalle las fases 3 a la 7.
Se puede ver también una sesión completa de trauma vicario, grabada en un entrenamiento de
EMDR. En esta sesión, la entrenadora Elsy Carvalho, conduce una sesión de EMDR para trabajar con
una colega psicóloga que presenta síntomas de estrés postraumático tras ayudar en una situación de
catástrofe (un incendio en una discoteca). En este caso, el vídeo es en portugués, ya que está realizado
por la asociación brasileña de EMDR, pero los subtítulos en castellano y la claridad de las secuencias,
lo hacen muy útil para visualizar las fases 2 a la 8 y ver la eficacia de EMDR en la resolución de trauma
T único.
Curando traumas com EMDR: o incêndio da Boate Kiss em Santa Maria (RS)
https://www.youtube.com/watch?v=5q2vOpGTqsY&t=4s
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trauma complejo y la existencia de disociación. En ambos casos hay que revisar la conceptualización
del caso y plantear los recursos apropiados a cada situación.
Este trabajo permite reestructurar e integrar las redes neuronales asociadas al trauma inicial, a
través de una integración bilateral (en el hemisferio derecho e izquierdo del cerebro), utilizando la
estimulación en el presente conjuntamente con el material recordado del/a cliente. Esto es lo que
denominamos atención dual.
Así, los elementos característicos de EMDR, son la exposición a los recuerdos asociados al trauma,
la vivencia emocional, y la estimulación bilateral alterna a los dos hemisferios cerebrales. Mientras
se aplica esta estimulación en el presente, siguiendo el protocolo elaborado a tal fin, la persona
parte de la observación del recuerdo y va haciendo conexiones con otros aspectos de este o de la
red de información almacenada en su memoria en cada set de estimulación. En esta intervención,
el terapeuta realiza un acompañamiento y actúa de facilitador, pero no realiza intervenciones
terapéuticas verbales clásicas. Es decir, solo lo hace en las pausas entre las estimulaciones para
pedirle feedback al paciente, pero no interpreta o redefine, simplemente estimula y anima a “ver lo
que ocurre”. El proceso se considera “interno” al paciente, relativamente independiente del terapeuta,
siendo un enfoque centrado en la persona.
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
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En síntesis, las áreas en las que se ayuda al paciente en este enfoque pasado-presente-futuro son:
3. Cómo construir las experiencias positivas que se necesitan para dar los pasos necesarios hacia
el cambio vital que se desea.
La estructura de trabajo que cubre las áreas anteriores implica los 3 vértices: pasado – presente –
futuro.
Una vez hemos identificado los recuerdos de la infancia y de otras experiencias vividas por la persona
que se han relacionado con los síntomas a partir de la hipótesis diagnóstica y la conceptualización del
caso, se procede a reprocesarlos. Mediante el protocolo estándar de 8 fases descrito anteriormente,
se reprocesan cada uno de los recuerdos seleccionados como dianas de tratamiento, completándose
las 8 fases con cada uno de ellos. Si hemos seleccionado bien los recuerdos clave, al reprocesar éstos
se dará un efecto de generalización y normalmente se procesarán espontáneamente otros recuerdos
relacionados con ese recuerdo clave. Los que sigan provocando malestar al recordarlos tendrán que
ser tratados con el protocolo completo.
•• El criterio de gravedad, comenzando por el recuerdo más perturbador que esté provocando
claramente a la persona en el presente.
•• El criterio del recuerdo (o grupo de recuerdos) conectado con el inicio del peor síntoma.
Esto será una decisión clínica a tomar por el terapeuta en colaboración con el paciente, en función de
la hipótesis diagnóstica para aumentar la eficacia del tratamiento.
Es frecuente encontrar casos complejos en los que identificamos múltiples dianas susceptibles de
trabajar. En estos casos es más eficaz elegir las dianas relacionadas con los síntomas que contribuyen
a la disfunción actual como un clúster. Dentro de cada agrupación o clúster relacionado con un
problema clínico concreto, podemos sintetizar la elección de recuerdos, incluyendo: el primero, el
peor y el más reciente. Esta selección representativa de recuerdos asociados a una diana permitirá al
cerebro de la persona reprocesar en racimo y generalizar el proceso al resto de situaciones similares.
Una vez procesados los recuerdos del pasado asociados al síntoma objeto del tratamiento se pasa a
procesar las situaciones presentes y sucesos recientes que hayan provocado o todavía provoquen
la sintomatología o malestar. Se comprobará también que la perturbación no esté conectada con
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algún recuerdo alimentador que no haya sido atendido en el paso anterior, o con alguna creencia
bloqueadora. Si fuera así se procesarían antes estos elementos y después los disparadores presentes.
De nuevo aplicaremos el protocolo estándar de 8 fases con cada uno de estos elementos.
Es importante destacar que muchos de los disparadores presentes al comienzo del tratamiento con
EMDR dejarán de existir una vez que se reprocesaron los recuerdos clave. Y, en caso de que todavía
generen malestar, éste va a ser menor que al principio del tratamiento. En todo caso, hay que chequear
cómo responde la persona al respecto y limpiar los residuos de malestar que todavía estén presentes.
En ocasiones hay situaciones que siguen provocando malestar porque con el tiempo que han estado
los síntomas presentes en la vida de la persona se han podido dar procesos de condicionamiento de
segundo orden, lo que conllevará a procesar de forma independiente los estímulos condicionados.
Una vez que los estímulos disparadores y los sucesos recientes han sido procesados, se le va a pedir a
la persona que imagine el afrontamiento de las situaciones en el futuro, para reprocesar la ansiedad
anticipatoria. Aquí entramos ya en el trabajo con las plantillas a futuro y el desarrollo e instalación de
recursos que veremos más adelante.
Las plantillas futuras se utilizan para trabajar con la ansiedad anticipatoria, las conductas de evitación
y la adaptación y actualización de la persona a su nuevo estado tras el trabajo realizado con EMDR.
Los objetivos de estas plantillas son: dar a la persona la oportunidad de ensayar una conducta antes
de ponerla en práctica en la vida real, identificar y reprocesar la ansiedad residual y anticipatoria y
desarrollar un plan estratégico para conseguir objetivos y metas futuras.
Cuando la plantilla futura se utiliza para tratar la ansiedad anticipatoria, para proceder procesando
los puntos de malestar solo con EB hasta que desaparezcan, el nivel de perturbación no puede ser
superior a un SUD de 3 o 4. Si resulta mayor, habrá que considerar si ha quedado algún recuerdo
alimentador no procesado, y si está todo bien se procesará con el protocolo estándar completo como
un disparador del presente.
Cada estímulo disparador trabajado en la fase anterior de presente necesitará el desarrollo de una
plantilla futura.
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
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Si la persona percibe malestar, se le pide que se concentre en ello y se introducen series de EB hasta que
se resuelva. En caso de que no desaparezca el malestar hay que valorar si la persona necesita alguna
información, recursos o destrezas adicionales para poder visualizarse afrontando cómodamente la
situación. Una vez introducidos los elementos necesarios comprobamos de nuevo si la persona se
puede visualizar sin malestar en la situación futura. Si el bloqueo persiste, recurrimos a identificar si
hay algún elemento que haya que trabajar con el protocolo estándar.
Si no hay malestar y la persona es capaz de visualizarse con seguridad y claridad, le pedimos que se
concentre en la imagen, la creencia positiva y las sensaciones asociadas con esta escena y las reforzamos
con series de estimulación bilateral, hasta que la plantilla a futuro esté lo suficientemente fortalecida.
A continuación, podemos volver a pedir a la persona que visualice la película introduciendo algunos
desafíos o estímulos disparadores que ya se han trabajado para ayudarle a inocular las dificultades
futuras.
El objetivo del trabajo en esta tercera fase es comprobar que la persona ha asimilado la
información nueva tras las conexiones adaptativas que ha ido realizando durante el proceso
con EMDR y que la ha integrado en su nueva identidad con la nueva narrativa de sí mismo y su historia
que le ha proporcionado el trabajo.
Es muy importante completar el tratamiento con este tercer vértice de trabajo, ya que garantiza la
integración de la nueva narrativa con la incorporación de conductas futuras adaptativas y va a ser
fundamental para el progreso de la persona hacia sus metas iniciales (ver Figura 7).
Sucesos
Sucesos Otros Peor Síntoma Síntoma Objetivo Objetivo Objetivo
más
posteriores sucesos síntoma A B grave C más leve 1 2 3
tempranos
Floatback CP
VOC
Floatback Emoción
Suceso Desarrollo de Nueva
SUD reciente habilidades conducta
Floatback Localización
Figura 7. Resumen de la planificación terapéutica con los tres vértices de trabajo. Recuperado de Leeds (2009).
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3. Estrategias especiales
En los apartados anteriores se han descrito las fases del protocolo de EMDR a nivel general. Pero
existen una serie de procedimientos particulares para manejar algunas situaciones que se pueden
dar sobre todo en la fase 4 de desensibilización. Pasamos a describir las principales.
La abre-acción tiene un comienzo, una duración y un final, dándose la mayoría de las ocasiones
a medida que la información se va procesando. Es una señal de trasformación del material
perturbador y ha de ser visto como algo funcional dentro del proceso.
El EMDR ha estimulado el material tanto consciente como inconsciente en las redes de memoria
y el paciente puede reexperimentar las emociones de forma similar a como las experimentó en la
situación pasada. También puede darse que la persona experimente las reacciones ante el suceso de
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
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un modo que le resultaba imposible cuando sucedió (Hensley, 2009). Por ejemplo, un paciente que
se quedó bloqueado ante una agresión de otros niños en el colegio podría expresar la rabia hacia
esos niños por primera vez y esto es lo que aparece en la abre-acción. Evidentemente, esto también
es positivo para el reprocesamiento ya que permite que la acción que no se llevó a cabo se lleve a
nivel emocional en el presente, permitiendo concluir lo inconcluso de la experiencia. El cerebro en el
presente y durante el reprocesamiento, tiene acceso a recursos que en el momento en el que sucedió
el evento traumático la persona no tenía accesibles.
Antes de iniciar el reprocesamiento hemos recordado con el paciente las técnicas de distanciamiento
(las metáforas del tren o pantalla), así como la posibilidad de utilizar la señal de stop. También
habremos recordado que si se da una experimentación de emociones intensas será como atravesar
un túnel, de manera que intentaremos acelerar para llegar a la luz de salida lo antes posible.
El terapeuta también debe estar preparado para tolerar esa expresión emocional intensa, sin caer en la
tentación de pararla o aliviarla desde fuera. Es el cerebro del paciente el que conseguirá reprocesarla y
aliviarla. Desde el modelo del PAI, cuando el paciente experimenta respuestas emocionales intensas
durante el reprocesamiento, eso significa que se está descargando información. Lo que el terapeuta
debe hacer en estos casos es mantener la serie de EB sin interrupción hasta que se disipe la reacción
intensa, en estos casos eligiendo la estimulación táctil o la auditiva para no interferir en el llanto o las
expresiones no verbales que el paciente necesite elicitar. También se puede apoyar al paciente con
frases como “eso es, déjelo pasar”, “está aquí, eso es pasado”, “ahora está seguro”, “es solo un recuerdo”,
etc. Pero no realizar intervenciones largas ni iniciar un diálogo con él. También se puede recurrir
a la metáfora del túnel y recordarle “está dentro de un túnel, mantenga su pie en el pedal y siga
avanzando” (Shapiro, 2001).
Como resumen, el terapeuta ante una abre-acción tiene que ser capaz de:
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•• Hacer una pausa si es necesario y reorientar al presente, utilizando el lugar seguro u otras
estrategias de auto regulación.
Las estrategias generales para la gestión de una abre-acción serían las siguientes:
•• Mantener la atención en el doble foco, expresando frases cortas de apoyo que le conecten al
presente.
También podemos utilizar estrategias de distanciamiento, que ayuden a la persona a salir del punto
de bloqueo: cambiar a un fotograma fijo y centrarse en él; cambiar a una imagen en blanco y negro;
situar un muro de cristal entre sí mismo y el acontecimiento; convertir a los implicados en dibujos
animados; dar la mano al “YO” adulto.
Con estas pequeñas intervenciones se pueden resolver los bloqueos, pero a veces hay un recuerdo
fuente a la base del bloqueo que nos va a impedir avanzar si no lo localizamos. Este tipo de recuerdos
están contribuyendo al problema actual, pero puede no haberse localizado por ser más temprano y
estar sumergido y aislado en la red de memoria de la persona. La persona se puede quedar atascada
por ejemplo en un recuerdo de la vida adulta o de la adolescencia y no salir de él, esto sería un indicador
de que hay un recuerdo fuente más temprano de base conectado con lo que conscientemente está
expresando. Hay que identificar este recuerdo y reprocesarlo antes de seguir con el que se estaba
trabajando. Para poder identificarlo se utilizan las técnicas de puente que veremos más adelante.
También puede ser que el bloqueo se deba a una creencia bloqueadora que pueda estar impidiendo
a la persona que el nivel de perturbación SUD baje a 0 o que el nivel de validez de la creencia positiva
VOC no llegue a 7. Se realizan preguntas del tipo “¿qué es lo que le impide alcanzar el 0 (o el 7)?”,
“¿dónde lo aprendió?”. Estas creencias pueden ser elaboradas espontáneamente una vez identificadas
procesándolas con EB o tratarlas de forma independiente como una diana con el protocolo estándar
si la perturbación que generan es muy alta.
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
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Durante la fase de recogida del historial, las técnicas de puente pueden ayudar a identificar las
experiencias etiológicas para los síntomas del paciente si éste no ha identificado experiencias
relevantes. En ocasiones, la persona puede no ser capaz de identificar los sucesos etiológicos
relacionados con los síntomas, de modo que se necesitará tomar un suceso reciente identificado o
un estímulo actual que provoque el malestar y buscar a partir de él los recuerdos asociados más
tempranos a través de estas técnicas de puente.
Otra situación en la que son necesarias estas técnicas es cuando debemos restablecer el
reprocesamiento efectivo que se ha bloqueado o detenido debido a recuerdos anteriores asociados
no identificados. Durante la fase 4, si las estrategias que se describen para la resolución de bloqueos no
los han resuelto, esto será un indicador de que hay un recuerdo fuente asociado que está interfiriendo
el procesamiento.
En tercer lugar, las técnicas de puente nos van a ser de utilidad durante la fase de plantilla a futuro,
si el nivel de perturbación resulta ser significativamente elevado y no podemos reducirlo mediante
la estimulación bilateral. En estos casos sirven para detectar que otros recuerdos que no hemos
atendido están interfiriendo para que la persona no pueda plantearse afrontar una situación futura
sin sentir malestar.
Por último, las utilizaremos para desvelar recuerdos adaptativos en el desarrollo e instalación de
recursos para fortalecer el ego o mejorar el rendimiento. En este caso utilizaremos las sensaciones,
emociones o cogniciones positivas para acceder a recuerdos positivos de logro o bienestar que
puedan ser utilizados como recursos.
Si la persona no es capaz de identificar el suceso clave a través del cuestionamiento directo y la revisión
de sus síntomas o su historia, la técnica de floatback es la primera opción para ayudar a extraerlo.
Se trata de un ejercicio de imaginería que actúa como puente con los recuerdos disfuncionales
tempranos (Hensley, 2009).
Usamos esta técnica si la CN (creencia negativa) está identificada de forma clara por la persona para la
situación problema que le genera malestar. Ej.: ante la dificultad de pedir ayuda, una persona puede
identificar la CN “no merezco”.
En el caso de que la CN no sea fácil de establecer para la persona o que no se pueda identificar
claramente la situación responsable de malestar utilizaremos la técnica de puente afectivo.
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Se le indica la siguiente instrucción a la persona: “tome la imagen que represente esta experiencia
y las palabras de la CN, observe las emociones que siente ahora y permita que su mente flote hacia
atrás en el tiempo, al primer momento en que haya sentido esto y observe lo que emerge”.
Esta misma indicación, pero con la creencia positiva y las emociones positivas asociada, servirá para
identificar recuerdos adaptativos que vayamos a utilizar en la instalación de recursos o la plantilla a
futuro.
Esta estrategia de puente afectivo y somático desarrollada por Watkins (1971) en el marco de la
hipnoterapia, permite acceder a partir de estímulos actuales a los recuerdos asociados más
tempranos. Saphiro (1991) desarrolló esta técnica para EMDR sin el componente hipnótico. El puente
afectivo se centra en las emociones que suscita el estímulo, mientras que el puente somático
se centra en la localización de las sensaciones físicas experimentadas con el estímulo. El centrar
la atención en uno u otro aspecto de la experiencia va a permitir a la persona acceder a la red de
recuerdos tempranos que estén conectados con estos aspectos de la respuesta actual. Esta estrategia
puede ser muy eficaz para acceder al suceso clave, pero puede provocar altos niveles de emoción y
sensación corporal, por lo que hay que estar seguros de que la persona está preparada para tolerar la
perturbación. En estos casos es preferible utilizar la técnica de floatback que se describió antes.
Se le pide a la persona que se centre en el recuerdo o situación más reciente que le genere malestar:
“Concéntrese en esa experiencia, en las emociones y las sensaciones que está sintiendo ahora al
hacerlo, y deje que esas emociones y sensaciones le lleven hacia atrás en el tiempo a la primera vez
que experimentó algo similar”.
Los sucesos clave suelen ser con frecuencia experiencias vividas durante los diez primeros años de
vida de la persona, por lo que es muy recomendable identificar el recuerdo más antiguo que le sea
posible, a no ser que estemos tratando un suceso traumático único reciente.
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En coherencia con la máxima de mínima intervención por parte del terapeuta, el EC debe ser una
intervención corta y concisa o una pregunta que ayude a cambiar la perspectiva que tiene la persona
sobre el tema que se está trabajando y por lo tanto acelerará el procesamiento. Es como introducir
un eslabón en la cadena de asociaciones para facilitar el fluir de las mismas cuando se han atascado.
En todos los casos, una vez elicitada la información, el terapeuta debe dejar que el procesamiento
continúe, reaccediendo a la diana luego y verificando que todos los canales hayan sido procesados
apropiadamente. En este sentido, no se trata de entrar en un diálogo con la persona, ni debería ser
visto como una estrategia convencional de conversación terapéutica.
Cuando el terapeuta introduce un EC, la persona puede reaccionar de forma positiva o negativa.
Una reacción positiva indica que la intervención ha sido eficaz a la hora de proporcionar a la persona
información clave que va a aumentar su comprensión del suceso traumático o le hará cambiar su
perspectiva del problema. Una respuesta negativa a la intervención no ha de ser necesariamente
ineficaz, ya que puede ayudar a la persona a identificar mucho más claramente el foco del bloqueo lo
que ayudará a resolverlo. En estos casos, en los que la persona experimenta un mayor nivel de malestar
tras el EC, esto será un indicador de que no ha sido eficaz, pero al hablar con la persona sobre lo que
está ocurriendo, ésta puede ser capaz ahora de identificar de una manera más precisa las creencias
bloqueantes que originariamente habían parado el procesamiento. Esas creencias bloqueadoras
serán ser objetivo directo de trabajo, como se indicó anteriormente. Además, esta información que la
persona nos proporciona nos va a servir para desarrollar otro nuevo EC más eficaz.
Es importante señalar, que cuando emitimos un EC, la persona no tiene por qué aceptar la sugestión
del terapeuta, tampoco el terapeuta busca resolver el problema con dicha intervención.
Existen diferentes formas de ofrecer EC, que con la práctica clínica el terapeuta podrá adecuar a las
diferentes situaciones de bloqueo con las que se encuentre. Es necesario ser creativo, pero adecuarse
a las características y capacidades del paciente, accediendo al máximo de información que tengamos
de la persona para favorecer la intervención. Vamos algunas de las posibles intervenciones de EC.
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Esta variedad comienza con la frase “estoy confundido” y termina con una pregunta directa.
Si creemos que la persona ya sabe la respuesta a la pregunta, pero no está siendo capaz de
acceder a esta información, podemos estimular la información olvidada a la que la persona no
está teniendo acceso mediante esta forma de confrontación. Por ejemplo, en el caso de que la
persona se sienta culpable de que su padre pegara a su madre: “Estoy confundido, ¿quién era
el adulto y quién era el niño?”, “piense en ello”; o “estoy confuso, ¿quiere decir que un niño de
4 años puede sacar a su madre de un problema como ese?”.
Es muy común que las personas traumatizadas se adscriban la total responsabilidad de lo que
ocurrió. El EC ayuda a conectar con partes del suceso que la persona no está considerando,
haciendo que pueda ver que hay situaciones fuera del control de uno mismo. Al preguntarle a
la persona cómo vería las cosas si lo que pasó le ocurriera a alguien conocido y querido (hijos,
sobrinos, amigos, etc.) le devolvemos a la perspectiva adulta favoreciendo una responsabilidad
adecuada.
En este tipo de EC, le pedimos a la persona que visualice un resultado alternativo más positivo
para la situación. Por ejemplo, en el caso del niño que se siente culpable de no haber podido
salvar a su madre del maltrato de su padre podríamos utilizar las siguientes intervenciones:
“Si lo pudieras hacer de otra manera ahora, ¿cómo lo harías?”; “Si su madre estuviera aquí
ahora, ¿qué le dirías?” Hay que recordar que el terapeuta no tiene que esperar a que la persona
responda, sino que empieza con los movimientos bilaterales y después observa el efecto de
la intervención.
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Otra posible pregunta de este tipo: “¿Qué hubieras necesitado hacer de diferente a lo que
hiciste?”. En este caso, se pretende corregir la perspectiva limitada que la persona desarrolló a
partir del momento en que ocurrió el suceso.
5. Metáforas y analogías
Podemos hacer uso de metáforas o analogías (fábulas, fantasías, historias…) cuyo objetivo
sería la introducción de un nuevo punto de vista ofreciendo lecciones terapéuticas. Las
metáforas no deberían ser largas ni tampoco complejas, cuanto más cortas y simples sean,
más eficaz resultará la intervención. Un ejemplo seria: “El pequeño elefante en el circo trata de
zafarse de la estaca a la que le han atado, un intento tras otro, hasta que acaba por rendirse. El
elefante grande y poderoso ya no ha tratado nunca más de zafarse de esta estaca que ahora
es minúscula al lado de su gran tamaño”. Esta historia podría ayudar a la persona a entender
por qué ya no ha vuelto a intentar algo que como adulta puede hacer ya que de pequeña
aprendió que era imposible y nunca más se lo volvió a plantear.
6. Método socrático
En este caso, el terapeuta dirige a la persona a una conclusión lógica, formulando una o varias
preguntas que se contestan fácilmente. Por ejemplo: “¿Qué hubiera podido hacer de forma
diferente?”, “¿tenías algo con lo que defenderte?”.
También se puede poner énfasis en aquello que la persona ha aprendido, con una pregunta
del tipo: “¿Qué aprendiste acerca de ti mismo? Piensa en ello”. Es probable que la persona
responda, “No soy bueno” o “Soy un fracaso”, a lo que podemos ofrecer la siguiente pregunta:
“¿Cómo puedes utilizar lo que aprendiste para hacerlo mejor en un futuro? Piensa en ello”.
A través de estas intervenciones podemos ayudar a la persona a que resuelva los bloqueos en
la responsabilidad, la seguridad y la elección, de manera que pueda completar la sesión de
reprocesamiento del recuerdo inicial que había quedado interrumpido. El entretejido permite
que la persona siga el proceso de resolución espontánea de los canales asociados al malestar
disfuncional que puedan seguir surgiendo.
El primer ejemplo que hemos visto del uso del EMDR en recursos positivos es la instalación del
lugar seguro. En este apartado vamos a ver cómo intensificar los recursos internos que la persona
posee o cómo ayudarle a que integre recursos nuevos, a través de un método llamado Desarrollo
e Instalación de Recursos (DIR), propuesto inicialmente como intervención para la estabilización
del paciente en el tratamiento con EMDR de pacientes con TEPT (Leeds, 1997; Leeds y Shapiro, 2000).
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También se utiliza en EMDR para el tratamiento de las conductas adictivas (Popky, 2005) y en la mejora
del rendimiento (Lendl y Foster, 2003). El uso de DIR puede ser utilizado para reforzar a la persona en
la consecución de objetivos y también para estabilizar sus síntomas hasta que esté preparada para el
abordaje del reprocesamiento de los recuerdos traumáticos.
En este sentido, Leeds (2011) propone una serie de indicaciones clínicas para considerar el uso del
DIR antes de comenzar el reprocesamiento EMDR con el protocolo estándar:
1. Cuando la persona no tiene estrategias de control sobre su malestar ni sobre las conductas
que suponen un grave riesgo para ella o los demás (abuso de sustancias grave, riesgo de
autolesión, pérdida de estabilidad económica, etc.).
2. Personas que se sienten inseguras para iniciar el tratamiento con EMDR y que no responden
bien a los métodos de autocuidado y autorregulación convencionales (relajación, imaginería,
lugar seguro, etc.), quedando en situación de vulnerabilidad ante la perturbación emocional
entre las sesiones.
3. Si el terapeuta detecta riesgo de que la persona abandone el tratamiento con EMDR (aunque
desee iniciarlo) debido a: pocos recursos internos, poca tolerancia al material disociado,
conductas de idealización/devaluación del terapeuta, vergüenza intensa ante los recuerdos
dolorosos.
4. Personas que tienen episodios en los que no pueden funcionar de forma ordenada a nivel
conductual o cognitivo.
5. Personas que no pueden narrar con coherencia sus experiencias recientes, siendo su narrativa
fragmentada y centrada en comentarios de autocrítica.
6. Personas que al iniciar el tratamiento con EMDR se ven desbordados por el material que ha
surgido, influyendo negativamente en su funcionamiento diario.
Además de estas indicaciones, en la fase 2 el DIR puede resultar adecuado para aquellas personas que
se sienten inseguras con el proceso terapéutico, para que vayan experimentando el trabajo con la
estimulación bilateral de manera positiva. También es un recurso útil cuando estamos trabajando con
el futuro una vez reprocesados los recuerdos y los disparadores del presente, para instalar recursos y
reforzar habilidades que la persona necesita para alcanzar sus objetivos terapéuticos.
Existen diversos guiones para el trabajo con la instalación de recursos en los documentos formativos
y bibliografía de EMDR, pero vamos a describir los 7 pasos principales propuestos por Leeds (2011),
que garantizan la adecuada aplicación del procedimiento:
2. Seleccionar un recuerdo o una imagen de dominio, relacional o simbólica que represente una
capacidad necesaria y que esté asociada a un afecto positivo.
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4. Añadir varias series breves (de 6-12) de movimientos oculares u otro tipo de estimulación
bilateral.
5. Repetir los pasos 2 al 4 tantas veces como sea necesario para todos los recuerdos y cualidades
hasta que
7. Comprobar la estabilidad en la situación diana con el feedback del paciente y repetir los pasos
2 a 6 si resulta necesario.
Una posible pregunta inicial para establecer la diana del paso 1 sería: ¿Qué situación especialmente
desafiante o que le preocupe le gustaría afrontar? Quizá pueda ser esta terapia y el reto de afrontar un
recuerdo traumático, o afrontar la relación con alguna persona en particular… Cuando piensa en ello,
¿qué cualidades o recursos cree que necesita?, ¿qué le gustaría pensar de sí en esta situación?, ¿cómo
le gustaría sentirse?, ¿qué le gustaría ser capaz de hacer?
Con este tipo de preguntas, establecemos las dianas a trabajar. La persona puede responder cosas
como “me gustaría sentirme más seguro, más confiado, más valiente, con más esperanza…”, o
“necesito ser capaz de tranquilizarme o de manejar mis sentimientos”, “quiero ser capaz de pedir lo
que necesito”, etc.
“Piense en una situación en la que se sintiera _________________ (ej.: fuerte, confiado, capaz de
controlarse, etc.)”. Se trata de que la persona identifique recuerdos en los que ese recurso ha
estado presente de alguna manera (a través de su yo profesional, su yo luchador, por ejemplo)
y la persona haya sentido que es un logro.
En este ámbito, se trata de seleccionar personas en la vida del paciente que puedan tener esa
cualidad para tomarla como modelo o personas que suponen un apoyo para el paciente y su
imagen suponga un recurso simbólico importante para afrontar la situación diana. Podrían ser
personas reales o de ficción, incluso animales, que el paciente pueda asociar con sensaciones
positivas o cualidades.
Los símbolos pueden ser culturales, religiosos, espirituales, relacionados con el arte, etc.
Cualquiera que para el paciente sea significativo. Se le puede decir algo así: “piense en una
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Una vez que la persona ha elegido el recurso, se le anima a extraer más información y detalles sobre
el mismo para potenciar los efectos de la imagen. A continuación, se verifica que el recurso responde
a su necesidad, pudiendo valorar cuánto lo siente de útil en una escala de 1 a 7, donde 1 lo siente
totalmente falso o no útil y 7 totalmente verdadero o útil.
Una vez establecido el recurso, el terapeuta procede a reflejarlo, repitiendo la descripción de todos
los detalles obtenidos previamente sobre el mismo. Y se comprueba que la persona puede tolerar la
conexión con el recurso sin asociaciones o afectos negativos. Si esto ocurriera, no se debe continuar
con este recurso e identificaremos otro más adecuado.
La instalación del recurso se realiza de modo similar al procedimiento que describimos del “Lugar
Seguro”: Una vez reflejado el recurso como acabamos de describir, se le pide a la persona que siga
fijándose en ello y se van realizado varias series cortas de estimulación bilateral y se le va pidiendo
feedback (“¿qué siente o que nota ahora?”). Se va continuando si la devolución de la persona va siendo
positiva.
Una vez realizada la instalación se establece el esquema a futuro, pidiéndole a la persona que se
imagine afrontando la situación diana disponiendo de este recurso. Y se utilizan series cortas de EB
para instalar las sensaciones, emociones o pensamientos positivos que la persona vaya describiendo.
Cuando ya es capaz de verse en la situación utilizando su recurso, se comprueba la eficacia del mismo
valorando en la escala de 1 a 7 cuanto de útil lo siente para ayudarle a afrontar la situación.
Este proceso se puede repetir para cada cualidad que la persona quiera fortalecer.
Evidentemente, en las siguientes sesiones, se reevaluarán los recursos instalados para ver la eficacia
de los mismos en la estabilidad del paciente.
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Aunque el crecimiento actual en EMDR hace que se estén desarrollando múltiples protocolos
adecuados a estas características particulares de las diferentes situaciones clínicas y no pretendemos
aquí revisarlos todos, vamos a exponer algunos ejemplos de la adaptación del protocolo estándar de
EMDR que pueden servir para observar tales particularidades.
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
6ECTS .es
cantidad de redes complejas en la memoria como en el caso de los adultos. Pero también hay que
tener en cuenta que tampoco tienen una red de recursos internos por la falta de experiencias, tan
amplia como los adultos.
Cuando hablamos de aplicar EMDR a los niños, hay que tener en cuenta el concepto de trauma
en el universo de la infancia. Los niños son extremadamente vulnerables a los acontecimientos
traumáticos y muchas situaciones que desde la perspectiva adulta podemos considerar rutinarias
pueden ser experimentadas por ellos como muy amenazadoras. El trauma infantil puede darse por
la desregulación que pueden sentir los niños ante el estrés producido por las necesidades infantiles
insatisfechas de apego y contención, así como por la exposición a eventos que les puedan haber
producido terror. En este sentido, nos vamos a encontrar muy diversas situaciones que los niños
han podido vivir como traumáticas: la llamada de atención de un maestro, el atragantamiento
durante la comida en el colegio, la muerte de una mascota, una imagen de una película que le haya
impactado, así como traumas mayores como accidentes o agresiones, que van a impactar e interferir
en su proceso de desarrollo y en la consecución de los retos que los niños deben ir conquistando
evolutivamente. Los niños pueden sufrir el efecto del trauma a cualquier edad, presentando síntomas
físicos, emocionales y conductuales consecuentes con su rango de edad.
Otro elemento importante a considerar es el contexto en el que los niños viven, que suele estar
configurado por sus figuras primarias de apego (padres o cuidadores), en función de los cuales van
a desarrollar su personalidad, intereses, regulación afectiva y visión del mundo. La calidad de las
dinámicas familiares de los vínculos de apego va a influir en el desarrollo de la resiliencia, estrategias
de afrontamiento y recursos. Por lo tanto, los padres van a ser fundamentales en el tratamiento,
teniendo una mayor presencia a menor edad del niño y es muy importante informar a estos o a los
cuidadores sobre todo el proceso de EMDR, cómo funciona y cuál va a ser su papel. Por otro lado,
hay que tener en cuenta también su entorno social, escuela y otros ambientes, y en cómo
interactúan los menores en dichos sistemas. En la medida que el trauma sea más simple y el niño
tenga un entorno seguro y un apego adecuado, antes se producirá la recuperación y más rápido
y efectivo será el tratamiento. A mayor trauma y desestructuración es necesaria una intervención
mayor.
Para comprender mejor la importancia del trauma de apego, podéis abrir los siguientes links con
sendas conferencias sobre el tema:
•• Charla organizada por AFADENA el 18 de marzo de 2011. Está impartida por Cristina Cortés, de
Vitaliza, y versa sobre los efectos que los traumas y la no realización de un apego adecuado
tienen en el desarrollo del cerebro de los menores adoptados.
•• Arwen Caban habla sobre apego seguro en Murcia, a las madres y padres de la Asociación
Beteseb, el 24 de noviembre de 2018.
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La adaptación de EMDR a los niños permite ayudarles a recuperar el equilibrio perdido, a recuperar la
seguridad para que puedan seguir con su crecimiento.
En este protocolo se puede omitir los elementos que los niños no pueden obtener debido a su etapa
de desarrollo, aunque se pueden tratar de conseguir (también es importante atender a las diferencias
individuales dentro del mismo periodo cronológico). La complejidad de los elementos del protocolo
y la duración de la sesión de EMDR se reduce en función del nivel de desarrollo del niño.
6-8 años diana/ dibujos/caja arena, lugar seguro, CN, (CP), (VOC),
emoción, SUDS, sensación, MO, golpecitos/ sonido
40 min
A menor
desarrollo,
menos tiempo
de sesión
Hay una serie de aspectos que tenemos que considerar en el trabajo con los niños:
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•• La capacidad de atención es menor en los niños, por lo que las sesiones serán más breves.
•• Las creencias serán más concretas y descriptivas (“el niño me puede”, “el perro me va a morder”).
En los niños pequeños habrá que ayudarles a elaborarlas.
•• Uso de alternativas a los movimientos oculares por distracción o problemas para seguir los
movimientos oculares: se pueden usar marionetas de dedo, varitas con muñequitos; en
variantes auditivas: maracas, castañuelas, etc.
•• Los padres van a ser fundamentales en el tratamiento, teniendo una mayor presencia a menor
edad del niño.
•• Utilizar recursos adecuados a la edad del niño para explicar el EMDR (se pueden utilizar
cuentos o historias para ello).
•• La fase 2 de preparación también es muy importante con los niños, dedicando tiempo a
establecer un lugar seguro y al trabajo con emociones.
La adaptación del protocolo tendrá que hacerse para cada una de las 8 fases del protocolo EMDR:
1. Historia
En la recogida de la historia los padres son fundamentales, aunque hay que contrastar la
información con el niño. Como hemos comentado antes, para los niños hay muchos eventos
que pueden ser perturbadores, por ello es importante recoger de los padres la información
detallada de todos los acontecimientos desde la gestación y el nacimiento hasta el momento
actual. EMDR puede utilizarse incluso con dificultades experimentadas en la etapa perinatal.
Esta recogida con los padres se hace a través de entrevista clínica y, con el niño, a través del
juego y el dibujo (en función de la edad) para contrastar lo que los padres aportan.
Es importante también recoger la historia familiar y social, así como valorar el nivel de
funcionamiento del niño y de su sistema familiar. A nivel del sistema escolar y las relaciones
con los iguales también hay que recoger información.
La historia de los síntomas actuales y cómo han evolucionado también es fundamental para
una buena conceptualización.
En esta fase se rastrean también los recursos del niño y la familia, tanto a nivel interno como
externo. Y es muy importante valorar los factores de seguridad. Con los menores, nos podemos
encontrar muchas situaciones controvertidas, sobre todo cuando hay temas judiciales por en
medio o si los padres están separados. No olvidar que no podemos trabajar con ningún niño o
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niña sin el consentimiento de ambos padres, siendo a veces esto mismo una meta prioritaria
para poder comenzar.
2. Preparación
Son muy importantes en esta fase las recomendaciones para los padres, que puedan entender
las características del EMDR y las etapas del tratamiento. En muchas ocasiones, los padres van
a necesitar un trabajo previo para poder mejorar sus habilidades de regulación con los niños,
así como ser conscientes de cómo su forma de vincularse puede estar influyendo en el origen
y/o mantenimiento de los síntomas del niño.
En los siguientes enlaces, la autora del libro nos habla de su contenido y de algunos aspectos
importantes en el trabajo con el apego:
En el siguiente enlace hay un díptico disponible de información para los padres de EMDR en
niños:
El libro ¿Cómo puedo salir de aquí? De Cristina Cortés (2018), entrenadora oficial de EMDR
Europe en infancia y adolescencia, es un excelente recurso para explicar a los padres y a los
niños el proceso de EMDR. Podéis ver la presentación del mismo en el siguiente link:
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El terapeuta debe establecer una buena relación terapéutica con el niño y conocerle
muy bien antes de trabajar con los sucesos traumáticos. Con los niños más pequeños, (2
a 7 años) no será necesaria una explicación muy detallada del EMDR, pero sí una información
adecuada a su edad de todo lo que se va a ir haciendo. A partir de 7 años si es más importante
explicarles cómo funciona EMDR y su cerebro, adecuando el vocabulario a su edad.
•• Juguetes favoritos.
•• Las 3 cosas más agradables que le pueden suceder a un niño alguna vez.
En esta fase se realiza de forma habitual la instalación del lugar seguro. Con los niños
pequeños se hace con los padres presentes.
En la psicoeducación propia de esta etapa, tendremos que trabajar con las emociones de
forma paulatina, para asegurarnos de que el niño se mantiene en su ventana de tolerancia. Si
el niño se activa demasiado no dejará que nos acerquemos a sus vivencias negativas.
Los cuentos y las películas pueden ser buenos vehículos para trabajar con las emociones.
Podemos preguntarles cómo creen que se sentía el personaje, qué emociones y sensaciones
podía tener y dónde las localizaría en su cuerpo. Dependiendo del niño podemos preguntarle
si alguna vez le ha ocurrido algo similar. Y vamos recopilando posibles dianas de trabajo. Es
muy importante seleccionar personajes atractivos para cada niño.
Los muñecos de la película de animación “Del revés” son muy fáciles de encontrar en el mercado
y también podemos utilizar los extractos de la misma para hablar de las emociones básicas:
Vídeos que utilizan extractos de la película Inside Out para explicar las emociones básicas:
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Aquí tenemos otro ejemplo de vídeo para ayudar a los niños a identificar emociones con
ejemplos de personajes de películas de animación:
En el siguiente enlace, podéis encontrar materiales y actividades para trabajar con las
emociones en distintas edades, así como un listado de cuentos sobre esta temática para todas
las edades:
3. Evaluación
La selección de la imagen con los niños se ha de hacer con la precaución de no producir excesivo
malestar, ya que los niños tienen menos tolerancia al malestar que los adultos. Se pueden utilizar
los dibujos, los muñecos o los sueños para ayudar a que el niño se distancie un poco y resulte
menos perturbador que el abordaje directo de la situación traumática. Un recurso que se ha
integrado muy bien con el trabajo de EMDR es la técnica de la caja de arena, ya que ayuda al niño
a situarse fuera de la escena perturbadora y mantenerle dentro de su ventana de tolerancia.
Figura 9. Ejemplos de Cajas de arena. Recuperado de Buenos Tratos de J.L. Gonzalo: http://www.buenostratos.com/
José Luis Gonzalo Marrodán presenta su nuevo libro escrito junto a Rafael Benito Moraga "La
armonía relacional. Aplicaciones de la caja de arena a la traumaterapia":
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Si el niño no se siente bien para trabajar el suceso, hay que ayudarle con algún aspecto positivo y la
instalación de recursos para reforzar su autoestima y la confianza para enfrentarse a la perturbación.
Las imágenes pueden representar el hecho traumático, pesadillas, miedos, cosas que le
hicieron sentir mal, asustado, etc. También la peor cosa que le pasó cuando era pequeñito, o
lo peor que haya sentido y desee no sentir más.
Las creencias van a ser más concretas que en los adultos, cómo hemos dicho anteriormente,
pero hay que ayudarles a que las diferencien de las emociones. Por ello la fase 2 ha de dedicar
el tiempo suficiente a la psi coeducación emocional, en trabajo colaborativo con padres y niños.
Es importante tener en cuenta que a los 6 o 7 años a los niños les resulta difícil hablar del
pasado, viven el presente y lo normal es que nos digan que no se acuerdan de lo que sucedió,
así que los padres van a ser la fuente de los recuerdos, la memoria explicita a la que ellos no
pueden acceder. Pero hay que valorar si es positiva la presencia de los padres en el trabajo de
reprocesamiento. Esto hay que valorarlo en función de la capacidad regulatoria de los padres
como figuras de apego, así como de la edad y respuesta del niño ante su presencia.
4. Desensibilización
Con los niños es más fácil utilizar las modalidades auditiva y táctil para la estimulación
bilateral. Los golpecitos sobre sus manos, rodillas u hombros suelen ser más adecuados y
podemos ir variando para que no se aburran y mantenerles motivados. A partir de los 8 años ya se
pueden introducir los movimientos oculares, aunque se recomienda utilizar algún elemento que
atraiga su atención (muñecos de dedo, peluches, varita mágica, etc.) para seguir los movimientos.
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Las producciones de los niños durante la fase 4 son más sencillas y escasas en comparación
con los adultos y no se suelen dan abreacciones emocionales. Así mismo, las series de
estimulación son más cortas y las sesiones también serán más cortas que con los adultos, pero
también puede tardar mucho tiempo dependiendo de la naturaleza, la gravedad y la edad en
que el niño sufrió el trauma. Los niños van a ser menos expresivos durante el reprocesamiento
y su conciencia de cambio será escasa, por lo que los resultados del reprocesamiento los
veremos más adelante con la información que nos den los padres en la siguiente sesión.
Se le puede pedir al niño que dibuje el recuerdo mientras se le hace la EB; o que lo represente
mediante muñecos (los Playmobil son muy versátiles para ello, así como la caja de arena
mencionada anteriormente) también mientras se le aplica la EB. El terapeuta o los padres
pueden narrar cuentos en los que el tema tratado esté incluido metafóricamente.
Hay que describir al niño lo que tiene que hacer con detalle: “ahora coge esa imagen y las
palabras (CN), el sentimiento y dime dónde lo siente o nota tu cuerpo” y se comienza con la EB.
Después de cada set de EB, se le pide al niño que haga una respiración profunda. La duración
de los sets de estimulación es menor en los niños, pero tendremos que estar atentos a sus
señales no verbales y parar cuando el niño nos informe de forma explícita o implícita de que
ya tiene suficiente. El objetivo es alcanzar un SUD=0 y/o asegurarse de que cero realmente 0
significa cero. Podemos utilizar escalas visuales para facilitar la perturbación. Pero también
hemos de estar seguros de que el niño no está intentando complacernos, algo frecuente
en ellos. Durante esta fase, es frecuente que los niños bostecen con frecuencia, es señal de
que están reprocesando.
Con los más pequeños se les puede pedir a los padres que narren los hechos a media que
se realiza la estimulación bilateral. Cuando los niños son pequeños (menores de 4 años,
aunque se puede utilizar también en niños más mayores en función de su nivel de madurez),
se suele utilizar la narración de una historia escrita por los padres para establecer la diana
a reprocesar por el niño. Esta historia tiene el objetivo de ayudarle a dar sentido a lo que le
sucedió y a situar el suceso en el pasado, así como enseñarle formas saludables de verse a sí
mismo en relación a la situación traumática vivida por el niño. También es necesario decirle al
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niño que no hay nada que esté bien o mal, simplemente debe dejar salir lo que quiere salir –
dejar fluir las ideas en su cerebro. Recordar al niño que dispone del lugar seguro y la señal de
parada antes de comenzar la desensibilización. Con los niños más pequeños, tenemos que ser
más activos para ayudarles en el proceso.
Este recurso narrativo fue desarrollado por Joan Lovett (2009), que plantea una serie de
indicaciones para elaborar la historia del suceso:
•• La extensión de la historia debe ser similar a la extensión de un cuento de los que le suelen
leer al niño antes de dormir.
•• La historia se debe escribir sobre un niño/a en tercera persona, sin utilizar los nombres de
las personas. Algunos niños reivindican la historia como suya, mientras que a otros les
resulta más fácil escuchar la historia sin personalizarlo.
•• La historia tiene que suscitar el interés del niño, y darle una visión comprensiva de los
temas difíciles y abrumadores que acompañan a la vivencia traumática, aportando al niño
creencias evolutivamente adecuadas sobre sí mismo.
•• En el principio de la historia se puede identificar al niño y decir algo positivo sobre él para
que despierte su interés, por ejemplo: “Erase una vez un niño que vivía con su madre, su
padre, su hermanita y su perrito de peluche. Todos le querían mucho y él les quería a
todos”. Esta introducción positiva le preparará para el procesamiento de los aspectos
negativos del suceso.
•• El suceso traumático debe describirse con todos los detalles que se tengan del momento.
•• Si hay varios acontecimientos traumáticos, se pueden hacer varias historias o una historia
con cada capítulo.
•• En la historia también han de aparecer los síntomas actuales que tiene el niño y que están
relacionados con el trauma. Por ejemplo: “desde aquel día, le daba miedo dormir solo e ir
al colegio y lloraba mucho cuando tenía que hacerlo”.
•• Al final de la historia se presenta la resolución del trauma, incluyendo las creencias positivas
que se quieren que el niño tenga sobre sí mismo. Ej.: “cuando todo pasó, se dio cuenta de
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que estaba a salvo con su mamá y su papá, y volvió a dormir solo y a gusto en su cama, se
encontraba muy bien. Sabía que era un niño muy valiente y querido”.
•• También se incluyen algunas normas de seguridad que ayudarán a que el niño se sienta
competente, por ejemplo: “el niño aprendió que podía pedir ayuda, que sus papás estaban
ahí para ayudarle y sabía que le quieren y esto le hacía sentir seguro y tranquilo”.
La sesión de reprocesamiento de la historia se hace con los padres presentes, por lo que es
fundamental y necesario que los padres sean congruentes y sientan lo que están expresando.
También deben haber superado el malestar que a ellos les genere la historia, si no es así se
tendrá que trabajar previamente con ellos.
Como se puede observar, en la historia se integran todas las fases del protocolo, incluyendo
el evento pasado, los disparadores del presente y la plantilla a futuro, para poder hacer una
integración completa de los recursos, aunque todavía no se hayan conseguido las metas de
superación del malestar.
Puede ser útil pedirle al niño que haga un dibujo o represente en la caja de arena lo que le
surge tras haber trabajado con la historia. Esto nos daría un feedback de cómo se ha integrado
y nos serviría para compararlo con la siguiente sesión.
5. Instalación
La fase de instalación y chequeo siguiendo el protocolo básico se puede hacer con niños
mayores de 8-9 años si han podido establecer las creencias, en niños menores es difícil que
entiendan estas indicaciones. Se puede instalar una creencia amplia como “soy un buen niño”,
“soy fuerte”, adecuada a la resolución del suceso y conectarla con las sensaciones positivas. Con
frecuencia, al final de la fase 4, surge alguna creencia positiva de forma espontánea y podemos
utilizar esta creencia para instalarla. A los adolescentes les resulta muy difícil identificar una
CP, pero si surge alguna durante el reprocesamiento la podemos rescatar también, como con
los más pequeños.
Es importante asociar el recuerdo a la nueva cognición y pedirle al niño que localice dónde lo
siente en el cuerpo. Los niños nos van a informar con más facilidad de los cambios, a través de
los cambios en sus sensaciones corporales. Pueden decir cosas como “ya se fue la bola de la
tripa”. Como en los adultos, durante esta fase se pueden abrir otros canales. Si hay tiempo los
procesaremos, pero nos tenemos que asegurar que antes de que acabe la sesión podremos
hacer el lugar seguro y jugar un poco para que el niño se vaya regulado.
6. Chequeo afectivo
El chequeo del cuerpo suele ser fácil para los niños, identificando rápidamente dónde
sienten las sensaciones positivas y negativas. Pero puede resultarles difícil escanear el cuerpo
manteniendo juntos el recuerdo y la CP. Si esto ocurre, simplemente le pedimos que escaneen
su cuerpo con una lupa mental de detective (o cualquier otra metáfora fácil de entender para
el niño) mientras recuerdan el suceso.
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7. Cierre y evaluación
La fase 7 de cierre es sencilla con los niños, pero es muy importante dejarlos un rato con
alguna actividad o juego agradable, independientemente de que se haya llegado a una sesión
completa o no. A los niños mayores de 8 años se les ha de informar sobre los cambios que
pueden ocurrir y se les puede pedir que los escriban para comentarlos en la próxima sesión.
8. Reevaluación
En la fase 8 de reevaluación va a ser fundamental el relato de los padres y del niño sobre cómo
ha ido todo tras la sesión. Los niños a veces no recuerdan y los padres pueden no darse cuenta
del impacto del tratamiento y puede ser difícil para ellos distinguir los cambios habituales en
los niños con los cambios relacionados con el proceso. También en esta fase chequearemos si
se ha completado el procesamiento del suceso con el niño, utilizando los procedimientos que
hayamos elegido para adecuarlos a su edad.
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Figura 12. El niño representa el miedo a comer por vomitar (asociado a una experiencia traumática de
atragantamiento) con un nivel de sud de 10.
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Figura 14. En este dibujo vemos ya la resolución del procesamiento con un dibujo de una casa de árbol y sus
amigos con él y un sud de 0.
En el protocolo con dibujos, los niños suelen tener suficiente con 8-10 dibujos para llevar a
cabo una sesión (completa o incompleta), en este caso el niño hizo 9 dibujos y la sesión fue
completa.
Si se desea profundizar más en la aplicación de EMDR en niños, en los siguientes links tenéis
dos conferencias de dos psicólogas expertas en esta área:
Abordaje a través de EMDR en psicología infantojuvenil. Sesión clínica ISEP impartida por Carme
Crespo. Psicóloga, responsable del Área de Psicología Infantil y Juvenil en el Institut Maricel:
Le pedimos al niño que se centre en un recuerdo de forma similar al dibujo, solo que realiza
la representación en la caja con las miniaturas. Tras cada set de EB, el niño puede ir haciendo
cambios en la representación.
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También podemos utilizarla caja de arena para instalar recursos o el lugar seguro, como
mencionamos al hablar de este recurso en la fase 2.
Cuando nos encontramos con personas que han sufrido un trauma complejo, la presencia de
disociación suele ser muy destacada, surgiendo la necesidad de identificarla antes de trabajar con
EMDR. Teniendo en cuenta que con EMDR estimulamos la asociación de la información relacionada
con la experiencia traumática para conectarla con el resto de recursos si no tenemos en cuenta la
presencia de disociación, la persona puede reaccionar al proceso con una gran desestabilización
producida por sus mecanismos de defensa para mantener la información dolorosa aislada. Por ello es
muy importante estar familiarizado con los síntomas disociativos, para detectarlos y trabajar
con ellos, preparando a la persona poco a poco para ir acercándose a la posibilidad de conectar la
información que necesitó aislar.
Para evaluar los síntomas disociativos podemos utilizar diversos instrumentos como la Escala DES en
versión de adultos y adolescentes (ver anexos I y II). Desarrollado por Putman (1997) es un documento
de dominio público y puede ser utilizado y reproducido sin restricciones de copyright. También El
Inventario Multidimensional de Disociación (MID), de Paul F. Del Trauma Recovery Center, que es de
dominio público y está disponible si se solicita para su uso clínico:
Para trabajar con disociación y trauma complejo con EMDR (o desde otra orientación terapéutica)
es imprescindible tener formación y experiencia suficientes en este tema y realizar una adecuada
supervisión de los casos.
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
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Hay diversos cuadros clínicos en los que es frecuente la presencia de disociación: además de en el
Trastorno de Identidad Disociativo, también la encontramos en los trastornos de la personalidad,
en el TEPT complejo, en el Trastorno Obsesivo-Compulsivo y en el trastorno de pánico de forma
característica.
La disociación es una manera de organizar la información, es decir, toda información que se deposita
de manera disociada se recupera de manera disociada (Lescano, R. 2004), lo que ha llevado a hablar
de la memoria traumática y a ver la disociación como un trastorno funcional y no estructural.
Aunque no es el objeto de este documento desarrollar los elementos que se introducen para trabajar
con pacientes disociados que han sufrido trauma complejo, decir que se dedica una fase preparatoria
extensa hasta que la estabilidad del paciente está asegurada para abordar la perturbación de los
sucesos traumáticos. Para ello se utiliza el procedimiento DIR descrito anteriormente, para fomentar
la habilidad de la persona en la modulación de sus estados afectivos y su conducta adaptativa y
facilitar que puedan tener acceso a la información positiva de su red de memoria.
Otro de los recursos terapéuticos que se utilizan para abordar la disociación y preparar a los pacientes
para procesar los traumas es el trabajo con los estados internos del yo. La terapia ego-estado
proporciona herramientas de trabajo con las partes disociadas que facilitarán su integración. La teoría
de los estados del yo tiene antecedentes muy tempranos e la historia de la psicología con autores
como W. James (1890), P. Janet (1893) o C. Jung (1969) con la introducción del concepto de arquetipo.
E. Berne (1964) con el análisis transaccional estableció una forma de trabajar con las partes del yo
(padre, niño y adulto) y con las funciones de las mismas. Por la misma época R. Assaglioli (1965) en
sus escritos sobre psicosíntesis, introdujo el concepto de subpersonalidades que también puede ser
comprendido como estados del yo separados. En 1997 Watkins y Watkins, hablan de los estados del
yo como sistemas organizados, cada uno de ellos sería como una red neuronal que almacena una
serie de información con sus conductas, afectos, sensaciones y cogniciones particulares almacenados
a partir de una determinada experiencia de la vida. Cada uno de estos estados puede activar unos
sistemas de acción determinados que caracterizan su presencia en la persona. Estos estados se han
desarrollado a lo largo de la vida en las diferentes etapas de desarrollo como elemento adaptativo para
la persona. Todos nosotros desarrollamos diferentes estados del yo, no necesariamente patológicos,
sino que nos ayudan a llevar adelante diferentes roles de forma adaptativa si están bien integrados.
Pero la persona con trauma complejo presenta una fragmentación disfuncional de estos estados,
que le ayudan a vivir con el dolor, pero producen grave sintomatología que les impide llevar una vida
funcional y satisfactoria.
Actualmente, el modelo de la disociación estructural que nos proporciona el Dr. Onno Van der Hart
(2008) es una referencia indispensable para profundizar en este tema y entender el trabajo con los
estados del yo dentro del EMDR. Según este modelo podemos diferenciar entre:
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A mayor severidad, inicio temprano y cronicidad del trauma, más disociación estructural de la
personalidad se dará. Dependiendo la fragmentación de la mente que presente la persona,
pueden clasificarse las siguientes situaciones (Van der Hart, 2008):
•• Disociación estructural primaria: en este caso hay una PAN que sigue adelante con la vida
diaria y una sola Pe (conectada con el momento del trauma). En esta situación se encuentran
las personas con TEPT simple.
•• Disociación estructural secundaria: en esta situación nos encontramos con una PAN, pero
más de una PE. La existencia de varias PE está relacionada con una traumatización más grave,
activándose diferentes subsistemas de acción defensivos que a su vez la persona tiene que
manejar e inhibir para sobrevivir. En este tipo nos encontramos con diagnósticos como
trastorno disociativo no especificado (TDNE) y el trastorno límite de la personalidad (TLP)
(González y Mosquera, 2012).
•• Disociación estructural terciaria: en este caso se da más de una PE, pero también más de
una PAN, que se debe a que algunos aspectos de la vida diaria se quedan conectados con
sucesos traumáticos y la personalidad del paciente se divide cada vez más en el intento de
mantener el funcionamiento evitando las memorias traumáticas. Esta división de la PAN es la
que está en el origen del Trastorno de Identidad Disociativo, en el que la gravedad de la
disociación es mayor.
Este modelo estructural os ofrece una herramienta muy útil para trabajar con la disociación traumática
en el marco del EMDR. El trabajo con EMDR facilita una mayor permeabilidad sobre los diferentes
estados del yo, permitiendo que se conecten unos con otros, favoreciendo la integración. Es un
trabajo muy creativo y complejo que puede dar unos resultados terapéuticos muy positivos. Pero,
como decíamos antes, es necesaria una formación específica para trabajar con este tipo de pacientes.
En la bibliografía proporcionada se puede encontrar una descripción detallada de estos recursos,
en el libro de la propia F. Shapiro (2001) y también en una publicación de dos autoras españolas
especialistas en EMDR y disociación que presentan un “abordaje progresivo” muy eficaz para trabajar
con estos pacientes (González y Mosquera, 2012).
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
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Para profundizar en el abordaje de la disociación, se puede disfrutar del visionado de dos interesantes
conferencias impartidas por dos de los profesionales más prestigiosos en España en este campo, la
Dra. Anabel González y el Dr. Manuel Hernández.
¿Qué es la disociación?
https://www.youtube.com/watch?v=m4wwXi__-Jw
La disociación y el trauma
https://www.youtube.com/watch?v=doM2dDqLP3Q
Puede resultar también muy enriquecedora, la consulta de la página sobre trastornos disociativos
gestionada por la propia Anabel González y desde la que se puede descargar materiales muy prácticos
en esta área.
Trastornos Disociativos
https://trastornosdisociativos.wordpress.com/
Es importante destacar, que en el trabajo con las pérdidas no abordamos solo la muerte de seres
queridos, sino que es susceptible de tratar cualquier tipo de pérdida (ruptura de pareja, pérdida de
salud, pérdidas materiales significativas, pérdida de identidad, etc.).
En el caso del duelo, el protocolo básico se adapta para conseguir reestablecer las tareas del duelo
normal, adecuándose a los objetivos en el tratamiento del duelo propuesto por Rando (1993),
conseguir las seis “R”:
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4. Renunciar a los viejos vínculos con el fallecido y a la anterior visión del mundo.
5. Reajustarse al nuevo mundo de forma adaptativa sin olvidar el anterior: revisar la visión
del mundo; desarrollar una nueva relación con el ausente; adoptar nuevas formas de estar en
el mundo; formar una nueva identidad.
Las fases del protocolo de duelo serían las siguientes (Solomon, 2007; Molero y Pérez, 2009):
•• Fase 1. Procesamiento de los recuerdos pasados que se relacionan con las circunstancias
dolorosas actuales.
En esta etapa el objetivo es darse cuenta de que no importa realmente cómo la persona
murió, sino que se ha ido y así progresar hacia la aceptación. Se procesan las circunstancias
de la muerte o pérdida, así como los recuerdos relacionados con la pérdida que generen
malestar.
Se comprueba en esta fase si todavía hay alguna cosa pendiente, formulando preguntas
desafiantes o confrontadoras que fuercen a la paciente a volver a la experiencia de la pérdida
(“si tuvieras que decir algo que todavía te perturbe de lo que pasó, ¿qué sería?”, “¿qué le dirías
a tu padre hoy si te pudiera escuchar?”, etc.). El objetivo aquí es afianzar la adaptación a la
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
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Cada uno de los temas que se trabajan en las dos primeras fases, se realizan con el protocolo estándar
de 8 fases que se describió en los apartados anteriores. El trabajo en la fase 3 es un trabajo de
instalación de recursos y plantillas de futuro, pero si durante el mismo aparece malestar intenso se
identifica el origen de este y de nuevo se trabaja con el protocolo estándar hasta ser mitigado.
Con este proceso devolvemos a la persona a un estado adaptativo de proceso emocional de duelo.
No se trata de eliminar el dolor por la pérdida, sino de reestablecer el proceso natural de duelo
que los elementos traumáticos pudieron bloquear.
Cuando trabajamos con pérdidas por muerte, es importante también la posibilidad de una intervención
temprana para prevenir que el proceso natural de duelo se pueda ver bloqueado por el impacto
de la pérdida. En este sentido, podemos intervenir con protocolos adecuados inmediatamente a la
comunicación de la muerte o la posibilidad de la misma. Este tipo de adecuaciones del protocolo
de EMDR las abordamos en el apartado que sigue a continuación sobre intervención en crisis y
emergencias.
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Las personas que hayan sufrido una reacción de estrés agudo a consecuencia de un
acontecimiento traumático podrían verse beneficiados de una intervención de urgencia con
el fin de estabilizar la reacción emocional intensa surgida a causa del suceso (Hofmann, 2018).
Aumenta de esta manera la probabilidad de que lo supere sin necesidad de otro tratamiento adicional.
Es importante tener en cuenta que el proceso de recuperación tras un desastre puede prolongarse
hasta los 18 meses y que alrededor de un 33% de las personas que desarrollan un TEPT podrán
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
6ECTS .es
desarrollar otros problemas de forma comórbida y prolongarse la sintomatología hasta pasados 3 años
tras el suceso (Shapiro y Laub, 2008). Podemos distinguir entre “grupos de recuperación espontánea”
y “grupos de riesgo”. En el caso de estos últimos, debido a la probabilidad de que desarrollen el
trastorno, estaría justificado un tratamiento precoz.
Cuando tenemos una situación traumática es mejor intervenir cuanto antes, pero para aplicar el
protocolo estándar de 8 fases descrito anteriormente, debe haber pasado al menos 1 mes desde el
incidente. Es por ello, que se han llevado a cabo adaptaciones del protocolo básico para facilitar
la intervención peritraumática. El desarrollo de estos protocolos viene del trabajo que se ha ido
desarrollando en situaciones de emergencias, catástrofes o en situaciones inesperadas y de gran
impacto como pueden ser las catástrofes naturales o provocadas por los humanos, o las situaciones
de guerra y/o ataques terroristas que dejan a un gran número de afectados en el lugar de los hechos
y en la población general, entre otras.
Uno de los primeros protocolos desarrollados para tratar el trauma reciente fue el Protocolo de suceso
reciente (Shapiro, F. 2001), que ha sido adaptado y mejorado posteriormente por Elan Shapiro (2008).
Este abordaje del trauma reciente se ha ido desarrollando en paralelo al incremento del interés y
el estudio de los conceptos diagnósticos y terapéuticos para intentar dar apoyo a las víctimas de
sucesos críticos (delitos violentos, accidentes graves, incidentes en el ámbito policial y/o militar, etc.)
(Hoffmann y Rost, 2016). Se trata de intervenir poco después de que el suceso haya ocurrido, en la
medida de lo posible, para prevenir la aparición de trastornos graves.
La intervención temprana supone una gran ventaja, ya que a las personas que no tienen el
perfil de riesgo les ayuda a liberar la huella traumática y a no desarrollar sintomatología clínica
significativa tras el suceso. Y, a las que pueden presentar riesgo por su vulnerabilidad previa, les
va a ayudar a prevenir que los síntomas agudos se conviertan en crónicos y se desarrolle un cuadro
postraumático y, a la vez, nos va a facilitar la identificación de los elementos que podría procesar
para disminuir su vulnerabilidad y que están relacionados con traumas previos (sobre todo trauma
de apego o trauma relacional repetido). Aunque se ha planteado que la intervención temprana
pueda interferir en la respuesta normal de adaptación de la persona, o si puede resultar perjudicial
el hecho de no conocer en profundidad el historial del paciente antes de la intervención (Shapiro
y Laub, 2008), esta intervención temprana no parece causar daños a los pacientes e incluso parece
resultar preventiva (Jarero, Uribe, Miranda, y Givaudan, 2014). Sí es cierto que no es posible, por falta
de tiempo y medios, abordar las fases 1 y 2 (conceptualización y preparación) como cuando se trata
de un abordaje terapéutico convencional, por lo que puede haber más dificultades para establecer
un contrato terapéutico, y puede que afloren problemas clínicos previos del paciente que deberán
quedarse sin ser abordados, o que el contenido a trabajar sea escaso (Shapiro y Laub, 2008). A pesar
de las limitaciones que supone trabajar en estos contextos especiales y difíciles, parecen ser
más las ventajas de intervenir de forma temprana en ellos.
Se pueden identificar dos grupos de personas que se beneficiarían de una intervención urgente:
•• Las personas con una reacción emocional intensa que, tras el suceso, no están en
condiciones de cumplir de forma adaptativa las funciones de la vida diaria. En muchas
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•• Las personas con trauma previo, sobretodo reciente, ya que existe el riesgo de que
desarrollen posteriormente un cuadro de TEPT. En este grupo aparecen principalmente
personas con síntomas disociativos peri traumáticos, pero también síntomas intrusivos y otros
factores de riesgo de victimización.
En relación con el EMDR existe evidencia de mejoras significativas en comparación con lista de espera
en estudios no aleatorizados realizados tras el Huracán Andrew (1992) y los atentados del 11-S (2001),
y en estudios de campo realizados con el Tratamiento Grupal Integrativo (EMDR-IGTP), como, por
ejemplo: el terremoto de Turquía de 1999, el tsunami de Tailandia en 2004, o con niños albanokosovares
refugiados en Alemania. Resultados similares obtuvieron Shapiro y Laub (2015) aplicando el Protocolo
de Episodio Traumático Reciente (R-TEP) de EMDR a una muestra de 17 supervivientes al impacto
de un misil en un edificio. El número de estudios controlados es escaso todavía, pero apuntan a la
eficacia de la intervención temprana para la prevención del TEPT en niños (Pfefferbaum, Nitiéma,
Tucker, y Newman, 2017). EMDR-IGTP contribuyó a la restauración del funcionamiento psicológico
y a la disminución de la sintomatología postraumática en niños tras un desastre, sobre todo en los
más mayores (Trentini, Lauriola, Giuliani, Maslovaric, Tambelli, Fernandez, y Pagani, 2018). Se aplicó
EMDR-IGTP a 236 escolares 30 días después de haber presenciado cómo un avión se estrellaba contra
un edificio en Milán y después de 4 meses casi todos mostraban un funcionamiento normal.
Por ejemplo, ante el asesinato o secuestro de un niño, podemos intervenir en la red: con la familia, con
los otros niños del colegio y del vecindario, con los agentes de protección (policía, sanitarios...), etc. La
intervención peritraumática también nos ayuda a sacar a la persona del estado de shock de un modo más
funcional y a dar las malas noticias asegurándonos de que se va integrando poco a poco la información.
Esto permite una intervención en red que amplifica la resolución de las secuelas traumáticas del suceso.
Aunque todavía no hay estudios controlados suficientes publicados, sí que se están llevando a cabo
investigaciones rigurosas con este tipo de intervenciones en crisis, abordando no solo a la víctima
primaria, sino también a las secundarias con unos resultados muy buenos, llevados a cabo por el Instituto
del Trauma de Milán y que estamos a la espera de su seguimiento y publicación (Maslovaric, 2016).
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
6ECTS .es
Este protocolo tiene el objetivo de sacar del estado de shock a la persona tras la vivencia
traumática. Fue desarrollado inicialmente en Israel para víctimas de actos terroristas que presentaban
una reacción de estrés agudo intensa. Se utiliza EMDR para sacar a la persona de ese estado e integrar la
sensación de seguridad de que lo ocurrido ya pasó y en el presente no está ocurriendo. Este protocolo
se ha ido utilizando en otros escenarios de emergencias, siendo muy útil para ayudar a las personas
tras un delito violento o un suceso puntual traumático. Se combina la estimulación bilateral con una
interacción de preguntas sencillas que ayuden a la persona a conectar con el momento presente y se
va desensibilizando el malestar hasta que sale del estado de shock. El protocolo tiene una secuencia
por fases:
2. Preparación: el terapeuta le explica a la persona qué es lo que está sintiendo y qué le está
sucediendo, explicándole lo que le va a hacer y pidiéndole permiso (ej.: la falta de aire, los
latidos fuertes de corazón, etc. son la forma sana en que tu cuerpo está afrontando una
situación peligrosa; ahora voy a poner en práctica un procedimiento que se ha demostrado
que es muy útil para reducir el estrés y que te ayudará a volver al presente. Te voy a pedir que
sigas mis dedos con los ojos, o, si me lo permites, te tocaré las manos). Si la persona no puede
hablar, se le indica que sabemos que en este momento su estado de preocupación es muy
intenso y no puede hablar y que, salvo que nos indique lo contrario con la cabeza (o la mano),
vamos a iniciar el procedimiento.
Si la persona requiere más información, se puede completar de una manera similar a esta:
“Usaré un procedimiento que está basado en lo que tu cuerpo y tu mente hacen de forma
natural cuando tienes que afrontar experiencias emocionales intensas. Es parecido al estado
natural en el que nos encontramos cuando soñamos, en el que nuestros ojos se mueven
rápidamente de un lado a otro. Esto te ayudará a aprender cosas nuevas y a estar calmado.”
3. Evaluación: esta fase se realiza de modo informal en comparación con la fase 3 del protocolo
estándar. No se le pide a la persona la imagen, ya que damos por hecho que, en su estado
actual de shock, la está viendo y sintiendo en este momento. Si la persona puede hablar, se le
puede pedir que nos indique qué está pensando, de manera que se puede extraer una CN
más descriptiva de lo que acaba de suceder (ej.: "estoy en peligro", "me va a hacer daño") y
observamos si puede confirmar que, en este preciso momento, aquí y ahora, estando con el
terapeuta, el agresor no le está haciendo daño, no está ocurriendo ahora y está a salvo. Puede
no ser necesario preguntar por las emociones y sensaciones, ya que en estos estados es
bastante evidente la simple observación sirve para registrar el nivel de impacto que valoramos.
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bilateral (EBL) y repite la información descrita durante cada set o después de cada 5-10 sets.
Puede ser indicado parar en el momento en el que el paciente parece relajarse o empieza a
hablar. Si no, se pueden realizar 24 sets de EBL más. El terapeuta dice: “Respira hondo. Déjalo
ir. ¿Qué notas?”
Si el paciente no responde verbalmente, se continúa con las tandas de EBL, repitiendo las
frases de seguridad "lo que te ha sucedido no está ocurriendo ahora", "ahora estás en____ y
estás aquí conmigo", y se continúa hasta que vemos que el cuerpo de la persona se relaja y
puede empezar a hablar y decirnos lo que siente. Cuando la persona es capaz de comunicarse
y reconocer la seguridad en el momento presente, puede ser un buen momento para parar. No
se pretende que el nivel de malestar desaparezca por completo (Sud=0), con una regulación
fisiológica y la capacidad de tomar conciencia de que el suceso no está sucediendo en este
momento, con una perturbación más tolerable y adaptativa es suficiente.
La persona puede responder con necesidad de control y decir: "puede volver a ocurrir cuando
me vaya de aquí" o algo similar. Entonces se le devuelve la idea del aquí y ahora: “Sí, en el futuro
pueden ocurrir diferentes cosas, pero lo que sabemos es que permitirse estar en el momento
presente – aquí y ahora – puede ser útil para entender cómo gestionar esas situaciones que
podrían ocurrir a continuación, aunque esto ocurriese en los próximo 5 minutos. ¿Eres capaz
de permitirte comprender que aquí, en este momento, estás a salvo conmigo? Porque en
este preciso momento tú estás a salvo. Lo que ha ocurrido ya ha pasado. Después podemos
intentar encontrar un modo para hacer que tú permanezcas lo más seguro posible, pero
ahora te pido simplemente que notes que tú estás aquí y estás a salvo. Todas estas otras cosas
podrán ser gestionadas más fácilmente cuando te permitas simplemente estar aquí a salvo”.
Una vez hecho que la persona puede aceptar la seguridad en el aquí y ahora y que eso le va
a permitir que nos centremos en la gestión posterior, el terapeuta no debe volver a llevar la
atención al incidente original para valorar la perturbación de nuevo. En cambio, es necesario
continuar hacia el cierre. Si la persona tiene necesidad de hablar de algo más o de contar lo que
ha sucedido, se le permite que realice la narración, mientras que se realiza EBL continuada, para
facilitar la comprensión lineal del pasado, presente y futuro. Se le puede indicar lo siguiente:
“Por favor, dime qué ha ocurrido desde el inicio del evento hasta ahora. Tómate la libertad de
decirme todo lo que quieras.”
6. Escáner corporal: esta fase tampoco se realiza de modo formal, pero la capacidad de
verbalizar, el cese de los temblores, y una notable relajación del cuerpo indicará la capacidad
del paciente para continuar hacia el cierre. Es normal que muchas personas estén agitadas
incluso 2 o 3 días después de un incidente traumático.
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
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7. Cierre: Para cerrar la sesión, el terapeuta transmite a la persona el siguiente mensaje: “Es
normal tener reacciones después de lo que te ha sucedido. Podrías tener flashbacks de lo que
ha ocurrido, dificultades para dormir, además de sentir una serie de emociones como angustia,
miedo o rabia. Podrías notar que estás más irritable y que te sientes alarmado más fácilmente
cuando escuches ruidos fuertes o cualquier otra cosa que te recuerde a lo que ha ocurrido. Si
notas que estos síntomas duran más de 2 o 3 días y no disminuyen, que sepas que es normal.
Puedo ayudarte a gestionar estas reacciones para calmarte. Puedes llamar a este número, si
necesitas más ayuda. ¿Tiene alguna pregunta?"
8. Reevaluación: si se puede tener la posibilidad de valorar cómo está la persona unos días
después del suceso puede ser muy útil para tomar decisiones clínicas sobre si necesita un
seguimiento más o menos intenso tras esa primera intervención de emergencia.
Este protocolo, como el anterior, está orientado a la intervención en los síntomas de estrés agudo,
para los casos en los que la persona no se va regulando de forma natural. A diferencia del TEPT,
en donde muchos de los síntomas reflejan la permanente generalización de la desregularización, en
el Síndrome de Estrés Agudo, los síntomas representan los intentos adaptativos del sistema nervioso
en su lucha para restaurar el equilibrio. Pero, en algunos casos, cuando el paso del tiempo no da
como resultado la disminución de los síntomas, sino que persisten e, incluso, se intensifican, se hace
necesaria una intervención de estabilización que prevenga el desarrollo ulterior de sintomatología
postraumática. Este tipo de intervención, como se explicó anteriormente, devuelve a estas personas a
su ventana de tolerancia, para seguir con un proceso adaptativo de procesamiento de la información,
que le permita superar los retos que van a seguir al episodio traumático.
Desde el modelo de procesamiento adaptativo de la información (PAI), la atención dual entre el pasado
y el presente, combinada con estimulación bilateral (EB), facilita el efecto de la desensibilización.
Teniendo muy presente este elemento, en este protocolo se le pide a la persona que vuelva al blanco
después de cada tanda de EB. Esto hace que el sistema limite las asociaciones espontáneas con
otras experiencias perturbadoras y mantiene en contención a la persona. De la misma manera
que en el protocolo de Quinn, estaríamos ante un proceso de EMD, en el que se cierra el margen
asociativo para producir un efecto de desensibilización que produzca una estabilización emocional
en la persona.
1. Cuando se recoge la historia, se pide a la persona que solo nos dé información general acerca
del evento, sin entrar en detalles y en un máximo de cinco minutos.
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3. En la fase 3 se le pide a la persona que pase una película mental de todo el suceso hasta el
momento actual e incluso preocupaciones futuras al respecto, seleccionando la parte más
perturbadora. Se le pide que valore el nivel de perturbación con la escala SUD y, a
continuación que lo localice en el cuerpo.
4. Y así comienza la fase 4 de desensibilización, con tandas más largas (40-50). Tras cada set de
EB, se pide a la persona que vuelva a la parte más perturbadora y se va midiendo el SUD, hasta
que alcance niveles ecológicos entre 0-3.
5.2.3. Protocolo grupal Integrativo I-GTP (Jarero, I., Artigas, L., 2009)
Desarrollado inicialmente para trabajar con grupos de niños tras catástrofes naturales ocurridas
en México, este equipo de investigación clínica ha ido desarrollando el protocolo para aplicarlo a
diferentes situaciones traumáticas en las que el suceso reciente se puede tratar en grupo. También
se ha desarrollado su aplicación en situaciones traumáticas que todavía siguen presentes (como
enfermedades graves o secuelas físicas/lesiones que van a limitar a la persona de forma continuada).
Este protocolo se sirve del dibujo en un folio único que se divide en 4 cuadrantes, para expresar el
malestar emocional, y la estimulación bilateral es auto aplicada mediante el abrazo de la mariposa
(desarrollado por Lucina Artigas para poder realizar la estimulación bilateral sin necesidad de que
cada niño tuviera un terapeuta). De nuevo aquí lo que se pretende es amortiguar el impacto inicial
del suceso, de manera que las personas de bajo riesgo no desarrollen una sintomatología aguda
excesiva y, las de alto riesgo, puedan ya empezar a prevenir el desarrollo de síntomas postraumáticos.
En los casos de alta vulnerabilidad, este protocolo sirve también de filtro para identificar a estas
personas y poderles hacer un seguimiento individual. El formato grupal permite un trabajo con
grupos homogéneos como: familiares, amigos, en las escuelas, en los grupos de cuidadores tanto
formales como informales, etc., siendo una estupenda herramienta comunitaria de prevención
de los procesos de victimización que pueden desarrollarse tras los sucesos traumáticos en
diferentes ámbitos del sistema social y familiar.
Estas sesiones suelen durar, de media, 50 o 60 minutos, y se recomienda que haya terapeutas o
facilitadores para acompañar en el proceso al grupo, uno por cada 8 personas aproximadamente.
Esta versión de EMDR de urgencia está demostrando su eficacia en diferentes ámbitos en los que el
abordaje del trauma agudo puede ser beneficioso a nivel preventivo y terapéutico.
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
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Tras revisar estos tres protocolos para situaciones de emergencia o recientes que han generado un
impacto traumático en la persona y su entorno, es destacable su valor como recurso de protección
y de ayuda en el afrontamiento del suceso. La combinación de los abordajes individuales y grupales
nos proporciona un margen de actuación amplio, pudiendo acompañar en el proceso desde el mismo
momento en que se da la vivencia traumática y en los diferentes sistemas implicados.
Además, el abordaje del trauma con "T" que supone vivir una situación de amenaza a la vida
o la integridad física, se va a completar con el procesamiento de las "t" relacionadas. Si nos
encontramos, por ejemplo, con un accidente grave, un atentado, un robo violento, o con una
violación, vamos a hacer foco en el propio suceso, para que la víctima principal y las secundarias
puedan elaborarlo y no desarrollen sintomatología postraumática. Pero es importante no olvidar las
situaciones de trauma relacional que pueden derivarse del suceso y que se suelen dar después: la
reacción de los miembros de la familia, el ser el centro de atención en el contexto escolar o laboral
cuando se hace público el suceso, etc. Todas estas vivencias que podrían considerarse menores
realmente pueden tener un peso importante en la resolución del trauma y han de considerarse tan
importantes para el tratamiento como la propia vivencia primaria. Además, será importante preparar
a la persona y su entorno para un futuro en el que sientan que pueden recuperar la sensación
de seguridad y confianza en otras personas y en el entorno. Y esta meta terapéutica supondrá la
fase final del proceso que va a proteger de la trasmisión intra generacional y transgeneracional del
trauma a partir de la desconfianza y la rabia procesadas y liberadas. La curación de esas heridas
va a suponer la base para un mejor desarrollo, no solo de las personas a nivel individual, sino
también de los sistemas sociales en los que están insertas.
Este protocolo es una versión del protocolo básico, pero con la diferencia de que la persona primero
narra el suceso completo traumático mientras el terapeuta realiza estimulación bilateral continuada,
con el objetivo de que la narración no tenga rupturas temporales propias de la memoria traumática.
El terapeuta interviene para que la persona se centre solo en los detalles del suceso de forma
cronológica sin irse a otros aspectos que su sistema de memoria pueda conectar. Una vez que se
ha realizado la narración, se identifican los puntos de esta de mayor perturbación, y se va focalizando
la atención en cada uno de ellos, desensibilizando el malestar hasta un nivel tolerable. En estos casos
muchas veces no se puede llegar a SUD=0, por lo que se busca amortiguar el malestar en la medida
de lo posible. En algunos casos, esta intervención temprana podrá resolver el malestar y la persona
no necesitará intervención posterior, pero, en casos de riesgo, será un primer punto de partida para
continuar con el trabajo y evitar que un estrés agudo se convierta en un estrés postraumático. En este
segundo tipo de personas, se continuará el trabajo con el protocolo estándar, una vez amortiguado
el impacto inicial.
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En este protocolo, se inicia el trabajo con la narración por parte del paciente del suceso traumático.
Esta narración del episodio consiste en la verbalización de lo sucedido con todos los detalles
que la persona recuerde en voz alta, mientras que el terapeuta le aplica EBL continuada.
Esto ayuda a mantenerse enraizado en la realidad y a contener las emociones mientras el paciente
comienza a procesar. Se puede utilizar una metáfora de distanciamiento, como por ejemplo
imaginar que lo está viendo proyectado en una pantalla, para ofrecer mayor contención si fuese
necesario.
1. Fase 1. Historia
Se insta al paciente a narrar el episodio completo en voz alta, desde los momentos
inmediatamente anteriores hasta el día de hoy, mientras se aplica EB. Si el paciente tuviese
dificultades para realizar la narración se le puede instruir en el uso de una herramienta de
distanciamiento, como imaginar que está visualizando el episodio en una pantalla de
televisión y que en un momento determinado puede acelerar, pausar, ampliar o reducir la
imagen, disminuir el volumen, etc.
2. Fase 2. Preparación
Si el paciente no se siente seguro se pueden instalar los recursos que se estimen adecuados.
3. Fase 3. Evaluación
Se utilizará la búsqueda con “Google search” (buscador de Google) para localizar los blancos
que serán reprocesados, o simplemente se le pedirá que “explore” a lo largo de todo el
episodio (desde el evento hasta hoy) cualquier cosa que le perturbe, mientras se aplica BL.
Se reprocesará como blanco cualquier punto de perturbación, identificando siempre que sea
posible la imagen, la CN, la CP, el VoC, la emoción y el SUD.
4. Fase 4. Desensibilización
Se comienza por con el “EMD adaptado”, volviendo de forma repetida al blanco. Se aplicarán
tandas largas de EB, que pueden prolongarse hasta los 45 segundos (en lugar de las habituales
de 30-35), y tras cada una de ellas se volverá al blanco y se evaluará el SUD. Si tras 4 o 5 tandas
no disminuyese el SUD se pasará al procedimiento de “EMDr contenido” que permite la
focalización en el episodio y se continua con EB mientras las asociaciones estén relacionadas
con el episodio. En caso de que el SUD no disminuya suficientemente se puede continuar con
el protocolo estándar, es decir, sin regular las asociaciones, sin restricciones. Si aun así el SUD
no disminuyese a un nivel adecuado se consideraría una sesión incompleta y se procedería a
explorar otros posibles blancos utilizando el “Google search”.
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
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5. Fase 5. Instalación
Tras la instalación de la CP se explorarán otros posibles blancos a nivel del episodio mediante
“Google search” y EB, volviendo a la fase 3 tantas veces como blancos deban ser reprocesados,
incluyendo los temores acerca del futuro que el paciente pudiera presentar.
Cuando el buscador de Google no dé más resultados se valorará el SUD del episodio completo
(E-SUD) y, si es adaptativo, se valorará el VoC del episodio completo (E-VoC) y se procederá a la
instalación de la CP para todo el episodio, con el objetivo de que el episodio se integre en una
temática positiva.
7. Fase 7. Cierre
8. Fase 8. Reevaluación
Con este procedimiento se amortigua el impacto del suceso y la persona va a estar más regulada
y preparada para seguir trabajando con el suceso y sus implicaciones posteriormente. Se
puede abordar cada punto de perturbación posteriormente aplicando el protocolo básico de
EMDR para limpiar y procesar aquellas vivencias, relacionadas con el suceso o no, que se hayan
conectado con la reciente y abordar todo el proceso pasado-presente-futuro para preparar a
la persona en el afrontamiento de las situaciones futuras que se deriven de este trabajo.
Este protocolo fue desarrollado por Jarero y Artigas (2018) y está recomendado “para un periodo
postdesastre extendido, con el fin de abordar situaciones en las cuales hay trauma continuado y,
por lo tanto, no existe un subsecuente periodo de seguridad” (Shapiro, 2018, p.397). Surgió ante la
observación de que, en los casos en los que no se da este periodo posterior estable de seguridad, y el
estresor sigue presente de alguna manera, ni el protocolo estándar ni el de suceso reciente, daban una
respuesta totalmente eficaz para trabajar la situación traumática.
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Es un protocolo de fácil aplicación que en solo 90 minutos consigue una eficiente disminución de
la sintomatología postraumática, no requiere que la persona realice ejercicios adicionales entre
sesiones, y puede realizarse de forma intensiva, 2 o 3 veces al día, en días consecutivos.
1. Fase 1. Historia
2. Fase 2. Preparación
3. Fase 3. Evaluación
Se le dice al paciente: “Con los ojos cerrados o semicerrados, pase mentalmente una película
de todo el evento desde poco antes del inicio hasta el momento presente, o incluso a futuro, y
al finalizar, dígame cuál es la peor parte, el peor fragmento”. Se pretende así detectar también
las preocupaciones que el paciente puede estar proyectando hacia el futuro.
Se le pregunta por la imagen del peor fragmento u otra información sensorial que le perturbe
que sea representativa (olor, sonido, etc.).
4. Fase 4. Desensibilización
Se identifica y se instala una creencia positiva para todo el evento (no para cada fragmento)
y, tras cada tanda de EB, se comprueba si hay, o no, cambio. Si hay cambio, se continúa el
reprocesamiento; y si no, se le pregunta por el VOC. Finalmente, de forma adicional se le dice:
“Cierre los ojos, piense en esas palabras (repetir la creencia positiva) y repase todo el incidente
manteniendo todo el tiempo esas palabras en su mente...al finalizar abra los ojos”.
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
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Se le pregunta si percibe perturbación residual, y si es así, se reprocesa con tandas largas de EB.
Si percibe sensaciones o emociones positivas se refuerzan con tandas largas de EB.
7. Fase 7. Cierre
Con este protocolo de estrés continuado, tenemos una gran herramienta para trabajar con personas
que están bajo situaciones traumáticas que siguen presentes e, incluso, que pueden resultar crónicas.
Desde su utilización en enfermedades crónicas (cáncer, Alzheimer, etc.), procedimientos médicos
invasivos que acompañan a procesos de enfermedad largos y que pueden suponer un deterioro
progresivo, hasta en situaciones de desapariciones en las que no se ha encontrado todavía el cuerpo.
Se puede trabajar con la víctima primaria y también la secundaria (familia, comunidad, cuidadores,
personal de rescate o sanitario, etc.). También en el ámbito de situaciones de violencia doméstica,
tan frecuente por desgracia en nuestra sociedad, en la que los procesos de separación pueden ir
acompañados de largas situaciones que implican los procesos judiciales, así como la amenaza del
agresor en la sombra. Otra posible diana de trabajo a nivel social sería la población de refugiados o
inmigrantes que se ven inmersos en un estrés continuado durante largos años hasta conseguir su
estabilización legal. En definitiva, tenemos una muy útil herramienta para acompañar y ayudar a las
víctimas de estrés continuado en sus procesos de adaptación para que éstos sean más funcionales
y amortiguar la aparición de sintomatología adicional. En estos diversos ámbitos de aplicación, se
está extendiendo a nivel internacional la aplicación del protocolo grupal no solo a nivel clínico, sino
también a nivel de investigación, recogiéndose resultados muy prometedores de estas intervenciones
para la profilaxis de los grupos de riesgo (Jarero, et. al. 2013, 2014 y 2015).
Puede resultar de interés consultar el Programa de atención temprana en salud mental para fuerzas
armadas realizado por Jarero y su equipo (2014) y que podéis encontrar en el siguiente enlace:
Estos protocolos para trabajar en situaciones de emergencias y catástrofes han favorecido el desarrollo
de programas de intervención humanitaria en el ámbito del EMDR.
En el enlace siguiente, se puede visitar la página del Programa de Ayuda Humanitaria (HAP) desarrollado
por diversas asociaciones de EMDR a nivel internacional:
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6. Conclusiones
Con lo expuesto anteriormente se pretendía ofrecer una visión comprensiva del método EMDR. Se
trata de un procedimiento complejo, que requiere una formación específica y también conocimientos
adicionales sobre disociación, apego y neurobiología. Pero nos ofrece una gran herramienta para
la recuperación de muchos problemas emocionales a través de la integración de los sucesos
perturbadores que se han ido almacenando de forma disfuncional en la red de memoria. Así, se
produce un cambio en la narrativa interna de la memoria episódica de manera que el mensaje
autorreferente resulte adaptativo. El terapeuta que trabaja con EMDR tiene la oportunidad de
acompañar a las personas que abordan su terapia en este camino de cambio y reprocesamiento,
resultando un trabajo muy enriquecedor a nivel profesional y personal.
Para trabajar como terapeuta EMDR es fundamental realizar una formación adecuada, que esté
avalada por los estándares de calidad que las asociaciones nacionales e internacionales establecen.
En el caso de España, tenemos la asociación nacional EMDR España, cuya web podéis consultar en el
siguiente link:
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En esta web se puede consultar información sobre el EMDR, las ofertas formativas, los terapeutas
acreditados y otros enlaces de interés como artículos traducidos al castellano y asociaciones
internacionales.
La asociación española está adscrita a la asociación EMDR Europa, siguiendo sus directrices en los
estándares de formación. Las asociaciones nacionales difunden las formaciones y entrenamientos
básicos en EMDR que actualmente son necesarios para acreditarse como terapeuta EMDR y acceder a
la acreditación europea de Practicioner in EMDR. Esta formación básica se lleva a cabo por entrenadores
aprobados por EMDR Europa, y por consultores aprobados por la asociación para la supervisión de
casos. Todos estos requisitos están disponibles en la web de la asociación, pero podemos describir la
formación básica en 3 partes:
•• Parte 1. Nivel I de EMDR, que consiste en 24 horas de formación, de las que el 60% son teóricas
y el 40% son prácticas. Se lleva a cabo a lo largo de tres días, intensivo, y se aborda el EMDR y
el protocolo estándar de 8 fases, las bases de la conceptualización de casos y el abordaje de
EMDR en niños, duelo y auto aplicaciones.
•• Parte 3. Nivel II de EMDR, con 24 horas de formación, con el mismo porcentaje de teoría y
práctica del nivel I, donde se reconsolida la formación en la aplicación del protocolo y la
conceptualización de casos y se abordan los tratamientos de fobias, TOC, trastornos
alimentarios, adicciones, etc.
Finalizada esta parte, el profesional obtiene un certificado oficial de EMDR Europa donde se acredita
que ha completado su formación en EMDR y le acredita para utilizarlo. A partir de ese momento
y tras dos años de formación y supervisión y formación avanzada, el profesional puede acceder al
certificado europeo de Practitioner in EMDR (clínico en EMDR).
Dentro de la formación avanzada, destaca una experiencia muy interesante a nivel formativo y
personal: los talleres denominados “El arte del EMDR”, destinados a los terapeutas EMDR que ya han
conseguido la acreditación de clínicos EMDR, y que tiene como objetivo incrementar las habilidades
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terapéuticas y realizar un trabajo personal. A partir de uno de estos talleres realizado con clínicos de
la asociación francesa de EMDR, el terapeuta Michel Meignant realizó un interesante documental
recogiendo su experiencia y completándolo con aportaciones de científicos relevantes en el ámbito
de la psicoterapia EMDR.
Podéis ver un extracto del documental La legende de L’EMDR, de Michel Meignant y Mario Viana (2007),
en el siguiente link:
La légende de l'emdr
http://www.youtube.com/watch?v=Gf1jACahsSk
Para mostrar una porción de lo que EMDR ofrece como enfoque de terapia transdiagnóstica, se
muestran, a continuación, una serie de enlaces que abordan elementos clave en el tratamiento de
diversas patologías desde EMDR:
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Anexo I
Traducido por: Carlos S. Alvarado y Nancy L. Zingrone. Centro de Estudios Integrales de Puerto Rico.
Nombre:
Sexo:
Fecha:
Por favor, conteste a las siguientes preguntas considerando los momentos en que usted NO ha estado
bajo los efectos del alcohol o de otras drogas. Para contestar estas preguntas, por favor haga un círculo
alrededor del número apropiado de la escala que aparece debajo de la pregunta.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
2. Algunas personas encuentran que hay veces que escuchan a alguien hablar y de repente se dan
cuenta de que no escucharon parte o nada de la que se dijo. Haga un círculo alrededor de un número
para indicar el porcentaje del tiempo que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
3. Algunas personas tienen la experiencia de encontrarse en un lugar y no tener idea alguna de cómo
llegaron hasta allí. Haga un círculo alrededor de un número para indicar el porcentaje del tiempo que
esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
6ECTS .es
4. Algunas personas tienen la experiencia de encontrarse vestidas con ropa que no recuerdan haberse
puesto. Haga un círculo alrededor de un número para indicar el porcentaje del tiempo que esto le pasa
a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
5. Algunas personas tienen la experiencia de encontrar objetos nuevos entre sus pertenencias los
cuales no recuerdan haber comprado. Haga un círculo alrededor de un número para indicar el porcentaje
del tiempo que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
6. Algunas personas a veces tienen la experiencia de ser abordadas por otras personas que las llaman
por otro nombre o insisten en conocerlas anteriormente. Haga un círculo alrededor de un número para
indicar el porcentaje del tiempo que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
7. Algunas personas a veces tienen la experiencia de sentir como si se encontraran paradas al lado de
ellas mismas o como si se miraran a sí mismas haciendo algo y se vieran como si estuvieran mirando a
otra persona. Haga un círculo alrededor de un número para indicar el porcentaje del tiempo que esto le
pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
8. Algunas personas son informadas que a veces no reconocen a sus amigos o familiares. Haga un
círculo alrededor de un número para indicar el porcentaje del tiempo que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
9. Algunas personas se dan cuenta de que no tienen memoria de algunos eventos importantes de
su vida (por ejemplo, su boda, o graduación). Haga un círculo alrededor de un número para indicar el
porcentaje del tiempo que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
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10. Algunas personas tienen la experiencia de haber sido acusado(a)s de mentir cuando ello(a)s creían
que no habían mentido. Haga un círculo alrededor de un número para indicar el porcentaje del tiempo
que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
11. Algunas personas tienen la experiencia de mirarse en un espejo y no poder reconocerse. Haga un
círculo alrededor de un número para indicar el porcentaje del tiempo que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
12. Algunas personas tienen la experiencia de sentir que las personas, los objetos y el mundo que les
rodea no son reales. Haga un círculo alrededor de un número para indicar el porcentaje del tiempo que
esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
13. Algunas personas tienen la experiencia de sentir que su propio cuerpo no les pertenece. Haga un
círculo alrededor de un número para indicar el porcentaje del tiempo que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
14. Algunas personas a veces tienen la experiencia de recordar algún evento pasado tan vívidamente
que sienten como si lo estuvieran viviendo otra vez. Haga un círculo alrededor de un número para
indicar el porcentaje del tiempo que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
15. Algunas persof1as tienen la experiencia de no estar seguras si COSC1S que recuerdan haberles
pasado en realidad sucedieron o si tal vez solamente las soñaron. Haga un círculo alrededor de un
número para indicar el porcentaje del tiempo que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
101
El enfoque terapéutico del EMDR viu
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16. Algunas personas tienen la experiencia de estar en un lugar conocido y sin embargo encuentran el
lugar como extraño y desconocido. Haga un círculo alrededor de un número para indicar el porcentaje
del tiempo que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
17. Algunas personas tienen la experiencia de que cuando están viendo la televisión o una película en
el cine, se absorben tanto en la historia que no se dan cuenta de otras cosas que pasan a su alrededor.
Haga un círculo alrededor de un número para indicar el porcentaje del tiempo que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
18. Algunas personas encuentran que se pueden envolver en una fantasía o en un soñar despierto(a)
que sienten como si lo que se imaginan les estuviera sucediendo en realidad. Haga un círculo alrededor
de un número para indicar el porcentaje del tiempo que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
19. Algunas personas se dan cuenta de que hay veces que están capacitadas para ignorar el dolor físico.
Haga un círculo alrededor de un número para indicar el porcentaje del tiempo que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
20. Algunas personas se dan cuenta de que hay veces que se encuentran sentado(a)s contemplando
el vacío, pensando en nada, y sin darse cuenta del tiempo que pasa. Haga un círculo alrededor de un
número para indicar el porcentaje del tiempo que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
21. Algunas personas en ocasiones se dan cuenta que cuando se encuentran solas, se hablan así mismas
en voz alta. Haga un círculo alrededor de un número para indicar el porcentaje del tiempo que esto le
pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
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22. Algunas personas se dan cuenta que en cierta situación actúan de una manera tan distinta,
comparada a cómo actúan en otra situación, que se sienten casi como si fueran dos personas distintas.
Haga un círculo alrededor de un número para indicar el porcentaje del tiempo que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
23. Algunas personas a veces se dan cuenta de que en ciertas situaciones pueden hacer cosas con
sorprendente facilidad y naturalidad, las cuales normalmente serían difíciles para ello(a)s realizar (por
ejemplo, un deporte, un trabajo, situaciones sociales). Haga un círculo alrededor de un número para
indicar el porcentaje del tiempo que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
24. Algunas personas a veces se percatan que no recuerdan si han hecho algo o si simplemente pensaron
en hacerlo (por ejemplo, no saben si enviaron una carta o simplemente pensaron en mandarla). Haga un
círculo alrededor de un número para indicar el porcentaje del tiempo que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
25. Algunas personas encuentran evidencia de que hicieron cosas que no recuerdan haber hecho. Haga
un círculo alrededor de un número para indicar el porcentaje de tiempo que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
26. Algunas personas a veces encuentran escritos, dibujos, o notas entre sus pertenencias, las cuales
debieron ser hechas por ellas mismas, pero no recuerdan haberlas hecho. Haga un círculo alrededor de
un número para indicar el porcentaje del tiempo que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
27. Algunas personas a veces se percatan de que escuchan voces dentro de su cabeza las cuales les
dicen que hagan cosas o comentan sobre lo que la persona está haciendo. Haga un círculo alrededor de
un número para indicar el porcentaje del tiempo que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
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28. Algunas personas a veces se sienten como si estuvieran mirando al mundo a través de una neblina,
de tal manera que las personas y los objetos parecen lejanos o poco claros. Haga un círculo alrededor
de un número para indicar el porcentaje del tiempo que esto le pasa a usted.
0%........10........20........30........40........50........60........70........80........90........100%
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Anexo II
Nombre:
Sexo:
Fecha:
Estas preguntas son acerca de diferentes tipos de experiencias que tiene la gente. Para cada una, marca el
número que mejor defina cuánto de esta experiencia te sucede. Marca un 0 si nunca te sucede; un 10 si te
pasa siempre. Si te pasa a veces, pero no todo el tiempo, marca el número entre 1 y 9 que mejor describa
qué tan seguido te pasa. Solo responde cuánto de esto te sucede CUANDO NO ESTÁS bajo la influencia de
alcohol o drogas.
1. Cuando miro la TV, leo, o juego con la computadora, estoy tan ensimismado/a que no tengo idea
de lo que pasa a mi alrededor.
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
4. Puedo hacer algo realmente bien una vez y otra vez no puedo ni siquiera hacerlo.
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
105
El enfoque terapéutico del EMDR viu
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5. La gente me dice que hago o digo cosas que no recuerdo haber hecho o dicho.
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
8. Miro el reloj y me doy cuenta de que pasó el tiempo y no puedo recordar qué sucedió.
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
10. Cuando estoy en un lugar donde no quiero estar, me puedo ir con la mente.
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
12. Me descubro como si estuviera “despertando” en medio de algo que estoy haciendo.
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
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14. Me encuentro yendo a algún lado o haciendo algo sin saber por qué.
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
17. Me doy cuenta de que puedo hacer que el dolor físico desaparezca.
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
18. No me puedo dar cuenta si las cosas realmente sucedieron o si yo solo las pensé o soñé con ellas.
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
19. Me encuentro haciendo algo que sé que está mal, aun cuando realmente no lo quiero hacer.
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
20. La gente me dice que a veces me comporto tan diferente que parezco otra persona.
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
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22. Encuentro cosas escritas, dibujos o cartas que debo haber hecho yo, pero que no puedo recordar
haber hecho.
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
23. Algo en mi interior parece obligarme a hacer cosas que no quiero hacer.
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
24. Descubro que no puedo decir si estoy recordando algo o si de hecho me está pasando.
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
25. Me descubro parado (de pie) fuera de mi cuerpo, mirándome como si fuera otra persona.
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
26. Mis relaciones con mi familia y amigos cambian de repente y no sé por qué.
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
27. Siento como si mi pasado fuera un rompecabezas y se hubieran perdido algunas piezas.
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
28. Me quedo tan ensimismado/a con mis juguetes o peluches que parecen estar vivos.
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
0........1........2........3........4........5........6........7........8........9........10
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Puntuación: ……
Armstrong, J. G., Putnam, F.W., Carlson, E.B., Libero, D.Z., & Smith, S.R. (1997)” Development and
validation of a Measure of Adolescent Dissociation: The Adolescent Dissociative Experiences Scale”.
The Journal of Nervous and Mental Disease, 185 (8): 491-497. (Pg.493.) “El ADES es un documento de
dominio público y puede ser utilizado y reproducido sin restricciones de copyright”
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Glosario
Abreacción
Revivir una experiencia para despojarla de su intensidad emocional.
Desensibilización sistemática
Es un método psicoterapéutico cuya característica principal es la aproximación sucesiva del sujeto a
situaciones que le producen una exacerbación disfuncional de conductas (emocionales, cognitivas o
comportamentales).
Disociación
Separación de los distintos componentes de la experiencia traumática.
EMDR
Siglas de Eye movement desensititazion reprocesing (Reprocesamiento Neuroemocional mediante
Movimientos Oculares).
Entretejido cognitivo
Acceso deliberado a una red de recuerdos adaptativos, por lo general una perspectiva adulta, durante
el reprocesamiento para facilitar la integración de las redes de recuerdos y un resultado positivo del
tratamiento.
Estimulación bilateral
Utilización de estimulación sensorial, neutra y alterna, por lo general de izquierda a derecha, mediante
movimientos oculares, estimulación kinestésica o auditiva durante el tratamiento con EMDR.
Experiencias etiológicas
Experiencias vitales traumáticas y adversas que generan redes de recuerdos inadaptativos y que dan
pie a signos y síndromes clínicos evidentes e inmediatos.
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Plantilla de futuro
La tercera vertiente del protocolo de EMDR estándar que se centra en una escena futura por lo general
después de haber resuelto recuerdos y señales de amenaza actuales.
Puente somático/afectivo
Técnica hipnoterapéutica descrita por primera vez por Watkins para identificar una experiencia
etiológica o contribuyente previa por asociación con una experiencia somatosensorial actual.
Redes de recuerdos
Un aspecto del modelo PAI de Shapiro que describe cómo la información se almacena en cinco
aspectos del recuerdo: imagen, pensamientos y sonido, sensación física, emoción y creencia.
Sesión completa
Sesión de reprocesamiento con EMDR que finaliza con un nivel SUD de 0, un nivel VOC de 7 y una
exploración corporal con sensaciones positivas o neutras.
Sesión incompleta
Cuando la puntuación SUD es superior a 1 y la puntuación VOC es menor de 6; o cuando la exploración
corporal pone de manifiesto la existencia de sensaciones negativas residuales que no se habían
comentado antes de que empezara la sesión y que parecen vinculadas al material de la diana.
SUD
Nivel de perturbación medido en escala Likert de 0 (neutro) a 10 (la máxima perturbación posible).
Trauma
Generalmente se denomina trauma psíquico o trauma psicológico tanto a un evento que amenaza
profundamente el bienestar o la vida de un individuo, como a la consecuencia de ese evento en la
estructura mental o vida emocional del mismo.
VOC
Nivel de creencia sobre las palabras positivas medido en una escala Likert de 1 (no lo siento nada
creíble) a 7 (lo siento totalmente cierto).
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Enlaces de interés
Página oficial de la asociación EMDR España, con información de la formación que ofrecen, terapéuticas
e información sobre la terapia EMDR y enlaces de interés.
http://www.emdr-es.org/
Página web del EMDR Institute, donde se pueden encontrar investigaciones recientes sobre EMDR y
otras informaciones de interés.
http://www.emdr.com/
http://www.neurotekcorp.com/
www.revibapst.com
http://trastornosdisociativos.files.wordpress.com/2012/10/sobre_el_mid.pdf
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El enfoque terapéutico del EMDR viu
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Agradecimientos
Autora
Milagros Molero Zafra