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Seminario de Historia Cultural e Historiografía I y II

Oliva Fuentes Celeste

Actividad

 ¿Cuál es el sentido de la historia conceptual de la política de (Rosanvallon)


del análisis crítico de Williams con respecto a la teoría Marxista y de la
posición de Ginberg en términos de cultura Popular?
 ¿Qué está criticando cada uno de ellos y que están proponiendo como
alternativa de análisis?
 ¿Qué aspectos resultan interesantes historiográficamente y cuales serían
objetables en términos analíticos?

Con respecto a las preguntas mencionadas podemos intentar inferir en base a los
textos trabajados que el sentido de la historia conceptual de la política, según
Rosanvallon es, analizar y comprender los conceptos políticos, como han
evolucionado en el tiempo y como han sido utilizados en diferentes contextos
históricos y sociales. Rosanvallon critica la visión tradicional de la historia política,
que se ha centrado en los hechos, las instituciones y los líderes políticos y
propone una perspectiva más amplia que considere también los discursos
políticos, las prácticas políticas y las representaciones simbólicas.
Es decir, critica la concepción tradicionalista de la historia política, que ha sido
reduccionista y ha simplificado la complejidad de los conceptos e ideas políticas,
argumenta que estos conceptos son parte integral de la vida social y tienen un
impacto en la forma en que se entiende y se ejerce el poder. Propone una
alternativa de análisis basada en la historia conceptual, que busca comprender los
diferentes significados y cambios en los conceptos políticos a lo largo del tiempo.
Desde una perspectiva historiográfica, el enfoque de Rosanvallon resulta
interesante ya que pone de relieve la importancia de los conceptos y las ideas
políticas en la comprensión de la política y la sociedad. Permite una mejor
comprensión de como las ideologías y las representaciones políticas han influido y
continúan influyendo en la sociedad.
Sin embargo, en cuanto a los aspectos objetables en términos analíticos
podríamos decir que al centrarse en los conceptos políticos podría pasar por alto
otros factores importantes como las estructuras de poder y las relaciones sociales.
Además, su enfoque en la historia conceptual puede ser considerado como algo
alejado de la realidad política concreta.
Por su parte, Raymond Williams se centra en la forma en que el marxismo ha sido
aplicado a la literatura y la cultura general, critica la visión reduccionista y
determinista del marxismo, que reduce la literatura a una simple superestructura
reflejo de las relaciones de producción y la lucha de clases.
Williams propone una alternativa de análisis que reconoce la influencia y la
importancia de las estructuras económicas y sociales, pero también enfatiza en la
autonomía y la resistencia de la cultura y la literatura. Argumenta que la literatura
no solo refleja pasivamente al mundo, sino que también lo interpreta, lo critica y lo
puede llevar a una trasformación social. Propone un análisis integral que tenga en
cuenta tanto los contextos económicos y sociales como la creatividad la agencia
de los artistas y lectores.
En términos historiográficos, resulta interesante la crítica de Williams a la visión
simplista del marxismo y su propuesta de un análisis más complejo y
multidimensional de la cultura y la literatura. Su enfoque en las formas en que la
cultura y la literatura pueden ser una fuente de cambio social es relevante y
estimula el debate en este campo.
No obstante, algunos aspectos que podríamos considerar objetables en términos
analíticos es una falta de estructura teórica sólida y su tendencia a ser demasiado
ambiguo y difuso en sus argumentos. Además, su propuesta de un enfoque
holístico puede resultar difícil de aplicar en la práctica y puede llevar a una falta de
claridad y especificidad en el análisis.
En cuanto a Guinzburg, considera que la cultura popular es una forma de
resistencia y expresión de las clases subalternas, buscando demostrar que la
cultura y las creencias populares no son simplemente inferiores o irrazonables,
sino que tienen su propia lógica interna y se nutren de una tradición oral y de
prácticas comunitarias.
Guinzburg critica la visión tradicional de la historia, que ha privilegiado la
perspectiva de la elite y ha ignorado la cultura popular y propone una alternativa
de análisis que busca entender la historia desde abajo, a través del estudio de
documentos marginales y testimonios de personas comunes. A través del estudio
de la cultura y las creencias populares, Guinzburg intenta reconstruir la mentalidad
y las formas de vida de las clases subalternas.
Con respecto al enfoque historiográfico es interesante porque desafía la visión
tradicionalista y hegemónica de la historia. Al estudiar las creencias y la vida
cotidiana de las clases populares ofrece una nueva perspectiva sobre la historia y
permite una mejor comprensión de las dinámicas sociales y culturales del pasado.
En la referente a estos aspectos que pueden ser objetables en términos analíticos
podemos señalar un exagerado protagonismo y racionalidad de la cultura popular
e ignorar las estructuras de poder y las relaciones de clase que influyen en la
formación de dicha cultura. Además, su enfoque en documentos marginales y
testimonios individuales podrían ser limitados y no representativos de la diversidad
popular.

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