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Problemas del Mundo Antiguo

UNIDAD N°1
Peter James1 Siglos de Oscuridad
1. Evolución de la cronología del Mundo Antiguo.

En julio de 1953 Richard Atkinson, estaba fotografiando un grafito del siglo XVII realizado sobre uno de los
enormes monolitos de Stonehenge, cuando percibió, débilmente grabado, <<un puñal con empuñadura apuntando
hacia el suelo>>. “En su opinión”, este descubrimiento casual podría ser el primer testimonio directo de la fecha de
construcción de las piedras monolíticas de Stonehenge.

Este monumento siempre fue difícil de datar. Al identificar el puñal con un tipo fechado en el siglo XVI a. C.
procedente de la civilización micénica, en Grecia, bien datada históricamente, Atkinson argumentaba que, dado que
no se conocen ejemplares de este tipo de puñal <<en Gran Bretaña o incluso en el noroeste de Europa, es razonable
suponer que dicho grabado fue ejecutado en Stonehenge durante la vida de alguien familiarizado con esta clase de
arma en su patria; en otras palabras, no más tarde de 1470 a. C.

Esta fecha fue bien recibida por historiadores británicos que ya habían deducido que las últimas fases de
Stonehenge habían sido erigidas durante la edad de bronce por los jefes de la cultura Wessex. Además de la
cerámica local y objetos de bronce, estas aristócratas tumbas contenían ámbar y joyas de fayenza, objetos de oro y
de hueso tallado: un ajuar exótico e inusual que se tomó como prueba de la existencia de comercio entre Gran
Bretaña y el mundo micénico. Atkinson se lanzó a especular aún más, transformando el nuevo eslabón entre Wessex
y el Egeo en una conexión con profundas repercusiones.

Un segundo puñal grabado apareció más tarde, en el mismo año de 1953. Ya en 1956, Atkinson había
desarrollado una fabulosa teoría.

Aún ahora sabemos que todos estos descubrimientos llevaron a Atkinson a cometer un error de drásticas
consecuencias en la datación arqueológica, y dicho error distorsionó seriamente, y durante muchos años, nuestra
interpretación de Stonehenge.

La datación por radiocarbono ha demostrado la magnitud de su equivocación, aceptándose actualmente


que el círculo monolítico de Stonehenge fue erigido hacia el 2000 a. C. Y aún si fuera posible establecer una
identificación precisa del estilo y origen de los puñales tallados en Stonehenge, tendríamos que ser prudentes, ya
que sólo nos indicaría que los grabados son posteriores a la construcción de las piedras.

Cronología: la columna vertebral de la historia.

El caso Atkinson subraya hasta qué punto es importante asegurarse del orden relativo de los
acontecimientos del pasado.

Hasta hace poco se creía que el cobre fundido y trabajado por primera vez entre las <<grandes
civilizaciones>> de Egipto y Sumer hacia el 3500 a. C., a pesar de que, sorprendentemente, en ninguna de estas
regiones se encuentra cobre. Incluso se pensó que la industria de los Balcanes, la más antigua de Europa, había sido
estimulada por prospectores procedentes del Próximo Oriente. Pero la teoría en el origen en el Próximo Oriente ha
sido descartada gracias a una serie de fechas obtenidas por radiocarbono, que establecieron, sin duda alguna, que el
trabajo del cobre había comenzado en los Balcanes hacia el 4500 a. C.

A menudo resulta difícil elegir acontecimientos concretos del pasado y situarlos en una secuencia unificada.

La cronología actual para el mundo antiguo ha conseguido proporcionar una amplia secuencia que permite
comprender la interacción de diferentes culturas. Sin embargo, ciertas etapas están llenas de inexplicables
anomalías. La más notable de estas fases es la <<Edad Oscura>>, que afectó al mundo antiguo tras la caída de la

1
Peter James Marshall (1933) Es un historiador y autor británico especializado en la historia y arqueología antiguas de la región
del Mediterráneo Oriental, con intereses relacionados como la cronología, tecnología antigua y astronomía, y Gran Bretaña
subrromana.
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civilización de la edad de bronce, y que conforma el centro de una vasta cadena de eternos enigmas históricos
todavía sin resolver.

Creación y cronología

James Ussher2 se las arregló para fechar la creación del mundo precisamente en el año 4004 a. C. sus
conclusiones estaban enteramente en consonancia con las reglas de la erudición del siglo XVII. Se limitó a usar el
Antiguo Testamento, e hizo el cálculo retrospectivo de las cifras hasta la época de Adán. Pero algunos
contemporáneos fueron más allá. El Dr. John Lightfoot 3 situó el comienzo del mundo en el equinoccio de septiembre.
Posteriormente, ajustó su cálculo de modo que coincidiera con el inicio del año académico en Cambridge a las 9 de la
mañana del 23 de octubre.

Las dos fechas de 4004 a. C. para la creación y 2348 a. C. para el Diluvio Universal, proporcionadas por
Ussher y santificadas mediante su inclusión en la Biblia, supusieron puntos inamovibles de cualquier cronología.

Los primeros estudiosos de la cronología tuvieron que trabajar con estas restricciones si no querían caer en
afirmaciones Heréticas4. Este fue el problema al que se enfrentó José Justo Escalígero 5, quien fue el primero en hacer
un estudio sistemático y crítico del material cronológico contenido en la Biblia junto con el del mundo clásico
pagano. Trabajó con fuentes más antiguas y a partir de éstas, desarrolló una cronología que, para su tiempo, era a la
vez coherente y global.

Había recuperado un resumen bizantino de los escritos de Manetón 6 y haciendo un cálculo a partir de la
información de esta fuente sobre la duración de las treinta dinastías egipcias, Escalígero situó el comienzo de la
primera dinastía en 5285 a. C. la cual resultó 1336 a. C. anterior a su propia fecha de la creación en 3949 a. C.

En su intento de salir de este dilema postuló un período de tiempo <<proléptico 7>>. Si bien muchos eruditos
celebraron el descubrimiento, no fue así con la paradoja a la que dio lugar, por lo que algunos intentaron hacerlo
coincidir con las fechas bíblica y otros sólo decidieron que después de todo Adán no había sido el primer hombre.

Ordenar el pasado

El descubrimiento vital para comprender el registro prehistórico lo hizo Christian Thomsen 8, que desarrolló el
sistema de las 3 edades, basado en la sucesión tecnológica desde la piedra a las de bronce y de esta a la de hierro.
Gracias a este nuevo esquema, existía ya un camino razonable para ordenar los hallazgos prehistóricos.

La simple división de la historia en estas edades, es todavía hoy, la base de la clasificación arqueológica en
todo el mundo, ya que las diversas culturas de la tierra atravesaron estas tres etapas en diferentes épocas.

La cronología del Antiguo Testamento, junto con el relato de los orígenes del hombre cayeron en descrédito.
Fueron reemplazados por la teoría de la evolución.

Una historia monumental para Egipto

2
James Ussher (1581-1656) Arzobispo de Armagh en el siglo XVII de nacionalidad Irlandesa, además fue historiador, teólogo,
filósofo y escritor.
3
John Lightfoot (1602-1675) fue un eclesiástico inglés, erudito rabínico, vicerrector de la Universidad de Cambridge y director
del Saint Catharine´s de Cambridge.
4
Afirmaciones heréticas: doctrina divergente de la enseñanza oficial de la iglesia y de sus dogmas consagrados.
5
José Justo Escalígero (1540-1609) fue un erudito francés, conocido por la ampliación de la noción clásica de la historia griega y
la historia antigua de Roma con la inclusión de la historia de Persia, Babilonia, judía y la historia antigua de Egipto dentro de la
historia antigua como conjunto.
6
Manetón: sacerdote greco-egipcio del siglo II a. C. que recopiló una historia de Egipto remontándose hasta sus primeros reyes.
7
Tiempo proléptico: tiempo anterior, de anticipación, en este caso anterior a la creación.
8
Christian Thomsen (1788-1865) fue un historiador, antropólogo y arqueólogo danés.
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Durante el siglo XIX la arqueología egipcia fue sufriendo una transformación que fue desde el saqueo
organizado de tumbas hasta la creación de una ciencia seria. En gran parte su responsable fue el arqueólogo inglés
William Finders Petrie9.

Con tanta riqueza de material a su disposición, a Petrie le resultó fácil relacionar su cronología arqueológica
con un sistema de datación absoluta. La lista de dinastías de Manetón seguía proporcionando la estructura básica
para la historia egipcia, con una novedad importante en la época de Petrie. Se trataba de una teoría sobre las
distintas referencias en papiros egipcios a la estrella de Sotis. El antiguo año egipcio <<ideal>> era aquel en que la
salida de Sotis, justo antes de la aurora, coincidía con la crecida anual del Nilo. Debido a que los egipcios nunca
introdujeron el año bisiesto, sólo al cabo de 1460 años el ciclo completaría otro año <<ideal>>.

La elaboración que realizó Petrie de una cronología para la arqueología egipcia – utilizando el sistema
dinástico de Manetón apoyado por los datos astronómicos – fue de importancia crucial para la investigación de la
Europa antigua, ya que en los mismos años en que empezó su carrera como egiptólogo se estaban haciendo
descubrimientos espectaculares en el Egeo.

La <<máscara de Agamenón>>

En 1870, el rico comerciante Heinrich Schliemann 10, obsesionado por la epopeya de Troya, comenzó sus
excavaciones en el montículo de Hissarlik, en el noroeste de Turquía. La mayoría de los arqueólogos estuvo de
acuerdo en que había descubierto la ciudad cuyo largo asedio por los griegos había inspirado la poesía épica de
Homero. Pero la ciencia actual fecha las tumbas de fosa varios siglos antes de la época de la guerra de Troya.

El gran debate Micénico

Petrie creyó que tenía la respuesta al dilema de los arqueólogos del Egeo. En 1885, en Naucratis, descubrió
grandes cantidades de cerámicas griegas del período arcaico más tardío (siglo VI a. C.); Tell Defennech (Dafne)
produjo material griego más antiguo, hasta el siglo VII a. C. Por último, en Gurb encontró fragmentos de cerámica
idénticos a los que Schliemann había hallado en Micenas, junto con restos egipcios de las dinastías XVIII y XIX, que,
según la cronología tradicional, se situaba entre los siglos XVI a XII a. C.

Petrie, situó la civilización micénica exactamente en el segundo milenio a. C., entre 1600 y 1100 a. C.

Cecil Torr11 emprendió un ininterrumpido ataque a las afirmaciones de Petrie, diciendo que esta civilización
debía ubicarse en el 800 a. C. Luego de estudiarlo para mostrar su teoría, realiza el cálculo cronológico el mismo y
concluye que la civilización micénica hacia el 1271 a. C.

Lieblein12 amplió el debate, hizo notar que las fechas altas estaban introduciendo una innecesaria <<Edad
Oscura>> en la historia de los hititas.

La obra de ambos fue posteriormente relegada a la categoría de curiosidad histórica por 3 razones. Primero,
Torr estaba ciertamente equivocado al negar que la época micénica fuera contemporánea de las dinastías egipcias
XVIII y XIX; segundo, la idea de una cronología baja era contraria a la tendencia, aceptada en la época, de adscribir la
mayor antigüedad posible a Egipto y las civilizaciones vecinas; tercero, las historias de Egipto y Mesopotámica
quedaban ahora relacionadas entre sí gracias al descubrimiento de la correspondencia real y dejaban sin efecto el
desafío a la cronología egipcia aislada.

La conexión Italiana

9
William Finders Petrie (1853-1942) fue un importante egiptólogo británico, pionero en la utilización de un método sistemático
en el estudio arqueológico.
10
Heinrich Schliemann (1822-1890) fue un millonario prusiano que, tras amasar una fortuna, se dedicó a su gran sueño: la
arqueología.
11
Cecil Torr (1857-1928) fue un anticuario y autor británico.
12
Jens Daniel Carolus Lieblein (1827-1911) fue un egiptólogo y editor de revistas noruego.
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13
Los Shardana , Teresh, Shekelesh y Ekwesh mencionados en textos de la dinastía XIX fueron identificados
con los primitivos sardos, etruscos, sicilianos y aqueos. George Rawlinson 14 admitió que, <<considerados
aisladamente, las identificaciones son dudosas en casi todos los casos>>.

Una aproximación más prosaica a la antigua Europa fue la que llevó a cabo en Escandinavia Montelius, quien,
junto con el arqueólogo alemán Paul Reinecke 15, sentó las bases de la cronología prehistórica europea.

El papel vital de la sal en la economía de la Europa prehistórica se refleja en la necrópolis de los mineros, que
presenta importaciones de países tan lejanos como los del báltico y los del sur de Italia. La primera edad del bronce
europea se situó a mediados del segundo milenio de modo que coincidiera con las fechas micénicas.

Luz desde el Antiguo Oriente

Petrie subestimó la influencia de su obra sobre los prehistoriadores europeos. La idea de que las
innovaciones culturales se habían extendido a través de una Europa <<bárbara>> mediante un proceso de difusión
gradual a partir de las <<altas civilizaciones>> de Egipto y Mesopotamia parecía lógica sólo en una época en que
política mundial significaba política imperial.

En los años de posguerra se comprobó cada vez más que la Europa <<bárbara>> no podía ser considerada
simplemente como un lugar apartado de la civilización.

El radiocarbono y la muerte de la manía difusionista

En 1952 se descubrió una técnica de datación completamente nueva, las cual iba a provocar posteriormente
el fracaso del difusionismo como explicación general. El método de radiocarbono, un modo científico de datar los
materiales orgánicos, supuso la primera comprobación independiente de la edad de las culturas prehistóricas.

Las culturas del neolítico y del bronce antiguo en Europa fueron elevadas unos 1000 años o más hasta una
antigüedad completamente inesperada. La precisión de los test de radiocarbono ha probado bastante bien la
existencia de grandes diferencias en el tiempo.

De Stonehenge a Micenas

Una consecuencia desafortunada de precisión limitada de la datación por radiocarbono es que su impacto en
el Mediterráneo oriental y el Próximo Oriente ha sido, como mucho, sólo marginal.

El avance más importante desde la época de éstos ha sido la creación de un amplio sincronismo entre la
cultura de los campos de urnas antiguos y el mundo micénico desde la época anterior a la Edad Oscura.

En lugar de conexión directa y fiable entre Europa Central y Micenas, se han forjado lazos a través de la rica
cultura del bronce de Peschiera, Italia.

Algunos prehistoriadores han intentado elaborar una nueva cronología para la edad del bronce europea
basada en fechas de radiocarbono, con la esperanza de sustituir el <<inseguro marco de cronología relativa que tan
cuidadosamente se ha construido>>.

Jean Bottéro16 Cultura, pensamiento, escritura

13
Los Shardana son un antiguo pueblo de piratas que constituyen uno de los grupos de los llamados Pueblos del mar, que
aparecen en registros históricos fragmentados de inscripciones egipcias sobre la zona del Mediterráneo hacia el 2000 a. C.; la
información es muy escasa. Junto a ellos también son pueblos del mar Teresh, Shekelesh y Ekwesh.
14
George Rawlinson (1812-1902) fue un erudito e historiador inglés del siglo XIX.
15
Paul Reinecke (1872-1958) fue un arqueólogo alemán y es más conocido por su cronología de la Edad de Bronce, en especial la
transición a la Edad de Hierro.
16
Jean Bottéro (1914-2007) fue un dominico (orden religiosa) e historiador francés. También uno de los más renombrados
asiriólogos y expertos en la Biblia y el Antiguo Oriente Próximo. Además fue famoso por haber sido uno de los primeros
traductores del Código de Hammurabi.
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1 La escritura y la formación de la inteligencia en la antigua Mesopotamia

Las cosas, las palabras y los sonidos

Poco antes del 3000 se descubren en la Mesopotamia los primeros indicios inequívocos de una escritura a la
que damos el nombre de <<cuneiforme>> por la estilización ulterior y tradicional de sus característica en formas de
“cuñas” y de “clavos”.

La región estaba entonces ocupada por distintas etnias, los semitas y los sumerios. En un principio, se
encontraban más o menos separados: los sumerios en el sur del país, y los semitas más al norte. Los sumerios
demostraron muy pronto ser los más activos, los más innovadores. Entre otras innovaciones e “invenciones”
múltiples tenemos buenas razones para atribuirles la invención de la escritura.

Mediante una chispa de ingenio y recurriendo complementariamente a diferentes figuraciones


convencionales, virtualmente capaces de transmitir el contenido íntegro del pensamiento, pero primero, en
apariencia, sólo en el orden económico, cuya complejidad y extensión requirieron, al parecer, como auxiliar formal,
la instrumentación de un sistema menorizador.

Muy pronto, todos ellos pasaron a ser, no tanto el indicio de un objeto determinado que agrupa una suma
variable de realidades objetivamente afines o convencionalmente reunidas entorno de ese objeto original.

Para enriquecer y especificar significaciones tan elementales y vagas, se tomó de los artistas otro de sus
procedimientos tradicionales: la composición de pequeños cuadros cuyos dibujos yuxtapuestos eran más
representativos por su asociación.

Esta es la condición primera, éste es el estado nativo de la escritura cuneiforme, en el momento de su


aparición, unos 2 siglos antes del 3000. La denominamos “pictográfica” por referencia al origen y al diseño de sus
caracteres; e “ideográfica” para destacar su procedimiento semántico radical: por agrupamiento de una constelación
de sentidos entorno de una representación central.

Había que ajustar los signos escritos a la lengua hablada, articularlos, no ya de manera inmediata a las cosas,
sino a las palabras que los designaban en el lenguaje corriente. Cuando se cayó en cuenta – nuevo rasgo de ingenio-
de que al dibujar un símbolo no sólo se evocaba la realidad que ese signo representaba, sino también la palabra con
la cual se la denominaba. Dibujando el signo , remitir, no ya a este animal, sino a este compuesto fonético de una
sibilante.

Es significativo que quienes practicaban la escritura, después del descubrimiento de la capacidad fonética de
los signos, cuya lista debían reducir paulatinamente hasta el medio millar, hayan preferido más bien proceder menos
por la eliminación que por acumulación. La elección del registro, ideográfico o fonético, dependía en última instancia
de la fantasía del que escribirá, mientras que el contexto orientaba al lector.

Con el tiempo el fonetismo pudo más que la ideografía. A diferencia del sumerio, lengua “aislante”,
comparable al chino, cuyas palabras, invariables cualquiera que fuese su función en la oración, podían representarse
mediante un ideograma siempre idéntico, los vocablos semíticos, principalmente los sustantivos y verbos, eran
declinables y conjugables y, cambiaban de formas de acuerdo con sus funciones sistemáticas. A medida que se
extendía el reinado del acadio, sobre todo a partir del último tercio del III milenio. Se llegó incluso en un momento
dado, alrededor del año 1800, en el norte de la región, en Asiria y en el contexto comercial, a utilizar una escritura
casi silábica; que no usaba más de un centenar de signos fonéticos, con una cantidad muy reducida de ideogramas.

Gracias el descubrimiento del fonetismo, no cabe duda que la escritura había adquirido una mayor precisión
desde el momento en que lo sucesivo sería posible deletrear todas las palabras, recurriendo a la acuñación silábica.

Escribir y leer era una profesión, igual que la medicina, la agrimensura, la jurisprudencia, la liturgia y las
demás técnicas.

Escritura y cultura

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La escritura evolucionó, en primer término, la comunicación entre los hombres y la calidad de sus mensajes.
El discurso escrito, trasciende de entrada el espacio y la duración. Prescinde de la presencia de quién lo efectúa,
puede incluso recibirlo tantas veces como quiera.

A diferencia del discurso oral, fluido, hábil, continuo, inasequible como el agua y el tiempo que corren, el
mensaje escrito se materializa por haber recibido, a la vez, consistencia y duración.

Literatura y ciencia

El discurso escrito estaba cargado de un tipo totalmente nuevo de actividad intelectual, inimaginable en un
sistema oral y basada en la profundización, la meditación del texto, la comparación, el análisis, como también en
cierta selección, y en el razonamiento. A las mentalidades reducidas a la oralidad pura, les es imposible dejar atrás el
cúmulo de las ideas puntuales, eventualmente clasificadas y memorizadas, para acceder a esa amplitud y solidez de
las informaciones, a esa meticulosidad, ese rigor de conocimiento, esa necesidad de organización y de lógica que el
“saber en superlativo” exige: conocimiento global, controlado, coordinado y coherente, no detalles yuxtapuestos
sino conjuntos fusionados. Ninguna cultura de tradición oral logró jamás, hasta ahora, desarrollar una “ciencia”
verdadera.

Sólo el sistema escrito puede dar vida a una tradición literaria, ser mismo modo que es el único capaz de
crear una manera “sabia” de ver las cosas, un tipo crítico y exigente de conocimiento universal que denomine los
detalles, una “ciencia” y una tradición científica.

Al asegurar el pasaje de la oralidad a la forma más cabalmente literaria, esos bosquejos inauguraban grandes
colecciones de obras análogas, más completas, extensas, claras y en algunos casos verbosas.

La obra maestra del género, esbozada ya en el paso del III al II milenio, es una ambiciosa “enciclopedia” del
mundo material de la naturaleza y la cultura, con 24 tablillas y unas 10.000 entradas como mínimo. Todas estas
obras son tan numerosas, tan sorprendentes, tan características de la Mesopotamia que se creyó que había que
atribuirle a esa región una “ciencia de las listas”.

La escritura y lo que sus usuarios aprendieron de su práctica asidua fue, sin duda, lo que más contribuyó a la
adquisición y al arraigamiento de esas victorias intelectuales y culturales. Podemos sostener que en la Mesopotamia
la escritura favoreció y enriqueció la cultura.

El “realismo” de los nombres

Escribir, para ellos, significaba hacer cosas que reproducían y reemplazaban las cosas. El nombre escrito
tiene, también él, sus virtualidades y sus resonancias, igualmente inesperadas y sorprendentes.

Una de las demostraciones más elocuentes de esta suerte de mayéutica nos da la famosa letanía de los
“cincuenta nombres”, al final del Poema de la creación. Estos “nombres”, registrados primero, son seguidos cada
uno de ellos de una especie de paráfrasis que hace resaltar sus prerrogativas respectivas, cuyo conjunto componía el
destino sublime, la naturaleza eminentísima de Marduk 17.

Eruditos del I milenio se ocuparon, en un comentario de explicar en detalle, de qué modo cada una de estas
cuatro atribuciones estaba real y materialmente contenida en el nombre inscripto en su encabezamiento. Cada
“nombre” encerraba de manera objetiva y perceptible, todo un mensaje sobrenatural que bastaba saber leer y
descifrar, recurriendo ante todo a un conocimiento exhaustivo de la escritura en todas sus posibilidades de origen:
todos los valores ideográficos encontrados a través de su expresión fonética.

Del mismo modo que los escritores, al modelar sus caracteres, dan forma y consistencia a las cosas, los
dioses, creadores, y redactores de todo lo que aparece y se desarrolla en este mundo, “escriben”, también ellos, al
dar forma a los seres y acontecimientos que a diario producen.

17
Marduk, dios babilonio primogénito de Ea, fue soberanos de la humanidad y los países. Aparece mencionado en el código
Hammurabi, donde el propio Hammurabi declara que Marduk es el sirviente diario del templo.
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Su código es especial y sólo pueden descifrarlo y leer la comunicación inscripta en el presagio: el oráculo, en
lenguaje adivinatorio, técnicos expertos, también ellos con una amplia formación que eran a un tiempo escrutadores
y analistas de los fenómenos, del mismo modo que sólo los escribas experimentados eran capaces de leer la
escritura de los hombres.

Génesis de la abstracción

El alejamiento del mundo

El primero de estos avances se cumple con el dibujo de los artistas en pictogramas. Un pintor, un grabador,
un escultor, aun cuando soñaba o reproducía fastidiosamente, para satisfacer las necesidades de su clientela,
motivos y escenas más o menos repetidos, dependía de un circuito que partía de la realidad inmediata y volvía a ella.

Mediante el diseño de esa ánfora, esa casa, ese dios, no cabía duda de que eran esas realidades las que
quería designar para quien quiera que viera y comprendiera su obra.

Aunque la pictografía sólo tuviera que ver directamente con las cosas y no con las palabras. El pictograma,
en su origen dibujo natural, perdió su especialización categorial para pasar a ser el centro de gravedad de una
constelación semántica de objetos.

Con el fonetismo, el signo de escritura se apartó más aún de la realidad inmediata. Este dibujo, que se
relacionaba primero, por cualquier medio que fuese, con una cosa cualquiera, evocaba ahora un sonido, un fonema.

De la calidad a la cantidad

Durante la primera mitad del III milenio, alrededor del año 2700 a más tardar, apenas unos pocos siglos
después de la aparición de la escritura, se perfilará ya en la Mesopotamia del sur, en el área económica, una
transformación importante, que iba también de lo concreto a lo abstracto. Algunos contratos de compra venta de
bienes raíces que nos quedan de aquella época nos advierten con toda claridad que estaban pasando de una noción
cualitativa a una cuantitativa del valor. El precio se estimaba en función de un patrón único y universal del valor: una
“moneda” - de cobre primero, y luego de plata-, cuyo uso reemplazaba poco a poco el trueque primitivo, la
compensación “en especie”.

El valor cuantitativo estaba ligado a los objetos, concreto e incomparable cada uno de ellos, en su estado
individual, hic et nunc. El valor cuantitativo, el “precio”, tenía algo de genérico, de aplicable a todo.

Adivinación y deducción

En el estado actual de nuestros hallazgos, sólo contamos por ahora, con jurisprudencia, la matemática y la
adivinación “deductiva”. La adivinación excedía el orden de lo contingente y lo fortuito para acceder a lo necesario y
a una especie de absoluto.

La disciplina adivinatoria sólo tiene sentido si se advierte su esfuerzo tenaz para sacar las cosas de su estricta
sujeción existencial e individualizada, para despojarlas, para liberar las cosas de sus ataduras a la existencia y la
individualidad.

La escritura, en definitiva, no es en ese país innovador, sino una de los accidentes de la cultura, un accidente
capital, pero un accidente al fin.

Mario Liverani18 Relaciones internacionales en el Próximo Oriente Antiguo, 1600-


1100 a. C.

18
Mario Liverani (1939) es un historiador italiano, profesor emérito de Historia de Oriente Próximo en la Universidad de Roma La
Sapienza, fundador y director de la revista Vicino Oriente, miembro de la American Oriental Society, Accademia delle Scienze de
Turín y doctor honoris causa de la Universidad de Copenhague y de la Universidad Autónoma de Madrid. Es considerado uno de
los principales especialistas en historia antigua de Oriente por sus trabajos sobre las relaciones internacionales durante el
Bronce Final.
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INTRODUCCIÓN

La <<Primera>> diplomacia

En el próximo Oriente (Egipto y Mesopotamia) hacia finales del cuarto milenio a. C. Lo que importa no es
sopesar sus semejanzas respecto a los sistemas modernos, sino la funcionalidad de sus procedimientos en relación
con las necesidades de la época.

El <<periodo del Bronce final>> (aprox. 1600-1200 a. C.) empezó a ocupar un lugar preponderante a raíz del
descubrimiento del archivo de el-Amarna 19 (1887), que más tarde completarían los archivos hititas de Boghazköy
(1906-1907) y los archivos de la ciudad siria de Ugarit (1951-1957). Mientras tanto los archivos de Mari (1933-1939)
sacaban a la luz un <<período internacional>> aún más antiguo, y la llamada desde entonces <<edad de Mari>> se
generalizaría para referirse a los siglos XVIII-XVII a. C. Más recientemente, el descubrimiento de los archivos de Ebla
(1975) ha permitido asociar el principio de la historia de las relaciones interestatales con la <<edad de Ebla>>,
situándolo en el siglo XXIV a. C.

A diferencia de los casos de Mari y de Ebla, las relaciones interestatales del Bronce final aparecen
documentadas en los textos originales de diversos lugares (Egipto, la Anatolia hitita, el norte de Siria, Asiria y
Babilonia) y pertenecen a distintos géneros (cartas, tratados, textos literarios y administrativos). Intentamos
demostrar que las relaciones interestatales estaban de hecho muy formalizadas, de acuerdo con unas reglas jurídicas
y unas normas de conducta aceptadas por unos estados que pertenecían a tradiciones culturales distintas. En este
sentido, contamos en el Bronce final con un <<sistema diplomático en toda regla>>.

El sistema regional del Bronce final

Se trata sobre todo de la manifiesta vertebración de aquellas relaciones dentro de un sistema que abarcaba
la totalidad de la región, basado en la coexistencia de diferentes unidades políticas de importancia regional, y en la
posibilidad de establecer una jerarquía fija en el seno de las unidades regionales pero con una jerarquía fija en el
seno de las unidades regionales pero con una paridad convencional de rango entre ellas, con el fin de preservar el
equilibrio de poder existente. No es mera casualidad que una lengua <<diplomática>>, el acadio, se utilizara en toda
la región. Y tampoco en casual, desde el punto de vista arqueológico, que el Bronce final marque también el período
de mayor circulación de técnicas especializadas, motivos iconográficos, materiales preciosos y objetos trabajados,
todos ellos con sabor de cultura <<internacional>>, por encima y más allá de la fuerte persistencia de los <<rasgos
originales>> locales.

Durante el período de <<equilibrio de poder>>, objeto del presente estudio, las unidades políticas regionales
estaban distribuidas de modo relativamente uniforme por toda la región del Próximo Oriente, y ninguna de ellas
había alcanzado todavía aquel nivel militar, tecnológico y organizativo imprescindible para dar el paso decisivo: el
paso de la unificación <<imperial>> del Próximo Oriente. Ese estadio sería posible sólo tras el colapso del <<sistema
regional>> al final de la Edad del Bronce, y tras la vuelta de una parte de la región a su estado original, es decir, a su
condición de organización política de dimensión <<cantonal>> brindando así a los estados regionales existentes la
oportunidad de su expansión ulterior mediante la anexión de su <<débil>> periferia.

Por consiguiente, desde el punto de vista estructural, el periodo de <<equilibrio de poder>> es una fase
relativamente estática entre dos fases dinámicas que avanzan gradualmente hacia la creación de los sistemas
políticos.

El estado de los estudios

Los estudios arqueológicos son de escasa utilidad para el presente estudio, ya que éste se sitúa en el nivel
<<ideológico>> de la interpretación. El comercio del período de Bronce final aún se estudia en términos puramente
factuales de escasa o nula relevancia para el estudio de la ideología.

19
Amarna es el nombre árabe de una región egipcia situada en la ribera oriental del río Nilo, célebre por ser el enclave donde se
edificó la ciudad de Ajetatón a mediados del siglo XIV a. C. la nueva capital de Egipto.
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Desde el punto de vista estrictamente histórico, han aparecido algunas monografías importantes, sobre todo
de ámbito regional, aunque también abordan el problema de las conexiones entre las regiones, siendo la más
estudiada la relación entre Egipto y Asia. En cambio, resulta mucho más difícil hallar un análisis histórico global de
toda la región.

Hoy no hay porque buscar nuevas perspectivas ni nuevos métodos de análisis, puesto que la semiología y la
teoría de la comunicación, la antropología económica y política, y muchas otras disciplinas forman parte de nuestro
saber común. Basta con conocer y aprovechar las tendencias culturales propias de nuestro tiempo, lo que significa
ante todo asociar a la perspectiva histórica una perspectiva antropológica. Porque la historia y la antropología son
enfoques distintos, e incluso opuestos, pero sólo en el corto plazo. En la perspectiva a largo plazo, es evidente que
son muy similares a la hora de subrayar la diferencia entre nosotros y nuestro objeto de estudio, y ambas insisten en
que el observador no debe influir en el fenómeno observado sino que ha de mantener su propia cultura, su propio
sistema de valores, su propia ideología, distintos y separados de los de la sociedad estudiada, porque de no hacerlo
así corre el riesgo de malinterpretarlos como ejemplos distorsionados, inferiores o anómalos de nuestra cultura, de
nuestro sistema de valores y de nuestra ideología.

Reciprocidad y redistribución

Se han seleccionado dos <<modelos de interrogación>> de Karl Polanyi 20: la reciprocidad y la redistribución.
Según su definición más sencilla, <<la reciprocidad denota movimiento entre elementos homólogos de complejos
simétricos: la redistribución designa movimientos de apropiación en dirección a un centro y luego fuera de él… por lo
tanto, la reciprocidad presupone como escenario unos complejos situados en simetría, mientras que la
redistribución depende de la presencia de cierto grado de centralidad en el sistema>>.

Ambos modelos de integración se aplicaron sólo más tarde a lo político propiamente dicho, y más
concretamente a las relaciones interestatales, según las circunstancias de la época.

La aplicación del modelo redistributivo a las relaciones interestatales se remonta al inicio mismo de nuestras
fuentes (escritas), y seguramente al propio origen de los estados existentes desde el período de Uruk, aprox. 3500-
300 a. C. Está estrechamente vinculado al origen de la organización estatal concebida como una casa ampliada, o
una <<gran casa>>.

En cuanto a la aparición del modelo de reciprocidad, parece ser más tardío, cuando las interacciones entre
los distintos estados se hicieron tan intensas que exigían un planeamiento diferente, más flexible que el asociado a la
casa <<monocéntrica>>.

Ambos modelos tienen distintas tradiciones y reclaman distintas valoraciones: la redistribución sería
históricamente más <<arcaica>> y la reciprocidad más <<evolucionada>>.

El carácter interpretativo de los modelos de integración

Los modelos de integración basados en la redistribución y en la reciprocidad se formularon inicialmente a


propósito de la circulación de bienes, ámbito donde su aplicación ha sido mayor.

1. El modelo de reciprocidad comporta, en su forma óptima, la existencia de 2 o más socios o


interlocutores de igual rango. Ahora bien, la paridad de rango no existe <<en la realidad>>.
2. El modelo de reciprocidad también presupone una equivalencia entre los bienes intercambiados, algo
que tampoco se da <<en la realidad>>
3. El modelo redistributivo destaca no sólo la disparidad de rango entre la agencia central y los
interlocutores periféricos sino también el desequilibrio entre las contribuciones centrípedas 21 y las
contribuciones centrífugas22, éstas últimas a veces totalmente ausentes.

20
Karl Polanyi (1886-1964) fue un científico social y filósofo que trabajó en el ámbito de la antropología económica y crítica de la
economía ortodoxa.
21
Contribución Centrípeda, hacia el centro
22
Contribución Centrífuga, hacia afuera
Pá gina 9
Problemas del Mundo Antiguo
Debe quedar claro que los dos modelos –reciprocidad y redistribución- lejos de ser modelos descriptivos, son
interpretaciones de una única realidad.

Prestigio e interés

Un país como Egipto, dados su concisión y su aislamiento gráficos en medio de un <<vacío>> a su alrededor,
su cosmovisión centralista consolidada y su real superioridad material respecto a sus interlocutores, utiliza con
frecuencia el modelo redistributivo.

También hay que tener en cuenta el desarrollo diacrónico de las relaciones políticas. Quizás Ramsés II aliente
más la interpretación en términos del modelo de reciprocidad que Tutmosis III, dado que el equilibrio militar del
primero respecto a los hititas era relativamente igualado, mientras que el equilibrio militar del segundo respecto de
Mitanni le era claramente favorable.

Al igual que en un experimento de laboratorio, hay que controlar algunos factores (en nuestro caso, las
diferencias en el espacio y en el tiempo) para comprobar la importancia del factor objeto de estudio. El resultado de
ese <<experimento>> indica que la diferencia fundamental se halla entre 2 series de documentos, con las respectivas
diferencias de destinatario, objetivos y carácter.

En un lado tenemos los documentos dirigidos al público interno, que abarcan desde las inscripciones en los
monumentos reales hasta las que aparecen en tumbas privadas pero que se concede el prestigio, una visión
centralizada y un desinterés por el punto de vista de los interlocutores interestatales.

Si analizamos estos factores, podremos identificar los elementos que corresponden a la realidad, es decir,
distinguir aquello que es convención estereotipada de aquello que es información específica. Seguramente habrá
que desechar alguna información, con todos los matices y connotaciones pertinentes.

El objetivo de reconstruir un sistema de valores en lugar de un conjunto de hechos históricos concretos, es


decir, de centrarnos más en la estructura que en los acontecimientos, no significa falta de interés por la historia.

Límites geográficos y cronológicos

Respecto al espacio, el grueso de los datos procede de (o se refiere a Egipto, Siria, Palestina, Anatolia
Central/Oriental y Alta Mesopotamia). En cuanto a la <<periferia>> el Mediterráneo, África Oriental, Arabia e Irán –
Aún era prehistórica en esa época- en aquella época, ya que allí no hay evidencia escrita.

El comienzo y el fin del Bronce final vienen marcados por dos <<edades oscuras>> durante las cuales la
cantidad de documentos disponibles disminuye considerablemente, y en algunas áreas desaparece por completo,
sobre todo al final del período, puesto que los desórdenes de principios del siglo XII se traducen en una total
ausencia de documentos escritos en Anatolia, Siria y Palestina.

Una tercera delimitación de muestra base documental es de carácter político.

La primera cuestión tiene que ver con los destinatarios de la propaganda real. Como sólo los escribas podían
leer los textos y algunos textos ni siquiera eran visibles, parece que los destinatarios eran solamente unas pocas
personas, razón por la cual se hace difícil hablar de <<propaganda>>. Puede decirse que los autores y los
destinatarios de los textos políticos eran uno y el mismo, lo cual perfectamente normal en todos los periodos
históricos.

La segunda cuestión es la de la diferenciación de la ideología según los estratos socioeconómicos. Los


elementos más generales de la ideología dominante parecen ser básicamente comunes a todos los estratos sociales
y políticos, y en cambio los aspectos más específicos se seleccionan según los intereses, necesidades, sentimientos y
tradiciones concretas de los distintos grupos y clases sociales.

1 TERRITORIO INTERNO Y TERRITORIO EXTERNO

Pá gina 10
Problemas del Mundo Antiguo
La diferenciación cualitativa de la percepción territorial se basa en impresiones psicológicas obras,
fundamentalmente centradas en la búsqueda de seguridad. El enfoque más influyente del pasado surgió de la teoría
del pensamiento <<mítico>> (o incluso <<primitivo>>), que también se introdujo en los estudios sobre el Próximo
Oriente Antiguo.

La concentración de todas las cualidades positivas de las alternativas mencionadas conforma el área donde
se halla el sujeto, mientras que las alternativas se desplazan a la periferia.

La oposición entre el centro y la periferia puede percibirse desde diferentes niveles e influye en mayor o
menor medida es la organización social. Las personas que comparten una lengua y unos valores, costumbres y
procedimientos, y que están inmersas en el mismo sistema administrativo, económico y político, tienden a
diferenciar su propio territorio de las zonas circundantes.

El ejemplo más claro es Egipto, donde las diferencias entre el fértil valle irrigado y la estepa árida o el
desierto, entre el campo intensamente poblado y el espacio <<vacío>> de alrededor, son impresionantes. Egipto es
además una región relativamente cerrada, con sólo algunas <<puertas>> que conectan con otras áreas (lejanas y
menos densas) de asentamiento intensivo.

Otros países (Anatolia, Siria – Palestina e Irán) tienen razones geográficas menos claras para considerarse a sí
mismos bien delimitados y cualitativamente diferentes de sus vecinos, y sin embargo también desarrollaron una
visión centralista y una estimación cultural diferenciada del espacio.

Los elementos geográficos y las características culturales de los habitantes del mundo periférico se
consideran no sólo diferentes sino inferiores a los del territorio central. Si la periferia es un desierto, será sede de la
muerte y del vacío (incluso la imagen de los infiernos); si es una zona arbolada, será la sede de la oscuridad; y si es
una montaña, será de difícil acceso. En un himno real ramésida, los asiáticos son <<los que siembran el verano y
cosechan en invierno>>. Entre los muchos tópicos a analizar, aquí seleccionaremos sólo dos: la lengua como
elemento sustancial de la cultura, y el agua como elemento esencial de la vida.

En Asia puede rastrearse la idea de que las lenguas extranjeras son objetivamente incomprensibles, y más
bien comparables a las voces animales (sobre todos los pájaros).

El caso del agua es bastante similar. Si se llega a un río extranjero, de tamaño comparable al del Nilo (por ej.
El Éufrates), se clasifica como <<agua invertida>> (mw qd) porque fluye en sentido contrario.

El control civil de la caótica periferia es difícil, el territorio es demasiado vasto y diferente, y también vacío y
lleno de peligros, donde todo se mueve y permanece agazapado o en la sombra. La sensación general es de
inseguridad.

Entre la fortaleza cerrada y protegida y el territorio peligroso y desconocido, existe un cinturón intermedio:
las aldeas locales, habitadas por extranjeros y deportados, también extranjeros.

2 EL DOMINIO UNIVERSAL

El uso de títulos y epítetos reales alusivos al dominio universal del mundo es bien conocido en todas las
épocas de la historia del Próximo Oriente Antiguo, sobre todo en el Bronce final. Un ejemplo clásico es el título
acadio sar kissati (<<rey del universo>>), que en nuestro período adoptan los reyes cassitas (desde Kurigalzu I) en su
sentido abstracto, y los reyes asirios (desde Assur-uballit I hasta Tiglatpileser I), y como reacción también lo adoptará
el rey hitita Tudhaliya IV, seguramente aludiendo directamente al control sobre la Alta Mesopotamia.

Pero es más frecuente ver la totalidad como algo estructurado, esto es, subdividida en diferentes partes. La
totalidad suele estructurarse sobre todo oponiendo el país interno y la periferia (por ej. <<Rey de la tierra agrícola y
de la estepa>>, o similar). En este caso la referencia al dominio universal se refiere sólo al país central o interno, pero
se proyecta implícitamente al mundo entero. Las implicaciones del título babilonio <<rey de Sumer y de Accad>>,
aunque de carácter menos cosmológico, responden al mismo procedimiento lógico.

Pá gina 11
Problemas del Mundo Antiguo
La bipartición puede referirse también a os países exteriores: los reyes egipcios proclaman su control sobre
las tierras del norte y del sur, y los reyes mesopotámicos proclaman su control del mar inferior y del mar superior. En
ambos casos, la línea divisoria seleccionada para hacer hincapié en la contraposición no es casual: es la delimitación
natural que representan los grandes ríos. En Egipto una línea divisoria vendrá dada por el curso del Nilo de sur a
norte (tanto más cuanto que se cruza con la trayectoria del sol de este a oeste), y en Mesopotamia por el Éufrates y
el Tigris, que fluyen hacia el <<Mar Inferior>> (el golfo Pérsico) y nacen en las montañas detrás de las cuales se halla
el <<Mar Superior>> (el Mediterráneo).

También es frecuente la división según los puntos del compás, los puntos básicos de referencia de la
orientación física del ser humano: <<delante>>, <<atrás>>, <<a la derecha>> y <<a la izquierda>> del observador.
Esta división cuatripartita de la periferia obliga explícitamente a fijar la atención en la presencia del país interno, en
el centro de la intersección de las cuatro partes.

La ideología centralista es una súper estructura construida en función de la población interna y del control de
ese pueblo por parte del rey. Importa menos dominar realmente el mundo que persuadir a la población interna de
que se domina el mundo. La práctica del dominio es un ejercicio de la voluntad que, aunque no es aconsejable
aplicar a todos los objetos, debe por lo menos ejemplificarse de una.

Los títulos regios son parte de esta materialización demostrativa del éxito. Algunos contienen el
<<programa>> para el reinado, las cualidades paradigmáticas del rey. Pero otros títulos, sobre todo los más
concretos e ilustrativos de una realidad geopolítica, no pueden adoptarse sin justificación: los títulos hay que
ganarlos.

Si se ordenan las inscripciones del rey asirio por orden cronológico, se pueden identificar con todo detalle el
nexo entre los títulos y las conquistas militares. En la primera fase (antes de la conquista de Babilonia), todavía no
utiliza el título de <<rey del Mar Superior e Inferior>>, pero en el sector septentrional se alude con orgullo a la
llegada de un <<-mar Superior>> que por el contexto resulta ser el lago Van.

En la segunda fase (las inscripciones que celebran la conquista de Babilonia, pero que aún ignoran la
construcción de la nueva capital de Rar-Tukulti-Ninurta), la mención de la llegada la Mar Superior desaparece en
tanto que afirmación explícita y separada porque ya se considera un hecho consumado.

En la tercera fase (las inscripciones que celebran la construcción de la nueva capital) el título de <<rey del
Mar Superior e Inferior>> se mantiene, pero surgen algunos problemas. El control asirio de Babilonia se debilita. En
esta tercera fase, ya no se menciona la frontera asiria a orillas del golfo.

La relación entre la realidad política y las declaraciones ideológicas pueden ser más o menos satisfactorias,
pero siempre requiere algún tipo de justificación.

3 LOS CONFINES DEL MUNDO

El concepto mismo de <<frontera>> o <<confín>> es relativamente complejo, tanto en la ideología antigua


como en la moderna. La diferencia conceptual encuentra su expresión correspondiente en una diferencia léxica.
Concretamente, la terminología egipcia para denotar la idea frontera se basa en dos palabras cuya diversidad ha sido
debidamente destacada: t’, s, es una frontera real (política), flexible y móvil, mientras que drw es un confín mítico y
fijo <<perteneciente a la estructura del cosmo>>.

En la ideología centralista del Bronce final cabe distinguir dos concepciones de frontera, una de carácter
estático y otra de carácter dinámico. Según la concepción estática, la frontera del imperio universal permanece fija
en su lugar óptimo, como un ideal y un confín cósmico ajeno e indiferente a los acontecimientos históricos. Está más
vinculada a elementos cósmicos que a rasgos topográficos, y está relacionada con las antítesis básicas fijo/móvil,
luminoso/oscuro, sólido/fluido que ya se han mencionado y que determinan la diferencia entre el cosmo y el caos.

Por ejemplo, Tutmosis I declara haber <<hecho las fronteras de Egipto hasta lo que el sol circunda>>,
mientras que a Harshepsut le dicen que los dioses <<situarán tres fronteras hasta abarcar toda la amplitud del cielo,
hasta los límites de las 12 horas de la noche>>. La expresión <<todo lo que el sol circunda>> también suele utilizarse

Pá gina 12
Problemas del Mundo Antiguo
para difundir los dominios faraónicos, y en Asiria y Babilonia la expresión <<de la aurora al ocaso>> tienen un valor y
un uso análogos.

En Egipto el fin del mundo también puede simbolizarse mediante cuatro columnas que sostienen el cielo
(concebido como un hemisferio sólido) se une con la tierra. En la <<Estela Poética>> de Tutmosis III, puede leerse
<<He sembrado… tu terror hasta las cuatro columnas del cielo>>, y en un texto de Seti I se lee: <<He extendido los
confines de Egipto hasta los cielos de todos los lados>>

El espacio más allá de los confines del mundo aparece dotado de rasgos caóticos (sin fin, oscuro, fluido,
móvil), como era el mundo interno antes de la acción estructuradora del dios creador.

La extensión de las fronteras políticas para hacerlas coincidir con los confines cósmicos ideales del mundo
propicia en última instancia la desaparición de las fronteras internas y de las diferencias entre centro y la periferia.

Las pretensiones de haber alcanzado simbólicamente los confines del mundo no deben de confundirse con la
explotación administrativa de los países extranjeros.

Aubet23, M. E. Comercio y colonialismo en el Próximo Oriente Antiguo. Los


antecedentes del II y III milenios a. C.
4 EL LUGAR DEL COMERCIO EN LAS ECONOMÍAS ANTIGUAS

Si consideramos el comercio como una categoría histórica debemos preguntarnos sobre sus relaciones con
los procesos sociales de un período histórico bien definido. La emergencia del comercio no debe abordarse sin
conocimiento de la sociedad, es decir, de las fuerzas productivas, la división del trabajo, la estratigrafía social, la
oferta y la demanda, etc. El comercio es un procedimiento de intercambio plenamente integrado en la sociedad
respectiva de la que emergió, y funciona como un estímulo para el progreso social pero también como un elemento
de disolución de las relaciones sociales. (Horst Klengel 24 1984:8)

INTERCAMBIO Y COMERCIO

La mayoría de estudiosos de la economía y de los sistemas de intercambio del mundo antiguo, en particular
del Próximo Oriente y Mediterráneo, reconoce la contribución y el impulso que supuso la obra de Polanyi a este tipo
de estudios.

Diversos factores concurren en destacar la importancia del comercio a la hora de abordar el estudio de la
estructura económica de las sociedades antiguas:

1. En primer lugar, el hecho de que toda transacción material en el marco de circuitos de intercambio
constituye un episodio más de una continua relación social, todas las relaciones sociales duraderas de la sociedad
comportan transacciones. Legado indiscutible de Polanyi es la idea de que, para comprender los fundamentos
económicos del desarrollo cultural, social y político, hay que empezar por analizar las instituciones de intercambio,
ya que éstas afectan a todas las esferas de la vida social.

Tal como señala Michael Rowlands25, el intercambio de bienes es un aspecto fundamental y universal de la
conducta humana, y la conducta social entraña un intercambio de bienes, materiales y no materiales, en el que la
transacción suele ser desequilibrada, en la medida en que implica grados de dependencia y obligaciones que
resultan básicos para entender las formas de organización social.

23
María Eugenia Aubet Semmler (1940) es una arqueóloga e historiadora española, catedrática de Prehistoria de la Universidad
Pompeu Fabra, directora del Laboratorio de Arqueología. Especializada en la Arqueología fenicio-púnica.
24
Horst Klengel (1933-2019) Fue un antiguo orientalista alemán. Se especializo en historia antigua y en lenguas orientales
antiguas.
25
Michael Rowlands (1973) es un académico y antropólogo británico retirado. Fue profesor de antropología y cultura material en
el University College London de 1993 a 2010.
Pá gina 13
Problemas del Mundo Antiguo
2. En segundo lugar, tanto los postulados sobre el comercio antiguo como la forma de abordar los
sistemas de intercambio a partir del registro arqueológico han cambiado considerablemente en los últimos tiempos.
Para el arqueólogo, el comercio constituye uno de los mejores indicadores de contacto intercultural.

Buen número de autores suelen confundir el comercio con <<difusión>>, en particular en la literatura
arqueológica, sin tener en cuenta que en toda sociedad el comercio se relaciona mucho más con la esfera de las
instituciones que cualquier proceso de difusión. Por otra parte, no todo objeto exótico o importado necesariamente
la presencia de comercio. Y no siempre la existencia de relaciones comerciales, ya sean a pequeña o a gran escala,
deja huellas perceptibles en el registro, especialmente cuando se trata de mercancías perecederas –textiles, aceite,
perfumes, resinas-, que tanta importancia tuvieron en los intercambios del antiguo Oriente. Tampoco el comercio de
metales, tanto en bruto como en forma de objetos manufacturados, ya que, durante generaciones, el metal, y en
particular los metales preciosos como el oro y la plata, se reciclaban y refundían. Por otra parte, con las nuevas
tecnologías analíticas y métodos cuantitativos hoy es posible determinar las fuentes de origen y las pautas de
distribución de muchas materias primas.

Por definición, el comercio es un intercambio bidireccional. El comercio no es el único mecanismo de


distribución de bienes en las economías centralizadas: la circulación y distribución de bienes también puede llevarse
a cabo a través de impuestos, tributos, botín, comercio ilegal o piratería o mediante el intercambio de dones y las
alianzas matrimoniales. No es fácil identificar estos distintos tipos de distribución de bienes en el registro
arqueológico si no median documentos escritos.

Las pautas de distribución de los elementos de comercio arqueológicamente reconocibles han dejado de ser
un fin en sí mismos, para convertirse en un medio que nos permite identificar los sistemas de intercambio en el
marco de un proceso socioeconómico complejo, dinámico e interactivo.

3. En tercer lugar, el desarrollo económico se basa generalmente en un proceso constante de cambios


institucionales, cuyo indicador más importante suele ser la creciente complejidad de los sistemas de intercambio.
Comercio e instituciones políticas van indisolublemente unidos. Para poder mantener la lealtad y recompensar a sus
súbditos, la autoridad central debe controlar las relaciones exteriores de aquéllos, entre las que se incluye el
comercio.

Además, el peso económico del comercio en una determinada sociedad puede ayudar a definir su estructura
política. Así, un estado basado en el control del territorio y de los recursos necesita ejercer dicho control de forma
permanentemente, lo que favorecería la formación de monarquías centralizadas y fuertes. En cambio, un estado
basado en el control del comercio, suele desarrollar unas instituciones más descentralizadas, ya que el control del
comercio suele estar en manos de una minoría, siendo el rey, el dogo o los mercaderes prominentes de la ciudad
uno más en la organización y gestión de la actividad comercial.

La palabra <<comercio>> tiene diversas aceptaciones y significados: en general se usa como sinónimo de
<<intercambio>> (Renfrew26), o sólo como una clase de intercambio (Belshaw), pero también se utiliza para definir
exclusivamente el intercambio de larga distancia (Rowlands), o para referirse solamente a la actividad empresarial y
privada con fines lucrativos y en el marco de una economía de mercado (Kipp y Schortman). Es evidente que muchas
de estas definiciones evocan la trilogía establecida por Polanyi, que, como veíamos anteriormente, dividió los
sistemas de intercambio en tres categorías: reciprocidad, redistribución e intercambio, diferenciando intercambio de
comercio, al entender que este último era exclusivo de las economías de mercado. Con idéntica perspectiva,
Renfrew, uno de los estudiosos que más se ha ocupado de los sistemas de intercambio, distingue el intercambio
normal, sinónimo de intercambio interno y local, del intercambio exterior, equivalente a comercio, en el que los
bienes se negocian a distancias mucho mayores (Renfrew y Bahn).

Renfrew ha destacado la importancia del <<flujo de información>> que acompaña a las relaciones de
intercambio, y que se manifiesta no sólo en la distribución y adquisición de elementos estilísticos y simbólicos, sino
también en el poder que supone la transmisión de conocimiento como mercancía intangible que proporciona valiosa
información al que recibe.
26
Colin Renfrew (1937) es un arqueólogo británico conocido por su trabajo en la datación por radiocarbono, la prehistoria de
idiomas, la arqueogenética, la arqueología procesual y la prevención del saqueo de sitios arqueológicos.
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Problemas del Mundo Antiguo
La distinción entre intercambio y comercio se refleja también en otros autores. Así, Rowlands señala las
diferencias que existen entre el intercambio interno, basado en la reciprocidad, y el intercambio externo, basado en
la búsqueda de beneficios. En las sociedades tribales, este esquema constituiría un continuum espacial, que iría
desde la reciprocidad generalizada o intercambio de dones dentro de la comunidad, aldea o linaje, pasando por la
reciprocidad negativa o trueque en la periferia o intercambio intertribal, de acuerdo con la terminología de Sahlins.

SISTEMAS Y MECANISMOS DE INTERCAMBIO

Dado que el comercio afecta a la producción, distribución y consumo de bienes materiales, toda tipología del
comercio debe formularse a partir de esta triple vertiente de la actividad económica. De ahí que predominen los
esquemas evolucionistas de desarrollo del intercambio, que asocian una organización social determinada a cada uno
de los mecanismos de comercio dominantes y que, en algunos autores, traduce un determinismo muy marcado:
distintas situaciones sociales y políticas se asocian a distintos tipos de intercambio y un mismo objeto puede circular
a través de varios sistemas de intercambio.

Producción, circulación y consumo

Producción y consumo son dos polos opuestos de la actividad económica básica. El comercio proporciona un
vínculo vital entre ambos. Al mismo tiempo, la distribución de bienes a través del comercio favorece la
especialización del trabajo dentro o entre regiones. Un aumento de la producción propicia un aumento del consumo
y de la circulación; un aumento del consumo fomenta un aumento de la producción y de la circulación, y así
sucesivamente.

El estudio de la producción y del intercambio permite analizar la organización de las sociedades en términos
sociales y económicos. Recientes trabajos de las sociedades prehistóricas abordan estos factores en relación con el
contexto y el desarrollo tecnológico, la interacción y la evolución de la complejidad social. En ellos, el paradigma
institucional pone el énfasis en las relaciones sociales y destaca la interacción entre los distintos mecanismos que
organizan la producción, la distribución y el consumo de bienes.

Rowlands formuló en su día un modelo de desarrollo del comercio basado en un proceso gradual de
especialización económica, distinguiendo tres tipos: el comercio de subsistencia, el especializado y el comercio con
ánimo de lucro. El comercio de subsistencia sería una extensión de la producción y consumo domésticos, donde los
bienes se intercambian por su valor de uso y no por su valor de cambio en el mercado; no hay comerciantes
especializados, ni mercado, ni moneda, ni equivalencias de intercambio. Y no hay acumulación de riqueza, ya que las
obligaciones recíprocas basadas en las relaciones de parentesco y la dote constituyen mecanismos suficientes para
limitar los beneficios materiales, puesto que este tipo de comercio se dirige a satisfacer las necesidades inmediatas,
no genera nuevas actividades de producción especializada ni una economía dependiente del intercambio
internamente diferenciada. No queda claro cuándo se inicia el comercio especializado de bienes basado en su valor
de cambio y la búsqueda de beneficios, directamente o a través de equivalencias. Hay contextos que favorecen el
comercio especializado y no estacional, sobre todo en zonas marginales. Dado que muchas sociedades necesitan
bienes y servicios básicos de subsistencia producidos fuera de su entorno físico y social. La idea del intercambio
como un continuum implica que en zonas periféricas donde los bienes y servicios circulan a través de mecanismos
como el trueque, es donde se da mayor incertidumbre acerca del valor de esas mercancías.

En opinión de Rowlands, suele haber dos esferas de intercambio: una de objetos de valor y de prestigio y
otra de objetos de valor escaso o de bienes de consumo. Un comerciante, a través del comercio de larga distancia,
puede convertir bienes de poco valor en bienes de gran valor y de estatus.

Por último, el comercio orientado al lucro es aquel que extrae beneficio de las diferencias de valor entre los
circuitos locales y regionales. En el comercio de larga distancia, centrado por lo general en bienes de lujo, es donde
se obtienen mayores beneficios.

El debate sobre el significado de los objetos de valor se ha centrado casi siempre en si estos representan o
no dinero o <<moneda>>. En su estudio sobre la circulación de ítems de valor en las islas Trobriand, Malinowski 27
27
Bronislaw Malinowski (1884-1942) fue el fundador de la antropología social británica a partir de su renovación metodológica
basada en la experiencia personal del trabajo de campo y en la consideración funcional de la cultura.
Pá gina 15
Problemas del Mundo Antiguo
afirma que no representan<<moneda>>, puesto que no hay precios. Sin embargo, muchos economistas, en
particular los <<modernistas>> y formalistas, opinan que todas las equivalencias de intercambio se negocian, lo que
necesariamente daría origen al establecimiento de precios. Cualquier cosa que se da y se cambia por otra sería
dinero.

Según Appadurai28, una mercancía es cualquier cosa que está destinada al intercambio. La trayectoria
completa de una mercancía va desde la producción al consumo. A juicio de este autor, las mercancías pueden
definirse también como objetos de valor económico, y el intercambio económico crea valor. Es el intercambio el que
establece los parámetros de utilidad y escasez, es decir, su valor. La dificultad de adquisición es el único elemento
constitutivo del valor, y la escasez sólo su manifestación interna.

Tipologías del intercambio y del comercio

El comercio comporta una gran variedad de situaciones y de relaciones de intercambio, desde el trueque y la
redistribución hasta el comercio organizado de larga distancia, o de la generosidad al afán de lucro. Hoy se admite
que pudieron coexistir distintas formas de organización económica en la sociedad, formas que no corresponden
exclusivamente a los tipos de Polanyi –reciprocidad, redistribución, intercambio-.

En el marco de intercambio directo, que opera sin intermediarios y fuera de todo contexto ceremonial de
obligaciones y contraprestaciones recíprocas, figura en primer lugar el trueque, considerado en general, y desde una
perspectiva evolucionista, como la forma más primitiva de intercambio. Dentro del sistema del trueque cabe señalar
la existencia de un tipo de intercambio que se caracteriza por la escasa o nula información entre pares, que
corresponde al llamado <<comercio silencioso>>.

El trueque como forma de intercambio ha sido analizado por Chapman 29. Este autor critica el uso que hacen
algunos estudiosos marxistas del concepto de mercancía en el sistema de trueque. Para este antropólogo el trueque
es algo más que un intercambio directo, es una transacción puramente económica que no exige obligaciones sociales
ni políticas. Y puede darse indistintamente en cualquier tipo de sociedad, con o sin dinero, con o sin mercado, puesto
que se adapta a todo tipo de situaciones.

No obstante, y a pesar de que constituyen un fenómeno universal, tanto el comercio silencioso como el
trueque son difíciles de analizar. Ni siquiera Polanyi consiguió rastrear sus orígenes, ya que aparece en todas las
épocas y lugares. El trueque suele ser sinónimo de intercambio directo y simple, neutral, pacífico, no ceremonial y
sin intermediarios, y Polanyi lo distingue del intercambio del don o reciprocidad porque no implica factores
extraeconómicos ni ceremoniales. En cambio, el comercio silencioso suele operar en un contexto de hostilidad y de
ausencia de contacto físico.

A partir de las fuentes clásicas, se ha sugerido una posible evolución de estas formas <<primitivas>> de
contacto en el ámbito colonial.

Una de las tipologías de sistemas de intercambio más conocidas en el ámbito de la prehistoria y de la


arqueología es la de Colin Renfrew. Este autor se inspira directamente en las teorías de Polanyi, ampliándolas y
adaptándolas a las distintas situaciones de la prehistoria europea y mediterránea. Renfrew asume la división de los
sistemas comerciales en los tres tipos formulados por Polanyi, que él llama <<formas de comercio>> y define la
reciprocidad como un intercambio entre individuos de rango equivalente. La redistribución iría asociada a un
intercambio de configuración centralizada. La tercera categoría, el intercambio de mercado o comercio propiamente
dicho, sólo difiere del anterior en que el rol del lugar central se transfiere al mercado.

A partir de esquema Palanyiano, Renfrew propone diez formas de comercio (figura 9):

28
Arjun Appadurai (1949) es un antropólogo indio conocido por sus trabajos sobre modernidad y globalización.
29
Anne Chapman (1922-2010) fue una antropóloga franco-estadounidense conocida por sus estudios sobre los pueblos
fuéguidos, en especial de los selk’nam. Además realizo investigaciones sobre los pueblos de Mesoamérica como los tolupanes y
lencas de Honduras.
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Problemas del Mundo Antiguo
 Comercio de acceso directo- se accede a las fuentes de materia primas y materiales sin intervención
de ningún mecanismo de intercambio. Sería equivalente al trueque, típico del comercio de la obsidiana en el
Próximo Oriente.
 Reciprocidad de base doméstica (home-base), en la que las gentes de una aldea visitan otra aldea.
 Reciprocidad de frontera: se lleva a cabo en zonas limítrofes. Típico del comercio silencioso
 Comercio en cadena (down-the-line): transacciones repetidas de naturaleza recíproca, donde el
objeto viaja a través de sucesivos territorios e intercambios, como la obsidiana anatólica.
 Redistribución desde un lugar central. Los palacios minoicos serían el ejemplo más característico.
 Intercambio de tipo mercantil en un lugar central. Nace del anterior, aunque más sofisticado.
 Comercio a través de intermediarios, donde ninguna de las dos partes controla el intercambio. Típico
del comercio naval de larga distancia, que exige mayor protección.
 Comercio a través de emisario o de agentes comerciales. El estado ejerce mayor control, sujeto a
una organización central en origen.
 Comercio de enclave colonial, fundado muy cerca del socio comercial. Característico de los imperios,
está muy organizado, como el comercio paleoasirio de Kanesh.
 Puerto de comercio, donde el lugar central queda fuera de la jurisdicción de las partes implicadas.

Pá gina 17
Problemas del Mundo Antiguo
El esquema de Renfrew, considerado por muchos excesivamente evolucionista y sustantivista, ha sido
adoptado por numerosos arqueólogos. Así por ejemplo, Knapp y Cherry lo han aplicado recientemente al comercio
priota del Bronce (figura 10), teniendo en cuenta no sólo las variables espaciales de Renfrew, sino también distintos
factores de producción y distribución de mercancías. Estos autores proponen otro mecanismo o tipos de comercio:

 Comercio con control


centralizado. Se refiere a
las <<talasocracias>>
tradicionales, o grupos
que ejercen control
político y militar, así como
supremacía naval, pero
que no llegan a ser
imperios comerciales:
minoicos, cananeos,
micénicos, rodios y
fenicios.
 Control localizado, que
regula los contactos
interregionales, equivalente a la redistribución de lugar central de Renfrew. El control lo ejercen entidades
políticas independientes a través de intermediarios que vinculas los diferentes nódulos del circuito. Es
direccional. Control ejercido por centros de comercio como Ugarit, Enkomi, Kommos.
 Comercio empresarial autónomo (free-lance trade) que puede coexistir con el comercio estatal y el
intercambio de dones. Implica intermediarios y comercio de larga distancia, y en general se centra en
productos acabados y materias primas de fuerte demanda. Ejemplos serían el comercio micénico fuera del
Egeo, el comercio descrito por Homero y el comercio naval ejemplificado por el precio de Gelidonia.
 Intercambio de dones. Se basa en el principio de la reciprocidad entre pares, por lo general entre individuos
de alto rango o reciprocidad equilibrada, en la que el número y naturaleza de los obsequios es menos
importante que el deseo de reforzar las relaciones comerciales. Es la norma en la sociedad homérica y en la
correspondencia de El Amarna entre casa reales, como parte de las relaciones diplomáticas del Bronce final.
En dicha correspondencia se comprueba cómo el intercambio comercial adopta a veces la forma de
intercambio de regalos, aunque en realidad se trate de auténtico comercio que usa un lenguaje
deliberadamente tradicional y ambiguo.

RECIPROCIDAD E INTERCAMBIO DE DONES

El sociólogo francés Marcel Mauss30 observó que en algunas sociedades primitivas, la estructura de las
relaciones sociales se veía reforzada por una serie de donaciones recíprocas basadas en la circulación de regalos
de mano a mano. No se trataba de un pago, pues iba más allá de la simple consideración monetaria, sino de un
gesto que imponía obligaciones a ambas partes, especialmente al beneficiario, dado que la aceptación del regalo
conllevaba la obligación de corresponder con otro obsequio de valor equivalente. La idea del intercambio de
dones, que popularizó Mauss, acabó siendo una de las bases de la teoría sustantivista de Polanyi y de su escuela.

La llamada <<ideología del don>> es resultado de los


primeros trabajos de campo que llevó a cabo el antropólogo
Bronislaw Malinowski describe en ella el sistema kula, un
circuito regional interinsular de circulación de objetos de valor.

30
Marcel Mauss (1872-1950) fue un antropólogo y sociólogo considerado como uno de los <<padres de la etnología francesa>>.
De múltiples ecos –antropológicos, sociológicos, económicos y filosóficos- en su Ensayo sobre el don en el que señala la
relevancia del esquivo y polisémico concepto de intercambio, potlatch.
Pá gina 18
Problemas del Mundo Antiguo
Los individuos que los intercambian ganan o pierden prestigio en función de este intercambio y se crean lazos de
reciprocidad entre ellos.

El sistema funciona del siguiente modo (fig. 11): una serie de relaciones preexistentes entre los
habitantes de algunas islas de Melanesia se ve fortalecida gracias al trueque de regalos de objetos valiosos, la
mayoría de ellos de concha. Los intercambios de collares (soulava) y brazaletes de conchas de cauris (mwali)
configuran un circuito en el que intervienen todas las poblaciones isleñas. Los soulava circulan en el sentido de
las manecillas del reloj; los mwali, en sentido opuesto. Todos los contactos exteriores de estos grupos se
articulan a través del intercambio ceremonial con sus socios de transacción dentro del circuito kula ring, que
también ofrece, paralelamente, intercambios de mercancías y alimentos.

Sahlins, basándose en Polanyi, Mauss y Malinowski, ha correlacionado los distintos tipos de reciprocidad
con la distancia social. Así, un sistema cerrado de parentesco da y recibe pequeñas cantidades de bienes y
servicios, a menudo de forma altruista, dentro de un espíritu de <<reciprocidad generalizada>>. Aquellos que
están a mayor distancia social, como los forasteros en un mercado, o en el intercambio que opera fuera de las
relaciones personales, intentan sacar provecho y recibir más de lo que dan, según una forma de <<reciprocidad
negativa>>.

Los historiadores y antropólogos definen la reciprocidad como un aspecto de las relaciones sociales,
donde la prestación es lo contrario de un pago, ya que voluntaria y conlleva obligaciones continuas que se
heredan. Es un sistema de intercambio en el que dar equivale a crear obligaciones sociales, por lo que a la larga
la presentación voluntaria se convierte en contraprestación obligatoria.

No siempre es fácil distinguir el intercambio de dones del comercio. Se considera que el don y el
contradón son actos de generosidad y que el espíritu del don es radicalmente opuesto al intercambio mercantil.
Algunos autores afirman que Mauss subestimó las prácticas esencialmente <<económicas>> en este tipo de
intercambio. También Gregory, basándose en sus propios trabajos de campo de 1973-1975 en Papúa-Nueva
Guinea, sigue en la línea de Mauss, al establecer un fuerte contraste entre la economía del don y el intercambio
de mercancías o comercio propiamente dicho.

Ha sido en particular la antropología marxista, a través de los trabajos de Meillassoux y Terray, la que ha
incorporado el sistema de la reciprocidad al debate sobre el lineaje mode of production, sugiriendo que una
estrategia económica premoderna podía ser competitiva y servir para acumular riqueza a través del intercambio
de dones. Estos autores equiparan el don a una mercancía y afirman que la principal motivación de los sistemas
de intercambio como el kula es el lucro, aunque no operen con mercancías en el sentido moderno de mercado.

Así, muchas transacciones consideradas antes como ejemplos de reciprocidad y características de una
economía ceremonial o <<irracional>> pudieron enmascaran intercambios con afán de lucro. Tal como ha
demostrado Liverani, las principales cancillerías de las casas reales del antiguo Oriente, sobre todo durante el
Bronce final, estuvieron implicadas en este sistema de intercambio de dones, exclusivo y elitista. No puede
hablarse propiamente de comercio, pues aparentemente no se persigue el beneficio económico, ya que lo que
cuenta no es la mercancía en sí, sino la reciprocidad equilibrada entre casas reales y el establecimiento de
relaciones diplomáticas que, a la larga, sí producirán ventajas económicas, es decir, una <<racionalidad>>
económica.

Las economías de bienes de prestigio

El término <<prestigio>> hace referencia a la capacidad de despertar de despertar admiración y estima


entre los demás miembros de una comunidad. Estrechamente relacionado con la posición social del individuo, el
prestigio depende del control ejercido sobre las fuentes de poder y de riqueza, y puede otorgarse según la
función desempeñada por dicho individuo en la comunidad, o bien ser la consecuencia de sus proezas
personales. Las diferencias de prestigio suelen conllevar desigualdad de oportunidades, de derechos y de
obligaciones.

El modelo basado en la emulación de élites y en la circulación y control centralizado de bienes de


prestigio ha tenido especial incidencia en los estudios sobre el cambio cultural. Para emular, es decir, rivalizar,
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Problemas del Mundo Antiguo
competir o superar en hazañas y riqueza, el poder se vale de distintos mecanismos y <<disfraces>>, por ejemplo
restringiendo el acceso a los viernes exóticos, cuyo valor social aumenta en función de su riqueza y de la
distancia de su procedencia geográfica. Emulación de élites y acumulación de bienes de prestigio son, así, las dos
caras de una misma moneda.

Mediante la apropiación del excedente de la comunidad a través de fiestas, ceremonias y alianzas con
otros grupos, el jefe o el rey aumentan su poder a través de alianzas e intercambios recíprocos muy ritualizados.
Por símbolos de prestigio se entienden aquellos materiales apreciados por su rareza, cuyo valor difiere de una
sociedad a otra. En general, la adquisición y entrega de objetos de valor en transacciones sociales es una
prerrogativa de los dirigentes, y su circulación es distinta y discurre separada de la de los bienes de consumo. En
general, la adquisición y entrega de objetos de valor en transacciones sociales es una prerrogativa de los
dirigentes, y su circulación es distinta y discurre separada de la de los bienes de consumo. Esta práctica, como
vimos, se utiliza sobre todo para establecer o reforzar alianzas (kula), para asegurar una base clientelar que
garantice una estructura social dependiente del centro, y como mecanismo competitivo para ostentar riqueza en
público (potlatch), que a veces, en un alarde de riqueza conlleva la destrucción de estos ítems de prestigio.

Uno de los estudios sobre las economías de prestigio más valorado por arqueólogos e historiadores es el
de Frankenstein y Rowlands. Estos autores parten de la base de que la estructura interna de las sociedades
europeas del Hierro durante los siglos VII-V a. C. dependió de una sistema regional dominado por la expansión y
crecimiento de las ciudades-estado del Mediterráneo. El control del acceso a los recursos sólo se obtendría a
través del comercio exterior, y los distintos grupos se vinculan entre sí a través del intercambio competitivo de
objetos de riqueza en el marco de circuitos permanentes
de rivalidad en pos de estatus (fig. 12). Sólo los grupos
capaces de producir un excedente alimentario –los jefes
de clan- pueden invertir el excedente en ítems de riqueza
para la adquisición de más novias y personal dependiente
–cuanto más novias para ellos y sus descendientes,
mayor número de dependientes clientelares, con lo que
adquieren una posición dominante y una deuda social, al
incrementarse la base demográfica del grupo. Surge
entonces una jerarquía de jefes dominantes – jefe
soberano, jefes vasallos, subjefes, jefes menores- capaces
de controlar una gran fuerza de trabajo y de intensificar
la producción de alimentos, que favorecerá un creciente
monopolio y consumo de riqueza por parte de las élites.
A su vez, los jefes tienen que redistribuir el suficiente
número de bienes de prestigio a sus subordinados y al
mismo tiempo limitarles el acceso al comercio exterior,
del que depende su posición dominante.

EL COMERCIO DE LARGA DISTANCIA

La superioridad incontestable del comercio de larga distancia estriba en la concentración que conlleva y
que lo convierte en motor sin igual para la reproducción y aumento rápido del capital, que será clave para la
aparición de la burguesía mercantil europea.

En el mundo antiguo, los límites geográficos del comercio interregional eran bastante reducidos, debido
a la tecnología y a los altos costos del transporte. En general, sólo las mercancías de alto valor compensaban los
viajes de larga distancia, por lo que sólo el comercio interregional favorecía una auténtica acumulación de
riqueza.

El comercio externo es aquel que traspasa fronteras culturales y sirve de vehículo para transmitir
información, valores sistemas de pesas y medidas y tecnología entre sociedades muy diversas. Polanyi sostiene
que, en el mundo antiguo, las colonias comerciales más lejanas eran las primeras en fundarse, ya que el
comercio de larga distancia suele preceder al comercio local. Si se prescinde de los altos costos del transporte, la

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Problemas del Mundo Antiguo
diferencia de precios entre países lejanos y, por consiguiente, las ganancias, tienden a aumentar con la distancia
entre socios comerciales.

El poder simbólico de la distancia

Los estudios etnográficos han proporcionado interesante información acerca de la importancia y


significado de la distancia geográfica. Según Helms, las sociedades situadas a cierta distancia geográfica de una
cultura de prestigio tienden a ver a esta última como fuente de civilización y de poder, de modo que, a través de
la emulación, los rasgos asimilados de la cultura foránea transfieren a los líderes nativos algo del prestigio de
aquella civilización.

El comercio sería sólo uno de los incentivos posibles de las actividades de larga distancia, en manos de
especialistas en este tipo de intercambio. Sólo el océano y el cielo conectan estos países lejanos en el horizaonte,
envueltos en mitos y leyendas, y el conocimiento de la distancia confiere, por tanto, poder, estatus, autoridad y
magia, asegurando así una asimetría del conocimiento entre los líderes nativos y sus síbditos.

También con la excusa del comercio, los mercaderes aztecas –los ppchteca- viajaban a lugares remotos
buscando sobre todo información para el emperador, actuando más como espías que como comerciantes, y su
conocimiento de países lejanos les confería gran prestigio. Para los escritores griegos y romanos, las fronteras
más distantes, fuera del oikumene, eran sitios fabulosos porque eran remotos, peligrosos y llenos de demonios,
un simbolismo asociado a su distancia geográfica.

Además, la distancia geográfica es importante a la hora de determinar el valor de las mercancías y


materias primas. Producción y pautas de consumo divergen con la distancia social, espacial y temporal entre
productores y consumidores.

En elproceso de legitimación de un jefe local varios factores contribuyen a reforzae su liderazgo: su


asociación con ideologías políticas foráneas, su acceso privilegiado a los extranjeros, que da la medida del poder
de un jefe, su éxito en la organización del comercio de larga distancia, que le asegura seguidores y dependientes,
y el monopolio sobre el comercio costero. Además, los extranjeros llegan con tecnología superior, técnicas
desconocidas y provistos de armas eficaces que, en la percepción de las sociedades tradicionales, implican
siempre peligro, pero también talento y conocimientos esotéricos.

El impacto social del comercio de larga distancia

La naturaleza de los contatos o encuentros entre culturas distantes es una de las cuestiones preferidas
por arqueólogos e historiadores, por cuanto permite fechar materiales mediante dataciones cruzadas, pero
también, y sobre todo, explicar desarrollos de complejidad en la evolución de las sociedades a través de los
efectos del comercio de larga distancia.

En demasiadas ocasiones se ha sobrevalorado el rol del comercio en la formación de los primeros


estados y la importancia del intercambio colonial en la génesis del cambio cultural y político en las sociedades
<<indígenas>>.

Renfrew considera que el comercio desempeñó un


papel clave en el desarrollo y aparición de la civilización
egea, al actuar como factor de desequilibrio y alterar todo
el sistema cultural precedente. En un principio, este autor
aplicó la teoría de sistemas al estudio del comercio: el
comercio habría actuado como un subsistema más, en
interacción continua con otros subsistemas –tecnológica,
simbólica, etc.- dentro del sistema cultural global (fig. 13).
Este modelo considera que el comercio es un tráfico
recíproco, un intercambio y un movimiento de bienes que
opera a través de la actividad pacífica humana y constituye
el principal estímulo para la especialización de la

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Problemas del Mundo Antiguo
producción, la creación de excedente, la innovación tecnológica, la creciente dependencia de las economías y,
finalmente, el cambio estructural hacia la estratificación social.

Recientes trabajos sobre el comercio entre las jefaturas europeas del Hierro y las civilizaciones
mediterráneas han constituido las principales aportaciones al estudio del impacto sociocultural del intercambio
de larga distancia entre sociedades desarrolladas y comunidades indígenas (véase la fig. 12). El comercio
mediterráneo habría desestabilizado la economía de las jefaturas, rompiendo el equilibrio de poder entre los
jefes nativos y su sistema clientelar y amenazado las bases tradicionales del poder local.

El trabajo ya citado de Frankenstein y Rowlands (1978) sobre las sociedades hallstátticas del alto
Danubio combina la teoría de los sistemas-mundo con el concepto de economías de prestigio en el marco de la
reciprocidad entre élites. Se trata de un estudio sobre la relación entre el flujo de bienes a través del comercio
de larga distancia y el ejercicio del poder. La transición a una sociedad más jerarquizada se habría producido a
través del control por parte de los jefes locales del suministro y distribución de bienes de prestigio procedentes
del Mediterráneo.

La incorporación de la periferia gala a los circuitos de intercambio romanos es otro caso bien estudiado
sobre el impacto del comercio de larga distancia en las sociedades del Hierro. El crecimiento demográfico y la
acumulación de riqueza habrían propiciado la aparición del oppidum galo como centro político regional.

El modelo de la diáspora comercial

El comercio a través de fronteras culturales suele ser una actividad de riesgo, puesto que exige una gran
especialización y una gran habilidad para moverse entre diferentes sociedades y sistemas de valores.

Uno de los modelos teóricos que ha tenido más aceptación entre los estudiosos del intercambio
interregional es el de la <<diáspora comercial>>, desarrollado por Cohen, en condiciones de comunicación y de
transporte difíciles, y cuando las instituciones de comunicación y de transporte difíciles, y cuando las
instituciones estatales son mercaderes, la buena marcha del comercio de larga distancia exige una serie de
soluciones y medidas para afrontar problemas técnicos básicos tales como intercambio regular de información
sobre las condiciones de la oferta y la demanda en el país de destino, el transporte rápido y eficaz de mercancías
–en particular de bienes perecederos-, la creación y mantenimiento de relaciones de confianza entre
comerciantes e intermediarios, la regularidad en el establecimiento de medidas crediticias, un sistema eficaz de
arbitraje en los litigios y el desarrollo y mantenimiento de un sistema de autoridad capáz de garantizar el orden y
el respeto de las normas y decisiones contractuales y judiciales.

En su estructura, los miembros de una diáspora poseen una organización política informal, que tiende a
ser autónoma, formando una comunidad con valores y costumbres comunes, y con sus propias instituciones. En
este sentido, una diáspora sería una especie de nación de comunidades socialmente interdependientes, pero
espacialmente dispersas. Para mantenerse, la organización de la diáspora debe ser estable, con su propia
organización política, y coordinarse con otras diásporas comerciales para mantener y reforzar su propia
identidad cultural. Sólo sobreviven y prosperan los grupos más cohesionados, como los mecaderes judíos y
musulmanes del Mediterráneo en época medieval, las comunidades chinas en América o los indios en África
oriental.

Basándose en el modelo de Cohen, Curtin realiza un análisis comparativo de diásporas comerciales en


distintos períodos del pasado y estudia el desarrollo del comercio intercultural en distintas épocas y lugares,
profundizando en cuestiones tales como la estructura social de las diásporas comerciales, la naturaleza de las
distintas instituciones económicas y sociales que operaron en ellas, los mecanismos de comunicación existentes
entre los miembros de una diáspora y la organización de la autoridad y de la toma de decisiones en asusntos
comunes. A medida que el asentamiento crece, se crea una red interrelacionada de comunidades comerciales,
que forman un circuito comercial, es decir, una diáspora.

Las diásporas comerciales se inician cuando las diferencias culturales reclaman la presencia de
intermediarios que minimicen dichas diferencias. Uno de los problemas del estudio comparativo de las diásporas
comerciales es la gran variedad de relaciones que se establecen entre la comunidad comercial y la sociedad
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Problemas del Mundo Antiguo
anfitriona o indígena. También relaciones entre los distintos nódulos de una diáspora son muy variadas, ya que
la relación de dependencia difiere de un caso a otro y evoluciona con el tiempo, como ocurrió con la Liga
Hanseática del norte de Alemania entre los siglos XII y XV.

Recientemente. Holladay ha aplicado el modelo de las diásporas comerciales a casos arqueológicos


concretos y analiza tres posibles diásporas de larga distancia en el Próximo Oriente antiguo, basándose en la
presencia de unas formas arquitectónicas intrusivas en zonas de especial interés comercial. Así, identifica una
diáspora comercial hitittell a organizada en torno a distritos de mercaderes establecidos en lugares estratégicos
de Siria y Palestina –Emar, Tell Abu Hawam, Hazor y Megiddo- a partir de la presencia en esos lugares de casas
de planta anatólica. El autor infiere una segunda diáspora, esta vez egipcia, basándose en la presencia de
estructuras arquitectónicas de tipo Amarna.

ARQUEOLOGÍA DEL COMERCIO INTERREGIONAL

Una tendencia muy generalizada en arqueología es considerar el comercio como un mecanismo


meramente distribuidor de objetos, sin tener en cuenta el contexto social ni la complejidad de los mecanismos
de intercambio. La arqueología tradicional estuvo más interesada en establecer semejanzas y paralelos entre
culturas diferentes como prueba de contacto y difusión que en analizar el trasfondo sociopolítico de las
relaciones de intercambio.

Ya hace tiempo que se ha demostrado que los materiales de que están hechos muchos artefactos son
mejores indicadores que el estilo o la decoración a la hora de determinar su lugar de origen. Se puede
reconstruir un circuito completo de intercambio o el movimiento de mercancías si se identifica la procedencia o
la fuente de los materiales importados.

Adams ha propuesto una serie de estrategias metodológicas para el estudio arqueológico del comercio:

Aunque la fuente de origen de los items comercializados pueda identificarse con precisión (como la de la
obsudiana), más que el lugar de extracción y las rutas utilizadas en el comercio, lo importante son las pautas de distribución
y uso de las materias primas.

Es importante establecer la función de los materiales –masculina, funeraria, doméstica, ceremonial, utilitaria- y su
cuantificación, pues permite determinar si se trata de comercio local, de élite, privado o ritual.

Hay que establecer los valores del intercambio o la relación cuantitativa entre unas materias primas y otras.

Definir la unidad geográfica de análisis: saber si se trata de un intercambio ceremonial de bienes de lujo a distancia,
de una especialización regional o local, de una jerarquía de lugar centrales de intercambio.

No perder de vista la visión dinámica de unos intercambios en el proceso de desarrollo y en sus continuos cambios
considerando sistemas sincrónicos afines.

Atención al uso de un registro etnográfico inadecuado: Oaxaca no es Birmania y las colonias británicas no son las
colonias griegas.

Analizar el alcance y envergadura del comercio empresarial o privado.

El estudio arqueológico del comercio exige analizar a fondo el tipo de administración y especialización
del grupo social, ya que éste permite regular la actividad humana en términos de suministro –movimiento de
bienes y materias primas- y de relaciones sociales –intercambio de bienes e información-.

Muchas de las aportaciones de la arqueología al estudio del comercio antiguo se inspiran en las técnicas
y métodos de la arqueología espacial. Modelos teóricos formulados en los años setenta y ochenta sobre la
distribución diferencial de asentamientos comerciales e items de comercio resultan todavía válidos en la
actualidad.

La arqueología espacial parte de la premisa de que toda sociedad compleja conlleva una organización
muy estructurada y diferenciada, con producción especializada, control permanente y creencias complejas. Todo

Pá gina 23
Problemas del Mundo Antiguo
ello, unido a la capacidad de procesar y controlar la información y a la estrecha vinculación entre las
instituciones religiosas y el intercambio, habría favorecido el paso de la banda/tribu a la jefatura y al estado.

Trabajos pioneros en la aplicación de los métodos del análisis espacial y locacional fueron los de Johnson
y Wright en su estudio sobre los orígenes del estado en Mesopotamia.

Johnson y Wright proponen analizar la


formación del estado teniendo en cuenta que
este tipo de estructura política implica un
incremento de los canales de información entre
jerarquías, lo cual se expresa necesariamente en
la proporción entre jerarquías, lo cual se expresa
necesariamente en la proporción de restos
arqueológicos y su relación con la actividad que
los engendró. Definen el estado como una
sociedad que desarrolla actividades
administrativas especializadas, que requieren tres
o más niveles jerárquicos de toma de decisiones
(fig.), y consideran que factores como el
crecimiento demográfico, el intercambio
interregional, el comercio de larga distancia y la
producción local pudieron ser los
desencadenantes de los cambios que
desembocarían en la formación del estado. Estos autores
parten de la hipótesis de que es posible identificar las rutas
comerciales localizando concentraciones significativas de
objetos exóticos o de lujo, y de que los restos arqueológicos
son más numerosos en las proximidades del centro donde el
intercambio de tales productos es más intenso. Para ello
trazan redes hexagonales y jerárquicamente organizadas de
intercambio local, que reflejarían movimientos recíprocos de bienes y servicios. Para su análisis, estos autores
utilizan un ítem arqueológico de referencia: los pequeños conos de arcilla, que representan los restos de murales
decorados con mosaico, propios de edificios religiosos y cuya distribución geográfica coincide en la región de
Uruk-War-ka con la presencia de pequeños lugares de culto (fig. 15).

Lugares centrales son aquéllos que actúan como centros de servicios, en posición aquidistante, cuya
distribución geográfica tiende a ser hexagonal y que implican una concentración de actividades, de toma de
decisiones, de producción y distribución de actividades, de toma de decisiones, de producción y distribución en
el marco del intercambio local. Para estudiar los sitemas locales de intercambio, el autor reconstruye una
jerarquía de asentamientos en la Susiana y en la región de Urik/War-ka durante los períodos de Uruk medio y
reciente, a finales del IV milenio a. C. (fig. 15).

Sobre estas bases, Johnson identifica varios


niveles jerárquicos en el patrón de asentamiento, cuya
localización está directamente relacionada con el
intercambio local (fig. 16): el lugar o centro teocrático
territorial (Warka, Susa), centros mayores (Susa, Choga
Mish), centros medianos y aldeas y pequeños centros,
con conos de arcilla, que habrían actuado como lugares
administrativos especializados.

Los trabajos de Johnson y Wright probaron la


existencia, a finales del período de Uruk, de un
intercambio local bastante desarrollado, un sistema
redistributivo muy consolidado y una situación de
Pá gina 24
Problemas del Mundo Antiguo
ruptura en la Susiana y Baja Mesopotámia, que coincide en el tiempo con un declive demográfico, un aumento
de la demanda de bienes de lujo –lapislázuli, obsidiana, cobre- y la producción a gran escala en talleres
especializados, la transformación administrativa y un incremento del comercio interregional en vísperas de la
formación de estado, descartando las variables tradicionales, como la irrigación, la circunscripción geográfica y la
presión demográfica para explicar la aparición del estado sumerio.

El modelo de Johnson y Wright ha influido en numerosos trabajos arqueológicos sobre la aparición del
estado en Mesopotamia.

Los trabajos de Renfrew dedicados a la


arqueología del comercio parten también de las variables
espaciales propuestas en su día por Johnson y Wright. Un
rasgo común a todas ellas, que no aparece en los sistemas
de jefatura, es la existencia del lugar central que opera
como un centro redistributivo. Según los criterios de la
arqueología espacial, Renfrew propone las siguientes
formas de intercambio (fig. 17):

El módulo de estado arcaico o primitivo (MEP) o early


state module: en casi todas las civilizaciones antiguas funciona
un determiando número de lugares centrales autónomos o
unidades territoriales con sus lugares centrales. El patrón
organizativo se reflejaría en lugares centrales autónomos o
unidades territoriales con sus lugares centrales. El patrón
organizativo se reflejaría en lugares centrales autónomos especializados situados en territorios delimitables polígonos de
Thiessen.

El módulo MEP se desarrolla y evoluciona, a medida que crece la distancia entre lugares centrales de módulos
vecinos.

Muchas civilizaciones arcaicas poseen, antes de su unificación política, unos diez módulos de estado arcaico.

Renfrew presenta el ejemplo de la Grecia


micénica para caracterizar sus modos de intercambio:
los catorce palacios micénicos conocidos, distribuidos
según los polígonos de Thiessen, sirven para delimitar
las fronteras de los MEP, con una distancia media
entre los centros de unos 76 km (fig, 18).

Dentro de cada módulo de civilización arcaica


Renfrew establece una jerarquía de asentamientos,
formada por centros mayores y menorescon una
distancia entre sí cuantificable. La distancia entre
centros disminuye con el paso de una jefatura a la
forma de estado, como se observa, por ejemplo, en la
formación del Imperio hitita. En cuanto a las formas
de intercambio, el comercio interior se habría
realizado principalmente a través de la redistribución
y entre los distintos MEP habría predominado el
comercio de intermediarios, basado en la
reciprocidad. El origen del estado coincidiría con la
aparición de los MEP, cada uno de ellos con una
organización social estratificada y un intercambio
centralizado en torno a un lugar central.

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Problemas del Mundo Antiguo
UNIDAD N° 2
Vidal-Naquet VI Hombres y mujeres, jóvenes y viejos
La ciudad de Grecia era un “club de Hombres” y a partir del 451 a. C. sólo las atenienses podían traer
atenienses al mundo. En esparta, las niñas no iban a la guerra pero eran criadas igual que los varones. El
imaginario griego creó a las amazonas. La Ilíada las menciona dos veces: en el canto III 31 y en el canto VI32. En
ciertos poemas que pretenden ser continuación de La Ilíada se relata el destino de la amazona Pentesilea:
Aquiles la ama al mismo tiempo que la mata.

Las mujeres no abundan en La Ilíada, si bien la guerra fue desatada por el rapto de Helena. La Ilíada
comienza con el enfrentamiento entre Aquiles y Agamenón por causa de Criseida y Briseida.

No hay demografía en La Ilíada ya que en los díez años de sitio Homero no menciona nacimientos,
aunque, otros escritores le darán a Áyax 33 un hijo con la cautiva Tecmessa.

Aparte de Hécuba y Andrómaca son las únicas identificadas como esposas y madres por Homero.

En la época de los poémas homericos, la belleza que penetrara en el corazón de la civilización griega y
que será exaltada en la poesía de Safo, las vasijas de Exekias y esculturas de Fidias, está encarnada en un
personaje seductor y peligroso como Helena.

En el mundo de La Odisea, la presncia femenina es casi lo contrario de lo que podemos leer en La Ilíada.
En 1713, el inglés Richard Bentley34 había insinuado que La Odisea había sido compuesta para el público
femenino. Incluso Samuel Butler35 llegará a postular que fue escrito por una mujer, quien no puede ser otra que
Nausícaa, “la Batelera”.

En La Odisea se presenta el mundo femenino como algo desdoblado, acogedor y peligroso a la vez, las
sirenas son cantantes destructivas, a Helena se la sigue describiendo con una belleza semejante a la Artemisa de
Oro, salvo por la caricatura de Honoré Daumier, quien la representa como una Arpía horrible. También dos
diosas terribles con la voz humana; Circe y Calipso.

Una ambigüedad similar aparece en los ritos de la adolescencia. En las Atenas clásica, los jóvenes
dedicaban dos años a franquear esta etapa hacia la plenitud de la ciudadanía. Se los llamaba efebos (en cuanto a
la época arcaica no hay conocimiento). El paso de la infancia a la edad adulta supone una trancisión:
precisamente, la función de los ritos es dramatizarla. Una de las fronteras preferidas es la inversión, el paso por
un mundo femenino y salvaje; en muchos textos griegos, el paso a la edad adulta se realiza a través de alguna
forma de cacería o de guerra.

El único personaje que llega a edad adulta durante el tiempo del relato es Telemaco (hijo de Ulises y
Penelope), pasa de bebé a hombre de 20 años, aunque algunos los siguen considerando un niño. Cuando regresa
a Ulises pelean juntos contra los pretendientes de su madre.

Hay en La Ilíada un personaje que no llegó a salir de la adolescencia: Paris/Alejandro. Nombre doble,
desdoblado.

Vidal-Naquet VII El rey, el mendigo y el artesano

31
“…-¡Atrida feliz, nacido con suerte, afortunado! Muchos son los aqueos que te obedecen. En otro tiempo fui a la Frigia, en
viñas abundosa, y vi a muchos de sus naturales que con los ágiles corceles acampaban a orillas del Sangario. Entre ellos me
hallaba como aliado, el día en que llegaron las varoniles amazonas. Pero no eran tantos como los aqueos de ojos vivos…”
32
“…ordenó a Belerofonte…Más tarde quitó la vida a las varoniles amazonas…”
33
Hijo de Salomón
34
Richard Bentley (1662-1742) fue un filólogo, helenista y cronólogo inglés.
35
Samuel Butler (1835-1902) fue un escritor, compositor y filólogo inglés.
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Problemas del Mundo Antiguo
Algo que percibió Shakespeare y confirmó luego Moses Finley es que el mundo de los poemas homéricos
estaba estratificado por una profunda brecha horizantal. En la cabeza los Aristoi 36, nobleza hereditaria, luego el
resto.

Cabe agregar que los poemas heróicos nos dan más ejemplos de caída que de ascenso social.

Tanto Agamenón como Ulises, poseen un arma simbólica, el cetro. Simbolo de poder.

Marcel Mauss, escribió a principios del siglo XX un célebre ensayo sobre “el obsequio” forma primitiva
de trueque37. Los poemas homéricos contienen abundates ejemplos de intercambios de objetos. Estos dones se
realizan dentro de la categoría de los aristoi. En esta sociedad en parte imaginaria hay otra circulación de bienes
aparte de los presentes. En La Ilíada existe el comercio, la isla de Lemnos exporta vinos y es un lugar de compra y
venta de esclavos, sobre todo de prisioneros de guerra. También había piratería (en La Odisea) que se
relacionaban con el comercio (cueva del cíclope).

La propiedad, directa o indirecta, era la base de la riqueza en la época en que Homero recitaba sus
poemas. Agamenón, más que un propietario, es un “pastor de hombres”, los troyanos son “domadores de
caballos”.

La “tierra proveedora de trigo” es la señal de la presencia de hombre. Ulises la besa al regresar a Ítaca.
Pero son escasas las indicaciones agrarias (en La Odisea, Telémaco compara la riqueza agraria de Esparta con la
pobreza de Ítaca, donde no se pueden criar caballos, sino, cabras).

La clase más baja de los Atenienses es la clase de los thetes (labradores de tierras). Diálogo de Aquiles a
Ulises donde dice que prefiere eso a mandar en las almas de los muertos. Aunque según Eurímaco, para un
hombre del pueblo es mejor trabajar que mendigar (Ulises se disfraza de mendigo). Los artesanos son una
categoría social ambígua.

Finley Apéndice I Retorno al mundo de Odiseo


La información de Berenson no estaba libre de inexactitudes, pero sudesacuerdo básico es común, y
plantea asuntos importantes. En efecto, El mundo de Odiseo ha generado mucha controversia. Los asuntos en
cuestión trancienden los dos poemas; el estudio comparado de la composición oral, la arqueología y
documentos que proceden del Cercano Oriente han aportado nueva vislumbres y nueva información.

Yo soy historiador; mi interés profecional en la Ilíada y en la Odisea reside en su utilidad como


herramientas, como documentos para el estudio de la Edad de Bronce, la Época de las Tinieblas y la historia de la
Grecia arcaica.

1. No he indicado que los poemas homéricos puedan considerarse sólo como documentos
sociológicos o que no se les pueda analizar tan sólo como gran arte, sin referencia a la historicidad de la
guerra de Troya, o de los pretendientes de Ítaca. He escogido para mi estudio una perspectiva acorde
con mis propósitos y con mi campo de competencia profecional.
2. Yo reconozco que la Ilíada y la Odisea son poemas más grandes que ningún otro de su
género. Los 12 mil versos que el bardo eslavo Avdo Mededovic compuso en una ocasión por mandato de
Milman Parry son un material bastante mediocre, sea cual fuere su valor como demostración de una
técnica. Lo que no acepto es que tales juicios constituyan una objeción al análisis comparativo de la
composición oral como género.
3. El griego era la lengua escrita y hablada de la Grecia micénica, de la Grecia de la Época de las
Tinieblas, de la Grecia arcaica clásica y helenística, por no decir más. Por tanto, resulta un método falso
examinar la continuidad y la técnica mediante el común procedimiento de desenterrar una palabra, una
frase o un objeto y mostrarlo como prueba de algún gran descubrimiento. Lo que realmente requeriría
un serio análisis sería la ausencia total de “continuidades” micénicas en la Ilíada y la Odisea, si tal fuera el
caso, que desde luego no lo es. Decir sencillamente que los poemas también son documentos, no es
36
Los mejores, los aristócratas
37
Reciprocidad
Pá gina 27
Problemas del Mundo Antiguo
decir gran cosa. ¿Qué clase de documentos? Y en el caso particular de las poemas homéricos,
¿documentos de qué y sobre qué periodo histórico, sobre qué sociedad histórica?

La afición de los héroes a dar y recibir regalos seguramente no refleja una sociedad en que el intercambiar
regalos fuera una parte esencial de la economía; el dar y recibir regalos es, antes bien, parte integral del ideal
heróico.

El deseo de creer o no creer no es un argumento, menos aún cuando los mismos autores pasan
inmediatamente a manifestar igual incredulidad con respecto a las tablillas en Lineal B, colección de textos tan poco
poéticos como se pueda imaginar. “Pero en realidad, uno puede preguntarse si las misma complejidad y vastedad
revelada en las tablillas en Lineal B no estará dando una impresión falsa de cómo era la vidad en la Grecia micénica”.

Homero, debemos recordarlo, no era sólo un poéta o cualquier clase de poeta: era un exponente de un tipo
particular de poesía, la poesía heroica oral. Una regla de la composición oral ante un público es que el poema debe
satisfacer los requerimientos de la verosimilitud –no digo la verdad-, sobre los cuales el público ejerce un dominio
espresivo. Desde luego, lo que hacían era inventar.

Hace veinte años, yo mostré que el intercambio de regalos en los poemas homéricos coincide, hasta puedo
decir que coincide absolutamente, con el análisis hecho por Gasuss (quien en su estudio, curiosamente, pasó por
alto a los antiguos griegos). La poesía heroica tamil del sur de la India revela una red comparable de intercambios de
regalos y donativos. Así pues, no sólo Homero sino también otros compositores orales, en tierras lejanas, todos ellos,
Marcel Mausses instintivos y prematuros.

Pasemos ahora a esa otra “categoría de hechos” que me propongo rechazar. Los estudios homéricos
modernos normalmente se muestran tímidos y evasivos en su respuesta a la pregunta ¿qué creían el poeta y su
público “pealmente” acerca de todos los caprichos de los dioses en los poemas, sus disputas y amoríos, su maldad,
especialmente con respecto a los infortunados aunque heroicos mortales?.

Como los personajes de la Ilíada, los dioses de la Ilíada han sido remodelados, dentro de los límites de sus
esferas asignadas, para estar de acuerdo con el poema. Semejante libertad al tratar de los dioses siempre fue la regla
de los poetas griegos.

Mi interés actual está simplemente en los comentadores modernos que, desenvueltamente, permiten a los
poetas hacernos trucos con sus dioses y con su religión, “remodelarlos” según su argumento, pero que no conceden
a los poetas igual libertad de acción, por ejemplo con la guerra de Troya. Desde luego, no encontramos dificultad
para aceptar los sucesos del Olimpo más que como símbolos o ficciones poéticas; empero no se trata de nuestras
creencias, sino de los procedimientos del poeta, sus valores, sus creencias, las limitaciones a su derecho de inventar
o de remodelar. Los dioses de Homero no pueden tratarse sencillamente como un ‘aparato’… o ser extraídos
mentalmente de los poemas sin afectar su esencia.

La tradición es un fenómeno social, no algo entregado al primer bardo en el Monte Olimpo en doce tabletas
en Lineal B. la tradición como explicación suficiente en sí misma es una huida de la obligación de explicar o de
comprender, como en el ejemplo antes dado, que la ignorancia en que Homero estuviese del mundo de las tablillas
puede atrubuirse “al hecho de que era algo completamente ajeno a la tradición”.

A todas luces, la tradición que subyace en la Ilíada y en la Odisea no era estacionaria ni petrificada, tanto en
su lenguaje como en su contenido. Hemos de tomar en cuenta la ignorancia del pasado remto como posible factor
para explicar las “omisiones”, y aunque ello complica las cosas, también hemos de considerar una mezcla de
ignorancia y de conocimiento imperfecto, como la que revelan los arcaísmos deliberados. Bajo este título yo incluiría
la omisión de las instituciones y las prácticas del siglo VIII o VII de las que se sabe o se cree que eran relativamente
modernas. También incluyo aquellos elementos de la tradición esenciales para la imagen de un pasado heroico, que
los poetas eran incapaces de vizualizar, pero que de alguna manera habían de presentar.

El núcleo del palacio homérico pertenece a principios del primer milenio a. C.; la escala y las macizas
decoracioens de oro, de plata, de marfil y de bronce pertanecen a la imaginación, ya que los poetas, con el auxilio de
sus fórmulas herededas, trataban de elevar los lastimosos edificios que conocían, y de los cuales sabían que eran

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Problemas del Mundo Antiguo
inapropiados, a algo que no podían visualizar pero que imaginaban que era lo apropiado. Eso lo sabemos hoy con
bastante certeza gracias a la arqueología. Y, además, allí están las célebres cuadrigas, empleadas como taxis, no sólo
para transportar a los héroes a la batalla, sino también para trasladarlos por doquier dentro de la meleé, en que los
guerreros iban armados con una lanza (el arma menos apropiada para el carro de guerra). El hecho de la lucha en
carros habían sobrevivido en la tradición, y nada más, ni siquiera el vocabulario técnico necesario para describirla (a
diferencia del muy preciso vocabulario para el combate cuerpo a cuerpo). Así pues, los poetas habían tomado dos
temas posmicénicos y aun familiares conocidos de nosotros, a saber, el carro ligero y el jinete con su jabalina, para
componer el absurdo que leemos en los poemas acerca de carros militares.

A diferencia del jinete, el hierro si aparece en los poemas. Lo mismo hace el templo. No hay una consistencia
perfecta en el arcaísmo (ni en ninguna otra cosa) ni precisión en el detalle.

El público como quiera que estuviese formado, no tenía un conocimiento más genuino que los poetas del
mundo de “érase una vez” de los héroes, pero también sabía que en esencia era distinto del suyo. En un mundo sin
escritura y por tanto sin registros, la disensión sólo podía resolverse mediante juicios subjetivos, por referencia al
moso en que se había dicho antes, mediante la superior auctoritas de un poeta contra otro, mediante cualquier cosa
que no fuera la referencia a un documento.

Y las fórmulas, los ladrilos con que están construídos los poemas, poseían la flexibilidad necesaria para
disponer la sustancia a tono con los cambios en el mundo mismo, y al mismo tiempo, para evitar que tuviera una
exesiva contemporaneidad. Hoy podemos decir con confianza que las fórmulas se perdían, eran remplazadas,
elaboradas; que el proceso llevaba un ritmo desigual, lento y arcaizante, que seguía cierta lógica. En cambio, los
términos para el casco y para el escudo, dos objetos íntimamente relacionados con los “cambios en la técnica y en la
práctica” de la guerra, están “lejos de quedar definidos; son menos regulares para el casco que para el escudo, y
menos definidos aún cuando el sentido de la descripción se refiere a un objeto de un período arqueológico más
reciente”; en contraste “los términos para el mar inmutable están realmente bien establecidos”.

Ahora bien, es obvio que por muy importante que fuese la verosimilitud en las relaciones entre el poeta y
píblico, resulta inútil como prueba para el historiador. El esfuerzo por decribir y localizar el mundo de Odiseo no
puede basarse en un apoyo tan débil. El historiador que desee valerse de la Ilíada y de la Odisea como documentos
deberá hacer alguna discriminación básica. Aunque tal sea la práctica normal, no deberá revolver los diversos
productos del comportamiento humano. Examinaré por turnos cuatro categorías distintas: objetos fabricados, relato
(incluso dramatis personae), instituciones y valores.

Es embarazoso pero inevitable hablar de los objetos materiales. Desde que Schliemann descubrió Troya se
ha gastado y se sigue gastando incalculable energía en relacionar los descubrimientos arqueológicos con los poemas,
en gran parte en un esfuerzo por demostrar la autenticidad del mundo mecénico de Homero. En el problema de la
datación, de qué periodo está representado en los poemas, los objetos adquieren valor de prueba tan sólo si tienen
una duración establecida. Y al final, el resultado de todos estos esfuerzos ha sido sencillamente demostrar que en la
Edad de Bronce ya se componía poesía según fórmulas, presumiblemente oral, y que algunos minúsculos trazos en
alguna frace o verso ocacional, lograron llegar hasta Homero.

No necesitamos refutar esta conclusión. Pero hay dos crolarios inaceptables que los estudiosos contin´´uan
sacando. Uno es que dichos fragmentos de pervivencia micénica, por alguna razón misterosa, pesan más que toda la
masa de material que es micénico deformado o demostrablemente postmicénico, o al mismo tiempo micénico y
posmicénico. La otra es que el descubrimiento realizado por Schieiemann en los pozos de Mecenas de una copa que
se parece (aunque no es idéntica) a la copa de Néstor es un argumento en favor de la existencia de un histórico rey
Néstor que gobernó en Pilos más o menos de la manera que parece indicar el poema.

En cuanto a la narrativa, aun si reconocemos que cualquier hecho o persona puede ser auténtico, o al menos
tener un prototipo auténtico, con ello no habremos avanzado nada, por falta de una clave con que distinguir lo
histórico de lo ficticio. Esta ausencia de medios de confrontación documental que ya he indicado abarca, con
respecto a la narrativa, una falta de documentación externa de parte de los vecinos de los griegos que conservaron
sus letras y llevaron registros de una u otra índole. El intento más vasto y más ingenioso jamás hecho por superar
esta reconocida debilidad de nuestros conocimientos falló en el punto crítico: ni Troya ni la Grecia continental

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Problemas del Mundo Antiguo
aparecen en los textos hititas en los cuales se basó inicialmente este intento. Ello nos deja con un Hamlet no sólo sin
el príncipe de Dinamarca, sino también sin Dinamarca. Tampoco podría reiterarse demasiadas veces que las
excavaciones realizadas en Hissarlik no han producido ni la más minúscula prueba en que apoyar los relatos. Quienes
creen que la Ilíada y la Odisea tienen raíces que se remontan hasta el período mecénico deben explicar cómo esa
tradición llegó a concentrarse alrededor de un hecho que ocurrió, en el mejor de los casos, una generación antes.
Sabemos que Tucídes predijo en 431 a. C. que la guerra que había estallaso entre Atenas y Esparta sería la mayor de
todos los tiempos, aun mayor que la guerra de Troya, y dedicó su vida a escribir se historia conforme se desarrollaba.
¿Hemos de suponer que un desconocido bardo del siglo XVIII tuvo un discernimiento semejante cuando la
expedición aquea se hizo a la vela en Aulis?

Me parece que quienes aceptan como histórica la guerra de Troya no tienen alternativa: deben reconocer
que el relato que tenemos es una tradición de la época de las Tinieblas, no micénica.

Los propios héroes, aunque algunos de ellos puedan ser reconocidos como individuos son, como grupo, un
conjunto de tipos clásicos. Asimismo una guerra de Troya total o parcialmente ficticia o totalmente modificada pudo
surgir a principios de la época de las Tinieblas sin estar cubierta por todas partes de signos reveladores de la falsedad
del relato.

Eso nos deja las instituciones sociales y los valores sociales, a los que podemos considerar en conjunto.
Puede construirse un modelo, imperfecto, incompleto, confuso y que, sin embargo, una los fundamentos de la
estructura política y social con un sistema de valores apropiado, de tal manera que puedan someterse al análisis
comparativo, único control de que disponemos a falta de documentación externa. Cuando digo que aún sostengo el
modelo de El mundo de Odiseo no afirmo que no haya cometido errores o que no haya cambiado de opinión en
veinte años. En una nueva edición del libro no sólo haré cambios y ajustes a la luz de lo revelado por las nuevas
investigaciones, sino que también reconsideraré totalmente al menos una sección: la dedicada a las clases inferiores
y a su condición. Pero aún me adhiero al modelo en general, y también mantengo la conclusión de que es un cuadro
de principios de la Época de las Tinieblas: los siglos X y IX a. C., deformado aquí y allá por equívocos y por
anacronismos.

Mi referencia original a la presencia de anacronismos ha irritado enormemente a algunos críticos. Dadas las
profundas diferencias entre la Edad de Bronce y el siglo VIII a. C., tal mezcla sería patentemente artificial, e incapaz
de soportar un minucioso análisis social.

Este asunto de la localización en el tiempo del mundo de Odiseo es tan importante que debo considerar las
objeciones y las nuevas vislumbres que se han acumulado desde que por primera vez propuse una fecha a principios
de la Época de las Tinieblas. La elección es entre tal periodo y la propia época del poeta, ahora que las bases de un
supuesto mundo micénico de Odiseo han sido anuladas por las tablillas en Lineal B, así como por las excavaciones y
los estudios arqueológicos.

La eliminación del propio mundo del poeta, digamos mediados del siglo VIII, es algo que tropieza con dos
dificultades. La primera es que sabemos muy poco acepca de él: por consiguiente, el argumento se vuelve circular si
se sostiene que la Íliada y la Odisea reflejan considerablemente ese mundo. La segunda es que muchos aspectos de
la vida no cambiaron gran cosa del siglo X al VIII, o aun de la Edad de Bronce al siglo VIII.

Por tanto, es imposible atribuir a los símiles la importancia que suele dárseles.

Quizá nada revele mejor la falta de rigor, la ausencia Quizás métodos, que la respuesta a los símiles del león.
Si los etruscos pudieron derivar su pasión por los leones del Medio Oriente, no veo razón por la que los griegos no
hubiesen podido hacer lo mismo…en cualquier época. ¿Necesito recordar la Puerta de Micenas?

En último análisis, realmente no me importa qué opinión se adopte acerca de la contemporaneidad de los
símiles, porque no son absolutamente nada informativo. Pero llega un punto en que este asunto empieza a
preocuparme mucho. Se llega a ese punto cuando Snodgrass continúa sus últimas observaciones con “el
reconocimiento de Homero del gran avance social y político de su época, del surgimiento de la polis”,
reconocimiento revelado en “muros, muelles, templos y un mercado… El conocimiento técnico de la construcción de
los edificios contemporáneos de la época” y el hecho de que los nobles vivieran en la ciudad y no en sus
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Problemas del Mundo Antiguo
propiedades. Aparte de este último ejemplo, la pauta residencial, que puede aplicarse a cualquier periodo de la
historia de Grecia desde principios de la Edad de Bronce, éste es un buen ejemplo de la confusión que hay entre
objetos e instituciones. Más aún: hasta como retrato externo, la ciudad homérica es totalmente “sin rostro”, sobre
todo en Esqueria, la ciudad de los feacios. Y sin embargo, este último es el elemento más destacado de la ciudad de
la época que mejor conocemos por sus aspectos arqueológicos: la antigua Esmirna, que reclama a Homero entre sus
hijos. De las instituciones políticas o sociales de la verdadera antigua Esmirna casi no hemos aprendido nada a partir
de sus ruinas físicas.

Esqueria se ha vuelto crítica para la discusión. Se ha vuelto lugar común citar a Esqueria como reflejo del
movimiento griego de colonización hacia el Occidente durante la época de Homero; en particular, citar las primeras
líneas del Sexto Canto de la Odisea. Leemos allí que Nausitoo, “semejante a un dios”, apartó a su pueblo de su
Hiperea natal donde se hallaba bajo constante ataque de los cíclopes, y dividió las tierras labrantías. Estos cuatro
versos igualmente podrían reflejar la primera colonia griega en Jonia, por el año 1000 a. C. opoco después. Lo que
importa acerca de los feacios, acerca de todo ese extenso episodio de la Odisea, es su irrealidad, su posición a medio
camino entre el mundo de la fantasía del que, finalmente, estaba saliendo Odiseo, y el mundo verdadero al que
pronto había de retomar. Hasta el punto en que hay en Feacia una realidad identificable es la monarquía, no
considerablemente distinta en su estructura (aunque sí en el tono) de la monarquía de Ítaca. Nada hay en Feacia,
aparte de los cuatro versos, que se parezca a Isquia o Cumas, a Siracusa, Lentini o Megara Hiblea del siglo VIII. La
organización social del mundo de Odiseo era inadecuada para las tareas que, como sabemos, desempeñaban
algunas poleis contemporáneas de Homero.

Después de estos argumentos negativos, queda por considerar si hay terrenos positivos para una localización
del mundo de Odiseo en la Época de las Tinieblas. Por su parte, Snodgrass concluye con una firme negativa; sin
embargo, la única base que puedo encontrar en el libro para su “personal convicción” es la pobreza material de
principios de la Época de las Tinieblas, y me parece que ello incluye un grave equívoco. Los poetas estaban
claramente dominados por la creencia de que estaban describiendo una edad de oro perdida. El intercambio de
presentes, que es el ejemplo específico de Snodgrass, puede actuar de la manera más elaborada con conchas de
cauri. Un bajo nivel de vida no importa fuera de la obsesiva consentración en los objetos materiales.

La debilidad del argumento arqueológico en este marco particular es que demasiados de sus objetos
tuvieron una existencia continua (como tipos) desde principios de la Época de las Tinieblas hasta la época arcaica y
aún después. ¿Es, entonces, la “convicción personal” la unica prueba? Yo creo que no, y me arriesgaré a refutar a los
expertos, a partir de cuatro grupos de pruebas.

El primero consiste en los trípodes de bronce, y los “calderos relucientes” tan destacados en la imagen
homérica del tesoro. Aunque se conocen tales objetos a partir de fines de la Edad de Bronce, eran tan poco
importantes en aquel periodo que se impone la conclusión de que nos encontramos aquí ante cierto elemento de la
Época de las Tinieblas, bien comprobado en excavaciones, sobre todo aunque no exclusivamente, en Olimpia y en
otros santuarios. La datación axacta de muchos hallazgos aún está en discusión.

Ninguna decisión acerca de la fecha del mundo de Odiseo puede basarse en los trípodes y los calderos, pero
el caso mejora cuando nos volvemos en segundo lugar a la arquitectura doméstica. La investigación más sistemática
concluye que, “en su arquitectura y su función, la casa de Odiseo no ha sido tocada por las corrientes más recientes
que habían de lograr un gran avance en el periodo siguiente”. Si esta conclusión es correcta –yo no tengo un juicio
independiente al respecto-, debe significar que la arquitectura en los poemas recibió sus lineamientos básicos no en
tiempos de Homero, sino en generaciones anteriores.

Mis categorías tercera y cuarta no consisten en objetos, pero su evaluación se basa en restos materiales. Me
refiero al monopolio fenicio del comercio y a la cremación de los muertos. En la vida diaria, el primero es un reflejo
de lo ocurrido en el periodo anterior a 800 a. C. Para esa fecha la presencia de mercaderes griegos en el levante está
firmemente probada, mientras no hay rastro de principios de la Época de las Tinieblas; la Práctica de la cremación
nos impulsa entonces en el mismo sentido con mayor aceleración. Salvo un pasaje ambiguo (IV, 174-77), cada vez
que Homero habla de la forma de deshacerse de los cadáveres es siempre y únicamente por cremación. El mundo
micénico enterraba a sus muertos, con excepciones insignificantes; para cerca del año 1050 u 800, la inhumación

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Problemas del Mundo Antiguo
logró una recuperación considerable, aunque no completa. Todo lo que no tenga prejuicios que respetar llegará
naturalmente a la conclusión de que Homero estaba reflejando una práctica postmicénica, precontemporánea suya.

Moses I. Finley Uso y abuso de la historia


10. ESPARTA

La Esparta que consideré aquí es la comprendida en un período de tiempo bastante restringido, a saber,
desde la mitad, aproximadamente, del siglo VI hasta la batalla de Leucra, reñida en el año 371 a. C.

La historia espartana se manifestó en el reinado de León y Agasicleso en fechas muy cercanas a éste (poco
despues del año 600 a. C.), como culminación de una crisis vieja quizá de una centuria, en la que la llamada 2 da
guerra misénica fue el principal suceso categorizador y que trajo luz persistentes amenazas y revolucionarias
potencialidades. Después de que la guerra fuese por fin ganada, se introdujeron cierto número de reformas:
políticas, económicas e ideológicas.

Esquemáticamente (y con bastante inexactitud) puede dividirse la estructura de la Esparta clásica en tres
rúbicas generales:

1. La infraestructura de las asignaciones de tierra, de los ilotas y los periecos 38, con todo lo que ésta
comporta en relación al trabjo, la producción y la circulación de bienes.
2. El sistema de gobierno (incluida la organización militar)
3. El sistema ritual: los ritos de passage39, el agogé40, las divisiones por edad, la syssitia41, etc.

La <<revolución de siglo VI>> constituyó, en consecuencia, un complejo proceso que comportó algunas
innovaciones, y muchas modificaciones y re-insticionalizaciones de elementos que parecen haber sobrevivido
<<inalterados>> . Empleo del término <<revolución>> en un sentido incluso más laxo del que tal vez sea usual,
porque no sugiero ni creo por un momento que el sistema político de la Esparta clásica se creara de una vez, o ni
siquiera en un solo reinado.

Al hablar de la <<revolucipon del siglo VI>>, en suma, estoy tratando de subrayar la necesidad de observa la
estructura social y no los elementos aislados en su antigüedad o pervivencia.

La Esparta clásica podía tener una apariencia arcaica, o incluso pre-arcaica, pero la función de tales
<<sobrevivencias>> es lo que principalmente nos importa, no el mero dato de la existencia de éstas. Antes del reino
de León y Agasicles, escribe Heródoto, los espartanos eran los peor gobernados (kakonomatatoi) de todos los
griegos; después volvieron al buen orden (eunomia). La traducción desruye el sentido pleno del juicio del historiador:
tanto las voces eunomia como kakonomos caracterizan todo una modo de vida, no únicamente una forma de
constitución. Esa transformación fue la que constituyó la <<revolución del siglo VI>>.

II

Mi primer objeto de consideración son los ciudadanos adultos varones, los homoioi, como frecuentemente
se les llamaba. Si se les permitía seguir con la vida, todos los espartanos varones eran ya desde el nacimiento
estrictamente <<iguales>> con dos excepciones: 1) dos de ellos eran herederos potenciales a la realeza; 2) algunos
detentaban mayores bienes de fortuna que otros; eran los ricos (anthropoi olbioi); los adinerados (plousi). Por ser
iguales se entendía el compartir un ciclo vital común y bien definido, el cual incluía:

38
Ilotas y Periecos: el ilotismo se refiere a las personas desposeídas de sus derechos ciudadanos. Los ilotas ocupaban una
situación muy inferior a la de los periecos. (campesinos)
39
Conjunto específico de actividades que simbolizan y marcan la transición de un estado a otro de la vida de una persona
40
Militarización de toda la vida privada y colectiva, entrenamiento extremo que formaba a los soldados más letales de toda
Grecia
41
Comidas colectivas de hombres y jóvenes de un grupo social o religiosos
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Problemas del Mundo Antiguo
1. una instrucción común, formalizada y obligatoria, destinada a inculcar la obediencia, el valor, la disciplina y
las habilidades de un militar de profeción.
2. Una única vocación u ocupación, a saber, la de hoplita 42 u oficial.
3. La seguridad económica y la franquía completa de las preocupaciones monetarias, al estar todas las
ocupaciones productivas y auxiliares en manos de dos distintas categorías de vasallos, los ilotas y los periecos.
4. Una vida pública en una comunidad enteramente masculina, con una máximo de conformidad y anti-
individualismo.

Sin embargo, el sistema engendró dos desigualdades. Una era el resultante de los variados éxitos del
interesado en la agogé,los juegos, la caza o la guerra. La otra surgió de la necesidad de elegir caudillos y de aunar
minorías, no solamente en el vértice de la pirámide (reyes, éforos 43 y gerusía44), sino también en las unidades
militares más pequeñas.

Todo había de verificarse con miras a su pública utilidad, incluso la religión y los ritos de passage. Quizá el
ejemplo más concluyente sea el de la transformación de las krypteia45. El antiguo rito de iniciación a los 18 años de
edad fue racionalizado, esto es reinstitucionalizado al asimilarse a una nueva función policial ejercida por un joven
cuerpo de élite.

Podemos permitirnos ser más <<sociólogos>> y menos moralistas que jorofonte, por ejemplo, a la hora de
analizar las funciones del régimen lacedonio.

La pripiedad: en este punto no se hace necesario un comentario detallado aunque habré de refugiarme en la
sección siguiente a las desigualdades de riqueza.

La familia: una mera enumeración de ciertos ritos e instituciones basta ya para revelarnos el calibre del
esfuerzo para transferir la fidelidad desde la esfera familiar a las distintas asociaciones masculinas: los pasos
tomados para asegurar la procreación, con los que jerofonte abre su Constitución de Esparta; el derecho de todo
padre o en realidad de todo varón adulto a ejercer la autoridad sobre cualquier muchacho, la ceremonia matrimonial
particularmente desprovista de alegría con su extraño ritual de travestimiento; la vida en los cuarteles. Las divisiones
por edad, las parejas homosexuales entre varones adultos y jovenes (uniones platónicas o no).

1. Las divisiones por edad comportaban ramificaciones inusuales en estos casos.


2. Al comenzar la vida adulta el espartano se divorciaba al menos parcialmente del grupo en el que le incluía su
división por edad merced a la práctica de la adopción individual en un syssition.

En todos los niveles existían caudillos y élites. Todos los homoioi46 eran elegibles en principio.

El ejército lacedonio era mejor que cualquier otro, con mayor recistencia y capacidad de maniobra, gracias a
sus condiciones físicas superiores, su mejor adiestramiento y disciplina y su más alto grado de obediencia.

La producción y distribución de las armas sigue siendo un misterio.

III

42
Soldado de infantería pesada de la antigua Grecia
43
El Eforado es una magistratura colegiada compuesta por cinco miembros elegidos anualmente por la Asamblea.
44
La Gerusía estaba compuesta por 28 miembros vitalicios mayores de 60 años, más los dos reyes. Preparaban los temas sobre
los que debía decidir la reunión general de todos los espartistas (la Apella). Además, funcionaba como tribunal superior para los
delitos que se castigaban con pena de muerte, de destierro o de privación de los derechos políticos
45
La krypteia era en Esparta una prueba de gran exigencia dentro de la agogé o educación espartana. Según Plutarco, cada año
los éforos espartanos, nada más tomar posesión de su cargo, declaraban la guerra a los ilotas a fin de poder matarlos sin
cometer con ello un crimen.
46
Recibían esta denominación en razón de su teórica uniformidad social y económica. Son espartitas los varones mayores de
treinta años que disfrutan de sus derechos, es decir, los que constituyen el cuerpo cívico de la ciudad, politeuma
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Problemas del Mundo Antiguo
En la práctica real el sistema estaba pleno de tensiones y anomia 47.

1. El ejército espartano, no siempre contaba con los efectivos suficientes para cubrir sus necesidades. Por lo
general a los espartanos los acompañaban ordenanzas o asistentes que eran ilotas. Los hoplitas ilotas y exilotas,
constituían una seria debilidad dentro del sistema.
2. Para aristóteles el vicio más grave era el de la corrupción financiera. La infraestructura tenía sus fallos. La
prohibición de actividades comerciales no eliminaba el deseo de poseer riquezas. La afirmación de Jerofonte de que
la posesión de oro y plata estaba prohibida ha de entenderse, como referencia unicamente a las monedas, tal como
implica un contexto.
3. Existía una tensión estructural dentro del propio grupo de los dirigentes y acerca de quienes accedían a él.

De aquí que hubiera reyes hereditarios, ancianos escogidos para el consejo y éforos, y dirigentes designados
en otros niveles. Tampoco aquí deberá engañarnos otra obseción griega, la de la <<constitución mixta>>. Incluso los
reyes, en palabras de Aristóteles, estaban obligados a propiciarse (demagogein) a los éforos.

El principio hereditario también nos hace incluir a la institución familiar en este cuadro, de nuevo en
violación del ideal lacedonio.

4. Existía demaciada movilidad social en ambas direcciones, demaciada, entendámonos, para una sociedad que
en principio era completamente cerrada y rígida y que, por esta razón, cerecía de los mecanísmos (y la psicología)
necesarios para ajustar esos elementos móviles en los nuevos estratos de la jerarquía que a ellos cuadrasen:
a) Hubo espartanos que perdieron su status y que, sin embargo, siguieron siendo miembros de su
comunidad en una posición curiosamente inferior, en cuanto distintos de los exiliados.
b) Existieron ilotas que ascendieron en rango, muchos incluso que llegaron a conseguir la pertenencia al
damos o cuerpo de ciudadanos.
5. Por último y por prurito de completitud, mencionaré sin discursión dos fuentes más de tensión dentro de la
sociedad lacedonia: a) las mujeres; y b) la experiencia en el extranjero.

IV

Hasta aquí he dicho muy poco acerca de los guerreros o la guerra. Parece incluso que los espartanos no
incluyeron la expulsión del ejército entre los castigos por una falta militar. Después de la segunda guerra misénica y
la revelución del siglo VI, Esparta estaba, si acaso, menos pronta a ir a la guerra que los demás Estados helenos.

<<El militarismo, de otra parte, presenta un ancho abanico de costumbres, intereses, prestigio, acciones y
pensamiento relacionados con el ejército y la guerra, y que sin embargo, trascienden los puros objetivos militares>>.
Ambas cosas son visibles en Esparta.

No es hasta el siglo IV a. C. cuando entre los autores helenos ya se vuelve un insistente lugar común el
describir al estado espartano como un campamento militar; que el único objetivo del legislador era la guerra. Para
Platón Esparta tenía mucho que ofrecer a pesar de su unilateridad, no en sus leyes e instituciones estrechamente
concebidas, sino en su concepción fundamental de una comunidad toral, en su eumonia tanto en su forma de vida –
forma de vida que él deseaba horra 48 de sus elementos militares.

En su narración Heródoto estaba obligado a subrayar el adiestramiento militar de los lacedonios y su


obediencia infalible a la orden de jamás retroceder en la batalla. También los honores y rituales que rodeaban a los
reyes y los castigos que esperaban a los cobardes. Para él, el orbe heleno se dividía en dos tipos de comunidades, las
que estaban regidas por tiranos, alas cuales condenaba, y en las que existía el autogobierno. Estas últimas podían ser
totalmente democráticas o no serlo desde el angulo de su familiaridad o rareza, hallaremos el siguiente panorama.

1. La institución de los ilotas no era absolutamante extraña; la encontramos en Tesalia, en Creta , en Sicilia, y
probablemente también existía en las zonas de colonización griega del valle del Danubio y del Ponto Euxino.

47
Falta de normas
48
Que carece de sentido
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Problemas del Mundo Antiguo
2. La maqinaria del gobierno lacedonio tenía a buen seguro sus peculiaridades pero, aparte de los reyes,
ninguna otra a buen seguro sus peculiaridades pero, aparte de los reyes, ninguna otra de importancia que
legítimanete pudiéramos llamar única en ele orbe helénico.
3. Toda comunidad griega tenía sus rites de passage: en el nacimiento, en el umbral de la vida adulta, en el
matrimonio, en la muerte.
4. Nada hay absolutamente en los cultos espartanos o en sus prácticas rituales que, a mi conocimiento, sea
merecedor de mención en el presente contexto.
5. Ni siquiera las syssitia o las divisiones por la edad eran de por sí instituciones únicas.

Entre los jóvenes de tiempos helenísticos y romanos se dio una proliferación de asociaciones, precisamente
en el período en que ya habían perdido toda función militar y en su lugar se volvían al gimnasio y la palestra.

Lo que constituía una peculiaridad única en Esparta era la manera en que estos elementos se combinaban
para formar una estructura coherente, y lo que constituía su mecanismo organizador central, o sea, la agogé.

Polis y territorio no eran sinónimos por así decirlo (en el sentido en que lo eran Atenas y el Ática); en el que
la polis, al menos idealmente, consistía en una sola clase de Iguales rectores de una población relativamente
numerosa de subditos. La segunda guerra misénica fue también decisiva en este respecto.

Sinclair Capitulo I. la polis Ateniense y la Evolución de la Democracia


1.1.TENSTIMONIOS ATENIENSES DEL PROGRESO POLÍTICO HASTA 500 a. C.

En algún momento de los años 460 un niño ateniense recibió el nombre de Demókrates, lo que parece
indicar la aceptación del Kratos (autoridad o poder) del demos (pueblo). Ya hacia mediados del siglo V el poder del
demos era algo reconocido en la vida pública en la vida pública ateniense.

Para algunos, sus orígenes se remontaban incluso a la época de su legendario rey Teseo, pero para la
mayoría una figura clave fue Solón, legislador de finales de los años 590. El primer objetivo de Solón parece que fue
devolver la estabilidad a su ciudad natal cuando ésta se vió amenazada por una amarga contienda civil e impedir que
un dolo individuo pudiera hacerse con el poder. Algunas de sus reformas garantizaron ciertos derechos individuales
fundamentales. Solón facilitó asimismo el acceso al poder en Atenas al acabar con el monopolio que ejercía la
aristocracia en la ocupación de los cargos públicos. Dividió el cuerpo de ciudadanos en 4 clases: Pentakosiomedimnoi
(aquellos que producían como mínimo 500 medimnoi de grano al año), hippies (los caballeros, que producían al año
300 medimnoi o mis), zeugitai (hoplitas o quizá carreteros, que producían 200 o más) y thetes (labriegos que
andaban por debajo de los 200). Solón se encargó de que diferentes cargos de la polis estuvieran abiertos a la clase
más allá (en el caso de los tesoreros de Atenas), probablemente a las dos clases más altas (en el casi de los arcontes),
o a las trezs primera clases (los cargos más ordinarios).

En los primeros años que siguieron a la expulsión de los Hipias, la paolis ateniense se vio desgarrada por la
reaparición de intereses, luchas de facciones entre las familias aristócraticas. Las familias aristocráticas, que
controlaban el número de miembreos de las fratrías (o hermandades) y de este modo su admisión en las tribus.
Clístenes se opuso a la rígida investigación de antecedentes familiares y favoreció el reconocimiento de aquellos
cuyo derecho para llegar a ser atenienses era dudoso; en concreto sus reformas transfirieron el control de estos
asuntos desde las viejas familias aristocráticas a los demos o continuidades locales en las que todos los atenienses
libres habían pasado a tener que registrarse. Cada una de las tribus extraía a sus miembros de tres distintos: la
ciudad, la costa y el interior. Ningún grupo local podía gobernar sólo los asuntos de una tribu.

Las reformas de Clístenes, en tanto que abordaban el problema fundamental de la composición del cuerpo
político ateniense, tuvieron cierta capacidad de poner límites al poder político de los dirgentes aristocráticos y de
limitar los efectos de las luchas entre dinastías. Lo que era disgregador o atomizador resultó ser unificador, ya que
las nuevas diez tribus, formada cada una por ciudadanos de diferentes zonas del Ática, fueron utilizadas como base
para una nueva Boulé (o consejo de los 500). Así como para la organización militar, con el regimiento de hoplitas de
cada tribu bajo las órdenes de un strategos (general). Lo que concibió sólo como una maniobra dentro de la política
de la aristocracia acabaría convirtiendose en algo totalmente diferente cuando el ateniense ordinario llegó a tomar
conciencia de su propio peso político.
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Problemas del Mundo Antiguo
1.2.EL CRECIENTE PODER DE ATENAS ENTRE 500 a. C. – 450 a. C.

Durante este periodo los atenienses pasaron de estar más bien subordinados a Esparta. Los hoplitas
atenienses que expulsaron los invasores persas en los campos de Maratón en el 490 dieron vida a uno de los grandes
“mitos” de Atenas. En la victoria de Salamina, incluso aquellos atenienses que no podían costearse su armadura de
hoplita (infantería pesada) participaron como remeros de la flota. Estos extraordinarios éxitos militares engendraron
en los atenienses en general una gran confianza en su polis y en sí mismos. Fue probablemente hacia mediados de
los años 460 cuando la polis ateniense asumió la responsabilidad de devolver a casa a los caídos en combate, a fin
que se les rindieran honras fúnebres.

El creciente poderío de Atenas y la confianza de los atenienses se ven claramente reflejados durante los años
460 y en los 450 en el cambio de las relaciones con otros estados griegos. Por ejemplo, en el 465 el conflicto que
existía entre los intereses atenienses y los de Tasos en el norte del Egeo desembocó en un intento por parte de Tasos
de retirarse de la Liga Délica. Los atenienses no sólo impusieron condiciones por las que se privaba a Tasos de toda
posibilidad de sucesión, sino que también la despojaron de sus intereses mineros y comerciales en Tracia.

Más importante fue la ruptura de relaciones entre Atenas y Esparta en el 462.

La confianza de los atenienses se vio acrecentada aún más gracias a la concentración de dos alianzas en el
461/0: una con Mégara, mediante la cual se protegía al Ática de una invasión directa por tierra desde el Peloponeso,
y otra con Argos, la vieja rival de Esparta en el Peloponeso.

Puede que los atenienses se sometieran a sí mismos, pero su fuerza, desde luego, no podía subestimarse, y
menos si optaban por concentrar sus energías en Grecia y en el Egeo. En los primeros años de la década de los 440
se suscitó una agria controversia en la relación con el uso que debía hacerse de un fondo financiero que era muy
grande (probablemente unos 9700 talentos en el 447). La mera existencia de estos enormes recursos financieros en
Atenas hizo que la Asamblea ateniense dependiera menos de los aliados, pero también la liberó bastante del control
de las clases superiores atenienses. Esta enorme reserva de dinero se utilizó en un primer momento de forma
espectacular para construir el Partenón, que se comenzó en el 447, pero también se podía recurrir a ella para
sostener el poder de Atenas.

En cuestión de unas pocas décadas la situación de Atenas se había transformado radicalmente. Un factor
vital en esta transformación fue el desarrollo del poder naval. En las dos décadas siguientes la flora y la movilidad de
fuerza que proporcionaba permitió que Atenas extendiera su influencia a través de todo el mar Egeo. Los puertos de
El Pirineo fueron vitales para la flota. En el 493/2, Temistocles había iniciado la fortificación de El Pirineo y en los
primeros años de la década de los 470 persuadió a los atenienses de que completaran las murallas de aquél.
Consciente de las posibilidades que ofrecían sus tres puertos naturales sostenía la idea de que los atenienses
accedieran a una buena situación para poder adquirir si llegaban a ser un pueblo marinero.

Hacia el 457 los atenienses estaban llevando a cabo un plan para salvaguardar a la ciudad de Atenas de uno
de los métodos más habituales de la guerra del siglo V: el asedio de una ciudad y el corte de los suministros
alimentarios para Forzar su rendición. El plan consistía en los “Muros Largos” que unían la Acrópolis y el área urbana
con El Pireo y su fuerza naval.

1.3.CAMBIOS SOCIOECONÓMICOS 480 a. C. – 450 a. C.

Los cambios que se operaron en la vida social y económica de los atenienses de la primera mitad del siglo V
fueron paralelos a la transformación del papel de Atenas en el mundo del Egeo, y en muchos aspectos estuvieron
muy conectados con él; estos cambios probablemente se aceleraron en las décadas de los 440 y los 430, cuando los
recursos dijeron de emplearse en las operaciones antipersas y pasaron a invertirse en obrar públicas tanto en Atenas
como en el Ática. No disponemos de cífras precisas, pero es muy posible que entre el 480 y el 431 la población total
del Ática se duplicara. Atenas, ofrecía oportunidades que otros griegos habían advertido ya desde principios del siglo
VI, y para mediados del siglo V estaban empezando a acudir allí masivamente.

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La larga tradición de este espíritu emprendedor de Atenas en ultramar puede ejemplificarse también con la
producción de cerámica artística más allá de las necesidades del mercado local y su exportación a zonas
enormemente distantes entre sí, desde el mar Negro hasta Italia y Sicilia.

En torno al 483 (minas de plata) se habían descubierto en Laurión, al sudeste del Ática, nuevos e importantes
filones de plata: el producto de estos hallazgos se dedicó a la ampliación de la armada.

Los autores antiguos percibieron cierto vinculo entre el poder político y salvaguardaban la seguridad militar
del Estado, y relacionaron el poder naval de Atenas con el creciente poder político de los remeros.

El cambio progresivo hacia actividades no agrarias fue un factor importante en la evolución de Atenas. Hasta
cierto punto el interés por estas actividades pudo verse intensificado a raiz de la devastación de los campos del Ática
en el 480, durante la invasión persa, particularmente en el caso de la exportación del olivo y de la viticultura. A
mediados del sigo V la mayoría de los ciudadanos atenienses vivian todavía en las áreas rurales.

1.4.SENSIBILIDAD Y SEGURIDAD DE LOS ATENIENSES EN LOS AÑOS 450: DEMOKRATIA

A cualquier visitante de Atenas, tanto la ciudad como El Pireo debían parecerle lugares en pura expansión y
prosperidad. Uno de ellos, a mediados del siglo V, fue Heródoto, a la sazón de unos 30 años, exiliado de su ciudad
natal, Helicarnaso.

Las medidas políticas adoptadas por Clístenes ofrecieron algunas oportunidades a los atenienses que no eran
poderosos ni ricos, y no sólo en los demos y en las reuniones del demos, sino también en el nuevo consejo de los
500.

En la palabra demos existía, lo mismo que en la palabra “pueblo”, una cierta ambigüedad. En un sentido
teórico hacía referencia a todo el cuerpo de ciudadanos atenienses o, en particular, a la Ecclesía o Asamblea, a la que
tenían derecho a asistir todos los ciudadanos varones adultos.

Para algunos atenienses, aún cuando teóricamente demos hacía referencia a todo el cuerpo de ciudadanos,
podría entenderse en el sentido de “el pueblo común” o “las masas”.

En el transcurso de los siglos V y IV este término cambió se significado y de sentido a los ojos de ciertos
sectores de la sociedad ateniense.

El término demokratia parece haberse utilizado sobre todo en un sentido descriptivo o neutro, sus
partidarios parecen haber tenido la sensación de que, particularmente entre “los mejores”, había quien desaprobaba
el término y lo que éste representaba. Con frecuencia se describe a los partidarios de la demokratia como gente que
la presenta en público como sinónimo de “igualdad” de todos los ciudadanos, y especialmente como isonomia. La
idea de que la democracia significaba la dominación por parte del pueblo común. La isonomia era el principio de la
igualdad política y llevaba aparejado lo que con frecuencia se llama “igualdad ante la ley” e “igualdad mediante la
ley”. De un modo parecido, los partidarios de la oligarquía la defendían en términos del poder de “los mejores”
(aristoi).

1.5.CARACTERÍSTICAS DE LA DEMOCRACIA ATENIENSE 450 a. C.

Demos y sus derivados no fueron los únicos términos usados para describir la situación política de Atenas. El
gobierno o soberanía del pueblo podía describirse como el “demos en el ejercicio del gobierno”, o como el “plethos
en el ejercicio del gobierno”.

A partir del 487 la mayoría de los cargos públicos atenienses se elegían mediante sorteo y no por medio de
votación. Las excepciones más notables fueron los cargos militares. Estos “generales” eran los responsables de la
seguridad militar de la polis ateniense y dirigían no sólo campañas terrestres, sino también operaciones navales o
mixtas.

A diferencia del rey, que no era responsable ante nadie, en Atenas cualquier cargo público, bien fuera
seleccionado por sorteo o por votación, tenía que responder ante el pueblo. Parece ser que este traspaso de

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funciones se produjo en el 462/1 gracias a las reformas de Efialtes, unas reformas que suscitaron fuertes simpatías y
antipatías.

El tercer rasgo característico señalado por Heródoto era la toma de decisiones por parte de la Asamblea del
pueblom por parte de la mayoría de los ciudadanos que asistían a la Asamblea. La Ecclesia ateniense decidía sobre
una amplia gama de asuntos, desde los más altos Estados a los más insignificantes detalles administrativos. El Demo,
encarnado en la Asamblea, era el único sujeto de la soberanía o el poder (kratos).

Para mediados del siglo V los tres razgos señalados por el historiador contemporáneo Heródoto como
distintivos del poder del pueblo estaban ya incorporados a la estructura política ateniense. De entre los demás
rasgos propios de la democracia ateniense hay que poner en relieve dos que tienen una importancia especial. En
primer lugar, la evolución de los Tribunales de Justicia (asuntos judiciales excepto homicidio con premeditación y
algunos otros casos, que eran competencia del concejo del Areópago). Cuando el pueblo se reunía para aír estas
apelaciones, se le daba el nombre de heliaia. En los 10 o 20 años anteriores a 462/1 puede que las apelaciones
contra las decisiones de los arcontes se hicieran más frecuentes y se hizo obligatorio probablemente gracias a una
ley promulgada por Efialtes en el 462/1. La Heliaia se habpia convertido en un tribunal de primera instancia. Por
entonces los atenienses también habían adoptado la práctica de seleccionar por sorteo cada año a 6000 ciudadanos
para que ejercieran de heliastas y de dividir esta enorme masa de gente en distintos jurados (dikastria), realizaban
sus votaciones mediante voto secreto, y no a mano alzada, como era habitual en la asamblea.

El otro rasgo característico estaba estrechamente relacionado con la administración de justicia.

1.6.PARTICIPACIÓN DE LOS CIUDADANOS EN LA POLIS 450 – 322 a. C.

El concepto de soberanía del Demo (o soberanía de la mayoría) siguió considerandose fundamento de la


democracia en los siglos V y IV. Comunmente se consideraba que la libertad (eleutheria) era una característica
fundamental de la semocracia, y en esto Heródoto, lo mismo que sus contemporáneos de mediados del siglo V,
convenía plenamente.

Una característica de la libertad es el ser gobernado y gobernar por turno, y en efecto, la justicia democrática
consiste en tener todos lo mismo numéricamente y no según los merecimientos, y siendo esto lo justo,
forzosamente tiene que ser soberana la muchedumbre, y lo que apruebe la mayoría, eso tiene que ser el fin y la
justo, porque afirman que todos los ciudadanos deben tener lo mismo.

Pero también sostenía Aristóteles que otro rasgo de la libertad era “vivir como a uno se le antoje” o “realizar
cualquier cosa que se desee”.

Sobre la base de la libertad igualitaria, aristóteles formuló una relación donde se examinan los rasgos que se
pueden considerar democráticos: 1) elección: el que todas las magistraturas sean elegidas entre todos; 2) gobierno:
que todos manden sobre cada uno, y cada uno en su turno, sobre todos; 3) cargos que las magistraturas se provean
por sorteo; 4) propiedad: que no se funden en ninguna propiedad; 5) que la misma persona no ejerza dos veces
ninguna magistratura; 6) que las magistraturas sean de corta duración; 7) que administren justicia todos los
ciudadanos, elegidos entre todos; 8) que la asamblea tenga soberanía sobre todas las cosas, y los magistrados en
cambio notengan ninguna. La institución más democrática es el consejo cuando no hay abundancia de recursos con
que pagar a todos…;9)pagar a los miembros de la Asamblea, los tribunales el consejo y las magistraturas; 10) como
la oligarquía se define por el linaje, la riqueza y la educación, las notas de la democracia parecen ser las contrarias a
éstas: la falta de nobleza, la pobreza y el trabajo manual; 11) además ninguna magistratura democrática debe ser
vitalicia, y si alguna sobrevive de un cambio antiguo.

Hubo dos intervalos oligarquicos, en el 411-410 y en el 404-403, pero a partir del 403 la democrácia quedó
asegurada hasta que dejó de ser posible en los años posteriores al 322. Después del 322 hubo algunos períodos
democráticos, pero la continuidad de la democracia empezó a depender clara y directamente de fuerzas externas e
incluso en estos períodos parece que la resolución de los asuntos públicos entuvo en gran medida en manos de “los
ricos”.

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Como observó Aristóteles, “un ciudadano está definido sencillamente nada más que por el derecho a
participar en la justicia y en los cargos públicos”.

El objetivo central de esta investigación es estudiar la participación de los ciudadanos en la democracia de


Atenas, y no simplemente las instituciones a las que los ciudadanos tenían acceso y sus derechos de participación en
la vida pública de su polis, sino también hasta que punto los ciudadanos atenienses pudieron materializar la
posibilidad de una participación igualitaria.

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UNIDAD N° 3
Vidal –Naquet Roma y las musas
I. Roma y las musas

En 1971 se publicaba un epigrama métrico descubierto en Córdoba, en el sur de España, grabado sobre un
altar de cuatro caras, firmando por el proconsul Arriano como ofrenda a Artemis.

Nacido bajo Domiciano entre el 85 y el 92 d. C. Nació en Asia Menor, en Bitinia.

Aproximadamente a los 20 años (hacia el 106 -107) fue educado en Nicópolis con el filósofo estoico Epicteto
(quien fue esclavo y leberto exiliado en Roma en el 93 por Domiciano) (los discípulos de Epicteto eran sobre todo
griegos –no eran marginados).

En el 112/113 se supone que Arriano era miembro de la corte que rodeaba al legado propetos de la
provincia de Aquea (Grecia) (su padre, su tío y primo habían sido, como representantes senatoriales, procónsules de
Aquea). De ser cierto que Arriano fue procónsul, fue después de 1 año de servicio militar.

Será bajo Adriano (117-138) –emperador filoheléno- Cuando llevará a cabo los más brillantes episodios de su
carrera. Fue pretor, luego procónsul de la Bética y luego cónsul en el 129/130. Representante del emperador en
Capadocia del 131 al 137. Aquí además luego de la batalla será honrado en Corinto con una estatua.

Luego de esto se instalará en la ciudad de las musas, Atenas, de la que se convertirá en ciudadano.

Arriano además era poeta y escritos, y en sus escritos ha llegado a comparar a alejandro con su héroe
favorito Aquiles.

Arriano es un contemporáneo de Adriano que oye hablar como si fuese un griego de la época de Jenofonte.
Desde Heródoto todos los historiadores ponen junto a su nombre su lugar de origen, pero Arriano no lo hace, sólo
hace alusión a Nicomedia y Bitinia.

II Arriano el ateniense

La obra conservada de Arriano está escrita en ático, a excepción de sus Diálogos y del Manual, escritos en la
lengua común (koiné) y de la India redactado en un supuesto jonio (el ático se encuentra fuera de Atenas como
Grecia). El Ático de Arriano ha sido estudiado minuciosamente estudiado en su vocavulario, sintáxis, limitaciones y
debilidades.

Atenas es simple y doble a la vez. Ningún yacimiento arqueológico representa a una única época, pero sí es
cierto que la Atenas que visitamos es a la vez la Atenas Clásica, la helenística de los reyes evergentes y la Atenas de
Arriano (la de Teseo y la de Adriano).

Anda permite suponer que Arriano manifestarse pesar alguno por la conquista romana. No se encuentra en
Arriano ninguna reflexión profunda acerca del corte histórico que encarna su héroe principal.

Arriano desempeña un papel de corte histórico es su excursus sobre el desastre de Tebas, tras la destrucción
de la ciudad por Alejandro en el 335, donde Arriano la compara con el desastre de Sicilia, derrota de Atenas en el
404, etc. las compara por su amplitud y no de situarlas históricamente por su relación entre sí.

III Alejandro el Romano

La antigua tradición sobre Alejandro fue desarrollada por los hijos de Alejandría que crecieron en Roma.

La vida de Alejandro, de Plutarco, paralela a la que César, dataría de la época de Trajano, anterior por lo
tanto en algunos decenios al texto de Arriano.

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Alejandría no sólo estará presente en esta última tradición. Cuando uno quiere estudiar a Alejandro, lo
primero que uno encuentra es el propio Alejandro en dos conjuntos (dos fuentes). El rey Tolomeo y Aristóbulo por
un lado y por el otro Diodoro, Justino, Quinto Curcio, Plutarco y el autor de uno de los textos conservados en el
manuscrito de Metz.

Cuando se habla de Alejandro en Roma se habla en realidad de muchas cosas, interrelacionadas entre sí. La
primera la que corresponde la tradición literaria latina sobre Alejandro (biografías) y que comienza con Plauto un
poco antes o después de la 2da guerra púnica (202). Alejandro es el prototípo del gran capitán al que sueña imitar. La
segunda es el de la comparación, en beneficio de los romanos, de sus virtudes militares y de las del jefe macedonio.
Se juzga a Alejandro en nombre de los valores <<pompeyanos>>, los de la oposición senatorial y de los privilegios de
Italia, frente a la empresa unificadora, y, en cierto modo, igualitaria, de César y de los suyos.

Pero esta comparación lleva a una segunda cuestión, la de la imitación de Alejandro, por parte de los
dirigentes romanos.

Se trataba de personalidades destacadas, para quienes la imitación de Alejandro no era más que un
procedimiento, que llegaría a ser vanal con el imperio. Pompeyo fue el primer imitador de Alejandro por excelencia
César fue asesinado en los idus de marzo del 44, en el momento en el que iba a ser proclamado rey por el Oriente. El
hijo de Cleopatra con César se llamó Alejandro Helios Octavio Augusto practicará una forma de imitación mucho más
sutil, restaurador de la República en Italia, principe en apariencia según Pompeyo, será César y rey de hecho del
Oriente, y faraón en Egipto.

Los romanos habían aprendido de Alejandro a gobernar Egipto. Pero Arriano las enseña retrospectivamente
a Alejandro a construir un puente al modo romano, y el incluso una de las escasas intervenciones como ingeniero
militar.

IV Entre las palabras y las cosas

El texto de Arriano, fue redactado cuatro siglos después de la muerte de Alejandro.

Según Paul Veyne: <<A veces, ocurre que el historiador antiguo indica que sus “autoridades” divergen en
algunos puntos o incluso declara que renuncia a saber cuál puede ser la verdad sobre un determinado punto, ante la
divergencia de las versiones… <<El historiador antiguo cree ante todo, y no duda más que acerca de los detalles en
los que ya no puede seguir creyendo>>.

La moderación no siempre puede sonstruir una virtud en un historiador.

La busqueda de una base irrefutable en la historiografía de Alejandro ha calado al personaje de Tolomeo. Se


fue un testigo, e incluso el testigo capital, no es porque fuese rey, sino porque disponía de una fuente oficial
irrefutable: nada menos que el diario, las Ephémerides de la corte de Macedonia. Aunque la realidad es que salvo
algunas aluciones a las últimas semanas de la actividad de Alejandro, sobre todo a su última enfermedad y muerte.
Además las ephemerides no están libradas de sospechas de manipulación.

La historia de Alejandro no se presenta como la una tradición manuscrita, por la que, ya a partir de la que se
puede construir un stemma, que a su vez permite distinguir las buenas lecturas de las malas.

Elegir entre lo <<real>> y en mundo de las <<representaciones>> no siempre es cosa fácil.

V Alejandro y los Cazadores negros

Nada hay más concreto que la guerra y las batallas, ni nada más abstracto, como sabemos a partir de
Túcides, que un relato de batalla en el que todo debe estar ordenado de acuerdo con una lógica que no sea siempre
la del arte o la simple práctica de la guerra.

El <<cazador negro>> (Melanion en la mitología) en el efebo, que se marcha a las lejanías y no vuelve hasta
cumplir su deber de ciudadano, para casarse y convertirse a la vez en padre de familia y hoplita.

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Este modelo de guerra hoplítica entró en crisis durante y después de la guerra del Peloponeso. Será en el
propio seno de la ciudad griega en donde surjan los nuevos modos de hacer y pensar la guerra. Con los mercenarios
volverán a resurgir las formas de guerra olvidadas.
Hay que reconocer que el ejército de Alejandro es un ejército raro, arcaico y moderno, en las técnicas y las
remodelaciones constantes, pero arcaico en sus estructuras sociales.
La caza era, uno de los procedimientos seguidos en Macedonia para la iniciación de los jóvenes guerreros
nobles (pajes “paides”).
VI Alejandro el pequeño
Siglo II de nuestra era –siglo de Arriano- siglo de la mimésis. No sólo se trata de Arriano, sino también de la
historia como disciplina, y es difícil separar una cosa de la otra.
El Alejandro del que aquí se trata es el Alejandro de los historiadores. Pero Luciano, después del 180 (muerte
de Marco Aurelio) se ocupará en otro Alejandro, el <<falso profeta>>. Donde hace referencia desde las primeras
líneas a Alejandro Magno ya su biógrafo Arriano. Dice que la vida de Alejandro está disfrazada.
Es una doble imagen de Alejandro, la de virtuoso y la de bandido.
VII Roma y los hombres: el más y el menos
No hay historia, ni historia de la historia que no lleve implícita una dimensión <<patriótica>> o
<<nacionalista>>. La historiografía de Alejandro no escapa a esta regla y su <<padre>> cambia de identidad al cruzar
el Rin. El primer historiador moderno de Alejandro es Johann Gustav Droysen (1808-1884).
El Alejandro de Droysen es el que inaugura un nuevo mundo, resultado de la fusión hegeliana entre el
occidente creador y el Oriente.
VIII Alejandro y el elefante. Apéndice
<<Alejandro reconoció en su victoria del Hydaspes la prueba irrefutable de su divinidad. El “decadracma de
Poros” no deja ninguna duda acerca de este punto>> (Paul Goukowsky)
El autor no opina igual, llenar una laguna de un relato con una cronología política es una empresa
decepcionante. Hay que ponerlos en relación con los tetradracmas que provienen, por lo menos, de dos emisiones
similares.
Las monedas de Alejandro llevan, por lo general, su nombre en genitivo <<Del rey Alejandro>>. Los
decagramas y tetradracmas con el elefante son anepígrafas, siendo el decadracma la primera representación de un
rey en vida de ese mismo rey.
Preaux Griegos y no Griegos
La civilización helenística se define como un proceso de la influencia recíproca del helenismo sobre Oriente y
de Oriente sobre el helenismo. Enfoque de Droysen (influencia de Hegel).
1. Los prejuicios de los griegos
Según el autor del diálogo platónico del Epinomis (987 D) sabía que la astronomía griega tenía una gran
deuda con oriente, pero apostilla “todo cuanto los griegos reciben de los bárbaros lo embellecen y lo llevan a la
perfección” apoya un sentimiento de superioridad. El cuál fue fortalecido por la mentalidad imperial de Atenas.
El gusto por lo “puro” lleva también a los griegos al desprecio del otro. Platón expresó a menudo su horror
ante las mezclas raciales. Por su parte Polibio no oculta su desdén hacia los griegos de Alejandría, que ya no eran una
raza pura (su mezcla ocurrida con los barbaros ha producido su degeneración). Tito Livio afirma lo mismo, sin duda
siguiendo a Polibio.
Los sofistas oponen la convicción de que lo fundamental es la educación, y sería éste el único aspecto que
diferencia a los hombres, a los que la naturaleza ha hecho a todos iguales. Ello nos indica una división social posible
de las dos opiniones opuestas, los que aceptaban la superioridad de los griegos y los que como Platón se oponían al
mestizaje.
Más reveladora de una aspiración a la fraternidad universal es la intención, que se atribuye a Alejandro, de
unir a griegos y bárbaros y, ante todo, de adoptar ciertas costumbres de los Persas y de favorecer los matrimonios
mixtos (posición que no dejaría de ser discutida) aunque aconsejaban a Alejandro de tratar a los griegos como
amigos y a los bárbaros como enemigos.
2. El aislamiento del Mundo indígena en Oriente
Sólo en Egipto; y entre los judíos, existen documentos que permiten analizar las posibilidades de elaboración
de una cultura mixta.
Los nombres griegos son abundantes en los muros de Osireion de Abidos y en el templo de Hatshepsut de
Deir-el-Bahari.

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3. El problema de la traducción
Existían respecto a este punto dos corrientes opuestas. Primero, una corriente hostil (traducir un texto
sagrado significaba entregar al enemigo –el extranjero). La palabra de los textos sagrados actuaba sobre el dios que
la escuchaba. Segundo, entre la palabra y la cosa significada se creía que existía el lazo místico de una naturalidad
que se verá rota por la traducción (griegos y egipcios pensaban lo mismo sobre el tema).
El autor de la Cana de Aristeas a Filócrates manifiesta idéntica desconfianza respecto a la traducción de la
Biblia al griego: la de los setenta (septuaginta), la cual debía ser la única traducción admitida.
Paralelamente a estas prohibiciones, existía otra corriente favorable a las traducciones, animada por la
invención apostólica de comunicar al mundo entero una revelación.
Al mismo tiempo, la negativa a la divulgación se refugió en los medios intelectuales y sus secretos.
Pero a pesar de rechazo de la traducción, hubo un número suficientes de traducciones como para que se
incorporaban a la cultura griega la religión popular de Egipto y del culto de Cibeles y de otros dioses de Asia Menor.
A pesar de haber sido traducida, la biblia no se incorporaría al helenismo hasta la era cristiana.
4. La lengua, factor de aislamiento de los grupos sociales y culturales
a. Preservación de las lenguas indígenas.
En Egipto, sin hablar de las inscripciones en jeroglíficos durante la época ptolomeaica y romana
(inscripciones que sólo los sacerdotes sabían leer) el número de contratos en demótico hasta el siglo II d. C. revela la
vitalidad de la lengua egipcia, además de la necesidad de traducir al copto las Sagradas Escrituras en el siglo III d. C.
b. Presentación del griego.
No es necesario demostrar que los griegos no abandonaron su lengua cuando se instalaron en Oriente: la
gran cantidad de inscripciones y papiros dan fe de ello.
En Oriente la lengua escrita era un griego común, la koiné, de base ática.
Con respecto al vocabulario, hay que decir que el griego helenístico incorporó muy pocas palabras
extranjeras, muchas menos que las que existen en el griego actual.
Los griegos permanecieron fieles a referencias griegas comunes, impermeables a los elementos bárbaros en
cuyo medio se habían dispersado.
Las grandes escuelas de Alejandría, Atenas, Rodas y Pergamo atraían de todas partes, incluso de Roma, a los
jóvenes que pretendían alcanzar una formación filosófica.
No olvidemos tampoco la diversidad de origen de los mercenarios y sus oficiales.
Desde el siglo IV, la educación de los jóvenes griegos desbordó el marco de la ciudad.
La educación de los jóvenes egipcios debía estar menos extendida que la de los griegos.
Esta diferencia de formación mantenía la diferencia de lenguas, e impedía la movilidad social.
El bilingüismo servía de puente que comunicaba las dos esferas. Pero la existencia de intérpretes demuestra
precisamente la ausencia de ello.
c. El griego, lengua de la alta sociedad, del ejército y del comercio a gran escala.
En el siglo III tanto en Palestina como en Siria, las ciudades pobladas por griegos y, poco a poco, la alta
sociedad que iba helenizándose, aportaban el personal superior de la administración ptoloméica. Pero hay que
distinguir entre el campo y la ciudad entre dos clases sociales.
En las aldeas egipcias, los documentos catastrales y la lista fiscales eran redactados en griego por el “escriba
de la aldea”.
d. El gimnasio.
Junto a la lengua, lo que distingue a la cultura helénica es el gimnasio. Heredero de la tradición aristocrática
(considerado centro de formación militar, educación general, medio social y sede de las cofradías religiosas). Así lo
veían los orientales, los judíos ortodoxos sentían horror ante esos ejercicios en los que había que exponer el cuerpo
desnudo, y la creación de un gimnasio en Jerusalén, que deseaban aquellos que pretendían helenizarse, les parecía
el cúmulo del sacrilegio y el signo vergonzoso a la helenización.
En Susa no constituye un signo de la helenización de la población indígena, sino de la preservación del
helenismo entre los colonos griegos, en su mayor parte militares.
El gimnasio, centro de educación intelectual, contaba con una biblioteca. Era la base de una cultura decidida
a mantener vivos todos los elementos de la ciudad.
5. El helenismo y los judíos.
Fue la expedición de Alejandro Magno la que dio a conocer a los griegos la existencia de los judíos.
La diáspora se dirigió en buena medida hacia Egipto y, así, en las aldeas egipcias encontraron judíos
enrolados en el ejército, como artesanos, agrícolas, policías y en ocasiones arrendatarios de impuestos.
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Problemas del Mundo Antiguo
Pierre Briant Historia y civilización del mundo Aqueménida y del Imperio de
Alejandro
Alejandro Magno hoy
Aportar algo nuevo acerca de la historia de Alejandro supone, a la vez, estrechas más íntimamente su figura
con la historia Aqueménida e intentar comprender, historiográficamente, cómo las interpretaciones sobre Alejandro
se han sucedido unas a otras, y cuando no, impuesto unas sobre otras.
Se destacan las grandes tendencias de la investigación y de la producción, incluyendo las publicaciones de
divulgación.
1. Uno de los rasgos más persistentes en la polémica que se ha desarrollado desde los comienzos en
torno a los méritos y benéficos de la conquista.
Eugen Borga (1974) Alejandro el grande ¿civilizador o destructor? Worthington y Frank Holt entran en
polémica.
Worthington admite, desde el comienzo, que su estudio es “impresionista”, y se pregunta ¿por qué
Alejandro es llamado el “grande”? ya que considera que Alejandro ha fracasado en su triple calidad de rey, general y
hombre del Estado. Sus argumentos son 1) su conquistas iban en contra de los intereses de la Macedonia
propiamente dicha. 2) Las oposiciones se manifestaron al interior de su propio ejército (hubo numerosos
amotinamientos) (ej.: 326 en India y en 324 en Opis). 3) Aun cuando el autor subraya la vastedad de las cualidades
de jefe de Alejandro, juzga que ha cometido numerosos errores incluso en este ámbito (guía sólo por objetivos
personales). 4) Cometió muchos errores también como rey y hombre de Estado. 5) Se condujo como megalómano
(se consideraba un Dios), no aceptaba condiciones y mataba a quienes se oponían. 6) Se mostró incapaz de conducir
una verdadera estrategia de conquista. 7) Es fácil ver porque ha sido considerado grande, pero su grandeza debe ser
sometida a debate.
En la misma revista Frank Holt criticó esta visión de Worthington señala que tal visión se sitúa en las
proximidades de la escueta llamada habitualmente “escuela revisionista” en cuanto pretende reaccionar en contra
de una visión idealista de Alejandro y sus conquistas. Holt reacciona contra lo que llama “la nueva ortodoxia”.
Intenta demostrar que el autor se ha dejado conducir por una visión preestablecida, lo hace con cuidado de no
introducir errores groseros de interpretación de los textos antiguos, lo cual debe hacerse con cautela incluso en que
se toma a Alejandro como practicando sistemáticamente el terror.
Orosio a Alejandro en el contexto de su propósito “demostrar la alternancia cíclica de las calamidades”.
Alejandro no era más que un “jefe sanguinario”. Orosio ha desarrollado una visión de Alejandro totalmente opuesta
a la visión heroica. No niega esto pero cuestiona el procedimiento mismo de las conquistas armadas, en nombre de
los valores que niegan la primacía de la areté 49/virtus.
2. En foque de una fase rica de las discusiones e investigaciones e investigaciones sobre Alejandro que
se inicia con Droysen, el cuál se estudiará como contrapartida al historiador británico Grote, que tomó una posición
firme y rápida contra la representación que Droysen brindaba de Alejandro y de las consecuencias queridas o no
sobre Alejandro respecto de las conquistas. Dos relatos uno positivo de Droysen y otro crítico de Grote.
Droysen cree que la guerra del Peloponeso representa una bisagra para el equilibrio interno entre Grecia y
Macedonia.
3. La influencia de Droysen fue enorme y duradera. Si bien es muy importante su obra, se muestra
demasiado favorable a Alejandro.
Duruy asume los artículos canónicos acerca de la obra positiva de Alejandro (particularmente los económicos
y comerciales) que resulta una opinión global negativa.
Se debe reconocer que Alejandro en un fenómeno notable, pero la alabanza sólo puede dirigirse a su
inteligencia y talento. Si Darío hubiera tenido las cualidades suficientes, Alejandro seguramente habría sido vencido.
Alejandro murió siendo detestado en Grecia y Macedonia. Su empresa conducía necesariamente a la ruina.
Su propósito no era helenizar Asia, sino transformar a Grecia en Persia.
4. Momigliano señalaba la historia de la antigua Grecia forma parte de una lucha política; el debate
sobre el siglo IV ha comenzado casi un siglo antes de Droysen.

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Areté es un término griego con el que se designa la excelencia de algo o alguien. En la Antigua Grecia, el fin de la areté era
lograr la excelencia a través de la enseñanza. La adquisición de la areté era el eje de la educación, como la deportiva, para lograr
el dominio del cuerpo mediante la gimnasia.
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Problemas del Mundo Antiguo
UNIDAD N°4

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