Seminario de Historia Política Económica y Social I.
La industrialización argentina en el siglo XX: una perspectiva histórica. Debates e interpretaciones. Docente: Regalsky, Andrés. Año: 2023 Carrera: Licenciatura en Historia. Alumna: Oliva Fuentes, Celeste.
“LA DEPENDENCIA POLITICO-ECONOMICA
DE AMERICA LATINA” AUTOR: THEOTONIO DOS SANTOS.
Carrera: Licenciatura en Historia.
Año: 2023 Alumna: Oliva Fuentes, Celeste. En el siguiente trabajo me propondré reseñar el texto “La dependencia política económica en América Latina” de Theotonio Dos Santos que es, indudablemente, uno de los pensadores latinoamericanos fundamentales cuyo aporte ha sido vital en la producción intelectual contra el imperialismo y las relaciones desiguales de dependencia a través de la Teoría de la Dependencia gestada por él. Esta corriente es una de las herramientas emanadas desde América Latina que ha hecho posible avanzar hasta donde nos encontramos hoy. Es desde Brasil que La Teoría de la Dependencia empieza a dar luces al continente, Theotonio dos Santos, teórico y activista político brasileño, es el precursor, junto a Ruy Mauro Marini O Vania Bambirra y otros estudiosos, en la profundización de ésta teoría que cuestiona la relación centro-periferia entre países “desarrollados” y “subdesarrollados” anteriormente expuesta por la CEPAL. Dos Santos argumenta que el desarrollo o lo que eso significaba para América Latina significa: a) dirigirse a determinadas metas individuales y sociales que se abstraen de las sociedades más desarrolladas, b) que los países sub desarrollados eliminarán obstáculos sociales, políticos, culturales e institucionales, c) utilizar los recurso nacionales de forma más racional y que puedan ser catalogados y usados por el planeamiento y d) la coordinación de ciertas fuerzas sociales y políticas que sustentarían la política de desarrollo, y una base ideológica que organice la voluntad nacional. Ante estos postulados explica el mismo autor que los resultados fueron una aventura de los pueblos bajo leyes del desarrollo de los países desarrollados, apostando por la utilización óptima de los recursos que modelan las sociedades, modernas, racionales e industriales. Tales acciones de reproducción llevan a la crisis del modelo para América Latina, un “desarrollo hacia adentro” que se expresó un deterioro de las divisas (para la modernización de la industria) por tanto una mayor dependencia del comercio exterior, déficit de la balanza de pagos, control creciente del capital extranjero sobre la industria, marginalidad masiva de población campesina desempleada, limitación en el acceso a al conocimiento tecnológico, elites regionales articuladas con los capitales extranjeros, entre otras. No obstante, las condiciones de vida de la población de los países del continente, lejos de mejorar, se ven atrapadas dentro un cerco de estancamiento económico que repercute en los aspectos social, político y cultural, mientras que Norteamérica y Europa continúan acumulando capital. La desigualdad se hace más profunda entre ambos polos. El empobrecimiento de América Latina y el crecimiento económico de los países del norte respondían a un mismo proceso universal. El subdesarrollo y el desarrollo eran dos caras de la misma moneda que condicionaban a una situación permanente de dependencia. En 1960 nace en el pensamiento latinoamericano una de las teorías sociales fundamentales que dan cuenta de la condición de progresiva miseria de la región y propone nuevas salidas. Dos Santos cuestionaba enfáticamente aquella teoría que afirmaba que el desarrollo capitalista de Norteamérica y Europa era la única vía para superar el atraso de América Latina y que el subdesarrollo era la etapa previa para un proceso evolucionista. Dejó claro que no eran solamente las condiciones sociales, culturales ni políticas los motivos del subdesarrollo, sino, principalmente, la dependencia, las relaciones internacionales desiguales de explotación y espoliación de unos países contra otros. Hoy en día, la teoría de Dos Santos, adecuada a las actuales condiciones históricas y enfocada hacia la Teoría del Sistema-Mundo continúa aportando a los procesos históricos antiimperialistas del presente y a la superación del desarrollo capitalista como horizonte continental y mundial.