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F PRESOS DE SUSCRiadR ntSaOS DE YERTA

MADRID, QB mes, l peseta.—PRO-


VINCIAS, trimestre, B pesetas.—PORTO-
OAL, trimestre, 6 pesetas.—ULTRAMAR
y naciones firmantes del congenio pos-
tal, trimestre, 10 pesetati.—En los de-
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DIARIO FEDERAL ADMINISTRACIÓN
San Marcos, 2 6 , principal

Af)[0 I. Madrid.—Martes 3 de Junio de 1884 NUM. 106.

LOS CONSERVADORES SE VAN los gobernantes, lo mismo la mayoría que las Asi le habéis visto un dia tirando de la espada contra el los dos hombres, perfectos tipos de marinos ha-
oposiciones; sólo en las últimas Cortes conser- general Espartero, que era el jefe de su partido,y otro dia bituados á las tormentosas luchas de los ele-
No es un miisterio para nadie. El Gobierno vadoras se ha dado el caso de que el Gobierno esgrimiendo sus armas contra los que le hablan ayudado á mentos, completan el efecto de tan notable
conservador arrastra una existencia trabajosa, sea el primero en procurar su desprestigio. derribarle; así le habéis visto hoy entrando en una conspi- composición.
minado por el dualismo que se agita en su se- ¿Acepta el presidente del Consejo, aceptan los ración de asesinato centra el general Narvaez, y maSana re- ^ Hay en la misma sala otro paisaje de Juste
no, fiel representación de las divisiones que demás consejeros responsables la solidaridad cibiendo del general Narvaez la capitanía general de Puerto (347), que hace pendant con el anterior. Repre-
traen perturbada y como fuera de centro la po- en esa campaña antipolítica del ministro de la Rico; así le habéis visto viniendo un dia de Oriente con un senta el Convento del Santo Espíritu del Monte
lítica conservadora. Si antes, hasta hace poco, Gobernación? ¿Aceptan las doctrinas y los pro- programa democrático en la mano, y entrando al otro en en una tarde de invierno.
la disciplina, el sacrificio de la propia persona- cedimientos preconizados estos dias, con asom- este recinto para combatir la democracia y defender la di- Benlliure presenta un sentido cuadro titulado
lidad, la prudencia ó la discreción, impuestos bro y escándalo de las gentes, por el Sr. Ro- nastía de doña Isabel; así le habéis visto entrar con ardor Por la patria (278), en que se desarrolla una in-
por las conveniencias propias más que por el mero Robledo? en la Union liberal, haciéndose lengaas del general O'Don- teresante escena. Un sargento de infantería
interés político ó la razón de partido, pudieron ¿SI? Pues entonces la seriedad del Sr. Cáno- nell, de quien había recibido á manos llenas grados y mer- firesenta á los padres de un soldado muerto en
acallar ios naturales impulsos de las ambicio- vas, el afectado catonismo de Silvela, el sentido cedes, y luego sublevándose contra el general O'Donnell al a guerra un escapulario ensangrentado del hi-
nes contrariadas, 6 el grito de espíritus rebeldes tradicionalista de Pidal, rinden parias al carác- frente de dos escuadrones; así le habéis visto prestando ca- jo querido y las prendas de ropa que llevaba en
A todo yugo, hoy se ha hecho imposible ocultar ter ligero, genial y tornadizo del ministro de la ballerescos juramentos de fidelidad á la persona de doña sus últimos momentos. El mensajero, sentado
j o r un instante siquiera las rivalidades que ri- Gobernación. Isabel, y después conjurándose con sus enemigos para der- ante el hogar, contempla en silencio la deses-
ñen desesperada oatalla dentro del GoDierno ¿No aceptan? Pues en este caso proceden tor- ribarle. iSatie Dios las incojwecncacúu ^aaic están todana peración del anciano padre, que oculta la cabe-
desde el dia mismo en que la defección de la iz- pemente, autorizando con su silencio el descré- reservadas en d camino de su vida! Es preciso conservar an- tA entre las manos, y de la madre, que besa 6l
quierda facilitó el advenimiento de una situa- dito de su partido y del régimen parlamentario, te todo ese pudor de que os hablo; porque, os lo repito, asi destrozado capote de su hijo, mientras nna ni-
ción conservadora con que nadie contaba. de que quieren ser mantenedores. como después de perdido va fácilmente la mujer á la prosti- ña, hermana de la víctima, mira tristemente al
No sabemos si porque rotos irremisiblemente Pero ni en el primer caso puede ser nada ni tución, va el hombre fácilmente á todas partes.» portador de tan dolorosos recuerdos.
los lazos que mantenían en aparente unión ele- establecer nada un partido que carece de condi- Estas elocuentes y elevadas frases del señor Últimos momentos de Felipe 11 (148). El señor
mentos tan antagónicos como los que consti- ciones de seriedad, ni en el segundo puede ha- Pi tienen aplicación demasiado extensa, por Casanova ha desarrollado en un gran lienzo
tuían la plana mayor de la conservaduría han cer más, desbarrado por luchas intestinas. desgracia del pais, y para desdoro de muchos de esta escena. El dibujo es bueno; no así el colo-
creido ellos mismos llegado el momento de pre- De cualquier modo, el partido conservador nuestros políticos de oficio. rido, que aparece disfumado hasta la vaguedad,
gonar sus propias divisiones, 6 porque & pesar está en su ocaso, y los sucesos le precipitan. y monótono por la escasa variedad de los ma-
de ellas sale á la superficie el mal latente desde Ese partido, tan hondamente perturbado, tan tices.
hace mucho, lo cierto es que la lacería del parti- profundamente dividido, no podrá resistir por EXPOSICIÓN DE BELLAS ARTES Campuzano presenta una linda marina. El
do conservador se manifiesta con tan evidentes muchos meses la acción del tiempo ni los gol- Tajo en Lisboa (131), de efecto sumamente agra-
señales, que no dejan lugar á dudas de ningún pes de los adversarios. Sala F.—Los cuadros colocados en este de- dable.
género. partamento Mxí, en getíeral, poco dignos de ¡Pobre bruja! (437). Tal es el título de un cua-
En estos instantes se cumple en el partido atención, por lo cual no nos detendremos mu- drito de Martínez del Rincón, sobradamente co-
conservador una ley histórica. Cuando asoman cho tiempo en su examen.
DEL POSIBILISMO A LA MONARQUÍA Sobresale entre todos por el tamaño y por el nocido como pintor de género y que se consa-
los períodos de decadencia para las sociedades ó mérito relativo, ya que no por el absoluto, el ti- gra sobre todo á las escenas familiares del si-
las instituciones, se observa siempre la apari- Bajo este título ha publicado D. Francisco f5lo XVIII con excelente fortuna. Una pobre vie-
ción de los vicios esenciales que han podido Colubl, diputado que fué en la Asamblea de 1873 tulado Botín de guerra (252), firmado por José a, que ha penetrado quizá para pedir limosna
or Sueca y afiliado más tarde al partido posi- Gallegos. Un guerrero tártaro con el sable des-
quedar ocultos durante largo- períodos por la
rica variedad de una vida exuberante. El par- E ilista, un folleto que, si ha hecho poco ruido
por la escasa representación política del autor,
nudo custodia un grupo de mujeres, al parecer
esclavas, desnudas ó medio desnudas, coloca-
en el patio de una casa andaluza de rica apa-
riencia, es expulsada violentamente por unos
tido conservador, al que dieron vida las cir- das en actitudes diversas. Las figuras distan de lacayos, mientras que algunas mujeres huyen
cunstancias y que en sus primeros tiempos de- no ha dejado de motivar contra él acerbas y de ella, temiendo sm duda el mal de ojo. Tal es
bió vivir ligado casi indisolublemente con la merecidas censuras. ser notables; únicamente la del guerrero mere- el asunto de este agradable cuadro.
monarquía restaurada, pudo esconder sus vi- Aun cuando las apostaslas son frecuentes, ce elogios. El Sr. Gallegos no ha hecho un buen
cuadro, pero ha sabido demostrar los grandes La Diadema de Esmeraldas, de León y Esco-
cios de origen, sus vicios esenciales, queeraij^^ hay casos que llaman la atención pública, ó por sura (369), es un lienzo de pequeñas dimensio-
los gérmenes de su muerte, bajo las aparien- la importancia del personaje, ó por la chocante adelantos que en la pintura ha conseguido de
tres años á esta parte, así en el dibujo como en nes que representa á una joven ciñéndose ante
cias de vigor que necesariamente había de re- frecuencia de sus cambios de opinión. El señor el espejo aquella alhaja, ante un caballero con
vestir un partido que campaba solo en la órbita Colubl llama levemente laatencion sólo bajo este el Colorido.
traje del pasado siglo que la contempla con
de las nuevas instituciones creadas por el he- último concepto. Hace pocos años se llamaba fe- El Sr. Diaz Sampietro presenta un agradable amorosa expresión. El asunto está desarrollado
cho de Sapunto. deral; afilióse después al posibilismo, y el año Paisaje délos alrededores de Madrid (178),que con la minuciosidad característica del expresa-
El Sr. Cánovas, en quien nunca hemos reco- pasado publicó un folleto dedicado á los señores visto á distancia produce bastante buen efecto. do pintor, que hace de sus cuadros verdaderas
nocido esas dotes de eximio estadista que le Castelar y Maisonnave, á quienes llamaba fir- El Sr. Planelle un cuadrito bien dibujado, aun- miniaturas.
han prodigado á granel sus parciales, equivocó mes sustentáculos de la República española. que de colorido muy débil, siendo su asunto Merecen especial mención otros tros cuadros
el camino; procedió, en esto igual que en todo, En ese folleto censuraba agriamente al nuevo Una niña en un telar. Valen la pena de ser exa- de Muñoz Degrain marcados respectivamente
como el más inexperto de los políticos. Creyó partido de la democracia monárquica y dirigía minadas con detención dos figuras decorativas, conloe números 294, 295 y 498. El primerees
ue la fuerza estaba en el número, y prescin- apasionadas acusaciones á sus principales pro- excelentes imitaciones de tapiz, de Pera, y una una vista de las orillas del Tiber, notable por la
3 iendo en absoluto de los principios, dedicóse
á engrosar sus filas, esperando ligar más por la
hombres.
Hoy se aleja del partido posibilista, y paro-
vista de La Albufera de Valencia, de Marin,
que revela grandes disposiciones para el pai- prodigiosa inteligencia de su colorido. El segun-
do es el retrato de una mujer Antes de la boda;
gratitud de los favores largamente dispensados diando á Pidal, dirige un llamamientoá lashon saje. el tercero. El Vesubio en Mam de 1SR2, suma-
á. los recienvenidos, que por la comunidad de radas masas republicanas para que, en holocaus- Hay además en esta sala algunos cuadros r e - mente notable por el brio de la ejecución.
ideas, que engendra la comunidad de intereses. to déla patria y la libertad, pasen ala monar- ligiosos que no merecen especial mención. La Tentación (142) es el titulo de un lindo re-
Con tal de allegar soldados, no reparó ni en quía.Este llamamiento se dí7«2/e, digámoslo asi, Sala G.—Muchas y muy notables obras hay trato de mujer, por el Sr. Casado del Alizal. La
medios, ni en antecedentes, ni en procedencias, •n 61 páginas, cuya lectura se hace un tanto pe- en este departamento, uno de los más favoreci- figura justifica plenamente el título del cuadro.
y no vaciló en confirmar sin condiciones en la sada por la superficialidad de los conceptos y la dos en la Exposición, hasta el punto de que ea Merecen verse con atención en esta sala dos
nueva fé & cuantos ávidos de recompensa de escasa elevación de estilo. Pero no hay libro justicia podría alcanzar varios premios. retratos magníficos por Raimundo de Madrazo;
ponían historia, consecuencia y prestigio á los malo que no tenga algo de bueno, y en el folleto Atrae desde luego la atención el notabilísimo El lAi'^abal de Rivadia, de Beruete; Idilio, de
pies del gran dictador. Cánovas del Castillo re- del Sr. Colubl hay alguna que otra afirmación cuadro Los Amantes de Teruel (496), de Antonio Mamerto Seguí; dos paisajes de O'Neille; Escla-
cinto con igual cariño entre lo» republicanos digna de notar Claro está que nos referimos á Muñoz Degrain. Representa la trágica escena va de guerra, delicado estudio del desnudo, de
que entre los tradicionalistas; si el resultado no ideas sueltas é inconexas, muy frecuentes en el de la muerte de Isabel de Segura en el momen- Germán Hernández; Una calle de Granada, de
correspondió á sus esperanzas, no fué cierta- folleto del Sr. Colubl, que^ está escrito á la bue- to en que ésta se inclinó sobre el cadáver de Larroche, y Mora, de la señorita Figuera.
mente por culpa de sus deseos; pero consiguió na de Dios, sin método ni cosa que lo parezca, Diego Marsilla para darle el beso que le habla
bastante para encontrar en la culpa la peni- y cuja tendencia es absurda; pues sólo á quien negado en vida. El pintor ha interpretado el
medite poco puede ocurrirle la idea de ser com- asunto con verdadera inspiración; el arte se Las elecciones para senador por la Económi-
tencia.
patible la democracia y la monarquía, dualismo refleja en todas las figuras de esta obra, aun en ca Matritense han traído cola, como era de es-
Abrigó ilusiones que no tienen cabida en ce- irreductible^ cuya síntesis conciben sólo algu- las secundarias, cuyo afectado descuido contri- perar, dadas las circunstancias que concurrie-
rebros regularmente organizados SOIHH «quella nos cerebros de escasa cultura. buye á dar realce á las de los amantes, que des- ron en aquel acto.
suma de elementos heterogéneos, como si fuera tacan vigorosamente sobre la suave penumbra En la última sesión algunos socios presenta-
factible que viviesen acordes y en paz ni un solo Ataca duramente el Sr. Colubl á los posibilis-
tas en el mero hecho de afirmar que hace tiempo del fondo. La figura de Isabel es admirable: la ron una proposición concebida en estos térmi-
dia los que recibieron en el rostió el sello de la muerte la ha sorprendido repentinamente al nos:
fidelidad á doña Isabel, marcado por la metralla vienen siendo una especie de comparsas de la
monarquía restaurada y añade en un arranque tocar con sus labios el yerto rostro de Diego, y I «La Econámica Matritense ha visto con asombro y pro-
de Alcolea, con los que dieron por toda despe- se marcan en su bello semblante al mismo tiem- i fundo disgusto el reciente nombramiento de senador, por
dida á la madre de D. Alfonso el letrero del mi- de sinceridad digno de imitación:
po el amor y la inefable tristeza de la amargura haber recaído en persona que no ha pertenecido ni perte-
nisterio de Hacienda; los que hablan consumi- «¿Por qué no reconocerlo? La dnica fracción republicana resignada. Su mano deroí^ha pende fuera del nece á las Sociedades de Amibos del país que han tomado
do tesoros de sangre y de dinero, empobrecido que pueíle invocar legítimos derechos á la representación ataúd sobre que reclina su hermosa cabeza; su parte en el acto de la elección, así como tampoco á ningu-
y deshonrado á España en largas guerras fra- del partidi. es la federal piiáta. cuerpo esbeltísimo, revestido de blanco raso y na de las otras que existen en la Península y Ultramar; he-
tricidas, con los que conservaban todavía abier- El Sr. Pi y M^ rgall es el hennano ierriile que guarda el doblegado en graciosa postura sobre el pecho cho insálito y contrario al noble espíritu que informa la ley
tas las heridas causadas en aquellas luchas templo de nuestras soñadas conquistas; á su virtud y buena de su amante, es un portento de ejecución. en que se quiso enaltecer y dignificar á todas las Econámi-
crueles. fé háse confiado el sagrado depósito de nuestros tradiciona- cas, concediéndolas un derecho político valioso y por endt
Sucede lo que habla de suceder forzosamente. les principios el tabernáculo de nuestras leyes redentoras; Isabel, con sus galas de desposada que han representación de su seno en la alta Cámara.
El geni'i de la restauración ha visto dei-linar su la caja de Pandora que en un momento de triste recorda- de acompañarla á la tumba, cual si acabara de Madrid 31 de Mayo de 18S4.—Llano y Persi.—Bas y Cor-
estrella, y paralelamente desmoronarse el edi- ción llenó á España de lágrimas, de luto y de miseria, con contraer matrimonio con su amante, que la es-
ficio de su política, levantado con imprevisión las tincuenta mil plagas que á la voz de unos cuantos em- pera en la región de las sombras, interesa pro- tés.—Ubeda y Correa.—Rico y Valarino.—Caldevilla y

desdichada. Quizá continúe forjándose ilusio- baucadores brotaron de su misterioso centro, sembrando la fundamente. No es posible detenerse ante este Sevilla.—Romero.—Rivera.—Muniesa.»
desolación y la ruina en todas partes. cuadro sin sentirse hondamente conmovido, El Sr. Cárdenas, que presidía, se opuso con
nes, acrecentadas por la victoria conseguida al sin recordar la leyenda melancólica de aquellos razones corteses á que la proposición se discu-
formar su último Ministerio; pero si lo ha consi- La fé es ciega y no hay que criticar al Sr. Pi y Margal!
amores infinitos é ideales, groseramente con- tiera, porque en su opinión, y tal vez sin propo-
derado bien,si no permanece sordo á laenseñun- su consecuencia e» el error: mentira ó verdad, el dogma re-
trariados por las mezquinas exigencias de la nerlo ni quererlo asi sus firmantes, resultaba
za de los hechos, se habrá convencido á estas publicano federal que nos ha servido á todos de lema de
realidad: es una leyenda que ha tenido y ten- un voto de censura contra individuos de la so-
horas de que no basta obligar á dos á que se es- propaganda y de combate, en él se encarna.
drá muchas reproducciones en esa historia pri- ciedad.
trechen las m«nos para establecer entre ellos El dilema se presenta terminante, y no son los tiempos
vada de la humanidad que no se escribe, y que
'Vínculos que sólo putdi! fundar la simpatía. No para vacilaciones. La proposición fué retirada, accediendo á los
basta hacer ministro á Pid^ii con Romero Ro- O republicanos 6 monárquicos: tenga cada cual el valor
es, sin embargo, más real que la escrita. ruegos de la presidencia, y se presentó la si-
bledo, ni á éste con Sihela, para creer que han de sus convicciones y desvanézcanse de una vez las nebulo- Las figuras accesorias del cuadro están tra- guiente:
Quedado funiii<ta8 las aspiraciones eiicontra- sidades. zadas ya con poca detención, lo que obedece sin «Pedimos á la Económica M.itriten3e se digne elevar á
aas, las opuestas tendencias que luchaban en Qui non est mecuiu, contra me est. O lo que es lo mismo: duda á cálculo del artista: ¡qué minuciosidad en las Cártes una respetuosa exposición para que sea reforma-
el campo conservador. el que no está con Pí y Margall, no está con la Repú- cambio, y qué arte en el dibujo y pintura del do con toda urgencia en su más recto sentido el artículo de
Todas esta? ilusiones pueden durar mientras blica. , ataud,de la alfombra, del almohadón, de los can- la ley por el que se concede á todas las Econámicas dere-
no surja un incidente; pero cuando los hechos Y como nosotros, los posibilistas, ó castelaristas, 6 gu- delabros, de los ornamentos bizantinos de la cho y voto para llevar su representación al Senado, á fin
vienen á revelarlas divergencias, & poner de bernamentales, hemos perdido la fé y hasta los hábitos al capillal ¡Qué maravilloso estudio de los efectos de evitar que individuo alguno que no reúna las condicio -
manifiesto las oposiciones, entonces no hay más extremo de figurar en el campo de la política como una es- de la luz en todo el cuadro y qué maravillosa nes reglamentarias de socio-elector obtenga tan alta inves-
remedio que rendirse á la evidencia. pecie de mascarada republicana, á quien todo el mundo ejecución la de aquella cortina coligada ante la tidura.
adivina á través de los disfraces, justo será que rindiendo ventana, y que deja penetrar en el recinto la ve- f.íMadrid31 de Mayo.—Mijares.—Bis y Cortés.—Soldevi-
Ahí están los hechos, que contradicen total- lada luz del dia con tal realidad, que se cree sor- Ha y Sevilla.—Muniesa.-Tello.—Ubeday Correa.—Rivera.
mente las ilusiones que sobre este punto haya culto á la lógica, y á nuestros sentimientos y á nuestras in-
clinaciones, previo el extquatur de la opinión..., desaten- prender la urdimbre del tejido, trasparentada —Utor.—Llano y Persi.»
podido forjarse el Sr. Cánovas. por los primeros rayos del sol! I*uede estar sa-
Las elecciones han salido á gusto del minis- diendo pueriles escrilpulos, exclamemos de una vez, la fren- Después de estos hechos, ácnnlquiera le ocur-
te levantada y con el valor de nuestras convicciones: ¡Viva...! tisfecho el Sr. Muñoz Degrain de su ¡magnifico re la duda acerca de la aub^ridad de una elec-
tro de. la Gobernación, pero no han sido muy robusteciendo el partido democrático de la monarquía.» cuadro, colocado con justicia por la opinión pú- ción protestada de este modo indirecto por los
del agrado de otros ministros, que han debido blica entre los tres primeros de la actual Expo- mismos que la realizaron. '
contentarse con la limosna que les dio Romero Estos párrafos contienen lo único sustancial sición.
Robledo. Para llegar á este punto ha sido nece- del folleto. Sigue en importancia al cuadro Los Amantes
sario vulnerar las leyes, atrepellarlos derechos An te la facilidad de los cambios de opinión y de Teruel, en este departamento, uno notabilí- La Patria interviene en la polémica sostenida
en la medida QUO todos conocen, y llegado el la frecuencia de las apostaslas, nos parece con- simo de Javier Juste, bien que de género muy porY nosotrosdice:
con El Eco Nacional.
momento de discutir en la Representación na- veniente reproducir las siguientes frases de un distinto. Es la Entrada del puerto de Valen-
cional esa campañrt de arbitrariedades, el pre- discurso pronunciado por el Sr. PI y Margall cia un dia de Levante (34G). No recordamos «De LA REPÚBLICA á El Eco Nacional:
sidente del Consejo se retrae, los demás minis- en 21 de Diciembre de 1870: haber visto jamás una marina tan perfecta. El «Cu indo los izquierdistas logren sustituir la inamovilidad
tros abandonan a su compañero el de Goberna- cHay en política una especie de pudor que nos obliga 4 autor, joven pintor valenciano, que de un vuelo »é irresponsabilidad de los reyes por la amovilidad y la res-
ción, que tiene que resistir solo los enconados sobreponer nuestros principios y nuestras ideas á todo in- ha sabido cofocarse frente á todos los marinis- •ponsabilidad, entonces irá menos descaminado el sentido
embates de los adversarios en una y en otra terés personal. Mientras se le conserva, no es fácil que nos tas, ha arrancado á la naturaleza el secreto, no • democrático de la forma de gobierno.»
Cámara. dejemos atraer por esperanzas ni por halagos. Pero ¡ay del ya sólo de los tonos del agua del mar, sino del ¡Pero los izquierdistas aspiran á estas cosas?
Pero ¿de qué manera? No hay ejemplo de Go- dia en que ése pudor se pierda! Sucede con el pudor polí- movimiento del oleaje. Aquellas olas pintadas ¡Pobrecillos!»
bierno que haya confesado más descaradamen- tico lo mismo que con el de la mujer. ¡Ay del dia en que sobre la plana superficie del lienzo son verda- Si La Patria ha leído El Eeo, no se explica
te el abuso de poder; no hay caso de un minis- la mujer pierde el pudor, que constituye uno de sus encan- deras olas, con sus fluctuaciones, su ondulación su ignorancia sobre punto expuesto tan clara-
tro que haya hecho más impúdico alarde de sus tos! ¿Lo duda el Sr. ftivero? No tiene más que volver los continua, su rompiente sobre las piedras, su mente por el colega izquierdista al afirmar que
atentados. Sólo en las actuales Cámaras se ha o]os al señor presidente del Consejo. Ese hombre perdía matiz de un verde amarillento indefinible. No para su partido era lo esencial la democracia.
ófirecido el ejemplo de que un Gobierno declare desgraciadamente el p d o f politice *n edad mny temprana: cabe ir más allá en este género: la ilusión al De modo que si no aspiran á eso que dijimos,
que están allí los diputados por la voluntad de desde entonces ha sido la inconsecuencia andando. ver el «uadro de Juste es completa. El muelle y van & ello aun contra su voluntad.

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