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contestar. E l 19 de aquel mes de abril de 1820 reitera su pedido, tras


Incas, reyes y traidores: las vieisitudes
lo cual el gobernador le liquida una cifra humillante.
A Beigrano ya no le quedaban objetos de valor para vender y a su
de la independencia política
médico, el doctor Readhead, tuvo que pagarle con su r e l o j . L e dijo
a su amigo Celedonio Balbín, que l o visitó en su lecho de enfermo
El principal y más próximo defecto de los habitantes de
terminal: estas provincias es la costumbre de postergar para mañana
lo que debiera hacerse hoy: costumbre confirmada por ese
Amigo Balbi'n, me hallo muy malo, duraré pocos días, espero la sistema colonial que sofocaba en su origen toda energía y
muerte sin temor, pero llevo un gran sentimiento al sepulcro: mue- todo adelanto: mañana, mañana, es la respuesta común
ro tan pobre, que no tengo cómo pagarle el dinero que usted me sobre todo asunto, desde los más triviales hasta los más
importantes: es como una piedra de molino que pende de
tiene prestado, pero no lo perderá. El gobierno me debe algunos
su cuello, inhabilitándolos, y que forma un impedimento
miles de pesos de mis sueldos; luego que el país se tranquilice lo
serio para toda empresa. ¿Cuándo llegarán a conocer que
pagarán a mi albacea, el que queda encargado de satisfacer a usted nunca llega ese mañana?
con el primer dinero que reciba.
J O H N P A R I S H R O B E R T S O N , comerciante inglés, 1816

El 20 de junio de 1820 no fue u n día más en Buenos Aires. En plena


guerra civil, la ciudad tuvo ese día tres gobernadores y, sin que nadie lo
notara, moría Manuel Beigrano. Alcanzó a decir unas últimas palabras:
"Yo espero que los buenos ciudadanos de esta tierra trabajarán para
remediar sus desgracias. A y Patria mía". Antes de Tucumán
Dice uno de sus biógrafos más exhaustivos^^ que al practicar la
autopsia el doctor Redhead notó que Beigrano tenía u n corazón más Con la incorporación de los diputados del interior a la Primera Jun-
grande que el común de los mortales. ta, quedó constituida a fines de 1810 la llamada "Junta Grande". Esto
Sólo u n periódico de Buenos Aires, El Despertador Tea filantrópico, provocó la renuncia de Mariano M o r e n o y el enfrentamiento dentro
dirigido por el padre Castañeda, se ocupó de la muerte de Beigrano. del nuevo gobierno entre saavedristas y morenistas que culminó con
Decía la publicación: "Es u n deshonor a nuestro suelo, es una i n - la derrota de estos últimos a manos de los sectores conservadores.
gratitud que clama el cielo, el triste funeral, pobre y sombrío que se Monteagudo criticaba duramente la gestión de Saavedra y alertaba
hizo en una Iglesia j u n t o al río, al ciudadano ilustre General M a n u e l sobre la urgencia de despertar las conciencias sobre tm problema ineludi-
Beigrano". ble: la revolución, para triunfar, debe llevar hasta sus últimas consecuen-
N i la Gaceta, que era el periódico oficial, n i El Argos, diario que se cias sus pretensiones justicieras y no puede negociar impunidades:
jactaba en su subtítulo de tener cien ojos para ver la realidad, vieron
n i dieron cuenta de la muerte de M a n u e l Beigrano. Para ellos no fue Desde entonces el espíritu público se apaga, el sistema desfallece,
noticia. progresa la discordia, y empiezan a decrecer nuestras glorias; ya
no se habla sino de facciones, las magistraturas y los empleos pú-
blicos se distribuyen solo a los parciales, y los pueblos observan
con escándalo esta mudanza. Unas consecuencias tan funestas
como necesarias a la impunidad han retardado sin duda los pro-
1^ Este reloj, de tan extraordinario valor emotivo e histórico, fue robado reciente- gresos de nuestra revolución, sin que el sistema de indulgencia y
mente del Museo Histórico Nacional. moderantismo haya producido la más pequeña ventaja, capaz de
Mitre, Historia de Beigrano... cit. compensar en algún modo nuestros decrementos.
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Nada ha sido tan peijudicial [...] como la tolerancia de los após- Carlos de Alvear. A poco de llegar, San Martín se presentó ante su
toles del despotismo: entre estos veo al arzobispo de Charcas hacer contacto masónico en Buenos Aires, Julián Álvarez, que lo conectó
donativos, predicar homilías, lisonjear servilmente al desnatura- con los grupos opositores al Triunvirato, encabezados por una orga-
lizado Goyeneche, y emprender en fin un viaje molesto desde la nización político-militar de clara ideología morenista: la Sociedad
Plata a Potosí, sólo por hacer las exequias fúnebres a las execra- Patriótica, fundada por Bernardo de Monteagudo. A l mismo tiempo,
bles sombras de Sanz, Nieto y Córdoba; entre estos veo a los que San Martín fundó junto con su compañero de viaje, Carlos de Alvear,
refugiados antes al asilo de nuestra indulgencia, obtienen hoy las la Logia Lautaro, una sociedad secreta cuyos objetivos principales —la
magistraturas de aquellas provincias, sirviendo de apoyo a los independencia y la Constitución republicana— coincidían con los de
apurados proyectos del invasor; [...] y concluyo de todo esto, que la Sociedad Patriótica.
no causando la lenidad otro efecto que subversiones, conjuracio- Cuando debían renovarse los miembros del Triunvirato, la Logia
nes y males irreparables, la indulgencia nos hará cómplices en la
intentó imponer la candidatura de Bernardo de Monteagudo, quien
ruina de la L I B E R T A D si en adelante ponemos en una misma línea
por entonces escribía:
al que desea salvar la patria, y al que ha jurado elevarse sobre sus
ruinas. Ministros de la ley, funcionarios públicos. Magistrados de
M i objeto actual es desenvolver los anteriores principios, y de-
un pueblo que desea ser libre; mientras no veamos perfeccionada
mostrar que nada ha perjudicado más los progresos de nuestro
nuestra grande obra, mientras fluctuemos entre el temor y la es-
sistema, como la indulgencia y lenidad con los enemigos de él.
peranza de ser libres, mientras esté vacilante nuestra constitución,
Incapaces ciertamente de seguir otro impulso que el del temor
velad sobre la conducta de los enemigos públicos: su impunidad
del castigo, y acostumbrados a juzgar de la energía y dignidad
es un crimen en el que puede corregirlos, y el que no castiga la
de los gobernantes por el número de las víctimas que inmolaban
trasgresión de las leyes, es su primer infractor: consagrad vuestros
antes al despotismo han creído que sus mismos crímenes eran el
deberes a la patria, y la posteridad recordará con gratitud vuestra
antemural que los defendía del rigor de las leyes, y que para estar
memoria.'
seguros era preciso ser delincuentes.^

Las derrotas del Ejército del Norte, que hacían peligrar la conti-
Pero el gobierno impidió su elección y Pedro Medrano, más cer-
nuidad de la lucha contra los realistas, así como la necesidad de tomar
cano a Rivadavia, fue nombrado como triunviro. San Martín y sus
decisiones rápidas, llevaron a la concentración del poder en pocas
compañeros se decidieron a actuar y el 8 octubre de 1812 marcharon
manos.
con sus tropas, incluidos los granaderos, hacia la Plaza de la Victoria
La creación de u n Poder Ejecutivo de tres miembros, el Triunvira-
(actual Plaza de Mayo) y exigieron la renuncia de los triunviros, por-
to, se concretó el 23 de septiembre de 1811. Los triunviros Juan José
que, como dijo San Martín, "no siempre están las tropas para sostener
Paso, Feliciano Chiclana y M a n u e l de Sarratea y el secretario, Ber-
gobiernos tiránicos".
nardino Rivadavia, consideraron que las exigencias de la guerra ha-
En los volantes arrojados durante aquella jornada podía leerse:
cían necesario u n E j e c u t i v o fuerte y d i s o l v i e r o n todas las Juntas
provinciales y hasta la p r o p i a Junta Grande. Estas medidas concen-
El gobierno [...] es reo de lesa patria, por haber atentado contra
t r a r o n todo el poder en Buenos Aires y dejaron al interior sin repre-
la libertad civil, por aspirar directamente a la tiranía, por fomen-
sentantes.
tar y renovar sin pudor la más vil y criminal facción, por usurpar
A comienzos de 1812 llegaron a Buenos Aires varios militares escandalosamente los derechos de los pueblos confederados [...].
argentinos procedentes de Europa, entre ellos José de San Martín y Es público y notorio el modo ilegal y escandaloso con que se ha

Monteagudo, Escritos cit 2 Ibídem.


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procedido a la elección de los dos vocales don Pedro Medrano y Tenía por finalidad proclamar la independencia y sancionar una
don Manuel Obligado, excluyendo a los representantes de Salta Constitución que incluyese la forma republicana de gobierno y la d i -
y Jujuy, frustrando el sufragio del suplente del Tucumán, dando visión de poderes. U n o de los documentos convocantes decía:
por impedido sin causa al de Mendoza, usando los gobernantes de
seducción e intriga para ganar los votos en la asamblea a favor de Esta sin duda debe ser la memorable época en que el pueblo de
su facción, contra el artículo 3 del Reglamento del 19 de febrero las Provincias Unidas del Río de la Plata, abriendo con dignidad el
[...]. En esta virtud pide a Vuestra Excelencia bajo la protección sagrado libro de sus eternos derechos por medio de libres y legíti-
de las legiones armadas la parte más sana del pueblo, que en el mos representantes, vote y decrete la figura con que debe aparecer
acto se suspenda la asamblea, y cese el gobierno en sus funciones, en el gran teatro de las naciones [...]. La Constitución que se san-
reasumiendo Usía la autoridad, que le delegó el pueblo congregado cione alentará la timidez de unos, contendrá la ambición de otros,
el 22 de mayo de 1810: y creándose, desde luego, un poder ejecu- acabará con la vanidad importuna, atajará pretensiones atrevidas,
tivo compuesto de las personas más dignas del sufragio público, destruirá pretensiones insensatas, y dará en fin a los pueblos la
se proceda ulteriormente y sin demora, a la convocación de una carta de sus derechos y al gobierno la de sus obligaciones.'*
asamblea general extraordinaria que decida de un modo digno los
grandes negocios de la comunidad [...].
Lamentablemente, estos objetivos no fueron cumplidos. Sin em-
Plaza de la Victoria, en Buenos Aires, 8 de octubre de 1812. Ex-
bargo, la obra de la Asamblea tuvo una importancia decisiva, porque
celentísimo señor: Doctor Bernardo de Monteagudo - José María
se convirtió en una especie de declaración de principios que sirvió
Balbastro - Félix José de Castro - Ramón Larrea - Bernabé Larrea
como antecedente de los futuros proyectos constitucionales.
- José Bares - José Torres - Juan Antonio Costa.-'
Si bien ya se habían suscitado problemas entre el caudillo de la
Banda Oriental, José Gervasio Artigas, y las autoridades de Buenos
Así, fue designado u n segundo Triunvirato, afín a la Logia y a la
Aires, durante la reunión de la Asamblea se produjo u n nuevo dis-
Sociedad Patriótica, integrado por Juan José Paso, Nicolás Rodríguez
tanciamiento entre ambos por el rechazo de que fueron objeto los
Peña y A n t o n i o Álvarez Jonte.
diputados orientales, que traían u n verdadero programa de gobierno
U n logro fundamental del Segundo Triunvirato fue la concreción
nacional, popular y revolucionario, que incluía la inmediata decla-
del Congreso Constituyente, postergado desde 1810. El 24 de octubre
ración de la independencia, una Constitución republicana, libertad
de 1812 se convocó a elecciones para designar diputados que repre-
civil y religiosa, igualdad de todos los ciudadanos, gobierno central
sentaran a las provincias en la Asamblea General Constituyente. E l
con respeto por las autonomías provinciales, el establecimiento de
documento decía, entre otras cosas:
la capital fuera de Buenos Aires y la promoción de u n sistema social
más justo. Todos estos puntos eran inaceptables para la burguesía
España no puede justificar su conducta en constituirse ante el
porteña, representada por uno de sus miembros más adinerados y
tribunal de las naciones imparciales, sin confesar, a pesar suyo, la
prominentes: Carlos de Alvear.^ Es curioso que el rechazo de los
justicia y santidad de nuestra causa [...] el eterno cautiverio del
diputados orientales se haya producido por "defectos en la elección",
señor don Fernando V I I ha hecho desaparecer sus últimos dere-
chos con los postreros deberes y esperanzas las más ingenuas.

* Celso Ramón Lorenzo, Manual de historia constitucional argentina, Buenos


La Asamblea inauguró sus sesiones a fines de enero de 1813 y se Aires, Juris, 1994.
declaró representante de las Provincias Unidas del Río de la Plata. 5 El abuelo materno de Carlos de Alvear era Isidro José Balbastro, uno de los
más acaudalados comerciantes de Buenos Aires, y su abuela era Bernarda Dávila
Fernández Agüero. Los Balbastro, Dávila y Fernández Agüero eran parte del re-
ducido grupo de familias que constituía la "parte más sana de la población", como
^ Meroni, op. cit, tomo 2. le gustaba llamarse a la oligarquía de entonces.
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cuando la realidad documentada indicaba que, de todos los d i p u t a - Yo gobemé y no fui gobernado. Pensaba más que dormía, trabajaba
dos asistentes a la Asamblea, eran los únicos electos en f o r m a demo- y consultaba, y sobre todo deseaba el acierto y propendía a él. Si a
crática. Evidentemente, se los rechazó nada más y nada menos que pesar de ello hubo errores, de los hombres es el errar: yo todo lo
por representar las ideas de cambio del gran caudillo r e v o l u c i o n a r i o acordaba con los secretarios, leía antes de firmar, devolviéndoles
José Artigas. lo que no me agradaba.
Las ilusiones de independencia que inauguró la reunión de la
Asamblea del año X I I I , con el H i m n o , los símbolos patrios y la mone- Posadas tomó una serie de medidas, con el apoyo de la Asamblea
da, fueron rápidamente frustradas por la política que llevó adelante su alvearista: tras las derrotas de Vilcapugio, el 1° de octubre de 1813, y
primer presidente, Alvear, que consiguió dos triunfos invalorables para Ayohuma, el 14 de noviembre de 1813, reemplazó a Beigrano por San
las fuerzas reaccionarias: el rechazo de los diputados artiguistas y la Martín en el Ejército del Norte. Posadas le escribía a San Martín:
postergación sin fecha de la declaración de nuestra independencia.
En este último punto tenían mucho que ver los intereses británi- Muy señor mío, y m i estimado amigo: como ya lo hago a Ud. des-
cos, que, ahora aliados de España contra Napoleón, se oponían a la cansando de las molestias del viaje, me he resuelto a escribirle
revolución en la América española. El temor a enemistarse con la gran para rogarle encarecidamente que tenga a bien recibirse del man-
potencia, principal compradora de los productos de Buenos Aires y casi do de ese Ejército que indispensablemente le ha de confiar este
única proveedora de las manufacturas que consumían los porteños, Gobierno. Fuera política, y vamos ai grano: excelente será el des-
marcó Impolítica de esos años. graciado Beigrano, será iguabnente acreedor a la gratitud eterna
de sus compatriotas; pero sobre todo entra en nuestros intere-
O t r a vez volvió a usarse la excusa de la amenaza exterior y la
ses, y lo exige el bien del país, que por ahora cargue usted con esa
Asamblea, dominada por Alvear, dio u n paso más en la concentración
cruz.^
del poder: creó u n Poder Ejecutivo unipersonal, el Directorio. Así l o
cuenta Alvear en sus Memorias:
El director Posadas declaró a Artigas "traidor a la patria". El Pro-
tector de los Pueblos Libres le contestó:
Yo sentí al instante este gran defecto [un poder ejecutivo de va-
rias personas] y siendo miembro de la Constituyente, traté de
Yo tengo en m i poder el papel que V. E. ha tenido la barbaridad de
sondear los ánimos con el objeto de concentrar el poder en una
publicar declarándome traidor. Esa herida que se da a un honor
sola persona. [...] N o había pues tiempo que perder y era preciso
y a una constancia m i l veces mejor montada que la de V. E. no
empezar por hacer en el gobierno una gran variación que pedían
es capaz de influir en mis pensamientos. Montevideo es y será m i
imperiosamente las circunstancias. El coronel San Martín había
enemigo mientras no abrace el dogma de la revolución, y yo lo
sido enviado a relevar al general Beigrano y la salida de este jefe de
hostilizaré de toda forma posible, sin perjuicio de las atenciones
la capital que habíase manifestado opuesto a la concentración del
que V. E. me hace tener. La energía y la grandeza que han marca-
poder, me dejaba más expedito para intentar esta grande obra.
do siempre mis operaciones se ostentarán ahora más que nunca.
Yo, si me es preciso, me batiré con cuantos quieran batirme a un
Gervasio Posadas, tío de Alvear, fue el primer director supremo mismo tiempo, y ciego idólatra de la dignidad popular, n i V. E.,
del Río de la Plata. Posadas, una especie de De la Rúa de la época, ni Montevideo, n i nadie, sellará el oprobio de los orientales, sino
le confesó a u n amigo: "Esta designación me salió como no pensaba. sobre m i cadáver y de las bravas legiones que me siguen. Los
Después de consultar con hombres de consejo, acepté sujetarme a la
cruz hasta lograr la oportunidad de soltarla con decoro". Años después,
escribía en sus Memorias: « Gervasio Antonio Posadas, Buenos Aires, 10 de enero de 1814; en Instituto Na-
cional Sanmartiniano, Documentos para la historia del Libertador General San
Martín, Buenos Aires, 1954.
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orientales han entrado por principios en la revolución grande, y El jefe de la escuadra británica en Buenos Aires informaba a sus
por eso es aun cuando V. E. no quisiera que fueran libres, ellos lo superiores:
serán. Decláreme V. E. traidor cien veces; yo no variaré. Adopte
planes descabellados; nada habrá capaz de arredrarnos y en me- El verdadero director de esta máquina política es, ya en este mo-
dio de todos los contrastes de la fortuna, de peligros, de riesgos mento, don Carlos de Alvear, oficial recientemente nombrado
y complicaciones de objetos, todos seremos igualmente libres, general en jefe de las fuerzas de esta ciudad y sus alrededores, y
decididos y enérgicos.'' en quien se concentra la mayor influencia militar y civil del mo-
mento. [...] Vino imbuido de ideas de libertad e independencia,
Posadas ordenó la creación de una flota de guerra que, al mando pero la experiencia de dos años lo han convencido de que este
de G u i l l e r m o B r o w n , impuso u n bloqueo naval a Montevideo com- país no posee los medios n i la habilidad que necesitaría para go-
pletando el sitio sostenido por Rondeau. bernarse a sí mismo y que la interferencia de un protector fuerte
es absolutamente necesaria para preservarlo de las miserias de
La enemistad entre Alvear y San Martín ya era manifiesta, y el
la guerra civil [...]. Así después de haber sido por algún tiempo
envío de San Martín al N o r t e tenía mucho más que ver con las ganas
ferviente luchador por la independencia, ha modificado sus ideas
de sacarlo del medio del panorama político porteño que con u n reco-
originales, y según m i parecer se ha aplicado con gran habilidad
nocimiento a sus probadas virtudes militares.
y sinceridad a suavizar el camino para un acercamiento con la
Alvear pretendía acumular todas las glorias militares sobre su
Madre Patria.^
persona. Aprovechó el pedido de San Martín de ser enviado a Cuyo,
para hacer u n enroque estratégico para sus ambiciones: Rondeau fue
enviado al Ejército del N o r t e para relevar a San Martín. E n reempla-
La breve dictadura del general Alvear
zo de Rondeau, se hizo cargo el propio Alvear, que cruzó a la Banda
Oriental con todos los refuerzos que pudo llevar desde Buenos Aires
Alvear envió a Manuel José García en misión diplomática, a entre-
y en j u n i o de 1814 entró triunfalmente en Montevideo, quedándose
vistarse con el embajador británico en Río de Janeiro, lord Strangford,
así con los laureles de la toma del bastión realista del Plata. A su re-
para ofrecerle la entrega de las Provincias Unidas como protectorado
greso a Buenos Aires, Alvear intentó repetir la jugada: pidió sustituir
del Reino Unido.
nuevamente a Rondeau, ahora en el Ejército del Norte. Posadas firmó
Adelantándose a tantos gobernantes civiles y militares, el general
el nombramiento de su sobrino, pero los oficiales se negaron r o t u n -
Alvear entendía que la prosperidad de su clase pasaba por la asociación
damente a aceptar el cambio. Tal vez no haya sido una decisión m u y
carnal con la potencia hegemónica y le escribía a lord Strangford, en
sabia: Posadas renunció, pero en su reemplazo fue nombrado... Alvear.
los siguientes términos:
En uno de los párrafos de su renuncia decía que se retiraría a su casa
"a pensar en la nada del hombre y meditar consejos que dejar a mis
Muy señor mío: D. Manuel García, mi consejero de Estado instrui-
hijos por herencia".^
rá a V. E. de mis últimos designios con respecto a la pacificación
Todo quedaba en familia. La maniobra fue considerada una p r o -
y futura suerte de estas provincias.
vocación y p r o n t o quedó aún más clara la impopularidad del nuevo Cinco años de repetidas experiencias han hecho ver a todos los
director. hombres de juicio y opinión, que este país no está en edad n i en

^ En Jesualdo, Artigas, del vasallaje a la revolución, Buenos Aires, Losada, 3 Informe de Guillermo Bowles, jefe de la escuadra británica en el Atlántico Sur,
1961. al secretario del Almirantazgo, J. W. Croker, del 26 de enero de 1814; en Cristina
^ En José María Rosa, La misión García ante Lord Strangford, Buenos Aires, A. Rins y María Felisa Winter, La Argentina. Una historia para pensar, Buenos Aires,
Peña Lillo, 1974. Kapelusz, 1996.
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y prontitud que conviene preparar oportunamente la ejecución. Cuando, orgulloso por la conquista de Montevideo y de la Banda
Excmo. Señor: El estado de los asuntos en este país me obliga a Oriental, de edad de veinticinco años apenas [ . . . ] , Alvear volvió a
encargar a D o n Manuel José García Secretario de este Gobierno, Buenos Aires con el proyecto de ser elegido Director Supremo del
de la obligación de comunicarse verbalmente con V. E. en la es- Estado, su tren de vida y sus maneras acabaron por hacer perder
peranza que se determine algo, que pueda ser conveniente para la paciencia de sus conciudadanos. Por un amigo que ganaba,
los intereses de la Gran Bretaña, y tan eficaz para estas provincias Alvear hacía probablemente diez enemigos. El punto débil de su
como las circunstancias requieren. Él lleva las instrucciones y carácter estaba en la falta de originalidad de pensamiento y de
autorizaciones necesarias. Tengo una legítima esperanza que V. firmeza en los propósitos."
E. estará dispuesto a dar a estos países una nueva prueba de su
disposición para protegerlos." El 3 de abril de 1815, las tropas que el gobierno había enviado para
combatir a Artigas se sublevaron en Fontezuelas, al mando de Ignacio
El rey Jorge I I I de Inglaterra, a cuya voluntad tan tiernamente se Álvarez Thomas. El jefe sublevado emitió la siguiente proclama:
abandonaba el general Alvear, estaba loco como una cabra, pero n o
tanto como para hacerse cargo de estas provincias y tener que lidiar Cuando un pueblo valiente, generoso y lleno de virtudes se ve
con nuestras meridionales características. ajado, oprimido y degradado por la pequeña fracción de hombres
Jorge I I I (1738-1820), rey de G r a n Bretaña e Irlanda, sufrió u n inmorales y corrompidos que en la actualidad componen y son
ataque de locura a poco de iniciar su reinado. Sus trastornos mentales los agentes del gobierno que representa el general Alvear, es u n
llegaron al punto de que en 1788 se aprobara una Ley de Regencia deber sagrado de sus hijos librar a sus hermanos y compatriotas
que quedó en suspenso hasta que, en 1811, experimentó una nueva de los horrores que sufren. Estas y otras razones nos han decidi-
recaída de la que ya n o se recuperaría. Decía incoherencias, recorría do, de unánime consentimiento, a negar la obediencia al actual
su palacio con la mirada perdida y, para horror de la corte, solía hacer gobierno de Buenos Aires mientras se halle regido por el general
Alvear o por cualquiera de las personas que forman aquella facción
sus necesidades en cualquier rincón y se quitaba la ropa, paseándose
aborrecida; protestando que no depondremos las armas hasta
desnudo. N o era justamente la mejor imagen que la civilización occi-
que aquel benemérito pueblo haya, por sí, elegido libremente su
dental y cristiana podía ofrecer como ejemplo de superioridad sobre los
gobierno."
"bárbaros" del resto del mundo. Su hijo, que más tarde asumin'a como
Jorge IV, actuó como regente hasta el 29 de enero de 1820, día en que
Finalmente, Alvear se convenció de que no le quedaba otro camino
su padre murió completamente loco en el palacio de Windsor.
y presentó su renuncia, a instancias del mediador inglés nombrado por
A l conocerse la oferta colonialista de Alvear, las protestas se m u l -
el Cabildo porteño, el comandante Percy, que se ocupó de embarcarlo
tiplicaron. San Martín, indignado, había decidido renunciar a su cargo
y llevárselo directamente a Río de Janeiro, para evitarle los escraches
de gobernador de Cuyo, pero u n Cabildo Abierto lo repuso antes de
que, por aquel entonces, podían incluir el fusilamiento.
que llegara el reemplazante que rápidamente mandó Alvear. De nada
Desde Mendoza, San Martín emitió el siguiente bando:
le sirvieron al director supremo el decreto de decenas de detenciones
sumarias, la aplicación de la pena de muerte contra sus opositores n i
Muy Ilustre Cabildo de Justicia y Regimiento:
la aplicación de una rígida censura a la prensa.
La destrucción del tirano Gobierno de la Capital exige demostra-
U n observador inglés nos dejó la siguiente semblanza de Carlos
ciones de júbilo e igualmente de agradecimiento al Ser Supremo,
María:

'2 J. y G Parish Robertson, Cartas de Sud-América. Episodios históricos, vida y


costumbres de Buenos Aires, Buenos Aires, Emecé, 1950.
" Ibídem. En Lafont, op. cit.
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por habernos dispensado su protección para evadimos del coloso Cambios en Buenos Aires
que se había levantado para oprimir los sagrados derechos de los
pueblos. Es preciso pues que Vuestra Soberanía, para llenar este La Asamblea designó como director supremo a José Rondeau, que
deber, se sirva disponer que para el domingo 30 haya en la Iglesia por hallarse a cargo del Ejército del Norte fue reemplazado interina-
Matriz una misa solemne con Tedeum a la que se servirá Vuestra mente por Alvarez Thomas.
Soberanía asistir a tributar las gracias debidas por tan relevante Si bien la caída de Alvear arrastró a la Asamblea manejada por
servicio." sus partidarios, la necesidad de organizar el país y declarar la inde-
pendencia seguía pendiente.
A l poco tiempo de desembarcar en Río, Alvear se presentó ante El Cabildo de Buenos Aires nombró una Junta de Observación,
el embajador español Villalba y le entregó una carta con el siguiente para que dictase u n Estatuto que definiera las funciones del gobierno
contenido: central y convocase a u n Congreso General Constituyente. N o era la
primera vez que el Cabildo porteño, una institución que hoy llamaría-
Es muy sensible a un español que nació con honor y que procuró mos "municipal", se tomaba la atribución de decidir por todo el país. De
acreditarse entre los gloriosos defensores de la Nación, presen- hecho, venía haciéndolo desde el 22 de mayo de 1810; pero lo que po-
tarse ahora a vindicar su conducta en actitud de un delincuente día entenderse como una "excepción" en condiciones revolucionarias
y con las sombras de un rebelde y enemigo de su rey. Yo habría (que había sido el argumento de Juan José Paso en el Cabildo Abierto,
ido lejos de los hombres a ocultar m i vergüenza, si no conservase ratificado luego por la Junta y los escritos de Moreno en la Gaceta)
una esperanza de poder hacer disculpables mis procedimientos o
había terminado convirtiéndose casi en el "hábito" institucional de
si conociera menos la clemencia del Soberano y la indulgencia de
los "vecinos" (o sea, los propietarios) de Buenos Aires. Y aunque el
sus ministros enseñados en la escuela de la desgracia.
elenco de los que formaban el Cabildo había tenido algunos cambios
desde el comienzo de la revolución, el "cuerpo capitular" seguía siendo
L a traición se completó con la entrega al m i n i s t r o español de
el reducto de unos pocos ricos comerciantes, que de ser partidarios
planos y documentos confidenciales, con detalles muy precisos del
del m o n o p o l i o español habían pasado a defender a rajatabla el "libre
estado de las fuerzas militares patriotas, información sobre la canti-
comercio" con los ingleses, pero manteniendo el monopolio del puerto
dad de hombres, armas y municiones, su ubicación exacta en todo el
y de la Aduana de Buenos Aires sobre el resto del país. Cuando los
territorio virreinal y revelaciones sobre los próximos pasos que segui-
manuales de Historia argentina hablan de "centralismo porteño" se
rían los ejércitos rebeldes. Era u n miserable pedido de perdón, una
refieren a este tipo de cosas.
manifestación de arrepentimiento por una rebeldía que el peticionante
Así se redactó el Estatuto Provisional, que fue sancionado el 6 de
emparentaba con la delincuencia.
mayo de 1815. Entre otras cosas, este documento limitaba a u n año
A ese mismo h o m b r e que meses antes le había ofrecido como
la duración del cargo de director supremo y definía las funciones j u -
colonia estas tierras a la G r a n Bretaña y había dejado a su país en
diciales. E l Estatuto obligaba al director Álvarez Thomas a convocar
una situación calamitosa, la ciudad de Buenos Aires le ha dedicado la
a todos los ciudadanos (propietarios) del ex virreinato a elegir dipu-
estatua más cara y una de las avenidas más importantes y elegantes de
tados para enviar al Congreso que se reuniría en Tucumán con el
la ciudad. Es que la memoria de los dueños del poder y la riqueza no
objetivo de discutir la forma de gobierno y una posible declaración de
omite premiar con especial dedicación a los traidores a la patria.
independencia.
La elección de u n diputado cada 15.000 habitantes favorecía a
Buenos Aires, que tendría siete representantes, mientras que, por ejem-
plo, Jujuy tendría uno solo. La mayoría de las provincias rechazaron
" En Felipe Pigna, San Martín. El político I, San Martín, Universidad Nacional
de General San Martín, 2008. el Estatuto, en el que advertían una maniobra más del centralismo
390 i^c» rnuus ue lu nisíuna argeniina i 39-1

porteño, pero aceptaron enviar diputados al Congreso. E n cambio, Los terratenientes del Litoral y Buenos Aires, imbatibles en su
se opusieron las provincias que estaban bajo la influencia de Artigas: carácter de "partidarios de sí mismos", como dirá Beigrano, parecían
Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes, Misiones y la Banda Oriental. Las conformarse con las ganancias obtenidas de la exportación de cueros,
provincias altoperuanas de Chichas y Mizque estuvieron representadas sebo y tasajo, y, fuera de la instalación de los rudimentarios saladeros,
por exiliados, porque la región estaba ocupada por los españoles. no destinaron n i u n centavo de sus enormes ganancias a transformar
Para teáer una idea de la representatividad de los diputados, vale la abundante materia prima en productos elaborados. Si así hubiera
la pena recordar la cantidad de votantes efectivos de la provincia de sucedido, se habría producido un ahorro importante de divisas para
Buenos Aires, la más densamente poblada y mejor informada de la el país y se habrían generado más puestos de trabajo y una mayor
época. Aunque la provincia tenía entonces más de 90.000 habitantes, autonomía frente al capital inglés, que seguía manejando a su antojo
ninguno de los siete diputados electos superó los 80 votos, y el p r o - el circuito comercial.
medio general fue de 60. A esos sectores, por otra parte, no les importaba mucho la cali-
La convocatoria establecía que el Congreso sólo podía reunirse dad de vida de los sectores populares: tratarían siempre de pagar los
cuando estuvieran presentes los dos tercios de los diputados convoca- salarios más bajos posibles para abaratar los costos de su mercadería.
dos. E n aquella época, la dificultad en los transportes era superlativa Total, los gauchos no eran sus clientes. Sus compradores estaban del
y los caminos estaban en muy mal estado. Esto demoró el inicio de otro lado del Atlántico. Esto hizo imposible que se creara u n merca-
las sesiones hasta fines de marzo de 1816. do interno significativo, mantuvo en niveles muy bajos los salarios
y limitó notablemente el aumento de la población. Como se puede
comprobar releyendo el capítulo anterior, era todo lo contrario de lo
Buenos Aires y el interior que proponían, desde la propia Buenos Aires, patriotas como Beigrano.
Es importante destacar esto, porque no es cierto, como muchas veces
Como iniciadores del m o v i m i e n t o revolucionario, los porteños se nos quiere hacer creer, que el "modelo" impuesto en esos años era
buscaron el apoyo de las provincias interiores. Pero el hecho de ha- el único posible o incluso imaginable en esa época.
ber integrado u n mismo virreinato no significaba para las provincias
la aceptación del liderazgo de Buenos Aires n i la adopción de sus
políticas. Otra vez la pesadilla de Fernando Vil
Córdoba, por ejemplo, había estado mucho más ligada, por su co-
mercio y sus relaciones culturales, al A l t o Perú y a Cuyo que a Buenos La Europa de 1815 era muy distinta de la de 1810. El 18 de junio
Aires. Cuyo se sentía más cerca de Santiago de Chile que de la ex ca- de 1815, Napoleón fue derrotado en Waterloo por los ejércitos de
pital virreinal, con la que mantenía, a pesar de todo, u n activo comer- Rusia, Inglaterra, Prusia y Austria, comandados por el inglés Welling-
cio. Las provincias del Norte estaban, desde todo p u n t o de vista, es- ton. Tras esta victoria, retornaron a Francia los reyes absolutistas, que
trechamente vinculadas al A l t o Perú. trataron de anular las reformas sociales y económicas concretadas por
Buenos Aires quiso tomar en sus manos la dirección revolucionaria la revolución de 1789. Uno a uno fueron retomando sus tronos los
y aunque las provincias al comienzo se adhirieron a la nueva situación, reyes europeos de esta época a la que se llamó de la "Restauración".
nunca renunciaron a su autonomía y no se mostraban dispuestas a Era una vuelta al pasado, al privilegio de unos pocos y al sufrimiento
acatar los dictados de la clase dirigente porteña. de muchos. De todos modos, las cosas ya no podían volver a ser exac-
Las exigencias de la guerra hacían necesaria una conducción u n i - tamente como antes de la Revolución. La mayoría de las monarquías
ficada para coordinar todos los recursos económicos y humanos. Esta debieron moderarse y aceptar el funcionamiento de parlamentos que
responsabilidad recayó sobre Buenos Aires, pero no desapareció la limitaban su poder.
aspiración de cada región de gobernarse por sí misma. Entre los reyes que volvían a sus tronos, Fernando V I I aparecía
FELIPE FIGNA cus frutos uc tu rustuítu ufgcnttnu i
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como uno de los más reaccionarios. " E l Deseado"," como lo llamaban avance de los españoles. Caía sobre los revolucionarios de estas tierras
los españoles cuando era prisionero de Napoleón, reasumió anulando la enorme responsabilidad de resistir y extender la revolución hasta
la Constitución liberal de 1812, conocida como "la Pepa", que entre expulsarlos definitivamente.
otras cosas establecía que: La corona organizó u n gran ejército, comandado desde L i m a por
el virrey del Perú, brigadier Joaquín de la Pezuela, y a cargo del maris-
La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos cal José de la Serna, para hostigar a los patriotas e intentar recuperar
hemisferios: no es n i puede ser patrimonio de ninguna familia n i estos territorios.
persona. La soberanía reside en la Nación, y pertenece a ésta, ex- La heroica resistencia de los gauchos de Salta y Jujuy, conducidos
clusivamente, el derecho de establecer sus leyes fundamentales. El por Martín Miguel de Gúemes,'^ y las campañas libertadoras de San
gobierno de la Nación española es una monarquía moderada." Martín serán decisivas para terminar con las ambiciones de Fernando
V I I de recuperar su imperio americano.
Fernando volvía decidido a recuperar las colonias americanas a
toda costa, sobre todo después de leer u n informe de las Cortes, según
el cual la metrópoli recaudaba al año: en México, 2,5 millones de pesos; ¿Dónde hay un rey?
en Nueva Granada, 4 millones; en Venezuela, 1 millón; en el Perú,
15 millones y en Buenos Aires, el foco rebelde invicto y perdurable, Esta grave situación hizo que los sucesivos gobiernos patrios en-
12,5 millones de pesos. viaran misiones diplomáticas a Europa y América para negociar tra-
tados, comprar armamentos y conseguir apoyo diplomático. Beigrano
y Rivadavia partieron hacia Londres y M a d r i d a fines de 1814. En el
La situación en América trayecto se detuvieron en Río de Janeiro y se entrevistaron con el em-
bajador inglés, lord Strangford. Allí se encontraron con Manuel José
E n América las cosas iban de mal en peor. En México, a fines de García, enviado por Alvear para ofrecerle a Inglaterra el protectorado
1815, el fusilamiento del sacerdote revolucionario José María Morelos sobre el Río de la Plata, y pudieron frenarlo a tiempo antes de que se
parecía poner punto final al levantamiento antiespañol. En Venezuela concretara la oferta.
y Nueva Granada (Colombia), una poderosa expedición al mando Rivadavia le escribía a Alvear:
del general M o r i l l o derrotaba a los patriotas y, en 1815, Simón Bo-
lívar marchaba hacia el exilio en la isla de Jamaica. E n Chile, desde M i amigo: ya hemos estado largamente con García, [...] nos ha
la derrota de Rancagua en 1814, los patriotas estaban dispersos. Los dicho el objeto de su Comisión [...]. Pero lo que me ha pasma-
realistas habían recuperado el poder y amenazaban seriamente con do sobre todo es el pliego para Inglaterra y el otro idéntico para
invadir las últimas provincias rebeldes, las del Río de la Plata, del otro Strangford, aún más: yo protesto que he desconocido a Vuestras
lado de la cordillera. Mercedes en semejante paso, si es como me ha informado García,
Para 1816, a Fernando V I I sólo le faltaba recuperar el territorio del
ex Virreinato del Río de la Plata, única zona americana que resistía el
" Martín Miguel de Güemes había nacido en Salta en 1783. Ingresó a la carrera
militar y participó en la defensa de Buenos Aires en 1806 y 1807. Formó parte de
las tropas victoriosas en Suipacha. San Martín advirtió los valores militares y el
15 El calificativo de "deseado" resulta bastante difícil de entender cuando uno lee carisma de Güemes y lo destinó a formar tropas irregulares para llevar adelante
la descripción que hace del monarca don Benito Pérez Galdós: "Observándolo una verdadera guerra de guerrillas en la que se destacaría junto con sus gauchos,
bien, se veía en tal fisonomía peregrina mezcla de majestad y de innobleza, de los "Infernales", únicos y heroicos custodios de la frontera norte. Véase Los mitos
hermosura y de ridiculez". de la historia argentina 2. De San Martín a "el granero del mundo", Buenos Aires,
" Gustavo Gabriel Levene, op. cit. Planeta, 2004.
390 Los mitos de la historia argentina 1 397

fijar el límite oriental del nuevo Estado en el Río Paraná, preservando Por las noches había tertulias como en Buenos Aires, pero a las
la provincia de Santa Fe con su puerto y su aduana, y procurando diez el toque de queda les recordaba a todos que estaban en zona de
desde entonces la independencia de la zona controlada por Artigas o guerra y que había que refugiarse en las casas.
la entrega de aquellos territorios a Portugal. L o importante era hacer Los primeros en llegar a Tucumán fueron los diputados porteños
desaparecer a Artigas, a sus gauchos y a su proyecto revolucionario. y los cuyanos. Los restantes se fueron sumando luego, hasta que el 24
Las ciudades de Rosario y Santa Fe fueron arrasadas entre el 25 y el 30 de marzo de 1816 se inauguraron las sesiones del Congreso.
de agosto de 1815 por las tropas dirigidas por Viamonte, que designó
al frente de la gobernación a Juan Francisco Tarragona, u n títere de
los intereses porteños. Pero el ejército popular artiguista terminaría en Comienza el Congreso
pocos meses con esta farsa, recuperando el poder para el Protector de
los Pueblos Libres. Después de todos estos sucesos, ante la evidencia El 24 de marzo —por entonces fecha sin connotaciones nefastas—
de que el Congreso de Tucumán sería dominado por los porteños d i - de 1816 comenzaron las sesiones del Congreso bajo la presidencia
rectoriales y tras consultar con los delegados de las diferentes regiones. del doctor Pedro Medrano, que decía en una confesión a u n amigo:
Artigas decidió, ahora sí, no enviar diputados al famoso Congreso. " ¿ N o le parece a usted como a mí, que tal comisión de arengar en la
apertura del Congreso es bastante peliaguda? ¡Perra! Pues bien que he
dado vueltas para encontrar qué decir, y todavía no lo hallo". Pero se
¿Cómo era aquel Tucumán? las ingenió y dejó abiertas las sesiones. Se resolvió que la presidencia
sería rotativa y mensual, y se designaron dos secretarios: Juan José
Se había elegido como sede del Congreso a la ciudad de Tucumán Paso y José Mariano Serrano.^o
porque estaba ubicada en el centro del virreinato y porque las p r o v i n - "Tan pobre era la patria que, como Jesús, no tenía lugar para na-
cias se negaban a que Buenos Aires fuera otra vez la única protagonista cer", decía la copla popular y, efectivamente, el Congreso sesionó en
de u n hecho que las afectaba a todas. Fray Cayetano Rodríguez le ex- la casa de doña Francisca Bazán de Laguna —como todos sabemos
plicaba a u n amigo los motivos de la elección de la sede: desde nuestra más tierna infancia, la mejor productora de empanadas
de todo el Tucumán—, ubicada en la Calle del Rey N° 151. Se había
Ahora encuentras m i l escollos para que el Congreso sea en Tu- construido a fines del siglo X V I I I y era una típica casa colonial. La
cumán. ¿ Y dónde quieres que sea? ¿En Buenos Aires? ¿No sabes dueña permitió hacer algunas modificaciones ad hoc. Se demolieron
que todos se excusan de venir a un pueblo a quien miran como paredes y se armó u n gran salón de 15 metros por 5. El gobernador
opresor de sus derechos y que aspira a subyugarlos? ¿No sabes Aráoz y los conventos de Santo Domingo y San Francisco prestaron
que aquí las bayonetas imponen la ley y aterran hasta los pensa- los muebles. Cuando el Congreso pasó a Buenos Aires, doña Francisca
mientos? ¿No sabes que el nombre porteño está odiado en las recuperó la casa. En 1869 el gobierno la compró, pero no para transfor-
Provincias Unidas o desunidas del Río de la Plata? marla en u n museo sino para destinarla a ¡una oficina de correos! En
1880 la casa se derrumbaba y se aprobó u n proyecto de restauración
En aquel entonces San Miguel de Tucumán era una pequeña ciudad que tardó más de medio siglo en concretarse.
de doce manzanas. Desde lejos podían verse las torres de las cuatro
iglesias y del Cabildo. Los tucumanos, unos 13.000 por entonces, tenían
una vida tranquila que se animaba al mediodía, cuando el centro se José Mariano Medrano era oriundo del Alto Perú. Se doctoró en Charcas y fue
poblaba de carretas, vendedores ambulantes y gente que iba y venía su representante durante la Asamblea del año X l l l y en el Congreso de Tucumán.
entre las pulperías y las tiendas. N o faltaba el azúcar para el mate n i Fue el redactor del Acta y la Declaración de Independencia. Nueve años más tarde,
en 1825, redactó el Acta de Independencia de Bolivia, donde ocupó altos cargos
tampoco algún cantor que animara a la gente con una zamba. de gobierno y judiciales, hasta su muerte en 1851.
398 FELIPE PIGNA Los mitos de la historia argentina 1 399

PROVINCIAS REPRESENTADAS: Hay hombres más virtuosos, pero no tan políticos. Los hay más
sabios, pero no tan discretos. Los habrá más santos, pero no tan
Buenos Aires, con 7 diputados; Córdoba, con 5; Tucumán, con 3 ; vivos y perspicaces. Juan Martín tiene de aquellas virtudes las que
Catamarca, con 2; Santiago del Estero, con 2; Mendoza, con 2; Salta, se necesitan y tiene sobre todos los virtuosos la política, la perspi-
con 2; La Rioja, con 1 diputado; San Luis, con 1; Jujuy, con 1; C h u - cacia, la destreza, y lo que vale más que todo, la opinión.^'
quisaca, con 4; Cochabamba, c o n 1; L a Plata, con 2; Chichas, con 1
diputado elegido en el exilio (el distrito estaba en poder de los espa- El nuevo director debió viajar de inmediato a Salta para confirmar
ñoles) ; Mizque, con 1 diputado elegido en el exilio (el distrito estaba a Güemes como comandante de la frontera norte tras la derrota de
en poder de los españoles). Rondeau en Sipe-Sipe.
El tema siguiente fue el debate sobre la forma de gobierno. La ma-
CONGRESALES, POR PROFESIONES Y LUGAR D E ORIGEN: yoría de los congresales estaban de acuerdo en establecer una monar-
quía constitucional, que era la más aceptada en la Europa de la Res-
Sacerdotes: Antonio Sáenz, Buenos Aires; Justo Santa Mana de Oro,
tauración. En el mundo sólo quedaba en pie una república: los Estados
San Juan; Pedro José Miguel Aráoz, Tucumán; José Ensebio Colombres,
Unidos de Norteamérica.
nacido en Tucumán, representó a Catamarca; Miguel A n t o n i o Ace-
En la sesión secreta del 6 de julio de 1816, Beigrano, que acababa
vedo, Catamarca; Pedro León G a l l o , Santiago del Estero; José Igna-
de llegar de Europa tras su fallida misión, propuso ante los congresales
cio Thames, nacido en Córdoba, representó a Tucumán; Pedro Ignacio
de Tucumán que, en vez de buscar u n príncipe europeo o volver a estar
Castro Barros, La Rioja; José Andrés Pacheco de Meló, nacido en
bajo la autoridad española, se estableciera una monarquía moderada,
Salta, representó a Chichas; M a r i a n o Sánchez de Loria, Chuquisaca;
encabezada por u n príncipe inca.
Cayetano José Rodríguez, Buenos Aires, responsable de la publicación
Decía Manuel Beigrano:
El Redactor del Congreso Nacional; Pedro Francisco de Uñarte, San-
tiago del Estero; Jerónimo Salguero, Córdoba.
Las naciones de Europa tratan ahora de monarquizarlo todo. Con-
Universitarios (la mayoría, abogados): Juan José Paso, Buenos A i - sidero que la forma de gobiemo más conveniente a estas provincias
res; José María Serrano, Chuquisaca; Pedro Medrano, Buenos Aires; es una monarquía, es la única forma de que las naciones europeas
José Darragueira, Buenos Aires; Esteban Agustín Gascón, Buenos A i - acepten nuestra independencia. Y se haría justicia si llamáramos
res; Tomás Manuel de Anchorena, Buenos Aires; Tomás Godoy Cruz, a ocupar el trono a un representante de la casa de los Incas.
Mendoza; Eduardo Pérez de Bulnes, Córdoba; José A n t o n i o Cabrera,
Córdoba; Teodoro Sánchez de Bustamante, Jujuy; José A n t o n i o Olmos Beigrano recibfó el cálido apoyo de San Martín y de Güemes. La
de Aguilera, Catamarca; José Severo Malabia, Chuquisaca; Felipe A n - idea también entusiasmó a los diputados altoperuanos, que propusie-
tonio de Iriarte, La Plata (es decir. Charcas o Chuquisaca, en el A l t o ron u n reino con capital en Cuzco: se daba por descontado que esto
Perú); Jaime Zudáñez, La Plata (Alto Perú); Pedro Ignacio Rivera, aseguraría la adhesión de los indígenas a la causa revolucionaria.
Mizque (Alto Perú); Pedro Carrasco, Cochabamba (Alto Perú); Fran- Es curioso observar cómo califican muchos historiadores la idea
cisco Narciso de Laprida, San Juan; Juan Agustín Maza, Mendoza. belgraniana del inca. Casi sin excepción se burlan de ella tildándola
M i l i t a r : Juan Martín de Pueyrredón, San Luis. de exótica. N o usan el mismo calificativo para los zares, el príncipe
de Luca o los integrantes de la realeza europea, ellos sí exóticos, que
trataron de coronar los directoriales. Resulta que el único exótico es
L a primera cuestión que tuvo que tratar el Congreso fue el reem-
plazo del renunciante director supremo Ignacio Álvarez Thomas. Fue
elegido para el cargo el diputado por San Luis, coronel mayor Juan 21 Academia Nacional de la Historia, Historia de la Nación Argentina, Buenos
Martín de Pueyrredón, de quien decía M e d r a n o : Aires, El Ateneo, 1961.
400 FELIPE PIGNA Los mitos de la historia argentina 1 ' . 40Í
'•. ' -:

el inca, y a tales efectos n o deja de ser interesante la definición de la Congreso, en el que se incluía el tan deseado y demorado tema de la
palabra según el diccionario de la Real Academia Española: "Exótico: independencia, que impacientaba al gobernador intendente de Cuyo,
extranjero, especialmente si procede de país lejano''^^ c j a r o que para José de San Martín, como puede leerse en esta carta que le envió al
muchos escribas vernáculos siempre será más "exótico" u n inca, u n diputado por Cuyo, Tomás Godoy Cruz:
gaucho, u n criollo o u n "cabecita negra" que cualquier parásito de las
monarquías transatlánticas. Hasta cuándo esperamos declarar nuestra independencia. ¿No
Para los porteños, la coronación del inca era inadmisible y " r i d i - le parece a usted una cosa bien ridicula, acuñar moneda, tener el
cula". El diputado por Buenos Aires, Tomás de Anchorena, dijo que pabellón y cucarda nacional y por último hacer la guerra al sobe-
no aceptaría a " u n monarca de la casta de los chocolates, a u n rey en rano de quien en el día se cree dependemos? ¿Qué nos falta más
ojotas", y propuso la federación de provincias a causa de las notables que decirlo? Por otra parte, ¿qué relaciones podremos emprender,
diferencias que había entre las distintas regiones. cuando estamos a pupilo? [...] Animo, que para los hombres de
coraje se han hecho las empresas.
Reiteremos lo dicho por Beigrano a su amigo M a n u e l U l l o a :

Verá usted cómo unos me atacan y otros me defienden acerca de San Martín terminaba su carta expresando una duda que comen-
nuestro pensamiento de monarquía constitucional e Inca. Digan zaba a sonar cruel:
lo que quieran los detractores, nada y nadie será capaz de hacerme
variar de opinión: creo que es nacional, es justa, y n i el cadalso n i ¿Los medios violentos a que es preciso recurrir para salvamos ten-
las llamas me arredrarían de publicarla. drán o no los resultados que se proponen los buenos americanos?
Lo que siento es no ver la idea realizada, efecto, a m i entender, ¿Se podrán realizar o no contrastando el egoísmo de los más pu-
del deseo de perfecciones a que aspiran estos señores [...]. Ya no dientes ?2'*
tengo expresiones para clamar por Constitución; en fin, l o de la
traslación aún tengo esperanzas que no se verifique; repito a Usted
que no alcanzo el modo de ver de estos señores, mis talentos son El sol del 9 viene asomando
escasos, y a esto debo atribuirlo.^'
El martes 9 de julio de 1816 no llovía como en aquel 25 de mayo
Fray Justo Santa María de O r o hizo gala de su muñeca política
de hacía seis años. El día estaba muy soleado y a eso de las dos de la
y postuló que había que consultar a los pueblos de todo el territorio
tarde los diputados del Congreso comenzaron a sesionar. A pedido
antes de tomar cualquier resolución sobre la forma de gobierno, ame-
del diputado por Jujuy, Sánchez de Bustamante, se trató el "proyecto
nazando con retirarse del Congreso si no se procedía de ese modo.
de deliberación sobre la libertad e independencia del país". Bajo la
Las discusiones entre monárquicos y republicanos siguieron cada vez
presidencia del sanjuanino Narciso Laprida,^' el secretario Juan José
más acaloradas, sin que se llegara a ningún acuerdo.
Paso preguntó a los congresales "si querían que las Provincias de la
Pueyrredón regresó a Tucumán, apuró a los diputados para que Unión fuesen una nación libre de los reyes de España y su metrópoli".
declarasen, de una vez por todas, la independencia y viajó a Buenos Todos los diputados aprobaron por aclamación la propuesta de Paso.
Aires.
Una comisión compuesta por los diputados Gascón, Sánchez de
Bustamante y Serrano redactó una especie de plan de trabajo para el Carta de San Martín al diputado por Cuyo, Godoy Cruz, en Ricardo Levene, El
genio político de San Martín, Buenos Aires, Depalma, 1950.
^5 Francisco Narciso Laprida había nacido en San Juan en 1786. Cuando concluyó
22 Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, Madrid, Espasa, su labor en el Congreso regresó a su provincia y llegó a ser gobernador. Luchó
2002. desde el bando unitario contra Quiroga y fue derrotado y muerto en 1829, en el
combate del Pilar.
25 En Luzuriaga, op. cit.
402 FELIPE PIGNA Los mitos de la historia argentina 1 403

E n medio de los gritos de la gente que miraba desde afuera por las ven- cuando ya fue absolutamente necesario continuar con ellas para
tanas y de algunos colados que habían logrado entrar a la sala, fueron evitar sospechas; fue fácilmente perceptible advertir que los acto-
firmando el Acta de Independencia, que declaraba res que tomaban parte en esta ceremonia sentían ciertamente muy
poco interés por el papel que venían representando.^^
[...] solemnemente a la faz de la tierra, que es voluntad unánime
e indubitable de estas provincias romper los vínculos que las liga-
ban a los Reyes de España, recuperar los derechos de que fueran La infame traición a la patria
despojadas e investirse del alto carácter de nación independiente
del Rey Fernando V I I , sus sucesores y metrópoli. Medrano sabía que lo de "entregar el país a los portugueses" era
mucho más que u n rumor. El ministro argentino en Río de Janeiro, el
E l acta establecía además que todas y cada una de las provincias inefable y omnipresente Manuel José García, le había escrito al director
"así lo publican, declaran y ratifican, comprometiéndose por nuestro supremo Pueyrredón: "Creo que en breve desaparecerá Artigas de esa
medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, bajo el seguro y provincia y quizás de toda la Banda Oriental. Vaya pensando en el
garantía de sus vidas haberes y fama". hombre que ha de tratar con el General Lecor".^^
En la sesión del 19 de julio, uno de los diputados por Buenos Aires, El gran historiador brasileño Calo Prado Júnior explica así el r o l
Pedro Medrano, previendo la reacción furibunda de San Martín, que que cumplía la corte portuguesa, a la que se pretendía entregar estas
estaba al tanto de las gestiones secretas que involucraban a algunos provincias:
congresales y al propio director supremo para entregar estas p r o v i n -
cias, independientes de España, al d o m i n i o de Portugal o Inglaterra, La monarquía portuguesa será un juguete en manos de Inglate-
señaló que antes de pasar al ejército el A c t a de Independencia y la rra. El soberano permanecerá en Río de Janeiro bajo la protección
fórmula del juramento, se agregase, después de "sus sucesores y me- de una división naval inglesa estacionada permanentemente. Las
colonias españolas que componían los antiguos virreinatos de
trópoli", "de toda dominación extranjera", "para sofocar el rumor de
Buenos Aires y del Perú se orientaron comercialmente, y muchas
que existía la idea de entregar el país a los portugueses".
veces políticamente, hacia Río de Janeiro, que enarbolaba el títu-
L a declaración iba acompañada de u n sugerente documento que
lo prestigioso de sede de un trono europeo y donde se instaló el
decía " f i n de la Revolución, principio del Orden", en el que los con-
cuartel general diplomático y comercial inglés en esta parte del
gresales dejaban en claro que les preocupaba dar una imagen de mo-
Mundo.^^
deración frente a los poderosos de E u r o p a que, tras la derrota de
Napoleón, no toleraban la irritante palabra "revolución".
Mientras el Congreso proclamaba formalmente nuestra inde-
El jefe de la flota inglesa informaba en estos términos a su gobiemo
pendencia, el jefe del nuevo Estado independiente, Juan Martín de
sobre los últimos acontecimientos: Pueyrredón, enviaba a Río de Janeiro al comisionado Terrada con
estas patéticas instrucciones: " L a base principal de toda negociación
Será quizás sorprendente para Su Excelencia el hecho de que el
será la libertad e independencia de las Provincias representadas en
Gobierno existente [...] haya elegido este momento preciso para
declarar su independencia, no solamente de España, sino de toda
otra potencia. Pero pienso que esto puede fácilmente explicarse 26 Carta del jefe de la flota inglesa en el Río de la Plata, comodoro William Bowles,
fechada en Buenos Aires en agosto de 1816, en John Street, op. cit.
por el hecho de que eso fue necesario para aplacar el entusiasmo
22 El general Carlos Federico Lecor, más conocido como el barón de la Laguna,
revolucionario de aquellos que constituían un peligro, a quienes de era el jefe de las fuerzas portuguesas.
ningún modo podía confiarse el verdadero secreto. Las ceremonias
28 Caio Prado Júnior, Historia económica del Brasil, Buenos Aires, Fondo de
públicas fueron, sin embargo, postergadas hasta el 13 del corriente. Cultura Económica, 1960.
4o8 FELIPE PIGNA Los mitos de la historia argentina 1 409

nación asentada en uno de los territorios potencialmente más ricos


In the pendiente
del mundo.
Se había dado u n gran paso. Tras seis años de avances y retrocesos, El actual territorio argentino parecía mucho más extenso en aque-
de mucha lucha y sangre derramada, de fuertes debates entre decidi- lla época, por la lentitud de los transportes y las comunicaciones. A
dos e indecisos y muchos cambios en el panorama internacional, se los ojos de los visitantes era una zona muy atrasada, con formas de
había declarado la independencia. Se había abandonado el ridículo, producción arcaicas y con graves dificultades para la circulación de
como decía San Martín, de tener bandera, moneda, h i m n o y guerrear la moneda y los productos.
contra España pero seguir, de hecho, reconociéndose dependientes. Las artesanías provinciales estaban en franca decadencia y sólo la
Parecían quedar atrás los retos a Beigrano por enarbolar la bandera inversión y la modernización las hubiera podido transformar en ver-
y a Castelli por " i r demasiado lejos". Las Provincias eran u n territorio daderas industrias, como ocurría por esa misma época en los Estados
políticamente libre, pero la independencia política n o garantizaba Unidos. Pero los únicos que hubieran estado en condiciones de hacer
la independencia económica. Éramos políticamente independientes estas inversiones eran los terratenientes porteños y su embrionario
"de España y de toda dominación extranjera", pero España nos había Estado nacional. Y ninguno se mostraba interesado en dar ese paso,
dejado en una situación económica m u y débil, y eso nos iba a llevar a que podría haber transformado a nuestro país en una potencia.
que cayéramos en los brazos de otras potencias europeas. Los terratenientes bonaerenses estaban muy conformes con su
España n o sólo no había fomentado las industrias n i el comercio cómoda manera de ganarse la vida, como para complicársela. Se tra-
entre las distintas regiones del extenso territorio, sino que había hecho taba de cobrar sus exportaciones en libras o en oro y pagarles a sus
todo lo posible para que en sus colonias americanas n o se desarro- empleados y proveedores nativos en pesos, generalmente devaluados.
llaran. Además, la escasa producción industrial española n i siquiera Cuanto menos valiera la moneda nacional, más ganaban ellos.
cubría las necesidades básicas de los habitantes de la península, por En cuanto al Estado nacional, estaba dando los primeros y acci-
lo que se debía importar la mayoría de los productos elaborados. dentados pasos para su formación, que recién se concretaría cincuenta
Entre nosotros, la incapacidad, la falta de voluntad y patriotismo años más tarde. Pero cuando existió, entre 1810 y 1820, estuvo d i r i -
de los sectores más poderosos llevaron a que nuestro país quedara gido predominantemente por los rnencionados sectores ganaderos
condenado a producir materias primas y comprar productos manufac- y mercantiles porteños, que trasladaron a la política sus prácticas
turados, muchas veces con nuestra propia materia prima. Por supuesto, comerciales.
valía mucho más una bufanda inglesa que la lana argentina con la que Será esta clase dirigente la que conduzca los destinos nacionales y
estaba hecha. Esto llevó a una clara dependencia económica del país lleve al país al borde de la disolución en 1820, la clase que privilegiará
comprador y vendedor, en este caso Inglaterra, que impuso sus gustos, la asociación con Inglaterra antes que cualquier vinculación con el
sus precios y sus formas de pago. Además, como se sabe, los países que resto del país. Así se gestará una estrecha dependencia económica de
viven de exportar materias primas, como granos o carnes, están m u y G r a n Bretaña. Y cuando u n país depende económicamente de otro,
expuestos a sufrir las consecuencias de fenómenos naturales, como cuando es ese otro país el que decide qué se debe producir y qué no,
sequías, inundaciones o pestes de animales, y esto puede arruinar su cuando los precios de las mercaderías nacionales son fijados en la "me-
economía. En cambio, los países industrializados pueden planificar su trópoli" y no en la factoría, a la dependencia económica se le agrega la
economía sin preocuparse por si llueve, si está nublado o sale el sol. dependencia política, porque la autonomía y la capacidad de decisión
La independencia proclamada era formal y exclusivamente política. del país más débil quedan reducidas a la mínima expresión.
En el plano económico, comenzábamos a ser cada vez más dependien- La p r i n c i p a l fuente de ingresos del incipiente Estado eran los
tes de nuestra gran compradora y vendedora: Inglaterra. impuestos a la importación y al comercio, que perjudicaban a los
E l nuevo Estado, dominado desde estos momentos fundacionales consumidores más pobres. En cambio, los grandes propietarios bo-
por una clase propietaria parasitaria, dificultará el progreso de una naerenses y los grandes comerciantes, particularmente los ingleses,

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