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Slavoj Zizek

Sobre la violencia.
Seis reflexiones marginales
p

PAIOÓS CONTEXTOS SLAVOJ 2rZEK

Últimos úru los publicados:


I J 1. J. Baggi1li, El u,do que' quma ltr jllm ón J' OIfflJ Y
¡ibisojos rk Jilló"
1 J 2. A. Coml,-.Spon\·i!lé'. CJ1I/1/UI tU ['II/m""
IIJ. J. R«IQC'hl, Ü;",Q unoft;u. los ct;,,/l:Clor
114 . S. Cardús. l;/ dtsroncif:,/odt I.t ,JU(.mó"
11'. R·P Omit, l..1l rt.1i,,.i()// expliCtJda el mi hlj.
SOBRE LA
11 6. R. C. Solomon, Lit'" tmtXIOJlal
117, M. CflU:, Si"",prtt 111.1' !4C11n eN pJgma 1M'
118 A. Einstc1 n, Un ti hUIIUlNomo
A. Comlc·Spom'IJI(C. La 111M hU'lfIlt/'
VIOLENCIA
120. T EaglClon, tI muido de la /)/J¡¡
121. M. ;\lou<:rlll1l, &tp.Qmíu ('I11Q(.1oIl,,1
122. D. Fo, El 'mll/dn J"CXú" F"
12) . N. FJGtIWf1
124. P. Z¡mbatdo, El e/eCIQ LuCIfer
125. J. y J. Slans room, ¿Pw'JO IU fgO ex/sto?
126. P Abreu, C6mo IXJh·('fu loco Seis reflexiones marginales
128, B. Eh rrarcich , Un a M /(J rM. de ¿, D!tgrfa
129. M.· F. H irigoyen, Las I/Un'lI!
no. y
E. M orín N. HulOl , Afio ] tk la m erol(Jt,jal
I } 1, D, L.:\')', ,1mor 'j ¡eXQ '" '' robo/f
n2, 1. fA increíbk bis/arra de la
púmttA
1n , M. Hanlon, Dut p'etun/ar_ Una gu14luITIJ /o cien/I/¡a
1}4. W B. Irvinc, Sobre dtsro. Por qué qutTemar lo qllt qlltTi1nOl
1" . J. Llar<! >' J. Miu:hio.son, El pequeño tun libro de la ignorancia
136. M . O nfru)' '1 G . Vau imo, cA/ros o crcym!l:s? ÚJnW1UOo,/tt
Job,. . f¡Imo/ÚJ, poIíuC1I. lI,ca y
1)7. P. Khlfl IHI, El uglmóo nlU"ÓO
n 8. T. TooorQl', El jard(n impeif«/(). Úlas y fO",h'at da fJenramltnto
hUlNan/Ha
B 9. J. McCol1nllchi.:, El/duo ddamar
141. ·S. lik k , Sohre 'o uiQ/r:natl
142. D. FIl, ti tllllor ., I" I/t<!
14}. 1. Pu; /!. Milr", C/:Jdod. Cómo uJut!Íiarfo poraa.egIl111r fin //I/uro
esp/i"JuUi {><I rt! todos
144. Z. [./ la vida. De la vida romo ab ril de
14:5. Z. fhuman , L'/Jr, de '" IIMiI. la VIda rom 11 obrd ¿',m
1046. J. M. ¡;;";qu;col. El rnpUllr de los dílU UmJ rt/ltXIÓII fi/osó/ml sobre d
/'(mpO y la V/M
147. E. El beso de EN)J. Una in /rOdllcciém a /01 diom y béroN
nllloWg/COS di: la Anllgüed4d
148. J't.lffión Bayo, Vilm Una ;t.!IIíl Mr¡J /¿¡ j¡,f,ilacicill 4c/iva
149. Genis Gutd¡, Lu 11I11lemdIICII,I' explicatUs a 1m hljll
150, J. 1\..1. El mplrar ddJ dies, Una ,l:jrexI6/tlulofia sobre ('1 PAIDÓ S
801/_ ' Buenos ....... '
/(lmpJ i Ú1 VI/k
r itu lo or¡ginaJ : V/Olence, Je SIa\<o j Zihk
publ icado en inglés po' i'lOfLle Book$ LTD , en
,00>1
T raJucc ión d e An tOnio José Aru,in r., rll3ndez

C llbie ru de Com pañía


Sumario

Introducción:
El manto ensangrentado del tirano . 9

1. Adagio ma non troppo e molto espreSfivo:


SOS Violen cia
QucJ An pfOhibidu, la 1I\11Onmoon de 1<» Violencia subjeli va y objeriva ... .. , , . 19
dd C01'Jn"ghl , !nio las unciones C'Stablccid.as rll la
o ¡».roal <k toSt. 00... po< cualqt.tiC'r medio o proccd.m',""to, comprendid()$
Los hombres buenos de Pono Davos, . , 26
la rtPl"OSr2fb )' clll"" -,.,,, icOh> i"forTll'¡uco, y lA do: Una aldea liberal-comunisr;l . _.. , 36
de' cUt medinruc aIquilC1 O públicos La sex ualidad en el mundo aro nal 43
e 2008, Slavoi 2iirl.
@ 2009 de b m,J ucción, Antonio .losé Antón FcmanJez 2. A llegro moderdlo-A dagio: ¡Teme a tu vecino
Q 2009 d e todas 1:1.$ cd ióonrs en casu:Uano
Ediciones PaiJós S.A. , como a ti mismo!
A'I, Diagonal , 662-664 08034 La política del miedo . ..... , _ ... . 55
Wo,V'J.'. paidos.com
La cosa del prójimo, .. . , .. , , , , .. _ , . 62
ISBN: 978·84-493 -1208-2 La violencia dellenguaie ' , , , . , . . 75
Depósito legttl: B·269¡ -lQ09

Impreso en (lmpresia lberico) 3. Andmtte ma non troppo e molto cantabile:


Crla, de Caldcs, km.;,7 ü8DO Sta. Perpelua de Magada (Barcelona )
«La oleada sangrienta se ha desatado»
ImpT't'SO en España - Prinrd in Spain Un extraño caso de comun icaci ón fática 93
SUMARlO
8
Resentimiento terrorista ........ .. .. . . 105 INTRODUCCIÓN
El sujew que se supone saquea y Viola .. ll5
El manto ensangrentado del tirano
Presto: Antinomias de la razón tolerante
4. ¿Liberalismo o fundamemalismo? jUna plaga
en las casas de ambos!. . . . . . . . . . . ..... 129
El el rculo de tiza de Jerusalén ..
142
La religión anónima del ateísmo ... 155

5. MoLto adagio-Al1dante: La tolerancia como


categoría ideológica
\69
La culturización de la política.
La universalidad efectiva ............ .... . . \ 74
Acheronta movebo: las regiones infernales ... . \89 Hay una vieja historia acerca de un trabajador sospe-
choso de robar en el trabajo: cada tarde, cuando aban-
6. AfLegro: Violencia divina dona la fábrica, los vigilantes inspeccionan cuidadosa-
Benjamin y llitchcock ... . ..... . . . 2\ \
2\9 mente la carretüla que empuja, pero nunca encuentran
Violencia divina: lo que no es ........ .... .. .
232 nada. FinaLnente. se descubre el pastel: ¡lo que el rraba-
o • • Y finalmente, ¡lo que sí. es! jador está robando so n las carretill as !
24} Si hay una tesis que englobe la serie de reflexiones so-
Epílogo: Adagio " " " " " " " " " " " " " " " " " " " " ... ' 257 bre la violencia q ue siguen a esta lmrocluccióo. es que en
B "b"
I uog raf'
la .. .. .. .. " . . . . . . . . " . . . . . . . . .. .. 2
la realidad nos encontramos con una paradoja similar res-
índice analítico y de nombres . . . . . . . . . . . . . . .. 64
pecto a la viole ncia. Tenemos muy presente que las cons-
tantes señales de son actos de crimen y terror,
disturbios civiles, (anilletes imernacionales. Pero debe-
ríamos aprender a distanciarnos, apartarnos del señuelo
fascinante de esta violencia «subjeúva», directamente vi-
sible, practicada por W1 agente que podemos identificar
al instante. Necesitamos percibir los contornos del tras-
fondo quegenera.n rales arrebatOs. Distanciamos nos per-
mitirá identif¡car una violencia que sosrenga nuestros es-
fuerzos para luchar coorra ella y promover la tolerancía.
10 SOBIU. LA V10LENCI/\ EL MANTO ENSANGK/:,\;TADO n EI. T rRANO 11
tste es el punto de partida, quizá incl uso el axioma, Ancho del mundo, uno debería siempre tener en mente
del presente Ubro: la violencia subjeti va es s implemente que un a crisis concreta sólo irrum pe en la visibilidad de
la parte más visible de un triunvirato que incluye tam- los medios como res ultado de una compleja conjunción
bién dos tipos objetivos de violencia. En primer lugar, de faclores. Las considetacio nes específicam ente hu-
h ay una violen cia «simbó lica» encamada en el lenguaje manitarias por regla general desempeñan una ftmc ión
y sus formas , la que Heidegger Uams nuestra «casa del menos impo rtante que las consideraci ones cuJrurales,
ser», Como veremos después, esta violencia no se da ideológico. políticas y económicas. E l tema de portada
sólo en los obvios - y muy estudia dos- casos de pro - de la revista Time del 5 de junio de 2006, por e jemplo ,
vocación y de rd(lciones de dominación social reprodu - era «La guerra más mortal del mundo» , y ofrecía d ocu-
cidas en nuestras fo rmas de discu rso habituales: loda- mentación detallada de cómo alrededor d e 4 millones
vía hay UJ13 forma más primaria de violen cia, que esrá. de personas murieron en la Repúb Uca Democrá tiC'<l del
relacionada con el lenguaje como tal , con su imposición Congo como resultado de la violenóa política a lo largo
de cie rro universo de sentido. E n segundo lugar, existe de la liltim a década. No se produje ron las habituales
Q[ fa a la que llamo «sis témica», qu e son las consecuen - protestas humanitarias, tan sólo un pa r de canas de lec·
cias a menudo catastróficas del fun cion amiento homo- tares, como si algún ti po de mecanismo de ftltro impi-
géneo de nuestros sjstemas económi co y politico. diese a esta not icia producir un efecto mayor en nues-
La cuestión estii en que las violencias subjetiva y obie· tro espacio simbólico. Po r ponerlo en términos más
tiva no pueden percibi.rse desde el mismo plllltOde vista , cínicos, Time escogió a la víctima errÓnl!3 en la lucha
pues la violencia subjetiva se experimenta como tal en por la hegemoní<l en d sufrimiento. Debería haberse
contraste: con un fondo de nivel ce ro de violencia. Se ve atenido (1 la lista de sospechosos habituales: la situación
como una pel1urbació n del estado de cosas <<I\ormal» y de las mu jeres mu su lmanas o las familias de víctimas
pacífico. Sin embargo, la violencia objetiva es precisa- del 11 de septiembre de 2001 y cóm o éstas han sob re-
mente la violencia inherente a este estado de cosas «nor- Ucvad o sus pérdidas . El Congo ha resurgido hoy como
mal» . La violencia objetiva es invisible puesto que sostie· un conndiano «corazón de las tinieblas». Nadie OS3 en ·
ne JD no rnlalidad de nivel cero contra 10 que percibimos frem aese a él. La muerte de un nmo palestino d e Cisjo r·
como subjetivamente violento. La violencia sistémi ca es dania , por no mencionar W1 israelí o un estado uniden-
por tanto algo co mo la famosa «materia oscu ra» de la (j. se, vale para los medios mil veces más que la muerre de
siea, la contraparte de una (en exceso) visible violencia un congoleñ o desconocido.
subjetiva, Puede ser invisible, pero d ebe tomarse en ¿Necesiramos más pruebas de que el sentido h uma-
cuenta si uno quiere aclarar lo que de o tra manera pa re- nitario de lo urgente y lo relevante está mecHado, sjn
cen se r explos iones «irracional es» de violencia subjetiva. duda sobrede termin ado. por consideraciones clara-
Cuando los medios nos bombardean con las «crisis mente políti cas? Para responder a eUo debemos discan-
humanitarias» que pareceD surgir constantemente a lo ciamos y considerar la cuestió o desde una posición di-
-
12
EL MANTO ENSANGRENTADO DEI. ¡LRANO t3

(erente. Cuando los medios estadounidenses reprocha- jeto rraumatizado confirman la veracidad del testimo-
ron a las poblaciones de países extranjecos no demos- nio, puesto que señaJan que el conrenjdo narrado «con-
rrar suficiente simpatía por las víctimas de los ataques ram ina» el modo de «informar acerca de él. Lo mjsmo
del 11 de septiembre es ruve temado a respo nderles con vale, desde luego, para la Uamada no fiab ilidad de las
las palabras que Robespierre dirigió a aqueUos que se descripciones verbaJes de Jos supervi vientes del H olo-
lamentaban por las víctimas inocen tes del terror revolu- causto: los les tigos capaces de una narracjón clara de su
cionario: «Dejad de sac udir ante mi rostro el maotO en· terrible experiencia se descilificarian por de su da ri-
sa ngTentado del tirano o creeré q ue deseáis encadenar- dad .2 El único acercam..iento válido al tema que trata el
me a Roma» .' presente Ubro se rá el que nos pernúta mantener una neo
En vez de enfeent3rse a la violencia directamente, el cesaria d istancia de respeto con las víctim as.
presente libro presen ta seis miradas de soslayo. Hay fa· La famosa fr ase de Adorno necesi taría pues una
wnes para mirar al sesgo el problema de la violencia. M.i cor rección: no es la poesía lo que es imposib le des-
premisa subyacente es que hay aJgo inherentemente pués de Auschwitz, SloO más bien la prosa. J La prosa
desconcerti\ntc en una confrontación directa con él: el realista fracasa donde üe ne éx ito la evocaci ón poética
horror sob recogedor de Jos actoS violentos y la empaóa de la insoportable atmósfera de un campo. Es decir,
con 13s víctimas funcionan sin excepción como un se- cuando Adorno decla ra que la poesía es imposible (o
ñuelo que nos impide pensar. Un análisis conceprual de- más bien bá rba ra) después de Auschwirz, esta impo-
sapasionado de la t..i pología de la violencia debe por defi · sibilidad es hab il itadora: la poesía trata siempre, por
nición su impacto rrawnático . Aun así hay un
semido en el que un anilisis frío de la violencia de a1gún 2. El tardío Libco de Primo Levi sobre los elementos qwmí-
modo reproduce y participa de su ho rro r. Además hace cos (Tbe Perjodic Toble, Nueva York, 1984; erad. cast. : El sistema
falta una distinció n entre verdad (facwal) y veracidad: lo periódico, B:uceloflll, El Aleph, 2007) ha de leerse con el trasfon-
que bace del (est..i.monjo de una mujer violada (o de cual- do de las dificultades --de la esencial im posibiJidad- de narrar
plenamente la propíkl condición, de contar la propia vida en una
quier otra descripción de un trauma) algo veraz es su in -
narración coherente: el trauma del H olocausto lo impedía . Asi,
coherencia factual, su confusió n, su info rmalidad. Si la para Levi el único modo de evila r eJ colap!>o de su universo sim·
víc lim!l fuese capaz de desc ri bir su dolorosa y hwni - bóLco e ra encom tar 3pOyO en algún real eXlrasimbóLico: lo la
Uante experiencia de manera clara, con (odos los da tos clasificación de Jos elementos quúnioos (y, desde luego, en su
situados en un orden consistente, su claridad nos haría versión de los elemelllos, la clasificación servia sólo como un
sospec har de su veracidad. El problema aquí es parte de marco \lado: cada eleme.nlo era explicado en función de sus aso·
ciaciones simbólicas).
la soluci ón: las d efici encias factuales del info rm e del su- 3. ..Escribir poesía después de Auschwitz es aberr-dme» O'heo-
dor W. Adorno, «Culrural Criticism and Societ)'lt, en NdJ Levi y
1. Max.imilien Robespicrre, VirtUf (lf/d Lond.re;. Ver- Michael Rothberg (comps.], Th .. Holccaust: Theorelical Readbtgs,
so, 2007 , pág. 47 . New Brunswick, Rurgers University Press, 2003, pág. 281.)
14 SOBRE LA \'10LENCIA 15

definición , «acerca) de algo que no puede ser nombra- arte. No se trata de una descripción que loca liza su con-
do de forma direcra, sóJo aludido. No debería temerse ienido en un y tiempo históricos, sino de una
dar este paso más y remitirse: al viejo dicho de que la descripción que crea, como trasfondo dd fenó meno
música llega donde: las palabras fallan. Debe haber al- que d escribe, un espacio (virtuRI) propio .inexistente,
cruna verdad en la consabida idea de que, en Wla espe:- de modo que lo que aparece en él no es una apa riencia
"eie de premonición histórica, la música de Schonherg sostenida por la profu ndidad de una realidad , sino una
articula las ansiedades y pesadillas de Auschwirz antes apariencia descontextualizada, una apariencia q ue
de la ex istencia de este campo como taJ. coincide plenamenre con el ser re<J1. Citando de nuevo
En sus memorias, Anna Ajmátova cuenta lo que le a SteveJ1s: «Es lo que parece, y en tal parecer están tO-
ocurrió cuando, en d apogeo de jas purgas esralinistas, es- das las cosas». Esra descripción artística «no es W1 sig-
taba haciendo cola en lUla larga fila ante la prisión de Le- no de algo que yace fuera de su fonna»,' sino que más
ningracl o parfl obtener noticias de Lev, su hijo arreslado: bien extrae de la confusa realidad su propia forma inte-
rior, del mismo modo que Schonberg la foro
En los espantosos años del lerror yezhoviano me ma inte rior del terror totalitario. Evocó el modo en que
pasé diecisiete meses haciendo cola ante la prisión de Le- este terror afecta a la subjetividad.
ningrado. Cierto día a1gu.ien me identificó entre la mu- ¿Este recurso a la descripción artisticl'l supone que
chedumbre. Detrás de mi $(- haJlaba una mujer con los estamos en peligro de volver a una actirud contemplati·
labios azwes d e (río, que, eviJenlemente, antes nunca
va que de alg(m modo trai ciona la urgenóa de «hacer
había oído que me Ua.rnaran por mi nombre. Entonces
algo» en cuanw a Jos horrores descritos ?
salió dellel¡trgo común y me preguotó en un Sllsurro (allí
Pensemos en el falso sentido de urgencia que domi·
todo el mundo susurraba):
- ¿Puede describir eSlo?
na el discurso humanitario liberal-progresista sobre la
y le cont esté: violencia: en él la abstracción y la (pseudo)concreción
-Puedo. gráfica coexisten en la representación de la escena de
Una especie de sonrisa cruz.ó fu gazmente por lo que violen cia -contra mujeres , negros, vagabundos, gays,
alguna vez había sido su etc.-: «En este país se viola a una mujer C'dda seis se-
gundos» y «En el tiempo que te lleva este párrafo
La cuestión clave, desde luego, es a que tipo de des· morirán de hambre diez niñ os» son dos ejemplos de
cripción se alude aquí. Seguramente no a l.lll .l descrip· eU o. Precisamente hace un par de años la ca dena comer-
ción realista de la situación, sino a lo que Wallace Ste- cial Starbu cks Lnstrumemalizó este tipo de pseudour·
ven s llamaba «descripción deslocalizada» propia del gencil'l cuando, en la de las tiendas , unos cancles

4. Citado según Elena Fcinstein, AIIIW o/ al( ¡he RmsianJ, ' . Alain Badiou, u Cfln irrn JI/k, nO 28, otoño d e
Nueva York , Knopf, 2005 , pago 170. 2006. pág. 45.
p

L6 SOBRE 1./1 VIO! ¡-.NeIA 17

de agradecimiento al cuente señalaban que aprox im ada- [es. En u n pasaje muy conocido de El exútencialismo es
mente la mitad de los beneficios de la franquicia se des- un humal1irmo Sart re expuso el dilema de lUl joven
tinaban a mejorar la salud de los niños de GtHuemala, de francés forzado en t942 a decidir entre cuidar de su
donde procedía su café, de lo cual se infería que por madre, sola y enferma , o emrar en la Resistencié'l y lu-
cada «IZa que ce bebías salvabas la vida de un niño. char contra los aleman es; la conclusió n de Sa etre es,
Hay w\ limite antireórico fundamental a estas acota- d esde luego. que no hay una respuesta a prio ri a este di-
clones de urgencia. No h¡¡y tiempo para reflexionar: de- lema. El joven necesita lomar una decisión fund ada
bemos ac/ual' ahora. A través de esta falsa sensación de sólo en su propia libertad insond able y asumir plena-
urgencia, el millonario postindusuial que vive en su reti- mente la responsabilidad correspondieOlc.6 Una reree·
rado mundo virtual no sólo no niega o ignora la cruel re- ra via, esta vez obscena , para salir dd dilema podría ha-
alidad. sino Que se cellere a ella constantemen te. Como ber sido aconsejar al joven que pidie ra a su madre que
lo expresó no hace mucho Bill Gates: «¿Q ué importan se uniera a la Resistencia y decir a sus amigos d e ésta
los ordenadores cuando hay millones de personas que que debía cuidar de su madre mientras buscaba un re·
mueren innecesa ri amente de disenteria?), fu gio para recluirse y estudiar...
A esta falsa urgencia que remos opone r la maravillo- Hay algo más que cin.ismo barato en este consejo.
sa carra de Marx a Engels de 1870, cuando por unos mo- Recuerda a uo viejo chi ste soviético sob re Lenin. En
mentos pareció que h. revolución europea volvía a ser tiempos del socialism o, el consejo de Lenin a los jóve-
inmineme. La cal1a de Marx expresa su pán ico: ¿no nes , su respuesul sobre lo que deberian hacer, era
pueden esperar u n par de años los revolucionarios? To- «aprender, aprender y aprender». Esto se repitió infini·
davía no habíli acabado El capila/. tas veces e meluso flle pintado en [os muros de las es·
Un análi sis crítico de la actual constelación glob al cuelas. El chiste dice: p reguntaron a Marx, Engels y Le·
-que no ofrece soluciones claras, ningún consejo nin si prefe rían una es posa o una amante. Como era de
«práctico» sobre qué hacer, y no señala luz alguna al ú· esperar, Marx, más bien conservador en cuestiones pri-
nal del túnel, pues uno es conscienl c de que esa luz po· vadas, respondió: «¡ Una mien tras que En·
dría pertenecer a un tren a punto de arro Uarnos- que gels, más bon vivanl, OptÓ po r!il amante. Para sorpresa
a menudo va seguido de lU1 reproche: «¿Q uie res decir de todos, Lenin di jo:
que no deberíamos hacer nada? ¿SimplemeJlle semar· - ¡Me gustaría tener ambas!
nos y esperar?». D eberíamos tener el coraje de respon· - ¿Por qué? ¿Hay un lad o oculto de jouúseur deea-
der: «¡Sí, exactamente eso!». Hay síwacio nes en que lo deme t(as su austera im agen revolucio nari a?
úni co verdaderamente «p ráctico» que cabe hacer es re-
sistir la tentació n de implicarse y y ve(» para 6. Véase: Jean-PauJ Sart re, (/IIJ H u#uJlJúm ,
hace r un análisis paciente y crítico. El compromiso pa - Londres, Me:thut:n. 1974 (1 rad. cast.: El extsll'IIciolismo 1111 hu·
rece ejercer su presión sobre nosotros desde todas par- !1/(lllis"w, Barcelona, 2000).
18 SOBRE LA VIOLENCIA

_ No -explicó-, así puedo decirle 3 mi muje r CAPÍTULO


que voy a ver a mi amante, ya mi amante que rengo que
estar con mi mujer...
_¿Y luego, qué hace?
1
- ¡Vaya un lugar solitario para aprender, aprender
Adagio ma non troppo
y aprender!
. No es estO exaCtamente lo que hizo Lenin Iras la e malta expressivo
de 191 4? Se escabuUó a un lugar solitario de SOS Violencia
Suiza, donde «(aprendió, aprendió y aprendió» leyendo
La ciencia de la lógica de Hegel. Esto es lo que debería-
mos hacer hoy cuando nos vemos abru mados por tan-
tas imágenes y representaciones mediáticas de la violen-
cia. Necesitamos «aprender, aprender y aprenden> qué
causa esta violencia.
VlaUNer,,: SUBJETIVA Y OOlETIVA

En 1922 el gobierno soviético expulsó a los lideres


intelecruales anticomwüsras¡ desde mósofos hasta eco·
nomistas e historiadores. Abandonaron Rusia camino de
Alemania en un barco conocido como el Buque filosofía.
Antes desu expulsión, Nikolai Lossky, uno de Jos forzados
al exilio, había disfrutado con su familia de la cómoda vida
de la alta burguesía, comando con criados y niñeras. Él

sencillamente no podía comprender quién querria des·


truir su modo de vida. ¿Qué habíao hecho Jos Lossky '1
sus chicos? Sus hijos y los amigos de éSTOS, que habían
heredado lo mejor que ofrecía Rusia , habían ayudado a
mejorar d mundo con sus conversaciones sobre literatu-
ra, música y a fi e y con sus vidas discretas. ¿Qué había de
malo en d Io?!

l . lesley Chflmber!aín, Philo.fOphy Sreame r, Londres ,


ALlamic Books. 2006, págs 23 -24 . Para t:vilar cualquier mala in-
20 sos VJOL ENClA 2l

Si bien Lossky era sin duda una persona sincera y jamin lb mó en HaCIa una crítica de la violencia «violen-
benevolente, que se preocupaba por los pobres e im en- cia pura , divina».J
taba civüiza r a la sociedad rusa, [al actitud delata una La oposición a toda forma de vio lencia - desde la
acentuada insensibilidad h3cia la violencia sistémica directa y fisica (asesinato en masa , terror) a la violencia
necesa ri a para hacer posible su confortable vida. Esta- ideológica (racismo, odio, discriminación sexual)- pa-
mos hablando aqlÚ de la violencia inhereme al sistema: rece ser la principa l preocupación de la actitud liberal
no sólo de vio lencia física directa , sino también de las tolerante que predomina boyo Hay una Uamada de so-
más sutiles formas de coerción que imponen relaciones corro que apoya tal discurso y eclipsa los demás puntOS
de dominación y explotación, incluyendo la amenaza de vista: lodo lo demás puede y debe espe rar. ¿No hay
de la violencia. Los Lossky y sus semejantes «no hicie- algo sospechoso, sin duda simomátjco, en es te enfoque
ron nada malo». no había ninguna maldad subjetiva en único centrado en la violencia subjetiva (la violencia de
sus vidas, sólo el in visible trasfondo de la violencia sis- los agentes sociales, de los individuos malvados, de los
témica. «Entonces, en este mundo casi proustian o aparatos disciplinados de represión o de las multitudes
irrumpió repentinamente el leninismo. El día en que fanáticas)? ¿No es un mtento a la desesperada de dis-
nació Andrei Lossky, en mayo de 1917, la familia oyó a trae r nuestra atención del améntico problema, tapando
unos caballos desbocados que galopaban calle abajo alfas formas de violencia y, por tanto, participando ac-
por la avenida fvanovskaya.»2 Tales intrusiones pertur- Elvameme en cUas? Según cuenta una conocida anécdo-
badoras se muhiplicaron. Una vez, e.n la escuela el hijo ra, un oficial alemán visi tó a Picasso en su estudio de
de Lossky fue brutalmente intimidado por lUl campa· Par.ís dura me la Segwlda Guerra Mundial. Allí vio el
ñero de clase trabajadora. que le gritó: «tus días y los de Guernica y, sorprend ido po r el «caos» vanguardista dd
tu han acabado). En su benevolente inocencia, cuadro, preguntó a Picasso: «¿ Esto lo ha hecho us·
los Lossky percibieron tales signos de la ÍDminente ca· ted?». A lo que Picasso respondió: «¡No, ustedes lo ru-
tástrofe que parecían surgidos de la nada como señales Hoy día muchos liberales, cuando se desatan
de la presencia de un nuevo espíriru incomprensible· explosiones de violencia como las que se han produci·
mente maligno. Lo que no comprendian em que bajo el do de UI1 tiempo a esta parte en los suburbios de París,
ropaje de esta violenci a subjetiva irracional eslaba n re- pregun ran a Jos pocos izq uierdistas que aún creen en
cibiendo en forma invertida el mismo mensaje que ellos una transformac ión social radical: «¿No fuisteis uoso-
habían enviado. Es en esta violencia que pa rece su rgi r tror los que hicisteis esto? ¿Es eJto lo que queréis?». y de·
«de la nada» en la que acaso encaje lo q ue Waher Ben- beríamos responder, como Picasso: «j No, vosotros lo

lerpret'iold6n he de acl:mlr que esta decisión de ex pulsar a los 3. Wilh er Benjamín, «Critic of Violeuce», en Sefedetl
imelectuales 8nlibolcheviques la e!1cuen! ro IOtll lmenle jusri- tllIgS, vol. 1, 191)-1926. Cambridge, MA, H:lrvard University
ficada. Press, 1996 (trad. CASI.; «Hacia una cóúca de la vioJenc:ib,
2. Ibíd., pág. 22. Ob,·,¡.· .... 01. 1, Madrid. Abada. 2007).
:p

22 SOBRE LA VTOLENCllI SOS ViOlENCIA 23

habéis hecho! ¡Éste es e1 verdadero resultado de vues- autoengendrado que continúa su nunbo igno rando cual·
tra politica!» _ quier respeto por 10 hwnano O por el ambiente es lUla
Hay un viejo duste sobre el marido que vuelve a casa abstracción ideológica, detrás de la cual hay personas
despu¿s del trabajo pero algo más pronto de Jo habirual reales y objetos nalurales en cuyas capacidades produc-
y encuenHa a su mujer en la cama con otrO hombre. La tivas y en cuyos recursos se basa la circu lación del capj·
mujer, sorprendida, exclama: «¿Por qué vuelves tan tal y de los que se nutre como un giga ntesco parásito. El
pronto?». Y el marido replica, furioso: (¿Qué hilces en problema es que esta «abstracción» no está sólo en la
la cama con otro hombre?». A Jo que la mujer responde: percepción errónea de nuestros «especulado res» finan-
«(Yo he preguntado primero, no intentes escabullirte y cieros, sino que es «real» en el preciso sentido de deter-
cambiar de tema».4 Del mismo modo, respecto a la vio- minar la estructura de los procesos materiales sociales:
lencia la carea es precisamente cambiar de tema, despla- el destino de: un estrato completo de la población, o m-
zamos desde el SOS hwnanitario desesperado para aca- cluso de países enteros, puede determinado por la
bar con la violencia hasta el análisis de otro SOS, el de la danza especulativa. (soli psista» del capital, que persi-
compleja interacción emre los tres modos de violencia: gue su meta del benefióo con total indiferencia sobre
subjetiva, objetiva y simbólica. La lección es. pues, que cómo afectará dicho movimiento a la realidad social.
debemos resis tirnos a la fascinadón de la vio lencia sub- Así que la clAve de 1)0 es priocipalmente reducir

jetiva , de la violencia ejercida por los agentes sociales, esta segu nda dimensión a la primera, es decir, demos-
por los individuos malvados, por los aparatos represivos trar que la en loquecida danza teológica de 11ls mercan-
y las multitudes faná.ticas: la violencia subjetiva es, sim- cías surge de los antagonismos de la (<vida real". El
plemente, la más visible de las tres. asunto es más bien que no se puede lomar la primera (la
realidad sodal de la producción material e interacción so-
cia/) si" la regunda: es la danza metafísica autopropulsa-
Es preciso historiar a fondo la histo ria de la noción da del capital lo que hace funcionar el espectáculo, lo
de violencia objetiva, que adoptó una nueva forma con que proporciona la clave de los procesos y las catástro-
c:I capitalismo. Marx describió la enloquecida y autoes- fes de 1<1. vida real Es ahí donde reside la violencia sisté-
ürnulanre circulación del capital, cuyo rumbo soli psista mica fundamemal del capitali smo, mucho más extraña
de partenogénesis alcanza su apogeo en las especulacio- que cualquier violencia rurecta socioideológica preca-
nes merarreflexivas actuales acerca del futuro. Es dema- pitalista: esta violencia ya no es anibuible a los indivi-
siado simpUsta afirmar que el espectro de este monstruo duos concreros y a sus «malvadas» intenciones, sino
que es purrlmente «(objetiva», sistémica, anónima. Aquí
4. Cuando los palestinos responden a la ex igencia iSl1lelí de se halla la diferencia lacaniana entre la «realidad» y lo
que debexían detener sus ataques terroristas, con un (C¿y qué hay
la «realidad» es la reaUdad social de las personas
de vuestra ocupación de Cisjordaniú», ¿no responde lsrad con
una versión del «no me cambies de tem(l»? concretas i..mpLcadas en la interacción y en los procesos
24 s( mH], I.A Vl()I.[:'<Cl,'1 sos VIOLl::NCI,,\ 25
productivos, mientras que lo «real » es la lógica espec- guJar y arbitfilno de los ca pr ichos). Étienn e Balibar
tral . inexorable y «a bstracta» dd capital que derermina proporciona un caso ejemplar de esta interdependencia
lo que ocurre en la realidad social. Este es un vacío que y djstingue dos modos op uestos pero complemencacios
puede expe rimentarse cuando se visita un país donde de vio lencia excesiva: la violencia «(uhcaobjeliva» o s is-
reina el desorden. donde d deterioro ecológico y la mi· témica, jnhereme a las condiciones sociales del capita-
seria a q ue se ve expuesta su población están preseotes lismo global y que implica la creación «automática» de
en cada detalle. Sin embargo, los informes económicos individuos desech ables y ex cluidos, desde los sin techo
sobre dicho país pueden decir lo conrrario , su econo- a los desempleados, y la violencia «ultrasubjetiva» de
mía puede ser, y de h echo lo es en muchas ocasion es, los lluevas y emergentes «htndamentalismos» éticos o
«fmancieramente sana»: la real idad no es lo que impor· religiosos, o ambos, en definitiva racistas.'
ra; Jo que impon3 es la siruación del capital ... N uestra ceguera ante los resultad os de la violencia
¿No es esto hoy más cierto que nunca? ¿No apun · sistémica se percibe más c1aramence en los debates
tan los fenómenos no nnalmente considerados propios acerca de los crímenes comunistas. La responsabilidad
dd capitalismo virtua l (el merc<ldo de fut uros y especu- que se deriva de e llos es se ncilla de localiza r; nos en -
laciones fi.nancieras abSTractas sim ilares) hacia el reino frentarnos con el maJ s ubjetjvo, co n sujetos que actua-
de la «abstracción rea l» en su má xLm¡¡ pureza mucho ron maJo Podemos incluso identificar las [lleOles ideoló-
más radicalmenre que en tiempos de Marx? En pocas gicas de Jos crím.enes: la ideologra tOtalitaria, El
palabras, la forma más elevada de ideología no consiste mani/túto comunista , Rousseau e induso P latón. Pe ro
en estar arrapados en lo espectral de la ideoJogia, olvi- cuando se llama la atención sobre los millones de per-
dando su fundament o en las personas rel:lles y en sus re- sonas que murieron como resultado de la globalización
laciones, sino precisamente en pasar por aho lo reaJ de capitali sta, desde la t ragedia de México en el siglo XV I
eSla espectralidad y p retender dirigi rse directamente a hasra el holocausto dd Congo Belga hace lUl siglo, en
las reales con sus preocupacio nes reales». gran medida se rechaza la responsabiljdad. Parece q ue
Los visi tantes de la Bolsa de Londres reciben un folleto todo hubiera oc urrido como resultado de lUl proceso
gralUiro q ue explka que d mercado de valotes no riene «objetivo» que nadie planeó ni ejecutó y para el que no
que ver con misteriosas f1ucmaciones, sino con perso- había ningÚll «(manifiesto cl:lpitaLsta». (Quien más cer-
nas reales y con sus productos. Esto es realmeOlc la ide- ca es tuvo d e escribirlo fue Ayn Rand .)6 E l hecho de que
oJogla en su forma más pura.
La regla fundamenta! de H egd es q ue el exceso .5. Véase Elie nne Balibar, «La vioJence; idéalité et
(el reino de la universalidad abstracta que en La uainte des f'JOlseS: politü¡ue et avan! el apri-s
impon e su ley med nicamente y con completa indife· Marx, Pans, GaliJée, 1997.
rencia al sujeto capturado en su red) siempre se ve com- 6. Y ahí reside tambi én la limitación de Jos «com.ilés ¿,icos>o
que salen por todas panes para contrarresta r los peligros del de-
plementado por un exceso «subjetivo» (el ejercicio irre- sarroUo cientifico·lecnológico des.lll<ldo: con toda su buena in.
+
sos VIUI.I. Nc:.J..A 27
SOIlRE LA VIOLENCIA
26
lizQci6n capi talista no es nueslrO destino, de que (como
el rey de los belgas, Leopoldo II que fue quien presidió
I
dice el eslogan oficia l) «otro mundo es posible» . Du-
el holocausto congoleño. fuese un gran filánt ropo b en-
rante los últimos años, sin embargo, las reuniones de
decido por el papa no puede descartarse en tanto que
PorlO Alegre parecen haber perdido de algún modo su
mero caso de hipocresía ideológica y cinismo. Desde un
ímperu . Cada vez se habla menos de eUas. ¿Dónde es-
puntO de vista subjetivo bien pudo ser un filántropo
tán ahora las b ríUames eSlreUas de P orto Aleg re?
sincero y que incluso intentara compensa r las conse-
Algunas, al menos, se traslada ro n a Davos. Cada vez
cuencias catastróficas del enorme proyec to económico
más , un grupo de empresa rios , algunos d e los cuales se
que cond ujo a la despiadada expoliación, por él presi-
refieren a si mismos irónicamente com o «comunistas li -
dida , de los recursos naturales del Congo. ¡El propio
berales», Uevan la voz cant an te en los en cuentros de
Congo era uo feud o persol1a! suyo! La ironía fin al es,
I?avos: no aceplan ya la o posición eorre Davos (eapi ta-
además, que la mayo r parte d e las ganancias producidas
hsmo global) y Porto Al egre (los nu evos movim ientos
por este esfuerzo resultó benefícíosa para e.I pueblo
so.ciales alte rnativos al capitalism o globa!), sino que
bdga, al que proporcionó obras públicas, museoS y
afirm an que se pued e lograr un pastel cap italista global ,
otros provechos. En este sentido cabe decir que el rey
esto es, prosperar como empresa rios de éxi to y además
Leopoldo II de Bélgica fue posibleme nre el precursor
comer de él, esto es, aprobar las caUSas anticapi talistas
de los «comunistas liberaJes» de hoy, incluyendo a ...
de la r,esponsabilidad social y la preocupación ecológi -
ca. ASl pues , no hay necesidad de Porto Alegre, puesto
Los HOMBRE S BU ENOS DE PORTO D AVQS
que Davos puede convertirse por sí mismo en Pano
Davos.
En la última década se ha presentado a Davos y Por-
Los nuevos comunistas liberales son , desde luego .
ro Alegre como las ciudades gemelas de la globaliza-
nuestros sospechosos habituales: Bill Gates y George
ción. D avos, un exclusivo centro turístico suizo , es do n-
Soros, Jos directo res generales de Google, lBM. lord,
de la élite global de empresarios, hombres de Estado y
e.Bay, así como sus filósofo s a sueldo, principalmente el
penionalidades mediáticas se reúnen b ajo la protección
Thomas Friedman. Lo que hace a este grupo
de la policía en condiciones de estado de sitio y desde
Ulleresant e es que su ideología se ha hecho indistinguJ'
donde intentan convence rnos a nOSOlros y a sí mismos
ble. de la nu eva generación de radicales izquierdistas
de que la globaJizacióD es su mejor receta. P o n o Alegre
el mismo Toni Negri, gu rú de la iz-
es la ciudad subrropi cal brasileña donde se reúne la
qUJerda posmoderna, elogia el capitaUsmo digital po r-
contntélite del movimiento antiglobalización e intenta
que con tiene in lIace todos los d ementas del comunis-
convencernos a nosotros y a sí mismos de que la globa-
con quitarle d envoltorio capiralisra. y el
objetivo revolucionario se ha al canzado. Tan to la vieja
tendón, consideraciones éticas , eIC., ignoran la violenci:l «sislé- d erecha, con su ridícula creencia en el patriotismo de
mic!.», mucho más b ásica.
28 SOBRE LA VIOI ENCJA sos VIOI ¡;.NClA 29

miras estrechas, la autoridad y el o rden , como la vieja con grandes corporaciones. Su dogma es UIla versión
izquierda, con su capitalizada lucha contra el capital, nueva y posmodernn de Ja vieja mano invisible del mer-
son conservadores, pues combaten en sus luchas de tea- rudo de AdiUll Smith . En eUa el mercado y la responsa-
[ro de sombras y siempre fuera de juego respecto 3 las bilidad social no se oponen, sino que se pueden reunü
nuevas realidades. El significante de esta nueva reali- e.n aras del beneficio mutuo. Como a60na Th omas
dad en la neolengua comun ista liberal es <<inteligente»: Fricdman, uno de sus gurús. para hacer negocios nadie
inteUoente indica lo dinámico y nomada como opues to ha de ser vil: la colaboración con y la participación de

a la bu rocracia cen traliz<lda; el di álogo y la cooperación los empleados, el con los dientes, el respeto por
contra la autoridad jerárquica, la flexibilidad contra la el medioambienlc y la transparencia en los negocios
rutina ; la cultura y el conocimiento frente a la produc- son hoy día las claves del éxito. En un perspicaz infor-
ción industrial antigua; la interacción espontánea y la me, O livier Malnuil enumera los diez mandamientos de
au(Opoiesis freme a la jerarquización rígida. los comunistas liberales:
Bill Gates es el icono de lo que ha denominado «ca-
pitalismo sin fricciones», una sociedad postindustrial 1. Ofrece gratuitamente cualquie r cosa (Ubre ac-
en la que somos testigos del «fin del trabajo», en que el ceso, sin copyright...) y cobra solamente los ser·
sohware está ganando frente al hardware y los jóvenes vicios adicionales, lo que te hará aún más rico_
informales frente al empl:esario trajeado. En el cuartel 2. Cambia d mundo, no te lirnües a vender cosas:
general de su empresa hay muy poca disciplina ex terna. revoJución global, un cambio en la sociedad
Los anriguos backers que dominaron la escena trabajan hará que todo sea mejor.
largas horas y disfrutan de refrescos gratuitos en am- 3. Cuídate de compartir y sé consciente de la res-
bíentes ecológicos. Una característica crucial de Gates ponsabilidad sodal.
como icono es ser percibido como el ex hacker que tu VO 4. Sé crea(Ívo: céntrate en el diseño. en las nuevas
éxito, Hay que dar al término «(hacker» todas sus co n- ciencias y tecDologías.
notaciones subversivas, marginales y anusistema . Los 5. Cuéntalo codo: no debe haber secretos. Aprue-
hackers quieren perturbar la Ouidez del funcionamien- ba y el culto a la transparencia, el libre
to de las grandes empresas burocráticas. En un nivel flujo de información; (Oda la humanidad debe·
fantasmático , la noción subyacente es en este caso que ría colaborar e interactua r.
Gates es un hoo/igan subversivo y marginal que se ha 6. No malgastes ru tiempo: ten un horario fijo de
hecho con el poder y se ha disfrazado de respetable nueve a cinco. Simplemente maneén comun ica-
presidente. ciones inteligentes, improvisadas , dinámicas y
Los comun istas liberales son grandes ejecu tivos que flexibles.
recuperan el espíritu de la protesta o, po r decirlo en los 7. Vuelve al colegio y recíclare.
otros términos, geeks con tracuhurales que se han hecho 8. Actúa como una enzima: trabaja no sólo para d
lO SOBRE LA V101.ENCl/l sos VJOUNC!A JI
mercado, sino foment ando nuevas fo rmas de pagando a b lancos y negros el mismo salario por el mis.
colaboración social. mo trabajo y demás- fue tan importante como la Ju cha
9. Muere pob re: devuelve parte de tus ga nanci as a directamente po!.ítica. ¿No es és te un caso ideal de la
quienes la necesitan , puestO que tienes más de superposición entre lucha por La libertad política e un e.
lo que podrás gastar. reses econó mkos? AquelJas mismas compañIas pueden
10. Apoya al Estado: practica la asociación emre ahora prosperar en la Sud áfrica poslap{/rthera.
em presas y Escado. J Los comunistas liberales rambién aman las protes-
tas estudiantiles que sacudieron Francia en mayo de
Los comunistas liberales son pragmári cos. Odian el 1968; ¡vaya una explosión de energía y crea tividad ju-
enfoque doctrinario. Para ell os no hay una única dase veniles! ¡Cómo sacudieron los limites del rígido orden
trabajadora explo tada, hay sólo prob lemas concretos buroc rático! ¡Qué nuevo ímpetu di eron 11 la vida eco.
q ue deben resolverse: la hambruna de África. la condi- nómica y social, una vez que las ilusiones poüt icas se
ción de la mujer musulmana, la violencia religiosa fun· desvanecieron! Después de todo, por entonces muchos
damentalista. Cuando hay una crisis humanitari a en de elJos eran jóvenes que protestaban y luchaban en las
África -¡ y los comunistas liberales realmente aman las calles COntra la policía. Si ahora hao cambiado no es
crisis humanitarias porque sacan lo mejor de sí mis· porque se resignen a la realidad, sino porque necesitan
mos!-, no hay motivo para recUI:ru a la añeja retó rica cambiar para poder transfonnar reolmente el mundo.
amUmperialista. Más bien, simplemente rodas debería· para revolucionar realmente nuestras vidas. ¿No había
mos concenTrarnos en 10 que verdaderamente resuelve preglUJ tado ya Marx qué son las agitaciones polít icas en
el problema: implicar a las a los gobiernos y a comparac ió n con la invención de la máquina de vapor?
las empresas en un esfuerzo común; comenzar a move r ¿No hizo esto más que todas las revoluciones por CRm.
las cosas en vez de co nformarse coo la simple ayuda cen· biar nuestras vidas? ¿Y no habria preguntado Marx
rralizad a del Estado; enfocar la crisis de un modo creati- hoy qué va len todas esas pro testas conlra el ca pitalismo
vo y no convencional, sin po r ello colgarse etiqueta s. global en comp aración con la invención de Internet?
Los comunistas liberales gustan de ejemplos como Por encima de lodo, los com unistas liberales son au.
la lucha conrra el apartheid en Sudáfrica. Comentan ténricos ciudadanos del mundo. Son buenas personas
que la decisión de algunas grandes corporaciones inter- que se preocupa n por los fWldamentalistas pop ulista s y
nacionales de ignorar las reglas del apartbeid en sus su· por las corporaciones irresponsables y codiciosas. Ven
cursales sudafricanas -aboliendo toda segregación , las «causas profundas» de los problemas de hoy día: por
ejemplo, que el terro r Eund amentaJista se nutre de 1", po-
7. Yease a liviec Malnuit, «Pourquoi les g¿ams du generaLzada y la desesperacíón . Así que su objeli.
se peur Jés\lS?-, Technihm, febrero de 2006, págs. vo no es ganar dinero, sinoca mbiarel mundo, aunque si
}2·)7 . eUo Jes proporciona más dinero como consecuen cia co-
32 SOBRE LA VIOU-".. IA sos VIOLENCIA JJ
lateral, ¿qué hay d e malo? Bill G ales es ya el más g rande los dí"lS saJvajes del capitalismo de los magnates indus-
benefactor en la h istoria de la humanidad . ha hecho gala triales estadounidenses, se ha hecho ahora moneda ca-
de su amor al prójimo con cientos de millones donados a rrieme? El viejo Andrew Carnegie empleó un ejército
la educación , la lucha contra el hambre y contra la mala- privado para suprímjr de forma brutal la fuerza de tra.
na. La clave, desde luego, esrá en que: para d<t r, ames cie- bajo organizada en sus acerías y después dedicó gran
nes que toma r, 0, como Jo ex presan algunos, crear, La parte de' su riqueza a causas humanüarias, artísticas y
justificació n de los comunistas liberales es que para ayu- educativas. Un bombre de acero que demostró tener un
dar realmente a la gente has de tener los medios para ha· corazón de oro. Del mismo modo, los comunisras libe.
cerlo, Y, como enseña la experiencia del sombrío (racaso rales hoy dan con una mano lo que antes tomaron
de todos los enfoques centralizados y colecti vistas, el con la Olra. Esto recuerda a un la xan te de chocolate a la
modo más eficiente es la iniciativa pri vada. Así que si el venta en Estados Unidos. Se p ublicita con la afirmación
Estado quiere regular sus negocios. gravados excesiva- paradójica: «¿Tienes estreñimien ro? ¡Come más de este
mente, ¿es conscíente de que está min ando la consecu- chocolate!».
ción de su meta , esto es, hacer la vida mejor para la ma- En otras palabras, come aq uello que causa est reñi-
yoría, ayudar a los necesitados? mien to para poder curarte de él.
Los co munistas liberales no quieren ser simplemen - Idéntica estructura - la cosa es en sí misma el reme-
te máquinas de generar beneficios, quieren que sus vi- dio contra la iUllenaza que conslituye- puede verse con
das tenga n un significado más profundo. Esn'i n contra claridad en el paisaje ideológico de hoy. Tómese por
la religión a la vieia usanza pero a favor de la espirilua- ejemplo la figura de George Soros, eJ magnate financie-
lidad, de la medjradón no confesional. ¡ Todo el mundo ro y fllántropo . Soros represemaJa exploración fmancie-
sabe que el budjsmo se addantó a las ciencias nellroló - y especulativa más despiadada combinada con una
gicas, q ue el poder de la meditación puede ser medido opuesta preocupación humanitaria por las consecuen-
científicamente! Su lema preferido es el de la responsa· cias sociales catastróficas de una economía de mercado
bilidad socia l y la gra titud: son los primeros en admitir desbocada. Incluso su ru tina está marcada por un con-
que la sociedad fue muy generosa con eUos al pe rmi ti r· trapWHo aUlOeliminador: la m.itad de su tiempo de tra'
les desplegar sus talentos y así amasar sus fortunas, por bajo está dedicada a la especulación financiera, y la ot ra
lo q ue es su deber devolver algo a la sociedad y ayuda r mitad a actividades humanitarias, como proporcionar
a la gente. Después de todo, ¿cuál es la clave de su éxi· financiación para actividades cu1wrales y d emocráticas
to sino ayudar a la gente? Es sólo esta preocupación lo en países poscomunisras, escribi r ensayos y libros que,
q ue hoce del éx ilo empresaria l algo valioso .. en definitiva, combaren los efecros de su propia especu-
Hemos de preguntamos si hay realmente algo nue· lación .
va en todo esto. ¿No es ésta una actiwd que siendo algo Las dos caras de Bi11 Gates cor responden a las dos
excepciona l (aunque no Tanto como podría parecer) en Caras de Soros. El cruel hombre de negocios destruye o
34 SOBRE l.A VIO l.ENC IA sos V10LENCIA 35
fagocita a sus competidores, persigue un monopolio siquiera capaz de sonao). ' La mención positiva de An-
virtual, emplea todos los trucos del mundo de los nego- drew C unegie muestra el modo: el gesto soberano auro-
cios para conseguir s us objet ivos. Mientras tanto , el fi- negador de la infinita acumulación de riqueza es el gesto
lámropo más grande de la hjsroria de la humanidad de gasta r esa riqueza en COSaS sin tener en cuenra su pre-
preguma: «¿Para que sirve tener ordenadores si la gen - cio y ajenas a la circulación mercamil: el bien público,
le no tiene suficiente para comer y muere de disen- 11s IInes y las ciencias, la salud , etc. Este conduyeme
tería?». En la ética liberal-comunista, la despiadada gesto «soberano» penni re al capitalista rompe r el circu-
persecución del beneficio se ve contrarrestada por la lo vicioso de ]a rep roducción infinilameme ampliada,
caridad. Tal es la másca ra hwnaniraria que oculta el dd ganar dinero para ganar más dinero. C uando dona
rostro de la explotación económica . Ced iendo a Wl su riqueza acumulad a aJ bien púbIJco, e1 capitalista se
chantaje del superyó de dimensiones gigantescas, los niega a sí mismo como mera personificación del capital y
países desarro Uados a los subdesa rroUados de su circulación reprodu cri va: su vida adquiere senti-
co n aportac io nes humanitarias, créditos y d emás, y do. El objetivo ya no es la reproducció n ampliada. Ade-
es te modo evitan la cuesti ón clave, es d ecir, su compli· más el capitalista alcanza así el cambio de eros a thymos,
cidad y corresponsabilidad en la miserable situación de de la lógica (eró tica» perversa d e la acumulación a! re-
aquéUos. 8 conocimiento y d prestigio públicos_ Lo que esto signi-
Relacionada caD la noción de Georges Bataille de fica eS nada menos que eleva r a figuras como Soros o
«economía general del gasto sobe rano», que se opone a Gates aJ nivel de personificaciones de la autonegación
la «economia reservada» del beneficio infinito capitalis- inherente al proceso capitalista en sí: su obra de caridad
ta, el füósofo posthuman isla alemán Peter Sloterdijk de- (sus inmensas donaciones al bienestar público) no es
linea los comornos d e la autoescisión del capital ismo, sólo una idiosincrasia pe rsonal. Sincera o hipócrica, es el
su inmanen te au tosuperación: eJ capitalismo culmina pUnto de conclusión lógico de la circulació n capitalista:
cuando «(produce fuera de sí mismo su op ues ro más ra- n«esario desde el punto de vista estri ctamente econó-
dical - y d (mico provechoso-, torahnente diferente mico, puesto qtte permite al sistema capitalista pospo-
del que la izqu ierda clásica, atrapada en su mi seria , fue ner su crisis. Restablece el equilibrio (red istribucÍón d e
la riqueza entre los auténricos necesitados) sin Oler en la
8. El mismo argumenro se. aplica a la oposición entre el en- trampa fatídica: la lógica destructiva del resentimiento y
foque «inte.ligeme;" y el «no inteligente:... Deslocaliz.:¡f es la pala· la fo rzada redistribución estatal de la riqueza sólo pue-
bra daw:: aqui: por medio de la deslocali.zación exportas el (ne-
den acabar en miseria generalizada. Se evita también ,
cesario) lado oscuro -t rabajo disciplinado y jerarquizado,
comaminación ambientaL.- a los países del Tercer Mundo (o podría a6adirse, el otro modo reestabJecer cíerto
luga res in\lisibles del primer mundo). El sueño liberal·comurUs-
la es el de exportar la clase obrera a las fáb ricas, maquilas o la- 9. Peler Slolerdijk, Zom tlnU bit, Frunkfun, Su hrkamp,
Ueres de! Tercer Mundo. 2006, pág_5'.
Jb sos V1UILNCIA J7

equilibrio y afirmar d lhymos por medio del gasto sobe- enrerameme las comodidades de su tiempo. El padre
rano: esto es, la guerra . de \X1alkcr había sido un h ombre de negocios millona-
Esra paradoja señala nuestra triste situación: el río. así que compraron tierras, las calificaron como «re-
¡alismo de hoy no puede reprod ucirse por sí mismo, ne- serva protegida», las rodearon con una enonne valla y
cesita la ca rid ad extra económica para sostener el ciclo gran cantidad de guardias, sohornaron 3. funcionarios
de reproducción social. del gobierno para apartar las rutas aéreas de la comuni-
dad y urdieron la hjstoria de «aquellos de los que no ha-
blamos» pa ra asegurarse de que nadie la abandonase.
U N A AlDEA UIUiRAL-COMUNISTA Con la bendic ión de su padre, Ivy escapa al exterior, en-
cuent ra a un guardia de seguridad amistoso que le da
El mérito de The Vd/age, de M. N ight Shyamalan, algunos medica mentos y vuelve para salva r la vida de s u
reside en cómo reproduce la esencia del modo de vjda prometido. Al final de la película los mayores de la al-
liberru·com uni st8 basado en el miedo. Quienes califi- dea decidell continuar sus vidas recluid as: la muerte dd
can las películas de Shyamalan como lo peor del kitsch idiota del pueblo puede presentarse a los no iniciados
New Age se en conrearán con algunas sorpresas. El pue- como prueba de que los monstruos existen, confirma n-
blo de la película , situado en Pensüvania, está aislado do ¡lSl el mito fundador de la comunidad. La lógica sa-
del resto del mundo y rodeado de bosques llenos de crificiaJ se reafirma así como la condición de la comuni -
monstruos peligrosos conocidos por los aldeanos como dad , su Jazo secreto.
«aquellos de los que no hablamos». La mayor parte de No sorprende que la mayor parte de los críticos re-
los habitantes del pueblo se contentan con vivir según chaza ran la película como un pésimo caso de refugio
el pacto que establecieron con aquellas criaturas: ellos ideológico: «Es fácü comprender por qué le atrae situar
no entran en el bosque y las criaturas no entran en el la peücula en un período en que la gente proclamaba sus
pueblo. E l conDicto surge cua ndo el joven Lucius Hum emociones con frases intensas y sentidas o por qué le
incita a: los monstruos a abandonar el pueblo en busca gusta construir una aldea que es impenetrable desde el
de nuevas med icín as, por lo que el pacto se rompe. Lu- mundo exterior. No hace peHculas, ha ce escondires).1O
cius e lvy Wa lker, la hija invidente dell.íder del pueblo, En la película late de modo subyaceme el deseo de re·
deciden casarse, lo que enfurece de celos al idiota de la erea r un unive rso cerrado de autenticidad en que la ino-
aldea, que apuñala a Lucius casi hasta matarlo, de ján- cencia está resguardada de la fuerza corrosiva de la mo-
dolo a me rced de tina infección que requiere medicinas denúdad: «Es acerca de cómo evitar que tu inocencia
del mundo ex terior. El pad re de Iv)' le cuenta el secrelO sea herida por las" criaruras" qu e aparecen en tu vida ; el
d e la aJdea: no h:ly mons!ruos , y en realidad no viven en
1897 . Los :lI1cianos de la aldea son parte de un grupo de JO. MichaeJ Agger, «Village ldio¡ : The Case against M.
te rapia de apoyo del siglo xx que decidieron abandonar Nigh[ Shyamalao>o, www.slate.com/id/2 104.567.
38 SOOtH' 1.,.\ VI01 sos VlOI .E:>:CIA 39
de proteger a rus hijos al adentrarse en lo desco- de TIJe Village es una excepción. Una de las escenas bo-
nocido . Si bien estas criaturas le han herid o, no quieres rradas muesrra a Walker haciendo doblar una campana
que hieran a tus hijos, y la genera ción más joven puede P¡\f:l avisa r del simuJacro de una veloz reurada a los re·
correr ese riesgo». !! fugios subterr:ineos adonde han de ir en caso de ataque
Vista más de cerca la pelíCtJa reveJa una mayor am- de 18s c riaturas. Es como si la auténtica comunidad sólo
bigüedad. Cuando los críticos señalaron que «la pelícu- fuese posible e n condiciones de amenaza permanente.
la esrá en el terrirorio de H. P. Lovecrafl: usa una pale- en un estado constame de e me rgencia. u Esta amenaza
ta intensa e invernal panl retratar Nueva Inglaterra, Wla es orquestada, como se nos muestra, de la manera más
lnciración a la endogamia, menciones susurra das de «totalitaria» por el círculo interíor. los «m ayores» de la
· "" aqueU
" l os anuguos, os de los que no hbl
a amos ,, », " misma comunidad, con el objeto de evitar que los jóve-
todos olvidaron tener presente el conrexto poütico. La nes no iniciados abandonen la alden y se atrevan a atra·
comunidad aurosuficiente dd siglo XIX evoca los nwne- vesar d bosque hacia las ciudades decadentes. El mal
rosos experimentos utópicos-socialis tas que surgieron e n sí mismo debe red oblarse: el ma l «rea l» de la desin-
en América. Esto no significa que la re ferencia lovecra f- tegración social tardocapitalista debe wlnsferirse al mal
ciana al ho rror sobrenatura l sea sólo una másca ra un ° l.U"CalCO mágico-mhico de los «mo nsrruos,). El mal es
señuelo. Tenemos dos UJliversos: la abierta y moderna una parte del círcu lo intcrio r mismo: es imaginado por
«soc iedad del riesgo) freme a la seguridad del antiguo sus miembros . Parece que volvamos aquí, juma con G.
y cerrado « unive rso del semidQ»; peco el precio del K. Chestenon, a El hombre que fue jueves, donde la má-
«sentido» es un espacio finito, cerrado y gua rdado por
13. Uno de los rcprocnes más esrúpidos "«has a la pelíc u-
monstruos innombrables. En ese espacio utópico y ce ·
la (que no difieren mucbo de [os que se hicieron a Vértigo. de
rrado el mal no se excluye simplemente, sino que se Hj(chcock ) es que arruina el suspense desvelando el secrero an°
(ransforma en una amenaza ITÚ(ica con la que la comu - les del segundo tercio de la pelfclJa. Sín embugo, este mismo
nidad establece una (regua temporal y contra la que renacimiento hace del último tercio -mois precis3meme, el do·
debe mantenerse en permanente estado de emergencia. lorosamente [alto avance de.lvy a traves del bosque- algo mu-
La. posibilidad de visionar las escenas eliminadas en cho más interesante, pues nos cnfreOla con un claro enigma (o,
como alguien ha dicho. una lnconsistenda narnniva): ¿por qué
los DVD acmales hace que el espectado r se dé cuenta
Ivy a las criamras, por qué se presenta a las criamras (oda·
demasiado a menudo de que el director reníü razones vía como una amenaZJ mítica cuando sabe ya que éstas 00 exis-
de peso para ebminarlas. Con todo, la edición en DVD I(:n , que sao un fraude? En OIra escena diminada. lvy, tras o ír
cl pavoroso (y como sabemos. generado artificia.lmeOlc) sonido
JI . Shane H:mdler, ,(M . Night Shyam:alan's 111e Village», que anuncia la proximidad de las cria tu ras. Uora con desespera-
w\vw.glidemagaúne.com/arrides 120.htm l. ción: «¡ Es por amor por lo que estoy aquí. as; que os pido que
12. David Eddslein. cNílJage of the More pious me dejéis ¿Por qué lo hace si sabe (jI/e no h<l)' criatu-
Hokum [rom M. N ight Sh yamalan». www.slare.comj id/2 10 ras? Lo sabe muy bien, pero aun asf .. . hay más reaLdad en los
45J2. amenazantes espect ros que en la misma realidad.
40 S06RE LA VIOLENCIA sos 41

xi ma Rutoridad policial eJ la misma persona que e l su- salvoconducto para huir de las consecuencias de su
percriminal. que lib ra una batalla contra sí mismo. De propia <l:crividad, viviendo en urbanizacio nes cercadas,
un modo protohegeHaoo, la amenaza ex terna contra alimentándose de productos macrobió ticas, yéndose
la cual lucha la comunidad es su propia esencia in he- de vacaciones en reservas de vida salvaje, etc.
reme .. ,I" En Hijos los hombres. de Alfonso Cuarón, basa-
¿Y qué ocu rrida si esto es verdad de un modo mu - da en la naveta de P. D . James. la aldea liberaJ-comtm.is-
cho más radical de lo que pueda parecer en un prime r ta es el propio Reino U nido. Estamos en d año 2027 y
momento? ¿Qué pasaría si el mal fl urénrico de nueslras la raza human a ya no es capaz de reproduci rse. El ha-
sociedades no fuera su dinámica cap italista como raJ, bitante más joveo de la tierra, naódo hace dieciocho
sino nuestws intentos de sustraernos a eUa -sin dejar años, acaba de ser asesinado en Buenos Ai res. El Reino
de beneficiarnos- construyendo espacios comunales Unido vive en un penn anente estado de emergencia: es-
cercados y protegidos , desde «barrios residen dales pri· cuadrones aJuíterro ristas persiguen a inmigrantes ile-
hasta grupos raciales o religiosos exdusivos? Es gales y el poder del Es(ado gobierna a una población
decir, ¿no es precisamente la cl ave de Tbe VilLage de- menguante que vegeta en un hedonismo estérU. Una
mostrar que hoy día un recomo a un a comunidad au- permisividad lúdica junto con nuevas formas de apart-
téntica en que el cüscurso aún expresa emociones ver- heid y control social basadas en el miedo: ¿no son así
daderas -la aldea del socialismo utópico- es un actualmente nuestras sociedades? Pero aquí está el gol-
fraude que s610 puede escenwcarse para los realmente pe de genio de Cusrón: «Muchas historias del futuro
ricos? Hoy día l<ls figuras ejempla res del mal no son implkan algo así como d "C ran Hermano", pero creo
consumidores no rmales que contaminan e1 medio am - q ue tal es la visió n de la en el siglo xx. La tiranía
biente y viven en un mundo violento de vínculos socia- hoy im perante adopla nuevos disfraces; la tiranía dd si-
les en desintegración. s ino aqueUos que, completamen - glo XXI se llama democracia» .u Por eso los gobernantes
Te impljcados en 1<1 creadón de las condiciones de tal del mlwdo de Cua rón no son grises y orwellianos buró-
devastación y contaminación unive rsal , compran un cracas w talitarios vestidos de uni forme. sino aclminis-
uadores ilustrados, democráticos, cultos, cada uno con
14. Aqui, Nicholas Meye..r acierta en Su pastiche 3 lo She:r-
lock Holmes «lOe Dentro del espacio su propio «es tilo de vida» . Cuando el héroe visita ¡¡ un
diegélicode las hislOrias de Sherlock Holmes. Moriarty. el archj· ex am igo, ahora alto funcionar io del gobierno, con el
crimi.nal (el «Napoleón deJ crimen» y rival final de Holmes) es ob jeto de conseguir un permiso especial para un refu-
c1arll menle una f\1nt 3sía del mismo Holmes, su doble, su «.lado giado, entramos en algo parecido al 10ft de una pareja
oscuro»: en las páginas injci;ües de la ooveJa de Meyer. Moriarry, gay de clase alta de Manhattan y vemos al funcionario
un hwnilde profesor de en una v¡sila Se queja a
Watson de que Holmes esta obsesionado con la idea de que es
un maestro de:! crimen. Para curar a Holmes, Watson lo lleva a 15. en Mea en www.i.mpaclservices.nel.aulmo-
Viena. a la consulta de Freud. viesleh ild renofmen.h 1m.
42 SOBRE LA VIOLENCJA sos VIOLENC IA 43
vesüdo informalmente sentado a la mesa co n su compa· mas hombres», inmersos en estúpidos placeres diarios,
ñero lisiado. mientras que los musulmDnes radicales están dispues-
Por supues[O, Hijos de los hombres no es una pelícu· ros a arriesgarlo lOdo. impUcados e n un comba te nihi-
la acerca de la infertilidad biológica, sino que tra ta de Usta basta el ex rremo de su au(Odestnlcción . Lo que
una infenilidad que hace mucho [iempo di9gnosricó está desapar eciendo de forma gradua l en esra oposición
Friedrich Nietzsche, cuando pe rcibió que La civili za- en tre los que están «deo tro», los «úhimos hombres»
ción occidenral se movía e n dirección aJ «último hom - que mo ran en asépcicas urbanizaciones cerrad as, y los
bre», una criatura apática sin grandes pasiones o com- que escin «fu era» son las viejas clases medias de siem-
promjsos, incapaz de soñar, cansada de la vida, que no pre. La «clase media es un lu jo que el capi talismo no
asume riesgos, que sólo busca su comodidad y seguri- puede seguir permitién dose». l7 El único lugar en Hz/os
dad , una expresión de tolerancia mutua: «U n poco de de los hombres donde una extraña sensación de libertad
veneno de vez en cuando produce sueñ os ag radables. nos invade es en Bexhill on Sea, una especie de territo·
y mucho veneno al fmal, para tener una muerte agra- rio virgen al margen de la omn ipresente y sofocante
dable. La gente continúa trabajando, pues el trabajo es opresión. El puebl o que mantienen sus habitantes, que
un e ntretenimiento. Mas procura que el entretenimien- son inmigrantes ilegales, está aislado por un muro y se
to no canse. L.. ] La gente tiene su pequeño placer para ha convertido en Wl Cidmpo de refugiados. La vida
el d1a y su pequeño placer para la noche, pero honra la prospera aquí entre manifestaciones fundamentalistas
salud. "Nosotros hemos inventado la felicidad", dicen islámicas, pero también entre actos de au téntica solida·
los últimos hombres, y parpadean».16 ridad. No debería de sorprende rnos que Ja extraña
NOSOlTOS, habitantes de los países dd p rimer m un· cña rura , el bebé rec ién nacido, ap arezca aquí . Al final
do, e nconrramos cada vez más difícil imaginar una cau· del film las fuerza s aéreas bombardean despiadada·
sa pública o wUversal por la que estaríamos dispuestos mente BexhilJ 0 0 Sea .
a d ar la propi a vida. De hecho, la división entre d pri-
mer y el tercer mundo tiende cada vez m ás a la linea de
una o posición entre lJevar una vid a larga y satisfactori a SEXllAlJD,4.0 EN EL MUNDO ....TONAl.
llena de riqueza material y cultural y dedicar la propía
vida a alguna causa trascendental . ¿No es éste el anta· ¿Qué Tipo de cuadra con este universo?
gonismo entre lo que Nietzsche !Jamó nihilismo «pasi. El 6 de agosto de 2006 landres acogió el primer Mas·
va» y «activo» ? En Occidente nosotros somos los (ú lri· rurbaratón del Reino Unido, un even to colectivo en el

16. Friedrich Nietzsche, Thus Spake Zarathustro, Nueva 17. John G ray, Slraw DogJ. Londres, Grama, 2003, pág.
York, Prometheus, 1993, pág. 41 (trad. casI.: Así hablo ZOftHUS' 161 (trad. cast.: Perros de paja. reflexiones sobre los humanos y
tra, Madrid, Alianza, 1999). otros animales, Barcelona, P:Jidós, 2003) .
44 SOSRE LA v IOt ENCltr. sos VJOLfJ\IClA 4j

que cientos de hombres y mujeres se dan placer a sí La postura ideológica que subyace a la noción del
mi smos para obtener dinero destinado a agencias de sa- Masturbaratón está marcada por un confli cto entre su
lud sexual y reproductiva . También despertaron con - fonna y su comenido: construye Wla colectividad a par·
ciencias y disiparon ve rgüenzas y tabúes que persisten tir de ind ividuos que están lisms para compartir con
en mmo a esta forma de actividad sexual habirual, na- otros el egoísmo soli psista de su placer estúpido. Esta
tural y sana . La fórmula fue inventada en Good Vibra - conrradicción . sin embargo, es más aparente que real .
de ns, una empresa de salud sexual de San Francisco. Frcud ya sabía de la relación entre narcisismo e inmer-
com o parle del Mes Nacional d e la Masturbació n, fun - sión en la masa, reflejada en la expresión cahlo rniana
dado y acogido por d la a pa rtir de 1995 . cuando tuvo «compartir una experiencia». Esta coincidencia de ca-
Juga r el primer Masturba rarón . Así es como el docto r racterísticas opuestas se basa en la excl usión que como
ellrol Queen jusrifica el evemo: parten: uno no sólo puede estar, sino que de hecho es/á
solo en la masa. Tanco el aislamiento individual como la
Vivimos en una sociedad en que la expresión de=: la inmersión en la masa excluyen la propia intersubjetivi-
seA'lJaUdad siem pre ha sido legislada y restringida y la dad, el encuentro con un otro. Esto es po rque , como d
búsqueda del placer puro se co ndena con frecuencia ftlósofo fran cés Alain Badiou expresó de modo perspi.
como egoísta e inmadura. G ran cantidad de personas caz, hoy más que nunca se debería in sistir en el amor
q ue se consideran libres de preju icios sc-xuales simple-
como centro de atenci ón, no meramente en el placer: es
ment e han reescrito la ecul:lción «el sexo sólo es bueno si
el amor, el encuentro de dos, lo que «transustancia» el
implica la como «d sexo sólo es bueno si
implica a dos personas enamoradas» l--.) la mll.slUrba . placer idiota y masturbatorio en un autémico aconteci·
ción es nueslr<l primer¡,¡ actividad sex ual , un a fuenle na· mienco,19 Una sensibilidad minimameOle refinada nos
tura! de placer disponible para n OSOlfOS a lo largo de dice que es mas difícil masturbarse frente a orro que es-
nuestras y una fonn a únjca de autOexpresión crea· tar inmerso en una inceracción sexual con él o eUa: el he·
tiva. Cada vez que te mast urbas estás celebra ndo tu se- cho de que el Ot ro se vea reducido al pa pel de observa·
xualidad y !tI capacidad irmata pa ra cl placer, así que, dor que no parti cipa en mi acti vidad hace mi acto
¡échate una m:lnO! (. .. ] La masturbación puede ser un mucho más «vergonzoso». Acontecimien tos como el
acto f3di cal , y la culcura que s uprime la mlls[u rbación Masturbaratón señalan justamente el fm de la vergüen·
podría también suprimir muchas ot ms li bertades perso- za . Esto es Jo q ue hace de éllU1a de las más claras indica ·
nales. Mientr!!s celebras d Mes Nacional de la MaslUrba-
ciones acerca de dónde nos situamos hoy, de la ideología
ción y pones d e tu pane p:ua sacar del arma rio el amOr a
que sosuene nuest ra más ÍIJrirntt ex periencia interior.
nosotros mismos. recucrda que la libertad eróti Cll es
esencial en cualqu ier parle para eJ 3ulénrico bienestar. J8 «¿Po r qué masturba rse?» He aquí la lista de razones
propuestas por Carol Q ueen:
19. Alaln Badiou, Logique¡ mOllde.f, París, Edüions du
18. Accesible en línea en www.maslUrbalc:· a-Lhon.cC..m. Scuil, 2006.
46 SOBRE L.A VII 1I.ENCIA sos VIOLENCIA 47
- Porque el placer sexuaJ es tUl derecho inherente En diciembre de 2006 las autoridades neoyorquinas
de cada persona. declararon que elegi r eJ propio género - y por tanto,
- Porque la masrurbación es el sexo más seguro. de ser ne<:esario, hacerse una operación de cambio de
- Porque la masturbación es alegre expresión sexo-- es uno de los derechos hwnanos inalienables.
de amor propio. La diferencia final, la diferencia «trascendentaL) que
- Porque la masturbación ofrece nume rosos bene- fundamenta la propia idenridad humana, se convierte
ficios para la salud, incluyendo la atenuación del así en algo abierto a la mani pul ación: en su lugar se afir-
dolor menstrual, la reducción del estrés, la libe- ma la plasticidad más fundamental del ser humano. El
ración de endorfinas, el fonrueci.miento de los Masturbaratón es la forma ideal de actividad sexual del
músculos pélvicos, la reducción de infecciones sujeto transg¿nero, o, en ot ras palabras, de tú, el sujeto
de próstata en los hombres y la resistencia a in- elevado por la revista Time a «Persona del año» en eJ
fecciones vaginales en las mujeres. número del 18 de di ciembre de 2006_ Este hODo r anual
- Porque la masturbación es Wl excelent e ejercicio no fue para Ahm adineyad, Chávez, Kim .Iong·IJ O cual-
ca rdiovascular. quier otro miembro de los sospechosos habituales, sino
- Porque cada W10 es su mejor amante. a <<tL»: cada uno de nOSOtros que usa o creu contenidos
- Porque la masturbación incrementa el conocí- en la World Wide Web. La portada mostraba un pe-
miemo sexual. queño redado con un espejo en vez de monitor, donde
cada uno de los lectores podíamos ver nuestro propio
Todo se encuentra aqui: desarrollo de la 8UtOCOO- reflejo. Para justificolf su elección, los editores citaban
cieocia, beneficios para la salud , lucha contra la o pre - el giro de las instituciones haciC'l los individuos, que es-
sión social , la postura políticamente correcra más radical tán emergiendo como los ciudadanos de la nueva de -
(y en este caso nadie se Ve! presionado) y la aflImación mocracia digital .
del placer sexual en su forma más elemental, pues Hay más de lo que vemos en esta el ecclón, y en más
'<cada uno es su mejor amante». El uso de una expre- de lUl sentido. Sí hubo alguna vez una elección ideoló-
sión habilualmenle reservada a homosexuales mas- giCiJ, es ésta: el mensaje (u na nueva ciberdemocracia en
turbación saca el aOlOe a sí rrüsmo fuera del armario») la que millones de personas pueden comunicarse d irec-
insinúa un tipo de teleología implícita de la exclusión tamente y organizarse, evitando el control centralizado
gradual de toda otredad: en primer lugar, en la homo- dd Estado) encubre lIna serie de huecos y tensiones
sexualidad se excluye al o rro sexo (uno Jo hace con otra molestos. El primer y obvio aspecto irónlco es que
persona de.l mismo sexo). Así pues, en una especie de aqueUo que ve cualquiera que mire la portada de Time
burda negación de la hegeliana se cancela la 110 es Otro con el que él O eUa se supone que se interre-
auténtica CÜffiensión oe la ouedad: uno lo h¡¡ce consigo laciona. sino su propio reflejo. No sorprende que leib-
mismo. niz sea una de las referenciAS fil osóficas predornioames
48 SOBRE LA V10LENClA sos VIOLENCIA 49

entre los teóricos del ciberespacio: ¿no va de la mano maS esperando. Nadie com o John F. Kennedy propor-
nuestra inmersión en el ciberespacio con nues tra re- cionó una desc ripción co ncisa de esta cuestión: «La
ducción a una mónada Jeíbnizia na q ue refleja el univer- esencia de Ja decisión final result a im penetrable para el
so entero, alIDque «sin ventan as» que pueda n abrirse observador; y a menudo, sin duda también para el que
directamente a la realidad exterior? POdlí¡:¡ decirse que decide». Este gesto decisivo que nW1Ca puede basarse
el úpico cibe rnauta de hoy, sentado solo frente a la pan- en razones es el del amo.
talla del pe, es cada vez más una món ad a sin vemanas Una ca racterística básica de nuestro mundo pos-
directas a la realidad que sólo se encuentra con simula- moderno es lo q ue intenta hacer de esta activid ad es-
cros vi rtu ales, y además inmerso más que nunca en una rructu rame del significante-amo: la com plejidad del
red de comunicaciones global. El Masturbara tón, que millldo necesita ser afinnada incondicionalmen te. Cada
construye un colectivo a partir de individuos dispues - significante -amo q ue implique imponer algo de o rd en
tos a compartir el solipsismo de su propio goce estúpi- debe ser deconslruido, dispersado: «La modern a fi ja-
do, es la form a de sex ualidad que encaja a la perfección ción en la "complejidad" del mundo [ ... ] no es sino un
con estas coordenadas ci beres pac iales. deseo gene ralizado de atonJa».22 El excel ente ejemplo
Alain Badiou desa rrolla la noción de mundos «aro- de Badio u de un mundo «atonal» se corresponde con
nales» - monde a/one- que ca recen de la intervención la visión políticam ente correcta de la sex ualidad tal y
de un «significante -amo» q ue imponga un orden de sen- como la promueven los eSTudios de géne ro, con su ob-
tido en la co nfusa multiplicidad de la realidad ?) ¿Qué es sesivo rechazo de la lógica bin aria: éste es un mundo
W1 signllicante-amo?2! En las últimas páginas de su mo· lleno de matices con múltiples prácticas sexuales que
numental La Segunda Guerra Mundial, Winsron Chur- no tolera ninguna decisió n, ningún ejemplo de la dua -
chill pondera el enigma de una decisió n politica: des- lidad, ningún valor en el sentido nietzscheano fuerte
p ués de que los especialistas - analistas económicos y del té rmino.
militares , psicólogos, mereoró)ogos- propongan sus Las novelas de Mi chel Houe1lebecq son interesan-
múltiples anál isis, elaborados y refmad os, alguien debe tes en este scnrido?·l pues modifican infinitamente el
asumir el simple y por eUo más difícil acto de transferir motivo d d fra caso del acontecimiento del amor en las
su comple ja multitud de puntos de vista, donde por sociedades occidentales contemporáneas, caracteriza-
cualquier razón hay dos razones en contra y viceversa, das, tal y como comentó un crítico, por «el cola pso de
en un simple y decisivo sí o no_ Ataquemos o (ontinue- la religión y la tradición, la adoración desenfrenada del
placer y la juventud y la pe rspectiva de un furu ro rotali-
20. Ibíd.
21. Pa ra el cooceplO de significante-amo, véaseJacques La- 22. Brtd.iou, Logigues des mondes, op. ciJo
can, The Olber Sitie 01 PsycborwaLYJú, Nueva York, NOrlon, 23_ Por ejemplo , Michel HoueUebecq, The Possibilil)' 01 an
2006 (trad. cast.: El revrrso del psiroandlists, Barcdona , Pnidós, Istand, Nueva York, Kno pf, 2006 (trad. casI. : La posibilidad de
1992}. una tí/a, Madrid, Alfaguarn, 2(06).
S08RE 1...10 V10lENOA !'oOS Vl()(..ENCIA 51

zado por la raciooaHdad científica y la infeUcidad».N terminada. La clave hegeliana sería aquj que es prec isa-
Aquí observamos el lado oscuro de la «liberación menle la neutralización de algunas c3(3cte ríslicas en un
xuab) de la década de 1960: la plena me,rcamilización contexto aceptado con esponta neidad lo que define la
de la sexuaJidad. H oueUebecq retrata, en la mañana ideología en su grado más puro y efectivo. tsta es la
posterior a la revolución sexual, la esterilidad de un «coincidencia de los opuestos) dialéCtica: la actuaUza-
unive rso dom in ado por el impenuivo de goce del su - °
ción de una noción una ideología en su grado más
peryó. Todo este trabajo se centra en la antinomia entre °
puro coincide con, más precisamente, aparece como
amor y sexuaUdad : el sexo es una necesidad absoluta y su opuestO, como no ideología. Mutatis mUlandir, 10
renunciar a ella es marchitarse, así que el amor no pue- mismo ocurre con la violencia. La violencia social -sim-
de florecer sin sexo; de forma simu1tánea, sin embargo, bólica en su grado más puro apa rece como su opuestO,
el am or es imposible precisamente a causa del sexo: el como la espontaneidad dd medio en que vivimos o del
sexo, que «(p roLUera como el epítome de la dominación 3u-e que respiramos.
del capitalismo tardío, ha reñído permanentemente las Ésta es la razón de que los delicados comuni stas übe·
relaciones hu manas como reproducciones inevitables rales - <lsustados, preocupados. contrarios a Toda vio-
de la naturaleza deshumanizadora de la sociedad libe- lencia- y la explosión de rabia fund amentali sta sean las
ral; esencialmente, ha arruinado el amo['».25 El sexo es dos ca ras de la misma moneda. Mien tras que luchan
entonces, po r expresa rlo en términos derrideanos, la contra la violencia subjetiva , los comunisras liberales
condición simultánea de posibilidad e imposibilidad son los aurénticos agentes de la violencia estructural que
del amor. crea las condiciones para las explosiones de violencia
subjetiva. Los mismos filántropos que donan millones
para la lucha contra e.I sida o la educación tolerante han
Vivimos en una sociedad en la que se da lUla especie arruinado la vida de miles de personas por medio de la
de identidad especulati va de los opuestos. Ciertas ca- especulaci6n finan ciera, creando así las condiciones del
racterísticas, acürudes y noonas de vida no son ya pe r- surgimiento de la misma imoleran óa contra la que se lu-
cibidas como si estuvieran marcadas ideológicamente , chaba. En las décadas de ] 960 y 1970 se podían comprar
sino que parecen ser neurrales, no ideológicas, natura - postales eróticas de una chica en bikini o en camisón.
les, de sentido común. Designamos como ideología lo Cuando se movía un poco la postal o se miraba desde
que se mantiene fue ra de este cOnlexto: d celo religioso una perspectiva ligeramente dílerente, su ropa desapa ·
extremo o la dedicación a una oriencación polirica de- recía como po r arte de magia y mos traba el cuerpo des·
nudo de la chica. Cuando nos bomba rdean con noticia s
esperanzadoras sob re canceJaciones de deudas o gran-
24 . Nicholas SllbJoff, «Of Filth and Frozen Dirmerslo>. Com-
mon invierno de 2007, pág. 50.
des cam pañas humanitarias para err¡¡d icar peligrosa
25. Ibíd .. pág. 51. epidemia, sim plemente debemos girar un poco la pOSt al
52 SOBRE LA ViOLENCI A Vl{lU;.NC!A 5}
para echar un vistazo fugaz a la obscena figura del liberal Da un paso <1 1 (reme: oímos
comunista que actúa por debajo . que eres un buen hombre.
No debe ríamos hacernos ilusiones: los com uni st¡¡.s No pueden comprarle, pero el relámpago
libe rajes son en la actualidad el enemigo de cualquier que golpea la casa lampoco
lucha progresista. El resto de los eoemigos - fundamen- puede ser comprado.
Mantienes ru pal:lbra.
,alistas religiosos y terroristas, ineficaces y corrup tas
Pero ¿qué dijiste?
burocracias de Estado-- son personajes concretos cuyo
Ercs sincero, das tu opinión .
auge y caída dependen de circtulstancias locales conlin - ¿Qué opinión?
gentes. Precisamente porque quieren resolver todas las Eres vatieme.
disfunciones secundarias del sistema global, los comu- ¿Conmll quien?
nistas liberales son la encarnación de lo que está mal en Eres sabio .
eJ sistema como tal. Es necesario tener es to presente ¿Para quién ?
en todas las alianzas tácticas y compromisos que se hace No persigues [u beneficio personal.
preciso adop tar con los comunlstas liberales cuando ¿Qué persigues entonces?
se lucha contra el racismo. el sexismo y el osc urantismo Eres un buen amigo.
religioso. ¿Eres también un buen am igo de la gente: buena ?
¿Qué debe hacerse entonces con nuestro comunisla
Escúchanos: sabemos
überal, que es sin duda un buen hombre y está real men -
que eres nuesrro enemigo. Por ello
te preocupado por la pobreza y la violencia en el mundo
te pondremos frenre al muro. Pero en consideración
y puede afromar estas preocupaciones? En reaüdad,
a rus mériros y b uenas cualidades
¿qué hacer con un homb re que no puede ser sobornado te pondré freme a un buen muro y te dispararemos
por los intereses de las corporaciooes, puesto que es ca· con llO3 bala buena de un arma buena y te enterraremos
propietario de eUas, que sabe lo que dice acerca de lu - con una paja buena en la bue.na lierra. 16
cha r contra la pobreza porque se aprovecha de ella. que
expresa con sinceridad su opinión puesto que es can po-
deroso que puede permiúrse!o, que es valieme y sabio a
la bora de llevar adelante de forma despiadada sus em·
presas y no considera sus ventajas perso nales, puestO
que IOdas sus necesidades están ya satisfechas, y que
además es un buen amigo, en especial de sus colegas de
Davos? Bertoh Brecht proporcion ó una respuesta en su
poema (<La pregw1ta sobre el bien>>: 26. Benolt Bre<"hl , « Ve:rhoer des Gu ten», en Werke, vol. 18,
p rosa J, Frilnkfun , Suhrkamp, 1995 , págs. 502 .503.
CAPÍTULO
2
Allegm moderato-Adagio
¡Teme a tu vecino como a ti mismo!

LA POlfTICA DEL MIEDO

H oy en día la moda en poJit.ica es la biopolítica pos-


política, un excelente ejemplo de jerga teórica que, sin
embargo, puede desvelarse fácUmeme: «pospolítica» es
un a política que afirma dejar atrás las viejas luchas
ideológicas y además se centra en la ad ministración y
ges[jón de expertos, mientras que «biopolítica» designa
como su objetivo principal la regulación de la seguri.
dad y el bienestar de las vidas humanas.\ Está daro que
estas dos dimensiones se solapan : cuando se renuncia a
las grandes causas ideológicas. lo que queda es sólo la
eficiente administración de la vida ... o aui solamente

1. Para la noción de biopolit jca, véase Giorgio Agamben,


Homo stJcer, Sranford, Stanford Unive rsity Press, 1998 (trad.
casr.: Honto Metr, Valencia, 1998). Para la noción de
posrpo]¡¡ ica véase Jacques Rancierc:::, Dúngreemelll, Minneapolis,
UniversilY of Minnesola Prc:::ss, 1998 ([ cad. cast.: El Desacuerdo,
Buenos Nre:s, Nueva Visión, 19%).
56 S081'. r I.A V1QlI"NCU. ,Th\I '=. A TU VECI NO COMO A TI MISMO' 57
eso. Esto implj ca que con la adminisrración especializa- les son invitados que d eben acomodarse por si mismos
da, despolitizada y socialmente objetiva, y con la coor- a los valores cuhuraJ es que definen a la socied ad anfi·
dinación de intereses como nivd cero de la polít ica, el triona: <<Es nuestro país, ámalo o vete».
único modo de introducir 13 pasión en este campo, de La actual tole.ran cia libe ral haci a los demás, el res-
moviliza r activamente a la gente, es ha ciendo uso del peto a la alterid ad y la ape rru ra haci a ella, se comple -
miedo, constituye.nte básico de la subjetividad aerual. menta con un míedo obsesivo al acoso. Dicho de o tro
Por esta razón la biopoutica es en última instancia una modo, el «otro» esta bien , pero sólo miemras su p re-
politica del miedo que se centra en defenderse del aco- sencia no sea invasivs , mientras ese O(fO 0 0 sea real-
so o de la potenciaJes. mente «otro» ... En estricta homología con la est.ructura
Eslo es lo que seporo \Ina po'tídca radical emancipa- paradójica del laxante de chocolate del capítwo ante-
to ria de nuestrO slatu quo político. No hablamos aqul rio r, la tolerancia coincide con su opuesto. Mi obliga-
de la diferencia enl re dos visiones o conjuntos de axio- ción de ser tolerante con el ou o significa en efecto que
mas, sino d e la direrencia entre Ja políri ca basada en un no debería acercarme d\'! masiado a él, invadir su espa-
conjunto de axiomas universales y una política que re- cio. En Ot ras palabras, debería respetar su infolero"C1o a
nuncia a la dimensión aucénticamente constitutiva de Jo mi proximidad excesiva. Lo que emerge a pasos agigan-
polírico, puesto que recu rre al miedo como principio mo - tados en Ja sociedad Lardocapitalista como el derecho
viJizador fundamental: miedo a los miedo hum ano central e..'i el deTt'cho o no ser acorado, que es
al crimen, miedo a Wla pecaminosa depnwación sexual, un derecho a pe rmanecer a una distancia segura de Jos
miedo al exceso esraral-co n su cargfl impositiva exce- demas.
siva, etc.-, miedo a la ca tástrofe ecológica, miedo al La biopolítica pospoütica también tiene dos aspec -
acoso. La correcc ión polírica es la form a liberal ejem- tos que inevitableme.nte pa recen penenecer a dos espa·
plar de la pa lluca del miedo. Tal (pos)polh ica siempre cios ideológicos o puestos: primero, la reducción de Jos
se basa en la manipu laci ón de una multitud u ochlo5 pa- humanos a la «nuda vida», al H omo Jocer, ser sagrado
ranoide: es la atemori zada comullÍón de personas ate- que es objeto del conocimiento de todo gobierno, peco
morizadas. excluido -como los prisioneros de G uaotinarno o las
De este modo , el gcan acontecimiento de 2006 se vlctimas del Holocauslo- d e lodos los derechos; y se-
produjo cuando las poü[icas anriinmigració n se popu- gundo, el respero por la vulnerabilidad del o tro llevada
lari zaron y co rt aron finalmente el cordón umbilical que al exuemo con lUla actitud de subjelividad narcisista
las había conectado a los partidos d e la extrema dere- que experimenta el yo como vulnerable. expuesto sin
cha más radical. Desde F rancia a Alem ania , desde Aus· descanso a un a mulritud de «acosos» porenciaJes. ¿Pue-
tria a H olanda , con su nuevo espíritu de orguUo por la d e haber un contr;.1 Sle más marcado que el q ue hay
identidad cultural e histórica, los principales pa rtidos entre el respeto por la vu.l.nerabiLidad dd o tro y la re-
encuentran ahora aceptable subra}lar que los inmigran- ducción del ouo a la «nudl-l vida » regulad a por el cono-
58 SOBRE LA vtO I.U·.'Cr A ,1'[0\11; A ro VEl.;JNOUJMO A TI 59

cimiento administrativo? ¿ y si esas dos instancias, no coodicionadas por las reacciones adultas instintivas ha-
obstante, surgen de un único tronco común ? ¿Y si son cia el sufrimie nto y el dolor q ue se presenclR . Po r ello
dos aspeccos de una y la misma acti tu d subyacente? ¿ y disparar a aJguíen a quem arropa nos resul ta mucho más
si coinciden en lo que uno se ve tentado a designar repulsivo que presionar un bo tón que m¡ue a gran can .
como W1 caso conremporáneo del « juicio infmüo» he- tidad de pe rsonas a las que no vemos:
geliano que afmna la identidad de los opuestos? ¿Y si
lo que estos dos polos comparten es p recisamente el re- Pues para muchos de nOSOtros que creemos en las
chazo subyaceme de cualquier causa mayo r, la noción exigenci<ls de nuesl ra guerra COntra el terrorismo, 1:1
de que el último objet ivo de nuestras vidas es la vida e n práclicQ de la tortura , e n ciertas circunstancias, puede
p:!recer no sólo permisible, sino incluso necesaria. Y sin
sí misma ? Por eUo no hay contradicóón eorre el respe-
embargo no nos parece más necesaria, en términos éti ·
tO al ou o vulnerable y la preparación para justificar la
cos, antes. Las razones de dJo son, creo, exaClamenle ta.n
tortu,Ca , la e xpresió n extrema de tratar a los individuos neuro lógicas como las C]uedieron impulso a la ilusión de
como Homini sacer.
1
la luna. r.. .] sea e.I momento de relevar a nuestros
En El fíll de la le, Sam H a rris defiende d uso de gobernantes y eleva rlos al cieJo .}
la corrura en casos excepcionales (pero cJaro, cual qu.ie ·
fa que defienda la tortura la defiende como un a medida No sorprende que H arris se refie ra a Alan Dersho-
excepcional; nadie abogaría seriamente por recturar a witz y a su Jeg iti.rnación de la Para suspender
un niño hambriento que ha robado una chocolatina ). esta vulnera bilidad evolutiva condicionada aJ despliegue
Esta defensa se basa en la ilistinción entre nuestro aborre- físico del sufrimiema de los a rras, Harris imagina una
cimiento in stin tivo a presenciar la tortura O el sufri· «píldora de la verdad» ideal, una ronura efectiva equiva-
miento de un ind ividuo con nuestros propios ojos, y lente al café descafeinado o la coja b aja en calorías:
nuestrO conoc imiento abstracto dd sufrimiemo de las
masas; es mucho más difícil para nasO! ros torturar a u.n una droga que podría sustit uir tamo los instrumentos de
individuo que permitir desde le jos el lanzamiento de tonura como el instrumento para el completo ocul(a.
una bomba que puede causar una muerte mu cbo más mienlo de sus secuellls. La acción de la píldora seria la de
dolorosa a miles de personas. produci r una par-J.lisis y tristeza cransilorias de uo tipo al
Todos nos vemos presos en una especie de ilusión que ningú n ser h\lmanO podría somecerse volun taria·
éti ca, sim ilar a las ilusiones perceptivas. La causa final mente una segunda vel:o Imaginemos cómo nos sen tina·
mos los torturado res si, después de &1[ eSla píldora a los
de estas ilu siones es que, aunque nuestro pode r de r a·
zonamiento abstracto se ha desarrollado mucho . nues-
J, Sam Harri s, The En¿ 01 Fo/th, N u(:va York, Norron,
tras respuestas emocionales y éticas siguen estando 2005, pág. 199 (¡ [ad. C9SI. : Ei lin de lo/r, Madrid, Paradigma,
2(07).
2. Véase Agamben , op cit. 4. Ibíd ., págs. 192·J 93 .
.1U,IL /1 TU VITINO COMO A TI MlSMOI 61
60 SOBRE LA V10LF,.SCI....

terroristas captu rados. se levantaran de lo que.pareceria díos de forma detallada, peco se condenó a la televisión
una siesta de una hora para directamente cooÍ<!sar IOdo Al Yazira por mostrar las (otos d e los resultados del
lo que saben ace rca de las operaciones de su o rganiza- bombardeo de Fal uya po r Estados Unidos y por com-
ción. ¿No estaríamos al fin al tentados de Uama rlo plicidad con los ter roristas.
«píldora de la verdad»?' Hay, sin embargo, una mane ra mucho más inquie-
t¡lme de ver todo esto: la proximidad (dd sujeto tOrt u-
Las primeras palabras --«una droga que rado) que causa sim pat ía y hace de la to rtura algo ina-
sustituir tanto los instrumentos de tortura como el IOS- ceptable no es la mera proximidad físi ca de la victima,
trumento para el complero ocultamiento de sus secue· sino, en su versió n fundamental, la proximidad del
la5»)-- introducen la lógica típicament e posmoderna prójimo, con lada la carga judeocristiana y freudiana
del roxante de chocolate: la tortura concebida aquí es del térm in o; la proximidad de algo que , sin importar lo
como el café descafeinado, es decir, obtenemos el resul· lejos que esté fLsicameme. está siempre por defmición
tado deseado sin tener que sufrir los mo lestos efecros «demasiado cerca». A )0 que apunta Haros con su ima -
secundaríos. En el conoci do Úlsci(Uro Serbsky de Mos- ginaria d e la ve rdad» es nada menos que a la
cú el desagüe psiqu iáuicú del KGB. inventaron una abolición de la dimemi611 de' prójimo. El sujeto tortura-
para rorturar a los disidentes: inyección en la do deja de ser UIl prójimo, es ahora un objeto cuyo do-
zona del corazón del preso que ralentIZaba su pulso y le lor es neut ralizado, reducid o a Wl factor con d que hay
causab,l una ansiedad terrorífica. ViSlO desde fuera, el que vérselas como en un cálculo racional utilitario (el
prisionero parecía sím plemente estar dormitando, pero dolor es tolerable si evüiI: una cantidad de dolor mucho
en rcalidad es rab:l vivien do una pesadilla. mayor).
Harris viola sus propias reglas cuando se concentra Lo que d esa parece aquí es el abism o de infinitud
en el 11 de septiembre y en su edúca de Chomsky. El q ue se relaciona co n Wl sujeto. Es por tanto significati ·
punro defendido por Cho msky es precisament e. que va que el libro que argumenta a favor de la to rtura sea
existe cie rta hipocresía a la h ora de tolerar el asesin atO además un lib ro titulado El fin de ta.fe, no en el sentido
absrracco-anónimo de miles de pe rsonas mjemras se obvio de «¡ves, es sólo nuestra creencia en Dios, el
condenan los casos ind ividuales de violación de los de- mandato divino de: ama r a tu prójimo, lo que nos pre-
rechos humanos. ¿Po r qué deberia Kissinger, cuando viene en úl tima instancia de torturar a la gente!», sino
ordenó el bombardeo de Camboya que causó la mu er- ea un semido much o más radical. El «otro» sujeco - y.
te de decenas de mües de personas, se r menos criminal en defin itiva, el sujeto como tal- es para Lacan algo no
que los respoDsables de la caída de las dado directamenre, sino un a «p resuposición», rugo que
'No será po rque somos víctimas d e una iJuslon enea. se presume, un objeto de creencia. ¿Cómo p uedo estar
( . 1
El horror dd 11 de septie mbre se presento en os me - seguro de que 10 que veo ante mí es arra sujeto y n o un a
máquina biológica ca rente de profundida d?
5. lbíd .. pág. 197.
¡TEMe A TU VEONO COMO A TI M1SMO! 63
62 SOBRE. LA V1Ol.ENCIA

g<lnovich , ú h imo superviviente del círculo más próximo


L" COSA y EL PRÓjLMO
a Stalin , que dirigió el programa de colectivización de
Así pues, es te presumo sujeto no es otrO ser humano 1929·1933 y fue responsa ble de muchas destrucciones y
con una rica vida in te rior llena de hjstorias personales de mucho sufrimiento. un no nagenario, Uevaba
que se narran a sí mismas para adqui rir una experiencia una vida de reclusión en un apartamento solitario. Lo
de la vida Ueoa de sentido, puesro que tal persona no que fascinaba a Remn ick era la perspecLiva de ver a W1a
puede ser en última in stancia un enemigo. «Uo enemigo persona ve rdade ramente malvada:
es alguien cuya h isroria no has escuchado,»6 Q ué mejor
¿ToJavía creía Kaganovich ? Quería saber.. ¿Sentía
ejemplo litera rio de esta tesis que el Frankemtein de
alguna culpa, alguna ve rgüenza? ¿Y qué piensa de Gor·
Mary SheUey. Shelley hace algo que un conservador
bachov. acwaJ secretario general ? Pero no se trataba de
nunca habría hecho. En la cent raJ de su Ubro per- eso, en reaJiu ad. Lo que yo quería principalmem e e ra
mite al monstrUO hablar por sí mismo, contar la hislOri a sent anne en la misma habitación q ue Kaganovich, ver de
desde su propia perspectiva. Su elección ex presa la actj - qué manera era un hombre mal vado, saber lo que hizo.
tud liberal de libertad d e expresión en su mayor p ureza: qu¿; libros (('nía a su alrededo r?
todo punto de vista debe se r escuchado. En Frankem-
tein , el monstruo no es una «cosa» , un o bjeto horrible al Lo que con roda probabilidad enconrró Remnick
que nadie osa enfrentarse , sino que está plenameme sub· fue un frágil y benévolo anciano atascado en sus sue-
je/ivizado. Mary She1Jey se mueve dentro de su men te y ños. Cuando, en la década de 1960, Svetlana Stalin em¡·
le pregunta qué es ser etiquetado , defin ido, op rimido, gró a Estados Unidos a (ravés de la In dia y escribió sus
excomu lgado, incluso físicamente deformado por la memorias, p resent ó a Stalin «desde d entro» como un
sociedad. Es pennisible pues presen tar al criminal ddi· padre cálido y un líder responsable, que cargó sobre
nüivo como la víctima definitiva. El asesino monstruosa sus espaldas todos los asesinatos en masa impuestOs por
se revela como un individ uo profun damente herido y sus malvados colaborado res, Lavren w Beria en parti·
desesperado, ansioso por encontrar compañia y amo r. cular. Más tarde el hijo de Beria , Sergo, escrib ió unas
Sin embargo, este procedimiento tiene un limite cla- memorias en las que presentaba a su padre como tUl ca-
ro: ¿estamos preparados para afirmar que Hitl er era un riñoso padre de famili a q ue simplemenle segUÍa las ór-
enemigo pues(Q que su ruswria no fu e escucha.da? En denes de Stalin y que secretamente h abía inten tado li-
Lenill 's Tomb , David Remnick cuenta. sus ¡ore,m os, du' mitar los d años. El hijo de Georgy Male nkov, Andrei,
rante su visita a Moscú en 1988,de conocer a Lazar Ka· también contó su propia histOria, en la que describía a
su padre, el sucesor de Stalin , como un honesto yacti·
6. Epígrafe de «Living Room Dialogues on lhe mjddle
citado de Wendy Browo, Regui4tiue AversiOJJ:
7. David Remnick, Utll,,'s 'romb, Nueva York, Random
in the Age o/ ldentily and Empire, Prloceton , p rinceton Unlver-
Ho use, 1993 . pág. \1 .
siey Press, 2006, pág. \ .
64 ,'n.\I(-..'" T1J V[C INOCQM( )!\ TI ;'IISMO! 65

VQ trabajador, siempre temeroso por su vida . Hanoidh sostienen su propia comunidad discursiva. Negar los
Arend t tenía razón . Estas figuras no son personificacio- mismos derechos éticos básicos tanto a los que son fa·
nes dd sublime y byroniano mal demonfa co: la distan- ráneos a nuestra comunid ad como a los de su interio r es
cia ent re su experiencia íntima y el horror de sus actos algo que un ser humano no hace d e fo mla natu ral. Es
era inmensa. La experiencia que tenemos d e nuestras una violación de nuestra prodividad ética espontánea e
vidas desde nuestro interi or, la hj storía que nos narra- implica una autonegación y un a represión brutales.
mos acerca de nosotros mismos para poder dar cuenta Cuand o , después de la calda del comunismo, al disi-
d e lo que hacemos, es fundamentalmente una mentira. dente de Alemania Orienlal Stephan Herm lin se le re-
La verdad está fu era, en 10 que bacemos. 8 prochó haber escriro algunos rexros y poemas, antes de
Algo que nunca deja de so rprender a la conciencia la década de 1950, en honor de Sca li n , replicó con furi o·
ética ingenua es cómo la misma gente que comere terri- sa indignidad que en aqueUos añoseo E uro pa el nombre
bles actos de violencia contra sus enem igos p uede des- servía como inspiración para hablar de libertad
plegar una cáli da humanídad y una sincera preocupa- y justicia y no tenía nada que ver con las horribles cosas
ción por los miembros de su propio grupo. ¿No es que «secretamente» sucedían en la Unión Soviética.
extraño que el mismo soldado que asesina a civiles ino- Una desde luego, hábil y facil ona: no es preciso
centes eSlé dispuesto a sacrificar lú vida por su bata- sabe r la verdad acerca del terror esraUnista para sospe·
llón ? ¿Que el coman dante que ordena el fusil amiento chal' que en el estaJin.ismo había algo terriblemente
de rehenes pueda esa misma tarde escribir una carta a malo. Leer los tex tos públicos (los informes oficiales de
Su familia llena de sincero amor? Esta limitación de los jnicios, los anlques conlra los enemigos, los panegíri-
nuestra preocupación ética a un estrecho círc ulo social cos o ficiales a Stalin y o tros clirigentes) renía que haber
parece ir en contra de nuestra comprensión espontánea sido más que suficiente. En cierro sentido bastaba con
de que lodos somos humanos, con las mismas esperan - dio para saber todo lo que había que saber. y por esta
zas básicas, miedos y penu rias, y por fam o con el mis· razón , la mayor y m ás sorp rendente de las hipocresías
mo derecho al respeto y a la dignidad. fue la actirud de los observadores comunistas occidenta·
Consecuentemente, Jos que limitan el alcance de su les al considerar que las a.cusac iones estalinistas revela-
preoc upación ética son en un semido profundo incohe- ban una realidad psicológica de los acusados verdadera.
rentes , «hipócritas» induso. Por decirlo en ténninos En una carta a Walter Benjamín de 1938, Theodor
habermasianos, están implicados en una contradicción Adorno le explica una conversación que tuvo con d
pragmática, puesto que violan las normas éticas que compositOr izq uierdista Hans Eisler en N ueva York:

8. Por ello cualquiera. interesado en el lem:J del mal debe


echa.r W1 vistazo a L, C(mdenC/iJ N(1zi, de Claudia Koonz (B:lrce· Escuché con no poca pacie ncia su floja defensa de
lona, Paidós. 200.5 ), un informe detsllado del élico nazi los juicios de Moscú. y con considerable disgusto el chis·
que proporcionó la inspi.ración fundamental de sus crimenc:.s. le que hizo acerca del asesino de Buja rin. Afirmó haber
66 SOIlRE LA VIOLENCI .... A TU VI.CI p.:I) A n MISMO! 67
conocido a esle ú1 rim{J en Moscú, y m e dijo que la maja United Airlin es y de los otros tres avioncs que se clivisa-
conciencia de .Bujarin era laI que no pudo ni mi· ron en el cielo estadounidense el 11 de septiembre de
rarlo a él, a Eisler, directamente a los ojoS.9
2001: «Te quiero». Man in Amis suhr<1Yó la cuestión
paulina de que todo lo que impo rta en última instancia
Aqui la ceguera psicológica de E isler es asombrosa: es el amor: «El amor es un nombre abstracto, a1go ne-
mali.ntcrpreta el terro r de Bujarin (su m.iedo al contac[Q buJoso. Y aun así el amor vuelve a ser la única parte de
con extranjeros cuando sabe que está bajo o bservación y nosotros que es s6lida, tan co si el mundo se desmorona
a punto del arresto) como una culpa interior por los crí· como si la pamalJa se vudve negnl,».IO
menes de los que fLle acusado. ¿C6mo podemos com - Sin embargo persiste una sospecha: ¿esta confesión
prend er esto junto al hecho de que los productos cultu - desesperada de runor es además un fraud e dd mismo
rales dd estalinismo eran percibidos por muchos en tipo que el repentino giro hacia Dios de alguien que
Occideme como una expresión de auténtica moralidad , inopinadamenle se enfrenta 3 la muerte, en fin, un mo-
llena de un cálido humanismo y fe en el hombre? (re- vimiento opon unista e hipócrita de miedo, no de au-
cuérdese 1<1 recepción en Occidente de la. lrilogta de ténricA convicción? ¿Por que tendría que haber más
Godo de Mark Donsksoi). Quizá debamos desplazar- verdad en lo que hacemos en esos momentos desespera -
nos desde el reproche. de la ingenuid ad de los viajeros dos? ¿No será más bien que en esos momentos el ins-
occiden tales acerca de los horrores de la Unión Soviéti- tintO de supervivencia nos hace frai ci011t1r 1luestro de·
ca estalinista hasta una noción más deJeuúana de se ries seo? En este sentido , las conversio nes en el lecho de
contingentes que se inte rsectan y ge.neran sigoificados muerte o las confesiones d e amor son sacrificios del de·
to talmen te divergemes, como una hísLOcia d e ciencia seo. De acuerdo con numerosas autobiografías, mu-
ilcción en que los cienrífi cos descubren que la explosión chos de los condenados e n los juicios estalinistas se en -
que en la Biblia señala el mensaie divino fue en efecto la frentaron a1 pdo tón de fu silamiento defendiendo su
hueUa visual de un a terrible catástrofe que destruyó una inocencia y su amOf a Stalin, gesto patérico dirigido a
floreciente civilización alierugena. Lo difícil de aceptar redimir su im agen a o jos del gra n «ot ro». Así pues, uno
es que los horrores de Jos qu e surge la trilogía de Gorlo no puede sino semifse afectado por cómo, en su co rres·
en ningún modo SOCavan la autenticidad de su efeclo pondencia intima, Erhel y juJius Rosenberg negaban
bre una aud iencia occi dental o incluso rusa. ser espías soviéticos, interpretando el papel de víctimas
Es lo que díjeron a sus parientes minu · inocentes de un complot del FBl , aunque, para emba-
tos antes de esrrellarse los pasajeros del vuelo 93 d e razo de sus defensores, documentos recieoccs prueban
9. Theodor W. Adorno y Wahe r Be.njamin, The Complete
que por lo menos Julius era un espía (au nque de n ivel
Correspondence: 1928·1940, Cambridge, MA , H arvard Univer-
sit)' Press, 1999, pág. 252 (trad. ('ast.: Correspofld(;,flda , Madrid, lO. Martín Am is, «..All ,hal Su rvives Is Love», The Times, 1
Tloua, 1998). de junio de 2006, págs. 4·'.
SOBRr LA ¡TEME f\ lU VEC INO U).\\O A TI MISMO! 69

men or de lo que sostenía la acusación). Lo ext rO!ño es sovié.tico» es el consrilUyentc más hmdamema1 de cual-
que cuand o leemos sus documentos íllli..mos ahora, in · quier postura ética?
c1uso sabiendo lo que era . no podemos escapar (1 la ilu- Kant era consciente de esta paradoja cuando des-
sión de que lo que dice en ellos es cie n o, como si Ro- pl egó su noción de entusiasmo por Ja Revolución fran-
senberg se hubiese convencido a sí mismo de su cesa en El conflicto de las Jambades (1795). La auténti -
inocencia. Esta ci rcunstancia se hace todavía más extra · ca significación de la Revolución no reside en lo que
ña cuando tenemos en cuenta que. si realmente crcia en realmente estaba sucediendo en París (gran parte de lo
1::1 Unión Sov iética , ¿po r qué no iba a espiar pam ella , y cual era terrorífico e incluía explosiones de pasión ase-
estar orguUoso de ello? (EstO, por cierto , nos Ueva ala sina), sino en la respuesta en tusiasta que los aconteci·
que hubiera sido un acto ético ve rdade ro: imaginemos mientas en París generaron en los observado res simpa ·
a una esposa telefon eando a su marido en Jos wrimos tizantes a lo largo de Europa:
segun dos de su vida para d ecirle: «Sólo quería que su-
pieses que nuestra boda fu e un engaño, que no sapo rro La de un pueblo Ueno de espíritu, de la
verte ... ».) que hemos sido testigo, puede tener éxi to o fracasar.
Puede acumular Illotas mi serias y horrores que un hom·
Los izqu ierd isras occidentales que desafiaron heroi ·
bre sensato que pudiera promoverla por segunda vez
camente la hi ste ria anti comunisw de sus propios países
con la esperanza de un res ultado feliz íamás se resolve-
y Jo hicieron con la mayor s inceridad p roporcionan más
ría, sin embargo. a repeti r el experimento a semejante
ejemplos de la rragedill producida por Ja guerra fría . Es- precio. Pero esa revolución enCUe.Jltra en los espiritus
raba n dispuestos a ir a la cárcel pOI sus convicciones co- de lodos los espectadores (que no están comprometi·
mu nistas y en defensa de la Unión Soviética. ¿No es la dos en el juego) una simpatía [fine Teilnehmung delll
m isma n atunlleu ilusoria de su creencia lo que hace tao Wumche nachl rayan a en el entusiasmo, y cuya mani-
trágicameme sublime su postura subjetiva? La misera - festación Ueva aparejada un riesgo que no podía obede-
ble realidad de la Unión Soviéti ca estalin..isra confiere a cer a otra causa que a una disposición moral del gl:ne ·
su convicción interior una frágil belleza. E SIO nos Ueya ro hu ma no.11
a una conclusión radical e inespera da : no es suficiente
con decir que nos las estamos vjendo con una coo"';c- Traducido al lenguaje Jacaniano, el acontecimiento
dóo ética trágicamente extraviada, con una confianza real, la auténtica dimensión de 10 real, no estaba en la
ciega que ev ita la confrontación con la mísera y terrible inmediata realidad de los acomecimiemos violentos de
realid¡1d de su punto de referencia éu co. ¿Y si, por el París, sino en qué les parecía esta realidad a los obser-
comrario, lal ceguera, lal gesto violento de ex clusión, 1] . Jmmanud Kant. «The ConfUcl of Faculties .. , en Po/íti-
de negarse a ver, tal traición a la realidad , tal acrüud fe- CtJi WritingJ. Cambridge , Cambridge Univershy Press, 199 1,
tichista de «sé muy bien que las cosas son terribles en la pág. 182 (trad . casI .: El conflicto de losf(/cuitodes. Buenos Aires.
Unión Soviética, pero creo pese::l todo en el socialismo Los3da, 2(04 ).
70 ,IT.,\l [" ,\ TU VECINO COMO A 11 Mf!-M(». 71

vadares y e n las esperanzas despenadas e n cUas . La rea· conocimiento, de modo q ue puedo continuar acruando
lidad de lo ocurrido en París pertenece a la dimensión como si no lo sUplese.
tempera] de la h istoria empiríca; la im agen sublime que Comienza a q uedar chlro q ue cualquier é ti ca podría
gene ró aquel en tusiasmo pen enece a la e te rru dad ... basa rse en este gesto de denega ción fe tichista. [ncluso
Mutatis lJIulandú, lo mismo se aplica respeclo a los la excepción ap¡trememenre: obvia, la ¿tica b udista de
ad miradores de la Unión Soviética . La experiencia so- soüdaridad con IOdo ser viviente, cae dentro de este
vié tica de «construcción del socialismo un solo país» saco. Después de todo , lo q ue el budismo ofrece como
cienameme (acum uló miseria y atrocidad», pero aun solución es una indife rencia 11lllversalizada, un aprendi -
así generó entusiasmo en el COl"dZÓn de los espectadores zaje de cómo sustraerse ¡t un exceso de e mpalia. Por eso
(que no supiemn de su otra cara). La pregLm ta ¡\quí es: el budismo puede conve rti rse con (am a fa cil id ad en lo
¿debe ctlnúluier ética basa.rse en semejante gesto de de- auténticameme opuesto a la compasión uni ve rsal: la
negación feti chista ? ¿Está obügach induso la ética más defensa de una actitud d espiad;ada y militar, qu e es lo
ull lversal a lraza r una ünea divisort<l e ignorar cierta que el des!ino del budismo zen demuestra con acierto .
parte del sufriml ento? ¿y los animales que destripamos Sorpre nderse de este h echo no es una actitud pro·
para nuestro consw:no? ¿Qui.énes de emre noso tms se· piamente fuosó6c3. Es decir, ¿y si lo que: aparece como
rían capaces de continuar comiendo co rtezas de cerdo una in coherencia , como el frll caso a la hora d e delinear
después de visitar una gran ja en la que se priva de vi· las consecuencias de la propia actit ud ética, es, por el
sión iI estOs animales >' e n la que no pueden siquiera contrario , su condición d e: posibilidad positiva? ¿Y si
moverse y, son cebados sólo para mori r después? ¿Y tal exclusión de ciena forma de alteridad del alcance de
qué, por ejemplo, de la conura y el sufrimi ento de m i· nuestra$ preocupaciones é ticas es consustan cial al au-
Uones d e personas, de lo que somos consc.ieotes pe ro tenuco gesto fundador de la unive rsalidad ética, de
que elegimos ignorar ? Imaginemos el efecto de tener modo que cuanto más universal es nuestra é tica explici-
que ver un!!. pelicula snulf que retratase Jo que ocurre ta , más brutal es la exclusió n subYfl.ceote? Lo que la ac·
miles de veces al día a lo largo y anc ho del m.undo: ac- titud omnicom prensiva cristiana (recuérdese d famoso
tos brutales de tortura , extracción de los ojos, aplastD. tema de san Pablo, «no hay hombres ni mujeres, judíos
miemo de rescícuJos (la llSt3 se ría in[ioila). ¿Podrfa el o griegos,>) impl ica es una pro fun da exdusión de quie-
espectador ser cap<'lZ de contmua r con su vida lnm qui· ne n o acepran la inclusión en la comunidad cristiana.
lamem e? Si, aWlque sólo si de algún modo fue ra capaz E n Olras religiones «pa rticularistas» (e incluso en el is-
de o lvidar (en un acto que suspende la eficacia simbóli- lam , a cau sa de su expansionismo global) hay un lugar
ca) lo que ha presenciado. Este o Lvido implica un geslO para los otros: se les tolera e incluso se les mira con con -
de lo que se llama denegació n fetichista : «Lo sé, pe ro descendenci a. E l lema crisliano «todos los hombres son
no quiero saber lo que sé, así que 00 sé» . Lo :ié, per.o re- he rmanos», sin embargo, tambié n signifi ca que quienes
chazo asumir por completo las consecuencias de este no aceptan la no SOIl hombres. En los pri·
72 SOHlll LA ,TE.AlfA TU vrC tNu COMO A TI MlSMO! 7)

meros años de la revol ución iraní ,]omeini aprovechó Ifl dad. d carácter t raumático del prójimo hace fácil com-
misma paradoja cuando ¡:¡fUOlÓ, en una entrevista p:ua p render cómo la noción de Lévinas del o tro preparó el
la prensa occidental, que I.t revolución iraní era la más terreno (abrió el espIKio) pa ra ello del mismo modo
hu mana de la historia: nadie había sido asesinado por que la ética kanria na preparó el terreno para la noción
los revolucionarios. C uando el sorprcn djdo periodista de mal d iabólico. Por ho rrible q ue pueda sonar, el
le pregu ntó por las penas de muerte de que h.\bían otrO levinasíano como abismo de o tredad del que
dado cuenta los medios de com uni cación , Jomeinj reS- emana el impe rativo élico y la figura n azi del judío
pondió con total pasividad : {(¡Los que fueron asesi.na· como e.I enemigo-otro subh umano tienen el mismo
dos no eran bom bees, sino perros Origen,
Los cristi anos suelen elogia rse ti sí mismos po r su - C uando Freud y Lacan insisten en la naturaleza
perar (a noción ¡udia cx-du sivista del pueb lo elegido)' probl emática del imperativo básico judeocrisriano de
abarcar a la humanidad encera. Pero el caso es que, en «!loma a tu prójimo», no marcan la típica posición criti-
su misma existencia como pueblo elegido po r D ios y co-ideoJógica sobre cómo tOda noción de un iveJ:salidad
con un privilegio d irecto, los judíos aceptan la hum a- está contaminada por nuest ros valores particula res e
njdad de otros pueblos que ve nenm a sus djoses fa lsos, impüca por ello exclusi ones secretas, sino que senalan
mie-m ras que el un iversalismo cristiAno excluye ten- la cuestión mucho más potenre de la incompatibilidad
denóosa mente de la universalidad huma na a los no del p rójimo con la dimensión misma de la universali-
creyentes. dad. Lo qu e se resiste a la universalidad es la dimensión
¿ y q ué hay acerca del gesto opuesto (como el real i- pro piamente inhumana del p rójimo. P or eUo eocon-
zado por el filósofo francés Emmanuel Lévioas) de trarse a un o mismo en la posición del amado resulta tan
abandonar la a[jrmación de mismidad q ue subyace a la violento, incluso uaumático: se r amado me h ace sentir
uni versalida d, y cambiarla por el respero a la otredad? directamente la distancia entre Jo que soy como ser de-
H ay, como ha apuntado Slme¡:dijk, mnJ f:lceta «enver· tenninado y la insondabJe X que hay en mí y que causa
y mucho más penu rbado ra de la ügura levi.nasiana el amor. La definición lflcaniana del amor (<<amar es d ar
del prójimo como el a iro impooderable que merece algo que uno no tiene ... ») ha de ser complementada
nuestro respeto incondicional. J2 Esto es , el otro impon - con: « ... 11 alguien que no lo qu iere>}. Pues, efectivamen-
derable como enemigo , el enemigo que es el otro abso- te, ¿somos conscientes de que ]05 conoddos versos de
luro y ya no es el <'enemigo hono rable», sino algu ien Yeals desc riben una de las más claustrofóbicas conste-
cuyo razonamienfo nos es ajeno, de modo que no es po- laciones que uno pueda imaginar?
sible encuen tro alguno con él en la bMaUa. Au nque Lé·
vinas no tiene esta faceta en mente , la rodical ambigüe- Si tuvicse yO las ¡eJas bordadas del ciclo
recamadas con luz dorada y plateada,
12. SIOIcrdi jk, 20m ulld bil. op al, pago H4 .
las celas awJes y las tenues y las oscur;1S
74 SOBRE L.A VJI.·,¡ ,1':"-":( :1 .'\ ¡TEME,., 1:U VECINO COMO A TI M/SM!Y. 75
de la noche 'Y lal ul! y la media luz, tras trabaja ba en su pelícuJa Socn!,áo. Se Je ofreció una
extendería las telas baío rus pies: ofi ci na en el mi smo edírtóo en que disponia de una
pero, siendo p obre, sólo lengo mis sueños; Ingmar Bergm an , que por enlonces todavía vivía en E s-
he eXlendido mis sueños bajo tus pies;
rocoUno. A unque los d os directo res se profesaban un
pisa suavememe, pues pisas mis sueño s.
pronmdo respeto y una gr:m admiración, nunca se co-
nocieron, sino que se evitaro n escrupulosa mente. como
En pocas palab ras, como afirmó d fiJóso fo fran cés
si su encuenlro di recIo pudiese haber sido dem asiado
GU les DeJeuze, «(Si vous etes pris dans le réve de I'aulce ,
doloroso y d esrinado a fall ar p or ]a aproximación de
vous e[ez [outU» (Si estás p reso en el sueño del a iro, es·
sus universos. ElJos in venraron y respetaron su pro pio
tás jodido); o, como escri bió en un memorable pasa je
código de discreciÓo.
Neil Gaiman , el autor de la novela gráficll The Sandmon:

¿Hl\S estad<, alguna vel! enamorado? ¿Ho rrible, ver-


L A VIOLENCJA DEL LENGUAJE
dad i Te hace muy vulnerable. Ab re tu pecho y abre: tu
cora1;ón y que alguien puede e:mrar en ti y re-
volverte por dentro. Tú construyes todas esas defensas, Entonces, ¿por qué hoy este mi edo a la sobreproxi-
construyes unA armadura completa de. fo rma que nada midad del otro como sujeto de deseo? ¿Por q ué la ne-
pueda herirte , y entonces una persona estúpida , simiJar a cesidad de descafeinar aJ Otro, ue
priva rlo de la materia
cualqujer otra estúpida persona , se (lventura en tu vida prima de su goce? Sospecho que ést:> es una reacción a
estúpida .. . les d as un a parte de ti. No la pidieron. Sólo la desintegración de los muros simbólicos de protec-
que un día hicieron alguna tomería, como besarte o son- ció n que mantienen a los demás a una distancia seg ura.
reírte, y desde ese momento tu vida ya no es tuya . .EJ AqueUo de lo que ca recemos en nuestra cuhura, en que
amo r toma rehenes . Se mete dentro d e ri. Te come por las confesiones brutales son conrrarres(adas por eJ mie-
compleTO y re deja llorando en la oscuridad , de form a
do po ut.i,amente correc to al acoso, lo que mantiene al
que un.l frase como ....quizá sólo d eberíamos ser
orro a distaJlcia , es el espirilU lan bien descrito po r
amigos» se convierte en una astilla de crislaJ di recta ha-
cia tu corazón. Duele. No sólo en la imaginación. No Goce Vid a!' VidaJ dio una respuesta perfecta al perio-
sólo en la mente. Duele el alma, un verdadero dolo r que- di sta vulgar e intruso que le preguntó a q uemarropa si
se-mete ·demTo ·de·ti -y· te-descuartiza. Odio ti amo r." su prim er compañero sex ual hab ía sido uo hombre o
llnfl mujer: demasiado educado como para pre-
En los últimos añ os de su vi da , d dirc:cto r de cine gunt arlo», dijo,
soviéríco Andrei Tarkovski vivió en Estocolrno mien - Esté donde esté. esra desinteg ración de los muros
prorecrores de la civiliza ció n es más palpable que en los
1.3 . Accesible en línea en nttp:l!thinkexisl.com/ quotes/ l)e ch o ques de diferentes culturas. En o toño del año 2005
il.gaiman . O ccidente fue conmocionado po r una explosión de
76 SOBRE LA VIOLENCI A :TF.\H, A TU VECJNO COMO" II MJSMO: 77

vio lencia que amenazó con desem boc:lr en un litcr<L1 do afirmar que la actitud de «comprender a! otro» debe
choque de civilizaciones: las credentes manifestaciones completarse con la acritud de «apartArse del ca mino del
ea los países árabes COOlfa las ca ricaru ras deJ profela otro» mant eniendo una distancia apropiada, imple-
Mahoma publ.icadas en el Jyllflnds·Postelt, un periód ico men tando un nuevo «código de di screcióm},
danés de pequeña tirada . Lo primero que se debe des- La civilización europea encuenrra más fácil tolerar
tacar, tan obvio que habitualmente se pasa por alto , es los dife rentes modos de vida, teniendo en cuenta lo que
que la mayo r parte de los miles de personas que se sin - sus críricos por lo genera! denuncian como su debilidad
rieron ofendidas y se manifeslaron contra las carican¡- y fracaso , es decir, la alienación de la vida social_ Uno
ras ni siquie ra lar habían visto. Este hecho nos enfrema de los aspectos que demuestran esta alienación es que
a otro aspecto de la global ización menos atracti vo: la la d istancia está ent relazl:lda con el tejido de la vida co-
«aldea de la información gleba !» es la condición del he- tidiana: induso si vivo junto con otros, en mi estado
cho de que algo que apareció en un d iario desconocido no rmal los ignoro. No me está permitido acercume de-
de Dinamarca caLlsanl una e.norme conmoción en pai- masiado a los Otros , a los demás. Me muevo en un espa-
ses musulmanes remotos. Es corno si Dinamarca }' Siria, óo social donde interactúo con orros obed eciendo cier-
P¡:¡kjstán , Egipto, Irak, el Líbano e Indonesia realmente ras reglas externas <<mecánicas», sin com partir su
fu eran países vecillos. ir Los que entien den la globauza- mundo interior_Quizá la lección que deba aprenderse
ció n como una oportunidad para la tie rra de ser un es que algunas veces es indispensable una dosis de alie-
espaóo lUl ificado de comunicación, un espacio que nación para la coexistencia pacuica. A veces la aliena-
reuos a [Oda la hwnanidad , a menudo no advienen este ció n no es un problema, SlnO una solución,
lado oscuro de su propuesta . Puesto que el es Las multitudes musulmanas, en cuanto cales no re-
--co mo Freud sospechó h:1 ce mucho tiempo- una accionan a las cari caturas de Mahoma, sino a la comple-
cosa, un intruso traumáti co, aJgu ien cuyo modo de vid3 ja figura o unllgen de Occidente que perciben como la
diferente -o, más bi.en, modo de goce mare riaü zado en acritud que ha tras las caricaturas. Quienes propusie-
sus práct icas y riruales socitl les- nos molesla, alguien ron el térm ino (occidemalismo» como contrap artida
que destruye el equilibrio de nuestra manera d e vivir y del «o rientalismo» de Edward Said rienen razón hasta
que cuando se acerca demasiado puede provocar una cieno p unto: lo que hay en los países mu sulmanes es
reacción agresiva con vislas a desprenderse de él. Como cierta visión ideo lógica de Occidente que distorsiona la
a(inna Peter Sloterdijk, «más comunicación significa realidad occidental, aunque de un modo diferente, de
sobre todo mucho más conOicto)).14 Por ello es acena- la misma for ma que la visión oriemalista distorsiona
Oriente. Lo que ex plotó de manera violenta fue una
.¡. Recué rdese el doble senrido m:ighbour como
y como .,prújimo»_ (N. dcl J.)
red d e símbolos, imágenes y actitudes, entre cUos el im-
¡'l. Pcrer Slolerdijk. .:\'V'arren au{ den lsJam,., FOClf.r, ocubre perialismo occidental , el mat eriali smo ateo, el hedonis -
de 2006, pag. 84. mo y el surrlrniento de los palestinos, y esto fu e lo que
78 SOflR( L,\ VIOLENU ,\ \n MI AfUVEClNOCOMOATIMISMO! 79
quedó ligado a l AS cad caturas danesas . Tal es el motivo el hombre es un «anima] que habll\», esto significa que
de que el odio se expandjera desde el periódi co a Din,l- la renuncia a la violencia define el núcleo de la existen-
marca emera, y luego a Escandinav ia, a Europa y a Oc- cia huma.na : «Son reaJmente los mélodos y principios
cideOle: en ¡liS ca ricatu ras se condensó un torrente de de la no violencia [ .. .] los que consütuyen la humanidad
humillaciones y fru straciones. Esta condensación , de- de los seres humaDOS, la coherencia e importan cia de
bemos te nerlo en cuenta, es un hecho básico del len - los principios morales basados en la s convicciones y en
guaje, de la construcción e imposición de cie n o campo un sentido de la responsabilidad» , de modo que la
simbólico. lencja es «realmente una perversión radicru de la huma-
Esta re!-lexión simple y dC!.masiado simbólica sobre nidad». l; En tanto que el lenguaje eSltl infectado por la
cómo funciona el Jenguaje problemaúza 13 difWldida violencia , su emergencia se da bajo la influencia de cir ·
idea del lenguaje y d orden simbólico como medio de cunstancias comingemes «patológica$.» que distorsio·
reconciliación y mediación, o de la coexistencia pacífi. nan la lógica inherente de la comurucación simbólica.
ca como lo opuesto a un mecho violento de conrronra- Ahora bien, ¿y si los humanos supe ran !I los animales
clón cruda e En el lenguaje, en vez de ejer- en su capacidad para la violencia precisamente porque
cer violencia directa sobre el Otro queremos debati r, hoblafl?18 Como ya sabía Hegel, en la simbolización de
inte rcambiar palabras, y Ui l intercambio, incluso cuan - algo hay violencia . lo que equivale a su mortificación,
do es agresivo, presupone un reconocimiento minimo Es [ ;] \riolencia opera l:l múkiples niveles. El lenguaje sim-

de la otra pane. Ll entrada en el lenguaje y la renuncia plifica la cosa designada reduciéndola a una única
a la violencia son a menudo entendidas como dos as- raclerística; desmiembra el objeto, dcstrO'Za su un idad
pectos de lW mismo gesto: «H¡¡bJar es el Fundamento y orgánica y trata sus partes y propiedades como autóno-
la estruCtu ra de 1<1 socialización y se caracteriza por la mas. Insena la cosa en un campo de senrido que es en
renun cia:i la viole ncia», como nos dice eJ texlo escrito última instancia externo a eUa. Cuando nombramos al
por Jean-Marie MuUer para la UNESCOY' Puesto que oro «oro», extraemos con violencia un metal de su teji-
do narura!. invisúéndolo, denlro de nuestra ensoña·
15. La idea prop:lgada por Habt:rm:15 (véa!"te.Jii rgen Haber-
ción. de ri queza , poder. pureza espiritual. etc. , cosas tOo
mas, Thc(H)" o/ C.ommunicafiw ACflim . 2 vals., York ,
Beacon Press . 1'ns5 hrad . C1lSI.: Teoría de- f(1 acción comlm;cl1tiw. das eUas que no tienen nada que ver con la re:ilidad
2 vals., Madrid, TnuHls, 1995)), pero no ajeme¡ a cieno Lacan inmediata del oro.
(véase Loican , ...111(" Funclion aod Fidd oiSpeech and Lacan condensó este aspecto del lenguaje en su no-
in Psycho:malysis», en EcrifS , Nueva York, Nortoo, 2006 h r... d. ción del significante-amo que «sumfa») o «acolcha» y
CtlSl.: ocL!I función y ClJmpo de.! discurso y el lenguaje en el psico.
aoáUsis», en EscrifOJ. Madrid, Siglo XXI. 1998J). 17. Ibíd .
16 . kan ·Marje Muller, «Non- Violenex· In EduC:lIionl>. 18. Véasc= Ciernen¡ Rosset, Le ricl: ¡roité de ('idioIlC, París ,
hu p:// nesco.org/eclucat ion/enlfiJe_download.ph p/fa99 Édiuonsde Mi,.,uit , 2004. págs. t 12- 114 IIrad. cas!.: fro ·
ea234 (4 accboad..f3040e I d60809cmnUer _en .pdf. fade de lo ¡diorn., Valencia, Pre-texlos, 2004).
80 ,1'EME 11 TU VECINOCQ,l.-IO A TI MISMO' 81

mantiene unido un campo simbólico. Es deci r, para La - MulJer es el de todos los imentos de clistingui r
can (al menos en s u Icoria Je los cuatro djscursos eJabo- entre la violencia y ( ma!t\»;
rada a finales de la décilda de 1960) 1? 19 comunicación
h um ana , e n su más básica y constilUlÍva , no impli . Es esencial defin ir la violencia de fal modo que no
ca un espacio de imersubjetividad igtlru itarifl . No está pueda ser calificada como «buen:m. En el momento en
«(equilibrada». No coloca a los pa niciptl mes en una si· que afirmamos que somos capaces de distÍJlguir la vio·
metría de posiciones recíproca donde deben segu ir las lencia ('( buena» de la perdemos el uso apropiado
de la palabra y caemos en la confusión. y sobre todo, lan
mjsmas reglas y justificar sus afirm,lCiones con (tizones.
pronto como afirmemos CSlar dcsa rroUando criterios por
AJ contrario, lo que ind ica Lacan con ilu noción del d is-
los cuales definir una violencia supueslament e «buena»,
curso del amo como primera (inaugu ral , constiltHiva)
cada uno de nOSOtros encontraremos fácil usarlos para
forma de discurso es qu e cualquier es pacio de di scurso justificu nuestros propios aCIOS violentos.
«re<llmente existe nte» está basado en úliima in stan cia
e n una imposición violem a p or pArle del significruue. Pero ¿cómo puede uno cepucüar por com pleto la
amo , qu e es sensu striCIO «¡tracia nl11»: no puede ba.sar- violencia c uando la luch" y la agres ión son p a rte de
se uhe riormente en « razones». Llegados a este punto, la vida ? La soluci ón sencilla es una distinción termino-
sólo puede decirse que «el problema. acaba mo· lógica entre la <-<agresjó n», que perrenece efectivamen-
menro en que, para d ete ner el reg reso al infinit o, al- te a la «(fuerza y la ('(violencia», que es una (fuer-
gui en debe decir: «¡Es así porqlle lo digo yo !». En este za mo rtah>; (<violen cia» no es aquí la agresión co mo tal ,
caso Lévinas tenía razón al subrayar el ca rá cter asi mé- sino su exceso que perturba el cu rso normaJ de las co-
trico de la intersubjetivid ad : en mí encue ntm con o tro sas desean do sie mpre más y más. La tuea se conviene
suje to no hay nunca una reciprocidad equilibrada. La en Librarse de este exceso.
apari ci6n de la égaltié está siempre sostenida en el d is- Desea r propied ad y pode r es legitimar, en tamo que
curso por lUl eje asimétrico de amo frente a escl avo, del permite a un individuo alcanzar la independencia de los
portado r de un conocimiento universal (omra su obje - otros. Los adversarios en un conflicto, sin embargo, tie -
to, de un pervertido frente a un histérico, e rc. Ello, des- nen ambos una le nde ncia natural a exigir siempre más.
de luego, va COnIra el enfoque ideológico dominante Nada es suficil"Jlte para cUos, nunca se ven satisfechos.
sobre el tema de la violencia, que e ntiende esto COIllO No saben có mo detene rse, no conocen limites. El deseo
algo «espon tán eo», un enfoque bien ejemplificado en el exige más, mucho más de lo que necesiran . (<.Hay siem -
rexto de Mllller para la UNESCO, que ¡tdquüió un es- pre un sentido de ilim.iración e n el deseo»,zl escribió la
tatus programático semioficial. 1tJ E l punto de Je teóloga francesa Simone We il . Para empezar, los indivi-
19. Para la noción de los cWlIro discu rsos, véase Lacan. Tlu.'
O/her 01 op. oc. 21. Simone WeiJ , Oeuvres complkles ir¡: Cohiers, voL 1,
20. Muller. «Non·violence in Educutiún ", op. 01 1933 ·septiembre. de 1941 , París, Gallimard, 1994, pág. 74.
82 ;TEME. A TU vtCI:";Q COMO A TI MISMO! 83

duos buscan el poder para no ser dominados por otros , que la moralidad es Ill. más oscura y atrevida de las canso
. . ')
plrac1ones.-
pero si no son cuidadosos pueden en conrrarse ensegui-
da con que han sobrepasado ellím.ile que separa su li-
bertad de la libcrtlid de los demás. La rivalidad entre se· He aquí la matri z demental del proceso diaJéctico
res hWTlan os sólo puede ser superada cuando cada hegdiano: la oposición externa (entre la ley y su trans-
individuo pone un límite a sus propios deseos. «Los de- g resión criminal) se transforma en la oposición interna
seos limitados -señala Weil- están en Armonía con el a 1<1 transgresión misma, entre transgresiones particula·
mundo; los que contienen el infinito, no lo estám>.22 res y lil lfelnsgresión absoluta que aparece como su
Esta visión permanece firmemcl1le denrro de las co- opuesto. como ley unive rsaJ. Y, mUlalis mUlandu , lo
ordenadas premodemas aristotélicas: la tarea es manteo mismo vaJe respecto a la violencia: cuando pe rci bimos
ner d deseo en su justa medida. La modernidad se de- algo como un actO de violencja, lo medimos por un
fine , sin e mbargo, por las coordenadas de la revoluclón prin<:ip io básico acerca de lo que es una situación <<llar-
kantiana , en la que el exceso absoluto es el de mal» no y Ja más aha forma de violenci a es la
14 ley en sí mismo. La ley interviene en la estabilidad imposición de este principio con referencia al cual algu·
«homogénea» de nUe5rc3 vida orientada al placer como nos acontecimientos se muestran como (<Violemos».
la fuerza devastadora de W1a «heterogeneidad» absolu- Por e.Uo d lenguaje mismo. el aUlénuco medio de no
tamente desestabilizado ra. G. K. Ches[erron hizo la violencia.. de reconocim,ientO muruo, impüca la violen ·
misma afimlación en su famosa «Una defensa de las cia incond icional. En o tras palabras, es d lenguaje en sí
historias de deteclives», en La que subraya cómo la hjs· mismo lo que empuja nuestro deseo más allá de los Lí·
toria detectivesca mires adecuados, transformándolo en un «deseo que
contiene e.l infinito,), elevándolo a una compuJsión ab-
recuerda previamente en cierro modo que lA. óviüzación soluta que nun ca puede sa tisfacerse . Lo que Lacan Ua-
misma es el más sensacional de los comienzos y la más ma objet petil (J es precisamente este objeto <mo muer-
romántica de las rebeliones. Cuando el delective se que- to» e téreo, el objeto sobrante que causa el deseo en su
da solo y de algún modo tontamente vaJeroso entre los aspecto exces ivo y desviado. Uno no puede Librarse de
cuchillos y los puños de un grupo de rateros, sin duda este exceso, pues es consustancial aJ deseo humano
sirve para recordarnos que él es el ageme de la justicia como tal
social que representa la 6gura original y poética, mien· Así que, parafrase.:sndo a Wei1, en la modernidad
tras que los ladrones son meros, plácidos y arcaicos con·
«.los deseos limitados en arm onía con el mundo» son el
servadotes, felices en la inmemorial respelabilidad de si·
origen úJrimo de nuestra postu ra antiéti ca oportunista,
mios y Jobos. (La novela policial] se basa en el becbo de
23. G. K. «Defensa de las historias de detecti.
22. Simone WeiJ, Oel/wes completes '11: Cohiers, op. d i .. ves», ocigin:tl incluido en eJ libro «nle Dcfendan('» . Loadres, R.
pág. 32'. Brif)l ley J oh nson . 1902.
SOBRE LA VlO/.L:\(.I,\ ,TE.ME " ro VF.CINOCOM() A TI M ISMO! 85
sostienen la mercia dd egoísmo '1 la búsqueda del p la- carnaciones del mal obsceno. Lol. del bien contra el mal
cer. mienuas nuestro contacto con el bi en se ve sosteni - no es la lucha del espíritu COtura la nanlraleza, sino que
do por «deseos que contienen el in finito», que aspiran el mal primordial es el espírj(ll mismo con su violento
al absoluto. Esro da origen a una ambigüedad irreduc- alejamiento dd curso de la natu raleza. La conclusión
tible: la fuente dd bien es un poder que destruye las co- que debe extraerse de esto es que d bien propiamente
ordenadas de nuestra ex istencia finitil, un poder des- humano. el bien devado por encima dd bien nalural , d
tru cuvo que, desde el punto de viS[!:I de nuestra fonna bien espiritual infinito, es fmalmente la máscaro dei 1110/.
de vida estable, no puede sino mostrarse como el mal . Así que acaso e.J hecho de que la razó" y la raza ten·
Lo mismo se aplica a la relación entre mortalidad e in- gan la mism¡¡ raíz latina (ratiQ) nos diga algo; elleogua-
mortalidad. De acuerdo con el lugar común ideológico je, no el imerés egoísla primitivo, es la primera y más
traclicional, la inmonalidad está vinculada al bien y la grande fuerza de división. Es gracias al lengu aje como
mortalidad al mal: lo que nos hace buenos es la con· nOSotros '1 nuestro prójimo podemos <<Vivir en mundos
ciencia de Ja inmortalidad (de Dios, de nuestra alma , diferentes» incluso cuando compartimos la misma ca·
dd impulso ético sublime .. .), miemras que la raíz del lIe. Lo que esto significa es que la violencia verbal no es
mal es la resignación a nuestra propia mortalidad (to· una distorsión secundada. sino el recurso final de tod a
dos debemos morir, así que reahnente no impona, sim- violenóa humana específica. Tomemos el ejemplo de
plemente hazte con todo lo que puedas, satisface nlS ca· los pogromos antisemitas, que ejemplifican toda la vio-
prichos más oscuros ...). ¿Qué ocurriría . sin embargo. si lencia racista. Lo que pam los perpetradores de pogro-
diésemos la vuelta a esre tópico '1 barajáramos la hipó- mas es inmlerable y supone l Ul a provocación raci al , a la
tesis de que la inm ortalidad primordial es la del mal: el que reaccionan, no es a la realidad inmediata de los ju-
mal es algo que amenaza con volver siempre, una di- dios, sino a la imageo/ figura del. e<juJíO» que circula y
mensión espectral que sobrevive por ane de magia a su ha sido consrruida en su ([adición. El puma , desde lue·
aniquilación "sica '1 continúa acechándonos. Poe eUo la go, está en que un único individuo no puede distinguir
vinaria del bien sobre el mal es la cap:lcidad de mo rir. de ninglln modo sencillo entre los judíos reales y su
de recuperar la inocencia de la naturaleza, de encontrar imagen ant isem.ira: esta imagen «sobredetermina»
la paz en la liberación de la obscena infinirud dd mal . cómo experimento a los judíos reales, '1 además afecta
Recordemos la escena clásica de las antiguas peliculas al modo en que los judíos se ven a sí mismos. Así pues,
de terror: un hombre poseído por alguna fu erza maUg- lo que hace que un :lntisemira encuentre incolerable ver
na -posesión que se señal a por medio de una mo ns - W1 judío por la calle, lo que el antisemita intenta des-
truosa desfiguración del cuerpo-. fínalmenre se ve !j- truir cuim do ::Haca al judío. el auténtico objetivo de su
bendo de eUa y entonces recupera la se ren a bell eza de furia, es esta dimensión fruuasmáticfl.
su forma normal y muere en paz. Por eUo Cris[Q debe El mismo prin cipio se aplica a cualquier manifesta-
morir; los dioses paganos que no pueden morir son en - ción poulica: cuando Jos lnlbajadores protestan contra
86 SOf',Rf. LA V10LENC!A lUVECINOC:OMOA nMJSMO' 87

Su explotación , no se manifiestan contra una simple rea- Desenredemos es to un poco. Para un cristiano me-
lidad , sino contra una experiencia d e su situaci ón rea l dieval la «esencia» del o ro reside e n su incorrupribili·
que ha cobrado semido a través del Jengua je. La reali· dad y brillo divino, que hacen de él un metaJ «divino».
dad en sí misma, en su existencia estúp ida . nunca es in- Para nosmros es u.n material (]exible que puede usarse
tolerable: es el lenguaje , su si mbolizació n , lo q ue la hace con p ropósitos industriales o estéticos. Ouo ejemplo: la
tal. Así que precisameo[e cuando nos las estamos viendo voz del coslralo se consideraba en su mo mento la autén -
con la escena de una turba furiosa, atacando y quem::m- ti ca voz de los ángeles antes de su caída , pero para no-
do edificios y coches, lincha ndo a gente, etc., no debe - sotros h o yes una creació n monstruosa. Este cambio de
ríamos o lvidar las pancartas que llevan y las palabras nuestra sensi bilidad es tii sostenido por el lenguaje, que
que sos rienen y justifican sus acres. Fue Heidegger ejerce de bisag ra en el cam bio de nuestro universo sim·
quien elaboró esta característica en el nivel ontológico- bólico. En es ta habilidad «esenciante» del lenguaje exis-
formal, cuando, en su lectura de la «esencia o \t7eJen» re una violencia fund amemal: nuestro mundo sufre una
como verbo (<<eseociar»), lo que sugería era una noción torsión parcial, pierde su equilibrada inocencia, un co-
«desesencializada» de la esencia. Tradicionalmente, lor particular da el tono a la totalidad. La operación de-
«esencia» se refiere a un núcleo estable que garantiza la signada por el filósofo polItico Ernesto Laclau como la
identidad de la cosa. Para Heidegger «esencia» es algo de la hegemonía es ulherente al len guaje. Así pues , en
que depende del contexto histórico, de la revelación deJ su lectura del famoso coro de Antígono acerca del ca-
ser que sucede en y a través del lenguaje. Llama a esto rácter «exrraordinariohlemonía co» del hombre, en In-
(da casa del ser». Su expresión Weren der Sprache no sig - troducción a la metafísica, H eidegger despliega La no-
nifica <da esencia de1lenguaje», sino el «esenci ar» , ese c ió n de violencia «onto lógica» que se vincula a todo
h acer esencia que es la fun ción propia del lenguaje: gesto fundad or dd nuevo mundo común de un pueblo
realiza do por poetas, pensado res y estadistas. Debería-
L..J d lenguaje lleva las cosas a su esencia, d lenguaje mos tene r siempre p resente que esla dimensión «e.x tra·
«nos mueve» de manera que las cosas nos importen de ordin aria/demoniaca » es finalmente la dd lenguaje en
una manera panicular, sus senderos nos permiren mo- sí mIsmo:
vernos entre los entes , y tales entes pueden manifestarse
como las entidades que son L.. ], Compa rtimos un len· La violenóa, en es te sen tido. es cons iderada desde el
guaje originario cuando el mundo articulado del ámbito en el cual el criterio de ex istir se basa en el con-
mismo modo para nosotros, cuando «escuchamos n.llen- venio establecido sobre la base de la igualdad y la mutua
guaje», cuando al lenguaje «le dejamos decir su decir asistencja y conforme al ellaJ toda violencia es necesaria·
para nosorros»?4 mente despreciab le, entendida tan s610 como molestia y
ofeDsa [ ...] significa violencia en el sentido de que aquel
24. Mark Wralhall, How fo I"ead Hetdegger. Londres. Grfln· gue la usa no só lo dispone de ella. sino guees violento en
ta, 2005 , págs. 94·95. la medida en que eJ empleo de la violencia. para él no sólo
88 SOBRE LA VIOLE:-':CI " ¡TE"'I!: A TU VEI.:INO COMO" TI 89
constituye un rasgo fundamenr¡¡] de su conducta, sino de Pero también hallamos la locu ra , como en el caso de los
loda su exis[encia L..J. Pero el hombre es lo más pavoro- grandes poetas, desde H o lderlin a Ezra P ound , que
sO no s610 porque su esencia (ransc urre en medio de lo fu eron cegados p or la potencia de su visión po.
pavoroso así cnlcnJido, sino porque se pone en camino ética. De un modo interesa nte, el momento en Antigo-
y lrascic.nde los límites que inicialmeme y a menudo le
na donde el CO fa se lamenta del homb re comparándolo
son habituales y familiares. L ..J La violencia, lo q ue so-
caD la mJs «demoníaca» de lodas las criaruras, mos-
mete. conslitu)lc el carácte r esencial del iDlpCNlf mismo .
AJJi do nde irrumpe, puede retener en sí mismo su poder trándolo como W1 se r del exceso, UD se r que viola toda
«sometedor». L.,) Porque el, eJHcndido como el que medi da , viene después de que se revele que alguien ha
hace violencia, sobrepasa los límites de lo familiar. si· desaCiado el orden de Creón y ha realizado d ritual fu ·
guiendo justamente la dirección de lo pavoroso o no fa - nerario con su cuerpo.27 Es este acto eJ que se percibe
miliar, enlendido como pode r «sometedor'».2) como un acto «dem oníaco» excesivo, no la prohibición
de Creón . An tígona está lejos de ser el modelo de mo-
Como tal, el creador es hupsipotis dpolis (Antigono , deración, de respeto por los propios lúnites, contra la
v. 370): se mantiene fuera y por en cima de la polis y de hybris sacrílega de C reón , más bien Rl contrario, la vio-
su ethor; no está ligado a ninguna regla de «mo ralidad» lencia auténtica es la de eUa .
(que son solamente una fanna degenerad a de ethos) ; y Lo que da cuenta del cará cter escalofrian te dd p asa -
s610 como tal p uede fund amentar una nueva forma de je citado es que H eidegger no proporciona tan sólo una
e/hos, del ser comuni tario en una polir ... D esde luego, nueva variante de su úpica figura retó rica de inversión
lo que resuena aquí es el tópico de una violencia «ile· (<<.la esencia de la violencia no tiene nada que ver con la
ga1» que fun da la regla de la ley misma.U, Heidegger se violencia óntica, el sufrimiento, la guerra, la destTUc·
apresw a a añadir cómo la primera víctima de esta vio· ción , etc.; la esencia de la violencia reside en el ca rácter
lencia es el mismo creador, que debe borrurse con el ad · vio lenro de la imposición/ fun dación real del nuevo
venimiento dd nuevo o rden que fund a. Este borrarse modo de la Esencia - revelación del ser comunüario--
puede (a mar diferemes forma s. La prime ra es la des· en sí mism a»). Lnplicita pero cla ramente, Heidegger lee
trucción física (desde Moisés y Julio César en adelante, esta violencia esencial como algo que fundamen ta ---o,
sabemos que una figura fundadora debe se r asesinada) . almenas abre el espacio pa ra-las ex plosiones de vio-
leocia óntica o físicfl. en sí mismas. En consecuencia, no
25. Marttn Heidegger, 'nlroduction 10 MelaphYJ1C5, New Ha· deberíamos lnmuni.za rnos contra Jos efectos de la vio·
ven , Yale Univel'sity Pres.s, 2000, págs. 11'· t 28 {trad . cast.: In/ro· ¡encia de la que habla Heidegger clasificándola como
duc(i{m a la mela/rrien, Barcclon3, Cerusa, 1993, págs. 139}' ss,).
26. E l !c:m3 de esta violencia fue desarrollado tonto por
«meramente» ontológica. Aunque es violen to como tal,
Wah er Benjamin como por Cad Schm.in : Benj:l1llin , «Critic or imponer cierta revelación del mundo, esta consrelación
op. cit. ; Carl Schmin, El concepto de lo poli/ieo, M\I ·
drid, Alianza, 2002. 27 . Véasf: Rossel, Le rü/, op. d I., p:igs. 22 -23 .
90 SOBRE l A VIOLENCM •Tt::\U. ¡., TU VECINO COMO ¡\ n M.I$MOI 91

del mundo también implica rdaciones sociales de autori- v¿ajar por Estados Unidos parn. convencerte de e l1o».19
dad. En $ U interpretación del fragmento 53 de Heráclito Su postu ra acerca deJ racismo ha sido malinre rp rerada
(<<El combate (o conflicto, pólemosJ es el padre de todas demasiado fácilmenre. En un comentario reciente, po r
las cosas y de rodas también es rey; a unas las presentó ejemplo, Stella Sandford afirma que «nada justifica la
como dioses, a orras como hombres; a unas las hizo es- aceptación pOI" parte de Beauvoi r L .] del "h.echo" de
clavos, a orras libres»), Heidegger, a diferencia de aque- esta inferio ridad» :
llos que lo acusan de evirar considerar los aspectos
«(nieles» de la vida en la antig ua Grecia (la esclavitud, Desde su marco filosófico existencia.Lsta, podríamos
eoue otros), llaroa la atención abiertamente sobre cómo esperar que Beauvoir hablase acerca de la interpretación
«d rango y la dominacióo» están ligados a una revelación de las diferenciiis fisio lógicas exislentes en términos de
inferioridad 't superio ridiid [ .. ,) o señalar el error que im-
del ser, proporcionando así una fundamentación ontoló-
pli ca el uso de Jos juicios de valor «inferior)) y «superior»
gica directa a las relaciones sociaJes de dominación: para nombrar las propiedades citadas de los seres huma ·
nos. como si «confirnMran un hecho dado».}O
Ya q ue hoy a veces se invoca la polis de los griegos in·
cluso con afán excesivo, no habría que pasar por alto es-
Está claro qué molesta en este caso a Sandford. EUa
tos aspectos, porque de OLIO modo el concepto de la polis
es consciente deque I¡¡ afirmAción de Beauvoir acerca de
corre d peLgro de volverse IlllOdino y sen limenraL Lo je·
rárquico es más fuerte, Por esta rAzón el se r, dlogos, en la inferioridad fáctica de los neg ros apunta a algo más
tanto que armonía del conju nto no es fkil e igualmente que el simple hecho soc iaJ de que, e n el s ur estadouni -
accesible para todo cl mundo , sino que pemlanece ce rra· dense de (no sólo) aquel uempo, los negros eran trata·
do, al contrario de aquella oera annonía que no es más dos como inferiores por la m:iyorí:i blanca , y en cierto
que arreglo, anuJación de la tensión yaUanamjemo.18 sentido efecti\'<llTlem e eran infe riores. Pero su soJuoón
c rítica , impulsada por el cuidado de evitar las afirmacio·
Aquí esd por tanto el vínculo d irecto ent re la vio· nes racistas sobre la inferioridad fáctica de los negros, es
lencia o nm lógica y el tejido de la vio lencia social (rela- relativizar su infe rioridad en una cuestión de interpreta-
ciones de dominación forzada) que se relaciona con d ción y juicio por pane de los racistas blancos, y distan -
lenguaje. En su América dfa a día (1948) , Simone de Be - ciarlo d e un cUe5lio namiento de su auténrico ser. Pero lo
auvoir anotaba: «Muchos racistas, ignorando los rigo· q ue esta distinción atenuan le ornlte es la mo rdaz dimen -
res de la ciencia, insisten en decla rar que incluso si las sión del r¡lcismo: el «ser» de los negros (como el de los
razones psicológicas aún no ban sido establec idas, el
hecho es q ue los negros son inferiores. Sólo lienes que 29. Simone de Beauvoi r, Aml'rl<a Doy by Day, citado de Ste·
Un Sandford, How loRel2d Beou/IOir, Londres, Croma, 2006, pág.
28. He-jdegger, Jl1troduction lo Mt!raphyJiCJ, op. cit .. pago 42 Ílrad. caSI.: América dra a día , Barcelona, Mondadori, 1998).
128. JO. [bíd .. pág . 40.
92 SOBRE LA V1Q LENCIA

blancos o cualesquiera otros) es un ser sociosimbóüco.


Cuando los b lancos los trat<l.n como inferiores, eslO Jos
CAPÍTULO
hace realmente inferiores en cuanto a su identidad so·
ciosimbólica. En otras palabras, la ideología
bl anca ejerce una eficiencia pelfo nnari va. No es mera-
3
mente una in terpretació n de lo que son Jos negros, sino Andante ma non trappa
una interpretación que determina el autém ico ser y la e malta cantabile
existencia social de los sujetos imerp retados.
Ahora podemos localizar con prec isión lo que hace «La oleada sangrienta
que Sanfo rd yel resto de Jos críticos de Bea uvoír se re· se ha desatado»
sistan a su form ulació n de que los negros eran realmen-
te inferiores: esta resistencia es en sí misma ideológica.
En la base de esta ideología está el miedo de que si lUlO
concede este punto, habrá perdido la libertad imerior,
la auto nomía y la dignidad. Por ranto, tales críticos in· U N I::XT R.I\$JO ( ASO DE COMUN ICACIÓN F,(TIC"
sisten en que los negros no son inferiores, sino que han
sido meramen te por la violencia que Los diSTurbios que se produjeron en los suburbios
impone sobre ellos el discurso racista blanco. Esto cs. franceses durante el otoño d e 2005 se saldaro n con
se ven afectados por una imposición que no les afecta miJes de coches quemados y una eno rme ex plosión de
en el autémico núcleo de su ser, y por consiguiente pue· violencia p úbli ca. Se traza ron entonces numerosos pa-
den (y de hecho lo hacen) resistir co mo agentes libres raleüsmos con los saqueos de N ueva Orleans tras el
autónomos <i través de sus actos, sueños y p royectos. paso del buracán Katrina el 29 de agosto de 2005 y
Esto nos Ueva de nuevo al P Wl[ O de partida de este CO Il los acontecimientos de mayo dd 68 en P arís. Sal·

capítulo. el abismo del prójimo. Aunque pueda parecer vando las diferencias, pueden extraerse algunas lec·
que hay una con u adicción enrre cómo el discurso cons· cio nes de la comparación d e estOS acontecimientos.
tituye el 3U[¿ OUCO núcleo de la identidad del sujeto y la Las alga radas de París ruvieron un efecro moderador
noción de este nú cleo como un abismo insondable más en aqueUos intelectuales europeos que se refi rieron a
allá del «muro del leng uaje», hay una sencill a solución Nueva O rleans para subrayar la ventaja del moddo de
a esta aparente paradoja. El «muro del lenguaje» que E sta.do del bi enestar eu ro peo sobre el capitalismo sal-
me separa eternamente del abismo del ot ro sujeroes a va je de Esrados Un idos. Ahora estaba claro que tales
la vez lo que abre y sostiene este abismo; el auténtico cosa.s podían ocu rrir también en la F rancia del bienes-
obstáculo que me separa del más aUá es lo q ue crea su tar. Aquellos que habían atribuido la violencia de
espeJlsmo. Nueva O rl ean:) a la ausenda de solid aridad al estilo
94 SOBRE LA V10I.ENr.1II aLA O LEAD/I S/lNGRJENT/I SE HA DESIlTADO» 95
europeo demostraron estar I fln equivocados corno los sus opo rtunjdades de empleo», proclamaban, mien .
progresistas estadounidenses defensores del libre me r- (I";lS descuidaban las claves q ue presentaban las re-

cado, que ahora devoJvían sonrientes la acus ación y se- vueltas.


ñalaban cómo efa realmente la rigidez del inlerven- Los manifestantes, aunque privados de todo privile·
cionismo estatal q ue limit a la competencia del mercado gio y exd uidos de faCTo, no vivían en absolu to al limi te
y su dinámica, que evitó el auge económico de los de la hambru na ni su sÍluación era de supe rvivencia .
inmigran tes marginados en Francia, a diferenciti de Es- Las gentes de est ratos mucho más pob res, sin tene r en
tados Un idos, donde entre los grupos sociales de más cuenta las condidones de opresión física e ideológica,
éxito se cuentan muchos colectivos de inntigra01es. habían sido capaces de o rganizarse como actores políti-
Los paralelismos con mayo del 68 ada ran la rotal cos con Agendas programáti cas más o menos daras. El
ausenciA de cualquier perspe ctiva utó pica entre los hecho de q ue 110 hubiese un programa tras los subur·
manifestan tes: si mayo del 68 fu e una revueh a co n bias de París es en sí mismo un hecho que debe ser in.
una visión utó pica, la del 2005 fue tan sólo un a explo- te rpretado. Nos da una buena pista acerca de nuestra
sión incontrolada sin perspectiva algun a. Si el típico situación poütico-ideológica. ¿En qué tipo de mundo
lugar común de que vivimos en un a era postideológi- habit amos, que puede va oaglo riarse de tener una sode-
ca tiene algún senti do , es éste. No hnbía demandas es· dad de la elección. pero donde la ÚJlica opción disponi ·
pedficas en los d isturbios parisinos, sino sólo un a in· ble para el consenso democ rático forzado es un acto
sistencia en el reconocimiento , basada en un vago e ciego y desespe rado? El lamentable becho de que la
inarticulado resentimiento. La mayor parle de los en · oposición al sistema no pueda articularse en forma de
trevistados hablaban ace rca de lo muy inaceptable una alternativa realisra, o al menos de un proyecto utó-
que era que el ministro de Jnreri or en aquel mo men- pico con sentido, sino solamente adoptar la forma de
to, Nico las Sarkozy. les hubiese llam ado «escoria». En Wla explosión sÍD sentido, es un grave reuato de nues·

un ex traño conocircuito alltorreferencial, escaba n tra situación. ¿ Para qué sirve nuestra celeb rada libertad
protestando contra la reacción a sus propias proles· de elección cuando la única opóón está entce aceptar
tas o «La razón populista» encuentra aq uí su lím ite las prohibiciones y ulla violencia (auro)destrucriva? La
irracional: lo que tenemos es una protesta de nivel violencia de los mani fest<:tntes estaba casi exclusivanlen·
cero, un acto de protesta vio lento que no exige nada. te dirigida contra eUos mismos. Los coches incendiados
Había cie rta iron ía en contemp lar a los sociólogos, in· y las asaltadas no fuero n las de los ba rrios ri·
tdec[U ales y comentaristas intentando comprender y cos, sino que era n parte de Jas conquistas duramente
ayudar con sus aportaciones. E llos intenr aban deses- adquiridas por los estra tos sociales de los que provení·
peradamente discerni.r el sentido de las acciones de an los manifes tanres.
los manifestantes: «Debemos hace r algo respecto a la A lo qu e hay que resistirse cUl1ndo nos enfrentam os
integración de los inmigrant es, por su bienestar, por a las chocantes no ticias e im ágenes de los suburbios en
96 SOBRE LA VIOLENCIA 97
Uamas de París es a Jo que llamo la «tentación herme- noS franceses, pero no ecan plenameme reconocidos
néutica»; la búsqued<l. de algún significado más profun- como rales.
do o de uo mensaje ocullO en tales explosiones. Lo más E] filósofo francés Alain FirWelkrau[ provocó un
dificil de aceptar es precisamente la falta de sentido de escándalo en Francia cuando, en una entrevista para el
los disturbios: más que una forma de protesta, son lo periódico israelí Ha' aretl, calificó los disturbios como
que Lacan llamó un ptlssagea l'acle. un movimiento im - un «pogromo antirrepublicano» y «una revuelta étnico-
pulsivo a la acc ión que no puede ser traducido al dis- religiosa». Estaba errando el tiro : el mensaje de los esta-
cueso o aJ pensa mienlO y que conlleva una intolerable Uidos violentos no era que los manifestantes viesen
carga de frustración . Esro alesugua no sólo la impoten- <l1Tlenazada SII identidad émico-religiosa por el univer-
cia de los perpetradores. sino, aún más, la ausencia de salismo republicano francés. sin o que, al coorrario, no
lo que el analista cultural Fredric Jameson ha llamado estaban incluidos en él. Se encontraban. al otro lado del
«c3 nografía cognitiva», es decir, la ausencia de capaci- muro que separa la parte visible de la invisible del espa-
dad para localizar la experiencia de su silUación en un cio social republicano. No estaban ofreciendo una solu-
todo dotado de sentido. ción ni constituyendo Wl movimiento para proporcio-
Los estallidos de violencia paris.inos no estaban en- narla . Su objetivo era crear U11 problema, señaJar que
raizados en ningún tipo de prolesta socíoeconómica, y ellos mismos eran W1 problema que no podia continuar
mucho menos en una afirmación del fundamemaJismo siendo ignorado. Parrt esto era necesa ria la violencia. Si
islám.ico_ Uno de los primeros lugares que incendiaron hubiesen organizado una marcha no violenra. sólo ha-
fue una mezquito, razón por la cual los represemallle5 brían conseguido Wl a pequeña crónica al fUlalde la pá-
religiosos musulmanes condenaron de inmedialO Jos al· gina de socied.td .
tercados_ Las revueltas eran simplemente W1 esfuerzo El hecho de q ue los manifesta ntes vjolentos quisie-
di.reClo por hacerse visibles_ Un grupo social que, aun· sen y exigiesen ser reconocidos como ciudada nos fran-
que procedente de Francia y compuesto por dudada· ceses de pleno derecho no señala s610 el fra caso cose-
nos franceses, se veía a sí mismo exclwdo del espacio chado en cuanto :l su integració n, sino, de forma
político y social y quería hacer de su presencio. rugo pal· simuhánea , la crisis dd modelo francés de imegración
pable para el público general. Sus acciones hablaban como equivalenre a la plena ciudadania, con su nonna-
por ellos: guste o no. estamos aquí, no impona cuánto tiva impücitmnente racista . Demro del espacio de la
desees no vernos. Los analistas no advi rtieron el hecho ideologia del Estado francés, d tém1lno «ciudadano»
crucial de que los manifestantes no reclamaban nu,gÚJl se opone a «(indígena» y sugiere una parte primi tiva de
estatus especial para sí mismos como miembros de una la población aún no lo suficienremente madura como
comunidad religiosa o étnica que lu chaba por conser- para merecer la plena ciudadanía. Y es por esto por lo
var su propio modo de vida. Al conu'ario, su premisa que la exigencia de los manues[antes de ser reconoci-
principal fue que querían ser y de hecho eran ciudada- dos implica además Wl rechazo del marco en que tiene
98 $OBII1;.I.:\ Vl OI.fM .IA " Lt\ OLEADA SnNG RlENT/I SE HA DESAHDO.. 99
lugar el reconocimiento. Es una l.Iamada de at ención La vacuidad de la conve rsación tiene. una función
para la construcción de un lluevo marco universal.\ técnica positiva como test del sistema mismo: un «Hola ,
Esto nos lleva una vez más a nuestro pun to de par- ¿me escuchas?». La funci ón fáti ca es pIóxima por lan -
tida: la histo ria del trabajador que robaba carretillas. ta a la funció n <<metalingüística.»: comprueba si el canal
Los analistas que investigaban el contenido de las ca· está en fun cionamiento. El emisor y el recepto r como
rretillas y las revueltas por su significado acullo están prueban a la vez si están usando el mismo código.2 ¿No
alejándose de lo obvio. Como habría dicho Marshall es esto exacramen te 10 que tuvO lugar durante las re-
McLuhan , aquí el medio mismo es el mensaje . vueltas de los suburbios de París? ¿El mensaje no era
En la época dorada del eSHllctu rallSmo, Roman }a- un a suerte de «hola., ¿me escuchas?) , una comproba-
kobson desplegó la noción de func ión «fátic a», deriva- ción [amo del canaJ como del código mismo?
da del conceptO de comun ión fática de Malinowski: el Alain Badiou ha refle xionado acerca del hecho d e
uso del lenguaje para mantener una relació n social a que habitamos en un espacio social que vivim os cada
través de fórmulas rirualizadas como agradecimientos, vez más como «pri vado de mundo».) En Tal espacio, la
charlas acerca del tiempo y OlfOS detcilles formales se· única fo rma que puede adop tar la protesta es la violen-
mejantes de la cOffiWlicaci6n social. Buen esrructuralis- cia sin sentido. In cluso el antisemitismo nazi . por muy
la, Jakobson incl uyó el medio de la cornuniC'ilóón dis- horrible que fue ra, abrió un mWldo: desc ribió su situa·
continua: segú n él, la mera p reten sión de prolongar el ción crÍlica presen te creando un ene.m.igo que era la
contacto comuni cativo sugiere la vacuidad de tal con- «conspiración judía»; nombró un o bjetivo '1 105 medios
tacto. Elliogü is!a cira un diálogo de Dorothy Pa.rker: para alcanzarlo. El nazismo reveló una realidad de un
modo que permidó a sus sujetos adquirir una «carto-
- Bueno. pues aquí eSlamos -dijo él.
grana cogn irivll» global que induía un espacio pa ra su
-Sí, aquí estarnos -dijo eUa-. ¿Verdad ?
implicac ión completa. Quizá es aqu[ donde debe ser lo-
- Eso parece -COnlestó él.
calizado uno de los peligros principales del ca pitali smo:
1. Aquí también, en el caso de la relación enlrc los distur.
aWlque sea global y abarque el mundo entero, sostiene
bios en Los Angeles (después de que los vídeos que mostraban a
una conslelacióo ideológica sel1su str·jeto «privada de
la polida golpeando il Rodney King fuesen hechos públicos) y
las películas de H o Uywood, lo que ocurrió ya se había sent.i.do mundo» despojando a la gran mayoría de la población
y visto tina década anres. Recordemos El Odio (Mallueu Kasso- de cualquier cartograffa cogni riva significativa. El capi-
vin., 1995),16 pelk u..la en blanco y negro acerca de la Intilada en talismo es el primer orden socioeconómico que desto/tI -
los suburbios fra nceses, que retrata la violencia juvenil sin senti-
do, la bruulid:\d de la policía y la exclusión social en París. No 2. Véase Roman Jakobson, «Oosrng Sutemenl e:: LinglUS·
hay polencial alguno en esos d e violencia para elsurgi- lics and Poetics», en T. A. Sebeok (comp.), Sty!e in Lal/guflg,e,
miento de un agente polít.i.co consistente. Iodo lo que se puede Nueva York, Wile)', 1960, págs. 350·.H7.
esperar es que sobrevivinin en algún especie de f<1tisLro cultural, 3. Abin B:tdiou, "The caesura of nihilism », confe rencia im·
como el auge de una nueva cultura punk suburbana. P:lrtida en III Universidad de &sex, el lO de sepliembre de 2003 .
100 SOIlR.( l " V10 L.F.NC IA .LA OLEADA SANGRIENTA SE HA DESATAOO.. 101

/iIO el st!':.tido: no es global en cuanro al sentido (no hay que forman juntO:1 otro tipo de violencia que la mayo-
realmefl! una <ofV1sión del mundo c" piraUsta») g10baJ nI ría liberaJ hoy percibe como una amenaza a nuestro
un a «Ci\iÜzilción capitalishl»; la lecció n fundam entaJ d e modo d e vida : los ataques terroristas y los atentados
la globaJzación t:S precisamente que d capiralismo pue- suicidas. En ambos ejemplos, la violencia y la contra·
de acorT)darse a (Odas las civilizaciones, desd e la cris- violencia se ven inmersas en un círeuJo vicioso en que
tiana a 1. hindú o la budista , déSde Occidente a Orien - cada una genera las mi smas fuerzas que trata de comba-
te). Su dmensión global sólo puede se r exp resada en el tir. En ambos alSOS nos las vemos con ciegos pasrages a
ámbitO ce la verdad -sin- sentido, como lo «r eal» del me· l'acle en que 1ft violencia es una admisión implícira de
ca nismo.iel meraldo globaJ. impotencia . Lo que cambia es que , a diferencia de los
P o r anto, la primera co nclusión que debemos ex· disturbios de P¡\rís, que eran de nivel cero, es decir, un
(Taer deos disturbios fran ceses es que las reacciones al estallido violento que no quería conseguir nada, los ata-
malestal ranto liberales como conservado ras, fra casan ques terro ristas se Uevan a cabo en nombre de ese sen-
cJarameJre. Los conservado res subrayan el choq ue de lid o absoluto proporci onado por la religión. Su objeti -
cívil.izac:mes y. po r s upuestO , la ley y el o rden, Los in- vo último es el modo de vida ateo occídental basado en
migrants no d eberían abusar d e nuestra hosp it alidad, la ciencia mod erna . En efecto, la ciencia compite hoy
son nuetros in vitados , así que deberían respetar nues· con la religión en lam o que sirve a dos necesidades pro-
lras cos!Jmbres. Nuestra sociedad ti ene derecho ti sal - piam ente ideológicas, la esperanza y la censura, que tra-
vaguarde su cultura y su modo de vida , No hay excusa dicionaLneme eran sati sfecha s por la religión . Por citar
para el ('imeo y e l comportamiento vio lento, Los aJohn G ray:
nes inmvantes no necesitan más ayuda social . sino di s-
ciplina n rabajo duro ... M ientras tanto los liberales iz- Sólo la cieacia tiene el poder de silenciar a los herejes,
quie rdisas• no menos p redeci blemenre, se aferra n a su H oyes la única institución que puede exigir autoridad.
mantra de los programas sociaJes olvidad os y de Como la Iglesia en el pasado, tiene el poder de destruir °
margina r a los pensadores independientes. [ ... ] Desde la
los es funos por la integración, que han p ri vado a las
posición de cualq\1..iera que valora la libertad de pensa-
jóvenes :eneraciones de inmig rantes de cualquier pe rs-
miento esto puede ser desafortunado, pero es sin duda la
pecti va 'Conómica y sodal clara. Los violen- fuente principal del interés de la ciencia, Para nosotrOs,
tos son ;u único mod o de artic ul ar su insatisfacción, la ciencia es un refugjo com ra toda incerridwnbre, que
Como r...biera dicho Stalin, es W1 sin sentido debatir promete - yen cierta medida proporciona- eJ milagro
qué reaéÍón es peo r: las dos son peores, y eUo inclu ye d e la libertad del pensamiento, mientras que las iglesias se
la ad vel'e ncia formulada po r (lmbos lados acerca de han convert ido en s3ntuarios de la duda. 4
que el p.:ugro real de estos estallidos resid e en la reaC-
ción raCita predecible dd pueblo francés.
Los lisrurbios de Pa rís han de situarse en una se ri e 4 . G ray, Sfraw Dogs, op. cit., pág, 19.
tOl SOBRE. LA VIOLEN Cl/I _loA OLl:.ADA SANC ruENTA SE H A Df.::iA I AOt)" 103
No estamos hablando de ti! ciencia como tal, asl que curso científico). Por el camino nuest ra id entidad se ha
la idea de la ciencia enfrentada en pane a la <<libertad ido fundam entando en identificaciones simbólicas. No
de pensamiemo}) no es una variación de la noción de sorprende que la modernidad nos haya llevado a la lla·
Heidegger de que «la ciencia no piensa». Hablamos mada «crisis del sentido», esto es, :! la desin tegración
de cómo funciona la ciencia como fuerza social , en ran- del vínculo en tre -(\ induso de la identidad de- ver·
to que Lnstirución ideológica: 11 este nivel , su fLUlción es dad y semido.
proporcionar certidumbre, ser un punro de referencia En Emopa, d onde la modernLzación tuvo lugar a lo
en el que podamos apoyarnos y que nos traiga esperan - largo de varios siglos , hubo tiempo para ajustar esta
za . Las nuevas invenciones tecnológicas nos ayudarán:t ruptura, para atenuar su efecto devastador, a través del
lu char contra la enfermedad, prolongar la vi da, etc. En Kulttlrarbeit , el traba jo de la cuhura. Poco a poco se
este aspec(o . la ciencia es lo que Lacan llamó «el discur- asentaron nuevos mitOs y narraciones sociales. Alglmas
so universitario» en su forma más pura: el conocimiento otra s sociedades -oorablememe las musulma nas- se
cuya «verdad» es un significame-¡lmO, esto es, poder. s ex pusieron a este efecto d irectamente, sin protección,
La ciencia y la religión han intercambiado asientos, y así que su universo simbóüco se vio pertu rbado de un
hoy la ciencia proporciona la seguridad que otrora ga · modo mucho brutal Perdieron su flmdamemo
rantizó la reügión. En un:! inversión interesante, la reL· (simbóU co) sin tiempo apenas para establecer un nuevo
gión es uno de los lugares en que cabe despJegar dudas equilibrio (simbólico) , No debe sorprender, por tan to ,
críticas acerca de la sociednd de hoy, Se h;i convertído que en es tas sociedades el Gnieo modo de evitar la ban-
en un espacio más de resi stencia. carrota fu era erigir a la desesperada el escudo del «fun-
El carácter «privado de mundo» del capitalismo damemaUsmo», esa reafirmación psicótica, delirante e
está vinculado a esta nUlción hegemó nica del discurso in Ces W OSfl de la religión como comprensión directa
cienúfi co en la modernidad. H egel advirtió esta carac- lo real di vino, con todas las rerrorífi cas consecuencias
teríst ica al observar que, para nosotros modernos, el que tal reafirmación impli ca, incluyendo el retorno de
aoe y la religión ya no merecen un respeto absoluto. la obscena divÍJlÍdad del superyó ex.igiendo s¡1crificios.
Podemos admirarlos. pero ya no arrodillarnos ame Como en los ataques «terroristas» de los hUldamen·
ellos, pues nuescro co razón no está realmente con ellos. cajistas, lo primero que saha a la vista es la inadecuación
Sólo la cienciél --el pensamiento conceptual- merece de la idea, desarrollada de fo rma más sistemática por
este respeto. Y sólo el psicoanálisis puede revelar los lí- DOfiald Davidson, de que los actos humano$ son racio·
mites del devastador imp acto d e la modernidad (esto nalmente intencionales y explicables en términos de las
es , el capiralismo combinado con la hegemonía del dis- creencias y los deseos de! age nte,I, Tal en foqu e ejempü·
6. VéJse Donald Davidson, Essays 011 ¡l ctlOns ond Evel1ls ,
5. Para el concepto de «discurso dé la universidad», véase Oxford, Oxford Unive-rsity Prcss. 1980 (¡rad. casI.: Eff50}"OS so·
LoIcan, Tbe Other Side 01 PrychoaffoJyiÍs, op. cit. bre acciones y sucesos, Barcelona, Crírica, 1995).
10<l LA VIOLENCIA
lO'
fica el prejuicio racisra de las reorías de ]¡'1 «racionali - está cla ro que los coreanos del no rte habrr.ln respondi-
dad»: aunque su objetivo es comprender al otro desde do: desde luego esta historin no es literalmen te verdade-
denrfo, acaban atribuyendo al Otro las creenci3s más ri- ra , sólo pretende rep resentar d espíritu de sacrificio in-
dícu las. induyeud o las [am()sas cuauocielllas vírgenes condicional y la disposición del pueblo co reano a hacer
que esperan al creyente en el paraíso, como explicación lo imposible con tal de derrota r la in vasión imperiaL sta
( racioDal» de por qué está djspuesro a sa llar por los ai. en su tierra. ¿ Y si el error es el mismo que el de los an-
res. En su esfuer zo por hace r al Olro «como nosolros», (ro pólogos cuando adjudican a los aborígenes «primiti-
acaban hilciéndolo ridículamenre ajeno. 7 vos» q ue celebran al águ il a como su ancestro la creencia
He aqtú un pasaje de uno de los textos de propa- de que realmente descienden del águi la? ¿Por qué no
ga nda distribuidos por Corea del N0l1C du rante la gue- leer este pasaje -que más bien parece propio de una
rra de Corea: pieza operística con todo su pathos- del modo en que
escuchar iamos el acto lercero del Tristón de Wagner,
El héroe Kang-Ho-yung fu e gravemente herido en donde el héroe mortalmente herido desgrana su cautiva-
ambos brazos y ambas piernas en la batalla de Kamak dor canto de muerte a lo largo de casi una h ora? ¿Quién
HiU , así que se lanzó rodando e.lltre las filas dd enem igo de entre nosorros está dispuesto a impurar a Wagne r la
coo Wl3 granada de mano en la boca y los destruyó gri -
creencia de gue esto sea posible? Pero cantar la muene
tando: «Mis brazos. y piernas eSlab¡m rOfOS. Pero en con-
de Tristán es mucho más dificü qu e lo que hizo el infeliz
{(apartida mi espíritu vengador coorra VOSOU 0S . can a-
l1a s, se hizo mü veces m"s fuerle . Mostrar(- el inflexible Kang... Quizá deberíamos imaginarnos a Kang cantan-
ardo r de un miem bro del Pan ido de los Traba- do un aria ames de rod ar bajo d tanque, en ese momen -
¡adores de Corea y su voluntad inquc:b r<lnt!'lble, fi,me- to, propio de la ópet a, de suspensión del curso del tiem·
mente comprometida con el Panido y el Líden•. 8 po real en que el héroe refl ex iona en una canción sobre
lo que está a p unto d e hace r.
Es fácil sonreír ame el ca rá cte r ridículo e irreal de
esta procl<lma: ¿cómo pud o el pob re Kang hablar si su·
¡eraba la gran ada con la boca? ¿ y cómo es qu e en medio RESENTLMIENTO TERR ORISTA

de una fero z b:lralla [U VQ riempo para la l decla ración re·


rórica? Ahor¡,¡ bien. ¿y si d error es leer este pasaje como «El segu ndo de William ButJer Yeats
una descripción rea1 isra y por tam o adjud icar creen cias parece expresar perfectamente nuestra siruación: «Los
ridícu lAs a los coreanos? Si se preguma directamente, mejores carecen de toda convicción, mientras que los
peores están llenos de mtens¡dad apasionada». He aquí
7. Jean ·Picrre Dupu\. AWQI1.f-7101l.roublii!(! 11101' la
poliflque {(' 11 Jep"'lI1b!'(', París, Ba)'ólrd , 2002. una excelente descripción del corte actual enrre los
8. en BracUcy K. Marrin, !ln,lr'r Ihr:!ouing o/ the aném icos liberales y Jos exaltados fundamentalisras.
Falherly leader, Nueva York, Thomas Dunoe. 2004. «Los mejores» no son ya capaces de impUca rse, mien-
l06 5('l¡IRE LA VIOLENCIA 107

tras que «los peores» se implican con d fanatismo racis- basado en la convicción por los te rroristas de su propia
ta, re..ligioso y sexista . superioridad y en su deseo de sal vaguardar su identidad
Sin emba rgo, ¿son los tercoristas fundamenta!istas, cultural y religiosa de la embest ida de la civilización glo-
sean crist ianos o m usulmanes, realmentejundamentalú- bal de consumo. El problema de los fundamentaliscas
tOIen el senrido auténtico dd ténnino? ¿Creen realmen- no es que los consideremos inferiores a nosotros, sino
te? De lo que ca recen es de unA caracterísrica fácil de más bien que secretamente e/los mismos se cons ideran
disce rnir en todos los fundamentalisras auténticos, d es· inferiores . Por eso nuestra condescendiente y polüica-
de los budistas tibetan os a los amish en Esrados Unidos: mente correc13 aseveración de que no senrimos.superio -
la ausencia d e resentim iento y envidia, una profunda in- cidad respecto de eUos sólo los pone más furiosos y ali-
di.fe rencia bacia el modo d e vida de los no creyentes. Si meDI a su resentimiento. El problema no es la diferencia
los llamados fundam entalistas de hoy creen realmente cultural (su esfue rzo por preservar su identidad ), sino d
que han encontrado su camino h¡¡cia la verdad, ¿porqué hecho opuesto de que los flUldamenrnüstas son ya como
habían de verse amenazados por los no creyentes, por nosotros, pues han Ínteriorj zado secret ameme nuestros
qué deberían envidiarles? C uando W1 budista se en · hábitos y se miden por eUos. (Está claro que lo mismo
cuen tra con un hedonista occidental. raramente lo cul - puede decirse también del Dalai Lama , que justifica el
pará. Só lo advertirá con benevolencia que la búsqueda budismo ribetano en los términos occid en tales de bús-
hedonista de la felicidad es una d errota anunciada . A di- queda de la feli cidad y alejamiento del sufrimiento. ) La
ferencia de los verdaderos Fundamentalistas, los terro - paradoja eo todo esto es que en realidad ca-
ristas pseudofundamemalistas se ven profundamente recen precisamen te de una dosis de esa convicción « ra-
pertwbados, in trigados, fas ciDados, por la vida pecami. eista» en la propia superioridad.
nasa de los 00 creyemes. Queda patente que al luchar El hecho desconcertan te de los ataques «terroristas»
conrra el otro pecador están luchando contra su propia es que no encajan bien en nUCSlra oposición típica entre
tentación . Estos Uam ados «cn stianos» o ((musulmanes» el mal como egoísmo o desprecio dd bien común y el
son una desgracia para el auténtico fundamentalismo . bien como el espíritu para y la disposición al sacrificio
Es aquí donde el diagnóstico de YealS falla respecto en nombre de alguna causa mayor. Los terroristas no
a la situación anual : la intensidad apasionada de una pueden parecer sino algo semejante aJ Sa rán de MUton
turba delata una ausencia de auténtica convicción . En lo con su «.Maldad, se rú mi Bien»:" mientras eUos persi-
más profundo de sí mi smos los fundamenrali stas tam- guen lo que nos parecen objetivos mal vados mediante
bién ca recen de una coovicción real , y sus arranques de
violencia son prueba de ello. Cuán frágil debe de ser la 9. ¿No proporcionó Shakespeare, incluso antes de la famo-
sa frase del Paraiso perdido de Mi.hon, la fónnuJa del mal diabó-
creencia de un musulmán si se siente amenazado por una
lico, en su Tilo Andl'óffico, doode 135 últ imas palabras de Aarón
estúpid a caricatura en un periódico dan és de circula- son: «Si tilla buena acción en 10e13 mi vida hice / debo arrepen-
ción limitada. El terror [undameOlalisra islámi co n.o está únne desde mi propia alJlhl»?
108 SOIlRE L:\ VJOLENCJII . L>\ OLEADA SANGIUI:::NTA SE HA DESATA.D(),o 109

med ios maJvados, la/omw misma d e su aCtividad alcan - El p roblema del deseo humano es que, como dijo
za eJ máx imo valor del bien. La solución de este enigma Lacan, siempre es «deseo del otro» en todos los senti-
no es difícil y ya era conocida por Rousseau. El egoísmo, dos del término: d eseo por el otro, d e se r d esea·
o la preocupació n por el bienestar de uno mismo. no se do po r eJ o rro, y especialmeme d eseo de lo que eJ otro
opone al bieu común, puestO que las nonnas ahruistas desea. 12 Esto úhimo hace de la envid ia, que incl uye el
pueden ser deducidas fácilmente de las preocupac io nes resenlimiemo , un componente constitut ivo d el deseo
egoíslas. lo E l individualismo frl!nre al «comuníta rlsmo» hwnano. algo que Agustin ya sabi¡¡. Reco rdemos el pa-
y el utililarismofrente a la afirmación de norm as univer- saje de sus Confesiones , a menudo citado por Lacan,
sales son o posiciones falsas, puesto que dos opciones que retrata la escena de un bebé celoso del hermano
opuestas Uegan a idéntico resuJtado. Los críricos qu e se que mama del pecho de la madre: «Yo mismo he visto y
quejan de que en la sociedad egoísta )' hedonista de hoy comprobado cómo un infante puede estar celoso aun-
fa llan valores autém icos se equivocan por completo. Lo q ue no pueda hablar. Palidece y lanza miradas furtivas
auténticamente op uesto al amor pro pio egoísta no es el a su henn ano de lecho).
altruismo, Ja p reoc upación por el bien común, sino la Desde esta percepdó n,] ean-Pierre Dupuy propone
envidia, el reJentimietlto que me haee aemar eOIl/ro mis una crítica convincente de la teo ría d e la justicia de Jo hn
propios intereses. Freud lo sabía bien: la pwsión de RawJs. 1J E n el modelo rawlsiano de una sociedad justa,
muerte se opone tanto al principio del placer como al las desiguald¡¡des soeiaJes sólo se tOleran si los favoreci-
principio de realidad. El verd3dero mal, que es I¡¡ dos también ayudan a los de la pane más baja de la esca -
sión de muerte, implica el sabotaje de W1 0 mismo. Nos la social y mientras no se basen en jerarquías heredadas,
hace actuar contra nuestros propios intereses. 11 sino en desigualdades narurales . que son consideradas
conüngemes, no Incluso los conservadores
JQ. El ejemplo más famoso es el de Roben Axelrod , en The bri tánicos parecen estar ahora preparados para aprobar
E{)(J/ulÍon 01 Cooperalion, N ueva York, Basic Books, 1984 (t rad. la noció n de justicia de Rawls: <::n diciembre de 2005 ,
caSI.: lA evolución lo cooperación, Madrid, A1i:mza, 1996). David Cameron, líder tOty recién elegido, pro puso al
11 . Dupuy se equivoca. en su caracterización del psicoan:ili· Pa rtido Conservador la defensa de los desafornUlados,
sis la(aniano como parte de 111 emergente «mecanizurió n de la
mente>.>. El psicoanSlisis. por el contrario, re.introduce las nocio- declarando: «C reo que el test de nuestras poüticas debe
nes del mal y de la en nues tro vocabulario ético: consistir en la pregunta: ¿qué hacen por los q ue tiene
«pwsión d e muerte» es d nombre para 10 que perrurh a el meca· menos las personas que no tienen nada ?». Pero Rawls
ci smo homeostático de búsqueda racional d el place r, la extraña
inversión en la que saboteo mlS propios imereses. Si es éste el 12. Lacan, Ecrits, op. cil
mal llutémico. enlo nces no tan sólo las foorias éticas seculares 13. Véase Du puy, op. cil.
pragmalicas de hoy, sino incluso la «mecllru:¿9ció n d e la mente» 14. }olm Rawls, A Tbcol'y O/}uSlice, Cambridge, MA, Har·
en b s ciencias cognitivas deben ser concebidas no como «malig- vard Un iversilY Press, 197 \ ; edició n revisada, 1999 (trad. cast.: Te-
na$'» en si mismas, sino como una defensa fre nte al mal . orio de /o justicia, Madrid, Fondo de CuJru ra Económica. 2002).
110 SOBRE LA VIO l.ENCI .... ..u. Ol.E.ADA SANG,R.l rS r:\ SE KA DESAT¡\(>O.. 111

no ve que una sociedad tal crearía las condiciones para rado de una fuerza ciega impersonal: lo bueno de la
una explosión inromrolada de resenlimiento: en ella del mercado y del éxito o fracaso en el
pod ría perC¡lt8cme de que mi situació n ¡nierior esrá pie. capitalismo es que me permite precisamente percibir mi
namente «justificada» y pod rÍ<l por eUo verme desposeí- fracaso o éx ito como (<inmerecido», comingente. 16 Re·
do del recurso de excusar mi fracaso como result ad o de cardemos el viejo tema del mercado como la versión
la injusti cia social. moderna de un desuno imponderable. El hecho de que
Rawls propone asi un modelo te rrorífico de una so- el cap italismo no sea «justo» es una Cll racterísti ca clave
ciedad en q ue la jera rquía esrá rurechl meme legitimada que le permite resultar aceptable pa ra la mayoría. Puedo
por propiedades naturales, y por ello se des vía de la lec- convivir con mi fracaso mucho más fácilmente si sé que
ción que e.nseiiil lUla sencilla anécdota acerca de un no es debido a mis cuaU dades inferiores. sino al azar.
campesino esloveno. Una bruja bondadosa le da a ele- Lo que Nietzsche y Freud com parten es la idea de
gir entre entregarle a él tm3 vaca y dos a su veci no. o Ue- que la juslicia como iguald ad está fund ad a enJ a envidia ,
varse un a de sus vacas y dos de su veci no. El campeslno en la envidia del otro que tiene lo que nOsotroS no tene-
inmediatamente elige la segunda opeón. l } Gore Vidal mos, y que disfrura de el.1o. Así pues. en definiti va la exi-
demuest ra la cuesrión sucintamente: «No me basta con gencia de justicia es La exigencia de que el goce excesivo
ganar, el otro debe perden). La trampa de la envidia/re- del otro haya de ser restringido de modo que e.! acceso
sentimiento es que no sól o aprueba el princip io del jue- de tode e.! mW1do a lajouimUlcesea el mismo. El resu1ta '
go de swna cero, eo que mi victoria es igunl a la pérdi- do necesario de esta demanda, desde luego , es el ascetis-
da del 0[ [ 0 , sino que implica además un intervalo en tre mo. Puesto que no es posible im pone r igualjouissnnce,
los dos, que no es uo intervalo positivo (todos podemos lo impuesto, en vez de lo comp artid o con equidad, es la
ganar sin nin gún pe rdedod , sino negativo. Si tengo que prohIbición. Con tod o, en nuestra sociedad presunta-
elegir entre mi ganancia y la pérdida de mi oponente. meO[e pe rmisiva, hoy día este ascetismo asume la fo rma
prefiero la pérdida de mj o po nente. induso si eso signi· de su opuesto, un imperativo gen erali zado del su peryó ,
fi ca también una pérdid a para mí. Es como mi gA nan· el mandato de «¡goza! ». Todos estamos bajo el hechiw
óa, sin la pérdida del opone nte, fwlcionase como una de este mandaw. El resultado es q ue n uestro goce se ve
especie de d emento patológico que comamina la pure- mas perturbado que nu nca . Pensemos en el yuppie que
za de mi vict o ri a. combina la «autor realización» perso nal con d isciplinas
Fricd rich Hayek supo q ue era mucho más fácil acepo totaJmente ascélÍcas como el joggillg, la comida sana y
tar las desigualdades si uno puede decir que son el resul· derna s. Qwzá fuera esto lo que Nietzsche tenía en men-
te con su noción del «úlrimo hombre», au nqu e sólo hoy
J5. En u na versión m:i!\ suave. la bruja le dice: «Te daré lo
que quieras. pero le advieno. ¡se lo d are por duplicado 1111 ved · J6. Vease Friedrich H ayek. The RQdd JOSe,fdolll, erucago.
El cllmpesino. con una son risa malévola, le dice: t' jArrán· UniversilYo ( C hit:lIgo P ress, 1994 (lrad . cast.: Camino de serui·
carne un dumbre, Madrid. AJianzól , 2U06L
11 2 SOBRL LA \'IOl ENC.! ¡\, wLA OI..EJ\DA SANCRlENTA SE HJ, DESi\TAoo. 1 13
pod amos di scernir realmem e sus con lomos bajo el rus- sucede con el slljelo mel ancólico que posee el objeto,
del ascerismo hedonis ls de los yuppies. Nietzs<:he no como el avaro , pero pierde la razón que le hizo desear-
defendía sólo la afi rmación de la v:ida frenlc al ascelismo: lo. Lo más trágico es que el melancólico tiene lib re acce·
era consciente de que cien o ascetjsmo es el anverso de so a todo lo que desea, pero no encuemra satis facción
una sensualidad excesiva y decademe. Su críti ca del PaT. en eUo.ls
sI/al de Wagner, y más en general de la decadencia tardo- Este exceso de envidia es la base de la conoc ida
rrománti ca que oscila entre la lúb rica se nsualidad y d aunque no plenamente explotada distinción de Rousse·
espirirualismo oscuro , da foralmente en el davo. 1l au ent re egoísmo, al1lour de 50; (ese amor deJ yo que es
Entonces, ¿qué es la envidia? Vo lvamos a la escena naturaJ ) y omour propre. la preferencía perversa de uno
agtJstin iana del herma no envid ioso. El su jeto no envidia mismo sobre los otros en que una persona se cenrra no
de! o tro la posesión del objeto como taJ , sino en la consecución de un objetivo, sino en destruir el
más bien el modo en que el a rra es capa z J e gOUlT de este obs{<Ículo para alcanza rlo:
objeto, por lo q ue para él no basta con robar y recuperar
la posesión del objeto. Su obje:[ivo verdadero es des· L'ls pasiones pri.mi tivas, que apuntan rodas a nuestra
truir la capac idad/habilidad del a fro para gozar del ob· propia fel icidad y que no nos ocupan sino con objetos
jeto. Así pues. vemos que la envidia ha de situa rse en la que se relacionan con eUas y no tienen por p rincipio otra
tríada de la envidia, la avari cia y la me1ancoüa, las tres cosa que el a»lOrlr de soi, son en esencia ladas amorosas
y tiernas. Pero cuando, desviadO! de SIl objeto por Los ohs·
fo rm as de no ser capaz de gozar del objeto y, desde lue-
!áculos, se preocupan más dioL obstáculo que Jebe ser opar·
go, de gozar de forma reflexiva de e:sa misma imposibili-
tado que del objeto por alcam.ar, enlonces cambian de na-
dad. A diferencia del sujeto de la envidia, que envidia la turaleza y se hacen irascibles y odiosas, y de este modo el
posesión del otro o lajouissol1ce dd objeto, o ambas. el dmou r de soi, que es un sentimiento bueno y absoluto, se
avaro posee el objeto, pe ro no puede goza rlo/consumir. convien e en 4mOllr propre, es decir. un sentimiento rela·
lo. Su satisfacción deriva tan sólo de poseerlo eleván· tivo por el que nos comparamos, que pide preferencias,
dolo a una eotidad sagrada. inroca bldprohibida, que por el el dir/rute es purameNte lIegativo y 110 busUJ ya
no debe ser consumida bajo ningún concepto. La fi gura
proverbi al del avaro soUtario es aqu ella en que lo vemos 18. ¿Es posible envidiarse a sí mismo, no sólo a Otro sujeto?
volver a casa, cerrar con llave las puertas, abrir su cofre y Acerca de sujetos que , incapaces de p ro loog3f su felicidad o
echar en tonces U11 vistazo al preciado obj eto, observán- suerte, se sabotean obs!inadamente. puede deci rse a veces, de
dolo con an sia. Lo que evita que el obj eto sea consu- un modo freudi ano cruel, que su superyó envidia d é:d(o de su
mido garantiza su estatus como objeto del deseo. igual yo. La fractu ra entre lo que Lacan llama el «sujelO de loenuncia·
do» (el modo en que el yo. el sujeto h,¡blame. se representa en su
discurso) y el «sujeto de la enunciaciónlt lel yo h..blame mismo)
17. Véase Alcnka ZlInpanéic, Tbe 5borlr!1 Shadow. Cam· es llevada al extremo aquí: el su je10 se conviene en su propio
bridge, MA, MIT Prt'ss, 2006. 01 ro. ocupando u na posición desde la cua l se envidia a sí mismo.
114 SOBRE. LA VIOL ENCIA .. LA OLEADA SANGRIENTASI HA DESA.TADO.. 1 15

¡a!is/lIcerse por nueslro propio bien, sino JO/o por el ",al de EL SUJETO QUE SI: SUPONE SAQUE'" y VIOl/.
los o/ rO$. 19
Uno de los personajes populares de la guerra entre
Así pues , Lilla persona malvada 170 es egoísta «cuan - Estados Unidos e ¡rak fue Muh,m,d S,eed al -S.haf, el
do piensa sólo en sus propios intereses». Un au ténúco desafortunado roi nisrro de Información ¡raquí. En sus
egoísta está demasiado ocupado preocupándose de Su conferenc ias de prensa diarias negó heroicamente in-
propio bien como para tener tiempo para causa r mal a cluso los hechos más evidentes y fue fiel a la línea ira ·
Otros. E l vicio primario de una mala persona es precisa- quL Cuando los tanques estadou nidenses estaban tan
men te estar más preocupada por los demás que por sí sólo a algunos metrOS de su oficina, continuó afirman-
mismo. Rousseau está por tamo describiendo un meca- do que las imágenes de la televisión esradounidense que
nismo libidin oso preciso: la inversión que genera un mostraban los tanques en las calles de 8¡¡gdad eran me-
cambio de la asignación libidinosa. del objeto al obstá. ros efeccos especiales de Hollywood. A veces, si n em -
culo mismo . Esto aplicarse a la violencia funda- bargo, daba en el clavo: cuando tuvo que contestar a Jas
mencalis¡a, sea en los atentados de Olclahoma o en el noticias que afirmaban que los soldados
ataque a las Torres Gemelas. E n ambos casos se trata de ses tenían bajo coO([ol panes de la ci udad, replicó:
odjo puro y simple: lo que realmenre importaba era «¡No tienen nada bajo control, ni siquiera se controlan
destruir el obstáculo (la sede federal de OkJahoma C jey, a sí mismos!».
el World Trade Cemer) no alcanzar el noble objetivo de Con las noticias del caos en que se vio su.mida Nue-
una sociedad verdaderamente cristiana o musulmana.lO va Orleans, el viejo dicho de Marx de que la tragedia se
He aquí la razón por la que el igualitarismo nun ca repite como farsa parece haberse invertido: la cómica
debería ser aceptado en su semido lüeraJ: la noción (y replica de Saeed se transformó en tragedia. Estados
práctica) de la jusücia igualitaria, en tanto que esté sos- Unidos, la policía mundial que pretende controla r las
tenida por la envidia, yace en la inversi6n de la típica re- amenazas a la paz, la Ubenad 'i la democracia en el
nuncia realizada para beneficiar a otros: «¡Esmy Iism mundo, pierde el control de una parte de los propios
para renuncia r a ello, así que (TAMP<X"O) los demás po- Estados Unidos. Durante unos pocos días Nueva Orle-
drán Lejos de oponerse al espírifU del sacrifi- ans experimenló la regresión a un salva je <:oto de saque-
cio, el mal emerge aquí como el aU[éntico espíritu del os, asesina ros y violacio nes. Se convirtió en una ciudad
sacrificio, preparado para ignorar el propio bienestar de muertes y asesin atos, tUla zona poscapocaüptica
si, a tra vés de mi sacrificio, puedo despojar al o tro de donde aquellos que el filó sofo Giorgio Agamben llama
su goce ... Homini rocer -las personas exclu idas del orden civll-
vagaban sin rumbo. Existe un temor creciente de que
19. Je¡m-Jacques ROIlsse:111, Oeuvrt5, vol. 1, Gallimard, 1990.
este ripo de desintegración de la entera estructura socia!
20. Véase Jean -Pierre Dupuy, dt:5 (fU-
ttomis, París, Éditions du Se:uil, 2005, pág. 68. pueda Uegar en cualquier momento, que algún acciden-
11 6 SQ8RE I.J\ VTOlO\'CIA O LEADA SANGItlENl'A SE. HA DESATADO.. 117

te narura! o - sea un terremom, un fallo ¿EntOnces, qué es lo qu e ocurrió en N ueva Orle-


eléC LIico o el famoso efecto 2000- redu cirú nuestro ans? En un análisis más p ro fundo, lo primero que h ay
mundo a un primitivo estado salvaje. Este se ntido de la que advenir es su extraña temporalidad, una sue He de
fragilidad de nuestro vínculo social es e n sí mismo un rea cción a destiempo. lnmed ia[ameme después de la
síntoma social. Precisamente cu ando y donde W1 0 es· irrupció n del hu racán hubo un al ivio mom entáneo: su
peraría un surgimiento de la soUda ridad freme al desas- ojo pasó a una veintena de kilóm!':tros de Nueva O rle -
tre, hay un miedo a que explore el egoísmo más despia- ans. Tan sólo se contabiliza ron cUez muertes, así q1.le lo
dado como sucedió en Nueva Odeaos. peor, la remida carástrofe , se habla eludido. Después,
No es momenw para cualquier clase de Schadell- con la resaca tras el huracá n, las cosas comenzaron a ir
freude del tipo «Estados Unidos tiene lo que se mere- mal. Pa rte del dique de contenció n de la ciudad se rom -
ce». La tragedia de Nueva O rleans fue inmensa: se ha pió, con lo que la ciudad se inundó y el orden social se
demorado demasiado el análisis de lo que ocurrió. Las desintegró ... La caul.strofe nalUraJ , el huracán, reveló
escenas que vimos en los reled iarios no pueden sino re- esra r «mediado socialmente» de mwciples maneras. En
cordamos numerosos documentos históricos y fenóme- primer lugar, hay buenas razones para sospechar que
nos culru rales de nuesua historia. La p rimera asocia· Estados Unidos recibe más huracanes de los habituales
ción, desde luego, es la de los re portajes televisivos de debidos al calentamiemo global producido po r el hom-
las ciudades del tercer mundo hundiendose en el caos bre. En segundo lugar, el inmediato efecto catastrófico
durante una guerra civil (Kabul, Bagdad, Somalia, Li -
beria ... l, y esto da cuenta de la verdadera sorpresa ante que se una megalópolis estadoUfl.iden se pierde lodo tipo de or-
den publico y las bandas criminales se han hecho con d poder.
lo que pasó en ueva Orleans: lo que estábamos acoso
Más intercsame es, sin embargo. El dominó, de David Ka·
tumbrados a ver que ocu rría allí estaba teniendo lugar epp, en eJ que, cuando el poder escapa lk la gran ciudad, la so-
aqtlf. La ironía es que Luisiana es a menudo designada ciedad 11 hundirse. La pone en juego de mane-
la «república banan!':ra de Estados Unidos», el tercer ra imaginativa las relaciones entre y nueStras actitudes
mundo dentro d e Estados Un idos. Ésta es probable- prejuiciosas hada los extranjeros. Como decía la publicid3d dd
mente lUla de las razones po r las que la reacción de las mm , «cuando nada fuocion;l, todo vale». Detrás se ocul taba el
aUfa de Nueva Orleans como la ciudad de vampiros, muertos vi·
au to ridades llegó demasi ado tarde. Aunque racional· vientes y vudú , donde alguna fu er.:a eSIl¡rirual oscura amenna
men te sabíam os que podía ocurrir, no c reíamos en rea - siempre con desrruir la fábrica sodal. De modo que, de nuevo,
lidad que pud iese: ocurrir, al igual que la amenaza de la como con el ll de de 2001, la sorpresa DO era tan sólo
catáslrofe ecológica. Lo sabemos rodo acerca de e Ua, una sorpresa. Lo que ocu rrió no fue que la rorre de marfil de la
pero de algún modo no c reemos que vaya a ocu rrir vida en EStados Unidos fuese sacudida por la intromisión de
la realidad de C80S social del Tercer Mundo, sioo, por el contra·
efectivamente ... 21
rio, lo que (se pe rcibía como que) no e ra parle de ouesfrs reali-
21. No obstante, ya había oc urrido en Estados Unidos. En dad -algo de lo que sólo conscientes como fi cción de In
el cine. desde luego: la serie Je películas .Escape from...", en la relevisióo y deJ cine-, ("{lIró brutalmente en nueslt3 realidad.
118 SOBRE LA ViOLENClII " l A OLC/ú)A SANG R1E":T,.... SE HA I)ESATAOQ,. 119

del huracán , la inundación de [a ciudad , fue en gran bería verse como un eco de los disturbios de Rodney
parte debido a un error humano: las presas de protec- King en Los Ángeles, o incluso las revueltas de Dcrroit
ción no eran Jo suficienremenre buenas y las autori· y Newark a fmales de la década de 1960.
dades esraban poco preparadas para enfrentarse a las D e un modo más fundamental, ¿y si la rensión que
necesid ades humanitarias predecibles que siguieron . llevó al estallido de violencia en Nueva Orleans no era
Pero el golpe auténrico y más grande tuvo lugar tras el la rensión entre la «naturaleza hwnana» y la fuerza de la
acontecimiento, bajo la forma d el efecro social de la ca- civilización que la mantiene a raya, sino la tensión entre
tástrofe naturaL La desintegración del orden sociallle- dos aspec(Qs de nuestra ó vilización? ¿ Y si. en el esfu er·
gó como una especie de acción diferida. como si la ca· zo por co ntrolar estallidos como eJ de Nueva Orleans,
tástrofe natural se repitiera a sí misma como catástrofe las fu erZAS de la ley y el orden se enfrentaron con la au-
social ténti ca naturaleza dd capitali smo en su fo rma más
¿Cómo leer este colapso social? La primera reac- pura, la lógica d e la competición individualista, de la
ción es la conseNadora. Los acontecimientos de N ueva auroafinnación más despiadada, una «naturaleza» mu o
Orleans confirman de nuevo cuán frágil es el orden so- cho más amena zadora y violenta que lod os los huraca-
cial, cuánto necesitamos un refuerzo estricw de la ley y nes y terremotos juntos ?
una presión ética para prevenir la explosión de pasio- En su teoría de lo sublime (das Erhabene), Immanuel
nes violentas . La naturaleza humana es esencÜ'llmente Kam interpretó nuestra fascinación por las acometidas
malvada, el descenso al caos social es una amenaza per- del poder de la naturaleza como una pru eba negativa de
manente ... E ste argwnento puede recibir también una la superioridad del espíritu sobre la naturaleza . No im·
vuelta de cuerca racista: los que cayeron en la violencia porta cuán brutal sea el despliegue de la ferocidad de la
eran casi exdusivamente negros , así que aquí tenemos naturaleza, no puede afectar a nu es(ra propia ley moral .
de nuevo la prueba de la falta de civilización de los ne- ¿No proporciona la catástrofe de Nueva Orleans lU1
gros. Las catástrofes naturales hacen atlorar a la chus- ejemplo similar de lo sublime? No importa la brutalidad
ma que en tiempos de paz no rmalmente se mantiene del vórtice del huracán: no puede interrumpir la espi·
oculta y bajo control. ral de la dinámica capitalista.
Desd e Juego, la respuesta obvia a esta línea de argu- Hay. no Obst30ce. otro aspecto de los sucesos de
mentaci6n es que eJ descenso al caos de Nueva O rleans Nueva Orleans que es crucial respecto a los mecanis-
hizo visible la di visión racial p ersistente en Estados mos ideológicos que regulan nuestras vidas . De acuer-
Unidos. Nueva O rleans era negra en un 68 %. Los neo do con una anécdota antropológica bien conocida , los
gros son los pobres y los menos privilegíados: no tuvie- «primitivos» a quienes se atribuye o e nas creencias su-
ron medios para huir de la ciudad a tiempo. Fueron persticiosas (que descienden de un pez o de un pájaro,
abandonados, murieron de hambre y desprotegidos. por ejemplo), cuando son interrogados rurecramente
No sorprende que estallasen. Su reacción viol enta de- po r es tas creencias, responden : « ¡Desde luego que no,
120 SOBRe LA VIO LEN CIA .. LA O LEAD A SI\NGRJ ENT,\ SE I-l;\ DESATADQ.. 121

no somos tan Pero algunos de nuestros an- Cuando construyo una imagen «falsa» de mi mismo
cestros efecrivamente lo creian, .. ». En pocas palabras, que me represen ta en una comunidad virtual en la que
rransfi eren su creencia a ot ro. Nosotros hacemos lo partici po (en los juegos sexuales, por ejemplo, Wl hom·
mismo con nuestros hijos. Pasamos por el rima! de San· b re tímido adopta a menudo el pape1 de una mujer
ra Claus, puesto q ue a nuestros hijos se les supone la atractiva y p ro miscua) , las emociones que siento y «fin-
creencia en él y no queremos decepcionarlos. EUos fiJl· jO) como parte de mi personaje en la pantalla no son
gen creerlo para no decepcionarnos a nosotros y nues- simplem eme fal sas. Aunque lo que experimento como
tra creencia en su in ocencia (y pa ra recibir rega los, por mi «a uténtico yo» no los siente, son sin embargo «vc[ -
supuesto). ¿No es ésta también la excusa habirual del daderas» en óerto sentido , como cuan do veo una se rie
poliúco deshonesto que se vudve sincero? «No puedo en televisión llena de risas enlatadas; incluso si no río,
decepciona r a la gente normal que cree en mi (o en sino que simplemente miro fijamente la pantalla, cansa·
ello).» Dándole una vuelta de lUerca más , <no es eSfa do tras un duro d ía de trabajo, me siento igualmente
necesidad de enconuar a otro que cree» lo animado tras el espectáculo ... 2Z
q ue impulsa nues(ra necesidad d e estigm atizar al otro Los acomecimienw s de Nueva O rleans des pués de
como «fundamentaUsta» (religioso o étruco)? De modo que la ciudad lÍJese sacudida por el huracán Katrina
extraordinario, algunas creenci as siempre parecen fun - p roporcionan un nuevo añadido a esta serie de (sujetos
cionar «a cü stan cia»: para que fu ncion e la creencja, que se presuponen ... » : el sujeto que se mpone Jaquea y
debe haber un garante final de ella, aunque este garante viola. Todos recordamos los reportajes sobre la desinte-
sea siempre diferido. desp lazado, nunca esté presente gración del orden público, la explosió n de violencia en -
il1 persona . La clave, desde luego, está en que este otro rre la población negra, los saq ueos y las violaciones.
sujeto que cree de modo absoluto no neCeSilQ existir Con tOdo, investigaciones posteriores demostraron que
para que la creencia sea operativa, Es suficien te con en la gran mayo ría de los casos estas supuestas orgías de
presuponer su existencia, esto es, creer en ella. tam o en violen cia simplemente no ocurrieron: los rumores no
la forma del m ro primitivo como en la forma del «se» comprobados se re produjero n como hechos probados
impersonal (<<se cree ... )}). por los medios d e comun icació n. Por ejempl o, el 4 de
¿No fu nciona este diferir o desplazar también en septiemb re el supervisor jefe del Departam ento de Po-
nuestros sentimientos y actitudes más ínlimas ? Desde de Nueva Orlean!> fue cítado en el New York Times,
las llamadas «plañideras», mujeres contratad as para Uo- en un texto sobre las condiciones en las que se encon o
rar en los funerales en las sociedades «p rim itivas», a las traba liI ciudad : «Los ruristas pasean por aqw, y en cuanto
«risas enlatadas» de las comedias televisivas , en que la esos individuos los ven, se convierren en sus presas. Los
reacción de risa ante una escena cómica se incl uye en la 22. Para Id l-oncepto de «sujelo·supueslo·saber», vease el OIp.
banda sonora, hasral a adopción de un avata r en el tibe - 3 de Slavoj Ziiek. The Plague oJ Fantasies, Londres, Verso, 1997
respacio está en acción el mismo tipo de fenómeno . hrnd. casI. : El acoso de /.as !l1n/(ll'í(ls, M¡ldrid, Siglo XXJ, 1999).
122 $OORE LA V10l ENU.... «lA 01 r \OA SANC RlENTA SE HA 123

golpean, los violan en la calle». En Wla entrevista dos fueran «exagerados», sino por lma raz6n mucho más ra-
semanas posterior reconoció que algunas de sus afirma- dical . Jacques Lacan afirmó que, incluso si la mujer del
ciones más chocantes eran falsas: <,No [enemas datos paciente está acostándose rea!meme con orros hombres,
oficiales que documenten asesinato a1gW10. Ningún in- los celos del padente deben ser tratados como una con-
forme de violación o asaho sexual».2) dición patológica . De modo parecido. incluso si los ju-
La realidad de los negros pob res abandonados y de- díos ri cos en la Alemania de los últimos anos de Ja déca-
jados a su suene sin medios de supervivencia se trans- da de 1930 «realmenre» explotaban a los lrabajadores
formó entonces en el espectro de un estallido de violen- aJemanes, seducían a sus hijas, dominaban la prensa po-
cia negra . de turistas asaltados y asesinados en las calles, pujar y demás, el antisemitismo nazi segura siendo radi-
que habían degenerado en anarquía, en un enorme coli- calmen te «no verdadero», una con dición ideológica pa-
seo lleno de bandas que violaban a mujeres y niños ... Es- tológica . ¿Por qué? Lo que la hacía patológica era la
ros informes no eran palabras vacías, eran palabras que ioconfesada inversión libidinosa de la figura del judío.
tenían efectos materiaLes precisos: generaron miedos que La causa de todos Jos antagonismos sociales fue pro-
llevaron a las autoridades a frenar el despliegue de tro- yectada en el «judjQ»), el objeto de un amor-odio perver-
pas, ralentizaron las evacuaciones médicas, llevaron a so, una figura especual de fascinación y repugnancia.
los oficiales de poli cía a abandonar la ciudad, prohibie- Exactamente Jo mismo se aplica a los saqueos en Nueva
ron despega r a los helicópteros. Por ejemplo, los coches Orleans: incluso si TODOS los informes acerca de violencia
de la compañía de ambulancias Acadian quedaron guar- y saqueos fueron probados comolácticamente verdaderos,
dados bajo IJave cuando Uegó el nunor de que las reser- las historiar que circulaban sobre ellm seguirían siendo
vas de agua de un parque de bomberos de Covington «potológicfls» y rocistas, pues lo que motivó esas historias
habían sido saquead as por asaltantes armados, noticia no eran hechos, sin o prejuicios racistas, la sa tisfacción
que resultó ser totm ente infundada_ sentida por quienes fueran capaces de decir: «j Ves, los
Desde luego. eJ senrido de amenaza .fue activado por negros son realmente así, bárbaros violentos sin ningún
un desorden y una violencia genuinos: los saqueos co- sentido de civilización!». En otras palabras, pod ríamos
menzaron en el momento en que la tQrmema pasó sobre estar viéndonosJas con lo que podría denominarse men-
Nueva Orleans. Abarcaron desde robos menores a asal- tir bajo La forma de la verdod: incluso si Jo que estoy di·
tOS a mano armada , impulsados por la necesidad de so- ciendo es Eácticamente cierto, los motivos que me hacen
brevivir. Sin embargo, la (limitada) realidad de los crí- decido son falsos.
menes de ningún modo condena los «lnformes» del ¿Y qué hay del obvio contraargumemo derechista·
colapso total de la ley y el orden; y no porque tajes datos populista? Si deci r la verdad fáctica impüca una menti-
ra subjetiva - la actitud racista-, ¿no significa esto,
23. V6Ise Jim Dwyer y Christopber Drew, «.Fe¡¡¡r Excecded
Cri Ole's Reaüty in New Orleans1>, New York Times, 29 de sep· más allá de la corrección política, que no podemos ex·
tiembre de 2005. presar los meros hechos empíricos cuando los negros
124 SOBRE LA \fJO I ,F ;>'¡CU. "lA OLEADA SANGRIENTII SI'. ll A DESATAfX).. 125

cometen un crimen? La respuesta está da r<l: la obliga. que era moralmenre censu rable recomendar el aborro
ción no es mentir, falsi ficar o ignorar los hechos en de un grupo entero de població n. Pero esto es lo que
nomb re de alguna verdad polilica mayor, sino - y eS[Q ocurre cuando argu menras que Jos fines pueden justifi-
es algo mucho más difícil de hacer- cambiar la posi· car los medios». Esto es ex aCtamente lo que Freud que-
ción subjetiva propia de modo que deci r la verdad (ác· ría decir cuando esc ribió que el inconscien re no conoce
uca no implique la mentira de lit posición subjetiva de negación: el o fi cial (cristiano, democráti co ... )
enunciación. En ello reside la limitación de la corree- está acompañado y sostenido por un nido en tero de fan -
ción políri ca estándar. En vez de ca mbiar la posición rasías o bscen as, b rutales, racis tas y sexistas que sólo
subjetiva desde la que hablamos, impone sobre naso- pueden admilirse sometidas a censura .
u os un conjunto de reglas respecto al contenido. No se· Pero aquí no trara mos sólo del viejo racismo. Está en
ñalemos qu e los negros com elen crímen es. No mencio - juego algo más: una característi ca fundrunentcll de nues-
nemos que las parejas lesbjanas maltratan a sus hijos . (ra sociedad «globaJ» emergente. El 11 de septiembre
No nos explayemos en cómo las mi.no rías desvalidas de 200 1 fueron aracadas la s To rres Gemelas. Doce años
maltratan a las mujeres y a los niños ... Pero todas estas antes, e19 de noviembre de 1989, cayó eJ muro de Ber-
reglas sob re d concenido dejan de hecho imaCla nues- lín . Esa fecha señala el comienzo de la «feliz década de
(ra posición subjetiva. 1990}), el sueño d e Francis Fllkuyama del «fin de la his-
Desde luego , no admitimos abiertamente esros mo- toria», la c ree ncia de que , en plÍncipio, la democracia li-
tivos. De vez en cuando, sin embargo, surgen en el espa- beral había ganado, de que la búsqueda había acabado,
cio público bajo forrna censurada , bajo el disfraz de la de que la llegada de una comu nidad global Liberal estaba
denegación , evocados como una opción y después in- a la vuelta de la esquina , de que los ob stáculos a este su -
mediatamente desca rrados. Recordemos lo que W illiam perfinal l110de in H oUy'\vooo eran merameme empíricos
Benn en , el jugador y autor neoconscrvadorde TIJe Book y contingentes (focos locales de resistencia donde los li-
o/VirltteS, elijad 28 de septiembre de 2005 en su progra- deres no se habían percatado aú n d e que su tiempQ ha-
ma con Uamadas dd púbLicoMoming in America: «Pero bía acabado). A d.i1erencia de entonces , el 11 de sep -
sé que es verdad que si quieres reducir el crim en, puedes tiembre es el simholo prin ci pal del fin d e la feliz década
hacerlo. Si ése fuera tu único p ropósito, podrías abarrar dJmoniana de 1990. La era en que surgieron nuevos
a todos los niños negros dd país, la tasa criminal bajaría, muros en rod as parles, entre Israel y C isjordania , aJrede-
Eso se ría algo ridiculamente imposible y moralmente dar de la Unión Europea, en la frontera con México. El
censurable, pero la tasa criminal bajaría». La Casll. Blan - auge d e la nueva derecha poplLli sta es sólo el más emi-
ca rea ccionó de i11mediat o; «El presidente cree que los nenreejem plo d e la urgencia por consuulr nuevos muros.
comentarios no fueron apropiados». Dos días d espués Hace un par de ruios casi desapercibida una si.
Bennen matizó sus palabras: «Estaba em itiendo Wla nies tra decisión de la Unión Europea: el plan de estable ·
proposición hipotéti ca L .. ] y después dije acerca d e eUa cer una poli cía de fro nte ras europea para asegurar el ais-
126 SOBRE LJ\ VIOLENCIA 127

!amiento del territorio de la Unión y prevenir así el fl ujo lado del muro. Es de este sujelO de quien habla Beo-
de inmigrantes. Ésta es la verdad de la globa li zación, la neH , confesando así de modo censurado sus sueños ase-
const rucción de nuevos muros que defienden a la prós - sinos. Más que cuaJquic r otra cosa , los rumo res y noti·
pera Eu copa de la marea inmigrante. Uno se ve tentado cias falsa s de los resul tados dd KatrLna atestiguan la
a resucitar aquí la vieja oposición «h umanista» marxiSIa profunda divisi6n de clase de la sociedad estado uni ·
entre las «rclaciones entre cosas» y las «relaciones en tre dense.
personas»: en la cdebrada libre circuJación desplegada Cuando, ti comienzos de octubre de 2005, la policía
por el ca pitalismo global, son las «cosas» (me rcancías) española se enfrentó al p roblema de Cómo detener el
las que circulan libremente, mient ras que la circulación fluj o de inmi grant es african os desesperados que inten·
de «personas» está cada vez controlada. No esta- taban penemu en el pequeño territorio espa ñol de Me·
mos tracando aquí de la «globalizacióm) como un pro- lilla. en la cOSta africana del Rif, des plegó e1 plan de
yecto ina cabado, sino <:on auténtica «dialéctica de la construi r un muro e1Hre el enclave español y Ma rrue·
globalizacióo» : la segregación de las personas es la reali· coso Las imágenes presentadas - una compleja esrruc·
dad de la glob alización económica. Este nuevo racismo tura con la ('!l tima teenología- tenían una extraña se-
de los desarrollados es en cierto modo mucho más bru- mejanza con el muro de Berlín, sólo que co n la función
ral que los anteriores: su legit imación jmplicita no es opuesta. Este muro estaba destinado a impedi r a la gen-
naturalisra (la su periorid ad «na tural» del Occidente te entrar, no sa lir. La eme1 ironía de la situ!l.eió n es que
desa rroll ado) ni tampoco culturalista (en Occidente no - el gob ierno de J osé Luis Rodríguez Zapatero, en el mo-
sotros rambién queremos preserva r nuestra identidad mento acruallíder del gobierno europeo probablemen .
cultural), sino desve rgonzado egoísmo económico. La te más anrirraciSla y tolerante. se ve forzado a adoptar
división fundamental es la que se hace entre los incl ui- esta s medidas de seg regación. H e aquí una señal cla ra
dos en la esfera de la prosperidad económica (rda tiva) y del límite del enfoque mulriculturalista «(tolerame» que
los exdu idos de ell a. predica ab rir fronteras y acoger al otro. Si se abriesen
Esto nos lleva de vuelta a los rum Q[es y a las ·nOl ieias las fromeras , los primeros en rebelarse se rían las clases
acerca de «sujetos que se suponen saquefln y violan». trabajadoras locales. Está cada vez más cJaro que la so-
En Estados Unidos , N ueva Orleans se cuenta ent re las lución no es los muros y dejar entrar a todos»,
ciudades más marcadas por el muro interno que separa que es la exigencia fácil y vacua de los bondadosos libe·
a los ricos de los negros recluidos en guetos. Y es sobre ra les progresistas «radicales». La única solución au tén·
quienes están al Olro lado del muro sobre qu ienes fao· tica es derruir d auténtico muro, no el del Depa rtamen.
taseamos: viven cada vez más en OtfO muo do, en una to de lnm igración, sino d socioeconómico: cambiar la
úerra de nadie que se ofrece como pamalla para la pro · sociedad de modo que la geme no intente escapar de-
yección de nuestros miedos, ansieda des y deseos sec.rC· sesperadamenre de su propio mWldo.
ros . El <<sujeto que se supone saquea y viola») está al otro
CAPÍTULO
4
Presto
Antinomias de la razón tolerante

¿L IB ER AlISMO o FUNDAMHITAUSMO?
¡UN¡\ PLAGA 'E N LAS CASAS DE AMeos!

lmmanuel Kan t desa rrolló la noción de «a ntino-


mias de la razón pu ra». La ra zón finil a humana cae ine-
vitablemente en la aurocomcadicción cuando ¡m enta ir
más allá de la experiencia de los sentidos concretos al
responder a preguntas como: ¿tiene el universo un co-
mienzo en el tiempo, un lúnite espaciaJ , W13 causa in i-
cial, o es infinito? La antinomia surge porque es posible
construir argumentos válidos pa ra am bas pa rtes de la
pregun ta: pode mos demost rar de forma concluyente
que el universo es fio iro y que es infinito. Kant argu-
mem a que si este conflicto de la razón no se resuelve, la
humanidad caerá en un estéril esce pticismo que él de-
nominó la «eutanasia de la razón pura».' La s reacciones

l. Véase Immanud Kant, «The Ant inomy ofPure Reason».


en Critique 01 Pure Reason: l'he Trascendental Dialeclic {trad.
130 SOURE l..¡\ V10LENt."1J\ AN'nNÚM lAS DE LA RA ZO N 131

violentas Ir<l5 la publicadóo de las caricaturas de Maho- areo en todo ello. pues esta ridicu li7.ación es una parte
ma , la arra manifestación de vio lencia que conmocionó inhe rem e de la vida religiosa . Del mismo modo que en
a la opinión púb Lica occidental en el otoño de 2005 , pa- el caso dd crisuanism o no debemos olvidar los ma men·
recen enfrentarnos A una antin omia similar de la razón tos de ironia ca rnava lesca en las parábolas y acertijos de
tolerante: pueden narrarse dos historias OpW:St 3S acer- CristO. Incluso la crucifixión contiene su propia ridicu-
ca d e las carica turas, ambas convln cc ores y b ien argu - lización, espectác ulo bla sfem o de ese rey que es Cristo ,
mentadas, sin posibilidad alguna de mediación o recon · cabalgando a lomos de un asno con su corona de espi .
ciliadón entre eUas. nas. El cristianismo interrumpe la noción pi:lgana de la
Según e1líbe[al occidental, pMU quien la libertad de inversión cómi ca de las relaciones normales de auto ri-
prensa es uoo de los máximos bienes, el caso está daro. dad en las que, po r un tiempo limitado, un idiola es ce-
in cluso si rechazamos las caricaturas con desagrado. su lebrado como rey. E n el cristianismo, el «auténtico» rey
publicación no justifica en absolmo la violencia asesina se revela como su p ropia b lasfemia , un seño r del desor-
de las turbas y la es rigrnarización de un país entero. Los den , un loco. Po r eso, cuando en diciemb re de 2006 un
ofeodidos por las carica tu ras deberían haber ido a jui- grupo de co nse l:vad ores nacion alistas del Parlamento
cio para perseguir a1 infractor, y no ex igi r disculpas de polaco propusieron proclamar a Jesús rey de Polonia,
un Estado que se adhie re a la libertad de prensa. La re- no sólo confundían los niveles rel igioso y políuco, sino
acción musulmana despliega Wl a clara incomprensión que su p ropuesta era también profundamente pagana,
del principio occidental de una sociedad civil indepen. anricristiana : hacía un chiste del cristianismo mismo .
diente , Ellib era1 occidental ta mb ién encuentra el problema
Lo que subyace a la actitud m usulmana es su creen- de las caricaturas vu lgares antisem itas y anticristianas
ci a en el estatus sagrado de lo escrito (mot ivo por el que que abtmdan en la prensa y en Jos libros escolares de los
rradicionahnente los musulmanes no usan papel en el países musulm anes. No bay respeto por los uemás pue-
baño). La idea de la escritura minuciosamente sec ulari· blos y su religión , respeto quese exige a Occidente. Pero
zada , por no mencionar una «Vida de Mahoma» a lo asimismo hay también poco respeto por su propio pue-
Monry Python, es inimaginable en la cuJnlra islámica. blo, como atestigua el caso de Sheik Taj Dio al-I-Wali , el
Hay más que rascar de lo que puede parecer en un pri- clérigo musulmán mÁs importanre de Australia , que
me r momento: una riru culiza ció n de la divin idad es causó fu ro r cuanoo, en otoño de 2006, des pués de que
parte de la misma tradició n religiosa e uropea , comen · un gru po de ho mb res musulmanes fuera enca rce1ado
zando con la rid icuJización riwaJ izada de los dioses del por asociación delictiva , rujo: «Si coges carne y la colo-
O limpo en la antigua G recia. N o hay nada subversivo o cas en la calle [. ..] y los gatos se acercan a comerla [ ... J,
¿de quién es la culpa, de los gatos o de la ca rn e? La cul-
cast.: «La aoünomia de la razón p ura», en Critica de lA rozón pable es la came» . La naturaleza explosiva y provocado-
Madrid, Alfagullra, 2000) .
pUf ti , ra de la comparación enae una mu jer que no lleva el
1)2 SOijKJ.:: LA VIOLl. ... ¡\N'n NOMIAS DE LA RAZóN TOU:.RANTE !3}
velo y la carne cruda dis(raía la t!rención de Q{ r<l premisa, Algunos de los partidarios occiden raJes de la tole-
mucho más sorprendente, que subyacía al argumenro de rancia muJticuhuraJ , que ¡mem an alcanzar cierta «com-
Al-Hilali. Si se culpa a las mujeres de la conduer:'!: sex ual prensión» d e la re-dcción musuLnana , seilaJan que la hi-
de los hombres. ¿no implica esto que Jos hombres están perreacción a las caricaturas üene una causa s ubyacente.
tan jndefensos frente a lo que perciben corno temación La violencia asesina en un primer momento dirigida a
sex ual que son incapaces de resisrirla. que están toral - Dinamarca, pero después expandida a tod a E u ropa y
mente a merced de su apetito sexual, como un galO a Occidente, indica que las manifestaciones no tenían
cuando ve carne Cfuda ?2 A diferencia de esta presun - que ver con las caricatu ras en concreto, sino con las hu -
ción de total falta de responsabilidad masculina por su millaciones y frustraciones asociadas a la actitud impe-
propia conducta sexual. la insistencia pública d e Occi- rialisra de Occidente. En las semanas posteriores a las
dente en el erolis mo femenino se basa en la premisa de manifestaciones, los periodistas compitieron entre sí a la
que los hombres sí q ue son capaces de contenerse se- ho ra de enumerar las razones «rea les)) de los disturbios:
xualmente, que no son esclavos ciegos de sus impulsos la ocupación israelí , la insa tisfacción con el régimen pro-
sexuales. 3 estadoun idense de Musharraf en Palcistán, e1 antiameri-
2. Em responsabilidad rOlal de la mujer en el aclO $t'xuaJ canismo en Irán, etc. El problema d e eSla linea de argu-
ha sido sancionada legalmeme en Jran, donde, el j de enero de mentación está claro si la ex tendemos al antisemitismo
2006. una chica Je 19 años fue sentenciada ala horca por 3dmi. en sí mismo: el amisemitismo musulmán no ciene que
tir haber 3pw\aJado a uno de los !res hombres que intenlaron ver « realmente» con los judíos, sino con una manifesta-
violarla. He aquí la pamdoj;l: si hubiese elegido no defendef'S(!', y
ción desplazada acerca de la explotación capitalista. Pero
permi tir la violación, habría Sido sometida a 100 latigazos, según
la lcy de caslidad iraní. Si hubiese estado casada en el momento esta excusa s610 Jo empeora todo para Jos musulmanes y
de la violación, habría sido culpable de adu lterio y nos fuerza lógicameme a pregunrar: ¿por qué no nos
seoteociada a muecre por lapidación. Así que ocurriera lo que muest ran la causa VERDADERA?
ocurriera , la responsabilidad era sólo de ella, Por otro lado, una acusación no menos convin cente
3. Sin embargo. hay a lTa Je(rura más siniestra de esUI ausen· puede hacerse comm Occideote. Pronto se supo que el
cia de responsltbilidad en los hombres: ¿no es I¡¡! habilidad para
periódico danés que publicóJas caricaruras de Mahoma,
rewltr el acto sex ual en cuaJquier momemo, ea cualquier lug31,
Wl3 fantasía femenina? Recuérdese la ridícula prohibkión de los
en un descarado despliegue de prejuicios, había recha-
talibaoes respecto a que las mu jeres Uev3ran Ta(oneS, (amo si, zado previamente caricaturas de Crisro por ser dema-
incluso si l11s mujeres esdn completAmente cuhienas con ropa, siado ofensivas, Además, antes de recurrir a manifesta-
el sonido de sus tncones pudiese provocar a los hombres. ¿No ciones públicas, los musulman es daneses intentaron
presupone eslO de nuevo una imagen Totalmente erofizad:J del durante meses seguir el camino «e uropeo» del diálogo,
hombre, que puede ser pruvonldo induso por un sonido.) ino-
cente, si señala b presencia de una muier? El otro lado de 13 {O-
lerancia occidentaJ hacia el comportnmiemo provoc¡¡¡ivo de las sivas, los hombres están cBd.a vez menos interesados en la rela-
mujeres podria ser entonces que, en nuestras sociedades permi. ción sexual, y lo considerao más Wl deber que un placer.
1)4 ... umr LA ANTINOM.1hS DE LA RAZÓN TOLERANTE 115

pidiendo ser recibidos por las 3uroridades gubernamen - que se OCUpít de ello, así que se m\ta de eS\.ar ate.ntos.
tales. Se les igno ró. La realidad subyace.nte es el auge de ¿Qué más qweren? jDé jenme ll eva r mi vida en paz!».
la. xenofob ia en Dinama rca, que señala eJ fin del mito de Desde luego, Ja idea subyacente no es que neces itemos
la Tolerancia escandinavo. . Finalmente, debemos exa mi- un David I rving para resucitar nuestra memoria h istóri ·
Dar las diversas prohibiciones y lim iraciones que subya- ca del H olocausto y despenam os del sueño dogmárico
cen a la llamada Libertad de prenSil de Occidem e . ¿No es de la confian za en la memoria oficia] Es
el Holocausto un hecho sagrado e inlocable? En eJ mo- que a veces la admisión expresa de un crimen p uede ser
mento en que las protestas musulm:l.nl-ls estaban au men- el modo más eficaz de el udir la responsabilidad.
tando, d historiador bril ánico David irving eSlaba en El equivalente musulmán de esta hi poc resía legalis-
una prisión austríaca cumpliendo un a condena de tres ta es la ex craña incoherencia de sus propias referencias
aoos por habel expresado sus dudas acerca del Hola · aJ Holocausto. El periódico jordano Ad-Durlour publj -
causto en un arúculo publicado quince años :.l.ntes:' có el 19 de oClubre de 2003 lInli tjra cómica en la que se
¿Cómo debemos in terpreta r estas prohibiciones le· mostraban las vías férreas que conducían al ca mpo de
gales contra el cueslionamiemo (público) del (los) he· ex termin io de Auschwit z-Birkenau con banderas israe-
cho(s) del H o loca usto? El sentido común moral nos líes reemplazando a las nazis. El ca rtel en árabe reza:
d ice con razón que hay algo falso en todo ello: la legali· «Fnmja de Gaza o campo de exterminio israelí» . (Es in·
zación del estarus inrocable dd Holocausto es, en cie rto notar cómo esta ident ificació n del ejército is-
sentido, la ve rsión más refi.nada y perversa de la nega- raelí con los nazis fue extrañamente reproducida por
ción del Au n cuando adrniren plenamente los colonos de Ga za, que, cuando eran evacuados por
el (Jos) hecho(s) del Holocausto, tales Jeyes neut raliza n las Fuerzas d e Defensa de Israel , también identificab an
su efic8da simbólica. Con ellas la memo ria del Halo· a Jos au tobuses y camiones proporcionados por las FDI
causto se ex ternaJiza, de modo q ue el lndividuo se ve con los trenes que Uevaban a los judios a Auschwitz, y
eximido de su impacto. Así, podría responder con toda de hecho afirmaban que podía ocu rrir otro holoca usto ,
tranquili dad a los críticos: «Está escrito en nuestra ley, otra destrucción de la nación judía si no se pon ía fin a
esos nuevos traslados. Aquí se enCllentran dos ejemplos
4. EsIO, por supueslO , no Justifica a Irvi ng. que fu(' invitado opuestos pero relacionados de la brutaJ ioslrumem aJi.
a Austria por un partido de cxtremn derecha ysab(a que iba ji $Cr zación dd Holoc:lusto.) Esta idea de que las políticas
arreslado. de Israel respccro a los palestinos enm comparables a
Yen lamo que cu;tlqll.ier cálculo es inmed iAl3menre des- las acciones nazis cont ra los ¡udios contradice la nega-
caliScado, podria imaginarse el nívd uh imo de o hscen.idad en el
ción del H olocausto. El chiste que exponía Freud para
deb ate acerca dd nivel «[\llc rablc» de rn uercos, que se harín
dcl sobre \:1 tJ.sa de alcohol en sangre pa.r-a. los conduclo - hacer comprensible la extrnña lóg ica de los sueños
res; ¿deberían se r 5,5 millones, o se sigue siendo un historiador arroja luz sob re la lógica que actúa en este caso: 1) Yo
respetable si se deja el número «Tan sólo» en 5,3 millones? nunca cogí tu 2) te la devolví intaera; 3) la tetcra
136 SOBRE LA VIOL.l::NCI A ANTI NOMIAS 0[: LA RAZÓN TOLERI\NrE 137
estaba ya rota cuando me la prestaste. Ta! enu meración daración citada es el recuerdo de la hipoc resía europea:
de argumentos incoherentes, desde luego, confírma por los europeos pretendían expiar su culpa con la tierra de
negación lo que pretende negar: que re devolví la tetera otro pueblo. Así que cuando d porravoz dd gobierno is-
rOla. ¿No caracteriza esta el modo en que raelí Ra'anan Gissin respondió a Ahmadine jad: «.Permi-
los racU eates islamisras responden al Holocausto? 1) El tame recordarle, señor Ahmadinejad, que estábamos
H o locausto no ocurrió; 2) ocurri ó, pero los judíos se Jo aquí m ucho antes que sus ancestros; por ranto , cenemos
merecían; 3) los judíos no se lo merecían, pero han per- derecho a estar aquí, en la tierra de nuestros antepasa-
dido el derecho a lamentar$(: al hacer a los palestinos lo dos , y a vivir aquí», evocaba un derecho histórico que,
que los nazis les hicieron a ellos. de aplicarse un iversalmente, nos llevarla a una matanza
En diciembre de 2005 Ahmadinejad, presidente de generaLzada. Dicho de otro modo, ¿puede concebirse
Irán, insinuó en una intervención en La Meca que la un mundo en el que los grupos étni cos comin uameme
culpabilidad por el HolocauslO Uevó a los países euro- <<recordasen» a sus vecinos que estaban allí antes que él,
peos a apoyar la creación del Estado de IsraeL aun cuando eso fuera hace un millar de años, y utilizar
esta órcunstancia para justificar sus esfuerzos para apo-
AJguoos paíSe5 eu ropeos insisten en que H.itJer asesi- derarse de la tierra del vecino ? Siguíendo este mismo ra-
nó 11 mill ones de judíos ino(enl es en hornos crematorios, zonamiento, una escritora francesa judía, Céci1e Winrer,
hasta tal pWHO que si algtúeo prueb;l lo contrario, coo- propuso un interesante experimento mental: imagine·
denan a esa persona y la encierran en la cárcel. L .. ) Aun - mos Israel tal y como es y su histori a a lo largo del último
que no oceplemos esa afinnación. suponiendo que sea
medio siglo, pero ignorando el hecho de que los judros
cierta, nuesIT3 preguma para los europ(.-Qs es: ¿apoyan a
estaban estigma tizados por su ca rácter de víctima abso-
los ocupantes de Jerusalén a causa del asesina to de judi-
os que perpetró Hitler? [ ... ) Si los europeos son hones ·
Ima., y por tanto OlaS allá del reproche moral . Lo que nos
tos, deberían dar una parte de su terri torio (AJemania , queda entonces es una lÍpica historia de co]onizaóón. 6
Austria u ortOS países) a los sionistas, y así los sionistas Pero ¿por qué debemos abslraernos del Holocausto
pod rían establecer su E:! tado en Europa . Ofreced parle cuando juzgamos las políticas de rsrael respecto a los pa-
de Europa, y nOSOIros lo apoyaremos. lestinos? No porque sean comparables, sino porque el
Holocausto fu e UD criDlen muchísimo más grave. La
Esa afirma ción es repugn ante pero a la vez aderta auténtica necesidad de evocar el Holocausto como de-
en algo. La parte repugnante es, desde luego, la nega- fensa de las actuaciones israelíes implica subrepticia-
ción del H olocausto y algo más p roblemático, la insi · mente que lsrad está cometiendo crímenes Tan h orri·
nuación de que los judíos merecían el Holocausto. (<<No bIes que sólo la baza del Holocausto puede redimirlos.
aceptamos es ta afirmación »: ¿cuál? , ¿que Hitler asesinó
a millones de judíos o que los judíos eron inocentes y no 6. Véase Alai.n Badiou y Cecile Wirller. Circonstonces, vol.
merecían ser asesinados?) Lo que sí es correceo en la de - 3. Po,.tier d" molItjillllJ, París, Leo Scheer, 2005.
lJa S0 8RI: LA VlOLENCI,A. AN'l1NOMJJ\S OE LA RAZÓN TOL ERI\NTE 139

¿Significa esto que uno deba igno rar el Holocau sto ceo lU1a imagen r idicub del islam perfectamente adap-
cuan do se enfrenta a la pa lifica acrum, puesto que cual· tada al cJjché La ironía fi.nal, desde luego, es
quier uso del mismo par-d. legitimar los actos politicos que la ira de las turbas musulm <l nas se dirigió hacia la
equival e a una mstrumemalizaóón obscena? Tal proce- Euro pa que contiene a los anriislámicos, como la cono-
der, sin embargo. se acerca demasiado a la obscenidad cida periodista O riana Fallad, que murió en septiembre
(pseudo)izqu..ierdist3 según la cual cualquier mención dd de 2006, percibida induso como demasiado tolerante
Holoca usro en el discurso políri co actual es un fraude, hacia el islam. Y, dentro de Europa , comra Dinamarca,
una manipulación para ocultar los crúnenes israelíes parte dd propio modelo de tolerancia que represema
contra 10$ palestinos (0, mas generalmente, para minim i· Escandinavia. E Sla constelación reproduce a la perfec-
za r el no menos terrible sufrimi emo del tercer mundo, ción la paradoja del supe ryó: cuanto más o bedeces lo
donde la referencia al Holocausto peonite a los coloniza- que el o tro exige de ti , más Culpllble re sientes. Es como
dores presentarse como las víctimas auténticas y definiti- si cuanto más tOlenn as el islam , mayor fu era la presión
vas) . Nos vemos entonces atrapados en una anlÍ.n omia que ejerce sobre ti.
kantiana (aunque podría ser demasiado obsceno deno- Ofiana Fallaci era la muje r imojersme q ue actuaba
minar a esto <da antinomia de la razón del Holocausto»); CO Ill O síntoma de los ho mbres tOlerantes. En los ubros
si bien toda referencia positiva al H o locausto supon e escritos en sus últimos añ os, rompió dos reglas ca rdina-
una instft unentalizaóón, la reducción de cu al quier refe- les: su esc rimra era apasionada y plen amente compro-
rencia al a tal lnsl rwnentauzaóón (por e jem- metida, y despreciab¡::¡ toralmente el m3jura política-
plo, la imposición de silencio tata) acerca del Holocausto mente correcto del respeto po r el otro.7 Fallaci sostenía
en el discurso político) es no menos. inaceptable. que la contin ua guerra contra el rerror no era un cho-
Pero quizás esta referen cia a Kant p roporciona tam - que de civilizflciones, sino un choque entre civil ización
bién una solución: según la argumentación del y barbarie. El enemigo no es el uso iodebido del islam
«uso negacivo de la razón» como el único legítimo cuan- en términos poüticos, sino el islam mismo. El peligro
do se trata del noú meno, deberfamos limitar su I,lSO al as- que acecha desde dentro es la actitud predominante en
pecro negativo. La únka referencia permitida al H olo- Europa. Su tesis es que Europa hahía capillllado espiri-
causto debería ser b negativa. El H olocauslO no debería rualmem e: preocupada por hace r valer su iden ridad
ser evocado para jus tifica r o legitimar medidas políticas, cultural y política. se trata a sí misma corno u na provin-
sino rao sólo para deslegitÍJnar (algunas) medidas, para cia del islam. En repeti das ocasiones Fallaci llama la
imponer Urniraciones a nuestros actos políri cos. Está
justificado condenar actos que d espliega n una hybrú 7. Vé3se O rian a Fallad. Th e Rage and lb,: Prtde, Nueva
York. Rizzoli, 2002 (trad. cas!.: La rabia yel orguJ/o, Madrid , La
cuya expres ión extrema fue el Holocl uslo.
Esfera de los Libros, 2002) ; Th e FQr« 01 Re4JfJ/"l, Nueva York ,
¿Y si en [aJ caso l<ls caricaturas dd is lam no fu eran Riz:wli, 2006 (trad. caSL: La fuerza de fa rtf;¿Ón. Madrid, La Esfe-
más q ue manuestaciones violentas antidan esas que ofee- f3 de los Libros, 2005).
140 LA VII lLENO,\ I\ NTI NQ.>.tMS DE LA R.... ZÓN TOLERANTE 141

,ucnción sobre lu asimetría de la rolerancia: E uropa se en una ideología fa laz. En el siglo XXI el anrirracismo
disculpa lOdo el tiempo. apoya la construcción de mlC' será lo que el comunismo fue para el siglo xx: una fuen-
vas mezquitas, anima al respeto mutuo, etc., mientras te de violencia» . Finkidkraut tiene razón, pero por mo-
que en algunos países musulmanes la conversión al ( ris - tivos erróneos: Jo que está mal en la lucha políticamen-
rianismo se castiga con la muerte. La postura inAcxible te correcta del mu.lticulturaJismo conlra el racismo no
de Fallaci es quizá la razón de que sus libros sean mar· es su excesivo antirracismo, sino su racismo encubierco.
ginados y percibidos como inaceptables, pues des pués Comparemos dos I!finnaciones de George W. Bush
de reclamar el apoyo muruo coorfa la am en;l za (undil· para observar esto en detalle . En su discut:So inaugural
menralist3 Bush, BJair e incluso Sharon no olvidan do- de febrero de 2005. Bush proclamó: «Estados Unidos
gia r al islam como religión de amor y tolerancia que no no pretende que los disidentes encarceJados prefieran
dene nada que ver co.n los despreciilble$ actos terroris- sus cadenas O que mujeres celebren la humillación y
tas Uevados a cabo en su nombre. la servidumbre».Junro a esto debemos colocar las repe·
Falbci era una de.! liberalismo ilus! rado, no una tidas declaraciones de Bush acerca de que e1 islam es
h.mdamentalista crisutlna, y es demasiado fácil rechazar una gran reugión pacifica, que los fundamentalisras m(1·
sus últimos libros como una explosión de racismo histé· !interpretan. Un multiculrural.isra liberal tenderá a re-
rico . Su extraordinario éx ito la convirrió en una especie chazar la primera afirmación por tratarse de una expre·
de sujeto excrementicio «intocable», y el azora miemo sión de imperialismo cultural, y calificará la segunda de
que provocó en los liberales mu hicuhuralislas demostró aceptab le, aunque en realidad sea una máscara para la
que había al canzado el pUnlO espinoso del liberalismo, hipocresía. Quizá deba invertirse esta valoración y se-
su zona «reprimida». guirla sin miedo hasta sus últimas consecuencias. Lo
Pero el error de Fallaci era que se tomaba en serio d más problemático del «respe lO hacia el islam» que
servil «respeto» muhietJrural a) otro musulmán . No mues lJélO las declaraciones de Bush no es su hipocresía,
fu e capaz de ve r que este « respeto» es un fraude, un el hecho de que encubren lUl racismo subyacente y el
signo del racismo ocuh o y condescendieme. En otras imperialismo cu ltural eu rocéntrico. sino el contenido
palnbras, lejos de oponerse a la tolerancia multicultural, real de esas afirmaciones. El juego de redimir la verdad
lo que hizo Fallaci fu e sacar su núdeo ocul to. En una interior de tula religión O ideología y separarla de su ex-
entrevis ta publicada en Ha '{/reIZ el 18 de noviembre de plotación política poslerior o secundaria es sim plemen-
2005 , el fil ósofo francés AJain Finkielkraut declilr6 (e fa lso. Es no ft.losófico. Tenemos que ser despiadados
acerca de las ex plosio nes de violencia urbana en las con respecto aJ islam, al cri st ianismo y hasta con el mar-
bnn!ieues de Paris: «Si un árabe incendia lUla esc uela , xismo. Lo verdaderamente nipócrita es la primera afir-
es W1a revuelta. Si lo hace un hombre blanco, es fascis - mación de Bush: deberíamos apoyarla del todo, aWlque
mo . [ .. .1 Poco a poco, la generosa idea de una g ue rra advirtiendo al mismo tiempo que los ac[Os politicos de
con lca el racismo se va convirtiendo mons truosar.nente Bush no la sec undan .
142 ANTrNOMl/IS DE LA RAZÓN TOl.rlV\;>.l r. 143

El CíRCULO DE TIZA m)ER U$AUN davía no ha borrado la «violenóa)) de sus o rígenes


giúmos», rep rimiéndolos en un pasado inmemorial ?
Con todo , reSlllra dem<l siado fáci l gana r puntOS en En este sentido, a lo que nos enfrenta el Estado de Is ra -
este debate mediante inve rsiones ingeniosas que p ue- el es al pasado bo rrado de lodo poder estatal.
den seguirse de form a indefinid a, de modo que detenga- ¿Por qué somos más sensibles a esta violencia en la
mos esta discusión imaginaria )' arriesguémo nos a dar acruaJidad ? Precisamente po rq ue, en un universo glo-
un paso hacia el «corazón de las del conflicto bal que se legi rima con una moralidad global, los Esta-
de Oriente Próx imo. Muchos pensado res politicos con- dos soberanos no están ya exentos de valoración moral ,
servado res (y no só lo conservado res), desde Blai se Pas- sino que son tratados como :1gentes mor<l les que pue-
cal a Immanuel Kant y Joseph de Maistre, elaboraron la d en se r castigad os po r s us crímenes, po r muy discutida
noción de los orígenes ilegítimos del poder. del «c rimen que sea la cuestión de quién eje rce la justicia y quién
fundadoo) sobre el que se conslruyen 10$ Estados. razón juzga al juez, La soberan ía del Estado está por canto se-
de la existenci:l de «mentirllS p iadosas» bajo la veramente consueriida. Esto da cuenta del valor emble-
cia d e Darraciones he roicas de los o rigenes, Respecto a mático del conflicto de O rienTe Próx imo: nos señala lo
tales ideas, lo que suele d ec irse acerca de Israd es baso fr ágil y permeable que es la frontera que separa el po-
tante cierto: la d esgracia de Is rael es que se estableció der «ilegítimo)) no escaral del poder (c legítimQ) estatal
como Estado-oaóón uno o d os siglos d espués , cuando En el caso del Estado de Israel, sus orígenes «ilegíti·
tales crímenes. fundadores ya no enlO aceptables. La mos» no se han ocultado todavía. Sus efeclOs aún se
imnia últim a de todo eU o es que ¡fue la influencia jnte- siemen . Todo ello nos Irae a la mente el lema de Senolt
lectual judía la que conuibuyó al auge de esa jnacep ta- Brecht en La ópera de cuatro cuarLos: ¿qué es el robo de
bilidad ! un banco compa rado con la fundac ió n de un banco?
Durante mi visita a Israel se me acercó un in- En o tras palabras, ¿qué es el robo que vulnera la ley
teJectuaJ is raelí que, conscienre d e mis simpatías pales- con el robo que tiene lugar den tro de los li-
tinas, me pregu ntó con sorna: «¿No te avergü enza estar mites de la ley? Uno se semi ría rentado a p roponer una
aquí, en l srae1, en esre Estado criminal , üegal ? ¿ No te nueva var iació n de es(c lema: ¿qué es un acto de terro-
preocup a que tu estancia aquí contamine tuS credencia- rismo fre nte a un pode r estatal que h ace la gue rra con-
les izquierdisras y re haga cómplice del tra el terro r?
Con coda sillceridad debo adm it ir que, caJa vez que C uando los d esesperados observado res occidentll-
viajo a Israel, expe [imem o esa exrraña emoción del que les se: preguntan por qué pe rsisten los palestinos en su
enlfa en un territorio prohibido donde im pera la vio- tercO apego a la tierra y rechazan disolver su identidad
lenci a ilegítima. ¿Signifi ca esto que soy (no 11m ) secreta- en el am plio mar árabe, están exigiendo qu e los palesti-
mente un ant isemita? Pero ¿y si lo que me perrurba es nos ign oren precisam ente lo que es la uüegítima» vio-
p reósamente que me encucnlro en un Estado que to- lencia fundadora del Estado de Israel. En un despUe -
[44 SOBRE LA VIOLEN(],\ "NTlN0.\IIi\S DE LA AAZON TOLERANTE [45
gue de justicia poética que i.mpone la ironía de la histo_ rrorista» tuviera una connotaclon pOSltJva. Hagamos
ria , los palesrinos están devolviendo a {srael su propio ahora a rra experimento mental: supongamos que lee-
mens¡j je en su fo tma invertida verdade ra. Ahí se en. mos en la prensa una cana abierta titulada «Carta a los
cuentra el apego patológico a la tie rra , 10 cual implica el terroristas de Palestina>>:
derecho a reto mar a ella miles de años d espués: una neo
gación de [acto de la desterritorializ.ación que caracteri. Mis valerosos amigos: No daréis crédilo a lo que os
za presuntameme al capitalismo global de hoy en día. escribo. dados los tiempos que vivimos: pero os doy mi
Pero el mensaje in vertido va más allá. I:maginemos que palabra de escritor de que lo que escribo es cierro. Los
se nos pn:scnlara la siguiente declamción en los medios palestinos d e Estados Unidos están con vosot ros. Sois
actuales: sus hé roes. Sois la sonrisa que llevan impresa en su ros-
tro. Sois la pluma de sus sombreros. Sois la primera res-
Nuestros enemigos nos llamaron terroristas. J r. .. puesta que da sentido al Nuevo Mundo. Cada vez que
explotáis un arsenal israelí O destrozáis UJla cárcel israeli
Personas que no eran nuestros flmigos ni nuestros ene.
migas L.,] también usaro n este nomb re latino. [. .. ] y o ¡¡.¡(¡rus por Jos aires una ünea férrea israeJí o asaltáis un
banco israelí o pasáis por vuestr:'l.s arlnas y bombas a los
aun así, no éra mos lerro rislas. L..) Los o rígenes históri-
traiuores israelies e inva sores d e vuestra madre patria,
cos y lingü isticos del término político «terror» demues-
mm que no puede ser aplicado a una guerra revoluciona-
los palestinos de Estados Unidos tienen un breve des-
canso en sus corazones.
ria de li beraci6n. L.. J Los luchadores por la libenad
deben armarse, pv es de OTro modo serán aplastados al
amparo de la noch e. l. .. ] ¿Qué relación existe entre In lu- Una cartA abierta muy similar fue publicada a fmales
cha cont ra la opresíón . en pro de la dign idad de.! hombre de la d écada de 1940 en la prensa esradounidense por
y el «terrorismo»? nada me nos que Ben Hecht , el céleb re guio nista de
Hollywood. Todo lo que he hecho es sustituir la palabra
Automáticame nte podríamos atribuir es ras palabras «judíos» por « palestinos» y « británicos» po r « is rae-
a un g rupo terrorisra islámico )' condenarlo de inmedia- Es interesante ver a los .lideres de la primera gene-
ro. Sin embargo, el amor de estas palabras no es otro ración israelí confesando el hecho de que sus exigencias
que Menachem Begin en los años en que lit H aganah lu- sobre la tierra palestina no pueden fundarse en la justi-
chaba contra las fuerzas británicas e n Palestina.8 Resul- cia universal, sino que nos enfrentamos a LUla simple
ta interesanre que, en aquellos anos de la lucha judía guena de conquisra entre d os g rupos e n la que no hay
contra el e jército británico en Palestina , el término « te- mediación posible. Ésta es la razón por la que David Ben
Gllrion, primer ministro israelí. escribió:
8. Meoflchem l3egin, The Revoll, Nueva York , Del l, 1977,
págs. 100· 101 (c r:ld . c aSI.: lA rebelión. hislaria det l rgulI con/ro ÚJS 9. La carl1l apareció como un :Inundo a plena página en eJ
fuenol britÓfliCllS en Palestino, Barcelona, Plaza y Janes, 1981l. York Port. 14 de mayo de 19<17. pág. 42.
146 SOBRE L A VIOLENCIA A:-l I"I ;-';¡ '.\11;\$ D E 1.. \ 1((l7.( )N TI HJ ·:ttANT'E. 147
Cualqui era pu ede ver el alcance de los problemas en una violencia con vulnerac iones cont rolad as. (En cuan-
las relaciones en tre árabes y judíos. Pero nadie ve que no to a la dispersión de los co lonos , la po bJ ación d el terri-
tienen solución. ¡No hay saludón! Aqu í se abre u.n abis- torio palestino en 1880 e ra de 25.000 judios y 620 .000
mo, y nada puede unir ambos lados. L .] Nosotros que- palestinos.) Sin embargo, desde nuestra perspectiva ac-
remos esta tierra p ara nuestro pueblo; los árabes quieren
tual la frase más imeresame del ensayo de W iesemhal
.
que esta tlerl1l sea para su pue blo. "
se enCUeIH(a en la página 3nled o r, do nde escribe: «El
Eslado siempre viClo rioso de Israel no pued e depender
El problema que presenta esta declaració n eslá cia·
por siempre de la simpalía de biJa a las víctimas» .1Z I
ro: cal e xención de toda consideración moral respecto el
Wiesenthal parece querer deci r que aho ra que el Esta-
los co nflicros étnicos por la tierra ha dejado de. ser
do de Israel es victo rioso», n o necesita
aceprab le . P or esta razón el modo en que lo afro nta el
ya conducirse como un a vícti ma, si no que puede reafir- I
fa moso cazad or de nazis Simon Wiesemhal , eo su Just;.
mar plenamente su fu erza. Esto puede ser cie rto, siem-
ce, no! Vengeance, resulta tan profundamente proble·
pre que se nonda que tal p os ición de pode r conlleva
mático:
nuevas responsabilidades. En la aClualidad el problema
Algún día tendremos que ser conscientes de que es
reside en que el Estado de Isr ael, ¡junque «continua- I
mente victorioso», toda vía depen de de la i.rnagen de los
imposible establecer lUl Estado sin que ciertas personas
q ue han vivid o antes en la región vean restringidos sus
derechos. (Porque donde no ha vivido gente es imposi·
judíos como vÍcúmas para legitimar su políti ca de po-
der y para denunciar a sus críti cos como simpatiza ntes
I
ble que viva nadie. ) Uno debe contentarse con que estas encubiertos dd Holocatlsto. Arthur Koes uer, el gran
infracciones se mantengan dentro de un lúnire y que te· converso ancicomunisra, hizo W"l <l pro funda reflex ió n:
lalivamente pocas personas se vean afectadas po r ellas. «Si el poder corrompe, lo in verso también es cierto: la
Eso es lo que sucedió cuando se fun dó 1s rael. ( .. .) Al fin persecución corrompe a las víctimas, aunq ue quizá de
y al cabo, aquí había una población judía asenrada desde formas más sutiles y rrágicas».
hace tiempo, mielllras que la población palestin a estaba Éste es e! defecro faraJ que present a d único argu-
dispersa y tenía numerosas opciones a la ho ra de ceder mento consistente ace rca de la creación de un Estado-
te rreno. 11
nación judio después de! H oloca usto . Al crear s u propio
Estado , los judíos no volve ría n a q uedar a me rced de los
Lo q ue Wiesenrhal está defendiendo es nad a menos Estados de la dJáspora ni d e la tolerancia e inlolerancia
que la violencia fundadora con rostro humano; esto es,
de la mayoría de ellos. Aunque esta linea argume ntariva
es difereme de la religiosa, de be b asa rse asimismo en la
10. Citado dela reviSla Time, 24 de julio de 2006.
11. Simon Wi esenthal,Justice, nol vengence, Londres, Man · rradición religiosa para jllstiucar lDlocali zación geográ-
darin , 1989, pág. 266 (trad. cast.: Justicia, 110 venganza, Barcelo·
na, Ediciones S, 1989). 12. lbíd .. pág. 265.
I

.,
--- -

1
148 SOBRE LA VIOt..ENCIA IIN11NOMJ,\S Di:. LA RAZÓN TOU,RANTE 149

fi ca de ese nuevo ESlado. De otro modo nos encontratÍa- H olocausto: la refere ncia al Holocausto permite a los
mos en la misma situación que ese loco del chiste que israelies eximirse d e esta cadena de susrituciones. Pero
busca su billetera perdida bajo l<l luz de las farola s y no aquellos que eVOCcin d Holocausto de este modo Jo ma-
en la esquina donde la perdió po rque se ve mejo r bajo la nip ulan , insrrumemalizándolo pa ra los usos poüricos
luz: dado que era más fácil , los judíos tomaron la tierra del mo mento.
de los palestinos y no de aqueUos que tanto sufrimienTo E l grao misterio del conflicto p alestino-israeli es por
les causaron y que por ramo debían compensarles. qué ha pe rsistido durante tanto tiempo cuando (Oda el
Robert Fisk , un periodista británico que vive en d mundo conoce la única solución viable: la ret irada de los
Uba no, realizó un documental ace rca de la crisis de israelíes de Cis;ordania y Gaza, el establecimiento de un
Oriente Próximo en el que muestra que Estado palestino. así como algún tipo de compro miso
respecto a Jeru salén. Siemp re que el olcuerdo ha pare-
sus vecinos árabes, refugiados palestinos, le habían mos- cido estar ,1 1alcoloce de la mano, ha terminado esfumán-
trado la llave de una casa que tuvieron un tiempo en Hai- dose. ¿Cu{¡ mas veces ha sucedido que, justo cuando p a-
fa, aotes d e que les fu era arrebatada por 10$ israelíes. De rece que sólo falta encontrar una formulación precisa de
modo que visitó a la fam ilia judía que vivía en la casa y les algunos detalles menores para llega r a la paz, todo se cae
preguO(ó de dónde venían. La respuesta fue C hrzanow,
de repente, mostrando la fragilidad del compromiso neo
un p ueb lo cc{cano a Cracovia, en Polonia, y le mostraron
gociado? El con.fL ctO de O ri ente Próximo ha adoptado
una foro de su antigua casa, que habían perdido duran te
la guerra. Así que viajó 01 Polonia y buscó a la mujer que
la forma de un Sl.n COm3 neurótico: tod o el mundo sabe
vivía en la casa de Chrzanow. Ella era una «repatriada» de cómo s uperar el obstácuJo. pero nadie qu..iere aparrarlo,
Lemberg, aClUalmente parte de Ucrania occidental. No como si hubiese una esp ecie de beneficio patológico li-
era dificil imaginar el siguiente eslabón en la cadena. La bidinoso pa ra quien persista en el punto mue rto.
repatriada había sido expulsada de su ciudad natal cuan- Predsamemc po r esta razón la crisis de Oriente p ró·
do ésta fue anexionada por la Unión So"ielica. Sin duda x imo es UH pWltO Jd icad o en toda polhica pragmática
su casa fue ocupada po r los rusos que habían sido trasla- que trate de resolver problemas pauJatinamcme y de un
dados par el régimen de posguerra en su campañ·a por so- modo reaJista. En este caso, lo utó pico es la id ea de que
vietiz.ar la ciudad. 'l un «realisll'j» sí que funci o nará Y¡l que la única
solución «realista» para este problema es la grllnde, esto
y la hiSToria continúa, desde luego: esta familia rusa es, solucionar el problema de raíz. AqUí se aplica e1 viejo
probablemente se desplazó desde una casa en Ucrnni<l lema de 1968: 50yolls réalistes, demondons /'impoHible.'
oriental qu e fu e desrruida por los alemanes en el duro Sólo Wl gesto radical que parece «imposible» dentro de:
combate del fre me del Este. Es aquí cuando viene el la:: ; coordenadas ex istentes so lucionará el problema con
13. Norman Oavies, Europe al 1041". Londres, Macrnillan. realismo . Qu izá la solución «que todo el illlU1do cono-
2006, pág. 346. ce» como la única viable - la retirada de los israelíes de
150 SOBlU! LA VIOI..I:::NCI.-\ ANn NOMIAS DE 1", RAZÓN 151

Cisjordania y Gaza, el esulblecimiento de un Estado pa- La (undación de un ESlado sionisla era un a realidad
no funcione, pues hay que cambia r lodo el de múhiples aspectos, profundamence compleja. Por
contexto, la siruación entera, teniendo la solución de W1 UDa parle lenemos un aconcecimiemo q ue forma parte

solo Estado en el horizonte. de un llcomecimie1llo mayor: el auge de los grandes pro-


yectos revolucionarios, 111010 co munistas CO IllO socialis-
Podríamos hablar entonces de un nudo
tas.IM id"'ll de tundM una sociedad completamente nueva.
co: ¿no podría ser que. en el conflicto entre is ríleHes y
Por otra parte tenemos su contrario, otro acontecimien·
palestinos, los papeles típicos se hayan ¡nverrido de al- to que for ma parte de OlfO mayor: cl colonialismo, la
gún modo, se hayan remrcido como en un nudo? Is ra- conqwsla brut al de un pueblo venido de Europa yasen·
el, que representa oficialmente la modernidad liberal lado en la nueva nerra donde vivía otro pueblo. Israel es
occidental en la 'Zona, se legitima en rérm inos de su una extraordinária mezcla de revolución y reacción, de
identidad étnico-religiosa. mientras que los pales tinos, emancipación y opresión. El Estado sionista debe mate-
tildados de «1'undamentalistas» premodernos , legiti- rializa r lo que tenía en sí mismo de juSfO y nuevo. Debe
man sus exigencias en Jos términos de la ciudadanía se- convenirse en el menos racial, menos religioso y menos
cular. (Resulta remador aven turar [a hipó tesis de que naciona lista de los Estados. El Estado más unive rsal de
fue la ocupación israelí de los territorios palesrinos la
que empujó a los palestinos a percibirse a si mismos
como una nación separada en busca de su propio ESla- Auoque haya algo de ve rdad en esta vis ión, el pro-
do, no sólo como parte de la masa árabe.) Así llegamos b lema permanece: ¿puede lUlO reru meO(e d esaca.r el
a la paradoja del Estado de I srael, esa isla de la supues- nudo y separa r los dos aspectos de Israel, en el se.n tido
ta modernidad democ rática liberal en Odeme Próxi- de que se compleu rá el proyeclO revolucionario del Es-
mo, que contrarresta las exigencias árabes con una afir- lado sionisla sin su sombra colo nialista ? Esto se asemeja
mación étnico-religiosa aún más «fundamentalisra» de a la legendaria respuesra condicional que dio \lO políti-
su cierra sagrada. La ironía ulterior es que, según algu- co estadounidense de la décadu de 1920 a la p regunta
nas encuestas, los israelíes son la nación más atea del «¿Apoyaría la prohibición del vin o?»: «S i con vino alu-
mundo: alrededor dd 70 % no creen en dios. de usted a la terrib le bebida que arruinó a miles de fa·
Su referencia a la tierra depende de una negación feri - milias, haciendo de los ma ridos despojos humanos que
chisra: «Sé muy bien que Dios no existe, pero aun así pegaban a S ll S mujeres e ignoraban a sus hijos, eslOy
creo en que nos dio la rierra del Gran Israel». Y, como totalmenre de acuerdo con la prohib idón. Pero si se re-
nos cuenta la historia dd n udo go rcliano, el único fiere a la noble bebida de fll nt¡ísúco sa bor que hace de
modo de resolver tal puma muerto no es desenredfl r el cada comida un placer, ¡entonces estoy contra la pro h.i-
nudo, sino cortarlo. Pero ¿cómo? Badiou ha tratado re- bición
cien tem ente esra cuestión: 14. A1ain Badiou. «The questio n 01 Oc=mocraC)'lt, Úlcaltian
ll/k, n" 28, otoño de 2006, pág. 59.
152 SOBIIL 1..A VIOLEN .. J" DE LA RAZÓN TOLERANTE 153

Quizá necesitemos algo más, no sóJo traz'ar la línea ocupación israeli imp ulsará Ja democratización del mWl '
de demarcación entre el Israel bueno y el Israel malo, do árabe se equivocan. Las cosas son de Olfa manera .
sino un auténtico cambio de las coo rdenadas de la situa - Se debería comenzar po r ocuparse abierlamente de los
ción presente. El ex primer minisuo is raelí l saac Rabin regÚTIenes co rrupros clericales y militares, desde Siria
dio el primer gr:\O paso en esta dirección cuando reco- hasta Arabia Sa udí , que utilizlln la ocupación israeü
noció a la O LP comad representante legítimo de los pa- pa ra legitimarse. Lo pa radójico es que esa o bsesión con
lestinos y po r tanta el único inte rlocutor váJido el} las ne- [srae) es la ra zón por la que los árabes está n perdiendo
gociaciones. CLlandoRabin anunció d giro de la política la balaUa. El sentido básico de yihad en el islam no es el
israelí de <<110 negociación con la OLP, una organización de guerra COntra. el enemigo extern o, sino el de esfuer·
terrorista» y pronWlc1ó .las simples palab ras: «Acabe- zo de purificación interna. La lu cha debe centrarse en
mos con esta farsa de negoóaciones con palestinos sin el propio fracaso y en la debilidad moral, así qu e quizá
víncuJos públicos coo la OLP y comencemos a hablar los musulmanes debieran practicar más activamente el
con nuestcos interlocutores reales», la situació n de verdadero sentido de ylhad. Los tres agentes principa -
Oriente Próximo cambió de la noche a la mañana. En les de la guerra COntra el terror (Estados Unidos des-
dio reside el efecto de un acro político real : hace de 10 pués del 11 de septiembre. Israel )' los árabes) se ven
impensable algo pensable. Aunque e ra laborista, Rabin como víctimas y lIsan su victim ización para legitimar su
realizó un gesto que caracteriza a los políticos conser- política expansionista. En óerlo sentido. el 11 de sep-
vadores: sólo un De Galtlle podía garantiza r la indepen- tiembre llegó en el momento idóneo para justificar el
dencia de Argelia , sólo un conservador como Nixon agresivo ex pansionismo militar de Estados Unidos: aho-
pudo establecer relaciones con China. t, ra que somos (anlbién víctimas, podemos defendernos
Entonces. ¿qué puede constituir un acto de esle y contraatacar. La alianza Estados Unidos·[srael , esa
tipo para los árabes de hoy día? H ace r lo que Edwa rd extraña asociación entre la nación (desa rroU ada) más
Norton hace en El club de la lucha: atacarse primero a sí grande dd mundo que insiste en la separació n entre re-
mismos , dejar de echa r toda la cuJpa a los judíos, como Ugió n y Estado, yel pueblo más irreligioso del ffiWld o
si la expansión siorusta en Pales(in a fuese él origen y ga- que insiste en la oaturaleza religiosa de su Estado, pue-
rante simbóli co de todas las desvcmuras árabes. de de preseCllarse como un eje de víctim as.
modo que la victoria sobre Israef sea siempre la condi - Así Uegamos a la cuestión capital: ¿cuál podría ser
ción sine qua non de la aumafirmación árabe. Los pales- hoy en día el acto verdaderamente radical en términos
(inos que afi rman que la liberación de su lerrilo rio de la ético-políricos en O ri ente Próximo? Para israelíes y
árabes, se ría la renuncia (política) al control de Jerusa·
15 . De manera slmilac, unQ delx'ñaelogiar A Ehud Barak su
n:spuesla a G ideon Levy en JLl 'arelz, cu md o Barak fue interro·
lén, esto es, aprobar la transfonnación de la ciudad vieja
gado acerca de )0 que habría hecho si hubiese nacido plllestino: de en un enclave extraestatru de culto religioso contra·
«Me habría Mid o a unll organ ización terrorista>,. lado (temporalmente) por alguna fuerza neutral imer-
154 SOBRE loA VIOLENCIA ANTINO:-'lIAS D[ LA RII ZON TOI.ERAJ\ffE 155

nacional. Lo que ambos lados deberían aceptar es que, resolver el dilema marerna l, propuso lLOa solución en
renunciando al control político de Jerusalén, no están dos pasos: debían corrar al hij o en dos y entrega r a cada
ren unciando a nada, sino que están obteniendo la con· madre una mitad. La madre autentico. desde luego, re-
versió n de Jerusalén en un lugar sagrado auténtico, aje- nunciaba a su reclam¡l:ción sobre el niño.
no a )0 político. Lo que podrían perder es precisamen- Judíos y palestinos compan en d hecho de que la
te lo que en sí mismo merece ser perdido: la red ucción ex jstencia en la fo rma po n e de sus vidíls, de su
de la religión a una baza más en el juego dd poder po- auténtica identid ad . ¿Y si se uniesen en este aspecto, no
lítico. Esto podría ser un auténtico acontec imiento en en cuanto a la ocupación , posesió n o clivisióo dd mis-
Oriente P róximo, la explosión de una universalidad mo territorio, sino mante niendo su territorio compart i-
política verdadera en el senrido paulina de ((para naso- do como un refugio pil1'3 los condenados a vagar? ¿Y si
rros no hay judíos ni palestinos». Ambas partes tendrí- Jerusalén no se convirtiese en su Jugar, sino en un sitio
an que darse cuenta de que esta renuncia al Estado-na- destinado a los que carecen de espacio? Esra solidari-
ción émjcamenre «puro» es una liberación para eUos dad comparrjda es el único [erren o para la auténtica re-
mismos , no un mero sacrificio que deba hace r el otro. conciliaci ón: así se comprendería que, al luchar con el
Volvamos ahora a la historia del círcu lo de tiza ca u- otro, uno lucha coorra lo que es más vulnera ble e n la
casiano sobre la que Brechr basó un a de sus úhimas propia vida . Lo cual expli ca po r qué. siendo plenamen-
ob ras. En la época antigua tilla madre biológica y una te consciecHes de cuán grave puede ser este conflicto y
madrastra apelan a un juez del Cáucaso para que deci- sus consecuencias potenciaJes. d ebemos insisti r más
da a qwén pertenece el niño. El juez dibuja un círculo que nLUl ca en que nos hallamos nnte un cooEliclofalso,
d e riza en el sudo, coloca aJ bebé en el med io y dice a un conflicto que difumina y confunde la auténtica zona
las d os mujeres que cojan un brazo cada una : e1 niño de combate.
pertenecerá a la que lo saq ue antes del circulo. C uando
la madre verdadera percibe el d olor del niño, tironeado
en diferentes direccio nes. le deja libre po r compasión. L '\ REUG ION A.NON lM.A DEL ATl: fsMO
Desde luego, el juez le dio el niño a eIJa, puesto que ba-
bía sido ella la que había manifestado un auténtico En la fu riosa rurba musuJml:l lla nos encontramos
amor maternal. En la argumentación expuesta anterior- con el limite de la tolerancia multic uJtural deJ liberalis-
mente, podemos imaginar un circulo de riza cOll]erusa· mo, de su propensión a aurotnculparse y su esfuerzo
lén en disputa . El que realm emeameJemsal én lo deja- por «comprender» al otro. El otro se ha convenido en
rá ir antes que verlo sufrir po r la lu cha . Por supuesto, la un otro real, real en cuanto a s u odio. Aquí está en esen-
iro nía s uprema es que esta anécdota brechtiana es una cia la paradoja de la tolerancia: ¿hAsta dónde puede lle-
variación dd jukio del rey Salomó n d el Amiguo Testa- gar la rolerancia respecw a la intolerancia? Todas esas
mento, quien, sa biendo que no había un modo jusro de fórmulas hermosas, po liticamente co rrectas y liberales
156 SOBRE LA VIOLENLIA
157
sobre cómo las caricatu ras de Mahoma eran insultantes Lo que se esconde en el horizonre si evitamos este
e insensibles , almque las reacciones violentas a las mis- sendero es una perspectiva de pesadilla, una sociedad
mas eran también inaceptables, acerca de cómo la liber- regulada por un pactO perverso entre los fundamenta-
tad trae consigo una responsabilidad y que no se debe- listas religiosos y los políticamente correctos apóstoles
ría abusar de ella, muestran sus limitaciones. ¿Qué es de la toleran cia y el respeto por lilS creencias del O[T():
esa famosa «libertad con responsabilidad») sino una un" sociedad inmovilizada por la preocupación de no
nueva versión de la vieja paradoja de la elección forza- herir al a rra, no importa cuán cruel y supersticioso sea
da ? Se re concede la libertad de elección a cambio de y qué tipo de individuos estéo implicados en rimales
que hagas la elección acertada; te dAA libertad siempre ue
periódicos «consagración» de su vlctimización. Cuan .
que no la uses realmente . do visité la Unive rsidad de Champaign, en lllinois, me
¿Cómo podemos romper este círculo vicioso de os- Ueva ron a un reSI<lur3J1te donde ofrecían patatas de la
cilación eterna entre los pros y los COntras que Ueva a la Toscana . Pregunté ti LruS am igos acerca de tan curioso
razón tolerante a un punto muerto debilitador? Sólo plato y me explicaron que el propietario h<'lbia querido
hay un modo: rechazando los términos en que se plantea mostrarse como un patriota desd e que se había conoci.
la cuesrión. Como GilJes Deleuze subrayó en repetidas do la oposición francesa aJ aTaque de Estados Unidos a
ocasiones, no sólo hay solu ciones correctas y equivoca- I rak, así que hizo caso al Congreso estadounjdense y
das a los problemas, también hay problemas correctos Ua mó a las paratas friras [Frellch fries] «pata tas de la li.
y erróneos. Percibir este problema como una cuestión bertad» [FreedomfriesJ. Pero los docentes progresistas
que atañe a la correcta medida entre el respero por el de la universidad (la mayoría de sus dienres ) amenaza.
atto freme a nuestra Inopia libenad de expresión es ron con boicotC'J r el local si las pa ta ras de la Libertad
una mistificación. No resulta sorprendente que, tras un permanecian en el menú . E l propietario no quería per-
análisis más detallado, ambos polos revelen su secreta der a su s d ientes, pero quería seguir pareciendo tul pa-
solidaridad. El lenguaje del respeto es el lenguaje de la triota, así que inventó un nuevo nombre, «paratas de la
tolerancia liberal, y el respeto sólo lÍeoe sentido como Toscana» [Tuscony fries]. Éstas tenían la ventaja añadi .
respero hacia aquellos con los que no esú»' de acue rdo. da de recordaba n tanto a Europa como la moda de pe.
Cuando los musulmanes ofendidos piden respeto por lículas idiJicas acerca d e la Toscana .
su arredad, están aceptando el marco del discurso tole- En una jugada parecida a la del Co ngreso estadou-
rante Jiberal. Por orro lado. la blasfemia no revela sóJo nidense, las auror.-idades iraníes ordenaron el. las pastele.
una actitud de odio, de imentar golpear al arra donde rías cambiar el nombre «pasra danesa» por «rosa de
más le duele, en el núcleo fundamental de su creencia, Mahoma». Sería interesante, sin embargo. vivir en un
sino que, en sen tido estricto. es también un problema mW1do donde el Congreso de Estados Unidos ca mbia-
religioso, pues sólo funciona denrro del marco de un es· se el nombre de las pata[as fritas po r el de patatas de
pacio religioso. Mahoma. y las autoridades iraníes transformasen las
158 SOBJIJ', LA V¡OLF,N["¡A ANrL'X l.\fV.S DC LA llAZON TOLE.RIINTt 159
paS[¡lS danesas en rosas de la libertad . Pero el previsible das como un argumento en favor de la diferencia de ci-
futuro de la lOlerancia nos hace pensar que nuestros co. vilizaciones. ElIfopa surgía como algo superior, puesto
meróos y restaurantes se Ucoan'ín de vers io nes de las que nosotros , crislianos, nos limitamos a prOTestar ver-
patatas de la Toscana. balmente, mienrrlls q ue los musulmanes reaccionaron
A lo largo de los ú1cimos años se ha desarroUado un ascsiDando y quemando.
debate público en mi originaria Eslovenia: ¿pueden los Tales eX lrañas alianzas en[rem an a la comWlidad
musulmanes, en su mayoría t rabajadores inmigrames de musulmana europea a lUla elecció n difídl que reswne su
la antigua Yugoslavia , construir una mezquita en Líu- posición paradójica: In unica ag rupación política que no
blíana, la capiral? Mientras los conservado res se opusie- les reduce a ciudadanos de seglU1da clase y les permite
ron a la mezquita por razones culturaJes, políticas e in. ocupar el espacio neces!lrio para desplegar su identidad
cluso arquitectón.icas, el semanario Mladino se convi rtió religiosa es Ja de los liberales ateos , mientras que los que
en el más consisten te y enérgico apoyo a la mezquita, están más cerca de su práctica social y religiosa, su ima-
siguiendo su línea habitual de apoyo a los derechos civi. gen-espejo cri sliana , son sus más acérrimos enemigos
le; y sociales de la población de la antigua Yugoslavia. políticos. La paradoja está en que sus verdaderos aliados
Como era de esperar, en concorda ncia eoo su actitud no son los q ue publicaron primero las ca ricaturas, sino
libertaria, M/adina fue también eJ único medio que im- los que, en solida ridad COD esa li bertad, volvieron a im -
primió las caricaturas de Mahoma. Y, a la inversa, los primir Jas caricaluras de Mahoma.
que desplegaron la mayor «comprensión» hacia las vio- Es necesario recordar e.n este pun lO el análisis que
lentas protestas musulmanas fueron precisamente los hizo Marx del enfrentamiento político de la Revolución
que expresaron reiteradamente su preocupación por la francesa de 1848. El Partido del O rden, en el poder, era
Europa crisuana. una coalición de dos secreres monárquicos , los borbóni-
El paraJeLsmo que evoca ro n estos conservadores cos y los orleanistas. Ambos eran , por definición, inca-
estaba relacio nad o con un escándalo ocurrido en Eslo- paces de llegar a un consenso respecto a la Corona fran-
venia hace unos años. Un gru po de rock Uamado StreJ- cesa, puesto que sólo se puede apoyar a una casa real
nikoff imprimió un póster en el que rulunciaban s u con- determinada. El ún ico camino para que ambos se unie-
cierto con un a pintura clásica de la Virgen Ma rí<l. y el sen era hacerlo bajo la ba ndera del «reino anón i.mo de la
niño Jesús, pero con una vuelta de tuerC<I Adicional: República». En otras pruabras, el único modo de ser leaJ
Ma ría sostiene en su regazo una raTa en vez de a su hijo. a la Corona era ser republicano. 16 Lo mismo vale para
El punto clave del paraleUsmo era, desde luego, repren- la religión. Uno no puede se r religioso sin más: es preci-
der las caricaruras que se burlaban del cristianismo juntO so creer en algún (algunos) dios(es) en detrimento de
a la s d e Mahoma. Asimismo, los conservadores aprove-
charon la oportLU1idad para llamar la atención sobre la 16. Véase: K:lTl Marx , <<Chtss St ruggles in France», Collecfed
distinta reacción d e las comunidades religiosas afecta- Works. vol. lO, Londres, Lawrencc and Wishar¡, 1978, pág. 95.
160 SOBRE LA V10LENClA Ai\'TINQMIAS m: LA RAZóN TQL E.RANTE 161

otros. El fra caso de todos los esfuerzos por unir reUgio- tra ("mi ca moralidad es entonces la de la man ada de lo-
nes prueba que el único modo de ser religioso en térmi- bos y que sólo la religión puede elevarnos a lU1 nivel es-
nos generales es bajo la bandera de la «rel igión anónÍlna piritual mayor. H oy día, al tiempo queja reLgió n emer-
del ateísmo». Co mo d emuestra el destino d e las ge como la fuente principal de violencia homicida en el
dades musulmanas en Occidente, sólo se puede prospe- mWl do, WlO se cansa de oír tantas afirmaciones acerca
rar de esa manera. Hay por tan to una especIe de justicia de que Jos fundam entalistas cristianos, musulmanes o
poética en el hecho de que las proteS[3S en [Oda el mun- hindúes sólo están abusando y pervirtiendo el noble
do musulmán CQOlfa la Dinamarca infiel fuese n segui. mensaje espi ritual de su credo. ¿No es el momem o de
das inmediatamente de W1a violencia creciente entre su· restaurar 13 dignidad del ateísmo, quizá nu estra única
níes '1 chiíes, las dos facci ones musulm anas de Trak. La opotrunidad de conseguir la paz? Por lo general, allí
lección que hemos aprendido de los rotalitarismos que- donde aparece la violencia inspirada en motivos reLgio-
da ex plicitada aquí: la lucha caniCa el enemigo eXJerio r sos, echamos la cul pa a la violencia misma: es el agente
tarde o tem prano se convi ene en una fracrura intern a y politico violento o el que «abu sa» de una
en lucha contra el enemigo interioc religión noble, as í que se trata de rescatar el núcleo au-
Después de todos los argumentos que han prod3- téntico de lUla religión de su lnstrumentalización políti-
macla recien temenre el retorno «postsecular» de lo reli· ca. ¿Y qué sucedería entonces si l LO O corre el riesgo de
gioso, los l.im.ites del d esencantamien to y la necesldad invertir esra rela6ón? ¿Y si lo que aparece como una
de redescubrir lo sagrado, quizá lo que necesitamos en fuerza moderadora, convenciéndonos de que controle-
re<llidad es una dosis del buen ateísmo de siempre. Las mos nuestra violencia, es su instigador secreto? ¿Y si en
protestas causadas por las ca ricat uras de Mahoma en vez de re nuncia r a 1<1 violencia ruvié ramos que renun ·
las comunidades musul manas 005 propoccionan una ciar a la religió n - ind uidas sus reverberaciones secuJa-
prueba má s de que las creen cias religiosas son un a fu er- res como el comunismo estalinista, con su dependencia
za que debe ser tenida en cuenta. Por deplorabl e que del gran orro histórico- y perseguir la violencia en sí,
pueda se r la viole ncia de las masas musulma nas, parece asumiendo nuestra plena responsabilidad sin ninguna
reco rdarnos que los liherrarios occidentales, ta n teme- cobert ura bajo la fi gura del gran otro?
rarios com o cín icos, deben aprender lam bién algo de A menudo se afirma que toda dis puta ética contem-
roda lo sucedido: ahí se encuentran los limites del de- poránea es en realidad un debate entre Charles Da nv'in
sencantamiento secular. O eso se nos ha dicho. y el papa. Por un lado ha)' una ün)moralidad secuJar
Pero ¿es ésta realmente la lecció n que debe apren- que encuemra aceptable y d eseable usar y sacrificar in -
derse de Jos asesinatos, saqueos e incendios hechos en dividuos de forma despiadada . Por el otro está la mora-
nombre de la religión? Duran te mucho tiempo se nos lidad cristiana que afirma que todo ser humano tiene
ha dicho que, sin religión , somos meros animales ego(s· un alma inmortal y po r ello es sagrado. En este contex-
tas que luchamos por nuestra supervivencia, que nues- to es interesa nte nOtar como, {ras el est allido de la Pri-
162 S08RE L A VIQl ENClJ\ ANT INOMIIIS DE L.... KAZÓN TOLER.A.....'TE 163

mera Guerrl\ Mundial, algunos d arwinistas sociales eran no parece fun cionar. Convierte a la s personas en borre-
pacifistas a causa de su danvin ismo aotiiguali(ario . E rost gos odiosos y no deJ'na siado compasivos.» Los di rigen-
Haeckel , eJ principal impuJsor del darw inismo social, res reOgiosos han fr acasado también a la hora de hacer
se opuso a licl guerra porque en eUa morían las personas algo respecto a las rensiones y Jos (on Oicros mundiales.
equivocadas: «Cuamo mcÍs fuert e, sano y no rmal es un «¿ Por qué no cele bran un cónclave? ¿ Por qué no se reú-
homb re joven, más probable es que sea asesinado por nen?», se preguntaba.
cuchiUos. cañones y orfOS instrumemos similares de la El predominio de la violencia justificada religjosa o
cuh ura».11 El pro blema era que los débiles y en fennos étnicamente p uede ex plicarse po r el hecho de que vivi-
no podían ent ra r en el ejército. Se les exoneraba para mos en una época que se percibe a sí misma como poso ·
que concibieran hijos, llevand o así a la nación a. su de- deológica. Puesto que las causas del gran Pl.blico no
cadencia biológica. Una de las solu ciones era obligar a pueden ser ya movil izadas para preparar el te rreno de la
rodos los hombres a se rvir en el ejército y después. en la violencia d e masas (por ejemplo, la guerra ) y puesto que
batalla, usar sin piedad a los débiles y enfermos como la ideología hegemónica realiza constanres Uamarn ien-
(a me de cañó n en ataques suicidas. tOS a gozar de la vida y a realiza rnos, a la mayoría le resul-
Lo que complica esta cuesuón ea la actuaUdad es ta difícil superar su re pul sión a la w rtura y el asesinato
que los genocidios se ven legitimados C¡:¡dA vez más en de otro ser humano. La inmen sll mayoría de ja gen te es
términos religi osos, mienlras que el pacifismo es predo- espontáneamente «m o l·al» : marar a OlCO ser humano es
min¡lmemem e atco. Es la creencia misma en una meta algo traumático pa ra ellos. Así que, para conseguir que
d ivina superior la que nos permi te insrrumemalizar a lo hagan. se necesita una causa «sagrada» mayor, que
los individuos, mientras que el no admite esa hace que los insignificaotes reparos respecto al asesinato
act.ilud y repudia por ramo toda fo rma de sacrificio Sa o parezcan rrivia les. La religión o la peneoencia étjca rea -
grado. No sorprende, entonces, que, como inform aba lizan esta tarea a la perfección. Desde luego, hay casos
AP el 12 de noviembre de 2006, Elton John admirase de ateos patológicos que son capaces d e cometer asesi.
las enseñanzas de Crisro y ot.ros lid eres espirituales al natos en masa sólo por el placer de hacerlo, pero son ex·
tiempo que se oponía a todas las reUgiones organjzadas. cepciones. La mayoría tiene que ser «anestesiados» con·
«Creo que la religión ha intentado siempre sembrar el tra su sensibilidad dementa! respecto al sufrim iento del
odio hacia los homosexuales», decla ró en el suplemen- o tro. Por eso se requjere una causa sagrada .
[Q d e música del Observer. «La religión promueve el Hace más de un siglo Dosroievskj advirtió en Lm
odio y el rencor contra los gays. [ .. .] Si pudjera, prohi · hermanos Karatnazov contra los peligros del nihilismo
biría la religión completamente. La reljgión organizad a moral ateo: «Si Dios no existe, todo está permitido». E l
nouveat/ phdosophe francés Arldré G luck slllann aplicó
17. Ci lado de Edward T. Oakes, «Darwin's Gra\leyards». la críricll de Dostoievsk i al nihilismo aceo al ataq ue te·
800ks and Culture, de 2006, pág. 36. rrorista dd ] I de sept iembre, como sugiere el rírulo de
164 SQBREL /\ Vlü l.l::-"<JA ANTI NOMIAS DE LA R.AZON TOLERAN1"E 165

su libro, Dos/oievski <:11 Mallhattan. ls No podria estar eso es en sí mismo una prueba de que no amas reaJmen-
más equivoc<ldo, pues la lección que debemos aprender te a Dios. No obstame, sigue siendo un mandato ambi-
del terrorismo acrual es que si hay Dios, entonces todo, guo, puesro que no exis te ninguna garantía externa a tu
incluso volar por los aires a cientos de espectadores creenc ia de que Dios realmente quiere que lo hagas. En
inocemes, les está permJtido a los que afirmen actuar en ausencia de [Oda norma ética externa a tu amor y creen-
nombre de Dios, en tanw instrumentos de su voluntad, cia en Dios, siempre está acechando el peligro de que
puesto que un víncuJo directo con Dios justifica nues- uses tu amor a Dios como legitimación de los actos más
tra rransgresión de cualquier obligación y considera- terribles.
ción «meramente humana». Los comunistas estalinistas En el curso de la cruzada del rey Sa n Luis, Yves le
«ateos» son la prueba definitiva de eUo: todo les estaba Breton narraba como encontraron una vez una anciana
permitido mienlrUs se percibiesen como instTumenros que vagaba por la caUe con un plato en llamas en la
directos de su divinidad, la necesidad histórica de pro- mano derecha y un cuenco lleno de agua en la izquier-
greso hacia el com unismo. da. Cuando le preguntaron por qué iba de esa guisa,
La formul ación de la suspensión fundamentalista ella respondió que con el fuego quemaría el paraíso
de la ética religiosa fue propuesta por Agustín, que es- hasta que no quedara nada, y con el agua apagaría to-
cribió: «Ama a Dios y haz lo que te plazca» . A su vez, dos los fuegos del infierno. «Pues no quiero que nadie
esto se convierte en «Ama y haz (Oda lo que quieras», haga el bi en para recibir el premio del paraíso, o por
pues, desde la perspecriva crisriana. ambas afirmacio- mjedo al infierno, sino solamente por amor a Dios»_ ' 9
nes al fmaJ valen lo mismo. Dios, después de todo, es Lo único que cabe añadJ r es esto: entonces, ¿por qué
amor. Desde Juego, la clave está en que, si realmente no eliminar a Dios y simplemente hacer el bien por el
amas a Dios, querrás lo que él quiere; 10 que le place a bien mismo? No resulta sorprendente que hoy en día
él te place a ti, y lo que le disgusta le hace infeliz. Así esta instancia ética cristiana sobreviva sobre todo en el
que no se trata de que puedas hacer lo que quieras: tu ateísmo.
amor por Dios, si es verdadero, garantiza que en lo que Los fundam entalisras hacen (lo que perciben como)
quieres hacer seguirás los estándares éticos más aJtos. buenas aCclones para cumplir la voluntad de Dios y
Esro iría eo la linea de un conocido chi ste: «i'vl.i novia para merecer la sa1 vación; los ateos simplemen (e las ha-
nunca se retrasa en las cilas, porque si se retrasa, deja cen porque es lo correcto. ¿No es ésta también nuestra
de ser mi novia». Sí amas a Dios, puedes hacer cual- experiencia de la moralidad más elemental? Cuando re-
quier cosa que desees, porque cuando haces algo malo,
19. Hay una versión parecida en el islam sufí: «Oh, señor. si
le rindo culto por miedo al inAcrno, hazme arder en él. Si te ado-
L8. André G lucksmann. Dostoievski f¡ Manhauan, Pans. ro por las espesanzas en el paraíso, prohíbemelo. Y si le! adoro
Roben La[font, 2002 (¡rad. cast.: Dostoievski en Manhauan, Ma- porti mismo, no me prives de tu belleza c:tcrn:l)) (Rabi "l al· 'Ada-
drid, Taurus , 2002), wiyya de Basra, 713-801) .
166 SOBRE lJ\ VIOLENCIA ANTINOMIAS DE L,\ RAZÓN TOLllR:\NTE 167

alizo una buena acción, no lo hago con la perspectiva titución eu ropea? Al fina) se Uegó a un acuerdo : el cris-
de ganar el favo r clivlno, sino porque no puedo proce- tianismo se citaría juma al judaísmo, el islam yellegado
der de a iro modo. y si 00 Jo hicie ra, no seda capaz de de la Amigüedad. Pe ro estaba el legado más va -
mirarme al espeío. Una aeóón moraJ es por defrnición (josa de Europa, el del ateísmo? Lo que hace única a
la propia recompensa. El fjJósofo y econom ista del si- Europa es que se trata de la primera y única civilización
glo XV III David Hume, creyenle, construyó su argumen- en la que el ateísmo es una o pción plenamente legítima ,
tación de un modo muy conmovedo r cuando esc ribió no un obstáculo para obtener liD puesto púbLco. Éste
que el (mico modo de mos trar un respew auténtico por es un legado europeo por el que reaLnenre vrue la pena
D ios es actuar moralmente a la vez que se ignora su luchar.
eXistencia. Dejando de lado que no necesita incentivar su pro-
La historia dd otteismo europeo, desde sus orígenes pia postura escandalizando al creye.lHe con afirmaciones
griegos y romanos en De remm "atura de Lucrecio has- blasfemas, el aUlémico aleo rechaza además reducir el
(a los clásicos modernos como Spinoza, ofrece una lec- problema de las caricatu ras de Mahoma al respe to de li:ls
dón de dignidad y valentía. Ml1cho má s que po r los es- creencias del otro. El respeto de las creencias del Olro
tallidos ocas io nales de hedonismo, está marcada por la como valor supremo puede significa r sólo lIn:l cosa: o
conciencia del amargo resuhado de roda vida humana, bien trat amos al otro de un modo condescendieme y
puesto que no existe un a aUlOridad superior que vigile evitamos herirle para no arru ina r sus ilusiones. o bien
nuestros destinos y garantice un final feliz. AJ mismo adoptamos la postu ra relativ ista de los múltiples «regí-
tiempo, los ateos se esfuerzan por formular un mensaje menes de verdad», descalificando como imposición vio-
de alegría que no procede de la real idad, sino de su lenta toda lnsistencia ma nifiesta en la ve rdad . Pero ¿y si
aceptación y del encuentro creativo del propio lu ga r en sometiésemos al islam , junto él. todas las demás religio-
la mi sma. Lo que hace única a esta tradición 0l3terialis- nes. a un análisis resperuoso aunque 110 por ello meDOS
h¡, es cómo comb.ina la humilde conciencia de que no riguroso? Ésro, y sólo éste es el modo en que se muest ra
somos los amos dd universo sino si.mplemente parte de un auténtico respero po r los musulmanes: tratándolos
un todo mayor exp uesto a distorsiones coniingentes del como éldulros serios y responsables de sus creencias.
desrino , con una disposición a aceptar el peso de la res-
ponsabilidad de lo que hacemos en nues tras vidas.
Dada la amenaza de una ca tástrofe impredecible q ue
nos acecha por todas partes, ¿no estamos ame UM acti-
tud más necesaria que nunca en n uestros días?
H ace LU10 S años bubo un curioso debAte en Europa:
¿debía ser mencionado el cristianismo como parte cla-
ve de la herencia europea en el preámbulo de la Cons-
CAPÍTULO
5
Malta adagio-Andante
La tolerancia como
categoría ideológica

LA CULTIJR1ZACIÚN DE LA poLlTICA

¿Porqué hay tamas cuestiones hoy en día que se per-


ciben como problemas de imoleranci3 más que como
problemas de des.igualdad, explotación o injusticia ? ¿Por
qué creemos que la to lerancia es d remedio en lugar de
serlo la emancipación, la lucha polhica o el combare ar-
mado? La respues ta se haUa en la operación ideológica
básica del liberalismo multiculturaJisla: la «culturiza-
ción de la política». Las diferencias políticas, derivadas
de la desigualdad políüca o la explOlación económica,
son narurauzadas y neutralizadas bajo la fo rma de dife-
rencias «culturaJes», esto es, en los diferentes «modos
de vida», que son algo dado y no puede ser superado.
Sólo pueden ser «tolerado». Esto exige una respuesta en
Jos términos que planrea Wa lrer Benjamin: de /0 culturi·
zaci6n de la política d /a polililación de la cultura. La cau -
sa de esta culcu rizaci6n es la retirada, el fracas o de las so-
lu ciones cla ramente políticas como Ja del Estado del
170 SOBRE lA VIOt.ENC1A LA TO LERANCIA COMO CATECOJtlA IDEOLÚl; ](.:A 171

bienestar o los diversos proyectos socialistas. La toleran - mundo vital en eJ q ue nacen- y aquellos que me ra-
cia es su principi o básico pospoutico. · mente «gozan» de su cultura elevados p or encima de
Fue el polilólogo Samuel HW1lington quien propu- ella , libres para elegir. Esto nos lleva a la sigu iente para-
so la formulaóón más conocida de esta «culrurización doja : la fuente definitiva de barbarie es la c ulwra mis-
de la política» al localizar la fu e nte princi pal d e los con- ma, esa identificación directa con una culrura parti cu-
flictos acmaJes en el «choque d e civilizacio nes», al que lar que nos h ace intolerantes respec to a otras cuhuras.
podríamos lla mar «.la enfermeda d de Huntington de La oposición fund amental gira en tom o a lo colectivo y
nuestro tiempo». Como dijo Hw1tingron , tras el fin de la lo particuJar, lo localista, lo e xclusivo de otras culturas,
Guerra Fría , el «edó n de ace ro de la ideología» ha sido mienrras que -siguiente paradoja- es el individuo el
reemplazado po r el «telón de te rciopelo de la cuJtura».2 que es universal, el lugar de la W1iversaUdad , e n Canto
Su oscura visió n del «ch oque de civilizaciones» puede que se Ubra de y se eleva por e ncima d e su cultura par-
parecer Jo contrario de la pers pecriva luminosa de Fean · tic ular. Con todo, puesto que los individuos deben ser
cis Fukuyama del Hn de la historia bajo la forma de la de- particularizados de algún modo, de ben morar e n un
mocracia liberal en lodo el mW1do. Para este último d mundo de vida particular, el único modo de resolver
mejor orden social se halla en la democracia libe ral capi- esta d isonancia es divid ir al individuo en universal y
talista, de modo que en ella no hay ahora espacio para un particular, público y privado (donde (<lo privado» cu -
progreso conceptual ulterio r, sino sólo obstác ulos empí- bre tanto el refu gio familiar como la esfera pública no
ricos que superar.' ¿Qué puede ser más diferente de esta estatal de la sociedad civil, la econo mía).
idea pseudohegdiana de Fukuyam a del <<fin de la histo- En el liberali smo, la cultura sob revive , pero privati-
ria» que el «(choque d e civilizaciones» de Huntington zada , es deci r, como modo de vida, com o conjunto de
como la principal lucha pouti ca dd siglo XXI? El «cho- creencias y prácticas, no como una red púbUca de nor-
que de civilizaciones» es la política del fin de la bistoria. mas y reglas. La cultura se ve ast transustanciad a: los
La oposición básíca sobre la que se sustenta la vi - mismos conjwll os de c reencias y p rácticas pasan dd
sión liberaJ se plantea entre aquellos que son domina - pode r vinculante de un colectivo a una expresión de
dos po r 1a cultura -de te rminados por co mpleto por d idios lncrasias pe rsonales y privadas. Si la c ultura es
fu ente de barbarie e int olerancia, ]a conclusión ine-
1. Me baso en Brown, Regul.dting Avusion. vitable es que el único modo de superar la intole rancia
2. Véase SamueJ P. Hunnngton, Ckuh 01 CivílrwtiOTlS, y la violencia es libra r de la cultu ra al núcleo del ser del
Nueva York , Simon ¡¡nd Schus¡cr, 1998 <trad. cast.: El choque de suj eto, su esencia lUlíversal: en su esencia , el sujeto debe
ciuiliuuione5 y /o recolljiguradón del orde/l mrmdi41, Barcelona, ser k ulturlos. 4 El soslén fil osófico de esta ideologia dd
Paidós, 2(07).
). Francis Fukuyam:l, The End ofH útoryi<nd (he LISt
M OTI, Nueva York, Free Press, 2006, reimpresión (trad. cas!. : El 4. Esto le da incidentalmente un nuevo cariz a la fórmula
fin de lA historia y eL úlJimo hombre, B. u celona, Planeta, 1992), famosa atribuida a Goering, «cuando oigo la palabra "cultura" .
172 SOBRE I.A VlOU:NCLA LA TOLERANCLA COMO G.A,TECORfA IDEOLÓGICA 173

sujem uruversalliberal es el sujeto cartesiano, especial· divergencia enlre Kant y Richard Rorty respecto a esta
mente en su versión kam iana. Se concibe a este sujetO disunc ión de Jo público y lo privado se advierte en con-
como alguien capaz de desprenderse de sus raíces par- tadas ocasiones , pero no deja de ser crucial que ambos
ri culares cuhurales/sociaJes y de afirmar su plena auto- ilisringan con cla ridad en tre los dos dominios, pero de
nomía y su LUJ iversaUdad . La experiencia fund adora de modos opuestos. Para Rorry, posiblemenTe el gran libe-
la duda universal de Descancs es precisamente una ex- ral contemporáneo, lo privado es d espacio de Duestras
perie ncia de cómo la propia tradición idiosinc rasias donde imperan la crea tividad y la imagi-
no es mejor q ue lo que nos parece n las tradiciones «ex- nación salvaje, y las consideraciones morales quedan
cént ricas» de los demás: (casi) suspencüdas, mientras que lo público es el espa-
cio de interacción social donde debemos obedecer las
[...J Se: me ha enseñado , incluso en mis días de universi· reglas de modo que no dañemos a los demás. En otras
dad, que no hay nada tan exlraño O tiln poco creíb le que palabras, lo privado es el espacio de la iro nia, mientras
no haya sido sostenido por un filósofo II otrO, y l:l Jo lar· que lo público es el espacio de la solidaridad .
go de mis viajes me di cuenIa enseg uida de que todos P ara Kan t, sin embargo, el espacio público de la «so-
aq ucUos cuyos semimientos son contrarios a los nuestros
ciedad civil mundial» designa la paradoja de la singu-
no san sin emb.:lrgo bárbaros o salvajes necesariiJmente,
laridad uni ve rsal, de un sujeto singul ar que, en una
sino que pueden estar dOf... dos de razón en un grado
igual o incluso mllyor q ue nosotros .'
especie de cortocircuito, al evitar la mediación de lo par·
ticu lar. participa directamente en lo universal . Esto es
lo que Kant, en el famoso pasaje de «¿Qué es la Du s-
Por eso las raiees ¿roi cas, la identidad nacional y de-
tración?», quiere decir po r «público» como opueSto a
más rasgos no son sim plemente lino categoría de /a ver·
«p rivado». «Lo privado» no es la individualidad propia
dad para Wl filósofo cartesiano. Por decirlo en térmi nos
kan tianos, cuando reflex io namos ace rca de nuestras ra- q ue se opone a los vínculos sociales, sino el auténtico
íces étnicas. nos implicamos en el uso privado de /0 ra- o rden comunitano· instirucion al de la identificación par-
ti cular de uno mismo; mien rras que «lo público» es la
zón , el cual está \jmü ado por presuposiciones dogmá-
universalidad uansnacional del ejercicio de la propia ra-
ticas contingenres, estO es, acru amos como individuos
«inmaduros» , no como seres human os libres que mo-
zón. La paradoja de la fónnws subyacente «piensa libre-
mente , ¡pero obedece!» -que, desde Juego, plantea
ra n en la dimenslón de- la universalidad de la razón. La
una serie de pro blemas en sí misma, puesto que depen -
de también de la distinción en tre el nivel «performari-
echo mano a mi pero no . desde luego, cuando oigo 1\1
vo» de la autoridad soci al , y el nivel del pensamiento li-
palabra «civilización».
, . René Desca rtes, Dircoursl' on Method, Somn Bend. IN, b re donde tal actuación queda suspendida- es que uno
Uo iverisily of Notre Dame Press, 1994, pág. JJ h rad. cast.: Dú- participa en la dimensión uruversal de la esfera «públi .
CJmQ del método, Madrid. Alianza. 20(6). Cá» precisamente como un indi vid uo singular extraído
174 SOBRE LA V(OLENCI,¡\ LA CüMOCATEGOR}¡\ IDEOLóG ICA 175

de (o incluso OpUeslO a) la identificaci6n comun itaria berruisrmo está tamb ién marcado por un fuene prejui.
panicular de uno mismo. Uno sólo es W1iversal cuando cio: es lln colerante cuando a los indi vid uos de otras cul o
es radicaJ mem e smgula r, en los intersticios de las idemi- turas nQ) se les da üben ad de elección. como es evidente
dades comuni.tarias. Es Kant quien debe ser leído aquí en cuesniones como la ablación femeni na, el marclmO-
como ( rhico de Rorty. En su visión del espacio público oio infam úJ , el infamiciclio, la po ligamia y el i.ncesro. Sin
en el ejercic io libre de la razón , afirma la dimensión de embarglo. ignoea la tremen da presión que, por ejem-
la un iversalidad de los límites de la plo, elmpu ia a In s mujeres en nues tra socied ad liberal
idenridad sodaJ dd individ uo, de la posición de uno a somerte.rse a procedimiemos como la cirugía estética ,
mismo dentro del o rden del ser (socia]), Ésta es la dj . los impll3JHes cosméticos o las inyecciones de bótOx
mensión que se ha perdido en Ron)'_ paJa se&uir siendo comperi ti vas en e1 mercado del sexo.
Así ¡pues, la idea liberal de (J.jb re elección» siempre
se ve amapada en un caUejón sin saJi da . Si el sujelO quie-
L A UNIVERSALIDAD EFECTIVA re, puede optar por la Iradición local en la que naci ó,
siempre: que se le ofrezcan al te rnariva.s pa ra poder esco·
Es hacer que esta noción liberal de la roleran· ger con ,li bertad. A los adolescentes amish, por a rra par-
cia re5uha problemática y muestre de mane ra palpable te, se le!s da la posibilidad de eJegir con liberr ad, pero
la violencia que la sustenta. En primer lugl'l r, no es un las condiiciones en las que se encuentran mi entras reali-
concepto reaJ.meme universal, kulturlos, sin culrura. y la zan su <elecc ión hacen que éSla no sea del lOdo Lbre.
razón es que en nuestras sociedades las diferencias la- P ara quce de verdad pudiera n elegir se les debería infor-
boraJes en o.lanto al género están a la o rden del dia: las ma r de unanera adecuada sob re rodas las opciones y ser
categorías Liberales básicas (a uwnomía, acuvidad pt"lbti- educad<os en eUas. Pero la única manera de hacerlo pa·
co, competencia ) son esencialmente m.lsclllinas. mien- soría pOlr eliminar su bagaje culrural amish yamericani-
tras que se reserva a las mujeres para la esfera privada zarlos.
d e la solidaridad familiar. El propio liberaüsmo, en su Asirrnismo se deben considerar las limitaciones de la
opos.ición de privado y público, promueve la dominación (ípica acritud liberal respecro a las mujeres musulmanas
mascuJinn. Además, sólo gracias a I¡,¡, cultura moderna que lJev:an velo. A las mujeres se les permite Uevar velo
occidental del capiralismo, la auronomía y la li berl ad si es su \Voluntad y 110 una imposición de sus maridos o
inclividual se maol ienen por encima de la solida ridad familiarces. Sin embargo, desde el momenro en que las
colecuva. b conex ión, la respo nsabilidad respecto a los mu je res, llevan velo como con secuencia de una elección
que dependen de nosotrOs, el deber de respetar las coso indjvidwal y li bre. es decir, para afinnar su propia espí-
rumbres de nues tra comunidad . El liberalismo pri vi le- ritualidmd, el sen tido de1 velo cambia por complero: ya
gia por sí mismo cierra cultura: b cultura occidental no es um signo de pen eDeocia a la comunidad musul-
moderna. Además de por la libe rtad de elección, el U- mana , siino una expresión de su propia incli Yidualidad.
176 SOBRE LA VIQLEN CL'\ LA TOJ ,ERANí.(A COMOCATEGORJ ... IDEOLÓGICA 177

La diferencia es la misma que existe entre un granjero Abu Hanifa , el gran intelectual musulmán del siglo XV III: :
chino que se alime nta de com ida china porque así se ha «La divergencia de opinión en la comunidad es una se-
hecho en su pueblo desde tiempo inmemorial, y un ciu- ñal de misericordia divina».6 Sólo dentro de este espacial
dad ano de una megalópolis accidenta] que decide ir a ideológico puede uno experimentar la propia identidadl
comer a un restaurante chin o local. En nuestras socie- como algo conÚllgeme y «construido» de fo mla díscur-
dades seculares, basadas en la libre elección , las perso- siva. Por decirlo en pocas palabras, en filosofía no en··
nas que mantienen un compromiso religioso sustancia1 contra mos el discurso deJudith Bucler o su teoría de 1m
están en una posición subordinada . loduso si se les per- iden tidad de género producida performar.ivame nre siro
mite manlener su creencia, esta creencia es «tolerada» el sujeto cartesiano. Sea lo que sea aquello d e lo que se
porque se trata de su elección u opinión personal. En el acuse al muJticulturalismo liberal, deberíamos admirirr
momento en que la presentan púb líca memc como lo al menos que es en gran medida «antiesencialista»: es sw
que es para ellos, es decir, una cueslión de pertenencia otro bárbaro eJ que se percibe como esencialista YJ p Olr
sustan ci al , se les acusa de «fun d amentaUsmo». Lo cual tanto, faúo. El fundamemalismo «naturaliza» o «esen ·-
implica que el «suje[Q de libre elección», en su «wle- cializa» rasgos cond icionados en términos h,istóricos;.
ranre» y multiculrural significado occidental , puede sur- Para los europeos modernos, hay otras civilizacione!s
gir sólo como resultado de un violento proceso de ex- que se ven atrapadas en su cul ru ra específica,
trañamiento de un mundo de vida particular, de un ser que de la suya piensan quces flexible y que cambia cons;-
arrancado de las propias raíces. tanremcntc sus presupuestos .
Debería tenerse siempre en cuenta el aspecto enor- Los críticos «poscoloniales» gustan de subrayar ha
memente libera do r de esta vio lencia que nos hace ex - insensibilid ad dellibe.ralismo respecto a su propia limii -
perimentar nuestro propio marco culn¡ ral como algo ración: al defender los derechos hum anos tiende a iml-
contin geme. No olvidemos que elliberaJjsmo surgió en poner su propia versión de sí mi smo a los demás. Sim
Europa después de la catást rofe de la guerra de Jos embargo, la sensibilid:ld autorreflexiva respecm a lrus
Treinta Años que enfren tó a ca tólicos y prmestantes. propias limitaciones só lo puede emerger sobre el tras,-
Fue una respuesta a la angustiosa pregtlnta de cómo po- fondo de las nociones de autonomía y racionalida<d
dían convivir personas con di fere mes lealtades religio- promovidas por el liberalismo. Uno puede, desde lue -
sas y ex igía de los ciu dadanos algo más que una roleran- go, mantener que la situación occidenta.! es inclusto
cia condescendienre respecto a las diversas religiones, más peor po rque en ella la opresión es borrada y enm ascm.-
que la toleran cia como compromiso tempo ral : exigía rada como libre elección. (¿De qué le quejas? Tú ele-
respero por las demás religiones no a pesar de nuestras
convicciones religiosas más ínlirnas, sino graci(ls a ellas. 6. Citado de Ziauddin Sardar y Merryl \'(Iyn Davie:s, TH,e
El respeto a los dem ás es una prueba de auténtica fe. No nsmse Cuide lo IJlnm, Londres. New Internsrionalisl!Versw,
Esta actitud se expresa mejor a tt'avés del ejemplo de 2004, p, 77.
178 SOBR.I:: l.A VIOU .NCI A LA ;1/\ COMO CATEGORI,., LDEOLóGlo. 179

giste hacer eso.) En efeceo, nue5lnl libertad d e elección términ os más precisos. tal postura se haUa comen ida en
funciona a menudo como un merOgesto formal de con - la posición tipica posmodema y antieseocialisr8, una es-
sentimiemo respecw a nueSUQ p[Qpia op resión y ex- pecie de versión política de la noción foucaultiaoa del
ploración. Con wdo. aquí es pe rtinenre la enseñan za de sexo en tanto ha sido generado por multitud de prácti-
Hegel acerca de la importanci a de la form a: la forma cas sexuales: aquí un conjun to de prácticas poütÍcas q ue
üene tula autonom.ía y enciencia propias. Cuando como mal erialáan la ciudadanía construye al «hombre». al ti·
paramos a una mujer del tcreer mundo fo rzada a some- tular d e los derechos humanos . Los derechos hum anos
terse a una ablación o comprometida d esde niña con la surgen como una universalidad ideológica falsa que en-
d o lorosa cirugía esférica de la mujer de.! prime r mundo mascara y legitima la poüüca concreta del imperialismo
«libre para degif», la fo nna de la libertad impo rta, pues y la dominación occidental , las intervenciones militares
abre un espacio para la re[Jexió n crírica. y el neocolonia usmo. La cuestión sería si eso es suficien -
Además, la descalificación de orras cuJtura s como te para constituir una crítica.
intoleranles o bárbaras tiene como contrapartida la rá· Una lectura simomátic!1 de carácter marxista puede
pida admi sión de su superioridad . Record emos cuántos demost.ra r con convicción el comen ido particular que
colonos británicos de la In dia admiraban la profunda d<:t el sesgo ideológ ico burgués a la noción de derechos
espi.ricuaLdad de la sociedad de este pais, fu era d e al · humanos: los derechos humanos universales son en rea -
caoce para los occidentales, teniendo en cuenra nuestra lidad el derecho de los p ropieta rios blancos a intercam -
obsesión por la racionalidad y la riqu eza marerial. ¿No biar y explotar en el mercado a los tr<lbajadores y a las
es uno de los lopoi del überalismo occidental la p royec- mujeres con toral libertad, asi como el derecho a ejercer
ción en el otro de una vidll que es más annoniosa, más 1<1 dominación poulica .
o rgán ica , menos competitiva, y dirigid a a la coopera- La identificación del cont enido particular que prima
ció c más que a la dominació o ? Vinculado a d io esrá la en la forma universal muest ra , sin embargo, sólo la mi-
ceguera a la opresión en nombre del «respeto» poe la rad de la historia . La ot ra pane, de ca rácter crucial , con-
cultura dd a iro. Incluso la libertad d e elección se evo- sis te e.n p roponer una cuestión suplementaria much o
ca a menudo de lUl modo perverso: esas personas han más difícil, la de la eme rgencia de la auténtica forma de
elegido su modo de vida, incluyend o quemar a las viu - universalidad. ¿Cómo y en qué condiciones históricas
das, y po r muy deploGlble y repul sivo qu e nos parezca, específicas se convierte l<1unive.rsaUdad abstracta en un
debemos resperar su elección. de la vida (social) n? ¿En qué condiciones se
La c rítica « radical» poscolonial del liberali smo pero sienten los individuos co mo sujetos de los derechos hu-
manece entonces en el típico nivel marxista de denuncia manos universa les? Ésta es la clave dd análisis de Marx
de la falsa universalidad, de mostra r cómo una posi ción del fetichismo de la mercancía: en una sociedad en la
que se presenta como neutral y universal privilegia cier- que predomina el inte rcambio de mercancías, los indivi-
ta cuJtura (heterosexual, masculina, cristia na). Dicho en duos, en su vida cotidiana , se relaóonan consigo mjs-
180 SOBRE LA VIOLENClJ\ 1.1\ WlIL K:\ :-.'\JA <:I)MO {:,\llóGOIÚ,\ ID EUt.() G¡CA IS I

mas - así como con los objetos que enc uentran- como una estructura socia l dada , la universalidad se hace
enca rnaciones contingentes de nociones abstractas uni· «para sí» sólo en aquellos individuos que carecen de un
versales. Lo que soy, mi trasfondo concreto social o cul· lugar propio en eUa. El modo en que apa rece una uni·
tural . lo experimento como algo contingente, puesto versalidad abst racta, su entrada en la existencia actual,
que lo q ue me defme en última in stancia es la capacidad produce así la violencia: irrwn pe con violen cia en Wla
abstracta universal de pensar y trabajar. C ualquier obje. estructura orgánica precedente.
lO que pueda sa tisfacer mi deseo es perci bido como con· Ya no basta con señalar el conocido análisis marxista
tingenre, puesto que mi deseo es concebido como una acerca de la brecha que ex isre entre la apariencia ideoló·
capacidad formal abstracta, indiferente respeclO a la gica de la fo rma legal universal y los intereses particula-
multitud de objetos particu.lares que pueden satisfacer- res que la sosúenen, como es comúo entre los críticos
lo, pero que nunca lo hacen por completo. La concep- políticamente correc tos de la izquierda. El contraargu·
ción moderna de la profesión implica que me percibo mento expuesto por teóricos como Claude Lefort y]ac-
como un individuo que no «nace directamente en» su ques Ranciere según el cual la forma nunca es «mera»
papel sociaL En qué me convierta depende de la reJa- forma, sino que implica una dinámica propia que deja
ción que exista enlre las circunstancias sociales contin- huelJas en la materialidad. de: la vida social, es totalmente
gentes y mi libre elección. En este sentido decimos que vál ido. 7 Después de tod o, la (Jjbertad formah> del bur-
el individuo contemporáneo tiene una profesión -es gués pone en marcha rodo d proceso de ex igencias polI-
electricista o profesor o camarero---, pero no tiene senti- ucas mate riales '1 práClicas, desde las demandas de los
do afirmar que un siervo medieval era campesino de sindicaros hasta las del feminismo. Rancieresubraya con
profesión. El punto crucial es que, una vez más, en cier- acierto la ambigüedad radical de la Clocjó n marxista de la
tas condiciones sociales de intercambio de mercancías y brecha en tre la democracia formal con su discurso acer-
economía global de mercado, «la abs rracción» se con- ca de los derechos del hombre y la libertad pelloca, y la
vierte en una caracreríst ica directa de la vida social ac- re:Jüdad eco nómica de explo ración y dominación. Esta
tual . Mena a cómo Jos individuos concretos se compo r- brecha entre la «aparien cia» de l a igualdad-libenad y
tan '1 se relacionan con su destino y con su círcuio sociaJ _ la realidad social de las diferencias económicas y cultu -
Marx comparte la opinión de HegeJ acerca de cómo la rales puede imerpretarse de dos modos; el modo úpico
universalidad se hace «para sh> sólo en tanto que los in-
cüviduos no identillcan por completo la esencia de su ser 7. Véase C1audt': Lefon , The PO/¡Ikal Forms of Modern Sa-
con su situación social panicular. Una circunstancia de- CIe/y: Durl'iJl/aacy, Demoaacy, TotaJ¡tarumúllI, Cambridge, MA,
MIT Press, 1986 (trad. case : (,asfomu1S de la hútQria. ensayos de
rivada de ello es qu e estos individuos se perciben siem -
411lropo!ugíu púZiIIC!!, Fondo de C uJtu ra Económica, 1988), y
pre «sin víncuJo algunO» respecto a su situación: la ex is- Jacqlles Ra nciere, Hatred lo DemocraC)l, Londres, Verso . .2007
tencia concreta y efecti va de la universalidad produce (trlld . casI.: El odio a La dl!mocracla, Buenos Aires, AmQrrorcu,
un individuo sin lugar propio en el edificio glo bal. En 2007).
182 SOBR.E J....\ VIOI,.ENCIA LA TOIXRANCTA COMO CATEGORlA LDEOLÓ(:ICA 183
sintomático, de acuerdo con el cual la forma de los dere- ocurre cuand o una dimensión universa1 correcta explo·
chos humanos, es decu, la igualdad, la Ubenad y la de- ta desde dentro de un contexto concreto, se hace «para sí»
mocracia, eS simplemente una expresión necesaria pero y es vivik directamente como universal. Esta «universa·
iluso ria de su comenido social concreto (el uni verso de lidad pa ra sí» no sólo es externa a lodo contexto o está
la exploración y la dominación de clase); o en el sentido por enct"ma del mismo, sino que se insc ribe en su inte·
mucho más subversivo de una tensión en la que 13 «apa- rior y lo modifica y afecta desde dentro, de modo que la
riencia» de la égaliberlé no es precisamente una <<me ra idenódad del particular se djvide entre sus aspectos
apariencia» , sino que tiene su propio poder, que le pero parúcular y universal. Sin duda Marx ya visllUDbró que
mite pe neren marcha el proceso de reflr[iculación de las el problema real en lo que atañe a H omero no era ex-
relaciones socioeconórnkas actuales a través de su pro- plorar las raíces de su épica en la temprana sociedad
gresiva «politización»: ¿por qué no deberían votar las griega, sino dar cuenta del hecho de que, aunque clara·
mujeres?, ¿por qué las condiciones de trabajo no pue- roeOle arraigado en su contexto histórico, fuera capaz
den ser W13 preocupaciól) polírka pública?, etc. Aquí de trascender sus o rígenes hi stóricos y hablar a todas
resulla teneador emplearse el viejo término levi·straus- las épocas. Q uizá la prueba hermenéutica más elemen·
siano de «eficacia simbólica»: la apa riencia de égaliberté tal de la grandeza de Ulla obra de arte sea su ca pacidad
es una ncción simbólica que, como cal, posee una efica- para sobrevivi r arrancada de su contex to original. En el
cia real po r sí misma. No obstante, d ebemos resistimos caso del auténtico gran arte, cada época lo reinventa y
a la tentación cínica de reduci rla a una mera ilusió n que redescubre. Así tenemos un Shakespeare romántico y
oculta una f:Kticid ad diferente, Eso sería caer en la un Shakespeare realista.
trampa de la vieja hipocresía est:tlinista que se burlaba Las óperas de Richard Wagner proporóonan ouo
de la libertad burguesa (<meramente formal»: si era tan ejemplo. Los trabajos de investigación más recientes in·
formal y no perturbaba las verdadems relaciones de po· rentan eX lraer el (<verdadero significado» de varios pero
der, ¿por qué no la pennitió el régimen cstalinista? sonajes y temas wagnerianos: Hagen es en realidad un
¿Qué le asustaba de elJa? judio afjcionado a la masturbación. la enfermedad de
El momen to crucial en cualquier lucha teórica - y. Amfortas es en realidad la sífilis, etc. Wagner, prosigue
po r tanto, ética, política y, como dem ostró Badiou, in- la argumentación, hacía funcionar códigos histó ricos
cluso estética- es el surgimiento de /0 universalidad a conocidos por todo d mundo en su propio tiempo.
parti·r de un mundo de la vida concreto. El lugar común Cuando W1 personaje tropezaba. cfmtaba en tonos altísi -
según el cual estamos basados por complero en un mos o hacía. gestos nerviosos, «roda d mundo» sabía
mundo de la vida efectivo, contingente, de modo que que un judío, así que el Mime deSigfrido es la carica-
toda universalidad está irredu ctiblemente concaminada tura de un ill dio. La berida en la ingle que aparece tras
y vinculada a ese mWldo de la vida, debe ser invertido. mantener relaciones con una mujer «impura» era , pues·
El 1Iuténtico momento del descubrimiento, del avance to que la mujer padecía sifdis. una obsesión en la seg un -
184 SOBRE LA VIOLENC IA LA TOLERANCt.A COMO CI\TEGOrJA JDEOLÓGICA 185

da mitad del siglo XlX, de modo que eSlaba claro para mente desacertada, sea más productiva. Es más bien
todo el mundo que Arnfortas en realidad se había coma- que la rensión enrre el marco básico universal del pen-
giado de Kundry. El primer problema de esta lectura es samien to de Nietzsche y su particular conteXTualiza-
que, incluso siendo exacta, las hipótesis barajadas no ción histórica está inscrita dentro de la misma estructu·
contribuyen demasiado a una comprensión pertinente ra del pensamiento nietzscheano, forma pane de su
de la obra. E n realidad, los lugares comunes hisw ricisras verdadera identidad, del mismo modo que la tensión
pueden diluir nuestro contacto con la obra. Para com- entre Ja foona universal de los derechos hwnanos y su
prender Pamfal es necesario abstraerse de tales triviali- «auténtico en el momento histórico de su
dades hi stóricas, desconfexfualizar la obra y extraerla del enunciación foona parte de su identidad.
contexto en que fue introducida originalmente. Hay La hermenéutica marxista que desvda los prejuicios
más ve rdad en la estructura formal de Pam/al, que per- concretos que subyacen bajo la universalidad abstracta
mite diferentes comex tual izaciones históricas, que en su debe suplementarse emonces con su opuesto, con el
comeX[Q origina l. Nietzsche, gran critico de \'(Iagner, procedimiento propiamente hegeliano que descubre la
fue d p rimero en realizar [al descomcxlUalización, pro- universalidad de lo que se presenta como una posición
pon iendo una nueva figura de Wagner: ya no el Wagner parti cular. Es valioso echar de nuevo un vistazo al anÁ·
poeta de la mitología teUfónica, de la pomposa grandeza lisis de Marx de cómo, en la Revolución francesa de
heroica, sino Wagner «el miniaturista», el Wagner de la 1848, d Panido del O rden, conservador-republicano,
feminidad «hísterizada», de los pasajes deli cados, de funcion ó como la coalictón de las dos ramas dd realis-
la decadencia de la familia burguesa. mo, orleanistas y legilim.istas, en d «re ino anónimo de la
En la misma línea. Nietzsche fue reinvencado nume· Repüblica» .8 Los diputlldos parlamenhlrios dd Partido
rOSas veces a lo largo del siglo xx. El Nietzsche heroico- del Orden percibían su propio republicanismo como
conservador y protofascista se convirtió en el Nietzsche una burla: en sus discursos parlamentarios tenía n cons-
francés y después en el Nietzsche de los estudios cultu· tantemente lapsus monárquicos y ridiculizaban la Re-
rales. Análisis históricos convincenres pueden mostrar pública para hacer saber que su auténtico objetivo era
con facilidad cómo la teoría de Nietzsch e encajaba con restau rar el reino. De lo que no eran conscientes es de
su propia experiencia potitica. Su virulento araque a la que ellos mismos eran víctimas del impacto social real
«rebelión de los esclavos» fue una reacción a la Comu- de su manera de acruar. Lo que estaban haciendo en
na de París. Pero esto no comradice en modo algu no el realidad era establecer las condiciones mismas del or-
hecho de que haya más verdad en el «descomexrualiza- den republicano burgués que tanto despreciaban, por
do» Nietzsche francés de Deleuze y Foucall.h que en ejemplo, garam izando la protección de la propiedad
este Nietzsche preciso en rénninos históricos. El argu- pri vadl:l. Así que no es que fueran monárquícos ocultos
mento no es tan sólo pragmático ya que no es que esa
lecrura de Nietzsche por Deleuze, aunque histórica- 8. Véase Ma rx, «Class Struggles in France», op. di.
186 SOBRE LA VIOl,!:NCiA LA TflUllANC I.... COMO C·\TEGORf,\ IDEOLÓGI, .A 187

tras una republicana , l'llUlqu e eUos se p ercibie. pitaüsmo, cuya ideología es elliberalisrno , es en efeClo
sen así, sino que su propia convicción monárquica era universal, ya no estiÍ arraigado en una culrura o «mun-
la máscara que les hunaba la percepci6n de su verdade- do» panicular. Por ello Badiou afi rmó que nuestro
ro papel social. En síntesis, lejos de ser la verdad oculta tiempo está desprovúlO de mundo: la universalidad del
de su republicaoismo público, su since ro monarq uismo capitalismo reside en el hecho de que el ca pitalismo no
e ra el soporte fan tasmagórico de lUl efecrivo republi ca- es el nombre de una «civilización». de un mundo cultu-
nismo. Y esto era lo que les proporcion aba la pasión ral -simbóüco especifico, sino que es el nombre de una
que hab1a tras su actividad. máquioa económi co-simbólica neut ral que opera con
¿No es ésta la auténtica lección de la «astucia de la ra- los valores asiáricos t ¡m bien como con los demás. En
zón» de Hegel? La particularidad p uede erunascar8r la este senudo, el tri unfo europeo a lo la rgo y anch o del
universaüdad misma. Los monárquicos franceses de mundo es en realidad su derrota , su aUlOcance!ación .
1848 eran víctimas de la «astucia de la razón», ciegos aJ El cordón umbilical del capitaJ ismo con Europa ha sido
interés universaJ (capitalista-republicano) que servían en conado. Los críti cos del eurocenrrismo que se esfue r·
la persecución de sus metas monárqllica.<:.. Eran como el zan por desenterrar el secreto preju icio europeo dd ca-
valel dechambre de H egel, que no podía ver la dimensión pitalis mo yerran el tiro : el problema del capita.\jsmo no
universal, de modo que para él no héroes. Más ge- es su secreto prej uicio eurocénttico. sino el hecho de
neralmente, un capital iSla individual piensa que acrua en que realmentf! es universal, una matriz neutral d e rela·
beneficio p ropio, ignorando el hecho de: que esrá sirvien - ciones sociaJes.
do a la reproducción extendida del capital uoi ve:rsaJ . No La misma lógica vale para la lucha emancip adora: la
es s610 que toda universalidad esté embrujada por un cult\lra pa nicular que ¡ntem a defender su idemidad
contenido particular que la con ramina, es q ue toda posi- desespe radamente debe reprimir la dimensión univer-
ción panicular está embrujada por su w)jversalidad im- sal que está activa en su mismo corazón, y que es el va-
plícita, que la socava. El capitalismo no es simplemente: cío ent re lo p3 rticular (su identidad) y lo W1iversaJ que
el universal en sí, es eJ univers al para si, .e n cuant o poder Jo desestabiliza desde dentro . tsta es la razón por b
corrosivo que socava todos los m undos de vida panicula- que el argumento de «déja nos nuestra cultura» falla.
res, sus culruras y (radiciones, cortándolos de liD lado a Den tro de toda cultura pa rtícular los i.nruviduos ru/rf!n:
Otro , ca prurándolos en su vó rtice. No tiene sentido pre- por ejemplo, las mujeres protestan cuando se !.as fuerza
guntar: «¿Es esta universalidad verdadera o una másca- a someterse il la ablación, y es/as prOles/as contra las
ra de in rereses particulares?». Esta universalidad es ver- oblzgoC7ones comullüadas de la propia cultura están for-
dadero como universalidad. como la fue rza negativa de muladas desde el punlo de vista de fa universalMad. La
mediación y destrucción de roda conrenido pa rticular. universalid ad real no es el profundo sentimiento de
tsre es el momento de la verda d en In exigencia de que, por encima d e lodas las diferencias, las diferentes
universalidad kulturfos por parte delliberaJismo: el ca· civilizaciones companen Jos m ismos valores básicos,
188 SOBRE LA VJOl.ENC1A LA TOLERANCIA COMO ( ,.'' Ij T GORíA IDEOLÓGI CA 189

etc. , sino que aparece (se actualiza) como la expen"encia At: HER ONTI\ ,lInVL'80 .. LA S REG rONES I N FER 1\'ALE S
de La negatividad, de la inadecuación a uno mismo de una
identidad particular. La fórmuJa de la solidaridad revo- La sustancia étnica pani cular, nueslro «mlU1do de la
lucionaria no es «dejadnos tole rar nuestras djferen · vida.», que resiste la universalidad, está hecho de coso
cias», no es un pacto de civilizaciones, sino un pacto de rumbres. Pero ¿qué son las costwubresf Todo orden le-
luchas que atraviesa las civilizaciones, un pacto entre lo o todo orden de normatividad ex plícita debe basarse
que, en cada civilización, socava su idenrjdad desde en WlU red comple ja de reglas informales que nos dice
dentro, lucha comra su núcleo opresivo. Lo que nos cómo debem os relacionarnos con las no rmas explicitas:
W1e es la misma lucha. Una fórmula mejor podría ser: a có mo debemos aplicarlas, hasta qué puntO podemos
pesar de nuestras diferencias, podemos identificar el romarlas literalmente y cómo y cuá ndo se nos permite,
antagonismo básico o lucha antagonista en que nos ve- incluso soücita, ignorarlas. Estas reglas informales cons-
mos presos, de modo que companamos nuesaa intole- truyen el domin ío de la costum b re. Conocer las costum-
rancia y unamos fuerzas en la misma lucha. En otras pa- bres de una sociedad es conocer las mctarreglas acerca
labras, en la lucha eman cipadora no son las culturas, en de cómo aplicar sus normas €..\(plíciras: cUclndo se deben
su identidad , las qu e unen sus manos , es el reprimido, usar, cuándo se puede infringirlas, cuándo no tenemos
el explotado y el que sufre , las «part es sin parte)} de que emplear una decóón que se nos o frece, cuándo es ·
toda cul tura, los que se W1en en una lucha compartida. tamos obligados a hacer algo, pero se pretende que lo es-
A Primo Levi se le preguntaba a menudo si se con- lamas haciendo como una elección li bre, como en el
sideraba principalmente un judro o un humano. Levi a caso del potla/ch. Pensemos en todas esas educadas su-
menudo oscilaba entre las d os opdones. La solución gerencias que se hacen para después rechazarlas: es una
obvia (que precisamente como judío era humano, esto «costumbre» rech<l.zar tales ofrecimientos, y cualquiera
es, uno es bumano, uno ¡Jarticipa en la humanidad uni- que los acepre comete una burda lorpeza. Lo mismo
versal a través de la identificación étnica de cada uno) vale para muchas siluaóones políticas en las que se nos
falla . La única solución coherente no es d<;cir que Levi presen ta una elección a condición de que hagamos la
era un humano al que le ocurría el hecho de ser judío, elección correc ta: se nos recuerda con solemnid ad que
sino que él era humano {pa rticipaba «por sí mismo» en podemos decir no , pero se espera que no lo bagamos y
la función universal de la hlUnanidadl sólo en la med i- digamos con enrusiasmo que sí. En muchas prohibicio-
d a en que estaba incómodo o era incapaz de identificar- nes sexua les. la situación es l!l. opuesta: el «no» explícito
se plenamente con su judeidad: «ser judío}) era un pro- funciona como el imperativo implícito para lan za rse a
blema para él , no un hecho. no un refugio seguro al que eUo, i pero de mod o discreto !
poder retirarse. Una d e las estrategias de los regímenes totalitarios es
tene r regulaciones (leyes criminales) can severas que, si
se toman literalmente, lodo el mundo es culpable de algo.
190 SOBRE LA VIOLENCIA LA TOlERANCI,\ (roMO o.nGoRlA rDEOlOGICA 19 1

Pero luego su pleno cumplimiento se suaviza. De este los sobornos y las rramlpas se convienen en las concUdo·
modo, el régimen puede parecer compasivo: «Ves, si hu- nes para sobrevivir.
biésemos querido, podríamos teneros a todos arrestados El problema de los años caóticos del gobierno de
y condenados, pero no os preocupéis, somos indulgen. Yelrsin en la Rusia ptOSlsoviéuca puede localizarse en
tes», Al mismo tiempo, d régimen ejerce la amenaza per- este plano: 3lUlque lass no rmas legales eran conocidas y
maneme de disciplinar a sus sujetos: «(No juegues dema· básicamente idénticas; a las que imperaban en la Unión
siado con nosotros, recuerda que en cualquier momento Soviética, lo que se dlesintegr6 fue la compleja red de
podemos ... ». En la antigua Yugoslavia, eJ famoso arócu- normas implicitas, táa:itas. que sostenían el edificio so-
lo 133 de1 Código Penal, podia invocarse a volwHad cial. Si en la Un ión S;oviética querías tener una mejor
para perseguir a los escritores y periodistas. Condennha atención médica o un ' nuevo apartamento, si tenías W18
rodo tex to que presentase de forma falsa los logros de la queja de las alltoridaldes, si te Uamaba o a declarar, si
revolución socialista o que pudiese sembrar la tensión y el querías que tu hijo fueera aceptado en un a escuela de éli·
descontento entre e/público por la manera en que trataha te, si el adm inisu·ador. de una fábrica necesitaba que los
temas políticos o sociales. Po r supuesto, esta úJtima cate- contratistas del Estado cmregaran la s matcrias primas
gona no es sólo en ex tre mo plasuea, sino también opor- a tiempo, lodo el mumdo sabía Jo que había que hacer.
tunamente autorrefere.nciada: ¿no es el propio hecho de Todos sabían a quiém cürigirse, a quién sobornar, qué
que estás acusado por los que dereman d poder lo que podían hacer y qué OtO podían hacer.
prueba que sembraste la tensión y el entre el Tras el colapso de: la Unión Soviética, uno de los as-
público? Recuerdo que en aqueUos años pregwlté a un peciOS más frustrante!s de la ex istencia diaria de la gen-
politico esloveno cómo jusufic-dba esta ley. Simplemente te comente fue que esas normas tacitas a menudo se di·
sonrió y, haciendo un guillO, me dijo: «Bueno, debemos fuminaban. La gellle : simplemente no sabía qué hacer,
tener alguna herramienra para someter a nuestra volun- cómo reaccionar, cónno enfrentarse a las regulaciones
tad a aquellos que nos molestan». Aquí tenemos una su- legales explici(as, quté debían ignorar, cómo funciona·
perposición de la potencial culpabilidad.total (cualquier ban los sobornos. Urna de las funciones del crimen oro
cosa que hagas puede ser un crimen) y la misericordia (el ganizado fue proponciomlr una especie de sucedáneo
hecho de que se te pennita llevar tu vida en paz no es una de legalidad: si poseiias un pequeño negocio y un clien-
prueba o consecuencia de nI inocencia, sino una prueba te te debía dinero, He dirigías a tu protecror mafioso,
de la misericordia y benevolencia, de una «comprensión que se ocupaba del rproblema, mientras que el sistema
de las circunstancias de la de llqUelJOS que gobier- legal del ESlado era H.nencaz. La estabilización del régi-
nan). Esto constituye una prueba adicional de que los re- men de Putin equivmle básicamente a la transparencia
gímenes toralirarios son por defin.ición regímenes de la recién establecida de:. esas nOfUl3S no escritas: ahora la
misericordia: toleran las violaciones de la ley puesto que gente tiene que apremder a bregar con las complejida·
en el modo en que enmarcan la vida social violan la ley; des de las interacciomes sociaJes.
192 S08R.E LA Vl0LENOA 1_,\ Te )LERANCIA CQMI , f :ATEGOR1A IOE.OI.OGlC A 193

Esto subraya cómo el nivel más elemental de uncf. después de entablar una fe roz compet ición por un as-
cambio simbólico está hecho de los llamados «gestos censo laboral con mi mejor amigo, gano. lo justo es ofre·
vacíos», ofertas hechas o pensadas para ser rechazadas. cer mi retirada, de modo que él consiga el ascenso. Lo
Breche expresó de manera conmovedora esta caraete- propio entonces sería que él rechazara I'n..i aferra. De este
ríslica en sus obras de jllventud, sobre lodo c:n De! Jaso- modo, quizá Iluestra amistad pueda continuar. Lo que
ger, donde a un joven se le p ide que elija aceptar lo que tenemos aquí es el intercambio simbólico en su fonna
en cualquier caso iba a se r su destino: ser arrojado al va . mas pura: liD gesto hecho para ser rechazado. La magia
lle. Segú n le enseña su maestro, es costwnbre preguntar del intercambio simbólico es que. aunque al final este·
a la vfcti..m<l si está de acuerdo con su deslino, pero ram - mos como al comienzo. hay un beneficio distinto para
bién es costu mbre que la víctima djga que sí. Pertene· ambas panes en su pacto de solidaridad. En el proceso
cer a una sociedad conlleva lU1 aspecto paradójico en el de las disculpas o pera una lógica similar: si hiero a al-
que a cada uno de nosotros se nos ordena que abrace- guien con un comemario grosero, lo propio es ofrecer
mos y hagamos nuestro lo que se nos impone. Todos una discuJpa sincera. y lo propio de la Otea persona es
debemos «mar a nuestro país o a nuestros padres. Esta decir algo como: aprecio (Us disculpas, pero
paradoja de desear o elegir con libertad lo que de (Odas no me has ofend ido. sl'lbía que no querías decirlo, así
formas es obligato rio, de mantener la apariencia de que que no me debes ninguna disculpa». La clave está en que,
hay una Ijbre elección cuando no existe, depende en aunque el reslJtado final es que no es preciso disculpar.
sentido estricto de la noción de gesto simbólico vaáo, se, uno debe pasar por d proceso de ofrecimiento. «No
un geslO -una oferta- que debe rechaza rse. me debes una disculpa) só lo puede decirse después de
¿No hay algo muy similar en nuest ra vida cotidiana? que UllO ha ofrecido una discu lpa , de modo que. aunque
En Japón , los trabajadores tienen derecho a cuarenta formalmente nada ocurra, y el ofrecimieoto de disculpa
días de vacaciones al año. Sin e mbargo. se espera de sea proclamado sin necesidad, todos ganan al final del
ellos que no usen plenallleme este derecho: hay un proceso y quizá se salva una amistad.
acuerdo implícito de que no deben disfrutar de más de Pero ¿y si la persona a la que va dirigida la oferta
la mitad. En Oración por Owen, de )OM Irving. des· que debe ser rechazada la ¿Y si. después de ser
pués de que el pequeño Owen mace en un accidente a derrotado en 1a competición, acepto la oferta de rrU
la mad re de su mejor amigo, John , el narrador (Owen) amigo de aceprar el ascenso que ha ganAdo él? Tal si-
está, desde luego, terriblemenre djsgustado. Para mos- tuación es. en efeclo, catastrófica : causa la desintegra-
trar cuánto se arrepieme, le hace a John un regalo. su ción de 1a apariencia de libertad que se vincula al orden
más preciada posesión: el mejor cromo de su colección social, Jo cual equivale a la desintegración de la susran·
de béisbol. Dan , el soJicito padrastro de John, le dice cia social en sí misma , la disolución de los vlnculos so·
que lo justo es devolver el regalo. ciales. Es en este preciso sentjdo en el que las figuras re·
Imaginemos una siru ación más prosaica. Cuando. volucionarias igualitarias, desde Robespierre a JOM
194 SOBRE U. VIOLENCIA l.A TOlUA NClA CUMOCATI:C;ON.f.-\ IOH)I..ÚG ICA 195

Brown, son - polenciaLnente., al menos-figuras sin ga. Su primera reacción es un ataque de cólera. Des-
costumbres. pues rechazan tener en cuenta los hábitos pués , tfaS una operació n faUida para sepa rar a unos ge·
que determinan el funcionamiento de una nanna uni- melos siameses, vuelve a aceptar a Chris. con un largo
versal. Si lodos los hombres son iguales, entonces todos discurso en la mesa de operaciones: «Nunca te perdona-
los ho mbres son iguales y deben ser trarados como ta- ré 10 que has hecho. Pero Man es demasiado valioso, el
les; si 10$ negros son también humanos, han de ser tra- mejor resultado de nuestra amistad, yeso es algo que no
tados como iguales. debemos perder», El mensaje es obvio, demasiado ob-
En un plano menos radjcaL a com ienzos de la déca- vio. Una solución mucho más eJeganre habría sido que
da de 1980 un semanario estudiantil disidente de la an- Sean dijera : «Nunca te perdonaré lo que has hecho». La
tigUlI Yugoslavia se expresó cont ra las amañadas dec- posÍción subjetiva de esta afirmación es ya de acepta·
ciones «libres» celebradas en el país. Conscientes de las ción: así es como se habla a alguien a quien ya hemos de-
limiraciones dd eslogan «eliJe la verdad al podeo) («el cielido perdooar. de manera que el problema es que
problema de este eslogan es que ignora el hecho de que Sean dicedemnrindo. ¿Por qué. [o hace? Ésta es, en reali·
el podef no escucha y que la gente ya sabe la verdad . tal d ad, la pregunta mcere.sante. ¿Es el público de Estados
y como queda claro en sus chistes»'), en vez de denun· Unidos tan estúpido? No, así que ¿por qu é lo hace? ¿Y
ciar düectamente I(ls elecciones corno amañadas, deci· si un signo de auténtica reconciliación hubiese sido un
dieron tratarlas como si fueran realmente libres, como exceso, algo demasiado mcenso, de manera que intervie·
si su resuhado en realidad no estuviera predetermina· nen lugares comunes para rebajarlo ? Qu izá, dado que
do . Poco antes de los comicios imprimieron una eeli· Nip/ Tuck es una serie estadounidense, este exceso pue-
ción extra de su publicación con el siguiente titular: de explicarse a partir de la diferencia que exisre entre
«Resultados de las últimas e1ecciones: ¡los comunistas Europa y Estad os Unidos. En Europa, la planta baja se
siguen en el poder!». Esea simple intervención rompió cuenta como O, de modo que el piso superior es el pri-
la «costumbre» no escrita según la cual todos sabíamos mer piso, mientras que en Estados Unidos, el primer
que las decciones no eran libres, simplemente no lo de· piso está al nivel de la calle. Dicho con brevedad, los es·
ciamos en púbüco. Al tratar las e1ecciones co'mo comi· tadounidenses a contar con 1 mien tras los
cios ce1ebrados libremente, recordaron a la gente su ca· europeos saben que el 1 esrá ya por encima del O. Para
renda de Libertad. decirlo en térrrUnos hístóricos, los europeos son cons-
En la segunda temporada de la serie de televisión cientes de qu e, antes de comenzar a contar, debe haber
NiplTuck, Sean descubre que el verdadero padre de un «sustra lQ» de tradición , un SUStrato que está siempre
Matr, su hijo adolescente, es Christian, su amigo y coJe- dado y que, como taJ , no puede comarse, mientras que
Estad os Unidos, una tierra sin tradición bistórica pre·
9. Mouslapha Safouan, «¿Por qué los árabes no son libres ? moderna, carece de tal sustrato. La cuestión clave se mi ·
La polieica de la escrilura», manuscrilo inédito. cia con la Ijbcf(ad autolegisJada. En Europa el pasado se
196 SOBRE L,\ VIO LENCLA LA 10LERANOA COMO CATEGORlA lDEOLúGICA 197

borfR O se transporta.l'l La carencia de sustrato debe su- pie desear la desaparición de las disúnciones sociales no
plementarse con un discurso excesivo: Sean no puede: se consigue nada. Mejor dicho, es preciso desear que de-
fiarse del SUSlNUa simbó lico que: podría garantizar que saparezcan, pero tal deseo carece de eficacia si no secom-
Christian captara el mensaje sin afirmarlo de fo rma ex- prende lo que representa. El hecho que debemos afrontar
plícita. es que es la abolición de las disünciones sociales significa
abolir una parte de uno mismo. Todas mis ideas son ideas
Las costwnbres son la materia de la que están he-
de la clase media , y pAra superar mi penenencia a una cla-
chas nuestras identidades. En ellas promulgamos y, por
se, debo eliminar no sólo mi esnobismo . sino lambién la
tamo, definimos lo que somos como seres sociales. a mayoría de mis guslos y prejuicios. Debo cambiarme a mí
men udo de manera difereme a nuesrra propia percep- mismo de manera lan radical que si lo hiciese, casi no se
ción de lo que somos. Merced a su transparencia son el me reCODocena , como la mIsma
' persona. n
medio mismo de la violencia sodal Ya en 1937, George
O f\l.'dl expuso la ambigüedad de la actitud izquierclisla Lo que OrwdJ dice es que los radicales invocan la
predominante respecto a la diferencia de clase: necesidad de un cambio como una espe-
cie de reclamo supersticioso que al fUla! se alcanzará ,
Todo el mundo condena (as di stinciones de clase, pero evitará que el cambio ocurra realmente. El iz-
pero muy poca gente quiere abolirlas. y así llegamos al quierdista académico de hoy que cri lica el imperialismo
importame hecho de que toda opinión revolucionaria ex·
culTural ca pitaJjsta en realidad se ho rroriza ante la idea
trae parte de su fue rza de la secreta convicción de la im·
de que este campo de estudio pudiera desaparecer.
posibilidad de cambiar nada. [. .. ] Mientras se trale sólo
Para Orwell está claro que en nuest ro rua a dia ideoló -
de mejorar la. situació n d el obrero, toda. persona decente
estará de acuerdo. A IOdo el mundo, excepto a Jos rOntos gico, nueStra actitud predominante muestra una distan-
y a Jos sinvergüenzas, le gustaría que el minero, por ejem- cia irónica respec to a nuestras auténticas creencias:
plo, viviese mejor. [ ... J Pero , clesgraciame.nte, con el siro -
Las opiniones «izquierdis13s» del inte.leclUal medio
suelen ser falsas. Por puro espíriTU de imilación se ríe de
10. Quizá esta caracterísTica dé C\len!\!. de o tro fenómeno: en
(casi) Todos Jos hOleles estadounidenses con más de doce plam;¡s.
cosas en las que en realidad cree. Como un ejemplo en-
no hay d ccimOlercer p iso (para evitar la mal:1suerte, tre muchos lomemos el código d e honor de la escuela
(o), se salta del piso dccimosegu ndoal decimocua rto. Para un eu- pública, con su «camaracleríll», su «no atacar al que ha
ropeo, tal procedirn.iemo no lienc. sentido: ¿a quién imemamos caído» y IOd3s esas consabidas tonterías. ¿Quién no se
engañar? ¿lntcmamos que Dios no se dé cuenta de que lo que ha ha reído de él alguna vez? ¿Quién de los que se conside-
sido designado como piso es realmente d p iso de- ran «intelec tuales» se a.trevería a no reírse d e éJ? Pero la
Los estadounidenses pueden jugar con eSTO precio
samente a causa deque su Oiosessimplemenle un;¡ prolongación 11. George Orwe1l, The R()(Jd l O Wigllll Píer, Londres, Go-
de nuestros egos individuales, no es percibido como un auténtico Uancz, 19}7 (lIad. casI.: El camino de \\?igan Pier, Barcelona,
fundament o del ser. Destino. 1976) .
198 LA TOLEKlINC[¡\ COMO CATEGORIA !l)I})LOG rC,\ 199

cosa cambia W1 poco cuando nos encontramos con al. descafeinado, Jos pasteles sin grasa, la coca-cola tight y la
guien que se lÍe de é1 desde fuera, de la mism a manera. que cerveza sin alcohol, ahoca tenemos judias sin gases .. ,12
nos pasamos la vida echando pesles de Inglaterra pero AqlÚ Ueg'Hu os al «corazón de las tinieblas» de las
nos enfadamos cuando o lmos a un extranjero decir eX3C -
costumb res. ¿Rec uerdan los n umerosos casos de pedo-
lamenle las mismas cosas. [ .. .) S610 cuando se Irala a al·
fili a que sacudieron a la Iglesia carólica? C uando sus re-
guien de una cuhu ra difecenle a la de uno m.ismo, se em·
p resen tantes insistieron en que esos casos, tan d eplo-
pieza a ver cuáles son realmente las propias convicciones.
rables como fue ron, eran un problema imemo de la
No hay n ada en esta iden tidad ideológica Iglesia y mostraron una gran ren uencia ¡l la hora de co-
real que plantea Orwell. Las creencias más íntimas es- laborar con la polida en sus investigaciones, tenían ra-
tán todas «abí fuera», encarnadas en prácticas que Ue- zón en cierto semideo La ped of¡Jia de los curas católicos
gan basta la materialidad inmed iata de mi cuerpo. Mis no es algo que atañ a sólo a las personas que, a causa de
nociones -del bien y del mal, de lo placentero y lo de- razones accidentales de su historia privada sin relación
sagradable, de lo divertido y de lo serio, de lo feo y 10 alguna con la Iglesifl como insritución, eligieron el sa-
belJo- son en esencia nociones d e clase media. Mis cerdocio como profesión. Es un fenómen o que concierne
gustos literarios, gastronómicos, de vestimen:a, mis mo- a la Iglesia católica como ral, que está jnscrito en su pro-
dales en la mesa, mis expresiones, rrú acento, incluso los pio fW1Cion amiemo como institución socio -simbólica.
movimientos característicos de mi cuerpo so n cuestio- No concierne al inconsciente «privado» de los in divi-
nes de hábito. El olor podría ser convenientemente aña- duos, sino al «inconscien te» de la propia institución: no
dido a esta lista. Quizá la d iferencia clave entre las pre- es algo que ocurra porque la institución deba adaptarse
ocupaciones de clase baja y las de c1¡lse media se basen a las realidades parológicas de la li bido para sobrevivir,
en cómo se relacionan con el olor. Pa ra la clase medi a, sino que se tra ta de algo q ue la insülU ción necesita para
los estrams más bajos de la 50ciedaJ huelen; sus miem - poder reproducirse. U no p uede imagioar un sacerdote
b ros no se lavan coo la suficiente regu la ridad, y esm nos «hetem5ex uab>(no pedófilo) que, tras años de 5elVicio,
Ueva a una de las posibles defi ni cio nes de le qlle signi - se ve im pli cado en la pedofilia porq ue la misma lógica
fica hoy «p rójlmo»: se t rata de alguieo que por defin i- d e la institución le ind uce a elJo.
ción huele. Por eso los desodorantes y jabones son hoy Tal inconsciente institucional designa la cara obsce-
en ella cruciales, pues hacen al prójimo mínimamenre na y denegada que, preci sament e por ser negada , sos·
tolerable; estoy listo para amar a mis semejantes ... siem-
pre que no huelan demasiado mal . Según una noticia 12. Aunque, incluso aquí. el benéfico Estado deJ bienestar
intenta equilibrar las pemlrbac.iones del prójimo maloliente con
publicada recientemente, los científicos de un labora m-
preocupaciones acerca de la saJud: hace unos años, el Ministerio
rio de Venezuela pudieron manipul ar genéticamente de SaJud holandés aconsejó a los ciudadanos expulsar gases al
judías para que, tras su consumo, no generasen mal olor menos quin ce veces al día, para evilar tens iones y presiones in-
ni gases socialmente embarazosos. Así que, tras el café ternas negativas para el organismo.
200 SOBRE LA VIOl.r::·H)A LA TOLERANCI ... COMO CATECOR1A IDEO LÓGICA .201

tiene a esta institución pública. En el ej¿ rcüo, este re- posiciones: no es s implemente una composición {.para
verso consisre en rituales obscenos d e hwnillación se- piano, sino una composición con la línea vocal redluci-
xual contra el compañero que sustentan la solidaridad da al süencio, de modo que todo lo que escuchamrns es
de grupo. En otras palabras, no es sólo que, por razones el acompañ amiento del piano. ASL, deberíamos muer-
confo rmistas, la Iglesia imente encubru- los escándalos pretar la famosa «voz interiOr:» (innere Stimme) añacdida
de pedofilia, sino que al d efende rse la Iglesia defiende por Schumann a Ja partitura como lU1a tercera líneal en-
su secrelO obsceno más íntimo. Ello implica que identi- (fe las d os del piano . la superior y la inferior, corruo la
fica rse con este lado secreto es un elemenro clave de la melodía vocal que permanece como una «voz inter:ior»
auténtica identidad de LU1 sacerdote cristiano: si un sa- no vocalizada. Lo que aúnas es una serie de variacirones
cerdore denuncia (no sólo retóricamente) estos escán- sin un tema específico, un acompañamiento sin urna lí-
dalos. se excluye a sí mismo de la co munidad eclesiásti- nea melódica princípal que existe sólo como Augemmu-
ca. Ya 0 0 es «uno de los nuestros», al igu al q ue un sik, cómo música visual bajo la forma d e notas escr:itQS.
sudista de Estados Unidos que d elataba a alguien del Esta melodía ausente debe ser reconstruida teniendo
Ku Klux Klan se exduia a sí mismo de su comunidad, en cuenra que los niveles primero y tercero (las lúneas
al haber rrai cionado su solidaridad fundamental. Por de piano de la mano izquierda y de la derecha) no sle re-
consjgu ienle, la respuesta a la renuen cia de la Iglesia no lacionan con b Otra directamente, esto es, su relalción
debe ser sólo que nos enfrentamos a casos criminales y no es la de un espe jo. Para conocer su i..nterconexúón,
que, si la Igles io no panicip¡t coo rigor en su lnvesti- uno se ve impelido a (re)construir un tercer nivel «<vir·
gación, es cómplice de los mismos. La propia Iglesia tuah> imermedio, la línea melódica que, por razones es-
como in slirució n debe ser investigada en cuanto al tructurales, no puede interpretarse. Adquiere la car(ego-
modo en que crea de fonna sistemárica las condiciones ría de un ente real imposible que sólo puede existir :bajo
para que se cometan tales d eliras . la form a de la escritura. Su presencia física aniquillaría
Este trasfondo obsceno, el terreno in co nsciente de las dos üneas me1ódicas que escu chamos en reaJidmd_
las cos1umbres, es lo que en realidad clificulta el cam· En su breve ensayo «Pegan a un nmo», Freud ana-
bio. Por eso el lema de toda revolución radi cal coincide liza la fantasía de un niño q ue es testigo de la paliz<ll que
con la cita de Virgilio que Freud eligió como inicio de recibe otro ch ico: el niño identifica su fan tasía eormo la
LA interpretación de los sueiios: «.Acheronta movebo: última de una cadena de otras tres fantasías, en lal que
moveré las regiones infernales». ¡Que alguien ose per- las dos anteriores son: (tVeo a mi padre golpeando a 1m
turbar el sustraw de los apuntalamientos silencíados de niño» y dvli padre me está golpeando». El niño munea
nuesua vida cotidiana! fu e consciente de la segunda escena , aSL que deble ser
Hu moresque, posibl ememe la obra maestra para reconstruida para proporcionar e1 eslabón perdid(o en-
piano de Robert Schumann, debe interpretarse tenien- rre la primera y la última escena, como la tercera tUnea
do en cuenta la ausencia gradual de la voz en sus com- metódica de Schwnann que nunca se lnrcrpreta, pero
202 SOBRE LA VTOU,NCIA LA TOLfR,\NCt}, COMO (:AT[.CORJA !Dr::DLOCICA 203

que el oyente debe reconst ruir como el enlace perdido su sombra virrua J no escrita : ((¿Quieres que pongamos
entre las dos lineas que escucha. Schumann Ueva este en prácti ca la democracia socia lista? Muy bien , pues
procedimiento de melodía ausen te hasta una autorrefe· aquí la tien es». Y cuando uno recibía de los apparal-
rencia en aparienci a absurda, cuando más rarde, en el chiks del partido insinuaciones desesperadas acerca de
segundo frag mento de Humoresque, repite las dos line- que aquélla no era la fo rma en que funcionaban las co-
as melódicas, aunque esta vez la partitura no contiene sas, sim plemente tenía que igno rarlas. Por ello el ache-
una tercera, no hay voz imerior, pues lo que está ausen- ronta movebo implica que. en la práCl ica de la crítica de
te es la propia melodía ausente o la misma ausencia. la ideología , no se debe cambiar el texro ex plícüo de la
¿Cómo podemos tocar esas noras cuando, respecro a lo ley, sin o más bien intervenir en su o bsceno suplemento
que debe interpretarse, repiten exactamente las notas virtual.
previas? Estas notas interp retadas es tán privadas de lo ¿Recuerdan c6mo aCtúa la relación con la homose-
que no está ahi , de su carencia constitutiva 0, parafra- xualidad en un a comunidad de soldados? Hay dos ni-
seando la Biblia. pierden incluso lo que nunca tuvie- vejes claramente diferenciados . Por un lado, se ataca
rooY E l auténtico pianista debe enton ces tener el $0- con brutalidad la homosexualidad: se margina y golpea
f}()irfaire para imerpretar las notas ex..istentes, positivas, a aquellos identificados como gays. Pe ro, po r otro lado,
de tal modo que uno pueda ser capaz de disce rnir el eco UDa red implícita de indirectas homosexuales, chistes y
de las notas acom pañantes «silenciosas» o su ausencia. prácrkas obscenfls acompa ña a esta homo{obia explíci-
¿No es así como funciona la ideología? Una serie de (a. La intervención radical en la homofobia militar no
suplememos obscenos del superyó que no son interpre- debería centrarse en la represió n e.XpÜcilll de la homo-
tados suStentan el texto o la práctica explíci tamente ideo- sexualidad, sino más bien en «.mover los cimienros», en
lógicos. En d socialismo, lID conju nto de impera tivos y perturbar las práctkas homosexuales implícitas que
prohibiciones tácitos, silenciosos -que enseñaba n aJ sostienen la homofobia explícüa.
sujero a no toma r en serío algunas no rmas explícitas y a Es este obsceno el que nos perm ite enfo-
realizar un conjunto de prohibiciones púqlicameme car el fe nómeno de Abu Ghraib de lID modo nuevo. En
desconocidas- sostenían la ldeología ex plicira de la de· su reacción a las fOlos que mostraban a los prisioneros
mocracia socialista. Una de las estra tegias de disidencia iraquíes torturados y humillados por soldados estadou-
en los úlrimos años del socialismo era, por tanto, la de nidenses, hecbas públicas a finales de abril de 2004,
tomarse más en serio la ideología en el poder y literal- George Bush, como era de esperar, sub ra yó que se ua-
mente más de lo que ella se a sí m.isma , ignorando raba de hechos ai slados que no ¡-enejaban aq uello que
defiende y po r lo que lucha Estados Uni dos: los valores
1.3. «.Porque a IOdo el que lie De, más se le dará, y tendrá en de la democracia , la li bertad y la dign idad personal. Y,
abundancia; pero al que no tiene, aun lo que liene: se le quitará» en efecto, el hecho de que el caso se convirtiese en un
{Mateo, 25 :29). escándalo para la opinión pública qu e colocó a la ad mi-
204 $OBRE L A VIOLENCIA LA TOLERANC IA COMO CATEGORl,., IDEOLÓGICA 205

ni straclon estadou nidense en una posición defensiva horpe y las extrañas escenas de las peücuJas de David
fue en sí mi smo un signo pos itivo. En un régimen «[O· Lynch, por citar dos ejemplos).
talitario)}, el caso simplemente se habría encubierto. Es esta característica la que nos Ueva <1. aclarar la
(Del mismo modo, no olvidemos que el mjsmo hecho cuestión . A cualquiera que esté famil iarizado con d
de que las tropas estadounidenses no e.nconuasen ar- modo de vida estadounidense, las fotos le evocaban
mas de destrucción masiva. es lUla señal positiva. Un po- el reverso obsceno de la cuhura popular de este país, es
der realmente «rotalltario)} habría hecho lo que hacen decir, los rituales de iniciación en la tortu ra y la humilla-
siemp re los maJos policías: coloca r la evidencia para ción a los que uno debe someterse para poder ser acep-
después «descub rirla».) tado en una comun idad cerrada. Fotos similares apare-
Con todo, va rias características molestas cOO1pl.ican cen a intervalos reguJares en la prensa estadounidense
este sencillo retrato. La que salta a la vista es el contras- cuando estalla algún escándaJo en una unidad del ejérci-
te eotre el modo «están dar» en que se tortu raba a los to o en W1 instituto donde el ritual de iniciación se esca-
prisioneros durante el régimen de Sadam Huscin y las °
pa de las manos y en los que se fuerza a soldados estu-
torturas que inflingía el ejército estadounidense: bajo diantes a l'lswrur lLOa posición humillante o a realizar
Sadam, se ponía el acemo en la provocación directa y ac[Os degradantes, como insertar una botdla de cerveza
brural de dolor. mienrras que los soldlldos estadouni- en su ano o clavarse agujas. mientras sus compañeros
denses se centraroo en la humillación psicológico. La observan. (Por cierto, puesto que el mismo Bush es
grabacióII de la humillación con una cáma ra --en la que miembro de SkuU and Bones, la más exclusiva sociedad
aparecen los perpetradores, que most raban una estúpi - secreta de Vale, sería lnteresanre conocer a qué rituales
da sonris<l. en sus rostros, incluido en la Unil:gen, jumo a ruvo que someterse para se r aceptado.)
los rerorcidos cuerpos desnudos de sus prisioneros- Desde luego, la diferencia obvia es que, en el caso de
forma parte integral del proceso, en severo contrnste los rituales de iniciación, como reza su nombre, uno se
con la ruscreción rotal de las tort uras de Sadam. Cuan - somete a eUos por elección propia, sabiendo muy bien lo
do vi la conocida fmo de un desnudo con que cabe esperar y con el claro objetivo de obtener el
una capucha negra cubriéndole la cabeza, cables d éc - premio que le espera: ser aceptado en ese restringido
tricos conectados a sus miembros , sen cado en una silla círculo y que se le permita realizar los mismos rituales a
en una postura ridículamente ¡eat ral, mi primera reac- los nuevos miembros. En Abu Ghraib los rituales no
ción fue pensar que se rraraba de una faLO del último es- eran el precio que debían pagar los prisioneros para ser
pectáculo de performance anísrica de Manhattan. Las aceprados como «uno del clan», al contrario, era la mis-
posturas y la vesumenra de los prisioneros sugieren una ma marCa desu exclusión. Pero ¿no es la <dibreeJección»
pUE:sta en escena tea tral, una especie de tableou vivon/, de los que se someten a los humilbntes riruaJes de inida-
que no puede sino recordar al performance estadounj - ción Wl caso ejemplar de falsa libre elección, en la esrda
dense y al «teatro de la crueldad» (las fotos de Mapplet- de la libertad dd Trabajador para vender su fuerza de
206 SOBIU! LA VIOl.ENC IA U\ TOlERANCIA COMO CATf:.GORfA IOEOLOGICA 207

trabajo ? Es mas, deberíamos recordar aqw uno de los de la comunidad, el código rojo represen ra el «espiritu de
más desagradables rituales de violencia que se ejercen la comurudad» en su estado más pu ro, ejerciendo una
contra los negros en Jos estados del sur en Estados Uni· fuen e pres ión en Jos individuos para pongan en escena
dos: aquellos en que una pandill a de gamberros arrinco- la iden tifi cación de grupo. A diferencia de la ley escrita
na a un hom bre negro para obligarle a realizar un gesto y explicita, este código obsceno dd supel)'ó es en esen-
agresivo «<¡ Escúpeme a la ca ra! », «¡Di que soy una cia oral. Mientras que la ley exp licita está sosrenida por
mierda!») , que se supone jusüficaría la paliza o el lincha· el padre muerto en cuanto autoridad simbóUca (el
miento lJrerio res. Po r úJt..imo. bay un mensaje cínico de- <<nombre del padre» de Laca n), el código no escrito se
fmiti vo en la aplicación del ritual de iniciación estadou- sostiene gracias al suplemenro espeCl rro del no mbre del
nidense a los prisioneros árabes: «¿Quieres ser un o de padre, el obsceno espectro dd «padre primordia l»
los nuestros? Mu y b ien. aqtÚ tienes un aperitivo de nues- freuruan o. '4Ahí reside tam bién la lecció n clave de Apo-
trO auténtico modo de vida». caHpsis Now: e.n el personaje de Kurez, el «padre pri -
Llegados a este pW1tO, me viene a la memoria Algu. morru al» freudiano -el padre obsceno cuyo goce no se
nos hombres buenos. de Rob Reiner, un drama acerca de subordina a ley sm1bóllca alguna , el amo roral que osa
un consejo de guerra contra dos marines estadouniden- enfrentarse ca ra :.'1 cara con Jo real del goce te rrorífico---
ses acusados de asesinar a uno de sus compañeros. El se presenta no como W1 resto de algún pasado bárbaro,
fiscal militar arlfma que ha sido un asesmalO deliberado. sino como el resultado necesario del poder occidental
mientras que la defensa ü.merpretada por Tom C ruise y moderno en sí mismo . Kuru era un soldado perfecro. A
D emi Moore, ¿cómo podían fallar?) logra demostrar través de su sobreidentificació n co n el sistema del po-
que los defensores siguieron el llamado «(código rojo» , der militar, se convirtió en }(\ fi gura excesiva que el sis-
lUla regla no esc ritil de la comunidad militar que auto- tema debe elim inar. E l horizome último de Apocalipsis
riza la paliza clandestina nocturna de un compañero Now es esta comprensión ínrim a de cómo el poder ge-
que haya transgredido las normas éticas de los marincs. nera su propio exceso, que debe aniquilar en una ope-
Tal córugo perdona una infracción. es .«üegal) , al mis- ración que ha de imitar aqueUo com r<l lo que luch a. La
mo riempo que reafirma la cohesión del grupo. Tiene misión de Willard, asesina r a Kurtz, no constará en los
que aplica rse al amparo de la nocturnidad para que no regis tros oficiales: «N unca ocurdó» , como dice el gene-
sea delectado, pata que permanezca siJenciado. En pú- ral que da insrrucciones a WiUard. Hemos em rado en el
bli co todo eJ mundo parece no saber nada acerca de dominio de las o peraciones sec rerAs, de lo que el pode r
eUo, o incluso niega su existencia. El clímax de la pelí- hace sin poder siquiera admifid o. Aquí es donde se
cula muestro predecibleme.nre que Jack Nicholson, el
14. Para una clabor¡lción más detallada de ésta problemáti-
o ficial que ordenó la pali.za nocrurna, pi erde los esrri - Ca, ver el cap. J de Slavol Ziiek , Tbe Metas/ases o/ Enjoyment.
bos: su e.xpJosiÓn pública de rabia marca , desde luego, Londres, Verso, 199' (erad. cast.; La metástaúJ del goce, Barce·
el momenlO de su caída, Al violar las reglas ex plícitas lona, Paldós, 2001).
208 SOBRE LA \' IOLENC IA L." ' "mtRANCIA COMOC¡\TECQR.' A IDeOl.óG ICA 209

equivoca Christopher Hi tchens cuando escribió d e los ra americana. Se les dio a pro bar su reverso obsceno,
ca rceleros de Abu Gh raib: que conform a el suplememo necesa rio para los valores
públicos de la dignidad personal, la democracia y la Ii·
Una de estas dos cosas debe ser necesariamenle ver- berrad . Por ramo, Bush eSlaba equivocado, pues lo que
dadera. O bien esos idiocas estaban actuando por orden obtenemos cuando vemos las fotos de los pri sioneros
de alguien, lo cua.! significa que hay person3S de medio a iraquíes humWados es precisamente una percepción di·
alto nivel que piensan que no están limitadas por las le- recta d e los valo res estadounidenses, del auténtico nú'
yes, Jos códigos y las órdenes regula res. O bien actuaron
c1eo dd goce obsceno que sustenta d modo de vida es·
por i.nicialiva propia, en cuyo caso son rebeldes, deserto-
tadou nidense. Esas foros colocan en una perspectiva
res o traidores. Por eso uno se pregunta, con cierra nos-
taJgia, s i no hay ninguna previsión en los proced imieOlos adecuada la co nocida tesis de Sam ud Huntington del
de la juslicia militar para poder expulsarlos o, directa- «(choque d e civili zaciones», El choque emreJas civiliza-
meme. pegarles un tiro. ciones árabe y estadounidense no es el que se da entre
la barbarie y el respeto po r la dignidad humana, sino un
El problema es que las torruras de Abu G hraib no choque en tre la wrtura brut al anónima y la tortura
encajan en ninguna de estas dos opciones: d ado que no como un especu\cuJo med iático en el que los cuerpos
pueden ser reducidos a simples actos de maldad de sol- de las víctimas sirven de trasfondo anónimo para los
dados individuales son, desde luego, actos no directa- sonrienres rostros de los «inocentes estado unidenses»
mente ordenados, sino legitimados por lUla versión es- que perpretan la tortura . Parece, parafraseando a WaJ ·
pecífica del obsceno «código rojo» . Afumar que eran ter Benjamin, que todo choque de civil izaciones en rea-
obra de «cebeldes. deserto res O traido res» incurre en eJ lidad es un choque entre barbaries subyaceO!es.
mismo sinsemido q ue el que dice que los linchamientos
del Ku KJu x KJan eran actos de traidores a la civili za-
ción occidental cristiana y no el estallido de su propio
reverso obsceno, o que los abusos infamijes d e los sa-
cerdotes católicos son perpetrados por «traido res» al
c3wlicismo. Abu Ghraib no era simplemente un caso
de arrogancia estadoun idense ame personas d el terce r
mundo: al ser sometidos a rorruras hwnillames , los pri-
sioneros iraquíes fuero n de hecho iniciadm en la cultu-

1.5. Chrislopher HitchOlS. «.Frison Muri ny», WW\V.s I:He .


com/idl2099888.
CAPÍTULO
6
Allegro
Violencia divina

BEN)AMIN y HJTCHCOCK

En la película Psicosis, de Alfred Hitchcock, el ase-


sinato en la escalera del detective Arbogasl nos propor-
ciona el hi(ch coOOano plano desde el punto de vista de
Dios. Asistimos desde arriba a la escena del pasillo del
primer piso y las escaleras. Cuando la extraña criatura
que chilla emra en el encuadre y comienza a apuñaJar a
Arbogast, pasamos al pu mo de vista subjeüvo de la
criatura: un primer plano del rostro de Arhogast que
cae apuñalado por las escalen\s, como si, en su giro des-
de una toma objetiva a o tra subjetiva, el mismo Dios
hubiese perdido Su neutralidad y hubiese «caido en» el
mundo, interviniendo con brutalidad, repartiendo jus-
ticia. l «Violencia divina» significa aquí intrusión de la
justicia más allá de la ley.

l. Esta dimensión «divina» reverbera en el asesinato en la du-


cha de Marion, una escena en la q ue la violencia surge de la nada.
2 12 SOBRE LA VIOL[NCLA VIOl.ENCIA DIVlN .... 2lJ

En la novena de sus «Tesis de filosofía de la histo- acumulando, se regist ran las equivocaciones, Ha teosión
ria», Walter Benjarn in se refiere al Angelm Novus de crece y cada vez es más insopo rtable , hasta qute Uega un
PauJ K1ee, que mueSlfa mo mento en que la violencia divina ex plota e n una ra-
bía destructiva vengadora. J
un ángel , al parecer en el momento en que se aleja de algo Frente a lal refuerzo vio lem o de la justicial se alza la
que auae su mirada. Tiene los ojos desorbitados. la boca vjolencia divina como injusticia , como una ¡explosión
I\bien a y las alas extendidas. El ángel de la h.islOria debe de capricho djvmo cuyo caso ejemplar es, de!5de luego ,
de twer ese aspecto . Su rostroesró vuelto hacia el pasado. el del trabajo . Después de que el trabajo Ste vea gol-
En lo que a nosotros nos parece una cadena de aconteci- peado por calamidades: sus ami gos reoJógiclos vienen
mientos, él ve W1a catástrofe única, que arroja a sus pies ofreciendo interp reraciones que d an sentido fa esras ca-
ruina sobre ruioa, amontonándolas sin cesa r. El ángel
lamidades. La grandeza de Job no reside tamto en rei ·
quisiera detenerse, despenar a los muertos y recomponer
vindicar su in ocencia como en insisur en el $ insentido
lo destruido. Pero un huracán sopla desde el paraiso y se
arremoUna en sus alas, y es tan fu erte que el ángel ya no de sus calamidades. Cuando Dios po r fm apateece, afir-
puede plega rlas. Este huracán lo arrastra irresistiblemen· ma la posición d e J ob contra los defensores Iteológicos
te hacia el futuro , al cual vuelve la espalda, mienlras el cú- de 1, fe.
mulo de ruinas crece ante él has ta el ciclo. Este huracán es Aquí la eS [flIctura es exactamente la misnn<l q ue en
lo que nOSOtros llamamos progreso ? el de Freud sobre la inyección de lrm¡a, que co-
mienza con u na conversación eor re Freudl y su pa-
¿y si la violencia divina fuera la intelVen ción salva- ciente acerca del fracaso de su tratamiento debido a
je este ángel? Al ver el mon tó n de escombros que una inyección infectada . En el curso de la conversa-
crece hacia el cielo, ese vertede ro d e injusticias , de vez ción , Fre ud se le acerca, se aproxima a su roS;(ro y rrura
en cuando contraataca para resta urar el equilibrio, para en el interio r de su boca , enfrentándose (1 la espantosa
vengarse por el efecto destructivo del «prog reso». ¿No visión de su carne viva. Un aJcanzado el hlerror más
podría se r vista la historia entera de la insoponable, el sueño cambia de tono y pasm abrupta.
como Lma normalización p rogresiva de la injustic ia, mente del rerror a la comedia: aparecen tre5 doctores
acarrean do el innombrable y anónim o sufrim ienro de ami gos de Fre ud que, en una je rga ridícula plseu dopro-
millones de personas? En algún lugar, en la esfera de 10 fesio nal, enume ran múltiples - y mutuamemte exclu·
«divino», quizá esas in jllsticias se olvidan. Éstas se van yentes- razones por las que el envencnarmiemo de
lrma de bido a la inyección iofectada no erm c ulpa de

2. Waher Benjamín, « Theses on ¡he Philosophy of His-


tory». tesis IX, en IlIumil1otioJlS. Nueva York , Schocken Boolts, .3. Pllra más modalidades de violencia divina, véRSe Terry
1%8 {trad. casI.: ({Tesis de fll osofía de la en ilumina- Eagleton,5wi'et Vio/enCl!: The Idea ol ¡be Tragic, Oxzford, Black-
ciones, Madrid, Taurus, 1999). welJ .2002.
214 SOBRE LA VIOLENCIA v rOLEN<':LA DIVINA 215

nadie, pues DO había inyección o ésta estaba esterwza· profu ndo» que podría cubrir la brutal realidad de las
da . Así que primero hay una visión traumática, la visión catástrofes
de la carne cruda de la ga rgama de [rma. seguida por Hay una resonancia hitchcockiana en la iconografía
el repentino salto a la comedia que se produce en la de la ca tásrrofe del 11 de septiembre: la repetición infi-
conversación entre [fes docwres riruculos que permite nita del plano dd avión aproximándose y colisionando
al soñador evitar el encuentro con el emuma verdadero. contra la segunda tOrre del World Trade Cemer emerge
Los tfeS doctores desempeñan la misma función que como una versión de la vida real de la famosa escena de
los treS amigos teólogos en la historia de Job , esto es, Los pájaros en la que Melanie avanza hacia el puerto de
disfrazan el impacto del trauma con una apariencia Bodega Bay en su pequeño bote. Mientras se aproxima
simbólica. al mueUe eUa saluda a su (fuluro) amante. Un único pá-
Esta resistencia al sentid o es crucial cuando nos jaro, percibido primero como un borrón negro indis·
frentamos a catástrofes potenciales o reales, desde el tin guible, entra en el plano de forma inesperada desde
sida y el desaslre ecológico hasta el Holocausto: recha · la parte supe rio r derecha y se aba te sobre su cabeza.' El
zan el «sign ificado profundo». Las enseñanzas de Job avión que impactó contra el World Trade Center po-
nos impiden busca r refugio en la tfpica figura trascen- dría ser emendido como el borrón hitchcockiano defi·
dente de Dios como Señor omnipresente que conoce el nitivo. la mancha ¡¡namÓrhCa que desnaturaliza el pai-
sign ificado de lo que nos parece una catástrofe Sln sen- saje idílico de Nueva York. Los pájaros agresores son el
tido, el Dios que ve todo el panorama en el cual lo que ú.Jrimo elemento de la tríada inregrada por Con la muer-
nosotros percibimos como manchas contribuye a la ar- te en los talones, Psicosis y Los pájaros; primero, el
monía globaL Cuando nos enfrentamos a un aconteci- avión, una meu\fora del pájaro, ataca al héroe en la fa-
miento como d Holocausto o, más recit:ntemel)[e, la mosa secuencia de las afueras de Crucago, después, la
muerte de millones de personas en el Congo, ¿ no es habitación de NOr013fl Bates está Uena de pájaros dise-
obsceno aflfmar que esas manchas tienen un sentido cados (una metonimia); finalmente, Jos pájaros mismos
más profundo gracias a su contribución a la armonía son los que atacan .
del lodo? ¿Hay un todo que puede justificar releológi - En el quinto aniversario del 11 de septiembre se es-
cameme y, por tanto, redimir o cancelar un aconteci- trenaron dos producciones de Hollywood: United 93,
miento como el Holocausto? La muerte de Cristo en la de Paul Greengrass, y \'(lorld TraJe Center, de Oliver
cruz significa que uno debe abandonar la idea de Dios Stone. Lo primero que salta a la vista e n estas películas
como acompañante trascendente que garantiza el resul·
4. Debería recordarse la hist orio deJob e n el sentido en que
tado feliz de nuestros actos, reforzando de esta manera
Job desempeña un papel crucial en el islam, para el queJob es el
la tdeología histórica. La muerre de Cristo en la cruz es simoolo deJ aucéntico creyeme.
en sí misma la muerte d e su Dios protector, es una repe- 5. Véase Raymond Bellour, The Ana/ysTs ofFiLm, Bloom ing-
tición del ejemplo de Jo b: rechaza todo «significado ron, lniliana Universi(y Press, 2000, CRp. J.
216 SOBRE LA VlOLENCJA VIOLENCIA DMNA 217

es que ambas intentan ser lo más anri-HoUywood posi· Falwell '1 Par Robertson fue interpretarlos como una se-
ble. Se centran en la valentía de la gente corriente. sin ñal de que Dios había reti rado su protección a Estados
estceUas glamurosas, sin efeCtos especiales ni ges(Qs he- Unidos a causa de las pecaminosas vidas de sus ciuda-
roicos grandilocuentes, simplemente un conciso retrato danos. Maldijeron el hedo nismo materialista, e1libera-
realista de personas normales en circunstancias ex tra· lismo y la omn ipresente sexualidad y afinnaron que Es-
ordinarias. Si n embargo, ambas películas contienen rados Unidos babía recibido lo que se merecía. El
también notables excepciones formales, momentos que hecho de que la misma condena de un Estados Unidos
vulneran su estilo básico. United 93 comienza con los liberal, también pronunciada por el otro musulmán , vi-
secuestradores en una habitación de mOl'eJ. rezando, niera del corazón de I'Aménque profonde, debería dar
preparándose para el ataque. Parecen austeros, como que pensar.
ángdes de la muerte. La primera escena que aparece De un modo indireclO, Uniled 93 y \Vorld Trade
tras los (íniJos de crédito confirma esta impresión: t!S Center tienden a la interpretación opuesta: quieren leer
un a vista panorámica desde el cielo nocturno de Man - la catáSLJofe del 11 de septiembre corno una bendición
hattan , acompañada por el sonido de los rezos de los disfra zada, como una intervenc ión divina que ha serv i·
sec uestradores, como si éstos estuviesen fl otando sobre do para desperta r a Estados Unidos de su letargo moral
la dudad mientras se preparan para descende r a tierra y sacar lo mejor de su pueblo. World Trade Cenler aca ·
y recoger su cosecha. De modo simiJar, en \'(lorld Trode ba con unas palabras sobreimpresionadas que mues-
Cenler no hay tomas directas de los aviones colisionan- tran el siguien te mensaje: los acontecimientos terribles ,
do con las torres. Todo lo que vemos, segundos después como la destrucción de las Torres Ge melas, sacan lo
de la carástrofe. es un policía en una calle concurrida, peor y 10 mejor de las personas: va lentía, solidaridad,
entre la muchedumbre, y una sombra amenazadora que sacrificio por la comunidad. lA gente se muestra capaz
pasa veloz sobre ellos: es la sombra del primer avión. de bace r cosas que nunca habría imaginado. Esta pers-
(Significativamente, después de que los héroes· policías pectiva utópica es una de las tendencias ocultas en que
sean atrapados entre los escombros, la cámara, en un basa nuestra fascin ación por jas pelícuJas de desastres:
movimiento hitchcockiano, se rerira hacía arriba, a un es como si nuestras sociedades necesi tasen una catás·
«punco de vista de Dios» de la ciudad de Nueva York .) [rafe terrible para resucita r el espirilu de solidaridad
Este paso direclO de la vida diaria rerrenal a la vista des- comuni taria.
de arriba confiere a ambas filmaciones una extraña re- Sin embargo, al enfrenrarse a toda tenració n de bus-
verberación teológica, como si los ataques (terroristas» ca r un «signlficado profundo» en las cosas, G. K. Ches-
fueran una suerte de inrervención divina. ¿Q ué puede terro n está en )0 cierro cuando concluye «El oráculo del
signlficar? perro» con un a defensa, pronwlCiada por el padre
La primera reacción a los ataques dd 11 de sep- Brown, de la realidad de sen tido común de que las co-
tiembre poe pa rte de los cristian os conservadores J erry sas son simplemence lo q ue son (no portadoras de sign i-
218 SOBRE L¡\ VIOLENCIA VIOLENCIA D1VJNA 219

ficados mLSrlCOS ocultos) y del milagro cristiano de la rective acerca del complica do engaño por medio del
encamación como la excepción que garanti za y sostie. cual se cometió el asesmalO en una habitación cerrada
ne la realidad com ún : ¡es mucho más «mágica» que la afi rmación de que el
criminal tenía lUla habilidad sobrenatural para atrave·
- La gente se traga todo 10 que te cueOl an sin que se sar paredes!
haya demostrado. Es algo que va a acahac con todo su Resulta remador ir un paso más allá y dar a las últi-
amiguo racionalismo y su escepticismo y que sube como mas lineas de Chesterton un senudo diferente, desde
la mares. Y tiene un nombre : superstición . luego no p retendido por Chesterton , pero cercano a
Se puso en pie con brusquedad , con gestO adusto, y cierta verdad. Cuando la gente imagina todo tipo de
siguió hablando casi como si estuviera solo:
significados profundos porque le asustan unas cuantas
-La primera consecuencia de no creer en Dios es
palabras, «Se ruzo hombro>, lo q ue realmente le aterra
que uno pierde el sentido común y no es capaz de ver las
cosas tal y como son. Cualqui er cosa que te cuentan yd i.
es que pierde a su Dios rrascen deme.
cen que es muy importante cob ra un valor inHnit o, como Éste es el Dios que garanti za el semido del LUliverso,
el paisaje de una pesadilla. Un perro se convierte en orá- el Dios como maestro oculto que manejo (Odas los hi-
culo, y un gato en misterio, y un cerdo en mascota, y un los_ En vez de ello, Chesrerton nos da un Dios que
escarabajo en animal sagrado, y se resucita todo el too abando na su pos ición trascendente y se arroja a su mis-
del politeísmo de Egipto y de la India amigua ; el pt:rro ma creación. Este hombre·Dios se implica plenamente
Anubis y el gran Pasht d e ojos verd es y Jos sagrados 10· en el mundo, incluso hasta la muerte. Nosocros,los hu -
ros mugidores de Basán. y así regresáis en elefantes y manos, nos vemos abandonados sin ningún poder su-
serpientes y cocodrilos, y todo porq ue 0 0 os atrevéis a perior que nos observe, solos con nuest.ra terrible ca rga
decir estas cuatro palabras: ",y se hizo hombre».6 de libertad y responsabilidad a causa del destino de la
creació n divin a y, por tanto, de Dios mismo .
Era por tamo este cristianismo el que hacía que
Cheste n on prefiriese las expli caciones prosaicas al rá ·
pido recurso de la magia sobrenatural. Y así se inicia su VIOLENCI A DIVIN .... ; LO QUE NO ES...
com promiso con la ficción detectivesca: si se roba una
joya de un contenedor cerrado con ll ave, la solución no
Nuestra primera conclusió n debe ser que la com-
es la telekinesia, sino el uso de un fuene imán o alguna prensión de Benjamin de la <<Violencia divina» no tenía
otra prestidigitación; si una persona se desvanece ines- nada que ver con la violencia re rrorista ejercida por los
peradamente, debe de haber un rúnel secreto. Las ex - fundamentalistas religiosos d e hoy, que pretenden ac-
plicaciones naturalistas son más mágicas que el recurso tuar en nombre de Dios y corno instrumentos de la vo·
de la intervención sobrenatural. La explicación del de- luntad divinal aun cuando la cobertura mediática nos
6. Accesible en linea en \Vww.cse.dmu.ac. uk. induzca a sal tamos tal asociación. El cand idato más ob-
220 SOBRElA VJ( IJ.r.:-.:U ,\ VIQIXS<:I A DIVINA 221

vio a la «violencia divina» es la ex plosión violenta de re· comunistas, en el com ex ro del thymor. Aquel año re-
sentimiento que encue ntra expresión en un espectro presemó tanto el fin de la lógica revolucionaria emanci-
que va desde los linchamientos hasta el terror revolu- padora estatal como el fin de la lógica mesiánica de
ciona rio o rganizado. Una de las tareas principaJes de la concentración de ira y vengan za [Ola] que explo tó con
«posrizquierda» de hoyes referirse a esta área de vio- d judeocristianismo y cuya secularización fue el pro-
lencia para denunciar la propia idea de revolución. El yecto comunista. Sloterdi jk propone entonces una rus-
último rcp resem ante de esra tendencia es el ftlósofo lOria alternativa de Occidente como histo ria de la cóle-
alemán Pecer Sloterdijk. cuyos procedimientos típicos ro. La llíada, el texto fu nd ador de Occidente, comienza
consisten en suplementa r una c3regoria fUosófica cono- con la palabra «có lera»: Homero apela a la diosa para
cida con su opuesto negado. Por ejemplo, en su lectura que le ayude a canrar la canción que narra la cólera de
crítica de Heidegge r, añade al ser-para-la-muerte hei · Aquiles y sus calamitosas consecuencias. Aunque la dis-
deggeriaoQ el trauma opuesto del nacimiento, del na - puta emre Aquiles y Agamenón tiene que ver con lo
cer-en, ser-arrojad o-en, la apertu ra a la vida." De un eró tico (Agamenón se Uevó a Brise.ida, esdava de Aqui-
modo si.m.ilar, su obra 20m und Zeit (en alusión al Sein les), Briseida 110 enca rna una pasión erótica imensa,
uffd Zeit, de Heidegger) suplementa la lógica eró tica sino que en si misma es algo totalmente irrdevante. Lo
predominante con su parte velada, el thymos. Eros (la que impo rta no es la gra tifi cación sexual frusrrada, sino
posesión de obje(Os, su producc ión y goce) se alza con- el orgullo herido. Lo que resulta crucial, sin embargo,
tra el thymos (envidia, competición , reconocimiento).8 en esta posición es la transm utación posterio r de la Có-
La premha de Sloterdijk es que sólo puede alcan- Je ra en la religión monoteísta judeocrist iana. Mientras
zarse e.I verdadero sentido de los acomecimientos de que en la antigulI. Grecia la cólera se exploraba de for -
1990, centrados en la desintegración de los regÚTIenes ma direcla , posteriormente se sublima, se aplaza (em-
poralmente, se pospone, se transfie re: no somos noso-
7. Todo d desa rroUo de Slolerdi¡k dd leen a de las esferas (ros sino Dios quien debe tener constancia de los
está basado en este desplazamienco del énfasis: las esferas son
agravios y c\lentas pendientes hllsla el Juicio Final. La
vientres maternales reconsrruidos y expandidos, desde las casas
al mismo lenguaje como <o(c¡]sa del $eP). prohibición crisri;!.na de la venganza (<<ofrece r la otra
8. Slocertlijk propone en Zom zmd Zeit una lectura crítica in· mejilJ3»} es en realidad un corrdaro del escenario apo-
teresante de Lacan : la debilidad cenl ral de Freud es su enfoque calíprico de los Últimos Días.
exclusivo en el ero!, lo que le hace incapaz de dar cuenta de las lu- El proyecto lzquierdis(a moderno adopra en su for-
chas de! Ibymo! Oa pulsióll de muene, creada para ex plicar esto, ma secularizada esta idea del Día dd ] uicio, cuando to-
faUa miserablemen te); para suplir la debilidad de Freud , Lacan
das las deudas acumuladas serán saldadas y un mlmdo
«thymoüza» el mismo eros (reinterpret:mdo a Frtud a través dd
H egel de Kojeve: el deseo es siempre también un deseo de reco- carente de vin culos será finalm ente reajustado. Aquí el
nocimiento, su realizaóón plena es el reconocimie nto del deseo, agente dd juicio ya no es Dios, sino eJ pueblo. Los mo-
e tc.), pero entonces se pierde la especificidad de ¡o erótico. vimiemos politicos izqLlie rdistas son como «bancos de
222 SOBRE LA VIOLf.NCLA VIOLENCIA DlV1NA 223

cólera»: almacenan las inversiones de cólera del pueblo ti\'a. Sloterdijk incluso menciona «el susurro del jz·
y les prometen vengan za a gran escala. esto es. el resta. quierdismo fascisra que vuelve a emerger en los márge-
blecimiento de la justicia global. Pero dado que, tras la nes de la a la que supongo que yo perte-
explosión de cólera revolucionaria , nunca tiene lugar nezco. Aunque estOS estallidos loca les son lo que los
una plena satisfacción y que aparecen la desigualdad y críticos de Fukuyama celeb ran como el «retorno de la
la jerarqufa, siempre surge un impuJso hacia Wla segun_ bisroria», quedan C0l110 pobres suslitutos que no pue-
do revoJución -verdadera e imegraJ- que sat isfará a den esconder d hecho de que ya no h ay un potencial de
los decepcionados y acabará realmente con eJ trabajo cólera global.
emancipador: 1792 tras 1789, oClUbre después de fe. ¿Cuál es entonces el programa de Slocerdijk? Es pre-
brero .. ciso ir «más allá del resentimiento», como parece seña-
El problema es que nunca hay suficiente capital de lar el título del último epígrafe del libro. Es preciso des-
cólera. Por eso es necesario pedirlo prestado o combi- legitimar el en lace fatal que une a ]a intelecrualidad con
narlo con 0 [[35 rabias: la nacional o la cultural. En el el resentimiento en todas sus modalidades, incluyendo
fascismo, predomina la cólera nacional; el comunismo la feminista, la poscolon iaUsta y la ecológico. Se deberla
de Mao Ze daog moviliza la rabia de los campesinos ex- reafirmar el enfoque liberal cUYl'I fonnulación gira en
plotados, no la de los proletarios. No dehe sorprender tomo a la tríada de John Locke de vida, libertad y pro-
que Slocerdijk use sistemáticamente el témlino <Jascis- piedad, cuidada por la ama rga píldora nietzscheana
mo de izquierdas» y que se refiera a menudo a Erns[ contra el resenlimiemo. Tenemos que aprender a vivir
Nolte, el historiador revisionista «alemán» que desa- en una cultura mundial posmonotelSla, en un a merito-
rrolló la idea del nazismo como reacción deplorable pero cracia anuautoritaria que respeta las normas civilizadas
comprensible al terror comunista , Para Sloterdijk, el y los derechos individuales. en un equilibrio entre elitis-
fascismo es definitivamente una varia ción secundaria mo e igualitarismo. Debemos articular un «código de
dd proyecto izqu..ierdista de la cólera emancipadora así conducta» liberal que sea ca pa?: de eq llil.ibrar el juego
como una reacción al mismo. En nuestra época, cuando de múltiples agentes lhyrnólicos y pl·e . . enga así el flujo
esta cólera global ha agorado su pOlencial, subsisten
dos grandes fonna5 de rabia: el islam (la cólera de 1.,,5 9. Slolerdijk, Zom zmd Zeil, op. cil., pág. 107. La ironía está
víctimas de la glo balización capitaUsta) más los estalli- en que en este trabajo Sloterdiik se remitt conSlllIltemente a1 {él'
dos «irracionales» de la juventud. Quiz¡i se debería uña- IlÚno LinksltJschismuJ. hecho famoso por su archieneroigo en
d.ir a éstos el populismo latinoamericano, los ecologis- AJe.mania, Jürgen Habermas, quien lo usó ya en 1%8 pa ra de-
nunciar a los manifestant es violemos que querían reemplazar el
tas.los antico nsumistas y otras formas de resentimien to
debate con más «acción directa.». Quizá tstt det.alle nos dice
antiglobaJizador. El movimiento de Porto Aleg re falló a más de lo que podlÍa parecer, puestO que la conclusión de 510-
la ho ra de establecerse como un banco globa l para esta terdijk , su «programa psoitivo», no es tan diferente del de Ha-
rabia, puesto que careció de una visió n positiva alterna- bermas, a pesar de su antagonismo público.
224 SOBRE t .... VlOLENOA VIQLEN<.,' .... DMNA 225
falal hac ia la dest rucción ecológ ica y ética , No sorpren· Cuando se hiere a un sujeto de un modo tan d evas -
de que Slote rdijk esté tan conec tado al filósofo francés lador que la idea de venganza de acuerdo con el ius la-
AJain F ink.ielkraut, con el que pubJjco un libro de con · /iOl1Ú es DO menos ridícula que la promesa de reconci -
versaciones: aunque pertenecen a contex tos ideológi- liación con el perpetrador una vez expiada su culpa, lo
cos diferentes . FiokielkrauI se mueve e n la misma línea único que queda es persistir en ta «denWloa incesame
an(itotalitaria. Así pues , volviendo a Benjamin, ¿podría de la injusticia». D ebemos d ar a esta posición lOda su
dedrse que esta concepción de la violencia divina apun- carga anti nietzsch eana: aqui el rese ntimienro no tiene
t8 también hac ia las explosiones de resenlimiento? nada que ver con la moralidad del esclavo , sino que su-
Aho ra necesitamos una doble estrategia, y para comen- pone más bien un rechazo a la «n orm al ización» del cri-
zar es necesario rehabilitar la noción de resemimi em o. men , a que éste form e paree del flujo ordinario/explica.-
Recordemos lo que escribió W. G. Sebald ocerca de ble/descriptible de la s cosas, a que se integre demro de
cómo se enfrentaba Jean Améry allrawna de los cam· una narración viraJ consistente y dotada de sentido.
pos de concen tracjón nazis: Después de todas las explicaciones posibles.. vuelve con
su pregunta: «Sí, tengo lOdo estO, pero c:cómo pudiste
La energía que había tras la polémica de Améry d eri- hacerlo? i TU historia no liene sentido!». En otras pala-
vaba d e un rcsentimiemo implacable. Muchos de sus en- bras, el resentimiento po r el que Sebald SUpliCA es un
sayos cienen que ver con la juslificación de su emoción resentimie nto nietzscheano heroico, un rechazo a com-
(generalmente considerada <:omo una perversa necesi- prometerse, una insistencia «co ntra rod a pronóstico».
dad de venganza) en tanto elemento esencial para una
¿Cómo se relaci ona entonces este resentimiento
auténtica visión crítica del pasado. El resentimiento, es-
cribe Améry plenameme consciente de lo ilógico de su auténtico con la tríada de castigo (venganza) , perdón y
imenlo de definición , «nos chwa a lodos en la cru z de olvido como los {res modos (ípicos de e nfrenta rse a un
su pasado de ruinas. De modo absurdo, e.'l: ige que lo crimen ? Lo primero que debe hacerse es afi rmar la
irreversible vuelva de nuevo, que el :l<:onlecimiento sea prio ridad del principio judío de la ve nganza/castigo
cancelado», (...1 Por tanto no se trara de resolver sjno de justo -«ojo por ojo», la ¡lIS ta/ioms o ley del raJión-
reveb r el <:onOicto. El impulso hacia el resentimiento al por encima de la fó rmula estándar de «pe rdonamos IU
que Améry nos IJ evll en su discusión exige un reconoci· crimen, pero no lo olvidaremos» . El único modo verda-
miento del deredJo al mismo, lo que impü<:a nada menOS de ro de perdonar y olvidar es Ueva r a cabo una vengan -
que un inten to programáti<:o de despe nar la conc.iencia za (o un castigo justo): después de que el criminal es
de un pueblo «ya rehabilítada por el liempo».W
castigado adecuadamente, se puede seguir y dejar atrás
todo el asunto . Hay, sin emba rgo, algo li berador en ser
10. W. G. Sebald, On Ihe Natural History o/ Deslrucfion, justamente castigado por el propio crimen : pago mi
Londres, Penguio, 2003, págs. 160-162 (trad. case.: Sobre la his- deuda a la sociedad y soy libre de nuevo, sin cargas del
toria nalura! de la deslruccíóll. Batcclona. Anagr¡lmll , pasado . La lógi ca «compasiva» de l «perdonar, pero no
226 SOBRE LA V10LENCIA VIO LENCIA OIVJNA 227

olvidar» es, al contrario, mucho más opresiva: yo (el cri- En una carra a su padre, Franz Kafka señala esta pa-
minal que es perdonadoi quedo siempre persegui- radoja de la piedad (gracia): «De las muchas ocasiones
do por el crimen que comed, puesto que el crimen no en las que, de acuerdo con ru opi nió n claramente ex-
puede «deshacerse» (ungeschehengemachtl, ser retroac- presada, merecí unos azotes pero me fueron perdona-
tivamenre cancdado, borrado, aspecto en que Hegd ve dos en el último momemo por obra de [U gracia, he
el sentido dd castigo. vuelto a albergar un profundo semimiento de culpa. En
La rigurosa justicia judia y la piedad cristiana, eJ todo lo que yo era culpable esr.aba en deuda contigo». 12
inexplj cable gesto de1 perdón inmerecido, se oponen. Los contornos de este Dios como ageme dd superyó
Desde el pumo de vista cristiano, los hwnanos hemos cuya misma piedad genera una deuda imborrable en los
nacido en pecado. No podemos saldar nuestras deudas creyentes se perciben cla ramente en el caso de Stalin.
y redimirnos a u avés de nuestros propios ac tos. Nues- No debería olvidarse que, según demuesuan las graba-
Ira salvación depende de la piedad de Dios, en su sacri· ciones de las que disponemos hoy día de las reWliones
ficio supremo. En este mismo gesto de romper la cade- del Politburó y del Comité Central celebradas en la dé-
na de justicia a u avés del inexplicable acto de la piedad, cada de 1930, las intervenciones directas de Stalin eran
en pago de nuestra deuda, el cristianismo nos impone po r regla general muestras de piedad. Cuando los miem -
una deuda aún más onerosa: estamos endeudados para bros más jóvenes del Comité Cemral, impacientes por
siempre con Cristo, jamás podremos pagarle lo que demosua r su fervor revolucionario. exigían la pena de
hjzo por nosotros. El término freudiano que designa muerte inm ediata para Bujarin, Stalin siempre interve-
esla presión excesiva que nunca podemos compensar nía y decía: {<¡Paciencia! ¡SU culpabilidad aún no está
es, desde luego, el supery'ó. Por regla general, es el juda- probada !», o algo similar. Desde 11Iego, era una actitud
ísmo el que se concibe como la religión del superyó y de hipócrira, pues Stalin era conscienle de que él mismo
la subordinación humana a un Dios severo, celoso y generaba ese fervOl: destructivo y de que los jóvenes
omnipotente, a diferencia del Dios de la piedad y el miembros estaban deseosos de agradarle, pero la apa-
amor que es el cristiano. Sin embargo, aJ riencia de piedad era necesaria.
no exig.irnos ningún pago de nuestros pecados, pagan - Hay algo más que lUla ironía de mal gusto en propo-
do él mismo el precio por nosoeros , es como el Dios ner una síntesis pseudodiaJécrica de ambos términos
cristiano de la piedad se establece a sí mismo como el como modo de resolver el eterno dilema de «castigar o
agente supremo del superyó: «Yo pago el precio más
aJto por vuestros pecados, y vosotros eSlaréis por siem- con la excusa habirullI de los israelíes hada los pruestinos; que «de·
ber!» bombardearlos: «Te perdono por tus crimenes, pero nunca
pre endeudados conmigo». 11
te perdonaré por el het:ho de tener que realizar los actos viajemos
que no tengo opción de no hacer¡¡.. ¡Podriamos imaginar perfecta-
11. Contra este llltsfondo, deberíamos recha7.ar también In mente:l Hüler o Himmler diciendo lo mismo a los judíos.
fórm ula rípica de: justificación de los propios aClos de venganza 12. w\vw.kafka· (ron z.com/ KA FKA-Ierte"r.htm.
228 SOBRE LA VIOLENCIA VIOLENCIA DJVTN/I 229

perdonar»: primero , castigar al cnlpabJe; después per- Dicho brevemente, su papel activo indica una sumisión
donarlo. ¿No es éste el res ultado final de la tril ogía «fe- renovada respecto a la autoridad paternal.
menina» de Lars van Trier Rompiendo 10.5 olas. Bailan- Orro acercamiento a la trilogía mencionada sería in-
do en 14 oscurida.d )' Dogvilie? En las ues películas, la rerpretar Dogville de manera muy literal, es decir, corno
heroína (Emily Watson, Bjork, Nicole Kidman) es ex- una película sobre la au(ém.ica compasión. Grace care-
puesta a una humillación y sufrimiento terroríficos, ce de compasión en la medida en que «comprende»
cuando no escandalosamente melodramáticos. Sin cm· condescendiememente a los habitantes, ofreciéndoles
bargo, mientras que en las dos primeras películas la te- sus servicios, aguanrando en silencio su calvario, recha-
rribJ e experiencia de la heroína culmina en una muerte zando la venganza. Su padre mafioso está en lo cierro:
horrible y desesperada . en Dogville ella contraataca sin ahí reside su arrogancia. Sólo cuando Grace decide so-
pied ad y exige una venganza total por el despreciable bre su venganza actúa como los habitantes dd pueblo
modo en que la trataron los habitantes de la pequeña y se convierte en uno de ellos, perdiendo así su posi·
ciudad donde se refugiaba, que habían asesinado a su ción arrogante y superior. Al asesinarlos , los reconoce
ex amante. (<<Hay cosas que debe hace r uno mismo.») de W1 modo hegeliano. Cuando los ve «bajo una nueva
Este desenlace no puede SIDO provocar en el espectador luz»), los ve como son, no como gente pobre e idealiza-
una satisfacción plena aunque éticameme problemáti- da . Su asesina(o es por tanto un acto de auténtica com-
ca: [Odos los malhechores reciben su merecido con cre- pasión.
ces. Sin embargo, podemos darle a este enfoque un giro El gran argumento de los defensores de la abolición
feminista: después del espectácu lo del masoquista su- de la pena de muerte es la arrogancia de quien preten-
frimiento femenino de una duración insoporrabLe, la de castigar a otros seres humanos O incluso asesinarlos.
víc{i.ma encuentra por fin la fuerza necesaria para con- ¿Quién nos da derecho a hacerlo? ¿Estamos realmente
traatacar con una venganza, reafirmándose como sujeto en posición de juzgar? Para responder a estas cuestio-
y obteniendo pleno coOlro1 sobre su situación. Parece nes basta con dar la vuelta al argumento: Jo realmente
entonces que conseguimos lo mejor en ambos ámbitos: arrogante y pecaminoso es asumir la pre rrogativa de la
no sólo se satisface nuestra sed de venganza, sino que piedad_ ¿Quién de entte nosorros, comunes mortales,
incluso se legitima en té rminos feministas. Lo que es - especialmente si no somos la víctima directa del crimi-
tropea esta fácil solución no es el predecible (pero fal- nal, tiene derecho a borrar el crimen de otro, a tratarlo
so) contraflrgumen to feminista de que eUa alcanza su con indulgencia? Sólo Dios mismo (o, en términos esta-
victoria mediante lffia actirud vioJenra «masclJina», tales , quien se haUa en la cúspide del poder, el rey o eJ
sino que hay otra característica que debe ría ser mostra- presidente), merced a su posición excepcional, tiene la
da con (oda su carga: la heroína de Dogvi/le sólo es ca- prerrogativa de borrar la culpa de los demás. Nuestro
paz de Uevar a ca bo su despiadada venganza cuando su de.ber es actuar de acuerdo con la lógica de l::l. justicia y
podre (un jefe de la mafia) llega a la ciudad en su busca.. casrigar el crimen: 110 hacerlo acarrea la blasfemia de
230 SOBRE LA VlOLENClJ', 2)1

ponernos nosotros mismos al nivel de Dios. acruando no encontramos en eUa rJingún tema « freud iaDo» espe-
con su autoridad. rado, nada acerca del virl1cu lo incestuoso entre herma-
(Cómo apa rece entonces el resentimiento auréncico Ahí reside también I la clave del « Kant avec Sude»
en este proceso? En ta.nto término suplementa rio de la de Lacan.!) ¿No sabe hcPY todo el JnW1do, en nuestra
lriada de castigo (venganza), perdón y olvido, surge como era posrideaJjsra de la «h.l ermenéutica de Ja sospecha»,
la única postura aUléntica q ue puede adoptarse cuando que la clave del (<<l,Veo> la verdad del rigorismo ético
nos enfrentamos !\ un crimen tan monstruoso (el asesi- de Kant, el sadismo de b I ley. es decir, que la ley kamia·
nara de los judíos eu ropeos a manos de los n az.is) que na sería una instancia sup>eryoica que goza con sadísmo
las tres primeras posluras pierden su impacro. U no no del punto muerto del de su incapacidad para sa-
puede perdonar y mucho men os olvidar lal acto, pero tisfacer sus demandas irrnplacablr:s , como la profesora
tampoco puede cast.igarlo adecuadamente. que tortura a sus alumnoss con tareas imposibles y secre-
Esto nos Ueva de nuevo a Sloterdijk: ¿de dónde par- tamen te saborea sus Sin embargo, lo que La-
te su denuncia de roda proyecto emancipalOrio global can destaca es juscamemee lo opuesto a es ta p rim era aso-
como ejemplo de envidia y resentimienro? ¿De dónde ciación: no es Kant el quee era un sád ico disfrazado, sino
smge ese impulso obsesivo-compulsivo de encontrar Sade el que era un kamialno oc ulto. Es decir, lo que uno
tras la solidaridad la envicUa de los débiles y su sed de debería tener en cucnra es que el centro de Lacan es
vengo nz.a? En resumen , ¿de dónde viene su desatada siempre Kant, no Sade, ¡pues en lo q ue está interesado
«hermenéulica de la sospecha» al estilo de un Nietzs· es en las consecuencias d1efinitivas y las premisas nega-
che caricaturizado? ¿Y si Stt múmo impulso estuviera das de la revolució n étic:a kanriana. En o tras p alabras,
basado en tma enVIdia negada y en el resentimienJo, el1/a Lacan no intenta p lan tc:ea r la habitua l argumentación
envidia de la posición ul1wersnl emanápoJoria, q ue es .:reducdon isla» de q ue liodo acto ético, por muy puro y
por lo que uno TIENE que encontrar alguna mancha en desinte resado que pued2<l parecer, está siempre basado
sus hmdamenros que la priva ría de su pureza ?!.) El ob- en alguna motivación «p>arológica) (el propio uHerés a
jeto de envidia es aquí el MILAGRO de la universaL dad largo plazo del agente , I.la admi ración de sus congéne-
ética que no puede reduclrse a un efecto distorsionado res. incluso la sillisfaccijón (<negativa» proporcionad a
de los procesos libidinosos «inferiores». por el sufrimien to y )a e,:xto rsión que a menudo exigen
Qu izás el principal hallazgo de la lecrura que hace los actos éticos). El núc!leo dd iOlerés de Lacan reside
Lacan de AI1/igofla es su insistencia en este pWlto: q ue más bien en la inversiótfl paradój ica por medio de la
cual el mi smo deseo (p<0r ejemplo , actuando sobre el
1';. ¿No.:s esto por lo q\le N ierzsche CJyó en la locura? No
peJiTlAncció t:.n sus LJll imosdills ames del de.rrumb:unia\co baja el 14. Jacqucs Lacao, Ethic$ 01 Psychodnatysú,
signo de una fascinación por el de: Crisro? Re· Roudedge. 1992, cap. 19-211 (trad. cast.: Slica del PSic()¡IfIJlisis,
cordemos cómo, en este período difícil, firm ó a men udo como Bill"celona, Paidós. 1988).
«C ri SIO)O, 1.5. VéaseJ aeques LaCilnI, (<Kanr con 5.ldo), en ElCrilos, op. cil.
232 SORH! I.A VIOl.ENOA \VIOLENCIA DMNA 233
propio deseo, no comprometiéndolo) ya no se puede Últimamente, Jla:s palabras «dictadura del proletaria·
basar en la motivación o el i.nterés «patológico» , por lo do» han vuellO a s;umir en un sanlO horror al filisteo so·
que sjgue los criterios del acto ético ka nti ano . de modo cialdemócrata . PUles bien, caballeros, ¿quieren saber qué
que «seguir el propio deseo» se superpone a «cumplir faz presema esta dlictadura? Miren la Comuna de París:
con nuestro debeo), Por eUo Lacan in vierte en su no· ¡he ahí la ructadurra dd proletariado ! 14
óón del acto la úpica «hermenéutica de la sospecha).):
cuando el mismo Kan r, guiado por la sospecha, admire Se podría repetir: esto, mula/ir mutol1dis, a propósito
q ue nunca podemos estar seguros d e que nuestros ac- de la violencia «Muy bien , señores críticos ,
tos se an en realidad de carácter élico y no basados se- ¿quiere.n sabe r a qwé se parece esta violen cia divina?
cretamente en algún mOlivo «patológico» (ín duso si Echen un vistazo al tterror re volueiona';o de 1792-1 794.
este motivo es la satisfacción narcisista que proporc io- Eso fue la violencia divina'). (y la serie podría continuar:
na el hecho de cumplir con nuestra ob ligación) , come· el rerror ro jo de 191 '9, ctc., e le.) Es decir, quizá debiéra·
te un error. Lo realmente traum ático para el sujeto no mos identificar sin miedo la violencia d ivina con los
es el hecho de que un acto puramente érico sea (quizá) fen ómenos hi stó ricros existentes, evitando así cualquier
imposible, que la libertad sea (qu izá) una apa riencia mistificació n oscurauuista.
que se basa en nuestra ignorancia de las mo tivaciones He aquí algun03 pas::Ijes de las deosas últimas pági·
reales de nuestros actos; lo verdaderamente traumá tico nas de «C ritique of Violenee», de Ben;amin:
es la libertad misma , el hecho de q ue la libertad ES po-
sible, y buscamos desesperadamente dete rminacio nes Así como en Hodos los campos Dios:se opone al mito.
de! mismo modo 1" violencia divina se opone a la mítica.
«pa tológicas» para poder evitar esta circunstancia. En
La violencia divima constituye la antítesis de la violencia
otras paJabras, la verdadera reoría freudiana no trata de
mítica en lodos los aspectos. Si la violencia mítica instau-
reducir la au tonomía ética a una ilusi.ón basada en la re- ra el derecho, la ,divina lo dest ruye; si aquéUa pone lúni .
presión d e nuestros «bajos» moti vos libidinosos. les, ésta destruye sin límites; si la violencia mítica inculpa
y expía al misrnlO tiempo. la divina redime; si aquélla
amenaza, ésta go>lpea; si aguéUa es letal de manera san -
y HNAlMENTE , ¡LO QUE si grienta, ésta vieme a serlo de forma incruenta. (. .. ] Pues
la sangre es d sírmbolo de la mera vida. El desencadena·
Los i.nré rpreres de Benjamin uatan de cWucid¡)f lo que mienlo de la viol(encia jurídica deriva [ ... 1 de la culpabiLi.
la «violencia divina» puede significar en realidad. ¿Es
Olro sueño izquierdisw de un acontecimie.nto «puro» que
16. Friedrich En¡gels, «lmrodlJclion» a KarJ Marx, The Ci-
/Ji! WaT in France, en ,MarxlEnge/slLellin 011 Hislorien! Malen'a·
nunca tie ne lugar? Uno debería recordar aquí la referen -
liJm , Nueva York, linternacional Publisht:rs, 1974, pago 242
cia de Fri cdrich E ngel s a la Comuna de París d e 1891 (trad. casI.: La guerra ,civil tn Francia. Madrid, Rica rdo Aguilera,
como ejemplo de la dictadura del proletariado: 1976).
234 SOBRE LA Vl0 LENC I/\ VIO LENCIA OIVTNA 235

dad de la vida natu ral . que enlrega a los seres vivos. joo- no es expresión de una patología personal (idioslncra-
('en ies e infeüces a la expiación. al castigo que expía su sia, impulso destructivo) , ni un crime n (o su castigo),
cu!pa , y redime también al que es culpable , pero no de ni un sacrificio sagrado. No es tampoco algo estético ni
una cuJpa, sino del dere<:ho. Pues con la mera vida cesa
ético ni religioso (un sacrificio a los dioses osemos). Así
el do minio del derecho sobre los seres vivos. La violencia
que, paradójicamente, la violencil:! divina se superpone
mítica es violencia sangrienta sob re la mera vida a causa
en parte a la disposición biopolitica de los Hom;,.,; sa-
de la violencia que le es propia; la pura violencia divina
es. por su parte, violencia sangrienta sobre toda vida en cer: en ambos casos, matar no es un crimen ni un sacri-
nombre del vivien te. La primera e.'l.ige sacrif'tcíos, mien- ficio. Los an iquilados por la violencia divina son plena
tras que la segunda los acepta. y absolutamente culpables, y no se les sacrifica, puesto
[. ,,] A la pregunta «¿puedo matar?») sigue la res- que no lo merecen ni tampoco que algún dios les acoja,
puesta inmutable del mandamiento «no matarás». Dicha si no que son aniquilados sin sacrificio alguno . ¿De qué
mandamiento es anterior a la acción, como [a «mirada» son culpables? De llevar una mera vida (n,\tural). La
d e Dios contemplando esa acción. Pero, si no es el mie· violencia divina purifica al cuJpabJe no de la culpabili-
do al castigo lo que induce a obedecerlo , este manda - dad, sino de la ley, porque la ley se lim ita a los vivientes:
miento resulta inaplicable, inconmensurable respecto a no puede Uegar más all á de la vida para tocar lo que ex-
la acción ya realizada. Del mandamiento no se deduce
cede la vida , que es más q ue la mera vida. La violencia
ningún juicio sobre la acción. Y poreUo no se puede pre-
divina es una expres ión de pura pulsión , de no muerte,
decir el juicio divino sobre la Acción ni el fundamento de
dicho juicio. Por lo tamo, no acierlan q uic:nes basan en
dd exceso de "ida, que golpea a la «vid a desnuda» re-
este mandamiento la condena de lada muerte violenta de guJada por la ley. La dimensión «teológica», sin la que
una persona a manos de OIra. El m3ndamicnco no es un según Benjamin la revolución no p uede ganar, es la mis-
criterio del juicio, sino sólo una pauta de conducta para ma que el exceso de pwsión , de su «demasía»). 18
la comunidad o persona acruante que deben saldAr sus Es la violencia mítica la que dema nda sacrific io y
cuentas a solas y, en casos extremos, asumir la responsa- mantiene el poder sob re la vida desnuda, mientras que
bilidad de no observarlo. n la violencia d ivina es no sacrificial y ex piatoria. Po r tan-
to, habría que afirmar sin miedo q ue existe un paralelis -
t.ste es el dominio de la pura divina que es mo fo rmal entre la aniquilación del Estado de los Ha-
d dominio de la soberanía, el dominio en el que mata r mini sacer (por ejemplo, el asesi.nalo nazi de los judíos)
y e1le rro r revolucionario, donde también se puede ma-
17. Benjamín .• Critiqueof Víolence» QP. 0'1. La palabra ale-
ta r sin cometer un crimen y si n sacrificio. La dife re ncia
mana CC'W(]/t significt lamo «violencia» como «autOridad.» o «PO'
der establecido» (un vincuJo similar puede encontrarse en la fra se res ide en que el ases inato nazi queda como un medio
inglesa «J"tfoFilIr la ley», que sugiere que es imposible pensar acerca
de la ley sin referirse:1 deo s violencia. lantO en los orígenes cuan· 18. Vé-Ase Ene San tner. Of/ the Prycholheology 01 Everyday
do la ley se cf'C"d por primera vez, como cumdo la ley se «apl.ict»). L/fe, Chitago, Universiry of Chicago Press. 2001.
2)6 SOBRE LA VIOLENCIA VIOLENC IA DIVlNA 2)7

dd poder del Estado. Sin embargo, en d párrafo de narle algún «sentido profundo» , Todo ello implica que,
conclusión Benjamin afirma que <da violencia revotu - para expresarlo en términos de Badiou, la violencia nú·
cionarill, la más alta manifestación de violencia por par· cica pen enece al o rden del ser, mientras que la violencia
re del hombre. es posible», y añade una característica ctivina pertenece al orden dd acontecimiento: no hay
crucial: criterios «objetivos» que nos penn iran identificar un
acto como propio de la violencia divina. Un acto que
No resuha igualmente posible ni igualmem.e urgente para un observador ex terno es sólo un estallido de vio-
para el hombre decidir cuándo esa violencia pura lencia, puede ser cUvino para los implicados en él. No
en un caso en verdad dete rminante. Porque sólo la existe ningún gran o tro que garanrice su naturaleza di·
"iolencia mítica, no la divina, St! dejo conoce r exacta· vina, pues el riesgo de interpretarlo y asumirlo como
mente y en tanto que tal (aunque sea con efectos real·
divino pertenece toralmente al sujeto. Sucede aquí
mente incomparables), poc cuan to que la fu erza reden-
co mo lo que enseña el jansenismo ace rC3 de los mil3-
tO ra propia de la violencia no se halla a la vista de los
hombres. [",1 La violencia divina L.. ] puede aparecer gros: éstos no pueden verificarse con o bjetividad, pues
tanto en la guerra como en el ju icio divino de la multilUd para un observador neutral , pueden explicarse en tér-
respecto al criminal. [... ] La violencia divina , insignia y minos de la causalidad natural. Sólo para el creyente
seUo, nunca medio de santa ejecución, se ha de califica r ese aconteci mie nto es un milag ro.
como imperan te.!9 Cuando Benjamin escribe que la prohibición de
matar es «una pam3 de conducta para la comunidad o
Es crucial in terpretar la úhima fra se correctamente: persona actuante que deben saldar sus cuentas a solas Y.
la oposición en tre violencia mítica y violencia dlvina re- en casos extremos, asumir la responsabilidad de no ob-
side en los med ios y el ca rácter propio de cada cual, servarla», ¿no está propon iendo leerla como una Idea
esto es, la violencia mítica es un medio para eSUlblecer reguladora kantiana en luga r de como un principio
el domin io de la ley (eJ orden socíallegal) , mient ras que constlrut ivo de la realidad ética? Nótese cómo Benja-
la violencia divina no sirve a ningún medio. ni siquiera min se o pone aquí a la justificacjón de ma-
al castigo de los culpables para así reestflblecer el equi- tar aludida po r aque llos que actúan corno instrumen-
lib rio de la justicia. Es tan sólo el signo de la injusticia tos del gran otro (necesidad hist6rica. etc.): uno debe
del mWldo, de ese mundo que éticamente «carece de «combatirla en soledad», aswniendo su plena respon-
vínculos». Esto, sin embargo, no implica que la justicia sabilidad en ella. En otras palabras, la «violencia divi-
di vina tenga un significado, sino que más bien es un sig- na» no tiene nada que ver con los estallidos de «locura
no sin signifi cado, y la tentación que debemos resistir es sagrada» , con aquellas bacanales en las que los sujetos
la que J ob resistió con éxito. la Tentación de proporcio- renuncian a su autonomía y su responsabilidad , puesto
que es un poder divino supe rior el que actúa a través
19. Benjamin,op. cit. de eUos.
238 SOBJ\E 1_'1 VIOU:NQA VIOLENCIA DrvTN A 239

La violencia divina es p recisamente no una lmer- La violencia d ivina debería concebirse como divina
vención directa de un Dios ornn ipot'ente para castigar a en el sentido preciso de la expresión latina vox
la humanidad por sus excesos, sino una especie de pre- vox dei: no en el sentido perverso de «actuamos como
visión o amicipo dd Juicio Final : la distinción defmiti - meros inslru men[Os de la voluntad del pueblo», sino
va entre violencia divina y Jos impotentes o violemos como la asunción he roica de la soledad que conlleva la
pllssages ti raele de nosotros los hum anos es que, lejos decisión soberana. Se tratn d e una decisión (matar,
de expresar la omnipotencia d e Dios. la violenci a divi- arriesgar o perder la propia vida) lomada en total sole-
na es un stgno de la propia impotencia de Dios (el gran dad, sin la cobertura del gran o tro. Si es eXlramoral, no
otro). Todo lo que cambia entre la violencia divina y un es «inmora!» , no da al agente licen ciA para matar con
ciego passage a ['aCle es el lugar de la impo te.ncia. una especie de inocencia angélica. Cuando los que se ha-
La violencia divina no es el origen reprimido ilegal U;lO fu era dd campo social estructurado golpean «3 cie·
d el o rden legaL El terror revolucionario jacobino no es gas», exigiendo y promu lgando la justicia/venganza in-
el «origen oscuro» del orden burgués, en el sentido de mediata , esto es violencia divin a. Recordemos el pánico
la violencia heroico -criminal fundadora de l Escado y que se desató en Río de Janeiro hace ap rox imadamente
que ensalza H eidegger. La violencia divina debe distin· un a década , cuando la rurb a descendió desde las favela s
guirse de la sobe ranía estiltal en tamo excepción que a la zona rica de la ciudad y comenzó a saquear e incen-
funda la ley, pero también de la violencia pura como ex· diar supernlercados. Esto era efectivrunenre vio lencia
plosión anárquica. En la Revolución fcan cesa fue , signi - divina . Eran como langos(as bíblicas, el castigo divino
ficativamente, Damon y no Robespierre el que propor- por las acciones pecaminosas de los hombres. Esta vio-
cionó Ja fórmula más con cisa del cambio impercepti ble lencia divina que golpea desde la nada es un medio sin
de la «dictadura del proletar iado») a la violencia estatal , fin o, como expresó Robespierre en su discurso en el
o, en térm.inos benjami nianos , de la vio lencia di vina a la que pedía la ejecución de Luis XVI:
mítica: «Seamos tan terribles que la gente no tenga que
serlo» .20 Para el jacobino Dan ton, el terror de Esrado Las personas no juzgan del mismo modo que los tri-
revolucionario era una especie de acción preven tiva bunal es: no realizan sentencias. lanzan disparos; no con-
cuyo auténtico objetivo no era vengarse de los enemi · denan 1\ los arroja n al vado. y est a justicia va le
gas, sino prevenir la violencia «divi na» de los SOflS·Oi - raOlo ('amo la de los triburHtles.11
loltes, del puebl o mismo. En otrils palabra s, hagamos
lo que el pueblo nos pide para que no lo hagan etlor Por eUo, como bien sabí1l Robespierre , sin la «fe» en
"l/ SinOS.
(una p resuposición puramente axiomática de) la idea
eterna de liberrad que persiste a través de todas las de ·
20. Citado en $imon SCh ¡¡ n¡3 , CitiulIS, Nueva York, Vi·
k.in.g, 1989, págs. 706·707. 2 1. Rouespierre, op. cit.
240 SOBRE LA VIOLENCI A V10LENCV. DI V1NA 241

rrOlas, un a revolución «es sólo un ruidoso crimen que (OS de am or. Es imposible pensar en un revolucionario
destruye a iro crimen» . Esta fe está expresad a de mane· auténtico sin esla característica:v
ra conmovedo ra en el úlrimo discu rso de Robespierre,
pronunci ado el8 de Termidor de 1794, un dis antes de El odio es un facto r de lucha, ese odio intransigente
su arresto y ejecució n: al enemigo que impulsa más allá de las limitaciones dd
ser humano y leconvierle en una máquina de matar efee-
,jva, violema, sd ecliva y fria. N ueslros soldados tienen
Pe ro aqui hay, os Jo puedo asegurar, :timas Que son
q ue ser un pueblo sin odio no puede triunfar sobre
sensibles y puras. H ay una p asión imperiosa, irres istible
un enemigo brucal .Z4
y llena de ternura, que es el tormento y delicia de los co-
ralOnes magnánimos. Hay ese horror p rofundo hacia la
ti ranía, esa compasión por los oprimjd os, ese amor sa- Estas dos p osturas aparememenre opuestas están
grado po r la patria, y un amor aún más grande. un amor unidas en el lema del Che «Hay que endurecerse sin
sublime y sagrado por la humanidad sin el que una gran perder jamás la ternura»." 0, por citar a Kant y a Ro-
revolución es sólo un ruídoso crimen que destruye otro bespierre de nuevo: el amor sin crueldad es impotente;
crimen. Aqui está la generosa ambición de establecer en la crueldad sin amor está ciega, no es más una pasión
la tierra la primera República del mundo .22 breve que pierde su duradero fUo. La paradoja subya-
cente es que lo hace del amor algo angélico, lo que
Estas p aJabras nos permiten com p render que la vio- 10 eleva por encima de la sencim enta1d ad meramente
len cia d ivina pertenece al orden del acontecer. No hay inestable y patética, es la crueldad mi sma, su vínculo
criterios «objetivo s» que nos permilan identificar un con la violencia . Es este vínculo el que lo eleva «por en·
aclO d e violencia como divino: el mismo acto que para cima y más allá de las llmitaciones naturales del hom-
un o bservado r externo es lan sólo un estallido de vio - bre» y lo transforma así en una puJsió n incondicional.
lenc ia , puede ser divino para los impljcados en él. No De ahí que Che G ueva ra creyera en el poder transfor-
hay un gran alto que garantice su naruraleza di vina. El mador del amo r, pe ro nunca se le habría oído camurre-
riesgo de interpretarlo y asumirlo como di"lno es lo ar «el amo r es todo 10 que necesÍ(as» (lave is all you
p ropio del sujeto : la violencia divina es el trabajo del need) . Necesitas amar COI1 odio. 0, como Kierkegaard
amor de! sujeto . Dos pasajes del Che (tristemente) fa-
23. Citado d!!:Jon Lee Anderson, Che Guevara: A RevoLu-
mosos oos dan la clave:
tionary Ll/ e, Nueva York, Grove P,ress, 1997, p. 636 (trad. casI.:
Che Gttevaro, Barcekna. Anagrama. 2000).
Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridicLtio . q ue el 24. Accesible en linea en www.ma rxists.org/archive/gueva"
auténtico revolucionario se guía por grandes sen( imien · rall967/04/16.htm.
25. Peter MeLaren, Che GUfvara, PaukJ Freire and ¿he Pe-
tÚlgogy o/ Revo/ution, Oxford, Rowrn an and Littlefield 2000
22. Ibíd. ' ,
242 SOBRELA VIOLENCIA

dijo hace tiempo: la consecuencia necesaria (la «ver- EPÍLOGO


dad») de la exigencia cristiana de amar tl nuestrOs ene-
migos es
Adagio
la de odior a/ amado fuera y dentro del amor.
(... ) Hasta ese pUnlo - podríamos hablar hasta de una es-
pecie de lorura- puede el crislianismo promover la ex i.
gencia de amor si és[e ha de ser la realización de la ley. De
modo que el mandamiento cristiano ex ige ser capaz de
odia r al padre y a la madre y a la hemlana y el ser amado. 26

Kierkc:gaard aplica aquí la lógica de la haillomora-


ción, articulada más tarde por Lacan, que depende de la
escisió n en el amante entre la persona amada y el verda-
dero objeto-causa de nuestro amor por ella, que está El círculo de nuestra investigación esta ceuado: he·
«en él más que en esa persona» (para Kierkegaard: mos viajado desde el rechazo de la falsa antiviolencia a
Dios). A veces, el odio es la única prueba de que real- la aprobación de la violencia empancipatoria. Comen -
mente amamos. EJ concepto de amor debería conside- zamos con la hipocresía de aquellos que, combatiendo
rarse aquí en su sentido palWno: el dominio de la pura la violencia subietiva, hacen uso de W1a violencia sisté-
violencia, el dominio fue ra de la ley (poder lega!), el do· mica que genera los propios fenómenos que aborrecen .
minio de 19 violencia que ni se funda en la ley ni se sos- Localizamos la causa úhima de la violencia en el miedo
tiene en la leyes el dominio del amor. 01 prójimo y mostramos cómo a panir de la violencia
que es inherenle al lenguaje mismo se establece el medio
real de superar la violencia directa. Luego conúnuamos
anal izando tres tipos de violencia que acechan en nues -
t ros med ios de comunicación: Jos estall,dos de violencia
juvenil en los suburbios de París en 2005, los recientes
ataques terroristas, el caos en Nueva Orleans tras el hu·
racán Katrina, Después seguímos demostrando las anti·
nomias de la razón tolerante a propósito de las manifes·
taciones violentas contm la s ca ri caturas de Mahoma
26. $oren lGerkegaard, Workr 01 wve, New York, Harper
and Row, 1%2, plÍg. 114 (trad. casI.: 1.01 obrol del amor, Sala· publicadas en un periódico danés. Desp legamos las li-
manca, Sigueme, 2006). mitaciones de la tolerancia como la noción predomi -

244 SORRE LA VlOLENClA 245

nante que sostiene la ¡deologia actual. Y por último, ra de la sala de conve nciones, implica a Ford en una lu-
nos enfrentamos directamente <1 la dimensión emaoci· cha en ca rni zada . violenta: se golpean hasta que sus ros-
palOria de la violencia divina , [al y como la ani culó tros se Uenan de sangre. La escena es reveladora por s u
Walrer Benjamin. ¿Cuál es en[Onces la con clusión de ca rácter abiert<l menre ridículo. como si, para salir del
este libro? embroUo ideológico q ue supone juguetea r con el 8nli-
Es triple. En primer lugar. anaremi zar la violencia, cap italismo , uno deb iera hacer una jugada que permi-
condenarla como «mala» es una operació n ideológica tiera pe rcih ir claramente las grietas en la narración. El
por excelencia, una mistificación que colabora con la malo se transform a en un personaje malicioso, despre-
invisibilización de las formas fundamentales de J¡l vio- ciable), patológico, del mismo que su depravación psi-
lencia social. Es profundamente sintomático que las so- cológica (vjsible en el desJwnbrante espectáculo de la
ciedades occidentales, tan sensibles a las diferentes for- pelea) de algún macla reemplaza y desplaza la pulsión
m3S de persecución, sean también capaces de poner en anónima, completame nte apsicol6gica , del capital. Un
marcha inftnidad de mecanismos destinados el hacernos gesto mucho más apropiado hab ría sido presentar al
insensibles a las formas más brutales de la violencia, pa- colega corrupto como un docto r sincero y honesto que, a
radójicamente, en la misma forma en que despiertan la causa de las dificultades financieras que auaviesa el bos-
simpatía humanitaria para con las víct imas. pital en que trabaja, h abría accedido a tragarse el cebo
Segunda lección: es difícil ser realmente vi.olento, de la compañía farmacéutica.
realizar un aeco que perturbe con vio len cia Jos pa ráme- El fugitivo proporciona as í una clara versión dd pas-
(fOS básicos de la vida social. Cuando Berrolt Bcech¡ vio ¡¡ l'tlcte violento q ue sirve como cebo, el mismo ve-
una máscara japonesa de un demonio maligno, escribió hículo dd d es plazam ienl o ideológico. Un paso más aUá
q ue sus hin chadas venas y sus horrib les muec<'lS «reve- de este nivel cero de la violencia puede encont rarse en
laban el esfuerzo que cuc::sta ser malos». Lo mi smo vale Taxi Driver de P aul Schrader y Marrio Scorsese. en el
pa ra la violencia que tiene algún efecro en e l sistema . estallido rUlal d e Travis Bickle (Robe n De Niro) comra
Una ú p ica pel ícula d e acción holIywoodiense es siem- los chulos que comro lan a la joven q ue quiere saJ va r
pre una muestra de eUo. Hacia el final de Elfugitivo, de (1odie Foster). Aquí es c[Oci al la dimensión implícita-
Andrew Davís, el inocente doctor al que persiguen mente suicida de su p(ll'sage ¡¡ l'acte: cuando Travis se
(Harrison Ford) se enfrenta a su colega (reroe,¡) Krab- prepara para el alaque, practica mosrrando su arma
bé) en una convención médica y le acusa de fal sifica r frente a un espejo: en la que es la escena más conocida
datos médicos en nombre de una gran compañía farm a- de la pelicub, se dirige a su propia imagen en el espejo
céurica. E n ese momento, cuando uno esperaría que la con un agresivo y condescendiente «¿ me estás hablan-
película se centrara en la gran empresa farmacéurka do <1 mí?». Como en una ilustración de la noción laca-
(capital corporat ivo) como el auténtico culpable, Krab- niana del del espe jo», la agresión se dirige cla-
bé inte rrumpe a Ford y le invita a salir; desp ués, ya fu e- ramente hacia uno mismo , a la propia imagen especular
246 SOBRE LA V10t c:,,( V. !:pfLQGO 247

dd sujeto, Esta dimensión suicida emerge al final de la de millones d e personas no debería engañarnos. La ca-
refriega, cuando T ravis, herido de gravedad e inclinado racterización de Hitler que le describa como un ser per-
hacia la pared, simula con el índice de su mano derecha verso, responsable de la muerte de tamas personas y no
on anna dirigida a la fren re y la dispara bu rlonamente. obstante un hombre con agaUas que persiguió sus fmes
como «d objelo reaJ de mi rabia eca 'jO mis- con una vo lunt3d de hic: rro no sólo es éticamente repulo
mo». La paradoja de Travis es que se percibe a si mismo siva, sino que también está equil)()Cllda: no , Hitler no
como una pane de la degenerada de la vida de «tuvo agallas» para camb iar las cosas, pues todas sus
la ciud ad qu e quiere erradi ca r, de modo qu e, como acciones eran reacciones: actuó de modo que nada
Breche expresó acerca de la violencia revolucionaria en cambió realmente y sólo con eJ fin de prevenir la ame·
La medida, quiere ser la (Jtim a mancha tras cuya lim o naza comunista de un cambi o real; su acusación contra
pieza la habitación quedará limpia . los judíos fue un acto merced al cual desplazaba la carga
Corrigiendo lo que se deba, lo m.ismo vale rambién en otros )' evi taba al enemigo real) esto es, las relaciones
respecw a la violencia organizada colecúva. Para jlusrrar sociales capirllli stas. Hitler representó un espectáculo
estas palabras la Revolución Cuhural china nos5eIVirá: la de revolució n para que el ord en capiraJj sta pudiese so-
destrucción de lOdos los monwnenros <lcabó siendo no brevivir. La ironía estriba en que fu eron sus grandes
una auténtica negación del pasado, si no más bjen un im- gestos de desprecio hacia los burgueses autocompla-
potente passage ti tae/e, algo que da fe del fracaso que su- dentes los que le permitieron continuar: en luga r de
pone que.rer libra rse del pasado. Hay una especie de jus· acabar con el despreciable y «decadente» o rden bur·
ticia poética en d hecho de que el resultado fin al de la gués, de despen ar Jos alemanes, el nazismo era un
revolución culwral de Mao Ze dong sea la incomparable sueño que les permirió pospooer el despenar. Aleman ia
explosión actual de la dinámica cap italis ta en Chintl_ sólo despertó con la derrota de 1945.
Existe una semejanza estructural profunda entre la revo- Un acto realmeme atrevido, para el que verdade-
lución permanente dd maoísmo, la lucha permanente ramen te había que tener las «agaUas» de in tentar lo
COntra la osificación de las estructuras del Eslado y la di- imposible, pero que fue a la vez un acto de terrible vio-
ná.nUca inherente del capitalismo. Resulta tentador pa ra- lencia que ca usó un sufrimiento más allá de loda com-
frasear de nuevo a Breche: «¿Qué es el cobo de un ba nco prensión, fue la colec tivizac ió n forzosa de Stalin a fin a-
comparado con la fundación de un nuevo banco?». les de la década de 1920. E incluso eSle despliegue de
¿Qué fueron los estall idos violentos y destructores de un violenda despiadada culminó en las grandes purgas
guarclia rojo comparados con la auténtica Revolución de 1936-1 9.37, que fueron, de nu evo, un impotente pas-
Cuhural, la permanente disolución de rodas las formas soge a/'ac/e:
de vida que dicta la reproducción del capital?
D esde luego, lo mismo puede aplicarse a la Alema- No fue una pe.L'Sec\lción de enemigos, sino rabia cie-
nia nazi , donde el espec táculo de la bru tal aniquil<l ción ga y pánico. Reflej ó no el conerol de los acontecimientos,
248 SOBRE LA VlOlENC l rI EPILOGO 249

sino un recooocimieRlo de que el régimen carecía de me- modo que eran capaces de expresar su oelio a la nomen-
canismos de canerol regulados. No era poLhica, sino el klattlra arrestando y torturando a los altos apparatchiks.
fracaso de 1<1. política. Era un;! señal del fracaso de gober- La tensión inherente entre la estabilidad del gobiern o
nar con <lIgo que no fue ra la fu erza. de la nueva l10menkintura y el pelVerso «retorno de lo
reprimido» bajo d disfraz de las purgas repetidas de los
La misma violencia infligid a por el poder comunis- altos cargos de la l10menklalura está en el mismo cora.
ta a sus propios miembros es prueba de la radical con- zón del fenómeno esta lini sta : las purgas son la nUsma
tradi cción interna del régimen. Si bien en los orígenes forma en que la hen:ocia revolucionaria rraicionada so-
del régimen hubo un «aucénticQ») proyecto revolucio· brevive y acecha al régimen.
nario, las purgas ÍJlcesantes eran necesarias no sólo para En A.,esinQ/o en las caballerizas, una [emprana his-
borrar las huel las de Jos orígenes del régimen, sino tam o toria de Agatha Ch ristie. Pairo! investiga la muerte de
bién como una especie de «retOrno de lo rep rim ido», Mes. Allen, a la habían disparado por la noche en su
un recuerdo de la radical negatividad del co razóo del apartamento de C uy Fawkes. Aunq ue parece un suici -
régimen. Las purgas estalinistlls de los grandes jefes del dio, numerosos detalles indican que se rrara de un ase·
partido se basaban en su traición fund amentaJ: los acu· sinaw. La mujer compa n fa un piso con Miss Plender-
sados eran en erecto culpables en tan to que, como leith, que esraba fuera en ese momenro. Pronto se
miembros de la nueva nomenklo/ura, uaicionaron la re- encuentra un gemelo en la escena del asesinato, y su
volución. El terror estali nista no es sólo la uaición de la propietario, el comandante EustZlce, se ve implicado en
revolución, esTO es, un intento de borrar las hueUas del el crimen. La solución de Pojror es una de las mejores
pasado revolu cionano auténrico, sino que además da fe
de una especie de «diablo de lo perverso» que o bliga al 2. La condena ripi,8; de Sralin incl uye dos proposiciones: 1)
nuevo orden posrevoluc iona rio a (re)insc ribír su tra i· era un d ni,o que sabía muy bien cómo eslaban las ,osas (que los
ción de la revolución dentro de sí misma , a «renejada» acusados en los juicios eran realmenle inocenle5, etc.): 2) sabía
O «rem:zrca rla,> bajo la forma de arrestos y asesinatos ar- lo que hacía, (3 10 es, lenía pleno t"Ontrol sobre los acontecimien,
bitrarios que amenazaron a todos los miembros de la lOS. Los documenlos de los archivos, ahora accesibles, más bien
apunlan en d sentido opuesto: Stalin básit"amente lenía sus <"Ceen-
nomenklA/ura . Como sabemos gradas al psicoanálisis,
cias (en la ideología olit"ial, en su papel como lider sincero. en la
la confesión estalinista del cul pable oculta la auténtica culpabilidad de los acusados) yen realidad /10 lenÍ;t ooOlrol so-
culpa. Es bien sabido que Stalin reclutó sab iameo te bre los acontecimiemos (los resuhados de sus propias decisiones
para el NKVD a personas de es tratos sociales bajos. De e imervenciont's a menudo le sorprendían) . Véase la iOltoduc-
ción de Lars T. Lih a su libro con Oleg V. Naumov y 0le8 V.
l. J. Arch Geny)' Oleg v. Naumov. Th e Road 10 Terror. Sta- Khlevniuk, 5to/I1I'$ lefters to Mol%u, New Haven , Yale Univer·
lin alld ,be Se/fDcs'rucrion 01 {he Boisheuiks, 1932·39 . New Ha· sity Press, 199', págs. 60·64. Lih propone una conclusión angus-
ven y Londres. Yale University Press, 1999, pág. 14 (trad. cast.: tiosa: «la pob lación de la Unión Soviética habria estado mejor si
lA 16giCII del terror, Barcelona, Crílica, 2001). Stalin hubiese sido más cínico de lo que fue» (pág. 48).

250 SOBRE LA VIOLENCiA EPlLoc.o 251

de la obra de Agatba Christie: da la vuelta a la típica tra · de \·i olencia impotente son fundamemalmente reacu-
ma de un asesinato realizado de modo que parezca un vos, una reacción a algún intruso mo lesto.
suicidio. La víctima, que años atrás se había visto impli. En úJtimo lugar, pero no por ello menos importan·
cada en un escándalo en la India, donde conoció a Eus- te, tenemos la lección de la intrincada relación entre la
tace, se había prometido con un parlamenrario del ala violencia subjetiva y sistémica es que la violencia no es
conservadora. Sabiendo que ese escándalo de llegar a una propiedad exclusiva de cienos actos, sino que se
hacerse público arruinaría su posible manimonio, Eus· distribuye entre los actos y sus come:xtOs, entre activi·
tace la chantajeaba. Ella, desesperada, acabó pegándo- dad e inactividad. El mismo acto puede aparecer como
se un nro. Un a vez en casa inmediatamente después dd violento o no violento en [unción de su contexto: a ve-
su icidio. Miss Plenderleirh --que sabía acerca del ces una sonrisa educada puede ser más violenta que W1
chantaje de Eusrace y le odiaba por eUo- reordenó los explosión de brutalídad. Una breve referencia a la físi-
detalles de la escena para que pareciese que el asesino ca cuántica puede sernas de ayuda. El campo de H.iggs
había intentado presentar el supuesto crimen como un es una de las nociones más inquietantes de la (¡sica
suicidio. Así se castigada a Eustace por provocar el sui· cuántica. Liberados por sus propios dispositivos en un
cidio de Mrs. Alien. La historia entonces plantea la pre· enromo al que pueden pasa r su ene rgía, [Odas los siste-
gunta de en qué direcelón deberían leerse las pruebas mas físicos fmalmente pasan a UD estado de menor
contradictorias advertidas en la escena del crimen. ¿Es energía. Dicho de otro modo, cuanta más masa quita-
un asesinaw enmascarado como suicidio o un suicidio mos de un sistema, más se reduce Ja energía, hasta que
enmascarado como asesinato? La historia funciona por· llegamos al estado de vacio en el que la energía es cero.
que, en vez de ocultar el asesinato, como es habitual, se Sin embargo, existen fenómenos que nos obligan a pro·
pone en escena su apariencia: en vez de ocultarse el cri- poner la hipótesis de que hay algo (alguna sustancial
men , se le crea como cebo. que no podemos "lirJúnar de un sútema sin ELEVAR La
Esto es precisamente lo que hacen los instigadores energía de dicho Slstema. A este «algo» se le llama cam-
de tales violentos pasrage d {'acle, pues interpretan mal po de Higgs. Una vez que este campo aparece en un re·
el swcidio como crimen. En otras falsifican cima que se ha vaciado y cuya temperatura se ha redu·
las pistas de modo que una caráslw[e parezca un «su i- cido al máximo, su energía se reducirá. Lo que aparece
cidio» (d resultado de antagonismos inmancnres), el es algo qu e conueoe menos energía que cero. En resu-
trabajo de un agente criminal : judíos, traidores o reac· men, algWlas veces cero no es el estado <(!Jlás
cionarios. Por ponerlo en los rénninos nietzscheanos de un sistema, de modo que, paradójicamente, (mada»
que son apropiados aqtÚ, Ja diferencia clave entre la po- cuesta más que «rugan. En Wla tosca analogía, la (<nada»
litica r-adical emancipadora y los estallidos de violencia social (el estado congelado de un sistema, su mera re ·
impotente es que el gesto polírico auténtico es activo, producció n sin cambios) «cuesta más que algo» (un
impone, fuerza una visión, mientras que los estallidos cambio), eslO es , demanda mucha energía. de modo que
252 SOBRr LA VIOLIONC ..... EPiLOGO 253
lo primero que hAy que hace r para provocar un cambio subversió n sin ser descubiertos? C uando se les pregunta
en el sistema es red ucir la activ idad. no hacer nada. cómo VOla ro n, los ciudadanos co rrientes simplemente
Así. lo. novela de José Saram<tgo clIsoyo sobre la Ju- responden que tal información es privada y además, ¿no
áde1. podria lOmacse como uo experimento mental de esrán en su derecho de vOtar en blanco? Incapaces de
Ja estrategia barde:hyana. Narra la hjsloria de los extra- responder a una protesta pacífica pero convencidos
ños acomecimientos ocurridos en una capital sin nom- de que ha te.nidolugar una conspiración antidemocrática,
bre de un país democrático sin idenüficar. Cuando el el gobierno tachAaJ movimien to de «terrorismo. p uro y
día de las elecciones se ve enturbiado por una Uu via to- no adulrerado» y declara el eslado de emergencia, lo q ue
rrencial, se registra un bajo nivel de participación, pero le permi re suspender todas las garanúas constitucionales.
a media larde arrecia y la población acude a vota r en Se arresla a quiniemos ciudadanos aleatoriam ente,
masa a los colegios e1ecwraIes. E) gobierno respira ali· que desa parecen para ser jnte rrogados. sometidos al
viada hasta que el recuen(O revela q ue más del 70 % del «cód igo rojo secreto». Se informa a sus familias. Al esti-
electorado ha VOlado en blan co. Desconcertados por lo orwelllano, se les di ce que no deben preocuparse por
este apa rente faUo de la sociedad civil, a la semana si- la falta de información, pues «en ese mismo silencio está
guiente el gobierno da a la ciudadanía una oporru,n idad la clave que ga ranti za SLI seguridad personal». Como es-
para enmendarlo con una nuevas elecciones. Los resul- tas acciones no dan res ultado, el gobierno adopta una
tados son peores: ahora el 83 % corresponde a votos en serie de medidas drás ticas, desde declarar el estado de
blanco. Los dos partidos políticos principales, el parti- sitio hasta inventar tramas para crea r el caos en la ciu-
do gobernanre de derechas (p .d.d) y su adversario prin- dad, rctinu a la poUcía y asaltar el gobierno de la capiraJ ,
cipal, el partido de cemro (p.d.d, son presas d el páni- sellando (Odas las c::mradas y salidas d e la ciudad, y Hnal-
co, mientras el desvenrurado y marginado parúdo de la mente crear su propio cabecilla terrorista. La ciudad
izquierda (p.d.i) real iza un análisis en el que afirm a que conrinúa funcionando en un ambiente de nonnalidad,
los vOtos en blan co eran esencialmente VOtoS a favor de la población parilllizil codas las embesridas del gobierno
su programa progresista. con una unidad inexp li cable y con lln nivel realmente
¿Se trata de una conspiración organizada para de- gandbiano de resistencia no violenta.
rrocar no sólo al gobierno en el poder sino al sistema En su perspicaz reseña de la noveJa , Michael Wood
democrático? De serlo, ¿quién está detrÁS y cómo pu- advierte Wh:l similirud brechliana:
dieron organizar a cientos de miles de personas en [al

J. Jose Saramago, 5eeing, Nueva York. Hatcoun , 2006 E n un fam oso poema eS(Tilo en Alemania Oriental
(u ad_ cast.: Ensayo robre la Iltáde:r., Madrid, Alfagu:tra, 2002). en 195>, Brechl ri la a un eOlHempodneo que afirma que
4. El [énnmo se refiere al Banleby de Her- la gente ha perdido 1:1. eonliilnz¡l en d gobierno. ¿No se-
man Me1ville, un oficinisI3 despiadadamcOIe pasivo que respon- ría más fácil, pregwlIa m,tliciosamenrc Brecht, disolver
de a loda pelicióo de su jefe oon un «preferiría no hacerlo». al pueblo y que d gobierno elija otro? La novela de Sara-
4
254 SOSR€ LA VIOLENO,\ EPILOGO 255
mago es una parábola de lo que ocurre cuando ningtin En términos psicoanalíticos, la abstención de los
gobierno ni ningún pueblo puede ser disueho. VOlanleS es de algún modo como la Verwerfung (forclu·
sión, rechazo/repudio) , que es un mucho más radicaJ
el paralelis mo es válido, tal condus ió n parece
Si que la represión (Verdr¿ingwzg) . De acue rdo con F reud,
quedarse corta , pues el mensaje inquie tante de la n ove- el sujetO acepla intelectualmen te lo reprimido. puesto
la no es tanto la indisolubilidad dd pueblo y del gobier- que lo pero aJ mismo tiempo Jo niega porque
no como Ja nawraleza compuJsiva de Jos rjwales demo- rechaza reconocerlo y rechaza reconocerse en ello. En
cráticos de libertad. Lo que ocurre es que , al abstenerse cambio, la fordusi ón rechaza lo simbó)jco /out court.
de votar, la gen te disuelve el gobierno, no sólo en elli- Panl circunscribir los margenes de ese rechazo radical,
mirado sentido de derrocar al gobierno existente, sino resulta rentador evocar la p rovocadora tesis de Badiou:
en un semido más radical. ¿Por qué se ve preso el go- «Es mejor no hacer nada que con tribuir a la invención
bierno de tal estado de pánico ante la abstención de los de nuevas formas de hacer visible lo que el imperio ya
votantes? Está obligado a enfrentarse al hecho de que reconoce como existente,). Mejor no hacer nada que
exisre, que ejerce su poder sólo en tanto q ue es acepta- implicarse en actos locali zados cuya función última es
do como tal por sus sujetos, aceprado incluso en la for- hacer funcionar más suavemente d sisrema (actos como
ma de recbaz.arlo. La abstención de los vota ntes va más proporcionar espac io pa ra la multitud de nuevas subje-
allá de la negac ión imrapolitica, el VOtO de no confian- tividades) . Hoy la amenaza no es la pasividad, sino la
za: rechaza e.I m is mo marco de decisión . pseudoacrividad , la necesidad de «ser acuvo», de «par-
ticipao>. de enmascara r la vacuidad de lo que ocurre.
5. Michael \'(Iood, «The EJection with No ResullS», <wW\V.
La gen te inte rviene todo clriempo, siem pre se está «ha -
slate.comliel/2139519>. En la novela hay ot fa dimensión brech-
riaDa detectada por Wood. que también defLne los libros de Sa- ciendo algo» , los académicos participan en debates sm
ramago : fOSon novelas, no ensayos. Pero hacen un guiño a la for o sentido, etc. En realidad. lo m ás dificil es da r un paso
roa ensayistica. En sus obras, la gente no tiene nombre. sólo atrás. Sustraerse. Los gobernantes prefieren incluso una
funciones sociales: el ministro deJustida, la mujer del doclor, el participación «CrítiCA», un diálogo, al silencio: simple-
policia, d funcionario de correos, etc. Sus convefsacione5 están
mente pretenden implicarnos en el ((diálogo» para ase-
mArcadas sólo por com as y letras mayúsculas; no hay comillas ni
espaciado enut: líneas. Los personajes y diiÍlogos :.lgrupa - gurarse de que se quiebre nuestra amenazadora pasivi-
dos en fo rmas sociales, como si un a cultura entera eSlUviera ac· dad . La abstención de los votantes es, por tanto, un acto
ruando y hablando a. Iravés de sus represeot antes mas significa. político auténtico, pues DOS enfrenta a la vacu id<ld de
¿No es esto estrictamente homólogo a 135 austeras piezas las democracias actuales.
teatrales de Brecht , eo las que los personajes l;"lmpoco ¡ie.ne
nombre, sino sólo hilloont:S sociales (capi l¡¡Jista, trabaiador. re·
volucionario, policía), de modo que es como si «una cultura en·
cera (o más bien, una ideologia) estuviera hablando y actuando a 6. A1ain Badioll, «Fifteen Theses 00 Comemporary Art»,
través de sus representantes más identificables»)? ucanian lnk, n" 23. ptimavera de 2QO.:1, pág. 11 9.
25 6 SOBRE LA VJOLENCJ'"

Si con d término «violencia» queremos designar el


trastorno radical de las relaciones sociales básicas, enton-
ces, por muy disparatado o de mal gusto que parezca, el
problema de los monstruos históricos que asesinaron a
millones de personas es que no fueron suftciencememe Bibliografía
violentos. A veces no hacer nada es lo más violento que
puede hacerse.

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Rawls,]ohn, A Theory ofluslÍce , Cambridge, MA, Harv:ltd Unive.r- Press, 2006.
,
Indice analítico
y de nombres

11 de septiembre. Buques del Abst racta, universalidad , 20,


- familias de las víctimas, 10 IZ7
- iconograCía de, 147 -14 8 Abu G hraib, prisión de, 139-
- l/amadas teldónic:ls de los 14 1, 142
pasaieros secueslrados, 49 Abu H anlfa, imán_ 122
- p resemados al detalle en los Aalruan , compañía de
medios, 44 -45 ambulancias, 86
- quinto aniversario, 148 Accio nes morales, 114-115
- reproches de los medios Acheronla mQwoo (moveré las
al púbüco regiones infernales), 137,
de los paises e)¡tranjetQ5, 11 m
- símbolo principal del fin de Acoso, miedo al , 42
b feliz década de 1990, 88 Actividad publica. 120
- visión de los cristianos de Ad-DlI!tour, periódico, 95
derechas, 148 Adorno, Theodor w., 12, 48
- Yd expansionismo milita.r África, hambre en, 24
de Estados Unidos, 106 Agarohen, Giorgio , 81
- y la crírica de Ag resión como O(fuena vital»,
del nihilismo ateo, lB 58
- véaffse también Torres Agustin, san, J14
Gemelas; World Trade - Con/esiones, 77
Center Ahmadineyad, presidente
Mahmud.95-%
Ablación del clítoris, 120. 122 AjmátOva, Arma (Anna
264 SOBRf.: LA Vl.OLENC:1A fNDICE ANALITICQ Y DE NOMBRES 265

Andreyevna Gvmilyov3. Arislolelismo. Becgman , Ingmar, 54 «Buena» y oI(Jlla)9», violencia.


nacida Gorenko), 12 Ane, pérdida dd respeto por Beria, LllVremü, 46 58
Al Yazira (,eJevisión) , 44 d .71 Beria. $ergo, 46 Bujarin, Nicolai. 48
Aldea de la información global, ArúcuJo 13J dd Código Penal Bien.d 17
55 (antigua Yugoslavia). 130 - contacto con, 59-60 Burgués. el, 127, 169-170
Alemania nazi, 169 Ascetismo. 79 _ el bien espiritual infinito Burocracia
Alguno! hombres buenos Ataques terroristas, como m:i.scar:l del mal. 60 - centralizada, 23
(pdiculal, L4l - diri",,,dos contra c:I modo de - Neme de, 60 - corruptAe ineficiente, 38
Al.Hilali, SheLk Taj Din, 92·93 viJa 31eo occidental basado - muerte, y la ...tctoria sobre - y las protestas esrudiantiles
Alianza ESlados Unidos·Ismd. en la ciencia, 72 el mal, franc:esas de 1968. 25
106- 107 - fundameOla lisl3s.76 _ vinculado a la Bush. George w.. 98·99, 139-
AfmiÍsmo, 77 Ateismo, II O- 11 }, 115 inmortalidad, 6O 140. 142
Améry,J ean.I53 Atentados suicidas, 72 _ y el sacrificio en nombre de Butler,Juditb, 122
Amis, Martin, 49 Auscnwitz·Birkenau (Polonia), una causa mayor, 76
Amish, comunidades, 75 , 121 campo de exterminio, 12, Biene..slllr. ESICldo del, 67 , 1 \7 Calemamiento global, 83
Amo< 95 BiopotíLica.41 Cambiar de tema, 19
- al enemigo, k64 Auronomi:l. 120, )22 Camboya, bombardeo de, 44
-
-
al prójimo, 4'
amor propio egoísla, 77
AUlopoitsis,23
AUloridad jerá rquica, 23
Blair. Tony, 98
BIIlsfemi3, lOO, 1n
Bolsll de Londres, 20
Cameron, David, 78
Compañas humanitarias, 38
- defmición de u('3n, 53 Av:nicia ,79 Bombardeos Campo de Higgs, 172
- expresado por los paS3jeros _ individuo frente a Cancelación de la deuda, 38
del 1\ de sepliembre. 49 Badiou, Alain, 34, 35-36. 7 1, sufrimiento de masas, 4J Capitalismo
- y cruddad, 164 105 , 125 , 128,161,174 Borbónicos, 11 0 - aUloescisión, 27
A",our Joi (amor natu ral del Bagdad. lrak, 81 BólOx, inyecciones de, 12 J - beneficio sin límites, 27
yo). 80 &iLznoo en lo oJOIriJl1d Bcechl, Ben oh . 168, 174 _ carácter ... priv2do de
Amou' (prderencia (peliculal. - DvJosogr:r, J} ) ·1J2 mundo», 71. 73
perversa de uno mismo por Balibar, Étienne, 20-21 - El ciratlo ti-¿a C4UCIJsiaf/o, - el sentido, 71
encima de los demás). 80 Barak, Ehud . J06 n. L5 107 - digiTal ,22
Anuconsumislas. 152 Barbarie, II B, 142·1 43 - lA 169 - dominio del Cllpitalismo
Anticrislianismo. 92 Bataille, Georges. 27 - LA ÓpUtl los (lI.lIlro tardío, 37
Al1tigona (Sófocles', 62·63. 1:57 Beauvoir. Simone de, Ambicrt (uartos , 100 _ en su forma mas pura, 84
Amiinmigración, poüticas, 42 Jítl a d'-a, 64 - ..La pregunta sobre el - éxito o fracaso en el, 78
Antirracismo,98 Ikgm. Menlchem, 101 bien». 38·)9 - glob.J.21.22. 2' . 71 . 88.
Anlisemilismo Ben G urion, David, 101 - <.Cobras de aprendizaje», 174 100
- musulmán, 93
- nazi, 71 , 86
Benjamin , Willter, 48, 11 7, 14 3,
1.50. 1.53, 1.58, 167
n.' - ignora los problemas
humanos o ambientales. 19
Brown , John .133
- pogromos, 60 - H ocftl l/na crúica de fa Budismo - incapacidad para
AP. 1I 2 vio{erzc;a. 18, 159-162 - indiferencia universalizada, 51 reproducirse por sr mismo,
Apartheid, 24 - «Tesis de ftIosofía de la - mediración. 25 27·28
Apocalipsis No!/) (película), 141 historia». 145 - tibetano, 75 _ la danza ftutocstirnulante
Arendt , An3. 47 Benneu. William, 87,89 - Yhedonismo occidtntal. dd . 19·20
Argeli3 , 106 - Tbl' Book 01 Virllles, 87 n·76 _ lucha canina el, 22

266 SOBRE LA VlOLENCIA iNDlCE ANALrnCO y DE. NOMBRES 267
- mela de beneficio, 19 bu coba//l'riUlS. J7 J «Comités élicos», 21 n. 6 CoII Id muerte eH los tolal1es
- pérdida dd cordón Ch rza.now, P o lonia, 103 Compañías imernacionales en (pdicula), 148
umbilical con Europa, 128 C hurchill , sir WulSto n, 1..4 $ud:ífrica, 24 Confesio nes en el lecho de
- «sin fricciones..., 23 Segundo GUl'rrd Mundial. Competición, 84 . 132, 15 1 mueJ'te, 49
- Wliversal, 12&-129 36 Comuna de París. 121. 159 Confli clo internacio nal, 9
- violencia sislcmática, 20 Ciberespacio,35 Comunicación Confliclo isradí-palc.tino, 102 .
- vinual,20 - a\la rar,85 - inteligente, dinámica , 104
- y la clase medi:t. 32 Ciencia flex ible, 24 Congo Belga, holocausto del ,
- y la violencia objetiva, 19 - autoridad de IR, 72 - red global, J5, 55 21
Cl1pir:al.ishtS - competencia con la - soaal,70 Congo, crisis del. 10, 147
- donación ¡¡J b ien público, religión, 72 Comunidades cem,das, JO. 32 Congreso ele Estados Unidos,
27 - «discurso uni versitario», 73 Comunismo 109
- realiza el cam bio del "OS aJ - Heidegger sobre la, 72·7) - caídadd, 47, 151 Conocimienlo, 2J, 73
Ihymos, 27 - n uevas ciencias, 73 - coffiurUslas csmliniSIa5 - conceptual ,7}
Caridad, 26. Vtast' lambtin - poder de deslntir o «aICOS», IIJ· L1 4 Conservado res británicos y la
F'tlanfropía marginar a Jos pcnslldores _ crímenes comunisl8S. 2 J leoria de la justicia de
Camegie, Andrew, 26, 27 independientes, 72 - siglo xx, 9B Rawls, 77-78
Cartesianismo, t 19, 122 - promete libemd de - y d capilalismo digilal, 22 Conla minación, 27 n. 8, 3 I
Carrografla cognitiva, 69 , 7 1 pensamiento, 72 - y Hitler, 169 Conlrndicción pragmática, 47
«Casa del seilt, 9, 61, 1510.7 - proporciona [a seguridad - y Mao, 152 Coope.r:1ción, 2J , 123
Castra/o, voz del, 62 de la religión, 7J Comunistas liberales Copynght, carencia de. 2J
Catastrofe ecológica, 42, 147 - refugio de las - alde-a liberal·comunista Corea del None, 74
Celos. 77 incenidumbres, n ·7J (The Villdge ), 28-33 Corea, guerru de, 74
Censura, 72 - respeto y, 7J - apego a las proresl:lS Corrección política, 42 , 76 , 87,
César, julio,63 - y esperanza y censura, 73 estudiantiles, 25 109
Cheslcnon, G. K. Cirugía plástica, 12 1· 122 - camcler de los, JB Cosrumbres, I lO. 134 · )} 7
- El hcltlbre qut' fut' Cisjordania - d an con Wl 9 mano lo que CovinglOn , Louisiana , 86
lO - mu ro eOlre Is raeJ 'J . 88 qWlan con la ou a, 26 Creador, deslrucción del , 63
- «El o rácuJo del perro», 149 - ocupacióo, 20 n, 4 - diez mandamie ntos Creatividad
- «Una defensa de las - retírada de b rael, 104 (MalnUlI),2>-24 - diswo, nuevas lecnolog.ias
historias de detecUveSJt, 59 Clase baja, 136 - d irigidos a cambiar el y ciencias, 24
Chües, 111 Cl:J.Se media ,n, U5, 136 mundo, 25 - p rotestas tslUdian fÍ.les y. 25
China Clientes, cfjálogo con, 2J - dogma de, 23 - reglas en el esl'acio
- explosión de la dinámica Club de la ll/cha, El (películl), - ent:rnigos de cualquier privado, I t 9
capilalisca, 169 106 lucha progresi\la, JB - 'J [35 crisis humanitarias, 24
- reJaciones de Estados Código de discreción, 54-55 - Leopoldo TI como Crimen, 9
Unidos con , 106 Código rojo, 141· 142 precursor, 21 _ comen tarios de Bennen, 87
- Revolución Cultural., 169 Coerdón , 17 - nuevos, 22 -
C homsky, Noam, 44 Coinddench de OpueslOS, 37 - prAgmatismo, 24 - organizado, 13 1
de civilizaciofl6», Cólera, 152 · 153 - y los fu riosos _ tres modos rípicos de fratar
11 7· 11 8, 142- 143 Colonialismo. colonizadón, 96, fund amenlalístas, J7 el. 15<1
Chrislie, Agal ha, JUelmalo en 105, t23 Comuniuuismo, 77 C risis del sentido, 73
268 SOBRE LA VIOLE NC IA íNDICE ANALm co y DE NOMtiRES 269
C n sis hwnanitarias Danlan, Georges, 162 - Sin límites, 22 E1tonJohn. 112· ( U
- sentido de urgencia. Darv.rin , Charles, 11 2 Desempleo. 2 1 Empleidos
meJiado por Darwinismo social, 112 Oeslocalización , 27 n. 8 - de recho a vacaciones
consideraciones políticas, Donald, 74 Día delJuicio. 152 Mualcs enJap6n, 132
10· 1] Davis, And rew, 168 Diálogo, 2.3 - colaboración de, 23
- visibilidad en los medios, Davos (Sub:a), encuentros de, Diferencia de clase, 134 - explotación, 125
10 22 Digníd:ld personal, 139, 142 - participación de, 23
- Ylos comunistas liberales, De Gaulle, general, 106 Dinamarca Encam ación, 149
24 Oc Niro, Roben, 168 - aumento de la >:enofobia Enemigo
Crisliaoismo, 92 Decisiones políticas, 36 en, 94 - definido, 38
- amar al enemigo, J64 Deleuze, Pilles, 53, 108 ca riCllUTSS de Mahoffi:l , 54· - eJ airo imponderable como,
- chiste de, 92 Dcle-uzianisrno, 48 55 , 76.9 1·94 ,97, lOS. 110· 52
- conve rsióo desde el islam , Democracia. In, t}9, 142 lI l, J 15, 167 - figura nazi del judío como
98 - romo la 1íranía del siglo Dinámica capitalista, 84 , 169 el olro·enem¡go, 52
- piedad, 1'4 >:''0( 1. 35 Dios, miedo a perder a, 150 - vi olencia hacia éste
- prohibi ción de la venganza, - digital,35 Discrim¡nación sexual, 18 comparada con la
151 - formal , 125 Diseño , concentración en el, 24 humanidad mostrada hacia
- salvación. 1.54 - liberal , 88, 118 D¡sidencia. 1.38 el propio grupo, 47
- lUliversru ismo,52·53 - socialistll,38 Disturb ios civ iles, 9 EIlfoque «intd¡gente»/«no
- y d pecado. 1.5 4·15' Denegación fetichista, 51 Dogville (película), 155·156 inteligente», 27 n. 8
- y la Constit ución europea, D enegación, 87 Dominación. 17, 125 Engels, Friedrich , 13 , 14, 159.
m Departamento de Policía de - de clase, 12.5 Vlase también Man, Karl
Cristo Nueva O rleans, 85 - polilic:l . 123 Envidia (resf'llÚmiento)
- C".u icatufaS de, 94 Ikpravación sexual, miedo a Dominio social y vío lencia - dd o tro, 79
- crucifixión de, 92.147 la, 42 simbólica en, 9 exceso de, 80
- deuda permanente: con, 154 Derechos humanos, 122, L23 , Donskoi , Mark, 48 hace actuar contra el
- enseñanzas de. 112 127 Fiodor, Los propio lnterés, 77
- y Nietzsche, 1.57 !l. 13 Derechos universales. 127 Karalllf/lov, 113 la trampa de, 78
Cruddad y amo r, 164 D erridean ismo, 37 Dupuy, ]ean·Pierre, 77,77 n. 11 Sloterdíik y, 157
Cruise, Tom, ¡4l Oershowítz. Alan, 44 - tríada de envidia,
Cuarón, Alfonso, 3 1 D esames, René, 119 eBay, 22 melancolía y ava ricia, 79
Cultura, 23 Descripción anísuca, 12 EcologíSlas, 152 - Ylos fundamentalistas, 75
- capiuJisI3 occidental De<oo Educación Eros, 27
moderna, 120 - cum ple los criterios del - Wanrropia y, 26, }7 Bscope from .. " series de
- colooivo. y panicular, 118 acto ético kantiano, 158 - pennancnTc. 24 películas, 82 n. 21
- como la fuente úldma de la - de reconocimiento, 151 n. 8 Eleclo 2()(x), 82 Esclavitud, 64, 127
barbRrie.11 8-l 19 - del O1ro, 77 Efecto daminó, EL, 82 n. 21 esencia, 6 1·62, 63
mundial posmonoteísta, - e1lenguajc lo empuja JUás Eficiencia simbólica, 122 Eslovenia
153 allá de Jos ümites Égaliberté, 12) _ cartel de Strelnikoff con la
transustanciada, 118 adecuados. 59 Egoísmo, )9, 76, 77,80,82,88 Virgen María desús, 110
Cultural. imperialismo, 98-99 permite la independencia Eisler, Hans, 48 _ Y caricaturas de Mahoma,
Dalai Lama . 76 de los Otros. 58 Ejército de Israd , 95 liO

270 SOBRE LA VIOLENCIA mOla ANALfnco y DE NOMBRES 271
Esperanza, n Estructural , violenos, }7 Foster, jodie, 168 - nat uraleza problemática dd
y ver-, enroque, 14 Estnlcturalismo,70 Foucault, Michel , 127 «ama a tu 5;
EspirilUatidad india, 123 Eurocemrismo, 128 Francia - oJ>cgan a un niño», 138
Espi ritualidlld, 123 Europtt - carencia de exigencias. 67· - sobre lo reprimido.
Espiritualismo, 79 - capitalismo, 128 68 - su debilidad centra), 15 1 n .
«Espontánd», violencia, 57-58 - CorlSlirución , 11 ' - compar.tda con los ataques 8
Estados - policía de: (rOnter H , 88 terroristas y 13 inmoladón - sueño de la inyección de
- b asados en un «crimen «objelivolO, 20 te rrorista, 72 rrma, 146
fundadono, 99 Explotació n, 17, 26, 6 1, 11 7 conservadores y, 71 - vinculo entre narcisismo e
burocracias corruptas e - 93 - crisis de su modelo de inmersión en la masa, 33
ineficientes, 38 - de. trabajadores y mujeres, integración en 13 - yel p rójimo,'5
miedo al exceso. 42 l23 ciudadania, 69·70 Friedroan, Thomas, 22·23
poder f(ilegítimo» no - disturbios urbanos de 2005 , Frontera Estados Unidos·
esuual. 100 Fallad , O rianoa, 97 ·98 67-72, 167 México , 88
- poder «.legítimo» del. 100 Faluya. 45 - liberales y. 71 ·72 FuerUls de: Defensa Israelíes.
- soberanos, 100 FalweU, jerry, 148 - mensaje, 67.69,7 1 9'
Estados Unidos, Fanatismo r¡¡cisla . religioso y - movímienlo impulsivo ¡l l¡¡ FllgiJioo, El (película) , 168
- éxito de los inmigrantes, 67 se.:-;iSI3 , n acción, 69 Fukuyama, Frmcis,87·88. 118.
- expansiorusmo mililar Fascismo, 1'2 - paralelismos trazados eOfre 152
agresivo, 106 - de izquierdas, 152 Jos saqueos de Nuevll FundameOlalismo
gend arme deJ mundo, 81 Fálica O rJeins en 200.5 y los - lecrorist::ls
insistencia en la separación - comunión, 67 acontecimientos de m:.lyo pse.udofundamentaliSlas.
entre religión y Estado, - función,6i <.Id 68, 67 75·76
106-107 FBJ , 49 protesta de ni vel cero , 67 _ ataques «terroristas», 74
la nllción (desarroUada) ... Feliz décad<l de 1990», la, 87. - protestas eswdianli1es de - comunistas liberales y
mas religiosa del mundo, 88 1968, 25 ,67 {undamerlla}istQS airados. 37
106·J07 Feminismo. 12'. 156 - violencia direcla contra - diswrbios de París del año
magnates de la indus tris, 26 Felichismo ck lA mercancía , cl10s mtsmos. 68 200' no basados en el, 69
medios de comunicación ';1 12' - y construcción de un nuevo {racrura entre liberales
víctimas dd 11 de Filantropía , 21 ma rco universa1. 70 blandos y los
septiembre. 11 - ck Gates. 2.5 , 26 - Yla tentación fu,ndarnenlalislas exaltados,
-
-
140
profunda divisjon de clases,
- de Soros, 26
- vidas arruinadas por los
hermenéutica. 68·69
Franja de Gaza, 9', 104
7'indife,rencia de los
81 fdántcopos mediante la Frente dd Este. 103 auténticos fund amentalistas
- relaciones con China, 106 especulación fmanciera,}7 Freud, Sigmund. 95 hacia d modo de vida de
- reverso obsceno de la - lambibJ Caridad - el inconsciente q;no Jos no creyentes, 75
cuhura popular, ] 40 «Fin de la historia», 88, 118 negaciónlt, 87 - «oBlurWut»l"'esencializa»
- supresi6n de 19 planta Finkielkraur, AJain. 69. 98, 1.5> - idea de que la just icia COfll O los rasgos condidonados en
decimotercera, t}4 n. 10 Física cuántica, 172 igualdttd se funda en la términos históricos, 122
Estru,inismo, 48·49 Fisk, Roben, lOJ envidia, 77 r:lcist:l, 21
- hipoc.resli1, 125 Flel!.ibilidad, 23·24 - LA M 101 razones panl haceJ buenas
- te rror. J2, 47·48 Ford, Harrison, 168 lueñof. 137 acciones, 114· 11 5
272 SOBRE LA VIOLENCIA fND1CE ANAl meo y DE NOMBRES 27}

- reafmnación de la religión. Gorbachov, Mijai146 - exceso Hilc.bens, ChriSlophcr, 142


7}·74 G ranjas. :5 1 suplememado por un Hitler, Adolf, 46. 9:5-96, 155 n.
- violencia fund amenralisla GraY, John, 72 exceso «sub jeti vo.., 20 11,169
religiosa, 24 Grecngrass, Paul . 148 - imponancia de la forma, Holderlin, Friedrich, 6}
Grupos radales exclusivos. 30 122
Gaimtln , NeiJ, 53 Grupos religiosos exclusivos. - sobre 13 perdida dd respetO - denunci2 de- lsrad de los
- TheStmdmfW, 53·54 30 por el arte y la religión, 73 enlicos como simpatizantes
Cntes, Bill Guantánamo, prisione ros - unive.rsalidad, 124 ocuhos deL 103
- como el mayor benefactor priV2dos de todos los - )'Lcnin, 14 · 15 - instrumenta.l.U.ación del, 95 ,
de Ja historia, 2' derechos. 42 H egelia nismo 97
- dos CatAS de, 26 Gua[emala, 13 - coincidencia de los - la única referencia
- icono dd capi,aüsmo «sin Guerra contra el ter ror opuestos, 37 pennitida aJ , 97
fr:icciones .. , 2) - considerada como choque - .. juido infroito», 43 - legislació n del CSl.arus
- percibido como el ex entre civilización y - la comu.nidad lucha cont ra imocable del, 94
hodur q ue !Uvo éxito, 2) barbarie, 97 s u esencio heredado , 30 - negadó n, 94 , 96
- 'i I:a f:LIsa urgencia, 13 - Jos tres agentes principales - negación de la negacióo , - t($tUnonios de las víctimas.
Género, división laborales por, se ven como víClimas. 106 }4-l5 11 , LI n. 2
120 G uerra de los Trcima Años, - proceso dialéclico. :59 - viclimas dd HolocausLO
CCSIOS vacíos. 131 121-112 H eidegger. Manrn privadas de sus derechos,
Gissin , Ra'anM , % Guerra Estados Unidos·lrak , - «casa del ser», 9, 61 42
Globaüzación 81 - esencia, 6 1·62, 63 - Yestablecimiento del
- capital.ísI3. 2I,22 , 152 Guerra Fría, 1 J7 - Introducción a la nutafislcu, Estado de Israel , %
- Davos y Pon:o Alegre, Gue\'lIta. Che. 164 62·(,4 Homero, 126
ciudades gemelas de la, 22 Gumilyov. Lev, 12 - t5 1 Homi"i UJCi'r (personas
- 88 - «ser para la mue rte», 15 1 excluidas del o rden c.ivill,
- la lección fundamemal de Ho'autz., 69 - sobre la ciencia, 72-73 81
la,7 1 H ahe rmas, }ürgen. 47 , 152 11. 9 He raclilO.63 Horno sacer (su sag rado), 42-
- opornuúdtld de un espacio Hackl'Ts , 23 H ermenéutica de la sospecha , 4)
unificado de comunicació n, Haeckel, Emsl, 11 2 157· 158 H omofobi3, 139
'5 Haganah, 101 H emllin , Steph:m. 47 Homosex ualidad. }4. I L3
- salvaguardando la próspera Haua , Israel , 103 Higgs, campo d e. 172 H oueJlebecq , Michel, }6
Europa de la m::u-ea HaínamoraciOn, l 6:5 Híjor df> Jos hombm (película), Hume , David , 115
inmigrallle, 88 Harrís, Sam. Elfin de ÚI!f>, 43 - }l.}2 Humillación, lJ 7
G lucksmana , André, 45 Hiroroler, H ein rich , 155 n. II Humington, SamueJ, 117-118,
Dos/o/rol)!!.:.i en Man/)Qllttn, Hayek, Fricdrich , 78 Hipocresia 142
II} Hecht , BeIl. «Carta a los - en eJ terror estalinista, 47-48 Husein, Sadam , 13 9
Goce, 79 cerrorístas de Palesúoa», - preocupación ética por un
Goeri.ng, H ermllf1n, 118 n. 4 101 círculo estrecho, 47 18M,22
Good Vibradons, compañía de Hedonismo, L15 , 148 - repentino giro hacia Dios y Identidad culm ral , 42
sal ud sexual de San Hegel, Georg Wilhelm la oración , 49 Identidad de genero, 122
Francisco , JJ Friedrich, 156 Hitchcock, Alfred . 30 n. IJ , Identidad histó rica, 42
Google, J3 - «astuciu de la razón... 128 145, 147.1 48 Ideología totalitaria, 21

274 SOBRE l.A VlOLENClA fNDICE ANAL.inco y DE NOMBRES 275
Iglesia catóüca y la pedofilia, lnlercamb io de mcr<:andas, venganza sobre los Judaísmo
136·I}7, 14 2 l2. palestinos, 155 n. 11 - como la religión del
Igualdad, 125 Lltemet,2' la nación más irreligiosa del superyó_ I:¡;'
19uali¡arismo, 81 Inrcrsubjet i\lidQd,57 mundo. 10', 107 - justicia rigurosa. 1'4
JlúuJa, La (Homero), 15 1 Intolerancia, ll S, 120, 129 - muro entre: Israd y - pueblo elegido, '2
Dusión lrak Cisjordania,88 - subordinación de! bombre al
- ética, 4}·44 - guerra enlre Estados - nal1.lralew religiosa del Dios omnipoteme, celo.so y
- percepuva,43 Unidos y, 8 1 Estado de, 106-107 5e\Itro, 155
Imaginación, 11 9 - violencia entre las facciones - negación fetichista, J05 - uni"ersaUsmo, 52
Impt:rialismo.98 musulmanas, 11 1 - ocupación de, 93 - y b: Constitucióo e uropea,
- cultural , 98·99 Irán - orígen<"S, 95, 99-100, 102-
- cullural capitalislI, 13'
- occidental. 123
- antiameriCllnismo, 93
- re\loludón.'2
lOJ
politicas hacia los
'"
Jumos
asesinato naU de, 169
Implantes cosméticos, ]21 úving, David, 94, 94 n. 4 palestinos, 9'. 96 .conspiración judía», 71
lmpuest05,25 Irving,john,Oracióllpor reconoci.mienlo de la OLP, figura nazi del judio como el
incesto, 120 Owefl,132 J06 otro-enemigo, 52
lncilllció n, 29 Islam repre5eOla tu modernidad imagen/figura del «:judío»,
- violencia simbólica en la, 9 - con\lersión al cristianismo, líberal occidental en la 60·6 1
Inconsciente inslilUcional, 136· 98 zona, 104 - óper3s de Wagner y, 126
137 - dogiado como gran religión Izquierdas. fascismo de, 152 - persecución de Hit.ler, 170
Individualismo, 77 de amor y tolerancia , 98 Izquierdistas - pogTomos antisemitas, 6Q
Infanticidio, 120 - ex pansión global del, 52 - desafio de la histeria - Primo Levi , 129
Infertilidad,31 - la de las víctimas de anticomunista, 49-50 Juego de swna cero, principio
Información, libre flujo de. 24 la globaliudón capitali.su, - discurso hwn!lrutario de. 78
Iniciativa privada, 25 l52 liberal ·progresista sobre la juicio Final, 15 1. 162
Inmigrames - respeto de 8ush por, 98 violencia. IJ Jusucia
- éxito en Estlldos Unidos, - sufí, 114 n. 19 - atn.iglooolización. - equilibrio de. 161
67 - tolerancill del. 97 22 - leoria de Rawis de la, 77
- marginalizados en Francia. - Yla Const i!Ució n europea, Jyllands'POJ/e1l , 54
67 "5 Jakobson, Roman, 70
- miedo a, 42 Israel J ames,P D., Hijos de los KnbuJ ,82
rcabajadores - aIi:mz¡¡ con Estados hombrtS, 3 1 Kalka, Franz, 155
innligra11les en Eslovenia. Unidos, 106- 107 j ansenismo, 161 K<lgaoovich, Lazar, 46
lOO - autolegitimación, 104 japón, derecho a vacaciones Kang Ho·yung, 74, 75
visiones conservado ra )' - denuncia de los críticos a.nurues, 132 Kant, lrnmanud, 97, 164
liberal de los disrurbios en como sim palizantes j e rarquía antinomias de la ("'.iZÓn
Francia, 71·72 encubiertos del - legitimada, ;8 pura, 9 1,96
y la polida de fronteras Holocausto, 103 - rígida , 23 EL con/liCIO de las
europea, 88 - "derec.ho de nacimiento», Jerusalén, cuestión de, 104 , 108 facultades, 50
IllId , 22 % Job, 146-147 - e!pacio público/privado,
«1.nteügenre»,23 - desgracia de. 99 j omeini, ayatolá, ,2 11 9· 120
Imcr3cción espontánea, 23 - juslificac.ión de Jos actos de jouiwJnu (goce) , 54·55, 79 _ eutanasia de la razón pura, 91
276 SOBRE LA VIOL ENCIA INDJCE ANAL f11 CO y DE NOMBRES 277
- ideas rcgul3doras, 162 Le Breton , Yves., 114 - como oceso :Ibsoluto, 58· - del pensamiento, 72
- interés de La CIO e n, 158 Lefan . Claudc: , 124 · 125 59 - fal sa, 140
- teona de lo sublime (dils Leibniz, Gomricd W ilhelm,'}5 - sadismo de la, 157 - política,
E,habel1e), 84 - teoría de las mónadas, 35 - universal , 59 Libre 3ceeso, 2}
- uso negativo de la razón , 97 Lcmberg, Ucrania occident al, - y el HoLocausto , 94 Límites 3biettos. 9 1
- Ylos actos eliC'OS, 158 10l - y los tOl aJitarios, U "ks!aschismus. 152 Q. 9
Kantismo, 52, 11 9 Lenguaje DI Liublia1l3 , Eslovenia. 109
KaSSOvilz, Malhicu, 70 n. I - como medio de - y transgresió n criminal, 59 Locke, j ohn,
Katrina, huraC1Í.n , 67 , 85,89 reconciliación y mediadón, Liberal, toleuncia, 108-1 09. Los Ángeles, rcvudtas de
Kennedy, John F.. 36 >6 121 ( 1992).70 n.)
KGB, 44 - comunión fatiN., 67 liberales Lossky, And rei, 18
Kie rkegllud , S0fen, 164 · 165 - condenlllción , 56 - fr actura e nlre liberales Lossky, Nicolai, 17, 18
King, Rodoey, 70 n. 1, 83 - empuja el deseo más aUa de blandos y fun damentaJjstas Lovecran, H . p.. 29
Kissingcr. Henry, 44 los limites adecuados, 59 exaltados, 75 Lucha cootl'2 e1 capital. 22-2}
Kltt., Paul, Ange/u! Novus, 145 - función fática, 67 - izquierdistas culpados por Lucha e mancipadora, 129
Koepp, David, 82 n. 2 1 - imposición de un tos est:illidos violemos, 18 Lucrccia, ll 5
Koestle r, Anhur, 103 significante'amo,5 7 - oposición a tooa form!\ de Luisimil,82
Krabbé,}croen, l68 - inftttado por la violenda, violencia, 18 Lynch, D:wid , 140
Ku KJux KIan , 1}7. 142 56, 167 Liberalismo
Ku/tu rarber't (ellrabajo de la - «Illuro 65 - crítica Macrobiótica, comida, .} 1
cu]¡ura), 73 - primera y más grande poscoloni:JI del, 12J Mahoma. caricaturas
fuerza de división. 60 - culp3do delll de pubücadas en Dinamarca,
LaOlo, Jacques.45,77 ,86 - simplifica y desmiembra la sepuembre, 14B 54-55, 76,91-94,97 ,108,
- tcKam avec Sade», 157 cosa designada, 57 - culrura en el . 11 8, 120 1I0-11I . 11 5. 167
- tclhymorizacióro. del CrQf, - violencia del, 54·65 - defensa de los ckret:hos Maisrre, Joseph,99
J51 n. 8 - violencia verbaJ , 60 hum:lOos. 122 M'¡
- AAombre del padre», 141 - y las pr01e5ta$ políLicas, 6J - 12 1· 122 - ame naza con volve:r para
- hainamoroc;on, 165 - y renuncia a la violencia , - exigencia de uni ve rsalidad sie mpre, 60
- idea de ...discurso 55-56 k"ltur!Of, 128 - como desprecio del bien
urUvcrsiurio:.,7J Lenin, Vladim.ir, 14 - «libre elecci6AA, 121 comun, 76
- imelis en Kant, 158 Leningrado, prisióo de, 12 - occidental, 123 - diabóüco, .52 , 76 n. 9
- nalUraleza problemática de lLninismo, LB - promoción de 111. auto nomía - d b ien espiritual infinito
tcamar al pr6jimo», 53 Leopoldo lI , rey de Bélgica, 21 y la f'dcionalid3d , 122 como máscara del, 60
- noción dd estadio del Lc:vi. Primo, 129 Liberia, 82 - e je mplares dd mal
espe jo. 168 - El SiSIeI1I4 periódico, 1I n. 2 Liberfad, 125, 142 , 150, 1M , en la actualidad, 31
- objet petit a, 59 Levinas, Ernmanuel , .52 174 - ligado a la monalídad, 60
- sujeto de la e nunciación y Levi ·Strauss, Claude, 125 - con responsabilidad, 108 - muene y la victoria dd bien
cklo c nunciado, 80 n. 18 Levy, Gicleon, 106 n. l5 - de elección, 68, 108 , 120· sobre el , 59·60
- teoría dc los cuatro Ley 12 1, 122·123,130.134 _ racionalización nazi de sus
discursos, :57 - arúculo 1J3 del Código - de expresión , 46 c ríme nes, 47 n. 8
Ladau, Emesto, 62 Penal (anrigua Yugoslavia), - de pensamiento. 72 - Viliage (película), 28
Laxan tc de chocolate, 26 DO - de prensa, 9 1.92,94 - Yd cgofsmo. 76, 80
278 SOBRE LA VIOLENCIA (NDlCE ....NAl.lnco y DE NOMBRES 279
- y el sacrifi cio, 80-8 1 - y los comWlistas liberales, respeto servil del otro - el último hombre, 3 1, 79
- Yla fuenle del bien, 60 23 musulmán ,98 - firma con el nombre de
Maleokov. Andrei, 46 Merilocracia, 153 - tolerancia, 93 ..Cristo», 1:57 n. U
MaJenkov. Georgy, 46 Metalingüística, fundón, 70- 71 Mundo de la vid a, resistenci9 a - justicia como igualdad
Malinowski, Broruslaw, 70 México, globalil.ación la llilivc:rsalidad, 129 basada en la envidia, 79
Malnuit, Olivier, 2J capitalista (siglo XVI), 21 Mundos {dlOoa.Ies» (monde - locura 157 n. IJ
Mao 1«Iong, 152. 169 Mcyer, N ichoJas, Tbe SWt'fl - alolle), J 1-36 - nihilismo activo/pasivo, 32
Mapplethorpe, Robert, J40 Per-Gmt So/lIlIan , 30 n. 14 Muro de Berlín, 89 - reinvenciones de, 126· 127
Maquilas, en eJ tcrcer mundo. Miedo - caída del , 87 N ietzScheanismo, 36,153, 172
27 n. 8 - biopolítica como política Musharraf, general PefVe-l, 93 N ihilismo
Máquina de vapor, invención del,41 Música y Auschw:itz, 12 - ateo, 113
de la , 25 - retomo repentino a Dios y Musulmanes - pasivo/ activo. 32
Marx. Karl, 13.81,126 a la oración, 49 - creencia en el estaUlS NiplTuck (serie de televisión),
- análisis de la Revolución Milagros, 161 sagrado de lo escnto, 92 13J -134
francesa de 1848,110,127 Mílton ,]ohn , El paratso radicales implicados en un Nixon, Richard. 106
- El capital, 13 perdido, 76 n. 9 combate nihilista,.32 NKVD,170
- fetichismo de la mercancía, Moisés, 63 respeto, 109, 11 6 Nolte, Emst, 152
124 Monopolio, 26 - situación de las mujeres, 10, Nome"klatura, 170-171
- sobre d capital, 19-20 Moore, Demi, 141 24 Normas universales, afirmación
- universalidad, 127 Morning i/1 America (programa Mutación judeocnslÍana de la de, 77
- Yla falsa urgencia, 13 de radio) , 87 cólera, 151 NOrlon, Edward, 106
- y la nueva tecnología, 25 Mortalidad e inmonalidad. Nueva derecha, 87
Marx. KarJ y Friedrich Engds, rdación ent re, 60 Narcisismo, 33, 79, 1'8 Nueva O rleans, desastre de
El manifie5/0 comunista, 21 Moscú, íuicios de, 48, 49, 171 Nazis (2005), 167
Marxismo, 99. 124-125, 127 0.2 - antisemitismo , 71, 86 - calentamiento globaJ y, 83
Masturbación, 33·35 Muerte y viclOria del bien - figura del judío como el - desmtegración de la
Matrimonio infanrjl, 120. 122 sobre d mal, 19·60 enemigo-a iro, 52 estruClUnt social , 81-82, 85
McLubao, Marshall. 140 Mujeres - racionalización de sus - dectos de los info rmes
Má¿'óiml, 110 - competit ividad en el crímenes, 47 n 8 fal sos, 86
Mecanización de la mente, 77 mercado dd sexo, J2 t Nazismo, 7 1 - ejemplo de lo sublime, 84
0. 11 - explotació n, 12} Negri, Torn , 22 - inundación de la ciudad, 8.3
Melancolia, 79 - que llevan velo , 121 Negros, violencia conna los, - negros pobres y menos
Melilla , 89 - relegadas a la esfera privada 140 privilegiados, 8.3
Mercado de la solidaridad familiar, Neocolonialismo, 12J - reacción conservadora, 83
- competencia, 67 120 New York Times, 85 - saqueos, violaciones y
- de futuros, 20 - responsabilidad en el :Icto Newark , revuehas de (1%7), violencia, 81-82, 85, 86
- de valores, 20 sexual,93 n. 2 83 Nueva York, autoridades de,
- economía global de, 124 - situación de las Nicholson,)ack, 141 35
- «irracionalidad», 76 musulmanas, 10,24 Nietzsche, Friedrich, 79, 1:57,
- la responsabilidad social, MuUer, Jean-Marie, 56-57 172 Observe?',I13
2) Mulriculturalismo ataque a la «rebelión de los Occidentalismo,55
- libre, 126 - liberal, 117 esclavos», 127 Odio, El (pelicula), 70 n. 1
280 SOBRE LA VIOlENCI.... rN01 CE ANALlnco y DE NOMBRES 281
O klahoma, alentados (1995), - necesidad de desCAfeinar al, Picasso, Pablo, 18-19 Primera Guerra Muodial, 112
80 - Gucrnico. 18 Principio de realidad, 77
Olimpo, dioM"S del, 92
Olor, lJ6 -
- "real,
paradoja del s upc: ryó, 97
108
Piedad, 1'54 , 1'5'5- 156
«PJa ñjder3Sl1o,85
Principio del placer. 77
Principios éticos, 114
OLP (Organizadón pana la
liberación de Palestinal ,
-
.,
reducción a la «nuda vida», Plalón,2 1
Poder
Privado. lo. 119- 120
Producción industrial. 2}
101 - respelo por la - asesinatos naús como Prohibición, 79
Olvido, lJ4 , 1:S7 vulnerabilidad del, 42 medio de, 160-1 61 Prójimo, el
Omológica, vio lencia, 61 , 63- - colapso de la Unión - caráCTer traumatico.}2
64 Pablo. san, 52. 107 Soviética, 131 - como el otro imponderable
O rdenadores Pacifismo, 11 2 - corrupción , 106 que mere<:e un respeto
- Gales sobre los. lJ , 26 Pájaros, Los (película), 14 7· 148 - de la ciencia , 73 incondicional, 51
- sonwilre recnle a hardware, Pak.iSllÍn. régimen - de la nalUraleza. 84 - el abismo de, 65
23 proesladounidense- de - o rígenes lleghimos, 99 - miedo al , 167
Orientalismo, 56 Poesía y 12 - o lor, 136
Oriente Próximo, conflicto de
- de las tinieblas»,
Musharraf,93
Palestina, 100, 101, 102 Poligamia, 120
PolÍlica, cuh urización de la.
- proximidad, 4'
- YJa unive rsal.idad, 53
Palestinos
99 - apego a la tierra. 100 11 7- 120 Propiedad privada, 127
- reconocimiento israelí de la - establecimiento de un Polí6C"d, dominación, 12) Protestas políticas. 61
OLP, 106 Escado palestino, 104 PoüLica radical emancipatoria , Pseudourgencia en el discurso
- única solución viable, 104 justificación israelI de los 172 sobre la violencia, 13
- valor emblem:íLico, 100 actos de venganza, 1}'5 n. Polonia, propuesta de Psicoanálisis, 73 , 77 n. 11
Orleanistas, 110, J27 11 proclamación de Jesús - lacaniano. 77 n. 11
Oro, }7,6 1 - leghimacióo de sus como rey de, 92 PsicoJ/l, 14} , 148
Orwe1l, 134- 1J) demandas, 104 Populismo latinoamericano. Público, lo, 119· 120
Pueblo elegido, 52
Dlfo.el
- conversión del sujelo en su
p ropio. SOn. 18
-

-
política
% , 107
uspcCto a,

sufrimiefllo, }6 -
'"
Pon o Alegre,
movimiento, 152
Pulsión de muerle, 77 , 77 n. II
Putln, Vladimir, 131
- cuhura, 123 - terrorismo. 19 n. -4 - reuniones, 22
- deseo del, 77 Packer. DOTothy, 70 PospolíLica, biopolitica Queen, docto r Carol, }3·34
- envidia, 79 Particularidad, 128 - definición, 4 1
- estigmatizadón del otro Partido dd Orden, L10, 127 - reduccióo del ovo a la Rabin, lsaac, 105· 106
como Partidos de eXlrem¡¡ derecha , .muda vida)!>, 42 Racionalidad, 74, 122.
8. 42 - respeto por la "Racismo
- goce excesivo. 79 Pascal, Blaise, 99 vulnerabilidad del ocro, 42- - comenrarios de Simone de
- gnn Olro, 161 , 162.163 , Patriotismo de miras est.techas, 43 Beauvoir,64
164 22 Pound, Ezra, 63 - de los blancos, 65
- imponderable como Paulino, pensamiento, 49, 165 Presuposición, 45 - en el desastre de Nueva
enemigo,52 Pedofilia, 136-1)7 Primer mundo Orleaos, 83, 85·86
- lucha COnll'9 el ol r o Pensrunienlo lacania.no, 20, '3 - fracmra entre primer)' - fllJ1atismo,75
pecador, 72 TJ Perdón, 154 , 157 re rcer mundo, 32 - faotasías, 87
- musulmán , 98 Persecución . 167 - y 111 27 n. 8 - fundamentalismo$ y, 21
282 SOBRE LA VlOLENCM fNDIr:E ANl\llnco y DE NOMBRfS 28}
- guem contnl ti, 98 para unir religiollC"S, 111 Revolución flIosófica kantiana, Sandford, SLClla, 64
- lucha mWliculturalisI9 - la .. ,eligió n anónirna de) 58-'9 Sa ramago. José, 172, 174
ro ntra, 98 ateismo_, 111 Revolución global, 23 - EnJOyo $Obre la 174
- nuevo, 88 - la ciencia proporcionl!. l. Revolución rusa. 152. 170 0.5
- prejuicios, 86 segurid<ld de la. 72·73 Revoluciol'1C5 fnmccsas Sarkozy. N icolas, 68
- viole ncia ideológica, 18 - pérdida de respeto por la, - de 17 89. '0,162 Sastre, jean·Paul, El
Ranciere. )acques. 124 · L25 n - de 1792. 1'52 exislenda/ismo el un
Rand , Ayo, 2 1 - celigjoncs «parucuJariliI3S.. - de 1848, J lO, 127, 128 humanÍJmo, 14
Rawls, John. 77 ·78 n Rcvudlas de Detroit 09671, 83 Saudí, Arabia, 106
Ruón - renunci a, 11 2· 113 Río de Janeiro, saqueQS en, t63 Schónberg, Am old, 12-1}
- anti nomias de 'a razó n - relO rno de la divinidad del Riqueza $chrader, Paul, 168
pu m, 9 J, % supe ryó exigie ndo - cultural, J2 Schumann, Roben ,
- antinomias de la razón sacrificios, 73-74 - malerial. 32, 123 H umon>fque. 137-[38
to[uante. 91, 167 - ridiculí Z3ci6n de la - redisuibució n a los mas Scorsese, Marlin, 168
- eutanasia de la fazón p ura , di vinidad, 92 necesilados, 25, 27 Sebald, W. G .. 153- 154
91 - sanruario de la d uda, 72 « Risas 85 Segregación
- universalidad de, 120 - universalismo, 5 1-53 Robenso n, Pal, 148 - abolició n de la, 24
- uso negativo, 97 RenUlick. David. Lel/in 'r Tomb, Robespie rre, Maúmilien. 11. - e n MeJilla, 89
- uso privado, 119 46 133, 162. 163 - feahd<ld de la globali.zaóón
ReaJ.lo Represió n (Verdrfillgung), 174 Rodríguel Zap¡lIero, j ose Luis, económica, 88
- definici6n,20 .Republicanismo, 127-128 89 Sensualidad, 79
- la realidad y, 20 Resemimien to, 75, 77.78, 1'0. Rompiendo Idr olas (pelkul.al, 155 Semido y verdad. 73
- lo real divino. 7} ·74 1'2, 15 3· 154, 157 Ron )', Richa rd , 11 9- 120 Serbsky. lrmiruto , 44
Realidad Resel'\las de la nltlUralez8, ) J Rosenberg, Ethel, 49 Sexismo , 7'. 87
- acep,,"ción, I n 'Respeto Rosenberg, juüos, 49 Sexualidad en el mundo :HonaJ ,
- definición, ,0 - de la otcroad ,'2 ROUsse-du, jem-Jacques, 21 , 76. J)·39
- encucmro creativo de - musuJ manes y, 109, 11 6 80 - conceplO de mundo
nueslro Jugaren la , 115 - por las c reencias dd Olro, Rusia 0<310nah¡., 36
- érica, 109 - a ños caóticos de la epoca - d ttción de género como
- inrole rable, 6 1 Responsabilidad de la muje r e n poslsovietica. I.H derecho humano, 3'
- nueva, 22·2.3 el adO sexual, 93 n . :2 - normas no escrius, 1) 1 - la antino mia e ntre amo r y,
- social, 19·20 Responsabilidad social H
- y lo real , 20 - lema de los comunistas Sabotaje: de uno mismo, 77 MaslUrbaraló n.33·.35
Realismo, 127 liberales. 2'5·26 Sacrificio Mes Nacional de la
Regímenes totalilarios, UO-!) 1 - Y mercado . 23 - yeJmal, 81 Mas turbación, 33
Reiner, Rob. 141 Respuestas éticas y - y violencia mítica, 160 revolución sex ual, .36·37
Religión emocionales, 43 Sacrificio (peücula) , 54 Sexualidad omnipresente, 148
- afirmació n del Revolución C ultural, 169 Saje. ma rques de, 157 - 158 Shakespeare. \Villiam , 126
fundam enuwsmo, 69 Revolución de febre ro (1917) . Saeed. a1-Sahaf. MU}¡llmad, 8 1 - Tilo Andronico, 76 n. 9
- competencia de la ciencia. 152 Said, Edward, 51 Sha ron. Arid, 98
72 Revolución de OCTubre (19l7), Salomón , rey. 107 Shdley. Mary, FY<1l1kenste/l1,
- fraOl so de los esfuerzos 152 Salvación. 114 . 154 45·46
284 SOBRE LA \r¡OLE!\'C[A fND!Í,I: AN ... J.fT ICO y 01: NOMBRES 285
Shyamalan , M. Nighr, 28 - purgas (1936·19371 , 170· - Uberal. 108-109, 121 - los Rosenberg, 49
Sida, 37 , 147 171 Torres Gemelas. N ueva York, - normas 00 escrilas, 138· n9
Significante-amo, )5·36, 57,7) - Ypieda.d, 1'-5 80.87 . 149 - Politburó, 155
Sin techo. Jos, 2 1 Stalin, Svellana, 46 Tonura , sufrimiento - socialismo. 50
Sindicatos, 125 Sl:I.rbucks, n - compasión por el UniteJ 93 (pd.jcula), 148
Singularidad univers.al, 11 9 SIevtt!S, WaUace, 12-lJ sufrimiento/dolor Uniled Nrlines, vuelo 93, 49
SionistAS, 9' Stone, Oliver, 148 presenciado, 43 Universalismo
Siria, 55 Strelnikoff, grupo de rack, 110 - de llls masas, 43 - rdigioso,' 1-5J
Sistema Subjetividad narcisista , 42 - de un individuo, 43 - republic:mo francés. 69
- «onómico, 10 Subjetivización, 46 - denegación feucrosla, 51 Universalidad, 120, 129-lJO
- político. 10 ..Subjetivo\), exceso, 20 - disposición ¡f, jusdfiCllr, 43 - abstracta, 20. 127
SkuU and Sones. sociedad Sublime, lo. 84 - 44 - actual, 128-129
secrttade Yalc, I4Q Sudáfrica, dparthnd, 24 - ocultamiemo, 44 - ética, 157
Slo lc rdijk., PCler. 27,52,55 Suicidio. 17 1 - películas mull, 5 1 - falsa, 123
- denUJlcilllOdo p royecto de Sujeto Trabajo - y mundo de la vida, 129
em ancipAción global . 157 - de la enunciación, 80 n. 18 - diferencia.s por género, 120 Universidad de Champaign,
- nuevas categorías - de lo enunciado, 80 n. 18 - disciplinado y jCr:Hquizado, Ulinois, 109
y sus opuestos, l ' I Swúes. ll1 27 n. 8 Universidad de Yale, 140
- propone unA historia TrrtbojacJores, (¡¿nsr Empleados Utilitarismo, 77
alternativ .. de Occidente. Tarkovski, Andrei, 54 Transparencíll , 23 -24 , 13 1
nI Taxi Dríver (película\. 168 Trier, Lars von, 155 Venganza, 154, 155 n. 11 , 16J ,
- sobre d verdadero "Teat ro de 111 crueldad..., 140 Trilogía de Gorki (serie de Verbal. viole.ncia, 60
significado de los Tecnología, nueva, 24.25 , 76 películas), '18 Verdad
9CQmeomienros de 1990. Tenradón hermeneutica , 68 - factual frente a veracidad ,
151 Tercermll.("ldo Ucrania occidemal, 103 II
- ZQm If#dZeit, 15 J , I5 1 o. - enfoque ..no lnleligem C>l, Ucrania oriemal, J03 - diversos +:regimenes», 11'
8, 1.52 n . 9 27 n.8 Últimos Días, l' 1 - }' sentido, 73
SOlilh, Adam, 2) - fracN ra entre el primer Uhraobjeuva, violencia, 21 V¿,úgo (película), 30 n . L3
Snulf, peJicuJas, 51 mundo y eJ, )2 Ult rasub jetivlI , violencil , 2 1 Verwl'r{ung (fordusión,
Soberano. Estado, 100 - maqui.las, 27 n. 8 UNESCO, 56-57 rechazo/repudio),174
Social, violencia. 64 Terror, 9, 11 .47-48, 100· 101. Unión Europea. 88 Vida social, alienación de la. 55
Socialdemocracia. 159 150, 162, 170 Unión Sovi6iOl Vidal, Gore, 54. 78
Socialismo soviético. 50 - revolucionario ( 1792· 1794), - admi radores Vieja derecha, 22 ·23
Socialismo , 08 J59, 162 51 Vieja izquierda, 22·23
Somalia.82 - rojo (9 19), 159 - ('-dfáclcr miserable del VilÚJge. Tire (pdicula) , 28·29
Soros. George, 12, 26:27 Thymos, 27·28, 15 1 régima. estalinista. 50 Vínculos sociales,
SpinOZ3, Baruch, 1 15 revista. 10, )5 - colapso, 1j 1 desimegracióo de los, 3 1
Stalin, fósif. 46·47. 48, 49 To lerancia - colectlviz:lción . 46, 170 Violaciones
- colectivización fOTZOS3, 46, - coincide con su opuesto. 42 - Comité Cent ral, 155 - verdad (factual) frente a
170 - como compromiso - expulsió n fOrzosa de veracidad de las víctimas de
- condusión de Lih, 17 1 n.2 temporaL 122 imde<:tuales anticomunistas vio lación, 1 l
- condena típica, 17 1 n. 2 - como rtmedio. 11 7 (1922l. 17 - y falS3 urgencia, IJ
286 SOBRE LA VIOLENCIA INDlCE ANALlnco y DE NOMBRES 287
Violencia Violencia impotente, 172 nivel cero, 10 World Trade Nueva
- anál..isis frío de la, 11 Violencia mÍ/ica, 159, 160.16 1, - visibilidad, 9· 10. 19 York., 81,147
- como oJuerza mona!.», 58 162 - Y violencia sistémica, 172 World Widc Web,
condenada como «mala», Violencia objetiva Vi rgilio, 137
167 - capitalismo y. 20 Yeltsin, Boris, 131
1n - como violencia sistemica y Wagner, Richard Yihod, 106·107
- es difícil ser realmenle simbólica ,9. 1O - Partlfal. 79, 126 Yeats, William Bucler, 75-76
violenlo, 168 - inhereflle al cslado de cosas - Sigfrido, 126 - «El segundo
- «normal» y pacífico, lO, 17 - Trúla" unJ 75 advenimiento», 75
- IIJmbiln los ¿iverSOl - iote fllcción compleja con la Weil, Simone , 58 Yugoslavia
lipoJ tk violencia s ub jetiva y Wiesel1lhaJ , Simon, Juslia, '/01 - articulo 133 del Código
- ve rdad fact ual frente a simbólica. 19 102 Penal, 130
veracidad, J 1 - invisibilidad, 10 WUlIer, Cécile, % - clecciones «iibres», 133
Violencia de inspiració n Violencia revolucionaria, 162 Wood. Michael. 17}· 174
religiosa Violencia simbólica \'(Ia,1d TraJe CenUr (peUcuJa), Zen, budismo, 51
- genocidio legilirnado en - encarnada en d lenguaje y 148· 149
religiosos. 11 2 sus formas, 9
rdígión como fucnle imposició n de cieno
principal de violencia uni verso de sentido, 9
homicida, 111 interacció n compleja con la
responsabilidad de la, IIJ - violencia objeuvJl y la
112 violenci:a simbólic:a, 19
Violencia di vina upo o bjetivo de violencia , <)
- defmici6n, Violencia sin senudo, 7 J
deSlruye la ley, 161 Violencia sistémica
expresión de pura pulsiÓfl, - cegue ra a sus resuhados, 21
160 «comités &iros» v, 21 n. 6
injUSII, 146 dd capitalismo, 20
la más obvia candidata invisibilidad, 10, 17· 18
para, 150 neces:aria para una vida
no sacrmcial y expiatoria, cómoda. 17
160 cipo objetivo de violen cia.
pertenece al orden del 9·10
acontecer, 163 - Y la violencia subjetiva, 172
- signo de la impotencia de Violencia subjeuva
Dios. 162 - centro en, 18
- y los fundamemalismos - explosiones «.ÍrracionaJes»
religiosos, 150 de, 10
Violencia ffsica directa, 18 - explosiones de, J 7
- ejemplos, 18 - interacción compleja con la
Violencia ideológica, ejemplos violencia objetiva y la
de. 18 violencia simbólica. 19
• Slavoj Li2ek, uno de los I En este apasionado _El [MI d.l.,
iconos filosóficos de le llamamiento a la toma de Tecrla Cl¡lrunl.
contemporaneidad, nos conciencia, 2i1ek dirige Ch.,flnlcl••llugher
olrece las claves pera su mirada implacable a educlJtiqn
interpretar la violen cia . las democracias en las
que vivimos, gobernadas li.!ek e$ el¡:XJlOllenl8
I La violencia esté
por un imperativo rt.lS furmld:¡b·o d I
presente entadas panes
económico. Explora los psiCOllnalisis. Vde la t.lna
y aún no podemos
sangrientos regímenes cul!ur.1 en uonw,.1.
explic8rla o aceptarla. La
totalitarios del último que ha wr"rdo en Europa
provocativa premisa del
siglo y esta violencia a la en vaf"la:s dee3des 11
filósolo Slavoj Lilek es
Que llamamos _divinal!. Te.rfY baletoR,
que lo que vemos (la
¿Qué otras opciones se UníveBld.d de Oxford
violencia ejercida por un
abren ante nosotros?
agente claramente
.Un pensador cuyas
identificablel esté • Inspirandose en la alta
rel11l1l;on9S merecen
generado por una cultura y en la cultura
cadl VP.l mas altlm:lón.
violencia oculte, la popular, en Kant. lacan,
NtlW Yorh,
misma que sostiene en los chistes y en el cine
nuestro sisteme pOlitico contemporá neo, este
.Una estTolla del rock
y económico, Que tal vez intelectual esloveno
í1C3LMmICiJ •
no resulte obvia, pero lucha contra el sistema
In These Ti/NS
que segun Zitek es le con brillantez. En el
clave para comprender proceso, confronta
lo que de otro modo liberalismo y
parecen manifestaciones fundamenta lismo y
irracionales de violencia. reflexiona sobre la
filantropia, la política del
miedo o la violencia
lingüística, y se plantea
qué significa ser
_tolerante» con el
prójimo.

, ..
;

www.paidos.com

JI

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