Su filosofía se denomina “escolástica”, pues se desarrolla en las escuelas
(universidad/academia). Se basaba en hacer filosofía siguiendo el máximo rigor lógico de las cosas. Debido a la época en la que se encontraba, había varios temas filosóficos que no se podían tratar, como, por ejemplo, la fe. El mayor problema surge con el enfrentamiento entre fe y razón. Pues la razón te lleva a una solución que aparenta negar las ideas religiosas. Ante esto, encontramos la doctrina de la doble verdad, (Averroes, Siger de Bravante…). Su idea es que, si la razón te lleva a una verdad que no coincide con la fe, las dos son verdad, pero la fe es superior. Tomás de Aquino adopta esta doctrina y le da un sentido más riguroso. Según él, esta doctrina es falsa, para él, la razón tiene una serie de cuestiones en las que la fe no interviene, y por otro lado, en la fe hay cuestiones en las que la razón no puede intervenir. No obstante, hay un punto de encuentro en el que la filosofía y la fe se encuentran, es decir, la filosofía puede hablar de temas que trata la fe. Se les conoce como preámbulos de la fe. Algunos temas podrían ser, por ejemplo, la inmortalidad del alma o la existencia de Dios, pues la fe y la filosofía los afirman. Para Santo Tomás de Aquino la fe guía a la razón por el buen camino. La fe actúa como inspiración, mientras que la razón pule ciertas ideas de la fe. Todo esto sin abandonar la idea de que la fe es superior, claro está. Si en ese encuentro tu razonamiento no coincide con ciertas ideas religiosas es porque te has o estás equivocado. Si nos remontamos a Aristóteles, para él, Dios, no es, obviamente, un Dios creador, pero sí tiene claramente el carácter de un principio universal del que depende el ser actual y el orden de las cosas. Sólo lo potencial, y particularmente la materia, no dependen ni proceden de él. Pues Santo Tomás corrige a Aristóteles mediante las 5 vías de la demostración de la existencia de Dios. En primer lugar, si definimos de entrada a Dios como un ser con todas las perfecciones(omniperfecto), que este sea real debe ser cierto, pues, por definición, Dios ya existe. La existencia de Dios es evidente. Entendiendo “evidente” como la palabra en sí misma y para nosotros. Para Santo Tomás la existencia de Dios es evidente en sí misma, pero para explicarlo debe ser evidente para nosotros, no obstante, ¿qué es evidente para nosotros? La demostración de la existencia de Dios debe ser evidente para los hombres, mediante cosas en las que todos estén de acuerdo. Apareciendo así las 5 vías: 1) Movimiento: el movimiento existe. Santo Tomás toma la distinción que hace Aristóteles de potencia y acto. Algo que está en potencia tiene la capacidad de convertirse en otra cosa. Para Santo Tomás, lo que se mueve (es decir, lo que pasa de estar en potencia a estar en acto) es porque algo o alguien lo mueve. Ese motor es, además, inmóvil. Es decir, que ya está en acto en todos los sentidos posibles 2) Causa eficiente: hay unas causas que ocasionan otras. Para Santo Tomás debe existir una primera causa eficiente. Esa primera causa es la causa de todo lo demás y no tiene, a su vez, ninguna causa. Y para él, esa causa es Dios. 3) Perfecciones (grados de ser): hay unas cosas más perfectas que otras. Santo Tomás parte de considerar que las cosas del mundo tienen atributos, en mayor o menor medida. Eso implica que ha de existir un modelo respecto al cual establecer una comparación entre las cosas por sus atributos. Ese ser supremo que reúne todas las virtudes, y cuyos grados de perfección permiten establecer comparaciones de grado entre los seres del mundo, es, para Santo Tomás, Dios. 4) La contingencia y la necesidad: explica que los seres nacen y mueren, porque pueden o no existir, y el mundo sigue funcionando y siendo el mismo. Para Santo Tomás, «contingencia» se refiere a esa condición de los seres y se opone a la «necesidad». Entonces, ¿cómo se pasa del no-ser al ser? Si todas las cosas fueran contingentes, entonces hubo un tiempo en que no existía ninguna cosa y, por tanto, ahora tampoco existiría ninguna, pues unas son causas de otras. Es decir, si todos los seres nacieran y murieran, habría habido algún tiempo en que nada existiera. Ha de haber, entonces, algún ser que siempre haya existido, cuya necesidad dependa de sí mismo y que sea causa de la necesidad de las otras cosas necesarias. A eso es a lo que llamamos Dios. 5) Teleología: afirma que todos los seres tienen una finalidad. Según él, todos los seres, vivos o inanimados, necesitan una inteligencia más elevada que las guíe y conduzca hacia el cumplimiento de su finalidad. Esta inteligencia elevada, que dirige a todas las demás hacia su finalidad, es a lo que llamamos Dios. Descartes: S.XVII La filosofía moderna, que Descartes inaugura, se caracteriza por estar en contra de la filosofía de Santo Tomás y la escolástica. Descartes es el iniciador de la filosofía moderna. Su filosofía refleja la cultura de su tiempo. En el siglo XVII la Iglesia se divide debido al protestantismo. Además, aparece una nueva rama, el humanismo. Dentro de esta tendencia general, la ciencia moderna tiene dos características nuevas: 1) Combinan razonamiento o teoría con experimento. 2) Ese saber que empieza a surgir está cada vez más en contra del sentido común. Estas características forman el nuevo espíritu en la ciencia moderna. Esto es lo que va a inspirar la filosofía de Descartes. Descartes afirma que ha faltado un método, no se ha utilizado bien la razón. Es con la ciencia moderna que la razón se empieza a utilizar útilmente. Para conseguir la verdad en la ciencia existe un método, pues sin un método desarrollarás una ciencia desastrosa. ¿Cómo se puede conseguir un conocimiento cierto? Descartes se preocupa por la certeza. Descartes se inspira en lo siguiente para hacer su filosofía: -Uso de las matemáticas, conocerlas. -Esas matemáticas hay que ponerlas a prueba con experimentos. -Como consecuencia de las anteriores, el saber va en contra del sentido común. Este método por el que Descartes se cuestiona debe partir de unas reglas sencillas, que son cuatro: -Evidencia: a la hora de conocer algo nuevo debes asegurarte de que eso se te presente con evidencia total, mediante la evidencia matemática. Lo que se te presenta en la mente debe tener claridad (intensidad) y distinción (precisión). -Análisis: Galileo (resolitio). Este paso consiste en buscar los elementos más simples hasta que sean claros y distintos. En los cuales podamos aplicar las matemáticas. -Síntesis: Galileo (compositio). Llegado este momento, esos conocimientos simples hay que combinarlos tratando de mantener la claridad y la distinción. -Enumeración: repasar la investigación hecha para comprobar los errores que pueda haber. El gran problema de la ciencia es que no ha seguido un método para llevarla a cabo. Se necesita un método para pensar. Para Descartes un sistema con demasiadas reglas será más fácil de tender al error. Para él, el método debe ser una “mathesis universalis”, es decir, que esté orientado para todos los campos. Como podemos observar en su método, las matemáticas para Descartes son un canón de la razón. Esto se debe a que las matemáticas establecen un orden, medida e identidades. Descartes, para poner a prueba su propio método plantea una serie de hipótesis, según él extravagantes y absurdas. Duda metódica: -Primera hipótesis: fallo total de los sentidos, si esto ocurre Descartes se pregunta si esta situación afectaría a su método, llegando a la conclusión de que no lo hace, por lo que no se prescinde de los sentidos para llevar a cabo su método. -Segunda hipótesis: hipótesis del sueño, ¿cómo sabes que no estás soñando?, ¿afectaría al método esta situación? No, la regla de la evidencia sigue siendo la misma. Por ejemplo, duermas o no, 2+2=4, no cambian los conocimientos. -Tercera hipótesis: Genio maligno, la situación que se introduce directamente es la evidencia. ¿Podría un ser superior hacerme creer como evidencias cosas que no lo son? Ante esta situación la regla de la evidencia ya no puede ser la regla esencial. Ante esto, Descartes busca una verdad indudable, esa es que en esa situación es él mismo el que se engaña, su propia conciencia. A través de esto, Descartes se encuentra el fundamento de la certeza, inventando el terreno de la filosofía moderna, “yo pienso” =>cogito, ergo sum=> pienso, luego existo. En sentido riguroso eres una mente. Descartes buscaba una evidencia intuitiva, no deductiva. Esta evidencia es intuitiva, pues no necesitas una demostración para demostrar que existes. No obstante, existe un problema, y es que esta es la única verdad, lo que lleva al “solipsismo”. Este dice que, si solo puedo estar seguro de mi consciencia, cómo puedo estar seguro de la consciencia de los demás. ¿Cómo eliminamos el solipsismo? Descartes con esta cuestión se introduce en la metafísica. ¿Qué significa pensar? Cuando pensamos tenemos un contenido mental, a lo que Descartes llama ideas. Descartes clasifica esas ideas en: -Adventicias: ideas que parecen venir de fuera, aquellas que nos enseñan los sentidos, cuya finalidad es escasa. -Facticias: se obtienen mediante la imaginación, ideas fabricadas por ti. Ideas que surgen de mezclarlas con las ideas adventicias. Son ideas que dependen de nosotros. -Ideas innatas: aquellas que surgen de la razón. Ejemplo de ideas innatas son la de igualdad, proporción, figura, infinito, extensión, magnitud…, en general, las ideas que utilizan las matemáticas. Además, encontramos la figura de Dios, entendido como un ser omniperfecto. La característica esencial de las ideas innatas es que no dependen de ti. Las ideas innatas te demuestran que hay un mundo más allá de tu mente. Dios te ha puesto en la cabeza las herramientas que necesitas para que puedas conocer su mundo de verdad. De estas consideraciones Descartes llega a las siguientes consecuencias ontológicas: Divide la realidad en dos partes: cuerpo y alma. De ahí se obtiene el dualismo ontológico que es la distinción entre mente y cuerpo: la realidad está formada por dos sustancias distintas: sustancia extensa y sustancia pensante. La realidad material se caracteriza por ser una sustancia extensa y que es susceptible de ser comprendida con sus matemáticas. Por tanto, el universo es una sustancia extensa, ya que todo es calculable matemáticamente. Una característica fundamental de esta sustancia es que es totalmente mecanicista y no tiene libertad alguna, puesto que todo funciona de una manera determinada. Por ejemplo, un astro no puede cambiar su órbita porque sí. Un dato curioso es que nuestro cuerpo obedece en estos procesos mecánicos y podemos comprender el espacio con los sentidos o con las matemáticas. Por otro lado, la sustancia pensante es aquella cuya naturaleza consiste en pensar y no es mecánica. Además, en esta sí hay libertad y no se puede medir ni darle un valor. Si quitásemos la libertad, interferiríamos en el mecanismo de nuestro cuerpo. Es decir, pondríamos límites a los deseos de nuestro cuerpo. Respecto a las consecuencias antropológicas, el hombre es un ser dual. Es una mezcla entre alma y cuerpo. Descartes sitúa el alma en la glándula pineal, órgano cerebral cuya especial localización le permite dirigir adecuadamente el funcionamiento del cuerpo humano. ¿Cómo dos sustancias totalmente distintas entre sí se unen? Uniendo la nueva concepción del universo como universo mecánico pero sin dejar fuera a la religión. Por un lado, tiene su parte mecánica que comparte con el resto del universo, pero tiene una sustancia o parte que no está sujeta a ella(parte espiritual) Todo esto lleva a dos tendencias opuestas: Materialismo: la mente también es mecánica, es decir, todo es material y mecánicamente explicable. Idealismo: aquello que llamamos mundo mecánico es una ilusión de la mente. La realidad es una producción de la mente. Es decir, los idealistas pondrán fin al materialismo/reduccionismo y pondrán el foco en lo mental. Matrimonio viciado al juntar dos cosas distintas: cuerpo …. Inmediata y mente disciplinada. Le sirve para dar una imagen del hombre que explica sus características. Deseo y mente racional que la controle. Obrar bien es el privilegio de la razón que controla los deseos y ser dueño de ti mismo, no dejarte llevar por el mecanismo físico de tu cuerpo. Según la idea del ser humano, tiene un problema metafísico pero también en su base moral.