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RENÉ DESCARTES

(1596-1650)

1. Contexto Filosófico

En el siglo XVII comienza la filosofía moderna con Descartes, que se caracteriza por:

- Interés por el hombre. Dios no es el objeto central de la filosofía, aunque los racionalistas
recurren a Él, en último término, como garantía de su conocimiento.
- Importancia de la razón (única fuente de conocimiento cierto para los Racionalistas) El
propio Descartes pretende fundar mediante la razón una filosofía única, de valor universal.
- Búsqueda de un método que permitiera el descubrimiento de la verdad. Al igual que la
ciencia ha alcanzado un gran desarrollo gracias a su nuevo método hipotético deductivo, la
filosofía reclama la necesidad de un método adecuado, basado en un nuevo criterio de verdad.

2. Introducción del autor

Fundador del método basado fundamentalmente en la razón (duda metódica) y artífice de una de las
frases más influyentes en la filosofía: “Pienso, luego éxito”, es considerado el “padre” de la filosofía
moderna.

3. La teoría del conocimiento en Descartes (Epistemología)

3.1. El método

Hay que partir de que Descartes, como filósofo racionalista, considera a la razón como la única fuente
de conocimiento válido. Afirma Ideas Innatas (aquellas que la razón posee por sí misma sin necesidad
de los sentidos), y defiende la deducción como método de conocimiento y las matemáticas como
modelo de ciencia.
Entiende por “razón” como una luz o instinto natural que permite conocer un concepto con total
claridad y permite, de este modo, distinguir lo verdadero de lo falso. Y deducción, como la cadena de
conexiones necesarias a partir de conceptos que conocemos con certeza, es decir, a partir de la
intuición. Es necesario un método que nos permita alcanzar conocimiento verdaderos , fiables, y
tomará como modelo el método matemático, por basarse exclusivamente en los dos procesos básicos
del razonamiento humano: la intuición, (captación inmediata de una idea que se presenta como una
verdad evidente) y la deducción (obtener nuevas verdades a partir de las obtenidas mediante la
intuición) Así el método matemático consistirá en unos axiomas ,captados por intuición y unas reglas
,obtenidas mediante deducción .

El método consiste en cuatro reglas, que abarcan ambas operaciones: intuición y deducción:

- EVIDENCIA. Es criterio de verdad. Admite como verdadero solamente las ideas que se nos
presenten de forma” clara” y “distinta”. Estas ideas se captan por Intuición.
- ANÁLISIS. Descomponer lo complejo en lo más simple hasta llegar a esas ideas elementales, o
“naturalezas simples”. Ideas que se conocen mediante la intuición.
- SÍNTESIS. De esas ideas simples se van obteniendo otras más complejas mediante la
deducción.
- ENUMERACIÓN. Revisar todos los pasos dados para evitar errores.
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3.2. La duda metódica

La duda es una exigencia del método. Como Descartes pone en duda todo conocimiento comúnmente
aceptado (por tradición, fe o autoridad), confía sólo en la razón del sujeto que conoce.
Las características de la duda son:
- Es universal y radical.
- Es metódica y no escéptica. Un punto de partida para buscar la certeza.
- Es teorética. Sólo afecta al nivel de reflexión filosófica y no al de las creencias. En este aspecto,
propone una moral provisional que no cuestiona las creencias comúnmente aceptadas.

Para justificar la necesidad de esta duda universal, Descartes esgrime unas razones:
I- El engaño de los sentidos me lleva a dudar de los datos que proceden de ellos, puesto que a
menudo me llevan a error y no pueden ser garantía de conocimientos claros y distintos.
II- La imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño me lleva a dudar que las cosas que veo,
el mundo, mi propio cuerpo, sean reales y no sean más que un sueño.
III- La hipótesis del genio maligno, puedo suponer la existencia de “un genio maligno” me
engañe haciéndome creer que razono bien cuando realmente no es así. De modo que esto me
hace dudar de mi propio entendimiento, de las verdades matemáticas.

La duda cartesiana tropezará con una primera certeza de la que no es posible dudar y que tiene su
origen en la duda misma: la propia existencia del sujeto que piensa y duda. De ahí. Su frase más
famosa: “Pienso, luego éxito” (Cogito, ergo sum): “¿Qué soy yo? Una cosa que piensa. ¿Y qué es una
cosa que piensa? Una cosa que siente, que quiere, que imagina”.

4. El problema de Dios (Las tres sustancias: “pensante”, “infinita” y “extensa”) Recuerda que
también sirve para la metafísica.

Mediante la duda metódica, Descartes había llegado a una primera verdad de la cual no se puede
dudar: pienso luego existo. Pero esta verdad sólo me asegura la existencia del yo pensante (res
cogitans), ya que la existencia de otra realidad ha sido sometida a la duda. Se plantea Descartes
descubrir si entre las ideas que piensa el yo, pueden existir algunas que no procedan del mismo yo
que las piensa. Si esto es así, podrá demostrar la existencia de otro tipo de realidad.
Partiendo de las ideas del yo pensante, demostrará la existencia de Dios (res infinita) y
posteriormente, la de otras realidades extramentales (res extensa -mundo-)
Descartes distingue tres tipos de Ideas:

- “ADVENTICIAS”. Proceden de una realidad “exterior” pero no puedo tener “certeza de que
exista, como previamente ha demostrado mediante la duda metódica,

- FACTICIAS. Creadas por la mente humana mediante la combinación de otras ideas adventicias
y no implican la existencia de una realidad externa.

- INNATAS. Aquellas que el pensamiento posee en sí mismo y que no parecen provenir de la


experiencia externa ni de la combinación de ideas.
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En las ideas innatas está la idea de Dios y partir de la misma, Descartes demostrará su existencia
mediante tres argumentos:
- El argumento Ontológico (formulado por san Anselmo, reformulado por Descartes) Si tengo
en mi mente la idea de Dios y lo concibo como “el ser más perfecto que pueda pensarse”, entre
sus perfecciones habrá de encontrarse la “existencia”, pues de lo contrario no sería el más
perfecto y podría pensarse en un ser aún más perfecto, a saber, en uno que existiera.

- El argumento “noológico” (formulado por San Agustín, reformulado por Descartes) La idea de
un ser infinito en mi mente no puede ser producida por una realidad finita, pues entonces no
existiría proporción entre la causa (un ser finito, el yo que duda, que es imperfecto) y el efecto
(la idea de un ser infinito) La idea de un ser infinito ha de ser proporcional a la causa de esa
idea. Por lo tanto, ha de existir un ser infinito que sea la causa de esa idea de infinito en el yo
pensante.

- La tercera vía de Santo Tomás sobre lo contingente y lo necesario . La realidad contingente


de nuestra existencia requiere la existencia de un Ser necesario como su fundamento y ese ser
necesario es Dios.

4.1. La realidad (res extensa -mundo-)

La realidad para Descartes va a estar formada por tres tipos de realidades: la res cogitans o res
pensante, es decir, el yo como ser pensante (demostrada con la duda metódica); la res infinita, es
decir, Dios, (demostrada su existencia a partir del yo pensante) y la res extensa, es decir, la realidad
física (que demostrará a partir de la existencia de Dios) y que a continuación explicaremos.

Una vez demostrada la existencia de Dios pasará a demostrar la existencia de la realidad física del
siguiente modo: como nuestras percepciones sensibles proceden de una realidad exterior existente y
puesta en nosotros por Dios, éste no puede permitir que vivamos engañados respecto a esta fuerte
convicción. Luego esa realidad existe.

Dios creó la materia (realidad física) y con ella el movimiento. Todas las leyes fundamentales de la
física se deducen de la inmutabilidad divina:
- Primera ley: el principio de inercia. Un cuerpo se conserva en el mismo estado y sólo cambia
por la acción de una causa externa.
- Segunda ley: el principio de dirección del movimiento. Todo cuerpo en movimiento tiende a
moverse en línea recta.
- Tercera ley: principio de conservación del movimiento. Si un cuerpo en movimiento se
encuentra con otro cuerpo, cambia de dirección o lo arrastra (si tiene más fuerza) Pero la
cantidad de movimiento permanece siempre constante.
En el Universo de Descartes no hay causas finales. Todo se explica por leyes mecánicas
(“mecanicismo”) y con estas tesis, Descartes intenta fundamentar la física moderna (esencialmente
matemática) El mecanicismo cartesiano se extiende, incluso, a los cuerpos vivos (plantas, animales y
hombres) Cuerpo y alma son radicalmente distintos: el alma es pensamiento; el cuerpo, materia
extensa.

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5. Antropología: la comunicación de las tres sustancias.
Respecto al ser humano, Descartes defiende un dualismo puesto que estamos formados por dos
sustancias independientes: pensante (alma) y extensa (cuerpo) El concepto de sustancia se define como
aquello que existe de tal modo que no necesita de ninguna otra cosa para existir. En sentido absoluto, esta
definición sólo es válida para la idea de Dios, pero en sentido relativo puede aplicarse a las otras dos sustancias:
materia extensa (cuerpo) y materia pensante (alma)
En la “Sexta Meditación”, Descartes nos presenta el argumento utilizado para postular la radical diferencia
entre el cuerpo y el alma:
- Aquello que podemos concebir con claridad y distinción correspondiente a una cosa le pertenece
realmente. Aquello que no se presenta con claridad y distinción no le pertenece realmente;
- Tengo claridad y distinción de que nada pertenece a mi esencia, excepto que soy una cosa pensante e
inextensa.
- Tengo una idea clara y distinta del cuerpo como una cosa extensa y no-pensante.

Conclusión: mi alma es absolutamente distinta de mi cuerpo y puede existir sin él. Es por ello por lo que el alma
es la protagonista del pensamiento y del razonamiento.
A pesar de que Descartes plantea una teoría dualista antropológica, el vínculo que se establece entre ambas
sustancias es más estrecho que en el caso de Platón, (unión accidental de cuerpo y alma) Descartes cree haber
encontrado una conexión entre cuerpo y alma (relacionado con los estudios que realizó sobre anatomía y
mecánica) y se halla en una pequeña región del cerebro: la glándula pineal. Esta hipótesis es insuficiente y se ha
comprobado su imprecisión, pues no se puede explicar cómo dos sustancias consideradas tan heterogéneas
pueden actuar la una sobre la otra.

6. La Moral: La libertad y las pasiones.


Descartes no construyó una moral concreta, salvo una moral provisional que pueda servirle mientras elabora su
sistema filosófico.
Esta moral provisional se basa en cuatro principios:
- Obedecer las leyes y costumbres del país y la religión tradicional.
- Una vez aceptada una opinión, ser firme en seguirla.
- Estar dispuesto a controlar las propias inclinaciones que a dominar los acontecimientos que no siempre
controlamos: autodominio y aceptación del destino.
- Pasar revista a todas las ocupaciones posibles para elegir la mejor.

Si que podemos desarrollar le concepto de “libertad” en este filósofo francés, que le sirve tanto para la moral
como para la política. Para Descartes, el hombre es libre porque tiene alma y es ésta lo que define al hombre. La
única manera de salvar la libertad es separando la sustancia pensante del resto de la naturaleza.

El yo, como sustancia pensante, posee dos facultades: el entendimiento (razón) y la voluntad (facultad de
querer) Esta última se caracteriza por ser libre. La conciencia de la libertad es una idea innata, una de las
primeras certezas del hombre y su mayor perfección.
La libertad no consiste en la indiferencia ante la decisión, sino en elegir lo que la razón propone como bueno y
verdadero. Ahora bien, ese sometimiento de la voluntad a la razón puede verse perturbado por la influencia de las
pasiones, que son emociones que afectan al alma.
Descartes caracteriza las pasiones como:
- Involuntarias, pues escapan al control del alma.
- En desacuerdo con la razón, provocando una servidumbre del alma que debe liberarse y guiarse por la
razón.
- No se trata de eliminarlas, sino de ordenarlas, de someterlas a la razón. Esta idea del autodominio es una
influencia de la corriente filosófica estoica en Descartes.
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