Está en la página 1de 2

IVÁN MATA

Iván Mata tiene 28 años. Escribe desde la secundaria. Empezó haciendo parodias de
películas que aún conserva, en las cuales insertó a sus amigos. En la preparatoria
escribió cuentos de fantasía, inspirado en Tolkien, autor que le encanta. Su primer
acercamiento a la poesía fue a los 17 años, con este mismo autor. Entró posteriormente
a estudiar Letras Españolas en la Universidad de Guanajuato, en donde experimentó un
choque al entrar en contacto con la teoría literaria y la academia. Él tenía otra
concepción de la carrera. Quería ser escritor y se dio cuenta que allí no se iba a formar
como tal. Pensó en claudicar. Pero luego conoció a Monserrat Campos Sánchez, joven
escritora de Celaya, quien le mostró que es posible dedicarse la literatura fuera del aula
como un estilo de vida. Con ella trabó gran amistad y compartió talleres y lecturas. Mas
tarde conoció, también en la misma Universidad, al poeta Aleqs Garrigóz y se
impresionó con su literatura oscura, lo que lo motivó a escribir su propia poesía. Las
clases de la escuela le proporcionaron algunas lecturas sensibles que le abrieron el
panorama de la poesía mundial y se adentró por sí mismo en él. Acudía a talleres con el
profesor José Báez, quien vio en su poesía una veta surrealista, alentándolo a seguir
escribiendo. Fue entonces cuando se dio cuenta que la poesía era el lenguaje que quería
usar para expresar su mundo propio.
Pudo darse cuenta que en la poesía podía liberarse de las ataduras de la vida y
ser alguien diferente, más pleno, y demostrar una forma de mirar las cosas única y
personal. Debido a ello, incluyó en su poesía temas de su vida propia, como su
homosexualidad, las drogas, el sexo, su anorexia y sus problemas psicóticos.
Su primera oportunidad profesional como escritor fue cuando fue seleccionado
por el Seminario para las Letras Guanajuatenses en el área de cuento y novela, en la
generación 2015-2016 con una novela semiautiobiogràfica y cuentos de estilo
folclórico. Del tutor Eusebio Ruvalcaba aprendió la pasión por la escritura y del tutor
Marcel Fernández aprendió el cuidado de la sintaxis y nociones de estilística. Su novela
Pirul, producto de este seminario, estuvo a punto de ser publicada en la Ciudad de
México. Al año siguiente, presentó un poemario al mismo Seminario que originalmente
se titulaba Vomito tripas, con textos de corte muy personal. El tutor José Luis Bobadilla
lo descubrió en el seminario y le ayudó mucho a encontrar el estilo que estaba
buscando: una poesía vivencial y regional que se vale de la resignificación del lugar
común y apunta hacia hitos de la ciudad y la vida contemporánea.
Mata piensa que el lector, al poder reconocer en sus poemas lugares como a
Comercial Mexicana, Aurrerá, la carretera Panorámica o el bar Los lobos, puede
identificarlos también en su propia experiencia y sentirse cerca de la voz lírica. Esos
lugares albergan muchas historias posibles, explica. Con respecto al lenguaje de sus
poemas, Mata prefiere evitar la metáfora elaborada que al común de la gente ya no le
dice nada. Él quiere acercar su poesía a la gente de ordinario, y no ser solo leído por
otros poetas.
Concluido su poemario, en 2016, y bajo el nombre de Vómito y una pistola sin
gatillo, lo hizo a concursar en el concurrido Primer Premio de Poesía Hispanoamericana
Francisco Diaz Uriel, para poetas jóvenes menores de treinta años, quedando entre los
40 primeros finalistas, lo que lo animó acerca de la calidad de su trabajo. Posteriormente
empezó a publicar en revistas electrónicas e impresas como Argonauta, Alternativas
Grezza, Monolito, Sombra Roja y El Humo; y a participar en lecturas públicas.
Otro de sus intereses es la educación literaria en jóvenes de secundaria y
preparatoria. En SABEs dio clases de poesía y narrativa local contemporánea; y con un
informe sobre estas actividades se titulará próximamente. En este informe, Mata
propone una pedagogía particular para enseñar literatura por medio de la vinculación de
los lectores con su entorno.
Actualmente se encuentra trabajando en su segundo poemario llamado Soy
zebra, el cual explora la estética queer. Quiere ser publicado en alguna editorial
nacional o internacional para encontrar a su público. Sus publicaciones en línea y sus
lecturas públicas han tenida buena recepción, pues sorprenden y divierten por el tono
irreverente e iconoclasta de su poesía, lo que lo estimula a seguir creando.

También podría gustarte