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INFORME DE PROYECTO

DE CIENCIAS

"BIOPLÁSTICO A BASE DE CÁSCARA DE


PLÁTANO Y MANGO"

“I.E SANTA MAGDALENA SOFIA”


INTEGRANTES:
Zeña Ucañay Ruth Noemi
Yovera Sotero Aymar de los Ángeles
Rojas Saldaña Xiomara Nahomi
Echeandia Llenque Rosa María

ÁREA:
Ciencia y Tecnología

DOCENTE:
Hugo Zevallos

GRADO Y SECCIÓN:
4 "G"

2023
I. RESUMEN
El presente proyecto consiste en la elaboración de bioplástico
empleando cáscara de frutas, en esta ocasión de plátano y mango
con el fin de contribuir a la protección y cuidado del medio
ambiente.
El proyecto surge al indagar sobre los efectos del uso de plásticos en
nuestra comunidad, frente a ello nace como alternativa utilizar
plástico biodegradable derivado de residuos orgánicos.

II. INTRODUCCIÓN
Nuestro medio ambiente está siendo afectado por muchas de las
acciones que a diario realizamos los seres humanos, como el
consumo de plásticos, junto a la inadecuada separación de los
residuos sólidos, entre muchas otras cosas. Dichas acciones poco a
poco van afectando el equilibrio que debiera tener nuestro planeta,
por lo tanto, se hace necesario que seamos nosotros mismos los
encargados y responsables de crear iniciativas que aporten a la
conservación y cuidado de nuestro ambiente.

En Perú se usan, aproximadamente, 30 kilos de plástico por cada


ciudadano. Esto hace que al año se sumen 3 mil millones de bolsas
plásticas, un promedio de ¡¡6 mil bolsas por cada minuto!!, las cuales,
gran parte terminarán en nuestros océanos.
Si hablamos a nivel mundial, se utilizan 5 billones de bolsas al año,
casi 10 millones de bolsas por cada minuto. También se sabe que,
cada año, se vierten hasta 8 millones de toneladas de plástico en los
océanos.
Como podemos ver, estas cifras y datos solo comprueban el enorme
daño ambiental que generan los plásticos.
III. PROBLEMÁTICA
Chiclayo es la capital de la región Lambayeque y por su ubicación
geográfica, una de las ciudades comerciales más importantes del
Perú. Relevancia que no le ha permitido acabar con su principal
problema: la basura, dentro de ella cabe rescatar el uso
indiscriminado de bolsas plásticas.
El uso del plástico está presente en nuestras vidas pero ¿somos
consciente de todas las consecuencias negativas que esto está
produciendo en nosotros mismos?

El plástico tarda demasiado tiempo en degradarse. Las bolsas son


productos derivados del petróleo, el tiempo de degradación puede
llevar entre 100 años y 500 años.
El plástico ha inundado nuestra vida diaria, están presentes en casi
todo nuestro alrededor. La situación es dramática y las tendencias
sobre nuestro consumo de plástico y sus efectos sobre los
ecosistemas y nuestra salud no son alentadores. La producción de
plástico sigue aumentando y cada vez nos rodeamos más de
plásticos de un solo uso (que son los que usamos por un período muy
corto de tiempo y luego los descartamos). Como ciudadanos la
situación nos preocupa por el gran daño ambiental que este
ocasiona.
IV. OBJETIVOS
Este proyecto tiene como objetivo reducir la contaminación en
Chiclayo por el uso de plásticos reemplazándolo por bioplástico a
base de residuos orgánicos (cáscaras de frutas).
Concientizar sobre los efectos del uso de plástico.
Demostrar al público en general como elaborar bioplástico con
materiales fáciles de encontrar.
V. MARCO TEÓRICO
Los primeros plásticos derivaron de materiales orgánicos, aunque
originalmente no fueron llamados bioplásticos. EL pionero fue John
Wesley Hyatt Jr. quien 1869 creo un plástico derivado de celulosa de
algodón como sustituto del marfil. Años más tarde se creó el
celuloide, un material que aún se utiliza para fabricar películas
fotográficas y de filmación. Otro plástico derivado de celulosa, el
celofán creado en 1912, hoy en día también es utilizado.
En 1910, el científico ruso Sergéi Lébedev creó el primer polímero de
caucho sintetizado a partir del butadieno y desde entonces los
plásticos sintéticos han desplazado a los bioplásticos. Los plásticos
derivados del petróleo eran más económicos y adecuados para una
producción masiva, además tenían mejores propiedades mecánicas.
Es así que en la primera mitad del siglo se crearon muchos de los
plásticos que empleamos hoy en día. El primero de ellos fue el PVC
(1936), luego el poliuretano (1937) y el poliéster insaturado o PET, el
cual fue patentado en 1942 y que desde entonces se ha convertido la
principal materia prima para elaborar botellas de plástico.

El retorno de los bioplásticos


Los costos ambientales asociados a la producción de millones de
toneladas de materiales desechables y no degradables se hizo
gradualmente evidente en la segunda mitad del siglo XX. En los
EE.UU., la crisis del petróleo de 1973 puso en evidencia los problemas
de dependencia del petróleo. En 1976 la compañía británica Imperial
Chemical Industries (ICI) creó el primer producto que se
comercializaría como bioplástico, y en 1983, Biopol fue presentado
como el primer plástico totalmente biodegradable. Los bioplásticos
siguieron siendo productos de nicho durante décadas debido a su
alto costo. Biopol llegó a costar 20 veces más que un plástico
convencional. A partir de la década de los noventa el interés por los
bioplásticos se incrementa favorablemente y hoy en día el mercado
de los bioplásticos son una realidad y es posible encontrar productos
elaborados a partir de estas materias primas.
¿Qué son los bioplásticos?
Los bioplásticos son materiales plásticos y refuerzos procedentes de
fuentes renovables naturales como lino, yute, cáñamo, residuos
agrícolas, celulosa, etc.
Los bioplásticos constituyen una amplia familia de materiales
plásticos derivados de materias primas renovables y/o
biodegradables.

Tipos de bioplásticos
Podemos clasificar los bioplásticos según su procedencia y su
capacidad de biodegradación.
Derivados de biomasa
En primer lugar, este prefijo puede significar que el polímero es
derivado de biomasa, que pueden ser:
Naturales (almidón, celulosa, colágeno, resinas furánicas, etc.)
sintetizados por organismos vivos.
Sintéticos, cuyos monómeros derivan de recursos renovables
donde la conversión a polímero se realiza mediante una
transformación química.
A este tipo de materiales se les denomina biobasados. Su principal
ventaja es que no provienen de fuentes fósiles, disminuyendo la
huella de carbono generando un impacto positivo para el medio
ambiente.
Algunos ejemplos de estos materiales son: el PLA, bio-PE, bio-PA, el
PHB, etc.
Biodegradables
Por otro lado, el prefijo BIO hace referencia a la biodegradabilidad y
la posibilidad de la recuperación orgánica de los residuos. Aquí el
término biopolímero identifica a polímeros capaces de ser
degradados aeróbicamente (en presencia de oxígeno) o
anaeróbicamente (en ausencia de oxígeno), por la acción de
microorganismos existentes en el medio de manera natural tales
como bacterias, hongos y/o algas.
A veces el término biodegradable es sustituido por el término
compostable a pesar de que tienen distintos significados. Un material
compostable presenta degradación biológica durante la formación
de compost para producir dióxido de carbono, agua, compuestos
inorgánicos y biomasa, a una rapidez similar a otros materiales
compostables, sin generar residuos distinguibles visualmente o
residuos tóxicos, es decir, un material plástico compostable siempre
es biodegradable mientras que un material plástico biodegradable
no siempre es compostable.
Polímeros biocompatibles
En aplicaciones biomédicas, el prefijo bio en polímeros
biocompatibles se refiere a la biocompatibilidad con células y tejidos
vivos, en este sentido, estos polímeros no perjudican al cuerpo
humano o animal o sus metabolismos mientras cumple su fin (por
ejemplo, una cadera o rodilla artificial, entre otros). En medicina
sustitutiva, se emplea como sinónimo de biocompatible o
bioabsorbibles.

Ventajas del bioplástico


Tienen infinidad de aplicaciones, con especial relevancia en los
sectores de envase y embalaje gracias a que sus propiedades
técnicas son similares frente a materiales convencionales.
Mejoran la huella de carbono de materiales y productos y
contribuyen a reducir las emisiones de gases de efecto
invernadero.
Reducen la dependencia de los recursos fósiles.
Permiten el aprovechamiento de residuos vegetales, residuos
sólidos urbanos o industriales.
Los plásticos biodegradables, siempre que el proceso de
biodegradación se realice en los medios adecuados, suponen la
eliminación de residuos al final de la vida útil de los productos.
Aportan un valor añadido de cara a los consumidores, que cada
vez requieren productos más respetuosos con el medio ambiente.
Además, existen certificaciones y ecoetiquetas que respaldan y
verifican que el producto es realmente sostenible.

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